UNIVERS1DAJ) b~ MEXICO
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nales- ir más allá en el corazón humano que este vagabundo de andar tartajoso. El mundo, decía Marcel Proust
, I 'no .se creo una so a .vez, sino que ser~pIte cada.vez que eXls.te un artista ge111al. Chaplll1 fue el primer creador enuna época en que el cine era documentonoticiario, apariencia. Fue el prime;poeta y el primer filósofo del cine. "Nunca proclamaremos bastante -escribe Re- né Clair-- el amor, el reconocimiento yla humildad que su obra nos inspira."
.1 En Al margm de 1m libro sobre' Chaplill,articulo publIcado en esta misma Revista (n. 7,vol. x), hago un breve comentario de las películas anteriores a la Que nos ocupa.
El problema de Los Frutos Caídos esel de q;:¡ insatisfacción absoluta e irremediable que los personajes no son capaces de superar aunque adquieran conciencia de ella: la aceptan como el resultado ineludible de un sistema de vidaque es el único a su alcance. Celia no esheroica y por tanto no puede ir másallá de si misma: está incapacitada parasuperarse y su única solución posible esla de los demás: la aceptación conscientede su estado. La obra desarrol'la la lucha~e .est?s personajes contra sus propiaslUTIltaclOnes hasta llegar a la derrota final, solución que !la es positiva, perosí lógica, y sobre todo, auténtica.
Luisa Josefina Hernández no se limita a exponer: juzga a sus personajes,pero sin falsificarlos, otorgándoles unaindependencia que los llevará a decidírconscientemente su destino.
Sin embargo, no le bastarían a LuisaJosefina Hernández su capacidad de observación o su profundidad de pensamiento para hacer de Los Frutos Caídosla obra importante que es, si ademásno hubiera alcanzado la identificaciónperfecta y el conocimiento absoluto de latécnica realista que manifiesta con todaclaridad. La eficacia de la forma en queha encerrado sus ideas las convierte en
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aquello. No hay pretexto para hablar enplan de crítico cinematográfico. Chaplinha compuesto su película Con una asombrosa simplicidad de elementos. N o hatorturado la cámara: la ha puesto en loslugares adecuados y ha dicho: observa.A veces la acerca a un rostro o un pequeño detalle, pero es siempre el gesto-el hombre- y no la cámara lo que('estaca. Chaplin niega la técnica y afirma el cine. Es decir: el cine como expresión de una inteligencia y una sensibilidad, como expresión del genio, camacreación pura. El llamado séptimo arte!l? ha logrado aÚn -con technicolor, somdo estereofónico, efectos tridimensio-
Por José Luis IBAÑEZ
Los Frutos Caídos- "resultado inelud'ible de un sistema de vida"
LOS FRUTOS CAlDOS
LoS FRUTOS CAÍDOS de Luisa JosefinaHernández es el resultado del encuentro de la autora con la clase
media mexicana 'en su c-Dndición másrepresentativa: la órbita familiar en elmomento de crisis, cuando la serie deconvenciones que la estrecha obliga asus miembros a buscar una forma de liberación. En el caso de Los Frutos Caídoses sólo uno de ellos el que inicia la búsqueda: Celia se decide actuar de acuerdocon sus intereses personales y se revelacontra el pasado y los prejuicios, únicoslazos tangibles que la atan a su familia;pero encuentra que no está sola: su visión de la vida la une y la hace coincidircon ellos. Sus a-ctos influirán directamente sobre la forma de vida que su familia había aceptado. Celia descubriráque en su búsqueda ha arrastrado consigoa los demás hasta el conocimiento desu realidad interior, realidad que losidentifica con ella y que la hará reconocer su incapacidad para vivir bajo otroorden moral. La búsqueda le revelaráque la feliciciaci es inaccesible; pero encontrará una tranquilidad en el cumplimiento del deber.
"luego vuelve a la soledad"
racteres que aunque recuerdan los de susanteriores películas, tienen variacionesmuy importantes. Siguen siendo, sí, .secundarios personajes de una danza alrededor de Charlot, pero son humanos. Yano hay malos y buenos. Black Larsenafecta poco la aventura de Charlot y además desaparece en seguida; en realidadno hada ninguna falta. Mack Swain, quereruerda a Eric CampbeU, el gigante avieso de La calle de la paz,l es ahora unaespecie de oso bonachón que sólo por laimposición del hambre perseguirá conuna escopeta a su pequeño camarada.Jack, el monstruoso amigo de Georgia,es un bromista que carga un .tanto la mano y nada más. Y Georgia es una verdadera novedad en el retablo de figurasff-l11eninas de Chaplin; difiere totalmentede aquellas protagonistas lánguidamenterubias e ingénuas que interpretaba EdnaPurviance: es dura y voluntariosa, semueve con desenvoltura entre hombresrudos e incluso es capaz de burlarse delenamorado hombrecillo. aunque al finalse vea ganada por su ternura. Esta C0
media del Arte es también una comediahumana.
¿ Y el personaje central, Charlot? Unpersonaje que en cada momento está hablando a todos y a uno solo. Una mezcla de San Francisco de Asís y Lázarode Tormes, una conjunción de lo sagrador ]0 profano, de lo dionisíaco y lo apo¡íneo. Juglar y trágico. Hamlet y Falstaff. Pierrot y Arlequín. En resumen,el personaje más vivo que ha creado elcine, el único mito universal nacido enla pantalla. Es, también, una sensibilidadvibrante que recoge la historia -la infrahistoria y la suprahistoria-, que no puede pasar por ning-ún lugar sin que sualma sea rozada: reúne todo aquello quele rodea, lo vasto y lo minúsculo, lo belloy lo feo, y lo transforma, lo espiritualiza.Es un poeta, hace que las cosas trasciendan su materia, que se pongan en piey bailen, que se vuelvan metáfora. Nuncaexpone una teoría socialista, pero su lenguaje es lenguaje de comunión. En unasoc:iedacl perfecta no hallaría felicidad niacomodo. Remueve el mundo de los demás, introduce en él la verdad, la poesía,pero no lo comparte. Comparte hastadonde puede el calor humano, el calorde alguien con un rostro y un nombreindividuales, pero luego vuelve a la soledad a cargarse de cosas que entregaráen su próximo contacto.
¿ Qué más podemos decir de La quimera del oro? Ante ella sólo cabría se
. ñalar la pantalla y decir: eso, )' esto, y
UNIVERSIDAD DE MEXIeO
A. M. BARRENECHEA y E. S. SPERATTI
PIÑERO, La literatura fantástica m Argentina. Imprenta Universitaria. México,1957. XIV + 100 pp.
más apropiada el melodrama. o puedecensurársele por haber recurrido a estegénero, que si bien ha caído en desuso(precisamente por su falta de valores auténticos y trascendentales), no es de ninguna manera indigno: todos los génerosson lícitos y cada autOr tiene derecho autilizar el que considere más accesible asus posibilidades. Pero el uso y el abusode todos los elementos mencionados hahecho que La Locura de los Angelesadolezca de una notable inconsistenciateatral. La obra pretende transmitir unmensaje de optimismo: que la prostitución se regenere y desaparezca; que losdelincuentes se arrepientan y se entreguena la justicia; que perezcan la avaricia yla maldad; que triunfe el amor. Pero¿ son lícitos los medios de que se valeel autor para llegar a estas soluciones?Los personajes con qúe plantea el conflicto son los más fácilmente reconociblesen la vida mexicana: la abuelita, el nieto, la criada, la vecina, el ladrón, la prestamista, el policía, la prostituta. Ningunode ellos alcanza la dimensión necesariapara formar un carácter teatral: son tipos personajes d~ un solo perfil sin otraevolución que la que al autor convienepor simple requisito teatral. Y es queBasurto parece preferir la inserción de
La intención de esta literatura no· e~
simplemente introducirnos en un mundoirreal, sino presentarnos problemas metafísicos, problemas del tiempo y el espacio, del ser y el no ser, de la vida yel sueño. Macedonio Fernández está máscerca de la filosofía "en broma" que dela auténtica creación: elabora su humorismo sofístico construyendo lógicamentea partir del absurdo, elevando el equívoco, el retruécano y el chiste a la categoríaconceptual. También Borges está cercano a la filosofía, pero su don poético,su lenguaje rico y c_eñido, su humor, leconvierten en un artista de la narración.Antes que Borges y Fernández se haHanEduardo vVilde, precursor, con algunasgreguerías engarzadas en sus relatos románticos; Lugones, modernista, retórico,preocupado por las "fuerzas extrañas"que rodean al hombre; Quiroga, que vertió en sus relatos realistas algunos vislumbres de lo irreal alcanzados porsus inquietudes espiritistas, cientificistasy ... paternales; después de Borges, J ulio Cortázar, entre otros, ha escrito cuentos fantásticos en los que destaca el tenndel peligro humano de volver a lo primitivo o a lo animal. Las autoras hanhe~.ho un estudio cuidadoso, metódico.que revela, a pesar de su aparente frialdad, mucho amor. A. M. Barrenecheaanaliza a Macedonio Fernández y JorgeLuis Borges; E. S. Speratti Piñero aLeopoldo Lugones, Horario Quiroga yJulio Cortázar. A esta literatura la distingue su intención intelectual: está hecha para la inteligencia, no para la emoción. Ahora bien: ¿ la literatura no sepropone tocar a la vez estos dos térmi-
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un baile de la primera actriz en el primer acto; un' discurso demagógico sobrela policía, una palabra vulgar y un "mutis" de despedida para el personaje central en el segundo, culminando en el tercero toda la acción con un Ave María,que profundizar en la psicología de suscaracteres. Algunos de los recursos queusa Basurto pertenecen indudablementeal género teatral que ha escogido; perohace fa'lta algo más que malicia y habilidad. en los trucos, para que el conflictoplanteado se convierta en una verdad teatral producida por la evolución lógica deltema y de fas personajes. Nada de loque ocurre en La Locura. de los Angeles puede producirnos la sensación deuna imagen de la realidad. Los persona:jes son simples marionetas movidas algusto del autor, por eso las solucionesdan la impresión de ser también al gustodel autor, pero con muy remotas posibilidades. de tomar contacto con la realidad.Para lograr esto Basurto necesita honestidad en la exposición y autenticidaden las motivaciones entre otras cosas más.
La Locura de los Angeles fue escenificada, con absoluta fidelidad al texto,por Fernando Wagner con un grupo deexcelentes actores encabezados por doñaPrudencia Grifel y Consuelo Guerrero deLuna.
J. de la C.
nos? Borges lo logra a veces; los demás,excluyendo a Quiroga, sólo son constructores de laberintos o de tratados degeometría verbal que poco tienen que vercon el libre vuelo de 'la imaginación.
EDMUND WILSON, Los' Rollos del MarMuerto. Breviarios (124), Fondo de Cultura Económica. México, 1956. 125 pp.
Sobre un asunto que a simple vistaparece que interesaría sólo a los eruditos,Edmund \iVilson esuibió un reportajeque produjo revuelo entre los lectoresde periódicos de los Estados Unidos. En1955 lo publicó en "The New Yorker".Luego, alentado por la entusiasta acogida dispensada a su trabajo, 10 arregló enforma de libro, del que ya se han agotado varias ediciones. Ahora, gracias ala presente versión, los lectores de hablaespañola pueden juzgar de la razón delgran éxito alcanzado por Los Rollos delMar Muerto en los Estados Unidos.
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material artístico susceptible de proporcionar un goce estético. Su diálogo, comolo exige el estilo realista, no correspondeal de una mera conversación familiar,ha extraído las palabras de su limitadoámbito físico para que trasciendan loslímites de su simple condición informativa 'y se internen en un terreno poéticoque es el de la verdadera dimensión teatral.
La escenificación de esta obra ha corroborado los propósitos de la autor~ confidelidad absoluta, gracias a la direccióncuidadosa e inteligente de Seki Sano. Lalínea subjetiva del texto expone la obraa una equivocación en cuanto al tono queella requiere, principalm~nte porque. lasdecisiones de los personajes son motIvadas por una e;volución interna más sugerida que directamente ~:cpresad.a. Marc~rcon claridad esa evoluclOn ha sido el merito fundamental de la interpreta'ción deSeki Sano, y el factor deci~ivo para queLos Frutos Ca:ídos haya sIdo llevada aescena con la máxima dignidad que suscualidades requieren.
La elección cuidadosa de un repartoeficaz y apropiado cont~i~uy? notabl~mente al éxito de la esCel11f¡caClon. ManaDouO'las se identifica con Celia, enri-o .queciéndo1a y afirmándola como p.erso-na1idad teatral. A su lado, Lola T1l10COhace manifiesta su ca'lidad de intérprete,huyendo de los trucos fác.iles y con.v~ri
cionales que Paloma. hubIera permitidoaprovechar. Carmen de Mora, sensi~ley exacta, conmueve y convence amplJa"mente en Magdalena. Amado Zumay~
encarna con soltura y veracidad a Fernando. Y por último, Adriana Roel, apesar de su inexperiencia s~ muestra dú~~til a las órdenes de un dIrector expenmentado y logra convencer en su Dora~
La escenografía de Antonio LópezMancera mantiene la sobriedad característica de todo el espectáculo.
LA LOCURA DE LOS ANGELES
Luis G. Basurto es, posiblemente, elautor mexicano de mayor éxito comercial en estos momentos. Ha logrado reunir un público que sigue su trayectoriade autor con interés y fidelidad; un público que acude a ver sus obras con laseguridad de que recibirá las emocionesque desea. Para corresponder a esta fi-'delidad, Basurto posee una indiscutiblemalicia que es producto de su larga ex~
periencia como hombre. de teatro. El h;¡¡ido descubriendo cuáles son los elemen:tos que apresan la atención del públicocon mayor eficacia y ahora que los domina absolutamente, se ha decidido a uti~
lizarlos con prodiga'lidad. El camino esseguro y fácil, pero es necesario pregun~
tarse hasta qué extremo puede seguirse,sin que por ello pierda seriedad el drannturgo.
En La Locura. dI' los Angeles, laúltima de sus obras, Basurto se ha dejado llevar por su apasionada consideración de los espectadores. En ella hareunido el mayor número posible de ele~
mentas morbosos, presentándolos en hforma que el público los imagina convencionalmente: la avaricia, la maldad, elcrimen, la prostitución, la envidia, etc.:con venientemente amalgamados en un~
abierta lucha contra otras tantas virtucldpara plantear un obvio conflicto entre"el mal" y "el bien".
Para desarrollar este conflicto, Ba\lurto ha escogido como forma teatral
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