8/16/2019 L a ignorancia
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a ignorancia y sus causas.
Durante decenios, la ignorancia ha sido considerada como
uno de los principales enemigos de las personas y de los
movimientos sociales que, a través del conocimiento,
buscaban desde su afirmación y libertad, hasta la
satisfacción del más pequeño de sus deseos o necesidades.
Hoy, sin embargo, tal inquietud se desprecia ante la
creencia comn de que el conocimiento es accesible
ilimitadamente a todo el mundo por igual. !o obstante, son
numerosas las nuevas apariencias que adopta en nuestros
d"as la ignorancia. #s el engaño mediante el cual son
conducidas nuestras vidas por los derroteros de la sumisión,
la inanición y la desesperación, para mayor consuelo y
tranquilidad de las élites de poder.
os gobiernos y sus oposiciones parlamentarias impiden la
difusión del conocimiento de todo aquello que pudiera
causar, si fuera conocido por el $%ueblo soberano&,
inconvenientes al $estado& o a la $clase pol"tica&' desde los
tratados y acuerdos intergubernamentales, hasta las más
elevadas predicciones que les informan con incre"ble
precisión a ellos y a sus gestores económicos y militares,
del estado de cosas en el futuro.
Desdeñan, ocultan o desvirtan los datos ante el cuerpo
social sobre la naturale(a y los efectos de enfermedades,
accidentes o riesgos industriales, energéticos y militares,
en un afán permanente de marginación del saber para
aquellos que forman la mayor parte del colectivo social.
)e oculta o se encubre el uso, destino y negocios
emprendidos con parte del dinero recaudado como pago al
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traba*o de los+las habitantes del pa"s.
oleran y fomentan la $educación confesional& para los más
amplios sectores y, al tiempo restringen el acceso a la
formación cient"fica, técnica y human"stica a la mayor"a de
los *óvenes.
)e niegan y esconden los traba*os e investigaciones
efectuadas en los laboratorios de las principales empresas
comerciales e industrias militares. - la ve(, los
protagonistas de tales descubrimientos, se encierran en su
torre de marfil con el beneplácito de los directivos que los
conducen.
as nuevas tecnolog"as se presentan como señuelo que
anuncia un inusitado progreso, cuando se viene marginando
sistemáticamente de ellas todo uso y aplicación que no s
oriente hacia la perpetuación del sistema pol"tico,
industrial, económico y militar imperante, cada ve( más en
contraposición con los intereses individuales de la
población.
a informática, pudiendonos facilitar un libre acceso a la
información, puede acarrear, de continuar el imperio de las
grandes multinacinles, que termine por centrali(arla y
mantenerla ba*o control susceptible de manipulación,
concluyendo or delegar la $verdad& en las máquinas.
, finalmente se nos aturde desde los medios con una
aparente multiplicidad de puntos de vista que esconden una
nica e/plicación de las cosas. #s su realidad cargada de
unos valores que se ocultan y que sólo persigue que todo
siga igual haciendosenos creer que vivimos en un cambio
permanente. #n ella, por e*emplo, los e/cluidos de los
procesos productivos que ellos mismos proporcionan, y a los
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que llaman $parados&, son culpables por no progresar en una
sociedad con iguales oportunidades' pretenden hacernos ver
que su sacrificio unido al é/ito y prosperidad del empresario
es la nica garant"a de progreso' hay creaciones sociales
que aparecen como consustanciales a la vida, as" ocurre
con el traba*o, el estado y la religión' la energ"a nuclear se
nos presenta como la nica energ"a capa( de solucionar lso
problemas energéticos actuales' el aborto se trata como un
crimen, ignorando las tragedias personales, los malos
tratos0' la e/plotación del tercer mundo se e/plica como un
simple fenómeno comercial, etc.
De ve( en ve(, una persona o grupo acierta a descubrir
cualquier patraña o niega el respeto a tanta verdad
doctrinal. o habitual entonces es que, o bien se le tache de
infantil, loco+a o senil, o se le impida toda posibilidad de
comunicación, castigando su osad"a con la marginación,
%ero también ocurre en no pocas ocasiones que,
desposeyéndosele de su intención inicial, se manipula su
discurso, ofreciéndosele a cambio el ingreso en la élite de
las autoridades intelectuales, administrativas o económicas.
1oncluyendo2 sólo nos es permitido discutir y actuar sobre
cuestiones dispersas y marginales a la marcha de nuestras
vidas y de la sociedad. )in embargo, observamos cómo
nuestras ra(ones y acciones, por más radicales que sean,
terminan redundando en beneficio del sistema contra el que
se levantan.
D# - -11134!
%ero por más que nos digan que las cosas no pueden ser de
otra forma, los cora(ones no cesan de sentir lo contrario.
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#se irracional sentimiento de saberse con la ra(ón, de que
las cosas no son como las pintan, crece desde lo más hondo
pugnando incesantemente por salir. #n ocasiones, no
logrando e/presarlo o no pudiendo hacerse entender por
nadie, la ra(ón se transforma en rabia, angustia o
desesperación. #sto nos puede volcar a la desilusión,
pasividad y abandono, o a la violencia indiscriminada.
-mbas alternativas, igualmente manipulables, se utili(an
desde el poder para *ustificar, a causa de la
pretendidamente innata maldad de todos los seres humanos,
sus métodos de alienación y represión.
#se sentimiento es también el que mantiene viva la llama de
la rebeld"a. #sta se e/presa individualmente o en grupos de
estudiantes, sindicalistas, feministas, antimilitaristas,
ecologistas o cualquier otro colectivo en lucha contra su
marginación. )in embargo, no ha llegado a alcan(ar la fuer(a
necesaria para generali(ar ni un discurso ni una horma de
vida cr"tica y alternativa a la sociedad imperante. es que,
pese a su intención, siguen moviéndose dentro de los
cauces que marca el sistema.
De ordinario, el discurso rebelde se separa de la conducta
personal. 1ualquiera puede ser un machista o portador de
otra conducta autoritaria y no entrar en contradicción con
su militancia o discurso pol"tico, as relaciones internas en
el seno de cualquier grupo pol"tico alternativo pueden
basarse en la competencia, en la delegación de
responsabilidades o, encontrarse totalmente *erarqui(adas.
- veces, el traba*o o la acción social se basan en conceptos
tales como el sacrificio, obligándoseles a todos por igual,
independientemente de su capacidad y posibilidad. a
individualidad y particularidad de cada persona se niega, en
esas ocasiones, en aras de la necesidad del grupo. a
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acción se orienta puntual y sectorialmente hacia eso que se
ha dado en llamar estructuras, es decir espec"ficas
relaciones laborales, legislativas o industriales.
)i como vimos, los discursos pueden ser circulares
redundando siempre en beneficio del sistema que
supuestamente atacan, con este comportamiento pasa lo
mismo. %or ello, el individuo le*os de practicar una doble
moral, debiera asumir ante s" mismo la responsabilidad de
sus decisiones, nica v"a para autoaceptarse ldicamente.
!uestra conducta cotidiana, el hacer de cada d"a y de cada
momento, as" como y las relaciones que mantenemos en
nuestros medios sociales son las más importantes formas
de producir y crear realidades. %ero cuando éstas no se
cuestionan ni cambian con criterios liberali(adores y
cr"ticos, se tornan igualmente circulares, reproduciéndose y
recreándose a s" mismas, y por lo tanto al sistema
autoritario y despectivo de donde surgen.
#s lógico, por otra parte, que replantearse la conducta
individual sea una costumbre en desuso dado el sentido
cuasi religioso, de sacrificio, que muchas opciones pol"ticas
han acabado dándole. )in embargo recobra un nuevo sentido
cuando se orienta de una forma ldica y placentera hacia el
cultivo colectivo de la individualidad. -lgo a lo que ya
numerosos grupos y personas tienden en sus actuaciones.
a sectoriali(ación de las luchas, ltimo reducto de la
rebeld"a, se viene denotando también inefica(. #l sistema,
funcionando como tal, es capa( de ceder y modificar algunos
de sus aspectos o elementos, sean económicos, energéticos
o *ur"dicos, sin que ello le suponga ningn problema.
5ápidamente modificará otro, de aquellos sobre los que no
e/ista presión alguna en sentido contrario, retornando al
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acción colectiva en un intento simultáneo de transformar la
sociedad transformándose individualmente. Hoy ha de
reconocerse la marginación que sufre esta forma de ver, de
comportarse y de actuar sobre el mundo, marginación que
entre otras, conduce a la falta de respuestas adecuadas a la
realidad en cada uno de los planos en que se manifiesta la
sociedad y los individuos.
-l retomar este pensamiento se pueden abrir nuevas v"as en
la bsqueda de un modelo de vida y sociedad distinto. %ara
ello se hace necesario describir y anali(ar desde la ética
anárquica el mundo en que nos hallamos inmersos. %ero
para ser consecuentes con el pensamiento anarquista, esa
descripción y análisis no puede prtir de un grupo de
iniciados+as, para después e/pandirse a los demás. Ha de
ser el resultado de un hacer comn de individualidades y
colectivos. !o puede consistir tan sólo en propuestas de
cambio estructural, económico o social de cualquier tipo,
sino que más bien, éstas deber"an orientarse hacia la
preocupación por el cambio personal que las propicie. )in
temor a cualquier calificativo de utópicos+as han de
perseguir el sueño de una sociedad sin $stado& ni
$autoridad&, basada en la mutua confian(a y acuerdo. a
práctica a la que de origen y sobre la que se asiente,
deber"a igualmente basarse en todo lo ldico que encuentre
en su camino. finalmente, deber"a articularse sobre el
má/imo respeto y consideración hacia la dignidad a*ena.
-l e/perimentar en esta dirección, la rebeld"a puede llegar a
alcan(ar sus más altas cotas de e/presión, impidiendo toda
apropiación por el sistema, ya que de intentarlo, éste
acabar"a por introducir en su seno el ácido que le corroer"a
sus entrañas, disolviéndolo en la nada, de donde resurgir"a
por fin nuestra libertad.
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