Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política Instituto de Historia
Estudiantes: Isidora Romero-Karina Córdova.Curso: Construcción Social del PatrimonioProfesora: Daniela MarsalAyudante: María Magdalena MontalbánFecha: 27 de Noviembre de 2013
INTRODUCCIÓN
"No tiene ninguna lógica inaugurar un memorial cuando hay un proceso doloroso que todavía no se sana,
cuando hay un proceso físico que tiene que ver con la reconstrucción, que todavía también está pendiente [...]
Es un acto que era innecesario en esta fecha y menos con toda la deuda que hay en esta materia"1
Con las palabras anteriores, Carolina Manríquez, coordinadora del Movimiento Nacional por una
Reconstrucción Justa, se refirió al “Memorial 27-F” inaugurado en octubre pasado por el Presidente
de la República, en Concepción, y que pretende dejar memoria de las víctimas y lugares afectados
por el maremoto y terremoto de febrero del año 2010. A su juicio, la construcción de un memorial de
tamaño monumental, que significó una inversión de casi 2 mil millones de pesos, y del cual los
afectados no fueron consultados, no fue adecuada ni representa a las víctimas que en él quieren ser
recordadas.
Lo anterior deja en evidencia dos aspectos fundamentales del proceso de construcción del
patrimonio. Por un lado, es soporte de memoria2, vinculándonos con ciertos momentos a través de
recordatorios visibles que se insertan en el espacio público3; y por otro, puede ser generado desde el
poder (“desde arriba”) o desde las personas (“desde abajo”), lo que da pie a que existan memorias
oficiales o no oficiales y memorias excluidas o incluidas. En este ensayo abordaremos esos dos
aspectos del patrimonio, proponiendo que la construcción del Memorial 27-F fue un esfuerzo desde
la oficialidad por construir un soporte para una memoria común de los hechos acontecidos en
aquella catástrofe, dada la eficacia del patrimonio como recordatorio visible; pero que por esa
condición de oficial, generó polémicas y desacuerdos por parte de los afectados del 27-F, quienes
no sienten que su memoria está representada.
El objetivo general que persigue este trabajo es comprender la relación entre el patrimonio y
la memoria, mientras que los objetivos específicos son identificar los agentes que participan (o no)
en la construcción del Memorial 27-F, e identificar la existencia de distintas memorias que, en este
memorial, luchan por imponerse.
1 Entrevista a Carolina Manríquez, Damnificada 27-F: No tiene ninguna lógina inaugurar un memorial cuando hay un proceso que no se ha sanado, disponible en http://www.adnradio.cl/noticias/nacional/damnificada-el-27f-no-tiene-logica inaugurar-un-memorial-cuando-hay-un-proceso-que-no-se-ha-sanado/20131023/nota/2000597.aspx, recuperado el 24 de octubre de 2013. 2 Marsal, Daniela, Cátedra, 07 de Agosto de 2013.3 Sanfuentes, O., “ ¿Por qué recordar? Algunas reflexiones acerca de la relación entre memoria y patrimonio” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012, 59.
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Es necesario entender que el caso de estudio presentado es parte de un proceso de construcción
social del patrimonio. Sobre esto, Carolina Maillard, en el libro compilado por Daniela Marsal, Hecho
en Chile: reflexiones en torno al patrimonio cultural, presenta el artículo “La construcción social del
patrimonio”, en donde afirma que el patrimonio no es dado ni eterno, sino un proceso de
construcción social permanente complejo y constructor de significados y sentidos.
En esa misma línea se ubica el texto de García Canclini “Los usos sociales del patrimonio cultural”,
parte del libro compilado por Enrique Florescano, El patrimonio cultural de México, en donde afirma
que hay una participación desigual de los distintos grupos sociales en la construcción del patrimonio
cultural, noción que nos será útil para trabajar la diversidad de opiniones surgidas en torno al
memorial.
En relación a esto, aunque más específicamente, el artículo de Daniela Marsal, “De lo íntimo a la
oficialidad: la construcción del patrimonio desde las personas” aborda los encuentros y
desencuentros entre las versiones de patrimonios oficiales y no oficiales, y de cómo las personas y
comunidades perciben, valoran y construyen su propio patrimonio, y que podemos relacionar a lo
ocurrido en Concepción.
Particularmente sobre la relación entre patrimonio y memoria, el artículo de Olaya Sanfuentes “¿Por
qué recordar? Algunas reflexiones acerca de la relación entre memoria y patrimonio”, contenido
también en la compilación de Marsal, aborda el vínculo del patrimonio con la idea de recordar, y la
importancia de la memoria, que es dinámica, diversa y es fundamental en la formación de
identidades. Destaca también su artículo “Reflexiones en torno al rol del monumento en el espacio
público” en el que describe al monumento como la posibilidad concreta y material de hacer memoria,
que se ubica precisamente en lugares visibles para las personas, en un paisaje transitado que
permite que no se olvide el pasado y el sentido de comunidad y pertenencia
Por último, y relacionado con lo anterior, el libro de Pierre Nora, Los lugares de la memoria, es un
gran aporte en cuanto trata a estos lugares como sitios que condensan significaciones en torno a
políticas de memoria, materializándola y dándole así una especificidad al lugar.
A fines de octubre del presente año, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, y el
Ministro de Vivienda y Urbanismo, Rodrigo Pérez, inauguraron el memorial a las víctimas del
terremoto y maremoto del 27 de febrero del año 2010. La obra se emplaza en la Costanera del Río
Bío-Bío y significó una inversión de casi 2 mil millones de pesos. Su diseño se adjudicó, vía
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concurso público, a los arquitectos Ricardo Atanacio y Agustín Soza, y al artista Fernando
Feuereisen, quienes crearon una estructura compuesta por ocho torres de hormigón armado de 23
metros de altura, que simbolizan distintas temáticas ligadas a las víctimas y localidades afectadas.4
Una semana después, damnificados del terremoto y maremoto rayaron el memorial en protesta por
su alto valor monetario y porque, como señaló Ximena Sáez, presidenta del comité “Terremoteados
sin solución”, "no representa a las víctimas del terremoto".5
Lo anterior deja en evidencia dos aspectos fundamentales del proceso de construcción del
patrimonio. Por un lado, es soporte de memoria6, vinculándonos con ciertos momentos a través de
recordatorios visibles que se insertan en el espacio público7; y por otro, puede ser generado desde el
poder (“desde arriba”) o desde las personas (“desde abajo”), lo que da pie a que existan memorias
oficiales o no oficiales y memorias excluidas o incluidas. En este ensayo abordaremos esos dos
aspectos del patrimonio, proponiendo que la construcción del Memorial 27-F es un esfuerzo desde la
oficialidad por construir un soporte para una memoria común de los hechos acontecidos en aquella
catástrofe, dada la eficacia del patrimonio como recordatorio visible; pero que por esa condición de
oficial, generó polémicas y desacuerdos por parte de los afectados del 27-F, quienes no sienten que
su memoria está representada.
Comprender cómo el fenómeno de la memoria se relaciona con el patrimonio es
fundamental para comenzar a analizar nuestro caso. En primer lugar, se debe señalar que la
memoria es, a grandes rasgos, una reconstrucción individual o colectiva del pasado, que no
pretende ser un saber científico que explique hechos y procesos, como la historia, sino solamente
dar testimonio.8 La construcción de la memoria individual y social (colectiva) son procesos que se
influyen mutuamente, tal como lo afirmó Halbawchs al sostener que el recuerdo individual se
sustenta y organiza por la memoria colectiva: “La reconstrucción del recuerdo se efectúa a partir de
datos comunes que están entre nosotros y nuestro entorno. Esto implica que nuestros recuerdos se
encuentran inscritos en relatos colectivos que, a su vez, son reforzados por conmemoraciones y
prácticas patrimoniales que refuerzan la historia de los grupos a los cuales pertenecemos.”9 De esa
4 Gobierno de Chile, Presidente Piñera y ministro Pérez inauguran memorial en homenaje a las víctimas del terremoto y maremoto, disponible en http://www.gob.cl/informa/2013/10/23/presidente-pinera-y-ministro-perez-inauguran-memorial-en-homenaje-a-las-victimas-del-terremoto-y-mar.htm, recuperado el 18 de noviembre de 2013.5 Entrevista a Ximena Sáez, Damnificados rayan memorial del terremoto 2010 en Chile inaugurado por Piñera, disponible en http://entretenimiento.terra.cl/gente/damnificados-rayan-memorial-del-terremoto-2010-en-chile-inaugurado-por-pinera,922c68fadb402410VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html, recuperado el 18 de noviembre de 2013.6 Marsal, Daniela, Cátedra, 07 de Agosto de 2013.7 Sanfuentes, O., “ ¿Por qué recordar? Algunas reflexiones acerca de la relación entre memoria y patrimonio” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012, 59.8 Viñao, A., “Memoria, patrimonio y educación” en Educatio Siglo XXI, Vol. 28, N° 2, 2010, 20.9 Halbawchs, M., Citado en Sanfuentes, O., Op. Cit., 60.
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manera, la memoria colectiva forja identidades y cohesión social, ya que se basa en recuerdos
compartidos por un número de personas. Sin embargo, se debe destacar que en la práctica esa
memoria se da en grupos y no en la sociedad en su conjunto, por lo cual no se puede afirmar que
memorias como las nacionales, por ejemplo, sean compartidas por todos quienes viven en el
territorio de la nación, aspecto en el que profundizaremos más adelante.
La memoria social, como sistema de significados y representaciones de una experiencia
colectiva, siempre se está debatiendo entre la relación del pasado y el presente, como lo afirma
Javier Arévalo: “La memoria colectiva permite traer el pasado al presente; pero el presente,
periódicamente, se construye sobre un pasado seleccionado.”10 Ese pasado seleccionado es
construido desde distintos lugares del tejido social, como el poder político o grupos sociales sin
injerencia directa en el Estado, que tienen en común la necesidad de materializar dicho pasado en
elementos concretos que permitan que éste se mantenga en la memoria.
En ese punto es donde la memoria se relaciona directamente con el patrimonio, en cuanto
éste puede ser un soporte visible de esas memorias que buscan forjar un espacio para ser
reconocidas.11 Particularmente los memoriales, como el de nuestro caso de estudio, permiten “hacer
recordatorios visibles de algunos eventos”12 en el espacio público, al igual que otros muchos lugares
y símbolos que se encuentran en las ciudades que han sido creados para materializar recuerdos,
como nombres de calles o estatuas.13
La importancia de situar elementos patrimoniales vinculados a una memoria en el espacio
público, radica en que permite que esa memoria contenida en él se socialice, se consolide y, sobre
todo, no se olvide. Además, contribuye a forjar identidad, proceso en el cual recordar es fundamental
“para saber quiénes somos y colonizar el pasado. La identidad se relaciona con la temporalidad que
habita en nuestros recuerdos.”14 Esa identidad no refiere sólo a la de los individuos sino también a la
de la comunidad en que el elemento patrimonial se emplaza. Su carácter no es efímero sino
permanente, por lo cual es de gran importancia para quienes viven allí al vincularse simbólicamente
con “las coordenadas de tiempo y espacio, al punto que proporcionan tanto de dotación temporal
como de locación geográfica al ciudadano.”15 En base a esto, es que la comunidad de Concepción
10 Arévalo, J., “El patrimonio como representación colectiva. La intangibilidad de los bienes culturales” en Gazeta de Antropología, Vol 26, N° 1, 2010, 7.11 Marsal, Daniela, Cátedra, 14 de Octubre de 2013.12 Sanfuentes, O., Op. Cit, 59.13 Idem.14 Sanfuentes, O., Op. Cit., 27.15 Sanfuentes, O., “Reflexiones en torno al rol del monumento en el espacio público” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012, 282.
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ha dado a conocer su parecer sobre el memorial, ya que la identificación que este producirá con ella
es un hecho innegable, y muchos de sus habitantes no lo desean.
Estos elementos patrimoniales bien pueden ser catalogados como “Lugares de Memoria”,
como llamó Pierre Nora a los lugares o marcas humanas creados como símbolos que pretenden ser
un nexo entre pasado y futuro, permitiendo que la memoria de los hechos del pasado permanezca
en el tiempo.16 Se debe hacer hincapié en que en ese proceso de fijar memoria en un lugar,
cargándolo de significado simbólico, se organiza y da sentido a la experiencia del sujeto sobre la
realidad y la propia vida, dado que los símbolos “no sólo portan información y conocimiento, también
valores y apreciaciones que se ubican en un plano ideológico.”17
Como “Lugar de Memoria”, el Memorial 27-F pretende mantener en la memoria social el
hecho de la catástrofe, las víctimas de éste y los lugares afectados, lo que se evidencia en su
emplazamiento: Bío-Bío, la región más perjudicada y con mayor cantidad de fallecidos. Junto con
eso, pretende dar cuenta de una identidad nacional asociado a lo catastrófico18, como lo señaló uno
de los arquitectos que diseñó el Memorial: “En el memorial está representado algo más allá de la
región. Está representada la idiosincrasia de un país que vive en un entorno sísmico. Levantar un
memorial emblemático de grandes dimensiones que recuerde la idiosincrasia de los chilenos es algo
tremendamente pertinente”19
Sin embargo, el memorial también pretende dejar recuerdo de cómo el gobierno de turno
reconstruyó en pocos años lo que la catástrofe había destruido. Esto se evidencia en las palabras
del Ministro Pérez en la inauguración del Memorial: “Este memorial es necesario para que todos
recordemos la catástrofe del 27-F, pero también cómo un país completo se puso de pie. Hace tres
años y medio recibimos un país en el suelo y lo entregaremos reconstruido.”20 Lo anterior da cuenta
de que el patrimonio no es en ningún caso circunstancial o inocente, sino que más bien está
pensado para representar ciertos intereses políticos, nacionales, económicos, etc.
16 Sanfuentes, O., “Reflexiones en torno…”, Op. Cit, 282.17 Maillard, Carolina, “Construcción social del patrimonio” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012, 17.18 Al respecto, ver Onetto, M., “Apuntes sobre memorias sensoriales y catástrofes. Chile, siglos XVI-XVIII” en Revista de Historia Iberoamericana, Vol. 4, N° 1, 2011.19 Agustín Soza, Creadores del Memorial 27F alertan que obra podría no ser terminada y advierten: “En vez de ser algo de orgullo, va a ser negativo” disponible en http://www.elmostrador.cl/pais/2013/10/25/creadores-del-memorial-27f-alertan-que-obra-podria-no-ser-terminada-y-advierten-en-vez-de-ser-algo-de-orgullo-va-a-ser-negativo/, recuperado el 22 de noviembre de 2013.20Gobierno de Chile, Presidente Piñera y Ministro Pérez inauguran memorial en homenaje a las víctimas del terremoto y maremoto, disponible en http://www.gob.cl/informa/2013/10/23/presidente-pinera-y-ministro-perez-inauguran-memorial-en-homenaje-a-las-victimas-del-terremoto-y-mar.htm, recuperado el 18 de noviembre de 2013
6
Es necesario señalar que tanto la memoria como el patrimonio son dinámicos y cambiantes,
transformándose según las necesidades de la sociedad en que estén insertos. El concepto de
“invención de la tradición”, de Hobsbawm, es útil para explicar lo anterior, ya que considera que la
tradición, así como la memoria y el patrimonio, es cambiante y selectiva, buscando generar
continuidad entre el pasado y el presente mediante comportamientos o normas proclamadas como
parte de la tradición.21 Así, a medida que la realidad cambia y los individuos, grupos o naciones
necesitan dar sentido a ella, la tradición va reformulando el pasado en función del presente, lo que
también sucede con la memoria.
A partir de lo anterior, constantemente se va reformulando la pregunta sobre qué recordar,
cuestión que también remite a qué hechos no se deben olvidar. En este punto, el Memorial 27-F se
hace parte de la “memoria para no olvidar”, fin perseguido también por memoriales de otros países
como Alemania. En el caso de ese país, la ciudad de Berlín contiene una serie de memoriales que
buscan que no se olviden los actos del Holocausto ejecutado por los nazis o la realidad dividida del
país entre la Segunda Guerra Mundial y la Caída del Muro de Berlín.22
Particularmente, el Memorial del Terremoto busca, como se ha señalado previamente, no
olvidar a las víctimas de un Chile sísmico y catastrófico, vinculando esa memoria del pasado no sólo
con el presente, sino también con el futuro, en búsqueda de que las generaciones posteriores
recuerden esa característica propia del país. Así, es fundamental tener un soporte material para la
construcción desde la oficialidad de una memoria común de los hechos acontecidos en aquella
catástrofe, que cree el marco para que las memorias individuales se puedan erigir sobre ésta,
socializando y consolidando la memoria común creada, y reteniendo en las memorias los hechos
seleccionados. Respecto de esto, se debe hacer hincapié en que la memoria encarna de forma
selectiva las realidades históricas que permanecen en esos símbolos patrimoniales23, lo que da lugar
al uso de la memoria con ciertos fines o intereses, y a la existencia de memorias oficiales y
memorias no oficiales. Esas memorias entran en pugna para imponerse y lograr protagonismo, lucha
en que lo central es la pregunta sobre qué es lo que se recordará.24
Lo anterior nos lleva al segundo aspecto relevante de nuestro estudio: la lucha entre la
memoria oficial y las no oficiales, que en este caso, se evidencia en los desacuerdos y discordancias
de los habitantes de Concepción frente a la construcción del memorial.
21Marsal, D. Cátedra, 26 de Agosto de 2013.22Marsal, D., Cátedra, 23 de octubre de 2013.23 Nora, P. Citado en Cuesta Bustillo, J. “Memoria e Historia. Un estado de la cuestión”, en Ayer, n° 32, 1998, 216-217, Citado en Sanfuentes, O., “¿Por qué recordar?...”, Op.cit., 59.24 Citado en Sanfuentes, O., “¿Por qué recordar?...”, Op.cit., 61.
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La existencia de una memoria oficial y una no oficial es producto de las relaciones
asimétricas entre los diversos agentes que participan de la construcción del patrimonio, y que es
posible observar a lo largo de la historia. “No todos los juicios, no todos los sistemas clasificatorios
tienen el mismo peso. Y ello es porque no todos los grupos sociales están igualmente posicionados
para universalizar su sistema de clasificaciones”25. La élite política y económica es la que
usualmente se adjudica la selección y elaboración de lo que es digno de ser considerado patrimonio
o lo que vale la pena recordar, y al no existir un vínculo simétrico con el resto de la sociedad, sino
uno de dominación-subordinación, es el sector dominante el que decide, y crea de esta forma una
versión de lo nacional que se impone a todos26.
Como ya hemos visto, el gobierno y sus representantes tienen objetivos claros al desarrollar
el proyecto del Memorial 27-F: recordar lo ocurrido, siendo un soporte de esa memoria, y expresar
de manera física el dolor de los sobrevivientes y al mismo tiempo la esperanza de la reconstrucción.
Pero ese recuerdo se propone “desde arriba”, es decir, desde la oficialidad, sin que en el proceso se
incluya la participación de los habitantes de la zona. Se plantea entonces una memoria oficial, que
debería compartir el resto de la sociedad.
Lo cierto es que, así como coexisten diversos grupos en la sociedad (familiares, étnicos,
religiosos, políticos, etc.), variadas y distintas son también las visiones sobre su entorno y, por lo
tanto, serán diferentes las formas de recordar de cada uno de ellos. La creación, difusión o
legitimación de una forma de recordar por parte de la oficialidad implica la exclusión de quienes no
comparten esa visión27. Lo que están haciendo los impulsores del memorial, entonces, es negar la
opinión de los damnificados por el terremoto. En palabras de Olaya Sanfuentes, “cuando se da
desde la autoridad una historia que aprender o una fecha que conmemorar, estamos hablando de la
imposición de una memoria oficial, que colabora en la formación de una idea única de sociedad y
tiende a invisibilizar a aquellos grupos subalternos”28. Y producto de ese proceso de invisibilización y
negación, surge en la mayoría de los casos, una visión negativa por parte de las personas, que
desestima el proyecto creado “desde arriba”29.
25 Salvi, V., “Cultura y poder. Los bienes culturales como símbolos de estratificación social” en Moreno, O. (Coord.) Artes e Industrias culturales, Enduntref, Buenos Aires, 2010, pp. 26-27 en Marsal, D., “Aproximaciones críticas al poder y patrimonio”, en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012, 98.26 Bonfil, G.,Op. Cit.,47.27 Marsal, D., Cátedra, 19 de agosto de 2013.28 Sanfuentes, O., “ ¿Por qué recordar?...”, Op. Cit.,63.29 Marsal, D., “De lo íntimo a la oficialidad: la construcción del patrimonio desde las personas”, en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012,121.
8
La opinión de los habitantes de Concepción y los damnificados de la zona corresponden a la
“memoria no oficial”. Ésta, en contraposición a la oficial que proviene desde arriba, nace desde lo
privado; desde los individuos, familias y comunidades30, “desde abajo”. Y, como hemos mencionado,
es diversa; no existe una sola manera de recordar, así como no hay una sola cultura, sino “diversos
patrimonios culturales, diversos conjuntos de objetos culturales tangibles o intangible, que tienen
valor y coherencia dentro de sistemas de significación propios de los diferentes grupos sociales que
integran la sociedad”31.
Cuando en la construcción del patrimonio chocan estas dos esferas (la oficial y la no oficial),
y no existe un acuerdo o consistencia respecto al significado de ese patrimonio en cuanto a qué se
debe recordar o cómo se debe recordar, surge el “patrimonio discordante”32. El producto entregado
termina siendo algo ajeno a las personas, que no las representa y no se vincula con ellas ni con su
forma de recordar. Lo que hace la autoridad, en palabras de Smith, es imponer un discurso
autorizado, que unifica la memoria y entrega una sola opción para representarla, reproduciendo una
visión acrítica de la nación, la historia y el patrimonio, que espera ser recibida de manera pasiva por
la sociedad 33. Esto además se traduce en una “violencia simbólica” hacia los grupos que están más
abajo en la escala de poder, la que intenta disimularse tras el carácter oficial de esta construcción34.
Es ahí cuando surge el conflicto. El malestar expuesto por las diversas agrupaciones
vecinales, y por el mismo alcalde (quien acusa a la organización de entregar una construcción no
terminada35) en las últimas semanas, se explica por la desigual participación de los grupos sociales
en la versión oficial. La posición paternalista36 en que se emplaza el gobierno, que en el fondo lo que
propone es una memoria de carácter nacional, no es realmente representativa ni compartida por las
personas. Los excluidos exigen su derecho a participar en el desarrollo de un memorial que estará
emplazado en el espacio público y al que, como vimos, estarán vinculados física y simbólicamente
por mucho tiempo. Se niegan a cumplir un rol pasivo en la construcción del patrimonio, y esperan ver
su propia memoria representada. Podemos observar aquí cómo las diferentes memorias luchan por
30 Ibid., 119.31 Bonfil, G., Op. Cit., 47.32 Marsal, D., Cátedra, 21 de agosto de 2013.33 Marsal, D., Cátedra, 2 de septiembre de 2013.34 Marsal, D., “Aproximaciones críticas…” Op. Cit., 98.35 Alcalde de Concepción y memorial por 27-F: Si se gastan $2 mil millones debería estar terminado, disponible en http://www.emol.com/noticias/nacional/2013/10/24/626240/alcalde-de-concepcion-por-memorial-27-f.html, recuperado el 23 de Noviembre de 2013.36 Marsal, D., “De lo íntimo…” Op. cit., 122.
9
imponerse y lograr su protagonismo, y cómo la memoria es “una apuesta en la competencia por
dicha hegemonía, es una conquista a la vez que un instrumento para el poder”37.
No podemos olvidar que en el proceso de memoria, también está inserto el del olvido, es por
eso que se hace fundamental la identificación de los agentes involucrados en las decisiones en torno
a la memoria, así como sus intenciones. Cuando se impone una memoria oficial que no toma en
cuenta las memorias no oficiales, la autoridad está decidiendo e imponiendo lo que es necesario
olvidar. En base a lo anterior es que han surgido “amnesias colectivas” en la historia, que son un
reflejo de las exclusiones e inclusiones de ciertos discursos, y cierta memoria38. Nuevamente,
apreciamos que los proyectos creados y memoriales levantados no son casuales ni neutros, sino
que siempre poseen un objetivo subyacente.
Luego del análisis de las reacciones ante la inauguración del memorial 27-F, y las críticas
ante su no representatividad de las memorias no oficiales, nos preguntamos: ¿cómo sería un
proceso adecuado de construcción de un patrimonio que represente memoria?
Creemos que la clave para el desarrollo de un memorial, como el del 27-F en Concepción,
es el consenso. Para que no existan las memorias conflictivas, producto de la construcción desigual
y excluyente, es necesaria la inclusión de todos los actores sociales que se vincularán con el
memorial, especialmente las víctimas directas de la tragedia. Si uno de los objetivos del memorial es
el sentimiento de pertenencia, de unidad ante el dolor, y fortalecer a la comunidad afectada,
entonces es vital tomar en cuenta los procesos de apropiación identitarios, por sobre los de
producción de los mismos39. Es decir, qué significó para los afectados el terremoto la pérdida y el
dolor, cómo conviven hoy en día con ese recuerdo y qué esperan dejar como legado a las próximas
generaciones.
Además, se debe reconocer que siempre la construcción del patrimonio estará influida por
su contexto, físico y temporal, que es algo dinámico y en constante cambio; que vivimos en una
sociedad donde coexisten diversas culturas y opiniones; que hay que comprender que varias
memorias pueden vivir juntas; y, por último, que es necesario “incorporar nuevas personas a la
comunidad, ya que sus experiencias y recuerdo también tienen cabida como relatos identitarios”40.
En la medida en que se incluyan a los diversos actores de la sociedad, el patrimonio sí puede
37 Sanfuentes, O., “¿Por qué recordar…”, Op. Cit., 62.38 Idem. 39 Sanfuentes, O., “Reflexiones en torno…”, Op. Cit., 288.40 Sanfuentes, O., “¿Por qué recordar…”, Op. Cit., 63-64.
10
constituirse como un instrumento para cohesionar identidades, si es manejado de una forma
empática e inclusiva41.
Para comenzar a finalizar, distintos puntos sobre la temática de memoria y patrimonio fueron
abordados para este caso de estudio. En primer lugar, se trató la relación entre patrimonio y
memoria, destacando la efectividad del primero para ser soporte de ésta última. También se señaló
que existen “Lugares de Memoria”, o marcas humanas creadas como símbolos que pretenden ser
un nexo entre pasado y futuro, permitiendo que la memoria de los hechos del pasado permanezca
en el tiempo. Luego, nos preguntamos acerca de cómo se realiza la elección de qué recordar,
sosteniendo que la decisión depende de la posición en el tejido social que ocupe quien promueva el
elemento patrimonial, lo que cuando se realiza desde el Estado, da lugar a la creación e imposición
de una memoria oficial. En la lucha por sobreponerse a otras memorias que existen alrededor de la
catástrofe, frente a las cuales tiene la ventaja de poseer más medios por los cuales imponerse,
genera reacciones en contra, que aducen no sentirse representadas por el elemento patrimonial, al
no haber participado de ellas. Su memoria se vio excluida.
Por último, sería de interés ampliar el campo de estudio a las posibilidades de representar el
dolor de una catástrofe en el patrimonio. El dolor de las víctimas y damnificados es algo que
difícilmente pueda ser olvidado, exista o no un memorial involucrado. El trabajar con ese dolor en la
construcción de un símbolo material que lo represente es un desafío, y así lo han demostrado
distintos elementos patrimoniales del mundo, como los que entran en la categoría de “patrimonio de
la atrocidad”, los cuales también son discutidos por su crudeza, que en muchas ocasiones conlleva a
un morbo por parte de los visitantes. Sin duda es un tema amplio, que puede abordarse desde
diversas miradas, pero este trabajo abre caminos para reflexionar sobre procesos de creación
patrimonial contingentes, y su relación con distintos fenómenos de la vida e identidad humanas.
41 Ibíd., 68.
11
Bibliografía
Arévalo, J., “El patrimonio como representación colectiva. La intangibilidad de los bienes culturales”
en Gazeta de Antropología, Vol. 26, N° 1, 2010.
García Canclini, N., “Los usos sociales del patrimonio cultural”, en Florescano, E., El patrimonio
cultural de México, Fondo de Cultura Económica, 1993, p. 45.
Maillard, C., “La construcción social del patrimonio” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en
torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012.
Marsal, D., “Aproximaciones críticas al poder y patrimonio”, en Marsal, D. Hecho en Chile.
Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012.
Marsal, D., “De lo íntimo a la oficialidad: la construcción del patrimonio desde las personas”, en
Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012.
Onetto, M., “Apuntes sobre memorias sensoriales y catástrofes. Chile, siglos XVI-XVIII” en Revista
de Historia Iberoamericana, Vol. 4, N° 1, 2011.
Sanfuentes, O., “Reflexiones en torno al rol del monumento en el espacio público” en Marsal, D.
Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA, Santiago, 2012.
Sanfuentes, O., “¿Por qué recordar? Algunas reflexiones acerca de la relación entre memoria y
patrimonio” en Marsal, D. Hecho en Chile. Reflexiones en torno al patrimonio cultural, CNCA,
Santiago, 2012.
Viñao, A., “Memoria, patrimonio y educación” en Educatio Siglo XXI, Vol. 28, N° 2, 2010.
12
Fuentes
Sitio Web Gobierno de Chile
Sitio Web Noticias Bío Bío
Sitio Web Noticias Cooperativa
Sitio Web Noticias Terra
Sitio Web Noticias El Mostrador
Sitio Web Plataforma Arquitectura
Cátedra
7 de Agosto.
19 de Agosto.
21 de Agosto.
26 de Agosto.
2 de Septiembre.
16 de Septiembre.
14 de Octubre.
23 de Octubre.
13
Anexos
1. “Conjunto de monolitos conmemorativos”, proyecto ganador del concurso organizado por la Comisión Bicentenario42.
42 Plataforma Arquitectura, Primero premio concurso Memorial 27F en Concepción, disponible en http://www.plataformaarquitectura.cl/2010/11/25/primer-premio-concurso-memorial-27f-en-concepcion/, recuperado el 25 de noviembre de 2013.
14
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