Asociación Argentina de Economía Agraria
Biofertilizantes y fertilización tradicional de cebada cervecera; alternativas con implicancias sobre el margen bruto
5 de Julio de 2019
Categoría: Trabajo de investigación
Eje temático 8. Bioeconomía. 8.4 Biotecnología. Bioinsumos y Bioproductos.
Ing. Agr. Arrambide Martín1 [email protected]
Ing. Agr. Vita Federico2 [email protected]
Ing. Agr. Mg. García Mabel3 [email protected]
1 Universidad Nacional de Luján 2 Jefe de Trabajos Prácticos, Departamento de Ciencias Básicas, Universidad Nacional de Luján. 3 Profesora adjunta, Cátedra de Economía Agraria, Departamento Economía Planeamiento y Desarrollo Agrícola, FAUBA. Departamento de Ciencias Sociales UNLu; Investigadora UBACyT e INEDES (CONICET-UNLu)
ISSN 1666-0285
Eje temático 8. Bioeconomía. 8.4 Biotecnología. Bioinsumos y Bioproductos.
Biofertilizantes y fertilización tradicional de cebada cervecera; alternativas con
implicancias sobre el margen bruto
La cebada ocupa el cuarto lugar en la superficie sembrada con cereales en el mundo. En
Argentina, en los últimos 15 años el rendimiento medio se duplicó, alcanzando en la campaña
2018/19 4.200 kg/ha. La agriculturización ha generado incrementos en la producción basados en
modelos intensivos en el uso de insumos pero existen cuestionamientos respecto al uso
inadecuado o excesivo de agroquímicos. En una planificación agrícola sostenible, los
biofertilizantes como complementos de las fertilizaciones tradicionales pueden disminuir la
necesidad de aplicación fertilizante químico y mejorar suelos deteriorados. Esta estrategia aún no
ha sido evaluada económicamente. El objetivo de este trabajo es analizar los efectos sobre el
margen bruto de las interacciones entre distintas dosis de biofertilizante -especie bacteriana
Azospirillum- y de fertilizante nitrogenado según el rendimiento y el porcentaje de granos con
calidad comercial de plantas de cebada cervecera (Hordeum distichum L.) variedad Scarlett. Se
realizará un ensayo de bloques al azar y se analizarán rendimientos y variables que definen
calidad de granos. Para analizar diferencias significativas se utilizará el software InfoStat 2018.
Se espera que el uso de biofertilizante disminuirá la dosis de fertilizante nitrogenado químico
necesaria para mantener los rendimientos y la calidad del grano, disminuyendo los costos de
producción.
Palabras clave: biofertilizantes vs fertilización tradicional- rendimientos y calidad de cebada
cervecera- efectos sobre el margen bruto
1. Introducción
Actualmente la cebada es un cultivo que se encuentra ampliamente difundido en todo el mundo
ya que es utilizado tanto en la alimentación humana como animal. Ocupa el cuarto lugar en la
superficie sembrada con cereales en el mundo, después del trigo, el maíz y el arroz (FAO,2018).
En Argentina, ocupó importantes áreas hasta la década del sesenta, posteriormente casi
desaparece su producción hasta fines de los años setenta, momento a partir del cual se intensificó
nuevamente su siembra, promovida por la industria cervecera (Bragachini y Peiretti, 2009). En
los últimos diez años la producción se ha duplicado y se espera que la superficie implantada con
este cultivo se incremente en los próximos años. Esta expectativa se sustenta en que presenta
algunas ventajas productivas respecto del trigo. En primer lugar, se cosecha 15 o 20 días antes
posibilitando adelantar la siembra de cultivos de segunda ocupación. En segundo lugar, según
técnicos de Nidera, los rendimientos de soja de segunda sobre cebada se incrementan entre el 10
y el 14% respecto del doble cultivo soja/trigo. Por otra parte, el rendimiento medio del cultivo de
cebada en los últimos 15 años casi que se duplicó, alcanzando en la campaña 18/19 los 4.200 Kg
/ha. Si bien con el proceso de agriculturización en la región pampeana se han logrado importantes
incrementos en la producción tanto de cereales como de oleaginosas, se ha llevado adelante
utilizando modelos de agricultura intensivos respecto del uso de los recursos productivos, por ello
es cuestionado respecto al uso inadecuado o excesivo de fertilizantes y otros agroquímicos.
Discutir las consecuencias ambientales de dicho proceso es un aspecto a considerar en la
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planificación de planteos agrícolas sostenibles que permitan obtener buenas cosechas y recuperar
suelos deteriorados. La mayor parte de los productores de cebada fertilizan, entonces, adecuar los
niveles de fertilización junto con el uso de productos biológicos -hongos y bacterias- puede
plantearse como un camino posible que recientemente ha comenzado a ser evaluado desde el
punto de vista económico. Con el objetivo de utilizar menores dosis de fertilizante químico, los
inoculantes, también llamados biofertilizantes por su acción fijadora de nitrógeno, actúan como
complementos de las fertilizaciones tradicionales. Los biofertilizantes son bacterias promotoras
del crecimiento vegetal (PGPR) que mejoran la calidad, el rendimiento y la sanidad de los
cultivos. Su utilización va tomando protagonismo lentamente. El género Azospirillum spp. es uno
de los más difundidos y estudiados, se caracteriza por ser una bacteria rizosférica fijadora de
nitrógeno que además libera compuestos que promueven el crecimiento de las plantas y el
biocontrol de hongos fitopatógenos.
Importancia nacional y regional del cultivo de cebada
La cebada cervecera (Hordeum distichum) es el cuarto cereal en importancia del mundo después
del trigo, el maíz y el arroz, debido a su amplia adaptación ecológica, a su utilización tanto para la
alimentación animal como para la humana, y a la alta calidad de la malta para la fabricación de
cerveza (Gimenez et al., 2008). Las variedades cerveceras tienen 2 hileras por espiga (Hordeum
distichum L.) mientras que las forrajeras presentan 6 hileras (Hordeum hexastichon L.).La fecha
exacta de los comienzos del cultivo de cebada en la Argentina no se conoce pero en 1875 se la
cita por primera vez en las estadísticas de exportaciones con 2 toneladas. En aquella época se
mencionaba simplemente como “cebada”, es decir, sin especificar si era forrajera o cervecera. Es
un cereal de invierno que en nuestro país se siembra a partir de mayo y se cosecha desde
noviembre. La zona agronómicamente apta para su producción se encuentran en la provincia de
Buenos Aires; el 40% del total nacional se obtiene en el Sudeste bonaerense y un 30% más en el
Centro/Norte. El Sudeste de La Pampa suma un 25%, y el restante 5% es cosechado entre el Sur
de Córdoba y la provincia de Santa Fe. En Santa Fe se siembran alrededor de 28.356 hectáreas,
con un promedio de 3235 kg/ha (Ministerio de Agroindustria, Estimaciones agrícolas, 2018).
El porcentaje del área sembrada con las distintas variedades está vinculada a las necesidades de la
industria, por ello las malterías realizan contratos con los productores, aunque en las últimas
campañas se han sumado muchas hectáreas destinadas a la exportación de grano forrajero
(Wehrhahne, 2016). Hasta el año 2012, la variedad alemana Scarlett ocupaba casi el 90% de la
producción por la homogeneidad de su grano que facilita el proceso de malteado. El resto
correspondía principalmente a las variedades Shakira (de origen alemán), Quilmes Carisma
(argentina) y las Sylphide, Scrabble y Traveler (de origen francés). Actualmente la variedad
Andreia ocupa el 80% del área sembrada y representa un porcentaje aún mayor en la producción
total de cebada. Shakira es la segunda variedad pero en retroceso. Se espera un incremento en
superficie de nuevas variedades como Danielle, Montoya, Overture, Jennifer, Aliciana y Sinfonía.
A partir de la campaña 2011/12 la cebada es el tercer cereal en términos de superficie sembrada
con cereales, seguida por el sorgo y el arroz (grafico 1). En la campaña 2012/13 la producción de
cebada alcanzó el volumen récord de 5.158.190 (Ministerio de Agroindustria, Estimaciones
agrícolas, 2018). En la campaña 2014/15 los principales cultivos (soja, maíz, trigo, girasol, sorgo,
cebada, avena, algodón, poroto, maní, entre otros), cubrieron una superficie aproximada de 33
millones de hectáreas. La mayoría fue ocupada por soja, con un 52% del total, seguida por maíz
(14%), el girasol (13%), el sorgo (5%), el trigo (4.5%) y la cebada con el 3%.
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Grafico 1. Evolución de la superficie sembrada con cereales, total país, campañas 2002/03 a
2018/19.
Fuente. Elaboración propia en base a datos de la Secretaría de Agroindustria, Ministerio de
Producción y Trabajo, 2019
La demanda de la producción de cebada es dual, se destina a forraje o maltería, por ello, la
superficie implantada varía por razones de índole coyuntural o de políticas internas en los países
productores. Es importante destacar que, independientemente del mercado forrajero local y
externo, es el principal insumo para la elaboración de cerveza. Si el destino de la producción es la
industria, los productores firman contratos con las malterías que generalmente suelen incluir la
provisión de semillas y, en muchos casos, la logística y el asesoramiento técnico. Se destacan las
malterías Pampa, Quilmes y Cargill. La cebada cervecera tiene parámetros muy exigentes en
cuanto a su contenido proteico y calibre de semilla ya que los mismos son esenciales para la
uniformidad y calidad del proceso industrial de la cebada.
Según un informe de 2019 elaborado por la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de
Cereales y Productos de Bahía Blanca en la campaña 2017/2018 las exportaciones mundiales de
cebada alcanzaron las 28 millones de toneladas. En el último trienio, la Argentina participó con el
9,4%, es decir unos 2,68 millones de toneladas, el 59% de calidad forrajera y el 41% restante de
cervecera. Los principales destinos de cebada cervecera fueron Brasil (49,4%), Colombia (19,1%)
e India (9,5%). Para la forrajera, los destinos fueron Arabia Saudita (85,5%), Emiratos Árabes
(3,9%) y Omán (3,9%). Las ventas de cebada forrajera para exportación pueden realizarse en el
mercado de futuros; la cotización depende de la evolución de stocks y cosechas en los principales
países exportadores y del comportamiento comercial de los demás granos forrajeros.
La fertilización del cultivo de cebada
La fertilización de la cebada es una práctica realizada por la mayor parte de los productores para
alcanzar rindes significativos, incrementar el porcentaje de proteína en grano y la eficiencia en el
uso del agua. (Fagioli, 1987; Fagioli y Bono, 1982; Fagioli y col., 1982; Loewy, 1995). En este
cultivo, el período de crecimiento de las espigas dura 27-32 días dependiendo de las condiciones
ambientales. La temperatura, precipitaciones y la radiación, que se presentan en este período
0
1,000,000
2,000,000
3,000,000
4,000,000
5,000,000
6,000,000
7,000,000
8,000,000
9,000,000
10,000,000 Trigo
Maiz
Sorgo
Cebada
Arroz
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crítico, inciden de manera directa en el número final de granos establecidos, componente
principal en la generación del rendimiento del cultivo (Abbate, 2004). Al fertilizar se procura
alcanzar el máximo rendimiento con la menor cantidad de fertilizante para ello, es necesaria una
predicción de la respuesta a la fertilización con un cierto grado de confiabilidad. Esto se logra
relacionando el rendimiento y la respuesta a la fertilización con: los resultados de análisis
químicos del suelo o de la planta (Nitrogeno total, de nitratos o de amonio, MO), las
características climáticas (lluvias y contenido de humedad en el suelo durante el ciclo del
cultivo), y los aspectos técnicos del manejo del cultivo (cultivos antecesores, años de agricultura,
cultivares, longitud del barbecho, tipos de labranzas). De esta manera se puede reducir el riesgo
que conlleva esta práctica y mejorar su eficiencia (Bono, A. 1996). Es importante destacar que las
deficiencias de fosforo solo pueden ser corregidas con fertilización, mientras que para el
nitrógeno existen dos alternativas: una rápida, mediante fertilización, y otra lenta o progresiva, a
través del uso de pasturas a base de leguminosas. La fertilización de base, se realiza
principalmente con fosforo, que suele incorporarse junto con azufre, nitrógeno y calcio; la
fertilización clásica con nitrógeno se realiza mayoritariamente con urea o con UAN -Urea and
Amonio Nitrate- (Ventimiglia, 2015). El fósforo es un nutriente deficiente en la mayoría de los
suelos de la pampa húmeda y su grado de limitación se intensifica hacia el este y al sur de la
misma (García, 2001). De acuerdo con estos datos, la región centro sur de la provincia de Buenos
Aires presenta deficiencias de este elemento vital para el crecimiento y desarrollo de los cultivos.
El nivel de deficiencia de fósforo (P) determinado por el nivel de P Bray I es variable entre lotes
o establecimientos agropecuarios y en la mayoría de los casos es función de la historia de
fertilización con este elemento. Considerando esta salvedad, los establecimientos del sur
bonaerense se encuentran en el rango de 6 a 11 ppm de P Bray I. Estos niveles de P resultan
limitantes y afectarían la productividad de la región, con mayor intensidad en los cultivos de
estación invierno-primaveral (Hanway y Olson, 1980). El Nitrógeno (N) es el principal elemento
requerido para la producción de los cereales de invierno, como es el caso del trigo, cebada, avena,
etc. (Echeverría y Sainz Rozas, 2005). Los contenidos de proteína en el grano varían de un 7 a un
24 % dependiendo del nivel de fertilización nitrogenada aplicada al cultivo (Gonzáles Montaner
et al., 1987). Deficiencias de este nutriente reducen la expansión foliar, provocan su prematura
senescencia y afectan la tasa fotosintética, dando como resultado una menor producción de
materia seca y grano (Ferraris et.al 2007). Una adecuada nutrición nitrogenada del cultivo posee,
a su vez, un efecto positivo en la eficiencia de uso del agua –EUA- debido a una mejora en el
crecimiento del cultivo y una mayor eficiencia fotosintética, el incremento de la transpiración y la
disminución de la evaporación desde el suelo (Micucci y Alvarez, 2003).
Las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal –PGPR- y fertilización
La flora microbiana presente en el suelo depende tanto de su composición química como de su
contenido de humedad y de su aireación, a su vez, las raíces exudan azucares (como monómeros
o polisacáridos), aminoácidos, ácidos orgánicos, fitohormonas y otros metabolitos que son
aprovechados por las poblaciones microbianas (Altamirano, 2002). El equilibrio ecológico en la
rizósfera corresponde a un equilibrio de los ciclos geobiológicos en esta zona (Rosas y Correa,
2002). En la década del 80, estudios descriptivos han documentado que allí se encuentran tanto
organismos benéficos como deletéreos. Los microorganismos llamados genéricamente
promotores de crecimiento, involucran hoy en día a una gama amplia de géneros bacterianos
(Azospirillum, Pseudomonas, Trichoderma, Bacillus, Penicilium) y grupos de hongos como
Micorrizas. Los microorganismos que proveen beneficios a las plantas pueden ser divididos en
dos grupos: aquellos que establecen una relación simbiótica con el vegetal y los que interactúan
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con la planta pero son de vida libre aunque en estrecho contacto con la misma (Kloepper et al.,
1998; Van Peer y Schippers, 1989). Dentro de los géneros rizosféricos estudiados, Rhizobium
agrupa las especies bacterianas simbiontes, mientras que Pseudomonas, Azotobacter,
Azospirillum y Bacillus son las especies consideradas de vida libre o asimbióticas. A todos ellos,
se los conoce como rizobacterias promotoras del crecimiento -PGPR-, por sus siglas del inglés:
Plant Growth Promoting Rhizobacteria) (Kloepper y Schroth, 1978). En este grupo econtramos
relaciones mutualistas como de cooperación y de complementación. Las PGPR presentan
diversos mecanismos de promoción del crecimiento vegetal y sanidad de las plantas a través de la
producción de sideróforos, fitohormonas, solubilización del fosforo; actuando también como
agentes de control biológico, por inhibición, como es el caso de la producción de cianidas, o
competencia con los patógenos de suelo, posibilitando indirectamente un mejor crecimiento y
salud de la plantas (Kloepper, 1996; Lazarovits y Nowak, 1997). Los mecanismos de promoción
vegetal pueden ser directos o indirectos, los primeros favorecen directamente a la planta
mejorando su nivel nutricional y de agua, haciendo disponibles los nutrientes o aumentando la
superficie de absorción de las raíces mediante hormonas, los segundos actúan inhibiendo o
compitiendo con organismos perjudiciales para la planta o favoreciendo a aquellos beneficiosos.
Existen muchas definiciones e interpretaciones del término “biofertilizantes”, diversos autores los
consideran como “un producto que contiene microorganismos vivos que al aplicarlos a las
semillas, a la superficie de plantas o en el suelo, colonizan la rizósfera y el interior de la planta y
generan efectos benéficos en el crecimiento, la sanidad y el rendimiento de los cultivos”
(Burdman et al., 2000; Vessey, 2003). La incorporación de biofertilizantes a los planteos
agrícolas actuales es una práctica que se expande lentamente en los cultivos extensivos (Vessey,
2003). En los planteos de producción de trigo, maíz, girasol, y sorgo, los microorganismos se
deberían asociar a los fertilizantes químicos, a efectos de potenciarlos y maximizar ganancias
económicas. La utilización de los biofertilizantes es una alternativa viable ya que el precio de este
tipo de productos no es muy elevado y por lo tanto con pequeños aumentos en la producción por
ha se cubriría este incremento en los gastos, mejorando así el margen bruto del cultivo
(Ventimiglia y Torrens Baudrix, 2012). La aplicación de biofertilizantes puede reducir la cantidad
de fertilizante nitrogenado y consecuentemente el uso excesivo de químicos, disminuyendo el
riesgo de contaminación por lixiviación hacia las napas freáticas. Para el desarrollo agrícola
ecológicamente sostenible, contribuirían a la disminución de la contaminación ambiental,
sosteniendo la mineralización actual y potencial de N del suelo para los cultivos, contribuyendo a
un aumento de los rendimientos productivos y expandiendo las zonas agrícolas a tierras menos
aptas (Díaz-Zorita, 2015). Además, los beneficios de la inoculación, incrementan la producción
de ácidos orgánicos y reguladores del crecimiento y una mayor absorción de nutrientes,
contribuyendo a minimizar el impacto a la agricultura (Ibrahim, 1990). La reducción en la
frecuencia de aplicaciones y en la cantidad de agroquímicos deriva en un menor costo de
producción y en alimentos más sanos (Adlercreutz, 2013).
Antecedentes del género Azospirillum como biofertilizante
El género Azospirillum pertenece al dominio Bacteria y está clasificado en la subdivisión de la
alfaproteobacterias y en la familia Rhodospirallaceae. En la actualidad, se han descripto al menos
16 especies (Vezri et al., 2013). Es una bacteria Gram negativa, con forma de bastón curvo de 0,8
a 1,0 µm de diámetro y 2 a 4 µm de largo (Monzón de Asconaegui, 2003), de vida libre y móvil,
mostrando gran variabilidad en el número y posición de sus flagelos. Posee un flagelo polar que
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le da la gran movilidad en un medio de cultivo líquido. Se ha demostrado que la inoculación con
Azospirillum sp. promueve el crecimiento radicular en numerosas especies vegetales permitiendo
aumentar la tasa de absorción de agua (Iglesias et al., 2001), observándose un mejor crecimiento
y estado hídrico en las plantas de trigo, maíz, falaris, grama rhodes, moha, lechuga y zanahoria,
entre otros cultivos, sometidas a condiciones de estrés hídrico o salino. Estas respuestas se dieron
cuando sus semillas se inocularon a la siembra con A. brasilense (Bashan y Holguin, 1997)
(Carletti et al., 2010). La gran movilidad de Azospirillum favorece su acercamiento a la superficie
radicular y en este movimiento influyen fenómenos de quimiotaxis y aerotaxis; la capacidad de
movimiento varía desde unos pocos micrones hasta varios centímetros (Bashan, 1986). Por lo
tanto, el patrón de colonización de la raíz depende de una serie de factores como la especie de
planta y bacteria, factores ambientales y edáficos, y posiblemente otras causas aún no conocidas
(Monzón de Azconaegui, 2003).
La inoculación con este PGPR es una práctica biotecnológica, destacada por poseer una
capacidad de fijar N2, producir fitohormonas y sideróforos (Perotti y Pidello, 1999). En la raíz
colonizada por Azospirillium sp. se estimulan los ciclos energéticos, mejorando la captación de
minerales con promoción de la biomasa aérea y en condiciones agronómicas apropiadas estos
procesos incrementan el rendimiento en gramíneas y leguminosas forrajeras bajo condiciones
edáficas y climáticas diferentes, siendo más evidentes cuando las condiciones de agua y suelo son
limitantes (Okon, 1994).
Cuando se iniciaron los estudios sobre Azospirillum en la Argentina uno de los principales
inconvenientes fue contar con cepas locales. Siguiendo los lineamientos propuestos por el
laboratorio de la doctora Döbereiner en Brasil (Döbereiner y Day, 1976) y el doctor Okon de la
Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel (Okon, et al. 1977) y luego de investigaciones sobre
las propiedades fisiológicas de las bacterias de Azospirillum (aprovechamiento de diferentes
fuentes carbonadas y nitrogenadas) se desarrolló un medio de cultivo sólido para el
reconocimiento y aislamiento de las cepas naturales. A partir de raíces de trigo de la localidad de
Marcos Juárez (Córdoba) esterilizadas superficialmente, se aisló una cepa denominada Az 39 que
posteriormente fue incorporada a la colección del Instituto de Investigación Microbiología y
Zoología Agrícola (IMyZA, (INTA) (Cassán et al., 2013). Es la más empleada actualmente por
los fabricantes de inoculantes (para cultivos de no leguminosas).
Desde el comienzo del estudio del género Azospirillum se han realizado numerosas revisiones en
donde se contemplaron trabajos de investigación que evaluaron el efecto promotor del
Azospirillum en ensayos a campo sobre numerosos cultivos de interés agronómico en diferentes
partes del mundo. Los resultados obtenidos por Rodríguez Cáceres et al. (1996) mostraron que la
respuesta a la inoculación varía en función del grado de fertilidad y la disponibilidad de agua de
los suelos, observando la gran importancia que puede adquirir la relación cepa - cultivar.
También Jaime et al. (1999) concluyeron que la inoculación con diferentes cepas de fijadores
libres de nitrógeno lograba incrementos en el cultivo de maíz, en especial con Azospirillum sp..
Creus et al. (1996) encontraron que la presencia de Azospirillum sp 245 mejora el estado hídrico
de plántulas de trigo. Lucangelli y Bottini (1996) demostraron que la presencia de la bacteria A.
lipoferum sp 33 o A. brasilense cd incrementó positivamente el largo del primer entrenudo tanto
en maíz (Zea mays L) como en arroz (Oryza sativa L). También en maíz Bellone et al. (1999)
registraron mejoras en el peso seco del sistema radical y en los parámetros de la parte aérea. Ruiz
et al. (1996) sostienen que la inoculación con Azospirillum puede modificar parámetros del
crecimiento vegetal asociados o no con el rendimiento del cultivo e Iglesias et al. (2000) en un
ensayo en trigo con inoculante mixto conteniendo Azotobacteriaceas, Saccharomyces spp y
Endogone spp marcó diferencias favorables a partir de los 100 días y el mayor desarrollo
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radicular mostró su efecto en lo que hace a estado general de la planta y a las perspectivas futuras
de rendimiento. Los resultados de 20 años de ensayos en diferentes países reportaron que la respuesta sobre el
rendimiento debido a la inoculación con Azospirillum fue positiva en el 60–70% de los casos en
un rango de incremento entre el 5-30%, particularmente para la Argentina las respuestas
reportadas en el cultivo de trigo y maíz fueron variables (Okon y Labandera, 1994). Cabe
destacar que en el momento de realizarse esta revisión en Argentina aún no se había desarrollado
un inoculante comercial líquido y estable en el tiempo, y aun se estaba evaluando la cepa más
eficiente. En 2003, Rodríguez Cáceres y Di Ciocco realizaron una revisión de ensayos a campo
en el cultivo de trigo. Del total de los ensayos revisados, aproximadamente un 75% presentaron
respuestas positivas a la inoculación con Azospirillum sp.. Los autores observaron que hubo
respuesta a la inoculación en los ensayos realizados en ambientes que presentaron limitaciones
hídricas o de fertilidad. En 2006, Cruellas y Mousengne de la estación experimental INTA
Pergamino, inocularon la variedad Scarlett de cebada cervecera con Azospirillum sp. y
concluyeron que con esta práctica se obtiene mayor contenido proteico y rendimiento. En
Argentina, los inoculantes comerciales se utilizan según las recomendaciones de aplicación
sugeridas por el fabricante, las concentraciones de microorganismos que figuran en los marbetes
varían de 1x108 y 1x109 UFC.ml-1 viables a la salida de fábrica y va disminuyendo hasta 1x107
UFC.ml-1 a la fecha de vencimiento. Con este rango de variación de las concentraciones, el
fabricante asegura el incremento del rendimiento del cultivo. Sin embargo, son escasos los
trabajos científicos que estudian esta variable y su efecto sobre los resultados económicos de los
distintos cultivos.
2. Objetivos
El objetivo de este trabajo es analizar los efectos sobre el MB de las interacciones entre distintas
dosis de inoculante, utilizando especie bacteriana Azospirillum brasilense, cepa Az 39 INTA,
comparado con dos dosis fertilizante nitrogenado según el rendimiento y el porcentaje de granos
con calidad comercial obtenidos de plantas de cebada cervecera (Hordeum distichum L.) variedad
Scarlett.
Los objetivos específicos de la investigación son:
- Cuantificar y comparar el efecto de la inoculación y la fertilización nitrogenada con diferentes
dosis sobre el rendimiento y la calidad comercial de los granos de cebada cervecera.
- Calcular el margen bruto del cultivo y determinar la conveniencia o no de la aplicación conjunta
de fertilizantes y biofertilizantes.
3. Hipótesis
La inoculación de cebada cervecera (Hordeum distichum) con Azospirillum brasilense AZ 39
INTA mejora el rendimiento en grano y su calidad comercial, estimula el crecimiento y
contribuye a disminuir la dosis de fertilizante de síntesis industrial utilizado durante el ciclo del
cultivo, incrementando el margen bruto.
4. Estrategia Metodológica
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Se espera que la aplicación conjunta de biofertilizante con fertilizante químico disminuya la
cantidad de fertilizante nitrogenado necesario para el ciclo del cultivo por la fijación de N
realizada por los microorganismos PGPR, contribuyendo de esta manera a la disminución de los
costos de producción sin afectar los rendimientos y la calidad del producto obtenido.
Se utilizó semilla de cebada cervecera (Hordeum distichum) variedad Scarlett Cargill, sin
fungicidas ni productos que puedan afectar la viabilidad del inoculante. Se trabajó con un
inoculante experimental formulado en base a la cepa Az 39 INTA de A. brasilense aplicado a la
semilla previo a la siembra. Se dosificaron D1 (1,5x109) y D2 (1,5x107) UFC/ml en las semillas al
momento de la siembra.
Para alcanzar el objetivo propuesto en esta investigación:
- Se elaboró un diseño experimental apropiado para tomar los datos necesarios para esta
investigación.
- Se adecuó la dosis de Urea correspondiente a la zona del ensayo.
- Preparación del biofertilizante en el laboratorio de la UNlu
- Se calculó el poder germinativo de las semillas según la dosis de biofertilizante utilizada para
adecuar la densidad de siembra como corresponda (para mantener igual densidad en los nueve
tratamientos).
- Se preparó la cama de siembra y manejo del cultivo.
- Se midió la emergencia por metro cuadrado, los macollos por metro lineal, el número de espigas
por metro cuadrado, el rendimiento en kilogramos por hectárea, el peso de mil semillas, proteína
(%) y el calibre de semillas para nueve tratamientos.
- Se analizaron estadísticamente los datos mediante diferencias significativas utilizando el
software InfoStat 2018.
- Se calcularon los márgenes brutos para cada tratamiento ensayado.
a) Diseño experimental El diseño elegido para este ensayo es de 3 repeticiones en bloques al
azar y se realizó en el campo experimental de la Universidad Nacional de Luján (34°35’ S, 59°03'
O, altitud 30 m, Partido de Luján, provincia de Buenos Aires. Los tratamientos a ensayar fueron
los siguientes:
1) CS- Testigo sin fertilizar y sin inocular (Testigo absoluto)
2) CC/CF 100- Testigo fertilizado (Dosis Urea 100%), sin inocular
3) CC/CF 80- Testigo fertilizado (Dosis Urea 80%), sin inocular
4) D1/SF- Inoculado (D1) – Sin fertilizar
5) D2/SF-Inoculado (D2) – Sin fertilizar
6) D1/CF100- Inoculado (D1) – Fertilizado (Dosis Urea 100%)
7) D1/CF80- Inoculado (D1) – Fertilizado (Dosis Urea 80%)
8) D2/CF 100- Inoculado (D2) – Fertilizado (Dosis Urea 100%)
9) D2/CF 80 -Inoculado (D2) – Fertilizado (Dosis Urea 80%)
D1: Azospirillum brasilense Az 39 INTA, 1.5x109 UFC/ml
D2: Azospirillum brasilense Az 39 INTA, 1.5x107 UFC /ml
Dado que se evaluaron nueve tratamientos, se planteó un diseño estadístico en bloques
aleatorizados, 3 bloques de 9 parcelas de 6 m de largo por 1,4 m de ancho cada una, 27 parcelas
en total.
9
Para la planificación del diseño se numeraron las parcelas y se les asignó aleatoriamente un
tratamiento (figura 1).
b) Adecuación de la dosis de Urea. Para calcular la fertilización nitrogenada, primero se realizó
un análisis de suelo tomando una muestra de un 1kg compuesta por 6 submuestras y luego se
utilizó el programa Triguero 2.0 del grupo CREA que es un modelo de estimación a partir de los
datos edáficos de la zona para estimar la cantidad necesaria de fertilizante que permita alcanzar el
máximo rendimiento posible. Esta herramienta se encuentra disponible en la web y es utilizada
por los productores. Es una herramienta sencilla de fácil aplicación.
El análisis de suelo se llevó a cabo en el laboratorio del campo de la Universidad Nacional de
Lujan. Con los resultados del análisis y contemplando el aporte de N por parte del fosfato di
amónico (N-P-K: 18-46-0) se llegaron a las siguientes dosis de fertilización con urea necesarias. Dosis Urea 100%: 130 kg/ha (109,2 gramos por parcela) de Urea (CO (NH2)2)
Dosis Urea 80%: 104 kg/ha (87,3 gramos por parcela) de Urea (CO (NH2)2)
c) Preparación del biofertilizante en el laboratorio de la Unlu: Se utilizó un inoculante
perteneciente a una formulación preparada en el laboratorio de microbiología de la Universidad
Nacional de Luján, en base a la cepa de Azospirillum brasilense Az 39 INTA. El inoculante se
preparó en el laboratorio a partir de una colonia pura aislándola de placa de Petri en medio Rojo
Congo -RC- (Rodriguez Cáceres, E.A., 1982) medio electivo y diferencial para el género
Azospirullum, observándose las características colonias descriptas en la bibliografía. Para
confirmar que esta cepa es fijadora de nitrógeno, se la sometió a la prueba bioquímica en medio
para fijadores asimbióticos de nitrógeno microaerofilicos –NFB- (Gyratory Water Bath Shaker.
Model G 76. New Brunswick). Una vez confirmada su función fijadora asimbiótica de Nitrógeno
atmosférico, se aisló nuevamente en medio RC para asegurar pureza. La misma se guardó en
tubos pico de flauta y a partir de este se preparó un cultivo en masa en caldo tripticasa soja. El
mismo se incubo en baño termostatizado a 35°C en agitación orbital a 160 RPM durante 72
horas. Se realizaron luego los recuentos y diluciones correspondientes. Asimismo, en la última
etapa de crecimiento del microorganismo, se estimularon procesos fisiológicos que aseguran la
acumulación de reservas y rustificación del microorganismo para asegurar mayor supervivencia
de mismo en las condiciones de inoculacíon y se sobrevivencia a campo.
Figura 1. Plano del diseño experimental, en el campo de la UNLu.
10
Previo a la aplicación del inoculante sobre la semilla se realizaron recuentos de microorganismos
viables en placas de Petri, con medio RC compuesto por: ácido málico 5.0 g/l, K2HPO4 0,5 g/l,
SO4Mg.7H2O 0,2 g/l, NaCl 0.1 g/l, Fe EDTA 0,02 g/l, KOH 4,8 g/l, extracto de levadura 0.5 g/l,
solución de rojo Congo (1:400) 15 ml, agar 20 g/l, pH 7 (Rodríguez Cáceres, 1982). El recuento
de la carga bacteriana se realizó utilizando el protocolo homologado por la REDCAI (Red de
control de calidad de inoculantes) de la AAM (Asociación Argentina de Microbiología). Se
procedió a la siembra de una alícuota de 0,1 ml de las diluciones 10-5 y 10-6 por triplicado y por
extensión en superficie con espátula de Drigalski. El recuento de carga bacteriana en el inoculante
fue de 1.5x109 UFC.ml-1. El resultado se expresó como unidades formadoras de colonia por
mililitro (UFC.ml-1). Se realizaron dos inoculantes con dosis establecidas de acuerdo al siguiente
criterio: Los inoculantes comerciales se presentan con dosis de marbete de 1.108UFC.ml-1a la
salida de planta y 1.107UFC.ml-1a la fecha de vencimiento. Esta diferencia puede mostrar
resultados distintos en ensayos a campo. El ensayo se planteó con dos dosis D1 y D2, una de
1x109UFC.ml-1 (D1) con un orden de magnitud por encima de lo recomendado (1.108 UFC.ml-1)
en marbete del producto comercial. La otra igual a la correspondiente a la fecha de vencimiento
(1.107UFC.ml-1) (D2) y que según el fabricante presenta similar respuesta, porque es el rango de
uso de concentraciones recomendado en el marbete. Esto indica que el producto puede ser
utilizando en un rango de concentración de microorganismo de un orden de magnitud. Lo cual
podría generar diferencias en los resultados de rendimiento debido al efecto de la concentración
del microorganismo. Si el efecto promotor se mantiene o mejora a la concentración de 1. 107
UFC.ml-1, entonces, el producto podrá utilizarse hasta una fecha cercana a la del vencimiento, con
buen resultado. Esto ayudaría a reducir el costo de implantación del cultivo y obtener una mayor
rentabilidad, para este cultivo.
Previo a la siembra se preparó el inoculante en el laboratorio a partir de una colonia pura
aislándola de placa de petri en medio RC, y luego realizándose los recuentos y diluciones
correspondientes. A todos los inoculantes se los formuló con el agregado de carboximetilcelulosa
–CMC- para asegurar la humectación y adherencia del microorganismo a la semilla. La
inoculación se realizó un día previo a la siembra, aplicando la formulación en forma líquida, a
razón de 1,2 ml x kilo de semilla.
d) Análisis del poder germinativo y cálculo de los Kg de semillas a sembrar en cada
tratamiento. Previo a la siembra, en el laboratorio de la UNLu, se realizó un análisis de poder
germinativo (PG) según las normas ISTA (International Seed Testing Association, 1999), se
usaron 5 placas de Petri con algodón y un disco de papel de filtro humedecido, sobre él se
sembraron 10 semillas por placa y se incubaron en estufa a 25ºC durante 10 días. Luego de los 10
días se determinaron número de plántulas normales, deformes, no germinadas. Este testeo se
realizó por triplicado, el primer caso fue la semilla sin inoculante (Testigo=T), el segundo fue la
semilla con la dosis 1 de inoculación (D1=1,5.109 UFC/ml) y el tercero fue con la dosis 2 de
inoculación (D2=1,5x107 UFC/ml). Los resultados para cada caso, respectivamente fueron:
T=85%, D1=86% y D2=91%. Con estos valores se ajustó la densidad de siembra para cada
parcela y surge un primer resultado para este trabajo. Se evidencia que la presencia del inoculante
tiene un efecto positivo incrementando el poder germinativo de la semilla, se reduce de esta
manera la cantidad de semilla necesaria para lograr la densidad de siembra. Para los tratamientos
en los que no se usa inoculante la densidad de siembra fue la recomendada para la zona de 130 kg
de semilla por ha, con la D1 de inoculante 128 kg/ha y con la D2, 121 kg/ha de semilla.
11
En ningún caso se realizó un tratamiento de la semilla preventivo para el control de enfermedades
debido a que los funguicidas, tanto los principios activos como los colorantes que integran la
formulación afectan la viabilidad de las bacterias utilizadas en este ensayo.
e) Preparación de la cama de siembra y manejo del cultivo. Previo a la siembra se realizó una
pulverización del lote con un herbicida no selectivo previo a la preparación del suelo ya que en el
lote existía un ensayo de pasturas, luego se procedió con labores mecánicas de disco de doble
acción, 2 laboreos con rastra y rolo. Una vez terminado se aplicó la segunda aplicación de
herbicida no selectivo para reforzar el control de malezas que aparecen luego de la remoción del
suelo. Se marcaron los surcos pasando una sembradora sin semilla, la misma se reguló para
operar con distancia entre surcos de 20 cm y una profundidad de 5 cm. La siembra se realizó con
una sembradora experimental manual de un surco, con una distancia entre líneas de 0.2 m con un
total de 7 hileras por parcela. La densidad de siembra fue de 130 kg / ha que es la dosis promedio
utilizada en la zona, ajustada según el PG calculado en base al ensayo de la semilla realizado,
resultando en 85% para las parcelas sin inoculante (130 Kg/ha, 109 gr/parcela), 86% para las
parcelas con la dosis 1 (128 Kg/ha, 107,7 gr/parcela) y 91% para las parcelas con la dosis 2 (121
Kg/ha, 101,8 gr/parcela).
La fertilización se realizó al voleo con fosfato di amónico (grado NPK 18-46-0) granulado al
momento de la siembra en todos los tratamientos menos los tratamientos 1,4 y 5 (SF), con dosis
de 67,2 gramos por parcela (80 kg/ha), y la fertilización nitrogenada fue con urea (NPK 46-0-0)
granulada al inicio de macollaje del cultivo, con dosis de 109,2 gramos (130 kg/ha) para los
tratamientos 2, 6 y 8 (CF 100%), y con 87,36 gramos (104 kg/ha) para los tratamientos 3, 7 y 9
(CF 80%).
El control de malezas se realizó de manera mecánica y manual a lo largo de todo el ciclo del
cultivo, el objetivo fue el de no afectar el inoculante evitando incorporar variables al ensayo que
pudieran perturbar al microorganismo con productos químicos. Teniendo en cuenta que varias
parcelas tuvieron competencia con malezas originarias de ensayos anteriores y que no se usó
ningún tipo de agroquímico por el hecho de que se desconoce su interacción con el
microrganismo, los resultados alcanzados pueden estar afectados por esta competencia entre la
cebada y varias especies de malezas, cuyo control fue manual y en algunos casos escaso.
Durante todo el ensayo de tomaron los datos de temperatura y precipitaciones diarias (figura 2).
Figura 2. Línea de tiempo del ciclo del cultivo, estados fenológicos y precipitaciones.
f) Mediciones realizadas. Desde la emergencia del cultivo hasta la etapa de espigazón–floración
(Etapa del cultivo Zadoks 5.5) sobre cada tratamiento y repetición se registró: emergencia por
12
metro cuadrado; macollos por metro lineal y número de espigas por metro cuadrado. Cuando el
cultivo alcanzó madurez fisiológica (Etapa del cultivo Zadoks 9.9) sobre cada tratamiento y
repetición se cosechó y registró: rendimiento en kilogramos por hectárea; peso de mil semillas;
proteína en grano (%) y calibre de semillas.
Para obtener el rendimiento fue necesario arrojar un aro metálico de área conocida (0,25 m2)
sobre cada parcela registrando el número de espigas contenidas en esa área y repetir el
procedimiento cuatro veces. Por otra parte se extrajeron 10 plantas por parcela con el fin analizar
el número de granos/espiga y el peso de 1.000 granos. El rendimiento se obtuvo a través del
procesamiento de la muestra en la trilladora del campo experimental de la UNLu y se calculó el
rendimiento por hectárea de cada tratamiento.
g) Calculo del MB de cada tratamiento. Finalmente se elaboró un margen bruto para conocer a
nivel económico la influencia del inoculante y el fertilizante según las diferentes dosis.
El arrendamiento no fue considerado un gasto directo del cultivo, solo debería tenerse en cuenta
como gasto directo en el MB si la tierra se arrienda para hacer solo cebada cervecera o cuando el
productor no es propietario de la tierra.
Los gastos de implantación y cultivo que son distintos entre tratamientos para el cálculo del MB
son:
- Los kilos de semillas sembradas ya que para los tratamientos en los que no se usa
inoculante (T 1,2 y 3) la densidad de siembra fue de 130 kg de semilla por ha, con
aplicación de la D1 de inoculante (T 4, 6 y 8) 128 kg/ha y con la D2 (T 5,7 y 9) 121
kg/ha de semilla.
- Los tratamientos 1, 4 y 5 no tienen gastos de fertilización.
- Los gastos en fertilizantes fosforados de los tratamientos 2, 3, 6,7, 8 y 9 fueron iguales;
80 Kg de PDA.
- Los gastos en fertilizante nitrogenado para los tratamientos 2, 6 y 8 fueron de 130 kg y
para 3,7 y 9 de 104 kg de Urea.
- Los tratamientos 1, 2 y 3 no tuvieron gastos en inoculante, los tratamientos inoculados
con D1 (4, 6 y 7) tuvieron un gasto de 1U$s por parcela y los T con D2 (5, 8 y 9) de 0,1
U$s por parcela.
Los gastos de cosecha (8%) y comercialización (comisión por acopio 2% y corredor 1%) fueron
calculados como porcentajes del rendimiento promedio de los tres bloques ensayados con cada
tratamiento. Para el cálculo del flete, dado que la ubicación fue la misma para las 27 parcelas, los
MB de cada uno de los 9 tratamientos se calcularon tomando 20 km de flete corto y 100 km de
flete largo considerando el rendimiento promedio de cada uno. El seguro (10 U$s por parcela) y
las paritarias (1,14 U$S por parcela) fueron tomados como valores fijos en los nueve
tratamientos.
Respecto de los ingresos para su cálculo se tomó el precio de cebada cervecera, denominado
“franco al costado del buque en el puerto de carga convenido” -Free Alongside Ship, FAS- a
Diciembre 2017 por ello en los gastos se descontaron los gastos de comercialización, flete y
paritarias para cada tratamiento.
h) Análisis estadístico de los datos. Los datos obtenidos de las variables evaluadas se analizaron
utilizando el análisis de varianza (ANOVA) y se evaluaron las diferencias entre tratamientos por
el test de Tukey (P≤0,05), utilizando el programa InfoStat versión 2018.
13
5. Resultados y Discusión
En el análisis del poder germinativo de las semillas con las diferentes dosis de inoculación (T (0),
D1 (1,5x109) y D2 (1,5x107)), se observó un mayor porcentaje de germinación en las semillas
inoculadas que en el testigo sin inocular (D2=91%, D1=86% y T=85%). La variable emergencia
de plántulas/metro cuadrado, presentó diferencias significativas con el test Tukey (p ≤
0,05).Teniendo al testigo absoluto como referencia (T1), se puede ver un aumento en los
tratamientos inoculados T6 (+3,73) y T9 (+17,16%). Dentro de los tratamientos testigos sin
inocular, hubo un aumento en T2 (+8,96%) y T3 (+4,85%).
Las variables macollos por metro lineal, espigas/metro cuadrado; y peso de mil semillas, no
presentaron diferencias significativas (p ≤ 0,05) respecto del testigo (T1) como muestra el grafico
2. Para la primera, respecto del testigo absoluto se registraron aumentos en casi todos los
tratamientos inoculados 4 (+6,69%), 5 (+2,82%), 6 (+0,70), 7 (+8,45) y 8 (+3,52%). Dentro de
los testigos sin fertilizar hubo un aumento en el tratamiento T3 (+16,55%) con una D2 de
inoculante. En el T9 con D2 y con el 80% de la fertilización con urea, se manifestó una
disminución. Para la segunda, espigas/metro cuadrado, se observa que teniendo al testigo
absoluto como referencia (T1), hubo incrementos en casi todos los tratamientos inoculados 4
(+26,79%), 6 (+13,31%), 7 (+1,02%), 8 (+19,45%) y 9 (+9,73%). Dentro de los tratamientos
testigos sin inocular hubo un aumento en T2 (+37,88%) y T3 (+7,00%).En el T5, con la D2 de
inoculante y sin fertilizar presenta una disminución. Para la tercera variable que no presenta
diferencias significativas, el peso de mil semillas, respecto del T1 se observa un aumento en todos
los tratamientos inoculados 4 (+8,02%), 5 (+12,50%), 6 (+14,42), 7 (+20,28), 8 (+17,76%) y 9
(+2,79%). Dentro de los tratamientos testigos fertilizados pero sin inocular, hubo un aumento en
el T2 (+6,64%) y T3 (+3,85%).
Cuadro Nº 1: Promedio de los tres bloques, variaciones porcentuales y significancia del test de Tukey
(p≤0,05) de las variables emergencia de plántulas/metro cuadrado, macollos/ metro lineal,
espigas/metro cuadrado; y peso de mil semillas, según tratamientos en un cultivo de cebada var
Scarlett.
Tratamiento
Promedio
de los 3
bloques
Variación
%
respecto a
CS
Tukey
*
Promedio
de los 3
bloques
Variación
%
respecto a
CS
Tukey
*
Promedio
de los 3
bloques
Variación
%
respecto
a CS
Tukey
*
Promedio
de los 3
bloques
Variación
%
respecto a
CS
Tukey
*
1) (CS) 178,67 0 A 94,67 0 A 97,67 0 A 33,28 0 A
2) (CC/
CF100)194,67 0,09 B 86,67 -0,08 A 134,67 0,38 A 35,49 0,07 A
3) (CC/ CF80) 187,33 0,05 B 110,33 0,17 A 104,5 0,07 A 34,56 0,04 A
4) (D1/ SF) 165,33 -0,07 AB 101 0,07 A 123,83 0,27 A 35,95 0,08 A
5) (D2/SF) 177,33 -0,01 B 97,33 0,03 A 90,67 -0,07 A 37,44 0,13 A
6) (D1/CF
100)185,33 0,04 B 95,33 0,01 A 110,67 0,13 A 38,08 0,14 A
7) (D1/CF 80) 164 -0,08 AB 102,67 0,08 A 98,67 0,01 A 40,03 0,2 A
8) (D2/CF
100)158,67 -0,11 AB 98 0,04 A 116,67 0,19 A 39,19 0,18 A
9) (D2/CF 80) 209,33 0,17 B 90,67 -0,04 A 107,17 0,1 A 34,21 0,03 A
Emergencia (Nº
plántulas/m2)
Macollos (Nº macollos/m
lineal)Espigas (Nº espigas/m2) Peso de mil semillas (gr)
*Promedios con una letra común no son significativamente diferentes según test de Tukey (p > 0,05), las letras distintas indican diferencias
estadísticamente significativas
14
Gráfico Nº2: Promedio de los tres bloques y significancia del test de Tukey (p≤0,05) para las
variables: emergencia de plántulas/metro cuadrado, macollos por metro lineal, espigas/metro
cuadrado; y peso de mil semillas según tratamientos en un cultivo de cebada var Scarlett
15
Tanto la variable rendimiento como el porcentaje de proteína en grano presentaron diferencias
significativas (p ≤ 0,05) según Tukey (cuadro 2). Analizando el rendimiento (kg/ha), tomando
como referencia al T1, hubo un aumento en los tratamientos inoculados y fertilizados con urea, 6
(+38,50), 7 (+15,55), 8 (+6,42%) y 9 (+11,24%). Ambos tratamientos testigos fertilizados sin
inocular presentaron incrementos, T2 (+26,84%) y T3 (+5,75%). Los T4 y T5, inoculados pero
sin fertilizar con urea, presentaron una disminución en esta variable. En el porcentaje de proteína
en grano respecto de T1, hubo un aumento en los tratamientos 2 (+6.94%), 3 (+0.30%), 6 (+2.54),
9 (+2,64%) (Gráfico 3). Considerando las normas de comercialización de cebada que fijan un
porcentaje mínimo de proteína de un 9.5% y un máximo de 13% para su recepción, podemos
concluir que todos los tratamientos entran dentro del rango aceptado por la industria cervecera.
El rendimiento del testigo absoluto fue superado por todos los tratamientos a excepción del T4 (-
12,51%). La máxima diferencia se obtuvo en el T6 (+38,50%) aunque también se observaron
incrementos en los tratamientos T2 (+26,84%), T7 (+15,55%), T9 (+11,24%), T8 (+6,42%) y T3
(+5,7%). Los tratamientos solamente biofertilizados presentaron disminuciones en el
rendimiento, T4 (-12,51%) y T5 (-3,45%). Se puedo observar que la inoculación por sí sola no
sirve para mejorar el rendimiento a las dosis planteadas por este ensayo.
Cuadro Nº2: Promedio, variaciones porcentuales y significancia del test de Tukey (p≤0,05) de las
variables rendimiento y porcentaje de proteína en grano, según tratamientos en un cultivo de cebada
var Scarlett
Rendimiento (Kg/ha) Proteína (% en grano)
Tratamiento Promedio de los 3 bloques
Variación %
respecto a CS
Tukey* Promedio de los 3 bloques
Variación % respecto a
CS
Tukey*
1) (CS) 3984,00 0,00 AB 10,94 0,00 CD
2) (CC/ CF100) 5053,28 0,27 AB 11,70 0,07 G
3) (CC/ CF80) 4212,97 0,06 AB 10,97 0,00 DE
4) (D1/ SF) 3485,64 -0,13 A 10,72 -0,02 C
5) (D2/SF) 3846,60 -0,03 AB 9,59 -0,12 A
6) (D1/CF 100) 5517,87 0,39 B 11,31 0,03 EF
7) (D1/CF 80) 4603,44 0,16 AB 10,32 -0,06 B
8) (D2/CF 100) 4239,83 0,06 AB 10,08 -0,08 B
9) (D2/CF 80) 4431,71 0,11 AB 11,23 0,03 F *Promedios con una letra común no son significativamente diferentes según test de Tukey (p > 0,05), las letras distintas indican diferencias estadísticamente significativas
Para analizar la variable calibre de las semillas obtenidas en cada uno de los nueve tratamientos,
en principio fue necesario clasificarlas separándolas en distintas fracciones. Por un lado la de
calibre mayor a 2,5 mm que es la requerida por la industria cervecera, la de calibre mayor a 2,0
mm que se acepta pero recibe una penalización y la de calibre menor a 2,0 que es severamente
castigada. Los tres calibres presentaron diferencias significativas (p ≤ 0,05) respecto del T1.
Según las normas de comercialización de cebada cervecera, el calibre sobre zaranda de 2,5 mm
debe contar con un mínimo del 80% del total de la muestra. Esta condición hace que solo los
16
tratamientos 2, 5, 7 y 8 sean factibles para la producción de cebada cervecera. Los demás
tratamientos no produjeron la calidad de grano requerida para la industria.
Teniendo al testigo absoluto como referencia, se puede ver un aumento en el porcentaje de granos
con mayor calibre comercial (>2,5mm) en los tratamientos inoculados 5 (+20,67%), 6 (+12,08), 7
(+16,05), 8 (+23,16%) y 9 (+11,71%). El T4 inoculado con D1 y sin fertilización química es el
que resulta en mayor cantidad de granos en la fracción mayor a 2 mm y menor a 2,5 mm.
Gráfico Nº3: Promedio y significancia del test de Tukey (p≤0,05) de las variables rendimiento y
porcentaje de proteína en grano, según tratamientos en un cultivo de cebada var Scarlett
Gráfico Nº4: Distribución porcentual de los granos obtenidos según fracción de calibre de
semilla, para cada tratamiento ensayado
17
Cuadro Nº3: Distribución porcentual de los granos obtenidos según fracción de calibre de
semilla, variación porcentual respecto al testigo y significancia de Tukey (p ≤ 0,05), para cada
tratamiento ensayado.
Según los resultados de los MB en U$s/ha, los tratamientos que han obtenido una variación
positiva respecto del testigo fueron T6 (+32,8%), T2 (+16,2%) y T7 (+3,0%). Existen diferencias
en los gastos directos del cultivo, siendo el del T 6 de 603,4 U$S/ha, el T2 de 584,1 U$S/ha, y el
T 7 de 548,9 U$S/ha.
Como se observa en el grafico 5, línea roja, solo los tratamientos 4 y 5 sin fertilizar pero tratados
con biofertilizante tuvieron ingresos menores que el testigo. El T5 tiene más gastos que T4
porque el rendimiento/ha obtenido es mayor y se incrementan los gastos de cosecha y flete. Los
demás tratamientos superaron los ingresos obtenidos por el testigo pero sus gastos directos fueron
mayores por la fertilización con PDA y urea.
Cuadro Nº4: Ingreso Bruto, Gastos directos, MB y relación G/MB en U$s/ ha por tratamiento y
ordenados según MB decreciente
Indicador
U$s/ha
6) (D1/CF 100)
2) (CC/
CF100)
7) (D1/CF
80) 1) (CS)
9) (D2/CF
80)
5)
(D2/StF)
8) (D2/CF
100)
3) (CC/
CF80)
4) (D1/
SF)
IB 1379,5 1263,3 1150,9 996,0 1107,9 961,7 1060,0 1053,2 871,4
Gastos 603,4 584,1 548,9 411,5 533,1 396,1 539,0 532,9 388,7
MB 776,0 679,2 601,9 584,5 574,9 565,5 521,0 520,3 482,7
G/IB 0,44 0,46 0,48 0,41 0,48 0,41 0,51 0,51 0,45
Fuente elaboración propia con resultados del MB de los distintos tratamientos ensayados
Tratamiento
Calibre (mm) >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0
%
granos/calibr
e mm
64,80% 34,76% 0,44% 85,76% 13,91% 0,33% 73,42% 26,25% 0,33% 62,95% 36,58% 0,47% 85,47% 14,10% 0,43%
Variación (%) 0 0 0 85,76% 13,91% 0,33% 73,42% 26,25% 0,33% 62,95% 36,58% 0,47% 85,47% 14,10% 0,43%
Tukey* A BC A B A A AB ABC A A C A B A A
Tratamiento
Calibre (mm) >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0 >=2,5 >=2,0 <=2,0
%
granos/calibr
e mm
76,89% 22,92% 0,20% 80,85% 18,89% 0,26% 87,96% 11,60% 0,43% 76,51% 23,03% 0,46%
Variación (%) 76,89% 22,92% 0,20% 80,85% 18,89% 0,26% 87,96% 11,60% 0,43% 76,51% 23,03% 0,46%
Tukey* AB ABC A AB AB A B A A AB ABC A
5) (D2/SF)
6) (D1/CF 100) 7) (D1/CF 80) 8) (D2/CF 100) 9) (D2/CF 80)
*Promedios con una letra común no son significativamente diferentes según test de Tukey (p > 0,05), las letras distintas indican diferencias
estadísticamente significativas
1) (CS) 2) (CC/ CF100) 3) (CC/ CF80) 4) (D1/ SF)
18
Gráfico Nº5: MB promedio y Gastos directos de los nueve tratamientos ensayados en U$S /ha,
campaña 2017.
Fuente elaboración propia con resultados del MB de los distintos tratamientos ensayados
Síntesis de los resultados obtenidos
Siguiendo con las normas de comercialización de cebada cervecera, todos los tratamientos
ensayados están dentro de los parámetros aceptados de proteína (entre 9,5 y 13%), pero en el
calibre (80% de la muestra con calibre >2,5mm) solo los T 2 (85,76%), T 5 (85,47%), T 7
(80,85%) y T 8 (87,96%) están dentro del rango aceptable.
Cuadro Nº5: Variación % respecto al tratamiento testigo (T1) de las variables medidas, relación
G/IB en U$s y % de granos con calibre superior a 2,5 mm para todos los tratamientos ensayados.
Fuente: elaboración propia en base a todas las variables medidas para los distintos tratamientos
ensayados.
Tratamiento Emergencia Macollos EspigasPeso 1000
semillasRendimiento %Proteina MB
Relacion
U$sG/U$SIB
Calibre de
mas de 2,5
mm
1) (CS) - - - - - - - 0,41 65%
2) (CC/ CF100) 0,09 -0,08 0,38 0,07 0,27 0,07 16,21 0,46 86%
3) (CC/ CF80) 0,05 0,17 0,07 0,04 0,06 0,00 -10,98 0,51 73%
4) (D1/ SF) -0,07 0,07 0,27 0,08 -0,13 -0,02 -17,41 0,45 63%
5) (D2/SF) -0,01 0,03 -0,07 0,13 -0,03 -0,12 -3,25 0,41 85%
6) (D1/CF 100) 0,04 0,01 0,13 0,14 0,39 0,03 32,77 0,44 77%
7) (D1/CF 80) -0,08 0,08 0,01 0,20 0,16 -0,06 2,99 0,48 81%
8) (D2/CF 100) -0,11 0,04 0,19 0,18 0,06 -0,08 -10,87 0,51 88%
9) (D2/CF 80) 0,17 -0,04 0,10 0,03 0,11 0,03 -1,65 0,48 77%
Variacion % respecto del tratamiento 1
19
Entre los tratamientos que no incorporan en el manejo del cultivo fertilizantes químicos, el T1 y
el T4 no alcanzan el porcentaje de granos con el calibre comercial de la cebada cervecera.
Además, el T4 biofertilizado con D1 presentó el MB más bajo de todos los tratamientos. El T5
alcanzó el calibre comercial con la menor dosis de biofertilizante. Si bien el rendimiento y el MB
son levemente inferiores al testigo, la ventaja del T5 es que no se incorporó fertilizante químico al
suelo. En relación a los indicadores económicos los T5 y T1, presentaron la mejor relación G/IB;
con poca inmovilización de capital se obtuvieron mayores ingresos brutos. El IB es mayor en
relación al gasto que en el resto de los tratamientos. Es interesante comparar el T8 con el T5, ambos alcanzaron el calibre comercial de los granos
pero el T8 obtuvo un MB más bajo por el mayor gasto directo en fertilizante químico, por lo
tanto, la relación G/IB resultó más alta. Resultando más conveniente el T5 que el T8 en términos
económicos y por la menor incorporación de urea al suelo.
De los tratamientos que incorporan fertilización química en el cultivo, el T3, el T6 y el T9 no
llegan al 80 % de granos con calibre mayor a 2,5 mm. El T3, sin biofertilizante, a pesar de que la
emergencia y el rendimiento son levemente superiores al testigo, los ingresos no alcanzan a
cubrir el gasto en fertilizante. Si bien el T6 obtuvo los mayores rendimientos y el mayor MB, es
necesario investigar con más ensayos el motivo por el cual se han obtenido valores de todas las
variables medidas por encima del testigo, sin embargo, incorporando el 100% de fertilizante
nitrogenado y con D1 de biofertilizante no alcanza la calidad comercial requerida. Teniendo en
cuenta que el modelo de estimación utilizado (Triguero 2.0 CREA) corresponde a la especie
trigo, quizás podría mejorarse el calibre ajustando la dosis de fertilización. El T9 obtuvo un MB
mayor y mejor relación G/IB que el T 8 porque aplica menos urea pero los granos no alcanzan el
calibre comercial.
Con el T7 se obtuvieron granos con el calibre comercial requerido utilizando biofertilizante en
dosis D1 y menos urea que el T8 se llegó a un MB mejor que el testigo (T1) y que los T5 y T8.
El T2, sin biofertilizante, presento mayor porcentaje de emergencia, el mayor nivel de proteína
(11,70%), se ubicó en el segundo lugar en cuanto al rendimiento y al MB, sin embargo sus gastos
son casi los más altos de los tratamientos ensayados por la cantidad de fertilizante químico
utilizada y por los gastos de comercialización y flete relacionados con su mayor rendimiento. El
T2 fue el que cumplió con las bases de comercialización y presentó el mejor margen bruto, siendo
un 16 % mayor al testigo.
Si analizamos los resultados de los tratamientos biofertilizados, dentro de los tratados con la D1
(T4, T6 y T7), solo con el T7 los granos alcanzaron calibre comercial y entre los tratados con la D
2 (T5, T8 y T9), con el T5 y el T8 los granos alcanzaron calibre comercial. Los valores obtenidos
con los tratamientos inoculados no son los que se esperaban inicialmente debido a que solo los
tratamientos inoculados T5, T7 y T8 lograron alcanzar las normas de comercialización. Sin
embargo, al momento de analizar su margen bruto, los tratamientos se posicionan por debajo del
testigo fertilizado con dosis completa (T2).
Conclusiones
En el marco de la agriculturización cambió el uso del suelo, tierra dedicada a la ganadería y
superficie desmontada de bosques y montes nativos actualmente se han incorporado a la actividad
agrícola. Parecería que el incremento de la superficie dedicada a la agricultura es irreversible. Por
ello el impacto ambiental del uso de agroquímicos debería morigerarse con el desarrollo de
prácticas de manejo de cultivos sustentables. El uso de microrganismos como biofertilizantes en
cereales, aunque se trate de una técnica relativamente moderna y con investigación pendiente,
20
constituyen una alternativa agronómica para preservar la fertilidad del suelo y la nutrición de las
plantas. La adopción y el uso eficaz de estos biofertilizantes, podrían ser un complemento o
sustitución parcial al uso de fertilizantes de síntesis química. Este tipo de tecnología sustentable
ha demostrado incrementos en la productividad, conservando el medio ambiente y disminuyendo
algunos gastos directos para el productor. Este trabajo no incorpora en los cálculos la valoración
de las externalidades positivas generadas por la menor incorporación de fertilizantes químicos. Es
necesario continuar con la investigación y la difusión de resultados que amplíen la información
disponible y validen el uso de este tipo de productos. En cebada cervecera, a pesar de que es un cultivo con potencial de expansión en la argentina, para
poder identificar las limitaciones de esta asociación y maximizar los beneficios, los estudios
sobre la interacción entre la planta y las bacterias aún son escasos. La inoculación se constituye
en una práctica que configura el cultivo, desde los estadíos tempranos, mejorando los parámetros
continentes y condicionantes del rendimiento. Según esta investigación, los tratamientos
inoculados poseen mayor poder germinativo que el testigo sin inocular, disminuyendo la
densidad de semillas por hectárea a sembrar impactando directamente sobre el gasto de
implantación y mejorando el margen bruto. En ese sentido, resulta necesario investigar con mayor
profundidad si esta tendencia se repite en las nuevas variedades de cebada cervecera ya que el
aumento del poder germinativo resulta una propiedad beneficiosa para el productor.
La inoculación de semillas de cebada cervecera var Scarlett con A. brasilense combinada con la
fertilización nitrogenada mejoró y evidenció resultados positivos para el rendimiento en el
cultivo, mostrando diferencias estadísticamente significativas (p ≤ 0,05) en las variables:
emergencia por m2, número de macollos por metro lineal, rendimiento, proteína, calibre (>2,5 y
>2,0) y repercutió en el margen bruto. La biofertilización con las dosis planteadas en este ensayo
no generan por si solas un aumento en el rendimiento, pero si tienen efectos positivos observables
en el poder germinativo, emergencia por m2, macollaje por metro lineal, espigas por m2 y
calibre. Este efecto adicional a la Fijación Biológica de Nitrógeno, propia de esta bacteria, nos da
indicios que la inoculación posee un efecto modulador del equilibrio fisiológico del cultivo en sus
estadios tempranos, mejorando los parámetros determinantes del rendimiento. Cuando las
situaciones de estrés se presentan, las plantas se encuentran configuradas previamente de otra
manera. Este efecto incide directamente en los parámetros determinantes del rendimiento o
colabora en la disminución de los gastos de implantación y de producción. Además, frente a la
aparición de adversidades, la planta muestra otra capacidad de respuesta como se ha evidenciado
en trabajos anteriores.
La fertilización por sí sola muestra un aumento del rendimiento en cualquiera de las dos dosis
utilizadas con respecto al testigo absoluto, pero con mayor impacto en el margen bruto del cultivo
dependiendo de la cantidad utilizada. La utilización combinada de ambas tecnologías, mejora el
rendimiento y el margen bruto del cultivo de cebada, en ambas dosis planteadas, se observan
siempre valores de rendimiento superiores al testigo absoluto como lo evidencia el tratamiento 6.
Sin embargo, éste, queda fuera de comercialización debido a no alcanzar el porcentaje de calibre
mínimo por un 3%. Si comparamos los tratamientos T2 y T6 con la dosis de fertilización
nitrogenada recomendada para la zona (CF100%), el agregado del inoculante en el T6 incrementa
el gasto en u$s 1 y el margen bruto se incrementa en u$s 96,8 mostrando un importante
diferencial a favor de la tecnología de biofertilización.
Teniendo en cuenta que los 9 tratamientos tienen MB positivo y que solo los T2, T5, T7 y T8
están dentro del rango aceptable para todas las variables estudiadas, resulta interesante destacar
que el T5 muestra la menor relación G/IB, seguido en orden creciente por los T2, T7 y T8. Esta
21
diferencia entre tratamientos impactaría en el cálculo de los costos de producción totales de las
explotaciones agropecuarias, resultando mayores para las relaciones mayores, dónde el capital
circulante y los intereses computados por su inmovilización serían más elevados. En situaciones
dónde el costo de oportunidad del capital es elevado, esta relación se torna relevante a la hora de
seleccionar alternativas.
Sería útil repetir este ensayo para obtener una mayor cantidad de datos que permitan una
confirmación o refutación de las tendencias observadas y un mejor análisis de los beneficios del
A. brasilense y otros biofertilizantes en el cultivo de cebada cervecera. Otro punto interesante
sería avanzar en la determinación de la interacción entre el inoculante y los productos
fitosanitarios presentes en el suelo.
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