LUIS FERNANDO MARÍN
Estudiante Programa de Administración de Empresas, Diplomado en Gestión
Empresarial y Liderazgo Estratégico para la Competitividad. Universidad
Cooperativa de Colombia, Sede Arauca. [email protected].
Resumen.
Este trabajo se realiza con la finalidad de dar a conocer algunos conceptos de la competitividad
desde la opinión de diversos autores, así como las polémicas que el termino presenta, al no estar
definido concretamente. La intención es interpretar las distintas definiciones que han redactado los
grandes centros de pensamiento y autores en particular y de la misma manera tratar de llegar a
conclusión aproximada sobre cada concepción hacia el término. A medida que el lector de este
articulo valla avanzando, va encontrar la competitividad definida a nivel macroeconómico,
empresarial y algunos conceptos más generalizados, y es por lo cual que el termino no se presta
para conciliar una propuesta universal sobre su definición. Este documento también contiene
algunos de los antecedentes históricos que indican el origen conceptual de la competitividad,
cuando se sustentaron las teorías clásica y neoclásica de la economía, sin embargo, en aquella
época los representantes de los anteriores modelos económicos no se ocuparon de describir
puntualmente lo que es la competitividad, es por esta causa que se decidió abordar los conceptos
de forma literal y se estableció en un fragmento del artículo, aquellos que han emergido desde los
años 80 hasta un contexto más reciente. En general este trabajo busca como resultado que se
entienda la competitividad como una variante que se aplica en todos los casos y que a pesar de su
complejidad es conveniente que los países, las organizaciones y el hombre mismo, la construya
para buenos fines, como el mejoramiento del crecimiento y desarrollo económico para promover
el bienestar social.
Palabras claves: competitividad, productividad, competitividad empresarial.
Abstract.
This work is done in order to disclose some concepts of competitiveness from the opinion of
various authors, and the controversy that the term has, being not specifically defined. The
intention is to interpret the various definitions that have drawn the great centers of thought and
authors in particular and in the same way try to reach conclusion about each conception to the
end. As the reader of this article advancing fence, will find defined macroeconomic
competitiveness, business level and some more generalized concepts, and is therefore that the
term does not lend itself to reconcile a universal proposal for its definition. This document also
contains some of the historical background to indicate the conceptual origin of competitiveness,
when classical and neoclassical theories of economics were based, however, at that time the
representatives of the previous economic models did not address describe punctually which is
competitiveness, it is for this reason it was decided to address the concepts literally and settled
in a fragment of the article, those who have emerged from the 80s to a more recent context.
Overall this paper seeks results that competitiveness is understood as a variant applies in all
cases and that despite its complexity is desirable that countries, organizations and man himself,
build it for good purposes, such as improving growth and economic development to promote
social welfare.
Keywords: competitiveness, productivity, business competitiveness.
Introducción.
Uno de los conceptos de profunda relevancia en estos cambios de época, al que se le ha brindado
mucho estudio y que ha generado controversias en el marco de su aplicación por su compleja
estructura, es sin duda la competitividad. Este término ha venido reformándose estimada mente en
las ultimas 3 décadas y, por consiguiente, ha estimulado el interés de distintos organismos en
adoptarla por la extensión de sus beneficios. El concepto de la competitividad ha ido
evolucionando desde sus primeras connotaciones y es una de las razones por las que tiene
identificaciones distintas según el ámbito donde se opere, y es así como la competitividad de un
país se define distintivamente a la competitividad de una empresa, aunque exista una relación
necesaria entre los dos órganos, sino que se considera que la competitividad puede ser analizada a
partir de tres niveles: la empresa, la industria o un sector de ella y la nación, (Industry Canada,
1995) ante lo cual es correcto afirmar que la competitividad dejo de ser aplicada únicamente a la
institución empresarial y se ha involucrado en otros esquemas que también la requieren, como en
el caso de la lucha entre naciones.
A pesar de las múltiples definiciones sobre la competitividad, estas le proporcionan orientación
a los agentes que desean implantarla y comprometerse con ella más allá de que no tengan la
suficiente claridad para crearla. (Porter y Ketels, 2003) señalan que la “competitividad sigue siendo
un concepto que no se entiende bien, a pesar de la aceptación generalizada de su importancia”. En
ese sentido es recomendable conocer los elementos que efectivamente generan solidez competitiva
y así trabajarlos detalladamente, ante lo cual el siguiente analítico resalta algunos de los factores
involucrados en este fenómeno: “existen aspectos internos que ejercen una fuerte influencia en la
competitividad: los recursos, las capacidades y las estrategias que utilizan las empresas. Y a lo
anterior se suma la necesidad de cumplir con indicadores de eficiencia, calidad, innovación, y
efectividad en el manejo de sus costos” (Demuner, 2010).
En fin, la competitividad es capaz de suministrar grandes ventajas a sus aliados y llevarlos a
instancias de alto prestigio, una vez descifren los acertijos que la ocultan, además es preciso
reconocer que en entorno que prevalece hoy, se hace necesario procesar una visión con acción
competitiva. En
la estructura del artículo se reflejan los conceptos pertenecientes a la competitividad y luego se
hace un análisis propio sobre cada opinión de los autores, por lo que en su lectura se van a
encontrar continuamente fuentes que la definen, finalmente se hace el cierre con las
recomendaciones finales, concluyendo que la competitividad a pesar de ser semidifusa y refutable,
es la fuente que hace trascender a otros niveles de superación.
La competitividad, desde distintos enfoques.
En el contexto empresarial es sustancial aplicar aquellos conceptos que generan beneficios,
y que sean capaces de fortalecer todas las áreas de la organización.se puede pensar desde una
perspectiva refutable que los términos que son favorables en los ejercicios operacionales de una
institución económica ya no son necesarios u opcionales de aplicar, en el panorama actual son
sencillamente obligatorios, dependiendo de la discrecionalidad de las empresas, de su posición y
sobre todo de sus intereses y visiones.
El concepto sobre competitividad puede referir diversas connotaciones, ya que existen
distintos campos en los que se involucra este vocablo, una definición de este término complejo y
ventajoso podría ser la siguiente: “La competitividad es una variable multifactorial que se compone
de formación empresarial, prácticas administrativas, laborales y productivas, la innovación
(interna o externa) y el progreso tecnológico” (Corona, L. Escandon D Arias A., 2002, pág. 10)
Actualmente cuando se habla de competitividad casi automáticamente la vinculamos a una
empresa, a un sector de la economía y a los países como los campos donde más se pronuncia el
término, sin embargo, hallar una definición precisa y globalizada es una labor bastante dificultosa,
de hecho, (Porter, 1990) reconoce que su significado puede ser diferente cuando se habla de una
empresa, una nación o también de acuerdo con la especialidad o enfoque que lo defina.
Sin embargo, a pesar de que no existe un acuerdo integral en cuanto a su definición, el uso
del término competitividad se ha dispersado como algo habitual e indispensable en todo ejercicio
humano. La expresión competitividad puede ser asociada con los conceptos de competencia y el
verbo competir. Así la competencia se ha ido elevando en las últimas décadas a diferentes niveles,
por ejemplo, en las empresas que buscan la internacionalización, en los países, los que pretenden
seguir siendo líderes y los que quieren ascender como primeras potencias, desde entonces el
lenguaje de la competitividad ha mostrado mucha importancia.
Abordando el concepto de competitividad en un ámbito más centrado y específico, para
este caso a nivel empresa aparecen definiciones apreciables como las que plantean ciertos autores
a continuación, en la que se destaca la opinión de (Alonso, 2007) que sostiene que para las
empresas la competitividad se discierne como “un esquema que permite establecer que empresa
es la mejor, comparando los niveles de ventas y rentabilidad, reflejo de su capacidad para satisfacer
las demandas de sus clientes.” Según (Sallenave, 1995) “la competitividad es la que hace que el
consumidor prefiera los productos de una empresa y los compre. La esencia de la competitividad
es el valor agregado”. El programa de tecnología y economía de la (OECD)da la siguiente
definición: «(Competitividad) puede ser definida como el grado en el que, bajo condiciones de
mercado abierto, un país puede producir bienes y servicios que pasen el test de la competencia
internacional mientras mantiene y expande simultáneamente el ingreso doméstico real» De
acuerdo a los anteriores conceptos se ha construido una definición más concreta: competitividad
es la capacidad de una empresa para disponer de algunos atributos que le permiten un desempeño
superior y le otorgan cierto tipo de ventaja sobre sus competidores, gracias a la creación de
productos de valor.
La competitividad sin una definición estándar.
El ejercicio de la competitividad ha existido desde la apertura de la vida humana, sin embargo,
nada estaba definido conceptualmente por el hombre hasta que más adelante se interesó por la
búsqueda de diversos conocimientos que le permitieran entender y descubrir verdades. Lo que
actualmente no se conoce con precisión es quienes fueron los primeros autores en ostentar una
definición sobre el concepto. Se conoce que en los siglos XVIII y el posterior, los economistas de
las escuelas clásica y neoclásica hicieron algunos estudios referentes a la competencia y otros
sucesos económicos, pero no compartieron, ni redactaron sobre la competitividad específicamente.
Aunque el término es frecuentemente debatido, esencialmente en el marco académico
político, donde se destacan los economistas y los gobiernos de estado, no ha sido posible fijar un
concepto único, que sea digerible, entendible y sobre todo aceptado por toda mente humana, sobre
competitividad, sino que cada intelecto construye su propia concepción más allá de que se elabore
una definición de manera colectiva, en lo que sí existe un consenso es acerca de que no se allá una
definición concretamente globalizada e inmodificable, Por ejemplo, (Müller, 1994) describe que
“existen palabras que tienen el don de ser excepcionalmente precisas, específicas y, al mismo
tiempo, extremadamente genéricas, ilimitadas; altamente operacionales y medibles y, al mismo
tiempo, considerablemente abstractas y extensas. Sin embargo, cualquiera que sea
el caso, estas palabras tienen el privilegio de moldear conductas y perspectivas, así como,
pareciéndose más a herramientas de evaluación, ejercer influencia en la vida práctica. Una de estas
palabras mágicas es Competitividad”, pero que a su vez distingue los términos de competencia y
competitividad. Por el primero, se puede entender como parte de la lucha económica, y la
capacidad para la competencia que desemboca en la rivalidad entre grupos de vendedores. Por el
segundo, como el conjunto de habilidades y condiciones requeridas para el ejercicio de la
competencia. La competencia sería el resultado de la competitividad, (Muller, 1995) La comisión
económica para América latina y el Caribe (CEPAL, 1995) destaca que, en la mayoría de los casos,
no se da una definición muy exacta de competitividad, y no se hace énfasis en el trabajo de
medición, ni en la importancia de los indicadores utilizados.
El marco conceptual de la competitividad oficialmente fue establecido en el siglo XVII por las
teorías de comercio internacional, cuya esencia está centrada sobre todo en aspectos económicos.
El principal precursor de estas teorías fue David Ricardo, quien se hizo notar por su metodología
de las ventajas comparativas. De acuerdo a esto notamos que el asunto de la competitividad se ha
venido resaltando desde años anteriores, y actualmente al concepto se le está brindando mucho
afecto en casi toda la totalidad de los sectores que ejercen actos económicos, porque al parecer han
discernido sobre las ventajas que origina la competitividad, y además con los cambios de época se
hace necesario que las organizaciones potencialicen su eficiencia y se vuelvan más certeras en la
ejecución de sus operaciones, sabiendo que lo anterior aumenta las posibilidades de incrustarse
en los mercados exteriores y de otra manera solidifica su participación y desempeño en la
economía local.
El termino competitividad es muy utilizado en los medios empresariales, políticos y
socioeconómicos y quizás después de idealizar una iniciativa de negocio también se piense casi
programada mente en cómo ser competitivos ,y también puede ocurrir que el concepto no sea
aplicado acertadamente por la complejidad de nociones que tiene la competitividad y por la falta
de comprensión o análisis del concepto en el núcleo empresarial, y este detalle puede ser la falla
en la búsqueda de hallar el logro del crecimiento económico y en cada área o estructura
organizacional. Algunas connotaciones sobre competitividad sirven para diseñar métodos de
entrada o sostenibilidad en los campos en que se quiere competir o se está compitiendo, y pueden
ser el modelo de orientación de cómo convertirse en sistemas competitivos una vez se identifiquen
las mejores prácticas que conducen a esa situación.
En este sentido, la competitividad se entiende como aquella medida en la que el desempeño de
una unidad productiva, ya sea una empresa, industria o la misma economía nacional, permita hacer
una comparación de su posición con respecto a la de la competencia, y que, a su vez, posibilite la
identificación de las fortalezas y debilidades (Rodriguez, 2006)
.
Cronología del concepto.
Autores por época.
La idea preliminar es enmarcar los conceptos que han venido apareciendo sobre la
competitividad, para enseñar no los contradictorios sino los distintos planteamientos sobre el
asunto conceptual que han considerado algunos autores de la competitividad. El análisis del
concepto de competitividad visto desde la óptica de diferentes autores y organismos, permitirá
demostrar que el concepto es mucho más complejo y trascendente de lo que comúnmente se
entiende y que alcanzar una auténtica competitividad sostenible a través del tiempo exige de la
implementación de una diversidad de políticas que permitan la superación de los obstáculos
existentes para conseguirla. Entender en toda su dimensión el concepto de competitividad es
importante, dado su valor para explicar y abordar la problemática que plantea la creación de los
factores necesarios para que en economías de insuficiente desarrollo resulten factibles procesos de
avance y crecimiento de algunos sectores.
Debido a las numerosas definiciones que se han desarrollado sobre el termino competitividad
se hizo posible y se consideró elaborar una reseña histórica del concepto en acompañamiento de
su respectivo autor, y de esta forma interpretar las similitudes y las desigualdades entre las
definiciones, pero lo más valioso y conveniente procurar entender cada una de ellas ante lo cual se
aportara una deducción u opinión propia sobre cada idea. El orden está establecido a partir de la
década de los ochenta hasta los años más recientes. No sobra acordar que ya se han plasmado
algunas descripciones sobre competitividad en este contenido, pero no se han inferido
detenidamente. De acuerdo a los antecedentes históricos el nacimiento de la noción de
competitividad se le atribuye a Adam Smith, quien en “La Naturaleza y causa de la riqueza de las
Naciones», en 1776, señalo la importancia de producir a bajos costos, argumentando que la libertad
de mercados determinaría de manera eficiente como la producción de un país podría satisfacer las
necesidades de otros. No obstante, fue David Ricardo quien, en 1817, en su obra «Principios de
Economía Política”, desarrolló la teoría de las ventajas comparativas para explicar por qué un país
podría importar mercaderías aun produciendo a bajo costo. Su teoría de las ventajas comparativas
se basa en las diferencias entre las condiciones de producción de los países, y en la posesión
diferenciada de factores de producción. A partir de ese momento el significado de competitividad
se ha interiorizado desde entonces en el pensamiento económico.
El siguiente autor corporativo que corresponde al (Forum European Management, 1980) define
a la competitividad como Una medida de la capacidad inmediata y futura de los industriales de
diseñar, producir y vender bienes cuyos atributos en términos de precios y más allá de los precios
se combinan para formar un paquete más atractivo que el de productos similares ofrecidos por los
competidores: el juez final es entonces el mercado. De lo anterior se puede inferir que un
instrumento sustancial para contraer competitividad es la innovación ya que esta es capaz de
generar grandes estímulos de atracción de clientes y de utilidades respectivamente, y que para
lograrlo es re querible contar con buenos sistemas de producción que se presten para asignarle
valores accesibles a los productos, ya que de esta forma es posible captar la atención y aceptación
de los mercados externos y regionales. Otro autor que tiene participación en el marco conceptual
del termino (Chesnais, 1981) la define como: La capacidad de un país de enfrentar la competencia
a nivel mundial incluye tanto la capacidad de un país de exportar y vender en los mercados externos
como su capacidad de defender su propio mercado doméstico. La aserción se centra en el campo
macroeconómico para referirse a la estabilidad y solvencia económica que los países consiguen
aplicando sus mejores habilidades comerciales y al igual que en el caso anterior se hace necesario
construir y manejar excelentes factores de producción para desempeñarse notablemente en los
mercados de afuera y estar en la obligación de regirse por las políticas de comercio más favorables
para prevenir efectos negativos sobre la economía interna. La competitividad de un país más que
en su capacidad productiva y suficiencia de recursos está en la resistencia a los cambios adversos
en los mercados globales ya que esto evalúa las estrategias que un competidor diseña para seguir
inmerso y no evacuar los mercados tan rápidamente. También es de enterarse que no siempre los
países con mayor disponibilidad de recursos pertenecen a los más competitivos ya que algunos
territorios con escasez como Japón integran el listado de las más destacadas economías, tal vez
porque la competitividad no proviene de la productividad sino de las ideas que alguien sepa
desarrollarlas.
Por su parte propone que la competitividad bebe entenderse como aquella habilidad de un país
de crear, producir, distribuir y/o servir productos en el comercio internacional al mismo tiempo
que gana retornos mayores sobre sus recursos. Aquí encontramos que los autores también le
atribuyen el término a un país y no exactamente a las empresas que operan allí, entendiendo que
estos son los responsables directos de atraer inversiones y a partir de ahí crecer competitivamente
en sus sectores al mismo tiempo que en las exportaciones, en busca de mejorar las balanzas
comerciales y de pago y acrecentar genéricamente los ingresos de la economía. En líneas generales
los países necesitan promocionar sus bienes y servicios en el exterior más allá de que esto requiera
de un esfuerzo de capital y de recursos humanos, pero esto ayudaría a mejorar la imagen
empresarial del país, además incentivar las empresas locales a dispersar sus negocios en el exterior
trae otros beneficios como el perfeccionamiento de los métodos de producción y la calidad de los
productos.
En contraste la competitividad es tanto la eficiencia (alcanzar las metas al menor costo posible)
como la efectividad (alcanzar los objetivos correctos). Es la elección de las metas a nivel industria
la que es crucial. La competitividad incluye tanto los fines como los medios utilizados para
alcanzar esos fines.(Buckley, 1988). En esta proposición que se menciona se alude literalmente
que para acariciar la competitividad hace falta hacer un buen uso de los recursos, aplicando
estrategias de optimización y logrando ser efectivos con resultados que no afecten los demás
entornos (ambiental o social), de esta forma también se puede ganar prestigio a nivel empresarial.
También se considera que la competitividad esta en las herramientas que se empleen para
conquistar un objetivo, y que a su vez dicho objetivo se muestra vital para alcanzarla. Un modelo
de ejemplo son los medios técnicos que participan en la confección de un bien, capaces de crear
mayor producción y recortar el valor de los costos operacionales sin alterar las características
originales de lo que se esté produciendo.
Un concepto algo lacónico pero muy razonable manifiesta que la competitividad se resume en
la “aptitud para vender aquello que es producido” (Mathis y otros). Es muy evidente que en el
comercio hay que ser dinámicos, astutos y almacenar conocimientos valiosos, que sirvan de
soporte para ingeniar los mejores planes para la producción, mercadeo, publicidad y ventas, ya que
es posible que las mentes más estrategas y sagaces terminen apropiándose de los mercados, y es
así como la experiencia y el conocimiento influyen en la salida de los bienes que se producen, de
otro modo es irracional concentrarse en producir sin conocer los métodos de comercialización
simplemente porque es probable que se sufra un estancamiento en la ventas y ya se sabe lo que
esto provoca, aunque prácticamente esta sentencia la experimentan pocas o tal vez ninguna
organización, porque siendo consientes en la época actual, toda empresa escudriña la manera de
percibir ingresos exponiendo sus mejores ofertas, aprovechando la extensión de su capital
inmaterial, junto al conjunto practico de sus ideas, pudiéndosele llamar a esto, aptitud; otro aspecto
imprescindible en la búsqueda de la competitividad.
Cuando se tiene la capacidad de diseñar y se elaboran productos bien diferenciados cumpliendo
con los requisitos, lo que se conoce como calidad, son señales de que hay competitividad en una
empresa o industria, respondiendo a las exigencias de mercados específicos, utilizando los mismos
medios y recursos que sus competidores, pero logrando una ventaja competitiva frente a los
mismos, hasta el tiempo en que la competencia la iguale o logre una mejor ventaja. Las empresas
pueden ser más competitivas que sus rivales directos, incluso utilizando menos recursos, pero
siendo más innovadoras y eficientes, percibiendo y luego respondiendo con los productos
requeridos, a lo cual se deduce que toda organización debe estar atenta a lo que van demandando
los mercados, teniendo una gran visión para descubrir lo que un grupo de clientes anhela, y
entonces no sería erróneo expresar que la competitividad está enmarcada como “capacidad de una
industria de producir bienes con patrones de calidad específicos, requeridos por mercados
determinados, utilizando recursos en niveles iguales o inferiores a los que prevalecen en industrias
semejantes en el resto del mundo, durante un cierto período de tiempo.” (Haguenauer, 1989)
Uno de los autores contemporáneos y más representativos sobre el análisis de la competitividad,
hace su aporte definiéndola como aquella; “capacidad para sostener e incrementar la participación
en los mercados internacionales, con una elevación paralela del nivel de vida de la población. El
único camino sólido para lograr esto se basa en el aumento de la productividad”(Porter, 1990). De
esta afirmación se desprende que la competitividad puede distinguirse a la hora de que una empresa
o país conserve su posicionamiento en un mercado y asuma el desafío de estacionarse en otros,
siendo una evidencia convincente de que goza de solidos patrones competitivos. Existe la
posibilidad de que un país que promueve la competitividad, obtenga un crecimiento en el nivel de
vida de sus habitantes, aunque, no siempre se cumple esta regla. El autor señala que una autentica
competitividad no se puede lograr sino hay un ascenso en materia productiva, sin embargo, una
empresa con mucha productividad, no significa que sea altamente competitiva, ya que otras que
no son tan productivas pueden ser mejores en términos de precio y calidad, y por tanto esa creencia
de que la productividad eleva la competitividad es un poco incierta, aunque la primera sea
influyente sobre la segunda no la determina en su totalidad.
Una última interpretación del concepto para acabar de discernir la competitividad, considera y
la notifica “como un proceso continuo de mejoramiento y de innovación que requiere objetivos
precisos, amplios insumos (recursos naturales, recursos humanos, capital, infraestructura), claras
estrategias y un medio ambiente que permita adoptar con rapidez aquellas innovaciones que estén
basadas en el conocimiento.” (Monitor, 1994). Se examina que la competitividad es un elemento
que no se conserva en un estado fijo, sino que a conforme se va estructurando, solicita
modificaciones más “avanzadas” como el perfeccionamiento de las técnicas, el espacio donde
efectúa su trabajo, y ante todo ejercitar un pensamiento que descubra nuevos prototipos.
Es posible que generar competitividad sea una labor dificultosa, para países y empresas, y más aún
cuando prevalece la ausencia o la escasez de distintos recursos, no obstante, muchos paradigmas
indican que no es tan imposible prosperar desde lo poco, y se visualiza que la competitividad se
va formando y arraizando a medida que se le van proporcionando sus nutrientes aun cuando este
plantada en terrenos de poca fertilidad. Sabiendo que la competitividad es un tema de libre
conceptualización, entonces se podría inferir que es “la disputa entre las organizaciones de llegar
más allá de la cima del monte Everest, donde cada una utiliza sus métodos y los menos equipados
se van quedando.” Puede que sea una noción poco ortodoxa y desviada del contexto, pero es
respetable.
Ante la duda, de que si las empresas, hacen a los países competitivos, o es el ambiente de los países
los que las hacen competitivas, alguien diría, si dos multinacionales se estacionan en Somalia, este
país seguirá siendo el mismo y la multinacional más grande, ¿será cierto?, o ante esa duda, lo
mejor, es decir: todo es relativo.
Conclusiones.
De acuerdo a los distintos conceptos referidos a la competitividad, se pudo extraer que este
fenómeno polisémico aun no parece estar definido concretamente, sin embargo, todos parecen
estar familiarizados con ella o al menos han oído hablar del asunto. Entre los aspectos más notables
a rescatar son los siguientes:
La competitividad como elemento esencial, no está vinculada específicamente a las empresas, el
termino también es aplicable para países e industrias e incluso un individuo.
La productividad no es el factor más efectivo para mejorar la competitividad, existen otros
fundamentos más influyentes como las estrategias.
Ante la globalización, las empresas no tienen más opción, que ser competitivas.
La competitividad es un conjunto de pasos que siempre han de mejorarse.
La competitividad resulta costosa, para quien la procesa (inversión) y para quien no la gestiona
(estancamiento).
La creación de productos bien diferenciados y el cumplimiento de sus requisitos, también crean
ventajas competitivas.
En líneas generales, la competitividad se ha fomentado desde su aparición, la mentalidad de vender
lo que se produce, crea estrategias, innovación, inversiones de capital, búsqueda de conocimientos,
y al final todos estos ingredientes, producen competitividad.
Bibliografía.
Alonso. (2007). ¿Competitividad para qué? Análisis de la relación entre competitividad y desarrollo
humano en Mexico. CLAD Reforma y Democracia., 2-20.
Buckley. (1988). Competitividad: Marco conceptual y analisis factorial. Cuaderno de economia, 9-95.
CEPAL. (1995). Competitividad: marco conceptual y analisis sectorial. cuaderno de economia.
Chesnais. (1981). Competitividad: marco conceptual y analisis sectorial . cuderno de economia, 95.
Corona, L. Escandon D Arias A. (2002). Internacionalizacion y competitividad. Ciencias Estrategicas, 10.
Demuner. (2010). La gestión del mercadeo: un aporte a la competitividad de las pequeñas empresas del
sector de servicios en Medellin. Pensamiento y gestion.
Forum European Management. (1980). Competitividad: Marco conceptual y analisis sectorial para la
provincia de Buenos Aires. cuaderno de economia, 95.
Haguenauer. (1989). Competitividad: Marco conceptual y analisis Sectorial. Cuederno de Economia, 9-95.
Industry Canada. (1995). Competitividad y sistemas de innovacion los retos para la inserción de México
en el contexto global. Globalizacion, Ciencia y Tecnologia, 34.
Leon Salmin y Rocio Carbajal. (2006). competitividad: marco conceptual y analisis sectorial para la
provincia de Buenos Aires. cuadernos de economia, 95.
Monitor. (1994). La gestión del mercadeo: un aporte a la competitividad de las pequeñas empresas del
sector servicios en Medellín. Pensamiento y Gestion, 3-25.
Muller. (1995). Competitividad y estrategia. Contaduria y Administracion., 17.
OECD. (s.f.). EL CONCEPTO «COMPETITIVIDAD» Y SUS PREDECESORES. Socialismo y Participacion, 3-16.
Porter. (1990). Competitividad: Marco conceptual y analisis sectorial. Cuadernos de economia, 8.
Porter. (1990). Competitividad: Marco conceptual y analisis sectorial. 95.
Porter y Ketels. (2003). LOS FUNDAMENTOS DE LA COMPETITIVIDAD EN LAS PROVINCIAS ESPAÑOLAS,
2000-2007. Economia y evaluacion del bienestar, 6-47.
Rodriguez. (2006). eumed. net Enciclopedia virtual. Obtenido de http://www.eumed.net/tesis-
doctorales/2014/lmr/marco-teorico.htm#
Sallenave, J. (1995). Competitividad y estrategia: el enfoque de las competencias esenciales y el enfoque
basado en los recursos. Contaduria y Administracion, 17.
Top Related