8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
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OFICIN INTERN CION L
DEL TR B JO
GENCI C N DIENSE DE DES RROLLO
INiERN CION L ( CDI )
PROYECTO REGIONAL
CAMBIO TECNOLOGICO Y MERCADO DE TRABAJO
La Industria Chilena:
quste Evolución Innovaciones
y
Perspedhras
Rafael gacho y Gonzalo Rivas
Guillermo Wormald
OFICIN REGION L
DE
L OIT
PARA AMERICA LATINA Y L CARIBE
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Copyright rganización Internacional del Trabajo 1995
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del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor. No obstante, ciertos extractos breves de estas
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ISBN 92-2-309921-8
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ax
51-14) 704-954.
Impreso en Chile
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PROLO O
El presente documento incluye dos contribuciones para el conocimiento de la evolución industrial
chilena. Los trabajos fueron solicitados a sus autores para que plantearan referencias macroeconómicas y
sectoriales, introductorias a estudios más detallados sobre las trayectorias de productividad de los
establecimientos manufactureros.
Ambos documentos aportan a la reconstrucción de las trayectorias de productividad que se
sucedieron hasta años muy cercanos en Chile, y los problemas pendientes al cierre del período que cada
trabajo estudió. Al proceder as( los autores han desarrollado una reflexión cuyas matrices conceptuales
continúan actuales aún cuando la realidad haya experimentado, desde entonces, algunos cambios
importantes.
Por cierto, la estructura manufacturera chilena ha evolucionado luidamente en los años recientes,
registrando progresos en los indicadores de productividad. Sin embargo, el consenso compartido acerca de
estos resultados positivos no es tal cuando se trata de identzjicar las áreas de gestión de la productividad
donde están localizados los programas más eficientes y sus importancias relativas. Una perspectiva histórica
siempre contribuye a delinear y acotar las discusiones.
El trabajo de Agacino y Rivas relativiza las interpretaciones de la desindustrialización y de la
modernización -que fueran sostenidos en sucesión histórica- apelando a distintos recursos estadísticos. En
particular, los dos autores construyen una linea de argumentación según la cuál el crecimiento
manufacturero no estuvo fundamentado en el progreso técnico hasta fines de los 80s. La evolución de la
productividad de la mano de obra manufacturera habría sido negativa en el segundo período (1984-89), y
la participación de las remuneraciones en el valor agregado habría continuado su disminución.
¿En qué factores de oferta, entonces, se apoyó el crecimiento industrial en ese lapso? El texto
identiJica el uso extensivo de la uerza de trabajo que fue posible por el bajo nivel de las remuneraciones, y
el uso más intensivo del capital que resultó de inversiones menores en maquinarias y equipos.
A
continuación
los autores se preguntan: ¿cuál es la tarea pendiente principal en materia de productividad para la década
de los 90s? la respuesta sugiere la introducción de progreso técnico para reconciliar crecimiento y equidad
en la distribución del ingreso.
El trabajo de Wormald adopta la siguiente perspectiva: recurriendo también a otras fuentes de
información (una encuesta de establecimientos manufactureros del Gran Santiago y entrevistas a informantes
claves), el autor pone de relieve elementos de inflexión en las estrategias de productividad (objetivos y
programas). Como resultado, una racción destacable de establecimientos metalmecánicos y productores de
alimentos habrían comenzado a aplicar estrategias más sofisticadas ya a fines de los 80s, combinando
cambios técnicos organizativos tras objetivos de disminución de costos pero también de mejoramiento en
la calidad del producto del proceso. Complementariamente,el autor advierte que esos elementos de cambio
se presentaban en un marco de heterogeneidad tecnológica sectorial, y que una política de recursos humanos
todavía no estaba sujicientemente incluida en las estrategias de productividad.
En síntesis, los dos trabajos contribuyen a plantear las tensiones presentes en las discusiones actuales
sobre políticas de competitividad: eficiencia
y
equidad, cambios tecnológicos y gestión de los recursos
humanos, identf iación de establecimientos V e unta y velocidad de diseminación del progreso en el tejido
productivo.
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Ambos documentos ueron objeto de discusiones y comentarios en actividades del Proyecto Regional
Cambio Tecnológico y Mercado de Trabajo, a cargo de un equipo de profesionales de la OIT integradopor
Lucio Geller coordinador), Lais Abramo y Leonard Mertens, todos miembros del Equipo Técnico
Multidisciplinario de la OIT, con sede en Santiago de Chile. El Proyecto Regional tiene el auspicio inanciero
de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional ACDI).
VíctorE Tokrnan
Subdirector General de la OIT
Lima, junio de 1995
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INDICE
ágina
Documento
LA INDUSTRIA CHILENA DESPU ES DEL AJUSTE:
EVALUACION
Y
PERSPECTIVAS
Rafael Agacino Gonzalo Rivas
A Introducción
B Contexto macroeconóm ico e institucional
C Panorama general: Crisis y recuperación industrial
D Del mito de la desindustrialización al de la modernización:
La industria chilena en los 80
1 Producción remuneraciones
y
empleo
2 Evolución por estratos
3 Inversióny productividad total de factores
4 Comercio exterior
5 Los cambios en la composición del producto industrial
E Perspectivas: ¿Hacia un cambio de tendencia?
Anexo
Bibliografía
Documento
ESTRATEGIAS DE INNOVACION INDUSTRIAL EL CASO DE LA
INDUSTRIA ALIMENTICIA Y METALMECAN ICA CHILENA 1980 1991
Guillermo Wormald
A Introducción
B La evolución del sector manufacturero entre 1980 y 1991
l Apertura y crisis inicial: 1982 1983
2 La fase de recuperación industrial: 1984 1986 87
3
Los años de expansión: 1988 89 1992
C Estrategias de competitividad y productividad en establecimientos alimenticios
y
metalmecánicos durante la década de los
80
1
Innovacióny cambio tecnológico en la empresa
2
Estrategias de competitividad y productividad: Algunos ejemplos relevantes
de las industrias alimenticia y metalmecánica
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3 Estrategias de competitividad
y
productividad: El caso de las empresas
agroindustriales de exportación
4 Estrategias de competitividad y productividad: Resultados de una encuesta
a Magnitud
y
tipo de innovación
b Instrumentos de las estrategias de productividad e innovación tecnológica
c Objetivos de las estrategias de productividad e innovación tecnológica
d
Razones asociadas a las estrategias de productividad e innovación tecnológica
D Estrategias de competitividad e innovación tecnológica
y
sus efectos sobre los trabajadores
1 Estrategias de innovacióny su impacto en la generación de empleo
2 Innovación intensidady organización del trabajo
3
Innovación
y
conocimiento técnico
4
Innovación entrenamientoy capacitación
5 Estrategias de productividad e innovación en la gestión de los recursos humanos
E. Reflexiones finales
Anexo
Bibliografía
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LA INDUSTRIA CHILENA DESPUES DEL AJUSTE:
EVALUACION Y PERSPECTIVAS
A.
Introducción
En los últimos
20
años, la industria chilena
debió enfrentar una drástica apertura comercial,
dos fuertes crisis recesivas, y significativos
cambios de orientación en las señales generadas
por la política económica. Ante tales circuns-
tancias, el aparente buen pie en que actualmente
se encuentra no deja de ser sorprendente.
Si bien, hasta mediados de la década ante-
rior, se produjeron numerosos estudios que
dieron cuenta de la evolución del sector frente a
la apertura y los efectos de la crisis, es poco lo
que se ha hecho en esta materia a nivel general.
Existe pues, una suerte de vacío analítico en
relación con la forma en que la industria se
acomodó al nuevo escenario creado por las
políticas implementadas a partir de 1985, duran-
te la fase del
ajuste estructurul
Este vacío es
más inquietante aún, si se toma en cuenta que
los análisis previos tendían a concluir que Chile
vivía un proceso de desindustrialización, uicio
que marca
un
agudo contraste con el optimismo
con que actualmente se mira la situación del
sector.
El objetivo de este texto es efectuar un
balance del proceso de ajuste vivido durante
la década de los
80
en el sector industrial,
intentando a partir de ahí desprender cuáles
son los nuevos desafíos que deberá abordar.
El trabajo se divide en cuatro secciones. La
primera presenta brevemente el contexto ma-
croeconómico e institucional que ha enmarca-
do el proceso, buscando resaltar el particular
conjunto de incentivos vigente en cada fase.
La segunda sección entrega
un
panorama
general de la evolución del sector en los
últimos
20
años, mientras que la tercera se
concentra en la modalidad del ajuste en los
años
80.
Finalmente, la cuarta plantea
algunas ideas sobre las perspectivas futuras de
la industria ante las nuevas circunstancias y
desafíos.
Como es obvio, dado el nivel de agregación
que aquí se utiliza, tanto el carácter de la discu-
sión como los resultados que se obtienen, deben
entenderse como un intento de explicación de
lus tendencius mus generules
que mostró la
industria durante la década pasada; del mismo
modo, el análisis de las proyecciones y los
nuevos problemas que de éstos se derivan, se
sitúan al mismo nivel. Ello, por cierto, no
significa suponer la coincidencia estricta entre
tendencias generales y específicas, sino más
bien acentuar las primeras de acuerdo con el
propósito de este artículo.
A
fin
de aliviar el texto, se han reducido al
mínimo imprescindible los cuadros estadísticos,
presentándose en anexos tanto éstos como las
explicaciones metodológicas.
B. Contexto macroeconómico
e institucional
Como es sabido, a partir de 1975 la econo-
mía chilena se vio inmersa en un proceso de
profundas transformaciones institucionales, las
cuales apuntaron a configurar una economía de
libre mercado, plenamente abierta al exterior, en
un
marco de disminución de la intervención
y
tamaño del aparato estatal.
Una de las reformas de mayor alcance e
implicancias fue la apertura comercial. Durante
las décadas previas a 1970 el régimen de comer-
cio exterior se había caracterizado por la vigen-
cia de altas tasas de protección nominal, y una
importante dispersión de los niveles de
tarifa^ ^
A través de sucesivas reducciones, el nivel
arancelario bajó de un 94 promedio, en di-
ciembre de 1973, a un 10 parejo, en julio de
1979.
Por otra parte, durante el gobierno de la
Unidad Popular (1 970- 1973) se habían acumu-
lado importantes desequi librios macroeconóm i-
cos, los cuales se expresaban en un déficit fiscal
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superior al 27 del
producto interno ruto
(PIB), inflación galopante,' y significativo
déficit en cuenta corriente.
La nueva autoridad intentó resolverlos
aplicando un severo programa de estabilización:
fuerte devaluación, reducción del gasto público,
alza de tarifas públicas, control salarial y con-
tracción monetaria. La aplicación de éste, junto
con la crisis del petróleo, llevaron en 1975 a una
caída del PIB de un 16.6 ; al tiempo que a
comienzos de 1976 el desempleo comenzaba a
superar el 20 de la fuerza de trabajo.
Las dificultades para quebrar la tendencia
inflacionaria llevaron a
l
autoridad a utilizar el
tipo de cambio para frenar las alzas de precios.
Así, de 1976 en adelante se produjeron una serie
de revaluaciones,4 hasta que en 1979 se optó por
fijar la paridad cambiaria nominal, situación que
se mantuvo hasta mediados de 1982. Como en
ese lapso la inflación interna tendió a ser supe-
rior a la internacional, el tipo de cambio real
sufrió una importante apreciación.
De este modo, la evolución cambiaria no
compensó la disminución de las tarifas arance-
larias, generándose un sostenido descenso del
costo de importar,' lo cual, afectó particular-
mente las actividades sustitutivas de importacio-
nes; es decir, gran parte del sector industrial.
Por otra parte, las tasas de interés se mantu-
vieron extraordinariamente altas hasta 1980.
No deja de ser impactante que estas elevadas
tasas de interés internas coexistieran con un
flujo creciente de créditos externos a tasas
significativamente más reducidas. La importan-
cia de estos fondos fue creciente en la estructura
de financiamiento del endeudamiento interno,
pero su acceso directo estaba limitado a las
grandes empresas y a la banca privada, generán-
dose entonces una alta disparidad en las condi-
ciones que enfrentaban los agentes económicos.
En consecuencia, durante los años 70, la
economía chilena no sólo hubo de hacer frente
a drásticas reformas institucionales, sino tam-
bién a las secuelas de un programa de estabili-
zación fuertemente recesivo, tasas de interés
extraordinariamente elevadas, y una dramática
disminución de los costos de importar. No
obstante lo anterior, el creciente flujo de
créditos externos posibilitó que, a partir de
1977, el PIB se expandiera hasta llegar a superar
el 8 anual.
En ese contexto, el consumo privado fue un
agente privilegiado de la recuperación luego de
la recesión de 1975. Junto con el aumento de
éste, se produjo un fuerte aumento de las impor-
taciones, las cuales se constituyeron, en el
período, en el componente más dinámico del
gasto.
Ciertamente las exportaciones también
mostraron un interesante crecimiento, pero no
bastó para financiar el incremento de las impor-
taciones. De hecho, salvo el año 1976, durante
todos los años considerados, el saldo de la
balanza comercial resultó deficitario, con una
tendencia incremental en el tiempo. Este déficit
fue cubierto con créditos externos crecientes,
generándose una espiral de endeudamiento
externo que tomó excepcionalmente vulnerable
la economía chilena a las fluctuaciones de los
mercados financieros externos.
La fragilidad del crecimiento experimentado,
quedó de manifiesto en el comportamiento de la
inversión, la cual sólo en 1980 alcanzó los
niveles absolutos de 1970. Mas aun, durante
todos los años concernidos,la proporción de ésta
sobre el producto nunca llegó al 20 ; esto es,
su nivel promedio durante la década de los 60.
Dada la evolución reseñada, se comprende
que la crisis de la deuda externa afectara tan
duramente a la economía chilena. En 1982 el
P I B cayó un 14.1 , mientras que al año si-
guiente lo hizo en un 0.7 . Aparejada a esa
caída del producto hubo una dramática alza de
la tasa de desocupación, que alcanzó un
28.5 en 1983; mientras que las importacio-
nes llegaban ese mismo año a menos de la
mitad del nivel de 198 1.
Las fuertes presiones sociales obligaron al
gobierno a un cambio de rumbo en su política.
Junto con implementar diversas políticas expan-
sivas, se introdujeron una serie de medidas
heterodoxcrs como la elevación de los aranceles
a las importaciones, la introducción de sobreta-
sas arancelarias para productos específicos, la
fijación de bandas de precios para la produc-
ción agrícola, y una velada intervención de la
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autoridad para fijar el nivel de las tasas de
interés (Larraín y Velásquez, 1986).
La mantención, e incluso agravación del
desequilibrio externo, obligó a un nuevo cambio
de rumbo en 1985, frenando el impulso expansi-
vo. El nuevo programa puso el acento en la
conjunción de un fuerte estímulo exportador,
con la mantención de políticas de austeridad en
el gasto interno para generar el ahorro suficiente
para cumplir con las obligaciones con los acree-
dores externos, y así financiar niveles superiores
de inversión. Su implementación contó con el
apoyo financiero del Fondo Monetario Interna-
cional y del Banco Mundial, e involucró nuevas
alzas del tipo de cambio, manteniéndose un
férreo control sobre el gasto público y la evolu-
ción de los salarios.'
El tipo de cambio real se elevó sostenida-
mente lo que, unido al aumento de las tarifas
arancelarias, condujo a un aumento mayor aún
del costo de importar. Ciertamente la conten-
ción de los salarios reales jugó un rol primordial
en la consecución de los niveles de devaluación
real logrados en el periodo. En efecto, de
acuerdo a los datos oficiales, en 1989 aún no
recobraban el poder adquisitivo de 1981, y
menos aún el de 1970, siendo la caída del ingre-
so mínimo más dramática todavía.
En consecuencia, si se considera de manera
conjunta el movimiento del tipo de cambio, la
protección arancelaria, los costos salariales y la
tasa de interés, se concluye que las empresas de
los sectores transables vieron significativamente
incrementada su rentabilidad, otorgando así un
cariz diferente a este proceso de ajuste respecto
al período anterior.
El impacto del nuevo cuadro de políticas en
las cuentas externas fue impresionante. En
198 el déficit alcanzaba los
4
733 millones de
dólares corrientes, equivalente a un 123% de
las exportaciones de ese año, en 1988 llega a
167 millones de dólares; es decir, cerca de un
2% de los ingresos de exportación.
Dos movimientos contribuyeron de manera
fundamental al mejoramiento de las cuentas
externas. Por una parte, una fuerte reducción de
las importaciones (cuyo valor en dólares en
1986 era aún inferior a la mitad del alcanzado
en 198 l), y una sostenida expansión del volu-
men físico de exportaciones.
El esfuerzo para ajustar las cuentas externas
queda reflejado en la evolución del consumo y
la inversión. En efecto, a pesar que, en 1987, el
producto recupera su nivel previo a la crisis,
ello no ocurre de este modo en el caso de estos
componentes del gasto.
El caso de la inversión ilustra bien los pro-
blemas que genera un crecimiento cíclico. Al
final del ciclo expansivo de los años 70 las
empresas tuvieron la oportunidad de endeudarse
fuertemente, iniciando un proceso de readecua-
ción tecnológica que se reflejó en un crecimien-
to de las importaciones de bienes de capital. Sin
embargo, la recesión posterior implicó que
muchas de esas inversiones no pudieran ser
amortizadas inmediatamente. Al mismo tiem-
po, muchas quedaron fuertemente endeudadas
por lo que la recuperación de sus ingresos fue
canalizada a sanear su precaria situación
financiera.
Por otra parte, la inestabilidad de las politi-
cas, y la propia inseguridad que se genera en las
coyunturas post-recesivas (en que nunca hay
certeza respecto al ritmo e irreversibilidad del
proceso de recuperación) posi bi itan comporta-
mientos especulativos atentarios de la inversión.
Analizando la situación posterior a 1982
Infante (1988) encuentra que la rentabilidad
posible de obtener a través de la especulación
en dólares y10 en la bolsa de valores llegó a
u
promedio de 55.1% anual en el período que va
del último trimestre de 1982 al último de 1987.
Evidentemente, en tales condiciones las pers-
pectivas de las inversiones productivas se
resienten de manera notable. Solamente hacia
el final de la década la inversión llega a
superar el nivel absoluto alcanzado en 198
pero aun así llegaba a representar sólo
u n
1 8.6% del producto en 1989.
C.
Panorama general Crisis
y
recuperación industrial
El discurso predominante en la última
década sobre la industria chilena, osciló
desde la idea de
u
proceso inexorable de
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desindustrialización, hacia la visión de una
industria que fuera capaz de sobreponerse a las
adversidades, modernizando integralmente su
gestión y sus procesos productivos. Ciertamen-
te, a la luz de los hechos, nadie sostendría hoy la
primera postura, pero no deja de ser curioso el
rápido tránsito desde los negros pronósticos,
imperantes a mediados de los 80, al franco
exitismo que pareciera albergar el diagnóstico
actual.'
En los últimos 20 años el sector manufactu-
rero chileno enfrentó tres fuertes shocks: los
drásticos cambios institucionales operados en la
economía por el régimen militar, la crisis del
petróleo en 1975 y de la deuda externa a inicios
de los años 80. Si bien, como se vio en la
sección precedente, estos fenómenos afectaron
al conjunto de la economía chilena, sus efectos
fueron particularmente severos en el sector
manufacturero.
Lo anterior se entiende fácilmente, si se
toma en consideración que hasta 1973 la indus-
tria ocupaba en Chile el lugar central de la
estrategia de desarrollo, en el marco clásico de
aplicación de la industriulizución por sustitu-
cirín de impartacione.~ISi) vigente en América
Latina. En la práctica, ello significaba la exis-
tencia de un conjunto de dispositivos institucio-
nales y financieros que volcaban el apoyo del
Estado al sector.
De este modo, el sector manufacturero no
sólo sufrió los rigores de los ajustes macroeco-
nómicos, sino que debió enfrentar el desafío de
adecuarse a la nueva estructura de incentivos
creada por los cambios institucionales introduci-
dos partir de 1975. Sin duda, para la industria
el más significativo de esos cambios fue el
rápido paso de un régimen de elevada protec-
ción arancelaria, a la vigencia de un arancel
parejo de un 10% en julio de 1979, en un con-
texto de sostenida caída del costo de importar,
que se prolongó hasta plena crisis en 982.12
Si bien hasta 198 la industria compartió con
los restantes sectores el boom expansivo genera-
do por la masiva afluencia de créditos externos,
ese proceso no le significó recuperar el peso que
tenía en el producto geogrufico bruto (PGB)
global antes de 1975. Más aun, la expansión del
PIB industrial entre 1976
y
198 fue acompaña-
da de una reducción absoluta en el uso de
factores (véase cuadro 9), y de una leve dismi-
nución en el número de establecimientos.
En consecuencia, la dinámica de la industria
durante el período expansivo 1976- 198 se
caracterizó por una racionalización en el uso de
factores, que redundó en una elevación relativa
del capital disponible por trabajador, y de un
aumento del tamaño de planta promedio. Ello
se reflejó en un incremento de la produclividud
lotul de fuctores PTF), indicando una mayor
eficiencia en la operación del sector. Este
resultado no es obtenido por una renovación de
la base técnica de operación, sino por cambios
introducidos fundamentalmente a nivel del
proceso de trabajo que involucraron una mayor
disciplina laboral, intensificación y extensión de
las jornadas,I4 etc.
La especial combinación de incentivos que
influyó para que se materializara este particular
proceso de ajuste en el sector industrial incluyó
la vigencia de altas tasas de interés reales, una
sostenida pérdida de rentabilidad de los sectores
transables, existencia de capacidad instalada
ociosa, un sector laboral atemorizado, debilitado
en su organización, y carente -al menos durante
buena parte del período en cuestión- de medios
legales de protección y finalmente, costos
salariales reales en ascenso a partir de 1978
producto de la vigencia de
un
mecanismo de
indexación según inflación pasada en el contex-
to de inflación descendente. En ese marco, sólo
en los últimos años del período se observa un
esfuerzo importante en materia de inversión, y
los escasos antecedentes disponibles indican
que tal esfuerzo se habría concentrado sólo en
algunos establecimientos.
En definitiva entonces, durante este tiempo
la industria debió afrontar una drástica apertura
en
un
contexto marcado por una creciente
pérdida de competitividad respecto de las im-
portaciones, elevadísimos costos financieros y
las secuelas del ajuste efectuado en 1975. En
ese contexto, la recuperación que experimenta
el producto industrial a partir de 1976 sólo se
explica por el fuerte incremento de la deman-
da interna que posibilitó la expansión de los
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créditos externos (Gatica y Pollack, 1986). Al
producirse la reversión de los flujos de capitales
la industria sufre duramente el golpe, y el pro-
ducto del sector experimenta una caída de un
2 en 1982, mientras el empleo lo hace en
u
27.4%.
Los efectos de la crisis de la deuda fueron
bastante más allá que los de
u
episodio recesi-
vo. En efecto, como se vio en la sección prece-
dente, se produce un importante cambio en las
políticas económicas, generándose un nuevo
marco de señales para los agentes económicos.
Así, la recuperación en este nuevo período se
produce en un contexto marcado por un mayor
grado de protección a la actividad doméstica
-tanto por la vía arancelaria como por el manejo
cambiario- tasas de interés sustancialmente
menores a las del período anterior y costos
salariales descendentes. Todo ello repercutió en
una importante elevación de la rentabilidad de
los sectores transables y, por ende, de la indus-
tria.
Como se puede apreciar en el gráfico 1,
hacia 1987 el sector manufacturero no sólo
había recuperado el nivel previo a la crisis, sino
que superaba el de 1972, que constituía su peak
histórico. A partir de ese momento se inicia una
fase de crecimiento que no se ha interrumpido
hasta ahora. Si bien en un primer momento la
recuperación de la producción industrial se
fundó en el desplazamiento de importaciones,'
posteriormente el componente fundamental ha
sido la expansión progresiva de la demanda
interna (Agacho, Rivas
y
Román, 1992) esti-
mulada a su vez por el crecimiento de las expor-
taciones.
Un rasgo que marca una diferencia
notable con la recuperación de la segunda
mitad de los 70, es que durante la de los
80 el empleo manufacturero creció de mane-
ra vertiginosa. En efecto, de acuerdo a las
cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación
del INE, en 1989 el número de ocupados
en el sector industrial duplicaba el de 1982,
aumentando su peso en el total de la ocupa-
ción nacional desde el magro 13.91% al que
llegó en 1982, a un 16.7% en 1989, partici-
pación que ha mantenido con posterioridad
y que se sitúa a un nivel similar al alcanzado a
fines de los 70.
En definitiva entonces, sólo luego de la
recuperación de la crisis de la deuda y de la
implantación de las políticas de ajuste estructu-
ral el sector manufacturero chileno parece
haberse adecuado al nuevo marco que impu-
sieron los cambios operados en la estrategia
de desarrollo a partir de mediados de los
años 70,
y
particularmente a la apertura al
comercio internacional.
A continuación se analiza la modalidad
particular de ajuste de la industria en los 80,
buscando identificar por una parte, las condi-
ciones que enmarcaron la recuperación, y, por
otra, las tendencias de carácter más estructu-
ral que han ido tomando cuerpo en el proce-
so de ajuste
y
crecimiento del período.
D Del mito de la desindustrialización a l de
la modernización: La indus tria chilena en
los 8 19
1.
Produccih remuneraciones
y
empleo
El cuadro presenta la información reporta-
da por los Anuarios Manufactureros del INE
respecto a la evolución de la producción física
y
la ocupación media anual. Se indican asimis-
mo las elasticidades brutas empleo-producto y
la variación de la productividad media para cada
año.
Como se señaló con anterioridad, a partir de
1984 se observa un elevado incremento de la
ocupación manufacturera, particularmente en
los años 1985
y
1987, en los cuales la expansión
del empleo sobrepasa con largueza la del pro-
ducto. Aun sin considerar esos años, las elasti-
cidades empleo-producto (brutas) que resultan
para el período post 1983 son significativamente
elevadas, y difícilmente sostenibles en el tiem-
po. En efecto, aparejada a esta fuerte expansión
relativa del empleo se encuentra una caída de la
productividad media del trabajo para el conjunto
del período referido, que contrasta con los
fuertes incrementos observados en 1980 y
198 1. Si bien a partir de 1988 hay variaciones
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Gráfico
PGB INDUSTRIAL, 1970-1991
Fuente:
Banco Central de Chile.
Cuadro
1
INDUSTRIA: ELASTICIDAD EMPLEO-PRODUCTO PRODUCTIVIDAD, 1979-1990
Fuente:
Sobre el Censo
y
Anuarios de la Industria Manufacturera. INEi Datos válidos para los establecimien-
tos de 10 o más trabajadores,
excluido el sector
372
cobre). El IPF corresponde al índice de
producciónfisica
publicado por el
INE
Año
1979
Ocupación me-
dia Np perso-
m
302 478
Variación ocu-
pacional
( )
IPF
índice
1979
=lo
100.0
Variación IPF
( )
Elasticidad
coeficiente)
Valor PMF
( )
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
13/92
positivas de la productividad media física del
bruto2 (véanse cuadro 2 y gráfico 2).
trabajo, los aumentos son marginales.
Un elemento significativo de la expansión
Este crecimiento mediante el uso extensi-
ocupacional en el sector manufacturero durante
vo de la mano de obra en el sector industrial,
este lapso, es la elevación de la participación
fue posible por el hecho que la baja productivi-
femenina en el empleo. Como lo muestra el
dad laboral fue compensada por una drástica
cuadro
3
este fenómeno se da en todas la cate-
reducción de las remuneraciones. Estas cayeron
gorías, aun cuando es particularmente fuerte
prácticamente de manera continua hasta 1987
entre los empleados, como era de esperar.
inclusive, y aunque de 1988 en adelante la Aun cuando no existen antecedentes
tendencia se revertió, en 1990 estaban aún por que nos permitan sugerir que este incremento
debajo del nivel alcanzado en 198 1. De hecho,
en la participación femenina haya incidido
la reducción de los costos salariales, entre 1984 en el comportamiento de la productividad
y 1989(-5 como promedio anual), compensó laboral, sí hay diversos estudios que han mostra-
con creces la disminución de la productividad do que las mu-jeres tienden a ser peor
(-2.1%
promedio anual), de modo que la remuneradas que los hombres para similares
participación de las remuneraciones en el calificaciones. Asimismo, investigaciones en
vdor ruto eproducción
VBP) industrial se países del sud-este asiático sugieren que las
redujo a casi la mitad (-2.9% por año) de la que trabajadoras son más dóciles y menos inclina-
tenia en 1979-1981, en beneficio de la expan- das a formar sindicatos que los hombres (Blanc,
sión de los costos intermedios y del excedente 1985).
Gráfico
2
EVOLUCION DE LA S PARTICIPACIONES EN EL VBP
1979-1989
ENBP
( )
UCIIV P
RNBP
)
Fuente
Cuadro 2
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
14/92
Cuadro
2
PARTICIPACIONES EN EL VBP 1979 1989
en
porcentajes
Fuente:
Agacho 1993). Sobre
V
Censo
y
Anuarios de la Industria Manufacturera, INE. Datos válidos para
establecimientos
de
10 o más trabajadores excluido el sector
372
l
Deflactado por un lndice
de
variación
de
precios de bienes industriales.
Ciertamente no disponemos de informa-
ción como para plantear que el incremento en la
contratación de mujeres haya sido una estrategia
deliberada de las
firma^,^
pero su carácter
tendencia1 indica que es un proceso que no
puede ser obviado al momento de evaluar las
nuevas características del sector.
2 volucicinpor estratos
La evolución reseñada Iiasta el momento,
da cuenta de la situación del conjunto de los
establecimientos industriales de diez o más
trabajadores. Al desagregar el análisis diferen-
ciando entre las empresas de diez a 49
y
las de
50 y más, surge una significativa divergencia
entre ambos estratos. En efecto, como lo reve-
lan las cifras del cuadro 4, ambos no siguieron
una modalidad común de ajuste.
La
gran induvtriu (GI)
-50 o más
trabajadores- muestra un patrón que se caracte-
riza por un aumento significativo del número de
establecimientos, y un incremento aún mayor de
la ocupación, lo que redunda en el incremento
del tamaño medio de los mismos. En este caso
entonces, la recuperación se acompaña no sólo
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
15/92
Cuadro 3
ESTRUCTURA OCUPACIONAL POR GENER O 1979 1990
porcentaje)
II
Mo
Mujeres ombres Mujeres ombres Mujeres ombres Mujeres ombres
I
Fuente
Sobre V Censo y Anuarios de la Industria Manufacturera, INE Incluye establecimientos de 10 o más
trabajadores excluidoe l sector 372.
por el recurso del uso extensivo de la mano de
exhibida en 1979.*'
Aun cuando no se cuenta
obra, sino también por
el
surgimiento de nume-
con índices de producción desagregados por
rosas nuevas empresas que aprovechane l bajo
estratos, con los antecedentes disponibles es
costo laboral?'
posible observar que el ajuste es asimétrico
respecto de la evolución de la productividad
Es diferente la evolución de la
pequeñu
inedia física del trabajo. En efecto, s i conside-
mediunu industri
(PyMI). El número de unida-
ramos el índice de producción física general, en
des productivas venia descendiendo desde antes
el período 1984- 1990 la productividad media
de la crisis de la deuda, estabilizándose sólo
aumenta en la PyMl ocurriendo lo contrar io en
hacia
e l
final
de
la década. Ello estaría indican- la GI. Las cifras del cuadro
5
indican que la
do entonces que este estrato estaba viviendo ya
PyMl aumentó la productividad inedia en un
un proceso
de
ajuste con anterioridad a los
5.5 anual durante el período en tanto, en igual
cambios. S i bien también en la PyMl aumenta
lapso, en la G1 ésta disminuía a una tasa del
la ocupación media por establecimiento, ello se
4.3% por año.
materializa en conjunción con una tendencia a
la disminución de la ocupación y un incremento
En definitiva entonces, el ajuste de la
notable de la producción por firma , la cual
PyMl se efectúa elevando la productividad de la
iiicluso en 1990, es superior al doble de la
mano de obra, con una reducción del número de
Prop y fam
Empleados
Obreros Total
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
16/92
Cuadro
4
TAMAÑO DE ESTABLECIMIENTOSY OCUPACION POR ESTRATOS 1979-1990
10 a
49
trabajadores 50 o más trabajadores Industria
Año
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
Fuente SobreV Censo y Anuarios de la Industria Manufacturera INE. Incluye establecimientos de 10 o más trabajadores excluido sector
372.
El valor
VBP
a precios constantes se obtiene utilizando el Zndice de Producciónfisica publicado por INE.
b
establ.
4 506
4 057
3 700
3 497
3 248
3 308
3 160
2 950
3 135
2 967
2 901
2 919
Ocup.
media.
90 344
82 102
76 253
70 433
66 600
71 482
70 309
67 703
72 495
70 771
70 396
70 537
estbl.
1 273
1 220
1 144
960
936
1 046
1 148
1 231
1 400
1 493
1 592
1 633
NlJ
estbl.
5 779
5 277
4 844
4 457
4 184
4 354
4 308
4 181
4 535
4 460
4 493
552
Ocup. media
20.0
20.2
20.6
20.1
20.5
21.6
22.2
23.0
23.1
23.9
24.3
24.2
Ocup.
media
212 134
198 416
184 121
144 637
143 995
161 600
177 631
199 889
234 981
255 707
284 120
290 844
Iestbl.
VBP 79
(1979=100)
100.0
119.8
133.0
112.9
128.5
140.0
147.4
172.0
169.3
193.5
215.4
219.5
Ocup. me-
dia
52.3
53.2
53.8
48.3
50.3
53.5
57.6
64.0
67.8
73.2
78.9
79.4
Ocup. media
166.6
162.6
160.9
150.7
153.8
154.5
154.7
162.4
167.8
171.3
178.5
178.1
VBP 79
Iestbl.
(1979=100)
100.0
113.0
122.1
116.0
126.1
125.9
116.3
119.2
110.2
112.9
116.1
116.3
VBP 79
lestbl.
(1979=100)
100.0
112.6
121.5
116.2
125.9
125.1
114.7
116.4
107.1
108.6
110.9
110.9
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
17/92
Cuadro
5
VARIAC ION DE LA PRODUCTIVIDAD MEDIA FISICA DEL TRA BAJ O 1979-1990 ( )
10 a 49 trabajadores
Media 80-8 1 4.6 -8.1 12.7 -6.8
I I
50 o más trabajadores
Año
1980
1981
l
Fuente
Sobre V Censo
y
Anuarios de la Industria Manufacturera,
INE y
cuadros anteriores. Incluye
establecimientos de
10
o más trabajadores excluido sector
372
establecimientos, pero aumentando el tamaño de
En consecuencia, al conjugar la evolución de las
la planta promedio y su eficiencia. En la GI, la
remuneraciones y de las productividades relati-
recuperación, y el posterior crecimiento,descan-
vas, la tendencia resultante es que la PyMl ha
san fundamentalmente en la masiva incorpora-
estado operando con costos laborales menores
ción de mano de obra, con una importante
aún que lo que sugieren las cifras salariales,
creación de nuevos establecimientos, pero con
incrementando por una doble vía su competitivi-
un descenso de la productividad laboral.
dad respecto de la Gl.24
ariación
IPF
7.9
1.2
Media 80-83
Media 84-90
Más allá de las diferencias anotadas,
ambos segmentos productivos se beneficiaron
igualmente del bajo costo laboral vigente en el
período cuadro
6).
De hecho, si se comparan
las remuneraciones con el punto más alto alcan-
zado ( 98
,
los salarios de empleados y obre-
ros de la PyMI cayeron mas que los de la GI.
Variación
ocupación media
-9.1
-7.1
-7.0
6.4
Actualmente no es posible afirmar si este
resultado del proceso de ajuste del sector manu-
facturero durante los
80
se mantendrá en el
futuro. Sin embargo, cabe hacer notar que esta
sensible disminución relativa de los costos
laborales de la PyMI respecto de la GI, puede
ser visto como uno de los incentivos que han
Variación PMF
17.0
8.3
-6.5
0.9
Variación
ocupación
-6.5
-7.2
-0.5
5.5
Variación PMP
14.4
8.4
-10.9
10.6
3.9
-4.3
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
18/92
Cuadro 6
SALARIOS REALES MEDIOS POR ESTRATO 1979 1990
miles de 1979)
Fuente:
Sobre V Censo y Anuarios
de
la Industria Manufacturera, INE
Incluye
establecimientos de
10
o más
trabajadores. Deflactados según
indice de precios u1 consumidor
(1PC)-INE.
Año
1979
1980
1981
1982
1093
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
operado para explicar la expansión de las prácti-
cas de subcontratación que existen en el
sector.25
3 nversicín protluctividad total
e
factores
El cuadro 7 presenta la evolución de las
inversiones nuevas efectuadas por los estableci-
mientos industriales entre 1979 y 1989 desglo-
sada por ítemes. Son dos los heclios que pare-
cen más significativos. En primer lugar, la
inversión en maquinaria y equipos sólo remonta
(espectacularmente por lo demás) al nivel de
1979 en 1989. Si asumimos que buena parte del
progreso técnico es incorporudo, esta situación
10a 49
Empleado salario
medio $79
208.68
206.03
225.64
214.73
187.19
177.99
157.53
151.78
136.91
141.22
158.00
171.01
nos indica que hasta 1988 los esfuerzos en
materia de renovación tecnológica fueron esca-
sos en el sector inaiiufacturero chileno.
trabajadores
Obrero salario
medio $79
81.78
84.53
91.10
85.42
70.46
64.75
58.25
58.15
57.62
61.85
68.91
70.76
El segundo Iiecho singular, es que la
inversión en edificios supera ya en 1986 los
niveles de 1979. Ello es coherente con la infor-
nación referida al surgimiento de iiumerosos
nuevos establecimientos en el período, pero
resulta de más difícil conciliación con la evo-
lución reportada por la inversión en maquinaria
y equipo. Una posible explicación puede radi-
car en los niveles de partida muy disímiles. Es
decir, en 1979 los esfuerzos relativos habrían
estado concentrados en la incorporación de
nuevas maquinarias en fábricas ya existentes,
por lo que la edificación industrial podría haber
50
o más
Empleado salario
medio $79
367.23
402.18
432.18
408.35
367.86
371.83
335.81
337.25
299.75
313.74
341.64
345.19
trabajadores
Obrero salario
medio $79
116.44
128.35
137.75
130.25
114.04
102.94
97.48
94.85
93.97
98.72
105.99
108.71
Total
Empleado salario
medio $79
334.67
362.64
390.88
362.21
325.41
326.55
296.60
300.35
268.97
283.17
311.64
317.89
Obrero salario
medio $79
105.88
115.14
123.54
115.06
99.89
91.00
86.19
85.42
85.28
90.66
98.58
101.19
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
19/92
Cuadro
7
mayor tamaño. Que ello no se haya reflejado en
una disminución de la productividad laboral de
lNVER SIONE S NUEVAS 1979-1 989
la PyMI, sino que por el contrario, ésta haya
índice, de
9
79
aumentado, tanto de manera absoluta como
relativa respecto de la GI, es indicativo de un
significativo proceso de racionalización en este
segmento industrial, que debe haber ido acom-
pañado de incrementos en la extensión y10
intensidad de la carga de trabajo.
Lamentablementeel Censo Manufacturero
de 1979 sólo entrega información sobre los
activos disponibles para los establecimientos de
más de 50 trabajadores, lo que imposibilita el
cálculo de la productividad total de factores
para el segmento de menos de 50 En lo que
sigue, por lo tanto, se presentan los resultados
relativos al estrato de mayor tamaño cuadro 9).
La evolución de la PTF a partir de 1984
refleja el sesgo extensivo en el uso de la mano
de obra de la recuperación de la GI. El creci-
miento que experimenta la producción industrial
se efectúa a través de una utilización creciente
del factor trabajo, con un incremento marginal
de la inversión. El efecto de dicha dinámica es
Fuente:
Sobre
V
Censo y Anuarios de la Industria
Manufacturera,
INE
incluye establecimientos de
O
o
ás trabajadores excluido sector 372
estado particularmente reducida. Adicional-
mente, cabe pensar que algunos de los nuevos
establecimientos se instalaron recurriendo a
maquinaria de fábricas que quebraron. Por
último, también se puede plantear como hipóte-
sis que las compras de maquinarias y equipos
se concentraron en las nuevas unidades produc-
tivas, lo que revelaría un atraso relativo mayor
aún para las empresas pre-existentes.
Al desagregar el comportamiento de las
inversiones nuevas por estratos cuadro
S ,
se
aprecia una importante diferencia en la evolu-
ción de los dos segmentos identificados. En
efecto, llama la atención que la caída de las
inversiones es más temprana y mucho más
fuerte en el caso de la PyMI, que en la GI.
Estos hechos estarían indicando que en el
período la PyMl se habría rezagado tecnológi-
camente respecto de los establecimientos de
una disminución de la eficiencia en el uso de los
factores. Si bien hacia el final del período se
constata u incremento en la adición de bienes
de capital, su efecto inmediato es acrecentar el
rasgo utilizador de factores del proceso de
crecimiento, y por tanto una caída mayor de la
PTF, situación que se da en 1989.
Los antecedentes anteriores, en una pers-
pectiva más larga, hacen posible trazar la senda
que siguió la GI durante las dos décadas anterio-
res. Las tasas medias de crecimiento de la
producción observadas durante los períodos
1976 198 y 1984 1989, ambos con
procesos de ajuste y recuperación frente a
dos crisis, muestran que las firmas pronta-
mente recobraron su dinamismo. Sin em-
bargo, el tipo de incentivos explícitos e
implícitos derivados tanto de la política eco-
nómica como de los cambios en el marco
institucional, prefijó caminos posibles que
hicieron que tal dinamismo se fundara más en
las oportunidades que en los limites que tales
líneas de política
y
cambios institucionales
imponían.
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
20/92
Cuadro
INVERSIONES NUEVAS POR TIPOS
E
ESTABLECIMIENTOS 1979 1989
índice,1979 = 100
10a 49 trabajadores 50 omás trabajadores
Fuente:
Sobre
V
Censo y Anuarios de la Industria Manufacturera INE. Se excluye sector372
Año
1979
1980
Material
transporte
100 O
90 2
Total
100 O
127 O
Total
100 O
56 O
Edificios
100 O
57 7
Edificios
100 O
89O
Maquinaria
y
equipo
100 O
51 O
Maquinaria
y
equipo
100 O
136 8
Material
transporte
100 O
109 3
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
21/92
Cuadro 9
PTF. INDUSTRIA MANUFAC TURERA 1979-1981,1984-1988Y 1989
promedios anuales en porcentu/e.v)
Fuente:
Agacho, Rivas
y
Román 19 ).
Aíio
1989
y
actualización: esta investigación.
Nota:
Las letras
Q, M
L
y K
indican tasas medias de crecimiento anual del
VBP consumo intermedio, ocupucicín
y del stock neto de capital; las tres columnas siguientes, las participaciones del gasto en insumos y factores
sobre el VBP. *) Excluye los aíios 1982 y 1983.
**)
La PTF de 1989 se calculó manteniendo constantes
las participaciones de los factores e insumos del período 1984- 1988.
Si el objetivo estratégico desde 1975, era
la modernización de la industria en un marco de
liberalización y de apertura al comercio mun-
dial, lo que parece resultar es más bien un
simple reacomodo por parte de la firmas a las
nuevas condiciones: una
modernizucicín espúreu
que combina, por una parte, crecimiento con
racionalización,
y
por otra, crecimiento con
regresión distributiva.
El cuadro 9 es revelador al respecto: si en
el primer período una PTF positiva evidencia un
eventual progreso técnico, la evolución observa-
da en la utilización de factores indica lo contra-
rio.
Y
en el segundo, una PTF negativa y sobre
todo una evolución en la utilización de factores
como la obtenida, no dejan dudas respecto que
la ruta seguida por la industria no fue la intro-
ducción masiva de cambio técnico.
El gráfico ayuda a comprender tales
tendencias. Entre 1975 y 1982, aumenta la
relación capital-trabajo lo que muestra la exis-
tencia de más unidades de capital por unidad de
trabajo. Sin embargo, tal aumento se origina en
una disminución más que proporcional de la
ocupación media respecto a la disminucicín del
slock
neto de capital. El sólo hecho que ambos
factores disminuyan cuando la producción se
expande es de por sí
un
efecto positivo sobre la
15
PTF, pero nada más que eso; progreso técnico
es otra cosa. ¿Como podría haberlo si el parque
de capital ha tendido a disminuir en el tiempo?
Por otra parte, desde 1982 a 1989, se invierte la
tendencia en la relación pero las curvas
K
y L
muestran que la disminución se origina en
un
fuerte aumento de la ocupación media con
un
virtual estancain iento en el parque de capital.
Nuevamente, en este período, el cambio técnico
no parece caracterizar la senda seguida por la
generalidad de los establecimientos de diez o
más trabajadores. Las cifras del cuadro anterior
explican sucintamente esta tendencia: si la
ocupación se expande en más de un 12 pro-
medio anual entre 1984 1989
y
la participación
de la masa de remuneraciones en los costos
totales sólo aumenta en poco menos de dos
puntos respecto del período anterior, es más que
evidente que la variable de ajuste está siendo el
nivel de salario real.
En suma, la dinámica del crecimiento
post crisis se funda en mecanismos distintos.
En el primer período observamos la
expulsicin
de factores con claro sesgo hacia el trabajo, la
lógica de la eficiencia productiva por medio de
la racionalización; en el segundo, lo opuesto, la
absorción de factores con uso extensivo del
trabajo.
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
22/92
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
23/92
Cuadro 1
EVOLUCION DE LAS EXPORTACIONES 1970-1989
millones de dólares corrientes)
Año Cobre 1) Min. no cobre 2)
Agrop. y del
mar
3) Ind. base rec. nat. 4) Resto indust. 5)
Total 6) 5)1 6) ( )
1970 839.80 114.20 32.80
57.70 67.20 1 111.70 6.04
1971 701.20 117.00 38.80 67.50 72.30
996.80 7.25
1072 618.20 104.90 21.30 48.50 54.50 847.40
6.43
1973 1 048.70 127.10 25.00 48.50 54.20 1 303.50 4.16
1974 1 623.30 157.10 57.40
159.20 149.00 2 146.00 6.94
1975 868.20 206.40 84.30 149.70 245.30
1 553.90 15.79
1976 1 233.20
184.40 111.20 238.20
341.60 2 108.60 16.20
Fuente: anco Central de Chile.
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
24/92
exportaciones industriales habría tenido un
comportamiento simétrico en las fases previa y
posterior a la crisis de 1982. Si bien en térmi-
nos de los montos totales ello puede ser posible,
al analizar más en detalle las exportaciones
desglosadas por ramas surge una imagen dife-
rente.
En efecto, si se compara la situación de
1980 con la de 1988 (véase cuadro 1 1 se
puede apreciar que entre ambos años se expande
notablemente la cantidad de ramas que venden
alguna parte de su producción al e ~ter io r.~'n
definitiva, entonces, hacia 1988, la actividad de
exportar estaba notablemente más difundida en
el sector manufacturero nacional que en el auge
ligado al
boom
de la deuda externa, sin perjuicio
de las significativas diferencias en los montos
exportados entre las diferentes ramas.
Sin duda es posible que esta extensión de
la actividad exportadora se explique en buena
medida por el set de incentivos que acompañó la
recuperación de la segunda mitad de los 80. Sin
embargo, no es posible descartar que también
haya influido la necesidad de buscar nuevos
mercados ante la deprimida situación de la
demanda interna.2'
Sin embargo, este último factor habría
colaborado como detonante en un momento
particular, sin que la reactivación posterior
del mercado interno haya -aparentemente-
revertido la tendencia a expandir las exporta-
ciones.
Esta mayor
vocación
exportadora de la
industria manufacturera es parte de una tenden-
cia más general de la evolución del sector,
cual es la elevación del grado de transabili-
dad de su actividad.
El cuadro 12 presenta una medición para
aproximarse a la orientación de la relación con
el comercio exterior de las ramas manufacture-
ras, a partir del cálculo del
c o @ c i e n ~ e e
transabilidad (Ti).'
En términos analíticos,
este estadígrafo consiste en la razón de
exceso de gasto sobre producción, respecto a
éste. De ahí que pueda formularse de la
siguiente forma:
T i ( M i - Xi)/(Pi Mi - Xi)
Mi
importaciones del sector
i, Xi
exportaciones del sector
i
y
Pi
Valor bruto de
la producción del sector
i .
Dependiendo del resultado se pueden
distinguir cuatro categorías:
l. si
Ti O,
el sector es exportador
neto;
2. si O
Ti 0.75
el sector es sustitu-
tivo de importaciones;
3
si
Ti > 0.75
el sector es no competi-
tivo con las importaciones; y
4
si
Ti
O,
y no hay exportaciones ni
importaciones, el sector es no rransahle.
Cuadro
CA NTID AD DE SECTORES INDUSTRIALES QUE EXPORTAN 1980-1988
Fuente:
Elaboración propia a partir de Alegria y Coloma 1 990), para 1980,y Banco Central e INE para 1988.
A 3
dígitos
Total de sectores
Exportan 198
Exportan 1988
Nota: Se excluye la rama 372. Para compatibilizar
la
información sobre comercio exterior entregada por el Banco
Central con la de producción entregada por l INE fue preciso agrupar ciertos sectores a 4 dlgitos. Para mhs
detalles, véase Anexo A-2.
A 4 dígitos
28
15
28
81
32
8
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
25/92
Cuadro
12
ORIEN TACIO N RESPECTO AL COM ERCIO DE LAS RAM AS INDUSTRIALES
RESUMEN A TR ES DIGITOS
Fuente
elaboración en base a Alegría y Coloma 1990) e información del Banco Central.
a
Se excluye de la clasificación en 1980-85 la rama 36 1 La rama 354 se asume sustituidoray la 385
como no competidora a pesar de
las
diferencias observadas en los dos aííos referidos.
1980-1985 l
1988
como exportadoras, las cuales suben de cinco a
nueve. Por último, si bien hay variaciones en la
importancia de las importaciones en la oferta
industrial, son muy escasas las ramas que se
tornan no competitivas en el período, aun cuando
ello puede haber variado en años posteriores dada
la tendencia del tipo de cambio y de los
aran cele^. ^
5.
os cambios
en
la composición del
producto industrial
Exportadores
5
9
Un problema evidente del estadígrafo, es
que cuando se aplica a agrupaciones que producen
más de un producto se pierde confiabilidad, pues
recoge sólo la predominancia de un componente,
sin dar cuenta de los niveles. Así, el
Ti
de un
sector puede ser muy bajo si los niveles de comer-
cio exterior son muy pequeños, pero también si
tanto las exportaciones como las importaciones
alcanzan magnitudes muy elevadas. Para amino-
rar este problema, se incluye en anexo también la
información sobre la relación entre los volúmenes
exportados e importados y la producción de cada
rama (véase anexo A-2).
Por otra parte, si el estadígrafo es aplicado
en
u n sólo momento, puede estar recogiendo una
situación excepcional. De ahí que sea convenien-
te efectuar la clasificación a partir de la informa-
ción de más de un período, descartando los secto-
res que presentan orientaciones contradictorias.
En nuestro caso, se efectúa la comparación entre
la clasificación resultante para los años 1980- 1985
con la que se obtiene en 1988.
Como se puede apreciar, en 1988 no hay
ningún sector que aparezca como
no
trunsabke a
tres dígitos. Si se desagrega el análisis a
4
(véase
anexo A-2) se constata que entre 1980-85
y
1988,
hay ramas que pasan de
no trunsahles
a
susri
tutivas de importuciones
o incluso
exportadoras.
De manera similar, es destacable el aumento
del número de aquéllas que pasan a clasificarse
9
Sustituidores
19
17
Los cambios ocurridos en la industria
manufacturera no parecen radicales, salvo en lo
que respecta al grado de transabilidad, fenómeno
que se observa con más fuerza a fines de la déca-
da de los 80: n i desindustrialización ni moderni-
zación.
Del mismo modo, a un nivel de desagrega-
ción de tres dígitos CIIU, no se visualizan
cambios significativos en la composición del
producto industrial. Durante la década de los 80,
considerando los datos de las encuestas manufac-
tureras del
INE
para los establecimientos de diez
o más trabajadores, podemos constatar que los
cambios en la contribución de los principales
sectores al vafor ugregudo (VA) industrial son
poco significativo. Una visión rápida puede
obtenerse en el perfil descrito por el gráfico
4.
Excluyendo del cálculo la rama 372 (cobre),
se constata que los sectores alimentos
3
11-2),
No
competidores
1
2
No
transables
2
O
Total
r m s
27
28
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
26/92
otros productos químicos (352), productos metáli-
cos excepto maquinarias (38 e industrias básicas
del hierro (371), los cuales aportaban más del
32 del VA manufacturero en el período 1989-
90, prácticamente han mantenido su participación
relativa respecto del período 1979-80.
Aunque la composición del VA tiende a
mantenerse, es posible destacar cambios en ramas
de menor importancia relativa, en algunos casos
espectaculares, como ocurre con los sectores
sustancias químicas industriales (35 ) o construc-
ción de material de transporte (384). Sin embar-
go, tales variaciones en la participación, en la
mayoría de los casos, no se corresponden con una
expansión de la producción física de las ramas.
En efecto, en el cuadro 13 se muestra para
las 19 principales ramas -aquellas que generan
más de las tres cuartas partes del VA
manufacturero- la desagregación de la variación
de su participación en éste entre efecto cuntidud y
qfecto precio relutivo.
El primero mide el dife-
rencial entre las variaciones de la producción
media física de la rama respecto de la media
industrial, mientras que el segundo, recoge la
brecha entre las variaciones de los precios de
la rama y de los precios medios
industria le^ ^
Utilizada una tasa media de crecimiento de
la producción industrial de 3.1 promedio para el
período 1980-90, constatamos inmediatamente
que el aumento de las participaciones de los
sectores sustancias químicas industriales, refine-
rías de petróleo, plásticos n.e.p y fabricación de
papel,
se origina principalmente en un aumento
de los precios relutivos mús que en incrementos
muyores de lu produccicin sectoriul respe cto de la
media industriul.
De hecho, de los cuatro casos
mencionados, en tres el efecto cantidad es negati-
vo, lo que significa que durante la década la tasa
de crecimiento media de la producción física de la
rama fue menor al promedio industrial.
Algo similar ocurre con las ramas que
muestran caídas significativasen su participación.
En las seis más afectadas (textiles, vestuario,
maquinaria eléctrica, imprentas y editoriales,
bebidas y material de transporte), el
efecto precio
relativo es el predominante aun cuando todas ellas
-excepto la última- muestran tasas de creci-
miento medias prácticamente iguales o mayores
que la observada para la industria.
El análisis adquiere toda su importancia
cuando se relacionan el origen de los cambios en
la composición del producto industrial con los
elementos revisados anteriormente. Los indica-
dores de inversión, de
cumbio técnico y
distri-
butivos, tienden a coincidir más con la idea de
un reacomodo
industrial que con
un
proceso
de modernización. En efecto, si los cambios
en la composición del producto industrial se
vinculan más a la evolución de los precios relati-
vos y no a transformaciones en la
cunusta de
productos manufacturados, entonces no resultan
extraños el uso extensivo de la fuerza de trabajo,
un crecimiento con sesgo regresivo en la distribu-
ción factorial y la lenta evolución de la inversión.
Un proce so d e rnodernizución, por lo menos en el
sentido usuul que evoca r ideu de cumbio
técnico duro , es con.su.stunciu1, u modific acio -
nes en lu canustu de productos industriules.
Por lo mismo, el aumento observado en el
pudo de trunsabilidudde
la industria, aunque no
permite explicar los cambios en las participacio-
nes, sí posibilita, al menos, prever los límites que
impone a su expansión.
Si la tendencia esperada es que el grado de
trunsabilidud aumente, entonces la búsqueda de
competitividad se hace cada vez más acuciante.
Y como mayor transabilidad implica menor
capacidad para administrar precios, el logro
de la competitividad posiblemente agregue
un
problema adicional: la conciliación entre
crecimiento y equidad distributiva. Si la renta-
bilidad de la actividad industrial se ve afecta-
da por una evolución desfavorable de los
precios, se buscará mantenerla por el camino
más inmediato: las reducciones de costos, direc-
tamente vía contención de los salarios reales,
o indirectamente, por medio de aumentos
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
27/92
Grático
4
PAR TlClP AC lON SE CTORIAL EN EL
VA
INDUSTRIAL 1979-80
Y
1989-90 ( )
ESTABLECIMIENTOS DE 10 O MAS TRABAJADORES
Fuente
Anexo A-3.
de productividad. Salvo que las principales
ramas industriales sean capaces de dar e1 grun
sulto por medio del cambio técnico, la senda del
crecimiento en un marco de precios relativos a
la baja dependerá con mucho de cuanyexihle
sea el mercado del trabajo para absorber los
costos distributivos.
E. Perspectivas ¿Hacia un cambio de
tendencia?
Para la industria, así como para muchos
otros sectores de la economía nacional, la déca-
da de los
80
fue fundamentalmente un periodo
de ajuste. No sólo hubo que enfrentar las secue-
las de una fuerte crisis recesiva, sino también
adaptarse a importantes cambios en el esquema
de incentivo que se desprende del entorno
institucional de las políticas económicas.
Hacia el final de la década ese ajuste pareciera
ya consolidado en lo fundamental, en tanto el
sector manufacturero ha mostrado un significa-
tivo dinamismo constituyéndose en una de las
actividades que ha acompañado el crecimiento
del producto.
Tanto las proyecciones que apuntaban a
un proceso de desindustrialización progresiva
de la economía chilena como aquellas que
postularon un sector manufacturero plenamente
modernizado hacia el final de la década de los
80,
no han sido confirmadas por la evolución de
los últimos diez años. Los hechos más bien nos
presentan un sector que se reacomodó buscando
el aumento de la rentabilidad de su actividad,
aprovechando las ventajas que permitieron los
cambios introducidos en el conjunto de los
incentivos definidos por la política económica.
Sin embargo, el componente fundamental de esa
respuesta nofie unu sustanciul mo I;cuci6n
e
/u huse tkcnicu
de
lu producción, sino la am-
pliación de la producción por la vía de la con-
tratación masiva de mano de obra a ba-jo costo,
particularmente en la gran industria.
Este comportamiento de las firmas fue
coherente tanto con su situación de partida
como con los incentivos enfrentados. En efecto,
las empresas del sector entraron a este ajuste
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
28/92
Cuadro
13
PARTICIPACION EN EL VA INDUSTRIAL TASAS DE CRECIMIENTO E INDICE DE TRANSABILIDAD 1979-80
Y
1989-90
351 Fabricación de sustancias químicas industriales 1 2.23 1 3.44 1 54.5 2.3 -0.8 1 55.3 1 0.57 S1
Principales Ramas ndustriales
1
356 Fabricación de productos plásticos n.e.p.
1
1.49
1
2.00
1
33.9
1
5.0
1
1.9
1
31.9
1
0.16
1
S1
Partic.en
VA 79-80
@)
353
Refinerías de petróleo
1 352 Fabricación de otros productos químicos
6.29 6.32 0.4 4.3 1.2 -0.8 0.17
S1
Partic.en
V
89-90
( )
3.74
342 Fabricación de papel y sus productos
311
Productos alimenticios l .
17.89 -0.6 3 .4 0.3 -0.9 G
EXP
Variac.en
partic.( )
5.01
4.91
11
371
Industrias básicas de hierro y acero
3.70 3.61 -2.5 3.4 0.3 -2.8 0.13
S1
381
Fabricación de productos metálicos. excepto máquinas y equipos
Tasa me-
dia crec.
80-90
34.0
6.15
331 Industria de la madera y sus productos. excepto muebles
II
3.49 3.21 -8.0 -0.7 -3 .8 -4.2 -0.53
EXP
4.21
I
Efecto
cantidad
( )
2.8
25.2
4.16
382 Construcción de maquinaria. excepto la eléctrica 2.10
II
314 Industria de tabaco 3.77 3.04 -19.4 0.4 -2.7 -16.6 -0.01 EXPlnr
Efecto
precio rela-
tivo ( )
-0.3
2.6
369
Fabricación de otros productos minerales no metálicos
II
-1.2
1.94
324 Fabricación de calzado. excepto de caucho o plástico 1.61 1.39
Ti 88
(coefic)
34.3
-0.5
2.62
321 Fabricación de textiles
383 Construcción de máquinas. aparatos y accesorios eléctricos
1.97 1.46 -25.7 6.7 3.6 1 -29.3 1
0.64 S1
Tipo
2.7
-7.9
j
-13.7
322 Prendas de vestir. excepto calzado
0.04
25.7
2.33
5.19
313 Industria de bebidas 5.43 3.75 -30.9 3.4 0.3 -31.3 -0.04 EXP/nr
SYnr
-0.4
5.6
-1.6
2.65
II
-0.45
-11.1
4.12
342 Imprentas. editoriales e industrias conexas
Subtotal rincipales
antas
80.13 76.15
I I I I
EXP
-0.9
2.5
-4.7 -9.0
2.04
I
Fuente Basado en Anexos
2 3-A
El efecto cantidad mide la diferencia entre la tasa de crecimiento de laprodu ccrón urca de cada rama la variación media de laprod ucción fuica industrial
Se calcula basado en PF INE El efecto precio relativo mide los cambios en las participación de cada rama en el VA manufacturero no explicados por el efecto anterior: en consecuencia recoge los
diferenciales entre las tasas de variación de los precios de la rama los medios de la industria La sigla nr indica un coeficiente de rransabrlidad no relevante por estar cercano a O
6.4
-20.5
3.87
0.23
-10.4
-0.02
-23.1
384 Construcción de m aterial de transporte
S1
3.3
EXPhr
2.3
2.68
0.79
4.0
2.86
NCM
-14.4
-0.8
-30.6
0.07 SYw
0.9
1.60
-19.7
11.7
-24.1
-43.9
0.25
8.6 -39.2
S1
0.04
-1.2
SYnr
-0.01
EXPInr
-4.3
-39.6 0.65
S1
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
29/92
no sólo con la incertidumbre que sigue a una
gran crisis, sino también con dudas sobre el
rumbo que seguiría la política económica.
Muchas de las que sobrevivieron a la crisis se
encontraban además muy endeudadas. En tal
contexto, no era esperable que optaran rápida-
mente por invertir y renovarse tecnológicamen-
te. Mas aún, los bajos costos salariales hacían
atractiva la opción de utilizar extensivamente la
mano de obra, aprovechando la existencia de
capacidad instalada ociosa.
El resultado de este proceso no fue una
modernización tecnológica del sector manufac-
turero nacional al menos masivamente), pero sí
significó revertir las tendencias estancionarias
que se perfilaban a inicios de los años 80, impri-
miendo un significativo e insospechado dina-
mismo al sector. No obstante, no parece posible
proyectar para los 90 en el sector una estructura
y una dinámica similar a la resultante del ajuste
vivido.
Ciertamente, durante el proceso se han ido
perfilando ciertas tendencias que podrían califi-
carse de estructurales, en el sentido que su
permanencia no parece subordinada a elementos
que vayan a cambiar en el corto plazo, o a
factores transitorios. En ese plano quizás el
rasgo más notable es la prácticamente plena
integración del sector manufacturero a las
corrientes del comercio internacional. Tal como
se señaló con anterioridad, aun desagregando a
cuatro dígitos se constata claramente este
fenómeno. Si bien es posible que en algunos
rubros la dinámica exportadora no llegue a
consolidarse, o eventualmente se revierta, lo que
parece difícil es pensar que los nexos con el
exterior no vayan a profundizarse más aún,
sobre todo a la luz de los acuerdos de libre
comercio actualmente en discusión.
Sin embargo, junto a estos factores,
hay otros que sí tuvieron un carácter excep-
cional y que tuvieron gran influencia en la
evolución de la industria en los 80. La
evolución del sector manufacturero estará
condicionada entonces por la interacción entre
esos elementos de carácter más estructural, y
las exigencias que impondrán las nuevas
condiciones del contexto macroeconómico e
institucional.
Entre los cambios que hoy es posible
destacar, los que se están verificando en la
situación del mercado del trabajo, son probable-
mente,los de más relevancia e impacto. En
efecto, en los 80 la recuperación y crecimiento
industrial se beneficiaron de la disponibilidad de
una amplia oferta de mano de obra, con escaso
poder negociador. Hoy, el escenario es dife-
rente.
En primer lugar, el retorno a la democra-
cia así como las reformas que se han impulsado
en la legislación laboral, han tendido a cambiar
el limu en que se desarrollan las relaciones
entre patrones y asalariados, a la vez que han
incidido en u fortalecimiento o jetivo del
sindicalismo, cuya primera y notoria manifesta-
ción fue el incremento de la tasa de afiliación
sindical, así como de la cobertura de la nego-
ciación colectiva PET, 1992).
Si lo anterior puede tener u efecto sobre
las condiciones de contratación de mano de
obra, mayor aún es la sistemática disminución
de la tasa de desempleo. El fuerte crecimiento
de las contrataciones ha redundado que ya en
1992 se plantee la vigencia de un virtual pleno
empleo, siendo común escuchar de parte de em-
presarios y analistas la existencia de una aguda
escasez de mano de obra calificada. Reflejo de
esta evolución del mercado del trabajo ha sido
u
cambio en la tendencia de las remuneracio-
nes reales, las cuales coinienzaii a elevarse a
partir de 1988 tanto en el conjunto de la econo-
mía, como específicamente en el sector indus-
trial.
la erosióii de esta fuente de competitivi-
dad industrial de los 80, hay que agregar tam-
bién la tendencia al deterioro del tipo de cambio
real, todo lo cual configura un importante cam-
bio en las circunstancias en que debe desenvol-
verse la industria chilena y obliga a ésta a
buscar nuevas fuentes de competitividad.
El f~ierteepunte de la inversión industrial
en 1989, y las indicaciones respecto a la man-
tención de este movimiento en años posteriores,
podrían indicar que el sector manufacturero se
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
30/92
estaría adaptando a las nuevas circunstancias.
Sin embargo, el proceso no está asegurado, ya
sea por lo tardío de este repunte o por los ante-
cedentes aportados hasta aquí en cuanto a la
evolución por tamaño de los establecimientos.
Al existir un claro rezago en la materia en los
establecimientos menores, no es posible prever
que se trate de una respuesta homogénea entre
los distintos estratos del sector industrial. Tam-
poco la información procesada permite saber si
los esfuerzos se concentran en algunas ramas
específicas, o si son generalizables a todas.
Si alguna indicación parcial existe, ésta
apunta a señalar que las empresas que parecie-
ran estar tomando el liderazgo en el ajuste
tecnológico, son aquellas que participan más
activamente en la actividad exportadora, como
lo evidencian los resultados de la encuesta a
establecimientos del Gran Santiago reportados
por Geller (1 994). En ese sentido, como ha sido
planteado por algunos autores,' la tendencia a
la incorporación de prácticamente todas las
ramas industriales a la actividad exportadora,
entre 1980 y 1988, podría contribuir a consoli-
dar el repunte de los últimos años en la medida
que exista algún tipo de mecanismo de difusión
o arrastre tecnológico desde las firmas exporta-
doras hacia las restantes. No obstante, no hay
que perder de vista que los niveles de exporta-
ción difieren sustancialmente de sector en
sector, de modo que en algunos casos se trata de
una tendencia que involucra a un número signi-
ficativo de firmas, mientras que en otros es un
fenómeno más bien marginal.
Las implicancias de este nuevo proceso
de reacomodamiento del sector industrial (que
podría denominarse etapa del ujust tecnolíjgi
CO sobre aspectos tales como la subcontra-
tación o la propensión a la incorporación de
fuerza de trabajo femenina, son poco claras
todavía. Éstas dependerán de factores tales
como el tipo de innovaciones introducidas en
la base técnica (pueden incorporarse tecnolo-
gías que involucren mayor integración verti-
cal), la evolución de las calificaciones reque-
ridas, el propio comportamiento de los
actores involucrados en la oferta (en este
caso, la fuerza de trabajo femenina y las
PyMI), etc.
En relación con el tema de la subcontrata-
ción, la misma encuesta a la que se hacía refe-
rencia anteriormente (Geller, 1994) indica que
una buena parte de las firmas manifiestan
intención de continuar con esta práctica, o
incrementar el recurrir a ella. Sin embargo, s
es cierto que una parte sustancial de la racionali-
dad del recurso a la subcontratación durante los
años
8
se fundó en la disminución relativa del
costo laboral efectivo en el sector de la PyMI
respecto de la GI, el quid del asunto estará en
cómo evolucionen dos variables claves: la
relación entre las remuneraciones de los dos
sectores, y la conexión entre sus productivida-
des, a la luz de las nuevas exigencias que plan-
tee la modernización tecnológica de la GI. En
ese sentido, los factores no parecen apuntar en
favor de un reforzamiento o extensión de los
vínculos.
Por una parte, los aumentos de productivi-
dad en la PyMl no parecen haberse originado en
la introducción de innovaciones técnicas, sino
en factores de difícil reproducción o incluso
mantención en las condiciones actuales, tales
como alargamiento de las jornadas de trabajo,
intensificación de tareas, etc. Hay un primer
elemento que estaría revirtiéndose, si a ello se
suma que la productividad laboral en la GI
debiera incrementarse. Por otra parte, las pers-
pectivas en materia de remuneraciones son más
confusas. A menos que se asuma una muy
fuerte segmentación del mercado del trabajo, los
salarios en la PyMl debieran comenzar a subir
junto con los de la GI. Ciertamente, pueden
hacerlo a velocidades diferentes y mantener o
ahondar las diferencias. Sin embargo, ello
parece poco factible, al menos en el caso de la
mano de obra más calificada. En consecuencia,
más que por el lado de las remuneraciones, la
segmentación operaría por el lado de la calidad
de la mano de obra, lo cual significaría que la
subcontratación sólo podría tener perspectivas
en sectores o tareas más atrasadas.
En definitiva, el sector industrial chileno
pareciera estar entrando en una nueva etapa, sin
8/19/2019 La Industria Chilena: Ajuste, Evolución Innovaciones y Perspectivas
31/92
que esté claro aún con qué resultado y a través
de qué expedientes enfrentará los nuevos desa-
fíos que se le plantean. Se ha destacado el
desafío que proviene de la erosión de las prin-
cipales fuentes de competitividad que tuvo la
industria durante el ajuste de la década pasada.
Cabe señalar, sin embargo, que nada se ha
dicho sobre las implicancias, agregadas
y
sectoriales, que tendrá la eventual materializa-
ción de los acuerdos de libre comercio que
actualmente se discuten con Estados Unidos,
Venezuela y otros países, o la evolución de la
competitividad de algunos territorios vecinos
luego de superar las fases más traumáticas de
sus procesos de estabilización macroeconómica.
otas
Existe una abundante bibliografía sobre este
tema, esta sección se inspira en
la
síntesis efectuada en
Agacino, Rivas y Román (1992), el lector interesado puede
remitirse a la bibliografía
allí
citada.
Lo cual hacía difícil evaluar el nivel efectivo de
la protección otorgada a los diferentes rubros productivos.
Los cálculos de Yáiiez (1979) conducen a estimar
una inflación anual de 605.9% para el año 1973.
Entre cada revaluación se aplicaron mini devaiua-
ciones diarias. Sobre este tema ver Ffrench-Davis (1979).
Entre 1975 y 1982 el costo de importar cayó un
45%. Para más detalles véase Agacino, Rivas y Román
(1992).
El programa se encuentra expuesto en detalle en
Buchi (1985).
El apoyo financiero otorgado por las instituciones
crediticias oficiales ai proceso de ajuste chileno no debe ser
desdeñado a la hora de analizar los factores que explican el
éxito del mismo. Ffrench-Davis (1989) observa que entre
1985 y 1988 Chile recepcionó un flujo neto de US 300
millones de parte del Banco Int