REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA
INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITECNICO
“SANTIAGO MARIÑO” EXTENCION COL
SEDE CIUDAD OJEDA
En Venezuela el modernismo llega con retraso. Se asoma detrás de los escombros
del romanticismo, que había señoreado durante casi un siglo en nuestro escenario
literario. Por esto, un crítico como Jesús Semprum ha dicho que el modernismo es
influencia de influencias. Esto es, sin abandonar la influencia elemental, tanto de los
clásicos como de los románticos, el nuevo movimiento se emparenta con la
búsqueda de los simbolistas, por una parte y de los parnasianos, por otra.
A partir de 1940, inicia la transformación de la vieja ciudad colonial en ciudad
moderna. Las nuevas corrientes de la arquitectura se hacen notar en la edificaciones
de todo tipo que se levantan particularmente en Caracas, las cuales se inspiran,
como es natural, en las ideas funcionalistas en que participan distintas escuela. Es
decir, que el edificio se va a proyectar tomando en cuenta, en primer lugar el uso a
que se le destina y la función que debe cumplir, los cuales determinaran la forma
más conveniente, aquélla que mejor llena la necesidad que se quiere satisfacer. La
aplicación de estos principios racionalistas s materializa en formas arquitectónicas
que se caracterizan por su constancia repetición, lo que ha llevado a denominar
el estilo de nuestro tiempo “estilo internacional “, dando a entender su universalidad
y cosmopolitismo
La arquitectura: entre el neocolonial, el art decó y el eclecticismoLa arquitectura mantuvo estrecha relación con los programas estadales y las posibilidades económicas
producto de las explotaciones petroleras. En las particularidades de la arquitectura venezolana a mediados del
siglo XX se encuentra la simultaneidad de dos corrientes estilísticas de características de diseño y de
construcción bien diferenciadas. Una representada por el neocolonial, que si bien está cargada de intenciones
de cambio y de renovación no escapa de planteamientos tradicionales; la otra, con intenciones más audaces, el
art decó, estilo con el que se intenta mostrar el uso de modernas tecnologías de concreto armado, de hierro y
vidrio en estructuras visibles y la organización de espacios con el manejo de formas geométricas puras.
La modernización y el estado: en la búsqueda de lo nacionalEl escenario donde se produce la arquitectura de mediados del siglo XX en Venezuela estuvo determinado por
el papel del Estado como ordenador del caos producido por la transformación de la ciudad en metrópoli, caos
caracterizado por los procesos de racionalización, de la división del trabajo, de la igualdad de los valores, de la
disolución de las raíces, de la indiferencia, de la masificación y de las relaciones conflictivas. La formulación y
aplicación de programas edilicios para organizar y neutralizar los cambios en la vida cultural venezolana fue
consecutivamente un recurso utilizado en los diferentes ámbitos de la vida nacional; el objetivo era alcanzar
un sistema nacional integrado entre la educación, la salud y la vivienda con el apoyo de obras de
infraestructura a nivel nacional: caminos, puentes, puertos, entre otros.
La reivindicación del pasado venezolano en la arquitectura tuvo como intención el rompimiento con la
corriente historicista utilizada hasta 1930. Reutilizar los elementos del patrimonio colonial edificado del país:
portadas decoradas con arcos polilobulados, frontis con volutas, cubiertas de madera, de caoba y teja criolla,
grandes ventanas enrejadas, organización espacial alrededor de patios, uso de corredores abiertos con
columnas como distribuidores de los espacios, fueron recursos arquitectónicos en la búsqueda de la identidad
y la nacionalidad en la arquitectura.
El neocolonial en la arquitectura venezolana compitió con el uso de elementos de la
arquitectura internacional. En el caso de las edificaciones sanitarias se muestra la
particularidad de la reconciliación entre las viejas y nuevas formas de organización del espacio.
Se rescatan las clásicas técnicas de composición fusionadas con criterios de simplicidad
volumétrica y ornamental.
El arquitecto Luis Malaussena14 recurrió al neocolonial en el proyecto de la Escuela Normal
Miguel Antonio Caro, proyectada y construida entre 1943 -1946. La organización de este
conjunto urbano educativo se fundamentó a partir de la distribución de pabellones entre patios
internos formados entre ellos. Los corredores distribuidores de las aulas y demás espacios
administrativos y auditorio, recuerdan los corredores utilizados en las viejas casonas
coloniales. Con la idea de responder a los requerimientos expresivos de los dispositivos
gubernamentales Malaussena articuló códigos neocoloniales con elementos del art decó,
mediante el uso de geometrías, módulos y juego claroscural.
El neocolonial fue un estilo aceptado a mediados del siglo XX, en los procesos de cambio en
el campo cultural se profundizó en el uso de elementos autóctonos a partir de un impulso
político del Estado que encontró respaldo en los sectores intelectuales. El neocolonial dejo de
ser un recurso exclusivo de un sector social en la ciudad de Caracas para popularizarse en el
interior del país en escuelas, hospitales, viviendas populares entre otros edificios de carácter
público.
Considerado el más importante arquitecto en Venezuela del
siglo XX, pionero, máximo exponente e impulsor de la
arquitectura moderna en su país. Vino por vez primera a
Venezuela a la edad de 28. Desde ese entonces comenzó a
participar en el desarrollo y la modernización de Caracas,
Maracay y otras ciudades de Venezuela. Entre sus obras más
destacadas se encuentran la Ciudad Universitaria de Caracas
inaugurada parcialmente en 1954 y nombrada Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco en el año 2000, y la
Reurbanización El Silencio inaugurada en 1945.
La Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), obra del
arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva y un equipo de
colaboradores, se comenzó a construir a principio de la década
de los 40´s en los terrenos de la histórica Hacienda Ibarra.
Localizada a 870 mts sobre el nivel del mar y con un área de
construcción que alcanza 164,2203 hectáreas, este conjunto
autónomo aparece enclavado en lo que es hoy el nuevo centro
urbano de la ciudad de Caracas, rodeado por las principales
arterias viales y el sinuoso trazo de la serranía del Jardín
Botánico.
Obra declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO después
de cumplir diversos criterios únicos.
El conjunto urbano estaba formado por 747 unidades de
vivienda y 207 locales comerciales repartidos en siete bloques.
Villanueva recurrió al método de organización espacial de la
arquitectura alemana y a la vigencia para esos años de los
bloques de vivienda vieneses de los años 20 en articulación
con las arcadas en corredores de uso público, portadas propias
del siglo XVIII, superficies planas y vanos repetitivos.
Reurbanización El Silencio fue uno de los proyectos
habitacionales promovidos en los programas estadales,
realizado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva entre 1941
y 1945 a través del Banco Obrero. Se consideró como una
intervención urbana Conciliatoria por ser un plan de
saneamiento social con el cual se intentó, sin éxito, responder
sin prejuicios los problemas de un grupo de familias humildes,
obreros y prostitutas de la zona, con la idea de compensar las
debilidades de este sector social en una imprecisa visión del
obrero venezolano y de sus valores culturales.
Arquitectónicamente se recurrió al vocabulario de una
arquitectura “nacional” con la idea de crear una memoria
colectiva, además de la idealización de los espacios comunes
como patios y de áreas de servicios ubicadas en la azotea.
El Museo de Bellas Artes de Caracas fue creado en 1917 mediante
decreto del entonces el presidente de la república encargado,
Victorino Márquez Bustillos. Su ubicación inicial fue un espacio en
la Universidad Central de Venezuela (Actual Palacio de las
Academias). El 20 de febrero de 1938, el presidente Eleazar López
Contreras, inauguró su sede propia, un edificio de estilo neoclásico
diseñado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, situado en el
Parque Los Caobos. El mismo fue sometido a una ampliación en
1953, que implicó el crecimiento de la planta hacia la parte trasera.
Allí funcionó hasta el año 1976, cuando se crea la Galería de Arte
Nacional, razón por la cual el museo trasladado a una nueva
edificación de arquitectura brutalista ubicada en la parte posterior
del complejo neoclásico, obra también de Villanueva.
Mientras que Villanueva había concebido la sede original del
museo en un estilo historicista, evocativo de la arquitectura
grecorromana, para su ampliación diseña un edificio de líneas
depuradas, fachadas planas y corte sintéticamente geométrico. La
ausencia de ornamento es llenada por la expresividad que
producen el contraste cromático y textural de los materiales y la
contundencia de los volúmenes, reafirmados por efecto de la
iluminación solar. La funcionalidad como principio que anima esta
obra, se evidencia fundamentalmente en la elección de los
materiales empleados, principalmente hormigón prefabricado y en
el vidrio, los cuales brindan posibilidades constructivas idóneas
para la realización de espacios destinados al museo.
Continuidad y renovación de las tradiciones vernáculas en el ambiente caribeño contemporáneo.
La Arquitectura Antillana no es mas que una arquitectura heredada de sus Colonizadores Europeos, en la que se le da
continuidad y renovación de las tradiciones vernáculas, destaca la combinación victoriana neoclásica que materializo la
convivencia al uso comercial y habitacional, es así como sobre una primera planta neoclásica de ladrillo empañetados
destinadas al almacén, se desarrollaba una arquitectura victoriana de madera que brindaba refugio a su familia. El
neoclásico institucional y publico encuentra su organización generalmente en dos plantas para dar imagen de
monumentalidad y poder.
Fundamentos Culturales
En 1929 la cultura refleja contacto creciente con las vanguardias europeas y se identifican con los movimientos
pictóricos que rompen con el academicismo, pero todavía existe muy pocas o ingenuas formulaciones teóricas con
respecto a las europeas.
En los países antillanos no hay un cuerpo de doctrina para asimilar este racionalismo europeo, tampoco existen medios
de difusión de ideas como lo son revistas, etc…
En 1933 se crea el instituto de arquitectura de puerto rico, asimilándose por primera vez los postulados del movimiento
moderno, pero todavía en esta instancia no existe un contacto personal con los arquitectos protagonistas de este
movimiento.
Los estados unidos son una creciente influencia.
Los paradigmas arquitectónicos no son todavía valorados objetivamente. El personaje de le Corbusier sobresale por sus
escritos y no por sus obras.
Los profesionales de la zona todavía siguen sumidos en un estilo neocolonial, que por su tradición buscan el logro del
control climático como objetivo.
En 1940 Le Corbusier postula la maquina de habitar, con gran impacto internacional, creando un estilo posteriormente
mutado por las repercusiones de la postguerra en Europa.
Mientras tanto en el caribe se remarca la necesidad de preservar la herencia histórica, creando así ciertos roces con este
estilo foráneo.
Estos roces dejan en evidencia un estilo arquitectónico que llaman contemporáneo y definen como expresión de la
realidad regional.
Desde 1920 hasta 1945 la población comienza a creer mas rápidamente y a distanciarse de la curva de
crecimiento de la población mundial; en 25 años aumento en un 55% lo que, comparado con el periodo
anterior, significa una diferencia notable; en cambio, la población mundial es en este periodo solo logra
aumentar un 20%. Venezuela cambia su estructura económica; deja de ser un país mono productor
agropecuario para convertirse en un país mono productor minero, cuya fuente fundamenta de ingresos es
el petróleo. Desde 1925 hasta nuestros días durante este periodo se produce la mayor expansión
demográfica del país en 40 años la población se triplica y definitivamente, la curva de crecimiento se
distancia de la curva de crecimiento de la población mundial. La explosión demográfica es estimulada
por la importancia que Venezuela adquiere como país petrolero, lo que le proporciona los recursos
económicos que le permiten atender más efectivamente la salud y la educación de la población.
Migraciones internas saldo migratorio.
Los desequilibrios existentes en el nivel de desarrollo socioeconómico de las diversas regiones del país han
traído como consecuencia una intensa movilidad de población; se trata del fenómeno demográfico
llamado migraciones internas, el cual provoca que unas entidades políticas atraigan población y tengan
saldos migratorios positivos, mientras que otras pierden población. Las migraciones internas de población
en Venezuela incluyen el denominado éxodo campesino o éxodo rural. las migraciones constituyen un
fenómeno normal de la población en la búsqueda de mejores condiciones de vida ; se producen desde las
zonas en depresión económica hacia las zonas mas prosperas , sobre el emigrante actúan dos fuerzas; la
fuerza de repulsión de la zona de origen y la fuerza de atracción de la zona de destino. En Venezuela , las
migraciones internas han venido intensificando y se dirigen fundamentalmente hacia tres zona ; las zonas
industriales y comerciales ; las zonas mineras y las zonas agrícolas ; analiza las el cuadro. Estas zonas
constituyen la fuerza de atracción mientras que el medio rural, en sentido general, representa la fuerza de
repulsión.
Las migraciones internas han originado dos graves problemas: - Escasez de mano de obra para el trabajo
en el campo - alta concentración de población en las áreas urbanas
Éste es uno de los temas que más profundamente abordan los
estudios acerca de la urbanización. El impacto en las ciudades,
como consecuencia de un crecimiento desorganizado, migración
de lo rural a lo urbano, está mal distribuido. Si retomamos
nuestro concepto del origen de las ciudades de la Revolución
Industrial, el crecimiento de una ciudad se produce por la
extensión de los terrenos para vivienda e industria, ello causado
porque hay mucha gente. En una explosión demográfica como la
que nos atañe, el crecimiento de estos espacios ha de ser muy
acelerado y, como tal, poco planificado y muy desordenado.
Nadie sabe a ciencia cierta porqué, o bajo que reglas o cánones,
siquiera mínimos, crece una ciudad. Sólo crece y crece y crece y
crece y crece y crece y.... Indudablemente que si la ciudad crece
así, va a ser desordenada y caótica. Y trae otra consecuencia:
como ese crecimiento, a pesar de su velocidad, no alcanza el
ritmo del crecimiento poblacional, obliga a la gente a irse
"hacinando", en un proceso gradual y lento, quitándole poco a
poco el espacio que realmente se merece.
En el europeizado clima de la Bella Época, pueden
distinguirse tres vertientes principales de modernización
urbanística de las capitales latinoamericanas, a saber: las
reformas sanitarias, las propuestas de renovación urbana y
la expansión residencial, El intercambio de experiencias a
través de las Américas también jugó un papel importante al
difundir las nuevas ideas y adelantos.
Las Conferencias Interamericanas de 1897 y 1902, que
tuvieron lugar en Ciudad de México, discutieron la agenda
higienista y promovieron la adopción de acuerdos
internacionales, algunos de los cuales fueron alcanzados en
la Convención Sanitaria de 1905 (Conferencias
Internacionales Americanas 1938: 98). Sobre la base de
tales eventos, para comienzos del siglo XX, los avances
logrados en Buenos Aires, Montevideo, Santiago, Río y La
Habana pudieron servir de modelo a las reformas
higienistas de capitales rezagadas como Caracas y Lima.
Además de la publicación de significativas obras como La
higiene aplicada a la construcción de las ciudades (1909-1910),
del chileno Ricardo Larraín Bravo, durante las primeras
décadas del siglo XX el debate sanitario influenciaría
diversas propuestas de renovación y extensión urbana en las
capitales latinoamericanas.
Pero la mayoría de los proyectos urbanos eran más
cercanos al linaje del “urbanismo académico” representado
por la École des Beaux-Arts y, más tarde, por el Instituto de
Urbanismo de la Universidad de París.
Arribado desde finales de los años 1940 a Venezuela, pero sobre
todo en la progresista dictadura de Pérez Jiménez (1952-1958), el
planning fue preconizado por el mismo Sert, los planificadores
norteamericanos Robert Moses y Francis Violich, así como de
nuevo Rotival, asesores todos de la Comisión Nacional de
Urbanismo (CNU); estos últimos dejaron testimonios del auge de
la nueva técnica de la planificación por aquellos años. El Rotival
que venía contratado por segunda vez por el gobierno venezolano
no quería ser ya considerado como urbaniste, sino más bien como
exponente del más comprehensivo profesional que era el
planificateur, según una diferencia sobre la que teorizaría años
más tarde (Rotival 1964). En el caso de Violich, en su Cities of
Latin America (1944), el planificador californiano ofreció una de
las primeras perspectivas comparadas de la europeizada
formación academicista en varios medios profesionales con los
que estuvo en contacto a lo largo de su viaje. Pero valga hacer
notar que ya en aquel libro temprano Violich había advertido
también que “los jóvenes arquitectos y planificadores
practicantes” de América Latina comenzaban a “ver hacia los
Estados Unidos en vez de
Europa” (Violich 1944: 169-173). Posteriormente supo resumir, a
propósito de su experiencia con la CNU venezolana, el giro del
enfoque disciplinar que se produjo en aquellas décadas, el cual
puede ser predicado de buena parte del continente: “Un
movimiento moderno de Beaux Arts inspiró el final de los años
1930, y una orientación social la mitad de los 1940, sólo para dar
paso a principios de los 1950 a un enfoque funcional generado
en las técnicas norteamericanas”
Desde su destacado autoritarismo y el crecimiento de las
finanzas del Estado gracias al cambio de actuación
respecto de la actividad de las compañías petroleras
extranjeras establecidas en el país –favorecido, además,
por el aumento de la producción y los precios del crudo
al alza con motivo de la guerra de Corea–, lo cierto es
que la Venezuela de los años cincuenta del siglo XX
vivió una época dorada marcada por el progreso
económico y social bajo el lema “Nuevo ideal
nacional”, tanto en el plano industrial (minería,
siderúrgica, hidroeléctrica), como en el desarrollo de
grandes obras públicas, construcción civil, la
revaluación constante del bolívar sobre el dólar y todo
ello siempre tutelado por el régimen militar que
mantenía un marcado protagonismo presidencialista.
Una de las obras emblemáticas de la era Pérez Jiménez
es la autopista Caracas-La Guaira, cuyos trabajos se
iniciaron en enero de 1950 y después de casi cuatro años
fue inaugurada el 2 de diciembre de 1953, coincidiendo
con el primer año de gobierno del dictador. En aquel
tiempo estuvo considerada la obra de ingeniería más
importante y costosa de América Latina después del
canal de Panamá, pues precisó de una inversión de 240
millones de bolívares de la época.
Aquellas obras siguen siendo símbolos de la moderna
Venezuela: la autopista La Guaira-Caracas-Valencia, el
Paseo de los Próceres, los bloques del 23 de Enero, estadios
de béisbol y fútbol, distribuidores de tráfico, el hotel
Humboldt sobre el cerro del Ávila y un teleférico de acceso
desde la estación de Mari Pérez; la Ciudad Universitaria, el
Círculo de las Fuerzas Armadas, la avenida Bolívar, el
Helicoide, la ciudad vacacional Los Caracas, el teleférico de
Mérida, el puente sobre el lago Maracaibo…
A partir de 1940, inicia la transformación de la vieja
ciudad colonial en ciudad moderna. Las nuevas
corrientes de la arquitectura se hacen notar en la
edificaciones de todo tipo que se levantan
particularmente en Caracas, l cuales se inspiran, como
es natural, en las ideas funcionalistas en que participan
distintas escuela Es decir, que el edificio se va a
proyectar tomando en cuenta, en primer lugar el uso a
que se le destina y la función que debe cumplir, los
cuales determinaran la forma mas conveniente, aquélla
que mejor llena la necesidad que se quiere satisfacer. La
aplicación de estos principios racionalistas se
materializa en formas arquitectónicas que se
caracterizan por su constancia repetición, lo que ha
llevado a denominar el estilo de nuestro tiempo ESTILO
INTERNACIONAL dando a entender su universalidad y
cosmopolitismo.
Entre los arquitectos venezolanos mas importantes que
trabajan en esta segunda mitad de siglo, hay que
mencionar a:
Carlos Raúl Villanueva, José Tomas Sanabria, , José
Miguel Galia, Fruto Vivas.
DOCOMOMO Venezuela fue lanzado en
noviembre de 2010 como un grupo nacional
de DOCOMOMO International y luego fue
formalmente establecido como una fundación sin
fines de lucro en abril de 2011 en la ciudad de
Caracas. Su objetivo es la documentación y
conservación de los edificios y complejos urbanos
del siglo XX, trabajando por su puesta en valor. La
fundación considera como su objetivo principal el
conocimiento y la documentación del patrimonio
arquitectónico moderno, la preservación de su
salvaguarda y el estudio de metodologías y criterios
de intervención apropiados y sensibles a su valor
testimonial. En esta acción tiene como
interlocutores a los académicos, a departamentos
universitarios, a las autoridades locales y las
industrias involucradas en el campo de la
restauración, así como a las instituciones encargadas
de la tutela del patrimonio en toda Venezuela
En las últimas décadas, el patrimonio
arquitectónico del movimiento moderno parece
estar en mayor riesgo que cualquier otro período.
Esta herencia construida glorifica el espíritu
dinámico de la Edad de la Máquina. A finales de la
década de 1980, muchas obras maestras modernas
ya habían sido demolidas o habían cambiado más
allá del reconocimiento. Esto se debió
principalmente a que muchos no se consideraban
elementos del patrimonio, que sus funciones
originales han cambiado sustancialmente y que sus
innovaciones tecnológicas no siempre han durado
en el tiempo.
La misión del Docomomo es
• Actuar como guardián importante de la
Arquitectura Moderna, cuando los edificios están
en peligro en cualquier lugar.
• Intercambiar ideas relativas a la conservación de
la tecnología, la historia y la educación.
• Fomentar el interés en las ideas de la Arquitectura
Moderna.
Fue así por qué la prédica de los maestros se
transformó en recetario. La planta libre, los
pilotis, los parasoles, la fenestración Horizontal, la
terraza jardín, el uso acumulado de nuevos
materiales o el recurso de los colores primarios
sirvieron para avalar obras que tomaban del
Movimiento Moderno un supuesto
“funcionalismo” y una estricta aplicación de la
idea de espacios mínimos y renta máxima.
El reconocimiento de estas insatisfechas realidades
llevó en estas décadas a un cierto
“sociologismo” de la profesión que actuaba como
catalizadora de los desconciertos que la
crisis de aquellas “verdades eternas” del
movimiento moderno había causado. La
consiguiente pérdida del oficio, lejos de contribuir
a resolver los problemas pendientes, contribuyó a
la incapacidad para actuar sobre ellos con las
calidades técnicas necesarias.
Promediando el siglo aquel modernismo sin
modernidad parecía agotado, aunque el surgimiento
de gobiernos populistas (el “Estado Novo” de
Getúlio Vargas en Brasil, la “Argentina Justicialista”
de Juan Domingo Perón y los gobiernos de Leguía
en Perú, Pérez Jiménez en Venezuela e Ibáñez en
Chile) abrirían un nuevo cauce desde el Estado para
la expansión del Movimiento Moderno.
Como fugaz regodeo para el desconcierto
subsistirían en la segunda mitad del siglo los rezagos
del monumentalismo neoacadémico y de la
“arquitectura imperial” que los gobiernos fuertes
impulsaban en búsqueda de eternidades clasicistas.
Es también el período de tercerización de zonas que
expulsan los usos residenciales y crean funciones
discontinuas y de alta concentración modificando el
carácter polifuncional de algunos barrios.
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