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GUÍA DOCENTE DEL PRÁCTICUM
Grado de Educación Social – UOC Febrero 2020
Coordinación del Prácticum: Andrea Francisco Amat - [email protected]
Profesora responsable del Prácticum II: Asun Pié Balaguer - [email protected]
Profesores responsables del Prácticum III: Jordi Planella Ribera - [email protected]
Nizaiá Cassián – [email protected]
ÍNDICE 1. Marco teórico del Prácticum 5
1.1 La asignatura en el conjunto del plan de estudios 13 1.2 Objetivos del Prácticum 14 1.3 Competencias
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2. Estructura general del Prácticum 17 2.1 Diseño general del Prácticum 17
2.1.1 Convalidación o reconocimiento académico del Prácticum II y las prácticas externas del Prácticum II
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2.2 Las prácticas externas: consideraciones generales
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3. Funcionamiento y modelo pedagógico del Prácticum 22 3.1 El equipo docente del Prácticum 22 3.2 Metodología desarrollada en el Prácticum 25 3.3 Descripción general de las actividades 26
3.3.1. Las actividades en los centros de prácticas 27 3.4 Evaluación de la asignatura
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4. Bibliografía
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5. Anexos 33
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1. Marco teórico del Prácticum
La realización del Prácticum es un punto de inflexión muy importante en la
formación que el estudiante del grado de Educación Social ha recibido hasta
ahora. En este momento, la profesión y el contacto con las prácticas
profesionales concretas que se llevan a cabo en diversos contextos laborales se
convierten en el elemento clave a partir del cual el estudiante tiene que poder
construir su propia visión entre lo que se le ha ofrecido desde el campo teórico
—si recurrimos a la teoría de los campos intelectuales desarrollada por Bourdieu
(1983)—, y que ha tenido en la universidad, como agencia investigadora,
acreditadora y formadora, el actor principal, y el campo profesional, en el que
encontrará los diferentes actores del campo laboral.
La práctica de la educación social y el conocimiento que se deriva de ella —tal y
como sostiene Vilar (2006)— va ligada a contextos, situaciones y subjetividades
que obligan a mantener una visión dinámica y siempre provisional entre lo que
se puede ofrecer desde los diferentes campos disciplinarios y la propia dinámica
profesional, que hay que conectar con el contexto sociocultural y económico de
la época a la que se pertenece y con aspectos concretos tan relevantes como:
las políticas sociales, el papel del estado, el mercado de trabajo y las propias
dinámicas de profesionalización. Por ello el Prácticum ofrece la mejor
oportunidad para plantear un programa de formación que tome en consideración
un modelo teórico basado en la teoría de las profesiones —en el sentido que
defiende Sáez (2003b)—, con el fin de establecer una correspondencia
coherente entre lo que se dice en la teoría y lo que se hace en la práctica.
Si las profesiones y los procesos de profesionalización se han definido a partir
de categorías ocupacionales, en el caso de la educación social confluyen tres
trayectorias diferentes —la educación especializada, la educación de adultos y
la animación sociocultural— que hoy en día se incluyen en la titulación en la que
se preparan los miembros de la profesión (Julià, 1998; Pantoja, 1998; ASEDES,
2003) y que, por tanto, han constituido un criterio organizador del Prácticum. De
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hecho, han definido los ámbitos de la educación social y su desarrollo
profesional, tal y como ha propuesto un grupo conocido de autores (Petrus,
1989, 1999; Sarramona y Úcar, 1988; Martínez, 1993; Amorós y otros, 1994;
Parcerisa, 1999; Trilla, 2000; Pérez, 2003; etc.). En los trabajos del II Congreso
de Educación Social que tuvo lugar en Madrid en 1998, se aportaba un
esquema basado en tres espacios de acción: ámbitos comunitarios (servicios de
atención primaria y servicios especializados), ámbitos institucionales
(residencias, centros abiertos e instituciones cerradas) y áreas (formación
permanente e inserción social, ocio y educación). En un estudio que se presentó
hace unos años, Pereira y Pino (1999, pág. 314) expusieron un planteamiento
similar a la hora de organizar el Prácticum considerando las diversas
aportaciones realizadas en torno a los ámbitos de actuación, los campos de
acción de estos ámbitos (instituciones y programas sociales), los sectores de
edad a los que iban dirigidas estas acciones, y el tipo de funciones que se
llevaban a cabo teniendo en cuenta los encargos sociales y educativos que
recibían estos programas e instituciones. Asimismo, Gómez (2000, 2003)
sugiere una clasificación a partir de tres variables interdependientes con las que
se pueden configurar los sectores de intervención y las áreas institucionales de
la educación: el grupo de edad, la existencia de colectivos que presentan
necesidades singulares y la posición institucional desde la que opera la acción
socioeducativa.
Cualquier clasificación que se revise describirá diferentes campos prácticos, de
acuerdo con el momento histórico y los dispositivos conceptuales desde los que
se plantean. Actualmente, como ha recogido Moyano (2010) basándose en
varios planes de estudios de la diplomatura y del grado de Educación Social en
universidades del Estado español, encontramos clasificaciones de las prácticas
profesionales referentes a:
- problemáticas sociales: drogadicción, maltrato infantil, desocupación laboral,
violencia, etc.;
- las instituciones donde realizan sus funciones: centros de servicios
sociales, cárceles, pisos tutelados, centros educativos, etc.;
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- categorías poblacionales: delincuentes, mujeres, menores en situación de
riesgo, inmigrantes, tercera edad, etc.;
- ámbitos de intervención: inserción sociolaboral, protección de la infancia,
discapacitados, justicia juvenil, toxicomanías, etc.
El mismo autor propone otra sistematización que recoja la tradición de las
clasificaciones anteriores, pero, al mismo tiempo, abra nuevas posibilidades y
planteamientos de las prácticas de la educación social. Para hacerlo, se basa en
la consideración educativa en torno a las diferentes franjas de edad, lo que
puede proporcionar una manera diferente de acercarse a los campos de la
educación social y permitir una articulación entre los sujetos y las instituciones
del territorio. Es decir, si se tiene en cuenta que todas las categorizaciones
representan adscripciones a modelos de acción social y educativa y forman
modelos profesionales y formativos, el planteamiento de Moyano (2010:24-25)
intenta promover la composición del espacio de la educación social a partir de
las articulaciones entre las franjas de edad a las que se dirige la actividad, el
territorio, y las instituciones de la sociedad civil y las administraciones públicas.
Esto implica dos cuestiones fundamentales a la hora de plantear el Prácticum de
Educación Social: en primer lugar, nos permite abandonar la categorización
excluyente que significa establecer que la educación social es una práctica
educativa asociada exclusivamente a la intervención en determinadas
categorías poblacionales y, en segundo lugar, establece un marco idóneo desde
el que se puede impulsar una educación social entendida en términos de ofrecer
trayectorias y recorridos particulares y de promover los anclajes sociales desde
la lógica de los derechos y los deberes de ciudadanía.
La educación social del siglo XXI —tal como afirma el mismo autor— se
encuentra ante el desafío que representa no adscribir las funciones a los
ámbitos o categorías contextuales en uso, sino ofrecer una apertura al
elemento social en el marco del elemento educativo. Desde esta lógica, la
educación social amplía su campo a diferentes instituciones, servicios,
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programas y proyectos que son susceptibles de un trabajo educativo que
garantice y favorezca la participación cultural, social y democrática del conjunto
de los ciudadanos.
De acuerdo con este planteamiento, nuestra propuesta permite introducir un
nuevo criterio a la hora de diseñar la formación de los futuros educadores
sociales por medio del Prácticum. Se trata de identificar a los actores clave
comprometidos en la lucha que llevan a cabo las ocupaciones que aspiran
a convertirse en profesiones, algo que ya han desarrollado autores como
Sáez (1998, 2003a, 2005) y Sáez y García (2006), y que adoptamos para la
propuesta formativa que ofrecemos desde la UOC. Estos actores son los
siguientes: los profesionales y el ejercicio profesional; el estado, las
administraciones y las políticas sociales; el mercado (empresas y entidades del
tercer sector); los sujetos con los que se interviene; las instituciones en las que
se trabaja, y, finalmente, las otras profesiones.
Todos estos actores, implicados en un nivel y en un grado diferentes, tienen
mucho que ver con la profesionalización de la educación social y los procesos
que se desarrollan. Sin embargo, debemos señalar un par de cuestiones: en
primer lugar, esta tarea organizadora debe adoptarse como un instrumento
abierto a la hora de repensar el Prácticum más allá de los ámbitos de trabajo de
la educación social; en segundo lugar, hay actores relacionados con la profesión
(las personas con las que se trabaja, otras profesiones) que no están
directamente inmersos de forma intencionada en la profesionalización, pero sí
que contribuyen a su desarrollo; de ahí que tengamos que plantear prácticas
profesionales que incorporen, por ejemplo, el estudio de casos, las historias de
vida o la evaluación de la función formativa en las personas que llevan a cabo o
reciben una intervención educativa.
Como sostiene Sáez (2006), tratando de identificar lo que hace cada uno de los
actores y las funciones y las tareas que tienen, podremos entender cómo opera
la educación social como profesión, la percepción que tienen los propios
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profesionales, así como las representaciones colectivas que determinadas
instituciones y organizaciones tienen de sus actividades y metas. Por eso la
preparación inicial del colectivo de estudiantes con relación al Prácticum debería
empezar por una formación sobre los procesos que ha recorrido la profesión a la
que quieren pertenecer, y sobre los diversos actores y variables que, con más o
menos fuerza, han llegado a incidir en ella. En este sentido, los diferentes
actores se convierten en auténticas áreas de trabajo del Prácticum.
La propuesta que presentamos parte del convencimiento de que el análisis de
cada uno de estos actores permite introducir la práctica profesional de la
educación social, teniendo en cuenta que:
- En relación con los profesionales y la práctica profesional, podemos
centrar los elementos que fundamentan y sostienen estas prácticas
abriendo el debate sobre las controversias y problemáticas que suscita el
hecho de situar el componente educativo, teniendo en cuenta que algunas
no podrían ser reconocidas como prácticas educativas. De este modo, hay
que señalar diferentes aspectos: en primer lugar, que en el campo social
convergen diversas profesiones y prácticas profesionales, entre las que
encontramos la educación social; en segundo lugar, que algunas de las
prácticas que se realizan en nombre de la educación social se han
comprometido (y se siguen comprometiendo todavía) en la consecución de
otros objetivos muy distantes de los educativos, tales como la asistencia,
el cuidado, el encierro, el control o el tratamiento; finalmente, que la
irrupción de algunos modelos de educación social hace que se tienda a
propuestas seudoeducativas con un importante peso psicologista, más
cercanas a objetivos neohigienistas de unas determinadas políticas
sociales que a la generación de unos efectos de inclusión, promoción y
circulación social de los sujetos a los que se atiende. Estos aspectos
acaban remitiendo a una cuestión central del ejercicio profesional: la
responsabilidad ética y profesional (Cobo, 2001), es decir, cómo tomar
conciencia de las acciones que se llevan a cabo, cómo trabajar en
cooperación total con los sujetos en los que se interviene y respetándolos
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al máximo, cómo mantener un alto nivel profesional, cómo llamar la
atención sobre las condiciones que crean problemas sociales y que
pueden llevar a la exclusión social o a condiciones de vida inaceptables,
etc.
- En relación con el Estado, las administraciones y las políticas
sociales, al considerar que son estos los que introducen las posibilidades
de la educación social en las prácticas sociales al dotar de espacios de
trabajo específicos a educadores sociales, promulgar leyes en las que se
recogen los elementos educativos e impulsar la creación de instituciones
que tienen el encargo de atender, pero también de educar. El análisis de
las políticas sociales en el contexto del Prácticum permite reflexionar sobre
los efectos sociales de las instituciones y los servicios donde los
estudiantes llevan a cabo las prácticas, y distinguir si disponen de
dispositivos que incluyen cuestiones sociales amplias o se encuentran en
instituciones que limitan sus acciones a la atención de grupos sociales
determinados. Esta distinción no es un paso trivial. Se trata de que los
estudiantes perciban cuál es la concepción de las políticas sociales de
fondo, así como la de los servicios, instituciones y mecanismos que los
profesionalizan. Cualquier tipo de sectorización en los servicios —tal y
como se ha expuesto anteriormente— representa una estigmatización del
desarrollo de las prácticas sociales y, junto a estas, de los
profesionales encargados de llevarlas a cabo.
- En relación con el mercado, las empresas y entidades del tercer
sector, el desarrollo de los servicios sociales se ha convertido, en pocos
años, en un verdadero motor económico cuyo reto es impulsar a otros
sectores. El Prácticum representa un primer contacto con el mundo
profesional y, por tanto, con el mercado laboral y la realidad
socioeconómica. El Prácticum se convierte, a su vez, en una oportunidad
excelente para evaluar las posibilidades de los servicios sociales
entendidos también como un sector productivo que crea nuevos puestos
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de trabajo en un contexto de crisis como el actual, y también para
vislumbrar su desarrollo futuro, teniendo en cuenta el aumento de
necesidades de atención social actuales y las que dibujan las perspectivas
demográficas del país a corto plazo, en el que la infancia y las personas
mayores serán los sectores de población predominantes. Esta realidad y
las posibilidades que abren las leyes de servicios sociales y de atención a
la dependencia son una oportunidad para crear nuevos servicios sociales
que requieren ser gestionados mediante estrategias eficientes y
sostenibles, sin obviar que, analizados desde puntos de vista económicos
y empresariales externos al sector, se pueden considerar como un
mercado para invertir, capaz de atraer a nuevos emprendedores sociales y
ofreciendo, así, una visión diferente abierta a la innovación y la
experimentación social. En este sentido, el mercado construye un sector
económico mediante la privatización de servicios públicos, un elemento
crítico en el desmantelamiento actual de las principales estructuras del
Estado del bienestar y, con él, la precarización de los servicios y las
condiciones de trabajo de los diferentes grupos profesionales, etc.
- En relación con los sujetos con los que se interviene, son estos los
que ocupan el lugar central en las prácticas de la educación social (Núñez,
1990), por lo que su labor se focaliza en la dimensión social. Abordar la
cuestión del sujeto de la educación (social) significa —siguiendo a Moyano
(2010)— poder considerar la construcción de un modelo educativo que
permita tomar una cierta distancia respecto a posiciones actuales que
focalizan el trabajo educativo a partir de la «sectorización social», y
recuperar, así, la posibilidad de construir otros lugares distintos de la
asignación social que, por diversos motivos, lo supeditan a recorrer un
trayecto que ya ha sido diseñado desde lógicas de control poblacional
(Champagne, 1990; Núñez y Tizio, 2010). Trabajar esta concepción del
sujeto de las prácticas educativas en el marco del Prácticum nos permite
pensar más allá de las categorías administrativas, una cuestión en la que
no vamos a dejar de insistir a lo largo de esta propuesta. Se trata de que el
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estudiante defina el sentido de las prácticas educativas observadas,
ejercidas y vividas a partir de una imagen integral de los sujetos capaz de
superar las etiquetas y los atributos estigmatizadores.
- En relación con las instituciones en las que se trabaja, se hace
necesaria la reflexión como área de trabajo específica del Prácticum por
diferentes motivos. En primer lugar, porque los educadores sociales
intervienen en marcos institucionales que configuran el espacio donde
desarrollan unas tareas profesionales y unas prácticas educativas
concretas. En segundo lugar, porque las instituciones y las prácticas
profesionales que se desarrollan en ellas nos remiten a modelos de trabajo
que han recorrido una evolución histórica determinada. Finalmente, porque
las instituciones terminan encarnando el vínculo social elemental, es decir,
aquel que arraiga en la mente de los individuos a partir del establecimiento
de un orden social. Inmersas en la realidad del momento histórico y social
de una comunidad, las instituciones asumen el encargo de instaurar este
orden mientras agrupan, organizan y clasifican a los colectivos señalados
como problemáticos. Por ello es necesario proponer el estudio en torno a
sus formas contingentes, las nuevas definiciones de las «problemáticas»,
los malestares contemporáneos y los modelos de funcionamiento que se
diseñan.
- En relación con las otras profesiones, nos permite abrir nuevos
caminos en la profesionalización de los educadores sociales, más allá de
los ámbitos que son reconocidos y consolidados en el ámbito social,
profesional y académico. En este sentido, tal y como afirma Gómez
(2003:245), «no hay que confundir el universo de la educación social (con
la diversidad y complejidad de prácticas educativas que tienen lugar en
cualquier tiempo y espacio social) con la galaxia de sus prácticas
específicas [...]. Es decir, los ámbitos específicos de intervención y las
prácticas profesionalizadoras de la educación social no constituyen más
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que una parte, aunque probablemente sea la más visible y con un nivel
más elevado de sistematización y teorización, de un todo más amplio,
complejo y plural como es el universo de la educación social».
Cada uno de estos actores facilitará el conocimiento adecuado de la profesión
de la educación social. La planificación del Prácticum se convierte, así, en la
mejor oportunidad para articular la reflexión y el análisis de estos intérpretes que
configuran la profesión, así como las funciones y las competencias que
requieren las prácticas y el ejercicio profesional. Así pues, este ha sido el
planteamiento de fondo desde el que se han diseñado las tres asignaturas que
constituyen el Prácticum del grado. Cada una se centra en un actor clave,
mediante propuestas de actividades diferenciadas, que se describe en los
siguientes apartados:
1.1. La asignatura en el conjunto del plan de estudios
El Prácticum se convierte en el espacio formativo por excelencia a la hora de
favorecer la transferencia de competencias. Al mismo tiempo, se convierte en el
elemento aglutinador que permite dar un determinado sentido al modelo de
aprendizaje propuesto en la última reforma universitaria, que, evidentemente,
prevé una tarea conjunta entre la universidad y el mundo laboral de cara a la
formación de calidad de este perfil profesional.
Asimismo, el Prácticum es la asignatura que permite establecer mejor un
estrecho vínculo con las diferentes disciplinas que contribuyen a construir
discursos en torno a la educación social, especialmente con la pedagogía social,
que es la que estudia, analiza y propone modelos de educación social, expone a
análisis las prácticas, e interpreta las coordenadas sociales, políticas y
económicas de acuerdo con el desarrollo de la profesión. La articulación entre
teoría y práctica, entre cuerpo teórico y aplicación práctica, genera la posibilidad
de establecer un modelo en el que se aplican unos presupuestos
epistemológicos y que no se deja llevar por los vaivenes de las políticas sociales
actuales, muy proclives a imponer lógicas claramente adscritas al control social
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(Núñez, 2010).
En último lugar, el Prácticum también ofrece a la universidad la oportunidad de
vincularse con el mundo profesional, lo que implica poder someter a estudio,
reflexión, análisis crítico y mejora los modelos vigentes de educación social en
las instituciones, las políticas públicas actuales y los modelos de formación de
los futuros profesionales (Núñez, 2002). Lo cual constituye un verdadero desafío
para la universidad y, por tanto, para todos los docentes involucrados en la
formación de futuros educadores —y no solo para los responsables o
coordinadores del Prácticum—, sobre todo en estos momentos de convergencia
europea de los estudios superiores, en los que la educación social como oferta
de titulación se ha equiparado con otras titulaciones con más tradición en el
campo social y educativo.
1.2. Objetivos del Prácticum
a) Introducir la práctica profesional de la educación social.
b) Situar la práctica o prácticas profesionales en un marco teórico general e
interdisciplinario.
c) Ofrecer elementos de análisis por medio de los actores clave que
contribuyen a construir la profesión.
d) Reconocer el trabajo que se hace en los centros o instituciones de prácticas,
avanzando en el desarrollo de las competencias profesionales.
e) Integrar los procesos de investigación de los fundamentos teóricos en los
que se apoyan las prácticas, las formas de trabajo y los modelos educativos
desde los que se ejerce la acción profesional.
f) Posibilitar que los estudiantes empiecen a escribir sobre la práctica
profesional a partir de la reflexión de las prácticas profesionales, compartiendo
este saber con el resto de la comunidad profesional.
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g) Desarrollar un espacio y una dinámica de trabajo en el aula que permita
poner en relación los contenidos teóricos, instrumentales y relacionales
aprendidos hasta ahora con el fin de ejercer una labor profesional eficaz, crítica
y responsable en el ámbito laboral.
h) Completar la formación académica que se ha recibido a lo largo del grado,
integrando la teoría y la práctica, aplicando la teoría a realidades concretas y
vinculando la realidad de estas prácticas a una tarea de reflexión capaz de
integrarse en una dinámica de «acción-reflexión-acción».
1.3. Competencias
Todos los actores descritos en la presentación de esta guía ofrecen la
posibilidad de desarrollar un marco competencial directamente vinculado al
campo profesional, que es lo que permite establecer una estructura sólida desde
la que los estudiantes pueden hacer el tránsito al mundo laboral con un saber y
un saber hacer. Los procesos de reflexión sobre todos estos actores que hemos
ido apuntando nos parecen fundamentales a la hora de pensar en las
competencias profesionales para el desarrollo de la tarea de los educadores
sociales, ya que, de otro modo, estos podrían operar dejándose llevar por
simples intuiciones, por su propio carácter o sentido común, o por la presión de
las circunstancias (institucionales, políticas, de mercado, etc.), faltándoles
criterios para entender su propia práctica, profundizar y compartir su
experiencia y conocer su funcionalidad (posicionamientos políticos,
institucionales, etc.). No hay duda de que, en nuestra opinión, se trata de un
modelo válido para muchas titulaciones que forman a profesionales vinculados
con los servicios asociados a los derechos de ciudadanía (salud, educación,
servicios sociales, ocio, etc.).
Competencias transversales
CT3: Comunicación efectiva valiéndose de diferentes medios y en diversos
contextos.
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CT5: Resolución de problemas y de toma de decisiones.
CT6: Reflexión y autocrítica en torno al propio trabajo y sus implicaciones. CT7:
Reconocimiento de la diversidad y de la multiculturalidad.
CT8: Trabajo en red y en equipos multidisciplinarios.
CT9: Adaptación a nuevas situaciones y problemáticas sociales mediante el
aprendizaje permanente.
CT10: Compromiso ético con las personas, las instituciones y la práctica
profesional.
CT11: Argumentación en valoraciones, juicios, críticas, exposiciones o defensas.
Competencias específicas
CE2: Identificación y emisión de juicios razonados sobre problemas
socioeducativos para mejorar la práctica profesional.
CE3: Comprensión de la trayectoria de la educación social y la configuración de
su campo de identidad profesional.
CE4: Diagnóstico de situaciones complejas que fundamenten el desarrollo de
acciones socioeducativas.
CE5:Diseño de planes, programas, y actividades de intervención socioeducativa
en diferentes contextos.
CE6: Diseño y desarrollo de procesos de participación social y desarrollo
comunitario.
CE7: Puesta en marcha de planes, programas y proyectos socioeducativos.
CE8: Aplicación de metodologías específicas de la acción socioeducativa. CE10:
Mediación en situaciones de riesgo y conflicto.
CE11: Iniciación y desarrollo de una relación profesional con las personas y
grupos en un contexto social concreto.
CE12: Evaluación de programas y estrategias de intervención socioeducativa en
diferentes contextos.
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2. Estructura general del Prácticum
El Prácticum del grado de Educación Social de la UOC consta de 24 créditos
ECTS obligatorios, organizados en tres periodos diferentes. Cada uno de
estos periodos pretende responder a unos objetivos concretos y a unas
temáticas de aprendizaje específicas, teniendo en cuenta el marco teórico
expuesto en el primer apartado. Así, cada Prácticum es una asignatura
independiente en cuanto a la matrícula, la planificación docente, la asignación
del aula, los materiales, el sistema de evaluación, etc. Sin embargo, la
información que se ofrece en esta guía sirve para las tres asignaturas; por
eso utilizamos el concepto general de Prácticum (que, insistimos, incluye los tres
prácticums). A continuación, explicamos más detalladamente las características
generales.
2.1. Diseño general del Prácticum
Como decíamos, el Prácticum se divide en tres asignaturas: Prácticum I y
Prácticum II, de 6 créditos cada una, y Prácticum III, de 12 créditos. Estas
asignaturas se cursan cuando se entra en el periodo final de la trayectoria de
formación del estudiante. A continuación, exponemos brevemente los principales
contenidos que se desarrollan en cada Prácticum.
Prácticum I. Introducción a la práctica profesional (6 créditos)
En este Prácticum no se prevé la realización de prácticas externas en
contextos reales de trabajo. Se sigue la metodología habitual mediante la
acción docente en el aula con el objetivo de trabajar tres dimensiones
básicas de la profesión: los procesos de profesionalización, la definición de
la figura profesional a partir del análisis de sus tareas y funciones, y la
introducción al trabajo de casos siguiendo un modelo de trabajo en red e
interdisciplinar.
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Prácticum II. Conocimiento de una institución (6 créditos)
El objetivo principal del Prácticum II es que el estudiante conozca una
institución o un servicio del campo de la educación social. Se prevé un
tiempo de estancia en la institución de 75 horas, durante el cual se harán,
sobre todo, tareas de observación y recogida de datos, que formarán
parte del material de trabajo en el aula. El trabajo docente se centrará en
el análisis institucional descriptivo y reflexivo sobre la práctica profesional
observada en el centro de prácticas. Se pretende que el alumno adquiera
herramientas conceptuales que le permitan sistematizar un análisis
institucional aplicado al propio centro de prácticas.
Prácticum III. Análisis de la práctica del educador social (12 créditos)
El Prácticum III se centra en las formas de intervención y en los modelos
de trabajo del educador social. Se trata de experimentar las prácticas
profesionales en un contexto singular teniendo en cuenta las dimensiones
éticas, metodológicas y relacionales, ejercer el análisis de situaciones
complejas, identificar problemáticas determinadas, concebir proyectos,
dinamizar el trabajo socioeducativo con personas y grupos, etc. Se prevé
un tiempo de estancia en el centro externo de 150 horas.
Una de las características importantes de estas asignaturas es que hay
que cursarlas por orden y hacerlo en diferentes semestres. El
Prácticum I es obligatorio para todos. Solo lo convalidan los estudiantes
que tengan la diplomatura de Educación Social (plan de estudios LRU) o
hayan cursado el Prácticum de esta titulación en otra universidad. En
estos casos, la convalidación se obtiene pidiendo la evaluación de
estudios previos (EEP). Asimismo, para matricularse en el Prácticum I se
tienen que haber cursado y superado 120 créditos. En estos 120
créditos se contabilizan tanto las asignaturas aprobadas como las que se
hayan podido convalidar en los procesos de convalidación o
reconocimiento académico (EEP —evaluación de estudios previos— o
RAEP — reconocimiento académico de la experiencia profesional). No es
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necesario haber incorporado estas asignaturas al expediente para
contabilizar los 120 créditos requeridos a fin de matricular la asignatura.
2.1.1 Convalidación o reconocimiento académico del Prácticum II y las
prácticas externas del Prácticum III
Se ha previsto la convalidación de una parte del Prácticum de acuerdo con los
criterios que se apuntan a continuación:
Los estudiantes que tengan la diplomatura de Educación Social (plan
de estudios LRU) o hayan cursado el Prácticum de la titulación en otra
universidad convalidarán las tres asignaturas de Prácticum cuando
soliciten la evaluación de estudios previos (EEP).
Los estudiantes que tengan la diplomatura o el grado de Trabajo
Social o hayan cursado el Prácticum de esta titulación convalidarán el
Prácticum II cuando soliciten la evaluación de estudios previos (EEP).
El Prácticum II, por un lado, y las prácticas externas del Prácticum III,
por otro, son dos de las asignaturas que pueden ser objeto de
reconocimiento académico por la vía del RAEP (reconocimiento
académico de la experiencia profesional) si se pueden acreditar dos
años de experiencia profesional en el campo de la educación social.
Para conocer todos los requisitos, se tiene que consultar la Guía del
RAEP cuando se inicie el periodo de solicitudes. Vuestros tutores también
os informarán. Genéricamente, obtener una resolución favorable del
RAEP en el caso de haber solicitado el reconocimiento del Prácticum II y
las prácticas externas del Prácticum III supone lo siguiente:
a) Convalidar el Prácticum II (en este caso, el estudiante pagará el 25 %
del precio de la matrícula, tal y como se hace con las asignaturas
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convalidadas a través de la EEP, con el fin de incorporar la asignatura en
el expediente) y;
b) Reconocer las prácticas externas del Prácticum III (es decir, el
estudiante no tendrá que hacer la estancia de 150 horas en un centro),
pero deberá matricular los 12 créditos de la asignatura para realizar la
actividad académica propuesta en el plan docente
Tabla de convalidación del Prácticum
Asignaturas
Vía de convalidación y requisitos
Prácticum I
EEP
Estudiantes con la diplomatura de Educación Social (plan de estudios LRU) o que hayan cursado el Prácticum de la titulación en otra universidad.
Prácticum II
EEP
a) Estudiantes con la diplomatura de Educación Social (plan de estudios LRU) o que hayan cursado el Prácticum de la titulación en otra universidad. b) Estudiantes con la titulación de Trabajo Social.
RAEP
Estudiantes que pueden acreditar dos años de experiencia profesional en el campo de la educación social.
Prácticum III
RAEP
Estudiantes que pueden acreditar dos años de experiencia profesional en el campo de la educación social.
* Solo se reconocen las prácticas externas, es decir, el estudiante no tendrá que hacer la estancia de 150 horas en un centro, pero deberá matricular los 12 créditos de la asignatura y seguir la actividad académica propuesta en el plan docente.
2.2. Las prácticas externas: consideraciones generales
Las prácticas externas del Prácticum II y el Prácticum III se pueden llevar a
cabo en centros públicos o privados con los que la universidad tenga
formalizado un convenio de prácticas. Entendemos por centros de prácticas
cualquier centro de trabajo, institución, entidad o servicio que realice algún tipo
de encargo en el campo de la educación social.
Las horas presenciales establecidas para la realización de ambos
prácticums se podrán hacer en el mismo centro de prácticas, si bien, tal y
como se ha explicado anteriormente, hay que cursarlos en semestres
diferentes.
La UOC dispone de convenios marco de colaboración con varios centros e
instituciones que permitirán ofrecer un número limitado de plazas de prácticas
cada semestre. Dado que la oferta de plazas no siempre puede atender las
necesidades o intereses de todos los estudiantes (por distancia geográfica o
diversidad de campos profesionales), cada estudiante puede buscar el centro
que mejor se adapte a sus intereses o circunstancias personales. Si los centros
cumplen los requisitos establecidos (se explicarán a continuación), la
universidad firmará un convenio específico de prácticas una vez se haya
validado la solicitud del estudiante.
La implementación del Prácticum en la UOC está condicionada por sus
características específicas. La flexibilidad es una de sus principales
características, en la medida en que la UOC debe permitir acercar la universidad
a las personas que, por diferentes motivos, no pueden optar por una modalidad
presencial. Por esta razón se plantean tres situaciones posibles a la hora de
elegir un centro de prácticas:
- Situación a: el estudiante elige uno de los centros que propone la
Universidad.
- Situación b: el estudiante propone un centro de prácticas.
- Situación c: el estudiante solicita prorrogar las prácticas en el centro
donde ha realizado el Prácticum II.
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3. Funcionamiento y modelo pedagógico del Prácticum
En el Prácticum I no se prevé la realización de prácticas externas. En este caso,
se seguirá la dinámica habitual del resto de las asignaturas a partir de un
material docente que introduce al estudiante en la práctica profesional a partir de
tres bloques temáticos: los procesos de profesionalización, las tareas y
funciones profesionales, y el análisis de casos siguiendo un modelo de trabajo
en red e interdisciplinar. En los prácticums II y III, además del trabajo que hay
que llevar a cabo en los centros de prácticas, se prevén otras actividades que se
desarrollarán en el marco del aula, donde se dispondrá de materiales y recursos
específicos.
3.1. El equipo docente del Prácticum
El estudiante dispondrá de diferentes figuras de apoyo a lo largo de los tres
prácticums. Junto con el tutor del grado, el profesor consultor del aula y el
profesorado responsable de la asignatura, a lo largo del Prácticum intervendrán
los profesores responsables de la coordinación general y, en el caso de los
prácticums II y III, el tutor del centro colaborador de prácticas.
A continuación, se hace una breve explicación de las funciones que ejercerán
cada uno de ellos:
- Tutor de la UOC: Desde el momento en que el estudiante se matricula
del Prácticum I, el tutor orientará el proceso de selección del centro
colaborador de prácticas por parte del estudiante, teniendo en cuenta sus
intereses y cualquier otro aspecto que pueda ser importante a la hora de
hacer la elección o proponer un centro externo. Igualmente, el tutor es el
encargado de validar los centros de prácticas propuestos por los
alumnos siguiendo los criterios establecidos. Esta validación es
indispensable para poder continuar las gestiones que dan acceso al
Prácticum. En el caso de que la solicitud no sea validada, el alumno
23
tendrá que esperar al semestre siguiente para reiniciar todo el
proceso. Nuevamente, recomendamos que cada estudiante haga más
de una solicitud durante el periodo establecido.
- Profesor colaborador del aula: Es el docente que marca el trabajo que
hay que hacer a lo largo de la asignatura y que guía al estudiante en la
realización de las actividades. Ofrece un acompañamiento tanto a nivel
individual como de grupo y mantiene un contacto personalizado con cada
uno de los estudiantes. Paralelamente, el profesor consultor ayuda al
estudiante a situarse y a intervenir en un contexto educativo determinado,
sea orientándolo en el funcionamiento y la dinámica particular, sea en un
cambio de perspectiva —de la visión de los profesionales, de la
institución, de las personas con las que se trabaja, etc. Finalmente,
establece dinámicas en el aula virtual para que haya un intercambio de
experiencias de los diferentes componentes del aula.
- Profesorado responsable (coordinación del Prácticum): Los
profesores responsables de la coordinación general del Prácticum, que
también lo son de alguna de las tres asignaturas que componen el
Prácticum, se ocupan de gestionar las relaciones que se establecen entre
los tres protagonistas del Prácticum cuando la estancia se hace en un
centro externo, es decir, el estudiante, el profesor consultor del aula y el
tutor de la institución externa colaboradora (tutor de centro), velando por el
buen funcionamiento de las tres partes.
- Tutor de centro: Es la persona del centro donde se hacen las prácticas
que orienta al estudiante en la dinámica y en las actividades que debe
realizar durante la estancia en el centro. El tutor de centro de las prácticas
de educación social debe ser un profesional vinculado a la institución
donde se hacen las prácticas. Se responsabiliza de la presencialidad del
estudiante y del aprovechamiento que este haga de las prácticas.
Asimismo, el tutor de prácticas debe ser un titulado en Educación Social o
debe tener la homologación de un colegio profesional y debe contar con un
24
mínimo de 4 años de experiencia profesional como educador social.
Recordemos que este es uno de los criterios de validación de los centros
de prácticas.
El tutor de centro tiene básicamente tres funciones:
i) Acoger a los estudiantes en el marco de la institución donde se realizará
el Prácticum.
ii) Explicar el papel del trabajo que se hace en el centro o servicio y su
funcionamiento, facilitando el acceso a la información y el contacto con los
diferentes profesionales y usuarios para que el estudiante pueda
desarrollar las prácticas.
iii) Acompañar al estudiante durante todo el proceso, de manera
coordinada con él y con el consultor de la asignatura, apoyando el encargo
académico establecido en el plan docente de la asignatura.
Durante las prácticas se prevé que el profesor colaborador
(docente que orienta y asesora al estudiante desde el aula)
y el tutor externo mantengan un contacto regular con el fin
de realizar el seguimiento del trabajo del estudiante. Este
contacto se hace, primordialmente, por correo electrónico o
por cualquier otro medio de comunicación simultánea.
Al final del periodo de prácticas, el tutor hará una valoración del trabajo del
estudiante. El tutor recibirá por correo ordinario, cuando se inicie el periodo
de prácticas, el formulario de valoración junto con la Guía docente del
Prácticum. La valoración que hace el tutor significa el 20 % de la
25
información que el profesor consultor utiliza para poner la calificación del
trabajo final vinculado con las prácticas externas. Asimismo, el centro debe
certificar que el estudiante ha cumplido las horas presenciales que se han
previsto para la realización de cada uno de los prácticums: 75 horas en el
caso del Prácticum II y 150 horas en el del Prácticum III.
Como ya hemos dicho, el profesional que ha ejercido como tutor de centro
recibirá un certificado de esta universidad al finalizar su tarea, en el que se
acreditará esta función y el número de horas de la duración de la tutoría.
3.2. Metodología desarrollada en el Prácticum
Cada Prácticum prevé el desarrollo de diferentes actividades, tal y como hemos
ido avanzando en diferentes apartados de esta guía docente.
El Prácticum I se lleva a cabo a partir de los materiales docentes y las diversas
fuentes de información de la asignatura, al tiempo que se recuperan algunos
módulos de asignaturas que se han cursado anteriormente. Se proponen
diferentes pruebas de evaluación continua (PEC) en relación con cada bloque
temático. Este Prácticum, que pretende introducir al estudiante en la práctica
profesional, permite hacer una amplia reflexión sobre las tareas y funciones que
debe ejercer el educador social en diferentes contextos profesionales, y también
profundizar en el análisis de casos —un tipo de actividad que ya se ha
introducido en otras asignaturas— a partir de un modelo de trabajo en red e
interdisciplinario.
En el Prácticum II se inician las prácticas externas, pero también se dispone de
material docente y de diversas fuentes de información que permiten hacer una
aproximación —desde diferentes marcos teóricos y relatos biográficos
concretos— al conocimiento y el análisis de las instituciones en las que se
inscribe la educación social. Igualmente, se propone la revisión de módulos de
26
otras asignaturas cursadas anteriormente y que abordan la cuestión del análisis
institucional. Junto con este trabajo, que se lleva a cabo en el marco del aula
bajo la dirección del consultor docente, hay que hacer 75 horas presenciales
en un centro externo, con un encargo general de observación y de recogida de
datos, que también formarán parte del material de trabajo en el aula. En este
caso, el trabajo docente estará centrado en la descripción y el análisis
institucional sobre la práctica profesional que se haya observado en el centro de
prácticas. Se prevé que el estudiante tenga que presentar un trabajo final o
memoria de prácticas.
En último lugar, el Prácticum III significa un paso más allá en el proceso de
prácticas. Durante las 150 horas de estancia en el centro, se experimentarán
las prácticas profesionales concretas dentro de las posibilidades de trabajo que
permitan los contextos en los que se llevarán a cabo. En este caso, no se trata
solo de hacer un trabajo de observación y descripción del centro de prácticas,
sino de analizar los modelos de trabajo profesionales que se llevan a cabo en
los contextos de prácticas. Se prevé realizar diferentes actividades en el aula
para reflexionar sobre la práctica profesional de la educación social, así como la
elaboración de un trabajo final que recogerá las diferentes cuestiones que se
hayan trabajado en todo el proceso del Prácticum: el ejercicio profesional, los
modelos de trabajo, el análisis institucional, etc.
La metodología que se desarrolla en cada Prácticum se expondrá en los planes
docentes correspondientes. Aun así, apuntamos algunos aspectos que estarán
presentes en las diferentes fases de su desarrollo.
3.3. Descripción general de las actividades
Las habilidades que se desarrollan y que hay que manifestar a lo largo de los
prácticums deben concretarse en actividades. Las actividades son actuaciones
específicas con las que se pretende que los estudiantes demuestren el trabajo
realizado en el centro y, por tanto, su capacitación en el ejercicio de la tarea
profesional. En el Prácticum I se plantearán diferentes PEC, mientras que las
27
actividades de los prácticums II y III se dividen en dos grupos: presenciales y
virtuales.
3.3.1. Las actividades en los centros de prácticas
Son las actividades que se realizan en el centro de prácticas y que tienen como
objetivo la realización del encargo correspondiente a cada uno de los
prácticums. Tal y como se ha venido diciendo, la tipología de tareas puede ser
muy diversa según el tipo de Prácticum que se lleve a cabo. En líneas
generales, las actividades incluyen, entre otras:
- Aspectos de búsqueda de información y análisis que permitan
contextualizar y describir el centro con respecto a las características y la
organización. Se trata de hacer una aproximación tan real como sea
posible al funcionamiento del centro (más allá de lo que se dice en la
documentación oficial), a su dinámica y al conocimiento de los programas
que se llevan a cabo en él.
- Aspectos de fundamentación. Es decir, el estudio teórico de las
problemáticas que se tratan en ese espacio.
- Aspectos de diseño, investigación e implementación, dependiendo del
plan de trabajo previsto para cada Prácticum.
Como puede verse, el abanico de tareas posibles es muy amplio, y se acaban
concretando tanto con el profesor colaborador como con el tutor de prácticas.
3.4. Evaluación de la asignatura
El sistema de evaluación del Prácticum I sigue el modelo propio del resto de las
asignaturas del grado, en las que el trabajo del estudiante se concreta en la
realización de diferentes PEC. En el contexto del Prácticum II y del Prácticum III,
28
por la singularidad del espacio de formación que representa, la evaluación
continua (EC) —evaluación formativa que es una propuesta de aprendizaje y
evaluación progresiva— adquiere un protagonismo muy importante. Es una
condición indispensable que el estudiante haya hecho un trabajo regular y
progresivo a la hora de llevar a cabo su plan de trabajo. También es
necesario que este trabajo se haya vinculado adecuadamente con las
actividades presenciales. Para superar la EC es indispensable aprobar todas
las actividades propuestas. Un suspenso en una de las actividades significa
un suspenso en la calificación final y, por tanto, un suspenso de la
asignatura.
La evaluación final también tendrá en cuenta la valoración que emita el tutor
del centro de prácticas (ved en el anexo los formularios de valoración del
Prácticum por parte del tutor externo). Por lo tanto, la calificación final de la
asignatura se obtiene a partir de la valoración del profesor del aula (80 % de
la nota) y de la valoración del tutor de centro (20 %).
Sin embargo, para evaluar la asignatura es una condición indispensable
disponer del certificado de presencialidad de prácticas firmado por el
centro, institución o entidad de prácticas, mediante el cual se certifican las
horas de presencialidad del estudiante en el centro (ved en el anexo el
certificado de presencialidad).
IMPORTANTE: El tutor del centro de prácticas enviará el formulario de
valoración del Prácticum y el certificado de presencialidad al profesor del aula
cuando este lo requiera de acuerdo con las fechas fijadas en el plan docente.
El envío se hará por correo electrónico. Ambos documentos son
imprescindibles para que el estudiante pueda ser evaluado. Si bien el profesor
del aula es quien requerirá esta documentación al tutor externo, se
recomienda que el estudiante esté pendiente de la gestión, a fin de que el
formulario de evaluación y el certificado de presencialidad lleguen durante el
29
periodo establecido para la calificación final de la asignatura.
30
4. Bibliografía
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32
de un modelo teórico para su estudio». Revista de Educación (núm. 336, pàg.
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Vilar (coord.). La Pedagogía Social en la sociedad de la información (pàg. 163-
195). Barcelona: Editorial UOC.
5. Anexos
Anexo 1: Formulario de valoración del Practicum II por parte del/la tutor/a externo/a .............................................................................................................. 34 Anexo 2: Formulario de valoración del Practicum III por parte del/la tutor/a externo/a .............................................................................................................. 36 Anexo 3: Certificado de presencialidad ................................................................ 38
34
Anexo 1: Formulario de valoración del Practicum II por parte
del/la tutor/a externo/a1
Centro: ..............................................................................................................................
Nombre tutor/a: .................................................................................................................
Nombre estudiante:...........................................................................................................
DNI: .........................................................
Nombre consultor/a: .........................................................................................................
Indica el nivel de satisfacción respecto a cada uno de los siguientes aspectos:
De 1 (nada satisfecho) a 10 (muy satis-
fecho)
1) Regularidad y puntualidad en la asistencia
2) Disponibilidad e interés por aprender
3) Integración en las tareas del centro
4) Adecuación de los conocimientos previos
5) Pertinencia de sus aportaciones
6) Cumplimiento de las tareas encomendadas
7) Capacidad en la toma de iniciativa
8) Capacidad de observación y análisis institucional
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
9) VALORACIÓN GLOBAL
9.1. Puntúa tu grado de satisfacción general con la ta-
rea que el/la estudiante ha llevado a cabo en el centro*.
Marca una letra y la puntuación numérica que corres-
ponda.
D C- C+ B A
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
1 Enviar este formulario de valoración por correo electrónico al consultor de la asignatura. * A: cualificación muy buena; B: cualificación buena; C+: cualificación suficiente; C-: cualificación insuficiente; D: cualificación muy
baja
35
9.2. Describe brevemente los aspectos que consideres más relevantes, valorando tu colabora-
ción en el Practicum.
Otros comentarios y sugerencias que se quieran hacer constar:
Firma del tutor Sello institucional
36
Anexo 2: Formulario de valoración del Practicum III por parte
del/la tutor/a externo/a2
Centro: ..............................................................................................................................
Nombre tutor/a: ................................................................................................................
Nombre estudiante: ..........................................................................................................
DNI: .........................................................
Nombre consultor/a: .........................................................................................................
Indica el nivel de satisfacción respecto a cada uno de los siguientes aspectos:
De 1 (nada satisfecho) a 10 (muy satis-
fecho)
1) Regularidad y puntualidad en la asistencia
2) Disponibilidad e interés por aprender
3) Integración en las tareas del centro
4) Adecuación de los conocimientos previos
5) Pertinencia de sus aportaciones
6) Cumplimiento de las tareas encomendadas
7) Capacidad en la toma de iniciativa
8) Capacidad de observación y análisis institucional
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
9) Capacidad de observación, análisis y reflexión crítica
10) Capacidades comunicativas y relacionales
11) Capacidad en la selección y gestión del conocimiento
12) Capacidad para hacer propuestas educativas
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
2 Enviar este formulario de valoración por correo electrónico al consultor de la asignatura.
37
9) VALORACIÓN GLOBAL
9.1. Puntúa tu grado de satisfacción general con la ta-
rea que el/la estudiante ha llevado a cabo en el centro*.
Marca una letra y la puntuación numérica que corres-
ponda.
D C- C+ B A
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
9.2. Describe brevemente los aspectos que consideres más relevantes, valorando tu colabora-
ción en el Practicum.
Otros comentarios y sugerencias que se quieran hacer constar:
Firma del/la tutor/a Sello institucional
* A: cualificación muy buena; B: cualificación buena; C+: cualificación suficiente; C-: cualificación insuficiente; D: cualificación muy
baja
38
Anexo 3: Certificado de presencialidad3
....................................................................., con DNI núm. ................................,
CERTIFICO:
Que ......................................................................................................................,
estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya, ha hecho un mínimo de ..........
horas en concepto de actividades presenciales de Practicum ____ (I o II) y que la
cualificación que asigno al estudiante es de ____, que equivale a una puntuación
numérica de___.
El centro ...............................................................................................................,
en la calle ......................................................................................................... en
la población de ........................................................................, con el código
postal ...........
Y, para que así conste, firmo este certificado.
......................................................., ......... de… ............................. de 20.......
(Sello del centro)
3 Enviar este certificado por correo electrónico al consultor de la asignatura.
39
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