La Cultura Tras el Fenómeno Selfie
Nancy Paola Calderón Gómez Cód. 20181191002 Jorge Eliécer Caro Vargas Cód. 20181191004
Universidad Distrital Francisco José de Caldas Maestría en Comunicación - Educación
Línea de Medios Interactivos Bogotá 2020
La Cultura Tras el Fenómeno Selfie
Nancy Paola Calderón Gómez Cód. 20181191002 Jorge Eliécer Caro Vargas Cód. 20181191004
Tutor Hernán Javier Riveros Solórzano
Universidad Distrital Francisco José de Caldas Maestría en Comunicación Educación
Línea de Medios Interactivos Bogotá 2020
NOTA DE ACEPTACIÓN
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Director de Tesis
___________________________________
Maestro Hernán Javier Riveros Solórzano
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Evaluador 1.
____________________________________
Evaluador 2.
Bogotá 2020
Acuerdo 19 de 1998 del consejo superior universitario, artículo 177:
"La Universidad Distrital Francisco José de Caldas no será responsable por las ideas
expuestas en esta tesis".
Con cariño y agradecimiento para nuestras familias...Motivo y centro de todo esfuerzo
AGRADECIMIENTOS
A Dios que nos acompañó en este tiempo, dispuso las personas y los recursos necesarios para emprender, sostener y culminar este camino en orden a nuestro crecimiento intelectual y personal.
A nuestras familias por su generosidad y amor incondicional expresados en cada gesto de apoyo, para hacer realidad el sueño de fortalecer nuestra formación académica.
A nuestro Director de Tesis por su entrega en el acompañamiento del presente trabajo de investigación, sus valiosas orientaciones y la apertura para acoger nuestras ideas.
A nuestros compañeros porque desde cada una de sus disciplinas profesionales fueron ejemplo de creatividad y esfuerzo en el desarrollo de este espacio de formación.
CONTENIDO NOTA DE ACEPTACIÓN ACUERDO 19 DEL CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO DEDICATORIA AGRADECIMIENTOS TABLA DE CONTENIDO RESUMEN ABSTRACT INTRODUCCIÓN JUSTIFICACIÓN PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA OBJETIVOS CAPÍTULO I
1. Antecedentes 1.1 Revisión bibliográfica 1.2 Tendencias 1.2.1 Jóvenes 1.2.2 Redes Sociales 1.2.3 Identidad 1.2.4 Selfie
CAPÍTULO II
2. Marco Teórico 2.1 Selfie: Contemporaneidad tiempo, espacio y sociedad 2.1.1 De lo que se entiende por contemporaneidad 2.1.2 El tiempo 2.1.3 Espacio y sociedad 2.2 Selfie: Cotidianidad y redes sociales 2.2.1 De lo que se entiende por cotidianidad 2.2.2 Los lugares comunes 2.2.3 La redes sociales: nuevos espacios de socialidad 2.3 Imagen 2.3.1 De lo que se entiende por imagen 2.3.2 La fotografía selfie
CAPÍTULO III 3. Marco Metodológico 3.1 Diseño Metodológico 3.1.1 Enfoque 3.1.2 Un estudio exploratorio 3.1.3 La etnografía virtual como método 3.2 Contexto y población 3.3 Instrumentos y Análisis 3.3.1 Entrevista Semiestructurada 3.3.2 Entrevista Estructurada 3.3.3 Análisis Fotográfico 3.3.4 Matriz de Contemporaneidad
3.3.5 Matriz de Cotidianidad 3.3.6 Matriz de Composición de la Imagen 3.3.7 Observación Participante 3.3.8 Diario de Campo 3.3.9 Matriz de Seguimiento
CAPÍTULO IV 4. Hallazgos - Matriz de Triangulación 4.1 Generalidades 4.1.1. Contemporaneidad 4.1.2 Cotidianidad 4.1.3 Imagen 4.2 La Inercia Fotográfica 4.2.1 Convergencia y conexión 4.2.2 Autopromoción 4.2.3 Comunicación y socialidad
CAPÍTULO V
5. Conclusiones 5.1 Contemporaneidad 5.2 Cotidianidad 5.3 Imagen 5.4 La Inercia Fotográfica 6. Recomendaciones y reflexiones finales 7. Anexos Referencias
RESUMEN
La presente investigación corresponde al trabajo de grado para optar al título de
Magíster en Comunicación - Educación de la línea de investigación en Medios Interactivos.
Identifica los elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad, presentes en la
fotografía selfie y su incidencia en la cultura visual de este tiempo.
Aborda los conceptos de espacio, tiempo, imagen y cotidianidad en la cultura
contemporánea, como base del análisis de las fotografías selfie de la población de estudio y
sus apreciaciones sobre el tema.
Define la red como un nuevo mecanismo para la invención de lo cotidiano y afirma
que las mediaciones de la cultura digital han logrado generar una forma privilegiada de la
imagen que se convierte en mirada y cultura visual a través de la selfie.
Con la investigación se concluye que la selfie plantea un nuevo estilo para comunicar
desde lo visual que encuentra en las redes sociales un lugar común para publicar la
cotidianidad, donde se expresa la percepción del mundo y la forma en que se habita el
universo digital.
Palabras claves: Selfie, fotografía, contemporaneidad, cotidianidad, imagen
ABSTRACT
The present investigation corresponds to the work of degree to apply for the title of
Master in Communication - Education of the line of investigation in Interactive Media.
Identify the cultural elements of contemporaneity and everyday life, present in selfie
photography and their impact on the visual culture of this time.
It addresses the concepts of space, time, image and everyday life in contemporary
culture, as the basis for the analysis of the selfie photographs of the study population and
their appreciations on the subject.
It defines the network as a new mechanism for the invention of everyday life and
affirms that the mediations of digital culture have managed to generate a privileged form of
the image that becomes a look and visual culture through the selfie.
With the research, it is concluded that the selfie poses a new style to communicate
from the visual that it finds in social networks a common place to publish everyday life,
where the perception of the world is expressed and the way the digital universe is inhabited.
keywords: selfie, photography, contemporaneity, everyday life, image.
INTRODUCCIÓN
"Todo depende de cómo vemos las cosas y no de cómo son en la realidad"
Carl Gustav Jung
El presente trabajo tiene por objetivo identificar los elementos que inciden en el
fenómeno selfie y hacen parte de la cotidianidad y la contemporaneidad; visto como una
oportunidad para dar rienda suelta al interés por conocer un poco más, sobre una situación tan
comúnmente vivida, como el hecho mismo de tomar una fotografía.
Todos hemos estado presentes en el momento, en que se escucha la expresión
“¡foto!”... Acaso ¿No ocurren cosas interesantes?... Seguramente hemos visto cómo de
inmediato se responde a la invitación y en segundos; los convocados se involucran en un
escenario casi siempre improvisado para hacer la mejor pose y capturar la memoria de un
instante a través de una fotografía ahora digital y de acceso inmediato. Sin olvidar esos
segundos de silencio mágico que preceden a la captura de la fotografía, como si en efecto un
ruido fuera capaz de dañar la maniobra.
En ese sentido ¿Qué es eso tan atractivo que tiene la fotografía y produce tantos y tan
diversos comportamientos? ¿Qué esconden las fotografías selfie para adquirir cierta
importancia en la vida de muchas personas de este tiempo?
Éstas y otras tantas preguntas se convirtieron en el pretexto perfecto para iniciar una
empresa investigativa como esta. Un sueño desde la academia para poder ser parte activa de
una reflexión y una propuesta que permita hacer otra lectura de la fotografía selfie como
fenómeno cultural.
Se trata de interpelar desde el mundo académico sobre otros aspectos que convergen
en la fotografìa selfie. Un espacio, un gesto, el impacto de la luz; la representación de
hombres y mujeres que se modifica; acotando que es uno de los mecanismos más empleados
para narrar la vida en los denominados Social Media.
A diario hombres y mujeres permiten que otros atentos a la pantalla descubran con la
observación de cada selfie, lo más clave de una realidad que es objeto de representación y
reacción por parte de la audiencia a la que llegamos con nuestras publicaciones.
Para iniciar el presente estudio se definieron las categorías que orientan nuestro
análisis sobre la fotografía selfie: contemporaneidad, cotidianidad e imagen. Posteriormente
se presenta una breve aproximación a la evolución del fenómeno; esto con el propósito de
reconocer sus cambios con el paso de la historia, pues la finalidad era comprender cómo el
contexto histórico determina el fenómeno, sus características, desarrollos y transformaciones;
lo que constituye una de las principales motivaciones para la realización de la presente
investigación.
Para cada una de las categorìas de investigación hemos apelado a los conceptos de
autores diversos, cuyos postulados orientan nuestra reflexiòn sobre contemporaneidad,
cotidianidad e imagen; lo que constituye un punto de referencia para cumplir con nuestros
objetivos.
Desde lo técnico, se habla de las características y contenidos de la fotografía selfie.
Elementos que determinan su publicación en las redes sociales, como parte de una de las
expresiones del hombre contemporáneo y la manifestación constante de los efectos de la
inmersión tecnológica en que la que vive.
Conceptos y reflexiones que se aplicaron en el análisis de las imágenes selfie y la
opinión sobre el fenómeno, expresada por los estudiantes de II a III Semestre de la Maestría
de Comunicación-Educación de la línea de Medios Interactivos (2018-2019), en la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas; elegidos como población de estudio.
Es una apuesta por investigar desde la casa, desde las experiencias que de manera
espontánea o premeditada se hacen visibles en sus fotografías selfie. La facilidad para
interactuar con ellos y la mayoría de edad de sus integrantes; fueron algunos de los criterios
básicos para elegirlos como una población susceptible de ser investigada frente al tema; esto
si consideramos la necesidad de contar con su consentimiento para acceder a sus fotografías
selfie, perfiles en redes sociales y opiniones personales a través de entrevistas virtuales.
Situación que desde el orden práctico no podíamos tener en las poblaciones con las
cuales compartimos a diario desde el contexto laboral. Trabajamos con un grupo de 20
maestrantes, en su mayoría docentes y comunicadores sociales que nos proporcionaron
diversos aspectos que enriquecieron el presente estudio, en su desarrollo y hallazgos
posteriores.
JUSTIFICACIÓN
"No hay nada peor que la imagen nítida de un concepto difuso”.
Ansel Adams
Vivimos en un tiempo de cambios constantes, el hombre interactúa y establece
relaciones con el mundo y quienes lo habitan de formas diversas. Existen muchas maneras
para mostrar quiénes somos, cuáles son nuestras preferencias y hábitos, lo que viene a
integrarse en un conjunto de prácticas que no son estàticas, por el contrario, se van
modificando cada día y en cada grupo de manera diferente.
Sin advertirlo, hacemos parte de esa transformación constante y resulta pertinente
hacer una revisión de aquellos movimientos que de una u otra forma vienen construyendo
maneras de ser y permanecer en nuestro mundo; empleando formas de expresión o hábitos
que toman fuerza con el tiempo hasta integrarse a la cotidianidad.
Concretamente, la fotografía “selfie”; es una de esas tendencias contemporáneas que
se convirtió en fenómeno a nivel mundial. Una actividad que traspasa fronteras de edad, sexo,
condición económica, nivel educativo o convicciones ideológicas; un asunto que quizá,
genera más preguntas que respuestas.
¿Qué elementos de la cultura hacen que la gente se represente a través de un
autorretrato? ¿Cuáles son los elementos que hallan en este tipo de imágenes un punto de
convergencia? ¿Qué implicaciones psicológicas, políticas, sociales o culturales subyacen en
una situación como ésta? ¿Por qué logra impactar tanto la fotografía selfie? ¿En qué medida
constituye una nueva forma de representación del individuo?
Las preguntas podrían continuar y aunque la presente investigación, pretende
identificar los elementos culturales de la contemporaneidad y cotidianidad que confluyen en
las construcción de fotografías selfie; no se trata de una apuesta académicamente ambiciosa,
como si de una aproximación al asunto desde la teoría y la práctica.
Es un ejercicio que se inició con la indagación de aquello que se ha dicho al respecto
en diferentes perspectivas, la profundización de varios conceptos y la propuesta desde el
análisis de lo que puede considerarse como un nuevo aporte revisando la cultura y el contexto
histórico que vivimos.
Una inquietud investigativa que nace en el marco de los estudios de la Maestría en
Comunicación - Educación, de la línea de Medios Interactivos que busca generar aportes en
torno a un fenómeno; llamando la atención desde la investigación, para propiciar reflexiones
que favorezcan otras lecturas de las mediaciones. Un momento para intentar aclarar lo difuso
de algunas situaciones.
No se trata de ser observadores pasivos, sino agentes activos que hacen un ejercicio
interpretativo de lo que acontece en las formas de comunicación que se abren camino en el
contexto actual. Uno de ellos, la fotografìa selfie, que en este estudio no es analizada desde lo
moral que la califica de positiva o negativa o se restringe a los peligros que corren los
individuos que la prefieren.
Más bien, es un esfuerzo por descubrir y entender los aspectos implícitos en la
fotografía selfie. Un conjunto de reflexiones que nos interpelan como investigadores al ser
testigos del impacto que se genera en el espectador cuando se contempla al mismo tiempo la
obra y el artista que componen la imagen.
Situaciones que nos cuestionan desde sus motivaciones, los contenidos que transmiten
y la no lejana experiencia de estar ante una cultura visual que emerge y encanta porque
modifica la mirada del que observa y el que construye su imagen a través de la selfie.
Se trata de ir más allá de la comprensión de la fotografía selfie, como una moda o una
manifestación del desarrollo tecnológico. Consiste en reflexionar sobre el momento que
vivimos, la cultura de la cual hace parte esta práctica. Nuestra experiencia como seres
humanos es mucho más visual y es objeto de interés para otros que la observan. Situación que
termina retando a quien se toma la selfie y es invitado a mostrar determinados contenidos,
sugerir ideas o estilos de vida que resultan interesantes para la reflexión y el análisis
académico.
Entendiendo que la fotografía selfie hace parte de la cultura visual propia de la
actualidad y en la que todos estamos inmersos, retomamos a Nicholas Mirzoeff (1999) en su
libro Una Introducción a la Cultura Visual según el cual “La distancia entre la riqueza de la
experiencia visual en la cultura postmoderna y la habilidad para analizar esta observación
crea la oportunidad de convertir la cultura visual en un campo de estudio” (p.19). Es ahí
donde la fotografía selfie nos interroga y plantea diversos desafíos desde la investigación.
La cultura tras el fenómeno selfie, es pues, una inquietud urgente para entender un
fenómeno mediático, actual, fuerte y complejo. Es un ejercicio para generar una reflexión
interpretativa, iluminada desde la academia. Es una apuesta por estudiarnos para
comprendernos. Es una investigación en nuestra opinión necesaria, en medio de tantas
alternativas que nos distraen de lo que nos identifica como seres humanos de este tiempo, de
ser auténticos, de ser nosotros mismos. Es una empresa que busca, desde la fotografía selfie,
ver lo que no se ve y aprender de lo que se mira, maravillarnos con el tiempo detenido en una
imagen, para advertir lo que pasó, pero sobre todo, para descifrar hasta donde sea posible
aquello que motiva nuestro interés por vernos bien a nosotros mismos en una fotografía.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Somos testigos de un proceso de transformación en las formas empleadas por el
individuo para representarse. Su cotidianidad no se construye, ni restringe de manera única a
los contactos o relaciones que se establecen en la vida real. El hombre contemporáneo
encontró en las redes sociales y el mundo virtual, un punto de encuentro para compartir su
cotidianidad. Se trata de un fenómeno emergente que con el paso del tiempo se consolida y
adquiere poder, para convertir al sujeto en el reportero de su propia historia y entorno.
Las implicaciones, pasan por la consideración de la cotidianidad como protagonista
de la representación a través de la fotografía selfie y la enajenación del sujeto que
visualmente se muestra como un producto de aquello socialmente aceptado y bien calificado.
Surgen entonces otro tipo de deseos y premisas para el hombre de hoy que de manera
inconsciente le invitan a hacer parte del entorno digital bajo sus condiciones; sin que pueda
marginarse por convicción propia de un entorno que además de estar relacionado con lo
personal en muchas ocasiones se extiende hacia lo profesional; sin olvidar que estaría
privándose de actuar según los cambios del momento histórico que le correspondió vivir.
Circunstancias que suscitan interrogantes y retos en el campo académico sobre sus
causas y consecuencias; como primer paso para entender una parte del mundo en que
vivimos. No se trata de relacionar al hombre, la fotografía selfie y los desarrollos
tecnológicos de los que depende, con un régimen que coarta y condiciona, mucho menos de
reducir esta forma de representación a una calificación positiva o negativa de la que es
preferible escapar.
Más bien es una invitación a indagar en los elementos que inciden en su
posicionamiento en las mentes y el mercado, sin quedarnos en la asociación de este fenómeno
con una tendencia propia de un tiempo histórico o la expresión de una transformación social
o cultural. Para muchos el auge de la fotografía selfie es solo una muestra del hedonismo
humano, una fuente de superficialidad o la manifestación de ese deseo que habita en cada uno
y que nos motiva a sentirnos satisfechos en la medida en que somos reconocidos.
Sin ser millonario o famoso, el hombre actual cuenta con un público propio, un
entorno que le sigue y al que debe mantener expectante sobre el contenido de sus
publicaciones, en particular las fotografías selfie con su versatilidad y características propias
logran satisfacer ese deseo de compartir y divulgar lo que antes era considerado como íntimo
hasta mantener la atención fija en lo que otros pueden publicar sobre lo mismo, pero con un
estilo diferente.
Como investigadores nos cuestiona aquello que pasa en lo cotidiano y que motiva al
individuo a representarse y compartir su realidad a través de la fotografía selfie y cómo este
ejercicio fotográfico revela diversos universos de la contemporaneidad, teniendo presente
temas que no se abordaron con anterioridad y pueden constituir un aporte desde lo
académico.
El pensamiento del hombre, sus maneras de vivir la cotidianidad y las formas de
sentirse parte de la contemporaneidad se van transformando; por lo que se hace necesario
cuestionar e indagar sobre acciones aparentemente sutiles y simples pero que demuestran
todo un cambio en las maneras de representar la vida a través de la fotografía.
Es por eso que el presente estudio se plantea como pregunta de investigación:
¿Cuáles son los elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad que se
expresan en la construcción de fotografías selfie de los estudiantes de II a III Semestre de la
Maestría de Comunicación - Educación, Universidad Distrital Francisco José de Caldas en la
línea de investigación de Medios Interactivos? Interrogante cuya respuesta apela a la
intención del campo de la comunicación-educación según el cual es preciso partir de una
serie de reflexiones y acciones que compartimos a continuación, como fruto de nuestro
encuentro con una población de estudio, elegida bajo criterios que van desde la condición
académica, la edad y las características de sus publicaciones en redes sociales; hasta su
diversidad de experiencias en diferentes áreas del conocimiento. Todo esto nos permitió
indagar y hallar opiniones llenas de riqueza y un material fotográfico que nos dio cuenta de
los contenidos de sus fotografías selfie que siendo un fenómeno emergente se consolida sin
establecer diferencias. Una situación que nos motivó a constatar que siendo cuerpos visibles y
conectados a través de la selfie se expresan las características propias de la subjetividad de la
época en la que prevalece la imagen y los nuevos modos de relación que se establecen con el
mundo y los otros a través de las imágenes que a diario son publicadas en las redes sociales.
OBJETIVOS
Objetivo General
Identificar los elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad que se
expresan en la construcción de las fotografías selfie de los estudiantes de II a III Semestre de
la Maestría de Comunicación - Educación en la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas en la línea de investigación de Medios Interactivos. (2018 - 2019)
Objetivos Específicos
Caracterizar las formas en las que se expresan los elementos centrales de la cultura
contemporánea (tiempo-espacio-sociedad) en los entornos digitales.
Analizar las maneras en las que se manifiesta la cotidianidad en la configuración de
imágenes y perfiles en redes sociales.
Comprender las relaciones entre la representación fotográfica en redes y la
configuración de nuevas culturas visuales; como elementos propios de la cotidianidad y la
contemporaneidad.
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES 1. Antecedentes
La presente investigación se inscribe en el marco de la Maestría en Comunicación
Educación en la línea de medios interactivos de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas, lleva por título La Cultura tras el Fenómeno Selfie, con el fin de identificar los
elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad que se expresan en la
construcción de estas fotografías (selfies), en una población concreta de la Institución. Es un
esfuerzo por acercarse a este fenómeno cada vez más fuerte en la sociedad actual.
Aunque si bien la producción literaria al respecto es muy alta, nos vimos en la
necesidad de ser cada vez más específicos en la consulta, pues inicialmente, aplicando las
palabras el fenómeno selfie en algunos motores de búsqueda, encontramos las siguientes
coincidencias: 4´920.000 en Google, 83,308 en Redalyc.org, 3,460 en Google Académico,
2,716 en Press Readres, 1,304 en Scopus (Elsevier), 431 en Academia.edu, 155 en Sage
Knowledge, 99 en la Biblioteca Digital Mundial, 64 en digitalia hispánica, 52 Revista
Nómadas, 24 en Proquest, 6 en Ebooks, 6 en Ebscohots (Base de datos para la información);
y, 0 resultados en la Biblioteca Luis Ángel Arango, JSTOR (Journal Stor), Multilegis, DOAJ
(Directory of Open Acces Journals), Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología, Web of
Science, Reddolac (Red de Docentes de Latinoamérica - Portal de tesis de Latinoamérica), y
en Magisterio editorial.
Frente a la investigación con la producción en las Instituciones de Educación Superior
es importante aclarar que se realizó la consulta primero con sus catálogos, luego en sus
repositorios y finalmente se eligieron los documentos con mayor pertinencia para la
investigación obteniendo los siguientes resultados
Universidad Catálogo Repositorio Aplica para la investigación
Nacional 135 10 1
Distrital 117 10 6
Pedagógica 98 8 0
Salle 103 1 1
Javeriana 52 1 1 Sin acceso
Externado 41 2 0
Santo Tomás 38 0 0
S. Buenaventura 32 0 0
Andes 10 3 0
Rosario 88 2 0
Tadeo Lozano 28 0 0
Central 15 6 4
Sabana 1 1 1
Instituto Tecnológico Metropolitano Medellín
1 1 1
Tabla N° 1. Relación acceso a la información
De la misma manera se revisaron, algunos documentos de producción internacional
con las Universidades de Málaga, Cataluña, Sevilla, Valladolid, Complutense (Madrid),
Oviedo, Politécnica (Valencia), Cantabria, Palencia, Granada y Barcelona de España,
Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires y Nacional de Argentina, Universidad
Mayor de San Marcos y Universidad Nacional de Lima, Universidad de Guayaquil y San
Francisco de Ecuador (2), Universidad de los Andes Mérida de Venezuela, Universidad de
Oporto de Portugal y La Ecolé de Hautes de Francia de quienes se obtuvo al menos un
documento para el estudio.
Luego de explorar esta literatura se obtiene un total 36 documentos que se relacionan
de la siguiente manera:
7 tesis doctorales, 8 trabajos de Maestría, 4 investigaciones de Pregrado y 17 artículos
académicos publicados entre el 2001 y el 2018. Se destaca el alto nivel de producción entre
los años 2015 y 2017 con 25 documentos al respecto y una tímida escritura en los años
restantes. A nivel local se identifican 6 títulos liderados por la Universidad Distrital en la
Maestría de Comunicación Educación y 5 para la Universidad Central en su Revista
“Nómadas”. A nivel Nacional aparecen 2 textos en Medellín con la Universidad Nacional y el
Instituto Tecnológico Metropolitano respectivamente. A nivel internacional se registran 25
trabajos de investigación, 7 de ellos referidos a doctorado y 13 en artículos académicos.
Es de anotar que cerca de 6 documentos extra no se pudieron consultar debido a las
restricciones de seguridad que tenían, aunque si bien se reconoció una cercanía con el
proyecto.
1.1 Revisión bibliográfica
La investigación permitió reconocer el panorama escritural desde la perspectiva de las
las categorías de contemporaneidad, cotidianidad e imagen, frente al fenómeno en cuestión;
que bien ha sido un referente para construir una importante reflexión de las prácticas que esto
supone. Escenarios o actividades específicas sirven de pretexto para ello.
Por un lado la contemporaneidad se aborda comprendiendo prácticas donde las
fotografías selfie ayudan a configurar una forma de representarse en la actualidad, el mismo
Gayet (2015) en su tesis doctoral los orígenes adolescentes del selfie contemporáneo y su
representación en el arte, advierte la transformación que se ha presentado desde comienzos
de siglo en lo referente a la fotografía y la producción fotográfica, en parte gracias a la
democratización de los dispositivos electrónico-digitales de captura fotográfica y al
desarrollo de las redes virtuales, espacios expositivos o de publicación. Así mismo la
proliferación de novedosas y diferentes formas de autorretrato dentro del medio cibernético
que nos plantea nuevos paradigmas formales, conceptuales y definitorios vinculados a la
historia de la imagen y a la teoría del arte.
Así pues, el origen de la fotografía selfie permite nuevos escenarios de comunicación
y representación, inmediata, cómoda y manipulada. En la misma línea Otaño S. (2016), en su
artículo Selfies autorretratos de la contemporaneidad, articula los aportes del enfoque
psicodinámico y de la sociología para intentar traer luz sobre el fenómeno contemporáneo de
las selfies en tanto expresión representativa de la contemporaneidad. El mundo posmoderno
se caracteriza por el estado de la cultura después de las transformaciones que operaron sobre
los paradigmas de la ciencia, la literatura y las artes a partir del siglo XX.
En este contexto, la tecnología y las redes sociales han generado nuevas formas de
comunicación entre los sujetos en las que se observa una prevalencia de imágenes y de puesta
en escena. Así como lo propone Sergio Otaño (2016), en su ensayo Selfies, autorretratos de
la contemporaneidad
“En lo subjetivo, se destaca la búsqueda de lo inmediato, se pierde la intimidad de
modo que la vida propia y la de los demás se convierte en un show, el sujeto busca dar un
buen espectáculo con el fin de lograr la aprobación del entorno en el que se desenvuelve, al
compartir imágenes en las redes sociales el sujeto se expone, se vuelve vulnerable y
transforma su propia subjetividad” (p.1).
El abordaje de estas cuestiones que se entrecruzan y problematizan, se expone con un
carácter descriptivo a través de un análisis teórico basado en diversos aportes bibliográficos.
Saavedra V. (2017), en su artículo Selfie como medio de comunicación del siglo XXI,
confirma cómo toda esta transformación generada por fenómeno del selfie es una actividad
social ligada a la tecnología. Analiza este fenómeno de acuerdo con los postulados y
categorías conceptuales de David Morley como la domesticación y mediación de los aparatos
tecnológicos. En su documento se “describe el surgimiento del fenómeno del selfie como
consecuencia de la modernidad y el avance tecnológico en las sociedades modernas y
tradicionales” (p.1). Y detalla los diferentes motivos para compartir un selfie y lo que se
pretende comunicar, de manera pues, que brinda una reflexión para comprender estos nuevos
escenarios de comunicación.
El resultado de reflexiones cómo éstas permite reconocer un panorama de la
contemporaneidad atravesado por elementos de la cultura visual y sus afanes de
representación, evidenciando las nuevas formas de comunicación generadas por los
dispositivos y las herramientas fotográficas que brindan, así como entender el
posicionamiento que tiene este fenómeno.
Toda vez que lo anterior es real, conocemos ejemplos de la inmersión del fenómeno
selfie en la contemporaneidad, reflejados en la creación de lugares dedicados explícitamente a
las fotografías selfie, como es el caso de los recientes Museos en los Ángeles, Barcelona o
Budapest, asunto que toma cada vez más fuerza. Elegir la palabra del año en 2013 por el
diccionario Oxford o declarar el 21 de Junio como el día internacional de la Selfie luego de
que el “DJ Rick McNelly fundara en 2014 la organización “National Selfie Day” para
recaudar fondos para distintas causas benéficas a través de las selfies” (Clarin.com),
situaciones como éstas confirman lo dicho.
De otra parte la cotidianidad se aborda desde las prácticas contemporáneas de
comunicación y los comportamientos que éstas generan. Algunos estudios se aproximan a
situaciones de la cotidianidad como pretexto para revisar los contenidos de la Escuela.
Así lo afirman Hernández Laguna, Silva García y Sánchez Montoya (2017) en su tesis
Prácticas digitales un acercamiento a la literatura en la cotidianidad, donde analizan la
representación estética de la vida cotidiana en relación con el lenguaje literario, esto a través
de la red social Facebook. Para eso analizan las publicaciones y establecen una relación entre
éstas y los conocimientos evaluados por la academia.
Abordan algunas experiencias de literatura en red, las características de la literatura
digital y la experiencia estética en contextos digitales y luego realizan una aproximación a la
sociedad digital, la apreciación de Internet como la red de redes, el fenómeno de las redes
sociales y la transformación de la virtualidad desde la óptica epistemológica.
Fruto de esta experiencia proponen una serie de dinámicas para aprovechar el recurso
de la tecnología en el aula y de la misma manera favorecer una reflexión en torno al uso
adecuado de la misma.
De la misma manera Castro G. (2001), en su artículo Las relaciones sociales en la
cotidianidad del 2000, de la toga a los bits, reflexiona acerca de las características que
plantea la sociedad de la información y cómo reclama nuevos modos de razonamiento, de
articulación del conocimiento y del proceso de información. Utiliza la universidad para
comprender que sigue ocupando un papel importante en la sociedad como espacio de
construcción de saberes. Es por esto que insiste en afirmar que “ante el nuevo desafío que
debe afrontar la universidad, no son ajenas las demandas que plantea la sociedad de la
información” (p.1). La velocidad y la posibilidad de acceder al intercambio de flujos de
información superando fronteras geográficas, reclama un cambio en las prácticas
universitarias.
Este trabajo es un informe preliminar de la investigación que se viene realizando en el
ámbito de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico - Sociales (F.I.C.E.S. - UNSL)
desde el año 1999, “el objetivo final es el de elaborar estrategias institucionales que permitan
la optimización del uso de estas tecnologías, cómo describen los investigadores anteriores”
(p.1).
Por su parte Giraldo Gutiérrez F. L. (2013), en el artículo, Hacer y representar la
cotidianidad del hombre, técnica y tecnología en lo cotidiano. Propone “el hacer y
representar” como fuerzas, responsables del progreso humano y afectadas por el alto
consumo tecno - científico que oculta la posibilidad de percibirlos como arte y representación
lo cual se manifiesta en la cotidianidad. Es por esto que el mismo autor defiende
“...el ser humano como un «artista», y que desde esa condición tiene la posibilidad de
sublevarse ante el sistema de producción y consumo; y que la mujer en tiempos actuales ha
recuperado espacios sociopolíticos y económicos que demuestran su capacidad para hacer y
representar lo cotidiano de un modo diferente en una sociedad de consumo” (p.1).
Acercamientos cómo estos permiten evidenciar la cotidianidad con relación a las
prácticas habituales del hombre contemporáneo, ya desde el aula, ya desde el trabajo o
cualquier otro espacio que se representa gracias a las tecnologías. De otra parte, en la
necesidad de circunscribir un cuidado y uso racional de los recursos naturales o tecnológicos.
Las reflexiones en general se orientan a reconocer escenarios específicos y poblaciones
concretas en relación con sus comportamientos diarios.
Finalmente se aborda el asunto de la imagen considerando por un lado, el efecto de
producción que generan los Social Media en las generaciones actuales como lo revisa Gordón
López S. (2017) en su tesis de pregrado titulada Gestión de la autoimagen en las redes
sociales: estudio político con adolescentes, donde parte de interrogantes sobre los efectos del
protagonismo comunicativo de las redes sociales, por eso aborda sus formas de producir y
consumir imágenes, haciendo claridad de los riesgos y potencialidades de Internet. Es así que
se encarga de “analizar otras cuestiones psicosociales como la autoimagen física y la
autoestima, el sentimiento de pertenencia grupal o la formación de la identidad, análisis que
se realiza tomando como base el contexto histórico que vive la humanidad de revolución
tecnológica” (p.1).
Su aporte resulta favorable para un contexto de producción masivo de imágenes que
en ocasiones lejos de ser la misma imagen la que motiva la producción, refleja un sentido
más profundo de la misma, como lo desarrolla Casanova F. R (2015) en la tesis doctoral,
Epifanía de la imagen, proceso fotográfico como paradigma de la creación, donde
inicialmente reconstruye el proceso fotográfico a partir de los actores que aparecen en la
escena y de las experiencias que ésto supone para revisar desde la academia los sentidos que
subyacen. Además de aprovechar la oportunidad para generar un material visual que permita
hacer conciencia de la investigación.
Brinda una reflexión para ver en la fotografía el valor mismo del acontecimiento
puesto que activa la conciencia de existir con la producción, y el reconocimiento de la misma.
El valor que adquiere la fotografía es reconocido por el proceso mismo y por la experiencia
latente.
Toda esta construcción lleva necesariamente al acercamiento del aparato en cuestión,
la fotografía selfie como referente. Una práctica que configura la imagen que se viene
comprendiendo de a pocos, pero que favorece
Canga Sosa M. (2015) en el artículo Introducción al fenómeno selfie: valoración y
perspectivas de análisis, analiza el fenómeno con relación a sus fuertes desplazamientos en
redes sociales producto de las situaciones de consumo, entretenimiento y versatilidad de los
dispositivos actuales. De ello surge la necesidad de comprender las formas de comunicación,
relación e identidad que se configuran a través de redes como facebook o tumblr, que de
plano están al servicio del yo para acentuar imaginarios que se tienen de sí, en los usuarios
típicos de las mismas. Es un recorrido metódico e interdisciplinar del fenómeno que brinda
un panorama general del momento en que se encontraba.
Escrituras como éstas evidencian la preocupación que los individuos tienen por
trabajar en la apariencia y de alguna manera, aprovechar los recursos tecnológicos. Aunque si
bien, dicho afán no es nuevo, permite ubicar el asunto que se investiga. Basta reconocer la
necesidad que existe de comprender el fenómeno selfie, como un acontecimiento que conjuga
simultáneamente los elementos de la contemporaneidad, la cotidianidad y el proceso de
construcción de la pieza fotográfica.
No por nada las investigaciones se orientan a revisar algunos procesos de
construcción de la fotografía, desde sus inicios, hasta el impacto que tienen en las sociedades
actuales. Es un recurso que propicia escenarios de comunicación y reflexión inacabada.
1.2 Tendencias
La revisión de la literatura existente permitió identificar algunos progresos frente a la
investigación del fenómeno selfie de cara a la contemporaneidad, cotidianidad e imagen, sin
embargo, es clara la presencia de algunas tendencias investigativas, que orientan su trabajo a
la reflexión en torno al posicionamiento, impacto y desarrollo de prácticas nacientes del
mismo.
Inicialmente es importante presentar algunas perspectivas relacionadas con el asunto.
1.2.1 Jóvenes
Uno de los usuarios que viene teniendo mayor acogida del fenómeno son
precisamente los jóvenes quienes gozan de facilidades para aprender y gestionar los avances
que ofrece la tecnología.
Entiéndase por éstos, todo aquel individuo naciente después del año 2001, cuyas
experiencias son registradas con mayor facilidad en los dispositivos, en vista de un claro
afecto por las prácticas digitales derivadas de estos aparatos. Sin embargo, no es excluyente
la afirmación ya que la fotografía selfie tiene la capacidad de atravesar todas las
generaciones.
Empero, basta recordar que el autorretrato no es algo nuevo, como si, las nuevas
formas para realizarlo y que en algunas ocasiones viene ocasionando situaciones de una
peligrosa dependencia para algunos sujetos, como lo propone Gordon Saltos R. C. (2016) en
su tesis de pregrado titulada Análisis comunicacional para concienciar acerca del uso de la
selfie y la dependencia que causa en los adolescentes del colegio particular San Benildo La
Salle. En donde
“busca crear un plan comunicacional para concienciar a los adolescentes sobre la
dependencia que pueden ocasionar las redes sociales y los peligros que emergen cada día en el
mundo virtual y que pueden convertirse en delitos que afectan la vida de las personas” (p.1).
En su estructura plantea los alcances de la investigación y desde el plano teórico
presenta la fundamentación histórica de la selfie y algunos aspectos de la comunicación
visual que depende de la interacción social o cultural que se expresa de acuerdo con el tiempo
histórico. En una población determinada hace algunas aproximaciones para avistar los
comportamientos de dependencia y desde allí formular algunas alternativas de solución.
Un claro ejemplo de estas alternativas está en Pérez Castro J. P. (2016) con su tesis de
maestría titulada Empoderamiento, posicionamiento y participación en tiempos de la
generación selfie, quien pretende recoger las experiencias de un grupo de personas que
fueron convocadas para crear un plan de estudios en medios audiovisuales para un centro
educativo. En sus apartados presenta una caracterización de las posturas y posicionamiento de
los jóvenes participantes en el proyecto. Al respecto se describe la evolución del proceso de
empoderamiento durante la construcción del currículo y enumera las características y
posturas emergentes durante el proceso de construcción del currículo.
También analiza los procesos de participación, empoderamiento y liderazgo como
parte del posicionamiento en el espacio educativo reconociendo que la escuela tradicional,
concebida como un ente que prepara a los jóvenes para que sean parte de un relevo
generacional, irónicamente se resiste a ser revelada por los medios, por lo cual considera
urgente analizar los índices de autonomía, heteronomía que existen en la educación pública
en Colombia.
Es claro su interés por aprovechar el espacio académico para generar disposiciones de
liderazgo desde la escuela y con mayor razón en tiempos altamente mediáticos como el
nuestro.
Es por esto que surgen algunas críticas frente a las prácticas que se gestan con todas
las posibilidades ofrecidas por la red y que se convierten en un llamado de atención para las
sociedades actuales, como lo advierte Arbeláez G., A. (2015), en su tesis de maestría, La
Banalidad ciberesférica, derivas de la escenificación cotidiana en la web, donde a través de
un ejercicio investigativo procura involucrar los comportamientos nacientes en las redes
sociales con los usuarios que exhiben su privacidad, sin considerar el manejo de la
información en las bases de datos, con el ánimo de controlar el juego del consumo y las
necesidades del cliente. Usando una comparación con el Hilo de Ariadna reconoce que todo
está conectado, pero debido al inmediatismo y liquidez se puede calcular el desplome de
espacios como éstos.
En la misma línea Gordón López S. (2017) en su tesis de pregrado titulada: Gestión
de la autoimagen en las redes sociales: estudio político con adolescentes, propone las formas
en las que los jóvenes
“precisan la construcción fotográfica en su afán por compartirla en los Social Media,
a fin de generar reacciones inmediatas y sobre coger su espíritu de existencia en dichos
espacios” (p.1).
En general las apuestas investigativas reconocen la presencia de la red social en los
jóvenes y con ello las prácticas que subyacen, aunque si bien, recomiendan una posición más
crítica y determinante del sujeto al involucrarse con las mismas.
1.2.2 Redes Sociales
Existe una considerable producción literaria referida a las redes sociales, consideradas
como el “espacio” de interacción mundial, simultánea y capaz de transformar la realidad
actual.
En este contexto Rueda Ortiz R. (2008), en el artículo, Cibercultura, Metáforas,
prácticas sociales y colectivos en red, ofrece una reflexión de cara a estos entornos digitales
que promueven una nueva cultura, una cibercultura que se considera
“como un campo de estudio a partir del cual es posible comprender las
transformaciones culturales ligadas a la introducción de tecnologías digitales en las
sociedades contemporáneas y, en particular, en las del denominado Tercer Mundo, a través de
relaciones complejas de entramados tecnosociales…” (p.1).
El cambio tecnosocial está ligado a las transformaciones de la sensibilidad, la
ritualidad, las relaciones sociales, las narrativas sociales y las instituciones políticas, gracias a
una comunicación en red, por dispositivos digitales y móviles que se convierten en un
espacio de empoderamiento, construcción, creatividad y comunidad en línea.
El lugar de la cultura en la sociedad cambia cuando la mediación tecnológica de la
comunicación deja de ser meramente instrumental, esto construye nuevos modos de
percepción y de lenguaje; nuevas sensibilidades y escrituras, que se hacen posibles en las
redes sociales.
Tal es el caso de Calvo González S. (2016) en su tesis doctoral titulada Identidades
(No sólo) digitales: Aproximación de comunicación afectiva en redes sociales de la juventud
asturiana de la Universidad de Oviedo, quien busca detectar las líneas significativas que
describen las peculiaridades de las vinculaciones afectivas de las personas jóvenes
establecidas a través de las TICS, especialmente en torno a los rasgos comunicativos de
interacción afectiva y de pareja.
“A partir de una investigación con una población específica identifica una serie de
necesidades en los jóvenes como la alfabetización en el uso de la red y en el cuidado de los
límites en las ventajas que ofrecen los recursos en red, ya que es evidente el uso excesivo de
las redes, como las imprudencias en un espacio, aparentemente sin identidad, que consume
rápidamente. absorbe” (p.1).
En la misma línea Quintana Portilla G. R. (2016) en su tesis de maestría titulada
Motivos para el uso de instagram en los adolescentes de la Universidad de Cantabria, cita un
ejemplo concreto de redes sociales, analizando las motivaciones que tienen los adolescentes
para pasar más tiempo en Instagram. También indaga sobre las circunstancias vitales que
influyen en el uso de esta red social. Al respecto, profundiza en aspectos como la satisfacción
vital, la interacción personal, la actividad social y la opinión sobre ellos mismos.
Inicialmente comienza con un glosario de términos frecuentes en este espacio virtual.
Posteriormente aborda temas como la evolución de la red social Instagram, las prácticas de
los jóvenes usuarios, el concepto de sí mismos que abordan en las fotografías que postean,
actividades recurrentes como la edición de fotos y formula algunos factores que pueden
incidir positiva o negativamente en el uso de Instagram como red social.
De cara a la preocupación por comprender el manejo de la fotografía en la red, como
Quintana en Instagram; se concibe una reflexión en torno a la capacidad que ésta tiene para
cruzar el universo digital como es el caso de Kerschbaum Saona R. M. (2015) en su tesis de
pregrado titulada Selfie: el fenómeno que trasciende en la web, quien busca determinar por
qué hay una exposición tan alta de imágenes sexuales y lo que la autora califica como faltas
de pudor en redes sociales.
Plantea el interrogante sobre la permisividad con el contenido de la selfie, respecto a
otras modalidades de fotografía que fueron restringidas. En el mismo orden cuestiona los
motivos que llevan a las actuales generaciones a tomarse dichas fotografías. Ante lo cual
genera una reflexión en torno al cuidado y promoción del yo, en una dinámica propia del
respeto propio y de los demás habitantes de la red.
El mismo Gordón López S. (2017) en su tesis de pregrado titulada: Gestión de la
autoimagen en las redes sociales: estudio político con adolescentes, insiste en la acaudalada
presencia por la preocupación de construir una buena fotografía, digna de habitar el universo
digital.
1.2.3 Identidad
Surge en un tercer momento la preocupación en torno a la identidad ya que los
universos digitales están inundados de masas sin forma, sin alma como diría Byung-Chul Han
(2013), estos son espacios que acogen a todos pero allí se puede ser nadie.
En este contexto Chioino Salomón N. M. (2016) en su tesis de pregrado titulada La
construcción y reconstrucción de identidades virtuales mediante la publicación de selfies en
las redes sociales, pretende categorizar los motivos fundamentales por los cuales los
individuos incurren en esta práctica además de documentar la evolución de las tecnologías de
la información y la repercusión sobre los usuarios. Hace una serie de consideraciones teóricas
sobre la fotografía selfie y su impacto en la sociedad.
También aborda el desarrollo histórico de la selfie y la construcción de identidades
que surge con este tipo de fotografía, que halla su mayor auge en la posmodernidad como
época de identidades y tiempos fragmentados. Finalmente avista algunas recomendaciones
propias de uso de la técnica que ya pasa por tres momentos: preparación, edición y
publicación lo que resulta importante para quien busca generar un buen impacto en la red.
Es por esto que el problema viene siendo motivo de discusión en la academia y desde
la escuela, como un pretexto para trabajar y comprender la identidad como lo propone Pérez
Lo Presti, A. (2006) en su artículo Identidad y educación: dilema de la contemporaneidad.
Allí plantea que uno de los retos del docente de la contemporaneidad, estriba en asumir el
hecho cultural de su medio y el asunto de la identidad como “fenómenos universales”.
La posibilidad de percibir un nacionalismo ajeno a esta premisa sería un
contrasentido. Independientemente del valor que se le pretenda atribuir a las manifestaciones
culturales “autóctonas”; las mismas no pueden ser desvinculadas de la historia de las
manifestaciones culturales “universales”. Manejar adecuadamente esta visión es uno de de los
desafíos del docente de los tiempos que corren.
Así pues la identidad vendría a ser el conjunto de elementos culturales que nos hace
diferentes. Esta diferencia no sólo abarca el ámbito de lo social, sino que la identidad
condiciona la existencia de aspectos de carácter personal entre los miembros de un grupo,
aunque si bien el concepto, ha sido modicado por la contemporaneidad, asimismo adquiere
un carácter inédito al ser asumido por el hombre de nuestros días.
En este sentido se retoma la necesidad de revisar el asunto con relación a la fotografía,
como signo evidente de la identidad y que construye, al almacenar, un producto para la
memoria. Tal es el caso de Sanjurjo Perón P. P. (2015) en su tesis doctoral titulada
Identidad, memoria y fotografía con la educación: Nuevos contextos mediáticos, cultura
prosumidora, hacia un nuevo amateurismo, donde inicialmente la investigación es de
carácter histórico, se estudia la evolución de la fotografía desde un enfoque sistemático y
analizando los usos del medio hasta la transición entre los siglos XIX y XX. El autor busca
elaborar un panorama actual sobre el estatus sistemático, social y de lenguaje de la imagen y
gracias a ello especular sobre la contemporaneidad y el futuro inmediato de lo fotográfico.
Estas reflexiones reflejan la preocupación por entender el fenómeno desde la
academia como fruto de las experiencias de los sujetos que desde el aula se acompañan. Es la
educación un referente de identidad y es por esto que se involucra en estas situaciones.
1.2.4 Selfie
Finalmente se identifica una basta producción en torno al fenómeno de la selfie
alimentado por la preocupación para entender sus orígenes, semiótica, evolución y
potencialidades.
Gayet Valls J. (2015) en su tesis doctoral titulada Los orígenes adolescentes del selfie
contemporáneo y su representación en el arte, advierte la transformación que se ha
presentado desde comienzos de siglo en lo referente a la fotografía y la producción
fotográfica, en parte gracias a la democratización de los dispositivos electrónico-digitales de
captura fotográfica y al desarrollo de las redes virtuales espacios expositivos o de
publicación. Así mismo la proliferación de novedosas y diferentes formas de autorretrato
dentro del medio cibernético que nos plantea nuevos paradigmas formales, conceptuales y
definitorios vinculados a la historia de la imagen y a la teoría del arte.
Reconoce el selfie, definido como autorretrato fotografiado con un dispositivo digital
para su posterior o instantánea publicación en la red, no es un hecho aislado o un género
puntual y arbitrario, que sigue premisas y normas que el propios fenómeno dicta: fotografías
a sujetos compositivos, estéticos y formales que convergen en una imaginería de rostros y
cuerpos autorepresentados.
En la misma línea Broullón Lozano Manuel A. (2015) en su artículo Por una
semiótica del selfie en la cultura visual digital
“Propone que, el fenómeno selfie consiste simplemente en volver del revés la sintaxis
fotográfica con el fin de hacer coincidir en la misma instancia al fotógrafo y al objeto
fotografiado, no obstante, más allá de esta operación, el selfie tiene que ver con el régimen
escópico de la sociedad de comienzos del siglo XXI, es por esto que analiza un archivo de
fotografías digitales tomadas y publicadas en Internet durante el año 2014, todas ellas
compuestas de acuerdo con esta estructura enunciativa auto-consciente” (p.1).
En último término, se trata de establecer una tipología cultural semiótica en torno a la
estructura del ver y del ser visto a través de la web 2.0. Argumento trabajado de alguna
manera por Pérez Castro J. P. (2016) en su tesis de maestría titulada Empoderamiento,
posicionamiento y participación en tiempos de la generación selfie, quien a partir de las
experiencias de un grupo de estudiantes involucrados en la construcción de un currículo,
constata la necesidad de fortalecer el empoderamiento de una generación que padece tiempos
de liquidez y expresa a gritos un interés por transformar la sociedad actual.
Producto de escritura como esta surgen preocupaciones por abordar el fenómeno
desde su oportunidades como es el caso de García M. L. (2018), en su artículo, En modo
Selfie, reflexiones sobre la potencia de las selfies. Quien aborda la reflexión desde las
fortalezas en la educación que brinda este recurso, en la perspectiva de configurar nuevas
miradas, críticas, sostenibles, argumentadas, con el fin de contrarrestar los prejuicios banales
de la producción fotográfica, a partir del estudio de una población estudiantil en México.
Este punto baste recordar la necesidad de comprender el fenómeno para aprovechar,
no para satanizar, como es el caso de la presente investigación que pretende reconocer desde
una población específica, algunas virtudes del fenómeno selfie.
De la misma manera se reconoce una tímida producción académica directa con la
contemporaneidad, la cotidianidad y la imagen en relación con la fotografía selfie. Queda
claro que en su mayoría, se muestran documentos que utilizan los espacios educativos para
abordar el asunto desde su evolución, técnica, e impacto, pero dejan abierta la puerta para
reconocer los elementos culturales que hacen que las sociedades se representen de estas
maneras.
CAPÍTULO II
2. MARCO TEÓRICO
2.1 Selfie: Contemporaneidad tiempo, espacio y sociedad
2.1.1 De lo que se entiende por contemporaneidad
Los hombres de este tiempo tienen el interés de mostrar lo que son o lo que hacen a
través de las fotografías y ahora las fotografías selfies. Las formas de representación son
tantas, que dependen de los recursos que se tienen a la mano y de las situaciones que vamos
viviendo. Sin embargo, tales preocupaciones por aparecer o inmortalizar la imagen se hacen
cada vez más fuertes, ya no respetan límites, edades o condiciones sociales.
La humanidad es altamente visual y todo lo que entra por los ojos, se almacena de
manera rápida en la mente de los individuos: La perfección en las formas, el manejo de los
colores, los encuadres precisos, la creatividad asombrosa, el escenario adecuado, la
“espontaneidad” perfecta, el tiempo exacto o la expresión emocional correcta, son algunas
de las estrategias que se utilizan para lograr un impacto fotográfico de revista.
Tomar una buena fotografía hoy no es suficiente. Es un requisito aparecer en los
Social Media, lograr un alto número de reacciones y alcanzar “los likes necesarios” para
figurar en los nuevos espacios de socialidad. Lo que ocurre en la cotidianidad, tiene más
valor cuando se comparte en las redes sociales. Ahora lo que transita en la calle ocurre en el
mundo digital.
Situaciones como éstas y otras tantas, vienen surgiendo en una época en la que las
tecnologías y los medios de comunicación, se convierten en la fuente de información
inmediata para las generaciones presentes, y, con ello, las distintas apuestas que surgen a
propósito de ello. Es por esto, que el estudio sobre el fenómeno Selfie se convierte en un
pretexto para comprender, desde unas prácticas muy concretas, los acontecimientos
contemporáneos.
No obstante, ¿a qué se refiere lo contemporáneo?, ¿Cuáles son las prácticas concretas
que lo manifiestan? ¿Qué espacios se pueden considerar oportunos para la reflexión?
Las respuestas son múltiples y las perspectivas también, lo importante es ubicarse en
el contexto de la fotografía selfie propiamente dicha, en el marco de una reflexión que apunta
a caracterizar las formas en las que se expresan los elementos centrales de esta cultura
contemporánea. Es una apuesta que se cuestiona por esas dinámicas constitutivas a un
fenómeno cada vez más fuerte.
La contemporaneidad se teje gracias al tiempo, el espacio y la sociedad. Es una época
que se renueva constantemente. Son los acontecimientos que se desarrollan, se comparten y
se desvanecen en las redes sociales gracias al inmediatismo que se percibe. Es la era de la
comunicación. Son los fenómenos que aparecen en la política, en la economía, en la sociedad.
Son todas esas palabras que se postean en facebook, twitter, instagram o cualquier otra red
que permita la fotografía. Son todas esas cotidianidades que acontecen a diario. Es el
espectáculo del ser, del yo.
En términos de Barthes (2003) “Lo contemporáneo es lo intempestivo”, no es algo
estático, permanente, es más bien fluctuante. Es problemático. En este punto se plantea el
juego en el que se inscribe la contemporaneidad: Por un lado como diría Leda Rodríguez
(2013), en su ensayo Lo Contemporáneo y la Crisis de la Realidad Empírica,
Confrontaciones Teóricas, “...desde la noción de su cronología, de su época, de algunos años
o siglos determinados por la historia, “lo que ocurre entre finales del siglo XVIII y hasta
nuestros días” (p.2).
Por otro lado como dice Giorgio Agamben (2006), en su ensayo ¿Qué es lo
Contemporáneo?
“…contemporáneo es aquel que percibe la oscuridad de su tiempo como algo que le
corresponde y no deja de interpelarlo, algo que, más que otra luz se dirige directa y
especialmente a él” (p.3).
Es una propuesta para revisar el ser contemporáneo como aquel habitar el momento
histórico particular, pero, desde una perspectiva crítica. Es el reconocimiento de lo que
acontece y el por qué ocurre. La actitud de ver lo que pasa y preguntar por lo que no está.
Si bien es cierto el hombre contemporáneo configura nuevas formas de comunicación
para interactuar como comunidad, es bien sabido que responde a los acontecimientos propios
de la historia que acontece: Se vale de las oportunidades que la red permite o utilizar las
ventajas de su tiempo. Para el caso que atañe, adelante se hacen más concretas estas
generalidades y algunas de sus características.
2.1.2 El tiempo
Cada época sugiere afanes exclusivos, necesidades particulares, sin embargo, la
sociedad es obligada a responder las urgencias que ocurren, generalmente, de manera tan
rápida que no se tiene espacio para procesar lo que acontece, para evaluar las alternativas.
Para disfrutar el momento.
Las cosas hoy pasan muy rápido, se desvanecen, son reemplazadas por lo que está de
moda. Se condena al baúl de los recuerdos lo que brilló en una temporada. Nada permanece,
todo cambia. El tiempo se relativiza, se resignifica. El mismo Bauman (2007), insiste con
detalle sobre el asunto en su libro Tiempos Líquidos, Vivir en una Época de la Incertidumbre.
Con su metáfora del tiempo líquido, reconoce la vulnerabilidad en la que se mueve la
sociedad misma, la inseguridad que provocan los cambios implacables para los individuos,
“la sensación de descontrol y la duda que aparece con la incertidumbre, ante la
necesidad de buscar un refugio para “calmar” el miedo. Incapaces de aminorar el ritmo
vertiginoso del cambio (menos aún de predecir y controlar su dirección), nos centramos en
aquello sobre lo que podemos (o creemos que podemos o se nos asegura que podemos) influir,
tratamos de calcular y minimizar el riesgo de ser nosotros mismos (o aquellas personas que
nos son más cercanas y queridas en el momento actual) víctimas de los innumerables e
indefinibles peligros que nos depara este mundo impenetrable y su futuro incierto.” (Bauman,
2007, p.21).
El tiempo tiene la misma medida, pero la percepción del mismo ya no es igual. Se
vive de afán, las horas no alcanzan para nada, el interés por responder con lo urgente distrae
de lo importante. Se valoran los minutos para trabajar, estudiar o descansar, a pesar de la
premura que se pueda tener para ello. El reloj expresa la crueldad del cambio, lo determinante
del tiempo. Los individuos luchan por controlar lo incierto, por responder a los peligros de
un mundo tan acelerado. Las ideas que hoy son, mañana ya no sirven. Los valores sólidos de
hoy, luego resultan bastante líquidos.
Todo esto también ocurre en la red. Un lugar que desecha rápidamente lo acontecido,
donde la identidad no es definida, es falsa, aparente. Un espacio sin tiempo, donde los
minutos valen oro, donde el paso de las horas es acelerado, engañoso. Es un medio que
percibe el tiempo de manera apresurada, en palabras de Byung-Chul Han (2014), “el medio
digital es un medio de presencia, su temporalidad es el presente inmediato” (p.22). El pasado
y el futuro parecen no existir. Lo que ocurre ya, se hace viral, se desplaza de forma ligera y
pronto se convierte en un recuerdo.
Las fotografías selfies padecen dicha temporalidad. Quieren enriquecer el presente y
perpetuarlo en el futuro a través de la imagen. Pretenden hacer visible el tránsito por la
realidad física. La producción y el consumo de fotografía es tan alto y vacío que pierde
vigencia fácilmente. Lo que hoy se ve, después se almacena. La fotografía detiene el tiempo.
Frena un aquí y ahora. Sobresalta lo vivido.
En el marco de la investigación, es importante ubicarse a partir del 2 de marzo de
2014; en el evento de la entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas, “Los Óscar”, en el que Ellen DeGeneres, presentadora del evento, se tomó
una selfie acompañada por un grupo de reconocidos actores como Bradley Cooper, Jennifer
Lawrence, Meryl Streep, Julia Roberts, Brad Pitt, Jared Leto, Angelina Jolie y Kevin Spacey,
entre otros.
La fotografía se compartió en twitter y en los primeros 40 minutos de publicación
superó el millón de retuits. Seis horas después de la ceremonia, logró casi 2 millones y medio
de retuits. De esta manera se convirtió en la primera selfie en superar el récord alcanzado por
la fotografía publicada por el presidente Barack Obama el 7 de noviembre de 2012.
El mandatario publicó en twitter una fotografía abrazando a su esposa para celebrar su
triunfo en las elecciones por segunda vez. Publicación que alcanzó 770.000 retuits.
Esto sin olvidar que en 2013 el Oxford English Dictionary denominó el vocablo
"selfie" como la palabra del año luego de que entre octubre de 2012 y octubre de 2013,
alcanzara un uso superior de un 17.000% con respecto al año anterior; esto gracias a la
consolidación de plataformas como Instagram en donde ese mismo año se etiquetaron 184
millones de fotografías bajo la etiqueta de “selfies”.
A partir de ese momento, esta práctica casual o intencional, se convierte en todo un
fenómeno que atraviesa fronteras. La producción fotográfica de este estilo empieza a tomar
fuerza, entre quienes hacen uso de sus dispositivos android. Las estrategias para las tomas son
cada vez más creativas. Los lugares, las escenas, las personas etc., todo ahora tiene un
pretexto para hacerse visible en una fotografía.
Los estudiantes de Maestría en Comunicación Educación en la línea de medios
Interactivos 2018-2019 de la Universidad Distrital, no fueron la excepción. Cada uno a su
manera y con sus recursos viene participando de este fenómeno, dando cuenta del tiempo que
viven y de la cotidianidades que experimentan a través de sus fotografías selfies.
Lo importante del acontecimiento está en la capacidad que tiene para hacer visible
una práctica que se venía gestando desde tiempos remotos de la historia, aunque si bien de
una manera más ágil y divertida. Lo significativo no es quién apareció en la foto (al menos no
para nosotros), sino las oportunidades que genera: Cualquiera puede tomarse una fotografía
Selfie, la estrategia está en la disposición de la cámara, la genialidad…depende del fotógrafo.
Es en este punto donde cobra validez la importancia de la relación que se teje entre el
tiempo y la fotografía. Entre el interés por detener o manipular el tiempo en un retrato. Entre
la importancia del momento y el deseo de almacenarlo en la memoria o en la nube. Esta es
una característica propia del hombre contemporáneo: hacer eterno un instante. Mostrar lo que
se hace. Construir una realidad mejor con la imagen. Jugar con el tiempo, “controlarlo”.
Hacer presente e inmediato lo acontecido.
La forma de entender el tiempo resulta compleja, en tanto la red permite conjugar
todos los tiempos en un mismo “lugar”. En palabras de Manuel Castells (2004), este “tiempo
es atemporal”. Rompe con los estándares de tiempo definidos por la historia: Ya el “tiempo
biológico”, comprendido como la “secuencia programada de los ciclos vitales de la
naturaleza”, o como dice el autor el “tiempo burocrático”, organizado por las instituciones
respondiendo a los “códigos propios de los aparatos ideológicos militares”. Ya el “tiempo del
reloj”, como la serie de actividades propias de la vida. Este es un tiempo que se disuelve,
pues comprime y presenta de manera aleatoria el pasado, presente y futuro en un mismo
instante. “Se desordenan las secuencias de acontecimientos y se hacen simultáneos”
(p.66-67).
Esta complejidad misma del tiempo involucra necesariamente a las sociedades en una
crisis con la comprensión del mismo, pues tampoco es fácil tomar el tiempo para ver y narrar
lo que pasa. Para digerir lo que acontece. En palabras del mismo Byung-Chul Han (2013),
“La crisis de la época actual no es la aceleración, sino la dispersión y la disociación
temporal. Una discronía temporal hace que el tiempo transcurra sibilante sin dirección y se
descomponga en una mera sucesión de presentes temporales, atomizados. Con ello, el tiempo
se hace aditivo y queda vacío de toda narratividad”. (p.65)
Queda clara entonces, la complejidad que supone la comprensión del tiempo. No solo
la sucesión de acontecimientos, que por defecto casi no se aprovechan por el afán de
registrarlos en las pantallas, sino también el paso de las horas que se relativizan a pesar de
tener una medida universal. El tiempo es una categoría ineludible para la sociedad, ya en la
red, ya en las calles, lo cierto es que se es dueño de lo que pasa mientras pasa, pero luego es
un recuerdo, y en la red, le pertenece a la muchedumbre.
2.1.3 Espacio y sociedad
Es propio del hombre contemporáneo responder a los nuevos lugares de encuentro
generados por las características de su tiempo, por esto a los jóvenes del presente siglo, les
resulta familiar, los espacios de socialización que se generaron gracias a los avances en la
tecnología o se les facilita adaptarse a ellos.
Espacio y sociedad es un juego de palabras que determina otra característica de la
contemporaneidad. Es un universo que demanda una fuerte reflexión práctica o teórica,
discusiones diversas y oportunidades de creación, revisiones históricas o proyecciones del
futuro. Lo cierto es que es un terreno con muchas aristas y para el caso, se abordarán algunas
aproximaciones a propuestas más familiares con el fenómeno en cuestión.
En primer lugar es importante reconocer que el diseño y desarrollo de la Internet,
viene construyendo un entramado, un tejido que se consolida con el tiempo. Toda vez que las
herramientas y los espacios de encuentro se perfeccionan, de la misma manera evolucionan
las redes que permiten dicha comunicación. Son lugares virtuales que acogen muchedumbres,
grupos, individuos.
Es el reconocimiento de la evolución que el hombre viene “padeciendo”, como cita
Byung-Chul Han (2013), a Mcluhan a propósito del “Homo Electronicus”, o un hombre de
masas que se hace presente en la multitud (desde la radio), o el “Homo Digitalis” quien
habita la red, es un anónimo en el enjambre (esto último, lo propone como la reunión de
individuos aislados), deseoso de atención (p.17). Éste se siente ajeno de los espacios físicos
de la sociedad, de las masas: parques, estadios, iglesias, auditorios, no son precisamente de
sus preferencias. Lo cual no resulta para nada escandaloso en una generación que viene
transformando las formas de comunicarse. Ahora los dispositivos y sus ventanas configuran
la comunicación. La vida útil de los teléfonos se limita. Los lugares de encuentro están en la
red. Es por esto que algunos autores afirman el hecho de considerar el universo digital como
un espacio que permite la reunión de individuos. Scolari (2018), propone un desarrollo a
partir de la interfaz como espacio de reunión, que va trabajar en alguna de sus leyes, “la
interfaz puede ser considerada el lugar donde se produce la interacción, una zona de frontera
entre el mundo real y virtual, o, mejor, un entorno de traducción entre los usuarios, los
diseñadores y los artefactos tecnológicos” (p.26). Resulta interesante la propuesta en tanto
por un lado reconoce el lugar de interacción y por otro, identifica los autores de dicho
intercambio.
Esta relación simbiótica es la que permite el desarrollo y mejora de los espacios de
interacción. Es una relación de dependencia. Es un triángulo necesario que supone la
presencia de los tres agentes para hacer posible el encuentro. Alguno de los elementos sería
nada sin los demás: Usuarios, diseñadores y artefactos tecnológicos, vienen construyendo la
nueva sociedad, la sociedad red. Los nuevos ciudadanos, los habitantes de la red.
Byung Chul-Han (2013), nos recordaba que este diseño social se puede llamar los
enjambres, las nuevas masas o también definidos como los enjambres digitales, donde los
individuos están aislados, están todos pero no hay una comunidad. Un lugar donde no hay
alma, donde no hay multitud. Donde se es uno más en medio de tantos otros, pero sin un
nosotros, y por lo tanto es volátil, fugaz en contraste con las masas clásicas que tienen poder,
voluntad, identidad, mayor visibilidad. Todos comparten un mismo escenario (o interfaz),
pero distintos intereses. Transitan el mundo digital, se valen del mundo real, pero no se
encuentran cara a cara (p.16).
Por su parte Pierre Lévy (2007), reconoce este universo como el ciberespacio,
entendido como “el espacio de comunicación abierta por la interconexión mundial de los
ordenadores y de las memorias informáticas” (p.70). Se insiste nuevamente en la necesidad y
presencia de los computadores o los dispositivos para propiciar estos universos digitales. Son
los usuarios quienes al utilizar éstos, comienzan a habitar dichos espacios, activan las
comunicaciones a distancia, viajando de manera inmediata a sus lugares de destino (a los
usuarios o intereses), atraviesan largos trayectos con un solo click, intercambian información
de forma ágil e interactiva. Todo esto viene configurando “el principal canal de comunicación
y el primer soporte de memoria de la humanidad del siglo XXI” (p.71).
Quizá ésta sea una de las características más fuertes de la cultura contemporánea, que
viene habitando con mayor fuerza y más convicción el ciberespacio. Donde es cada vez más
usual el desplazamiento de la vida real a la virtual. Las experiencias que se viven
biológicamente, ahora transitan en los entornos digitales en tiempo real; para hacerse más
vitales de lo que tal vez ya son. Donde hacen uso de la fotografía y otros recursos mediáticos
para hacer público lo privado, para mostrar la cotidianidad en el universo digital.
Hasta ahora, cada alternativa es tan válida como la otra y las propuestas teóricas
alimentan la reflexión en torno a la comprensión del juego entre espacio y sociedad. Albergar
todos los movimientos del espacio digital en un concepto es dispendioso, pero es muy
oportuno el aporte que hace Jenkins, a propósito de la cultura de la convergencia, como la
oportunidad de entender que todas estas prácticas propias de la contemporaneidad, a la larga,
no dependen de un factor, sino más bien, de la presencia de varios elementos de manera
simultánea.
Convergencia es según Jenkins (2008) “donde chocan los viejos y los nuevos
medios, donde los medios populares se entrecruzan con los corporativos, donde el poder del
productor y el consumidor mediáticos interaccionan de maneras impredecibles” (p.14), y
bastante oportuno resulta el comentario para entender que las nuevas sociedades dependen de
dichos entrecruzamientos, éstas se constituyen justo y con tales recursos. Se comprenden
desde la fusión simultánea de los mismos medios. Del consumo y producción de información
de manera acelerada. Desde el uso y el abuso de los recursos tecnológicos.
Ya se había dicho del alto volumen de producción y consumo fotográfico que se tiene
actualmente (por poner un ejemplo) y con ello, el movimiento que recoge el fenómeno Selfie.
Las disposiciones de la cámara ya están claras y el entorno digital donde habitan estas
fotografías, muestra la fusión de elementos mediáticos que dicen lo que gusta y lo que no, lo
que atrae y lo que no. Revela la inesperada reacción que pueden tener los seguidores (ya no
amigos), de quienes crean sus fotografías.
Las audiencias hoy, están migrando a experiencias que satisfacen sus intereses.
Compran, consumen y recomiendan lo que por efecto atrajo su atención. Allí está la cruda
lucha comercial, donde sobrevive el más fuerte, el más astuto, el más creativo, es decir, el que
tiene mayor impacto. No solo en la industria, sino también la relación con los individuos.
El hombre contemporáneo habitará los dos mundos, el virtual y el real, hará de sus
experiencias el pretexto para vivir en las calles y transitar por la red. Para crear, compartir y
perpetuar, con sus medios, la imagen o contenido necesario para sobrevivir en los dos
universos, para mantenerse vivo a las exigencias de un tiempo que marcha a toda máquina y
no da espera para descansos. Todo simplemente por ser un habitante de la nueva sociedad
red, fruto de la convergencia entre diferentes condiciones que hicieron posible su constitución
o como lo diría Manuel Castells (2008),
“La sociedad red no fue consecuencia de la revolución tecnológica, sino más bien de la
afortunada coincidencia en determinado momento y lugar, de factores económicos, sociales, políticos
y culturales que permitieron la emergencia de nuevas formas de organización social, que
prevalecieron y se extendieron aprovechando la oportunidad histórica ofrecida por el
informacionalismo” (p.39)
Esta es quizá la más bonita convergencia que tuvo la historia y los sujetos que
habitamos esta Era, donde tuvimos la oportunidad de saber cómo era y cómo es la sociedad
actual. Cómo era y cómo es la tecnología ahora, pero sobre todo, porque nos obligó a
adaptarnos a prácticas que ni siquiera existían cuando nacimos.
2.2 Selfie: Cotidianidad y redes sociales
2.2.1 De lo que se entiende por cotidianidad
Una de las características de las sociedades contemporáneas es que la experiencia de
la cotidianidad no se restringe al ámbito privado, por el contrario, se hace pública en el
universo de las redes sociales; donde la fotografía selfie es una de las formas más empleadas
para lograr este objetivo.
Rossana Reguillo (2013) nos recuerda en su artículo titulado La Clandestina
Centralidad de la Vida Cotidiana, que la cotidianidad es un lugar estratégico para pensar en
la sociedad. (p.1).
Las publicaciones de las redes sociales y en particular el contenido de la gran cantidad
de fotografías selfie que allí se comparten, nos ha llevado a reflexionar sobre aquello que
expresan. Y la vida cotidiana es uno de los lugares comunes. Al observar estas imágenes
podemos inferir cuáles son las preferencias de la gente, aquello que disfrutan mostrando a
través de signos y símbolos que hacen parte de las maneras de comunicarse e interactuar en
la sociedad plural en la que vivimos.
Rossana Reguillo (2013) define lo cotidiano como “el conjunto de prácticas, lógicas,
espacios y temporalidades que se repiten una y otra vez hasta normalizarse”; es decir, que con
el paso del tiempo y tomando como base la repetición, estas acciones, actividades o
costumbres; logran insertarse en los hábitos de los seres humanos que pertenecen a cualquier
grupo social. (p.4).
Estos rituales expresan las diversas maneras de sentir que tienen hombres y mujeres
en materia religiosa, política y social. Según nuestra investigación, la fotografía selfie es un
instrumento para documentar la vida cotidiana.
En otro tiempo, los medios de comunicación publicaban algunos aspectos de la vida
cotidiana de las personas que por su profesión o estatus social merecían reconocimiento.
Entonces el público lograba descubrir cómo vivían. Con la publicación de sus prácticas
habituales, incluso se convertían en patrones a seguir en materia de moda y estilo. El paso del
tiempo, las transformaciones sociales y culturales; además, de los desarrollos tecnológicos
cambiaron totalmente esta perspectiva.
La creación y consolidación de las redes sociales, hizo posible que los usuarios sin
necesidad de ser famosos tuvieran la posibilidad de publicar sus vivencias sencillas,
trascendentales, memorables o curiosas a través de fotografías.
Ahí se inserta la selfie como la herramienta perfecta para retratar la vida cotidiana y
demostrar el postulado de Michel de Certau (1999) según el cual no “existe una cotidianidad
esencial que se pueda explicar a través de abstracciones o generalizaciones” (p.19).
La vida cotidiana como conjunto de prácticas y usos; puede llegar a subvertir las
normas que establecen las relaciones de poder entre los miembros de los grupos sociales. La
masificación de la tecnología suscitó un nuevo mecanismo para la invención de lo cotidiano,
donde el sujeto es actor y autor de las publicaciones en las que muestra una cotidianidad
acorde con aquello que desea compartir o sugerir a partir de la personalidad y el estilo de vida
que muestra en sus fotografías.
Afirma Rossana Reguillo (2013) en su artículo publicado en la revista de artes
visuales Quintapata con el título “La clandestina centralidad de la vida cotidiana” que “una
cultura considera algo normal y natural, cuando su rutinización adquiere visibilidad”. (p.2)
Este es el proceso alcanzado por la fotografía selfie respecto a la construcción de la idea de la
cotidianidad.
Millones de personas alrededor del mundo diariamente postean las fotografías que
muestran parte de su cotidianidad o la que consideran es apta para que todos conozcan.
Actividades, preferencias, percepciones e ideas del mundo se observan a través de una
pantalla, la misma que nos sirve para estar al tanto de la cotidianidad de otros. Finalmente, las
redes sociales son ejemplo de desarrollo tecnológico y actúan como el ojo vigilante que al
masificarse supera cualquier frontera; consolidando así su dominio y acabando con cualquier
idea de privacidad.
El conjunto de rituales que constituyen la cotidianidad del ser humano es validado por
los colectivos que les otorga legitimidad y termina sancionando o calificando su proceder.
En las redes sociales los comentarios y reacciones ratifican la afirmación de Michel de
Certau (1999), según la cual la primera condición de la vida cotidiana es la comunicación. En
la medida en que sus estructuras y lógicas de operación se hacen visibles no por la repetición
o habituación, sino por el sentido subjetivo de la acción, es el acto social el que va
construyendo un colectivo. (p.31)
En el caso de la selfie y los comentarios que genera, hay un claro ejemplo de
innovación social que propone con sus imágenes sobre la vida cotidiana, una nueva
concepción de aspectos como el tiempo y el espacio; la aceptación y la validación social.
“Las personas son hábiles para ejercer sus competencias reflexivas porque se sienten
seguros del orden legítimo al cual sirven o con el que se sienten identificados”, dice Rossana
Reguillo (2013) y no podemos olvidar que las acciones individuales y cotidianas que son
publicadas a través de diversas plataformas cuentan con una interpretación social, donde
puede tener el mismo impacto o incluso mayor, aquella fotografía selfie que procede de una
persona famosa como la imagen de una persona anónima que, por el tema, innovación,
curiosidad o cualquier particularidad; logra posicionarse por algunas horas o días como la
más vista en las redes sociales. (p.5)
Así podemos entender que la fotografía selfie es un tipo de discurso que el hombre
contemporáneo usa para nombrar los diversos actos de la vida cotidiana.
2.2.2 Los lugares comunes
La cotidianidad como tema común de las publicaciones en las redes sociales, también
ha logrado posicionarse en los medios de comunicación y muchas veces hace parte de sus
contenidos. Incluso en algunas de sus notas comparten los resultados de un monitoreo por la
actividad de las redes sociales y aquello que se convirtió en tendencia o alcanzó un gran
número de visitas al día.
Por lo general estas publicaciones tomadas de las redes sociales y compartidas en los
medios pueden ser tanto fotografías selfies como videos o cualquier otro contenido, pero casi
siempre están centradas en la vida cotidiana de otros y logran un gran posicionamiento
porque muestran un gran interés por lo humano, sin descartar que su contenido sea utilizado
para elaborar análisis de aspectos políticos, económicos y culturales del mundo.
La fotografía selfie como discurso gráfico se nutre de las prácticas y de la cultura que
la gente desarrolla en redes sociales, de manera consciente e inconsciente como producciones
de sentido. Los protagonistas de las fotografías selfie libran una batalla constante por la
definición del orden social y el poder a través de la dinámica y gestión de las redes sociales,
donde se postea la vida cotidiana.
Bruce Begout (2009) afirmó en su artículo titulado La potencia discreta de lo
cotidiano que fuera publicado por la revista Persona y Sociedad de la Universidad Alberto
Hurtado que la cotidianidad “emerge de un proceso oculto que permite la adaptación del
hombre a un mundo desconocido y amenazante”.(p.4)
Esta es otra de las posibilidades que tenemos para comprender la razón por la cual la
fotografía selfie se ha afianzado no sólo desde su técnica, sino como uno de los vehículos
más usados para representar la cotidianidad del hombre contemporáneo.
El ser humano en aras de encajar en un mundo totalmente dependiente de las
tecnologías y viviendo el riesgo de desaparecer, apela a su propia cotidianidad para hacer
parte de ese uso y apropiación de los medios que provee la tecnología como expresión de un
cambio cultural.
Lo cotidiano no está en una parte específica, en realidad es un enigma y según Begout
no puede definirse, tal vez por esta característica tan propia, disciplinas como la filosofía,
menospreciaron durante mucho tiempo el estudio y análisis de la cotidianidad.
No obstante, lo cotidiano no es lo ordinario, ni lo banal. En realidad, la cotidianidad
define el tipo de relación que tiene el hombre con el mundo. Es un modo de ser que con la
selfie se articula con la tecnología y nos permite advertir que ésta ya hizo su proceso de
cotidianización al masificar su uso y producción; lo que ahora se convierte en un punto de
convergencia para representar aquello que vivimos diariamente.
Con la cotidianidad representada en una imagen, el hombre escapa de algún modo de
su miedo original produciendo él mismo una armonía natural y evidente con el mundo,
creando una manera de expresarlo a su medida. En este momento de la historia lo hace a
través de la fotografía selfie que no es otra cosa que el producto que le permite hallar
seguridad, para mostrarse, un área para reencontrar su propia confianza ante las imágenes de
sí mismo que logra y con las que aborda el mundo.
Aceptamos y exploramos el mundo a través de las cosas que adquirimos, los lugares
que visitamos, los acontecimientos de nuestra vida, las actividades que disfrutamos y
registramos a través de autorretratos o fotografías selfie.
Podemos pensar en este tipo de fotografías y la cotidianidad, como una temática
recurrente o una estrategia que permite al hombre comunicar ese sitio tácito que nos ha sido
asignado en la sociedad y las formas en que nos apropiamos de nuestra realidad. Además, de
hacer evidente la distinción que hacemos del otro, nuestra preocupación por hacer parte de un
entorno social, manifestando implícitamente nuestros objetivos e intereses comunes.
2.2.3 Las redes sociales: nuevos espacios de socialidad
El hombre trabaja a diario en el desarrollo y perfeccionamiento de la tecnología. Gran
parte de su ocupación conceptual y práctica se dirige a la búsqueda de sistemas, algoritmos y
procesos, para facilitar su vida a través del uso constante de la tecnología.
Procedimientos que en algún momento se consideraron impensables, ahora pueden
integrarse a las prácticas propias de la cotidianidad; gracias a la mediación de dichos
desarrollos tecnológicos.
Sin advertirlo, el ser humano hace un proceso diario de inmersión tecnológica; hasta
convertirla en una extensión de sí mismo; lo que puede derivar en situaciones de dependencia
excesiva en las que no tiene tiempo para cuestionarse, sobre los beneficios o riesgos de su uso
y apropiación. Mucho menos de analizar las transformaciones culturales que expresa.
Los desarrollos tecnológicos nos permiten conocer nuevas acciones que se vuelven
hábitos y observadas desde lo objetivo, nos interrogan sobre los cambios que han generado en
las formas que usamos para relacionarnos con otros; lo que implica vivir una especie de
socialidad distinta; donde la privacidad y la circulación de datos no cesa y cada uno establece
el límite a conformidad con su criterio.
Estas trasformaciones de las relaciones y formas de hacer presencia en el ecosistema
digital podrían considerarse un producto de la inmersión tecnológica en la que subyace el
hombre contemporáneo, cuyos cambios hacen parte de las reacciones que produce el uso de
la tecnología y se hace evidente, desde las nuevas maneras empleadas por el ser humano para
adquirir el conocimiento, aplicarlo y transmitirlo; hasta su decidida participación en ellas para
expresar todo lo inherente a la vida social de hombres y mujeres.
De ser así la apropiación de la tecnología, sus beneficios, usos y aplicaciones a la vida
corriente, empezarían a integrarse a la experiencia vital del hombre contemporáneo y
dependería únicamente de su avance o retroceso.
Actualmente los avances tecnológicos y su uso continuado, determinan el nivel de
desarrollo de los grupos sociales; situación latente en los niveles más sencillos, como es el
caso de la transformación de la vida afectiva de la cual hemos sido testigos con el auge y
consolidación de las redes sociales.
Pero, así como lo describe Paula Sibilia (2008), en su libro La intimidad como
espectáculo; la transformación no está centrada única o de manera preferencial en los
desarrollos tecnológicos o el avance de las herramientas para hacer uno u otro proceso. En
realidad, la transformación es mucho más profunda y da cuenta de un cambio sociocultural.
Es decir:
“No se trata apenas de Internet y sus mundos virtuales de interacción multimedia. Son
innumerables los indicios de que estamos viviendo una época limítrofe, un corte en la historia,
un pasaje de cierto régimen de poder a otro proyecto político, sociocultural y económico”.
(Sibilia, 2008, p.25)
Para el hombre contemporáneo se redefinieron algunos elementos de la vida
cotidiana; como es el caso de lo público, lo privado y el carácter de espectacularidad que se
viene otorgando al yo. Situaciones que no dependen de manera exclusiva de los desarrollos
tecnológicos, sino de las transformaciones del pensamiento y la forma de asumir en
comunidad la vida cotidiana. Los desarrollos tecnológicos son apenas instrumentos para
hacer evidente un fenómeno cultural que emerge y se consolida a diario.
Aplicaciones para citas, símbolos con nuevos significados, innovaciones para
representarnos y mostrar nuestra vida a los demás; son evidencias de esas nuevas formas de
conocimiento expresadas a través de la tecnología y motivadas por la transformación cultural
del hombre contemporáneo. En el aquí y el ahora de hombres y mujeres, el tiempo se halla
dominado por lo efímero, lo fugaz que a veces solo queda capturado en una fotografía de sí
mismo, un autorretrato, una fotografía selfie.
Para muchos no se puede hablar de selfie si no hay una publicación en redes sociales.
Generalmente este tipo de fotografías se comparte en diversas plataformas tecnológicas a
esperas de una reacción que incluso puede motivar la curiosidad propia del ser humano, hasta
niveles exacerbados. No hay límites para conocer la veracidad de aquello que se muestra,
inferir lo que se esconde o se deja entrever a través de los contenidos de las fotografías selfie
expuestas.
Los denominados Social Media, (Facebook, twitter, Instagram) son las nuevas
plataformas de la conectividad, porque si bien el hombre no está conectado en red todo el
tiempo, ni vive vinculado de manera constante a la red; subsiste en el marco de una
socialidad conectada; donde se superan fronteras geográficas, se gestan nuevos modelos de
negocio, además de diseñar y habitar nuevos espacios para encontrarse o darse a conocer.
Las organizaciones actuales no existen sin personal que desarrolle contenidos
novedosos destinados exclusivamente al mundo digital y en particular a las redes sociales;
mucho menos pueden sobrevivir sin responsables de administrar sus social media; sin olvidar
los agentes cuya atención está dirigida a medir los progresos y contribuir desde las
estadísticas al análisis de los datos sobre las audiencias que allí se dan cita y determinan el
progreso o decrecimiento de las mismas en función de un gusto particular o una necesidad
comercial creada por el mercado.
Todo lo anterior es ejemplo de las diversas manifestaciones sociales, culturales y
económicas que hacen parte de este momento histórico y en el cual la fotografía selfie se
articula como una pieza del rompecabezas.
Un proceso que generó nuevas ocupaciones o roles desde lo institucional y lo
particular, cambios sutiles pero decididos que nacieron en este tiempo y ahora son infaltables
en los diferentes ámbitos de la vida pública o privada.
Hace una o dos décadas no vivíamos de la misma manera y somos testigos de los
progresos y procesos ligados al mundo de Internet y la expansión del mundo virtual. Los
Social Media nos llevaron a reconocernos como seres codificados, sin saberlo, sin admitirlo,
sin juzgarlo. Una situación que no es objeto específico de la presente investigación, pero que
constituye una de las bases para entender el contexto en el cual el fenómeno selfie adquiere
relevancia.
La misma José Van Dijck (2016), nos recuerda que “este paso de una comunicación
en red a una socialidad moldeada por plataformas y de una cultura participativa a una
verdadera cultura de la conectividad, ocurrió en un breve lapso temporal de no más de diez
años”. (p.15).
Sin embargo, más allá de la reflexión que podemos hacer de una situación particular
en la cual es latente este fenómeno; es preciso entender que la fotografía selfie y esos
elementos que en ella se hacen presentes como parte de la cotidianidad, son coherentes con el
tiempo histórico que vivimos.
Como investigadores no nos corresponde establecer un juicio de valor de carácter
positivo o negativo sobre las transformaciones culturales que motivaron el avance de la
tecnología para cumplir con las expectativas del hombre contemporáneo. Se trata más bien de
entender que la red es un nuevo mecanismo de invención de lo cotidiano y lo podemos
constatar a través del análisis de la fotografía selfie como una de las formas en las que
habitualmente nos representamos y compartimos nuestra vida de manera pública a través de
las redes sociales.
Al hacer un acercamiento teórico y práctico para entender el fenómeno, descubrimos
que una nueva socialidad se expresa a través de imágenes, que la selfie manifiesta una forma
de vida, una serie de gustos, preferencias, amores y desamores con impactos e intenciones
diversas mediadas por la conectividad y la cotidianidad.
La fotografía selfie y las redes sociales se plantean como un lugar común a donde
todos llegan para hacer visible su deseo de sentirse reconocidos, asociados con un nivel de
vida o validados por un grupo. Es la mirada del otro la que nos otorga legitimidad.
Es un ejercicio que según José Van Dijck (2016) en su libro La cultura de la
conectividad demuestra que “una socialidad tecnológicamente codificada que convierte las
actividades de las personas en fenómenos formales susceptibles a la gestión y manipulación
que ofrecen las plataformas gestionables”(p.12) y esto permite dirigir la socialidad de las
rutinas cotidianas de los usuarios que en un gran porcentaje se comparte a través de
fotografías selfie.
Puede entonces establecerse una relación entre la fotografía selfie y el deseo de auto
promocionarse y sentirse asociado con ciertas formas de vida que conscientes o inconscientes
son calificadas y asociadas con valores e ideas socialmente aceptadas en mayor o menor
forma.
Más allá de eso se encuentra la reflexión sobre lo que acontece en las redes sociales y
su influencia en la masificación de la fotografía selfie. Pese a ser espacios intangibles los
Social Media se consolidan cada día y hacen nuevas demandas para integrarse con el hombre
en un proceso de simbiosis que hace parte constitutiva del nuevo ecosistema tecnológico y
cultural en el que vivimos y del no podemos pretender separarnos. Quizá, porque en mayor o
menor medida allí sucede un fragmento de nuestra vida cotidiana que nos exhorta a ser y
estar como hombres contemporáneos.
Para José van Dijck (2016), en redes sociales como Facebook, la elección del botón
“me gusta” delata una predilección ideológica; favorece evaluaciones instantáneas, viscerales,
emocionales y positivas, según esto no podemos obviar que al exponer nuestra imagen a
través de la fotografía selfie, dejamos en total libertad al internauta para que construya su
propio concepto a partir de lo que observa. (p.18)
Entonces podemos afirmar que esto se inscribe en la interpretación individual de la
realidad y las experiencias vividas con anticipación que generalmente delimitan las
apreciaciones de quien actúa como consumidor de imágenes visuales, particularmente de
fotografías selfie.
Retratos que hacen parte de la cotidianidad del hombre contemporáneo; una práctica
habitual que plantea a través de la fotografía selfie una serie de aspectos que vienen a
integrarse a esas nuevas formas conectivas que nos permiten construir lazos con el entorno y
expresar nuestra subjetividad.
En las redes sociales es posible olvidar la diferencia que existe entre la expresión
personal y la publicidad, fenómeno tangible en las contradicciones que se plantean en twitter
o Facebook, cuando los contenidos que se publican nos interrogan sobre su objetivo. Los
Social Media intentan hacernos pensar que esos mecanismos conectivos, propios del actual
ecosistema tecnocultural, nos permiten socializar más que si decidimos vivir fuera de ellos.
Aquí el sujeto demuestra una transformación del yo al convertirse en autor, narrador,
personaje y protagonista de las historias individuales que comparte a través de fotografías
selfie. Circunstancia que transforma la concepción de la mirada y el proceso mediante el cual
construimos nuestra subjetividad.
Toda esta transformación obedece al mismo paso de la historia, recordemos que
durante la modernidad los aspectos más relevantes de la personalidad del individuo eran de
carácter interior; no eran perceptibles a la mirada y los elementos externos eran calificados de
superficiales y secundarios e incluso falsos o mentirosos; por lo tanto no contaban con la
misma valoración que actualmente se hace de lo externo de la idea que sugiere lo físico o
todo aquello que se percibe a través de los sentidos.
Con la década de los años 60 y 70 se inicia el culto al yo y el empoderamiento del ser
humano para mostrar y compartir a través de la fotografía las formas en que vive su realidad.
Es así como se presenta una transición de lo interno a lo visible. Situación que viene
adquiriendo nuevos matices con el uso de dispositivos y plataformas tecnológicas que por sus
características facilitan la publicación y el logro de imágenes propias con la evolución del
autorretrato en lo que ahora conocemos como fotografía selfie.
Se privilegian entonces las acciones visibles y la libertad para que cada uno se defina
y logre consumar este proceso a través de sus publicaciones en redes sociales.
El internet, que nos convierte a todos en autores en potencia, no tiene más que un par
de décadas de edad. Y es posible que con el tiempo aprendamos a manejar las redes sociales
de manera equilibrada, sin caer en ningún tipo de exceso. Pensamiento que se puede
relacionar con la fotografía selfie, si la entendemos como uno de los vehículos empleados por
el ser humano para contar su cotidianidad y en donde no podemos desconocer la presencia de
un culto al yo evidente que incluso puede llevar a la exageración de la personalidad a la que
se le otorgan cualidades espectaculares.
Situación que viene generando nuevas tendencias en las que se pone en riesgo la salud
y la vida misma, con tal de alcanzar niveles de riesgo inusitado a través de la publicación en
redes sociales de fotografías que muestran un tipo de cotidianidad arriesgada, valerosa y
digna de ser reconocida, como la que propone el movimiento de selfie extrema. Es posible
que la actualización permanente que hace el hombre contemporáneo de sus redes sociales no
cambie el mundo en el que habita, pero si le permitirá responder a sus necesidades, actuando
más para crear e intercambiar contenidos que gestiona con libertad.
Para el hombre contemporáneo las redes sociales se convierten en un punto de
encuentro para compartir su cotidianidad a través de fotografías selfie que muestran nuevas
características de la interacción humana y la total expresión de una práctica cultural que se
viene consolidando y se halla en evolución permanente.
2.3 Imagen
2.3.1 De lo que se entiende por imagen En el libro treinta y cinco de La Historia natural que se le atribuye a Gayo Plinio
Segundo o Plinio el Viejo, como se le conoce; aparece el relato del mito corintio según el
cual un hombre llamado Butades tenía una hija llamada Kora y siendo muy joven se enamoró
de un hombre que dentro de poco se marcharía a la guerra. La última noche antes de
despedirse, Kora vio como el perfil de su amado se reflejaba en la pared, al proyectarse por el
efecto de la luz de una antorcha. Tomó entonces un carboncillo y trazó su perfil de la sombra,
para no olvidar la imagen de su amado durante su ausencia.
La mítica historia de Plinio nos narra lo que se puede definir como el origen de la
imagen que primero se conoció como pintura y luego evolucionó con la aparición de la
fotografía, pero que siempre será la presencia virtual de un objeto, un paisaje o una persona
que en realidad está ausente.
Según Román Gubern (2000) “soñamos con imágenes y pensamos con palabras”,
quizá por eso a lo largo de las diferentes etapas de la historia del ser humano, la imagen
constituye una de las formas predilectas para representar la vida y perpetuar un instante que
rompe con la barrera del tiempo e impide que su paso acabe con aquello que no podrá
permanecer por siempre en la memoria. (p.187)
La imagen es un elemento central de la cultura contemporánea que se logra por la
interacción de diferentes medios. Publicaciones en el mundo digital apelan de manera
constante a imágenes memorialistas, informativas, judiciales, estéticas y funcionales; para
nutrir su variada tipología. Con sus imágenes cada vez más selectivas el hombre
contemporáneo muestra y oculta a voluntad, haciendo más elocuente lo que esconde que
aquello que comparte.
En este tiempo ninguna imagen es neutra, más bien cuenta con puntos de vista
predicativos que ofrecen una serie de connotaciones que se hallan en busca de legitimación o
contra legitimación política y social; como lo cita Nicholas Mirzoeff (2016) al referirse a la
fotografía selfie como una de las imágenes más recurrentes de este tiempo, “el selfie describe
el drama de nuestra propia representación cotidiana de nosotros mismos en tensión con
nuestras emociones internas, que no siempre podemos expresar cómo deseamos”. (p.37)
Se trata de aspectos que caracterizan a la sociedad contemporánea como la
intermedialidad y la hibridación que se hacen visibles en la imagen y específicamente en la
fotografía selfie. Hombres y mujeres buscan visibilidad mediática para complacer a su
público, fundando una mirada original, diferente.
Sin pensar el hombre contemporáneo rinde honores a las tecnologías y
específicamente a la imagen, cuyo contenido respalda la estratificación de una sociedad dual,
un mundo formado por élites y masas. De forma implícita con la construcción y posterior
publicación de imágenes cada cual elige a qué grupo pertenece.
La vida del hombre contemporáneo se desarrolla ante una pantalla, quizá es una
actividad que pase como algo desapercibida, pero en este momento de la historia, las acciones
del hombre se hallan bajo una vigilancia visual que nunca acaba. Las redes sociales y la
existencia de dispositivos sofisticados hacen que la experiencia del ser humano sea más
visual y se halle más visualizada que en otros momentos de la historia.
Tenemos a nuestra disposición una cantidad infinita de imágenes y es posible ver el
paso de la vida a través de imágenes que se reproducen en el televisor, el computador y el
teléfono celular; sin olvidar las novedosas formas de visualización que ofrecen las
aplicaciones que intentan cerrar la brecha entre el mundo off line y el mundo on line.
Todo lo anteriormente descrito nos lleva a pensar en cómo las mediaciones de la
cultura digital han logrado generar una forma privilegiada de la imagen que se convierte en
mirada y cultura desde lo visual, que tiene de forma tácita un estatuto que la rige y que
demuestra a través de la selfie una transformación en las maneras de representación como
efecto de ese cambio social y cultural.
Con esto la fotografía selfie no es una parte de la vida cotidiana sino la vida cotidiana
misma que se representa y comparte a través de imágenes que constituyen la primera firma
visual con que contamos en este momento. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que aún
visualizando de manera constante la vida cotidiana esto no significa que podamos conocerla o
entenderla, porque en la actual cultura visual de carácter global existe una gran diferencia
entre lo que consideramos es nuestra apariencia y el modo en que nos ven los demás que
generalmente difiere de la realidad que vivimos.
2.3.2 La fotografía selfie
Selfie es un término de origen inglés que nombra la práctica en la que el ser humano
se saca una foto a sí mismo. Como vocablo es una variación del término "self" que traducido
al español significa "yo", de tal suerte que puede entenderse como un sinónimo de autofoto o
autorretrato.
Uno de los dispositivos más usados para hacer este tipo de fotografías es el teléfono
celular y generalmente, se logra cuando la persona extiende su brazo y dispara la cámara
fotográfica enfocando hacia su rostro o cuerpo. También existen otros métodos para tomarse
una fotografía selfie, por ejemplo algunas personas suelen dirigir el lente de la cámara hacia
un espejo, esperando que al accionarla, la imagen sea el resultado de dicho reflejo.
Gracias a los desarrollos tecnológicos se trata de una práctica que goza de gran
aceptación en este tiempo, pero que tiene más de un siglo de antigüedad y un proceso de
evolución que se inició con la pintura y la escultura. Posteriormente con la invención de la
fotografía, viene haciendo nuevas propuestas de creación técnica y exploración del ser
humano en lo referente a la representación de sí mismo. En palabras de Mirzoeff (2016) "El
selfie no llama la atención porque sea nuevo, sino porque expresa, desarrolla, expande e
intensifica la larga historia del autorretrato". (p.37)
El retrato elaborado por la misma persona que lo pinta recibe el nombre de
autorretrato. Desde lo pictórico implica un análisis profundo por parte del artista, para lograr
una revisión profunda del rostro hasta conocer las expresiones que tendrá el dibujo y la
pintura.
Durante el siglo XVI, surgió un nuevo tipo de pintura que se conoció con el nombre
de autorretrato. No estaban hechos para todo el mundo, estaban pensados para una minoría de
personas que contaba que por sus características específicas y contaban con ciertos
privilegios sociales, culturales y económicos.
Podría afirmarse que desde la pintura el autorretrato es un precursor de la fotografía
selfie que puede concebir imágenes creativas y hallar fácilmente, los mecanismos para su
publicación continua al estar en completa conexión con los denominados Social Media.
A diferencia del autorretrato la fotografía selfie está al alcance de todos, por la
masificación de los dispositivos móviles. Se trata de un formato popular que rompe con la
rigidez de las fotografías oficiales, calificadas de insulsas y poco acordes con la realidad. La
fotografía selfie no establece restricciones para considerar que una imagen sea pertinente o
no, según el momento, porque depende directamente de quien la piensa, toma, publica y
disfruta que además decide contar una historia con su contenido.
Tanto el autorretrato como la selfie coinciden en el deseo de mostrar el estatus de la
persona y centrarse en la imagen propia. Esa apariencia que se busca dejar en el que observa,
lo que se muestra o esconde con libertad, termina siendo lo que nos permite reiterar que en la
fotografía selfie se presenta una fusión entre retrato y autorretrato, como lo afirma Nicholas
Mirzoeff (2016) en su libro Cómo ver el mundo:
“El selfie es una fusión de la imagen de uno mismo. El autorretrato del artista como un héroe
y la imagen mecánica del arte moderno que funciona como una representación digital”. (p.38)
En su momento el autorretrato propició una nueva manera de pensar en la historia de
la cultura visual, situación que se repite en este momento histórico con la fotografía selfie.
Durante el barroco y el renacimiento, algunos artistas acostumbraban a autorretratarse como
para reafirmar la autoría del cuadro o hacer parte de una gran obra. Como técnica el
autorretrato no siempre está asociado con la pintura, ni implica generalmente un género
realista, pero sí puede considerarse como una manifestación de una de las búsquedas más
recurrentes en el ser humano: verse y representarse a sí mismo.
De acuerdo con los historiadores los primeros autorretratos datan del año 1.300 de la
edad antigua y se atribuyen a un escultor de nombre Bek que esculpió su autorretrato sobre
piedra. Más adelante durante la edad media el autorretrato se hizo más frecuente en la pintura
y se empleó como una representación a modo de firma o certificación de la paternidad de un
trabajo. Mientras que en el renacimiento el autorretrato se convirtió en un género artístico que
se arraigó especialmente en el norte de Europa e Italia. Los artistas orientaron su trabajo hacia
la representación del rostro con el empleo de nuevas técnicas sociales y culturales.
Durante el siglo XIX y el incipiente desarrollo del arte de la fotografía, surgieron
interesantes experimentos que hoy pueden hacer parte de la evolución de la selfie.
Precursores de la fotografía como Niepce y Daguerre, lograron el desarrollo de los primeros
daguerrotipos de sí mismos y se ocuparon de mejorar la imagen fotoquímica que de manera
sencilla se obtenía de las primeras cámaras como una imagen de tipo indicial, es decir, como
un solo indicio o huella del paso de la luz del objeto o la persona que se había situado ante el
objetivo al momento del disparo u obturación.
El paso del tiempo tecnificó la fotografía y el funcionamiento de las cámaras
fotográficas, lo que determinó la calidad de la imagen y en general sus posibilidades.
No obstante, con la llegada del año 2000 y sus décadas posteriores, se registra un auge
significativo de la representación de sí mismo, paralelo a la aparición y desarrollo de la
fotografía digital. Ahora los teléfonos móviles o celulares empiezan a contar con una cámara
fotográfica que se considera como un elemento importante e innovador.
La cámara fotográfica que está incluida en el mecanismo del teléfono actual, permite
observar en tiempo real la imagen tomada, editar con opciones de fácil manejo y publicar a
través de un mecanismo intuitivo que no es de difícil comprensión para las personas, sin que
exista un límite de edad o un rango dentro de la formación académica que lo facilite.
En aspectos como el almacenamiento y la impresión; la fotografía digital supera
ciertos límites de la fotografía manual y hace más prácticos procesos como la impresión de la
imagen en papel y lo que antes se conocía como proceso de revelado.
Todos estos avances han motivado nuevas maneras de representarse y expresarse a
través de la fotografía selfie y actualmente se cuentan por millones las imágenes que son
publicadas y están asociadas con las características que la identifican.
Al desarrollo de la cámara, la fotografía digital y su masificación, se adiciona la
aparición de plataformas digitales o redes sociales; espacios propicios para compartir las
fotografías selfie con otras personas, por lo que la práctica de hacerse una imagen de este tipo
y luego publicarla en una red social, se hace popular con diversos objetivos que van desde el
mostrar una ubicación ya sea de un espacio, un momento significativo o una actividad hasta
despertar el interés de las personas que siguen estas plataformas y se convierten en una
especie de audiencia privada.
Pese a tratarse de una de una práctica que se pensó como espontánea y carente de
técnica, la fotografía selfie se convirtió en una de las formas más usadas para comunicar
desde lo gráfico, motivando el interés de investigadores y estudiosos en relación al análisis
que se puede hacer de su contenido. Aspectos como la locación y la situación que la persona
elige para tomarse una fotografía selfie nunca son casualidad y siempre sugieren un contexto
que se integra al mensaje de la fotografía, que se toma con la finalidad de publicarse.
Gracias a las redes sociales llegamos con nuestras selfie a muchas personas con las
que no necesariamente tenemos un lazo fuerte, nos plantea una reflexión sobre el acto
cotidiano de tomar una fotografía, porque anteriormente si queríamos hacer parte de una foto
era absolutamente necesario que otra persona hiciera el retrato, mientras que con la fotografía
selfie se rompe totalmente ese hábito. Llegaremos a muchas personas, incluso a extraños por
medio de las redes sociales, pero en la toma de la imagen ya no es necesario contar con la
presencia de un extraño.
Igualmente, numerosas investigaciones de las que hacemos mención en el presente
estudio establecen una relación estrecha entre la fotografía selfie y la vanidad como parte de
la naturaleza humana. Esto si somos conscientes de que en mayor o menor medida el hombre
se deja seducir por la invitación tácita que hace internet para exhibir una forma ideal de vivir
que se relaciona con el progreso, la originalidad, el acceso a un buen nivel de vida; temáticas
recurrentes en estas fotografías que además cuenta con una composición específica y la
utilización de planos y espacios concretas escogidos por sus usuarios.
Al pensar en fotografía selfie y los términos que con frecuencia empleamos para
referirnos a ella la palabra dispositivos es asociada con el teléfono móvil como aparato o
medio para lograr este tipo de imágenes. Sin embargo, se hace necesario aclarar que según
Jacques Aumont (1990) en el libro La imagen, el concepto adquiere un significado más
amplio
“el dispositivo es el conjunto de medios y técnicas de producción de imágenes, así
como la forma en que circulan y se reproducen, en definitiva, son esos lugares en donde las
fotografías e imágenes se convierten en instrumentos accesibles con soportes que el hombre
utiliza para su difusión”. (p.39)
La fotografía siempre cuenta con dos dimensiones: una de carácter espacial y otra
espectatorial que es evidente en la fotografía selfie porque el narrador es quien aparece en la
imagen, sabe más de quien observa y reacciona al contenido de la imagen. Como narrador
tiene en sus manos el poder de dar o suprimir detalles sujetos a la interpretación del
espectador, tal como lo explica Jacques Aumont (1990) "La imagen está destinada a
complacer a su espectador, a proporcionarle sensaciones específicas" (p. 85).
En este sentido los elementos plásticos o características que identifican a la imagen
son la superficie en donde se sitúan todos los elementos, los valores que representa, la gama
de colores que utiliza y la materia o escenario en donde se desarrolla la imagen. Así el
dispositivo regula esa distancia o relación que se presenta entre quien observa y la imagen
como lo sugiere Jacques Aumont (1990) porque toda imagen transmite desde lo simbólico, lo
epistémico o aquello que no es visible y desde lo estético.
"Implícitamente esta relación es la que constituye la base de toda una serie de
enfoques muy diferentes unos de otros, pero con la característica común de plantear una
especie de paralelismo entre el trabajo del espectador y el trabajo de la imagen" (p.97)
CAPÍTULO III
3. MARCO METODOLÓGICO 3.1 Diseño Metodológico 3.1.1 Enfoque
La investigación La cultura tras el fenómeno selfie, entendida como un conjunto de
procesos sistemáticos de análisis que toma como referencia un tipo específico de
representación fotográfica está enmarcada en las características del enfoque cualitativo.
De acuerdo con el planteamiento de Roberto Hernández Sampieri en su libro
Metodología de la Investigación (2014) por sus características, este enfoque nos permite
abordar con claridad el problema de investigación, buscando generar conocimiento a partir de
las herramientas que ofrece.
Gracias a esto tuvimos la posibilidad de aplicar a la población; herramientas
coherentes con un proceso de carácter inductivo, obteniendo conclusiones generales, sobre
los elementos de la contemporaneidad y la cotidianidad presentes en el fenómeno selfie a
partir de premisas particulares; si pensamos que las fotografías de los estudiantes de II a III
Semestre de la Maestría de Comunicación - Educación de la Universidad Distrital Francisco
José de Caldas (218-2019), fueron materia de análisis durante el estudio.
La utilización del enfoque cualitativo nos permitió plantear conceptos con
profundidad. Al no estar determinado por una secuencia lineal, facilitó el análisis de los
instrumentos aplicados a la población así como el análisis de sus imágenes. (Entrevistas
estructurada y semiestructurada)
En este sentido optar por el enfoque cualitativo para la investigación aportó amplitud,
riqueza interpretativa y contextualización del objeto de estudio. El auge de la fotografía selfie
y aquello que desde la retórica de la imagen podemos descubrir en ella, se convierte en un
tema significativo y pertinente desde lo social, cultural y comunicativo para investigar.
Esto sin olvidar que cada fotografía selfie denota y connota algo distinto, planteando
diversos interrogantes a los investigadores. Dichas cuestiones no sólo surgieron de la
recolección de información y el análisis de datos; sino que se presentaron en diferentes etapas
de la investigación.
En este caso el proceso se inició con el planteamiento de una serie de preguntas y
supuestos que fueron jerarquizados; conscientes de que no serían los únicos y que existía la
posibilidad de que incluso fueran desplazados por otros de mayor importancia, de acuerdo
con el desarrollo del estudio; situación muy propia del enfoque cualitativo por el que
optamos.
Como investigadores nuestra intención fue someter a prueba los supuestos con los que
iniciamos la investigación. Por eso, la acción indagatoria en el estudio sobre La cultura tras
el fenómeno selfie se desarrolló en forma dinámica y su interpretación tiene un carácter
circular; porque en muchos momentos de la investigación se hizo necesario regresar a etapas
iniciales sin que esto representara un retroceso.
3.1.2 Un estudio exploratorio
Aplicando las consideraciones de Roberto Hernández Sampieri en su libro
Metodología de la Investigación, (2014) “Los estudios exploratorios sirven para preparar el
terreno y por lo común anteceden a investigaciones con alcances descriptivos, correlacionales
o explicativos”. Por eso, la investigación La cultura tras el fenómeno selfie se puede
clasificar como un estudio exploratorio porque aborda el tema desde una perspectiva
diferente a investigaciones anteriores que profundizan en otros aspectos relacionados con la
fotografía selfie que no se relacionan con los objetivos del presente trabajo y que puede
considerarse como otra de las propuestas de análisis que surgen a partir del fenómeno, sin la
pretensión de hacer afirmaciones concluyentes o definitivas en la materia.
La revisión de literatura concerniente a investigaciones efectuadas sobre la fotografía
selfie; nos permitió determinar las tendencias investigativas existentes que abordan el tema
sólo desde ciertos aspectos relacionados con temas como los jóvenes, el narcisismo y el
peligro en materia de seguridad que existe cuando se hace público lo privado.
Situaciones importantes, pero que consideramos, son apenas algunos de los
indicadores culturales y sociales del hombre contemporáneo que evidencian un cambio en el
pensamiento, la forma de vivir y representarse, lo que incide directamente en el auge y
consolidación de la fotografía selfie.
Esto revela sólo algunas razones sobre dicho tópico, lo que constituye un motivo para
continuar el estudio desde los elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad
presentes en la construcción de imágenes selfie porque no se ha abordado con anterioridad.
Al respecto indagamos sobre la fotografía selfie desde una nueva perspectiva. Sin
desconocer el valor y los aportes que ofrecen las investigaciones que hasta el momento se han
desarrollado. Su contenido nos permitió identificar conceptos básicos y promisorios que hacia
el futuro permitirán establecer prioridades investigativas o aquello en lo que se puede o debe
profundizar.
Considerar la presente investigación como un estudio exploratorio nos permite sugerir
afirmaciones y postulados a partir de la identificación de áreas, ambientes, contextos y
situaciones de estudio, para familiarizarnos con un fenómeno hasta ahora desconocido; desde
el punto de vista de la contemporaneidad y la cotidianidad.
Apelar al tipo de estudio exploratorio nos facilita establecer el tono de la
investigación, definiendo relaciones potenciales entre variables, ante nuestra inquietud de
indagar sobre temas y áreas poco exploradas en relación a la fotografía selfie.
3.1.3 La etnografía virtual como método
Consideramos pertinente el uso de la etnografía virtual como método para el
desarrollo de la presente investigación, porque nuestro tema de estudio se relaciona
directamente con la mediación de los dispositivos y ordenadores como herramientas
empleadas por el hombre contemporáneo, para hallar un punto de encuentro en el que
comparte su vida o aquello que le interesa hacer conocer a través de la fotografía selfie y los
Social Media.
Teniendo presente que la investigación La cultura tras el fenómeno selfie, analiza las
nociones de la contemporaneidad y la cotidianidad que pueden considerarse explícitas e
implícitas en esta clase de imágenes; la flexibilidad de la etnografía virtual ayudó a efectuar
los cambios necesarios que en diferentes momentos exigió el objeto de estudio.
De manera puntual la etnografía virtual se adapta a la presente investigación porque es
un método mucho más amplio y no impone la limitación tradicional que considera de forma
estricta el campo de investigación como un espacio delimitado.
Por otra parte no descarta que las comunidades on line y las formas de socialidad que
se establecen en el mundo virtual, representen un objeto de investigación y aporten al análisis
académico, al tener unas formas de interacción características y propias del medio y el
contexto en el cual se desarrollan.
Como método la etnografía virtual extiende el estudio etnográfico a los espacios en
los cuales las interacciones son mediadas por la tecnología y no incluyen una presencia física.
Descubrir si existen rasgos que marcan la diferencia o segmentación entre la identidad online
y offline de los individuos, es una de las búsquedas de los etnógrafos, situación que se
identifica por completo con nuestros intereses como investigadores.
Apelando a la etnografía virtual se entiende que las interacciones que surgen en el
mundo online se convierten en registros que pueden aportar datos valiosos, acordes con las
intenciones de la investigación, lo que desde la práctica permite describir el comportamiento
de la población de estudio, específicamente sobre aquello que comunican a través de sus
fotografías selfies.
Los contenidos de estas imágenes, su realización y publicación, han logrado
integrarse a las comunidades virtuales que en el caso específico de las redes sociales
propician nuevos espacios de socialidad. Esta investigación estrechamente ocupada de la
fotografía selfie y ésta como uno de los procesos más comunes mediados por las tecnologías,
puede considerarse como un tema adecuado, para ser investigado a través de la etnografía
virtual que se orienta a los estudios e investigaciones, coherentes con los aspectos de vida que
transcurre en Internet y plantea otra forma de comunicación que supera lo presencial y
diversifica las relaciones humanas. Desde la etnografìa virtual nos remitimos a las
herramientas que ofrece y ayudan a conocer los hábitos y prácticas de la poblaciòn de
estudio, además de las apropiaciones de las nuevas experiencias que propicia la fotografía
selfie en contextos virtuales.
En el presente estudio, la etnografìa virtual favorece la simbiosis entre el análisis de
los contenidos de las fotografìas y sus aportes a lo concerniente con la narración o
representación de la vida cotidiana y la manifestación de las caracterìsticas de la
contemporaneidad. Además en los estudios etnográficos de carácter virtual, no solo se
requiere de la observación de este escenario; sino de la exploración y el análisis de la
realidad, algo constante en este estudio donde el rol de los investigadores permitió la
aplicación de técnicas de observación participante e integración a la comunidad real y virtual
analizada a partir de sus fotografías selfie.
3.2 Contexto y Población
En el marco de la investigación La Cultura Tras el Fenómeno Selfie, resulta
importante ubicar el contexto y la población, para favorecer una mejor comprensión del
proyecto.
La Universidad Francisco José de Caldas Sede Posgrados, está ubicada en la Ciudad
de Bogotá, localidad 12 (Barrios Unidos), sobre la avenida NQS, a la altura de la calle 63,
contando con una gran facilidad de acceso a medios y sistemas de transporte,
entretenimiento, cultura, comercio y educación. Ésta cuenta con una planta física de 8 pisos
distribuidos entre oficinas de atención al cliente, salones, laboratorios de clase, parqueadero y
biblioteca. Cuenta con una robusta propuesta de programas de formación académica en su
nivel de posgrados (Especialización, Maestría y Doctorados).
Uno de ellos es la Maestría en Comunicación Educación, perteneciente a la Facultad
de Ciencias y Educación, de carácter anual, diurna y nocturna. Oferta dos modalidades de
programa (Investigación o Profundización), cuatro líneas de investigación (Literatura y
Educación, Cultura Política y Educación, Comunicación, Cultura Urbana y Educación y
finalmente Medios Interactivos), y ya celebra más de una década desde su creación,
ubicándola en más altos niveles de producción, acreditación y reconocimiento a nivel
nacional e internacional.
La población de investigación es precisamente los maestrantes pertenecientes a la
Línea de Medios Interactivos, que ingresaron en el primer semestre del año 2018. El proyecto
se ubica en los semestres II y III desarrollados durante los años 2018-II y 2019-I. Este grupo
está integrado por un total de 2 estudiantes retirados, 22 maestrantes activos, con edades que
oscilan entre los 25 y 56 años, profesionales distribuidos de la siguiente manera:
Profesión Cantidad Estado
Docentes 13 Activos
Comunicadores 5 Activos
Diseñadores 3 Activos
Psicólogos 1 Activo
Total 22
Tabla N°2 Relación de distribución de las profesiones.
A continuación se relaciona la población más concreta con la que se trabajó el análisis
fotográfico individual. Es importante aclarar que dicha distribución responde a la necesidad
de abordar las distintas clases de profesionales con que cuenta el grupo de la Maestría, para lo
cual fue determinante la aceptación individual de las personas con las que se trabajó
finalmente, (luego de un trabajo de acercamiento con los maestrantes, a través de un primer
instrumento necesario para la caracterización, como la entrevista –semiestructurada- se
aclara más adelante), y, el nivel de respuesta de cada uno de ellos en los distintos
instrumentos aplicados.
Para el proyecto de investigación se tomó la decisión de trabajar con el 50% de la población
(10 Maestrantes), distribuidos de la siguiente manera:
Profesión Cantidad Estado
Docentes 5 Activos
Comunicadores 1 Activo
Diseñadores 3 Activos
Psicólogos 1 Activo
Total 10 Activos
Tabla N°3 Relación cantidad de profesionales
La inquietud de trabajar este fenómeno mediático de la Selfie, surge como la
necesidad de reconocer las prácticas que se configuran a partir de los avances en la
tecnología, propios del hombre contemporáneo, donde se manifiesta la cotidianidad de los
individuos, reconociendo la importancia de la imagen que se construye por medio de la
fotografía y se comparte en las distintas redes sociales.
Los Maestrantes hacen parte de una sociedad que naturaliza cada vez más el uso de
las tecnologías en su diario vivir y resulta favorable la oportunidad de manifestar esa cultura
visual presente en dichos individuos contemporáneos. Es un esfuerzo por estudiar no lo que
otros hacen, sino por revisar lo que nosotros hacemos. Un espacio para mirar cómo la
educación de un estudiante de Maestría se ve afectada, en su cotidianidad, por los fenómenos
generados por las tecnologías digitales.
Todos estos movimientos que se gestan con la incursión de los dispositivos móviles
en la cotidianidad, favorecen una de tantas reflexiones propias de la Línea de Investigación en
Medios Interactivos de la Maestría de Comunicación Educación procurando responder a lo
que reza el mismo Proyecto Educativo del Programa Proyecto Curricular, de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas (2017) cuando fue concebido este espacio académico como
un:
“programa de postgrado y formación avanzada concebido desde la perspectiva del aporte a la
consolidación de estudios profundos, sistemáticos y rigurosos en el campo de la relación entre
comunicación y educación y la construcción de una cultura investigativa y reflexiva en torno
a los fenómenos de los medios, las tecnologías digitales y los procesos socio culturales, de
mediaciones y de confección de perspectivas educativas en los contextos de las sociedades
mediáticas, del conocimiento, los saberes y las TIC como las que se ofrecen en el complejo
panorama de las culturas actuales”. (p.8)
En este sentido es el proyecto pretende escudriñar esa relación entre comunicación
educación, a partir de un pretexto como la revisión de la composición fotográfica, en una
población educativa que padece todos estos procesos socioculturales propios de las culturas
actuales.
Fotografía N°48. Clase Seminario Comunicación III Abril 23, 2019 Selfies Participación.
He aquí un ejemplo de algunos recursos propios de la contemporaneidad y la
cotidianidad en una imagen. Aparece parte del grupo de maestrantes en una posición típica de
la fotografía selfie. Los elementos que se perciben dan cuenta de la cultura actual, la
espontaneidad y actitud reflejan interés por atender a la construcción fotográfica, como la
preocupación por narrar, desde la imagen, la experiencia en la que participan. La diversidad
se hace evidente en un juego interesante de generaciones, culturas e intereses. El espacio
educativo se convierte en una oportunidad comunicativa que se presenta en un tiempo
determinado. Baste por el momento la fotografía para ilustrar de manera inicial el ejercicio
que se pretende revisar a lo largo de la investigación.
Algunos de estos y otros elementos se van a trabajar más adelante es un esfuerzo por
aproximarse a un fenómeno como la fotografía selfie en sus dimensiones sociales, culturales
y comunicativas en una población concreta como el grupo de maestrantes citado. A
continuación se describen los instrumentos y análisis desarrollados con los artefactos
fotográficos de manera más amplia.
3.3 Instrumentos y Análisis
Inicialmente es importante aclarar la ruta que planeamos para abordar el análisis de
las fotografías, ya que pretendemos conocer de manera más efectiva la percepción que se
tiene frente al fenómeno de las fotografías selfies, con relación a sus categorías de
contemporaneidad, cotidianidad e imagen. La intención es generar un acercamiento desde lo
general y público hasta lo particular y privado, puesto que esta es una práctica que refleja una
serie de elementos propios de la cultura actual.
En primer lugar se describen las entrevistas, sus estructuras y niveles de pregunta:
Por un lado la General, aplicada a todo el grupo de maestrantes con una revisión colectiva del
fenómeno. De otra parte la Individual, aplicada únicamente a los sujetos seleccionados para
ampliar la investigación, a partir de las fotografías obtenidas, con el objetivo de identificar
sus reflexiones del fenómeno desde el material concreto.
Acto seguido se describen la matrices de cada categoría que analizan de manera
directa el material fotográfico escogido a fin de revisar el nivel de composición, manejo y
expresión de las categorías, apoyados por teóricos oportunos para el asunto.
Finalmente se describe el Diario de Campo, fruto del ejercicio de la observación
participante, como instrumento de recolección y reflexión de la información. Es importante
aclarar que las fotografías selfies fueron divididas en tres grupos, ya que durante el proceso,
se vió la necesidad de clasificarlas con el fin de organizar de una manera más clara la
investigación y sus implicaciones:
El corpus de la investigación implicó generar una serie de clasificaciones que
permitió un acercamiento más organizado, claro y esquemático. Se revisaron 48 fotografías
selfies divididas de la siguiente manera.
-Selfies Grupales: Corresponden a las fotografías selfies de algunos estudiantes de la
Maestría en Comunicación Educación en la Línea de Medios Interactivos.
-Selfies Individuales: Corresponden a las fotografías selfies de los 10 sujetos
seleccionados para ampliar la investigación, reposan en las redes sociales de los individuos y
fueron compartidas por ellos o seleccionadas de manera aleatoria por los investigadores.
Éstas a su vez se clasificaron en: Selfies de casa, que muestran a los maestrantes en su
hogar, selfies trabajo, dando cuenta del ejercicio profesional de los estudiantes y selfies
exterior, referidas a todos los espacios de entreten visitados por los individuos mencionados.
-Selfies Participación: Corresponden a las fotografías selfies de algunos estudiantes
de la Maestría en Comunicación Educación en la Línea de Medios Interactivos, donde
participamos los investigadores (los titulares de la presente investigación).
Dadas estas aclaraciones se describen y analizan los instrumentos a continuación.
3.3.1 Entrevista Semiestructurada
La investigación La cultura tras el fenómeno selfie recopiló diferentes datos y
pensamientos de la población escogida a través de entrevistas semiestructuradas y
estructuradas como uno de los instrumentos más tradicionales en los estudios cualitativos.
De acuerdo con Roberto Hernández Sampieri (2006) "la entrevista cualitativa es más
íntima, flexible y abierta que la cuantitativa". En la presente investigación las entrevistas se
adelantaron con el objetivo de conocer el pensamiento de los estudiantes sobre la fotografía
selfie; partiendo de imágenes específicas que publicaron en sus redes sociales y otras que se
hicieron durante el II y III Semestre de la Maestría de Comunicación - Educación; de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas; cuyo contenido se enmarca en las categorías
de contemporaneidad y cotidianidad.
Escogimos la entrevista como instrumento de investigación porque permite una
comunicación fluida y certera para descubrir las ideas de los miembros de la población sobre
la fotografía selfie y las relaciones que se tejen entre su pensamiento y las imágenes que
publican; así como las expresiones propias que nos ayudan a profundizar en el problema de
investigación planteado al iniciar la investigación.
La primera entrevista fue general, es decir, se aplicó a toda la población objeto de
estudio. Se aplicó de manera virtual a través de los formularios de Google. Se trató de una
entrevista semiestructurada y cumplió con un doble propósito. Por una parte nos ofreció datos
precisos para realizar una caracterización de la población y explorar su pensamiento sobre la
fotografía selfie a través de preguntas abiertas. (Ver anexo, Figura 1 Entrevista
Semiestructurada Formularios).
Mary Lee Martens en su artículo Preguntas productivas como herramientas para
apoyar el constructivismo (2010), habla de sus alcances haciendo una clasificación en seis
tipos de preguntas que utilizamos para la construcción de la entrevista semiestructurada sobre
la fotografía selfie. En este caso usamos preguntas según la siguiente clasificación:
- Preguntas de opinión
- Preguntas sensitivas
- Preguntas de conocimientos
- Preguntas de antecedentes
- Preguntas de expresión de sentimientos
Si bien sabemos que las investigaciones cualitativas se enfocan más en la interacción
que en los instrumentos, como investigadores apelamos a la entrevista semiestructurada en la
primera fase, porque consideramos absolutamente totalmente necesario conocer el
pensamiento de la población sobre la fotografía selfie para enfocarnos posteriormente en el
análisis de sus imágenes (Ver anexo, Figura 2 Entrevista Semiestructurada Resultados)
Gracias a este ejercicio se pudo obtener la siguiente información:
Por un lado permitió generar una caracterización de los maestrantes identificando sus
nombres, contactos, profesiones, edades, aficiones y estrato. Se reconoce el gusto que la
población tiene por la lectura, los deportes, la cultura, los viajes, los espacios de familia y el
entretenimiento. Esta información sirvió para identificar la población como reza el numeral
anterior.
De otra parte brindó un acercamiento a la percepción que se tiene frente al ejercicio de
tomar fotografías selfies, a partir de las categorías de investigación. Es claro que la mayoría
de individuos hace parte de esta práctica y por supuesto de manera consciente o inconsciente
expresan los elementos propios de la cultura contemporánea, de manera concreta a través de
la configuración de perfiles en redes sociales gracias a sus imágenes.
El hombre contemporáneo socializa más en las redes sociales que fuera de ellas. ¿Cuál es tu experiencia?
“Creo que soy más sociable en redes sociales como el whatsapp que en vivo y en directo. Mi relación con mis padres, familia, amigos, etc. está más a lo que nos escribimos y no tanto a lo que nos
vemos” Maestrante
Inicialmente se reconoce la relación de la contemporaneidad con las formas de
comunicación que se crean gracias a las nuevas tecnologías. “La comunicación se da con
mayor facilidad dentro de las redes sociales, ya que permite conectarse con personas de todo
el mundo…” (maestrante) La incorporación que los sujetos hacen a las redes sociales
favorece una interacción en tiempo real a pesar de las distancias, quienes se mantienen cada
vez más inmersos en estos espacios virtuales reconociéndose como habitantes del universo
digital, ya para compartir, crear, trabajar o para el entretenimiento. De igual manera expresan
su preocupación cuando estas alternativas ocultan la persona o aíslan a los individuos. Es por
esto que encuentran en la fotografía selfie una forma de autopromoción, de cultivo para el
ego, de expresión de la cotidianidad y publicidad del yo, “la fotografía es una herramienta
para exponer ese ser, que se quiere vender a la vista de los demás” (maestrante).
Aunque la práctica de las fotografías selfies no es tan reciente, se convierte en una
forma de representar lo cotidiano, gracias a las posibilidades que brinda de hacer público lo
privado de manera inmediata. Muestra la realidad que se vive, preferiblemente, esa buena,
alegre y tranquila vida. Cuentan historias de familia, amistad, amor y trabajo. Es una
herramienta para compartir lo que les representa, lo que son. Es por esto que la fotografía
debe tener un buen escenario, un buen momento, el ángulo que beneficie la persona, si es
posible una buena cámara, pero sobre todo buena actitud.
El impacto es importante, ya que se busca una buena reacción, el gusto por lo que se
publica, agrado, risa, empatía, satisfacción, transferir emociones positivas, likes, buenos
comentarios, ”Me gusta que se transfiera la emoción del momento, que se puede compartir o
resaltar la importancia de la foto” (maestrante). Lo importante, no generar dependencia,
cultivar un buen uso del recurso y el respeto por la dignidad y el autoestima de los demás. los
maestrantes definitivamente reconocen su participación y gusto por la fotografía selfie, pero
mantienen una actitud vigilante para no dejarse consumir por la misma.
Terminado este primer ejercicio de acercamiento con la población se tomó una
muestra representativa de 10 estudiantes a quienes se les practicó una entrevista estructurada
que abordó de forma directa una de las fotografías selfie que publicaron en sus redes sociales
y que por su contenido estaba relacionada con las categorías de contemporaneidad y
cotidianidad escogidas para elaborar el respectivo análisis.
3.3.2 Entrevista Estructurada
En este caso se elaboró una entrevista estructurada, mucho más breve en su extensión
y con preguntas de comportamiento o situación, atendiendo a las conductas y detalles que
pueden ser evidentes en una fotografía selfie; así como el pensamiento crítico sobre la
circunstancias que se relacionan frecuentemente con este tipo de imágenes. Se aplicó de
manera virtual a través de los formularios de google (ver anexo, Figura 3 Entrevista
Estructurada Formularios)
Gracias a este ejercicio se pudo obtener la siguiente información:
Los Maestrantes aprovechan el momento oportuno y toman una fotografía selfie, para
mostrar su cotidianidad, de manera particular esa cotidianidad que les resulta agradable,
alegre, feliz, cómoda. No siempre existe un motivo para la fotografía, en general, ésta surge
de repente, aunque si bien comparten momentos de familia, eventos sociales, la vida laboral,
el entretenimiento o esos instantes donde se consideran apuestos, para el caso baste poner un
ejemplo “una situación muy importante, estaba muy bonita ese día y obvio tenía que tomarme
la foto, tu sabes” (maestrante). (Ver anexo, Figura 4 Entrevista Estructurada Resultados)
De la misma manera aprovechan este recurso porque permite destacar lo que hacen,
su trabajo, sus espacios sociales, sus emociones, sus alegrías. Alusiones como “porque la
estábamos pasando muy bien en la fiesta y quería recordar ese momento”, se convierten en un
motivo para justificar la fotografía y un soporte para recordar lo vivido.
En ese sentido, el lugar puede ser clave para la fotografía selfie. Un buen escenario,
iluminado, armonioso, soleado o natural es un pretexto para la producción, por eso expresan
“un sitio bien nice, porque yo no puedo quedar mal con mis amiguis” (maestrante). de otra
parte, aunque si bien el espacio es importante, es más relevante la experiencia, la compañía y
el efecto de la fotografía “no existen lugares específicos, éstos están condicionado a
experiencias” (maestrante).
Es por esto que se reconoce la presencia de la fotografía selfie en la vida cotidiana de
los maestrantes, quienes así lo perciben. Sus rutinas o las salidas de ellas permiten dar la
ocasión para la producción fotográfica. Además responden a la cultura visual generada por
los dispositivos y las redes, “claro, porque es lo que está de moda y yo no puedo quedarme
atrás” (maestrante). Así pues, consideran la fotografía selfie una práctica habitual para ellos.
Tan bien es cierto que no todo el material lo comparten en redes, algunos prefieren guardar
sus fotografías en la privacidad de sus dispositivos.
Toda esta producción responde al interés por compartir su vida, su acontecer, por
hacer público lo privado, quizá como dice Paula Sibilia (2008) el show del yo -reflexión que
se trabajará más adelante-. Resulta como la oportunidad de almacenar los acontecimientos
propios y de alguna manera, dar a conocer su importancia para cada individuo. Los
maestrantes aprovechan los social media para destacar y fortalecer su autoestima, para
mostrar su ideal de vida o los momentos que los sacan de la rutina.
3.3.3 Análisis Fotográfico
En la presente investigación empleamos como perspectiva metodológica para el
análisis de las imágenes selfie, la propuesta de Pepe Baeza, denominada Análisis Iconológico
de la fotografía. En su libro "Por una función crítica de la fotografía en prensa" Baeza (2001)
nos recuerda que "Las imágenes en definitiva se evalúan tan subjetivamente como se realizan
y lo que permite profundizar en ellas y disfrutarlas en niveles más intensos no es otra cosa
que la cultura general y más concretamente, la cultura visual, de quien las produce y de quien
las mira" (p.83)
Así, desde nuestro rol como investigadores leímos las imágenes partiendo de nuestros
conocimientos previos. Esta perspectiva inspirada en el método iconológico de Erwin
Panosfsky más allá de preguntarnos ¿Qué significa esta imagen? Nos interroga sobre aquellos
elementos que existen en una imagen y nos llevan a leerla de una o de otra manera. De
acuerdo con los planteamientos expuestos por Pepe Baeza este tipo de análisis nos interpela
para que abordemos los elementos retóricos y simbólicos que la componen y pueden
relacionarse con un significado o hechos de la realidad.
Aplicando este método se analiza en primer lugar, el significado primario que se
establece al observar los elementos denotativos de la imagen. En segundo término se analiza
la iconografía de la imagen, este nivel de significación aborda aspectos como los
denominados motivos artísticos y lo que se conoce como combinaciones, es decir, los temas o
conceptos que pueden relacionarse con historias y alegorías a las cuales alude la imagen.
Respecto a las fotografías selfie estudiadas, el primer análisis se hizo sobre los
aspectos denotativos de la imagen por lo que se observaron desde el nivel compositivo y los
elementos que se convirtieron en su contenido primario. Las imágenes fueron analizadas
desde el nivel técnico, lo que incluyó una observación de la prevalencia en el uso de ciertos
planos, encuadres y aplicación de aspectos fotográficos como la ley de tercios, el enfoque, los
colores y fondos. La segunda parte de este análisis fotográfico se hizo a través de las matrices
de cotidianidad y contemporaneidad. Allí se hace un análisis de aspectos connotativos en la
imagen, es decir, de aquellas ideas que se hallan implícitas en la fotografía y pueden
acercarnos a la idea de lo que se desea expresar o sugerir con la selfie. De esta forma el
estudio titulado La cultura tras el fenómeno selfie optó por la elaboración de matrices de
análisis como estrategia metodológica para la recopilación de información obtenida a partir
del análisis de las imágenes y las respuestas de los maestrantes en las entrevistas. Todo esto
se hizo necesario, porque permitía diseñar adecuadamente el proceso investigativo. Esto
garantizó que los diferentes elementos o información obtenida como parte de la investigación
estuviera correlacionada y existiera coherencia entre los diferentes aspectos que la
constituyen. Esto implica que el tema, el problema de investigación, las categorías de
análisis, la interpretación de los datos, así como las conclusiones y recomendaciones tengan
la suficiente articulación para que hagan un aporte significativo en los ámbitos de la
comunicación y la educación.
Como se aclaró anticipadamente primero se realizan las entrevistas para conocer las
percepciones del fenómeno y algunos aportes sobre las fotografías como tal. A continuación
se describen las matrices por categoría y la información que se obtienen de las mismas. En
este caso el trabajo ya es directo con las imágenes.
3.3.4 Matriz de Contemporaneidad
El objetivo de la matriz es identificar el desarrollo de la categoría de investigación
respecto a la contemporaneidad a partir de algunos elementos propios de las misma y cómo
éstos se manifiestan en la imagen. Está diseñada de forma horizontal, inicia registrando el
número de la fotografía, el nombre de la misma, qué o quién aparece en ella, cuándo y dónde
fue tomada, el contexto cultural (costumbres o modos de vida) y algunas observaciones del
análisis. Finalmente un espacio para anotar los hallazgos preliminares, los cuales a modo de
resumen, notas abreviadas o palabras claves, ayudan a redactar el análisis y los hallazgos
(Ver anexo, figura 5 Matriz de Contemporaneidad).
Este ejercicio permitió por un lado generar un acercamiento a la imagen de manera
directa identificando los actores de las misma, quienes hacen parte del círculo social de los
maestrantes y se ubican en la parte más notoria de la fotografía. Los elementos que los
acompañan hacen parte del escenario y en ocasiones son precisamente la intención de
documentar el momento. Los individuos presentes mantienen su mirada al dispositivo y
resaltan todo lo que figura alrededor de ellos.
Fotografía N°4. Fotografía N°5 Fotografía N°6 Trabajo Exterior: Páramo de la Rusia Casa Julio 12, 2018 Febrero 10, 2019 Agosto 19, 2018 Selfie Individual Selfie Individual Selfie Individual
Aquí se percibe (Fotografía N°4) una zona de la oficina de trabajo. Pared blanca, una
tenue aparición del logo de la empresa. Quizá en la tarde. Utiliza un traje formal propio de la
cultura colombiana. Su peinado es propio de la moda actual. Se muestra tranquilo. Con
apariencia de indiferente o muy seguro de si.
De otra parte, en una zona natural que muestra el páramo (Fotografía N°5). Aparecen
algunos frailejones. El cielo nublado. En el Páramo de la Rusia. Probablemente cerca del
medio día. En Duitama Boyacá. Utiliza ropa adecuada para cubrirse del frío. Tiene gafas de
sol. Un gorro en lana y un buso con capota café. Tiene bigote y barba es un estilo muy
particular. Elementos típicos de la zona cundiboyacense. Se muestra apacible. Tranquilo.
Finalmente, (Fotografía N°6) en una zona natural. Se ven algunos árboles de fondo,
flores y una matera. En el jardín de su casa. Al centro de la ciudad. Cerca del mediodía.
Utiliza una camiseta deportiva de color azul oscuro. Tiene bigote y barba. Su peinado es
propio de la moda actual. Se muestra tranquilo. Musita una leve sonrisa.
Los espacios resultan un pretexto para hacer la construcción de la imagen sobre todo
aquellas que aluden a lugares turísticos, tienden a ocupar un mayor campo en el cuadro
fotográfico. Lo cierto es que son espacios típicos que la sociedad actual utiliza para el
entretenimiento, el descanso o la cultura. Parques, cines, pueblos, restaurantes, bares, el
trabajo y la casa, son los más recurrentes en esta colección de trabajo que utilizamos.
De otra parte el tiempo es irrelevante para la toma fotográfica, lo importante es la
experiencia significativa. Son los eventos y las experiencias los que motivan la producción.
A través de la observación podemos deducir que se trata de imágenes que muestran
una serie de eventos laborales, espontáneos o de carácter familiar. La hora no tiene
definición, apenas se puede intuir gracias a la iluminación que tienen las fotografías.
Los espacios de tiempos que son capturados en una imagen hacen que la memoria no
olvide ningún momento que poco a poco logra almacenar las prácticas y rituales que
identifican a la sociedad actual.
Por la misma línea, los elementos culturales que se evidencian en la fotografía
expresan las situaciones típicas del hombre contemporáneo, las formas de vestir, los
peinados, el manejo del color. Todos los artículos que se involucran en la imagen dan cuenta
de los usos actuales, computadores, gafas, celulares, medios de transporte, elementos de
seguridad. Incluso las celebraciones sociales dan cuenta de estos elementos, los disfraces,
imitan las grandes producciones del cine o la televisión. El urbanismo muestra el uso del
ladrillo, concreto, vidrio o madera procesada en las estructuras. Los ambientes naturales
reflejan intervención humana.
Finalmente cabe resaltar que todas las fotografías expresan emociones positivas, los
personajes se manifiestan alegres, felices, seguros, elegantes o coquetos. En general la
representación a través de la imagen fotográfica tiene un aire contemporáneo, fresco,
cómodo.
3.3.5 Matriz de Cotidianidad
La intención de la matriz es analizar las fotografías selfies, con el objetivo de
identificar los elementos de la cotidianidad presentes en las mismas. Está diseñada de forma
horizontal, inicia registrando el número de la fotografía, el nombre de la misma, cómo fue
tomada, revisa el nivel narrativo y semántico, por lo que indaga en el cómo fue tomada, qué
cuenta, el significado de la misma, la apropiación del consumo típico de la actualidad y las
observaciones que resulten pertinentes. Finalmente un espacio para anotar los hallazgos
preliminares, los cuales a modo de resumen, notas abreviadas o palabras claves, ayudan a
redactar el análisis y los hallazgos (Ver anexos, figura 6 Matriz de Cotidianidad).
Inicialmente se revisa la forma cómo se toma la fotografía, evidenciando la técnica
común en todas éstas. Para las fotos grupales la cámara se dispone en general de manera
horizontal, se ubica a un lado del cuerpo para ampliar el encuadre, el fotógrafo aparece en la
primera parte de la imágen y los individuos que lo acompañan se acomodan en diagonal.
Fotografía N°1. Fotografía N°2 Fotografía N°3 Casa Trabajo Exterior La Mesa Octubre 31, 2018 Agosto 20, 2018 Julio 19, 2018 Selfie Individual Selfie Individual Selfie Individual
Aquí fotografía en espacio cerrado y fondo neutro que destaca el vestuario de los
protagonistas (Fotografía N°1). Momento previo a la celebración de Halloween y los dos
participantes tienen el mismo tipo de disfraz. El encuadre y posición de las personas logran
una imagen original y divertida que inmortaliza un momento. Imagen relacionada con un
espacio de tiempo que genera gran interés al compartirse en redes sociales.
De otra parte, fotografía en espacio cerrado con única intención de mostrar
características personales (Fotografía N°2). Momento de la cotidianidad con mujer en pose
casual. El encuadre y posición de la persona permite detallar sus rasgos físicos. Imagen de la
vida cotidiana relacionada con la belleza natural de una mujer.
Finalmente, fotografía en espacio natural y abierto que destaca el fondo y los
elementos que enmarcan una actividad (Fotografía N°3). Experiencia deportiva de alto
riesgo, en donde la protagonista muestra un espacio y toma distintas de un espacio natural. El
encuadre y la posición de la persona fotografiada dan cuenta de un momento en el que se
mezcla el riesgo, la pericia para hacer la foto y la diversión. Imagen relacionada con una
actividad de ocio y entretenimiento.
Para las fotografías individuales generalmente, el encuadre es vertical u horizontal,
según lo que se desee resaltar. en ambas oportunidades la sugerencia es sostener con fuerza el
dispositivo con los brazos extendidos con el fin de asegurar la nitidez de la toma fotográfica.
Las fotografías dan cuenta de las actividades cotidianas de los maestrantes tanto en
los espacios de la universidad, trabajo, casa o lugares propios del entretenimiento.
La mayor parte de las fotografías que compartieron los maestrantes muestran espacios
que se pueden relacionar con un estrato socioeconómico medio y condiciones de vida de
aspecto limpio y condiciones de salubridad adecuadas.
Todas las fotografías selfies describen sus emociones habitualmente alegres como
resultado del compartir con los amigos, compañeros o familiares. Momentos alrededor de la
comida favorecen la celebración. Situaciones académicas acompañadas del compromiso
evidente con las tareas o la camaradería en los tiempos para el descanso. Cuentan sus visitas a
lugares lejos de la ciudad, con climas tan diversos que se expresan en la ropa que llevan
puesta, franelas, camisetas, sombreros, ruanas, bufandas o gorros, muestran la calidez o el
frío que los acompañó.
De la misma manera se expone su capacidad en la creatividad para la construcción de
las imágenes. Elementos en las manos, inclinaciones de la cámara para captar un mejor fondo
o el ángulo que los beneficia. Gestos corporales que muestran su sonrisa, la disposición del
cabello particularmente acomodada, expresiones jocosas en sus rostros y en definitiva la
necesidad de elaborar y compartir (en la mayoría) la fotografía.
Las imágenes adquieren valor producto de las experiencias significativas para los
maestrantes. Todas las escenas registradas evidencian satisfacción, conformismo, empatía,
aunque no se conocen las razones reales que llevaron a la fotografía, es evidente la buena
disposición para ella. Compartir un viaje con los hijos y el esposo, asistir el salón de clase,
caminar por la biblioteca, disfrutar de la naturaleza, ya no son meros acontecimientos, son
instantes que merecen ser fotografiados, de lo contrario, sencillamente no se hubieran
registrado.
Finalmente se perciben apropiaciones del consumismo cultural actual en sus vestidos,
algunos con características propias de la importación o exportación, palabras en inglés,
símbolos de otras nacionalidades o departamentos. Accesorios y maquillajes que reflejan el
ideal de mujer o del hombre ofrecido por los medios de comunicación y “garantizado” por el
uso de una variada gama de productos para la belleza. Dispositivos de comunicación con
amplias ofertas de servicios. Gafas para lugares cálidos o ropa para espacios fríos. distintos
objeto del comercio se asoman en los escenarios todos ellos naturalizados en los entornos de
convivencia de los maestrantes.
3.3.6 Matriz de Composición de la Imagen
El propósito de la matriz es analizar los niveles compositivo, técnico y textual de la
imagen, a fin de comprender la construcción de la fotografía selfie de cara al traslado que se
hace de ésta a las redes sociales y la configuración de culturas visuales en el contexto de la
población seleccionada para la investigación. Está diseñada de forma horizontal, inicia
registrando el número de la fotografía, el nombre de la misma, revisa el nivel compositivo,
técnico y textual por lo que indaga el contenido, encuadre y mensaje del mismo, las
herramientas como enfoque, tercios, color, fondo y las observaciones que resulten
pertinentes. Finalmente un espacio para anotar los hallazgos preliminares, los cuales a modo
de resumen, notas abreviadas o palabras claves, ayudan a redactar el análisis y los hallazgos.
(Ver anexos, figura 7. Matriz de Composición de la Imagen).
Inicialmente se percibe la presencia de los maestrantes en todas las fotografías selfies,
con personas que conocen en su vida laboral, estudio o casa. Acompañados por escenarios
diversos que rotan entre la ciudad y espacios rurales, edificios, paredes, salones, plantas,
flores, frailejones. Con algunos objetos propios de las actividades que realizan como tableros,
sillas, computadores, ropa adecuada o elementos de un restaurante.
Fotografía N°16. Fotografía N°17 Fotografía N°18 Trabajo Casa Exterior Parque Pionono Noviembre 6, 2018 Octubre 13, 2019 Junio 24, 2019 Selfie Individual Selfie Individual Selfie Individual
En primer lugar, (Fotografía N°16) la protagonista se encuentra ubicada en el lado
izquierdo inferior de un salón de clase de atención rodeada en la que se destaca la presencia
de los diferentes elementos del salón. Existe una predominancia de colores claros y buena
iluminación que favorecen al enfoque logrado en la imagen. Su expresión demuestra
tranquilidad y comodidad al tomar la fotografía.
A su vez, la utilización de un filtro en escala de grises (Fotografía N°17) permite
enfocarse en los tonos claros y reconocer la expresión de la protagonista ubicada en el cuadro
inferior derecho. El enfoque es cerrado y centrado que enfatiza a los protagonistas y su tenue
sonrisa. Se alcanza a percibir un ambiente con suficiente luz como para capturar los tonos
claros del fondo. Para esta en particular se utilizó un enfoque vertical, lo cual da más altura y
por lo mismo se tienen menos detalles del espacio en donde se tomó la fotografía.
Finalmente, fotografía en espacio natural y abierto que enfatiza los elementos amplios
del fondo y que dan cuenta de una actividad de caminata al aire libre de las protagonistas
(Fotografía N°18). El encuadre horizontal de la imagen, manifiesta la intención de su autora
de capturar una amplia porción del escenario y la expresión de sus protagonistas demuestra
que disfrutan de la actividad que están realizando. Los colores cálidos son predominantes en
el ambiente.
En su gran mayoría utilizan los encuadres horizontales, aprovechan la amplitud de la
pantalla para fotografiar el máximo espacio del escenario o las personas que aparecen allí,
como se puede evidenciar a través de la Fotografía N° 18. Un buen número de fotografías
individuales usan el encuadre vertical para destacar su rostro o el cuerpo.
Las fotografías selfies tienen un plano medio compuesto generalmente, ya de
individuos o grupos. En algunas de ellas se hacen evidentes composiciones diagonales que
son determinadas por los objetos que hacen parte de la composición de la imagen.
La mayoría tienen poco aire en los entornos. El ángulo que manejan es el picado, ya
que la cámara está arriba de sus cuerpos o rostros, y a pesar de ello los sujetos mantienen su
mirada al dispositivo. Ninguna fotografía maneja colores blanco y negro o sepia, la totalidad
mantienen el multicolor en la composición.
Finamente otra parte un grupo pequeño de fotografías poseen alguna forma textual,
donde describen la imagen a través de frases concretas como “compartiendo con la familia”,
“un momento con los amigos” o “que bien la pasamos”. Ninguna composición describe la
fecha específica gracias a que la red social ubica sistemáticamente la misma. En esta
investigación tuvimos la necesidad de indagar en qué momento concreto ocurrieron o
captamos la información gracias a la participación que tuvimos en la escena.
3.3.7 Observación Participante
La investigación La cultura tras el fenómeno selfie, ubica la necesidad de
implementar otra estrategia investigativa que permita la recolección de datos para
comunidades o grupos y ayude a describir situaciones frente a un fenómeno. Dado que en el
proceso no sólo se abordaron fotografías selfies de los maestrantes seleccionados y por las
circunstancias académicas los eventos nos involucraron en algún material, consideramos
prudente usar un recurso que nos ayudará a registrar mejor la información.
De tal manera llegamos a la observación participante, bien definida por Marshall y
Rossman (1989) “como una técnica sistemática de eventos, comportamientos y artefactos en
el escenario social elegido para ser estudiado” (p.79). Lo cual resulta bastante oportuno para
la investigación obteniendo acceso al grupo de maestrantes, participar en algunas actividades
y aclarar los hallazgos. El objetivo no es interrumpir o dañar la actividad con nuestra
intervención, sino el permitir que fluya su espontaneidad.
El mismo Sampieri (2014) valora la importancia de la observación afirmando que “no
es mera contemplación, sino que implica adentrarse profundamente en situaciones sociales y
mantener un papel activo” (p.399). Baste aclarar que la intención en este punto no es más que
describir, a través de un recurso como el diario de campo, algunas fotografías selfies de las
que participamos (como decíamos por las circunstancias), o simplemente porque pudimos
registrar el momento justo en que se tomaban una fotografía selfie.
Es por esto que los registros en el diario de campo y su diseño, fueron elaborados y
mejorados durante el proceso. Esta técnica de la observación participante facilitó generar una
memoria tanto del material fotográfico, como de las observaciones que se realizaron de las
mismas. Nos permitió percibir de una manera más detallada los acontecimientos.
3.3.8 Diario de Campo
El objetivo de este instrumento fue reunir información sobre las fotografías selfie con
el objeto de enumerar los lugares, acciones y percepciones sobre su contenido a través de la
participación activa o pasiva en algunas imágenes. Se creó con la intención de revisar las
fotografías grupales y de participación que se aclaraban más arriba (Ver 3.6 Instrumentos y
análisis). Está diseñado de forma vertical, comienza con un encabezado que pregunta por el
nombre del observador y los lugares de las fotografías. Eventualmente una matriz que inicia
registrando el número de la fotografía, el nombre de la misma, revisa la fotografía (el
contenido, que se hace en ella), la descripción (referida a qué vemos en la fotografía, es un
nivel más interpretativo), la participación (describe la manera cómo se participa de la
producción fotográfica) y un espacio para anotar los hallazgos preliminares, los cuales a
modo de resumen, notas abreviadas o palabras claves, ayudan a redactar el análisis y los
hallazgos. (Ver anexo, figura 8 Diario de Campo)
Cabe aclarar que este fue un primer instrumento que permitió observar las tres
categorías de forma simultánea en las fotografías, la contemporaneidad, la cotidianidad y la
imagen se involucran permitiendo un análisis más profundo en un tipo de fotografías
-grupales o participación- que suponían la reunión de más elementos propios de las
categorías. Este recurso se convirtió en un subsidio para la memoria de algunas fotografías
que surgieron de manera espontánea en las clases o en algunos eventos de la universidad.
Fotografía N° 42 Fotografía N° 49 Fotografía N° 50 Clase producción multimedia II Clase Escrituras múltiples Simposio Octubre 9, 2018 Abril 30, 2019 Junio 15, 2019 Selfie de participación Selfie de participación Selfie de participación
Aquí (Fotografía N° 42), se puede evidenciar el uso de un encuadre horizontal que
deja ver una actitud de cercanía, amistad y tranquilidad en el escenario. Los protagonistas
utilizan vestuario propio de la época y una paleta de colores variada. Su expresión sonriente
permite reconocer la espontaneidad del momento en que se toma la fotografía.
Por su parte, una fotografía lograda desde un ángulo superior (Fotografía N° 49)
permite incluir una mayor cantidad de participantes. La mayoría de las personas que hacen
parte de la imagen, tienen una expresión sonriente y están haciendo gestos que manifiestan
alegría y parecen estar en un ambiente descomplicado. Predominan tonos oscuros hacia la
parte posterior de la fotografía, lo que denota falta de iluminación al momento de la captura.
Finalmente, al hacer uso de un encuadre horizontal el autor logra conseguir amplitud
suficiente para incluir a la mayor cantidad de personas presentes en el evento (Fotografía
N°50). La mayoría de los participantes se involucran en la fotografía a través de su mirada a
la cámara. Se reconoce un entorno académico en uno de los espacios de la universidad.
De otra parte se reconocen algunas características comunes en estos dos grupos de
fotografías -grupales y participación-: Todas ellas ocurren en espacios de la universidad,
preferiblemente en las clases de seminario de comunicación I, producción multimedia II,
seminario de comunicación III y en dos eventos de la universidad como la muestra de
comunicación educación en diciembre de 2018 en Paiba, la biblioteca de la Universidad
Distrital y en el Simposio en Junio 2019 en el Edificio se Posgrados de la Universidad y
algunos espacios cercanos a la Institución luego de tales eventos.
Frente al tema de la fotografía se reconoce la presencia de los maestrantes en algunas
clases que hacen parte de su programa de formación. Todas las imágenes fueron tomadas
como producto de la espontaneidad de los estudiantes o de la importancia que generan las
actividades de clase para ellos, de la misma manera se destaca el hecho de que las materias
favorecen la reflexión del tema que trabajamos. Solo en momento de análisis de la
información aparecen dichos hallazgos.
Las actividades aluden a trabajos de grupo que se realizan dentro de clase y fuera de
ella, como es el caso de los eventos que se realizan en el simposio o las fotografías que
muestran los encuentros extracurriculares que realizan los estudiantes. Lo cierto es que en los
dos tipos de imágenes, se hacen evidentes las representaciones de las cotidianidades de los
maestrantes, como la apropiación de los elementos del hombre contemporáneo, reflejados en
sus formas de vestir, en los accesorios, maquillajes, dispositivos o visita de lugares con
interés cultural o para el entretenimiento (restaurante, biblioteca y el bar).
En cuanto a la descripción es recurrente la disposición de los estudiantes para tomar o
participar de la fotografía. La actitud comprometida con las actividades reflejadas en su
posición corporal y en los gestos de sus rostros. El interés por involucrar a los asistentes en la
fotografía y el respeto por la técnica propia de la fotografía selfie.
En cuanto al nivel de participación se clasificó en dos momentos: Primero las
fotografías selfies en las que participamos de manera activa, dada la misma espontaneidad
del momento y la importancia que generó la actividad y el lugar. Éstas fueron típicas de
algunas clases de comunicación y producción multimedia o de las actividade en Paiba, la
biblioteca de la Universidad. De la misma manera en ellas todos los individuos se manifiestan
disponibles con los ejercicios de clase o con la toma fotográfica.
En un segundo momento las fotografías en las que participamos de manera pasiva,
que surgieron de la curiosidad por tomar una fotografía a las personas que se tomaban una
fotografía selfie. Este fue un ejercicio que resultó interesante para revisar los elementos como
la técnica para tomar la fotografía, la composición y la descripción de la misma. Éstas se
tomaron de manera tan espontánea que aprovecharon un momento de clase que genera una
pausa corta. Se refleja aquí la recurrencia sobre el asunto del tiempo o el espacio en la
fotografía, en tanto que su importancia radica no en el tiempo mismo o en el espacio, sino en
la experiencia y en la compañía que se tiene.
El valor que tuvo esta herramienta fue la versatilidad para registrar información en
cualquier momento y lugar. Permitió almacenar datos de la cotidianidad de las fotografías
con mayor precisión en su construcción, ya que se conocía el significado de lo que ocurrió en
su contexto real. Posibilitó el reconocimiento en el valor de los individuos y las
circunstancias luego de la composición, así como las curiosidades que genera este fenómeno,
para el caso baste mencionar cómo notamos que aunque si bien no todo el grupo gusta de
tomar la iniciativa para la construcción de la fotografía -es el caso de las personas mayores- si
se manifiestan disponibles para participar de ellas.
3.3.9 Matriz de Seguimiento
La finalidad de esta matriz es la organización y evitar a los investigadores cualquier
falta de control sobre los elementos a analizar. Luego de reunir todo el material fotográfico
para facilitar este recurso se enumeraron todas las fotografías y se denominaron utilizando el
nombre del maestrante, el evento del cual participó y sus respectivas fechas. Esto permitió
tener consciencia del material obtenido y permitir una análisis más alineado. Eventualmente
se clasificó en tres tipos: Selfies Casa, Selfies trabajo y selfies exterior.
-Selfies casa: Corresponden a las fotografías selfies que se ubican en el espacio del
hogar o las experiencias con los miembros de la familia. Ej. Nombre, Casa, Fecha.
-Selfies trabajo: Corresponden a las fotografías selfies que se desarrollan en espacio
de trabajo o en actividades relacionadas con el mismo. Ej. Nombre, Trabajo, Fecha.
-Selfies exterior: Corresponden a las fotografías selfies que se desarrollan en espacios
de esparcimiento, entretenimiento, sin distinguir el tipo de personas que acompañan al
maestrantes, Generalmente mencionan el lugar o el evento al que asisten después del nombre
del estudiante. Ej. Nombre, lugar o evento, Fecha.
La matriz está diseñada de forma horizontal, inicia registrando el número de la
fotografía, el nombre del maestrante, los tipos de fotos y observaciones en caso de faltar
alguna imagen. El valor agregado de este instrumento fue facilitar la organización de todo el
material fotográfico con su información básica. De la misma manera permitió un análisis más
estructurado con las matrices siguientes. (Ver anexo, figura 9. Matriz de seguimiento).
Fotografía N° 34 Fotografía N° 35 Clase Seminario comunicación Simposio Abril 23, 2019 Junio 15, 2019 Selfies Grupales Selfies Grupales
Aquí los protagonistas se muestran alegres, tranquilos, disponibles para la fotografía y
la actividad propia del día (Fotografía N° 34). Visten ropa propia de la época actual.
Expresan seguridad y buen registro. Se utilizó un encuadre horizontal que favorece la
participación de todos los protagonistas en la foto. Se reconoce un entorno universitario en el
fondo de la imagen.
Por su parte la Fotografía N° 35 utiliza un encuadre vertical, favoreciendo el enfoque
de los rostros de los protagonistas. Se evidencia disposición para tomar la fotografía y sus
expresiones denotan tranquilidad, espontaneidad y seguridad. Los colores fríos predominan
en el vestuario de los participantes.
CAPÍTULO IV
“Y lo visto, lo revelado, es hijo tanto de las apariencias como de la búsqueda".
John Berger
4. Hallazgos - Matriz de Triangulación
Los resultados de la presente investigación surgen del análisis de los datos
consignados en la herramienta didáctica y pedagógica denominada “Matriz de
triangulación” en donde se establece una relación directa entre las categorías de estudio
(Contemporaneidad, cotidianidad e imagen) con los objetivos específicos planteados al
comienzo de la investigación, además de la información proporcionada por los diferentes
instrumentos aplicados a la población de estudio como es el caso de las entrevistas generales
e individuales, las matrices específicas y el diario de campo.
Está diseñada de forma vertical, en la parte superior aparecen las categorías
contemporaneidad, cotidianidad e imagen mencionando los objetivos respectivos. En un
costado cita los instrumentos aplicados, mencionando la información obtenida, luego del
proceso de análisis de las entrevistas e imágenes directamente. Finalmente un espacio para
anotar los hallazgos preliminares, los cuales a modo de resumen, notas abreviadas o palabras
claves, ayudan a redactar el presente numeral. (Ver anexo, figura 10. Matriz de
triangulación). Al respecto podemos afirmar:
Inicialmente es importante mencionar el valor que encontramos al fusionar los
instrumentos aplicados. Todo permitió obtener información en distintos niveles y con el
desarrollo de este material, confirmamos el valor humano, la disponibilidad del grupo, las
oportunidades, en muchos sentidos, que genera un espacio académico como la Maestría en
esta Institución.
El interés por comprender mejor la construcción fotográfica selfie ayudó a crear
dichas herramientas y de la misma manera, amplificar la interpretación de los artefactos
fotográficos, toda vez que estos materiales ayudaron en dicha empresa. Reconocemos la
riqueza de cada momento para el estudio, pero sobre todo para alimentar nuestro interés por
las reflexiones que brinda la academia y las inquietudes, muy positivas, que proporcionó la
presente apuesta.
Fotografía N° 36 Fotografía N° 38 Simposio Simposio Junio 15, 2019 Junio 15, 2019 Selfies grupales Selfies grupales
Se reconoce en la Fotografía N° 36 la espontaneidad del momento en que fue tomada.
Es una imagen capturada en un espacio de esparcimiento y diversión que muestra a los
protagonistas tranquilos y alegres en un entorno diferente al académico y con un espíritu de
camaradería.
Por su parte, los protagonistas de la fotografía, asumen una postura propia de las
selfies, ubicando la cámara justo frente a sus rostros con un encuadre horizontal, permitiendo
tener un enfoque claro de sus rostros y expresiones (Fotografía N°38). Se muestran tranquilos
y cómodos con la fotografía que parece haber sido tomada espontáneamente.
En este contexto, luego de revisar toda la composición de las fotografías selfies y los
instrumentos, consideramos algunos elementos culturales propios de la contemporaneidad y
la cotidianidad que a nuestro juicio son: convergencia y conexión; comunicación y
socialidad y autopromoción; elementos que agrupamos en un concepto que proponemos
luego de realizar la investigación y que denominamos “inercia fotográfica” que será definida
con detalle y nos permitirá entender cómo estos elementos culturales se hacen presentes en la
imágen fotográfica selfie y permiten comprender la configuración de estas prácticas
fotográficas, como la relación que se construye entre los actores de la fotografía y la
posibilidad de interpretación que surge a partir de la investigación, Estos elementos
aparecen luego de aplicar una trazabilidad de los instrumentos y la reflexión de cada
categoría, ejercicio que proporcionó los siguientes horizontes:
4.1 Generalidades
4.1.1 Contemporaneidad
Por una lado se reconoce la complejidad que tienen los Maestrantes para desprenderse
de los recursos tecnológicos que habitan los contextos en los que se desarrollan. Ya sea por
necesidad o deseo de participar en aquello que la moda va marcando como tendencia, es muy
común que adquieran dispositivos que les ayuden en su desempeño profesional y personal.
Aparatos que les permiten usar nuevas formas de comunicación y disfrutar del
entretenimiento que puede proporcionar como parte de sus rutinas diarias.
En general, se evidencia una fuerte presencia en el mundo de las redes sociales e
interés por participar de la autopromoción que se genera con las fotografías o la motivación
de conocer algo del acontecer de otros individuos que cercanos o lejanos; aparecen en ese
universo digital y lograron captar la atención del usuario en la red.
Ahora un click comunica con un sin fin de posibilidades que atrapan en el tiempo,
aíslan de la realidad e inquietan a los sujetos para imitar algunas acciones que se manifiestan
en muchos de estos espacios virtuales: el intento por crear algo tan original que sea capaz de
generar el mayor número de reacciones posibles.
La cultura contemporánea naturaliza estos recursos, a tal grado que los involucra en
todos sus quehaceres diarios y los convierte en un referente de la ética actual. Así lo propone
Rocío Rueda (2016), en su artículo La imagen de perfil en facebook, identidad y
representación en esta red social, a propósito de sus supuestos para la investigación
“...vemos que emergen nuevas formas de uso cotidiano de las tecnologías que están (re)
configurando nuestros valores y cultura” (p.120). Es usual entonces, evidenciar el uso, en
ocasiones, exagerado de los dispositivos, privilegiando los mismos y alejando de la realidad a
quien los manipula. No es extraño dejar hablando solo a alguien por atender estos aparatos.
El reconocimiento de la inmersión con el universo digital es evidente y la
dependencia en algunos casos resulta preocupante. Está claro su interés por participar en él, a
través de la fotografías como forma privilegiada de interacción y comunicación; validando
esta práctica en el contexto de la promoción con otros, “Creo que actualmente es válida la
selfie, ya que a través de ella se comparte la vida” (maestrante), fue uno de sus comentarios.
Y es que allí tienen los espacios propicios para compartir sus gustos, sueños y
motivaciones, algunos intereses y sobre todo el homenaje a las experiencias. Si consideramos
que la expansión de la selfie no tiene fronteras, es apenas lógico entender que ella cumple con
un doble objetivo: Hacer que el hombre sea y actúe como parte de la contemporaneidad.
La apropiación del sistema capitalista salta a la vista con la creciente preocupación
por actualizar los dispositivos en tiempo récord y en la continua afirmación con los estados
publicados en redes sociales. Algunos de los artefactos fotográficos estudiados reposan en
dichos escenarios.
No es solo vivir a partir de un fenómeno del siglo XXI, de unos cuantos años de
aparición, de las mejoras que se proporcionan con los dispositivos, es también involucrarse
con un mundo que absorbe sin darse cuenta. Es ser hijo y padre del tiempo, porque las
experiencias se comparten y las nuevas generaciones las actualizan. El autorretrato es el
mismo con otros efectos visuales. Los maestrantes conviven con los avances de la tecnología
y reconocen su necesidad para renovarse. “Permanecer in” es lo que cuenta. “mantenerse
joven” es importante y evitar que se pierda el instante clave para hacer una buena fotografía
es apenas lógico.
Contemporaneidad y fotografía selfie van de la mano, no precisamente porque sea una
dinámica estrictamente reciente, sino por la capacidad de vincular indiscriminadamente a
gran parte de la sociedad.
4.1.2 Cotidianidad
La selfie ya sea intencionada o libre es una herramienta para narrar la cotidianidad y
expresar las formas conectivas que demuestran los efectos de la inmersión tecnológica que se
viven actualmente, lo que nos hace considerar en una doble perspectiva: Una en la cual
entendemos que la selfie, logró un proceso de cotidianización y otra en la cual se consolida
como la mejor forma para hacer público aquello que siendo parte de la cotidianidad,
convertimos en algo atractivo, gracias a la imagen.
En esa línea podemos afirmar citando a Bruce Bégout (2009) que “la cotidianidad no
es una propiedad objetiva”, por el contrario, viene a mostrar mucho de la individualidad y
subjetividad del hombre, aunque está poderosamente influenciada por factores sociales y
culturales como la religión, el arte, la ciencia, la política y la economía. (p.13)
En las redes sociales, observamos la publicación constante de imágenes selfie que
intencionalmente o no, buscan una reacción. Sus contenidos logran motivar y alimentar la
curiosidad constante del otro; lo que replantea los conceptos de lo público y lo privado.
Es así, como el hombre a través de la creación y publicación de las fotografías selfie
cuyo principal contenido es narrar su propia cotidianidad; responde a una necesidad del
contexto histórico, donde sus maneras de vivir se hacen legítimas por la mirada y calificación
del otro. Es un camino para sentirse incluidos, validados y porqué no decirlo; reconocidos por
la mirada del otro.
La fotografía selfie es uno de los elementos que ayuda a construir esa idea de lo
cotidiano, es decir, la que es socialmente aceptada y reconocida. En palabras de Bruce Bégout
(2009) en su artículo La potencia discreta de lo cotidiano: Por la fabricación de este entorno
cotidiano (y todo lo que lo compone), “el hombre escapa de algún modo al miedo original
produciendo él mismo una armonía natural y evidente con el mundo. Crea un medio a su
imagen” (p.15) y lo emplea como un mecanismo para sentir la aceptación del otro y la
inclusión en un ambiente.
Al iniciar la presente investigación nos planteamos el objetivo de analizar las maneras
en las que se manifiesta la cotidianidad en la configuración de imágenes y perfiles en redes
sociales de nuestra población de estudio.
Aplicando los diferentes instrumentos diseñados para dicho análisis; encontramos que
los maestrantes expresan sus cotidianidades a través de la fotografía selfie y apelan a ella
como una forma de expresión y comunicación que permite conocer su forma de representarse
en ámbitos como el hogar, el trabajo y los espacios de esparcimiento que frecuentan; lo que
implica un tránsito decidido por el mundo virtual, como lo explica Bruce Begout (2009) "El
mundo cotidiano no es otra cosa que el producto de su necesidad de seguridad, el área del
auxilio mutuo y de la confianza reencontrada".(p.15)
De ahí que en esta población la cotidianidad sea una de las temáticas recurrentes de
sus fotografías selfie y que, al ser consultados sobre el tema, afirmaron que las redes sociales
y sus publicaciones representan un vínculo de socialización, una forma de comunicación
efectiva con el círculo social inmediato que permite establecer contacto en tiempo real, pero
no reemplaza el encuentro cara a cara.
Durante el análisis de los contenidos de las selfie fueron recurrentes las publicaciones
de imágenes que muestran acontecimientos importantes, lugares de interés, personas de gran
importancia en la vida afectiva o familiar y experiencias laborales. Contenidos coherentes con
la caracterización de la población en lo referente a edad, nivel educativo y ocupaciones.
Los estudiantes se dejan cautivar por la espontaneidad, por la sorpresa de los
acontecimientos diarios y buscan inmortalizarse a través de la imagen. Las emociones
generalmente son positivas, alegres, agradables.
Todos estos análisis ayudan a sostener que la red es un nuevo mecanismo para la
invención de lo cotidiano y es allí donde se tejen nuevas cotidianidades, que pueden o no
corresponder con la realidad porque existe una total libertad para crear y publicar imágenes,
lo que viene a reforzar la idea de que la fotografía selfie se popularizó como rutina
comunicativa y empieza a consolidarse como práctica cultural, que obedece a un proceso en
el que las personas se apropian de ella y la integra a sus hábitos en la vida diaria.
4.1.3 Imagen
La selfie refleja instantes o momentos significativos de la realidad, que se registran en
el universo digital, como expresión de la cultura visual que hace parte de los entornos
actuales. Este tipo de fotografías se han convertido en la mejor evidencia de lo que se vive en
la cotidianidad y las maneras que emplea el hombre para manifestar su contemporaneidad.
Circunstancia que hace evidente que los mecanismos usados por el ser humano para
representarse han pasado por un proceso evolutivo y lo que en algún momento se calificó en
el autorretrato como fuerza narrativa, en la actualidad encuentra en la imagen digital, lo que
trajo consigo la invención de la fotografía, como lo cita Nicholas Mirzoeff (2016) en su libro
Cómo ver el mundo.
“La invención de la fotografía en 1839 impulsó el desarrollo de formatos fotográficos
baratos que pusieron el retrato y el autorretrato al alcance de la mayoría de los trabajadores de
los países industrializados”. (p.38)
Y es esta condición de masificación y oportunidad para acceder a los dispositivos la
que influye de manera directa en la consolidación de la selfie, como formato fotográfico y
vehículo de comunicación de lo cotidiano. Como parte de la presente investigación nos
propusimos comprender las relaciones entre la representación fotográfica en redes y la
configuración de nuevas culturas visuales; como elementos propios de la cotidianidad y la
contemporaneidad.
Al respecto analizamos los registros fotográficos de la población escogida desde los
niveles compositivo, técnico, el manejo de ciertas herramientas y sus componentes textuales
complementarios en la publicación en redes sociales, hallando una serie de similitudes en
aspectos como la construcción de las imágenes, el uso recurrente del plano medio y primer
plano y el escaso uso de la ley de tercios mostrando al protagonista de la imagen casi siempre
centrado.
En este caso nos hallamos ante imágenes de hombres y mujeres con detalles que se
destacan y generan impacto en el espectador, porque entran en sintonía con la tendencia en la
que nuestra vida y experiencias siempre están disponibles para el otro, viviendo en medio de
una vigilancia autorizada por nosotros y expectante por lo que acontezca en la vida del otro.
La construcción de las fotografías Selfie analizadas en este estudio, responde a un
interés particular por compartir acontecimientos actuales ya sea desde la formalidad o la
informalidad, teniendo en cuenta que generalmente proyectan la perspectiva positiva de cada
experiencia.
En general existe un claro interés en maestrantes por detener el tiempo y registrar los
acontecimientos a través de imágenes fotográficas. Ellos coleccionan Selfies que dan cuenta
de sus tiempos, costumbres y cotidianidades. Revelan sus universos adhiriéndose al hábito
común de publicar sólo aquello que es positivo pero que no siempre es de interés común.
Se preguntaría Paula Sibilia (2008) en La intimidad como espectáculo “¿Qué significa
esta repentina explosión de lo banal, esta especie de constatar la mediocridad propia y ajena?”
(p.12), y como investigadores podríamos compartir el mismo cuestionamiento al ver las
fotografías de la población, objeto de estudio.
Sin embargo, resulta oportuno citar como hallazgo esa latente ruptura entre el sujeto
moderno de los siglos XIX y XX cuyo centro y riqueza estaba dentro, invisible a los ojos,
centrado en lo profundo y verdadero, que a diferencia del sujeto contemporáneo con sus
imágenes suscita miradas distintas, profesa un verdadero culto al cuerpo y tiene un proceso
de construcción de la subjetividad y el yo muy diferente; sin olvidar que lo ejerce con mayor
libertad, como lo constatan las imágenes analizadas.
Entonces quizá no se trata sólo de mediocridad, o banalidad; como lo cita Paula
Sibilia (2016), sino de una característica histórica como lo hemos constatado a partir de los
instrumentos aplicados a los maestrantes que con sus imágenes hacen palpable que las
mediaciones de la cultura digital vienen generando un tipo de imagen fotográfica que se
convierte en mirada y cultura visual además de promover una nueva concepción de ese
estatuto de lo visual que aprueba, desaprueba y alienta contenidos.
Esta circunstancia ha logrado incidir en aspectos primordiales para la concepción de
las imágenes. El contenido de la fotografía, su accesibilidad y la libertad con la cual elegimos
una u otra manera para representarnos son determinantes como lo menciona Román Gubern,
(2000) en algunos apartes de su libro El Eros electrónico.
La imagen digital replantea las tecnologías tradicionales de producción gráfica y sus
formas muestran el resultado de la automatización o actualización informática de viejos
procedimientos cuya producción figurativa estaba orientada a la pintura porque así respondía
a su momento histórico.
Y que en el trabajo adelantado nos permite analizar desde otro punto de vista distinto
al de calificar como positivo o negativo el método empleado por la gente para representarse y
magnificar su personalidad o formas de vida, más bien se trata de entender este cambio como
expresión de una transformación cultural donde uno de los mayores atributos de la imagen
actual es la narración que hace de la vida cotidiana.
4.2 La Inercia Fotográfica
En consecuencia con la investigación la cultura tras el fenómeno selfie, en su esfuerzo
por comprender los elementos culturales de la contemporaneidad y la cotidianidad, en el
marco de la maestría en comunicación educación, proponemos una alternativa didáctica (o
metafórica), modesta, que permite fusionar algunos elementos comunes que identificamos a
lo largo del ejercicio analítico. La intención es sugerir una forma de abordar el fenómeno con
un lenguaje amable y alternativo, de fácil recordación y sobre todo de síntesis, producto del
proceso interpretativo desarrollado en las matrices (especialmente en la matriz de
triangulación, que ofreció una comprensión muy interesante de las categorías trabajadas y de
los objetivos trazados), como de los otros instrumentos de investigación y la revisión teórica
que tuvo lugar con la presente empresa.
Es importante aclarar que los elementos formulados a continuación son desarrollados
por autores que se trabajaron en el documento y que se fusionan para procurar una
aproximación, una respuesta más clara a los objetivos formulados desde el inicio del
proyecto.
Es una apuesta por comprenderlo valiéndose de algún postulado de las ciencias
básicas, lo cual resultó inspirador para conjugar el acercamiento al fenómeno, con todos los
instrumentos trabajados, es decir, la aproximación a las fotografías selfies, no solo al
artefacto fotográfico, sino a todos los elementos alrededor de ella, y por supuesto del
protagonista. Nos referimos a la teoría de la Inercia, desarrollada por respetados científicos y
que logró ver el mundo con otro referente. Para tal caso, nos servimos de lo propuesto por
uno de ellos.
Newton un respetado físico, inventor y matemático inglés, propone una interesante
teoría conocida como la ley de la Inercia, ésta afirma que “todo cuerpo permanece en su
estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme a menos que otras fuerzas externas
actúen sobre él” (es.khanacademy.org). Un clásico ejemplo se encuentra en la velocidad que
absorbe un cuerpo mientras se desplaza dentro de un vehículo. Éste se impregna de la
velocidad constante que lleva el automóvil, por lo que, de bajarse mientras está en
movimiento, continuaría en la misma dirección y con la misma velocidad del automotor.
En caso contrario cuando las fuerzas sean igual a cero en los ejes “X”, “Y” y “Z” y se
mantengan en equilibrio no habrá desplazamiento. Al menos no, hasta que una fuerza externa
se involucre con los objetos. Una silla no se desplaza a menos que un sujeto imprima fuerza
sobre ella. Aquí las fuerzas en cero mantienen el objeto en reposo. (es.khanacademy.org).
Esta teoría nos permite comparar lo ocurrido con la cultura tras el fenómeno selfie,
por cuanto es un acontecimiento que viene ocurriendo gracias a una fuerza mediática que lo
hace cada vez más fuerte. Es un movimiento que empezó ya hace unos largos años atrás. Sus
fuerzas en algún momento permanecían en reposo, hasta que una fuerza externa, como el arte,
produjo un movimiento lo suficientemente fuerte, para asegurar su desplazamiento a través
de la historia. Ya desde el siglo XVI en Alemania, con Alberto Durero se consolida el
autorretrato, y con el tiempo las fuerzas que lo alimentan le permitieron mantenerse en
movimiento.
Inicialmente con una actitud tímida y piadosa figuraban los protagonistas en las
pinturas (en sus autorretratos), sin embargo, la disposición en la imagen resulta más
liberadora, exhibicionista y extrovertida con el tiempo.
Luego del análisis de la investigación, consideramos algunas fuerzas o elementos
culturales, que son los responsables de dicho movimiento (fenómeno), en relación con la
configuración de las fotografías selfies, como resultado del encuentro de diversos factores
que la alimentan. El interés por comprender lo que hay dentro de la fotografía, más allá del
contenido o del artefacto, lleva a generar una síntesis de elementos que yacen (o van
apareciendo), en la construcción de dichas imágenes.
Sugerimos entender estas fuerzas que alimentan la inercia fotográfica, y que
procurando hacer una síntesis, proponemos como elementos culturales de la siguiente
manera:
- La convergencia y conexión
- Autopromoción
- Comunicación y socialidad
Estos elementos culturales presentes en la contemporaneidad nos permiten
comprender lo que hay tras el fenómeno. La inercia (en movimiento cada vez más fuerte),
que padece la Selfie responde a la particular forma de fusionarse que tienen estos recursos.
En este orden ideas se desarrollan a continuación.
4.2.1 Convergencia y conexión
Inicialmente es importante reconocer la ventaja que representan los universos
digitales, en tanto tienen la capacidad de recoger en un mismo espacio y en tiempo real, todos
los elementos que requiere la composición fotográfica selfie, al menos desde la propuesta que
arrojamos con este estudio. Proponer en primer lugar la convergencia como fuerza o
elemento cultural, es fruto de la revisión y análisis de la información trabajada desde el
desarrollo de los instrumentos, como de la aproximación desde la revisión de la literatura y
del Marco teórico.
Se identifica la constante aparición de las herramientas que brindan los Social Media
desde la selfie, como oportunidad para contener en un artefacto fotográfico, todas las
posibilidades de tiempo y espacio. Éstas tienen la facilidad de agrupar el tiempo, en sus tres
estados originales. El pasado de la fotografía, el momento en el que ocurrió, el presente de
quien la percibe y el futuro anticipado del sujeto fotografiado o de la misma imagen.
El mismo Jenkins (2006), desarrolla esta correlación desde su concepto de
convergencia:
“Con «convergencia» me refiero al flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir casi a cualquier parte en busca del tipo deseado de experiencias de entretenimiento. «Convergencia» es una palabra que logra describir los cambios tecnológicos, industriales, culturales y sociales en función de quienes hablen y de aquello a lo que crean estar refiriéndose” (p.14).
Todos estos elementos se hacen visibles en la construcción fotográfica, ya que gracias
a los avances en la tecnología, se vienen mejorando los procesos para la elaboración de la
misma. Las estrategias son cada vez más novedosas y las posibilidades más amplias todavía.
Los usuarios hoy buscan aquellas alternativas rápidas y eficientes. El tiempo es un recurso
que se valora tanto que impulsa la constante migración de los sujetos a quienes brindan
mejores utilidades.
De otra parte la conexión resulta fundamental para asegurar la disposición,
construcción fotográfica y el consumo de las herramientas ofrecidas por las plataformas.
Tener un mejor rendimiento y traslado de la información es el criterio para elegir, compartir y
mantenerse en una página de entretenimiento. De lo contrario el fracaso de estas iniciativas
está pronosticado.
El trabajo cooperativo entre las industrias viene creciendo a pasos agigantados con el
fin de monopolizar algunos espacios virtuales y por ende la competencia es cada vez más
alta. Hoy muchas propuestas de marketing se desarrollan a través de redes sociales,
obteniendo un mayor campo de impacto y, en buena parte, del consumo esperado. El juego
ofrecer - captar, supone toda una calculada estrategia comercial que arriesga el todo por la
nada, a fin de asegurar el cliente fiel y con él, atraer a otros tantos.
En este orden de ideas Scolari (2008), “propone la convergencia o digitalización,
como la reducción de todos los flujos informativos a una serie de Bits” (p. 101), un recurso
actual y muy usado en las predicciones para generar contenidos de las redes sociales. Aquí
los contenidos se reducen a los bits para cruzar la información que transitan.
Así pues, el flujo de contenido, la cooperatividad y el comportamiento migratorio, no
se pueden entender de manera separada, su convergencia permite crear un alto afecto por lo
ofertado en la red social. No es gratis que algunas plataformas de comunicación o
entretenimiento vienen desapareciendo poco a poco, incluso algunas de ellas refieren que su
público más destacado se puede reconocer en unas generaciones concretas.
Algunas redes sociales como facebook e instagram resultan más favorables para las
nuevas generaciones en tanto permiten un encuentro de opciones que satisfacen las
necesidades, interés o modas de los usuarios que las consumen. Toda vez que éstas se
actualicen podrán ocupar un lugar preferencial en sus seguidores.
Los maestrantes por su parte, reconocen la presencia de estas dos redes sociales en su
acontecer diario. Las utilizan para compartir aquellas experiencias significativas, y así,
convertirlas en momentos memorables. Encontrar todo en un mismo espacio es justamente lo
que justifica la participación y uso de sus herramientas. Hacen parte de la estadística que
confirma el fuerte impacto que tienen los Social Media en la sociedad actual. Inclusive hoy se
produce más información digital en un día, en contraste con la producción anual de hace
apenas unas décadas atrás.
En un informe presentado en “The Global State of Digital in 2019”, elaborado por
Hootsuite y We Are Social, “se estima que 3.484 billones de personas utilizan las redes
sociales, esto representa 45 por ciento de la población mundial” (https://www.nextu.com/).
Estos datos, podrían ser alarmantes, si se consideran los riesgos que vienen ocasionando los
usos desmedidos de las mismas.
Justamente el acceso a internet, es una de las vías más efectivas para la promoción y
consumo de estos espacios virtuales. La cercanía, respuesta inmediata, reacciones a escala,
desplazamiento mundial sin moverse en el espacio real, las facilidades para la conectividad y
otros tantos elementos convergen en un mismo espacio. La producción fotográfica es alta y
mucho más, cuando la conexión - no solo a la red - es eficiente. “Suelo tomar fotografías
selfies a diario, pero me desespera, que la red se caiga, en ese momento estoy fuera”, afirma
un maestrante.
La fotografìa selfie es un punto de encuentro para representar la cotidianidad y la
contemporaneidad. A su vez en las redes sociales se hacen manifiestas las diversas
expresiones del lenguaje gráfico, visual y audiovisual. Allí se demuestra cómo el hombre
busca formas para representarse y habitar en estos espacios.
Esta relación: red social, usuarios y convergencia, teje un lienzo que depende
necesariamente del cliente, en palabras del mismo Jenkins (2006), “Esta circulación de los
contenidos mediáticos depende enormemente de la participación activa de los consumidores.”
(p.15), nada sería de un colegio sin estudiantes o de una red social sin usuarios.
Un riesgo que se corre con el término convergencia, es asumir que depende
necesariamente de los aparatos electrónicos, cuando su esencia está realmente en la
interacción, en la comunicación que se establece entre los usuarios de la red. En palabras de
Jenkins (2006) “La convergencia se produce en el cerebro de los consumidores individuales y
mediante sus interacciones sociales con otros” (p15).
Si fuera el primer caso, sería mejor referirnos nuevamente al asunto de la conexión, ya
que supone valorar estos dispositivos, los ordenadores. Sería un ejercicio de reconocer el
progreso técnico que experimentaron, como la percepción que se tenía de ellos. Dos asuntos
que evolucionaron con el tiempo. De los ordenadores a los Pc, de las resistencias con los
computadores (al verlos como un signo de control orquestado por el Estado), a la
dependencia o “liberación” que éstos ofrecen. La inmersión de la web 2.0 trajo consigo la
sensación de reconocimiento de la individualidad o de cooperatividad, razón por la cual se
genera una expansión de iniciativas que responden a este llamado, y, con ello algunos
creadores de plataformas se alimentan y actualizan con la información que los usuarios van
compartiendo. (Van-Dijck, 2016, P.6).
Todo este proceso evolutivo fue heredado por la fotografía selfie ya que se convierte
en un lugar común para algunas generaciones. Desarrolló una serie de dinámicas que se
configuran en la preocupación por alcanzar ese momento emancipador, o de participacipación
en red. Estas son otras de esas fuerzas externas que favorecen el movimiento, en un espacio
donde se reúnen la construcción, comunicación y recepción de la fotografía selfie.
Valga la salvedad de recordar que la investigación se enmarca en el contexto de
revisar lo que hay detrás de la fotografía selfie, la identificación de esos elementos culturales
que se van gestando con el paso del tiempo, como es el hecho de la presencia de la
convergencia y la conexión.
4.2.2 Autopromoción
Luego de avistar la convergencia como uno de los elementos constitutivos de la
cultura contemporánea, conviene revisar otra coincidencia que aparece a lo largo de la
investigación y llamamos la autopromoción, otra fuerza responsable del movimiento, de la
Inercia fotográfica. Entendida como el interés por fotografiarse y promocionarse a través de
las redes sociales en respuesta al uso de las tecnologías y a la inmersión en las mismas. La
intención es revisar el motivo que lleva a construir la fotografía y algunos elementos que la
conforman.
Para el caso primero conviene revisar algunos requisitos indispensables para la
construcción del artefacto fotográfico. El agente que produce la fotografía cuenta con unos
elementos para producir su material:
-Culturales -Biológicos - Sociales -Técnicos
Inicialmente es importante mencionar que la inmersión en la cultura visual, para los
maestrantes, responde a una serie de eventos que se van sucediendo a lo largo de la historia,
por una lado pertenecen a un tiempo en el que el acceso a la información y a los medios
tecnológicos es mucho más fácil, la conectividad se realiza casi que en tiempo real y la
configuración personal les permite comprender y manipular los dispositivos.
En general manifiestan tener un gusto especial por las actividades deportivas,
culturales, familiares, laborales y académicas de las cuales buscan sacar provecho para
construir sus fotografías, de hecho el material obtenido refleja, la producción de la imagen en
dichos contextos con algunas características comunes.
En este contexto el juego de los sentidos resulta vital para la producción de la imágen,
ya que el ojo posee una configuración biológica que permite captar los colores, la definición,
la profundidad, las distancias y otras características que ayudan a percibir las imágenes con
gusto por el objeto fotografiado. En palabras de Jacques Aumont (1990), los llama
“percepción visual, como aquel encuentro del hombre con el mundo” (p.17). Es el ejercicio
de los sentidos interviniendo en la contemplación o diseño de la fotografía.
De otra parte se supone que es una condición inherente a la humanidad que lo lleva a
ver o percibir las imágenes en tanto aparecen, aunque si bien, no se perciban de la misma
manera siempre o tomen su tiempo para ser interpretadas
Es muy recurrente el hecho de mostrar las fotografías selfies de los maestrantes
cuidando las maneras cómo éstas se presentan ante los ojos de los demás. Paradójicamente la
fotografía se puede ver de inmediato y de la misma manera aparece el factor social, que se
preocupa por plasmar algo que se vea agradable a la vista y que resulte aceptable
socialmente. La imagen se repite hasta obtener el mejor ángulo, y, lógicamente ésta será la
que se comparta en la red. Aquí la preocupación radica en el exterior , en las opiniones de los
receptores pasivos o activos.
Los primeros se refieren a los habitantes de la red que revisan perfiles de las personas,
(conocidas o no), sus fotos, estados e historias, pero en ningún momento reaccionan ante las
mismas. Los segundos son aquellos que intervienen en las redes sociales y comparten las
impresiones de lo que ven., se involucran en la ilusión que se anticipa cuando se fabrica la
fotografía. El mismo Jacques Aumont (1990), comparte:
“Pero la ilusión que nos interesa aquí, ante todo es evidentemente la producida en la
imagen. Ahora bien, además de las condiciones psicológicas y perceptivas, esta ilusión
funcionará más o menos bien según las condiciones culturales y sociales en las cuales se
produzca”. (103)
Para el caso de los maestrantes, se percibe en general una tímida pero evidente
reacción de los materiales fotográficos, especialmente, cuando éstos, manifiestan escenarios
encantadores y destacan la belleza de los protagonistas. La ilusión de verse mejor de cómo se
sienten. También es usual en los maestrantes la alusión a subir fotografías, por sentirse
particularmente bellos. “No suelo tomar muchas fotografías, pero aprovecho cuando estoy
bonita” dice una de ellas.
La cotidianidad es compartida por el interés que representa para los sujetos, más que
por el efecto que se tiene de ella. Ahora el papel fotográfico pasa a un segundo plano y la
imagen digital aparece con fuerza, se convierte en un recurso económico e inmediato para
elaborar imágenes en distintos espacios de la sociedad. La autopromoción encuentra más
razones para construir fotografías, con la opción de manipular el contenido, a través de los
recursos que ella brinda.
Román Gubern (2006), describe el desplazamiento de la imagen digital, destacando el
uso de los pixels en la manipulación de la imagen.
“...la emergencia de la imagen digital ha trastocado las tecnologías tradicionales de
producción icónica, pues sus formas nacen de una automatización informática de los viejos
procedimientos analíticos y estructurales de producción figurativa propios de las artesanías de
los mosaicos, la imagen digital está formada, en efecto, por un mosaico de pixels (acrónimo
de picture elements), puntos luminosos definidos cada uno de ellos por valores numéricos que
indican su posición en el espacio de unas coordenadas, su color y su brillo, el operador puede
manipular cada uno de los pixels individualmente o en grupos para construir su imagen a
voluntad por eso el pixel constituye una unidad de información, y no una unidad de sentido,
pero un grupo orgánico de pixel, puede configurar una unidad semiótica, si aparecen
invertidos” (p.188)
Para sorpresa de nuestro trabajo encontramos que buena parte del material fotográfico
no contaba con adecuaciones de este carácter, aunque si bien, fue evidente un claro esfuerzo
por acomodar los encuadres de la escena.
La autopromoción es entonces un ejercicio de producción posible, gracias a la
presencia de factores que beneficien su publicación como la red y la manipulación como la
cámara, la economía que esto supone y la capacidad artística del creador. Estos son los tipos
de fuerza externa que dan movimiento a la fotografía, a modo de inercia, pues permiten
activar el movimiento en cualquier momento. Toda vez que se tenga conexión y un buen
material fotográfico, se activa una tercer fuerza, otro elemento cultural.
4.2.3 Comunicación – Socialidad
La fotografía selfie es un espacio de comunicación y se entiende justo con la
semiótica de la imagen. Tanto la una como la otra responden al afán contemporáneo por
construir una buena fotografía. Lo importante en la selfie no es la fotografía misma; sino la
experiencia y la compañía que se tiene en el instante.
Al observar las fotografías de la población investigada, enumerar sus características y
encontrar aspectos comunes, no podemos dejar de citar como un hallazgo, la fuerza
comunicativa de la imagen y los cuestionamientos que esto plantea en lo referente a una
posible aniquilación de la palabra que de continuar con esta fuerza podría ser reemplazada
por la imagen que narra, cuenta o comunica de forma más rápida que la palabra.
No podemos negar que a veces la imagen es una forma óptima de comunicar, lo que
podría desencadenar cierto grado de empobrecimiento de la persona para expresarse a través
de la palabra hablada o escrita. Esta pérdida en la efectividad de la palabra, se constató al ver
que muchas de las fotografías no contaban con un texto explicativo y sin embargo su mensaje
era claro. Situación que podemos relacionar con las palabras de Paula Sibilia (2008):“En una
sociedad tan espectacularizada como la nuestra, no sorprende que las fronteras siempre
confusas entre lo real y ficcional se hayan desvanecido aún más”. (p. 223)
Si tenemos presente que a lo largo de este estudio hemos hablado de la fotografía
selfie como una forma para expresar la cotidianidad y la contemporaneidad, no sería extraño
que con el tiempo la ganancia únicamente se dirija hacia el aprovechamiento de los recursos
multimedia y en particular de la fotografía selfie, con su versatilidad para narrar, lo que
podría desencadenar un reemplazo parcial o completo, del relato, la narración, la descripción
y la capacidad de asombrarse con acontecimientos que desconocemos y que luego son
contados e imaginados. Con esto el tipo de comunicación que caracteriza a la fotografía
selfie, viene a integrar ese conjunto de elementos que imprimen fuerza al movimiento y que
como investigadores denominamos “Inercia fotográfica”.
Paula Sibilia (2008) afirma en La intimidad como espectáculo que “hay una
persistente obsesión por ese nivel más epidérmico de lo verdadero” (p.230), lo que coincide
con el análisis de las fotografías selfie de los maestrantes cuyo contenido a veces difiere de
los conceptos planteados como opinión en las entrevistas.
El ser contemporáneos a través de la selfie exige un yo visible, que se deje alfabetizar
por los medios; así lo hemos constatado en esta investigación, lo que nos lleva a reflexionar
sobre el peligro de encapsularse o aislarse de los proyectos colectivos para solventar las
carencias sociales únicamente a través de la publicación de fotografías a una audiencia que
recibe e interactúa, pero con la cual no hay un encuentro verdadero.
No obstante, para estudiosos como Paula Sibilia (2008) sostienen que esas
modalidades del autorretrato en vivo no llegan a agotar el fenómeno, sus manifestaciones son
múltiples y de lo más diversas, aunque nunca abandonen la más rigurosa "intimidad" (p.243).
Intimidad que hoy es un poco más amplia. Que ya no se percibe con la timidez de otra
época, y, el pudor para compartir la vida mucho menos. Ahora gracias a los recursos
tecnológicos, se crean otras comprensiones, otros movimientos impulsados por fuerzas, lo
suficientemente ruidosas como para mantenerlos. Fuerzas como la convergencia-conexión,
autopromoción y comunicación-socialidad, responsables de mantener viva la Inercia
fotográfica propia del hombre contemporáneo y capaz de llevarlos a compartir su
cotidianidad en una imagen.
Ruidos o fuerzas paradójicamente sutiles y crudos, como para atravesar cualquier
espacio de casa, trabajo o entretenimiento en sujetos que alimentan su interés por la
academia, con esfuerzos casi milagrosos para mantener viva la llama del conocimiento.
Fuerzas que dicen lo que ellos son y también lo que desean ser.
CAPÍTULO V
5. Conclusiones
Al término de la investigación La cultura tras el fenómeno selfie nos permitimos
hacer las siguientes reflexiones que surgen de las diferentes etapas del estudio en las que
tuvimos la posibilidad de acercarnos a las imágenes intencionales y casuales de la población
de estudio. Además, de profundizar en los autores que fundamentan las apreciaciones aquí
consignadas. En el campo de la Comunicación - Educación, la presente investigación espera
que sus reflexiones se constituyan en una herramienta para investigadores y docentes con la
inquietud de profundizar en el fenómeno para acompañarlo, considerando que hace parte de
la cotidianidad de los grupos actuales de jóvenes y adultos. La orientación sobre “La cultura
tras el fenómeno selfie” será clave para su comprensión y uso responsable, más allá de las
consideraciones normales sobre la moral, la estética o de ciberseguridad. En la medida en que
el maestro profundice, comprenda y propicie el análisis de la realidad cumplirá con su
función de formador y lìder de comunidades que empodera a los que están bajo su cargo para
guiar los procesos desde el entendimiento y la asimilación de las transformaciones
socioculturales del mundo que se ven expresados en este tipo de fotografías, sus contenidos y
aquello que generan.
Al respecto esta investigación se hizo a partir de tres categorías básicas para orientar
objetivos, búsquedas y aspectos en los cuales cifrar nuestro análisis: contemporaneidad,
cotidianidad e imagen.
Cada una de ellas desde la teoría y la aplicación práctica, ofrecieron elementos
sustanciales para el análisis que nos deja este proceso.
5.1 Contemporaneidad
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante concluir que la contemporaneidad no
responde a un concepto único, aunque si bien se alimenta de algunas reflexiones, “que lo
ubican a finales del siglo XVIII” (Rodríguez, 2013), lo identifican como algo “intempestivo”
(Barthes, 2003), y le conceden atributos de “interpretación constante” (Agamben, 2006). Es
una época de preocupaciones inundadas por la mirada, por la construcción de artefactos
fotográficos perfectos, ejemplares.
En virtud de la visualidad en que se vive hoy, se pretende hacer eterna la imagen, pues
ya no basta con tomar una fotografía, es imperativo cuidar todos los elementos que la rodean,
lo que ocurre en la “calle” debe transitar en el universo digital, se comparte para mostrarse,
para existir en la virtualidad, y tal existencia debe ser sensacional.
La contemporaneidad almacena todas estas actitudes en una fotografía selfie. Una
preocupación por aparecer, existir, estar aquí y allá, en ese mundo donde todo cambia
constantemente. Es una época que se mueve con la comunicación, que hace del “yo un
espectáculo” (Sibilia, 2008), que lo enfrenta a nuevos lenguajes para interactuar, para
involucrarse y hacer comunidad si así se quiere. La contemporaneidad es un momento que
conjuga el tiempo, el espacio y la sociedad.
Por una lado, la contemporaneidad revela entonces la incertidumbre del tiempo, su
dificultad para comprenderlo, “su liquidez” (Bauman, 2007), la complejidad para agarrarlo.
La paradoja de tener una medida exacta pero una percepción distinta. La crueldad para
manifestarse cuando ya no alcanza para nada. Su presencia en la red aunque su “temporalidad
es el presente inmediato” (Byung-Chul Han, 2014) o en palabras de Castells (2004) “es un
tiempo atemporal”.
Todo esto ocurre con la fotografía Selfie cuando se toma y se comparte. Detiene el
tiempo del momento vivido, pero lo prolonga en la red social. Por ello resultó vital ubicar la
contemporaneidad en el marco de la investigación en un contexto donde este fenómeno
produce sensación: para el año 2013 ya se reconocía como la palabra del año en el
Diccionario de Oxford (www.elmundo.es), en el 2014 alcanza un récord de impacto con el
autorretrato de algunos famosos y es declarado el día internacional de la selfie
(www.elclarin.com), en contraste con el índice de muertes registradas en 2016 por esta
práctica con la ola del llamado arte del selfie extremo (www.bbc.com), la creación del Museo
Selfie en los Angeles, Budapest y otras partes del mundo (www.elespectador.com).
Actualmente se siguen presentando decesos por el abuso de este tipo de fotografías, pues a la
fecha ya se conocen casos de modelos involucradas en dichos acontecimientos
(www.elmundo.es), definitivamente es un fenómeno que atraviesa muchas fronteras.
De otra parte la contemporaneidad configura otras nociones de espacio y sociedad,
ofrece nuevos lugares de encuentro, nuevos espacios para socializar que acogen
muchedumbres, “enjambres” (Byung-Chul Han, 2013), gracias a la existencia de una
“interfaz” (Scolari, 2018), que transitan el en “ciberespacio” (Levi, 2007) y con ello
configura una “sociedad red” (Castells, 2004), una sociedad amplia, diversa, compleja. Cada
perspectiva desarrollada bajo la premisa de una existencia de los universos digitales, con
enfoques distintos que, en el fondo, pueden llevar al mismo punto.
En la presente investigación: la fotografía selfie y cómo ella se mueve en estos
conceptos, lugares, tiempos, espacios. La investigación nos permitió ver un fenómeno para
nada ajeno a los maestrantes con quienes se trabajó, pues su contemporaneidad está
atravesada por cada uno de los elementos descritos. Adquieren dispositivos electrónicos (por
gusto o necesidad), hacen uso de las distintas redes sociales existententes, habitualmente se
toman fotografías selfies, reconocen ésto como la oportunidad para manifestarse socialmente,
muestran elementos propios del capitalismo actual (ropa, aparatos, lugares de
entretenimiento, artículos, accesorios, etc).
En este sentido la Cultura tras el fenómeno selfie, es entonces, también un proceso
educativo, que supone en los individuos una preocupación por aprender, por reconocer cómo
los recursos propios del hombre contemporáneo le vienen enseñando (o lo “obligan”) a
configurar nuevas maneras de ser y comportarse en el mundo actual.
En general los maestrantes reconocen vivir el tránsito del no tener a tener acceso a
internet o dispositivos móviles, y, con ello la clara necesidad alfabetizarse en el manejo de los
mismos (concientes o no), ya están inmersos en el proceso. Algunos con mayor dificultad que
otros, pero con la convicción de reconocer que es un universo que se actualiza rápidamente.
No es extraño escuchar expresiones que reconocen el cambio generacional que esto produce.
Sin embargo, en un lado o en el otro (saber o no), es necesario pasear por un camino de
aprendizajes.
Aprendizajes que se vienen naturalizando en los distintos espacios de la
contemporaneidad y cotidianidad de los maestrantes. La intromisión de las tecnologías es
más fuerte actualmente y en este grupo de estudiantes se refleja con mayor fuerza. Pertenecer
a una Maestría en comunicación educación, supone la preocupación latente por entender estos
medios.
Fue esta una investigación que por efecto ayudó a tomar consciencia de la
preocupación por la formación que tienen los maestrantes, ya por convicción, ya por
necesidad. Justamente un proceso educativo fue el pretexto para generar un proyecto como
este, que ciertamente inició con algunas inquietudes y hoy se queda con bastantes reflexiones,
ya que se reconoció el esfuerzo que varios de los estudiantes hacen por mantenerse en un
nivel de formación como éste (desde lo económico o lo académico). Ser profesionales, amas
de casa y alumnos al tiempo, es algo digno de admirar. Y justamente allí, están sus tiempos,
sus espacios, sus sociedades.
Todo esto nos permite concluir que lo revisado es un proceso que conjuga elementos
de manera simultánea. Así como en la educación intervienen distintos agentes (familia,
estudiantes, Institución y Sociedad), así ocurre con la fotografía selfie cuando aparece.
Diferentes recursos saltan en la vista para lograr la escena perfecta y la habilidad para
detectarlos es propia del artista que construye la imagen.
El hombre contemporáneo vive en un mundo desbordado de imágenes selfie, sin
embargo, crea con libertad sus propias fotografías, pese a la existencia de un público que no
sólo las mira, sino que las interpreta y puede actuar con escepticismo frente a su contenido.
Para los autores especialmente los más jóvenes, lo importante es hacer parte sin
mayores pretensiones. Sin embargo, recordando a uno de los autores base de la presente
investigación, Nicholas Mirzoeff (2016) se refería al autorretrato diciendo que "el cuadro es
un conjunto de retruécanos, juegos y representaciones visuales que giran alrededor del
autorretrato del artista" (p.39), circunstancia que no se restringe al análisis de una pintura de
otro tiempo; sino que cobra sentido en la fotografía selfie, que repetida una y otra vez desde
lugares distintos, nunca comunica lo mismo y siempre nos está provocando con las nuevas
maneras de creación que hace.
5.2 Cotidianidad
Tomando como punto de referencia el concepto expuesto por Rossana Reguillo
(2013) según el cual “la cotidianidad es un conjunto de prácticas, lógicas, espacios y
temporalidades que se repiten una y otra vez hasta normalizarse” (p.4); en la presente
investigación, se hizo evidente que la fotografía selfie no es parte de la vida cotidiana, sino
que es la vida cotidiana hecha imagen; porque narra de forma intencionada o libre, las nuevas
maneras de socialidad que vive el hombre en las redes sociales; como parte de los efectos de
la inmersión tecnológica en la que de manera inexorable, vive y participa. Así, esas redes
sociales que el ser humano utiliza para postear sus fotografías selfie, representan un nuevo
mecanismo para la invención de lo cotidiano.
Como práctica, la fotografía selfie es propia del hombre de este tiempo, como lo fue
el autorretrato en otra época y desde aspectos técnicos y retóricos hace diferentes aportes a
una nueva cultura visual que empieza a configurarse y consolidarse. Durante el estudio
advertimos que en la fotografía selfie, el espectador no tiene un rol pasivo, sino que, de
acuerdo con su contenido, interpela a quien observa e invita a su interacción ya sea desde el
uso de la imagen o de la palabra al suscitar una opinión o comentario en espacios de
interacción como las redes sociales, lo que nos lleva a concluir que la fotografía selfie lleva a
la persona a innovar y proponer otras formas para expresar su identidad; cumpliendo con los
propósitos evidentes de cada imagen. Se trata de historias que narran, sugieren y motivan la
imaginación a partir de una fotografía que llega a considerarse como herramienta eficaz para
la representación de la cotidianidad.
En últimas, la selfie es una imagen que denota algo específico y connota diversos
aspectos que dependen en gran parte del criterio de quien observa, sin olvidar, que siempre
revela una intención comunicativa que apela al universo de lo simbólico. Analizar las
fotografías selfie de la población de maestrantes nos permitió descubrir tres niveles distintos
de la representación de la cotidianidad. En el caso particular de los estudiantes, las fotografías
mostraron sus rutinas y espacios personales a través de imágenes que fueron hechas en
entornos como la casa, el trabajo y los espacios de entretenimiento que disfrutan
habitualmente. Por otra parte, las fotografías selfie relacionadas con la maestría, permiten
observar el desarrollo de propuestas pedagógicas, momentos vividos durante las clases que
por su creatividad o importancia merecieron hacer una fotografía como evidencia o
despertaron el deseo de expresar ese gusto personal por diversos espacios pedagógicos
proporcionados como parte de las actividades planeadas por la universidad en el contexto del
desarrollo de la maestría. El tercer nivel de la cotidianidad que encontramos en las fotografías
selfie de los estudiantes, se relacionan con la actividad de los docentes de la universidad.
Aquí aparecen en forma recurrente imágenes de los docentes de la maestría, sus
propuestas de clase y dinámicas que representan experiencias que con el paso del tiempo se
convierten en recuerdos importantes en la vida académica y personal de los maestrantes,
dados los nexos académicos y humanos que se van consolidando con el tiempo. Este análisis
que surge luego de observar y clasificar las fotografías selfie, según la semejanza de sus
temáticas; nos permite concluir que una inquietud investigativa sobre este fenómeno
creciente, terminó por revelarnos las principales características de la cotidianidad de los
maestrantes, ofreciendo así una serie de datos que sirvieron para caracterizar la población en
aspectos como sus dinámicas y experiencias; en últimas, para conocer cómo es la
cotidianidad de un grupo de profesionales, docentes en su mayoría que se debaten entre roles
propios del ejercicio profesional y la de ser estudiantes de una maestría que supone con retos
diarios desde el plano formativo y que en el intercambio diario establece las diferencias y
aspiraciones individuales.
Los anteriores hallazgos, producto de la observación y catalogación de las fotografías,
acorde a los instrumentos de recolección de datos propuestos, se convierten en la base para
sostener que la fotografía selfie vista como práctica de la cotidianidad tiene una doble
perspectiva. La primera de ellas está dirigida hacia su evolución, que se dio de forma paralela
a circunstancias como el desarrollo tecnológico que condicionaron y propiciaron su proceso
de cotidianización. En segundo lugar, reconocemos que la fotografía selfie se posiciona como
una de las mejores formas para hacer público lo que deseamos hacer atractivo y llamativo por
acción de la imagen y que generalmente aquello que se retrata hace parte de la vida cotidiana.
Todo esto no quiere decir que la fotografía selfie es una práctica ordinaria carente de
significado y que solo pueda juzgarse desde lo estético o moral, pues como afirmó Bruce
Bégout (2005) en su libro La découverte du quotidien. "Decir de una cosa que es ordinaria, es
tomar posición frente a su valor, afirmar por el contrario que es cotidiana, es simplemente
constatar su presencia todos los días" (p.91) Este es el proceso que acontece con la fotografía
selfie, es una práctica propia de la cotidianidad porque aparece de manera recurrente en los
Social Media, es decir, la cantidad y la preferencia de la gente para usarla como herramienta
de comunicación nos permiten denominar de esta forma, pero frente a su contenido es una
forma efectiva para narrar todo acontecimiento que hace parte de la práctica cotidiana del ser
humano y es expresión de la continua espectacularización de la personalidad y la vida propia
del hombre contemporáneo. Aclarando que no por esto adquiere un carácter ordinario.
Para Bruce Begout (2009) en forma continua “La filosofía sospecha de lo cotidiano,
establece un prejuicio de prejuicio, pero es el lugar por excelencia de las evidencias más
naturales de nuestra existencia” (p.2); si aplicamos esta cita a nuestra investigación y lo que
va quedando como conclusión, se reitera la necesidad de evitar este riesgo al reflexionar
sobre la cultura tras el fenómeno selfie; que no puede ser evaluada, analizada o calificada
únicamente desde el prejuicio estético, económico o moral. Más bien debe considerarse como
la evidencia de la transformación del pensamiento en una época específica de la historia, una
de las formas más usadas para dar cuenta de las experiencias individuales que el ser humano
desde su criterio desea hacer trascendental o mostrar como significativa y encuentra en la
fotografía selfie un vehículo preciso para cumplir con su objetivo.
5.3 Imagen
Partiendo de la concepción según la cual la fotografía es la presencia virtual de un
objeto, lugar o persona que se halla ausente de nuestra realidad; al iniciar esta investigación
fue inevitable cuestionarnos sobre las razones por las cuales existe en el hombre una
necesidad constante que le motiva para hallar formas en las cuales logra verse así mismo y
perpetuar un instante a través de la imagen. A lo largo de la historia, el hombre ha encontrado
diversas maneras para representarse y al término del presente estudio podemos decir que la
fotografía selfie no es un fenómeno aislado o un producto del desarrollo tecnológico. Más
bien, debe entenderse como una evolución de los mecanismos de representación del hombre,
un proceso que en este momento se haya mediado por dispositivos perfectamente adaptados a
las demandas del medio en que vivimos.
Sin embargo, es muy importante ser conscientes de que no podemos reducir la
fotografía selfie a una consecuencia o efecto de los desarrollos tecnológicos del hombre. Por
el contrario, debemos entenderla como una expresión de la transformación social, económica
y cultural que la propició y que el hombre actual emplea para configurar su identidad pública.
Es la herramienta que le facilita expresar su manera de ver y sentir el mundo; así como el
vehículo del que se sirve para mostrar o insinuar una realidad y para lo cual se convierte en
un instrumento ideal y de fácil acceso para todos.
Los desarrollos tecnológicos ayudan a solventar las necesidades que le plantea el
medio al hombre, pero la fotografía selfie termina revelando algo más; se trata de un estilo de
vida que motiva la creatividad y reta al hombre en las nuevas maneras que le pueden ayudar a
verse como siempre deseó. Como lo describe Román Gubern (2000) en su libro El eros
electrónico:
“La evolución cultural es una estrategia inventada por el hombre para adaptarse mejor
al medio ambiente que le ha tocado vivir, por lo que no puede ser la misma en la selva, en la
sabana, en una zona lacustre o en el desierto, puesto que estas estrategias son dirigidas por el
hombre, las culturas humanas han conocido una gran diversificación, aunque se puedan
reconocer en todas ellas algunos sustratos comunes, en relación con episodios tan
fundamentales como el nacimiento, el matrimonio, la muerte, la guerra, etc.” (p.18)
La fotografía selfie, no sólo por la misma construcción técnica que supone y la
experiencia que ofrece, es capaz de generar una reacción favorable o desfavorable en el otro.
Un “me gusta” puede despertar el interés del individuo que se autorretrata por aspectos
diversos que van desde su preocupación por verse mejor o por lo menos cercano a lo que
desea proyectar como imagen; es decir, lo que desea mostrar, cómo quiere verse frente a los
demás.
Después de analizar las imágenes de los maestrantes, podemos concluir que los
espacios que más motivan la realización de fotografías selfie en este tipo de población, son el
trabajo, la casa y la universidad. La mayor parte de las fotografías representan entornos que
sitúan a los sujetos de la población en actividades laborales o de intercambio profesional. Se
trata de fotografías a color, generalmente con encuadres horizontales y carentes de filtros o
herramientas de retoque profesional. Dentro de las temáticas más recurrentes está la familia,
las actividades laborales, la vida personal; lo que nos inclina a pensar sobre la cotidianidad
como uno de los mayores recursos para narrar historias a través de la fotografía selfie.
El análisis de las fotografías mostró la cotidianidad de la maestría, pero al mismo
tiempo la realidad de los maestrantes y los docentes involucrados en el proceso formativo.
Por ello, podemos afirmar que dentro de la universidad también se vive una cultura visual en
la que la fotografía selfie es vital, para compartir momentos, crear narrativas, estrechar lazos
y revelar lo que sucede en las aulas. La realización del presente estudio también nos permitió
encontrar otra perspectiva en lo referente a la población de estudio, porque al tratarse de los
estudiantes del programa de maestría, se inició un proceso distinto en el que se estudió a los
que generalmente estudian, es decir, investigar a los investigadores.
Esto nos ayudó para encontrar en los perfiles de redes sociales y el contenido de las
fotografías posteadas ciertas características, pensamientos, preferencias e ideales explícitos a
través de las fotografías pero que regularmente no son compartidos ni explícitos en los
entornos estudiantiles. Asumiendo la propuesta teórica de Inés Dussel (2006) en su texto
titulado Educar la mirada; como investigadores consideramos que observar, analizar y
cuestionarse son algunas de las condiciones necesarias para entender e involucrarse en la
cultura visual del momento. Aquí buscamos
“detenernos en las imágenes, como ella lo recomienda y cuestionarnos sobre qué y
cómo muestran a "los otros" y a “nosotros", cuáles son sus ideas más relevantes y latentes en
sus imágenes a qué emociones apelan y qué acciones pueden llegar a inducir”. (Dussel. 2006.
p.9)
Finalmente, porque compartimos el argumento de Inés Dussel (2006) y su invitación
sobre la necesidad de educarnos como docentes y educar a nuestros alumnos “en el análisis
de estas imágenes, en la identificación de los modos y formas de representación que articulan
y en cómo reproducen o desafían estereotipos y prejuicios" (p.10). Ese fue el objetivo que
desde el plano educativo nos animó para comprender las implicaciones de la cultura tras el
fenómeno selfie que vivimos y del cual hacemos parte; para lo que trabajamos en el análisis
de estas fotografías que reiteran cómo el ser humano con la fotografía selfie es autor y
espectador pero solo logra la validación del entorno a través de la mirada del otro.
5.4 La inercia fotográfica
El interés por generar una respuesta luego del ejercicio analítico, motivó la reflexión
compartida para buscar un lenguaje alternativo, educativo o didáctico que permitiera
presentar los hallazgos de una manera sencilla y clara. Se revisaron algunos campos del
saber, encontrando una expresión que favorece la fusión de los elementos y su fácil
recordación.
Es una propuesta didáctica o una metáfora, modesta, que recoge la teoría física de la
Inercia, como oportunidad para explicar el fenómeno selfie producto de la fusión de distintas
fuerzas que lo mantienen en movimiento constante y evolución permanente. Así como en la
teoría se afirma “que un cuerpo se mantiene en movimiento por las fuerzas externas que
actúan sobre él”, ocurre de la misma manera en el fenómeno selfie, quien se alimenta de
algunas fuerzas como la convergencia y conexión, la autopromoción y finalmente la
comunicación y socialidad, para asegurar su desplazamiento en el tiempo.
Todo el ejercicio de investigación nos permitió constatar que es un movimiento con
pocos indicios de querer detenerse y por el contrario se hace cada vez más fuerte con las
fuerzas mediáticas que lo alimentan.
Inicialmente la convergencia y conexión, que permiten la presencia simultánea de
todos los elementos necesarios para la construcción de una fotografía selfie. El tiempo,
espacio y sociedad en un mismo lugar. Usuario, red y dispositivos en el mismo instante. “El
flujo de plataformas mediáticas” (Jenkins, 2006) en tiempo real. La posibilidad de conectarse
con otros independientemente de las distancias geográficas que eso implica. Ésto ya no es
una barrera, por el contrario es un motivo para compartir la vida en la red. Ahora es un
espacio de encuentro que reúne las generaciones, los intereses y los dispositivos, los
maestrantes y sus familias, sus vidas y sus deseos. Justamente el material fotográfico dió
cuenta de estos elementos al confirmar cómo en éstos confluyen de manera simultánea.
Recursos como los intereses, las tecnologías, las características del hombre contemporáneo y
el uso de la imagen.
De otra parte se reconoce una fuerza vital para la Inercia fotográfica como lo es la
autopromoción, el interés por construir una fotografía y subirla a la red gracias a las
oportunidades que brindan los dispositivos. La posibilidad de manipular el artefacto
fotográfico (con filtros, herramientas de edición o las repeticiones necesarias), impulsa aún
más la tendencia del hombre contemporáneo por aparecer. El interés por promocionarse
responde a la ilusión de hacer de lo ordinario algo extraordinario, de la belleza común, algo
aún mejor. Lo importante en la fotografía selfie, no es la fotografía misma, sino la
experiencia que se tiene. En consecuencia surge la necesidad de construir la imagen
fotográfica, ya no de manera tímida o sutil, sino de formas bastante extravagantes o
“ruidosas”.
Este fenómeno resignifica los álbumes fotográficos familiares (donde seguramente
todos padecieron una fotografía vergonzosa), sin embargo, con las posibilidades de edición
que ofrecen los dispositivos, se puede satisfacer la expectativa del usuario. Tomar, editar,
compartir y almacenar la mejor fotografía. Es por esto que el factor externo es una situación
que debe anticipar quien elabora la fotografía. Él y sólo él, es el responsable de la calidad
promocional que se tiene con el artefacto. Aquí es importante el factor biológico y el
impacto externo que tenga la imagen (Aumont, 1990). Justamente el material fotográfico
reunido permitió comprender el interés de los maestrantes por generar una buena promoción
de sus vidas, de su cuerpo o de sus realidades.
Aunque si bien no son frecuentes (o al menos evidentes), los trabajos de edición muy
elaborados, si son claras las preocupaciones por tener una postura agradable, feliz y
socialmente atractiva. Ellos mismos reconocen la importancia de crear y compartir
fotografías cuando se sienten particularmente bellos. He aquí la importancia que tiene la
autopromoción, la fortuna de contar con los recursos mediáticos para narrarse socialmente.
En la misma línea los elementos de la comunicación y socialidad, se convierten en la
tercera fuerza de la Inercia fotográfica, situaciones propias del hombre contemporáneo y
evidentes a los largo de toda la investigación. Se entienden como los nuevos espacios para
interactuar. Los nombres que ha recibido este momento son muchos y las reflexiones
diversas, sin embargo, está claro que las relaciones interpersonales migraron a la virtualidad
en un porcentaje bastante alto. Las nuevas formas para comunicarse implican el manejo de
redes sociales y por supuesto los dispositivos que las contienen. Reducen las distancias,
eliminan los tiempos, favorecen en algún grado la economía y contagian necesariamente a los
usuarios para la construcción de la imagen, el cuidado que implique y las efectos que se
pretenden.
Ahora la imagen se narra así misma. Cuenta historias, se manifiesta. En ocasiones
anula la palabra. Gracias a la investigación se evidenció que el material fotográfico carece de
una descripción escrita, aunque si bien sus mensajes eran claros, generalmente alejados de la
realidad, distantes de la piel, apartados de la cotidianidad. En su mayoría con imágenes que
comunican algo distinto de lo que se vive realmente. Por eso en el afán de compartir
fotografías, hay reacciones, pero no encuentros reales. Aunque existen nuevos espacios para
socializar, la interacción es limitada. Los maestrantes comparten sus imágenes en las redes
sociales generando, de alguna manera, un proceso de comunicación. Un lugar de encuentro
con otros gracias a la imagen.
Nuevamente aparece elemento educativo. La educación mediada por el interés. Los
maestrantes inquietos por aprender el uso de los dispositivos y todas las posibilidades que en
ellos se encuentran. La preocupación por autopromocionarse de la mejor manera, por ser
actor y productor. Por revisar tutoriales o descargar aplicaciones que mejoren la experiencia
fotográfica. Por descifrar las maneras, los recursos más actualizados.
La cultura tras el fenómeno selfie permitió reconocer las preocupaciones del hombre
contemporáneo por adquirir, vender, comunicarse y estar en el universo digital (al menos en
una población concreta que constata los acontecimientos típicos actualmente). Sus fotografías
dan cuenta de las historias que se quieren compartir y de los progresos en los dispositivos:
imágenes cada vez más nítidas, claras, de alta definición y contraste de color, incluso con
movimiento. Se insiste aquí en la función activa de los sujetos de estudio, como creadores y
productores de fotografías selfies.
Éstas tienen la capacidad de mostrar un acontecimiento que ocurrió en todas las
dimensiones a pesar de presentarlo en una sola forma. Esto es el reflejo del tránsito -o
evolución- en la fotografía, que antes necesitaba de otro para que la tomara; mientras que
ahora, solo dispone de la cámara y sus características para hacer y aparecer, asegurándose de
tener la mejor captura de la misma. Es decir, se tiene el poder de alterar el contenido de la
realidad, el contenido mismo de la fotografía justo antes de la misma y no después como en
otros tiempos.
Todo este ejercicio de investigación permite concluir y confirmar la importancia de
tomar un tiempo para estudiar a quienes habitualmente estudian, de investigar a los
investigadores, de hacer evidentes las prácticas de la maestría, los maestrantes y los docentes.
De hacer público, lo privado, de mostrar los ejercicios de clase que resultaron significativos
para los estudiantes. De rendir homenaje a docentes que impulsan el conocimiento.
Hasta aquí una investigación con un juego de palabras, casi siempre en grupos de tres:
tres objetivos (caracterizar, analizar y comprender), tres categorías (contemporaneidad,
cotidianidad e imagen), tres fuerzas que alimentan una propuesta, la Inercia Fotográfica
(convergencia - conexión, autopromoción, comunicación - socialidad), y finalmente algunas
reflexiones y varios retos.
La cultura tras el fenómeno selfie fue un ejercicio que permitió manifestar, desde la
fotografía selfie, las historias reales, lo cotidiano de 22 compañeros que representan el
acontecer del hombre contemporáneo y de paso de una Institución y sus tutores. Mostrar la
importancia de la imagen en un tiempo altamente mediático. Reconocer el papel activo del
usuario cuando construye una fotografía. Identificar los nuevos espacios para socializar.
Hacer posible, desde la academía, una reflexión que se alimentó de las propias historias.
Arriesgar a mirar hacia adentro y no hacia afuera. Constatar ser parte de una transformación
social. Verificar un fenómeno por toda la movilización humana que viene generando.
Estudiar la historia y consecuencias de la selfie. Leer con otros ojos una práctica
habitualmente juzgada. Valorar los aportes de algunos autores para el proyecto. Considerar la
estrecha relación entre la academia y la vida misma. Describir la evolución y consolidación
de la selfie como un espacio de presentación. Diseñar matrices de análisis fotográfico para
facilitar la interpretación. Proponer las fuerzas para alimentar un movimiento mediático cada
vez más fuerte. Valorar la disposición humana de los maestrantes para la investigación.
Pero sobre todo a mirar con respeto las historias que cuentan las fotografías selfies.
6. Recomendaciones y reflexiones finales
En primer lugar conviene insistir en la necesidad de reconocer la investigación en el
marco de la Maestría en Comunicación Educación en la línea de Medios Interactivos, ya que
se buscó responder a lo expuesto en el programa curricular. Se realizó una aproximación a un
fenómeno social y cultural en un contexto particular como la Universidad.
La intención era revisar las implicaciones de las fotografías selfies en un espacio
académico propio de investigadores, pero también permitió reconocer algunos elementos de
los maestrantes, en el reconocimiento de las implicaciones de comunicación educación. Sus
prácticas cotidianas ofrecen una amplia reflexión sobre las eventualidades que enfrentan.
Un interés por representarse positivamente en las fotografías y comunicar un estado
de vida deseable, feliz, tranquilo; en contraste con las difíciles realidades económicas o
sociales que experimentan a diario. En un juego tímido de reconocer dificultades de
autoestima, se avistan sus esfuerzos por responder a las exigencias de sus responsabilidades.
En ese contexto se invita a tener una mirada amable, justa y llena de esperanza con el
material expuesto. Que sea un motivo para animar a las futuras generaciones a disfrutar la
academia y no perder el gusto por aprender. Y de la misma manera a reconocer la
espontaneidad que se percibe en los distintos artefactos fotográficos.
La implicación desde la educación inicia en el interés por estudiar a quienes
habitualmente estudian a otros, por investigar a los investigadores, por categorizar a los que
crean categorías y se amplía, con el paso del tiempo, a la necesidad de compartir la
cotidianidad, lo que pasa en el aula, desde la perspectiva del cuidado. Asunto que por demás
le afecta también a la escuela, en cualquiera de sus niveles.
Por tal motivo nos reservamos postear todas las fotografías en la presente
investigación, apelando al respeto, la privacidad y agradecimiento con las personas y la
disposición que manifestaron con el estudio. Se vieron a lo largo del trabajo la mayoría de
las fotografías selfies en sus distintas clasificaciones como evidencia del material obtenido.
De otra parte, aparece una preocupación en la alfabetización del fenómeno, ya que en
el recorrido de la investigación, aparecieron datos alarmantes sobre el manejo del mismo en
la sociedad. Hasta el año 2011 se venían reportando algunas muertes por la práctica, sin
embargo a la fecha 2020, ya se registran más de 260 accidentes fatales causados por dichas
tomas. (www.bbc.com). Resulta urgente abordar una posición clara en torno al cuidado, del
cuerpo, de las decisiones y sobre todo de la prudencia en la construcción de las fotografías.
Resulta oportuno, crear espacios educativos que aborden el asunto. La escuela (en
cualquier nivel), no puede desentenderse de estas realidades. No es extraño ver individuos
preocupados por la fotografía con un descuido evidente de su seguridad y su bienestar. En
algunos casos de su intimidad.
Aunque si bien no es está la intención de la investigación resulta oportuno generar una
reflexión social del impacto con el fenómeno. Incluso en la posibilidad de reflexionar en
torno a la ecología del material virtual que se produce. Para nadie es un secreto la cantidad de
imágenes que circulan en Internet de manera indiscriminada.
En este punto surgió la inquietud por generar a futuro un espacio de encuentro de
fotografías selfies, en la Universidad, con el objetivo múltiple de ampliar la reflexión,
visibilizar las prácticas sociales de los estudiantes y las universidades y tomar consciencia del
cuidado en la construcción de dichos artefactos fotográficos. No estaría de más, sugerir estas
alternativas para la Maestría de Comunicación Educación. El uso estético, comunicativo y
educativo de la selfie podría generar una amplia reflexión oportuna para estos tiempos.
Situación que se percibió luego de revisar la producción literaria del fenómeno y
constatar algunas tendencias enmarcadas con los jóvenes, redes sociales, identidad y
fotografía, que se preocupan por abordar el fenómeno ya constituido y alejarse de lo que se
esconde. Prácticamente todas las investigaciones apuntan al uso de las tecnologías y la
delgada línea con el abuso de las mismas. Las aproximaciones se realizan en espacios de
educación básica, pero no reflejan un estudio con estudiantes de educación superior. Las
reflexiones nacientes revisan o proponen alternativas pedagógicas a partir de ejercicios
sugeridos con las prácticas fotográficas, pero desafortunadamente se quedan en el aula.
De otra parte la propuesta acerca de la Inercia fotográfica surge en un interés de
proponer una estrategia de socialización y comprensión más digerible, que permitiera abordar
los distintos elementos que surgen con el presente estudio, en un conjunto bastante amplio de
nociones que se dedican a la fotografía. Fue un esfuerzo por hacer síntesis de las
características evidenciadas y generar alguna novedad con la investigación al ampliar la
interpretación de los actores de la fotografía. Utilizar el material y conocer los
posicionamientos de los actores resultó muy valioso, para diseñar la presente sugerencia.
Es por esto que insistimos en la necesidad de educar la mirada, de reflexionar en torno
al respeto que supone acercarse al material fotográfico, pues no desconocemos historias de
maltratos y abusos que se generan justamente por no saber construir una imagen. Las
reflexiones finales que nos arroja la investigación apuntan al trabajo con los valores, el
autoestima, el respeto, la delicadeza. La capacidad de comunicarse adecuadamente. La
inquietud por usar los recursos tecnológicos de manera apropiada. Hoy tenemos que revisar
las culturas que se gestan tras algunos fenómenos y las implicaciones que se desprenden de
los mismos.
7. ANEXOS
Figura 1 Entrevista Semiestructurada Formulario
Se aplica de manera virtual a través de los formularios de Google.
Figura 2. Entrevista Semiestructurada Resultados
Se aplica de manera virtual a través de los formularios de Google. Los resultados se
organizan en tablas. Aquí se oculta la información personal de los maestrantes.
Figura 3. Entrevista Estructurada Formulario
Se aplicó virtualmente a través de los formularios de Google.
Figura 4. Entrevista Estructurada Resultados
Se aplica virtualmente a través de los formularios de Google. Los resultados se organizan en
tablas para mayor comprensión e interpretación.
Figura 5. Matriz de Contemporaneidad
Aquí se oculta la información personal de los sujetos de investigación.
Figura 6. Matriz de Cotidianidad
Aquí se oculta información personal de los sujetos de investigación.
Figura 7. Matriz de Composición de la Imagen
Aquí se oculta información personal de los sujetos investigados.
Figura 8. Diario de Campo
Figura 9. Matriz de Seguimiento
Aquí se oculta información personal de los sujetos de investigación
Figura 10. Matriz de triangulación
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