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HERACLIDES DE PONTICO
BIOGRAFÍA
Heráclides de Póntico era un astrónomo y filósofo griego del siglo IV a. C. (aprox. 390 -
310 a. C.) natural de Heraclea Póntica. Su padre fue Eutifrón, descendiente de uno de
los fundadores de esta ciudad griega en la costa sur del Mar Negro, que procedía de
una familia noble y rica que lo envió a Atenas para que pudiera cultivar su intelecto en
la Academia de Platón, en la cual pudo aprender de Speusippus y Aristóteles. Aunque
en cierto sentido, fue un alumno de Platón, al morir Speusippus surgió una
competencia entre Xenocrates, Menedemus de Pyrrha y Heraclides Ponticus para
dirigir la Academia de Speusippus, pero Xenocrates triunfó sobre Heráclito por unos
pocos votos.
Conocemos estos datos a partir de la biografía que Diógenes Laërtius realizó sobre
Heráclides de Póntico.
Un juego de palabras en su nombre "Pompicus", sugiere que puede haber sido un
hombre más bien vano y pomposo y el blanco de muchas burlas. Parece ser que Usaba
vestido muy blando, y era tan hinchado de cuerpo, que los atenienses no lo llamaban
Póntico, sino Pómpico. Su andar era modesto y grave.
Dicen que libertó a su patria que estaba tiranizada, quitando la vida al tirano, según
afirma Demetrio de Magnesia en sus Colombroños. Heraclides de Pontico hablando
con el tirano de esa ciudad se definió como filósofo, desechando el anterior nombre de
„sabio‟ y cambiándolo por un simple «amante de la sabiduría», pues la sabiduría solo le
correspondía a la Divinidad. Se dice de él que crió un dragón desde pequeñito y que
cercano a la muerte, llamó a un confidente suyo y le encargó que tras morir, escondiese
su cadáver y pusiese al dragón en la cama para que pareciese que había ascendido con
los dioses. Se hizo como él dijo y después se descubrió todo, y Heráclides de
Póntico quedó como lo que era, un simple mortal.
También se dice que sufriendo la gente de hambre en la provincia de Heraclea,
consultaron los heracleotas a la pitonisa para que éste hambre cesara. Se dice también
que Heráclides compró con dinero a los consultores del oráculo y a la misma profetisa
para que dijesen que el daño de la hambruna cesaría si coronaban a Heráclides de
Póntico, hijo de Eutifrón, con una corona de oro, vivo todavía entre ellos, y después de
muerto lo honraban como a héroe. Vino finalmente el oráculo, pero no consiguieron su
propósito los que fingieron, pues después de coronado Heráclides en el teatro, sufrió
una apoplejía, se supone que como castigo divino y los consultores del oráculo se
cayeron también muertos. Incluso la misma pitonisa, tras poner el pie sobre un dragón,
fue mordida por él y Heráclides murió también. Esto es cuanto se dice sobre de la
muerte de Heráclides, no se sabe nada más.
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Heráclides de Póntico, fue un filósofo y astrónomo griego asociado a la academia
platónica, discípulo de Aristóteles y precursor de Copérnico, que hizo conjeturas muy
acertadas y avanzadas para su época.
Perteneció a los pitagóricos del período helenístico anteriores a Aristóteles, al igual
que: Empédocles, Ion, Jenófanes, Heródoto, Isócrates y Platón.
Fundó su propia escuela en Heraclea. Se conservan pocos fragmentos de sus escritos y el rasgo más acentuado de ellos es su pitagorismo. Cicerón decía que todos los hombres que dedicaron su estudio a la contemplación del universo fueron considerados como sabios y llamados de esa forma y este nombre les duró hasta el tiempo de Pitágoras. Heráclides de Ponto, escribe que cuando fue Pitágoras a Philiasia habló larga y
sabiamente con el rey León, y que éste, admirado de tanto saber, le preguntó cuál era el
arte que profesaba. “Ningún arte conozco, respondió Pitágoras; soy filósofo. Al rey le
pareció extraña la novedad del nombre y preguntó qué eran los filósofos, y en qué se
diferenciaban de los demás hombres, a lo cual respondió Pitágoras que creía que la
vida del hombre era como una feria considerada la mayor ostentación de
competiciones atléticas y frecuentadas por todo el mundo griego. Algunos van para
conseguir la gloria y la nobleza de la victoria con el ejercicio atlético de sus cuerpos;
otros van a comprar y a vender con la esperanza de conseguir un provecho y un
beneficio; pero hay cierta clase de personas, las más nobles, que no buscan ni aplauso
ni beneficio, sino que van solamente para observar y ver intensamente qué ocurre y
cómo. Igualmente estamos presentes aquí como si se tratara de una gran feria, venimos
de una ciudad, cambiamos por tanto de una vida y forma a otra, algunos vienen para
estar al servicio de la gloria, otros del dinero, pero existen unos pocos elegidos que
estudian el universo, y que consideran que ninguna otra cosa tiene importancia. Esta
personas se llaman así mismas amantes de la sabiduría, en otras palabras, filósofos”,
entre los cuales se encuentra Heráclides de Póntico.
MARCO HISTÓRICO
En la Grecia del siglo IV a.C., se produjeron la hegemonía de Esparta y la de Tebas,
además de la conquista de Grecia y el Imperio aqueménida, en los reinados de Filipo
(359-336 a.C.) y Alejandro Magno (336-323 a.C.).
En el 331 a.C. Alejandro Magno funda Alejandría en Egipto.
En este siglo, se fijó el calendario babilónico y en la Antigua Grecia, desarrollan su obra
los escultores Escopas, Praxíteles y Lisipo, además del pintor Apeles.
En el marco de la filosofía griega, en este siglo muere Sócrates en el año 399 a.C., Platón
funda la Academia (380 a.C. ). Demóstenes pronuncia sus Filípicas contra Filipo II de
Macedonia (351-340 a.C.). Aristóteles funda el Liceo (336 a.C.)
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APORTACIÓN DE HERÁCLITO DE PÓNTICO A LA CIENCIA
La escuela griega dio a la astronomía una verdadera importancia científica. Los
filósofos griegos tenían una concepción geocéntrica del mundo y demás, la Iglesia
cristiana no tuvo problemas para aceptar el modelo geocéntrico como la imagen del
Universo que mejor se ajustaba a las escrituras y constituyó el paradigma de la ciencia
medieval hasta la revolución científica moderna.
Heráclides fue discípulo de Platón, filósofo que dominó los conocimientos matemáticos
de su época y sostuvo que la geometría era un saber indispensable en la formación de
todos los hombres cultos. Aunque no aparecen contribuciones matemáticas debidas a
este filósofo, su influencia en esa rama del conocimiento fue muy grande. Siempre
consideró a esta ciencia como un modelo, pues la certeza y exactitud de sus métodos
constituían un excelente entrenamiento para lograr el pensamiento lógico. También
compartió en gran medida el interés de los pitagóricos por las matemáticas puras, así
como la idea de perfección asociada a ellas.
Así, el cosmos platónico tenía como centro a la Tierra. Ésta era esférica y se hallaba
completamente inmóvil.
La Academia de Platón tenía como lema "Que no pase nadie que no sepa Geometría".
Heráclides de Póntico, también fue discípulo de Aristóteles, que decía que la Tierra era
el centro del Universo y que tenía forma esférica y decía que era esférica no sólo por
razones de tipo geométrico o de perfección, sino que se basaba en argumentos
prácticos. Por ejemplo, la manera en la que una persona parada en la Tierra, ve
aparecer un barco que se acerca al puerto; primero verá los mástiles y las velas y poco
después, verá el casco. Otro argumento era que cuando un observador viajaba en
dirección Norte-Sur, veía que la elevación de la estrella polar cambiaba conforme el
viajero se desplazaba a lo largo de un meridiano terrestre, lo que en ese momento, le
permitía observar estrellas y constelaciones que no eran visibles desde su ubicación
original. Esto sólo podía explicarse si el observador se hallaba sobre una superficie
esférica, razonamiento que también le llevó a establecer que la esfericidad terrestre
tenía que ver con la física que él había desarrollado. Decía que “como los cuerpos
pesados caían en línea recta hacia el centro de la Tierra por ser ése su lugar natural, las
trayectorias radiales que seguían indicaban la existencia de una esfera formada por la
acumulación de innumerables objetos materiales que se aglutinaban en torno al centro
del cosmos”.
Pero como filósofo de la naturaleza, Heráclides intentó investigar de forma racional
sobre el Universo. Así, fue el primero que, considerando a la Tierra como centro
del Universo (heliocentrismo), sugirió la idea de su rotación (completando una vuelta
cada 24 horas). Heráclides Póntico, afirmó que el movimiento aparente diurno del cielo
se debía al movimiento de nuestro planeta, cada 24 horas, alrededor de su eje. Se le
considera el primer filósofo que consideró fijas a las estrellas y en rotación a la Tierra,
en lugar de al revés, como se había considerado hasta entonces y esta visión contradice
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el modelo aristotélico aceptado del universo, que dice que la tierra estaba fija.
Sostuvo, sin embargo, otras teorías astronómicas, como que Mercurio y Venus
giraban alrededor del sol, más grande y cercano a ellos y explica las anomalías del
movimiento de los astros sosteniendo que Mercurio y Venus giran alrededor del Sol,
pero todos a su vez, giran en torno a la Tierra, que gira sobre sí misma cada 24 horas,
un sistema parecido al que sostendría Tycho Brahe(1546 - 1601) en el siglo XVI, pero ya
con todos los planetas girando en torno al Sol y todos a su vez alrededor de la Tierra.
La circularidad se mantiene.
Pero surgen dudas ante la pluralidad de centros ( el Sol y la Tierra), no solamente
porque se abandona la concentricidad eudoxiana, sino también por la idea de
simplicidad de la naturaleza, compartida por todos los teóricos de esa época, que
implica que un centro es más aceptable que varios de ellos; que un centro es más
simple, bello y verdadero que varios, o sea, la afirmación de la existencia de un centro
primario y de otro secundario. Pero tal pluralidad de centros es el precio por la
correspondencia entre lo teórico y lo empírico en la propuesta de Heráclides.
La verdad es que el sistema de Heráclides parece ser una idea geocéntrica, pues la
Tierra permanece en el centro del Cosmos, que está limitado por la esfera de las
Estrellas Fijas. Suponer que la Tierra rota sobre sí misma mientras el cielo estrellado
está inmóvil, es el equivalente a asumir la interpretación tradicional de la rotación de
los cielos y la inmovilidad de la Tierra. Parece ser que, en el sistema de Heráclites, la
Tierra es la que rota y el cielo es el que está inmóvil.
Fueron los filósofos de la escuela pitagórica y Heráclides de Póntico, los que
propusieron que es la Tierra la que gira alrededor de su eje en un día y no las estrellas,
aunque todavía creían que el recorrido anual del Sol por la eclíptica se debía a que éste
giraba alrededor de la Tierra en un año.
Pero no todos los filósofos griegos aceptaban que la Tierra, aparentemente tan firme y
sólida, pudiera poseer algún movimiento propio. Así, los dos filósofos más
importantes, Platón y Aristóteles, sostuvieron lo contrario, y fueron ellos quienes más
influyeron en los siglos siguientes.
Fue una idea revolucionaria, que situará a Heráclides de Póntico entre los precursores
de Copérnico.
Se consideran las propuestas de Heráclides de Pontico y la de Aristarco de Samos
como las que sirven de enlace entre el geocentrismo del siglo IV AC y el sofisticado y
exitoso sistema geocéntrico de Claudio Ptolomeo del siglo II DC. La primera, aborda el
sistema mixto de Heráclides de Pontico y la segunda, el heliocentrismo de Aristarco de
Samos, tanto en su aspecto doctrinal como algunas de las objeciones a la misma.
Heráclito se preocupó también por la música, la gramática, la física, la retórica, la
política y la geometría, mientras que las contribuciones aritméticas son pobres y
escasas.
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También pensaba que todo planeta está compuesto de tierra y aire y por su fuerte
creencia religiosa, pensaba que los astros eran seres divinos, como divino es el éter del
espacio y del que derivan las almas.
Basándose en estas teorías, Aristarco de Samos (310-250 a.C.) fue el primero que
sostuvo que la Tierra, como el resto de los planetas, gira alrededor del Sol, y que
permanece inmóvil y por esta afirmación se le acusó de turbar el descanso de los
dioses.
Debieron trascurrir 19 siglos antes de que Copérnico, Kepler y Galileo afirmaran lo
mismo y éste último tuviera que negar públicamente tal afirmación para salvar su vida
de la hoguera por hereje.
Aun así, en la época en que se publicó la obra de Copérnico resultaba difícil que los
científicos lo aceptaran. Su teoría también levantó una tormenta de protestas de otro
tipo. La idea de que el Sol, creador de luz y calor, fuese el rey de los planetas más
pequeños, era totalmente contraria a las enseñanzas religiosas occidentales de la época.
El propio Copérnico, consciente de la polémica que generarían sus ideas, quiso que su
libro se publicara estando ya en su lecho de muerte y se lo dedicó al Papa. Más tarde, la
Iglesia católica colocaría la obra en su lista de libros prohibidos.
Desde el principio, la humanidad dirigió su mirada hacia el cielo y vio una geometría
circular que proveía de armonía y movimiento al Cosmos. A simple vista, el Universo
refleja en él la perfección de la esfera y la inercia de un círculo: la redondez está en
muchos de los objetos que lo componen, como el Sol, las estrellas y los planetas; y el
cielo parece moverse como una esfera de estrellas fijas rodeando la Tierra.
Circunferencias, círculos, esferas… La simetría circular es la forma matemática más
frecuente en la naturaleza. El círculo protege, rueda y se mueve. Es perfección y
armonía; orden y belleza y todos estos conceptos apasionaban a los filósofos de la
época.
Pero el descubrimiento de nuevos planetas, como Urano y Neptuno, así como de las
lunas de Júpiter, hizo entender a Kepler que la fascinación por el círculo no había sido
más que un engaño. Se dio cuenta de que los planetas no describen círculos alrededor
de la Tierra a velocidad constante, sino que se mueven alrededor del Sol describiendo
„elipses‟ a velocidad variable. Deshechó el mito del círculo y las elipses de Kepler eran
un misterio por resolver. ¿Qué es lo que mueve a los planetas? La solución llegó años
después, cuando Isaac Newton publicó su famosa teoría de la gravitación. Su obra
culminaba la revolución científica iniciada por Copérnico y proporcionaba el
fundamento científico de la moderna visión del mundo.
Heráclides de Póntico, perteneció a los pitagóricos del periodo helenístico. Pitágoras se
interesó por el estudio del sonido, y descubrió que al pulsar una cuerda tensa, los
sonidos agradables al oído corresponden exactamente a divisiones de ésta por números
enteros. También identificó las siete notas musicales y comprobó que mezcladas en un
orden numérico producían armonía. Eso llevó a los pitagóricos a pensar en el número
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como una entidad mística que debía ser la esencia de todo. Como las relaciones entre el
sonido y los números eran tan estrechas, pensaron que no eran exclusivas de la música,
y que deberían expresar hechos fundamentales de la naturaleza. Por eso, para
entenderla buscaron las diferentes combinaciones existentes entre los números. Por
ejemplo, pensaban que podían calcular las órbitas de los cuerpos celestes relacionando
sus desplazamientos con intervalos musicales, pues según ellos los movimientos
planetarios deberían producir la llamada música de las esferas, sonidos sólo audibles
para los iniciados en las doctrinas pitagóricas.
En la época en que Heráclides perteneció a los pitagóricos, estos probaron la existencia
de los números irracionales. Eudoxio (408 al 355 a. C.) desarrolló el método de
exhausción, un precursor de la moderna integración. Aristóteles (384 al 322 a. C.) fue el
primero en escribir las leyes de la lógica. Euclides (hacia el 300 a. C.) dio el ejemplo más
temprano de la metodología matemática usada hoy día, con definiciones, axiomas,
teoremas y demostraciones. Euclides también estudió las cónicas y Su libro
“Elementos” fue conocido por todo el mundo occidental culto hasta la mitad del siglo
XX. Además de los teoremas familiares sobre geometría, como el Teorema de
Pitágoras, "Los elementos" incluye una demostración de que la raíz cuadrada de dos es
un número irracional y otra sobre la infinitud de los números primos. El pensamiento
pitagórico estaba dominado por las matemáticas, a la vez que era profundamente
místico.
Pero ya en el periodo prehelenístico los filósofos muestran el uso del razonamiento
inductivo, repetidas observaciones para establecer reglas generales. Los matemáticos
griegos, por el contrario, usaban el razonamiento deductivo. Los griegos usaron la
lógica para deducir conclusiones a partir de definiciones y axiomas.
Parece ser, que las matemáticas en Grecia comenzaron con Thales de Mileto (hacia el
624 a.C – 546 a.C) y Pitágoras (hacia el 582 a. C. - 507 a. C.) aunque fueron inspiradas
probablemente por las matemáticas egipcias, mesopotámicas e indias.
Tales de Mileto, usó la geometría para resolver problemas relacionados con el cálculo
de la altura de las pirámides y la distancia de los barcos desde la orilla. Se atribuye a
Pitágoras la primera demostración del teorema que lleva su nombre, aunque el
enunciado del teorema tiene una larga historia. Proclo afirma que Pitágoras expresó el
teorema que lleva su nombre y construyó ternas pitagóricas algebraicamente antes que
de forma geométrica.
En el periodo helenístico hay muchos descubrimientos científicos pero, a diferencia de
la época anterior, hay una voluntad de aplicarlos a casos concretos y a necesidades
prácticas para mejorar las condiciones de vida de los hombres.
La sabiduría griega pasará de Atenas a Alejandría. Aquí el rey Ptolomeo fundó un
museo, instituto de investigación y una biblioteca con más de medio millón de
ejemplares, y un observatorio astronómico. Fue el inicio de la famosa Biblioteca de
Alejandría, a la que llegarán los principales pensadores del mundo conocido.
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Las teorías de Heráclides de Póntico, quedaban incluidas en la tendencia atomista.
Heraclides pensaba que los átomos cobraban forma gracias a una inteligencia mundial
sui géneris, el "nous". También concebía el alma en un sentido atomístico, lo que es
claramente una influencia pitagórica. En vez de los átomos, puso los "corpúsculos no
ligados entre sí", o sea, cuerpos simples con los que la inteligencia divina habría
construido el mundo y concibió el alma como formada de materia sutilísima, el éter.
Su inspiración es fundamentalmente religiosa: los astros son seres divinos, como
divino es el éter infinito que llena el espacio y del que derivan las almas.
A cerca del carácter sagrado de la filosofía, Pitágoras toma de Heráclides Póntico la
frase: “la especie más pura de hombre es la que se eleva a la contemplación de las
bellezas supremas, y así es la del filósofo”; “Que no quiere significar sabio, porque
nadie es sabio, excepto Dios, sino amigo de la sabiduría. El nombre de filósofo, se
atribuye, justamente, a Pitágoras. Pero este amor a la sabiduría (filosofía), en el
pitagorismo tiene un valor religioso pues es considerado medio de purificación
espiritual y de salvación del alma. Es cierto que los pitagóricos tienen en común con los
órficos, las ideas de un origen divino del alma y de un pecado original que el alma
debe penar en la cárcel del cuerpo, pasando de un cuerpo a otro en una serie de vidas
(reencarnación) hasta que haya logrado la purificación, y, con ella la liberación del ciclo
de los nacimientos. Esta purificación, para los órficos, se cumple a través de la
iniciación religiosa y de la participación en los ritos sagrados; Pitágoras, sin embargo,
introduce la idea de una purificación a través del culto al saber. Se concebía a la muerte
como el paso a una segunda existencia, y, por lo tanto, no como una extinción
definitiva, sino como un cambio de estado que acontece a algo oculto e invencible y se
creía que después de la muerte había otra vida, en la cual se encontraba la recompensa
al sufrimiento de este mundo.
Se consideraba al alma como la antítesis del cuerpo, era el lado de la perfección
humana: lo bueno, lo puro, lo racional; y el cuerpo era todo lo que simbolizaba lo malo,
lo irracional, lo impuro o lo que se puede corromper.
El estoicismo es una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio (334 – 262 a. de C.),
influida en muchos aspectos por el pensamiento de Heráclito, según la cual, la
tranquilidad de ánimo se consigue con una vida virtuosa, o sea, conforme a la
naturaleza y su ley (logos). La ley que rige la naturaleza es racional y determina todos
los sucesos del Universo y puede ser conocida por la razón y debe de ser aceptada
como necesaria. Conocer, aceptar y vivir de acuerdo con la ley de la naturaleza hace
que seamos sabios y virtuosos, y nos permite vivir con cierta tranquilidad.
El estoicismo helénico tuvo también sucesión en el período romano con Séneca (2 a. de
C. – 65 d. de C.) Epicteto (50 –130 d. de C.) y Marco Aurelio (121 – 180 d. de C.).
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OBRAS DE HERÁCLIDES DE PONTICO
De Heráclides nos quedan bellas y excelentes obras. Primeramente sus Diálogos, de los
cuales los morales son: tres De la justicia; uno De la templanza; otro De la piedad;
otro De la fortaleza; otro De la virtud en común; otro De la felicidad; otro Del
principado; otro De las leyes y de otras cosas análogas a éstas. Un libro Acerca de los
nombres; otro titulado Pactos; otro el Involuntario amoroso; y Clinias. Los físicos
son: De la mente; Del alma; Del alma en particular; De la naturaleza y De los
simulacros; Contra Demócrito; De lo que hay en el cielo; De lo que hay en el infierno;
dos libros de Vidas; uno titulado Causas de las enfermedades; otro De lo bueno; Contra
Zenón, y otro Contra Metrón. Los libros gramáticos son: dos Acerca de la edad de
Homero y Hesíodo, y dos De Arquíloco y Homero. Los de música son: tres De cosas
contenidas en Eurípides y Sófocles; dos De música; dos De soluciones homéricas;
uno Teoremático; otro De los tres poetas trágicos; otro titulado Caracteres; otro De la
poesía y poetas; otro De la conjetura; otro De la previsión; cuatro De narraciones acerca
de Heráclito; uno De narraciones acerca de Demócrito; dos De soluciones en las
controversias; uno titulado Axiomas; otro De las especies; otro titulado Soluciones;
otro Amonestaciones; otro A Dionisio. Sobre la retórica escribió: Del orar, o
sea Protágoras. Y de historia escribió Acerca de los pitagóricos y de los inventos.
Algunas de estas obras las compuso por estilo cómico, v.gr., la Del deleite y la De la
prudencia. Otras por estilo trágico, como la De lo que hay en el infierno, la De la
piedad y la Del poder. Usa también cierta medianía en el lenguaje, a imitación de
filósofos, capitanes y ciudadanos que comunican entre sí. Existen además obras
suyas De Geometría y Dialéctica. En todas ellas es su estilo vario y conciso, y muy
poderoso para captar los ánimos.
Heráclides parece haber sido un escritor versátil y prolífico de la filosofía, las
matemáticas, la música, la gramática, la física, la historia y la retórica a pesar de las
dudas sobre la atribución de muchas de las obras. Se conservan pocos fragmentos de
sus escritos y el rasgo más acentuado de ellos es su pitagorismo.
Se le atribuyen algunas obras que, sin embargo, pudieron ser escritas por otras
personas con su mismo nombre.
Dice Camaleón que Heráclides le robó lo que escribió sobre Hesíodo y Homero.
Autodoro le acusa también, contradiciéndole a lo que escribió de la justicia.
Finalmente, Dionisio, el llamado Desertor (o según algunos, Espintaro), tras escribir
su Partenopeo, y publicándolo con el nombre de Sófocles, dijo que Heráclides se lo
copió y atribuyó como propio.
Parece ser que compuso varias obras en forma de diálogo y que estos diálogos de
Heráclides estaban llenos de mitos y de fantasías maravillosas. En uno de ellos, hacía
bajar a la tierra un hombre de la luna. En otro, sin título, Sobre el Hades, narraba un
viaje al infierno.
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El músico Aristóxeno, dice que Heráclides de Póntico, también componía tragedias y
las publicaba con el nombre de Tespis. Heraclides también parece haber tenido un
interés en lo oculto y en particular, se centró en trances, visiones que explican y
profecías en cuanto a la retribución de los dioses, y la reencarnación.
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