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CONTENIDO
1. CRECIMIENTO ECONÓMICO Y EMPLEO: ......................................... 2
2. INFLACION, PRECIOS Y SALARIOS: .................................................... 20
3. EL COMPORTAMIENTO DE LAS FINANZAS PÚBLICAS: ........ 22
4. LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD: ...................................................... 35
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NICARAGUA: LO BUENO, LO MALO Y LO FEO
DEL DESEMPEÑO ECONOMICO 2007-2011.
Adolfo José Acevedo Vogl
1. CRECIMIENTO ECONÓMICO Y EMPLEO:
La economía nicaragüense creció a una tasa promedio anual del 2.8% en el periodo 2006-2011, por debajo de la tasa promedio anual de 4.2% experimentada en el periodo 1994-2006, aunque al evaluar el desempeño económico en 2006-2011 debe tomarse en consideración el hecho de que, en 2007-2009, dicho desempeño se vio afectado por diversos choques exógenos que limitaron las posibilidades de crecimiento.
Entre los factores que afectaron de manera adversa el desempeño económico del país se encuentran el impacto de los elevados precios internacionales del petróleo y los alimentos, los destrozos provocados por el huracán Félix en Octubre de 2007 y una sucesión de inviernos irregulares (excesos de lluvias e inundaciones seguidas por sequias). Pero sobre todo, se destaca el impacto de la recesión internacional de 2008-2009.
Sin embargo, después de contraerse en 1.5% en 2009, como resultado del impacto de la crisis económica internacional, en el periodo 2011-2011 la economía se recupero vigorosamente y creció a una tasa promedio anual del 4.6%, la mas alta de la región centroamericana.
Fuente: Banco Central de Nicaragua
En términos de contribuciones sectoriales relativas a la tasa de crecimiento del PIB en este ultimo periodo, los sectores productivos que mas aportaron al mismo fueron la industria manufacturera, que contribuyo a explicar el 31% de dicha tasa de crecimiento, el sector agropecuario que aporto un 19.8%, y el sector comercio, hoteles y restaurantes con una contribución relativa del 14.2%. Por su parte, el flujo de inversión extranjera directa en el sector de las comunicaciones llevo al sector transporte y comunicaciones a alcanzar un aporte relativo del 5.5% al crecimiento observado del PIB.
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Fuente: En base a datos del Banco Central de Nicaragua
El crecimiento observado de la industria manufacturera, por su parte, se explica por el fuerte incremento experimentado por el valor agregado de la rama textil y prendas de vestir, cuyo destino fundamental es la exportación, y cuya contribución relativa al crecimiento sectorial fue del 67.4%. El segundo lugar lo ocupa la rama alimentos, bebidas y tabaco, cuyo comportamiento expansivo contribuyo a explicar el 33.1% del crecimiento del PIB del sector, y dentro de la cual se destaco el aporte de la producción agroindustrial de carne, azúcar y lácteos, también destinados en gran medida a la exportación.
En lo que respecta al sector agropecuario, el factor mas importante detrás de su desempeño estuvo representado por el elevado dinamismo del sub-sector pecuario, el cual contribuyo a explicar el 71.9% del crecimiento del sector agropecuario en su conjunto, impulsado fundamentalmente por la matanza de ganado. La matanza de granado tuvo como destino más importante la exportación, tanto hacia los mercados tradicionales, como a la Republica Bolivariana de Venezuela, que ha pasado ha convertirse en el segundo mercado en orden de importancia para las exportaciones del país, después de los Estados Unidos.
Desde el punto de vista de la demanda agregada, las cifras sugieren que la demanda interna fue el factor de mayor peso detrás del dinamismo de la economía, con una contribución relativa a la tasa de crecimiento del PIB del 127.5%, mientras que la demanda externa neta (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios no factoriales), habría tenido un efecto contractivo sobre la demanda agregada, lo cual se manifestó en un aporte negativo de -27.5% a la tasa de crecimiento del PIB.
Contribucion ponderada aporte relativo
4.57 100.0%
menos: Imputaciones bancarias (0.19) -4.1%
más: Impuestos netos a los productos 0.42 9.1%
Total industrias más Gobierno 3.98 87.1%
Servicios del Gobierno General 0.19 4.1%
Total industrias 3.79 83.0%
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 0.90 19.8%
Explotación de minas y canteras 0.18 4.0%
Industrias manufactureras 1.42 31.0%
Electricidad, agua y alcantarillado 0.08 1.8%
Construcción 0.03 0.7%
Comercio, hoteles y restaurantes 0.65 14.2%
Transporte y comunicaciones 0.25 5.5%
Servicios de intermediación financiera y conexos (0.13) -2.9%
Propiedad de vivienda 0.17 3.7%
Servicios personales y empresariales 0.20 4.3%
Conceptos
Producto interno bruto
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Fuente: En base a datos del Banco Central de Nicaragua
Dentro de la demanda interna, el consumo (privado y publico) habría tenido la mayor contribución relativa al crecimiento del PIB (habría explicado un 72.2% de dicha tasa) por su peso en la demanda agregada, aunque debe destacarse el dinamismo y la contribución relativa de la inversión privada, que creció a una tasa promedio anual del 16.1%, y habría contribuido a explicar el 52% del crecimiento del PIB.
Es importante resaltar que la dinámica de la inversión privada estuvo influenciada en gran medida por el notable crecimiento de los flujos de inversión directa extranjera, que en el año 2011 alcanzaron un nivel equivalente al 13.7% del PIB, su mas elevado nivel histórico en el país, mientras alcanzaban a representar un porcentaje importante del monto de la inversión privada que se verifico ese año.
Conceptos contribucion ponderada aporte relativo
Producto interno bruto 4.57 100.0%
Demanda Interna Neta 5.82 127.5%
Consumo 3.30 72.2%
Consumo público 0.42 9.3%
Consumo privado 2.87 62.9%
Inversión bruta 2.46 53.8%
Inversión pública 0.05 1.1%
Inversión privada 2.38 52.0%
Demanda Externa Neta -1.26 -27.5%
Exportaciones de bienes y servicios 3.93 86.0%
Importaciones de bienes y servicios 5.20 113.5%
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Fuente: En base a datos del Banco Central de Nicaragua
Llama la atención el limitado efecto en términos de crecimiento económico que tiene el crecimiento sin precedentes de la IED, aun acompañado por niveles históricos también record de las exportaciones y ingreso de remesas familiares. En los años 60-70, tasas de crecimiento exportador similares, y tasas de IED muy inferiores, producían tasas de crecimiento económico mucho mas elevadas - un promedio del 7% anual - que las observadas actualmente.
Entre 2006-2011 la IED creció a una tasa promedio anual del 28% en el periodo 2006-2011, pero el PIB medido en dólares solo creció a una tasa promedio anual de 3%, para una elasticidad PIB/IED de apenas 0.2.
Este impacto tan limitado de la IED sobre el crecimiento económico, estaría reflejando, por el lado de la demanda, un bajísimo efecto multiplicador, debido probablemente al muy alto contenido en maquinaria y equipo importado de esta inversión.
También influye el hecho de que los sectores hacia los que se orienta la IED se caracterizan por limitados encadenamientos intersectoriales, y por tanto no generan efectos multiplicadores significativos. Del mismo modo, la creciente apertura a las importaciones hace que la demanda interna se oriente cada vez mas hacia bienes importados, limitando fuertemente el crecimiento de la producción doméstica.
En efecto, habría que agregar una nota de cautela. Si bien la demanda interna aparece impulsando el crecimiento de la producción interna de bienes y servicios (PIB), un porcentaje creciente de la misma se esta orientando hacia las importaciones, y en esa medida, mas que contribuir a dinamizar la producción y el empleo en el país, estimula la producción y el empleo en los países de origen de las importaciones.
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Fuente: en base a BCN
En lo que respecta a la creciente orientación de la demanda interna hacia bienes importados, vale la pena poner de manifiesto que la inversión privada fija, pese a su elevado dinamismo, mostro un componente de inversión en maquinaria y equipo que en promedio fue de un 69% de la inversión privada fija total en 2010 y 2011, y este componente con toda probabilidad se tradujo en una demanda por bienes de capital importados, más que en una demanda por bienes y servicios domésticos.
Del mismo modo, el consumo privado o consumo de las familias, tiene un componente importado cada vez mas alto, de manera que una parte cada vez mayor de la demanda de bienes de consumo se orienta hacia bienes importados.
Por lo tanto, la expansión de la demanda interna no necesariamente contribuyo en toda su extensión a estimular la producción interna de bienes y servicios, sino solo una parte de ella, que resulta cada vez menor.
En cambio, la demanda de extranjeros o no residentes por bienes y servicios no factoriales producidos en Nicaragua, es decir la demanda externa por exportaciones nicaragüenses, como pudo apreciarse cuando analizamos el aporte sectorial del crecimiento del PIB, representaron un factor de dinamismo fundamental, tanto para la industria manufacturera, como para el sub-sector pecuario.
Puede concluirse que los factores que habrían contribuido al crecimiento del PIB, por el lado de la demanda agregada, serian i) la parte del consumo de los hogares que se orienta hacia bienes y servicios producidos en el país, ii) la parte de la inversión bruta fija que se orienta principalmente hacia la construcción de estructuras y otras edificaciones y obras de infraestructura, y iii) la demanda de extranjeros o no residentes por bienes y servicios producidos en el país – como los productos de la rama textil y prendas de vestir, y de la rama alimentos como la carne, azúcar y productos lácteos, así como el café y otros productos agropecuarios y mineros, y el turismo.
Como se ha dicho, los factores i) y ii) han venido representando porcentajes decrecientes de la demanda interna, y de hecho han pasado a tener un comportamiento negativo, como resultado de lo cual el PIB orientado a atender la demanda interna ha declinado a una tasa de -0.7% promedio anual en el periodo
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2006 a 2011, mientras que la demanda externa ha impulsado el crecimiento del PIB orientado a atender la demanda externa a una tasa del 8.7% promedio anual.
Como resultado de la declinación del PIB orientado a atender la demanda interna, el fuerte dinamismo exportados solo se ha traducido en una tasa de crecimiento del PIB global de un 2.8% promedio anual.
El aumento sostenido del coeficiente de importación (importaciones/PIB) puede contribuir a explicar también por qué elevadas tasas de crecimiento exportador (10.9% promedio anual en1994-2011) se han traducido en tasas de crecimiento económico del 3.8%, que pueden catalogarse como modestas.
El marcado debilitamiento de la capacidad de arrastre del crecimiento exportador con respecto al PIB, se manifiesta en el hecho de que, mientras en el periodo 1960-78 un crecimiento de 10% en las exportaciones estuvo asociado, en promedio, a un crecimiento de 7% del PIB, en 1994-2010 un crecimiento de 10% en las exportaciones solo estuvo asociado, en promedio a un crecimiento de 4% del PIB.
Coeficiente Desv. Típica Estadístico t Valor p
const 3.879 0.420 9.231 0.000
l_Exportaa 0.711 0.050 14.314 0.000
Media de la vble. dep. 9.875 D.T. de la vble. dep. 0.281
Suma de cuad. residuos 0.058 D.T. de la regresión 0.060
R-cuadrado 0.957 R-cuadrado corregido 0.954
F(1, 16) 204.893 Valor p (de F) 0.000
rho 0.049 Durbin-Watson 1.852
EstadÃsticos basados en los datos rho-diferenciados
Variable dependiente: l_PIBapreciosco
Modelo 5: Cochrane-Orcutt, usando las observaciones 1961-1978 (T = 18)
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Se mantendrá el crecimiento impulsado por las Exportaciones?
José Antonio Ocampo, Profesor de la Universidad de Columbia, ex Secretario Ejecutivo de CEPAL,
y ex Vice Secretario General de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales, ha publicado
recientemente el resultado de su análisis sobre las tendencias a largo plazo y los ciclos del precio
relativo de las commodities, incluyendo las commodities de origen agrícola y metálicas (oro y otros
metales) como las que exporta Nicaragua.
El resultado de su análisis muestra que, tal como lo postulo Raúl Prebish, el precio relativo de las
commodities – de las materias primas y alimentos – que exportan nuestros países en términos del
precio de las manufacturas exhibe una clara tendencia declinante a largo plazo. Prebisch denomino
a esta tendencia secular a la declinación del precio de las commodities en relación al precio de las
manufacturas ¨tendencia al deterioro de los términos del intercambio¨, y los resultados de esta
investigación estarían respaldando la validez de esta previsión del fundador de la CEPAL.
Sin embargo, desde el punto de vista de la actual coyuntura que viven nuestros países, el mayor
interés de esta investigación reside en lo que nos estaría indicando en relación a los grandes ciclos
de auge y caída de los precios de las commodities que exportamos. En cada uno de estos ciclos, el
precio relativo de las commodities experimento un auge, que posteriormente fue seguido por una
marcada declinación, y tras cada ciclo, el precio relativo de las commodities tendió a caer a un nivel
inferior al punto mas bajo del ciclo anterior.
Coeficiente Desv. Típica Estadístico t Valor p
const 6.461 0.055 117.033 0.000
l_Exportaa 0.425 0.006 68.185 0.000
Media de la vble. dep. 10.225 D.T. de la vble. dep. 0.178
Suma de cuad. residuos 0.002 D.T. de la regresión 0.011
R-cuadrado 0.996 R-cuadrado corregido 0.996
F(1, 14) 4,649.184 Valor p (de F) 0.000
rho 0.093 Durbin-Watson 1.684
Modelo 7: Cochrane-Orcutt, usando las observaciones 1994-2009 (T = 16)
Variable dependiente: l_PIBapreciosco
EstadÃsticos basados en los datos rho-diferenciados
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El análisis de Ocampo muestra que se han producido tres grandes ciclos: el primero estuvo asociado
con el proceso de industrialización y urbanización de los países hoy desarrollados a lo largo del
siglo XIX, que significo un fuerte incremento en la demanda de materias primas y alimentos. Este
fue el momento en que la mayor parte de los países latinoamericanos, después de conquistar su
independencia, y alentados por las doctrinas liberales de la época, se insertaron en el mercado
mundial como exportadores de alimentos y productos primarios. Esta fase de auge se debilito en las
primeras décadas del Siglo XIX y termino con la gran crisis de los años 30.
Luego, el auge económico de la postguerra trajo consigo otro auge en el precio relativo de las
commodities, que se extendió hasta mediados de los 70-inicios de los 80.
Finalmente, en lo que va de los 2000 se esta viviendo otra fase de auge, esta vez asociada al proceso
de industrialización y urbanización de los grandes países emergentes, en especial de China, que ha
conllevado un consumo mas elevado de materias primas, en conjunto con el rápido crecimiento de
su ingreso per cápita y el cambio a una dieta mas intensiva en el consumo de cereales, carnes y
leche, ha dado lugar a una fuerte incremento en la demanda mundial de petróleo, minerales y
alimentos.
Como resultado de este vigoroso crecimiento en la demanda, el precio internacional de estos
productos ha estado experimentado una fase de fuertes incrementos.
No se sabe cuanto tiempo mas durara este auge. China ha completado en lo fundamental su proceso
de industrialización y urbanización, y de un crecimiento muy rápido basado en altísimas tasas de
inversión, y se esta planteando el transito hacia una economía mas orientada a los servicios y el
consumo, cuyos ritmos de crecimiento serán menores que los observados en las décadas previas.
La duración de este transito es una incógnita, pero la idea debería estar clara: el actual auge, como
todos los anteriores, tendrá que terminar.
Para Nicaragua, el desafío es evitar caer en la ilusión de que esta fase de auge durara para siempre,
y contentarse con decir que la economía va bien porque los precios de exportación están elevados.
Recuérdese que los ciclos de nuestra pequeña economía agroexportadora están asociados a los
vaivenes de la demanda y los precios de los productos agropecuarios de exportación más el oro, y
que la etapa de euforia tras cada fase de auge es seguida por una depresión.
Lo que el país debe decidirse, es a aprovechar esta fase de auge, mientras dure, para modernizar,
intensificar y diversificar al máximo posible el aparato productivo del país – y a esto, antes que
nada, debería estar contribuyendo el flujo de recursos derivado de la cooperación petrolera
venezolana.
Se trata de transformar el actual modelo de crecimiento económico, cuya condición de
competitividad se basa en una fuerza de trabajo de muy baja calificación de bajo costo, y acceso
semi-gratuito a la explotación minera de nuestros recursos naturales, junto con un modelo de
crecimiento extensivo (y de baja intensidad) de la agricultura, al comercio y los servicios, que
genera fundamentalmente empleos precarios y de bajísima productividad, donde predominan el
empleo por cuenta propia y los trabajadores familiares sin remuneración.
Se trata de comenzar a generar principalmente empleos de alta productividad y bien remunerados,
para aprovechar las tres décadas que restan del bono demográfico, de manera de estar mejor
preparados para el arribo de la fase de envejecimiento poblacional.
Al arribar a la fase plena de envejecimiento poblacional - lo que según las proyecciones socio-
demográficas ocurrirá en 25 años mas -, el numero de adultos mayores se habrá casi triplicado, y
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estará en ascenso, y el numero de personas en la población económicamente activa por cada adulto
mayor se estará reduciendo.
Si no se modifica el actual modelo de crecimiento económico, la mayor parte de la fuerza de trabajo
va a continuar trabajando en empleos precarios, y va a tener que sostener, sin los medios adecuados,
a una creciente masa de adultos mayores cuya expectativa de vida será mayor que la actual.
En ese momento, si no se inicia desde ahora un esfuerzo extremo por cambiar el actual modelo de
crecimiento, ya no habrá mucho que hacer, como no sea aumentar la edad de jubilación hasta 70
años o mas, aumentar todavía mas el numero de cotizaciones (hasta 40 años?) y reducir aun mas las
pensiones, mientras que la mayor parte de la crecente población de adultos mayores ni siquiera
tendrá acceso a ninguna pensión, debido a la pobre cobertura del INSS.
En síntesis: La única manera de enfrentar estos desafíos transformando el modelo de crecimiento
económico, intensificando la economía, modernizando y diversificando el aparato productivo, y
desarrollando crecientes y cada vez mas densos encadenamientos intersectoriales, que permitan que
el denominado progreso técnico se difunda a lo largo de todo el aparato productivo y se logre una
mayor homogeneidad en los niveles de tecnología y productividad a lo largo de los diversos
sectores.
Se trata, por tanto, de llevar a cabo el esfuerzo nacional concertado que permita desarrollar un
modelo de crecimiento que, en vez de generar predominante empleos de bajísima productividad,
comience a generar, principalmente, empleos de mayor calidad, y de mucha mayor productividad,
los cuales demandaran, a su vez, mayores y crecientes niveles de calificación.
El consenso entre los economistas del desarrollo es que se requieren dos tipos de acciones, que el
mercado, por si mismo, no resuelve: por una parte, un mecanismo de coordinación de acciones e
inversiones entre el sector publico y los distintos actores que pueden aportar acciones o inversiones,
en aras de un esfuerzo coordinado de mediano y largo plazo para desarrollar ventajas comparativas
dinámicas, y por otra parte, mecanismos e instituciones de fomento - sobre todo mecanismos
financieros que permitan financiar la inversión de largo plazo, y mecanismos de transferencia de
tecnología.
A ello podría añadirse la acción pública para proporcionar las economías externas necesarias
(infraestructura básica) y asegurar el desarrollo de niveles adecuados de capital humano (y de
capacidad nacional de asimilar el conocimiento y la tecnología)
Las maneras concretas o específicas en que cada país puede lograr estas cosas no esta predefinida, y
puede adoptar las más diversas formas.
La evolución del Empleo y su calidad:
Con respecto a la generación de empleo, las cifras de la Encuesta Continua de Hogares para la Medición del Empleo muestran un fuerte crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA), sobre todo como resultado de la incorporación al mercado laboral de decenas de miles de personas en edad de trabajar – principalmente amas de casa y estudiantes - que anteriormente formaban parte de la Población Económicamente No Activa (PNEA). Esto significa que se ha producido un incremento apreciable en la tasa de participación laboral.
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La totalidad de estas personas que se incorporaron a la PEA encontró empleos, e incluso lo hizo una parte de los que estaban desempleados, como resultado de lo cual aumento la tasa de ocupación y la tasa de desempleo se redujo.
Según la Encuesta, el numero promedio anual de ocupados aumento en 409.7 miles entre 2009 y 2011, para una tasa de crecimiento promedio anual del 8.2%, como resultado de lo cual la tasa de ocupación paso del 92.2% de la Población Económicamente Activa en
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2009 al 93.7% en 2011. Por su parte, la tasa de desempleo abierto se redujo del 7.8% de la Población Económicamente Activa en 2009 al 6.3% en 2011.
En lo que respecta específicamente a la creación de empleo formal, la variable que se utiliza como aquella que mas se aproxima a la evolución del mismo es el comportamiento del numero de afiliados activos al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el cual aumento de 420.3 miles de afiliados activos promedio anual en 2006 a 578.3 miles promedio anual en 2011, para un incremento de 158 miles. Entre 2009 y 2011 el aumento en el numero de afiliados activos promedio anuales fue de 74.6 miles.
Fuente: En base a la Encuesta Continua del INIDE
Sin embargo, la calidad del empleo experimento un deterioro. El empleo pleno redujo su participación en el empleo total de manera apreciable, pasando del 39% del empleo total como promedio anual en el 2009 a un promedio al I Semestre de 2011 del 31.5%, mientras que el subempleo incremento su participación dentro del empleo total de manera muy fuerte, pasando del 40% del empleo total al 52.7% en el mismo periodo.
Indicadores de empleo(miles de personas y porcentajes)
Conceptos 2009 2010 2011 1/ 2010/09 2011/10 2011/09
POBLACION EN EDAD DE TRABAJAR 3,920.9 3,939.4 3,999.3 18.51 59.9 78.4
POBLACION ECONOMICAMENTE ACTIVA 2,599.8 2,812.0 2,996.7 212.23 184.7 396.9
POBLACION NO ECONOMICAMENTE ACTIVA 1,321.1 1,127.4 1,002.6 (193.73) (124.8) (318.5)
TOTAL OCUPADOS 2,396.6 2,593.0 2,806.3 196.41 213.3 409.7
OCUPADOS PLENOS 933.6 882.5 885.3 (51.13) 2.8 (48.3)
OCUPADOS TIEMPO PARCIAL 503.3 389.4 442.0 (113.86) 52.5 (61.3)
SUBEMPLEADOS VISIBLES (horas trabajadas) 285.01 642.1 642.3 357.13 0.2 357.3
SUBEMPLEADOS INVISIBLES (salarios bajo el minimo) 674.7 679.0 836.8 4.28 157.8 162.1
TOTAL SUBEMPLEADOS 959.7 1,321.1 1,479.1 361.41 157.9 519.4
DESEMPLEADOS ABIERTOS 203.2 219.0 190.3 15.82 (28.6) (12.8)
Relaciones porcentuales:
Tasa de ocupación (total ocupados como % de la PEA) 92.2 92.2 93.7 0.0 1.5 1.5
Empleo pleno (% del total de ocupados) 39.0 34.0 31.5 (4.9) (2.5) (7.4)
Empleo a tiempo parcial (% del total de ocupados) 21.0 15.0 15.7 (6.0) 0.7 (5.3)
Subempleo visible ( % del total de ocupados) 11.9 24.8 22.9 12.9 (1.9) 11.0
Subempleo invisible ( % del total de ocupados) 28.2 26.2 29.8 (2.0) 3.6 1.7
Subempleo total ( % del total de ocupados) 40.0 50.9 52.7 10.9 1.8 12.7
Tasa de desempleo abierto (desemploeados abiertos como % de la PEA) 7.8 7.8 6.3 (0.0) (1.5) (1.5)
Tasa de subempleo (subempleados como % de la PEA) 36.9 47.0 49.4 10.1 2.4 12.4
Tasa de subutilizacion global de la fuerza de trabajo (desempleo abierto + subempleo como % de la PEA) 47.9 58.7 59.0 10.9 0.3 11.2
1/ Promedio de los Trimestres I y II de 2011. El INIDE no ha publicado los resultados de la ECH para los Trimestres III y IV de 2011. El BCN tampoco los considero
para la estimacion de los indicadores de empleo para 2011 en su Anuario Estadistico 2011
VARIACION ABSOLUTA
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En términos de la eficiencia de la utilización de la fuerza de trabajo, a pesar de que la tasa de desempleo se redujo, la tasa de subutilización global de la fuerza de trabajo (el desempleo abierto mas el subempleo como % de la PEA) se incremento en 11 puntos porcentuales: los trabajadores desempleados y/o subempleados pasaron de representar un 44.7% de la PEA como promedio anual en 2009 a un 55.7% como promedio del I semestre de 2011.
Finalmente, cuando se analiza la clasificación del empleo por categorías ocupacionales, se destaca el peso considerable de los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares sin remuneración del sector informal.
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En lo que se refiere al impacto de la Inversión Extranjera Directa sobre la creación de empleos, suele destacarse el incremento de los empleos en zonas francas. En términos de promedios anuales, entre 2005 y 2011 se habrían creado 21,199 nuevos empleos directos en las empresas de zonas francas, al pasar el número de empleos generados por estas empresas de 69,820 empleos promedio anuales en 2005 a 91,019 promedio anual en 2011.
Cabe recordar por otra parte que, con la excepción de la inversión en zonas francas, la inversión extranjera directa se concentra en los sectores que ya son los de mayor productividad (minería, comunicaciones, energía) y precisamente por ello, muestran la menor contribución a la creación de empleo. Así, en el INSS aparecen registrados solo 4,000 trabajadores en la minería. En energía hay afiliados 7,000. En transporte y comunicaciones 19,000. Pero incluso las zonas francas no absorben mas allá del 3.4% de la PEA, que ya representa casi 3 millones de personas.
La informalidad del Empleo
Existe una creciente preocupación por el grado de informalidad del empleo. Existen tres criterios para
caracterizar la informalidad. El primero caracteriza como informal al empleo que no esta inscrito en el seguro
social. Desde este punto de vista, alrededor del 80% del empleo seria catalogado como informal. El segundo
se refiere al empleo generado por empresas que no llevan contabilidad.
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En este caso el 75.9% del empleo seria considerado informal. El tercer criterio, que utilizaremos aquí, y que
es el utilizado por CEDLAC y la OIT, se refiere al empleo generado por micro-unidades económica de muy
baja productividad.
Se trata fundamentalmente del caso cuando aquellos estratos de la población sin acceso a los recursos (capital
humano, capital físico, capital social, activos financieros, tecnología) indispensables para insertarse de manera
exitosa en el mercado, crean sus propios empleos, Normalmente se trata de empleos de muy baja
productividad, cuyo desempeño no requiere mucha calificación, y que generan a quienes los desempeñan
ingresos muy bajos, que los mantienen bajo el umbral de la pobreza.
Estas personas encuentran ocupación en micro unidades económicas, sin ningún o muy magro acceso a los
recursos, que emplean de uno a cinco trabajadores, en calidad de i) trabajadores por cuenta propia de muy
baja calificación ii) trabajadores (principalmente) familiares no remunerados de estas micro-unidades
económicas y iii) asalariados y/o ayudantes de esas micro unidades.
No estamos, por tanto, en presencia de empleos generados por empresas sino fundamentalmente de empleos
credos por la propia población para sobrevivir. Este hecho es clave para entender la dinámica del empleo en
Nicaragua: la razón fundamental por la cual el crecimiento del empleo ha estado en capacidad de absorber el
fuerte crecimiento de la PEA, es que quienes se incorporaron a la PEA esencialmente crearon sus propios
empleos. En el periodo analizado, poco más del 70% del empleo en Nicaragua fue generado por estas
unidades económicas.
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Dentro del empleo generado por estas micro-unidades, la mayor parte corresponden a trabajadores por cuenta
propia - los trabajadores por cuenta propia de las micro unidades económicas representaban la practica
totalidad de los trabajadores por cuenta propia del país- y a trabajadores familiares sin remuneración. Los
trabajadores familiares sin remuneración que laboraban en estas micro unidades representaban el 87.6% del
total de trabajadores familiares sin remuneración. Los asalariados o ayudantes de estas micro unidades
representaban el 40.6% del total de asalariados.
El hecho de que la gran mayoría de los trabajadores de estas micro unidades (alrededor del 70%)
correspondan a cuenta-propistas o trabajadores familiares sin remuneración y/o unidades familiares de
sobrevivencia, nos indican que este tipo de empleo corresponde, en lo fundamental, al empleo que crea la
propia población para sobrevivir.
Una gran parte de estas micro unidades se localiza en la agricultura y el comercio minorista informal y en los
servicios informales y el empleo domestico, aunque el porcentaje de trabajadores que labora en estas micro
unidades informales es elevado en gran parte de los diversos sectores de la economía.
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Se trata de un círculo vicioso que hay que romper. Por una parte, una economía que genera
predominantemente empleos precarios, que multiplica los cuentapropistas y los trabajadores familiares sin
remuneración en el sector informal, empleos que para ser desempeñados no demandan mucha calificación, y
por otra parte, una fuerza de trabajo caracterizada por su bajísima calificación, la cual puede ser absorbida
fundamentalmente por este tipo de empleos precarios - porque los empleos formales mejor remunerados
requieren mucho mayor calificación, y demandan cada vez mayores niveles de calificación.
Esta tendencia no es nueva. En los últimos 20 años, 7 de cada 10 empleos generados han sido empleos
precarios e informales, generados por estas micro-unidades. Lo alarmante es que esta dirección se sigue
profundizando, y no se esta haciendo lo que seria requerido por modificarla. Más grave todavía, es que los
lapsos de tiempo para hacerlo – que están acotados por el periodo remanente del denominado bono o
dividendo demográfico - son cada vez mas limitados.
En el caso de Nicaragua lo que está ocurriendo es que, frente al crecimiento de la población en edad laboral,
característica del dividendo demográfico, lo que la economía está generando, de manera predominante, son
empleos precarios e informales, de muy baja productividad. Este tipo de empleos únicamente demanda, para
su desempeño, de una fuerza de trabajo de muy baja calificación, y normalmente proporcionan a quienes los
desempeñan una pobrísima remuneración. Son las personas económicamente activas de los hogares pobres
quienes principalmente acceden a este tipo de empleos, y al mismo tiempo, los pobres lo son porque pueden
acceder principalmente a empleos de baja productividad.
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De tal manera que, por un lado, el tipo de empleos predominantes en nuestra economía son empleos precarios
e informales, de baja productividad, los cuales no demandan más que niveles mínimos de calificación para
ser desempeñados. Por otra parte, este tipo de empleos es el único capaz de absorber a la mayor parte de una
fuerza de trabajo con las características de la nicaragüense: a saber, una fuerza de trabajo caracterizada por
niveles bajísimos de calificación.
Es así que, en lugar del esperado circulo virtuoso entre el acelerado crecimiento de la población en edad de
trabajar - dotada de la calificación requerida - y la creación de empleos de alta productividad y bien
remunerados, el país experimenta un círculo vicioso entre un nivel muy bajo de escolaridad de la fuerza de
trabajo, y el hecho de que la economía genere, principalmente, empleos precarios e informales, pobremente
remunerados, que demandan niveles ínfimos de calificación.
¿El problema del empleo se resolverá atrayendo más Inversión
Extranjera Directa (IED)? Algunos amigos parecen pensar que lo determinante para crear mucho más empleo, es que la economía crezca
a unas tasas mucho más altas. Para que la economía crezca mas - se nos dice a continuación - es necesario
atraer inversión extranjera directa (IED), para lo cual el país debe explotar el hecho de que la fuerza de trabajo
nicaragüense es mucho mas barata que la de los países vecinos, incluyendo Honduras.
Sin embargo, no se pueden olvidar las características estructurales de nuestra economía. Nuestra economía es
una en que la fuerza de trabajo no espera nada ni a a nadie para buscar como sobrevivir creando su propio
empleo, y como consecuencia, el crecimiento del empleo no esta limitado, ni mucho menos, por la tasa de
crecimiento de la economía.
Por lo tanto, no es que el crecimiento del empleo este limitada por la tasa de crecimiento de la
economía.
Es al revés: en una economía como la nuestra, la tasa de crecimiento económico está determinada, en
gran medida, por el lado de la oferta: por la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada, y por
el crecimiento de la productividad de esta.
Ahora bien: la fuerza de trabajo ocupada ya esta creciendo, en Nicaragua, a tasas anuales muy fuertes,
que casi duplican la tasa de crecimiento de la economía.
Pero entonces cabe preguntarse: si la tasa de crecimiento de la economía es igual al crecimiento de la
fuerza de trabajo ocupada y la tasa de crecimiento de la productividad, ¿porque la economía no crece a
tasas mucho mas altas, consistentes con el fuerte crecimiento observado en la masa de trabajadores
ocupados?.
La respuesta es simple: la razón por la cual el PIB no crece más es porque este fuerte crecimiento de la
fuerza de trabajo ocupada, ha sido contrarrestado en gran medida por la caída de la productividad.
Esta declinación en la productividad, por su parte, es el resultado del hecho de que nuestra economía genera,
principalmente, empleos precarios e informales, de bajísima (y declinante) productividad. Las cifras muestran
como, mientras el número de personas ocupadas ha venido creciendo de manera sistemática, la productividad
del trabajo ha venido declinando.
Esto podría sugerir que, al irse sobre-saturando el sector informal – el gran generador de empleos de nuestra
economía – con el ingreso periódico al mismo de decenas y decenas de miles de personas, se genera un efecto
de ¨productividad marginal decreciente¨ (esto no tiene que ver con decisiones racionales de empresas
maximizadores de beneficios, es el resultado de personas que deben crear su propio empleo para sobrevivir, y
al hacerlo sobre-saturan el sector informal y botan el nivel promedio de productividad).
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Antes de que se nos responda con disquisiciones generales sobre como aumentar la productividad de las
empresas, o que para aumentar la productividad hay que atraer Inversión Extranjera, sigamos examinando lo
que nos dicen hechos concretos de nuestra economía.
Como muestran las cifras, esta economía esta creando empleos de manera masiva. Ese no es el
problema.
El problema es que los sectores de mayor productividad, por esta misma razón (es decir por su mayor
productividad), solo generan una fracción muy reducida del empleo.
La IED, con la excepción de la inversión en zonas francas se concentra en los sectores que ya son los de
mayor productividad (minería, comunicaciones, energía) y precisamente por ello, muestran la menor
contribución a la creación de empleo. Así, en el INSS aparecen registrados solo 4,000 trabajadores en la
minería. En energía hay afiliados 7,000. En transporte y comunicaciones 19,000. Pero incluso las zonas
francas no absorben mas allá del 3.4% de la PEA, que ya representa casi 3 millones de personas.
El grueso del empleo total lo generan el sector agropecuario – el de menor productividad -el comercio
informal y los servicios informales, e incluso parte importante del empleo manufacturero informal. La
PEA, que esta creciendo con mucha fuerza, se esta incorporando masivamente al sector informal, bajo
la forma de trabajadores por cuenta propia de muy baja calificación y trabajadores familiares sin
remuneración, y al hacerlo esta botando aun mas la productividad en ellos, y por tanto en la economía
como un todo.
Por tanto, la IED no impacta de manera significativo ni sobre el empleo, debido a que se concentra en
los sectores de mayor productividad y menor generación de empleo, ni sobre el nivel promedio de
productividad, porque cualquier aumento en la productividad del número tan limitado de trabajadores
empleado por dicha inversión se ve contrarrestado por la caída global en la productividad que
provocan millones de personas buscando sobrevivencia en el empleo informal y sobre-saturándolo.
Por tanto, elevar el nivel promedio de productividad pasa necesariamente por elevar la productividad
de los sectores que crean gran parte del empleo.
La racionalidad de los actores que predominan en estos sectores no es la misma que la de las
corporaciones que elevan la productividad racionalizando y reduciendo empleo. Para los actores
predominantes en la creación de empleo en Nicaragua, la lógica es utilizar al máximo todos los recursos
que tienen disponibles.
Elevar la productividad en ellos, por modestamente que sea, no reducirá el empleo sino que, al elevarse
los rendimientos, se incrementara la producción. Y por esta vía se incrementara la tasa de crecimiento
de la economía.
Retornemos a las matemáticas: el crecimiento de la economía es = trabajadores ocupados por productividad.
En los últimos años el empleo ha crecido 8% y el PIB solo ha crecido cerca de 4%. Esto significa que la
productividad ha caído en cada año (en alrededor de 4% = 8% -4%). Con solo que la productividad crezca
cero % en vez de caer, ceteris paribus, el PIB crecería en 8%. Aun mas, si la productividad cae solo 1%, el
PIB crecería 7%..
En todo caso, la conclusión parece ineludible: la mejoría en la productividad agregada de la economía
pasa por mejoras en la productividad de sectores importantes, tanto por su peso en la economía como
en la generación de empleo, e incluso en la producción exportable (proveniente en gran medida de
actividades que con frecuencia son competitivas mas por el bajo costo de los factores que por su
productividad).
Dicho sea de paso, en el caso del sector agropecuario esto requerirá inversiones que solo podrían ser
financiadas por un banco de fomento. Requerirá que se restablezca además las instituciones de fomento que
apoyaban la comercialización y proporcionaban asistencia técnica. Implicara la introducción del riego,
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aprovechando la abundancia comparativa de agua - y ello exigiria rehabilitar y proteger las cuencas
hidrográficas – y del almacenamiento en frio, así como la mejora en la infraestructura básica.
Pero esto requerirá además que cambie la matriz energética, y por eso me preocupa que la reducción en los
costos de la energía que se produciría con el cambio de matriz se vea confiscada por un numero
indeterminado de años por la reforma a la Ley de Estabilidad Energética aprobada, o por los costos
inexplicablemente inflados, de manera desmesurada, de Tumarin.
Finalmente, como se sabe, modernizar, intensificar, diversificar y promover crecientes encadenamientos
intersectoriales, a su vez demandara una fuerza de trabajo mas calificada, lo que implicara mejorar
significativamente la cobertura, calidad y la pertinencia de la educación. Tampoco allí se ha avanzado, como
lo muestran los indicadores.
Estos elementos, como hemos venido insistiendo, resultan también indispensables para aprovechar el limitado
tiempo que resta del bono demográfico.
2. INFLACION, PRECIOS Y SALARIOS:
La tasa de inflación promedio anual, medida por la variación porcentual del Índice de Precios al Consumidor, ascendió a 9.42% durante el periodo 2007-2011, como resultado tanto de la política de deslizamiento cambiario del 5% anual, como de la transmisión a nuestra economía del aumento del precio internacional de los alimentos y del precio internacional de los hidrocarburos. Sin embargo, en este último caso el efecto inflacionario se vio amortiguado por la política de subsidios al consumo de energía eléctrica de los consumidores de menores ingresos y del transporte urbano colectivo, principalmente.
Fuente: Banco Central de Nicaragua
La categoría del IPC que mas influyo sobre la inflación, por su peso en el consumo de los hogares y por su incremento relativo, fue la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyo índice de precios aumento a una tasa promedio anual del 12.1%. Para los pobres, los alimentos representan un mayor porcentaje de su gasto de consumo mayor que el promedio nacional, de manera que el aumento en el precio de los mismos tiene un efecto especialmente adverso sobre su bienestar.
Sin embargo, cabe destacar que, con el propósito de proteger el consumo de los trabajadores de menores ingresos, la política de salario mínimo, junto con la política de subsidios ya mencionada, no solo logro evitar que los salarios mínimos de los diferentes sectores perdieran poder adquisitivo, sino que este se incremento.
Índice de precios al consumidor (IPC)
2006 2007 2008 2009 2010 2011 Tasa promedio anual
Índice general 95.5 106.1 127.2 131.9 139.1 150.3 9.49
Alimentos y bebidas no alcohólicas 95.3 111.7 144.5 148.0 154.7 168.8 12.11
Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefaciente 98.1 110.0 126.2 136.2 148.1 161.6 10.51
Prendas de vestir y calzado 102.4 108.5 117.3 125.2 130.6 141.7 6.71
Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles 98.4 106.6 123.1 120.2 131.4 142.1 7.62
Muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar 94.3 103.7 122.8 135.3 141.1 150.9 9.86
Salud 98.4 104.3 112.5 120.7 127.5 138.1 7.01
Transporte 97.1 103.9 122.7 111.6 125.2 141.8 7.86
Comunicaciones 91.8 93.7 95.5 100.5 105.4 107.3 3.16
Recreación y cultura 101.7 107.9 117.3 124.5 124.4 129.0 4.86
Educación 97.9 105.3 115.7 129.3 139.9 148.2 8.65
Restaurante y hoteles 89.9 102.2 129.2 140.8 146.7 157.2 11.82
Bienes y servicios diversos 96.7 102.8 115.0 124.6 130.0 137.8 7.36
Conceptos
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Fuente: Banco Central de Nicaragua
Desde 2007 los salarios mínimos en todos los sectores han experimentado un incremento, en términos de su capacidad adquisitiva. En el caso del sector agropecuario, el salario mínimo real efectivamente pagado se incremento en 33% entre 2006 y 2011. El salario mínimo real de la industria manufacturera experimento un incremento de 28.9%. En el caso del sector comercio, la capacidad adquisitiva del salario mínimo aumento en 18%. Para los demás sectores también se observan importantes incrementos en la capacidad adquisitiva de los salarios mínimos.
Esta mejora relativa en el poder adquisitivo del salario mínimo fue el resultado de tasas de aumento interanual muy altas experimentadas por dichos salarios a partir de octubre 2008 y hasta 2009, aunque a partir de 2010 las alzas se moderan y reducen significativamente.
Fuente: Banco Central de Nicaragua
Sin embargo, mientras que se logro proteger e incluso mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores de menores ingresos, no se pudo impedir que el salario real promedio nacional retrocediese a niveles de 11 años atrás.
22
Fuente: Banco Central de Nicaragua
Este deterioro del salario promedio nacional estaría reflejando el retroceso relativo experimentado por el ingreso de los sectores medios asalariados.
Fuente: Banco Central de Nicaragua
Por otra parte, la erosión del salario real del sector privado, del orden de 33.4% entre 1996 y 2011, estaría expresando la tendencia de las empresas a hacer frente a los desafíos de la globalización, a costa de una creciente presión sobre los costos salariales, más que a través de incrementos sistemáticos en la productividad.
3. EL COMPORTAMIENTO DE LAS FINANZAS
PÚBLICAS:
En este periodo, las finanzas del sector público no financiero experimentaron una apreciable mejoría. Esto fue el resultado del hecho de que los ingresos del sector aumentaron a una tasa promedio anual del 15.1%, la cual estuvo por encima de la tasa de crecimiento promedio anual de sus erogaciones totales, que fue solo del 13.4%.
23
Como resultado, el déficit del sector publico antes de donaciones externas, medido como porcentaje del PIB, se redujo a la mitad, pasando del 3.8% del PIB en 2006 al 1.7% del PIB en 2011.
El desempeño del resultado fiscal después de donaciones externas fue menos positivo, al reducirse el superávit después de donaciones del 0.7% del PIB que se verifico en 2006 a un superávit de 0.5% del PIB en 2011, debido a que la importante mejoría en los ingresos fiscales fue contrarrestada parcialmente por la reducción de donaciones externas, que descendieron desde un 4.4% del PIB en 2006 al 2.3% del PIB en 2011.
Por el lado de los Gastos, los componentes mas dinámicos estuvieron representados por las remuneraciones, que crecieron a una tasa promedio anual del 14.5%, y se incrementaron desde el 7.9% del PIB en 2006 hasta el 8.9% del PIB en 2011, seguidas por las compras de bienes y servicios, que crecieron a una tasa promedio anual del 16.1% y se incrementaron desde un 6% del PIB en 2006 hasta el 7.1% del PIB en 2011.
Por su parte, las erogaciones por concepto de prestaciones sociales crecieron a una tasa promedio anual del 20.9%, por encima de la tasa de crecimiento promedio de las contribuciones, que fue del 17.9%, lo cual llama la atención sobre el hecho de que, de mantenerse esta tendencia, estaría en riesgo la viabilidad financiera a mediano plazo del sistema nicaragüense de seguridad social.
Finalmente, la adquisición neta de activos no financieros, que corresponde en lo fundamental al esfuerzo de inversión del sector publico, materializado en un aumento neto en la tenencia de activos físicos, se expandió a una tasa promedio anual del 9.8%, por debajo de la tasa de crecimiento promedio del PIB a precios corrientes, que fue de 12.2%.
Operaciones consolidadas del sector público no financiero 1-2/
1. Ingresos 25,458.0 30,240.2 35,317.9 36,499.2 42,334.9 51,347.9 15.1
Impuestos 17,056.9 19,975.7 22,818.3 23,240.1 26,789.4 33,258.9 14.3
Contribuciones sociales 4,148.7 4,920.9 6,023.2 6,804.1 8,090.2 9,432.9 17.9 Otros ingresos
3/4,252.4 5,343.6 6,476.4 6,455.0 7,455.3 8,656.2 15.3
2. Gastos 24,178.3 27,720.6 34,782.8 36,555.2 40,367.0 46,739.9 14.1
Remuneraciones a los empleados 7,235.1 8,447.1 10,600.2 11,993.1 12,638.7 14,257.1 14.5
Compra de bienes y servicios 5,498.3 6,531.8 9,158.8 7,869.4 9,248.0 11,614.7 16.1 Intereses 1,712.1 1,592.6 1,466.9 1,732.8 2,020.2 2,375.1 6.8
Internos 1,132.8 1,123.0 941.5 1,162.9 1,399.7 1,636.0 7.6
Externos 579.4 469.5 525.4 569.9 620.5 739.1 5.0
Transferencias corrientes y de capital 6,084.2 7,157.8 8,092.0 8,148.7 9,054.1 10,428.0 11.4
Prestaciones sociales 2,445.3 2,987.1 4,176.8 5,430.0 5,949.0 6,311.3 20.9 Otros gastos
4/1,203.2 1,004.1 1,288.0 1,381.3 1,457.0 1,753.7 7.8
3. Resultado operativo neto (1-2) 1,279.7 2,519.7 535.2 (56.0) 1,967.9 4,608.0 29.2
4. Adquisición neta de activos 4,694.9 5,399.2 5,296.0 6,139.6 5,693.3 7,493.0 9.8
no financieros
5. Erogaciones Totales (2+4) 28,873.2 33,119.7 40,078.8 42,694.7 46,060.4 54,232.9 13.4
6. Superávit o déficit de efectivo a/d (3-4) (3,415.2) (2,879.5) (4,760.9) (6,195.6) (3,725.5) (2,885.0) (3.3)
7. Donaciones externas 4,042.8 4,216.8 3,847.4 4,380.8 3,010.5 3,695.5 (1.8)
8. Superávit o déficit de efectivo d/d (6+7) 627.6 1,337.3 (913.5) (1,814.8) (715.0) 810.6 5.2
8. Financiamiento (627.6) (1,337.3) 913.5 1,814.8 715.0 (810.6) 5.2
Interno neto (4,101.2) (4,613.8) (1,387.6) (3,060.9) (3,973.9) (4,880.9) 3.5
Del cual : BCN (1,354.5) (2,986.0) 257.7 (865.0) (1,098.0) (219.7) (30.5)
Externo neto 3,249.7 3,275.8 2,300.7 4,874.2 4,688.8 4,070.4 4.6
Ingresos de privatización 223.8 0.7 0.4 1.5 0.0 0.0 (100.0)
Memorándum:
Ahorro corriente 4,576.9 5,894.6 4,288.7 2,970.2 5,569.2 8,499.0 13.2
1/ : Metodología utilizada de acuerdo al Manual Estadístico de Finanzas Públicas (MEFP, marco analítico 2001) a partir del año 2001.
2/ : Incluye Gobierno Central, INSS, ALMA, ENATREL, ENACAL, ENEL, EPN y TELCOR.
3/ : Incluye ingresos por servicios de ENATREL, ENACAL, ENEL, EPN y TELCOR
4/ : Incluye subsidio a transportistas y de energía eléctrica.
Fuente : MHCP, BCN, INSS, ALMA, ENATREL, ENACAL, ENEL, EPN y TELCOR.
Tasa promedio
anual2009 2010 2011
(millones de córdobas)
Conceptos 2006 2007 2008
24
Como resultado, esta categoría de las erogaciones totales del sector publico se redujo desde un 5.1% del PIB en 2006 hasta un 4.6% del PIB en 2011.
El esfuerzo de ahorro del sector publico ha sido importante, lo cual se refleja en el hecho de que el mismo alcanzo el 5% del PIB en 2006 y se elevo al 5.2% del PIB en 2011, lo cual contrasta con el promedio del 4% del PIB observado en 2001-2005.
Puede observarse, por otra parte, que el endeudamiento externo neto ha sido superior, en cada año, al que hubiese sido estrictamente necesario para financiar el déficit después de donaciones. Así, el nuevo endeudamiento externo neto contratado ascendió a un promedio del 3% del PIB a lo largo del periodo analizado, mientras el déficit después de donaciones solo ascendió en promedio al 0.1% del PIB.
El exceso de endeudamiento externo neto sobre las necesidades de financiamiento del déficit después de donaciones ocurrió con el propósito de financiar la reducción del endeudamiento interno neto, reducción que ascendió en promedio a 2.9% del PIB a lo largo del periodo. Esto significa que se produjo una sustitución de deuda interna, que resulta relativamente más onerosa, por deuda externa, contratada en términos concesionales.
Evolución de los Ingresos Tributarios del Gobierno Central:
Los ingresos tributarios del Gobierno Central crecieron a una tasa promedio anual del 14.5% entre 2006 y 2011, mientras el PIB a precios corrientes lo hizo a una tasa del 12.2%, lo cual indica que la elasticidad de la recaudación de impuestos con respecto al crecimiento del PIB a precios corrientes (tax bouyancy) fue en promedio del 1.2. Como resultado, la carga tributaria se elevo desde un 17.4% del PIB en 2006 al 19.4% del PIB en el año 2011.
Ingresos Tributarios del Gobierno Central (En Millones de Cordobas)Concepto 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Tasa media
Impuesto sobre la Renta 4,540.6 5,752.7 7,003.4 7,839.7 8,480.9 11,334.9 20.1
Impuesto al Valor Agregado (IVA) 6,708.9 8,024.9 9,008.8 8,870.7 10,352.5 12,876.0 13.9
IVA interno 2,631.8 3,102.5 3,138.7 3,831.9 4,028.3 4,605.3 11.8
IVA importaciones 4,077.1 4,922.5 5,870.1 5,038.8 6,324.2 8,270.6 15.2
Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) 3,747.0 4,098.9 4,518.3 4,391.5 5,541.3 6,069.9 10.1
ISC industria Fiscal 887.0 928.6 1,120.7 1,062.4 1,135.4 1,312.6 8.2
ISC derivados petroleo 1,882.3 2,107.6 2,162.2 2,276.6 2,698.9 2,700.1 7.5
ISC importaciones 935.9 1,025.5 1,180.1 975.2 1,558.6 1,901.4 15.2
Otros Selectivos 41.8 37.2 55.4 77.4 148.5 155.8 30.1
Derechos Arancelarios (DAI) 1,003.0 1,029.6 1,122.8 907.9 1,135.1 1,448.9 7.6
Otros impuestos 21.1 20.3 21.3 24.0 20.3 22.0 0.9
Ingresos tributarios 16,020.5 18,926.4 21,674.5 22,033.8 25,530.0 31,751.7 14.7
Ingresos Tributarios del Gobierno Central (Estructura)Conceptos 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Diferencia
Impuesto sobre la Renta 28.3% 30.4% 32.3% 35.6% 33.2% 35.7% 7.4%
Impuesto al Valor Agregado (IVA) 41.9% 42.4% 41.6% 40.3% 40.6% 40.6% -1.3%
IVA interno 16.4% 16.4% 14.5% 17.4% 15.8% 14.5% -1.9%
IVA importaciones 25.4% 26.0% 27.1% 22.9% 24.8% 26.0% 0.6%
Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) 23.4% 21.7% 20.8% 19.9% 21.7% 19.1% -4.3%
ISC industria Fiscal 5.5% 4.9% 5.2% 4.8% 4.4% 4.1% -1.4%
ISC derivados petroleo 11.7% 11.1% 10.0% 10.3% 10.6% 8.5% -3.2%
ISC importaciones 5.8% 5.4% 5.4% 4.4% 6.1% 6.0% 0.1%
Otros Selectivos 0.3% 0.2% 0.3% 0.4% 0.6% 0.5% 0.2%
Derechos Arancelarios (DAI) 6.3% 5.4% 5.2% 4.1% 4.4% 4.6% -1.7%
Otros impuestos 0.1% 0.1% 0.1% 0.1% 0.1% 0.1% -0.1%
Ingresos tributarios 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 0.0%
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Fuente: En base a Informes de Liquidación Presupuestaria, MHCP
Ahora bien, al analizar la evolución del sistema tributario, es preciso indicar que en los últimos 12 años se ha producido un cambio apreciable en la estructura tributaria del país, a la par que aumentaba la presión tributaria.
Fuente: En base a Informes de Liquidación Presupuestaria, MHCP
Pese a que se mantiene el predominio de los impuestos indirectos, el principal rasgo de la evolución del sistema tributario en los últimos 5 años lo ha constituido el aumento significativo en el peso de la tributación directa, representada esencialmente por el Impuesto sobre la Renta (IR), el cual paso de representar el 28.3% de la recaudación global de impuestos en 2006 hasta un 35.7% de dicha recaudación en 2011, para un incremento de 7.4 puntos porcentuales.
Por su parte, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), a pesar de continuar representando el mayor recaudador del sistema tributario nicaragüense, ha visto disminuir ligeramente su participación en la recaudación impositiva, desde un 41.9% en 2006 hasta un 40.6% en 2011, una reducción de 1.3 puntos porcentuales. Es importante destacar que como resultado del proceso de apertura externa de la economía, el cual ha incrementado de manera sistemática el peso de las importaciones en el consumo doméstico, dentro del IVA aumento el peso IVA que grava el consumo importado, en detrimento del IVA recaudado sobre el consumo doméstico.
Destaca también la fuerte perdida en la participación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), el cual, de representar el 23.4% en la recaudación total en 2006, ha visto disminuir de manera apreciable su participación en esta, hasta un 19.1% de la recaudación impositiva en 2010, lo cual representa una perdida de 4.3% puntos porcentuales. Los componentes que más han perdido participación han sido los Impuestos selectivos sobre los combustibles y la industria fiscal.
Al mismo tiempo, el Impuesto Selectivo al Consumo que grava las Importaciones paso de representar el 25%% de la recaudación total del ISC en 2006 al 31.3% de dicha recaudación en 2011.
Finalmente, como resultado del proceso de apertura externa v de la economía se ha reducido la participación relativa de los impuestos arancelarios a la
26
importación en la recaudación total de impuestos, desde un 6.3% en 2006 hasta un 4.6% en 2011.
El resultado neto ha sido la reducción en la participación de los impuestos indirectos en la recaudación tributaria global, que pasan de representar el 71.7% de la recaudación en 2006 al 64.3% de la misma en 2011, para una reducción de 7.4 puntos porcentuales, como contrapartida del incremento equivalente de la participación del impuesto sobre la renta.
El crecimiento de la participación del impuesto sobre la renta: ¿ha hecho al sistema
tributario más progresivo?
A primera vista, podría parecer que el aumento de la participación del Impuesto sobre la Renta estaría
representando un menor grado de regresividad del sistema tributario. Pero este no es el caso, necesariamente.
En primer lugar, porque la mayor participación dentro del impuesto sobre la renta corresponde al impuesto
sobre la renta empresarial. En principio este tributo recae sobre los empresarios, quienes derivan beneficios de
esas firmas y los capitalistas que obtienen rentas financieras. Sin embargo, dependiendo de la elasticidad de la
oferta de capital y de la estructura del mercado es posible que parte del tributo pueda trasladarse “hacia
adelante”, a los consumidores, y “hacia atrás” en forma de menores salarios, o de menores precios hacia los
proveedores.
Por esta razón, la incidencia de este impuesto (es decir, quien termina asumiendo la carga del mismo) es
siempre objeto de controversia.
Normalmente, en los análisis de incidencia tributaria suelen considerarse dos escenarios en lo que respecta a
este impuesto i) que el IR empresarial sea asumido por las propias empresas, a costa de los beneficios y rentas
empresariales y ii) que se traslade total o parcialmente “hacia delante” y/o “hacia atrás”. Si se asume que las
Empresas tienen la capacidad de trasladar total o parcialmente el impuesto, la incidencia del mismo puede ser
regresiva o indeterminada.
Más allá de esta indeterminación a priori del impacto progresivo o regresivo de este tributo, es necesario
agregar que parte del aumento en la recaudación del mismo, a partir del 2003, obedece a la introducción de un
pago mínimo del 1% sobre los activos brutos de las empresas. La introducción de este gravamen significa que
las empresas pagan en concepto de IR el monto que sea mayor: el que corresponde al 30% del impuesto sobre
la renta neta de las empresas o el pago mínimo del 1% sobre los activos brutos, y posteriormente, del 1%
sobre la renta bruta.
Este tipo de sistemas de “pago mínimo” de hecho conducen a la eliminación o sustitución parcial del
impuesto sobre las renta de las empresas y convierten el gravamen en un seudo-impuesto con un efecto “en
cascada”, agravando así los problemas de asignación y de eficiencia. La incidencia del mismo es aún más
indeterminada que el propio IR empresarial o corporativo.
En segundo lugar, la incidencia distributiva del IR no es tan clara porque el Impuesto sobre la Renta de las
personas físicas o naturales recae casi exclusivamente sobre los asalariados, y la mayor parte en el aumento en
la recaudación de este gravamen obedece a que tanto el monto mínimo exento del pago del mismo como los
tramos de ingreso de la escala progresiva se mantuvieron “congelados” en términos nominales desde 1997, de
tal manera que, con el transcurso de los años, al ajustarse los salarios nominales conforme a la inflación, cada
vez más asalariados veían su ingreso nominal superar el monto mínimo exento y pasaban a los tramos
superiores de la escala progresiva, aunque su ingreso real no hubiese aumentado.
¿Medir a precios corrientes o a precios constantes?
Hasta aquí se ha medido, como es lo usual, tanto la evolución de la recaudación tributaria, como la del Gasto
Social, a precios corrientes, como porcentajes del PIB, valorado también a precios corrientes. Es decir, todas
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las variables se han medido en términos nominales. Al utilizar esta manera de medición, tanto el Gasto Social
como los Ingresos tributarios muestran una tendencia creciente, sobre todo a partir de 2002.
Sin embargo, esta forma de medición implica un sesgo metodológico: al medir todas las variables a precios
corrientes, a menudo se olvida que estamos en presencia de índices de precios que no evolucionan a la misma
tasa.
Pero como advertían Musgrave y Musgrave (1991) al analizar la evolución en el tiempo de la relación entre el
Gasto del Gobierno y el PIB norteamericanos, medidos ambos a precios corrientes: “para llegar a esta
relación, se aplica el mismo deflactor tanto a los gastos gubernamentales como al PNB. Como el coste de los
servicios públicos ha crecido más rápidamente que el índice general de precios, este procedimiento exagera el
crecimiento de la participación pública”.
En el caso de Nicaragua, también el costo de los servicios públicos – estimado como el promedio ponderado
del deflactor de precios del consumo público y la inversión pública – ha crecido más rápidamente que el
índice general de precios – estimado por el deflactor implícito del PIB.
Por lo tanto, cuando se mide la evolución del Gasto Público y de los ingresos públicos medidos a precios
corrientes como porcentajes del PIB a precios corrientes, este procedimiento, como señalaban los citados
autores, exagera el crecimiento de la participación del Gasto Publico (y de los Ingresos Públicos) en el PIB.
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Si por el contrario, se mide el Gasto Social y los Ingresos Tributarios del Gobierno valorados a precios
constantes, utilizando como deflactor el índice de precios implícito del consumo y la inversión pública, como
porcentajes del PIB a precios constantes, deflactado por el denominado deflactor implícito del PIB (es decir si
todas las variables se miden en términos reales), el cuadro que emerge es completamente distinto.
En este caso, en vez de una tendencia creciente, lo que se refleja es el relativo estancamiento, tanto de los
ingresos tributarios como del gasto social valorados a precios constantes – es decir en términos reales -, como
porcentajes del PIB a precios constantes, a partir de 2003 hasta la fecha.
La Evolución de la Estructura Funcional del Gasto del Gobierno
Central:
Mientras el fuerte crecimiento de la recaudación tributaria, al crecer más rápido que el gasto, permitió una disminución del déficit fiscal, la política del gasto permitió tanto un incremento absoluto del gasto social, como un fuerte aumento de la participación relativa del gasto social en el gasto total.
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Fuente: En base a Informes de Liquidación Presupuestaria, MHCP
Como se aprecia, Gasto en Servicios Sociales incremento su participación desde un 43.2% del Gasto Total del Gobierno en 2006 hasta un 45.9% del mismo en 2011 – un aumento de 2.7 puntos porcentuales -. Este incremento se produjo fundamentalmente a costa de la fuerte declinación en la participación del Gasto en Administración Gubernamental, que vio descender su participación desde un 15.1% del Gasto Total en 2006, hasta el 9.1% en 2011 – una disminución de 6 puntos porcentuales.
Esta fuerte disminución en la participación relativa del Gasto en Administración Gubernamental también hizo posible que el Gasto Funcional en Servicios Económicos aumentase su participación en 2.6 puntos porcentuales. Un elemento que obstaculizo que el Gasto en Servicios Sociales pudiese aumentar más, lo represento el incremento de la participación del Servicio de la Deuda Pública en 1.8 puntos porcentuales.
Sin embargo, es importante mantener la perspectiva. En la actualidad, a pesar de los aparentes incrementos en el Gasto Publico en Educación verificados en la última década, apenas estamos recuperando los niveles de inversión social real percápita prevalecientes a finales de los años 70.
Estructura Funcional del Gasto del Gobierno (En Millones de Cordobas)
CONCEPTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Tasa media
Gasto total 23,895.69 27,150.31 31,577.16 33,561.46 35,968.66 43,156.59 12.6
Servicios Sociales 10,324.60 12,298.90 15,161.00 16,621.70 17,406.80 19,830.10 13.9
Educación 4,409.83 5,276.70 6,580.90 7,408.90 7,562.00 8,231.50 13.3
Salud 3,161.48 3,899.80 4,579.40 5,128.00 5,246.60 5,910.35 13.3
Otros 2,753.29 3,122.38 4,000.74 3,894.21 4,598.20 5,773.15 16.0
Servicios Economicos 2,833.31 4,055.41 4,584.72 4,978.36 5,231.31 6,220.25 17.0
Defensa y Seguridad 2,701.04 3,143.70 3,367.18 3,585.65 3,909.08 4,384.70 10.2
Administracion Gubernamental 3,599.68 2,692.84 3,352.00 3,166.94 3,216.94 3,911.82 1.7
Servicio de la Deuda Publica 4,437.06 4,959.45 5,112.26 5,208.82 6,204.53 8,809.72 14.7
Estructura Funcional del Gasto del Gobierno (En porcentajes del total
CONCEPTOS 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Diferencia
Gasto total 100% 100% 100% 100% 100% 100% 0%
Servicios Sociales 43.2% 45.3% 48.0% 49.5% 48.4% 45.9% 2.7%
Educación 18.5% 19.4% 20.8% 22.1% 21.0% 19.1% 0.6%
Salud 13.2% 14.4% 14.5% 15.3% 14.6% 13.7% 0.5%
Otros 11.5% 11.5% 12.7% 11.6% 12.8% 13.4% 1.9%
Servicios Economicos 11.9% 14.9% 14.5% 14.8% 14.5% 14.4% 2.6%
Defensa y Seguridad 11.3% 11.6% 10.7% 10.7% 10.9% 10.2% -1.1%
Administracion Gubernamental 15.1% 9.9% 10.6% 9.4% 8.9% 9.1% -6.0%
Servicio de la Deuda Publica 18.6% 18.3% 16.2% 15.5% 17.2% 20.4% 1.8%
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En lo que respecta al Gasto Publico real en Educación por Estudiante, los niveles son significativamente inferiores a los prevalecientes en la década del 70.
En términos comparativos regionales, es preciso recordar además que, pese a los incrementos que ha experimentado, el Gasto Social nicaragüense continúa siendo extremadamente bajo, comparado con los niveles regionales, lo mismo que el gasto publico real por estudiante.
31
FUENTE: CEPAL
FUENTE: CEPAL
Evolución del Saldo de la Deuda Pública:
El saldo total de la deuda pública paso de US$ 5,862.7 Millones en 2006 a US$ 5,242.5 Millones en 2011, para una disminución absoluta de US$ 620.2 Millones. Como porcentaje del PIB, que es la medida que interesa a la hora de evaluar la sostenibilidad de la deuda publica, dicho saldo experimento una reducción verdaderamente significativa, al pasar de representar el equivalente al 112.1% del PIB en 2006 a un 71.8% del PIB en 2011, para una reducción de 40.2 puntos porcentuales del PIB.
El saldo de la deuda publica externa se redujo de US$ 4,526.7 Millones en 2006 a US$ 4,072.6 Millones en 2011, una disminución de US$ 454.1 Millones en términos absolutos, mientras que como porcentaje del PIB declino desde un 86.5% del PIB en 2006 hasta un 55.8% del PIB en 2011. Se destaca el hecho que la deuda externa que mas se ha reducido es la contratada por el Gobierno Central, mientras la deuda del Banco Central, contratada para apoyar la posición de reservas internacionales, se muestra más inflexible a la baja.
32
Por su parte, el saldo de la deuda pública interna se redujo desde un monto de US$ 1,336 Millones en 2006 hasta US$ 1,169.9 Millones en 2011, una reducción de US$ 166.1 Millones, mientras que como porcentaje del PIB disminuyo desde un 25.5% en 2006 hasta un 16% en 2011.
Pese a esta evolución positiva del perfil de la deuda publica, el servicio de la misma, en particular el servicio de la deuda interna, continúa – y de acuerdo a las proyecciones continuara - representando una carga considerable sobre los recursos públicos, limitando de manera muy importante las posibilidades del país de mejorar la inversión publica en infraestructura y servicios sociales.
SALDO DE LA DEUDA PUBLICA (EN MILLONES DE DOLARES)
Saldo Deuda Publica Externa 4,526.7 3,384.6 3,511.5 3,660.9 3,876.4 4,072.6
Gobierno Central 2,637.3 1,422.5 1,491.2 1,737.0 1,936.4 2,139.0
Resto del Sector Público no Financiero 22.0 45.1 67.0 73.5 71.0 73.6
Banco Central 1,835.6 1,886.8 1,924.9 1,824.3 1,843.2 1,860.0
Resto del Sector Público Financiero 31.8 30.3 28.4 26.1 25.9 -
Saldo Deuda Publica Interna 1,336.0 1,267.8 1,254.0 1,318.3 1,264.0 1,169.9
Gobierno Central 1,000.3 934.7 884.2 909.3 910.3 899.8
Banco Central 335.7 333.1 369.8 409.0 353.7 270.1
Saldo Deuda Publica Total 5,862.7 4,652.4 4,765.4 4,979.2 5,140.4 5,242.5
SALDO DE LA DEUDA PUBLICA (COMO PORCENTAJE DEL PIB)
Saldo Deuda Publica Externa 86.5% 59.8% 55.1% 58.9% 58.8% 55.8%
Gobierno Central 50.4% 25.1% 23.4% 28.0% 29.4% 29.3%
Resto del Sector Público no Financiero 0.4% 0.8% 1.1% 1.2% 1.1% 1.0%
Banco Central 35.1% 33.3% 30.2% 29.4% 28.0% 25.5%
Resto del Sector Público Financiero 0.6% 0.5% 0.4% 0.4% 0.4% 0.0%
Saldo Deuda Publica Interna 25.5% 22.4% 19.7% 21.2% 19.2% 16.0%
Gobierno Central 19.1% 16.5% 13.9% 14.6% 13.8% 12.3%
Banco Central 6.4% 5.9% 5.8% 6.6% 5.4% 3.7%
Saldo Deuda Publica Total 112.1% 82.2% 74.8% 80.1% 78.0% 71.8%
2011
Concepto 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Concepto 2006 2007 2008 2009 2010
33
La necesidad de re-evaluar la noción sobre el ¨umbral de sostenibilidad¨
de la deuda pública.
En el enfoque prevaleciente sobre sostenibilidad de la deuda, el espacio fiscal es lo que queda después del
servicio de la deuda pública; en este sentido el espacio fiscal se refiere a una capacidad de los gobiernos para
enfrentar sus necesidades de gasto sin menoscabar su capacidad al servicio de su deuda actual y futura1/.
En tal sentido, la política de ¨consolidación fiscal¨¨ perseguida por el Gobierno y el FMI tiende a restringir el
crecimiento del gasto primario del gobierno – es decir el gasto del gobierno sin contar el servicio de la deuda
pública, incluyendo el gasto de inversión pública en educación, salud, protección social, protección ambiental
e infraestructura - con el propósito de asegurar la capacidad del gobierno para afrontar en todo momento el
servicio de la deuda.
Al mismo tiempo, se busca obtener crecientes superávit primarios para lograr la obtención de déficit fiscales
globales cercanos a cero o incluso de superávit fiscales globales, con el objetivo de lograr la reducción de la
relación deuda-PIB lo más rápido posible hasta los umbrales considerados ¨sostenibles¨. Esto implica una
permanente presión adicional sobre el crecimiento del gasto primario, incluso cuando los ingresos fiscales se
incrementan. Normalmente, esto crea una presión para destinar los incrementos en la recaudación a aumentar
los pagos de la deuda pública. Vale la pena analizar entonces lo que puede considerarse como un ¨umbral
sostenible¨ de la relación deuda pública-PIB.
De acuerdo con la ecuación de restricción presupuestaria del gobierno, la variación del saldo de la deuda
pública en un periodo determinado será equivalente al monto del déficit fiscal global del gobierno en ese
mismo periodo – siempre que se excluya el financiamiento monetario del mismo.
Por lo tanto, el límite que se establezca para el tamaño del déficit público, y por esta vía, sobre las
posibilidades de expandir el gasto de inversión pública a través del financiamiento con deuda, dependerá de la
noción que se tenga sobre lo que puede considerarse como un nivel sostenible de la deuda pública como
fracción del PIB.
Para los países en desarrollo y las economías emergentes, el 40% es la proporción deuda pública-PIB que no
debería ser infringida a largo plazo. Esto sugiere que cruzar este límite amenazaría a la sostenibilidad fiscal a
largo plazo. Para los países desarrollados una relación deuda-PIB de 60% a menudo es reconocida como un
límite prudencial que no debe ser sobrepasado. Existe una tendencia a tratar estos puntos de referencia para la
relación deuda pública-PIB como "óptimos" en el sentido específico que cruzar estos umbrales plantea
1 / Al respecto vease United Nations (2007): ¨Debt Sustainability in Emerging Markets: A Critical Appraisal¨, DESA Working Paper No. 61, ST/ESA/2007/DWP/61, November 2007.
34
amenazas a la sostenibilidad de la deuda. Sin embargo, resulta valido preguntarse si estos puntos de referencia
son realmente óptimos.
La cifra de 60% fue uno de un grupo de objetivos fijados los gobiernos europeos a principios de la década de
1990 para preparar la Unión Económica y Monetaria y la eventual formación de la zona del euro. No hubo
ningún indicio de optimización; fue sencillamente la escogencia de la relación deuda-PIB promedio.
En el caso de los países en desarrollo y las economías emergentes, en el documento del FMI “Assessing
sustainability” (May 28, 2002, Washington D.C) se anota que "...un ratio de deuda externa de alrededor del
40 por ciento proporciona un punto de referencia útil". Tampoco en este caso queda claro que estemos en
presencia de un punto de referencia óptimo. Al interpretar de este punto de referencia, los autores hacen una
advertencia importante: "… vale la pena hacer hincapié en que una proporción de la deuda por encima de 40
por ciento del PIB no necesariamente implica una crisis – de hecho... hay un 80 por ciento de probabilidad
de no tener una crisis (incluso cuando la proporción de la deuda supera el 40 por ciento del PIB)".
Para Nicaragua, este umbral representa la exigencia de que los incrementos en la recaudación se destinen en
gran medida al pago de la deuda, y a una creciente restricción a sus posibilidades de contratar financiamiento
concesional para financiar su gasto de inversión pública - lo que se traduce en una disminuida relación
inversión pública/PIB.
Sin embargo, debe tomarse en cuenta que el denominado ¨umbral de sostenibilidad¨ no dependería solo del
nivel de la deuda, sino también de su composición. Para los países con acceso a los mercados financieros
privados, el umbral de sostenibilidad de la deuda pública estará dado por aquel nivel de la misma como
fracción del PIB que minimice el riesgo de un "sudden stop" o detención súbita del refinanciamiento (“roll-
over”) de los vencimientos anuales de la deuda pública, por parte de los inversionistas financieros.
Para estos países, su grado de vulnerabilidad frente a un eventual cese súbito del refinanciamiento de la deuda
por parte de los inversionistas financieros privados son mucho mayores que para países en desarrollo como
Nicaragua, que carecen de acceso a los mercados financieros internacionales, y que solo pueden acceder a
fuentes de financiamiento externo concesionales.
En los primeros, la continuidad del refinanciamiento depende, fundamentalmente, de los temores y el humor
volátil de los inversionistas financieros privados, que pueden retirar súbitamente su confianza en un país
determinado y cerrarle abruptamente el acceso al financiamiento, o elevar drásticamente el costo del mismo,
provocando una grave crisis de deuda. En los segundos, dicha continuidad depende por completo de la
voluntad de las fuentes de cooperación oficial que otorgan financiamiento concesional a los países en
desarrollo, de continuar apoyando el financiamiento de las inversiones en el capital físico y humano del país -
asumiendo que estas inversiones son de calidad y merecen ser apoyadas.
El denominado ¨umbral¨ de la sostenibilidad de la deuda pública no toma en cuenta esta diferencia
fundamental entre el comportamiento esperado y los patrones de toma de decisiones de los mercados
financieros privados, y los proveedores oficiales de créditos concesionales. Esta diferencia afecta no solo los
patrones de decisión de los acreedores, sino también el costo del financiamiento (la tasa de interés).
Al respecto, cabe recordar que la viabilidad de la contratación de deuda depende crucialmente de la diferencia
entre la tasa de interés y la tasa de crecimiento del PIB. Esto se señaló hace más de medio siglo por Evsey
Domar: "el problema de la carga de la deuda es esencialmente un problema de lograr un creciente ingreso
nacional"2/. Este autor hizo hincapié sobre este punto una vez más 50 años después, "la solución adecuada
del problema de la deuda no radica en atarnos a nosotros mismos en una camisa de fuerza financiera, sino
en el logro de un crecimiento más rápido del PNB…¨3/.
Como referencia, Nicaragua solo puede endeudarse en términos altamente concesionales, de modo que los
intereses promedio de la deuda contratada, suelen ser inferiores a la tasa de crecimiento del PIB.
2 /Domar, Evsey D, “The ‘Burden of the Debt’ and the National Income.” American Economic Review¨ 34(4), 1944. http://www.jstor.org/pss/1807397. 3 /Domar, Evsey D, “On Deficits and Debt”, American Journal of Economics and Sociology 52 (4), 1993.
35
Dado que la evolución del coeficiente entre deuda pública y PIB depende de la relación deuda/PIB al inicio
del periodo por la diferencia entre la tasa de interés y la tasa de crecimiento de la economía, por un lado, y del
déficit primario del gobierno como porcentaje del PIB por el otro, en caso de que el coeficiente deuda/PIB al
inicio del periodo sea de 80%, sería suficiente con que por ejemplo la tasa de interés fuese inferior en 1 punto
porcentual a la tasa de crecimiento económico para que el objetivo de mantener invariable la relación
deuda/PIB fuese compatible con un déficit primario del orden del 0.8% del PIB.
Si se desea reducir gradualmente la relación deuda/PIB, bastaría con que el déficit primario fuese equivalente
al 0% del PIB. Ello contrasta con la exigencia de generar continuos y crecientes superávit primarios (antes del
pago de intereses) e incluso superávit globales (después del pago de intereses).
Por otra parte, cuando se contrata deuda, es decir cando se adquiere un pasivo, para financiar inversión
pública, la contrapartida en la hoja de balance del sector público es la constitución de un activo. Un país
puede estarse endeudando porque está invirtiendo fuerte en la constitución de acervos fundamentales para el
desarrollo y no como reflejo de desequilibrios macroeconómicos. Esta es la razón por la cual se ha
cuestionado la inclusión del gasto de inversión pública en la medición del déficit fiscal: los límites al déficit
impuestos por la política de consolidación fiscal pueden limitar excesivamente el gasto de inversión pública,
aun en presencia de tasas de interés concesionales y a pesar de la existencia de grandes necesidades de
inversión, y de oportunidades de inversión de alta rentabilidad económica y social.
Lo determinante para decidir sobre adquirir una deuda o no debe ser la calidad de los activos que se adquieren
– esto es la calidad del Programa de Inversiones - y su efecto esperado en términos de desarrollo – es decir su
rendimiento económico y social. La adquisición de una deuda concesional de mediano y largo plazo se
justifica plenamente si existen inversiones de alta rentabilidad económica y social, cuyo rendimiento esperado
en términos de crecimiento y desarrollo supere el costo de la deuda contratada.
4. LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD:
Cuando se comparan los resultados de la Encuesta de Medición del Nivel de vida de los años 2005 y 2009, se encuentra que para 2009 se había producido una disminución en los porcentajes de la población que sobrevive por debajo de las líneas de pobreza y pobreza extrema4 /, tanto en las áreas urbanas como en las áreas rurales.
De acuerdo con los resultados de ambas Encuestas, la población en situación de Pobreza General se habría reducido de un 48.3% de la población en 2005 a un 42.5% en 2009, para una disminución de 5.8 puntos porcentuales. Por su parte, la población en situación de Pobreza Extrema se redujo de un 17.2% de la población total en 2005 a un 14.6% en 2009, para una reducción en 2009.
4 / La Línea de Pobreza Extrema, se definió como el nivel de consumo total anual en alimentación por persona, necesario para satisfacer las necesidades mínimas calóricas diarias, estimadas en 2,268 calorías promedio. El costo de este requerimiento, según datos finales de la EMNV 2009, fijó el valor de dicha línea en C$6,903.08 (equivalentes a $334.79 dólares estadounidenses) por persona al año (o $27.9 por persona al mes y $ 91.7 centavos de dólar al día ). Los hogares con un consumo per cápita anual menor que el valor de esta línea, se clasificaron como Pobres Extremos. La Línea de Pobreza General, se definió como el nivel de consumo anual por persona en alimentos para satisfacer los requerimientos mínimos calóricos diarios (línea de pobreza extrema), más un monto adicional para cubrir el consumo de servicios y bienes no alimenticios esenciales, como vivienda, transporte, educación, salud, vestuario y los de uso cotidiano en el hogar. El valor de la línea de pobreza general se estimó en un nivel de consumo de C$11,725.09 (equivalentes a $568.65 dólares estadounidenses) por persona al año (o equivalentes a $47.39 por persona al mes y US$ 1.56 al dia). Los hogares con un consumo per cápita anual menor que el valor de esta línea, se clasifican como Pobres o Pobres Generales.
36
En las zonas urbanas, los pobres generales habían disminuido de un 30.9% de la población urbana en 2005 a un 26.8% en 2009, y los pobres extremos descendieron desde un 6.7% en 2005 a 5.6% de la población urbana en 2009. En las zonas rurales el numero de pobres generales se redujo desde un 70.3% de la población rural en 2005 a un 63.3% en 2011, y los pobres extremos disminuyeron desde un 30.5% de la población rural en 2005 a un 26.6% en 2009.
Detrás de esta disminución de la pobreza y la pobreza extrema se encuentran diversos factores. En primer lugar, el crecimiento económico se tradujo en un crecimiento del PIB percapita, y en particular del consumo promedio por habitante del 3.2% promedio anual, entre 2006 y 2011.
En segundo lugar se ha producido un incremento en la tasa de participación laboral, de manera que en promedio existen mas personas por hogar incorporadas al mercado laboral, y la mayoría se encuentra trabajando, lo que ha contribuido a incrementar, a nivel agregado, el PIB percapita (ver mas abajo), y a nivel de los hogares, el ingreso y el consumo per cápita de estos. Aunque estas personas estén laborando en empleos precarios e informales, el solo hecho de que en el seno de los hogares se incremente el número de personas que trabajan, eleva el ingreso global de estos, y su ingreso per cápita.
Esto puede ser todo lo que se necesita para incrementar el consumo diario per cápita en algunos centavos de dólar al día, suficientes para que muchos pobres extremos pasen a convertirse en pobres no extremos y los pobres no extremos en no pobres.
EL ¨BONO DEMOGRAFICO¨ COMO FACTOR DETERMINANTE DE LA
REDUCCION DE LA POBREZA EN EL PERIODO 1990-2008.
El crecimiento del PIB por habitante, o PIB per cápita, es un factor explicativo fundamental de la
reducción de la pobreza que se ha verificado en Nicaragua desde 1990 a la fecha (aunque también
ha contribuido la moderada mejoría verificada en la distribución del ingreso). Resulta de especial
interés, por lo tanto, conocer cuáles son los factores que se encuentran detrás del crecimiento del
PIB per cápita que se experimentó desde el inicio de la década de los 90.
La evolución del PIB per cápita (relación PIB/POBLACION) puede analizarse distinguiendo entre
dos componentes principales: el PIB por trabajador ocupado (relación PIB/OCUPADOS) y la tasa
37
de ocupación global (relación OCUPADOS/POBLACION): es decir, el número de trabajadores
ocupados dividido por la población total.
De manera que PIB/POBLACION = [PIB/OCUPADOS * OCUPADOS/POBLACION]
Para los propósitos de este trabajo, el PIB por ocupado (la relación PIB/OCUPADOS) es una
medida de la productividad laboral media de la economía, mientras que la tasa de ocupación global
(la relación OCUPADOS/POBLACION) es una medida comprensiva i) de la composición por
edades de una población (relación PET/POBLACION), ii) su participación en el mercado de trabajo
(relación PEA/PET), así como de iii) la capacidad de una economía de crear empleo (relación
OCUPADOS/PEA).
Utilizando los datos de la serie de 50 años recientemente publicada por el Banco Central, hemos
efectuado esa descomposición. El resultado que obtenemos es que, hasta 2008, el PIB per cápita
(PIB/POBLACION) habría aumentado en 29.6% entre 1990 y 2008. Por su parte, el PIB por
persona ocupada (PIB/OCUPADOS), equivalente a la productividad laboral media de la economía,
en 2008 había alcanzado un valor equivalente al 99.5% (es decir, se había reducido en -0.5%) con
respecto al valor que mostro en 1990.Finalmente, la tasa de ocupación global o razón entre el
número total de personas ocupadas y la población total (OCUPADOS/POBLACION) se había
incrementado en 30.2%.
De estos resultados puede concluirse que el crecimiento observado de 29.57% en el PIB per cápita
se explica íntegra y exclusivamente por el aumento de 30.18% experimentado por la relación
ocupados/población o tasa de ocupación global, mientras que la variación de la productividad – la
cual en 2008 solo represento el 99.54% de su valor de 1990 -, tuvo una contribución negativa,
aunque poco significante.
El crecimiento del PIB per cápita de 29.57% puede descomponerse así: PIB/POBLACION =
[PIB/OCUPADOS * OCUPADOS/POBLACION]. De manera que 1.2957 = 1.3018 * 0.9954.
Dado que la tasa de ocupación global, o relación entre el número de ocupados y la población,
resalta como el factor que explica íntegramente el crecimiento verificado del PIB per cápita, vale la
pena analizar los factores que, a su vez, determinaron su evolución.
La tasa de ocupación global o relación OCUPADOS/POBLACION puede ser desagregada en los
siguientes elementos: i) la razón entre la población en edad de trabajar (PET) y la población total
(POBLACION); ii) la tasa de participación: es decir la población económicamente activa (PEA)
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dividido por la población en edad de trabajar (PET); y iii) la tasa de ocupación neta: número de
ocupados (OCUPADOS) dividido por la población económicamente activa (PEA).
Es decir OCUPADOS/POBLACION = [PET/POBLACION * PEA/PET * OCUPADOS/PEA]
En el Periodo 1990-2008, la relación entre la población en edad de trabajar (PET) y la población
total (POBLACION) se incrementó en un 14.64%, reflejando el hecho de que el país se encuentra
en la fase del denominado bono demográfico, la cual altera la composición por edades de la
población, reflejándose en el progresivo aumento del peso de la población en edad de trabajar
dentro de la población total, mientras se reduce con rapidez el peso de la población infantil
dependiente (reducción de la tasa de dependencia).
Por su parte, la razón entre la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población en edad de
trabajar (PET), o tasa de participación, la cual refleja el porcentaje de la PET que se incorpora
efectivamente al mercado laboral, aumento en 9.1%. Es decir, que en este periodo no solo creció la
población en edad de trabajar, sino que también aumento progresivamente la denominada tasa de
participación, esto es, aumento el porcentaje de la población en edad de trabajar que se incorporó
efectivamente al mercado de trabajo. Finalmente, la tasa de ocupación neta, es decir la relación
entre el número de trabajadores ocupados y la PEA, se mantuvo prácticamente invariable, en
alrededor del 94% de la PEA.
De partida, el valor de esta variable ya era alto en 1990. Este alto valor de la tasa de ocupación neta
refleja el hecho de que, en los países pobres, la fuerza de trabajo de los hogares de menores
ingresos, que son la mayoría, no pueden darse el lujo de permanecer desocupados, sino que
buscaran alguna ocupación para sobrevivir, aunque la misma sea precaria e informal. El problema
más acuciante, en nuestros países, por lo tanto, no es (tanto) la falta de ocupación, como tal, sino el
carácter precario e informal de la mayor parte de la ocupación.
Esto también refleja el hecho de que la creación de empleo en Nicaragua es empujada,
fundamentalmente, por el propio crecimiento de la fuerza de trabajo, la cual busca como insertarse,
de alguna manera - y a veces de cualquier manera -, en la actividad económica, para generar algún
ingreso. El hecho de que la mayor parte se inserte en la economía desempeñando actividades de
muy baja productividad, a través de empleos informales y precarios explica, a su vez, el
estancamiento de la productividad verificado en 1990-2008.
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En síntesis: el crecimiento del PIB per cápita, que ha representado un factor fundamental
para la reducción de la pobreza, obedece fundamentalmente al incremento de la tasa de
ocupación global, o relación entre el número de ocupados y la población total.
Por su parte, el incremento en la tasa de ocupación global es el resultado del denominado bono
demográfico: se ha producido u incremento de la población en edad de trabajar (PET) dentro de la
población total, acompañado por un aumento en el porcentaje de la población en edad de trabajar
que se incorpora efectivamente a la actividad económica (PEA)-
Esta PEA o fuerza de trabajo, a su vez ha sido capaz de mantener una alta tasa de ocupación neta,
por su disposición de incorporarse a la actividad económica aun a costa de una inserción
mayoritariamente precaria e informal.
Se ha producido así un crecimiento de la tasa de ocupación global, empujado por las
transformaciones sociodemográficas que afectan la estructura de edades de la población (bono
demográfico), en interacción con las características del mercado de trabajo, y esto ha impulsado el
crecimiento del PIB per cápita, dando como resultado,, en conjunto con una moderada mejoría en la
distribución del ingreso, la reducción en la tasa de pobreza que se ha producido desde entonces.
En resumen: el bono demográfico ha sido un factor fundamental detrás de la reducción de la
pobreza.
En tercer lugar, se produjo una mejoría en la distribución del consumo: el coeficiente de Gini del consumo pasó de un valor de 0.41 en 2005 a 0.37 en 2009. Podría concluirse que la reducción de la pobreza que se ha verificado, ha sido resultante, no solo del crecimiento de la economía y de una mayor tasa de participación laboral, sino también de la mejoría observada en la distribución del ingreso y el consumo.
Sin embargo, no hay que perder de vista que esta mejoría en la distribución del ingreso y el consumo, tiene detrás tanto una cierta mejoría del ingreso relativo y el consumo de los quintiles inferiores, como un deterioro del ingreso y el consumo relativos del Quintil 5.
Este deterioro refleja el deterioro del ingreso relativo de los sectores medios. En América Latina, las Encuestas de Hogares no alcanzan a capturar el ingreso o el consumo de los hogares verdaderamente más ricos de nuestros países, de manera que, en realidad, el Quintil de mayores ingresos no capta a los más ricos, sino que en realidad
40
capta el ingreso y el consumo de los sectores medios. El mayor ingreso relativo de los sectores medios con frecuencia refleja el hecho de que estos están dotados de mayores niveles de calificación relativa.
El hecho de que el gasto de consumo del Quintil de mayores ingresos o Quintil 5 captura a los sectores medios, y no a los estratos verdaderamente ricos de nuestra sociedad, se refleja en el hecho de que, según la EMNV 2009, el consumo percapita de los integrantes de este Quintil fue de solo US$ 138.2 promedio mensual.
ALGUNAS NOTAS SOBRE NICARAGUA Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO
DEL MILENIO RELACIONADOS A LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA Y EL
HAMBRE
Esta tendencia a la mejoría en los indicadores asociados ala reducción de la pobreza no es nueva. Desde 1990
a la fecha los indicadores asociados al cumplimiento de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo de
Milenio en términos de reducción de la pobreza y el hambre vienen mostrando signos de una mejora
progresiva y sistemática.
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que las metas de los ODM son metas mínimas, pensadas para los
países mas pobres del planeta. Fueron acordadas en el 2000 pero la línea de base que usan para medir la
reducción de la pobreza no es el 2000, sino 1990, diez años antes. Es decir, para facilitar su cumplimiento, no
se estableció la meta de reducir la pobreza extrema a la mitad de los niveles de 2000, sino a la mitad de diez
años antes. Si el punto hubiese sido alcanzar la mitad de la pobreza extrema del año 2000, esta meta hubiese
resultado mucho mas difícil de obtener.
Por ejemplo, de acuerdo con la CEPAL en 2000 el porcentaje de personas que en Nicaragua sobrevivían con
menos de US$ 1 al día (medidos en términos de paridad de poder adquisitivo PPP) era del 19.4%, de manera
que la meta de reducir la pobreza extrema a la mitad hubiese significado llevar dicho porcentaje a 9.7%.
Pero se escogió como referencia el año 1990, cuando el porcentaje de personas que sobrevivían con menos de
US$ 1 al día (en PPP) era de 32.5%, de modo que, en este caso, la meta se alcanzaría con un porcentaje de
16.25%.
De acuerdo a la CEPAL, el porcentaje de nicaragüenses que en 2005 sobrevivían con menos de US 1 al día
(en PPP) era del 15.8%, de modo que esta meta se habría cumplido ya desde 2005.
Para adecuar esta meta a la realidad latinoamericana, la CEPAL ha propuesto una serie de indicadores
complementarios para esta meta, como el porcentaje de los ocupados que trabaja en empleos de baja
productividad, que corresponde en lo fundamental a empleos precarios e informales.
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Desde este punto de vista, dado que casi dos tercios del empleo en Nicaragua corresponden a empleos
precarios e informales, el esfuerzo por reducir este porcentaje deberia ser mucho mayor. De hecho, este
es el verdadero desafio para reducir la pobreza en Nicaragua.
El empleo que genera la economía nicaragüense es predominantemente precario e informal. Como puede
observarse en el grafico, de acuerdo con las cifras del BCN, entre 1994 y 2009 la economía nicaragüense
habría creado 919.9 miles de empleos, de los cuales 649.1 miles (el 70.6%) fueron empleos informales, y solo
270.8 miles (el 29.4%) correspondió a empleos precarios e informales. El porcentaje de empleo informal paso
del 56.3% en 1995 a casi el 65% en la actualidad.
La demanda de trabajo sigue dominada en primer lugar por las actividades agropecuarias (incluyendo
silvicultura y pesca), que absorben el 32.2% de la población ocupada. Otro 24.7% de las personas ocupadas se
encuentran concentradas en el sector comercial, incluyendo restaurantes y hoteles, y un 19.8% más en el
sector servicios comunales, personales y sociales.. Estos tres sectores son los grandes empleadores del país
(representan el 76.7% de la ocupación total).
Lo que resalta es el hecho de que estos sectores, los mayores empleadores del país, son los sectores de menor
productividad de la economía. Precisamente su bajísima productividad explica que sean los principales
empleadores del país.
Se trata de sectores en que predominan ampliamente los empleos precarios e informales, de muy baja
productividad, en los cuales la producción crece principalmente por la expansión vegetativa del numero de
trabajadores ocupados, y no por incrementos en la productividad.
En lo fundamental, son grandes bolsones de sobrevivencia, en los cuales encuentran refugio aquellos estratos
de la población sin acceso a los recursos (capital humano, capital físico, capital social, activos financieros)
indispensables para insertarse de manera ¨competitiva¨ y exitosa en el mercado, y crean sus propios empleos,
en la búsqueda de sobrevivir. Normalmente se trata de empleos de muy baja productividad, que generan a
quienes los desempeñan ingresos muy bajos, que los mantienen bajo el umbral de la pobreza.
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Esta estructura del mercado laboral esta estrechamente asociada, por un lado, a los bajísimos niveles de
escolaridad de la fuerza de trabajo, que determina que la mayor parte de esta alcance una escolaridad por
debajo del umbral mínimo requerido para poder acceder a empleos formales mejor remunerados, y por otro, a
un modelo de crecimiento económico sustentado mas en el crecimiento vegetativo del empleo que en
incrementos sostenidos de la productividad, e cual genera empleos que no demandan, para su desempeño, mas
que niveles mínimos de escolaridad.
Estos hechos ponen de manifiesto que el "estilo de crecimiento" que muestran los sectores de la actividad
económica con más peso en la creación de empleos, determina que el empleo generado en ellos,
predominantemente precario e informal, no requiera, para su desempeño, sino de muy bajos niveles de
calificación. Esto posibilita que la gran masa de trabajadores nicaragüenses que se caracterizan, precisamente,
por sus bajos niveles de escolaridad, pueda refugiarse en ellos.
El tipo de crecimiento económico de los sectores que más contribuyen a la generación de empleo se basa el
crecimiento extensivo de actividades de baja productividad, y paradójicamente, es precisamente la bajísima
productividad promedio de estos sectores la que les permite crear la masa principal del empleo en el país.
De manera que, por un lado, este tipo de empleos, precarios y de muy baja productividad, es el único capaz de
absorber a la mayor parte de una fuerza de trabajo con las características de la nicaragüense: a saber, una
fuerza de trabajo caracterizada por bajísimos niveles de escolaridad. Por otra parte, el hecho de que este tipo
de empleos, que representa la mayor parte de los empleos generados, no demande de altos niveles de
calificación, significa que el sistema económico no genera suficiente presión sobre la sociedad para efectuar
la inversión requerida para elevar de manera significativa los niveles educativos de la población.
Esto explica el circulo vicioso que se produce entre el bajo nivel de escolaridad de la fuerza de trabajo, y el
hecho de que la economía genere, principalmente, empleos precarios e informales.
En lo que respecta a la meta de reducir el porcentaje de personas que padecen hambre a la mitad, al escoger
como año de referencia 1990, en vez del 2000, se facilitaría notablemente cumplir la meta-. En 2000-2002
dicho porcentaje correspondía al 27% de los nicaragüenses, y en este caso la meta hubiese significado reducir
este porcentaje hasta un 13.5%. Pero se seleccionó como punto de referencia el año 1990.
En lo que respecta a la meta de reducir el porcentaje de personas que padecen hambre a la mitad, al
escoger como año de referencia 1990, en vez del 2000, se facilitaria notablemente cumplir la meta-. En 2000-
2002 dicho porcentaje correspondia al 27% de los nicaraguenses, y en este caso la meta hubiese
significado reducir este porcentaje hasta un 13.5%. Pero se seleccionó como punto de referencia el año 1990-
43
FUENTE: FAO
En 1990-92, el porcentaje de personas que padecían hambre en Nicaragua se elevó hasta un 52%, y afectaba a
2.2 Millones de personas. Esto significa que esta Meta del Milenio para Nicaragua se cumpliría cuando el
porcentaje de personas que padecen hambre, dentro de la población total, se redujese a la mitad del
prevaleciente en 1990, es decir cuando se redujese a 26% de la población.
Puede decirse entonces que en el caso de Nicaragua esta meta se cumplió en el periodo 2004-2006, cuando
el porcentaje de personas que padecen subnutrición (hambre) se redujo según la FAO hasta un 21% de la
población, afectando a unas 1.2 Millones de personas.
Sin embargo este porcentaje sigue siendo excesivamente alto, y es todavía uno de los más elevados de la
región, y coloca a Nicaragua dentro de los 14 países con mayor porcentaje de personas que padecen hambre
en el mundo.
En lo que respecta a la meta de reducir la tasa de mortalidad infantil en dos terceras partes (es decir en
67%) con respecto a su nivel de 1990, el cumplimiento de esta meta, entendida como la disminución de la tasa
de mortalidad infantil de los niños menores de 5 años, significa reducir dicha tasa a 22.5 por cada 100
nacidos vivos, y es probable que se cumpla en los próximos años, de acuerdo a la trayectoria de disminución
sostenida que exhibe esta variable desde hace años, que la han llevado a situarse en 25.6 por cada 1000
nacidos vivos en 2009.
44
Por su parte, la meta de reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes (en 75%) implicaría que
dicha tasa disminuyese hasta 47.5 por cada 100,000 nacidos vivos, y solo se ha reducido a un 100 por cada
100,000 nacidos vivos. Parece altamente improbable que se cumpla.
Las metas en materia de educación han mostrado ser mucho más difíciles de alcanzar. En este campo, a
menudo se interpreta la meta de universalizar la enseñanza primaria en términos de que significa que el 100%
de los niños en edad de asistir a la primaria lo hagan (es decir, alcanzar una tasa neta de matrícula neta de
primaria del 100%). Pero la meta no se refiere a la matricula en primaria, sino a que todos los niños y las
niñas logren completar el ciclo completo de la educación primaria.
Sin embargo, ello no significa que los indicadores de matrícula no sean importantes. La conclusión o
terminación universal de la educación primaria depende, en primer lugar, del nivel de acceso al sistema
educativo, ante todo, de los niveles de matrícula. Es evidente que garantizar que todos los niños y niñas
puedan concluir un ciclo completo de educación primaria supone, en primer lugar, que tengan acceso a este
nivel educativo. Por tanto, el primer indicador que se analiza, para evaluar el grado de avance hacia dicha
meta, es un indicador de acceso: la tasa neta de matrícula en la educación primaria.
La tasa neta de matrícula en educación primaria indica el grado de cobertura en ese nivel. Esta relaciona
el número de niños matriculados en el rango de edades oficial con la población de este mismo rango. Esta es
utilizada como un indicador de acceso universal a la educación primaria ya que una tasa neta igual a 100 por
ciento significa que todos los niños en edad oficial de cursar el nivel educativo primario están matriculados en
este nivel. En el caso de Nicaragua, este indicador se ha mantenido estancado en alrededor del 87%, a pesar
de que la población infantil en edad de asistir a la primaria se ha estado reduciendo. El hecho de que la tasa
neta de matrícula primaria no se haya reducido, a pesar de que la población en edad de asistir a la primaria se
ha reducido, obedece a que la matricula en primaria también se ha reducido, en términos absolutos.
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Pero recuérdese, de nuevo, que el Objetivo de Desarrollo del Milenio se refiere a que “todos los niños y
niñas puedan terminar el ciclo completo de enseñanza primaria”, y por supuesto, matricularse en la
educación primaria y completarla no son la misma cosa. Los niveles de acceso son una condición
necesaria para el logro de la meta relativa a la conclusión, pero, junto a ello, se requiere que los
estudiantes progresen de modo sostenido a lo largo del ciclo escolar.
Por tanto, es importante notar que la tasa neta de matrícula en la educación primaria sólo nos brinda
información de acceso, ocultando muchas veces ineficiencias en el sistema. Esto porque este indicador no
provee información acerca de la permanencia ni el término de la educación primaria. De allí que el segundo
indicador de seguimiento de este objetivo, intente capturar en qué medida los niños y niñas que se matriculan
en primer grado de primaria logran sobrevivir hasta los últimos grados de este ciclo, y corresponde a la tasa
de supervivencia al sexto grado.
La tasa de supervivencia al sexto grado de la primaria indica el porcentaje de una cohorte de niños
matriculados en el primer grado del nivel primario en un año escolar dado, que logra alcanzar el sexto
grado. El propósito de este indicador es medir la eficacia interna de un sistema educativo en términos
de su capacidad para asegurar que los entrantes al sistema logren alcanzar un grado académico dado.
Si la meta establece que todos lo niños deben terminar la primaria, es deseable que la tasa de
supervivencia sea cercana al 100 por ciento, indicando un alto nivel de eficacia del sistema educativo.
Según cifras de la UNESCO, Nicaragua muestra el valor más bajo de la tasa de sobrevivencia al sexto grado
en la region. Esta meta, por lo tanto, una de las mas importantes, parece extremadamente difícil de alcanzar.
En todo caso, resulta preocupante el extremadamente bajo grado de eficacia interna del sistema educativo
nicaragüense, en términos que aseguren que los niños y niñas que se matriculan en este nivel educativo
alcancen el nivel académico esperado.
Resulta verdaderamente preocupante la extremadamente baja eficiencia que muestra el sistema educativo
nicaragüense, en términos de asegurar la permanencia y culminación de la educación primaria. Sin embargo,
especialmente preocupante resulta el hecho de que los indicadores que sirven para evaluar la eficiencia del
sistema educativo en términos de permanencia y culminación, tales como la tasa de sobrevivencia al último
grado, registran valores inferiores, no sólo a los de países tan pobres como nuestro país, como es el caso de
Bolivia, e incluso Honduras, sino también a los registrados por muchos de los países más pobres del planeta.
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Este resultado indica que, de no realizarse un esfuerzo muy considerable no sólo por ampliar el acceso, sino
sobre todo la permanencia en el sistema educativo, nuestro país no lograría el objetivo de universalizar la
conclusión de la educación primaria. En este sentido, el logro de la meta del milenio de universalizar la
culminación de la educación primaria requeriría un significativo esfuerzo de política adicional.
Este considerable esfuerzo adicional es necesario, no solo para superar el enorme rezago comparativo
de Nicaragua en materia de permanencia y culminación de la enseñanza primaria, sino porque el
progreso se hace cada vez más difícil a medida que se avanza hacia la meta, ya que supone atender a
segmentos de la población que presentan rasgos de marginación.
Esta obedece ya sea a su ubicación territorial (en zonas de difícil acceso) y/o a la pertenencia de los niños y
niñas a estratos sociales que enfrentan dificultades mucho mayores para progresar en el nivel, lo que se
traduce en elevadas tasas de deserción y repetición. Esto exigirá llevar a cabo políticas especiales que
promuevan y faciliten a los niños y niñas de estos segmentos no sólo el acceso, sino la permanencia en el
sistema educativo.
El hecho de que las tasas de supervivencia al sexto grado sean significativamente más bajas que las
tasas de matrícula o acceso a la educación primaria, responde a las tasas de ingreso tardío y las tasas de
repetición relativamente elevadas, que usualmente se traducen en deserción escolar.
De acuerdo al MINED, tasa de repetición en la educación primaria de Nicaragua se ha elevado en los últimos
siete años, pasando del 5.3% en el 2000 al 10% en el 2005 y permanece en 10% en 2010. Este aumento en la
tasa de repetición muy posiblemente este relacionado con la suspensión del sistema de promoción automática
en 2002.
Un alumno que repite implica la necesidad de volver a sufragar los costos de su educación y, en ese sentido,
el porcentaje de alumnos repetidores es un indicador directo de desperdicio de los recursos invertidos. Estos
efectos han sido ampliamente documentados.
En Nicaragua, en el año 2007 el costo de atención a los alumnos repetidores se elevó a US$ 13.9 Millones,
monto equivalente al 82.9% de los recursos presupuestarios que ese año se asignaron al Programa de
Educación Secundaria.
El porcentaje de repetidores en la educación primaria en Nicaragua uno de los más elevados en América
Latina, sólo superado por Guatemala y Brasil, mientras Bolivia muestra los niveles más reducidos.
47
Fuente: UNESCO, 2007.
La deserción constituye un factor clave expresado por las tasas de supervivencia escolar. Este fenómeno hace
que niños y jóvenes de ambos sexos abandonen la escuela, frustrando sus posibilidades de completar
exitosamente la educación formal, y por ende, de acceder a la educación superior u obtener mayores salarios
en el mercado laboral, lo que, a su vez, compromete fuertemente las probabilidades de salir de situaciones de
pobreza e indigencia.
En el caso de la deserción en educación primaria, éste reduce las probabilidades de continuar avanzando a lo
largo del sistema educativo. Por lo tanto, no sólo dificulta la meta de universalización de la educación
primaria, sino también compromete el cumplimiento de la meta de expandir el acceso a la educación
secundaria.
48
Los altos niveles de deserción y repetición, que se traducen en tasas muy bajas de completamiento de la
educación primaria, están profundamente vinculados al patrón de elevada inequidad que caracteriza a
nuestra sociedad. Los niños de familias pobres tienen actualmente una importante posibilidad de
ingresar al sistema educativo, pero su probabilidad de completar el mismo está totalmente
condicionada por la posición de la familia en términos de la distribución del ingreso.
Fuente: Reporte de Pobreza, Banco Mundial
El gráfico anterior muestra la fuerte asociación entre las probabilidades de sobrevivencia escolar de los niños
que acceden al sistema educativo de acuerdo a la posición de los hogares en que habitan en la distribución del
ingreso por quintiles de hogares. De acuerdo con esta estimación, al alcanzar el grado 5, la probabilidad de
sobrevivencia de los niños pertenecientes al quintil mas rico de los hogares es de alrededor del 95%, pero para
los niños en el quintil mas pobre esta probabilidad resulta menor al 50%. Para la transición del sexto al
séptimo grado, la probabilidad de sobrevivencia para los niños en el quintil de mayores ingresos continúa
alrededor del 90%%, mientras que para los niños del quintil mas pobre se ha reducido a alrededor del 20%.
Por otra parte, aunque se hayan logrado significativos niveles de acceso a la educación primaria, esto no
siempre ha estado acompañado porque dicho acceso sea a servicios de calidad equivalente. En efecto, el
número de años de estudio no es la única fuente de desigualdades en la formación del capital educacional,
igualmente importante y aun más preocupante es la calidad de la educación a la que tienen acceso los jóvenes
de los distintos estratos sociales y la creciente brecha en la calidad educativa si se comparan las escuelas
públicas con las privadas.
49
Los cuadros anteriores muestran una situación del tipo de “trampa de pobreza” que afecta a los niños en los
hogares que se localizan en los quintiles inferiores en la distribución del ingreso. Para estos niños existen
obstáculos, que para muchos resultan con demasiada frecuencia insuperables, que les impiden obtener los
niveles de desarrollo y capital humano compatibles con la superación de la situación de pobreza en que les ha
tocado crecer.
Carencias múltiples, que van desde la desnutrición que impide un rendimiento educativo mínimo, hasta el
hacinamiento y el bajo nivel educativo de los padres o jefes de hogar, pasando por la presión para que
trabajen desde edades muy tempranas para allegar recursos y los crecientes costos privados de la educación
para cada nivel educativo adicional, van a bloquear en los hechos el acceso real de los niños y jóvenes
provenientes de hogares de bajos ingresos a la educación requerida para superar el umbral de pobreza.
Hasta aquí se ha presentado información que da cuenta del progreso del país hacia la conclusión universal de
la educación primaria. Sin embargo este objetivo de desarrollo del Milenio está orientado —además de a
garantizar a toda la población infantil la finalización de ese nivel para brindar la condición necesaria para
seguir progresando en los siguientes — a que las personas adquieran los conocimientos indispensables para
enfrentar los desafíos del mundo actual y, sobre todo, desarrollen su capacidad para aprender a lo largo de la
vida.
La conclusión universal de la primaria no garantiza la reducción de la pobreza. En ese sentido, surge la
preocupación adicional, derivada de la existencia de creciente evidencia de que las personas requieren de
niveles de escolaridad que van más allá de la educación primaria, a efectos de tener una mayor
probabilidad de salir de la pobreza. En el año 2000, la CEPAL estimó que, como promedio regional, se
requería un mínimo de 10 a 13 años de educación formal para contar con buenas probabilidades de no
caer o no seguir en la pobreza.
La evidencia empírica confirma la validez de esta estimación para los países de América Central, y para
Nicaragua en particular[1]
/.
[1] / Véase José Ramón Laguna Torres, “AÑOS DE ESTUDIO Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA EN NICARAGUA. EL CASO DE LA RED DE PROTECCIÓN SOCIAL “Mediante distintas estimaciones se observa que la educación disminuye la probabilidad de ser pobre en un 80% para 11 años de estudio (desde el punto de vista de la frecuencia relativa) y en un 4% por cada año de estudio adicional al utilizar un modelo probabilístico que incluye un conjunto de variables que inciden en el fenómeno de la pobreza. Por último, se confirma que la educación es un instrumento clave para superar la pobreza. Más que emprender esfuerzos paliativos o asistencialistas, se debe pensar en una política de Estado que entregue a los nicaragüenses el nivel mínimo de escolaridad para superar la pobreza (11 años de estudio). En tal sentido, y aunque significa un enorme esfuerzo, el gobierno, la sociedad civil y los partidos políticos deben estar conscientes que de no hacerlo, implicará la perpetuación de la pobreza y el subdesarrollo”.
50
El último “Reporte de Pobreza” para Nicaragua del Banco Mundial encuentra que las personas con un nivel
de escolaridad inferior a secundaria completa, es decir aquellas con menos de 11 años de escolaridad, están
condenadas, con una certeza casi absoluta, a vivir bajo el umbral de la pobreza. Es hasta que alcanzan once
años de escolaridad – es decir, la secundaria completa - que los ingresos laborales comienzan a superar
(apenas) el umbral de la pobreza.
Otro estudio del Banco Mundial, relacionado al mercado laboral nicaragüense, indica que “los bajos niveles
de educación entre los pobres parecen estar restringiendo su acceso al sector más dinámico de la
economía, el sector manufacturero de la maquila, en la medida en que el empleo de este sector requiere una
educación secundaria completa”. Es decir que para poder trabajar como operario en la Zona Franca, se
requiere e por lo menos haber completado la secundaria.
Por tanto, urge incrementar, no solo el acceso y la conclusión de la educación primaria, sino lograr que un
porcentaje mucho mayor de niños, niñas y adolescentes logren avanzar hacia la enseñanza secundaria. Tanto
la CEPAL como la UNESCO han señalado la necesidad de establecer una meta relativa al incremento de la
conclusión de la educación secundaria.
Esta meta se sustenta en la evidencia de que la conclusión de este nivel constituye actualmente un
umbral educativo mínimo que eleva significativamente la probabilidad de mantenerse fuera de la
pobreza absoluta en la vida activa, toda vez que se traduce en un incremento importante de los ingresos
laborales.
De hecho, en estos momentos el acceso a la escuela primaria, e incluso la posibilidad de completarla, no es el
indicador predominante de las brechas entre distintos grupos sociales. Tampoco es la educación primaria la
que permitirá a las personas más oportunidades de movilidad social. La educación primaria es también
claramente insuficiente desde el punto de vista del aumento de los niveles de vida sobre la base de agregar
más valor en los procesos productivos.
Para tener una mejor perspectiva de los desafíos que se deberá enfrentar en términos de la educación
secundaria, comenzaremos evaluando indicadores de acceso. La tasa neta de matrícula en la educación
secundaria representa la matrícula de los niños y jóvenes en edad oficial de cursar la educación secundaria
como porcentaje de la población correspondiente. La finalidad de este indicador es mostrar el acceso a dicho
nivel de niños y jóvenes en edad de cursar la secundaria.
De acuerdo con este indicador el acceso a la educación secundaria continúa siendo extremadamente
bajo para los jóvenes en edad de asistir a este nivel educativo. De acuerdo al MINED, la tasa de
matrícula secundaria neta de Nicaragua alcanzó un valor del 45.5% en 2009.
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Esto significa que, no solamente un alto porcentaje de los niños que se matriculan en primer grado de
primaria no logran llegar a los grados superiores de este nivel educativo, sino que más de la mitad de los
jóvenes en edad de asistir a la secundaria (54.5 de cada 100) no asisten a este nivel educativo. De estos,
solo poco mas del 50% logran culminar la educación secundaria.
Debemos recordar que la tasa neta de matricula secundaria es un promedio, y que tras dicho promedio se
ocultan profundas desigualdades. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Nivel de Vida 2005, es en los hogares
de menores de ingresos que se concentran las menores tasas netas de matricula secundaria, evidenciando una
fortísima correlación entre el ingreso de los hogares y el acceso a la enseñanza secundaria.
En secundaria la brecha entre la tasa neta de matrícula secundaria de los niños provenientes de los hogares de
mayores ingresos y los provenientes de los hogares de menores ingresos se ensancha de manera abrupta. En
promedio, la brecha entre la tasa neta de escolaridad secundaria neta de los adolescentes pertenecientes al
quintil más pobre de los hogares y los pertenecientes al quintil de mayores ingresos se eleva a 58 puntos
(17.4% contra 75.7%).
Los problemas de acceso a la secundaria, para los hogares de menores ingresos, obedecen al hecho de que,
mientras mayor es la edad de los niños, niñas y adolescentes, y a medida que van avanzando dentro del ciclo
educativo hacia niveles mas altos, va aumentando el costo de manutención y los desembolsos que deben hacer
los hogares – gastos de transporte, uniformes y calzado, libros de texto y materiales escolares – para enviarlos
a la escuela, hasta el punto en que para los hogares mas pobres se torna cada vez mas difícil seguirlos
costeando.
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Al mismo tiempo, a medida en que los adolescentes van alcanzando la edad laboral, se torna más imperioso
para los hogares de menores ingresos, particularmente en las zonas rurales, que estos se incorporen a la fuerza
de trabajo para contribuir al sustento del hogar.
El hecho de que un porcentaje importante de niños, niñas y adolescentes no logren culminar la educación
primaria, que menos de la mitad de los que deberían asistir a secundaria lo hagan, y que de ellos menos de la
mitad logre culminarla, determina que los jóvenes nicaragüenses se incorporen al mercado laboral con niveles
de escolaridad extremadamente bajos.
Esto tiene implicaciones muy graves para el futuro de los niños, adolescentes y jóvenes, y del pais como un
todo:
Dada la alta correlación que existe entre niveles de escolaridad y el ingreso laboral que las personas lograran
alcanzar, esto está condenando a gran parte de estos jóvenes a percibir ingresos laborales durante su vida
adulta, que los mantendrán bajo el umbral de la pobreza.
Como se recordara, se requieren al menos 11 años de escolaridad – la secundaria completa – para
obtener un ingreso laboral que comience a superar el umbral de la pobreza, y la mayor parte de los
jóvenes no logran alcanzar, ni de lejos, ese nivel de escolaridad.
Las repercusiones del bajísimo nivel de escolaridad de que adolece la mayor parte de la fuerza de trabajo, son
extremas. El análisis de la estructura del mercado laboral nicaragüense muestra que casi 7 de cada 10 empleos
en Nicaragua son empleos precarios en el sector informal. Mayoritariamente, se trata de empleos en los que
predominan el auto empleo y los empleos sin remuneración, desempeñados principalmente por familiares, y
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asalariados de micro unidades informales. Estos empleos generan unos ingresos muy bajos, que mantienen a
quienes los desempeñan bajo el umbral de la pobreza.
Mayoritariamente, se trata de empleos en los que predominan el auto empleo y los empleos sin remuneración,
desempeñados principalmente por familiares, y asalariados de micro unidades informales. Estos empleos
generan unos ingresos muy bajos, que mantienen a quienes los desempeñan bajo el umbral de la pobreza.
Y DESPUES, QUE SIGUE…??
Nicaragua enfrentara grandes desafíos en las próximas décadas. Por un lado, tendrá que efectuar esfuerzos de considerable envergadura para aprovechar al máximo los beneficios potenciales del bono demográfico, en términos de aceleración de los ritmos de crecimiento económico y de reducción de la pobreza. Tal como se ha argumentado, el bono demográfico sólo puede realizarse plenamente si se efectúa de manera oportuna la inversión en el capital educativo y en la nutrición y salud de los niños, adolescentes y jóvenes y si se crean puestos de trabajos formales, adecuadamente remunerados, para satisfacer la demanda de los nuevos entrantes a la fuerza laboral.
Esto implicara incrementar de manera importante la inversión pública social en la niñez y la adolescencia, especialmente – aunque no exclusivamente - en las zonas rurales, en donde se acumulan los mayores rezagos y en donde se concentra una gran parte de la población infantil. También representara la necesidad de promover modificaciones en el modelo de crecimiento económico, de manera tal que el mismo comience a generar, cada vez más, empleos de mayor calidad.
Sera necesario implementar además un conjunto de políticas en diversos campos – por ejemplo, en el campo de la salud sexual y reproductiva, en el campo de la equidad de género, y en términos de facilitar el acceso de los pobres a recursos y activos que los habiliten para insertarse de mejor manera en el proceso de desarrollo, entre otros – para hacer frente a los obstáculos que entorpecen el aprovechamiento más pleno y cabal del bono demográfico.
Al mismo tiempo, debe tenerse en consideración que en los países en desarrollo la población está envejeciendo más rápidamente que en los países desarrollados, y que por consiguiente no solo tendrán menos tiempo para adaptarse a las consecuencias de este fenómeno, sino que el mismo se está produciendo a niveles de desarrollo socioeconómico mucho más bajos.
En tal sentido, cabe recordar que para nuestro país el periodo de tiempo que resta del bono demográfico será, al mismo tiempo, el periodo de transito de la fase incipiente a la fase avanzada de envejecimiento poblacional. Esto significa que, mientras se afronta la necesidad de invertir en los niños, adolescentes y jóvenes, a la vez se deberá prestar la debida atención a las necesidades de sobrevivencia y atención en salud de los adultos mayores,
A mediano plazo, a medida que se alcance plena cobertura escolar y niveles adecuados de calidad y pertinencia educativa, la sola disminución de la población en edad escolar que resultara del propio proceso de transición demográfica podría liberar recursos que contribuyan a fortalecer los fondos destinados a proporcionar una protección social básica a los adultos mayores que lo necesiten. Sin embargo, en plazos más inmediatos, la
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atención simultánea de ambos requerimientos representara un desafío considerable para las políticas y las finanzas públicas.
El periodo de tiempo disponible para responder a estos desafíos, están acotados, en lo fundamental, por el periodo que resta del bono demográfico. De acuerdo a las tendencias socio-demográficas en curso, al arribar a 2011 solo restan a lo sumo tres o cuatro décadas, para que llegue a su término el denominado bono o dividendo demográfico, e inicie con fuerza el proceso de envejecimiento de la población. En este punto se habrá agotado, de manera definitiva e irreversible, el margen o espacio de tiempo representado por el bono demográfico.
De no aprovechar esta oportunidad, que existirá por una única vez y por un tiempo limitado, el país corre el riesgo de entrar en esta fase de envejecimiento sin haber creado los fundamentos mínimos para afrontarlo, y sin haber preparado a las nuevas generaciones para esta nueva fase.
Para hacer frente a estos desafíos, cada uno de los cuales es de por sí muy complejo, será preciso buscar respuestas que concilien tres grandes transformaciones de las que la política pública debe hacerse cargo: aquellas que responden a inercias demográficas, como el envejecimiento de la población y la baja de la natalidad; aquellas que dependen del desempeño de los agentes económicos y de políticas de concertación, coordinación y habilitación, como la promoción de cambios en el estilo de crecimiento, en el tipo de empleo que se genera y las mejoras en la productividad , y aquellas de economía política, que se refieren al papel y tamaño del Estado, y en particular al papel de las finanzas públicas.
En otros trabajos nos hemos centrado en analizar algunas opciones que podrían estar disponibles para que el país amplíe sus márgenes de acción en el campo fiscal, en términos que lo habiliten para poder financiar, de manera sana, el importante incremento en las inversiones públicas que sería necesario llevar a cabo para aprovechar de manera más plena los beneficios potenciales del bono demográfico, creando las bases para enfrentar, en mejores condiciones, el proceso de envejecimiento.
En esos trabajos hemos considerado - sin pretender agotar el examen de todos los márgenes que podrían existir -, tres grandes márgenes que, según los criterios que hemos aportado, harían posible ya sea ampliar, o flexibilizar de manera importante, el denominado espacio fiscal del país. Estos márgenes estarían dados, en primer lugar, por la transformación del sistema tributario, y en segundo término, por la regulación de la recaudación fiscal excedente, y por una eventual reconsideración de las nociones prevalecientes sobre la sostenibilidad de la deuda pública.
Pero la posibilidad de materializar estos u otros márgenes fiscales pasa por la construcción de los consensos y la voluntad colectiva indispensables para sostener un esfuerzo de desarrollo de largo aliento. La sociedad nicaragüense debe decidir, a través de procesos deliberativos de construcción de consensos, si hará frente a los desafíos de desarrollo con equidad, y las vías para lograrlo.
Esto significa que la sociedad debe encontrar la manera de construir consensos que le permitan hacer frente, con los más altos niveles de cohesión y sentido de corresponsabilidad, a los desafíos y amenazas que enfrenta, y aprovechar las oportunidades que puedan existir. Al mismo tiempo, será muy difícil alcanzar los
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niveles de cohesión indispensables para llevar adelante un esfuerzo sostenido de desarrollo si no existe un avance claro y significativo en el sentido de la equidad.
Esto implicara, en las condiciones de Nicaragua, efectuar un esfuerzo deliberado para que las personas y regiones que han estado y continúan estando excluidas del acceso a recursos, servicios y oportunidades que resultan indispensables para que puedan llegar a disfrutar de niveles adecuados de desarrollo y bienestar humano, finalmente tengan acceso a estos elementos. Esto es indispensable, a su vez, para aprovechar la oportunidad representada por el bono demográfico, dado que los mayores impedimentos para ello están representados por las limitadas posibilidades de desarrollo humano de los niños y adolescentes de los hogares de menores ingresos.
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