Universidad de ChileFacultad de Ciencias SocialesDepartamento de Antropologa
LA FAMILIA MELITA: PERSISTENCIA POLTICA Y PERMANENCIA
TERRITORIAL MAPUCHE EN LA ZONA DE ARAUCO, 1726-2008.
Tesis para optar al ttulo de Antroploga Social
CLAUDIA CHAMORRO LEVINE
Profesor gua: Rolf Foerster
Santiago, ChileJulio 2008
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AGRADECIMIENTOS
Dedico esta tesis y agradezco profundamente a toda la familia Melita, a los/as
antiguos/as, del presente y los que vendrn. A Gloria Vinnet por recibirme en su casa y
todo lo que eso implica (extensas e intensas conversaciones, calidez y buena mesa),
adems de la posibilidad de compartir junto a sus hijos e hijas. Todos y todas ellas,
compartieron conmigo parte de su trayectoria personal y familiar, introducindome
generosamente en sus vidas y en la vida de Pascual Melita como padre, esposo y
entraable figura comunal y provincial. Agradezco de forma especial a Maribel, su esposo
y sus dos hijas. A Paola y Pascualito. Tambin a Gloria Melita y familia, a Adolfo y sus
suegros, y a Alejandro. A Pascual y familia, y a Lili y familia, quienes me invitaron a su
casa en Lebu. A Max Melita, el primero de los Melita con quien pude conversar
largamente (en Santiago). Tambin principalmente agradezco a Lautaro Melita, por
permitirme el acceso tanto a su mbito municipal como familiar. Gracias tambin a
Huberto, sin su entusiasmo, su memoria y su testimonio, esta investigacin no sera la
misma, tambin a su esposa y sus hijas. Agradezco igualmente a Lito Fierro, pese a que
nunca lo conoc, a travs de su historia en conservaciones en torno a su familia, entreg
valiossima informacin. Gracias a Julio Pedreros, tambin al encargado de la oficina
indgena municipal, y todas las personas de la zona que me olvido de nombrar, que
apoyaron y colaboraron para que esta tesis fuese posible.
Agradezco la colaboracin de las funcionarias del Registro Civil de Los lamos, gracias a
la informacin obtenida all, se construy la mayor parte de la genealoga Melita.
Asimismo, destaco la cooperacin de las funcionarias notariales y del notario de Lebu, por
permitirme ocupar das enteros la biblioteca y a destajo la fotocopiadora.
Gracias a Rolf Foerster, primeramente por invitarme como tesista al proyecto Fondecyt,
tambin por todos los comentarios y conversaciones, y especialmente por la informacin,
documentos y aquellas entrevistas que hizo l y me facilit generosamente. De la misma
forma agradezco a los otros investigadores y a los y las tesistas del proyecto, quienes
permanentemente me proporcionaron todo lo que encontraban sobre la familia Melita.
Tambin agradezco a la familia, amigas y amigos (sobre todo a los de antropologa). Y
especialmente a Pino ( ) por el apoyo (y el aguante) en este largo tiempo de tesis.
iii
NDICE DE CONTENIDOS
PginaINTRODUCCIN
Formulacin del problema y discusin bibliogrfica....1- 4Antecedentes..4 - 13Hiptesis de trabajo y Objetivos....13 - 14Metodologa14 -17
CAPTULO IMELITACUN Y MELITAUN EN LOS PARLAMENTOS DEL SIGLO XVIII....19 - 23
CAPTULO IISIGLO XIX: CACIQUES Y LETRADOS......24 - 29
2.1. LOS CACIQUES MELITA ANTES Y DURANTE LA OCUPACIN DE LEBU.ESTADO NACIONAL Y MISIN FRANCISCANA.
2.1.1. La Guerra a Muerte y sus consecuencias........................29 - 37
2.1.2. Los Franciscanos en la zona.....37 38
2.1.3. Control de los recursos productivos. Intervencin en laestructura de poder y en el territorio. 38 - 40
2.1.4. Hundimiento del Joven Daniel.......40 - 43
2.1.5. Revolucin de 1851.. 43 - 46
2.1.6 Creacin de la provincia de Arauco...46
2.1.7. Melitas auxiliares al fallecimiento del gobernador Quintriqueo:poder y sueldos...47 49
2.1.8. Revolucin de 1859...49 - 50
2.1.9. La ocupacin de Lebu..50 - 53
2.1.10. Otras marcas de la arremetida estatal............................53 - 55
2.2. LETRADOS NO OFICIALES EN EL CONTEXTO LEGAL55 - 57
2.2.1. Jos Miguel, Juan, Jos y Luis Melita: Letrados en laNotara..57 - 61
iv
CAPTULO IIISIGLO XIX: TERRITORIO.....62 64
3.1. CUYINCO Y SUS LMITES..64 65
3.2. C O N F L I C T O S C O N O T R O S C A C I Q U E S Y S U SDESCENDIENTES.........................................................................65 - 66
3.2.1 Choques con Guaramn.........66 69
3.2.2. Problemtica con los Quintriqueo y las Mariqueo:Arrendamiento, cesin de derechos, poder especial, iguala,revocacin, venta, cancelacin..69- 79
3.3. RELACIONES Y CONFLICTOS CON SUJETOS NO MAPUCHES...79 - 80
3.3.1. Mathinson y Ovalle; el inters mineral.80 - 84
3.4. LOS HERMANOS MELITA: ACTIVIDADES ECONMICAS EN TORNO ACUYINCO..84 - 90
CAPTULO IVTERRITORIO SIGLO XX: PROCESO DE CONSTITUCIN DE PROPIEDAD ENCUYINCO...91 - 92
4.1. LA APARICIN DE LOS GONZLEZ....92 - 97
4.2. NECESIDAD DE ESTABLECER LA PROPIEDAD...97 - 99
4.3. EL ARRIBO DE JOS PARADA; HIJO DE MANUELA MELITA O JUANA DEDIOS NAVARRO....99 - 103
4.4. LA PRDIDA DE CUYINCO ALTO....104 - 109
4.5. AOS 30: SERIE DE EMBARGOS, EL FALLECIMIENTO DE JUAN MELITACATRIMN Y GRAVEDAD EN EL CONFLICTO.....109 - 112
4.6. MARCELINA MELITA, EL CONFLICTO CON LOS GONZLEZ Y ELDESENLACE FATAL.....113 - 115
4.7. LA NOTORIEDAD PBLICA Y LA RESONANCIA DEL CONFLICTO MELITA/ GONZLEZ EN LA PRENSA....116 - 120
v
4.8. LA RELEVANCIA POLTICA DE LA PROBLEMTICA MELITA: LOSDIPUTADOS INDGENAS Y LA SENTENCIA DEL JUZGADO DE INDIOS DETEMUCO...120 - 125
4.9. COMPRA VENTAS ENTRE INTEGRANTES DE LA FAMILIA..126 - 127
4.10. EL LIDERAZGO DE PASCUAL MELITA: PRIMERASEXPRESIONES..127 131
4.11. PASCUAL MELITA Y CUYINCO EN LOS TIEMPOS DE LA REFORMAAGRARIA.131 - 138
4.12. LA FAMILIA MELITA Y CUYINCO EN DICTADURA.............. 138 - 145
4.13. LA DCADA DEL 90: MUNICIPIO, RECONOCIMIENTO TERRITORIALPARCIAL Y REETNIFICACIN .145 - 148
CAPTULO VSIGLO XXI
5.1. CONADI, EL RECONOCIMIENTO DEFINITIVO DIFERENCIADO Y LAACTIVIDAD FORESTAL..149 - 1555.2. LA INESPERADA MUERTE DE PASCUAL MELITA..153 - 154
CAPTULO VILA FAMILIA MELITA EN EL ESPACIO COMUNAL: COMPONENTES TNICOS EN LA
PARTICIPACIN.......................155
6.1. LA APROXIMACIN TNICA DE PASCUAL MELITA: UNA PREGUNTADESDE HOY156 157
6.2. LAUTARO MELITA: SU TRAYECTO PARTICULAR EN EL MUNICIPIO DELOS LAMOS Y SU APROXIMACIN AL TEMA INDGENA...157 170
6.3. MUJERES MELITA.171 - 175
CONCLUSIONES176 183
BIBLIOGRAFA.184- 189
vi
NDICE DE CUADROS
NMERO TTULO PGINA
Cuadro 1 CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (ao 1849) 25
Cuadro 2 PARCIALIDADES Y CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (1849) 25Cuadro 3 CACIQUES DE LA COSTA CONGREDADOS A CAUSA DEL
HUNDIMIENTO DEL JOVEN DANIEL41
Cuadro 4 REGISTRO ELECTORAL DEPARTAMENTO DE LEBU.PROVINCIA DE ARAUCO (AO 1876)
60
Cuadro 5 PRINCIPALES LETRADOS MAPUCHE: TESTIGOS EINTRPRETES
61
Cuadro 6 VENTAS REALIZADAS POR JUAN GUARAMN 67
Cuadro 7 EXTRACTO GENEALOGA VNCULOS QUINTRIQUEO, MELITA,MARIQUEO
71
Cuadro 8 EXTENSIONES DE TIERRA RECONOCIDAS EN 1968 134
Cuadro 9 PRINCIPALES MAYORAS ELECCIN MUNICIPAL. LOS LAMOS 1996
145
Cuadro 10 ALCALDES MAPUCHES ELECTOS EL 2004 Y POBLACININDGENA COMUNAL
164
Cuadro 11 COMUNAS CON MAYOR PROPORCIN DE POBLACININDGENA EN LA VIII REGIN
164
DOCUMENTOS ANEXOS:
MAPA PROVINCIA DE ARAUCO 1929 (DETALLE TERRENOS SUCESIN AVELLO).
MAPA 1895. PLANO FERROCARRIL DE CONCEPCIN A LEBU Y CAETE (MINASCOHINCO).
GENEALOGA MELITA (1802 2008).
1
INTRODUCCIN
Formulacin del problema y discusin bibliogrfica.
En los registros notariales del siglo XIX de la Provincia de Arauco, principalmente en los de
Lebu, y en los documentos relativos a la misin catlica franciscana establecida en la zona,
insistentemente se despliega la familia Melita. Uno como cacique ayudante o secretario del
cacique gobernador de Tucapel perteneciente al butalmapu de la costa-, otro como cacique
de la parcialidad de Cuyinco (localidad situada en la actual comuna de Los lamos, Provincia
de Arauco, VIII Regin de Chile). Ambos notablemente ligado a las autoridades de la poca;
tanto mapuche, como eclesisticas y chileno administrativas, y la mayora sujetos letrados
partcipes en actividades notariales, ya sea como testigos de identidad o de fe, o como
intrpretes traductores entre el mundo mapuche y el no mapuche. Asimismo, protagonistas
de sus propias transacciones territoriales y movimientos propietarios; para la poca,
ciudadanos activos.
A su vez, en medio de la temtica contempornea sobre alcaldes y concejales mapuche,
aparece considerado en este universo, tanto en la prensa como en los artculos sobre el
tema: Lautaro Melita; actual alcalde de Los lamos, cuya labor se indica y destaca siempre,
viene precedida por la obra municipal llevada a cabo anteriormente por su padre Pascual
Melita, durante la segunda mitad del siglo XX.
A partir de lo anterior emerge el problema de investigacin. Surgiendo espacios concretos
que vale la pena indagar sobre esta familia; primero, como caciques mapuche en el siglo
XIX, y segundo, como parte de los denominados alcaldes mapuche de la actualidad. Sin
embargo, tambin se asoma un espacio intermedio que pide ser profundizado, para
comprender cmo ha sido posible tal continuidad fracturada -interrumpida a ratos-, que ha
permitido que la familia Melita mantenga un destacado nivel de visibilidad poltica y territorial
hasta el da hoy. Se hablar de persistencia y de continuidad, no obstante, alejndose de la
nocin de esta ltima que evoca una suerte de traspaso directo, por cuanto en las figuras del
siglo XX y del XXI haba un desconocimiento del pasado cacical hasta el da en que se lo
comuniqu a Lautaro Melita en una de nuestras primeras conversaciones en el municipio de
Los lamos, en febrero del ao 2005.
2
Por consiguiente, las preguntas de investigacin intentarn responder, cmo se relacionan
los caciques Melita del siglo XIX con los liderazgos Melita asociados al municipio, desde la
segunda mitad del siglo XX y hasta el da de hoy?, cules son los factores qu han
permitido tal persistencia de los Melita en la esfera del poder local?
La problemtica de los Melita, emerge y se inscribe dentro de una investigacin mayor en
torno a la temtica del poder y el liderazgo mapuche en la provincia de Arauco, y desde ella,
se me sugiere la aborde en el marco de la memoria de ttulo1; as comienza esta trayectoria
innegablemente posible gracias al aporte concreto de los investigadores y las y los tesistas
vinculados al proyecto. De ah que sea necesario responder a la problemtica general, al
menos en dos aspectos: primero, en torno al cmo se insertan las diferentes figuras de
poder de la familia Melita en su especfico momento histrico, y por tanto, en el movimiento
mapuche de cada escenario? y segundo, cmo se comprende la dinmica de poder en la
sociedad mapuche por medio de esta reconstruccin diacrnica familiar?
De este modo, este proyecto de investigacin surge a partir de una reflexin ms extensa,
que entre otros mbitos, busca ahondar en el tema de los liderazgos mapuche en la zona de
Arauco, desde el siglo XIX hasta nuestros das, con el objeto de aproximarse a las
transformaciones y continuidades en la dinmica del poder en el mundo mapuche. Nutriendo
aquella problemtica, considerando que en el caso de la familia Melita, los liderazgos
mapuche del siglo XIX (y por qu no tambin del XVIII, sorpresa que devel la investigacin)
se extienden a nivel de visibilidad desde mediados del XX y hasta hoy. Tal excepcionalidad
se fortalece con la clara y concreta continuidad territorial de los Melita en su parcialidad, lo
que se sustenta tomando como antecedente el cuadro elaborado por el misionero
franciscano Diego Chuffa en 18492; desde donde se aprecia, que la familia Melita ha logrado
preservar ese espacio como propio: conservando hasta hoy, 1800 hectreas a nivel de
familia extensa; situacin subrayada por el hecho de haber sido una comunidad no
reduccional, lo que necesariamente invita a preguntarse: qu mecanismos y circunstancias
permiten tal nivel de permanencia territorial?
1 Quien lo propone es el profesor Rolf Foerster: profesor gua e investigador responsable del Proyecto Fondecyt 1050616 Podery Liderazgo Mapuche en la Provincia de Arauco, del cual formar parte esta tesis.2 Esquema titulado Parcialidades Y Caciques de la Misin de Santa Rosa de Tucapel. Foerster, Clavera, y Menard: LosCaciques Gobernadores y la Misin de Santa Rosa de Tucapel en la Dcada de 1840, 2005, p. 248.
3
A pesar de que el hilo conductor est dado por la problemtica del liderazgo, es necesario
considerar el tema de la constitucin de la propiedad, ya que en la provincia de Arauco, y
especficamente en la comunidad de los Melita, se dan una serie de salvedades que sin
duda se relacionan con la emergencia de estas figuras polticas comunales. Y a nivel
general, las dinmicas del movimiento mapuche se vinculan inseparablemente a la temtica
del territorio, la identidad y el Estado (Foerster, 2004).
Lo significativo de esta aproximacin familiar es que por medio de ella, es posible profundizar
en las relaciones establecidas por ambas sociedades desde sus respectivas autoridades y
figuras de poder, y tambin permite dar cuenta de la dinmica de constitucin de propiedad
en la zona. Esto porque la familia Melita ha participado por casi tres siglos en el mbito
poltico y pblico de esta rea costera lafkenche, -hoy denominada Provincia de Arauco-,
desde un espacio territorial concreto: Cuyinco; lugar de permanencias, a la vez de
redisposiciones, y espacio ancestral perdurado. As, la persistencia de sus figuras de
liderazgo y la constancia temporal en sus tierras ancestrales, fundamental la relevancia de la
familia Melita dentro del universo mapuche.
Es necesario advertir, que si se tiende a presentar la esfera poltica como aislada, es con el
propsito de simplificar, esclarecer y acotar el estudio, asumiendo que incuestionablemente
cobra sentido al enlazarla y conjugarla con lo social, lo econmico y lo cultural; vnculos que
intentaremos establecer.
Lo particular o desacostumbrado de esta investigacin, es que presenta un caso concreto, -
sin perder de vista el contexto de subordinacin experimentado histricamente por el pueblo
mapuche-, que posibilita enriquecer visiblemente la perspectiva bidireccional del contacto y
de las relaciones (Zavala, 1998). Dado que a lo largo del tiempo, esta familia ha sabido
permanecer y reconfigurarse a partir de escenarios diversos para llevar a cabo tcticas que
pueden ser vistas o entendidas desde diversos puntos de vista, pero que sern tratadas
como un oportuno desarrollo de estrategias de negociacin, que les ha permitido pactar a
nivel de tierras y participar a nivel poltico. Por consiguiente, se destaca lo interactivo,
participativo, recproco, conexo e intercambiable, como contrario a lo pasivo, lo unidireccional
y lo asimtrico.
4
El caso Melita, da cuenta de una interaccin que supera las tradicionales miradas hacia lo
mapuche, logrando enterrar en parte, la inherencia del engao como regla bsica del juego
de la dinmica territorial entre no mapuche y mapuche; haciendo palpables los movimientos
notariales indgenas que por lo dems no constituyen un caso aislado- y reconociendo un
contexto comnmente velado. (Se est en presencia de un caso notable de continuidad
poltica y territorial mapuche: lo primero hoy tangible en el hecho de que Lautaro Melita forma
parte de los llamados alcaldes mapuche; lo segundo, evidente por la conservacin y
reconocimiento legal de 1800 hectreas de territorio).
Antecedentes.
Si el municipio es un dispositivo creado por Estado3, los liderazgos municipales mapuche
actuales se relacionan con el nacimiento y desarrollo del Estado Nacional, y especficamente
con un contexto actual propicio que permite la emergencia de estas figuras (Foerster y
Vergara, 2001). Pero de la misma manera, tambin se vinculan con el pasado:
primeramente, a lo que era la estructura social reche expresin rescatada por Boccara
(1999b.) para referirse a una identidad previa a la mapuche-, es decir, a una estructura
fragmentada y segmentada (sin Estado) en el espacio poltico, al arribo del mundo espaol;
la que se defina por la presencia de lonkos con autoridad limitada y reducida, que
sobrevena por el Admapu, pero que en perodos de guerra, generaba principios coordinados
de organizacin poltica.
Siguiendo a Boccara (1999a.), ms tarde, en el siglo XVII y XVIII, se observan a la vez
resistencias y alteraciones en la sociedad mapuche, las que fueron posible, producto de las
debilidades estructurales de las autoridades hispanas, de la poltica de parlamentos y del
amplio espacio geogrfico indgena. El poder de los caciques se origina y se reproduce por
medio del parlamento, el comercio y el maln: deba ser ahora un gran negociante, un
mediador. Pese a ello, esta tesis no asumir que esto concluya en un cambio sustancial a
nivel de estructura social.
En torno al parlamento, nos abocaremos a la idea rescatada por Foerster (2004), de
entender esta dinmica como un pacto de sociedad y no de sumisin, lo que reproduce la
idea que son relaciones didicas las que cruzan toda la vida social. En complemento con el
3 En cuanto a la creacin del Municipio de Los lamos, se tiene antecedente que fue instituido por decreto del 22 de Diciembrede 1891.
5
planteamiento de Zavala (1998), quien concibe al parlamento como un lugar en la que se
conjugan diversos aspectos: lugar ritual, lugar de comunicacin, lugar de divisin (reparto)
alimenticia, lugar de distribucin de los dones; aproximando el Parlamento ms a la lgica
mapuche de la negociacin, que a la de los espaoles como tratado de paz".
Configurndose un problema de puntos de vista, por cuanto el parlamentos para los
espaoles adquiere un significado y para los mapuche otro.
Tanto en el parlamento como en la misin: las dos instituciones pilares de la poltica
civilizadora espaola del siglo XVIII (Boccara, 1999a.), ya se tiene testimonios de la familia
Melita, como parte de aquellas autoridades mapuches participantes: la intervencin del
cacique Melitacun en el Parlamento General de Negrete de 1726 es el primer dato del que
se tiene conocimiento4. A pesar de que la nocin de poltica civilizadora, aparenta una
suerte de planteamiento unidireccional de las relaciones entre ambos pueblos, recordemos la
necesidad de tomar en cuenta la fisonoma interactiva y participativa del dilogo intertnico
(Zavala, 1998), patente en el caso de los Melita, quienes han enfrentado la trama de poder
de una manera peculiar: subrayando la tnica de la mediacin o negociacin.
Recapitulando en torno al espacio poltico mapuche, tenemos que a fines del siglo XVIII y
comienzos del XIX, la sociedad mapuche se encuentra organizada en identidades
territoriales bajo la direccin de lonkos ligados entre s por relaciones de cooperacin o
conflicto. Entre los investigadores se plantea con distinto nfasis-, que en este perodo la
sociedad mapuche reacciona producto de la presencia hispana. Especficamente, nos
abocaremos a la idea de que no alcanza a modificarse la estructura segmental, no obstante,
s emergen (ms bien se reconfirman) nuevas figuras de autoridad, como los caciques
gobernadores; consecuencia y ligadas al mundo hispano, que se legitiman por sus
habilidades mediadoras, polticas, diplomticas y econmicas, las que de todas formas,
conviven paralelamente con los lonkos; quienes son los que continuarn ejerciendo un ligero
poder sobre las comunidades (Foerster, 2004). En ese sentido, concordamos con Bascope
(2005), en que empero el comercio y la dinmica de los parlamentos, como factores
posibilitadores de una transformacin en la estructura poltica indgena, del Big Man a la
Jefatura,...se vuelve evidente la existencia de una estructura poltica descentrada cuya
funcin principal pareciera ser la de evitar cualquier acervo de poder5.
4 Referencia de 13 Febrero de 1726, ubicada en Len, L: Actas de los Parlamentos hispano-mapuches del siglo XVIII, {199-}5 Esto porque Es destacable que durante ms de tres siglos de conflictos los mapuche no lograran generar unainstitucionalidad que subordinara las diferencias entre parcialidades y sus respectivos lonkos para constituir una estrategia
6
En relacin a estas autoridades vinculadas y potenciadas por el mundo hispano, situados
prximos a los caciques gobernadores, encontramos a los caciques ayudantes.
Particularmente, en Tucapel -uno de los cuatro sectores del butalmapu de la costa-, desde
1844, Miguel Melita se emplaza como el cacique ayudante o secretario del cacique
gobernador Jos Mara Quintriqueo6. Su cargo, concedido y designado por el gobierno, lo
constituye mediador oficial y letrado de la negociacin entre el mundo mapuche y el no
mapuche.
Esta investigacin llevar a cabo una profundizacin mayor desde el siglo XIX; momento en
que el mundo mapuche se incorpora paulatina y supeditadamente al Estado; situacin que
comienza en los primeros tiempos de la era republicana, pero que para efectos de este
estudio, se hace todava ms tangible con la primera marca de avance poltico-administrativo
e institucional en la zona: la creacin de la provincia de Arauco el ao 1852; y ms an, con
la fundacin y constitucin de Lebu en 1862. A pesar del establecimiento de estos hitos, no
obstante, hay que considerar, que incluso antes del 1850, comenzaba ya a producirse la
instalacin espontnea de colonos en esta rea; provocando que los mapuche de los
alrededores de Arauco y Lebu, fueran desprendidos de sus tierras ancestrales, vindose
forzados a reubicarse hacia el sur de Caete.
Particularmente los Melita, estn inscritos en este escenario fronterizo amplio que
posibilitaba mltiples vnculos y conexiones entre estos dos mundos culturales diferentes, lo
que queda de manifiesto con su participacin -en importantes sucesos acontecidos e
instituciones establecidas- en la zona: como en la Revolucin del 51 y como en la misin de
Santa Rosa de Tucapel; que entre otras cosas posibilita su relevancia en parlamentos
originados desde esta, y formar parte de la comitiva de caciques que junto al misionero
Ortega viajan a Santiago en 1862 a sellar un acuerdo con el presidente de la Repblica con
respecto a la fundacin de Lebu (Foerster, Menard y Milos, 2006).
De forma paralela, desde la segunda mitad del siglo XIX, a la par la instauracin de los
departamentos de Arauco y Lebu, se establecen oficinas notariales en cada uno de estos
espacios. Gracias a la informacin extrada hoy de esos archivos sobre todo de los de
unitaria de defensa contra el invasor. Bascope. J: Representantes o lderes? Organizacin poltica y conflicto entre loslafkenche del ADI Lleu-Lleu, VIIIa Regin, 2005, p.77.6 Archivo Nacional de la Administracin (ARNAD): Fondo Notarios Lebu, Vol. 2. 1871, escritura n 152.
7
Lebu-, es posible vislumbrar y evidenciar entre el total de movimientos, una dinmica notarial
que involucraba en una de sus partes a sujetos mapuche. As, una pieza del conjunto de las
acciones en torno al asunto de la tierra y la propiedad entre mapuche y no mapuche, es
revelada por las escrituras de aquellos sujetos que acudan a este organismo.
La informacin notarial relativa al siglo XIX, procede del trabajo desarrollado por los
investigadores y las y los tesistas del proyecto Fondecyt en el cual se enmarca esta tesis.
Por su parte, los primeros antecedentes referidos a los nacimientos, defunciones y
matrimonios, con los cuales se desarroll inicialmente la genealoga de la familia Melita,
fueron consultados y facilitados en el Servicio de Registro Civil e Identificacin de Los
lamos, en mi segunda visita a la zona en mayo del 2005. En esa oportunidad y en octubre
del mismo ao, desarroll trabajo de archivo en la notara de Lebu; por medio de la revisin
de los ndices de los tomos de protocolos indgenas existentes solo para los primeros aos
del siglo XX- y de los protocolos generales de propiedad, posteriormente fue posible acceder
a escrituras en la comparecan integrantes de la familia Melita. A lo largo del siglo XX, su
visibilidad notarial es permanente.
En torno a esta entidad, la familia Melita ejecuta movimientos notariales que podran
considerarse exitosos y en los que se plasma su temprano manejo de la escritura. Sin
embargo, pese a que los movimientos notariales mapuche no constituyen un caso aislado o
exclusivo de esta familia, deben analizarse con precaucin, ya que no todos corrieron la
misma suerte.
Por tanto lo que hay en la dinmica territorial entre mapuche y no mapuche, no son eventos
fuera de toda legalidad propuesta inherente a varios planteamientos-, sino que hay un
concreto escenario notarial en el que estuvieron insertas muchas de las transacciones entre
ambos mundos. Pero si bien las escrituras notariales constituyen documentos legales, no
desconocemos sino ms bien patentizamos que dentro de este marco legal, se producen
una serie de irregularidades y artificios; no solo maniobra de los sujetos interesados en los
terrenos indgenas, sino que tambin desde la ambigedad de la propia legislacin estatal
que permite la puesta en prctica de un repertorio de resquicios, dando paso a la posibilidad
de mltiples y dudosas interpretaciones sobre los contratos.
8
Del mismo modo, -y como argumento para los cegados defensores de lo legal-, sin duda que
la posicin de la mayora de los y las mapuche en el contexto notarial es desventajosa, esto
porque no queda claro si comprendan y captaban ntegramente la significacin del
contenido de los documentos y el valor de las mismos, lo que podra responder al frgil
manejo de algunos sobre el castellano (idioma de los contratos), al desconocimiento de la
escritura (y por tanto de la lectura), y por ltimo si se quiere, a la poca proximidad con la
naturaleza del orden del escrito; que permite estabilizar configuraciones semnticas y darles
cierta permanencia... (Vandendorpe, 2003, p. 147). Tal vez la mayor vinculacin de los
mapuche con este orden, fueron los documentos emanados de los parlamentos, sin
embargo, estos poco tienen que ver con los acuerdos notariales en los que hay un contacto
realmente manifiesto con el escrito y en los que participan un universo mayor del mundo
mapuche.
En suma, la precariedad de ley, las irregularidades internas de los contratos notariales, el
castellano como idioma oficial, la poca alfabetizacin y el desconocimiento del orden del
escrito como tal, dilucida el por qu pese a que los acuerdos notariales estn dentro de una
entendida legalidad, en muchos casos tanto los documentos como la historia develan la
aceptacin de la parte mapuche de condiciones inaceptables.
De todos modos, en el siglo XIX, principalmente los intrpretes fueron quienes se encargaron
de favorecer una acertada comprensin y una sensata significacin de las transferencias,
operaciones y contratos efectuados entre ambas sociedades en el mbito cotidiano notarial.
Mayoritariamente eran sujetos mapuches, -aunque tambin podan no serlo-, con la tarea de
enfrentar y contrarrestar el abismo idiomtico para beneficiar las interacciones y traspasos.
No obstante, su presencia no fue requisito ni rasgo distintivo de todos los movimientos, an
cuando la parte mapuche no comprendiera ntegramente el castellano.
El cacique mocetn Jos Miguel Melita, los hermanos Luis, Juan y Jos Melita y su padre
Manuel Melita, desarrollaron funciones como intrpretes y testigos de fe -ms que nada
cuando una de las parte era indgena-, siendo todos ellos letrados, salvo el ltimo de los
nombrados.
As, tanto en el escenario fronterizo oficial como particularmente en el contexto notarial, se
torna evidente en el siglo XIX, la presencia e intervencin de intermediarios culturales
9
(Ratto, 2005). La particularidad de los Melita, es que como sujetos letrados, se movieron en
ambas esferas: en el crculo oficial de la negociacin entre ambas partes y a la vez en el
mbito de la cotidianeidad.
Asumimos que sin la intervencin del Estado no se puede comprender la problemtica
general, y menos esta compleja y variada etapa de tensin intertnica, que deriva en parte,
del sinnmero de legislaciones formuladas desde mediados de siglo. Especficamente, la
poltica indgena territorial reduccional o de radicacin de 1866 es substancial en este
contexto, al generar importantes prdidas de territorio mapuche. No obstante, su aplicacin y
prctica en la provincia de Arauco comienza recin en 1898; dejando fuera una fraccin
importante de las tierras, sobre todo las ubicadas al norte del ro Paicav (fijado como lmite),
salvo contadas excepciones. Lo que de ninguna manera les signific a estas comunidades
quedar exentas de problemas, sino que las conllev a subsistir en la inestabilidad absoluta,
quedaron en el aire.
Particularmente los Melita quedan fuera del universo reduccional, logrando permanecer en
sus tierras ancestrales al margen de este. Despus de incesantes visitas a la notara, de
trmites, conflictos, juicios y luchas durante el siglo XIX y todo el siglo XX, -con otros
indgenas, con chilenos, y con colonos extranjeros-, el reconocimiento legal definitivo de su
territorio acaece el ao 2003,
Ya en las primeras tres dcadas del siglo XX, el mundo mapuche experimenta un progresivo
y evidente trnsito hacia la integracin subordinada a la sociedad nacional. Foerster y
Montecino (1988), reconocen momentos fundamentales que determinarn la trayectoria del
acontecer mapuche: el fin de la radicacin, la usurpacin de las tierras reduccionales y la
divisin de las comunidades; situaciones que les llevarn a experimentar una prdida por la
entrega de ttulos individuales. A esto tambin se sumarn los detrimentos causados por la
instalacin de escuelas, nuevos caminos, empresas, represas, etc.
A objeto de revertir este escenario, por la dcada del 50, emergen figuras de liderazgo
indgena. Sern los lonkos tradicionales los primeros encargados de exponer las
demandas. Ms tarde, esta tarea recaer en una generacin de lderes y dirigentes mapuche
universitarios, ligados a alguno de los partidos polticos del pas. Para el caso de la Provincia
de Arauco, principalmente estarn vinculados al Partido Comunista.
10
Muestra de esto ltimo, la figura de Pascual Melita Pereira: tataranieto de Jos Melita
Navarro, cacique de Cuyinco en 1847. Pascual Melita fue elegido popularmente para ejercer
funciones municipales en Los lamos de 1960 a 1970, por tres perodos consecutivos7.
Posteriormente, fue designado por el gobierno de Allende para asumir un puesto poltico
como delegado provincial de la Corporacin de la Reforma Agraria (CORA), en cuya gestin
le correspondi la tarea de regularizar gran parte la propiedad rural de la comuna. Todo ello
en circunstancias en que se tiende a instalar a las demandas indgenas en la misma esfera
de las instancias campesinas y obreras, pero donde de todas formas, se podrn recuperar
algunos territorios ancestrales, y reconocer las tierras de un nmero considerable de
indgenas (Chonchol, 1996).
Ms tarde, a partir de 1973 con la dictadura de Pinochet, se fren y conden por aos la
actividad poltica a nivel general. Especialmente, el pueblo mapuche se vio perjudicado no
solo por la paralizacin, sino tambin por el retroceso del proceso de Reforma Agraria;
asimismo, fueron reprimidos aquellos sujetos y dirigentes vinculados a procesos de tomas de
tierra y a los partidos polticos de izquierda, entre estos, violentamente, Pascual Melita.
Poco a poco, durante los aos 80, se reestablece en parte, la dinmica poltica al interior del
pueblo mapuche. Se advierte que sus demandas dejan de restringirse al mbito reduccional
y/o comunitario para posicionarse en una esfera de mayor amplitud; algunos y algunas
participarn en movimientos contra la dictadura de Pinochet.
Desde los 90, y con la democracia, la esfera poltica se ampla an ms; el movimiento y la
causa mapuche se posiciona a nivel internacional a travs de la labor de intelectuales y
organizaciones. Aparece el tema como relevante para los gobiernos de la Concertacin; se
constituye CONADI y se pone en marcha ORIGENES, para hacerse cargo entre otras cosas,
de la recomposicin territorial y cultural, respectivamente. No obstante este escenario
inusual, hay un cuestionamiento al concepto y realizacin del Estado Nacional;
desencuentros entre el mundo indgena y el Estado que son evidentes, y asimismo diversas
disonancias al interior del propio movimiento mapuche.
7 Nmina candidatos electos. Eleccin ordinaria regidores. Material disponible en Biblioteca del Servicio Electoral, Santiago,Chile.
11
Ya en el presente ha emergido un nuevo nivel en el liderazgo mapuche: por una parte se
hace visible a travs de organizaciones por medio de Internet- que apelan al
reconocimiento y al etnonacionalismo, y tambin por medio de asociaciones al alero de
CONADI. Igualmente, ha irrumpido otro nueva situacin, cual es el ingreso y el control
mapuche en el municipio, todo ello en el contexto de polticas de regionalizacin y de
traslado del poder a las alcaldas (Foerster y Vergara, 2001). Se aprecia por tanto un
empoderamiento8 mapuche va municipio, que se expresa en un significativo nmero de
alcaldes y concejales mapuche, en comunas con importante presencia de poblacin
indgena, como Lautaro Melita en Los lamos; situacin que genera una tensin al
emplazarse en un mismo lugar: por un lado, lo estatal, y por otro, lo etnonacional:
problemticas, temticas y demandas actuales del pueblo mapuche.
Lautaro Melita Vinnet, hijo mayor de Pascual Melita, luego de la sorpresiva muerte de este
ltimo -en mayo del 2000-, asumir como su sucesor poltico, sin embargo, no como
candidato del Partido Comunista, sino que como Independiente apoyado por el Partido
Socialista. Tras presentarse en las elecciones municipales de ese ao, resulta electo como
alcalde; cargo que mantiene hasta el da de hoy, ya por un segundo perodo, todava como
Independiente pero en el marco del pacto Concertacin por la democracia.
Como la figura de Lautaro Melita es posible de enmarcar dentro de este escenario
caracterizado por la aparicin de lderes mapuches en el contexto del municipio, vale la pena
indagar y se intentar develar a travs de este: qu tipo de aparato constituye el municipio
con alcalde mapuche instalado al interior de la sociedad chilena; una nueva estrategia
indgena para su lucha por el reconocimiento, un espacio de negociacin, o ninguna de las
anteriores.
A partir de este preliminar y breve recorrido en torno a la familia Melita, que los destaca como
figuras ligadas a la esfera de poder mapuche desde al menos el ao 1726 y hasta el da de
hoy, es posible establecer que de alguna manera todos ellos se han insertado como sujetos
de negociacin; que comparten la caracterstica fundamental de la mediacin, pero que se
configuran con ciertas particularidades de acuerdo al escenario que los sostiene. Lo anterior
requiere entender el espacio de la frontera como un escenario de vinculaciones, uniones y
8 Definido como un aumento de la soberana personal real. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: El poder:para qu y para quin? Informe sobre Desarrollo Humano en Chile, 2004, p. 67.
12
relaciones, tanto formales como informales entre los dos mundos, que posibilita
intercambios, prstamos y compartidos culturales; situacin que es posible de vislumbrar de
manera ampliada, hacindola extensible hasta el presente. Asimismo, en este escenario
relacional, se distinguen sujetos, que permanentemente pareciesen haberse batido y
desplazado con cierta facilidad y fluidez entre ambas sociedades. Dentro de todo este
marco, resulta idneo situar la experiencia de la familia Melita y a sus principales figuras
pblicas. Y pese a que muchas veces se hablar de los Melita apareciendo singularizado
uno u otro miembro de ellos, hay que resaltar que es una familia completa la que ha estado y
est en accin, donde un papel activo no solo lo juegan los Melita sino que tambin las
Melita.
Personajes mediadores en el contexto de fronteras culturales, han sido estudiados por
diversos autores; puntualmente, para el mundo mapuche, han sido precisados -entre otros-
por Leonardo Len (2000) en Chile y por Silvia Ratto (2005) en Argentina, ambos
estableciendo como escenario los siglo XVIII y XIX. Esta ltima autora adems, hace
referencia y sintetiza el anlisis de algunos investigadores en relacin a esta temtica, donde
vale la pena destacar: los planteamientos de Margaret Szasz (1994), que define a estos
actores como "cultural brokers, sealando patrones comunes a todos ellos; Ares y Gruzinski
(1997) quienes los denominan "pasadores culturales; y Kenneth Mills (2004) quien propone
hablar de "movilizados culturales de procesos y personajes "in betweenness".
Desde nuestra perspectiva, miembros de la familia Melita, operan como intermediarios
culturales, habitando un lugar determinado de la hoy provincia de Arauco; espacio fronterizo
ampliado, que propici su emergencia como personajes negociadores. Sin embargo,
consideramos que esta propuesta no se restringe al escenario del siglo XVIII y XIX, sino que
nos parece perfectamente extensible, entender las figuras del siglo XX y del siglo XXI, es
decir, a Pascual Melita y Lautaro Melita respectivamente, como agentes mediadores.
La necesidad de la reconstruccin histrica de esta investigacin, se sostiene en el
planteamiento que propone que la emergencia de los actuales liderazgos mapuches posee
un nexo con los antiguos liderazgos mapuches coloniales, los que van configurndose y
mostrando ciertas particularidades en sus rasgos segn el escenario histrico, pero tambin
manteniendo parte de ellos (Foerster, 2004). De ah la relevancia de los Melita; su
destacado protagonismo ya desde el siglo XVIII, facilita la tarea de comprender la dinmica;
13
continuidades y transformaciones de las figuras de poder en el mundo mapuche. Por su
parte, lo anterior se inscribir dentro de una direccin antropolgica, que proporcionar los
componentes conceptuales para desenlazar la problemtica que se enmarca dentro de un
tema propio de la disciplina -lo tnico-, y a la vez requiriendo de una experiencia tambin
propia de la antropologa; el trabajo etnogrfico.
Hiptesis de trabajo y objetivos.
Como hiptesis que orientar la investigacin, planteo que la conjugacin de la familia
Melita en el siglo XIX como caciques vinculados a la misin franciscana-, propietarios y
letrados, permite su destacada permanencia tanto a nivel poltico como espacial, durante el
siglo XX y hasta el da de hoy; como alcaldes, propietarios y profesionales universitarios.
Se considerar que cada uno de los factores mencionados (cacique, propietario, letrados) se
posibilita entre s; as por ejemplo, un Melita letrado, viabiliza en parte la capacidad de
conservar la tierra, ya que los sita en un escenario favorable para efectuar transacciones
notariales. De la misma manera, cada uno de los factores resultantes para el siglo XX
(alcalde, propietario, universitario) se intervienen entre s.
Como objetivo general, me propuse determinar e indagar en los factores, mecanismos y
circunstancias que permiten la continuidad y visibilidad poltica de la familia Melita desde el
siglo XIX hasta el da de hoy, en la zona de Arauco. Para ello, me pareci necesario plantear
tres objetivos especficos:
I. Caracterizar las figuras de liderazgo al interior de la familia en el siglo XIX y los
escenarios en los que se desenvuelven.
II. Describir el proceso de constitucin de propiedad de las tierras Melita desde el siglo
XIX hasta su reconocimiento legal, y la situacin actual.
III. Identificar las caractersticas de los principales liderazgos Melita en el siglo XX y en
el presente.
En sntesis, este trabajo busca aproximarse al recorrido de la familia Melita en el rea de
Arauco, desde el siglo XIX hasta nuestros das, y a travs de esta reconstruccin
aproximarse a la comprensin de la temtica de los liderazgos y a la dinmica del poder
mapuche en la Provincia de Arauco. Especficamente, un acercamiento al tema del poder y
liderazgo de diversas figuras familiares en la zona, y a la vez, un abordaje al tema territorial y
14
de la propiedad; proceso que le ha permitido a la familia Melita conservar actualmente gran
parte de sus tierras ancestrales. Considero que este propsito de reconstruccin histrica
permitir conocer y profundizar en el tema del liderazgo a nivel general; para adentrarnos en
el pasado de esta familia y tambin en el presente, para as contribuir a comprender el
mbito de poder, el universo poltico y en la organizacin social de lo mapuche.
Metodologa.
Mi inicial aproximacin a la familia Melita fue en el marco de mi Seminario de Grado a travs
de un documento proporcionado por Rolf Foerster9 que daba cuenta de la presentacin del
informe del diputado mapuche Jos Cayupi a la Cmara de Diputados en 1953, en relacin a
un conflicto entre la comunidad de los Melita y una familia instalada en el rea. Tambin el
profesor Foerster, me coment que el actual alcalde de Los lamos se apellidaba Melita,
igual que un antiguo dirigente y concejal de los aos 60.
Va telefnica fue mi primera conversacin con alguien de la familia Melita, especficamente
con el alcalde de Los lamos Lautaro Melita. Si bien antes haba conseguido su correo
electrnico y le haba escrito, no haba tenido respuesta. Los correos los reciba su
secretaria, pero cuando por fin logr hablar con l, ella ya le haba comunicado el contenido.
Meses despus, lo visit sorpresivamente en febrero del 2005 en su oficina del municipio;
aproximadamente quince personas, la mayora mujeres, esperaba hablar con l. Luego de
un largo rato, consegu conversar l: me cont que dos veces por semana atenda pblico en
Los lamos y que el resto de los das visita algunas localidades aledaas como Antihuala,
Temuco Chico y Pangue; en todos ellos, muchas personas esperaban a hablar con l. En
este primer encuentro, le detall mis propsitos de investigacin en el marco del proyecto
Fondecyt del profesor Foerster y le solicit su colaboracin. Bastante dispuesto a participar,
no lograba comprender por qu resultara interesante rescatar la historia de su familia. En
esa oportunidad, me habl bastante del pasado familiar y de su padre Pascual Melita,
confirmndome que su padre haba estado vinculado al municipio antes que l. Adems me
cont, que dos de sus diez hermanos vivan en Santiago: Max y Paola, no obstante,
necesitaba hablar con ellos, antes de poder contactarlos conmigo.
Esper unas semanas y no tena noticias. Decid buscar en la gua de telfonos alguna seal
sobre Max o Paola, encontr a Max y lo llam. Lautaro ya le haba contado de mis
9 Foerster, 2004.
15
propsitos, en ese tiempo, preliminarmente el trabajo se inscriba en el marco del seminario
de grado. Me reun con Max en una fuente de soda prxima a la Plaza Italia, l viva por ah.
Si bien prefiri que no lo grabara, me entreg una completa aproximacin a la historia
familiar; el hilo conductor estuvo dado por el informe de los diputados indgenas -por ende la
temtica territorial- y por la trayectoria familiar al interior del municipio. Incluso me coment,
que al interior de la familia circulaban dos teoras distintas sobre el origen familiar: unos
pocos adscriban a un origen griego, sustentndose en una historia que narraba que un
griego de apellido Melita encall en la costa de la provincia de Arauco, tuvo buenas
relaciones con los indgenas de la zona y contrajo matrimonio con mujeres indgenas; todo
apoyado por el hecho de que el apellido Melita es comn en el idioma griego y significa trozo
o piedra de miel; sin embargo, relat que la mayora de la familia reconoce su origen
propiamente mapuche, considerando que lo del origen griego es una locura de sus
antepasados, que se potencia con el hecho de que muchos integrantes de la familia tienen
rasgos fsicos no tpicamente asociados a lo mapuche. Para todos los que entrevist alguna
vez, lo del origen griego era solo una ancdota. Algunas semanas despus, -gracias al
contacto de Max-, me reun con Paola Melita, en una cafetera de la Plaza Brasil.
Nuevamente me cont parte de la historia de su familia, lo que sin duda por el formato
relato se vio orientado hacia la memoria y la vivencia singular.
Cada integrante de la familia Melita con quien convers en los diversos momentos, dio
cuenta de sus propias experiencias y recuerdos, los que se fueron configurando
individualmente con su quehacer cotidiano dado por las diversas proximidades a sujetos/as,
relaciones y momentos. Sin duda, la presencia de Pascual Melita, fue central en cada uno de
los encuentros.
Tiempo despus, en julio de 2005, logr concretarse una entrevista formal con Lautaro Melita
en Los lamos. Adems fue posible acceder a algunos documentos10 que constataban la
permanencia de la familia en la zona, sus problemticas territoriales y su histrico liderazgo
en la Provincia. En esta ida a terreno, tambin se dio inicio a la construccin de la
genealoga familiar a travs del trabajo desarrollado en la oficina del Registro Civil de los
lamos con instrumentos que databan desde el ao 1895. Por medio de informacin
entregada por Rolf Foerster, sabamos de la existencia de un Melita secretario de cacique
10 Los documentos consultados fueron facilitados por el Registro Civil de Los lamos, por el Juzgado de Letras de Lebu y por elArchivo Franciscano.
16
gobernador en el siglo XIX, de ah que llamara la atencin de que en los documentos del
Registro Civil, recin en 1948 por primera vez apareciera registrada la firma de un
compareciente. Por otra parte, estos mismos documentos indicaban -salvo una excepcin-
que la profesin de todos los hombres Melita era de agricultor, en cambio, a las mujeres
Melita se les sindicaban labores del sexo o sin profesin. Finalmente, absolutamente
todas y todos los nacidos entre 1895 y 1960, pertenecan a la zona de Cuyinco, desde 1961
esta tendencia tenda a desaparecer para comenzar a ser nombrada cada vez ms la
localidad de Tres Pinos como lugar de nacimiento (luego advertimos que el segundo es parte
del primero). Por su parte, en 1967 por primera vez se hablaba de Cuyinco Bajo y no de
Cuyinco a secas. Todos estos datos fueron un aporte para armar una panormica general.
Mi tercera visita a la zona fue en septiembre del 2005. Bsicamente profundic en algunos
aspectos sobre el tema municipal y territorial con Lautaro Melita, comentndole que en el
marco del proyecto Fondecyt, se manejaba considerable informacin que reseaba a los
Melita, como caciques en el siglo XIX; creo que para l, fue una grata sorpresa. Sin embargo,
en esa visita, principalmente estuve en Lebu trabajando en la Notara de esa ciudad,
buscando a travs de los ndices de los diversos tomos la mayora correspondientes al siglo
XX-, todas las escrituras que tenan como comparecientes a integrantes de la familia Melita.
A partir de esto, se accedi a informacin fundamental, no solo para el siglo XX, sino que
permiti conectar a la familia del siglo XX, con los caciques del siglo XIX. Una cuarta visita,
ahora exclusivamente en Lebu, me permiti continuar y terminar con la revisin de los
archivos notariales de esa ciudad.
En septiembre de ese mismo ao, organizamos en conjunto con Rolf Foerster una estada en
la zona con objeto de indagar en aquellas interrogantes surgidas desde la informacin
recopilada y en el marco de la investigacin, y profundizar en temas fundamentales, como
propiedad, liderazgo y genealoga. Sin duda la presencia del profesor Foerster, motiv an
ms la colaboracin de Lautaro Melita, quien nos puso en contacto con su familia nuclear. Su
madre, Gloria Vinnet, generosamente me acoge en su casa por casi una semana; considero
esta instancia, la ms fructfera y enriquecedora de la investigacin: a travs de
conversaciones informales, entrevistas formales y el vnculo que se establece con los
mltiples integrantes de este ncleo y de otros, se estrechan lazos y se accede a informacin
clave y testimonios valiosos. Posteriormente Rolf Foerster, ha visitado el lugar en otras
ocasiones y amablemente me ha facilitado toda la informacin obtenida por l, que pudiera
ser de inters para el desarrollo de la tesis.
17
Por tanto, la metodologa utilizada para acercarse al objeto de estudio fue de corte
cualitativo. Por una parte, para recoger informacin, se realiz etnografa y entrevistas en
profundidad a integrantes de la familia Melita y a otras personas involucradas con esta, y en
los procesos sociales de la zona; as, por medio de la historia oral, con nfasis en la
genealoga familiar, se pretender avivar la memoria sobre hechos y procesos pasados. Por
otra parte, tambin fue fundamental la reconstruccin del contexto familiar, social y cultural,
por medio de la documentacin encontrada en el Archivo Franciscano con respecto al siglo
XIX y en los archivos notariales de Lebu tanto para el XIX como para el XX. Finalmente, todo
lo anterior fue nutrido paralelamente por informacin bibliogrfica especializada en la
temtica y en los conceptos de anlisis.
As, el propsito es aproximarnos a la problemtica por dos vas: a travs de la investigacin
en terreno desarrollada en la Provincia de Arauco, especficamente en la comuna de Los
lamos, puntualmente en Cuyinco; lugar de origen reconocido por los propios Melita- y de
desarrollo familiar; y por otro lado, gracias a la informacin proveniente de documentos
escritos notariales y testimoniales y referencias bibliogrficas.
El anlisis de los datos cualitativos obtenidos en terreno, se inicia con la trascripcin de las
entrevistas y las notas de observacin; proceso que posibilita aproximarse y localizar
semejanzas y relaciones entre los mltiples relatos, como as tambin orientaciones,
tendencias y trayectorias diversas. Posteriormente, los datos fueron organizados por
categoras en funcin de criterios temticos, temporales y espaciales, establecidas con
antelacin al examen de los datos y tambin a medida que se fueron explorando. Esto
permiti llevar a cabo un desglose en unidades, las que ms tarde, fueron reconocidas,
clasificadas y categorizadas, siendo posible que una misma unidad de prrafo contenga ms
de una categora.
Para facilitar su aproximacin, el orden del relato se estructurar de forma cronolgica, no
obstante, hay que recalcar que no se pretende contar solo una historia, sino que desde una
perspectiva antropolgica se intentar develar y analizar los factores que sustentan el poder
territorial y el liderazgo poltico de esta familia desde el siglo XVIII hasta nuestros das.
Aunque es indiscutible, que la de los Melita es la historia de una familia mapuche que
18
inevitablemente se construye a travs del tiempo por el vnculo de estos y su territorio con la
sociedad colonial primero, y ms tarde -y hasta el da de hoy-, con la sociedad chilena.
La divisin por captulos ofrece la opcin de situarse como lector/a en alguno de los distintos
parajes, segn eleccin, y esquivar la linealidad del texto dada por el aspecto cronolgico.
De todas formas, los diversos captulos y subcaptulos no son independientes entre s, sino
que hay un innegable entramado entre las distintas temticas, una trama cronolgica de
varios hilos, los que debieran buscarse y encontrarse en el poder como protagonista, pero
tambin en el tema de la propiedad, y en los vnculos generales de la familia con el mundo
huinca.
No est dems comentar, que esta investigacin no se plantea como terminante, y sobre
todo no aspira ser exhaustiva, sino que ha sido esbozada como una aproximacin inaugural
a la genealoga familiar Melita, y al escenario social y cultural en el que ellos se han
desarrollado. Por ltimo, cabe destacar, que todo este proceso permiti rescatar la
genealoga de la familia Melita y vincular las diversas ramas actuales con aquellos sujetos de
comienzos del siglo XIX.11
11 El esquema genealgico se adjunta al final, permitiendo situar y vincular los diversos relatos y sujetos/as.
19
CAPTULO I
MELITACUN Y MELITAUN EN LOS PARLAMENTOS DEL SIGLO XVIII.
Basndonos en la informacin preliminar que se tena sobre los Melita y en el marco del
estudio mayor que sostiene a la investigacin, este se plante como un intento por acceder y
reconstruir la historia de la familia Melita, desde aproximadamente mediados del siglo XIX
hasta nuestros das. No obstante, en el transcurso de la investigacin, documentos relativos
a los parlamentos del periodo colonial, revelaron que la presencia de los Melita en la esfera
poltica de la zona es de mayor alcance, ya que sobre su protagonismo se tiene referencias
para el siglo XVIII. Con ello, no se han ampliado los propsitos de la investigacin, de ser as
habra que considerar esta etapa con ms detenimiento y profundidad. Es por ello, que las
reseas a los Melita en el siglo XVIII que se presentan a continuacin, deben considerarse
como un antecedente para ingresar a las temticas a tratar ms adelante, y no como un
acpite de desarrollo exhaustivo.
Los antepasados de la familia Melita en el siglo XVIII, formaron parte de aquellas autoridades
mapuches participantes de las consideradas por Boccara (1999a) dos instituciones pilares de
la poltica civilizadora espaola: el parlamento y la misin. El acontecer histrico y ms an el
especfico de esta familia, precisa tomar una posicin de los vnculos entre ambas
sociedades, considerando la fisonoma interactiva y participativa del dilogo intertnico
(Zavala, 1998); su continuidad en el espacio de lo pblico, requiere considerar la categora
de la reestructuracin por sobre la de la desestructuracin, recalcndose la mediacin y la
negociacin del encuentro y las relaciones.
En el contexto de los parlamentos del siglo XVIII, los antepasados de la familia Melita fueron
registrados en las actas como Melitacun, Melitaun e igualmente como Melita, lo que podra
deberse a una imprecisin del traspaso de lo oral a lo escrito.
La participacin de Melitacun en el Parlamento General de Negrete de 1726 es el primer
dato referente a los Melita del que tenemos conocimiento; figura como parte de los caciques
participantes.
20
Lipantu, Guelipi, Guentecura, Guaiquiguin, Antiuri, Huchuelanque, Guaquipangui,Melitacun, Paillaguala, Antupillan, Colipillan, Milgramaa, Naguelguala, Mariamcu, Lianantu,Neguayente, Bilumanque, Calbuantu, Guiquilafquen, Antillanca, Cayucupil.12
Recordemos que en este escenario las relaciones hispano-mapuche experimentan una fase
que tiene como antesala el proyecto del padre jesuita Valdivia conocido como guerra
defensiva en la cual se establece y luego sistematiza la poltica de los parlamentos, no
obstante ahora, lo distintivo ser que la parte hispana concreta y continuamente buscar
inducir nuevas normas que modifiquen las costumbres entendidas como incivilizadas
(Boccara, 1999a). Particularmente en el Parlamento General de Negrete de 1726, se
pretendi reglamentar y fiscalizar los vnculos econmicos entre ambas sociedades (sistema
de ferias, licencias para atravesar la frontera, demarcacin objetos comerciables, oficiales
fronterizos como supervisores). Por tanto, la participacin de los Melita en esta historia de
negociacin, incluso se extiende a este momento en que ostensiblemente se reconoce la
frontera del Bo Bo como punto intermedio entre el mundo espaol y el mundo mapuche
ms all de su carcter de lmite ambiguo (Zavala, 1998)-. Desde el punto de vista
hispnico, el hecho de que el Parlamento estableciera que ninguno de los pueblos poda
cruzar la frontera sin la autorizacin del otro, alude a que se est en presencia de acuerdos
entre naciones con validez jurdica (Aylwin, 2002).
A su vez las referencias a los parlamentos, exhiben como esta institucin se reviste de un
sentido normativo, por consiguiente acusativo, que regula y vela por el cumplimiento de los
acuerdos entre ambos pueblos, por lo general atribuyendo y condenando a los caciques a la
hora de quebrantarse un convenio. La responsabilizacin a estos ltimos, es interpretada por
Boccara (1999a) como una estrategia hispana intencional cuyo fin es incrementar los
resultados del poder; de ah que busquen acrecentar y concentrar el poder en estos sujetos,
y conducirlos a convertirse en subsidiarios.
En el Parlamento de Tapihue de diciembre de 1738, por vez primera vez se alude a Miguel
Melitacum como cacique del butalmapu de la costa, por tanto ser partcipe de los acuerdos
de paz e igualmente responsable de garantizar el cumplimiento de los acuerdos; de ah que
en l recaiga la funcin de dar excusas por vulnerarse el ltimo acuerdo establecido.
empezaron a hablar, por los quatro Vutalmapus quatro caciques que los fueronGuenchuguala Don Juan de Millaluebu, Don Miguel Melitacum y Perquilaguen que fueron
12 Esta y las siguientes referencias salvo las que se indique lo contrario- proceden del trabajo de Leonardo Len: Actas de losParlamentos hispano-mapuches del siglo XVIII., Informe Proyecto Fondecyt 1970279. Todas ellas revisadas por Rolf Foerster.
21
aconsejando de uno en uno a los demas caciques de la tierra y estos respondiendo ymanifestando su lealtad y encarecidos agradecimientos a su seoria por el buen corazon queles habia mostrado y prometiendo nueva conducta y arreglado modo de proceder ydisculpando mucho el ultimo levantamiento por el mal gobierno que tubieron y los agraviosque los capitanes de amigos les hicieron.
En la resea del Parlamento de Tapihue de 1746, se presenta al cacique Miguel no como
Melitacum, si no ya como Melita.
Omitido el segundo diputado de el butalmapu de la Costa por indispocicion de don Miguel deMelita que sobrevino en el mismo congreso concluieron solamente con una reverente suplicade que los cabos principales de el Ejercito fuesen nominados de los criollos atento a que losEuropeos poco instruidos en sus ritos o no se acomodaban a su observancia o se fastidiabande su practica con resentimiento de toda la nacion.
No obstante, otra crnica del mismo Parlamento, pero localizada en la obra de Carvallo
Goyeneche, referir a Melita como Melitan.
se trataba de convocar a los indios para la celebracion del parlamento, que ellos mismosapetecen por lo que interesan en las gratificaciones que reciben i en las permutas que hacende sus jneros comerciables. Cumplido el plazo de la citacion, concurrieron al campo deTapihue ciento noventa i ocho caciques, con sus capitanejos, i mas de dos mil mocetones detres butanmapus o cantones. Se abri la asamblea que duro tres dial, i por el de los llanoshablo el cacique Gentuguala, Melitan, por el de la costa, Quirquigeru, por el subandino iPilquegeru, por los habitantes de los Andes, i ratificaron la paz de Negrete, con las adicionesde que stos no han de invadir las provincias de Buenos Aires, ni han de transitar la cordillerapor los bosques que tiene en los partidos de Chillan, Maule i Colchagua. Con esto se concluyoi disolvi el congreso. Se obsequio a todos, i en particular a los caciques i jente principal, iregresaron a su pas13.
Es posible extraer de la cita anterior en concordancia con la posicin de algunos
investigadores e investigadoras- que cada butalmapu participante en los parlamentos, trae
consigo un significativo nmero de asistentes, pero que al momento de generarse el dilogo,
los gestores seran los caciques gobernadores. Es as como Melitan, representante del
butalmapu de la costa, junto a las dems autoridades mapuche e hispanas, son quienes
conciertan y ratifican. Por otra parte, aprecia que tanto Melitan como los dems caciques,
perciben y gozan de ayuda y gratificaciones de la corona espaola.
Hasta qu punto la estrategia sera fructfera si siguiendo a Foerster- los caciques
gobernadores partcipes de los parlamentos se legitiman a travs del pacto, pero ms que
nada por su nexo con la autoridad colonial, y no con la sociedad mapuche?
13 Carvallo Goyeneche (1796)
22
En estos momentos, respondera que el proyecto hispano no consigue los frutos deseados, y
que la figura de Melita funciona sobre todo para la parte espaola; de cacique representante
del butalmapu de la costa en los parlamentos del siglo XVIII a secretario de cacique a
mediados del XIX proclamado por el gobierno chileno; en el siglo XX indistintamente regidor
del municipio y en la actualidad parte de los denominados alcaldes mapuche.
En qu medida las figuras de la genealoga pblica Melita han existido para el mundo
mapuche de cada uno de los escenarios?, De qu manera su cercana al mundo no
mapuche influye en su continuidad y persistencia poltica y territorial?
La totalidad de investigacin intentar resolver estas interrogantes, por ahora constatamos la
participacin de los Melita en la otra de las instituciones hbridas al alero del sistema de
mediacin: la misin en el siglo XVIII. Particularmente, Miguel Melita acceder al
establecimiento de una misin jesuita en Tucapen, en circunstancias en que se restablece
la idea del pacto colonial.
Y habiendose enterado de todas [las capitulaciones] y con efecto en consequencia de elloentregandoles a su usanza dos Padres Misioneros que lo fueron, el Padre Diego de Amay alCacique Don Juan Mileubu, que le recibio de mano del Seor Presidente a la suya, por teneren esta formalidad y modo de recibir el vinculo de su palabra y el Padre Francisco Kuen en lasdel cacique Don Miguel Melitacum a quien se entendio el favor de tenerle en su tierraprometiendo hacerle capilla y Casa en atencion a tener situado en aquella inmediacion eltercio de Arauco internado en sus tierras.
Recordemos que esta orden fue expulsada del territorio americano en el ao 1767,
dedicndose en su ltima fase a la creacin y fundacin de misiones estables con objeto de
reducir a los mapuche a pueblos o villas. Antecedentes manifiestan que entre sus
intenciones estaba la de instaurar la misin Natividad de Cuinco14. Al parecer la aceptacin
de Melita en la referencia anterior, tiene que ver con eso.
Evidenciando el establecimiento de la misin y dejando entrever su proximidad con Miguel
Melita, el jesuita Febrs en 1765, expone su sentir al fallecimiento del cacique:
14 En muchos documentos Cuyinco aparece escrito como Cuinco (tambin como Cullinco); los datos ofrecidos nos indican querefieren al mismo territorio. El antecedente sobre Natividad de Cuinco se encuentra en Foerster (2004). Del mismo modo,ARNAD: Fondo Notarios de Lebu, Vol. 26, N293, compraventa, 31 de diciembre de 1883, se expone stima de estedepartamento: en terrenos del indgena Manuel Melita i en un gancho de quebrada virjen que viene a morir en la parte de arribade la pertenencia Natividad
23
Estando ya de paz la tierra, otra vez fueron entrando ac Padres; el Cacique Gobernador deTucapen, Don Miguel Melitacum (ay ya muri) pidi Padres, y le dieron; en la Mocha tambinpidieron padre; En S. Cristbal.15
La proximidad de la familia Melita con las misiones catlicas reaparece en el siglo XIX. Un
primer dato los vincular con la destruccin de una de ellas, no obstante en lo posterior,
forman parte de aquellos sujetos que aceptarn la instalacin de los franciscanos,
convirtindose en personas de la confianza de los misioneros.
Con esta ltima resea de Febrs, se pierde la pista documental de los Melita, pero seguirn
siendo parte esencial de las relaciones intertnicas y de la esfera de poder de la zona,
reapareciendo explcita y fuertemente a mediados del siguiente siglo.
15 Febrs (1765:121). Arte de la Lengua General del Reyno de Chile.
24
CAPTULO II
SIGLO XIX: CACIQUES Y LETRADOS.
A lo largo del siglo XIX, miembros de la familia Melita sern parte del grupo de autoridades
mapuche de la poca. Su influencia es posible de apreciar tanto a nivel circunspecto de
parcialidad como a nivel extenso de unidad: uno como cacique de Cuyinco, otro como
secretario del cacique gobernador de Tucapel.
Reaparecen documentalmente los Melita, no quedando claro si lo suyo fue una
discontinuidad concreta en la esfera de poder entre 1760 y 1840, o un vaco de pistas
documentales. Aunque cabe mencionarse que segn la genealoga, la terminologa de
parentesco y por tanto la trasmisin de identidades, continuaban manifestndose a la usanza
mapuche, o sea, hasta mediados del siglo XIX el trmino Melita refera a un segundo nombre
y no un apellido.
Documentos relativos al cuerpo cacical de la parcialidad de Tucapel trabajados por Foerster,
Clavera y Menard (2005), resean a Jos Melita, como cacique principal de la parcialidad de
Cuyinco. Asimismo, detallan que Miguel Melita junto a Jos Quintriqueo y Basileo Budaleo -
entre otros- fueron miembros de la colectividad de caciques asociados a espacios amplios
del butalmapu costero, realizando funciones esencialmente mediadoras entre el mundo
mapuche y el no mapuche. De ah el peso de los Melita: paladines tanto en la comunidad
total de territorios, como en uno de los territorios que la conforman. El trayecto de ambas
figuras Melita, tambin se nutre de la informacin obtenida travs de las memorias
franciscanas de los misioneros establecidos en el rea, en la Misin de Santa Rosa de
Tucapel (Foerster, Menard, Milos, 2006).
Especficamente el franciscano Vice Prefecto Diego Chuffa el ao 1849, sugiere la existencia
de una estructura jerarquizada al interior de la unidad de Tucapel. Reconoce seis pisos
cacicales (cuadro 1), y a su vez al interior de la unidad, distingue dieciocho caciques
principales cada uno de los cuales se asocia a una parcialidad territorial determinada (cuadro
2), las que constan al mismo tiempo, con un nmero indistinto de caciques subalternos
(Foerster, Clavera, Menard, 2005)16. No quedando claro, a qu responde el inconstante
nmero de subalternos.
16 A su vez de una hoja que se encuentra en una caja relativa a la misin de Tucapel en el Archivo Franciscano de Santiago.
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Cuadro 1: CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (ao 1849)
Casique Gobernador, Jos QuintriqueoCasique Ayudante, Miguel MelitaCasique Capitanejo, Jos QuintriqueoSegundo capitanejo, Ignacio NamuncuraCasiques subalternos dos,
TOTAL 6
Cuadro 2: PARCIALIDADES Y CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (1849)
PARCIALIDAD CACIQUE PRINCIPAL SUBALTERNOS TOTALCupao Huenchulao 4 5Molhuilla Cheuquean 4 5Bangui W. 3 4Llingeue Cayuman - 1Llincalmo Maimori 1 2Guilique Longugnire 4 5Paicav Porma 3 4Lognahue Calfulau - 1Peleco Trorapi - 1Tome Lloncon - 1Elicura Antiqueno 3 4Leiva Antivil 2 3Caicupil Gueupan 2 3Caete Marian 3 4Cuyimpalihue Francisco Antileo 1 2Caramvida Juan Zapata 1 2Temuco Huaramn 1 2Cuyinco Melita 1 218 parcialidades 18 principales 33 subalternos 51 total
Dentro del cuadro cacical reconocido por los franciscanos, se distinguen distintos puestos o
rangos, en el que se seala la existencia de gobernadores, ayudantes, secretarios,
capitanejos, subalternos, mocetones y abanderados. Empero, no se precisan las funciones o
alcances de cada uno de estos, posiblemente porque los roles de la mayora de ellos no eran
lo suficientemente evidentes o diferenciados, exceptundose eso s el caso de los caciques
gobernadores. Del mismo modo, al menos para la especificidad de Tucapel, el cargo de
ayudante o secretario, empleo desempeado persistentemente por Miguel Melita, se halla
marcadamente documentado, primero por un escritura que se remonta a 1844, y luego por
los misioneros desde el ao 1845 -momento en el que aparece asociado al cacique
gobernador de Tucapel Jos Mara Quintriqueo-, quedando de manifiesto, que lo central de
su posicin radicaba en dominar la escritura y la lectura del castellano.
Lo anterior queda demostrado en una escritura de donacin renunciatoria, en la que
comparece el cacique gobernador de Tucapel junto a varios otros caciques y mocetones.
Dicho evento, fechado en 1853, pese a no contar con la presencia de Melita, entrega
26
informacin sobre las funciones que le corresponden como secretario ayudante, en este
caso, ratificar los acuerdos; todo ello al final del contrato, cuando el cacique gobernador
Quintriqueo debe justificar la ausencia de este ltimo.
Y antes de firmar esta escritura espuso el casique Gobernador Jos Mara Quintriqueo que hasido encargado especialmente por su casique ayudante Miguel Melita para que a nombre deeste i por su parte hiciese la donacin a don Ignacio Palma de los terrenos de que se hahecho mrito, i se obliga el dicho Quintriqueo que su citado casique ayudante aprovar entodas sus partes esta referida donacin por no haber comparecido sin embargo de no haberloconsiderado necesario i se sujetar en todo a lo convenido en esta escritura. En su virtudfirmaron a sus ruegos como se ha dicho17.
Valdra la pena analizar si los dems caciques ayudantes de otras reas tambin son
alfabetizados, con objeto de evidenciar si la instruccin era el requisito necesario para oficiar
el puesto de cacique ayudante. Si es as, el cacique ayudante inalterablemente sera
secretario; ambos cargos seran equivalentes, pero al parecer, no es la tnica general. Como
dato, cabe mencionar que el franciscano Brancadori seala para Imperial Baja, la presencia
del cacique gobernador Martn Alamanque y de su cacique ayudante Juan Carmona, y a su
vez, a Cheuquemane como ayudante de Ignacio Lepin de Ranquihue18. Con todo, el
misionero no profundiza de manera que nos permita comprobar si eran o no secretarios, esto
es, si ejercan funciones en torno al manejo de la escritura o si eran caciques ayudantes a
secas. Sin embargo, al otro lado de la cordillera de Los Andes, pero con antecedentes
acadmicos en Chilln, encontramos a Pablo Millalicn19, ejerciendo de escribiente de los
caciques boroganos -asentados desde principios de 1830 en la regin de Salinas Grandes-,
con quienes se alianz durante la "Guerra a Muerte"; cruzando la cordillera y
establecindose en las pampas. Millalicn, al igual que Miguel Melita, comparta el hecho de
ser descendiente de cacique, en efecto, Millalicn form parte de un grupo de hijos de
caciques educados en el colegio de Propaganda Fide de Chillan (Ratto, 2005).
Seguramente Miguel Melita -al igual que Millalicn- haba adquirido su saber en un contexto
similar; no olvidemos que la instruccin-civilizacin de los indgenas forma parte de los
objetivos del proyecto evangelizador y que la religin cristiana est profundamente
penetrada del pensamiento del libro y la escritura (Vandedorpe, 2003, p.44).
Un nmero importante de los caciques detallados en los cuadros (1 y 2), participaron tanto
en los acuerdos relativos a la ocupacin estatal del territorio mapuche lafkenche como en
17 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 5, 1874, N34. Citando escritura extendida en Concepcin el 17/enero/1853 e inscrita porparte de la Intendencia de Arauco, en Los Angeles el 8/agosto/1853.18 Diario, f.248v, en Brancadori. En Foerster, Milos, Menard (2006)19 Ms informacin sobre Millalicn en Ratto (2005).
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diversas transacciones en torno a las tierras de Arauco. En este contexto, emergen entre
mapuche y no mapuche, mltiples actores intermediarios, entre estos, los letrados indgenas;
depositarios de tal vez uno de los prstamos culturales ms significativos que se produjeron
resultado del contacto entre el mundo mapuche y el espaol: la escritura.
En el imaginario de los hombres y la memoria de las culturas, la escrituraest investida de unformidable valor simblicoy la pluma del escribaera el smbolo de la verdad (Vandendorpe,2003, p.19)
Cul era el valor de este prstamo cultural en el mundo mapuche? Cul era la
importancia de un letrado mapuche en un contexto intertnico donde solo algunos manejan
el secreto de la escritura? 20
Siguiendo a Silvia Ratto (2005), que identifica dos grupos diferentes en el total del universo
de los personajes intermediarios, acotamos la misma distincin para los letrados mapuche,
teniendo por un lado; a aquellos que se mueven en la esfera oficial de la negociacin entre
ambas partes, y por otro; a quienes se desenvuelven en el mbito de la cotidianeidad,
beneficiando los traspasos, transacciones e interacciones entre ambas sociedades.
Dentro del primer grupo, situaremos a los caciques secretarios; personajes escribientes que
durante el siglo XIX constituyeron un conjunto inseparable al de los caciques gobernadores.
En el caso de Miguel Melita, su rol es anlogo al de cacique ayudante, cual ejerce al lado del
cacique gobernador de Tucapel Jos Mara Quintriqueo al menos desde el ao 1845.
Miguel Melita instituye un hito al ser registrado como el primer Melita letrado, ocupando
adems un cargo oficial en relacin a este saber. Su primera aparicin documental
consignada, embrolla en cierto modo el anlisis, ya que figura sealado como el cacique de
Tucapel junto a Basileo Budaleo cacique de Arauco; lo que produce cierto intrincamiento,
por cuanto la mayora de los documentos designan a este ltimo como cacique gobernador21.
Si bien lo ms sencillo sera asociar esto a una falta de precisin en la escritura, otra
posibilidad comprobara cierto grado de traslacin o movilidad en la estructura cacical, donde
20 En circunstancias que el censo del ao 1854 proyecta que un porcentaje del 13,5 % de la poblacin de la Repblica de Chilese encontraba alfabetizada. SERRANO, Sol y JAKSIC, Ivn (2002)21 La referencia a la que hacemos mencin, est inscrita en la plaza de Arauco, el 16 de noviembre de 1844. En ella, cincosujetos mapuche residentes de la zona, venden y enajenan perpetuamente a los hermanos Hermosilla, un potrero denominadola altura Guenteguape de 1.600 cuadras aproximadamente, siendo testigos de dicho informe, el casique de Tucapel MiguelMelita y el casique de Arauco Basilio Budaleo (ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 2. 1871, escritura n 152, que hacereferencia a una venta de fecha 16 de noviembre de 1844 efectuada en Arauco, de la cual la Intendencia de Arauco tomaregistro en Los ngeles el da 6 octubre de1854, en conformidad al decreto supremo del 14 de marzo de 1853).
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segn las circunstancias, los cargos podran ser subrogados22. Todo indica que de ninguna
manera Melita fue cacique gobernador oficial; permanentemente los documentos apuntan
que Jos Mara Quintriqueo ocupaba ese cargo haca varios aos, y al menos con exactitud,
sabemos que este ltimo fue parte del grupo de autoridades mapuches que expuso su
opinin en torno el reestablecimiento de la misin de Tucapel ocurrida en 1843; la que por lo
dems fue aprobativa23. De ah que planteemos preferiblemente, que el secretario Melita
desempeaba un papel multifactico muy conciente de serenlace indispensable entre
los conquistadores y las poblaciones autctonas (Gruzinski, 1991, p.69). Seguramente
resultado de su condicin de escribiente, lo que lo aproxima estratgicamente a las
autoridades eclesisticas, quienes a su vez, disponan de sus funciones segn les fuese
necesario; constituyendo el grupo de caciques de confianza para los religiosos.
En estas actividades de traductor, de experto del lenguajese descubre indiscutiblemente laaparicin y la constitucin de una lite letradacuya caracterstica principal fue la de estarntimamente ligada a las rdenes mendicantes y en particular a los franciscanos. (Gruzinski,1991, p.68)
Por otra parte, en el terreno menos oficial, ubicaremos a aquellos ciudadanos mapuche que
las hacan espordicamente tanto de testigos de conocimiento como de intrpretes,
favoreciendo el dilogo entre mapuche y no mapuche. Lo que se ve reflejado en el escenario
notarial, especialmente en escrituras relativas a asuntos de tierra y propiedad indgena. Cabe
mencionar que en estos movimientos, tambin participaban testigos e intrpretes no
mapuche, no obstante, en esta oportunidad profundizaremos sobre todo en los sujetos
mapuche. Asimismo, hay que destacar que no todos los que ejercan estas funciones eran
necesariamente letrados, sin embargo, para el caso de los Melita casi todos lo eran.
Puntualmente y retomando nuestra hiptesis inicial: el temprano manejo de la escritura es
uno de los elementos que posibilitan la permanencia poltica y espacial territorial de los
Melita hasta el da de hoy?
22 Melita reemplazando al viejo Quintriqueo, tal como lo har Guaramn en 1849 en la reunin de caciques convocados conmotivos del naufragio del Joven Daniel, o de igual manera, cuando el mismo Melita por orden del franciscano Ortega -en 1861con antelacin a la fundacin de Lebu-, suplant al cacique gobernador Marian, quien se encontraba detenido por el misionero,acusado de revoltoso.23 Arguyendo que: Los padres que deben ocupar el convento que se trata de construir, ensearn a nuestros hijos la ciencia demandar, la manera de cultivar los campos y todo aquello que nosotros ignoramos, como es fama lo hacan esos buenos padres,cuyas bondades an recuerdan los mapuches a pesar de los muchos aos que han pasado (Chacn 1862: 435). En Foerster,Menard y Clavera (2005) se cita esta obra de Bernab Chacn. Campaa de Arauco por la Baja Frontera fue publicada en eldiario El Correo del Sur en el ao 1862, entre los meses de abril y mayo. Estamos usando la versin que apareci entre 1862 y1863 en la Revista Sud-Amrica de Valparaso. La parte correspondiente a las conversaciones sobre la conveniencia o no detener una misin en Tucapel corresponde al Ao II, N7, del 10/2/1862.
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Para entrar de lleno a la experiencia Melita en el mundo cacical, vale la pena hacer un breve
recorrido por la trayectoria de los caciques de la costa en los principales acontecimientos
relativos a la emergencia y construccin del Estado Nacional; eventos que significaron que
los distintos grupos indgenas al sur del Bo Bo se posicionaran de diversas maneras frente
a estas transformaciones, en funcin de su proximidad con las diferentes autoridades no
mapuche. Como otros investigadores e investigadoras de la temtica, consideramos
fundamental la poltica llevada a cabo por el Estado hacia la sociedad mapuche, para
comprender las dinmicas internas y las relaciones entre ambas sociedades. Sin embargo,
vale la pena atender no solo las polticas explcitas del Estado enfocadas hacia el mundo
mapuche, sino que todo su proceso de emergencia, conflictos, cimentacin, construccin y
desarrollo; que en menor o mayor medida, intervino al interior del mundo mapuche y en su
estructura de poder.
2.1. LOS CACIQUES MELITA ANTES Y DURANTE LA OCUPACIN DE LEBU. ESTADONACIONAL Y MISIN FRANCISCANA.
2.1.1. La Guerra a Muerte y sus consecuencias.
No va al caso entrar en detalle sobre el proceso -o hecho casual como lo entienden algunos-
que fue el fenmeno de la Independencia, sin embargo, no es novedad que la emancipacin
del pas aviv el inters nacional por colonizar de manera profunda el espacio territorial
mapuche -sin desconocer que esto toma mayor fuerza con la reconfiguracin de la estrategia
por la mitad del siglo-. A su vez, tampoco es algo nuevo, que la Guerra a Muerte -
comprendida entre 1820 y 1832- forj una segmentacin de la sociedad mapuche entre
aquellos grupos que apoyaron las tropas patriotas y aquellos que respaldaron a los realistas
o causa del rey. Esto inaugura el proceso por el cual el Estado chileno intenta instalar su
soberana republicana sobre el rea mapuche, vislumbrndose progresivamente de manera
ms visible a su trmino- lo que Pinto (2003) ha denominado la poltica de exclusin, en
contraposicin a la de inclusin de las primeras dcadas24.
El conjunto de batallas de la Guerra a Muerte, dej secuelas catastrficas en el espacio
mapuche; el apoyo que los grupos indgenas dieron a los realistas signific graves
24 En la misma lnea, Holdenis Casanova expresa que Durante las primeras dcadas del siglo XIX, los criollos independentistasarticularon un discurso de inclusin de los mapuche a la nacin chilenaese discurso revaloriz el pasadoy promoviconformar con stos una colectividad comnNo obstante, el curso de los hechosdieron paso al discurso de exclusin. Losbrbaros irreductibles deban someterse o desaparecer y sus tierras expropiadas y colonizadas por nacionales y extranjeros.Al inters por la persona del indgena, tan manifiesto desde la poca colonial, sucedi el inters por el territorio y su potencialagrcola. Casanova (1999)
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consecuencias a nivel interno y la reconfiguracin de las relaciones de poder entre estos y la
sociedad chilena. Los arribanos o wenteche y los costinos o lafkenche, fueron los grupos que
de manera ms clara secundaron la opcin realista, por el contrario, los abajinos o nagche
apoyaron al bando patriota. Estos vnculos, les signific a estos ltimos, poseer y conservar
el apoyo militar del gobierno chileno. Por su parte, arribanos o wenteche y costinos o
lafkenche, experimentaron graves prdidas humanas, incluso fueron vctimas de una
aniquilacin de caciques sin precedentes a mediados de la dcada del 20, que denot en
una desarticulacin y casi destruccin del sistema de caciques y mocetones, a la vez, de
quedar en cierto modo supeditados al dominio de los mapuche patriotas; los abajinos o
nagche (Foerster, Menard, Milos, 2006).
Atribuimos que las autoridades Melita de la poca, al igual que sus compaeros lafkenche,
apoyaron la causa realista, y por consiguiente, experimentaron las consecuencias a las que
nos hemos referimos. El caso de Jos Melita -cacique de la parcialidad de Cuyinco- y su
mujer, nos pone de manifiesto, cmo el ncleo familiar se ve forzado a fragmentarse,
desplazarse y abandonar la tierra durante el desarrollo del conflicto, debido a las
consecuencias econmicas y sociales que este traa consigo; huida causada por un contexto
cargado de angustia y temor dejado por la matanza a los caciques por el ao 24 o 25. Casi
noventa aos despus, el nieto del cacique Jos Melita, narra el traslado y la consiguiente
disgregacin familiar que signific este evento, y casi noventa aos despus, me encuentro
con la escritura relativa en la Notara de Lebu; escritura fundamental para la investigacin, ya
que gracias a ella fue posible establecer un nexo con los escritos del diario del misionero
Brancadori (Foerster, Menard y Milos, 2006), lo que fue clave para la construccin de la
genealoga de la familia Melita.
Don Jos Melita tuvo dos hijos legtimos: Manuel i Juana de Dios Melita, los que desde sunacimiento vivieron con l y fueron tratados como tales hijos.Cuando doa Juana de Dios Melita tena como siete aos ms o menos, don Jos Melita tuvonecesidad de abandonar esta Provincia para dirigirse al norte. Emprendi su viaje con sumujer y sus dos hijos i se aloj en el lugar llamado Casero Quemadores en la ribera ponientedel ro Bio Bio.All permaneci algunas semanas i tuvo la desgracia de perder a su mujer que falleci. En eselugar dej don Jos a su hija Juana de Dios recomendada al cura (sic) Saavedra i enConcepcin dej a Manuel en casa de don Manuel Jilabert. El cura (sic) Saavedra se trasladen seguida a Tom i llev consigo a mi madre a quien dej con sus hermanas. Don JosMelita sigui su viaje hasta Coquimbo i a su vuelta, unos siete aos ms tarde, pas a buscara sus dos hijos. Estos hechos ocurran por los aos 1830 a 35. Mi madre se haba habituadoya a otras costumbres i poco despus de haberla trado mi abuelo de Tom, se huy i sevolvi a este pueblo a casa de las mismas seoras Saavedra, con quienes vivi algunos aoshasta que se traslad a Talcahuano, i desde all a Concepcin, donde falleci. Cuando mi
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madre lleg por primera vez a casa de las Saavedra, estas seoras la hicieron bautizar y lecambiaron su apellido ponindole el de Navarro. Juana de Dios tiene el nombre de Manuela, que fue el que le puso su padre Jos Melita isolo despus que estuvo en casa de los seores Saavedra cambi de nombre por el de Juanade Diosel verdadero nombre i apellido de Jos Melita era el de Jos Melita Navarro i poresta razn su hija Juana de Dios se apellidaba indistintamente Navarro o Melita25
Pese al desenlace consignado, resulta vital destacar la manifiesta intencin de Jos Melita
por recuperar a su hija; todava por el 1847, y con el apoyo del misionero de Santa Rosa de
Tucapel, Querubn Mara Brancadori, gestionar su -nunca ocurrido- regreso.
"El Cacique cristiano Melita pasa donde US a poner una demanda en contra de la viuda delfinado Don Justo Saaved
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