TESIS DOCTORAL
La Transferencia.
Psicoanálisis, Ciencias Cognitivas y Filosofía
Facultad de Filosofía de la UNED
Departamento de Lógica, Filosofía e Historia de la Ciencia
(2006)
AutorJuan Antonio Trujillo López Ldo. en Derecho y Filosofía
Facultad de Filosofía de la UNED
Departamento de Lógica, Filosofía e Historia de la Ciencia
La Transferencia.
Psicoanálisis, Ciencias Cognitivas y Filosofía
Autor
Juan Antonio Trujillo López
Ldo. en Derecho y Filosofía
Director de tesis
Dr. Eduardo de Bustos Guadaño
Codirector de tesis
Dr. Jesús Mansilla Navarro
ÍNDICE
Página
INTRODUCCIÓN 15
1. PSICOANÁLISIS
1.0. GENEALOGÍA DE LA TRANSFERENCIA 40
1.1. FASE INICIAL (1890-1905) 63
1.2. FASE CENTRAL (1906-1914) 92
1.3. FASE TARDÍA (1915-1939) 107
1.4. LACAN Y EL RETORNO A FREUD 124
2. CIENCIAS COGNITIVAS
2.1. INTRODUCCIÓN
2.1.1. INCONSCIENTE 166
2.1.2. PERCEPCIÓN 178
2.1.3. APRENDIZAJE 188
2.2. CATEGORIZACIÓN 199
2.2.1. REPETICIÓN Y CATEGORIZACIÓN 207
2.2.2. MODELO BÁSICO DE INTERACCIÓN 215
2.2.3. FORMACIÓN DEL OTRO COMO RE-CONOCIMIENTO 223
2.2.4. METÁFORA Y CATEGORIZACIÓN 230
2.2.5. EL PSICOANALISTA COMO OTRO: EJEMPLARIDAD Y TIPICIDAD 236
2.3. MEMORIA 241
2.3.1. MEMORIA=CODIFICACIÓN+RECUPERACIÓN 251
2.3.2. AUTOBIOGRAFÍA E IDENTIDAD 258
2.3.3. IMPLÍCITO, PROCEDIMENTAL, INCONSCIENTE 266
2.3.4. TRANSFERENCIA Y NIVELES DE CODIFICACIÓN 271
2.4. EMOCIÓN 277
2.5. MODELO 200
3. FILOSOFÍA
3.1. PRIMEROS ANALÍTICOS: WITTGENSTEIN Y FREUD 310
3.2. PSICOANÁLISIS Y TEORÍA 328
3.3. MENTE=CEREBRO=CONCIENCIA 361
3.4. IA, EMERGENCIA E INCORPORACIÓN 381
3.5. OTROS Y TEORÍA DE LA MENTE 398
CONCLUSIONES. CIENCIA E INTERSUBJETIVIDAD 410
Lista de Ilustraciones
Figura 1.1. Jerónimo del Bosco - La Extracción de la Piedra de la Locura (1475-80).
Figura 1.2. Los pases magnéticos de Mesmer.
Figura 1.3. André Brouillet- La leçon clinique du Dr. Charcot (1887).
Figura 1.4. Representaciones de estados histéricos.
Esquema 1.1. Evolución diacrónica de los precedentes psicoanalíticos de la
transferencia.
Figura 1.5. División anatómica del cuerpo.
Figura 1.6. Anna O (Berta Pappenheim) y Josef Breuer.
Figura 1.7. Freud en su mesa de trabajo (teoría).
Figura 1.8. Freud y su madre.
Figura 1.9. Freud en su 'laboratorio' (práctica).
Esquema 1.2. Evolución diacrónica y estructural del concepto de transferencia en
Freud.
Figura 1.10. Paul Sermon - At Home with Jacques Lacan .
Figura 1.11. Esquema L.
Figura 1.12. Grafo del deseo a)b)c)d).
Figura 1.13. Jacques Lacan.
Figura 1.14. Esquema del ramillete.
Figura 1.15. Relación entre posiciones subjetivas.
Esquema 1.3. Evolución diacrónica y estructural del concepto de transferencia en
Freud y Lacan.
Figura 2.1. David Hockney - Kasmin Los Angeles 28th March 1982 (1982).
Figura 2.2. Modelo de cerebro triuno de MacLean.
Figura 2.3. Triángulo de Kanisza.
Figura 2.4. Disociación de activaciones.
Figura 2.5. Pedro Pablo Picasso - Estudio de un toro.
Gráfico 2.1. Arquitectura de la red ALCOVE.
Figura 2.6. Johntimothy Pizzuto – Relative Memory.
Figura 2.7. Auguste Rodin - El dolor (1889-1892).
Figura 2.8. Diversos circuitos de procesamiento emocional.
Gráfico 2.2. Relación entre estímulos y respuestas.
Gráfico 2.3. Recorrido cerebral del evento emocional.
Esquema 2.1. Modelo de integración del desarrollo de la transferencia y de
mecanismos cognitivos.
Figura 3.1. La representación y el procesamiento, el significado y la información.
Esquema 3.1. Ejemplo del programa 'Overcoming Depression'.
Figura 3.2. Antoni Tàpies- Chaises.
Agradecimientos
Este trabajo ha sido posible gracias a la ayuda de diversas personas, en especial
David Laznik, profesor de la Universidad de Buenos Aires, y los psicoanalistas
Gladys Abella, Hugo Lietaer, Milagros Picón y Lola López. Igualmente agradezco
las facilidades ofrecidas por las bibliotecas de la Katholieke Universiteit de Lovaina,
la Universidad de Barcelona, la Universidad de Buenos Aires y la de Columbia en
Nueva York, así como la gentileza del Instituto Psicoanalítico de Buenos Aires y el
New York Institute of Psychoanalysis. Mención especial merecen las personas que
siempre han estado a mi lado, por su afecto y soporte, Juany, Manolo y Juan; las
opiniones, sugerencias y a menudo iluminaciones de Pat Perna, Steven Speaks y
mi codirector de tesis, Jesús Mancilla, así como la confianza y apoyo
inquebrantable de Eduardo de Bustos. Finalmente, los esfuerzos que conlleva un
trabajo de investigación se han visto en este caso en todo momento aliviados,
aligerados, por la ayuda material, académica y quasi-espiritual de esta casa libre-
pensadora, la UNED.
Para Nana
“...parce qu’elle cherche toujours à reconstituer, et à reconstituer avec du donné, l’intelligence laisse échapper ce qu’il y a de nouveau à chaque moment d’une histoire. Elle n’admet pas l’imprévisible. Elle rejette toute création.”Henri Bergson, L'évolution créatice.
Introducción
Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerposituada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza,y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en elprimer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, serecoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, peroque no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a laaltura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño,con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará elpie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hastaadquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre elpie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de nolevantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetiralternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de laescalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que lafija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.Julio Cortázar, 'Instrucciones para subir una escalera', Cuentos.
Si bien subir una escalera parece una tarea sencilla que realizamos de forma
cotidiana, sin mayor dificultad para los que gozamos de buena salud, su
descripción, tal como la realiza Cortázar, nos sume en una multiplicidad de
aspectos, de instrucciones, que nos resultan habitualmente inadvertidas por
completo. De modo similar llevamos a cabo una inmensa variedad de
comportamientos inteligentes, bajo la modalidad de automatismos aprendidos, que
implican un procesamiento complejo en condiciones de incertidumbre.1 Es en este
tipo de circunstancias donde la cognición humana destaca por su capacidad o
performance.
Sin embargo dicha performance puede verse mermada por un aprendizaje
erróneo. A diferencia de los procesadores sintéticos, el organismo humano,
biológico e irreversible, tiene mayor dificultad a la hora de reorganizar patrones
1 J.A. Bargh y T.L. Chartrand, “The unbearable automaticity of being”, American Psychologist, 54, 1999, pp.462-479.
aprendidos de comportamiento. Entre éstos algunos surgen como automatismos
que son experimentados subjetivamente como malestar; en el caso de la escalera
quizás un balanceo inadecuado de la cadera, una postura incorrecta de la espalda.
La dificultad en estos supuestos estriba en la forma de deshacer dichos patrones
confirmados en cada nueva instanciación y la adopción de nuevas pautas
corporales.
De modo similar ocurre con la realidad psíquica del sujeto, su experiencia
fenomenológica. Ésta, amoldada más bien a un flexible sustrato experiencial que a
una sólida estructura física, posee unas modalidades de adaptación al medio
mucho más ricas que en el caso de nuestro cuerpo a la escalera. Si bien
conformamos nuestra posición automáticamente a la forma de la escalera,
acomodamos igualmente nuestro modo idiosincrásico de experimentar la realidad
de acuerdo con nuestra experiencia. La excelencia de nuestro cerebro como
procesador central reside en la capacidad de producir una apariencia de estabilidad
en dicha experiencia. Lo difícil de esta tarea se evidencia en la constante activación
de millones de neuronas con un número exponencial de posibles conexiones entre
ellas. Pese a ello nuestra experiencia nos resulta, a menudo, rutinaria. En esto
confluye el hecho de que sólo diez bits de información formen parte de nuestra
conciencia, de nuestra experiencia fenomenológica, por segundo, mientras que el
número de neuronas oscilaría alrededor de los diez y cien mil millones (1010-1011),
el número de conexiones neuronales factibles, y presumiblemente los posibles
estados de procesamiento, es de diez billones 1013.
En las situaciones en que dicha adaptación produce malestar o inadaptación el
psicoanálisis provee con un medio de alterar nuestra 'postura mental', nuestra
posición subjetiva, el denominado cambio terapéutico. En el contexto clínico en que
éste se produce, el concepto más relevante, y a la vez más complejo, es el de
transferencia, alrededor del cual se elaboró toda la práctica emprendida por Freud.
Al igual que la descripción que nos ofrece Cortázar suena abstrusa a nuestros
oídos por el grado de abstracción en una tarea motora aparentemente sencilla, la
transferencia goza de una difícil explicitación, por un lado por sus vaivenes dentro
de la teoría psicoanalítica y, por otro, por su inextricable componente intersubjetivo,
de difícil reconciliación con el objetivismo científico,2 así como su relación con
aspectos motivacionales y emocionales de difícil estimación.3
El psicoanálisis, basado en una metapsicología sistematizada a modo de
teoría, propone una explicación de dicha noción. El caso es que la transferencia,
como todo fenómeno psíquico, estaría vinculada a aspectos cognitivos4 y
neuronales,5 si bien el psicoanálisis sólo da razón de ésta con respecto a su propia
metapsicología, intrateóricamente. La labor planteada en este trabajo es la
elaboración de un esbozo de explicación de dicho término desde una perspectiva
cognitiva y neuronal, dotándola de un contenido empírico ¿Cómo se puede explicar2 Cf. W.N. Goldstein, “The Transference in Psychotherapy: The Old vs. The New, Analytic vs. Dynamic”,American Joutnal of Psychotherapy, 54, 2000, pp. 167-171. M. Ponsi, “Interaction and transference”,International Journal of Psychoanalysis, 78, 1997, pp. 243-263. A.O. Horvath, “The therapeutic relationship:from transference to alliance”, Journal of Clinical Psychology, 56(2), 2000, pp. 163-173.3 El afecto es así visto como pista principal a la hora de hacer interpretaciones. La importancia de la emoción alprocesar estímulos queda demostrada en la inflexión o tono de voz a la hora de proferir una oración, cuyavalencia emocional puede variar totalmente en función de dicha prosodia cf. A. Schwartz, “Not art but science:applications of neurobiology, experimental psychology, and ethology to psychoanalytic technique. I.Neuroscientifically guided approaches to interpretive "what's" and "when's"”, Psychoanalytic Inquiry, 12, 1992,pp. 445-474.4 Así señala Fonargy cómo “hay buenas razones para creer que el psicoanálisis funciona modificandoprocedimientos antes que creando nuevas ideas,” P. Fonagy, “Memory and Therapeutic Action”, InternationalJournal of Psychoanalysis, 80, 1999, p. 219. “La única forma en que podemos saber lo que ocurre en la mente denuestro paciente, lo que podría haberle ocurrido, es cómo están con nosotros en la transferencia. Vienen anosotros con una especie de modelo -una red de expectativas inconscientes o modelos mentales de relaciones desí mismos con otros,” ibid., p. 217.5 A.W. Epstein, “Neural Correlates of Psychodynamic Science,” Journal of the American Academy ofPsychoanalysis, 26(4), 1998, pp. 503-512. “No está claro si los descubrimientos de la neurociencia en relacióncon las influencias arriba-abajo (top-down) de los mecanismos mnésicos de percepción se aplican también alcomplejo fenómeno relacional de la transferencia y similares en el que los psicoterapeutas están interesados. Sinembargo, parece una hipótesis de trabajo razonable que estos mecanismos expliquen al menos parte de estosfenómenos más complejos,” M. Solms y O. Turnbull, The Brain and the Inner World. An Introduction to theneuroscience of subjective experience, Nueva York, 2002, p. 156. Cf. S.I. Cohen, “The psychobiology oftransference”, Journal of the American Academy of Psychoanalysis, 11(2), 1983, pp. 183-201.
la transferencia desde fuera de la teoría psicoanalítica? ¿Qué perfiles adquiriría
dicho concepto? Desde una perspectiva filosófica trato de mostrar su posible
elucidación. El avance de ciertas ideas cognitivas por parte de Freud ha sido
puesto de relieve por Erdelyi6 que señala cómo aquel pensaba ya en términos de
diversos sistemas mnésicos y procesamientos. En efecto, el énfasis de las ciencias
cognitivas en los procesos frente al modelo input-output conductista señala cierta
sinergia con el psicoanálisis.7
Levin ha señalado la convergencia entre el concepto de transferencia
psicoanalítico, el juicio de similitud cognitivo,8 y el priming neurocientífico9 a la hora
de referirse a una remozada noción de transferencia que redefine en el sentido de
una facilitación de cierto tipo de aprendizaje.10
Otro precendente más lejano lo podemos encontrar en Charcot, que influyó
decisivamente en el joven Freud neurólogo, e investigaba la posible base
neurológica de ciertas enfermedades nerviosas. Freud, siguiendo su estela,
formularía su Proyecto de una psicología científica en 1895, publicado
póstumamente en 1950. Al poco de elaborarlo, abandonó dicho esfuerzo por
entender que el conocimiento que se tenía en su fecha acerca del sistema nervioso
no era capaz de proveer con modelos válidos de explicación, y aún menos de
intervención sobre las enfermedades que exhibían sus pacientes.
6 M.H. Erdelyi, Psychoanalysis. Freud's Cognitive Psychology, Nueva York, 1984.7 “...ambos se centran en las estructuras de la mente y la forma en que éstas determinan los fenómenos mentales,”D.J. Stein, “Cognitive Science and Psychiatry: An Overview”, Integrative Psychiatry, 8, 1992, p. 112.8 F.M. Levin y E.W. Kent, “Psychoananlysis and knowledge: Part 2. The special relationship betweenpsychoanalytic transference, similarity judgment, and the priming of memory”, Annual of Psychoananlysis, 50,1995, pp. 117-130.9 F.M. Levin, “Transference, Trauma and Attention”, Samiksa, 52, 1998, pp. 7-14.10 “...las transferencias crean oportunidades para el aprendizaje en tanto que posibilitan la modificación deprototipos o esquemas reprimidos, un proceso que óptimamente involucra la activación de la memoria activa.”F.M. Levin, “Integrating some Mind and Brain views of transference: the phenomena”, Journal of the AmericanPsychoanalytic Association, 45(4), 1997, p. 1146.
En la terapia el analizante produce, en un nuevo contexto intersubjetivo,
reminiscencias de carga emocional que son comunicadas lingüísiticamente. Así
memoria, emoción y categorización se interrelacionan en dicho fenómeno clínico.
La incapacidad de recordar era, según Freud, la causa de una carga (emocional)
no liberada y su transformación o conversión, frecuentemente, en dolencia física.
La transferencia conseguía, en este sentido, una cierta transformación energética.
No se trataba simplemente de reactivar recuerdos, desde una perspectiva más
estática, sino de modificarlos en su recuperación, de producir formas nuevas de
experimentarlos mediante un aprendizaje intersubjetivo.11
La ciencia cognitiva podría ayudar en la tarea conceptual psicoanalítica
proveyendo con un referente ineludible, mostrando su convergencia con resultados
experimentales.12 Desde una perspectiva interteórica el análisis de la transferencia
resulta fundamental, hasta el punto que se ha señalado cómo la posible
divergencia dentro del propio psicoanálisis, la pluralidad de heterodoxias
desarrolladas a partir de la obra freudiana, se debería a diferentes modos de
experimentar la transferencia por parte del analista y su modo posterior de
conceptualizarla.13
11 “El psicoanálisis es más que la simple creación de una narrativa, es la construcción activa de nuevas formas deexperimentarse uno con otros,” P. Fonagy, op. cit., p. 218.12 Así se ha sostenido cómo “...la relevancia mayor de la neurociencia para el psicoanálisis es que nos ayuda aelegir entre teorías psicoanalíticas en competencia. No genera nuevas,” S.E. Pulver, “On the astonishing clinicalirrelevance of neuroscience”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 51(3), 2003, p. 9. A sensucontrario desde una perspectiva teórica cf. A. Cooper, “Will neurobiology influence psychoanalysis?” AmericanJournal of Psychiatry, 142, 1985, 1395-1402. La relevancia de las ciencias cognitivas para el psicoanálisis podríaseguir, según Henningsen, cuatro vías: la ausencia de relevancia, poseer un valor metafórico, servir defundamento neurobiológico del psicoanálisis, o, por último, su comparación como teorías diversas perorelacionadas en cuanto a su objeto, cada disciplina tendría que reconocerse en el espejo de la otra, P.Henningsen, “Im Spiegel des Anderen sich selbst erkennen? Zur Bedeutung der kognitiven Neurowissenschaftfür die Psychoanalyse”, Psychotherapeutische, Psychosomatische und medizinische Psychologie, 48, 1998, pp.78-87. Para llevar a cabo esta tarea sería necesario, no obstante, buscar una traducción conceptualinterdisciplinar. Según Solms y Turnbull la solución estaría en la búsqueda de correlatos neuronales para losconceptos básicos psicoanalíticos que puedan, en una segunda fase, ser verificados como parte de una teoría, M.Solms y O. Turnbull, op. cit.13 B. Bird, “Notes on Transference: Universal Phenomenon and Hardest Part of Analysis”, Journal of theAmerican Psychoanalytic Association, 20, 1972. “Se podría plantear una cuestión, por ejemplo, si las diferenciasen el manejo de la transferencia que en un principio eran la propiedad de un analista, se desarrollaron
De acuerdo con Luborsky y su equipo de colaboradores, la transferencia sería
el concepto clínico más importante acuñado por Freud.14 Con este trabajo espero
poder desmentir las creencias acerca de la 'ambigüedad necesaria' del concepto
de transferencia,15 y retomar la dificultad de su conceptualización intrateórica16
mediante una reconsideración en diálogo con las ciencias cognitivas y la
neurociencia.
Desde otras disciplinas experimentales se ha resaltado el carácter universal de
la transferencia como fenómeno psíquico general, estando bien documentado en
otras áreas cada vez más centrales a la empresa cognitiva como la psicología
social cognitiva.
Dentro del marco de la cognición social hemos demostrado que lasrepresentaciones mentales de otros significantes, desarrollada en la familia y otroslugares, están relacionadas con las representaciones del yo en la memoria y estánfuertemente cargadas con afecto y motivación. Más aún, estas representaciones seactivan y utilizan frecuentemente respondiendo a nuevas personas que seasemejan al otro significante (...) Nuestro trabajo constituye la primerademostración experimental de la transferencia.17
gradualmente en métodos clínicos formales utilizados por muchos, y si estos métodos clínicos, tras serconceptualizados, sirvieron como el comienzo de varias escuelas divergentes de análisis. Una ocurrencia tal,consistente con mi creencia de que las ideas analíticas surgen de este modo, básicamente de experiencias detransferencia en la situación analítica, nos llevaría a la pregunta de si la historia de las diferencias ideológicasentre las diversas escuelas puede encontrarse más consistentemente trazada mediante las diferenciasidiosincrásicas en lo que fue de hecho dicho o hecho, en respuesta a respuestas a la transferencia, más que acualquier otro factor,” ibid., p. 271. Cf. J.H. Ehrenreich, “Transference: one concept or many?” PsychoanalyticReview, 76(1), 1989, pp. 37-65.14 L. Luborsky, P. Crits-Cristopherson y J. Mellon, “Advent of Objective Measures of the TransferenceConcept”, Journal of Consulting and Clinical Psychology, 54(1), 1986, p. 39.15 M. Rendon, “The Ambiguity of Transference”, American Journal of Psychoanalysis, 55( 3), 1995, pp. 199-214.16 Cf. la referencia del autorizado J. Laplanche y B. Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis, Barcelona, 1996. “Latransferencia es un aspecto tan crítico en el psicoanálisis que es probable que nuestros intentos por apreciaradecuadamente lo que lleva a cabo, como patrón potencialmente adaptativo de nuestra especie, tardarágeneraciones en ser desenmarañado,” F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, Madison,2003, p. 250. Incluso Solms, pese a lo informado de su obra, comenta, de una forma un tanto oscura, acerca de lanaturaleza de la transferencia: “De esto no sabemos virtualmente nada, y lo mismo es aplicable a una grancantidad de temas relevantes a la cuestión que nos hemos puesto,” M. Solms y O. Turnbull, op. cit., p. 289.17 S.M. Andersen y R. Miranda, “Transference: How past relationships emerge in the present”, The Psychologist,13 (12), 2000, p. 608. Cf. D. Fried, P. Crits-Christopherson y L. Luborsky, “The first empirical demonstration oftransference in psychology”, Journal of Nervous and Mental Diseases, 180, 1992, pp. 326-331. Watt señala cómoel carácter universal de la transferencia se debe a que se trata de un proceso elemental a nivel biológico, D.F.Watt, “Higher Cortical Functions and the Ego: Explorations of the Boundary Between Behavioral Neurology,Neuropsychology, and Psychoanalysis”, Psychoanalytic Psychology, (7)4, 1990, pp. 487-527. “La meta es
A diferencia de las disciplinas experimentales, Grünbaum, conocido crítico del
psicoanálisis, sostendrá que la verificación de la clínica psicoanalítica requería,
debido precisamente a la imposible objetividad de las observaciones, -la ausencia
de hechos brutos-, una validación externa de sus principios, pues de por sí resulta
intestable. Mostraba así las insuficiencias de un método basado en la singularidad
de cada caso clínico a falta de un mecanismo de verificación objetivo o de variables
independientes, de experimentos y pruebas de control.18 Llamaba la atención sobre
la multitud de confirmaciones provenientes de la práctica analítica que no podían
convalidar la teoría por la ausencia de objetividad, por la necesaria implicación del
analista, por la existencia de la propia transferencia. Concluía su estudio señalando
cómo la evidencia clínica era insuficiente para dar razón de la teoría; por ello, la
validación de hipótesis habría de venir de un contexto extraclínico.19
Éste es el complejo enclave del psicoanálisis como práctica que requiere al
analista formando parte de cierta forma en su tarea. Grünbaum entendía que la
teoría psicoanalítica no podía generar sus propias verificaciones y sus hipótesis
debían ser escudriñadas de forma externa. Es, en este sentido, en el que
desarrollo una elucidación del concepto psicoanalítico clínico central, la
transferencia, desde el estudio de las ciencias cognitivas y neurociencia. Como
señala Schore, uno de los referentes en la integración de los datos psicoanalíticos
y neurocientíficos desde una perspectiva del desarrollo:
desarrollar puentes conceptuales básicos entre las disciplinas, no mirando solamente a los elementos exóticos,esotéricos o marginales, sino examinando conceptos centrales en ambas disciplinas a la luz de la otra,” ibid., p.488. De hecho, según Watt, “...la vida podría ser una serie de situaciones de transferencia que resultan en lamodificación gradual de, elaboración, y evolución de sistemas de imágenes básicos,” ibid., p. 512.18 S.M. Andersen, “Toward a Psychodynamically Relevant Empirical Science”, Psychological Inquiry, 3(1),1992, p. 14. 19 Éste sería el grave problema con el que el psicoanálisis ha topado una y otra vez: “las proposiciones centralesde varias versiones de modelo (psicoanalítico) no han estado sujetas a test empírico, en parte porque seformularon en términos que las hacía intestables,” A. Grünbaum, The Foundations of Psychoanalysis: APhilosophical Critique, Berkeley, 1984, p. 278.
Las respuestas a varias cuestiones principales inexplicadas sobre la naturaleza delos sistemas vivos pueden encontrarse en la elucidación de interconexiones entrelos diferentes niveles de análisis que son representados en las diversas disciplinascientíficas.20
Habré de recuperar el concepto básico de la técnica psicoanalítica más allá de
una disquisición escolástica intradisciplinar, mediante una visión interdisciplinar que
señale puntos de apoyo conceptuales. Pese a los problemas de traducción de
diferentes teorías propongo un principio de elucidación de una noción esencial al
desarrollo del psicoanálisis extrapolando su marco de justificación al diálogo con
otras teorías.
Desde el propio psicoanálisis hay voces que hablan de una 'traducción
conceptual' que permita el flujo de comunicación entre la abundante cantidad de
experiencia procedente de un siglo de práctica analítica y la exactitud propia de las
ciencias cognitivas.21 Ya en 1973, Piaget, en una importante publicación
20 A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, Hilldale, 1994, p. 64. “La auto-regulación, lamodulación de procesos energéticos subcorticales mediante la actividad cortical superior, representa un punto decontacto potencial entre el psicoanálsis y la neurobiología,” ibid., p. 534. Este mismo autor señala la posibilidadque Freud entreveía al principio de su carrera de reconciliar psicología y ciencia natural. El psicoanálisis habíade proveer un contacto con la biología. A.N. Schore “A century after Freud's project: is a rapprochement betweenpsychoanalysis and neurobiology at hand?”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 45(3), 1997,pp. 807-840. Cf. D.J. Siegel, “Memory, Trauma and Psychotherapy: A Cognitive Science View”, Journal ofPsychotherapeutic Practice and Research, 4(2), 1995, pp. 93-122.21 D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I. Conflict, Compromise andConnectionism”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 50 (1), 2002. En nuestro ámbito cf. A.Herreros, “Un camino cognitivo al psicoanálisis”, http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/herreros.pdf, A parteRei, 21. D.J. Stein, “Psychoanalysis and cognitive science: contrasting models of the mind”, Journal of theAmerican Academy of Psychoanalysis, 20(4), 1992, pp. 543-559. L. Miller, “Freud's brain: Towards a unifiedneuropsychodynamic model of personality and psychotherapy”, Journal of the American Academy ofPsychoanalysis, 21, 1993, pp. 183-212, señala la unidad en la falsa dicotomía subjetivo-orgánico y lainsuficiencia de una perspectiva sólamente neuronal para la determinación de algún tipo de desajuste de lapersonalidad. D. Olds y A.N. Cooper, “Dialogue with Other Sciences: Opportunities for Mutual Gain”,International Journal of Psychoanalysis, 78, 1997, pp. 219-225. J.E. Harris, Clinical Neuroscience, Nueva York,1986, lleva a cabo una traducción conceptual de los procesos biológicos cerebrales con conceptospsicoanalíticos. M.F. Reiser, Mind, Brain, Body. Toward a convergence of Psychoanalysis and Neurobiology,Nueva York, 1984. R. Brockman, “Transference, Affect and Neurobiology”, Journal of the American Academyof Psychoanalysis, 28(2), 2000, pp. 275-88. “La naturaleza complementaria de las fuerzas y debilidades delpsicoanálisis y las ciencias cognitivas podría sugerir que los dos serían partes perfectas en un matrimonio. Cadauno podría ofrecer lo que le falta al otro, y la unión resultante podría procurar mucho del funcionamiento mentalhumano (y específicamente inconsciente),” J. Weinberger, y J. Weiss, “Psychoanalytic and CognitiveConceptions of the Unconscious”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997,p. 47. M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, British PsychoanalyticSociety Bulletin 34(9), 1998, pp. 23-38. M. Edelson, “The convergence of psychoanalysis and neuroscience:
psicoanalítica, señalaba la posibilidad de formular una 'psicología general' que
incluyese al psicoanálisis y la psicología cognitiva.22 Trataré de demostrar que las
diferencias provienen tanto de la falta de diálogo entre dichas disciplinas como de
la ausencia de una delimitación y traducción sofisticada de algunos de sus
conceptos fundamentales. Pese a ello, sí se ha llevado a cabo algún intento de
puesta en contacto de estas dos teorías, pero aludiendo a conceptos un tanto
vagos y genéricos, a falta de un análisis más detallado. Al relatar un caso, Westen
y Gabbard perfilan en su descripción psicoanalítica ciertos aspectos cognitivos:
Primero, una mayor intimidad y dependencia marcaron su relación con el analista yactivaron redes que probablemente no se hubieran puesto en juego en una relaciónmás superficial, al igual que no lo habían hecho en la relación analítica en una faseprevia del tratamiento, pues las características del prototipo (su representación desu 'yo con madre') no hubiese estado en un estado suficientemente alto deactivación inconsciente. Por ello, los paradigmas relacionales que los pacientespueden expresar en el tratamiento psicoanalítico son típicamente muy diferentes delas transferencias más específicas, variadas y complejas que se vuelvenmanifiestas a medida que el proceso se intensifica, especialmente si el pacienteforma una relación de apego con el analista (Gabbard 2001). En segundo lugar, laexploración explícita, declarativa, de los significados, los sentimientos, y recuerdosde la Srta. C. con su madre llevó a un “andamiaje” cognitivo para sus experiencias,un bosquejo de una narrativa coherente que le ayudó a darse cuenta de quién eracon su madre, con su analista, y con otros, y a la consiguiente activación de derecuerdos, pensamientos y sentimientos asociados, las representacionesconscientes propagaron la activación a redes inconscientes afines.23
Illusion and reality”, Contemporary Psychoanalysis, 22, 1986, pp. 479-519, apunta la irreducibilidad de lasteorías psicoanalíticas y proponía hace dos décadas la convergencia de ambas en tanto disciplinas autónomas.D.J. Stein “Introduction: Cognitive Science and the Unconscious”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and theUnconscious, Washington, 1997. “Así, la neurociencia, en virtud del estatus objetivo de su evidencia supone unaserie de útiles puntos de apoyo desde los que reevaluar los conceptos psicoanalíticos. Y el psicoanálisis, en virtudde su rica tradición teórica, les ofrece a los neurocientíficos un marco conceptual comprensivo para guiar suinvestigación en la neurociencia de la experiencia subjetiva,” M. Solms y O. Turnbull, op. cit., p. 43. P. Kitcher,Freud's Dream: A complete interdisciplinary science of mind, Cambridge, 1992.22 J. Piaget, “The affective unconscious and the cognitive unconscious”, Journal of the American PsychoanalyticAssociation, 21, 1973, pp. 249-261. 23 D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: II. Implications for theories ofTransference”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 50 (1), 2002, p. 109. Un modelo genérico deexplicación es el que nos ofrece Levin en sus conclusiones relacionando aspectos cognitivos y cerebrales conotros de tipo psicológico: “las transferencias llevan a cabo una variedad de efectos: conectan los hemisferios;estimulan recuerdos arcáicos basados en el cerebelo; activan patrones habituales del cortex estriado adquiridospreedípicamente; activa sistemas léxicos en el hemisferio dominante; identifican sistemas de gestos o prosódicosbilateralmente junto con sus efectos asociados; y significan la 'amusicalidad' particular que conlleva un déficitneurocognitivo,” F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, op. cit., p. 248
La relevancia de la transferencia como instrumento clínico queda patente en
su amplia utilización por parte de psicólogos que reconocen emplear en mayor o
menor medida principios dinámicos.24 Por otro lado, frente a un paradigma
biomecánico que entiende la enfermedad desde una perspectiva puramente
fisiológica, las perspectivas biopsicosociales se acercan al fenómeno de la
enfermedad desde una óptica que atiende a la influencia de factores tanto sociales
como psicológicos y culturales.
La importancia de una elucidación adecuada viene dada por el hecho de que,
de acuerdo con Dawes, los especialistas de la salud mental son más eficaces, al
actuar de conformidad con el conocimiento acumulado acerca de su materia, antes
que siguiendo algún tipo de conocimiento pseudo-intuitivo. Según reseña, uno de
los resultados más importantes de la investigación existente acerca de la
efectividad de las psicoterapias muestra cómo no posee ninguna relación con el
bagaje o experiencia del practicante.25 En este sentido se refiere a la existencia de
'efectos inespecíficos' en la efectividad de la terapia, efectos que tendrían que ver
con la 'calidad de la relación'.
Nuestro cuestionamiento va dirigido hacia una explicación de la efectividad de
la clínica, a los procesos subyacentes en la práctica, a mostrar sus fundamentos.26
24 K. Pope, B. Tabachnick y P. Keith-Spiegel, “Ethics of practice: The beliefs and behaviors of psychologists astherapists,” American Psychologist, 42, 1987, pp. 993-1006.25 R.M. Dawes, House of Cards. Psychology and psychotherapy built on myth, Nueva York, 1994. De hecho sutrabajo acaba afirmando, o casi más bien difamando, la técnica de los especialistas en la salud mental que no sediferenciaría en gran cosa de los poderes sugestivos. “En resumen, creemos en la autoridad de los profesionalesde la salud mental porque hemos oído contínuamente que son los expertos, porque estamos predispuestos aaceptar lo que gente que afirman ser autoridades dice de todas formas, porque estas autoridades particulares nosdicen lo que ya creemos, y porque refuerzan nuestro sesgo al atribuir el comportamiento indeseable de otros acaracterísticas personales (“enfermedad mental”) y en nosotros debido a circunstancias ambientales...” p. 223.26 “La cuestión no es ya si las psicoterapias son efectivas (algunas lo son en algunas personas) sino porqué ycómo funcionan cuando lo hacen. ¿Qué procesos causales, de control y de auto-corrección están involucrados?”K.M. Colby y R.J. Stroller, Cognitive Science and Psychoanalysis, Hillsdale, 1988, p. 152.
Los más acérrimos críticos del psicoanálisis no paran de señalar la ignorancia de
los propios analistas de los mecanismos en juego en el cambio terapéutico.27
Nuestra explicación estaría basada tanto en los aspectos cognitivos como en
la implementación neural de dichos procesos y la producción de cambios, de
nuevas pautas de aprendizaje. Tanto la mielinación del cortex prefontal, como el
contínuo surgimiento de neuronas en el hipocampo de los adultos muestra la
flexibilidad en la reconfiguración de la experiencia del sujeto e indica posibles
sustratos neuronales de un nuevo aprendizaje.28
En la elucidación de este concepto, el renovado papel que juegan las
emociones desde un punto de vista neurocientífico permite retomar algunas de las
nociones más vagas y a la vez más necesarias del descubrimiento de Freud. Éste
señalaba la importancia de los afectos, sentimientos, y finalmente del propio amor
como elemento fundamental de su técnica. Su trabajo se remite así mismo a
modos de conceptualizar la experiencia almacenada y recuperarla. Estas pautas
componen el aspecto técnico de una reeducación de patrones de procesamiento y
27 M. Macmillan, Freud Evaluated. The Completed Arc, Amsterdam, 1991. Refiriéndose a las posibles causas delcambio terapéutico, y a las características del analista como fundamentales en éste, señala: “Incluso si fuesenéstas o la relación con el paciente o cliente críticas nos faltan conceptos, psicoanalíticos o de otro modo, parasuperar la brecha entre ellas y las consecuencias que se suponen producen,” ibid., p. 607. “Incluso si la idea deun inconsciente, descifrable solo mediante una técnica sobre la que Freud ostentaba la patente, sucumbiese frenteal escepticismo, algo de algún modo contínuo con el psicoanálisis tal como lo hemos conocido podría aún sersostenible. La prática podría transmutarse en una actividad autónoma desvestida de pretensiones explicativas ycrudamente terapéuticas, a despecho de lo grandisos del fundador, y consagrada a un sólo objetivo, laelucidación y articulación del sentimiento del yo. Pero, ¿sería una actividad concebida de esta manera aúnpsicoanálisis?” F. Cioffi, Freud and the question of pseudoscience, Chicago, 1998, p. 287. Sulloway, por suparte, se refiere en especial al carácter sectario del análisis, su falta de integración con otras disciplinas científicasy con el método científico en especial en su fase de verificación, acusando más bien a los practicantes depseudocientíficos que a la propia teoría, en la entrevista de M. Borch-Jacobsen con F.J. Sulloway, “Freudrecycleur: Crytobiologie et Pseudoscience”, C. Meyer (ed.), Le Livre Noir de la Psychanalyse: Vivre, penser etaller mieux sans Freud, París, 2005, pp. 49-66. Por último Crews llama la atención sobre el carácter mítico de lainvención psicoanalítica en especial en manos de su creador F.C. Crews, The Random House Handbook, NuevaYork, 1987, más moderada, F.J. Sulloway, Freud, Biologist of the Mind: Beyond the Psychoanalytic Legend,Nueva York, 1979.28 “Si atender de modo consciente así como la verbalización pueden promover la activación cortical, se podríaargumentar teóricamente que tratamientos como el análisis refuerzan el funcionamiento cortical y aprovechan laplasticidad cortical para modular respuestas emocionales profundamente arraigadas,” R. Pally, “I: How the BrainDevelopment is Shaped by Genetic and Enviromental Factors”, International Journal of Psychoanalysis, 78,1997, p. 593.
actuación recurrentes que conlleva respuestas fisiológicas, neurovegetativas y
pautas de activación, aparte de modalidades simbólicas.
Freud fue un pionero precisamente al resaltar la importancia de los aspectos
emocionales en la constitución psíquica del sujeto. Tras un amplio estudio de la
literatura sobre el concepto de motivación en psicología experimental, Westen
señala el acuerdo de ésta con el psicoanálisis frente a las teorías de un calado más
propiamente cognitivo clásico.29 De forma similar se expresan los mayores
especialistas en neurociencia afectiva, que resaltan la cercanía de las propuestas
psicoanalíticas con la más avanzada neurociencia afectiva.
La especialización de disciplinas es un proceso exponencial que ha venido
acompañado de una defensa a ultranza de los marcos teóricos o paradigmas de
diversas comunidades y una asunción defensiva de sus teorías. La guerra de
facultades y departamentos es patente si uno analiza los planes de estudio de
diversos países e incluso de diferentes facultades a nivel nacional. Es interesante
resaltar cómo un psicólogo en Argentina saldrá con un conocimiento amplio no sólo
de las teorías de Freud, sino con un amplio bagaje de buena parte de la literatura
psicoanalítica posterior y de sus diversas áreas de influencia y no obstante apenas
poseerá nociones generales sobre lo que es psicología experimental y cognitiva.
En España sucede prácticamente lo opuesto, un estudiante de psicología habrá
oído hablar de Freud como capítulo frustrado en los antecedentes de la psicología
auténtica, experimental, y repetirá, sin mucho fundamento, que el psicoanálisis no
posee ni validez científica ni utilidad clínica.
29 “Freud y los teóricos psicoanalíticos que han seguido sus pasos han acabado teniendo razón donde teoríaspsicológicas competidoras habían estado completamente equivocadas y donde la mayoría de las teorías de laconciencia contemporáneas siguen siendo o bien incorrectas o incompletas,” D. Westen, “The scientific legacy ofFreud: Toward a psychodynamically informed psychological science”, Psychological Bulletin, 124(3), 1998, p.344.
Pese a ello, especialistas de primer rango aún mantienen una apertura al
diálogo, reconociendo el valor del psicoanálisis. Según el biólogo y Premio Nóbel
Eric Kandel, el psicoanálisis 'representa la visión más coherente e intelectualmente
satisfactoria de la mente'30
A la hora de estudiar la función mental los biólogos necesitan un guía. Es aquídonde la psiquiatría y la psicología cognitiva, como guías y tutores pueden haceruna valiosa contribución a la ciencia del cerebro. Una de las cualidades de lapsiquiatría, de la psicología cognitiva y del psicoanálisis reside en sus perspectivas.La psiquiatría, la psicología cognitiva y el psicoanálisis pueden definir para labiología las funciones mentales que deben ser estudiadas para una comprensiónsignificativa y sofisticada de la biología de la mente humana.31
Kandel aboga por una reconsideración del psicoanálisis que atienda al avance
de otras disciplinas y que, frente al aislamiento, se abra a influencias externas. Ello
resulta complicado en cuanto el propio Freud, vilipendiado por los científicos de su
tiempo, creía haber descubierto un campo de racionalidad, ajeno a la ciencia, que
había elaborado como disciplina independiente.
Si bien la crítica a Freud, desde una perspectiva epistemológica, se ha
concentrado en la reificación del inconsciente y su conversión de éste en una
instancia subpersonal con características subjetivas, la ciencia cognitiva puede
desmenuzar esta petitio principi ontológica en una serie de procesos concretos con
contenido empírico. Al teorizar y descubrir el inconsciente, Freud estaba dando
cuenta de sucesos reales, pero que en un marco empírico han de ser elucidados
30 E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatryrevisited,” American Journal of Psychiatry, 156(4), 1999, p. 505. Cf. E.R. Kandel, “Psychotehrapy and thesingle synapse: The impact of psychiatric thought on neurobiologic research”, New England Journal ofMedicine, 301, 1979, pp. 1028-37.31 E.R. Kandel, “A new intellectual framework for psychiatry”, American Journal of Psychiatry, 155(4), 1998, p.459.
acudiendo a procesos antes que a instancias. Ese es el camino emprendido
también por Jacques Lacan al procedimentalizar el inconsciente como lenguaje.
El error epistemológico de Freud vendría dado por su creencia de que los
conceptos que vertebran su visión de la psique humana son la única interpretación
posible de los fenómenos. Es ahí donde se desmarca de la ciencia experimental
falsable.32 Si bien la creación de conceptos en ciencia juega un papel fundamental,
éstos, a falta de contrastación empírica, no son sino una interpretación de la
naturaleza, antes que un modelo de explicación. Así nuestra tarea será intentar
mostrar el contenido empírico de su concepción de la transferencia remitiéndolo a
los conocimientos que se derivan de las ciencias cognitivas y neurociencia,
haciendo del explanadum transferencia un explanans cognitivo. ¿En qué medida es
posible un ajuste y una comprensión de la teoría freudiana en diálogo con las
ciencias cognitivas? Ésta sería pues la tarea que llevaré a cabo en la segunda
parte de este estudio, dotar de contenido empírico a una teoría por medio de la
elucidación de un término teórico a través de otras teorías; elucidar el halo
enigmático que rodea al psicoanálisis, su marchamo mitológico que previene el
diálogo con otras disciplinas. Para ello me pareció oportuno llevar a cabo una
genealogía del concepto de transferencia mediante la cual se pueden observar las
hondas raíces epistémicas del método que forjó Freud. Así, éste siempre estuvo
comprometido con cierto ideal positivista de ciencia basado en su experiencia.
Partimos de su pensamiento no tanto para justificarlo, para demostrar la certeza de
sus aserciones, sino con el fin de completar la tarea que él comenzó.33
32 D.P. Spence, The rhetorical voice of psychoanalysis: Displacement of evidence by theory, Cambridge, 1994. 33 Cf. M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, op. cit. “Más bien,volviendo a las raíces neuropsicológicas del psicoanálisis podemos obtener una nueva perspectiva sobre surelevancia para nuestras teorías actuales y prácticas clínicas,” L.M. Miller, op. cit., viii. En concreto Miller señalala relación entre tres conceptos alrededor de los cuales Freud elaboró su teoría, la histeria, los actos fallidos y lossueños, y su relación actual con la neuropsicología.
Si bien Freud comenzó con el intento de creación de una ciencia cognitiva
completa, interdisciplinaria, tomando elementos de la biología y neurofisiología,
ésta, al aislarse, se volvió rápidamente obsoleta, provocando su ostracismo bajo el
sello de la independencia. De acuerdo con Kitcher dos teorías son
interdependientes si al alterarse algún aspecto de la teoría que sirve de base a la
teoría interdisciplinaria ésta también resulta alterada.34 El psicoanálisis perdió su
impronta interdisciplinaria que la ligaba a otras disciplinas más básicas. Nuestro
camino es el contrario, buscar nuevas formas de correlación.35
Desde una perspectiva filosófica se debiera estímular el diálogo y
reconocimiento mútuo de disciplinas enajenadas por la incomprensión y por las
barreras alzadas, a menudo arbitrariamente, por las espúreas exigencias de una
integridad metodológica de calado más sociológico que propiamente científico, en
el sentido amplio de empresa racional.
Uno de los inspiradores de un nuevo estilo filosófico, Ludwig Wittgenstein, nos
introducirá al psicoanálisis mediante su personal lectura de Freud. Precisamente es
su valoración del psicoanálisis como mitología la que será reconsiderada mediante
la elucidación de la transferencia. El propio Wittgenstein nos servirá de referencia
para analizar dos visiones filosóficas acerca de la ciencia, una positivista, más
centrada en la posibilidad de una referencia estricta del lenguaje, y otra basada en
el lenguaje como juego, como hermenéutica.
34 P. Kitcher, Freud's Dream: A complete interdisciplinary science of mind, op. cit.35 Así, frente a la propuesta de Watt, no resulta extraño que sólo con el abandono de los conceptos rudimentariosdel modelo energético-mecánico se pueda desarrollar el psicoanálisis en un diálogo interdisciplinario. “Es irónicoque el abandono del antiguo modelo energético-mecánico de la transferencia -un modelo estrechamenterelacionado con los esfuerzos de Freud por establecer una base biológica para su psicología- haga ahora posibledesarrollar relaciones más estrechas entre construcciones neuropsicológicas y psicoanalíticas.”D.F. Watt, “Transference--A Right Hemisphere Event?: The Boundary Between Psychoanalytic Metapsychologyand Neuropsychology”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, (9)1, 1986, p. 52.
Un análisis de las críticas epistemológicas y metodológicas al psicoanálisis
dará pie a la discusión de los problemas de éste como teoría y, en especial, la
incapacidad de extraer hechos incontaminados de su propuesta clínica. La validez
del psicoanálisis como heurística metodológica, los diversos niveles de análisis de
los fenómenos transferenciales, su relación con la inteligencia artificial, la
emergencia biológica y la incorporación, así como el problema de las otras mentes,
son también analizados.
En cierto sentido nuestra tarea es similar a la propuesta 'centralista' de Daniel
Dennett, relacionar explicaciones extensionales e intencionales.36 Poseemos una
teoría intencional de la mente como el psicoanálisis y una posible referencia
extensional en las teorías que se aglutinan bajo las ciencias cognitivas. Su relación,
diálogo e hibridación quizás permita un acercamiento a la relación entre sentido y
referencia más allá de la reducción y la enajenación. El psicoanálisis no sólo
produce una teoría del sentido, sino que permite alterar las raíces de la experiencia
del sujeto. Mediante la transferencia se conseguiría la reconstrucción de creencias
intencionales con efectos funcionales y comportamentales. Es así como el análisis
de la transferencia puede abrirnos nuevas perspectivas a la hora de acometer un
acercamiento al concepto cognitivo más básico y complejo, la conciencia.
Frente a otras terapias que se limitan a actuar sobre un síntoma concreto o le
señalan al paciente la inadecuación de sus creencias acerca de ciertos estados de
cosas, el psicoanálisis propugna una técnica que más que mostrar la incorrección
del comportamiento a un sujeto le conviertan en agente, a diversos niveles, de sus
respuestas y procesos, permitiéndole, en definitiva, adquirir conciencia de ciertas
respuestas automatizadas que componen su comportamiento. Frente al
36 D.C. Dennett, Content and Consciousness, Nueva York, 1969, esp. p. 85. Cf. J. Hornsby, “Personal and sub-personal: A defence of Dennett's early distinction”, Philosophical Explorations, 2000, pp. 6-24.
achatamiento del mundo que produce la psicología experimental que trata de
explicar fenómenos complejos de la conducta humana como subir una escalera
basándose en parametrizaciones, el psicoanálisis da buena cuenta del universo
lingüístico, de la relación entre el significado, su producción intersubjetiva y su
incorporación fisiológica, situándose entre las ciencias de la conducta, el
procesamiento de información, y el significado.37
37 “Si el conocimiento humano no consiste en descripciones almacenadas ¿cuál es entonces la relación entre loque decimos y hacemos? Hablar ha de ser visto no como sacar lo que estaba ya dentro, sino como un modo decambiar lo que está dentro. Hablar no es volver a declarar lo que ha sido puesto de modo subconsciente en elcerebro, sino en sí mismo una actividad de representación,” W.J. Clancey, Situated Cognition: On HumanKnowledge and Computer Representations, Cambridge, 1997, p. 3. “Conceptualizar situaciones, problemas yacciones alternas implica inherentemente un aspecto de autoreferencia en el mecanismo perceptual-conceptual.Esto es, la comprensión de una persona de '¿qué está pasando?' es realmente '¿qué me está pasando a mí ahora?'”ibid., p. 27.
I. Psicoanálisis
“Pude apreciar claramente, durante nuestro primerencuentro personal, en el año 1907, la altasignificación que Freud atribuía a los fenómenos dela transferencia. Después de una conversación demuchas horas, se produjo una pausa. De prontoFreud preguntó, inopinadamente: ‘¿Y qué piensausted de la transferencia?’ Respondí con la máshonda convicción que era el alfa y el omega delmétodo analítico. A lo cual él repuso: ‘Entonces hacomprendido usted lo principal’.”Carl Gustav Jung, La psicología de la transferencia.
Reevaluación del Descubrimiento de la Transferencia
El hallazgo de la transferencia puede ser considerado uno de los sucesos
vertebrantes del sistema psicoanalítico,38 su condición de posibilidad. La propia
evolución del pensamiento acerca de la transferencia prosigue, en sus rasgos
generales, una cronografía que ha sido delineada por los principales biógrafos de
Freud.39 Si Freud va elaborando su teoría en contacto con su experiencia clínica, a
través del tratamiento con sus pacientes, el papel clave de la transferencia, no sólo
como medio terapéutico, sino como punto de apoyo de sus ulteriores
investigaciones, no puede ser infravalorado.
Claro está que el pensamiento de Freud se ha de incardinar dentro del
conocimiento terapéutico y teórico propio de su época. Sus conceptos, sólo a
medida que se vuelven sistemáticos se independizan del contexto en el que se
habían generado, creando una discursividad y un campo de saber nuevo. Según
Isabelle Stengers, Freud poseía la pretensión de hacer tabla rasa frente a cualquier
38 Dos de los principales especialistas en la primera fase del pensamiento de Freud sontienen que “se puedeafirmar hoy en día, con una certeza casi plena, que el descubrimiento de la transferencia fue el primerdescubrimiento capital de Freud, aquel que abre el camino a todos los que seguirían...” L. Chertok y R. deSaussure, Naissance du psychanalyste. De Mesmer à Freud, París, 1974, p. 147. Breuer, colaborador de Freuden sus Studien über Hysterie (1895), dirá que el fenómeno de la transferencia era el gran descubrimiento quedebían ofrecer al mundo.39 P. Gay, Freud. Una vida de nuestro tiempo, Barcelona, 1989. Así las tres partes centrales de la vida de Freudson recortadas de acuerdo con una primera que trazaría su frontera con la siguiente alrededor de 1905(Fundamentos 1856-1905). El caso de Dora escrito en 1901 y sólo publicado en 1905 entra justo dentro delperíodo de inflexión en el que se sitúan otros casos clínicos discutidos por Freud. Así la segunda parte(Elaboraciones 1902-1915) igualmente participa de un acontecimiento externo, el estallido de la Primera GuerraMundial, que,no pudo dejar indiferente a nadie. Finalmente una última etapa vendría dada por las ampliaciones ycorrecciones (Revisiones 1915-1939) que lleva a cabo Freud hasta el fin de sus días. El estudio clásico de E.Jones, The Life and Work of Sigmund Freud (abreviado por L. Trilling y S. Marcus), Nueva York, 1961, sigue unpatrón similar al dividir el devenir freudiano en una primera fase que llegaría hasta 1900 con la publicación de laTraumdeutung, una segunda que finaliza con el término de la contienda mundial (1919) y una última etapa que seextiende desde dicho año hasta su muerte. Veremos como estas cronografías son consistentes con el desarrollodel concepto de transferencia a lo largo de la obra de Freud y que éste es modificado de acuerdo con alteracionesen otros puntos de su teoría. Otras obras de calado mucho más crítico, M. Macmillan, Freud Evaluated. TheCompleted Arc, Amsterdam, 1991, no tratan de forma adecuada el desarrollo de la transferencia y simplemente lorefieren a las últimas formulaciones relativas a la repetición en la transferencia.
otro tipo de terapia previa y, si bien aprovechó las influencias a las que estuvo
sometido, ciertamente su técnica supuso un giro epistemológico.40
De esta forma he incluido un desarrollo prefreudiano de la transferencia que no
existía sino como amalgama de nociones acerca de la relación entre el médico y el
paciente. A través de la evolución de su pensamiento llegamos a una revolución,
una alteración fundamental de la tradición en la cual surge.
A su vez, el propio pensamiento psicoanalítico recibe diversas formalizaciones
en el transcurso de la vida y obra de Freud.41 Por ello me pareció oportuno trazar
las discontinuidades dentro de éste con el fin de delimitar la polivalencia del
concepto teórico en cuestión y su propia evolución. Diversos aspectos van
ocupando una posición más o menos privilegiada en este desarrollo.
La transferencia representa, junto con el método psicoanalítico en conjunto,
pero como pieza clave de éste, la introducción del sujeto en la medicina tal como
discurriría hasta el padre de la antropología médica, Viktor von Weizsäcker.
Podemos estar de acuerdo en afirmar que “...Freud, no sólo en el dominio de las
neurosis, sino en el de la patología entera, ha llegado a ser la gran figura inicial en
la empresa de personalizar el saber y el quehacer médico.”42 O, como señala
Foucault, Freud es el primero en atender a la relación médico-enfermo.43
40 I. Stengers, La volonté de faire science. À propos de la psychanalyse, Le Plessis- Robinson, 1996.41 Así por ejemplo J. Sandler, C. Dare y A. Holder, El paciente y el analista, Barcelona, 1993, sostienen lanecesidad de un aproximamiento histórico y contextual a la hora de elucidar los conceptos analíticos, mismafórmula adoptada en el clásico Diccionario de Psicoanálisis de J. Laplanche y B. Pontalis. Por otro lado ladivisión en fases del pensamiento freudiano ha de responder a criterios técnicos y conceptuales y no pude abarcarlas diversas facetas de su obra, debido al propio carácter de ésta. Freud no abarca en su totalidad,sistemáticamente, sus descubrimientos, sino que trata de alumbrar diversos territorios a medida que se producensus avances.42 P. Laín Entralgo, Historia de la Medicina, Barcelona, 1978, p. 635.43 “...el médico disipa la enfermedad mental con el concepto crítico de la locura. De tal manera que no quedemás, fuera de las formas vacías del pensamiento positivista, sino una sola realidad concreta: la pareja médico-enfermo, en la que se resumen, se anudan y se desanudan todas las alienaciones. Y es por esto por lo que toda lapsiquiatría del siglo XIX converge realmente en Freud, el primero que haya aceptado en serio la realidad de lapareja médico-enfermo, y que haya consentido en no apartar de allí ni sus miradas ni sus investigaciones, queno haya intentado ocultarla en una teoría psiquiátrica que tanto bien o mal armonizaba con el resto de la cienciamédica; el primero en haber sacado rigurosamente las consecuencias de esa realidad,” M. Foucault, Historia dela Locura en la Época Clásica III, Barcelona, 2002, p. 261.
Esta personalización se produce, no ya tanto como un reconocimiento del
carácter individual del paciente, sino de una forma más profusa, como interacción,
como relación en la que la figura del terapeuta y el paciente se interrelacionan. La
imposibilidad de afirmar la presencia aislada del paciente, la irresolubilidad del
síntoma sin la existencia de la transferencia, hace imprescindible la figura presente
en el otro extremo de la relación.44
El sujeto cartesiano es criticado no sólo por el requisito del otro, sino por una
interioridad conflictiva en la que diversos mecanismos imponen sus leyes ajenas e
indeterminables; se produce una crítica extra e intrasubjetiva. Se introduce al
hombre en la práctica médica mediante la destitución de su comprensión clásica
como sujeto, no ya como objeto de saber, sino como realización, en conexión, en
movimiento. Un saber empírico, una techné, pues, del único tipo posible, quizás, en
las ciencias del hombre, que no se desenvuelve en la objetivación del sujeto, en
las operaciones realizadas sobre él, sino que se produce en la interacción. Techné
también en el sentido de delimitación entre praxis y theoría: práctica, como terapia,
y teórica, en tanto construcción conceptual.
Uno de los problemas de la investigación interdisciplinar entre psicoanálisis y
ciencias cognitivas ha sido la falta de precisión conceptual a la hora de abordar una
posible elucidación. Hace falta aclarar el propio explanandum para poder remitirlo a
un explanans adecuado, pues los conceptos psicoanalíticos sólo de manera
indirecta se refieren a los conceptos de la psicología general.
Nuestra aproximación optará por mostrar la aportación de Freud en su discurrir
temporal. Éste siempre creyó en una cierta objetividad de su descubrimiento y
44 Hasta el punto que hay autores que opinan que sólo en la interacción se produce el inconsciente, así J.-D.Nasio, en sostiene en Les Yeux de Laure, París, 1987, que “la transferencia analítica es el equivalente alinconsciente”, p. 48, es decir, somete a cuestión la existencia del propio inconsciente más allá de la relación quese produce en el análisis.
luchó frente a las heterodoxias debido a la importancia de su hallazgo,45 una nueva
forma de afrontar al otro y tenderle la mano.
45 “El psicoanálisis, como cualquier otra rama de la ciencia sólo, puede ser estudiado provechosamente en suevolución histórica, nunca como un cuerpo de conocimiento perfeccionado, y su desarrollo estuvo íntima ypeculiarmente relacionado con la personalidad de su fundador,” E. Jones, op. cit., p. xx.
Figura 1.1. Jerónimo del Bosco- La extracción de la Piedra de la Locura (1475-80). El Bosco, pintorrenacentista irreverente donde los hubiese, muestra en esta pintura un espejo bordeado por unainscripción que reza: “Maestro quítame la piedra. Mi nombre es Lubbert Das.” Vemos una viviseccióndel cerebro con el fin de extraer la 'piedra de la locura'. El que lleva a cabo la operación posee unembudo, signo de su estupidez, y una bolsa de dinero. Así mismo, acompañando a las figurascentrales, encontramos un fraile con expresión de sorpresa, como si el maestro realizase algún tipode milagro, y una monja, esta última con un libro sobre la cabeza, a modo de sombrero. El resultado,la extracción de una flor negra de la cabeza del paciente, diverge del previsto.
1.0. Genealogía de la transferencia : Magnetismo, sugestión e hipnosis
El surgimiento del estudio supuestamente empírico de la mente podemos
retrotraerlo al siglo XVIII, a la Ilustración. Aunque existen indicios de prácticas
previas,46 éstas se encuentran envueltas en un halo misterioso, no sólo en relación
a su propio ejercicio, sino en cuanto a las fuentes que poseemos al respecto. Sólo
la derrota de l’Infâme, de lo oculto y de la superchería, mediante la luz de la razón,
pudo introducir el estudio de la mente en un ámbito, al menos, pre-científico.
Así se suele situar como punto de arranque las prácticas de Franz-Anton
Mesmer(1736-1815).47 En un período de consolidación del newtonianismo frente al
cartesianismo, de la propagación de leyes universales más que de mecanismos
particulares para la explicación de los fenómenos naturales, Mesmer abre en París
una consulta para el tratamiento de desórdenes nerviosos48 creyendo en la
existencia de cierto fluido universal, con semejanzas al pneuma estoico, que unía a
todos los seres y, en concreto, a los seres humanos entre sí.49
Según Ellenberger, el magnetismo de Mesmer vendría a ser la otra cara de la
moneda en la que también se encontraría el exorcismo, tal como lo practicara el
célebre padre suizo Gassner. Éste trataba ciertas enfermedades del alma a través46 En el primer capítulo de F.H. Ellenberger, The Discovery of the Unconscious. The History and Evolution ofDynamic Psychiatry, Londres, 1970, se abordan algunos de estos antecendentes. Pedro Laín Entralgo realiza unaprofunda exégesis de los tratamientos pre-psicoterapéuticos en la antigua Grecia en La curación por la palabraen la Antigüedad clásica, Barcelona, 1984. Sobre la relación entre poder y capacidad de sanación así como de lainteracción de las esferas divinas y terrenas cf. el estudio clásico de M. Bloch, Les Rois Thaumaturges, París,1997. Aún hoy en día se anuncia un curso de postgrado o Master en exorcismo de dos meses de duración quecomenzó en el año 2005 en el Athenaeum Pontificium Regina Apostolorum.47 Previamente podemos observar la existencia de ciertas aserciones teóricas acerca de su contenido ysurgimiento tales como las reflejadas en el diálogo entre empiristas y racionalistas, un caso ejemplar podrían serlas Consideraciones acerca del entendimiento humano de Locke y las Nuevas consideraciones acerca delentendimiento humano de Leibniz, ambas carentes del sentido práctico propio de la psicoterapia tal y como laconocemos.48 Cf. por ejemplo J. Ehrenwald, The history of Psychotherapy: From Healing Magic to Encounter, Nueva York,1976. F. Rausky, Mesmer ou la révolution thérapeutique, París, 1977. Las obras de Mesmer se encuentran en F.-A. Mesmer, Le Magnétisme Animal, París, 1971.49 La importancia simbólica y operativa del concepto de fluido en el arte curativo clásico está bien documentadoen M. Foucault, Historia de la Locura en la Época Clásica, II, México, 2000. Así el fluido estaba relacionadocon la inmersión y la purificación; igualmente ofrecía un medio en el que la transmisión de cualidades se hacíaposible. “En este medio fluido, se hace el intercambio universal de cualidades,” ibid., p. 490.
de los ritos del exorcismo. El propio Mesmer, al dar su opinión acerca de las
prácticas de Gassner sostenía que éste mismo estaba, sin saberlo, utilizando el
magnetismo animal,50 en lo que creía que era expurgación demoníaca. Dos
técnicas diferentes obedecían a un mismo principio actuante.
El magnetismo respondía a la teodicea ilustrada cuya asimilación de Dios y
naturaleza, Deus sive Natura, no permitía la actuación de ninguna instancia divina
ajena a la propia consustancialidad de las cosas. Por tanto, en el estudio de los
fenómenos anímicos habría que prescindir de toda referencia a creencia mítica o
religiosa alguna. La ciencia natural iría absorbiendo la omnisciencia divina en favor
de explicaciones inmanentistas, relativas al orden visible. Newton y su ley universal
gravitatoria habrían supuesto un apoyo decisivo y contundente a la idea de un Dios
conservador de la naturaleza, deista (Natura), frente al omnipotente creador
cristiano (Deus).
Hay también una referencia a Descartes y su idea de espíritus animales insita
en el pensamiento de Mesmer. Para Descartes éstos serían como un aire sutil o
“…más bien como una llama muy pura y viva que, subiendo continuamente en
abundancia del corazón al cerebro, [y] se distribuye de ahí por los nervios a los
músculos y da el movimiento a todos los miembros.”51
El interés médico de Mesmer se va desarrollando con la imposición de imanes
a ciertos miembros de las clases altas de su Viena natal. A lo largo de sus
indagaciones empieza a conjeturar cómo la curación que observaba en algunos de
sus magnetizados no podía deberse a la simple presencia de un imán y es así que
50 Hay indicios de ideas cercanas al magnetismo en una obra que parece haber sido escrita por HermanBoerhaave, An Essay on the virtue and efficient cause of magnetical cures, Londres, 1743. Su autoría, dudosa,pondría sobre la pista del magnetismo a uno de los fisiólogos más ejemplares del siglo XVIII.51 R. Descartes, Discours de la Méthode, V. Así mismo el Dictionnaire de l'Académie Française de 1762 serefiere a estos ‘esprits’ como pequeños cuerpos ligeros, sutiles e invisibles, que llevan la vida y el sentimiento alas partes del animal. Nótese la relación con el éter y la pérdida de toda connotación animista por unamecanicista con la permanencia de una asociación entre vida y sentimiento.
habrá de sostener la existencia de un fluido universal, de idéntico porte a la ley
gravitacional newtoniana. Éste permearía todo tipo de organismos, produciendo
sus modificaciones una variedad de afectos y padeceres. Pasa así de una práctica
a la formulación de una teoría.
Recurriendo a la analogía galénica, la enfermedad se entendía no ya como
una alteración interna, un desequilibrio de los fluidos, sino como una distribución
incorrecta de una especie de fluido externo y universal en un individuo, sobre su
constitución orgánica. Se pasaba así de la metáfora mecanicista a otra de tipo
universal legalista, presupuesto de toda ciencia natural; igualmente se situaba al
individuo en complejos estructurales superiores a éste, en los que se insertaba
como simple nodo o gozne. Se cuestionaban, pues, los presupuestos del
humanismo y el antropocentrismo, al igual que lo hiciesen los descubrimientos
científicos de ese período.
Junto con la aceptación de los postulados newtonianos se sucede una oleada
de anticartesianismo que niega uno de sus principios fundamentales. De acuerdo
con éste uno puede adquirir un conocimiento interno, personal, mucho más
profundo del que se puede llegar a poseer del mundo externo, el llamado
paradigma de interioridad. Otra crítica que empieza a elaborarse es la relativa al
materialismo, que acabará con la supuesta división ontológica entre res extensa y
cogitans, entre dos tipos de substancia, y tendrá como resultado último el
monismo. El monismo materialista de la ciencia tal y como llega hasta nuestros
días, preconizado por hombre-máquina de La Mettrie, y delineado por Vesalio y su
De humanis corporis fabrica.
En resumidas cuentas, los principios del sistema de Mesmer serían los
siguientes:
(1) Un sutil fluido físico llena el universo y forma un medio de conexión entre elhombre, la tierra y los cuerpos celestes e igualmente entre los hombres. (2) Laenfermedad surge de la distribución desigual de este fluido en el cuerpo humano, larecuperación se logra cuando dicho equilibrio se restaura. (3) Con la ayuda deciertas técnicas, este fluido puede ser canalizado, guardado y transferido a otraspersonas. (4) De esta manera se pueden provocar ‘crisis’ en los pacientes y, deesta forma, curar enfermedades.52
La función del terapeuta, según Mesmer, sería restablecer el equilibrio de este
fluido dirigiendo las corrientes magnéticas que se encuentran dispersas en el
paciente. El magnetismo surge así como técnica que trata de forma genérica y
universal un fenómeno en el que la presencia del magnetizador es, no obstante,
requisito imprescindible. Mediante sus pases magnéticos, el magnetizador era
capaz de dirigir cierta cantidad de este fluido a través del cuerpo del paciente: el
magnetizador se convertía en canalizador de dicho fluido.
Uno de los postulados de la ciencia iluminista, su validez universal, no debía
verse desmentida por la peculiar relación paciente-enfermo:53 el magnetizador era
simple medium de este proceso. En física, la imposibilidad de la detección de un
mecanismo subyacente a la ley universal de gravitación ya había sido puesta en
tela de juicio y sus acciones a distancia en forma de leyes universales provocaron
en primera instancia una suspicacia generalizada.
En el tratamiento de una tal Fräulein Österlin que sufría de parálisis, diversos
dolores y extremos cambios de humor, Mesmer fue capaz de notar cierta
periodicidad en su enfermedad y entendería que una serie de movimientos
planetarios estaban vinculados a dichos padecimientos. Los imanes le permitían
52 F.H. Ellenberger, op. cit., p. 62.53 A este respecto cf. la obra de Pedro Laín Entralgo, La relación médico paciente, Madrid, 1983 y M. Foucault,Historia de la Locura en la Época Clásica III, Barcelona, 2002.
inducir un cambio del fluido que dependía de estos accidentes cósmicos,
produciendo flujos artificiales.
Después de mucho tiempo manipulando los imanes, fue capaz de dispensarse
de su uso, pues sostenía que su cuerpo estaba ya lo suficientemente cargado
como para no necesitar los imanes. La explicación que daba Mesmer de los éxitos
de Gassner se refería al hecho de que aquél poseía en su cuerpo una cantidad de
magnetismo animal superior al suyo propio.
La propia disertación doctoral de Mesmer trataba la teoría gravitacional de
Newton y la influencia de los planetas en el estado de los enfermos. Un Newton
también conocido por sus estudios de alquimia y por su postulación en ellos de un
poder o espíritu externo a la materia. Pasamos de la especulación acerca de un
éter, que actuaría entre los planetas a un fluído que abarcaría todos los
fenómenos, animales y humanos. En esta misma época se producían los primeros
experimentos de Galvani y su descubrimiento de la electricidad animal, según él,
presente en el animal diseccionado. Sólo la elaboración de Volta mostrará que era
el contacto de los metales sobre los que se encontraba el animal, la creación de un
circuito, lo que producía el efecto eléctrico; aún así la idea de un organismo
conductor de fluido se mantendrá latente.
Si en un universo armónico sólo podía existir una ley universal, Mesmer estaría
dentro de aquellos que pensaban que en el campo médico, aún en un estado
precientífico, sólo existía una enfermedad y una cura. La enfermedad era un
desarreglo del citado fluido y su forma de curación poseía un carácter muy preciso.
Este magnetismo animal, “...debe, en primer lugar, ser transmitido a través del
sentimiento.”54
54 Cit. en L. Chertok, “The discovery of the transference: towards an epistemological interpretation”,International Journal of Psychoanalysis, 49, 1968, p. 560.
De hecho, afirma que el factor determinante en el resultado positivo de laaplicación del fluido era la voluntad del magnetizado de ser magnetizado, lo cualimplicaba la participación personal y directa del terapeuta en la terapia, incluso sino se le ascribía al terapeuta el misterioso poder de curar que Mesner habíaatribuído a los imanes. Éste no es el caso usual de un paciente confiando unaparte de su cuerpo a un médico y su instrumental, un abandono de sí sobre el queel magnetista pudiese operar, sino la renuncia a su propia conciencia, y la voluntadde acomodarse a la conciencia y voluntad de otro.55
Se trataba de llevar al magnetizado a un estado de catarsis prelingüística, de
tipo somático, en el que el magnetizador se convertía en amo de la voluntad del
magnetizado, “un magnetizador, proclamaba Mesmer, es el agente terapéutico de
sus curas: su poder reside en sí mismo. Para hacer la curación posible, debe
primero establecer una relación, esto es, un tipo de ‘sintonía’ con su paciente.”56
La idea de un fluido, por su parte, parecía apuntar hacia una presencia física y
objetiva, despersonalizada. Al igual que sucede con los planetas que siguen su
órbita debido a su interacción, demostrable como relación matemática, el resultado
de la terapia sería la restauración del orden, de la mensura en la relación.
Los tres caracteres esenciales en el sistema mesmérico son, pues, (α) la
suposición de la existencia de un fluido, (β) la relación como medio de curación y
(γ) el sentimiento como contenido de la relación entre magnetizador y magnetizado.
Es importante que retengamos estas tres características pues serán sus
oscilaciones, sus vaivenes dentro de las especulaciones subsiguientes, las que
determinen el rumbo que reciba el magnetismo originario.
Sus prácticas, desde luego, no pasan inadvertidas. Por ello en Francia se
encarga una comisión para el estudio del magnetismo formada por científicos de
primera talla y dirigida por Bailly. Al no permitir Mesmer que se le investigase
personalmente, la comisión realiza sus pesquisas con uno de sus discípulos,
55 A. Carotenuto, Kant’s Dove. The History of Transference in Psychoanalysis, Wilmette, 1991, p. 26.56 F.H. Ellenberger, op. cit., p. 69.
Charles Deslon, y amplía su examen a las prácticas de Mesmer. Éstos
dictaminarán que se trata de un fenómeno imaginario, es decir, que ocurre en el
interior de la mente del magnetizado y que no se observa medida objetiva de fluido
alguno.57 Si bien reconocían la producción de curaciones no encontraban rastro
alguno de medida cuantificable, la eficacia de su tratamiento no servía como
prueba de su teoría acerca de la enfermedad, la práctica no era avalada por su
epistemología.58 De este modo el primer pilar del modelo fluidista, su ontología
primigenia, recibe su primer gran revés.
Si la procedencia económica y social de los pacientes le permite a Mesmer
llevar una vida sin preocupaciones, la cantidad cada vez mayor de personas que
desean beneficiarse del magnetismo le hace elaborar un ingenioso artilugio, parte
de la mitología magnética, el baquet, con el que poder curar a una multitud de
pacientes.
...un tubo de roble especialmente diseñado para almacenar y transmitir el fluidomagnético. El tubo, de unos cuatro o cinco pies de diámetro y uno de profundidad,poseía una tapa construida en dos piezas. En el fondo había botellas dispuestas encírculos concéntricos, algunas vacías y apuntando hacia el centro, otras conteníanagua magnetizada y apuntaban hacia el perímetro. Había diversas capas de taleshileras. El tubo estaba lleno de agua, a la cual se añadían limaduras metálicas ycristal en polvo. Unas varillas de hierro que salían por los agujeros de la tapa erandobladas en ángulos rectos, de tal forma que éstas pudiesen ser puestas sobre elárea afectada del cuerpo del paciente. Así una serie de pacientes podían utilizar el
57 “Los comisarios no se darían cuenta de que constataban de esta manera la realidad de la acción psicológicainterpersonal: la relación de objeto precisamente,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 23. Relación de objetoes la relación del paciente con el mundo mediante sus representaciones y, en concreto, con el analista. 58 J.F. Kihlstrom, “Mesmer, the Franklin Comission and their Legacy,” paper presented at the celebration ofMesmer Week, Department of Psychology, University of Wisconsin, Madison, 1984. http://socrates.berkeley.edu/~kihlstrm/mesmer84.htm. Según nuestro esquema, los trabajos de Mesmer aparecenen el surgimiento de un giro epistémico que también conllevará las primeras prácticas de psicologíaexperimental. “El único método decisivo, (la comisión) concluyó, eran experimentos designados para revelar lapropia naturaleza de los efectos mesméricos. De acuerdo con ello condujeron una serie de experimentos,aparentemente designados por Lavoisier, sobre voluntarios. Estos estudios pueden ser considerados como losprimeros experimentos psicológicos formales –ciertamente son los primeros ejemplos del uso del métodoexperimental en el estudio de psicología clínica y social.”
tubo a la vez. Se les animaba a aumentar el fluido magnético cogiéndose de lasmanos y creando, de esta forma, un circuito.59
Como vemos un mecanismo similar a las botellas de Leyden que el abad
Noset y Musschenbrok harían populares en el siglo dieciocho, aparentemente más
un artilugio de feria que un dispositivo médico. De nuevo las críticas de sus
enemigos se harían patentes, sus pretensiones de ciencia no serían más que el
resultado de la ignorancia y la debilidad de sus magnetizados. Precisamente del
surgimiento del magnetismo proceden, a su vez, las pretensiones de formular
aserciones universales y válidas acerca de los fenómenos referidos al alma o
psicológicos, “desde ese momento, para los psicoterapeutas, el nuevo juramento
hipocrático incluiría una nueva cláusula: la obligación de asumir una
metapsicología.”60 En este sentido el magnetismo señala una clara línea de
demarcación con las especulaciones previas, lo que podríamos denominar el
comienzo de una reflexión teórica, de un corte epistémico.
En Francia el movimiento comienza una fase de expansión. Pese a lo
numeroso de sus detractores, los seguidores de Mesmer comienzan a llevar a cabo
sus prácticas de forma secreta y se organizan en Sociedades de Armonía
cercanas a la masonería. Se institucionaliza así el magnetismo, permitiendo su
supervivencia y desarrollo y, a su vez, haciendo trascender las prácticas de su
creador, generalizando las actividades magnéticas a sus sucesores. Pasamos de
una práctica individual a una técnica generalizada.
Los dos discípulos más conspicuos de Mesmer comenzarán a devaluar la
importancia de la idea de fluido, ya puesta en tela de juicio por el informe de Bailly,
59 A. Crabtree, From Mesmer to Freud, Yale, 1993, pp. 13-1460 A. Carotenuto, op. cit., p. 4.
y se centrarán en el aspecto relacional, sosteniendo, en uno y otro caso, la
preeminencia de uno de los dos polos.
De un lado, el reverendo José Custòdio Faria (1755 -1819), discípulo de
Mesmer, será el primero en reconocer la capacidad regresiva del total
sometimiento del paciente al magnetizador y sostendrá la primacía de la voluntad
del paciente; abandona las especulaciones mesméricas acerca de un magnetismo
universal y se centra en el paciente, le otorga una importancia subjetiva, ajena a
ontología naturalista alguna. No se encargará tanto del fluido como entidad ajena al
magnetizador y al magnetizado, sino que la propia voluntad de éste será la que dé
lugar a la curación. Faría comienza a utilizar ciertas técnicas que serán retomadas
por Braid, la fijación en un objeto, y la sugestión como la practicará Liébeault. Faría
abre así el camino a lo que después sería denominado sugestión: no en vano se le
considera el pionero de las ideas que dieron lugar a los postulados de la Escuela
de Nancy.
El marqués de Puységur (1751-1825), discípulo aventajado de Mesmer junto
con Faría, entenderá la voluntad del terapeuta como fundamental.61 Puységur
obtendrá los primeros resultados que podríamos denominar hipnóticos, aunque no
fuese sino Braid, más tarde, quien acuñase el término. Puységur renuncia al
contacto físico con el paciente y recurre a las palabras como medio de
aproximación y alude a la sintonía, cercana a la idea de empatía.
Recreará así lo que se denominaba ‘sonambulismo magnético’, frente a las
convulsiones animales del magnetizado alcanzadas por Mesmer. Se trata de un
sueño en el que el magnetizado lleva a cabo las órdenes del magnetizador y
61 Así comenta: “Creo en la existencia dentro de mí de un poder. De esta creencia se deriva mi voluntad deejercerlo. La doctrina entera del Magnetismo Animal está contenida en dos palabras: Cree y quiere,” cit. en F.H.Ellenberger, op. cit., p. 72.
despierta sin recordar nada, produciéndose una sugestión independiente de la
existencia de fluido alguno, -el primer postulado señalado anteriormente-, debida a
la actividad del magnetizador, el extremo opuesto al destacado por Faría.
Pese a no descartar completamente los principios fluidistas, Puységur empieza
a otorgarle mayor valor a la influencia en la curación de otros factores intrínsecos a
la relación misma como el cuidado del paciente a cargo del médico.62 No llegará a
estados de regresión tan profundos como los alcanzados por Mesmer, sino que
tratará de conducir a los pacientes a etapas infantiles en las que se produce una
substitución de la figura materna por la del magnetizador.63 La voluntad
inquebrantable del magnetizador de que el magnetizado mejore es la clave de su
proceder.
La premisa ontológica acerca de la existencia de un fluido, como vemos, se va
debilitando; las corrientes ‘fluidistas’ irán dando paso a aquéllos que se centran en
la inducción del sueño y que optan por una teoría más de tipo psicológico que
naturalista, dando lugar a la corriente ‘animista’ del magnetismo.
A lo largo de toda la historia del magnetismo resonará la condena de
atentar contra las buenas costumbres. La proximidad de la relación, causa de
roces carnales, podía atenuarse sólo mediante la intersección de una
instancia objetiva como la del fluído magnético. Según Carotenuto, al intentar
quitarle al fenómeno relacional la centralidad que le correspondía en los62 Comenta Puységur, “estoy seguro que, ciencia y experiencia aparte, no puede ser indiferente ser cuidado ennuestra enfermedad por un Médico y Guardia que nos entregue afecto,” cit. en L. Chertok y R. de Saussure, op.cit. p. 27.63 No muy lejano a esta idea estaría Philippe Pinel, contemporáneo de Puységur, y uno de los fundadores de lapsiquiatría moderna. De acuerdo con Foucault, “Pinel reconocía que el médico cura cuando en vez de usarterapéuticas modernas, recurre a esas figuras inmemoriales (padre y juez, familia y ley),” M. Foucault, op. cit.,III, p. 255. “El personaje del médico, según Pinel, debía actuar no a partir de una definición objetiva de laenfermedad o de un cierto diagnóstico clasificador, sino apoyándose en esas fascinaciones que guardan lossecretos de la familia, de la autoridad, del castigo y del amor; es utilizando ese prestigio, poniéndose la máscaradel padre y del juez, como el médico, por uno de esos bruscos atajos que dejan a un lado su competenciacientífica, se convierte en el operador casi mágico de la enfermedad y toma la figura del taumaturgo,” ibid., p.256.
fenómenos magnéticos también se inhibió el surgimiento de una teoría de la
transferencia desarrollada que comprendiese la relación como el hecho
fundamental en la propia curación.
Figura 1.2. Los pases magnéticos de Mesmer.
Deleuze (1753-1835), alumno de Puységur, admite la existencia de ciertos
afectos entre magnetizador y magnetizada que deben diferenciarse de los
puramente eróticos y que quizás tuviesen un efecto positivo en la cura. Así
reconoce la existencia y persistencia de ciertos afectos entre sus magnetizados,
pero trata de escapar de sus propias pasiones hacia sus pacientes. Es, pues, el
polo del paciente el que se destaca conjuntamente con la idea del sentimiento.
“Deleuze admite la realidad de un fluido, pero, al igual que Puységur, se distingue
de Mesmer al hacer intervenir junto con el magnetizador la voluntad y la confianza
en la curación.”64 Una especie de fe en sus capacidades actuaría en la sanación
64 L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 37.
del paciente, un paciente que se mantiene, al igual que con su maestro, pasivo,
quizás para protegerse de las complicaciones amorosas de las que hacía mención.
Es la capacidad objetiva del médico la que permite obrar la curación frente a los
restos afectivos que perduran en el paciente. Poco a poco la corriente de Deleuze y
Puységur irá dando menos importancia a la acción del fluido magnético y más a su
vertiente relacional, basada en el aislamiento del paciente con el magnetizador y su
íntima dependencia, su reclusión con éste.
El carácter altamente sexual del magnetismo como terapia, tal como lo
practicara Mesmer, será reemplazado por un aséptico sonambulismo con
Puységur, alejándose de las excitaciones cercanas al orgasmo65 que se producían
en la proximidad física del magnetizador a su paciente. Julien Joseph Virey (1775-
1846) comentaría al respecto de tales prácticas que “el magnetismo... no es sino el
resultado natural de emociones nerviosas producidas por la imaginación y la
afección entre diferentes individuos y, principalmente, de aquellas que surgen de
las relaciones sexuales.”66 El polo del sentimiento empieza a cobrar importancia, tal
es así que Charles Villiers (1765-1815) publicaría en 1787 Le magnétiseur
amoureux, donde destaca que el magnetismo no es producto de ninguna
circunstancia física, sino de la simple relación afectiva entre médico y paciente,67
del encuentro de la voluntad de curar con la de sanar. Se diluyen así las ideas
fluidistas en pro de la relación como dinámica propia de la curación. El propio
Deleuze intentaría parar la difusión de un libro que parecía contener un mayor
65 De ello da buena cuenta el artículo de R. de Saussure en “Transference and Animal Magnetism”,Psychoanalytic Quarterly, 12, 1943. No es de extrañar que en el famoso informe secreto acerca del magnetismode la Comisión Real dirigido a Luis XVI apuntase que “...el tratamiento magnético debe necesariamente serpeligroso para la moralidad,” ibid., pp. 194 ss.66 J.J. Virey, Examen impartial de la médicine magnetique, París, 1818, cit. en R. de Saussure, ibid., p. 199.67 “De Villers no atribuye ningún papel al fluido, ninguna eficacia a los procedimientos. Para él la curación estácondicionada por la relación de objeto y por los sentimientos recíprocos entre magnetizador y magnetizado,” L.Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 40.
vilipendio de los magnetizadores, que ya eran objeto de burla y persecución.68 El
carácter afectivo, incluso sexual, de la relación había sido siempre el talón de
aquiles de la supuesta cientificidad del magnetismo. La existencia de un fluido
recubría la práctica con un carácter objetivo, en su ausencia, se convertía en un
fenómeno mental, subjetivo. Siguiendo la línea por la que se va desplazando la
atención de la sujección del magnetizado, Jules Charpignon (1815-?) comentará la
importancia del estado mental del propio magnetizador a la hora de practicar la
cura.
De este modo vamos pasando de una visión objetual del paciente hacia una
más dinámica, en la que, claro está, el magnetizador va perdiendo su propia
posición objetiva, ya fuese a través de la interposición de un fluido, como simple
dispensador de dicha substancia, o de la ausencia o abstinencia de sus afectos; se
trata, según comentan Chertok y de Saussure, de la idea de sugestión avant la
lettre.
La gran transformación del magnetismo se produce con James Braid (1795-
1860), cirujano de profesión, acostumbrado a lo tangible propio de sus estudios de
fisiología. En 1843 un Braid vuelto hacia el magnetismo acuñará el nombre
hipnotismo y decidirá otorgarle un estatuto científico y objetivo, rechazando
definitivamente las teorías fluídicas mesmerianas, y centrándose en la relación
entre la fisiología y la psicología del paciente. Braid se ocupará del aspecto
subjetivo de la cura, por lo que ésta acontecería en la mente del paciente, y en la
que el médico se encargaría, desde su exterioridad, de llevar al paciente a cierto
estado de sugestibilidad. “En todo caso la introducción del concepto de sugestión –
68 “A medida que los discípulos de Mesmer se volvían más numerosos, entusiastas y fanáticos, el movimiento sedesvió más de su norma inicial y cayó en descrédito. Se mezcló cada vez más con una especulación salvaje,ocultismo, y, en ocasiones con prácticas embaucadoras,” F.H. Ellenberger, op. cit., p. 83.
si bien concebido en términos de fisiología- marca un neto paso adelante: rechaza
definitivamente el fluidismo y prepara el terreno para el estudio de la acción
psicológica en la relación hipnótica.”69 Efectivamente, la discusión acerca de la
sugestión sitúa la cuestión sobre el magnetismo en un nivel gnoseológico
totalmente nuevo, pues, respecto a la praxis, ya algunos magnetistas habían
mantenido que el susodicho fluido magnético procedía de sus ojos y habían
efectuado consistentemente prácticas hipnóticas.
Braid entenderá que el mecanismo actuante es un cierto estado del sistema
nervioso ocasionado por una atención fija y abstraída; a este particular estado de
sueño lo denominará hipnotismo. Se encargaría así de dotar de mayor contenido
científico a su técnica, al ligarla al sistema nervioso y convertirla en posible objeto
de investigación científica. La fisiología cerebral seviría de sustrato material
analizable en última instancia.70 El aspecto relacional queda difuminado al hacer
hincapié en lo fisiológico. Se trata de una rectificación adecuada hacia el imperante
estilo científico positivista que habrá de ocuparse del estudio de los datos
perceptibles y de la conversión de todo saber de acuerdo con un modelo fisicista
de causas y efectos.
Los trabajos de Braid serán presentados por Velpeau en la Academia de las
Ciencias en 1860 y a partir de ahí traslada sus investigaciones a Francia. Así
comenzaría el interés de August Ambroise Liébeault (1823-1905) en este tipo de
fenómenos, su trabajo con la hipnosis braidiana le hace convencerse de que “... no
es la acción física la que constituye el factor hipnotizante, sino un proceso
psicológico, una idea, la sugestión verbal. De ahí su conclusión: la sugestión es ‘la
69 Ibid., p. 60.70 No es de extrañar que la frenología hiciese pronto buenas migas con las prácticas sugestiva e hipnótica.
clave del braidismo’.”71 De esta forma se reducían los efectos del hipnotismo a una
forma de sugestión.
Liébeault intentará dar una interpretación del fenómeno hipnótico retomando el
papel central de la figura del médico. Para alcanzar los estados hipnóticos,
someterá los ojos del paciente a los del terapeuta en lugar del objeto luminoso
utilizado por Braid. El paciente pasa de esta manera de un ‘sueño autoinducido’ -
efecto en el sistema nervioso del objeto brillante, y, por tanto, objetivo e individual -
a un ‘sueño inducido por sugestión’72. “Sugestión para Liébeault era, simplemente,
la transmisión por palabra o gesto de ciertas ideas a la mente de un sujeto
durmiente con el fin de producir procesos físicos y mentales en él.”73 Alrededor de
sus ideas y experimentos se formaría la Escuela de Nancy.
Hippolythe Bernheim (1840-1919) irá abandonando las ideas sostenidas por su
maestro, Liébeault, acerca de la hipnosis, y sólo aceptará la sugestión como
mecanismo activo. Se observa un tránsito hacia el interés por el contenido de la
relación, empañado por el positivismo de Braid. El tercer aspecto que sometíamos
a discusión empieza a eclipsar el aspecto general de la relación, segunda premisa
del magnetismo.
Bernheim, prestigioso profesor, será el encargado de introducir la obra de
Liébeault a la comunidad científica que hasta el momento de su apadrinamiento la
habría dejado de lado y comenzaría, a su vez, una larga disputa con Charcot, si
bien poco a poco iría abandonando el hipnotismo en pos de la sugestión en
estados de vigilia. Uno de los experimentos que llevaría a cabo, en la ocasión que
Freud lo visitó en 1889, fue la hipnosis de un sujeto al cual le sugeriría que cinco71 Ibid., p. 62.72 A. Carotenuto, op. cit., p. 51.73 G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of transference”, International Review of Psychoanalysis, 19,1992, p. 419. Este es el primero de los tres artículos de Makari en los que ensaya una forma de historiacontextual de la primera noción freudiana de transferencia.
minutos después de despertarse habría de dejar de hacer cualquier actividad que
llevase a cabo con el fin de dirigirse a un paraguas que se encontraba en la
habitación y abrirlo. Efectivamente, cinco minutos después de despertar hizo tal y
como le había sido ordenado. Al preguntársele por qué había realizado dicha
acción el sujeto no podía dar ninguna razón.
Los fenómenos hipnóticos mostrarían una sugestibilidad ideomotriz que
consistiría en poner en relación una idea con un acto. Al igual que para Liébeault,
el hipnotismo no sería sino un tipo especial de sugestión, más prominente e
inducida artificialmente. Es esta convicción en la primacía de los efectos sugestivos
la que hará que se vaya descartando el hipnotismo y se utilice sólo la sugestión
directa como única técnica terapéutica.
Mientras que la escuela de Nancy seguiría el rumbo de la despersonalización
de la relación, “la escuela de la Salpêtrière, por su lado, iba aún más lejos en esta
despersonalización al otorgar un valor primordial a los factores físicos en la
hipnosis.”74 Proceso de mecanización y de abstracción fisíco-causalística de los
factores intervinientes que produce la obliteración de la necesidad del médico, de la
relación, en aras de un nuevo cientificismo estático, fijo, objetivizante, positivo. Los
que más que se acercan a tratar la relación dual son Binet y Feré que señalan
cierta sensibilidad electiva que hacía tender más hacia la figura del hipnotizador en
los estados hipnóticos. Igualmente Janet señalará la similitud de la relación entre el
paciente y sus progenitores y la de éste con el hipnotizador ya reseñada por
Puységur.
Otra figura destacada en esta historia es Jean Martin Charcot (1825-1893) que
comienza a especializarse en casos de desarreglos nerviosos mediante las
74 Ibid., p. 70. Para éstos la hipnosis habrá de ser un estado somático sin intervención de la sugestión, sino sólo deestímulos físicos.
técnicas hipnóticas. Como neurólogo y anatomista intentaría reducir los desórdenes
a sus bases fisiológicas y llevará a su máxima expresión el intento de localización
de las enfermedades nerviosas, al buscar un órgano responsable en el origen de la
histeria.75 Será precisamente “ese deseo de encontrar una correspondencia
anatómica entre la neurosis y la afección neurológica (la que) le impida ver que su
postulado era incompatible con sus propias observaciones clínicas.”76 El propio
Freud, se percatará de esta contradicción y podrá especular con el valor de lo
lingüístico en la creación de síntomas.
Charcot toma a su cargo el hospital de la Salpêtrière,77 centro asignado a
mujeres que sufrían ataques convulsivos. Así es como empezará a distinguir dos
tipos de etiología bajo estas convulsiones, unas de tipo epiléptico, y otras
asociadas a estados histéricos. Si bien la histeria había pasado anteriormente en
los círculos científicos como simple fingimiento, Charcot le otorgará valor de
patología, pese a ascribirle una predisposición hereditaria junto con la existencia un
suceso desencadenante, traumático. El fenómeno histérico obedece a una
75 La relación entre la búsqueda de un órgano, una parte del cuerpo y el miedo a relacionarse con el otro en suintegridad, la necesidad de amputarlo y convertirlo en objeto es resaltada por A. Carotenuto, op. cit., p. 63. Másadelante señala “podríamos decir que desde Mesmer a Charcot la relación terapéutica -...- había sufrido unproceso rigurosamente creciente de despersonalización,” ibid., p. 67.76 Ibid., p. 107. No obstante, pese a los intentos de objetivación, “se creerá, y el enfermo será el primero, en elesoterismo del saber del médico, en algún secreto casi demoniaco de un conocimiento que ha encontrado elpoder de destruir las alienaciones; y cada vez con mayor facilidad, el enfermo aceptará abandonarse entre lasmanos de un médico, a la vez divino y satánico, en todo caso fuera de la medida humana; cada vez más sealienará en él, aceptando en conjunto y por adelantado todos sus prestigios, sometiéndose desde el principio auna voluntad que siente como mágica, y a una ciencia que él supone presciencia y adivinación, convirtiéndoseasí, a fin de cuentas, en el correlativo ideal y perfecto de los poderes que proyecta sobre el médico, puro objetosin otra resistencia que su inercia, completamente dispuesto a ser precisamente esa histérica en la cual Charcotexaltaba el maravilloso poder del médico. Si quisieran analizarse las estructuras profundas de la objetividad en elconocimiento y en la práctica psiquiátrica del siglo XIX, de Pinel a Freud, sería preciso mostrar que esaobjetividad es desde el principio una cosificación de orden mágico, que no ha podido realizarse sino con lacomplicidad del mismo enfermo, y a partir de una práctica moral, transparente y clara al principio, pero olvidadapoco a poco a medida que el positivismo imponía sus mitos de la objetividad científica...” M. Foucault, op cit.,pp. 268-9.77 “Diríamos que Charcot, con toda su autoridad y su prestigio, había creado un clima favorable para elhipnotismo: él le propiciaba una caución moral y, por su teoría fisiológica, le dotaba de una racionalizacióncientífica. Su desaparición pudo provocar el retorno de las antiguas inquietudes,” L. Chertok y R. de Saussure,op. cit., p. 81.
disociación, a una escisión, se trata de un estado que impide al sujeto actuar de
forma unitaria.
Las técnicas braidianas le habían permitido, tanto a Charcot como a Briquet,
atribuir causas psicológicas a los síntomas somáticos de la histeria. La histeria
había sido considerada hasta entonces un tema oscurantista, alejado de la ciencia,
y en el que cualquier tipo de investigación parecía destinada al fracaso. Su
tratamiento incluía desde la ablación del clítoris hasta el exorcismo.78
Figura 1.3. A. Brouillet - La leçon clinique du Dr. Charcot
En sus experimentos sería crucial el descubrimento de la posibilidad de crear
un síntoma histérico a través de la hipnosis con la misma fenomenología que la
78 Cf. J.M. Pueyo, La Histeria: Del discurso del amo al discurso del psicoanalista, Barcelona, 1999.
síntomática propia del estado morboso.79 “Charcot argumentaba que un ‘ego’ en
estado hipnótico tendía a una ‘disociación fácil’ por la cual las ideas que eran
internas se volvían ‘inconscientes’ y actuaban, por ello, con impunidad.”80 Así en la
actuación de los síntomas histéricos parecía entrar en juego una ‘idée fixée’ que
estaba, no sólo en la base de la sintomatología histérica, sino en la de la neurosis
genérica, a la que aquella pertenecía.
Bajo estos supuestos entenderá la existencia de una ‘gran histeria’, a la cual
asignará tres fases, de acuerdo con sus ideas fisicistas, que no tardarían tiempo en
ser refutadas. La propia sugestión producida sobre el paciente, más que la
objetividad del fenómeno, parecía predisponer la aparición de estas fases. Charcot
continuaría, no obstante, aplicando imanes, con cuyo efecto creía poder desplazar
los síntomas. El propio Bernheim será uno de los grandes críticos de las ideas de
Charcot. Surge así una rivalidad que llegará hasta los tiempos de Freud.
Charcot seguía creyendo en la existencia de una base anatómica en todo tipo
de neurosis, siguiendo los pasos del mecanicismo vigente en el fin de siècle. Freud,
al observar que efectivamente los síntomas neuróticos no procedían en forma de
una división anatómica o fisiológica, sino de acuerdo con la concepción cotidiana
del cuerpo, habrá de especular con la ausencia de cualquier tipo de relación con la
constitución física y su disposición en una constitución más sutil que la física, la
mental.
Bernheim continúa los estudios de la escuela de Nancy; para él, la
sugestibilidad no habría de ser una condición propiamente patológica, sino que
79 “Charcot mostraba en sus célebres lecciones que éstas (las parálisis histéricas post-traumáticas) no eran debidasa causas físicas, sino más bien a un shock físico. Era una idea la que provocaba los síntomas de la neurosis,” L.Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 94.80 G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of Transference”, op. cit., p. 418. Paralela a esta interpretaciónes la elaborada por Janet de disociación, cf. J.R. Haule, “Pierre Janet and Dissociation: The first transferencetheory and its origin in hypnosis”, American Journal of Clinical Hypnosis, 29(2), 1986, pp. 86-94.
sería propia a cualquier sujeto.81 Freud desarrollaría esta idea en el sentido de que
no sólo puede ser ocasionada por una sugestión externa, sino que puede ser
autoinducida. Así, según Makari, “en 1895 Freud había abandonado la noción de
autosugestión. No obstante Freud introdujo el nuevo concepto de ‘falsa conexión’,
que creo es el descendiente conceptual de la autosugestión... Las conexiones
falsas son el equivalente directo de la falsa relación entre una idea y un síntoma
físico en la histeria...”82 Se altera convenientemente el contenido de la tradición
magnetista y se convierte, tras sus sucesivas mutaciones, en un nuevo método.
Figura 1.4. Diferentes representaciones de estados histéricos. [Fuente: D.M. Bourneville y P.Régnard, Photographic Iconography Salpêtrière, Paris 1876-80.]
81 “Yo defino sugestión en el sentido más amplio: es el acto por el que una idea es introducida en el cerebro yaceptada por éste,” así comenta Bernheim en su Hypnose, Suggestion, Psychotherapie de 1891, cit. en ibid., p.420.82 Ibid., p.428.
Esquema 1.1. Evolución diacrónica de los precedentes psicoanalíticos de la transferencia.
Previamente a su estancia con Charcot, Freud había trabajado como fisiólogo
en el laboratorio de Brücke, que enmarcaba sus investigaciones dentro de los
intereses de la escuela de Helmholtz, en el intento de reducir todo fenómeno
fisiológico a una descripción de las fuerzas físico-químicas actuantes, un
reduccionismo materialista que permitiese explicar todos los efectos naturales
basándose en el movimiento de la materia. Esta influencia, la de Helmholtz y la
línea postkantiana del pensamiento fisisológico-positivista acerca de la percepción,
es discutida en el contexto en el que se desarrolla intelectualmente Freud.83 Para la
escuela helmholtziana la percepción estaría relacionada con el sistema nervioso
del individuo más que con las idealistas categorías kantianas.84 Diferenciarían no
tanto categorías lógico-metafísicas como la de nóumeno y fenómeno, como las de
propiedad y efecto de tipo más bien conductista.
Según ellos “para conocer un objeto le imponemos inconscientemente sobre
las causas desconocidas de su sensación cualidades que existen en nuestros
recuerdos.”85 Las sensaciones no se corresponden con el mundo exterior, sino que
han de entenderse mediadas por el sistema nervioso particular. Dentro de esta
línea de pensamiento surge la primera noción de transferencia. Según Theodor
83 Hay una línea de discusión que parece dividir a dos sectores del psicoanálisis contemporáneo que sepolarizarían en las corrientes norteamericana y la francesa, así comenta Chertok al hablar de la supuestainfluencia de Helmholtz sobre Freud “...cuya influencia sobre Freud ha sido tan enfatizada y es ahora, una vezmás, objeto de investigaciones en los Estados Unidos,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 573. Por otrolado Makari comenta: “para un teórico con intereses psicológicos construyendo un modelo de ideación,percepción y memoria en la Viena de finales del siglo diecinueve, un punto de arranque obvio habría sido laconvergencia de la filosofía postkantiana y la fisiología empírica que tenía lugar en las influyentes nociones depercepción de Helmholtz”, G.J. Makari, “In the eye of the beholder: Helmholtzian perception and the origins ofFreud’s 1900 theory of transference”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 42, 1994, p. 562. Sinduda detrás de esta polémica se deja entrever los ‘dos Freud’ aceptados por ambas escuelas, el Freud cientificistay empírico americano y el Freud filosófico y teórico francés.84 Así comenta Helmholtz: “Hemos visto suficiente como para responder a la cuestión acerca de la posibilidad demantener la convicción innata y natural de que las cualidades de nuestra sensación, especialmente de nuestrassensaciones visuales, nos den una verdadera copia de las cualidades correspondientes del mundo exterior. Parececlaro que no lo hacen...”, cit. en ibid., p. 558-9.85 Ibid., p. 561 Así, según Helmholtz, las ilusiones pueden producirse por alteraciones del mecanismo con el querecibimos los datos sensoriales. Cf. S. Bernfeld, “Freud's earliest theories and the school of Helmholtz”,Psychoanalytic Quarterly, 13, 1944 y P. Cranefield, “Freud and the 'School of Helmholtz'”, Gesnerus, 23, 1966.
Lipps, la transferencia (Übertragung) sería la transposición de un significado a una
sensación objetivamente diversa.86 Cuán cercano estaría Freud en un comienzo a
esta intuición sólo lo podremos comprobar acercándonos a sus primeras
disquisiciones.87
86 T. Lipps, Grundtatsachen des Seelenlebens, Bonn, 1883. Es interesante señalar que Lipps también desarrollaráotro concepto fundamental en psicología como es el de empatía Einfühlung “Einfühlung, innere Nachahmungund Organenempfindung”, Archiv für die Gesamte Psychologie, 1(2), 1903, Leipzig. Cf. M. Kanzer, “Freud,Theodor Lipps, and 'scientific psychology'”, Psychoanalitic Quarterly, 50, 1981, pp. 393-410.87 De hecho se ha abierto una discusión acerca de la originalidad de la obra de Freud, en especial de su relacióncon conceptos cercanos a Lamarck y la escuela de Helmholtz a partir de F.J. Sulloway, Freud, Biologist of theMind: Beyond the Psychoanalytic Legend, Nueva York, 1979. Este tipo de interpretación ya se encontrabalatente en P. Amacher, “Freud's Neurological Education and its Influence on Psychoanalytic Theory”,Psychological Issues, 4(4), 1965.“Su método terapéutico fue más bien una innovación, pero su descripción de losmecanismos involucrados se basaba en los conceptos de la neurología ortodoxa,” p. 73.
1.1. Fase inicial (1890-1905) Desplazamiento, afecto y falsa asociación
Desde su época de estudiante, Freud tuvo la posibilidad de ver las
presentaciones del magnetizador Hansen y poseía especial curiosidad por
todo lo relativo a los fenómenos hipnóticos. En París tendría la oportunidad
de observar la utilización cotidiana de estos medios gracias a una beca como
visitante en la Salpêtrière. En su estancia con Charcot,88 entre 1885 y 1886,
habría de llamar en especial su atención la mentada posibilidad, mostrada por
el neurólogo francés en sus lecciones magistrales, de crear síntomas
histéricos a través de la hipnosis. A partir de esta revelación, Freud llevaría a
cabo una observación que habría de animar toda una nueva forma de
entender este tipo de fenómenos: los síntomas histéricos seguían una
división del cuerpo que no era propiamente fisiológica, sino que estaba
relacionada con nuestra forma común de categorizar, con nuestras ideas. En
definitiva, el lenguaje adquiría una relación directa con el somatismo, se
perfilaba la posibilidad de curar actuando sobre las ideas del paciente con el
único instrumental accesible, el lenguaje.
88 La influencia de la figura de Charcot la sitúan Chertok y de Saussure a dos niveles: afectiva e intelectual. Losautores, a los que ya nos hemos referido en varias ocasiones, sostienen que la estancia en la Salpêtrière, aunquedifícil en ciertos momentos para Freud, le permitió adquirir el coraje necesario en un terreno tan resbaladizocomo el de la carga sexual de la propia transferencia, el cual, hipotetizan, no habría obtenido en su confortableViena. La propia laxitud de las costumbres que Freud detectaría en París, pese a causarle cierta incomodidad, trassu compromiso oficial con su futura mujer, le ofrecen una visión de las cosas que no podría haber obtenido enuna Viena más recatada, menos cosmopolita.
Figura 1.5. Ejemplo de división anatómica de acuerdo con las características propias del sistemanervioso (derecha) y división somática propia de la histeria (izquierda). El síntoma no actúa sobre lasregiones nerviosas sino sobre parcelaciones ideacionales como la mano o el pie, siguiendo unesquema lingüístico y a fortiori mental. [Fuente M.H. Erdelyi, Psychoanalysis. Freud's CognitivePsychology, Nueva York, 1984, p. 3].
Después de su paso por la Salpêtrière, en su consulta privada en Viena, y
tras utilizar los medios tradicionales en la mejoría de las afecciones
nerviosas, tales como las curas de reposo o de agua, Freud se centrará en la
hipnosis y se encargará de traducir el libro de Bernheim acerca de la
sugestión.89 Igualmente realiza recensiones del libro de Auguste Forel, Der
Hypnotismus, y visita a Bernheim y a Liébeault en Nancy en 1889 buscando
perfeccionar su técnica hipnótica. En estos años escribe Un caso de curación
hipnótica (1892-3), donde relata la curación de los síntomas histéricos de una
madre lactante mediante la hipnosis.
El pensamiento de esta primera fase de Freud debe ser enmarcado en su
interés renovado por una ‘fisio-psicología’, o psicología que relacionase efectos
somáticos, causas psicológicas y modalidades de implementación cerebral. Se
trata de un proyecto positivista sin ambajes, propio de su formación neurológica.
Sólo en manos de Charcot su interés por la fisiología se irá transformando en un
interés por la psicopatología y, finalmente, por su búsqueda de una metapsicología,
una psicología del acontecer mental general, de la conciencia. La obra que más
información nos otorga acerca de estas primeras ambiciones es su Entwurf, su
Proyecto de una psicología científica (1895).
De esta etapa es su trabajo sobre la afasia (1891), en el que se posiciona
frente al modelo centrado en localizaciones cerebrales heredero de la frenología y
de los descubrimientos de Wernicke así como de la escuela asociacionista de
Meynard. Aquí se separa de dicha concepción que identificaba localización y
función de la capacidad lingüística. El estudio de la mente aún había de reposar
sobre las bases empíricas de la neurociencia. Con el descubrimiento de otro tipo
89 H. Bernheim, De la suggestion et de ses applications à la thérapeutique, París, 1886.
de fenómenos que exceden la conciencia, precedido de su autoanálisis, su interés
habrá de recalar en un lenguaje fenomenológico acerca de dichos estados.90
Entonces, ¿qué cambió entre 1895 y 1900? Pienso que la situación es la siguiente.Las especulaciones heróicas de 1895 convencieron a Freud de que no podíadescifrar la implementación neural de los estados psicológicos. De este modo si ibaa estudiar los estados psicológicos de algún modo tendría que desechar su interésacerca de cómo eran implementados a nivel neural y concentrarse en los propiosestados. No obstante continuaría pensando que dichos estados podían serestudiados de dos modos: psicológicamente y metapsicológicamente.91
La metapsicología y sus imágenes basadas en mecanismos hidráulicos y en la
ciencia energeticista serían la contrapartida al posterior lenguaje psicologista,
basado en motivaciones y deseos, y continuarían con su interés sobre la
explicación neuronal mediante la reducción de mecanismos a modelos físicos, ya
disociados de un correlato orgánico. Trata así de reducir el lenguaje psicológico a
mecanismos explicativos que den cuenta de dichos eventos. Es en este sentido en
el que Freud entiende retomar el legado de la ciencia, como modelación de
eventos mediante un lenguaje descriptivo de conceptos psicológicos.92
Para Freud la relación entre lo físico y lo psíquico sería de tipo biunívoco, es
decir, lo mental poseería efectividad sobre lo corporal y viceversa, como lo
mostraban los casos de histeria. El punto de conexión entre ambos sistemas habría
90 “...el trabajo de Freud sobre la afasia -su primer trabajo aparte de lsa traducciones- es el sine qua non delnacimiento de la teoría psicoanalítica tal como las podemos distinguir de otras teorías contemporáneas de laneurosis: una teoría del poder de las palabras en la formación de síntomas,” J. Forrester, Language in the Originsof Psychoanalysis, Londres, 1980, p. 14.91 A. Brook, “Neuroscience versus psychology in Freud”, R. Bilder y F. LeFever (eds), Neuroscience of the Mindon the Centennial of Freud's Project for a Scientific Psychology, Annals of the New York Academy of Sciences,843, 1998, p. 67. Según Brook, Freud intentaría con su metapsicología dar un rodeo al problema de laintencionalidad y su estudio empírico, pero su metapsicología no conseguiría eliminar este elemento, al postularentre sus explicaciones mecánicas una teoría de la pulsión que incluiría un objeto y una finalidad, adscribiendointencionalidad a dichos estados. Cf. J. Friedman y J. Alexander, “Psychoanalysis and natural science: Freud's1895 “Project” revisited”, International Review of Psychoanalysis, 10, 1983, pp. 303-318.92 “En síntesis, pensamos que Freud, como fisicalista, trataba en verdad de llegar a una ley de Ohm de la funciónneural, pero como no disponía de datos cuantitativos para lograrlo, se abstuvo de escribir de hecho la ecuación,”K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a laneuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977, p. 36.
de ser el sistema nervioso. Así aún en su El chiste y su relación con el inconsciente
(1905) tratará de establecer relaciones entre lo que hoy denominamos estructuras
neuronales y asociativas, entre la manera en que asociamos las palabras y las
relaciones interneuronales. En un artículo para una enciclopedia popular de
medicina se pueden observar algunos de los primeros trazos de lo que vendría a
ser el método psicoanalítico y el papel en éste de la transferencia. A este respecto
comenta Freud acerca de su instrumental quirúrgico, “...las palabras son también
las herramientas principales del tratamiento mental (Seelenbehandlung).”93
Su interés por un tratamiento de la mente sufriría una reducción a lo psíquico.
Los aspectos fisiológicos irán dando paso al estudio de las patologías como forma
de acceso a la cognición. Si bien las ideas eran capaces de generar una neurosis,
éstas sólo son accesibles mediante su expresión en boca del paciente, asociando
el fenómeno ideacional y lingüístico. Se obtiene, pues, una sucesión de
asimilaciones, por un lado, del síntoma al fenómeno ideacional y, por otro, de este
fenómeno ideacional a la forma que toman y en la que se expresan las ideas, el
lenguaje.
Si Charcot mostraba cómo era posible crear estos síntomas mediante
hipnosis, debía haber alguna forma de tomar la dirección contraria, es decir, de
eliminarlos utilizando los propios estados hipnóticos. Freud se siente, no obstante,
poco satisfecho con la terapia hipnótica. Su falta de habilidad así como el
encuentro con casos en los que esta técnica resultaba inútil le harán buscar nuevas
posibilidades en el tratamiento de sus pacientes.
93 S. Freud, Psychische Behandlung (1890), Sta., Ergänzungsband, p. 17. En esta misma obra trata de expurgartodo tipo de magia o misterio en la curación, comenta, “comenzamos a comprender el hechizo de las palabras.Las palabras son, en efecto, las que procuran de forma más importante la influencia que un hombre puede ejercersobre otro,” ibid., p. 26.
Desde la apertura de su consultorio vienes en 1886 hasta 1889 utilizará la
hipnosis, la cual irá desechando en favor del método catártico de Breuer, que le
permitía obtener más conocimiento acerca de los mecanismos implicados en las
neurosis. Esta voluntad de saber es una constante en la evolución freudiana,
haciendo patente poniendo a las claras hasta qué punto las cuestiones técnico-
filosóficas guiaron los temas prácticos, lo que permitió la constitución del
psicoanálisis como teoría más que como simple propedéutica técnica, tal como se
pudo desarrollar en las ramas de la psicología de contenido más experimental.
Freud seguirá utilizando la hipnosis irregularmente hasta abandonarla
completamente en 1896. Acerca de las razones de su desazón ha habido múltiples
lucubraciones, desde la imposibilidad de hipnotizar a ciertos pacientes, la torpeza
del propio Freud, hasta la incapacidad de actuar sobre las resistencias del
paciente.
Ya desde su estancia en París con Charcot habría empezado a percatarse de
la importancia del ámbito relacional formado por el paciente y el terapeuta, frente a
los propios métodos sugestivos.94 Los aspectos sexuales encubiertos quedaban
patentes en su trabajo hipnótico; la relación de dependencia que se creaba entre el
hipnotizado y su médico. De hecho uno de los efectos aparentemente secundarios
de la hipnosis parecía ser esta dependencia.95 El descubrimiento de los fenómenos
propiamente transferenciales se produciría, según contaría a Breuer, en la ocasión
94 A. Carotenuto, op. cit., p. 72.95 “...cuando las circunstancias requieren una utilización continua de la hipnosis se establece un hábito hacia lahipnosis y una dependencia del médico hipnotizante que no puede ser encuadrada dentro del propósito de lacuración.” S. Freud, Psychische Behandlung, op. cit., p. 32, vid. también p. 35. Es quizás nuesta primera noticiaimplícita acerca de la transferencia en esta fase, fenómeno que parece ocurrir, para sorpresa de Freud, fuera delmarco de la curación.
en que tratando a una paciente ésta le abarazaría, transportando sus sentimientos
a una situación ajena, a la situación analítica.96
El médico vienés estuvo sometido a la influencia de las dos tendencias
opuestas que señalábamos en el apartado anterior, la que seguiría, a través del
hipnotismo, la ascendencia magnetista, y la neurológica-positivista, representada
por Charcot. Ante esta dicotomía “...Freud, en 1895, seguiría a Charcot y optaría
por un modelo (de tratamiento) que no sería susceptible de los ataques de los
médicos escépticos ante la simulación y que estaría en conformidad con los
postulados positivistas, pudiéndosele aplicar una ley, siendo inherente al paciente y
potencialmente somático... La transferencia, en la medida en que no estaba
basada en una relación diádica entre doctor y paciente, también serviría a Freud
para liberarle de las acusaciones de infección psíquica o seducción sexual.”97
Como antes, la tensión entre el intento positivista, científico, de recrear la
objetividad del material se veía puesta en peligro por un fenómeno tan poco
comprobable como etéreo. Este obstáculo se podía salvar objetivando la
enfermedad y obviando la intersubjetividad propia de la relación entre el médico y
el paciente y centrando su interés en una explicación causalista: “Nuestro material
estaba compuesto de casos de histeria común, no traumática; procedíamos de tal
96 En su autobiografía contará Freud “Fui lo suficientemente modesto como para no atribuir el evento a mi propiae irresisible atracción personal y sentí que había entonces entendido la naturaleza del misterioso elemento quefuncionaba detrás del hipnotismo. Para excluirlo o, al menos, aislarlo, era necesario abandonar el hipnotismo.”Así comenta la situación su biógrafo E. Jones, “Un día una paciente repentinamente lanzó sus brazos alrededorde su cuello, un contratiempo inesperado remediado afortunadamente por la entrada de un sirviente. Desdeentonces comprendió que la peculiar relación, terapéuticamente tan efectiva, poseía una base erótica...”, op. cit.,p. 157. No será hasta un momento posterior en el que asuma las conclusiones últimas de este suceso. Al nohaberlo relacionado con su persona, al haberlo tomado con una cierta distancia, a diferencia de Breuer, podráobjetivar el fenómeno.97 G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of transference”, International Review of Psychoanalysis, 19,1992, p. 429. Efectivamente la mayor parte de los estudiosos del tema señalan el valor de la transferencia comoprotección de la integridad de Freud, como defensa ante las acusaciones de superchería. “Hay cierta tendencia aver la transferencia, realidad sólida y desnuda de todo artificio e innovación revolucionaria en la técnicapsicoterapéutica, que permitiría finalmente personalizar la relación, –pero al mismo tiempo y paradójicamente,introduciría a su vez una sutil forma de despersonalización por la introducción de una tercera figura entre losprotagonistas,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 164.
forma, informándonos acerca de las circunstancias bajo las cuales cada síntoma
había surgido para poder aclarar, de este modo, el motivo que posiblemente fuese
decisivo en la creación de ese síntoma.” 98 La mediación de una técnica concreta
sustituirá el postulado primero mesmérico: la existencia de un fluido universal. La
tarea de Freud será la elaboración de una teoría igualmente universal y objetiva
que permita una aplicación tan impersonal como los imanes de Mesmer. El
contagio de la transferencia es sorteado a través de postulados científicos que
proporcionan el mismo resultado con independencia del terapeuta concreto: el
psicoanálisis había nacido.
Para el tratamiento de sus pacientes Breuer comenzaría a utilizar el método
catártico; Freud, discípulo de éste, afirmará en obras posteriores su carácter
predecesor del método psicoanalítico y núcleo de éste.99 Su propóstio sería
regresar -no en vano Freud utilizará posteriormente el término regresión-, es decir,
volver al paciente hacia sus recuerdos, entre los cuales se encuentra el elemento
patógeno, el recuerdo que, al no ser aceptado se convierte, desplaza su carga, en
forma de síntoma.100 Se produce una transferencia, en sentido lato, una
transposición de la carga psicológica en forma de tensión que, al no poder ser
aliviada, obtiene una concreción en el nivel físico.
El descubrimiento de Breuer se efectúa en su tratamiento de Anna O, al
comprobar que ciertos síntomas histéricos desaparecían en estados hipnoides.
Sólo relatando las circunstancias que habían ocasionado el síntoma, sólo por
98 S. Freud, Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene (1893), Sta., VI, p. 1699 S. Freud, Kurzer Abriss der Psychoanalyse. Freud había trazado una analogía entre el método catártico y lacirugía, se trataría de una operación sutil, extirpación y sutura. “He comparado a menudo la psicoterapia catárticacon la intervención quirúrgica, señalado mis curas como operaciones psicoterapéuticas, análogas a la apertura deuna cavidad purulenta, al raspado de una caries...” S. Freud, Studien über Hysterie, Sta., VI, p. 96.100 Para averiguar el recuerdo desencadenante del síntoma, Freud propone dos condiciones “...al retrotraer unsíntoma histérico a una escena traumática sólo conseguimos un incremento de nuestro entendimiento cuando estaescena posee dos condiciones: cuando tiene la capacidad determinante y cuando se le puede atribuir la necesariafuerza traumática.” S. Freud, Zur Äthiologie der Hysterie, Sta., VI, p. 55
medio de su exteriorización lingüística, se lograba la desaparición de los síntomas.
Se denominará a este método cura mediante la palabra (talking cure). Aquí la
figura del médico pierde su carácter impositivo, propio de la sugestión, en pro de la
autosugestión, objetiva, no mediada. “El carácter principal del método catártico, el
que lo sitúa en contraste con los restantes procedimientos psicoterapéuticos, es
que en él la efectividad terapéutica no proviene de la imposición sugestiva de un
médico.”101
Figura 1.6. Anna O (Berta Pappenheim) y Josef Breuer.
101 S. Freud, Die Freudsche psychoanalytische Methode (1904), Sta., Ergänzungsband, p. 102. Sus dudas acercadel método catártico las encontramos desde sus primeros escritos: “al intentar emplear el método de Breuer parala curación de síntomas histéricos en un gran número de enfermos a través del sondeo y la abreacción en lahipnosis se me planteaban dos dificultades que me condujeron a una alteración tanto de la técnica como de suconcepción. (1) No todas las personas que mostraban irrefutables síntomas histéricos, y en las que con todaprobabilidad reinaban los mismos mecanismos psíquicos, eran hipnotizables. (2) Tuve que tomar una posiciónacerca de la cuestión de qué caracterizaba fundamentalmente la histeria y cómo se deslindaba de otras neurosis.”S. Freud, Studien über Hysteria, op. cit., p. 50. Esta segunda cuestión la tratará más detenidamente en el escritoque supone su alejamiento de Breuer, Zur Äthiologie de Hysterie, op. cit.
No es de extrañar que de algún modo se entienda que el psicoanálisis fuese
invención del propio Breuer, del cual Freud fue su alumno aventajado. Incluso
podríamos afirmar que la técnica le debe tanto a éste como a su paciente Berta
Pappenheim, Anna O. Pese a ello, es precisamente mediante el concepto de
transferencia como el metodo psicoanalítico se aleja del método catártico de
Breuer, al descubrir los sentimientos que son desplazados hacia el analista y
observar este movimiento como esencial a la práctica terapéutica. La transferencia,
junto con la postulación del inconsciente,102 vertebran el descubrimiento freudiano.
Aquella permite renovar el método catártico al descubrir la realización en el aquí y
ahora de partes traumáticas que obtienen su expresión en el presente.
Su tratamiento personal de la paciente Emmy von N. le ofrecerá a Freud el
primer ejemplo de falsa asociación (falsche Verknüpfung) y le abre las puertas a un
método menos agresivo, alejado de la sugestión, más acorde con su personalidad:
la libre asociación, efectuando el citado desplazamiento de lo autosugestivo a la
falsa asociación.103
En su tratamiento Freud aconseja a su paciente los baños con agua fría en vez
de tibia. En una hipnosis realizada con el fin de que la paciente se autosugiriese los
baños fríos, ésta se declara descontenta con tal solución. En la siguiente sesión
Freud le preguntará la razón de su desazón, a lo cual la paciente responde que su
causa es una revolución que se estaba produciendo en Santo Domingo,
expresando miedo por su hermano, pues los blancos, según su relato, eran
siempre víctimas de ese tipo de levantamientos.104 Aquí surge una asociación
102 Si bien se señala también la cercanía de los descubrimientos de Pierre Janet al psicoanálisis, éste entenderá laexistencia de una disociación más que la hipótesis freudiana del inconsciente. Cf. J.R. Haule, “Pierre Janet andDissociation: The first transference theory and its origin in hypnosis”, op. cit.103 Cf. supra nota a pie 37.104 M. Neyraut, Le Transfert, París, 1974, pp. 127-128. La falsa asociación ya se veía en los estados hipnóticos,“es, pues, esta necesidad al despertarse de otorgar a cualquier razón razonable un orden sugerido durante elestado de hipnosis que establece, entre la ejecución de ese acto y una racionalización un tipo de falsa
aparentemente errónea entre dos eventos bajo los que subyace una misma
angustia. Éste es uno de los capítulos que hará que Freud vaya dejando atrás la
sugestión y decantándose por la libre asociación, poco a poco se dará cuenta de
que “...su persona, aquí, interviene como mediador en la cadena asociativa.”105 Su
presencia permite la asociación de dos eventos diversos bajo una misma carga
afectiva, la figura del terapeuta se relaciona con sus ideas corrientes, su presencia
ocupa lugares, en la realidad psíquica del paciente, en principio ajenos. Así pues, la
teoría de la transferencia se desarrolla en la inflexión que hace pasar de un método
autosugestivo a otro basado en la falsa asociación.
A lo largo de este camino Freud desarrollará su modelo de libre asociación que
irá ocupando el papel central de su método como medio de obtener los recuerdos
censurados por los pacientes. Paulatinamente irá refinando su técnica que habrá
de centrarse en el ‘regreso de lo reprimido’: la necesidad de lo reprimido, de lo
censurado, de manifestarse en toda actuación bajo diversas apariencias. La
práctica analítica buscará estos recuerdos e intenciones truncadas mediante la
utilización de la libre asociación, incluso sobre los recuerdos aparentemente más
insignificantes: “cuando la primera escena que surge es insatisfactoria le decimos
al enfermo que este suceso no aclara nada. Se debe ocultar tras él un
acontecimiento significativo previo, y dirigimos su atención, con la misma técnica,
hacia los hilos asociativos que unen ambos recuerdos, el encontrado y el que
buscamos.”106 El recuerdo reprimido busca todo posible punto de sujección para
salir a flote, y la más mínima ocasión es aprovechada para revelar su contenido.
asociación... El paciente, de cualquier forma, sutura los dos bordes de la brecha en el fondo de la cual el estadohipnótico introducía una sugestión que se dirige al incosciente,” ibid., p. 128 Y la transferencia tiene la funciónde anudar esos extremos disjuntos, “...es Freud, él mismo, quien mediante su prescripción y su presencia seconvierte en el hilo de esta sutura,” ibid.105 Ibid., p. 128.106 S. Freud, Zur Äthiologie der Hysterie, op. cit., p. 57.
La meta del trabajo analítico será reconstruir una cadena asociativa que nos
lleve hasta el momento en que se produce la conversión de un recuerdo doloroso,
y por ello reprimido, en un síntoma, en una manifestación alógica que ofrece una
resistencia a su tratamiento, recuperando la excitación asociada con el recuerdo
reprimido. Se produce una falsa asociación entre el recuerdo reprimido y una
manifestación desplazada, que sólo se puede tratar al recuperar para la conciencia
la situación y las causas que produjeron la represión, y que se manifiestan
actualmente en forma de resistencias. Se disuelve así la aparente
inconmensurabilidad entre lo físico y lo psíquico al poder actuar sobre el cuerpo
mediante la activación de la memoria, en definitiva un proceso cognitivo. A su vez,
la somatización sintomática se convierte en la manera elegida para la
manifestación de las desavenencias mentales; se desplaza de lo mental a lo físico.
Un análisis posterior mostrará que esta falsche Verknüpfung se da en dos
niveles, entre los recuerdos intrapsíquicamente, y entre el psiquismo del paciente y
su representación del mundo exterior. En concreto la presencia del médico es
condición de posibilidad de la transferencia. La equiparación de los fenómenos
exteriores con nuestros recuerdos produce estas asociaciones que, posteriormente,
sirven para categorizar y anudar nuestra experiencia a los sucesos reales. Parece
que Freud obtuvo su primer modelo de transferencia, de relación médico-paciente,
a partir de su trabajo con las asociaciones mentales, de la unión entre diversas
representaciones.
El recuerdo reprimido sostiene una situación inestable de tendencias psíquicas
en conflicto y su conversión en síntoma, su representación somática. Es así como
el recuerdo reprimido, pese a estar ausente de la conciencia, permanece activo.
Opera como un mecanismo encargado de evitar la excitación producida por el
confrontamiento entre tendencias psíquicas opuestas. El síntoma es la anámnesis
del recuerdo reprimido.
Las cadenas asociativas que forman el entramado de la memoria aparecen
como no-lineales, con ramificaciones irregulares, múltiples, acéfalas; remiten a un
modelo conceptual similar al del evolutivo diseñado por Darwin, sin un plan
subyacente, regulado por el azar y la coincidencia. Si la reproducción permite la
transmisión genética y la adaptación evolutiva, la sexualidad formará parte de ese
conflicto irresuelto en la mente del paciente: “sea cual sea el caso o síntoma del
que salgamos llegaremos finalmente y sin falta al terreno de la sexualidad.”107 La
coalescencia de los diferentes recuerdos siempre conduce, mediante innumerables
vericuetos, al mismo lugar debido a la sobredeterminación del síntoma, a su
múltiple determinación.108 El síntoma es una configuración que reemplaza, que
sustituye, la integración de diversas tendencias. No obstante estas tendencias
perseveran en su manifestación, buscan varias vías de escape que aparecen como
maneras de determinación, modos de emergencia. El síntoma es sólo un momento,
si bien crucial, de falsa asociación. Cuando la carga libidinal, energética, se
desplaza, produciendo efectos somáticos y eliminando la representación mental
dolorosa, y por ello olvidada, reprimida, el síntoma permanece como el rastro, el
resto, de esa falsa asociación.
En el caso de Anna O., el propio Breuer, amigo, confidente y mecenas de
Freud, se ve comprometido emocionalmente. Cuando su relacion empieza a teñirse
del color propio de las situaciones amorosas, Breuer, hombre casado y de moral
victoriana irreprochable, se vuelve temeroso. En vez de ver esta situación como
107 Ibid., p. 60.108 “...cuán a menudo está un síntoma múltiplemente determinado, sobredeterminado,” S. Freud, Studien überHysterie, op. cit., p. 82.
propicia para el desenvolvimiento de la trasferencia y la cura decide abandonar el
tratamiento. Breuer ya había intuido que la terapia debía consistir en la
recuperación mnésica de un trauma olvidado, pero no había entendido el
mecanismo determinante de su emergencia, el punto de sutura emocional
subyacente a los recuerdos, la relación que se produce en la transferencia.
Breuer le relata acerca de la paciente a Freud, que relacionará su caso con
cierta etiología sexual. El desacuerdo de Breuer a este respecto, con poca
predisposición a este tipo de suposiciones por los motivos personales citados,
marca el futuro desenlace de su relación, no sólo en su aspecto profesional sino
también en el personal.109
La necesidad del contacto personal en la relación del terapeuta con el paciente
es acentuada por Freud en varios textos de esta época. El carácter objetivo,
positivista, profiláctico, de la relación médico-enfermo debía ser temperado por un
auténtico interés de aquél en éste, un interés que abarcaría incluso su intimidad.110
Para ello se requería cierto tipo de empatía, de complicidad, hasta tal punto que,
“no me podría imaginar, señala Freud, que pudiese profundizar en el mecanismo
psíquico de una histeria en una persona que me resultase mala y antipática, que no
fuese capaz, mediante su intimación, de despertar en mí simpatía humana...”111 Ha
de ser un contacto activo que venza la resistencia del paciente, una idea que
estaba comenzado a tomar forma en su pensamiento: un mecanismo de defensa
que se interponía entre la voluntad del paciente de ser curado y el terapeuta, y que
109 Si bien esta es la interpretación clásica del desacuerdo entre Breuer y Freud, J. Bouveresse sostiene, desde unaperspectiva metodológica, que si bien Breuer admitía el tinte sexual de las neurosis, niega el carácter absoluto yuniversal que Freud propone en la etiología de la enfermedad. El distanciamiento se produce, pues, por motivosmetodológicos, al intentar Freud subsumir toda la causística bajo un sólo motivo. J. Bouveresse, Philosophie,Mythologie et Pseudoscience. Wittgenstein Lecteur de Freud, París, 1997, cap. 3.110 S. Freud, “¡Cuánto menos aceptaríamos la sanación milagrosa y la repentina desaparición de síntomas situviésemos más amenudo conocimiento de los secretos intereses vitales de los enfermos!”, Bruchstück einerHysterie-Analyse, Sta., Band VI, p. 171111 S. Freud, Studien über Hysterie, op. cit., p. 59
éste debía deshacer. De esta manera empieza a formular la primera regla de oro
del psicoanálisis.112 La empatía permitía la elaboración de afectos y la confianza
necesaria para neutralizar los mecanismos de defensa que sostenían la
persistencia de las tendencias opuestas que, en su momento, habían producido
una excitación excesiva y por ello habían sido objeto de represión. La resistencia
intentaría debilitar la carga afectiva de ciertos recuerdos, la ansiedad de su
reproducción. De este modo, Freud elabora la idea de una histeria de defensa que
empezará a ver como más fundamental que la histeria hipnoide de Breuer, y
comienza por situar esta defensa como el obstáculo primero del análisis.
El paciente parece escindido, dividido (Spaltung). Comienza, por ello, a
diseñarse toda una teoría acerca del inconsciente, acerca de una instancia que
actúa con impunidad, sin autorización alguna por parte de la conciencia del
paciente. Ésta conlleva la interrelación del analista con el paciente: éste es
reducido a un conjunto de recuerdos, represiones y síntomas, conversiones de una
energía física, libidinal, en alteraciones fisiológicas, somatizaciones, donde la
supuesta unidad del suceder mental se pierde y la persona queda alienada de su
propia voluntad. Ante esta circunstancia, Freud opta por una serie de recetas
metódicas, formas de ingreso en esa capa inaccesible y ajena.113
En Studien über Hysterie, escrito junto con Breuer, Freud comenta las
posibilidades de encontrar, durante el tratamiento, ciertos obstáculos insalvables.114
cuando no se obtiene material alguno del paciente para continuar el análisis, el
112 “¡Ninguna crítica, ninguna reserva, ni por afecto ni por minusvaloración! Sólo así podríamos encontrar lo quebuscamos, así, en cambio, lo encontraríamos sin falta,” ibid., p. 64.113 Así, por ejemplo señala: “es inútil avanzar directamente hacia el centro de la organización patógena. Inclusosi se pudiese acertar con éste el enfermo no sabría qué hacer con la información obsequiada y no habría sidoalterado por ésta,” S. Freud, Studien über Hysterie, op. cit., p. 84. El método analítico debería realizar unaapertura en la capa de resistencias. “Si quisiera esquematizar el modo de trabajo, entonces podría decir quenosotros nos encargamos de la apertura de las capas interiores, el avance en forma radial, mientras el enfermo seocupa de la ampliación periférica,” ibid., p. 85.114 Ibid., p. 93.
encuentro con una resistencia de tal magnitud que no permita incursión alguna en
su superficie, y la posibilidad de un obstáculo externo al propio paciente, que se
daría en el caso de que su relación con el terapeuta se viese distorsionada. Según
Freud éste sería el obstáculo más grave en todo tratamiento.
Aquí aclara el carácter esencial de la transferencia y la posibilidad de la
implicación personal y amorosa del analista con la paciente, no siendo ajeno a la
situación de Breuer con Anna O. Sostiene la existencia de tres distorsiones básicas
de esta relación, primeramente en casos de alienación y en casos de miedo y
dependencia seguidos de resistencia. Estos dos denotan el cariz especial de la
relación médico-paciente. Como última forma de distorsión señala,
Cuando la enferma se asusta de haber transferido representaciones dolorosassurgidas del contenido del análisis a la persona del médico. Esto sucede a menudoy, en ciertos análisis, es un hecho regular. La transferencia al médico sucede através de una falsa asociación (falsche Verknüpfung).115
Ésta es la primera acepción expresa de transferencia que encontramos en el
pensamiento de Freud. A renglón seguido comentará un caso particular, el de
Emmy von N., en el que el deseo narrado por su paciente en la sesión surge de
nuevo con un objeto diferente, el propio psicoanalista. Posteriormente la paciente
se siente avergonzada. Freud lo interpreta como una reacción a un deseo que
transforma el contexto y que, debido a una compulsión a asociar, se ve dirigido
hacia la persona que ocupa un lugar similar al de su recuerdo. Se produce así el
mismo afecto que el del deseo prohibido, con diverso objeto. No se trata de su
persona particular la causante del suceso, sino su figura, representante de un
115 Ibid., p. 94.
objeto presente en la mente del paciente. El enfermo vuelve a ser víctima de su
propio engaño.
A partir de esta época comienzan una serie de investigaciones que no sólo le
alejarán de sus maestros y colegas, sino que le confinarán a un ostracismo
generalizado en los círculos científicos. Su separación de Breuer se basará en tres
descubrimientos centrales: la resistencia y su neurosis asociada de defensa, el
método de libre asociación, y sus hallazgos relativos a la etiología sexual.
El recuerdo, un recuerdo censurado, actúa como causa patógena. El contenido
del recuerdo va a ser uno de los motivos que consume la ruptura entre él y Breuer.
Su estudio de las neurosis de angustia (Angstneurose) hace que las experiencias
sexuales empiecen a prefigurarse como el caso traumático típico de donde derivan
todos los transtornos nerviosos.116 El instinto sexual sería el motivo principal de
excitación contínua que encontraba en los síntomas histéricos.117 Después de
escribir los Estudios sobre la Histeria se separará definitivamente de Breuer y de la
ortodoxia reinante y desechará la idea de los estados hipnóticos, reforzando su
idea acerca de la etiología sexual, como ocurre en Sobre la etiología de la histeria
de 1896.
A través de sus análisis de pacientes neuróticos e histéricos llega a los
primeros recuerdos sexuales, a las primeras excitaciones que se emplazan en la
niñez; de esta misma fase serán sus Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905),
elaboración de lo que ya se apuntaba en La sexualidad en la etiología de las
116 Así señala ya en 1895, “mientras los de este tipo, con el incremento en experiencia a voluntad hacen aceptar almédico la etiología sexual para una concreta categoría de casos, otros casos, que si no quedarían ininteligibles sedejan comprender e incorporar, al menos sin contradicción, a través de la clave de la etiología sexual,” S. Freud,Über die Berechtigung, von der Neurasthenie einen bestimmten Symptomenkomplex als ‘Angstneurose’abzutrennen, 1895, Sta., Band VI, p. 40.117 P. Amacher, op. cit.
neurosis (1898) y se prefiguraba en Sobre la etiología de la histeria (1896).118 Freud
mantendrá sus dudas, no obstante, sobre los denominados juegos de seducción,
donde parecía que los niños eran objeto de intimaciones de tipo sexual por parte
de adultos ¿Hasta qué punto se ponía en juego la fantasía o el recuerdo? En
cualquiera de los dos casos, entenderá Freud, se encuentra la misma y
fundamental excitación (Erregung) que había de ser objeto de análisis. El papel de
la fantasía comienza a cobrar un lugar en la técnica psicoanalítica, no sólo el
suceder mental en su representación de la realidad, sino también sus
elaboraciones internas, idiosincrásicas. La realidad psíquica, en forma de fantasma
imaginario, se sobrepone a la reminiscencia en sentido lato.
Se consuma, a su vez, el alejamiento de aquellos que sostenían el carácter
hereditario de las enfemedades nerviosas, tal como propugnaba Charcot. Parece
más bien que el origen de éstas, aunque posiblemente favorecida por una cierta
constitución biológica, era de carácter esencialmente traumático.119
Ya en sus primeros escritos señala: “el momento en el que el médico
experimenta en qué ocasión un síntoma surge por primera vez y por qué estuvo
determinado es también aquél en el que ese síntoma desaparece.”120
118 En esta última obra apuntaba ya Freud: “Se llega así claramente a la época de la primera niñez, la época deldesarrollo de la vida sexual;...¿No se tiene derecho a asumir que también en la infancia las silenciosasexcitaciones sexuales tienen su lugar? ¿Que, quizás, la evolución sexual posterior esté influenciada de formadecisiva por sucesos de la niñez?” Ibid., p. 63. Según F.J. Sulloway, op. cit., Freud estaba cercano allamarckismo con respecto al pasado psicosexual de la neurosis.119 En su ruptura con Breuer, en Zur Äthiologie der Hysteria, op. cit., indica también su alejamiento de Charcot“Saben que según la opinión de la influyente escuela de Charcot sólo a la herencia se la reconoce como causa dela histeria,”op. cit., p. 53. En este mismo texto intenta explicar la relación supuestamente hereditaria señalada porCharcot como una repetición de patrones de conducta aprendidas en el seno familiar, vid pp. 69-70.120 S. Freud, Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene, op. cit., p. 20.
La búsqueda de la relación entre síntomas somáticos, su causación
psicológica,121 y su acceso desde el lenguaje,122 será relacionada con la presencia
del médico.
El propio mecanismo de rememoración parece, según el joven Freud, poseer
un carácter especial, pues el recuerdo puede tener una carga patógena
independiente del suceso que lo originó que puede no haber tenido ningún efecto
manifiesto en el momento de su producción, el momento del estallido de la
neurosis. El recuerdo real o fantaseado se convierte en la instancia propia del
análisis, obtiene unas connotaciones que no poseía en su denotación, en su acto
productivo. Así sucede con las ‘zonas histerógenas’ aquellas que “...despiertan un
recuerdo...”, lo hacen presente, le otorgan un sentido. Ésto se produce, de nuevo,
por una falsa asociación123 entre una causa y su efecto mediado y dependiente.
Encontramos, de nuevo, una expresión que ya se había hecho patente en su
primera formulación de la transferencia y que marca in toto sus primeras
reflexiones.
121 Freud insiste en esta interrelación tras su estancia con Charcot, así p. ej. en su escrito Neurasthenie undAngstneurose de 1895 comenta, “aquí como allí multitud de excitaciones -...-; en uno como en otro caso unaincapacidad psíquica, a consecuencia de la cual se producían procesos somáticos anormales.” La diferenciaentre la histeria y la neurosis de miedo hará que Freud distinga la excitación productora de la primera, de carácterpsíquico, interno, y la de la segunda, somático, externo. La crítica definitiva a Breuer y Charcot aparecerá en suZur Äthiologie der Hysterie del año siguiente, “Breuer aceptó de hecho –a diferencia de Charcot-, que un sucesoinofensivo puede ser elevado a trauma y desplegar fuerza determinante cuando afecta a la persona en undisposición determinada, en el llamado estado hipnoide. Yo encuentro, no obstante, que la suposición de talesestados hipnoides no aporta nada a la solución de otras dificultades, que a las escenas traumáticas tanfrecuentemente les falte la condición determinante,” op. cit., p. 57 Frente a esto Freud desarrollará su teoría delas neurosis de defensa; la represión de una representación dolorosa como motivo de la defensa (Abwehr). Lacrítica de Freud se vuelve abrasiva al cuestionar la propia objetividad con que Breuer y Charcot se habíanacercado al tema y su falta de reconocimiento de la sexualidad en su problematicidad básica, “acerca del temacontrovertido mismo sólo quiero reseñar que la distinción del momento sexual en la etiología de la histeria noprocede de ninguna opinión mía preconcebida. Los dos investigadores de quien fui alumno cuando comencé mistrabajos sobre la histeria, tanto Charcot como Breuer, estaban lejos de una tal suposición, más bien mostrabanuna inclinación personal en contra, la cual yo, en principio, también asumí. Sólo una laboriosa y pormenorizadainvestigación me ha llevado a sostener la opinión que hoy defiendo,” ibid., p. 61.122 También insistirá en la posibilidad simbólica de resolución de los síntomas, “...así es la palabra el sustitutopara el hecho y en ciertas circunstancias el único sustituto (confesión),” Über den psychischen Mechanismushysterischer Phänomene (1893), Sta., Band VI, p. 22. O “El enfermo lo elimina al convertirlo en palabras,”Studien über Hysterie, op. cit., p. 74.123 Ibid., p. 78.
La importancia de la memoria en sus investigaciones se hace explícita al
señalar que es sólo a través de las huellas mnésicas como podemos obtener una
vía de acceso al complejo patógeno, “...ya que los sucesos infantiles con contenido
sexual sólo pueden mostrar un efecto psíquico mediante las huellas mnésicas ¿no
sería ésto un oportuno complemento a aquél resultado del análisis según el cual
los síntomas histéricos siempre resultan del concurso de recuerdos?”124
La diferencia gnoseológica entre el psicoanálisis y el primigenio proyecto
científico freudiano se va haciendo visible en su Traumdeutung, obra clave en su
discurrir. En su séptimo capítulo, su teoría general psíquica, habrá de desechar la
posibilidad de la explicación stricto sensu, el erklären, propio de su faceta como
neurólogo, en favor de la elucidación, el aufklären.125 Más que de una labor
científico-empírica se trataría de una de tipo hermenéutico, habría que buscar el
sentido (Bedeutung), el contenido latente en el sueño.
En este texto Freud utiliza el término ‘transferencia’ para ilustar y denotar un
proceso psíquico más general: el desplazamiento de un afecto entre dos
representaciones diversas, de nuevo mediada por una falsa asociación.126 Así es
como se delinea la primera tópica freudiana, que reconocería tres instancias,
consciente, preconsciente e inconsciente. La misión del análisis sería recuperar los
recuerdos inconscientes que se insinúan en el preconsciente a través de los
sueños o los actos fallidos, no regidos por la voluntad del paciente. La conciencia
se equipara, de alguna manera, con un órgano capaz de discernir los estímulos
124 Ibid., p. 63.125 “Nos es imposible aclarar el sueño como proceso psíquico, pues explicar significa retotraer a algo conocido, yhoy en día no existe ningún conocimiento psicológico al cual podamos subordinar como forma de explicación loque se deja descubrir en el examen psicológico de los sueños,” S. Freud, Traumdeutung, Sta., II, p. 490.126 “La transferencia estuvo cerca del centro del modelo mental de Freud en 1900, pues era un conceptometapsicológico que formalizaba el modo en que los procesos inconscientes invadían y distorsionabancontenidos psíquicos preconscientes tanto en la conciencia como en la percepción,” G.J. Makari, “In the eye ofthe beholder...”, op. cit., p. 573.
externos –pasiva- y el inconsciente se postula como fuente de estímulos, de
pulsiones –activo-. La segunda tópica, que empezaría a construir alrededor de los
años veinte, prolongará estas intuiciones.
En el sueño la transferencia se refiere a una serie de cuantos de contenido
inconsciente que se vuelven hacia residuos diurnos o impresiones preconscientes,
haciendo del inconsciente el encargado del sueño –Unternehmer dirá Freud-,
utilizando para su elaboración todo tipo de representaciones conscientes no
censuradas. Su función será representar los deseos censurados mediante
recuerdos aparentemente irrelevantes, presentes en la conciencia, lo cual significa
la vinculación de unas representaciones a otras; implica, pues, una asociación. A
fortiori, nos encontramos de nuevo con la sombra de la falsa asociación: “...la
representación inconsciente, como tal, es incapaz de ingresar en el preconsciente y
(que) puede sólo expresar ahí un efecto al ponerse en relación con una
representación inofensiva ya perteneciente al preconsciente y transferir a ésta su
intensidad, dejándose cubrir por ella.”127 Así la transferencia de representaciones
sigue conllevando una identidad en la carga afectiva.
La Traumdeutung, pese a significar un hito en el pensamiento freudiano, no se
encuentra tan alejada de las especulaciones relativas al hipnotismo y los estados
sonámbulos producidos por éste como de hecho pudiese parecer. El propio
Bernheim habría señalado la identidad entre el sueño propio de los estados
hipnóticos y el normal. Si su estudio sobre la hipnosis hacía vislumbrar que en
estados inducidos de sueño era posible recuperar las representaciones causantes
de represiones así como las raíces de los síntomas, el sueño, quizás, pudiese
desvelar los secretos del suceder mental. Pero para ello se requeriría hallar la clave
127 Ibid., p. 536.
intepretativa, el guión recurrente que sirviese para darles sentido (deuten), para
interpretarlos.
Figura 1.7. Freud en su mesa de trabajo (teoría).
Dicha clave interpretativa no es otra que el hecho de que todo sueño vendría a
poner en juego un deseo, todo sueño sería la puesta en escena de un deseo cuya
representación ha sido modificada para, de esta manera, no crear la excitación
nerviosa propia de su realización efectiva, “el sueño utiliza, por lo tanto, el presente
de la misma forma y con el mismo derecho que el sueño diurno. El presente es la
forma temporal en la que el deseo se representa como realizado.”128 Asistimos, así
mismo, a un paralelismo entre la fantasía y la realidad como el que se produce en
la situación analítica.129
En la Traumdeutung, el término que Freud acuñaría en los Estudios sobre la
histeria lo encontramos con diferentes acepciones. Por un lado, vendrá a
128 Ibid., p. 511.129 “El escenario de los sueños es uno diferente al de la vida despierta de la representación.” Ibid., p. 512.
reemplazar uno de los procesos básicos del trabajo del sueño, la Verschiebung o
desplazamiento.130 Por otro, denotará la traslación de un afecto de un objeto a
otro131 y, en su sentido propio, según el cual el analista es el objeto de ese afecto
trasladado.132
La realidad como representación, dentro de este paradigma fenomenológico,
no diferiría de la representación imaginaria propia del sueño. El analista se
convertiría en representación a la que se transferirían las cargas propias de las
representaciones de otros sujetos representados en la memoria del paciente.
“Cuando pido a un paciente dejar salir todo lo que piensa y contarme aquello
primero que le venga a la mente, mantengo la suposición de que no puede
representarse la finalidad del tratamiento y me encuentro capacitado para concluir
que lo aparentemente más inofensivo y arbitrario de lo que me cuenta está
relacionado con su estado morboso. Otra representación de la finalidad, de la que
el paciente nada sospecha es mi persona. La completa apreciación, así como la
prueba de ambas aclaraciones, pertenecen a la descripción de la técnica
psicoanalítica como método terapéutico.”133 En la práctica analítica encontramos
dos extremos, los recuerdos y la representación actual del analista, que se
conectan en la transferencia analítica de forma errónea, formando una falsa
asociación.
En Fragmento del análisis de una histeria (1905) se produce una inflexión en
su teorización sobre la transferencia. Si bien Freud tendría preparado el borrador130 Cf. p. 307, “...así ha tenido lugar en la elaboración del sueño una transferencia y desplazamiento de lasintensidades psíquicas de los elementos particulares...”131 Cf. p. 208, “...la transferencia de una reacción afectiva ya formada a un nuevo portador......” 132 Cf. p. 210, “la primera parte del contenido de este sueño es una liación (Anknüpfung) con la cura ytransferencia hacia mi persona.” 133 Ibid., p. 509. En la Traumdeutung Freud relaciona las asociaciones diurnas (Tagesanknüpfung) con losdesplazamientos (Verschiebung) propios de la elaboración del sueño y la asociación falsa (falsche Verknüpfung)con la idea de la transferencia (Übertragung), mostrando cierta intransitividad de los deseos (...durch einenanderen ersetzt...), ibid., p. 209. Verknüpfen es utilizado en el campo semántico de poner en relación, Sta.,Ergänzungsband, p. 53.
en 1901 no lo publicaría sino cuatro años después. Aquí reunirá la historia clínica
de su paciente con la interpretación de sus sueños intentando, de esta manera,
integrar el material obtenido de sus investigaciones previas: los sueños como modo
de acceso al material reprimido y la relación terapéutica. Se trata de una obra
coetánea a los descubrimientos de la sexualidad infantil que tanta polémica
levantarían, precedidos por sus dificultades con la señalada teoría de la seducción.
Su interpretación de estas seducciones como simples fantasías infantiles más
que como sucesos reales le hará replantearse el papel de la sexualidad en los
niños y la fina línea divisoria entre realidad e imaginación, incidiendo en este último
registro. “Cuando Freud abandonó (aunque nunca refutó) su hipótesis de
seducción, el campo del psicoanálisis dió un giro. La hipótesis de seducción de
Freud explicaba cómo un evento real, la seducción de un niño, era el trauma
patógeno que conducía a la neurosis adulta. El abandono de la hipótesis de la
seducción parece haber conllevado un cambio radical que crecería con el tiempo:
del estudio de procesos interactivos (entre el paciente y el seductor), al estudio del
mundo intrapsíquico del paciente observado por un analista neutral.”134
Su tratamiento con Dora, una niña con acusados síntomas histéricos,
fracasaría, pues ésta dejará la terapia antes que Freud pueda llegar a la resolución
de la transferencia.135 Él mismo se reprochará su incapacidad en el uso de la
transferencia como medio analítico, como medio de ligar a la paciente a su persona
y, de esta forma, posibilitar el análisis. Esta decepción le lleva a ciertas
consideraciones teóricas acerca del fenómeno.
134 V.A. Bonac, “Perception or Fantasy?: A New Clinical Theory of Transference”, www.human-nature.com/articles/bonac.html135 Cf. H. Muslin y M. Gill, “Transference in the Dora Case”, Journal of the American PsychoanalyticAssociation, 26, 1975, pp. 311-328.
Habrá de reconocer que es el propio médico el que sirve como medio de la
curación, ésta se produce en la resolución de la transferencia, “...los síntomas
desaparecen de hecho no durante el trabajo (analítico), sino un tiempo tras éste,
cuando las relaciones con el médico se han resuelto. Tanto el aplazamiento de la
cura como la mejora se produce realmente sólo mediante la persona del médico.”136
La dicotomía presencia-ausencia señala la tesitura en la que el médico se convierte
en objeto de fantasías y deseos asociados a su persona erróneamente, en
sustitución de los auténticos objetos hacia quienes dirigir su afecto.
Y su análisis continúa al intentar dar una respuesta al carácter y contenido de
la transferencia,
¿Qué son las transferencias? Son nuevas ediciones, reproducciones de lasexcitaciones y fantasías que se deben despertar y hacer conscientes durante elavance del análisis, con un genérico carácter de reemplazo de una persona previapor la persona del médico. Dicho de otra manera: toda una serie de sucesospsíquicos recuperan su viveza no como pasados, sino como relación actual con lapersona del médico.137
Se revive, pues. Más que recordarse, se cambia el objeto pero se mantiene el
afecto; nos encontramos de nuevo con la misma concepción que recorre toda esta
fase. Al igual que en la Traumdeutung se produce una revisión de un deseo, se
actualiza, se vuelve presente. Actualización de la representación inconsciente que
es reemplazada por otra con una carga afectiva similar. La persona a la que están
ligados estos afectos es suplantada por la figura del analista.
A renglón seguido distinguirá Freud entre dos tipos de transferencia: “hay
transferencias que no se diferencian de su modelo sino en la sustitución. Éstas
son, para seguir con el símil, simplemente reproducciones, reediciones
136 S. Freud, Bruchstück einer Hysterie-Analyse, op. cit., p. 180.137 Ibid., p. 180.
(Neudrucke) inalteradas. Otras son más refinadas, poseen una mitigación de su
contenido, una sublimación, como digo. Se dan y se vuelven conscientes
propiamente al apoyarse en alguna singularidad real hábilmente esperada en la
persona o en la relación con el médico. Éstas son, pues, reelaboraciones
(Neuarbeitungen), no simplemente reproducciones.”138
Tenemos, de un lado, reproducciones en las que se da una sustitución in toto
–desplazamiento- y de otro las reelaboraciones, en las que, al igual que en el
sueño, se aunan varias representaciones en una sóla –condensación-. Según
Makari,139 esta diferenciación sería paralela a las conceptualizaciones freudianas
acerca del surgimiento de las neurosis; las de tipo autoerótico, basadas en una
proyección, tenderían a una substitución directa del objeto (Neudrucke), y las de
etiología aloerótica, basadas en un prototipo previo y en una identificación parcial
con el objeto, tomarían la forma de Neuarbeitungen, poseerían algún punto de
apoyo en lo real. En este período, sus Tres Ensayos retoman el tema y tratan las
conductas narcisistas y objetuales.140 Así, esta modificación del concepto de
transferencia estaría incardinada dentro de sus nuevas ideas acerca de la teoría
sexual, ambas teorías se harán a partir de este momento indisociables,141 se
producía una sustitución de la neurosis por estas estructuras. Sólo posteriormente
se denominará a esta sustitución neurosis de transferencia.
138 Ibid., pp. 180-1.139 G.J. Makari, “Dora’s hysteria and the maturation of Sigmund Freud’s transference theory”, Journal of theAmerican Psychoanalytic Association, 43, 1995, pp. 1085-6.140 En la misma época Karl Abraham publicaría su “The psychosexual Differences between Hysteria andDementia Precox” y vendría a apoyar la distinción entre la transferencia de las histéricas que sería dirigidas aobjetos y la demencia precoz, una alteración de la habilidad cognitiva memorísitica, donde los pacientes habíanperdido la capacidad de relacionarse con objetos, todo sucedía en su imaginario, sin relación alguna con lo real. 141 “La teoría revisada de la transferencia de Freud fue integrada en sus teorías de desarrollo psicosexual ypatogénesis, de tal forma que la transferencia poseería ahora mayor valor clínico,” G.J. Makari,“Dora’s hysteriaand the maturation od Sigmund Freud’s transference theory”, op. cit., p. 1090.
Otro tema que empieza a perfilarse desde este momento es el de la actuación,
de la representación activa de los recuerdos, de la actuación conforme a las
experiencias productoras del síntoma. El psicoanálisis supone una cura en la que
se actúa, en la que no sólo se verbaliza el contenido de la represión sino se actúa
de acuerdo con los sucesos desencadenantes de ésta: “ella actuaba (agierte) de
esta manera una parte fundamental de sus recuerdos y fantasías en vez de
reproducirlos en la cura.”142 Observamos ya desde este momento algunas de las
características que desarrolla in extenso posteriormente y que aquí no pasan de
ser meros apuntes.
La transferencia para Freud es, no sólo un fenómeno necesario en la cura,
sino el más complejo. Un componente subjetivo se introduce en el método, en la
pretendida objetividad del psicoanálisis como simple estructura del pensamiento,
“....la histeria no se cura por medio del método, sino del médico cuando consigue
crear un tipo de dependencia ciega y una duradera fascinación del enfermo hacia
su persona que le haya liberado de sus síntomas mediante sugestión hipnótica; se
puede ver la explicación científica de todo ésto en las ‘transferencias’ que el
enfermo regularmente lleva a cabo sobre la persona del médico. La cura
psicoanalítica no procura la transferencia, sino que descubre ésta al igual que otros
aspectos de la vida mental.”143 O, más bien, el método asegura el aspecto
transferencial otorgándole visos de objetividad, despejando las dudas que se
cernían sobre el magnetismo.
No es tanto sobre la persona del médico, sino más bien la figura de éste en la
mente del paciente, donde se produce la transferencia. Ésta ocurre abstrayendo la
particularidad como tipo del médico en cuestión. Se va progresivamente
142 S. Freud, Bruchstück einer Hysterie-Analyse, op. cit., p. 183.143 Ibid., p. 182.
generalizando la idea de la falsa asociación hasta convertir al médico en una figura,
un semblante desencarnado, una representación. En los propios sueños de Dora
aparece mediada la figura de Freud, situado en una cadena de regresiones que
busca el primer objeto querido: la presencia del analista provoca una regresión, un
afecto revivido durante la terapia, que permite descubrir su origen, su destinatario
original. De esta manera es como Freud aprehenderá la transferencia en la mente
de Dora, a través de su primer sueño.144
Debido al inopinado final de su tratamiento con Dora, Freud empieza a
reflexionar acerca del posible carácter defensivo de la transferencia. El paciente
impidería la cura con el fin de mantener a su cuidador, a la persona que le procura
atención. Todos estos retazos que se señalan aquí serán el arsenal con el que
Freud desarrolle posteriormente su polifacética idea de transferencia. Dora marca
un antes y un después en las observaciones de Freud, y supone un punto de
inflexión en la reflexión acerca de la transferencia.
En resumidas cuentas observamos en esta fase inicial un afianzamiento de las
intuiciones acerca de la transferencia. Pasamos de un titubeante reconocimiento a
su aserción como instrumento fundamental en la práctica terapéutica, pudiendo
afirmar que sólo surge como objetivación y racionalización de la misma, como
despersonalización de la actividad analítica. Pasamos de la transferencia como
obstáculo a su importancia como medio. Podemos, a su vez, notar una falta de
definición del fenómeno, una caracterización formal más que de contenido,
heredera de todo un modo de pensar acerca de las asociaciones, imbuida aún en
144 Michel Neyraut sitúa una dicotomía en la propia persona de Freud, en su vivencia personal de la transferenciaen el caso Dora: el Freud histórico, el narrador objetivo del caso, y el Freud real, tocado personalmente por lacontratransferencia. Esta experiencia y su elaboración será la que den lugar a la idea de la sublimación. “Laintroducción de la sublimación como componente de la transferencia explica en parte el carácter plural de dichastransferencias, en la medida en que es a partir de cada uno de los momentos parciales de la expresión pulsionalque se podrá constituir, en favor mismo de su repetición, la posibilidad de una renuncia a su fin sexual primitivo,condicionado siempre, teniendo en cuenta su carácter eminentemenete inconsciente,” M. Neyraut, op.cit., p. 145.
su proyecto científico de una ‘ciencia asociacionista’. Se trata de un
desplazamiento de la carga afectiva dada por cierta falta de diferencia entre lo real
y lo imaginario, donde se desplazan ciertas representaciones a la figura del analista
en función de cierta identidad de afecto.
1.2. Fase central (1906-1914) Introyección, sentimiento y resistencia
La imaginaria línea de demarcación de éste período viene dada por la
intención de Freud de llevar a cabo un opus major acerca de la técnica terapéutica.
Esta planeada Técnica General del Psicoanálisis se ve finalmente transmutada en
una serie de variopintos escritos técnicos, fragmentarios, y de un carácter más
práctico que de calado teórico. Otro escrito que trataremos a modo de ejemplo es
la publicación de otro caso, el del pequeño Hans. El análisis de Dora supondría un
compendio de sus investigaciones en la primera fase de su desarrollo, en ésta
segunda prestaremos especial atención al caso de un niño con síntomas fóbicos.
Se trata de las notas elaboradas a través del análisis efectuado por el propio padre
a su hijo y que vendrían a apuntalar las ideas previas de Freud acerca de la
sexualidad infantil y la capacidad distorsionadora de las asociaciones, suponiendo
una verificación ajena a la propia práctica de Freud en un tiempo en el que la
práctica del psicoanálisis comienza a extenderse. Este hecho requería de un
estudio técnico que impusiese una cierta ortodoxia a sus practicantes. Estamos en
el momento en que la técnica psicoanalítica se comienza a emancipar de su
ideador. Éste intenta mantener una unidad en su cuidado y desarrollo, exigiendo
para ello una elaboración pormenorizada de ciertas ideas centrales.
Este período marca la recepción de la teoría freudiana y finaliza con el
requisito de una ortodoxia de la cual ciertos colegas de Freud empiezan a disentir y
éste, decepcionado y herido, los excluye de su doctrina.145 Si bien los encuentros
con ciertos allegados comienzan en 1902 en la denominada 'sociedad de los
miércoles', ésta no es sino el germen de lo que llegaría a ser la Sociedad
Psicoanalítica Vienesa y, al final de este período, la Sociedad Psicoanalítica
145 Los casos de este período son Stekel, Adler y Jung. Cf. P. Gay, op. cit., cap. 5 “Política Psicoanalítica”, quecomienza con 'Jung: El Principe de la Corona' y termina con 'Jung: el Enemigo'.
Internacional (IPA). Así los escritos técnicos que se concentran en el final de este
período demarcan lo que es psicoanálisis de las concepciones divergentes de otros
autores, que si bien habían surgido del psicoanálisis habían sufrido una evolución
que las hacía irreconocibles dentro de la ortodoxia freudiana.
En 1909, poco después de los primeros trabajos de Freud acerca de la
transferencia, Sandor Ferenczi (1873-1933), discípulo suyo, publicaría un artículo,
Introyección y Transferencia donde va a entender la transferencia como un
desplazamiento común a los neuróticos. La situará como forma de resistencia, tal y
como Freud ya empezaba a sospechar. Se trataría aún, no obstante, de un
desplazamiento del afecto más que de la representación.
La obra de Ferenczi comienza con la definición de transferencia que Freud
ofrecía en Fragmento del análisis de una histeria. Según él, la transferencia no
debe ser entendida como un mecanismo circunscrito a la situación terapéutica, sino
que es un mecanismo general y característico de la neurosis que se presenta bajo
diversas manifestaciones. Llega a hablar de la existencia de una ‘pasión por la
transferencia’, “la más fundamental peculiaridad de las neurosis.”146
En este texto comenta también la relación entre transferencia y
desplazamiento, que ya Freud elaborase en su Traumdeutung. “La transferencia,
sin embargo, es sólo un caso especial de la inclinación del neurótico hacia el
desplazamiento; para poder escapar de complejos displacenteros, que por ello se
han convertido en inconscientes, se ve forzado a tratar las personas y cosas del
mundo exterior con un exagerado interés (amor, odio, manías pasionales,
idiosincrasia) sobre la base de las más superficiales ‘pretensiones etiológicas’ y
146 S. Ferenczi, “Introjection and Transference”, A.H. Esman, Essential papers on Transference, Nueva York,1990, p. 20.
analogías.”147 Observamos cómo el mundo del neurótico se carga de sentimientos
ambivalentes, polarizados, frente al afecto estable al que nos referíamos en la
primera elaboración. En la práctica, en concreto, se observa una especial
predisposición hacia el médico a la hora de la transferencia, mediante el cual el
paciente intenta encontrar las figuras de su pasado y las hace presentes.
Para Ferenczi la introyección sería una de las manifestaciones de la neurosis
frente a otros desórdenes mentales; así el neurótico se apropia, incluye en su ego,
el mundo exterior para hacerlo objeto de sus fantasías inconscientes y aliviar los
impulsos inconscientes internos, “el neurótico está constantemente buscando
objetos con los que se pueda identificar, a quienes pueda transferir sus
sentimientos, a quienes pueda incluir en su círculo de interés, esto es,
introyectar.”148
La introyección es un rasgo propiamente neurótico, pero recabando el
postulado del propio Freud, no es posible, ni deseable, establecer líneas divisorias
entre neuróticos y personas sanas, más bien se trata de una diferencia cuantitativa
en sus conflictos.
Ferenczi traza las líneas maestras de lo que Freud acometerá en esta fase:
una división de los tipos de transferencia, positiva y negativa. El psicoanalista
húngaro sale en defensa de la transferencia, no sólo como medio curativo esencial,
sino como presente en todo tipo de terapia, analítica o no. Lo que consigue el
psicoanálsis es su reconocimiento, las otras técnicas la utilizan sin darse cuenta.
Se trata de la misma crítica que Mesmer realizase al exorcista Gassner, él utilizaba,
147 Ibid., p. 17.148 Ibid., p. 21. “Mediante una sutil interpretación de la definición freudiana de la transferencia Ferenczi desplazael sentido de esta definición. El terapeuta es una realidad definida, sexuada, indicada. Los afectos en exceso einsatisfechos se fijan sobre esta realidad percibida. El trayecto de la transferencia es el de un afecto que,partiendo de una representación, cae en una percepción. Ese perceptum es en sí un tipo de sugestión,” M.Neyraut, op. cit., p. 166.
inadvertidamente, el magnetismo en su práctica. “Freud resume estas
consideraciones diciendo que podemos tratar a un neurótico de la forma que
queramos, él siempre se trata a sí mismo psicoterapéuticamente, es decir, con
transferencias.”149 Las transferencias son la manera inconsciente de resolución de
los complejos causados por intentos fallidos, por parte del neurótico, de poner fin a
la naturaleza conflictiva de diversas representaciones. Ferenczi sostiene que
debemos hacer caso a la sabiduría antigua según la cual las enfermedades se
curan mediante la ‘simpatía’. El psicoanálisis, vuelto ya una terapia en trámites
expansivos, con diversidad de cultivadores como el propio Ferenczi, debería
aportar una técnica definitiva para el tratamiento de la neurósis.150
En el mismo año en que Ferenczi publica su artículo, Freud es invitado por la
Clarke University a dar unas conferencias en Estados Unidos en lo que sería el
comienzo del reconocimiento internacional de su obra. En estas conferencias
sintetiza el proceso que le condujo a sus resultados analíticos, así como sus
supuestos teóricos principales. En la última de éstas hace una referencia a la
transferencia que muestra un giro en su concepción de la misma:
Os he ocultado hasta ahora algo que constituye la más importante confirmación denuestras hipótesis de las fuerzas instintivas sexuales de las neurosis. Siempre quesometemos a un nervioso al tratamiento psicoanalítico aparece en él un extrañofenómeno llamado transferencia, consistente en que el enfermo dirige hacia elmédico una serie de tiernos sentimientos mezclados frecuentemente con otroshostiles, conducta sin fundamento alguno real y que, según todos los detalles de suaparición, tiene que ser derivada de los antiguos deseos imaginativos devenidosinconscientes. Así, pues, el enfermo vive, en su relación con el médico, aquellaparte de su vida sentimental que ya no puede hacer volver a su memoria, y por
149 Ibid., p. 25.150 Así expresará Freud sus anhelos en la época en que empieza reuniones con otros analistas, lo que a la postredaría lugar a la Sociedad Psicoanalítica Internacional: “doy expresión a la esperanza de que la progresivaexperiencia de los psicoanalistas lleve pronto a un acuerdo acerca de la cuestión técnica de cómo tratar de laforma más conveniente a los neuróticos,” Ratschläge für den Arzt bei der psychoanalytischen Behandlung, Sta.,Ergänzungsband, p. 180.
medio de este vivir de nuevo en la ‘transferencia’ es como queda convencido, tantode la existencia como del poder de tales impulsos sexuales inconscientes.151
Por un lado, se anuda la transferencia a los descubrimientos sexuales
apuntados. Por otro, se señala el tema de la regresión y la proyección, y menciona
un tema que elaborará más adelante, la ambivalencia de los sentimientos
desplegados hacia el analista.
Freud requiere de una técnica, un método, para la enseñanza de sus teorías.
Primeramente señala la necesidad de un análisis para los practicantes. Se inicia
así el debate acerca del análisis profano, de la aceptación, a modo de terapeutas,
de personas sin estudios médicos. Se pasa del sueño como forma primera, como
vía regia en el desvelamiento del inconsciente, tal y como hiciese Freud através de
su autoanálisis, al análisis por parte de otro, al análisis didáctico. La importancia de
la profunda comprensión de la transferencia produce la necesidad del análisis y
hace a Freud comentar que un autoanálisis, en sentido monológico, es imposible,
pese a ser ésta la forma primera en que elaboró su teoría. A lo largo de su
desarrollo la presencia del otro se ha convertido, definitivamente, en condición
imprescindible de la técnica analítica; el segundo postulado mesmérico sigue en
pie.
El tercero también goza de buena salud, la praxis152analítica supondría una
‘técnica afectiva’ en la que debe darse lugar a la confianza, pero en la que el propio
analista sea opaco al paciente, de tal forma que no quede atrapado en la propia
transferencia y en los sentimientos que ésta acarrea. El analista debe permanecer
151 S. Freud, Psicoanálisis. Cinco conferencias pronunciadas en la Clarke University, Obras Completas, vol. 2,Madrid, 1996, pp. 1560-61.152 Así en su primer escrito de esta serie, Die Handhabung der Traumdeutung in der Psychoanalyse (1911), Sta.,Ergänzungsband, señala: “La pregunta que hoy pienso tratar no es acerca de la técnica a la hora de interpretar lossueños. No trataremos de cómo interpretarlos y valorar estas interpretaciones, sino sólo qué uso se debe hacer delarte de la interpretación de los sueños en los enfermos en el tratamiento psicoanalítico,” p. 151.
presente en la representación del paciente pero ausente en su implicación
personal.
El médico vienés lleva a cabo toda una serie de escritos menores,153
miscelánea de consejos, advertencias y precauciones a aquellos que quieran
practicar el análisis, siendo el análisis de las resistencias el punto central de su
trabajo.
En los dos polos en que divergían los seguidores de Mesmer parece que el
psicoanálisis había seguido el camino de Puységur al otorgar valor sólo a los
sentimientos del paciente. Optar por una técnica lo más alejada posible de la
sugestión era la consecuencia lógica de la voluntad de objetividad de Freud. No
obstante, no tardará en reconocer los afectos despertados en el otro extremo de la
relación. Tras los casos de interrelación, de implicación personal de analistas,
habrá de sostener la existencia del fenómeno de la contratransferencia que ponía
en pie de igualdad a terapeuta y enfermo, con la salvedad que será aquél el que, al
saber de la transferencia, deba acarrear con sus afectos. “Nos hemos dado cuenta
de la ‘contratransferencia’ que se introduce en el sentir inconsciente del médico
mediante la influencia del paciente, y no estamos lejos de plantear la exigencia de
que el médico ha de reconocer esta ‘contratransferencia’ y superarla.”154
La existencia de una oposición creciente a sus ideas proviniente de círculos
científicos, académicos e intelectuales, favorecerá una exposición aséptica y153 “Freud publicó una serie de escritos cortos en 1912, pero había dos temas dominantes en su pensamiento deese año: la exposición de su técnica y la psicología de la religión. Puedo percibir una conexión entre estos temasaparentemente diferentes. Ambos tenían que ver con la disensión creciente de la escuela suiza. Freud creía quemucho de ésto venía, al igual que con Adler y Stekel, del conocimiento imperfecto de la técnica psicoanalítica, yque era, por lo tanto, necesario que ésta fuese expuesta de forma más clara que nunca...”, E. Jones, op. cit., p.286. 154 S. Freud, Die zukünftigen Chancen der psychoanalytischen Therapie, Sta., Ergänzugsband, p. 126. AquíFreud ya estará en medio de su labor de extensión “La sociedad no se apresurará en otorgarnos autoridad. Ésta sedebe encontrar en oposición a nosotros, pues nos comportamos de forma crítica con ella; le mostramos que ellamisma es responsable en una gran medida de la creación de neurosis...al destrozar ilusiones se nos culpa de ponerlos ideales en peligro,” ibid., p. 129. A partir de aquí surgirá toda una producción literaria por parte de Freud quese centrará en la cultura, la religión y la sociedad y sus aspectos patógenos.
técnica que le pusiese a salvo de las críticas de farsante o iluso y preservase la
práctica del psicoanálisis.
En esta serie de escritos Freud hace una recopilación de sus experiencias
personales,155 marca una serie de líneas de actuación que permitan una práctica lo
más profiláctica posible. Entre esta variedad de consejos apunta el deber de evitar
que un conocido entre en terapia, ya que en ese caso el efecto de la transferencia
no se haría sentir tanto como con un completo desconocido, el paciente no podría
ver la evolución de la relación que se va produciendo. La transferencia ha de tomar
por sorpresa al paciente, mostrando incluso su carácter sexual, y ser puesta
posteriormente en relación con los recuerdos del paciente.
Apunta también dos temas básicos en la relación analítica: el tiempo, pregunta
que reaparecerá en sus escritos tardíos, señalando la necesidad de espacios
temporales largos, pero no especificables a priori, sino dependientes del propio
desarrollo del tratamiento; y la mediación que supone la minuta del médico, el
dinero, que no debe estar ausente en la relación paciente-médico. Freud acentúa
este aspecto en aras de la propia economía del practicante, pues él mismo conoció
bien de cerca los angustiosos problema financieros e intenta prevenir de sus
efectos. Pero no falta aquí el sentido de intermediario físico entre paciente y
médico ‘à la fluide’. Es sabido que Freud analizaría a pacientes sin recursos a los
cuales prestaría dinero para el análisis. Se trata pues de una función simbólica
más allá de la propiamente económica la que desempeña la minuta en la relación
analítica.
155 Es así que el propio Freud reconocerá “...debo decir claramente que esta técnica se ha dado como la única aptapara mi individualidad; no pongo en dudo que una personalidad médica constituida de diferente forma se veaimpelida a otra postura frente a los enfermos y preferir ésta en la solución de nuestra práctica,” Ratschläge fürden Arzt bei der psychoanalytischen Behandlung, op. cit., p. 171. No obstante los cismas dentro del psicoanálisisno serían recibidos con tanta ecuanimidad.
Así mismo, se pregunta cuándo se debe empezar a confiar los resultados de la
observación al paciente y entiende que ello es factible cuando se haya desarrollado
eficazmente la transferencia, de tal forma que no se produzca una resistencia por
parte del paciente al enfrentarse al posible conflicto interno. “La primera meta del
tratamiento sigue siendo ligar (al paciente) a la cura y a la persona del médico. No
se requiere para ello de otra cosa que darle tiempo. Cuando se le muestra
auténtico interés, se allanan diligentemente las resistencia emergentes, y se evitan
ciertas equivocaciones, el paciente elabora un vínculo de esa clase por sí mismo y
coloca al médico bajo una de las imágenes de las personas de las que estaba
acostumbrada a recibir cariño.”156 La categorización sucede a través de los
sentimientos que se reproducen en la cura, la relación transferencial ha de permitir
poner en juego los sentimientos desviados del paciente, pero ya no surge la idea
de falsa asociación genérica, sino que ésta se delimita y se adscribe a un cierto
tipo de persona concreta.
Finalmente la transferencia posibilita la superación de las resistencias, permite
ganarse esa tendencia del paciente que desea auténticamente ser curado. El
fundamento del método no será ya tanto la búsqueda de las asociaciones
sintomáticas, cuanto el análisis de las resistencias: “el tratamiento merece (este)
último nombre sólo cuando la transferencia ha utilizado su intensidad en la
superación de las resistencias. Solamente entonces se vuelve el estado de
convalecencia imposible, incluso cuando la transferencia se vuelva a disolver,
como requiere su carácter.”157
156 S. Freud, Zur Einleitung der Behandlung. Weitere Ratschläge zur Technik der Psychoanalyse I, Sta.,Ergänzungsband, p. 199.157 Ibid., p. 203.
Su escrito principal de esta fase será Zur Dynamik der Übertragung (1912), el
más técnico, publicado con ocasion de otro artículo sobre el tema, contiene unas
simples observaciones técnicas que se perfilan, no obstante, como las más
profundas de este período. Hay que recalcar la idea de dinámica que suscita el
texto, la asunción de la contratransferencia como elemento principal, y la
preeminencia de cierto campo relacional frente al simple mecanismo mental del
paciente, el subjetivismo anodino de la asociación.
Siguiendo con su explicación, de acuerdo con su teoría acerca de la
asociación de porciones de energía, Freud señala que es normal que parte de la
energía libidinal sin objeto se asocie a la figura del médico siguiendo un cliché
mental; concretamente, “responde a las auténticas relaciones con el médico
cuando el imago paterno (según la feliz expresión de Jung) es el decisivo en esta
situación.”158 Se ordena (Einreihung) al médico bajo la figura paterna. Freud se
centra en la proyección que se produce de una figura determinada, una proyección
que se fundamenta en el mecanismo introyectivo ya señalado y que produce un
peculiar desplazamiento de la líbido: “una condición previa regular y no trivial de
toda enfermedad psiconeurótica es el procedimiento que Jung ha denominado
introversión de la líbido.”159 Esta introversión indica un desplazamiento de la líbido
que se utiliza hacia objetos reales en favor de la imaginación, posibilitando así la
recurrencia de imágenes infantiles conscientes, haciéndolas accesibles desde la
realidad desde donde opera el análisis. Se trata de una recuperación activa y
proyectiva. “Donde el avance analítico tropieza con la ocultación de líbido apartada
debe comenzar una batalla; todas las fuerzas que han producido la regresión de la
líbido se levantarán como ‘resistencias’ contra el trabajo para conservar este nuevo
158 S. Freud, Zur Dynamik der Übertragung, Sta., Ergänzungsband, p. 160.159 Ibid., p. 161.
estado.”160 La introyección, al producir el sentimiento que une al analista y al
paciente, permite la superación de las tenaces resistencias que insisten en
mantener el status quo libidinal y los síntomas asociados.
La problematicidad en esta fase del concepto de transferencia vendrá dada por
su carácter necesario en la cura y, como ya notaría en el caso Dora, por su
simultánea capacidad de generar resistencias.161 La transferencia es reconocida
fuera del ámbito psicoanalítico como simple rapport, pero en psicoanálisis conlleva
esa doble componente que la convierte en generadora de resistencias. Sólo
aparentemente tienen lugar dichas resistencias exclusivamente en el psicoanálisis.
Freud muestra cómo éstas ocurren también en otro tipo de terapias; la diferencia
reside en que estas técnicas terapéuticas no las muestran de forma tan evidente.
Así en las instituciones mentales no son tan patentes como en la forma personal
que adopta el análisis. Son, en definitiva, una muestra de la ambivalencia propia de
las relaciones, de los sentimientos que tenemos hacia personas significativas, los
cuales son proyectados sobre la figura del analista.
160 Ibid., p. 162. Y comenta posteriormente, “siempre que nos acercamos a un complejo patógeno se desplaza laparte del complejo capaz de transferencia al consciente y es defendido ahí con la mayor persistencia,” ibid., p.163.161 Así advierte, “parece ser, a primera vista, una enorme desventaja metódica del psicoanálisis el que latransferencia, la más importante instrumento para su éxito, se convierta en el medio más poderoso deresistencia,” ibid., p. 161.
Figura 1.8. Freud y su madre (1926).
Freud analiza la situación en la que se efectúa el análisis y concluye que “es
innegable que el dominio de los fenómenos transferenciales presenta al
psicoanalista las más graves dificultades, pero no se puede olvidar que éstos
precisamente nos hacen un servicio incalculable al volver actuales y manifiestas las
excitaciones amorosas (Liebesregungen) de los enfermos, pues, finalmente nadie
puede ser eliminado in absentia o in effigie.”162 Es necesario recuperar, revivir, a
través del mecanismo introyectivo, la figura que produjo el conflicto interiorizado y,
a la postre, el desplazamiento libidinal y el síntoma.
La transferencia como revisión de situaciones preexistentes produce, al igual
que éstas, reacciones de dos tipos en el paciente, siguiendo la ambivalencia
neurótica esencial:
162 Ibid., p. 167-168.
Nos damos cuenta finalmente que la utilización de la transferencia por parte de la
resistencia no se puede comprender en tanto pensemos sencillamente en la
‘transferencia’. Debemos diferenciar una transferencia ‘positiva’ de una ‘negativa’,
la transferencia de sentimientos tiernos de los hostiles y tratar ambos tipos de
transferencia en relación al médico de forma diversa. La transferencia positiva se
divide a su vez en sentimientos tiernos o simpáticos capaces de volverse
conscientes, y aquéllos en su continuación en el inconsciente.163
Freud sostiene que todos los sentimientos tiernos, simpáticos, de confianza,
poseen un origen sexual, habiéndose desprendido de su objeto sexual último.164 El
carácter sexual hay que entenderlo, no desde su perspectiva genital únicamente,
como dejaría claro en sus Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905), sino desde
un cómputo más amplio de la sexualidad como forma de obtención de placer,
relativa a cierta base pulsional e incardinada en el mundo externo.
Si el caso Dora llevaría a cabo un compendio de las teorías desarrolladas por
Freud, este período obtendrá su reseña práctica particular en el análisis del
pequeño Hans. Efectivamente, su Análisis de la fobia de un niño de cinco años
(1913) será, de nuevo, la piedra de toque de sus investigaciones acerca de la
sexualidad infantil, la interpretación de los síntomas y la evolución de sus ideas
acerca de la transferencia que se va fraguando desde sus conferencias de 1909.
En este caso la labor analítica no la lleva a cabo el propio Freud. Éste sabrá
del mismo a través de los informes que elabora el padre de Hans. En tal situación,
la figura de padre y analista se reúnen en una misma persona y no en la mente del
163 Ibid., p. 165.164 “Originalmente habíamos conocido sólo objetos sexuales; el psicoanálisis nos muestra cómo tanto laspersonas sin importancia como aquéllas que veneramos en nuestra realidad pueden ser aún objetos sexuales ennuestro inconsciente,” ibid., p. 165.
paciente. Freud advierte que ésta es la única posibilidad en dicha coyuntura, pues
“sólo la unión de la autoridad paterna con la médica en una persona, el encuentro
del interés tierno con el científico en la misma, han posibilitado en este caso hacer
un uso del método que de otra forma sería inadecuado.”165 Se reivindica la
necesidad del otro como medio de curación.166
La ambivalencia esencial de los sentimientos se encuentra aquí también
presente, “un niño (es) naturalmente en alto grado sugestionable, quizás más que
por nadie, por su padre. Él aceptaría todo por amor a su padre como
agradecimiento por su preocupación por él.”167 Relacionado con dicha ambivalencia
se presenta uno de los descubrimiento de esta fase del pensamiento de Freud, la
idea de un conflicto original en todo tipo de neurosis, el Edipo. En su relación con
Jung, previa a sus desacuerdos definitivos, Freud empienza a bosquejar la idea de
una causa genérica de los estados neuróticos.168
El pequeño Hans se ve afectado por una agorafobia. Ésta resulta explicada
por el miedo a la castración que se produce con motivo de la reprobación de
prácticas autoeróticas, el descubrimiento de la sexualidad y la aparejada diferencia
entre lo femenino y lo masculino, y la cercanía fisiológica de los genitales y el
aparato excretor. Así “la finalidad y el contenido de la fobia es una amplia limitación
de la libertad de movimiento, se trata, pues, de una poderosa reacción contra los
oscuros impulsos motrices que se dirigen en especial hacia la madre.”169
165 S. Freud, Analyse der Phobie eines fünfjahrigen Knaben, Sta., VIII, p. 13.166 “...para la superación de una tal (neurosis) se necesita del otro, y en tanto el otro pueda ayudar es la neurosiscurable,” ibid., p. 91.167 Ibid., p. 89.168 “El complejo de Edipo introdujo una cierta transparencia entre síntoma y causa, viéndose ahora los síntomascomo una modalidad entre otras de una causa ya conocida...” J. Forrester, op. cit., p. 95. Este descubrimiento serelaciona, según Forrester, con los intentos que lleva a cabo Freud de una teoría general del símbolo, dándole unrecorrido más fácilmente transitable a las historias de los pacientes, acotada por ciertos eventos comunes.169 Ibid., p. 116.
El complejo de Edipo, como muestra este caso, es el prototipo de
ambivalencia en el sentimiento. En la transferencia con el padre interfiere una
transferencia negativa al tratar el niño de acaparar el afecto de la madre, por otro
lado, el aspecto positivo de la transferencia tiene su origen en su figura de cuidador
y fuente de afecto. El miedo al contenido explícito de sus fantasías de ocupar el
lugar del padre, su temor a ser castrado en el intento, produce la formación de
resistencias al análisis, pues sus intenciones no pueden ser abiertamente
expresadas, suponen un conflicto entre un deseo y un castigo fantaseado.
Freud prueba no sólo sus teorías acerca de la presencia de impulsos sexuales
en la niñez, sino que se sirve del caso para situar el origen de las neurosis en esta
temprana edad y relacionarla con ciertos impulsos sexuales y su represión. La serie
de casos que Freud publicaría muestra el talante del psicoanalísis, no tanto como
teoría abstracta, sino como práctica con un objetivo bien definido. “Un psicoanálisis
no es siquiera una investigación científica imparcial, sino una intervención
terapéutica; no quiere demostrar nada en sí, sino cambiar algo.”170 Los intereses
científicos de Freud han ido basculando desde una posición postivista objetivadora
hasta una reflexión acerca del análisis como praxis, como intervención. La teoría
sirve para acumular el conocimiento proveniente de la experiencia y, quizás, como
hemos apuntado, como medio de dar un respaldo y una mediación adecuada a la
delicada idea de relación.
Resumiendo, en esta segunda fase se observa un análisis más complejo de
los aspectos transferenciales. Se produce un refinamiento teórico de las nociones
técnicas que se efectúa simultáneamente a una generalización y expansión del
psicoanálisis, de su conversión de simple práctica personal en técnica practicada
170 Ibid., p. 91.
por otros. Se descubre el efecto de la transferencia en el propio médico, la
contratransferencia, ampliándose el porte del fenómeno subjetivo. A su vez, se
divide la transferencia del paciente en diversos tipos con diferentes efectos en el
desarrollo de la terapia.
El mecanismo de la introyección dará cuenta de la especial tendencia del
neurótico a la transferencia que estará cargada, al igual que su mundo en general,
de sentimientos encontrados, ambivalentes. Finalmente, la resistencia se
entenderá, no sólo como el obstáculo a salvar por la transferencia, sino su propio
efecto en virtud de esta ambivalencia constitutiva del sentimiento y la relación. El
análisis, cuya misión principal parecía ser la desaparición de las resistencias,
puede llegar a ser la causa de su aparición.
1.3. Fase tardía (1915-1939) Repetición, amor y acting-out
Dentro de la propia serie de escritos técnicos que Freud publica entre 1911 y
1914 podemos demarcar el desarrollo de la última fase de su pensamiento en lo
que atañe a la transferencia. Así en su quinto y sexto trabajo de esta colección,
Recordar, repetir y elaborar y Notas sobre el amor de transferencia, ambos de
1914, aunque éste último publicado en 1915, su trabajo toma una dirección
diferente.
Durante este período se centrará menos en las resistencias tratadas por
separado y dirigirá sus reflexiones hacia la existencia de un mecanismo más
general, la compulsión de repetición (Wiederholungzwang). Igualmente
observamos cómo en la propia terapia se producían estas resistencias, Freud
también generalizará sus intuiciones, apuntando la existencia de una neurosis
específica, propia a la terapia, una alteración que se produce en el paciente debido
al análisis, la neurosis de transferencia (Übertragungsneurose). Consigue dar, de
este modo, un carácter menos casuístico a su teoría, acudiendo a formulaciones
más abstractas y teóricas, en pos de un sistema más deductivo. La compulsión de
repetición da una solución en clave teórica a la reproducción de patrones y
conductas, pese a lo cual Freud sostendrá la pertinencia del método descrito, “el
médico saca a la luz las resistencias desconocidas del enfermo; tan pronto éstas
son vencidas el enfermo cuenta sin esfuerzo las situaciones y contextos olvidados.
La meta de esta técnica ha quedado naturalmente inalterada, dinámica: la
superación de las resistencias reprimidas.”171 Parece no producirse ningún corte
radical con sus ideas previas, preservándose el lugar privilegiado que poseía la
171 S. Freud, Erinnern, Wiederholen und Durcharbeiten, Sta., Ergänzungsband, p. 207.
resistencia, no obstante con ésta de telón de fondo, se embarcará en una
reelaboración de ciertos aspectos teóricos.
Otro problema que preocupará a Freud en esta fase es la relación entre el
olvido y el acting out ¿hasta qué punto se recuerda, se hace consciente un
incidente y hasta qué punto se actúa de conformidad con la experiencia de tal
incidente? Es decir, lo que no se recuerda viene a formar parte de lo que se repite,
una especie de automatismo que evade la recreación lingüística del recuerdo, “...el
analizado no recuerda nada de lo olvidado y reprimido, sino actúa. Lo reproduce,
no como recuerdo, sino como hecho, lo repite sin saber, naturalmente, que lo
repite.”172
Repetir se convierte en una forma activa de recordar, pero de un recordar
asimilado, incorporado al no ser enajenado en discurso y, por ello, no analizable,
simplemente observable por el analista, como tal inútil para la superación de las
resistencias. La compulsión de repetición da una explicación sistemática de la
resistencia al cambio, de la persistencia de las resistencias en general y del
mecanismo de defensa que las protege:
Naturalmente nos interesará, en primer lugar, la relación entre esta compulsión derepetición (Wiederholungszwang), la transferencia y la resistencia. Observamospronto que la transferencia no es sino un trozo de repetición y que la repetición esla transferencia del pasado olvidado, no sólo hacia el médico, sino en todos losotros campos de la situación presente. Debemos estar preparados para que elanalizado no sólo dé lugar a su compulsión de repetir que sustituye al impulso arecordar en su relación con el médico, sino también en todas las actividades yrelaciones simultáneas de su vida... 173
172 Ibid., pp. 209-210. Posteriormente comenta, “por ejemplo: el analizado no cuenta el hecho de acordarse queera terco e incrédulo frente a la autoridad de sus padres, sino se comporta de esa forma frente al médico,” ibid.173 Ibid., pp. 210-211.
A renglón seguido señala la proporcionalidad directa entre resistencia y acting
out (agieren), mientras más importantes son las resistencias mayor la tendencia al
acting out. La resistencia como ocurrencia concreta se intenta relacionar con un
mecanismo más genérico, un mecanismo que explica la inercia psíquica, la
tendencia a repetir y, por ello mismo, da razón de la fundamental estabilidad de las
resistencias.
Sólo el grado de vinculación propio de la transferencia, y en especial de una
transferencia positiva, permite la superación de las resistencias y de su mecanismo
subyacente, la compulsión de repetición. “Cuando la unión (entre analista y
paciente) se haya vuelto útil a través de la transferencia, impedirá la repetición en
el tratamiento de todas las acciones significativas del enfermo y servirá al propósito
in statu nascendi de utilizar éstas como material para el trabajo terapéutico.”174
Mediante la transferencia se puede vencer la compulsión de repetición y dar lugar
al recuerdo, deshaciendo el muro defensivo de las resistencias, resquebrajándolo a
través de la articulación de lo inconsciente, de lo pulsional, en contacto con la
realidad, con la figura del analista. “La parte más decisiva del análisis se lleva a
cabo al crear, en relación al médico, en la ‘transferencia’, reediciones
(Neuauflagen) de conflictos antiguos en los que el enfermo se debe comportar
como en su momento lo hizo, mientras se le insta a una decisión ofreciéndosele
todas las fuerzas psíquicas disponibles. La transferencia es, por lo tanto, el campo
de batalla en el que se deben de encontrar las fuerzas que luchan entre ellas.”175
El resultado final habrá de ser la sustitución de la neurosis por la neurosis de
transferencia, un concepto que Freud también desarrolla aquí. Una primera
explicitación de ésta la podemos encontrar en una carta de finales de 1914 enviada
174 Ibid., p. 213.175 S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, Sta., I, p. 436.
a Ferenczi donde comenta como “todas las catexias de objetos forman el
inconsciente. El sistema Bw (consciente) significa la conexión de estas ideas
inconscientes con los conceptos de las palabras: es ésto lo que ofrece la
posibilidad de que algo se vuelva consciente. La represión en la neurosis de
transferencia consiste en la retirada de la líbido del sistema Bw, lo que quiere decir
la separación de las ideas de los objetos y las palabras.”176 Va tomando cuerpo la
idea del acting out, mecanismo por el que las ideas, al no volverse conscientes en
el análisis, quedan atrapadas en el inconsciente. Esta desvinculación entre ideas y
palabras hace que el paciente no pueda sino repetir las relaciones afectivas
aprendidas que permanecen inadvertidas, innombradas. De este modo la terapia
se convierte en lugar de re-presentación.
La comunicación de las resistencias por parte del médico, pese a no producir
su disolución automática, hace accesible esa “...parte de su ser...” que se
encontraba oculto en su cotidianeidad, y permite el trabajo de elaboración
(durcharbeiten) y así su vencimiento. Esta elaboración supone la comprensión por
parte del propio paciente de sus resistencias y su superación de la repetición.
En su Bemerkungen über die Übertragungsliebe (1915), el escrito técnico de
esta serie que más satisfizo a Freud, tratará un tema no ajeno a los inicios de las
prácticas mesméricas y que tan de cerca tocó a compañeros suyos como Breuer o
Jung: el tipo de relación personal que se forma entre analista y paciente por medio
de la propia transferencia. Freud sitúa la reacción romántica observada en el
paciente hacia el médico como el medio del que se aprovecha la resistencia para
evitar la cura. Al respecto comenta: “ya he dejado entrever que la técnica analítica
le obliga al médico a rehusar la satisfacción de la demanda de la paciente
176 E. Jones, op. cit., p. 340.
necesitada de afecto. La cura ha de ser llevada a cabo en abstinencia...”177 La
llamada a la abstinencia se refiere a la ausencia de una implicación personal del
analista. El analista no debe de procurar al paciente el afecto personal que éste
reclama, pues no se trata sino de una estratagema de la neurosis para evitar la
emergencia de material, un modo de defensa finalmente.
Desde sus comienzos el analista vienés había experimentado el tipo de
afectos que se producían en el marco psicoanalítico, lo que le lleva a sostener su
Abstinenzregel. Primero habrá que entender que la reacción producida en la
paciente es intrínseca a la propia situación analítica, manteniendo la
impersonalidad de este comportamiento. Por otro lado critica a aquéllos que
preparan al paciente para la transferencia, como medio de defensa del surgimiento
de las afecciones aparejadas al fenómeno.
Según Freud, la propia relación amorosa no aportaría nada a la resolución de
la neurosis pues el paciente simplemente repetiría las propias características de su
neurosis, tal y como comenta en Recordar, repetir y elaborar (1914). Sólo habría
acting out y no se produciría ningún trabajo con las resistencias, la implicación
amorosa del analista sólo provocaría un afianzamiento de las resistencias y, a la
postre, una transferencia negativa hacia el médico. En cambio, la paciente que no
experimentase ese tipo de reacciones hacia el terapeuta estaría menos expuesta al
acting out y podría relatar más abiertamente sus fantasías y recuerdos sin temor al
rechazo, sin ningún tipo de reparo hacia aquél a quien las dirige.
Freud ofrece dos argumentos que apuntalan el carácter de resistencia de este
enamoramiento: primeramente señala que si se tratase de auténtico amor, la177 S. Freud, Bemerkugnen über die Übertragungsliebe, Sta., Ergänzungsband, p. 224. En escritos de esta mismaépoca tratará también el tema de la expansión de la técnica, la necesidad de homogeneización, y de practicantesque diesen visos de cientificidad a la terapia. Así en la conferencia pronunciada en el V Congreso InternacionalPsicoanalítico comenta: “La cura analítica debe ser llevada a cabo en privación –abstinencia-, tanto como seaposible,” Wege der psychoanalytischen Therapie, Sta., Ergänzungsband, p. 244.
paciente optaría por seguir adelante con la cura por deseo de su amado. En
segundo lugar comenta cómo no nos referimos a una reacción nueva, ocasionada
por un auténtico encuentro, se trata, más bien, de una repetición de una situación
infantil.
El problema es que si, como había señalado, en la vida propia del paciente se
producía esa compulsión de repetición, no habría distinción alguna con la propia
relación terapéutica. En ambas la paciente actúa a menos que la relación amorosa
auténtica posea un carácter especial, ajeno a repetición de tipo alguno.
Freud duda acerca de si en la situación analítica lo que se da es auténtico
enamoramiento: “el amor de transferencia tiene, quizás, un grado de libertad
inferior al llamado normal, que acontece en la vida, y en él se deja reconocer
claramente la dependencia del modelo infantil, se muestra menos dúctil y
modificable pero esto es todo y siquiera lo fudamental.”178 Lo principal, habrá de
admitir, es el propio carácter de darse, de surgir, en la práctica médica, en la
situación analítica. Así parece que finalmente no hay diferencia cualitativa, sino una
de tipo contextual, que debe atemperarse con el profesionalismo del terapeuta,
“...ceder, ha de quedar excluido. No importa cuánto valore este afecto, debe poner
por delante la posibilidad que tiene de hacer superar a su paciente una etapa
decisiva en su vida.”179 La sombra del informe secreto sobre el magnetismo pende
sobre cualquier disciplina que pretenda hacer de la relación el ámbito de su
actuación.
Si la sustitución es el mecanismo básico en la formación de síntomas, el
enfermo busca una satisfacción sustitutoria en la figura propia del médico que le es
dada en la terapia. Ésta resulta ser una satisfacción más inmediata que el arduo
178 Ibid., pp. 227-8.179 Ibid., p. 229.
trabajo de las resistencias, que la labor analítica en sí, ”el enfermo debe, en lo que
a su relación con el médico concierne, mantener abundantes deseos insatisfechos.
Es necesario negarle la satisfacción que más intensamente desea y que más
urgentemente manifiesta.”180
La misión analítica queda reformulada como obtención de un saber
actualizado que evite el automatismo, la inercia propia de lo experimentado basada
en la repetición de un estereotipo amoroso, “después de haber conseguido imponer
el suceso reprimido de naturaleza real o psíquica frente a todas las resistencias,
después de rehabilitarlo de alguna manera, dice el paciente: ‘Ahora tengo la
sensación de haberlo sabido siempre.’ Con ello la tarea analítica queda resuelta.”181
En Psicología de masas y análisis del yo (1921) tocará de nuevo el tema del
amor y su relación entre identificación (ser) y relación objetual (tener). Frente a los
principios de placer y realidad, Freud acuñaría otro independiente, el de
compulsión de repetición. Este principio rector de la actividad mental tendría como
finalidad la utilización de la experiencia adquirida en los encuentros con situaciones
nuevas, se consigue simplificar la experiencia mediante el recurso a modelos
previos.
Previamente, en las Lecciones de Introducción al psicoanálisis (1917), serie de
lecciones magistrales ofrecidas por Freud como docente universitario, comenta la
necesaria ausencia de un carácter pedagógico en la terapia, su incapacidad de
indicar modelos, su amoralidad, su simple valor funcional con respecto al paciente
y a su vida. Mediante la terapia “el neurótico curado se ha convertido
auténticamente en un nuevo hombre, en principio sigue siendo, naturalmente, el
180 S. Freud, Wege der psychoanalytischen Therapie, Sta., Ergänzungsband, p. 246.181 S. Freud, Über fausse reconnaissance (‘déjà raconté’) während der psychoanalytischen Arbeit, Sta.,Ergänzungsband, p. 238.
mismo, esto es, se ha vuelto como podría haber sido en las mejores y más
propicias circunstancias.”182 No se sigue ningún modelo rector de bondad o
sanidad, se impide la constitución del analista, desde su lugar privilegiado, en
modelo o ejemplo. La terapia ha de restablecer al hombre en su deseo, en esa
identificación en la que se interponen sus resistencias.
En esta obra que compendia sus descubrimientos repite la idea de la
transferencia de sentimientos románticos y su relación con la defensa. “Nos
referimos a una transferencia de sentimientos a la persona del médico, porque no
creemos que la situación de la cura pueda justificar la creación de tales
sentimientos. Más allá sospechamos que su disposición afectiva tiene su raíz en
otro lugar, que estaba preparada en el enfermo y con ocasión del tratamiento
analítico se transfiere a la persona del médico.”183 Se ponen de relieve nuevamente
el carácter regresivo de los sentimientos y su producción en la terapia bajo la forma
de actuación, de re-presentación, de acting out.
La transferencia, le sirve a Freud para demostrar otros aspectos teóricos de su
técnica. En concreto, de nuevo incidirá sobre el significado sexual de los síntomas,
“...nuestro convencimiento acerca del significado de los síntomas como satisfacción
sustitutoria libidinal se ve definitivamente fortalecido por la incorporación de la
transferencia.”184
El largo camino del psicoanálisis parece conducirnos a los mismos
interrogantes que se planteaban sus precursores. Lo que Freud cree haber logrado
es una explicación del fenómeno, una elucidación de los mecanismos en los que se
182 S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, op. cit., p. 419.183 Ibid., p. 425. “...superamos la transferencia al mostrar al enfermo que sus sentimientos no proceden de lasituación actual y no son válidos en la persona del médico, sino que repiten lo que ya le había acontecido. De talmanera le hacemos transformar su repetición en recuerdo. Entonces parece convertirse la transferencia, cariñosau hostil, en cualquier caso la mayor amenaza para la cura, en la mejor herramienta de la misma, con cuya ayudase dejan abrir las puertas más reservadas de la vida psíquica,” ibid., p. 427.184 Ibid., p. 428.
encuentra envuelto, de tal manera que todo su sistema parece reducible a una
reapropiación del concepto de sugestión y su reelaboración en la categoría de
transferencia, “Bernheim ha justificado la enseñanza de los fenómenos hipnóticos
con inequívoca agudeza en base a su decir según el cual todos los hombres, de
alguna manera, son sugeribles, ‘sugestionables’. Su sugestibilidad no es, en pocas
palabras, otra cosa que la tendencia hacia la transferencia, de tal forma que la
transferencia negativa no encontraba lugar en su formulación. Pero Bernheim no
podía decir lo que era la sugestíon propiamente y cómo se produce. Era para él
una asunción básica, de cuya procedencia no podía dar prueba alguna. No había
reconocido la dependencia de la ‘sugestibilité’ de la sexualidad, de la acción de la
líbido. Y debemos atender al hecho de que nuestra técnica se ha desecho de la
hipnosis, para descubrir de nuevo la sugestión, bajo la apariencia de la
transferencia.”185 Es por ello que las elucubraciones finales de Freud han de estar
envueltas en cierto escepticismo, el escepticismo propio del que sabe no haber
dado una solución definitiva al problema, sino que se encuentra con los fantasmas
de los que había creído librarse, “...al llamar indistintamente a la fuerza impulsora
de nuestro análisis transferencia o sugestión se mantiene el peligro de que el influjo
sobre el paciente haga dudosa la certeza de nuestros resultados. Lo que favorece
la terapia, no trae sino perjuicios a la investigación.”186 La investigación requiere un
sustrato empírico que no puede proceder sino de la terapia, no obstante, la propia
terapia, al implicar relaciones afectivas, no puede ser objetiva. De ahí que
objetividad y empirismo estén, en este caso, necesariamente enfrentados.
185 Ibid., p. 429. “La sugestión directa es la sugestión dirigida contra la expresión del síntoma, lucha entre suautoridad y los motivos de la enfermedad. Así no se preocupa de estos motivos, se exige simplemente delenfermo que sus manifestaciones en forma de síntomas sean reprrimidas,” ibid., p. 431186 Ibid., p. 414.
He aquí una de las características centrales de la transferencia en
psicoanálisis. Por un lado, punto de arranque de la práctica, alrededor de la cual se
elabora toda una teoría que pretende superar a ésta en cuanto soporte deductivo y,
a su vez, piedra de toque de cualquier descubrimiento, en tanto que afecta a la
objetividad del campo analítico, el campo interrelacional.
De nuevo una obra de dos de sus colaboradores, Sandor Ferenczi y Otto
Rank, El desarrollo del psicoanálisis (1923), indicaría la posibilidad de hacer uso de
la teoría del acting out en la práctica analítica y entendería ésta, no como una
forma inútil o residual en el tratamiento, sino como medio mismo de la cura. A partir
de aquí se evoca la cuestión, que recorrerá toda la historia posterior del
psicoanálisis, de las ‘terapias actuales’ o cortas. El tratamiento basado en el aquí y
ahora que soslaya, no obstante, uno de los principios básicos del psicoanálisis
primigenio, la etiología infantil y la resolución del síntoma en su recuperación, el
análisis genético.
Otro de los debates más agudos de este período sería el relativo al análisis
profano. Si bien Freud y buena parte de sus colaboradores eran médicos de
profesión, éste no veía necesaria la posesión de título médico alguno para el
ejercicio del análisis. Lo único que debía ser dejado en manos médicas era la
decisión de si se trataba de un caso apto para tratamiento psicoanalítico o no, si
efectivamente nos encontrábamos ante un desorden psicológico o una auténtica
afección orgánica. La intención de Freud era la emancipación del psicoanálisis de
la medicina, convertirla en un área propia de conocimiento.
Se instauraba entre los aspirantes a analistas la obligación de llevar a cabo un
análisis didáctico, pero pronto se produce el disenso dentro de la Sociedad
Psicoanalítica Internacional (IPA). En especial los analistas americanos, en una
situación social y económica más precaria que sus homólogos continentales, y por
ende más corporativistas, sostendrían el requisito de la facultación médica.
Figura 1.9. Freud en su 'laboratorio' (práctica).
En sus últimos años, antes de que el cáncer terminase con su vida, Freud
escribiría uno de los escritos técnicos más profundos, Análisis terminable o
interminable (1937), en el que cuestiona el término del tratamiento, incluso después
de haber alcanzado la resolución de los síntomas mediante el fin de la
transferencia.187 Este escrito se publica a la sazón de los ‘short analysis’. En éstos
se producía una renuncia a la profundidad etiológica en favor de la situación actual,
hic et nunc. Otros intentaban situar el momento traumático en un suceso concreto
y homogéneo como haría Otto Rank al emplazarlo en el nacimiento. Según Freud
estas trifulcas relativas al método terapéutico estarían influidas por el tiempo de
187 Parece que ya previamente había visto Freud las dificultades de alcanzar un término en la cura, en una carta de1900 a Fliess admitiría, “comienzo a entender que la aparente falta de fin en la cura es algo regular y se debe a latransferencia,” cit. en Sta., Ergänzungsband, p 355.
vida americano que se va apropiando de la Europa de entreguerras – la utopía
New Deal-. Un estilo de vida al cual estos analistas, frecuentes visitantes y, a
menudo, exiliados posteriormente, habrían dado una respuesta en forma de
tratamiento. Freud, no obstante, mantendrá que no es posible amoldar la cura
analítica a este tipo de exigencias. Sobre los análisis actuales comentará como “el
trabajo analítico procede de la mejor forma cuando los sucesos patógenos
pertenecen al pasado, de tal forma que el yo pueda ganar distancia frente a
éstos.”188 Se refuta el leitmotiv de estas curas que sería la atención sobre el
presente.
El análisis se entenderá resuelto si el paciente ha superado sus miedos y
síntomas y, de otra parte, de acuerdo con el analista, ha hecho consciente un
número importante de recuerdos, combatiendo sus resistencias de tal forma que no
parezca probable la reaparición de sus síntomas. Como texto inscrito en la fase de
su segunda tópica - tras su El yo y el ello (1923), en el cual realizaba una división
que atribuía al yo el carácter de mediador entre los principios de realidad y de
placer en función de unas pulsiones que no le eran propias, sino que se ubicaban
en el ello y una instancia represora, encargada de la censura, el superyo - el
análisis tendría como finalidad el reforzamiento del yo a costa de las pulsiones
incontroladas provenientes del ello, dirección que posteriormente adoptaría la Ego
psychology. “La situación analítica se encarga, como es sabido, de que nos
relacionemos con el yo de la persona objeto para ofrecerle las partes incontroladas
de su ello y reincoporarlas en la síntesis del yo.”189
Se proponía hacer consciente el ello y corregir el yo. Los tres momentos
fundamentales en la práctica analítica, sus intervenciones, habrán de ser el analísis
188 S. Freud, Die endliche und unendliche Analyse (1937), Sta., p. 372.189 Ibid., p. 375.
de la influencia de los sueños, la fuerza constitucional de las pulsiones y la
alteración del yo. “La misión terapéutica trata de liberar la líbido de sus
momentáneas asociaciones y volver a hacerla accesible. ¿Dónde se encuentra,
pues, la líbido del neurótico? Es fácil de encontrar; está asociada a los síntomas
que le ofrecen, momentáneamente, la única satisfacción sustitutoria”190 Así al
disolverse la relación de transferencia y ser recuperada la líbido, previamente
oculta, ésta se vuelve accesible al yo.
En esta tercera fase se produce una generalización del método que va
aparejada a dos cambios fundamentales en la doctrina freudiana. De un lado su
teoría de las pulsiones efectuada en Más allá del principio de placer (1920), que
incluye, a parte de las pulsiones de vida, la idea de una pulsión de muerte
relacionada con la compulsión de repetición y, de otro lado, una segunda tópica
que atribuirá, a partir de El yo y el ello (1923), nuevas localizaciones a las
pulsiones, a la censura y a la instancia mediadora con la realidad. Estos desarrollos
van más allá de los intereses concretos de este trabajo, pero no por ello dejan de
poseer un importante valor.
Resumiendo los aspectos transferenciales, podemos ver de qué forma se
perfila un mecanismo de repetición como forma básica que da coherencia a la
figura de la resistencia. El amor como modelo transferencial, como modelo afectivo
presente y, a su vez, como repetición de patrones y figuras previas se presenta
como modo de actuación, como acting out, como estratagema defensiva para la
obtención de una rápida recompensa libidinal sin alterar la formación de las
resistencias, repetir el amor en forma de re-presentación.
190 S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, op. cit., p. 436.
Desarrollo del
concepto de transferencia
Mecanismo
Básico
Forma de
Transmisión
Medio de
Transmisión
Magnetismo Fluido Relación Sentimiento
I Fase
(1890-1905)
Desplazamiento Falsa
Asociación
Afecto
II Fase
(1906-1914)
Introyección Resistencia Sentimiento
(Ambivalencia)
III Fase
(1914-1939)
Repetición Acting-out191 Amor
Esquema 1.2. Evolución diacrónica y estructural del concepto de transferencia en Freud.
En este estudio cronológico del pensamiento sobre la transferencia
observamos cómo la evolución del mecanismo básico va perdiendo su apoyo en lo
real e internalizándose, del fluido mesmérico en el que los seres humanos se
encontraban formando parte y que se transmitía en la relación –postulado que sólo
con la entrada del positivismo se diluye en la sugestión y la hipnosis-, se pasa a un
desplazamiento que ocurre por falsa asociación. Freud titubea acerca del carácter
real o intrapsíquico de la representación. Posteriormente afianza su postura
intrapsíquica en la que el médico pierde el papel crucial, activo, propio de la
191 El concepto de acting-out como tal es post-freudiano pero de aceptación generalizada por la dificultad detraducir el agieren alemán al que Freud sí se refiere, como una 'puesta en acción', con el sentido derepresentación teatral y el de acción. Así el autorizado diccionario de Laplanche y Pontalis entiende que ya quela propia transferencia, en el sentido de reproducción, podría ser entendida como un 'llevar a la acción', no habríadiferencia entre la simple repetición del acting-out. “El término Agieren, como también el de «actuar», implicaun equívoco, que es el del propio pensamiento de Freud: éste confunde lo que, en la transferencia, esactualización con el hecho de recurrir a la acción motriz, el cual no se halla necesariamente implicado por latransferencia (véase: Transferencia, Acting out),” J. Laplanche y B. Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis,Barcelona, 1998. He utilizado también el término re-presentación para dar cuenta de esta circunstancia.
sugestión o de la hipnosis, evocando una representación en la mente del paciente,
y se limita a someter la presencia del analista a una introyección, es decir, a
convertirlo en simple representación de sentimientos, que se confirma, en última
instancia, como resistencia que opone el paciente a la curación, al aferrarse a la
figura del médico. En sus últimos escritos se profundiza aún más en el carácter
representado de la situación analítica y de la relación con el analista en la que el
paciente simplemente obtiene un punto de apoyo para repetir sus vivencias
pasadas. Tomando en su última expresión la modalidad del acting-out, repetición
de comportamientos y actitudes pasadas en la situación analítica.
Una característica fundamental en el desarrollo de Freud es la independencia
cada vez mayor de la terapia de la relación con el analista. No sólo el analista se
convierte en una representación más que entrar en juego con las preexistentes en
la mente del paciente, sino que la bilateralidad de la relación es eclipsada por la
mera repetición, -o bien anegada como mandato mediante la regla de abstinancia
contratransferencial-, con la reproducción de conductas que no tienen relación
directa con lo que sucede en la terapia, sino que es la experiencia propia del
paciente la que es aportada al análisis.
No es de extrañar que al mismo tiempo que observa el carácter negativo de los
sentimientos del paciente hacia el analista, descubra la neurosis de transferencia y
la resistencia que conlleva la transferencia. El mecanismo de introyección conduce
a que el analizante tome al analista como objeto de sus fantasías y se olvide un
tanto de sus síntomas: el analista se convierte en el síntoma, en un extremo de la
relación sintomática.
Su tercera etapa en la consideración del fenómeno transferencial conlleva la
admisión de una compulsión a la repetición que permitiese dar cuenta del regreso
de lo inconsciente y de su efectuación en la actividad del paciente, la neurosis es
una repetición indeseada que sobreviene y que instaura una opacidad en su propio
comportamiento. Igualmente el acting-out o agieren se sitúa como repetición y el
amor como modo de trasmisión, a diferencia de los sentimientos o los afectos,
pone en juego un mecanismo más amplio y genérico.
Figura 1.10. Paul Sermon - At Home with Jacques Lacan. En esta instalación telemática, utilizandoordenadores conectados en red, Sermon retoma el concepto de relaciones de objeto. Se trata de dos instalaciones conectadas por un dispositivo de proyección y video conferencia. El otro percibido no essino una imagen, una proyección, y podemos observar nuestra interactuación con éste en una pantalladonde aparecen la imagen propia con la del otro fundidas, permitiéndole a uno percibirse integrado ensu propia acción, ‘voyeur de su propio espectáculo’. http://www.paulsermon.org/ Mostrado en laBiennale de Arte Electrónica de Perth 2004 http://www.beap.org/site/index1.htm.
1.4. Lacan y el retorno a Freud: el significante de la transferencia
El psicoanálisis como doctrina unitaria comienza su desmembramiento en vida
del propio Freud.192 Algunos colaboradores cercanos a éste empiezan a proponer
alteraciones fundamentales a la teoría freudiana, en una etapa de rechazo por
parte de círculos científicos. Así Alfred Adler o Carl Jung modificarían áreas
cruciales como la teoría pulsional, el modelo de inconsciente, o la teoría sexual.
Posteriormente se producen otras disensiones dentro del círculo de allegados a
Freud -así Sandor Ferenczi u Otto Rank-, y por parte de analistas que toman
direcciones divergentes como Wilhelm Reich.
Tras la muerte de Freud se polarizan las tendencias psicoanalíticas ortodoxas
basadas en la segunda tópica freudiana, es decir, en las interrelaciones entre yo,
ello y superyó. De un lado, la Ego psychology que se desprendería de la
formulación de Anna Freud y cuya técnica estaría basada en el análisis de las
defensas y la potenciación del yo frente al ello. De otro, Melanie Klein se
interesaría por los procesos de introyección, mediante los que el analista
representaba para el paciente un objeto introvertido, parte del superyó, dando lugar
a las denominadas relaciones de objeto. Ambas opciones proponían una lectura
parcial de Freud, “una consistía en hacer del yo (moi) el producto de una
diferenciación progresiva del ello actuando como representante de la realidad y
teniendo a su cargo el mantenimiento de las pulsiones (Ego psychology), la otra, al
contrario, daba la espalda a toda idea de autonomización del yo para estudiar su
genésis en términos de identificación.”193 Ante esta virulenta toma de posición que
192 Ya en sus últimos escritos se oponía a cualquier alteración fundamental de su sistema y condenaba alostracismo las alteraciones ‘eclécticas’ que tanto habían dañado la reputación del psicoanálisis, “que el edificiodel psicoanálisis, pese a estar inacabado, presenta, ya hoy en día, una unidad, de la cual no se puede escindir avoluntad elementos, parece no entrar en consideración para esos eclécticos,” S. Freud, Neue Folge, Sta., I, p.568.193 E. Roudinesco, Jacques Lacan. Esquisse d’une vie, histoire d’un système de pensée, París, 1992, p. 156(énfasis mío).
daría lugar a un pseudocisma en el seno de la Sociedad Psicoanalítica
Internacional (IPA), Jacques Lacan, un joven analista francés, se decantaría por las
ideas de Klein.194
Su participación en la elaboración de la doctrina freudiana comienza con su
idea del estadio del espejo el cual suponía, en el desarrollo del sujeto, una fase de
reconocimiento de ése yo especular (moi) reflejado y, posteriormente, en ausencia
de imagen, convertido en imaginario por parte del yo (je). Se produce un
desdoblamiento del yo como sujeto de enunciado y sujeto de enunciación. Una
división que se corresponde con la que establecerá entre je, sujeto deseante,
sujeto de la enunciación y moi, representación, sujeto del enunciado.
La llegada de Lacan al psicoanálisis se produce mediante los movimientos de
vanguardia antes que a través de sus estudios médicos; influenciado por los
surrealistas, entre los que se encontraba su amigo Salvador Dalí. Éste utilizaría el
psicoanálisis como medio de creación artística, así enunciaría su técnica
paranoíco-crítica con la cual habría de conseguir “... la representación de un objeto
que, sin la mínima modificación figurativa sea, al mismo tiempo, la representación
de otro objeto totalmente diferente...”,195 la duplicidad eidética en la representación
simple. Esta fusión de dos figuras en un sólo objeto será una de las vías abiertas
por Lacan en la explicación de la transferencia.
Las curas de tiempo variable en las que la duración del tratamiento quedaba a
discreción del terapeuta, popularizadas por Lacan, no contaban con el beneplácito
de la IPA. Su desdén por las reglamentaciones técnicas hace que sea apartado de
194 “Así Lacan estaba de acuerdo con Melanie Klein sobre la necesidad, en la formación analítica, de acordar unlugar primordial a la transferencia y no hacer del yo (moi) el lugar de una apropiación del ello,” ibid., p. 263.195 Cit. en ibid., p. 55. No en vano el surrealismo será uno de los primeros movimientos que den totalreconocimiento a los descubrimientos freudianos acerca del inconsciente y la interpretación de los sueños. No esde extrañar que en Francia ésta sea la vía más relevante, más que la clínica incluso, en la introducción delpensamiento del vienés.
la misma y, a posteriori, la exclusión de la sección francesa a la que pertenecía. Se
producía así una dolorosa ruptura.196 Posteriormente, tras reunir a sus abundantes
discípulos, fundará la Escuela Freudiana de París.
En su célebre discurso de Roma, en 1953, sostenía la necesidad de volver a
Freud y de mantener una ortodoxia que ponía en peligro el propio conocimiento
psicoanalítico. Una ortodoxia que privilegiase el contenido de verdad de los escritos
del maestro. Es así que intentará una reformulación de los principios freudianos
con la ayuda de disciplinas tan dispares como la antropología, las matemáticas, la
filosofía, y la lingüística. Influido por los escritos de Lévi-Strauss, reformulará el
psicoanálisis desde una perspectiva estructuralista.
Su punto de partida será el lenguaje, éste constituía la columna vertebral de
los descubrimientos de Freud desde su primera observación acerca de su relación
con los síntomas histéricos.197 La última expresión de dicha importancia es su
aforismo: “Todo hombre es un animal salvo que se n(oh)ombre”.198
El objetivo de Lacan sería introducir el psicoanálisis dentro de los límites de la
ciencia, pero no de una ciencia de calado positivista, propia de la época de Freud,
sino más bien cercana a los postulados de Saussure en lingüística. Una ciencia
que atendiese a la estructura y constituyese al psicoanálisis en rama de saber
empírico. “Aquéllo que Sócrates llama ciencia, es aquello que se impone
necesariamete a toda interlocución en función de una cierta manipulación, de una196 “Por primera vez en la historia del movimiento psicoanalítico, una corriente de estricta obediencia freudianase encontraba, en efecto, excluida del legitimismo freudiano.” Ibid., p. 339. “Por primera vez en la historia delpsicoanálisis, un pensador genial, dotado de un sentido clínico fuera de lo común, osaba reducir a cenizas el granprincipio técnico sobre el que reposaba todo el edificio transferencial construído por Freud. Y este gesto Lacan lollevó a cabo en el nombre de un desafío lanzado a la ciencia. En algunos años, en efecto, transforma, con ciertospacientes, la sesión corta en una no-sesión. El pase al grado cero de la sesión...” ibid., p. 513.197 “El retorno de Lacan a Freud ha tomado una dirección precisa, que consistía en subrayar todo lo que en laobra del maestro se apoyaba en el registro simbólico o no se podría explicar sin referencia a dicho registro,” M.Saphouan, “Le graphe de Lacan” en http://www.freud-lacan.com/articles/article.php?id_article=00203.198 J. Lacan, Le Séminaire XV. L’acte analytique, edición de Association Freudienne Internationale, p. 239, comodirá en otro lugar: “El inconsciente es la condición de la lingüística,”J. Lacan, “Radiophonie”, Scilicet, 1970, p.58.
cierta coherencia interna que está ligada, o que él cree ligada, a la sola, pura y
simple referencia al significante.”199 La misión psicoanalítica es mostrar cómo este
significante no es sino metonimia de algo más profundo: el deseo. Éste no deja de
hacerse patente mediante el lenguaje, de filtrarse en la cadena significante, de
recalcar nuesta esencia como parlêtre (ser parlante). El psicoanálisis constituye
una ‘ciencia del deseo’, un saber que profundiza en el carácter desiderativo
humano. Las características de esta remozada disciplina quedan apuntadas en su
discurso de Roma: “sus medios son los de la palabra en tanto que ella confiere a
las funciones del individuo un sentido; su dominio es el del discurso concreto en
tanto que campo de la realidad transindividual del sujeto, sus operaciones son las
de la historia en tanto que ésta constituye la emergencia de la verdad en lo real.”200
Para poder abordar el sinuoso pensamiento de Lacan acerca de la
transferencia habremos de analizar primeramente sus supuestos iniciales, el valor
constitutivo del significante, el desarrollo del yo, la intersubjetividad en su esquema
L y la relación entre significante, inconsciente y sujeto en su grafo del deseo.
Según Lacan, la esfera de lo simbólico constituye al hombre, le da presencia a
fuerza de convertirlo en ser lingüístico, le impone el lenguaje como marco en el que
desarrollar su deseo en forma de demanda y relacionarlo, de esta manera, con el
mundo. Así el hombre nace y surge de y por lo simbólico.
Frente a las ideas saussurianas, Lacan defenderá la preeminencia del
significante sobre el significado. De este modo trata la existencia de dos cadenas,
199 J. Lacan, Le Séminaire VIII. Le Transfert, París, 1991, p. 123.200 J. Lacan, “Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse”, Écrits, París, 1966, p. 257. (cursivaañadida). La importancia de la fenomenología del lenguaje como única vía de acceso al inconsciente es apuntadatambién en este texto: “Se quiera agente de curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no posee sino unmedio: la palabra del paciente,” ibid., p. 247. No obstante para Lacan más que de un método fenomenológico deacercamiento, se trata de un constituyente esencial, el valor propio del significante, sobre este tema incidentambién dos textos fundamentales “La chose freudienne” y “La lettre volée”, ambos de mediados de los cincuentae incluídos en su colección de Écrits.
la significante y la del significado deslizándose ésta última bajo la cadena
significante e imponiéndose sobre aquella. A través del barrado de la siguiente
formulación establecerá la independencia de estos dos registros, S significante y s
significado.
S s
La totalidad de significantes da lugar a la cadena significante donde cada
significante adquiere su valor en relación con otro significante. El significante no
sólo hace de signo para alguien sino que hace un signo de alguien, “hace(r) que el
alguien para quien el signo designa alguna cosa, sea asimilado por ese signo, que
ese alguien se convierta, a su vez, en significante.”201 Ese ‘alguien’, en su
reconocimiento del ámbito simbólico, es remitido al lenguaje en el que él mismo es
representado por un significante. De aquí surge su idea del sujeto barrado $, de
manera que un significante no representa algo para alguien, sino que es el propio
sujeto el que representa un significante para otro significante. El sujeto es esa
relación idiosincrásica entre significantes que los une de una forma singular, dando
así consistencia a la cadena significante en la que se encuentra representado.
Las características del significante según Lacan serían:
-atómico, indivisible.
-tiene preeminencia sobre el significado y el sujeto.
-sólo posee sentido en relación a otro significante, en la cadena significante.
-cadena de significantes y de significados son disjuntas.
-denota una ausencia.
201 VIII, p. 307.
-produce el inconsciente.
-representa al sujeto para otro significante.
-se encuentra en el campo del Otro.
Así pues las primeras cuatro características serían semióticas, dando lugar a
su definición en cuanto signo. La quinta se referiría a su característica esencial, su
carácter constitutivo que no es sino sustitutivo, reemplaza al deseo que se instaura,
en último término, mediante la palabra articulada en la demanda a través de la
metonimia del deseo. Los significantes intentan inútilmente dar lugar al deseo que
no es sino ausencia y que no posee otra forma de expresión más que la lingüística.
La sexta sostiene su implicación en la formación del inconsciente, el inconsciente
tiene forma lingüística y es así que el psicoanálisis puede proceder a su
desvelamiento, el lenguaje es la condición de posibilidad del inconsciente en tanto
es el medio singular a la vez que inadecuado de expresión del deseo, es así que
“no hay inconsciente sino en el ser parlante.”202 La séptima señala la mencionada
incorporación del sujeto a la cadena significante, su fading o disolución en su
propio discurso. Y la última trata el surgimiento individual y genético del lenguaje
como medio de comunicación, del cual sólo el Otro guarda la clave, la instancia
transindividual o ‘tesoro de las palabras’, cercana a la langue saussuriana, que
permite la comunicación y constituye toda articulación lingüística como dirigida a
alguien.
Es en relación a este Otro que podemos plantear el tema de la
intersubjetividad, Lacan la trata de una forma, digamos, cartesiana, en el sentido de
entender la relación con el otro desde dicha mediación personal, el Otro.203 Parece,
202 J. Lacan “Télévision”, Scilicet, 1974, p. 15. 203 La formulación del Otro se presentaba ya en Massenpsychologie und Ich Analyse (1921), Sta., IX, dondeFreud se refería al Otro en mayúscula como ideal, objeto y adversario.
pues, que nunca se está directamente en relación con el otro fenoménico sino a
través de una tercera figura que es el campo propio de la palabra, donde ésta se
genera. Si Freud hablaba de repetición, Lacan entenderá la presencia de un Otro al
cual siempre nos dirigimos.
La forma definitiva de ver la relación interpersonal queda patente en su
esquema L. Siguiendo la segunda tópica freudiana, Lacan añade a las tres
instancias indicadas por Freud la presencia del otro (autre). De tal forma el moi
sería la instancia yoica, el Es el lugar de las pulsiones y el Autre, el lugar del Otro,
de la ley simbólica.
Figura 1.11. Esquema L.
De esta forma el ello (Es) es el único que, en función del principio de placer, de
la pulsión que busca su satisfacción, se relaciona con el otro directamente, pero
éste otro no se relaciona con la instancia del yo (moi) sino a través de una relación
imaginaria, mediada por A, por el Otro inconsciente. A su vez el Otro se mantiene
en el más allá de la relación imaginaria con el otro, reproduciendo la situación
inconscientemente y dirigiéndose como censor y guardia de las pulsiones que se
producen en el ello, como articulador del deseo de acuerdo con el código que
implica el lenguaje. La intersubjetividad es sólo el espejismo de un diálogo,
producido por la mediación que regula el código simbólico.
En definitiva, el otro no aparece como una figura nueva en cada encuentro
sino que se emplaza dentro de los límites de la presencia constante e inconsciente
del Otro. Se produce una reducción de la importancia del otro en favor del carácter
imaginario y, por ello, subjetivo de la relación, un reduccionismo que tendrá su
última expresión en la idea de Lacan según la cual, “las leyes de la intersubjetividad
son matemáticas.”204 La intersubjetividad sólo es posible mediante la palabra, pero
ésta surge en el campo del Otro.
En especial la transferencia, según Lacan, será la piedra de toque de las
reivindicaciones de una intersubjetividad auténtica, ¿cómo serían posible entonces
los fenómenos transferenciales si tomásemos en su unicidad y autenticidad la
persona del analista? Sin duda el análisis muestra la incardinación de una relación
mediada con el Otro. “El analista es el soporte de la demanda para que
reaparezcan los significantes en los que la frustación del sujeto es retenida.”205 El
analista suplanta la posición del otro y permite el despliegue de la cadena
significante, su escucha es la del diálogo entre sujeto y Otro que él modula en la
interpretación.
Para dar una definición acotada del fenómeno transferencial como fenómeno
lingüístico antes que imaginario, Lacan desarrolla la fórmula del sujet supposé
savoir o sujeto supuesto saber. Dicha fórmula sería:
S Sqs (S1, S2...... Sn)
204 J. Lacan, “Situation de la psychanalyse et formation du psychanalyste en 1956”, Écrits, op. cit., p. 472.También señalará como la transferencia es, precisamente, la refutación de intersubjetividad alguna. “Me asombraque nadie nunca haya pensado oponerme, dados ciertos términos de mi doctrina, que la transferencia por si solaes una objeción a la intersubjetividad. Incluso lo lamento, ya que nada es más cierto: la refuta, es su escollo,” J.Lacan, “Proposition du 9 octobre de 1967 sur le psychanalyste d’École”, Scilicet, 1968.205 J. Lacan, “La direction de la cure et les principes de son pouvoir”, Écrits, op. cit., p. 618.
“S es el significante de la transferencia, s representa el sujeto, los elementos
entre paréntesis representan el saber supuesto presente, de los significantes en el
inconsciente.”206 La transferencia, parte central en la dirección de la cura, conlleva
anudar al sujeto a la cadena significante y de esta forma remitirlo al campo del
Otro, al campo del lenguaje, donde el sujeto está puesto en relación con dos
significantes, es articulado.
El inconsciente lacaniano, más que una instancia poblada por
representaciones reprimidas se trata de una formación significante. Más que de
buscar, de rescatar, sucesos traumáticos a modo de etiología se trata de volver el
síntoma metáfora, de hacerlo significante. El inconsciente en Lacan es una
creación en el análisis por la actuación del analista sobre la cadena significante del
analizante. La transferencia es aprehendida como relación odd, como disparidad
subjetiva entre analista y analizante, suponiendo un mal encuentro (dystychia),
cercano a la falsche Verknüpfung freudiana.
De forma similar a Freud, que veía cómo en las enfermedades nerviosas el
cuerpo era recortado por nuestras ideas acerca del mismo, Lacan hará del síntoma
una metáfora, volviéndolo significante. Ésta es la tarea del sujeto supuesto saber,
un proceso de simbolización, de emergencia simbólica.
El sujeto supuesto saber no se refiere tanto al analista como aquél que sabe lo
que le ocurre al analizante, sino a una creación que se produce entre el texto
producido por el analizante y la puntuación de ciertos significantes realizada por el
analista. El sujeto supuesto saber se compone de una subjetividad (s), tal como la
define Lacan, efecto de articulación de los significantes, aquello que representa un
206 J. Lacan, “Proposition du 9 octobre de 1967 sur le psychanalyste d’École”, op. cit., p. 19.
significante para otro signficante, puesto debajo –supuesto- con un saber, con una
serie de significantes, (S,S…Sn).
El Sq de dicha fórmula, significante cualquiera, es el lugar donde se sitúa el
analista permitiendo que el sujeto deje su identificación subjetiva con el significante
de la transferencia (S) y lo conecte con otro significante, su suposición, su posición
debajo del significante, cobrando una posición subjetiva. Este Sq es lo que permite
la productividad de los significantes, la sobredeterminación freudiana, la metáfora
como único tipo de sentido. El Sq, tras desvelar el contenido supuesto bajo el
significante de la transferencia, vuelve la pregunta sobre estos significados en su
aspecto significante, cuestionando el retorno de lo reprimido. Supone una nueva
pregunta acerca de los significantes asociados al significante de la transferencia.207
En definitiva, el sujeto asume el papel de significado (s) por el significante de la
transferencia (S), el sujeto es supuesto por dicho significante, lo que hay que
conseguir es que recupere su posición de sujeto barrado del inconsciente, de
sujeto del deseo ($) como representante de un significante para otro significante.
La alienación en Lacan supone el proceso por el que el sujeto se constituye en la
207 Un caso ejemplar es el de Elizabeth R. tratado por Freud en sus Studien über Hysterie, op. cit. Se trata de unapaciente que sufre dolores en sus piernas que le obligan a estar postrada. Las indagaciones de Freud le hacenllegar primeramente a la existencia de una incompatibilidad de dos representaciones de la paciente. Por un ladose encarga de cuidar a su padre enfermo, por otro lado comienza a desarrollar cierto interés en un joven que lainvita a salir. Si bien entre sus representaciones está el deber de cuidado de su padre, su posición subjetiva como‘enfermera del padre’, también surge una nueva representación erótica ‘mujer de un hombre’, que resultaincompatible con su primera representación. Al anteponer su deber como cuidadora, que no resulta conciliablecon su segunda representación, ésta va a ser reprimida, pero se manifiesta en un significante que en su casopasará a ser el vocablo alemán ‘stehen’, pues cuando murió su padre estaba de pie. El significante ‘stehen’ va acondensar las dos posiciones irreconciliables. Bajo el significante ‘stehen’ se encuentran para Elizabeth el saber(S1,S2…Sn) de pie, pero también sola. El síntoma es neoproducido, es asociado a la cadena significante en laque Elizabeth representa un significante para otro significante y que ella rechaza inconscientemente, creando unsíntoma, por entenderlo censurable.
S1 Enfermera del Padre S2 Mujer de un Hombre $
La nueva posición subjetiva tras el análisis ha de conseguir que Elizabeth como representante de un significantepara otro significante, retome el significante S2 como lo que es, su deseo y elimine el síntoma asociado a surepresión, a la alienación de su deseo. Que el deseo del Otro no eclipse su propio deseo, que el agente de lanecesaria división subjetiva sea su representación S1 y no el síntoma que surge como negación de ésta.
división por un par de significantes que no designan al sujeto, lo contrario sería
identificación. El sujeto es, en definitiva, ausencia de ser.
Este significante (S), al no tener una relación unívoca con la cadena
significante, escapa al sujeto, y por ello se repite. El inconsciente insiste actuando
impunemente por debajo de los significantes. El significante sostiene la suposición
de sentido del síntoma, al ser revelado dicho significante, al volverse del lado de lo
que el sujeto sabe sobre sí, el síntoma pierde su fundamento. Finalmente el
registro de la verdad se dirige al Otro en uno de los significantes que eran
recubiertos, supuestos, bajo el significante transferencial.
La transferencia ocupa para Lacan un lugar intermedio dentro de la dirección
de la cura, tras la rectificación de las relaciones del sujeto con la realidad, donde se
le hace ver al sujeto cómo no es él el productor de su discurso. Tras la
transferencia se desarrolla la interpretación, al escuchar el analista establece lo
que ha oido. El paso de la transferencia a la interpretación señala la neurosis de
transferencia freudiana. Ésta ocurre cuando el síntoma ya no supone la
preocupación básica del analizante, ésta se desplaza a la propia figura del analista.
El analista deviene síntoma tras la neoproducción del síntoma mediante el sujeto
supuesto saber.
Lacan sigue la tendencia freudiana y elude cualquier imbricación del analista,
limitando la transferencia al descubrimiento de un significante que representa el
síntoma y que se ha unido a una serie de significados que suponen un saber no
accesible al sujeto. El analista tiene su lugar sólo en la interpretación. La
transferencia, como observamos en su modelo de interacción, queda más acá de la
barrera imaginaria que señala el Otro.
Lacan pospone asimismo las explicaciones basadas en una afectividad más o
menos velada en la relación con el analista: “No se trata de saber si la
transferencia está constituida por una afectividad o por sentimientos positivos o
negativos con lo que este término comporta de vago y de velado, sino que se trata,
y aquí se nombra el deseo probado por sólo uno, deseo sexual, deseo agresivo en
el sitio del análisis, que nos aparecerá enseguida y a primera vista. Estos deseos
no están todos en la transferencia, y por ese mismo hecho la transferencia necesita
ser definida por otras cosas que por referencias más o menos confusas a la noción
positiva o negativa de la afectividad; en fin, de manera que si pronunciamos la
palabra deseo, el último beneficio de este uso pleno es que nos preguntaremos
qué es el deseo.”208 Los afectos son dejados de un lado, en el sentido empático,
intersubjetivo, por el deseo que es subjetivo y que pone al sujeto en relación con un
objeto privilegiado, su deseo, formalizado como objeto a, y al cual el sujeto se
dirigirá mediante las pulsiones. Así el aspecto afectivo es suplantado por una
relación pulsional del sujeto con el objeto y así procedimentalizado antes que
referido a unos sentimientos de tipo más difuso.
Para clarificar el alcance del deseo Lacan habrá de retomar las nociones de
cadena significante y cadena de significado, pondrá ambas en relación en su grafo
del deseo, situando al sujeto en relación a su lenguaje y su identidad. Lacan
comienza su elaboración en su quinto seminario, Las Formaciones del
Inconsciente. El inconsciente se organiza como un lenguaje en una cadena
significante. La contrapartida de la libre asociación freudiana será el hincapié en el
significante por encima del significado, es decir, del signo en tanto signo.
208 VI, p. 10.
Este grafo posee un carácter topológico y no geométrico, las relaciones son de
orden y no de medida o espaciales, intentando formalizar una noción tan huidiza y
fundamental como es el deseo que nos muestra cómo su realización no depende
sólo de un objeto, sino de una posición que toma el sujeto en su presencia, por
fuera incluso, de forma excéntrica, con respecto a dicho objeto, de tal forma que no
se agotan las posibles formas de relacionarse con éste, siempre asumidas desde
una posición subjetiva. El deseo es polimorfo y sitúa al sujeto con respecto del
objeto que ha de colmarlo, el deseo del Otro.
I )
Figura 1.12. Grafo del deseo a).
El primer paso en la construcción del grafo conlleva la representación de la
cadena significante y de significados. El vector SS’ simboliza la cadena significante
y Δ$, la cadena de significados. El punto de capitón es donde una se abrocha a la
otra, equivalente al corte saussuriano.209 El sentido nos lleva a la idea de metáfora
o de relación entre significantes, de modo que sólo existe sentido metafórico. La
209 “El punto de capitón es aquél por el cual el significante para su deslizamiento de significación, de otro modoindefinido,” Écrits, p. 805.
prevalencia del significante hace que los significantes adquieran sentido a
posteriori, tras la proferencia del enunciado completo, de ahí la dirección del vector
Δ$. 210
II)
Figura 1.12. Grafo del deseo b).
Efectivamente, sólo después de emitirse se le puede atribuir un significado a la
cadena significante. Éste se obtiene desde el lugar del código (A), el lugar del Otro
simbólico, convirtiéndose en mensaje, en significado del Otro s(A), siguiendo el
vector A,s(A). El sentido requiere la existencia de un código compartido, cuando
alguien realiza una proferencia y no sabemos el idioma que va a utilizar hemos de
situar primero el código y sólo posteriormente podemos descifrar el mensaje. El
código autentifica el mensaje, “el Otro es indispensable en el abrochamiento que
constituye el discurso en tanto que llega al mensaje en estado de satisfacer, al
210 “En este grafo el vector Δ$ designa la realidad que se imagina en el esquema etiológico de la vuelta de lanecesidad,” Ibid.
menos simbólicamente, el carácter fundamentalmente insoluble de la demanda
como tal.”211
El lugar del código es ocupado, según Lacan, por el Otro (A) en cuyo campo
surge el lenguaje como fenómeno transindividual, a cuyo código tiene que atenerse
toda cadena de significantes para convertirse en mensaje. “Es del Otro (Autre) de
quien el sujeto recibe el mensaje.”212 El mensaje, antes de llegar al sujeto pasa por
la instancia del Otro, pues se posiciona como sujeto del inconsciente ($), como
sujeto de la enunciación, y lo recibe en su objetivación como I(A), como sujeto del
enunciado, con el cual se identifica. En el camino que se dirige a la relación
narcisista, basada en el principio del placer, con el objeto de deseo i(a) se
encuentra con el Otro (A). Pasa del Otro a un significado s(A) donde la significación
se produce como producto final y, conviertiéndose en sujeto de la enunciación,
acaba recibiendo su propio mensaje mediado como ideal de yo I(A), como sujeto
transido por la necesaria relación con el Otro en el discurso. El sujeto consigue así
una primera identificación, con su ideal de yo I(A), con lo que dice. Como vemos la
subjetivación es un proceso coalescente a la cadena significante. “En este grafo el
vector i(a),m significa el proceso imaginario que va de la imagen especular a la
constitución del moi por el camino de la subjetivación por el significante.”213
Dentro del grafo existen dos posibilidades de discurso, el que seguiría el vector
s(A),A,i(a),m, que supone el discurso racional limitado por los valores posibles del
código, lo que Lacan llama el molino de palabras, y otro recorrido donde se
producen las formaciones del inconsciente (lapsus, chiste…) siguiendo el vector
i(a),m,s(A), donde se puede formar la palabra auténtica que permite vislumbrar de211 V, p. 122.212 Écrits, p. 807. En otras palabras, “El inconsciente hace subsistir el discurso del Otro dentro del discurso delsujeto,” J. Dor, op. cit., p. 205 que no es más que la conclusión del hecho que el inconsciente es el deseo delOtro.213 Écrits, p. 809.
forma evidente la relación siempre presente entre hablar, demanda y deseo; entre
la pulsión, el yo sujeto de enunciado y el significado sin el paso por la instancia del
Otro, lo que equivaldría a la relación entre el ello en el esquema L y el otro como
objeto a.
III)
Figura 1.12. Grafo del deseo c).
La pregunta acerca de la demanda, encerrada en el descubrimiento del
inconsciente como puesta en cuestión del discurso, como articulación del deseo
(Che vuoi?), está contenida en el texto mediante aquéllo que el sujeto desea y que
le conduce a su fantasma ($◊a), a su representación imaginaria. En este punto de
la construcción del grafo se vislumbra el lugar del inconsciente, de la demanda y
del deseo. Toda enunciación, proferida al menos en el ámbito analítico, pone en
juego una demanda y ésta encierra un deseo. “El analizante demanda, por el
hecho de hablar.”214 El lenguaje es el único medio, aunque imperfecto, que tiene el
sujeto para poner en juego su deseo que es de otro registro, pero que ha de
articularse por medio de la cadena significante.
Así el grafo muestra el recorrido del deseo (d) a ($◊a), el fantasma. El
fantasma, como realidad psíquica del sujeto, recorrida por sus fantasías, supone
una relación desigual entre el sujeto del inconsciente y el objeto a, transida por los
elementos que surgían en el esquma L abreviado aquí mediante el rombo '◊' .
IV)
Figura 1.12. Grafo del deseo d).
El registro del inconsciente se configura alrededor de una segunda línea que
corta el grafo de izquierda a derecha, el segundo piso del grafo, donde se produce
214 Ibid., p. 617.
la transferencia. La transferencia sólo es comprensible remitiendo al registro
inconsciente; no al nivel de las palabras, pues supondría un análisis interminable,
en el que la presencia del analista es siempre requerida como actualización del
otro. “La transferencia sitúa al sujeto en el lugar de su demanda en una posición
que él no ocupa sino desde su deseo.”215
El vector S(A),($◊D) sitúa el registro inconsciente, donde el deseo (d) se vuelve
pulsión ($◊D) dirigida hacia el significante que representa el deseo del Otro S(A), el
significante que tacha al Otro por hacerlo deseante. De esta manera se instituye,
en el segundo nivel del grafo, el deseo como deseo del Otro que, mediante el
fantasma ($◊a), nos lleva de nuevo al mensaje.
El segundo recorrido formado por el vector ($◊D),d, ($◊a),S(A), supone que la
pulsión pasa por el deseo y el fantasma antes de llegar al significante de la falta en
el Otro. La demanda desemboca en la falta del Otro, posteriormente
conceptualizado como Φ, “el neurótico es aquél que identifica la falta en el Otro
con su demanda; Φ con D.”216 Instalándose en un recorrido que le lleva
permanentemente del goce a la castración, de un deseo de segundo orden, de un
deseo de deseo, a la falta del falo.
Debemos aprehender el objeto psicoanalítico en el punto más radical, donde seplantea la pregunta del sujeto en cuanto a su relación con el significante. Esarelación al significante es tal que si, a nivel de la cadena inconsciente, tenemos queocuparnos sólo de los signos, si es de una cadena de signos de lo que se trata, laconsecuencia es que no haya ninguna interrupción (arret) en el reenvio (renvoi) decada uno de esos signos a aquél que le sucede. Ya que lo propio de lacomunicación por signos, es hacer de ese otro a quien me dirijo, un signo. Laimposición del significante al sujeto lo coagula en la posición propia del significante.De lo que se trata es de encontrar el garante de esa cadena; eso que se transfiere,el sentido de signo en signo, debe detenerse en alguna parte, lo que nos da la
215 Ibid., p. 636. 216 Ibid., p. 823.
señal de que tenemos derecho de operar con los signos. Es allí donde surge elprivilegio del falo entre todos los significantes.217
Figura 1.13. Jacques Lacan.
Ya en 1954, en el primero de una serie de seminarios que le harían famoso,
Lacan tratará los aspectos técnicos de Freud y, en especial, su articulación de la
transferencia. Aquí sostendrá la preponderancia de lo simbólico como dimensión
nueva, creada, de lo humano y sobrepondrá ésta dimensión a la imaginaria en lo
relativo a los fenómenos transferenciales.
¿A partir de cuándo realmente hay transferencia? Cuando la imagen que el sujetoexige se confunde con la realidad en que está situado. Todo el progreso delanálisis consiste en mostrar al sujeto la distinción entre estos dos planos, endesplegar lo imaginario y lo real. Es ésta una teoría clásica; el sujeto tiene uncomportamiento supuestamente ilusorio y se le muestra cuán poco está adaptado ala situación efectiva.218
217 VIII, 16.218 I, p. 349.
Lacan distinguirá en seminarios posteriores tres parcelas del ser: lo real, lo
imaginario y lo simbólico, interconectadas las tres como en una banda de Moebius,
sin anverso ni reverso, contínuas. El problema en la neurosis es que lo imaginario
ha desplazado la parcela de la realidad y la ha modificado arbitrariamente, es por
ello que la labor terapéutica debe separar estos dos planos.
Lo simbólico representa el advenimiento de la palabra, el deseo formulado en
forma de demanda tras la dependencia materna, mediante la intervención de la
función paterna y la socialización. La palabra dice más de lo que significa, a través
de ésta accedemos a la estructuración del mundo que hace el paciente. La
represión se reproduce en el análisis como ausencia de palabra. Ante esta
situación el analista, con su silencio, pone en juego el Otro del sujeto, “existe en el
paciente una disposición a la transferencia por el solo hecho de colocarse en la
posición de confesarse en la palabra y buscar su verdad hasta su extremo, en el
extremo que está ahí, en el analista.”219 El analista se desdobla y encarna el Otro
para el analizante, a quien se dirigen los significantes, se convierte así en la
condición de su articulación. Desde ese momento, cuando surge la transferencia el
paciente ya no se dirige a la persona física del analista, sino a ese Otro.
De esta forma el significante es la pieza clave del análisis al dar forma y
contenido al inconsciente en forma de demanda, pero esta demanda ha de quedar
en suspenso, el deseo insatisfecho, ya que la respuesta a la demanda conduce de
la transferencia a la sugestión, a la actuación activa del médico que tanto temía
Freud. “¿A qué llama Freud Übertragung? Es, dice, el fenómeno constituido por el
hecho de que no existe traducción directa posible para un cierto deseo reprimido
del sujeto,”220 y es por ello que lo transfiere, lo desplaza.
219 I, p. 404.220 I, p. 354.
Entre 1960 y 1961 Lacan hará de la transferencia objeto de su octavo
seminario, y para su introducción utilizará El Banquete de Platón, con el fin de
mostrar uno de los dos extremos de la transferencia, junto con el automatismo de
repetición, el amor.221 Si éste último representa las pulsiones de vida, el primero se
vincula con la pulsión de muerte teorizada igualmente en la útima etapa de Freud.
Desarrolla, pues, las ideas de esta última fase que encontrábamos en Recordar,
repetir y elaborar y Notas sobre el amor de transferencia.
Al principio fue el amor, y es en función de éste que hay que entender la
relación del paciente con el Otro que pone en juego el analista. El Banquete no
sólo es el lugar en el que se profieren aserciones acerca de lo que es el amor, sino
que es en ésta escena misma donde se pone en juego amor y deseo en las figuras
de tres de sus participantes, Sócrates, Alcibíades y Agatón.
Para Lacan esta búsqueda en el campo del otro no viene a poner de
manifiesto sino una falta (manque) fundamental que se intenta resarcir en el otro,
una castración simbólica que se produce en la separación del niño de la madre y
en la introducción de la demanda, de un deseo que ha de ser proferido,
encadenado al significante. Sobre esta disparidad subjetiva se basa la relación de
amor entre erômenós y érastés amado y amante. “Entre estos dos términos que
constituyen, en su esencia, el amante y el amado, observen que no hay ninguna
coincidencia. Aquello que le falta a uno no es sino lo que hay oculto en el otro. He
ahí toda la problemática del amor.”222 Este objeto oculto que el amante cree ver en
221 Lacan resalta uno de los tres aspectos que se relacionan con la transferencia, junto con el inconsciente y lapulsión, la repetición. “Os he recordado siempre que hay que partir del hecho de que la transferencia, en últimotérmino, es el automatismo de repetición. Es por ello que si desde el comienzo del año no os he hecho seguir sinolos detalles del movimiento del Banquete de Platón, donde no se trata sino del amor, es, evidentemente, paraintroduciros en la transferencia por otro extremo. Se trata de anudar ahora estas dos vías,” VIII, p. 204.222 VIII, p. 53. Acerca del complejo carácter de introducir el amor dentro de una práctica señala cómo “Esnotable que el saber del inconsciente se haya revelado, se haya construido —tal es el valor de ese librito, su únicovalor además, pero justifica comprarlo—, la verdad del inconsciente, es decir, la revelación del inconscientecomo saber, esa revelación del inconsciente se haya hecho de manera tal que la verdad del amor, o sea la
el amado es agalma, objeto precioso, del que el amado no conoce su posesión y
en virtud del cual el amado deviene amante.223
Lacan trata así uno de los temas suscitados por Freud ¿En qué se diferencia
el amor de transferencia del real? El amor representa una situación de abundancia
y de falta, tal como queda patente en el discurso de Sócrates acerca de Poros y
Pénia. Es mediante esta coincidentia oppositorum como tiene lugar el amor. Si la
falta original viene dada por la castración, que supone la negación del seno
materno y el paso de un tipo de sexualidad oral a uno anal y, posteriormente
genital, esta falta ha de buscar su compleción en la superación del estadio
narcisista y en el surgimiento de una relación objetual: el otro pasa a ser objeto de
deseo. Es así que, en la lectura de Lacan, el lugar de Sócrates, el propio del
analista, es el de mostrar a Alcibíades que no es a él a quien desea, sino que
Sócrates sustituye a la persona realmente amada, que no es sino Agatón. De esta
forma se produce la transferencia, el desplazamiento imaginario,“...la transferencia
es algo que cuestiona el amor, lo pone en tela de juicio bastante profundamente en
vista de la reflexión analítica por haber introducido en ella, como una dimensión
esencial, lo que se llama su ambivalencia.”224 “No es la belleza ni la ascesis, ni la
identificación con Dios lo que desea Alcibíades, sino ese objeto único, esa cosa
que ha visto en Sócrates y sobre la que Sócrates le desvía, porque Sócrates sabe
que él no la tiene. (...) Pero Alcibíades, él, aigue deseando la misma cosa. Lo que
busca en Agatón es, no lo duden, ese mismo punto supremo donde el sujeto se
transferencia, no hizo allí más que irrupción. Llegó en segundo lugar. Y nunca se supo bien hacerla volver aentrar, salvo bajo la forma del malentendido, de la cosa imprevista, de la cosa con la que no se sabe qué hacer,salvo decir que era preciso reducirla, incluso liquidarla. Esta observación por si sola justifica que un pequeñolibro sepa hacerla valer, porque además es necesario compenetrarse de esto: que de la experiencia analítica, latransferencia es lo que ella expulsa, lo que ella no puede soportar sino padeciendo por su causa fuertes dolores deestómago,” XXI, p. 156.223 “el milagro del amor se realiza en él (el amado), en tanto él deviene el deseante,” VIII, p. 188.224 VIII, p. 82.
abole en el fantasma, en sus agalmata.”225 Los agalmata los interpreta Lacan como
pulsiones parciales que poseen un carácter eminentemente narcisista, dirigidas a
objetos. Así en el amor como en la transferencia se produce el juego entre el ideal
de yo, el yo ideal, y el objeto a, las instancias de reconocimiento en el otro y el
deseo, la proyección, la introyección, y la pulsión.
El analista en su intervención ha de pagar en la transferencia con su propia
persona, convirtiéndose en otro para el analizante. Éste se sitúa como objeto
amado, como objeto de la demanda de amor, en dos posiciones posibles, como
objeto del amor tierno en posición de ideal, como recipiente de un amor sensual o
bien como objeto degradado, como caída desde el ideal. Es como tal objeto
degradado que se expresan la ambivalencia del sentimiento y los afectos de tipo
hostil, la transferencia negativa.
Tratar el objeto del deseo a implica, en el análisis lacaniano, un estudio de la
castración, pues ésta supone la separación del goce primero y la necesaria
búsqueda de objetos de reemplazo. Es así como en el amor siempre hay tres, el
sujeto deseante, el Otro castrador, objeto primigenio, y el otro objeto de deseo,
sustituto imperfecto del Otro (la caída del Autre al a). Esta pequeña a, este
pequeño objeto, “...es supravalorado. Y es, en tanto que supravalorado, que tiene
la función de salvar nuestra dignidad de sujeto, es decir, de hacer de nosotros otra
cosa más que sujetos sometidos al deslizamiento infinito del significante. Hace de
nosotros algo diferente al sujeto de la palabra, pero se trata de algo único,
inapreciable, irreemplazable a fin de cuentas, que es el verdadero punto donde
podemos designar lo que llamo la dignidad del sujeto.”226
225 VIII, p. 190.226 VIII, p. 203.
La transferencia se sitúa, de un lado, como repetición y, de otro, como
construcción. Así se hace posible la intervención propia de la transferencia, su
elaboración, al desvelar como ésta se construye en función del Otro, el cual da
razón a nuestra demanda y en cuyo campo se encuentra el significante, más allá
del deseo, más acá del amor, ”...hay fenómenos psíquicos que se producen, se
desarrollan, se construyen, para ser entendidos, justamente por ese Otro que está
ahí mismo aunque no se sepa. Incluso si no se sabe que están ahí para ser
entendidos, están ahí para ser entendidos y para ser entendidos por un Otro.”227
La palabra posee la característica de ser siempre emitida para alguien,
requiere de otro que la escuche para que adquiera sentido. El sentido, por tanto, es
una cuestión más allá de la palabra emitida, se refiere al Otro, a su campo. “¿qué
es una demanda oral? Es la demanda de ser alimentado. ¿Que se dirige a quién, a
qué? Se dirige a ese Otro que entiende...” Aquí surge la demanda primera de ser
alimentado que se encuentra con la demanda de dejarse alimentar, y también “la
ambivalencia primera, propia a toda demanda, es que en toda demanda está
igualmente implícito que el sujeto no quiere que sea satisfecha. El sujeto se
ampara en la salvaguarda del deseo, y testimonia la presencia de un deseo
innombrado y ciego,”228 la pulsión de muerte.
El canibalismo sería así el estado último de absorción del otro, en su defecto la
demanda se expresa, finalmente, a través de los significantes. La fase posterior de
desplazamiento de la líbido será la anal. En esta fase se trata de ajustar la
demanda de retención en función del educador, se interioriza la necesidad de
227 VIII, p. 208.228 VIII, p. 239.
defecar con la demanda externa de retener, así “el estado anal se caracteriza
porque el sujeto no satisface una necesidad sino para satisfacer a otro.”229
Finalmente el último estadio del desarrollo sexual será el genital, caracterizado
por la emergencia del significante fálico y por la castración. Según Lacan, el falo,
como significante, se encuentra en el campo del Otro, así “el pequeño a es el gran
Otro menos [φ]”230 El objeto de deseo se instaura a partir de la falta en el Otro, del
significante ausente, de la castración simbólica que convierte al falo en significante,
pero un significante con una característica muy especial, “...es el significante del
punto donde falta el significante,”231 donde lo simbólico se entronca con lo real, con
la falta y con la realidad del falo. A su vez esta ausencia de significante la simboliza
Lacan con el símbolo Φ, garante de la cadena significante, “lo que nos da el signo
de que tenemos el derecho de operar con signos,”232 significante último donde se
apoya el deseo en su deslizamiento por la cadena significante, presencia real en
última instancia.
Es ahí, como presencia real, donde se sitúa la figura del analista. En cuanto
ésta es inconsciente el analista tiene su lugar en lo real:
El Otro, que es el lugar de la palabra, que es el sujeto de pleno derecho, que esaquel con quien tenemos relaciones buenas y malas – ¿cómo se consigue quepueda y deba convertirse en algo exactamente análogo a lo que se puedeencontrar en el objeto más inerte, a saber, el objeto de deseo, a? Es esta tensión,este desnivel, esta caída de nivel fundamental la que se convierte en la regulaciónesencial de todo lo que en el hombre es problemático en el deseo.233
229 VIII, p. 241. Así contiúa con su descripción de las fijaciones del estado anal , “descansa completamente sobreel efecto de la demanda del Otro – el Otro decide. Es aquí donde encontramos la raíz de la dependencia delneurótico. Ahí está la nota sensible por la que el deseo del neurótico se caracteriza como pre-genital. Dependetanto de la demanda del Otro, que aquello que el neurótico demanda al Otro en su demanda de amor de neuróticoes que se le deje hacer alguna cosa.(...) El lugar del deseo queda manifiestamente, hasta un cierto punto, en ladependencia de la demanda del Otro,” VIII, p. 257.230 VIII, p. 259.231 VIII, p. 260.232 VIII, p. 286. 233 VIII, p. 274 (énfasis mío).
Figura 1.14. Esquema del ramillete.
En este desnivel fundamental, entre el Otro como discurso inconsciente y el
otro como objeto de deseo, es donde el el analista ha de situarse. Lacan dispone la
transferencia entre la I de la identificación con el analista, como Otro, como ideal de
yo, y su conversión en objeto a, para ello habrá de analizar las relaciones entre el
ideal de yo y el yo ideal. Si bien la primera es una introyección del Otro primitiva y
acorde a la cual se forma el superyo como instancia de la ley simbólica, el yo ideal
es una proyección sobre los otros de tipo imaginario, de carácter narcisista.
Para explicar la posición del sujeto $ con respecto al Otro (A) y en relación a
su ideal de yo (I), yo ideal (i), y su deseo (a), elabora el esquema del ramillete. El
sujeto al mirar en el espejo del Otro ve aparecer una imagen especular, su yo ideal
i’(a), el ramillete en el vaso que contiene su deseo a, sólo al buscar su reflejo
encuentra algo más de lo que es, su yo ideal, “el Otro es aquí parte únicamente
como lugar desde donde se constituye la perpetua referencia del yo, en su
oscilación patética, en esa imagen que se le ofrece y con la cual se identifica.”234
234 VIII, p. 412
La función del ideal de yo preserva la del yo ideal, ese yo ideal que intenta dar
consistencia al sujeto, ese reflejo en el Otro, mediante el cual el sujeto gana su
soporte. Así el Otro determina la identidad, en tanto identificación idealizada del
sujeto.235 Es a partir de ese yo ideal que se produce la integración del yo en el
mundo permitiendo la relación de objeto, gracias a la cual puede dar coherencia al
mundo, a los objetos. Así pues la identificación es decisiva y se lleva a cabo a
través del rasgo unario o einziger Zug.236
En su undécimo seminario de 1964 Lacan tratará lo que son los cuatro
conceptos fundamentales del psicoanálisis; junto con el inconsciente, la repetición
y la pulsión, la transferencia. Retomará y continuará con las ideas expuestas en su
octavo seminario con respecto a la transferencia, pero pondrá ésta en relación con
los otros tres términos, en especial con la pulsión y el objeto a, volcándose en un
escrito más técnico y, si cabe, aún más complejo.
Bajo la égida de su intuición acerca del inconsciente estructurado
lingüísticamente, éste vendrá constituido por el Otro, como relación primigenia,
como aquel a quien alguien se dirige. Es con respecto a este Otro como el sujeto
se constituye como ideal, ambos se constituyen simultánea y relativamente.
La transferencia habrá de ser la puesta en acto de la realidad del inconsciente,
que tomará forma lingüística en una demanda dirigida al psicoanalista en la que se
disfraza el deseo. Un deseo que siempre deja trazos de su ocultamiento en el
lenguaje, que se insinúa y persiste. Un deseo que no es sino deseo de
reconocimiento, deseo de amor, que es deseo de deseo. Así lo resumirá Lacan: ‘el
deseo del hombre es el deseo del Otro’.235 “es necesario construir un soporte en el Otro, del cual depende que se tome o no la flor. ¿Porqué? Es que nohay ningún otro medio de que el sujeto subsista,” VIII, p. 456236 “La satisfacción narcisista que se desarrolla en la relación con el yo ideal depende de la posibilidad dereferencia a ese término simbólico primordial que puede ser mono-formal, mono-semántico, einziger Zug.” VIII,p. 414.
Si el deseo da contenido al inconsciente y a su puesta en escena mediante la
transferencia, ésta obtiene su carácter mediante las pulsiones. Las pulsiones,
según Lacan, son de un tipo muy especial, son pulsiones parciales. La pulsión crea
una tensión en la estructura de la subjetividad que, como tal, tiende a una
homeostasis. “La pulsión no hace sino representar parcialmente la consecución de
la sexualidad en lo vivo. ¿Cómo extrañarse que su último término sea la muerte?
Pues la presencia del sexo en lo vivo está ligada a la muerte.”237 Las pulsiones
poseen un recorrido en el que se inserta el otro. El otro no es el fin de la pulsión,
sino su medio, medio de satisfacción, pues la pulsión es siempre narcisista, sólo
entiende los objetos externos como medios de su realización. Mediante el otro la
pulsión regresa al sujeto en forma de placer. “Si la pulsión puede ser satisfecha sin
haber conseguido aquello que, teniendo en cuenta una totalización biológica de la
función, sería la satisfacción de su fin reproductivo, es porque se trata de una
pulsión parcial, y que su finalidad no es otra que el retorno en circuito.”238
A partir de aquí Lacan diferenciará entre el deseo y el amor de la siguiente
forma, si el objeto a239 es el fin último del deseo, un objeto que es falta, sustituto, y
que permite, por ello, una representación polimorfa pero siempre imperfecta, el
objeto amoroso se encuentra en la satisfacción del principio de placer sin la
presencia de la pulsión, es decir, en el nivel del Yo no pulsional, no perteneciente al
Ello según la tópica freudiana (Ichtriebe), amarse sucede siempre a través del otro.
Esta coyuntura viene dada por el hecho de que el sujeto es constituido en el
campo del Otro. El Otro es el que propicia el nacimiento del lenguaje en el sujeto y
237 XI, pp. 161-2. Hay numerosas referencias por parte de Lacan a la muerte y su relación con la sexualidad comofuente y mecanismo de perpetuación de la vida. Parece retomar, de alguna forma así, las ideas tardías de Freudacerca de una pulsión de muerte.238 XI, p. 163.239 “...introducido por el hecho de que ningún alimento satifacerá jamás la pulsión oral...”, XI, p. 164Recordemos que la fase oral es, según Freud, la primera etapa del desarrollo sexual del neonato y que prefigura,en cierto modo, los objetos de placer y las estrategias de su consecución.
es así el portador del código por lo que es requerido por el significante en la
articulación del mensaje. “El sujeto nació en tanto que en el campo del Otro surgió
el significante.”240
En la sexualidad, en su relación con el mundo, el sujeto vive alienado de sí;
división (Spaltung) que Freud reiteraría a lo largo de sus tópicas, “la alienación
consiste en este velo, que -...- condena al sujeto a no aparecer sino en esta
división que acabo, me parece, de articular suficientemente diciendo que, si bien
aparece de un lado como sentido producido por el significante, de otro aparece
como aphanisis.”241 Aphanisis tiene aquí el sentido de desaparición, de aquí surge
el sujeto barrado $. Sólo a través de la separación, –separare, separar viene a ser
parirse a sí mismo, independizarse, se-parare-, se consigue volver del velo de la
alienación.
En este sentido Lacan reitera el carácter ambivalente de la transferencia, que
por un lado es coadyuvante en la superación de las resistencias, y, por otro, se
convierte en obstáculo:
...la transferencia no es, en su naturaleza, la sombra de alguna cosa que haya sidopreviamente vivida. Muy al contrario, el sujeto, en tanto asubjetivado por el deseodel analista quiere mostrarle la equivocación de esa asubjetivación, haciéndoseamar por él, proponiéndole él mismo esa falsedad esencial que es el amor. Elefecto de la transferencia es este efecto de engaño en tanto que se repiteactualmente aquí y ahora.242
Este amor que pone en juego una falta, sustitutivo imperfecto de una condición
irrecuperable, es el de la transferencia, transfondo de la relación con el analista,
240 XI, p. 181.241 XI, p. 191.242 XI, p. 229. En cuanto a la irremediable falsedad que supone el amor es intersante compararlo con la visión deRousseau, “todo en el amor no es más que ilusión, lo he de admitir, pero aquéllo que es real son los sentimientosque nos animan por la verdadera belleza que nos hace amar. Esa belleza no está en absoluto en el objeto que seama, sino que es obra de nuestros errores,” J.J. Rousseau, Émile V, Oeuvres Complètes, París, 1967, tomo III,pp. 266-7.
falso como el amor, por imposible, por pertenecer a un estado de indivisión. La
posibilidad que brinda el análisis es salir de esa decepción primera y asumir la
diferenciación y la marca imborrable del corte umbilical: la instalación en el registro
simbólico.
La relación con el analista se habrá de jugar en el terreno del ideal de yo del
sujeto sólo para hacerle encontrarse con el objeto a, “te amo, pero porque
inexplicablemente amo algo más que tú- el pequeño objeto a, te mutilo.”243 En esta
relación entre ideal y advenimiento del objeto a es en lo que se diferencia el
psicoanálisis de la hipnosis. Ésta confunde ambos representantes mientras que en
psicoanálisis, “...la transferencia es aquello que descarta de la pulsión la demanda,
el deseo del analista y aquello que le reenvía ahí. Y por esta vía, aisla la a, la pone
a la mayor distancia posible de la I, que él, el analista, es llamado por el sujeto a
encarnar.”244 El amor de transferencia no es unilateral, “es el deseo del paciente, sí,
pero en su encuentro con el deseo del analista.”245
El sentimiento como medio de la transferencia es finalmente abatido, sólo
queda la relación en su sentido más objetivante, como relación lingüística, “en el
diálogo mismo uno debe registrar sólo lo que el otro transmite en su pura función
significante, no hay que tener en cuenta aquello que el otro es, como presencia,
como hombre, más o menos simpático. La interpsicología es una impureza en este
juego.”246 La propia teoría de la transferencia, ocupada en reseñar esta
interpsicología, esta interrelación verídica, no es sino el deseo del analista tan
auténtico como el del paciente, tan presente como éste. El deseo del analista será
la función que haga aparcer al deseo tal como éste es, como deseo del otro. Se
243 XI, p. 241.244 XI, p. 245.245 XI, p. 229.246 XI, p. 201.
conjugan las dos voluntades que comentaban Faría y Puységur, la del
magnetizante de curar y la del magnetizado de ser curado, mediante el deseo del
analista que es, como todo deseo, el deseo del otro. Ahí radica su colusión, su
dialéctica desiderativa. “Al fin de cuentas no es sorprendente que a esa especie de
puesta en co-vibración, co-vibración semiótica, se la llame, púdicamente,
transferencia. Y también hay mucha razón para no llamarla sino así, me parece
bien. No es el amor, pero sí el amor en el sentido ordinario. El amor tal como uno
se lo imagina.”247
En la transferencia no sólo se produce la repetición en tanto el analizante
introyecta la figura del analista y la hace objeto de sus fantasías. El analista se
sitúa en una posición, es activo, frente a la mera representación fijada. Es a ésta
característica la que Lacan denomina deseo del analista. Siguiendo el modelo de
Clausewitz, ésta coincidirá con la política, las decisiones del psicoanalista que
operan a un nivel más elevado. Si se limitase a posicionarse al nivel de la
estrategia sólo desplegaría la representación del analizante en tanto en cuanto
corresponde a las expectativas del analizante, ratificando su fantasma. El desnivel
se produce en la destitución subjetiva, al mostrarse el analista como falto de ser,
como de-seo. El analista se hace presente en el analizante como simple
inscripción, como muerto, como ausencia, que como tal permite su rectificación.
Es así como se ponen en juego los sentimientos tiernos hacia éste, el ideal,
mientras que, en cuanto posición de objeto a, el analista habrá de soportar la
transferencia sensual, es decir la relación de fascinación hacia el otro. Fascinación
que no es inocente en cuanto es una fascinación por la que el analizante reconoce
su propia posición frente al que tiene delante.
247 XXI, p. 236.
De acuerdo con Lacan lo único que se pone en juego en el análisis son dos
seres hablantes. Dicho lenguaje deja traslucir el deseo, reconocible en tanto el
inconsciente posee forma lingüística. Pero éste posee su virtualidad en cuanto lo
que produce la neurosis son identificaciones que están inscritas, que poseen su
codificación, y que el sujeto, representado por ellas, no es capaz de aprehender.
Dicha alteración no puede conllevar sino ansiedad; la angustia se equipara con lo
inarticulado, la voz sin significante.
Figura. 1.15. Relación entre posiciones subjetivas.
Lacan analiza los dos vectores mencionados de la transferencia en su
decimoquinto seminario sobre el acto analítico. Tras la identificación primaria del
niño con su medio, éste va a tener que atravesar el camino que lo lleva a su
alienación, su existencia como alteridad en una identificación, en una posición
subjetiva. Una posición que está relacionada con el otro en cuanto objeto de la
mirada. En la ausencia del otro el niño ha de fijar su existencia, él existe en
absoluto, no relativamente con respecto a la presencia de otro.
Esta posición subjetiva se verá puesta en juego por la separación que
radicaliza el movimiento comenzado por la alienación, requiriendo una existencia
propia, dejar de ser objeto para otro248 y convertirse en ser a secas, en 'para nadie'.
Esta posición crea necesariamente angustia, se trata de una situación de
desamparo que se ha de salvar mediante una identificación. En tanto esta
identificación no se vea precedida de la alienación y separación quedará en un
campo ajeno al sujeto, en tanto su posición es aún dependiente. Por supuesto esa
independencia la mantiene el sujeto como goce, como modo de relacionarse, como
falta destructiva y de ahí la neurosis como identificación fallida. La única
identificación válida es nuestro reconocimiento como vacío, como faltos de ser,
pero no una falta no vivida como ausencia, como angustia, sino como modalidad
de ser, como deseo.
Así, la transferencia vendría definida con respecto a este modelo por dos
vectores que conjugan los dos tipos de relaciones objetales como fantasma,
relación con el objeto del deseo y la angustia del lado de la separación, así como
identificación e ideal de yo en su eje de alienación. Se trata de los dos
componentes que se ponen en juego en el análisis y que tratan las posibles
fijaciones en una alienación o separación no consumadas (Edipo no concluído)
producidos en la relación con el analista, conduciendo a una identificación que
trasciende la identificación, un fin de análisis que ha de mostrar el hecho de
significar como necesidad autoimpuesta, identificados con un significante que ha
de mostrarnos en nuestra esencia, parásitos del lenguaje.
La transferencia surgiría como vector entre la transferencia de angustia,
relacionada con el objeto a y con la pulsión. De alguna manera el contrapunto a los
afectos que situaba Freud, y que procederían de la experiencia de dolor de cuyo
resto se produce el afecto. Por otro lado, estaría la transferencia del ideal como
248 Se trata de las quejas de ser abandonado, no querido, todas jugadas desde una posición pasiva, desde un serpara otro.
sujeto supuesto saber que se jugaría al nivel simbólico. Se trata de una explicación
gráfica de lo que señala en sus anteriores seminarios: la confluencia en la
transferencia del objeto a en cuanto objeto básico del deseo, causa del deseo,
como objeto inalcanzable por ser efecto de la constitución como ser humano, y el
ideal de yo.
Siguiendo las líneas maestras delineadas por Lacan en su undécimo
seminario, podríamos entender la transferencia relacionada con los otros tres
conceptos que conforman su formalización del psicoanálisis. Por un lado, un
mecanismo repetitivo relacionado con el yo ideal, relacionado con las imágenes
idealizadas del sujeto. Así se constituye el amor como repetición de cierto engaño.
El nivel en el que se produce la transferencia es siempre inconsciente como lo
muestra su cuarto y último grafo del deseo, relacionada con el ideal de yo,
instancia del discurso. Finalmente la tendencia de mostrar la importancia de los
afectos o, en última instancia, del amor, es deplazada en la transferencia por un
análisis de ésta en términos de relaciones pulsionales, en relación con un objeto a,
causa del deseo. De esta forma se relaciona con la angustia que produce el
reconocimiento como sujeto deseante y es en la separación de ese objeto donde
se produce el cambio terapéutico.
La tendencia a dotar de un estructura teórica, parcialmente formalizada, del
psicoanálisis consigue prescindir del psicoanalista como sujeto actuante al mediar
cualquier relación con alguna internalización del analizante. El analizante se vuelve
mero objeto tanto a nivel de la identificación en cuanto objeto del deseo. La
transferencia es un tipo de reconocimiento de modalidades en que se introyectan
objetos.
Si bien la intervención como táctica produce una mera repetición, es en el
campo de la estrategia, en el del ideal, donde se empieza a poner en juego el
inconsciente. En tanto política, mediante la conversión del analista en objeto, se
presenta la pulsión y la angustia del propio sujeto y es en su reconocimiento y
asunción donde se sitúa el sujeto como sujeto del deseo.
Desarrollo del
concepto de
transferencia
Mecanismo
Básico
Forma de
Transmisión
Medio de
Transmisión
Magnetismo Fluido Relación Sentimiento
I Fase
(1890-1905)
Desplazamiento Falsa
Asociación
Afecto
II Fase
(1906-1914)
Introyección Resistencia Sentimiento
(Ambivalencia)
III Fase
(1914-1939)
Repetición Acting- out Amor
Lacan Repetición
Táctica
Inconsciente
Estrategia
(Ideal)
Pulsión
Política
(Angustia)
Repetir Recordar Elaborar
Esquema 3. Evolución diacrónica y estructural del concepto de transferencia en Freud y Lacan. En Lacan también se indican los tiempos del análisis.
II. Ciencias Cognitivas
“He oído repetidas veces la manifestación despreciativa de que no puedeesperarse nada de una ciencia cuyos conceptos máximos son tanimprecisos como los de libido y pulsión en el psicoanálisis. Pero en labase de este reproche hay un completo desconocimiento de la situaciónreal. Conceptos básicos claros y definiciones de nítidos contornos sóloson posibles en las ciencias del espíritu en la medida en que éstaspretendan aprehender un campo de hechos en el marco de unaformación intelectual sistemática. En las ciencias naturales, a las quepertenece la psicología, semejante claridad de los conceptos máximoshuelga, y aun es imposible. Ni la zoología ni la botánica comenzaron condefiniciones correctas y suficientes del animal y la planta, y la biologíatodavía hoy no sabe llenar el concepto de lo vivo con un contenido cierto.Más aún: ni siquiera la física habría realizado todo su desarrollo si hubieradebido esperar hasta que sus conceptos de materia, fuerza, gravitación yotros alcanzaran la claridad y la precisión deseables. Lasrepresentaciones básicas o conceptos máximos de las disciplinas de lasciencias naturales siempre se dejan indeterminados al comienzo,provisionalmente sólo se los ilustra por referencia al campo de fenómenosdel que provienen, y no es sino mediante el progresivo análisis delmaterial de observación como pueden volverse claros, llenarse decontenido y quedar exentos de contradicción.”Sigmund Freud, Autobiografía.
Elucidación de la transferencia
Los aspectos que hemos resaltado en la evolución del pensamiento acerca de
la transferencia muestran una serie de concomitancias con ciertos procesos
cognitivos. En el esquema estructural y diacrónico propuesto se resaltaban tres
ejes, mecanismo básico, medio y forma de transmisión. El primero de estos ejes,
en sus formas de fluido, desplazamiento, introyección y repetición, puede ser
entendido mediante procesos de agrupación de representaciones a través de
mecanismos de categorización. El eje relacionado con la forma de transmisión que
agrupa relación, falsa asociación, resistencia, acting-out e inconsciente aludiría a la
memoria como mecanismo no sólo de contenido semántico, sino a sus otras
vertientes, motoras, procedimentales e implícitas. Por último, el medio de
transmisión remitiría a un estudio sobre la emoción, su modalidad y efecto, así
como a su codificación, almacenamiento y recuperación subsimbólica, sin
representación.
De este modo proponemos una elucidación del concepto de transferencia
mediante dichas nociones. Si bien psicoanálisis y ciencias cognitivas muestran
importantes diferencias en su definición teórica y epistemológica, ambas se ocupan
desde perspectivas diversas del suceder mental y sus experiencias no deberían
mostrar desacuerdos fundamentales más allá de los propios de metodologías
diversas.249 En la última década los avances en neurociencia y psicología cognitiva
han alcanzado de forma específica al psicoanálisis, permitiendo remozar ciertos
contenidos obsoletos o bien vagos en la formulación del psicoanálisis. Así Mark
Solms ha utlizado el método clínico anatómico, procediendo a psicoanalizar
249 Un ejemplo de la relación primera que obtuvo el psicoanálisis con la neurología lo podemos encontrar enJelliffe, S.E., “The influence of psychoanalysis on neurology”, Psychoanalytic Quarterly, 9, 1940, pp. 214-215.Hay que recordar el pasado del propio Freud como neurólogo y cómo una primera generación de psicoanalistasaún se encontraba influenciada por sus estudios médicos fisiológicos.
pacientes con lesiones cerebrales, correlacionando fenómenos neurocientíficos y
psicoanalíticos.250 Trata así de operacionalizar conceptos psicoanalíticos mediante
el estudio de dichos pacientes tal como hizo la neurociencia clásica desde Charcot.
Publicaciones como la revista Neuro-Psychoanalysis251 o Aperturas
Psicoanalíticas252 muestran bien a las claras dichas tendencias que también
provienen de los propios especialistas en neurociencia, así por ejemplo sostiene
Kosslyn la relevancia del psicoanálisis para la futura la neurociencia cognitiva:
En breve, predigo que Freud no se mantendrá en las sombras de la psicologíaacadémica mucho más, sino que será tomado como harina para el molino delpróximo desarrollo importante en la neurociencia cognitiva.253
El psicoanálisis supuso y sigue conllevando una revolución en el concepto de
terapia y ha mostrado la existencia de mecanismos que, más allá de su
formulación, resultan esenciales en el estudio del acontecer mental –prefiero esta
perífrasis antes que la utilización del término mente que por su forma sustantiva
parece otorgarle a este proceso un carácter estático y esencialista, opto por
conformarme con una referencia a procesos antes que a instancias-.
El análisis de la transferencia comprende la relación mediada entre formas
simbólicas, procesamiento cognitivo y un determinado sustrato neuronal,254
250 M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, British PsychoanalyticSociety Bulletin 34(9), 1998, pp. 23-38. “Lo que se necesita es un método por medio del cual una misma cosapueda ser estudiada simultáneamente desde perspectivas psicoanalíticas y neurocientíficas, de tal modo que sepueda estar seguro de que las dos series de observaciones (y los informes teóricos resultantes) se refieren a lamisma porción de realidad. Sólo así se pueden conectar las dos teorías en realidad antes que en palabras,” M.Solms y O. Turnbull, op. cit., p. 307251 http://www.neuro-psa.org.uk252 http://www.aperturas.org253 S.M. Kosslyn “Freud returns?”, R.L. Solso y D.W. Massarro (eds.), The Science of the Mind: 2001 andbeyond, Nueva York, 1995, p. 105.254 F.M. Levin y E.W. Kent, “Psychoananlysis and knowledge: Part 2. The special relationship betweenpsychoanalytic transference, similarity judgment, and the priming of memory”, Annual of Psychoanalysis, 50,1995, pp. 117-130. “En otras palabras, algunos sucesos pasados almacenados en el cerebro son recuperadosprincipalmente sólo cuando parte de la experiencia original que los creó, recurre,” p. 119.
posibilitando relacionar la representación, en el sentido de experiencia
fenomenológica en primera persona, y su correlato funcional.255 Al caracterizar
formalmente la transferencia me refiero a una modalidad especial de aprendizaje
que como tal recurre a las categorías formadas en nuestra experiencia,
almacenadas en la memoria, y que poseen una carga afectiva determinada.
Estos nuevos enfoques, fruto de la revolución cognitiva en polémica con el
conductismo, han abierto la posibilidad de validación y evaluación de las
explicaciones psicoanalíticas. Frente a la ciencia cognitiva la terapia impone la
urgencia del sufrimiento y la necesidad de su tratamiento. Probablemente la
histérica del siglo XVII prefiriese el exorcismo a la reclusión, quizás incluso la
ablación del clítoris. La terapia hoy la libera de estos dos extremos, si bien el
psicoanálisis queda del lado del exorcismo, la neurociencia cognitiva no queda
liberada de su otra antecesora.256 Cómo funcionaría una terapia informada y
contrastada que renuncie a espíritus y mutilaciones, que ayude a comprender cómo
aliviar el dolor, aunque sólo sea (h)ablando.
255 J.L. Hadley, “The Representational System: A Bridging Concept for Psychoanalysis and Neurophysiology”,International Review of Psychoanalysis, 10, 1983 pp. 13-30. Aquí se sitúa el concepto de representaciónrelacionado con la teoría de la información y de su producción como desviación de la aleatoriedad. Cf. M.F.Basch, “Psychoanalysis and communication science”, Annual of Psychoanalysis, 4, 1976, pp. 385-421.256 Los antecedentes del estudio ‘experimental’ de la mente surgen de hecho de la mutilación y las lesiones delcerebro. De igual importancia me parece resaltar las más que cuestionables técnicas de manipulación sobreanimales, convertidos en cobayas, desprovistos teóricamente de sentimientos cf. J. Panksepp, “Affectiveconsciousness: Core emotional feelings in animals and humans”, Consciousness and Cognition, 14, 2005, pp.30-80. Desde luego no parece exagerado plantear la filiación de las técnicas experimentales basadas en lamanipulación. Un ejemplo de dichas técnicas intrusivas son las técnicas leucotómicas practicadas con ciertaasiduidad hasta mediados del siglo pasado. Los pacientes dejaban de experimentar sus dolencias pero a cambiode erradicar la capacidad autónoma de orientar sus decisiones y voliciones, evitando el dolor por medio de unestado de amortiguamiento generalizado de todas las facultades.
Figura 2.1. David Hockney - Kasmin Los Angeles 28th March 1982. Esta composición de polaroid nosda una idea de cómo la percepción podría darse sin una centralización de los diversas reuniones decélulas que completan nuestra visión.
2.1. Introducción: Inconsciente, Percepción y Aprendizaje
La psicología experimental y la neurociencia han producido en los últimos años
toda una serie de resultados en diversas áreas de investigación que tienden
puentes con el psicoanálisis y algunos de sus conceptos fundamentales. En este
primer apartado nos centraremos concretamente en tres aspectos, la existencia de
procesos por debajo del umbral de la apercepción o inconscientes, la percepción, y
en especial los fenómenos de percepción subliminal en los que un estímulo es
registrado, pese a no existir ningún rastro en la conciencia y, finalmente, el
aprendizaje implícito, mediante el que se extrae una instrucción a partir de la
experiencia sobre la que un sujeto es competente, pero de la que no es capaz de
dar una información verbal adecuada acerca de su funcionamiento o contenido.
2.1.1. Inconsciente
El inconsciente ocupa un lugar sobresaliente en la teoría psicoanalítica y ha
ganado gran predicamento en la última década en la ciencia cognitiva.257 Si bien su
sentido en la teoría psicoanalítica se refiere a una instancia en la que se
encuentran representaciones conflictivas sin acceso a la conciencia, así como al
lugar motivacional por excelencia de donde surgen los deseos del sujeto, resulta
posible elucidar dicho concepto como representaciones no recuperables o no
disponibles de carácter propiamente motivacional. Por un lado, mediante las
pruebas que avalan la actividad desempeñada por estímulos que acceden a la
mente del sujeto sin su apercepción y que actúan conformando su percepción y
comportamiento. Por otro lado, analizaremos los aspectos motivacionales en
relación con la teoría de la emoción que da cuenta, a nivel neurocientífico, del
carácter implícito de la activación de ciertas emociones como el miedo, su primacía
procesal, y su resilencia.
El psicoanálisis como terapia posee como meta, en su formulación clásica, el
regreso de lo reprimido, de lo inconsciente, ‘wo es war, soll ich werden,’ reza un
aforismo del modelo estructural desarrollado en los años veinte por Freud. En esta
etapa se modificaba el sistema de la Traumdeuteung basado en 'niveles de
conciencia' (inconsciente, preconsciente, consciente), -gradaciones, por otro lado,
similares a las que encontramos en el estudio de los estímulos subliminales-, en el
que diferenciaba también tres instancias (yo, ello, superyo). Dentro de este modelo
257 Cf. D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997. La formalización delinconsciente también ha venido del estudio de mecanismos implícitos, cf. A.R. Reber, Implicit learning and tacitknowledge: An essay on the cognitive unconscious, Nueva York, 1993. No obstante, se alzan voces que sostienenla diferencia entre los dos conceptos, inconsciente cognitivo y psicoanalítico. J.F. Kihlstrom, “The cognitiveunconscious”, Science, 237, 1987, pp. 1445-1452. J.F. Kihlstrom, “The psychological unconscious”, L.R. Perviny O. John (eds.), Handbook of personality, Nueva York, 1999. Desde la perspectiva opuesta cf. S. Epstein,“Integration of the Cognitive and the Psychodynamic Unconscious”, American Psychologist , 49, 1994, pp. 709-24, o H. Shevrin, J.A. Bond, L.A. Brakel, R.K. Hertel y W.J. Williams, Conscious and Unconscious Processes:Psychodynamic, cognitive and neurophysiological convergences, Nueva York, 1996.
conflictual, psicodinámico, el inconsciente dejaba por un lado su lugar al ello, y por
otro se convertía en el índice que permitía observar la confluencia de tendencias
diversas, se volvía el lugar de las motivaciones (pulsiones). Los conflictos
inherentes a estas tres instancias se resolverían mediante la capacitación de la
parte bajo control del sujeto, su conciencia, su yo, sobre aspectos inaceptables,
enajenados, por su incompatibilidad con otras representaciones o ciertos ideales
que conforman el superyo.
El supuesto freudiano de hacer consciente lo inconsciente se podría traducir,
en términos cognitivos, por sustituir los patrones de activación subsimbólicos
almacenados de forma no explícita e incorporados, de tipo emocional, que operan
de forma automática, por información declarativa capaz de interferir con dicha
programación. En un sentido lato, la terapia analítica no diferiría aparentemente de
las técnicas cognitivas en las que se le muestra al sujeto la inadecuación de sus
expectativas y de sus pensamientos. El psicoanálisis, al introducir el registro
inconsciente, acentúa la primacía e inercia bajo la cual el sujeto experimenta la
existencia de respuestas incontrolables, de actividad fisiológica. Esta instancia
psicoanalítica guarda semejanzas en neurociencia con la actividad desarrollada por
la amígdala y el circuito límbico de forma independiente del input cortical.258 La
evidencia existente sobre la asimetría en la conexión entre la amígdala y el
neocortex, y la proyección mayor de aquélla sobre el neocortex, permite que la
hormonas liberadas en estados emocionales, dependientes de estas estructuras,
tiendan a mantener el estado en el que se encuentra el cerebro y vengan
258 Sobre este tema ha habido recientemente una amplia discusión. Si bien el ‘sistema límbico’ como encargadode procesar las emociones fue introducido por P.D. Maclean, “Psychosomatic Disease and the “Visceral Brain”:Recent Developments bearing on the Papez theory of Emotion”, Psychosomatic Medicine, 11, 1949, pp. 338-353, ha sido criticado por J.E. Ledoux, The Emotional Brain, Nueva York, 1996. Sólo la amígdala mantendría suimportancia en la generación de sentimientos de miedo, pero no otras partes implicadas en el sistema límbicotales como el hipocampo, el córtex cingular y el hipotálamo. Ledoux se decanta por la existencia de un sistemadescentralizado de procesamiento emocional.
acompañadas de una activación fisiológica que bien podría dar cuenta del síntoma
incorporado. Por ello resulta tan arduo inhibir la ansiedad y otros estados una vez
que se producen; al córtex le es muy difícil actuar sobre la amígdala. Dicho proceso
coincide con dos características fundamentales del inconsciente analítico: su
inercia y su carácter involuntario. Estos estados emocionales no poseen
representación consciente ni carácter simbólico.
Las respuestas afectivas, más primitivas y duraderas, ocurren antes de que
cualquier tipo de procesamiento cognitivo tenga lugar, poseen primacía procesal. El
psicoanálisis, a diferencia de la psicología cognitivo-conductual, habría de ser
capaz de alterar no sólo las pautas de procesamiento consciente, sino también los
patrones de comportamiento con una base funcional ontogenética más profunda;
emociones que se activan sin apercepción del mecanismo actuante. En estos
casos una terapia basada solamente en aspectos cognitivos no sería adecuada,
pues las pautas a alterar tienen un nivel de codificación diverso, se vuelven cuerpo.
No es de extrañar que el psicoanálisis se esforzase en ligar el paciente al lenguaje,
en forzarle a producir símbolos. Ésta era la forma de crear algún punto de apoyo
entre los procesos subsimbólicos y la conciencia, buscando formas de
representarlos.
Basándonos en un modelo conexionista de la mente podríamos afirmar que es
posible la activación en paralelo de diversos circuitos, de ciertas unidades de
procesamiento especializadas simultánemanente. El propio funcionamiento del
inconsciente parece acomodarse mejor a este modelo que a los de procesamiento
serial. Habría que entender el inconsciente menos como sede de representaciones
o elementos discretos que como grados de activación neuronal.259 En un modelo de
259 Así sucedía en la primera tópica freudiana que distinguía entre diversos niveles de activación, entreconsciente, preconsciente e inconsciente y subrayaba la posibilidad de emergencia y recuperación de ciertos
procesamiento conexionista no simbólico la relación entre los diferentes estados de
activación de los nodos determina la respuesta y la experiencia fenomenológica. La
información nueva se registraría interfiriendo y reemplazando la propia estructura
de registro.
A la hora de diferenciar entre el inconsciente analítico y el cognitivo más que la
diferencia en los procesos habría que buscar la diferencia en el estilo. Así comenta
el neurobiólogo Paul Grobstein:
…la diferencia más importante en el estilo es a lo que Lacan llamó la atencióndesde una perspectiva clínica/filosófica - la conciencia (procesamiento consciente)tiene como objetivo la ‘coherencia,’ esto es, procura crear una historia en la quetodas sus partes tengan sentido simultáneamente. El inconsciente, por otro lado,actúa mucho más cómodo con los pedazos sueltos sin ningún orden global. Paraun neurobiólogo o un científico cognitivo, esto posee sentido. El circuito implicadoen el inconsciente (¿red de circuitos sub-cortical? (Grobstein, 2003a)) es una uniónde partes diferentes organizadas para muchos propósitos específicos diferentes, ysólo unido secundariamente para conseguir y asegurar alguna coordinación. Elcircuito implicado en el procesamiento consciente (¿circuito neo-cortical?), por otrolado, parece ser más uniforme e integrado y poseer un objetivo para cuál lacoherencia es central.260
Estos dos estilos (analógico-digital, aposicional-proposicional) se relacionan
con las modalidades de procesamiento que llevan a cabo los dos hemisferios del
cerebro.261 Según Gazzaniga es probable que la especialización hemisférica haya
elementos para la conciencia. En la bibliografía interdisciplinar se ha puesto de relieve dicha relación entre elmodelo conexionista y el proceso primario freudiano, cf. M.D.J. Díaz-Benjumea lo señala con toda amplitud en“Lo inconsciente psicoanalítico y la psicología cognitiva: una revisión interdisciplinar”, AperturasPsicoanalíticas, 11, 2002, http://www.aperturas.org/11diazbenjumea.html260 P. Grobstein, “Making the Unconscious Conscious, and Vice Versa: A Bi-directional Bridge BetweenNeuroscience/Cognitive Science and Psychotherapy?” Cortex (en prensa).http://serendip.brynmawr.edu/sci_cult/mentalhealth/unconcon.html261 También se ha señalado la relación entre estas dos modalidades y los conceptos de conciencia primaria de tipocorporal, emocional y la conciencia superior verbal tal como las desarrolla Edelman, cf. S.M. Davis,“Neurobiology and the Neuronal Group Selection Theory of Gerald Edelman Applied to Psychoanalysis TheRelevance of Gerald Edelman's Theory of Neuronal Group Selection and Nonlinear Dynamic Systems forPsychoanalysis”, Psychoanalytic Inquiry, 22(5), 2002, pp. 814-840. Según McKinnon, la transferencia sería unaforma visual-sensorial de recuerdo (hemisferio derecho) que ha de ser elaborada, procesada, por el hemisferioproposicional, de forma semántica, “...el hemisferio derecho parece ofrecer un 'subgrupo' crítico y generalmenteirreconocido de eventos identificados clínicamente como transferenciales, en la forma de procesamientoanalógico de imágenes del yo y de objetos,” J. McKinnon, “Two semantic forms: neuropsychological andpsychoanalytic descriptions”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, 2, 1976, p. 56
surgido como pérdida de ciertas habilidades previas que se encontraban en ambos
hemisferios. En el hemisferio izquierdo se habrían desplazado probablemente las
funciones visuales y perceptivas con la emergencia de un sistema simbólico de
representación como el lenguaje.262 La lateralización y la especialización
hemisférica habrían sido consecuencia de la necesidad de maximizar estructuras
neuronales para nuevas funciones. De esta forma, el hemisferio izquierdo estaría
mejor preparado para la actuación conforme a rutinas, mientras que el derecho se
encargaría de situaciones nuevas. Es así que se ha propuesto la transferencia
como una ocurrencia del hemisferio derecho.263 El hemisferio izquierdo, por su
parte, otorga coherencia a los inputs que se procesan tanto en dicho hemisferio
como en el derecho, prevaleciendo sobre el derecho a la hora de organizar los
estímulos que provienen del exterior.264 De hecho la especialización y, en el caso
humano, la lateralización cerebral, ha sido correlativa con una menor
interconectividad hemisférica.265
Frente al hemisferio izquierdo, el derecho, no dominante, posee funciones
básicas en la regulación del organismo, postergadas en las ciencias cognitivas
clásicas frente a las habilidades cognitivas-lingüísticas del hemisferio izquierdo. En
especial el hemisferio derecho posee funciones neuroendocrinas en la secreción
de hormonas del estrés, cortisol, y en la estabilización de las funciones vitales. Su
262 M.S.Gazzaniga, “The Split Brain Revisited”, Scientific American 279(5), 1998, pp. 50-55.263 D.F. Watt, “Transference –A Right Hemisphere Event?: The Boundary Between PsychoanalyticMetapsychology and Neuropsychology”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, 9(1), 1986, pp. 43-77. R.Joseph, The right brain and the unconscious: Discovering the stranger within, Nueva York, 1992. J.T.MacLaughlin, “Primary and secondary processes in the context of cerebral hemispheric specialization”,Psychoanalytic Quarterly, 47, 1978, pp. 237-266.264 M.S. Gazzaniga, “Consciousness and the cerebral hemispheres”, M.S. Gazzaniga (ed.), The CognitiveNeurosciences, Boston, 1995, pp. 1391-1400.265 F. Aboitiz, J. López y J. Montiel, “Long distance communication in the human brain: timing constraints forinter-hemispheric synchrony and the origin of brain lateralization”, Biological Research, 36(1), 2003. F. Aboitizy A. Ide, “Anatomical asymmetries in language-related cortex and their relation to callosal function”, E. Stemmery H. Whitaker (eds.), Handbook of Neurolinguistics, Nueva York, 1998.
labor en la regulación homeostática y emocional lo asemejaría al inconsciente
freudiano.266
Tanto los sueños como la memoria autobiográfica, dos vías regias de la terapia,
muestran una preponderancia en la activación del hemisferio derecho, al igual que
ocurre con pistas de tipo emocional y con la imagen del cuerpo (estereognosis) que
en los síntomas histéricos se veía deformado. Jospeh señala, avalando la hipótesis
conflictual, dinámica, cómo en ocasiones puede existir incluso un conflicto entre
ambos hemisferios.267 Sostiene, así mismo, la existencia de un 'lenguaje límbico'
que estaría encargado de la expresión de sentimientos mediante aspectos como la
inflexión o el tono y que expresaría estados emocionales o deseos. De hecho es el
hemisferio derecho el que posee funciones musicales y prosódicas en su estrecha
relación estructural con la amígdala y otras áreas del denominado sistema límbico.
La amígdala posee a su vez la capacidad de actuar sobre la activación cortical,
superponiendo las respuestas emocionales a las cognitivas y haciendo que éstas
se impongan a cualquier otro tipo de procesamiento simultáneo.268
Ambos hemisferios procuran el carácter dual del procesamiento cerebral. El
hemisferio izquierdo comienza desarrollándose como sede de la función motora, no
obstante es el hemisferio derecho el que posee una superior atención sobre la
actividad corporal.269 La transferencia permitiría cierto nivel de reconexión
interhemisférica atendiendo tanto al lenguaje propiamente, como al lenguaje
límbico, al aspecto emocional codificado en el tono o en la prosodia. La266 “La mente procesadora de emociones derecha es el substrato neurobiológico del inconsciente dinámicofreudiano,” A.N. Schore, “Commentary”, Neuro-Psychoanalysis, 1, 1999, pp. 115-128. Cf. A.N. Schore, “Theright brain as the neurobiological substratum of Freud’s dynamic unconscious”, A.N. Schore, Affect Regulationand Repair of the Self, Nueva York, 2003.267 R. Joseph, “The right cerebral hemisphere: emotion, music, visual-spatial skills, body-image, dreams andawareness”, Journal of Clinical Psychology, 44(5), 1988, pp. 630-73.268 R. Joseph, “The Limbic System: Emotion, Laterality, and Unconscious Mind”, The Psychoanalytic Review,79, 1992, pp. 405-456.269 R. Joseph, “The neuropsychology of development: Hemispheric laterality, limbic language, and the origin ofthought”, Journal of Clinical Psychology, 44, 1982, pp. 4-33.
transferencia posibilitaría la transmitisión de la información procesada de uno al
otro hemisferio.270 La desconexión interhemisférica replica de hecho la
fenomenología de ciertos tipos de defensas que actúan como 'comisurotomía
funcional', es decir, como si se cortase la comunicación entre ambos hemisferios.
No existiría una explicación sencilla acerca de la correlación entre un hemisferio y
el inconsciente,271 sino que tendría que ver más con la dinámica hemisférica, con la
conexión de imágenes y unidades léxicas, de afectos y representaciones, de
objetos y palabras.
Es en el análisis de la transferencia (y fenómenos relacionados) donde lasunidades basadas en imágenes de representación primaria del hemisferio derechoson forzadas a entrar en diálogo con las unidades léxicas de prepresentaciónprimaria del hemisferio izquierdo. Puesto de modo más convencional, el afecto delpaciente es gradualmente puesto en palabras, entendido en términos deprepresentaciones primarias y altamente ambivalentes del yo y el objeto, yconectado a la experiencia traumática primaria.272
Resumiendo, el hemisferio izquierdo estaría encargado de otorgarle
coherencia a los estímulos e integrarlos en función del conocimiento previo, dando
lugar al denominado sesgo de confirmación. La falta de procesamiento por parte
del hemisferio izquierdo conlleva que tras ver un objeto el individuo es capaz de
señalarlo pero no de producir un reconocimiento verbal. La desconexión del
hemisferio derecho a izquierdo supone la represión del recuerdo que es activado a
nivel sensomotor, pero al cual no se puede acceder como representación
simbólica, se produciría una activación subsimbólica similar al inconsciente
freudiano; un recuerdo actúa en modalidades fisiológicas de preparación para la
270 F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, Madison, 2003.271 M. Solms, “The Deep Psychological Functions of the Right Cerebral Hemisphere”, Bulletin of the BritishPsycho-Analytic Society, 25(1), pp. 9-29.272 D.F. Watt “Higher Cortical Functions and the Ego:Explorations of the Boundary Between BehavioralNeurology, Neuropsychology, and Psychoanalysis”, Psychoanalytic Psychology, (7)4, 1990, p. 519.
acción, pero sin representación. A nivel ontogenético el hemisferio derecho
comienza su desarrollo antes que el izquierdo.273 Si bien buena parte de la
información adquirida pasa luego a procesarse también por el hemisferio derecho,
una parte no seguiría este camino, dando cuenta de la 'amnesia infantil' a que se
refería Freud y a la existencia de pautas corporales fisiológicas aprendidas sin el
registro de las circunstancias que dieron lugar a éstas. Existe así mismo una
nutrida evidencia sobre la relación entre hemisferios y la valencia de las
emociones. El hemisferio izquierdo procesaría preferentemente las emociones
positivas y el derecho de las negativas.274
En la literatura contemporánea se tiende a resaltar la indisociabilidad de
ambos aspectos, el cognitivo y emocional, que forman un sistema sintético, y se
habla un cerebro emocional, que constituye un sistema de relaciones afectivo-
cognitivas.275 De ahí que la explicación freudiana siempre haya hecho hincapié en
los sentimientos como mecanismo actuante en la transferencia, el afecto que cura,
el amor salus, al que se referían los magnetistas.
Freud asimiló, a su manera, ciertas aportaciones fundamentales de la ciencia
biológica del siglo XIX, exponiendo en su teoría de la sexualidad la importancia del
273 C. Chiron et al., “The right brain hemisphere is dominant in human infants”, Brain, 120, 1997, pp. 1057-1065.274 R.J. Davidson, “Cerebral asymmetry, emotion, and affective style”, R.J. Davidson y K. Hugdahl (eds.), Brainasymmetry, Massachusetts, 1995. R.J. Davidson, P. Ekman, C.D. Saron, J.A. Sennulis, y W.V.Friesen, “Approach withdrawal and cerebral asymmetry: Emotional expression and Brain Physiology”, Journal ofPersonality and Social Psychology, 58(2), 1990, pp. 330-341.T. Canli, “Hemispheric asymmetry in theexperience of emotion: a perspective from functional imaging”, The Neuroscientist, 5, 1999, pp. 201-207. Otrosautores señalan la función global que poseerían las emociones y cómo las zonas corticales no pueden en sí definirlas emociones D.F. Watt, “Emotion, Cognitive Neuroscience and Consciousness Studies: Is Emotion Really Oneof Easy Problems?” On Line Web Seminar at the University Of Arizona, 1998.http://www.consciousness.arizona.edu./emotion.html. Así mismo se ha señalado cómo la estimulación de áreassubcorticales contribuye más a la producción de afectos que las áreas corticales y cómo las pruebas de PET yfMRI tienden a sobrerepresentar el cortex, por ser el área metabólica más activa, cf. J. Panksepp, AffectiveNeuroscience, Oxford, 1998.275 “Tanto el momento actual de la experiencia como a la hora de recordar cada percepción tanto de objetos comode conceptos éstas están unidas asociativamente de forma consciente o inconsciente con un sentimiento, en elsentido de un sistema de relaciones afectivo-cognitivo,” D. Bürgin, “Einleitung”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), Erinnerung von Wirklichkeiten. Psychoanalyse und Neurowissenschaften imDialog, Stuttgart, 1998, p. 40.
mantenimiento de la especie antes que el individuo y cómo esta premisa evolutiva
atravesaba al propio sujeto. En este mismo sentido, las emociones poseían una
gran relevancia evolutiva en la supervivencia de la especie. De hecho, junto con los
mecanismos de memoria implícita, se encuentran patrones de comportamiento
afectivo así como motores; no es de extrañar la estrecha relación entre la
somatización y la presencia de un síntoma corporal asociado a una emoción.276
Para comprender la importancia de los circuitos emocionales en una
elucidación del inconsciente podemos acudir, a modo de ilustración, a los estudios
pioneros de MacLean.277 Éste situaba la evolución de las diversas estructuras
citoplásticas del cerebro en una diacronía filogenética. El tallo cerebral, encargado
de funciones vitales de regulación del organismo, fundamentales para la
supervivencia, tales como la respiración o el pulso, así como los ganglios basales o
'estriato', también presentes en reptiles, encargados de determinadas rutinas
incluso en las fases REM del sueño, formarían un primer nivel de nuestro cerebro,
el archipallium, o cerebro reptiliano. El sistema límbico (palleopallium), propio de los
mamíferos, estaría implicado en ciertas funciones relativas a la memoria y a la
276 Existen autores, como B. van der Kolk, que sostienen la importancia de las áreas no verbales del cerebro(amígdala, hipotálamo e hipocampo) y su relación con la somatización en especial en casos de estréspostraumático. De este modo el cuerpo estaría mucho más relacionado con las respuestas emocionales que connuestros mecanismos conscientes. Cf. B. van der Kolk, “The Body Keeps the Score: Memory and the EmergingPsychobiology of post traumatic stress”, Harvard Review of Psychiatry, 1, 1994, pp. 253-265. Una muestra másdel embodiment y lo que resulta más importante, estos procesos sobre los que Freud hizo tanto hincapié y que sesitúan por fuera de la conciencia. Así van der Kolk subraya la hipervaloración de los mecanismos cognitivosfrente a otros motores y emocionales más antiguos.277 P.D. MacLean, The Triune Brain in Evolution: Role in Paleocerebral Functions, Nueva York, 1990. Lasrelaciones entre esta figura triuna y toda una variedad de ideas místicas y esotéricas no han faltado. La propiaformulación del título por parte del autor sin duda ha ayudado. Por poner un referente más laico, aunqueprobablemente no más científico, podríamos referirnos a la división tripartita que llevaron a cabo de lasfunciones humanas Platón y Aristóteles. La idea de un alma sensitiva, vegetativa y racional quizás no andase tanmal encaminada como pareciese. Tal como señalaba MacLean “Considerado a la luz de la psicología freudiana,el cerebro visceral poseería muchos de los atributos del Ello,” cit. en J.E. Ledoux, op. cit., p. 96. InclusoMacLean se atrevía con una comparación de su modelo con las fases de la migración de la líbido descritas porFreud en sus trabajos sobre la sexualidad infantil. Pese a su valor descriptivo heurístico las críticas al modelo deMaclean han sido bastante importantes, en especial el supuesto papel del hipocampo dentro del sistema límbico.Las críticas al modelo de MacLean en relación al hipocampo se encuentran en J. O'Keefe y L. Nadel, Thehippocamus as a cognitive map, Oxford, 1978.
emoción y, a nivel comportamental, en ciertas conductas relativas al cuidado de la
progenie, englobando el hipotálamo, hipocampo y amígdala. Posteriormente se
desarrollaría lo que es el cortex y el cortex prefrontal (neopallium), asociado este
último a funciones simbólicas desarrolladas, así como a la dirección o modulación
de los procesos llevados a cabo por las restantes estructuras cerebrales. En el
niño, el hipocampo no se encuentra totalmente desarrollado lo que sí sucede con
los ganglios basales y la amígdala, esta maduración tardía del hipocampo, pieza
clave en el almacenamiento de recuerdos, también apoyaría la hipótesis de una
amnesia infantil.278 Tras nacer el niño poseería básicamente un sistema regulatorio
límbico en el procesamiento de la información proveniente de su medio y en la
regulación de las respuestas autónomas de su organismo.279 No se trataría, pues,
de una explicación basada en un aspecto conflictual psíquico, sino en el de una
determinada base neuronal.
Figura 2.2. Modelo de cerebro triuno de MacLean. De color verde apareceel cerebro archipallium reptiliano, de rojo el palleomammallium que conformael sistema límbico, y en azul el neopallium o neocortex. Estos 'tres cerebros'corresponderían a las diversas fases en la evolución y consituirían enconjunto nuestro cerebro.
278 W.J. Jacobs y L. Nadel, “Stress-induced recovery of fears and phobias”, Psychological Review, 92, 1985, pp.512-531. Los autores señalan cómo el hipocampo, al madurar después del sistema capaz de aprender a respondera ciertos estímulos que provocan respuestas de miedo, impide la existencia de las pistas mnésicas de dichoseventos condicionantes. “Así parece dudoso que sucesos traumáticos antes de los dos años se vuelvan parte denuestro sistema de memoria consciente autobiográfica, pese a que estos eventos sigan ejerciendo una influenciaen el comportamiento en los años sucesivos,” I.M. Cordón, M.-E. Pipe, L. Sayfan, A. Melinder, y G.S.Goodman, “Memory for traumatic experiences in early childhood”, Developmental Review, 24, 2004, p. 122.Joseph ha demostrado igualmente como el período de amnesia infantil puede verse retrasado de los 3-4 años a los6 en casos de maltratos o abusos a niños, R. Joseph, “Emotional trauma & childhood amnesia”, Journal ofConsciousness & Emotion, 4(2), 2003, pp 151-178.279A.N. Schore, “The effects of a secure attachment relationship on right brain development, affect regulation,and infant health”, Infant Mental Health Journal, 22, 2001, pp. 7-66.
El inconsciente cognitivo es abordado por Piaget como estructura del
pensamiento, como proceso antes que como producto final. Así ocurre con los
niños que no son conscientes de las acciones que son capaces de llevar a cabo.
Pese a actuar con respecto a esquemas sensorimotores, no poseen esquemas
representacionales de dicha acción. “Volverse consciente consiste en una
reconstrucción en un nivel superior de algo que está ya organizado, pero de modo
diferente, en un nivel inferior, así tenemos que considerar, de un lado, la cuestión
de la utilidad funcional de dicha reconstrucción y, de otro lado, la cuestión de su
proceso estructural.”280 Y es que el sujeto no sabe de las razones estructurales, de
las causas subyacentes a su comportamiento, éstas son precisamente el objeto de
la terapia analítica.281 En este sentido, lo afectivo figura de forma central en el
psicoanálisis y en su concepto de inconsciente, tal como lo entendía Piaget frente a
la psicología cognitiva.
La diferencia entre el inconsciente dinámico y el cognitivo estriba en el lugar
que obtiene el procesamiento de las emociones, “...el inconsciente psicoanalítico
es centralmente afectivo y motivacional.”282 Mientras que el inconsciente cognitivo
se basaría en información sin una relación directa con el procesamiento emocional
o estructura biológica subyacente alguna, el inconsciente dinámico se produce
como efecto de dicho tipo de procesamiento básico con una base neurobiológica y
emocional concreta. No obstante, la emoción sería un estado general de
280 J. Piaget, “The affective unconscious and the cognitive unconscious”, Journal of the AmericanPsychoanalytical Association, 21, 1973, p. 256.281 Piaget señala cómo “...no sabe nada del mecanismo interno que dirige su pensamiento,” ibid., p. 251.282 J. Weiss, “Psychoanalytic and Cognitive Conceptions of the Unconscious”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Scienceand the Unconscious, Washington, 1997, p. 38. Cf. M. Power y Ch. R. Brewin, “From Freud to cognitivescience: A contemporary account of the unconscious”, British Journal of Clinical Psychology, 30, 1991, pp. 289-310, que distingue inconsciente de represión a la hora de trazar analogías entre el inconsciente analítico ycognitivo.
integración antes que el producto del procesamiento exclusivo de ciertos circuitos,
incluyendo al propio cuerpo, al sistema nervioso periférico.
El inconsciente sólo sería accesible a la revisión mediante las experiencias
nuevas que producen reinscripciones mnésicas, éstas son el objeto propio de la
transferencia. Al recordar no sólo recuperamos un recuerdo, sino que abrimos la
posibilidad de su reescritura, de su reconsolidación. La memoria, en el momento
del recuerdo, entra en lo que se denomina un ‘estado lábil’, en el que puede ser
modificada. No sólo se modifica ese recuerdo procesado, también se podría alterar
la articulación de la respuesta condicionada, los patrones de activación
neurovegetativos o de preparación para la acción, para ocasiones futuras. De ahí la
proximidad a esta noción del concepto freudiano de reedición, de edición nueva
(neue Auflage). “La idea principal, en síntesis, es que el estímulo contemporáneo
activa una red mnésica que, a su vez, organiza y provee de significado a la actual
experiencia perceptiva. Desde esta perspectiva no hay una clara demarcación
entre recuperación, como se pensaba antes, y consolidación. Cada operación de
recuperación disparará un proceso de reconsolidación que permite la integración
de la nueva información sobre la base del pasado.”283 Hablamos de la
reconfiguración del recuerdo en su reemergencia (repetir), de su labilidad al ser
recuperada (recordar) y de una reelaboración (elaborar), una nueva inscripción,
una re-consolidación. Es esta última fase la que supone la emergencia de patrones
modificados de conducta. Lo que un fóbico entendía como situación de miedo es
reelaborada en contacto con la experiencia. Aquello que en el caso de la histérica
es una oposición entre dos tendencias,-dos deseos o representaciones
283 S.J. Sara, “Strengthening the shaky trace through retrieval”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, p. 213.Cf. K. Nader, G.E. Schafe, y J.E. LeDoux, “The labile nature of consolidation theory”, Nature Reviews:Neuroscience, 1, 2000, pp. 216-219.
incompatibles o categorizados como tales, pese a no poseer apercepción-, se
reconsolida, al poseer los estados de activación asociados una representación, de
ahí la importancia otorgada por Lacan a la creación de un nuevo significante en el
'sujeto supuesto saber' (Sq), la capacidad de asociar un estado subsimbólico con
una posible representación, en concreto, lingüística.
El conocimiento indispensable fue consciente una vez, cuando aprendimos porprimera vez que los objetos que caen pueden hacernos daño y que evitarlos odetenerlos es mejor que ser golpeados. Pero la experiencia con tales supuestos, amedida que crecimos, hizo que nuestro cerebro emparejara de manera sólida elestímulo provocador con la respuesta más ventajosa. La “estrategia” para laselección de respuesta consiste ahora en la activación de la fuerte conexión entreel estímulo y la respuesta, de manera que la puesta en práctica de la respuestaaparezca automática y rápidamente, sin esfuerzo ni deliberación, aunquevoluntariamente podemos intentar evitarla.284
284 A.R. Damasio, op. cit., p. 160.
2.1.2. Percepción
Un modelo jerárquico del aprendizaje asumiría la percepción como un primer
eslabón en la cadena de formaciones más complejas. Así, acudiendo a la idea
hebbiana de reunión de células, se puede reconstruir el aprendizaje de la siguiente
forma: primero aprendemos a reconocer líneas y ángulos organizando reuniones
de neuronas en el área visual del córtex, posteriormente estas reuniones se
interconectan para permitir la percepción de letras activando reuniones de segundo
orden. Después se reconocen las palabras mediante reuniones de tercer orden y
así hasta llegar a la facultad compleja del entendimiento.285 Este sería un ejemplo
de aprendizaje amodal, un sistema multimodal atendería, en cambio, a diversos
circuitos especializados que se encargarían de procesar diversos aspectos de un
mismo estímulo. Treisman ha puesto este aspecto de relieve en su ‘teoría de la
integración de características'. De acuerdo con ésta los diversos estímulos
provenientes del mismo objeto se almacenan y procesan de forma distinta, de
forma multimodal.286
La percepción se sitúa como primera etapa del reconocimiento e integración
de la experiencia del mundo. El proceso de percepción se suele dividir en dos
fases; una primera de sensación, que produce la estimulación y la activación de
nuestros sentidos, y una segunda de procesamiento activo de dicha sensación por
parte de una serie de mecanismos locales propiamente perceptivos, es decir,
relacionados con el órgano o sistema perceptivo activado, que proveen la
interpretación del estímulo. Posteriormente, el estímulo interpretado pasaría a
tratarse como unidad cognoscitiva. Dicho estímulo nunca se interpreta285 A.C. Scott, “The hierarchical emergence of consciousness”, S.R. Hameroff, A.W. Kazniak y A.C. Scott (eds.),Towards a Science of Consciousness. The First Tucson Discussions and Debates, Massachussets, 1996.286 A.M. Treisman, y H. Schmidt, “Illusory conjunctions in the perception of objects”, Cognitive Psychology, 14,1982, pp. 107-141 o A.M. Treisman, “Properties, Parts and Objects”, K.R. Boff , L. Kaufman y J.F. Thomas,Handbook of perception and human performance, Nueva York, 1986.
aisladamente, sino siempre en el contexto.287 Es así que la percepción no es de por
sí neutra, sino que depende de otros procesos de información simultáneos.
El recorrido de la información en el cerebro, tras llegar al área visual, situada
en el lóbulo occipital, se dirige básicamente en dos direcciones, dorsal, hacia el
lóbulo parietal, y ventral, al lóbulo inferotemporal. Se denomina percepción
indirecta a la que sucede en la corriente ventral, centrada en el sujeto y su
procesamiento mental; la percepción incluye procesos constructivos que completan
la realidad percibida (sistema visual cognitivo). En la corriente parietal sucede la
percepción directa, que se concentra en la interacción ecológica entre organismo y
medio. Aquí la percepción se entiende como obtención de información directa
acerca de las propiedades invariantes del medio y sus objetos (sistema visual
motor). El procesamiento ventral, centrado en el lóbulo temporal, se basaría en
manipulación genérica de símbolos, el procesamiento dorsal del lóbulo parietal, por
su lado, estaría relacionado con habilidades motoras.288 Esta división señala la
existencia de dos procesos simultáneos. Por un lado, el reconocimiento del objeto
externo tal cual; por otro, la preparación para la interacción con éste. Dicha
prepraración para la acción se produce con anterioridad a un reconocimiento
exacto del objeto, pues dicha función poseería una importancia evolutiva básica en
la conservación del individuo y por ende de la especie.
287 H. Helson, Adaptation level theory. An experimental and systematic approach to behavior, Nueva York,1964, diferencia entre estímulos focales, de fondo y residuales. Si bien estos dos se acomodan a la distincióngestáltica entre fondo y forma, la última categoría recoge estímulos pretéritos del observador que actúan en laformación de la percepción. Cf. S. Coren, “Constraints on context effects in perception: Evidence from visualillusions”, L.M. Ward (ed.), Fechner Day 94. Proceedings of the International Society for Psychophysics,Vancouver, 1994, donde la autora señala como, frente a la opinión general, la percepción no es sólo un procesode fuera a dentro, sino que otros procesos internos influyen en su configuración.288 M.A. Goodale y A.D. Milner, “Separate visual pathways for perception and action”, Trends in Neuroscience,15(1), 1992, pp. 20-25.
Figura 2.3. Triángulo de Kanisza.
Los estímulos son la mayor parte de las veces incompletos. Cuando vemos a
alguien detrás de un mostrador asumimos que posee piernas y es un ser humano y
no un robot de medio cuerpo. Incluso en ocasiones corregimos nuestra percepción
pese a las características propias del estímulo, predeterminando las características
de éste.289 Las ilusiones ópticas producidas por figuras como el triángulo de
Kanisza, en el que se 'rellena' la percepción, muestran cómo la actividad neuronal
puede proceder a completar el contenido que falta. Un procesamiento no integrado
hace que las neuronas respondan a diversas partes del estímulo y produzcan una
ilusión. No es de extrañar que con frecuencia se incluyan datos no presentes en el
estímulo, “…algunos datos sugieren que cuando hemos percibido algo con
claridad, la memoria perceptiva se resiste a cualquier cambio posterior. Parece que
las sugerencias provenientes de un contexto posterior (posiblemente falso),
proporcionado después del suceso perceptivo real, sólo rellenan huecos en la
289 L.H. Bernstein, V. Bissonnette, A. Vyas y P. Barclay, “Semantic priming: Subliminal perception or contexts”,Perception&Psychophysics, 45, 1989, pp. 153-161. En los experimentos llevado a cabo por los autores sepresentó a los sujetos una serie de estímulos de una mujer con un tercer ojo en la frente, ciertos sujetos seempecinaban en ver sólo dos incluso después de focalizar su atención hacia dicho elemento. La representacióncategorial de 'mujer' entraría en conflicto con la percepción de una característica imposible hasta el punto denegar la percepción.
percepción.”290 Estas expectativas y creencias, inscritas de modo neuronal, influyen
en nuestra percepción y la deforman, produciendo lo que se denomina
predisposición o set perceptivo.
A la hora de entender el procesamiento de las sensaciones en la construcción
de las percepciones hay dos teorías básicas. Aquellas que integran el estímulo de
acuerdo a su carácter fenomenológico, como conjunto de datos sensibles
(information-driven), y aquellas que suponen un reconocimiento mediante
categorías, es decir, mediante el archivo de nuestras experiencias previas. La
percepción humana ocurre probablemente a medio camino entre estas dos teorías,
maximizando los datos sensoriales brutos y utilizando el depósito de conocimiento
adquirido al enfrentarse a otros estímulos similares.
Íntimamente relacionada con la percepción se sitúa la atención en la
apercepción de estímulos, en especial el nivel de atención mínimo requerido para
producir la conciencia subjetiva de un estímulo. Cierto nivel de atención pudiera
marcar la barrera entre la simple percepción y la conciencia, en el sentido de
representación fenomenológica. A su vez, la relación entre atención e
intencionalidad es estrecha, pues sólo podemos fijar nuestra atención sobre algo.
La atención influye en los umbrales de apercepción, a este respecto es interesante
señalar la llamada 'ceguera inatencional' (inattentional blindness) en la que, pese a
'mirar', en ausencia de atención, no se 've'. El sesgo de confirmación ocurre, por su
parte, cuando fijamos nuestra atención a la espera de un evento como la llegada
de un ser querido y creemos oir sonar el timbre de la puerta al cual estamos
atentos, vemos, percibimos, sin mirar, sin sensación desencadenante alguna. La
290 S. Coren, L.M. Ward y J.T. Enns, Sensation and Perception, 2004, Hoboken, p. 541.
atención parece jugar un papel tan fundamental que se ha llegado a sostener una
posición fuerte según la cual sin atención no hay percepción consciente.291
Los estudios sobre percepción han servido también para admitir la posibilidad
del procesamiento de estímulos que se registran sin dejar huella alguna
recuperable.292 Se procesaría cierto estímulo en ausencia de apercepción
(awareness), faltando un registro fenomenológico recuperable. Contra la opinión
tradicional se puede efectivamente percibir sin tener apercepción. Se disocian dos
procesos aparentemente unidos, percepción, en sentido general, aplicado no sólo a
la vista, sino a los otros sentidos, y apercepción o experiencia subjetiva. Esta
brecha muestra la posibilidad de adquirir información y comportarse de acuerdo
con ella pese a ocurrir por debajo de los umbrales de la apercepción requeridos
para obtener una representación.
Del mismo modo se acepta la debilidad de todo análisis introspectivo. Un
sujeto puede actuar conforme a una información obtenida, sin poseer ninguna
representación de dicha experiencia, sin tener registro consciente de dicha
información, 'sin darse cuenta'. La mente, tal como señalaba Freud, desborda los
límites de la conciencia cartesiana e incluye procesos activos que operan sin
nuestra atención, como ocurre en el caso de las instrucciones para subir una
escalera que nos daba Cortázar.
291 A. Mack e I. Rock, Inattentional Blindness, Cambridge, 1998.292 Para un estudio de las metodologías y planteamientos de este área de trabajo cf. P.M. Merikle y M. Daneman,“Conscious vs Unconscious Perception”, M. Gazzaniga (ed.) The New Cognitive Neurosciences, Londres, 1999.“Dada la evidencia que se ha ido amontonando en los últimos cien años, no existe ya casi duda de que losprocesos inconscientes juegan un papel importante determinando sentimientos, pensamientos y acciones,” ibid.,p. 1302. Cf. P.M. Merikle, D. Smilek, J. D. Eastwood, “Perception without awareness: perspectives fromcognitive psychology”, Cognition, 79, 2001, pp. 115-134. Cf. L.L. Jacoby y C.M. Kelley, “A Process-Dissociation Framework for Investigating Unconscious Influences: Freudian Slips, Projective Tests, SubliminalPerception, and Signal Detection Theory”, Current Directions in Psychological Science 1(6), 1992. K. Henke, T.Landis y H.J. Markowitsch, “Subliminal perception of words and faces”, International Journal of Neuroscience,75 (3-4), 1994, pp. 181-7.
Figura 2.4. Ejemplo de paradigma disociativo en el que α supone el informe lingüístico del sujeto y εun estado corporal visible y público. Al producirse una disociación en el sentido de que ε>α se haproducido un procesamiento corporal sin que el sujeto sea capaz de relatar cambio alguno. En eldibujo se muestra el caso de una joven que, en determinada situación, muestra un enrojecimiento dela piel y una serie de fenómenos propios de un estado de irritación (ε), pese a no poseerrepresentación de ésta, o, al menos, no ser capaz de articularla lingüísticamente (α). [Fuente: M.H.Erdelyi, Psycoanalysis. Freud's Cognitive Psychology, Nueva York, 1984, p. 77].
A diferencia de los estímulos percibidos conscientemente, aquellos que se
producen bajo el umbral de la apercepción, no recuperables, muestran así mismo
robustez y pregnancia con respecto a lo que posteriormente es percibido de modo
consciente, produciendo igualmente un sesgo en el modo en que dicho estímulo
consciente es procesado; influyen la manera en que percibimos.293 No es de
extrañar la asunción psicoanalítica: experiencias pasadas no recuperables siguen
influyendo no sólo en cómo percibimos nuevas experiencias conscientes, sino que
marcan un sesgo mayormente eficaz a la hora de actuar con respecto a nuevas
situaciones. La recuperación y reconstrucción de dichas experiencias permite293 “Posner y Rothbart (1992) han distinguido entre una red de atención posterior, que media en la orientación dela atención y una red de atención anterior que media en la apercepción consciente de los objetos esperados. Dadaesta distinción, los estímulos percibidos sin atención pueden influir en lo que se espera a través de la red deatención posterior e influyen en cómo estímulos esperados son experimentados conscientemente mediante la redatencional anterior,” P.M. Merikle, D. Smilek y J. D. Eastwood, “Perception without awareness: perspectivesfrom cognitive psychology”, op. cit., p. 132. Cf. M.I. Posner y M.K. Rothbart, “Attentional mechanisms andconscious experience”, A. D. Milner y M. D. Rugg (eds.), The neuropsychology of consciousness, Londres,1992.
recobrar el sesgo para la conciencia y actuar con atención sobre dichas formas de
procesamiento y categorización que actúan de forma imperceptible, fuera de la
conciencia del sujeto.
Generalmente se acepta que las causas de este estadio subliminal, por el que
ciertos estímulos no son capaces de entrar en la conciencia, son, por un lado, la
insuficiente exposición,-en general una presentación por debajo de los 500ms-, o la
baja intensidad del estímulo, que no llega a alcanzar el umbral de la conciencia. De
hecho la mayor parte de los procesos son inconscientes, sólo alcanzan la
conciencia aquellos que activan cierto número mínimo de neuronas,
-probablemente menor en aspectos emocionales que cognitivos, pues las
emociones requieren de un número menor de neuronas para su procesamiento y
activación-, produciendo una frecuencia entre los 40-70 Hz sostenida durante un
mínimo de tiempo de modo sincronizado. Si no se cumple alguna de estas
condiciones si bien habrá procesamiento de información, ésta no pasaría a formar
parte de la experiencia fenomenológica del sujeto.294
En los estudios acerca de la percepción subliminal se ha mostrado la
existencia de información sobre estímulos que no han dejado ningún tipo de huella,
que aparentemente no son recuperables por el sujeto, pero que infuyen en el modo
de resolver tareas similares. Éstos interactúan con estímulos supraliminales, es
decir, poseen capacidad de sesgar nuestro conocimiento. Se trata de un
procesamiento sin apercepción (awareless), con efectos cognitivos.295
294 R. Hoffman, “What neural network studies suggest regarding the boundary betwen conscious and unconsciousmental processes”, D.J. Stein, Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997.295 B. Libet, W.W. Alberts, E.W. Wright y B. Feinstein, “Cognition without awareness: Subliminal influencesupon conscious thought”, Science, 158, 1967, pp. 1597-1600.
Smith, Spence, y Holt296 mostraban en sus trabajos pioneros cómo al unir un
estímulo visual, como una cara inexpresiva, con un estímulo subliminal auditivo,
como “feliz” o “enfadado”, éstos modificaban la percepción del sujeto del estímulo
consciente neutro. Así este tipo de inputs poseen los denominados efectos de
priming, que han sido observados en experimentos con palabras memorizadas, en
los que la ocurrencia de un término afecta la percepción.297
...en tanto estímulos periféricos escapan la categorización y la valoracióndisciplinada del juicio consciente (…) y pueden combinarse más fácilmente con lasimpresiones del rostro. Presentado en la conciencia, el estímulo podría ser vistomás fácilmente como una palabra seguida de un rostro y las impresiones delprimero podrían no ser asimiladas a las del segundo. Sugeriríamos tentativamente,que porque [los estímulos happy y angry] no alcanzaron la conciencia fueronrelativamente efectivos en influir sobre las reacciones al rostro.298
Una de las propuestas más plausibles de explicación de estos fenómenos
entiende el mecanismo perceptivo como confluencia de una multiplicidad de
estímulos, adoptando un modelo de percepción multiprocesal.299 Se procesa más
de lo que apercibimos y sólo una pequeña porción de los estímulos procesados
alcanzan representación fenomenológica. Un caso clásico es el ‘efecto Pötzl’:300 al
presentárseles un paisaje a ciertos sujetos éstos dibujaron algunos aspectos del
296 G.J.W. Smith, D.P. Spence y G.S. Klein, “Subliminal Effects of Verbal Stimuli”, Journal of Abnormal andSocial Psychology, 59, 1959, pp. 167-176.297 L.L. Jacoby y M. Dallas, “On the relationship between autobiographical memory and perceptual learning”,Journal of Experimental Psychology: General, 110, 1981, pp. 306-340. H. Shevrin y D.E. Fritzler, “Visualevoked response correlates of unconscious mental processes”, Science, 161, 1968, pp. 295-298. J.A. Bargh y P.Pietromonaco, “Automatic information processing and social perception. The influence of trait informationpresented outside of conscious awareness on impression formation”, Journal of Personality and SocialPsychology, 43, 1982, pp. 437-449. J.G. Kepecs y R. Wolman, “Preconscious perception of transference”,Psychoanalytic Quarterly, 41(2), 1972, pp. 172-194.298 G.J.W. Smith, D.P. Spence y G.S. Klein, op. cit., p. 175.299 M.H. Erdelyi, “A new look at the New Look: Perceptual Defence and Vigilance”, Psychological Review, 81,1974, pp. 1-25. E. Shevrin y S. Dickman, “The Psychological Unconscious”, American Psychologist, 35, 1980,pp. 421-434.300 O. Pötzl, “The relationships between experimentally induce dream images and indirect vision, preconscioussimulation in dreams, associations and images”, Psychological Issues Monograph, 7, 1917, pp. 46-106. Laedición de 1919 de la Traumdeutung hacía referencia a la 'importante contribución' de los estudios de Pötzl.
mismo tras su exposición. Partes del mismo paisaje que no figuraba en su
representación aparecieron, no obstante, en sus descripciones y dibujos del día
siguiente.
Algunos trabajos trataron la conexión de ciertas palabras con redes
semánticas,301 de tal forma que tras la exposición a un estímulo subliminal los
individuos eran capaces de recordar, dentro de una lista de términos, aquellos que
estaban relacionados semánticamente con el estímulo inicial. Igualmente otras
experiencias han mostrado la preponderancia del procesamiento semántico de los
estímulos subliminales.302 Los estímulos subliminales se diferencian del puro
subreconocimiento en que el estímulo es reconocido pero su exposición no permite
el procesamiento correcto, impidiendo su identificación. En estos casos se
recuerda con mayor facilidad estímulos relacionados estructuralmente (town-flown
antes que city).303
Shevrin y sus colegas han utilizado precisamente la metodología de los
estudios subliminales para probar la existencia de información procesada de forma
inconsciente. Para ello usaron una serie de palabras y frases apropiadas a la
experiencia consciente del síntoma dada por el paciente, o bien al supuesto
301 D.P. Spence y B. Ehrenberg, “Effects of oral deprivation on responses to subliminal and supraliminal verbalfood stimuli”, Journal of Abnormal and Social Psychology, 69, 1964, pp. 10-18.302 J.A. Groeger, “Evidence of unconscious semantic processing from a forced error situation”, British Journal ofPsychology, 75, 1984, pp. 305-314. Para una discusión general cf. P.M. Merikle, D. Smilek y J.D. Eastwood,“Perception without awareness; perspectives from cognitive psychology”, op. cit., estos autores concluyen conque, “tras más de un siglo de estudios investigando la percepción sin apercepción (awareness) es posible concluirque una considerable confianza que la información de un estímulo puede ser percibida incluso cinado no existeapercepción de la percepción,” ibid., p. 131.303 Los estudios con neuroimagen avalan, por su parte, el hecho de que existe un procesamiento diverso para lagrafía de la palabra, para el significado, y la fonología. Igualmente parece existir una relación entre la modalidadaudio verbal, de la que dependería la conciencia de sí, mientras que la modalidad visual estaría relacionada conla relación con objetos. Pese a esta preferencia, la plasticidad neuronal permite que se produzcan cambios tantoen función como en localización mediante cambios en el medio de aprendizaje. Así se ha comprobado almodificar el área auditiva y conseguir que fuese utilizada como área visual en ratones. L. Melchner, S. Pallas yM. Sur, “Visual behaviour mediated by retinal projections directed to the auditory pathway”, Nature, 404, 2000,pp. 871-875. M. Merzenich, “Seeing in the sound zone”, Nature, 404, 2000, p. 820. En humanos parece pasar deforma similar pero sólo durante los primeros años de desarrollo. Después de pasada cierta ventana en eldesarrollo dichas funciones se mantienen estables.
conflicto inconsciente. Tras exponerlos subliminalmente a este tipo de pistas se
midió el potencial relativo al evento (ERP) que muestra la existencia de cierto
proceso cerebral complejo. Así aunaron psicoanálisis, psicología cognitiva y una
medida psicofisiológica para mostrar la existencia de un inconsciente conflictivo.304
El inconsciente psicoanalítico obtiene su primacía y robustez precisamente por
la incapacidad de las representaciones de alcanzar la conciencia y de ser
discriminadas a nivel consciente. El inconsciente podría ser entendido como
modalidad básica de procesamiento de todo tipo de estímulos, que llegan a
procesarse conscientemente sólo si (a) ha habido suficiente exposición, y (b) ésta
no ha sido inhibida o disociada.305
304 H. Shevrin, J.A. Bond, L.A.W Brakel, R.K. Hertel y W.J. Williams, Conscious and Unconscious Processes.Psychodynamic, Cognitive, and Neurophysiological Convergences, Nueva York, 1996. Una de las críticas que sehace del paradigma experimental empleado es la utilización de pistas verbales que parece sesgar hacia uncarácter lingüístico del inconsciente. De hecho Shervrin y sus colegas señalan la falta de representación en elfondo de los conflictos psicodinámicos y, por otro cómo la represión tiene como objeto contenido ideacional,representado, no una carga afectiva indeterminada.305 “...quizás todos los sucesos mentales comienzan inconscientemente y [que] un factor que diferencia un eventoconsciente de uno que nunca llega a serlo es que el evento consciente ha tenido, en términos de Libet, suficientetiempo (time-on),”L.A.W. Brakel y M. Snodgrass, “From the Brain, the Cognitive Laboratory, and the Couch”,Journal of the American Psychoanalytic Association, 46(3), 1998, p. 907. La barrera de exposición de la que sehabla es de 500 milisegundos para la producción de un procesamiento consciente. A este respecto también seseñala la existencia de un ‘potencial de preparación’ (readiness potential), un potencial eléctrico en el cerebroque antecede a cualquier actividad muscular con más de un segundo de anterioridad a cualquier acto voluntario.Cf. B. Libet, “The neural time factor in perception, volition and free will”, Revue de Métaphysique et Morale, 2,1992, pp. 255-272. Ibid., “The neural time factor in conscious and unconscious events”, T. Nagel (ed.),Experimental and Theoretical Studies of Consciousness, Nueva York, 1993, pp. 123-146.
2.1.3. Aprendizaje
Habida cuenta del contenido que poseería el inconsciente desde una
perspectiva cognitiva, la transferencia podría ser aprehendida, a su vez, como un
proceso de aprendizaje, en un contexto intersubjetivo, que comporta un cambio
cognitivo y conductual, si bien actuando sobre estructuras o esquemas que no son
accesibles de forma directa al sujeto. De modo similar se ha propuesto entender la
neurosis, desorden psicoanalítico central, no como enfrentamiento entre pulsiones
y una instancia censuradora, de acuerdo con una interpretación freudiana más
purista, sino como ‘calidad de conocimiento’ inadecuada, como procesos activos
inadecuados.306
En la transferencia como proceso de aprendizaje se reeduca un tipo de
procesos basales concretos, las emociones, en sentido genérico, como reacciones
automáticas del organismo a estímulos externos.307 Las emociones son, desde una
perspectiva evolutiva, respuestas rápidas que da el organismo ante situaciones
determinadas que requieren de celeridad en el procesamiento y cuyo paso por
estructuras superiores, más lentas en el procesamiento, pondría en peligro la vida
del individuo. Las emociones poseen una primacía filogenética al haberse
desarrollado las estructuras responsables de éstas con anterioridad a las corticales.
Los experimentos de Berry y Broadbent señalan cómo la práctica en la
organización de un sistema simulado permitía adquirir pericia en dicha simulación306 “La calidad de este conocimiento depende de los efectos de las interacciones sobre la salud psicobiológica delindividuo, en especial durante su crecimiento. En caso de que estos efectos entren en conflicto con los requisitospara la salud psicobiológica se abre el camino para el desarrollo de conocimiento disfuncional. El conocimientodisfuncional es, de acuerdo con nuestro modelo, el camino patogenético de los conflictos intrapsíquicos que danlugar a la neurosis,” M. Koukkou y D. Lehman, “Ein systemtheoretisch orientiertes Modell der Funktionen desmenschlichen Gehirne und die Ontogenese des Verhaltens”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens(eds.), op. cit., p. 299.307 A. Schwartz, “Drives, affects, behavior and learning: Approaches to a psychobiology of emotion and of anintegration of psychoanalytic and neurobiologic thought”, Journal of the American Psychoanalytic Association,4, 1986, pp. 467-506. Relaciona teorías del aprendizaje con el psicoanálisis en relación a sus teorías de lamotivación y de la existencia de afectos positivos y negativos como refuerzo. La división entre insight ytransferencia puede ser reconciliada con una teoría del aprendizaje.
pero no suponía un conocimiento lingüístico explícito que sí era adquirido en
cambio al obtener instrucciones lingüísticas acerca del funcionamiento del
sistema.308 No es de extrañar la influencia de una explicación como la psicoanalítica
que, al formular un modelo mental, influye en la propia comprensión del sujeto de
los mecanismos que actúan a un nivel sub-subjetivo, permitiendo cierta
manipulación de las mismas.
Según una definición general el aprendizaje implícito, dentro del cual se
encuadraría la transferencia, sería “...el proceso mediante el cual nos hacemos
sensibles a ciertas regularidades en el medio (1) en ausencia de intención en
aprender dichas regularidades, (2) en ausencia de la conciencia de que uno está
aprendiendo, (3) de tal modo que el conocimiento resultante es difícil de
expresar.”309 Las características propias de dicho aprendizaje son las que han
eludido, durante la historia de la transferencia, una formulación exacta. En
ausencia de conciencia del aprendizaje que se está llevando a cabo, no resulta
muy difícil poner en tela de juicio el psicoanálisis, y aún menos ayuda el hecho de
que dicho conocimiento adquirido por el sujeto sea difícilmente expresable. A
diferencia de los estudios de percepción subliminal, con estímulos genéricos, el
psicoanálisis daría cuenta de casos de aprendizaje implícito particulares en los que
las instrucciones procesadas también variarían de un caso a otro, pues son
trabajadas en conjunto por el analista y analizante en función de la reconstrucción
llevada a cabo.
En ausencia de correlatos subjetivos de dicho aprendizaje habremos de hacer
hincapié en los mecanismos implícitos, estructurales y genéricos, que posibilitan el
308 D.C. Berry y D.E. Broadbent, “On the relationship between task performance and associated verbalizableknowledge”, Quarterly Journal of Experimental Psychology, 36, 1984, pp. 209-231.309 A. Cleeremans, “Implicit Learning,” L. Nadel (ed.), Encyclopedia of Cognitive Science, Cambridge, 2003.
cambio en la ausencia de conciencia. Como se señala desde ciertas direcciones de
las teorías de incorporación, o embodiment, desaprender actitudes y patrones
persistentes pasa por algo más que una lista de argumentos persuasivos. Se
requiere una identidad con la modalidad concreta de patrones que pretende
modificar.310 Más allá del descubrimiento de recuerdos reprimidos, el analista juega
un papel fundamental, al propiciar un vínculo en el que el paciente recupere
modalidades de activación subsimbólicas. La relación de transferencia supondría
una nueva recategorización de la relación con el medio, con los objetos externos.
De una forma intuitiva y general habríamos de traducir la transferencia como
un efecto de “construcción y reconstrucción continua de pensamientos,
sentimientos, deseos, miedos, patrones de relación y formas de regulación del
afecto en la experiencia de nuevas relaciones que sólo pueden ser entendidas en
el contexto de las antiguas.”311 El psicoanálisis como praxis conllevaría un
aprendizaje que ha de actuar sobre los procesos subcorticales ya estables. Más
específicamente, se trata de un trabajo sobre ciertos procesos de contenido
afectivo que son los que regulan las emociones incorporadas del sujeto y que
generan toda una serie de experiencias fenomenológicas.
Durante el proceso psicoanalítico van produciendo el analista y el analizado, en eldiscurrir de su comunicación, un conocimiento común que fundamenta unaduradera reorganización. Juntos están en la búsqueda y el descubrimiento desimilitudes y diferencias entre sucesos y situaciones presentes y pasados a travésde los que, en la protegida relación con el analista, surge una reestructuraciónprogresiva del conocimiento del analizado sobre su biografía. La reorganización delconocimiento biográfico del lado del analizado se entiende como el factor central enla cura. La 'talking-cure' de Freud aparece justo por ello como un descubrimiento
310 P.M. Niedenthal, L.W. Barsalou, P. Winkielman, S. Krauth-Gruber y F. Ric, “Embodiment in Attitudes,Social Perception, and Emotion”, Personality and Social Psychology Review, 9(3) 2005, pp. 184-21.311 D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: II. Implications for theories oftransference,” Journal of the American Psychoanalytic Association, 50(1), 2002, p. 130.
genial, al utilizar las funciones basales del cerebro para poner en marcha lareorganización de la biografía del paciente.312
En esto se basa el amplio sentir psicoanalítico de que, a diferencia de las
terapia breves cognitivo-conductuales, el psicoanálisis promueve un cambio
estructural de la personalidad que incide, antes que sobre los pensamientos o
actitudes, sobre las bases neurales del organismo. Se recupera para la atención el
comportamiento y las actitudes propias, los procesamientos sub-subjetivos, por
debajo del umbral de la apercepción, reinscritos en la interacción con el analista. La
recuperación de la atención se lleva a cabo al reproducir lingüísticamente la
experiencia y los comportamientos que son guiados por ésta, al dotarle de una
representación simbólica. Se atiende al síntoma y se lo sitúa en una cadena causal
como efecto de una experiencia, se elimina el condicionamiento al observar que
cierto estímulo interno o externo (antecedente) no implica necesariamente una
reacción en forma de síntoma o comportamiento genérico (consecuente). Dicha
relación causal tiene que ver tanto con un condicionamiento, como con la ausencia
de un repertorio de comportamientos diversos al enfrentarse al estímulo.
En las ciencias cognitivas se suelen verificar hipótesis de trabajo mediante
modelos que son capaces de replicar el comportamiento en base a una serie de
instrucciones. El simulador CLARION, ideado por Sun y sus colaboradores,
muestra una comprensión de procesos de aprendizaje implícito extrapolable al
modelo transferencial.313 Este modelo de aprendizaje de habilidades básicas sin
contenido explícito no sólo muestra la eficiencia del conocimiento adquirido de
modo procedimental, sino que señala cómo el conocimiento adquirido en esta312 D. Bürgin, “Einleitung”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), Erinnerung vonWirklichkeiten. Psychoanalyse und Neurowissenschaften im Dialog. Band II: Folgerung für diepsychoanalytische Praxis, Stuttgart, 1998, pp. 23-4.313 R. Sun, E. Merrill y T. Peterson, “From implicit skills to explicit knowledge: a bottom-up model of skilllearning”, Cognitive Science, 25, 2001, pp. 203-244.
modalidad, su implementación, no requiere de conocimiento explícito. CLARION se
basa en dos niveles de procesamiento, uno simbólico y otro subsimbólico o
distribuido (conexionista), que incluso pueden competir entre ellos, avalando un
posible modelo conflictual de la mente con semejanzas con el modelo
interhemisférico. Una vez adquirida una determinada habilidad, la verbalización
permite atraer la atención hacia ciertos aspectos para mejorar la performance.314
En psicoanálisis se produciría, de modo similar, la existencia de ciertos
patrones aprendidos de modo implícito cuya verbalización o producción, mediante
la intervención del analista, permitiría desarrollar un conocimiento explícito que
modificaría el aprendizaje previo en forma de automatismos y patrones recurrentes.
En el modelo CLARION ésto sucede de forma similar.
El sujeto al comienzo acometía (performed) las tareas de modo “instintivo”, sinapercepción consciente de ninguna regla o estrategia particular. Gradualmente, al“darse cuenta” (realize), y observar luego los resultados, el sujeto era capaz derepresentarse (figure out) las reglas de acción explícitamente.315
La performance de ciertas rutinas puede producirse sin ningún obstáculo, pese
a la falta de explicitación de su contenido. Existiría una brecha entre la
performance, como habilidad inferior, enactuada, y la capacidad superior de dar
cuenta de las instrucciones seguidas o competencia.
Los estudios de Reber muestran a este respecto la capacidad que poseen las
personas de generar respuestas sobre cierta serie de pistas (cues) y su
314 “Uno podría argüir que si un modelo de un sólo nivel puede dar cuenta de los datos (potencialmente),entonces no hay necesidad para un segundo nivel. Nuestra visión es diferente: Intuitivamente y de acuerdo con elsentido común existe una distinción entre pensamiento implícito y explícito (o, aproximadamente, procesosconscientes e inconscientes). Más aún, existen diversos argumentos filosóficos y psicológicos que avalan estepunto. La mejor explicación para esta distición bien establecida es, por naturaleza, un sistema que posea estosdos componentes correspondientes, antes que un sistema que se encuentre constreñido a implementar ambostipos de conocimiento en una arquitectura de un solo nivel,” ibid., p. 231.315 Ibid., p. 226.
incapacidad de detectar las reglas subyacentes a la serie de respuestas, el
mecanismo procedimental del cual el sujeto no tiene conciencia pero que aplica en
su elección. “No es conocimiento simbólico, la información codificada de modo
procedimental no está en representación de otra cosa... El conocimiento
declarativo puede ser recordado, el conocimiento procedimental sólo puede ser
actuado”316 Se trata de un concepto amplio de memoria, relacionado con la
incorporación de la mente, que ha de englobar no sólo la rememoración simbólica,
sino motora, como era el caso del acting-out, “...el analizado no recuerda nada de
lo olvidado y reprimido sino que actúa. Lo reproduce, no como recuerdo, sino como
hecho, lo repite sin saber, naturalmente que lo repite.”317
A lo largo del propio discurrir de Freud se produce un cambio en su
comprensión del recuerdo. Paulatinamente se va deshaciendo de la metáfora
arqueológica de la memoria, según la cual se debería ir desenterrando una serie de
recuerdos de la más tierna infancia, y se tiende hacia una posición más
constructiva, más activa, que no atiende necesariamente a una realidad
efectivamente experimentada. En su obra tardía, Construcción en el Análisis,318
reconstrucción no equivale ya tanto al primigenio concepto de reedición, que
conllevaba la enmienda y adición, sino la labor activa en el propio hecho de
recordar, que deja de relacionarse con un pasado real para pasar a depender de la
intervención propia del analista.
316 R.B. Clyman, “The Procedural Organization of Emotions: A Contribution From Cognitive Science To ThePsychoanalytic Theory Of Therapeutic Action”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 39(Suplemento), 1991, p. 352.317 S. Freud, Erinnern, Wiederholen und Durcharbeiten, op. cit., pp. 209-210. Posteriormente comenta, “porejemplo: el analizado no cuenta el hecho de acordarse que era terco e incrédulo frente a la autoridad de suspadres, sino se comporta de esa forma frente al médico,” ibid.318 S. Freud, Konstruktion in der Analyse, Sta., Ergänzungsband,
Mediante esta nueva teoría de la memoria nos parece que la investigación
psicoanalítica clínica de los últimos años ha recibido un apoyo interdisciplinar ya
que se postula cada vez más radicalmente que el cambio terapéutico no sucede
sólo como la exposición de traumas de la primera infancia (metáfora arqueológica),
a través de la 'pura comprensión en la cabeza del analizado', sino que la
elaboración en la relación de transferencia con el analista (incluida las experiencias
sensomotoras-afectivas en la interacción terapéutica), esto es la ‘resonancia
corporal’ entre dos personas, es lo fundamental.319
El sistema nervioso no se encarga tanto de absorber el caudal de información
que proviene de su medio como de generar un modelo y analizar la información de
acuerdo con dicho modelo.320 El estímulo se amolda a la experiencia almacenada,
se aplana e interpreta la realidad de acuerdo con las expectativas del sujeto, dando
lugar a los denominados patrones de expectativa, prototipos o representaciones
de interacciones generalizadas (RIGs), modos, en definitiva, de relacionarse.321 Los
neuróticos sufrían, según Freud, de transferencias, de sus interacciones con sus
semejantes, y esto se juega, según Lacan, al nivel de la identificación. “El
319 M. Leuzinger-Bohleber, R. Pfeifer y K. Röckerath, “Wo bleibt das gedächtnis? Psychoanalyse und EmbodiedCognitive Science im Dialog”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), op. cit., p. 580. “Setrata de modificar al inconsciente en múltiples niveles: en las creencias matrices pasionales, pero también en lasformas de reaccionar a nivel afectivo, a nivel neurovegetativo, a nivel de mecanismos anteriores a la proyección,a la represión, a la negación, como son la desconexión del entorno, el bloqueo emocional, la desactivaciónparcial del desear, incluso el intentar suspender -a veces exitosamente- la actividad mental…” H. Bleichmar, “Elcambio terapéutico a la luz de los conocimientos actuales sobre la memoria y los múltiples procesamientosinconscientes,” Aperturas Psicoanalíticas, http://www.aperturas.org/9bleichmar.html La memoria pierde sucarácter esencialista, así como su aparente carácter unitario como proceso, para dar lugar a una comprensión másamplia. La variabilidad constante y el cambio incesante a nivel micro ha de permitir una estabilidad de lasrepresentaciones y del lugar del sujeto en el mundo, del nivel molar. La memoria sería la “...capacidad definidade organizar procesos neurológicos poniendo en relación de forma análoga apercepción y movimientos,coordinándolos conjuntamente y de esta forma recategorizándolos, tal como ocurrió en situaciones previas. Deesta forma se entiende la memoria en las embodied cognitive science, como un proceso activo y creativo delorganismo en su conjunto, relativo a procesos de coordinación sensomotores-afectivos y puestos así en relaciones'automáticas', procesos de recategorización en continua adaptación.” W.J. Clancey, “The frame-of-referenceproblem in the design of intelligent machines”, K. van Lehn (ed.), Architectures for Intelligence, Nueva Jersey,1991, p. 253.320 R. Pally, “Non-Conscious Prediction and a Role for Consciousness in Correcting Prediction Errors,” Cortex(en prensa). Cf. R.R. Hassi, J.S. Huleman, J.A. Bargh, The Cognitive Unconscious, Oxford, 2004.321 D. Stern, El mundo interpersonal del infante, México, 1991.
psicoanálisis ha sostenido ampliamente cómo el modo en que una madre y su hijo
interactúan crea en la mente del niño la primera representación interna, no sólo de
otra persona, sino de una interacción, de una relación. Esta representación inicial
de personas y relaciones se cree crítica para el subsiguiente desarrollo psicológico
del niño.”322 En otros mamíferos existe igualmente un vínculo directa entre la
relación con la madre y la constitución psicológica con bases neurológicas, por
ejemplo la fortaleza a factores estresantes.323
Interiorizar una posición subjetiva supone un modelo de interrelación que es
reproducido de modo autónomo por el sujeto mediante su forma de categorizar y
comprender el medio y sus patrones de activación neurovegetativos, de enactuar
en éste, dando lugar, por ejemplo, a la experiencia fenomenológica de sentimientos
de culpa o inhibiciones. Cuando me dirijo a alguien actúo, hasta cierto punto, con
referencia a alguien subsumido según Lacan. Lo que muestran las ciencias
cognitivas y la neurociencia es que ello no podría ser de otra manera, pues las
modalidades de interrelación modifican nuestras respuestas como organismo, lo
que se denomina un episodio o expectativa personal, “una sucesión conocida e
invariante de sucesos es almacenada como representación del acontecimiento.”324
Suponen, pues, ciertos formatos no simbólicos de experiencia, como estados de
excitación, evitación, o respuestas motoras incontroladas, tales como son
formulados mediante los esquemas de estar con otro de cierto modo (schema-of-
being-with-another-in-a-certain-way).325 322 E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatryrevisited”, American Journal of Psychiatry, 156(4), 1999, p. 513.323 D. Liu, J. Diorio, B. Tannenbaum, C. Caldji, D. Francis, A. Freedman, S. Sharma, D. Pearson, P.M. Plotsky,M.J. Meaney, “Maternal care, hippocampal glucocorticoid receptors, and hypothalamic- pituitary-adrenalresponses to stress”, Science, 277, 1997, pp. 1659–1662. P.M. Plotsky y M.J. Meaney, “Early, postnatalexperience alters hypothalamic corticotropin-releasing factor (CRF) mRNA, median eminence CRF content andstress-induced release in adult rats”, Brain Research, 18, 1993, pp. 195–200.324 L. Köhler, “Einführung in die Entstehung des Gedächtnisses”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W.Mertens (eds.), op. cit., p. 162.325 D. Stern, The Motherhood Constellation. A Unified View of Parent-Infant Psychotherapy, Nueva York, 1995.
Los estudios en psicología evolutiva muestran cómo los niños pequeños se
guían más por las recurrencias que acontecen a su alrededor que por las
diferencias, de tal modo que una vez un acontecimiento puede ser asignado a un
determinado script, se añade a éste y no podrá ser reconstruido de forma
individual.326 El recién nacido y sus cuidadores conforman un sistema dinámico en
el que el recién nacido no posee una autonomía suficiente y es, por tanto, un
organismo dependiente. Hasta la maduración de las facultades cognitivas, las
interacciones con sus cuidadores implican la formación de modelos y pautas de
conducta adaptadas a ese medio intersubjetivo que se interiorizan y se vuelven
subjetivas cuando este subsistema se desprende del sistema en el que se
encontraba insito. El modelo conflictual freudiano posee precisamente la virtud de
ver al paciente no como una unidad, sino como una relación asimétrica, como
soporte de relaciones.
Lo que ha hecho la psicología cognitiva desvirtúa el inconsciente dinámico en
la medida en que lo ensancha. El inconsciente freudiano es sólo aquella parte del
procesamiento procedimental de respuestas adquiridas en las que se ha disociado
representación o procesamiento consciente y emoción o procesamiento
inconsciente, y dicha disociación viene acompañada de cierta experiencia de
malestar por parte del sujeto. Lo que consigue la transferencia es salvar el
obstáculo que separa el conocimiento explícito (saber) de los mecanismos
subcorticales estables (sentir). Consigue tender un puente entre dos tipos de
información que son capaces de alterar las modalidades más básicas de
procesamiento de información que se han vuelto automáticas, sin la 'conciencia' del
sujeto.
326 R. Fivush y N. Hammond, “Event knowledge: Structure, function and development”, K. Nelson (ed.), TheAcquisition and Development of Script, Nueva Jersey, 1986.
Figura 2.5. Pedro Pablo Picasso - Estudio de un toro. ¿Qué es un toro? ¿Cuáles son sus rasgosesenciales? Picasso consigue en su estudio llegar a los trazos mínimos identificativos del animal.Aquellos que lo hacen reconocible, extrayendo lo que durante largo tiempo se denominó ‘forma’, sumodelo básico, los caracteres que permiten su reconocimiento, su asignación a una categoría.
2.2. Categorización
Si, como mostrábamos, la percepción es un proceso activo del organismo,
ésta sólo comporta una primera etapa dentro del recorrido de la información
procesada que puede no superar esta fase, pudiendo dar lugar a una percepción
sin cognición. La agnosia es una alteración que conlleva la incapacidad de
reconocer objetos sin haber ninguna falla en el sistema perceptivo, es un defecto
en la traslación de los datos sensoriales a la aprehensión del significado.
En general, no obstante, nuestra percepción suele estar de hecho
condicionada por nuestra cognición, es decir, normalmente percibimos de acuerdo
con categorías. Al identificar los colores del arco iris, donde se produce una
gradación de un color a otro tendemos a percibir los colores en su estado puro, sin
gradación, de acuerdo con una división estricta, categórica. Este tipo de percepción
mediada produce de hecho una distorsión o desarreglo entre la realidad y la
experiencia fenomenológica del sujeto.
Categorización y percepción se pueden entender como un proceso conjunto.
La percepción, sometida a mecanismos evolutivos de adaptación, ha de estar
relacionada con ciertas formas de categorización y acción.327 Barsalou entiende los
conceptos como símbolos perceptuales ya instalados, como filtros en el mismo
proceso de percepción, determinando incluso la activación de aspectos motores
inmediatos en dicho proceso.328 Se elimina la separación clásica entre diversos
procesos, la percepción actuaría ya imbricada con ciertas respuestas y el propio
organismo adaptaría el input sensorial a los rasgos determinantes de cierto
327 M. Borghi, “Objects, Concepts and Actions,” D. Peecher y R. Zwaan, The Grounding of Cognition: The roleof perception and action in memory, language and thinking, Cambridge, 2005.328 A. Berthoz, Le sens du movement, París, 1997. De acuerdo con Edelman “La categorización no ocurre deacuerdo a un programa de ordenador en un área sensorial que luego ejecuta un programa para producir undeterminado output motor. En vez de así, la actividad sensorimotora sobre el mapeado completo selecciona losgrupos neuronales que ofrecen un output apropiado o comportamiento, resultado en categorización,” G.M.Edelman, Bright Air,Brilliant Fire: On the Matter of the Mind, Nueva York, 1990, pp. 89-90.
concepto. Así una representación disposicional contendría los patrones de
activación neural correpondientes al encuentro con un objeto conocido. Nuestro
conocimiento consistiría en dichas representaciones disposicionales que pueden
localizarse en diversos módulos cerebrales.329
La transferencia, como reeducación de ciertos patrones, pasaría por el filtro de
los conceptos, asociados a modalidades de activación y preparación para la
acción. El resultado de la terapia analítica es un cambio de los procesos mentales
del paciente en su interacción con su medio. La teoría freudiana mantenía una
formación del sujeto dividida en una serie de procesos o instancias a lo largo de
sus dos tópicas.330 Algunas de estas instancias no serían accesibles directamente
–inconsciente, ello- y otras se desarrollarían mediante el aprendizaje –consciente,
superyo, yo-. En los casos clínicos podríamos observar una serie de traumas o
síntomas, adaptaciones disfuncionales, que la terapia se encargaría de mostrar y
resolver. En primer lugar se procuraría la emergencia a niveles accesibles,
simbólicos, de la mayor cantidad de material posible, de los recuerdos que
posibilitan el desvelamiento del aprendizaje maladaptativo y, posteriormente, se
conseguiría una reinscripción. Éstos serían los dos procesos que dirigirían la cura:
emergencia y rehabilitación, recuperación y reconsolidación.
La categorización como proceso cognitivo conlleva la limitación y
racionalización del ámbito de la experiencia. En este sentido, produce un efecto329 A.R. Damasio, op. cit., pp. 102 ss. “ ...las propias cortezas prefrontales representan categorizaciones de lassituaciones en las que el organismo se ha visto implicado, clasificaciones de las contingencias de nuestraexperiencia en la vida real. Lo que esto significa es que las redes prefontrales establecen representacionesdisposicionales para determinadas combinaciones de cosas y acontecimientos, en nuestra experiencia individual,según la relevancia personal de tales cosas y experiencias,” ibid., p. 173. Damasio sostiene así mismo la primacíade las imágenes en el procesamiento mental.330 La primera tópica se articulaba alrededor de la Traumdeutung (1900), en la primera fase de su desarrollo,diferenciando una instancia consciente e inconsciente y una preconsciente donde los recuerdos reprimidos –inconscientes- podían vincularse de nuevo con la conciencia y vencer la represión. La segunda tópica que sedesarrolla a partir de Das Ich und das Es (1923), la última fase en nuestro esquema, reconoce una instanciapulsional regida por el principio del placer, denominada Ello, el superyo como conjunto de normas yprohibiciones y el yo como instancia mediadora de éstas dos con la realidad.
limitativo que reduce la cantidad de información a procesar. La generación de
categorías comporta la obtención de un conocimiento a priori, previo a nuestra
relación con un objeto nuevo, ampliando nuestra capacidad de hacer juicios acerca
de acontecimientos futuros, de prever patrones conductuales y de adaptarnos a
tales expectativas. Los conceptos son el medio de acumular este aprendizaje y
reutilizarlo. Los conceptos no son, como venía entendiendo la concepción
heredada dentro de esta disciplina, un simple producto lingüístico, sino que
suponen un fenómeno cognitivo general, “los conceptos son simplemente las cosas
que son evocadas por nuestros sistemas perceptivos y que controlan nuestras
acciones,”331 poseen no sólo relevancia en el procesamiento de la información
sensorial sino que también rigen, en función de dicho proceso, la conducta. De ahí
su relevancia para evaluar la transferencia pues producen una modulación de las
acciones con que respondemos a ciertos estímulos. Esta sería una de las
diferencias básicas con el conductismo, que elimina el eslabón idiosincrásico que
relaciona sensación y cognición y lo reduce a simple causalidad comportamental.
El psicoanálisis resalta precisamente este eslabón cognitivo cuya modificación
conlleva efectos comportamentales.
Intuitivamente podemos entender una categoría como un grupo de elementos
con ciertos rasgos comunes, en términos extensionales, como conjunto de objetos
pertenecientes a una misma especie o composición. El concepto, por su parte,
remitiría al proceso mental de atribución de contenido a dicho conjunto conforme a
ciertos rasgos salientes. Se trata de una noción de tipo intensional que otorga,
mediante una serie de descriptores, una definición genérica y probabilística de
dicho conjunto. Categoría y concepto vendrían a ser las dos caras de un mismo
331 G.L. Murphy, The Big Book of Concepts, Massachusetts, 2002, p. 429.
suceder, a nivel real y mental. Siguiendo con este razonamiento y a modo de
ejemplo la categoría ‘Perro’ agrupa al género canino en función de ciertos atributos
biológicos y genéticos,332 mientras que el concepto ‘Perro’ apunta a una serie de
situaciones aprendidas en las que un sujeto puede atribuir dicho concepto a un
determinado objeto; supone un repertorio de acciones y preparaciones para la
interacción con el objeto.
Clásicamente se venía entendiendo la categorización como un proceso en el
que se definían las propiedades de un grupo de objetos333 de tal manera que,
conociendo esta serie de características necesarias, podíamos asignar, sin lugar a
duda, un objeto a dicha categoría; categoría era igual a definición. Los modelos
actuales entienden, dentro de un ideal amodal descentralizado de procesamiento,
la categorización como coordinación de activaciones.
El modo en que se obtiene la categorización de un estímulo se puede comprendermejor mediante una analogía. Imagine, por ejemplo, un grupo de músicos, digamosun cuarteto de cuerda. A medida que cada miembro del cuarteto toca suinstrumento individual envía y recibe de sus compañeros señales acerca delsonido, volumen, ritmo, acento, y calidad tonal de la música. Cada músico lleva undiálogo individual con los otros músicos, creando juntos un sonido en un momentodado. No hay director, no hay orden central. Así también en el cerebro lasinteracciones locales entre los mapas del cerebro, su comunicación mediante unintercambio de señales, crea una respuesta coherente respecto a un estímulo. Larespuesta al estímulo no está predeterminada; interacciones locales entrediferentes parte del cerebro dan coherencia a la respuesta. Al igual que la forma ysonido general de la ejecución del cuarteto es creada por los diversos sonidos deun momento a otro, así también las categorizaciones emergen de la conexión quehace el cerebro entre una respuesta coherente y otra.334
332 Esto siempre que nos atengamos a la existencia de clases naturales, si bien hay autores que niegan laexistencia de dichas clases haciendo mención a que estos organismos, productos biológicos de una evolución sinobjetivo o finalidad alguna, no deben obtener una diferenciación con respecto a otro tipos de seres, instrumentosu objetos, pues éstos son en sí objetos de un desarrollo en ausencia de intencionalidad alguna.333 Desde las Categorías de Aristóteles. Una de las críticas más importantes a este enfoque es su logicismo, albasarse en la idea de inclusión en términos conjuntivistas.334 I. Rosenfield, The Strange, Familiar, and Forgotten: An Anatomy of Consciousness, Nueva York, 1992, p. 83.
En los últimos treinta años, la visión clásica acerca de la categorización ha
venido siendo puesta en tela de juicio por los resultados experimentales obtenidos
en psicología cognitiva y otro tipo de nociones teóricas han ido ocupando su lugar.
En especial las teorías de prototipos y las teorías de ejemplares, los dos modelos
más influyentes, han conseguido salvar una serie de debilidades observadas en la
concepción clásica. La teoría de prototipos asocia una serie de propiedades con
una categoría dada, mientras que la teoría de ejemplares atiende a individuos
específicos que resultan paradigmáticos dentro de la categoría. En especial el
modelo de prototipos es, frente a la concepción clásica de las categorías,
estructural. Se sustenta en un análisis de los conceptos como entramados de
propiedades que se solapan y se refieren mútuamente formando redes, frente a la
articulación más bien conjuntista de la teoría clásica. Los conceptos forman redes
de conocimiento y suponen teorías acerca del mundo,335 en este sentido no
podemos decir que sean inocentes, muy al contrario, cada organismo posee
experiencias diversas de su entorno y las agrupa de modo peculiar, nuestro
conocimiento estaría mediado por nuestra experiencia previa (knowledge-driven).
En conjunto estos resultados ponen a prueba la idea de un concepto como unadescripción general usada una y otra vez en diversas situaciones. En cambio losconceptos aparecen como una capacidad o habilidad para construirrepresentaciones específicas que sostengan cursos diferentes de acción situada.Dado que un concepto produce una amplia variedad de conceptualizacionessituadas surge la variabilidad sustancial de su representación.336
335 Esta articulación no parece tan alejada de la idea lacaniana de que un significante representa a un sujeto paraotro significante en el sentido que la relación entre significantes, nuestra modalidad de categorizar esidiosincrásica y somos, en definitiva, lo que pone en relación nuestros conceptos de forma singular, una modo deagrupar y dar sentido a la experiencia.336 L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, H. Cohen y C. Lefebvre (eds.), Handbook of categorization incognitive sciences, (en prensa).
¿Cómo se produce la transferencia en el sentido de asumir el analista
características que le permiten al analizante modificar su posición subjetiva, alterar
su cognición y su comportamiento? Los análisis del fenómeno de la categorización
nos permiten explicar parcialmente este mecanismo en tanto los modos
idiosincrásicos de relacionarse con el medio están mediados por nuestros
conceptos, por nuestra forma de procesar y agrupar la experiencia nueva en
función de la experiencia previa. Utilizando la noción de categorización impura,
conforme a la teoría de conjuntos difusos, mediante la atribución discreta de un
elemento a un conjunto,337 podemos dar respuesta no sólo a la transferencia
analítica, sino también a la bien documentada transferencia no analítica: a la
transferencia como mecanismo general que se activa en mayor o menor medida en
nuestros encuentros habituales y que conforma nuestras modalidades de
comportamiento.
Una amplia bibliografía en el campo de la psicología social cognitiva,
conducida especialmente por Susan Anderson y sus colaboradores, avala la idea
de que la similitud de personas desconocidas con ‘otros significantes’ produce
reacciones emocionales idénticas a las existentes con los otros significantes,
aquellas que hemos aprendido. Así se pone de manifiesto porqué repetimos
patrones de conducta en función de esquemas preexistentes, de cómo las
relaciones presentes son filtradas por nuestras categorizaciones y modelos
relaciones pasadas,338 cómo se internalizan relaciones de objeto y su relación con
337 Cf. los trabajos de L.A. Zadeh, “Fuzzy Sets”, Information Control, 8, 1965, pp. 338-53, L.A. Zadeh, “Fuzzysets as a basis for a theory of probabality”, Fuzzy Sets and Systems, 1, 1978, pp. 3-28.338 M.S. Berk y S.M. Andersen, “The impact of past relationships on interpersonal behavior: Behavioralconfirmation in the social-cognitive process of transference”, Journal of Personality and Social Psychology, 79,2000, pp. 546-562. A. Baum y S.M. Andersen, “Interpersonal roles in transference: Transient mood states underthe condition of significant-other activation”, Social Cognition, 17, 1999, pp. 161-185. N.S. Glassman y S.M.Andersen, “Activating transference without consciousness: Using significant-other representations to go beyondsubliminally given information”, Journal of Personality and Social Psychology, 77, 1999, 1146-1162. N.S.Glassman y S.M. Andersen, “Transference in social cognition: Persistence and exacerbation of significant-other
la posición subjetiva, con la representación subjetiva de la relación afectiva de uno
con los otros.339
Otro aspecto importante es la modalidad en que los conceptos son
almacenados. Si bien la teoría freudiana trabaja con representaciones crudas como
unidades básicas, un análisis más sutil remitiría a formas de interacción con el
medio, más que a una transducción directa de las representaciones de acuerdo
con un modelo asociacionista puro. Así el contenido representacional emerge a
partir de la propia acción potencial.340
El desarrollo del resto de esta sección hará referencia a estas recientes teorías
e intentará emplear sus contribuciones en la elucidación de las proposiciones
psicoanalíticas explicando, en primer lugar, la formación del primer modelo básico
de conducta e interacción y su influencia en la percepción cotidiana y,
posteriormente, la figura del analista como privilegiado lugar de actualización y
reeducación de dichas tendencias (transferencia y neurosis de transferencia).
Como señalábamos en la primera parte, en su estancia en la Salpêtrière,
Freud ya se habría topado directamente con el fenómeno de la categorización al
observar cómo Charcot conseguía recrear síntomas histéricos mediante la hipnosis
y cómo dichos síntomas se distribuían en función de la concepción habitual del
cuerpo antes que de acuerdo con una noción estrictamente fisiológica. Es decir, los
síntomas eran fenómenos ideacionales, formados en la mente del paciente, no
estríctamente fisiológicos.341 De ahí que la demarcación entre lo puramente
based inferences over time”, Cognitive Therapy and Research, 23, 1999, pp. 75-91. S.M. Andersen y M.S. Berk,“The social-cognitive model of transference: Experiencing past relationships in the present”, Current Directionsin Psychological Science, 7, 1998, pp. 1-7.339 M.J. Horowitz, Introduction to Psychodynamics: From Conflict to Character, Nueva York, 1998.340 M.H. Bickhard y J. Chambers, “The Influence of Early Experience on Personality Development,” New Ideasin Psychology, 12, 1994.341 En este sentido resulta interesante los estudios de J.A. Gray y su propuesta de un Sistema NerviosoConceptual (CNS) que contendría información comportamental. Cf. J.A. Gray, The psychology of fear andstress, Londres, 1971. Por otro lado también podemos entenderlo como incorporación conceptual e
somático y lo mental ya no se basava en una teoría preepistémica como en el caso
del exorcismo, sino que se podía formular en sintonía con los postulados de la
ciencia, de una nueva ciencia, la psicología, que tratase objetivamente, desde la
perspectiva de un tercero, la manera que tienen las personas de conceptualizar el
mundo, de entenderlo y de relacionarse con él. La correspondencia entre el
sistema perceptivo y la categorización, y la posibilidad de tratar ambos sistemas
como uno sólo342 ya había sido propuesta por von Helmholtz, escuela en la que
Freud daba sus primeros pasos como neurólogo.
incorporaicón ha de remitir a cierto reflejo en el sistema nervioso, mostrando de nuevo la absurda separacióncuerpo-mente, fisiología-conceptualización.342 P.G. Schyns, “Diagnostic recognition: Task constraints, object information, and their interactions”, Cognition,67, 1998, pp. 147-179. En otro artículo comenta Schyns, “si la reducción dimensional fuera una parte integral delmecanismo de aprendizaje de categorías, individuos con diferentes historias en su categorización podríanadquirir diversos medios para analizar y organizar perceptivamente materiales idénticos. Debido a que estosanálisis perceptivos son los materiales disponibles para los procesos de categorización, estos últimos no podríanser entendidos sin una amplia comprensión de los primeros,” P.G. Schyns y L. Rodet, “Categorization createsfunctional features”, Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 23, 1997, p. 684.
2.2.1. Repetición y categorización
La categorización como fenómeno cognitivo, tal como sosteníamos, somete a
regularidad la serie de inputs que percibimos en forma de objetos y eventos. De
esta manera se vuelve manejable el flujo incesante de información que llega a los
sentidos y se selecciona aquella que nos es útil en nuestra interacción con el
medio. Esta regularización se correspondería, en términos psicoanalíticos, con la
repetición. En aras de la economía computacional, se homogeneizan las
percepciones, siendo verificadas en la memoria, donde se almacenan objetos y
experiencias similares y se activan los mecanismos más adecuados de respuesta
en función de experiencias almacenadas previas. “Para minimizar el esfuerzo, el
cerebro no analiza cada detalle de un patrón sino que lleva a cabo una rápida
evaluación simplemente de los detalles suficientes para encontrar una 'coincidencia
(match) suficientemente buena'.”343 Así se afirma la existencia de una 'primacía de
la repetición' (repetition priming), un tipo de memoria que hace que se reduzca la
actividad neural, primando patrones adquiridos de respuesta.344 Dicho priming
permite identificar un objeto previamente reconocido, hace que el organismo 'repita'
en el sentido de no procesar una situación con todos los recursos cognitivos, sino
simplemente asimilando y, de esta forma, haciendo prevalecer cierta información
adquirida, reduciendo la actividad cortical y siendo así más eficiente, activando
asociaciones de tipo estímulo-respuesta aprendidas antes que analizar con detalle
el estímulo.345
343 R. Pally, “II: How the Brain Actively Constructs Perception”, International Journal of Psychoanalysis, 78,1997, p. 1025.344 G.S. Wig, S.T. Grafton, K.E. Demos y W.M. Kelley, “Reductions in neural activity underlie behavioralcomponents of repetition priming”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 1228-1233. Efectivamente a medida que laidentificación del objeto se vuelve precisa la actividad neural va disminuyendo cf. A. Martin y S.J. Gotts,“Making the causal link: frontal cortex activity and repetition priming”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 1134-1135.345 D.L. Schacter, I.G. Dobbins, y D.M. Schnyer, “Specificity of priming: a cognitive neuroscience perspective”,Nature Reviews Neuroscience, 5, 2004, pp. 853-862.
Esto conduce a la existencia de sesgos, en especial el de confirmación que
determina la coincidencia con experiencias previas. De modo similar actuaría la
transferencia. El carácter repetitivo de la transferencia ha sido relacionado, dentro
de la teoría piagetiana, con el aspecto asimilativo de esquemas que distingue
asimilación y acomodación en función de que el sujeto tienda a asimilar una
determinada situación con sucesos previamente experimentados o trate de
adaptarse a un nuevo evento.346 Según Wachtel, la transferencia es un ejemplo
claro de esta tendencia por la que las expectativas se anteponen a la capacidad de
acomodarse a una nueva experiencia, refiriéndose pues a cierta inflexibilidad
comportamental. La transferencia permitiría nuevas 'provisiones' (affordance),
oportunidades para la interacción en función de nuestra representación del objeto.
Así, por ejemplo, si caminando por la calle vemos una persona que se nos acerca,
y alguien nos llama la atención acerca de que lleva un cuchillo en la mano, la
situación cambia, es experimentada de forma diferente, el cambio en significado de
la situación produce nuevas provisiones.
Existen dos teorías acerca de la categorización, en función de cuál sea su
objeto, por un lado las teorías de eventos y, por otro, las de objetos. Según las
primeras, lo que se categoriza son una serie de circunstancias sin propiedades
gestálticas concretas, prestando especial atención a los rasgos holísticos. Estos
modelos permiten una noción más amplia que las teorías de objetos, admitiendo la
inclusión de elementos como los afectos, que escapan a determinadas
formalizaciones cognitivas como simple resto contextual. Los modelos basados en
eventos dan una respuesta a la transferencia como repetición contextual, “...la
representación de eventos captura lo que es probable que le ocurra a un agente en
346 P.L. Wachtel, “Transference, Schema, and Assimilation: The Relevance of Piaget to the PsychoanalyticTheory of Transference”, The Annual of Psychoanalysis, 8, 1981, pp. 59-76.
su experiencia. Mientras que los marcos (frames) para individuos capturan lo que
existe en el mundo, los recuerdos de eventos capturan cómo es posible que el
mundo afecte a un agente en un evento dado.”347
La categorización, como forma de comprimir nuestro conocimiento y
relacionarlo con las posibilidades futuras de actuación, está estrechamente ligada
con la repetición. La repetición psicoanalítica la podemos entender como un caso
particular del mecanismo cognitivo subyacente a la categorización, conforme al que
normalizamos la experiencia.
La repetición aparece como proceso transferencial fundamental, en especial
en las últimas obras de Freud y en Lacan. Se trata de un mecanismo global que
impide al neurótico escapar de los esquemas recurrentes en su actuar, conlleva
una inflexibilidad conductual generalizada, ligada a la forma de concebir. La
inflexibilidad en el comportamiento en la neursosis probablemente tenga que ver
con dichos patrones asimilados que unen pensamiento y acción, y que, mediante la
transferencia, han de ser separados para permitir nuevos patrones de
comportamiento. Así autores como Bickhard asimilan psicopatología con
inflexibilidad al cambio, rigidez.348 La incapacidad de corregir ciertas activaciones
modificables para otros sujetos es lo que demarca la psicopatología de la
disfuncionalidad común. La terapia poseería como finalidad la resolución de dicha
rigidez.
La relación con el analista habría de mostrar el carácter pretérito de dicha
experiencia. La activación de un modelo interactivo primigenio y su progresiva
comprensión e interiorización como inadecuado para responder a las nuevas
347 L.W. Barsalou, J. Huttenlocher y K. Lamberts, “Basing categorization on individuals and events”, CognitivePsychology, 36, 1998, p. 257.348 M.H. Bickhard, “The Nature of Psychopathology”, L. Simek-Downing (ed.) International Psychotherapy:Theories, Research, and Cross-Cultural Implications, Nueva York, 1989.
situaciones, así como la experiencia de nuevas experiencias emocionales,
posibilitan la modificación de la conducta. La transferencia es, tal como entendía
Freud, un mecanismo complejo, permite la recuperación de modelos de actuación
aprendidos (o bien de expectativas frente al otro), para mostrar su carácter
innecesario, su ineficiencia, y producir una nueva codificación.
La repetición propia a la categorización es ‘preatentiva’, no podemos evitar
percibir un objeto y relacionarlo con nuestro conocimiento previo y esto sucede sin
la elección activa por parte del sujeto, de ahí el especial carácter del aprendizaje
analítico, así “ver típicamente conlleva categorizar. Por ejemplo, ver un árbol
conlleva categorizar un aspecto de tu experiencia visual como árbol.” 349 Ver es un
'ver como'. Se separan los aspectos relevantes del mundo exterior y se atribuye su
pertenencia a grupos de los que poseemos experiencia previa para saber cómo
interactuar con ellos, siempre con la finalidad de disponernos a la posible acción
con la consiguiente activación fisiológica. De este modo, cuando percibimos la
presencia de alguien, asignamos a esa figura los rasgos distintivos propios de una
persona, pero estos rasgos no son trascendentales o universales, sino basados en
nuestra propia experiencia acerca de lo que reconocemos como otras personas,
como ‘otro’. Igualmente al ver una manzana podemos representarnos sus
características en función de nuestras interacciones con éstas, su textura, su
dulzura, su color. Si hay formas concretas de interrelación con una manzana,
morderla, tirarla, pelarla, porqué no iban a existir también, de un modo más
complejo, relaciones de objeto, en el sentido de modos fenomenológicos de
representación y relación con nuestros semejantes. “Cuando una situación vista
parcialmente activa una conceptualización situada, la conceptualización completa
349 G. Lakoff, Women, Fire and Dangerous Things, Chicago, 1987 p. 126.
el patrón que sugiere la situación. En la medida en que una conceptualización
situada esté arraigada en la memoria este proceso ocurrirá probablemente con
relativa automaticidad.”350
Este carácter preatentivo conforme al cual nuestras categorías informan
nuestro actuar es lo que se conoce también como conocimiento implícito. Más allá
de las simples creencias materiales erróneas, existe todo un tipo de procesos
preconscientes que involucran un conocimiento tácito. La forma en que codificamos
las categorías atiende a un mecanismo de este tipo, subsimbólico y
correlativamente subconsciente: “lo que llamamos el inconsciente cognitivo es la
totalidad de aquellos mecanismos teóricos cognitivos por encima del nivel neuronal
de los que poseemos suficiente evidencia, pero a los cuales no tenemos acceso
consciente.”351 Lakoff y Johnson, a la hora de caracterizarlo, señalan su eficacia,
intencionalidad, carácter representacional, capacidad generadora de inferencias, su
carácter imaginativo y causal. Así, ontogenéticamente, los primeros procesos son
declarativos, abiertos y controlados; la acumulación de experiencias produce la
categorización de estímulos y patrones recurrentes conductuales frente a dichos
estímulos que posteriormente se vuelven procedimentales, inconscientes, y
cubiertos, y a los cuales se ha de acceder en caso de resultar maladaptativos,
como cuando tras subir una escalera notamos dolor en la espalda.
Dos paradigmas procuran dar cuenta del aprendizaje categorial: las teorías de
aprendizaje basado en la similitud (SBL similarity-based learning) y aquellas
basadas en la explicación (EBL explanation-based learning). Mientras las primeras
entienden que la formación de categorías se produce mediante la abstracción de
350 L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, op. cit.351 G. Lakoff y M. Johnson, Philosophy in the Flesh. The Embodied Mind and its Challenge to Western Thought,Nueva York, 1999, p. 112.
los parecidos entre diversos objetos, las segundas hacen hincapié en la
importancia del conocimiento previo a la hora de aprender nuevas categorías.
Estas últimas propuestas, de más reciente desarrollo, vienen avaladas por ciertos
estudios que han mostrado cómo es posible aprender un modelo (schema) con la
ocurrencia de una sola instancia, siempre que se produzca en un contexto rico en
conocimiento.352 Estos mismos trabajos indican la importancia del contexto en que
se produce una misma instancia, una repetición. Parece que la apreciación de la
repetición depende del contexto en que ocurre.353 Las personas tienden a basar su
aprendizaje categorial en la similitud a falta de un conocimiento previo. Si éste
existe se observa una tendencia a un aprendizaje basado en la explicación,
pudiendo incluso formar una categoría con una sola instancia.
Los objetos tienden a agruparse conforme a valores en una sola dimensión, en
vez de utilizar varias dimensiones. Sin duda en nuestras relaciones con otros, el
afecto como función global de estado, imbricada en los procesos de atención y
ejecución,354 en cuanto fundamento de todo vínculo, desempeñaría un papel
primordial, en tanto es la forma de obtener rápidamente información sobre nuestro
medio. En la transferencia se produce un intercambio del objeto al que se dirigen
las conductas aprendidas, las emociones, respuestas a un medio al cual debemos
proyectar nuestras expectativas en función de nuestra experiencia. La elaboración,
el trabajo situado con el analista, permitiría modificar dichas expectativas.
Ahn y Medin han formulado un modelo en dos etapas que sometería la
categorización en una primera fase a un análisis de similitud unidimensional. El
352 W. Ahn, W. Brewer y R. Mooney, “Schema Acquisition from a single example”, Journal of ExperimentalPsychology: Learning, Memory and Cognition, 18, 1992, pp. 391-412.353 Ibid., p. 402.354 J. Panksepp, op. cit..
llamado sesgo de unidimensionalidad actuaría en una primera criba de objetos.355
Posteriormente, los objetos no asignados a ninguna categoría de acuerdo con esta
selección serían adscritos a las categorías según su similitud general o aire de
familia. Este modelo ha sido verificado en contextos pobres en conocimiento.
El hecho de que un estímulo repetido, presentado múltiples veces, posea
mayor capacidad predictiva y moldeadora de la experiencia a la hora de categorizar
está ampliamente documentado.356 Así la tipicidad de un individuo o evento es
correlativo con su recurrencia, es lo que se denomina la robustez de la
representación. De acuerdo con este principio de categorización, “...la información
procesada más frecuentemente para un individuo debe hacerse más disponible en
su red, constituyendo un estereotipo emergente.”357 El aprendizaje de un modelo
de interacción típico y sobresaliente ha de prevalecer en el posterior procesamiento
y experiencia del sujeto. Igualmente hay evidencia de que, tras haber recabado de
la memoria un ejemplar inadecuado, es difícil impedir su aparición, causando
respuestas incorrectas.358
Desde una perspectiva neurológica los objetos familiares, aquéllos que
exhiben un alto grado de robustez por su recurrencia, parecen ser procesados de
forma más eficiente que los objetos nuevos, reduciéndose las respuestas de
355 W. Ahn y D.L. Medin, “A two-stage model of category construction”, Cognitive Science, 16, 1992, pp. 81-121.356 L.W. Barsalou, “Ideals, central tendency, and frequency of instantiation as determinants of graded structure incategories”, Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 11, 1985, pp. 629-654,R.M. Nosofsky, “Similarity, frequency, and category representations”, Journal of Experimental Psychology:Learning, Memory and Cognition, 14, 1988, pp. 54-65, L.J. Rips, “Similarity, tipicality and categorization”, S.Vosniadou y A. Ortony (eds.), Similarity and Analogical Reasoning, Cambridge, 1989.357 L.W. Barsalou, J. Huttenlocher y K. Lamberts, op. cit., p. 254. “La incapacidad de inhibir este individuopodría interferir con la posterior muestra de individuos así como con la capacidad de procesar individuosrecuperados adecuadamente,” ibid.358 A este respecto se ha formulado la existencia de un efecto abanico (fan effect), se trata “...(d)el efecto derepetir un valor en una dimensión para múltiples individuos u objetos. La memoria para objetos específicos esdañada por una característica repetida en múltiples objetos. De otro lado, si la característica es asociadaconsistentemente con una categoría, la categorización se ve reforzada cuando la característica se repite.” J.R.Anderson, “The adaptative nature of human categorization”, Psychological Review, 98, 1991, p. 426.
células del córtex inferotemporal (IT), lo que aumentaría la simplicidad y economía
del proceso.359 Se produce una recurrencia de estímulos que es computada de
forma económica,360 evitando la carga computacional, haciendo uso de esquemas
prototípicos, produciendo automatismos a nivel de conducta. Se moldea la realidad
reduciendo su exceso de información en favor de una capacidad de inducción a
partir de ejemplos precedentes con pregnancia por producirse en una etapa en la
que se posee un menor conocimiento de estos ejemplares y en la que la ductilidad
cognitiva es máxima, lo que se denominan ventanas de aprendizaje.
Podemos afirmar que la repetición psicoanalítica, como fenómeno conductual
general, y la categorización como forma de modelar el mundo, someten los
acontecimientos a una regularidad, hacen discreto lo continuo. Este es el punto de
partida de nuestra comparación de las teorías cognitivas y psicoanalíticas, en la
normalización de la conducta mediante patrones, repetir y categorizar hacen
referencia al mismo proceso mental. Como comentaba Helmholtz, “para conocer un
objeto le imponemos inconscientemente sobre las causas desconocidas de su
sensación, cualidades que existen en nuestros recuerdos.”361
La transferencia se sitúa en la delgada línea que separa los mecanismos
mnésicos y categoriales a nivel cognitivo. La memoria permite la recuperación, de
las características de un objeto conocido mientras que la categorización activa las
características generales de un conjunto al encontrarnos con un objeto que
pertenece a dicho grupo con un alto grado de probabilidad.
359 H. op de Beek, Shape representation and categorization in humans and monkeys, Lovaina, 2003, señala la‘implausibilidad perceptiva’ de las actuales teorías de la categorización y la necesidad de una integración deambas.360 El principio de simplicidad aplicado al aprendizaje de categorías no supervisadas señala como “...la mejorexplicación de un grupo de datos –información- (p. ej. patrones de input sensorial de un grupo de objetos)corresponde con la descripción más corta que codifica esa información” E.M. Pothos y N. Charter, “A simplicityprinciple in unsupervised human categorization”, Cognitive Science, 26, 2002, p. 335.361 Cit. en G. J. Makari, op. cit., p. 561.
2.2.2. Introyección. Modelo básico de interacción
La idea de tipicidad señala el grado de adecuación de un objeto a una
categoría, su centralidad en relación a otros objetos de la misma categoría. Habría
objetos que poseen las características más representativas de un grupo son, por
así decirlo, prototípicos, ejemplares significativamente salientes dentro del
conjunto. En términos de la teoría de conjuntos difusos poseerían un valor de
pertenencia al grupo tendente a uno. La categorización no se produce conforme a
la noción tradicional, de acuerdo con la que la inclusión en un grupo ha de seguir
una estricta lógica bivalente, conforme al cumplimiento de ciertas características
definicionales de dicho grupo.362 Bajo el auspicio de esta concepción heredada,
cualquier objeto que posea ciertas propiedades críticas será un miembro más de la
categoría, con lo que al referirnos a la categoría ‘mamífero’ un león tendría el
mismo grado de pertenencia que una ballena. En realidad un análisis de los
contextos naturales en que categorizamos muestra que los diferentes miembros del
conjunto ‘mamífero’ poseen grados diferentes de tipicidad. La tipicidad de un sujeto
viene dada por su aire de familia, su similitud con respecto a los otros miembros de
la categoría, y su disimilitud con respecto a los miembros de otras categorías.
Hay que puntualizar, no obstante, la estrecha relación entre la frecuencia de
instanciación de un miembro y su tipicidad. Formulado de otro modo, si resulta que
poseemos un mayor contacto con las ballenas que con los leones ¿qué miembro
nos parecería más típico? Parece evidente que la frecuencia en la instanciación de
un objeto y su aprendizaje como miembro, incluso central, de una categoría están
íntimamente relacionados.
362 Pese a que este modelo sería más parsimonioso con respecto a los posibles estados de activación de unaneurona que sí responden a una lógica bivalente.
De acuerdo con las teorías pioneras de Rosch, un sólo objeto ideal se
convierte en el referente a la hora de computar la similitud con otros ejemplares
con los que nos encontramos.363 Este ejemplar tendría la forma de resumen de
propiedades, podemos representarlo como una lista de características. Así un
objeto ideal A poseería ciertas características en común con otro objeto B y con un
objeto C dentro de la misma categoría, pero B y C no serían necesariamente
similares (contra la regla de transitividad del paradigma clásico), pues poseerían
quizás relaciones de similitud diversas con el objeto A, que por ello tendría cierta
primacía en la evaluación de otros elementos del conjunto. Su primacía jerárquica
sería proporcional a la capacidad de subsumir cualquier miembro de la categoría.
Teniendo en cuenta de nuevo a su centralidad.
Los estudios de Rosch propiciarían otros modelos de representación en
función de esquemas364 que intentan, de forma más generalizada y abstracta,
relacionar cada ejemplar de una categoría dada con una serie de dimensiones de
acuerdo con un esquema general. Se sustituye, pues, la idea de prototipo, aún
cercana a la teoría clásica de la categoría, a la noción de definición, por la idea de
esquema.
El otro paradigma más relevante a la hora de explicar la categorización es el
modelo ejemplar,365 de tipo más inductivo. Éste sostiene la preponderancia de los
objetos individuales encontrados de una determinada categoría. Un ejemplar o
individuo concreto de una categoría nos serviría de modelo para reconocer a otros
363 Cf. E. Rosch “Cognitive representations of semantic categories”, Journal of Experimental Psychology: General 104, 1975, pp. 192-233. E. Rosch C.B. y Mervis, “Family resemblance: Studies in the internal structure ofcategories”, Cognitive Psychology, 7, 1975, pp. 573-605. E. Rosch, “Human categorization”, N. Warren (ed.),Advances in Cross-Cultural Psychology, Vol. 1, Londres, 1977.364 D.E. Rumelhart y A. Ortony, “The representation of knowledge in memory”, R.C. Anderson et al. (eds.),Schooling and the Acquisition of Knowledge, Nueva Jersey, 1977.365 Cuyo trabajo seminal podemos encontrar en D.L. Medin y M.M. Schaffer, “Content theory of classificationlearning”, Psychological Review, 85, 1978, pp. 207-238.
miembros del grupo. La memoria posee aquí una mayor importancia en el
mecanismo de reconocimiento, pues, al observar un sujeto, reactivaremos nuestro
conocimiento acerca de otros sujetos similares y no un modelo genérico alguno. En
cualquier caso, el primer ejemplar reconocido dentro de una categoría es el que
sirve de modelo a otros ejemplares categorizados, aunque modulado por los
efectos de la frecuencia y robustez. La teoría de ejemplares subraya el carácter
eventual del reconocimiento de un objeto más que las propiedades inherentes,366
es así más dinámica y empírica.
En las últimas décadas se ha desarrollado un enfoque que hace prevalecer los
efectos del conocimiento genérico en la formación de categorías. Estas teorías
señalan de qué modo añadimos información a un objeto nuevo a la hora de
categorizarlo utilizando nuestras experiencias previas con categorías diversas. El
conocimiento adquirido pone en relación un modelo de categorización con otro,
pese a tratarse de categorías diversas. Nos referimos a los efectos del
conocimiento (knowledge effects). Esta posición conlleva una crítica a los modelos
experimentales de validación del conocimiento de categorías que parten de la
hipótesis de la tabula rasa. Sostienen que, incluso al utilizar como modelos objetos
de los que no tenemos ninguna constancia, nuestra experiencia previa estructura el
modo genérico de categorizar. Parece probable que todas nuestras experiencias
compartan ciertos dominios de conocimiento (nesting), que generemos nuestras
categorías de acuerdo con cierto conocimiento implícito compartido
intercategóricamente: “....el conocimiento previo (background knowledge) nos
ayuda incluso cuando no está relacionado con todas –o la mayoría – de las
propiedades de una categoría. Éste es un resultado significativo, pues sugiere que
366 “...los resultados empíricos sugieren que son los encuentros con objetos los que son más importantes, más quelos objetos mismos,” G.L. Murphy, op. cit., p. 60.
el conocimiento probablemente sea útil incluso en situaciones complejas en las que
nuestro conocimiento es incompleto o imperfecto.”367 Los modelos que se basan en
el conocimiento previo defienden la inanidad de las teorías categoriales puramente
formales.
En cualquiera de estas teorías, no obstante, la centralidad de cierto prototipo o
ejemplar junto con los efectos del conocimiento, conlleva una cierta jerarquización
de la propia categoría en la que los ejemplares más salientes (más similares al
prototipo o más robustos) poseerían cierta preeminencia sobre otros menos típicos.
De este modo podríamos entender los primeros modos aprendidos de interrelación,
en función de nuestro primer aprendizaje, como ejemplar primero y más robusto,
mayormente instanciado, y que se constituye en el modelo recurrente básico de
nuestras interacciones.
Ross ha señalado cómo ciertos ejemplares pueden tener efectos perversos.368
Al encontrar nuevos objetos, utilizamos incorrectamente ejemplares previos y les
otorgamos características que no poseen basándonos en ciertos atributos
superficialmente similares a los ejemplares. Igualmente la sombra de nuestras
experiencias de interacción se alargaría sobre nuevos encuentros, recreando
experiencias vividas, produciendo la repetición de modelos de interacción
aprendidos. Cierta representación se convierte en un estado atractor que produce
la inercia y estructuración de las respuestas.
367 Ibid., p. 153.368 B.H. Ross, “Remindings and their effects in learning a cognitive skill”, Cognitive Psychology, 16, 1984, pp.371-416. Efectivamente no ya sólo ciertos ejemplares parecen inducir hacia equivocaciones en la categorización,sino que “...cuando un ejemplar te recuerda a otro, prestas atención a las propiedades comunes y puedes empezara pensar que estas propiedades son características de la categoría como totalidad. Esto es, no sólo que el objetode la prueba recordase para algunas personas a Shirley, sino que al rememorar a Shirley ciertas característicascomunes son reforzadas,” G.L. Murphy, op. cit., p. 78. Lo que se produce es un sesgo en el que se anticipancaracterísticas no presentes en Shirley, en nuestra forma de comprender lo que es interactuar con una persona, loque nuestra experiencia ha almacenado en forma de categorías.
No resulta extraño el hecho de que sea más fácil reconocer tipos con los que
uno ya se ha encontrado.369 Se trata de los efectos de ejemplaridad que se han
encontrado también en tareas relativas a la memoria implícita.370 Murphy narra
cómo, en el caso de no tener un conocimiento exacto de un estímulo y poseer
cierta experiencia de él en un contexto dado, ésta se impondrá a falta de mayor
evidencia. Así si tengo costumbre de encontrar a mi perro recostado en el asiento
de atrás del coche, si siento una presencia, quizás un jadeo dentro del coche,
tendré la tendencia a pensar que se trate de un perro. Nuestra experiencia
conforma nuestras expectativas y éstas condicionan nuestra actuación.
En la construcción de categorías se tiende a la formación de éstas en función
de una característica saliente, de acuerdo con el sesgo de unidimensionalidad.
Kaplan y Murphy indican cómo el conocimiento previo puede ser útil cuando los
miembros de la categoría poseen sólo una característica en común: “...no resulta
crucial que el conocimiento previo de uno esté relacionado con todas, ni siquiera la
mayoría, de las características de algún objeto nuevo en tanto haya una pequeña
cantidad de información que conecte los nuevos objetos al conocimiento previo.”371
Más que buscar aires de familia, se tiende a fijar la similitud a partir de un rasgo
singular que habríamos de situar en el afecto, respuestas emocionales en
situaciones de interacción, que se activan automáticamente, como adecuadas a
unas expectativas aprendidas. Desde esta perspectiva, la transferencia sería “la
forma que tiene la mente/cerebro de encontrar y explotar similitudes estructurales
369 L.R. Brooks, G.R. Norman y S.W. Allen, “Role of specific similarity in a medical diagnosing task”, Journal ofExperimental Psychology: General, 120, 1991, pp. 278-287.370 G.L. Murphy, op. cit., p. 86.371 A.S. Kaplan y G.L. Murphy, “Category learning with minimal prior knowledge”, Journal of ExperimentalPsychology: Leaning, Memory and Cognition, 26, 2000, p. 842.
profundas, cuyo reconocimiento posee una ventaja adaptativa para el individuo y la
especie; la transferencia permite esto siendo computacionalmente económica.”372
Así mismo se ha llamado la atención sobre lo que se llama la falacia de
inclusión. A menudo, a partir de un ejemplar preferimos concluir la existencia de
una propiedad para toda la categoría a la que pertenece el ejemplar que
otorgársela a un subgrupo de la misma categoría, extendiéndola incluso a aquellos
miembros que son menos típicos dentro de ésta.
Las categorías radiales, donde los miembros del grupo son motivados por el
primer ejemplar, nos pueden servir como referente para entender la generación de
nuestra conducta frente a las variaciones, pues no siempre actuamos exactamente
de la misma manera. Pese a existir una categoría generadora, que es la que el
análisis trata de modificar, los otros pueden hacernos modificar nuestra
experiencia.373 El problema de la neurosis es precisamente la rigidez con la que
dicha categoría central es instanciada. En las categorías radiales “el modelo central
determina las posibilidades de extensiones, junto con las posibles relaciones entre
el modelo central y los modelos ampliados.”374 Los otros elementos no son
causados, sino que están motivados por los elementos centrales. Los modelos
metonímicos también apuntan en la misma dirección a través de la idea de
generadores. Una subcategoría sería la responsable de la creación de toda una
categoría mediante la utilización de una serie de reglas generales. Así mismo, la
idea de agrupamiento (cluster) señala efectos relativos a la ejemplaridad, “cuando
372 F.M. Levin, op. cit., p. 1138.373 E.Z. Tronick, “"Of Course All Relationships Are Unique": How Co-creative Processes Generate UniqueMother-Infant and Patient-Therapist Relationships and Change Other Relationships”, Psychoanalytic Inquiry, 23(3), 2003. Los patrones de activación relacional van conformando el espacio relacional experiencial en funciónde su grosor, de su cantidad de experiencia relativa, que no impiden otras modalidades, pese a haber una conmayor grosor, como la de la madre con el niño.374 G. Lakoff, op. cit., p. 91.
el agrupamiento de modelos que caracteriza conjuntamente un concepto diverge,
existe aún una fuerte tendencia a ver uno como el más importante.” 375
El Otro, modelo prototípico de interacción integrado en las expectativas de un
sujeto, de acuerdo con la teoría de conjuntos difusos, poseería un valor igual a uno,
es decir una prototipicidad máxima y una primacía dentro de la categoría
igualmente extrema. Cualquier categorización sucesiva de alteridad, dentro de
dicha categoría, poseería al Otro como referente y nuestra internalización de éste,
nuestra introyección, nos serviría de experiencia moldeadora de los sucesivos
encuentros con los otros. La imagen internalizada del Otro debe estar representada
por algun tipo de red neuronal sujeta a activacion, las internalizaciones poseen,
pues, fuerza fisiologica.376
Los niños, ya con pocos meses, son capaces de establecer una división
dicotómica entre los objetos y los seres humanos. Éstos son reconocidos como un
grupo con propiedades características diferentes de los objetos inanimados. En
concreto, sería fundamental su capacidad de actuar con respecto a fines
determinados.377 Desde los cinco años los niños parecen tener dos módulos de
categorización básicos. Uno que incluiría a los objetos inanimados, y otro para los
humanos. Pese a que éstos últimos deberían estar sometidos a las mismas leyes
375 Ibid., p. 75.376 A.W. Epstein, “Neural Aspects of Psychodynamic Science”, Journal of the American Academy ofPsychoanalysis”, 26(4), 1998, p. 510.377 V.A. Kuhlmeier, P. Bloom y K. Wynn, “Do 5 month-old infants see humans as material objects?”, Cognition,94, 2004, pp. 95-103, “los niños pequeños pueden poseer diferentes modos de construcción para humanos frentea objetos inanimados: los humanos son construídos en términos de acciones intencionales y sociales, mientras losobjetos inanimados son interpretados a través de un sistema sensible a la física de objetos (...). La existencia de ladistinción humano/objeto, y la aplicación de diversos principios a cada categoría, podría ayudar a los niños adefinir estas áreas de conocimiento pronto en su desarrollo. La apreciación de que estas construcciones sesolapan, que en algunos aspectos, las personas son objetos, puede ser un logro en su desarrollo,” ibid., p.102.Con toda seguridad desde pequeños son capaces de distinguir los seres animados de los inanimados, peroparece que los humanos representarían una categoría de por sí específica, cf. D. Poulin-Dubois, A. Lepage y D.Ferland, “Infants’ concept of animacy”, Cognitive Development, 11, 1996, pp. 19–36. L. Bonatti, E. Frot, R.Zangl, y J. Mehler, “The human first hypothesis: Identification of conspecifics and individuation of objects in theyoung infant”, Cognitive Psychology, 44, 2002, pp. 388–426.
físicas que los objetos, no sucede así, para los niños los seres humanos no
estarían sometidos a la regla de movimiento contínuo.
Turner, en contra de los postulados generativos, acentúa el papel de la
biografía en nuestra experiencia y la idea de parábola o moraleja como utilización
de un conocimiento forjado previamente para afrontar nuevas situaciones, ambas
presentes en las actividades más diversas y cotidianas.378 Incluso en relación con la
idea de parábola se sitúa la noción de proyección, que no se aleja mucho de la
idea psicoanalítica.
Así la transferencia como fenómeno cotidiano podría explicarse como similitud
más allá de un cierto umbral del otro al prototipo de alteridad. La relación entre
analista y paciente, en el contexto de la terapia, permitiría la reactivación de ese
ejemplar básico con mayor facilidad, y su elaboración descubriría la falsedad de
dicho supuesto, lo mostraría como posición subjetiva, interiorización de pautas y
modelos de actuación.
378 M. Turner, The Literary Mind, Oxford, 1996. Cf. G. Lakoff, “How unconscious metaphorical thought shapesdreams”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997.
2.2.3. Formación del otro como re-conocimiento
El otro posee ciertas características similares al Otro. En este sentido
pertenece a la categoría de alteridad conformada por el Otro. Habla, es bípedo, no
posee plumaje, podríamos decir que el otro se produce como extensión del Otro,
es construido a partir de las experiencias que se agrupan como modalidades de
interacción. En este sentido el otro es un re-conocimiento, prefigurado por el Otro
como patrón comportamental.
Las diferencias entre el Otro y el otro no empecen su categorización integrada.
Es común en la categorización humana el hecho de que características
aparentemente incompatibles con el ejemplar prototípico, o inconsistentes con la
noción de categoría, son obviadas en favor de ciertas similitudes salientes.379 La
experiencia de la categoría de alteridad en su versión básica (Otro) moldea la
posibilidad de reconocimiento del otro, le da contenido y significado, sirve de
referencia, de ejemplar, de modelo sobre el que interpretar las acciones del otro y
actuar en conformidad.
Un objeto puede ser categorizado múltiplemente en diversas categorías e
incluso en diversos niveles de categorización. Si un determinado sujeto posee las
mismas características que el otro y otras más idiosincrásicas, éste será agrupado
en la misma categoría. Podemos categorizar al otro, por ejemplo, con una
sospecha acerca de sus malas intenciones. Dicha creencia nuestra vendría
probablemente acompañada de un cierto correlato fisiológico (actitud defensiva,
expresión facial). Ésta respuesta subjetiva no es recibida de buen grado por el otro.
Dicha actitud tiende a hacer que el otro poco a poco vaya tomando una actitud más
379 “...el conocimiento ni tiene que estar relacionado con toda característica en la categoría ni tiene que serperfectamente fiable para beneficiar al proceso de aprendizaje,” G.L. Murphy, op. cit., p. 153. Cf. A.S. Kaplan yG.L. Murphy, op. cit.
fría e incluso agresiva, permitiendo que los pensamientos que uno proyecta se
confirmen en la realidad (hay que desconfiar de la gente, la gente es fría y
agresiva). El otro se adapta a la forma en que, de forma consciente o no, el sujeto
se dirige a él. Así la transferencia se constituye con cierta rigidez, basada en las
modalidades aprendidas de categorizar e interactuar y que no están a disposición
del sujeto.380
Los análisis de Blewitt381 muestran cómo los niños de dos y tres años pueden
distinguir la pertenencia de un mismo objeto a varias categorías jerárquicas,
pueden asignar la pertenencia de un macaco a la categoría básica ‘mono’ y a la
superordinada ‘animal’. Como señalábamos, los niños poseen desde muy
temprana edad dos categorías básicas, una para objetos inanimados y otra para
objetos animados en especial para los seres humanos.382 La continuidad en los
procesos cognitivos subyacentes entre niños y adultos383 nos indica cómo este tipo
de categorización doble puede ofrecernos pistas acerca de la doble instancia del
analista; conscientemente es un otro (categoría básica), pero a su vez puede
activar en el paciente características que lo hagan similar al Otro (categoría
superordinada), es lo que se denomina una identidad dual. De hecho dicho modelo
sería simplista, pues lo que se activan son ciertas creencias, ciertas modalidades
de acomodación o de actividad neurovegetativa.
380 P.L. Wachtel, “Active intervention, psychic structure and the analysis of transference. Commentary on Frank's'Action, insight, and working through'”, Psychoanalytic Dialogues, 3, 1993, pp. 589-603.381 P. Blewitt, “Understanding categorical hierarchies: The earliest levels of skills”, Child Development, 65,1994, pp. 1279-1298.382 A. Meltzoff, “Understanding the intention of others: Re-enactment of intended acts by 18-month-old children,”Developmental Psychology, 31, 1995, pp. 838–850. D.H. Rakison y D. Poulin-Dubois, “Developmental origin ofthe animate–inanimate distinction”, Psychological Bulletin, 127, 2001, pp. 209–228.383 “Los niños aprenden mejor si le son dados objetos típicos de los cuales aprender; actúan mejor con objetostípicos; generalmente aprenden conceptos básicos primero. Por ello parece existir considerable continuidad entrelos procesos conceptuales de niños y adultos. Esto no quiere decir que nada se desarrolle, sino que los principiosestructurales de categorización operan similarmente desde la niñez a la edad adulta”, G.L. Murphy, op. cit., p.340.
De acuerdo con el orden jerárquico de las categorías resulta más sencillo
atravesar un número menor de eslabones entre categorías super y subordinadas al
categorizar. Es decir, es más fácil reconocer ‘un perro es un animal’ (+1) que ‘un
perro es un mamífero’ (+2) y más aún que ‘un perro es un ser vivo’ (+3). Esta
observación ha de ser moderada con los efectos de tipicidad y saliencia de lo que
denominamos nivel básico de categorización. Éste señala que existen niveles
intuitivamente más naturales o básicos a la hora de realizar nuestras
categorizaciones.384 Preferimos categorizar un ser vivo que ladra como perro antes
que como ‘labrador’ o ‘caniche’. Estas categorías básicas consiguen maximizar los
dos aspectos señalados previamente, el conocimiento aportado acerca del sujeto y
la generalidad y capacidad de predicción derivada. Se trata del nivel conceptual
que nos otorga más información maximizando la diferenciación intercategórica. El
Otro como nivel básico de categorización sólo cede ante una experiencia más
concreta del otro, mientras que la categoría superordinada permanece inadvertida,
impregnando nuestro conocimiento, sesgando nuestra actuación.
Las categorías superordinadas (Otro) son apreciadas como colección de
propiedades385 abstractas y suelen someter a los objetos a una relación de parte-
todo, es decir, metonímica. Las categorías básicas suelen referirse, en cambio, a
objetos sobre los cuales poseemos rutinas motores concretas. Así, ‘mesa’, como
categoría básica. indicaría un objeto con respecto al cual sabemos cómo
comportarnos, mientras que la superordinada ‘mobiliario’ representaría sólo un haz
de objetos reunidos de forma abstracta. Este carácter abstracto y desvinculado de
384 Los primeros estudios sobre niveles básicos de categorización los podemos encontrar en R. Brown, “Howshall a thing be called?” Psychological Review, 65, 1958, pp. 14-21 y en R. Brown, Words and Things, Glencoe,1958.385 E.M. Markman, M.S. Horton y A.G. McClanahan, “Classes and collections: Principles of organization in thelearning of hierarchical relations”, Cognition, 8, 1980, pp. 227-241.
todo comportamiento motor revierte en su inaccesibilidad al cambio, pues no es
posible en principio modificar nuestra experiencia directa.
El Otro, aunque representado unitariamente por este concepto, es un
agregado al que referirse globalmente, se trata de un haz de experiencias y
relaciones internalizadas que se reproducen y que tienen como soporte la
experiencia infantil, pero que resultan de una interacción entre el niño y sus
experiencias con otros, la capacidad de provocar ua sonrisa, de ser alimentado, de
recibir cariño, no se refiere, por tanto, a objetos individuales y singulares.
Los conceptos actúan frecuentemente como 'símbolos perceptuales'. Barsalou
diferencia simuladores que poseen toda la información modal específica de lo que
agrupamos como categoría, y simulaciones, que activan parte de dicha información
con la presentación de un nuevo miembro de dicha categoría. Las simulaciones
concretas (otro) serían subconjuntos que participarían del simulador genérico que
aúna toda nuestra experiencia sobre dicha categoría (Otro). 386
La semejanza entre un nuevo objeto y una categoría existente viene dada por
la cantidad de características que este objeto comparte con el ideal prototípico o
ejemplar de dicha categoría. El Otro se transforma en la medida que se hace
inaccesible como modelo de alteridad por implicar una categoría de primeras
experiencias a falta de una maduración cognitiva y cerebral, se mantiene
inaccesible; sólo reconocemos otros.
386 L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, op. cit. “Considere el concepto GATO. De acuerdo con visionestradicionales, GATO es representado como una colección de hechos amodales aislados que se vuelven activoscomo totalidad cada vez que la categoría es procesada. De modo alternativo un simulador para GATO producemuchas conceptualizaciones situadas diversas, cada una manufacturada para ayuda a un agente a interactuar congatos en un contexto diferente, no existe descripción general de la categoría. Por ejemplo, una conceptualizaciónsituada para GATO podría sostener una interacción con un gatito jugetón, mientras que otras podrían suponerinteractuar con un ruín gato montés, o con un ronroneante gato doméstico. Desde esta perspectiva, el conceptopara GATO no es una descripción global aislada de la categoría. Por el contrario el concepto es la destreza ohabilidad de producir una amplia variedad de conceptualizaciones situadas que sustenten la consecución demetas en contextos específicos,” ibid.
El otro es una percepción activa moldeada por el Otro, al igual que “el color...
no es simplemente la percepción de una longitud de onda; la constancia de color
depende de la capacidad del cerebro para compensar por la variación de la fuente
de luz.”387 La percepción no es un acto neutro de nuestros sentidos, sino que
requiere de una facultad cognitiva activa que pueda, en el caso de alteraciones de
las circunstancias en el medio, reconocer, buscar las similitudes no
necesariamente obvias; que permita, en definitiva, un reconocimiento imbricado en
un complejo mecanismo cognitivo regulador, con contenido fisiológico y conductual.
De hecho existen pruebas acerca de la modificación perceptiva producida por el
aprendizaje de conceptos.388 El otro, como creación activa de los sentidos en
relación con su experiencia conformada, con el Otro, produce las alteraciones
idiosincrásicas motivacionales que ocasionan lo que en psicoanálisis se denominan
neurosis.
Existe toda una serie de modelos neurocientíficos que relacionan el nivel
neuronal y el de procesos superiores como la categorización, su relación con otros
sistemas como la percepción y el almacenamiento de información y su
organización jerárquica. Ejemplifican así los diversos niveles asociativos a que nos
referimos. La arquitectura ALCOVE es un ejemplo de los modelos de cambio de
peso sináptico en el aprendizaje, ideados por Hebb y posteriormente popularizados
y organizados mediante redes conexionistas. Nos permiten representar la relación
entre el otro (nodo de ejemplar) y el Otro (nodo de categorización), mostrando la
robustez y estabilidad de los nodos superiores.
387 G. Lakoff y M. Johnson, op. cit., p. 24.388 R.L. Goldstone, “Influences of categorization on perceptual discrimination”, Journal of ExperimentalPsychology: General, 123, 1994, pp. 178-200.
Gráfico 2.1. Arquitectura de la red ALCOVE. Modelo conexionista de la relación entre ejemplares ycategorías. Los estímulos se almacenan en un primer nivel mediante los nodos de ejemplares deacuerdo con la saliencia de sus propiedades, siguiendo los pesos atentivos aprendidos. A su vez,mediante ciertas activaciones, de acuerdo con la experiencia adquirida, pasan a un segundo ordende nodos de categorías. A su vez las relaciones más escasas entre los nodos de ejemplares y decategorías muestran la robustez y difícil acceso a éstas. [Fuente: Krutschke, “ALCOVE: Anexemplar-based connectionist model of category learning”, en Psychological Review, 99, 1992.]
Las relaciones temáticas permiten al niño realizar agrupamientos en categorías
con diversidad de objetos unidos por ciertos hábitos o acciones. De esta manera
‘zapato’ estaría relacionado con pie o calcetín. Este tipo de relaciones temáticas
guardan una estrecha relación con la noción de metonimia. Mediante la metonimia
se ponen de acuerdo elementos diversos que poseen una comunidad de sentido.
Lacan utiliza así mismo la idea de metonimia para representar otro efecto típico en
la elaboración del sueño, la condensación freudiana. De acuerdo con ésta, una
serie de características dispares propias a diversos objetos o partes de éstos se
asignaría a un objeto en relación parte/todo. Este proceso nos deja entrever otra de
las propiedades de la transferencia. Efectivamente, el paciente categoriza al
analista con una serie de atributos que no le son propios. Si el desplazamiento
Nodos de Categorización
Pesos relativos en elaprendizaje asociativo
Nodos de ejemplares
Pesos relativos en elaprendizaje asociativo
Nodos dimensionales del estímulo
(metáfora) equivale a una relación uno a uno, la condensación (metonimia) toma
como referente una serie de afectos no individualizados y los singulariza, los
concreta en la figura del analista.389
La singularización de eventos y personas mediante las relaciones taxonómicas
corresponde a una comprensión que atribuye a individualidades identificables el
acontecer intersubjetivo. Las categorías temáticas agrupan una serie dispar de
elementos que conforman relaciones de diversos tipos entre sí. Los sistemas
vienen compuestos más por relaciones que por singularidades; las imágenes fijas
no son sino una simplificación del movimiento. De modo similar, el problema de la
indeterminación de la traducción, tal como lo plantea Quine, es el de la división de
eventos y su categorización en individualidades reconocibles y el holismo: una
teoría del significado que enseña que la unidad de sentido no puede atender a
términos aislado, sino a un completo sistema de éstos.
389 G. Lakoff, “How unconscious metaphorical thought shapes dreams”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science andthe Unconscious, Washington, 1997. Relaciona la simbolización, desplazamiento, condensación e inversiónpsicoanalíticos con la metáfora conceptual, la metonímia, el blending conceptual e ironía cognitivas.
2.2.4. Desplazamiento, Metáfora y categorización
Los análisis contemporáneos de la metáfora señalan como características
principales de ésta su centralidad, su ubiquidad y su simplicidad. Clásicamente la
metáfora parecía pertenecer a un lenguaje restringido, retórico y figurativo, se
situaba como simple figura literaria, modo de expresión estilístico sin contenido
cognitivo específico. No obstante, su presencia inadvertida en las áreas más
diversas del discurso refuta esta idea. La obra de George Lakoff y Mark Johnson,
Metaphors we Live by, es el más claro ejemplo de un cambio de actitud frente a la
metáfora, “...el locus de la metáfora no es para nada el lenguaje, sino la forma en
que conceptualizamos un dominio mental en términos de otro.”390 La metáfora se
convierte en modo de expresión cotidiano que moldea la manera en que
conceptualizamos el mundo que nos rodea, que dirige nuestra forma de entender y
actuar, de ahí su centralidad.391
En íntima relación con su centralidad, la ubiquidad de la metáfora hace
referencia a la refutación de otra de las características atribuidas por la concepción
heredada, su valor limitado como mero tropo literario, y acentúa el valor
irremplazable de la metáfora en la comprensión de las más diversas áreas del
conocimiento. Efectivamente, una de sus peculiaridades ha sido su extensión a
otros ámbitos aparentemente ajenos al literario.392 Así, difícilmente encontramos
campos semánticos en los que no podamos observar corrimientos entre un dominio
390 G. Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, A. Ortony (ed.) Metaphor and Thought, Cambridge,1993, p. 203. “Nosotros hemos llegado a la conclusión de que las metáforas, por el contrario, impregnan la vidacotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento y la acción,” G. Lakoff y M. Johnson,Metáforas de la vida cotidiana, Madrid, 1991, p. 39.391 “...los conceptos abstractos más comunes... son conceptualizados por vía metafórica. Ya que tales conceptosestán en el centro mismo de nuestros sistemas conceptuales, el hecho de que sean conceptualizadosmetafóricamente muestra que la metáfora es central en lo que a pensamiento abstracto ordinario se refiere,” G.Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, op. cit., p. 223.392 “La teoría contemporánea de la metáfora no es sólo interesante por sí misma. Es especialmente interesante porel reto que supone a otras disciplinas,” ibid., p. 253.
fuente y un dominio diana, ejemplos como ‘conocer es ver’, ‘el amor es un viaje’ o
‘las causas son fuerzas’ muestran la diversidad de relaciones que se establecen
entre los órdenes más desemejantes y, no obstante, más comunes de nuestra vida
cotidiana. No procede, por lo tanto, entender la metáfora como figura periférica o
residual, sino central y ubicua.
Finalmente, la simplicidad indica la ausencia de mecanismo alguno específico
de orden superior o de mayor complejidad a la hora de procesar expresión
metafórica alguna con respecto al lenguaje literal. Así la distinción entre lenguaje
figurativo y no figurativo hace pervivir la apariencia de dos niveles cognitivos con
diversos procesos computacionales, de tal forma que los tropos requerirían un
mayor número de operaciones para ser comprendidos. Estas suposiciones han
sido falsadas por la evidencia experimental,393 que muestra cómo las tareas de
comprensión de elementos lingüísticos figurativos no parecen requerir más
recursos que otras tareas no figurativas. No sólo se equipara a la metáfora con el
lenguaje literal, sino que se le otorga validez en tanto mecanismo cognitivo general
y, por tanto, vía de acceso a la comprensión genérica del suceder mental, en este
sentido, de nuevo, central.
La metáfora como tropo cognitivo no se reduce a la sustitución de una palabra
por otra, sino que ha de situarse en un nivel conceptual. No sería un proceso
específico, sino que permitiría entender la atribución general de sentido a las
expresiones literales. De acuerdo con la teoría de Black,394 la metáfora supone dos
sujetos y uno de éstos, el principal –Otro-, vendría unido a una serie de información
393 Cf. R. Gerrig, “Empirical constraints on computational theories of metaphor: Comments on Indurkya”,Cognitive Science, 13, 1989, pp. 235-241. R. Gibbs, “Comprehending figurative referential descriptions”,Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 16, 1990, pp. 65-79.394 M. Black, Models and Metaphors, Cornell, 1962.
que es utilizada como marco de referencia del secundario –otro-. La metáfora es
activa, produce la similitud más que recrearla.
La metáfora ‘el otro es el Otro’ conlleva una sustitución que va más allá de la
simple comparación o símil ‘el otro es como el Otro’ que ocurre en la categorización
cotidiana de los otros empíricos, de las personas que encontramos. Se trata de un
auténtico desplazamiento, tal como señalaba Freud, una sustitución auténtica que
permite la reeducación y la modificación de modelos previos de interacción.
La comprensión de una situación contextual en función de otra, conlleva la
proyección de un dominio fuente sobre otro diana. Se trata de la utilización de toda
una red de significados, de relaciones, y su aplicación a un objeto diverso a través
de proyecciones, correspondencias conceptuales.395 Esto se lleva a cabo de
acuerdo con el principio de invarianza: “...la estructura del dominio diana limita
automáticamente lo que puede ser proyectado...”396 Igualmente el repertorio de
acciones posibles del paciente queda delimitado por sus experiencias
interpersonales previas. El carácter cognitivo supone que no se produce sólo una
alteración de las palabras empleadas, sino todo un corrimiento conceptual. Las
metáforas suelen producirse a niveles altos de categorización, suelen emplear
categorías superordinadas, es así como adquieren la capacidad de reactivar al
Otro.
La teoría contemporánea de la metáfora también conlleva un modelo de la
mente. Frente a la posición objetivista del modelo tradicional computacional, el
incorporado (embodied), apunta a un entendimiento más dinámico.397
395 G. Lakoff, op. cit., pp. 206-207.396 Ibid., p. 216, “las cartografías metafóricas preservan la topología cognitiva (esto es la estructura imagen-esquema) del dominio fuente de una forma consistente con la estructura inherente del dominio diana,” ibid., p.215.397 Cf. E. de Bustos, La Metáfora: Ensayos transdisciplinares, Madrid, 2000,.
Las teorías a las que hacemos referencia se encuadran dentro de los modelos
de incorporación de la mente, en los que ésta no se entiende como mero sistema
sintáctico de manipulación de símbolos, sino que es aprehendida en su
incorporación e integración en el medio. La teoría de la conflación nos ofrece un
buen ejemplo de la procedencia de esta integración; según ésta, el neonato no
experimenta una división de sus capacidades sensomotoras y cognitivas hasta
cierta edad. La incorporación supondría el sustento de los procesos de
categorización; la estructura conceptual poseería como soporte una base física.
Esta división es la que produciría la separación del dominio fuente y dominio diana
de la relación metafórica. La metáfora ‘conocer es ver’ ilustra esta identidad
funcional primigenia entre una habilidad cognitiva y una sensorial.398 Las formas de
interacción van unidas a modalidades de conceptualización. Esta disociación de
funciones es la que permitiría la estabilidad de las experiencias adquiridas al no
resultar ya disponibles en su indivisión previa, explicaría su inaccesibilidad y
mantendría la relación entre nuestra percepción y nuestra memoria. La justificación
de la estrecha relación entre percepción y concepción, y su significado en términos
cerebrales lleva a los modelos ideados por Rummelhart. Según éste “cuando un
dominio de experiencia subjetiva o juicio es coactivado regularmente con un
dominio sensimotor, se establecen conexiones neuronales permanentes a través
de cambios en los pesos sinápticos.”399 Existe evidencia de que hasta los doce398 En referencia a la formación de categorías globales y superordinadas comenta Murphy, “...la sugerencia deque los niños aprenden lo que son perros y gatos perceptivamente, y después forman conceptos independientesconceptualmente subdividiendo su concepto más global de animales parece psicológicamente altamenteimplausible. La información perceptiva y conceptual han de estar entrelazadas,” G.L. Murphy, op. cit, p. 302.399 G. Lakoff y M. Johnson, Philosophy in the Flesh, op. cit., p. 3. Estos autores proponen, desde una nuevaperspectiva acerca de la metáfora, la ambiciosa empresa de reformular algunos de los principios básicos que hanforjado la herencia que acerca de los procesos mentales hemos recibido. Asimismo comenta G. Lakoff: “Nuestroscerebros están construidos para el pensamiento metafórico. Ya que hemos evolucionado con áreas corticales de‘alto nivel’ que reciben el input de áreas perceptivas y motores de ‘nivel inferior’, no debe sorprendernos que losconceptos espaciales y motores deban formar la base del razonamiento abstracto. Metáfora es el nombre quedamos a nuestra capacidad de usar mecanismos inferenciales perceptivos y motores como la base para losmecanismos de inferencia abstractos. El lenguaje metafórico es simplemente consecuencia de esta capacidad para
meses los niños no producen conceptos con los que poder identificar los objetos
individuales.400 Su experiencia no es tanto cognitiva como ecológica en su
implicación con su medio, sin diferenciar entre los estímulos cognitivos, afectivos, o
sensoriales.
La importancia del conocimiento adquirido a la hora de encontrar nuevos
ejemplares ha sido también contrastada, de tal forma que los niños utilizan el
conocimiento general previo a la hora de asignar un objeto a una categoría. Este
conocimiento adquirido vendría encapsulado en el uso de las características del
dominio fuente sobre el dominio diana, produciendo una iluminación y sucesiva
ampliación del conocimiento del dominio diana y las relaciones entre sus
elementos.
No muy lejos de ciertos postulados psicoanalíticos se sitúa parte de la teoría
contemporánea de la metáfora que sostiene un monismo evolucionista, la primacía
del inconsciente, y la necesidad de la metáfora en ciertos niveles de abstracción,
“...la mente está inherentemente incorporada. El pensamiento no es en su mayor
parte sino inconsciente. Los conceptos abstractos son ampliamente metafóricos.”401
Esta nueva concepción de la mente, alejada de la 'ciencia computacional', ilustra
ciertas convergencias con presupuestos básicos del psicoanálisis. La incorporación
permite entender el síntoma como punto de enlace de somatismo y concepción, la
tesis que alumbró el edificio freudiano, el cuerpo recortado por nuestra forma de
concebirlo. Por último, la conformación de una categoría como la alteridad ha de
estar basada en un conocimiento básico de interacciones con otros y ha de ser
esta experiencia la que determine el concepto abstracto de alteridad, del Otro.
pensar metafóricamente.” http://www.icsi.berkeley.edu/~lakoff/ 400 F. Xu, S. Carey y J. Welch, “Infant’s ability to use object kind information for object individuation”,Cognition, 70, 1999, pp. 137-166.401 G. Lakoff y M. Johnson, op. cit., p. 57.
Parece que los niños más pequeños (menos de seis años) se basan en
ejemplares, esto es, en individuos concretos más que en categorías con efectos
prototípicos a la hora de categorizar y a partir de cierta edad empezarían a
desarrollar de forma más saliente efectos prototípicos.402 Mediante mecanismos
inductivos los niños son capaces de aplicar ciertas características encontradas en
el modelo prototípico al resto de ejemplares.
Lacan denominará metáfora a la noción freudiana de desplazamiento, en
especial en su referencia a las asociaciones que se producen en la cadena
significante. Como vimos, desplazamiento en la Traumdeutung poseía el doble
sentido de traslación de una carga afectiva a una determinada representación y,
por otro lado, esa misma traslación a una figura real, en tanto representación –
introyección-, y era, en este sentido, la primera interpretación de la transferencia. Si
bien Lacan incide especialmente en el primer sentido freudiano de desplazamiento,
no cabe duda que podemos extender esta idea al acontecer intersubjetivo. Es
decir, la metáfora sucede no sólo como tropo lingüístico, como sustitución de un
significante por otro –versión estructuralista- o de un dominio conceptual por otro –
teoría de la metáfora-, “...tan pronto uno se separe de la experiencia física concreta
y comience a hablar sobre abstracciones o emociones, la comprensión metafórica
es la norma.”403 La transferencia produce un desplazamiento, un tropo, una falsa
asociación: la categorización errónea de una persona en el lugar de otra.
402 C.J. Posnansky y P.G. Neumann, “The abstraction of visual prototypes by children”, Journal of ExperimentalChildren Psychology, 21, 1976, pp. 367-379.403 G. Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, op. cit., p. 205 (énfasis mío).
2.2.5. El psicoanalista como otro: ejemplaridad y tipicidad
El psicoanalista reafirma una representación que ha de ser completada por el
analizante, permitiendo por un lado más fácilmente la activación de patrones
interactivos previos, pero facilitando simultáneamente su refutación, en la medida
en que no sólo no coopera con esa representación del paciente, sino que la modela
en su interpretación, en sus respuestas. El input obtenido por el paciente queda
reducido con respecto a los sujetos con quienes normalmente entra en interrelación
en la vida cotidiana. Esta posición realza la posibilidad del reconocimiento en él de
ejemplos prototípicos previos, de hacer prevaler ejemplares antiguos por no poder
identificar, singularizar al analista como otro. La provisión (affordance) poseería
tanto características cognitivas como estructurales, provinientes del sujeto así
como del medio, producto de su interactuación, de constricciones físicas del sujeto,
así como de un contexto. Al ser intrínsecas permiten respuestas directas y por ello
muestra patrones duraderos de interacción.
En la transferencia se produciría un conflicto entre los modelos de interacción
conformados por el Otro y la forma de enactuar al analista. Como hemos señalado,
se produciría una percepción sesgada por el conocimiento previo, un prejuicio que
impediría la neutralidad de la percepción.404 Los datos sensoriales son alterados
por un conocimiento previo, por concepciones y modalidades de interacción
existentes, que harían aplicables al analista los modelos interiorizados por el
paciente, lo que Freud denomina introyección/proyección.
404 “Es ciertamente posible que algunos investigadores hayan fomentado la impresión de que haya una dicotomíaentre información perceptiva y conocimiento subyacente, especialmente cuando su metodología experimentalcontrasta los dos. Sin embargo, yo sostendría que no existe tal dicotomía y que la tarea de los investigadores deconceptos es explicar cómo estas dos fuentes de información se coordinan y son usadas para diversas tareas,antes que intentar decidir cuál es más importante,” G.L. Murphy, op. cit, p. 381.
La situación ancestralmente recurrente en la que el organismo categoriza estar es
el “significado” de la situación para el organismo que “ve”, es decir, está organizado
para responder a contingencias de adaptación previas, no a las presentes. Las
emociones llevan a los organismos a actuar como si ciertas cosas fuesen verdad
acerca de las circunstancias presentes, tanto si lo son como si no, porque fueron
verdad de circunstancias pasadas... Aquí reside su fuerza y su debilidad... [La
apreciación automática] no puede detectar cuando las invarianzas, una vez ciertas,
ya no lo son.405
La fusión conceptual permite que dos dominios o experiencias, con dos
espacios mentales diversos, sean adjuntados dentro de un espacio genérico.
Fauconnier lo ilustra con las rutinas motoras llevadas a cabo por el brazo al esquiar
y al llevar una bandeja en el restaurante. Ambas situaciones son 'mapeadas' una
sobre la otra. El espacio genérico señala a la posición corporal descontextualizada
del brazo en posición horizontal, el espacio superpuesto (blended) conjuga ambas
acciones, la acción de llevar la bandeja y la de esquiar. El espacio superpuesto
permite aprender más rápidamente los movimientos correspondientes al esquí, al
relacionarse con patrones ya conocidos. La transferencia sería el espacio
superpuesto entre la activación de cierto protototipo interactivo y una nueva
experiencia de interacción con el analista.406
A nivel biológico, el tipo de categorización que se lleva a cabo está influida por
órganos como la amígdala que, si bien son aptos para dar una respuesta rápida
producen un procesamiento 'sucio', dando lugar a generalizaciones.407 La
405 Cit. en P. Ekman, “Basic Emotions,” op. cit., (p. 6), J. Tooby y L. Cosmides, “The past explains the present:emotional adaptations and the structure of ancestral environment”, Ethology and Sociobiology, 11, 1990, pp.418-9. 406 G. Fauconnier, Mappings in Thought and Language, Nueva York, 1997.407 “Y puesto que dichas vías de acceso no son muy capaces de distinguir entre estímulos, la generalizaciónocurre (un portazo podría no sonar de hecho muy diferente a un disparo a este circuito.)” J.E. Ledoux, op. cit., p.257.
transferencia como espacio superpuesto permite el aprendizaje de nuevos
patrones al proyectar un nuevo espacio a partir de los recuerdos del paciente y de
la nueva situación analítica. Se produciría una proyección selectiva que tiene como
espacio genérico la experiencia subjetiva del analizante. La transferencia como
'ancla material' superpone, funde, multitud de aspectos relacionados con una cierta
experiencia.
El cuadro estable que hemos obtenido sobre lo que implica la formación del
Otro como ejemplar básico no está opuesto al hecho de que la información que
tenemos sobre un objeto puede hacer cambiar nuestro conocimiento acerca de una
categoría. He ahí la virtualidad de la transferencia como posibilidad de reeducación,
pero para ello es necesaria la reelaboración de los patrones aprendidos.
¿Cómo se produce la indistinción entre Otro y otro? Schyns y Rodet
conjeturan, dentro de un modelo unitario de categorización y percepción, cómo la
experiencia con objetos puede cambiar las características de nuestra forma de
percibirlos, así señalan cómo “... el análisis de las características del input no está
fijado perceptivamente, sino que es ajustable flexiblemente a la experiencia del
organismo.”408 Buena parte de las características observadas se desarrollan junto a
la experiencia con el objeto, y estas alteraciones se extienden a otros ejemplares
sucesivos. Así se explicarían los cambios que la transferencia puede inducir. La
alteración en la categorización del otro y su posterior extensión a los otros. Estos
investigadores enfatizan la relación idiosincrásica entre las experiencias como
material para categorizar el mundo que nos rodea y su influencia en las formas de
percibir. Recordemos como Freud en su última fase desarrollaría la idea de una
neurosis asociada a la transferencia que permitiría, en última instancia, alterar la
408 P.G. Schyns y L. Rodet, op. cit., p. 685.
percepción y la forma de experimentar (categorizar) nuestro entorno, volviendo al
analista en centro de interés del analizante, más que su propio síntoma, la razón
que lo llevó a la terapia. Esta curiosidad permite una resituación, el analista hace
que el Otro, como modelo básico de interacción, sea replanteado, enactuado. El
analista supone la posibilidad que tiene el analizante de recategorizar y reorganizar
sus relaciones de objeto y con bases neuronales y cognitivas, con efectos
fisiológicos y comportamentales.
Figura 2.6. Johntimothy Pizzuto – Relative Memory. En este collage vemos una representación denuestros recuerdos, de su vaguedad y su relatividad. Las figuras aparecen en varios lugares,contextos, opacidades, girando siempre alrededor del sujeto, de su posición, de su forma de relatar suexperiencia. Su lugar condiciona su representación.
2.3. Memoria
La memoria posee una larga y compleja historia. Desde la anámnesis platónica
como posibilidad de conocimiento,409 fundacional en el pensamiento occidental, los
recuerdos, las representaciones mentales de sucesos u objetos experimentados,
han poseído un estatuto epistémico de primer orden en nuestra forma de entender
los procesos mentales. El gran hito de la psicología cognitiva y experimental de los
últimos treinta años ha sido la separación, dentro de este concepto aglutinador, de
diversas instancias, procesos, y sistemas con una pluralidad de funciones y
estructuras subyacentes.
No es que dicha subdivisión estuviese carente de referentes previos,410 pero las
primeras propuestas basadas en paradigmas y resultados precisos datan de los
años ochenta y, en especial, del trabajo con pacientes amnésicos, mediante
paradigmas disociativos que mostraban la relación entre cierta lesión orgánica y la
pérdida de habilidades mnésicas, en especial declarativas, y el mantienimiento de
otras, implícitas y procedimentales.411 De esta forma se ha venido acumulando todo
un repertorio de datos experimentales que intenta ser absorbido por una serie de
modelos teóricos, reflejo de los diversos procesos a los que nos referimos al tratar
el tema de la memoria. Tratan de explicar de una forma neurológica y psicológica
plausible cómo se almacenan y recuperan estos fragmentos de nuestra experiencia
a los que llamamos recuerdos.
Así mismo se ha de resaltar la función básica que desempeña la memoria en409 El locus clásico es el Menón 85e.410 Maine de Biran, Franz Joseph Gall o Henri Bergson son algunos de los antecesores de intuiciones similaresdesde varias perspectivas. Cf. D.J. Herrman y R. Chaffin, Memory in historical perspective: The literaturebefore Ebbinghaus, Nueva York, 1988.411 Los ejemplos más clásicos serían N.J. Cohen y L.R. Squire, “Preserved learning and retention of patternanalyzing skill in amnesia: Dissociation of knowing how and knowing that”, Science, 1980, 210, pp. 207-209. E.Tulving, D.L. Schacter y H.A. Stark, “Priming effects in word fragment completion are independent ofrecognition memory”, Journal of Experimenal Psychology: Learning, Memory and Cognition, 8, 1982, pp. 336-342. E.K. Warrington y L. Weiskrantz, “ Amnesia: A disconnection syndrome”, Neuropsychologia, 20, 1982, pp.233-248.
el aprendizaje. Mediante la plasticidad neuronal, explotada por los modelos
hebbianos y sus extensiones conexionistas, se produciría la transducción de
estímulos externos en comportamiento intencional. La relación entre el sistema
nervioso y el mundo hace que ciertas conductas se aprendan y modifiquen el
propio sistema nervioso como sistema input-output mediado por procesos
cognitivos. Aplicando este esquema a nuestro tema en cuestión, si la transferencia
ha de suponer un re-aprendizaje, para que éste se consolide, para que se convierta
en comportamiento aprendido, es necesario que se almacene como patrón de
respuesta adecuado a cierto tipo de estímulos, alterando los patrones previos
existentes.
Las representaciones mnésicas de las habilidades y de las estrategias surgenmediante la repetida interacción entre (de un lado) las experiencias específicas dela realidad interna y externa y/o sus representaciones en la memoria comoconocimiento objetivo (unidades de datos) y (del otro lado) los aspectos subjetivosy contextuales de los diversos modos de comportamiento, así como sus efectossobre las prioridades psicobiológicas del partenaire en la interacción (funcionalidadde la interacción). Con otras palabras, surge mediante el 'ejercicio' bajo condicionesnormales con sentido, querido, y planificado.412
La plasticidad neuronal se refiere a la capacidad que poseen las neuronas, en
su conjunto, como sistema, de alterar su estructura a nivel macro y su función,
mediante cambios en la conectividad con otras neuronas. Estos descubrimientos
han abierto la posibilidad de llevar a cabo una búsqueda de la organización
cerebral; ciertas pautas de activación adquiridas funcionarían como respuestas en
razón de nuestra experiencia. Los modelos de aprendizaje basados en la
plasticidad neuronal y la conectividad han intentado ofrecer así un paradigma
412 M. Koukkou y D. Lehman, “Ein systemtheoretisch orientiertes Modell der Funktionen des menschlichenGehirne und die Ontogenese des Verhaltens”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), op. cit.,p. 327.
teórico junto con un modelo de funcionamiento neuronal, “la idea es que la
memoria supone un cambio persistente en la relación entre neuronas, ya sea a
través de una modificación estructural o bien mediante cambios bioquímicos entre
las neuronas que alteran la forma en que las neuronas colindantes se
comunican.”413 De acuerdo con esta idea, la estabilidad de la representación sería
trastocada por un cambio sináptico (sistema aferente). Éste, a su vez, implicaría un
nuevo aprendizaje, una nueva codificación estructural de la experiencia, y una
organización que señale futuras respuestas (sistema eferente).
Ramachandran y sus colaboradores han mostrado cómo en el cerebro del
adulto se pueden dar nuevas conexiones, alterando funciones asignadas, así como
una reorganización de las existentes.414 La plasticidad neuronal en adultos puede
así mismo modificar el hipocampo encargado de operaciones espaciales en el
aprendizaje.415 Al amputar un miembro corporal, el cerebro adapta también las
redes neurales a dicha nueva configuración somática.416 La experiencia puede
llevar cambios estables en la plasticidad sináptica, en especial la imagen del
cuerpo417 que Freud entendía había sido alterada en los casos de parálisis
histérica. Ésta podía ser abordada por la técnica que comenzaba a desarrollar.
413 L.R. Squire, Memory and Brain, Nueva York, 1987, p. 7414 Ramachandran reacciona así frente al paradigma computacional de la ciencia cognitiva. “Una implicación másgeneral de estas observaciones es que debemos abandonar una visión jerárquica estrictamente modular delcerebro, el legado clásico de la IA, y reemplazarlo con un modelo más dinámico, más interactivo, en el queseñales ‘re-entrantes’ jueguen un papel más destacado,” V.S. Ramachandran y D. Rogers-Ramachandran,“Synasthesia in Phantom Limbs induced with mirrors”, Proceedings of the Royal Society of London, 263, 1996,p. 386. Cf. F.M. Benes, “Human brain growth spans decades”, American Journal of Psychiatry, 155, 1998, p.1489.415 E.A. Maguire, D.G. Gadian, I.S. Johnsrude, C.D. Good et al., “Navigation-Related Structural Change in theHippocampi of Taxi Drivers”, Proceedings of the National Academy of Science 97(8), 2000, pp. 4398-4403.416 M.M. Merzenich, J.N. Randall, M.P. Stryker, M.S. Cynander, A. Schoppmann y J.M. Zook, “Somatosensorycortical maps change following digit amputation in adult monkeys”, Journal of Computer Neurology, 224, 1984,pp. 591-605. Cf. F. A. Lado, A. D. Legatt, P. A. LaSala y S. Shinnar, “Alteration of the cortical motor map in apatient with intractable focal seizures”, Journal of Neurology Neurosurgery and Psychiatry, 72, 2002, pp. 812-815.417 V.S. Ramachandran y D. Rogers-Ramachandran, “Synaesthesia in phantom limbs induced with mirrors,”op.cit., pp. 377-386. E.A. Franz y V.S. Ramachandran, “Bimanual coupling in amputees with phantom limbs”,Nature Neuroscience, 1, 1998, pp 443-444.
La compleja relación entre lo bioquímico y lo comportamental queda salvada
por los modelos de redes neuronales que asumen la existencia de un intercambio a
nivel químico, con efectos morfológicos y metabólicos entre neurotransmisores,
producto de cierta disposición biológica y cierto aprendizaje, moldeando, de este
modo, el tipo de conexiones, así como su representación somática y
comportamental. El aprendizaje se produce debido a la discontinuidad existente
entre las neuronas y la posibilidad de una activación simultánea pre- y
postsináptica que produciría la potenciación a largo plazo o LTP (long term
potentiation). La memoria abstrae un patrón ponderado obtenido a través de
experiencias dispares, sin importar, incluso obviando, las circunstancias y
situaciones que dieron lugar a dicha categoría.418
Si bien, en el procesamiento de la memoria a corto plazo, la activación
temporal resulta suficiente, la memoria a largo plazo requiere de cambios que sean
permanentes. Para ello se debe producir una modificación en el núcleo de la
neurona y una cierta síntesis protéica. Es decir, el aprendizaje requiere la
elaboración de ciertas proteínas para inducir recuerdos duraderos, en cuya
ausencia los recuerdos no pasan de una duración limitada. Así el ARN
transportaría la secuencia de ADN al citoplasma de la célula donde la información
sería convertida en una proteína CREB, encargada de la transcripción genética,
con el resultado del reforzamiento sináptico requerido para la subsistencia del
recuerdo.
La neurona posee múltiples inputs pero sólo tiene un output (axón), de ahí que
su efecto en el sistema neuronal sólo pueda ser bivalente.419 Los iones de calcio418 Cf. M.I. Posner y S.W. Keele, “Retention of abstract ideas”, Journal of Experimental Psychology, 83, 1970,pp. 304-308; M.I. Posner y S.W. Keele, “On the genesis of abstract ideas”, Journal of Experimental Psychology,77, 1968, pp. 353-363, y J.G.W. Raaijmakers y R.M. Shiffrin, “Models for recall and recognition”, AnnualReview of Psychology, 43, 1992, pp. 205-234.419 De ahí el valor de los sistemas computacionales binarios como simuladores de la actividad neural.
que rodean la célula, al producirse determinada tensión eléctrica, entran en ella,
convirtiendo el impulso eléctrico en una señal química; los iones activan las
quinasas protéicas. La regularidad de los incrementos citoplasmáticos de calcio
resulta más importante para regular los genes encargados de la memoria que la
cantidad de calcio total, demostrando un efecto conocido del aprendizaje: su
efectividad depende del ejercicio contínuo más que de un solo caso.
La establización del proceso que produce las modificaciones plásticas en las
sinapsis resulta crucial para comprender el aprendizaje. Si bien no es necesario
que el cambio se produzca por un mensaje de la sinápsis individual de cada
neurona al núcleo de la célula misma, en cambio, de acuerdo con Hebb, el núcleo
es modificado por la simple respuesta de la neurona, en el sentido de activarse o
no (firing). Así la actividad de una neurona, resultado de la excitación combinada
de todos los inputs sinápticos en la célula, produce la consolidación de la memoria,
fortaleciendo las conexiones existentes entre ellos, consolidando el recuerdo.420
La relación entre la información disponible fenomenológicamente y las
alteraciones estructurales requeridas para la pervivencia de los recuerdos pasa,
somo señalamos, por el concepto de reconsolidación: “la reconsolidación como
función de recuerdo y reactivación puede ser vista como un medio por el cual
atributos específicos son reforzados selectivamente y la memoria como totalidad se
hace más recuperable.”421 Si bien algunas estructuras cerebrales no participan
directamente en la consolidación del recuerdo, éstas estarían encargadas de
producir una modulación tras el aprendizaje. Una 'teoría molecular de la
420 Para un desarrollo completo de los diversos elementos involucrados en la comunicación interneuronal cf. M.B.Kennedy, H.C. Beale, H.J. Carlisle y L.R. Washburn, “ Integrated biochemical signalling in postsynaptic spines”,Nature Reviews: Neuroscience, 6(6), 2005.421 L. Nadel y C. Land, “Memory traces revisited”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, pp. 211. Para unacrítica del concepto cf. R.R. Miller y L.D. Metzel, “Memory involces far more than consolidation,” NatureReviews: Neuroscience,1, 2000, pp. 214-6.
consolidación'422 entiende que es la síntesis protéica la que se encuentra en la base
de recuerdo. De ahí que, los recuerdos más antiguos sean los más robustos, los
mejor consolidados. La consolidación y recuperación son procesos coexistentes.
Así al recuperar cierto recuerdo, se permite su reconsolidación, pudiendo añadir
nuevos aspectos a dicho recuerdo que se encuentra en estado lábil.423
Desde los primeros modelos cognitivos de la memoria se acepta, tanto a nivel
fisiológico como funcional, una cierta disociación entre dos estructuras o funciones
mnésicas diferentes, una memoria de largo y otra de corto plazo.424 Diversos
estudios muestran cómo la atención a los significados permite una recolección
mnésica superior al reconocimiento visual o auditivo.425 Los significados estarían
así relacionados con una codificación a largo plazo.
A partir de estos dos sistemas básicos se ha llevado a cabo una subdivisión
mediante estudios disociativos en pacientes amnésicos, mostrando la existencia de
diversos procesos que conforman la memoria como fenómeno global.426 De hecho
esta comprensión debería cambiar nuestra concepción común, pues la memoria
como concepto no posee coherencia alguna más allá de la otorgada por nuestras
categorías lingüísticas. Existirían 'memorias' con diversas funciones, localizaciones
y correlatos fenomenológicos.
422 K. Nader, G.E. Schafe y J.E. Ledoux, “The labile nature of consolidation theory”, Nature Reviews:Neuroscience, 1, 2000, pp. 216-219.423 S.J. Sara, “Strengthening the shaky trace through retrieval”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, pp. 212-213.424 La memoria de corto plazo se ve afectada por lesiones relativas al hemisferio izquierdo, en especial, la zonarelativa a la articulación de lenguaje (Wernicke, Broca). La de largo plazo se ve afectada por daños en loslóbulos temporales y las zonas más profundas como hipocampo y la zona mamilaria.425 F.I.M. Craik y R.S. Lockhart, “Levels of processing: A framework for memory research”, Journal of VerbalLearning and Verbal Behavior, 11, 1972, pp. 671-684.426 Otras concepciones también son discutidas en D.S. Olton, “Inferring Psychological Dissociations fromExperimental Dissociations: The Temporal Context of Episodic Memory”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.),Essays in Honour of Endel Tulving, Hillsdale, 1989, sostiene una visión dimensional de la memoria antes queuna dicotómica o en el mismo volumen B.B. Murdock, “The Past, Present, and the Future: Comments on Section1” aboga por un sólo sistema con diversos efectos paramétricos. O R.G. Crowder, “The demise of short-termmemory”, Acta Psychologica, 50, 1982, pp. 291-323.
Las dos grandes subdivisiones de la memoria a largo plazo separarían una de
tipo declarativo y otra de tipo procedimental. La memoria declarativa es aquella que
nos resulta intuitivamente más cercana; recordar una película, una cena o un día
en las carreras, éstos serían los correlatos de la denominada memoria
autobiográfica. Habría otro proceso, de tipo semántico, que se referiría a nuestro
conocimiento acerca de cuestiones como la capital de Turquía, el año de
nacimiento de Cervantes o el significado de la palabra 'memoria'.
La memoria procedimental aparece en los análisis disociativos como la función
más estable a lo largo del desarrollo personal. La transferencia habría de actuar
sobre ésta en la que se almacenan las experiencias primeras, prelingüísticas y de
adaptación al medio. Recordemos que existen dos vías de procesamiento de los
estímulos: la vía dorsal, en la que se procesan los aspectos propios del objeto, y la
ventral, que atiende a la interacción, su relación ecológica con éste. La información
que sigue la vía dorsal estaría asociada a la memoria explícita (qué), mientras que
la de tipo implícito correpondería a la vía ventral (cómo). La memoria implícita
almacena, en especial, la información correspondiente al aprendizaje motor, a
nuestra postura incorrecta al subir la escalera.
Si las representaciones conscientes tienen su locus en el cortex prefrontal, el
procesamiento inconsciente activa las regiones posteriores (temporal, parietal,
occipital). Dentro de la memoria procedimental o implícita se agrupan habilidades
motoras, respuestas adquiridas, condicionamiento clásico y aprendizaje visual
entre otros. El carácter primitivo de la memoria procedimental parece
incuestionable, los ejemplos de condicionamiento prueban la presencia en los
animales más simples de este tipo de mecanismo de adaptación ecológica. Su
asiento neurológico estaría especialmente referido a los ganglios basales, aunque
ciertas estructuras neocorticales también entran en su funcionamiento.
Más interesante aún resulta un análisis ontogenético de la emergencia de
dichos procesos. En este sentido, los estudios clásicos de Piaget muestran la
evolución de un razonamiento concreto y centrado en el yo del niño hacia uno de
carácter abstracto, basado en reglas y socializado.427 No obstante este aprendizaje
no es individual, se ha señalado la necesidad de la presencia física de una persona
en estudios con niños de menos de 12 meses correspondientes al aprendizaje de
ciertos fonemas desconocidos, como es el caso de los fonemas [r/l] en niños
japoneses. La simple exposición auditiva no basta para que se produzca el
aprendizaje, apoyando la tesis de un aprendizaje que más que simplemente
cognitivo, repetitivo, conllevaría aspectos motivacionales y simulacionales.
Otra característica del aprendizaje infantil es la alta dependencia del contexto
en que se produce, corroborando la idea piagetiana acerca de la falta de
generalidad del pensamiento infantil. Las alteraciones del contexto impiden la
recuperación de la información codificada. Por otro lado el niño prefiere estímulos
nuevos frente a otros conocidos. Los datos avalan el hecho de que la memoria
implícita se encuentra totalmente desarrollada a edades preescolares, no así la
memoria explícita.428 Se ha propuesto incluso la pertinencia de experiencias
prenatales, uterinas, que influirían en el comportamiento posterior frente a ciertos
estímulos.429 427 J. Piaget y B. Inhelder, La Psychologie de l'enfant, París, 1966. J. Piaget, Seis estudios de psicología,Barcelona, 1993.428 R. Russo, P. Nichelli, M. Gibertoni y C. Cornia, “Development trends in implicit and explicit memory: Apicture completion study,” Journal of Experimental Child Psychology (59), 1995, pp. 566-578.429 A.J. DeCasper y M.J. Spence, “Prenatal maternal speech influences newborn’s perceptions of speech sounds,”Infant Behavior and Development, 9, 1986, pp. 133-150. “Pese a que la primacía indirecta aumenta la posibilidadde que los individuos tengan una respuesta preparada para situaciones similares que probablemente encuentren,también aumenta la posibilidad de que los recuerdos reactivados indirectamente sean accesibles a la modificacióna través de nuevas circunstancias ya sea en el momento de recuperación o, posteriormente, dependiendo de cuánrápido son olvidados,” C. Rovee-Collier y P. Gerhardstein, “The Development of Infant Memory”, N. Cowan,
El último aspecto que desarrollaremos brevemente en esta sección es la
denominada memoria de trabajo (working memory) que se encarga de mantener la
información que recibimos durante un espacio mínimo de tiempo, dando lugar a la
apercepción. De acuerdo con Baddeley los, sujetos pueden mantener en la mente
a través de un loop fonológico hasta el último segundo y medio de articulación
lingüística.430 En este sentido, la memoria ecóica sostiene la rememoración de las
últimas palabras pronunciadas y dispara la memoria asociativa.
Se ha demostrado que, a cierto nivel de procesamiento, la mejor forma de
retener palabras no puede basarse simplemente en la memoria visual o fonológica,
sino que éstas resultan más disponibles para el recuerdo cuando están asociadas
a un significado. En la terapia la máxima de no reprimir ningún pensamiento está
relacionada con el deber del paciente de exteriorizar toda idea o asociación, de
procesar simbólicamente cualquier posible estado. En psicología cognitiva se ha
mostrado cómo al fonetizar y articular las palabras, éstas son procesadas por un
tipo de memoria (ecóica) que es capaz de almacenarlas.431
Las investigaciones del grupo de Jeannerod muestran cómo al observar una
acción y llevarla a cabo se ponen en marcha idénticos mecanismos neuronales. No
nos debería extrañar que el recuerdo vuelva a poner al sujeto en un estado
emocional similar al de la situación vivida.432 Ciertas áreas del cerebro son
The Development of memory in childhood, Hove, 1997, p. 30.430 A.D. Baddeley, Essentials in Human Memory, Hove, 1999, p. 52. Un mecanismo de este tipo estaría detrásdel corte significante utilizado por Lacan o el fin abrupto de la terapia, como interpretación con efectos dereciencia.431 Al verse el paciente obligado a producir ciertos significantes, éstos ponen en marcha la memoria ecóica,mediante la cual, estos significantes sirven de pista a otros significantes. La articulación y audición de laspalabras activan la memoria de una forma que no ocurre con la lectura o el pensamiento, pues no se producenciertas pistas críticas. Así podemos elucidar uno de los mecanismos cognitivos que subyace al fenómeno de lalibre asociación. Ésta es activada por la enunciación de los significantes. En este sentido se entiende laimportancia que otorga Lacan al significante en su aspecto sonoro, por encima del significado, revertiendo elpostulado saussuriano, se trata de la pista que permite la activación de ciertos niveles de procesamiento. 432 M. Jeannerod y V. Frank, “Mental imaging of motor activity in humans”, Current Opinions in Neurobiology,9, 1999, pp. 735-739. C. Paccalin y M. Jeannerod, “Changes in Breathing during Observation of EffortfulActions”, Brain Research, 862, 2000, pp. 194-200. En esta última publicación los autores muestran cómo sujetos
activadas igualmente por el recuerdo como por la experiencia, es lo que se llama
isocronía. Igualmente las ‘neuronas espejo’433 se encargan de reproducir en nuestro
cerebro la situación de nuestro interlocutor. Las neuronas se activan cuando ven a
alguien llevar a cabo una tarea. Al igual que la teoría de la metáfora sostiene la
proyección de un dominio fuente a otro, en este caso el mapeado es el de los
circuitos neuronales que se activan en el observador simulando la acción percibida.
Hacer y pensar permiten cambios del comportamiento casi idénticos. Imaginar una
acción y su realización poseen efectos similares. Lo que uno experimenta de forma
vívida, aunque sea de forma imaginaria, puede modificar nuestro sistema nervioso.
La moraleja: sólo pensar en algo puede cambiar nuestro cerebro.
al observer cierta actividad motora comenzaban a activar las áreas cerebrales relativas a la propia actividad pesea mantenerse cómodamente sentados y no producirse activación muscular. De estos datos los investigadoressostienen poder demostrar cierta relación con los procesos de imitación.433 G. Rizzolatti y M. Arbib, “Language within our grasp”, Trends in Neuroscience, 21, 1998, p. 188.
2.3.1. Memoria = Codificación + Recuperación
A la hora de entender el funcionamiento básico de la memoria es preciso
diferenciar dos aspectos de ésta: la codificación y la recuperación. Mediante el
primer mecanismo los recuerdos son guardados y, a través del segundo, se
consigue acceder a éstos. Clásicamente se ha venido atendiendo principalmente a
la segunda parte de este proceso; recordar se equiparaba a recuperar. Los
estudios modernos señalan que recuperar una información sólo puede ser fruto de
una codificación y un registro adecuado. En el caso del esclavo de Platón la
codificación no resultaba problemática pues se entendía que el alma habría
almacenado sus recuerdos en contacto directo con las ideas, se trataba de una
teoría innatista de la memoria.
Actualmente poseemos una visión más cercana al empirismo. Así, la
recuperación requiere de una codificación previa adecuada. El pionero en resaltar
este aspecto de la memoria ha sido Endel Tulving que ha propuesto el principio de
especifidad en la codificación. De acuerdo con éste, sólo se puede recuperar lo que
ha sido guardado, y dicha recuperación depende del modo en que se ha
codificado. Se plantea una relación directa entre la información almacenada y su
posible recuperación mediante lo que se denominan pistas (cues) que permiten
acceder al recuerdo por haber sido vinculadas desde el principio con el modo de
codificación inicial, “...el recuerdo de un evento, o de un cierto aspecto de éste,
ocurre si y sólo si las propiedades de la huella del evento son suficientemente
similares a la información recuperada.”434 Para la recurrencia de un recuerdo se
requiere cierta relación entre la situación de almacenamiento y la de
434 E. Tulving, Elements of episodic memory, Nueva York, 1983.
recuperación.435 El recuerdo se produce como relación entre la información
guardada y la presente.
Pero no son sólo las pistas adecuadas, codificadas en relación a cierta
experiencia, las que favorecen el recuerdo, el contexto de codificación y de
recuperación juegan también un papel fundamental en el funcionamiento de la
memoria. “Antes que identificar un sólo elemento, el organismo ha de encajar el
presente evento en un contexto de ocurrencias previas, sólo algunas de las cuales
se relacionan directamente con la situación dada.”436
Así sucede con la existencia de los recuerdos fogonazo (flashbulb memories),
que señalan la importante correlación entre eventos cargados emocionalmente y la
integración del contexto.437 El ejemplo clásico es la muerte de J.F. Kennedy; un
suceso tan pregnante (en la sociedad americana al menos) sirve de pista idónea
para recordar la tarea que realizábamos en el momento en que se nos dió a
conocer la noticia. El propio contexto de almacenamiento también influye en la
forma en que codificamos el recuerdo. Es decir, si nuestro equipo de fútbol
(también americano e.g.) perdió el día en que Kennedy fue asesinado, nuestro
recuerdo del suceso será aún más triste que si no hubiera sido de esta forma. Un
modelo neuronal de cómo se recupera un recuerdo codificado podría tener el
siguiente aspecto.
Al conseguir recordar algo de modo exitoso, una modulación arriba-abajo del cortexfrontal interactúa probablemente con representaciones neurales posteriores depistas ambientales para producir la reactivación de las redes corticales que
435 E. Tulving, “Relation between encoding specificity and levels of processing”, L.S. Cermak y F.I.M. Craik(eds.), Levels of processing in human memory, Nueva Jersey, 1979.436 K.H. Pribram, “The amnesic syndromes: Disturbances in coding,”, G.A. Taland y N.C. Waugh (eds.) ThePathology of Memory, Nueva York, 1969, p. 136.437 F.I.M. Craik, “On the making of episodes”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit. Así el recuerdo delcontexto es especialmente vívido en circunstancias con un hondo calado emocional. El ejemplo citado es elestudio de R. Brown y J. Kulik, “Flashbulb memories”, Cognition, 5, 1977, pp. 73-99, en el que se comprobabala primacía del contextos como la muerte de J.F. Kennedy en la memoria de diversos sujetos.
representan un recuerdo. El lóbulo temporal medio es probablemente el encargadode ciertas formas de reactivación, quizás mediante su papel paralelo en la rápidavinculación de información en nuevas redes corticales. A medida que lainformación reflejando las representanciones mnésicas es reconocida, las redescorticales involucradas en las regiones parietales y frontales contribuyen a la señalgeneral indicando que la información es antigua. Simultáneamente, la reactivaciónde contenidos específicos en el ámbito del recuerdo actúa sobre las fases tardíasdel procesamiento sensorial que también codifica dicha información durante elprocesamiento sensorial y de imágenes. Por ejemplo, las regiones visuales en elcórtex inferior temporal se reactivan para apoyar los contenidos visuales delrecuerdo. Otras regiones, aún poco entendidas, sostendrían el contenido abstractoy verbal del recuerdo. También es posible que el córtex frontal participe en lacontínua evaluación de los productos emergentes del intento de recuperación y quelos procesos descritos se extiendan, dependiendo del acierto y objetivo delrecuerdo. Las operaciones de estos procesos interactivos son experimentadasfenomenológicamente como recordar.438
Tras una experiencia fenomenológica aparentemente simple se encuentra una
multitud de actividades conformadas por diversos procesos y funciones.
Básicamente, el cortex frontal serviría de guía del proceso, el frontal y parietal
decidirían si la recuperación ha sido completada con éxito y las áreas sensoriales
almacenarían el contenido del recuerdo, haciéndonos recuperar las imágenes o
palabras relacionadas con dicha búsqueda.
Si la recuperación de un recuerdo es el caso paradigmático en el análisis de la
memoria, ésta también puede fallar. El caso extremo es lo que denominamos
'olvido', la incapacidad de recuperar cierta información (por faltar las pistas
adecuadas), así como la incorrecta codificación del estímulo que, o bien es
irrecuperable o nunca se almacenó de forma apropiada.
En el olvido se cumple la denominada ley de Jost, según la cual, dadas dos
huellas mnésicas igualmente robustas en un momento dado la más antigua de las
dos será más duradera y más lento su olvido.439 Los estudios más recientes en
neurociencia muestran el olvido como proceso activo, voluntario, con base438 R.L. Buckner y M.E. Wheeler, “The Cognitive Neuroscience of Remembering”, Nature Reviews:Neuroscience, 2, 2001, p. 630.439 A.D. Baddeley, op. cit., p. 109.
motivacional. El olvido parece producir la activación de la zona prefrontal del cortex,
que puede inhibir la acción del hipocampo al igual que procesos automáticos
subcorticales.440
Al aprender listas de términos el olvido se produce no sólo al desaparecer la
relación entre la codificación y recuperación de la representación estímulo, sino por
la interferencia de otros estímulos concurrentes. Es decir, es posible el cambio en
la medida en que las nuevas situaciones consigan interferir con el conocimiento
previo. La robustez de las representaciones existentes señala la intensidad
requerida por estas nuevas experiencias para afectar a los modelos almacenados.
Y eso que los procesos generados por los estímulos conocidos, pese a situarse
bajo el umbral de la apercepción, pese a ser inconscientes, generan una activación
subsimbólica.
En el curso de se reactivación los recuerdos de objetos observados se
almacenan en las propias áreas sensoriales en que fueron registrados. Así, la
información perceptual y el recuerdo, dos procesos en principio diferenciados, se
apoyarían en las mismas áreas cerebrales, contraviniendo las tesis acerca de una
memoria modal.441 Según la teoría más aceptada, tras la consolidación de la
información en la corteza cerebral, la actividad del hipocampo no desempeña
ningún papel en la recuperación. Para otros, no obstante, tras la consolidación, el
hipocampo sigue desempeñando un papel importante. El hipocampo se encarga de
440 Se trataría de un modelo del postulado freudiano de represión y el mecanismo de defensa. “Es por ello queestos descubrimientos ofrecen el primer modelo neurobiológico del tipo voluntario de represión propuesto porFreud, un modelo que integra su propuesta, por otra parte cuestionada, con mecanismos ampliamente aceptados yfundamentales para el control de la conducta” M.C. Anderson, K.N. Ochsner et al., “Neural systems underlyingthe suppression of unwanted memories”, Science, 303, 2004, p. 235.441 L. Nyberg, R. Habib, A.R. McIntosh y E. Tulving, “Reactivation of encoding-related brain activity duringmemory retrieval”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 97, 2000, pp. 11120–11124. M.E.Wheeler, S.E. Petersen y R.L. Buckner, “Memory’s echo: vivid remembering reactivates sensory-specificcortex”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 97, 2000, pp. 11125–11129. P.E. Roland y B.Gulyás, “Visual imagery and visual representation”, Trends in Neuroscience 17, 1994, pp. 281–287.
enviar información sobre nuevos episodios al neocortex442 incluso antes de que se
formen las estructuras corticales apropiadas para el aprendizaje. Así los recuerdos
de juventud en los adultos ya no dependen del hipocampo, sino del sistema del
neocortex, en este sentido son menos accesibles a la modulación, no se produce el
denominado 'interleave learning' que permite que la nueva experiencia vaya
configurando la extensión de la ya almacenada, sino que mantiene cierta
inflexibilidad al cambio. Esto permite una consolidación progresiva, una
consolidación rápida podría producir una interferencia catastrófica con el
conocimiento previamente almacenado.443 De ahí el largo proceso que supone el
psicoanálisis que actuaría sobre dicha información almacenada.
Los recuerdos, al consolidarse, pasarían de depender del lóbulo medial
temporal, incluido el hipocampo, a otras zonas como el cortex. Así ocurre en los
casos de disociación en sujetos con lesión en el lóbulo medial temporal. Las
disfunciones del hipocampo afectan preferentemente a recuerdos recientes antes
que a otros consolidados. La reactivación de las redes con base en el hipocampo
comienza a reforzar las redes corticales hasta que el recuerdo se independiza del
hipocampo. El córtex prefrontal, en especial, integra la información proveniente de
diversos módulos e inhibe la actividad del hipocampo para evitar la codificación de
información redundante.444
442 J.L. McClelland y N.H. Goddard, “Considerations arising from a complementary learning systems perspectiveon Hippocampus and Neocortex”, Hippocampus, 6, 1996, pp 654-665.443 J.L. McClelland, B.L. McNaughton y R.C. O'Reilly, “Why there are complementary learning systems in thehippocampus and neocortex: Insights from the successes and failures of connectionist models of learning andmemory”, Psychological Review, 102(3), 1995, pp. 419-457. J.L. McClelland, “Complementary learning systemsin the brain: A connectionist approach to explicit and implicit cognition and memory”, R. Bilder y L. Fever(eds.), Neuroscience of the mind on the centennial of Freud's project for a scientific psychology, Annals of theNew York Academy of Sciences, 843, 1998, pp. 153-169.444 P.W. Frankland y B. Bontempi, “The organization of recent and remote memories”, Nature Reviews:Neuroscience, 6, 2005, pp. 119-130. Asimismo se ha mostrado como el córtex prefontral también está en la basedel control del estrés al disminuir su input al cerebro medio. T. W. Robbins, “Controlling stress: how the brainprotects itself from depression”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 261-262.
En psicoanálisis, mediante la transferencia, se produciría un tipo de olvido y
nueva consolidación sobre un proceso activo cuyas pistas le resultan inaccesibles
al sujeto; una activación sin representación.445 “Juzgando en base a la actuación de
gente con desórdenes mnésicos e incluso gente normal, parece que la memoria
aparece a menudo fragmentada. El sujeto puede recordar los atributos semánticos
de un objeto, pero no sus propiedades sensoriales; el contenido de un evento, pero
no las circunstancias; los elementos pero no su orden...”446 El analista habría de
permitir el surgimiento de las pistas conducentes al recuerdo y a su reconstrucción
simbólica.
La activación de cierto aire de familia permitiría la transferencia, no de un
reconocimiento visual del analista (consonante con la práctica del diván, mediante
la cual el analizante no puede ver al analista), sino de la reproducción de
situaciones afectivas, afirmándose la superior transmisión de información de tipo
afectiva que perceptiva.447 La propia imbricación del analizante en la situación
analítica, así como la información mnésica presente, impiden la neutralidad de la
experiencia.
La meta del análisis, desde una perspectiva fundamentada en el aprendizaje,
es la producción de una interferencia retroactiva, esto es, una interferencia con la
huella mnésica previa, la alteración de la conducta, y la activación de un nuevo
estereotipo de relación, basado en una nueva categorización de la experiencia.
Los estudios llevados a cabo sobre el reconocimiento en pacientes amnésicos
señalan cómo la verificación de un estímulo conlleva la experiencia subjetiva de
445 En psicología cognitiva también se usa este término para dar cuenta de mecanismos similares a los descritospor Freud, cf. E.F. Loftus, “The reality of repressed memories”, American Psychologist ,48, 193, pp. 518-35.446 M. Moscovitch, “Confabulation and the Frontal Systems: Strategic versus Associative retrieval inNeuropsychological Theories of Memory”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit., p. 155.447 “...es posible que el hecho de que la información se transmita mejor de un medio a otro depende más de cuánsimilar sean estos medios afectivamente que perceptivamente,” E. Eich, “Theoretical Issues in State DependentMemory”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit., p. 349.
familiaridad de dicho estímulo y, por otro lado, la incapacidad de recuperar su
representación, es decir, de recordarlo explícitamente, de modo simbólico. Esta
aparente antinomia se explica mediante la postulación de dos sistemas mnésicos,
explícito e implícito. En la transferencia se podría producir un suceso similar en el
que se reactivan ciertos patrones de familiaridad con respecto a modelos previos,
pero sin el recuerdo explícito de las circunstancias o los sujetos con los que se
relaciona dicha representación.
A través de la terapia se recupera un patrón de activación implícito que actúa
sobre la forma de su inscripción en la memoria restituyendo, o construyendo, el
episodio o serie de acontecimientos vivenciales que produjeron ese aprendizaje
asociativo, haciéndolo accesible a una nueva inscripción. El psicoanálisis trabaja
con la memoria episódica-simbólica explotando la capacidad de dar forma
simbólica a los hábitos y respuestas condicionadas complejas y la conversión de
nuevas formas de experimentarse con otro en memoria procedimental sub-
simbólica, en rutina comportamental.
2.3.2. Autobiografía e Identidad
Dentro de la división que señalábamos al comenzar este capítulo, diferenciamos
dos sub-instancias dentro de la memoria explícita: la memoria declarativa y la
autobiográfica. Si bien la primera se refiere al conocimiento ‘objetivo’ que
poseemos acerca del mundo, la información que hemos ido almacenando a lo largo
de nuestra experiencia, la memoria autobiográfica, almacenaría los eventos
significativos en la propia historización del sujeto, en sus creencias acerca de sí y
de su mundo. Frente a la memoria semántica, la información episódica o
autobiográfica se recuerda automáticamente, sin ninguna actividad intencional, es
refleja, funciona por debajo de los umbrales de la atención,448 da consistencia a lo
que el sujeto cree de sí, le da una posición, una identificación y un ideal según
Lacan. Así el carácter pertenecería a esa serie de características que conforman la
personalidad de un sujeto y que son procesados por éste de forma implícita.449
La incapacidad para acceder a recuerdos de la primera infancia,
constituyentes de los primeros modelos de interacción y de apropiación del sujeto
de su entorno, la codificación subsimbólica de dicha experiencia, ha sido achacada
a falta de evolución de ciertas estructuras y funciones cognitivas. De hecho, parece
haber una sincronía entre el surgimiento, en términos cognitivos, de la función
autobiográfica de la memoria en el niño y la desaparición en términos
psicoanalíticos de la amnesia infantil.450 Existe asimismo evidencia acerca del
cambio de dominio de hemisferios del izquierdo al derecho entre los cuatro y cinco
años (emocional, derecho, a cognitivo lingüístico, izquierdo), permitiendo el
448 Cf. M.I. Posner, Chronometric explorations of the mind, Hillsdale, 1978.449 J. Grisby y G.H. Hartlaub, “Procedural learning and the devolpment and stability of character”, Perceptual andMotor Skills, 79, 1994, pp. 355-370.450 S. Wetzler y J. Sweeney, “Childhod amnesia: A conceptualization in cognitive psychological terms”, Journalof the American Psychoanalytic Association, 1986, 34, pp. 636-686.
desarrollo de la memoria autobiográfica451 y de un lenguaje egocéntrico mediante el
cual el niño empieza a contarse historias a sí mismo alrededor de los tres años.452
Si la codificación de experiencias se lleva a cabo mediante fragmentos de
éstas, de forma similar es posible que al ser reactivadas se recuperen ciertas
características de la situación de su almacenamiento, sus aspectos contextuales.
Así los diferentes hemisferios pueden guardar información diversa acerca del
mismo estímulo.453 De ahí el interés por la descripción de todo detalle en la terapia
a la hora de recordar, pues puede ser que surjan recuerdos relevantes asociados
contextualmente a otros aparentemente más centrales en la narración del
analizante, activando redes asociativas que podrían entrar en un estado lábil en su
activación.
Mientras que la memoria declarativa estaría localizada en el hemisferio
izquierdo, la memoria autobiográfica o episódica, cargada de afectos, es activada
principalmente por el hemisferio derecho y las estructuras límbicas, amígdala e
hipocampo.454 La libre asociación posee como finalidad hacer emerger aspectos
olvidados de la memoria autobiográfica, ésta permitiría producir nuevas conexiones
en el hemisferio derecho, encargado de procesar estímulos no verbales
relacionados con cierta activación fisiológica y emocional, mientras que el cortex
451 B. Jacobs, H. Batal, B. Lynch, G. Ojemann, L. Ojemann y A.B. Scheibel, “Quantitative dendrite and spineanalyses of speech cortices: A case study”, Brain and Language, 44, 1993, pp. 239-253, y B. Jacobs y A.B.Scheibel, “A quantitative dendritic analysis of Wernicke's area in humans. I Lifespan changes”, Journal ofComputational Neurology, 327, 1993, pp. 83-96. 452 R. Joseph, “The neuropsychology of development: Hemispheric laterality, limbic language, and the origin ofthought”, op. cit.453 J. Levy y C. Trevarthen, “Perceptual, semantic, and phonetic aspects of elementary language processes insplit-brain patients”, Brain, 100, 1977, pp. 105-118.454G.R. Fink, H.J. Markowitsch, M. Reinkerneier, T. Bruckbauer, J. Kessler y W.-D. Heiss, “Cerebralrepresentation of one's own past: Neural networks involved in autobiographical memory”, Journal ofNeuroscience, 16(13), 1996, pp. 4275-82. “...el cortex prefrontal inferolateral derecho y el derecho temporalanterior, estructuras interconectadas mediante la rama ventral de el fascículo uncinado, están involucrados en larecuperación de recuerdos episódicos, mientras que la misma combinación en el hemisferio izquierdo podría serresponsable para la recuperación de la memoria semántica,” ibid., p. 4280. M.A. Wheeler, D.T. Stuss y E.Tulving, “Toward a theory of episodic memory: The frontal lobes and autonoetic consciousness”, PsychologicalBulletin, 121(3), 1997, pp. 331–354.
prefrontal actuaría en el control y el comienzo de la rememoración. Así la narración
de ciertos eventos puede alterar su codificación al incluir aspectos nuevos propios
de la situación analítica y modificar aspectos asociadas a ésta. Los procesos
activos se van volviendo memoria semántica, son 'desactivados'.
Terapéuticamente la verbalización de síntomas traumáticos con la asistencia delanalista, relacionando éstos con las experiencias pasadas del trauma puedefacilitar el procesamiento explícito del trauma. Esto ayuda a poner en contexto elsello del tiempo a dichos sucesos. Cuando estos eventos traumáticos sonreactivados posteriormente, pueden ser sentidos cada vez más como lareactivación de un recuerdo pasado, opuesto a la experiencia actual.455
Cuando contamos un cuento que hemos aprendido al igual que cuando
narramos nuestra experiencia autobiográfica tendemos a estereotipar y
homogeneizar los recuerdos, mediante la creación de esquemas (schemas) que,
por un lado, simplifican la información al tipificarla y, por otro, están altamente
influidos por nuestra actitud genérica hacia el tipo de eventos de que se trate,456
especialmente su repercusión emocional.457
Algunos autores diferencian entre narrativas propias (self-narratives) y
memoria autobiográfica.458 Mientras la primera englobaría las experiencias que455 R. Pally, “Memory: Brain system that link past, present and future”, International Journal of Psychoanalysis,78, 1997, p. 1231 (énfasis mío). 456 D.P. Spence, Narrative truth and historical truth: Meaning and interpretation in psychoanalysis, NuevaYork, 1982. R. Schafer, “Narration in the psychoanalytic dialogue”, W.J.T. Mitchell (ed.), On narrative,Chicago, 1981.457 “....la información que concierne al estímulo y los eventos está unida en parte a la modalidad particular en quela información es procesada inicialmente. En otras palabras, los sistemas de procesamiento que analizaninformación también participan e influencian la representación de dicha información.” R.L. Squire, op. cit., p.129. “La memoria para eventos completos se almacena ampliamente, no en un solo emplazamiento; el olvidoliteral o biológico puede ocurrir, de tal forma que la recolección de eventos pasados es una reconstrucción defragmentos, no un playback verídico de eventos pasados,” ibid., p. 77.458 Cf. J.A. Robinson y L.R. Taylor, “Autobiographical Memory and Self-Narratives: A Tale of two Stories”, Ch.P. Taylor et al. (eds.). Estos autores señalan el calor de los temas recurrentes en la vida de los sujetos y dan unaexplicación de la aparente repetición de circunstancias y personas. “Los temas crean repetición, y la repetición,incluso desagradable, le otorga un aire de familiaridad y coherencia a la vida. Parte del éxito a la hora deenfrentarse a la inestabilidad en la vida es encontrar el punto de vista que permite observar constancia en elcambio,” p. 139. Cf. C.R. Cimino, M. Verfaellie, D. Bowers y K.M. Heilman, “Autobiographical memory:Influence of right hemisphere damage on emotionality and specificity”, Brain and Cognition, 15, 1991, pp. 106-
conforman la idea que alguien posee de sí mismo, la segunda estaría compuesta
por un variado grupo de informaciones relacionadas con el sujeto. Robinson y
Taylor muestran cómo a menudo se conservan memorias autobiográficas
irrelevantes en la configuración de la personalidad del narrador con cierta viveza y
buena parte de las narrativas propias carecen de ese tono intenso.459 En esta
narración no sólo se produce una nueva configuración de la escena en tanto es
contada a otro, sino que se reconstruye el recuerdo agregando elementos que no
estaban presentes en el momento de la codificación, es decir, al recuperarlo es
editado, se reconsolida. Este proceso permite una nueva reinscripción del propio
evento recordado.460
Un ejemplo claro de alteración de la memoria autobiográfica es el de las
calificaciones obtenidas en la universidad. Según un estudio los recuerdos tienden
a 'inflar las notas', a recordar calificaciones con exactitud o tendiendo a su mejora.
El recuerdo se sitúa así en cierta relación con la actitud del sujeto.461 Parece
tratarse de un intento de conciliar, por un lado, la exactitud del recuerdo y un
aspecto motivacional, el valor personal. La motivación no deja de teñir los
recuerdos, éstos no son inamovibles, sino que se interrelacionan con otro tipos de
procesos mentales, supuestamente ajenos de acuerdo con una concepción clásica
que separa razón y emoción. “Claramente las historias que nos contamos sobre los
118.459 “...el contenido de los recuerdos contados depende de cómo son narrados a otros, y estos recuerdosreconstituidos forman la base del yo recordado por el individuo,” R.C. Schank y R.P. Abelson, “Knowledge andmemory: the real story”, R.S. Wyer, Knowledge and Memory: the real story, Nueva Jersey, 1995, p. 1. La mismalínea lacaniana, “...la escritura, y el lenguaje en general, (parecen) perfectamente adaptados a la esencial tarea dela recuperación de un trauma –asimilando el evento traumático en la red de creencias que son recusadas por eltrauma.” K.D. Harber y J.W. Pennebaker, “Overcoming traumatic memories”, S.-A. Christianson (ed.), Thehandbook of emotion and memory: Research and memory, Nueva Jersey, 1992, p. 373.460 E. Gold y W.T. Greenough (eds.), Memory Consolidation. Essays in Honour of James L. McGaugh,Washington, 2001.461 H.K. Bahrick, L.K. Hall y S.A. Berger, “Accuracy and distortion in memory for high school grades”,Psychological Science, 7, 1996, pp. 265-271.
eventos de nuestras vidas juegan un papel crítico en sus efectos sobre nosotros.
Así nuevas historias podrían liberarnos de antiguos patrones.”462
De hecho se sostiene el carácter construido, producido, de los recuerdos antes
que reproducidos, recuperados en su contenido originario, como sostenía Freud de
acuerdo con la concepción de la memoria existente en su momento. Recordar es
interpretar, una actividad cognitiva en la que se reorganiza la experiencia pasada,
produciendo nueva información.463 Como ya observó Freud, tanto recuerdos como
fantasías pueden ser igualmente modificables por reimpresiones que no sólo
alteran lo vivido, sino las fantasías relacionadas.
Los recuerdos infantiles de las personas no poseen a veces otra procedencia. Envez de reproducirse a partir del momento en que quedan impresos, como sucedecon los recuerdos conscientes de la edad adulta, se evocan al cabo de muchotiempo, cuando la infancia ha pasado ya, y aparecen modificados, falseados, alservicio de tendencias ulteriores, de manera que no resultan estrictamentediferenciables de las fantasías.464
462 M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, Cambridge, 1993, p. 94. De acuerdo con lahipótesis holista, “uno comprende su propia vida como una totalidad en términos de ciertas experiencias críticas,uno concibe sus experiencias en los términos disponibles en el modo que entiende su vida como totalidad. Uncambio de significado de alguna parte de esto puede afectar al resto,” ibid.463 “Una experiencia pasada es vista como una fuente inagotable de posibilidades de significado personal; estáfundamentalmente abierta a una nueva comprensión en la mediación entre pasado y presente que es el recuerdo,”L.M. Hirshberg “Remembering: Reproduction or construction?” Psychoanalysis and Contemporary Thought, 12(3), 1989, p. 367. “Esto significa que durante nuestra vida reorganizamos nuestros recuerdos e ideas del pasado,conservando más o menos el mismo material pero añadiendo otros elementos capaces de cambiar su significado ysobre todo cambiar nuestro punto de vista,” J. Piaget, Memory and intelligence, Nueva York, 1973, p. 381, cit.Ibid., p. 371. De esta forma el cambio terapéutico como cambio de punto de vista permite una nueva producción.464 S. Freud, Eine Kindheitserinnerung des Leonardo da Vinci, Sta., X, p. 109-10. “Si el relato de Leonardo delbuitre no es sino una fantasía posterior, pensaremos al principio que no vale la pena de dedicarle gran atención.Para su esclarecimiento podría bastarnos la tendencia, confesada por Leonardo, a dar a su estudio de losproblemas del vuelo de las aves la importancia de una prescripción del destino. Pero con esta valoracióndespectiva cometeríamos una injusticia análoga a la que constituiría rechazar ligeramente el material de leyendas,tradiciones e interpretaciones de la prehistoria de un pueblo. A pesar de sus deformaciones y sus errores, entrañadicho material la realidad del pasado y constituye aquello que el pueblo ha formado sobre la base de losacontecimientos de su época primitiva y bajo la influencia de motivos poderosos por entonces y muy importantesaún en la actualidad, y si pudiéramos deshacer, por el conocimiento de todas las fuerzas actuales, talesdeformaciones, podríamos descubrir detrás del material legendario la verdad histórica. Igualmente sucede con losrecuerdos infantiles o fantasías del individuo. No es indiferente lo que una pensona cree recordar de su niñez,pues detrás de los restos de recuerdos incomprensibles para el mismo sujeto se ocultan normalmente preciosostestimonios de los rasgos más importantes de su desarrollo anímico,” ibid., p.111.
Otro factor contextual que altera el recuerdo es su intensidad. Al revivir ciertos
eventos nos trasladamos a éstos, cargando dichos recuerdos de una carga emotiva
superior a la de la simple narración objetiva y desligada. Así una de las muestras
características es el uso del presente a la hora de relatar acontecimientos
vividos.465 En el uso del presente verbal el sujeto se traslada al acontecimiento,
reproduciéndolo mentalmente. “La utilización del tiempo presente sugiere que el
narrador no está simplemente contando un episodio, está reviviendo algún aspecto
saliente del mismo.”466 Parece que la alteración en el tiempo verbal suele denotar
una cierta amenaza para la estabilidad del yo.467 De alguna forma el recuerdo o sus
imágenes asociadas sobrevienen a la mente del sujeto y se produce una cierta
indistinción entre recuerdo y percepción, 'pudiendo ver' con total claridad como si
se regresase a dicha escena.
La existencia de otro al relatar parece, en el caso de la memoria
autobiográfica, un supuesto esencial. Contamos a alguien, ante alguien hemos de
justificar nuestras actitudes y creencias. Se nos insta a buscar una lógica a la
narración y la formulación de descripciones para estados subsimbólicos y por ello
inatendidos, inaccesibes a la introspección. Se vinculan ciertos acontecimientos
aparentemente traumáticos a recuerdos sin carga emocional, desarticulando el
trauma y reduciendo su carácter unitario. Así “...el lenguaje consigue la
organización y asimilación de los recuerdos y emociones traumáticas.”468
465 D.B. Pillemer, A.B. Desrochers y C.M. Ebanks, “Remembering the Past in the Present: Verb tense shifts inAutobiographical Memory Narratives”, C.P. Taylor et al. (eds.), op. cit. Cf. A.D. Harvey, “Evidence of tenseshift in personal experience narratives”, Empirical Studies of the Arts, 4, 1986, pp. 151-162.466 Ibid., p. 146.467 L. Terr, “What happens to early memories of trauma? A study of twenty children under age five at the time ofdocumented traumatic events”, Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 27, 1988,96-104.468 K.D. Harber y J.W. Pennebaker, op. cit., p. 360.
Las pistas de recuerdos traumáticos no son incorporadas en la conciencia
como cualidad emergente, actúan a niveles somáticos inferiores. Las personas
somos sistemas que deben reinventarse constantemente, restableciendo la
relación entre identidad y memoria.469
En estas circunstancias el lenguaje podría ayudar a reducir un posible evento
traumático en micro-eventos más fácilmente asimilables, así como a relacionarlo
con aspectos no dolorosos del sistema de creencias del sujeto, y desmenuzarlo
entonces de forma asimilable, reduciendo la activación fisiológica simultánea. Se
desvincula el evento cargado emotivamente que posee pocas relaciones con
experiencias previas, volviéndolo más acorde con los esquemas del individuo.470 En
el caso de pacientes suicidas y depresivos se ha mostrado que éstos sólo poseen
repuestas generales ante pistas de palabras positivas.471 Estas relaciones pueden
ser reforzadas.
Mientras más experimenta una persona fases de extremo terror durante un evento,más verosímil resulta que la imaginería de dicho evento sea inscrita en las mismasmodalidades sensoriales de la memoria que las percepciones. Estas inscripcionesmnésicas tienden a volver a la representación consciente en la misma modalidad y,debido a su intensidad, reevocan las mismas emociones que las de la experienciaoriginal.472
469 “Si, como se sabe ahora, la memoria es constitutiva antes que restaurativa, la identificación del yo (self) con lamemoria es uno de los componentes que necesita ser reconstruído contínuamente.” D. Spiegel y D. Li,“Dissociated cognition and disintegrated experience”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious,Washingtohn, 1997, p. 184.470 Ibid.471 J.M.G. Williams, “Autobiographical memory and emotional disorders”, S.-A. Christianson (ed.), op. cit. “Enconclusión, los datos existentes apuntan a dos componentes en la capacidad general para recordar: una establetendencia a ser inespecífico sea cual sea el carácter del recuerdo que se reactiva, y una tendencia a que éste seamás evidente para recuerdos positivos o negativos, lo cual depende de si sucesos negativos o positivos recientesdominan el contexto de rememoración,” op. cit., p. 469472 M.J. Horowitz y S.P. Reidbord, “Memory, emotion and response to trauma”, S.A. Christiansen (ed.), op. cit.,p. 347. “Desde una perspectiva adaptativa, los recuerdos de experiencias traumáticas no necesitarían estardisponibles a la recuperación verbal consciente, más bien podrían encontrarse manifiestos como recuerdos noverbales, implícitos.” Cf. I.M. Cordón, M.-E. Pipe, L. Sayfan, A. Melinder, y G.S. Goodman, “Memory fortraumatic experiences in early childhood”, Developmental Review, 24, 2004, p. 107.
Es la situación, el contexto, la modalidad en que estos recuerdos se vuelven a
hacer presentes lo que permitirá la elaboración en la transferencia, en una
situación que permite experimentar la angustia asociada y que, simultáneamente,
desmiente el presupuesto de identidad de contexto, consiguiendo la desvinculación
entre recuerdo y percepción, pasado y presente, ofreciendo al paciente una
disociación que interfiera con la activación automática de ciertos patrones
subsimbólicos relacionados con la ansiedad y el miedo.
2.3.3. Implícito, procedimental, inconsciente
La filosofía cartesiana y sus ramificaciones fenomenológicas, de hondo calado
en los presupuestos de buena parte de la ciencia occidental, equiparaba conciencia
con mente. La mente quedaba reducida a la conciencia. Sin duda Freud es el
responsable principal de la extensión de la esfera del suceder mental a toda una
serie de procesos y mecanismos que permanecen fuera de ésta.
Desde hace tres décadas esta extensión de la experiencia del ser humano ha
sido asumida por la ciencia cognitiva, que en diversos ámbitos experimentales ha
podido constatar la presencia de cierto tipo de conocimiento procedimental sin
huella mnésica alguna. En especial el estudio de ciertos tipos de amnesia
anterógrada y retrógrada ocasionada por lesiones cerebrales, casos como el de
H.M., marcados por la incapacidad de recordar el evento que dió lugar a un
determinado aprendizaje, se contraponen a la tangible persistencia de los efectos
de dicha experiencia.
El aprendizaje implícito es ya entendido como un proceso básico en el
repertorio comportamental de todo organismo complejo. De hecho cada vez es
más común la asunción de la primacía de lo implícito, aludiendo a éste como modo
defectivo de adquisición de información compleja sobre el entorno. En este sentido
Reber señala el carácter abstracto e independiente del aprendizaje implícito sobre
las particulares manifestaciones físicas del estímulo. En sus estudios con
gramáticas artificiales muestra cómo instanciaciones particulares no afectan al nivel
de retención y aprendizaje, sólo la alteración de las reglas profundas sintácticas
influye en la ejecución de las tareas.473
473 A.S. Reber, op. cit.
Una de las pruebas que sostiene una disociación entre dos sistemas
mnésicos, uno implícito o procedimental y otro explícito, semántico y narrativo, es
el caso de los enfermos con amnesia retrógrada bajo el síndrome de Korsakoff
que no recuerdan un evento concreto pero almacenan los patrones y modelos
adecuados a dicho evento. Surge una dicotomía entre el conocimiento de qué
(know-what) y el conocimiento de cómo (know-how), en consonancia las dos
corrientes de procesamiento perceptivo descritas, la lateral y la dorsal.
El ejemplo clásico es el condicionamiento que a principios de siglo llevó a cabo
Claparède. Con un objeto afilado pegado a la palma de la mano les ofrecía ésta a
pacientes amnésicos. Éstos recibían así una punzada dolorosa. Tras dicha
experiencia, al intentar de nuevo darles la mano en una ocasión posterior, se
resistían pese a que el médico no tenía escondido nada en la mano, sin recordar el
evento desencadenante de dicho condicionamiento, extendiéndolo igualmente a
otros individuos con idénticos fines efusivos.474 Este tipo de condicionamiento se ha
llevado a cabo en otros organismos, produciendo una disociación entre la memoria
autobiográfica y procedimental.
Un tercer ejemplo de aprendizaje procedimental está basado en los estudios enratones de los efectos del estrés temprano en el comportamiento posterior.(Denenberg y Bell, 1960). Ligeras sacudidas en el pie, tratamiento dado a ratonesjóvenes de 1 a 9 días de vida, afectan la capacidad de evitación al ser adultos, dosmeses después. Esta temprana experiencia ha cambiado claramente sucomportamiento, pero la experiencia primera no ha de recordarse por sí misma.Los animales que han recibido tratamiento con pocos días de vida no parecendemostar en su comportamiento ningún recuerdo directo del evento en sí. Porejemplo, no deberían discriminar entre lugares donde hubiesen recibido tratamientoy lugares donde no. Llevan la marca de su experiencia previa en tanto la
474 E. Claparède, “Recognition and ‘me’ness”, D. Rapaport (ed.), Organization and pathology of thought, 1951,Nueva York (artículo original de 1911 publicado en Archives de Psychologie). Experimentos similares han sidorealizados en tareas de reconocimiento facial cf. E.H.F. deHaan, A. Young y F. Newcombe, “Face recognitionwithout awaraness”, Cognitive Neuropsychology, 4, 1987, pp. 385-415 o D. Tranel y A.R. Damasio,“Knowledge without awareness: An autonomic index of facial recognition by prosopagnosics”, Science, 228,1985, pp. 1453-1454.
experiencia ha cambiado su comportamiento de forma predecible y observable.Pero aparte de la evidente influencia de los eventos previos en unas pocasmedidas comportamentales no hay forma independiente para el animal dedemostrar su conocimiento de los eventos previos. El animal es diferente debido asu experiencia previa, pero no ha de poseer ningún registro de los eventosespecíficos que produjeron el cambio comportamental.475
La memoria implícita, no declarativa o procedimental, parece ser más robusta
y difícilmente accesible que la declarativa, como muestra el experimento descrito.
La memoria declarativa, por su lado, contendría información explícita no inserta en
el funcionamiento básico del organismo. A nivel neuronal el aspecto declarativo
está relacionado con el lóbulo medio temporal en ambos hemisferios476 lo cual no
ocurre con la memoria procedimental. Se posee la idea de una memoria declarativa
más reciente filogenéticamente y por eso mismo más volátil y dúctil, frente a una
memoria procedimental más antigua y arraigada así como más estable.477 Mientras
que la memoria explícita estaría relacionada con la existencia de procesos
conceptuales o simbólicos, la memoria implícita trata con expedientes basados en
información (data-driven) o subsimbólicos.
Un ejemplo más del carácter primitivo de la memoria implícita es el relativo a
estados de miedo y preservación del individuo.478 A un gato una serie de ruidos le
pueden hacer prever un acontecimiento almacenado en su memoria autobiográfica
asociado con un peligro, lo cual pone en marcha un mecanismo implícito, -más
rápido y evolutivamente primordial-, de defensa. Así, memoria autobiográfica e475 L.R. Squire, op. cit., p. 164. Cf. V.H. Denenberg y R.W. Bell, “Critical periods for the effects of infantileexperience on adult learning”, Science, 131, 1960, pp. 227-8.476 Cf. S. Corkin, “Lasting consequences of bilateral medial temporal lobectomy: Clinical course andexperimental findings in H.M.” Seminars in Neurology , 4, 1984, pp. 249-259.477 L.R. Squire, B. Knowlton y G. Musen, op. cit. “La memoria declarativa es rápida, no es siempre fiable (p. ej.el olvido y error en la recuperación pueden ocurrir), es flexible en el sentido de accesible a múltiples sistemas derespuesta. La memoria no declarativa es lenta (‘priming’ es una excepción), fiable e inflexible –esto es, lainformación no viene expresada en sistemas de respuesta que no estuviesen involucrados en el aprendizajeoriginal,” ibid.478 Cf. W.J. Jacobs y L. Nadel, op. cit. H. Markus y Z. Kunda, “Stability and maleability of the self-concept”,Journal of Personality and Social Psychology, 51, 986, pp. 858-866.
implícita compondrían dicha respuesta inmediata. La memoria implícita poseería
cierta rigidez, cierta incapacidad de ser reorganizada o de adaptarse a contextos
diversos debido a las estructuras cerebrales más primitivas implicadas en su
efectuación.479
En otro sentido, existe también evidencia de la memoria implícita en estudios
con estímulos subliminales en los que la información no posee las características
necesarias para ser procesada por la conciencia, pero de la cual se observa cierto
procesamiento por parte del sujeto.480
Si el conocimiento implícito no puede ser recuperado explícitamente, no puede
ser objeto de modificación, como muestran diversos estudios.481 Es aquí donde
entra en juego la distinción en el pensamiento de Freud entre los modos del
recuerdo que no producen lenguaje, sino actividad, así el acting-out, una forma de
recordar improductiva para el análisis en tanto repetición que no permite la ligazón
de una representación (un significante según Lacan) con una emoción disociada.
Así habría primacía en ciertas pruebas de memoria implícita basadas en la
activación temporal de representaciones existentes,482 produciéndose el
denominado sesgo de confirmación.483 Hacer consciente lo inconsciente, hacer el
479 P.J. Bayley, J.C. Frascino y L.R. Squire, “Robust habit learning in the absence of awareness and independentof the medial temporal lobe”, Nature, 436, 2005, pp. 550-553.480 D.L. Schacter, “Implicit Memory: History and Current Status”, Journal of Experimenal Psychology: Learning,Memory and Cognition 13, 1987, pp. 501-18. Schacter hace referencia al estudio de R.N. Haber y M.H. Erdelyi,“Emergence and recovery of initially inavailable perceptual material”, Journal of Verbal Learning and VerbalBehavior, 6, 1967, pp. 618-28. Cf. R.F. Bornstein, “Implicit perception, implicit memory, and the recovery ofunconscious material in psychotherapy”, Journal of Nervous and Mental Disease, 181, 1993, pp. 337-44.481 E. Eich, “Memory for unattended events: Remembering with and without awareness”, Memory & Cognition,12, 1984, pp. 105-111. P. Graf y G. Mandler, “Activation makes words accessible, but not necessarily moreretrievable”, Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 23, 1984, pp. 553-568. W.R. Kunst-Wilson y R.B.Zajonc, “Affective discrimination of stimuli that cannot be recognized”, Science, 207, 1980, pp. 557-558. M.P.McAndrews, E.L. Glisky y D.L. Schacter, “When priming persits: Long-lasting implicit memory for a singleepisode in amnesic patients”, Neuropsychologia, 25, 1987, pp. 497-506.482 P. Graf y G. Mandler, op. cit.483 No nos debe extrañar el sentido atípico de la transferencia de acuerdo a supuestos de un tipo, digamos,racionalistas. Como comenta S. Sutherland, Irracionalidad. El enemigo interior, Madrid, 1996: “Me propongodemostrar que las personas son mucho menos racionales de lo que se suele creer... Voy a demostrar elpredominio de la irracionalidad,” ibid., p. 16. De modo más específico: “En definitiva, los efectos de laexperiencia previa pueden ser atribuidos erróneamente y cambiar de esta manera la experiencia subjetiva del
yo el ello, supone volver biográfico, en un estado similar a la preconciencia
freudiana, lo implícito, relacionándolo con pistas diversas unidas a bases
fisiológicas y orgánicas.
Uno de los mensajes importantes de estos descubrimientos es que, pese a que nopodamos nunca recordar 'explícitamente' lo que nos ocurrió cuando niños, lasexperiencias con nuestros cuidadores poseen un poderoso y duradero impacto ennuestros procesos implícitos. Estas experiencias, como hemos visto, involucrannuestras emociones, nuestros comportamientos, nuestras percepciones y nuestrosmodelos mentales del mundo, de otros y de nosotros mismos.484
estímulo físico, influir en juicios afectivos y hacer que nombres desconocidos parezcan famosos,” L.L. Jacoby,C.M. Kelley y J. Dywan, “Memory Attributions,” H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit., p. 409. 484 D.J. Siegel, “Towards and interpersonal neurobiology of the developing mind: Attachment relationships,“mindsight, and neural integration”, Infant Mental Health Journal, 2001, 22(1-2), p. 74.
2.3.4. Transferencia y niveles de codificación
Los trabajos de Willma Bucci explican el fenómeno de la transferencia
acudiendo a una serie de niveles de procesamiento. Por un lado habría un nivel
subsimbólico que daría cuenta de la estructura cerebral de modo conexionista,
basado en la actividad de redes neuronales y en modalidades básicamente
sensomotoras. Por encima de estos mecanismos se encontraría un tipo de
procesamiento simbólico, similar al de una arquitectura formal como la de von
Neumann, basado en imágenes, y otro modelo similar que usaría el lenguaje.485
Mediante un proceso referencial dichos niveles de información se relacionarían,
consiguiendo la conversión de información del nivel subsímbolico en imágenes y
posteriormente en palabras. De modo similar Horowitz distingue tres modalidades
de recuerdo, enactivo, relativo a las expresiones emocionales, en forma de
imágenes, y mediante unidades léxicas.486 Damasio también distingue tres formas
de conciencia, proto-yo de tipo subsimbólico a falta de objeto, conciencia nuclear
que se articularía en forma de imágenes y la conciencia extendida que haría uso
del lenguaje.487
Así se podría describir el método de libre asociación utilizado por Freud que
permite dicha emergencia simbólica, “...la teoría de código múltiple postula que la
finalidad del tratamiento es la reparación de la desconexión y la construcción de
nuevas conexiones de elementos no simbólicos hacia elementos simbólicos dentro
del sistema no-verbal, y entre representaciones simbólicas no verbales y
palabras.”488 La actividad referencial que se lleva a cabo en el análisis reconecta la
485 W. Bucci, Psychoanalysis and cognitive science: A multiple code theory, New York, 1997.486 M.J. Horowitz, Introduction to Psychodynamics, op. cit.487 A. R. Damasio, The Feeling of What Happens, op. cit. Panksepp igualmente diferencia entre concienciaprimaria, secundaria y terciaria cf. J. Panksepp, “Affective Consciousness: Core emotional feelings in animalsand humans”, Consciousness and Cognition, 14, 2005, pp. 30-80.488 W. Bucci, “The Multiple Code Theory and the Psychoanalytic Process: A Framework Research”, The Annualof Psychoanalysis, 22, 1994, p. 247.
multiplicidad de procesamientos subsimbólicos entre ellos y, a su vez, a formas
simbólicas, lingüísticas. Otra modalidad simbólica, previa a la referencia al
lenguaje, actuaría con bloques (chunks) de modalidades sensoriales en
representaciones prototípicas. La actividad referencial también guarda relación con
modalidades motoras. Así, los sujetos con mayor capacidad referencial son los que
muestran una mayor coordinación de movimientos y gesticulación junto con la
expresión de sus emociones.
La situación analítica poseería la virtualidad de permitir una nueva codificación
a niveles subsimbólicos de información. Mediante la transferencia “...una
experiencia afectiva visceral presimbólica no compartida ni regulada es
transformada en un experiencia afectiva simbólica y regulada, compartida y
regulada.”489
Las tareas de aprendizaje declarativo conllevan la activación de las mismas
áreas que el aprendizaje implícito (cortex izquierdo prefontral, cortex parietal inferior
izquierdo y putamen derecho) y otras áreas adicionales, existiendo un
solapamiento básico de ciertos circuitos neurales. De ahí la idea de que la
diferencia de la apercepción vendría dada por un activación por encima de un
determinado umbral, avalando la teoría de un procesamiento subsimbólico. El
489 A.N. Schore, Affect Regulation and the Origin of the Self, op. cit., p. 466. “El tratamiento psicoanalítico estáespecíficamente diseñado para permitir la activación de antiguos esquemas emocionales con su núcleo afectivoen un contexto interpersonal nuevo en el que pueden ser tolerados, examinados, y reconstruidos, y donde sepueden desarrollar nuevos significados emocionales,” W. Bucci, Psychoanalysis and cognitive science: Amultiple code theory, op. cit., p. 204. “Los recuerdos accesibles verbalmente suelen consistir en generalizacionesno específicas de muchas experiencias discretas, con un contenido predominantemente intelectual, cortical, yrelativamente no emocional, y están relacionadas primariamente con imaginería auditiva y visual. Sin embargo,estas mismas experiencias se almacenan cotemporáneamente en forma de recuerdos viscerales exteroceptivos eintereoceptivos de experiencias discretas, en las que imágenes sensoriales vívidas constituyen la esencia delproceso mnésico, a menudo sin palabras. Dichos recuerdos son mucho más difíciles de acceder,” L.M. Miller,Neuropsychodynamic Foundations of Psychoanalysis, Nueva York, 1991, p. 235.
inconsciente equivaldría a una serie de esquemas sensimotores sin representación,
actuando a un nivel más básico.490
El procesamiento subsimbólico también afectaría a modalidades de
representación simbólica. Westen y Gabbard comentan491 cómo el modelo
conexionista nos puede ayudar a entender los lapsus y discuten el caso de una
mujer que salía con un chico mucho más joven que ella y al ser interrogada acerca
de la situación respondió “oh it doesn't mother”,492 mostrando cierta activación
semántica del término mother que reemplaza al matter de una oración
gramaticalmente correcta. Otro ejemplo sería el de un paciente que, tras una
interpretación del analista se molesta y exclama con enfando “Esa suposición es
inconsciente (sic inconsistente)”. Se activarían de forma paralela una
representación fonética que poseía primacía pese a no ser adecuada
gramaticalmente. Estos dos aspectos permitieron cierto nivel de activación a nivel
representativo o semántico y que surge pese a la gramaticalidad incorrecta o la
confusión semántica. Existe evidencia de cómo los esfuerzos por suprimir ciertos
pensamientos no hacen sino reforzarlos.493
La intención voluntaria de suprimir un pensamiento o una idea suele causar
que ésta sea asociada con los estímulos utilizados como distractores. En el
ejemplo tratado por Wegner,494 al ordenar a un grupo de individuos no pensar en
osos blancos este pensamiento no hacía sino interferir con otras ideas. Las ideas
utilizadas con el fin de distraer la conciencia del pensamiento en osos blancos se
490 J. Piaget, “The affective unconscious and the cognitive unconscious”, Journal of the AmericanPsychoanalytical Association, 21, 1973, pp. 249-261. 491 D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I. Conflict, Compromise andConectionism”, Journal of the American Psychaoanlytic Association, 50(1), 2002, p. 176.492 Relación entre la expresión inglesa 'it doesn't matter' equivalente a 'no tiene importancia', con 'it doesn'tmother' en la que el 'matter' es sustituido por 'mother', madre en español.493 D. Wegner, “You can't always think what you want: Problems in the suppression of unwanted thoughts”,Advances in Experimental Social Psychology, 25, 1992, pp. 193-225.494 D.M. Wegner, White bears and other unwanted thoughts, Nueva York, 1989.
acaban asociando a este pensamiento –tal como Freud señalase en referencia a la
falsa asociación- y se volvían, de esta forma, ineludibles.
El procesamiento de estímulos se encuentra constreñido por un problema
minimax, la búsqueda de un equilibrio entre precisión y velocidad en el
procesamiento, ya que aquello que es procesado de modo veloz y 'sucio' no
produce apercepción consciente. “Una forma de conceptualizar el psicoanálisis es
como un método de tratamiento que estimula prestar atención consciente a los
detalles específicos de la situación interpersonal de la transferencia para poder
desarrollar mayor precisión y, en casos de necesidad, ser capaz de generar nuevas
categorías de experiencia interpersonal.”495 Ya en su Entwurf de 1895 Freud, de
acuerdo con Pribam y Gill, señalaba la importancia de los procesos simbólicos
asociados al lenguaje:
En síntesis, hemos esbozado la manera en que el Proyecto presenta al lenguajecomo esencial para permitir que los pensamientos se vuelvan conscientes, y paraposibilitar una mejor diferenciación entre facilitaciones cogitativas y de realidad, conlo cual el pensamiento puede proceder en la medida de lo posible sin que loobstaculicen las catexias intencionales ¿No es éste, entonces, el fundamento delinsight en la terapia, en que el lenguaje resulta esencial para posibilitar laconcienciación de los pensamientos?496
Esta sería en efecto la función del lenguaje como modo simbólico por
excelencia, capaz de ligar estados subsimbólicos no catexiados, es decir no
ligados, sin representación. Pero qué estados subsimbólicos son los que en el seno
del organismo requieren de una representación por su relación con el malestar, el
síntoma y patrones inadecuados de relación. Habremos de analizar ahora el peso
495 R. Pally, “II: How the Brain Actively Constructs Perception”, op. cit., p. 1029.496 K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a laneuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977, p. 136.
de las emociones como estados orgánicos subsimbólicos que actúan bajo la
modalidad de automatismos aprendidos y cuya emergencia simbólica permite su
elaboración mediante la transferencia.
Figura 2.7. Auguste Rodin - El dolor (1889-1892). El bronze de Rodin, la mujer fundida en la piedra,muestra la relación entre el cuerpo y el dolor; la tristeza, la ansiedad y otras emociones consiguenafectar al cuerpo, lo remiten a un estado de inexpresibilidad, de inefabilidad, y a su vez dedesvahimiento, de desintegración.
2.4 Emoción
La emoción como factor propiamente cognitivo ha empezado a ganar
relevancia en las dos últimas décadas. Si bien la propia ciencia cognitiva posee
como interés programático asimilar el funcionamiento del organismo humano a una
serie de procesos computables, una de las debilidades de dichas ambiciones es la
pertinencia de ciertos factores ‘soft’ en el funcionamiento real de la psique humana.
La ubiquidad de la emoción como modo de procesamiento primitivo hace que cada
evento conlleve una activación paralela y simultánea de estados emocionales.497
Dichos estados emocionales vienen recientemente a incluirse entre los
mecanismos cognitivos, refiriéndose, más acertadamente, a procesos de contenido
visceral con independencia y primacía con respecto a otros de corte más clásico.498
Los estudios biológicos de la emoción, en conjunción con los llevados a cabo
sobre los mecanismos que regulan la memoria, han validado las intuiciones
psicoanalíticas que veían la conciencia como un proceso reducido, en comparación
con la serie de mecanismos no conscientes que operan en nuestra forma cotidiana
de experimentar del mundo. En especial, las emociones como respuestas
automáticas profundamente arraigadas en nuestro desarrollo filogenético marcan
un sistema autónomo y preferente de comportamiento frente a habilidades
497 D. Westen, G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: II. Implications for theories ofTransference,” op. cit., pp. 104-105. “Contrariamente a la opinión científica tradicional, los sentimientos son tancognitivos como otras percepciones,” A.R. Damasio, op. cit., p. 12. “La separación artificial de la cognición delresto de la mente fue muy útil en los primeros días de la ciencia cognitiva y ayudó a establecer una nuevaaproximación a la mente. Pero ahora es tiempo de poner a la cognición de nuevo en su contexto mental, de reunircognición y emoción en la mente. Las mentes poseen pensamientos así como emociones y el estudio decualquiera sin el otro no será nunca satisfactorio,” J.E. Ledoux, op. cit., p. 39. “La psicología cognitiva ha vividodurante varias décadas esencialmente sin afecto, de acuerdo con su tarea específica de explicar el pensamiento demodo desapegado (cool). Los trabajos de este simposio nos recuerdan las importantes interacciones entre afectoy pensamiento que son características de la mayoría de las situaciones de la vida real,” H.A. Simon,“Conclusion”, M.S. Clark y S.T. Fiske (eds.), Affect and Cognition, The Seventeenth Annual CarnegieSymposium on Cognition, 1982, Nueva Jersey, p. 342.498 R. Zajonc, “Feeling and Thinking: Preferences need no inferences,” American Psychologist, 35, 1980, pp.151-175. R.B. Zajonc, “On the Primacy of Affect,” American Psychologist, 39, 1984, pp. 117-123.
cognitivas aparentemente superiores, y que clásicamente han despertado más
interés entre investigadores y filósofos.499
El hecho de que la experiencia emotiva esté directamente relacionada con el
cuerpo, su carácter naturalmente incorporado (embodied), ha sido también
señalado, por ejemplo, en la activación de vísceras.500 No resultan extrañas las
respuestas tan comunes ante la tensión y su influencia en el aparato digestivo,
cuando ‘los nervios bajan al estómago’. Si bien la emoción va ligada al cuerpo,
también cumple funciones cognitivas de procesamiento inferior, a modo de
respuestas autónomas y automáticas. La activación cerebral de las áreas
encargadas de la codificación emocional es correlativa a la activación de áreas del
cerebro cuya función sería la representación o regulación de estados fisiológicos
del organismo.501
Los marcadores somáticos, propuestos por Damasio, muestran la imbricación
del cuerpo en el sentimiento, conectados mediante un cálculo de expectativas; así
la respuesta fisiológica vendría unida a la atención y la memoria.502 Esta noción es
útil para entender un síntoma como representación anticipada de una posible
situación de displacer con estatuto fisiológico. Así, la transferencia habría de actuar
499 Así “la psicoterapia es interpretada como un proceso mediante el cual nuestro neocortex aprende a ejercercontrol sobre sistemas evolutivamente antiguos,” J.E. Ledoux, op. cit., p. 21.500 S. Schachter y J. Singer, “Cognitive, social and psychological determinants of emotional state”, PsychologicalReview, 63, 1962, pp. 379-399.501 A.R. Damasio, T.J. Grabowski, A. Bechara, H. Damasio, L.L.B. Ponto, J. Parvizi y R.D. Hichwa, “Subcorticaland cortical brain activity during the feeling of self-generated emotions”, Nature Neuroscience 3(10), 2000, pp.1049-1056. En concreto en el análisis realizado por este grupo de investigadores mediante PET, se observaron enel estudio de las emociones de miedo, tristeza, alegría y enfado, la activación de áreas, “...por ejemplo, el cortexcingular, el cortex secundario somatosensorial, el cortex cingulado, núcleos del tegmento del tallo cerebral ehipotálamo. Estas regiones comparten una característica básica en tanto todos son recipientes directos oindirectos del medio interno, las vísceras y el medio musculoesquelético. Aparte, algunas de estas regiones, enconcreto, algunos núcleos del tallo cerebral, el hipotálamo y subsectores de la ínsula y el cingulado tamiéngeneran señales regulatorias necesarias para mantener la homeostasis,” ibid., p. 1051. Cada emoción seguiríaunos patrones neuronales de activación diferentes produciendo la sensación subjetiva asociada a dicha emoción.502 A.R. Damasio, op. cit. pp. 165 y ss.
deshaciendo los marcadores somáticos que anticipan respuestas en relación con la
experiencia.
En este sentido las emociones nos sobrevienen, son impensadas. Su
activación fisiológica no siempre viene acompañada de reconocimiento simbólico.
Estudios realizados con mujeres a las que se les presentaba un video erótico
señalan cómo aquéllas que según una serie de pruebas acerca de su grado de
culpabilidad sexual puntuaban más alto, obtenían respuestas fisiológicas
excitatorias mayores ante la presentación del vídeo que aquéllas que mostraban un
menor grado de culpabilidad.503 Experiencias similares con sujetos homófobos
muestran la discordancia entre la respuesta fisiológica y la representación
subjetiva. La represión freudiana no sólo se ve así avalada, sino que es puesta en
relación a nivel neuronal como auténtica alteración fisiológica del hipocampo, en
parte responsable de activar la memoria declarativa a largo plazo, que se ve
afectada por la poda neuronal.504
Las emociones supondrían evolutivamente la preparación para cierto tipo de
acción, poseerían valor biológico.505 La rapidez con que se producen este tipo de
respuestas también apoya la tesis de que la categorización, como proceso
cognitivo, conlleva la acción en el propio acto perceptivo, poseyendo la forma de
automatismo. “Los sistemas de procesamiento emocional... tienden a usar la
representación mínima posible del estímulo para activar los sistemas de control de
503 P.J. Morokoff, “Effects of sex guilt, repression, sexual "arousability," and sexual experience on female sexualarousal during erotica and fantasy”, Journal of Personality and Social Psychology, 49, 1985, pp. 177-187.504 Eric Kandel muestra cómo las situaciones de separación del niño de la madre produce glucocorticoides queafectan al hipocampo, una de las pocas áreas del cerebro que posee dos tipos de receptores de esta sustancia. Laexposición contínua a dicho neurotransmisor conlleva a la larga una atrofia en las neuronas en el hipocampo yprobablemente la pérdida en la memoria a largo plazo. Cf. E.R. Kandel, “Biology and the future ofpsychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatry revisited”, American Journal of Psychiatry 156(4),1999.505 Cf. P. Ekman, “Basic Emotions”, T. Dalgleish y M. Power (eds.), Handbook of Cognition and Emotion.Sussex, 1999.
respuesta emocional...”506 Así categorización y percepción vendrían a converger
como funciones cognitivas bajo la tutela de una función inferior como es el caso del
sistema emocional. En este sentido, la terapia habría de suponer una 'experiencia
emocional correctiva'.507
Las experiencias emocionales primeras obtienen una inscripción orgánica que
limita las respuestas posteriores, basadas en cierta estructura neuroanatómica. Las
experiencias del niño con sus padres o cuidadores contribuyen al desarrollo de
redes encargadas de relacionar el hipotálamo, el córtex orbito-frontal, y las
regiones con gran número de neuronas dopaminérgicas, encargadas ed la
motivación y el comportamiento, en especial en el hemisferio derecho,
predominante en su rol afectivo.508
El medio en que el niño crece es básicamente social en la medida en que la
madre media entre las relaciones del éste con su ambiente. Dicho desarrollo de
modos de interacción con el medio viene acompañado de nuevas estructuras
corticales que se desarrollan simultáneamente y que perfilan las modalidades de
interacción y de activación asimiladas. El desarrollo ontogenético produce así
funciones autoregulatorias.
Una división anatómica del cerebro nos llevaría a reseñar las siguientes
regiones implicadas en las emociones. Por un lado, el hipotálamo actuaría como
sede del impulso de las emociones, cercano al concepto psicoanalítico de pulsión o
ello. Es la primera estructura en desarrollarse y no posee una proyección de
información, un sistema de retroalimentación con el medio, con lo que se rige por el
principio de placer. Su misión es obtener cierto nivel homeostático y evitar la
506 J.E. Ledoux, “Emotion and the brain”, Journal of NIH Research, 3, 1991, p. 50.507 F. Alexander, Psychoanalysis and Psychotherapy, Nueva York, 1956.508 A. Schore, Affect Regulation and the Origins of the Self. The Neurobiology of Affective Development,Hillsdale, 1994.
excitación excesiva, aunque no puede por sí solo descargar tensión. La amígdala
se encargaría de modular la función del hipotálamo. Por su lado, el hipocampo
estaría encargado de nivelar el nivel de excitación adecuado para mantener la
atención en un estado de alerta que no pase ni por el sueño ni por la ansiedad. Por
último el septum contrarresta las respuestas de la amígdala; su lesión supone una
búsqueda constante de contacto físico y social. Así la amígdala favorecería el
comportamiento social, y el septum pondría límites a éste. La amígdala, que se
desarrolla con anterioridad al septum, permite de hecho la profunda ligazón
emocional con el cuidador.509
De especial relevancia para el desarrollo de una capacidad de regulación
emocional es la maduración del cortex prefrontal derecho, una estructura implicada
en supervisar el estado interno y visceral del organismo y, en concreto, del cortex
orbitofrontal, zona inhibitoria que regula la presión sanguínea, la respiración, la
motilidad gástrica o la circulación. La expresión genética del cortex prefrontal en su
mayor parte sucede tras el nacimiento en función del medio.510 Al poseer
conexiones directas con hipotálamo, amígdala y tallo cerebral surge como zona de
convergencia de un sistema que organiza estados inferiores de relación entre
mente y cuerpo.
Precisamente la función de la madre durante los primeros años es la
regulación de situaciones estresantes para el neonato, influyendo decisivamente en
509 R. Joseph, “The Limbic System: Emotion, Laterality, and Unconscious Mind”, The Psychoanalytic Review,79, 1992, pp. 405-456. La sexualidad como función posee relaciones cercanas con las áreas límbicas del cerebro(amígdala, hipotálamo y septum) que se desarrollaron filogenéticamente con anterioridad a áreas corticales ytambién poseen primacía ontogenética. Los traumas de este tipo producen anormalidades en dichas áreas conefectos comportamentales. De hecho estas áreas están encargadas de la regulación homeostática del cuerpo enrelación con estímulos externos encargados, en primera instancia, de regular estados afectivos. No es de extrañarpor tanto que Freud se fijase en la sexualidad en referencia a los desórdenes que encontraba en sus pacienteshistéricas. R. Joseph, “The neuropsychology of development: Hemispheric laterality, limbic language, and theorigin of thought”, Journal of Clinical Psychology, 44, 1982, pp. 4-33.510 E. Howard, “DNA content of rodent brains during brain maturation and aging, and autoradiography ofpostnantal synthesis in monkey brain”, Progress in Brain Research, 40, 1973, pp. 91-113.
la forma en que éste posteriormente alcance ciertas modalidades de
autoregulación emocional, fundamentales en su constitución, y la maduración de
las estructuras cerebrales correspondientes. Diversas formas de ligazón
(attachment) producen diversas modalidades de adaptación al medio con su
correlato neuronal. En especial el espacio que va de los 10-12 meses a los 16-18
resulta crítico en la maduración del cortex prefrontal y la habilidad en la regulación
afectiva, lo que Schore denomina el 'período de práctica'.
Así la asunción teórica básica subyacente a los últimos modelos psicoanalíticos deldesarrollo socioemocional temprano es de hecho similar, si no idéntica, a laconceptualización de los neurocientíficos del desarrollo previamente bosquejada,que el crecimiento de estructuras en un período crítico que provee con funcionesautoregulatorias está profundamente influido por las fuerzas ambientales socialespost-natales.511
Al nacer el niño basa su actuación en las estructuras subcorticales que le
están disponibles, no pudiendo asimilar las excitaciones a que se ve expuesto a
falta de una estructura madura de regulación como el cortex prefrontal, lo que
supone un cierto desequilibrio, una falta de modulación que es ejercida de forma
externa por sus cuidadores, evitando ciertos estímulos o tranquilizándolo. Durante
la infancia se desarrollan los circuitos que unen el cortex prefrontal con las
estructuras subcorticales. “Al proveer con estimulación socioafectiva bien
modulada, la madre facilita el crecimiento de conexiones entre estructuras límbicas
corticales y límbicas subcorticales que median neurobiológiamente con las
funciones autoregulatorias.”512 La seguridad de ligazón conlleva que las irrupciones
en la homeostasis se regularán. A su vez, la incapacidad de regulación, de
incorporación de una regulación interna, aparece relacionada con posteriores
511 A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, Hilldale, 1994., op. cit., p. 27.512 Ibid., op. cit., p. 33.
problemas de adicción, la búsqueda externa del objeto que regule los desequilibrios
internos, de 'reguladores auxiliares'.513
En esta fase surge la sintonización (attunement) con expresiones faciales de la
madre por parte del recién nacido. La resonancia resulta fundamental, permitiendo
aprender a regular la cantidad de estimulación y a tolerar estados emocionales de
hiperexcitación, consiguiendo su modulación. Esta sintonía experimentada por el
niño y la madre produce acoplamientos y sincronizaciones que provocan estados
emocionales positivos producidos por neuropéptidos, opioides y endorfinas,
proveyendo con un repertorio comunicacional de señales emocionales antes del
desarrollo del lenguaje.
De acuerdo con Schore toda psicopatología proviene de una incapacidad de
autoregulación emocional. La incapacidad de compenetración con la madre implica
una falta de adecuación del niño con sus respuestas subcorticales. El cuidador, en
su interacción con el niño, promueve la creación y desaparición de conexiones
orbitofrontales-límbicas. El crecimiento no sólo supone la estabilización de nuevas
conexiones, sino también la poda neuronal y su reorganización.
Tras el período de práctica se añade otro sentimiento al repertorio del niño, el
sentimiento de vergüenza, actuando como inhibidor de ciertas respuestas. Éste se
encargaría de eliminar el exceso de axones dopaminérgicos mesocorticales y
estimularía la expansión del circuito límbico tegmental lateral. 514 El sentimiento de
vergüenza promueve la regulación de las relaciones con el medio y las
posibilidades de cambio y adaptación; así se configuran dos circuitos (simpático-
513 Tal como señala Levin “...la pérdida de objeto conlleva la estructura mental,” F.M. Levin, Psyche and Brain.The biology of talking cures, Madison, 2003, p. 51.514 “La transformación resultante de un circuito límbico único en uno dual define la maduración final del cortexfrontolímbico,” A.N. Schore, op. cit., p. 259. “Patrones frontolímbicos simpatéticos dominantes yparasimpatéticos dominantes podrían subyacer relativamente a psicopatologías del desarrollo subcontroladas osobrecontroladas...” ibid., p. 278.
parasimpático). “El cuidador influye en la parcelación de los dos circuitos límbicos
en el cortex orbitofrontal que madura y, por ello, el equilibrio entre excitación-
inhibición permanente (autónoma) de su sistema regulatorio prefrontolímbico.”515 El
neurotransmisor dopamina sería el encargado en la vertiente ventral tegmental de
las respuestas excitatorias, mientras que la noradrenalina, en la vertiente lateral
tegmental, estaría relacionado con las respuestas límbicas inhibitorias.
Desde un punto de vista psicológico la idea de actitud (attitude) a la hora de
codificar un recuerdo permite explicar la desigual pregnancia de los estímulos a la
hora de ser recordados, sería el referente de la atención en los procesos
sensoriales. ¿Qué hace que nuestra atención se centre en ciertos objetos antes
que en otros? Estas preguntas nos remiten a lo interesante que pueda ser un
estímulo, cuán novedoso o excitante nos resulte, en definitiva, a nuestra
motivación.516
La influencia de los estados emocionales en la memoria no revierte sólo en la
atención, la evidencia parece sugerir que estos estados poseen efectos sobre la
memoria que van más allá de la simple focalización de la atención. Así, McGaugh,
desde una perspectiva neurocientífica, analiza los efectos de la secreción de
epinefrina y la activación de circuitos en la amígdala y otros sitios activados por
ésta, y concluye que dicha activación contribuye a su regulación y a los niveles de
retención de la memoria a largo plazo.517 Desde los estudios de Gray se viene
entendiendo cierta relación fundamental entre la ansiedad y el circuito límbico.518
De hecho parece que mientras las respuestas relacionadas con el miedo estarían
515 Ibid., p. 282.516 Para una visión sinóptica de este tema se puede acudir a M.D. Lechman, S.J. Ceci y P.A. Ornstein, “TheInfluence of Affect on Memory: Mechanism and Development”, S.-A. Christianson, op. cit. En este artículo losautores hablan de una auténtica sinergia entre afecto y memoria que los relaciona de forma bidireccional.517 J.L. McGaugh, “Affect, neuromodulatory systems, and memory storage”, S.-A. Christianson, op. cit..518 J.A. Gray, The neuropsychology of anxiety: an enquiry in to the functions of the septo-hippocampal system,Oxford, 1982.
fundadas en la actividad de la amígdala, la ansiedad tendría su sustrato neural en
una parte del hipocampo, la sección ventral.519 A su vez otra área del hipocampo
estaría relacionada con la memoria episódica o autobiográfica. Como vemos y
Freud intuyó, una variedad de influencias afectivas influyen en la formación de un
juicio por debajo del umbral de la conciencia, poseyendo características aditivas
similares a las procesadas de forma consciente.520 Las emociones, bajo los
umbrales de la conciencia, activada subsimbólicamente, influirían en nuestras
decisiones y en nuestro comportamiento.
Hay autores que incluso sostienen la existencia de un sistema de recuerdos
emocionales diferenciado de otro tipo de recuerdos.521 Hasta qué punto esta
memoria emocional se solapa con las características y funciones de la memoria
implícita es uno de los aspectos claves en esta discusión. Los pacientes amnésicos
de Claparède, objetos de un condicionamiento simple, “...sienten una emoción
debido a lo que han experimentado previamente, incluso aunque no recuerdan
nada de dicha experiencia.”522 La emoción resulta de una programación que poco
dista de la de otros procesos y funciones mentales.
De forma más reciente también se ha comprobado el efecto observado por
Claparède. Las reacciones emocionales pueden ser enseñadas sin conciencia por
519 D.M. Bannerman, J.N.P. Rawlins, S.B. McHugh, R.M.J. Deacon, B.K. Yee, T. Bast, W.N. Zhang, H.H.J.Pothuizen y J. Feldon, “Regional dissociations within the hippocampus- memory and anxiety”, Neuroscienceand Biobehavioral Reviews, 28, 2004, pp. 273-283.520 S.T. Murphy, J.L. Monahan y R. Zajonc, “Additivity of nonconscious affect: Combined effects of priming andexposure”, Journal of Personality and Social Psychology, 69, 1995, pp. 589-602. Cf. Murphy, S. T. y R. Zajonc,“Affect, cognition, and awareness: Affective priming with optimal and suboptimal stimulus exposures”, Journalof Personality and Social Psychology, 64, 1993, pp. 723-739.521 H. Leventhal, “A perceptual-motor theory of emotion”, K.R. Scherer y P. Ekman (eds.), Approaches toEmotion, Nueva Jersey, 1984, o S.-A. Christianson, “Remembering Emotional Events: Potential Mechanisms”,S.-A. Christianson (ed.), op. cit., R.B. Zajonc, “On the primacy of affect”, op. cit.522 B.A. Tobias, J.F. Kihlstrom y D.L. Schachter, “Emotion and Implicit Memory”, S.-A. Christianson (ed.), op.cit., p. 85. Y curiosamente acaba el artículo refiriéndose a Freud: “Donde Freud se refería con recuerdosinconscientes (o reprimidos), nosotros podemos sustituirlos por implícitos. Si una amplia variedad de síntomaspatológicos, no sólo reacciones emocionales, pueden reflejar la memoria implícita, estamos provistos de unanueva forma de integrar las intuiciones psicodinámicas con la teoría psicológica contemporánea, particularmentecon respecto a la estructura de la memoria,” ibid., p. 86.
parte del sujeto.523 En un estudio llevado a cabo por Rosenberg524 una serie de
sujetos fueron objeto de hipnosis e inducidos a un cambio de actitud emocional que
produjo importantes cambios en aspectos cognitivos, mostrando cómo una
alteración del procesamiento afectivo tiende a influir en mayor modo sobre la
cognición que viceversa.
Desde otras perspectivas se insiste también en la primacía procesal de las
emociones. Los estudios de Brewer525 muestran una correlación entre la emoción
producida por un evento y la fuerza de ese recuerdo. Las situaciones emotivas
hacen que el individuo se centre en la característica fundamental del evento y deje
de un lado los aspectos accesorios o periféricos,526 permitiendo la repetición de
viejas tendencias, respondiendo de modo idéntico ante situaciones que sólo
guardan una cierta similitud con dicho evento. Así también sugiere el estudio de F.
Heuer y D. Reisberg.527 Según estos investigadores, la presencia de cierta
intensidad emocional (medida a través de respuestas fisiológicas tales como la
conductividad cutánea o el pulso cardíaco) produciría la retención y acentuación del
estímulo central y la ausencia de codificación de los detalles circundantes o bien
una codificación más pobre e inflexible.
La referencia a 'otro' en las emociones puede colegirse de la existencia de las
reglas de mostración (display rules) estudiadas por P. Ekman.528 Éstas señalan la
inhibición de ciertas respuestas autónomas de la expresión facial relacionadas con
523 M.P. Zanna, C.A. Kiesler y P.A. Pilkonis, “Positive and negative attitudinal affects established by classicalconditioning”, Journal of Personality and Social Psychology, 14, 1970, pp. 321-328.524 M.J. Rosenberg, “Cognitive Structure and attitudinal affect”, Journal of Abnormal and Social Psychology, 36,1978, pp. 1101-1106.525 W.F. Brewer, “Memory for randomly sampled autobiographical events”, U. Neisser y E. Winograd (eds.),Remembering reconsidered: Ecological and traditional approaches to the study of memory, Nueva York, 1988.526 S.A. Christianson y E.F. Loftus, “Remembering Emotional Events: The fate of detail information”, Cognitionand Emotion, 5, 1991, pp. 81-108.527 F. Heuer y D. Reisberg, “Emotion, Arousal and Memory for Detail”, S.-A. Chistianson, op. cit.528 P. Ekman, “Shall we call it Expression or Communication?”, Innovations in Social Science Research, 10(4),1997, pp. 333-344.
emociones en contextos culturales y sociales diversos. Subraya, por ejemplo, el
caso de experimentos llevados a cabo en Japón, donde el respeto por la autoridad
de un superior impone la restricción de señales autónomas faciales de desagrado,
y cómo éste hábito, basado en cierto ideal, tiende a extenderse a situaciones en el
que esa autoridad está ausente. De alguna forma se interioriza un patrón inhibitorio
de una conducta automática.
El modelo ideado por Lechman, Ceci y Ornstein nos permite observar cómo, a
la hora de procesar un estímulo, se ponen en marcha dos procesos, uno de
reconocimiento característico (tamaño, color, brillo, forma) y, a su vez,
simultáneamente, se activaría uno de búsqueda de respuestas emotivas correctas
ante dicho estímulo.529 Este procesamiento separado permite la disociación cuando
la integración de ambas características no tiene lugar, y representación y emoción
no concurren en la experiencia del sujeto.
De hecho los eventos con mayor carga emocional no sólo son los que más
fácilmente se guardan y codifican, son también las pistas más aptas para producir
la rememoración. Las emociones 'canalizan' recuerdos, por un lado, los hacen más
o menos fuertes e invasivos; por otro, refuerzan algunos de sus aspectos.
Las emociones parecen ser un mecanismo de reconocimiento interno más
fundamental que el cognitivo, sirviéndonos como pista contextual interna a la hora
de recuperar información. Al igual que la memoria implícita, las reacciones
emocionales son más rápidas y poseen mecanismos de activación subsimbólicos
como la liberación de hormonas, con primacía no sólo filogenética, sino
ontogenética. La importancia evolutiva de las emociones como mecanismos
529 “Tanto las características cognitivo-perceptuales como las afectivas son posteriormente integradas en una solaseñal que se mantiene intacta en el proceso de codificación.” M.D. Lechman, S.J. Ceci y P.A. Ornstein, op. cit.,p. 192.
rápidos de integración de información del medioambiente y de repuesta estaría
relacionada con la supervivencia del individuo que dependería de este grado de
adaptación. Quizás por ello los desarreglos emocionales posean una repercusión
general en el organismo individual. Así afirma J.E. Ledoux la primacía del circuito
emocional, así como su carácter, más que implícito, inconsciente.530
La amígdala, como centro regulador de las emociones y también de ciertos
comportamientos sociales en primates, ha sido objeto de atención en el
procesamiento emocional, en especial la desconexión entre los aspectos sensorial
y motivacional del estímulo.531 La amígdala es conocida como centro procesal de
las emociones, recibiendo información de las estructuras relacionadas con el
procesamiento de estímulos sensoriales, neocortex y tálamo. LeDoux ve en la
amígdala la ‘extensión’ del proceso sensorial primario; de nuevo percepción,
categorización y emoción estarían originariamente interconectadas para posibilitar
una respuesta comportamental rápida.
530 J.E. Ledoux, “Emotion as memory: Anatomical systems underlying indelible neural traces”, S.-A.Christianson, op. cit. Así sostiene que “...el procesamiento emocional precede la experiencia consciente. Elprocesamiento emocional que precede a la experiencia emocional consciente ha de ser, por definición,inconsciente,” op. cit., p. 273. Según el mismo autor el inconsciente, no obstante, estaría también regido por unsistema computacional similar al consciente, “Las computaciones inconscientes pueden dar cuenta de buena partede la expresión comportamental y autonómica de la emoción, pero pueden también subyacer a la representaciónde la emoción en la conciencia. Por ello, pese a que no podemos descartar un posible papel de la conciencia en lageneración de la emoción, no necesitamos ya depender de la conciencia para explicar el comportamiento y lamemoria emocional,” op. cit., p. 274. Cf. J.F. Kihlstrom, “The cognitive unconscious”, op. cit., o R. Jackendoff,Consciousness and the computational mind, Cambridge, 1987.531 N. Geschwind, “The disconnection syndromes in animal and man. Part I”, Brain, 88, 1965, pp. 237-294. Cf. J.Aggleton, The Amygdala, Nueva York, 1992.
Figura 2.8. Diversos circuitos de procesamiento emocional. “Las diversas interacciones neurales quecaracterizan todos los principales sistemas emocionales del cerebro: (1) Diversos estímulossensoriales pueden acceder incondicionalmente a los sistemas emocionales; (2) los sistemasemocionales pueden generar output motor instintivo, así como (3) modular inputs sensoriales. (4)Los sistemas emocionales poseen componentes de feedback positivo que pueden sostener laexcitación emocional después de que los eventos precipitantes han pasado. (5) Estos sistemaspueden ser modulados por inputs cognitivos y (6) pueden modificar y canalizar actividadescognitivas. Asimismo, el importante criterio de que sistemas emocionales crean estados afectivos noaparece reflejado, pero se asume que la excitación del circuito ejecutivo para cada emoción es unacondición necesaria para obtener los estados de sentimientos activados en el cerebro, quizásinteractuando con otros cicuitos cerebrales para la autorepresentación, como aquellos que parecenexistir en los circuitos del cerebro medio, los circuitos periacueductales y tectal profundos, queinteractúan con los sistemas corticales frontales.” [Fuente: J. Panksepp, Affective Neuroscience.The Foundations of Human and Animal Emotions, 1998, Oxford, p. 48].
La idea de disociación muestra cómo el recuerdo de determinado suceso
emocional no requiere la rememoración del suceso mismo, su representación
consciente. Por el contrario el elemento emocional puede darse disociado y
producir cierto estado de activación mediante mecanismos implícitos. Así se
entendía desde Freud la represión y la formación del inconsciente, algo que actúa
sin pista reconocible, sin conciencia, y por ello permanece inalterable, fuera del
control del sujeto.
Asimismo se ha mostrado la existencia de amnesia funcional en casos de
traumas (violaciones, abusos...) en los que sólo se recuerdan partes
aparentemente irrelevantes del suceso traumático, pero con su carga emocional
completa.532 Los casos relatados de estrés postraumático producen lo que se
denomina una sobrereacción ante estímulos aparentemente inofensivos que
guardan relación con la experiencia traumática.
El trauma como evento robusto confluye con otros eventos extremadamente
positivos o negativos que son más fácilmente recordados. No obstante, estos
recuerdos, precisamente por su primacía, pueden ser activados de forma implícita,
ya que al producir una sobreexcitación del hipotálamo, en la base de los procesos
de ansiedad, su respuesta es inhibida disociando el estímulo, eliminando la
representación que lo provocó y limitando la capacidad de acceder a la reacción
emocional asociada.
Las conclusiones de Fiske son cómo, por un lado, representamos a los otros
como instancias de categorías y, por otro lado, el afecto resulta ser un atributo de
dicha categorización.533 La primacía procesal de los sentimiento se atribuye a su
generalidad, que lo vuelve menos asible; tiñe la situación, pero sin una
representación simbólica concreta.534
...las emociones son realmente lo que unen nuestra narrativas autobiográficas connuestro concepto de yo. Es el tono y la textura emocional de un evento lo que le daun significado personal que mueve la narración más allá de una historia interesante
532 S.-A. Christianson y L.-G. Nilsson, “Functional amnesia as induced by a psychological trauma”,Memory&Cognition, 12, 1984, pp. 142-155, y id., “Hysterical amnesia: A case of aversively motivated isolationof memory”, T. Archer y L.-G. Nilsson, Perspectives on aversively motivated behavior, Nueva Jersey, 1989. Eneste último los autores comentan el caso de C.M., objeto de violación durante su paseo que le produce un estadoamnésico. El estímulo de los ladrillos del sitio en que es violada le produce una excitación especial, sin poderasociar dicho estímulo con el hecho con el que se relaciona, el de su abuso.533 “El recuerdo traumático puede ser recordado como si fuese la experiencia de un otro. Así la persona puedevincular la experiencia de tal forma que activa la emoción en el oyente, mientras que el hablante se mantienetranquilo de forma innatural,” S.T. Fiske, “Schema-triggered Affect: Applications to Social Perception”, M.S.Clark y S.T. Fiske (eds.), op. cit., p. 56. La autora asume la idea de esquemas de Bartlett, en tanto “organizaciónactiva de experiencias pasadas que ha siempre de suponerse operante en cualquier respuesta orgánica bienadaptada,” ibid., p. 60.534 “De todos los múltiples niveles en los que puede ser codificado un evento, los niveles que poseen mayorafecto son los más generales, porque los evalúan comportamientos de acuerdo con criterios de más largo alcance.Si uno se siente trastornado por cualquier razón, uno tenderá a codificar preferiblemente el aspecto afectivamentesignificativo de la situación,” J.M.G. Williams, op. cit., p. 470
a una autodefinidora. De hecho, al elegir emociones particulares en que fijarnos aldiscutir el pasado, el narrador transmite información sobre los aspectos másduraderos de su personalidad.535
Mientras más autoconsciente es el sujeto más amplificará cualquier
experiencia, siendo más susceptible a irrupciones externas.536 El simple hecho de
compartir la experiencia posee un valor indiscutible, tal y como demuestra la
correlación entre la expresión de la emoción y la longevidad en pacientes con
cáncer terminal.537 La exteriorización verbal de situaciones conflictivas, si bien
produce excitación, evita que dicha excitación inhibida cree estados de ansiedad
generalizados.538
Así, en pacientes que sufren de ansiedad, la presencia de un determinado
estímulo, ambiguo por desconocido, consigue producir ansiedad, de acuerdo con la
congruencia afectiva.539 Un sujeto ansioso, a la hora de percibir un estímulo,
mostrará una inclinación a entender éste como fuente de ansiedad, con su modo
idiosincrásico de experimentar cierto tipo de eventos en función de su experiencia.
535 R. Fivush, “Gendered Narratives: Elaboration, Structure, and Emotion in Parent-Child Reminiscing Across thePreschool Years”, Ch. P. Thompson et al. (eds.), op. cit., p. 91.536 M.F. Scheier y Ch. S. Carver, “Cognition, Affect, and Self-regulation”, M.S. Clark y S.T. Fiske (eds.), op. cit.537 D. Spiegel, J.H. Bloom, H.C. Kramer y E. Gottheil, “Effects of psychosocial treatment of patients withmetastatic breast cancer,” Lancet, 2, 1989, 888-891. En este estudio se muestra como en un grupo de mujeres concáncer de mama, aquéllas que eran animadas a compartir sus emociones en la terapia vivían un año y medio másde media que las no asignadas a terapia. Estudios de similar naturaleza son los realizados por Pennebaker y suscolaboradores, cf. J.W. Pennebaker, S. Barger y J. Tiebout, “Disclosure of traumas and health among Holocaustsurvivers”, Psychosomatic Medicine, 51, 1989, pp. 577-589 o J.W Pennebaker, J. Kiecolt-Glaser y R. Glaser,“Disclosure of traumas and immune function: Health implications for psychotherapy”, Journal of Consulting andClinical Psychology, 56, 1988, pp. 239-245. Más recientemente A.E. Kelly, “Revealing personal secrets”,Current Directions in Psychological Science, 8(4) 1999, pp. 105–109. T.D. Eells, “Can therapy affect physicalhealth?”, Journal of Psychotherapy Practice and Research, 9, 2000, pp. 100–104.538 C. Hughes, C. Uhlmann y J. Pennebaker, “The body's response to processing emotional trauma: Linkingverbal text with autonomic activity”, Journal of Personality, 62, 1994, pp. 565-585. Acerca del tema de larepresión dentro de un paradigma disociativo señala Erdelyi, “Ninguno de los cuatro hechos críticos en sí mismosestán en duda en la psicología experimental: (a) que haya un rechazo selectivo de la información de laapercepción; (b) que se tienda a evitar estímulos aversivos; (c) que los organismos tiendan a defenderse deldolor; (d) que muchos procesos psicológicos ocurren fuera de la apercepción. Todos estos hechos,independientemente, no son objeto de disputa, lo que se disputa, y no ha sido probado experimentalmente, es elhecho conjunto, esto es, todos los componentes integrados en un hecho de mayor nivel,” op. cit., p. 259.539 M.W. Eysenck y K. Mogg, “Clinical anxiety, trait anxiety, and memory bias”, S.-A. Christianson, op. cit.
En este sentido, la amígdala y el hipocampo contribuirían de forma diversa en la
producción de respuestas ansiogénicas. El miedo vendría dado por la actividad de
la amígdala y estaría relacionado con estímulos condicionados, mientras que la
ansiedad (hipocampo ventral) surgiría en situaciones aversivas de tipo más
difuso.540
El modelo freudiano de condicionamiento no difiere en gran medida del
conductista. Un estímulo aleatorio es asociado a un estímulo incondicionado
Especialmente relevante, a la hora de dar cuenta del tipo especial de
aprendizaje que supone la transferencia, es relacionarlo con su capacidad de
modificar respuestas emocionales. Los estudios de LeDoux con respecto al miedo
muestran cómo los estímulos, tras ser procesados en el tálamo, sede de los
centros sensoriales, pasan, a modo de información emocional, a la amígdala, que
se encarga de generar una respuesta endocrina. Esta información es procesada
por los centros corticales encargados de la memoria de trabajo (working memory),
siendo allí integrada con la información de los centros talámicos sobre el estímulo
productor del miedo. Todo este proceso es el que genera la experiencia
fenomenológica del miedo.
540 Se reunen así los datos de J. O’Keefe y L. Nadel, op. cit., y J.A. Gray, op. cit.
CS
UCS UCR
s Rs R
Consciente
S Inconsciente
Gráfico 2.2. Relación entre estímulos y respuestas. En el primer caso se esquematiza uncondicionamiento clásico en el que el estímulo condicionado guarda cieta correlación con elestímulo incondicionado, que a su vez produce una respuesta incondicionada. En el segundoesquema se muestra el resultado de que un estímulo aparentemente inócuo produce unarespuesta mucho más importante debido al reforzamiento ocurrido anteriormente. La propuesta deFreud la encontramos en el tercer esquema. Habremos de buscar el estímulo que realmenteprodujo la asociación entre el estímulo y la respuesta, y este se encuentra bajo la frontera de laconciencia, reprimido, para evitar su contenido traumático. [Adaptado de: M.H. Erdelyi,Psychoanalysis. Freud's Cognitive Psychology, Nueva York, 1984, pp. 48-49].
¿Cuándo surge el miedo incontrolable, que no responde a ningún estímulo
reconocible por el sujeto, tan clásico de las fobias? Cuando una desconexión entre
el tálamo y el córtex impide que el estímulo sea representado en la working
memory en cuyo caso tendremos una respuesta fisiológica sin representación
alguna, la emoción es un indicador de una representación implícita disociada.
Precisamente la que Freud intentaba restablecer por medio de su terapia.
Al producirse de forma más rápida el procesamiento del contenido emocional que el
cognitivo, se impide que dicho procesamiento talámico sea representado en la
working memory, para evitar una sobreexcitación, que retroalimentaría a su vez la
respuesta endocrina de la amígdala. Este mecanismo traduce el concepto de
represión psicoanalítica. Otra posibilidad apuntada y que auspicia la idea de la
creación del inconsciente frente a la metáfora arqueológica, es el caso en que un
determinado evento con una respuesta emocional asociada no está simbolizado, por
faltar la correspondiente representación en el registro consciente. La terapia habría
de actuar supliendo la 'falta de inscripción simbólica'.541 Las experiencias
traumáticas, al almacenarse en la memoria sensomotora y afectiva, evitan la
activación del neocortex, distorsionando el juicio y la experiencia, así como la
representación semántica, lo que le otorga al síntoma su carácter repetitivo. El
trauma queda así fuera de la apercepción subjetiva debido a su estimulación
excesiva.
Un caso claro acerca del recorrido doble (emocional y cognitivo) de la
experiencia y su posterior codificación es el del experimento llevado a cabo sobre
cuatro sujetos con condiciones diversas con respecto a su amígdala y córtex
mediante un estímulo incondicionado.542 Mientras que un sujeto sin lesión alguna en
amígdala e hipocampo reaccionaba pudiendo recordar el estímulo, así como
respondiendo con una reacción emocional aprendida (C), en el caso de lesión en la
amígdala no se produce la respuesta emocional correspondiente (A), mientras que
en el caso de la lesión en el hipocampo se inhibe la producción del recuerdo (B).
Este estudio confirma la hipótesis de que la reacción emocional y el recuerdo del
evento que la dispara son procesados de forma diversa.
541 M.D.J. Díaz-Benjumea, “Lo inconsciente psicoanalítico y la psicología cognitiva: una revisióninterdisciplinar”, op. cit. “Hacer consciente lo inconsciente significa neurológicamente, según LeDoux, reforzarlas vías sinápticas entre la corteza y el núcleo amigdalino, de manera que el conocimiento sobre nosotrosmismos, sobre lo que nos afecta y sobre nuestras reacciones, abra la posibilidad de regular los procesosemocionales y así su desencadenamiento, los cuales si bien no se eliminan por completo, sí se reducen enintensidad y duración.” Como señala el propio Ledoux: “También es posible que estímulos procesadosimplícitamente activen la amígdala sin activar recuerdos explícitos o ser, de otro modo, representados en laconciencia,” J. E. Ledoux, The Emotional Brain, op. cit., p. 203.542 A. Bechara, D. Tranel, H. Damasio, A. Adolphs, C. Rockland y A.R. Damasio, “Double dissociation ofconditioning and declarative knowledge relative to the amygdala and hippocampus in humans”, Science, 269,1995, pp. 1115-1118.
Información (Estímulo)
Tálamo-Hipocampo Amígdala (Memoria Explícita) (Activación Emocional)
Working Memory
Respuesta somática Respuesta comportamental
Gráfico 2.3. Recorrido cerebral del evento emocional. En los casos de una respuesta implícita nohabría representación de la información del tálamo en la working memory. La flecha punteada que vadel tálamo a la working memory señala la posibilidad de que la conexión sea activada, dando lugar auna representación (consciente) o que ésta no lo sea, dando lugar a una disociación entreprocesamiento emocional y cognitivo del estímulo, una ausencia de representación (inconsciente). Elsentimiento de miedo se produce ante la creencia, de acuerdo con la experiencia, de la existencia deun estímulo que produce excitación pasando por el circuito de la amígdala y que da lugar a unrecuerdo explícito si es procesado por el hipocampo. En caso contrario queda fuera de laapercepción, aunque la respuesta fisiológica (inconsciente) se produciría igualmente. Laparticipación de la working memory hace que la experiencia sea consciente, que se produzca unaapercepción subjetiva, qualia. [Fuente: Adaptado de J.E. Ledoux, “Emotional Circuits in the Brain,”Annual Review of Neuroscience, 23, 2000, p. 176].
Dentro de la propia estructura de la amígdala se han trazado ciertas
diferencias. Mientras que la amígdala del hemisferio derecho reacciona a estímulos
que provocan miedo inconsciente o implícito, la amígdala izquierda se activa con
estímulos condicionados de forma consciente. Es interesante señalar cómo la
sección del hemisferio izquierdo donde los estímulos son procesados de forma
consciente también se ocupa del procesamiento simbólico, mientras que el
hemisferio derecho que produce el condicionamiento implícito no poseería dicha
habilidad y habría de mantener el condicionamiento de modo subsimbólico. Las
respuestas emocionales que activan la amígdala podrían ser atenuadas por un
procesamiento de tipo consciente.543
Ledoux se refiere a sistemas de memoria múltiples al abordar el tema de cómo
puede un sujeto ser aún víctima de las respuestas condicionadas que dan lugar al
estrés si éste daña la capacidad de recordar. Es decir, cómo un estímulo puede
tener varias inscripciones, algunas de las cuales no son accesibles al sujeto. El
estrés actúa en el hipocampo pero activa, e incluso refuerza, el trabajo de la
amígdala. Se produce así una retroalimentación de la respuesta emotiva que sólo
puede ser paliada mediante la ausencia de representación. 544 La amígdala produce
una actividad invasiva sobre el cortex y el procesamiento de la percepción,
deformándolo.
De acuerdo con estos resultados los pacientes que no poseen conexiones
entre ambos hemisferios, -en los casos de cerebro dividido-, responden con mayor
intensidad cuando el estímulo se les muestra disfrazado al hemisferio derecho,
encargado de los procesos implícitos, que cuando se le presenta abiertamente, de
modo consciente, posibilitando la descripción verbal del estímulo. Volvemos a la
hipótesis freudiana: al igual que una situación puede estar ausente en el registro
consciente, puede aún afectar al comportamiento y las reacciones de una persona.
El hipocampo no es sólo el encargado de la memoria declarativa en sus primeras543 “La ausencia de actividad en la amígdala derecha en la situación de condicionamiento no oculto (consciente),cuando el sujeto puede relatar acerca de la presencia del estímulo condicionado (la cara es vista conscientemente)indica que la percatación consciente, tales como la participación de los sistemas del lenguaje, pueden inhibir esta respuesta nerviosa (se refieren a la de la amígdala derecha),” J.S. Morris, A. Öhman y R.J. Dolan, “Consciousand unconscious emotional learning in the human amygdala”, Nature, 393, 1998, pp. 467-470. La disparidadhemisférica también se ha puesto de manifiesto en relación a estímulos placenteros, así el cortex prefrontalderecho se activa con estímulos displacenteros, y el izquierdo con los placenteros, S.K. Sutton, R.T. Ward, C.L.Larson, J.E. Holden, S.B. Perlman y R.J. Davidson, “Asymmetry in frontal glucose metabolism during appetitiveand aversive emotional states: an FDG-PET study”, Psychophysiology, 34, 1997.544 “Una vez la amígdala es activada por un evento sensorial del tálamo o córtex, puede comenzar a regular lasáreas corticales que proyectan a ésta, controlando los tipos de inputs que recibe del córtex.” J.E. Ledoux,“Emotional Circuits in the Brain,” Annual Review of Neuroscience, 23, 2000, p. 174.
fases es, a su vez, el área con mayor concentración de receptores de las hormonas
del estrés (receptores corticoesteroides). Tal como señalan Kim y Diamond, una de
las funciones del hipocampo es limitar la respuesta del estrés inhibiendo el eje
hipotálamo-hipofiso-adrenal (eje HHA) mediante una retroalimentación negativa.545
Se mantiene el condicionamiento, la respuesta (memoria procedimental), con un
deterioro de la memoria declarativa. Es decir, ambos sistemas pueden no sólo
actuar disociadamente, sino que incluso la actividad excesiva de la amígdala inhibe
la labor del hipotálamo, central en la memoria declarativa.
Parece obvia la importancia que Freud otorgaba, en las diversas fases de su
evolución, a la última columna que mostrábamos en la primera parte de este
trabajo. La importancia de los sentimientos como forma de 'transmisión' de la
transferencia, y que ya se encontraba presente en los movimientos 'fludistas', la
relevancia de la inscripción emocional y su utilidad en el aprendizaje de nuevas
pautas conductuales.
El organismo se presenta así inserto en el mundo mediante el sentimiento,
mediante estados corporales que nos otorgan información acerca de la situación en
que nos encontramos. Las modificaciones de los estados corporales permiten que
dicha inserción sea vivida de forma más perentoria. Se consigue así incluir el
mundo en nuestro propio estado corporal, se obtiene una representación somática
del mundo. De acuerdo con Damasio, ver significa simultáneamente sentir que
estamos viendo, cognición y emoción resultan inextricablemente unidas.546
545 J.J. Kim, D.M. Diamond, “The stressed hippocampus, synaptic plasticity and lost memories”, Nature Reviews:Neuroscience, 3, 2002, pp. 453-462.546 A.R. Damasio, op. cit., “Quizás más importante todavía, las representaciones primordiales del cuerpopropiamente dicho en acción podrían desempeñar un papel en la conciencia. Proporcionaría un núcleo para larepresentación neural del yo y así suministraría una referencia natural para lo que sucede en el organismo, dentroo fuera de sus límites,” ibid., p. 218.
Propongo que la subjetividad emerge durante el último paso, cuando el cerebroestá produciendo no sólo imágenes de un objeto, no sólo imágenes de lasrespuestas del organismo al objeto, sino un tercer tipo de imagen, el de unorganismo en el acto de percibir un objeto y responder a él. Creo que la perspectivasubjetiva surge del contenido del tercer tipo de imagen.547
Con respecto a la transferencia como reeducación, como aprendizaje, cabe
distinguir dos actividades, por un lado el restablecimiento de cierto conocimiento
declarativo en el sentido de restitución de representaciones relacionadas con la
disociación producida por el trabajo en paralelo de la amígdala o circuito
emocional, y el hipotálamo o memoria declarativa. "La autoregulación emocional es
posible presumiblemente mediante nuestras dotaciones cerebrales superiores.
Nuestros sistemas de símbolos son especialmente efectivos, al permitirnos
negociar en un terreno accidentado. El lenguaje nos permite regular nuestras
emociones" 548
Por otro lado, esta experiencia ha de producirse en una relación que permite la
reinscripción en un medio que no actúe como estresante, pues se reproduciría el
aprendizaje disociado. Un contexto en que el sujeto pueda distinguir sus reacciones
aprendidas, ante la presencia de un medio que no representa ningún tipo de
peligro, que no responde a sus expectativas emocionales, que es inadecuado, y
que por tanto le permite una reconsolidación, una nueva forma de experimentar su
incorporación. Estas dos características formarían la base de la transferencia.549
Habría un conocimiento declarativo y otro implícito fundado en la inadecuación de
expectativas, de patrones de activación que se vuelven obsoletos, que permiten un
aprendizaje de modalidades implícitas de regulación.
547 Ibid., p. 224. Cf. A.R. Damaso, The Feeling of What Happens, op. cit.548 J. Panksepp, op. cit., p. 318.549 R.B. Clyman, op. cit.
Por ello, en el caso de mi paciente, junto al trabajo de reconstrucción histórica, loque existió por mi parte fue una actitud de espontánea implicación en el vínculo, deactiva intervención en los proyectos y mil aspectos de la vida cotidiana no porqueesperase que una supuesta experticia mía en orientar la vida de la pacientecolocase a ésta en el buen camino sino porque el significado vivencial para ella eraque el compromiso emocional del terapeuta probaba que sí valía, que ocupaba unlugar en la mente del otro. Además, y no de importancia secundaria, la expresiónde mi propia emocionalidad, el permitirme entusiasmos o confrontaciones concierto grado de pasión, fueron haciendo participar a la paciente en un tipo devínculo vitalizante, en el placer del encuentro, incluso en el placer del desafío y deldesencuentro que narcisiza porque afirma la propia posición. La actitud que lapaciente fue teniendo en el vínculo conmigo le permitió inscribir, en forma dememoria procedimental, modalidades de sentir y de actuar que no estabanreprimidas sino que previamente habían sido abortadas en su posible desarrollo.550
No se trata sólo de recordar, en tanto modo de desbloquear eventos
traumáticos, que actúan implícitamente, sino de la reinscripción de nuevas
experiencias que permitan nuevas modalidades de sinergia entre mecanismos
cognitivos y emocionales, y nuevas formas de relacionarnos en tanto modalidades
de regulación internalizadas.
550 H. Bleichmar, op. cit.
2.5. Modelo
En el Coloquio de Boston sobre Filosofía de la Ciencia señalaba H. Modell la
importancia de tres vectores que posibilitan la comprensión del trauma. “La lección
a aprender del trauma psíquico es que tanto memoria como afectos y metáfora
forman un sistema sinérgico unificado.”551 Efectivamente un análisis de la
transferencia, concepto clave de la cura psicoanalítica, muestra bien a las claras
estos tres ejes actuando en la terapia.
Por un lado, la teoría de la emoción que hemos descrito como respuestas
fisiológicas, subsimbólicas; por otro, el papel de la memoria como conformadora de
la identidad –memoria autobiográfica-, capaz, no sólo de mantener recuerdos de
los que no se posee ninguna pista consciente –memoria implícita-, sino de utilizar
rutinas motoras asociadas sin apercepción alguna –memoria procedimental-.
Finalmente la teoría contemporánea de la metáfora nos ha servido para observar la
posición que ocupa el analista como representación en la experiencia activa del
sujeto, de qué manera ésta induce la repetición de patrones adquiridos y permite
recategorizar nuevas formas de interrelación.
551 A.H. Modell “The interface of psychoanalysis and neurobiology”, Boston Colloquium for Philosophy ofScience - December 18, 1996. Presentation - The Poles of Health: Biological and Social approaches toDisordered Minds. http://www.psychomedia.it/pm/science/psybyo/modell.htm
Desarrollo del
concepto de transferencia
Mecanismo
Básico
Forma de
Transmisión
Medio de
Transmisión
Magnetismo Fluido Relación Sentimiento
I Fase
(1890-1905)
Desplazamiento Falsa
Asociación
Afecto
II Fase
(1906-1914)
Introyección Resistencia Sentimiento
(Ambivalencia)
III Fase
(1914-1939)
Repetición Acting- out Amor
Lacan Repetición
Táctica
Inconsciente
Estrategia
(Ideal)
Pulsión
Política
(Angustia)Mecanismos
cognitivos
Categorización Memoria Emoción
Esquema 2.1. Modelo de integración del desarrollo de la transferencia y mecanismos cognitivos.
Así, el mecanismo de categorización puede dar cuenta del desplazamiento, de
la metáfora, la introyección como representación teñida de las ideaciones
preexistentes, y la repetición como insistencia, en el sentido de aplicación de las
categorías existentes, de la información procesable, de los modos de
procesamiento aprendidos de significado.
La emoción ha sido, en la historia de la transferencia, el fundamento primero
de todas las observaciones de Freud. La remozada ciencia cognitiva, completada
por los aspectos motivacionales y emocionales, nos permite dar cuenta de estos
procesos básicos en la reinscripción de nuevos acontecimientos que alteren de
forma sustancial los sucesos traumáticos o la biografía aprendida por el paciente,
inhibiendo o permitiendo la simbolización de respuestas autónomas, automáticas,
experimentadas como incontrolables que actúan a niveles subsimbólicos y
conformando nuevas formas de interiorizar la regulación del propio organismo.
Por último, la memoria como mecanismo cognitivo consigue relacionar dos
representaciones, de forma similar a los sistemas conexionistas, mediante una
falsa asociación. A su vez, el recuerdo, cuyo contenido cognitivo es olvidado o cuya
inscripción es fallida procura sólo un resto emocional. Así, la resistencia y el
recuerdo en acto o agieren freudiano (acting-out) vendrían dados por una forma de
disociación de dos tipos de recuerdo, implícito y declarativo, de dos sistemas
mnésicos.
Freud acertó al dar su descripción del agente activo de la cura. En efecto, la
transferencia como concepto teórico le permitió hacer converger toda su
experiencia sobre las modalidades de actuación sobre formas subsimbólicas de
representación que, como tales, no eran accesibles mediante modos simplemente
simbólicos. Con un concepto como la transferencia aglutinó todo un quehacer
alrededor del modo que tienen las personas de recordar, categorizar y sentir. Freud
sólo podía entender una 'ciencia' que hiciese alusión a sistemas simbólicos de
representación. Así, formuló su metapsicología sin relación alguna con las bases
fisiológicas y neurobiológicas del comportamiento. El conocimiento neurológico de
su época no era suficiente como para construir un método de curación de los casos
que se le presentaban corrientemente.
Es así que tuvo que optar por un lenguaje que hacía de deseos y creencias
representaciones conflictivas en la mente del paciente. Hoy sabemos más sobre el
funcionamiento de nuestro organismo y de las modalidades de procesamiento
subsimbólico que operan a nivel químico. El gran hito de Freud fue procurar un
método que sirviese para actuar a dicho nivel. La libre asociación le permitía la
emergencia de niveles de procesamiento, de emoción, subsimbólicos, actualizado
por medio de la palabra. De ahí su regla fundamental de decir todo aquello que se
le presenta al paciente sin omisión. De esta forma conseguía la emergencia de
dicho nivel más básico de procesamiento.
Es pues completamente posible que uno pueda tener un pobre recuerdoconsciente de una experiencia traumática, pero al mismo tiempo forme poderososrecuerdos emocionales inconscientes implícitos mediante el condicionamiento demiedo mediado por la amígdala. Y debido a otros efectos del estrés descritos másabajo dichos potentes miedos inconscientes pueden volverse muy resistentes a laextinción. Pueden, en otras palabras, volverse fuentes inconscientes de intensaansiedad que ejerzan potencialmente sus influencias opacas y perversas en lavida. [...] Que Freud tenía razón en su creencia de que aspectos de experienciastraumáticas se almacenan a veces en sistemas mnésicos que no son directamenteaccesibles desde la conciencia parece claro. Menos cierto es si la represión (en elsentido freudiano) se encuentra implicada.552
La represión como mecanismo general parece ser un término que requiera
refinamiento teórico. Si bien los casos de estrés postraumático en situaciones de
violencia son evidentes, parece que la represión como concepto global debería ser
precisado. Por un lado, parece más conveniente entender que el sistema de
procesamiento subsímbolico puede ser modificado por información codificada en
un nivel simbólico. Antes que entenderlo en función de una representación que se
ha desligado de un estado afectivo, habría que tratar el estado afectivo como
552 J.E. Ledoux, The Emotional Brain, op. cit., p. 245.
proceso subsimbólico sobre el que actuar simbólicamente, mediante la asociación
y la producción significativa, que consiga convertir estados difusos (estados de
activación) en símbolos que anudar a la experiencia y que recuperen dichos
procesos 'inconscientes'. La psicoterapia permitiría recodificar, en modo afectivo, la
reorganización de patrones en el sistema nervioso. “El resultado de una relación
psicoterapéutica óptima sería un cortex con doble circuito orbitofrontal que pueda
moverse adaptativamente entre diferentes estados psicobiológicos.”553
Por otro lado, el desarrollo infantil nos muestra cómo ciertas formas de
interrelación y de emoción pudieron ser codificadas ante la ausencia de un
hipotálamo maduro que registrase adecuadamente dicha experiencia. Freud habría
acertado en su hincapié en el análisis de los recuerdos de la niñez y su carácter
irrecuperable, que, sin embargo, han de poseer mayor robustez a la hora de
configurar las respuestas emocionales y motivacionales, a la vez que las
relacionaría con la actividad motora incipiente. La resistencia le permitía explicar la
tenacidad, la resistencia de ciertos mecanismos al cambio, mostrándole lo
arraigado de ciertos procesos mentales.
El inconsciente también le permitió desvelar dicho nivel de procesamiento pero
su única forma de conceptualizarlo era por medio del conflicto de representaciones.
El aspecto implícito, su carácter motivacional y su relación con el desarrollo de las
capacidades cognitivas en la infancia, son nociones que Freud desconocía pero
que pudo formular como rudimento necesario para su práctica.
No cabe imputarle a Freud no haber dado con el amplísimo cuerpo de datos
que cientos de investigadores en diversas disciplinas ha ido acumulando a lo largo
de más de medio siglo. Lo que sí le debemos es cierto reconocimiento al haber
553 A.N. Schore, op. cit., p. 468.
formulado un sistema que recoge ciertas intuiciones acertadas y las somete a un
cuerpo teórico. Nuestro camino parece más sencillo, el análisis de diversas áreas
de investigación muestran una convergencia en la posibilidad de una técnica clínica
que Freud previó pero que no pudo verificar experimentalmente.554
Antes que, como señalaba Lacan, el inconsciente fuese específicamente
humano en cuanto relacionado con el lenguaje, con la posibilidad de
representación, deberíamos entender el inconsciente como una extensa serie de
procesos subsimbólicos que en el hombre tiene la característica de confluir con su
habilidad lingüística y cognitiva. En lo que sí vale su explicación es en la posibilidad
que existe, y esta sí es estrictamente humana, de alterar lo subsimbólico mediante
lo simbólico. Es ahí donde la transferencia es específicamente humana, no tanto
en los sentimientos o en la existencia de condicionamientos, sino en la capacidad
de revisar la experiencia y reinscribirla de forma novedosa.
La transferencia, desde una perspectiva cognitiva, puede ser conceptualizada
como un tipo de aprendizaje basado en las modalidades de categorización del
analizante y, en especial, de su inserción en las relaciones con otros, mediada por
modalidades de recuerdo con un contenido emocional que son modificadas
alterando el comportamiento. Se trata de un tipo de aprendizaje que se desmarca
de las formas más básicas que encontramos entre otros animales, basadas en
condicionamiento y refuerzo, no sólo por involucrar una función superior como es el
lenguaje, sino por surgir en un marco intersubjetivo.554 Otras áreas como los sueños también comienzan a recibir apoyo interdisciplinar. Así, la función de los sueñosen consolidar nuevas aptitudes, ayudando en la resolución de problemas en tareas cognitivas, contribuyendo a laconsolidación de la memoria y en general a la 'estructuración del sistema nervioso' como proceso organizacional.J.L. Fosshage, “The organizing functions of dream mentation”, trabajo presentado el 15 de junio de 2002 en laAnnual Meeting of the Rapaport-Klein Study Group. R. Greenberg y C.A. Pearlman, “The Interpretation ofDreams: A Classic Revisited”, Psychoanalytic Dialogues, 9(5), 1999, pp. 749-765, donde se muestra la funciónadaptativa de los sueños que sirve para organizar la información diurna emocionalmente significativa. E.Hartman, “Dreams Contextualize Emotion─A New Way of Understanding Dreams and Dream Symbolism”,Psychoanalytic Dialogues 9(5), 1999, pp. 779-788. H. Been,“Dreams: the convergence of neurobiologic andpsychoanalytic perspectives”, Journal of the American Academy of Psychoanalysis, 25, 1997, pp. 639-654.
La transferencia permitiría cierto control cortical sobre las estructuras
encargadas de respuestas automáticas ansiógenas, como señala Ledoux, “puede
que no seamos capaces de eliminar los recuerdos implícitos que subyacen a los
desórdenes de ansiedad. Si este es el caso lo mejor que podemos esperar es
ejercer control sobre ellos.”555
Así el psicoanálisis con su regla máxima permite rastrear manifestaciones
subsimbólicas de procesamiento inconsciente y relacionarlas con el almacén de
experiencias vividas y la memoria a largo plazo obteniendo un asiento de la
experiencia conflueyente de representaciones simbólicas y subsimbólicas. Puesto
que la emoción y la cognición trabajan en circuitos paralelos que convergen en la
memoria de trabajo, la ventana abierta por el psicoanálisis a la libre asociación
permite la emergencia conjunta de estados corporales, de emociones y de
representaciones lingüísticas que relacionan dichos procesos y permite reformular
modalidades subsimbólicas de procesamiento alcanzando cierta representación
sobre ellas, cierta proyección cortical sobre bases subcorticales.
555 J.E. Ledoux, op. cit., p. 252.
III. Filosofía
“El mundo de un hombre feliz es diferente del de uno infeliz.” 6.43.
“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.” 5.6.
Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico Philosophicus.
“E imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida.” (19)
Ludwig Wittgenstein, Investigaciones Lógicas.
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Figura 3.1. La representación y el procesamiento, el significado y la información.
3.1. Primeros Analíticos: Wittgensten y Freud
Las reflexiones de Ludwig Wittgenstein sobre Freud nos servirán como punto
de partida de una incursión en los aspectos más destacados de nuestra
reconstrucción y elucidación de la transferencia, y su calificación propiamente
filosófica. Wittgenstein inspiró en buena parte un nuevo modo de pensar la
filosofía, el 'giro lingüístico' que irrumpe en el siglo veinte y que atraviesa todo afán
metodológico de clarificación.
La comparación entre ambos autores surgía ante los ojos del propio
Wittgenstein como evidente. Pese a su sentido crítico, y a su opinión personal
acerca de Freud, admitía la existencia de paralelismos entre los dos: “Freud se
equivoca con seguridad muy a menudo, y en lo que concierne a su carácter es
ciertamente un cerdo, pero en lo que dice hay gran contenido. Y lo mismo es cierto
de mí. There is a lot in what I say.”556 Su amigo, Maurice Drury, le envió una copia
de la Traumdeutung cuando Ludwig pensaba, una vez más, en dejar la vida
académica y estudiar medicina para ejercer como psiquiatra. Creía que su forma de
filosofar y el pensamiento freudiano poseían bastantes semejanzas. De hecho, en
los últimos años de su vida escribiría un manuscrito enviado a una comisión en
Cambridge, encabezada por el economista John Maynard Keynes, en el que
asimilaba la tarea de la filosofía a una especie de psicoanálisis; ambas disciplinas
proponían el mismo tipo de interrogantes y corrían riesgos similares.
Vieneses ambos, Ludwig casi treinta y tres años más joven que Sigmund,
nunca llegaron a coincidir de forma personal, si bien es cierto que en ambos se
556 L. Wittgenstein, Nachlass, Item 183, p. 9. Tanto el subrayado como el hecho de utilizar el inglés en la útimaoración nos puede servir de testigo del énfasis que Wittgenstein pone en la comparación y lo comparado, pero lassimilitudes no se quedan ahí, Wittgenstein ve en Freud un compañero de Zeigeist, “Loos, Spengler, Freud y yopertenecemos todos a la misma clase que es característica de este tiempo,” Item 183, p. 9. Seguimos lapaginación y ordenación de la edición crítica Bergen de Oxford.
encuentran influencias del millieu intelectual de principios de siglo de la capital del
Imperio Habsburgo. No obstante, Ludwig aprovecharía la cercana relación de su
hermana Margarete557 con Freud para que éste interpretase sus propios sueños en
base a las anotaciones que realizaba. De hecho, entre sus notas y cuadernos
existen relatos de diversos sueños que Wittgenstein solía discutir con sus
allegados.
Si Wittgenstein procedería a un análisis concienzudo del lenguaje y sus
posibilidades expresivas, Freud produciría un método de análisis de la psique.558 En
Freud encontramos, según Wittgenstein, una 'compulsión a teorizar',559 mientras
que éste lleva a cabo una tarea de purga de lo decible, de las proposiciones a las
que cabe atribuir un sentidpo. La teoría de Wittgenstein sobre el lenguaje alternará
entre una semántica verificacionista y una pragmática acerca de los juegos del
lenguaje. Ambas surgen no como teorías en el sentido de construcciones
ideacionales, sino que parten del propio análisis del lenguaje. Freud entendía, así
mismo, que su propia teoría surgía en contacto con los casos singulares, en su
clínica. Del mismo modo que los problemas filosóficos se resuelven en un análisis
del lenguaje, el síntoma de conversión histérico se deshacía en la 'talking-cure',
mediante el lenguaje asociado a la rememoración.
557 Margarete, la más avispada de sus hermanas, y la que más influencia ejerció sobre el joven Ludwig. “Un díaen Viena yo (L.W.) visité una exposición de cuadros de una joven artista. Había uno que representaba unahabitación vacía parecida a un sótano. Dos hombres con sombrero de copa sentados en sillas. Nada más. Y eltítulo: Besuch («Visita»). Al verlo dije inmediatamente: «Esto es un sueño». (Mi hermana describió el cuadro aFreud, y éste le dijo: «Oh, sí, se trata de un sueño muy común» relacionado con la virginidad.)” L. Wittgenstein,“Conversaciones con Freud”, 1942, L. Wittgenstein, Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología yreligión, Barcelona, 1992, p. 118.558 “Parece haber algo en las imágenes oníricas que tiene cierta semejanza con los signos de un lenguaje.” L.Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1943-1, op. cit., p. 120. Con respecto a su análisis del lenguajeWittgenstein afirma: “Creo que nuestro método recuerda aquí al del psicoanálisis que quiere convertir loinconsciente en consciente y así en algo inócuo y creo que esta similitud no es simplemente externa... Lareferencia (Bedeutung) de un signo es el símbolo completo al que pertenece el signo. O podríamos decir que es ellugar en el espacio gramatical en el que se encuentra,” Nachlass, item 109, pp. 174-5. 559 J.M. Heaton, Wittgenstein and Psychoanalysis, Cambridge, 2000.
Poseemos pues una teoría, una teoría dinámica del enunciado, pero no surgecomo una teoría. Freud habla de una teoría dinámica del sueño. Lo característicode tal teoría es que observe un caso concreto, claramente demostrativo y diga:'Esto muestra como se comporta en general; este caso es el ejemplo básico(Urbild) de todos los casos.” “¡Por supuesto! Así debe ser,” decimos, y nos damospor contentos. “Hemos llegado a una forma de representación que nos ilumina.Pero es como si hubiésemos visto algo, que se encuentra bajo la superficie.”560
El ataque que despliega Wittgenstein se dirige contra la exigencia de dichos
modelos básicos y genéricos; el empeño en mostrar un aspecto subyacente como
fundación protéica, así como la utilización de casos concretos para corroborar una
teoría. Wittgenstein intenta proceder hacia una epistemología de las proposiciones
sin subsunción alguna, como teoría puramente descriptiva.
Se trata de la cercanía al enigma lo que le otorga al psicoanálisis su estatuto
privilegiado como psicología de lo profundo y su poder cautivador, no sólo como
teoría, sino como praxis. Sus conjeturas se basan en una iluminación más que en
una elucidación clara de conceptos, incapacitando cualquier oposición crítica, y
promoviendo la adhesión a sus postulados, su carácter doctrinal. El método
analítico, según Wittgenstein, aprovecharía su poder mítico para provocar el
asentimiento del analizante ante las interpretaciones, a modo de oráculo, del
analista.
Sus explicaciones pertenecerían al campo de la estética antes que al de la
ciencia, de la fascinación antes que la exactitud.561 No obstante las teorías de este560 Nachlass, Item 239, p. 74. Por no tener desperdicio añadimos la continuación de este punto donde se ponen enjuego una cierta convergencia entre la primitiva noción de Bild del Tractatus y sus nuevas concepciones, que elpsicoanálisis quizás haya tenido su importancia como catalizador. “Esta tendencia de generalizar un caso claroparece poseer su fuerte justificación en la lógica; parece poderse concluir con total justificación: “Si unenunciado es una figura (Bild), entonces todo enunciado debe ser una figura, pues deben ser esencialmenteiguales.” Pues estamos en el error de que lo sublime, esencial en nuestra investigación, consistiría en aprehenderun ser omnisciente,” ibid.561 “Una imagen puede fascinar en sí y llevarnos a su empleo con total independencia de su corrección oincorrección. Una imagen de este tipo es la que bosqueja el psicoanálisis y sería interesante explicar su podermediante reflexiones similares a las del psicoanálisis,” Nachlass, Item 163, pp. 69r-v. “El encanto de la
tipo tambíen poseían un valor epistémico que les era escamotedado por cierto tipo
de fe científica.562 Frente a la explicación científica, la explicación estética incide en
los aspectos que hacen deslumbrante una obra. Si nos esforzásemos por mostrar
la técnica del sfumatto utilizada por Leonardo en su Mona Lisa, el neófito
probablemente asentiría acerca de su uso magistral, y esta explicación acentuaría
su fascinación por la obra. De modo similar trabajaría la clínica psicoanalítica. Al
puntuar ciertos aspectos de la textualidad en la narración del analizante se pueden
señalar clarificaciones, modulaciones, interpretaciones, que lleven a modificar la
aprehensión de ciertos hechos. El propio Wittgenstein afirmaba que, pese a
interesarle, una explicación científica nunca conseguiría apasionarle, lo que sí
ocurría con cuestiones de tipo abstracto o estético.
La estética nos enseña esencialmente a conocer un sistema. Que sus últimosfundamentos nos tengan que “hablar”, con ello no tiene, por así decirlo, nada quever. Y no describe tampoco esa situación o, más aún, esas múltiples situacionesdel equilibrio mental. Es, por así decirlo, axiomática. Compare el significado de'igualmente probable' y 'satisfactorio estéticamente'. Si fuese psicología lasistemática no le sería esencial. Entender una tonalidad (Kirchentonart). Entenderuna exposición china. ¿Se puede determinar una causa por introspección?Psicoanálisis. ¡Piensa que el resultado del análisis requiere del reconocimiento delanalizado! Porqué está anudado el significado de Freud como psicología a suestilo. La estética busca fundamentos, no causas.563
Sólo el poder evocativo del análisis como límite a cierta racionalidad, más allá
de la cual el filósofo profesional no ha de aventurarse, provoca en Ludwig una
explicación analítica proviene de esta evocación de la “cosa”: este enigma (Unheimliche) -en sus reflejosmetafísicos, en sus repercusiones psicológicas y en sus procedimientos lógicos- es lo que Wittgentein buscadeconstruir,” P.L. Assoun, Freud y Wittgenstein, Buenos Aires, 1992, p. 53.562 “La gente cree hoy que los científicos están para enseñar, los poetas y músicos etc. para agradarles. Que éstostengan algo que enseñarles no pasa por sus cabezas,”Nachlass, Item 162b, p. 60v. Este pasaje se encuentra areglón seguido de su juicio acerca de la superioridad de Breuer sobre Freud en la formación del psicoanálisis.563 Nachlass, Item 156a, pp. 56r-57r. Es interesante ver cómo hoy en día hay intentos por estrechar esta relaciónentre ciencia y arte, como muestra cf. el especial de la publicación Nature de 16 de marzo 2005 “Science, Artsand Culture” y en especial la sección ‘artists on science: scientists on art’.
situación igualmente de extrañeza y curiosidad. Su obra tardía remitirá en
numerosas ocasiones al psicoanálisis, del cual fue un atento lector, y sobre cuyos
comentarios se redactaron sus Conversaciones sobre Freud (1942-46).564 En ellas
muestra, pese a una actitud crítica, cierto aprecio hacia el psicoanálisis, llegando a
contarse como 'un discípulo, así como un seguidor de Freud'; un seguidor de Freud
que encontraba en su propia biografía los signos de un caso freudiano.
El carácter de Wittgenstein no dejaría de considerarse cercano a la neurosis.
Su excesivo miedo565 y su homosexualidad son hechos biográficos que no dejan de
tener su importancia en la dialéctica con Freud, consiguiendo despertar su interés,
y haciéndole un buen conocedor en especial de la Traumdeutung.
Las descripciones que hace el propio Rusell, en su correspondencia, al poco
de conocer a Wittgenstein, en sus primeras visitas a Cambridge, se refieren a él
como 'obstinado', 'perverso', 'nervioso', y lo muestran como un sujeto complejo y de
difícil carácter; a menudo con pensamientos suicidas, con un gran sentimiento de
culpa y una propensión hacia la inestabilidad emocional. Su amigo más íntimo en
su primera estancia en Cambridge, David Pinsent, apuntaba a su 'estado neurótico'
como motivo de sus dificultades al relacionarse, así como su difícil trato.566
564 Elaboradas y editadas por Rush Rees en conversaciones con el propio Wittgenstein en cuatro ocasiones en elverano de 1942, en dos ocasiones en 1943 y finalmente en 1946. L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”,op. cit.565 “Tengo siempre miedo a mis clases aunque haya ido bastante bien hasta ahora. Este miedo me posee como unaenfermedad. No es otra que el miedo al examen,” Nachlass, Item 183,p. 29. Lo que Lacan muestra como casoclaro de miedo a un Otro omnipotente, como parece haber sido la figura del padre en Wittgenstein en una familiaen que tres de sus hermanos mayores acabarían, por diversas razones, suicidándose.566 En tres ocasiones se menciona dicha situación en la correspondencia analizada de su amigo David Pinsent porR. Monk, Wittgenstein. The duty of genius, Londres, 1990, pp. 85, 86, 88. Su propio relato, después de su visita asu familia, nos da evidencia de su estado mental: “La razón es que las cosas me han ido terriblemente mal en lasúltimas semanas (Como resultado de mis 'vacaciones' en Viena.) Cada día sentía el tormento de una horribleansiedad y de la depresión alternándose e incluso en los intervalos me sentía tan exhausto que no era capaz depensar en hacer un poco de trabajo,” ibid. 97.
Su particularidad sexual es también patente en diversos episodios de su
biografía. Conocida es la interpretación que hace Bartley567 de la supuesta
promiscuidad sexual de Wittgenstein en su etapa como maestro en la que no podía
contener su impulso de acudir a una zona cercana al Prater, donde podía encontrar
jóvenes con los que tener relaciones sexuales. Su impulso, pese a encontrar cierta
resistencia, y un importante sentido de culpa a posteriori, le resultaba inescapable.
A su vez, la repugnancia que sentía al tratar dichos temas en la presencia de
mujeres y su intención, con su amada Marguerite, de tener una relación platónica
sin hijos, no dejan de mostrar ciertos rasgos conflictivos. “Wittgenstein era
partidario de una visión del acto sexual que lo veía como un objeto de reverencia
religiosa.”568
Ya Russell había observado ciertas tendencias hacia el misticismo por parte de
Ludwig que tendrían por lugar evitar el carácter obsesivo de sus pensamientos en
la base de su desazón. Así, el trabajo físico resultaba a menudo salutífero, como
sucedía con su oficio de jardinero en el monasterio de Klosterneuburg, que le
alejaba de sus remordimientos, de sus rumiaciones mentales.569
Si, como señalaba Freud, las religiones tienen su origen en un delirio obsesivo
relacionado con la figura del padre, en Wittgenstein algo de esto se transluce en
sus apuntes donde, tras comparar la figura de Dios con la del padre, señala cómo
su única posibilidad es volverse independiente del mundo.
Como quiera que sea, en cualquier caso somos en cierto punto dependientes y deaquello que somos dependientes lo llamamos Dios.En este sentido Dios sería simplemente destino o lo que es lo mismo: El mundo-que es independiente de nuestra voluntad.
567 W.W. Bartley, Wittgenstein, LaSalle, 1985.568 R. Monk, op. cit., p. 453.569 “Como siempre, la recompensa para su duro trabajo era paz de mente,” R. Monk, op. cit., p. 202.
Yo puedo independizarme del destino.Existen dos divinidades: el mundo y mi yo independiente....Cuando mi conciencia altera mi equilibrio entonces no estoy en acuerdo conAlgo. ¿Pero qué es esto?¿Es el mundo?Ciertamente es correcto decir: La conciencia es la voz de Dios.570
En estos fragmentos autobiográficos, la dependencia se relaciona con Dios y
con aspectos morales y de conciencia. Freud, por su parte, aunaba los conceptos
de dependencia y conciencia moral bajo la existencia de un super-yo. La confesión
que pronunciaría años más tarde ante algunos de sus más íntimos amigos le servía
para sofocar la conciencia de culpa y de indignidad que le atormentaba. En este
sentido, la conciencia se imponía sobre la actividad del propio Wittgenstein, que
aún no había alcanzado la independecia ansiada. Los intentos de independizarse
se correspondían con una anhelada autonomía del sentimiento de culpa que le
atosigaba. Wittgenstein había decidido renunciar a la parte de la fortuna familiar
que había sido amasada por el padre en la industria del acero, convirtiendo a su
familia en una de las más ricas del Imperio.
Sin duda, el método freudiano permite una explicación de dichas tendencias
opuestas mediante su modelo conflictual de la mente y la suposición de varias
instancias. Pese a estas coincidencias, que probablemente azuzaron el interés
personal de Wittgenstein por el psicoanálisis, sus críticas al planteamiento teórico
no dejan de resultar acertadas. El problema epistemológico que se le plantea al
psicoanálisis es si la postulación del inconsciente sirve como auténtica explicación
causal o si se trata de una simple interpretación, entre otras posibles, de los
fenómenos.
570 L. Wittgenstein, Notebooks 1914-16, Oxford, 1961, p. 74. Efectivamente, por un lado, se encuentra laecuación Padre=Dios=destino=mundo y, de otro, los afanes de independización de su yo.
El psicoanálisis no nos ofrece, según Wittgenstein, más que un sistema derepresentación o un método de descripción para los hechos de la categoríainvolucrada, mientras que una disciplina como la física, incluso si ésta ha decomenzar también por la adopción de algo de este género, no se paraevidentemente ahí, sino que se esfuerza por llegar, en un momento u otro, a laformulación de hipótesis empíricas susceptibles de ser realmente comprobadas.571
El psicoanálisis habrá de unirse al denominado 'giro lingüístico', profundizando
sus intuiciones. El énfasis en el lenguaje por parte del psicoanálisis no sólo es
radicalizado por Lacan, sino que sirve de demarcación con las disidencias de Jung
o Reich. El psicoanálisis es un análisis de la constitución del sujeto por y en el
lenguaje. La terapia se basa en un análisis lingüístico, no sobre una disciplina
teórica, sino sobre un cuerpo y una constitución subjetiva. La sujeción al lenguaje,
los límites que éste nos impone conceptualmente, conforman nuestra forma de vida
y de hacer dentro de lo simbólico. En cierta medida, los problemas gramaticales del
sujeto serían el objeto propio del psicoanálisis.
La singularidad de la cadena asociativa imposibilita todo intento de explicación
general frente a cualquier teoría simbólica tal como la elabora Jung, basada en
arquetipos o modelos universales y trascedentes, no ya al individuo, sino al tiempo
y espacio. Freud, desde una posición más modesta y analítica, habrá de atender a
las asociaciones concretas. Si a la asociación libre se le pudiese buscar una
determinación, ésta siempre sería múltiple e idiosincrásica. Ante esta relativa
indeterminación se erige la regla interpretativa majus del sueño, el deseo.572 El
problema, de acuerdo con Wittgenstein, es el empecinamiento de Freud en
encontrar 'la esencia del sueño', su inequívoca clave interpretativa. “He estado
repasando con H. La interpretación de los sueños de Freud. Y ello me ha hecho571 J. Bouveresse, op. cit., p. 67. “El determinismo o el indeterminismo son propiedades de un sistema que sonfijadas arbitrariamente,” Wittgenstein's Lectures 1932-35, cit. por J. Bouveresse, op. cit., p. 101.572 “Es probable que haya muchas clases diferentes de sueños y que no haya un único modo de explicación paratodos ellos. Igual que hay muchos tipos diferentes de chistes. O igual que hay muchos tipos diferentes delenguaje,” L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1943-1, op. cit., p. 123
sentir hasta qué punto hay que combatir todo este modo de pensar.”573 Para
Wittgenstein la interpretación del sueño más que un referente en tanto significado,
ha de aportar un enlace con un juego de lenguaje demarcado por reglas. Así la
noción de asociación estaría cercana al juego del lenguaje, “...consistente en el
lenguaje y las acciones en las que se encuentra entretejida...”574 La práctica ha de
dar lugar a una teoría, he ahí el punto con el que Ludwig no podía comulgar con
Freud.
De ahí el problema de la singularidad de la cura que por tener por objeto un
sujeto, muestra una de las debilidades fundamentales con respecto a la
constitución científica del psicoanálisis, su búsqueda de leyes universales. “Piensa
en una enfermedad psíquica en la que los nombres sólo se pueden utilizar y
entender en la presencia de sus portadores. Freud nos ha hecho un flaco favor con
sus pseudoexplicaciones fantásticas, precisamente por ser psíquicas.”575
Wittgenstein muestra la insuficiencia del nivel de análisis. Incluso una estricta
metodología inductiva no podría llegar a la postulación de ley alguna, quedaría
como simple recolección de datos. Es esta pirueta la que lleva Freud a cabo con su
metapsicología. “'Todo sueño es la consecución de un deseo' una teoría dinámica
la denominó Freud. Y es básicamente una teoría. Esto es, se lleva a cabo una
suposición, una hipótesis. Se lleva a cabo un tipo de construcción muy específica
sobre el hecho del sueño.”576
No obstante sería interesante preguntarse desde una perspetiva post-
freudiana si el deseo se inmiscuye en el sueño o en el relato del sueño. Si el deseo
573 L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1946, op. cit., p. 126.574 L. Wittgenstein, Philosopical Investigations, Oxford, 1958, p. 8.575 Nachlass, Item 133, p. 11v.576 Nachlass, Item 157 a, p. 56 v. Continúa discurriendo hasta preguntarse “¿Dónde se sitúa la frontera entrejuicio y prejuicio?” Ibid., 58r.
es una motivación esencialmente activa o más bien presente en nuestras formas
de relatar. “El hecho es que siempre que ustedes están preocupados por algo, por
alguna dificultad o por algún problema importante en su vida -el sexo, por ejemplo-,
no importa el punto del que partan, la asociación volverá a llevarles final e
inevitablemente al mismo tema.”577 Con la misma esperanza que depositaba
Wittgenstein en el lenguaje, se elabora el psicoanálisis como clínica, con la
finalidad de alterar nuestra representación del mundo y nuestra relación con éste
mediante una alteración de nuestro idiolenguaje. Nuestra forma de atenernos al
mundo está inscrita en nuestro enclave subjetivo, en nuestra constitución como ser
simbólico, como ser en y por el lenguaje, pero ello no implica que dicho lenguaje
pueda ofrecer un nivel adecuado de explicación.
Por su parte, la filosofía con Wittgenstein se vuelve también una actividad más
que un texto o doctrina, una clínica. El psicoanálisis afirma una concepción llevada
a cabo a dos que posee una efectividad mediata. Un proceso instaurado en la
praxis mediante la transferencia. El psicoanálisis podría ser mostrado pero no
dicho, al igual que el arte, se trata de una actividad que satura los modos de
representación lingüístico pero que, en manos de Freud, ve en el determinismo una
salida a las aporías de la intersubjetividad.
...cuando pensamos en leyes causales de objetos físicos pensamos enexperimentos. No tenemos nada parecido en el ámbito de los sentimientos y de lamotivación. Y, a pesar de eso, los psicólogos pretenden decir: «Tiene que haberalguna ley», aunque no se ha encontrado ley alguna. (Freud: «¿Quieren decir,caballeros, que los cambios en los fenómenos mentales son guiados por el azar?»)Mientras que a mí lo que me parece importante es el hecho de que en realidad nohaya leyes así.578
577 L. Wittgenstein,“Conversaciones sobre Freud”, 1946, op. cit., pp. 126-127.578 Ibid., 1942, p. 116.
En este sentido Wittgenstein se aleja del 'cientifismo' inocente del que Freud
se hizo valedor. Las supuestas explicaciones de Freud no acaban siendo más que
especulaciones, hipótesis no verificadas. Se trata de una especulación de un tipo
muy especial, la que tendemos a aceptar. Es dicha lógica del asentimiento la que
se encuentra en la teoría y la clínica freudiana.
El analista propone una interpretación pese a la 'resistencia' del analizante, la
cual indicaría una mera defensa que posee el paciente a dicha intervención. El
contexto de justificación estaría más relacionado con la persuasión, con la
sugestión, que con la elaboración de una teoría desapegada del sujeto, objetiva. El
problema de la cura se plantea como un aspecto singular que sólo puede ser
asumido por el paciente y sobre el cual cualquier tipo de teoría general sería inútil,
pues no implicaría al sujeto en su discurso. Estas explicaciones poseen la forma
del mito, de la tragedia, de lo conocido. El psicoanálisis “posee la atracción de las
explicaciones mitológicas que dicen que todo es una repetición de algo que ha
sucedido antes.”579 No obstante, en descargo del psicoanálisis, hay que resaltar la
existencia de una ambivalencia fundamental entre aquello con lo que la gente está
dispuesta a asentir y aquello que les resulta admisible. Incluso los sujetos
sometidos a hipnosis no están dispuestos a aceptar cualquier orden que les sea
sugerida. El nivel de teorización del propio psicoanálisis como teoría simbólica se
encuentra en la raíz de su capacidad de generalización y aplicación. De ahí la
importancia de relacionar dicha teoría con una de contenido empírico.
Si bien Wittgenstein señala la necesidad de aceptación del psicoanálisis, de
acatamiento, como si de una creencia se tratase antes que de un juicio racional. No
579 Ibid., 1942, pp. 117-118.
muy diversa era la propia actitud de Wittgenstein, que hacía de sus opiniones y
comentarios una especie de credo, proveniente de una inspiración pseudo-mística.
Su alta consideración por los aspectos estéticos de una teoría influyeron en su
escasa producción, y sus estrictos estándares de creación le llevaron a ver la
filosofía como una 'composición poética'.580 Comentando la elaboración de la
Investigaciones Filosóficas, su biógrafo, Ray Monk, se refiere al paralelismo de su
obra con la de Freud:
Que tales explicaciones significasen algo para la gente que no hubieseexperimentado dichas 'sacudidas' es dudoso. Pero entonces el método no se habíadesarrollado para dicha gente, al igual que el análisis freudiano no se habíadesarrollado para los indiferentes acerca de la psicología. Las InvestigacionesFilosóficas, más quizás que ningún otro clásico filosófico, hace demandas no sólo ala inteligencia del lector, sino a su compromiso.581
La transferencia supondría el núcleo clínico de dicho asentimiento.582 Por un
lado, por suponer el cumplimiento con las reglas analíticas y, por otro, por someter
a juicio a la propia razón, a expensas de otras instancias actuantes en el individuo.
Wittgenstein cree que, pese a las virtudes del discurso racional, hay algo en las
mitologías que va más allá de las palabras, que alcanza a vislumbrar ese finis
terrae donde reina el silencio. Esa es la refutación que más profundamente
alcanza a Freud: el psicoanálisis puede valer, pero no como ciencia.
La relación analítica proponía un desnivel esencial, una disparidad, que
situaba al analista en su puesto de escucha e interpretación, sometiendo al
580 R. Monk, op. cit., p. 291.581 Ibid., p. 366. “Las explicaciones de Freud, entonces, son semejantes a las elucidaciones ofrecidas porWittgenstein en su propia obra. Estas aportan no una teoría causal, mecánica, sino: ...algo que la gente estáinclinada a aceptar y que les hace más fácil ir de ciertas maneras: hace natural ciertas formas de comportarse ypensar. Han abandonado una forma de pensar y adoptado otra,” p. 438.582 P.-L. Assoun, op. cit, I.
analizante a un tipo de autoridad.583 La clínica se traducía en la recuperación de
una übersichtliche Darstellung, la tarea propia del análisis del lenguaje.584 Al
mostrarse un diseño completo, un croquis con todos los elementos, la explicación
se vuelve innecesaria por hacerse clara y evidente la conexión entre los elementos,
sus mutuas implicaciones y causalidades. Mediante la transferencia se le otorga al
analizante una visibilidad, una synopsis que antes faltaba. "Durante una
demostración se altera nuestra visión, (Anschauung) y que ello dependa de la
experiencia no conlleva ningún esfuerzo. Nuestras visiones (Anschauungen) se ven
modificadas.”585
Me gustaría que dijeses '¡Sí es cierto, así se podría pensar, así pudo ocurrir!' Peroquiero llamar tu atención de si estás en condiciones de representártelo. Queríaponer esta imagen ante tus ojos y tu reconocimiento de esta imagen se basa enobservar un caso dado de modo diverso, esto es, compararlo con esta serie deimágenes. He alterado tu visión (Anschauung). (He leído en alguna parte queciertos matemáticos indios para la demostración de una proposición se sirven deuna figura geométrica con las palabras 'Observa ésto'. También esta miradaproduce una alteración del modo de ver.)586
Este es el modo crucial en que el psicoanálisis demuestra su utilidad. “Si Freud
no ha descubierto fenómenos o incluso conexiones novedosas -de suerte que se
podría poner a su favor una objetividad inédita- es cierto que ha hecho ver
radicalmente de otra manera. Mejor aún: ha modificado la mirada, ha cambiado la
583 “Todo ocurre entonces, como si el paciente estuviera en posición de “comprender” dos veces -por los recursosde su propio “entendimiento” y por aquellos de la transferencia. Pero ello equivale a decir que es en el aposteriori a la transferencia que su entendimiento se pondrá al servicio de la dinámica inconsciente. Lo quedemuestra hasta qué punto sólo con su entendimiento -no fecundado por la transferencia- el paciente bien puede“entender” (intelectualmente) sin “comprender” nada con respecto a lo esencial de su propio reprimido: le esnecesario el choque de la transferencia,” P.-L. Assoun, op. cit., p. 57.584 L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., p. 122. L. Wittgenstein, Philosophical Occasions1912-1951, Indianápolis, 1993, p. 133.585 L.Wittgenstein, Bemerkungen über die Grundlagen der Mathematik, Oxford, 1967, IV(30).586 L.Wittgenstein, Zettel, México, 1979, Par. 461. Cf. L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., IPar. 144.
estructura de nuestra mirada.”587 El cambio terapéutico se da como cambio de
'formas de ver', de formas de ver relacionadas con los juegos lingüísticos en que
estamos insertos, como forma de categorizar y entender mediante dichas clases.
Si bien su Tractatus influiría en la formulación del positivismo, Wittgenstein se
distanció de sus supuestos y mostró cierto desdén por la 'ciencia'. La ciencia se
había convertido en una nueva mitología, un nuevo objeto de adoración que
reemplazaba a la religión. En sintonía con Spengler veía una cultura occidental en
franca decadencia y debilitada, habiendo renunciado al poder revitalizador de la
religión frente a la cruda teoría.588 Al igual que el arte, el psicoanálisis posee una
práctica que se produce mediante el lenguaje, pero que mobiliza otros niveles. Al
igual que con respecto al arte, el lenguaje, en su referencia a la práctica, no puede
sino resultar insuficiente.
Pero es dicho lenguaje el que nos da una posición, una identificación, una
Lebensform: nos hace sujetos, nos une inquebrantablemente con el mundo al que
damos nacimiento nombrándolo, éste es el descubrimiento esencial de Freud y así
lo destaca Lacan.589 “Nuestro lenguaje puede ser visto como una ciudad antigua: un
laberinto de pequeñas calles y plazas, de viejas y nuevas casas, y con casas con
adiciones de diversos períodos y todo ésto rodeado de una multitud de nuevos
barrios con calles rectas y regulares y casas uniformes... E imaginar un lenguaje
significa imaginar una forma de vida.”590 El modelo de estas calles, de estas aristas
y vericuetos, conforma una acepción del inconsciente, pero dicha acepción requiere587 P.-L Assoun, op. cit., p. 165.588 “En el caso de Wittgenstein la consecuencia – el 'criterio externo'- que esperaba honestamente era una culturaque tratase la música, poesía, arte y religión con el mismo respeto y seriedad con el que nuestra sociedad actualtrata la ciencia,” R. Monk, op. cit., p. 516.589 “Aquí está, sin duda, la parte más original de la obra de Lacan: su descubrimiento. Lacan ha demostrado queeste paso de la existencia (en el límite puramente) biológica, a la existencia humana (niño humano), se opera bajola Ley del Orden, que yo llamaré Ley de la Cultura, y que esta Ley del Orden se confundía en su esencia formalcon el orden del lenguaje,” L. Althusser, Posiciones, Barcelona, 1977, p. 26.590 L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., 19.
de un correlato biológico, de contenido empírico que supla una teorización
simbólica que, como tal, sólo puede representar una forma de vida más entre otras
sin una referencia definida.
Para el psicoanálisis el lenguaje no es sólo el medio a través del cual pasamos
nuestras enseñanzas, nuestras historias, es donde nos constituimos como sujeto,
como ser que habla (parlêtre), y es mediante esta operación como se produce la
posibilidad del cambio. La referencia absoluta al mundo del lenguaje es trocada, en
especial por Lacan, en una suerte de estructura interna del lenguaje que nunca
llega a rozar a las cosas, un lenguaje que responde a los juegos del lenguaje
wittgenstenianos singularizados. Una determinada constitución ante la realidad está
basada en una estructura lingüística, en cuya base se sostiene nuestra
comprensión. Es ese mostrar, al que se refiere Wittgenstein en contraposición con
el pensar, lo que se produce en la transferencia. De acuerdo con el Tractatus, el
“pensamiento es la proposición con sentido” (4) y “la proposición no puede
representar a la forma lógica; ésta se refleja en aquélla. Lo que en el lenguaje se
refleja, el lenguaje no puede reflejarlo. Lo que en el lenguaje se expresa, nosotros
no podemos expresarlo por el lenguaje.” (4.12 ) La forma lógica escapa cualquier
taxonomía, ésta sólo puede ofrecerse desde el propio lenguaje al que intenta
desenmascarar. Realmente la función de la transferencia es necesariamente un
mostrar, al igual que todo lo que digamos acerca del lenguaje, todo decir
metalingüístico, carecerá de sentido. Frente a dicho mostrar habremos de buscar
otro nivel de análisis que puedan decir pero, al cambiar de nivel de análisis, nos
tendremos que contentar con un bosquejo de explicación que no se adecúe ya a
nuestro nivel convencional de entender las cosas, que no posea la relación
inmediata con nuestro entendimiento que poseen las explicaciones mitológicas, en
especial de aquellos mitos que constituyen nuestra comprensión arraigada en
nuestra referencia al mundo y a nosotros mismos.
Si bien Wittgenstein veía el psicoanálisis como una mitología, como una teoría
capaz de movilizar la fuerza principal de todos los mitos, la persuasión, ésta no
poseía ningún apoyo científico. Freud había creado una nueva mitología.591 Ha
respondido a la mitiología subjetiva con una mitología con aspiraciones objetivas.
Su utilización de términos teóricos se encuentra empañada por esta recaída en el
mito. “El sofisma comenzaría a partir de la tentación a la que Freud, según
Wittgenstein, resiste mal de cortocircuitar la extensión semántica con la
reivindicación teórica. A partir de ese entonces, debemos entenderlo, el término
extrapolado por el uso (Wunsch) se vuelve portador, ipso facto, e indebidamente,
de una ratio explicativa propia.”592 Esta esencialización de un término como 'deseo',
su puesta en referencia teórica con un objeto real, no puede ser sino criticada por
el Wittgenstein de las Investigaciones Filosóficas. Este referencialismo es a su vez
productor de todo un halo de misterio alrededor del concepto, como ocurría, por
ejemplo, con la categoría aristotélica de 'accidente', que cobra valor dentro de su
teoría de la naturaleza (valor intrateórico), pero que no mostraría relación alguna
con el mundo alguno (Sachverhalt). Ésta debería ser nuestra ambición al tratar de
elucidar conceptos piscoanalíticos como la transferencia, remitirlos a otras teorías
con referentes extrateóricos, dotarlos de contenido empírico.
591 L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1946. “Es probable que el análisis cause daño. Porque,aunque se puedan descubrir en su transcurso diversas cosas sobre uno mismo, hay que mantener una actitudcrítica muy fuerte, aguda y persistente para reconocer y ver más allá de la mitología que se nos ofrece e impone.Hay algo que nos induce a decir: “Sí, por supuesto, eso tiene que ser así”. Una mitología poderosa,” p. 128.592 P.-L. Assoun, op. cit., p.182.
Se ha señalado cómo la etapa en que madura el 'segundo Wittgenstein'
coincide con la lectura del mismo de la obra de Freud.593 Esta alternancia o
modulación también incluye el pasaje de la propedéutica propia del Tractatus a una
terapia o cura del propio lenguaje, su destitución de una tradición perniciosa en la
que se encuadra el pensamiento occidental. Sus últimos años, en los que trabaja
sobre la filosofía de la psicología, posponiendo su estudio sobre filosofía de la
matemática, quizás estuviesen influidos por la lectura del propio Freud. Así, el
objetivo de una prueba en matemáticas es sacar a la luz las relaciones que no
resultan evidentes:
En este sentido, curioso como pueda sonar, las pruebas en matemáticas puras sonanálogas la las explicaciones ofrecidas en el psicoanálisis freudiano. Y quizás laclave para el cambio de Wittgenstein en sus intereses, de las matemáticas a lapsicología, resida en descubrir los 'patrones' de Freud más interesantes que las'ilustraciones' de los matemáticos.594
Esta segunda fase también conlleva una noción de filosofía como autoterapia,
de forma similar al autoanálisis emprendido por Freud mediante el estudio de los
sueños. La tarea filosófica de Wittgenstein se vincula con un autoconocimiento, la
filosofía es entendida como estilo de vida, de la vida buena. “Mientras menos se
conoce y comprende uno mismo, menos grande se es, no importa cuán grande el
talento sea. Por ello ni Freud, ni Spengler, ni Einstein, ni Kraus son grandes.”595
Su ideal de ciencia psicológica desertaba de la psicología experimental y se
adentraba en el campo de la intución individual. Así se refiere al padre Zossima en
Los Hermanos Karamazov que era capaz, con un simple vistazo, de ver las
593 Ibid.594 R. Monk, op. cit., p. 442.595 Nachlass, Item 130, pp. 240-241.
preocupaciones que tenían en vilo a un individuo. Sólo su experiencia personal
validaba su conocimiento. “Dicha gente, sugiere Wittgenstein, tiene más que
enseñarnos a la hora de entendernos a nosotros mismos y a otra gente que los
métodos experimentales de la moderna 'ciencia' psicológica. Ello no es debido a
que la ciencia estuviese subdesarrollada, sino a que los métodos que emplea son
inapropiados para su tarea.”596 Esta es la posición de Freud que, desde su
experiencia, preveía elaborar un método objetivo, abstracto.
Janik y Toulmin subrayan, frente a las tendencias logicistas, la visión ética a la
que intentaba dar respuesta Wittgenstein en su Tractatus.597 La propia terapia era
vista por Ludwig como una respuesta a dichos interrogantes éticos.598 La terapia
lógica se convertía en 'tratamiento moral', pese a que su Tractatus señalaba la
transcendencia de la ética y la imposibilidad de referirse a ésta lingüísticamente:
Toda proposición ética carecería de significado. Por ello, para referirse a dicho
contenido, Freud no tuvo más opción que echar mano de mitos como formato de
explicación, como teoría. Haciendo del mito método, aunándolos en su teoría.
596 R. Monk, op. cit., p. 549.597 A. Janik y S. Toulmin, La Viena de Wittgenstein, Madrid, 1987. Los autores se desmarcan de la recepciónanglosajona del pensamiento de Wittgenstein e intentan situarlo como respuesta a los interrogantes presentes ensu contexto vienés a través de figuras como Loos, Mauthner y Kraus. Así la interpretación de Wittgenstein, enespecial del período del Tractatus, antes que basarse en las influencias ejercidas por la obra de Russell y Frege,hace uso de los instrumentos técnicos desarrollados por estos autores para dar una respuesta al tema que articulasu pensamiento: la ética. “El punto de vista de su libro -según él mismo insistiese debidamente- es un punto devista ético; son sólo sus técnicas formales lo que procede de la lógica proposicional. Y una vez que se reconoceesto se hace asimismo claro por qué el Tractatus, además de ser un documento característicamente vienés, fuetambién un libro clave para los contemporáneos de Wittgenstein,” op. cit., p. 213. Su demostración acabadesterrándola del reino del lenguaje; acerca de la ética no se puede decir nada, sólo se puede mostrar.598 “Psicoanalizarse es de una manera u otra análogo a comer del árbol del conocimiento. El conocimiento que seobtiene de este modo supone problemas éticos (nuevos) pero no conlleva ninguna contribución a su solución,” enL. Wittgenstein, Culture and Value cit. en J. Bouveresse, Philosophie, Mythologie et Pseudo-science.Wittgenstein Lecteur de Freud, París, 1997, p. 16.
3.2. Mitodología. Psicoan á lisis y teor í as
Las críticas epistemológicas más conocidas dirigidas al psicoanálisis vendrán
de otro vienés ilustre, Karl R. Popper. A diferencia de Wittgenstein los intereses de
Popper son más concretos: la demarcación de teorías científicas.599 Su obra está
orientada a refutar ciertas teorías con las que no compartía ni sus supuestos
teóricos ni sus consecuencias materiales, el marxismo y el psicoanálisis. Para ello
Popper habrá de utilizar como criterio de demarcación entre teorías científicas su
postulado de falsabilidad. Conocida es su aplicación del modus tollens y la
necesidad, por parte de las teorías científicas, de poder ser objeto de refutación
para obtener tal rango epistemológico.
Siguiendo criterios falsacionistas Popper señala cómo la teoría psicoanalítica,
su metapsicología, no podía ser objeto de falsación. Cualquier hecho puede ser
interpretado como una confirmación de la teoría. Adepta al sesgo de confirmación
sólo se producen instancias confirmatorias, tal como ocurre con el método
dialéctico hegeliano-marxista: “no había comportamiento humano concebible que la
contradijese.”600 Todo es explicable mediante el método dialéctico o el analítico.
Este tipo de teoría omnisciente puede dar razón a posteriori de cualquier
599 Quizás esto obedezca a la razón que da Feyerabend, “...Wittgenstein es un filósofo, mientras que Popper es unambicioso maestro de escuela...” P.K. Feyerabend, Adiós a la razón, Barcelona, 1995, p. 90.600 K.R. Popper, Conjectures and Refutations, Nueva York, 1962, p. 37. Bunge diferencia entre pseudociencia(psicoanálisis) e ideología (marxismo) y prevé, apuntalando el mito de la racionalidad tecno-científica, eldominio de la ciencia como actividad liberatoria, deshecha de todo sus incómodos compañeros de viaje, cuandoconsiga su deseado fin, y ciencia y conocimiento sean una unidad metafísica trascendental sin metafísica, M.Bunge, Pseudociencia e ideología, Madrid, 1985. Según Cioffi la pseudociencia vendría dada por la relaciónasimétrica que establece entre sus hipótesis y las expectativas creadas. El carácter de pseudociencia es explicablesólo mediante comparaciones, como el descubrimiento, por parte de Dante, de cierta alusión trinitaria, acerca dela fecha de nacimiento de Beatriz, o el significado de los 153 peces obtenidos por Pedro. Según Cioffi, Popperestaba en lo cierto al admitir el caracter pseudocientífico del psicoanálisis, pero éste no se debe a suinfalsabilidad, sino a las afirmaciones de Freud de haber 'confirmado', no sólo instanciado, ciertas hipótesis. Lafalsabilidad sería un criterio de demarcación entre teorías científicas y no científicas, mientras que lascondiciones de confirmación sería el elemento clave en las aserciones pseudocientíficas y no pseudocientíficas.“Su queja (la de Popper) no es que evaden la falsificación (las hipótesis pseudocientíficas) sino que identificanarbitrariamente contra-instancias con instancias positivas,” F. Cioffi, Freud and the question of pseudoscience,Chicago, 1998, p. 214 No obstante el ejemplo que retoma es el de Adler y no del propio Freud.
fenómeno, no exhibe la estabilidad y contrastabilidad de otro tipo de teorías, por
tanto no es científica.
Por otro lado, se sitúan los problemas en la recopilación de datos clínicos y el
método inductivo. Una perspectiva racionalista como la de Popper no admite la
acumulación de casos como medio para probar causalidad subyacente alguna,
poniendo de relieve la denominada falacia inductiva. La línea de división entre
inductivismo y deductivismo es tajante, situando al primero ante la imposibilidad de
generar leyes básicas.
La verificación y contrastación en las ciencias empíricas supone la repetición
de determinado resultado en idénticas circunstancias dadas, ceteris paribus. En
psicoanálisis sólo se puede trabajar con sujetos y singularidades que no encajan
bajo dicho concepto, y que poseen una compleja adecuación a marcos explicativos
determinados. No sólo en la esfera metapsicológica y clínica surgen rerpoches,
sino en la elaboración de aquella en función de ésta y en la aplicación de la teoría a
la práctica.601
El psicoanálisis es especialmente fácil presa de cualquier análisis objetivo por
la propia postulación del inconsciente. Dicha instancia siempre permite que
cualquier actitud del paciente pueda ser contrastada contra un fondo en principio
inescrutable. Popper señala la existencia del 'efecto Edipo' según el cual la teoría
601 “La naturaleza no estructurada de la observación psicoanalítica es su mayor fuerza en el contexto dedescubrimiento científico (generación de hipótesis), pero su mayor debilidad está en el contexto de justificación(comprobación de hipótesis),” D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I Conflict,Compromise and Connectionism”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 50(1), 2002, p. 57. “Lacomprobación de hipótesis requiere el control de variables con un impacto potencial sobre las respuestas de lossujetos, y la exploración clínica del sentido requiere bajo control. Por otro lado el laboratorio es un sitioexcelente para comprobar hipótesis, pero uno pobre para generar hipótesis sobre los tipos de procesos mentalescomplejos involucrados con personalidad, psicopatología y tratamiento –procesos que a menudo no sonaparentes en contactos breves entre sujetos e investigadores utilizando estímulos que han sido explícitamenteseleccionados por su semejanza en significado sobre los sujetos. La necesidad en la equivalencia del significadode estímulos en diversos sujetos (…) supone que dichas aproximaciones tendrán dificultad en dar cuenta de lasconexiones asociativas idiosincrásicas que constituyen el objeto principal de la investigación psicoanalítica,”ibid.
influiría en el propio evento que describe, dando lugar a una modalidad del sesgo
de confirmación. Todo puede ser, finalmente, resistencia al análisis que acaba
asimilando toda posibilidad de crítica, procurando un asentimiento cuasi sacro,
como señalaba Wittgenstein. Si bien se proponen leyes o reglas generales
(interpretación de los sueños, desarrollo de la líbido, modelo estructural...), éstas no
son puestas a prueba de forma concluyente.
Otra debilidad metodológica vendría dada por la imposibilidad de obtener
datos brutos del propio contexto clínico. Éstos sólo se extienden a protocolos de
sesiones, en los que se amalgama la teoría con la narración del analizante. Una
simple reproducción verbatim no puede servir para explicar nada sin una teoría que
le otorgue sentido, la remita a un marco explicativo. Por otro lado, esto hace que el
lenguaje observacional siempre esté contaminado por la teoría, impidiendo la
publicidad de simples observaciones registradas.602
La metateoría de Freud estaría envuelta en un halo de consistencia de tipo
más bien literario, al afirmar la singularidad como predicamento, la singularidad de
la constitución de cada sujeto. En este sentido, se trataría de una metodología más
cercana a la historia que a la ciencia natural. La validez de su teoría residía, según
Freud, en su éxito clínico, de ahí la importancia del análisis de la transferencia,
como concepto fundamental clínico y a la vez teórico. Su cercanía a los fenómenos
sugestivos que se sitúan, como hemos visto, en su raíz histórica, y los problemas
de la intersubjetividad, en la base de la imposible objetividad de los hechos clínicos
que tanto preocupó a un Freud con afanes positivistas, también contribuyen a su
602 K.M. Colby y J.R. Stroller, Cognitive Science and Psychoanalysis, Hillsdale, 1988. “¿Es posible presentar unprotocolo preciso de un tratamiento analítico? Por supuesto que no. El análisis es un proceso,” p. 83. Los autoresrechazan el caracter pretendidamente científico del psicoanálisis principalmente bajo la falta de hechos brutos.
debilidad como teoría. Estas críticas dirigidas a la clínica, nuestro objeto de
análisis, han sido especialmente resaltadas por Adolf Grünbaum.
De acuerdo con la lectura que hace Grünbaum de Popper, éste había creído
idear un sistema más estricto que el principio inductivo con su modelo racional
falsacionista.603 Grünbaum muestra la posible falsación de ciertas hipótesis
psicoanalíticas, tal como las formula Freud.604 Las críticas de Popper no se
justifican de modo absoluto, pues el propio Freud utilizó el modus tollens para
falsar ciertas hipótesis como la que sostiene que la condición necesaria en los
casos de delirio sería un deseo homosexual reprimido, “...Freud se había referido
cuidadosamente, aunque sin éxito, a todos los argumentos de Popper contra la
validación clínica antes de que Popper apareciese en la escena filosófica.”605 Pese
a ello, el modelo que utiliza Grünbaum para mostrar los fallos del psicoanálisis es
603 “En las obras primeras de Popper (...) encontramos al psicoanálisis jugando un papel no tanto como elobjetivo principal de su cargo de no-falsabilidad, sino más bien como pieza central en su crítica del inductivismocomo método de valdación de teorías científicas o como criterio de demarcación entre ciencia y no-ciencia.” A.Grünbaum, “Précis of The Foundations of Psychoanalysis: A Philosophical Critique”, P. Clark y C. Wright,Mind, Psychoanalysis and Science, Nueva York, 1998, p. 11.604 A. Grünbaum, The Foundations of Psychoanalysis: A Philosophical Critique, Berkeley, 1984, pp. 108 ss. “Esuna tesis central de este ensayo que el método clínico psicoanalítico y las inferencias causales (etiológicas)basadas en él son fundamentalmente defectuosas epistémicamente, pero por otras razones que la no falsabilidad,”ibid., p. 124. Cf. A. Grünbaum, Validation in the Clinical Theory of Psychoanalysis. A Study in the Philosophyof Psychoanalysis, Psychological Issues, 61, Madison, 1993. Según Cioffi, los cambios en la teoría psicoanalíticase produjeron pese a la inexistencia de sustrato empírico, en ausencia de evidencia, sosteniendo la existencia deinstanciaciones espúreas. En cuanto al abandono de la teoría de la seducción, vista por Grünbaum como ejemplode la utilización de criterios falsacionistas, del rechazo de ciertas hipótesis en favor de otras, se trata, segúnCioffi, de un simple cambio de hipótesis sin base evidencial. En última instancia “es la credibilidad de lospsicoanalistas y no la cogencia de sus argumentos la fuente última de la división entre aquellos que aceptan o nolas aserciones distintivas de la teoría freudiana,” F. Cioffi, op. cit., p. 34. Las razones que ofrece Cioffi serefieren al pedigree cultural del psicoanálisis debido a la posibilidad que ofrecía a intelectuales de sacar a la luzsus intimidades sexuales, en especial sus tendencias homosexuales. “Tal como conviene a un héroe cultural deteflón, sólo raramente se permite que Freud esté claramente equivocado sobre algo; todo aquello que resulta serempíricamente falso es pronunciado como poéticamente cierto. Lo que fracasa como hecho triunfa comoparábola,” ibid. p. 284. Es precisamente dicha estrategia la que queremos evitar intentando clarificar tanto elcontenido preciso del concepto freudiano de transferencia como su elucidación mediante teorías contrastables.605 Ibid., p. 285. La lectura de Grünbaum de Popper supone un concepto formal de falsabilidad, para Cioffifalsabilidad vendría dada de hecho por haber sido intentada en varias ocasiones, diferenciando entre falsación yno-instanciación. La intestatabilidad no supone necesariamente el carácter pseudocientífico ni la testabilidad locontrario, “...mi cargo de evasión de falsificación pese a ser cogente no posee -y no se puede esperar que tenga-una cohercibilidad estrictamente lógica. Dichos juicios son un asunto de percepción gestalt e ilustran la ironía decómo la crítica del psicoanálisis posee el mismo carácter epistémico como el que se sostiene frecuentemente delpropio psicoanálisis,” F. Cioffi, op. cit., p. 14.
especialmente el de los Studien über Hysterie (1893-5) que sólo suponen una fase
muy primitiva del desarrollo de las ideas de Freud.
El argumento por adecuación, o tally argument, es la piedra de toque para
probar la falsabilidad actual del psicoanálisis. Grünbaum se refiere a la afirmación
de Freud de que los síntomas de los pacientes se podrían resolver mediante una
predicción por parte del analista de los conflictos internos del paciente. Esta
argumentación podía reducirse a los siguientes proposiciones:
(1) Sólo la interpretación y el tratamiento analítico puede mostrar las causas
inconscientes del paciente (insight).
(2) Sólo la comprensión por parte del paciente de las causas inconscientes
actuantes en él (insight) produce la cura.
Estas dos proposiciones generales son posible objeto de falsación del
siguiente modo:
(1') Si no hay interpretación psicoanalítica entonces no hay insight.
(2') Si no hay insight, no hay cura.
De lo que se deduce por reductio ad absurdum:
Si (no no) hay cura, entonces (no no) hay interpretación psicoanalítica.
A esta posición la denomina Grünbaum la Tesis de la Condición Necesaria
(NCT), de acuerdo con ésta, el psicoanálisis es la modalidad única de cura
duradera. Es decir, si existiesen otras terapias diferentes al psicoanálisis que
producen la cura, ésta teoría sería falsada. Las posibles soluciones a este
demoledor argumento son el epifenomenalismo, en el sentido de que otras terapias
operarían con los principios básicos del psicoanálisis sin saberlo (à la Mesmer) o,
como se ha defendido desde el psicoanálisis, que éste involucra una auténtica
restructuración del sujeto, mientras otras terapias actúan de una forma más
localizada sobre los síntomas. A falta del sostén teórico procurado por el monopolio
y efectividad de la clínica, la validez epistemológica quedaba en suspenso.
...bajo la caída del argumento de adecuación, la supuesta superación de lasinducciones clínicas posee la presunción de ser espúrea, y esta fuerte presunciónderiva del hecho de que la independencia de los pedazos de evidenciaconcurrentes inferencialmente es gravemente puesta en cuestión por uncontaminante común: la influencia del analista.606
No obstante esta visión tan determinista resaltada por Grünabum no es una
constante en el pensamiento de Freud. En ocasiones éste se mostraba incluso
escéptico y precavido, abierto a otros tratamientos y con dudas epistemológicas
acerca de la validación de su propia teoría:
Saben, a lo mejor, que nunca fui un entusiasta de la terapia; no representa ningúnpeligro que abuse de este discurso con fines de loa. Prefiero decir poco quemucho. En el tiempo en que era el único analista, solía oir de personas queposeían simpatía por mis asuntos: Todo esto es bastante bello y entretenido, peromuéstreme un caso que haya curado mediante el análisis. Esa era una de lasmúltiples razones que les había llevado, con el paso del tiempo, a dejar de lado laincómoda novedad. También se encuentra envejecido, como otros, el conjunto decartas de agradecimiento de pacientes curados también tienen lugar en la carpetadel analista. Por ello la analogía no se sostiene. El psicoanálisis es realmente unaterapia como otras. Tiene sus triunfos así como sus derrotas, dificultades,limitaciones, indicaciones. En un determinado tiempo uno de los ataques alpsicoanálisis rezaba que no podía tomarse en serio como terapia, pues no eracapaz de hacer pública una estadística de sus éxitos. Desde entonces el Institutopsicoanalítico en Berlín, fundado por el Dr. Max Eitington, ha publicado un informede su primera década. Los éxitos terapéuticos no justifican la jactancia, perotampoco dan lugar a la vergüenza. Sin embargo, tales estadísticas son pocoesclarecedoras, el material procesado es tan heterogéneo que sólo números muygrandes significarían algo. Se debería indagar en las propias experienciaspersonales. Querría decir que no creo que nuestros éxitos terapéuticos puedancompetir con los de Lourdes. Son muchos más los seres humanos que creen en
606 Ibid., p. 278. Otros autores como S. Gardner, Irrationality and the Philosophy of Psychoanalysis, Cambridge,1993, señala, “...si Grünbaum tuviese razón y el poder de sugestion del psicoanalista invalidase directamente losdatos clínicos, nunca sería posible que una persona afirmase justificablemente haber ayudado a otra a obtener unamejor visión de su motivación, una implicación inaceptable,” p. 241.
los milagros de la Virgen antes que en la existencia del inconsciente. Atendiendo ala competencia terrenal, tenemos que cotejar la terapia psicoanalítica con otrosmétodos de psicoterapia. Hoy apenas hace falta mencionar tratamientos físicos,orgánicos, de estados neuróticos. Como procedimiento psicoterapéutico, el análisisno está en oposición con los otros métodos de esta disciplina médica; no losdesvaloriza, no los excluye.607
Grünbaum critica igualmente las aspiraciones hermenéuticas de ciertas
corrientes dentro del psicoanálisis, tanto en base a sus conexiones causales, como
a su coherencia narrativa, afirmando que dicha coherencia no se sostiene en un
sistema de creencias falso que nada tenga que ver con la realidad. Así, el relato de
un esquizofrénico curado por un curandero mediante ritos vudúes podría conseguir
coherencia mediante una teoría de la posesión, tendría coherencia pero le faltaría
cualquier apoyo empírico con respecto a las teorías científicas aceptadas.
Precisamente éste es el valor de nuestra elucidación, mostrar cómo el psicoanálisis
es traducible en términos empíricos y, si es asible, si entra dentro del marco
explicativo de otras teorías científicas e incluso avanza alguna de sus intuiciones,
es decir, posee valor heurístico.
Según Strenger, el psicoanálisis como marco hermenéutico ha de mostrar no
sólo la coherencia interna que menciona Grünbaum, sino también externa, en el
sentido de coherencia con las serie de teorías generalmente aceptadas dentro de
una cultura. De acuerdo con la visión hermenéutica, la teoría, aparte de una
coherencia de la narración, ha de poseer una coherencia externa608 como condición
impuesta por la existencia de ciertas creencias aceptadas en una sociedad. Si bien
la coherencia interna conlleva un acuerdo a nivel teórico de los conceptos
607 S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse und Neue Folge, “34. Aufklärungen,Anwendungen, Orientierungen”, Sta., I, pp. 580-581.608 C. Strenger, Between Hermeneutics and Science. An Essay on the Epistemlogy of Psychoanalysis,Madison, 1991.
psicoanalíticos con las teorías aceptables, su validez como creación teórica, la
coherencia externa demarca su capacidad como práctica de formar parte de los
contextos explicativos que posee el sujeto para representarse su medio y su
inserción en él, su validez en cuanto representación individual. Así, el psicoanálisis
ha de lidiar con ambas expectativas de coherencia. Con la interna, para obtener los
visos de respeto y cientificidad de cualquier teoría de contenido empírico, y la
externa que permita su efectividad como talking-cure, como modalidad de terapia
que se dirige a un sujeto. La integración de la coherencia interna y externa
mediante narraciones permitiría la integración de afectos y semantemas. De nuevo
su aspecto teórico, metodológico, confluye con su propuesta clínica que reevalúa
las creencias o mitos perennes en cada uno de nosotros.
Partiendo de la coherencia externa nos hemos de apropiar de un texto para
incorporarlo a nuestro horizonte vivencial, de acuerdo con la noción de círculo
hermenéutico. El nuevo significado se produce como función de la creación de un
nuevo horizonte de comprensión y un barrido de los existentes. Resulta, pues,
importante resaltar aquello que le otorga coherencia a una narrativa subjetiva,
posibilitando la reestructuración de la experiencia.
En este sentido, la inteligibilidad de un texto es determinada por nuestra
pertenencia a una comunidad lingüística. La coherencia externa da fe de dicho
proceso. El progreso terapéutico vendría unido al incremento en inteligibilidad, a la
creación de significado y de nuevos horizontes de comprensión frente a los
prejuicios, a las modalidades de entendimiento existentes.
La coherencia externa acentúa el aspecto reconstructivo en el sentido
hermenéutico de formación de significado; la unidad de la biografía es
reinterpretada a modo de narrativa. De hecho, se entiende que la neurosis
comporta precisamente la inflexibilidad y el apego a una determinada historización.
La ausencia de objetividad tiene que ver con la implicación del observador en la
forma de intervención. La observación, de por sí, supone intervención, pues todo
instrumento interfiere en la medición de un sistema cerrado. La terapia deshace
lecturas recurrentes y rígidas hacia otras más flexibles y ricas, y construye nuevo
significado, nuevas formas de experiencia del cuerpo, no sólo a partir de recuerdos,
sino de modos de estar con otro.609
Más allá de las visiones hermenéuticas y de las deficiencias metodológicas
apuntadas por Grünbaum, una nueva perspectiva verificatoria es la que llevamos a
cabo en la segunda parte de este trabajo, la elucidación no mediante instancias
interpretadas dentro de la propia teoría, sino mediante otras teorías validables,
mostrando no sólo la coherencia interna, su consistencia con las teorías exitentes,
sino su posible elucidación en función de éstas, seguimos así la indicación del
propio Grünabum: ”...a falta de una alternativa válida para el abortado argumento
de adecuación (tally argument) con visión y ambición comparable, la futura
validación de la teoría freudiana, si ha de existir, debe venir de resultados
extraclínicos.”610 La teoría psicoanalítica puede ser corroborada mediante la
elucidación y descomposición de ciertos aspectos teóricos en modelos adecuados
a otras teorías. Así, el psicoanálisis como heurística serviría como teoría marco,
609 “La mayor parte de autores analíticos que escriben sobre técnica ven como pieza central del trabajopsicoanalítico la elucidación del funcionamiento mental presente del paciente, especialmente tal y como semanifiesta en la situación clínica. El énfasis en el recuerdo como fin en sí ha desaparecido casi completamente,”ibid., p. 72. D.P. Spence, Narrative Truth and Historical Truth: Meaning and Interpretation in Psychoanalysis,Nueva York, 1992.610 A. Grünbaum, op. cit., p. 129. Tras su ataque a la metodología hermenéutica, ésta queda como sería la únicaposibilidad según Grünbaum. Otro autor que siguió este camino, el de la validación extraclínica, es B.B.Rubinstein, Psychoanalysis and the Philosophy of Science, Madison, 1997, alejándose del movimientohermenéutico y su primacía por las narrativas hacia una idea racionalista de ciencia basado en el descubrimientode una verdad ontológica. Según éste, la falta de autosuficiencia explicativa de la clínica remite a un mecanismoexplicativo por postdicción.
convalidable mediante los resultados extraclínicos de otras teorías, salvando las
críticas epistemológicas y renovando el contenido empírico de los conceptos
elaborados por Freud, conceptos que aún hoy son los únicos que dan cuenta de
una gran variedad de fenómenos.611
Intentamos aquí la integración y validación de estas teorías mediante el
análisis detallado de los mecanismos que el propio Freud observó en el desarrollo
de su teoría de la transferencia y que pasan a formar parte de ésta en forma de
resistencia, falsa conexión o repetición. A su vez, tras mostrar su relación con las
nociones de categorización, memoria y emoción, tal como son tratadas por las
disciplinas cognitiva y neurocientífica, he apuntado a su congruencia con aspectos
presentes en la clínica de Freud. De este modo se salva el escollo señalado por
Popper y Grünbaum, la dificultad de su verificación intra-teórica.
Otras críticas al psicoanálisis que pueden ser obviadas mediante la elucidación
propuesta comprenden desde el problema del homunculismo a las explicaciones
disposicionales. Así se tiende a criticar todo cartesianismo del tipo 'fantasma en la
máquina' en el que la mente aparece como pantalla de contenidos proposicionales
procesados por un homúnculo, como teatro cartesiano controlado por un instancia
sub-sujetiva con las mismas características que un sujeto. Si existiese un
homúnculo, habría que buscar el principio de comprensión de éste en un posterior
homúnculo produciendo una regresión al infinito, según Ryle.612 No obstante, la
formulación del inconsciente ha de entenderse antes que como homúnculo, como
el ello de la segunda tópica freudiana, como activación de respuestas aprendidas
611 “El poder explicativo de la noción de inconsciente es tan grande que no podemos trabajar sin ella,” J. Searle,The Rediscovery of the Mind, Cambridge, 1992, p. 151.612 G. Ryle, “The thinking of thoughts: What is 'Le Penseur' doing?”, G. Ryle, Collected papers, Hutchinson,1971. Cf. D. Dennett, The Intentional Stance, Cambridge, 1987.
que lo fueron en contextos conflictivos y que fueron incorporadas del mismo modo,
o bien como déficit en la internalización de ciertas representaciones con
consecuencias estructurales.
Las teorías intencionales de los estados psicológicos no pueden ser totalmente
reducidas por teorías micro, sub-personales o mecanicistas: representan un
dualismo al menos de propiedades. De este modo se pueden señalar dos modos
de referirnos al inconsciente,613 una perspectiva internalista, basada en las ciencias
cognitivas, se fundamentaría en la existencia de ciertos procesos subpersonales.
Desde una perspectiva externalista nuestra comprensión mitodológica se basaría
en instancias como el inconsciente. Pese a las debilidades de esta última
perspectiva resulta necesaria, pues recurre a la forma de entender el mundo por
parte de los sujetos, una forma aún prosopopéyica, mítica, en la que siempre existe
un autor de un hecho, un agente, donde cierta excitación o acción es reconocida
por el sujeto como ajena. De igual modo opera nuestra gramática, al requerir un
sujeto toda oración con sentido. La clínica ha de actuar sobre el modo en que el
mundo es aprehendido y conceptualizado, no como teoría abstracta, sino con
capacidad de producir una alteración significativa del mundo vivido.614 Frente a una
explicación experta, como la que trato de elaborar, habría que mantener una
613 G. O'Brien y J. Jureidini, “Dispensing with the Dynamic Unconscious”, Philosophy, Psychiatry andPsychology, 9(2), 2002, pp. 141-153. Las críticas de estos autores parten de un análisis bastante más parcial queel que creemos llevar a cabo aquí. Simplemente se basan en señalar que el inconsciente cognitivo, tal como surgede los experimentos en ciencia cognitiva, no posee ninguna similitud con el inconsciente psicodinámico. Nuestrapostura, algo más elaborada, sostiene que el inconsciente psicoanalítico ha de entenderse no sólo como gradaciónde procesamiento, y de ahí su posible relación con el inconsciente cognitivo, sino que ha de elucidarseconjuntamente con una serie de procesos emocionales y motivacionales que le dan su impronta propia. De hecho,el concepto de transferencia nos sirve de heurísitica para poder poner en relación experimentos dispares que nomuestran ninguna vinculación con una posible praxis psicológica. Como tal la ciencia cognitiva, a nivelterapéutico, poseería un valor nulo. Si, como los autores pretenden, es preciso seguir experimentos sin ningunarelevancia práctica en el sentido urgente de la terapia y dejar que inventen ellos, sustrayendo al psicoanálisis deun marco de investigación y a la ciencia cognitiva de una heurística que ensamble sus datos para incorporarlos enuna práctica, nos parece un flaco favor el que se le hace a ambas disciplinas.614 “En tanto el psicoanálisis espere entender las acciones humana, será siempre y debe ser, una disciplinainterpretativa,” M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, Cambridge, 1993, p. 74.
explicación, digamos, clásica. Así como el mundo newtoniano sigue siendo la forma
más refinada de entender el mundo por buena parte de las persona educadas, se
trata de la experiencia común del individuo la que ha de ser modificada, es sobre
este nivel de explicación sobre el que actúa la transferencia.
Por otro lado, las explicaciones disposicionales, al atribuir una característica a
una instancia y luego explicar dicha instancia recurriendo a esa característica,
resultan circulares. Se requieren variables independientes respecto al suceso a
explicar, éstas son las que obtenemos de nuestra elucidación, que desplaza el
sentido intrateórico por una referencia interteórica.
Si bien el psicoanálisis entiende la existencia de un inconsciente dinámico,
podemos identificar efectos similares en cierta respuesta neuronal que produce un
estado emocional con ausencia de representación consciente. Este tipo de
elucidación permite la conversión de las nociones psicoanalíticas en procesos con
base cognitiva y fisiológica. Así, la opinión de Wittgenstein, que veía en la teoría de
Freud un modo de entender, una representación posible de los fenómenos, obtiene
todo su valor. Lo que habría de llevarse a cabo es su incorporación a teorías con
contenido empírico y que representan los acontecimientos mediante el
conocimiento que poseemos sobre procesos cerebrales y mentales. Si el
psicoanálisis cambia modos de cognición, y la cognición ha de poseer cierta base
neural, parece oportuno estudiar las posibles interacciones entre ambas teorías.
Dilthey diferenciaba entre ciencias nomotéticas, que seguían una formulación a
modo de leyes, e idiográficas que describían de forma simbólica acontecimientos
singulares. Freud, tras valorar la imposibilidad de una modalidad de terapia basada
en el conocimiento neurológico existente en su época, como muestra su ensayo de
una psicología para neurólogos de 1895, tuvo que abandonar dicha empresa. Su
renuncia le lleva del lado del Erklären al Verstehen. La inexistencia de suficiente
experiencia acerca del funcionamiento mental impedía la elaboración de una teoría
con base neural empírica. Es por ello que tuvo que optar por una formulación
lingüística que señalaba aspectos cruciales en el entendimiento de los síntomas y
en el modo de actuar sobre ellos. Su modelo dinámico hacía comprensible los
casos de neurosis que encontraba y le confería un método de curación
insospechado.
Así frente a la diferencia entre explicación y comprensión se sitúa la dicotomía
entre razones y causas. Dada X y que X es una buena razón para Y, ésto no
implica que X sea causa de Y. Esta diferenciación producía una demarcación clara
de lo que es ciencia empírica y los estudios humanos, que pueden aducir razones
plausibles pero no causas determinantes. No obstante, Davidson615 asemeja las
razones a las causas, si bien las primeras no se basan en un sustrato nomológico,
es decir, no pueder ser formuladas de forma legaliforme. Davidson presupone que
los propios sucesos mentales lo son también de tipo físico o poseen un correlato de
dicho tipo, con lo cual, asumiendo dicho monismo, resulta que nuestros estados
mentales poseen una causalidad pese a que no podamos determinar una ley
exhaustiva. Al dar razones se unen el qué con el porqué, la descripción con la
justificación. Las razones psicoanalíticas serían idénticas a las causas, pues la
importancia al entender si X es válida como causa de Y no depende tanto de si X
es de orden mental o físico como de su carácter esencial para la producción de Y.
De hecho la oposición causa-razón se encontraría fundada en una división entre
615 D. Davidson, Essays on Actions and Events, Oxford, 1980. Cf. N. Mackay, Motivation and Explanation. AnEssay on Freud's Philosopy of Mind (Psychological Issues 56), Madison, 1989.
mente-cuerpo. El psicoanálisis posee la carga extra de tener que operar con
causas y razones, con los primeros como teoría, con los segundos como psicología
intencional clínica, dirigida a un sujeto. Si bien lo mental viene articulado en función
de un vocabulario de agente, parece absurdo elaborar la metapsicología de los
procesos que subyacen a estas proferencias de acuerdo con éstas. El dilema tal
como lo presenta Moore es el siguiente: “...ninguna teoría puede ser construída 'del
lado mental' y aunque las teorías son perfectamente adecuadas 'del lado físico', no
pueden ser teorías de la mente.”616
A nivel mental no son las causas lo que importa, sino los patrones basados en
causas reales o imaginadas, conceptualizados mediante nuestro lenguaje natural.
La transferencia nos muestra la relación entre el lenguaje como instancia
representacional y un sistema biológico, neuronal, la relación entre estos dos
diversos niveles ¿Cuál es la causa de que un fóbico sienta miedo? ¿Existe una
causa o una razón? ¿Un sustrato neurológico, o una experiencia traumática, o una
relación entre ambas? ¿Le serviría al sujeto que alguien le explicase la causa de su
miedo en términos neurocientíficos? ¿Conseguiría la alteración de su apercepción?
En este sentido, el psicoanálisis funciona como mitodología, como sistema teórico
que, mediante enunciados, es capaz de someter el conocimiento a la comprensión
del analizante. Una teoría del psiquismo que rechace una formulación folk tendría
igualmente que comunicarse con el paciente en un lenguaje comprensible por éste,
se dirigiría a un sujeto y no a un procesador.
Nuestra reconstrucción del concepto de transferencia mediante las teorías
cognitivas no es el único intento de dotar de contenido empirico a la clínica. Otra
616 M. Moore, “Mind, Brain and the Unconscious”, P. Clark y C. Wright (eds.), Mind, Psychoanalysis andScience, Nueva York, 1988, p. 148. “De todas estas formas, los psicoanalistas han intentado mostrar la teoríaclínica como concebida con el vocabulario de personas y la metapsicología concebida con el vocabulario decausación mecanicista,” ibid., p. 144.
estrategia viene dada, siguiendo al opinión del propio Freud, por la comprobación
del éxito terapéutico. Como señalamos, esta virtud de la praxis no nos sirve como
explicación experta, no valida la metapsicología, sino que se sostiene en el propio
nivel de la explicación clásica, en el propio lenguaje, para referirse a algo que pasa
a través de él, que se mantiene, de acuerdo con Wittgenstein, fuera de las
posibilidades del decir. A diferencia de estas comprobaciones acerca de los
productos de la teoría, nuestra elucidación se centra más en el propio contenido de
ésta. Numerosos estudios han corroborado la eficacia del tratamiento analítico, y
otros se han mostrado críticos a este respecto.
La clínica ha sido objeto en especial de estudio, como posible campo de
comprobación de la utilidad del psicoanálisis. Diversos proyectos han llevado un
seguimiento de pacientes con el fin de comprobar la existencia de los aludidos
‘cambios estructurales’ frente a los simples ‘cambios comportamentales’
producidos por otras terapias.
Pese al posible valor heurísitico de las hipótesis psicoanalíticas, las críticas al
psicoanálisis se han basado en la ausencia de validación experimental, como en
los trabajos del behaviorista Eysenck.617 Estudios más recientes parecen establecer
la efectividad de dicho tipo de terapia incluso en espacios breves de tiempo.618 Más
617 H.J. Eysenck, “Failure of treatment -- failure of theory?”, Behavioral and Brain Sciences, 9, 1986, p. 236. Losanálisis de Eysenck, no obstante, no dejan de referirse a su behaviorismo tan caro, no parecen ceñirse a unametodología experimental estricta H.J Eysenck, Decline and fall of the Freudian empire, Nueva York, 1985.Más curioso aún es su relación con la parapsicología y la astrología. Entre sus escritos figuran H.J. Eysenck yD.K.B. Nias, Astrology: Science or Superstition?, Londres, 1982, y H.J. Eysenck, “Planets, stars andpersonality”, New Behaviour, 29, 1975, pp. 246-249. Del mismo modo como W. James fue un ferviente creyenteen la comunicación con el transmundo, cf. M. Gardner, “Communicating with the dead: William James and Mrs.Piper (Part 1)”, Free Inquiry, 12 (2) 1992, pp. 20-27. M. Gardner, “Communicating with the dead: William Jamesand Mrs. Piper (Part 2)”, Free Inquiry, 12 (3), 1992, pp. 38-48.618 Cf. P. Høglend, K.-P. Bøgwald, S. Amlo, O. Heyerdahl, Ø. Sørbye, A. Marble, M.C. Sjaastad y H. Bentsen,“Assessment of Change in Dynamic Psychotherapy”, Journal of Psychotherapy Practice and Research, 9, 2000,pp. 190-9. A. Abbass, “Intensive Short-term Dynamic Psychotherapy in a Private Psychiatric Office: Clinical andCost Effectiveness”, American Journal of Psychotherapy, 56(2), 2002, pp. 225-232. M.D. Blagys y M.J.Hilsenroth, “Distinctive feature of short-term psychodynamic-interpersonal psychotherapy: A review of thecomparative psychotherapy process litterature”, Clinical Psychology: Science and Practice, 7, 2000, pp. 167-188.
del ochenta por ciento de los sujetos de ciertos estudios habían intentado otro tipo
de soluciones que pasaban por terapias farmacológicas, así como terapias breves
cognitivas-conductuales, y finalmente buscaban una solución en el psicoanálisis.619
Existen otras confirmaciones parciales de aspectos concretos de la teoría
freudiana, como la sexualidad.620 Al igual, otras obras proponen un análisis de las
teorías de Freud y llevan a cabo falsaciones de éstas.621 Pese a la diversidad de
técnicas diversas que se agrupan bajo el rótulo de psicodinámicas, Freud dejó claro
que toda terapia que se basase en la transferencia y en la existencia de
resistencias podía ser amparada bajo su método. De ahí la importancia de una
elucidación de la transferencia como marco de todo posible tratamiento
estríctamente psicoanalítico.
Basándose en el postulado de singularidad, no sólo con respecto al sujeto,
sino a la modalidad particular de relación que se produce entre el analista y el
analizante como unidad heurística, Emde propone un psicoanálisis como ciencia no
determinista, en oposición a los tradicionales sueños de anexación del terreno
619 N. Doidge, B. Simon, L.A. Gillies y R. Ruskin, “Characteristics of psychoanalytic patients under anationalized health plan: DSM-III-R diagnoses, previous treatment, and childhood trauma”, American Journal ofPsychiatry, 151, 1994, pp. 586-590. Cf. N. Doidge, “Empirical evidence for the efficacy of psychoanalyticpsychotherapies and psychoanalysis: an overview”, Psychoanalytical Inquiry, (Suppl), 1997, pp. 102–150.620 D.C. McClelland y D.A. Pillon, “Sources of adult motives in patterns of parent behavior in early childhood”,Journal of Personality and Social Psychology, 44, 1983, pp. 564–574, que presentan cierta confirmación en unestudio longitudinal de la teoría sexual freudiana al señalar la correlación entre la motivación del adulto y suentrenamiento en conductas higiénicas y la permisividad por parte de los educadores de conductas sexuales yagresivas. Otro tipo de confirmaciones indirectas del mecanismo de defensa freudiano, por el que el sujetotiende a evitar activamente ciertos deseos que entiende reprehensibles y los proyecta, puede ser colegido de unaserie de experimentos que han mostrado cómo aquéllos individuos que se mostraron más homofóbicos eranproporcionalmente aquéllos que obtenían un nivel de excitación fisiológica mayor al ver escenas homosexuales.H.E. Adams, L.E. Wright y B.A. Lohr, “Is homophobia associated with homosexual arousal?”, Journal ofAbnormal Psychology, 105, 1996, pp. 440-445.621 S. Fisher y R.P. Greenberg, Freud Scientifically Reappraised: Testing the Theory and Therapy, Nueva Jersey,1995. Concluyen los autores: “La magnitud del esfuerzo de investigación que ha sido mobilizado durante losaños para probar las hipótesis de Freud queda indicado por el amplio volumen de publicaciones localizadas quedescriben estudios empíricos sobre varios aspectos de su trabajo. Si uno combina las referencias pertinentes denuestro libro anterior (Fisher & Greenberg, 1985) con las de nuestra presente empresa hacen un total de más de2500. Por supuesto varían en calidad, pero en general se comparan bien con los estudios acumulados relevantesen cualquier otra área mayor de psicología. Claramente no es cierto que haya habido una ausencia de inversiónen investigación en lo que Freud tenía que decir,” p. 286. Cf. la masiva J. Masling (ed.), Empirical Studies ofPsychoanalytic Theory (10 vols.), Nueva Jersey, 1983 y ss.
psicoanalítico por la psicología 'experimental' y de la ya postergada idea de una
unificación 'positiva' de las ciencias.622
En este sentido, cabe destacar la crítica wittgensteniana del meta-lenguaje. En
su análisis de la filosofía de la matemática argüía cómo un cálculo del estilo de la
aritmética no se basaría en una teoría, en un meta-lenguaje como el álgebra, y de
esta forma aquel no sería reducible al segundo. Ambos son dos cálculos
semejantes y sus relaciones sólo pueden invocar la traducción, la interpretación, de
las expresiones de uno en términos del otro. Frente al positivismo unificador,
Wittgenstein entendía las relaciones entre diversas materias en pie de igualdad y
como simples modelos de traducción o interpretación. Esta traducción o
interpretación es la que entendemos fructífera en el diálogo entre el psicoanálisis y
las ciencias cognitivas. Diálogo, elucidación, antes que reducción.
Precisamente el psicoanálisis se opone a esta absorción, pues ve en la
'ideología científica' un modelo de supresión del sujeto, mientras que su ideal se
dirige en una dirección contraria. Pese a sus divergencias, no obstante, la relación
del psicoanálisis con la ciencia apunta a su raíz ilustrada. En la primera parte de
este trabajo mostrábamos el surgimiento del magnetismo como contrapunto a las
prácticas del exorcismo. En este sentido aparece como modelo de conocimiento
naturalista y objetivable. El psicoanálisis se concibe como un saber que se sustrae
a la conciencia pero que está estructurado como un lenguaje con cierta estructura
racional.623 De hecho, si algo diferencia al psicoanálisis es su búsqueda de
racionalidad, de orden, en la aparente maraña del suceder mental, y que,
622 A.W. Staats, “Unified positivism and unification psychology: Fad or new field?”, American Psychologist, 46,1991, pp. 899-912. En un sentido diametralmente opuesto a estos intentos véase N.A. Braunstein, M. Pasternac, G.Benedito y F. Saal, Psicología: Ideología y Ciencia, México, 1975. Se abre así la fractura entre estas dos disciplinas,entre la pseudociencia y la ideología.623 J. Lacan, “Radiophonie”, Scilicet, 2-3, 1970, p. 77.
enfrentándose a una racionalidad estrecha, desoye fenómenos afectivos e
intersubjetivos.
Por otro lado, el psicoanálisis permite reconectar la ciencia positiva,
experimental, alejada de marcos vivenciales, con el comportamiento y la
explicación de sucesos a escala 'macro', distanciándose de experimentos como los
de Ebbingahus sobre la memoria, basados en la repetición de series de números.
El psicoanálisis recupera, mediante la clínica, condiciones experimentales lo más
semejantes posible a las situaciones donde efectivamente se despliega la actividad
humana, de validez ecológica.624
Del mismo modo que Mesmer observaba cómo el exorcismo usaba la misma
técnica que el magnetismo sin saberlo, podríamos distinguir lo que funciona en el
psicoanálisis a través de su teoría. Es decir, es posible que una teoría produzca
una práctica efectiva sin ser necesariamente correcta como explicación. La
peculiaridad del psicoanálisis viene dada porque las explicaciones, a modo de
interpretaciones, subyacen al cambio terapéutico y éstas han de recurrir a una
explicación no experta para poder interferir con los contenidos proposicionales y las
creencias del sujeto.
La desvinculación que observaba Freud entre palabras e imágenes como
diferentes niveles de procesamiento, simbólico y subsimbólico, apuntaba a una
‘biología del significado’,625 mediante la cual el psicoanálisis se constituyese a
medio camino entre la psicología y la biología, y pudiese ser quizás un día reducido
a su sutrato biológico y neuronal.
624 Especialmente tras U. Neisser, Cognitive Psychology, Nueva York, 1967, uno de los psicólogos cognitivosque más en cuenta tomó la tradición psicoanalítica.625 A.H. Modell, “The interface of psychoanalysis and neurobiology,” Boston Colloquium for Philosophy ofScience - December 18, 1996 http://www.psychomedia.it/pm/science/psybyo/modell.htmPresentation - The Poles of Health: Biological and Social approaches to Disordered Minds
Pribam y Gill muestran a lo largo de su obra acerca del Proyecto de una
psicología para neurólogos, publicada póstumamente en 1950 y escrita en 1895, la
cercanía de sus concepciones con algunos aspectos de la actual ciencia cognitiva,
y reconocen la capacidad de modificar la metapsicología mediante la
neuropsicología.626 Algo diferente ocurre con la teoría clínica o 'psicología', cuya
modificación no parecía plausible. Dicho proyecto ensayaba una reducción de los
procesos mentales a una cuantitativa de excitación neuronal. Es decir, una
reducción de los qualia a cantidades discretas de activación neuronal. Es
precisamente dicha elaboración fisicalista la que nutre toda su metapsicología de
las metáforas propiamente energicistas e hidráulicas, de las que no se
desprendería posteriormente.627
En esta obra pionera Freud avanzaba los conceptos de neurona y de
regulación de procesos (homeostasis, teoría cibernética...) tan centrales a la
neurociencia y ciencia cognitiva. Apuntaba la existencia de un espacio entre las
neuronas que permitía la discontinuidad del flujo electrotónico y, en definitiva, la
carga, y el aprendizaje de la red neuronal, bosquejando un modelo de LTP, así
como modelos conexionistas de asociación entre las neuronas. Las diferencias de
facilitación entre las neuronas (los diversos pesos sinápticos) producirían el
almacenamiento de información. La facilitación, ante la escasez de sinapsis,
también dará lugar al concepto de resistencia y de proceso secundario. A partir de
626 K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a laneuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977.“Nos proponemos ver aquí que la metapsicologíapsicoanalítica debe verse, en todas sus facetas, como una teoría biológica-cognitiva del control, basada en unaneuropsicología explícita,” p. 15. “Nuestra interpretación del Proyecto pone en claro que Freud describeestructurasseparadas: la neurológica mnémico-motivacional (facilitatoria) y la del yo (inhibitoria), que hoyllamaríamos estructuras cognitivas y nos da un detalle de sus funciones separadas e interactuantes,” ibid., p. 87.627 “Para recapitular, el modelo de Freud fue calificado a menudo de hidrodinámico. Es más correcto decir de élque es un modelo energético. Pero con mayor precisión aún, diremos que su concepto se basa en losconcomitantes eléctricos de la actividad neural que llegaron a ser objeto de seria investigación en las últimasdécadas del siglo XIX,” ibid., p. 71.
aquí desarrollará su idea de energía ligada y de catexia o carga energética,
conceptos centrales que forman su modelo psicológico cuantitativo, posteriormente
asociado a conceptos metapsicológicos ya sin base biológica alguna.
El psicoanálisis, desprendido de las nociones seminales elaboradas al principio
de su carrera por Freud, se nos muestra, desde una perspectiva biológica, como
una teoría tipo 'caja negra'. Describe sólo los inputs y outputs, pero no el
mecanismo subyacente. Es aquí donde la neurociencia y la ciencia cognitiva
servirían como teorías que elucidasen los procesos que concurren en la
transferencia, mediante su método de análisis de procesos. Para analizar un
proceso fenoménico se analizan una serie de procesos, permitiendo, a la vez, una
referencia de contenido empírico interteórico, y otorgando una relación entre dicho
análisis mismo y otro macro mediante el cual se produce el cambio terapéutico.
Las leyes ni consiguen ni pueden agotar la experiencia o reemplazar las historias olos eventos que ocurren en los cursos efectivos de las vidas individuales. Loseventos son más densos que cualquier posible descripción científica. Son tambiénindeterminados microscópicamente y, dada nuestra teoría, también lo son así encierta medida macroscópicamente.628
Estos dos niveles, el de los eventos efectivamente experimentados
-explicación lingüística- y el de la descripción científica -explicación experta-, son
los que confluyen en el psicoanálisis y son, en buena parte, causa de sus
problemas epistemológicos. Como clínica, el análisis ha de acudir a una explicación
lingüística, pero ello no ha de hacer que renuncie a una explicación experta de la
clínica. La teoría psicoanalítica, desarrollada en la propia praxis, eligió el nivel de
explicación lingüístico para desarrollar su propia metapsicología, al observar su
628 G.H. Edelman, Bright Air, Brilliant Fire: On the Matter of the Mind, Nueva York, 1992, pp. 162-163.
importancia clínica. Nuestra opción es mantener dicha praxis y dotarla de una
explicación experta. Freud desarrolló su metapsicología a partir de su clínica. Ahora
podemos desarrollar dicha metapsicología con la ayuda de conceptos de contenido
empírico.
Este diálogo teórico entra dentro de una reconsideración de la relación entre
teorías. Más que un modelo absolutista, mostraría las posibilidades del diálogo
interteórico. Se trata de una nueva crítica al ideal positivista de reducibilidad de
teorías y de un progreso racional monista del conocimiento.
...una teoría científica es declarada inválida sólo si un candidato alternativo seencuentra disponible para tomar su lugar. Ningún proceso aún descubierto por elestudio histórico del desarrollo científico se asemeja al estereotipo metodológico defalsación por comparación directa con la naturaleza. ...el juicio que lleva a loscientíficos a rechazar una teoría previamente aceptada está siempre basado enalgo más que una comparación de la teoría con el mundo. La decisión de rechazarun paradigma es siempre simultáneamente la decisión de aceptar otro, y el juicioque lleva a dicha decisión supone la comparación de ambos paradigmas con lanaturaleza y entre ellos.629
Feyerabend ha sostenido la proliferación de teorías como principio
metateórico. Las teorías pasadas han resultado a la larga ser falsas, y como
parece que no hay ninguna razón para hacer una excepción con nuestras teorías
actuales, podemos afirmar que todas las teorías que han sido y serán son falsas.
La ciencia se alimenta de resultados, de teorías y observaciones no científicas.
Contra criterios demarcacionistas de teorías, Feyerabend señala la equipolencia de
diversas teorías.
629 T.S. Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions, Chicago, 1962, p. 77. “Rechazar un paradigma sinsubstituir simultáneamente con otro es rechazar la propia ciencia,” ibid., p. 79
Las teorías cambian el modo de 'ver' las cosas, e incluso los objetos, en el
sentido de insertarlos en nuevas relaciones significantes. En este sentido, nuestra
propia concepción de psique se nos muestra como una teoría de acuerdo con cuya
variación de conceptos es posible llevar a cabo un reajuste en áreas diversas del
psiquismo. Los hechos, al estar cargados teóricamente, chocan con otras teorías
que no disciernen los mismos hechos. Se requieren teorías para dar contenido a
las simples observaciones; las observaciones se vuelven objetos por la propia
teoría que les otorga su estatuto. Los objetos analizados dentro de una teoría como
el exorcismo son totalmente diversos a los elaborados dentro del marco
psicoanalítico. Si bien los primeros se refieren a un contexto en el que se
encuadran el endemonamiento, el espíritu o Dios, el psicoanálisis se deshace de
esta ontología en favor de una de tipo naturalista, mucho más cercana a los ideales
propios de la ciencia, pero afirma, con fines explicativos más que ontológicos, la
existencia de diversas instancias que dan lugar a un modelo de la mente. De modo
similar, el estudio de la transferencia, mediante la elucidación cognitiva, comporta
la reformulación de un término como el de magnetismo en un nuevo marco teórico,
anudado a otros conceptos con determinado contenido empírico.
Mediante la utilización del laboratorio construido alrededor de la escena
analítica, de la transferencia como modalidad de relación con el analista, el
psicoanálisis retoma uno de los ideales de la ciencia dura, “...el control
experimental de lo que es interrogado.”630 La transferencia se constituye en la
objetivación de la relación que con el magnetismo y la sugestión no pasaban de
ciertas recetas puntuales. Esa era la idea de Freud, no obstante “...sabemos hoy lo630 I. Stengers, La volonté de faire science. À propos de la psychanalyse, Le Plessis- Robinson, 1996, p. 77. “Latransferencia le permite a Freud substituir la enfermedad ordinaria que implica ciertamente al analista, pero bajoel mismo título que todo otro personaje de la vida real del paciente, por una enfermedad de laboratorio que no serefiere más que al orden de la escena analítica,” ibid., p. 57.
que no sabíamos antes de Freud: la transferencia no es suficiente para hacer de la
realidad psíquica un objeto teórico.“631
El estatuto propio del psicoanálisis podría ser visto como programa de
investigación. Recordemos cómo la teoría psicoanalítica ha permitido encuadrar,
por ejemplo, los descubrimientos dispersos dentro de modelos interdisciplinarios de
desarrollo emocional.632
Como muestra, compararemos algunos aspectos de éste con el programa de
investigación más exitoso en nuestra ciencia: la teoría de la evolución o de la
selección natural, al cual Popper extenderá su juicio de pseudo-teoría: "...He
llegado a la conclusión que el darwinismo no es una teoría científica verificable,
sino un programa de investigación metafísico, un posible marco para teorías
científicas verificables."633 Se trata más bien de una heurística explicativa que
admite su estudio por disciplinas particulares (paleontología, geología...). En el
caso del psicoanálisis estas disciplinas serían las ciencias cognitivas y la
neurociencia.
631 Ibid., p. 78.632 A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, op. cit.633 K.R. Popper, Unended Quest, La Salle, 1976, p. 168. “Quisiera dar algunas razones de porqué veo aldarwinismo como metafísico y como un programa de investigación. Es metafísico porque no es comprobable(testable). Uno podría pensar que lo es. Parece afirmar que, si alguna vez en un planeta encontramos vida quesatisfaga las condiciones a y b, entonces c entrará en juego y producirá con el tiempo una rica variedad de formasdiversas. El darwinismo, no obstante, no afirma tanto. Asumamos que encontramos vida en marte consistente enexactamente tres especies de bacteria con una apariencia genética similar al de tres especies terrestres ¿Se habríarefutado el darwinismo? De ningún modo. Debemos decir que estas tres especies eran las única formas entre lamultitud de mutantes que se encontraban lo suficientemente bien adapatados para sobrevivir. Y diremos lomismo si existe una especie (o ninguna). Así, el darwinismo no predice realmente la evolución de la variedad. Nopuede realmente explicarla. En el mejor de los casos puede predecir la evolución de la variedad bajo 'condicionesfavorables'. Pero difícilmente será posible describir en términos generales qué condiciones favorables son, amenos que, en su presencia, emerjan una variedad de formas,” ibid., p. 171. El propio Darwin tenía sus dudasacerca de la solidez de su teoría: “...soy bastante consciente de que mis especulaciones van más allá de los límitesde la verdadera ciencia. Es un mero jirón de una hipótesis con tantos defectos y agujeros como partesrazonables,” Carta de Charles Darwin a Asa Gray, citada por A. Desmond y J. Moore, Darwin, Nueva York,1991, p. 456.
Debemos primeramente preguntarnos si la teoría de la evolución por selecciónnatural es científica o pseudocientífica... Tomando la primera parte de la teoría deque la evolución ha ocurrido, dice que la historia de la vida es un solo proceso dedivisión y progresión de especies. Este proceso debe ser único e irrepetible, comola historia de Inglaterra. Esta parte de la teoría es por ello una teoría histórica,sobre eventos únicos, y los eventos únicos no son, por definición, parte de laciencia, pues son irrepetibles y no objeto de comprobación.634
La singularidad de la biografía de un sujeto no puede ser objeto de ciencia
pero el método de actuación sobre éste ha de poder ser descrito adecuadamente.
Para ello no podemos servirnos tanto del nivel biográfico, lingüístico, sino que
hemos de apuntar a las bases cognitivas comunes que pueden ser alteradas de
forma genérica, si bien lo son mediante historizaciones y formulaciones singulares.
Dada una estructura anatómica concreta, un fósil encontrado, al intentar
explicar su surgimiento sólo podemos retrotraernos a las posibles causas
ambientales que hicieron de éste una ventaja adaptativa a un medio determinado,
influido por una multitud de cambios climáticos, orográficos y poblacionales. Este
tipo de explicación puede sugerir multitud de hipótesis sin verificación posible
alguna. No sabemos siquiera la mutación casual que produjo esa preferencia. Sólo
suponemos hipótesis difícilmente falsables por la evidencia y de tipo plausible,
probabilísticas. Sin embargo, la teoría de la evolución es heurísticamente la más
poderosa quizás elaborada. Permite encuadrar toda una serie de fenómenos
diversos con una coherencia propia de los mitos creacionistas que compiten con
ella. No es de extrañar que la oposición a esta teoría se base en las mismas
razones que Wittgenstein sostenía contra Freud. De forma similar el psicoanálisis
consigue recuperar recuerdos y estados corporales asociados y reinterpretarlos,
634 C. Patterson, Evolution, Londres, 1978, pp. 145-146.
comprenderlos, darles sentido, encajarlos no tanto en una historia natural como en
una biografía.
La evolución es el mito creador de nuestra época. Diciéndonos nuestro origen daforma a nuestras visiones acerca de lo que somos. Influye no sólo nuestropensamiento, sino también en nuestros sentimientos y acciones, de un modo queva más allá de su función oficial como teoría biológica. Llamándola mito no estoy,por supuesto, diciendo que sea una historia falsa. Quiero decir que posee granpoder simbólico independiente de su verdad. ¿La palabra religión es adecuada?Esto depende del sentido que le demos a tan elástica palabra.635
Al igual que la teoría de la evolución da sentido, ofrece un marco de referencia
estable, el psicoanálisis posee precisamente dicho 'poder simbólico' como
conformador de pensamiento, sentimiento y acciones. Freud había también
cambiado la forma en que los hombres nos entendíamos, nuestras concepciones.
Según él mismo, había infligido la tercera herida antropológica, abierta por
Copérnico y profundizada por el propio Darwin. Freud y el descubrimiento del
inconsciente suponía un revés más a las concepciones heredadas.
Incluso hoy en día el sistema copernicano entendido desde los conceptos de la
teoría de la relatividad casi parece un mito y es, desde luego, una teoría falsa. La
capacidad de una mitología de este tipo nos muestra cómo las teorías científicas
más pregnantes son aquellas que se vuelven mito, aquellas que son absorbidas
como estado actual de cosas por los sujetos, las que proponen una concepción del
mundo (Weltanschauung), pese a no ser verificables a escala individual. Así
635 M. Midgley, “The Religion of Evolution”, J. Durant (ed.), Darwinism and Divinity: Essays on Evolution andReligious Belief, Oxford, 1985, p. 154.
sucede con la teoría del movimiento de la tierra que, al igual que la teoría de la
evolución, no posee correlato alguno con nuestra experiencia cotidiana.636
Al hablar de Freud, Erdelyi destaca su capacidad de generar nuevas metáforas
en busca de una explicación antes que ignorar los fenómenos.637 El psicoanálisis
se nos mostraría a nivel epistemológico como 'sistema de metáforas mezclado'. Así
subraya el problema a la hora de formular teorías en un lenguaje, al volcar a este
sistema analógico cualquier suceso de grano más fino.
La teoría de las catástrofes muestra cómo la unidad de la ciencia vendría dada
por la posibilidad de modelización de fenómenos antes que por la capacidad
predictiva. Ante las leyes de un universo abierto, éstas han de situarse como
grados posibles de evolución no determinados a priori.638 Si la 'ciencia' no puede
llevar a cabo una taxonomía exhaustiva de todas las reglas subyacentes a la
experiencia individual, al menos puede estudiar sus límites, sus condiciones.
Quizás no se trate tanto de que el psicoanálisis sea una mitología, sino de que
el hombre piensa de modo inadvertido a través de mitos más o menos refinados su
propia existencia, o que éstos le permite observar unas conexiones que no se
muestran tan claras de otro modo. Entre estos mitos uno de los más poderosos es
el de la ciencia, que ya desde sus principios positivistas surge como catecismo,
como profesión de fe.639 El psicoanálisis intenta dar cuenta de la lógica interna de
dichas mitologías. En este sentido el ejemplo freudiano de la constitución de
síntomas mediante las categorías del lenguaje natural muestra cómo la aceptación
636 “Si el hecho de la subjetividad va en contra de la definición de 'ciencia', entonces habrá que abandonar ladefinición y no el hecho,” J. Searle, “Mentes y cerebros sin programas”, E. Rabossi (comp.), Filosofía de laMente y Ciencia Cognitiva, Barcelona, 1995, p. 436.637 M.H. Erdelyi, op. cit., p. 111.638 I. Prigogine e I. Stengers, Entre le temps et l’éternité, París, 1988.639 Sin duda nos referimos a uno de los positivistas más distinguidos y más conocido como panfletista y 'filósofo',A. Comte y su Catéchisme Positiviste. Ensemble du Dogme (1852).
del lenguaje por parte de un sujeto hace que su mundo obtenga dichos rasgos y
perímetros por encima de cualquier ontología prexistente. En este sentido, los
mitos incluidos en el lenguaje natural hechizan nuestra mente hasta el punto de
que vivimos encerrados en ellos. El lenguaje, en definitiva, no sólo posee un valor
explicativo, tal como las teorías filosóficas nos muestran, sino constitutivo de la
realidad humana. Freud en su conrrespondencia con Jung le manifestaba su visión
del mito en relación con la constitiución psíquica: “Espero que llegues pronto a
estar de acuerdo conmigo que con toda probabilidad la mitología se centra en el
mismo complejo nuclear que las neurosis.”640
El psicoanálisis como teoría comparte el nivel de significado con las
modalidades con las que los sujetos comprenden su mundo. Mientras que las
ciencias cognitivas proveen de un análisis del funcionamiento subpersonal, dando
una referencia más exacta, resulta inútil como clínica si no comparte los supuestos
existentes en la construcción que el sujeto hace del mundo y un marco al cual referir
dicha creación. La imposición de cierto modelo externo es lo que Freud
precisamente intentó evitar, pues ahí veía los riesgos de la hipnosis o de la
sugestión que sí funcionaban como auténticas injerencias externas en la mente del
paciente. El psicoanálisis nos muestra cómo las creencias, los mitos, se hacen
biología.641
640 Cit. en J. Forrester, Language and the origins of psychoanalysis, Londres, 1980, p. 83.641 N. Cousins, “Belief becomes biology”, Advances in Mind–Body Medicine, 6, 1989, pp. 20–29. “La evidenciaantropológica sugiere que las creencias y expectativas contribuyen en la enfermedad y la muerte y, de igualimportancia, que las creencias y expectativas también curan,” O. Ray, “How the mind hurts and heals the body”,American Psychologist, 59 (1), 2004, p. 30. Un cambio de actitudes de entender la curación en la medicinasupone la importancia crítica de los sistemas de creencias de los pacientes, frente a la visión positivista que veíaen la enfermedad simplemente una afección local. En este sentido, en cuanto al marco de creencias, es importanteseñalar el lugar del estrés “...es experimentado cuando hay un coincidencia inadecuada entre la capacidad deenfrentar (coping skills) y las demandas ambientales que el individuo cree que estas habilidades han deconfrontar. Es importante resaltar que no es la capacidad de enfrentar que el individuo posee o no lo que importa.Lo que cuenta es la capacidad de enfrentar que los individuos creen tener o no tener,” ibid., p. 32. Es dichacreencia la que afecta sobre nuestro estrés autoinducido para mejorar nuestras resistencias a ésta. Así el miedo,por ejemplo, resulta frecuentemente de una anticipación de la actuación, e incluso a un meta-nivel, como miedo
El psicoanálisis cumple la función de servir como teoría 'gruesa' para explicar la
transferencia, utilizando una teoría simbólica sin referencia a otro sustrato o nivel de
explicación, más que el propio lenguaje natural sobre el que actúa a nivel individual,
sobre el analizante. Una explicación de la transferencia como la que hemos llevado
a cabo en su elucidación, partiendo de una teoría simbólica, buscaría sus correlatos
biológicos, cognitivos y fisiológicos. No es que el psicoanálisis, como teoría, resulte
menos efectiva que su elucidación teórica, sino que no puede ser entendida dentro
de una determinada concepción de la ciencia, de nuestras teorías empíricas. Una
elaboración de explicaciones más finas permite bosquejar la referencia aludida por
las teorías de Freud. En este sentido, la elucidación explica de otra forma un
armazón intelectual diverso, consigue aprehender algunas de las nociones
fundamentales y encuadrarlas en otro nivel de explicación, obteniendo una
generalidad hasta ahora negada.
Así el psicoanálisis podría aspirar a aunar dos perspectivas, una de primera
persona -experiencia fenomenológica- y una de tercera persona -correlatos
neuronales- para poder dar una imagen integrada de la experiencia humana.642 Una
explicación experta abre la puerta a un psicoanálisis informado neurológicamente;
una heurística metodológica con capacidad de encanto y bases empíricas, con
coherencia externa e interna, con mito y método.
de miedo, miedo de pasar miedo.642 “Necesitamos tu historia en primera pesona y mi historia en tercera persona para un relato completo de lo quesucede. De este modo, la naturaleza de la mente es revelada tanto por cómo aparece desde una perspectiva comodesde la otra. No es ni experiencia física ni es, a la vez, experiencia física y consciente (dependiendo de losarreglos observacionales). A falta de un mejor término podemos describir esta naturaleza como psicofísica,” M.Velmans, “How could conscious experiences affect brains?”, Journal of Consciousness Studies, 9(11), 2002,cogprints.org/2750/01/JCSVelmans2001.final.htm. Acerca de la necesidad de reunir información en primerapersona y tercera persona se ha puesto de manifiesto la falta de finalidad de una neurociencia que no atienda a lascaracterísticas peculiares del cerebro en su relación con la experiencia subjetiva. “Las revistas de neurocienciaestán llenas de complejas descripciones de cambios en la dinámica de neuronas y de sistemas neuronales quenunca entran en contacto con la finalidad de dichos cambios. Podrían estar fácilmente estudiando la dinámica dela digestión,” R.M. French y E.Thomas, “The dynamical hypothesis in cognitive science: A review essay of Mindas Motion”, Minds and Machines, 11(1), 2001, p. 107.
Addendum. Terapias
Categorizar es anudar un concepto y una disposición, ya sea somática o
comportamental. Cuando un niño recibe un regalo y la madre le señala al niño que
debe decir 'gracias' al obsequiante, éste ya ha comenzado a categorizar el gesto de
agradecimiento, el de recibir un regalo y una serie de sensaciones fisiológicas y
motoras (excitación, curiosidad...). Asimismo ha comprimido en un mismo
descriptor toda esta serie de aspectos, junto con la actitud de la madre ante dicho
agradecimiento, la prosodia correspondiente, al igual que la del portador del regalo.
El niño 'recibe' la respuesta materna como adecuada a la situación en cuestión y
convertirá dicho comportamiento en la modalidad principal de respuesta, como una
imposición externa que se interioriza, al menos para evitar los incovenientes tanto
de la repetición como del desagrado por no seguir sus mandatos. De este modo el
niño ha interiorizado patrones de conducta adecuados y que posteriormente se
actuarán automáticamente. Se ejecutará como un modelo básico de
condicionamiento aprendido.
La incapacidad del sujeto para actuar de acuerdo con dicha categoría que se
ha convertido en expectativa producirá malestar en el sentido en que en su etapa
de aprendizaje, para automatizar la respuesta sin injerencia externa, tuvo que
modelar un mecanismo que implementase dicha respuesta. Dicho mecanismo se
interioriza de modo apropiado en condiciones normales, pero en ciertos casos, en
especial en los que el niño quería evitar la injerencia externa a toda costa, debió
poner en juego una mayor activación psicomotriz para poder zafarse de la
indeseada corrección. De este modo, dicha situación y la necesidad de actuar
conforme a cierto ideal crea cierta ansiedad, en el sentido de activación nerviosa
de un nivel similar a la injerencia externa que se quería evitar. A mayor interés en la
evitación, mayor carga fisiológica. Finalmente, con la desaparición del mandato
externo debido a su internalización, dicha activación corporal se relacionará ya
únicamente con la situación de entrega del regalo. Se habrá independizado del
término medio de dicho silogismo práctico y comportará una respuesta automática
a situaciones que sean categorizadas de forma similar.
La función del análisis sería recuperar la premisa media y desconectar la
causación necesaria entre la respuesta fisiológica o conductual y la situación,
mostrando la premisa oculta que ha posiblitado la automatización.
A→B Situación de regalo Imposición externa de respuesta
B → C Para evitar injerencia Atención, hiperactividad (ansiedad)
A→C Situación de regalo – Ansiedad
Tambien la reacción del que entrega el regalo al producir la respuesta externa
produce su interiorización casuística. Pero ese mostrar debe desconectar la
respuesta categorizada. Para ello se ha de 'recuperar' una situación intersubjetiva
en la que se incorporó dicha respuesta. Se revive en un marco diferente,
permitiendo la recategorización de la situación.
Así el conductismo opera sobre la relación forjada entre A y C promoviendo la
ausencia de ansiedad mediante la desebilización frente a la situación A. El
cognitivismo muestra la inadecuación de C en un contexto A intentando cambiar la
forma en que se categoriza A, y el psicoanálisis se encarga de mostrar la
mediación que existe entre A y C, la premisa oculta B. El conductista basará su
trabajo en 'observables', tratando el organismo humano como sístema intput-
output, mientras que el psicológo cognitivo y el psicoanalista entrarán a saber de la
caja negra que supone el cableado mental, uno para provocar el cambio mediante
la sugerencia de la incompatibilidad de input y output, el otro para mostrar cómo se
produjo dicho tipo de condicionamiento.
El conductismo se contenta con encontrar la situación que produce ansiedad y
producir un efecto ansiolítico en dicho contexto. El cognitivismo intenta mostrarle al
individuo lo sorprendente de dicha respuesta, entra en la forma en que el sujeto ha
categorizado la situación A, el modo en que está inscrito en su comportamiento. En
este sentido se acerca a la posición analítica más que el conductismo. El
psicoanálisis supone que la terapia cognitiva trabaja con epifenómenos y no puede,
por tanto, producir un desanudamiento de una determinada posición subjetiva, es
decir, de un determinado modo de categorizar. Sólo intenta borrar la conexión entre
entendimiento y malestar mostrando lo inadecuado de dicha comprensión. El
psicoanálisis intenta desvelar cómo se produjo la fijeza de esa categorización, su
determinación, y desplaza así al sujeto que ya no tiene que responder a los
modelos aprendidos en función de la premisa oculta. La inteligibilidad produciría
reconocimiento.
En este sentido, el incosciente, como sostiene Lacan, posee la forma de un
lenguaje, en el sentido de que es un mecanismo básico de categorización, pero de
categorización de premisas intermedias u ocultas, aprendizaje que se ha vuelto
inadvertido y que actúa a nivel subpersonal, fuera de la conciencia, como pautas
automáticas. No es de extrañar que los dos mecanismos básicos que pone en
juego Freud en su ciencia de los sueños sean la condensación y el
desplazamiento, en el sentido de metáfora y metonimia, pues ambos son los dos
modos básicos de categorización que poseemos 'A es B' o 'A es parte o contiene a
B'. La metáfora y la metonimia agotan las posibilidades de referir a un objeto en
relación a otro, de definición como característica fundamental del lenguaje, de
autoreferencialidad lingüística, de un sistema completo y decidible.
La premisa oculta (B), 'el inconsciente', conlleva esas respuestas (C) a la
situación (A) a modo de mandato. El mandato tambien puede ser auto-impuesto en
el sentido de incumplimiento con cierto ideal, pero siempre está anudado
simbólicamente. El cuerpo responde a nuestra forma de categorizar produciendo
ansiedad interna antes de que se produzca una posible injerencia externa o
intentando evitar dicha intromisión, aunque sea de modo fantaseado, como
previsión que marca un destino.
La terapia conductista (extinción) y el psicoanálisis poseen la misma meta: ayudara la persona con su problema. En ambos casos, los efectos pueden alcanzarseayudando al córtex a ganar control sobre la amígdala. Sin embargo los caminosneurales tomados pueden ser diferentes. La terapia de extinción puede tener lugarmediante una forma de aprendizaje implícito que implique el circuito prefrontal-amígdala, mientras que el psicoanálisis, con su énfasis en el insight consciente ylas apreciaciones conscientes, puede implicar el control de la amígdala medianteconocimiento explícito, a través del sistema mnémico del lóbulo temporal y otrasáreas corticales involucradas en la apercepción consciente (...). Curiosamente esbien conocido que las conexiones de las áreas corticales a la amígdala sonbastante más débiles que las conexiones de la amígdala al córtex. Esto puedeexplicar porqué resulta tan sencillo para la información emocional invadir nuestrospensamientos conscientes pero tan difícil para nosotros ganar control conscientesobre nuestras emociones. El psicoanálisis puede ser un proceso tan prolongadodebido a la asimetría entre las conexiones entre el córtex y la amígdala.643
643 J.E. Ledoux, op. cit., p. 265. “La terapia no es sino otra vía de crear potenciación sináptica en las víascerebrales que controlan la amígdala. Los recuerdos emocionales de la amígdala, como hemos visto, están'quemados' indeleblemente en sus circuitos. Lo mejor que podemos esperar es llegar a regular su expresión. Y elmodo de hacer esto es consiguiendo que el cortex tenga control sobre la amígdala.”
La inclusión de la transferencia en un marco explicativo como el de las ciencias
cognitivas permite, por un lado, otorgarle al concepto psicoanalítico contenido
empírico y, por otro, responder a las críticas filosóficas. Así el homunculismo
implicado en la noción de inconsciente puede ser superado por una concepción
que no entienda la existencia de una instancia, sino de una serie de procesos
subsimbólicos mediados por estructuras subcorticales concretas y con recorridos y
proyecciones determinadas. Frente al aparente esoterismo de 'un incosciente' o del
fluidismo, el desplazamiento de su ontología primigenia hacia una serie de
mecanismos o procesos conseguiría liberar al psicoanálisis de la parte teórica ya
obsoleta, validando sus nociones clínicas.
3.3. Cerebro=Mente=Conciencia. Niveles de an á lisis
Wittgenstein fue también uno de los primeros filósofos en insistir en la
existencia de diversos niveles de explicación de los fenómenos pese a que
entendía, como Freud, que los hechos subpersonales no servían para dar cuenta
de eventos personales. En nuestro caso hemos resaltado ya la existencia de un
nivel de explicación de tipo personal y otro de carácter subpersonal. A través de
dichos niveles se puede uno referir a diversas modalidades de dar cuenta de un
evento.644 De forma similar, nuestra elucidación intenta reflejar los diferentes
niveles de explicación, psicoanálisis y ciencias cognitivas, complementarios en
tanto al primero le falta una referencia, un contenido empírico propio, mientras que
el segundo adolece de un sentido, un correlato en la experiencia del sujeto. La
experiencia, tal como es vivida, permanece unida al sujeto al mismo nivel de
explicación que él utiliza para dar cuenta de ella.
Si hacemos ésto debemos abandonar el nivel explicativo de la gente y sussensaciones y actividades y volvernos al nivel sub-personal de cerebros y eventosen el sistema nervioso. Pero cuando abandonamos el nivel personal abandonamosen un sentido real el tema del dolor también. Cuando abandonamos laconversación sobre procesos mentales por la de procesos físicos, no podemosdecir que el análisis del proceso mental de dolor sea incorrecto, pues nuestroanálisis alternativo del dolor no puede ser análisis de dolor alguno, sino, más bien,de otra cosa, los movimiento de cuerpos humanos o la organización del sistemanervioso.645
Si bien el estudio de la conciencia aparece como el aspecto filosófico más
relevante dentro de las ciencias cognitivas, éste puede ser analizado desde
644 Similar es la división que realiza Jackendoff entre cerebro, mente computacional y mente fenomenológica. R.Jackendoff, Consciousness and the computatinal mind, Cambridge, 1987.645 D. Dennet, Content and Consciousness, Londres, 1969, pp. 93-4. Cf. S. Gardner, “Psychoanalysis and thepersonal/sub-personal distinction,” Philosophical Explorations, 3, 2000, pp. 96-119.
diversas ópticas. Por un lado, se puede entender la conciencia como un fenómeno
básicamente cerebral, en cuyo caso vendría dada por la multiplicidad de procesos
que ocurren en el cerebro. Desde una perspectiva materialista, el hecho de que la
conciencia tenga, al menos, un sustrato neurológico resulta a todas luces evidente.
La disputa central viene dada por el nivel en que se produce dicho fenómeno como
simple suma o convergencia de los procesos cerebrales o bien como propiedad
emergente de dichos procesos.
Parece arriesgado admitir que la conciencia pueda ser la sumatoria de los
procesos cerebrales, pues parece claro que la mayor parte de los procesos que
ocurren en nuestro cerebro suceden sin apercepción alguna, e implican una
ontología diversa a la de nuestra experiencia fenomenológica. Su equiparación con
la conciencia haría de ésta un concepto inútil desde un punto de vista
epistemológico, ya que sería identificar conciencia con estado general de
procesamiento cerebral.
Más adecuado sería distinguir entre los susodichos procesos químicos que se
producen a nivel cerebral, de los cuales se encargarían las neurociencias, y
aquellos con efectos psicológicos, pero sin requerir necesariamente de la
intervención de la conciencia, el campo de la ciencia cognitiva, que incluiría teorías
del procesamiento de la información, de aprendizaje implícito o de percepción
subliminal. Parece claro que, más allá de su diverso formato, el número de
procesos totales es mucho mayor que la pequeña cantidad que llega a la
conciencia, experimentada por el sujeto. La conciencia, si bien se basaría en
dichos procesos, supondría sólo una porción del estado general de procesamiento,
quizás de un nivel superior. Todo el 'resto' que no forma parte de la conciencia
sería por exclusión inconsciente.646 De esta forma ambos conceptos serían
complementarios y podríamos hablar de dos tipos de inconsciente, el neurológico, y
el cognitivo. El primero comprendería todos los procesamientos fisiológicos y
químicos automáticos sin representación alguna, mientras que el segundo se
referiría a toda la información que posee algún tipo de codificación, pese a ser
irrecuperable. El inconsciente freudiano poseería características de ambos; se
trataría de un concepto híbrido.
Parece que el cerebro es efectivamente el centro del procesamiento de
información de nuestro organismo, no obstante la embodied cognitive science nos
muestra cómo éste emerge de su incorporación, es decir, se produce en una
experiencia sensimotora, y ésta modifica áreas y funciones corticales, como en el
caso de gatos que son capaces de ver mediante áreas cerebrales normalmente
relacionadas con funciones auditivas, o cómo estímulos visuales activan zonas del
cerebro asociadas con la audición en personas sordas.647
La transferencia permitiría una reevaluación de nuestro conocimiento acerca
de la conciencia, al mostrarnos un procedimiento apto para el estudio de ésta como
proceso emergente e inducible. La conciencia se podría extender a aspectos
previamente automáticos y por ello inaccesibles, más allá de la experiencia
manejable por el sujeto.
Así la mente habría de diferenciarse de la conciencia tal como atestigua no
sólo el psicoanálisis, sino los procesos cognitivos de percepción subliminal, los
sesgos en el razonamiento humano, o el procesamiento de información sin huella
646 E. Gillett, “The brain and the unconscious”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, 11, 1988, pp. 563-578.647 E.M. Finney, I. Fine y K.R. Dobkins, “Visual stimuli activate auditory cortex in the deaf”, NatureNeuroscience 4, 2001, pp. 1171-1173.
mnésica. Lo mental desborda los límites de la conciencia en tanto apercepción
fenomenológica.648
Al investigar la experiencia subjetiva no es posible limitarse a tratar la
apercepción consciente, sino que se ha de admitir la inclusión de factores bajo el
umbral de la conciencia. No se trata tanto de una constricción metodológica como
de un posible punto de apoyo de cualquier teoría que reconozca ciertos aspectos
de la información procesada que no aparezca reflejada en la experiencia subjetiva.
Se propone así una división entre procesamiento y apercepción, se procesa más
de lo que llega a ser consciente y es parte de este exceso lo que configura aquello
que el psicoanálisis entiende como inconsciente.
Como señalaba William James, refiriéndose a las respuestas emocionales,
éstas sobrevienen. La preeminencia de la activación inconsciente conlleva que
antes de tener apercepción de un estado de cosas estemos ya preparados para
actuar conforme al estímulo externo, es decir, la 'conciencia' sucede a posteriori
con respecto a la respuesta motora correspondiente; nos damos cuenta de una
situación después de estar preparados para dar una respuesta eficiente. La
conciencia de la situación 'sobreviene' a la disposición a actuar.649 Así nuestra
preparación (readiness) para actuar precede a nuestra representación de dicha
voluntad. De ahí la importancia de operar sobre mecanismos implícitos, de ahí el
648 En un sentido similar en el que la racionalidad no requiere inferencias lógicas, entendida como racionalidadcontextual mediante modelos mentales cf. P.N. Johnson-Laird, The computer and the mind: An introduction tocognitive science, Cambridge, 1988.649 B. Libet, “Unconscious cerebral initiative and the role of conscious will in the initiation of action”, Behavioraland Brain Sciences, 8, 1985, pp. 529-566. Si bien la preparación para actuar (preconsciente) aparece unos 200ms.tras la aparición del estímulo, la apercepción consciente ocurre a los 550 ms. de acuerdo con la medida de su'potencial de preparación'. Aún así la apercepción ocurre unos 150 ms. antes de la propia acción lo que le permiteactuar sobre ésta. Sin duda una buena explicación del superyo freudiano que es capaz de impedir la realización de un'deseo' en el sentido de actividad corporal, incluso Libet lo denomina 'potencialidad de veto' y lo relaciona concircunstancias en que puede provocar rechazo social. Así mismo respalda la idea de que los 'deseos' sonpreconscientes en el sentido de preceder al acto de apercepción.
lugar acordado por Freud al inconsciente; estos mecanismos preceden a la
actividad sobre la que poseemos control.
Que ciertos estados mentales causen una experiencia fenomenológica no
implica que exista igualdad entre ambos, pues la relación de implicación posee
características lógicas diversas de la de igualdad (no simetría y no sustitución salva
veritate). La teoría de los correlatos neuronales supone una simetría entre mente y
estados cerebrales, pero no su carácter intercambiable. El reduccionismo
fisicalista, por su parte, entiende que las propiedades de los estados cerebrales y
mentales son idénticas, lo cual, más allá de la dificultad técnica de la descripción
de los primeros, parece a priori implausible. Esto supondría que nuestra
experiencia fenomenológica del olor de una tarta o el deseo de escribir una carta,
incluso superando un lenguaje psicologista, poseerían las mismas propiedades que
un determinado potencial eléctrico neuronal. Si bien es evidente que podemos
adscribir cierta relación de implicación entre ambos estados, difícilmente podemos
asignarles las mismas propiedades. Debemos distinguir claramente causalidad e
identidad ontológica. Así cabría observar dichos comportamientos como dos
aspectos del suceder mental relacionados, pero no reducibles, de modo similar a
como se comporta la materia, por un lado como partículas, de otro, como onda.
Dichas dos modalidades serían las propias de los estados cerebrales y
fenomenológicos. Se trataría de dos formatos de una misma experiencia.650
Si algo caracteriza a las ciencias fenomenológicas, distinguiéndolas del estudio
de los mecanismos neurales es la existencia de intencionalidad. Freud, reacio a las
650 M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?”, op. cit. M. Velmans, “Making sense of causalinteractions between consciousness and brain”, Journal of Consciousness Studies, 9(11), 2002, pp. 69-95.Edelson señala la metáfora de estado mental y temperatura frente a correlato neuronal y movimiento departículas, M. Edelson, “The convergence of psychoanalysis and neuroscience: Illusion and reality”,Contemporary Psychoanalysis, 22, 1986, pp. 479-519.
especulaciones filosóficas, aprovechó sus años como estudiante para asistir a las
clases de Franz Brentano, que entendía la mente como aquella facultad de ser
sobre otra cosa, de poseer intencionalidad. La existencia de una intencionalidad
inconsciente conseguiría cerrar la brecha entre mente y conciencia, devolviéndonos
al momento cartesiano del que nunca debimos dudar. Si se puede ser intencional
sin conciencia entonces sería posible poseer estados proposicionales sin
apercepción, sin representación. De acuerdo con el principio de conexión, la propia
intencionalidad sería un estado dependiente de la conciencia. Los estados
intencionales inconscientes deberían estar disponibles a la conciencia. Dicha
posibilidad de ser conscientes se puede también entender, dentro de un modelo
gradual, como nivel de activación por debajo de un umbral (preconciencia).
De acuerdo con Searle la mente no es igual a la conciencia en su capacidad
de referirse a otro objeto o hecho; el inconsciente, precisamente por no ser
consciente, no podría ser intencional. “Cuando se realiza una afirmación acerca de
la intencionalidad inconsciente, no hay hechos que sostengan dicho caso sino
hechos neurofísicos. No hay nada más ahí que estados neurofisiológicos y
procesos describibles en términos neurofísicos.”651 Así, el inconsciente estaría en
oposición a lo intencional en tanto éste último se relaciona con lo simbólico, con la
representación, y el inconsciente a cierto nivel de activación o intensidad. La
intencionalidad diferenciaría la acción del simple comportamiento. Esta división
sería paralela a aquélla que señalábamos entre los modos de reconocimiento facial
hemisféricos.
651 J. Searle, The Rediscovery of the Mind, op. cit., p. 16.
Según Searle este 'inconsciente profundo' no existiría. El inconsciente sería la
modalidad defectiva de procesamiento.652 El inconsciente podría referise a una
modalidad de procesamiento con asociaciones en el hemisferio derecho y no
disponible al hemisferio izquierdo lingüístico-cognitivo. Intención incluye la acción
con objetivo, sosteniendo una relación determinada con el futuro en base a
creencias, por tanto modificables, mientras que el inconsciente se referiría a
estados neurovegetativos sin representación.
Vemos que un hombre que actúa intencionalmente anticipa lo que va a hacerdespués, pero no en la forma en que el observador lo hace. Lo que va a hacerdespués ya está presente en sus pensamientos, es parte del patrón que constituyela acción en que se encuentra comprometido o concibe. Sin conocimiento de estepatrón, de los que constituye su realización así como cómo realizarlo, es elconocimiento práctico lo que le permite tener en mente lo que hará posteriormenteantes de hacerlo. Poseer este conocimiento y estar comprometido en el futuro poraquello en lo que se embarca, o por sus intenciones, son dos caras de la mismamoneda. Tener la intención de hacer algo es pues pensar que uno lo hará, yhacerlo intencionalmente o con intención, como podemos decir, supone saber loque uno está haciendo. Ésto no puede ser identificado independentemente de lospensamientos del agente. Es por ello por lo que podemos normalmente decir que lohace sin reflexión.653
Hay autores que optan por señalar la inconsistencia de posibles estados
inconscientes intencionales.654 El postulado del supuesto carácter neurofisológico,
antes que mental, de los estados inconscientes es el gran escollo del análisis de
Searle y sitúa como opciones el uso de la separación entre consciente e
inconsciente en una escala sin divisones tajantes, o la admisión de un nivel de
procesamiento de información inconsciente. Otros señalan que, si bien las
652 M. Solms, “What is consciousness?”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 45(3), pp. 681-702.653 I. Dilman “Intentions and the Unconscious”, P. Clark y C. Wright (eds.), Mind, Psychoanalysis and Science,Nueva York, 1988, p. 176.654 A.W.M. Meijers, “Mental Causation and Searle's Impossible Conception of Unconscious Intentionality”,International Journal of Philosophical Studies, 8, 2000, pp. 155-170.
creencias pueden entenderse como estados inconscientes intencionales, no
sucede así con los deseos, pues éstos poseen una dirección de adecuación
diversa a las creencias, de mundo a mente. Los deseos, en esta definición, no muy
lejos de la asunción freudiana, no pueden ser conscientes; lo que es consciente es
el 'sentimiento de desear'. Los deseos sólo podrían entenderse como estados
motivacionales, más que cognitivos.655
Freud proponía en su primera tópica un modelo jerárquico de la conciencia. De
acuerdo con éste, la información podía ser procesada de forma consciente e
inconsciente (añadiendo el modo preconsciente). Señalaba así la posibilidad de
diversos grados de activación y procesamiento. En la segunda tópica resaltaba, por
otro lado, el carácter conflictivo del suceder mental. Diversas instancias, de
acuerdo con sus principios epistemológicos, producen un sinergismo y amalgama
que da como resultado la experiencia vivida por el sujeto.656 La crítica a la unidad
subjetiva ponía de relieve la diversidad de módulos que operaban a nivel sub-
subjetivo e intentaban ser asimilados por el yo. Su interés en la psicopatología le
hizo destacar dos instancias específicas, ello y superyo; la unidad subjetiva
kantiana, entraba en bancarrota.
Freud preludia los análisis acerca de diversos niveles de procesamiento
(activación a nivel neuronal) y del carácter distribuido de la experiencia que es
recompuesta por diversos módulos o grupos neuronales, actuando de forma
especializada para producir una aparente unidad consciente.
La terapia en Freud habría de ser capaz de asimilar precisamente estas dos
dimensiones, gradualidad y desconcentración, para poder actuar sobre los
655 D. Hulse y C.N. Read, “Searle's Intentional Mistake” PHICS, Graduate Student Conference of Philosophy ofMind, Philosophy of Language, and Cognitive Science. Carleton University, 28-30 Septiembre, 2001.656 A este respecto desde una perspectiva cognitiva cf. G. O'Brien y J. Opie, “The Disunity of Consciousness”,The Australasian Journal of Philosophy, 76, 1998, pp. 378-395.
procesos que hacen que la conciencia emerja como apercepción subjetiva. La
transferencia resultó ser un instrumento óptimo para actuar sobre una conciencia
desmembrada y que surge del estado general de procesamiento, deshecho del
presupuesto de un principio aglutinador de la conciencia.
Una teoría gradual de la experiencia fenoménica permite poner en relación
niveles de procesamiento y activación al igual que permite asumir el inconsciente y
la relación entre mente y cuerpo a lo largo de un contínuo, definido por la calidad
de la representación.657 Así el aprendizaje implícito conllevaría representaciones
poco definidas y de un nivel de procesamiento inferior, y por ello con un mayor
grado de automatismo y una ligazón más estrecha a la respuesta corporal y
fisiológica, con menos capacidad de intervención de la conciencia. Este sería el
caso clásico del priming que, como mostraba Claparède, no posee representación,
sino que produce un condicionamiento más allá del control consciente, por carecer
de representación.658 Dicho nivel de representación supondría un contínuo en
donde los estados simbólico y subsimbólico supondrían dos extremos discretos.
La existencia de cierta inconsistencia entre creencias basada en actitudes
motivacionales ha sido puesta de relieve en los casos de auto-engaño. En estas
situaciones un sujeto puede sostener 'p' y 'no p' sin apercibirse de la existencia de
contradicción. Estos casos se muestran como ejemplos del conflicto entre
creencias y deseos, y de los diversos grados de interacción entre ellos.659 Más
657 Cf. A. Cleeremans y L. Jiménez, “Implicit learning and consciousness: A graded, dynamic perspective”, R. M.French y A. Cleeremans (eds.), Implicit learning and consciousness: An empirical, computational andphilosophical consensus in the making, Hove, 2002.658 Este principio incluso podría entroncarse con la idea cartesiana de la necesidad de que las ideas fuesen ciertasy distintas para poder admitir la existencia de conocimiento, en este caso de conciencia.659 R. Audi, “Self-Deception, Rationalization, and Reasons for Acting”, B. McLaughlin y A. Rorty (eds.),Perspectives on Self-Deception, Berkeley, 1988, pp. 92-120. El autor señala la 'tensión' que se produce entre unacreencia verdadera y la negación de dicha creencia falsa en la que la creencia falsa posee un nivel consciente y laverdadera subconsciente. Otro caso viene dado por la acrasia, la incapacidad de actuar de acuerdo con lo que secree será más provechoso y llevar a cabo simplemente lo que se desea, contra el principio de continencia.
interesante aún son las reflexiones acerca de cómo el auto-engaño, pese a ser
opaco, en el sentido de no introspeccionable directamente por el sujeto (de ahí la
importancia del otro en su puesta en cuestión de las creencias del sujeto), se
resolvería con la simple apreciación por parte del sujeto de dicha contradicción
interna. El psicoanálisis en la visión tradicional conflictiva intrapsíquica, era definido
como 'el estudio sistemático del autoengaño'.660 De hecho esa es la acepción
básica de la idea de insight, darse cuenta de la existencia de un sostén de
creencias o deseos contradictorios en sí, o en sus consecuencias materiales, como
ocurría en el caso de Elizabeth R.661 Esto quizás sea posible con aspectos
simbolizados, pero no así con otros que no poseerían dicho carácter y que habrían
de ser elaborados en base a ciertos procesos fisiológicos.
Al igual que ocurre en psicoanálisis, detectar el auto-engaño en uno mismo es
mucho más difícil que detectarlo en otros. El auto-engaño propio, por otro lado, es
intrínsecamente más simple de eliminar una vez detectado. Una vez que uno
acepta haberlo detectado en sí mismo con respecto a algo, presumiblemente ha
cesado por ello mismo de existir a ese respecto.662
Así precisamente se entiende el funcionamiento de la terapia analítica,
mediante la emergencia de diversos patrones inconsistentes o indeseados
almacenados en modalidades diversas e inconexas y que presentan una
conflictividad no representada, y por ello no-consciente. Algunos estados no
poseen contenido proposicional, se muestran de forma conflictiva solamente a nivel
corporal. Al adquirir una representación de los mismos, al ligarlos, al referirlos,
éstos desaparecen.
660 H. Hartmann, Essays on Ego Psychology, Nueva York, 1964.661 Cf. nota al pie número 181662 L.J. Cohen, An Essay on Belief and Acceptance, Oxford, 1992, p. 147.
El autoengaño, la asunción de estados proposicionales en conflicto con otros
sin existir apercepción fenomenológica de dicho conflicto, ha introducido así un
concepto instrumental con un contenido similar al del inconsciente freudiano. De
acuerdo con Davidson la irracionalidad se referiría a causas que no son razones. El
inconsciente, 'inobservable', supondría una hipótesis que sirve para explicar ciertas
desviaciones de la racionalidad, de la auto-explicación de la conducta, frente a la
hetero-explicación que supone la relación analítica.
Así surge el tema de la irracionalidad en la acción. Para Gardner, el
psicoanálisis mantiene su valor como teoría por ser la única que da respuesta a
situaciones comunes que no responden a nuestro concepto de racionalidad.663 La
irracionalidad es sólo explicable si, frente a un deseo explícito y unas creencias
acerca de los medios para conseguir dicho deseo, el comportamiento no sigue
dichas creencias. La única forma de explicación es buscar un motivo de otro orden
que interfiera o bien con el deseo o con las creencias adecuadas a dicho fin. Se
trata de buscar una finalidad de otro tipo para poder hacer comprensible una
determinada acción, y no tanto el hecho que ésta realmente exista como estado
intencional. Ésto es lo que el psicoanálisis lleva a cabo, y de ahí la importancia
atribuida a los deseos o estados motivacionales y su carácter inapercibido por parte
del sujeto.
El psicoanálisis no sería falsable sólo con respecto a determinado contexto de
racionalidad. Al intentar dar una explicación de lo irracional tienen que imaginar
nuevos contextos en los que el comportamiento sea racional y posea un valor
veritativo, ha de suponerse una intencionalidad. Todo son confirmaciones, puesto
que lo que hace el análisis es buscar marcos explicativos adecuados para acciones
663 S. Gardner, Irrationality and the Philosophy of Psychoanalysis, op. cit.
que no consiguen encontrar uno y que, de acuerdo con la metapsicología
freudiana, deben empezar su indagación con aspectos motivacionales (sexuales,
agresivos). Se trata de una petición de principio similar a la que lleva a cabo la
teoría de la selección natural para poder valorar una explicación.
Así se ha resaltado cómo el psicoanálisis supone la mejor teoría para
desentrañar el comportamiento irracional.664 Para mantener la coherencia del
concepto de mente se requiere una partición a la hora de dar cuenta de la
irracionalidad. “...a falta de un mejor candidato, los factores psicoanalíticos son
exactamente el tipo correcto para jugar el papel de ofrecer un contexto causal capaz
de explicar porqué hay trastornos y desviaciones de la racionalidad en la red
proposicional.”665
La anosognosia es un fenómeno que ocurre tras ciertas lesiones en el lóbulo
parietal derecho. En estos casos el sujeto no es consciente de la lesión que suele
afectar a la motilidad de los miembros izquierdos. El paciente suele negar o pasar
por alto dicha situación al ser preguntado acerca del miembro paralizado. Según
Ramachandran el paciente sabe acerca de dicha ausencia de motilidad a cierto nivel
pero este conocimiento es reprimido. Bajo ciertas circunstancias puede recuperarlo,
como bajo la acción térmica de líquido frío en el oído; de otro modo crea una
664 “Dado que la irracionalidad es real y requiere explicación esto supone un argumento en favor de la verdad dela teoría psicoanalítica,” ibid, p. 1, “...viendo a las personas expresando fantasías, (el psicoanálisis) explica, de unmodo que la psicología ordinaria no hace, las auto-contradicciones constitutivas de la irracionalidad,” ibid., p.206665 Ibid., p. 198, “Los estados psicoanalíticos extienden la psicología ordinaria de una forma que los predicadoscognitivo-psicológicos no hacen, y explotan su amplia forma racionalizante de explicación; son postulados enrespuesta a las necesidades de explicación creadas por los fenómenos irracionales al nivel personal,” ibid., p.202. “La carga de la prueba se encuentra en el crítico de la explicación psicoanalítica de demostrar que suepistemología difiere del tipo de la psicología ordinaria, mostrar esto requeriría un compromiso más íntimo conel psicoanálisis del que sus críticos le han acordado frecuentemente,” ibid., p. 243. Para una exposición delpsicoanálisis como extensión de psicología del sentido común antes que como teoría científica validable cf. J.Hopkins, “Epistemology and Depth Psychology: Critical Notes on The Foundation of Psychoanalysis”, P. Clarky C. Wright (eds.), Mind, Psychoanalysis and Science, op. cit. De acuerdo con esta concepción, “....ladescripción de sentido común de motivos ya demuestra su papel causal y explicativo,” ibid., p. 39. Así el métodode libre asociación al poner en relación ideas muestra su poder explicativo y causal.
multitud de explicaciones para negar dicha parálisis. Refiriéndose a uno de sus
pacientes señala, “verlo me convenció, por primera vez, de la realidad del fenómeno
de la represión que forma el sustento de la teoría psicoanalítica clásica.”666 En estos
casos se producen confabulaciones para evitar el acceso a la información acerca de
su parálisis, inventan razones inverosímiles para dar cuenta de ella. Los pacientes
no pueden soportar la representación de su miembro perdido y la reprimen.
En sus estudios psicoanalíticos con pacientes anosagnósicos, Solms señala
momentos en que los sujetos se dan cuenta del miembro inútil, produciendo fuertes
respuestas emocionales que resultan bloqueadas mediante la confabulación. Se
produce una reconexión con dicho aspecto reprimido al dirigir la atención hacia el
miembro y ser 'conscientes' de su imposibilidad al moverlos. Así sucede con
pacientes con lesiones en el área perisilviana derecha, “...su hipoemocionalidad es
sólo aparente y las emociones negativas no están ausentes en estos casos; más
bien, están presentes pero suprimidas dinámicamente.”667
La diversidad de niveles de procesamiento, muchos de los cuales no alcanzan
la conciencia, presenta un posible conflicto entre actitudes proposicionales que
representan dichos contenidos y modalidades neurovegetativas y fisiológicas. De
este modo, la teoría del auto-engaño convergería con los más básicos postulados
psicoanalíticos. El psicoanálisis como terapia en su aspecto formal sólo añadiría la
posibilidad de formular ciertos conflictos no tan claramente definidos por su falta de
representación simbólica, por su 'modalidad' corporal, en el sentido de
666 V. Ramachandran, “Phantom limbs, neglect syndromes, repressed memories, and Freudian psychology”,International Review of Neurobiology, 37, 1994, p. 324.667 M. Solms, “The Deep Psychological Functions of the Right Cerebral Hemisphere”, Bulletin of the BritishPsycho-Analytic Society, 1999, 25(1), p. 19. Cf. M. Conway, “Repression revisited”, Nature, 410, 2001, pp. 319-320.
procesamiento motor, nervioso, fisiológico, fuera de la fenomenología subjetiva por
ser automáticos.
En este sentido, el estudio de la conciencia plantea el problema de una 'brecha
explicatoria', la no reducibilidad de la experiencia, en concreto de la experiencia
subjetiva, a una ley física única. El psicoanálisis diverge de esta propuesta
unificada, sosteniendo una diferencia esencial entre la experiencia subjetiva y los
procesos subyacentes a ésta. Frente al 'cranealismo', que asume la identidad de
cerebro y conciencia, ésta es puesta en tela de juicio por un externalismo activo,
según el cual la conciencia también se inscribe de cierto modo en el exterior.668
Así la apercepción como transducción de los datos sensoriales posee una
objetividad que puede ser estudiada como análisis de estados, funciones y
estructuras. La conciencia, por su lado, permanece sujeta a la 'privacidad'. La
transitividad de esta ecuación nos remite a la pregunta acerca de hasta qué punto
el cerebro da lugar a la conciencia, en cuanto centro de procesamiento de todos
los estímulos, en cuanto órgano central del sistema nervioso. Pero quedaría un
resto, precisamente el que hace que mente no pueda ser idéntica a conciencia. La
existencia de una conciencia corporal, incorporada, implica que la conciencia no
sólo está presente en el procesador central sino también en el sistema nervioso
autónomo.
La desconexión entre la voluntad de un sujeto y otro mecanismo fisiológico
actuante se observa en los casos de 'mano anárquica', en los que una mano lleva
668 A. Clark y D.J. Chalmers, “The Extended Mind”, Analysis 58(1), 1998, pp. 7-19. “En cualquier caso, una vezque la hegemonía de la piel y el cráneo sea usurpada, podremos vernos más genuinamente como criaturas delmundo,” in fine. Cf. E. Thompson, “Empathy and Consciousness”, Journal of Consciousness Studies, 8(5-7),2001, pp. 1-32. Número especial del JCS en meoria de Francisco Varela Between Ourselves, Second-PersonIssues in the Study of Consciousness.
acciones a cabo que no son queridas por el sujeto.669 Aunque la mano lleva de
forma aparentemente autónoma ciertas acciones, el sujeto declara no poseer
ninguna intención o representación de su acción. Estos ejemplos muestran un nivel
de activación nervioso que evade la representación por parte del sujeto de su
cuerpo.
Siguiendo a Wittgenstein, podríamos decir que el cerebro de una persona feliz
es diferente (posee patrones de funcionales de activación y posiblemente
estructuras diversas) al de una infeliz, o , en su versión cognitiva, la forma en que
una persona feliz procesa la información es diferente al modo en que ésto sucede
en una persona infeliz. ¿Pero es posible el cambio? Ciertos medicamentos afectan
el cerebro de la persona infeliz para descargar o inhibir la recaptación de ciertos
neurotransmisores. Si bien es cierto que el aprendizaje puede producir también
cambios estructurales y funcionales en adultos, éstos ocurren mediados, como
todo aprendizaje, por lo simbólico. Los fármacos pueden actuar sobre los estados
neuronales, sin representación, pero difícilmente actúan en el contenido
representado o representable adquirido por la experiencia, almacenado y
recuperable fenomenológicamente. Es en este sentido, en el que el psicoanálisis
lacaniano ha entendido su labor. Ya en su primer seminario Lacan ponía en
evidencia los problemas del psicoanálisis: “Pero, desgraciadamente, el
psicoanálisis no siempre lo explica muy bien. Realiza un descubrimiento parcial que
explica en términos de omnipotencia del pensamiento, de pensamiento mágico,
cuando lo fundamental es en realidad la dimensión del símbolo.”670
669 S. Della Sala, C. Marchetti y H. Spinnler, “The anarchic hand: a fronto-mesial sign”, F. Boller y J. Grafman(eds.), Handbook of Neuropsychology, vol. 9, Nueva York, 1994.670 J. Lacan, Seminario I, op. cit., p. 406.
Freud, en ciertos momentos, albergaba la esperanza en una posible reducción
de su producción a la biología, a una ciencia de la vida de tipo fisicista. La teoría
psicoanalítica había de servir de marco que recibiese un fundamento orgánico.671
Ha llegado el momento de que la neurociencia y ciencias cognitivas sirvan de
puente con dichas teorías de contenido biológico.
Si bien la psicología del sentido común puede desvelar a un nivel macro la
auténtica explicación posible de la actividad humana, ésta ha de ser religada con
teorías concretas que den significado a sus conceptos, que la conviertan en una
explicación experta.672 Con la revolución cognitiva se ha pasado de la idea de
significado a la de procesamiento de información, superando la preferencia por la
narrativa como modelo de construcción de significado y relacionando los aspectos
constitutivos del comportamiento humano con la situación en que dicho
comportamiento se produce.
No es el caso que una representación a menor nivel (microscópica) sea siempremejor que una macroscópica (en el caso de bolas de billar). Ni los informes entercera persona son mejores que los de primera persona (describiendo o intentadocontrolar nuestros pensamientos, imágenes y emociones). El valor de unarepresentación dada sólo puede ser evaluado a la luz de los propósitos para la quees utilizada.673
671 S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse und Neue Folge, “24. Die gemeine Nervosität”,Sta., I. En Freud hay dos lecturas que condicionan su interrelación con la ciencia. Así en Die Frage derLaienanalyse censura las hipótesis químicas, así como las anatómicas, ajenas al sistema psicoanalítico, mientrasque en Hemmung, Symptom und Angst sostiene la posibilidad de abandonar un día el lenguaje metapsicológicopor uno de tipo fisicalista.672 J. Brunner, Acts of Meaning, Harvard, 1991. “Dar sentido mediante la búsqueda de significado, opuesto abuscar comprensión a través de información computable. Con este recurso hacia la tecnología computacionalhemos olvidado completamente cómo dar cuenta de cómo aprendemos y porqué. El procesamiento deinformación olvida que aprendemos la importancia de una idea por su relevancia para nosotros como individuos,que damos sentido buscando significado.”673 M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?” op. cit.
Como señala Rosenfield la imagen propia, la conciencia de identidad sostiene
una determinada organización cerebral. Ésta, al verse alterada en pacientes con
múltiples personalidades, convierte en identidad cada una de las organizaciones
diversas que en el cerebro son posibles y altera las funciones que sostiene.674 Así
esta plasticidad en la organización conlleva una multiplicidad de auto-
representaciones. Incluso la propia relación con el placer y el dolor está unida a
una representación del yo. La reconceptualización del yo contribuiría a una
reorganización del cerebro, relacionando conciencia y cerebro. Recordar supone el
establecimiento de una relación con la imagen del yo de un sujeto. En la working
memory interactúan el medio, tal como es percibido por el organismo, las
respuestas somáticas relacionadas con dicha información y los depósitos de
memoria a largo plazo. Edelman se refiere a la conciencia primaria que poseerían
otros mamíferos, sin una relación directa con la experiencia subjetiva de un pasado
y un futuro.
En contraste, la conciencia de alto nivel supone el reconocimiento por parte de unsujeto pensante de sus propios actos o afecciones. Incorpora un modelo de lopersonal y del pasado y el futuro, así como del presente. Muestra una apercepcióndirecta, la apercepción no inferencial o inmediata de episodios mentales sininvolucrar a los órganos sensoriales o receptores. Es lo que nosotros los humanosposeemos aparte de la conciencia primaria. Somos conscientes de serconscientes.675
Es este carácter reflexivo de la conciencia, dicha auto-apercepción, la que
permite otro tipo de aprendizaje aparte de por ensayo y error, de un
condicionamiento ciego. Así, la superación del conductismo también supone una
reinterpretación antropológica. El carácter reflexivo de nuestra capacidad de
674 I. Rosenfield, The Strange, Familiar, and Forgotten: An Anatomy of Consciousness, Nueva York, 1992.675 G.H. Edelman, op. cit., p. 112.
aprender676 permite un aprendizaje en el que se pueden deshacer
condicionamientos y automatismos. Un animal "no puede, en general, ser
consciente de aquel recuerdo o planificar un amplio futuro para sí basado en dicho
recuerdo.”677 Parece que los humanos poseemos, a parte de la capacidad común
con nuestros antepasados biológicos de ser condicionados, la capacidad de
representarnos dichos contextos, relaciones y eventos, y modificarlos mediantes
dichas representaciones.
Esa planificación basada en la memoria es la que recurre en el síntoma
analítico. La experiencia está planificada y dicho orden se le impone al propio
sujeto. Al ser capaz de ser consciente de los procesos y activaciones concurrentes,
puede actuar sobre ellos. Del mismo modo que en actividades cognitivas de alto
nivel automatizadas, como tocar el piano, el pianista requiere traer a la conciencia,
apercibirse, de una nota que automáticamente es tocada incorrectamente, para
proceder a almacenar la nueva serie y reproducirla en conjunción con su activación
motora. De hecho es común entre deportistas de élite que relaten su relación con
su raqueta u otro instrumento, como prolongación del propio cuerpo, y lleven a
cabo sus movimientos con ausencia de experiencia fenomenológica, de forma
automatizada.
Si las narrativas se alimentan de esa capacidad cognitiva superior propiamente
humana, y ésta tiene su fundamento en nuestra interacción con el medio, es decir,
en nuestro interfaz con él, el cuerpo, parece lógico que la recuperación y
tranformación de dichas narrativas consiga desentumecer, remodelar, nuestra
676 “Todos los mamíferos parecen tener la experiencia de dolor, rabia, miedo y otros muchos sentimientos brutos,pero no parecen ser capaces de reflexionar sobre dichos sentimientos como hacemos nosotros,” J. Panksepp, op.cit., p. 300.677 G.H. Edelman, op. cit., p. 122.
propia imagen corporal, y en cierto sentido nuestra identidad. De ahí la relevancia
de la experiencia primera y singular de Freud al observar que los síntomas de
conversión que encontraba en las histéricas se producían en la imagen del cuerpo
que poseían mediada por sus conceptos y no propiamente como desórdenes
fisiológicos.
Para Wittgenstein pensamiento era sinónimo de pensamiento consciente. Es
en este sentido en que adoptaba un cartesianismo que identificaba mente y
conciencia, descartando otro tipo de procesamiento con ausencia de
representación consciente.
Como Freud antes que ellos, los científicos cognitivos rechazan la visión importadade Descartes de que la mente y la conciencia sean la misma. El términoinconsciente cognitivo implica simplemente que mucho de lo que la mente hacesucede fuera de la conciencia, mientras que el incosciente dinámico es un lugarmás oscuro, malévolo, donde los recuerdos cargados emocionalmente estánencargados de llevar a cabo el trabajo mental sucio. En alguna medida elinconsciente dinámico puede ser concebido en términos de procesos cognitivos,pero el término inconsciente cognitivo no implica estas operaciones dinámicas.678
Frente a las ciencias cognitivas clásicas basadas en propuestas funcionalistas,
en simulaciones que juegan el papel de teorías acerca del procesamiento de
información, la ciencia cognitiva que quiera precisar el contenido auténtico del
funcionamiento de cualquier organismo ha de partir de la propia consitución
biológica de dicho organismo. El hardware no es indiferente, sino que influye
decisivamente en los modos y posibilidades de procesamiento, de tal forma que un
modelo computacional difícilmente podría representar de forma adecuada el
funcionamiento de un organismo determinado biológicamente por la selección
678 J.E. Ledoux, op. cit., p. 29-30.
natural. En este sentido, esta nueva ciencia cognitiva rehace tres presupuestos
fundamentales de las ciencia cognitivas clásicas, aquéllos referidos a la posibilidad
de la inteligencia artificial, a la relación entre mente y cuerpo, y la necesaria
incorporación de un sistema nervioso totalmente implicado en el cerebro.
3.4. Computación, Emergencia e Incorporación
Los estudios en inteligencia artificial (IA) han utilizado programas en el sentido
de serie finita de instrucciones para replicar o simular tareas propias del
comportamiento humano. Si bien en su versión débil admiten que bastaría la
apariencia de inteligencia, de acuerdo con el test de Turing -es decir,
indiscernibilidad entre comportamiento automatizado y humano-, la versión fuerte
asume la posibilidad de recreación de la conciencia como modalidad de
procesamiento de datos. La versión fuerte se encuentra ligada al eliminismo que
despoja a la conciencia de contenido específico alguno y se compromete con la
metáfora computacional, de acuerdo con la que todos los posibles estados
cerebrales y, por extensión, los estados fenomenológicos, serían estados
computacionales. Estas teorías proceden del funcionalismo que prima la
implementación de la información al sustrato sobre el que se aplica. Modificaciones
adecuadas en el software permiten un procesamiento similar en niveles diversos.
Esta teoría, fruto de las ilusiones primeras depositadas en la revolución
cognitiva y la rápida evolución de ordenadores, acarreó una fe ciega en la metáfora
computacional y se extendió a dominios cercanos a la clínica. Así Colby, en los
años ochenta, se hacía valedor de dichas esperanzas.
Un terapeuta humano puede ser visto como un procesador de información ytomador de decisiones dentro de una serie de reglas de decisión relativas a fines acorto y largo plazo... Es guiado en estas decisiones por reglas empíricas somerasque le señalan lo que es apropiado decir y no decir en ciertos contextos. Incorporarestos procesos, en el grado que los posee un terapeuta humano, en el programasería una empresa considerable pero intentamos movernos en dicha dirección.679
679 J. Weinzenbaum, Puissance de l'ordinateur et raison de l'homme, París, 1976, p. 181.
Barsalou ha señalado cómo la influencia de ciertas áreas de conocimiento
aliadas a la 'revolución cognitiva', como la estadística o la modelación por
ordenandor, han extendido ciertas ideas acerca de la modularidad y un tipo de
representación amodal que, mientras más se acercaba a ser descrito de una forma
detallada más se alejaba del modo en que se produce efectivamente la
categorización humana, de su validez ecológica.680
ELIZA, el programa desarrollado por Colby, conseguía pasar el test de Turing
haciéndose pasar por un psicoterapeuta al plantear básicamente preguntas al
supuesto paciente y actuar sobre ciertas pistas, independientemente de cualquier
computación del valor efectivo de las proposiciones. Así actuaba como si poseyese
inteligencia, de tal modo que un individuo pudiese atribuírsela. Se trataba de un
sistema formal que era capaz de aprovechar la posición no intrusiva del terapeuta
para remitirse a instrucciones simples y genéricas. Como buen ejemplar de las
ciencias cognitivas clásicas, se trataba de un programa de manejo de símbolos que
partía de una representación descoporeizada. PARRY, otro de los primeros
programas en pasar, o más bien cortocircuitar, el test de Turing, simulaba las
repuestas de un psicótico. De acuerdo con dicho test, un sujeto no habría de ser
capaz de distinguir entre las posibles respuestas recibidas por una máquina para
poderle atribuir inteligencia a ésta.681
Las insinuaciones de Colby acerca de la posibilidad de reemplazar al terapeuta
por un programa como ELIZA simplificaban la actividad clínica como actividad
680 “Debido a que los lenguajes representacionales amodales poseen mucho poder expresivo, porque pueden serformalizados y porque pueden ser implementados en hardware, capturando la imaginación de la comunidad deciencia cognitiva, se impuso sobre el pensamiento teórico y se volvió ampliamente practicada.” L.W. Barsalou,“Situated Conceptualization”, op. cit., p. 15.681 Cf. C. Wegman, Psychoanalysis and Cognitive Psychology: A formalization of Freud's theory, Nueva York,1985. Wegman lleva igualmente a cabo el bosquejo de una simulación de un caso de Freud medianteinstrucciones basadas en scripts.
humana e inteligente, caricaturizada como simple algoritmo con el objetivo de hacer
hablar al sujeto, sin relación posible alguna con su narración, y supliendo la falta de
inteligencia real de dicho programa, incapaz, por otro lado, de 'entender' una sola
palabra de lo que le era confesado. El psicoanálisis supone, por su parte, la
interpretación del texto del analizante, supone retomar las palabras enunciadas y
resaltar ciertos aspectos de lo dicho por el paciente que quedan más allá de lo que
creyó decir. Ha de mostrar cómo la productividad lingüística supera su
identificación con su lenguaje. Ante este tipo de exigencia, los ordenadores
muestran su debilidad en tareas en contextos ricos, así como no formales pese a
su capacidad para trabajar en contextos bien definidos y determinados por reglas
como el ajedrez.
La transferencia, desde una perspectiva fenomenológica, era compatible con
los postulados de Colby. Sólo la asunción de una auténtica intersubjetividad da al
traste con cualquier opción reduccionista. El propio Colby ha llevado a cabo,
basándose en la terapia cognitiva, un programa para superar la depresión.682 Un
modelo de acción terapéutica artificial seguiría un protocolo como éste.
682 http://www.maiw.com/ Creo que resulta suficiente como ejemplo, aunque la verdad no sé si el programa seencarga de simular al programa o al usuario. Según se anuncia en la página web de la empresa del propio Colby,se recomienda imprimir las conversaciones y estudiarlas como si de una prueba de bachillerato se tratase:“guarde sus impresiones y poseerá una obra de referencia completa sobre el tema de su depresión.” No sabemossi esto más que ayudar al usuario, lo puede sumir más aún en un estado cataléptico. “Una simple pasada por lalección no es suficiente para obtener benficios duraderos. Para absorber y solidificar el aprendizaje terapéutico,utilice muchas veces el programa, repetir y ensayar dichas lecciones que se aplican particularmente a su propiacondición.” De tanto repetir puede que el sujeto acabe tan harto de su historia que deje atrás la depresión.
Programa Hablábamos de su depresión. ¿Qué más puede decirme?Usuario Llevo ya seis meses abatido.Programa Debe ser duro sentirse tan deprimido.Usuario Lo es. Es como ahogarse en un pantano.Programa ¿Qué es lo que le deprime en concreto?Usuario Las mañanas. No consigo levantarme de la cama por las mañanas.Programa Debe ser difícil levantarse cuando uno no tiene nada por qué luchar.Usuario Justo. Odio la idea de tener que ir a trabajar.Programa ¿Qué es lo que no le gusta de su trabajo en concreto?Usuario Tengo un trabajo sin salida. No sé en qué dirección ir.Programa ¿Qué le hace sentir que no puede hacer nada acerca de su
situación?Usuario Es inútil intentar cambiar nada.Programa Parte de su sentimiento de inutilidad viene de una concepción
incorrecta, viene de que no hay nada que usted pueda hacer por símismo para mejorar su condición.
Esquema 3.1. Ejemplo del programa 'Overcoming Depression'
Éstos fueron alguno de los efectos perniciosos de la reducción de la
inteligencia a la simple computación de operaciones simbólicas propia de la
primera ola de las ciencias cognitivas. Las ciencias cognitivas incorporadas han
puesto límite a ésta concepción, mostrando que el procesamiento conlleva otros
factores como la emoción o procesos inconscientes que están íntimamente
conectados con el propio cuerpo, con actividades motoras y cinestéticas.683
La inteligencia artificial, al reducir la mente a un modelo de procesamiento, no
toma en consideración la emergencia biológica. En este sentido, el propio Piaget
fue igualmente presa del pensamiento fenomenológico que, desde Kant, embruja
nuestra filosofía de la mente. La inteligencia no puede ser ni un item aislado ni
directamente mensurable,684 ni una facultad estrictamente individual: se trata más
683 “A menos de que sea posible diseñar un ordenador que posea sentimientos, por ello, probablemente no seanunca posible diseñar un psicoterapeuta artificial que valga la pena. Y los sentimientos -...- son sinónimos conconciencia. Esto comienza a sugerir que probablemente nunca sea posible diseñar un ordenador con mente,” M.Solms y O. Turnbull, op. cit., p. 70. “Un ordenador sólo puede ser consciente si posee dicha capacidad de auto-apercepción, fundada en el cuerpo visceral,” ibid., p. 77. Cf. A.R. Damasio, The Feeling of What Happens, op.cit., p. 314.684 S.J. Gould, La Falsa Medida del Hombre, Barcelona, 1981.
bien de una interacción del sujeto con su medio.685 Es esta concepción trasnochada
la que asemeja la existencia de un homúnculo detrás de un teatro cartesiano de
representaciones. Es en el sentido de emergencia como se puede entender la
conciencia y la diferencia cualitativa, no cuantitativa, determinada por el número de
procesos, la que marca la diferencia entre máquinas y cerebros.
Una de las lecciones que plantea el análisis de la transferencia a la ciencia
cognitiva es su rechazo de la emergencia de la conciencia como proceso
exclusivamente individual. La gestación de la conciencia humana es el resultado de
un proceso dialéctico que se establece entre el organismo y su medio,
especialmente sus cuidadores, y que incorpora a modo de respuestas patrones
neuronales de activación, que procuran cierta homeostasis a nivel conductual. Así
surgen interrogantes relativos a dicha ausencia. ¿Podemos trabajar sobre la
conciencia desde una perspectiva monádica?
La irrelevancia clínica de las ciencias cognitivas para el psicoanálisis se basa,
según Pulver, en el propio carácter necesario de la relación, mediada por la
transferencia, que recorre la clínica analítica. Desde una perspectiva que entiende
la mente como mecanismo formal y abstracto de manipulación de símbolos nos
parece plausible dicha conclusión.686 Sin embargo la inclusión del cuerpo y del
'embodiment' abre perspectivas en que la cognición puede ser abordada desde la
presencia como 'cognición motora'.687 Así, se destaca la ineficacia de una
inteligencia artificial simplemente semántica para dar cuenta de las implicaciones
de estados corporales, de respuestas emocionales que son reconocidas por otro
ser humano de forma empática. Las emociones se expresan en el cuerpo y es al685 H. Gardner, Inteligencias Múltiples. La teoría en la práctica, Barcelona, 1995.686 S.E. Pulver, “On the astonishing clinical irrelevance of neuroscience,” op. cit.687 P. L. Jackson y J. Decety, “Motor cognition: a new paradigm to study self-other relations”, Current Opinion inNeurobiology, 14, 2004, pp. 259-263.
monitorizar éste cómo sentimos una determinada emoción.688 No necesitamos sólo
una perspectiva sintáctica, insuficiente para representar la mente,689 ni siquiera de
un enfoque 'semántico', sino toda una pragmática, una prosodia cognitiva que
pueda dar cuenta del cuerpo como interfaz activo del cerebro mediante el cual éste
se adapta a su medio.
Dentro del sistema nervioso periférico los intestinos pueden producir
respuestas independientemente del propio cerebro, el llamado reflejo peristáltico,
una modalidad de respuesta autónoma que se produce incluso en ausencia de
participación del cerebro o de la columna. Su independencia del sistema nervioso
central lo caracteriza como sistema neuronal aparte, con células nerviosas que
poseen su propia inervación, produciendo su propios neurotransmisores y con
semejanzas tanto funcionales como estructurales con el cerebro: el sistema
nervioso entérico sería así un segundo cerebro.690
No muy lejana resulta la relación entre el neurodarwinismo y una teoría
conflictual, psicodinámica, de la mente. La ausencia de una coordinación superior
en forma de homúnculo no nos puede dejar otra visión de la actividad mental que
una de reunión de aspectos disjuntos, de integración débil. De hecho, en una
mente convergente, pero no perfectamente integrada, una propuesta como la de
Freud de diversas instancias compitiendo por prevalecer no resulta extraña. Así
mismo, en dicha articulación se encuentra ya la semilla de un procesamiento en
paralelo, pues ambas instancias actúan simultánemamente, “...una similitud
fundamental en sus modelos (psicoanálisis y ciencia cognitiva) es la postulación de
688 J. Rustin y C. Sekaer, “From the Neuroscience of Memory to Psychoanalytic Interaction: ClinicalImplications”, Psychoanalytic Psychology, 21(1), 2004, pp. 70-82.689 J. Fodor, The Mind Doesn’t Work That Way, Cambridge, 2000.690 M.D. Gershon, The Second Brain, Nueva York, 1998.
múltiples unidades de procesamiento independiente que se combinan, oponen y
colaboran para producir decisiones psicológicas, algunas de ellas conscientes y
otras inconscientes.”691
El nivel de análisis de los sucesos macro descritos por el psicoanálisis puede
sacar provecho de la biología, reduciendo la dicotomía entre gen y
comportamiento. Frente a la añeja distinción entre enfermedades orgánicas y
funcionales, Eric Kandel señala la relación indisociable entre ambos sistemas: “No
puede haber cambios en el comportamiento que no se reflejen en el sistema
nervioso ni cambios persistentes en el sistema nervioso que no se reflejen en
cambios estructurales en algún nivel de resolución.”692 La idea de emergencia sería
contraria a cualquier programa reduccionista que intentase descomponer efectos
en simple sumatoria de causas en un mismo plano.
Las teorías emergentistas tratan de explicar la superveniencia de la conciencia
como propiedad de sistemas de procesamiento inferior y sirven, de este modo, de
explicación de algunas de las dificultades de la inteligencia artificial. ¿Cómo se
producen ciertas propiedades que se sitúan en una ontología diferente a los
procesos de los cuales proceden? Diversos procesos en paralelo producen una
propiedad que se sitúa a un nivel ontológico diverso. Por otro lado se sitúa el
emergentismo epistemológico.
Una propiedad de un objeto o sistema es epistemológicamente emergente si dichapropiedad es reducible o determinada por las propiedades intrínsecas de losúltimos constituyentes del objeto o sistema, mientras, al mismo tiempo, nos es muydifícil explicar, predecir o derivar la propiedad sobre la base de los últimos
691 D. Westen, “The scientific legacy of Freud: Toward a psychodynamically informed psychological science,”Psychological Bulletin, 124(3), 1998, p. 345.692 E.R. Kandel, “A new intellectual framework for psychiatry”, American Journal of Psychiatry, 155(4), 1998 p.464.
constituyentes.[...] Las propiedades emergentes ontológicamente no son nireducibles ni están determinadas por propiedades más básicas.693
Así, el emergentismo ontológico poseería un carácter más fuerte que el
epistemológico como propiedades de sistemas dinámicos. Por su parte, el
conexionismo, como modelo de funcionamiento cerebral, con características
análogas a la teoría del caos y a los estudios de sistemas dinámicos no-lineares
complejos,694 trata igualmente al cerebro como un sistema dinámico, de forma que
la coherencia del sistema, en el sentido de las diversas relaciones entre
singularidades, produce procesos sinérgicos globales. La red siempre intenta
alcanzar un nivel homeostático que implique una cantidad mínima de energía.
Cualquier intromisión supone un desorden que es regulado en una nueva
configuración manteniendo un nivel energético mínimo.695
Cambios ligeros producen efectos reverberantes en el sistema y, a su vez,
cambios estructurales, una reorganización de sistemas sin clara demarcación entre
las clásicas causas y efectos de sistemas cerrados, fenomenológicamente
identificables como situaciones de sorpresa en la sesión. Dichos cambios se
producen en la situación psicoanalítica,696 'en el borde del caos', bajo la
incertidumbre propia de la libre asociación, que permitiría que se genere una nueva
estructura sin fin determinado que emerge en función de aspectos diversos e
inconexos.
693 M. Silberstein y J. McGeever, “The Search for Ontological Emergence”, Philosophical Quarterly, 49 (195),1999, 186.694 Ibid., p. 190.695 R. Hoffman, “What neural network studies suggest regarding the boundary betwen conscious and unconsciousmental processes”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, op. cit.696 R.M. Galatzer-Levy, “Emergence”, Psychoanalytic Inquiry 22(5), 2002. Cf. S. Palombo, The Emergent Ego,Madison, 1999.
Un modelo dinámico muestra cómo las singularidades cambian la dirección
global de sistemas caóticos, sensibles a pequeñas perturbaciones. Las respuestas
cardíacas en una sesión de psicoterapia dan lugar a correlaciones caóticas, no
lineares, relativas a sucesos psicológicos importantes acaecidos.697 La función de la
transferencia sería añadir complejidad, frente a la repetición o asimilación
piagetiana. La mera repetición de patrones adquiridos sigue un modelo fractal con
atractores que describen el comportamiento a largo plazo. Así, “la relación analítica
es un fractal de la dinámica general de un paciente; la transferencia es un fractal
de ésta, y así sucesivamente. Y sostenemos que lo que sucede en el análisis lleva
a cambios generales en la forma de vida del paciente.”698 La psicopatología vendría
asociada a la existencia de un bucle, bien de estados caóticos o excesivamente
regulares, más que a un equilibrio dinámico y complejo.699 Precisamente el bucle
viene definido bajo las coordenadas de un sistema aislado, auto-generado, frente a
la relación con otros sistemas que permiten una regulación más flexible y rica, y el
surgimiento de nuevos patrones siguiendo fluctuaciones en la estabilidad del
sistema que estaría relacionado con las modalidades de autoregulación.700 La
transferencia produciría una reconstrucción en una modalidad diádica mediante
una dinámica de rupturas y acercamientos cada vez más sutiles, consiguiendo un
cambio en los esquemas emocionales. Se obtendría así una mayor integración y
complejidad de los sistemas al igual que mayor flexibilidad, la complejidad
697 D.J. Redington y S.P. Reidbord, “Chaotic dynamics in autonomic nervous system activity of patient during apsychotherapy session”, op. cit.698 S. Seligsman, “Dynamic Systems Theories as a Metaframework for Psychoanalysis”, op. cit., p. 310.699 B. Priel y G. Schreiber, “On psychoanalysis and non-linear dynamics: The paradigm of bifurcation”, BritishJournal of Medical Psychology, 67, 1994, pp. 209-218. “En resumen, las transferencias podrían ser consideradas“transiciones de 'cíclos límite' hacia atractores extraños [caóticos] mediante bifurcación...” ibid., p. 214 700 B. Fajardo, “Breaks in consciousness in the psychoanalytic process: A dynamic systems approach to changeand a bride to Edelman's mind/brain model”, op. cit. “La acción terapéutica de las intervenciones psicoanalíticasse basan pues en la coordinación de los procedimientos regulatorios del analista con los del paciente,” M.L.Miller, “Dynamic Systems and the Therapeutic Action of the Analyst: II. Clinical Application and Illustrations”,op. cit., p. 68.
conllevaría flexibilidad y estabilidad.701 Esta integración ocurre mediada por la
apertura de sistemas inflexibles, cerrados, hacia otros más abiertos, en que los
componentes del sistema, analista y analizante, se modifican.
Desde una perspectiva de dinámica de sistemas, la finalidad del tratamientopsicoanalítico es transformar sistemas rígidamente ordenados y cerrados enestados más abiertos y adaptativos. El tratamiento intenta alterar la organizacióndel sistema para incrementar el flujo de energía e información entre el sistema y sumedio, de tal modo que el sistema pueda evolucionar hacia una complejidad enaumento y una adecuación adaptativa. El proceso de cambio se centra endesestabilizar o desaprender las conexiones entre los elementos que forman unsistema rígidamente ordenado.702
De acuerdo con el emergentismo no habría ninguna justificación para la
asunción ampliamente sostenida de que la física fundamental posee prioridad
ontológica y epistemológica sobre las llamadas ciencias especiales. “Por ello sea
quizás necesario buscar explicaciones no reductivas (explicaciones que no se
basen en leyes inferiores o constituyentes más fundamentales) de algunos
fenómenos, no simplemente debido a la ignorancia, sino porque los fenómenos en
cuestión son ontológicamente verdaderamente emergentes.”703
El aprendizaje de una máquina también difiere del humano en cuanto aquella
no es un sistema abierto que interactúe con su medio; en especial su carácter
701 D.J. Siegel, “Towards and interpersonal neurobiology of the developing mind: Attachmente relationships,“mindsight,” and neural integration”, Infant Mental Health Journal, 22(1-2), 2001, pp. 67-94.702 M. L. Miller, “Chaos, Complexity, and Psychoanalysis”, Psychoananlytic Psychology, 16(3), 1999, pp. 372-373. Cf. G. Globus y J.P. Arpaia, “Psychiatry and the new dynamics”, Biological Psychiatry, 35, 1993, pp. 352-364. R. Robertson y A. Combs (eds.), Chaos theory in psychology and the life sciences, Nueva Jersey, 1995. Cf.F. Orsucci, “Morfogenesi e complessità. Verso la formazione di paradigmi generali in psicoanalisi”, Psiche, 5,1997, pp. 107-22. “La teoría de sistemas dinámicos se centra en cómo la creación, mantenimiento ytransformación de los estados de un sistema hace más que dirigir la atención del analista a los estados afectivos yfisiológicos del paciente como foco primario del tratamiento. También especifica que es en la coordinación deestos estados con los del analista cómo se forma la relación entre el paciente y el analista, M.L. Miller, “DynamicSystems and the Therapeutic Action of the Analyst: II. Clinical Application and Illustrations”, op. cit., p. 68.703 M. Silberstein y J. McGeever, “The Search for Ontological Emergence”, op. cit., p. 199. “La emergenciaontológica supone un monismo sin reduccionismo,” ibid., p. 200.
descorporeizado impide tal circunstancia. Si tal es el caso en los procesadores
sintéticos, ¿no lo será igualmente en los de tipo orgánico? Es decir ¿no supondrá el
cuerpo un aspecto propio de la cognición humana? La crítica al modelo clásico de
las ciencias cognitivas, basado en la metáfora computacional, proviene
precisamente de una nueva comprensión de las relaciones entre cuerpo y mente
que desplaza cualquier analogía con el hardware y software precisamente en su
emboîtement, en su inseparabilidad: "el reultado del trabajo de treinta años... [es]
brillantemente correcto en parte, pero en general un fracaso... El estudio de
cerebros reales y computadores reales interactuando con el mundo... es el futuro
de la ciencia cognitiva."704 Dicho fracaso apunta hacia una reconsideración de una
ciencia cognitiva incorporada que incluya la aportación del cuerpo al desarrollo de
la conciencia y a su integración en el mundo exterior; el paso de una mente
cartesiana descarnada a una conciencia que se desarrolla como función corporal
integrada, incoporada, dinámica. “En contraste, en la visión dinámica de la
cognición las representaciones ya no son estructuras estáticas que no poseen
relación con el hardware del cerebro. Por el contrario, son definidas por la
evolución de patrones que emergen de un substrato de hardware subyacente y que
son detectadas en la geometría del tiempo.”705
Una de las primeras lecciones que se ha extraído de los estudios de
inteligencia artificial es la relación entre inteligencia e incorporación. El test de
Turing suponía un computador que se comunicaba desde otra habitación con una
persona mediante un teletipo, de tal modo que el sujeto no pudiese observar que
las respuestas provenían de una masa de circuitos. Dicho test sería, en todo caso,704 H.R. Pagels, The Dreams of Reason: The Computer and the Rise of the Sciences of Complexity, Nueva York,1988, pp. 190-1.705 R.M. French y E.Thomas, “The dynamical hypothesis in cognitive science: A review essay of Mind asMotion”, Minds and Machines, 11(1), 2001, p. 103.
una medida comportamental, en el sentido que señala Searle con su ejemplo de la
habitación china.706 A un input x se responde con un output y, a un idiograma x se
responde con otro y. Precisamente la debilidad de este concepto de manipulación
de símbolos es que no se deshace del conductismo estímulo-respuesta, frente al
cual se posicionaba la ciencia cognitiva. El procesador no piensa, sólo sabe dar
respuestas adecuadas a los estímulos dados, pero no es capaz de producir
respuestas en un sentido creativo.
Si bien en un primer momento la ciencia cognitiva mantendría la clásica
división cartesiana, asimilando la mente a un proceso sometido a leyes similares a
las de un procesador del tipo de von Neumann, los desarrollos más recientes
tienden a desechar el dualismo cartesiano por una mente incorporada que, como
tal, sería una extensión, si bien privilegiada, del cuerpo, de su movimiento y su
procesamiento primario en forma de emoción.707 Así se sostiene, junto con la
incorporación, la intersubjetividad:
El grado en que una persona puede llegar a experimentar los afectos como mente(es decir, como sentimientos) en lugar de únicamente como cuerpo, dependerá[por tanto] de la presencia de un contexto intersubjetivo facilitador.708
Esta división de relaciones entre sistemas podría proponerse como niveles de
procesamiento más o menos consciente. Mientras los procesos mentales actuarían
706 J.R. Searle, “Minds, brains and programs”, Behavioral and Brain Sciences, 3, 1980, pp. 417-424. 707 La propia etimología de emoción relativa al latín emotionem vendría de motionem y motum que denotamovimiento y el prefijo e que supuestamente añade fuerza a la acción.708 R.D. Stolorow y G.E. Atwood, Los Contextos del Ser, Barcelona, 2004, p. 85. “Cuando la persona puedeanticipar qué sentimientos más elaborados simbólicamente van a ser ignorados o rechazados, o que dañarán elvínculo con el otro, de manera que se producirá una repetición de aquella falta de sintonía que se había dado enla niñez, esta persona se repliega entonces hacia formas más arcaicas, exclusivamente somáticas, de laexperiencia y de la expresión de la misma (...),” ibid., p. 86. Es el miedo a la falta de 'sintonía afectiva' lo queproduce los bloqueos en el analizante frente al analista teñidas por su experiencia previa, en especial con suscuidadores. Y dan una respuesta a las opciones filosóficas de relación entre mente y cuerpo correspondiendo adiversas formas de experimentarla de acuerdo con cierto pasado.
a niveles simbólicos otros procesos se llevarían a cabo de modo automático,
subsimbólicamente, desde la información que el ARN lleva a la célula, hasta las
respuestas del sistema nervioso ante determinados estímulos. Un modelo basado
en la división entre mente y cuerpo podría ser reemplazado por uno similar al de la
primera tópica freudiana, fundamentado sobre niveles de activación, distinguiendo
grados dentro de un mismo proceso, antes que instancias.709 Frente al dualismo o
'instancialismo' nos situaríamos en un monismo jerárquico. La conciencia sería un
mecanismo de acceso a diversos niveles de procesamiento con apercepción
subjetiva, un medio de acceso global.
Existe evidencia firme de que cualquier neurona individual o cualquier población deneuronas puede llegar a ser controlada voluntariamente dando un feedbackconsciente a sus ritmos de disparo neuronal. Un pequeño electrodo en la base delpulgar puede activar una unidad motora individual, una fibra muscular controladapor una neurona motora proveniente de la columna vertebral, y una fibra sensorialvolviendo a ésta. Cuando la señal de la fibra muscular es amplificada y repetidacomo un clic en un altavoz, el sujeto puede aprender a controlar su unidad motoraindividual -una entre millones- en unos diez minutos. ¡Algunos sujetos hanaprendido a tocar redobles de batería después de treinta minutos practicando! Sinembargo si la señal de biofeedback no es consciente, el aprendizaje no seproduce. El feedback subliminal, la distracción de la señal de feedback, o feedbackmediante un estímulo de habituación, todos estos casos pueden evitar que seadquiera dicho control. Ya que este tipo de aprendizaje sólo funciona para señalesde biofeedback conscientes, se sugiere de nuevo que la conciencia crea un accesoglobal a todas las partes del sistema nervioso.710
709 Una formulación similar desde las ciencias cognitivas lo podemos encontrar en Max Velmans. “Esto es, somostanto procesos preconscientes generadores como los resultados conscientes. Visto desde una perspetiva detercera persona, nuestros propios procesos mentales preconscientes aparecen como actividades neuroquímicas ysus actividades físicas asociadas. Visto introspectivamente, desde una perspectiva de primera persona, nuestramente preconsciente aparece como un espacio personal, pero 'vacío', del cual pensamientos, imágenes ysentimientos surgen espontánemanete. Nosotros somos tanto una cosa como la otra y ello requiere un cambio ennuestro 'centro de gravedad' intuido a uno donde nuestro yo experiencial se vuelva la 'punta' visible de nuestropropia mente preconsciente inserta (embedding),”M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?”op. cit.710 B.J. Baars y K. McGovern, “Cognitive views of consciousness: What are the facts? How can we explain them?” M.Velmans (ed.) The Science of Consciousness: Psychological, Neuropsychological, and Clinical Reviews, Londres,1996, p. 75.
El problema de la conciencia puede resultar iluminado por el estudio del
inconsciente como supuesto complementario. La transferencia se sitúa
precisamente en la intersección donde la máxima de Freud de hacer consciente lo
inconsciente obtiene su más clara significación. La transferencia como contexto
intersubjetivo de aprendizaje permite una recuperación consciente de ciertos
patrones y respuestas automáticas. Así, la conciencia se opone al automatismo
como presupuesto del inconsciente; de ahí que se acentúe como fin de la terapia
volver consciente, en el sentido de controlado por el sujeto. Esta conciencia habría
de pasar por un aprendizaje como el que supone la terapia.
Ninguna pastilla me puede ayudar con el problema de no querer tomar máspastillas; del mismo modo, ninguna cantidad de psicoterapia solo puede prevenirmis manías y depresiones. Necesito ambas. Es extraño deberle la vida a laspastillas, a las propias rarezas y tenacidades propias, y a esta única, extraña y, enúltimo término profunda relación llamada psicoterapia.711
De ahí la necesidad aún de una 'psicología de lo profundo' con bases
empíricas, que no sólo trabaje como clínica sino que pueda ser informada por
áreas de investigación anejas. Hablando de las perspectivas de una medicina
informada biológicamente, Antonio Damasio recupera la reivindicación del aspecto
conflictivo, desconcentrado de la enfermedad, frente a terapias más puntuales.
En tercer lugar, y quizás la razón más importante de todas: si la solución que sepropone para el sufrimiento individual y social elude las causas del conflictoindividual y social, no es probable que funcione durante mucho tiempo. Puedetratar un síntoma, pero no hace nada a las raíces de la enfermedad.712
711 Cit. E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatryrevisited,” American Journal of Psychiatry 156(4), 1999, p. 521.712 A.R. Damasio, op. cit., p. 244.
Los estudios de 'miembros fantasmas' (phantom limbs) de Ramachandran
muestran pacientes con dolores en brazos o piernas que han perdido o les han
sido amputados. Mediante un dispositivo de espejos que permitía la simulación del
movimiento del miembro perdido mostrando un reflejo del movimiento del miembro
no amputado, el sujeto observaba el movimiento de su brazo sano. Al mover
ambos brazos de forma simétrica desaparece el dolor fantasma. Se trata de una
demostración más de la idea freudiana de cómo nuestra 'concepción' del cuerpo
influye en la capacidad de sentir, como ocurre en los síntomas de conversión
histéricos.
El cuerpo ha de ser entendido como soporte material de la mente en tanto
implicada en el medio en el que se produce. Una posible mente descorporeizada
no poseería las mismas características que la mente tal como la conocemos. Ésta
se desarrolla en estrecha relación, imbricada corporalmente, en el medio.
La distinción entre enfermedades “del cerebro” y “de la mente”, entre problemas“neurológicos” y problemas “psicológicos” o “psiquiátricos”, es una desafortunadaherencia cultural que impregna nuestra sociedad y nuestra medicina. Refleja unaignorancia básica de la relación entre cerebro y mente. Las enfermedades delcerebro se consideran como tragedias inflingidas a personas a las que no se puedeculpar por su condición, mientras que las enfermedades mentales, especialmentelas que afectan a la conducta y a la emoción, se ven como inconvenienciassociales de las que los que las sufren tienen que responder en gran medida. Losindividuos tienen la culpa de sus fallos de carácter, su modulación emocionaldefectuosa, etcétera; se supone que el principal problema es la fuerza devoluntad).713
713 Ibid., p. 52. “No es sólo la separación entre mente y cerebro la que es mítica: la separación entre mente ycuerpo es, probablemente, igual de ficticia. La mente forma parte del cuerpo tanto como el cerebro,” p. 117.“Este es el error de Descartes: la separación abismal entre el cuerpo y la mente, entre el material del que estáhecho el cuerpo, medible, dimensionado, operado mecánicamente, infinitamente divisible, por un lado, y laesencia de la mente, que no se puede medir, no tiene dimensiones, es aimétrica, no divisible; la sugerencia de queel razonamiento, y el juicio moral, y el sufrimiento que proviene del dolor físico o de la conmoción emocionalpueden existir separados del cuerpo. Más específicamente: que las operaciones más refinadas de la mente estáseparadas de la estructura y funcionamiento de un organismo biológico,” op. cit., p. 230. Damasio señala cómoesta forma de pensar se encuentra en cierta forma presente en las teorías computacionales de la mente que sólo seatienen al simple procesamiento de símbolos sin contenido biológico alguno.
Pese a la ilusión farmacológica, las teorías químicas del funcionamiento del
cerebro, que identifican a la enfermedad mental como desequilibrio a nivel cerebral,
no han servido para conocer el origen de los desórdenes mentales, ni siquiera de
cómo funcionan exactamente dichas drogas. Un ejemplo es la 'teoría dopamínica
de la esquizofrenia' que relaciona dicha enfermedad con la segregación de dicho
neurotransmisor. Así se sitúa en contra de la idea de que la enfermedad mental
sea una enfermedad física, haciendo abstracción de la importancia de factores
psicosociales. “La aserción de que los desórdenes mentales son enfermedades
físicas implica mucho más de lo que puede ser justificado.”714 Frente al estigma de
enfermedad mental se intenta así reducirla a un tipo de enfermedad orgánica
genérica. Por otro lado, los intereses en la idea orgánica de enfermedad mental se
extienden a la industria farmacéutica, a las agencias sanitarias y al propio colectivo
psiquíatrico. Dicha hipótesis, según Valenstein, consigue dar visos de aceptabilidad
a la propia profesión psiquiátrica y produce un movimiento de sinergia con la
industria farmacéutica. Por otro lado, poseería ventajas socio-políticas, pues el
tratamiento farmacológico resulta más económico que el trabajo intenso
terapéutico, que puede, no obstante, en muchos casos, ser más efectivo y
duradero que la terapia farmacológica.
Más aún, los desórdenes mentales no son entidades simples homogéneas.Involucran un deterioro del lenguaje, la percepción, la memoria, motivación,emociones y mucho más. La creencia de que los estados cognitivos y emocionalescomplejos que subyacen a cualquier desorden mental están regulados por un solosubtipo de receptor neurotransmisor probablemente no sea más válida que la ideamantenida antes por los frenólogos, que creían que los atributos mentalescomplejos podían ser localizados en una parte específica del cerebro. Más aún, aligual que con cualquier sistema complejo, altamente integrado, el cambio de un
714 E. Valenstein, Blaming the Brain. The truth about drugs and mental health, Nueva York, 1997, p. 225.
componente posee efectos que inevitablemente se expanden por todo elsistema.715
La difícil línea divisoria entre mente y cerebro es establecida por los estudios
de casos de transtornos orgánicos que aparecen como instancias comunes de
desórdenes psicodinámicos habituales. Es decir, las lesiones cerebrales obedecen
a una fenomenología similar a la de los trastornos psicológicos sin sustrato
orgánico.716 Si se puede tratar a pacientes con lesiones cerebrales mediante la
psicología no menos se podría decir de desequilibrios al nivel de
neurotransmisores. Tras el estudio de diversos casos de pacientes con lesiones
cerebrales, Solms concluye que “...si es verdad que la naturaleza esencial y el
mecanismo causal de un síntoma psicológico puede ser sólo revelado por medios
psicológicos en casos donde ha habido daño físico reciente en una parte específica
del cerebro, entonces cuanto más debe ser el caso si el correlato físico (o incluso el
factor etiológico) es un desequilibrio neuroquímico, que puede no haber existido
durante el resto de la vida del paciente.”717 Los síntomas mentales de un paciente
con lesión cerebral sólo pueden ser comprendidos de forma psicológica. Así surge
la necesidad de construir un auténtico modelo “biopsicosocial” de la enfermedad
mental que incluya las diferentes interacciones entre organismo, medio y mente.
715 Ibid., p. 226. “Cuando comencé este proyecto planeaba describir los cambios que han tenido lugar en el modoen que la gente piensa sobre los desórdenes mentales y cuál es la mejor forma de tratarlos, así como los factoresresponsables en ocasionar los cambios. En el camino me he convencido de que es tan importante evaluar laevidencia y los argumentos que defienden la teoría hoy prevaleciente de que los desórdenes mentales soncausados por errores químicos que son corregidos por drogas. He concluído que esta teoría, que guía buena partede la práctica clínica y nuestros esfuerzos en investigaciçon, no posee base evindencial y que podíaperfectamente ser incorrecta. No obstante por razones que tienen poco que ver con la ciencia, la teoría es seguidaimplacablemente en un sendero lleno de peligros. Es como un barco sin guía en la navegación impulsado por unpoderoso motor a través de un mar con muchos arrecifes no descubiertos,” ibid., p. 241.716 L.M. Miller, Neuropsychodynamic Foundations of Psychoanalysis, op. cit.717 M. Solms, “Is the brain more real than the mind?” Psychoanalytic Psychotherapy, 9(2), 1995, p. 119.
3.5. Otras mentes: Interacci ó n e Iteraci ó n
El solipsismo metodológico ha sido una estrategia filosófica utilizada, en
oposición al naturalismo, para señalar la imposibilidad de trazar una relación entre
propiedades semánticas y mundo exterior. Así, el solipsismo supondría que la
existencia de un estado psicológico sólo implica la existencia del sujeto de dicho
estado y estaría estrechamente relacionado con una concepción descorporeizada
como la cartesiana.718 De acuerdo con las concepciones que destacan el carácter
incorporado de la cognición, así como el emergentismo de la conciencia, el ser
humano estaría predispuesto intersubjetivamente, la comunicación no sería
monadológica, como suponía Locke, los sujetos se encontrarían
'intersubjetivamente abiertos'. No muy lejos de dicha formulación entendemos la
idea de Thompson: “... la apercepción de uno mismo como individuo incorporado,
inserto en el mundo, depende de la empatía, en particular la aprehensión empática
de la aprehensión empática del Otro sobre uno mismo.”719
Bickhard720en sus estudios sobre emergencia y conciencia ha señalado, frente
a los enfoques representacionales, la importancia de la interacción como generador
de signos necesarios para el mantenimiento de un sistema abierto dinámico como
es el hombre en relación con su medio, bajo el principio de incertidumbre. Así,
surgen lo que denominamos emociones como adaptaciones a dicho medio. A su
vez, dicha interacción viene dada por la existencia de ejemplares previos de
718 J.A. Fodor, “Methodological Solipsism Considered as a Research Strategy in Cognitive Psychology”,Behavioral and Brain Sciences, 3, 1980, pp. 63-73. “Mi idea, entonces, por supuesto no es que el solipsismo seacierto; es simplemente que verdad, referencia y el resto de nociones semánticas no son categorías psicológicas.Lo que son es modos de Dasein,” p. 253. Fodor relaciona el solipsismo con un postulado de formalidad queiguala procesos mentales y teoría computacional. Para una perspectiva diferente cf. H. Putnam, “The meaning ofmeaning”, K. Gunderson (ed.), Language, Mind and Knowledge, Minneapolis, 1975.719 E. Thompson, “Empathy and Consciousness”, op. cit., p. 14.720 M.H. Bickhard, “Motivation and Emotion: An Interactive Process Model”, R. D. Ellis y N. Newton (eds.) TheCaldron of Consciousness, Amsterdam, 2000. Cf. M.H. Bickhard, “Representational Content in Humans andMachines”, Journal of Experimental and Theoretical Artificial Intelligence, 5, 1993, pp. 285-333. M.H.Bickhard, “Interaction and Representation”, Theory & Psychology, 9(4), 1999, pp. 435-459.
interacción, es decir, por su iteración. Frente a las teorías que acentúan la
codificación de las representaciones almacenadas, Bickhard hace hincapié en la
modalidad de la interacción. El organismo se muestra así completamente
involucrado en su medio. Tanto las representaciones como los estados
motivacionales o emocionales son todos fruto del proceso interactivo. El hombre
como organismo requiere aportes de su medio externo para mantenerse fuera de
equilibrio. Se trata de un sistema auto-mantenedor recursivo, capaz de adaptarse a
los cambios en el medio.
Frente a la hipótesis solipsista, la conciencia sería el producto de una
interacción y contendría los patrones de ésta que lo conforman como individuo. “La
conciencia es un producto de esa parte del cerebro que se encarga de las
relaciones humanas y es una propiedad de un cerebro que está y ha estado en
comunicación con otros cerebros.”721 En un modelo tal, el núcleo del yo (self)
vendría conformado por mecanismos de regulación de sentimientos que se
incorporan fisiológicamente, mediante la activación de hormonas. Se trataría del
primer tipo de comunicación que se produce entre el recién nacido y la madre, con
efectos estructurales.
Al igual que ha sucedido en la transición del magnetismo al psicoanálisis,
Bickhard sostiene que la historia de la ciencia conlleva un paso de una ontología
basada en substancias, como el fluido mesmérico, o el inconsciente, a una
contenida en procesos, de los cuales han emergido propiedades no contenidas en
dichos procesos.722
721A.N. Schore, op. cit., p. 494.722 “... las substancias y estructuras compuestas de substancias son inherentemente estables. Cambian si algo lashace cambiar, no de otro modo. Si intentamos modelar la psicopatología y usamos un sistema basado ensubstancias/estructuras modelaremos de modo inherente los fenómenos patológicos como estables. Deasprendero cambiar dichas estructuras requerirá de una intervención específica. Pero si la mente es un procesointrísecamente auto-organizador, entonces la profunda problemática de la psicopatología es precisamente lo que
Clásicamente se suponen dos tipos generales de teorías a la hora de adscribir
significado a la acción de otro. El problema de las otras mentes es explicado
mediante la 'teoría de teorías' (TT), según la cual poseemos cierta teoría acerca del
comportamiento humano y la aplicamos a las observaciones que realizamos de
otro. Por otro lado la 'teoría simulatoria' (TS) sostiene que entendemos al otro por
la simple capacidad de simular su acción y comprender su comportamiento.
Mientras que la TT se basa en una acepción de la interrelación fundada en una
representación simbólica, de tipo más abstracto y teórico, la TS sostiene el carácter
incorporado de la interacción que conlleva una replicación de la actividad del otro,
nuestra personificación de su situación. La empatía como modo de entender al
otro, no sólo de adscribirle sentido, sino de identificarnos con él, estaría del lado de
la TS.723 Ésta parece poseer una validez ecológica superior a la TT, al reconocer la
imitación como mecanismo fundamental no sólo del aprendizaje social, sino de
nuestra teoría acerca de los otros, de sus estados físicos y, mediante éstos, de sus
estados mentales, así como de sus sensaciones. Nuestra relación no sería con
'otras mentes', sino con 'otros cuerpos' que poseen formas semejantes de reflejar
sus contenidos mentales en estados corporales reconocibles a modo de
respuestas inmediatas.
Las investigaciones de Vittorio Gallese, Giaccomo Rizzolatti y sus
colaboradores de la Universidad de Parma abren nuevas perspectivas en la
atribución de significado a la acción de otros y a su carácter simulado. Cuando
se mantiene estable. ¿Porqué no desaprendemos “simplemente” dichas patologías? Un modelo basado ensubstancias entonces, incluso como heurística, deja las cuestiones más básicas sobre estabilidad y cambio másallá de examen: la estabilidad se presupone y por ello no es un fenómeno que requiera explicación,” M.H.Bickhard, “Interactivism: A Manifesto,” http://www.lehigh.edu/~mhb0/InteractivismManifesto.pdf723 V. Gallese y A. Goldman, “Mirror neurons and the simulation theory of mind-reading”, Trends inCognitive Sciences, 2, 1998, pp. 493–501. A. Goldman, “Empathy, mind, and morals”, M. Davies y T. Stone,Folk Psychology. The Theory of Mind Debate, Oxford, 1995.
observamos otro sujeto llevando a cabo ciertas rutinas motoras, en concreto
aquellas relacionadas con la aprehensión de un objeto, se activan las áreas
cerebrales correspondientes a la propia acción motora, como si el propio
observador estuviese llevando a cabo la acción, son las denominadas 'neuronas
espejo'.724 Estos autores tratan de reformular bajo una perspectiva post-solipsista el
problema de las otras mentes y de la psicología social afirmando la 'incorporación'
de la mente y su relación en un campo pericorporal, cercana a la fenomenología
desarrollada por Merleau-Ponty y a su noción de 'quiasmo', donde el cuerpo se
inserta en el mundo en relación con los otros.
No estamos alienados de las acciones, emociones y sensaciones de otros, porqueposeemos una perspectiva mucho más rica y matizada afectivamente de aquelloque hacen otros individuos, experimentan y sienten. Lo que hace ésto posible es elhecho de que poseemos esas mismas acciones, emociones y sensaciones.725
La interacción estaría basada en nuestra capacidad de replicar determinadas
acciones con idénticos fines, de poder entenderla. De este modo la experiencia en
primera y en tercera persona se correlacionan en acción y simulación, en la
imitación de patrones que produce tanto la observación de acciones como de
emociones. Si bien sólo podemos reconocer en el otro las emociones que podemos
poseer privadamente, en los casos de lesiones de áreas cerebrales relacionadas
con éstas, no sólo el sujeto no es capaz de obtener una experiencia subjetiva, sino
tampoco puede observar dicha reacción en el otro: “...la emoción del otro es
constitutida y entendida por medio de una simulación incorporada que produce un
724 Los artículos pioneros fueron V. Gallese, L. Fadiga, L. Fogassi y G. Rizzolatti, “Action recognition in thepremotor cortex”, Brain, 119, 1996, pp. 593-609. G. Rizzolatti, L. Fadiga, V. Gallese y L. Fogassi, “Premotorcortex and the recognition of motor actions”, Cognitive Brain Research, 3, 1996, pp. 131-141. G. Rizzolatti, L.Fadiga, M. Matelli, V. Bettinardi, E. Paulesu, D. Perani y G. Fazio “ Localization of grasp representations inhumans by PET: 1. Observation versus execution”, Experimental Brain Research, 111, 1996, pp. 246-252.725 V. Gallesse, “Embodied Simulation: From Neurons to Phenomenal Experience” (en prensa).
estado corporal compartido. Es el estado corporal compartido por el observador y el
observado lo que habilita la comprensión directa.”726 Se trata de lo que ha sido
denominado 'resonancia immediata', “...el mecanismo fundamental que nos permite
una aprehensión experimental directa de la mente de los otros no es el
razonamiento conceptual, sino una simulación directa de los eventos observados
mediante el mecanismo espejo.”727 En la zona motor prefrontal del cerebro se
unirían las perspectivas en primera y tercera persona: reconocemos mediante la
recreación cerebral de comportamientos observables. La comprensión
intersubjetiva primordial conlleva la generación de patrones de interacción
adaptados a un 'espacio interpersonal multidimensional compartido'.728
Estas investigaciones han puesto de relieve la relación de la zona cerebral
encargada de comportamientos motores y el lenguaje, el cortex prefrontal,
mostrando la base neurológica de las teorías de la metáfora que muestran el
surgimiento del lenguaje de acuerdo con un sustrato somático, incorporado. Se
trata de un contínuo entre las habilidades cognitivas y las de tipo físico, más
primitivas filogenéticamente.729
726 Ibid., p. 28.727 V. Gallese, Ch. Kaysers y G. Rizzolatti, “A unifying view of the basis of social cognition”, Trends inCognitive Science, 8 (9), 2004, p. 397.728 V. Gallese, “The manifold nature of interpersonal relations:the quest for a common mechanism”,Philosophical Transactions of the Royal Society of London, B 2003, p. 519. Cf. V. Gallese, “The roots ofempathy: The shared manifold hypothesis and the neural basis of intersubjectivity”, Psychopathology, 36, 2003,pp. 171-180. 729 F. Pulvermüller,“Brain mechanisms linking language and action”, Nature Reviews Neuroscience, 6, 2005, pp.576-582. Así la información somática y lingüística tendrían cierta interacción, lo que explicaría cómo el lenguajepodría influir sobre ciertas formas de acción corporal. Acerca de una 'hipótesis deíctica', por la que el significadose basa en la acción cf. A.M. Glenberg y M.P. Kaschak, “Grounding language in action”, Psychonomic Bulletin& Review, 9(3), 2002, pp. 558-565. Según los autores, el propio lenguaje estaría basado en cierta base corporal,en cierta experiencia cinestética, así por ejemplo “... durante el aprendizaje de la construcción de doble objeto eninglés, aprendemos a tratar la construcción como una instrucción para simular una transferencia literal de unaentidad a otra, incluso cuando el objeto transferido no es un objeto físico. Esta simulación es consistente con laafirmación de que la gente comprende la comunicación como un tipo de transferencia en la que las palabrasfuncionan como contenedores de información...” ibid., p. 563.
A su vez, la 'imaginería mental', la capacidad de imaginarse una acción, posee
como base los mismos procesos que la observación de dicha acción, la activación
de idénticas áreas corticales.730 Según Gallese, ambos tipos de procesamiento,
acción e imaginación, están basados en idénticos mecanismos,731 en el sentido de
activar los mismos circuitos que cuando el sujeto lleva a cabo la acción, “...la
conciencia propia de uno como individuo incorporado en el mundo se basa en la
empatía, en la cognición empática de otros, y la cognición empática de otros sobre
uno.”732 El concepto de transferencia que Freud hereda de Theodor Lipps también
estaba relacionado con el de Einfühlung o empatía. Así, sin bases empíricas como
las aportadas por Gallese y Rizzolati, era difícil otorgar una referencia precisa a
dichos mecanismos. De este modo se ponen en contacto estas áreas separadas,
permitiendo una integración conceptual.
La teoría de los ’enactments’ en psicoanálisis es heredera de las concepciones
empáticas. Ésta sitúa a la transferencia como proceso, como una serie de
interacciones emocionales entre analista y analizante con capacidad de alterar el
comportamiento del paciente. Los enactments se refieren a las complejas
modalidades de interrelación, solapamiento y convergencia que se producen por
medio de la transferencia en la terapia. Enactment se ha utilizado también para
referirse a la conversión de la experiencia interna en comportamiento, dando
cuenta de transacciones entre los dos participantes en el análisis que se influyen
mútua y constantemente. Si la intersubjetividad se mostraba como obstáculo
irremontable en la teorización de la transferencia, por medio de esta teoría se le da
cabida, no sólo desde la óptica de la contratransferencia del analista, sino desde
730 R.A. Finke (ed.), Principles of mental imagery, Cambridge, 1989.731 V. Gallesse, “Embodied Simulation: From Neurons to Phenomenal Experience”, (en prensa).732 E. Thompson, “Empathy and Consciousness,” op. cit., p. 2.
una perspectiva dinámica y procedimental de co-implicación. Antes que la
anulación de la subjetividad del analista como medio de objetividad, se admite su
implicación y se le otorga la relevancia correspondiente. Dentro de esta teoría se
han aclarado una buena parte de los conceptos teóricos psicoanalíticos, en
relación con la intersubjetividad y los enactments.
La intersubjetividad es el modelo teórico genérico. Enactment es el procesointersubjetivo en acción. Insight es el reconocimiento consciente de los significadosdel enactment. Resistencia es la oposición interna a la atención del enactment ysus significados. La interpretación es la comunicación verbal de la conciencia delenactment y sus significados. La libre asociación está basada en los aspectosinternos, silenciosos del enactment. La transferencia-contratransferencia esesencialmente un sinónimo para el fenómeno de enactment.733
Una de las señales de hasta qué punto la intersubjetividad juega un papel
importante en la práctica analítica es la superación del postulado conflictual según
el cual el cambio se produciría como resultado de la resolución de conflictos
internos mediante el insight. La falta de una correlación clara entre insight y cambio
terapéutico ha puesto de relieve la importancia de la díada transferencia-
contratransferencia, frente a una perspectiva exclusivamente intrapsíquica, basada
en la resolución de conflictos y el insight, en el sentido de apercepción, de ‘darse
cuenta’.734 Si bien el psicoanálisis freudiano veía en el insight un tipo de
733 R.J. Friedman y J.M. Natterson, “Enactments: An Intersubjective Perspective”, Psychoanalytic Quarterly 68,1999, p. 246. Cf. H.B. Levine y R.J. Friedman, “Intersubjectivity and Interaction in the Analytic Relationship: Amainstream view”, Psychoanalytic Quarterly, 69, 2000, pp. 63-92. “...la información fundamental y másinmediata del psicoanálisis es la experiencia de la relación que se desarrolla entre analista y analizante,” ibid.p. 68. I.Z. Hoffman, “Discussion: towards a social-contructivist view of the psychoanalytic situation”,Pychoanalytical Dialogues, 2, 1991, pp. 287-304. O las discusiones de Ogden con respecto a una instanciaintermedia el 'tercero analítico' T.H. Ogden, “The analytic Third: working with intersubjective clinical facts,”International Journal of Psychoanalysis, 75, 1994, pp. 3-19. S.M. Andersen y S. Chen, “The relational self: Aninterpersonal social-cognitive theory”, Psychological Review, 109, 2002, pp. 619-645. Un repertorio de accionesestaría disponible al sujeto en función de sus experiencias con otros, sus modelos de interacción. El 'yo' no seríaabsoluto, sino dependiente de la activación de cierta representación de un otro significativo en función de laspistas ofrecidas por la situación.734 Así lo muestra Wallerstein en su seguimiento del Proyecto de Investigación de Psicoterapia (PRP) en una desus tajantes conclusiones: “La resolución efectiva de conflictos resultó no ser necesaria para el cambioterapéutico,” p. 304. R.S. Wallerstein, “The Effectiveness of Psychotherapy ans Psychoanalysis: Conceptual
introspección terapéutica y una forma de curación de estilo cartesiano, parece que
sólo poseemos realmente un acceso inferencial a nuestros contenidos mentales.735
Igualmente se ha puesto de manifiesto la importancia de la unión analista-
analizante para el fin terapéutico. Así la personalidad del analista influiría
decisivamente en la posibilidad de generar el cambio terapéutico en el
analizante.736 Entre las conclusiones de sus estudios empíricos, Robert Emde
señala cómo el psicoanálisis es tanto un tratamiento intra- como interpsíquico.737 Se
abren las vías a una comprensión post-intencional, post-solipsista, de la
transferencia apelando a la intersubjetividad.
Nuestra visión de la intersubjetividad une la vida emocional del analista a la delpaciente en la relación analítica y pone la relación analítica en el centro del procesoanalítico. Esto implica que la cuestión analítica no se dirige a la mente del pacientesolamente.738
Siguiendo la línea de la hermenéutica de Gadamer, la intersección del
sujeto en un ámbito intersubjetivo no sólo se desprende de su relación
transferencial con el analista, sino de su inserción en un horizonte en el que
emerge con respecto a un contexto de pasado y futuro con formas textuales,
frente a los prejuicios. Dichos prejuicios se pueden entender, desde una
perspectiva cognitiva, como los esquemas conceptuales que utilizamos para
Issues and Empirical Work”, T. Shapiro y R.N. Emde, Research in Psychoanalysis: Process, Development,Outcome, Madison, 1995. Con respecto al insight o apercepción individual, “La suposición original de Freud deque el insight llevaría directa y automáticamente al cambio ha resultado ser deficiente,” S. Fisher y R.P.Greenberg, Freud Scientifically Reappraised: Testing the Theory and Therapy, op. cit., p. 282.735 R.E. Nisbett y T.D. Wilson, “Telling more than we can know: Verbal reports on mental processes”,Psychological Review, 84, 1977, pp. 231-259.736 J.L. Kantorowicz, “Outcome Research in Psychoanalysis”, T. Shapiro y R.N. Emde, Research inPsychoanalysis: Process, Development, Outcome, Madison, 1995. Cf. A. Goldberg, “Farewell to the objectiveanalyst”, International Journal of Psychoanalysis, 75(1), 1994, pp. 21-30, que señala cómo la experiencia propiadel analista influye decisivamente en el repertorio de respuestas e interpretaciones que ofrece al analizante.737 R.N. Emde, “Epilogue: A Beginning - Research Approaches and Expanding Horizons for Psychoanalysis,” p.411 y ss, T. Shapiro y R.N. Emde, op. cit.. Señala la importancia de ‘unidades de relación’ antes que sujetos.738 H.B. Levine y R.J. Friedman, op. cit., p. 89.
categorizar nuestra experiencia y que se activan en nuestra working memory
mediante la actuación de la memoria. Estas teorías consiguen deshacerse del
lastre de las teorías narrativas, generalizables, como el Edipo o las fases de la
líbido, en aras de un análisis más desprejuiciado y abierto a la mera interacción
sin puntos de apoyo teórico fuertes, primando el proceso frente al contenido.
La transferencia sería así una propiedad emegente intersubjetiva. En este
sentido Stolorow y Atwood si bien afirman la 'analizabilidad' generalizada,
señalan cómo se requiere encontrar la persona adecuada para los fines
terapéuticos, es decir, la relación no sería conmutativa, sino que habría mayor
adecuación de un sujeto a otro, una mejor dialéctica intersubjetiva. Así
diferencian 'mundo subjetivo', como contenido de la propia experiencia, y
'estructura subjetiva', para dar cuenta de la posición subjetiva o esquemas
alredor de los cuales se vertebra el contenido específico de la experiencia, de
acuerdo con ciertos patrones y modelos recurrentes, en buena parte, de fuera
de la apercepción subjetiva.
El trauma sería el prototipo de una perspectiva que da preferencia a la
cranealización, en el sentido de la soledad y enajenación que sufre la persona
alejada de los otros, incapaz de comunicar y ser entendida. La capacidad de ser
comprendido, de entenderse (reflexiva e intersubjetiva), permite una
reincorporación al mundo intersubjetivo, cuyo extrañamiento persiste en el fondo
de toda psicopatología. Una reflexividad fallida debida a una intersubjetividad
truncada apunta a cómo el hecho reflexivo comporta un elemento intersubjetivo
de interiorización. Es precisamente dicha alienación la que delimita modos y
grados nosológicos.
La teoría intersubjetiva es una teoría de campos o una teoría de sistemas en laque se busca la comprensión de los fenómenos psicológicos, no comoproductos de mecanismos intrapsíquicos aislados, sino como emergentes de lainteracción recíproca de las subjetividades en relación [...] Desde estaperspectiva, tal como veremos, el concepto de mente individual o de psique esen sí mismo un producto que cristaliza a partir de un nexo de relaciónintersubjetivo y que sirve a unas funciones psicológicas específicas.739
El caballo de batalla fundamental de las perspectivas intersubjetivas es la
idea fundadora de mente como identidad eo ipso, y sus corolarios, tales como el
solipsismo, la identidad, la constancia, el aislamiento o la cosificación de la
experiencia, lo que Stolorow y Atwood llaman 'el mito de la mente aislada'.740
Éste da lugar a la alienación del hombre en tanto mente de su entorno
(solipsismo), de la vida social en tanto posibilidad de desarrollo en la ausencia
de otros (aislacionismo), e incluso de la propia subjetividad en tanto constreñida
a la mente (mentalismo). Para estos autores, el desarrollo emocional se regula
siempre en contextos intersubjetivos mostrando la aportación propia de todo
psicoanalista a la hora de interactuar con un analizante. Así la estructura
subjetiva de uno posee invariablemente efectos en la relación con el otro y, en
este sentido, la transferencia es bidireccional. No se defiende, como lo hacía
Freud, la existencia de la transferencia y una contratransferencia, en la que el
analista posee cierta posición de objetividad frente al analizante, sino que su
propia experiencia subjetiva también determina la relación con el analizante. No
existe, pues, la visión 'distorsionada' del analizante por la cual proyecta sus
fantasías a un observador neutro, sino que son las dos visiones del analista y
analizante las que se conjugan, ambas ajenas a una objetividad dada, ya sea
739 R.D. Stolorow y G.E. Atwood, op. cit., p. 27.740 Ibid., cap. 1.
por la protección que ofrece la teoría o bien por un ideal de análisis que sitúa al
analista como previo analizante en una situación de extrañamiento de cualquier
fantasía en el contexto terapéutico.
En la transferencia el analizante tiene la posibilidad de modificar su
subjetividad, de aprender nuevos patrones de respuesta y corregir los
existentes, mediante una experiencia que enriquece su repertorio conductual
con nuevas formas de constituirse frente al otro, a través de nuevas
apreciaciones de su narrativa y el adecuado manejo de la transferencia por
parte del analista. “Dicho en términos más generales, la formación de nuevos
principios organizadores en un sistema intersubjetivo es lo que constituye la
esencia del cambio que induce al desarrollo a lo largo del ciclo de la vida.”741
Ni siquiera Mesmer, al reconocer la importancia en sus curas del aspecto
afectivo, podía traspasar la relación paciente-médico, en el sentido de una cierta
posición de subordinación y de posición objetiva. De hecho, su teoría magnetista
conseguía un rescoldo de objetividad en su práctica. Freud, por su parte,
desarrolló toda una metapsicología que objetivaba intrapsíquicamente los
confictos que eran reproducidos en sus sesiones.742 Así metapsicología e
intrapsiquismo convergían en una teoría adecuada a los usos científicos de su
época. En Lacan, el intento de sustraer cualquier elemento intersubjetivo se
vuelve absoluto al negar la interacción 'real' con otro y verlo siempre como
741 Ibid., p. 61. A la hora de explicar el aspecto dinámico del inconsciente los autores proponen el siguientemodelo: “Cuando las experiencias infantiles no son respondidas de forma regular, o son activamente rechazadas,el niño percibe qué aspectos de su propia experiencia no son bienvenidos o son peligrosos para el cuidador.Entonces se deben sacrificar (reprimir) ciertos sectores del mundo experiencial del niño para salvaguardar así larelación que es necesaria para la supervivencia,” ibid., p. 71. Asimismo la represión viene entendida comoposibilidades frustadas de desarrollo emocional que fueron bloqueadas o no articuladas para evitar el posibledaño de una relación fundamental para el niño con sus cuidadores y viene a conceptualizarse como incoscienteinvalidado.742 El Edipo como modalidad básica de conflicto intersubjetivo no resuelto mantendría, no obstante, suprevalencia hasta el punto de articular buena parte de la clínica. Más allá de su carácter mitodológico, el Edipopermite formalizar las formas primeras de intersubjetividad experimentadas por el sujeto.
relación especular con Otro, con cierto modelo aprendido de interrelación. De
este modo la intersubjetividad fue siempre anegada con vistas a ciertos ideales
de ciencia en el sentido de un tratamiento objetivo de la subjetividad.
Tras los nuevos avances en neurobiología, el psicoanálisis sólo podrá
mantener su competencia en tanto sea capaz de profundizar su intuición original,
su sentido terapéutico. Si bien las neurociencias y ciencias cognitivas pueden
darnos un análisis detallado de explicaciones expertas, el psicoanálisis habrá de
mostrar su validez como terapia. Su valor heurístico, su capacidad de integración
datos ha quedado patente, ahora, antes de ser arrollado por la coherencia que ha
podido introducir en el campo de la psicopatología de las diversas disciplinas, le
queda mostrar su valor como práctica capaz de alterar la conciencia del analizante.
Conclusiones. Ciencia e intersubjetividad
Resumiendo ¿qué sería, en definitiva, la transferencia? Por un lado, desde una
perspectiva intrateórica, aludiría a un concepto técnico que se desarrolla dentro de
la práctica ideada por Freud y que se vincula con otra serie de términos teóricos
que van siendo redefinidos progresivamente. Por otro lado, mediante esta intuición
se aúnan una serie de procesos cognitivos y neuronales, referidos a nuestro modo
de categorizar, a la organización de nuestra memoria, y a la modalidad de
procesamiento propia de las emociones, que produce un tipo específico de
aprendizaje, un cambio cognitivo dentro de un marco intersubjetivo. Es esta
elucidación y puesta en relación de diversos marcos teóricos el aspecto novedoso
de este trabajo de investigación.
El psicoanálisis, en su búsqueda de una objetividad positivista, se mantuvo
vuelto hacia lo intrasubjetivo, hacia lo mental. Recordemos que es de esta forma
como aspiraba a convertirse en ciencia, en conocimiento objetivo, frente al
hipnotismo y la sugestión. En la formulación primera del psicoanálisis el analista
había de ser un 'espejo vacío' que reflejase ciertas pautas y modelos
reinstanciados por el analizante.743 Se ponían en juego solamente los conflictos y
deseos del analizante, sin intrusión del analista, se constituía en práctica objetiva,
en el sentido de no sesgada por la presencia de otro ser humano, el analista. A
similitud de la medicina, se trataba de asimilar el suceder mental como si se tratase
de un órgano. Freud, no obstante, se dió cuenta pronto de las limitaciones dicho
tratamiento y, reconociendo el carácter subjetivo de su práctica, intentó minimizar la
influencia del analista, su aspecto intersubjetivo.
743 De tal modo que el analizante “...pueda tomar conciencia de sus relaciones no con el yo del analista sino contodos eso otros que son sus verdaderos garantes y que él todavía no ha reconocido,” J. Lacan, Séminaire II, p.288.
Éste reactivaba en la psique del paciente cierto modelo internalizado,
perturbando su pregnancia y robustez, permitiendo así una reinterpretación de los
estímulos mediante una revisión de los almacenes mnésicos que confluyen en
dotar de contenido a nuestra experiencia. Éste es el medio en que las ideas de
Freud intentan dar explicación a un fenómeno que requería un tratamiento tan
aséptico como fuese posible.744
No obstante, Erdelyi ha señalado el carácter dinámico del pensamiento
freudiano, resaltando el concepto de interacción de diversos sistemas subjetivos.
De alguna forma, Freud estaba dirigiéndose necesariamente también a una nueva
conceptualización de la clínica a nivel no intra sino intersubjetivo, dinámico. Se
oponía así a lo individual. “En suma, el significado más general de dinámico en
psicología, al igual que en física, es interacción.[...] La característica crucial de
cualquier teoría psicodinámica, freudiana o no, es la descripción de algún
fenómeno interactivo.”745 Desde hace tiempo se viene resaltando, desde posiciones
psicoanalíticas más o menos ortodoxas, la relación entre lo inter y lo intra,
rechazando la teoría proyectiva psicoanalítica, fundada sobre cimientos
cartesianos, y subrayando la importancia de lo interpersonal-real, frente a lo
intrapsíquico-imaginario.746
744 En sus años como interno le escribiría a su prometida, Martha Bernays: “Podría imaginar muy bien lo penosoque sería para ti saber como me siento junto a un lecho de enfermo para observar de qué manera trato elsufrimiento humano como un objeto. Pero, niña mía, ello no puede hacerse de otro modo, y a mí debe parecermedistinto que a otros,” cit. en P. Gay, op. cit., p. 65745 M.H. Erdelyi, op. cit., p. 216. “En esta coyuntura el carácter dinámico del psicoanálisis y la psicologíacognitiva moderna son completamente compatibles y maduras para la integración. Las diferencias que puedenobservarse son accidentes de matiz histórico y metafórico, y no ya de necesidad teórica. Debido a sus raíces en lateoría de la información, teoría de la decisión matemática y análogos computacionales, la psicología cognitiva hatendido a ser moldeada en términos de 'observadores ideales' y 'procesamiento de información'; el psicoanálisis,de otro lado, con su trasfondo clínico, en términos de observadores no ideales y procesamiento equívoco ytendencioso de la información. No obstante, esto no constituye ya una diferencia en orientaciones teóricas sino enenfoque teórico,” ibid., p. 217.746 Cf. K.A. Frank, “Action techniques in psychoanalysis”, Contemporary Psychoanalysis, 26, 1990, pp. 732-756,S. Mitchell, Relational Concepts in Psychoanalysis, Cambrdge, 1988, P.L. Wachtel, “Active intervention,psychic structure and the analysis of transference”, Psychoanalytic Dialogues, 3, pp. 589-603.
Sin embargo, el objetivo de la ciencia ha venido dado por su aproximación a la
infalibilidad mediante la eliminación del juicio humano. De ahí las críticas a la
contaminación subjetiva que se han elevado al psicoanálisis. Pese a ello, el intento
de identificar racionalidad, característica, para bien o mal, definicional humana, con
computabilidad algorítmica es algo extraña, pues considera racionales sólo
aquellos actos humanos que podrían en principio llevarse a cabo sin la presencia
de un ser humano. Como decía Lacan, “la ciencia es una ideología de la supresión
del sujeto,”747 y quizás debería ser una de su superación. El propio Freud, sin la
influencia de Kant sobre su idea de subjetividad, no habría desarrollado la idea de
transferencia tal como lo hizo, consiguiendo una aproximación a la 'objetivación de
lo subjetivo'.748
Los dos grandes caballos de batalla en una nueva concepción de las ciencias
son la fenomenología y el positivismo, como ramificaciones de un cartesianismo
fundado en la división objeto/sujeto y en el idealismo consiguiente, que sitúa al
sujeto como condición de posibilidad de conocimiento alguno, ajeno al mundo que
observa, de tal forma que la observación implica cierto grado de exterioridad. La
objetividad no es más que la otra cara de la subjetividad, de un sujeto omitido,
puesto en paréntesis por una metodología e instrumental cuidadosamente
seleccionado, medi(a)do. Pero, como sabemos, el propio instrumental altera el
comportamiento, produce regularidades propias al método.
Una de las críticas más intensas que se ha librado a este respecto ha sido
frente al solipsismo. Así, el externalismo sugiere que la unidad de análisis
apropiada para estudiar la cognición no podría ser la mente aislada. Existe una
747 J. Lacan, “Radiophonie”, op. cit., p. 89.748 F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, op. cit. Cf. A.H. Modell, The private self,Cambridge, 1993.
interrelación tan importante con el medio que dicha segregación sería falaz; el
medio formaría parte de la cognición, como sostienen Clark y Chalmers los
procesos cognitivos no son todos craneales, no ocurren solamente en la cabeza.749
En psicoanálisis la transferencia tiende a una comprensión de este tipo,
señalando su operatividad. Se recupera en un espacio intersubjetivo, no
simplemente externo, a modo de input, sino de auténtica imbricación, la capacidad
de reconfigurar la experiencia, permitiendo un aprendizaje basado en la
modificación de pautas internalizadas que interactuan con nuestro medio, nuestra
imbricación con éste en el acto.
A finales del siglo XIX, poco antes de que Freud comenzara su práctica,
Francis Galton estudiaba la actitud de varios individuos, en un contexto semi-
experimental en su laboratorio antropométrico. Siguiendo su obsesión estadística
los sentaba uno al lado de otro en dos sillas y evaluaba su inclinación hacia el otro
midiendo la distancia que existía entre sus cuerpos a la hora de interactuar. La
actitud estaba relacionada con la postura, con el cuerpo. El aprecio era relativo el
peso que se dirigía hacia la parte delantera de una silla que estaba orientada hacia
la otra persona.
Así cuando dos personas poseen una “inclinación” hacia la otra, se inclinan oacercan cuando están sentados al lado, como a la mesa, y llevan la presión de supeso en las patas más cercanas de las sillas. No se requiere mucho ingenio paraarreglar un indicador de presión con un índice y que un cuadrante indique loscambios en la presión, pero es difícil concebir una disposición que pueda llevar acabo la triple condición de ser efectivo, no atraer la atención y aplicable almobiliario corriente. He realizado algunos experimentos descuidados, pero,ocupado por otros asuntos, no los he llevado a cabo como esperaba.750
749 A. Clark y D. Chalmers “The extended mind”, op. cit.750 F. Galton, “Measurement of Character”, Fortnightly Review, 36, 1884, p. 184.
Experimentos más recientes señalan cómo al mostrarles ciertas caras a una
serie de participantes para evaluar las expresiones que contenían, éstos imitaban
dicha expresión en sus propias caras, simulaban, incorporaban dicha experiencia
para poder asignarle cierto valor.751 Al categorizar, se imita, y de dicha forma, se
aprehende el contenido de dicha expresión, su relación con nuestra propia
experiencia fenomenológica. No es la distancia de dos cuerpos ajenos lo que nos
permite comunicarnos, sino la forma en que nuestra experiencia se solapa con la
del otro y se vuelve comprensible.
La evidencia sugiere que existe un amplio paralelismo entre la comprensión porparte de los niños de sus propios estados mentales y su comprensión de los deotros. En cada uno de nuestros estudios los informes de sus estados psicológicosinmediatamente pasados son consistentes con sus crónicas de los estadospsicológicos de otros. Cuando pueden informar y comprender los estadospsicológicos de otros, en los casos de fingimiento, percepción e imaginación,también dan muestra de haber tenido dichos estados psicológicos ellos mismos.Cuando no pueden dar cuenta y comprender los estados psicológicos de otros, enel caso de falsas creencias y derivación, no informan de haber tenido esos estadosellos mismos. Más aún, y de algún modo más sorprendentemente, el casointermedio del deseo es para uno mismo y el otro.752
El inconsciente freudiano es uno de los mayores esfuerzos por
procedimentalizar un suceder mental que no quedase limitado a simple conducta y
se basase en ciertos 'mecanismos', como el ingenioso artilugio ideado por Galton.
Los únicos procesos que Freud recabó fueron de tipo significante con el fin de
exponer las motivaciones y reflejos subyacentes a la conducta. En este sentido,
Freud es un apto precedente de los esfuerzos por parte de la ciencia cognitiva por
751 H.G. Wallbott, “Recognition of emotion from facial expression via imitation? Some indirect evidence for anold theory”, British Journal of Social Psychology, 30, 1991, p. 207-219. 752 A. Gopnik y A. Meltzoff, “Minds, bodies, and persons: Young children's understanding of the self and othersas reflected in imitation and theory of mind research”, S. Parker, R. Mitchell y M. Boccia (eds.), Self-awarenessin animals and humans, Nueva York, 1994, pp 179-180.
explicar la mente, no simplemente como resíduo de la conducta, sino como
operador básico.
¿Cuál es la aspiración del psicoanálisis si no ser la más cognitiva de las cienciasneurales? El futuro del psicoanálisis, si ha de tener un futuro, está en el contexto deuna psicología empírica, apoyada por las técnicas de neuroimagen, los métodosneuroanatómicos y la genética humana. Insertada en las ciencias de la cogniciónhumana, las ideas del psicoanálisis pueden ser examinadas y es aquí donde estasideas pueden tener su mayor impacto.753
Este es el reto que lanza Eric Kandel al psicoanálisis, emprender un diálogo
que lo saque de su ostracismo y lo ponga en contacto con la empresa científica. El
psicoanálisis está más cerca de poder responder a cuestiones cruciales acerca de
la experiencia subjetiva al proveer con toda una batería de respuestas subjetivas,
diversos modos de experiencia más allá de lo convencional. Así mismo su
fundamento terapéutico apunta a su capacidad de alterar dicha experiencia. A
través de la propio alteración de la experiencia subjetiva, mediada por mecanismos
y procesos que se intersectan entre la memoria, la categorización y la emoción, se
produce el cambio terapéutico, este peculiar tipo de aprendizaje. La clínica es, en
cierto modo, un modelo de cambio de la experiencia subjetiva, de la conciencia, de
los qualia.
Así surge el denominado monismo de dos aspectos, según el cual sólo
existiría un tipo de materia, pero que puede ser percibida de forma diversa, desde
una perspectiva tanto de tercera como de primera persona. De este modo, el
problema de conexión entre mente y cuerpo se disuelve en uno de perspectiva y
todo vuelve a los 'sencillos' problemas neurocientíficos.754 753 E.R. Kandel, “A new intellectual framework for psychiatry”, op. cit., p. 468.754 M. Solms y O. Turnbull, The Brain and the Inner World, op. cit. Cf. J. Panksepp, “Affective consciousness:Core emotional feelings in animals and humans”, op. cit., A.R. Damasio, Looking for Spinoza. Joy, Sorrow and
El psicoanálisis supone un método que va más allá de la simple descripción y
que consigue una cierta 'manipulación' -postulado básico de cualquier ciencia
experimental con profundas raíces culturales- de dicha experiencia, de la
interrelación entre dichas perspectivas, de cómo los qualia poseen una causalidad
efectiva sobre los mecanismos estudiados desde una perspectiva de primera
persona.
Más allá, frente a las perspectivas de primera y tercera persona en filosofía de
la mente se ha propuesto una perspectiva de segunda persona. En este sentido, la
idea fenomenológica de acoplamiento muestra la intersubjetividad como algo
básico, incluso innato, señalando la existencia de modos de acomodamiento y
relación que se desarrollan en la evolución del sujeto y son interiorizadas. Ésta es
la impronta que anima el planteamiento del Otro en Lacan, que se sitúa siempre
como referente en la actuación de un sujeto. Lacan lo entendía de una manera
fenomenológica tal como Husserl. La ciencia cognitiva incorporada asume que
dicha imbricación se sitúa incluso a niveles fisiológicos básicos.
Incluso aunque los psicólogos han distinguido tradicionalmente entre eventosexternos (objetivos, tercera persona) e internos (subjetivos, primera persona), en lainvestigación funcional del cerebro, especialmente en relación a los procesos quetienen ramificaciones en la apercepción consciente, dicha distinción ha de sercuestionada. Para progresar en el entendimiento de cómo emergen los procesospsicológicos de funciones cerebrales deberemos probablemente combinarjuiciosamente perspectivas de primera y tercera persona de las funcionescerebrales. 755
the Feeling Brain, Orlando, 2003, también señala una visión similar basada en el monismo bimodal spinozianoen el que las emociones reunirían cuerpo y mente, la mente sería modificada por el estado corporal y, a su vez,aquella modificaría éste.755 J. Panksepp, Affective Neuroscience. The Foundations of Human and Animal Emotions, op. cit., p. 49.
De acuerdo con Vygotsky, todo proceso psicológico superior surge en una
modalidad interpersonal y sólo después se incorpora, se inter-ioriza, se inter-naliza.
El sujeto se individualiza en un contexto de indivisión, inter-subjetivo. No obstante,
éste parece ser el caso también de otros procesos que clásicamente no habían
obtenido la atención por parte de la ciencia, situados genéricamente dentro de la
categoría de las emociones, que no eran objeto de estudio 'científico'. El hecho de
que otros mamíferos posean un cerebro adecuado a las prácticas del cuidado de la
progenie, ausente en otras especies, indica la importancia del vínculo familar,
mediado por sentimientos pre-cognitivos, que compartimos con los grandes monos
y que poseerían primacía filogenética. Las nuevas perspectivas de la ciencia
cognitiva acentúan categorías de corte motivacional y emocional con base
fisiológica, “...el propio objeto de la ciencia cognitiva -la mente incorporada como
entidad natural- está constituida como objeto científico mediante empatía recíproca
o reiterada en el mundo vital humano.”756
La intersubjetividad de la que Freud quiso escapar intentando unirse a un
concepto de ciencia basado en el sujeto como unidad cognoscitiva quizás pueda
reformularse en una futura ciencia cognitiva. Desde luego será dentro de un
paradigma de ciencia totalmente remozado, más allá del fisicalismo y realismo
metafísico que se esconde tras la idea de individuo. Podremos caracterizarlo como
un naturalismo de diversos niveles que retome las unidades planteadas
perennemente por la ciencia.
Una formulación de este tipo se encuentra en la obra de Varela, en contra de
la idealista pre-existencia del mundo en el que, por arte de magia, caemos, a modo
de sujeto cartesiano, de mónada leibniziana. Varela defiende una posición
756 E. Thompson, op. cit., p. 20.
enactiva que implica al organismo y su medio de forma inextricable en una
coactualización mútua. Así, la categoría de experiencia se impone a otras de tipo
epistemológico de corte clásico, como la de conocimiento.
Una idea fundadora en este sentido en la filosofía clásica occidental es el yo
como principio filosófico, un yo que conoce y que traza ya una demarcación en la
modalidad de experiencia, una realidad y un conocedor. Según Varela, el yo estaría
relacionado con la existencia de apegos, de narrativas que nos proveen con una
identidad a la que nos aferramos y cuya transformación resulta necesaria.
En este sentido, el psicoanálisis y las ciencias cognitivas se han desarrollado,
pese a sus diferencias, de forma paralela, mostrando ambas su tendencia hacia la
desconcentración subjetiva. Freud quizás cayó de nuevo, inadvertidamente, en la
ilusión del yo después de haberse deshecho de él, al fundar el propio inconsciente.
De acuerdo con Varela, la inflexibilidad, basada en un fundamento, el principio
indubitable de la filosofía cartesiana, ha de trocarse por una flexibilidad sin
fundamento que, en consonancia con la transferencia, permite deshacer
condicionamientos y la repetición inflexible de patrones.757
Estas opciones pasan por la crítica al fundamentalismo que conlleva la
admisión de un sujeto o agente, un yo, y la relativa existencia de una escena,
objeto o mundo y una relación entre ambos de mera representación, de reflejo.758
La enacción, corporal, sin representación, desplaza al sujeto y al objeto a una
relación de acoplamiento o inextricación (embeddedment).759 De hecho la
757 F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, De Cuerpo Presente, Barcelona, 1997.“Mediante una presencia alerta ydisciplinada en cada momento, se puede interrumpir la cadena del condicionamiento automático; uno puede no irautomáticamente del afán al apego y todo lo demás,” ibid., p. 143.758 R. Rorty, Philosophy and the mirror of nature, Princeton, 1979.759 “Al permanecer en el nivel de la descripción, la ciencia aún no ha despertado a la idea de que la experienciaen la mente -no sólo sin un yo impersonal e hipotético, fruto de una construcción teórica, sino sin ego- puede serprofundamente transformadora,” F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, op. cit., p. 106.
experiencia analítica había puesto en cuestión la fijeza y absolutismo del yo clásico
y su relación con su fundamento, la conciencia. Igualmente la ciencia cognitiva con
su acento en lo subpersonal, los procesos antes que las instancias, supone así
mismo una desconcentración del sujeto, una distribución de su ontología, alejada
ya del sujeto trascendental kantiano. De este modo, ambas convergen en ciertas
concepciones ontológicas, en especial en un psicoanálisis informado por la ciencia
cognitiva, que apura sus intuiciones básicas y las acerca a su propio ideal de
ciencia, proveyendo con una concepción del sujeto 'no yoíca' y que hace hincapié
en su formación en relación, así como en la producción del cambio en su
interacción frente a las concepciones solipsistas de la mente.
La identidad absoluta en forma de individuo da paso a un vacío en el fondo
del ser. “Las cosas se originan de forma codependiente; carecen de
fundamento.”760 El fundamentalismo procede de la institución de instancias
primeras inamovibles, sobre las que hacer descansar el peso de todo
conocimiento. De hecho la propia categoría de conocimiento estaría basada en
dichos fundamentos, sujeto, conciencia y mundo. Conservando las categorías
heredadas, podemos entender aún ciertos rasgos del aspecto transindividual
reseñado: “El enfoque alerta y abierto de la experiencia revela que momento a
momento ese presunto yo aflora sólo en relación con el otro.”761
Tras referirse a la teoría budista de la presencia plena/conciencia abierta,
Varela señala cómo el psicoanálisis es la disciplina más parecida a dicha forma de
experiencia en cuanto práctica, puesto que la mente del analizante sufre cambios
durante el análisis:
760 Ibid., p. 257.761 Ibid., op. cit., p. 281.
En este libro nos resulta de particular interés el hecho de que el psicoanálisis no essólo una teoría sino una práctica. Los pacientes perturbados que acuden a unterapeuta de relaciones objetales aprenden a explorar la mente, la conducta y lasemociones en términos de relaciones objetales: aprenden a ver sus reaccionescomo agentes internalizados. Nos preguntamos si esto les induce a cuestionar susentido del yo, aunque es improbable que ello ocurra en el contexto cultural actual.En Gran Bretaña y América del Norte, el psicoanálisis está dominado por lapsiquiatría; se lo ve más como una medicina que como un medio de obtenerconocimiento acerca de la naturaleza de la mente. Se supone que un logradoanálisis de relaciones objetales, como cualquier otro análisis, está destinado amejorar al paciente: volverlo más funcional, afinar sus relaciones objetales ybrindarle mayor confort emocional; no está destinado a lograr que se pregunte:“¿No es raro que yo persiga tan empeñosamente mis relaciones objetales y miconfort cuando sólo soy un conjunto de esquemas de relaciones objetales? ¿Quéestá pasando?”.762
En realidad ocurre con frecuencia justo lo que Varela se pregunta: el propio
sujeto se pone en cuestión, su propia autocomprensión se vuelve dudosa. Así los
lapsus, sueños, o actos fallidos ponen al sujeto en contacto con un yo que no es el
que reconoce (recordemos yo y conciencia forman una díada básica de nuestra
autocomprensión clásica), con acciones que no son 'suyas', que le exceden. El
psicoanálisis quizás toma la vía equivocada al referirse al sujeto haciéndole asumir
dichas acciones, antes que mostrarlas como simple restos sin conexión necesaria
con un yo supuesto. El deseo asume la coherencia de los hechos diversos
actuados bajo el velo del yo.
De algún modo el sujeto es entendido como producto de su discurso, como
identidad, de ahí la posibilidad del cambio mediante un análisis discursivo y
emotivo del enclave subjetivo que muestre su ausencia de fundamento, su carácter
ilusorio.763 La ausencia de un yo como pilar de nuestra comprensión conlleva la falta
762 Ibid., pp. 136-7.763 “Durante mucho tiempo el individuo se autentificó gracias a la referencia de los demás y a la manifestación desu vínculo con otro (familia, juramento de fidelidad, proteccion); después se lo autentificó mediante el discursoverdadero que era capaz de formular sobre sí mismo o que se le obligaba a formular,” M. Foucault, Historia dela sexualidad, Madrid, 1995, p.74.
de fundamento, así la división objeto-sujeto está directamente implicada en una
revisión de dicha categoría: “...el desafío que afrontan las ciencias cognitivas
consiste en cuestionar uno de los supuestos más arraigados de nuestro legado
científico: que el mundo es independiente del conocedor.”764 Objeto y sujeto, y con
ello objetivismo y relativismo, son una díada que sólo permite reconciliación en la
ausencia de fundamento, mediante la codependencia, la enactuación. Sólo el
apego regula la necesidad de sostén. “El desafío filosófico que enfrentó Nietzsche,
y que ha pasado a caracterizar la tarea del pensamiento posmoderno, es preparar
una senda de pensamiento y práctica que abandone los cimientos sin
transformarse en búsqueda de nuevos cimientos.”765 Habría así una
codeterminación, una especificación mútua y constante entre organismo y medio.
Piaget, en su estudio sobre niños, veía cómo éstos pasaban de estar enactuando a
convertirse en observadores, teóricos objetivistas; cómo desarrollaban un yo.
La transferencia puede ser redefinida de esta forma como una experiencia en
la que el analizante enactúa al analista, produciendo nuevas provisiones con su
medio “...la cognición en su sentido más abarcador consiste en la enactuación de
un mundo -en hacer emerger un mundo- mediante una historia viable de
acoplamiento estructural.”766 En este sentido, la transferencia nos ofrece un modelo
de un mecanismo que coincide con esta concepción de la cognición. La
transferencia supone un tipo de acoplamiento que se despliega y que posee
regularidades propias, manifiestando precisamente las características de la
enactuación. De hecho la transferencia aparece, de forma sorprendente, no sólo
como lugar de encuentro del psicoanálisis y de las ciencias cognitivas mediante el
764 F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, op. cit., p. 178.765 Ibid., p. 278.766 Ibid., p. 238.
estudio de la forma de categorizar, la memoria y las emociones, sino mostrando
propiamente un modelo de enactuación.
Si la conducta es producto directo del procesamiento de información, la
conciencia como fenómeno extra parece inútil; la conciencia no poseería poder
causal, no sería más que un epifenómeno. El cambio terapéutico mostraría cómo
los procedimientos mentales producen cambios computacionales y posiblemente
neuronales y que, por tanto, la conciencia, no en términos clásicos, sino en su
sentido incorporado, no es un mero epifenómeno, sino que posee poder causal,
pudiendo incluso deshacer ciertos mecanismos fisiológicos. Freud creó un método
que se encargaba de modificar la forma en que 'se siente'. Operaba así una
transformación de la conciencia no en sentido metafísico, sino en su propio
contenido. Por otro lado, señalaba cómo alguien que sólo posee acceso indirecto a
la conciencia del sujeto, a través de su comportamiento, el analista, puede
colaborar en dicho proceso. “La conciencia no es el único medio de generar
respuestas adecuadas a un medio y alcanzar así la homeostasis. La conciencia es
simplemente el último y más sofisticado medio de hacerlo así, y lleva a cabo su
función dando lugar a la creación de respuestas nuevas en el tipo de medio para el
que el organismo ha sido diseñado, en términos de respuestas automatizadas.”767
La psicoterapia poseería entonces efectos subcorticales, es decir, la conciencia
influiría en las funciones e incluso sobre los aspectos estructurales del cerebro
puesto que el procesamiento de éste conforma nuestra experiencia.768
767 A.R. Damasio, The Feeling of What Happens, op. cit., p. 304.768 Cf. L.R. Baxter, J.M. Schwartz, K.S. Bergman, M.P. Szuba, et al., “Caudate Glucose Metabolic Rate Changeswith Both Drug and Behavioral Therapy for Obsessive-Compulsive Disorder”, Archive of General Psychiatry,49, 1992, pp. 681-689. Cf. J.M. Schwartz, P.W. Stoessel, L.R. Baxter, K.M. Martin, et al., “Systematic Changesin Cerebral Glucose Metabolic Rate After Successful Behavior Modification Treatment of Obsessive-Compulsive Disorder”, Archive of General Psychiatry, 53(2), 1996, pp. 109-113.
El individuo supuesto en la fundación del yo habría de ser aprehendido como
la creación de un tipo de pensamiento enraizado en la modernidad occidental,
relacionado con ciertas modalidades de apropiación en relación con el medio, y
que define conocimiento como categoría basada en un yo y en una realidad
externa a dicho yo, definida en relación a éste. De ahí toda una concepción
'científica' del mundo que cuantifica y señala objetos y sujetos, individualidades
escrutables. La distancia objetiva, en el intento de dominar la naturaleza, requiere
una segregación de seres, una ontología, es decir, una morfología.
Las asunciones de la filosofía moderna, tal como se desprenden del
pensamiento de Descartes, pasan por la preeminencia de la introspección en lo
mental, admitiendo la representación mediante la existencia de objetos mentales
que son a su vez transparentes. Asume también un internalismo acerca del
significado, el dualismo mente-cuerpo, cercano a la división sujeto-mundo, y está
basado en un fundacionalismo que libera ciertas ideas de cualquier posible error,
en un yo indubitable, en un individuo último.769
Frente a este paradigma clásico en el que la unidad es el individuo, Simondon
entiende que la relación es el componente básico de la realidad. Una realidad no
tamizada por nuestra precomprensión científica de la misma, ya que ésta contiene
a aquél. “No podemos, en el sentido habitual del término, conocer la individuación;
podemos solamente individuar e individuar en nosotros.”770 Así, el propio individuo
es una creación producida por una cierta rejilla que utilizamos para comprender el
mundo del que formamos parte y que obtiene un privilegio ontológico mediante una
velada suposición metodológica. Para Simondon, es a esta realidad aparentemente
769 No obstante, como sostiene Cavell: “Hemos llegado al fin del cartesianismo: sólo una criatura que puedeinterpretar a otros puede decirse que piensa por sí misma. La subjetividad surge junto con la inter-subjetividad yno es un estado previo.” M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, op. cit., p. 40.770 G. Simondon, L'individuation psychique et collective, París, 1989, p.30
última a la que hay que interrogar sobre sus condiciones de posibilidad. No se trata
de una realidad trascendente, sino construida. No es el fundamento último y
necesario desde el que poder observar la realidad, sino el sustrato empírico en el
que se basa todo análisis, toda modalidad de formación de hipótesis, de dicha
concepción científica, relativa a cierta modalidad de individuación, epistemológica y
ontológica.
El estudio del desarrollo del niño muestra cómo el surgimiento de una
organización individual requiere de los cuidadores. La interacción social del niño
con su medio se basa en las emociones que son reguladas en la propia
interacción. La relación con los cuidadores, especialmente en los dos primeros
años de vida del recién nacido, posee consecuencias funcionales y estructurales
en el desarrollo de ciertas partes del cerebro, en especial de la zona orbitofrontal
del hemisferio derecho, donde se autoregulan las emociones y ciertas pautas de
comportamiento social, proveyendo con una forma de organización de éstas en
principio externa, propiciada por la interacción con los cuidadores, y luego
independiente, transida por el afecto.771 De hecho la existencia de un trauma o
carencia afectiva limitan la capacidad de regulación de la intensidad y duración de
los afectos. La acción terapéutica consistiría en la comprensión empática, enactiva,
que conllevaría la regulación emocional del paciente.772
En la teoría psicoanalítica, la relación intersubjetiva es doblemente fundadora: deun lado, sobre el plano ontogenético, estructura el desarrollo psíquico del niño yconstituye el centro de la dinámica intersubjetiva; de otro lado, y sobre todo, sobreel plano práctico, se vuelve el centro de la relación terapéutica en la cura, elpsicoanalista y su paciente forman una unidad donde los dos psiquismos
771 “...el afecto es lo que es objeto de transacción en la díada madre-niño, y este sistema altamente eficiente decomunicación emocional es esencialmente no verbal,” A.N. Schore, op. cit., p. 7.772 S.M. Davis, “Neurobiology and the Neuronal Group Selection Theory of Gerald Edelman Applied toPsychoanalysis The Relevance of Gerald Edelman's Theory of Neuronal Group Selection and NonlinearDynamic Systems for Psychoanalysis”, Psychoanalytic Inquiry, 22(5), 2002, pp. 814-840.
interactúan (...). La cura proviene de esta experiencia compartida. Es una de lasfuerzas de la teoría psicoanalítica haber puesto el acento sobre el papel del vínculointerindividual en una época donde la psicología objetiva, behaviorista, no ofrecíasino un punto de vista solipsista, el de la adaptación del individuo a un medioconstituido por estímulos pidiendo respuestas, o fuente de problemas a resolver.773
Así, el recién nacido experimenta la necesidad de estados emocionales
compartidos y su ausencia acarrea efectos devastadores en la salud mental del
niño. De hecho, la falta de estímulo social supone un decremento en las
habilidades cognitivas y puede incluso provocar la muerte. Según la hipótesis de
'expansión diádica de la conciencia', la comunicación provee con modelos de
regulación de sistemas auto-organizados, modelos de regulación mútuos, tanto en
la relación madre-hijo como entre el analista y el analizante. Los estados de
conciencia se generarían en colaboración con otros sistemas auto-
organizadores.774 Tras un proceso de regulación de los partenaires, la coordinación
de los afectos y significados de uno con el otro produce un 'estado diádico de
conciencia'. En el niño estos estados provocan la expansión de los estados de
conciencia de los partenaires, produciendo la sensación de 'sentirse mayor que uno
mismo'. “Así, la experiencia de los niños del mundo y los estados de conciencia
está determinada no sólo por sus propios procesos auto-organizativos, sino
773 M. Jeannerod, “Psychanalyse et Science(s)” Institute Sciences Cognitives Working Paper 2000-4. “Ladificultad impuesta por el papel del analista sobrepasa el problema clásico de la relación entre observador yobjeto observado en la práctica científica: es la del reconocimiento de una relación intersubjetiva, de unintercambio intelectual de pensamiento y palabra de naturaleza particular. Hace falta redefinir el estatuto de lasinterpretaciones y construcciones producidas por el psicoanalista. No se trata ya de confrontar un cierto tipo dehipótesis y de explicación a los criterios de validación de las ciencias objetivas, sino reconocer la originalidad deun modo de comunicación, de pensamiento a dos. La interpretación psicoanalítica no es, desde ese punto devista, nada más que una explicación de la acción del sujeto, una hipótesis sobre un objeto de investigación quesería el psiquis,o del paciente, construido por un observador externo a él. Ésta deviene un hecho clínico, es decir,una parte de dicho objeto, él mismo redefinido en la medida que engloba a la vez las actividades psíquicas delpaciente y del analista y aquellos que les religa.”774 E.Z. Tronick, N. Bruschweiler-Stern, A.M. Harrison, K. Lyons-Ruth, A.C. Morgan, J.P Nahum, L. Sander, yD.N. Stern, “Dyadically expanded states of consciousness and the process of therapeutic change”, Infant MentalHealth Journal, 19, 1998, pp. 290-299.
también por procesos diádicos regulatorios que afectan sus estados de
conciencia...”775
La propia empresa científica ha tendido a procedimentalizar todo fenómeno
para pasar de una ontología de instancias a la instrumentalización de procesos,
pero precisamente es la existencia, a un nivel mínimo, de estas instancias, la que
permite un asiento estable y preciso (de ahí el paso del homunculismo a un
homunculismo de tipo funcional). Una crítica última a estos fundamentos creados
supone una deserción de su empresa, en tanto no se encuentra totalmente
emancipada de un modo de pensar del cual intenta desligarse, pero que es
simplemente desplazado a ciertos niveles de la explicación.
Una ciencia que asumiese el valor de la relación y de lo intersubjetivo pasaría
de la mera descripción a un análisis energético de la potencialidad de la
interacción, “...una ciencia humana debe estar fundada sobre una energética
humana, y no sólo sobre una morfología; una morfología es muy importante, pero
una energética es necesaria.”776 Del mismo modo en que Freud hablaba de una
energía psíquica, Schore señala cómo los aspectos de expresión y regulación de
dicha energía son aprendidos en relación con el cuidador que sirve de regulador
externo de los estados emocionales.
Dos conclusiones esenciales de este volumen son que los desplazamientos de laenergía son la más básica y fundamental característica de la emoción, y que lastransacciones energéticas incorporadas en los intercambios socioemocionalesentre un adulto y un cerebro en desarrollo forman indeleblemente la capacidademergente del niño para la auto-organización.777
775 E.Z. Tronick, “"Of Course All Relationships Are Unique": How Co-creative Processes Generate UniqueMother-Infant and Patient-Therapist Relationships and Change Other Relationships”, Psychoanalytic Inquiry, 23(3), 2003, p. 476. Los patrones de activación relacional van conformando el espacio relacional experiencial enfunción de su grosor, de la cantidad de experiencia relativa.776 G. Simondon, op. cit., p. 63.777 A.N. Schore, op. cit., p. 537.
Esta energética también antepone la modalidades 'brutas' de interacción que
pasan por respuestas emocionales antes que por habilidades cognitivas. De hecho
el primer modelo de interacción y la consecuente emergencia de un cierto modelo
estable, de un sujeto, se produce mediante este tipo de comunicación afectiva.
No cabe duda que una empresa de dicho tipo implica una reconfiguración de la
idea de naturaleza y su conocimiento, ontología y epistemología, implicando las
relaciones múltiples que poseemos con ella. Este carácter primigenio de nuestra
inserción en la naturaleza no desaparece totalmente por nuestra configuración
cultural como individuos: “el ser preindividual es un ser que es más que una
unidad.”778 Unidad e identidad son efectos del proceso de individuación que
permiten una morfología y desplazan el interés energético.
Así emergen nuevas formas de relación con la naturaleza, pero no en una
oposición entre técnica y hombre, sino en nuevos contextos interhumanos que
producen diversas condiciones tecnológicas. La naturaleza se convierte en el
principio general de existencia antes que en la colección de individualidades.
Llegamos a una descripción de una naturaleza preindividual que puede responder
a los nuevos retos que se plantean con respecto al hombre y su medio, de
implicación auténtica, de imbricación: “el individuo sería siempre tomado como una
realidad relativa, una cierta fase del ser que supone como éste una realidad
preindividual y que, incluso después de la individuación, no existe solo, pues la
individuación no agota de un solo golpe los potenciales de la realidad
preindividual.”779 Nos referimos a un tipo de intersubjetividad metodológica, más
778 G. Simondon, op. cit., p.13. “Podríamos llamar naturaleza a esa realidad pre-individual que el individuo llevaconsigo, buscando reencontrar en la palabra naturaleza la significación que los filósofos presocráticos le daban;los filósofos jónicos encontraban en ella el origen de todas las especies del ser, anteriores a la individuación: lanaturaleza es la realidad de lo posible, bajo las especies de este apeiron del que Anaximandro hace salir todaforma individuada: la naturaleza no es lo contrario del hombre, sino la primera fase del ser, siendo la segunda laoposición del individuo y el medio, complemento del individuo en relación al todo,” ibid., p. 12.779 Ibid.
que una de tipo ontológico, pues la propia definición de ontología requiere cierto
grado de segregación de los seres y, por tanto, de un nivel mínimo de morfología.
El proceso de individuación supone precisamente esa conversión de la naturaleza
en individualidades, su paso de potencia a acto. El propio individuo contiene aún
buena parte de esta potencialidad que lo religa últimamente con la naturaleza de la
cual es aún parte; la naturaleza participa aún de su realidad como sujeto, se trata
de un 'individuo-medio'. Así, la comunicación se sustancia entre diversas diadas
'individuo-medio' antes que entre átomos aislados. La dinámica de la comunicación
depende de la autoregulación de ambos partenaires, cocreando un estado diádico
dinámico.780
...un humanismo sin hombre que se edifica sobre las ruinas de la antropología. Unhumanismo que a la cuestión kantiana: '¿qué es el hombre?' substituye la cuestiónpor '¿cuánto potencial posee el hombre para ir más allá de sí?' o aún '¿qué puedeun hombre en tanto no está solo?'781
Más que individuos, lo que existen son procesos de individuación y éstos son
los que son objeto de la transferencia. De ahí la importancia que posee el mito
edípico forjado por Freud como enclave intersubjetivo. Éste dispone de forma
simple una pluralidad de intuiciones acerca de la identidad en referencia a otro
mediante afectos y su carácter procesal. Frente a cualquier tipo de individualismo,
Simondon defiende un principio de inseparabilidad. Lacan ya señalaba que este
separare se encuentra en la neurosis, pero separar viene a ser identificado con
parirse a sí mismo, ideal de la noción clásica de individualidad que conduce sin
duda a cierta forma de existencialismo. Sin embargo un pensamiento acerca de las
condiciones de individuación presupone un colectivo transindividual:
780 Cf. R.M. Galatzer-Levy, “Emergence”, op. cit.781 M. Combes, Simondon. Individu et collectivité, París, 1999, p. 85.
Lo transindividual no localiza a los individuos; los hace coincidir; hace comunicar alos individuos mediante las significaciones: son las relaciones de información lasque son primordiales, no las relaciones de solidaridad, de diferenciación funcional.Esta coincidencia de personalidades no es reductiva, pues no está fundada sobrela amputación de diferencias individuales ni sobre su utilización con fines dediferenciación funcional (lo que cerraría al individuo en sus particularidades), sinosobre una segunda estructuración a partir de lo que la estructuración biológica,haciendo a los individuos vivos, deja aún irresuelto.782
La existencia de procesos de individualización no puede eliminar la existencia
de una naturaleza que provee con una transindividualidad que atraviesa a todo
ser.783 Lo transindividual se configura como impersonal, individual, y
correlativamente como 'íntimo de lo colectivo'.784
La formación del yo mediante el proceso de individuación viene acompañada
de la estabilización del mundo exterior y la producción de la objetividad, la
conformación del sujeto, su autoregulación, permite una nueva realidad que ya no
aparece teñida de los aspectos intersubjetivos, emocionales, que la conformaron.
Hemos avanzado algo en la comprensión del cambio durante el desarrollo y elcambio terapéutico a nivel implícito. Ahora debemos movernos hacia lacomprensión de cómo cambiar otras formas de saber cómo estar juntos... Parallevar a cabo este trabajo creo que debemos abandonar las ideas acerca de quelas cosas son preformadas y formadas sólo dentro del individuo... los estadosdíadicos de conciencia -estados de significado posible según la edad- son elterreno fundamental para el cambio terapéutico y en el desarrollo y el carácterúnico de las relaciones.785
782 G. Simondon, op. cit., p. 192 (énfasis añadido).783 “Podemos entender por relación transindividual no tanto una relación que pone en relación a los individuos enmedio de su individualidad constituida, separándolos unos de otros, ni por medio de lo que hay idéntico en todosujeto humano (...), sino en medio de esta carga de realidad preindividual, de esta carga de naturaleza que semantiene conservada en el ser individual y que contiene potenciales y virtualidad,” G. Simondon, Du moded’existence des objets techniques, París, 1989, p. 248.784 M. Combes, op. cit., p. 87.785 E.Z. Tronick, op. cit., p. 488.
La naturaleza remite a un tipo de realidad transindividual que no se extingue
completamente tras el proceso de individuación. “El individuo tiene conciencia del
hecho de estar ligado a una realidad que está más allá de sí mismo como ser
individuado.”786 Los seres se mantienen unidos en su sustrato preindividual,
mediado por las emociones, en tanto sujetos, no en tanto individuos. Así la
diferencia entre individuo y sujeto radicaría en el propio proceso de subjetivación.
El sujeto posee esa unión inadvertida con la naturaleza aún no borrada por la
individuación. Un reducto que, más que simple individuo, lo hace asumir su parte
preindividual.
En la propia angustia existencial el individuo no reconoce su subjetividad, se
trata del lugar de la aparición del inconsciente como vacilación fantasmática, como
irreconocimiento de lo que se es, “...en la angustia el sujeto se siente existir como
problema puesto a sí mismo, y siente su división en naturaleza preindividual y en
ser individuado.”787 Nos referimos a conciencia de no ser sólo consciente. La
angustia es conceptualizada como “separación (départ) del ser.”788 La patología
sucede a nivel transindividual, no sólo a nivel solipsista, sino como irreconocimiento
de lo transindividual, como subjetividad en falta. Así las dos categorías nosológicas
fundamentales, la histeria y la neurosis obsesiva, estarían relacionadas con dos
extremos en la asunción de dicha intersubjetividad. En la neurosis obsesiva, se
tendería a un irreconocimiento de la base intersubjetiva de la existencia, aparejada
con una intelectualización, con una individuación solipsista y autárquica. La histeria,
por el contrario, comprendería un énfasis del extremo opuesto, de la exacerbación
786 G. Simondon, L'individuation psychique et collective,op. cit., p. 194.787 Ibid., p. 111.788 Ibid., p. 114.
del otro y de la correlativa dependencia de esta realidad, de las emociones como
contenido propio del otro lado de la intersubjetividad.
De acuerdo con Schore, la psicoterapia es siempre un proceso de regulación
afectiva. En concreto de regulación de la activación de las estructuras frontales del
hemisferio derecho que se formaron en el proceso interactivo entre el niño y la
madre. La psicopatología provendría de un déficit de ligazón (attachment) y
conllevaría problemas en regulación del yo (self) con respecto a estados internos y
externos.789 Así, la regulación del afecto sería la tarea fundamental de toda
psicoterapia.790 La psicoterapia atendería a una comunicación preindividual y una
reparación afectiva que se dirige a los 'aspectos comunicativos en sentido amplio';
la comunicación preexistente entre organismos que no se encuentran totalmente
segregados por el proceso de individuación. En vez de la 'cura por el habla' habría
que denominar a este tipo de terapia la 'cura por la comunicación'.791 Una
comunicación afectiva que ya no se fundaría en individuos aislados, sino que
reconocería la implicación auténtica de los sujetos, su naturaleza preindividual y
que trataría de dar forma a modalidades de individuación, inscritas fisiológicamente
y con valor procesal, que han producido un irreconocimiento de esta realidad
última, enactiva.
789 M. Hofer, “Relationships as regulators: A psychobiologic perspective on bereavement,” PsychosomaticMedicine, 46, 1984, pp. 183-197.790 S. Bradley, Affect regulation and the development of psychopathology, Nueva York, 2000. 791 A.N. Schore, “Advances in Neuropsychoanalysis, Attachment Theory and Trauma Research: Implications forSelf Psychology”, Psychoanalytic Inquiry, 22(3), 2002, pp. 433-484. Solms comenta el caso de un paciente conuna lesión cerebral que casi le anulaba las habilidades lingüísticas pero que pudo ganar conciencia de susprocesos internos mediante la terapia psicoanalítica, M. Soms y O. Turnbull, op. cit.
Figura 3.2. Antoni Tàpies- Chaises
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-Deleuze, J.P.F., Histoire critique du magnétisme animal, París, 1813.
-Faría, J.C., De la cause du sommeil lucide, París, 1819.
-Liébeault, A.A., Du sommeil et des états analogues considérés surtout au point de
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