Ponencia presentada en el XVIII Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología XVIII CONADEA 2010. Huaraz - Perú
APUNTES PARA LA HISTORIA PREHISPÁNICA DE HUARAZ: PROBLEMAS Y PROPUESTAS PARA SU REVALORACIÓN
Víctor Tufinio Culquichicón Gabriela Zavaleta Urtecho
RESUMEN
En el presente artículo, presentamos un breve esbozo de la ocupación humana durante la
época prehispánica en la actual ciudad de Huaraz; así, como nuevos problemas de
investigación que deberán tratarse a futuro. Finalmente planteamos los lineamientos sobre
los cuales deberá crearse un museo Arqueológico en Huaraz.
Palabras claves: Huaraz, sitios arqueológicos, patrimonio cultural.
ABSTRAC
In this article, we present a brief outline of the human occupation during the Pre-Hispanic
period in the current city of Huaraz; as well as new problems of research that must be dealt
with in the future. Finally, we suggest the guidelines on which an archaeological museum
must be created in Huaraz.
Key words: Huaraz, Archaeological sites, cultural patrimony.
El espacio geográfico de la actual ciudad de Huaraz, presenta evidencias de sitios
arqueológicos con ocupaciones y reocupaciones continuas a través del tiempo. Estos sitios,
en su mayoría no han sido objeto de investigaciones sistemáticas.
Los sitios arqueológicos que serán examinados en el presente trabajo se ubican en el
área urbana de Huaraz y sus alrededores más cercanos (ver anexo 1). No obstante al tratar
de ocupaciones prehispánicas es obvio que los límites políticos actuales no existieron en el
pasado. Por ello trataremos el área geográfica de Huaraz como una entidad cultural local;
esbozando de manera preliminar algunas propuestas acerca de la ocupación humana
durante la época prehispánica, a partir de las evidencias arqueológicas y reportes inéditos
conocidos a la fecha.
1. La ocupación prehispánica
Desde que John Rowe y sus discípulos propusieran una columna cronológica basada
en la secuencia maestra del valle de Ica, en Periodos y Horizontes culturales (Rowe, 1960;
1970; Ramón, 2005), la mayoría de los arqueólogos buscamos encontrar esta secuencia
cultural en todas las regiones que investigamos, la cual se encuentra de manera recurrente y
casi perfecta en la mayoría del territorio peruano.
Esta secuencia que va desde el Periodo Precerámico hasta el Horizonte Tardío (Inca)
al parecer en el caso de Huaraz no existiría (ver anexo 2) y, no es porque no se haya dado
un desarrollo paralelo en relación con las demás zonas geográficas del Perú, sino, porque a
la fecha no se ha investigado sistemáticamente en esta área geográfica.
Los estudios arqueológicos referentes al Periodo Precerámico Temprano realizados
en la cueva de Guitarrero (Lynch y Kennedy, 1970; Lynch, 1971) plantean grandes
posibilidades para la comprensión de la ocupación humana durante este periodo cultural en
el Callejón de Huaylas; sin embargo en el área geográfica de Huaraz y alrededores, las
evidencias a nivel de reportes y estudios son inexistentes. Revisando otras áreas cercanas,
vemos que para el valle del Mosna ya se han reportado evidencias para este periodo, (Amat,
2004; Rick, 2008), presencia que a nuestro criterio no debería ser distinta en la zona de
Huaraz.
Futuros trabajos en las cercanías de Huaraz podrían probar o descartar una tradición
lítica mucho más temprana que la reportada por Lynch en Quishqui Punku (Lynch, 1970;
León, 2007), en cuyo informe técnico reporta al menos una base de punta de proyectil con
cierta semejanza a las puntas de proyectil cola de pescado reportadas en Quebrada de Santa
María, La Libertad (Briceño, 2000), con una cronología anterior a Guitarrero.
Los estudios arqueológicos del Precerámico Temprano aún no han resuelto
interrogantes acerca de ¿cómo solucionaron sus problemas de subsistencia? o ¿cuáles
fueron las condiciones climáticas de aquel entonces? Problemas, sin duda a los que se
enfrentaron tempranamente los grupos humanos que ocuparon esta parte del Valle del
Santa. No obstante, sabemos de manera general, que ya en la cueva del Guitarrero existen
evidencias de una adaptación temprana del hombre frente a las condiciones climáticas del
pleistoceno final con un aproximado de diez milenios a.C. en el Callejón de Huaylas.
El tránsito del Precerámico Medio al Precerámico Superior o lo que sería el tránsito
del Lítico al Arcaico, es otro vacío en la investigación arqueológica, pues existe un enorme
hiatus cultural. El precoz cultivo de plantas en Guitarrero (Lynch, 1970), no puede
considerase como previo directamente al Precerámico Superior dado que éste presenta un
desarrollo cultural definido que marca un hito histórico en el proceso cultural peruano en
general, puesto que según la literatura arqueológica, es aquí donde se genera no sólo el
cambio de lugares de habitación con la aparición de la arquitectura; sino que también se
inicia la agricultura incipiente, la aparición de las primeras manifestaciones religiosas y la
división de clases sociales; previamente este proceso, implicó amplios conocimientos del
medio, los que posteriormente se ven reflejados cualitativamente en la complejización de
las sociedades.
Estos temas, nivel teórico ya están planteados, pero deberán ser ampliados y
contrastados en la práctica de campo. Es en esta orientación, que creemos que sería
favorable emprender el análisis de los reportes de trabajos de exploraciones arqueológicas
(PEAs) en las cercanías de Huaraz y, de aquellos trabajos no publicados por Thomas Lynch
en el valle alto del Santa. En estos trabajos, Lynch habría reportado la existencia de más de
treinta cuevas y abrigos rocosos con una gran posibilidad de la existencia de evidencias
correspondientes al Periodo Precerámico Temprano, similares a la cueva de Guitarrero, e
incluso a periodos más tardíos (Amat, 2009, comunicación personal).
A manera de hipótesis de trabajo, planteamos que si el espacio geográfico de Huaraz
fue escenario de una ocupación humana desde el periodo Precerámico; entonces, su
población debió continuar ocupando estos espacios con el transcurrir del tiempo, pues los
cambios sociales que acontecieron desde el Precerámico hacia adelante deben estar
expresados en el registro arqueológico, donde las evidencias de una ocupación temprana
tenga su continuidad en las subsiguientes manifestaciones culturales.
Siguiendo la secuencia cultural, un sitio con arquitectura Monumental Temprana es
Kanapún. Este sitio se ubica en la intersección de la Av. Centenario y Sebastián de Aliste.
Por las características más resaltantes de su arquitectura habría tenido su apogeo durante el
Arcaico Superior (ca. 2200 años a. C.) y sería contemporáneo con el sitio arqueológico de
Tumshukayco (Caraz) y la Galgada (Pallasca). (Grieder, 1988; Bueno, 2004),
presentando una ocupación continua durante el periodo cerámico inicial e incluso durante la
época Recuay. Una reciente intervención por parte del INC - Ancash en el límite poligonal
del lado oeste del sitio, da cuenta del hallazgo de un muro de piedra de la época Recuay.
Dicho hallazgo indicaría que el sitio no perdió su importancia, razón por la cual
continuaron construyéndose muros de manufactura fina durante la época Recuay.
Otro sitio ubicado cerca a Huaraz, correspondiente al Horizonte Temprano, se ubica
en una colina en la margen izquierda del río Santa, frente a Tacllán, el sitio es conocido
como Markún o Markunpampa. Corresponde a un complejo arqueológico con áreas bien
definidas: presenta áreas con estructuras aisladas conformadas por recintos circulares y
recintos con esquinas curvas, los cuales están asociados a las terrazas agrícolas, además de
un área ceremonial con presencia de arte rupestre con diseños abstractos, siete hoyos
dispersos trabajados en la roca a manera de espejos de agua, junto a ello se disponen tres
huancas, una de ellas destaca por la presencia de un gráfico inciso horizontal a manera de
cinturón en su parte central. En la superficie del sitio se observan fragmentos de cerámica
burda, fragmentos de cerámica tipo caolín con decoración, fragmentos de ollas sin cuello y
desechos de talla lítica. Otro sitio de este mismo periodo y que merece también nuestra
atención es Huancajirca, en el cual se encuentran áreas ceremoniales y áreas domesticas, las
cuales habrían cumplido funciones rituales (Bazán, 2010, comunicación personal).
La secuencia cronológica establecida a partir de los estudios realizados en
Pumakayán datan desde el Periodo Formativo u Horizonte Temprano hasta la época Inca
(Serna, 2004). Aunque los datos de la excavación arqueológica fueron en un porcentaje
mínimo en relación al área del sitio, sería necesaria una investigación más amplia y
sostenida que permita corroborar esta secuencia; ya que la ocupación humana durante el
Período Formativo ha sido definida únicamente a partir de la cerámica, pues a nivel de su
arquitectura las evidencias son inconsistentes; de otro lado, la presencia de cistas funerarias
Recuay plantearía evaluar la variabilidad de éstas. La ocupación Inca en este sitio también
merece ser evaluada, puesto que las evidencias definidas involucran la revisión de varios
contextos de recurrencia con la finalidad de precisar su exacta filiación y funcionabilidad a
partir de la arquitectura reportada.
La ocupación correspondiente al periodo Intermedio Temprano en la zona de estudio,
está caracterizada por la presencia Recuay, cuyo conocimiento está basado en el estudio de
su cerámica (Wegner, 2004; Lau, 2004; Amat, 2004). Sin embargo, el estudio de su
arquitectura no ha sido tratado a profundidad. Debemos indicar que ésta presenta
diferencias estructurales en el Callejon de Huaylas y en el Callejón de Conchucos que no
han sido bien definidas (Zavaleta, 2008).
Las áreas adyacentes a Pumakayán, donde actualmente se ubican los templos
católicos del Señor de la Soledad, San Francisco, las calles cercanas al desaparecido sitio de
Yarcash y el gran aterrazamiento del colegio La Libertad; presentan evidencias latentes de
una sucesiva ocupación prehispánica. Al parecer estas zonas habrían estado articuladas
durante la época prehispánica, muy probablemente desde el Precerámico Superior y
continuaron siendo ocupadas con posterioridad, llegando incluso hasta el Intermedio
Temprano, funcionando paralelamente con el centro administrativo menor de Kotupampa.
Otros sitios que merecen ser investigados son aquellos sitios con pintura rupestre de
la quebrada Quilqayhuanca o “huanca sagrada escrita sobre roca” (Tufinio, 2010), los sitios
el Cruce y Nuevo Tambo, que por las características de su arquitectura correspondería al
Intermedio Temprano, con reocupaciones hasta la época Inca e incluso Colonial. Así
mismo, existen otros sitios con cronologías tentativas que merecen también la atención
como es el caso de Marián que probablemente corresponda al Horizonte Temprano; y sitios
del Horizonte Medio como Wuwllaq, Wilkawayin e Ichic Wilkawayin con presencia Wari
en Ancash. La presencia Inca, a nuestro parecer, deberá ser reevaluada puesto que el sitio
de Kanapún, generalmente tipificado como Inca, no presentan evidencias suficientes para
sostener que corresponden a este periodo cultural, la cual sí se ha identificado claramente
en la zona de Recuay, donde el sitio Pueblo Viejo se encuentra asociado a la red vial Inca.
En síntesis, los estudios sistemáticos acerca de Huaraz prehispánico, el primero versa
sobre la cerámica del sitio Balcón de Judas, el segundo sobre la ocupación en Pumakayán
y el tercero sobre la contextualidad funeraria de Ichic Wilkawayin. Si bien es cierto, estos
estudios contribuyen con importantes datos a la comprensión del pasado prehispánico de
Huaraz; aun existen enormes vacíos en la investigación sobre el conocimiento de la
arquitectura de sitios representativos como Kanapún, Pumakayán, Wuwllaq, Kotupampa y
Marcajirka, entre otros; ausencia que también se refleja en los estudios de las áreas con
ocupaciones de carácter doméstico, las cuales por encontrase en las cercanías a estos sitios,
sin duda estuvieron estrechamente vinculados. Se desconoce de su existencia, pero es
evidente que en varias zonas de la ciudad de Huaraz, es gracias a las obras civiles y no a la
investigación arqueológica, ha sido posible encontrarse con huellas de posibles áreas de
ocupación doméstica. Áreas que por desconocimiento -o no- son objeto de destrucción por
parte de la población local a causa de la expansión urbana sin la debida planificación y la
práctica de estudios previos necesarios.
De otro lado, planteamos que en los alrededores del templo monumental de Kanapún
existieron áreas con arquitectura doméstica, las que habrían desaparecido a causa del
crecimiento urbano contemporáneo y otras quizás aun permanezcan bajo tierra; tal vez,
como las que fueron documentadas en el año 2003 en el sector La Banda (en Chavín de
Huántar), las cuales estuvieron vinculadas directamente al templo Chavín de Huántar
durante el horizonte temprano (Tufinio, 2003). Según nuestras observaciones de las
excavaciones realizadas recientemente por una empresa de servicios en las vías
circundantes a Kanapún, indican que éstas abarcarían más allá del límite arqueológico
determinado por el INC, tal como también debieron existir posibles áreas de ocupación
doméstica Recuay o del Intermedio Temprano en el barrio José Olaya, cerca del sitio
arqueológico Pumakayán y en gran parte de la ciudad universitaria -hoy destruidas- del
barrio Shancayán.
El tema aún no está agotado. Futuros estudios deberán considerar además de la
evaluación rigurosa de la secuencia cultural en Huaraz, las interrelaciones culturales
existentes con otras sociedades contemporáneas durante la época prehispánica, del mismo
modo, considerar los estudios de la toponimia y su relación con los sitios arqueológicos, los
cuales desde ya son un derrotero para la arqueo - etnolingüística en el área de estudio.
En este sentido, es oportuno recomendar a los gobiernos locales, la gestión sostenida
para la ejecución de proyectos de investigación arqueológica y/o Puesta en Valor, hecho
que trascenderá significativamente en la recuperación y fortalecimiento de la identidad
cultural.
2. Investigación y desarrollo museográfico
La investigación arqueológica en Ancash ofrece una excelente oportunidad para
continuar en la recuperación sistemática de algunos sitios arqueológicos, su conservación
y futura puesta en valor. Esta debe entenderse como una acción sistemática dirigida a
utilizar un bien integrante del Patrimonio Cultural de la Nación, conforme a su naturaleza,
destacando y resaltando sus características y valores, creando las condiciones para cumplir
la función a la cual será destinado. La intervención técnica en los sitios arqueológicos no
solo deberá estar orientada a presentarlos en condiciones adecuadas para su visita, sino
sobre todo a lograr su integración con la comunidad. En este sentido, luego de 75 años de
la fundación del primer y único Museo arqueológico de Huaraz, a partir de la colección del
Padre Augusto Soriano Infante, plantearemos lo que a nuestro juicio deberán ser los
lineamientos sobre los cuales deberá crearse un museo arqueológico, que esté al servicio
de la cultura, pero que a la vez esté acorde con las últimas tendencias museológicas en el
mundo.
Actualmente las evidencias producto de excavaciones arqueológicas o
intervenciones de emergencia, ejecutadas en Huaraz y áreas cercanas, van a parar
definitivamente en los almacenes del Museo arqueológico de Ancash en donde su futuro es
incierto, terminando por deteriorarse debido a que las condiciones para su conservación no
están dadas. Lo ideal sería que la investigación y la difusión, funcionen a la par, por lo que
la información acerca de la evolución cultural de nuestra región y esencialmente de
Huaraz y sus alrededores debiera ser expuesta para conocimiento de la población en
general, en un museo que preste las condiciones adecuadas para la investigación y
conservación de las evidencias recuperadas, de lo contrario la información sobre el pasado
arqueológico de Huaraz continuará siendo sesgada, parcial y poco comprensible desde el
punto de vista didáctico.
El INC, ahora convertido en el flamante Ministerio de Cultura, en muy pocos casos
ha concertado el estudio sistemático de algunos sitios arqueológicos como Wilkawayin, e
Ichic Wilkawayin, o Castillo Punta (Catac); sin embargo, es necesario que los gobiernos
locales y las entidades académicas de la región tomen conciencia de su rol en el campo
cultural y apuesten por la ejecución de proyectos culturales. La Universidad Santiago
Antúnez de Mayolo, a través de la escuela de Arqueología, es el ente llamado a
implementar una infraestructura adecuada que coadyuve al desarrollo educativo y cultural
de la población ancashina en general. Es aquí, donde ciertamente la idea del futuro museo
universitario debe concebirse dentro de un contexto andino, donde los objetivos de la
museología contemporánea estén al servicio de nuestra realidad de país andino y, donde el
museo sea un instrumento que sirva para resaltar nuestra identidad cultural y continuidad
histórica hasta el presente.
Esta institución que permitirá garantizar la defensa, protección, investigación,
conservación y exposición de los bienes culturales y de los resultados de las investigaciones
sistemáticas a través de un guión museográfico didáctico y ameno, con ambientes
apropiados; deberá considerar tres lineamientos fundamentales para este fin: a) el fondo
museográfico, b) guion museológico y, c) diseño arquitectónico.
La implementación del fondo museográfico deberá organizarse con evidencias
procedentes de investigaciones sistemáticas, pues lo que se debe exponer en este museo es
el proceso cultural de los pueblos del Callejón de Huaylas, Conchucos y la costa de
Ancash; y, no crear un museo en base a colecciones procedentes de hallazgos fortuitos, -
como lo concibió el Padre Soriano hace más de siete décadas atrás- lógicamente que para
su época fue una acción trascendental y plausible; sin embargo actualmente esto no pasa de
ser una exhibición de objetos con valor artístico sin mayor significado del contexto de
procedencia.
La propuesta teórica del guión museológico deberá intentar alcanzar: 1) Revalorar el
aporte tecnológico y cultural de los antiguos pobladores de la región, mediante la
exposición de evidencias culturales logradas a lo largo de su proceso evolutivo a fin de
crear conciencia para su defensa, conservación y, buen aprovechamiento de los mismos y,
2) Incentivar a la población universitaria -huaracina- a través de una exposición didáctica,
la revaloración de tecnologías, costumbres ancestrales y manifestaciones culturales vigentes
(cultura viva) como herencia cultural de sus antepasados, a fin de que asuman una identidad
cultural propia.
Finalmente, la edificación arquitectónica del futuro museo universitario, deberá
concebirse en su conjunto en una suerte de simbiosis de la arquitectura moderna y el legado
arquitectónico heredado de nuestros antepasados, donde el diseño arquitectónico de su
infraestructura deberá estar acorde a las últimas tendencias museológicas y museográficas.
Donde la versatilidad de continente y contenido (Zabiaur, 2004) refleje la concepción
cultural de la historia y realidad de la sociedad ancashina. Sólo así, estaremos a la
vanguardia con las últimas tendencias museográficas iniciadas en las principales ciudades
del país.
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Zabiaur, Javier. 2004. Curso de museología. TREA ediciones.
Anexo1. Sitios arqueológicos en la zona urbana de Huaraz y alrededores
Anexo 2. Esquema cronológico de Ancash