UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
DIVISIÓN SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTALICENCIATURA EN PEDAGOGÍA
GUÍA DE ESTUDIOS
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA
DE LA EDUCACIÓN I
ASESOR
DR. ARTURO AGUIRRE
MÉXICO, AGOSTO DE 2009
INTRODUCCIÓN
El curso de Introducción a la filosofía de la educación presenta una
fisonomía propia y una importancia característica en relación con los
demás cursos de carácter filosófico dentro de la licenciatura en
Pedagogía. Por principio de cuentas, el curso mostrará los lineamientos
generales en que consiste la filosofía, a saber: como una particular
manera de duda ante lo que nos circunda y configura como seres
humanos. La filosofía, antes de pretender resolver problemas, los
plantea, de cara al asombro que las cosas y la experiencia con ellas
promueven. De tal manera ocurre cuando interrogamos por su
naturaleza (qué es), su modo de ser (cómo es) y su finalidad práctica en
relación con la finalidad intrínseca de la acción (para qué es). Así pues,
es la duda no sólo la fuerza motriz de la investigación filosófica, sino una
peculiar manera de ser humano: como aquella que se cuestiona e
intenta comprender el acontecer de las cosas desinteresadamente.
En este curso se pretende que el educando llegue a advertir los
alcances de la consideración filosófica en la configuración de los
principios, fines, límites y relaciones del cuestionamiento en torno al
hombre, la educación y la filosofía misma. Estos aspectos son, en efecto,
elementos esenciales en la formación del pedagogo, ya que constituyen
puntos de apoyo y referencia en la actividad reflexiva y crítica que se
encuentran presentes, de manera general, en el desarrollo de la carrera
de Pedagogía y, de manera específica, a lo largo de los cursos de cariz
filosófico-educativo en lo tocante a sus formas y contenidos temáticos;
mismos que no pueden soslayarse ni minimizarse —si se considera la
naturaleza interdisciplinaria propia de la pedagogía.
Bajo este tenor, el curso planteará la pregunta “¿qué es la
pedagogía y la filosofía de la educación?” Esta interrogante, aunque,
sencilla en apariencia, presenta un conjunto de matices que es
necesario distinguir, a saber: i) ¿qué es la filosofía? ii) ¿en qué radica la
especificidad de la filosofía cuando su pensar se aboca a la educación?
y, en este sentido, ¿cuáles son las diferencias y afinidades con la
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pedagogía? iii) a partir de (ii) es preciso esclarecer que la educación es
un proceso diferente, aunque no ajeno, a procesos como son:
aprendizaje, instrucción, adiestramiento y enseñanza. Como aspecto
central, en primera instancia, el interrogar por la naturaleza propia de la
filosofía de la educación pretende dar las pautas de elucidación entre la
pedagogía y la filosofía abocada al fenómeno educativo.
Al elucidar convenientemente la naturaleza de la filosofía de la
educación será pertinente mostrar la correlación intrínseca que guarda
con la antropología filosófica, la ética y la historia; al tiempo que se
habrán de señalar la gestación y desarrollo primarios de la filosofía de
la educación acontecidos en la Grecia Clásica.
Esto pide, de inicio, no sólo un conocimiento historiográfico, sino
que, además, y en esto radica su importancia, exige una sensibilidad
histórica para comprender la pertinencia y cercanía de un pensar
educativo, con sus intentos de sistema, método y racionalidad que se
cristalizan en el siglo V a.n.e. Esto es: se requiere de una mirada
histórica retrospectiva que, por lo mismo, buscará asumir desde su
contexto histórico cada una de las preocupaciones de vertientes y
pensadores, así como es menester tomar en cuenta las preocupaciones
de nuestra actualidad. Precisamente, porque volver la vista al pasado es
entender cómo se halla constituido el presente de un ser (el ser
humano) que característicamente no se entiende sin referencia al
pasado que lo configura en sus aspectos más esenciales; al tiempo que,
desde aquí, se vislumbra la apertura de posibilidades en el porvenir. El
conocimiento del pasado entendido como apropiación y creación.
En este lugar es preciso matizar que aquella “mirada al pasado”
de nuestro curso no pretende ser omnicomprensiva, sino sujeta a la
humildad de su selección; esto es, consiste en atender a aquellos
pensadores o vertientes filosóficas que han logrado establecer, a través
del análisis y diálogo crítico, un vínculo con su pasado; en tanto que han
conseguido llevar a cabo una síntesis, realizada en la claridad y modo de
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plantear, reiterar y resolver las preguntas sobre el hombre y la
educación (con todos aquellos implícitos que se hallan en juego),
atendiendo a aspectos que vertientes filosóficas precedentes dejaron
aplazados; en la comprensión que muestren en señalar y abarcar los
caracteres principales de los modos de vida de su tiempo; en fin, de su
acierto en presentar los problemas por los cuales interrogan, y en
clarividencia que tienen para representar indirecta, pero
preponderantemente, el tiempo en el cual se sitúan con su propia
aportación de pensamiento, que no es sino la renovación y actualidad
del problema.
El conocimiento y el acercamiento al pasado, con un criterio propio
del educando hacia las ideas en torno a la educación y al hombre,
aportadas por la reflexión filosófica del pasado, permitirá encontrar
puntos de convergencia entre distintas vertientes, sin suprimir las
diferencias. No se quiere afirmar una continuidad y acumulación del
conocimiento (cosa que de cualquier modo sería insostenible a estas
alturas de la historia y del historicismo), como si la historia se tratase de
una identidad de problemas que no varían; mejor dicho: no se trata de
llevar a término una homologación histórica del pensamiento filosófico
educativo por la similitud de problemas y teorías. El acercamiento al
pasado que pretendemos desde ahora para el curso, mostrará la riqueza
en perspectivas a partir del diálogo que el alumno y asesor (ambos
conjuntamente) logren entablar como interlocutores, a su vez, entre
distintos momentos históricos de reflexión en torno a la educación. Un
diálogo tal requiere, como condición de posibilidad, mínimos momentos
de convergencia. Uno de estos momentos convergentes consiste en que
preguntar por el ser del hombre atiende a una preocupación educativa,
es decir, reflexivamente educativa en referencia al ser, poder ser y
deber ser del hombre.
Así pues, el curso cuenta, además, con una preocupación centrada
en mostrar al alumno dos diversas concepciones educativas gestadas en
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el siglo V a.n.e. en Grecia, mismas que repercuten en el concepto que se
tiene de educación y de sus fines a partir de un acercamiento histórico-
filosófico de las vertientes más prominentes al respecto. De esta
manera, el planteamiento del curso Introducción a la filosofía de la
educación I es conveniente por el hecho de que presta atención a dos
aspectos que son intrínsecamente correlativos, a saber:
1. Elucidación, conceptuación y reflexión de términos centrales,
tales como individuo-sociedad, educación, cultura, pedagogía,
filosofía, etc.
2. Estudio, desde la perspectiva de la filosofía de la educación, de
algunas de las tesis más relevantes en torno a la problemática
de la antropología filosófico-pedagógica, pensamiento político y
ética, teoría del conocimiento y sus implicaciones directas en la
educación.
Ambos aspectos tienen seguimiento en sus líneas más generales, tanto
en contenido, así como en estructura en el curso de Introducción a la
filosofía de la educación II, lo cual es primordial para un acercamiento
histórico-reflexivo de la relación antes mencionada entre la filosofía,
pedagogía y el factum educativo.
Aquí es conveniente aclarar que no es el objetivo del presente
curso un acercamiento historiográfico, por obvias razones de tiempo,
extensión y las prioridades planteadas por el curso y el plan de estudios;
a la vez que no se pretende dotar al educando de un gran conjunto de
datos inconexos o hacer de él un erudito en la materia (en caso de que
esto fuese posible por los limitados recursos del docente). Ciertamente,
el fin de nuestro curso, no es la erudición, sino la reflexión
fundamentada en un conocimiento de doctrinas filosóficas, consideradas
desde el acaecer histórico como las más prominentes en torno al
problema educativo; todo ello dirigido exclusivamente a los fines
formativos del pedagogo, delineados en el plan de estudios vigente.
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DIFICULTADES ADVERTIDAS EN LOS ALUMNOS DE LOS CURSOS DE FILOSOFÍAQUE IMPARTE EL ASESOR QUE SUSCRIBE
Por último, es pertinente advertir de las dificultades que pueda
encontrar el educando al adentrarse en este curso y en la “disciplina” de
la filosofía de la educación. Dichas dificultades residen, básicamente, en
la lectura (comprensión e interpretación) de los textos utilizados en la
materia, esto es, por la parca familiaridad que el educando tiene del
discurso y el tratamiento de problemas propios de la filosofía. Añádase a
esto la precipitación de una lectura poco analítica y raramente reflexiva,
ante el tiempo que se dedica a ella. Estas dificultades, concernientes a
la lectura, pretenden subsanarse con un acercamiento paulatino al
lenguaje y contenidos de la materia, así como en la selección de lecturas
que sean convenientes (por su claridad y sin perder profundidad en el
tema) según nuestro curso y sus momentos. Asimismo, se invita desde
ahora a que el alumno calcule los tiempos de estudio que requiere esta
materia para que sus lecturas resulten fértiles y provechosas en su
formación.
Otra dificultad que aquí es preciso indicar radica en los problemas
que el educando presenta al exponer de manera escrita las ideas que ha
discernido en sus lecturas, en las asesorías y en sus reflexiones propias.
La necesidad de una óptima comunicación escrita exige un buen uso de
la ortografía y del conocimiento de aquellos instrumentos idóneos para
redactar ensayos en los cuales se plasmen las dudas, la dilucidación de
problemas, las hipótesis, los razonamientos y los hallazgos de la
investigación; que se plasmen, pues, como un discurso dinámico y con
unidad. Para corregir estas dificultades, referente a la escritura, se ha
planeado la entrega de un breve trabajo a lo largo del curso y un
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examen final, en los cuales el asesor señalará posibles errores, así como
las posibles confusiones de carácter temático.
Las dificultades que aquí se determinan son las que con más frecuencia
patentiza el educando y no creemos que los medios mencionados para
corregirlas logren por sí mismos alcanzar el objetivo. Se exige del
educando un trabajo constante que no sólo logre estar al día con los
contenidos de la asignatura, sino que, además, atienda él mismo a
aquellos aspectos de su formación que puedan limitar su aprendizaje y
educación.
(Asimismo, se recomienda ampliamente, es más, se ruega que,
antes de todo, el alumno adquiera y lea el texto de PHYLLIS
CREME Y MARY R. LEA, Escribir en la universidad, Barcelona,
Gedisa, 2000. Texto esclarecedor sobre las problemáticas y las
posibles soluciones a dificultades comunes y constantes en la
elaboración de trabajos por parte de los alumnos.)
UBICACIÓN DEL CURSO EN EL PLAN DE ESTUDIOS VIGENTE
Para brindar un horizonte más amplio en torno a lo que pretendemos
con el curso Introducción a la filosofía de la educación I, a continuación
se mencionan los cursos que la carrera de Pedagogía ofrece al
educando:
- Introducción a la filosofía de la educación I y II (1º y 2° semestres). En estas asignaturas se tratan preponderantemente los contenidos temáticos de la antropología filosófica y la manera en que las diversas teorías acerca del ser humano inciden en el concepto que se tiene de educación, de sus principios y fines. Ambas asignaturas son de carácter obligatorio y cada una tiene un valor de 4 créditos.
- Corrientes de filosofía de la educación I y II (3° y 4° semestres) En estas asignaturas se trabajan las principales posiciones teóricas en torno al conocimiento que, desde la filosofía, han presentado una influencia en las distintas corrientes pedagógicas de la Modernidad y de la Época contemporánea.
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Ambas asignaturas son de carácter obligatorio y cada una tiene un valor de 4 créditos.
- Seminario de filosofía de la educación I y II (7° y 8° semestres). Estas asignaturas están destinadas al análisis de los problemas éticos y políticos que atañen a la educación, como son: la libertad, el poder y los valores. La aproximación ha dichos problemas parte del análisis de diversas posiciones teóricas que resultan relevantes y pertinentes en diversos momentos de la historia. Cada una de estas asignaturas es obligatoria y tiene un valor de 4 créditos.
- Laboratorio de filosofía de la educación I y II. Se trata de asignaturas en las que el educando podrá profundizar en algunos autores o temas específicos de la filosofía de la educación, y desarrollará su posición propia respecto del concepto de educación y de los fines y principios educativos. Cada una de estas asignaturas es optativa y tiene un valor de 4 créditos.
El conjunto de las asignaturas antes mencionadas dan cuerpo a la línea
curricular de “Filosofía de la educación” dentro de la licenciatura en
Pedagogía del S.U.A., UNAM. Su organización se entiende bajo un criterio
disciplinario, el cual les brinda unidad, no debilita ni excluye la
diversidad de autores, vertientes y teorías relacionadas con la educación
que en cada una se hallan presentes. El criterio disciplinario pretende
abrir un horizonte de comprensión que brinde al educando un
acercamiento más estructurado (en oposición a lo disperso e inconexo)
sobre el acaecer histórico de la educación y la preocupación que sobre
él ha tenido la filosofía hasta nuestros días.
El carácter de estructura de estos cursos alcanza no sólo al
“interior” del criterio disciplinario, sino que, también, trasciende hacia
otras disciplinas del curriculum de la licenciatura en Pedagogía,
señaladamente con aquellas que tienen contenidos antropológicos,
psicopedagógicos, sociales e histórico pedagógicos.
“METODOLOGÍA”
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El desarrollo del curso consistirá básicamente en un continuo
acercamiento de comprensión, análisis, reflexión y discusión abocado a
los textos directos e indirectos (los textos del autor o autores y los
textos críticos, correspondientemente). Para un óptimo desempeño, el
educando contará con los siguientes elementos:
1) Una guía de estudios
2) Una breve selección de lecturas en fotocopias (exclusivamente
en Introducción a la Filosofía de la educación I —con el asesor
que aquí suscribe) que contiene la bibliografía básica,
disponible en castellano.
3) La asesoría del académico que le orientará en diversos
aspectos para elucidar y comprender la problemática presente
en cada actividad de aprendizaje correspondiente.
4) Un “foro de discusión” Isegoría en línea con el cual podrá
ventilar sus dudas, discutir temas con sus compañeros y el
asesor, y tener al alcance algunos de los textos básicos o
complementarios requeridos en clase.
5) Las instalaciones y servicios que están al alcance del educando
en el Sistema de Universidad Abierta y en la UNAM misma.
REQUISITOS PARA LA ACREDITACIÓN DE LA ASIGNATURA
Para acreditar la asignatura el educando deberá dar cumplimiento a los
siguientes requisitos:
- Lectura de los textos sugeridos en esta guía y de aquellos que
en su momento se consideren pertinentes para aclarar dudas,
y ampliar o profundizar en algunos problemas y temas
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- Acudir a las asesorías grupales o individuales o, al menos, tener
un acercamiento vía Internet para solicitar orientaciones al
asesor.
- Realizar y aprobar las actividades de estudio indicadas en esta
guía
- Presentar y aprobar un examen parcial y otro final, en los que
se planteará UNA pregunta y tendrá que ser desarrollada la
respuesta por el alumno mostrando comprensión del tema o de
los temas y profundidad de análisis.
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UNIDAD I
FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
ORIENTACIONES DE ESTUDIO
A lo largo del desarrollo histórico en Occidente sobre la reflexión en
torno a la acción educativa, ha sido la filosofía aquella que ha señalado
las incorrecciones, los límites y alcances, al tiempo que ha propuesto
principios y finalidades para dicha acción en cada momento histórico. Es
decir, la filosofía ha cuestionado la actividad educadora al interior de
diversos contextos históricos y culturales, sustentada en métodos,
sistemas y orientaciones de varia índole. No obstante, como se visualiza
en primera instancia, existe aquí un problema mayúsculo de
comprensión sobre aquello que se cuestiona, esto es: durante dicho
desarrollo histórico (que tiene hasta ahora una vitalidad de por los
menos veinticinco siglos) debemos interrogar de tal guisa ¿el
cuestionamiento efectuado por los filósofos ha sido siempre acertado
sobre los mismos e idénticos problemas? ¿se reconoce por educación lo
mismo entre los pensadores de la Grecia Clásica y, asimismo, el
concepto de educación en este período es el mismo que aquel que se
intelige en el periodo helenístico, medieval, moderno y contemporáneo?
Porque si el término de “educación”, en diversos momentos, refiere a
una actividad en proceso de formación y cambio en las maneras de
comprenderse el hombre a sí mismo, en cuanto individuo, en su relación
con los otros y con el mundo, pudiera ser que antedicho proceso
manifieste diferencias sustancialmente específicas respecto de lo que se
espera y se ejerce educativamente.
Entendemos que un término tiene la posibilidad de
conceptualizarse, enriquecerse semánticamente de maneras peculiares
para comprender lo que con ello quiere decirse y hacerse. Estas
reflexiones pretenden indicar, pues, que es verosímil que “educación” a
veces remita a actividades de aprendizaje, instrucción, capacitación,
civilización o habituación, a modos compartidos de ser en una
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comunidad señalada, y, por último, quizá refiera a “formación” en tanto
que mejoría, no en actividades específicas, sino en una manera de verse
en el mundo en aras de ser-mejor.
Cuando estamos en la expectativa de que el educando en
pedagogía reflexione sobre el acontecimiento educativo ¿no sería
menester que en ello pudiese distinguir cuándo existe realmente un
proceso “educador”, cuándo es educación la acción sobre la cual se
reflexiona y no ya simples procesos de aprendizaje, instrucción etc.? En
este sentido, la Unidad de estudio que ahora nos compete exige referir
la interrogante sobre ¿cuáles son las características primordiales de la
educación y que han de ser reconocidas en todo momento histórico?
Erigir esta interrogante supone, a la par, interrogar por la legitimidad
misma de aquello que interroga por la educación ¿es pertinente la
filosofía de la educación? pero, tal vez, es imperioso preguntar antes:
¿qué es la filosofía, en qué consiste esta manera peculiar de preguntar
no sólo sobre la educación sino sobre la realidad misma?
Bajo este tenor, la Unidad I de nuestro curso orienta su estudio
hacia la elucidación de la actividad reflexiva que se proyecta en el
desarrollo de futuras reflexiones, no sólo filosóficas, sino, en última
instancia, estrictamente pedagógicas. Por lo cual será ineludible
cuestionar, pues, ¿qué es la pedagogía?.
Los textos que nos apoyarán en estas reflexiones no son, en
ningún caso, la palabra última de las interrogantes posibles, sino, antes
bien, diríamos “dispositivos” de dilucidación y razonamiento para que,
en común, busquemos respuestas posibles de conceptualización sobre
nuestro quehacer teórico, que habrán de modificarse a lo largo de
nuestros acercamientos y en la apertura con otras disciplinas que el
educando visualizará paralelamente a la filosofía de la educación.
LA FILOSOFÍA Y LA EDUCACIÓN
PRIMERA SESIÓN
PRESENTACIÓN DEL CURSO
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SEGUNDA SESIÓN
Eduardo Nicol, “El hombre y la duda”, en Ideas de vario linaje, México,
UNAM, 1990.
TERCERA SESIÓN
Marías Julián, Historia de la filosofía, Madrid, Revista de Occidente, 1941.
“Introducción”.
CUARTA SESIÓN
Landa Josu, “La verdad en la vida, la vida en la verdad” en Di Castro
Pensar la filosofía, UNAM.
QUINTA SESIÓN
SAN CRISTÓBAL, Sebastián Antonio. Filosofía de la educación. Madrid, RIALP, 1965. Pp. 31-40
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UNIDAD II
EL HOMBRE COMO SUSCEPTIBLE DE SER EDUCADO Y SER EDUCADOR
ORIENTACIONES DE ESTUDIO
La filosofía tiene su origen en Grecia, en el siglo VI a. n. e., como un
particular modo de pregunta racional del hombre ante el mundo que lo
circunda y lo asombra. Esto ha quedado claro en la unidad de estudio
precedente. Ya en el siglo V a.n.e., el largo proceso de formación que
acontece en la cultura griega y que engloba un amplio horizonte (desde
la épica, la poesía lírica, la economía, la política, la economía y la
religión, principalmente), llevará al hombre hacia el asombro e
interrogación de sí mismo. Desde los filósofos griegos es posible
encontrar en la historia del pensamiento la reiteración prominente de la
pregunta que interroga por la “naturaleza” o esencia del hombre y, a la
par, encontramos una diversidad de respuestas en diferentes autores o
en distintos tiempos históricos. Comprender esta situación histórica, así
como la especial problemática en torno a las ideas y definiciones que
promueve la pregunta por el hombre, es tarea de la Antropología
filosófica; misma a la que nos acercaremos en el estudio de la presente
unidad II.
La pregunta por el hombre y las ideas en torno a este ser que se
han propuesto a lo largo de la historia serán objeto de nuestra atención,
debido a que la educación no es, al menos no únicamente, un sistema
de procesos que puedan ser pensados sin antes tener en cuenta qué es
el hombre (idea) y, a la par, considerarlo como ser susceptible de ser
“educado” y de “transmitir” los conocimientos que lo propicien;
además, que requiere de una situación ideal, aún no lograda pero
posible, que marque el sentido u orientación de los principios,
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contenidos y medios de esa educación. Es decir: requiere, además de
alguna idea del hombre, de un “ideal educativo”.
Para comprender los objetivos de la educación y en qué consiste
ésta misma, nos hemos abocado en la Unidad I al problema de definir la
filosofía de la educación, la cual requiere, en primera instancia, la
revisión crítica de conceptos centrales, como son “educación” y
“filosofía”. Ahora corresponde analizar lo dicho anteriormente, en
conjunto con la ubicación y definición de la tarea propia de la filosofía de
la educación como el fundamento crítico de los principios, medios y fines
de ese proceso de formación y transformación, en la vida del hombre,
que llamamos educación.
En esta unidad, centraremos la atención en uno de los dos
aspectos más importantes de nuestro curso, a saber: la elucidación,
conceptuación y reflexión de términos centrales que son básicos para el
acercamiento a los autores y doctrinas filosóficas que serán tratadas en
el presente curso y en Introducción a la filosofía de la educación II.
Así pues, las lecturas que se han elegido para el desarrollo de la
presente unidad son textos de carácter introductorio que servirán para
tener un acercamiento gradual a los problemas aquí planteados.
LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA Y LA EDUCACIÓN
PRIMERA SESIÓN
Harry S. Broudy, Una filosofía de la educación. México, Limusa-Wiley, 1996. Pp. 19-36.
SEGUNDA SESIÓN
PETERS S., Richard. “Los objetivos de la educación: investigación conceptual” en Filosofía de la educación. México, FCE, 1982.
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TERCERA SESIÓN
Edith Gutiérrez, “La relación entre ética y educación”, en Arturo Aguirre (comp.), Filosofía de la cultura. Reflexiones contemporáneas, México, Afínita Editorial, 2007
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJEPrimer examen parcial
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
MARÍAS, Julián. El tema del hombre. 7ª ed. Madrid, Espasa-Calpe, 1981. Pp. 11-24 NICOL, Eduardo. La idea del hombre. 2ª versión. México, FCE, 1977. Pp. 11-44.
CORETH, Emerich. ¿Qué es el hombre? Esquema de una antropología filosófica. Barcelona, Herder, 1976
AA. VV. Diccionario de las ciencias de la educación. Madrid, Santillana,
1995.
FERRATER, MORA, José. Diccionario de filosofía. IV vols. Nueva ed., Madrid, Ariel, 1999.
VERNEAUX, R. Filosofía del hombre. 4ª ed. Barcelona, Herder.
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UNIDAD III
LOS SOFISTAS Y SÓCRATES
ORIENTACIONES DE ESTUDIOEn la presente unidad centraremos nuestra atención en la problemática
educativa dentro del horizonte griego del siglo V a.n.e. En este breve
período encontramos dos de los planteamientos más prominentes de
reflexión en torno a la educación. Los problemas y las teorías de la
sofística y de Sócrates establecieron y desarrollaron un diálogo
constante en la búsqueda de los principios, medios y fines más idóneos,
de acuerdo con la idea del hombre e ideal educativo que cada una de
estas doctrinas planteaba.
Ciertamente, estas dos vertientes educativas requieren toda
nuestra atención porque en ellas radican muchos de los problemas
que el pensamiento occidental ha heredado. Así pues, será menester
entender no únicamente la situación cultural griega del siglo V a.n.e.,
sino, además, observar el desarrollo de una concepción educativa que
va enriqueciéndose a lo largo de los siglos y que tiene como fundamento
la literatura épica de Homero. En este acercamiento nos detendremos
en tres nociones que son clave para entender lo que acontece en la
sofística, y con Sócrates, se trata de los términos paideia-areté, psiché y
polis. De manera general, la paideia será entendida como la noción que
atañe a la formación y realización íntegra del hombre en una relación
establecida entre el ámbito individual y comunitario (polis); por areté
hay que entender aquí la excelencia o nobleza humana, ya sea
consanguínea, política o moral. En lo que a psiché se refiere, en ella
veremos un desarrollo conceptual y filosófico que va desde lo biológico
hasta lo moral y metafísico, entendido como el fundamento último de la
realidad humana (ánimo, alma). Por último, la polis en esencia remite al
ámbito de relaciones armónicas entre conciudadanos.
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Con la actividad de los sofistas y el sustento teórico que ofrecen la
educación se transformará, pasará a ser algo más que una transmisión
de “oficios” (saberes “técnicos”) o de enseñanzas morales. Esto se debe,
precisamente a que la sofística es un movimiento que centra, como
nunca antes, su actividad en torno al ser humano, destacando una
preocupación esencialmente política, en tanto que busca la formación
íntegra de los ciudadanos. Para ello, deberá someter a crisis algunas de
las teorías filosóficas precedentes (como es el caso de la teoría
parmenídea de la verdad). Con los sofistas se da inicio propiamente a la
crítica, la sistematización y la propuesta metodológica educativa, es
decir, la sofística es el “Adán” de la filosofía de la educación. Con la
sofística se da apertura a un horizonte de interrogación desconocido
hasta entonces, pero reiterativa a partir de ahí: ¿qué es educar? ¿para
qué sirve el hecho de aprender y cuál es su finalidad en la vida?
Por su parte, Sócrates llevará a término una fuerte crítica sobre la
postura educativa de la sofística. En esta unidad seguiremos dicha
crítica que, básicamente, se realiza sobre el aspecto de que alcanzar la
areté no es sólo adquirir conocimiento para hacer, la educación consiste
en una búsqueda del conocimiento (filosofía) y esta búsqueda es algo
inherente a la vida humana como tal. La filosofía es una manera de ser,
es la forma de la vida humana y es el único camino que permite
alcanzar la plena humanidad. Esto debe llevarse a cabo por medio de la
razón y en eso consiste, según Sócrates, la areté o virtud. Así,
atenderemos a la idea del hombre como un ser que tiene la libertad de
hacerse a sí mismo y el deber de ser propiamente humano. Ser mejor y
orientar la vida hacia el bien es una misión que trasciende la esfera de la
individualidad y por lo cual la relación de unos hombres con otros
adquiere el carácter de una relación educativa.
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LECTURAS DURANTE LAS CINCO SESIONES: Platón, El Protágoras, Madrid, Gredos. (EL TEXTO SE ENCUENTRA TAMBIÉN EN EL “e-foro Isegorí @ ” ) Platón, La apología de Sócrates, Madrid, Gredos.
EL HORIZONTE DEL S. V a. n. e. LA SOFÍSTICA: LA VIRTUD POLÍTICA
PRIMERA SESIÓN Werner Jaeger, Paideia, México, FCE, 1957. “Posición de los griegos en la historia de la educación humana”. Pp. 3-16.
SEGUNDA SESIÓN
Edward Hussey, “La época de los sofistas”, en Sócrates y los sofistas, UAM, 1993.
TERCERA SESIÓN
Vlastos Gregory, “Sócrates, la paradoja”, en Sócrates y los sofistas, México, UAM, 1993
CUARTA SESIÓN
Nicol Eduardo, “Paradojas del hombre excepcional” en Las ideas y los días, México, Afínita Editorial, 2007.
QUINTA SESIÓNNicol Eduardo, “Sócrates, que la hombría se aprende” en Las ideas y los días, México, Afínita Editorial, 2007.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Platón, Apología., Tr. J. Calonge. Madrid, Gredos, 1981.
GÓMEZ ROBLEDO, Antonio. Platón: los seis grandes temas de su filosofía. México, FCE, 1974. _________________________. Sócrates y los sofistas. México, FCE, s. d.
MORROUT, Irénnée. Historia de la educación en la edad antigua. México, FCE, 1998.
GUTHRIE; W.K.C.. Historia de la filosofía griega. Vols. III, IV y V. Madrid, Gredos, 1990.
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BRICE, Parain, La filosofía griega. Madrid, Siglo XXI, 1972
HOMERO. Ilíada. Tr. Antonio López Eire, Madrid, Cátedra 1989.
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