Nohaymuchasvíctimasquemueranunadécadadespuésdequesecometael crimen. Así pues, cuando un hombre fallece por las complicacionesderivadas de un balazo recibido diez años antes, a Harry Bosch lecorrespondeun casoenel queel cuerpo todavía está frescopero apenashay ninguna otra pista. Incluso para un policía veterano sería un casocomplicado.YlanuevacompañeradeBoschenelDepartamentodePolicíade Los Ángeles, la detective Lucía Soto, no tiene ninguna experiencia enhomicidios.
A Bosch y a Soto se les encarga resolver un caso de alta tensión y conimplicacionespolíticas.Empezandoporlabalaquehapermanecidoalojadadurante años en la columna vertebral de la víctima, los detectives debenconseguir nuevas pistas a partir de pruebas reunidas años atrás, y estasprontorevelanqueeldisparonotuvonadadealeatorio.
Cuandolainvestigaciónganavelocidad,conduceaotrocasosinresolverenelquetodavíahaymásenjuego:lasmuertesdevariosniñosenunincendioocurrido veinte años atrás. Pero cuando su trabajo empieza a amenazarcarrerasyvidas,BoschySotodebendecidirsivalelapenaarriesgarlotodopara encontrar la verdad o si es más seguro dejar que algunos secretospermanezcanenterrados.
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MichaelConnelly
LahabitaciónenllamasHarryBosch-19
ePubr1.0Titivillus05.09.17
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Títulooriginal:TheBurningRoomMichaelConnelly,2014Traducción:JavierGuerreroGimeno
Editordigital:TitivillusePubbaser1.2
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AldetectiveRickJackson,conagradecimientoportuservicioalaciudaddeLosÁngeles,
esperoqueelsegundoretirodure.¡Disfrutadelgolf!
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ABoschleparecíaunaformadesumartorturaalatortura.Corazónestabaencorvadasobre la mesa metálica, con los guantes ensangrentados metidos en un torsodestripado,trabajandoconfórcepsyuninstrumentodehojalargaqueellallamabael«cuchillodelamantequilla».Corazónnoeraaltayseponíadepuntillasparapoderllegar hasta el fondo con sus instrumentos.Apoyó la cadera contra el lateral de lamesadeautopsiasparadisponerdeunpuntodeapoyo.
LoquemolestabaaBoschdeese retablo truculentoeraqueel cuerpoyahabíasido violado durantemucho tiempo. Faltaban las dos piernas, habían amputado unbrazoalaalturadelhombroylascicatricesquirúrgicas,peseaserantiguas,seguíanviéndose tiernas y rojas. La boca permanecía abierta en un grito silencioso. Elhombre tenía la mirada dirigida hacia arriba, como si suplicara misericordia a suDios.Enelfondo,Boschsabíaquelosmuertosestabanmuertosyyanosufríanlascrueldades de la vida, pero aun así tenía ganas de gritar: «¡Ya basta!». Queríapreguntar:«¿Hastacuándo?¿Acasolamuertenodeberíaserelaliviodelastorturasdelavida?».
Sin embargo,Boschno dijo nada. Se quedó en silencio y se limitó a observar,igualquehabíahechoantesencentenaresdeocasiones.LanecesidaddeconseguirlabalaqueCorazónestabatratandodearrancardelacolumnavertebraldelcadávereramás importante que su indignacióny el deseode denunciar la sarta de atrocidadesinfligidasaOrlandoMerced.
Corazónvolvióaapoyarlostalonesenelsueloparadescansar.Soltóelaireyporunmomentosumáscaraantisalpicadurasperdiósunitidez.MiróaBoschatravésdelplásticoempañado.
—Casi está —dijo—. Y te digo que hicieron bien en no intentar extraerlaentonces.HabríanseccionadolaT-12.
Boschselimitóaasentir,sabiendoqueseestabarefiriendoaunadelasvértebras.Corazónsevolvióhacialamesa,dondeestabaextendidotodosuinstrumental.—Necesitootracosa…—dijo.Dejóelcuchillodelamantequillaenunfregaderodeaceroinoxidable,dondeun
grifoabiertomanteníaelaguahastaelniveldeldesagüe.Despuéspaseólamanoalaizquierdadelfregadero,sobreelinstrumentalesterilizado,hastaqueeligióunpunzónlargo y delgado. Volvió ameter lasmanos en el hueco del torso eviscerado de lavíctima. Todos los órganos e intestinos se habían extraído, pesado y guardado enbolsas,dejandosolounacarcasaformadaporlascostillasabiertas.Corazónsepusodepuntillasotravezysevaliódelafuerzadelapartesuperiordelcuerpoyelpunzónde aceropara arrancar por fin la bala de la columnavertebral.Boschoyó sonar elproyectildentrodelacajatorácica.
—¡Latengo!Corazón apartó sus brazos del torso del cadáver, dejó el punzón y limpió los
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fórcepsconlamanguerafijadaalamesa.Despuéssostuvoenaltoelinstrumentoparaexaminarsuhallazgo.Pisóunbotóndelsueloparaponerenmarchalagrabadorayreanudólagrabación.
—SeretiraunproyectildelavértebraT-12anterior.Estádañadoymuyaplanado.Lo fotografiaré y lo marcaré con mis iniciales antes de entregárselo al detectiveHieronymusBosch,delaUnidaddeCasosAbiertosdelDepartamentodePolicíadeLosÁngeles.
Corazón pulsó otra vez con el pie el botón de grabación para volver aloff therecord.SonrióaBoschdesdedetrásdelamáscaradeplástico.
—Losiento,Harry,yameconoces,megustanlasformalidades.—Nocreíaquelorecordaras.ÉlyCorazónhabíantenidounabreveaventura,peroesohabíaocurridomuchos
añosantes,ypocagenteconocíaelverdaderonombredeHarry.—Claroquelorecuerdo—dijoellaenfingidaprotesta.TeresaCorazónirradiabaunanuevaauradehumildadquenoexistíaenelpasado.
Habíaidoascendiendohastaqueterminóporconseguirloquedeseaba:elpuestodejefedeforensesytodoloqueesoconllevaba,incluidounprogramadetelevisión.Sinembargo,cuandounoalcanza lacumbredeuna instituciónpública, seconvierteenpolítico,ylospolíticoscaenendesgracia.Teresafinalmentehabíacaídodesdelomásaltoyvolvíaaencontrarseenelpuntodepartida,comoayudantedeforenseconunmontón de casos, como todos los demás profesionales de la oficina. Al menos lehabíanpermitidoconservarsusaladeautopsiasprivada.Porelmomento.
Corazónllevólabalaalamesa,dondelafotografióyluegolaidentificóconunrotuladornegroindeleble.Boschestabapreparadoconunabolsitadepruebas,yellaladejócaerallí.Acontinuación,élanotóenlabolsalasinicialesdeambos:rutinadelacadenadecustodia.Examinóelproyectildeformadoatravésdelplástico.Apesardelosdaños,creíaqueeraunabaladecalibre308,locualsignificabaquehabíasidodisparadaporunrifle.Enesecaso,seríaundatosignificativoparalainvestigación.
—¿Tequedarásalrestoonoqueríasnadamás?—Corazónlopreguntócomosihubieraalgoentreellos.
Boschlevantólabolsadepruebas.—Serámejor que ponga esto enmarcha.Haymuchasmiradas puestas en este
caso.—Claro. Terminaré sola. ¿Qué ha pasado con tu compañera, por cierto? ¿No
estabacontigoenlasala?—Teníaquehacerunallamada.—Vaya, pensaba que quería dejarnos un rato a solas. ¿Le has hablado de
nosotros?—Corazónsonrióybatiólaspestañas.Boschapartólamiradacontorpeza.—No,Teresa.Sabesquenohablodeesascosas.Corazónasintió.
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—Nuncalohiciste.Eresunhombrequeguardasussecretos.Boschlamiróotravez.—Lointento—dijo—.Además,esofuehacemuchotiempo.—Ylallamasehaapagado,¿no?Boschvolvióaltemadelaautopsia.—Sobreelcaso,¿algodiferentedeloqueinformóelhospital?Corazónnegóconlacabezaydemostróquetambiénellaeracapazdedarunpaso
atrás.—No, nada diferente. Sepsis. Infección sanguínea, por usar el término más
común.Ponesoentucomunicadodeprensa.—¿Y no tienes ningún problema en relacionar esto con el disparo? ¿Podrías
testificarsobreeso?CorazónestabaasintiendoantesdequeBoschhubieraterminadodehablar.—El señorMercedmurió de septicemia, pero voy a anotar que la causa de la
muerte fue homicidio. Es un asesinato cometido hace diez años, Harry, y estaréencantadadetestificareso.Esperoquelabalateayudeaencontraralasesino.
Boschasintióycerrólamanoentornoalabolsadeplásticoqueconteníalabala.—Esoesperoyotambién—dijoél.
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Boschsubióenascensorhastalaplantabaja.Enlosúltimosaños,elcondadohabíagastado treinta millones de dólares en renovar la Oficina del Forense, pero losascensoressemovíanconlalentituddesiempre.EncontróaLucíaSotoenelmuelledecargaposterior,apoyadaenunacamillavacíayconsultandosuteléfono.Erabajitaybienproporcionada,cincuentakilosalosumo.Llevabaunestilodetrajechaquetaquesehabíapuestodemodaentre lasmujeresdetectives,porquepermitía llevar lapistola en la cadera en lugar de en un bolso. Transmitía poder y autoridad de unaforma en que un vestido nunca podría hacerlo. Ese traje en concreto era marrónoscuro,ySotolocombinabaconunablusacolorcrema.Lesentababienconsupielsuaveymorena.
LevantólamiradacuandoBoschseacercóyseincorporódemaneraapresurada,comounniñoalquepillanhaciendoalgomal.
—Latengo—dijoBosch.Levantólabolsadepruebasqueconteníalabala.Sotocogiólabolsayexaminó
unmomentoelproyectilatravésdelplástico.Unpardecamillerosseacercaronpordetrásdeellayempujaronlacamillavacíahacialapuertadeloqueseconocíacomola Gran Cripta. Era un nuevo agregado al complejo, un espacio refrigerado deltamaño de un gran supermercado donde se colocaban todos los cadáveres quellegabanhastaqueseprogramaralaautopsia.
—Esunabalagrande—dijoSoto.Boschasintió.—Ylarga—añadióél—.Creoquehemosdebuscarunrifle.—Estámuydeformada—valoróella—.Aplanada.Sotoledevolviólabolsa,yBoschselaguardóenelbolsillodelabrigo.—Diríaquehay suficienteparauna comparación—dijo—.Suficienteparaque
tengamossuerte.LoshombresdedetrásdeSotoabrieronlapuertadelaGranCriptaparameterla
camilla.Enelairefríoflotabaundesagradableolorquímicoqueseextendíaporelmuelledecarga.Sotosevolvióatiempodeatisbarlagigantescasalarefrigerada.Filatras fila de cadáveres en columnas de cuatro en un sistema de andamios de aceroinoxidable.Loscuerposestabanenvueltosensábanasdeplásticoopaco,conlospiesaldescubiertoyetiquetasquecolgabandelosdedosgordosysemecíanenlabrisageneradaporlosrespiraderosdelarefrigeración.
Sotoenseguidaapartólamirada,conlacarapálida.—¿Estásbien?—preguntóBosch.—Sí,sí—dijoella—.Medaunpocodegrima.—De hecho, es todo un avance. Antes, los cadáveres se amontonaban en los
pasillos.A veces, los apilaban unos encima de otros después de un fin de semanamovido.Apestaba.
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SotolevantóunamanoparaqueBoschnocontinuaraconladescripción.—Porfavor.¿Hemosterminado?—Sí.BoschsepusoenmarchaySotolosiguió,manteniéndoseunpasopordetrásde
él.Ella tendíaa caminarpordetrásdeBosch,yélno sabía si se tratabadealgunaclasededeferenciaasuedadyrangoodeotracosa,comounacuestióndeseguridad.Harrysedirigióalaescaleradelfondodelmuelledecarga,unatajoalaparcamientodevisitantes.
—¿Adóndevamos?—preguntóSoto.—LlevaremoslabalaaArmasdeFuego—explicóBosch—.Hablandodetener
suerte,hoyesmiércolesdepuertasabiertas.LuegoiremosarecogerelarchivoylaspruebasaHollenbeck.Ynospondremosenmarcha.
—Vale.Bajaronpor laescalerayempezaronacruzarelaparcamientodeempleados.El
devisitantesestabaenellateraldeledificio.—¿Yahasllamado?—preguntóBosch.—¿Qué?—dijoSoto,confundida.—Hasdichoqueteníasquehacerunallamada.—Ah,sí.Sí,hellamado.Perdona.—Noimporta.¿Hasconseguidoloquenecesitabas?—Sí,gracias.Boschsuponíaquenohabíallamadoanadie.SospechabaqueSotoqueríasaltarse
laautopsia,porquenuncahabíavistounserhumanoevisceradoantes.SotonosoloeranuevaenlaUnidaddeCasosAbiertos,sinotambiénenHomicidios.Eraeltercercaso en el que trabajaba conBosch y el único con un cadáver lo bastante recientepara poder llevar a cabo una autopsia. Soto probablemente no había pensado enasistiraautopsiascuandohabíaaceptadoelpuestoenCasosAbiertos.Lasimágenesylosoloreseranporlogenerallascosasalasquemáscostabaacostumbrarseeneltrabajodehomicidios.CasosAbiertosnormalmenteeliminabalasdos.
Enlosúltimosaños,elíndicedecriminalidaddeLosÁngeleshabíadescendidode manera notable, sobre todo, y más drásticamente, la cifra de homicidios. EstohabíaalentadoundesplazamientoenlasprioridadesyprácticasdeinvestigacióndelDepartamentodePolicíadeLosÁngeles.Conpocoscasosdeasesinatosactivos,eldepartamento incrementó el énfasis en resolver investigaciones estancadas.Más dediezmilhomicidiosnoresueltosenlosúltimoscincuentaañosdabanmuchotrabajo.LaUnidaddeCasosAbiertoscasihabíatriplicadosutamañoduranteelañoanteriory en ese momento contaba con su propio equipo de mando: un capitán y dostenientes.SehabíantrasladadomuchosdetectivesexperimentadosdesdeHomicidiosEspecialesyotrasunidadesdeelitedelaDivisióndeRobosyHomicidios.Además,se había incorporado una nueva hornada de detectives jóvenes con escasa o nulaexperienciaeninvestigación.Lafilosofíaquesetransmitíadesdeladécimaplantade
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la OJP (Oficina del Jefe de Policía) era que había un mundo nuevo, con nuevastecnologías y nuevas formasde contemplar las cosas.Pese a quenada superaba elsaberhacerdelinvestigador,nohacíaningúndañocombinarloconnuevospuntosdevistaydiferentesexperienciasvitales.
Estosnuevosdetectives(la«brigadahípster»,comolosllamabanalgunosenplandeburla)optabanaunpuestoenlaUnidaddeCasosAbiertospordiversasrazones,que iban desde las conexiones políticas a una agudeza y talento particulares o arecompensas por heroísmo en el cumplimiento del deber. Uno de los nuevosdetectives había trabajado en tecnologías de la información para una cadenahospitalaria antes de ingresar en la policía y había sido clave en la resolución delasesinatodeunpacientemedianteunsistemaderecetas informatizadas.Otrohabíaestudiado química con una beca Rhodes. Incluso había un detective queanteriormentehabíasidoinvestigadorenlapolicíanacionaldeHaití.
Soto tenía veintiocho años y llevaba menos de cinco en el cuerpo. Era una«manga lisa» (sin ningún galón de rango en su uniforme) y había dado el salto adetectivegraciasa sucondicióndedosporuno:eradeorigenmexicanoyhablabainglésyespañolconfluidez.Después,logróunpasedeaccesomástradicionalalasfilasdelosdetectivesalhacersefamosadelanochealamañanaaraízdeuntiroteomortalconatracadoresarmadosenunalicoreríadePico-Union.Ellaysucompañerose enfrentaron a cuatro hombres armados. Él resultó herido de muerte, pero SotoabatióadosdelosdelincuentesyretuvoalosotrosdosenuncallejónhastaquellegóelSWATyterminólacaptura.LosatracadoreseranmiembrosdeCalle13,unadelasbandasmásviolentasqueactuabanenlaciudad,ylaheroicidaddeSotosaltóa losperiódicos,sitioswebypantallasdetelevisión.Eljefedelapolicía,GregoryMalins,le concedió después la medalla al valor del departamento. Su compañero tambiénrecibióelmismohonoratítulopóstumo.
ElcapitánGeorgeCrowder,nuevojefedelaUnidaddeCasosAbiertos,decidióquelamejorformademanejarlaafluenciadesavianuevaenlaunidaderasepararlos equipos existentes y emparejar a todos los detectives con experiencia en casosabiertosconunnuevodetectiveinexperto.Boscheraelmayordelaunidadyelquellevabamás años en el trabajo.Como tal, lo pusieron de pareja con lamás joven:Soto.
—Harry,ustedeselveterano—lehabíaexplicadoCrowder—.Quieroquevigilealanovata.
Bosch, pese a que no le hacía demasiada gracia que le recordaran su edad yposición,sesintióencantadoconelpuesto.EstabaentrandoenelqueseríasuúltimoañoeneldepartamentoyyahabíaempezadolacuentaatrásdesuPlanOpcionaldeJubilaciónPostergada.Paraél, cadadíaque lequedabaenel trabajoeraoro.Cadahora tenía el valor de un diamante. Bosch pensaba que preparar a una detectiveinexpertaytransmitirletodoloquepudieraseríaunabuenaformadeterminarsuvidaprofesional.CuandoCrowderlecomunicóquesunuevacompañeraseríaLucíaSoto,
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Bosch se sintió complacido. Como todo elmundo en el departamento, había oídohablardelaproezadeSotoeneltiroteo.Boschsabíaquéeramataraalguienenactodeservicio,ytambiénsabíaquéeraperderauncompañero.ComprendíalamezcladepesaryculpaqueafligiríaaSoto.Pensabaquelosdospodríantrabajarbienjuntosyquepodríaformarlaparaquefueraunainvestigadorasólida.
Además,formarequipoconSotoleofrecíaaBoschunpequeñoplus.Comoeraunamujer,notendríaquecompartirhabitacióndehotelcuandoviajaranporuncaso.Cada uno contaría con su propia habitación. Eso era algo importante. Lasposibilidades de viajar por un caso en la Unidad de Casos Abiertos eran altas.Muchasveces,quienescreíanquesehabíanlibradodelpesodelaleysemarchabandelaciudad,conlaesperanzadequeponerdistanciafísicaentreellosysuscrímenestambiénlosalejaríadelalcancedelapolicía.Boschesperabaterminarsusdíaseneldepartamento sin tener que compartir un cuarto de baño ni tener que soportar losronquidosuotrasemisionesdeuncompañeroenunapequeñahabitacióndobledeunHolidayInn.
Sotonohabíadudadoensacarsupistolaeninferioridadnuméricaenuncallejóndebarrio,peroasistiraunaautopsiaeraotrahistoria.SehabíamostradoreticenteesamañanacuandoBoschlehabíadichoqueteníanqueiralaOficinadelForense.LoprimeroquepreguntóSotofuesiserequeríaquelosdoscompañerosdeunequipodeinvestigación asistieran a la disección del cadáver. En lamayoría de los casos queinvestigaba la unidad, el cadáver llevaba mucho tiempo bajo tierra y la únicadiseccióneraelanálisisdeviejosregistrosypruebas.CasosAbiertospermitíaaSototrabajar en los casosmás importantes—asesinatos— sin tener que presenciar unaautopsiaendirectonitampocopisarunaescenadelcrimen.
O eso parecía hasta ese día, cuando Bosch recibió en su casa la llamada deCrowder.
ElcapitánlepreguntósihabíaleídoelLosAngelesTimesdeesamañanayél,deacuerdoconlaimperecederatradicióndedesdénqueexistíaentrelasinstitucionesdelapolicíaylosmedios,ledijoquenorecibíaelperiódico.
Elcapitánprocedióentoncesacontarlelanoticiaqueocupabalaprimerapáginaesa mañana y que fue el origen de la nueva misión de Bosch y Soto. Mientrasescuchaba,Boschabriósuportátilyfuealsitiowebdelperiódico,dondelanoticiatambiénocupabaunlugardestacado.
EldiarioinformabadelamuertedeOrlandoMerced.Diezañosantes,Mercedsehabíahecho famosoenLosÁngelespor ser lavíctimaaccidentaldeundisparoenMariachi Plaza, en la zona de Boyle Heights. La bala que hirió a Merced en elabdomen había cruzado la plaza desde cerca de Boyle Avenue, y se creía que setratabadeunabalaperdidadeunaconfrontacióndebandas.
Eldisparoseprodujoalas16hdeunsábado.Mercedteníaentoncestreintayunañosyeramiembrodeungrupodemariachisdondetocabalavihuela,unaespeciedeguitarradecincocuerdasqueeraelpilardelamúsicatradicionalmexicana.Élysus
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trescompañerosdegrupoestabanentrelosvariosmariachisqueesperabantrabajoenlaplaza:unboloenunrestauranteouncumpleañosotalvezunabodaorganizadaenelúltimomomento.Mercederaunhombregrande,debarrigaabultada,ylabalaqueaparentemente llegódeningunaparte astilló la caobade su instrumentoy luego leatravesóelvientreantesdealojarseenlaparteanteriordesucolumna.
Mercedsehabríaconvertidoenunavíctimamásenunaciudaddondelosmedioscasi pasan de largo: una crónica de treinta segundos en los canales de noticias eninglés,unartículodecuatropárrafosenelTimes,unpocomásdelongevidadenlosmediosenespañol.
Sin embargo, un simple giro del destino cambió eso.Merced y su grupo, LosReyesJalisco,habíanactuadotresmesesantesenlabodadeunconcejal,ArmandoZeyas,yesteestabapreparandounacampañaparalaalcaldía.
Merced sobrevivió. La bala le causó una lesiónmedular y lo dejó parapléjico,pero también loconvirtióenun símbolo.Cuando la campañapor la alcaldíacobróforma,Zeyaslosacóensusilladeruedasentodoslosmítinesydiscursospolíticos.UtilizóaMercedcomoejemplodelabandonoquesufríanlascomunidadesdelazonaeste deLosÁngeles.El índicededelincuencia era alto y la atenciónpolicial baja:todavíateníanquepillaralquehabíadisparadoaMerced.Laviolenciadelasbandascampabasincontrol,losserviciosmunicipalesbásicosylosproyectosalargoplazo,comolaextensiónde la líneadoradadelmetro,estabanretrasados.Zeyasprometióqueseríaelalcaldequecambiaríaeso,yusóaMercedyelestedeLosÁngelesparaforjar una base y una estrategia que lo separaron de un nutrido grupo decontendientes. Llegó a la segunda vuelta y se impuso con facilidad. Merced semantuvo siempre a su lado, sentado en la silla de ruedas y vestido con su traje decharro,enocasionesinclusoconlacamisamanchadadesangredeldíadeltiroteo.
Zeyascumpliódosmandatos.ElestedeLosÁngelesrecibiónuevaatencióndelmunicipio y la policía. La criminalidad descendió. La línea dorada se alargó —inclusoconunaparadaenMariachiPlaza—,yelalcaldese regodeóensus logros.Sinembargo,nuncadetuvieronalapersonaquedisparóaOrlandoMerced,yconeltiempo la bala se cobró una tremenda factura. Varias infecciones condujeron anumerosashospitalizacionesyoperaciones.Mercedprimeroperdióunapierna,luegola otra. Para añadir humillación a las heridas, el brazo con el que había tocado elinstrumentoqueproducíalosritmosdemúsicapopularmexicanalefueamputado.
Y,finalmente,OrlandoMercedhabíamuerto.—Ahora lapelotaestáennuestrocampo—lehabíadichoCrowderaBosch—.
Nomeimportaloquedigaelmalditoperiódico,hemosdedecidirsiesunhomicidio.Sisumuertepuedeatribuirsemédicamenteaesedisparodehacediezaños,abrimosunnuevocasoyustedyLuckyLucyseponenconél.
—Entendido.—LaautopsiatienequedecirqueesunhomicidiootodoestomuereconMerced.—Entendido.
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Boschnuncarechazabauncaso,porquesabíaquelequedabanpocos.Aunasí,nopudo evitar preguntarse por qué Crowder estaba confiando la investigación deMerced a él y a Soto. Crowder sabía desde el principio que se sospechaba que elbalazo que había recibido Merced había salido de un tiroteo de bandas. EsosignificabaquelanuevainvestigaciónsecentraríacasiporcompletoenWhiteFencey en las otras destacadas bandas del este de Los Ángeles que actuaban en BoyleHeights. Ibaa ser esencialmenteuncasoenespañol,y aunqueSotoevidentementehablabaespañolconfluidez,Boschteníaunconocimientomuylimitadodelidioma.Podía pedir un taco en un food truck y decirle a un sospechoso que se pusiera derodillas y colocara las manos en la nuca. Sin embargo, llevar a cabo entrevistasimportantese incluso interrogatoriosenespañolaúnnoestabaa sualcance.Eso letocaríaaSotoy,ajuiciodeBosch,aellatodavíalefaltabaexperienciaparahacerlo.Habíaalmenosotrasdosparejasenlaunidadquehablabanespañolycontabanconmásexperiencia.Crowderdeberíahaberoptadoporunadeellas.
ElhechodequeelcapitánnohubieratomadoladecisiónobviaycorrectahacíasospecharaBosch.Porun lado, laordendeponerlosaélySotoenelcasopodríahabersalidodelaOJP.SeríaunainvestigacióndelicadaconlosmediosytenerenelcasoaSoto,laheroínadeldepartamento,podríacontribuiraunarespuestapositivadelaprensa.UnaalternativamásoscuraeraqueCrowderquisieraqueelequipoBosch-SotofracasaraysocavarpúblicamenteladecisióndeljefedepolicíaderomperconlatradiciónylaexperienciaalformarlanuevaUnidaddeCasosAbiertos.Queeljefehubieraantepuestoavariosagentes jóvenese inexpertosadetectivesveteranosqueesperabanturnoenlasbrigadasdelDepartamentodeRobosyHomicidiosnohabíacaído bien entre la tropa. Tal vez Crowder quería poner en evidencia al jefe porhacerlo.
Bosch trató de dejar a un lado la especulación sobre los motivos al doblar laesquinayentrarenelaparcamientodevisitantes.PensóenelplanparaeldíaysediocuentadequeestabanamenosdeunkilómetrodelacomisaríadeHollenbeckymáscercainclusodeMariachiPlaza.PodíantomarMissionStreethastala1yluegopasarpordebajodela101.Diezminutosalosumo.DecidióinvertirelordendelasparadasquelehabíacomunicadoaSoto.
EstabanamediocaminodelcochecuandoBoschoyóquellamabanaSotodesdeatrás. Al volverse, se encontró con una mujer que cruzaba el aparcamiento deempleadosconunmicrófonoinalámbrico.Detrásdeella,unhombreseesforzabaenmantenerlacámaralevantadamientraspasabaentreloscoches.
—Mierda—soltóBosch.Se volvió para ver si habíamás.Alguien, tal vezCorazón, había avisado a los
medios.A Bosch le sonaba la mujer, aunque no podía recordar de qué programa o
conferencia de prensa. Pero no la conocía, y ella no lo conocía a él. Lamujer seacercó directamente a Soto con el micrófono. Soto era más interesante para los
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medios.Almenos,enlahistoriareciente.—DetectiveSoto,soyKatieAshton,deChannelFive,¿merecuerda?—Eh,creo…—¿La muerte de Orlando Merced ha sido considerada oficialmente un
homicidio?—Todavíano—dijoBoschconrapidez,aunquenoestabaencámara.Tantoelcámaracomolaperiodistasevolvieronhaciaél.Salirenlasnoticiasno
lehacíagracia,peroqueríairunospasospordelantedelosmediosenelcaso.—LaOficinadelForenseestáevaluandolahistoriaclínicadeMercedytomará
unadecisiónalrespecto.Esperamossaberalgomuypronto.—¿EstoreiniciarálainvestigacióndelcasodelseñorMerced?—Elcasosigueabiertoyesloúnicoquepuedodecirenestemomento.Sinpronunciarunapalabramás,Ashtondioungirodenoventagradoshaciasu
derechaypusoelmicrófonodebajodelabarbilladeSoto.—DetectiveSoto,leconcedieronlamedallaalvalordelDepartamentodePolicía
deLosÁngelespor el tiroteodePico-Union. ¿Ahora acabará con el quedisparó aOrlandoMerced?
Sotopareciómomentáneamentedesconcertada,peroenseguidacontestó.—Novoyaacabarconnadie.Bosch se interpuso al cámara que se habíamovido para grabar por encima del
hombrodeAshton.AlcanzóaSotoyselallevóhaciaelcoche.—Nadamás—dijo—.No haymás comentarios. Llamen a Relaciones con los
Mediossiquierenalgunaotracosa.Dejaronalaperiodistayelcámaraallíycaminaronconrapidezhaciaelcoche.
Boschsesentóalvolante.—Buenarespuesta—dijoalarrancar.—¿Aquéterefieres?—respondióSoto.—AlodeacabarconelasesinodeMerced.—Ah.SalieronaMissionysedirigieronhaciaelsur.Cuandosealejaronunasmanzanas
de laOficinadelForense,Bosch seacercóa la aceraydetuvoel coche.Tendió lamanoaSoto.
—Déjamevertuteléfonounsegundo—dijo.—¿Quéquieresdecir?—preguntóSoto.—Déjamevertuteléfono.Hasdichoqueteníasquehacerunallamadacuandohe
entradoa laautopsia.Quierover sihas llamadoaesaperiodista.Nopuedo teneraunacompañeraqueinformaalosmedios.
—No,Harry,nolahellamado.—Muybien,entonces,déjamevertuteléfono.Sotoleentregóelteléfonoconaireindignado.ErauniPhone,elmismoquetenía
él.Boschabrióelregistrodellamadas.Sotonohabíallamadoanadiedesdelatarde
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anterior. Y la última llamada que había recibido era la de Bosch de esa mañana,hablándoledelcasoqueleshabíatocado.
—¿Lehasenviadounmensaje?Abrió la aplicación de mensajes y vio que el último que había enviado era a
alguienllamadoAdriana.Estabaenespañol.Entregóelteléfonoasucompañera.—¿Quiénes?¿Quédiceaquí?—Esunaamiga.Mira,noqueríaentrarenesasala,¿vale?Boschlamiró.—¿Quésala?¿Quéestás…?—Laautopsia.Noqueríatenerquevereso.—Entonces¿mehasmentido?—Losiento,Harry.Esembarazoso.Nocreoquepuedasoportareso.Boschledevolvióelteléfono.—Nomemientas,Lucía.Harrymiróenelretrovisorlateralyarrancó.Permanecieronensilenciohastaque
llegaronalacalle1yBoschsepasóalcarrildegiroalaizquierda.SotosediocuentadequenoibanallevarlabalaalLaboratorioRegionaldeCriminalística.
—¿Adóndevamos?—Estamosenelbarrio.PensabaecharunvistazoaMariachiPlazaunosminutos,
yluegoirabuscarelexpedienteaHollenbeck.—Yaveo.¿YArmasdeFuego?—Loharemosdespués.¿Estárelacionadoconeltiroteo…quenoquisierasasistir
alaautopsia?—No.Bueno,nolosé.Simplementenoqueríavereso,nadamás.Boschlodejóestarporelmomento.Alcabodedosminutosestabanacercándose
aMariachiPlazayBoschviodoscamionesdetelevisiónaparcadosconlasantenaspreparadasparainformarendirecto.
—Estánentodaspartes—dijo—.Yavolveremos.Boschpasódelargo.Ochocientosmetrosmásadelantellegaronalacomisaríade
Hollenbeck. El edificio, nuevo y moderno, con paneles de cristal en ángulo queformabanuna fachadaque reflejaba el sol enmúltiples direcciones, parecíamás lasede de una gran empresa que una comisaría. Bosch metió el coche en elaparcamientodevisitantesyparóelmotor.
—Estovaaseragradable—dijo.—¿Quéquieresdecir?—preguntóSoto.—Yaverás.
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ABoschnuncalehabíagustadoestarenningunodelosladosdeuncasoquecambiade manos. Cuando trabajaba en Homicidios de Hollywood, a menudo Robos yHomicidios,ladivisióndeelite,lesarrebatabalosgrandescasos.Después,élmismohabía trabajado en Robos y Homicidios, y se había encontrado en el otro lado,llevándose casos de las brigadas más pequeñas. En Casos Abiertos eso rara vezocurría,porquelasinvestigacioneseranviejasyacumulabanpolvo.Sinembargo,elcasoMerced,peseaqueteníadiezaños,nodormíaenlosarchivosdeldepartamento.Todavíapertenecíaalosdosinvestigadoresoriginalesalosqueselesencargóeldíadeltiroteo.Hastalafecha.
BoschySotoentraronenlacomisaríaporlapuertadetrabajo,comollamabanala entrada desde el aparcamiento de los coches blancos y negros de las patrullas.Siguieronunpasillotraserohastalaoficinadedetectives,yBoschllamóalapuertaabiertadeldespachodelteniente.
—¿TenienteGarcía?—Yomismo.Boschentróenlapequeñaoficina,ySotolosiguió.—SoyBoschyellaesSoto.VenimosdeCasosAbiertospararecogerelmaterial
sobreMerced.BuscamosaRodríguezyRojas.Garcíaasintió.ParecíaunadministradorclásicodelDepartamentodePolicíade
Los Ángeles. Camisa blanca, corbata seria, chaqueta colgada del respaldo de suasiento.Tenía unos gemelos en forma de placas de policía.Ningún agente llevaríagemelosenlacalle.Demasiadollamativo,demasiadofácilperderlasenunaltercado.
—Sí,noshaavisadoelmando.Estánpreparados.DCPestáalotrolado,pasandolalechería.
—Gracias,teniente.Boschsevolvióparairseycasichocóconsucompañera,quenosehabíadado
cuenta de que habían terminado con el teniente. Soto retrocedió con torpeza y sevolvióparamarcharse.
—Eh,¿detectives?—dijoGarcía.Boschsevolvióhaciaél.—Háganmeunfavor.Siloresuelven,noseolvidendemischicos.Estaba refiriéndosea losméritosqueacompañarían la resolucióndeuncasode
perfil alto. El problema con llevarse un caso era que a menudo los detectives dedivisiónhacíanunmontónde trabajopesadoy luego llegaban lospecesgordosdelcentroysequedabanelcasoylagloriaqueseguíaaunadetención.Bosch,quehabíaestado de los dos lados de esa ecuación, comprendió lo que García les estabapidiendo.
—No los olvidaremos —dijo—. De hecho, si puede prescindir de ellos, losusaremoscuandollegueelmomento.
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Bosch aludía a una detención. Si llegaban a un punto en el que tenían a unsospechosoyBoschpreparabaunaordenjudicialounequipodedetención,buscaríaaRodríguezyRojas.
—Buenaidea—dijoGarcía.Salieron de la oficina y encontraron la mesa de DCP más allá de la sala de
lactanciade lacomisaría.Elayuntamientohabíaordenado recientementeque todoslosedificiospúblicoscontaranconunasalafamiliardondeempleadasociudadanasdevisitapudierandarelpechoasusbebés.NingunadelasdiecinuevecomisaríasdeLosÁngelesestabadiseñadaparaincluiruncuartodelactancia,asíqueseemitióunmandato que exigía que una de las salas de interrogatorios de cada oficina dedetectives se transformara en un espacio que cumpliera con los requisitosmunicipales.Lassalasserepintaronentonospastelytambiénseañadieronpegatinasdedibujosanimados.Enocasiones,ensituacionesdesobrecarga,lassalasseusabandurante investigaciones, y se interrogaba a sospechosos desconcertados delante deBobEsponjaolaRanaGustavo.
ElespaciodelabrigadaDCPdeHollenbeckconstabadecincoescritoriosunidosdemodoquequedabaunaparejadedetectivesacadalado,mientrasqueelescritoriodeljefedebrigadaestabasituadoaunextremo.SolohabíadoshombressentadosenesaconfiguraciónbajoelcarteldeDelitosContraPersonas,yBoschsupusoqueeranÓscarRodríguezyBenitoRojas.
Había una pila de tres carpetas azules en el escritorio delante de uno de loshombres.Boschleyóelnombre«Merced»enellomodedosdeellas.Latercerasolodecía«Soplos».Enlamesatambiénhabíaunacajadecartóncerradaconcintaroja.Bosch vio un estuche negro apoyado junto al escritorio y supuso que contenía elinstrumento de Orlando Merced. Había pegatinas de parachoques adornando elestuche,anunciandoviajesamuchaspoblacionesyregionesdelsuroestedeEstadosUnidosyMéxico.
—Hola,chicos—saludóBosch—.SomosdeCasosAbiertos.—Porsupuesto—dijounodeloshombres—.Hanllegadolospecesgordos.Boschasintió.Habíaactuadodelmismomodoenelpasadocuandolearrebataban
uncaso.Tendiólamanoaldetectiveenfadado.—HarryBosch.EllaesLucíaSoto.¿EresÓscaroBenito?ElhombreestrechólamanodeBoscharegañadientes.—Ben.—Encantado. Y siento hacer esto. Los dos lo sentimos. A nadie le gusta esto
desdeningúnlado.Séquehabéistrabajadomuchoynoesjusto.Peroesloquehay.Todoshacemosloquenosordenanlosgeniosquemandan.
EldiscursoaparentementeaplacóaRojas.Rodríguezpermanecióimpasible.—Llévatelosinmás—dijoRodríguez—.Buenasuerte,tío.—Enrealidad—dijoBosch—,nosoloquiero llevarmeelmaterial.Megustaría
hacerosunaspreguntassobreelcaso.Ahora,ydespuéscuandonosmetamosconeso.
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Vosotros dos sois los cerebros.Desde el primer día.No pediros ayuda sería comopegarmeuntiroenelpie.
—¿Hanextraídolabala?—preguntóRodríguez.—Sí—dijoBosch—.Venimosahoramismodelaautopsia.Boschmetióunamanoenelbolsilloysacólabala.EntrególabolsaaRodríguez
yobservaronsureacción.Estesevolvióyselaentregóasucompañero.—Joder—dijoRojas—.Parececalibre308.Boschasintióalrecuperarlabolsa.—Eso creo. Nuestra siguiente parada es el laboratorio regional de balística.
Nuncapensasteisenunrifle,¿no?—¿Porquéíbamosahacerlo?—dijoRodríguez—.Nuncatuvimoslaputabala.—¿Mirasteisradiografíasdelhospital?—preguntóSoto.LosdosdetectivesdeHollenbecklamiraroncomosiellasehubierapasadodela
raya al cuestionar su método de trabajo. Bosch podía preguntar porque teníaexperiencia.Peroellano.
—Sí,miramosradiografías—dijoRodríguez,entonodeenfado—.Elánguloeramalo.Loúnicoquevimosfuelaparteaplastada.Nosepodíasabernadaconeso.
Sotoasintió.Boschtratódedesviarlaatención.—Eh,sinoestáismuyocupadosahora,nosgustaríainvitarosaunatazadecaféy
hablardeloquehayenesoslibros.BoschsupoporlareacciónquemostróelrostrodeRodríguezquehabíadadoun
malpaso.—Diezaños enuncasoynos tocauna tazade café—dijo—.Muchasgracias,
peronoquieroningúncafé.RodríguezseñalóaSotoconlabarbilla.—Además,tienesalaheroínadelapistolaentuequipo,campeón.LuckyLucy.
Nonosnecesitas.Bosch se dio cuenta de que perder el caso no era lo único que molestaba a
Rodríguez. Estaba encendido por el hecho de seguir trabajando en una brigada dedetectivesdedivisión,mientrasqueSotohabíasidoascendidaaCasosAbiertospeseanocontarconningunaexperiencia.Harryvioquelasituaciónnoibaaayudarlesenesemomentoydecidiósalirdelacomisaríaantesdequelascosassetorcieranmás.SefijóenqueRojasnosehabíaunidoasucompañeroparaburlarsedeSotoodelareasignacióndelcaso.Aélacudiríacuandoestuvieranlistos.
—Muybien,solonosllevaremoselmaterial,pues.Boschavanzó,puso las tres carpetas encimade la cajadepruebasy lo levantó
todo.—Lucía,cogeelestuchedelaguitarra—dijo.—Esunavihuela,hermano—corrigióRodríguez—.Mástevalenoequivocarte
enlaconferenciadeprensa.—Bien —aceptó Bosch—. Gracias. —Se enderezó con su carga y miró los
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escritorios para ver si se le había pasado algo—. Vale, chicos, gracias por lacooperación.Estaremosencontacto.
SedirigióalasalidaconSotoalazaga.—Claro—dijoRodríguezasusespaldas—.Traedcafé.Llegaronalaparcamientoantesdequeningunodeelloshablara.—Losiento,Harry—sedisculpóSoto—.Laverdadesquenodeberíaestaren
estecaso.Nisiquieraenestaunidad.—Nolosescuches,Lucía.Teirábienyvoyanecesitarteunmontónenestecaso.
Serásmuyimportante.—¿Cómo? ¿De traductora? Eso no es trabajo de detective. Siento queme han
dado algo que no merezco. Me he sentido así desde que me ofrecieron elegir unpuestodedetective.DeberíaestarenRobos.
Boschdejólacajaylascarpetasenelcapódelcocheparapodersacarlasllaves.Desbloqueó el cierre con elmando y los dos fueron a la parte de atrás del coche,dondeaduraspenaslograronmeterelestuchedelinstrumento,lacajadepruebasylascarpetasdelcasoenelmaletero.Unavezqueestuvotodocolocado,Boschsoltólos cierresdel estuchey lo abrió.Miró lavihuela sin sacarla.Unúnicoorificiodebalaastillabalacarapulidadelinstrumento.Cerróbienelestuche.Luegosevolvióy,finalmente,respondióasucompañera.
—Escúchame,Lucía.Estaríasperdiendoel tiempoenRobos.Solohe trabajadocontigo unas semanas, pero sé que eres una buena policía y vas a sermuy buenadetective.Bastadequitartemérito.Yalohasvisto,siemprehabrágentequeloharáporti.Pasadeellos.Quierenloquetienesynopuedenevitarlo.
Sotoasintió.—Gracias.Porfavor, llámameLucy.CuandomellamasLucíasientoquenunca
seremoscompañerosdeverdad.—Lucy, pues. Has de recordar algo. Esto es requisar un caso. Llegas y te lo
llevas.AnadielegustaqueRobosyHomicidiosvengaylequiteelcaso.Lagentedicecosas,perolosupera.¿Esostipos?Antesdequeestotermineseránmuyútilesparanosotros.Yaloverás.
Sotonoparecíaconvencida.—Rodrígueznocreo.Estámuycabreado—dijoella.—Pero,afindecuentas,siguesiendoundetectiveyharáloquetengaquehacer.
Vamos.—Sí.Volvieron al coche y circularon por la 1, pasando por delante del cementerio
chinoparairatomarlaautovía10.DesdeallíerauntrayectodedosminutoshastalasalidadeCalState,dondeestabasituadoelLaboratorioRegionaldeCriminalística.
Ellaboratorioeraunedificiodecincoplantasquesealzabaenmediodelcampus.SehabíaconstruidoconjuntamenteentreelDepartamentodePolicíadeLosÁngelesy el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, una decisión lógica
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porque,juntas,ambasagenciasinvestigabanmásdeunterciodeloscrímenesquesecometíanenelestadodeCalifornia,yenmuchosdeesoscrímenessesolapabansusjurisdicciones.
Sinembargo,enelinteriordellaboratorio,losdepartamentosmanteníanmuchasinstalacionesseparadas.UnadeestaseralaUnidaddeAnálisisdeArmasdeFuegodelDepartamentodePolicíadeLosÁngeles,que incluíael laboratoriodebalísticadonde los técnicos trabajaban en una sala poco iluminada utilizando láseres yordenadoresparaintentarcompararbalasdedistintasinvestigaciones.
AhíestabandepositadaslasesperanzasdelcasoMerced.LainvestigaciónllevadaacaboporRodríguezyRojaspodríahabersidoconcienzudadiezañosantes,peronoencontraron ningún casquillo y la bala había permanecido en el cuerpo deMercedhasta entonces.No eramuy probable, pero si la bala extraída de la columna de lavíctima durante la autopsia podía relacionarse con la de cualquier otro crimen,entoncesseabriríatodaunanuevaavenidadeinvestigaciónparaBoschySoto.
Elprotocolonormalenel laboratorioconsistíaenentregarunabalaocasquillopara análisis y esperar en la cola, a veces durante semanas, antes de recibir unarespuestayuninforme.Perolosmiércolesdepuertasabiertaspodíanllevarsebalasqueseestudiabanporestrictoordendellegada.
Bosch preguntó al supervisor del laboratorio de balística y le asignaron a untécnicoquecuriosamentesellamabaGunChung.BoschhabíatrabajadoconélantesysabíaqueGuneraelnombrequeaparecíaensucertificadodenacimientoynounapodo.
—Gun,¿cómova?—Muybien,Harry.¿Quémetraeshoy?—Paraempezar,ellaesminuevacompañera,LucySoto.Yensegundolugar,te
hetraídounproblemadifícilhoy.ChungestrechólamanoaSoto,yBoschlepasólabolsadepruebasquecontenía
labala.Chungabriólabolsaconunastijerasysacólabala.Lasopesóenlamanoyluegolasostuvobajounalupailuminadaqueacercótirandodesubrazoarticulado.
—EsunaRemington308.Puntasuave,tedadeformaciónmáxima.Unabalaasíseusasobretodoparaundisparodelargadistancia.
—¿Quieresdecircomounrifledefrancotirador?—Másbienunrifledecaza.Boschasintió.—¿Puedeshaceralgoconella?Boschqueríasabersielestadodelproyectilimpediríaanálisiscomparativos.La
bala había atravesado los paneles delantero y posterior de la vihuela de OrlandoMerced y luego había penetrado en su masa corporal antes de alojarse en laduodécimavértebratorácicadelacolumna.Labalasehabíadeformadoduranteestosimpactos,dejandounapartemuypequeñadelavainaintacta.Lavainaeralapartedelabaladondelasestríasdelcañóndelarmaquelahabíadisparadocreabanunmodelo
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único que permitía la comparación con otros proyectiles en la base de datosBulletTrax.
En la bala que Bosch acababa de entregar a Chung, no había más de mediocentímetro sin dañar. Chung la examinó de cerca y a través de la lupa y pareciótomarsesutiempoparadecidirsilabalaservíaparaunperfilbalístico.Boschhizoloposibleparapresionarlomientrasmiraba.
—Es un caso de hace diez años —dijo—. La forense acaba de sacarla de lacolumnade lavíctima.Creoqueestapodría sernuestraúnicaposibilidaddehacerquelascosasavancen.
Chungasintió.—Esunprocesodedospasos,Harry—dijo—.Primero,tengoqueversicuento
consuficientematerialparatrabajar.Y,segundo,aunquelopongamosenlabasededatos,nohaygarantíadeobtenerunaequivalencia.Labasededatossobreproyectilesde rifle es limitada. La mayoría de nuestros crímenes con balas se cometen conpistolas.
—Entendido—dijoBosch—.Entonces¿quépiensas?¿Haysuficiente?ChungseapartódelalupaymiróaBoschySoto.—Creoquepodemosintentarlo—dijo.—Perfecto—dijoBosch—.¿Decuántotiempoestamoshablando?—Esundíatranquilo.Lopreparéahoramismoyveremosquéocurre.—Gracias,Gun.¿Tedejamossolooesperamosporaquí?—Comoqueráis.Hayunacafeteríaenlaplantabajasiqueréistomaruncafé.—Buenplan.BoschySotoacababandesentarseenlacafetería,BoschconuncafésoloySoto
conunaCoca-ColaDiet, cuando sonó el teléfonodeHarry.EraCrowder, desde elEAP.
—Harry,¿dóndeestá?—EnRegionalconlabala.—¿Algunabuenanoticia?—Todavíano.Estamosesperandoaquelametanenlabasededatos.—Muybien.Bueno,lesnecesitoaquíahoramismo.—¿Porqué?¿Quépasa?—TenemosaquíalafamiliaMercedyalosmedios,ylaconferenciadeprensaes
dentrodeveinticincominutos.—¿Quéconferenciadeprensa?Novamos…—No importa,Harry.Elnúmerodeperiodistas aquíha alcanzadounacantidad
críticayeljefehaconvocadounaconferenciadeprensa.Elforenseyahapublicadoquevanaconsiderarlounhomicidio.
BoschcasimaldijoaCorazónenvozalta.—EljefelosquiereaustedyaSotoasulado—dijoCrowder—.Asíquevengan.
Ahora.
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Boschnorespondióporunmomento.—Harry,¿mehaoído?—preguntóCrowder.—Loheoído—dijoBosch—.Vamosparaallá.
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Lagransalaqueseutilizabaparaconferenciasdeprensaestabaenlasegundaplanta,alfondodelpasillodeRelacionesconlosMedios.BoschySotoseencontrabanenunapequeñasalacontigua,dondeuntenientellamadoDeSimonelesexplicabacómose organizaría la conferencia de prensa. El plan era que el jefe Malins tomara lapalabraenprimer lugarypresentaraa la familiadeOrlandoMerced.ElmicrófonoseríaentoncesentregadoaBoschySoto.Comolamayoríadeperiodistasasistentesrepresentaban a medios en español, Soto estaría disponible para entrevistas enespañol después de la conferencia de prensa principal. Bosch cortó aDeSimone amediaexplicaciónparapreguntarlequéeraexactamenteloqueibaaanunciarseenlaconferenciadeprensa.
—VamosahablardelcasoydecómolamuertedeMercedayerhareseteadolainvestigación—dijoDeSimone.
Boschodiabatérminoscomo«resetear».—Bueno,esosonunoscincosegundos—respondió—.¿Deverdadnecesitamos
unaconferen…?—Detective—intervinoDeSimone—,estamañanaalasdiez,mioficinayahabía
recibido dieciocho solicitudes para una sesión informativa del caso. Puede que nohayamuchasmásnoticiashoy,peroestohacaptado laatenciónde labestiade losmedios.Hemosllegadoaunpuntoenquecreemosqueunaconferenciadeprensaeslamejorformadeactuar.Resumenelcaso,cuentanlosresultadosdelaautopsia(yasabenquehasidocalificadodehomicidio)ypartimosdeahí.Dicenquelabalaqueha permanecido en el cuerpo de la víctima durante diez años ahora se estácomparandoconmilesdeotrosproyectilesenlasbasesdedatosnacionales.Después,respondenunascuantaspreguntas.Quinceminutos,entrarysalir,yyaestánotravezenelcaso.
—Nomegustan lasconferenciasdeprensa—dijoBosch—.Siquiere sabermiopinión,nuncaañadennada.Solocomplicanlascosas.
DeSimonelomiróysonrió.—¿Sabequé?Noquierosabersuopinión.Leestoydiciendoquevamosadaruna
conferenciadeprensa.BoschmiróaSoto.Esperabaqueestuvieraaprendiendoalgo.—Bueno,¿cuándoempezamos?—Losmediosyaestánenlasalayesperando.Entramosconeljefe.Asíque,en
cuantollegue,vamos.Bosch notó que su teléfono vibraba en el bolsillo. Se apartó de DeSimone y
respondiólallamada.EraGunChung.—Alégrameeldía,Gun—dijo—.Porfavor.—Losiento,Harry,nopuedo.NohayresultadoenBulletTrax.BoschcaptólaatencióndeSotoynegóconlacabeza.
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—¿Estásahí,Harry?—Sí,Gun,estoyaquí.¿Algomás?—Sí,creoqueheidentificadoelarma.EsomitigóenparteladecepcióndeBosch.—¿Quétenemos?—preguntó.—Seisestrías,giroderecha12-1,creoqueloquetienesahíesunKimberModel
84.LollamabanelMontanaenelcatálogo,unrifledecaza.Lasestríasygiroseranaspectosdelaparteinteriordelcañóndelriflequehabían
permitidoaChungidentificarelmodelo,aunquenorelacionarlabalaconunaúnicaarma.Eramejorquenada,yBoschsesintiócomplacidodequelaautopsiahubieraaportadonuevainformación.
—¿Ayuda?—preguntóChung.—Todalainformaciónayuda—dijoBosch—.¿Esunarmacara?—Noesbarata.Perosepuedeconseguirdesegundamano.Boschasintió.—Gracias,Gun.—Denada.¿Quierespasararecogerlaomelaguardoaquí?—TendréquerecogerlayllevarlaaPropiedad.—Muybien.Yrecuerda,Harry,simeconsiguesuncasquillo todocambia.Hay
más casquillos que balas en la base de datos. Sime traes un casquillo, puede quetengamossuerte.
Boschsabíaqueesonoibaaocurrir.Nopuedesencontraruncasquillodeuncasodehacediezaños.
—Vale,Gun,gracias.BoschseguardóelteléfonoyvolvióconDeSimone.—Erael laboratoriodebalística—explicó—.Elproyectilque lehanextraídoa
Mercednohadadoningúnresultadoenelordenador.Volvemosaempezar.Cancelelaconferenciadeprensa.Nohaynadaquedecir.
DeSimonenegóconlacabeza.—No,nocancelamos.Simplemente,nomencionelabala.Loconvertimosenuna
petición de ayuda ciudadana. Hubo una enorme colaboración hace diez años, y lanecesitamosotravez.Puedehacerlo,Bosch.Además,nohayqueanunciarquelabalaesuncallejónsinsalida.Loquequiereesqueelquedisparópiensequepodríamosteneralgo.
ABoschnolegustabaqueeltipodeMediosdeldepartamentosemetieraensusasuntos; era la razón por la que no había mencionado que Gun Chung habíaidentificadoprovisionalmenteelmodelodelriflequesehabíautilizadoeneltiroteo.Teníaganasdedarmediavueltaylargarsesinquedarsealacharadadelaconferenciadeprensa,peroesodejaríaaSotoalpiede loscaballosy laobligaríaameterseenalgo que probablemente no comprendía. Y, seguramente, también resultaría en laretiradadeBoschdelcaso.
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JustoentoncessonólaradiodeDeSimoneyledijeronqueeljefeestababajandoporelascensor.
—Vamosallá.Salieron al pasillo y esperaron a que el ascensor llegara de la 10. Cuando las
puertas se abrieron, apareció el jefe, seguido por un hombre que BoschinmediatamentereconociócomoArmandoZeyas,elantiguoalcaldequehabíasidoelpaladíndelacausadeOrlandoMerceddiezañosantes.Eljefelohabíallamadoparala conferencia de prensa. O tal vez Zeyas había presionado para participar. Serumoreabaqueseestabapreparandoparapresentarseagobernador.UtilizarelcasoMercedlehabíaayudadopolíticamenteantes.¿Porquénootravez?
ABoschesospensamientoscínicosseleocurríanconfacilidad.Estabadevueltadetodo.Sinembargo,sefijóenquelosojosdeSotoseiluminabanalveraZeyas.Elexalcaldeeraunverdaderohéroedelacomunidadlatina,unpionero.
AZeyas y el jefe los seguía un hombre queBosch también reconoció:ConnorSpivak,principalestrategapolíticodelantiguoalcalde.Alparecer,ibaaacompañaraZeyas en el no tan secreto plan de conquistar la mansión del gobernador en lassiguienteselecciones.
DeSimone se acercó al jefe y le susurró al oído. Malins asintió una vez y sedirigió hacia Bosch. Se conocían desde hacía décadas.Más omenos de lamismaedad, habían llevado una trayectoria similar a través del departamento: patrulla,detectives de la comisaría de Hollywood, División de Robos y Homicidios. Sinembargo,mientrasqueBoschencontrósuhogarenRyH,Malinsteníaambiciónmásallá de resolver crímenes. Entró en la administración y ascendió con rapidez en elescalafónhastaqueterminóporserasignadoalpuestomásaltodelaComisióndelaPolicía.Seestabaacercandoalfinaldesumandatodecincoañosyprontohabríaunanuevadesignación.Secreíaqueunsegundomandatoeraunaconclusióninevitable.
—HarryBosch—dijoconcordialidad—.Heoídoquenotehacemuchagracialaideadeunaconferenciadeprensa.
Bosch asintió, unpoco avergonzado.Apenashabía espacioy losdemáspodíanoírlaconversación.Aunasí,noocultósureticenciaadiscutirelcasodelantedelosmedios.
—Laúnicapistaque teníamos(labala)noservirá, jefe—explicó—.Noséquéhayquedecir.
Malinsasintió,peronoestuvodeacuerdoconlavaloracióndeBosch.—Hay mucho que decir. Hemos de tranquilizar a la gente de esta ciudad y
asegurarlesqueOrlandoMercednocaeráenelolvido,quetodavíaestamosbuscandoalosquehicieronestoyquelosencontraremos.Elmensajeesmásimportantequeningunaotracosa,incluidountrozodeplomo.
Boschsecontuvodecomunicarloqueestabapensandorealmente.—Siustedlodice.Eljefeasintió.
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—Lodigo.Todoelmundocuentaonadiecuenta,¿noesesoloquemedijisteunavez?
Boschasintió.—Megustaeso—intervinoZeyas—.Todoelmundocuentaonadiecuenta.Está
bien.Boschnopudoocultarsuexpresióndehorror.EnbocadeZeyassonócomoun
eslogandecampaña.El jefe miró a Soto, que como de costumbre estaba dos pasos más atrás, y le
tendiólamano.—DetectiveSoto,¿cómoleestántratandoenRobosyHomicidios?Sotoestrechólamanodeljefe.—Muybien,señor.Estoyaprendiendodelmejor.SeñalóconlacabezaaBosch.Eljefesonrió;ellalehabíadadopie.—¿Estehombre?—dijo—.Esun«espaldaplateada»,Soto.Aprendatodoloque
puedadeélmientrassigueaquí.—Sí,señor—admitióSotoconansiedad—.Estoyaprendiendocadadía.Ellasonrió.Eljefesonrió.Todoelmundoestabafeliz.YBoschsediocuentade
que había sido idea de Malins ponerlo con Soto. Crowder solo había cumplidoórdenes.
—Bueno—sugirióDeSimone—,vamos.LosfamiliaresdeMercedyaestánenlasala de conferencias, sentados en primera fila. El jefe Malins subirá al estradoprimeroylospresentará.LuegoelexalcaldediráunaspalabrasydespuéseldetectiveBoschdiscutirá…
—¿PorquénoladetectiveSoto?—preguntóeljefe—.Sabetodoloquesabeeldetective Bosch del caso, ¿no? Sí, vamos a hacerlo así. No te importa, ¿verdad,Harry?
EljefemiróaBosch.Harrynegóconlacabeza.—Enabsoluto—contestó—.Essupelícula.El grupo avanzó por el pasillo. Uno de los subordinados de DeSimone estaba
delantedelapuertaabiertaalasalademedios.Seasomóparadarunaseñalalosqueesperaban.Luces,cámarasygrabadorasestabanencendidas.
SotoseacercóaBoschysusurró:—Harry,nuncahehechoesto.¿Quédigo?—Ya has oído aDeSimone. Sé breve, di que estamos revisando el caso y que
agradeceríamoslaayudadelacomunidad.Sialguienrecuerdaalgoosabealgosobreel caso, que llame a la línea ciudadana o, directamente, a Casos Abiertos. Nomencioneselrifle.Esonosloguardamos.
—Vale.—Recuerda,sébreve.Lospolíticoshablanmucho.Noseascomoellos.—Entendido.Elgrupoentróen lasala.Habíaunescenarioconunestradoenelcentroy tres
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filasdemesasparaperiodistasdelante.Detrásdelasmesas,otratarimaconcámarasdevídeocolocadasparagrabarporencimadelascabezasdelosperiodistas.BoschySotosiguieronaljefeyalexalcaldealestradoysequedaronatrás.Boschmiróalaprimera fila, delante de los periodistas. Había cuatro personas, tres mujeres y unhombre,peronosabíaquérelaciónteníanconOrlandoMerced.Eratannuevoenelcaso que no había conocido todavía a los familiares. Eso era otra cosa que lemolestabadelasituación.
—Gracias por venir —dijo DeSimone al micrófono del podio—. Ahora lespresentaréal jefedepolicía,GregoryMalins,que tomará lapalabra,seguidoporelexalcaldeArmandoZeyas,yluegoladetectiveLucíaSoto.¿Jefe?
El jefe tomóposicióndelantedelmicrófonoyhablósinrecurriranotas.Estabacompletamenteacostumbradoasituarsedelantedeperiodistasycámaras.
—Hacediezaños,OrlandoMercedfueheridoporunabalaperdidaenMariachiPlaza. El señorMerced se quedó paralizado por la herida y luchó al máximo porrecuperarsey llevarunavidaproductiva.Ayerpor lamañana,perdióesabatalla,yhoyestamosaquíparadecirquenoseráolvidado.LaUnidaddeCasosAbiertosdemidepartamentosehahechocargodelcasoeinvestigaráincansablementehastaquedetermine quién disparó a Orlando Merced. Como saben, su muerte se hadictaminado como homicidio, y no cerraremos esta investigación hasta quedetengamosalapersonaresponsableylaacusemosdeasesinato.
Hizounapequeñapausa,talvezparadejarquelosperiodistasquetomabannotasfebrilmenteterminaran.
—HoyestánaquíconnosotroslosmiembrosdelafamiliadeOrlando.Supadre,Héctor, y su madre, Irma. Su hermana, Adelita, y su mujer, Candelaria. Noscomprometemos con ellos a no olvidar a Orlando y les aseguramos que nuestrainvestigación será enérgicay completa.Ahora el exalcaldeArmandoZeyas, amigopersonaldelseñorMercedysufamilia,lesdirigiráunaspalabras.
EljefediounpasoatrásyZeyasocupósulugar.—Fuea travésdeOrlandoMercedcomoaprendíeldolorqueproduce lavisita
del crimen y la violencia en nuestra comunidad —empezó—. También aprendímucho más de este hombre, que se convirtió en amigo. Aprendí qué es laperseverancia.Aprendíquéeslacompasión.Aprendíquéesvivirconlascartasquete tocan. Vi de primera mano la resistencia del espíritu humano. Orlando nuncapreguntó: «¿Por qué yo?». Solo preguntó: «¿Ahora qué?». Fue un héroe para mí,porquetomóloquelavidaledioylesacóelmáximopartido.Enmuchossentidos,eso fuemás hermosoque lamúsica quehabía tocado con su instrumento.Prometíofrecermiayudaconestainvestigaciónentodoloquepudiera.Puedequeyanoseaalcalde,peroamoaestacomunidadyasugente.Esenocasionescomoestacuandonosunimosynosconvertimosenunaauténticaciudaddeángeles.Esenocasionescomoestacuandocomprendemosque,ennuestraciudadyennuestrasociedad,todoelmundocuentaonadiecuenta.Gracias.
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DeSimoneregresóalmicrófonoyexplicóqueelcasoseencontrabaenmanosdeBoschySoto.AñadióqueseríaSotoquieninformaríayquetambiénpodríarepetirloenespañol.Lucytímidamenteseacercóalmicrófonoylobajóparacolocárseloalaalturadelaboca.
—Eh,ahoraestamossiguiendotodaslasvíasdeinvestigaciónypedimoslaayudade la comunidad. Hace diez años, hubo un aluvión de colaboración ciudadana.Muchas personas llamaron y ofrecieron ayuda y pistas. Pedimos a cualquiera quetenga información sobre este caso que, por favor, contacte con nosotros. Se puedellamarde formaanónimaa la líneadeayudaodirectamentea laUnidaddeCasosAbiertos. Aunque crea que ya conocemos la información que posee, por favor,llámenos.
SotosevolvióymiróaBoschcomosipreguntarasi teníaqueañadiralgomás.Zeyasaprovechóelmomentoparavolveralestrado.Suavemente,colocóunamanoenlaespaldadeSotoyusólaotraparaacercarseelmicrófonoalaboca.
—Solo quiero decir que hace diez años yo estuve delante de los medios ypersonalmente prometí veinticinco mil dólares a cualquiera que proporcionarainformación para resolver el crimen. Nadie cobró nunca esa recompensa, pero lapromesa sigue en pie, salvo que ahora la doblo a cincuentamil dólares. Además,trabajaréconmisantiguoscolegasdelayuntamientoparaqueelconsistorioofrezcaunasumaequivalente.Gracias.
Bosch casi gruñó envoz alta.Ofrecer una recompensa económica cambiaría lanaturaleza de las llamadas. La recompensa garantizaba que él y Soto tendrían quefiltrardecenasdellamadasinútilesdegentequedispararíaaciegasconlaesperanzadeconseguirdineroacambio.Larecompensadelexalcaldelocambiabatodo.
DeSimonesecolocóalladodeSotoypreguntóalosperiodistassiteníanalgunaduda.MuchosdeelloshablaronalavezyDeSimonetuvoqueponerorden.Elprimerperiodista,untipoqueBoschreconociódelTimes,preguntócuáleralacausaexactade la muerte y cómo podía calificarse esta de homicidio diez años después deldisparo.SotomiróaBosch,dudandodecómoresponder.Boschseacercóytomóelmicrófono.
—La autopsia se ha llevado a cabo esta mañana, así que no hay nada oficialtodavía.PerolaOficinadelForensecreequelamuertedelseñorMercedserelacionadirectamenteconeldisparoquerecibióhacediezaños.Oficiosamente,lacausadelamuerteesunasepticemia,queestárelacionadaconlasheridascausadasporlabala.Porlotanto,estamostratandolainvestigacióncomounhomicidio.
Elmismo periodista preguntó si se había extraído la bala del cadáver y si estaseríaútilenlainvestigación.Boschmantuvoelmicrófono.Eraconscientedequeelperiodista estaba hablando en términos clínicos del cuerpo de un hombre muyqueridoporlascuatropersonassentadasenlaprimerafiladelasala.
—Sí, la bala se ha recuperado y se ha llevado al Laboratorio Regional deCriminalísticaparasuanálisisycomparación.Creemosquelabalaserámuyútilen
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nuestrainvestigación.—¿Se ha identificado la bala en la base de datos?—preguntó en voz alta otro
periodista.DeSimone enseguida se acercó al podio desde el otro lado de Soto y apartó el
micrófonodeBosch.—No vamos a entrar en esos detalles ahora mismo —contestó—. La
investigaciónestáenmarchayvamosadejarloasíporahora.—¿Porquésehaasignadoalcasoaunadetective tan inexperta?—preguntóel
hombredelTimes.Hubounapausa,porqueestabapococlaroquién teníaque responder, si esque
alguien debía hacerlo, puesto que DeSimone acaba de dar por concluida laconferenciadeprensa.Élmismofinalmenteempezóahablar.
—Comohedicho,vamosadejarlo…El jefe se acercó detrás de él y le dio un golpecito en el hombro. DeSimone
retrocedióyMalinstomólapalabra.—EsposiblequeladetectiveSotonocuenteconunadilatadaexperiencia,pero
tienemuchoconocimientodecalley sabe loque significa ser agentedepolicíaenesta ciudad. La hemos puesto en un equipo con uno de los detectives másexperimentados que actualmente sirven en el departamento. Nadie ha investigadomás homicidios en esta ciudad que el detective Bosch. No tengo ningún temorrespectoalaspersonasquedirigenestainvestigación.Haremoseltrabajo.
Eljefe,entonces,seechóatrásyDeSimonerepitióquenohabríamáspreguntas.Esta vez le hicieron caso. Los periodistas empezaron a levantarse y los cámarascomenzaronadesmontarsuequipo.Boschbajódelescenarioysedirigióalaprimerafila, donde se presentó y estrechó lasmanos de los cuatromiembros de la familiaMerced.Notardóendarsecuentadequecomprendíanmuypocodeloquelesestabadiciendo. Llamó a Soto y le pidió que preparara una cita lo antes posible. Boschqueríahablarconellos,peronobajoelfocodelosmedios.
HarryretrocedióyvioqueSotoseponíaahablarconlosfamiliares.DeSimoneseleacercóenesemomentoy ledijoqueel jefequeríareunirseconélensuoficina.Bosch se dirigió hacia los ascensores, con la esperanzade dar alcance al jefe y sucomitiva. Llegó demasiado tarde. Tomó el siguiente ascensor a la décima planta yentró en la OJP, desde donde rápidamente lo hicieron pasar al sancta sanctórum.Malinsestabaesperandodetrásdesuescritorio.NohabíaningunaseñaldeZeyasnidesumanoderecha.
—Losiento,Harry,porponerteahí.Séquenuncatehangustadoestosnúmerosdecirco.
—Estábien.Supongoquehayquehacerlo.—Deverdad,hemosderesolveresto.Haztodoloposible.—Siemprelohago.—PoresoledijeaCrowderquetellamara.
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Bosch asintió.No sabía si se suponía que tenía que dar las gracias por que loemparejaran con una novata en homicidios en un caso frágil con implicacionespolíticasymuchasposibilidadesdefracaso.
—¿Algomásquedeberíasaber,jefe?Malinsapartólamiradaunmomentoyestudiósucartapacio.Cogióunatarjetade
visitayselaentregóaBoschatravésdelamesa.Boschlatomóylaleyó.TeníaelnombreyelnúmerodeConnorSpivak.
—Es el hombre del alcalde. Mantenlo informado de los progresos de tuinvestigación.
—Terefieresalexalcalde,¿no?Malins le lanzó una mirada para comunicarle que no tenía tiempo para
jueguecitos.—Solotenlosinformados—dijo.Bosch se guardó la tarjeta en el bolsillo de la camisa. Le contaría a Spivak lo
menosposibledelainvestigación.Eljefeprobablementeyalosabía.—Entonces—dijo—,creesquesoyunviejogorila…Eljefesonrió.—Noteofendas,Harry.Esuncumplido.Eldeespaldaplateadaeselmássabio
dela tropa.Tienetodalaexperiencia.ViunprogramaenNationalGeographic:poresoséqueaungrupodegorilasselollama«tropa».
Boschasintió.—Estábiensaberlo.
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SereunieronenlaoficinadelcapitánCrowderdespuésdelaconferenciadeprensa.EstabanpresentesBosch,Soto,CrowderyeltenienteWinslowSamuels,elsegundoalmandodelaUnidaddeCasosAbiertos.Boschlospusoaldíadeloshallazgosdellaboratorio de balística, haciendo especial hincapié en que a Merced le habíandisparado con un rifle: un hecho hasta entonces desconocido en diez años deinvestigación. Bosch explicó que por el momento quería que esa información nollegaraalosmedios,yCrowderySamuelsaccedieron.
—Entonces¿cuáleselsiguientepaso?—preguntóCrowder.—Unriflecambialascosas—dijoBosch—.¿Undisparodesdeuncocheconun
rifle?Vengaya.Esmuyimprobable.¿Unabalaperdidadelbarrio?Talvez.Peroelriflenosdaalgonuevo.
—Bueno,estáclaramentefueradelprotocolodenuestraunidad—dijoSamuels—.Nohaybalamágica,nohaycaso.EstodeberíapasarseaHomicidiosEspeciales,queseocupenellos.
LaUnidaddeCasosAbiertosseguíaunprotocolocuandosetratabadeinvestigarcasos antiguos. Confiaba en la existencia de pruebas nuevas como criterio parareabrir una investigación. Esas pruebas nuevas, por lo general, surgían de laaplicación de avances recientes en ciencias forenses a viejos casos y delestablecimiento de bases de datos nacionales para identificar criminales medianteADN,análisisbalísticosyhuellasdactilares.Eranlostrespilares.Lasbalasmágicas.Sinunresultadoenunade lasbasesdedatos,uncasoseconsideraba inviableysedevolvíaporrutinaalosarchivos.
Siguiendoeseprotocolo,elcasoMercednormalmentevolveríaalosarchivos.Labalarecuperadadelcuerpodelavíctimanohabíaproporcionadoningúnresultadoenlabasededatosnacionaldebalística.Aunquesehabíaidentificadountipoymodelodearma,por logeneral, esonobastabapara reabrir la investigación.Sin embargo,dada la atención demedios y políticos, por nomencionar el interés de laOJP, nocabíadudadequeelcasoseríainvestigado.LoqueSamuelsestabaproponiendoeraque no lo hicieran Bosch y Soto en la Unidad de Casos Abiertos. El teniente,responsabledelasestadísticasdelaunidadydejustificarloscostesentérminosdecasos resueltos, era el azote de la brigada. No quería ver a uno de sus equiposatrapadoenuncasoquesoloconsumiríarecursos.
—Quieroquedármelo—dijoBosch,mirandoaCrowder—.Eljefenoslodio,nosloquedamos.
—Tenía dieciséis casos abiertos la última vez que lo conté, Bosch—intervinoSamuels.
—Todosestánesperandoresultadosdelaboratorio.Tenemosalgoenmarcha.Elrifle es laprimerapistaendiezaños.Dejeque la investiguemos.Si surgealgodellaboratorioenalgunodelosotroscasos,lomanejaremos.
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—Además,venimosdeunaconferenciadeprensa—añadióSotoconrapidez—.¿Quéimagenvamosadarsiestamosenelcasohoyynosretiranmañana?
Crowder asintió con aire reflexivo. A Bosch le gustó el argumento que habíaañadidoSoto,aunqueellaprobablementenosediocuentadequeestabacruzandolalíneadefuego,pasandopordelantedeunaescopetaempuñadaporSamuels.Podríapagarlodespués.
—Porelmomento,dejamoslascosascomoestán—dijoCrowder—.Ustedesdossiguenconestoynosvolvemosareunirencuarentayochohoras.PondréalcorrientealaOJPapartirdeahíydecidiremossinosquedamoselcaso.
—Noesuncasoantiguo—dijoSamuels—.Eltipomurióayer.—Hablaremosencuarentayochohoras—dijoCrowder,zanjandoladiscusión.Boschasintió.Esoeraloprimeroquequeríaoír,queélySotosemantendríanen
elcaso,almenosdurantedosdíasmás.Peronoeralaúnicacosaquequería.—¿Qué pasa cuando empiece a sonar el teléfono porque la gente quiere la
recompensadelexalcalde?—preguntóBosch—.¿Podemosconseguiraalguienquenosecheunamano?
—Esofuesolounardidpublicitario—dijoCrowder—.Sepresentaagobernador.—Noimporta—dijoBosch—.Encualquiercasovamosarecibirllamadasyno
podemospasarnostodoeldíaalteléfono.CrowdermiróaSamuels,quiennegóconlacabeza.—Todo el mundo tiene casos activos—dijo Samuels, refiriéndose a los otros
equiposdelabrigada—.Yahoraustedesdosvanadesaparecerdelmapa.Noveoquepuedadedicaranadiemás.
PerderaBoschySotoduranteunperíododesconocidonoeraalgomuydigeriblepara Samuels. Renunciar amás detectives para que respondieran a llamadas sobreposiblespistasnoeraalgoqueestuvieraremotamentedispuestoacontemplar.
Bosch ya imaginaba que se rechazaría su petición, pero podría ser útilmencionarlomásadelantesiélySotoqueríanpediralgomás.Crowderteníaunestilode tomaydacayunrecordatoriodequehabíarechazadolaúltimasolicitudpodríainclinarlabalanzahacialaaprobación.
—Yotracosa—dijoSamuels—.¿EstetalMercedteníalaciudadanía?Boschlomiróunbuenratoantesderesponder.Sotoseleadelantó.—¿Porqué?—preguntó—.¿Importaeso?Sotoibaalgrano.SiSamuelsestabainsinuandoquenosededicaríamáspersonal
al caso porque la víctima no era ciudadano estadounidense, entonces quería quequedaraclaro.ABoschlegustóqueellahubieraplanteadolapregunta.PeroantesdequeSamuelsrespondiera,Crowderzanjólacuestión.
—Déjenmeverquépuedohacer—dijoeste—.TalvezunadeaquellasmujeresdelaOJPpuedabajaraquíyresponderllamadasunosdías.Dehecho,yaheestadopensandoenpedirayudaal jefecon todas las llamadasque recibimosadiario.Lestendréinformados.Debodecirque,despuésdeltratoqueelmalditoZeyasdioaeste
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departamento, la verdad es que no me importaría verle extender un cheque decincuentamil.
—Recibido—dijoBosch.Era cierto. Zeyas no había sido amigo del departamentomientras estuvo en la
alcaldía.Contabaconlalealtaddeunamayoríadeconcejalesqueseadheríanasuspolíticasyaceptabansuspropuestas.EnlosochoañosenquetuvieronelcontroldelGobiernomunicipal,habíantumbadorepetidamenteelpresupuestodehorasextradeldepartamento y habían adoptado una línea dura sobre aumentos de sueldo inclusomínimosparalosnuevemilagentesdelaciudad.
Boschsabíaquelareuniónhabíaterminado.SelevantóySotolosiguió.Samuelspermaneciósentado.Ibaadiscutircosasconelcapitándespuésdequesemarcharan.
—Cuarentayochohorasyhablamos,Harry—dijoCrowder.—Perfecto.BoschySotovolvieronasucubículo,dondehabíanarrimadolosescritoriosalas
mamparasderechaeizquierdaytrabajabandándoselaespalda.Ladisposicióndelasmesaseraunvestigiode la formaenquesehabíaconfiguradoeldespachoabiertocon su anterior compañero, Dave Chu. Había funcionado bien porque este era uninvestigador veterano y no necesitaba queBosch lo vigilara desde el otro lado delescritorio. En cambio, Soto no tenía nada de veterana y Bosch había pedido aServiciosMunicipalesquevinieranareorganizarelespacioparacolocarunescritoriofrentealotro.HabíahecholasolicitudlasemanaenqueSotohabíaempezadoenlaunidadytodavíaestabaesperando.
Elestuchedelinstrumentomusicaljuntoconlacajadepruebasylascarpetasquehabíandescargadoantesdedirigirsea laconferenciadeprensaestabanen lamesa.BoschllevabaesperandodesdequehabíansalidodelacomisaríadeHollenbeckparaabrirlacajayponersemanosalaobraconelcaso.Sequedódepieycortólacintarojadelamismaconunanavajita.Nohabíaningúnformulariodecadenadecustodiapegadoenlacaja,demodoquenoteníaniideadecuántotiempohacíaqueRojasyRodríguezlahabíancerrado.
—Mehagustadoloquehasdichoahídentro—comentóBosch—.Lodequenosquedamoselcaso.
—Era una tontería —dijo Soto—. ¿Por qué crees que Samuels preguntó siMercederaciudadano?
—Porqueesunchupatintas.Lepreocupanlasestadísticasy teneralmáximodegente trabajando en el máximo de casos, porque así mejora las estadísticas. LegustaríaquenosolvidáramosdeMercedypasáramosauncasomásfácil.
—¿QuieresdecirquesiMercednoeraciudadanonocuentaypodemospasaralsiguiente?
Boschlevantólacabezaparamirarla.—Política—dijo—.BienvenidaaHomicidios.Boschabriólacajaylesorprendiódescubrirqueconteníamuypocacosa.Sacó
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dospilasdecajasdeDVDunidasconcintasdegoma.Lasdejóaun ladoycogiópiezasderopaensangrentadaembolsadasdeformaindividual.EralaindumentariademariachiqueMercedllevabacuandoledispararon.
—Hijodeputa—dijoBosch.—¿Qué?—preguntóSoto.Bosch levantó la bolsa de papelmarrón que contenía una camisola blanca con
sangreseca.—EstaeslacamisadeMerced—dijo—.Lallevabaeldíaqueledispararon.Lepasó labolsaaSotoyella lasostuvocon lasdosmanosmientrasmirabael
contenido.—Vale—dijoSoto—¿Y?—Bueno,todavíanosémuchodelcaso,porquenohemosmiradoelexpediente,
perorecuerdoque,cuandoZeyassepresentóaalcaldeentonces,nodejabadepaseara Merced en una silla de ruedas en sus mítines. Y en ocasiones, supuestamente,llevabalacamisaensangrentadaquehabíallevadoesedíaenlaplaza.
El rostrodeSoto revelóasombróporelhechodequeZeyas, suhéroe,hubieracaídotanbajocomoparasimularunfraudeanteelpúblicoparacaptarcompasiónyvotos.
—Esmuytristequehicieraalgoasí.Boschhacíamuchoqueeracínicocontodoslospolíticos,perosesintiómalpor
darleesalecciónaSoto.—Bueno,esprobablequenisiquieralosupiera—sugirió—.¿ConocesaSpivak,
quetrabajaparaélyestabaenlaconferenciadeprensa?Llevaenpolíticadesdehacemástiempodelquepuedorecordar.Eslaclasedepersonaqueprepararíaestoynomolestaríaasucandidatoconlosdetalles.Esunmercenariopuro.
Soto ledevolvió labolsa con la camisa aBosch sindecirniunapalabra.Él lapusoensuescritorioconlasotrasprendasderopayvolvióaexaminarlacaja.Habíauna pila de fotos de la escena del crimen de 20x25 al fondo y nada más. Ledecepcionóqueelcasohubieradadotanpocodesíenformadepruebasfísicas.
—Yaestá—dijo—.Noconsiguieronnadamás.—Losiento—sedisculpóSoto.—¿Quéesloquesientes?Noesculpatuya.BoscheligióunadelaspilasdeDVDysoltólagoma.Habíaseiscajasdeplástico
diferentesyestabanmarcadasconnombres, fechasyactuaciones; todasmenosunahabíanocurridoantesdeldíadel tiroteoenMariachiPlaza.Cuatroerandebodasydosdecelebracionesdecumpleaños.
—Esto deben de ser vídeos de la banda deMerced actuando en bodas y otrosfestejos—supuso.
Sacólacintadelasiguientepilayencontrómarcasdiferentesencadaunodelostresestuches.
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PUENTECALLE1MARIACHISUPPLIES&MUSIC
PEDRITO
—Pedrito—leyóBoschenvozalta.—PedritoesdiminutivodePedro,Peter—dijoSoto.Boschlamiró.—Losiento—dijoella—.Supongoqueyalosabías.—Dejadedecirquelosientescadacincominutos.Creoquesongrabacionesde
cámaras de la plaza. Pedrito es un restaurante amediamanzana de la plaza (lo hevistohoycuandopasábamos);yhabíanpuestocámarasenelpuentedelacalle1paratratardeimpedirlossuicidios.
—¿Quésuicidios?—Hacediezodoceaños,unachicasaltódelpuentealcaucesecodelrío.Yluego
hubo algunos imitadores. Otros chicos. Raro, como si el suicidio fuera unaenfermedad contagiosa. Así que CalTrans puso cámaras para poder controlar elpuente desde el centro de comunicaciones, donde tienen cámaras en los sitios desuicidiopopulares.Así,siparecequealguienestápensandoensaltar,puedenenviaraalguienparatratardeimpedirlo.
Sotoasintió.—Tendremosquemirarlas—dijoBosch.—¿Ahora?—preguntóSoto.—Cuandolleguemosaeso.Hemosdeleerelexpediente.Esosiempreeselpunto
departida.—¿Cómoquieresquelodividamos?—Noquieroque lodividamos.Losdoshemosdefamiliarizarnoscon todos los
aspectosdelcaso.Losdostenemosqueleerlotodo,hastalacarpetadesoplos.Pero,silomandamosaquenoshaganunacopia,perderemosunasemanaesperando.Asíquemejorempieza túyyovolveréal laboratorioa recoger labalayel informedeChung.Cuandovuelva,túseguramenteyairásporlasegundacarpetayyocogerélaprimera.
—No, tal vez deberías empezar tú. Yo tengo mi reunión a la una hoy. PuedovolverallaboratorioahorayluegocompraralgoparacomerantesdeiraChinatown.Cuandovuelva,túirásporlasegundacarpeta.
Bosch asintió. Le gustaba la idea de poder zambullirse de inmediato en losexpedientes.Con«mireunión»,SotosereferíaasuvisitasemanalaunapsiquiatradeldepartamentoenelCentrodeCienciasdelComportamientodeChinatown.Comohabía participado en un tiroteo con víctimas—en este caso, su compañero y dosdelincuentes—, a Soto se le exigía someterse a una evaluación psicológicacontinuadayterapiadeestréspostraumáticoduranteunañodespuésdelincidente.
—Bienpensado.
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BoschpusolasdospilasdeDVDalladodesuescritorioyvolvióadejarlaropaempaquetadaenlacajadepruebas.Acontinuación,colocólacajaenelsuelojuntoasu silla y se centró en el estuche del instrumento. Antes de abrirlo, examinó losadhesivosquecubríanelpanelfrontal.MostrabanqueMercedhabíasidounmúsicoitinerantequehabíaviajadoportodoelCentralValleyhastaSacramentoyalsurportodas las regiones deMéxico.Había pegatinas de ciudades fronterizas deArizona,NuevoMéxicoyTexas.
Bosch abrió el estuche y examinó la vihuela. El compartimento en el que sehallabaestabaforradodeterciopelogranate.Harrysacóconcautelaelinstrumentoylosostuvoporelmástil.Logiróparaverelorificiodesalidadelabalaenlaparteposterior.Eramásgrandequeelagujerodeentradaenel ladodelantero,porque labalasehabíadeformadoduranteelprimerimpacto.
Acontinuación,Boschsujetólavihuelacomounmúsicoparadeterminarellugardondeelagujerosealinearíaconsupropiotorso.
—StairwaytoHeaven,Harry.Bosch miró al siguiente módulo. La petición la había hecho Tim Marcia, el
bromistadelabrigada.—Noesmiestilo—dijoBosch.SegúnelrelatodelTimesquehabíaleídoesamañana,Mercedestabasentadoen
unamesadepícniccuandorecibióeldisparo.Boschsesentóensusilladeescritorioyapoyóelinstrumentoenelmuslo.Rasgósuscincocuerdasunavezycomprobóunavezmáslaalineacióndelagujerodebala.
—Después de recoger el material de Chung, ve a Balística a ver si puedesconseguir que alguien se reúna con nosotros enMariachi Plaza con un equipo detrayectorias.
Sotoasintió.—Loharé.¿Quéesunequipodetrayectorias?—Tubos y láseres. —Bosch rasgueó otra vez las cuerdas de la vihuela—.
TenemosdosagujerosaquíytambiénsabemosdóndeterminólabalaenelcuerpodeMerced. Si podemos hacer una aproximación de ubicación y posición, tal vezconsigamosunapistasobreelpuntodedisparo.Ahoraquesabemosqueeraunrifle,creoqueestamosbuscandounaposiciónelevada.
—¿NocreesqueRojasyRodríguezyahicieronesto?—Nosipensabanqueeraunapistolaoundisparodesdeuncoche.Yase lohe
dicho al capitán, el rifle lo cambia todo. Significa que es probable que no fueraaleatorio.Esprobablequenofueradesdeuncocheyhastapodríaserquenotuvieranadaqueverconbandas.Estamosempezandodeceroyloprimeroessaberdedóndesaliólabala.
—Entendido.—Bien.TeveodespuésdeChinatown.
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Boschsiemprepodíasabermuchodelosdetectivesydecómotrabajabansuscasosporlosexpedientesqueproducían.Resúmenesampliosycompletos,notaslegiblesyun flujo de informes lógico eran todo marchamos de una investigación bienconducida.Boschtambiénsabíaquelamayoríadeparejasdedetectivessedividíaneltrabajo. Con frecuencia, un investigador se encargaba del papeleo por su mejorrelaciónconlapalabraescrita,osimplementeporqueseadaptabaasupersonalidad.Era tan sencillo como dividir cerebro y músculo. En sus propias parejas, Boschprefería evitar el papeleo, pero cuando le tocaba encargarse del registro siempreprestabaatenciónalosdetalles.
Bosch llegóa laconclusióndeque,en laparejadeRojasyRodríguez,eraesteúltimoelencargadodelexpediente.Sufirmafigurabaencasitodoslosdocumentos,yesodabaperspectivaasuresentimientoaltenerqueentregarelcaso.Susresúmeneseranconcisosperocompletos.Nadadejergapolicialnitampocoun«sololoshechos,señora»alestilodeJoeFriday.Susresúmenesdedeclaracionesdetestigoslograbancaptarnosolorevelaciones,sinotambiénlaspersonalidadesdelosindividuos,yesolesirviómuchoaBosch.TambiénlehizodarsecuentadequehabíavaloradomalaRodríguezyRojasdurantelaconfrontaciónenHollenbeck.Rodríguezestabamolestoporque le importaba el caso, mientras que su compañero, Rojas, no compartía lamismaconexiónvisceralconlainvestigación.EsosignificabaqueBoschnecesitabaunaformadeconectarconRodríguezysuperarsurabia.Eraelhombrealqueacudir.
Loesencialdelcasoseexponíaenlasprimeraspáginasdeunacarpetaazulquesoloapartirdeesemomentoseríalacarpetaazuldeunainvestigacióndehomicidio.El informe de incidente del 10 de abril de 2004 contenía el quién, qué, cuándo ydónde,yconstituíaelpuntodereferenciadelcaso.
Orlando Merced y sus tres compañeros mariachis ya habían terminado unaactuaciónesedía.Unachicacumplíaquinceañosysuspadreslehabíanorganizadouna fiesta en la isla del lago de Echo Park. Era un sábado —el día de másmovimiento—, así que la banda volvió a Mariachi Plaza con la esperanza deencontrar trabajo para la noche. La plaza estaba repleta de otros mariachis queaguardaban con la esperanza de trabajar. Los cuatro hombres que formaban LosReyesJaliscoencontraronunlugarparasentarseenunamesadepícnicdelladoeste.Loscuatrohombres sepusierona tocar sus instrumentosy a seguir la tradicióndeparticiparenduelosmusicalesconotrasbandasdelaplaza.Laconfrontacióneratanruidosa que muy poca gente en la plaza oyó un disparo. Quienes lo hicieroninformaron de que este llegó del lado oeste de la plaza triangular, donde la rodeaBoyle Avenue. Según un informe redactado por Rodríguez después de revisar lasdeclaracionesdetestigos,Mercedestabasentadoenelbordedelamesadehormigón,conlospiesenelbanco.Suscompañerosdebandanooyeroneldisparonisedieroncuentadequelehabíanheridohastaquecayóalsuelo.Unodelosmúsicosllamóal
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911alas16.11.Comoalgunosoyeroneldisparoyotrosno,laescenadelaplazasedescribióen
los informes como caótica. Los que oyeron el disparo o vieron caer a Mercedcorrieron a ponerse a cubierto enmedio del pánico.Los que no sabían qué estabaocurriendosequedarondesconcertados.Algunossiguieronalosquecorríanyotrosdieronvueltasencírculos,preguntándosequépasaba.La investigaciónnoencontrótestigosquevieranaalguiendisparandodesdeuncocheoapie.Ningúntestigovioanadie,yenlosvídeosdevigilancianoseidentificóaningúnsospechosohuyendodelaescena,aunquevariostestigoscoincidíanenqueeldisparoprocedíadelladodelaplazacercanoaBoyleAvenue.
NorthBoyleAvenueeralaprincipalvíadelazonadeBoyleHeightsytambiénatravesaba el corazón del territorio controlado por una numerosa y violenta bandalatinaconocidacomoWhiteFence.LabandatomabasunombredelapequeñacercablancaquerodeabalaiglesiadeLaPurísima.Losorígenesdelabandaseremontabanaunclubdeportivomasculinodelaparroquiaenladécadade1930.ElnombreWhiteFenceevolucionóalolargodelasdécadasparaconvertirseenunsímbolodelalíneadivisoriaentrelaelitedepoderblancodelaciudadylapoblaciónlatinadelestedeLosÁngeles.La líneadivisoriaentreaquelloscondineroyaquellosque limpiabansus casas y podaban el césped. Orgullo étnico y solidaridad aparte, la banda seconvirtióenunadelasmásviolentasytemidasdelaciudad,amenudoacosandoalamisma población latina. Pintadas de WF marcaban casi todas las paredes ysuperficies de Mariachi Plaza. La Unidad de Inteligencia de Bandas delDepartamento de Policía de Los Ángeles sospechaba que los miembros de WFcobrabanconregularidadun«impuesto»alosmúsicosquequeríantrabajarallí.
WhiteFenceseconvirtióenelfocoinicialdelosdetectivesRodríguezyRojas.Se sabía que enPleasantAvenue, que partía deBoyleAvenue y formaba el límiteposteriordelaplaza,vivíanalgunosdelosmiembrosrecalcitrantesdeWhiteFence.AunqueloscompañerosdebandadeOrlandoMercedcontarona los investigadoresquenoestabanenredadosenunadisputaconWhiteFence,nileshabíanpedidoquepagaranun impuesto a la banda,RojasyRodríguez se centraron enpandillerosdePleasantAvenueenlasfasesinicialesdelcaso.Variosdelosmiembrosdelabandafueron detenidos e interrogados en los días posteriores al tiroteo. Ningunoproporcionónadaque implicara aWhiteFenceo condujera a otro posiblemóvil ocausadeldisparo.
No se encontró ningún casquillo en Boyle ni en Pleasant Avenue y el origenexactodeldisparonuncasedeterminó.ABoschledesconcertabaqueuntiroenunaplaza donde había más de cincuenta personas reunidas no produjera ni un testigofiable.TaleraelpoderdeamenazadeWhiteFence.
RojasyRodrígueztambiénllevaronacabounainvestigacióndelavíctimaparaintentardeterminarsiOrlandoMercedhabíasidounobjetivoespecíficodeldisparo.Nadaensusconclusionessugeríaqueesefueraelcaso.Suopinión,posteriormente
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anunciada a la opinión pública, era queMerced había sido una víctima aleatoria einocente.
Alosdetectivesprontono lesquedóotraque investigarpistasofrecidaspor losciudadanos.Ningunadeellasdioresultado.Nisiquierasellegóaelaborarunalistadesospechosos,peroestabaclaroporelnúmerodeinformescontenidosenelarchivoque los detectives centraron mucho su atención en un cabecilla de segundageneración de White Fence conocido como C. B. Gallardo. Las inicialescorrespondíanaCercaBlanca.Supadrelohabíabautizadoconelnombredelabandaalaquehabíaprometidolealtad.
Rojas y Rodríguez siguieron una estrategia de investigación de rutina conGallardo: detenerlo por una acusaciónmenor e interrogarlo por lamayor. EstabanconvencidosdequeGallardosabíaquiénhabíadisparadoenMariachiPlaza,aunqueél mismo no hubiera ordenado la acción. Sabían que Gallardo tenía un taller decochesqueeraunatapaderaparadesguazarvehículosrobadosyvenderlosporpiezasenEstadosUnidosyMéxico.RodríguezyRojastrabajaroncondetectivesderobosdecochesparahacerunaredadaenElPuenteAutodelacalle1diezdíasdespuésdeltiroteo.Gallardofuedetenidoporrobodevehículosyposesióndepropiedadrobadaal comprobarse que los números de identificación de diversas piezas del tallercoincidíanconlasdecochescuyorobosehabíadenunciadoenelWestsideyelvalledeSanFernando.
Pero el hombre bautizado con el nombre de la banda a la que pertenecía semantuvofirme.ApesardevariashorasdeinterrogatorioenrelaciónconeltiroteodeMerced,Gallardosenegóareconocercualquierimplicaciónyfinalmentesenegóahablar con los detectives.Al final, se declaró culpable de un solo casode robodecochesypasóseismesesenWaysideHonorRancho.
La conclusión que se interpretaba en el expediente era que C. B. Gallardocontinuabasiendounfuertesospechoso.ElinformesugeríaqueelmotivodeldisparoerainfundirmiedoenlosmúsicosquebuscabantrabajoenMariachiPlazayhacerlosmáspropensosapagarunimpuestodeprotecciónaWhiteFence.Segúnesateoría,Mercederaunavíctimaaleatoria,eldesprevenidodamnificadodeunabaladisparadaalazarhacialaplaza.LosdetectivesdeHollenbeckhabíanhabladoconGallardoporúltimavezhacíadosaños,cuandofueencarceladoenlapenitenciaríadeSanQuintínporintentodeasesinato.Comoantes,Gallardonolesdijonada.
Bosch terminósu revisiónde lasdoscarpetasantesdequeSotovolvierade sucita en Chinatown. Pasó a los DVD de la caja de pruebas y los reprodujo en suportátil. Empezó con los vídeos de actuaciones.Observó variosminutos del grupotocandoendiversosactosenrecintoscerradosyenelexterior.SeconcentrómásquenadaenOrlandoMerced,observandocómotocabaycómososteníasuinstrumento.Entodoslosvídeosmenosunoaparecíadepie,perohabíaunúnicovídeodelgrupoenunescenarioenunabodaenelqueloscuatromúsicosestabansentadosensillas.BoschsefijóenqueMercednoapoyabasuinstrumentoenelmuslocuandotocaba.
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Lo sostenía más alto, apoyándolo en su prominente barriga. Esto sería un factorimportantequedeberíanconsiderarcuandointentaranrecrearlatrayectoriadelabala.Cómo se sentaba cuando tocaba y cómo sostenía el instrumento serían dos clavesparacomprenderlo.
LafechadeunodelosvídeoscoincidíaconladeldisparoycorrespondíaaunagrabacióndelafiestadecumpleañosenEchoPark,dondeLosReyesJaliscohabíantocado ese mismo día. Mientras que Bosch había pasado en velocidad rápida lamayoría de los otros vídeos, este lo observó en su totalidad, con la esperanza decaptaralgoqueofrecieraunapistasobreloocurridoesemismodía.SabíaqueRojasyRodríguezsindudahabríanhecholomismo,peroesonoloarredró.Comomínimo,Boschestabasegurodesuscualidadesde investigadorycreíaqueobservabacosasqueaotrosselesescapaban.Sabíaquesetratabadeunaideaególatra,perounegosanoeraunrequisitoparaeltrabajo.Teníasquecreerqueerasmáslisto,másduro,másvalienteymás resistenteque lapersonadesconocidaqueestabasbuscando.Ytrabajandoencasosabiertos,teníasquecreerlomismorespectoalosdetectivesquehabían investigado el caso antes que tú. Si no lo hacías, estabas perdido. Era estesentidodemisiónloqueteníalaesperanzadepodertransmitiraSotoenelañofinaldesucarrera.
ElvídeodeEchoParkmostrabaaunafamiliafelizcelebrandoelcumpleañosdesu hija quinceañera. Asistían muchos amigos y familiares, y las mesas de pícnicestabanrepletasdecomidatradicionalyregalos.Lachicaqueocupabaelcentrodeatenciónllevabaunvestidoblancoyunatiaraconelnúmero15.Laacompañabaunacortedehonorqueincluíaaotrasseisjovencitas.Hubobaileyelgrupotocótemasque Bosch supuso que eran típicos en la celebración. En un momento dado, lospadresdelachicacumplieroncondostradicionesculturales:lamadreregalóalahijasu«últimamuñeca»,quesimbolizabaelfinaldelainfancia,yelpadrelecambióloszapatosplanosporunosdetacón,parasimbolizareliniciodelaedadadulta.
El vídeo captaba mucho amor y emoción. Los pensamientos de Bosch seapartaron del caso y derivaron hacia su propia hija. Acarreaba una persistentesensacióndeculpaenrelaciónconella.Boscherapadresoltero,pero,sobretodo,unpadreausenteporlashorasqueeltrabajoleconsumía.Suhijateníadiecisieteañosynohabíadisfrutadodeunagranfiestadedieciséis.Élnuncahabíapreparadoningunaclasede celebraciónde cumpleañospara ella almargende festejarlo juntos.Ver lafiestadeEchoParklerecordósusmuchosfalloscomopadre,yselehizounnudoenlagarganta.
Boschapagóelvídeo.Nohabíavistonadaenélquelehubieradadoquepensarniningunapistadelepisodioquesehabíaproducidoalcabodesolounashoras.Mercedy sus compañeros mariachis actuaron con profesionalidad y sin mezclarse coninvitadosalafiesta.Raravezeranelfocodelacámara,peroaparecíandefondoenvariosmomentosdelvídeo.BoschextrajoeldiscoypasóalasegundapiladeDVD.
EstosDVDconteníangrabacionesdecámarasdevigilanciacercanasa laplaza.
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Como tales, no estaban específicamente centradas en la plaza y solo captabanfragmentosde loocurridoesedía.ParasorpresadeBosch,elprimervídeoqueviomostraba una imagen con grano de larga distancia de Merced en el momento derecibir el disparo. Por lo que sabía, nunca se había hecho pública.El vídeo estabatomadodesdedentrodelatiendadeinstrumentosmusicalesyartículosdemariachissituadoalotroladodelacalle1.Lacámaraestabamontadaenunadelasesquinassuperiores de la tienda y su propósito era documentar y desalentar los hurtos. Sinembargo,atravésdelvidriodelescaparateydelacalle1captabaunaimagendelaplaza.
Bosch retrocedió y reprodujo la secuencia del disparo varias veces. Observó aMercedrasgueandosuinstrumentohastaelmomentoenquerecibióelimpactodelabalaqueseincrustóensucolumnaylohizocaerdeespaldasalsuelo.Después,dejóqueelvídeocontinuarayobservóconatenciónlaacciónquesiguióaldisparo.Lasimágeneseranborrosas,porladistanciayporloqueestabaescritoenelescaparatedelatienda.Además,obviamente,elfocodelacámarasecentrabaenelinteriordelatiendaynoenlasactividadesdelotroladodelacalle.
Enelmomentoderecibirelbalazo,Mercedestabarodeadoporsuscompañerosdegrupo,sentadoenelbordedelamesaconlospiesenelasientodelbanco.Asuderechasesentabaelacordeonista,ydepieasuizquierdayunpasomásatrásestabaelguitarrista.Detrásde lamesa, el trompetista sostenía su instrumentocon lasdosmanosyselollevabaalabocaparatocar.
Harry observó una vez más el disparo que derribó a Merced de la mesa. Eltrompetistainmediatamentecorrióhacialaderechaysaliódelencuadredelaimagen,mientrasqueelguitarristaempezóaagacharsedebajodelamesa,girandosuguitarraparaprotegerseelcuerpo.Elacordeonistaparecíaconfundidoporloqueacababadeocurrir.SulenguajecorporaltransmitíalaimpresióndequealprincipionosehabíadadocuentadequehabíandisparadoaMerced.Solocuandovioalguitarristametersedebajodelamesaseescurrióysepusoacubiertotambiénél.Alcabodeunoslargossegundos, losdoshombres salierondedebajode lamesay se acercaron aMercedpara auxiliarlo.El trompetista volvió al encuadre y también se arrodilló junto a sucompañerocaído.
Boschcontinuóviendoelvídeo.Lagenteenseguidallegócorriendoalamesadepícnicysereunióentornoalavíctimadeldisparo.SehacíadifícilveraMercedenmediodetodoslosdemásylaactividad.
Durante los siguientes treinta minutos, Bosch observó que la ambulancia y lapolicía respondían a la llamada.Merced fue inicialmente tratado en el suelo de laplazayluegosubidoaunacamillaqueempujaronfueradelencuadredelacámara.Lamesadepícnicylazonainmediataseacordonaronconcintaamarilladelaescenadelcrimenylosagentescomenzaronaretenertestigosparalosdetectives.ElvídeofinalizóenesepuntoyBoschsepreguntósiRodríguezyRojaslohabíaneditadoosihabíamásmaterialdelacámaradelatiendademúsica.
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Boschcomprobólosotrosdosvídeos,peroningunofuetaninteresanteoútilparaél.Losdos incorporaban lahora, loque lepermitiósincronizarlosconelmomentodel disparo, pero proporcionaron escasa información nueva. Uno procedía de unacámara del aparcamiento de Pedrito, al menos a una manzana de distancia. Enrealidad,nomostrabamuchodeMariachiPlaza,sinomásbienelcrucedeBoyleyla1.Boschnovioenlacintaningúnvehículosospechosodehaberdisparado,ningúncacharrotípicodebandaacelerandoatravésdelcruceenlossegundosposterioresaldisparo.
Eltercervídeodevigilanciaprocedíadelascámarasdesuicidioenelpuentedela1. El puente se hallaba a variasmanzanas de la plaza y su encuadre del incidenteestababloqueadoporelviejohoteldelaesquinadeBoyleyla1.Boschloviounavez,desestimósuutilidadysacóeldiscodelportátil.
Pensó un momento en la situación. Sabía que debería concertar una cita conRodríguezyRojasparasentarseyrepasarmuchosdetallesdelcasomásquehacerlopocoapoco,perocogióelteléfonodetodosmodosyllamóalaoficinadedetectivesdeHollenbeck.PreguntóconcretamenteporRodríguez,aunqueRojaspodríasermásamable.
—DetectiveRodríguez.—SoyBosch.¿Quétal?Ningunarespuesta.Boschesperóunmomentoypresionó.—AcabodeterminarderevisarlosarchivosdelcasoMerced.Hizounapausa.Todavíanada.—No voy a dorarte la píldora contándote lo bien que lo hicisteis.Ya lo sabes.
Perotengounascuantaspreguntas.PodríapreguntárselasaRojas,porquenohasidouncapullohoy,perohepreguntadoporti.Esteestuexpediente,Rodríguez.Medoycuenta.Supongoqueeracontigoconquiendeberíahablar.¿Puedesayudarme?
Ningunarespuesta,peroestavezBoschesperó.AlfinalRodríguezrespondió.—¿Quéquieressaber,Bosch?Harryasintió.Suinstintoeracorrecto.Losbuenosdetectivessiempreteníanese
agujero dentro, el espacio vacío donde el fuego siempre arde. Por alguna causa.Llámese justicia. Llámese necesidad de saber. Llámese necesidad de creer que losculpablesnopermaneceránocultos en laoscuridadpara siempre.A finde cuentas,Rodríguez era un buen poli y quería lo mismo que quería Bosch. No podíapermanecerenfadadoycalladosiesopodíacostarlecaroaOrlandoMerced.
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Después de la llamada telefónica, Bosch fue al ordenador y empezó a escribir suprimer informe sobre el casoMerced. Era básicamente una puesta al día del caso,incluido un informe de la causa de la muerte y una evaluación de las pruebasexistentes y pistas de investigación.Llevaba en esoveinteminutos cuando sonó elteléfono de su escritorio. Lo cogió sin mirar el identificador, suponiendo que eraSoto,quellamabadespuésdesusesiónconlapsiquiatra.
—Bosch.—Sí,quieroapuntarmeporlarecompensa.Harrysediocuentadequeeraunallamadageneradaporelanunciodelexalcalde.
Al responder, abrió la ventana de Internet de su ordenador y fue a laweb delLosAngelesTimes.
—¿Quéquieredecirconapuntarse,señor?Noesunalotería.¿Tieneinformaciónquepuedaayudarnos?
Claroestá,yahabíaunartículoenlaprimerapáginadelsitiodenoticias,incluidaunafotodeZeyasenlaconferenciadeprensa,anunciandolarecompensa.
—Sí,tengoinformación—dijolapersonaquellamaba—.ElquedisparósellamaJosé.Puedeapuntarlo.
—José¿qué?—Noséesaparte.SoloséqueesJosé.—¿Cómolosabe?—Porquesí.—DisparóJosé.—Exacto.—¿Conoceaesehombre?¿Sabeporquélohizo?—No,peroestoysegurodequelosabráncuandolodetengan.—¿Dóndelodetengo?Elhombrealotroladodelalíneaparecióburlarsedelapregunta.—Esonolosé.Eldetectiveesusted.—Muybien,señor,asíqueestádiciendoquehedesaliryencontrarydetenera
unhombrequesellamaJosé.Sinapellido,sinparadero.¿Sabequéaspectotiene?—Aspectodemexicano.—Muybien,señor,gracias.Boschcolgóelteléfonoconfuerza.—Estúpido—dijoentredientes.Elteléfonosonóotravezcuandotodavíaloteníaenlamano.Respondióconun
tonodeenfadoensuvoz.—Bosch.—Sí,tengounapreguntasobrelarecompensa.Eralavozdeotrohombre.
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—Simeentrego,¿medanlarecompensa?Bosch se sumió enunapausa.Su instinto le decía que la llamada era tan falsa
comolaprimera.—Buena pregunta —dijo—. No veo por qué no. La recompensa es por
información que conduzca a una condena. Creo que una confesión sirve. ¿Planeaconfesar?
—Sí.—Perohemosdepoderdemostrarquelohizo.Nopuedoaceptarsolosupalabra,
¿entiendeloquequierodecir?—Loentiendo.—Bueno,¿porquélohizo?—Porque odio esamierda de losmariachis. Esto es EstadosUnidos. Si vienes
aquítienesquetocarnuestramúsica.—Yaveo.¿Yquéarmautilizó?—MiSmithandWesson.Tengobuenapuntería.Boschasintióparasusadentros.Corazonadaconfirmada.—Estoyseguro.Graciasporlallamada.Colgó,luegomiróelteléfonounbuenrato,esperandoquesonaraenseguida.Ylo
hizo,perovioenelidentificadorqueeraunallamadainterna.Respondió.—Bosch.—Detective,soyGwen,decentralita.Una de las telefonistas. Bosch no estaba del todo seguro de en qué parte del
edificio estaba Gwen. Las telefonistas se ocupaban de todas las llamadas que serecibíanenlaslíneasgenerales—comoelnúmeroprincipaldelaDivisióndeRobosy Homicidios que salía en el artículo del Times— y las distribuían como se lessolicitaba.
—Sí,Gwen.—TengoaunapersonaquehablaenespañolporlarecompensadelcasoMerced.
¿Quiereatenderla?Bosch negó con la cabeza. El aluvión de llamadas del que había advertido a
CrowderySamuelsestabaempezando.—Ahoramismonotengoaquíanadiequehableespañol.Pídaleelnombreyun
númeroyalguienllamarádespués.—Loharé.Bosch colgó el teléfono conunpocomásde suavidad en esta ocasión.Pasó al
sitiowebdeLaOpiniónyabriólapáginadeLocal,y,porsupuesto,viootrofotodeZeyas y un artículo sobre el caso Merced y la oferta de recompensa que loacompañaba. Estaba un poco desconcertado por la rapidez con la que se estabamoviendolaprensaconelcaso.
Volvióalinformequeestabaescribiendoycogióritmo.Queríasalirdelaoficina,tantosiSotovolvíaprontocomosino.Teníalasensacióndequeelteléfonoprontose
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convertiría en un ancla enrollada alrededor de su cuello. Se ahogaría en esasllamadas.Antesdeterminardeescribir,elteléfonosonóunavezmás,yeraotravezelquehabíallamadoprimero.
—Eh,nohaapuntadominombreporlarecompensa.—Tienerazón,señor.Noquierosabersunombre.—Bueno,¿ylarecompensa?—Nohayningunarecompensaparausted.—Selodigo,fueunhombrellamadoJosé.Lohizoél.—SidetenemosauntipollamadoJosé,mevuelveallamar,¿deacuerdo?Esta vezBosch colgó el teléfono con tanta fuerzaque atrajo la atenciónde los
detectivesde losotroscubículos.Noofrecióningunaexplicación.El teléfono sonóotravezcuandotodavíaloteníaenlamano.Locogióydijoconvozbrusca:
—¿Qué?—SoyGwen,decentralita.—Ah.Sí,Gwen,¿quépasa?—Soloqueríadecirlequelamujerquehablabaespañolnohaqueridodarmesu
nombreynúmero.—De acuerdo, Gwen. Supongo que es una llamada por la que no he de
preocuparme.Gracias.Despuésdeeso,Boschterminóconrapidezelinformequeestabaescribiendo,lo
imprimió en papel de tres agujeros y lo colocó en la carpeta del expediente.Actoseguido,cogióelteléfono,llamóalnúmerodecentralitaypreguntóporGwen.
—Gwen,soyeldetectiveBosch.Voyasalirymicompañeranoestádisponible.¿Puede pasar todas las llamadas que lleguen en relación con el casoMerced y larecompensaaltenienteSamuels?
—AltenienteSamuels.Sí.—Bien.Gracias.¿Porquénodejaunanotadequetodasesasllamadasvayanal
tenientehastanuevoavisopormiparte?—Loharé,detective.Paseunbuendía.—Ustedtambién,Gwen.Bosch se levantó y miró el reloj de la pared, situado encima de la puerta de
entrada a la sala de brigada. Las sesiones de psicoterapia de Soto generalmentedurabanunahora,aloqueteníaquesumarmediahoradeidayotramediadevuelta.Aunquehubiera pasadopor el laboratorio de criminalística para recoger la bala deGunChung,yatendríaquehabervuelto.Estolemolestó,porqueSototeníatendenciaadesapareceroperderlanocióndeltiempo.Boschqueríamantenerelimpulso,peroella estaba desaparecida en combate.No quería llamarla almóvil por si estaba ensesión con la doctora Hinojos, la responsable del servicio de psicología deldepartamento,peroestaba frustradoporqueSotonosehabíamolestadoenenviarleunmensajeparainformarledelretraso.Entodocaso,nodeberíaserélquienenviaramensajesehicierallamadasparasaberdóndeestaba.
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Cogiólasllavesylosdiscosdevídeo.Enel tablerodeficharsituadojuntoalapuertaescribió«Laboratorio»juntoasunombreysalió.
Rodríguez le había dicho que él y Rojas no habían llevado las grabaciones devigilancia al laboratorio para ver si se podía mejorar la calidad de las imágenes.Había explicado que no le parecía que fuera una medida que mereciera la penaconsiderandoqueelasesinonoaparecíaenlosvídeos.Además,diezañosantes,losexpertosdevídeoeranpocomásqueuna ratade laboratorio echandouna segundamiradaalagrabaciónqueeldetectiveyahabíaestudiado.
Eltiempohabíacambiadoeso.Existíaunaunidaddedicadaaimágenesdevídeoydatosconexpertosquepodíanamplificarelsonidoyafinarlasimágenes,amenudoaportando información que no era evidente durante la primera visualización. Laúltimadécadahabíavistounaexplosiónenelusodevídeoscomoherramientasdeinvestigación.LosÁngeleseraunaciudaddecámaras,públicasyprivadas,ybuscarcámarasenunaescenadelcrimensehabíaconvertidoenunprotocoloestándar,delmismomodoquesiemprehabíaexistidoelprotocolode llamara laspuertasde losvecinosybuscartestigos.PoresosehabíacreadolaUVF,UnidadVídeoforense.Notodas las cámaras eran iguales y se requería cierta experiencia para aumentar elpotencialdeimágenesysonidoscaptadosenlaescenadelcrimenocercadeella.
Boschtardóveinteminutosenllegarallaboratorio.Cuandoibadecamino,Sotolollamóyledijoqueacababadeterminarsusesióndepsicoterapia.
—Hinojosestabaocupadaconotroscasos—comentó—,perovoyallaboratoriopararecogerlabala.
—Notepreocupesporeso—dijoBosch—.Yaestoydecaminoconlosvídeos.PasaréaveraGunyrecogerélabala.
—Pensaba…Sotonoterminó,peroBoschsabíaloqueibaapreguntar.—Sí,claro,loshemiradotodosynohabíagrancosa—dijo—.Lacámaradela
tiendademúsica captó aMerced recibiendo el disparo, pero es todomuyborroso.EsperoquelaUnidaddeVídeopuedahaceralgoconeso.
—Vale.Sotonoparecíaaplacada.—Siquieres,puedoesperar,dejarqueechesunvistazoantesdellevarlo.—No,no,adelante.Nopasanada.¿Vasavolverdespuésalabrigada?—En realidad, estoy tratando de mantenerme alejado. La recompensa del
exalcaldeyaha empezado a salir en laswebsde losmediosy la gentenoparadellamar.Quierotrabajarenelcasoynodetelefonista.
Bosch se metió en el aparcamiento exterior del edificio de Criminalística yempezóabuscarunhueco.
—Pero¿ysirecibimosunapistabuena?—Es un millón contra uno, en mi opinión. Pero, si alguien de verdad quiere
denunciaralculpable,nosencontrará.Detodosmodos,ahoramismohepedidoque
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pasen todas las llamadas aSamuels.Así se enteraráypondrá a alguienal teléfonoparaquenosotrospodamosocuparnosdelcaso.
—Vale,¿aquéhoraquieresqueorganicelatrayectoriadebalísticaparamañana?Bosch se había olvidado de eso. De repente, pensó que podría ser demasiado
pronto.—Quiero esperar con eso por ahora. A ver qué surge en el vídeo. Puede que
ayudeaestablecerlatrayectoria.—Muybien.¿Adóndequieresquevayaahora?—DametreintaminutosynosvemosenMariachiPlaza.Aversilosperiodistas
sehanmarchadoya.—EsomedarátiempoapasarporStarbucks.¿Quieresalgunacosa?Boschsopesóunmomentosuniveldecafeína.—No,gracias.Teveréallí.Boschaparcóybajódelcoche.Mientrasestabacaminandohacia laspuertasde
cristaldeledificiodellaboratorio,sonósuteléfonootravez.EraeltenienteSamuels.—Bosch,¿dóndediablosestá?—Apuntodeentrarenellaboratorio,loheescritoeneltablero.¿Quépasa?—Loquepasaesqueelteléfonoestáempezandoasonarcomolococonllamadas
dechivatazos.—¿Quéquierequelehagayo,teniente?Estoytrabajandoenelcaso.Hedehacer
dosparadasenellaboratorioyluegovoyareunirmeconmicompañeraenlaescenadelcrimen.Ledijequepasaríaesto.
—¿DóndeestáahoraLuckyLucy?—Tiene su sesión de psicoterapia los miércoles por la tarde. ¿Alguna buena
información?—¿Cómodemoniosvoyasaberlo?¡Lohapreparadousted,Bosch!—Yonohepreparadonada.Paraempezaryonoqueríaqueseofrecieraninguna
recompensa.Sabía…—Noimporta.Pondréaalguienenlosteléfonos.Desdemañanaporlamañana.Samuels colgó antes de que Bosch pudiera responder, pero Harry estaba
sonriendocuandoempujólaspuertasparaentrarenellaboratoriodecriminalística.
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LucíaSotoyaestabaenMariachiPlazacuandoBosch llegóallí.Nohabíaningunaseñalobviadequenadiedelosmedioscontinuaraenlaescena.Boschcruzólaplaza,empapándose de todo. El espacio estaba comenzando a llenarse de músicos quealbergaban la esperanza de que los eligieran para una actuación. Los espacios deaparcamientodeBoyleAvenueestabanocupados,parachoquesconparachoques,porfurgonetas pintadas con los nombres de los grupos demariachis y sus números deteléfono.Todoslosbancosymesasdelaplazaestabanllenos.
Sotoestabahablandocontreshombressentadosmuyapretadosenunsolobanco,conlosestuchesdesusinstrumentosasuspies.Todosvestíanchaquetillasnegrasconbrocado dorado y camisas blancas con un moño charro. Bosch los saludó con lacabezaalunirseasucompañera.Sotososteníaalgunaclasedebebidadecaféheladoconnatamontadaporencima.
—Harry,estoshombresestabanaquíeldíaquedispararonaMerced—dijoSotoconexcitación.
—¿Quérecuerdan?—preguntó.—Estabansentadosaquímismo.Selevantarondeunsaltoysepusierondetrásde
laestatuaaloíreldisparo.Boschmirólaestatuadebroncequesealzabadetrásdelbanco.Representabaa
unamujerconlosbrazosenjarras,ataviadaconunvestidoestampadoyunchal.Laestatua se hallaba enungranpedestal de cementoymadera.Unaplaca en la baseidentificaba a la mujer como Lucha Reyes, la reina de losmariachis, que vivió yactuóenLosÁngelesenladécadade1920.EradeGuadalajara.
—¿Losinterrogaronensumomento?—preguntóBosch.Sotohablócon loshombresenespañoly luego tradujosus respuestasaBosch,
aunqueélentendíabuenapartedeloquesedecía.—Sí,declararon.Bosch asintió, aunque no recordaba que ninguna de las declaraciones del
expediente incluyera a testigos que hubieran informado de que habían utilizado laestatua para ponerse a cubierto. Probablemente, las habían descartado porirrelevantes.
—Dilesquenosmuestrendóndeseescondieronenlaestatua.Sotoselopidióaloshombresyunodeellosselevantóyfuehacialaestatua.Se
agachó,puso lasmanosenelpedestaly actuócomosi estuvieramirandoentre laspiernasdelamujerdebronceparaverquiénestabadisparando.EstabamirandohaciaBoyleAvenue.
Boschasintióotravezmientrasintentabavisualizarloocurridoesedía.—¿Quéleshizopensarqueeldisparoprocediódeallí?—preguntó,señalando.Sototradujoyelmariachiseencogiódehombros.Luegounodesuscompañeros
respondió desde el banco, pero habló demasiado deprisa para que Bosch lo
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comprendiera.—Dicequeoyóeldisparoycorrióaponerseacubierto.Losotrosdoshombreslo
siguieron,peronoestabansegurosdehaberoídonada.Solovieronatodoelmundocorriendo.
—¿Quévio?Doshombresnegaronconlacabezayelotrodijo:—Nada.—¿ConocíanaMerced?OtravezSototradujoyescuchó.—Apenas —le dijo ella finalmente a Bosch—. Lo habían visto en la plaza,
esperandotrabajo.Boschseapartóycaminóhacialaescaleramecánicaquedescendíaalaestación
demetro.Laestructuradecristalqueservíadetechoteníauncaracterísticomotivoaztecayestabadiseñadacomoelaladeunáguilagigantequeprotegíalaentrada.Lasplumasdelalaeranpanelesdecristalmulticolorqueproyectabanelsolporlaplazaenunacombinacióndecolores.
Habíaunaampliaescaleraembaldosadaentrelasescalerasmecánicasdesubidaybajada.Boschsevolvióenloaltodelaescaleraymiróhacialaplaza.Despuésmiróala izquierdapor lacalle1,a la tiendademúsica,donde lacámarahabíacaptadoeltiroteo deMerced.Dio un pasito a su derecha y supuso que estabamuy cerca dellugardondehabíaestadolamesadepícnicenlaquesehabíasentadoMerced.Sabíaquesuhipótesisnoteníaningunavalidezforense.UnequipodeBalísticaseocuparíadeesodespués,pero,porelmomento,BoschsabíaqueseencontrabacercadellugardondeestabasentadoMercedcuandorecibióeldisparo.
MiróatráshaciaBoyleAvenue,enladireccióndesdelaquehabíasalidolabala.ComoBoschhabíadescartadolaideadequelabalahubierasidodisparadadesdeuncocheenmovimientooinclusodesdeelniveldelsuelo,suatenciónsecentróeneledificioqueocupabalaesquinaalotroladodelaplaza.BoschconocíabienelBoyleHoteldesdehacíaaños.EledificiodepiedradetresplantasdeestiloReinaAna,másconocidoconelnombreextraoficialdeHotelMariachi,sehabíaconstruidohacíamásdeunsigloyera,portanto,unodelosinmueblesmásviejosquesemanteníanenpieentodoLosÁngeles.Sinembargo,habíacaídoeneldescuidoenlasúltimasdécadashasta convertirse en poco más que una pensión de mala muerte infestada decucarachas que frecuentaban mariachis itinerantes y gente de paso. Bosch habíaentradomásdeunavezenelHotelMariachiconunafotografíaenlamano,buscandoaunsospechosoalquehabíaseguidolapistadesdeunaescenadelcrimen.
Todohabíacambiadootravezenpocotiempo.ElBoyleHotelhabíarecibidounlavadodecaramultimillonariocoincidiendoconelproyectodeestacióndemetroenMariachiPlaza.Yanoeraunhotel,sinouncomplejodeusocombinadoqueofrecíaapartamentosapreciosasequiblesyespacioscomerciales.Lafachadadeladrillorojoy la característica cúpula en el techo se preservaron en el proceso de renovación,
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pero, incluso con las llamadas «cuotas asequibles», los alquileres eran demasiadoaltosparalamayoríadelosmariachisquepasabanporelestedeLosÁngeles.Teníanquealquilarenotrositio.
SotoseacercóaBoschysiguiólalíneadesumirada.—¿Creesquedispararondesdeallí?—preguntóella.—Podríaser—dijoBosch—.Vamosacomprobarlo.Volvieron a cruzar la plaza. Bosch vio que cada vez había más músicos
reuniéndoseentornoalosbancosylasmesas.Erancasilascincoyhoradebuscartrabajo.Boschse fijóenunapequeña tiendadetrásde lacongregacióndemúsicos.Libros Schmibros. El cartel de la puerta decía que era una librería y biblioteca depréstamo.Boschloseñalósinperderelpaso.
—Antes de que esto fuera todo latino, era un barrio judío—explicó—.En losañosveinteytreinta.EnloscincuentatodoelmundosemarchóaFairfax.
—Lafugadelosblancos—dijoSoto.—Másomenos.Creoqueunodemisabuelosvivióaquí.Recuerdoalgodeeste
lugar. La vieja comisaría de Hollenbeck, venir aquí con mi madre en los añoscincuenta…
Bosch sentía la presencia de un recuerdo vago, incómodo, que se le escapaba.Durante los primerosonce añosde suvida,Harryhabíavivido con sumadrey enocasiones eran tan nómadas como los residentes del viejo Hotel Mariachi. Habíademasiadoslugarespararecordarytodohabíasucedidocincuentaañosantes.Tratódecambiardetema.
—¿Dóndecreciste,Lucy?—Entodaspartes.LafamiliademimadreeradelcondadodeOrange,alladode
ElToro,ylademipadreeradeaquí.SuspadresfueronexpulsadosdelBarrancodeChávez en los años cuarenta. Terminaron en Westlake y yo nací allí. Pero,básicamente,crecíenelvalledeSanFernando.EnPacoima.
Boschasintió.—SupongoqueesosignificaquenoeresaficionadadelosDodgers—dijo.—Noheidoaningúnpartidoynuncairé—contestó—.Mipadrememataríasise
enterara.LadelBarrancodeChávezhabíasidounade lasmayoresexpropiacionesde la
historia de la ciudad. Bosch conocía bien la historia, después de toda una vida deintentarconciliarsuamorporelbéisboly losDodgersconlafeahistoriaenterradadebajo del diamante donde, de niño, vio lanzar a Sandy Koufax y DonDrysdale.Teníalasensacióndequecadaéxitoresplandecientedelaciudadencubríaenalgunaparteunacosturaoscura,normalmenteunpocoescondida.
Durante décadas, el Barranco de Chávez había sido un enclave pobre deinmigrantesmexicanosqueseapiñabanencasuchaspegadasalascolinasytratabandeencontrarsucaminoenunlugardondeselesnecesitabaperononecesariamenteselosquería.ElfinaldelaSegundaGuerraMundialtrajonuevaprosperidadalaciudad
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ydinerofederalparaproporcionarviviendaalospobres.Elplanconsistíaensacaratodo el mundo del Barranco de Chávez, aplanar el terreno y luego reconstruirlo,creandounedéndeedificiosaltosparapersonasdebajosingresosalquelosantiguoshabitantes del pequeño valle serían invitados a regresar. La urbanización inclusorecibiría un nombre que reflejaba el gran sueño americano de alcanzar el anillodorado:ElysianParkHeights.
Algunos semarcharon del barranco demanera voluntaria, a otros tuvieron queecharlos. Se arrasaron casas, iglesias y escuelas. Pero nunca se construyó ningúnedificio. Para entonces el mundo había cambiado. Los edificios de viviendas parapobressecalificabandesocialismo.Elnuevoalcaldelollamó«gastoantipatriótico».En cambio, la ciudad del futuro decidió que necesitaba un equipo deportivoprofesionalquegarantizarasuimagenyposicióncomoalgomásqueunacoloniadecineyunbrumosopuestodeavanzadaeneloestedelpaís.LosDodgersdeBrooklynse trasladaron al oeste y se construyó un espléndido estadio de béisbol dondedeberíanhabersealzadoesastorresdeviviendasparalospobres.LosresidentesdelBarranco de Chávez se dispersaron para siempre, pero sus herederos siguieronacarreandounprofundoodio.ElysianParkHeightseraunbonitonombrequenuncapasódeserunproyecto.
Bosch se quedó en silencio hasta que cruzaron BoyleAvenue y llegaron a laspuertas dobles de lo que había sido elHotelMariachi. La puerta estaba cerrada yhabía un teclado numérico al lado para contactar con los inquilinos y laadministración.SotomiróaBosch.
—¿Quieresentrar?—¿Porquéno?Pulsóelbotónqueestabaalladodeunapegatinaquedecía«Oficina».Elcierre
sedesbloqueósinquemediaraenel intercomunicadorningunapregunta respectoaquiénes eran. Bosch levantó la cabeza y vio una cámara montada encima en laesquinadeldintel.
Sotoabriólapuertayentraronenunvestíbulo.Habíaunalistaderesidentesyunplanodentrodeunavitrinafijadaa lapared.Boschmiróelplanoprimeroysediocuenta de que el proyecto de restauración también había sido un proyecto deconsolidación. Tres edificios se habían unido en un solo complejo. El edificiodelantero—eloriginalBoyleHotel, tambiénconocidoen losplanoscatastralesdelsigloXIXcomoCummingsBlock—sehabía redestinadoaespaciocomercial,y losdos edificios adjuntos, a apartamentos. Bosch examinó la lista de residentes y viodiversas oficinas, lamayoría de las cuales erande abogadosque se anunciaban eninglésyespañol.
Boschviountramodeescalerasaladerechadelaentradaysedirigióhaciaél.—Laoficinadeladministradorestáaquíabajo,Harry—dijoSoto.—Yalosé—confirmóél—.Podemospasarnosdespuésdeecharunvistazo.EnlasegundaplantaBoschviotresentradasdecristalseparadasalosdespachos,
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dosdeloscualeserandeabogadosconrótulosde«Sehablaespañol»enlaspuertas.Laterceraoficina—habitación211—parecíadesocupada.
Boschretrocedióyechóunvistazoalpasillo.Estabalimpioybrillante,nocomolo recordaba de visitas anteriores al edificio. En otros tiempos había pequeñosapartamentosyalfondodelpasillouncuartodebañocomunitarioqueolíacomounaalcantarilla. Se alegró de que el edificio se hubiera salvado de tanta irreverencia ydesatención.
HarrysubióporlaescaleraalasiguienteplantaySotolosiguió.Allíhabíamásoficinas, la mitad de las cuales parecían vacías. Probó con una puerta que decía«Terraza»ynoestabacerradaconllave.TomóelsiguientetramodeescalerashastalacúpulaySotolosiguió.
La cúpula ofrecía una vista de trescientos sesenta grados, incluida unapanorámicadelcentrodelaciudadalotroladodelpuente.Boschcontemplóelcaucede cemento del río y las vías del tren que se enroscaban en torno al centro de laciudadcomounacinta.Seorientóhaciaelesteparaexaminar laplaza.Vioaunosmariachis poniendo sus instrumentos en una furgoneta: habían conseguido unaactuaciónparalanoche.
—¿Creesquedispararondesdeaquí?—preguntóSoto.Boschnegóconlacabeza.—Lo dudo. Demasiado abierto. Y probablemente el ángulo es demasiado
inclinado.Levantó los brazos como si mirara por el cañón de un rifle. Apuntó el arma
imaginaria a lo alto de las escaleras del metro. Asintió para sus adentros. ErademasiadoinclinadoparaqueunabalaatravesaraelinstrumentoyeltorsodeMerceddesdeeseángulo.
—Además, creo que han reformado esto.Nome parece que hubiera nada aquíhacediezaños.
Bosch se fijó en un hombre sentado solo en un banco de la plaza. Estabamirándoloaél.Seabrió lapuertadelpiede laescaleraqueconducíaa lacúpulayunamujer subió con rapidez, hablando enun español rápido.Soto se dirigió haciaella, sacando su placa paramostrarle que eran policías.Lamujer habló demasiadodeprisaparaqueBoschlaentendiera,peroenrealidadnolehacíafalta.Sabíaquelemolestabaqueestuvieraneneltejado.
Alfinal,Sototradujo.—EslaseñoraBlanca.Dicequenopodemosestaraquíarribayquetendríamos
queiraveralaadministraciónantes.Lehepedidodisculpas.—Pregúntalesitrabajabaaquíantesdelarenovación.Blancanegóconlacabezaydijoquenoantesdequelapreguntasetradujera.—¿Hablainglés?—preguntóBosch.—Sí,unpoco—dijoBlanca.—Bueno, responda como quiera. Este edificio está protegido, ¿no? ¿Por la
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SociedadHistórica?—Sí,tieneestatusdeedificiorelevante.Seconstruyóen1889.—¿Quépasóconlosregistrosdelhotelcuandovinieronareformareledificio?LamujerparecióconfundidaySototradujolapreguntaylarespuesta.—Dicequetodoslosviejoslibrosderegistrodelhotelyelmostradorlosguardó
laSociedadHistórica.Ahoraestánenunalmacénmunicipal,peroquierenexhibirlosaquí.
Boschasintió.NohabíavistonadaenlosregistrosdeinvestigacióndeRodríguezyRojasqueindicaraquehabíanidopuertaporpuertaainterrogaralosresidentesdelHotelMariachisobreloquehabíanvistouoídoduranteelincidenteenlaplaza.
Pensóquehabíasidounerror.
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Boschsequedóenlasaladebrigadahastatarde,releyendolosinformesyresúmenesdelexpedientedeasesinatoyanotandonuevasobservacionesopreguntasquese leocurrían.SuhijasiempreestabaocupadalosmiércolesporlanocheconlaUnidaddeExploradores de la Policía de la comisaría de Hollywood. Era un grupo abierto achicos de instituto que estaban pensando en trabajar en los cuerpos de seguridad.Recibían una visión de primeramano del trabajo policial y amenudo viajaban encoches patrulla y participaban en otras operaciones. Normalmente, era una tardecompletadeactividades,demaneraqueBoschnoteníaningunarazónparavolveracasa, aunqueeldíahabía empezadoantesdel amanecer con la llamadadel capitánCrowder.
Lasaladebrigada,deltamañodeuncampodefútbol,sehabíavaciadohastaeldíasiguiente,yBoschdisfrutódelsilencioabsolutodelespacioylaoscuridaddetrásdelasventanas.Selevantabadevezencuandodesucubículoycaminabaporlasala,paseando entre los otros cubículos y mirando el modo en que otros detectivesconfigurabany decoraban sus escritorios. Se fijó enque, en varios de los espaciosdelimitados pormamparas, los detectives se habíandesembarazadode las sillas deescritorio proporcionadas por el departamento y las habían sustituido pormodelosmejoresconbrazosajustablesysistemasdeapoyolumbar.Porsupuesto,tratándosedelDepartamentodePolicíadeLosÁngeles,lospropietariosdeesassillaslasatabanasusescritoriosconcadenasparabicicletacuandosemarchaban.
Bosch pensó que era todo muy triste. No porque la propiedad personal noestuviera a salvo en el Edificio de Administración de Policía, sino porque eldepartamento estaba convirtiéndose cada vez más en una institución sedentaria.Teclados y teléfonos móviles eran las principales herramientas del investigadormoderno.Losdetectives se sentaban en sillas demil doscientos dólares y llevabanzapatoselegantesconborlas.Habíanpasadolosdíasdelassuelasdegomagruesasyde la practicidad por encima de la estética, cuando el lema de un detective era«Levantaeltraseroysalalacalle».LagiradeBoschporlasaladebrigadalodejóconuna sensacióndemelancolía, comosi talvez fueraelmomentoadecuadoparaponerpuntofinalasucarrera.
Trabajó hasta las ocho y luego metió todo en su maletín, salió del edificio ycaminóporMainStreethastaelNickelDiner.SesentóalamesasoloypidióbistecalaplanchayunabotelladeNewcastle.Seestabaacostumbrandoacomer solootravez.SurelaciónconHannahStonehabía terminadoesemismoaño,yesosehabíatraducido en muchas noches de soledad. Estaba a punto de sacar algunos de susmateriales de trabajo del maletín, pero decidió descansar mientras comía. Pasó eltiempohablando conMonica, la propietaria, y terminó la cena con un dónut de lacasahechoalhornoyglaseadoconjarabedearceytrozosdebeicon.Conesarecargadeenergía,Boschdecidióqueerademasiadoprontoparairseasucasavacía.
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DecaminoalEdificiodeAdministracióndelaPolicíaparóenelBlueWhaleparaverquiénestabatocandoyquiénvendríaesemes,ylesorprendiógratamenteveraGrace Kelly en el escenario con un cuarteto. Grace era una joven saxofonista desonidopoderoso.Tambiéncantaba.BoschllevabaalgunosdesustemasenelmóvilyenocasionespensabaqueKellyestabacanalizandoaldifuntoFrankMorgan,unodesussaxofonistasfavoritos.Peronuncalahabíavistotocarendirecto,asíquepagólaentrada,pidióotracervezaysesentóalfondodelasala,conelmaletínenelsueloentresuspies.
Disfrutó del concierto, sobre todo del juego entre Grace y su sección rítmica.GraceterminóconunsoloqueseclavóprofundamenteenelcorazóndeBosch.Lacanción era Somewhere Over the Rainbow, y Grace sacó del saxo un sonido queninguna voz humana podría igualar. Era quejumbroso y triste, pero veníaacompañadodeunaolainnegabledeesperanzasubyacente.HizoqueBoschpensaraque todavía tenía alguna oportunidad, que podía todavía encontrar lo que estababuscando,sinqueimportaraelpocotiempoquelequedara.
Boschse fuedespuésde laprimeraparteparavolveralEAP.Porelcaminodedosmanzanasmandóunmensajedetextoasuhijaparaversitodavíaestabaconlosexploradores. Ella le contestó diciendo que ya estaba en casa y a punto de irse adormir,cansadade la jornadaescolary luegolasalidacon losexploradores.Boschmirósu relojysediocuentadequeel tiempohabíapasadovolando.Erancasi lasonce. Llamó aMaddie para darle las buenas noches y decirle que trabajaría hastatardesiellayaseibaadormir.
—¿Noteimportasinovuelvoacasahastatarde?—Claroqueno,papá.¿Estástrabajando?—Sí,vuelvoalEAPdespuésdecenar.Solohederevisarunascosas.—Bueno,parecequehasestadobebiendo.—Hetomadounacervezaenlacena.Estoybien.Soloestaréunpardehorasmás.—Cuídate.—Sí.¿Quéhabéishechoestanoche?—Hemosestadoenuncontroldealcoholemia.Observandomásquenada.Había
untipo.Noestababorracho,peroibacompletamentedesnudo.Hasidoasqueroso.—Sí,bueno,bienvenidaaHollywood.Esperoquenotequedeuntraumadepor
vida.—Losuperaré.Lohantapadoconunamantaylohanfichado.—Bien.Ahoraveteadormiryteveréporlamañanaantesdequetevayasala
escuela.Boschdesconectóysepreguntóotravezsisuhijadeverdadqueríaserpolicíao
siestabacumpliendoconelpapelparacomplacerlodealgunamanera.PensóquetalvezdeberíahablardeelloconladoctoraHinojos.Maddiepasabaunahoraconellacadames, viendo a la psicóloga de la policía con carácter extraoficial. Hinojos lohacíacomounfavordesdequeMaddiehabíaidoavivirconBoschtraslamuertede
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sumadre.CuandoHarry volvió a la sala de brigada, esta todavía estaba desierta, pero su
miradainmediatamentesedetuvoenelescritoriodesucompañera.ElbolsodeSotoestabaensusilla.Ella,porlogeneral,lodejabaallíporlamañanacuandoentrabayseibaabuscarcafé.Solosellevabaeldineroquenecesitabaydejabaelbolsoensusilla.Peroeranlasoncedelanocheyallíestabaelbolso.Boschsepreguntóenunprimermomento si ella lohabíaolvidadoalmarcharse,peroesoparecía imposibleporque en ese bolso de piel Soto guardaba sus llaves y, cuando estaba fuera deservicio,suarma.
Boschdiounavueltadetrescientossesentagradosyexaminólasaladebrigada.Nohabíaningunaseñaldeella,pero lepareciócaptarun ligeroaromaacafé.Sotoestabaallí.Enalgunaparte.
Sacósuteléfonoylemandóunmensajedetextoparapreguntarledóndeestaba.Surespuestalodejótodavíamásconfundido.
Encasa.Apuntodeirmealsobre.¿Porqué?
Boschnosabíaquéhacer.Lemandóotromensaje.
Nada.Curiosidad.
Cuandoenvióelsegundomensaje, leparecióoírun ligerosonidodecampanitacerca.Bosch siempremantenía su notificación demensajes en alerta de vibración,porque lamayoría de losmensajes que recibía eran de su hija y no quería que unruidodeavisointerrumpieraalgoeneltrabajo.Sotoeradiferente.Ellateníaelsuyoconuntonoaudible,yBoschestabasegurodehaberlooído.Escribióotromensaje.
Hastamañana.
Pulsó el botónde enviar y esta vez se quedó completamente quieto y escuchó.Casideinmediatooyóotravezlacampanita.Siguióelsonidohastalapuertaabiertadelarmariodecasos,alotroladodelasaladebrigada.
ElarmariodecasoseraenrealidadunaenormesaladealmacenamientodondeseguardabantodoslosexpedientesdeinvestigacionesdehomicidioycajasdepruebasdelaUnidaddeCasosAbiertos.Elespacioeragrande,perohabíatantoscasosqueelaño anterior se había instalado un sistema de estantes giratorios como los que seencuentran en las bibliotecas y grandes bufetes de abogados en el que las filas deestantes se encajan en raíles y pueden abatirse. El nuevo sistema permitía másalmacenamientoenunespaciocerrado.Cuandoundetectivenecesitabaaccederaunexpediente en concreto, tenía que abrir mediante un volante la fila donde seencontraba ese archivo. Cada pareja de detectives de Casos Abiertos contaba conambosladosdeunafilaenteraparasuscasos.
Boschabriósilenciosamentelapuertadelarmariodecasosymiróalinterior.Eloloracaféeramásintenso.VioquelafilaqueellaySotocompartíanestabacerrada
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conllave.Sinembargo,tresmetrosmásalládelaestanteríadesueloatecho,lafilaquepertenecíaaotraparejadedetectivesestabaabierta.
Bosch entró en la sala y se acercó en silencio a la fila abierta. Dudó antes deasomarseporlaesquinaalpasillodeunmetrodeanchuraentreestantes.
Nohabíanadieallí.Confundido,Boschmiróhaciaelfondodelasala.Detrásdelúltimoarchivador
había un cuarto para la fotocopiadora. Se dirigió hacia allí y se encontraba a unospasosdedistanciacuandooyóquelafotocopiadoraseponíaenmarcha.
Lamáquina le proporcionó una buena cobertura sonora.Avanzó con rapidez ymiróalcuarto.LucíaSotoestabajuntoalafotocopiadora,deespaldasaBosch.Habíauna carpeta con las anillas abiertas en la bandeja de trabajo, a la derecha de ladetective.Alladodeesacarpetahabíaotrastres.YjuntoaellasunatazahumeantedelLACafé,unlocalcercanoqueabríalasveinticuatrohoras.
Bosch observó en silencio mientras Soto copiaba los registros e informes delexpediente.Labandejadelacopiadoraseestaballenandodepapel.
Boschnosabíaquéhacer.Noteníaniideadecuáleralarazón,peroobviamenteSotoestabafotocopiandolosregistrosdeuncasoquenoseleshabíaencomendado.Retrocedió y examinó el hueco en los estantes. Cada equipo de la unidad teníaasignadosañosconcretosdeloscualeseranresponsables.Cadaequipodedetectivesponíasus tarjetasen ranurasaambos ladosde la fila.Boschvioque la filaabiertapertenecía a Whittaker y Dubose. No podía recordar de memoria qué añoscorrespondíanaWhittakeryDubose,peroloscuatroexpedientesqueSototeníaasulado en la fotocopiadora parecían viejos. El plástico azul de las carpetas estabaresquebrajadoydescolorido;laspáginasdelinterior,amarillentas.
Boschmiróhaciaelcuartoypensóenmarcharse tansigilosamentecomohabíallegado,pero lodetuvounaluviónde ideas.Primero,pensóen lo estúpidaqueeraSoto al copiar archivos. Cada detective de la brigada poseía un código que debíamarcareneltecladodelafotocopiadoraparaqueestafuncionara.Esosignificabaquequedaríaun rastroquediría cuántoy cuándohabía copiadoSoto.La segundacosaquepensóBoschfuequeenañosrecientesloscriteriosdeaccesoaldepartamentosehabían reducido.Habíaentradogente fichadapordelitosmenores relacionadosconlas drogas o con afiliación a bandas. Algunos creían que el crimen organizado einclusoorganizacionesterroristassehabíaninfiltradoenelcuerpo.Boschsepreguntósi Soto podría estar trabajando para alguien de fuera del departamento, actuandocomoagentedoble:detectivedeCasosAbiertosdedíayrecopiladoradeinformacióndeinteligenciadenoche.
Pensóqueprobablementeseestabadejandollevarporsuimaginación,peroalfiny al cabo acababa dementirle en susmensajes. ¿Qué era lo que no quería que élsupiera?
Boschnuncahabíasidodelosquedabanlaespaldaaunproblema.Derepente,decidió loque teníaquehaceryvolvióal cuarto.Lucíaestaba sacandounagruesa
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piladecopiasdelamáquina.Nosefijóenél,porqueestabacompletamenteabsortaenloqueestabahaciendo.
—¿Hasconseguidoloquequerías?Sotocasidiounsalto.Dehecho,tuvoquecontenerungritocuandosevolvióy
vioaBosch.Tardóunmomentoenrecomponerseantesderesponder.—¡Harry!Mehasdadounsustodemuerte.¿Quéestáshaciendoaquí?—Creoqueesaeslapreguntaquetútienesqueresponder,Lucía.Ellahizoalgunaclasedemovimientoconlasmanos,comositrataraderecuperar
elalientodespuésdelsusto.Esolediotiempoabuscarunarespuesta.—Soloestoymirandounoscasosviejos,nadamás.—¿Enserio?¿Casosquenotepertenecen?¿Quenonospertenecen?—Estoy tratando de aprender el trabajo de homicidios, Harry. Miro casos. A
vecesloscopioparapoderllevármelosacasa.Séquevacontralasnormas,pero…nocreía que fuera tan grave. No podía dormir, así que he venido a hacer algunasfotocopias.
La historia y la manera de contarla eran tan falsas que casi daban vergüenza.Bosch entró en el cuarto de la fotocopiadora y se acercó a la máquina. Hojeó elcontenido de la carpeta de la que ella había estado copiando documentos. Leyó laprimera página, que siempre era el informe inicial y el resumen del caso. Loreconociódeinmediato.
—¿Asíquesolosacascasosalazarylosestudias?—Sí,algoasí.Boschmiróloslomosdelasotrascarpetasyenseguidasediocuentadequelas
cuatrocarpetascorrespondíanalmismocaso.SetratabadelincendiodeledificiodeapartamentosBonnieBraeen1993.Nuevepersonas—casitodosniños—perecieronen un apartamento de la zona de Westlake. Las víctimas habían estado en unaguardería y parvulario sin licencia en el sótano del complejo de bajos ingresos yquedaronatrapadasporlasllamasyelhumo.Lamitaddelosniñoshacinadosenelescasoespaciomurieronporinhalacióndehumo.Elfuegofuecalificadodeincendiovoluntario,peronuncasepracticarondetenciones,apesardequeseformóunafuerzaconjuntadeexpertosdelDepartamentodeBomberoseInvestigadoresdelapolicíadeLosÁngeles.
Boschmetió las páginas sueltas que Soto había estado copiando en una de lascarpetasyluegoapilólascuatroantesderecogerlas.SevolvióypasópordelantedeSoto.
—Traetucafé—dijo.Bosch llevó las carpetas al cubículo que los dos compartían y las dejó en su
escritorio.InvitóaSotoasentarseensusitio.Ellasacóelbolsodelasillaysesentó.Boschsequedódepie,caminandounpocodetrásdeellayhablandoasuespalda.
Sotoestabacabizbaja, con lamirada fija, comoun sospechosoque sabequevanaleerleloscargos.
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—Solo voy a tener esta discusión contigo una vez—empezó Bosch—. Si memientesylodescubro,hemosterminadocomocompañerosymeencargarédequetúestésacabadacomopolicía,conmedallaalvalorosinella.
Harryhizounapausa,conlamiradaclavadaenlanucadesucompañera.Sabíaqueellapodíasentirlo.Sotoasintió.
—El incendio del Bonnie Brae—dijo Bosch—.Nome ocupé yo, pero estabaaquíylorecuerdo.Nuevemuertes,nuncaseresolvió.EntonceselrumoreraqueLaRazadePico-Unionprendióelfuego,porqueeladministradordelapartamentonolesdejabavendereneledificio.Esloúnicoquesé.Comotedigo,noeramicaso,perosearmómuchorevueloycorrieronlosrumoresylashistorias.
Boschdejódecaminar,agarrólapartedeatrásdelasilladeSotoylagiróparaobligarlaamirarlo.
—AhoravienestúdespuésdeserunaheroínaporabatiradostiposdeCalle13yresultaquelasbandasdeCalle13yLaRazadePico-Unionsonenemigosjuradosportoda la eternidad.—Se llevó el dedo a la sien y continuó—:Y ahora te encuentrocopiandoarchivosdelBonnieBraeypiensoparamí:«¿EstáchicanomehacontadoquenacióenWestlakeantesdemudarsealvalle?».Ytengoquepreguntarme:«¿Paraquiénestácopiandolosarchivos?».
—Noesnadadeeso,Harry.He…—Déjameterminar.Todavíanotienesquedecirnada.—DiolaespaldaaSotoy
miró lascarpetasapiladasensuescritorio.Estabafurioso.Sevolvióotravez—.Esbienconocidoqueestedepartamentobaja laguardiacuandotienequeengrosarsusfilas,yseinfiltragente.Gentequeprimeroesotracosaydespuéspolicía.Perotediréahoramismo que no voy amarcharme así. ¿Crees que soy un viejo idiota al quepuedesengañardelantedesusnaricesynomeenteraré?Pensabadesdeelprincipioquehabíaalgoraroenti.Noquieresserpolicía.Quieresserotracosa.
—No,teequivocas.Sotoempezóalevantarse,peroBoschlepusounamanoenelhombroylaretuvo
ensusilla.—No, tengo razón. Vas a quedarte sentada y me vas a contar lo que estás
haciendoyparaquiénloestáshaciendo,onosquedaremosaquíhastaquesalgaelsolylagenteempieceallegaryapreguntarquéestápasando.
Soto cruzóunbrazopordelantede su cuerpo como si fuera a buscar un arma.Boschse tensó,pero lamanodeSotofueasumuñeca izquierda.Sedesabrochóelpuñoy levantóviolentamente lamanga.Giróelbrazopara revelarun tatuajeen lacara interiorde su antebrazo.Erauna lista con cinconombres enuna lápida: José,Elsa,Marlena,Juanito,Carlos.
—Yo estaba en el sótano cuando empezó el fuego—dijo—. Sonmis amigos.Murieron.
Boschlentamenteseacercóasuescritorioyapartósusillaparapodersentarse.Mirólascarpetasunmomentoyluegoasucompañera.
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—Estástratandoderesolverlo—dijo—.Portucuenta.Sotoasintióysebajólamanga.
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Porlamañana,BoschySotosereunieronenlasaladebrigada,ficharoneneltablóny fuerondirectamente al coche para volver al laboratorio regional.Boschya habíarecibidoavisodelaanalistadevídeoalaquehabíadejadolosdiscoseldíaanterior.Inicialmente, la analista,BaileyCopeland,había explicadoaBoschquenecesitaríaunpardedíasparatrabajarconlostresdiscos,yesoaunteniendoencuentaqueibaadarleprioridadporlaimportanciadelcasoylaatenciónqueestabarecibiendodelosmedios. Sin embargo, esa mañana, Copeland llamó a Bosch cuando este ibaconduciendopor la101y ledijoquehabíaencontradoalgoquedeberíavercuantoantes.
Porelcamino,BoschySotoapenashablarondelepisodiode lanocheanterior.Boschcomprendiódeinmediatolamotivacióndesucompañera.Élhabíasentidounimpulsosimilarpararesolveruncasodesupropiopasado.LehabíadichoaSotoquelaayudaría,peroteníanquehacerlobien.Amenosdeunañoderetirarseycobrarsupensión en un pago único, Harry no podía confiar en que el departamento noaprovecharacualquierinfracciónparadespedirlosinesaremuneración.LedijoaSotoque, si se lesocurríaunplanque resultaraenque lesasignarande formaoficialelcasoBonnieBrae, lo investigarían juntos.Pero también leadvirtióqueelhechodequeella seocuparadeuncasoquenoera suyoeraunmovimientopeligrosoeneldepartamento,tantoparaellacomoparaél.
La Unidad de Vídeo y Datos se hallaba en la tercera planta del laboratorioregional.Copeland estaba esperándolos en una cabina donde había una consola deaudio y vídeo sobre una mesa y delante de una pared multipantalla. La sala erapequeñayestabapocoiluminada.CopelandhabíatraídotaburetesparaBoschySoto.
—Graciasporvenirtemprano—dijoCopeland—.Lesmostraréloquetengoaquíyluegomeiréacasa.
—¿Haestadotodalanocheconesto?—preguntóBosch.—Sí.Meentusiasméynohepodidodejarlo.—Seloagradezco.Muéstrenosloquetiene.LamesadellaboratorioestabaelevadayCopelanderaunamujerbaja.Sequedó
de pie durante la exhibición, pero Bosch y Soto, sentados detrás de ella, todavíapodíanverconfacilidadlaspantallas.
—Vale,vamosaverlotodounavezyluegovolveremos.Loprimeroquehicefuecrear un programa de triangulación para nuestros tres vídeos. El contador horarioestabaapagadoenalmenosunodeellos,asíqueloqueheusadocomoreferenciadetiempoeslaúnicacosaqueestápresenteenlostresvídeos.
Copelandpulsóunbotónenuntecladoytresdelaspantallascobraronvida,cadaunamostrandounángulodistintodeMariachiPlazaylascallesdedelante.Casideinmediato, la analista de vídeo pulsó otra tecla y las imágenes se congelaron.Copelandseñalólapantallacentral,quemostrabalagrabacióndelatiendademúsica.
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—¿VenesteFordTaurusquepasadelantedelatiendademúsica?Esecocheestáenlostresvídeos.
Copelandseñalóelvehículoencadaunadelaspantallas.Boschyasehabíafijadoenque lanitidezde losvídeos eramuy superior a cuandoél loshabíavisto el díaanterior.Copelandloshabíaajustado,loshabíahechomásdefinidos.
—Al calibrar los tres vídeos a partir del movimiento de ese coche, podemosreproducirlostressimultáneamente.Vamosaverlos.
Copelandpulsóuna teclay losvídeosse reanudaron.Las trespantallasestabansituadasunajuntoaotray,deesemodo,aBoschnoleresultabadifícilobservarlastresalavez.Copelandhabíaencontradoelpuntodetriangulación—elFord—másde un minuto antes del disparo, de manera que observaron y esperaron conexpectaciónantesdequefinalmentevieranaMercedcaerdelamesaalsueloyasuscompañerosmariachissaliendoendesbandada.
—Vale,vamosaverlootravezacámaralenta—dijoCopeland—,ymecuentanloqueven.
Copeland reanudó la reproducción. Bosch estaba concentrado sobre todo en lapantallacentral,dondeseveíaaMercedsentadoenlamesa.Eraelvídeomáslimpioy era el único quemostraba a la víctima. Era siniestro observarlo a cámara lenta,sabiendoloqueibaaocurrir.Soto,quenohabíavistolosvídeosantesdeesamañana,seinclinóhaciadelanteparaobservarconmásatención.
Bosch trató de abarcar con la mirada las tres pantallas en el momento en quehirieron aMerced, peronovionadaque atrajera su atención cuando se produjo eldisparo.
Copelanddetuvolareproducción.—Entonces¿lohanvisto?—preguntóella.—¿Verqué?—preguntóBosch.Copelandsonrió.—Vamosamoveresto.Tecleóunaordenylostresángulosdecámaracambiarondeposición.Lapantalla
del centromostró entonces la imagen captada por la cámara del aparcamiento delrestaurantePedrito.
—Vale,miremosotravez.Copelandreprodujoelvídeoacámara lentayBoschmantuvosuatenciónen la
pantallacentral.Aunquemásdefinidaquecuandovioelvídeoensuportátileldíaanterior, todavía era una imagen con grano de la calle y una porción deMariachiPlazadesdeunadistanciadedosmanzanas.
—Ahí—dijoSoto—.Lohevisto.—¿Quéhasvisto?—preguntóBosch.—Enlaventana.Soto señalóunaventanadel primerpisodelBoyleHotel.Eraunahabitación a
oscuras.
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—Buenojo—dijoCopeland—.Vamosaverlootravez.Reprodujo la secuencia de nuevo, y en esta ocasión Bosch observó solo la
ventanaquesucompañerahabíaseñalado.Esperóy,enelmomentodeldisparo,vioun pequeño píxel de luz destellando en la oscuridad. Copeland detuvo lareproducción.
—¿Eso?—preguntóBosch.—Sí, eso—confirmó Copeland—. Tienen que recordar que la mayoría de los
vídeosdevigilancia,sobretodolosdehacediezaños,segrababanenvelocidadbajapor la capacidad de almacenamiento. Está cámara grababa diez imágenes porsegundo.
—¿Estádiciendoqueesepequeñopuntodeluzeseldestellodelcañón?—Sí,exactamente.Esloúnicoquecaptalacámara,perobasta.Dispararondesde
esaventana.Boschmirólaimagencongeladaenlapantalla.Sabíaqueyanohabíanecesidad
deunestudiodetrayectoria.EldisparohabíasalidodeunahabitacióndelaprimeraplantadelHotelMariachi.
—Estoesloquetengo—dijoCopeland.Copeland introdujo órdenes que aumentaron la imagen de la pantalla central.
Centrólaventanaenlapantallayestudiaronelpuntoblancoenelfondonegro.—Hemosdeconseguiresosregistrosdehotel,Harry—sugirióSoto.—Eslahabitación211—dijoél.—¿Ordenderegistro?—preguntóella—.¿Paraqueestétodoclaro?Boschasintióotravez.—Noheterminado—dijoCopeland.LaanalistadevídeoreconfigurólaspantallasdemaneraquelaimagendeMerced
quedó en el centro otra vez. Entonces dibujó un círculo para aislar a uno de losmiembros de la banda demariachis.No eraMerced, sino uno de los hombres queestabandepie.Eltrompetista.Copelandpulsóelbotóndereproducciónyelcírculopermaneció en él, manteniéndolo enfocado mientras que el resto de la pantallaquedabaligeramenteborrosa.
—Obsérvenlo—dijo.Boschhizo loque lepidieronyobservóelmomentodeldisparootravez,pero
esta vez fijándose solo en el trompetista y en su reacción en el momento en queMercedrecibióeldisparo.Semovióconrapidez,saliendodelapantalla.
—Bien—dijoBosch,aparentementesincaptarloqueCopelandqueríaqueviera—.¿Quéestamosmirando?
—Doscosas—dijoCopeland—.Primero,sureacción.Estonotienenadaqueverconlamejoradevídeo.Soloestoyhablandodesureacción.Mirealosdemás.
Ella movió el círculo a otro de los hombres y reprodujo el vídeo. Era elacordeonistasentadoalladodeMercedenlamesa.ElhombrevioaMercedcaerdela mesa y empezó a sonreír, presumiblemente porque pensaba que se trataba de
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algunabroma.Peroluegovioqueelguitarristaseagachababajolamesayselanzótambiénél,ocultándoselomejorquepudo.
—Yahoraelguitarrista—dijoCopeland.El círculo se desplazó al hombre que estaba de pie y tocando la guitarra en la
esquinaposteriorde lamesa.Tambiénél sequedó inicialmenteconfundidocuandodispararon a Merced, pero enseguida comprendió lo que acababa de ocurrir y seagachóparausarlamesa,asícomosuguitarra,comoprotección.
—Veamosotravezaltrompetista—dijoBosch.Observaronensilencio.—Otravez—pidióBosch.Lovierondenuevo.—Vale—dijo—,vamosaverlotodootravezsinningúncírculo.Cuandolareproducciónterminó,solomirólapantalla.—¿Venloquequierodecir?—preguntóCopeland—.Noestoyhablandodeque
corra.Esoescomprensible.—¿Creequesabíaqueibanadisparar?—preguntóSoto.—Esotampocolosé—contestóCopeland—.Peroloqueestoydiciendoesque
nomuestradesconcierto.Soloelinstintodehuir.EscomosicomprendieraalinstantequehabíandisparadoaMerced,ylosotrostiposloentendieronmástarde.
Boschasintió.Eraunabuenaobservación,unaobservaciónqueaélse lehabíapasado las múltiples veces que había visto el vídeo el día anterior. Se habíaconcentrado únicamente en Merced sin prestar atención adecuada a los otrosmiembrosdelgrupo.
—¿Quiénes?—preguntó.—Eltrompetista,creoqueeraOjeda—respondióSoto—.ÁngelOjeda.Eselque
dijoensudeclaraciónquecorrió.—Vale,hablemosdelaposicióndelseñorOjedaahora—dijoCopeland—.Con
latriangulación,hepodidoprepararunmodelodigitaldelincidente.Esburdo,porquepensabaqueteníaquepriorizarlavelocidadsobrelacalidad.
Escribiólasórdenesyapagótodaslaspantallasmenoslacentral.Acontinuación,abrióunaversiónanimadadeldisparodesdeelángulode la tiendademúsica.Losmiembros del grupo eran poco más que figuras fijas a las que Copeland habíaasignadoletras.MercedestabamarcadoconunaAyOjedaeralafiguraB.
—Este programa mide gradaciones espaciales y recrea con precisión unaanimaciónmultidimensionalquepodemosmanipular.
Copeland controló la pantalla con su teclado y ratón. La imagen se desplazó através del escaparate de la tienda de música e hizo zoom en los cuatro hombressituadosenlamesayalrededor.Luego,introdujounaordenyeldisparosevisualizóencámaralenta,conlatrayectoriadelabalamarcadaporunalínearojaquecruzabalapantallaeimpactabaenlafigurasentadaenlamesa:Merced.
—Vale,empecemosotravezperodesdearriba—dijoCopeland.
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La imagen se desplazó de manera que se encontraron mirando la mesa desdearriba.Unaimagencenital.Copelandejecutólasimulaciónylabalaotravezaparecióen la imagen como una línea roja que impactaba enMerced. En el momento delimpacto la figura que eraOjeda, el trompetista, estaba enmovimiento detrás de lamesa.Estabaclaroque,silabalanohubieraheridoaMerced,lehabríadadoaOjeda.
—¡Guau!—exclamóSoto.Copeland reprodujo dos simulacionesmás. La primera era otra versión cenital,
perodesdeunpuntomuyelevado,ycaptabatodalaplaza,callesadjuntasyelBoyleHotel.Estasimulaciónmostrabalalínearojadelabalaquecruzabalapantalladesdeel hotel hasta la mesa de pícnic, otra vez mostrando de manera convincente queMerceddetuvolabalaantesdequealcanzaraaOjeda.
Laúltimasimulacióneraunángulodesuelodeldisparodesdeelhotelalamesa.Copeland paró el programa en el punto en que la bala impactó en la figura querepresentabaaMerced.Luegoloreprodujootravezy,después,unaterceraantesdedejarquelasimulaciónllegaraalfinal.
—TendránquehablarconlosdeBalísticasobrelatrayectoria,elobjetivoytodoeso—dijo ella—. Pero mirando esto se aprecia que, si la figura B estaba siendoseguida con unamira telescópica, el francotirador podría haber disparado antes dedarsecuentadequelafiguraA(suvíctima)estabaenlalíneadefuego.
Boschasintió.—Visióndetúnel.Algunagentelollama«cegueradevisor»,loúnicoqueveses
elobjetivo.Boschselevantó.Estabademasiadonerviosoparapermanecersentado.—Eltrompetista—dijo—.Hemosdeencontrarlo.Copelandsacóundiscoenunafundadeplásticodelladodelamesadetrabajoy
seloentregóaSoto.—He hecho una copia de la animación. Espero que ayude. Construiríamos un
modelomásdetalladosialgunavezsenecesitaparausarloenuntribunal.Sotoasintióycogióeldisco.—Recibido—dijoella—.Gracias.—Bailey,váyaseadormir—sugirióBosch—.Selohaganado.
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BoschySotoseapresuraronavolveralEAPysedividieronel trabajo.Sedecidióque él escribiría la solicitud de orden judicial para registrar el Boyle Hotel y lallevaría al tribunal para que la firmara un juez. Entretanto, ella se ocuparía delocalizaralostresmiembrossupervivientesdeLosReyesJalisco,coneltrompetistaÁngelOjedacomoprioridad.
Mientras Soto iba a buscar café antes de empezar su trabajo, Bosch fue a laoficina del capitán y llamó a la puerta.Quería poner aCrowder al corriente de laevolución del caso. Era inusual que Bosch mantuviera a su supervisor tan bieninformadodeuncaso,peroqueríaasegurarsedequeCrowdernocaíabajoelinflujode su teniente en términos de entregar la investigación de Merced a Robos yHomicidios.SiCrowdersabíaqueestabanavanzando,seríamenosprobablequelesquitara el caso. Al fin y al cabo, si Bosch y Soto lo resolvían, Crowder, comosupervisor,sellevaríatodaslasfelicitacionesqueacompañanunadetención.
ParaconsternacióndeBosch,Crowdercogióel teléfonoehizoveniraSamuelsparaquepudieraoírelinformedeBosch.HarryhabíatenidolaesperanzadedejaraSamuelsalmargen,porqueeltenienteestabadefendiendoquesetransfirieraelcaso.
Boschrápidamentepusoaamboshombresalcorrientedelainformaciónclavedela Unidad de Vídeo y Datos: que sabían de dónde salió el disparo y estabantrabajandoparadescubrirquiénhabíaalquiladoesahabitaciónenelHotelMariachieldíadeloshechos.NosemolestóenhablarlesdelaanimaciónqueBaileyCopelandhabíahechoyqueindicabaquelabalaquehabíaheridoaMercedpodríahabertenidoporobjetivoaÁngelOjeda,eltrompetista.BoschqueríainvestigarmáseseaspectoantesdepresentárseloaCrowderySamuels.SícontóalosdossupervisoresqueSotoestababuscandoalosotrostresmiembrosdelabandademariachisparaquepudieranserinterrogadosotravez.
—Vale,Harry—dijoCrowder—.Estánprogresandobien.Nosedetengan.—Deacuerdo,capitán.—VamosaponeraHolcombenlalíneaciudadana—dijoSamuels—.Apartirde
hoy.Quarlestienetribunal.Sarah Holcomb y Eddie Quarles formaban otro de los equipos de la unidad.
QuarleseraelveteranoyHolcomb,unadelasreciéntransferidas.Teníanuncasoenjuicioenesemomentoy,comomiembroveteranode lapareja,Quarlesseríaquientestificaríaeneltribunal.Holcombpodíaasistiraljuicio,perotendríapocoquehacer.Enlugardedejarlaallícomoespectadora,Samuelsprefiriórecolocarlaenlaunidadpara que se ocupara de las llamadas de recompensa que se recibían por el casoMerced. En circunstancias normales, Bosch habría deseado un detective másexperimentadoconlasllamadas,peroenestaocasiónteneraunanovatadelaunidadenlalíneadeinformaciónfuncionaríamejorconunplanqueestabapergeñando.
Al volver a su escritorio, Bosch encontró una taza de café de la máquina
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expendedora de la planta baja.Esamáquina nunca sacaba una buena taza de café,perolacafeínasiempreveníabienyapreciabaqueSotoselahubieratraído.
—Yopagolasiguiente—leofrecióasucompañera,queyaestabaotravezconsuordenador.
—Notepreocupes—contestóellasinapartarlamiradadelapantalla—.Hoyporti,mañanapormí.
Boschabriósuportátilysepusoatrabajarenlaordenjudicial.Usóunaplantillabásicapararellenarlasprimeraspáginas,limitándoseacumplimentarlosespaciosenblancoespecificandoellugarquequeríaregistraryloqueestababuscando.Lapartedifícil consistía en delimitar dónde se encontraban en ese momento los viejosregistrosdelBoyleHotel.Elproyectode renovaciónhabía sido llevadoacaboporunainstituciónylosmaterialesquebuscabaBoschhabíansidoentregadosaotra.Esainstitución, la Sociedad Histórica, los tenía almacenados en alguna parte. Pero, almargen de la situación de los materiales que buscaban, era el resumen de causaprobableloquemáscontabaeneldocumento,ynohabíaningunaplantillaparaeso.Tenía que convencer al juez de que le concediera la autoridad para requisartemporalmentelosregistrosdelyaextintohotel.Debíamostrarporquélosregistroseranpertinentesasucaso.
Tardóel restode lamañanaen terminar la solicituddeordende registro.Pocoantes del almuerzo, la imprimió y le pidió aSoto que la leyera.Era una formadeinculcar «compañerismo» y enseñarle el oficio. La orden judicial era una de lasherramientasmásútilesdelinvestigador.DespuésdequeSototerminaradeleerla,ledijoqueibaallevarlaaltribunalmientrasellacontinuababuscandolosdomiciliosdelosmúsicosquequeríanentrevistar.EllaleinformódequeyahabíalocalizadoadosmiembrosdeLosReyesJaliscoyquelosdosseencontrabanenlaciudad,peroÁngelOjeda —con el que más interés tenían en hablar— estaba resultando difícil deencontrar. Se había separado del grupo y al parecer se había marchado de LosÁngelesmuypocodespuésdel incidente.Nohabíaaparecidonadaen lasbasesdedatosdeloscuerpospolicialesy,segúnelServiciodeNaturalizacióneInmigración,sutarjetaderesidenciapermanentenohabíasidorenovadadesdehacíatresaños.
—Talvezlosotrosdossabendóndeestá—propusoBosch.—Esoes loqueestabapensando.O talvezpuedendarnosunapistadealguien
quepuededarnosunapista.¿Estáslibreestatardeparahaceresto?—Sí, hemos de mantener el impulso. Podemos dejar la orden judicial en la
SociedadHistóricaporelcamino.—Bien.EllugaralqueibaBoscheraelCentrodeJusticiaPenalClaraShortridgeFoltz,
peronadielollamabaasí.Elnombreerademasiadolargoydemasiadodifícilparalajergaque solíanusar los polis.Lamayoría de los policías y abogados lo llamabanETP,porelEdificiodelTribunalPenal,oel2-10,porsudirecciónenWestTempleStreet. Estaba a pocas manzanas del EAP y Bosch fue caminando porque habría
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tardadomuchomásyendoencocheybuscandounsitioparaaparcar.Bosch estuvo de suerte. La jueza de guardia que se ocupaba de cuestiones
administrativas, incluidas solicitudes de órdenes de registro, era Sherma Barthlett,una magistrada a la que Bosch conocía porque había sido fiscal. Siempre habíantenido una relación profesional fluida, y cuando Bosch la avisó a través de suasistentedequeestabaallíconunaorden, inmediatamente lo invitaronasubirasudespacho.Enlamayoríadeloscasos,lasórdenesibanaldespachodeljuezparasuconsideraciónmientrasquelosdetectivesteníanqueesperarenlasalavacía.
—Harry,nopuedocreerquesigaenactivo—ledijolajuezacuandoentró.Lajuezaselevantóyrodeósuescritorioparaestrecharleformalmentelamano.—Porpocotiempo—dijoBosch—.Mequedaunañoenmicontratodeplande
jubilación postergada, pero algunos días ni siquiera estoy seguro de que puedalograrlo.
—¿Usted?Probablementetendránquesacarloarastras.Siéntese.Lajuezaseñalóunasillasituadadelantedesuescritoriomientrasellavolvíaasu
lugar. Era unamujermuy amable, cuyo trato fácil no hacía presagiar su ferocidadprimerocomofiscalyluegocomojueza.CuandoerafiscalsuapodoeralaContable,no solo porque se había especializado en delitos financieros, sino también porqueposeía una memoria maravillosa para todo lo relacionado con números, desdecódigos penales hasta números de teléfono o a cuántas sentencias habían recibidoaquellosa losquehabíaacusadoañosantes.Boschhabía trabajadoconellaendosocasiones en los años noventa en casos de asesinato motivados por un beneficioeconómico. Barthlett había sido muy exigente, pero Bosch no podía quejarse.Consiguieronveredictosdehomicidioenprimergradoenamboscasos.
Boschentrególasolicituddelaordenatravésdelamesa.—¿Qué tenemos ahí?—preguntóBarthlett cuando empezó a pasar páginas del
resumen—.Esunabúsquedaderegistros.—Sí—dijoBosch—.Buscamosunnombreenunregistrodehotel.—LaSociedadHistórica…Boschnorespondió.Barthlettsoloestabaleyendoenvozalta.Esperó.—RecuerdoelcasoMerced.Yanoestabaenlafiscalía,perorecuerdoeste.Así
queahoraestámuerto.—Sí.Hasalidoenlosperiódicos.—Entreloquehagoaquí,mimaridoylosniños,tengopocotiempoparaleerel
periódico…Siempreestoydesconectada.Boschselimitóaasentirconlacabeza,aunquelosojosdelajuezaestabanenel
documentoqueéllehabíatraído.Ellacogióunpequeñomartilloqueteníaenlamesa,yBoschsediocuentadeque
en realidad era un bolígrafo.Barthlett firmó la primera página de la orden y se ladevolvióconunasonrisa.
—Esperoqueayude,detective.
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—Yotambién.Gracias,señoría.Boschselevantóysevolvióhacialapuerta.—¿Cuándoessufechadejubilación?—preguntóellaasuespalda.Boschsevolvióamirarla.—Supuestamente,afinaldeaño—dijo.—¿Supuestamente?Boschseencogiódehombros.—Nuncasesabe.—Loconseguirá,Harry—dijoella—.YesperoqueJerryyyoestemosinvitados
alafiesta.BoschsupusoqueJerryerasumarido.Sonrió.—Estánenlalista.
Desdeeltribunal,BoschsedirigióaAlamedacruzandoporelmonumentohistóricoEl Pueblo de Los Ángeles. Su primera parada fue en Philippe’s para degustar unsándwichdeternera.ConseguircomidaenPhilippe’sfuncionabadelamismamaneradesdehacíamásdecienaños.Losclienteshacíancolaenelmostradordelantedelosencargadosdetrincharlacarneyesperabanpacientementeparapedirsussándwiches.Eltrucoeraelegirlacolaqueavanzabamásrápido.Lostrinchadoresquecharlabanconlosclienteseranlentos.Boscheligióaunamujerqueparecíaqueestabaporlafaenayescogióbien.Sucolasemovióconrapidezyprontoestuvosentadoaunadelasmesascomunalesconsusándwich,unaensaladadepatatayunaCoca-Cola.
Lacomidaestuvoa laaltura, comodecostumbre,yBoschse sintió tentadoderepetir,perodecidióquedarseconhambre.Elsándwichnohabíasidolaúnicarazónde que hubiera elegido Philippe’s. El restaurante se encontraba enfrente de UnionStation.Cuandohuboterminado,BoschsalióycruzóAlamedaStreetparaaccederalgranvestíbulodelaestacióndetren.Habíaunafiladecabinasdeteléfonodeestiloantiguocercade laentradaysemetióenunadeellas.Envolvióelauricularcon lacorbataparaamortiguarsuvozehizounallamadarápida.
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SotoestabalistayesperandocuandoBoschvolvióalEAP.LosdosmiembrosdeLosReyes Jalisco que ella había localizado vivían en North Hollywood y a solo unasmanzanas de distancia entre ellos, lo cual significaba que probablemente todavíamanteníanunarelaciónprofesionalydeamistad.Necesitabanentrevistarlosparaversi teníanalgúnrecuerdonuevooalgunaideasobreelcaso.Consuerte, tambiénlesproporcionarían una pista sobre Ángel Ojeda, cuyo paradero seguía siendodesconocido.
—He pensado dejar la orden en la Sociedad Histórica y luego ir al valle —comentóSoto—.Salirantesdequeeltráficosecomplique.
—Eltráficosiempreescomplicado—dijoBosch.
Elprimerhombre al quedebíanentrevistar se llamabaEstebanHernándezy era elguitarrista del grupo. Vivía en un gran complejo de apartamentos en NorthLankershim que contaba con un patio central con una vieja piscina rellenada decemento donde los inquilinos se reunían durante el día. Mientras Bosch y Sotorecorrían el pasillo exterior hacia el apartamento 3-K, los hombres que estabanreunidos en un grupo de lo que ya no eramás que una superficie de cemento losmiraronyhablaronabiertamente.Boschentendiólaspalabras«policía»,«heroína»y«Calle13»ysupoquehabíanreconocidoaSoto.
Cuando llegaron al apartamento 3-K, Bosch llamó a la puerta con fuerza yesperaron.
—Esostipostehanreconocido—dijoBosch—.Losheoído.—Delatele.—¿Temolesta?¿Calle13noofrecióunarecompensaporti?—Supuestamente.Peroluegorecibieronelmensaje.—¿Quémensaje?Antesdequeellapudieraresponder,abriólapuertaunhombrecorpulentoalque
Bosch reconoció del vídeo de la tienda de música: hombros anchos y caderasdelgadasconunvientreamplioyunbigotegrueso.
—¿SeñorHernández?—dijo—.Policía.MostrósuplacayluegopresentóaSoto.EllasedirigióaHernándezenespañol.
Elhombrerespondióconamabilidadylosinvitóapasaraunapartamentodeunsoloambiente, pero ordenado. Se sentó en una cama plegable que pretendía parecer unsofá,convariasalmohadasapoyadascontralapareddeatrás.Boschsequedódepiejunto a la puerta y dejó que Soto ocupara un lugar central, porque iba a ser suentrevista.Ellatambiénpermaneciódepie,justodelantedeHernández.
Bosch comprendía la mayor parte de lo que preguntaba su compañera. SotoempezóporexplicarqueeldisparoquehabíarecibidoMercedsehabíaconvertidoen
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un homicidio y que ella y Bosch estaban investigándolo. Planteó unas cuantaspreguntas introductoriasparaver siHernández recordabaalgunacosamás sobre eldisparo o si tenía alguna idea más sobre lo ocurrido diez años antes. A Bosch lecostaba más entender a Hernández. Tenía una voz ronca y quizá había estadobebiendo antes de que ellos llegaran. Parecía que arrastraba algunas palabras ymurmurabaotras.Peroquedóclaroquenoteníanadanuevoqueañadiraloqueyaconstabaensudeclaraciónyenelexpedientedelcaso.
Sotopreguntóentoncessisabíadóndepodíanlocalizaralosotrosdosmiembrossupervivientesdelgrupo,ÁngelOjedayAlbertoCabral.ABosch legustóqueellapreguntara por Cabral, aunque ya tenían su dirección. Era un movimiento que undetectivemás experimentado emplearía para comprobar la veracidaddeun testigo.AprecióelhechodenohabertenidoqueexplicarleaSotoquelomanejaraasí.
Hernández negó con la cabeza ante la mención de Ojeda, pero señaló con elpulgarporencimadelhombroylediounadireccióndeCabral.Sotoleplanteóvariaspreguntasgeneralesmásy,depronto,cuandolaentrevistaparecíahaberterminado,lepreguntó por qué pensaba que Ojeda había corrido ese día. Hernández fingióconfusión.
—¿Qué?Ellaselopreguntóotravez,diciéndolequehabíaunagrabacióndelincidentey
que Ojeda salió corriendo en el momento en que dispararon a Merced, como sisupieraloqueestabaocurriendo.
Hernández dijo que no había reparado en los movimientos de Ojeda, porqueestabademasiadoocupadoponiéndoseacubiertounavezquesediocuentadequehabían disparado aMerced. Soto dio la impresión de contentarse con la respuesta,pero inició una nueva línea de interrogatorio sobre Ojeda, preguntando si teníaenemigososehabíametidoenalgúnlíoenaquellaépoca.
Hernándeznofueútil.ObiennosabíagrancosadeOjedaolosimulaba.Sídijoque Ojeda solo llevaba nueve meses en la banda antes del disparo y que habíadesaparecido justo después.Hernández yCabral se unieron a otros dosmúsicos ycontinuaronactuandocomoLosReyesJalisco.
Soto preguntó de dónde había llegado Ojeda para incorporarse a la banda yHernándezseencogiódehombros.SabíaqueeraoriginariodeChihuahua,peronopodíarecordarmáscircunstanciasdeélenelmomentodeunirsealabanda.Dijoquecreía que Cabral lo había conocido en Mariachi Plaza y lo había incorporado algrupo, porque pensaba que la adición de un trompetista les ayudaría a conseguirmejores trabajos.Mientras hablaba, Hernández daba la impresión de recordarmásdetalles.AñadióqueOjedaeramuyatractivoyqueeso también se tuvoencuentapara incorporarlo a la banda. Tenía un pequeño séquito en el circuito de losmariachis, y creyeron que su aspecto podría ayudarles a conseguir trabajos en laplaza,dondecualquierventajacompetitivaerabienvenida.
SotodiolasgraciasaHernández,yBoschlosaludóconlacabeza.Losdetectives
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luegocircularonunasmanzanasporLankershimhastauncomplejodeapartamentosde diseño similar donde vivíaCabral.Cabral no estaba en su apartamento ni en elpatio, donde había un grupo de hombres sentados en torno a una barbacoa,preparandolacomida.CuandoSotolespreguntósobreCabralysuposibleparadero,loshombresnegaronconlacabeza.
BoschySotoestabantanalnortedelcentroyelEAPquedecidieronsentarseenel coche durante un rato y esperar a ver si aparecíaCabral.Bosch aparcó en zonaprohibidajuntoalaverjadeentradaalcomplejodeapartamentosparaasegurarsedequeveríanalmúsicosientraba.
—Entonces ¿qué opinas?—preguntó Soto una vez que estuvieron aparcados yobservando.
—Creoquehasllevadomuybienlaentrevista—dijoBosch.—Gracias.—Ypiensolomismoquepensabaantes.TenemosqueencontraraOjeda.Espero
quenovolvieraaChihuahua,porqueesoseríabuscarunaagujaenunpajar.—Nolosé.Norenovósutarjetaverde.Mehacepensarquevolvió.—Lapreguntaseráporqué.Sotoasintió.—¿CreesaHernández?¿Quenosabedóndeestá?—preguntó.Boschpensóunmomentoyasintió.—Locreo.Losmúsicossonitinerantes.Vienenyvan.Soto asintió con la cabeza y se quedaron un rato en silencio. Entonces Bosch
recordólahistoriainacabadadeSoto.—No has terminado lo que has dicho antes de la recompensa y de Calle 13.
Decíasquerecibieronelmensaje.Sotoasintió.—Sí, varios tipos de la Unidad de Inteligencia de Bandas fueron a visitar a
algunos de los cabecillas y les dijeron que, si me ocurría algo, eso instigaría unaguerraabiertaconelDepartamentodePolicíadeLosÁngeles,yqueCalle13nuncaharíaningúnnegocio,porquetendríanatodoslosazulesencima.
—¿Yqué?¿Prometieronquenoteharíannada?—Esoesloquedijeron.Bosch asintió y continuó pensando sobre Soto y su trayectoria. Sus siguientes
preguntasvolvieronalcasoBonnieBrae.—¿Quérecuerdasdeesedía?—preguntó—.Delfuego.¿Quéedadtenías,seiso
siete?Sotoordenósuspensamientosantesderesponder.—Teníasieteyloquemásrecuerdoeselhumoquesefiltrabapordebajodela
puerta.Habíamosintentadosalir,perotuvimosquevolverporquehabíafuegoenelhuecodelaescaleraylasescalerasdelotroladodelpasilloestabanbloqueadas.Asíquevolvimosycerramoslapuerta.Nohabíaotrasalida.
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—¿Habíaunamaestra?—Sí,laseñoraGonzález…murió.Estábamosahídentroynadieveníaaayudar,y
enseguida empezó a entrar humo. Teníamos estos delantales que usábamos parapintar,y la señoraGonzálezysuayudante,unaseñora llamadaAdele, loscortaronconunastijerasparaquepudiéramosmojarlosenlapecerayluegonosenvolvimoslacaraconellosynoscubrimoslanarizylaboca.
—Esofueinteligente.—Pero seguía entrando humo y estábamos tosiendo y asfixiándonos. Entonces
fuimosalcuartodelmaterialycerramoslapuerta.Comonohabíasitioparatodos,laseñoraGonzálezsequedófueraysiguiópidiendoayudaagritos.
—Pero¿novinonadie?—No durante mucho tiempo. Ymuy pronto ya no oíamos a nadie y el humo
estabaentrandoenelarmariodematerial.Boschimaginóloasustadosquedebíandeestartodos.Todosesosniñosyunsolo
adulto.—Entonces el humo se hizo insoportable y nos quedamos dormidos. Solo que
algunosnodespertaron.Unbomberomesalvó.Mehizoelbocaabocayluegomepusounamascarilla.Recuerdoqueestabaenel camióny losvi trabajandoconmimejor amiga, Elsa. No pudieron salvarla. Me salvaron a mí, pero no a ella. Nocomprendíeso.
Boschnosabíaquédecir.Sequedócalladoduranteunbuenrato.Cuandohablóporfinfueparadestacarunadelaspartespositivasdelahistoria.
—¿Algunavezsupistequiénfueelbombero?—No,nunca.Pensabaquesunombreestaríaenalgunodelosinformes,perode
momentonolohevisto.Boschasintió,peroelretrovisorlateraldesviósuatención.Uncocheseacercaba
conlentitudjuntoalafiladevehículosaparcados.Erauncacharroviejodeaspectosospechosoyteníalasventanillasbajadas.
Bosch sacó la pistola del cinturón y la mantuvo en su regazo, con el cañónapuntadoasupuerta.
—¿Quépasa?—preguntóSoto.—Esperoquenada.Soto se movió de costado en su asiento hasta apoyar la espalda en la puerta.
Tambiénsacóelarmaylasujetóconlasdosmanosensuregazo.—Nomedispares—dijoBosch.Bosch se fijó en la tensiónde supropiavoz.La adrenalina fluía en su torrente
sanguíneo. El coche estaba dos lugares más atrás y Bosch alcanzó a distinguir almenostresfigurasenél.Dosdelante,unoenmediodelasientodeatrás.
El coche pasó lentamente a su lado, y Bosch estableció contacto visual con elpasajero de delante y luego con el hombre que iba en el asiento de atrás. Los dosteníantatuajesenelcuello.MiraronaBosch,peronohicieronmovimientosfurtivos
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yelcochecontinuósumarcha.Unavezquepasó,Boschsoltóunmomentoelarmayverificólamatrículadelcoche.
El micrófono de la radio estaba al extremo de un cable tan viejo que habíaperdidolaelasticidadyteníaqueenvolverseenelespejoretrovisor.Boschloagarróyllamóalcentrodecomunicacionesparadarelnúmerodematrículayconseguiruninformedelpropietariodelcoche.
—¿Losreconoces?—lepreguntóaSotomientrasesperaban—.¿Sondela13?—No. Parecen pandilleros, pero quién sabe. ¿Por qué iba a estar la 13 tan al
norte?—Porti.EsoshombresdelpatiodondeviveHernándeztereconocierondelcaso
dePico-Union.Sialgunodeellosteníaconexionesconla13…Talvezpiensanquesiteeliminanlejosdesuterritorionoseráunproblema.
Sotonodijonada.Boschcontinuó.—Yloscholosdeesecacharroeranjóvenes.Nosiempreescuchanalosveteranos
quehacentratosconlospolis.Tratandehacerseunnombreporsímismos.Laoperadoravolvióaocuparlalíneaparainformarsobrelamatrícula.Elcoche
estabaregistradoanombredeunpropietarioconunadirecciónenSanFernando,lapequeñapoblaciónsituadaenmediodelvallequerodeabaLosÁngeles.
—No es territorio de la 13—dijo Soto cuando Bosch colgó el micrófono delretrovisor.
—Nocorramosriesgos.Elcocheencuestiónhabíagiradoa laderechaunamanzanamásadelante.Eso
significabaquepodíanvolverotravezparaecharunvistazooalgopeor.Bosch arrancó y se puso en marcha. Continuó por la calle y giró donde el
vehículosospechosohabíagirado.Diolavueltaalamanzana,peronovolvióaverelcoche.Regresóalmismoespaciodeaparcamientoenelquehabíaestado.
—Talveznoeranada—dijoSoto.Habíaunafalsaesperanzaensuvoz.—Talvez—dijoBosch.EsperaronotramediahorasinningúnrastrodeCabral.Boschdijoqueledarían
otrosdiezminutos,yalcabodecincominutosunautobúsmunicipalsedetuvoenlaesquina y bajaron varias personas, entre ellos un hombre que Bosch estabaconvencidodequeeraelacordeonistadelvídeo.
—¿Esél?Sotomiróyfinalmentesonrió.—Esocreo.Losdosbajarondelcochealmismotiempo.Boschestabadelladodelacalzaday
miróalrededor,todavíapendientedelospandillerosqueloshabíanmiradoantes.Noviorastrodeellosyrodeóelcocheparaunirseasucompañeraenlaacera.
ElhombrequecreíanqueeraAlbertoCabralllevabadosbolsasdecompradetelaqueparecían llenasdecomestibles.Lasbolsas, cargadasde latasyotrosproductos
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básicos,teníanpintadeserpesadas.BoschySotolebloquearonelpaso.SotomostrósuplacayconfirmólaidentidaddeCabral.Empezóhablandoeninglés.
—TenemosquehablarconustedsobreeldisparoaOrlandoMerced—dijo.Cabral intentóencogersedehombros,peroelpesode lasbolsasque llevabaen
cadamanoseloimpidió.—Nosénada—dijoconunmarcadoacento.—¿SehaenteradodequeMercedhamuerto?—preguntóSoto.—Sí,loheoído—dijoCabral.—¿SabedóndeestáÁngelOjeda?—preguntóBosch.—Sí,loconozco.—¿Sabedóndeestá?Tenemosquehablarconél.SotorepitiólapreguntaenespañolyCabralrespondióeninglés.—Sí,fueaTulsa.—¿Tulsa,Oklahoma?—preguntóSoto.Cabralasintió.Dejólasbolsasenelsueloparadescansarlosbrazos.Boschsedio
cuentadequenoeraunbuensitioparallevaracabolaentrevista,sobretodoporqueparecíaqueestaibaaproducirunapistasobreOjeda.Seagachóycogiólabolsaqueteníamáscerca.
—Dejequeleayudemos.Vamosameterlacomprayhablamosdentro.Cincominutosmástarde,estabanenunapartamentocochambroso,donde,como
su compañero de banda Hernández, Cabral vivía solo y con poca cosa. Todo eltrabajo nocturno y la imprevisibilidad de los bolos habían producido una vidasolitaria.Nohabíarastrodeunamujerohijos.Nohabíafotosenmarcadasnidibujosescolaresenlanevera.Boschpensóenunadhesivodeparachoquesquehabíavistounavez:«Tocaelacordeón-Vealacárcel».Enmuchossentidosdabalaimpresiónde que la vida de Cabral como mariachi había sido su propia forma deencarcelamiento.
—¿CómosabequeÁngelOjedaestáenTulsa?—preguntóSoto.Sinelpesodelasbolsasenlosbrazos,Cabralpodíaencogersedehombros,yasí
lohizo.—No lo sé—dijo—.Cuandodejó la banda dijo que iba a ir aOklahomapara
llevarelbardesutío.—Entonces¿estofuehacediezaños?—preguntóSoto—.¿Justodespuésdeque
dispararanaOrlando?Cabralasintió.—Muypocodespués,sí.El acordeonista estaba de pie en la cocina minúscula, vaciando las bolsas,
mientrasBoschySotosehabíanquedadoalotroladodelaencimera.Cabralabriólapuerta de la nevera para sacar un brik pequeño de leche.Un olor fétido a comidaconservadademasiadotiempoenlaneverainundólasala.
—¿Hatenidoalgunanoticiasuyadesdeentonces?
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—No.—PeroestásegurodequeeraTulsa—preguntóBosch.—Sí,Tulsa—insistióCabral—.Lo sé porque tuve que enviarle un giro con el
últimodineroqueganóconnosotros.Boschentróen lacocinay seacercómuchoaCabral.Las siguientespreguntas
eranimportantes.—¿Recuerdaadóndeenvióelcheque?—Selohedicho,aTulsa.—Ladirección.¿AquésitiodeTulsa?—Nolorecuerdo.Eraelbardondetrabajaba.—¿Recuerdaelnombredelbar?—Sí,porqueeraElChihuahua.—¿EseeraelnombredelbarenTulsa?¿ElChihuahua?—Sí.Lorecuerdo,porqueéleradeallí.Chihuahualaciudad,noelperro.Boschasintió.Elnombredelbareraunabuenainformación.Decidiócambiarde
tácticaconCabral.—¿Porquélotrajoalabanda?—preguntó—.NoeradeJalisco.Cabralrespondióencogiéndoseotravezdehombros.—Queríamos un trompetista y él siempre estaba en la plaza, disponible. Sabía
tocar.Pensé:«¿Porquéno?».—¿Teníaproblemasconalguien?—Nolosé.Nolodijo.—¿Hablóalgunavezconusteddeldisparo?Merefieroadespués.Antesdeirsea
Tulsa.Enlugardeencogersedehombros,Cabralfruncióelceñoynegóconlacabeza.—Laverdadesqueno.SolodijoquetuvimossuerteyOrlandono.—¿Nunca dijo que sabía lo que había ocurrido? ¿Nunca dijo que sabía quién
habíadisparadoyporqué?Cabral miró a Bosch con brusquedad, sorprendido por la pregunta. Bosch lo
interpretócomounareacciónsincera.—No,nunca—dijoCabral.Bosch lo creyó. Paseó la mirada por el apartamento, pensando en qué más
preguntar.Viounpequeñoescritorioenelrincóndondehabíaunapilade librosdecontabilidadyunaagendadedireccionesRolodex.
—Entonces¿ustedeselmánagerdelabanda?—preguntó.—Sí—dijoCabral.—¿Seocupadelasreservas?—Sí. Cuando hay que reservar algo. Ya no hay demasiado trabajo para los
mariachis.Lastradicionesyacasinosignificannada.Boschvolvióaasentir.Estabadeacuerdoeneso.Habíasidounabuenaentrevista.Lesdabaalgoqueperseguir.Pero,enlugarde
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marcharseya,Boschdecidiódarungiroinesperado.Enocasionesfuncionabapillarauninterrogadoconlaguardiabaja.
—¿Ylasdrogas?—preguntó.Cabralentrecerrólosojos.—¿Quédrogas?—preguntó.—NosdijeronqueOjedaconsumía.Cabralnegóconlacabeza.—Nodelantedemí.Teníamosunanorma.Nadadedrogas.—Muybien—dijoBosch—.Nadadedrogas.Habíamerecidolapenaintentarlo.Después de concluir la entrevista volvieron al Ford y, al rodearlo por detrás,
Boschse fijóenqueelmismocochedeanteshabíaaparcadoen lacalledecuatrocarriles,aunoscuarentametros.Conunamiradadesinteresadadistinguióquehabíatresfigurasdentro.
DesbloqueóelcierrecentralizadodelFordyabrió lapuerta trasera.Sequitó laamericana de manera que la pistola y la placa que llevaba en el cinturón fueranclaramentevisibles.Se tomósu tiempoparadoblar laamericanay luegose inclinóhaciaelinteriordelcocheparadejarlaenelasientodeatrás.Sotoyasehabíametidoenelasientodelpasajero.Boschlehablóconcalma.
—Tusamigoshanvuelto.—¿Quéamigos?—LosdeSanFernando.—¿Dónde?—Alotroladodelacalle.Ellavioelcocheyunaexpresióndepreocupaciónseextendióensurostro.—¿Quéquiereshacer?—Piderefuerzosyquédateahí.Voyahacerlesunavisita.—Harry,nodeberíashasta…Bosch cerró la puerta y fue a la parte de atrás del Ford.Abrió elmaletero, se
agachó y soltó los cierres del armero. Usando el portón del maletero comoprotección,miró a la calle y esperóhastaquenopasaraningún coche.Podíaoír aSoto en la radio, informando de que un agente necesitaba ayuda, la solicitud derespaldodenoemergencia.Enelmomentoenquelacalleestuvodespejada,Boschse apartó del maletero con la Remington 870 y empezó a cruzar en diagonal,directamentehaciaelcochedelabanda.Casideinmediatooyóqueelmotorcobrabavida.
Accionólaescopetaparameterunabalaenlarecámaraysecolocóenmediodelacalzadaantesdequeelcochearrancaradesdeelotroladodelaacera,hicieraungirodecientoochentagradosyescaparaconunchirridodeneumáticos.
—Eh,¿adóndevais?—gritótraselcochequeaceleraba.Sotocruzólacallecorriendoconlapistolaalcostado.
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—Harry,¿quécoñoestáshaciendo?—gritó.Boschalprincipionorespondió.Observóelcochehastaquegiróaladerechaen
lasiguientecalleydesapareció.—Enviarunmensaje—contestóalfin.—¿Quémensaje?Nisiquierasabemossierandela13.—Noimportaquiénesfueran.Nuestrabandaesmásgrandequelasuya.Eseesel
mensaje.Llegóuncochepatrullaconlaslucesazulesencendidasperosinsirena.Boschse
agachóparahablarconelconductor,sosteniendolaescopetasobrelosmuslos.
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LaúnicacosaqueBoschlamentabadesudecisióndesacarlaescopetayenfrentarsealospandillerosparatratardeintimidarloseraqueleshabíacostadocasiunahoradedarexplicacionesyesperarmientraslasunidadesdepatrullallegabanenaluviónalazonaytratabandeencontrarelvehículo.Unavezquesedeterminóqueelvehículosehabíaesfumado,dejaronqueBoschySotocontinuaransucamino.Peronieltráficolentodelatardequeentorpeciósuregresoalcentronilaatracciónsecundariaqueélmismo había creado con laRemington podían frenar el impulso queBosch estabasintiendo.
Elanálisisdevídeo,unidoalhechodecontarconunapistadeOjedaenTulsa—aunque se tratara de una información de diez años antes—, estaba dando unainnegable velocidad al caso. Si el trompetista había ido a Oklahoma después delincidente,Boschestabasegurodequelograríanencontrarsupista.Elplanconsistiríaenconfirmardóndeestabayluegoirainterrogarloenpersona.PeseaqueOjedanoera sospechosodel disparo, parecía obvioque sabíamás de lo quehabía revelado.Había dejadoque la investigación original fuera por elmal camino—violencia debandasaleatoria—cuandopodríaexistirunamotivacióncompletamentediferentedeldisparo.El hecho de queOjeda se hubiera guardado ese secreto significaba que elasunto no podía solucionarse con una llamada telefónica o como un favor de lapolicíadeOklahoma.BoschledijoaSotoqueibananecesitarconvenceraCrowderdequelosenviaraaTulsaparaqueseocuparanellos.
—¿Hasestadoalgunavez?—preguntóSoto.—¿EnTulsa?Solodepaso.Meocupédeuncasohacecincoañosdondeteníamos
pruebascientíficasdeunhombrequevivíaenunpueblecitoalnortedeTulsa.Unodeesossitiosqueluegofueronbarridosporuntornado.Esunahistoriadivertida.Ahora,quiero decir. Entonces me cabreó y cambió la forma en que tratamos con otrosdepartamentos.
—¿Quéocurrió?Boschlecontólahistoria.TodoempezóconunresultadopositivodeADNdeun
robo con allanamiento, violación y asesinato de 1990. El ADN correspondía a unexreclusodecincuentayochoañosllamadoFrankTomlinson,cuyosantecedentesseremontabana repetidascondenasencentrosdemenores.Tomlinson llevabamuchotiempo fuera del radar y se desconocía su paradero desde que se había saltado uncontroldelacondicionalen2006.ComotodavíateníafamiliaenLosÁngeles,Boschy su compañero de entonces,DaveChu, prepararon un plan. Primero solicitaron yconsiguieronunaordenjudicialquelesautorizabaaescucharlasllamadasrealizadasporelhermanoy laancianamadredeTomlinson.Boschvisitóentoncesamadreyhermano y preguntó por el sospechoso, insinuando que tenían que hablar con élrespectoaunasesinatode1990.Entretanto,Chuestabaenlasaladeescucha,atentoa cualquier llamada que se realizara desde esos domicilios después de la visita de
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Bosch.Y efectivamente, el hermano llamó a Tomlinson y le avisó de la visita de la
policía.LallamadaserastreóaunatorredemóvilessituadaenlapequeñapoblacióndeBeacon,Oklahoma.BoschestableciócontactoconelDepartamentodePolicíadeBeaconyhabló conun tal sargentoHaden.Estemiróuna fotografíadeTomlinsonenviada por correo electrónico e identificó a Tom Frazier, que era uno de los dostaxistasdelpueblo.BoschpreguntósieldepartamentodepolicíateníapersonalparacontrolaraFrazier/TomlinsonhastaqueBoschyChupudieranllegaraldíasiguiente.Lepreocupabaquelallamadadelhermanopudieraasustaralsospechosoypropiciarque desapareciera otra vez. Haden dijo que la vigilancia no sería un problema, einclusoseofrecióadeteneraTomlinsonymantenerloenelcalabozo.Boschdijoqueno, que querían interrogar al sospechoso de manera informal antes de que fueradetenidoypudierautilizarsuderechoaunabogado.
Hadenaccedióanoacercarsealsospechosoy lepidióaBoschqueenviaraporcorreo electrónico los detalles de su vuelo a Tulsa. Dijo que los recogería en elaeropuertoylosllevaríadirectamentealacasadelsospechoso,dondeseguroqueloencontraríanporquetrabajabaenelturnodenoche.
LoqueBoschnodescubrióhastaque llegóallíeraque lapoblacióndeBeaconeratanpequeñaquesudepartamentodepolicíasolocontabaconcuatroagentes.Esosuponíaqueenunmomentodadosolohabíaunagentedeservicio.CuandoHadenfue a recoger a los dos detectives de Los Ángeles al aeropuerto de Tulsa, dejó aTomlinson sin vigilancia. El sospechoso aprovechó para largarse. Ya estaba lejoscuandoBosch yChu llegaron al rancho donde había vivido, y dondeHaden habíaestadovigilándolohastaelmomentodeiralaeropuerto.
—Estásdebroma—dijoSoto.—Ojalá—dijoBosch.—¿Encontrasteisaltipo,aTomlinson?—Al final.Tratódehacer lomismo,empezardenuevoenPodunk,Minnesota.
PeroeljefedelDepartamentodePolicíadePodunkhabíatrabajadoenLosÁngelesymiraba religiosamente los carteles que llegaban a su despacho. Reconoció aTomlinsonylodetuvo.Esofuealañopasado.
—Bueno,almenoslodetuvieronalfinal.—Sí,peroesepequeñofalloenOklahomalediootroscuatroañosdelibertad.Es
unahistoriagraciosahastaquepiensaseso.El teléfonodeBoschvibróyélmiró lapantalla.Era laSociedadHistórica, así
que atendió la llamada.La secretaria del director le contó aBoschque elmaterialsolicitado en la orden se había retirado del almacén y estaba disponible para surecogida.Boschdijoqueibadecamino.
La sala de brigada estaba casi desierta cuando volvieron. Soto llevaba el libro de
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registrodelhotelqueacababanderecogerenlaSociedadHistórica,porquesehabíadecididoenelcochequeellainvestigaríalosnombres.Sotoyasabíaaquénombresehabíaregistradolahabitación211eldíadeloshechos,lahabitacióndesdelaquesecreíaquehabíasalidoeldisparo.RodolfoMartíneraelocupantedeesahabitación.Sinembargo,Sotobuscaríaenelordenadorantecedentes,aliasycualquiercosaquepudieraresultarsospechosadecualquieradeloshuéspedesenvariasbasesdedatospoliciales.
LuckyLucysepusoa trabajarde inmediato,mientrasBosch tratabadepillaralcapitánantesdequesemarcharaacasa.EsperabaconseguirlaaprobacióndelvueloaTulsa. Crowder ya estaba de pie y poniéndose la chaqueta del traje cuandoBoschentróenlaoficina.
—Harry,hágamefeliz—dijo.Era su manera habitual de saludar cuando entraba un detective sin que lo
llamaran.—Estamostrabajandoenello,capitán.Parecequetenemosunapistadeuntestigo
claveenTulsay…—¿Quéclasedetestigo?—Eraunodeloscompañerosdebandadelavíctima.Hasurgidoalgoyhemosde
hablarconél.Enpersona.—¿Quétienedemalounallamadatelefónica?—No es un testigo voluntario. Creemos que sabe algo que no dijo antes. Al
equipooriginal.Eso,ademásdequeselargódelaciudadjustodespuésdelincidente.—¿Esosmariachisnosonmuyitinerantes?Vanadondehaytrabajo,¿no?—Esoescierto,peronotevasdeLosÁngelesaTulsasieresmariachi.Eltrabajo
estáaquí.Crowderseajustólachaquetayvolvióasentarseparacontinuarlaconversación.—TalvezeselúnicomariachienTulsa.Boschlomiróunmomentoconcarainexpresiva.—¿Estádiciendoquenopodemosir,capitán?—¿Seleconsiderapeligroso?Bosch asintió, no porque se considerara a Ojeda peligroso, sino porque ya
comprendíalareticenciadeCrowderalviajeaTulsa.Lepreocupabaelpresupuesto.Había enviado unmemorando un par de semanas antes explicando que en los dosúltimosmesesdelañolosviajestendríanqueserconsideradosyaprobadosporordendeprioridad,porqueelpresupuestoparaviajesdelaunidad—queyaeraelmásaltodecualquierunidaddeldepartamento—sehabíaagotadoantesdeloesperado.Erancosas como esos memorandos—que aparentemente ponían un valor de cambio apillarasesinos—lasquefrustrabanaBosch.
Crowder estaba preguntando si interrogar a Ojeda sería una misión peligrosa,porque sabía que si enviaba a un solo detective el coste del viaje se reduciría a lamitad.
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—Estonovaafuncionar—dijoBosch.—¿Quéesloquenovafuncionar?—respondióCrowder.—Enviar soloauno.Sienvíaauno, tendráqueserSotoporquenosabemossi
estetipohablainglés.Esbuena,esoyapuedodecirlo.Peronosésiquieroenviarlasolacuandollevaunmeseneltrabajo.
—No,tienerazón…—Ellatienequeiryyotengoqueir.Creemosqueestetipopodríahabersidoel
objetivo.Crowder no respondió. No dijo nada más, y Bosch pensó que estaba
contemplandorechazarelviajeydecirleaHarryquelomanejaraporteléfono.—Haoídoloquehedicho,¿no?CreemosqueestetipodeTulsapodríahabersido
elobjetivodeldisparo.—Sí,heoídoloquehadicho.HadejadodeladoquesolocreequeestáenTulsa.
PodríaestarenTombuctúporloquesabe.—Cierto.Perosiestáallí,encontraremoslapistaenTulsa.Esofuerecibidoconotradosisdesilencio.—Mire, capitán, tiene que haber fondos discrecionales en la décima planta—
propusofinalmenteBosch—.Quierodecir,Malinsestáconesto.Dejemosquepongaalgo de dinero, ya que habla tanto…O podemos acudir al exalcalde, ya que estáofreciendodineropararecompensas.
Crowderhizoungestodecalmaconlamano.—Noqueremosacudiralexalcalde.Yanoshacausadobastantesproblemas.—Y
entonces tomósudecisión,pasandoconrapidezdeunextremoaotro—.Estábien,mire,nosepreocupeporeldinero.Eldineroescosamía.¿Cuándoquierenir?
Boschrespondióenseguidaconlaesperanzadecerrareltratoysalirdelaoficinaantesdequevolvieraacambiardeopinión.
—Cuantoantes,mejor.Tenemosunapistadequetrabajaenunbar.Megustaríairmañana.Sivaaestarenelbar,probablementeestaráallíentonces,elviernesesdíadepagayelprincipiodelfindesemana.
—Muybien,planifíquelo.Mañanaporlamañanasabrédedóndesaleeldinero.—Gracias,capitán.Bosch volvió al cubículo. Al llegar allí vio que habían acercado su silla al
escritorio de Soto y que esta estaba ocupada por SarahHolcomb, la detective queSamuelshabíapuestoalmandodelasllamadastelefónicasacicateadasporelanuncioderecompensa.
—¿Tenemosalgobueno?—preguntóalentrarenelpequeñocubículo.Holcomb enseguida empezó a levantarse de la silla robada.Bosch le puso una
manoenelhombro.—Tranquila,nopasanada.Voyabuscarunataza.—¿Seguro?—Claro.¿Algunaquiereuncafé?
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Ambasmujeresdijeronqueno.—Bueno,¿lohasresueltopornosotros,Holcomb?¿Tienesunaconfesión?—Nodeltodo.Sotolepasólahojadeinformación.—Perohayunallamadainteresante—dijo.BoschcogiólapáginayleyóelresumenquehabíaescritoHolcomb.
InformanteafirmaqueeldisparoaMercedestabarelacionadoconelincendio del Bonnie Brae en 1993. El informante dice queMerced sabíaquiénprendiófuegoyeraunaamenaza.
Boschmiróeldorsodelapáginaparaversihabíaalgomás.Estabaenblanco.SeloentregóaSoto,quesehabíavueltoensusillay loestabamirando.Sabíaque lallamadahabíasurgidodeél.
—¿Fueunallamadaanónima?—preguntó.—Sí—dijoHolcomb—.DesdeunteléfonopúblicoenUnionStation.Comprobé
elnúmero.Boschmiróaloaltodelapágina.Lesorprendióquehubieratomadolainiciativa
deverificarelnúmero.Peroporesemismomotivoélhabíatomadolaprecaucióndellamardesdeunteléfonopúblico.
—Supongo que deberíamos echar un vistazo —dijo—. 93, creo que ese añoperteneceaWhittakeryDubose.Deberíamoshablarconellos,versiestolessuena.Parece extraño, pero tal vez podamos echar un vistazo al caso Bonnie Brae. Unareferenciacruzadadenombres.
—¿Quieresquehagaeso?—preguntóHolcombansiosamente.—No, hablaremos con ellos—respondió Bosch—. Pero no confíes mucho en
esasllamadas.Lagentetienesusplanes,¿sabes?—Ah,sí—dijoHolcomb—.Algunosdelosquellamansonmuytransparentes.—¿Algomáslegítimo?Habíatodaunapiladehojasdepistasenelescritorio.—Enrealidad,no—contestóHolcomb—.JustoestabacontándoselasaLucy.Consultóunatablillaconsujetapapelesenlacualhabíacondensadolasllamadas
aunalínea.—Aver—dijoella—.UnodicequehabléisconDormilón,queestáenelbarrioy
conocetodoslostiroteosdeWhiteFence.—Dormilón—repitióBosch—.Vale.Holcombsiguióconsulista.—Unamujer diceque el alcalde sabequiéndisparó.Supongoque se refiere al
exalcalde,peronohabléconella.Esaserecibióporlanocheysegrabó.Anónima.Alguienconunfuerteacentoespañol.
—Bien—dijoSoto—.Delataaltipoquepusolarecompensa.
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Boschsonrió.—Has de reconocer que el móvil es muy creativo —dijo—. Zeyas hizo que
dispararanaMercedylodejaranparapléjicoparapoderusarlodurantelacampañayayudarleaganarlaselecciones.
—Granplan—valoróSoto—.Funcionóalaperfección.—¿Quémás?—preguntóBosch.—Bueno, tenemos varias sugerencias de quemiremos a grupos de supremacía
blanca —dijo Holcomb—. Varias personas más estaban seguras de que había uncártel de la drogadetrás del disparo.Y tenemosun informantequedicequequiendisparóesuntipollamadoFélix,queestabacabreadoporquehabíacontratadoaunosmariachisde laplazayhabían tocadomal.Ah,yestá tambiénunhombrequedijoqueestabasegurodequeeralamafiamexicana,aunquenosabíaporqué.
—Endefinitiva,muyútil—concluyóBosch.—Sí,claro—dijoHolcomb—.Ynisiquierahemencionadotodaslasllamadasde
racistasquedijeronqueMercedrecibiójustoloquesemerecía,simplementeporqueeramexicano.
Todo formabapartede loquecabía esperar cuando seofrecíauna recompensa.Salíantodosloslocos.NadadeellosorprendióaBoschynomerecíalapenaqueledieranmásvueltas,salvoporelseguimientodelapistadelBonnieBrae.BoschdiolasgraciasaHolcombporsuperseveranciayfuealaplantabajaabuscarunatazadecafédelamáquina.
Cuandovolvió,Holcombsehabíamarchado.BoschySotohablaronyélledijoquesetrajeralamaletaaltrabajoaldíasiguiente,porqueibanairaTulsaabuscareinterrogaraOjeda.
—Podríahaberunproblema—dijoella.—¿Cuál?—AcabodeestarenelordenadoryheencontradounbarllamadoElChihuahua,
perocuandohellamadoyhepreguntado…—¿Hasllamado?—Sí,hasdichoqueteníamosqueconfirmarqueestabaallí.—Sí,peronollamándolodirectamente.Esopodríaasustarlo.—Bueno, resulta que no he hablado directamente con él ni tampoco
indirectamente.HellamadoyhepreguntadosiestabayelhombrequeharespondidomehadichoquenotrabajabanadiellamadoOjeda.
—Puedequesehayaido.Hanpasadodiezaños.—Lo he preguntado, si alguna vez trabajó allí, y este tipo del teléfonome ha
dichoqueno,quenuncahabíaoídohablardeél.Ydicequellevabaallídiezaños.Bosch pensó un buen rato, yuxtaponiendo esto con la información de Cabral.
Cabrallehabíaparecidosinceroysegurodeloquelesestabacontando.—Vamos de todos modos —dijo al final—. Mañana. Espero que no tengas
planes.
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Sotonegóconlacabeza.BoschyasabíaquenoteníanovioysuponíaquegranpartedesutiempolibreprobablementelodedicabaalcasoBonnieBrae.
—Bueno,deberíamosllamaralapolicíadeTulsayversiconocenaOjeda.—No,nuncahagasalgoasí.¿RecuerdasloquetecontédeBeacon?Noavisesa
loslocalesamenosquetengasquehacerlo.Reprendida,Sotocambiódetema.—¿CómoquieresmanejarelcasodeWhittakeryDubose?—preguntó.—Lomanejas tú; si lo hago yo, podrían pensar que tramamos algo.Déjalos al
margen.Dilesquerecibimosunchivatazoypídelesverlosarchivos.—¿Y si ven mi nombre en los informes? En la lista de testigos. Hablaron
conmigoentonces.Boschnegóconlacabeza.—Notrabajanasí.Nohanleídolosinformes.Solohanaccedidoalcasoenbusca
depruebascientíficas.Nomuevenelculosinohayciencia.Sotoasintió,peroparecíapreocupada.—¿Quépasa?—preguntóBosch.—¿Teasegurastedequenohabíacámarascercade lacabina telefónicacuando
llamaste?—preguntóella.EsoparalizóunmomentoaBosch.Nohabíasidotancuidadoso.—Ni lomiré—dijopor fin—.Peroestapistanovaadar resultado,asíqueno
tendránmotivoparaquenadiecompruebelascámaras.—Bueno,tampocoesperábamosqueHolcombcomprobaralosnúmeros—replicó
Soto—.Perolohizo.Noquieroquetemetasenproblemas.—Notepreocupes.Noloharé.—Bueno,essoloqueserumoreaqueeldepartamentovaduroconesoscontratos
de jubilación postergada, dicen que buscan formas de obligar a la gente a dejarloantesdelfinaldelcontratoparaahorrardinero.
—Vaya,¿túcómolosabes?Almenostefaltanveinteañosantesdepensarenuncontratoasí.
—PorelBlueLine.Habíacartasdealgunosagentesenelnúmerodelmespasado.Esoeraloquedecían.
Bosch asintió. Había leído las mismas cartas. El Plan Opcional de JubilaciónPostergada había empezado con lasmejores intenciones. Era un plan para que losagentes y detectives más experimentados continuaran trabajando para eldepartamento en lugar de llevar esas aptitudes a otros sitios cuando sus pensionesllegaranalmáximo.Enlapráctica,lespermitíaahorrarsuspensionesyempezardenuevoconpagaplena.Perolapolíticaylaburocraciaimplicadasenelplanexigíanqueesaopciónseofrecieraacualquieraque llegaraa losveinticincoaños, sinqueimportara su trabajo o nivel de aptitud. De pronto, había demasiados policíasacogidosalplanyel interés estabaamenazandocon labancarrotadelproyecto.Eldepartamento estaba buscando formas de contener la hemorragia, incluida la de
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forzaralosagentesarenunciarantesdetiempoasuscontratosdecincoaños.—Nomepreocupaeso—dijoBosch—.Ahorasolotengoquepreocuparmedeti
ydeasegurarmedequeestéslistaparatomarelrelevocuandosalgadeaquí.Sotolomiróytratódeocultarunasonrisa.—Estarélista.—Bien—dijoBosch.
Era una de esas raras tardes en que su hija estaba en casa. Con las reuniones yactividades de los exploradores y su trabajo de voluntaria a tiempo parcial paraentregarcenasapersonasquenopodíansaliralacalle,últimamenteparecíausarlacasasoloparadormir.EstomolestabaaBosch,porquesabíaquepasabapocotiempoconella,perotambiénsabíaqueMaddieestabaluchandoporloquequería.Ytodaslasactividadescontabancomoserviciopúblicoyayudaríanaperfilarsupaquetedesolicitudparalauniversidad.MaddieteníalavistapuestaenelcampusdeCalStateen Los Ángeles, que contaba con los mejores programas de justicia criminal yforense. Bosch estaba complacido con su elección, porque eso significaba queseguiríaenlaciudad.Además,launiversidadestabasituadaenelmismositioqueellaboratorio,locualledaríalaoportunidaddeverlaenlafacultadenalgunaocasióndurantesusúltimosmeseseneltrabajo.
Pasaronlatardepreparandounfiletedepezespadaparacenaryhablandodelamisióndelosexploradoresdelsiguientemartes.Maddieyotroscompañerosibanaparticiparenunaoperaciónencubiertaenlaqueentraríanconmicrófonosentiendasde Hollywood para ver si los empleados les permitían comprar alcohol. Maddieestaba entusiasmada y como operación encubierta era relativamente segura. Sinembargo, Bosch quería asegurarse de que su hija entendiera que, en cualquieroperación, siempre había una posibilidad de que las cosas se torcieran. No podíaconfiar en el agente encubierto que entraría en la tienda delante de ella ni en lasunidadesdepatrullaqueesperaríancerca.Teníaquemantenersiemprelosojosbienabiertos.
—Loharé,papá,loharé—dijo.Enlosúltimosmeses,Maddiehabíaperfeccionadoeltonodisplicentede«esoya
losé»cuandohablabaconéldecualquiertema.—Nohacedañorepetirlo—dijoBosch—.¿Quieresqueestécerca?—No,¡quévergüenza!Maddielodijocomosihubierapropuestonosepararsedeellaenelbailedefin
decurso.—Vale,vale,solopreguntaba.Estaban en la terraza de atrás, donde Harry estaba asando el pescado en una
pequeña barbacoa de gas. Dio la vuelta a los filetes y cambió el rumbo de laconversación.
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—Bueno,esperoestaryaaquíeldomingoporlatarde—dijo—.Talvezpodamoscenarjuntosotravezesanoche.
Ya le había hablado de su viaje a Tulsa. Maddie estaba acostumbrada a susfrecuentesviajesdetrabajoynoleimportabaquedarsesola.
—EldomingotengoMealsOnWheels—dijo—.Losiento.Su trabajo voluntario para la organización que repartía comida a domicilio a
personas sin movilidad había recortado en granmedida el tiempo que Boschmásdisfrutabadeestarconsuhija,compartiendounacenaycharla.
—Talvezdeberíaapuntarme.Podríaserlamejormaneradevertedenoche.—Papá,sabesquetengoquehacerlo.QuieroiraCalStateyconseguirunabeca.
Todoestoayudará.—Losé,nena,losé.MeestoyquejandoysoyyoelquevaaTulsa.Boschcogióuntenedorycolocólosfiletesenlabandeja.Lacenaestabalista.—Hasdeir—dijoella—.Notequedanmuchoscasos.Boschasintió.Maddieteníarazóneneso.Alentrarenelcomedor,ellaledijoqueestabapensandoenponerseunaroenla
narizparameterseenelpapeldelaoperaciónencubierta.Boschlogrónotirarelplato.—¿Quieres decir que vas a hacerte un agujero en la nariz donde no tiene que
haberningúnagujero?—Sí,creoqueestarábien.Notengoquemantenerlo.Esmenospermanenteque
untatuaje.Lacomidaolíabien,peroBoschyanosabíasitodavíateníaapetito.
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BoschySototomaronelvuelodelasoncedelamañanaaTulsaconescalaenDallas.Tuvieron suerte en el primer aviónyhabíaun asientovacío entre ellos en la claseturista.ElasientolibreseconvirtióenelespaciodealmacenajedelosexpedientesdeloscasosMercedyBonnieBrae.Boschestabadecididoaaprovecharcualquierhuecoen el viaje para revisar el caso Bonnie Brae para Soto y continuar leyendo yreleyendolosinformessobrelainvestigaciónoriginaldeMerced.Creíafirmementeporexperienciarepetidaquelasrespuestasalamayoríadeloscasosseocultabanenlosdetalles.Amboscasosofrecíantoneladasdedetalles.
Boschdecidió que en la primera parte del trayecto consagraría su tiempo a losexpedientesdelBonnieBrae.DespuésdeDallasvolveríaaMerced.
El expediente del Bonnie Brae no estaba dividido cronológicamente, comoocurría con el deMerced.Por lo general, investigacionesprolongadasode amplioámbitoquerequeríanmúltiplescarpetasseguíanorganizándosedeformacronológica.Losdetectives llenabanunacarpeta trasotrayestopermitíauna revisión linealdelcaso. La investigación del Bonnie Brae había sido asignada a la Sección deConspiraciónCriminaldeldepartamento,launidaddeinvestigaciónqueseocupabade casos de incendios y trabajaba con los investigadores del departamento debomberos. Con nueve víctimas, el caso desde el inicio se dividió en vías deinvestigaciónespecíficas.Laprimeracarpetaerauncajóndesastrequecontenía lacronologíadelcasoyotrosinformesgeneradosdurantelainvestigación.Lasegundacarpeta estaba dedicada exclusivamente a la identificación e investigación de lasvíctimas.LasiguientecarpetaestabadedicadaalabandacallejeraLaRazadePico-Union.Lacuartaestabarepletadeinformessobreelanálisisdelorigendelfuegoysuextensión por el edificio de apartamentos Bonnie Brae Arms. Esta última carpetacontenía también todos losartículosque losmedioshabían idopublicando.Elcasoera anterior a la popularización de Internet, cuando los periódicos de la ciudadconstituían la principal fuente de información de la población. La abundancia derecortesdenoticiasmetidosengrandessobreshacíandeestaúltimacarpeta lamásgruesadetodas.
Laprimeracarpeta,aunquenoenteramentelinealensupresentación,eralamásparecida a un expediente estándar, y por ello fue el punto de partida para Bosch.Mientrasélavanzabaenelarchivo,Sotoestabaconelportátil,escribiendoelinformeinicialsobrelosmovimientosdelainvestigaciónquecondujeronasuviajeaTulsa.Serequeríaquesedocumentaranlosviajesdetrabajoparajustificarelmazazoaesapartida del presupuesto de la unidad. En este caso, el capitán Crowder habíaencontrado financiación para el viajemediante un fondo discrecional vinculado alpresupuestodelaOJP,conlocualladocumentacióneraobligada.
Lamayoría de los informes del archivo que Bosch estaba revisando los habíaescrito un detective de grado 3 llamado Jack Harris. Su rango equivalía al de un
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sargentoyfueel investigador jefedelequipodecincopersonasde laSCCreunidoparainvestigarelcaso.Boschnoconocíaaningunodelosdetectivesdeexperienciapasada,aunquehabíaoídohablardeHarris.CreíaqueHarrisyaestabaretirado,perodurante los años ochenta y noventa había estado al frente de un buen número deinvestigaciones de la SCC que fueron noticia o se conocieron en el seno deldepartamento.Nohabíaningunarazónparadudardesuprofesionalidad,yesopesabaenelpensamientodeBoschcuandohurgabaenuncasoquenosehabíaresueltoenveintiún años. Sabía que las posibilidades de que él y Soto pudieran cambiar elresultado eran escasas.Whittaker y Dubose ya les habían dicho al entregarles lascarpetasquehabíanrevisadoaconcienciaelcasoelañoanterior,buscandounpuntode apoyo científico, pero no habían encontrado nada. Elmandato de laUnidad deCasosAbiertosconsistíaenbuscarcasosantiguosparaencontrarnuevosángulosdeabordaje, y estos por lo general correspondían a aspectos donde podían aplicarseavancesenlascienciasforenses.ElADNylastecnologíasdehuellasdactilareseranlospilaresdeestatarea.YnohabíatalespruebasenelcasoBonnieBrae.
Bosch no había expresado sus pensamientos pesimistas a su compañera por laconexiónemocionaldeestaconelcaso.LeprometióaSotouna revisióncompletadelextensoexpedientey la llevaríaacabosinrestarunápiceasusesfuerzosen lainvestigacióndeMerced.Elviajeenaviónerasuoportunidaddeempezar.
Fue el humo lo que causó los peores estragos en el incendio del Bonnie Brae. Elfuego en sí quedó en granmedida circunscrito a un único pasillo y un cuarto delsótanodondehabíagrandescontenedoressituadosdebajodedosbajantesdebasurautilizadosporlascincoplantasdeapartamentosquehabíaencima.Elfuegoarrasóelcuartodelabasura,perosoloseextendióporelpasillodelsótano.Sinembargo,elhumodelincendiosepropagóconrapidezatravésdeledificio,escalerasarriba,porlospasillosylosbajantesdebasura.Elfuegoyelhumoacompañantecortaronlarutadeescapedelosniñosylosmaestrosenlaguarderíaimprovisadaysinlicenciaquefuncionabaenunadelassalasdelsótano.
Unarazónclavedequeelcasohubieraquedadosinresolverdurantetantotiempoera que habían pasado dos semanas preciosas antes de que se determinara que elincendio había sido provocado. Esa clase de retraso en una investigación dehomicidiosnormalmenteresultabamuydifícildesuperar.Lamayoríadeloscasosnoresueltosencuarentayochohorasnuncaseresolvían.Unretrasodedossemanasenunainvestigaciónreducíatodavíamáslasposibilidadesdeéxito.
Elretrasoestuvocausadoporque,enprimerainstancia,elincendiofuecalificadodeaccidentalporexpertosdeldepartamentodebomberos.Se localizóelorigendelfuegoenuncontenedorsituadobajounode losbajantesdebasura.Secreíaque lacombustión se produjo cuando materiales inflamables que ya estaban en elcontenedor entraron en contacto con una colilla encendida arrojada en el bajante
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desde una de las plantas superiores.Ocurrió un día antes de la recogida de basuraprevista y el encargado de mantenimiento del complejo informó de que lascontenedores del cuarto de basura estaban llenos. El fuego alcanzó enseguida lasvigasdemaderadel techoyseextendiópor todalaestancia.El incendioardiócontantaintensidadquenoquedónadamásquecenizahúmedaenelcontenedorunavezqueseextinguieronlasllamas.
Apesardequeeldepartamentodebomberosdeclaróqueelfuegoseprodujodeforma accidental, los agentes de patrulla de la División de Rampart enseguidasupieronatravésdeinformadoresqueenlacallesecomentabaqueelincendiohabíasidoprovocado.LahistoriarepetidaenelmundillodeloschivatoseraqueLaRazahabíatenidoproblemasconeladministradordelBonnieBraeporsunegativaadejarque la banda vendiera drogas abiertamente en el edificio. Se rumoreaba que laintención del incendio era servir de advertencia al administrador de que habríaconsecuenciassicontinuabaentorpeciendo losnegociosdedrogasde labanda.Lasmuertesqueresultaronnofueronintencionadas.
Noeranadamásqueun rumordecallehastaqueel laboratoriodeSacramentoanalizólasmuestrasdebasurachamuscadadelcontenedorconsumidoporelfuegoyentregó los resultados. La cromatografía de gases encontró al menos dos RLI—residuoslíquidosinflamables—entodaslasmuestrasrecogidasenesecontenedor.ElinformeafirmabaquelosaceleranteseranpetróleoyalgollamadoVarsol.Elinformeconcluyó que no había explicación razonable de la presencia de estos químicos engrandescantidadesenelcontenedor,yelcasoseconvirtióenuna investigacióndeincendioprovocado.
BoschmiróaSoto,queestabaescribiendoalgoensuordenador.—Estásconectada,¿no?—Sí,¿quénecesitas?—¿Puedes buscar algo enGoogle?ApareceVarsol aquí como uno de losRLI.
¿Quées…?—Es un disolvente de pinturamuy potente. Caro. Se usamucho en fábricas y
talleresdereparacióndecochesparalimpiarpartesdemotor.Boschselaquedómirando,impresionadoporsuconocimiento.—LohabíabuscadoenGooglecuandoempecéa leer los informes—afirmó—.
Unavezque identificaron los acelerantes fuemás fácil encaminar la investigación.ComoelVarsolescaro,supusieronqueeraalgoqueelculpableteníaasudisposiciónmásquealgoquefueacomprarespecíficamente.Poresodedujeronqueseríaalguienque trabajaba en un lugar donde estematerial estaba amano. Se utilizó lamezclasobrante de limpiar piezas demáquinas:Varsol y grasa. Probablemente, alguien lopusoenuncontenedor,loencendióylotiróenelbajantedebasura.
—Uncoctelmolotov.—Sí.—¿Esonohabríaprovocadounaexplosión?¿Unsonidoquelagenteoiría?
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Sediocuentadequeestabahablandodeella,que,deniña,estuvoentreesagente.—Esa es una de las cosas quemás recuerdo, queme preguntaron eso. Pero el
cuartodelabasuraestabaenelsótanoyalotroladodelpasillodelasalainfantil.Ynosotros éramosmuy ruidosos. Diez niños en un espacio cerrado. Nunca oí nada.Ojalálohubieraoído.
Bosch asintió. Se preguntó si Soto de algunamanera se sentía culpable por nohaber oído explotar la bomba incendiaria cuando tenía siete añosy estaba jugandocon sus amigos. No fue culpa suya, pero sabía que nunca se podía convencer aalguienquellevabadentroalgoasíduranteveinteaños.
Volvióaleerlosinformes.—Avísamecuandolleguesaladeclaraciónjuradadeltampón—dijoSoto.Boschlevantólamirada,pensandoquenolahabíaoídobien.—¿Qué?—Ladeclaraciónjuradadeltampón.Tienegracia.Boschasintióyvolvióaleerlacronologíadelainvestigación.Despuésdequese
confirmóelRLI,se llamóa laSeccióndeConspiraciónCriminaldeldepartamentopara que investigara el caso junto con el departamento de bomberos, pero lainvestigaciónhabíaperdidoimpulsoenlassemanastranscurridas.
Los investigadores secentraronen la informacióncallejeraque señalabaqueelincendio había sido una operación intimidatoria que fue mucho más allá de loplaneado.EladministradordelcomplejodeapartamentoserauntestigoclaveenestainvestigaciónyproporcionóinformaciónsobrelasamenazascontinuadasdelabandaLaRaza.LaSCCsolicitóyobtuvounaordenjudicialmuyampliapararegistrarlascasas y puestos de trabajo de veintinueve miembros de la banda cuatro semanasdespués del incendio letal. Antes de que amaneciera, un equipo compuesto porinvestigadoresdelaSCCyagentesdelaUnidaddeInteligenciadeBandasactuarondemanera simultánea y la operación resultó en la incautación de drogas, armas ypruebaspotencialesenelcasodeincendio,asícomoenladetencióndeveintidósdelospandillerosconacusacionesrelacionadasconlasarmasylasdrogasincautadas.
Alleerunacopiadeldocumentodevueltoaltribunaldespuésdequeseejecutarala orden judicial, Bosch vio que se había incautado muy poco directamenterelacionado con el incendio. La única cosa que se le acercaba era un bidón queconteníaVarsoldeuntallerdecochesdondeestabaempleadounodelosmiembrosdelabanda,unaprendizdemecánicollamadoVíctorChapa.Elrestodeelementosenumerados en la orden era simpledecoración: drogasy armasquequedabanbienextendidassobreunamesaparaquelosmedioslasfotografiaran,peroquenoservíandenadaentérminosdepruebasparaelcasoBonnieBrae.
Aunasí,elmaterialincautadoylasdetencionesbastaronparaapretaraLaRaza.La mayoría de los miembros de la banda tenían antecedentes y se enfrentaban aposiblespenasdeprisiónsieranacusados,aunquefueradecargosmenores.EsodioaJackHarrisysuequipounabuenacartaconlaqueobtenercooperaciónyenfrentar
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entresíahermanosdebanda.ElhombreenelcentrodelaoperacióndepresióneraVíctorChapa.Detodoslos
atrapados en la red, era el único con acceso directo al acelerante hallado en lascenizas del incendio.Aunque el administrador del complejoBonnieBrae no logróidentificarlocomounodelosmiembrosdelabandaqueloamenazóyChapacontabaconunacoartadasólida,seguíasiendovistocomoelhombreconmásposibilidadesde haber obtenido el combustible y, probablemente, de haber preparado la bombaincendiaria.Estaúltimaconjeturasebasabaenelhechodeque,peseaquenovivíaconunamujer,seencontróunacajadetamponesenunbotiquíndelcuartodebañodesuapartamentoduranteelregistroordenadoporeljuez.LosexpertosenincendiosdelaSCCsabíanquelostamponesseutilizabanconfrecuenciacomomechadeuncoctelmolotov.
Chapafuedetenidoduranteelregistrodesuapartamentoporposesióndecocaína.Ladetenciónsejustificóporelresiduohalladoenunapipafabricadaconunapiezadeunaantenadecochequeseencontróenuncenicerodelsalónenunapartamentocompartido por cuatro hombres. Era una acusación sin ninguna posibilidad deprosperar, perobastabapara retenerloypresionarlodurante cuarentayochohoras.Chapafueinterrogadodurantehorasyluegolopusieronenunaceldadondehabíaunpolicía encubierto que se hacía pasar por otro detenido. Aparte de proporcionardetallesdesucoartada,Chapanohablóconningunodesusinterrogadoresniconsucompañero de celda. No delató nada. Tenía entonces veintiocho años y era unmiembro veterano de La Raza. También había estado en la prisión del estado porposesióndepropiedadrobada.Semantuvofirmeyfuepuestoenlibertadbajofianzadespués de ser acusado: una vista en la cual su abogado también aportó unadeclaraciónjuradaenlaqueunaexnoviaexplicabaqueellahabíadejadolacajadetamponeshalladaenelapartamentodeChapa.
—Laviejadefensadeltampón—dijoBosch.—Siemprefunciona—confirmóSoto.Boschmirólapantalladelordenadordesucompañerayviounmapa.—¿Quéeseso?—HeencontradoElChihuahua.TulsatieneunazonallamadaLittleMexico.Está
ahí.—Bien.Loveremosestanoche.—Noparecelaclasedesitioenlaquevayasapasardesapercibido,Harry.—Sí,veremos.Boschvolvióalalectura.Segúnlacronologíadelainvestigación,ningunodelos
pandillerosdetenidosdurantelaredadaalamaneceradmitióconocimientoalgunodelincendiodelBonnieBrae.Todos lonegaron, todosafirmaronsentirse insultadosdequelabandapudierasersospechosadeteneralgoqueverconlasmuertesdenuevepersonas,lamayoríaniños,ytodosellosdePico-Union,elterritoriodelabanda.
Enesesentido,laredadaensíaumentólapresiónsobreHarrisysuequipo.Erael
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caso del año y la prensa estaba encima, la Oficina de Relaciones con losMediossolicitaba actualizaciones diarias del estado de la investigación. La presión llevó aHarrisaunaoperaciónquesalió fatal.EligióseguirpresionandoaChapahaciendocorrer el rumor, difundido estratégicamente a través de la red callejera deinformadores de Pico-Union, de que la redada había conseguido un testigocolaboradorqueprontoseríallevadoanteunjuradodeacusación.
La intención era que Chapa sintiera la presión y se entregara. No tendría otraelecciónqueagarrarsealacuerdadesalvamentoquelapolicíaleestabalanzandoycooperar. Confiaban en que reconociera su participación al proporcionar la bombaincendiariayrevelaraelnombredelhombrequelalanzóporelbajantedelabasura.
Chapafuepuestobajovigilanciacomomedidadeprotección,yHarrisesperabaobtenerresultadoscuandolapresiónlellegaraalmecánico.
Notuvoqueesperarmucho.Alsegundodíadelavigilancia—unavezquetodoPico-Union había sido adecuadamente sembrado con el rumor de un testigocolaborador—,HarrisycompañíavieronquesuoperaciónsederrumbabaconloquemuyprobablementefueronconsecuenciasletalesparaChapa.
Elequipoestabaapostadocercadel tallerdecochesde lacalle6,dondeChapatrabajabadeaprendizdemecánico.Todoslosclientesycochesqueentrabanysalíandelpequeñogarajefueronobservadosdesdeunpuestodevigilanciaenuntejado.Losequipos de tierra se quedaron a la vuelta de la esquina, listos para seguir aChapacuandosalieradeltrabajo.
PeroChapanuncasalió.Cuandoeltallercerróybajaronlaspersianasdelgaraje,Chapa no estaba entre los empleados que salieron. Amparándose en una amenazapotencialalavida,lapolicíairrumpióeneltallersinorden,peronoencontrórastrodeChapa.UnainvestigacióninternaconcluyóquelatramaylavigilanciadelaSCCllegaron al conocimiento de Chapa y miembros de su banda. Chapa fue sacadovoluntariamente o a la fuerza del taller en elmaletero del coche que algún clientevinoarecogerdespuésdeunareparación.Chapanuncavolvióaservisto,apesardeunaordendedetenciónactivapornopresentarseaunavistajudicialenrelaciónconsuacusaciónpordrogas.
ConChapadesaparecidoyHarris y su equipobajo investigación internapor laactuación con el sospechoso, la investigación perdió su impulso y se estancó. ElequiposedesmantelóyelcasopasóporunaseriededetectivesdelaSCCalolargode los años. Finalmente, se volvió reactivo más que proactivo. Cada vez que sedeteníaporalgunarazónaunmiembrodeLaRaza,losdetectivesacargodelcasolointerrogaban en relación con el incendio del Bonnie Brae. Estos esfuerzos serevelaroninútilesyelcasofinalmenteseenfrió.
EldorsodelacarpetaqueBoschestabarevisandoconteníaungranorganigramadobladoquedetallaba la jerarquíadeLaRazadePico-Unionen tornoa1993.Susbordessecuartearonyserasgaronenpartealdesdoblarloporprimeravezenaños.SotoseinclinóparamirarloconBosch.
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—¿Lohasmiradoantes?—preguntóBosch.—No,nuncalohabíavisto—dijoella.El diagrama mostraba los nombres y fotos de los cabecillas de la banda. La
mayoríadelasfotosestabantomadasenlasdetenciones.Elgráficotambiénseñalabaquéhombresestabanencarceladosen1993ycuálerasuáreaderesponsabilidadenlabanda:ventadedrogas,transporte,producción,armas,músculo,etcétera.
—Estopodríaserunpuntodepartida—sugirióBosch.—¿Cómo?—preguntóSoto.—Estudiaremos estos nombres. Algunos estarán muertos, pero apuesto a que
otrosestaránenprisión.Podemosusarlo.Iraverlos,ofrecerleslaluzdeldía.Algunopodría picar. Si alguien de esa banda hizo esto, alguien tiene que saberlo. Siencontramos a alguien que esté buscando una forma de salir del corral podríamostenersuerte.
—MepreguntoporquéWhittakeryDubosenolohicieron.—Porque sonvagos.Si un casono tiene ciencia, pasan al siguiente.No tienen
necesidaddesalirdelaoficina.Boschempezóadoblarconatenciónelgráficosincausarmásdaño.—Noseascomoellos—continuó—.Siquieresserunabuenadetective,levanta
eltraseroysalalacalle.—Loharé,Harry—dijoSoto—.Loprometo.ElpilotoanuncióqueestabaniniciandoeldescensohaciaDallas.Boschdecidió
guardarlascarpetasydescansarlavista.Todavíateníamuchoqueestudiar,incluidoslos sobres que contenían todos los artículos de periódico sobre el caso. Todo esotendríaqueesperarhastalapróximavezquetuvieratiempoparaelcasoBonnieBrae.
—¿QuépasaconChapa?—preguntó—.¿Creesqueestávivoomuerto?—Muerto, seguro —dijo Soto—. De lo contrario ya habría aparecido.
Probablementeestáenterradoeneldesierto.Boschse limitóaasentir.PensabaqueSotoseguramente tenía razón.Chapano
desapareciódeesegarajeporvoluntadpropia.Noexistíalalealtadenunabandaunavezqueseolíaenelagualasangredelchivato.
ElavióndescendióhaciaDallasyBoschcambiódetema.—¿Tegustalabarbacoa?—preguntó.—Supongo—dijoSoto—.Aveces.Noeraunarespuestaentusiasta.Boschselimitóaasentir.—¿Porqué?—preguntóella.—Hay un sitio en la terminal DFW que se llama Cousin’s —contestó—. Es
bueno.Meparecequemepasaréantesdelsiguientevuelo.—Creoqueteveréenlapuerta.¿Estábien?—Claro.¿Hasmiradolabibliaantesdesepararnos?¿AlgosobreTulsa?Boschsereferíaaundiariodelaunidadenelcuallosdetectivescontribuíancon
informes sobre las ciudades que habían visitado en sus investigaciones, señalando
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lugares recomendables para comer y dormir dentro de los límites de las dietas deldepartamento. También contenía pistas en relación con la policía y la judicaturalocales.Launidadllevabacasidiezañosenfuncionamientoynohabíaningúnestadodelauniónquenoestuvieracubierto.Labibliaestaballenadeconsejoseinclusosehablabade recaudar fondospara publicarla.La llamabanPlatoespecialazul.Guíadelpolicíaparainvestigaciones,baresydónuts.
—Sí—dijoSoto,altiempoqueabríaunalibreta—.DesayunoenunsitioquesellamaJimmy’sEgg,comidaenMahogany,peroesomesuenaabardeestriptis.OtrositioquesellamaBrownie’stienebuenastartas.
Boschsonrió.—Tartas, eso tuvoqueponerloRick Jacksonantesde retirarse.Siempre fueun
hombredetartas.—Tienesrazón.FueJackson.—¿Hayalgosobreeldepartamentodepolicía?—Sí, Jackson menciona a un tipo que trabajaba en la policía de Tulsa. Ricky
Childers.Essupervisordelturnodenocheeneldepartamento,almenosloerahacedosaños.Jacksonescribió«buenagente».
—Vale,entoncesacudiremosaél.
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Formaba parte del protocolo de viajes de la Unidad de Casos Abiertos que losdetectives visitaran a los agentes locales y explicaran qué estaban haciendo en laciudad y adónde pensaban ir. Por lo general, se trataba de una simplemuestra decortesíayalosdetectivesdeLosÁngelesselespermitíahacersutrabajo.Avecesloslocalespreferíanoexigíanqueunodelossuyoslosacompañara.Y,enocasiones,losvisitantesdeLosÁngelesnecesitabanayudalocalparaencontraraalguienofacilitaruna detención. Como le había explicado a Soto, Bosch había aprendido porexperienciaqueavisardesullegadainminentepodíaocasionarproblemas.
Los agentes locales podían adelantarse, empezar a vigilar a los objetivos y demanerainvoluntariaponerlessobreavisooasustarlos.TambiénhabíahabidocasosenlosquelapolicíalocalsimplementehabíaarrestadoalsospechosoantesdequeBoschllegara allí, privándolo así de la posibilidad de hablar con él sin que estuvieraoficialmentedetenidoy solicitaraunabogado.Tambiéncabía laposibilidad remotadequeelobjetivoalqueBosch ibaabuscarestuviera relacionadoconelagentealqueestaba llamandopor teléfono.BoschhablóenunaocasiónconundetectivedeSan Luis en preparación para un viaje allí con la finalidad de llevar a cabo unadetención por homicidio. Cómo iba a saber que estaba tratando con un hombrerelacionadopormatrimonioconlapersonaalaqueBoschpretendíadetener.Boschnoseenteródeesarelaciónhastaquellegóallíydescubrióqueelsospechosohabíahuidolanocheanterior.
—Desdeentonces,nuncamás—ledijoBoschaSoto—.Ahorasiemprevoysinavisar.
LlegaronalacomisaríacentraldelDepartamentodePolicíadeTulsapocoantesde lasochode la tarde.Antes sehabían registradoenunhotel cercano,porquenoteníanclaroquédepararíalanocheyBoschnoqueríaperderlareservasinollegabanalhotelhastadespuésdemedianoche.
El agente uniformado a cargo de la entrada no pareció impresionado por susplacas del Departamento de Policía de Los Ángeles, pero accedió a llamar aldespachodedetectivesypreguntarsiChildersestabadisponible.
Tuvieronsuerte.Childersestabaencomisaríayledijoalagentequelosenviaraarriba.
BoschySototomaronelascensorparasubirunaplantayenlaentradadelasaladedetectivesseencontraronconotromostrador.Nohabíanadieallíyesperaronunminutohastaqueunhombreabriólapuertadeatrás.
—¿CómoestáRickJackson?—preguntó.—Seacabade retirar—respondióBosch—.Yallídondeesté seguramenteestá
jugandoagolf.—Esoespero.Eldetectivetendiólamanoporencimadelmostrador.
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—RickyChilders.Mepusieronalmandodeestoanoche.SeestrecharonlasmanosyBoschlepasóaChilderssuplacaenlugardelimitarse
amostrarlacomohabíahechoabajo.Sotohizolomismo.Eraunamuestraderespeto.—¿Hanllamadoantes?—preguntóChilders—.Elcapitánnomehadejadonada.—No, acabamosde llegar—informóBosch—.Estamañanahemos encontrado
unapistasobreuntipoconelquetenemosquehablaryhemossubidoaunavión.Nohemostenidoocasióndellamarantes.
Childers asintió, pero Bosch no estaba seguro de que creyera la historia. Eldetective parecía un hombre capacitado y experimentado. Tenía unos cuarenta ycincoañosysemanteníaenbuenaforma.Hablabaarrastrandolaspalabras.LucíaunpobladobigotequelebajabaporlascomisurasdelabocayledabaunauraextradepistolerodelantiguoOeste.BoschsuponíaqueChilderslosabíaylofomentaba.Ibaenmangas de camisa y llevaba el arma en un cartuchera de hombro. Eso tambiénayudabaadibujarlaimagen.
—¿Dequiénestamoshablando?—preguntó.—Un testigodeuncasoenelqueestamos trabajando—contestóBosch—.Un
casodeasesinato.Hemosdehablarconélotravez,porquecreemosquepodríanohabercontadotodoloquesabía.
—Se calla cosas, ¿eh? —dijo Childers—. Eso no está bien. ¿Este tipo tienenombre?
—ÁngelOjeda—dijo Soto—.Tiene treinta y nueve años y creemos que llevaaquínueveodiezaños.
LepasóaChildersunahojaconunacopiadelúltimocarnetdeconducirdeOjedaenCalifornia.
—¿Nueveodiezaños?—dijoChilders—.¿Estánreabriendouncaso?—Algoasí—explicóBosch—.Lapistaquetenemosdeestetipoesquevinoaquí
atrabajarenunbarllamadoElChihuahua.¿Loconoce?—Oh,claro,loconocemos.EnGarnet,enEastTulsa.EsoesLittleMexico.—¿Quéclasedebares?—Esunantroconunamesadebillar.Lapatrullasepasavariasvecesporsemana
paradeshacerpeleas.¿Dicequeestetipotrabajaallí?—Esinformacióndehacecasidiezaños.Essolonuestropuntodepartida.—Losllevaréallísiquieren.Perovamosalabrigadaantesaversitenemosalgo
deesteseñorOjeda.¿Pronunciobienlajota,detectiveSoto?—Muybien—dijoSoto.Childersseñalóhaciaunaportezuelaalextremodelmostradory loshizopasar.
TrabajarencasosabiertoshabíallevadoaBoschaoficinasdedetectivesdetodoelpaís. Había algo común en todas ellas. La sala de brigada de Tulsa podría haberestado en Seattle, Baltimore o Tampa. Escritorios repletos, filas de archivadores,cartelesdepersonasenbuscaycapturaentodaslasparedesypuertas.Lasalaestabacasi desierta por la hora. Bosch vio a un policía uniformado en unamesa y a un
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detectiveenotra.Childersloscondujoasupropiocubículo.—Cojanunasilla.BoschySotofueronabuscarsillasdeescritoriosvacíosylasacercaron.Todosse
sentaron y Childers apagó una radio con reloj de su escritorio en el que sonabamúsicacountryavolumenbajo.ParecíaalgocomoHankWilliamsJr.
—Averquétenemosdeestetipo—dijoChilders.Mirandolafotocopiadelcarnetdeconducir,Childersescribióinformaciónensu
ordenador de sobremesa.Bosch supuso que estaba buscando en una base de datosinternaquelediríasielcaminodeOjedasehabíacruzadoenalgunaocasiónconlapolicíadeTulsa.Sotoyahabíamirado losordenadoresnacionalesantesdesalirdeLosÁngelesynohabíaresultados.
Childerspulsólatecla«Retorno»ylevantólasmanoscomosiacabaraderealizaruntrucodemagia.Alcabodeunossegundosaparecierontrespalabrasenloaltodelapantalla.
Nohayresultados.
—Vaya—dijoChilders—.SihaestadotrabajandoenElChihuahuahabríasalidocomo testigo,víctima, informanteoalgo. ¿Están segurosdeque su informaciónesbuena?
—Era buena hace diez años—afirmóBosch—.Tal vez se cambió de nombre.¿QuésalesisolobuscaElChihuahua?
—¿Tienentodalanoche?Childersescribióelnombredelbaryestavezenpantallaaparecióquehabía972
resultados.—Y esto solo se remonta siete años—aclaró—.Antes trabajábamos en papel.
¿Quierensentarseaquíymirartodoesto?Lesdejaréhacerlo.Boschpensóunmomentoencuálsería lamejor formardeusarsu tiempoyen
cómoestrecharelfocodelabúsquedainformática.Sotoseleadelantó.—Yodigoquevayamosalbar.Aversiestáahí.Paraesohemosvenido.—Buenaidea—dijoChilders.Boschasintió.
Childerscondujo.LittleMexicoseencontrabaaleste,aveinteminutosdecochedelcentro.Estabaoscuro,perolasacerasestabanbieniluminadasyBoschnovioloqueesperaba.Lascalleserananchas,conhierbaenlasmedianas.Habíacasas,iglesiasytiendasconespacioalrededor.Tambiénhabía tiendascerradas.Boschviouncochepatrulla aparcadoenunagasolinera fuerade servicio.Tuvoquebuscarmucho ratoantesdeveralgúngrafiti.
—Vaya—dijo—.Esteessubarriohispano.—Sí—dijoChilders.
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BoschhabíacedidoaSotoelasientodelanteroyviajabaatrás.EsolepermitiríasentarsejuntoaOjedasiloencontrabanylollevabanacomisaríaparainterrogarlo.
ChildershizoprimerounapasadalentapordelantedeElChihuahua.ABoschleparecióquehabíasidounPizzaHut.Todavíateníaeltejadorojo,perohabíanpintadolas ventanas y había diversos carteles de madera contrachapada pintados a manocolgadosdelafachada.Anunciabanenespañolcervezas,chicharronesydeportes.Alextremodeunpalo,uncarteliluminadoexhibíaelnombredelbaryundibujodelarazadeperroque llevabaelnombredel estadomexicanodeChihuahua.El animalmostrabalosdientesyteníaguantesdeboxeoenlaspatasdelanteraslevantadas,listoparapelear.
Erancasilasdiezyelaparcamientoestaballeno.Varioshombresseagolpabanenelexterior,aambosladosdeledificio,sosteniendobotellasyfumando.
—Esoyaesunainfracción—comentóChilders—.NosepuedebeberenlacalleenOklahoma.
—Bien—dijoBosch—.Podemosusareso.Childers aparcó a un lado de la calle cuando pasaron.Miró por el retrovisor a
Bosch,porquesabíaqueHarryllevabalavozcantanteenelequipoqueformabaconSoto.
—¿Cuáleselplan?—preguntó.Boschpensóunmomento.—Hemos pasado un Shamu en la gasolinera abandonada—dijo—. ¿Podemos
usarloenesto?—¿Shamu?—preguntóChilders.—Elnegroyblanco.Parecíaqueeltipoestabaponiendomultas.—Shamu,comolaballenadeSanDiego.Megustaeso.Sí,puedollamarlo.—Vale, lo traemos. Entramos todos y echamos un vistazo. Si vemos a nuestro
hombre, hacemos que el agente de uniforme le pida que salga porque tenemos unproblemaconlabebidaenlavíapública.Siesofunciona,lometemosenelcocheyLucyyyonosocupamosapartirdeahí.NomencionamosLosÁngelesyusamossusplacas.
Childersasintió.—Bienpensado.Buscólaradiodelapolicíaentrelosasientosysecomunicóconlacentralpara
dar orden de que el coche patrulla más cercano acudiera al punto donde seencontraban.Después,desconectóybajóelmicrófono.
—¿Lagentevaasermuyhostil?—preguntóBosch.—No tendría que pasar nada —dijo Childers—. Pero no va a haber muchas
mujeresahídentro.LadetectiveSotopodríagenerar…revuelo,nosésimeexplico.—Podrésoportarlo—dijoSoto—.Nohevenidoaquíparaesperarenelcoche.Eltononoinvitabaaldebate.—Pormí,bien—zanjóChilders.
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Esperaron diezminutos a que apareciera el coche patrulla. Childers hizo lucescuandolovioacercarseporGarnet,yelcochecruzóalcarrilcontrarioparaaparcarventanilladelconductorjuntoaventanilladelconductor.Eraunapatrulladeunsolohombre, típica de ayuntamientos con falta de recursos.Childers conocía al agente,peronosemolestóenpresentaraBoschySoto,salvoparaexplicarlequeerandeLosÁngeles.ExpusoelplandeBoschyelagentedijoqueestabalisto.
Childers diomedia vuelta y siguieron al coche patrulla hasta el bar. No habíaespacioslibresenelaparcamiento.Pasaronpordelantedelbar,lorodearonpordetrásyluegoporelotrolado.Sedetuvieroncercadelapuerta,dondehabíaungrupodehombres de pie, bebiendo y fumando.A lamayoría de ellos probablemente ya loshabían incordiado por beber fuera, porque, en cuanto vieron el coche patrulla, seapresuraronavolveraentrar.
Todos bajaron de los coches y se dirigieron a la puerta. Bosch oyó la músicavibranteprocedentedelbar.SecolocóalaizquierdadeSoto.Eraunaformarutinariaparaellosdeacercarseaunapuertadondenosabíanquépodíahaberdetrás.Élerazurdoyelladiestra.Esaeralaformamásseguradeacercarse.
Elagenteuniformadomedíaalmenosmetronoventayerafornido.Sucontornoparecíaaúnmayorporelchalecoantibalasquellevababajoeluniforme.Entróenelbarelprimeroyempezóaabrirpasoentrelamultitud.Sotoatrajolasmiradas,comose esperaba. Bosch aprovechó esa circunstancia para examinar todas las caras,buscandounaqueseasemejaraalafotodediezañosantesdelcarnetdeconducirdeOjedaenCalifornia.
Tuvosuerte.Casideinmediato,localizóaunhombrequeparecíaOjedadetrásdelabarrasituadaaladerechadelasala.Parecíaserunodelostrescamareros,peronoestabatomandocomandasniabriendobotellasdecerveza.Estabaapoyadocontraunabarraposterior,juntoalacajaregistradora,observandolasalaabarrotada.EnseguidasefijóenBoschyreparóenlacarablancaenunmarderostroshispanos.Boschsupoen ese instantequeprobablemente lohabía identificado comopolicía, perodudabaqueOjeda—siesqueeraOjeda—supieraqueeraunpolicíadeLosÁngeles.
Enesemomento,BoschySotoyanocaminabanuno juntoalotro.La sendaatravésdelgentíoerademasiadoestrechaysemovíanenfila india.Sotoeramuchomás baja que Bosch y su visión quedaba completamente obstaculizada por lamultitud. La música electrónica de baile con un ritmo latino atronaba desde losaltavoces.Habíapantallasplanasenloaltodelasparedesyencimadelabarraenlasqueseveíafútbolyboxeo.Eloloramarihuanaenelaireerainconfundible.
BoschseinclinóhaciadelanteyhablóenvozaltaaloídodeSoto.—Estáaquí.Detrásdelabarra.DíseloaChilders.Elmensajesetransmitióporlafilay,cuandolapequeñatropallegóalladodela
barra,elagentedepatrullayateníasusinstrucciones.Hizounaseñaalhombrequeestabajuntoalacajayledijoquenecesitabanquesaliera.Elhombredudó,haciendoun gesto hacia lamultitud, como diciendo que tenía que ocuparse del negocio. El
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corpulentoagenteseinclinómássobrelabarrayledijoalgoqueresultóconvincente.Elhombrelevantólaparteplegabledelabarraysalió.Hizounaseñaaunodeloscamarerosysedirigióalapuertamáscercana.ElagentedepatrullaloredirigióalapuertaporlaquehabíanentradoBoschycompañía,ytodoscruzaronotravezlasaladelbarysalieron.
Fuera del bar, el hombre en el queBosch se había fijado pasó de inmediato alataque, dirigiendo sus protestas al hombre uniformado, aunque seguramente sabíaquelosdetrajeestabanalmando.
—¿Porquémeestánacosando?Tengotrabajoaquí.—Señor, cálmese —dijo el agente de uniforme—. Tenemos un problema que
hemosde…—¿Quéproblema?Nohayningúnproblema.BoschestabasegurodequesetratabadeOjedaysealegródequehablarainglés.—Kevin,dejaquehableconelhombre—dijoChilders.El agente retrocedió y Childers se acercó, colocándose delante de la cara del
camarero.—¿Cómosellama,señor?—¿Porqué?¿Porquéhededecirleminombre?—Porquetenemosunproblemagordoaquí,señor,ysinoempiezaacooperarse
vaahacermásgordo.¿Cómosellama?—FranciscoBernal.¿Vale?—¿Llevaidentificación,FranciscoBernal?¿Carnetdeconducir?—Noconduzco.Vivodetrásdelabarra.—Muybien.¿Tarjetaverdeentonces?¿Pasaporte?ElhombremiróaSotoconexpresióndeascoporelhechodequeparticiparade
esaintimidación.Sacólacarteraydeellauntrozodepapeldoblado.SeloentregóaChilders,quienabrióelpapelylomiróconrapidezantesdepasárseloaBosch.SehizoaunladoparaqueBoschpudieraocuparseapartirdeahí.
Boschobservóeldocumentoyelagentedepatrulla leayudóenfocandoconsulinterna.Eraunafotocopiadeunatarjetaderesidenciapermanentequeidentificabaalhombre como Francisco Bernal. Técnicamente, un portador de una tarjeta verdeestaba obligado a llevarla encima en todomomento. Pero la realidad era que unatarjetaderesidenciapermanenteerapreciosaydifícildereemplazarsilaperdíasotela robaban. Lamayoría de la gente llevaba fotocopias y guardaba los originales asalvo.Estascopias,porlogeneral,eranaceptadasporlapolicía,peroBoschtambiénsabíaqueeramásfácilfalsificarunafotocopiaqueunatarjetaverde.
MientrasBosch examinaba el documento, varios clientes del bar salieron a verqué estaba ocurriendo. Childers se movió agresivamente hacia ellos, señalando lapuertayordenándolesquevolvieranaentrar.Todosobedecieronconrapidez.
Bosch levantó lamiradadel documentoyobservó al hombreque todavía creíaqueeraÁngelOjeda.
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—Sabequeesunafaltanollevareloriginal,¿no?Elhombrenegóconlacabezaenademándefrustración.—Esoesunaestupidez—dijo.Boschseacercóaélylemostróunahojadepapeldobladaqueélmismollevaba.—¿Estotambiénesunaestupidez?—preguntó.ElhombrecogióelpapeldelamanodeBoschylodesdobló.Eralafotocopiadel
carnetdeconducirdeCaliforniaconlaviejafotodeOjeda.Boschcaptóundestellodereconocimientoenlosojosdelcamarero.EsoconfirmóqueeraOjeda.
—Acabadementiraunagentedepolicía—dijo—.Tieneloquecreoqueesundocumentodeidentidadydeinmigraciónfalso.¿Sabeenquéclasedeproblemasehametido?
Boschdiounpasoatrásyseñalóconlacabezaalagentedepatrulla.—Espóselo,Kevin—dijo.Elagentedepatrullaapagósulinternaysepusomanosalaobra.
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AsícomotodaslassalasdebrigadaleparecíanigualesaBosch,lomismolesucedíacon las salas de interrogatorios: siempre austeras, cubos brillantemente iluminadospara infundir impotencia en aquellos que esperaban a ser interrogados. De estasurgían el compromiso y la cooperación. Bosch había dejado que Ojeda seconsumieradurantecasiunahoraantesdeentrarenlasala.ElplaneraqueHarrylointentara primero. Si eso no funcionaba, Soto lo sustituiría y trabajaría al testigodesdeunángulodiferente.EllaestaríaobservandoelintentodeBoschenotrasala.
Ojedaestabasentadoaunamesapequeña.Alverloenlaluzfríadelasala,Boschsediocuentadequeeraunhombreatractivoconunbuenpelonegro,pielsuaveyconstitución delgada. Había cautela o tristeza en sus ojos oscuros. Cuando Boschretirólasillaparasentarsefrenteaél,arrojólafotocopiadeOjedadeunasupuestatarjetaverdeenlamesa.
—¿Cómoquierequelollame,ÁngeloFrancisco?—preguntó.—Quieroquellameaunabogado—respondióOjeda—.Conozcomisderechos.Boschasintió.—Tiene derecho a un abogado, pero ¿sabe lo que ocurre cuando llama a un
abogado?Lometen en el calabozo, avisamos a Inmigración y no hay fianza en elmundoparaeso.
UnaexpresióndedoloraparecióenelrostrodeOjeda.—Sí—dijoBosch—.LohemoscomprobadoconInmigraciónysabemosquesu
fotocopiaesfalsa.Puedelimpiarseeltraseroconella,nosirveparaotracosa.Lamayorparteeraunfarol.Lasposibilidadesdeconseguirunaconfirmaciónde
InmigraciónenunviernescasiamedianocheenTulsaeranprácticamentenulas.Sinembargo,BoschestabasegurodequeOjedanoposeíaunatarjetaverdeválidabajoelnombredeFranciscoBernal.Unatarjetalegítimahabríaimplicadounacomprobaciónde huellas dactilares por parte de Inmigración, lo cual habría revelado su nombreverdadero.
—Loqueocurreesquedespuésdequeestéenprisióndurantemásomenosunmes,finalmentetendráunavistaanteunjuez—continuó—,peronohaymuchoquepuedahacercuandohafalsificadopapeles.Nohaydefensaparaeso,amigomío.AsíqueloembarcandevueltaaChihuahua.
Dejóqueesocalaraunmomentoantesdecontinuar.—Poresotengoquepreguntarle,¿deverdadquieremanejarestoasí?Enesecaso,
solodigaquesíconlacabezaylollevaréalcalabozoeinclusoledejaréunamonedadeuncuartodedólarparaquellameaeseabogadoquenopuedeayudarle.
Ojedacruzólosbrazos.Lehabíanquitadolasesposasantesdemeterloenlasala.Era una pequeña insinuación de que querían algo de él, de que podría haber unanegociación.Obviamente,lainsinuaciónhabíasidodemasiadosutil,porqueélpidióunabogadodesdeelprimermomento.
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—Soloyopuedoayudarle—dijoBosch.Ojedayaestabaempezandoaverlajugada.—¿Quéquiere?—preguntó.Boschseagachóysacólaplacadesucinturón.Entoncesladejóenlamesapara
queOjedapudieraleerla.Todavíaconlosbrazoscruzados,seinclinóhaciadelantealhacerlo.
—¿LosÁngeles?¿Porquéestáaquí?—Sabeporqué,Ángel.—No.NoheestadoenLosÁngelesdesde…—OrlandoMercedestámuerto.Ojedalevantólacabezaparamirarlo.Nolosabía,nosehabíaenterado.—Murióhacetresdíasymurióporculpadeesabalaqueteníaenlacolumna.La
balaqueledispararonausted.OjedaseenderezóenlasillaymiróaBosch.—Hacediezañosnosmintió,Ángel.Mintióporomisión.¿Sabeloquesignifica?
Quenonosdijotodalaverdad,quenonoscontótodoloquesabía.—Nosénada.—Sí,losabetodo.Nonoslocontóy…—¡No!—…esobstrucciónalajusticia.Peroesofueentonces.Ahoraesunasesinato,y
sinonosayudaestarácolaborandoconunasesino,yesoescompletamentediferente.Eso es lo que se llama complicidad a posteriori. Cómplice de asesinato. Y esosignificaquenoloenviaránaChihuahuaantesdequecumplacondenaenunaprisióndeCalifornia.
—No,estoesunalocura.—¿Quién le disparó, Ángel? ¿Quién lo hizo huir a Oklahoma y cambiarse el
nombre?Ojedanegóconlacabezacomosiestuvieratratandodeimpedirquelaspalabras
deBoschentraranensusoídos.—Nadiemehizohacernada.Seequivoca.Cambiéminombreporquemitíotenía
elbaryqueríaquevinierayactuaracomosuhijo.Asíquetomésunombre,esoestodo.
Boschseestirósobrelamesayrecogiólaplaca.Selasujetóenelcinturón.Eraun movimiento que le daba tiempo para pensar qué dirección tomar. Pensó en elnombredel registrodelHotelMariachiysabíaquepodíaganarunpocode tiempoconeso.
—¿QuiénesRodolfoMartín?—preguntó.Ojedanegóconlacabezaotravezyparecióconfundido.—Nolosé.Nuncahabíaoídoesenombre.—Estabaenelhoteldelotroladodelaplaza.Disparóyustedlovio.Lotenemos
envídeo,Ángel. Por eso huyó.Vio al hombre con el armay vio que lo apuntaba.
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¡Mercedrecibióesebalazo!—No.Novianadie.Yo…—¿QuiénesRodolfoMartín?—¡Nolosé!Boschsecalmóycontinuóenuntonomástranquilo.—Tienequeempezaracontarmetodalahistoriaonopodréayudarle.Cuénteme
loquepasó.Por primera vez, Ojeda asintió en lugar de negar con la cabeza. Bosch supo
entoncesqueibaafuncionar.Ibaasincerarse.Esperóy,finalmente,Ojedahablóconlacabezabajaylamiradafijaenlamesa.
—Cuandoeramúsicoteníamujeres.Mujeresbonitas.Tengomujeresahoraenelbar,peronosoniguales.
No era lo queBosch esperabaoír, pero asintió.Lo creía.Ojeda era unhombresumamenteatractivoymúsico,almenosentonces.LahijadeBoschlehabíahabladonohacíamuchodeunestudioquehabíaencontradoenInternetqueinformabadequelasmujeres eranmás propensas a dar su número de teléfono a un hombre que seacercabaaellasconelestuchedeun instrumentomusicalqueaunhombreconunmaletín.
—Vale.—Yentoncesestuveconlamujerquenodebíayocurriótodoesto.Boschhabíaesperadoquesetrataradedrogasynodeunamujer.—Entiendo,háblemedelamujer.¿Quiénera?¿Dóndelaconoció?Ojedaserascólanucaalhablar.—Hicimosunbolo.Fueenunacasagrande.Eracomouncastilloenlamontañay
habíaunagrancenaenhonoraalguienespecialconmuchagente.Laconocíallí.Alfinal, cuando estábamos guardando los instrumentos, salí a echar un cigarrito.Ellaestabaallíyfumamos.Mediosunúmerodeteléfonoymedijoquedeberíallamarla.
—¿Ylohizo?—Erahermosa.Lallamé.—¿Estabacasada?Ojedaasintió.—Estabacasadaconeldueñodelacasa.Unhombremuypoderoso.Muyrico.La
gentedecíaqueeraelreydelcemento.Erasucasa.—Estabacasadaconestereyconuncastillo,peroqueríaquelallamara.Boschnoloplanteócomounapregunta,sinoresumiendosucintamentelahistoria
deOjedaysubrayandosuaparenteabsurdidad.—Ellamedijo(esofuedespués),medijoquesesentíasola,peroquenopodía
marcharseporquesumaridoerapeligroso.Eramuypoderosoyteníatodoeldinero.Lehizofirmarunpapelporeso.
—Un contrato prematrimonial. ¿Cuándo fue exactamente ese bolo donde laconoció?
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—Nolosé.Nolorecuerdo.—¿Cuántoantesdeldisparo?—Noestoyseguro.Pero,sí,antes.Evidentemente.—¿Estabaconlanuevabanda?¿LosReyesJalisco?—Sí,conellos.—Vale,entonces¿seismesesantesdelataque?¿Unmes?—Unostresmeses.Másomenos.—¿Yestádiciendoqueempezóunaaventuraconestamujer?Ojedaasintió.—¿Cuántoduró?—Ah,muchassemanas.—¿Yelmaridolodescubrió?Otroasentimiento.—Vinoamicasaymeamenazó.Dijoquememataríasinolodejaba…,eh,con
sumujer.—¿Lodejó?Ojedaapartólamiradayluegonegóconlacabeza.—No.Laqueríamucho.Laúltimapartesonabafalsa,comosiformarapartedeunsistemadeexcusasque
Ojedahabía reunidoy alimentadodurante diez años.Era una cuestiónde amor, sehabía dicho a símismo, no de deseo carnal, no del deseo de cualquier hombre decoger lo que tiene a mano. Su deseo, en última instancia, destruyó la vida de unhombre.Teníaqueexistirunarazónválida.
—¿Yaella?¿Aellaledijoquelodejara?—Lohizo,peronolodejamos.Ojeda inclinó la cabeza como reconociendo que su decisión había tenido
consecuenciasfatales.—¿Cuánto tiempo pasó entre que elmarido le advirtió y el día que hirieron a
Mercedenlaplaza?—Nomucho.¿Unmes?—Nomelopregunte.Dígamelo.¿Cuántotiempo?—Unmes.Boschse recostóymiróaOjeda, tratandodevalorar loqueestabaoyendoy la
veracidaddelahistoria.—¿Cómosellamabaella?—María.—Elnombrecompleto.—MaríaBroussard.Peroeramexicana.SeapellidabaFuentesantesdecasarse.—¿Yelnombredelmarido?—Bruce.—BruceBroussard.¿Estáseguro?
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—Asílollamabaella.—Vale,¿ydóndeestabaesagrancasadondesehizolafiesta?Elcastillo.—Enlamontaña.Ocupabatodalaladera.—¿Cuáleraladirección?—No lo sé. Solo estuve una vez.Y estaba en la parte de atrás de la furgoneta
cuandofuimos.—Lasotrasveces,cuandoestabanjuntos,¿seveíaconellaenotrositio?—Sobretodoenhoteles.Unavezvinoamicasa.—¿Quéhoteles?—Muchos hoteles, en todas partes. Nos vimos una vez en el Universal. Y ese
hoteldelcentroconascensoresdecristalenelexteriordeledificio.—¿Sabía quién era desde el principio? Quiero decir, que estaba casada y que
aquellaerasucasa.Ojedadudó.—No mienta —dijo Bosch—. Si me miente una vez sobre cualquier cosa
relacionadaconesteasunto,tendremosungranproblema.—Sí,losabía—respondióOjeda.—¿Losotrosmúsicosdelabandasabíanlodeustedyella?—No,erasecreto.Soloellayyo.—¿Cómolodescubriósumarido?—Nolosé.—¿Selodijoella?—No.Creoquelasiguió.Ohizoquealguienlasiguiera.—¿QuiénesRodolfoMartín?—Lehedicholaverdad.Noloconozco.Bosch sabía que el nombremuy probablemente era falso.No das tu verdadero
nombre cuando te registras en una habitación de hotel para usarla como nido defrancotirador.Pasóaotracosa.
—¿CuándofuelaúltimavezquehablóconMaríaBroussard?—Hacediezaños.DespuésdeldíaquedispararonaOrlando, la llaméy ledije
quesabíaloquehabíaocurrido.Luegonuncavolvíaverla.—¿LecontóquesabíaquelabalaquerecibióMercedestabadestinadaausted?—Sí.—¿Quédijoella?—Dijoquenomecreía.Dijoqueyoeraunmentiroso.Asíqueesofuetodo.Boschnohabíatomadonotas.SabíaqueSotoestabaobservandoyescribiendoy
queChildershabíapreparadounacámara.Teníaunapreguntafinalporelmomento.—Hadichoquelafiestaenlaquelaconocióeraparaunapersonamuyespecial.
¿Quiénera?—Norecuerdosunombre.Sepresentabaalaalcaldíayenlacenacobrabanala
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gentepararecaudarfondos.BoschsequedósentadoymiróaOjeda.Depronto,comprendíamejorlasrazones
de que hubiera desaparecido y cambiado de nombre. Tanto si había obedecido alamorcomosi solo se tratabadeundeseohumanobásico, suselecciones lohabíanllevadoalasaguasoscurasdondesearremolinanlapolíticayelasesinato.
—¿EraArmandoZeyaselqueestabaenlacena?¿Eraélelhombreespecial?Ojedanegóconlacabeza.—No,noeraél.—¿Estáseguro?¿Recuerdaloquehedichodementir?—Estoyseguro.Noeraél.Aélloconozco.Tocamosensuboda.Fueotrapersona
quequeríaseralcalde.Erauntipoblanco.UnodelosoponentesdeZeyas.Larelaciónnoeratandirecta,peroBoschtodavía
sentíaquelasaguasoscurasibansubiendo.
Bosch encontró a Soto sentada en la sala de vídeo, donde había observado laentrevista de Ojeda. Estaba sola. Tenía una bolsa abierta de patatas fritas de lamáquina.EsolerecordóaBoschquenohabíacomidodesdeelsándwichdecarnedeDallas.
—¿DóndeestáRicky?—Sehaidohaceunamediahora.Hadichoqueteníacosasdelasqueocuparse,
peroqueestaríacercaporsilonecesitábamos.Muybienahídentro.Boschagarrólabolsaymetiólamanoparacogerunapatata.Sotonoprotestó.—Gracias.—RickysehaquedadohastaquehasconvencidoaOjeda.Hadichoqueerasun
auténticoinquisidoryquenonecesitabassuayuda.¿Quésignificaeso?Boschseencogiódehombros.—Nolosé.ParecedemasiadojovenparahaberestadoenVietnam.—¿QuésignificabaesoenVietnam?MiabueloestuvoenVietnam.—¿Tuabuelo?Esomehacesentirbien.Soto lequitó labolsadepatatas, fingiendoenfadoporelhechodequenose la
hubieradevuelto.—Cómprateuna,haymáquinasenelpasillo.Miabueloeramuchomayorquetú
ypasólavidaenlosMarines,locreasono.¿Quésignificaba?—Estaban esos tipos de la CIA a los que llamaban «inquisidores». Pero ellos
usabanloquellamabanmétodosyherramientasdeinterrogación«mejorados».—¿Quieresdecirhelicópteros?Sí,miabuelocontóalgunashistorias.Su recuerdo amenazó con desencadenar los de Bosch y era lo último que
necesitabaenesemomento.Volvióacentrarladiscusióneneltema.—¿Cuántodeesaúltimapartedelaentrevistahasescritoentusnotas?—Todavíanada.
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—Bien.Vamosamantenerloofftherecordporahora.—¿Porqué?—Porqueesunapuertacalienteyhemosdetenercuidado.Nuncaabreslapuerta
deunahabitaciónenllamas.Teacercasconcautelay…—Sedetuvocuandosediocuentadeloqueestabadiciendo—.Losiento,noquería…
—Nopasanada—letranquilizóSoto—.Loentiendo.Podemosmantenerlofueradelinforme,pero¿quépasaconelvídeo?¿Noquerrásborrarlo?
—No,llevamoselvídeo,peroelcapitánnolomirará.Sololeeránuestroinformeynoquieroqueconozcaesapartetodavía.
—Entendido.—Bien.¿Quépasaconelnombre?BruceBroussard.¿Hasoídohablardeél?Sotonegóconlacabeza.—Mesuena,peronosédequé—dijoella—.¿Ati?—No.—Pareceunpezgordo, el reydel cemento. ¿Crees aOjeda?Lodeque él y la
mujerdelmaridoricoseenamoraran.Boschpensóunmomentoyluegoasintió.—Porelmomentosí.Podríahaberamorporpartedeél.¿Lamujer?Todavíano
losé.Peronohablemosdeestoconnadie.Nadaenlosinformes,nadaatusamigos,niaunquellevenplaca.PrimerodescubramosmássobreMaríaBroussard.
—¿Qué le dirás al capitán? Querrá saber qué ha conseguido con el dinero deenviarnosaquí.
—Escribiré los informes y dejaré al margen el nombre de Broussard por elmomento.Sécómohacerquedéla impresióndequehamerecidolapenaelgasto.Hemosdeintentarcogerunaviónaprimerahoradelamañana.
—BuscaréenInternet.¿QuépasaconOjeda?Boschtuvoquepensarenesounmomento.DejarmarcharaOjedasiemprepodía
resultarenquevolvieraahuir.Eraunriesgoquetendríanquecorrer.Retenerloporfalsificarundocumentodeidentidadytarjetaverdeeraunabuenaformadeponeraun potencial testigo contra la acusación. Señaló al equipo de grabación que sealineabaaunladodelasala.
—Tenemoselvídeodelaentrevista.Cogemosesoyescribimosunadeclaración.Unadeclaraciónqueincluyalahistoriacompleta.Lehacemosquelafirmeyluegolodejamos en libertad. Lo mantenemos todo fuera del expediente por ahora. Por siacaso.
—Porsiacaso…¿qué?—Cualquiercosa.
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Elsábadoporlamañana,BoschySototomaronelprimeraviónaDallas,dondelacompañíaaérealoshabíapuestoenlistasdeesperaparalossiguientestresvuelosaLos Ángeles. Habían pasado poco más de doce horas en Tulsa y en total habíangastadomenosdemildólaresdelasarcasmunicipales.Considerandolainformaciónque les había proporcionado Ojeda, Bosch pensaba que el gasto estaba más quejustificado.
Tuvieron suerte en Dallas y encontraron sitio en el primer vuelo. Despuésredoblaron la suerte cuando el capitán del avión, que había sido rutinariamenteinformado de que dos agentes policiales armados estarían en el vuelo, les ofrecióasientos de primera clase, aunque en filas separadas. Bosch se sentía avergonzadocon su bolsa de Cousin’s en un entorno tan lujoso, donde el auxiliar de cabina leexplicóqueseserviríaunacomidadecortesía.Cuandovioaunsoldadoconropadecamuflajedirigiéndoseporelpasillohacialaparteposteriordelavión,HarrylepasólabolsadeCousin’syledijoqueeraelmejorsándwichdecarnequeprobaríanunca.Elsoldadocogiólabolsa.
—Yaloveremos,señor—dijo—.SoydeMemphis.Boschasintió.Unavezhabíapasadouna semanaenMemphisenuncasoyun
detectivelocallohabíallevadocadadíaaunrestaurantedebarbacoasdiferente.—¿Consalsaoseco?—preguntóalsoldado.—Seco,señor.—¿ElRendezvous?—Exacto,señor.Boschasintióyel soldadocontinuóporelpasillo.Lamujerqueestabasentada
detráslepreguntósiibaaregalaralgomásyHarrysepusocolorado.BoschestabaenlatercerafiladelacabinaySotoenlaprimera.Elpilotosehabía
aseguradodequeteníanasientosdepasilloparaquepudieranactuarymoverseconrapidezencasodequesepresentaraunproblema.NoeralaprimeravezqueBoschrecibía ese trato. Lamayoría de las tripulaciones que había encontrado agradecíanunapresenciaarmadacercadelacabina.
Mientras esperaban por un retraso menor antes de la partida, Bosch se pusoauriculares y escuchó música que había descargado de un documental sobre elsaxofonistaFrankMorgan.ElfilmeincluíaunconciertodehomenajeenSanQuintín,dondeMorgan había permanecido encarcelado durante años antes de su regreso almundo del jazz. La banda de tributo estaba compuesta por músicos que habíantrabajadoconMorganolohabíanadmirado,yelhomenajediocomoresultadounaactuación formidable. Bosch escuchó dos veces seguidas el estándar de DizzyGillespieTheChamp.SupartefavoritaeraelmomentoenqueDelfeayoMarsalisyMarkelPredicadorGrossalternabansolosdetrombónysaxo.
Despuésdequeelavióndespegara,Boschparólamúsicaysepusoatrabajar.Él
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y Soto se habían repartido los expedientes y él todavía tenía los archivos de lainvestigacióndel incendiodelBonnieBrae.Sentado juntoaunamujerqueparecíauna joven ejecutiva de Hollywood, a Bosch le preocupaba abrir las carpetas yposiblemente revelar fotos de víctimas en la escena o posterior autopsia. Decidiósacar de una de las carpetas el sobre más grueso de la cobertura del caso en losmediosyempezóaleerlosartículosdeprensasobreelincendioletal.
Elpaqueteestaballenoderecortesdobladosyamarillentos,tanfrágilescomoelorganigramajerárquicodelabandaquehabíadesplegadoeldíaanterior.LospapelesserasgabanporlosplieguespeseaqueBoschlosabríadespacioyconcuidado.Eraalgoqueocurríaamenudocuandorevisabaarchivosviejos,yteníalacostumbredepegarlaspartesseparadasenpapeldecarnicero—siemprehabíaunrolloenlasalade brigada— con el fin de limitar la desintegración y poder volver a doblar losrecortes.
Comocabíaesperar,el incendiodelBonnieBraerecibióunatremendacantidadde atención delLos Angeles Times. El contenido del paquete de losmedios podíadividirseendos.Laprimeramitadconteníaartículossobreelincendioyloocurridoinmediatamente después y la segunda reunía artículos sobre la investigación queparecíanhabersepublicadoa intervalos casi regulares: seismesesdespués,unaño,cinco años y diez años después. Aparentemente, los editores del periódico o bienhabíanperdidounaoportunidaddehacerunartículoalosveinteañosoconsiderabanqueyanoeranoticiable.Elúltimoartículodelpaqueteeraeldeldécimoaniversario.
Despuésdedeterminarloquetenía,Boschempezóporelprincipio.Elprimerdía,elTimesestabadedicadocasiporcompletoalincendio.Desplegóunaprimerapáginaenteraqueconteníatresfotosyeliniciodetresartículos.Enelbloquedefotoshabíaotras dos imágenes más pequeñas que mostraban a residentes saliendoapresuradamentedeledificiodeapartamentosllenodehumoyadosmujeresqueseabrazabanenlacalle,conlascarastiznadasdehollín,expresióndeangustiaabsolutayelrastrodelaslágrimas.Laimagenprincipal,másgrande,situadaaladerechadelasotrasdosyenelcentro,eradeunbomberoquesalíadeledificioconunaniñaenbrazos,cuyosmiembroscolgabanlánguidosyaparentementesinvida.Elbomberonohabía esperado a salir del edificio para empezar las medidas de reanimacióncardiorrespiratoria. Estaba insuflando aire en la boca de la niñamientras salía deledificio.Boschleyóelpiedefoto,peroestenoidentificabaalbomberonialaniñaynodecíasilaniñahabíasobrevivido.Miróotravezlafotoconatenciónyluegodosfilasmásadelante,dondeapenaspodíadistinguirlacoronilladeSotoporencimadelrespaldodelasiento.Sepreguntósiseríaellalaniñadelafoto.
Se había fijado en que, desde que había empezado a trabajar con ella, habíancontadoconmuchospequeñosgolpesdesuerte.Soloenlasúltimascuarentayochohorasenelcasosehabíasentidoafortunadovariasveces,desdequelestocaracomojuezadeguardiaparalasórdenesderegistroShermaBarthlett,siemprebenévolaconla policía, a que Ricky Childers estuviera en la comisaría de Tulsa cuando ellos
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llegaron o conseguir asientos de primera clase en su vuelo de regreso. Sentía enmuchosaspectosqueestabaenrachayesodesafiabalaleydeporcentajes,quedecíaqueunasvecesseganayotrassepierde.TodoesohizopensaraBoschensilasuerteeraalgoaleatoriooalgoquepodíaacompañaraalgunapersonaalolargodetodasuvida, convirtiéndola incluso en superviviente de un incendio letal o de un tiroteomortíferoalaspuertasdeunalicorería.TalvezLuckyLucyeramásqueunapodo.Ytalvezlasuertequellevabaconsigoeracontagiosa.
—Vaya,esosíqueesunanoticiavieja.Boschsevolvió.Lamujersentadaasuladoestabamirandolapáginaamarillenta
ycuarteadaqueélsostenía.Boschsonrióyasintiócontorpeza.—Sí,supongoquesí—convino.—¿Quéestáhaciendo?—preguntólamujer.Boschlamiró.—Losiento—sedisculpóella—,soyunpococotilla.Pareceinteresante.—Soloestoyrevisandoalgoqueocurrióhacemuchotiempo.—Eseincendio.—Lamujerseñalólasfotosdelaprimerapáginadelperiódico.—Sí—dijoBosch—,peronopuedohablardeeso.Esunacuestiónprivada.—¿Puededecirmesoloesto?—insistiólamujer—.¿Esaniñasobrevivió?Boschmirólafotounmomentoantederesponder.—Sí.Tuvosuerte.—Ytanto.LamujervolvióaleersuguionyBoschsecentróenlosartículosdelaprimera
página. En el rincón superior derecho estaba el que contenía lo esencial de loocurrido;almenosenlamedidadeloqueseconocíaeneldíadelincendio.Habíaunaparteaunacolumnaconeltitular:
Lasguarderíasilegales
proliferan
Boschsuponíaqueelpropósitodelartículoeramostrarunarelacióncausalentreel incendio y las muertes ocurridas en la guardería del sótano del edificio.Presumiblemente,unlocalhomologadotendríamúltiplesvíasdesalidaenelcasodeun incendio, y los niños habrían escapado, pero el tono del artículo parecía dar aentender que los niños de algunamanera habían propiciado sus propiasmuertes alestarenunaguarderíailegal.
El tercer artículo era una investigación del registro de inspecciones de salud yseguridad del complejo de doscientos diez apartamentos, que estaba repleto deinfracciones en la última década. El artículo también destacaba que el complejopertenecíaaunainmobiliariaqueposeíavariosgrandesedificiosmásenlazona,loscualestambiénofrecíanalquileresbajosyacumulabannumerosasinfraccionesdelas
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leyesdesaludyseguridad.Elartículo,escritoantesdequesesupieraqueelincendiofatal había sido provocado, parecía tener la intención de preparar al lector para laeventualconclusióndequeelfuegosehabíainiciadoporquesehabíapasadoporaltoalgunanorma.
Los artículos continuaban en el interior, donde había más despieces de unacolumnaydospáginasde fotografíasde laescena.Boschvio tambiénun recuadrobordeado de negro que enumeraba los nombres de todos los periodistas quetrabajabanen lacoberturadel fuegoporpartedelperiódico.Boschcontóveintidósnombres y eso le hizo añorar el viejo Los Angeles Times. En 1993 era grande ypoderoso:gruesosejemplaresllenosdeanunciosyartículosproducidosporunequipodealgunosdelosmejoresymásbrillantesperiodistasensucampo.Enlaactualidad,elperiódicoparecíahaberpasadounassesionesdequimioterapia:delgado,inestableyconscientedequeloinevitablenopodríaretrasarseeternamente.
Boschtardócasiunahorasoloenleerlosartículosyestudiarlasfotografíasdelasección A. Nada de lo que leyó le dio ninguna idea para manejar el caso de unamaneradiferente.Elúnico lugardonde lacoberturadelTimes seacercabaa loquefinalmenteseríaelfocodelainvestigaciónoriginaleraunartículoquehacíaunperfildel barrioymencionabaLaRaza como labandadominantedePico-Union.CitabaunafuentepolicialanónimaquecalificabaBonnieBraeStreetdemercadodedrogasdonde abundaban la cocaína en roca y una heroína de México negra como elalquitrán.
Bosch se fijó enqueSoto se estaba levantandode su asiento con suordenadorabierto.Enseguidadoblóelperiódicoyloguardódebajodelapiladeotrosrecortesporsiacasoellanoqueríaverlasfotografías.
SotoseacercóalafiladeHarry,consuordenadorportátil.Violapiladerecortesdeperiódicoamarillentos.
—¿Estásleyendotodoeso?—preguntó.—Sí—confirmó él—.Nunca se sabe, en ocasiones sacas alguna idea.Ves una
cita de alguien o lo que sea. He escrito algunos de los nombres de personas queestabanallíesedía,periodistasyresidentes.Podríavalerlapenallamarporteléfonoyverquérecuerdan.
—Vale.BoschseñalóconlacabezaalordenadordeSoto.—Bueno,¿quépasa?Soto dejó el ordenador encima de los recortes de periódico para que Harry
pudieraverlapantalla.—EstoyusandoelwifiycreoqueheencontradoaBroussard.Bosch se volvió en su asiento para bloquear la posible mirada curiosa de su
compañeradefilaymirólapantalla.Sediocuentadequeestabaviendolaversióndigital del Los Angeles Times. Era un artículo fechado nueve años antes sobre elnombramientodeCharlesBroussBroussardalaComisióndeParquesyRecreación
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porelreciénelegidoalcaldeArmandoZeyas.Eraunbreve,porquelacomisiónquesupervisaba los parques de la ciudad no generaba grandes noticias. El perfil deBroussardlodescribíacomounhombredenegociosdelaciudadquehabíasidounimportante benefactor de políticos locales durante muchos años. La foto queacompañabaeltextoeraunaimagentomadaenlanochedelaeleccióndelalcaldeymostrabaaZeyasconsubrazoentornoaloshombrosdeBroussard.CercahabíaunamujersonrientequeseidentificabacomoMaríaBroussard.Eramuchomásjovenquesumarido.
—Buentrabajo—dijoBoschsinmiraraSoto.Inclinólapantalladelordenadorotravezparapodervermejorlafoto.Estudióa
Broussard con atención. Era un hombre corpulento, de unos cuarenta años en elmomentodelafotoyuntrajedeaspectocaro.Lucíaunabarbapobladaysalpicadadegris,comosiunchorrodelejíasehubierafiltradodesdelascomisurasdesubocayhubieradejadounrastrodepeloblancohastalamandíbula.
Sotoseinclinóparanotenerquehablarenvozalta.—PeroOjedadijoqueelactopararecaudarfondosdondeconocióaMaríanoera
porZeyas—dijo.Boschasintió.Eraunadiscrepanciaenlahistoria.—ObienOjedahamentido,obienBroussard cambiódebando—concluyó—.
Hemosdedescubrirquépasó.
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La víspera habían llegado cada uno en su coche al LAX, porque desconocían lascircunstancias de su retornoySotovivía al sur del aeropuerto enRedondoBeach,mientrasqueBoschvivíaenladirecciónopuesta,enlascolinasconvistasalpasodeCahuenga.
Aterrizarona las9.30,yalcaminarhacia laspuertasdesalidade la terminal4,discutieronlaagendayacordaronquesereuniríanenlaoficinaalamañanasiguientealasochoytrabajaríanmediodía.ElplaneraperfectoparaBosch,porqueelsábadoera sagrado para que su hija recuperara horas de sueño. Si nadie la molestaba,dormiría hasta mediodía y luego querría desayunar. Bosch podría trabajar cuatrobuenashorasensuscasosantesdereunirseconMaddie.
Cruzaron los carriles de recogida del aeropuerto, entraron en la estructura delaparcamientoy luego separaron suscaminos.Boschestabaexcitado.El cortoviajehabía sido extremadamente provechoso en términos de recogida de información yhabía dado un nuevo impulso al caso. Hasta el vuelo de regreso había sidoproductivo.Sotohabíaidentificadoalsiguienteobjetivodelainvestigación,CharlesBroussard.
Mientras Bosch iba conduciendo por Century Boulevard después de salir delaeropuerto, pensó en algo que decidió que no debería esperar, ni siquiera hasta lamañanasiguiente.Sacósuteléfonoyllamóalnúmerodesuhija.Maddierespondiódeinmediato.
—¿Enquéandas?—preguntóél.—Acabodelevantarme—dijoMaddie.—¿Tienesalgúnplanparahoy?—Deberes.—Esundíahermoso.Tendríasquesaliradivertirte.—¿Quieresdecirqueyahasvuelto?—Acabode aterrizar.Peropuedeque tengaquepasar por comisaría.Estaré en
casaantesdecomer.—Papá,dijistequevolveríaseldomingo.—Dijequepensabaqueestaríaencasaeldomingo.¿Quéhaydemaloenvolvera
casaundíaantes?—Tengounacitaestanocheporquepensabaquenoestaríasaquí.—¿Terefieresaunacitaencasa?—Nologróeliminareltonodepreocupación.—No—dijo ella con rapidez—. Quiero decir que le dije que sí a este chico,
porque creía que no estarías en casa. Lo llamaré y le diré que he cambiado deopinión.
—No,mira,nolohagas.Sal.Diviértete.¿Quiéneselchico?¿Cómosellama?—Noloconoces.SellamaJonathanPaceyloconozcodelosexploradores.—¿Noseráelsargentoalmando?
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SehabíaproducidounescándaloenunaocasiónyBoschlahabíaavisado.—No,papá,¡quéasco!Tienediecisieteaños,comoyo.—Pero¿sabequetupadreespolicía?Noera laprimera citade suhija, aunque tampocohabía tenidomuchas.Bosch
quería que Maddie informara a todos sus pretendientes de que su padre era undetectivedepolicíaquesiemprellevabapistola:enviabaunmensajebienclaro.
—Sí,sabeexactamentequiéneresyquéhaces.Tambiénquiereserdetective.—¿Enserio?Parecequeesunbuenpartido.¿Cuándotevas?—HemosquedadoenelGrovealassieteparaverunapelícula.—¿Solos?—No,conotrosexploradores.—¿Chicosychicas?—Sí.—Vale,estaréencasaantesdequetevayas.¿Ysabesqué?—¿Qué?—Hayunalibreríaallíalladodeloscines.¿Porquénovaistambiénallí?—Papá.Habíanalcanzadounniveldondeellapodíasimplementedecir«papá»yBoschlo
interpretabacomounsinónimode«basta».Eraunadeesasocasiones.—Perdona,creíaqueloslibroserandivertidos.—Es sábado por la noche. No vamos a ir a leer a una librería. Queremos
divertirnos un poco. Leemos libros toda la semana en el instituto.He de leer parahacerlosdeberesahoramismo.
—Estábien,entendido.¿JonathanPaceparticiparáenlaoperacióndelmartes?—Sí,todos.—Vale.Entoncespuedequelovea.—Papá, ¡ya has dicho que no ibas a venir! Sería una vergüenza quemi padre
tuvieraqueveniracontrolarnoscomosifuéramosniños.—Vale,vale,mensajerecibido.Noestaréallísinoquieresquevaya.Tenmucho
cuidadoestanoche.Teverédentrodeunrato.Después de colgar, Bosch llamó a información telefónica para conseguir el
número de la sala de redacción del Times. La operadora estableció la conexión ymientras él esperabaque transfirieran la llamada,giró en la rotondadeaccesoa la405Norte.Enfuncióndecómofueraesa llamada,obien tomaría laautovíaporelpaso de Sepúlveda hastaMulholland, o bien se dirigiría al este por la 10 hacia elcentroyelEAP.
Respondióalguienquenoseidentificó.—Saladeredacción.—Sí—dijoBosch—.EstoybuscandoaVirginiaSkinner.—Tieneeldíalibrehoy.¿Quieredejarleunmensaje?—¿Puedetransmitírselo?Notengosunúmeroaquí.Hedehablarconellahoyy
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seguroqueellaquerráhablarconmigo.Hubounabrevepausayluegounarespuesta.—Lointentaré,peronopuedoprometerlenada.¿Cuáleselmensaje?Boschdiosolosunombredepilaysunúmero,yelmensajeeraqueSkinnertenía
quellamarloesedíaoseperderíalahistoria.—¿Nadamás?—Nadamás.Bosch colgó. Virginia Skinner era una de las pocas periodistas veteranas del
Times que quedaban en la sala de redacción.Bosch la conocía porque veinte añosantes, cuando Skinner tenía casi treinta y había conseguido un puesto en elTimesdespuésde trabajarhastaentoncesenperiódicosmenores, lapusieronen lacrónicapolicial.Skinnernoteníaespecialinterésenesosasuntos,peroeraelpuntodepartiday ella era lo bastante buena para saber que cuanto mejor lo hiciera, más deprisaascenderíaalsiguientenivel.
Skinnerteníarazónyerabuena,yendosañospasóalsiguientenivel,queeraelayuntamiento.OcuparsedelapolíticayelGobiernolocalydelestadoeraloqueellasiempre había deseado y allí se había quedado hasta la fecha. Virginia se habíaespecializado en hacer perfiles políticos en los que normalmente desnudaba a loscandidatosyaniquilabasusopcionesdeserelegidos.
Pero,duranteesosprimerosdosaños,Bosch lecogiócariñopor suprecisiónyjusticia.Skinnersehabíacruzadoensucaminoenvarioscasos,yélhabíahabladoconellaofftherecordsinsalirnuncaescaldado.Enlosañossiguientes,tuvieronuncontacto mínimo, pero siempre había algún que otro caso donde la policía y lapolíticasecruzaban.Ellallamabayéllecontabaloquesabíayloquepodíadecir.ABoschdesdeluegonolegustabalaideadeserlafuentedeningúnperiodista,peroalmenos nunca había tenido motivos para desconfiar de Virginia Skinner. Tenía sunúmerodeteléfono,peroestabaescondidoensuescritorio.Noeratanestúpidocomoparallevarloenlalistadecontactosdesuteléfono.Sisuteléfonocaíaalgunavezenmalasmanosyserevelabaqueteníaunaconexióndirectaconella,lasramificacioneseneldepartamentopodríanponerenpeligrosucarrera.Alosmandosnolesgustabaquesesimpatizaraconlaprensa,ymenosconelLosAngelesTimes.
Mientrasconducía,BoschtratóderecordarlaúltimavezquehabíahabladoconSkinnerysobrequé.Nofuecapaz.Probablementehabíanpasadodosotresaños.
Ellanolohabíallamadocuandollegóalpuntodelaautovíadondedebíadecidirquécaminotomar.Puestoquesuhijaestaríafueraesanoche,podíacambiarelordende las cosas e ir a casa para pasar un rato con ella. Luego volvería al EAP paratrabajardenoche.Sopesóesadecisiónmientrasseacercabaaloscarrilesdeldesvíoen dirección este y entonces lo salvó el teléfono. Una llamada entrante que ponía«númeroprivado».Pusoelteléfonoenaltavozyrespondió.
—Harry,soyGinnySkinner.¿Quéestanimportanteunsábado?—Graciaspor llamar.Empecemospordecirque todoestoesoff therecord.No
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puedesescribirnadadeesto.—Nosédequésetrata,asíqueesdifícilqueloacepte.Eralatrampatípicacontodoslosperiodistas.Noestaríandeacuerdoencontener
algohastaquesupierandequésetrataba.¿Ysidespuésdesabercuáleralahistoriadecíanquenopodíanguardársela?Boschteníaqueelegirconcuidadosuspalabras.
—Bueno,¿sabesquetrabajoenCasosAbiertos?—Sí,ytambiénleomipropioperiódico.Séqueestásenelcasodelmariachi.Boschfruncióelceño.Esperabaqueellanosupieraenquécasoestaba.—Estoytrabajandoenmuchoscasos,Ginny.Yalosabes.—Bueno, al grano, pues, Harry. Es sábado y hace buen día. Mañana cumplo
cincuentayquierotomarmeunmargaritaantesdequeesoocurra.¿Quéquieres?—¿Enserio?¿Tú?¿Cincuenta?—Sí, de verdad, y es todo lo que tengo que decir. Ni siquiera debería haberlo
mencionado.¿Quénecesitas?—Bueno, vosotros escribís sobre finanzas de campaña y todo eso. ¿Guardáis
todosesosregistrosdeeleccionespasadas?—Dependedehastacuándoquierasremontarteydequéeleccionessetrate.¿De
quéestamoshablandoaquí?—Me gustaría ver la lista de donaciones de las últimas tres elecciones a la
alcaldía.Pensó que, al extender la red que estaba lanzando, sería más difícil que ella
descubrieracuálerasuverdaderoobjetivo.—Oh—dijo ella—.Esmucho.Tenemos todo eso informatizado, pero no estás
pidiendobuscarunaagujaenunpajar, sino todoelpajar.Tendrásquecontarme loquequieresdeverdad,Harry.Hasdesermásespecífico.
Boschconsiderócolgaryesperarhastaellunesparaconseguirlainformaciónquenecesitaba por los canales apropiados. Pero su urgencia para mantener el caso enmovimientoseimpusoytratóunavezmásdellegaraunacuerdo.
—Nopuedosermásespecífico sinoaceptasqueseaoff the record. Por ahora.Desdeluego,seráslaprimeraenenterartecuandosellegueaalgo.
—¿Yespolítico?Meocupodepolítica,nodecrimen.Boschsemetióenunatascoenlosochocarrilesdelaautopistacuandoeltráfico
llegó a la bifurcación de la 110. Pensó que tal vez había un acto en el centro deconvenciones.EratempranoparaunpartidoounconciertoenelStaples.
—Lasdoscosas—dijo.—Política y crimen, siempre es una buena historia—dijo Skinner—. Acepto.
Estamosofftherecordtotal.Noutilizarénadadeloquemecuenteshastaquemedeselvistobueno.
Boschestabacasisatisfecho.—Nisiquieraselocuentasatueditor—dijoél—.Noselodicesanadie.—No confío enmi editor—lo tranquilizó ella—. Se lo contaría a todos en la
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reuniónyactuaríacomosifuerainformaciónsuya.Aceptado.Boschhizounapausa.Eraelpuntodenoretornoconunperiodista.Sentíaque
podíaconfiarenSkinner,perolassalasdelEAPestabansembradasdecadáveresdepolicíasquepensaronquepodíanconfiarenperiodistas.
Lentamente, Bosch se dirigió a la 110. Su salida estaba a poco más de unkilómetro,peropodríatardarquinceminutosenllegarallíconsemejanteatasco.
—¿Estásahí,Harry?—Sí,estoyaquí.Mira,estoesloquequiero.¿ConocesauntipollamadoCharles
Broussard?—Por supuesto. La gente lo llama Brouss, como Bruce Springsteen. Es un
hombrededinero.Tieneunaempresaqueponetodasesasbarrerasdehormigónenlaautopistacuandohayobrasysiemprehayobras.¿Quépasaconél?
—¿Loconocespersonalmente?—No,peropuedequehayahabladounaodosvecesconélporunacitaoalgo.
EraíntimodeZeyasduranteeserégimen.Creoqueestáamalasconelayuntamientoahora porque apostó por el caballo equivocado la última vez. Ahora lo entiendo.BroussarderaíntimodeZeyas,yZeyaseraíntimodeesemariachialquedispararon.Escribí sobre ese tipo durante la primera campaña. Me asignaron a Zeyas,¿recuerdas?
—Mira,noteprecipites.¿Puedesreunirteconmigoahora?QuierosaberaquiénfinancióBroussardenlasúltimascampañas.YquierosaberdeBroussard.Cualquiercosaqueconozcasdeél.
—¿Vernosahora?¿Nopodemoshacerloellunes?—Siesperohastaellunes,notenecesitaré,Ginny.Puedoconseguirloyomismo
entonces.EstavezfueSkinnerquiensetomósutiempo.—Vamos—leinstóBosch—.Hazestoyteinvitaréaunmargaritaportuúltimo
díadecuarentona.TienenquehacerbuenmargaritaallíenelPueblo.—Estentador—dijoellaporfin—.Vale,teveoenlaentradadeSpringStreetala
una.Boschmirósureloj.Faltabancasidoshoras.—Allíestaré—dijo.
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El Times estaba situado frente al EAP, en Spring Street. Los dos edificios seencontrabantancercaqueHarryunaveztuvounsupervisorquecorríalascortinasdelasventanasdelaoficinaporqueestabaconvencidodequelosperiodistasdelTimesloobservabandesdeelotroladodelacalle.BoschaparcóenelgarajesubterráneodelEAP,peronosubióalasaladebrigada.Decidióhacerunpocodeejercicioycaminóporlacalle1haciaMariachiPlaza.Noteníaningúnpropósitoconcreto,perosiempresesentíabienvolviendoaescenasdelcrimenduranteunainvestigación.Lollamaba«escucharlaescena».Habíamaticesypequeñosdetallesquepodíancaptarseinclusoañosdespuésdelcrimen.Además,habíaunasensaciónfantasmagórica,unaespeciedepresenciadeaquellosquehabíansidoasesinados.Boschsiemprelosentía,tantosialguienmáslohacíacomosino.
Latemperaturaenelcentrodelaciudaderamuyagradable,muchomásaltaqueen el momento en que había salido de la terminal del LAX, al borde del gélidoPacífico.Boschdisfrutódeunagradablepaseopor la1ya travésdeLittleTokyo,conelsolcalentándoleloshombros.Cuandocruzóelpuentedelacalle1sefijóenquealguienhabíaatadounramodefloresaunadelasfarolasdelcentrodelpuente.Había un corazón de cartulina en la que se leía «RIPVanessa». Por alguna razón,Bosch sacó el móvil e hizo una foto del triste pequeño homenaje a una mujer, oprobablementeuna joven, quehabía saltadopara encontrar lamuerte.Las cámarasque habían situado en el puente obviamente no detenían a todos los que queríansaltar.
Boschseacercóalabarandillayseinclinóamirar.SepreguntósiVanessahabíalamentadosudecisiónduranteesosúltimosinstantesdelacaídaalvacío.
Mirósurelojysiguióadelante.UnasmanzanasmásalláestabaMariachiPlaza.Comoerasábado,elpequeñoespaciopúblicotriangularestabarepletodemariachis,paseantes y vendedores de comida y flores. Se dio cuenta de que la plaza habríaestado así de activa el día que dispararon aOrlandoMerced. El asesino tenía quehaberloplaneado.Contaríaconmáscamuflaje,máspánico,másgentecorriendoentodasdireccionesunsábado.¿Esohabíaformadopartedelplan?
Boschcruzólacalle1yempezóaavanzarentrelamultitud.Almenosdosdelosgruposestabantocando,peronoparecíaunacompetición.Dabalaimpresióndequelosmariachisestabancalentandomotoresparalasactuacionesqueesperabanrealizardurantelatardeylanoche.
Boschvioquelapuertadelalibreríaestabaabiertayhabíaungrupodentro.Leyólapancartaquecolgabajuntoalapuerta.
LosÁngelesescomotucerebro:
solousasel20%.
Imaginasilousáramostodo.
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Harrysevolvióhacialabocadelmetro,porquehabíatardadomásdeloesperadoenel trayectode idaynoquería llegar tardea la reuniónconSkinner.Suplaneratomar la línea dorada para volver a cruzar el puente. Bajaría en la estación LittleTokyoycaminaríaelrestodelcamino.Esoleahorraríaquinceminutos.
Pero, cuandoBosch se acercabaa la escaleramecánica, alguien lo llamódesdeatrás.SevolvióyvioqueeraLucySoto.
—¿Quéestáshaciendoaquí?—preguntó.—Ibaapreguntartelomismo—dijoella.Boschseencogiódehombrosyseinventóunamentira.NoqueríadecirleaSoto
queibahablarconunaperiodistasobreBroussard.Todavíano.—Solo quería ver la plaza en sábado. Elmismo día del disparo.Quería captar
algunasensación.Escucharla.—Yotambién.Boschasintió.SupoenesemomentoqueSotoseríaunabuenadetective.—¿Ibasabajaralmetro?—preguntó.—Sí—dijo—. He aparcado en el EAP y he venido caminando. El metro me
ahorrarálamitaddelcamino.—NomedigasqueHarryBoschtienetarjetademetro.Sotoestabasiendosarcástica,burlándoseunpocodesusmanerasdehacerdela
vieja escuela.Elmetroeranuevoen la evoluciónde la ciudadya los conductoresmásveteranosdeLosÁngeleslesresultabadifíciladaptarseausarlo.
—Laverdadesquesí—dijo—.Nuncasesabecuándolavasanecesitar.—¿Ysitellevo?Heaparcadoallí.Sotoseñalóalafiladefurgonetasquepertenecíanalosmariachis.Cadaunatenía
elnombredelgrupoyunnúmerodeteléfonopintadoenlospaneleslaterales.Alfinaldelafilahabíauncocherojodedosplazasconlacapotaabierta.
—Noesmalaidea.Creo.El coche era pequeño y bajo. Bosch tuvo que colocarse de costado antes de
sentarsepocoapoco.—Mesientocomosiestuvieraenunkayak—dijo.—Ja ja, tranquilo—dijoSoto—.Esdivertido.Estoy segurodeque a tuhija le
encantaríaunoasí.—Noladejaría.Hacefaltaunabarraantivuelco.—Anda,notemuevasmucho,llegaremosencincominutos.—Nohaymanerademoverseaquí.Soto arrancó, propulsando a Bosch contra su asiento y reposacabezas. Pasó el
semáforo en Boyle y aceleró hacia el puente de la calle 1. Bosch tenía ganas desonreír,perologrócontenerse.
—Bueno,aúnnomehasdichonadadelBonnieBrae—gritóSoto.Boschlamiró.Losojosdesucompañeraestabanocultosdetrásdeunasgafasde
solconprotecciónparaelvientoenloslaterales.
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—Porque no he terminado de revisarlo —le respondió—. Empecé con losrecortesenelaviónhoy,peromequedamuchoporleer.
Sotoasintió.—Estábien.Cuandopuedas.ElsemáforoestabaenrojoenAlameda,yBoschnotuvoquegritarunavezqueel
cochesedetuvo.—No hay ninguna garantía de que haya algo con lo que trabajar—dijo—. Te
hablédevisitaraalgunosdeesostiposenprisiónparaversisehanablandado.Peroesoescomplicado.Sabenque,soloconquecorraelrumordequeestáncooperando,podrían terminar muertos en el patio. Será difícil encontrar a alguien dispuesto aarriesgarseaeso.
—Losé—dijoSoto,conunatisbodederrotaensuvoz.—Veremos—concluyóBosch.Condujeronelrestodelcaminoensilencioy,alcabodedosminutos,Sotodobló
enSpringyaparcódelantedelEAP.SotonosediocuentadequeestabadejandoaBoschmáscercadesudestino—elTimes—deloqueellahabíapensado.Boschselevantóconcautelaybajódelcoche.
—Graciasportraerme.¿Tevasacasaahora?Ellaasintióysonrió.—Mevoyacasa.—Teveomañana,pues.—Sí.Hastamañana.SotoarrancóyBoschobservóhastaqueelcochegiróunpardemanzanasmás
adelanteantesdecruzarSpringhastalaaceradeledificiodelTimes.Habíaunaentradaen laesquinadeSpringy la2.BoschentróyvioaVirginia
Skinnerenlaantesala,escribiendoensumóvil.Parecíadistintadecomolarecordabade laúltimavezque lahabíavistoenpersonaalmenosdosañosantes.Eraporelpeloylasgafas.Losdoscambioslequedabanbien.
—Ginny.Ellalevantólacabezaysonrió.—Harry.—Losientositehehechoesperar.—No,paranada,llegasjustoatiempo.Estabatanintrigadaportullamadaquehe
venido antes para sacar algo de material y he bajado en cuanto he terminado.¿Quieressubir?
—Claro.Boschestabaunpoconervioso.En todos sus añosde tratar conperiodistasdel
Times,nuncahabíaestadoen lasaladeredacción.Unacuerdopermitíaa todos losempleadosdelEAPentrareneledificiodelTimesyusar lacafeteríade laprimeraplanta, simplemente mostrando sus tarjetas de identidad. Bosch era un usuariofrecuentedeesacortesía,porquesolohabíamáquinasdesnacksenelEAP,pero la
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saladeredaccióneraunterritorionuevoeimponente.Boschsealegródequefuerasábado.TantoenelEAPcomoeneledificiodelperiódicohabíapocagente.Cuantamenosgentelovieracruzarlalíneagris,mejor.
La sala de redacción en la tercera planta era casi tan grande como la sala debrigadadelotroladodelacalle.Yestabaigualdevacía.SkinnerllevóaBoschasucubículo,queseparecíamuchoaldeél.Miróasualrededoryviolamismaclasededecoracionesenlosescritorios,losnombresescritosenlapartedeatrásdelassillasypilasdesordenadasdepapelesycarpetas.
—¿Quépasa?—preguntóSkinner.—Nada—dijoBosch—,esquenuncahabíaestadoaquíarribaantes.—Essolounasaladeredacción.Ypareceunaciudadfantasma.Cogeunasillade
aquelescritorio.Nadietrabajaallíya.LoscomentariosdeSkinneraludíanalestadode la industriade laprensaensu
conjuntoydelTimesenparticular.Boschhabíaoídoquecasilamitaddelasaladeredacción estaba vacía y el periódico trataba de ajustarse a la caída en ventas y lamigracióndelectoresaInternet.
Acercó la silla y se sentó al lado deSkinner, que ya estaba cargando pantallasllenasdenúmerosenelordenador.
—Dijiste que estabas interesado en las pasadas tres elecciones. ¿Por dóndequieresempezar?
—Porelprincipio.—Esloquepensabayesloquetenemosaquí.Estásespecíficamenteinteresado
en Charles Broussard, y aquí se ve que personalmente, corporativamente y condonacionesenespecieestabaasegurandolajugada.
Boschse inclinóhacia lapantalladelordenador,peroloqueestabamirandonoteníamuchosentidoparaél.
—¿Cómo?—preguntó.—Donó el máximo a dos candidatos—dijo Skinner—. Zeyas, que finalmente
ganó,yRobertInglin,quefueeliminadoantesdelasegundavuelta.Bosch conocía el nombre de Robert Inglin. Era un antiguo concejal y eterno
candidato a las municipales. Había nacido en Woodland Hills y contaba con elenormerespaldodelvalledeSanFernandocuandoparticipabaenunaselecciones.
—¿Dequéclasededonacionesenespecieestamoshablando?—preguntó.—Parasaberesotendríamosquesacarregistrosel lunes—dijoSkinner—.Pero
normalmenteloquequieredeciresquepatrocinóactospararecaudarfondosparaloscandidatos.
—Comounacena.—Exactamente.Broussardponelacasa,elpersonalylacomida,ytodoesohay
quedeclararlocomodonación.Másomenosseveenlascifras.BroussardhizounadonaciónenespecieaInglinel12deenerode2004.Luegomirasaotrosdonantesytienes un montón de donaciones de doscientos cincuenta dólares cada uno en la
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misma fecha. Obviamente, era una cena para Inglin, y costó doscientos cincuentadólareselcubierto.
Boschsacósulibretayanotólafecha.CreíaqueeralafechaenqueLosReyesJaliscotocaronenunacenaderecogidadefondosenlacasadeBroussard,eldíaqueÁngelOjedaconocióaMaríaBroussard.Siesopodíaconfirmarse,decíamuchodelaveracidad de lo declarado porOjeda. Sería importante siBosch ySoto llegaban alpuntodeacudiralafiscalíaconelcasoparabuscaracusacionescontraalguien.
—Entendido—dijo—.Entonces¿cuándodioBroussardeldineroaZeyas?Skinnerbajóporlapantalla.—PusosudineroenZeyasdespués—dijoella—.Laprimeradonaciónenmayo,
justoantesdelasegundavuelta.Skinnermovióeldedoporunalíneaenlapantalla.Boschse inclinóparavery
luegoanotólafechaylacantidadenlalibreta.—¿Esoeraelmáximo?—preguntóél.—Hastaesepunto,sí—dijoSkinner—.Lomáximoquepodíadonar.Bosch se recostó ymiró sus notas. Entre queBroussard respaldó almáximo a
InglineneneroyluegoaZeyasenmayo,OrlandoMercedrecibióundisparoel10deabril.Boschreflexionósobreello.RealmenteBroussardestabaasegurandolajugadayapoyandoadoscandidatosporigual,ohabíacambiadosulealtaddeInglinaZeyas.Yenesecaso,¿porqué?
—¿Quémás,Harry?—preguntóSkinner.—¿Quépasóenlassiguienteselecciones?—respondió.Skinner se puso a trabajar en el ordenador y sacó cifras económicas de las
eleccionesde2008.Escribióunabúsquedade lasdonacionesdeBroussardy luegoestudiólosresultadosunmomentoantesdehablar.
—EstuvoconZeyasotravez—dijoella—.Elmáximootravez.—¿Seasegurólajugada?—preguntóBosch.—¿Quieresdecirsidonóaotroscandidatos?Bosch asintió. Skinner miró la pantalla un momento antes de llegar a una
conclusión.—Contribuyó en muchas otras elecciones —dijo ella—. En ocasiones, a dos
candidatos enfrentados. Pero cuando llegó a Zeyas nunca dobló después de esaprimeraelecciónparaalcalde.Loapoyósoloaél.
—Entiendo —dijo Bosch—. Zeyas ahora se presentará a gobernador. ¿Haempezadoarecibirdonaciones?¿PuedesversiBroussardsigueapoyándolo?
—Esosondatosdelestado,asíquetardaráunpocomás…Skinnercargóotrapantalladenúmerosylosestudió.—Sí—confirmó al fin—. Sigue siendo uno de los contribuyentes principales,
financiólacampañaexploratoriadeZeyasparagobernador.Boschasintióytomóunascuantasnotas.—¿Algomás?—preguntóSkinner.
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—Creoquemesirve—dijoBosch—.Gracias.—Me debes un margarita. Pero lo cambiaría por que me cuentes qué está
pasando.Boschsequedóunmomentoensilenciomientraspensabacómoresponder.Tenía
quedarle algo,porque, si no lohacía, ellapodría actuarpor su cuenta, y eso seríadesastrososillamabalaatencióndeCharlesBroussard.
—Mira—dijoalfin—,dameundíaconloquemehascontadoyhablamos.Noquieroquehagasnadaportucuenta.Podríaserpeligroso.
Skinnercontuvounasonrisa.—Ahora hemordido el anzuelo.Has de contarme algo,Harry. ¿Por favor, por
favor?—Mira,nopuedo.Hassidomuyútilhastaaquíyestoyendeudacontigoporeso,
peronecesitocomprobarunascuantascosasantes.¿Quéhacesmañana?Puedo…,oh,noimporta,estucumpleaños.Lohabíaolvidado.
—Mañana no hago nada. ¿Crees que quiero que la gente sepa que tengocincuenta?Enestemundoesunainvitaciónaquetejubilen.Notendríaquehabértelodicho.
Bosch contuvo una sonrisa. Se dio cuenta de que se sentía atraído por ella. EltrabajoloeratodoparaSkinner.ABoschlegustabaesapartedeella.
—Mira —dijo—. Cenemos mañana y ni siquiera mencionaremos que es tucumpleaños.Paraentoncescreoquepodrécontinuarestaconversación,siemprequesigamosofftherecord.
Ellalomiróconsuspicacia.—Lacena,elcumpleaños…,¿todoofftherecord?—Sí,todo.Perohadeserpronto.Tengounahijaytrabajahastalasochoymedia.
Asíquequedamosalasseisymediaosiete.¿Trato?Ellanodudó.—Trato.
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BoschcogiótodaslascarpetasdelcasoBonnieBraeyselasllevóacasaelsábadopor lanoche.Decidióque lospasosdados en el casoMerced requeríande toda suatención.No podía seguir saltando de un caso a otro. Terminaría la revisión de lainvestigación del incendio mortal y por la mañana le contaría a Lucy Soto susopiniones finales antes de pasar a Merced y concentrarse en Charles Broussard.Ahoraqueaparentementehabíaunadirecciónclara,elcasoMercedloexigía.
Antes de ponerse a trabajar, se despidió de su hija, diciéndole que habríapreferidoconoceral jovenconelque ibaaverseenel centrocomercialdeGrove.MaddierepusoqueestabanenelsigloXXIylerecordóquenoeraunacitasoloconél,sinoquevariosdelosexploradoresdelaDivisióndeHollywoodibanareunirseparacenaryverunapelícula.EstoatemperóaBosch,peronodejósaliraMaddiesinqueledieraunabrazoyleprometieraenviarlemensajesdetextoregularmente,salvodurante la película, una cinta de ciencia ficción protagonizada por MatthewMcConaughey.
Después de que Maddie se fuera, Bosch se puso a trabajar. Se preparó unsándwichdemantequilladecacahueteymermelada, apiló losexpedientesdel casoBonnieBrae en lamesadel comedorypusoundiscodeRonCarter quenohabíaescuchadoenmuchotiempo.EldiscosetitulabaDearMilesyBoschsuponíaquelagrabaciónde2007estaba inspiradaporel tiempoqueelbajistahabíapasadoen labandadeMilesDavisenladécadade1960.BoschnolohabíaelegidoporelorigenniporlostemasdeDavisquecontenía.Estababuscandoritmo,ylavibrantelíneadebajodeCarter al frentedel cuarteto sinduda se lo aportaría.Necesitaba repasar elmaterialdelBonnieBraeesanochey luegovolveralcasoMercedconun impulsoinnegable.RonCarterayudaríaconeso.
Continuó en el punto donde lo había dejado. Sacó la pila de artículos deperiódico, pero esta vez, libre de las restricciones de los ajustados confines de unasientodeavión,extendió losartículosquehabía leídoen lagranmesarectangularcon la esperanza de que exhibir todas las fotos y los titulares le ayudara en algo.Buscaba una idea o tal vez un detalle de una foto que se le hubiera pasado o unapalabradeuntitularqueinspiraraunaconexiónnovista.
Todavíaestabaconlosartículosdelprimerdía,leyendolasnoticiasdelasecciónAdelTimes.EltemaSevenStepstoHeavenleayudóapillarelritmoyenseguidasehabíacomidolamitaddesusándwichyhabíapasadoalosartículosdelprimerdíaenlasecciónB.Estossecentrabanenelelementohumanodelatragedia.Habíabrevesdescripciones de las jóvenes víctimas que habían perecido y un extenso perfil deEsther Esi González, la profesora de la guardería que perdió la vida tratando deproteger a los niños del humo y las llamas. Una foto fechada un año antes delincendiomostraba a lamujer abrazando a un niño en la guardería.El texto que la
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acompañaba parecía contrarrestar el artículo de primera página que criticaba laproliferaciónde centrosnohomologados en la ciudadydescribía a lamujer comouna profesional de confianza que se sacrificó en un intento de salvar a los niños.Bosch pensó que los periodistas que habían escrito los dos artículos no habíancomparadonotas.Unoescribíasobreuntrágicoerrorenelsistemayelotrodeunaheroína surgida de ese sistema. Se le ocurrió que tal vez se trataba del intento delperiódicodeproporcionarunacoberturaequilibrada.
Elartículosaltabaalasiguientepágina,peroBoschnopudoencontrarelrecorteenlapilarestantedepapeldeperiódicoarrugado.EntoncesdiolavueltaalahojadelasecciónBquehabíaestadoleyendoyhallólacontinuacióneneldorso.Encajabaperfectamenteenelrecorte.
Terminóelartículoysintióunanuevaurgenciaderesolverelcaso.Lapérdidadelosniñoseraunatragediaespantosa,desdeluego.PerofueelperfilcompletodeEsiGonzálezloquetransmitióaBoschelhorrordelcrimen.
Volvióamirarlafotodelamujeryreleyólahistoria.Cuandolediolavueltaparaleer la continuación, otra noticia captó su atención. No estaba relacionada con elincendiodelBonnieBrae.Eraunacolumnaqueconteníabrevespoliciales.Sefijóenelprimero.
Atracoamanoarmadaenunacasadecambiodecheques
DoshombresfuertementearmadosyenmascaradosirrumpieronelviernesenunacasadecambiodechequesenWilshireBoulevardygolpearonalosempleadosantesdehuirconlasreservasdeefectivodelaentidad,informólapolicíadeLosÁngeles.
El osado atracomatinal se produjo en el EZBank, en la concurrida esquina deWilshire y Burlington. El detective del Departamento de Policía de Los ÁngelesAugustus Braley manifestó que los atracadores llegaron a las 10.30 en un sedánoscuro.Losdoshombresarmadosdejaronelcocheconlaspuertasabiertasyentraronenlasededelacompañíadepagodecheques.
Braley, de la Unidad de Delitos Graves, explicó que los atracadores llevabanpasamontañas y dispararon con sus armas a las cámaras del interior del local parainutilizarlas.Secreesobre labasede lasdescripcionesde los testigosque llevabanriflesdeasaltoAR-15.Losatracadoresactuaroncontantarapidezquesorprendieronal vigilante de seguridad que estaba en el vestíbulo del negocio. Uno de lossospechososlogolpeórepetidamenteconlaculatadesuarmahastatirarloalsuelo.Otrodeloshombresarmadosapuntóentoncesalacabezadelvigilanteconunarmayamenazó con matarlo si otros empleados no abrían una puerta de acero y lespermitíanpasaralotroladodelmostradorprotegidoconunvidrioantibalas.Unavezdetrásdelmostrador, losatracadoresobligaronadosempleadosavaciarunacajaytres cajones con efectivo de una cantidad de dinero no revelada. Los atracadoressalieronentoncescorriendodellocalyhuyeronenelvehículodefuga.
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Braley declaró que empleados del establecimiento habían activado una alarmasilenciosacuandolosatracadoresentraronenellocal,peroelatracoocurriócontantarapidezquelossospechososyasehabíanidocuandolapolicíarespondió.
Los detectives investigan la posibilidad de que el atraco esté relacionado conotros producidos en Los Ángeles en meses recientes. Dos hombres que blandíanarmassimilaresyocultosconpasamontañasrobaronotroserviciodepagodechequesen Paramount hace seis semanas. Braley no dijo si se sospechaba que ese atracoestabarelacionadoconeldelviernes.
Elvigilantedeseguridad,dequien lapolicíanodesvelóelnombre, fue tratadoporelpersonaldelaambulanciasobreelterreno.
JoelBremmer,delaredaccióndelTimes
Bosch leyóelartículootravez.Sediocuentadequeelavisodel incendioyelatraco se produjeron el viernes 1 de octubre de 1993 con una diferencia de soloquinceminutos.
—DíadelaMadre—dijoBoschparasusadentros.Selevantóyseacercóalaestanteríadelsalón.Losestantesconteníansobretodo
susdiscos,CDyalgunosdelosDVDquesuhijahabíacoleccionadoenelcursodelos años. Pero había una vieja guía Thomas Brothers de Los Ángeles queprobablemente había recorridomás de trescientosmil kilómetros en los coches deBoschalolargodelosaños.Todavíallevabaunaguíaactualizadaensucoche,peromásquenadaconfiabaenelGPSquesobretodomanejabansuscompañeros.
PusolaguíasobrelamesaypasópáginashastallegaralaquemostrabalazonadePico-UnionyeliniciodeWilshireBoulevard,queconducíahastaelPacífico.Conun lápizmarcó laubicacióndel incendiodelBonnieBrae, entre lascalles7y8,yluegolaubicacióndelatracoalEZBankenWilshireyBurlington.Comosospechaba,amboslugaresestabancerca.ElatracoocurriódosmanzanasymediaalnorteyunamanzanaaloestedelBonnieBraeArms.Ladistanciapodíarecorrerseenmenosdedosminutos.
Boschsesentó,estudióelmapaypensóenlasposibilidades.«DíadelaMadre»era la forma de referirse al día que los cheques de las ayudas gubernamentalesllegabanalosbuzones,normalmente,elprimerodecadames.Laexpresiónsedebíaa que amenudo los jóvenes del barrio iban a visitar a susmadres el día que estasrecibíaelchequedelGobierno.
Jerga callejera aparte,Bosch sabíaquenegocios comoelEZBank llenarían suscajasycajonesdeefectivoparaestarpreparadosparaocuparsedelaumentoregulardeingresosdechequesqueseproducíaelDíadelaMadre.ElartículodelTimesnodecíacuántodinerosehabíarobadoenelatraco,peroBoschsabíaque,sielcasolohabía asumido laUnidaddeDelitosGraves, la cifra teníaque superar los cienmildólares.
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ConocíaaGusBraleydelosañosnoventa,peseaquenuncahabíatrabajadoconél.DelitosGravestalcomoeraentoncesyanoexistíayestabasegurodequeBraleysehabíajubiladoantesdelcambiodesiglo.
Bosch silenció lamúsica, sacó su teléfono y repasó su lista de contactos. Soloconocía a un tipo que hubiera estado en Delitos Graves, el recientemente retiradoRick Jackson. Tenía el número demóvil de Jackson y esperaba que no lo hubieracambiado: sabía quemuchos policías cambiaban de número cuando entregaban laplaca.MarcóelnúmeroyJacksonrespondiódespuésdedostonos.
—Rick.—SoyHarryBosch.¿Todavíateacuerdasdemí?Jacksonrio.—¿Quépasa,hermano?—preguntó.EstavezfueBoschelquerio.—¿Cuántohacequeteretiraste?¿Enlosnoventa?Sidijeraalgoasídelantedemi
compañera,pensaríaqueacabodesalirdeunamáquinadeltiempo.—Meencantanlosnoventa,Harry.¿Quéestáshaciendo?—¿Qué estoy haciendo? Estoy trabajando un sábado por la noche y me
preguntabasiconocisteaGusBraley.—Claro.ElviejoGus.Eraunhijodeputa.Untíoduro.—¿Siguevivo?—Oh, sí.Mehe apuntadoa esegrupodedetectives retiradosyquedamospara
comerunavezalmes.Novoysiempre,perolohevistoallí.CreoquevienedePalmSprings.¿Quépasaconél?
—Estoymirandounode susviejos casosyquieropreguntarleunpardecosas.¿Tienesunteléfonosuyoactual?
—Sí,espera.Hedemirarenmiscontactosenelteléfonoparaverlo.Loleeréenvozaltayluegovolveréalteléfono,¿vale?
—Sí.Conlobienqueibanlasagendas.—Ytanto.Bosch esperó mientras Jackson miraba su lista de contactos y luego decía el
númeroenvozalta.BoschloanotóenelbordedelapáginadelplanodePico-Union.—¿Lo tienes?—preguntó Jackson después de volver a acercarse elmóvil a la
boca.—Lotengo—dijoBosch—.Gracias.Bueno,¿cómovaesehándicap?Bosch sabíamuypocodegolf, pero sabíaque eraunapreguntaque sehacía a
menudo.—Muy bien —dijo Jackson—. Jugar mucho y practicar es…, bueno, casi
perfecto.Hebajadoaundígito.Boschnoteníaniideadeloqueesosignificabaynosabíaquédecir.—¿Nosechasdemenos?—preguntó,yendoenunadirecciónnueva—.¿Echasde
menoseltrabajo?
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—Todavíano.Ynocreoquelohaga.¿Cuántotiempotequeda,Harry?—Nolosé.Pocomásdeunaño,creo.Tratodenopensareneso.—Deberíasprobarelgolf.Tellevaréundía.—Sí,golf.Teavisaré.Bosch no podía ni imaginarlo, sobre todo por los pantalones cortos que había
vistoqueseponíanlosgolfistas.Noteníapantalonescortos.—Oye—dijo, cambiando de tema—, vimos a Ricky Childers en Tulsa. Buen
tipo,temandasaludos.—¡Labiblia!—exclamóJackson—.Labibliasiempresirve.¿Probasteisuntrozo
detartaenlaciudad?—No,nohubotiempoparatarta.—Daigual,tedigo,deberíanvendereselibroauneditor.Noosolvidéisdemísi
hayroyalties.—Notepreocupes,tetocaráuntrozodelatarta.Amboshombres rieron.Boschentonces ledio lasgraciasaJacksonyprometió
mantenerelcontacto.Despuésdecolgar,BoschmarcódeinmediatoelnúmeroqueJacksonlehabíaproporcionado.
Braleynorespondióylallamadafuealbuzóndevoz.Boschdejósunombreysunúmeroydijoquenecesitabahablarconélsobreuncasosuyode1993.Luegorepitiósunúmeroycolgó.
Cogióellápizyrepiqueteóenlamesa.Larevisiónnoibacomohabíapensado.Habíaalgoahí.Elcasoteníauncabosueltoynopodíadejarloestar.EsperabarecibirnoticiasdeBraleypronto.
Volvió a subir el volumen de la música a tiempo de oír Stella by Starlight yregresó al trabajo que tenía delante. Enseguida terminó de leer los artículos deperiódico.Despuésdediezdíasdevariosartículosdiarios,laatenciónsedesvanecióy la cobertura se limitó a poco más que puestas al día superficiales de unainvestigación que no iba a ninguna parte. A continuación, empezó con los otrosexpedientesdelcaso,revisandoconrapidezlasautopsiasylasfotosdelosniñosylosdosadultosmuertos.Lasfotoseran tanhorriblescomotristementerepetitivas,peroBosch sabía que no podía apartar lamirada. Pensó en los nombres tatuados en elbrazodeLucySotoylosrelacionóconlosniñosdelasfotografías.Nonecesitaríauntatuajepararecordarlo.
Alcabodeunahoradelarevisión,BoschtratódellamarotravezaBraley,peseaquehabíadejadounmensajeysabíaqueeldetectiveretiradocontestaríacuandolorecibiera.Poresolesorprendióquerespondieralallamada.
—¿Sí?Boschsilencióotravezlamúsicaconelmandoadistancia.—¿Gus?¿GusBraley?—Sí,¿quiénes?—SoyHarryBosch.DeRobosyHomicidios.Tehedejadounmensajeantes.
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—Loherecibido,sí.Boschhizounapausa.—Bueno,¿ibasallamarme?—Sí, sí, iba a llamarte. Solo estaba sentado aquí pensando en el 93, y
preguntándomedequécasoestabashablando.Fueunañocomplicado.—ElatracoenelEZBankenWilshire.¿Lorecuerdas?—ElEZBank…Sí,lorecuerdo.DíadelaMadre.DostiposconAR-15.—Eso es. Estoy trabajando desde casa esta noche, sin acceso al ordenador y
tratandodeponermealdía.¿Algunavezdetuvisteisaalguienporeso?Hubounapausa.—Bosch.Meacuerdodeti.Eraspolidehomicidios.¿Quéteimportaunaatraco
deefectivodehaceveintiúnaños?—Tienesrazón.Soypolidehomicidios.Ahoratrabajoencasosabiertosyestoy
revisandouncasoquepodríaserobradetuschicos.Entonces¿algunavezhicisteisdetenciones,Gus?¿Algúnsospechoso?
Hubo unos pocos segundos de silencio mientras Braley le daba vueltas a lacuestión.
—¿Cómohasconseguidoestenúmerosiestás trabajandodesdecasaunsábadoporlanoche?
—MelohadadoRickJackson.Puedesllamarlosiquieres.Tediráquesoybuenapersona.
—Nosé,tío.Sábadoporlanoche,hasdereconocerqueesunpocorarito.¿Quiéntrabajaensábadoporlanocheencasosabiertos?
Braleytodavíausabajergapolicialdelosañosnoventa.—Raritoono,Rickresponderápormí.¿Puedesayudarme,Gus?Boschesperó.Sabíaquelasposibilidadesdeobtenerunarchivodigitaloenpapel
deunatracodeveintiúnañosantesnoeranbuenas.Elatracoyahabíaprescritoyeraimprobable que el departamento hubiera guardado un archivo físico. Solo seescanearon los casos con estatus de acusación viable cuando el departamento pasópor un masivo proceso de tamizado y purga en la transición hacia los archivosdigitalizados.BoschnecesitabaqueBraleyleayudara.
—Nuncaloresolvimos—reconocióBraleyalfin.—¿Quéesloquerecuerdas?—preguntóBosch.—Apuestoaquerecuerdaslosquenuncaresolviste,¿no?Bueno,amímepasalo
mismo.Vayaquesí.Yoinvestigabaatracosytúasesinatos,peroloscasosabiertosnolosolvidas.
—Desdeluego.¿Cuántosellevaronenelatraco?—Recuerdohastaloscentavos.266.300dólares.Boschsilbóenvozbaja.—Estásdebroma.¿Enesebarrio?—ElDíadelaMadreingresabantrescientosocuatrocientoscheques.Esosuma.
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—YestostiposconlasAR-15losabían.—Bueno, no hacía falta ser un genio para adivinarlo, pero pensamos que
probablemente tuvieron ayuda de alguien de dentro. Nunca logramos confirmarlo.Nuestrosospechosopidióunabogadoantesdeloquetardasendecir«Tienederechoaguardarsilencio».
—¿Elvigilantedeseguridad?—¿Cómolohasadivinado?—Nolosé.Poralgoqueleíenelperiódico.—Pensabaquenoteníaselarchivo.—Nolotengo.Esunalargahistoria,Gus,peroloúnicoquetengoesunrecorte
deperiódicodelprimerdía,ydespuésde leerloestabapensandoque, siyo tuvieraqueconfiarenalguiendedentro,seríaenelvigilante.¿Recuerdassunombre?
—No. Rodney esto o lo otro, es lo único que recuerdo. Era blanco y los dosatracadoreseranblancosyelquehablabanoteníaacento.EstetalRodneytambiénsetirabaalachicadelacaja.Lodescubrimos.Yellafuelaquelesabriólapuerta.
—¿Creesquetambiénestabametida?—No,porqueellafuelaquepulsólaalarmasilenciosaantesdequelaobligarana
abrir.Encuantoviotiposconpasamontañasbajandodelcocheahídelante,pulsólaalarma.Esolaeliminaba,ennuestraopinión.Perolainterrogamosafondodetodosmodosyladescartamos.Soloabriólapuertaporquepusieronunarmaenlacabezade su novio.Así que nos centramos en él, pensandoque podría haberla engañado.Sabía que ella abriría la puerta cuando lo viera todogolpeadoy con el arma en lacabeza.Peronosaliónada.TalvezRodneylopreparó,ytalvezno.
—¿Nosurgieronmássospechosos?—Entonces no. Pero, cuando esos dos tipos la emprendieron a tiros en North
Hollywoodenlatelevisiónnacionalunosañosdespués,lesechamosunvistazo.Eranblancos,trabajabanenpareja,usabanpasamontañasyllevabanAR-15.
Braley se estaba refiriendo al tristemente célebre tiroteo de 1997 delante de lasucursal del Bank of America en North Hollywood. Dos hombres fuertementearmadosyconchalecosantibalasseenzarzaronconlapolicíadurantecasiunahoraen lo que fue el enfrentamiento más violento jamás visto por la policía en sueloestadounidense.Se retransmitió en directo por televisión a todo elmundo.Cuandoterminó,sehabíandisparadotresmilbalas,dieciochopolicíasyciudadanosestabanheridosdebalaylosdosatracadoresterminaronmuertos.Latardesangrientatodavíaeraanalizadaaldetalleporcadapromocióndereclutasquesalíade laacademiadepolicía.Yelcasoprovocóqueserevisaranlostiposylapotenciadelasarmasquelosagentes del departamento podían llevar encima y en sus vehículos. Ese día, dio laimpresióndequetodalafuerzapolicialhabíasidosuperadaenpotenciadefuegopordosatracadoresdebancos.
Bosch había estado allí. El continuado tiroteo atrajo a centenares de agentes ydetectivesdetodalaciudad.Boschysucompañerodeentonces,JerryEdgar,habían
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respondidoalcódigo3delacomisaríadeHollywoodyhabíanllegadoalabarricadaenLaurelCanyonBoulevardjustocuandosedispararonlosúltimostirosysediolaseñaldequenohabíapeligro.Luegofueronasignadosalacontencióndelaescenadelcrimenylaenormeinvestigaciónquesiguióaltiroteo.
—¿Quéocurrióconeso?—preguntóBosch.—Nunca hicimos la conexión—confesó Braley—. Pero no por no intentarlo.
Deja que te cuente una historia de esos dos tipos. En octubre del 93 (solo unassemanasdespuésdelatracoenelEZBank),losdetuvieronalosdosenGlendale.Lospararonenunsimplecontroldetráficoporactividadsospechosaentornoaunbancoyelagentevioarmasbajounamantaenelasientodeatrás.Teníanunputoarsenalenelcoche,incluidosdosAR-15,yestabanapuntodeatracarelbanco.Losacusarondeintentoderoboylosdosfueronaprisiónunpardeaños.
Boschteníaunaideadehaciadóndeibalahistoria.—¿Nuncaosenterasteis?—preguntó.—Ni una palabra—dijo Braley—. Glendale se lo guardó y no nos enteramos
hastael97,cuandosaltólamierdaenelBankofAmerica.AsíqueentoncesvolvimosalcasodeGlendaleyfueentoncescuandovimosqueusaronAR-15unmesdespuésdenuestrogolpeypensamos,suputamadre,aquítenemosalgo.Pero¿sabesqué?
—NoestabanlosAR-15.—Exacto.Glendalehizounahogueraconarmasconfiscadasenel96y losAR
terminaronfundidos.Nuncatuvimosocasióndeversicoincidíanconlosdenuestrocaso.
HabíaamarguraenlavozdeBraley,yeracomprensible.Boschsabíaquenoeralaprimeravez,ydesdeluegonoseríalaúltima,enlaquelafaltadecomunicaciónentre agencias policiales dejaba que se filtraran cosas entre las rendijas. En 1993,apenashabíauncontrolinformatizadodearmasocasos.Larevolucióndigitalenlasfuerzas del orden que ayudaría a establecer conexiones entre casos de formamásseguraymásinmediataestabaapuntodeempezar.
—Asíquenuncalocerramos—dijoBraley—.Entoncesseretirómicompañero,Jimmy Corbin, y seis meses después yo también colgué la placa. Nadie vino arecogereltestigoporqueDelitosGravesestabacambiandoyanadieleimportabauncarajo.Yasabescómofue.
—Sí.DelitosGravescomobrigadadeelitedeatracossedisolvióyladesignacióndela
unidad se aplicó después a la unidad encargada de todas las investigacionesrelacionadasconelterrorismoylarecogidadeinformacióndeinteligencia.Historiaalmargen,habíaalgoquemolestabaaBoschsobrelamencióndelosatracadoresdeNorthHollywood.Algoquenoconseguíasituarorecordar.
Lodejóestarporelmomento.—¿Puedohacerteunpardepreguntasmás,Gus?—preguntó.—Claro—dijoBraley—.Megustaesto,Bosch.Bueno,pensarencasos.No lo
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echédemenoscuandomeretiré,peroluegosí.Ahoramesientoaquíymecocinoalsoltodoelputodía.
Bosch tomómentalmente nota de esta queja para su propia referencia futura ysiguióadelante.
—¿Recuerdaselnombredelachicaqueabriólapuertaaestostipos?¿Recuerdasalgúnnombremás?
—No, losiento.SolorecuerdoaRodney.Lachicaeramexicana,delbarrio.Lanecesitaban allí para ayudar a traducir. El otro tipo que estaba allí era ucraniano.¿Cómosellamaba?EmpezabaconB.Boiko,esoes.MaxBoiko.
—Entoncesestabanelvigilantede seguridad, la chicayelucraniano. ¿Alguienmás?
—No.Eraporlamañanaylascosasnoempezabanacalentarseallíhastadespuésde que se entregaba el correo en el barrio hacia las doce. Tenían más personalprevistoparalatarde.
—Vale,¿yelucraniano?¿Loinvestigasteis?—Investigamosatodos,Bosch.Fuimosminuciosos.Peroelucranianoerasocio
deungrupoqueteníadosotresestablecimientosdeesosenlaciudad.Nologramosque resultara. Ya sabes, ¿por qué iba a robar su propio dinero? Estaba muy porencimadellímitedelseguroporserDíadelaMadre.Tuvounapérdidasignificativa,paranosotrosnoteníasentido.
—Vale.—Peroescuchaesto:tambiénseacostabaconlachica.—¿Conlatraductora?—Sí, lamexicana.Se loszumbabaa losdos.Recuerdoqueelucranianoestaba
casadoyestabamáspreocupadoporesoqueporeldineroquesehabíanllevado.Medijoqueperderíamáseneldivorciosiesosesabía.
Boschregistrótodoestoysepreguntósialgodeellohabíamotivadoenparteelatraco. Era difícil captar las sutilezas de un caso veintiún años después y sin unarchivodelante.
—Bien—dijo—.Volviendoalatraco,esteartículodeperiódicodicequeteníanelcochedefugajustoenlapuerta.
—Sí,parapoderbajaryentrarenseguida.—Séqueestostiposdispararonalascámaras,perotienequehaberalgodevídeo
deantesdequeesoocurriera.—Sí,teníamosvídeo.Unoscincoodiezsegundos,asíquesupimoselmodelode
coche,peroesofuetodo.Suponíamosqueerarobadodetodosmodos.—Entiendo. Pero ¿recuerdas de qué lado llegaron? El EZBank estaba en la
esquinanoroestedeBurlingtonyWilshire,¿llegarondeWilshireodeBurlington?Braleynorespondiódeinmediato.Teníaquerevisarconatenciónsusbancosde
memoria.—Mira, no pondría la mano en el fuego—respondió al fin—, pero creo que
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llegaron por Burlington y aparcaron delante de la puerta. Eso dejaba el lado delpasajerodelcocheapocomásdeunmetrodelapuertadelanteradelcajero.Untipobajódelladodelpasajeroyfuedirectoadispararalascámaras.Elconductorbajóyestabaentrandodetrásdeélcuandotodosepusonegro.
—Entonces¿habríanllegadodesdela6porBurlington?—Sí.Boschloconsideró.LarutadesdeelBonnieBraeArmsalEZBankpodríahaber
incluidodoblaralsurenBurlingtondesdelacalle6.—Vale, lo siguiente —continuó—. ¿Qué recuerdas de cuánto duró el robo?
Primero,destrozanlascámaras;después,forcejeanconelvigilantedeseguridad,enserioono;luego,elperiódicodicequelesobligaronaabrirlacajaytrescajonesdeefectivo.¿Cuántotardaronentodoeso?
—La partemás larga fue la caja—contestóBraley—.Tuvieron que obligar aldirector,porquesoloélconocíalacombinación.Hicieronotravezlomismo,soloqueestavezapuntaronconelarmaalachicayledijeronaldirectorqueabrieralacajasinoqueríaverlasangredeellaenlasparedes.Asíqueélabriólacaja,perotuvoqueintentarlovariasvecesporqueestabaasustadoynoacertabaconlacombinación.
—Yluegoloscajonesdeefectivo.¿Cuántotiempoentotal?OtravezsilenciomientrasBraleyponíaapruebasumemoria.—Diríaquenomásdeseisminutos,yen realidadesmuchoparaestaclasede
golpes.—Sí.Yhasdichoquelachicapulsólaalarmasilenciosaenseguida.—Sí,lohizobien.Encuantoviopararuncochecondostiposconpasamontañas
pulsó laalarma.Esosegrabóenelvídeoantesdequedestruyeran lascámaras.Lachica reconoció la situación y pulsó la alarma. Sin dudarlo, sin retraso. Por esoestábamosconvencidosdequenoestabaimplicada.
Boschasintió.VeíalalógicaylaconclusiónalaqueBraleyhabíallegado.—¿Cuántotiempopasóhastaquellegaronagentesalaescena?—Pasómuchotiempo.Eltiempoderespuestafuedealgoasícomoochoonueve
minutos. Todo el mundo estaba ocupado con un gran incendio en Pico-Union.Recuerdas el Bonnie… Espera un momento, es eso, ¿no? Es el caso que estásinvestigando.
—¿Algunavezlomiraste,Gus?—¿Te refieres a si el incendio fue una distracción del atraco? Sí, Jimmy y yo
pensamos en ello. Pero no encajaba. Ni siquiera después de que dijeran que fueprovocado. Lo estudiamos otra vez y era una cuestión de bandas del barrio. Unasuntodedrogas.Estábamosbuscandoadostiposblancosynoencajaba.
—¿Alguien de Conspiración Criminal acudió a vosotros para estudiar vuestrocaso?
—Noqueyorecuerde.No.Esta vez fue Bosch quien se quedó en silencio. Pensó en los dos casos. El
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incendioyelatracoamanoarmadasehabíanproducidodeformacasisimultáneayatresmanzanasymediadedistancia.LaperspectivadeltiempoenocasionespermitíaaBoschver conmásclaridad.Ningunapruebadel casoBonnieBrae señalónuncadirectamenteaqueelincendioestuvierarelacionadoconunabandaocondrogas.Eraun simple rumor convertido en evangelio por los medios y los miembros de lacomunidad.Pero loqueaparentementesepasóporaltoconfacilidadveintiúnañosantesnopodíavolveradescartarseahora.
—Acaboderecordaralgodel tipoquecreíamosqueeraelcómplice interno—dijoBraley.
—Sí,¿quées?—preguntóBosch.—Comolamayoríadeestospolisdealquiler,queríaserpolicía,peronoera lo
bastantebueno.Sepresentóconelsheriffydespuésconnosotros.Loaceptaronenlaacademia,peroluegoloexpulsaron.
—¿Descubristeporqué?—Sí,recuerdoquepenséqueeraextraño,porqueseestabatirandoalachicade
detrás del mostrador y ella era marrón como la melaza. Era mexicana y a él loecharonporunadiscusiónracialconuncompañerodeclase.Otromexicano.
—¿Cuántotiempoantesdelrobofueeso?—Mierda,¿quieresquetehagatodoeltrabajo?Nolorecuerdo.Unpardeaños,
almenos.Boschpensó en esteúltimoelementode informacióndeBraley.Sepreguntó si
todavía habría un registro en la academia o en la oficina de personal municipalrelacionado con el vigilante de seguridad llamado Rodney. Necesitaría el apellidoantes de intentar descubrirlo. Otra cosa que daba que pensar era la aparentecontradiccióndequeRodney tuvieraunproblema racial en laacademiay luegoseliaraconunalatina.
—Muchasgracias,Gus—dijoporfin—.Mehasayudado.—Eh,llámamesidescubresalgo—dijoBraley—.Megustaríasaberlo.—Concedido,Gus.
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Boschllegóa lasaladebrigadaa lasochoeldomingopor lamañanayencontróaSotoyasentadaensusitio.AntesdequepudieracontarlelateoríaquehabíasurgidolanocheanteriorsobreelcasoBonnieBrae,ellagiróensusillayempezóahablarconexcitaciónsobresuspropioshallazgosenelcasoMerced.
—Ayer,despuésde irmedeMariachiPlaza, fuialvalleaveraAlbertoCabral.Me dejó mirar el calendario de la banda del 2004, y encontré el encargo deBroussard.Eraunacenaderecaudacióndefondos…
—…paraRobertInglin.Sotoparecíaanonadada.—¿Losabes?—Sí,losé.Boschnosabíasienfurecerseconellaporhablarconunpotencialtestigosinélo
admirarlaporsupasióneimpulsoenelcaso,hastaelpuntodededicarlegranpartedesutiempolibre.
—Deberíashabérmelodicho,Lucy.Hablarconuntestigocomoese…Unmontónde cosaspueden irmal.Los testigospueden convertirse en sospechosos, y a vecessonamigosdelossospechososysedanlavueltayvomitantodoloqueacabamosdecontarles.Hay que tener cuidado, y almenos deberías haberme dicho adónde ibasparaquepudieradecidirsiteacompañabaono.
—Eramejorquefuerasola.Sesincerósintidelante.Yhablandoenespañol.—Esanoeslacuestión.Lacuestiónesquedeberíasaberloqueestabashaciendo
ydóndeestabas.Lapróximavez,mándameunmensaje,nadamás.Sotoasintió,conlamiradabaja.—Entendido—dijo,y,despuésdeunapausa,preguntó—:Bueno,¿cómosabías
lodeInglin?Boschdejó lapiladecarpetasque llevabaen sumesa, apartó su sillay lagiró
paraponersecaraaSoto.Sesentó.—Bueno,nohabléconunpotencialtestigodeello.Losaquédelosregistrosde
financiacióndecampaña.—¿Ensábado?—Tengounaamigaconacceso.Ellalomiróconsuspicacia,peroenseguidaseaplacó.—¿Descubristealgomás?—Sí.Enesemismoañoelectoral,BroussardpasódefinanciaralmáximoaInglin
eneneroaponerlotodoenZeyasenmayo.YsequedóconZeyasenlassiguienteselecciones y es un pilar fundamental de su llamada campaña exploratoria para laoficinadelgobernador.
—¿Quélehizocambiar?EldisparoaMercedestuvojustoenmediodeeso.Boschlaseñaló.
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—Lapreguntadelmillón.Sotosesentómuyrecta.—Oh,Diosmío, acabo de pensar en algo.Una de las llamadas deSarah en la
líneadeinformación.Giró en su escritorio y cogió la pila de informes de llamadas queHolcomb le
habíatraído.Pasólaspáginashastaqueencontróloqueestababuscando.—Aquíestá—dijo—.Lallamadaserecibióelmiércolesporlanochealasdoce
y nueve minutos: «Una mujer dice que el alcalde sabe quién mató a OrlandoMerced». Nada más. La llamada fue anónima, pero el registro anotó el número.¿Quieresquellamemosyaverquiéncontesta?
—¿DeverdadcreesqueZeyasencargóelasesinatodeunmariachi?LapreguntaparalizóaSoto.QueBosch lodijeraenvozaltahizoquesonaraa
locura.—Soloibaallamaryverquétienequedecir—dijoellaalfin.—Adelante.Peroescosatuya.Nomemetasenesto.—Vale,noloharé.Sacósumóvilparallamar.—¿Tieneselnúmerobloqueado?—preguntóBoschconrapidez.—Sí,estábloqueado.Sotomarcóelnúmerode lahojade informacióny realizó la llamada.Bosch la
observómientrasellaescuchaba.—Noresponden—dijo—.Dejaréunmensaje.—Usaelnúmerodeinformación.Noledestunúmero.Sotoasintió.—Hola,soyladetectiveSotodelDepartamentodePolicíadeLosÁngelesyeste
mensaje espara lamujerque llamó sobre el disparo aOrlandoMerced.Por favor,vuelvaallamarnos,porquequeremoshacerunseguimientodesullamada.
Sotodejóelnúmerodecolaboraciónciudadana,diolasgraciasalacomunicanteanónimaycolgó.
—No cuentes con volver a saber nada de ella —dijo Bosch—. Los casos seconstruyenconpacienciaypequeñospasos,Lucy.Noafogonazos.
—Losé.—Vamos a cambiar de tema un poco. Hay algo que te quiero enseñar. —Se
recostóensuescritorioysacóunrecortedeperiódicodelacarpetasuperiordelcasoBonnieBrae.Seloentregó—.EsunperfildelTimesdelaseñoraGonzález.Supongoquelarecuerdas.
—Sí,claro.BoschnotóquelamiradadeSotoseclavabaenEstherGonzález.—Dalelavuelta—dijo.EllamiróaBosch,confundida.—Lacontinuación.Dalelavuelta.
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Sotolohizo,yBoschacercósusillaytocóconeldedoelbrevesobreelatracoalEZBank.
—Léelo.Boschlediotiempoy,cuandoellalevantólamirada,dijo:—HabléconGusBraleyanocheymecontóloquerecuerdadelcaso.Él…—Podemossacarelexpediente.Pero¿quéestamosbuscando?—Nohabráningúnexpediente.Estecasolopasaríanporlatrituradoraenlapurga
digital.Leydeprescripciones.Nuncapresentaronacusacionescontranadie.Perolosviejos diarios de robos deDelitos Graves están ahora en la oficina del capitán deRobosEspeciales.Miraremosallí.Normalmente, losnombresde lasvíctimasestánenlasentradas.Esallídondetenemosqueempezar.
—¿Empezarqué?—Braley dijo que en su momento pensó que hubo colaboración interna, pero
nuncapudodemostrarlo.Esosignificaqueunodelosnombresdelasvíctimaseneldiariodelatracopodríaserelinfiltrado.LolocalizamosyhablamosdelBonnieBrae.Elasesinatonoprescribe.
—Esperaunmomento.¿ElBonnieBrae?¿Qué…?Meestoyperdiendo.Bosch asintió. Comprendió que se estaba moviendo demasiado deprisa y con
informaciónqueSotonotenía.—Elatracoseprodujoquinceminutosdespuésdequeseanunciaraelincendio—
explicó—.Estabaatresmanzanasymedia.Fueplaneadodeformamuycuidadosayrequeríaprimeropasardetrásdeunvidrioantibalasyobligaralosempleadosaabrirunacajaytrescajonesdeefectivo.Requeríatiempo.Yestoypensandoquepodríanhaberconseguidoesetiempoconalgoquedesviaralaatencióndelapolicía.
—Elincendio.—Exactamente.Ahoramismonopuedoprobarnada…Braleydijoqueinclusolo
consideraronensumomentoydescartaronlaidea.Peroesofuecuandosecreíaqueel fuego había sido accidental; luego se atribuyó a bandas y drogas. Y como lossospechososdelatracoeranblancos,novieronlaconexiónconunedificiosinsalidasde incendio en Pico-Union donde solo vivían hispanos. Dejaron de lado la ideaentonces,perocreoquetenemosqueretomarlaahora.
Soto se quedó sentada en silencio, asintiendo con la cabeza muy despaciomientras al parecer examinaba el escenario en su mente. Entendió lo que Boschqueríadecir.Lomiró.
—Entonces¿quéhacemos?Boschselevantó.—Bueno,primeromiramoslosdiariosdeRobos.Cruzaronlasaladebrigadahastaunapuertaquedabaalasaladebrigadaadjunta,
ladelaseccióndeRobosEspeciales.Estabadesiertaylaoficinadelcapitánestabacerrada.Boschmiró en la oficina oscurecida a través del cristal situado junto a lapuerta.Vio los estantes que contenían los diarios de robos, con las tapas de cuero
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resquebrajadasygastadas.—¿Deberíamos llamar amantenimiento y ver si pueden abrirnos la puerta?—
preguntóSoto.—Noloharán—dijoBosch.Mirólacerradura.Sabíaqueseríafácildeforzar.Noseponíamuchoénfasisenla
seguridaddentrodeunacomisaríadepolicía.—Vealpasillo.Sialguienbajadelascensor,avisa.—¿Quévasahacer?—Ve.MientrasSotosedirigíahacia lapuertaquedabaalpasillo,Boschavanzóentre
los módulos de detectives, observando los escritorios. Vio uno con un imán queaguantabadiversosclips.Cogiódosysedirigióalaoficinadelcapitán,enderezandounodelosclipsporcompletoydoblandoligeramenteelextremodelotro.Noteníasusganzúas,porqueestabanensuchaquetaeibavestidodemanerainformalparaloquepensabaqueseríaundomingoporlamañanadehojearficheros.
Boschseagachódelantedelacerraduraysepusomanosalaobra.Solotardóunminutoenabrirlapuerta.Entró,tirólosclipsenlapapeleradealladodelescritorioypasó a los estantes de diarios. En las tapas de los diarios encuadernados seespecificaban losañosquecontenían.Durante lasúltimascuatrodécadas,cadaañorequería su propio volumen. Bosch enseguida encontró el diario correspondiente a1993yselollevó.SaliódelabrigadadeRobosyseacercóaunrincóndondehabíaunafotocopiadora.PasóeldiariohastalafechadelatracodelEZBankyencontrósuentrada,solounterciodepágina.
Hizounafotocopia,volviósobresuspasos,dejóeldiariootravezensusitioycerrólapuertaalsalirdelaoficinadelcapitán.Leyólapáginadeentradadeldiariomientrascaminabahacia lapuertadelpasillo.Erasolo informaciónelemental,peroconstaban los nombres y fechas de nacimiento de las tres víctimas, incluido unvigilantedeseguridadllamadoRodneyBurrows.
EratodoloqueBoschnecesitaba.Soto estaba de pie junto a la cristalera, mirando al Civic Center. Imperaba la
tranquilidaddeundomingoporlamañana.Elsolsealzabaenelcieloydibujabalasiluetadelayuntamiento.Monolítico,seguíasiendoeledificiomásreconocibledelaciudad,yelqueconservabamássecretos.
—Lotengo—dijoBosch.Le entregó la fotocopia a Soto al pasar a su lado para dirigirse otra vez a la
UnidaddeCasosAbiertos.Ellalosiguió,leyendolapequeñaentradaporelcamino.Cuandollegaronasumódulo,ellayateníaunaidea,peroeralaideaequivocada.—Comprobaré estos nombres y empezaremos a hacer visitas —dijo—. ¿Con
quiénquieresempezar?¿Conelvigilante?DicequeesRodneyBurrows.Boschnegóconlacabezamientrassesentaba.—Novisitaremosanadiehastaquesepamosmássobreelcasoysobreellos—
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corrigióél—.Burrowsnosoltóprendacuandolopresionaronenel93,asíquenohayrazónparacreerquelovayaahacerahora.HemosdeencontraralgoqueloschicosdeRobosnotuvieranlaúltimavez.Algoquenosdéventaja.Nonosacercaremosaelloshastaquetengamoseso.
—Muybien—dijoSoto—.Empezaréporbuscarantecedentes.¿Quémás?—ABurrows supuestamente lo echaron de la academia antes de conseguir un
trabajodepolidealquiler.Todavíapodríahaberunexpediente sobreél si tenemossuerte.
—Vale,lomiraré.Boschexaminólascarpetasdesuescritorioyeligióuna.SelapasóaSoto.—Otracosa—empezó—.Eselibrotienela listaderesidentesdelBonnieBrae.
Hablaroncontodosellos.Estudialosnombresdeesalista.CogeaesastrespersonasqueestabanenelEZBankcuandoseprodujoelatracoyencuentraunaconexiónconelBonnieBrae.
LascejasdeSotomostraronsuconfusión.—Si el incendio fue para despistar, eligieron ese sitio por una razón—explicó
Bosch—.Porqueconocíanlosaccesos,sabíandóndeestabaelbajantedelabasura.Sabíanquepodíanecharunabombaincendiariaporeseconducto,provocarelfuegoenelsótanoycrearunadistracción.Nocreoquehubieranadaaleatorioenesto.Loconocían bien. Uno de ellos lo conocía. Uno de ellos había estado ahí. Hay unaconexiónyhasdeencontrarlaonotendremosnadaparaacudiraellos.
EstavezSotoasintió.—Entendido—dijo—.¿Creesquesabíanquehabíaunaguarderíaenelsótano?—Nolosé,perolodescubriremos.Estabaapuntodevolversehaciasuescritorio,pero recordóque teníaalgomás
paracompartir.—Erassolounaniña,pero¿recuerdaseltiroteodeNorthHollywoodenel97?—
preguntó.—No lo recuerdo de cuando era una niña, pero lo estudiamos en la academia.
Todoelmundoloconoce.¿Porqué?—Bueno,GusBraleydijoqueenunmomentoinvestigaronaesosdostiposporel
EZBank,peronopudieronestablecerlaconexión.—Guau.—Sí.Boschviounmomentáneodestellodeloquesabíaqueeradecepciónenelrostro
de Soto. Los atracadores deNorthHollywood estabanmuertos, y Soto de repenteteníaqueconsiderarlaposibilidaddequesubúsquedadelculpabledelincendiodelBonnieBraepodíaconduciraesaclasedeconclusión:ningúnjuicioocastigo,soloelconocimientodeque los responsablesyaestabanmuertosy fueradelalcancede laley.
—¿Creesquepodrássoportarlosiestoacabaasí?—preguntó.
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—Bueno,notendríaelección—dijo.BoschasintióySotopareciósacudirseladecepción.—¿Estuvisteallíesedía?¿Eneltiroteo?Oíqueenviaronatodoelmundoqueno
estabaocupado.Boschasintió.—Fui desde Hollywood. Pero llegué cuando el tiroteo estaba terminando. Me
gustadecirquelleguéallíatiempoparaquemedemandaran.—¿Quésignificaeso?—La familia de uno de ellos demandó al departamento y a unos cuantos de
nosotros diciendo que dejamos que el tipo se desangrara en la calle. La denunciaafirmabaquelosdetectivessenegarondurantemásdeunahoraaqueaccedieraunaambulanciaparatratarloyquemuriódesusheridasporculpadelretraso.
—¿Ganaron?—No,terminóenjuicionuloyseolvidó.Nuncavolvióajuzgarse.—¿Entonces?—Entonces¿qué?—¿Se impidió que llegara la ambulancia? De esa parte nunca hablaron en la
academia.—Era todavía un entorno hostil y confuso.No sabíamos si habíamás hombres
armados.Contuvimosalaambulanciahastaquesupimosqueeraseguroparaellos.Entretanto,unospocosdenosotrostalvezlemencionáramosaltipoqueestabatiradoenlacallequelomejorparatodoslosimplicadospodríaserquesedesangrara.Mira,teníamos policías heridos en todas partes. No creo que nadie fuera demasiadocompasivo con ese tipo del suelo. Nos aseguramos de que se tratara a todos lospolicíasantesdequeunmédicoseacercaraaél.
Ellafruncióloslabiosyasintió.Loentendía.—Es verdad que nadiemurió en nuestro lado, pero cuatro de los policías que
recibieron un disparo ese día no volvieron nunca al servicio —dijo Bosch—.Quedaronmuyjodidos,ofísicaopsicológicamente.
—Losé.Esosínoslodijeronenlaacademia.Soto parecía estar pensando en algo y Bosch supuso que era un recuerdo del
tiroteoqueacabóconlavidadesucompañero.Sediocuentadequelacomparaciónerainevitable.Habíaestadobajoelfuego.YesosuponíaunaconexiónconeltiroteodeNorthHollywood,aunqueestehubieraocurridoantesdequeellafuerapolicía.
—Bueno—dijoBosch—, ¿por qué no te ocupas del EZBank?Yo trabajaré enMerced. Llevaremos los dos casos al mismo tiempo. Así el capitán no se poneansiosoynadiemáslosabe.
Sotoasintió.—Gracias,Harry.—Nome lo agradezcas todavía.Estamos trabajando conpistaspoco sólidas en
losdoscasos.
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—Detodosmodos,noteníasquehaceresto.—Perotúsí.Yséloqueeseso.—Algúndíatendrásquecontármelo.—Loharé.Volvieronasusescritoriosysepusieronatrabajar.
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Boschvolvió a centrar su atención en la investigacióndeMerced.Loprimeroquehizofue introducirelnombredeCharlesBroussardenelordenadorparaversiporcasualidadhabíatenidoproblemasconlajusticiaantes.Nocreíaquefueraelcaso,olos políticos no se acercarían ni a él ni a su dinero, al menos públicamente. Labúsquedanodio resultados:Broussardno teníaantecedentes,ni siquieraunamultaporexcesodevelocidad.
BoschanotóeldomiciliodeBroussardque figurabaensucarnetdeconducirypensóquecorrespondíaaladireccióndeMulhollandDrivedondeÁngelOjedahabíaconocidoaMaríaBroussardysuaventurahabíaempezado.
A continuación, Bosch hizo una búsqueda en el catastro del condado de LosÁngeles y encontró varias parcelas propiedad de Broussard, empezando por ladirección de Mulholland Drive. También había locales comerciales en Pacoima yCityofIndustry,queBoschsuponíaqueestabanrelacionadosconlafabricacióndehormigónqueVirginiaSkinneryOjedahabíanmencionado.Encontróotradirecciónresidencialen laPacificCoastHighwaydeMalibú.Unacasaen laplaya.En total,BroussardteníaasunombrepropiedadesqueBoschcalculabaqueestabanvaloradasenmásdeveintemillonesdedólaressoloenelcondadodeLosÁngeles.
Bosch dejó los registros de propiedad y trasladó sus pesquisas informáticas alregistro de sociedades. Después de introducir el nombre de Broussard, obtuvoresultadosenvariasactasdeconstitución,algunasantiguasperolamayoríadeellasactuales. Un negocio en el que Broussard figuraba como presidente y directorejecutivosellamabaBroussardConcreteDesign.Boschsabíaqueeralaempresaqueproporcionaba las barreras de hormigónutilizadas en proyectos de construcción decarreteras.HabíavistoBCDgrabadoenbarrerasenautopistashastadondealcanzabasumemoria.
Broussardaparecíacomoagenteomiembrodelconsejoenvariosnegociosmásregistrados en el estado de California. Ninguno de estos captó inmediatamente laatencióndeBosch,perolosanotótodosjuntoasusdirecciones.
Una de las empresas liquidadas provocó la curiosidad de Bosch. BroussardconstabacomopresidentedeunacorporaciónyadisueltallamadaWhiteTailHuntingRanchandRangeenelcondadodeRiverside, justoenel límiteconelcondadodeLosÁngelesynomuylejosdelapropiedaddeBroussardenCityofIndustry.
Boschcopiólainformación,aunquelosregistrosdelestadoindicabanqueelcotodecazaycampodetirosolohabíaexistidodurantecuatroañosylasociedadsehabíadisueltoen2006,alvenderselapropiedad.LoqueestosignificabaparaHarryeraqueBroussarderacazadoroalmenosconocíaacazadores.GunChunghabíaidentificadoelrifleutilizadoparadispararaOrlandoMercedcomounrifledecaza.
EranlasonceenpuntoyBoschqueríaestarencasacuandosuhijasedespertara.EmpezóacerrarsuordenadorymiróaSotoporencimadelhombro.Sucompañera
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estabaenfrascadaensupropiapantalla.—Hedeirme—dijo—.Quieroestarunpococonmihijahoy.—Nohayproblema—lotranquilizóella—.Voyaquedarmeunrato.—¿Tienesalgo?—Todavíano.¿Tú?—Sí,esocreo.EnelmomentodeldisparoaMerced,Broussardposeíauncotode
cazaycampodetiroenRiverside.SotoapartólamiradadesuordenadorymiródirectamenteaBosch.—Así que probablemente conocía a un centenar de tipos que podrían haber
disparado—dedujoella.—Esoestabapensando—dijoBosch.—Estábien.Hasdicho«poseía».¿Yano?—LovendióunosdieciochomesesdespuésdeldisparoaMerced.—YdespuésdequesaltaradelbarcodeInglinaldeZeyas.Boschasintió.Lasposibilidadesseestabanextendiendoyoscureciendoalmismo
tiempo.—Hastamañana—dijo.—Vale,Harry.Hastamañana.El tráfico estaba despejado en la 101 de camino a casa yBosch llegó en poco
tiempo.SaliódelaautopistaenBarhamyluegotomóCahuengahastaelgiroquelollevaríacolinaarriba.Habíadoscaminosdesubida:MulhollandDrivealaizquierdaysucalle,WoodrowWilsonDrive,aladerecha.Giróalaizquierda,decidiendousarel tiempoque se había ahorrado en la autopista para echar un vistazo a la casa deBroussard.
Mulholland cabalgaba las crestas de lasmontañas que partían la ciudad por lamitad.EldomiciliodeBroussardestabaenelladonortedelacalle,convistasalvallede San Fernando. Sin embargo, cuando Bosch pasó junto a su dirección, no vioningunacasa,solounaentradaconunsenderovallado.Estedescendíaydesaparecíadel borde de la carretera. Una manzana más allá, Bosch aparcó en la salida delaparcamientodeunmiradorde losparquesde la ciudad.Bajódel cochey caminóotravezporMulholland.CuandovolvióalapuertadeBroussardsiguióconlamiradaun sendero de hormigón que descendía serpenteando hasta una estructura deaparcamientoconpuertasdegarajededobleanchurahechademarcosdealuminioyvidrio tintado. Bosch tardó un momento en darse cuenta de que el garaje de seiscochesera,enrealidad,laplantasuperiordeuncasademúltiplesnivelesquetrepabapor la ladera. Toda la casa estaba descaradamente construida en hormigón sinrebozar.Boschsabíaqueaesaclasedediseñolollamabanchicindustrial.
Boschpusosupieenelguardarraílal ladodeMulhollandysimulóapoyarseyatarseelzapato.Mientrasestudiabalacasa,viocámarasenlasesquinasdelgarajeyenloaltodelaverja.Lapropiedadsindudaeraunafortaleza.Nadieentrabasinquelo invitaran. Nadie se acercaba sin ser visto. Bosch se preguntó de qué se estaba
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protegiendoBroussard.Sacóelpiedelguardarraílysedirigióotravezasucoche.
Bosch se encontró aMaddie despierta. Estaba sentada en el sofá viendo la tele ycomiendocerealesdeunbol.Eranlasdoceycuarto.
—Hola,cariño.—Papá.—Pensabaqueíbamosacomeroadesayunar.—Sí,peronopodíaesperar.Estoescomounaperitivo.Boschsesentóenlasilla,frentealsofá.Maddietodavíaibaenpijama,pantalones
lisosyunacamisetaquedecía«The1975».Boschsabíaqueeraelnombredelgrupoquelegustaba.Elañoanterior,habíacompradoentradasparaqueellaysusamigasfueronaverlosenelHenryFonda.
—¿Quéteapetecehacer?—preguntóHarry.—Nolosé—dijoella—.Algofuera.Boschasintió.—¿Aquéhoraentrashoy?—Alascincoymedia.Boschmirósureloj.Suplaniríajustodetiempo.Siguióadelantedetodosmodos.—EstabapensandoquehayuncampodetiroenRiversidealquequieroecharun
vistazo.¿Quéteparece?Hacemuchoquenodisparas.Unosañosantes,Madelinehabíaganadopremiosenvariascompeticionesdetiro.
Sin embargo, su dedicaciónhabía disminuido cuando su agenda empezó a llenarsecadavezmásconclasesyactividadesvoluntarias.Sucrecienteinterésenloschicostambiénsuponíaunadistracción.
—Sí,bien—dijoella—.¿DóndeestáRiverside?—Esaeslacuestión.Estáaleste,enelsiguientecondado—dijo—.Tendríamos
quesalirprontoparaquepuedasllegaratiempoaMealsonWheels.—Solohedecambiarme.¿Estábiensihagolosdeberesenelcoche?—Claro.Veavestirteyyosacarélaspistolas.Alcabodequinceminutosestabanenelcoche.Boschhabíacogidolapistolade
competicióndeMaddieasícomolaGlockModel30queélllevabaeneltrabajoyelKimberUltraqueusabaanteriormente.Comoelcampode tiroWhiteTail formabaparte de un coto de caza, Bosch suponía que estaría preparado como galería paraarmaslargas,peronoposeíaunrifleniunaescopeta.Sieranecesario,preguntaríasipodíaalquilarunarmaalllegarallí.
El tráfico del domingo era relativamente fluido y no tardaronmucho en llegar.Aunasí,eltrayectolesllevómásdeunahora,incluidalaparadaparacomerenWestCovina.Maddiehizodeberesyhablópoco,salvocuandousósuteléfonoparabuscarrestaurantesdecomidarápida.Latareasehabíacomplicadodesdequehabíadejado
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de comer carne roja ese mismo año. La comida rápida casi siempre significabahamburgueserías In-N-Out.Maddie eligió un lugar llamado Johnny’sShrimpBoat,queestabaenGlendora,alladodelaautovía10.EllapidiólangostinosfritosyBoscharrozalchile.LacomidaeraexcelenteyMaddiedejóaunladoloslibrosescolaresmientrascomíanenelcocheaparcado.
—Bueno,¿cómofueanoche?—preguntóBosch.—Estuvobien—dijoella—.Divertido.Ylapelículaeramuybuena.—¿EsteJonathanPacefueuncaballero?—Sí,papá.Esunchicomajísimo.—¿Cuántosfuisteis?—Bueno,alfinalsolofuimosJonyyo.—Pensabaquehabíasdichoqueeraungrupo.—Sesuponíaqueteníaqueserlo,peropasancosas.Lagentenoapareció.Asíque
fuimosJonyyo,perotodofuebien,¿vale?—Siparatiestábien,paramítambién.Bosch recogió los cartones de comida para llevar y los tiró en la papelera del
aparcamiento. Cuando volvieron al coche, se terminó la conversación cuando ellavolvióaloslibrosyélcondujohastaRiverside.
La sociedad original estaría disuelta, pero el White Tail Hunting Ranch andRange todavía funcionaba bajo el mismo nombre en las afueras de una poblaciónllamadaHemet.LagaleríadetirosehallabaenuncotoprivadoenlasestribacionesdelamontañadeSanJacinto.Delanteestabaelcampodetiroalaire libreyvariosedificiosanexos,entreellos,unaoficina,unacasadedormitoriosyungranerodondedespellejaryeviscerarlosanimalescazados.Boschentróenlaoficinaconsuhijayse encontró con un muro de fotos que mostraba cazadores y sus presas. Habíaciervos,cabrasmontesasymuchasfotosdecazadoresconsusriflesposandojuntoajabalíesabatidos.
—Oh,Diosmío—susurróMaddiealverunafotodelenormecolmillotorcidoyelmorrodeunjabalímuerto.
Boschlehizounaseñaparaquesecallaracuandounhombresaliódeunaoficinalateral almostrador.Llevaba ropade trabajo y unagorra conunavisera raída y ellogodeSmith&Wessonenella.
—¿Puedoayudarle?—preguntó.—Sí,mihijayyopasábamosporaquíyhemosvistoesto—dijoBosch—.¿Hace
faltasersocioparadispararenlagalería?—Sí,perovendemosentradasdeundía.Veinticincodólares.—¿Tienengaleríacorta?Tenemospistolas.—Claro.—Entoncesdenosunalicenciadedía.Bosch pagó el importe y firmó el contrato que estipulaba las normas de uso.
Llevaronsusarmasycajasdemuniciónalagalería.Lagaleríacortateníaposiciones
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dedisparobajotecho.Eligieronunagaleríadedocemetrosysepusieronlasorejeras.Boschcargóelarmadesuhijaydejóquecomenzaraella.Maddieerrólosprimerostiros, pero con el segundo cargador empezó a afinar ymostrar sus viejasmaneras.Boschhabíallevadounosprismáticosqueguardabaenlaguantera.Controlóladianamientraselladisparabaylecantólosresultados.Yanoteníaquepreocuparseporsupuntería.
MaddieusólastrespistolasydisparómuchomásqueHarry.Finalmente,Boschsesentóenunbancodetrásdelaposicióndetiroyselimitóaobservarlaaltiempoqueexaminabaellugar.
—Papá,¿noquieresdispararmás?—No,estábien.Prefieromirar.—¿Hayotrarazónparaquehayamosvenidoaquí?—Másomenos.Telocontarédespués.Solo había otras tres personas disparando en la galería y todos estaban en las
posiciones de rifle, que estaban separadas de las de corto alcance y sin proteger.Boschestudióaloshombres.Dosibandecididamentejuntosyelotroibasolo.LostresutilizabanmiratelescópicayexhibíanunafamiliaridadconelentornoquellevóaBoschaconcluirquenoeranusuariosdeundía,sinosocios.
Después de cuarenta minutos,Maddie había acabado toda la munición. Boschcogióunaescobadeunestantedeherramientasyselapasó.Lepidióquerecogieratodosloscasquillosparaquepudieranreciclarlos.Dijoquelaesperaríaenlaoficina,dondeibaahablarconelencargado.
Bosch entró en el despacho y se acercó a la pared de fotos de trofeos. Estabaestudiandolasfotos,buscandouncazadorquepudierallevarunrifledecazaKimber,cuandoelhombrevolvióasalirdelatrastienda.
—¿Lohanpasadobien?—preguntó.—Sí—dijoBosch—.Gracias.Queríapreguntarleporlacaza.¿Tambiénsepuede
veniracazarconpermisodeundía?—Paracazarhacefaltaunpasededosdías,aunquesolocaceuno.Tienequetraer
tambiénsupermisoparajabalíesyciervos.—Entendido.Boschvolvióalasfotos.Hablósinapartarlamiradadelhombre.—Mihijaestárecogiendoloscasquillosyyanosvamos.—Tienenelpasedeldía,quédensetodoloquequieran.—Habíaestadoaquíantes,¿sabe?Haceunosdiezodoceaños.VineconBrouss
cuando abrió, y cacéun jabalí.Pensabaque tal vezpodría estarmi foto en algunaparte.
—Hacemucho tiempo.Esas fotos (si quedaalguna) estánenelotro ladode lapuerta.
—Gracias.Boschpasóalazonadelladoderechodelapuertayempezóamirar.
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—Noquedademasiadodeentonces—comentóelhombre—.ElseñorBroussardsellevóunmontóndefotoscuandovendióesto.SacódelaparedtodaslasfotosconDave.Supongoquenoqueríaelrecordatorio.
Boschmantuvolamiradaenlasfotosylavozdespreocupada.—¿Unrecordatoriodequé?—Delaccidente.Poresolovendió.Noqueríaqueselorecordara.AhoraBoschsevolviódelapareddefotosymiróalhombre.—¿Quéclasedeaccidentefue?Elhombrelomiróunmomentoantesderesponder.—Nohace faltahurgar en lasheridas.El señorBroussardmevendióestoyno
hemostenidoproblemasdesdequemehicecargo.Bastaconeso.—Losiento.Mihijadicequenotendríaquesertancurioso.—Esunachicalista,siquieresabermiopinión.Ytienemuybuenapuntería,he
estadomirando.—Desdeluego.
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Bosch llegóa la saladebrigadaa las sietede lamañanadel lunesy seencontróaSotoensumesa.Sefijóenquellevabalamismaropaqueeldíaanterior.
—¿Hasestadoaquítodalanoche?—Estaba trabajandoenelnexoyheperdido lanocióndel tiempo.Hedormido
unashorasabajo.Novalíalapenairacasayvolver.Boschasintió.Habíauncuartoconcamastrosen laplantadelgarajedisponible
paralosprimerosquellegaban.Elcuartoestabaabiertoaagenteshombresymujeres,peroqueBoschsupieranuncalohabíausadounamujer.ContinuabaasombradoporelcompromisodeSotoconloscasosyconeltrabajo.
—¿Nexo?—preguntó.—AsíescomollamoaestabúsquedadeunaconexiónentrelostresdelEZBank
ylosapartamentosdelBonnieBrae—dijo.—¿Hasencontradoalgo?—Todavía no. Pero solo voy por lamitad de la lista de inquilinos.Con suerte
terminaréhoy.Boschdejósusarchivosenelescritorioysesentópesadamenteensusilla.Soto
interpretósulenguajecorporal.—¿Quétepasa?Bosch negó con la cabeza y sacó un trozo de papel doblado de uno de los
archivos.Selopasó.EraunaimpresióndeunartículodelRiversidePress-Enterprisefechadoel23demarzode2005.EraunartículobreveySotololeyóconrapidez.
—¿Quésignifica?—preguntó.—CreoquesignificaqueBroussardborrótodassushuellas—dijo—.Novamosa
pillarlo.—Noloentiendo.Nohaynombresaquí.¿Fueunaccidente?—Segúnelartículo.Sacaréelexpedientedelsheriffhoy.—¿Dedóndehasalidoesto?—AyerfuialagaleríadetiroqueteníaBroussard.Practiquéunpococonmihija.
El tipoqueahoraeseldueñoydirectordelagaleríamencionóquese locompróaBroussarddespuésdelaccidente.
BoschseñalóconlacabezaelpapelqueSototeníaenlamano.—Mihija lo encontró en los archivosdigitalesdel periódico.Nohaynombres,
peroelhombrequedirigíalagaleríadetirodeBroussardmurióenunaccidentedecaza.Eltitulardice:«Cazadormataasumejoramigoenunaccidentedecaza».¿QuéteapuestasaquecuandosaqueelexpedienteelcazadoresBroussard?
—¿Nohubomásartículosdespuésdeeste?—Eso es otra cosa. No salió nada más después de ese breve. En mi opinión,
alguiencondinerofrenóesto.Sotoasintióalirasimilándolo.
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—¿PorquéestástansegurodequefueBroussard?Boschseparólasmanos.—Bueno,sisuponemosqueelquedisparóenMariachiPlazasaliódelagalería
detirodeRiverside,entonces,obienlopreparóeltipoquedirigíaellocal,ofueélquiendisparó.Deunamaneraodeotra,eralaconexiónconBroussardyahoraesaconexiónyanoestá.Llevanueveañosmuerto.—Señalólahojaotravezcomosiesoprobarasuspalabras.
—Tienequehaber…—empezóSoto—.TodavíatenemosaOjeda.—No nos basta—dijo Bosch—. Ningún fiscal se metería en esto con lo que
tenemos.Sereiríandenosotrosenlacara.Notenemosningunaprueba.Ningúnarma,ningúntestigodirecto,ningún…
Boschsedetuvocuandoseleocurrióalgo.—¿Qué?—preguntóSoto.—Noesgrancosa—dijo—.Pero,cuandoconsigaelnombredeltipoquedirigía
lagalería(elhombrequetrabajabaallíayerlollamóDave),buscarésunombreenelordenador delATF.A ver si tenemos suerte y descubrimos que poseía unKimberMontana.Noserásuficienteparallevarnosalapuertadelfiscal,peroseráotrapieza.
Bosch le pidió la hoja a Soto y regresó a su escritorio. Pensó en los próximosmovimientos.Hacerunaconsultaenotraagenciapolicialeraunacuestióndelicada,sobre todo cuando estaba tan cerca de Los Ángeles. Había invariablementeconexiones y relaciones entre los dos departamentos: una polinización cruzada depersonalquepodríacausardificultadparaalguienquellamabaaciegas.Erasiemprepreferiblehacerunaentradaatravésdeunapersonaconocida,utilizarunavíalateralmejorqueunadirecta.
Boschdisponíadevarioscontactosentrelosqueelegir.Alolargodelosúltimosaños en que había trabajado en la Unidad de CasosAbiertos, había habido varioscasos con vínculos con el condado de Riverside, y lentamente había llenado elespacio de la letra R en su lista de contactos mental. Decidió probar con SteveBennett, un investigador de personas desaparecidas en elDepartamento del Sheriffdel Condado de Riverside. Bosch no llamaba por una persona desaparecida, perosabía que Bennett llevaba mucho tiempo en el departamento, había trabajado envariospuestosdiferentesdeinvestigadorysabríadóndeycómobuscarloqueBoschnecesitaba.
Después de intercambiar los clásicos «cuánto tiempo sin vernos» y otrasgalanterías,BoschpreguntóaBennettsipodíabuscarinformacióndelaccidentefatalocurrido nueve años antes en el White Tail Hunting Ranch. Bennet dijo que,disponiendodelafechaexactadeldisparo,notardaríamuchoenconseguirelregistroyverificarlasituación.LedijoaBoschquelollamaríaencuantotuvieraalgo.Harrytambiénlepidióquemantuvieradiscreciónsobresusindagaciones.Nadiemásteníaquesaberlo.
BoschcolgóyledijoaSotoqueibaairalStarbucks,aunamanzanadedistancia
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porlacalle1.EralunesyqueríaempezarlasemanaconalgomejorqueloquesalíadelamáquinadelvestíbulodelEAP.
—Mira,todosaledeunamáquina,Harry—respondióSoto—.Algunossitiossonmásbonitosqueotros,nadamás.
—Cierto—aceptóBosch—.Perodevezencuandomegustaeltoquehumanodelcafépreparadoamano.
Eraunafrasequehabíatomadodesuhija.Sotonoreaccionó.—Bueno,¿quieresalgoono?—No,gracias.Heidohaceunahoraaporeltoquehumano.—Bien.Boschsaliódeledificioyestabaamediocaminodelacafeteríacuandosonósu
móvil.EraBennettqueledevolvíalallamadadesdeelcondadodeRiverside.—Harry, no tengo mucho —le informó—. Cerraron esto muy deprisa. Una
verdaderatragedia,parece.Untipomatóasumejoramigocuandoloconfundióconunciervoounjabalíoalgoentrelosmatorrales.
Bosch se acercó a un banco en una parada de autobús para poder sentarse,aguantóelmóvilentrelaorejayelhombroytomóalgunasnotas.
—Bien—dijo—.¿Tieneslosnombresdelquedisparóylavíctima?—ElquedisparóeraCharlesAndrewBroussard.EsBravo-Romeo…—Yasécómoseescribe.¿Cuáleselnombredelavíctima?—David Alexander Willman. Edad, cuarenta y dos. Era el director del
establecimientoyBroussarderaelpropietario.DicequeerasumejoramigodesdeelinstitutoenHemet.Estabancazandoysesepararonenunsitio llamadoRampadelJabalí.Lodescribencomouncañónestrechoenelcotodecaza.Dealgunamanera,WillmanapareciódondeBroussardnopensabaquepudieraaparecer.Broussardcreyóque era un jabalí que estaban persiguiendo y le disparó desde treinta metros. Laheridaleatravesóelcuello.Willmanmurióallímismo.Desangrado.
Boschanotóunascuantaspalabrasquealentaríansurecuerdodelresumen.—¿QuéarmausabaBroussard?—preguntó.—Eh,vamosaveraquí…,unaEncoreProHunter—dijoBennet—.Erauna308.—¿YWillman?¿Dicequéllevaba?—Eh…NohaynadaaquísobreelarmadeWillman,Harry.—Deacuerdo,¿algúninventariosobreelinforme?—SoloelarmadeBroussard.HabíasidounavanaesperanzaqueelrifledeWillmansecitaraoseconservara
comoprueba.—¿Quiénloinvestigó?—preguntó.—BillTempleton—dijoBennett—.Sigueeneldepartamento.Ahoraescapitán.—¿Loconoces?—Loconozco,pero,enrealidad,noloconozco.¿Entiendesloquequierodecir?—Sí.
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Boschtuvoquepensarunmomentoalformularlasiguientepregunta.UnautobússedetuvoenlaacerayHarrytuvoquelevantarseyalejarsedelaparadaparaescapardelruido.
—¿Estásenlacalle,Harry?—preguntóBennett.—Sí, he ido a buscar café —dijo Bosch—. Escucha, Steve, ¿conociste a
Templetoncomoinvestigador?Meestoypreguntandosieralaclasededetectivequecerraríauncasodeprisaporperezao si eradeesosa losquepuedesanimaraquecierrenuncaso.
HubounlargosilencioantesdequeBennettrespondiera.—Esdifícildecirloporesteinformeynuncatrabajédirectamenteconél.Perohe
oídoqueTempletonjuegaalgolfyantesdedarungolpelanzaunpocodehierbaalaireparaverdedóndesoplaelviento.
Bosch comprendió el significado. Templeton podría no haberse resistido si loanimaronacerrarrápidamentelainvestigacióndelaccidente,sobretodosilaordenveníadearriba.
—Harry, ¿quieres el número de informe de Seguridad Laboral? —preguntóBennett—.Elinformenoestáaquí,perotienequeexistir.Tengounnúmero.
Bosch regresó al banco del autobús para poder anotar el número. TambiénpreguntólafechadenacimientoyladireccióndeWillman,asícomolosdatosdesuviuda,Audrey.LuegodiolasgraciasaBennettporsurápidaayuda.
—Guárdate lo que te he dicho del golf —dijo Bennet—. No quiero tener aTempletonencima.
—Claro—aseguróBosch—.Tedebouna.Despuésdecolgar,BoschdiomediavueltaysedirigióotravezalEAPsinpasar
porelStarbucks.Yanonecesitabaelimpulsodelacafeína.De nuevo ante su ordenador, Bosch buscó a David AlexanderWillman en las
bases de datos judiciales y no encontró nada.Willman no tenía antecedentes hastadondeBoschpodíadeterminar.
Acontinuación,Harry abrió el sitio de registrode armasde laATFehizounabúsqueda de Willman. Aunque este estaba muerto, la base de datos contendríacualquier transacción de armas que hubiera efectuado legalmente. Esta vez Boschobtuvoresultados.Willmanfigurabacomovendedordearmascuya licenciafederalhabíacaducadoseisañosantes,alnorenovarsedespuésdesumuerte.
Boschsuponíaquevenderarmasibadelamanodedirigiruncotodecazayunagaleríadetiro.LabúsquedaenlosregistrosdelaATFtambiénprodujoinformaciónde varias transacciones en los ocho años anteriores a su muerte. Willman habíacomprado y vendido decenas de armas. Bosch examinó la lista y encontró lascomprasdedosriflesdiferentesKimberModel84.Willman loshabíaadquiridoen2000y2002,muchoantesdequeOrlandoMercedhubierarecibidoeldisparoconunarmacomoesa.
HarryfuedespuésalosinformesdeventasdeWillmanydescubrióquesolouno
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de los dos rifles se había revendido. Eso significaba que, en el momento de sumuerte, Willman poseía un Kimber Montana. No significaba que estuviera enposesióndelarma,peroestabaregistradaasunombre.
De todosmodos,Bosch se sentía animado. Pensaba que podría tener una pistasobreelarmahomicida.HabíanpasadonueveañosdesdelamuertedeWillman.Elriflepodríahaberdesaparecidohacíamucho.SiWillmannosedeshizodeéldespuésdeldisparoaMerced,probablemente,BroussardseencargódeellodespuésdemataraWillman.Boschsabíaqueeraunasimpleconjetura,peroteníaquereconocerquehabíaunaposibilidaddequeWillmanhubierasidolistoysehubieraquedadoconelriflecomoelementodepresiónfrenteasuamigoBroussard.Podríahaberledichoquese había deshecho de él y haberlo escondido en alguna parte por si las cosas setorcían.
Boschanotóelnúmerodeseriedelrifleensulibretayluegoempezóunanuevabúsquedainformática,estavezenelcatastrodelcondadodeRiverside.CuandotuvoloquenecesitabasevolvióhaciaSoto.
—VoyairaRiverside—dijo.Ellaapartólaatencióndesuordenadorparamirarlo.—¿Porqué?—Mehanllamadodeallí.Broussardfueelquedisparóesedía.Matóasuamigo
DavidWillmanyseconsideróunaccidente.PeroWillmanposeíaunarmaycompróunKimberMontanaquenuncavendió.Podríaestarallí.
—¿Dónde?—Todavíano lo sé.Tengo ladireccióndedondevivíaWillman,pero sumujer
vendió la casa dos años después de su muerte y compró otra mejor. Ella está enRancho Mirage. Estaba pensando en empezar por ahí. A lo mejor tengo suerte ytodavíatieneelarma.
Sotolopensóunmomentoantesdedecir:—Voycontigo.—¿Yelnexo?—Puedeesperar.Novasairabuscarunarmasintucompañera.Boschasintió.—¿Tegustaelarrozalchile?—preguntó—.Conozcounbuensitioparaparara
mediocamino.
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EltrayectoseprolongómuchomásquelasalidaqueBoschhabíacompartidoconsuhija el domingo. Para empezar, las autopistas estaban mucho más concurridas yRanchoMirageseencontrabacasiunahoramásaleste,enelvalledeCoachella.ÉlySotodiscutieronlosdoscasosqueestabantrabajandoactivamenteylosmovimientosqueplaneabanhacer.La fedeBoschenqueel rifle conelquehabíandisparadoaOrlandoMercedpodríacontinuarenmanosde la familiadeDavidWillmaneraunhilo investigativo válido quemerecía la pena seguir, pero desde luego no podríanobtener orden de registro de la casa familiar deWillman. Él y Soto tendrían quellamaralapuertayesperarlacooperaciónoalgoqueimpulsaraunacausaprobable.
Pararon en West Covina para comer temprano arroz al chile y luego laconversación se fue diluyendo durante la segunda mitad del trayecto. LospensamientosdeBoschvagarondelcasoalacenaconVirginiaSkinnerdelanocheanterior. La conversación había sido agradable e interesante. Incluso se habíaentreabiertolapuertaaalgomás—almenosdesdelaperspectivadeBosch—yeraexcitante pensar adónde podría llevarlo eso. Bosch tenía que reconocer que susposibilidadesdelquepodríaserelúltimoidiliodesuvidaibanreduciéndoseconelpasodel tiempo.SusesperanzasdequeHannahStonepudierahabersidoese idiliofinal se habían perdido el año anterior. El hijo de Hannah estaba en prisión,condenadoporviolaciónenunacita.CuandoBoschsenegóadefenderloenunavistade libertad provisional, Hannah terminó abruptamente la relación y dejó a Boschpreguntándosesi losmotivosdeellanosehabíancentradodesdeelprincipioen lasituacióndesuhijo.
AlpensarenVirginiaSkinner,Boschsediocuentadequehabíaunaexcitaciónsecreta en la posibilidad de una relación por el hecho de que ella trabajara en laprensa.Unaaventura conunaperiodista estaría tan cargadadecomplicacionesqueresultabaobviamentedesaconsejable,yeseriesgoaumentabalaexcitación.Hicieranlo que hiciesen, tendría que ser en secreto. En el departamento se vería comoequivalente a acostarse con el enemigo. Solo cuatro carriles de Spring StreetseparabanelEAPdeledificiodelLosAngelesTimes,peroentrelasdosinstitucionesse alzaba un muro invisible que era el doble de alto que el ayuntamiento. Boschtendríaquesermuycuidadososiempezabaunarelación.VirginiaSkinnertambién.
—¿Enseñasteatuhijaadisparar?Soto había planteado la pregunta, sacando a Bosch de sus pensamientos. Ella
obviamente había estado meditando sobre lo que Harry le había contado de susactividadesdeldomingoporlatarde.
—Ah,sí.—Esunpocoinusual,¿nocrees?—Bueno,mira,haypistolasen lacasay todoeso.Queríaqueaprendieracomo
unacuestióndeseguridad.Lallevéunpardevecesadispararylaverdadesqueera
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buena.Un talentonatural.Tieneunmontóndecintasyunos cuantos trofeos en suhabitación.Yahora,locreasono,dicequequiereserpolicía.
Soto asintió. Bosch se preguntó si ella estaba estableciendo alguna clase deconexiónentreelhechodequeMaddieestuvieraaprendiendoadispararysupropiaexperienciaduranteeltiroteoqueacabóconlavidadesucompañero.
—Megustaríaconocerla—dijoSoto.Boschasintió.—Megustaríaquelaconocieras—convinoél.—¿Dóndeestásumadre?—preguntó.—Murióhaceunosaños—dijo—.Fueentoncescuandovinoavivirconmigo.—Yempezóadisparar.—Sí.NingunodelosdosdijonadamáshastaquellegaronaRanchoMirage.LacasaalaquesehabíamudadoAudreyWillmantraslamuertedesumaridose
hallabaenunaurbanizaciónprivada llamadaDesertViewEstates.Boschmostrósuplaca al vigilante de la verja y encontró la casa dos minutos más tarde. Laconstrucciónteníatresplantasysealzabaenmediodedosmilmetroscuadradosdeterreno,rodeadadecasasypropiedadesdetamañosimilar.HabíaunarotondaconunjardínderocaenelcentroentornoaunárboldeJosué.BoschySotoseacercaronalapuertayesperarondespuésdetocareltimbre.
—¿SabesporquésellamanárbolesdeJosué?—dijoSoto.Bosch miró al árbol central, con sus múltiples ramas extendidas como un
candelabro.—Laverdadesqueno—dijo.—Elnombreselopusieronlosmormones—dijoella—.Lesrecordabalaescena
delaBibliadondeJosuélevantalasmanosalcielopararezar.Boschasintióreflexivamenteyenesemomentolagranpuertaderobleseabrió
tras él. Al volverse, vio a una asistenta uniformada, que los hizo esperar fueramientrasellacerraba lapuertae ibaapreguntarsi laseñoraWillmanqueríahablarconellos.EstomolestóaBosch,porquesabíaqueelvigilantesindudahabíallamadoantes a la casa para advertir de la llegadade los detectives.La señoraWillmanyadeberíaestaravisadapararecibirlos.
Almenosestabanalasombra.ElcalorsecodeldesiertocomenzabaapoderconBosch.Notabaloslabiosresecosyempezandoaresquebrajarse.Estudiólaartesaníade la puerta y luego su atención vagó a las molduras machihembradas del techointeriordelacochera.LerecordólagrandiscrepanciadevalorentrelapropiedaddeDavid Willman en el momento de su muerte y la de la casa a la que se habíatrasladadolaviuda.
—Tedigounacosa—dijo—.OWillmanteníaunsegurobrutalohubounpagoenalgunaparte.Estanoeslaclasedelugardondeterminaunguíadecaza.
—Probablemente ella demandó a Broussard —sugirió Soto—. Homicidio
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imprudenteoalgo.Boschasintióparamanifestarqueestabadeacuerdocuandolapuertasereabrió
porfin.EstavezaparecióunamujerdeunoscincuentaañosqueseidentificócomoAudreyWillman.Eraaltaydelgadayllevabaunmontóndejoyasdeoro.
—¿Puedoayudarles,detectives?—preguntó.Boschsedecidióporunenfoquedirecto.—Estamos investigando un asesinato en Los Ángeles que podría estar
relacionadoconlamuertedesumarido.¿Podemosentrar?—Llevamuertocasidiezaños.¿Cómopodríatenerqueverconunasesinatoen
LosÁngeles?—Nopodemosexplicárselosinonosdejaentrar.La mujer les permitió pasar y se reunieron en un salón. Bosch y Soto se
acomodaronenunsofáfrenteaAudreyWillman,quesesentóenloqueparecíaunabutacaantiguadecuero.
—Bueno—dijoella—.Explíquense.—Cuandosumaridomurió,poseíavariasarmasdefuego—empezóBosch.—Por supuesto que sí —dijo Willman—. Era un vendedor con licencia.
Comprabayvendíaarmas.—Eso loentendemos.Loqueestamos tratandodedeterminareselparaderode
unadelasarmasqueposeíaentonces.AudreyWillmanseinclinóligeramenteadelante,conlascejasjuntasenungesto
desospecha.—¿Estándebroma?—preguntó.—No, señora—dijoBosch, invocandoal fantasmade JoeFriday con su rostro
inexpresivo—.No estamos de broma. Tenemos que saberlo. ¿Qué ocurrió con lasarmasqueposeíasumaridodespuésdesumuerte?
EllalevantólasmanoscomoparaseñalarquelarespuestaeraobviaynovalíalapenaelviajededoshorasymediadesdeLosÁngeles.
—Lasvendí.Lovendí todo, todo legalmente.Despuésde loqueocurrió, ¿creequeibaaquerertenerarmascerca?
EsaeralaoportunidadqueBoschestabaesperando.—¿Quéocurrióexactamente?—preguntó—.Solotengoelresumendelaoficina
delsheriff deRiverside. ¿Cómo fue que sumarido terminómuerto amanos de sumejoramigo?
Willmanhizoungestodedesdénconlamano.—El sheriff de Riverside sería el último lugar al que iría a averiguar lo que
ocurrió—dijo.Boschesperó,peroWillmannodijonadamás.—Bueno,¿puedecontarnossuversióndeloqueocurrió?—Me encantaría, pero no es posible —dijo Willman—. Hubo un litigio. Lo
demandé,peronopuedohablardeello.
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Lamujerhizoungestocon lasmanoshaciael techoysuopulentoentorno.Laindicación estaba clara. Había recibido una suma cuantiosa por un acuerdoextrajudicial,peroelsilencioformabapartedeltrato.
—¿Estádiciendoquehabíaunacláusuladeconfidencialidadenelacuerdo?—Asíes.—Bien, loentiendo. ¿Puededecirmequé fue loquealegóenelpleitoantesde
quehubieraunpactoyunacuerdodeconfidencialidad?Willmannegóconlacabeza.—Nopuedodecirniunapalabradenada.Describió un movimiento circular en el aire con una mano como para dar a
entenderlairrevocabilidaddesuposicióneneltema.Bosch asintió. No parecía haber forma de hablar del litigio con ella, así que
volvióalasarmas.—Muybien,entendido.Volvamosa lasarmasquedicequevendió.Elarmaen
cuestiónnuncaseregistródespuésdeunaventa.SigueanombredesumaridoenelordenadordelaATF.
—No puede ser. Lo vendí todo legalmente. Ted Sampson lo hizo. Compró elranchoyusósupropialicenciadecompraventaparavenderlotodo.
Bosch supusoqueTedSampsonera elhombreconelquehabíahabladoeldíaanteriorenlaoficinadelWhiteTail.
—Bueno,conestaarmaenparticular,nohayregistrodequesehayavendidoanadie.EraunrifledecazaKimber.ElmodeloMontana.¿Lesuenafamiliar?
—Ningúnarmamesuenafamiliar.Odiolasarmas.Notengoarmasenestacasa.Cuandometrasladéaquídejétodoesoatrás.Peromantengouninventariodetallado,porqueantesde todoesto…—Movió lamanootravezpara señalar todo loqueelacuerdojudiciallehabíaaportado—,pensabaqueeldinerodeesasarmaspodríaserloúnicoquemequedara.Esoyunapólizadesegurosdeveinticincomildólares.
—Bien —dijo Bosch—. Entonces si Ted no vendió esta arma en particular,¿dóndeestaría?
Lamujernegóconlacabeza,comodesconcertada.—¡No tengo ni idea! El garaje de la casa vieja era su sala de armas, pero lo
vaciamos. Estoy segura de eso.No quedó nada allí cuandoTed terminó y yo hiceinventariodetodaslasarmasquesacamos.
—¿Todavíatieneeseinventario?Willmanpensóunmomento.—Puescreoquesí.—¿Podemosverlo,señoraWillman?Podríaserimportante.—Esperenaquí.Estáenmisarchivosdeimpuestos.Estoysegura.Se levantó y cruzó la sala hasta unas puertas correderas con cortinas. Estas se
abrían a un estudio donde Bosch alcanzó a ver un escritorio, estanterías y unabicicletaestáticasituadadelantedeunatelevisióndepantallaplana.Willmancerróla
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puertaasuespalda.Tardócincominutosenvolver.BoschySotoestablecieroncontactovisual,pero
sin hablar en ningún momento. Ambos sabían que el inventario, si la viuda deWillman todavía lo tenía, podía ser una pieza sólida para conectar pruebas si lainvestigaciónalgunavezpresentabacargossincontarconelarmahomicida.
CuandoWillmansaliódelestudio,llevabaunblocdehojasamarillasconvariaspáginasdobladassujetasconunacintaelástica.
—Loheencontrado.Alacercarse,Willmansacólagomaelástica,peroestasehabíavueltoquebradiza
conlosañosysepartióensumano.Lamujersesentóyempezóapasarpáginasyaestudiarlasunaporuna.Alllegaralacuarta,sedetuvo.
—Aquíestánlasarmas.EntregóelblocaBosch.Harrysacósulibreta,dondehabíaescritoelnúmerode
seriedelKimberModel84queDavidWillmanhabíaposeído,segúnlosregistrosdelaATF.Sotoseinclinóparamirarlalibretayluegoestudiólalista.Habíadieciochoriflesypistolasenella, juntoa lascantidades recibidaspor susventas.Ningunasedescribía comomarcaKimber y ninguno de los números de serie coincidía con elnúmeroqueBoschteníaensusnotas.ElKimberdeWillmannuncasehabíavendido.Boschsefijóenquelalistatambiénconteníadosbandolerasdemunición,peronosevendieronconningunadelasarmasdelalista.
—¿Puedeprestarnosesto,señoraWillman?—preguntóBosch.—Preferiríaquenoselollevaran—respondió—.Puedohacerleunacopia.Tengo
unafotocopiadora.—Seríamejorquetuviéramoseldocumentooriginal.Podemosdarleunreciboy
selodevolveremoscuandoyanolonecesitemos.—Noloentiendo.¿Paraquéloquieren?—Podríaserunaparteimportantedelainvestigación.Sielarmaseutilizóenel
homicidio que estamos investigando, necesitamos documentar su origen. Esteinventarionosayudaademostrarqueelarmadesaparecióhacealmenosnueveaños,cuandousteddocumentólasarmasquesumaridoteníaensupoderenelmomentodesumuerte.
—De acuerdo—dijoWillman a regañadientes—.Puede llevárselo, pero quierohacerunacopiayquieroquemedevuelvaneloriginal.
—Selodevolveremos—aseguróBosch—.Seloprometo.—Leextenderéunrecibo—dijoSoto.MientrasSotoseocupabadelrecibo,BoschplanteóaWillmanunapreguntaque
habíaestadoreteniendohastaelfinaldelaentrevista.—¿Quéarmallevabasumaridoeldíadelaccidente?Willmanhizounruidodeincredulidadantesderesponder.Noparecíaquefuera
dirigidoaBosch,sinoquemásbienrespondíaaalgunaemociónsobreelcontenidode la pregunta. Era una pequeña confirmación de la sospecha de Bosch de que la
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demandaqueellahabíapresentadoyquehabíajuradomantenerensecretonoeraunademanda rutinaria por homicidio imprudente. Suponía que AudreyWillman habíaalegadoquelamuertedeDavidWillmannohabíasidounaccidente.
—Llevabasuescopetadecalibre20,comosiempre—dijo.—¿Unaescopetaparacazarunjabalí?¿Esoeranormal?—Élnoestabacazandoel jabalí.Lohacíaelotrohombre.Daveeraelguía.El
otrohombre lehabíapedidoque loguiara.Asíque llevabauna escopetapor si unjabalísalíadelbosqueyembestía.Lausaríaparaderribaralanimal.
LamujernomencionóelnombredeBroussard.Boschsepreguntósiesoformabapartedelacuerdojudicialosisimplementenopodíamencionarelnombredelhombreque había matado a su marido. Intentó una vez más reventar el cerrojo alprocedimientolegal.
—SisabealgunacosadesumaridoyCharlesBroussardquenoestuvieraen lademanda,estaremosencantadosdeescucharlo.
AudreyWillmanmiróaBoschunbuenratoyluegonegóconlacabeza.—No puedo hablar de él en ningún sentido —dijo ella—. Ni siquiera puedo
pronunciarsunombre.¿Puedenhacerelfavordedarmeelreciboymarcharse?Tengocosasquehacer.
Casi,pensóBosch.Casisehabíasincerado.
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SalierondelacasaquinceminutosmástardeyBoschguardóelblocdenotasensumaletín.Enlugardeconducirhacialaautovía10,quelosllevaríaaLosÁngelesmásdeprisa,BoschpusorumboaHemet.
—¿Adóndevamos?—preguntóSoto.—AlacasadondevivíaWillman—dijoBosch.—¿Elarma?Asintió.—Soloesunacorazonada.Tienequeestarenalgunaparte.Quieroverelgaraje
queAudreydijoquesumaridousabaparaguardarlasarmas.—¿Nocreesque la tieneBroussard?¿Noespor esoque se sentía a salvopara
eliminaraWillman?—Puedeser.OtalvezWillmanledijeradespuésdeldisparoenelMariachiPlaza
quesehabíadeshechodeella.Broussardpodríahaberpensadoqueestabaasalvo.—Pero¿Willmanselaquedó?¿Laescondióenalgúnsitio?Bochasintió.—Puedeser.Comounapólizadeseguro.Talvezlaescondióenalgúnsitiodonde
sumujernomiródespuésdequeBroussardlomatara.Sototambiénasintióparaindicarqueaceptabaesaposibilidad.—Vale.¿Necesitamosunaordenderegistro?Boschnegóconlacabeza.—Nosinosinvitanaentrar.CircularonensilencioduranteunratohastaqueSotoplanteóunapregunta.—¿QuéopinasdeAudrey?Meparecequequeríahablarnosdeesademanda.—Sí.Creoquesesienteculpable.—¿Dequé?—Cogió el dinero y se calló. Sabe que el dinero, la cantidad que fuera, era la
formadequeBroussardquedaraimpune.Coneltiempotienequeserdifícilconvivirconeso.Noimportaloelegantequeseatucasa.Todoprocedededineroturbio.Detodosmodos,hemosdeencontrarotraformadeconocerlosdetallesdelademanda,talvezhablarconlafiscalíaparaverquésepuedehacerpararomperelacuerdodeconfidencialidad.
—Desdeluegoquemeencantaríaleerlo.LlegaronaHemetenmediahora.Porelcamino,Boschrecibióunallamadadel
capitán Crowder, que quería una actualización de la situación de la investigación.Bosch le dijo que estaban siguiendo una pista sobre el arma homicida y esperabateneralgosólidodeloqueinformarmástardeoporlamañana.Porelmomento,elcapitánsecontentóconesoycolgósinhacermáspreguntas.
El lugar donde vivían los Willman antes de la muerte de Dave a manos deBroussarderaunacasitamodestaenunbarriodeclasemedia.Estabareciénpintaday
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teníaunpatiobiencuidadoyungarajededosplazas.LosregistrosdepropiedadqueBoschhabíaconsultadodecíanquelacasapertenecíaauntalBernardoContreras.
UnamujerdeunostreintaañossalióaabrircuandoBoschllamóalapuerta.Alparecerestabaembarazadadealmenossietemeses.
—¿SeñoraContreras?—¿Sí?BoschsacósuplacayseidentificóasímismoyaSoto.—Somos investigadoresdehomicidiosyestamosbuscandounarmaquepodría
estarrelacionadaconuncasoenelqueestamostrabajando—dijoBosch.Lamujersepusounamanoenelvientreprominentecomoparaprotegeralhijo
nonacidoinclusodelapalabra«arma».—Noloentiendo—dijo—.Notenemosarmasenestacasa.—No estamos hablando de sumarido—dijoBosch—.Estamos aquí porque el
hombrequevivíaaquíantessílastenía.—¿Elhombrequemataron?—Sí,elhombrequemataron.Eravendedordearmasyestamosbuscandounade
ellas.—Esofuehacemuchotiempo.Mimaridoyyocompramosestacasa…—Losabemos.Poresoqueremospedirleunfavor.Esperamosqueestédispuesta
aayudarnosconlainvestigación.LamujermiróconsuspicaciaaBoschymantuvounaactitudcautelosa.—¿Quéquieren?—Queremosmirarensugaraje.—¿Porquéquierenmirarenmigaraje?—Porqueelanteriorpropietario(elhombrequemurió)guardabaalmenosparte
desusarmasallí.Queremosecharunvistazoyasegurarnosnosotrosmismosdequeelarmaqueestamosbuscandonoestáaquí.
—Haceseisañosquevivimosaquí.Creoquehabríamosencontradounarmasilahubieradejado.
—Lomásprobableesquetengarazón,señoraContreras.Perosomospolicíasyhemosdeverlopornosotrosmismosparapoderdescartarlo.Además,estaarma, siestáahí,estaríaescondida.
La mujer dejó caer la mano de su vientre y pareció relajarse un poco. Boschpensóquetalvezhabíaempezadoasentircuriosidad.
—¿Necesitanunaordenderegistrooalgoparecido?—preguntó.—No,sinosinvitaabuscar—dijoBosch.Lamujerlopensóunmomentoantesdedarleselvistobueno.—Abriré lapuerta—ofreció—.Pero tenemosmuchas cajas allí.Soncosasque
almacenamosynoquieroquelasmiren.—Nosepreocupe,señoraContreras.Novamosaexaminarsupropiedad.Lamujerdiounpasoatrásycerrólapuerta.BoschySotoseacercaronalgaraje
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por un camino de piedras y esperaron allí. La puerta no tenía ninguna ventana yBoschsupusoquesetratabadeunamedidadeseguridadtomadaporWillmancuandohabíaguardadoarmasenelgaraje.
Lapuerta empezó a elevarse lentamente.La señoraContreras estaba esperandodentro,conlamanocolocadasobresuvientre.
Boschentróymiróalrededor.Eraungarajeestándardedosplazas,conunamesade trabajo que ocupaba una de las dos y estanterías y un calentador de agua en lapared del fondo. Ninguna de las paredes estaba revocada, dejando a la vista laestructurademaderayelaislamiento.Elconstructoroelprimercompradordelacasahabíandecididorecortargastos.
Habíauncochecompactojuntoalamesadetrabajo,yBoschcomprendióquelaseñoraContrerasaparcabaenelgarajemientrasquesumaridodejabaelcocheenelsenderodeentradaoenlacalle.
Elgarajeteníavigasalavistayunaplataformadealmacenajeeneltecho.Habíavariascajasapiladasallí.Boschlasseñaló.
—¿Esascajasdeallíarribasonsuyas?—Sí, sonnuestras.Elgarajeestabacompletamentevacíocuandonosmudamos
aquí.Sihubierahabidounarmalahabríamosvisto.Aambos ladosde lamesade trabajohabía armariosde acero con cerradurasy
pasadoresadicionalesparacerrojos.Losarmariosestabanmontadosenlostablonesdelaparedeibandeextremoaextremo.
—Esosonmueblesdearmas—dijoBosch—.¿Estabanaquícuandosemudaron?—Sí,laseñoraWillmanlosdejóaquícuandocompramoslacasa.—¿Estáncerrados?—No,noloscerramos—dijoContreras—.Puedenmirarlos.Boschabriólosarmariosyvioqueseutilizabanparaalmacenartrastos.Nohabía
armas.Sesubióaunaescalerademanoqueestabaalladodelamesadetrabajoparamirar por encima de los armarios. Había polvo e insectos muertos encima, peroningúnarma.
Boschseacercóa lamesade trabajo.Habíauntornillodebancoconunagarreacolchadomontadoenunextremoyun segundo tornillomáspequeñomontadoenmediodelamesademetroochenta.Seacercóypercibióunolortenuealubricanteydisolvente,dosmaterialesquecualquiervendedordearmastendríaasudisposición.
—¿Estamesa tambiénestabaaquí?Los tornillosestánpuestosparasostenerunriflemientraslimpiaselcañónoañadesunamira.
—Sí,lamesatambiénladejaronaquíydecidimosusarla.Aunqueocupamuchoespacio.Mimarido tiene que aparcar en el sendero, pero no le importa. Le gustatrabajaraquílossábados.
Bosch se limitó a asentir. Estaba mirando la mesa, su superficie de trabajomanchadadeaceite.Obviamente,eradefabricacióncasera,construidacontablonesymaderadecontrachapado.Teníaunasuperficiedetrabajoencimayunestantedebajo.
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Ambassuperficieserandecontrachapadodedoscentímetrosymedio,sostenidaspordebajo con tablones. Era una construcción torpe, pesada, que en ese momentoconteníadiversasherramientaseléctricasymanuales.
Boschpusolamanoenlamesaparaapoyarseyseagachóparamirardebajodelasuperficiede trabajo.Enel rincóndelgruesomarco,viounarmasujetaen laparteinferiorconbridasdeplástico.
—Hayunarmaahídebajo—dijo—.Unapistola.—¡Oh,Diosmío!—exclamólaseñoraContreras.Boschsacóunpardeguantesdegomadelbolsillodelachaquetayselospuso.A
continuación,sacósuteléfonoyseagachóparatomarfotosdelapistola,usandoelflashpara iluminar lasuperficie interiorde lamesa.Después,cogióuncúterde lasherramientasdispuestasencimadelamesaylousóparacortarlasbridasdeplástico.
CogióelarmayselevantóparamirarlaconSoto.EraunaGlockP17.LaseñoraContrerasseinclinóparaestudiarlatambiénella,ysurostroadoptóunaexpresióndeinquietud.
Al cabo de unmomento, Bosch le pasó el arma a Soto, que también se habíapuesto guantes de látex, y empezó a quitarse la chaqueta. Para mirar debajo delestante,ibaatenerquetumbarseenelsuelomanchadodeaceite.LaseñoraContrerassefijóenloqueestabahaciendoysacóunalonadeunodelosestantesdelfondodelgaraje.Empezóadesdoblarlayextenderlaenelsuelo.
—Useesto,quesevaaestropearlaropa—sugirió.Enseguida Bosch estaba en el suelo, valiéndose del brillo de la pantalla de su
teléfonoparailuminarlosrinconesdelaparteinferiordelestante.Habíaotraarmadefuego—enestecasounarma larga—y tomófotosotravezantesdepedirelcúterparacortarlasbridasdeplástico.
EntregóelarmapesadaaSotoyselevantó.—Oh, Dios mío —dijo la señora Contreras, que en ese momento ya estaba
protegiendoalniñononacidoconlasdosmanos.ElarmanoeraunKimberModel84.Boschlareconociócomounaametralladora
M60delaépocadeVietnam.Lossoldadoslallevabanconcinturonesdemuniciónenbandolera al surcar la selva. Había dos bandoleras en el inventario de armas ymunicionesvendidaspor lamujerdeWillmandespuésde sumuerte.Ahíestabaelarmaconlaqueibanloscinturones.BoschsepreguntósiWillmanhabíaescondidolaametralladoraylaGlockporqueeranrobadasoporqueteníanvalorderecuerdo.
—¿Esesoloqueestababuscando?—preguntólaseñoraContreras.—No—dijoBosch.LecogióelarmaaSoto,porquesediocuentadequeleestabapesando.Losque
llevabanlaM60porlaselvadeVietnamteníanunarelacióndeamor-odioconella.Lallamaban«elpuerco»cuandoteníanquecargarlaenpatrulla.Pero,pesadaono,eralamejorarmaquepodíastenerentusmanosenuncombate.Boschlacolocóconcuidadoenlasmandíbulasdelosdostornillosdebanco.
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Dio un paso atrás desde el banco y miró una vez más en el garaje. Se sentíaanimadoporhaberencontradolasdosarmas.Noeranloqueestababuscando,perodemostrabanqueWillmanteníaarmasocultas.ApoyabasuesperanzadeencontrarelKimberMontana.
Suatenciónsecentróenlasvigasdeltecho.—Puede subir ahí si quiere —dijo la señora Contreras, que ya apoyaba
plenamentelabúsquedadearmasenunacasadondeprontocriaríaaunniño.Había una escalera extensible de fibra de vidrio en un estante, al otro lado del
garaje.Boschlacogió,concuidadodenotocarelcoche,ylallevóhastalamesadetrabajo.LaextendióylaapoyócontraunadelasvigasyluegolasostuvoconfirmezamientrasSotosubíaprimero.Él la siguióyseencontraronagachadosdebajodeunfalso techo,enunaplanta improvisadaconstruidacon tablonesextendidosentre lasvigas.
Boschbuscóposiblesescondites,peroen realidadnohabíaen lasvigasningúnlugardondeocultarunrifleocualquierotraarma.Estabaapuntoderenunciara labúsquedacuandoSotolollamódesdeelbordedelaplataforma.Boschseagarródeunodelospuntalesdeltejadoparamantenerelequilibrio.
Sotoseñalóatravésdelaaberturaentredosdelasvigasaunodelosarmariosdeaceroparaarmas.Boschnovioloqueellaqueríaqueviera.
—¿Qué?—Detrás del armario —indicó Soto—. Está fijado a los tablones, pero hay
espacioentreellos.Soto tenía razón. Había más de un palmo entre cada uno de los tablones
colocadosenverticalenlapared.Cadaunodelosespaciosestabacubiertodecintasdeaislantetérmico,peroestaspodríanhabersidoretiradasconfacilidaddetrásdelosarmariosdearmasparacrearunescondrijolobastantegrandeparaunrifle.Boschnosehabíadadocuentadeesaposibilidadcuandohabíamiradoantesporencimadelosarmarios.
—Hemosdedesmontarlosarmarios—dijo.
TardaronmediahoraenvaciarcadaunodelosarmariosyluegoBosch—usandolasherramientas de Bernardo Contreras— aflojó los tornillos que fijaban el primerarmariodeaceroalostablones.Paraterminarlafaena,tuvoluegoquepasarlelallaveinglesaaSotomientrasélintentabasostenerelpesadoarmariodeacero.
Trabajando desde la escalera, Soto quitó los cuatro tornillos aflojados yBoschnotóqueelpesocaíasobreél.Erademasiado.
—¡Cuidado!Dejóqueelarmariosedeslizaraporlostabloneshastaelsuelo,dondegolpeóel
cementoconunestruendo.—¿Todoelmundoestábien?
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Mientraslasdosmujeresconfirmabanqueseencontrabanperfectamente,Boschmiró al lugar de la pared donde había estado el armario. Efectivamente, había unespacio vertical de diez centímetros de profundidad entre los dos tablones.Habíanclavadountrozodemaderaentrelostablonesverticalesparacrearunsoporteinferioralescondite.Nohabíaningunapistolaallí,perosíunaespadaensufunda.Boschlasacóparaexaminarla.Estabacubiertadepolvo.Parecíaunaespadadesamuráiconunahojaligeramentecurvadaquehabíapermanecidobrillanteylimpiaensufunda.
Bosch apoyó la espada contra la mesa de trabajo y continuó con el siguientearmariodearmas.
Despuésdeaprenderdelprimero,solotardódiezminutosenaflojarlostornillosdelsiguientearmario.PidióaSotoquesecolocaraenlaescalera.Estavezsabíaquéesperarysesirviódetodosupesoparadejarqueelarmariosedeslizaralentamentepor la pared.Oyó queSoto anunciaba que había un arma en el segundo esconditeantesinclusodeenderezarse.
Eraun rifle.LaadrenalinadeBosch sedisparó.Quería cogerloyver si eraunKimber,peroesperómientrasSotolofotografiabaconsumóvilantesdebajarlo.Sotoseacercóparaayudarleaexaminarloenbuscadelamarca.
—Necesitomisgafas—dijoBosch.—¡Ahí!—dijoSoto con excitación, señalando el lado izquierdo del seguro del
rifle—.KimberModel84.Tienequesereste.SotolocalizóelnúmerodeseriealaizquierdadelamarcaypreguntóaBoschsi
teníaelnúmeroensusnotas.Boschlepasóelarmayfueabuscarsuchaqueta,quelaseñora Contreras estaba sosteniendo, para coger sus gafas de lectura y su libreta.Abriólalibretaporlapáginadondehabíaanotadoelnúmerodeserieyseloleyóenvozaltaasucompañera.
—Exacto—dijoSotoconvoztemblorosa.Habían encontrado el rifle que DavidWillman no había vendido. El siguiente
pasoconsistiríaendeterminarsieratambiénelrifleutilizadoparadispararaOrlandoMerced.
Boschsepusolachaquetaymirólosdosarmariosdeaceroenelsuelodelgaraje.Eraimposiblequepudieravolveracolocarlosensulugar.
—SeñoraContreras,vamosatenerquellevarnosestasarmas—dijo.—Háganlo,porfavor—lesrogó—.Mimaridonoselovaacreer.—Bueno, puede que su marido no se alegre mucho, porque no voy a poder
levantaresosarmariosyvolveracolocarlos.—Nosepreocupe.Élysusamigospuedenhacerlo.Pasanmuchotiempoaquí,y
estoseráunagranhistoriaparacontar.—Esomehacesentirmejor.Ahoravamosaextenderleunrecibo.Dejaron las armas en elmaleterodel coche, colocándolas sobreunamantaque
Boschmanteníaensuequipodevigilancia.DespuésledieronlasgraciasalaseñoraContrerasyleentregaronelrecibo.
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Finalmente,sedirigieronhaciaLosÁngeles.Habíaunaexcitacióncasipalpableenelcoche.Boschhabíaempezadoeldíasintiendoquehabíanllegadoauncallejónsin salida en el caso, porque Broussard había tomado la medida definitiva paraprotegerse.Sinembargo,horasdespués,lasituacióneramuydiferente.Teníaloquecreíaqueseconfirmaríacomoelarmadelcrimenensumaletero.Elcasohabíadadoungiroradical.
Bosch miró su reloj y supuso que serían casi las cinco cuando llegaran a laciudad.Sacósuteléfonoyllamóallaboratoriodebalística.PreguntóporGunChung.
—¿Cuántotiempovasaestarahí?—preguntóBosch.—Estoydisponiblehastalascuatro—dijoChung—.¿Quépasa?—Tenemos el arma de los mariachis. O eso creemos. Pero no llegaremos a
tiempo.EstamosvolviendodeRiverside.—¿Tardaréismucho?—Llegaremoscercadelascinco.—Estábien.Esperaré.Tráelaahorayharélacomparación.—¿Notendremosqueesperarturno?—Estaréfueradeservicio.Puedohacerloquequiera.—Te lo agradezco, tío. Estaremos allí lo antes posible. ¿Puedes hacerme otro
favor?—¿Qué?—LlamaaHuellasyaversipuedeveniralguien.Puedequeencontremosalgo.—Veréquépuedohacer.Bosch colgó y le dijo a Soto que irían directamente al laboratorio, dondeGun
Chung estaba dispuesto a esperarlos para hacer una comparación entre la balaextraída de la columna de OrlandoMerced y una bala disparada con el rifle quellevabanenelmaletero.
—Digamosquecoincide—dijoSoto—.Quetenemoselarmahomicida.—Sí—dijoBosch.—Examinemoselescenario.Quierointentarvercómofuncionaráesto.Boschasintió.Eraunbuenejerciciohastaciertopunto.Eldetectivenuncaquería
crearunescenarioyluegoestudiarlaspruebasparaqueencajaran.Aunasí,empezarconlaconjeturadequeacababanderecuperarelarmahomicidaconducíaaalgunasconclusionesinalterables.
—Bueno,volvemosanuestrateoríaoriginalbasadaenlaspruebasbalísticasydevídeo—dijo.
—QuelabalaquehirióaMercedestabadestinadaaOjeda—dijoSoto.—Exacto.Apartir de ahí tenemos la confirmacióndeque el armapertenecía a
DavidWillman.¿Disparóél?Esonolosabemos.¿Teníalacapacidad?Sí.¿Conocíaaalguienalquepodríahaberdado suarmaparaquepudieradisparar?Creoqueesotambiénseríaunsí.
Bosch siguió conduciendo durante unosminutos,mascullando la historia en su
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cabezaantesdecontinuar.—Vale, entonces, si trazamos una línea entreOjeda yWillman, ¿quiénmás se
cruza?—Broussard.—Broussard.ConocíaaWillmandesdepequeñoytrabajabaconél.—YsumujerestabateniendounaaventuraconOjeda.Boschasintió.—Talycomoyoloveodesdesupuntodevista,BroussardadvierteaOjedaque
sealejedesumujer,peroOjedanolehacecaso.AsíqueBroussardacudeaWillmany le dice: «Necesito quemehagas un favor».Willman acepta el trabajo y busca aalguienquedispareodecideocuparseélmismo.Supongoqueestoúltimo;regladeoro:cuantamenosgenteenunaconspiración,mejor.
—Deacuerdo.MequedoconWillman.—Willman dispara, pero hiere aMerced en lugar de a Ojeda. Todo se tuerce.
Ahorasabenque,simatanaOjeda,selesecharánencima,porquenohayformadeque la policía continúe pensando que es otro ataque aleatorio o relacionado conbandas.Sabránquehayalgoahí.AsíqueaBroussardno lequedaotraopciónquedecirleaWillmanquelodeje,almenosporelmomento.
—Entretanto,Ojedasequedaeltiemposuficienteparahacersudeclaraciónfalsaalospolicíasysemarchadelaciudad.
—Asíqueeldisparoalfinalcumpleconsucometido.Hierenaquiennodeben,peroelobjetivoigualmentedesaparece.
—YWillmanseconvierteenuncabosueltoparaBroussard.Untipoqueconoceelsecreto.
—HasdepreguntarteporquéWillmanaccedióairacazarconBroussardesedía.Teníaquehaberledichoqueteníaunapólizadeseguro.
—Teníaelarma.—Broussard de algunamanera pensó que estaba a salvo, que el arma no iba a
apareceryrelacionarlotodo,conélenmedio.Soto se sentó completamente de perfil para mirar a Bosch al establecer la
siguienteconexión.—¡Eralabala!EstabaenlacolumnadeMerced.Pensóque,comoMercedhabía
sobrevivido y no iban a sacarle la bala, el as en lamanga deWillman no era tanvalioso como él pensaba. No importaba que conservara el rifle, porque no habíaninguna bala con la que compararlo, porque estaba en la columna vertebral deMerced. No había forma de demostrar que era el arma de la que había salido eldisparo.
Boschasintió.—WillmanpensóqueestabaasalvodándoleaBroussardunarmaysaliendoal
bosqueconél.Peronoloestaba.Sequedaronunratoensilencio.Boschexaminóla teoríaunavezmásynovio
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ninguna fisura. Era una hipótesis, pero se sostenía. Funcionaba, pero eso nosignificaba que se correspondiera con la realidad. Todo caso tenía preguntas sinresponder y cabos sueltos en lo referente a motivos y acciones. Bosch siemprepensaba que si empezabas con la hipótesis de que el asesinato es una acciónirracional, ¿cómo podías encontrar una explicación completamente razonable? Eraesacertezaloqueleimpedíaverpelículasytelefilmessobredetectives.Leparecíanirrealesensuformademostrarloquequeríaelpúblico:todaslasrespuestas.
Levantólamiradaalasseñalesdelaautopista.EstabanacercándosealasalidadeCalState,dondeGunChunglosesperabaenellaboratorio.
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La hipótesis del caso adquirió un grado superior de validez después de que GunChung identificarapositivamente el rifleKimber comoel armaquedisparó labalaque había estado alojada en la columna vertebral deOrlandoMerced durante diezaños.
Despuésdequeelarmafueraprocesadaparaencontrarhuellasdactilares,ChungdisparóunabaladelKimberaltanquedebalasdellaboratorio,larecogióconunaredylacomparóenelmicroscopiodobleconelproyectilextraídodurantelaautopsiadeMerced.Labalaoriginal estabamuydañada.Aun así,Chung tardómenosdediezminutos en determinar un resultado positivo sobre el que podría declarar conseguridadenunjuicio.
Bosch pidió aChung que también disparara balas de laM60 y la pistola en eltanque, y que buscara los perfiles digitales de las balas en la base de datos deproyectilesencuantotuvieraocasión.LasotrasdosarmaspodríannotenernadaqueverconelcasoMerced,peromerecíalapenaverificarlas.Willmanlashabíaocultadoporalgunarazón.Lasdosarmasadicionaleserancabossueltosquehabíaqueatar.
La espada samurái también tendría que examinarse y rastrearse si era posible.PeroesenoeraeldominiodeChung.Boschpensabaobtenerinformaciónderobosdeespadasycrímenesqueimplicaranelusodetalesarmasencuantoseliberaradelasinvestigacionespresentesytuvieratiempo.
Cuando Bosch y Soto volvieron al EAP, no había nadie en la brigada a quieninformar.CrowderySamuelsyahacíamuchoquesehabíanidoacasa.Casitodoslosdemás detectives también se habían marchado. Bosch guardó las tres armas y laespadarecuperadasenHemetenlacámaraacorazadasituadaenelsótano.PensababuscarlaM60ylaGlockenlasbasesdedatosdelaATFalamañanasiguiente.
Cuandofueasucubículo,SotoestabaleyendoelúltimogrupodeinformacionesciudadanasqueSarahHolcombhabíadejadoensumesa.
—¿Ha llamado alguien para decir que disparó un hombre llamado DaveWillman?—preguntóBosch—.¿YqueCharlesBroussardleencargóhacerlo?
—Ojalá—dijoSoto.Boschsesentóasuescritorio.Estabacansado.Últimamenteconduciragotabasus
energías.—¿Algomásahí?—preguntó.—Nomucho.Nuestradamaanónimaquecreequeelexalcaldeconocetodaslas
respuestashavueltoallamar,peroSarahnoestabaylamujerhadejadounmensajequedecíalomismo:hablenconZeyas.Sarahcomprobóelnúmeroestavezyeradeunmóvilnoregistrado,deusarytirar.
—Nome sorprende. Si no tiene ciudadanía, no tendrá identificación ni cuenta
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bancariaparacomprarunmóvillegal.Lamayoríadelosilegalesdeestaciudadusanesosmóviles.Sonbaratosyseencuentranencualquierbodegadelaciudad.
Soto estaba llamando al número otra vez, sosteniendo el teléfono fijo junto aloídomientrascontinuabalaconversación.
—Hededecirquesupersistenciamedaquepensar.—¿Quépiensas?¿QueelexalcaldeestuvoimplicadoeneldisparoaMerced?—No,esono.Esmuydescabellado.Peroquiénsabe,talvezsepaalgo.—Vale,entoncestetocapreguntarati:«Señoría,essobreunallamadaanónima».
Aversimantieneslamedallaalvalordespuésdeeso.—Losé.Esunalocura.—Noesunalocura.Essoloimprudentehastaquesurjaalgoqueloapoye,yno
creoqueesoocurra.Sotocolgóelteléfono.—Haidoalbuzónotravez.Boschacercósusillaaladesucompañeraydijoquequeríacambiardetemay
discutirlospasossiguientes.EraineludiblequerecopilaranperfilescompletostantodeBroussardcomodeWillman.HarryutilizósuestatusdeveteranoyeligióocuparsedeBroussardmientrasSotoseencargabadeWillman.Tambiéndijoquecreíaqueeraelmomentodeacudiralafiscalíaahablarconunfiscaldetramitaciónsobreloqueteníanyloquesenecesitabaparallevarelcasoajuicio.Intentaríaorganizaresoparaeldíasiguiente,conlaesperanzadequelestocaraJohnLewinoalgúnotrofiscaldelos que él consideraba a la altura de la tarea. Lewin siempre buscaba formas detrabajar con investigadores para presentar cargos en casos viables.Algunos de suscolegas de la decimoséptima planta del ETP parecían más interesados en buscarrazonesparanollevarloscasosajuicio.
—¿Qué pasa con el Bonnie Brae? —preguntó Soto cuando Bosch huboterminado.
—Creoque tendráqueesperar—dijoBosch—.Almenosporahora.Hemosdeaprovechar el impulso que tenemos conMerced. Además, hemos de suponer queBroussard está trabajando contra nuestra inercia. Tiene que saber que Merced hamuerto y que ahora tenemos la bala. Podría estar vigilándonos. Así que es mejordedicarnuestrotiempoaMercedymovernosconrapidez.
Sotoparecíadecepcionada,peroaceptóladecisióndeBosch.—¿Ysimeocupodeelloenmitiempolibre?—preguntó.Boschpensóunmomento.—Nunca te diría que no investigues algo por tu cuenta—dijo—. Los llaman
casoshobbyporaquí,aunquenoparecelamejordescripcióndeesecasoydeloquesignificaparati.Comprendoquequierasmantenerelimpulsoquetienes.Completarel nexo y todo eso. Solo quiero asegurarme de quemantienes la concentración enMerced.
—Loharé,Harry.Loprometo.
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—Bien,entonceshazloquetengasquehacer.
Decaminoacasa,Boschotravez subióporMulhollanden lugardeporWoodrowWilsonparapoderpasarmuydespaciopordelantedelacasadeCharlesBroussard.Noestabasegurodequéesperabaconseguir.Lasposibilidadesdeveralsospechoso—sí,Boschhabíallegadoaunpuntoenqueloconsiderabasospechoso—erancasiinexistentes. Aun así, Bosch se sentía atraído por la fortaleza de hormigón dondeBroussardsehabíaocultadodelaexposiciónpúblicaylaleydurantetantotiempo.
EstavezestabaoscurocuandoBoschllegóalgirodelmiradorseptentrional.Lasseñales decían que el aparcamiento estaba cerrado desde el anochecer hasta elamanecer, pero había coches aparcados y gente en el promontorio, examinando lainmensaalfombradelucesdelvalledeSanFernando.Boschbajódelcocheymiróasuderechaalolargodelacresta.Veíaelbordedelanterodelacasadehormigónquesobresalía más que las construcciones situadas entre ella y el mirador. Bosch violucesencendidasdetrásdeaquellasventanasquellegabandelsueloaltechoy,enelnivelmásbajo,alpiedelaladeraescarpada,unapiscinaazuliluminadaconformaderiñón.Novioactividadhumanaenningunaparte.
Bosch se sentó en un banco y disfrutó de la vista como los otros turistas delpromontorio. Sin embargo, él pensaba en el asesinato y en la clase de gente quepagabaaotrosparamatarasuscompetidoresyenemigos.Losnarcisistasdefinitivosquepensabanqueelmundosologirabaentornoaellos.Sepreguntócuántoshabíaentrelosmillonesdelucesquebrillabanatravésdelaneblina.
Bosch oyó una voz autoritaria y al volverse se encontró con un vigilante deparquesqueponíalaluzdelalinternaenlascarasdelagenteylesdecíaqueteníanquemarcharse o los denunciaría por entrar sin permiso. Estaba actuando como unbravucón maleducado y llevaba un sombrero de ala ancha que subrayaba suautoridad.Cuandovinoaazuzarloaél,elúnicoquenosehabíaescabullidohastaeldesvíodelaparcamiento,Boschlevantósuplacayledijoqueestabatrabajando.
—Aunasítienequeirse—dijoelvigilante—.Elparqueestácerrado.Boschleyóelnombredelvigilanteenlaplacadeluniforme:Bender.—Paraempezar,apártemeesaluzdelacara.Ensegundolugar,estoyenuncasoy
estoyvigilandounacasayesteeselúnicositiodesdedondepuedoverla.Meiréendiezminutos.
Benderbajó la luz.Daba la impresióndequenoestabaacostumbradoaque lodesafiaran.
—¿Enseriolehacenllevaresesombrero?—preguntóBosch.BenderloestudióunmomentoyBoschlomiróalacara.Enelbrillodelasluces
deabajo,Boschvioquelepulsabanlassienes.—¿Tieneunnombrequeacompañeesaplaca?—Claro.SoyBosch.DivisióndeRobosyHomicidios.Graciasporpreguntar.
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Boschesperó.Suturno.—Diezminutos—dijoBender—.Volveréacomprobarlo.Boschasintió.—Esomehacesentirmejor.Elvigilantesealejócaminandohacialaescaleraqueconducíaalaparcamiento,y
Boschcentrósuatenciónotravezenlafortalezadehormigón.Sefijóenquelaluzdelapiscinasehabíaapagado.Selevantóyseacercóalbordedelmirador.Habíaunabarrera de seguridad que le llegaba a la altura delmuslo.Al apoyarse y asomarsemás, consiguió unmejor ángulo de visión de lamansión deBroussard. Sacó unosprismáticospequeñosdelbolsillodelaamericanayestoslepermitieronveratravésdealgunasdelasventanasiluminadas.Viounsalóncongrandespinturasabstractasenparedesdeseismetrosyunacocinadondeunamujerseestabamoviendodetrásdeunaencimera.Alparecerestabavaciandoellavavajillas.Teníacabellooscuro,peroen realidadBosch no podía verla bien. Supuso que eraMaríaBroussard, lamujercuyaindiscreciónconyugalhabíapuestoenmarchatodo.
Sonóel teléfonodeBoschy lesorprendió.Seapartódelprecipicioyseguardólosprismáticosenelbolsillo.Atendiólallamada.EraVirginiaSkinner.
—Paraempezar,graciasporlacenadeanoche—dijo—.Fuemuyagradableymedivertí.
—Yotambién.Deberíamosrepetir.VirginiaSkinnerhizounapausamomentáneamientrasregistrabaelsignificadode
lafrasedeBoschycontinuó:—Laotracosaes¿siguesinteresadoenCharlesBroussard?BoschmirólacasadeBroussardunmomentoantesderesponder.—¿Porquélopreguntas?—Bueno,porqueeraunlunestranquilo,yheestadobuscandoentretodalabasura
queseacumulaenmiescritorio:comunicadosdeprensa,invitacionespolíticasytodoeso. La verdad es que solo estabamirando para ver qué podía tirar y sacar demiescritorio, y me he encontrado con un comunicado de prensa de un acto derecaudacióndefondosqueBroussardcoorganizamañanaparaelcomitéexploratoriodeZeyas.
—¿Mañana?¿Ensucasa?—No,esteesenelBeverlyHilton.NisiquieradicequeZeyasvayaaasistir,pero
esdesuponerqueapareceráparadecirunaspalabras.—¿Hacefaltaalgunaclasedeentradaoinvitaciónparair?—Bueno,paramíno.Soyperiodista.Delocontrariosonquinientoselcubierto.—¿Vasair?—Probablementeno…Amenos…Sivastú,alomejor.Boschpensóenlasituación.Suhijateníalaoperaciónencubiertaesanochedel
martes.NoqueríaqueBosch laavergonzaraacompañándola,perosuplaneraestarallíyvigilarlasinqueellalosupiera.Creíaqueelsargentoalmandonoestaríatan
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vigilantecomoél,nimuchomenos.—¿Aquéhoraes?—AlassieteenelsalónMervGriffin.—Puedequeestécerca.Podríapasarmeyecharunvistazo.¿Quéteparecesitelo
digomañana?—Claro.Entonces¿todavíaestásinteresadoenél?—Nopuedohablardelcaso.Tenemosunacuerdo,¿recuerdas?—Por supuesto. No escribiré nada hasta que me des el visto bueno. Así que
puedescontarmecualquiercosayconfiarenquenolouse.Boschempezóacaminarhacialaescaleradelaparcamiento.Laconversaciónde
repentesehabíavueltoextrañaconelresumenprecisodeSkinnerdelacuerdoalquehabíanllegadoantesdecenarlanocheanterior.Despuésdeeso,nolohabíanvueltoamencionar.
—¿Harry?¿Estásahí?—Sí,estoyaquí.Estoyocupado.Mañanatellamoytedigosivoyaesahistoria.—Comoquieras.Hablamosmañana.Boschcolgóyseguardóel teléfono.Estabaapuntodebajar losescalonesasu
coche,peromiróatráshacialacasadeBroussard.Estavezvioaunafiguradepieenunodelosbalcones.Volvióalbordedelpromontorioysacólosprismáticosunavezmás.
Habíaunhombreenlaterraza,vestidoconloqueparecíaunabataabiertaencimadeunospantalonescortosyunacamiseta.Sedistinguíaelbrillotenuedeuncigarrilloenunamano.Eradeconstituciónfuerteyteníabarbapoblada.
YparecíaqueestabamirandoaBosch.
Maddieestabaenlamesadelcomedor,sentadaenelsitioqueBoschutilizabaparatrabajar. Tenía el portátil abierto y parecía que estaba ocupada con algún trabajoescolar.
—Hola,peque,¿quéhayparacenar?—preguntóHarry.Seagachóylabesóenlafrente.
—Nolosé—dijoella—.Tetoca.—No,anochehabríasidotuturnoysesaltaporqueestabasenMealsonWheels.—No, no funciona así. Es demasiado complicado. Has de saber qué días son
tuyos,ellunestetoca.Bosch sabía que su hija tenía razón, porque ya lo habían discutido antes. Sin
embargo, lehabíadesconcertado la confrontaciónde largadistancia conelhombrequecreíaqueeraCharlesBroussard.Boschhabíasidoelprimeroenapartarlamiradayregresarasucoche.
—Puesnohepensadoennada—dijo—.¿Adóndequieresquellame?¿Oquieresquevayaabuscaralgo?
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—¿EnPoquitoMás?—Pormí,bien.¿Quiereslodesiempre?—Sí,porfavor.—Volveréenseguida.PoquitoMásestabajustodebajodesucasa,alpiedelacolina.Conunbuentiro,
Boschpodríadareneltechodelrestauranteconunapiedradesdesuterrazatrasera.Enocasiones,desdeesamismaterrazaseolíanlosaromasdelrestaurantemexicano.Perollegarallíeraotracuestión.BoschteníaquedescenderporlasinuosaWoodrowWilson y luego tomar Cahuenga Boulevard durante más de un kilómetro hasta elrestaurante.Era una de las extrañas contradicciones de la ciudad.No importaba locercaquealgoparecieraestar,seguíaestandolejos.
Mientras esperaba que prepararan su pedido, recibió una llamada del capitánCrowder.
—¿ConoceaunvigilantedeparquesllamadoBender?Boschfruncióelceñoynegóconlacabeza.—Loheconocidohoy.—Sí,bueno,nolehagustadoelencuentro.—¿Estádebroma?¿MehadenunciadoDudleyDo-Right?—Mañananecesitoqueescribaunmemorandodesuversióndelaconversación.—Claro.—¿Deverdadsehaburladodelsombrerodeesetipo?—Sí,capitán,algoasí.—Harry,Harry,Harry…Vamos,yasabequeestostiposnotienenningúnsentido
delhumor.—Cadadíaseaprendealgo,capitán.—¿Quéestabahaciendoahídetodosmodos?—Solocontemplandolavista.—Bueno…, no creo que esto vaya a ninguna parte, pero escríbame este
memorando.—Loharé.—¿AlgunanovedadsobreMerceddesdequehablamos?BoschaúnnoestabapreparadoparasacararelucirelnombredeBroussard.Lo
dejóalmargen.—Recuperamoselarma—dijo.—¡Qué!—exclamóCrowder—.¿Porquénomelohabíadicho?—Noestabacuandovolvimos.Ibaaponerlealdíaporlamañana.—¿Dóndeestaba?—Escondidaenlacasadeunmuerto.—¿Quieredecirqueelquedisparóestámuerto?—Esoparece.—Eso está bien. Significa que no hay juicio. Podemos cerrar esto con un gran
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lazorosaestasemana.—Todavía no, capitán. Si este tipo disparó, alguien se lo ordenó. Es al que
queremos.LamujerdedetrásdelmostradorcantóelnúmerodeBosch.Sucenaparallevar
estabalista.—¿Sabemosquiénes?—preguntóCrowder.—Estamostrabajandoeneso—contestóBosch—.Mañanasabrémás.Bosch tenía la sensación de que Crowder quería más información, pero Harry
sabía que era un conducto directo con la décima planta del EAP. Bosch no podíapermitirse que el nombre de Broussard circulara en una planta donde había máspolíticosquepolicías.Crowderseablandó.
—Vale,Harry—accedió—.Mañana.Quierosabertodoloquesepa.—Deacuerdo,capitán—dijoBosch.Colgóycogiólabolsadecomidadelmostrador.
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Elmartesporlatarde,BoschySotosesentaronenlasaladeesperadelaOficinadelFiscaldelDistrito,enladecimoséptimaplanta.Pasaronveinteminutosantesdequelespermitieranveraunfiscaldetramitación.BoschpensóquelaesperaeraporquehabíapedidoespecíficamentequefueraJohnLewinquienrevisarasucaso.PeronolesasignaronaLewin.LestocóunjoventriunfadorllamadoJakeBoland,quehabíacolgadoorgullosamentesudiplomadelaUniversidaddeHarvardenlapareddesudespachodetresportres.Ibaenmangasdecamisadespuésdeunamañanaajetreadaexaminandocasos;lachaquetadeltrajeestabaenuncolgadorenlapartedeatrásdesu puerta. Bosch y Soto se sentaron uno al lado del otro delante del escritorio deBoland.
—Noestamosaquíencalidadoficial—dijoBosch.—¿Quéquieredecir?—preguntóBoland—.Soyfiscalde tramitación.Vamosa
presentarcargos.—Nosabemossihemosllegadoaesepunto.Esoesloquequieroquenosdiga.
Pero no quiero que lo presente en el registro ni que lo trate comouna petición deacusación,porque,silarechazayluegopresentamoscargos,elabogadodefensorvaasacardelantedeunjuradoqueestecasofueinicialmenterechazadoporlafiscalía.Asíquedigamosquesoloestamosaquíparapedirconsejo.
Bolandserecostócomosisedistanciaradelosdetectivesysucaso.—Entoncesnopuedodedicarlesmucho tiempo.Tengoque tramitar casos.Yal
final,esoesloquesemiraaquí.Sinotramitocasos,noconseguiréesepuestoeneltribunalqueestoyesperando.
—Perotienequetramitarbuenoscasos.Delocontrario,nuncallegaráaltribunal.—Mire, ¿puede simplemente decirme lo queme quiera contar para que pueda
pasar al siguiente? Tenemos una sala de espera con detectives que quieren quepresentemoscargos.Séquepodríaserunaideanuevaparaustedesdos,pero,locreanono,ocurre.
Enesemomento,BoschsintióganasdeestirarsesobrelamesayagarraraBolandporsudelgadacorbatagranate,peromantuvolacompostura.TurnándoseconSoto,empezaron a contar al joven fiscal lo que tenían, incluidos los acontecimientosfundamentalesde lamañana;asaber,que lasotrasarmashalladasescondidasen lamesa de trabajo de David Willman habían sido conectadas por Gun Chung conasesinatosenLasVegasySanDiego.UnocometidoantesdeldisparoaMercedyelotrodespués.Además,lashuellasdactilaressacadasdelarmahomicidadeMercedlatardeanteriorcoincidieronconlasdeDavidWillman.
Cuandohubieron terminado,Boland se recostó de nuevoy esta vez tamborileóconunbolígrafocontrasubarbillalevantadamientrasconsiderabalahistoriaqueleacababandecontar.
—Asípues, tienenaeste sicarioenesecotodecazayarmasque lo relacionan
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contresmuertes—dijo—.¿Yningunarelaciónentrelasmuertes?Boschnegóconlacabeza.—¿Apartedelaposesióndetodaslasarmashomicidas?No.ElcasodeLasVegas
fue un deejay de rap al que ametrallaron en su coche como a Tupac Shakur. Lapolicía lo consideró un asunto de bandas, pero probablemente fue un ajuste decuentas por algún negocio. El de San Diego fue probablemente un marido queeliminóasumujerparacobrarelseguro.Esofueloquesesospechóensumomento,peroelmaridoteníacoartadaylospolicíasnoteníanpistas,hastaquehemosllamadohoy.
Bolandinterrumpióunmomentoeltamborileo.—¿Quépasaconlaespada?—Nohaynadasobreesotodavía.—¿Cómo sabía esa gente que podía acudir a Willman por estos crímenes?
¿Algunaidea?Quierodecir,¿seanunciabaenInternetoqué?—Nolosabemostodavía,perolasagenciasimplicadasestánenello.Bolandasintió.—Porcierto,¿teníanunaordenderegistroparabuscaresasarmas?—preguntó.—No—dijoBosch—.Nosinvitóabuscarunadelasactualespropietarias.Bolandfruncióelceño.—Aunasítendríanquehaberlapedidoparaquenohayadudas.—Nohaydudas—insistióBosch—.Laseñoraqueviveallínoteníanadaquever
conelcaso.Compró lacasade losherederosdeWillmanhaceseisaños.¿Porquéíbamosanecesitarlafirmadeunjuezparabuscarenungarajecuandolapropietariadijo «por favor, háganlo», y las armas que encontramos obviamente fueronabandonadasporelanteriorpropietario?
—Porque, en caso de duda, mejor llevar una orden. Vamos, detective. Eso esbásico.
—Peronohabíaningunaduda.Labúsquedafuelimpia.¿EstásegurodequefueaHarvard?
LacaradeBolandsepusoescarlata.—Detective, ¿sabe quémás es básico?—logró decir—.No insultar al fiscal si
quierequepresentecargos.—Siactuaracomofiscal,nohabríaningúninsulto.Ynolepidoquelleveelcaso.
Le estoy preguntando qué nos falta, qué necesitamos.No le estoy pidiendo que semeeenloqueyatenemos.
SotopusolamanoenelbrazodeBosch,tratandodecalmarlo.Bolandtendiólamanoenungestodecalma.
—Mire—dijo—.Empecemosotravez.Seancualesseanlosdetallesdelregistro,vivimosconeso,ycreoqueloquetienenaquíesuncasocontraunsicariomuerto.PeronotienenuncasocontraBroussardnicontranadiemás.Niporasomo.
—LamujerdeBroussardestabateniendounaaventuraconelpretendidoobjetivo
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—dijoSoto.—¿Quiénlodice?—preguntóBoland.—Tenemos al testigo y esta historia cuadra—respondió—.Además de eso, el
tipoquedisparó era sociodenegocios deBroussard.Era sumejor amigodesde elinstituto.¿Estádiciendoqueesonobasta?
Bolanddejóelbolígrafoyseinclinóhaciadelante.—Enserio,nobasta—dijo—.Siseguimosadelanteconesto,puedecontarcon
quepasenunmontóndecosas.Loprimerodetodo,puedecontarconqueBroussardtendrá una coartada a prueba de bombas.Apuesto a que estaba en otro estado condieztestigosconél.Asíescomohacenlascosasestostipos.Segundo,puedeesperarquesumujerlonieguetodo:laaventura,aesteOjeda,quesumaridopudierahacernunca algo semejante. Ella será una testigo sólida de la defensa.Y, tercero, puedeesperarquesutestigo(Ojeda)seecheatrásantesinclusodequesubaalestrado.Loencontraránantesylosobornaránoloasustarán.Unadedos.
Soto negó con la cabeza en un gesto de frustración. Boland continuódesmantelandoelcasodelantedeellos.
—NotienennadaquedigaqueBroussardpagaraaWillmanporhacerestooselopidiera.Como he dicho, podrían condenar aWillman, pero estámuerto.NecesitanunaconexióndirectaentreBroussardyelcrimen,nosoloqueBroussardyWillmanseconocierandesdeelinstituto.Esonopruebanadaenuntribunal.
—¿YlamuertedeWillman?—preguntóBosch.Bolandseencogiódehombros.—ElcondadodeRiversidelaconsideróunaccidente.SeguridadLaboraldiceque
fue un accidente. Lo que quiero decir es que, a menos que pueda demostrar locontrario, no es una ayuda para nuestra causa. Probablemente, ni siquiera esadmisible.
—¿Qué hay del acuerdo al que llegó Broussard con la viuda de Willman?¿Tenemosalgunaprobabilidadderomperesepactodeconfidencialidad?
—Probablemente,no.Estasarmasqueencontróno tienennadaqueverconesecaso,¿no?
Boschnegóconlacabezaaregañadientes.Anadielegustaquelediganquenotienelosuficiente,ymenoscuandoelquelodiceesuncapullopomposo.PeroBoschfinalmentelogrósepararlamolestapersonalidaddeBolanddeloqueestabadiciendo.Harrycomprendióqueel jovenfiscalprobablementeteníarazón.Todavíanoteníancaso.Sotoestabaapuntodeprotestarporelrechazo,peroestavezfueBoschquienseestiróparaponerlelamanoenelbrazoydetenerla.
—Entonces¿quénecesitamos?—preguntó.—Bueno, una confesión firmada siempre viene bien —dijo Boland—. Pero,
siendorealistas,megustaríaalguienoalgoquenosmetadentrodelaconspiración.EsunapenaqueWillmanestémuerto,porquesiestuvieravivopodríamoshaceruncareoentrelosdossospechososyverquiénhablabaprimero.Peroeso,obviamente,
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novaaocurrir.Bosch sabíaque lavaloracióndel casoquehacíaBolanderacertera.Resultaba
deprimente pensar que Broussard podría haberse protegido con éxito de que loacusarandelamuertedeMerced.
—Bien—dijo—.Veremosquépodemoshacer.—Buenasuerte.Ycréanme,nomegustadinamitar loscasos.Prefieropresentar
cargos. Pero como ha dicho al principio necesito tramitar buenos casos, que sepuedanganar,omequedaréenestedespachitoelrestodemicarrera.
Boschse levantó.Pormás repelenteque fuera lapersonalidaddeBoland,sabíaque los mismos aspectos de seguridad en sí mismo, zalamería y capacidad deproyectarycrear laestrategiadeuncasoloconvertiríanenunfiscalsólidocuandofinalmenteconsiguierapresentarseanteunjuez.
BoschySotoentraronporSpringStreetenelEAP.Susiguienteparadaseríalaoficinadelcapitán,dondeélysutenientellegabantardealaactualizacióndelcasoprometida.Considerando la respuestadeBolanda susesfuerzoshastaelmomento,Bosch sabía que la siguiente reunión no iría muchomejor. El capitán Crowder lehabíadichoesamañanaqueestabarecibiendomuchapresióndeladécimaplantaynecesitabaresultados.Boschhabíapedidoelrestodeldía,yenesemomentoestabanenelpuntoenelqueCrowderestaríaesperándolosporqueladécimaplantaloestabaesperandoaél.
—¿Quieresquevayacontigo?—preguntóSoto.—Creoquepuedoocuparmedeellos—dijoBosch.—¿Quéhacemosluego?—Noestoyseguroaún.¿Quéopinasdequelesdigaquevamosameterpresióna
Broussardavercómoreacciona?—¿Quéclasedepresión?—Todavíaestoypensando.Talveziraverlo,talvezunartículoenelperiódico.—Sivasaverlo,probablementepediráunabogadoenelacto.—Silohace,tambiénseráalgorevelador.—¿Quédiríaunartículoenelperiódico?—No lo sé. Tal vez que lo investigamos como sospechoso. Sin mencionar
nombres.Talvezdivulguemosquetenemoselarmahomicida.—EsodesdeluegoharíasaberaBroussardqueestamoscerca.—Y ese es el riesgo. ¿Queremos enseñar nuestras cartas? Es un movimiento
desesperado.¿Estamosahíya?Nolosé.Bosch odiaba la idea de actuar a la desesperada.Unmovimiento así dejaba el
siguiente en manos ajenas. Significaba perder el control de la investigación:involucrar a los medios, lo cual siempre era arriesgado, y esperar la reacción delsospechoso,quenuncaestabagarantizadaynopodíaanticiparseporcompleto.
Boschlohabíavistofuncionardemaravillaytambiénespantosamentemal.Habíaparticipadoenuncasodondeelequipoalmandoalentólapublicacióndeunartículo
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queasegurabaqueeloperativoseestabacentrandoenunsospechosodeservioladoryasesinoen serie.Anunciaronunapruebaque sabíanqueharíaque el sospechosofueraconscientedequeseestabancentrandoespecíficamenteenél:queelhombrealqueestabanbuscandoeraunmaridoypadrerespetableconuntrabajoadministrativo.Lasllamadasal911empezaronallegarpocodespués.Elhombrecogióasujefeysemetióenuncuartitodesuministrosconunastijerasenelcuellodelrehén.Lapolicíaactuó,perodemasiadotardeparaevitarelasesinatoysuicidioqueseprodujoenelcuartito.Simplemente,nohabíaformadesaberquéocurriríasiBroussarddescubríaquelainvestigacióndeMercedseestabaacercandoaél.
BoschpensóenelactoderecogidadefondosprogramadoparaesanocheenelBeverlyHilton.PosiblementepodríanpresionaraBroussard,sintenerquerecurriralosmedios.Comomínimopodrían ver de cerca por primera vez al hombre al quecreíanresponsabledelamuertedeMerced.
—Túdecides,Harry—dijoSoto—.Yoestarécontigo.—¿Quéhacesestanoche?—¿Estanoche?Nolosé.¿QuieresiracasadeBroussard?—No,peroorganizaunactoderecogidadefondosenunhotel.Estabapensando
eniryecharleunvistazo,talvezqueélnosvea.PuedointentarusarloparaconteneraCrowderundíamás.Decirlequenosveremosmañana.
—Esosuenaaplan.Meapunto.—Puesvamos.Caminaronelrestodelcaminoensilencio.
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ElBeverlyHiltoneraun inmensocomplejohoteleroconvarias entradasymuchossalones de tamaños diferentes para celebrar bodas, actos políticos para recaudarfondosyotrasreuniones.Boschlohabíavisitadoenvariasocasionesalolargodelosaños,tantoporrazonesprofesionalescomopersonales.ÉlySotodejaronelcocheenelgarajesinrecurriralaparcacochesyentraroncaminandoenelvestíbuloprincipal,donde se abrieron paso entre lamultitud que se acumulaba para asistir a diversosactosysiguieronlasseñaleshastalaescaleramecánicaqueconducíaalossalonesdebanquetes.Por el camino,Bosch se fijó envariosvigilantesde seguridaddelhotelvestidos con blazer azul y apostados a lo largo del vestíbulo. Todos llevabanauriculares y escudriñaban a la multitud. Supuso que Zeyas estaba atrayendo aalgunospesospesadosasucenadequinientosdólareselcubierto.
Enlasegundaplantacaminaronporunlargopasilloconentradasa lasdiversassalasdebaile.ElsalónMervGriffineraenrealidadunagransaladebailesituadaalfinal del pasillo, con dos puertas dobles que ya estaban abiertas.En la pared entreambaspuertashabíauncarteldetresmetrosdealtoquemostrabaunafotoenblancoy negro de Armando Zeyas estrechando manos y departiendo con un círculo departidariossonrientes.Lafotosehabíatomadoconunalentedeojodepez, locualdaba a la imagen resultante una sensación exagerada de queZeyas se alzaba en elcentrode lagente.Bosch sedetuvohorrorizadoal ver el eslogan impreso sobre elcírculodepersonasdetodaslasedades,sexosyrazas:
¡Todoelmundocuentaonadiecuenta!ZEYAS2016
Debajo del cartel había una larga mesa cubierta por una tela y, tras esta, tresmujeres sentadas que esperaban para recibir a la gente y recoger su dinero para lacandidatura deZeyas al puesto de gobernador.Dos hombresmusculosos se habíanapostadoaambosladosdelaentradaalasaladebaile.
Bosch no quiso delatar su identidad de inmediato y dirigió a Soto hacia laizquierdadelamesaderecepción.Recorrieronuncortopasillohastaunaspuertasdecristalqueconducíanaunbalcón.Boschsabíadeotrasocasionesque loutilizabanlosfumadores.
—¿Adóndevamos?—preguntóSotoalfranquearlaspuertas.—Ventajaestratégica—dijoBosch—.Tratemosdedemorarlolomásposible.SalieronalbalcónconvistasaWilshireBoulevard,queestabarepletodecoches.
Elhotelestabasituadoenelcrucededosgrandesavenidas:WilshireySantaMonica,uncrucedondesiemprehabíaembotellamientos.
Boschapoyóloscodosenelbordedelbalcónymiróeltráfico.Enotrostiempos
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sehabríaencendidounpitillo.—¿Cuálesnuestraventaja?—preguntóSoto.—Nosabenquiénessomos—dijoBosch—.Noquieromostrarlaplacadebuenas
aprimeras.Luegoseríamáscomplicadomovernos.—PensabaquequeríamosecharunvistazoaBroussardy tal vezdejarquenos
viera.—Exacto. Pero queremos ser sutiles. Hacerlo pensar. Que se haga preguntas.
¿Entiendesloquequierodecir?—Creoquesí.Sotodiolaespaldaalavistayexaminólaenormefachadadeledificio.—AsíqueesaquídondemurióWhitneyHouston—dijo.—Sí—confirmóBosch—.Enunabañera.—Tocaronunadesuscancionesenlagraduacióndemiinstituto.—¿Cuál?—GreatestLoveofAll.Boschasintió.—¿Adóndefuiste?¿AGarfield?—No, entonces yo estaba en el valle de San Fernando. Me gradué en el San
FernandoHighdePacoima.—Mehabíaolvidadodequevivíasallí.—¿Ytú?—FuialHollywoodHigh,peronomegradué.Fuialejércitoprontoy tuveque
sacarmeeltítuloparaadultoscuandovolví.—Ah,sí.Vietnam.¿Fuistealauniversidad?—Sí,alCityCollege,unpardeaños.Luegoingreséeneldepartamento.¿Adónde
fuistedespuésdelinstituto?Sotosonrióynegóconlacabeza.Estabaavergonzadaporloqueibaaresponder.—AMills.EsunaescuelaparachicasdeOakland.Boschsilbó.—Bien.Comoasuhijalefaltabaunañoparaingresarenlafacultad,estabafamiliarizado
conlamayoríadecentrosuniversitarios,sobretodolosdeCalifornia.Millseraunaescuelauniversitariaenlaqueeradifícilentrar,ypagarlaeramásdifíciltodavía.
—Yalosé,yalosé—dijoella—.¿CómounachicadePacoimaterminaenMills?—Másbien¿cómounachicadeMillsterminaeneldepartamentodepolicía?Sotoasintió.Buenapregunta.—Bueno, recibí un montón de dinero de becas y elegí Mills porque entonces
quería ser abogada. Derechos civiles, asistencia jurídica gratuita, derechos de losinquilinos,cosasasí.Pero,cuandosalídeLosÁngeles,empecéadarlevueltasalascosas,ypenséqueserpolicía,bueno,quetalvezfueralamejormaneradeayudaramicomunidad.
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Boschasintió,aunquesabíaqueestabaomitiendoalgo.—YestabaelcasoBonnieBrae—dijoBosch.Sotoasintióasuvez.—Tambiénestabaeso—confirmó,ydejólaconversaciónenesepunto.Bosch volvió a considerar qué esperaba conseguir al asistir a la cena de
recaudacióndefondos.ApartedeecharunvistazoaBroussard,noteníaningúnotroplan.Eracomounentrenadorexaminandoalequiporival.TalvezBoschcalibraríaalhombre en el que se estaba concentrando. Pero, ahora que estaban ahí, trataba depensarencómoibanaingeniárselasparaentrarenelsalónMervGriffinyobservaraBroussard.Harry estaba empezando a darse cuenta de que no había sido una granidea.Eseniveldepolíticasiempreimplicabaunaltogradodeseguridad.Suideademezclarseentrelagenteyentrarentodaspartesnoerarealista.EstabaconsiderandoabandonarydirigirseaHollywoodparavigilarasuhijadesdeladistancia.
—Eh,¿Harry?—dijoSoto.—¿Qué?—respondió.—Creoqueestamosapuntodeperderlaventajaestratégica.Boschapartósuatencióndeltráfico.VioqueSotoestabamirandoalolargodel
balcón. Siguió la dirección de lamirada de su compañera y vio una puerta a casiveintemetros.Doshombresconesmoquinacababandesaliryseinclinabancontraelvientoalintentarencendercigarrillos.Cuandoseenderezaron,Boschvioqueunodeellos era Connor Spivak, lamano derecha del candidato Zeyas. El otro hombre lesonabafamiliaraBosch.Eragrandeyconbarbapoblada.
—¿Esees…?—preguntóSoto.—Broussard—dijoBosch—.Creoquesí.BoschsolohabíavistofotosdeBroussardyhabíaatisbadolafiguraoscuraenel
balcóndesucasalanocheanterior.—Noshavisto—dijo.Spivakloshabíalocalizadoyélyelotrohombreestabancaminandohaciaellos.—¿Cuálesnuestromotivoparaestaraquí?—preguntóSotoentredientes.—Yomeocuparé—dijoBosch—.Síguemelacorriente.Spivak estaba sonriendo al acercarse. El otro hombre caminaba un poco más
despacioeibaunospasospordetrás.—¿Detectives?—dijoSpivak—.Pensabaqueeranustedesdos.¡Quésorpresa!Estrechólasmanosalosdos.—¿Quélestraeporaquí?—Bueno—dijoBosch—,noshemosenteradodelacenadeestanocheyhemos
pensadoenpasarnosytalvezhablarconelcandidatounmomento.Hayquetenerloinformadodelainvestigación,yaqueestáponiendosudinero.
—Esustedmuy considerado.Estará impresionado.Pero todavía no ha llegado.TeníaquehacerunaparadaenunasinagogaenWestwoodyluegopasarádespuésdelacenaparadecirunaspalabrasaquí.—Mirósureloj—.Seguramentetardarámásde
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unahora,peroestaréencantadodetransmitirlelainformación.BoschmiróaBroussardyluegootravezaSpivak.—Oh,porsupuesto—dijoSpivak—,hemosdeserdiscretos.Porcierto,élesuno
delosgenerososanfitrionesdeestanoche,CharlesBroussard.Broussard tendió lamano primero a Bosch.Harry se la estrechó,manteniendo
contacto visual con el hombre al que creía responsable de la muerte de OrlandoMerced.
—MisamigosmellamanBrouss.Sotoestrechósumanoacontinuación.—Hacen ustedes un buen trabajo en circunstancias muy difíciles —dijo
Broussard—.Lesdeseotodolomejor.Tengancuidado.—Gracias—dijoSoto.—Brouss,talvezpuedasesperarmedentro—sugirióSpivak.—No hay problema—accedió Broussard—. Una última calada y vuelvo a la
política,comodecostumbre.BoschlesonrióySpivakriodemasiadofuerte.Broussardinclinólacabezaysoltóhumoenelaire.Luegotiróelcigarrilloylo
pisó.LediounpuñetazojuguetónenelbrazoaSpivak.—Teveo dentro,Chispas—le dijo.Luego se dirigió aBosch ySoto—:Es un
placerconocerlos.BroussardempezóacaminarporelbalcónhacialapuertaporlaqueélySpivak
habíansalido.—Aquí estamos un poco entre bastidores —explicó Spivak—. Nos hemos
escabullido.—¿Cuántocuestaserelanfitrióndeunacenaasí?—preguntóBosch.—Cienmil—respondióSpivaksindudarlo.Boschsilbó.—Puede permitírselo—dijo Spivak—. ¿Ha dicho que tienen novedades en el
casoMerced,detective?—Sí, para el candidato—dijoBosch—, ¿cuáles son las posibilidades de pasar
cincominutosconélcuandollegueaquí?—Hedeserlesincero,nomuchas.Encuantollegueaquí,hadesubiralescenario.
Luego, en cuanto lobajedel escenario, nosvamos al aeropuertoy lodejaré enunavión.TieneundesayunodeoraciónporlamañanaenSanFrancisco.
—¿Qué pasó con el «Todo el mundo cuenta o nadie cuenta»? ¿No podemosretenerlocincominutos?
Spivaknegóconlacabezacomosilamentaranotenerunarespuestamejor.—Losiento,detectives—dijo—.Noesunabuenanoche.Peropuedotransmitirle
cualquier informaciónquequierandarle.Mantendré la confidencialidad.Solo se lodiréaél.
Boschinclinólacabezaatrásyadelantecomosisopesaralaopcióndeutilizara
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Spivakdeintermediario.—Puedeesperar—dijoporfin—.Solodígalealcandidatoquemejorquetengael
talonariopreparado.Boschhizounmovimientohacialapuerta.—Entonces¿seestánacercando?—preguntóSpivak.Boschlomiró,percibiendoeltonodeexcitaciónensuvoz.—Eso es para el candidato—dijo—.No para todo elmundo. ¿Entendido?No
quieroquetermineenundiscursoestanocheoenunperiódicomañana.—Porsupuesto,porsupuesto—dijoSpivak—.Completamenteconfidencial.BoschySotolodejaronallíyvolvieronalaspuertasporlasquehabíansalido.
Spivaksedirigióasupropiapuerta.—¿CreesqueselodiráaBroussard?—preguntóSotounavezqueestuvieronotra
vezdentrodeledificio.—Nolosé—dijoBosch—.Puedeser.—Ojalápudieraestarahíparaverlo.—Vamos.QuieropasarmeporlacomisaríadeHollywood.Recorrieronelcortopasilloyvieronqueyanohabíanadieenlamesainstaladaa
las puertas de la sala de baile. El banquete había empezado y las mujeres de larecepción ya habían entrado. Los vigilantes de seguridad también se habían ido,probablemente,paratomarposicionesalotroladodelaspuertasduranteelbanquete.
Boschmiró a su alrededor y vioque en esemomentonohabía nadie presente,salvo él ySoto.Enseguida se colocódetrásde lamesade recepciónydescolgó elcarteldelapared.Empezóaenrollarloenuntuboestrecho.
—Harry,¿quéestáshaciendo?—preguntóSotoenunsusurrourgente.—Merobólafrase—dijoBosch—.Laestoyrecuperando.Bosch terminódeenrollar el cartely sevolvióparadirigirsealpasillo.Yacasi
estaban junto a la escaleramecánica cuandoVirginiaSkinner apareciódoblando laesquina. Iba con la cabeza baja mientras trataba de sacar algo voluminoso de subolso.
—¿Ginny?EllalevantólamiradaysedetuvoparanochocarconBosch.—Harry,estásaquí.Boschpasóelcartelenrolladoasucompañera.Luegosacólallavedelcoche.—Toma—ledijoaSoto—.Veabuscarelcocheymerecogesdelante.—Claro—dijoella.DespuésdequeSotodesaparecióporlaescaleramecánica,Boschvolvióacentrar
suatenciónenSkinner.—Pensabaquehabíasdichoquenocubríasestascosas—dijoél.—Yyopensabaqueibasaavisarmesivenías—dijoSkinner.—Hasidounadecisióndeúltimahoraynopensabaquedarme,poresonotehe
llamado.
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—Paramítambiénhasidounadecisióndeúltimahora—dijoSkinner—.Tienesrazón, nomeocupode estas cosas.Normalmente, no.Perohe pensadoquepodríapasarmeyponerunpárrafoodosenmicolumna.YaesvoxpopuliqueZeyasvaapresentarse.Lodelacampañaexploratoriaesunacuestiónsemántica.
—Asíquenotienenadaqueverconmigooconloquehemosestadohablando.—No,nada.Tenemosuntratoylocumplo.Loprometo.—Muybien.—¿Quéesesacosaenrolladaquelehasdadoatucompañera?¿Estucompañera?
Esjoven.Boschnosabíaaquépreguntaresponderprimero.—Sí, esmi compañera.El departamento siempre empareja jóvenes y viejos.Y
esoenrolladoerasolounrecuerdo.—¿Unrecuerdodequé?—Nada.Noimporta.—¿HasvistoaBroussardaquí?—Sí, lohevisto.Enrealidad,me lohanpresentadoporcasualidad.Estabacon
Spivak.—Uf,Spivak.Elúnico tipoenelentornodeZeyasquenosoporto.Demasiado
empalagoso.CreoqueaZeyasleiríamejorsinél,sobretodoahoraquevaaescalaestatal.Spivaknoesuntipodeprimera.Esuntipolocaldebasequehaalcanzadosumáximoniveldeincompetencia.Enmiopinión.
—BroussardlollamóChispas.—Sí,vienede lejos.Escribióunprogramaelectoralparauncandidatounavez.
Defendíasustituirlainyecciónletalporlasillaeléctrica.Sutesiseraquerepresentabaun disuasivomejor. La idea obviamente fracasó, pero la gente empezó a llamarloChispasdespuésdeeso.
Boschasintió.—Bueno—dijo—.Tengoqueirme.—Yyodeberíaentrar—dijoSkinner.—Nosvemos.—Sí.Harry,recuerdaqueeltratoesdedoblevía.Mejorseráquetenganoticias
tuyasantesquenadie.—Notepreocupes.Cuandollegueelmomento,lastendrás.Boschbajólospeldañosdelaescaleramecánicadedosendos.Cuandopasópor
las puertas automáticas al círculo de aparcacoches, Soto estaba esperándolo en elFord.Boschsubióyellaarrancó.
—¿Quiéneralamujerdelvestíbulo?—preguntóSoto.—Oh,solounaamiga—dijoBosch—.Unaperiodista.—Parecequequiereseralgomásqueamiga.—¿Enserio?Nomehabíafijado.
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Después de dejar a Soto en su coche en el EAP, Bosch se dirigió otra vez aHollywood. Sintonizó el canal táctico de la división en el escáner de su coche yenseguidadescubriódónde se encontraba laoperación contra laventade alcohol amenoresenlaqueparticipabanlosexploradoresdelacomisaría.Elpresenteobjetivoerauna tiendaabierta lasveinticuatrohorasenLaBrea,alsurdeSunset.Boschseacercóperonodemasiado.SuFordsinidentificarseríafácilmentereconocidocomovehículopolicialy,siBoschechabaaperder laoperación,elbochornoparasuhijaseríamáximo.
Boschpasólassiguientesdoshorasbásicamenteescuchandolaradiodelapolicíamientras la operación se desarrollaba en diversos puntos de Hollywood. No seefectuaron detenciones. Se realizarían más adelante, cuando los resultados de laoperación se presentaran a la fiscalía para presentar cargos contra individuos enconcretoocontralosposeedoresdelicenciasdelosnegocios.
Cuandooyóalsupervisorsobreel terrenodiciendoelcódigoqueponíafina laoperación,Boschsedirigióacasa.TomóLaurelCanyonhastaMulhollandyluegosedirigió al este. Esa ruta le permitió pasar a escasa velocidad junto a la casa deBroussarddecaminoa lasuya.Unavezmás,sedetuvoenelmiradoryobservólacasa de hormigón, pero no vio ninguna luz encendida y no había nadie en losbalconesdeatrás.Hastalaluzdelapiscinaestabaapagada.
BoschlogrósalirdelmiradorsinencontraralvigilantedeparquesBenderyllegóacasaantesquesuhija.Leenvióunmensajede textoparapreguntarleaquéhorallegaría,peroellaentróalcabodecincominutos.Boschlepreguntócómohabíaidolanocheynodejóentreverqueconocíalarespuestaporquehabíasidounvigilantefantasmadelaoperación.
—Haidomuybien—comentóella—.Mehepuestounarofalsoenlanariz.Hasidodivertido.
—¿Cuántostehanvendidoalcohol?—preguntó.—Todos. No era aleatorio. Todos los locales ya habían sido multados o había
habidoquejas.Untíomuyviscosomehadichoquesolomevenderíaelpaquetedeseissiibadetrásdelmostradorylehacíasexooral.¿Noesrepugnante?
—Sí.Boschnohabíaoídoesocuandomonitorizabaelcanaltáctico.Enesemomento
decidiódejardehacerpreguntasydarleunabrazoasuhija.—Estoyorgullosodeti—reconoció.—Gracias,papá.Sabes,estoyagotadaytengoclasemañana—dijo.—Puesveteadormir.—Voy.Buenasnoches.—Buenasnoches.Harryvioquesuhijasedirigíaalpasilloqueconducíahacialosdormitorios.—Eh,Mads.Ellasevolvióylomiró.
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—¿Quées«viscoso»,porcierto?—Nolosé.Viejo,siniestro,asqueroso.Boschasintió.—Loquepensaba.Buenasnoches.—Buenasnoches.
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Unavezmás,Sotollegóalasaladebrigadaantesqueél.Boschestabaempezandoapensarqueleestabalanzandounreto:averquiénestabamásconsagradoaltrabajo,quién podía llegar antes y quedarse más tiempo. Ninguno de sus anteriorescompañeroshabíasidoasí.Estabaimpresionado.
Sotonosefijóenélhastaqueoyóelruidodelmaletínensuescritorio.Entoncesgiróensusillaylomiróconojoscomoplatosyunasonrisadeorejaaoreja.
—¡Harry!¡Heencontradoelnexo!—¿DelBonnieBrae?—Sí,delBonnieBrae.Hevenidotempranoyhevueltoamilistadeinquilinos.
Teníasrazón.HayunaconexiónentreelBonnieBraeyelEZBank.Unagrande.Boschacercósusillaysesentódelantedeella.—Cuéntamelo.Ellahizoungestohacialacarpetaabiertaensuescritorio.—Bueno,heestadorevisandolalistadeinquilinosdesdeel93,heempezadopor
laplantabajaypor fin,en la terceraplanta,heencontradoalgo.Apartamento3-G.UnamujerllamadaStephaniePérezvivíaenunapartamentodedosdormitorios.
—¿Larecuerdasdeentonces?¿Laconocías?—No,eledificioerademasiadograndeyyoeraunaniña.Noconocíaaningún
adultoapartedemispadresylasmujeresdelaguardería,comolaseñoraEsi.Boschasintió.—Vale,perdonaquetehayainterrumpido.Continúa.—El caso es que interrogaron a Stephanie Pérez. Los del departamento de
bomberosylaSCChablaroncontodoelmundoylosresúmenesestánenlacarpeta3. Los interrogadores usaron un sistema numérico del uno al cinco para evaluar acadapersonacomotestigoyelvalordesuinformación,cincoeralapuntuaciónmásalta en cada categoría. Stephanie Pérez era uno-uno. Así que hablaron con ella yenseguida la olvidaron, porque no sabía nada. Tenía veinticuatro años entonces,soltera, y trabajaba de cajera en un supermercado Ralphs. No estaba fichada porperteneceraningunabandayestabatrabajandolamañanadelincendio.
—Vale.—Perovivíasolaenunapartamentodedoshabitacionesycuandolepreguntaron
porlahabitaciónvacíadijoquesucompañeradepisosehabíamudadounmesantesyestabaintentandoencontraraotra.
Boschenunactoreflejoseadelantóalrelato.—YalguiendelEZBankvioelapartamentoparaalquilarlo.—No, pero yo también pensé que quizá fuera una posibilidad. Así que he
contactadoconStephaniePérezparaversirecordabaalgo.Teníanunprotocoloparatodasesasentrevistasconlosinquilinosqueincluíatomarlosnúmerosdeidentidadyfechasdenacimiento.Hasidofácilencontrarla.
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—¿Dóndeestá?—Sigue en el barrio, pero vive en un edificio de Wilshire. También sigue
trabajandoenelmismoRalphs,aunqueahoraesencargadadesecciónysecasó,sedivorcióytienedoshijos.
—¿Cuándolahasllamado?—Hacemediahora.Heesperadohastalassiete.Bosch le lanzó una mirada. Hacer una llamada tan temprano era arriesgado.
Cualquierapodríaenfadarsesilodespiertanparahablardealgoocurridohacemásdedosdécadas.Sotocaptósupreocupación.
—No,nolehaimportado—explicó—.Yaestabadespiertaypreparándoseparairatrabajar.
—Hastenidosuerte—dijoBosch—.¿Quétehacontado?—Semudójustodespuésdelincendio,asíquenuncavolvióaalquilarelsegundo
dormitorio.Y antes del incendio todavía no había entrevistado a nadie. Solo habíapuestounanuncioenLaOpinión.
—Entonces¿lacompañeradepisoquesemarchóeslaconexión?—Exactamente.SuantiguacompañeradepisoeraAnaAcevedo,quetrabajabaen
elEZBank,laqueabriólapuerta.Bosch asintió. Era unamuy buena pista y conexión.De inmediato comprendió
que el impulso había pasado del casoMerced a la investigación del Bonnie Brae.TendríanquedeslizarsesobreesaolayesorequeriríaconvenceralcapitánCrowder,locualpodríanoresultarfácil.
—¿Haymás?—preguntó—.¿Quémástehacontado?—Lacosamejora,Harry—dijoSoto—.Porqueconfirmacosasqueyasabemos.
StephaniePérezeralainquilinadelapartamento.DicequehabíapedidoaAnaquesemarcharaporqueestabacondosnovios,yunodeelloserablancoyparecíapeligrosoy tenía la costumbre de decir cosas racistas aunque salía con Ana. Stephanie noqueríaestarenmediodealgoasí,sobretodosielchicoblancodescubríalodelotronovio, porque pensaba que era la clase de hombre que podría ponerse violento.AdvirtióaAnade lasituaciónvariasveces,peroellanohizonadaal respecto.Asíque Stephanie le dijo a Ana que tenía que irse y ella se mudó, un mes antes delincendio.
Bosch recordó el nombre que había leído de la página del diario de casos quehabíasacadodelaoficinadelcapitándeRobosEspeciales.
—¿RodneyBurrows?—Esocreo.Norecordabanombres,perocuandolehedichoRodneyhadichoque
sí,queunodeellossellamabaRodney.LehedichosieraRodneyBurrows,peronopodía recordar el apellido. Dice que mirará una rueda de fotos si se la llevo alsupermercadohoy.
—Vale,¿quéhaydelotronovio?—Lo mismo. Le he dicho «Maxim Boiko» y ella recordaba Max, pero no el
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apellido.Tambiénmiraráfotos.—¿Hablódecuántotiempollevabanestostiposenelapartamento?¿Sequedaban
allí,sacabanlabasura,cosasasí?—Noheentradoendetalles;esapreguntasobrelabasuraesbuena.Laimpresión
quemehadadoesqueesostipossequedabanadormiryporesoseasustóStephanie.TeníamiedodequeunopudieravenirysorprenderaAnacuandoestabaconelotro.
—Bien.Bosch pensó unosmomentos en el escenario. Parecía la conexión que estaban
buscando.—Creoqueestamosenelbuencamino,Harry—dijoSoto.Boschasintió.Peroensumentetodavíarebotabanotrasposibilidades.—¿AlgunavezpensóqueAnapodríahaberprovocadoelfuego?Comovenganza
dequelaecharandelapartamento.—Noselopregunté.Deberíamos.Harryasintióotravez.—Bueno—dijo—,vamosaprepararfotosyempezamosconStephaniePérezen
Ralphs.Vamos a darnos prisa.Mejor que salgamos de aquí antes de que llegue elcapitánypidaunapuestaaldíadeMerced.
—Vamos.—Porcierto,¿mirastesialgunodeestostiposdelEZBanktieneantecedentes?Sotoasintió.—Empecé las búsquedas de direcciones e historiales el sábado después de que
recibiéramosel expediente.AcevedoyBoikoestán limpios.PeroBurrows fuea laprisiónfederalen2006porevasióndeimpuestos.
—¿Evasióndeimpuestos?—Sí.Nopresentódeclaracionesduranteseisañosenlosnoventaylosfederales
lo pillaron. Llegó a un acuerdo para limitar su condena y lo enviaron a Lompoc.Cumplióveintidósmeses.
—Bien.¿Algomás?—Esloúnicoqueheencontrado.—¿Dóndeviveahora?—Oh,esunaespeciederatadeldesierto.ViveenunlugarllamadoAdelanto.Vi
su casa en StreetView. Parece un agujero rodeado de vallas enmedio de ningunaparte.
Bosch asintió. Direcciones recónditas, evasión de impuestos, expulsado de laacademia de policía por una denuncia de insensibilidad racial, Bosch estabaempezandoaformarseunaimagendeRodneyBurrows.
—¿Pedisteelexpedientedelcasodeimpuestos?—preguntó.—No, no he tenido tiempo—respondióSoto a la defensiva—.Ayer estuvimos
todoeldíaconMerced.—Yasé,yasé—dijoBosch—.Solopreguntaba.¿Yunafotodefichapolicialde
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losfederales?—Esoestáenlínea.Solomefaltaimprimirla.—Vale,conAcevedoyBoiko tendrásqueusar lasfotosdelcarnetdeconducir,
porquenotienenantecedentes.—Está bien, pero ¿no serán fotos actuales? ¿Y si no puede hacer una
identificacióndehaceveinteaños?Stephaniedijoquenohabíavistoaningunadeesaspersonasdesdeentonces.
Boschpensóunmomento,sopesandoel riesgo.Cualquiercosaque intentaranynodieraresultadopodríasalirareluciryperjudicarlesenunjuicio.
—Aun así, quiero que Pérez vea las fotos. Prepara eso y haré una llamada aalguien que conozco en el edificio federal, a ver si podemos echar un vistazo alarchivosobreelinformedepresentenciadeBurrows.Quieroempezaracompletarunperfil.
—Vale.—Elcapitánestaráaquíalasocho.Enmarcha.—Vamos.—YLucy,estoesmuybueno.—Gracias.Bosch empezóa empujar su sillaotravezhacia su escritorio, pero sedetuvoy
miróaSoto.—Sabes,tengoquedecirtequetesubestimé.Hacedossemanasnoestabaseguro
dequeestaunidadfueraparati.Ahoranomecabeduda.Ellanodijonada.Boschasintióysevolvióhaciasuescritorio.AbriólalistadecontactosdesuteléfonoyllamóalnúmerodemóvildeRachel
WallingenelFBI.Teníanquehaberpasadoalmenosdosañosdesdelaúltimavezquehabíahabladoconella.Esperabaqueelnúmerotodavíafueraválidoyqueellarespondiera a la llamada. También esperaba que todavía estuviera asignada a laoficinadeLosÁngeles.ConelFBI,nuncasesabía.UndíaestabasenLosÁngelesyaldía siguienteenMiami,DallasoFiladelfia.Recordóque, antesdeLosÁngeles,WallinghabíaestadoasignadaenMinot,DakotadelNorte.
Wallingrespondiólallamada.—Bueno,bueno,bueno.HarryBosch.Elhombrequesolollamacuandonecesita
algo.Boschsonrió,semerecíalaregañina.—Rachel,¿cómoteva?—Todobien.¿Ytú?—Nopuedoquejarme,salvoqueestánapuntodequitarmelaalfombradedebajo
delospiesaquí.Estoyenelplandejubilaciónpostergada.—Almenospuedesquedartehastaquetengas…¿cuántos?¿Sesentaycinco?—Eh,espera.¡Todavíanosoytanviejo!—Losé,loqueestabadiciendoesqueporaquínosechanaloscincuentaysiete.
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Nohayningúnplanaquí.—Esonoesjusto.Pero,bueno,aúntequedanunpardedécadashastaquetengas
queempezarapreocuparte.Casiviosusonrisa.—Muybueno,Harry.Tienesquenecesitaralgodemí.—Bueno,solo llamabaparavercómoteva,pero,sideverdadnecesitasque te
pidaalgo, entonces tepediré si tienesaalguiendel fiscoquepuedamirarunviejocasoparamí.
Hubounapausa,peronoduródemasiado.—SabesqueHaciendanohablaconnadie,nisiquieraconnosotros.¿Quéclasede
casoes?—Evasióndeimpuestosenel2006.Altipolecayerondosaños.Ahoraviveenel
desiertoymeparecequepodríaserunodeesostipos«ista».Extremista,separatista,supervivencialista,supremacista,elige.Apartedeeso,nopagóimpuestosduranteseisaños.Esonoesundescuido.Esunaelección.
—Bueno, si es todo eso, entonces es más probable que formáramos parte delcaso.¿Quénecesitas?¿TodavíatrabajasenCasosAbiertos?
—Sí.Creoqueestetipoformópartedeunequipodetreshombresquesellevóuncuartodemillóndedólaresenelatracodeunacasadecambiodechequesenel93.Creoqueeraelhombreinfiltrado.Quierosaberdeél,perotambiénmegustaríasaberconquiénserelacionabaentonces.
—¿Quiénmurió?—Nadie en el atraco, pero estoy investigando un incendio que empezó a unas
manzanasdedistanciaparadesviarlaatención.Murieronnuevepersonas,lamayoríaniños.CreoquefueantesdequevinierasaLosÁngeles,Rachel.TodavíaestabasenDakotadelNorte.
—Nomelorecuerdes.Dameloquetienesyveréquépuedoencontrar.Boschdudó,pero solounmomento.Ese era el punto en el que eravulnerable.
Había expuesto su investigación en términosgenerales.Si le daba el nombrey losdetalles, no había nada que le impidiera a ella estudiar el caso y posiblementearrebatárselo al departamento. Pero era Rachel Walling. Se conocían desde hacíamuchotiempo.Boschsesentíaasalvo.
—RodneyBurrows—dijo.—Tienesunnúmerodecaso,fechadenacimiento,¿algomás?—Esperaunsegundo.Boschgiróensusilla,tapósuteléfonoypidióaSotolainformacióndeBurrows.
Ellasacólalibretadondehabíaanotadolainformación,yBoschdestapóelteléfonoyselaleyóaWalling.
—¿Ytienesasociadosconocidos?—Ninguno.Esoesloqueesperoconseguirdeti.Bosch se volvió de nuevo hacia su escritorio, mirando el reloj de la pared al
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hacerlo.SabíaqueteníanquesalirdelasaladebrigadasinoqueríanenfrentarseconCrowderporelcasoMerced.Selevantó.
—Vale—dijo—.¿Necesitasalgomás?—Sí—dijoWalling—,necesitodesayunaryvas a estar endeuda conmigopor
esto.¿QuétalsinosvemosalasnueveenelDiningCar?Bosch pensó en lo que estaban planeando con Stephanie Pérez en Ralphs. El
supermercado no estaba lejos del Pacific Dining Car. También se daba lacircunstanciadequesehabíasaltadoeldesayunoenunintentoinfructuosodellegarantesqueSotoalasaladebrigadaporlamañana.
—¿Quétalalasdiez?—Demasiadotarde.Nueveymedia.—Creoquepuedollegar.¿Estábiensivoycon…?—Vensolo,Bosch.Nonecesitoconoceraotropoli.—Eh,vale.Claro.Perosediocuentadequeellayahabíacolgado.
De camino al supermercado Ralphs, Bosch iba al volante, como de costumbre.Conducía en silenciomientras sopesaba losmovimientos que deberían hacer en lainvestigación recién revitalizada. Creía que iban a contar con una oportunidad yteníanqueaprovecharla.Sedirigíanaunasituaciónen laque tendríanqueponeraRodneyBurrowsenlasaladeinterrogatoriosypoderconél.Enesemomento,teníanpococonloquehacerlo.Nohabíatestigosnipruebasfísicas.Soloteníanloshorariosyproximidaddelascosas.Eraunacorazonada.
—Vamosarevisarestounminutoantesdequeentremosahablarconella—dijo.—Vale—dijoSoto.—Bueno, podemos situar a Ana Acevedo, una empleada del EZBank, en el
BonnieBraeArmshastaunmesantesdelincendio.—Bien.—YellaestabaliadaconMaximBoikoyRodneyBurrows,ambostambiénenel
EZBank.—Sí.—EntoncesempecemosporahíconPérez.Necesitamosqueconfirmequeestas
sonlas trespersonasdequeestamoshablandoyhemosdeasegurarnosdequeAnatenía a sus novios en el apartamento de manera regular. Hemos de situar a esteRodneyBurrowsenelBonnieBrae.
—Eso lo tenemos.PoresoechóaAna.Diceque lacosa ibaaacabarmalynoqueríaqueesoocurrieraenelapartamento.
—Bien, de acuerdo, hemos de confirmarlo con ella. Confirmarlo del todo.Queremosqueélsacaralabasura.Hemosdeestablecersuconocimientodelcomplejodeapartamentos.
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—Entendido.—TambiénnecesitamossaberdeAnaydescartarlaposibilidaddequeiniciarael
fuego.—Porvenganza.Sí.—Yquieroquehagastúestaentrevista.Yahashabladoconellayhasestablecido
contacto.Tambiénvivíasallíentoncesypuedesusarlosilonecesitas.—Vale.Hemoshabladoenespañolantes.—Está bien, adelante. Yo me quedaré al margen y si se me ocurre alguna
preguntatellevaréaparte.—Bien.—Unpardecosasmás.QueremossabercómoconocióaAnaAcevedo.Yasabes,
¿cómollegaronacompartirpiso?Yluegoqueremossabersituvoalgunainteraccióncontinuadaenlosúltimosveinteañosconcualquieradeestaspersonas.
—Yamehadichoqueno,peroselopreguntaréotravez.BoschmiróyvioqueSotoestabaanotandosuspreguntasenunalibretaqueera
comolaquellevabaél.Lalibretaeranueva.Nosehabíafijadoantes.CincominutosmástardehabíanestacionadoenelaparcamientodeRalphs,enla
esquina de la 3 y Vermont. Estaba sorprendentemente lleno para la hora que era.Bosch supuso quemucha gente del turno de noche pasaba por el supermercado alsalirdeltrabajo.
Enlaoficinadelsupermercado,preguntaronporStephaniePérezylosdirigieronalaverdulería,laseccióndelaqueellaestabaalcargo.Pérezeraunamujerbajitayregordeta,quellevabaunchaquetadeservicioblancaquelequedabagrande.AunquehabíahabladoantesconSotoparecíanerviosadequelosdetectivesaparecieranensupuesto de trabajo. Soto preguntó si había un lugar privado donde hablar y ella losllevóaunasaladedescansoenlapartedeatrásdelestablecimiento.Erademasiadopronto para que hubiera alguien tomándose un descanso, así que tenían el espacioparaellos.
Pérezpreguntó si le parecíabienquehicieran la entrevista en español yBoschasintióaSotoparadarsubeneplácito.Comola testigosesintieramáscómoda,esaera la regla. Soto a su vez preguntó si le permitía que grabaran la conversación yPérez dio su aprobación. Soto puso su teléfono en lamesa de descanso y abrió laaplicacióndelagrabadora.BoschtomómentalmentenotaparadecirleaSotoquenoeranecesariopedirpermisoparagrabarunaentrevista.
LasmujeresempezaronahablaryBosch tratódeseguir laconversación.Podíaentenderelespañolmuchomejordeloquepodíahablarlo,peroenseguidaperdióelhilo.Soloreconocíapalabrassueltasyluegosedistrajocuandosuteléfonoempezóavibrar. Lo sacó del bolsillo para mirar la pantalla y vio que llamaba el capitánCrowder.Dejóquesaltaráelcontestadorysecentróotravezenlaconversaciónquenocomprendía.
Alcabodeveinteminutos,SotosevolvióhaciaBosch.
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—Legustaríaverlasfotosahora—dijo.Bosch pensó un momento. Era una decisión importante. Si Pérez no podía
identificar a los empleadosdelEZBank, podría suponer luegounproblema.Era elmomentodetomarladecisiónalrespectoySotoselaestabadejandoaél.
—Vale—dijoalfin—.Vamosahacerlo.Soto había llevado un pila de carpetas que contenían tres juegos de seis fotos.
Cadaconjuntoconteníauna fotodeunode los empleadosdelEZBankencuestiónjuntoconcincofotosseleccionadasalazardepersonasdelamismaedadyraza.Lasfotosseencontrabanenventanitascortadasenunacartulina.Empezaronconlafácil.AnaAcevedo.Sotonohabíaconseguidoencontraruncarnetdeconducir actualdeellaenCalifornianienningunodelosestadosvecinos.Aunqueesoerapreocupanteen sí mismo, porque el presente paradero de Acevedo era desconocido, tambiénsignificabaqueSotohabíausadounafotodecarnetdelaépocadelatracoalEZBank.Probablemente,seríalaidentificaciónmásfácilparaPérez.
Soto abrió una carpeta que contenía fotos de seis mujeres latinas. En dossegundos,PérezpusoeldedoenlafotodeAcevedo.
—EsAna—dijo.—Deacuerdo—dijoSoto.SacólafotodelmarcodecartulinaypidióaPérezquelafirmaraporlapartede
atrásparaconfirmarsuelección.Sotoladevolvióalacarpetayladejóenellateralde lamesa.Abrió la siguiente carpeta, que contenía imágenes de seis hombres deorigeneslavo.PérezseinclinóyestudiólasseisfotosantesdetocarlafotodeMaxBoiko.
—EsteesMax—dijo.Soto repitió el mismo proceso e hizo que Pérez firmara la foto que había
seleccionado.Soloquedabaelpremiogordo.Sotoabrióelúltimogrupodeseisfotografíasylo
colocódelantedePérezsindecirniunapalabra.Sabíaqueeraimportantenohablarni comunicar mediante lenguaje corporal nada que pudiera animar o confirmar altestigo. Eso podía resultar en una identificación inválida a ojos de un juez y unjurado.
Pérezunavezmás se inclinóhaciadelantey estudió las fotos, estavezde seishombresblancosdecuarentay tantosaños.Todosdeorigenestadounidense.Boschsabía que existían toda clase de teorías sobre identificación interétnica y que elproceso en el que se habían metido era frágil en cuestiones relacionadas con laprecisión. Lo mejor que podían hacer era presentar las fotos, no decir nada quepudiera dirigir la identificación y, simplemente, esperar. Si ella hacía unaidentificación,losabogadospodríancuestionarladespués.
Pérezestudió las fotosdurantecasiunminutoy luego lentamentepusoeldedodebajodeunadelasfotos.
—Él—dijo—.EsteesRodney.
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BoschySotoestablecieroncontactovisualyluegoSotopidióaPérezquefirmaralafotoquehabíaelegido.EralafotodeRodneyBurrows.
—Hedellamaralcapitán—ledijoBoschaSoto—.Terminaaquí,yoteesperaréenelcoche.
BoschdiolasgraciasaPérezporsutiempoycooperación,cruzóelsupermercadoysedirigióalcoche.Porelcamino,escuchóelmensajequeCrowderlehabíadejadoenelteléfono.
«Harry,soyelcapitánCrowder.Quieromiactualizaciónynomejoda.Llámeme.Ahora».
Bosch sepusoal volantey encendió elmotor.Eraunamañana fríayquería lacalefacción.Llamóalalíneadirectadelcapitán.
—¿Dóndeestá,Harry?—dijoCrowderamododesaludo.—Enlacalle—dijoBosch—.Hasurgidoalgo.—Noquierooíreso.QuierooírlapuestaaldíadelcasoMerced.¿Quétienepara
mí?Esperoquevalgalapena.
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EncuantoSotollegóalcoche,losdossepusieronaldíayBoschsedirigióhaciaelEAP.SotoresumiólaentrevistaconStephaniePérezyélcontósuconversaciónconCrowder. El capitán se había enfadado en un primer momento al oír que lainvestigación de Merced se había estancado temporalmente, pero luego se aplacócuando supo que Bosch y Soto estaban progresando en el casomuchomayor delBonnieBrae,graciasaunapistaquehabíasalidodeunallamadaanónimaalalíneaciudadanadeMerced.
—HablandodeCrowder—dijo—.TengoquedejarteenelEAPmientrasvoyadesayunar. Crowder ha dicho que Relaciones con los Medios ha aprobado unaentrevista contigo y un periodista de LaOpinión. Ha pasado más de una semanadesdequeOrlandoMercedmurióyquierenpublicarunapuestaaldía.Lehedichoqueloprepararaahoraparaquetengamoselrestodeldía.Encárgatemientrasyomereúnoconmiamigafederal.
—Vale—dijoSoto—.¿Cuántoledigoalperiodista?Bosch tomó el puente de la 110 y miró hacia abajo mientras consideraba la
preguntadeSoto.Losdiezcarrilesestabancongestionados.—Bueno,nomencioneselnombredeBroussard.—Bien.¿Yelrifle?Boschnoestabaseguro.—PregúntaleaCrowder—dijo—.Quedecidaél.Silopublicamospodríaagitar
lascosasymeterpresiónaBroussard.—Estábien,selopreguntaré.¿CrowdersabelodeBroussard?—Heomitidoesodemipuestaaldía.—¿Sabequeestamosbuscandoaalguien?—Heomitidotambiéneso.—Entendido.—Bien.Entretanto, si novuelvo cuandohayas terminado, tratade confirmar la
localización de Ana Acevedo. Podríamos estar más interesados en Burrows, perohemosdehablarconAcevedoparaatarlahistoria.YtambiénconBoiko.
—Vale.—Porcierto,¿lehaspreguntadoaPérezsialgunavezpensóqueAnaprovocóel
fuego?—Sí,ymehadichoqueno.DicequeAnanoeraunabuenacompañeradepiso,
peroeraunabuenapersona.Dicequenuncahabríahechoalgoasí.Boschpensóenestarespuesta.Estabaninvestigandolaposibilidaddeque,buena
ono,AnaAcevedotuvierauna implicacióndirectaconel incendiooalmenosconloshombresqueloprovocaron,asícomoconelatracorelacionado.
—Harry—dijoSoto—,¿quieresquereprogramemisesiónconlapsiquiatra?BoschsaliódesuspensamientosymiróaSoto.Lohabíaolvidado.Eramiércoles
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y Soto tenía su sesión regular con la doctora Hinojos en Ciencias delComportamiento.
—Sí—dijo Bosch—.A ver si puedes saltarte la sesión esta semana. Tenemosmuchascosasenmarcha.Noperdamoselimpulso.
—Lallamaré.—Yyovolveréenunahora.TalvezsepamosmásdeBurrowsparaentonces.—¿Quiéneselcontactoconelquevasaencontrarte?—EsunaagentedelaUnidaddeInteligencia.Lanzanlaredyluegoanalizan.—Pensabaqueeraunamujer.Tuvozhacambiadoporcompletocuandohablabas
conellaporteléfonoantes.Escomocuandohablascontuhija.Teponessimpático.Bosch lamiró.No sabía si darle lasgraciaspor supercepciónodecirleque se
ocuparadesusasuntos.—Sí,bueno.Hayunahistoria.—Yquierequelaveasasolas.—Ellaesasí.Hablarámássivoysolo.—Loquemejorfuncione,Harry.Boschasintió.EstabacontentodedejaratrásunadiscusiónsobreRachelWalling.—Vale,volvamosunminutoaStephaniePérezantesdequebajesdelcoche.A
travésdeellasituamosalastrespersonasdelEZBankenelBonnieBrae.—Esoesabsolutamentesólido.Tenemosidentificacionesdefotosysuopiniónde
Burrows,queconfirmaactitudesracistas.—Vale,¿quépasaconAna?¿CómoseconocieronellayPérez?¿Cuántotiempo
compartieronelapartamentoantesdequePérezlaobligaraamudarse?—Stephaniehadichoquevivieronjuntasunañoylaconociódespuésdeponer
un anuncio de que necesitaba compañera de piso en el tablón de anuncios de lalavanderíadelcomplejo.
—¿Anayavivíaallí?—No,perohabíavividodeniña.Volvióavisitaramigos,violanoticiaycontactó
conPérez.Dijoquequeríavivirallí,porqueconocíaelsitioypodíairapiealtrabajo.Noteníacoche.
Boschasintió.Todoesoerabueno.Ensu resumenanteriorde laentrevistaconPérez,SototambiénhabíadichoqueBurrowspasóalmenosdosnochesporsemanaenelapartamentoconAcevedoduranteunperíododetresmeseshastaelmomentoenqueaella lepidieronquesemarchara.Boikono lavisitaba tanamenudo,perotambién se quedaba a dormir alguna vez. Cuando Pérez empezó a quejarse de lasituación, Acevedo reaccionó haciendo que ambos hombres se implicaran enocuparsedelapartamento.Esoincluíatareascomotirarlabasura.
TodoestosebasabaenloqueStephaniePérezrecordabadeveintiúnañosantes,peroerapositivoentérminosdeinerciadelcaso.LoqueBoschySotonecesitabaneraconseguirmásinformaciónpormediodeAcevedo,BurrowsyBoiko.
—TenemosqueencontraraAnaAcevedo—dijoBosch.
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—Telohedicho.Estoyenello.Separaronenunsemáforoenla1yHill,aunasmanzanasdelEAP.—GusBraleydecíaqueelvídeomostrabaquepulsólaalarmaantesdequelos
atracadores entraran—dijo Bosch—. Sobre esa base, decidieron entonces que noformabapartedelatrama.
—¿Estáspensandolocontrario?—Todavíano.Peroahoraestoyviendoelvídeodesdeotropuntodevista.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecirque,sisabesquetienesunacámaraenfocándote,probablemente
sabes que si activas la alarma tendrás casi garantizado que no te consideraránsospechoso.
Sotopensóenellounmomentoyasintió.—Entiendo—dijo.—Poresonecesitamosencontrarlayhablarconella—afirmóBosch—.Dicesque
desapareció.Ningúncarnetdeconducir,ningúnregistro,paraderodesconocido.Esonomegusta.
—Amítampoco.¿Creesqueestámuerta?Talvezlausaronylaenterraroneneldesierto.
Boschasintió.Eraunaposibilidad.—Laotra cosa esqueno tenemosni ideade losdos atracadores—dijo—.Las
trespersonasdelasqueestamoshablandoestabanenelEZBank.Nocometieronelatraco.
—Niprovocaronelincendio.—Siunadeestaspersonaseselcontacto,nosconduciráalosotrosdos.—¿Podemosrebobinarysimplementehablardecómoocurriótodo?ElsemáforosepusoverdeyBoscharrancó.—Tienes a los dos tipos en el coche—dijo—.Laprimeraparada es elBonnie
Brae.Unodeellosbajaytiraelcoctelmolotovenelbajantedelabasura.—Seprendeelfuego,luegosedirigenalbanco—dijoSoto.—Exacto.Tienenunescánerenelcoche,aparcancercadelobjetivoyesperana
larespuestaporelincendio.Cuandooyen«todaslasunidades»,entranenelbanco.Otalveznosontansofisticados.Soloaparcanyesperanaoírlassirenas.Cuandooyenlagranrespuesta,entran,actúanytienentiempodehuirantesdequelapolicíapuedaresponder.
BoschparóelcochedelantedelEAP.Sotobajóysevolvióamirarlo.—Creoquefunciona—dijo.Boschasintió.—Teveoenunahora.
Rachel Walling estaba esperando a Bosch en un reservado del salón de atrás del
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restaurante, en la calle 6.Era la zona reservada a los contumaces y los habituales.Contresmesasredondasparagruposgrandesyotrastresparagruposmáspequeños,la sala estaba a plena capacidad y Bosch reconoció la mitad de las caras delayuntamiento. No estaba seguro de quiénes eran todos, pero comomínimo teníanpuestosdenivelmedioonoestaríandesayunandoalasnueveenundíalaborable.
RachelWallingnoparecíahaberenvejecidoniundíadesdelaúltimavezqueéllahabíavisto:mentónpronunciado,pieldelcuellotersa,cabellocastañoconatisbosde negro. Sus ojos eran lo que siempre había cautivado a Bosch. Oscuros,penetrantes,inescrutables.Notóunavibraciónalacercarseaella,unrecordatoriodeloquepodríahabersido.Hubountiempoenquetuvoaesamujer;luegolascosassetorcieron.Enloquerespectabaalasmujeresdesuvida,nolamentabamuchascosas.PeroRacheleraunadeellas.
Ella sonrió y dejó a un lado el periódico doblado que había estado leyendocuandoélsemetióenelreservado.
—Harry.—Sientollegartarde.—Nollegastantarde.¿Estánpasandocosas?—Empezando.Wallingseñalóelperiódicoquehabíadejadoaunlado.—Estabasenelperiódicolasemanapasadaconlamuertedelmariachi.¿Puedo
preguntarquérelacióntieneRodneyBurrowsconeso?—Enrealidad,no.Tengootroscasos.Yasabescómoes.—Claro.Soloteníacuriosidadporelencajedeeste.—No,comotehedichoporteléfonoestoyinteresadoenelincendioquematóa
todos esos chicos. ¿Has podido conseguirme algo? Veo el periódico, pero no veoningunacarpeta.
Rachelsonriócomoparaesquivarelinsulto.—Sabesquenodamosarchivos.Nosomosdelosquecompartimos.ElcamarerovinoconunacafeterayBoschhizoungestoparapedirunataza.El
camarero preguntó si sabían qué iban a pedir o querían la carta. Bosch no habíanecesitadounacartaenelPacificDiningCarenveinticincoaños.MiróaRachel.
—¿Vamosacomeroestovaasercortoydulce?—preguntó.—Vamosacomer—dijoella—.Telohedicho.Tengohambre.Pidieronsinelmenúyelcamarerosemarchó.Boschdiounsorboalcafécaliente
yluegoclavóenWallingunamiradaquedecíaqueerahoradedar.—Bueno—dijo—.RodneyBurrows…Wallingasintió.—Vale,esteeseltrato—dijoella—.HasacertadoconRodneyBurrowsyestuvo
muchotiempoennuestroradar,peroluegolocondenaronporevasióndeimpuestosynohahechonadadesdeentonces.Almenosesocreemos.AsíquetengoquesabersielFBIvaaquedarenevidenciaporalgoqueestéshaciendotú.
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Boschnegóconlacabeza,enfáticamente.—No a menos que el FBI la cagara en el 93. Esto es estrictamente una
investigacióndeuncasoantiguo.EstetipoviveenAdelantoahorayqueyosepahaestadocalladocomounratón.
—Vale,confiaréenticoneso.—Entoncesdimequétenéis.¿CuándoentróenelradardelFBI?—Bueno,amediadosdelosnoventaempezamosavigilaraunmontóndetipos
comoél.Ya sabes, simpatizantesdemilicias,PosseComitatus, IdentidadCristiana,todosesosgruposdeodioantigubernamentales.Enelespaciodedosaños tuvimosWaco y Ruby Ridge. Le sumas a eso los disturbios del 92 aquí mismo en LosÁngeles,ymásomenos tienesesta llamadaa lasarmasqueatraeaunmontóndeestosmoradoresdelosmárgenes.Algunosdeellos,comonuestrotipo,creíanquelosdisturbioseranlaprimeraadvertenciadeunaguerraracialinminente.Siañadesaesolasposicioneshabitualesantigubernamentales,acumulacióndearmasparadefendertutierrayunmontóndeesasfidelidadesa«ismos»quehasmencionadoantes,tienesunmovimientomásomenosdefinido.Vimosqueesoocurríaenmuchoslugaresdelpaís.Obviamente,hubomuchoscasosquenocaptaronnuestraatención:elatentadodeOklahomaCityocurrióenel95.
—Entonces¿quéhaydeBurrows?—ÉlyalgunosdesuscompañerosmajaderosformaronalgoquellamaronVBA.
EranunassiglasquesignificabanVocesBlancasdeAmérica.Formaronpartedeestaasociaciónnacionaldegruposquequeríancerrarfronterasyprepararseparadefenderlanaciónblancacuandoempezaralaguerraracial.
—¿NopredicabalomismoCharlieMansonensuépoca?—Sí. Pero, igual que alguien tendría que haber vigilado a Manson entonces,
nosotrosempezamosavigilaraBurrowsysugrupo.—¿Cuándo?—No llegamos a ellos hasta el 94, cuando empezaron a poner panfletos en los
parabrisasdeLosÁngelesySanDiego.—Muybonito.Micasofueunañoantesqueeso.—Losé.Nopuedoayudartedirectamenteahí.Mehaspreguntadoquéteníamos
deBurrowsyestododel94enadelante.—¿Quéestabanhaciendoademásdeimprimirpanfletos?—Poco más. Tenían un complejo cerca de Castaic. Disparaban sus armas,
entrenabanreclutasyescuchabanunmontóndespeedmetal.Eltípicogrupodeodio,mucharetóricaypocomás.Lomásaudazquehicieronfue imprimirunmanifiestoracistayrepartirfolletosqueinvitabanalagenteaunajornadadepuertasabiertasenelcampodeadiestramiento.Losmantuvimosbajovigilancia, teníamosinformaciónde la casa clubydeterminamosque eragentedemucho ruidoypocasnueces.Noempezaríanlaguerra,solovitorearíancuandollegara.
—¿Uninfiltrado?¿Teníaismicrófonos?
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—No,teníamosunchivato.PillaronaunodelosmiembrosdeVBAporotracosayaccedióainformar.
—¿De dónde salió el dinero para este complejo? ¿Estos tipos trabajaban? ¿Enqué?
—Los resúmenes que he leído antes de venir aquí los describían como bienfinanciados, pero la fuente de esa financiación no se determinó. Estos tipos eranvigilantes de seguridad y conductores de camiones de largo recorrido. Eso noexplicabasufinanciación.
—Elatracodelqueestoyhablandoreportódoscientossesentamil.Yunosmesesdespuéshubootroquepodríaestarrelacionado.
—Bueno,esopodríaexplicarlo,peronovinadaalrespectoenlosresúmenes.—¿Burrowseraellíder?—No,soloeraunaabejaobrera.VBAlo inicióun tipo llamadoGarretHenley,
queerauncamionerodelargorecorrido.Fueelreclutadorinicial.Boschsacósulibretaparaanotarelnombre.—Nopodráshablarconél—dijoWalling—.Murióhacedoceaños.Sesuicidó
despuésdequelocondenaranporevasióndeimpuestos.Sabíaqueibaairalacárcel.Asíescomollegamosalamayoríadeestostipos:dejandepagarimpuestos.
—¿Quiénmás?—preguntóBosch—.¿Quiéneseran losasociadosconocidosdeBurrows?Micasoimplicaaélydosatracadores.
Wallingseestiróydesdoblóelperiódicoquehabíadejadoal lado.Porprimeravez,Boschvioqueellahabíatomadonotasenlosbordesdelascolumnas.Wallingleyósuspropiasnotasyluegocerróelperiódicootravez.
—Los resúmenes decían que había dos hermanos que podrían ser íntimos deBurrows.Matt yMike Pollard. Además, si estás buscando un conductor de fuga,habíaunaspiranteapilotollamadoStanleyNanceenelgrupo.SuapodoeraNascarNance.Talvezfuerasuchófer.
ABoschlegustabatodoesto.Parecíaencajar.Wallingcaptósuentusiasmo.—Bueno, antes de que te pongas a bailar encima de la mesa, he hecho una
búsquedarápidadelostrestiposynotevaagustarloqueencontré—dijo.—¿Qué?—preguntóBosch.—Bueno,NascarNanceconduceenelgranovaldelcielo.Sematóenel96al
chocar conelpilardeunpuente a cientocincuentakilómetrosporhora.Y losdosPollard fueron enviados a prisión federal por evasión de impuestos, pero solo unosalió vivo. AMike Pollard lo enviaron a Coleman, que está en Florida, y allí loacuchillaronenlabibliotecadelaprisiónenel2006.Elcasonuncaseresolvióysesospechabaqueteníaunamotivaciónracial.
—¿Yelotro?—MattPollard cumplió condena enLewisburgy salió en condicional en2009.
Tuvo cinco años de libertad vigilada y se presentaba a una oficina federal enFiladelfia. Pero terminó la condicional hace dos meses y su paradero actual se
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desconoce.Aestosantigubernamentalesrecalcitranteslesgustaquedarsepordebajodelradar.Evitancarnetsdeconducir,SeguridadSocial,pagarimpuestos,etcétera.
BoschfruncióelceñoyrecordóqueAnaAcevedotambiénhabíadesaparecido,pero entonces pensó en algo que parecía una discrepancia en relación con loshombresdeVBA.
—Burrowsnofueaprisiónhastael2006—dijo—.Ysolofueveintidósmeses.—¿Quéquieresque tediga?Elprocesoes lento—dijoWalling—.Noconozco
todoslosdetallesdecadacaso,perofueronaporestostiposunoporunoyBurrowsfueelúltimo,supongo.
EsonolecuadrabaaBosch.—Vale,peroBurrowsfuealclubdecountrydeLompoc—dijo—.¿Cómoesque
letocóLompocyalosPollardLewisburgyColeman?Esossonsitiosduros.ParecequeconBurrowstuvieronclemencia.
Wallingasintió.—Habríaquesacarlostrescasosyverporquésemanejarondemaneradistinta.
No me pediste que hiciera eso. Preguntaste por Burrows. Quién sabe, tal vez susdelitosnoerantanamplios.Además,aceptóuntratoytalvezlosotrosdosfueronajuicio.Unmontóndecosaspodríanexplicarladiscrepancia.
—Lo sé, lo sé, me estoy preguntando si tuvo una recompensa por ser elinformadorconfidencialtodosesosañosantes.
Wallingnegóconlacabeza.—No había nada en el archivo que miré que dijera nada de ayuda sustancial
proporcionadaporelacusado—dijo.—Esonosignificaquenoocurriera—dijoBosch.—Entodocaso,ahoraestáspreguntandocosasquemesuperan.Notengoacceso
alistasdeinformadoresconfidenciales.Porrazonesobvias,estánbajollave.—¿Anotastealgunodelosnúmerosdecaso?Podríahablarconelfiscal.—Tengolosnúmeros.—¿YelagentedelcasoqueseocupódeVBA?¿Quiénera?—NickYardley.SigueenlaoficinadeLosÁngeles.—¿Creesquehablaríaconmigo?—Esposible,perohasderecordarqueBurrowsfueaprisiónporundelitofiscal.
Técnicamente,nosotrossoloasistiríamos.Nickpodríaabandonarteconellosy,siesoocurre,puedesolvidarte.LosagentesdeHaciendanohablanconpolicíaslocales.
—Losé.—Si hablas con Nick, no le digas que has hablado conmigo. Dile que tu
informaciónsaledelarchivodeltribunal.—Porsupuesto.Elcamarerovinoconlacomidaenesemomento.Boschquería irseyseguiren
movimientoconelcaso,perosabíaquesierarudoconRachelellapodríanovolveraayudarlenunca.Noqueríacorrereseriesgo.
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Empezaronacomeryélprobóacharlar.—Bueno,¿cómolevaaJackahora?—preguntó.JackeraJackMcEvoy,elantiguoperiodistadelTimesconelqueRachelllevaba
variosaños.BoschconocíabienaMcEvoy.—Levabien—dijoella—.Es feliz,yafortunadoconsiderandoelmercadodel
periodismo.—¿Todavíatrabajaenesawebdeinvestigación?—Hace poco se cambió a otra. Se llama FairWarning. Son investigaciones y
artículosdeprotecciónalconsumidor.Deberíasecharleunvistazo.ElGobierno,losperiódicos,nadiecuidayadelciudadanocomún.Hacencosasinteresantesenlaweb.Yaélleencantaeltrabajootravez.
—Esfantástico.Labuscaré.¿FairWarningpuntocom?—Puntoorg.Essinánimodelucro.—Vale,echaréunvistazo.BoschpensóenpreguntarlesobrelacuerdaflojaenlaqueestabaenelFBIpor
tenerunarelaciónconunperiodista,pero,antesdedecirnada,notóquelevibrabaelteléfonoenelbolsillo.Dejóeltenedorylomiró.EraunmensajedetextodeSoto.
Lista.
Unrecordatorionotanamabledequeelcasoestabaesperando.MiróaWalling,queseestabatomandosutiempountandoquesoenunbagel.
—¿Tienesqueirte?—dijosinlevantarlacabeza.—Másomenos—dijoBosch.—Puesnotepreocupespormí.Vete.—Gracias,Rachel.Portodo.Pagarélacuentaalsalir.—Gracias,Harry.Boschcogióelpanecillodesuplatoyempezóasalirdelreservado.—Noolvidesesto—dijoRachel.Lepasóelperiódicoatravésdelamesa.Boschlocogióyselevantó.—DileaJackqueesmuyafortunado.—¿Qué?¿Terefieresaltrabajo?—No,Rachel,merefieroati.
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Bosch no quería arriesgarse a pasar por la sala de brigada y que lo interceptaranCrowderoSamuels.Prefirió enviarleunmensajede texto aSotoy esperarla en elmismositiodondelahabíadejadounahoraantes.EllatardómenosdediezminutosensalirdelEAPycruzarlaplaza.LlevabasuiPad.
Sotoentróenelcoche,peroBoschnoarrancó.Necesitabanconcebirunplanparael resto del día, y él también quería saber qué le había dicho ella a Crowder enrelaciónconlosdoscasos.
—Vale,¿dóndeestamos?—preguntó.—Hehecholaentrevista.Hasidofácil—dijoSoto—.Elperiodistanoeramuy
incisivo y lo único que le he dado ha sido el arma. Estaba encantado con eso. ElcapitányeltenientetambiénestabansatisfechosytenemoselvistobuenoconelcasoBonnieBrae.
—¿QuélehascontadoaCrowderdeeso?—Soloqueestamosinvestigándolocomounamaniobraparadesviarlaatención
del atraco al EZBank y que era un ángulo que los investigadores iniciales noexploraron.Lehedichoqueteníamosunaconexiónsólidaentrelasdosescenasyquenospondríamosenmarchaparaconfirmarla.
—Perfecto.AhoratenemosaBurrowsyBoikofichados.TodavíadesconocemoselparaderodeAnaAcevedo,¿no?
Sotonegóconlacabezaenungestodedecepción.—Nopuedoencontrarla.Heprobadocon todoelsoftwarey lasbasesdedatos.
AutoTrack,Tráfico,Lexis/Nexis,serviciosbásicos,registrosdevotación,alquileresdecoches,todo.
—¿Creesqueestámuerta?—Siloestá,noseregistróladefunciónenningúnsitioquepuedaencontrar.—Talvezsolohacambiadodenombre.Boschlodijoconesperanza,aunquecadavezmásestabaempezandoacreerque
Ana Acevedo había sido asesinada y enterrada en algún sitio donde nunca laencontrarían.SiBurrowsylosotrosdosatracadoreslautilizaron,seconvirtióenunacarga en cuanto terminó el robo. Las muertes del Bonnie Brae probablemente latransformaronenunlastredemasiadopesado.
—No sale nada en los lugares habituales —informó Soto—. Licencias dematrimonio, petición de cambio de nombres. Si cambió el apellido, no lo hizolegalmenteosefueahacerlomuylejos.
—TalvezaMéxico.—Bueno, si lo hizo, nunca volvió a renovar un carnet de conducir o abrir una
cuentabancariaocontratartelevisiónporcable.Simplementedesaparecióy,queyosepa,nadiedenunciósudesaparición.Almenosenesteestado.
Considerandosu trabajoensolo laúltimasemana,Boschno teníamotivospara
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dudardelaconcienzudabúsquedadeAnaAcevedoporpartedeSoto.—Muybien—aceptó—.Talvezsaquemosventajadeeso.VamosaporBurrows
yBoikoydecimosquelaestamosbuscando.Esaseránuestraestrategiaconellos.Sotoasintió.—Megusta—dijo—.¿Aporquiénvamosprimero?—VotoporBurrows—opinóBosch—.Porloqueacabodeoíreneldesayuno,es
él.EldinerodelEZBankpodríahaberservidoparafinanciarungruposupremacistablancoenelqueparticipabaentonces.
—Menudotipo.Nopuedoesperaraoírlo.—Sí.Todounciudadano.Boschseincorporóala1ysedirigióaLosAngelesStreetparatomarlaautovía.
TeníandoshorasdecaminoporeldesiertodeMojavehastaAdelanto.HabíatiempomásquesuficienteparacontarleaSototodoloqueWallinglehabíaexplicadosobreRodneyBurrows.
Adelanto estaba cerca de la autovía 15, a medio camino de Las Vegas. Mientrasconducía, Bosch permanecía callado y contemplativo, mientras que Soto usaba suiPadparacontinuarsubúsquedadeAnaAcevedo.Laúltimadécadahabíasupuestouna explosión en la disponibilidad de sitios digitales que podían utilizarse paraencontrar gente. Pese a que casi todos ellos utilizaban los identificadores básicoscomonombre, fechadenacimientoynúmerode laSeguridadSocial, todavíahabíaun amplio abanico de formas de aplicar esos identificadores. Algunos sitios sebasabanmásenpropiedadesinmobiliarias,otrosconfiabanmásendatosbancariosolegales.Elresumeneraqueelinvestigadorprudentenoselimitabaasolounoodosdeesosbuscadoresparallegararesultadosconcluyentes.Siemprehabíaotrabasededatosqueconsultar.
Como Soto de cuando en cuandomaldecía omurmuraba cosas como «¡No esella!»o«¿Nomevasadarunaalegría?»,Boschpocoapocoibacomprendiendolagravedad de la situación en la que se habíametido.Antes de esamañana, el casoBonnieBrae parecía una posibilidad lejana y abstracta y alentar a Soto y ayudarlaestabaconsolidandosuvínculocomocompañeros.Ahora,graciasalbuentrabajodeSoto,estabanapuntodeconfrontaralhombrequebienpodríaserresponsabledelasmuertesdenuevepersonas,incluidoslosamigosdeinfanciadeSoto.Sediocuentadequenodeberíadejarqueellaseacercaraaesehombre,perolascircunstanciasquehabíapuestoenmovimiento lohacían inevitable. Ibaaverseobligadoa tener tantocuidadoconSotocomoconBurrows,silosdossejuntaban.
—¿Quétalestás,Lucy?—preguntó.SotoestabamirandolapantalladesuiPad.MiróaBosch,yéldevolviólavistaa
lacarretera.—Llevastodalamañanaconmigo—dijoella—.¿Porquémelopreguntas?
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—Essoloque,mira,Burrowspodríaserelculpable.Vasaestartranquila,¿eh?—Estarétranquila,Harry.Notepreocupes.Boschapartólamiradadelacarreteraotravezparaobservarlaunbuenrato.—¿Qué?—dijoella.—Soloquieroestarsegurodequenotengoquepreocuparmeporti—dijo.—Harry,soypolicíayactuarécomopolicía.Completamenteprofesional.Novoy
avolvermelocaconestetío.Setratadejusticia,nodevenganza.—Hayunalíneafinaentrelasdoscosas.Soloestoydiciendoquesiintentasalgo
estaréencimadetienunsegundo.¿Entendido?—Sí,entiendo.¿Puedovolveratrabajarahora?—LevantóeliPadcomopartede
lapregunta.—Claro. Pero yomarcaré el camino con este tipo. Quiero jugar la carta de la
personadesaparecidaconél,versipodemosconseguirquenoshabledeAna.Seráelpuntodepartida.
—Pareceunplan.—Deacuerdo,pues.LadireccióndeRodneyBurrowscorrespondíaaunbarriodecasaspequeñasen
parcelasestrechasperoprofundas.Nohabíaárbolesnimatorrales.Boschnisiquieraviounjardínentodoelvecindario.Todoparecíaarrasadoporelfuego,polvorientoyyermobajoelsoldeldesierto.
El hogar de Burrows estaba rodeado por una valla coronada por alambre deespino, que probablemente no era tan diferente de la que había rodeado la prisiónfederal donde Burrows había cumplido condena. Bosch se preguntó si este habríareparadoenlasimilitud.
Al examinar el complejo con alambradas, Bosch sí captó esa ironía. Burrows,comomuchos otros con sus mismas creencias y prácticas, muy probablemente sehabíaalejadomásdecienkilómetrosdelaciudadysehabíainstaladoeneldesierto,porque quería alejarse de todo lo que creía que estaba mal en la sociedad y susgrandescentrosurbanos.Segúnsupuntodevista,losproblemassereducíanacosascomolainmigraciónyelexcesodepoblaciónporelcrecimientodelasminoríasqueerosionaban la infraestructura y vivían de los subsidios del Gobierno. Así que sehabía largado, como decían en los círculos de poder blanco, en busca de espaciosabiertos y caras blancas. Encontró Adelanto y estableció allí su hogar, solo paradescubrir que la pequeña población no era diferente de la gran ciudad. Era unmicrocosmos,unacucharadahundidaenelcalderoysacadaconlamismamezcladeingredientes.Adelantoeraunapoblacióndondelasminoríassumabanmayoría,yporesoaBoschno leextrañabaqueBurrowssehubiera rodeadodeunaalambradademetroochenta,suúltimorecursoparaaislarsedelmundo.YlaguindadelaironíaeraqueAdelantoeraunapalabraenespañol.
Bosch aparcó el Ford para poder sacar la mano por la ventanilla y pulsar eltimbre.Enelinterfonohabíaunteclado,unalentedecámarayunbotóndellamada.
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El aparato estaba sujeto a un palo debajo de un cartel que decía «Cuidado con elperro» y otro que mostraba la silueta negra de un arma sobre las palabras «Nollamamosal911».
Bosch se sintió incómodo en cuanto vio la configuración, porque permitiría aBurrowscontrolarlasituaciónentérminosdecontactoinicialyconfrontación.Sototambiénestabaincómoda.
—¿Quéhacemos?—preguntó.—No podemos hacer gran cosa—dijoBosch—.Vamos a ver si logramos que
abra.Bosch se estiró a travésde laventanilladel cocheypulsó el botónde llamada
paraestablecercontacto.Tuvoquellamarunasegundavezantesderecibirrespuesta.Lavozdelinterfonoeraladeunhombreenfadado.
—¿Quéquiere?Boschmostrósuplacaalacámara,perointencionadamentelasostuvodemanera
queunodesusdedoscubríalasletrasgrabadasquedecíanLosÁngeles.—Policía,señor.Necesitamosquesalga,porfavor.—¿Porquéquierenquehagaeso?—Tenemosunainvestigaciónynecesitamosquenosayude,señor.—¿Quéclasedeinvestigación?—Señor,¿puedehacerelfavordesalir?—Nohastaquesepaquéocurre.—Eselcasodeunapersonadesaparecida,señor.Soloseránunosminutos.—¿Quiénhadesaparecido?Noconozcoanadieenelbarrio.Puedendesaparecer
todosporloqueamírespecta.Lasituaciónnoibabien.Boschdecidiójugarfuerte.—Señor,tienequeveniraquí.Siseniega,vamosatenerunproblema.Hubounalargapausaantesdequelavozreaparecieraenelinterfono.—Calma.Tardaréunosminutos.—Gracias,señor.Boschretrocediódelinterfonolosuficienteparapoderabrirlapuertaysalirdel
coche.PusolapalancadelcambioautomáticoenPymiróaSoto.Todavíanoestabasegurodecómoibaareaccionarellaalveralhombrequepodríaserresponsabledelatragediadesuinfancia,sinodesuvida.
—Vale,voyasalir,yloesperaréenplanrelajado—dijoBosch—.Tútequedasenelcoche.Teharéunaseñalsitenecesito.
—Comoquieras—dijoSoto—.¿Quévasahacer?—Todavíanoestoyseguro.Improvisarésobrelamarcha.—Suenabien.Boschsesoltóelcinturónybajódelcoche.Caminóhastalapartedelanteradel
Fordyseapoyóenlarejilladelradiador,conlasmanosenelcapóparaequilibrarse.La casa estaba aunos cincuentametrosdel sendero.Enseguidavioque se abría la
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puertadelgarajeyunacamionetaquehabíanaparcadodeculoempezabaadirigirseporelsenderohacialapuerta.LapuertaautomáticaqueBoschteníadelantecomenzóa abrirse al acercarse la camioneta. Había un hombre al volante y un perro en elasiento de al lado. Luego Bosch vio un rifle en un armero instalado detrás de lacabezadelconductor.Boschempezóapreocuparse,peronolomostró.Lacamionetasedetuvoacincometrosdelaverjayelhombreladejóalralentíalbajar.Boschoyóqueledecíaalperroqueseportarabien.
LoprimeroquevioBoschcuandoelhombrecerrólapuertadelacamionetafueque tenía una cartuchera estilo oeste en su cinturón, sujetada en torno al musloderecho.Llevabaunapistolaenella.ElarmaprovocóunarápidaescaladadetensiónyBoschseolvidódelaposerelajadayseapartódelapartedelanteradesucoche.Señalóalhombreyemitióunaorden.
—¡Altoahí,señor!Elhombreseparóensecoymiróasualrededorcomosiestuvieraconfundidopor
las circunstancias. Eramás bajo de lo que Bosch esperaba. Por alguna razón, susadversariossiempreerangrandesensuimaginación,yluego,lasmásdelasveces,noestabanalaalturadeloqueélesperaba.Burrowsteníauncuerpomusculosoyvestíacamisalisaytejanos.TeníaunabarbapelirrojapobladayllevabaunagorradeJohnDeere.
—¿Quépasa?—preguntó.—Señor,¿porquéllevaunarmaenlacartuchera?—gritóBosch.—Porquesiemprelohagoytengoderechoairarmadoenmipropiacasa.—¿Cómosellama,señor?—RodneyBurrowsypuededejardellamarmeseñoracadamomento.—Deacuerdo,señorBurrows,quieroqueconlamanoizquierdasaqueelarmade
lacartucheraylapongaenelcapódesucamioneta.TalveznotandoalgoeneltonodevozdeBosch,elperroempezóaladrarypasó
alasientodelconductorparaestarmáscercadesuamo.—¿Porquéibaahacereso?—preguntóBurrows—.Estoyenmipropiedad.—Pormiseguridad,señor—respondióBosch—.Quieroelarmaenelcapódela
camioneta.Alseñalarlacamioneta,Boschprovocóotroparoxismodeladridosdelperro.El
animalempezóamoverseatrásyadelanteenlacabinadelacamioneta,saltandodeunasientoaotro.BoschoyóquelapuertadelpasajerodelFordseabríadetrásdeélysupoqueSotoestabasaliendo,peronoqueríaapartarlosojosdelhombrearmadoqueteníadelante.
CuandovioqueBurrows empezaba a levantar lasmanos, con las palmashaciafuera,supoqueSotohabíasacadosuarma.
—¡Señor!—gritóSotoenvozaltaytensa—.¡Dejeelarmaenelcapó!—Soto,meocupoyo—dijoBosch—.Bajaelarma.—¡Señor!—repitióella,sinhacercasoaBosch—.¡Elarma!
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—Vale,vale—dijoBurrows—.Loestoyhaciendo.Empezóamoverlamanoderechahacialacartuchera.—¡Laizquierda!—gritóBosch—.Conlamanoizquierda.—Losiento—dijoBurrowscomositalcosa—.Laizquierda.Dios.Retiróelarmadelacartucheraconsumanoizquierdaylatiróenelcapódela
camioneta.Golpeóruidosamenteenelaceroyprovocóqueelperroincrementarasuvolumenyanimación.
—Lola,calla—gritóBurrows.Laperranoobedeció.Conlapistolaenelcapódelacamioneta,Boschsesintió
lobastanteasalvoparamiraraSoto.Estabadetrásdelapuertadelanteraderechaenposición de combate, empuñando el arma con las dos manos y con los brazosapoyados en el marco de la ventanilla, todavía apuntando al centro de la masacorporaldeBurrows.
—Soto,calma—dijoBosch—.Yomeencargo.—Yotecubro,compañero—replicóella.—Tranquila—dijoBoschenvozpausada—.Guardaelarma.Esperó a que Soto obedeciera, luego se volvió hacia Burrows y dio un paso
adelante,colocandosucuerpoenlalíneaentreBurrowsySoto.BoschapartóaBurrowsdelacamionetaylocondujohaciaelcoche.Loapoyóen
elcapóyempezóacachearloenbuscadeotrasarmas.MiróporencimadelhombroaSotoconexpresióndura.
—Un consejo—le dijo a Burrows—. Cuando la policía llame a su puerta, norespondaconunapistolaenlacinturayunrifleenlacamioneta.
—No sé qué está haciendo —protestó Burrows—. Estoy en mi propia tierra.Tengotodoelderechoa…
—Esunconvictoenposesióndeunarmadefuego—dijoBosch—.Ahíseacabasutontería.
—Noreconozcosuley.—Vaya,mealegro.Perolaleyloreconoceausted.¿Tienealgunaotraarma?—Tengo un cuchillo —dijo Burrows—. En el bolsillo de atrás. Esto es una
tontería.Esunacosogubernamental.¡Yestecapóestáardiendo!Boschnorespondió.Noleimportabalocalientequeestuvieraelcapó.Lequitóel
cuchillo. Era una navaja. Pulsó elmuelle y salió una hoja de diez centímetros. Lalevantó para que Soto la viera y pudiera negar cualquier afirmación de queBoschmismo se lahabía colocado.Harry cerró lanavajay lapusoenel capódel coche,deslizándolaparaquequedarafueradesualcance.
Boschapoyó supesoenBurrows, apretándoleelpechocontrael capó.Notóelcalor del que se había quejadoBurrows. Luego, en unamaniobramuy practicada,mantuvounantebrazoenlacolumnadelhombreparainmovilizarlomientrassacabalasesposasdelcinturónyenganchabaunaenlamuñecaizquierdadeBurrows.
—Eh,¿quéestáhaciendo?—preguntóBurrows.
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Bosch tiró del brazo izquierdo deBurrows hacia atrás y cambió el peso de sucuerpo al otro antebrazo para poder llevar la muñeca derecha atrás y terminar deesposarlo.Acontinuación,levantóaBurrowsotravezylehizodarlavuelta.
—Nopuedehaceresto—dijoBurrows—.Nopuededetenermeenmipropiedad.—Seequivoca—dijoBosch—.Ahoramandoyo,Burrows.¿Hayalguienmásen
lacasa?—¿Qué?No,nadie.—¿Algúnotroperroademásdelqueestáenlacamioneta?—No.¿Quéesesto?¿Quéquiere?—Selohedicho.Quierohablardeunapersonadesaparecida.—¿Quién?—AnaAcevedo.BoschobservósureacciónparavercuántotiempotardabaBurrowsenreconocer
yrecordarelnombre.Tardóunossegundos.—Nolahevistoenaños.—Bien.Hablaremosdeeso.Ahora tieneque tomarunagrandecisión,Rodney.
¿Quierequeentremosyhablemosaquí?¿OquiereiraLosÁngelesconnosotrosylohacemosencomisaría?
—¿SondeLosÁngeles?—Sí.Creoquehabíaolvidadomencionarlo.¿Quiereresponderpreguntasaquío
allí?—¿Quétalsillamoamiabogadoynomepreguntanadadenada?—Eso sería una elección.Lo llevaremos aLosÁngeles y le conseguiremos un
teléfonoencuantolleguemosallí.Seloprometo.—No,ahora.Aquí.Miabogadoestáaquí.LosÁngelesesunacloaca.Noquiero
volverallínunca.—Entonces decida. Hable con nosotros aquí o llame a su abogado desde Los
Ángeles.Estoysegurodequepodrásacarloporlamañana,despuésdeunanocheenelzoo.
Burrowsnegóconlacabezaynodijonada.BoschsabíaqueestabanmuycercadequepudierainterpretarsequeBurrowshabíapedidounabogado.
—Deacuerdo—dijoBosch.ApartóaBurrowsdelcapóyempezóadirigirlohacialapartedeatrásdelcoche.—Llamaremosacontroldeanimalesporelperro—dijo.InmediatamenteBurrowssetensóytratódedetenerse.—Vale,vale—dijo—.Podemosentrar,peronosénadadeAnaAcevedo.—Veremos—dijoBosch.—¿Ymiperra?¿Ymicamioneta?Bosch miró la camioneta, que seguía en marcha. La perra tenía las patas
delanterasenelsalpicaderoyestabamirandointensamenteaBosch.—Nolespasaránada—dijo.
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GiróaBurrowshacialacasa,manteniendounamanoenlapartesuperiordesubrazo.ConlaotrahizounaseñaaSotoparaquerecogieralapistolayelcuchillo.
—Tienequecerrarlaverja—protestóBurrows—.Sino,entrarán.—¿Quién?—preguntóBosch.—Lagentedefuera.Loschicosdelacalle.—¿Cómolacerramos?—Hayunmandoenlacamioneta.—Novamosaabrirlacamioneta.—Laperraesinofensiva.Sololegustaladrar.—Vale,abriré lacamioneta.Pero, soloparaque losepa,si laperrameataca le
pegaréuntiro.—Nolohará.Bosch hizo una seña a Soto para que pudiera tomar el control de Burrows
mientras él se acercaba a la camioneta. Sacó su arma y lamantuvo a un costado.Abriólapuertayfuerecibidoporunparoxismodeladridos,perolaperraretrocedióhacia lapuertadelpasajero.Boschmetió lamanoypulsóelbotóndeunmandoadistanciafijadoalparabrisas.LapuertadelcomplejodeBurrowscomenzóacerrarse.
—Lola,baja—gritóBurrows.LaperrasaltódelacamionetaypasójuntoaBoschcomounaexhalación.Para
cuandoéllevantóelarma,elanimalyaestabaenelsueloalladodeBurrows.—Buena chica—dijo Burrows—. ¿Puede apagar el motor? La gasolina no es
barataaquí.—Noesbarataenningunaparte—dijoBosch.Entróenlacamionetayapagóelmotor,luegocogióelrifledelarmero.
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BoschmantuvoaBurrowsesposadohastaqueestuvierondentrodelacasaylahuborecorridoensutotalidadparaconfirmarquenohabíanadiemásdentro.Encontróunamesay sillas en la cocinay sentó aBurrows frente a unapared adornada conunabanderanazi.Dejólasdosarmasenunaencimera,luegoregresóaBurrows,lequitólas esposasyocupóuna silla al otro ladode lamesa.Soto se colocó a laderecha,juntoalasarmas.Elfregaderoestabaarebosardeplatossuciosyvasos.Sotoabriólaaplicación de grabación y colocó su teléfono en la encimera, mientras Burrowsexageradamentesefrotabalasmuñecasparadesentumecerlas.
La perra fue al bol situado junto a la puerta trasera y empezó a lamer aguaruidosamente.Esperaronhastaqueelruidoremitió.
—¿Dequérazaes?—preguntóBosch.—Enpartepitbullyenparterottweiler—dijoBurrows.Boschseñalólabanderaconlacabeza.—Ajuegoconlabandera,¿eh?—dijo.Burrows no respondió. La perra encontró un lugar junto a la puerta, dio dos
vueltasencírculoyluegosetumbó.—¿Viveaquísolo?—preguntóBosch.—Sí—dijoBurrows—.¿Podemossaltarnoslacharla?Quieroterminarconesto.—Claro.¿Dedóndesacólasarmas?—DeunaferiadearmasenTucson.Todolegal.Vivíaallíentonces.—Salvoqueolvidómencionarquehabíaestadoenlacárcel.—Las compré a un ciudadanoparticular y no tenía que preguntar.Además,mi
abogadoestápidiendoaltribunalqueseelimineesacondenademiregistro.Cumplílacondenaycompletélacondicional.
—Sí,buenasuerteconeso.¿Tienealgúnarmamásenlacasa?Burrowsnorespondiódeinmediato.—Nomienta—dijoBosch—.Opondremosestopatasarriba.—Tengounaescopetaalladodemicama—dijoBurrows—.Mesorprendeque
no la haya visto cuando ha recorrido la casa. Solo he dudado porque me hapreguntado por armas en la casa. También tengo un Colt 45 en la guantera de lacamioneta,peronomehapreguntadoporelvehículo.
BoschhizounaseñalaSotoyellasaliódelacocinapararecogerlasarmas.HarryverificóquehabíadejadosuteléfonograbandoenlaencimerayvolvióconBurrows.
—Deacuerdo,ahoravoyaleerlesusderechos.—¿Quéquieredecir?¿Pensabaquesoloíbamosahablar?—Sí.Pero todavíanomehedecidido respectoa lasarmasde fuego.Lanavaja
tambiénesilegal.Vamosavercómoconducimosestoyvamosahacerlotodobien.Boschsacósucarterasinapartarlamiradadelhombrequeteníadelante.Luego
bajólavistayleyóaBurrowssusderechosdeunatarjetaqueguardabaallí.
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—¿Entiendeestosderechosqueacabodeleerle?—preguntó.—Noreconozcoesosderechos—dijoBurrows.—Nomeimportasilosreconoce.¿Entiendeloqueacabodeleerle?—Sí,perono…—Apuestoaqueahorapagasusimpuestos.—Bajoprotesta.—Muybien,lomismoda.EstossonsusderechossegúnelGobiernodeestepaís.
Puede protestar a eseGobierno, pero estas son las reglas. ¿Quiere proceder con laentrevista o quiere meterse en la parte de atrás del coche y que vayamos a LosÁngeles?
—Comprendomisderechos.Hablaréconustedsinlapresenciademiabogado.—Bien,estamosprogresando.¿DóndeestáAnaAcevedo?Burrowsfísicamenteserecostóhaciaatrásensuasientocomosilabrusquedadde
Boschfueraunobjetosólidoconelquelehubierangolpeado.—Mire,esloqueheestadotratandodedecirledesdeelcomienzo—protestó—.
Notengoniideadedóndeestá.Nohevistoaesachicaenveinteaños.—¿Cuándoybajoquécircunstanciaslavioporúltimavez?Antesdequepudiera responder,Sotovolvióaentraren lacocina.Dejó lasdos
nuevas armas que había recogido con las otras y recuperó su posición junto a laencimera.
BoschsevolvióhaciaBurrowsyrepitiósupregunta.—HáblenosdelaúltimavezquevioaAnaAcevedo.—No…Estamoshablandodelosnoventa.¿Cómovoyarecordarexactamente…?—Peroustedvivíaconella.Deberíapoderrecordarcuándo…—No.¿Quiénlehadichoeso?Yonunca…Suvozsefueapagando.—¿Nuncaqué?—preguntóSoto—.¿Nuncaviviríaconunalatina?Bosch le lanzó a Soto una mirada para que se contuviera. Quería mantener a
Burrows con la guardia baja y la mejor manera de hacerlo era tener a una solapersonacontrolandoelinterrogatorio.
—Sinovivíaconella,almenoslavisitabaenelBonnieBrae—dijo—.Tenemostestigos.
—Sí, sí, eso es cierto—reconoció Burrows—. La visitaba allí. No vivía allí.Nuncavivíallíynuncavivíconella.
Elplanerausar aAnaAcevedoparaconseguirqueBurrows reconociera cosasquepodríanusarsecontraélenuncasoque incluyerael incendiodelBonnieBrae.Bosch acababa de marcar la primera y más importante de las casillas. BurrowsacababadeadmitirquehabíaestadoenelBonnieBraeparavisitaraAcevedo.Eraunprimer paso en el camino de establecer familiaridad con el edificio. El caminoterminabaconBurrowsreconociendoquesabíadóndeestabaelbajantedelabasura.
—Entonces¿cuáleraexactamentesurelaciónconella?
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—Ellayyotrabajábamosjuntosyfueellalaquemebuscó.Ibacontralasnormas,peroellamepersiguióytuvimosunlío.Tododurómenosdeseismeses.
Sotohizounruidodedesdénconlaboca.Boschnolehizocaso.—¿Estáhablandodelacasadecambiodecheques?—preguntó—.¿Ibacontralas
normasdeallí?—Sí, los dos trabajábamos allí —dijo Burrows—. Durante un año. Yo me
encargabadelaseguridad.Luegoelladejóeltrabajoymedejóamíynuncavolvíaverla.Juroquefueasí.
—¿Porquésemarchó?—Hubo un atraco. Me agredieron y a ella la amenazaron con un arma en la
cabeza.UnaAR-15.Ellaseasustóynoquisovolvera trabajarallí.Tuvosíndromepostraumático o algo así, aunque lo llamaban de otra forma entonces. Y nunca lavolvíaver.Mevisitóunavezenelhospitaldespuésdelatracoyesofuetodo.
—¿Adóndefue?—Seloacabodedecir,nolosé.—Ynuncatratódeencontrarla.—No.Noestaba…,mire,erasolosexo.Noestábamosenamorados.Lodejéestar.—¿SuscolegasdeVBAsabíandeella?UndestellodesorpresaaparecióenlosojosdeBurrows.Boschconocíaelgrupo
VBA.Burrowsnorespondió,peroBoschinsistió.—¿Selocontó?—preguntó—.¿Alardeóconloschicosdelacasaclubdequese
tirabaaunamexicana?¿Cómolallamaban,«monadefrontera»?—No,noselodije—dijoBurrows—.Noselodijeanadieynolallamabaasí.Bosch lo miró un buen rato, valorándolo, pensando en qué camino tomar a
continuación.—¿CuántasnochespasóenelBonnieBrae?—preguntó.—Nolosé—dijoBurrows—.Treinta,cuarenta.Ibamucho.Estábamos…—¿Estaban…,qué?¿Enamorados?—No,nihablar.Noeraamor.—¿Dejabaropaallí?—Sí,dejabaalgunosuniformesdetrabajoallíparatenerlos.—¿Lavabaropa,sacabalabasura?—Ayudaba,sí.Esonosignificaqueestu…—¿Sacabalabasuradeunamujeralaquenoamaba?—Mire,estátergiversandoestoporcompleto.—¿Cómo?¿Sacabalabasuraono?—Sacaba la basura, pero eso no significaba nada y no importa, porque no he
sabidonadadeellaenveinteañosynosédóndecoñoestá.Boschhizo una pausa.Dejó que las cosas se calmaran, aunque estaba eufórico
porqueteníatodoloquenecesitabadeBurrows.—¿Cómoseganalavidaahora,Rodney?—preguntó.
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—Conduzcouncamiónderepuestos—dijoBurrows.—¿Quérepuestos?—Repuestosdecochesamericanos.—¿DóndeestáAnaAcevedo?¿Quéhizoconella?—¿Qué?¡Nohicenada!¡Nosédóndeestá!Logritóylaperralevantólacabezadelsuelo.—¿Sabequé?—dijoBurrows—.Yanomeimporta.SolollévemeaLosÁngeles.
Quieroveraunabogado.Empezóalevantarse,peroBoschestabaesperandoelmovimiento.Seincorporó
degolpe,seestiróporencimadelamesayvolvióasentaraBurrowsponiéndoleunamanoenelhombro.
—Siéntese.Ynoselevantehastaqueselodiga.Boschoyóelmurmullogravedelaperradesdeelumbral.—Estáviolandomisderechosciviles—protestóBurrows—.Nopuedeentraren
micasa,enmipropiedad,ydecirmeloquetengoquehacer.BoschmiróaSotoylehizounaseñalhaciaelteléfono.Burrowshabíapedidoun
abogado,asíquelaentrevistatécnicamentehabíaacabado.Sotoapagólaaplicacióndegrabación.
BoschsevolvióhaciaBurrows.—Esgraciosocómosiempre terminandiciendo lomismo—dijo—.Noquieren
sabernadadeestepaísysusleyesyluegoderepentequierenquejuguemosconlasmismasreglasqueniegan.
—Quieroamiabogado.—Nos ha invitado a su casa, señor Burrows. Tenía elección y ha decidido
invitarnos a pasar.Si dicequequiere un abogado, entonces terminaremos con estoahoramismo,lollevaremosaLosÁngelesyloacusaremos.
Burrowspusoloscodosenlamesaysetapólacaraconlasmanos.—O—continuóBosch—puedesimplementehablarnosdelatracoenelEZBank.Burrowsnegóconlacabezacomosinotuvieraelección.—Dostipos—dijo—.Entraron,dispararonalaireymegolpearonconlaculata
deunarma.Tuveunafisuracranealyunaconmociónynorecuerdonadadespuésdeeso.Peroloquemecontaroneraquemeteníanenelsueloypusieronlapistolaenmicabezaparapegarmeuntiroamenosquealguienabrieralapuertadeseguridad.
—¿Quéocurrió?—preguntóBosch.—Anaabriólapuerta.Yahabíaactivadolaalarmasilenciosa.Sabíaquelapolicía
estaba en camino, así que abrió la puerta. Entonces llegaron los atracadores y lesobligaronaabrirlacajafuerteyloscajonesdedinero.
—¿Aquiénobligaronaabrirlacaja?—Eldirectordelaoficinaestabaallíconella.Fueél.—¿Cómosellamaba?—Eh,sellamaba…Nolorecuerdo.Eracomounnombreruso.
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—¿Quieredecirucraniano?—Loquefuera.—¿EraMaxim?—Sí,esoes.LollamábamosMax.—TambiénsefollabaaAna,¿verdad?Otravezsemostrósorprendido.—No,esoesmentira—dijoBurrows—.Esonofueloqueocurrió.—¿Estáseguro?—Lohabríasabido.—¿Deverdad?Hadichoquenovivíaconella.Noestabaallícadanoche.Acaba
dedecírmelo.—Perolohabríasabido.—¿Cuántosdíasalasemanaestabaallí?—Tresocuatroveces.Habríansidomás,peronolecaíabienasucompañerade
piso.Peronohabíanadiemás.—AsíqueloqueestádiciendoesquedespuésdeesteatracoAnaAcevedodejó
sutrabajoyaustedalmismotiempo.—Esofueloqueocurrió.Teníaestréspostraumático.—Entiendolodeltrabajo,pero¿usted?—Dijoqueyolerecordabaloqueocurrióenlatienda.—¿Quétienda?—Elsitiodondetrabajábamos.ElEZBank.Lollamábamos«latienda».—¿CuándofuelasiguientevezquevioaAnadespuésdequesemarchó?—¿Cuántas veces se lo tengo que decir? Vino al hospital a despedirse. Nunca
volvíaverla.—Asíquelodejó.¿Cómolotratólapolicíadespuésdelrobo?—Sí,esoesloquedeberíaninvestigar.Esoscabronestratarondecolgármelotodo
a mí. Dijeron que yo lo preparé. Como si parte del plan maestro fuera que meabrieranelcráneocomounhuevo.
—¿Lodetuvieron?—Nuncameacusaron.¿Sabeporqué?Porquenotuvenadaquevereneso.Tenía
unaputaconmociónyesostiposmeestabandiciendomientrasestabaenlacamadelhospitalquelohabíapreparadotodo.¡Quéestupidez!
Bosch no respondió. Estaba valorando la situación. Había marcado todas lascasillas que había venido a marcar. Podían situar a Burrows, según sus propiaspalabras, en elBonnieBrae y certificar que conocía el bajante de la basura: habíasacado la basura. Era el momento de afilar la cuchilla, la hora de apuntarla aBurrows.Miróotravez aSotoy ella asintió ligeramente.Lagrabadora estabaotravezenmarcha.Laviabilidadlegalseríacuestionable,peroBoschqueríaqueesapartesegrabaradetodosmodos.
—Háblemedelincendio—dijo.
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Burrowsparecíaconfundido.—¿Quéincendio?—preguntó.—EldelBonnieBrae.—¿El incendiodeesemismodía?Nosénadadeeso.Anayanovivía allí.Su
compañeradepiso lahabíaechado.Ese incendio loprovocaronlospandillerosquemandabanen lacalle.Comoelañoanteriorcon losdisturbios,estagentequemabasuspropiosbarrios,matabaasuspropiosniños.¿Esjodido,eh?Quierodecir,esoeraloquepensábamos.
Ensuvisiónperiférica,BoschvioqueSoto seapartabade suposición relajadacontralaencimera.Boschsevolvióylelanzóotramiradaquelahizoretroceder.Noeraelmomentodeairearemocionespersonalesychocarconel racista.Teníanunamisión,ycuantomástiempohablaraBurrows,máscercaestabandelograrla.
—Explique eso—le pidió aBurrows—. ¿De quién está hablando? ¿De qué setrataba?
—DeVBA—respondióBurrows—.Lovimosvenir.Soloescuestióndetiempo.—¿Antesdelaguerraracial?—Podríallamarloasí.Peronoimportacómolollame,estállegando.—¿CuáldeloshermanosPollardhizolabombaincendiaria?—¿Québombaincendiaria?—LaquetiraronenelbajantedelabasuradelBonnieBrae.Burrowsparecíaaturdido,sinpalabras.—AntesdequeatracaranelEZBank—completóBosch.—Está loco—dijo Burrows—. Éramos completamente no violentos. Nunca le
hicimosdañoanadie.Nopuedeacusarnosdeeso.Dehecho,entoncesnisiquieralosconocía.Esofuedespués.
Boschseinclinósobrelamesa.—Tonterías. Uno no dice simplemente: «Creo que ahora me apuntaré a una
guerra racial».Los conocía y todos sabían lo que querían.Ynecesitaban el dineroparaconstruiresapequeñacasaclubenCastaic.
—¡No!Estáloco.Yseacabó,novoyahablarmás.Omellevanymeacusanoselargandemipropiedad.¡Ahora!
BoschselevantóehizounaseñaaBurrowsparaqueselevantara.—Entonces,levántese.—¿Porqué?¿Quéestáhaciendo?—VamosaLosÁngeles.—Oh,venga,novanahacermeeso.—Levántese,porfavor.—¡Hemoshablado! ¡He ayudado! ¿Quéquieren?No sénadadeAnaAcevedo.
Notengonadaqueverconeseincendioynotienenningunapruebadeeso.ConocíalosPollardunañodespués,enCastaic.
Boschrodeó lamesayseacercóaBurrows.Sotose leunióparadejarclaroel
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mensajefísico.—Vale,vale—dijoBurrows,levantandolasmanos—.Loentiendo,loentiendo.
No les importa nada la verdad. Solo quieren un chivo expiatorio y ese soy yo.Siempresoyelobjetivomásfácil.
—Exacto—dijoBosch—.Lohaentendido.BurrowsselevantóySotosecolocódetrásparaponerlelasesposas.BoschlosacódelacasamientrasSotocargabaconlasarmas.Cerraronlapuerta
conlaperradentroyrecorrieronelsendero.Enlacamioneta,Boschabriólapuertayusóelmandoadistanciaparaabrirlaverja.
Pusieron a Burrows en la parte de atrás del Ford y las armas en lamanta delmaletero.Bosch luegohizouna seña aSotoparaque se acercara a la camionetaypudieranhablarsinqueBurrowspudieraoírlos.
—¿Quéopinas?—preguntó.—Creo que es un capullo racista como ya sabíamos —dijo Soto—. ¿Tú qué
opinas?—Esoloes,seguro.Perocreoquenoeselcontactointerior.—¿Por qué? Élmismo se sitúa en el Bonnie Brae. Reconoce que sabía dónde
estaba el bajante de la basura.Tenía acceso.Teníamotivo.Ypodría no importarlenadaquiénpudieraresultarheridoallí.
Bosch hizo una larga pausa y luego miró al Ford. Daba la impresión de queBurrowsteníalacabezabaja.Boschnopodíaverlo.
—Noestantoloqueheoído—explicóalfin—.Esloquehevisto.Laslecturasquehecaptado.DicequenosabíalodeBoikoyAna.Nosabíamucho.
—¿Yqué?¿Lecrees?—Lucy, llevocasicuarentaaños interpretandoa lagente.Llegasaunpuntoen
quetefíasdetuinstinto.Miopiniónesquenoesél.Ellacruzólosbrazosconfuerzaantesupecho.—Ojalá yo fuera tan buena interpretando a la gente. ¿Alguna vez te has
equivocado?—Claro queme he equivocado.Nadie es perfecto. Pero eso no cambia lo que
sientoahoramismo.—Entonces¿quéquiereshacer?¿Dejarloen libertad?Llevabaunapistolaen la
caderacomosifueraunvaquero.—No,noquierodejarlosuelto.QuieroentregarloalsheriffdeSanBernardinopor
posesióndearmasydejarqueellosseocupen.Luegonoslargamosdeaquíyvamosalsiguiente.
—Boiko.—Sí.YluegoAna.Todavíanecesitamosencontrarla.Ymira,noestoydiciendo
que descartemos a Burrows. Todavía tenemos las redes en el agua. Tal vezencontremosalgoquecambienuestravisióndeél.Peroporahora…
Volvió a mirar al Ford. Burrows se había enderezado y Bosch podía verlo
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mirándolosatravésdelparabrisas.—¿Quieresquellamealsheriff?—Sí,adelante.Dilesqueserámejorquetraiganalosdecontroldeanimales.Sotoasintióconairesombrío.—Sí,Harry.
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EsperaroncasiunahoraaquevinierauncochepatrulladelDepartamentodelSheriffde San Bernardino. Luego tardaron otra media hora en explicar la situación ytransferirlacustodiadeBurrowsalreticenteagentedelsheriff.Cuandovolvieronalaautovía, había pasado la mayor parte de la tarde y Bosch sentía el nerviosismoinherenteaperderel tiempoenuncallejón sin salida.Soto,por suparte,guardabasilencio.ManteníalamiradaenlapantalladesuiPadynodecíanada.
—¿Tieneshambre?—preguntóBosch—.Podemospararenalgúnsitio.—No,despuésdeesto,no—dijoSoto—.VamosahablarconBoiko.—Vale,¿adónde?¿NorthHollywood?—Sí, pero no a su casa. Probablemente estará trabajando. Ahora es director
generaldelEZBank,ytienenlasedecentralenNorthHollywood,enLankershimyOxnard.
—Entendido.El cuartel general de la cadena de pago de cheques resultó ser un edificio sin
identificar enunamanzanadepequeñosnegocios industriales enOxnard.Tardaroncasidoshorasenllegarallí,yunavezmásBoschtuvoqueaparcarelcochejuntoalaverjaymostrarsuplacaaunacámara.
EstavezlaverjaseabriósinproblemasyBoschentróyaparcó.Antesdebajardel coche, ordenó a Soto que pusiera enmarcha la aplicación de grabación de suteléfonoyseaseguraradequesegrababatodositeníanlaoportunidaddehablarconBoiko.Losdosdetectivesbajarondelcocheyentraronporunapuertamarcadasoloconlapalabra«Entrada».Estadabaaccesoalcentrodeoperacionesdelnegocio,queesencialmente vendía dinero en efectivo a través de una cadena de centros dedistribución.Habíaunapequeñasaladeesperaconpaisajesgenéricosenlasparedes,una recepcionista sentada trasunamesayunvigilantedeseguridaduniformadodepiejuntoaunapuerta.Boschsefijóenquelapuertanoteníamanijanipomo.
—HemosvenidoaveraMaximBoiko—dijoBosch.Larecepcionistamiróuncalendarioensuoficinayfruncióelceño.—¿Tieneunacita?—preguntó.Boschdetectóunligeroacento.DeEuropaoriental.Sacósuplacaotravezysela
mostróaella.—Estaesmicita—dijo—.DígaleaMaxqueessobreelatraco.Ellamantuvo laexpresiónalcogerel teléfonoyhacer la llamada.Luegohabló
brevemente enun idiomaqueBosch supusoque era ucraniano.Despuésde recibirinstrucciones,lamujercolgóymiróalvigilantedeseguridad.
—LlévalosalaoficinadelseñorBoiko—dijo.Elvigilantesevolvióymiróaunacámaramontadasobrelapuerta.Saludóconla
cabeza,seprodujounzumbidoelectrónicoylapuertaseabrió.ElvigilantelasostuvoparaSotoyBosch,yentraronenunmecanismodeseguridaddondeesperaronaque
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se cerrara la primera puerta antes de que se abriera la siguiente. Desde allí, elvigilanteloscondujoalolargodeunpasilloconvariaspuertashastaunaoficinaqueconteníadosescritoriosadosadosfrenteaunmurodepantallasdevídeoenlasqueseveían los interiores de las casas de cambio y las operaciones dentro de la central.Boschse fijóenqueenunade laspantallasestabasintonizadaCNNInternacional.Encimadelbancodemonitoreshabíauncartelrojoyblancoquedecía«¡QuitadlasmanosdeUcrania!»yuncollagedefotosquemostrabancombatesenlascallesentretropas rusas e insurgentes ucranianos conpasamontañas.Boschviouna fotodeunhombrequeutilizabaunahondaparadispararunproyectilhacia tropasfuertementearmadas.
Unodelosescritoriosestabavacíoydetrásdelotrosesentabaunhombredeunoscincuentaañosconcabellonegropeinadohaciaatráscongominayclarossignosdealopecia.Señalóconlacabezaalvigilantedeseguridadparaindicarlequeyanoselenecesitaba.
—¿MaximBoiko?—preguntóBosch.—Sí,soyyo—dijoelhombre—.¿EstánaquíporelatracodeVanNuysoelde
Whittier?BoikotodavíateníaunmarcadoacentoapesardelasdécadasquellevabaenLos
Ángeles.BoschsuponíaqueVanNuysyWhittiereranlaslocalizacionesdeatracosmásrecientesdesucursalesdelEZBank.Enelcaminodesdeeldesierto,Sotohabíacompartido parte de su investigación sobre Boiko y el negocio. El EZBank yacontabacontreintayochoestablecimientosenlazonadelostrescondadosymásdedosterciosdeellosseconcentrabanenlaconurbacióndeLosÁngeles.
—Ningunodelosdos—dijoBosch—.QueremoshablardeWestlake.1993.¿Lorecuerda?
—Cielo santo—dijo Boiko—. Sí, lo recuerdo. Estuve allí. ¿Han encontrado aesoscabronesquemerobaron?
Bosch no respondió. De manera exagerada, miró alrededor a la pequeña salacomo si buscara un sitio para sentarse.No había otras sillas además de las dos dedetrásdelosescritoriosyBoikoocupabaunadeellas.
—¿Hayalgúnsitiodondepodamossentarnosyhablar?—preguntóBosch.—Sí—contestóBoiko—.Porsupuesto.Síganme.Boikolosacompañóotravezalpasillo.Cruzaronunapuertaenunazonadecarga
dondeBoschvio tres furgonetasdepanelesblancosqueanunciabanun serviciodefontaneríadeveinticuatrohorasenloslaterales.
—Camuflamosnuestrasfurgonetasdeentrega—explicóBoiko—.Asínadiesabequevenimosconeldinero.Yelfontanerotambiénnospagaporanunciosgratisenfurgonetas.
Boschasintió.Pensóqueeraunabuenaidea.Nuncahabíacomprendidoporquéloscamionesacorazadoserantanobvios,prácticamenteanunciandoportodaspartesdóndeestabaeldinero.Nomencionóque,sielfontaneropagabalosanuncios,estos
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noerangratis.CruzaronelmuelleyBoikoabriólapuertaaotraoficina,queconteníaunamesa
decomedorconcuatrosillas.—Porfavor,siéntensealamesa—dijoél—.¿Lesapeteceuncafé?BoschySotodijeronqueno.TomaronasientoyBoschlospresentóformalmente.
Bosch había decidido repetir con Boikomás o menos la misma táctica que habíautilizado con Burrows: usar a Ana Acevedo como herramienta para obtenerinformacióndelincendiodelBonnieBrae.PeroBoikonoteníaantecedentesyesoledabaaBoschmenosopciones.Teníaqueusarmás finura estavez.Contabacon lainformaciónqueBoschhabíarecibidodeGusBraleyrespectoaque,enelmomentodel atraco, Boiko estaba más preocupado de que se conociera su aventura con laempleadaqueporelatracoensí.EsodabaaBoschciertaventaja.Noeraunas,peroeraalgo.
—Estamosechandounvistazoalatracodel93yesperoquenosayude—empezó.—Porsupuesto—repusoBoiko—.Perdimosmuchodinero.Pero¿veintiúnaños?
¿Porquéhanvenido?—Porque ha surgido en otra investigación. Algo actual de lo que no puedo
hablarle.—Estábien.Pero¿medaráneldinero?Boschnorecordabaquehubieraningunaclasederecompensaofrecidaenelcaso.—¿Quédinero?—preguntó.—Elquesellevaronlosatracadores—dijoBoiko.—Oh,bueno,comoacabadedecir,fuehaceveintiúnaños.Nocontaríaconque
quedenadadedinero.Aunquenuncasesabe.—Entiendo.—Recuperaronlaspérdidasatravésdelsegurodetodosmodos,¿no?—Notodo.Pagamoselpato.Aprendimosalgosobrelosseguros.Nuncahayque
tenermásdinerodelqueestáasegurado,¿ve?Nuncavolvimosatenereseproblema.—Mealegrodeoírlo.Yustedtambiénhallegadolejos.Teníanunpardelocales
entoncesyahoraestánentodaspartes.—Sí,tengomuchoéxitoconlacompañía.—Felicidades.Sumujerehijosestaránorgullosos,seguro.—Mujer,sí.Notenemoshijos.Demasiadoocupado.Trabajo,trabajo,trabajo.—Bien.Bueno, no queremos entretenerlo demasiado.La razón de que estemos
aquíesqueestamosbuscandoaalguienynoshandichoquepodríaayudarnos.—Vale.¿Quiénes?—AnaAcevedo.Boikotorcióelgestoyluegohizounmuymalesfuerzoparaparecerconfundido
porelnombre.—¿Quiénesestapersona?—preguntóél.—Recuerda aAna—dijoBosch—. Trabajaba con usted. Estaba allí el día del
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atraco.UstedabriólacajacuandolosatracadoreslepusieronaAnaunapistolaenlacabeza.
Boikoasintióvigorosamente.—Oh,Ana, claro, sí.No la recordaba, ha pasadomucho tiempo.Ya no trabaja
aquí.Desdeentonces.—Sí,oímosquesemarchó.—Sí, se marchó. Dijo que era demasiado estrés, esas cosas. Pensaba que los
atracadorespodíanvolver.—Tambiénnosdijeronqueerasunovia,asíqueesperábamos…—No,no,no,no.Noesminovia.Boikolevantólasmanoscomoparaprotegersedeunataque.—Bueno, tal vez ahora no—dijoBosch—.Pero entonces sí. La visitaba en el
apartamentodelBonnieBraedondeellavivía.Esolorecuerda.Boikovolvióasuposeamnésicadebocaabiertaymiradaaltecho.—No,sunovioeraelvigilantedeseguridad—dijo—.Estabanjuntos,sí.Bosch se inclinó sobre la mesa para hablar confidencialmente, de hombre a
hombre.Bajólavoz.—Mire,Maxim, está en el expediente—dijo—.Usted yAna. Por eso abrió la
caja.—No,porfavor—respondióBoiko—.Sáquelodelexpediente.Esonoesverdad.
Soyunhombrecasado.Amoamimujer.Hizo una señal hacia la puerta como si sumujer estuviera al otro lado de ella.
Boschsepreguntósilamujerqueloshabíarecibidoyhabíahabladoenotroidiomaalteléfonoerasumujer.
—Mire, Max —dijo Bosch—, no estamos aquí para avergonzarlo ni causarleproblemas.Asíquecálmeseunpoco.Pero tenemoselexpedienteyhay testigosdeque visitaba a Ana en el Bonnie Brae de manera regular e incluso usted se loreconocióaldetectiveBraleyentonces.
—Estábien—dijoBoiko,consuvozenunsusurro—.Entonces,peronoahora.—Bien, entonces—concedióBosch—.Noha sido tan difícil. Fuehacemucho
tiempo, ¿y qué? Ocurre. Dijo que sabía lo del otro hombre…, ¿el vigilante deseguridad?
Boikonegóconlacabezaaldarsecuentadequesureconocimientodelaaventuraabríalapuertaaloquepodríaserunacascadadepreguntas.
—Nolosabía,luegolosupe—dijo—.Yporesoparé.—¿DejódeiralBonnieBraeaveraAna?—preguntóBosch.—Sí,esoescierto.—¿PorquénolepidióaAnaquedejaradeveralvigilante?Quierodecir,usted
eraeljefe,¿no?¿Porquéfueustedelquelodejó?—No, tenía a mi mujer, ¿ve? Quería acabar con eso. Ella (Ana) lo había
empezadotodoyfueungranerrorpormiparte.
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—¿Quieredecirqueellavinoabuscarlo?—Sí,exactamenteasí.BoschasintiócomosicomprendieracómosehabíaaprovechadoMax.—Vale,¿concuántafrecuenciaibaalapartamentoantesdeeso?—Nodemasiado.—¿DóndeestáahoramismoAnaAcevedo,Maxim?Boikolevantólasmanoscasiamododesúplica.—Nolosé.Seloaseguro.Nolahevistodesdequesefue.—¿Nolahavistodesdeentonces?Tenemostestigosdeque…—¡No! Eso esmentira. ¿Qué testigos? ¿Se lo dijo ese vigilante de seguridad?
¿Burrow?BoschpensóqueeracuriosoqueBoikotodavíarecordaracasialaperfecciónel
apellidodelvigilantedeseguridadconelquetrabajabaveintiúnañosatrás.—Nopuedodecirlequiéneseltestigo—dijoBosch—.Peroestádiciendoqueno
lahavistodesdeentonces,¿correcto?—Escorrecto—dijoBoiko.—¿Ynohablóconellaporteléfono?¿Algúncontactoconelladesdeentonces?—Soloporsusimpuestos.—¿Aquéserefiereconlosimpuestos?—CuandoquisopedirunadevolucióndeHacienda,teníaunanuevadireccióny
mepidióqueleenviaralosjustificantesderetenciones.—¿SerefiereaunformularioW-2oun1099?—Sí,exactamente.—Entonces ¿se habíamudadodespuésdel atracoyquería queusted tuviera su
nuevadireccióndecorreo?—Esoesloqueocurrió,sí.Boschtratódemanteneruntonodecalmaenlavoz.Peroeradifícil.Larespuesta
deBoikolediounarenovadaesperanzadeencontraraAnaAcevedo.—¿Tieneregistrosdeempleados?—preguntó.—Porsupuesto—dijoBoiko.—Bien, ¿todavía tiene un archivo sobre Ana Acevedo? ¿Un archivo con una
dirección?—Peroesdehaceveinteaños.—Losé,peroeraempleadaytodavíapodríahaberunarchivo.—Sí,claro.—¿Dónde?¿Losarchivosestánenesteedificio?—Sí,puedomirarlosi…—Sí,quieroquelomire.Quieroquelobusqueahoramismo.Podemosesperar.Boikoselevantóysaliódelasala.Boschmirósureloj.Erancasilascinco.Tenía
unasensacióndequeesosúltimosminutosibanaconduciraalgoquepodríasalvareldía.
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—¿Quéestáspensando?—lepreguntóaSoto.Ellafruncióloslabiosunmomentoyconsiderólarespuestaantesdedarla.—Probablementelomismoqueestáspensandotú—dijoporfin—.Hoylosdos
tiposhandichoqueAnalossedujo.Pareceunpocofueradelocomún.Comosifueraunaninfómanaotuvieraunplan.
Boschlaseñalóconeldedo.Justoloquehabíaestadopensando.—Si a eso unimos la desaparición, ¿qué tenemos?—preguntó Bosch—. Y no
estoyhablandodequesefueradelaciudad.Estoydiciendoquedesapareció.—Tenemosaalguienqueestáascendiendoalomásaltodelalista—dijoSoto.Boschseñalóconlacabezaalapuerta.—Cuandovuelvahemosdepreguntarleporesedía—dijo—.Porlossospechosos
y la identificación de ellos como blancos. Si eso todavía se mantiene hemos deinvestigarlavidadeAnayencontrarlasintersecciones.Elnexo,comotúlollamas.
AntesdequeSotorespondiera,lapuertaseabrióyBoikoregresó.Sosteníaunahojadepapel.
—Tengounadirecciónparaustedes—anuncióconorgullo.DejólahojadepapelenlamesaentreBoschySotoyluegoregresóasuasiento.
Bosch se inclinó sobre la mesa para mirar el papel. Era una fotocopia de unformulariodeHaciendaW-2correspondientea1993congananciasydeducciones.SehabíaextendidoanombredeAnaMaríaAcevedoyteníaunadirecciónenCalexico,California.
—¿Calexico?—preguntóSoto—.¿QuéhayenCalexico?—Setrasladóallí—dijoBoiko,afirmandoamablementeloobvio.SotocogiósubolsadelsueloysacósuiPad.BoschmiróaBoiko.—¿RecuerdaquemencionaraCalexico?—preguntó.—No,nolorecuerdo—dijoBoiko.—¿Yfamilia?¿Teníafamiliaallí?—No,habíanacidoaquí.Esomedijo.YteníafamiliaenMéxico.—¿RecuerdaenquélugardeMéxico?—No,nocreo…—Harry—interrumpióSoto—.Echaunvistazo.EllalepasóeliPadyBoschmirólapantalla.Sotohabíaintroducidoladirección
del formularioW-2 en Google Street View. Bosch estaba mirando una foto de ladirecciónde la calle a la cual sehabía enviadoel formulario fiscal aprincipiosde1994.Eraunedificiograndedeestilomisiónespañola,queparecíaunaescuela.Pero,alleerelcartelcolocadoalladodelpaseoembaldosado,Boschcomprendiósuerror.
HERMANASDELASAGRADAPROMESAConventoestablecidoen1909ArchidiócesisdeSanDiego
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LoshechosencajaronparaBosch.ElatracoalEZBankyelincendiodelBonnieBraeseprodujeronenoctubrede1993.CuandoAnaAcevedopresentóladeclaraciónde renta de 1993 seismeses después, aparentemente vivía en un convento en unapoblaciónenlafronteraentreCaliforniayMéxico.
EstabavolviéndoseobvioparaBoschporquéhabíaidoallí.Redención,salvaciónyrefugiofueronlasprimeraspalabrasqueseleocurrieron.
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Tenían demasiado impulso para detenerse. Hicieron el trayecto de trescientoskilómetrosesatardedespuésdellenareldepósitodegasolinaycomprarcomidaparallevaren la tiendaabierta lasveinticuatrohoras.Bosch tomó laautovía10haciaelestey luegoenIndiogiróalsuren laestatal86.Lacarretera los llevómásalládeBorregoSpringsybordeandoellagoSaltón.EraunterritorioabiertoydesoladoconlasierradelChocolatealolejoseneleste.
—¿Habíasestadotanalsurantes?—preguntóSoto.—Hacemuchotiempo—dijoBosch.—¿Enuncaso?DabalacasualidaddequeBoschestabapensandoenesocuandoellaplanteóla
pregunta.—Másomenos—preguntó—.Estababuscandoamicompañero.—¿Tucompañero?¿Quéocurrió?—Esuna larga historia.Dehecho, probablemente daría para un libro. Se largó
y…,bueno,nuncavolvió.—¿Quieresdecirquedesapareció?—No,lomataron.Boschlamiró.—¿Notehabíanhabladodemícuandonosasignaroncomopareja?—preguntó.—Laverdadesqueno—dijoella—.Solomedijeronquemetocabacontigo.—Bueno, soloparaque lo sepas,perdí ados compañeros.Otro recibióun tiro,
pero sobrevivió y luego tuve uno que terminó suicidándose, pero eso fue muchodespués,cuandoyanoéramoscompañeros.
Esollenóelcochedesilencioduranteunoskilómetros.SotofinalmentevolvióamirarlapantalladesuiPadenlugardedisfrutardeltonorosadodelairedeldesierto.
—Vamos a un lugar extraño —dijo Bosch al cabo de un rato—: estas dosciudades una a cada lado de la frontera. Calexico en nuestro lado,Mexicali en elsuyo.Esdifícilcomprenderquéestápasando.Recuerdoqueunavezestuveallí,seríaantesdelcasoconmicompañero,creo.Ymepresentécomosesuponequehayquehacer,peronoconseguíningunaayudadelapolicíalocal.Luegocrucélafronterayhabíauntipo…,uninvestigador…,yeracomosifueraelúnicohombrequenoeracorruptoyqueríaquesehicieraalgo…encualquierladodelafrontera.
Soto no respondió. Bosch suponía que ella probablemente todavía estabahaciendocálculosdetodosloscompañerosmuertosqueélhabíatenido.
—Elcasoesqueesunlugarextraño—dijo—.Tencuidadoallí.—Recibido—dijoellaporfin—.¿Vamosavisitaraloslocales?Boschnegóconlacabeza.—Noveolanecesidad—dijo.—Pormíbien—convinoella.
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—¿Quéhasencontradosobreeso?—Bueno,nomucho.Aquínoreciboningunaclasedeseñal,niwifinidemóvil.
Pero,cuandotodavíaestábamoscercadelaciudad,heempezadounabúsquedadelasHermanasde laSagradaPromesayhedescargadoalgunascosas.TienenconventosenCalifornia,ArizonayTexas.Haycincodeellosen lafronteray luego tienenunparmásenMéxico.EnOaxacayGuerrero.
—¿Aquésededican,catequesisyesascosas?¿Bautismos?—Hayeso,peroesunpocomásduro.Tomanlosvotos,¿sabes?Todos.Pobreza,
castidad,obedienciaytodolodemás.Lasagradapromesaeslavidaeternaenelcieloacambiodesufrimientoysacrificioenlatierra.Vanamisiones,llevanlapalabradelSeñorazonasmuycomplicadas.Merefieroazonasdecárteles,aloscamposdeopiode la región de Montana en Guerrero. Algunas de ellas no vuelven, Harry. Cadaconventotieneunaparedmemorialconlistasdelashermanasquehanperdido.Merecuerdalosmemorialesquetenemosencomisaría.
—Pensabaquedejaríanalasmonjasenpaz.—Aparentementeno.Nadieestáasalvoallíabajo.Boschpensóunmomento.Suúnicorecuerdodeunamonjaeraunoenelqueella
le decía que su madre había muerto. Harry tenía once años entonces y la monjatrabajabaenelcentrojuvenildelcondadodondelohabíanllevadodespuésdequeelestado le retirara la custodia a su madre. Se suponía que iba a ser una estanciatemporal,perotodocambióensuvidaesedía.Dealgunamanera,entodoslosañostranscurridosdesdeentonces,habíaconectadolaideaylaimagendemonjasconlamuerte.
—¿Qué le diremos aAna?—dijo Soto—.Quiero decir, si está allí después detodosesosaños.
—Da igual que sea una monja o la madre superiora —dijo Bosch—. Essospechosa y así es como tenemos que tratarla. Recuerda, hay dos personasdirectamente responsables de tirar la bomba incendiaria en el bajante de la basura.Unodeellospodríaserelpapapor loqueamírespecta,yaunasívamosaporél.AnaAcevedoesnuestrovínculoconesosdos.Podríanosaberloqueibanahacer,miintuiciónesquenolosabía.Talvezporesoterminóenunconvento.
—Sí.CondujeronensilenciodespuésdeesoyBoschnodejódevolveralrecuerdode
lamonjaylapiscinacubiertaqueteníanenelreformatorioMcLaren.Despuésdequelecomunicaranlanoticia,Harryseseparódelamonjaysesumergióhastaelfondodelapiscina.Gritóaplenopulmón,peroniunsonidollegóalasuperficie.
LlegaronaCalexicopocodespuésdelasnueve.Sotohabíaintroducidoladirecciónen la aplicación deGPS del teléfono y dirigió aBosch a la parte occidental de laciudad. El convento se encontraba en Nosotros Street, en un tramo básicamente
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residencial.Boschaparcójustodelanteyabriósupuerta.—LlevalafotodeAna—dijo—.Porsiacaso.—Entendido—aceptóSoto.Elsonidoagudodeunacigarrasubidaenalgunodelosárbolesquesealineaban
eneljardíndelanterodelconventoatravesabalaoscuridaddelanoche.—Odioesosbichos—dijoSoto.—¿Porqué?—preguntóBosch.—Nolosé.SiempresignificanmalasnoticiasenlaBibliayenlaspelículas.—Estáshablandodelangostas;esoesunacigarra.—Lomismoda.Siguensiendomalasnoticias.Esperayverás.Laverjaquerodeabaelconventonoestabacerrada.Pasaronyseacercaronala
puerta.Atravésdeunaventanalateraldabalaimpresióndequeestabatodooscurodentro.HabíauntimbrebrillanteyBoschlopresionóconinsistencia.
—¿Ysihatomadounvotodesilencioynopuederespondernuestraspreguntas?—preguntómientrasesperaban.
—Nohevistoelvotodesilencioennadadeloqueheleído—dijoSoto.—Soloestababromeando.Vienealguien.Boschvioqueunasombraseacercabadesdeelotroladodelcristal.Lapuertase
abrióyunamujerdesconcertantementejovenconhábitodemonjacompletoabriólapuerta. Tenía un rostro bonito y ojos oscuros. Dejó la puerta solo un pocoentreabierta.
—Sí,¿puedoayudarles?—dijo.—Hermana, sentimos molestarla tan tarde—empezó Bosch—. Somos de Los
Ángelesyestamosenlapolicíaallí.MostrósuplacaySotohizolomismo.—Estamosbuscandoaunamujerquepodríaestarenelconvento—dijoBosch—.
Necesitamoshablarconella.Lareligiosaparecíaconfundida.—¿Quieredecirhoy?—preguntó—.Nohavenidonadie.—Enrealidad,vinohaceveinteaños—dijoBosch.La monja lo estudió un buen rato. Bosch suponía que tendría dos o tres años
cuandoAnaAcevedollegóalconvento,siesquevinoalgunavez.—Creoquenoloentiendo—dijolamonja.Boschasintióyprobóconunasonrisatranquilizadora.—Losiento—sedisculpó—.Esunpocodesconcertante.Hemosdehablar con
unamujersobrealgoqueocurrióenLosÁngeleshacemuchotiempo.Esuncasosinresolver.Investigamoscasosabiertosylaúltimadirecciónconocidaquetenemosdeesta mujer es este convento. Ella reenvió su correo a esta dirección en 1994. SunombreesAnaMaríaAcevedo.¿Conoceesenombre?¿Estáaquí?
Boschvioclaramenteporsureacciónqueelnombrenosignificabanadaparalamonja.
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—Séque esto ocurriómucho antes de que usted llegara aquí, pero tal vez hayalguienmásaquíque…
—EstaesAna—dijoSoto.SacólafotodelúltimocarnetdeconducirdeAnaAcevedo.Lamonjaseinclinó
paramirarenlaluztenuedelalámparacenital.—ParecelahermanaEsi—contestó—.Peronoestáaquí.Bosch y Soto no pudieron evitar cambiar de pose y mirarse uno al otro. Ana
Acevedohabía tomadoelnombrede laamadamujerquehabíamuerto tratandodesalvaralosniñosdelincendiodelBonnieBrae.
—¿Estásegura?—preguntóBosch.—Bueno,no,peroseparece—dijolamonja.—¿Eseessunombrecompleto?—preguntóSoto—.¿HermanaEsi?—No, es Esther —confirmó la monja—. Hermana Esther González, pero no
somostanformalesaquí.—¿Cómosellamausted?—preguntóBosch.—SoylahermanaTheresa.Boschlepidióquemiraralafotootravezyconfirmaralaidentificación.Ellalo
hizoyasintió.—Esmayorahora,claro—dijo—.LahermanaGeraldineestáaquíyes lamás
veterana.Ellalosabráconseguridad.—¿PodemoshablarconlahermanaGeraldine?Podríasermuyimportante.—¿Puedenesperaraquí,porfavor?Iréaversiaúnestálevantada.—Estábien.Pero,antesdeirse,¿puededecirmeadóndefuelahermanaEsther?
Hadichoquenoestáaquí.—Déjemever si lahermanaGeraldine estádespierta.Nodebería seryo laque
hableennombredelconvento.¿Puedollevarmelafoto?SotolediolafotoylahermanaTheresacerrólapuerta.BoschySotosemiraron.
Lascosasestabanencajando.—Tomó el nombre de Esi —dijo Soto—. Si eso no es un sentimiento de
culpabilidad,quemeexpliquenquées.Boschselimitóaasentirytratódereservarsuexcitación.LahermanaEstherno
estaba en el convento. Aunque fuera Ana María Acevedo, todavía tenían queencontrarla y confiar en que pudiera conducirlos a los hombres que provocaron elfuego.
Pasaron cinco minutos hasta que la puerta volvió a abrirse. La joven monjadevolviólafotoaSotoyanuncióquelahermanaGeraldinelosestabaesperandoparahablarconellos.
Loshicieronpasaryloscondujeronporunpasillo.Enunladoestabaelmemorialde las monjas que habían perdido. Había nueve nombres y fotos, todas ellas demujeresconhábitos.Todasparecíaniguales.
Llegaron a una sala apenas amueblada con una vieja televisión de tubo en el
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rincón.Otramonjalasestabaesperando.Teníasesentaytantosañosy,trasunasgafassinmontura,unosojosdemiradapenetrantequeBoschsupusoquehabíanvistocosasquerivalizaríanconlasqueélmismohabíapresenciado.
—Detectives, siéntense, por favor—dijo—. Soy la hermanaGeraldine Turner,peroaquílagentemellamahermanaG.CreoquelamujerdelafotografíaquelehadadoalahermanaTheresaesnuestrahermanaEsther.¿Estábien?¿Dequésetrata?
Bosch se acomodó en un banco acolchado ante unamesita de café, frente a lamonja.Sotosesentóasulado.
—Hermana G., no tenemos noticias de la hermana Esther—dijo Bosch—. Laestamos buscando, porque necesitamos su ayuda en un caso en el que estamostrabajando.
LahermanaG.sepusounamanoenelpechocomoparacalmarloslatidosdesucorazón.
—GraciasaDios—dijo—.Temíaquelehubieraocurridolopeor.—¿DóndeestáexactamentelahermanaEsther?—preguntóBosch.—EstáenunamisiónenelestadodeGuerrero,enMéxico.Haidoalpueblode
Ayutlaytenemosnoticiasdequevigilantesynarcosestáncombatiendoallí.Nonoshanllegadonoticiassuyasenunasemana.
—¿Porquéfueallí?—Todos tenemos misiones, detective. Nosotras llevamos libros y material
médico,yhacemosllegarlapalabradeDiosalosniños.Esnuestravocación.—¿CuándoteníaqueponerseencontactolahermanaEsther?¿Llevaretraso?—No.Dehecho,novolveráhastadentrodeotrasdossemanas.Perocontactamos
semanalmenteconelconventocuandopodemos.Esteeselconventobase,detective.Hacediezdíasquenotengonoticiassuyas.
Bosch asintió. La hermana G. hizo la señal de la cruz mientras recitabainternamenteunarápidaoraciónporlahermanaEsther.
—¿Estaba usted aquí cuando la hermana Esther vino al convento hace veinteaños?—preguntóSoto.
—Sí—dijo lahermanaG.—.Creoque soy laúnicaqueestabaenel conventoentonces.MuchasdenosotrassehanreunidoconelSeñor.
—¿Recuerdalascircunstanciasenlasqueellavinoaquí?—preguntóSoto.—Fue hace mucho tiempo—respondió la monja—. Recuerdo que era de Los
Ángeles,lorecuerdoporquefuecomorecibirunángeldelaciudaddeLosÁngeles.—¿Porqué?—preguntóBosch.—Bueno,vivíamosenunasituacióndesesperadaentonces—dijolahermanaG.
—.Teníamosunahipotecaynoestábamosalcorrientedepago.Nosenfrentábamosaperderestelugarmaravillosoquellamamosbaseyentoncesllegóella.Pagótodalahipoteca y dijo que quería unirse a nosotras. La acogimos y le dejamos tomar losvotos.
Boschasintió.
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—¿LegustaríavereltrabajodelahermanaEsther?—preguntólahermanaG.—¿Quéquieredecir?—preguntóBosch.Señalólaviejatelevisiónqueteníaasuderecha.—Tenemos grabaciones en vídeo de nuestras misiones —dijo—. Ayuda a
recaudar fondos. Creo que la última misión de la hermana Esther está en elreproductor de DVD. Fue a una escuela en Chiapas. ¿Ha oído hablar de loscinturonesdemiseria?
BoschmiróaSoto.—Losbarriosmáspobres—explicóella.—ChiapastienelapobrezamásextremadetodoMéxico—dijolahermanaG.Lamonjacogióunmandoadistanciadelamesaqueestabaalladodesusillay
encendiólatelevisiónyelDVD.Enseguidaaparecióenpantallaunaescenadeunaescueladondedosmonjasconhábitoscompletamenteblancosservíancomidaaniñosen un aula hecha jirones. Los niños tenían ropa sucia y muchos de ellos vientresabultados.BoschnotuvoquepreguntarquiéneralahermanaEsther.LareconociódelasfotografíasdeAnaAcevedo.
LahermanaG.pasóenvelocidadrápidaelDVDylodetuvoenunpuntodondelasmonjasimpartíanclase.LahermanaEstherestabaleyendodeunaBibliaconunadornodorado en la cubierta depiel.Losniños, cuyas edades iban entre unos seisañosyadolescentes,escuchabanconatenciónembelesada.
LahermanaG.adelantóelvídeootravezylodetuvoenunaescenaenlaquelasdos monjas se iban de un pueblo donde no parecía haber carreteras asfaltadas niposteseléctricos.Estabanapuntodesubirseaunautobúscoloridoperoviejo.Enelparabrisas del autobús el destino decía «SanCristóbal de lasCasas».Bosch nuncahabíaoídohablardeeselugar.
Un niño de unos ocho años no quería que la hermana Esther semarchara. Seaferrabaasuhábitoblancoylloraba.Ellaleacariciabalanucaconsuavidad,tratandodecalmarlo.
LahermanaG.apagólatelevisión.—EsaeslahermanaEsther—concluyó.—Graciaspormostrárnoslo—dijoBosch.Se preguntó si la hermana G. tenía idea de por qué habían venido a ver a la
hermanaEstheryleshabíamostradoelvídeoparaganarsesucompasión.Sotoestabaa punto de decir o preguntar algo, pero Bosch le puso la mano en el brazo paraimpedirlo.Teníanloquenecesitabanporelmomento.Lepreocupabaqueunexcesodepreguntassuscitarasospechas—sinolashabíansuscitadoya—ylellegaralavozalahermanaEsther.Noqueríaasustarlaantesdetenerlaoportunidaddehablarconella.
—Bueno,hermana—dijo—,sinoleimporta,volveremosacontactarconusteddespuésdequeregreselahermanaEsther.Entoncesvendremosparahablarconella.Lamentamoslaintrusiónyledamoslasgraciasporsutiempo.
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Empezóalevantarse.—¿Puedendecirmedequésetrata?—preguntólahermanaG.—Claro —dijo Bosch con amabilidad—. No sé si la hermana Theresa lo ha
mencionado,perotrabajamosenlabrigadadecasosabiertosytratamosderesolverviejos casos, viejos crímenes. La hermana Esther (cuando era Ana Acevedo) fuetestigodeuncrimenyestamosechandootrovistazo.Nosgustaríahablarconellayver si recuerda algo que podría no haber compartido con la policía entonces. Lesorprenderíacuántoquedaimpresoenlamemoriaytienetendenciaaaflorarconeltiempo.
LamonjamiróelrelojyvolvióamiraraBoschconsuspicacia.—Estoysegura—dijoalfin—.Siquierendejarunatarjeta,meocuparédequela
hermanaEstherlosllameencuantoregrese,Diosmediante.—No tiene que preocuparse, hermana —dijo Bosch—. Estoy seguro de que
estaremosencontacto.
Eran más de las dos de la madrugada cuando Bosch entró en su casa. Las lucesestaban encendidas, pero reinaba el silencio. La puerta del dormitorio de su hijaestaba cerrada. Se había ido a dormir hacía rato. Había hablado con ella desde elcocheduranteeltrayectodesdeCalexico.
Bosch estaba nervioso a pesar del día largo, la mayor parte del cual lo habíapasadoenelcoche.Salióalaterrazatraserayseacercóalabarandilla,empapándosedelaciudadypensandoenlospasosdadosenelcasoBonnieBrae.Porlamañana,pondría al capitánCrowder al corriente y luego tendrían que decidir si viajarían aMéxicoenunintentodeencontraraAnaAcevedo,aliashermanaEstherGonzález,en las montañas de Guerrero controladas por los cárteles, o se contentarían conesperar su regreso a suelo estadounidense. Ambas opciones tenían sus riesgos, yBoschdejaríaladecisiónalcapitán.
TomónotadeintentardescubrirporlamañanasiAnaAcevedohabíacambiadolegalmentesunombrealdehermanaEstherGonzález,yenesecaso,porquéSotonohabía encontrado ningún rastro de esa información. Suponía que había viajado aMéxicoconunpasaporteválido.Deberíaexistirunregistrodelcambiodenombreenalgunaparte.
PensareneltrabajodeSotoparecióconjurarla.SonóelteléfonoyBoschlosacódelbolsillo.
—¿Lucy?—Harry,¿estabasdormido?—No,todavíano.¿Dóndeestás?BoschlahabíadejadoensucochedentrodelgarajesubterráneodelEAP.—Enlabrigada.Mehabíadejadolasllavesaquí.Boschnoestabasegurodequeellaleestuvieradiciendolaverdad.
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—¿Y?—Yacabodemirar lascosasantesde iracasa.Heabiertoelartículodelcaso
MercedenLaOpiniónparavercómohasalidoyeso.—Vale.—Todoestababienenelartículo.Bienescritoynomehacitadomal.Decíaque
recuperamoselarmahomicida.Asíquehepasadoaloscomentarios.¿Sabesdequéestoyhablando?
—Nomucho…NoleoperiódicosnienInternetnienpapel.Perocontinúa.—Bueno, en Internet, los lectores pueden hacer comentarios sobre cualquier
artículodelaweb.Asíquehabíaalgunoscomentarios,incluidounoqueseguroqueesdenuestramujeranónima.Noserindeyestoypensandoquetenemosquehablarconella.
—¿Quédecía?—Estáenespañol,perobásicamentedicequelapolicíamiente.Quesabenquién
lohizo,porqueselohandicho,perohayunagrantapaderaparaprotegeralalcaldeyalverdaderohombrequemandadetrásdeél.
Boschreflexionóunmomento.—TodavíacreemosqueestáhablandodeZeyas,¿no?—Sí.—¿Quiénseríaelhombrealmando?¿Broussard?—Supongo.—Yellanofirmóconsunombre,¿no?—No,puedesponerelnombreolaspalabrasquequieras.Firmó«Losé».—¿Esoesrastreable?—Probablemente con una orden judicial.Dudo que el periódico nos ayude sin
eso.Solopensabaseguirllamándolahastaqueresponda.Yluegonosvemosconella.—No,dejemosdellamarla.Laasustaremosytiraráelmóvil.Quiereseranónima
poralgunarazón.—Entonces¿qué?—Lalocalizamosporping.—Buenaidea.—Vete a casa ahora, Lucy.Duerme un poco. Lo prepararemos por lamañana.
Conozcoaunjuezquefirmarálaorden.—Vale,Harry.—Ybuentrabajo.Meestácostandoseguirteelritmo.—Gracias,Harry.Bosch colgó. No estaba tan seguro de haberle dicho eso a Soto como un
cumplido.
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El jueves por lamañana, Bosch por fin llegó antes que Soto a la oficina.Aún nohabía amanecido cuando se presentó con un café de un Starbucks abierto lasveinticuatrohoras en lamano.Encontró lashojasdecolaboraciónciudadanaen suescritorio y de inmediato se puso a trabajar en la preparación de una solicitud deordenjudicialquelespermitiríalocalizarelteléfonomóvilusadoporlacomunicanteanónimaquesehabíaquejadoenrepetidasocasionesdeunatapaderaenrelaciónconeldisparoaOrlandoMerced.
La llegada del teléfono móvil había revolucionado el funcionamiento de loscuerpospolicialesenlasúltimasdosdécadas.LaLeydeAyudadeComunicacionesparalasFuerzasdelOrdende1994sehabíaactualizadoyampliadocasianualmentepara adaptarse al vertiginoso cambio del paisaje electrónico y a las numerosasmanerasenqueesteeraexplotadoporcriminales.Laleyexigíaalosfabricantesyalas compañías de telefonía que incluyeran dispositivos de vigilancia en todos losmodelosysistemas.Ahíentrabaenjuegolatriangulación.Unteléfonodeusarytirarsin registrar podía parecer la herramienta perfecta para comunicaciones anónimas,legalesono,peroelaparatopodíarastrearseylocalizarseporsuconexiónconstantecon torres de control y la red celular. Con una orden aprobada por un tribunal, launidadtécnicadelDepartamentodePolicíadeLosÁngelespodríaenviarunaseñalelectrónica al teléfono —un ping— y determinar su localización en un radio decincuenta metros mediante coordenadas de longitud y latitud. La unidad técnicatrabajabaconrapidez.Unavezquetuvieraenmanolaordendeping,elprocesoseiniciaríaenunplazodedoshoras.
PoresoBoschhabíallegadotemprano.ElplanconsistíaenobtenerunaordendelajuezaShermaBarthlettantesdequetuvieralaoportunidaddeempezarsujornadaeneltribunal.
Bosch no era un novato localizando teléfonos móviles. Este proceso se habíaconvertidoenunaherramientaútilparaencontrar sospechososencasosabiertos.Amenudo,encontrarsospechososeramásdifícilqueidentificarlosdespuésdemuchosaños. El proceso empezaba con una base de datos donde se enumeraban todos losteléfonosmóviles,juntoconelnombredelproveedordeservicios.SegúnlaLACFO,incluso los proveedores de servicios demóviles de usar y tirar tenían que constar.Bosch tardó menos de cinco minutos en determinar el proveedor de servicios delnúmero perteneciente a la comunicante anónima. Luego utilizó una plantilla paracomenzaraescribirlasolicituddeordenjudicialensuordenador.
Una vez que la imprimió, ya estaba listo para irse. Primero llamó a la unidadtécnica para alertar al sargento al mando de que vendría con una orden de pingprioritariaesamañana.Lasinvestigacionesdehomicidiossiemprepasabanalprimerlugardelalista,quesobretodoseengrosabaconórdenesrelacionadasconcasosdedrogas.El teléfonodeusary tirareraelarmafavoritade los traficantesdelmundo
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entero.ElplanconsistíaenpasarseporelStarbucksparacomprarunatazadecaféyuna
pastaquellevaríaalajuezajuntoconlaorden.BoschescribióunanotaparaSotoyladejóensumesa,perocasisetropezóconellaalsalirdelasaladebrigada.
—Harry,hasllegadopronto.—Sí,queríaponerenmarchaelping.Tehedejadounanota.Voyaveralajueza
yesperoquepodamosempezarantesdecomer.—Genial.—DeberíamospensarquévamosaexplicarlealcapitánacercadeAcevedoyel
BonnieBrae.Supongoqueiremosahablarconélmientraslaunidadtécnicaseestéencargando de esto. —Levantó la carpeta que contenía la solicitud de orden queacababaderedactar.
—Buenaidea.—¿Estásbien,Lucy?Ellaparecíacansadaydescolocada,comosi todas las largashorasde lapasada
semanaymedialehubieranpasadofacturafinalmente.—Sí,bien.Solonecesitocafé.—Voy al Starbucks a comprar algo para allanarme el camino con la jueza.
¿Quieresvenir?—No,gracias.Dejomiscosasybajo.—Alamáquina.¿Estássegura?—Sí,túvete.Consigueesaorden.—Vale,notardaré.
Boschllevabauncaféconlecheyotrosoloenunabandejadecartónparatransportartazas.No quería que el café se derramara en el atestado ascensor del tribunal.Noestaba seguro de cómo tomaba el café la jueza. También llevaba una porción debizcochode plátanoy unamadalena de arándanos en una bolsa. Para que la juezaeligiera.
LajuezaBarthlettestabaenelDepartamento111;eltribunalcontinuabafielasulargatradicióndereferirsealassalascomodepartamentos.Nohabíanadieenlasala,salvolaayudantedelajueza,queocupabasulugaraladerechadelbanquillo.TeníalacabezabajamientrastrabajabaenlaagendadelamañanaynosefijóenqueBoschseacercaba.
—¿Meme?Lamujercasisaltódesusilla.—Losiento—dijoBoschconrapidez—.Noqueríaasustarla.Mepreguntabasi
podía entrar a ver a la jueza solo un segundo. Le he traído un café o un café conleche.
—Eh,lajuezatomatéyselopreparaellamisma—dijoMeme.
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—Oh.—Peroyometomaríauncaféconleche.—Claro.Boschsacólatazadesuhuecoyladejóenelescritoriodelaayudante.—¿Creequequerráunamadalenaounbizcochodeplátano?—preguntó.—Estáadieta—dijoMeme.Boschdejólabolsaenelescritoriosindecirunapalabramás.—Iréaversipuederecibirloahora—seofrecióMeme.—Gracias—dijoBosch.
UnagentedelaunidadtécnicallamadoMarshallFlowersfueasignadoalaordendepingdeBosch.Sutrabajoconsistíaenestablecercontactoconlacompañíatelefónicaencuestióneiniciarelproceso.Eldepartamentoteníaquepagarporelservicioylaunidad técnica contaba con un presupuesto. Por este motivo, el ping del teléfonomóvilse llevabaacabodeforma intermitente,normalmentecadamediahorahastaquesedeterminabaqueelteléfonoestabaenmovimientoyhabíaquecontrolarloconunintervalomásbreve.
FlowersledijoaBoschquepodríaempezaratenerresultadosalcabodeunpardehorasyquedeberíavolverasusaladebrigadayesperar.Cuandosedeterminaranlascoordenadasdelteléfono,selasenviaríanenunmensajedecorreoelectrónicoconun enlace a la localización enGoogleMaps. Bosch había dado la dirección de sucompañeracomocontacto,porqueSotoeramáshábilqueélenelmanejodeGoogleMaps.Además,Boschpensabairalvolantecuandoempezaranaseguir lapistadelteléfono.
BoschregresóalasaladebrigadayvioaSotoensuescritorio.Lucíaledijoqueel capitánCrowder quería verlos en cuanto volviera.Cuando llegaron a la oficina,encontraronaltenienteSamuelsesperandoconelcapitán.
—Bueno, vamos a ver—dijo Samuels—.Ustedes dos han viajado por todo elestadoenlosúltimosdosdías.¿Quéresultadospuedenmostrar?
Samuels era el perro deCrowder y obviamente le habían soltado la correa. Elhecho de que abriera la reunión dejaba claro queCrowder había delegado en él lasupervisióndelequipoBosch-Soto,porqueestabacansadodeesperarresultados.
Decaminoalaoficina,BoschySotosehabíanrepartidoresponsabilidadesparapresentar el informe. Soto se ocuparía del Bonnie Brae y Bosch manejaría laactualizacióndeMerced.
ElcapitánCrowderdijoquequeríaempezarconelBonnieBrae;alfinyalcabo,eraelcasomásgrande.
—Meocuparédeeso—dijoSoto—.Creemosqueayeridentificamosaunamujerque fue cómplice en el atraco alEZBank que ocurrió casi simultáneamente con elincendio.Como sabendenuestra última actualización, estamos trabajando sobre la
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hipótesis de que el incendio fue iniciado por los atracadores como maniobra dedistracción.Solonecesitamosencontraraesamujer.
—¿Eso es lo que estuvieronhaciendo ayer?—dijoSamuels—. ¿Buscarla en elinfiernoyvuelta?
—Parte del día, teniente. Pero determinamos que está fuera del país yesperaremossuregreso.
NiSamuelsniCrowderrespondieronyBoschenseguidaintervino.—AmenosquequieraautorizarunviajeaAcapulco.Creemosqueestáenalguna
parte del estado de Guerrero. En las montañas. Podríamos volar a Acapulco ycontratarunguíayunjeep.
Boschcomprendióporlaexpresióndelcapitánquenoestabainteresadoenenviarun equipo de detectives en avión a Acapulco, ni aunque su destino final fuera latraicioneraregiónmontañosadeGuerrero.Lameraideadeescribiresoenuninformepresupuestarioqueseríarevisadoenladécimaplantabastóparaprovocarleunsudorenlafrente.
—¿Tieneprogramadovolverpronto?—preguntóSamuels.—Dentrodedossemanas—respondióSoto.—Entonces creo que podemos esperar —dijo Crowder—. Ustedes dos tienen
muchoquehacerentretanto.Dehecho,vamosapasaralcasoMerced.¿Enquépuntoestamos?
Boschtomólasriendasapartirdeahí.—Tenemosunaoperaciónenmarchahoy—explicó—.Hayalguienquecreemos
quetieneinformación.Hallamadorepetidamentealalíneadeinformacióndemaneraanónima(oesopensaba)yhadejadouncomentarioenelartículoquesepublicóayerenLaOpinión.Hemosobtenidounaordendepinghaceunahorayconsuertehoylalocalizaremosyhablaremosconellacaraacara.
—¿Quécreequesabe?—preguntóCrowder.—Bueno,alparecerpiensaqueelexalcaldesabequiénestádetrásdeldisparoy
quehayunatapadera—dijoBosch.—¿Está hablando de Armando Zeyas? —preguntó Crowder—. Suena
disparatado.Nomedigaqueestosereduceaqueustedesdosseponenaperseguirlocos.
—Estamujeresmuyinsistente—informóBosch—.Haysuficientesmotivosparaquelaencontremosyhablemosconella.Esimprobable,perovalelapenaverificarlo.
—¿Improbable? —dijo Samuels—. ¿Me está diciendo que después de unasemanaenestecasoloúnicoquetienenes…eso?¿Unalocaqueseguramentesoloestá inventando algo para intentar cobrar una recompensa? ¿A quién cree que estáengañando,Bosch?
—Tenemos otras pistas y estamos cerca de un sospechoso —dijo Bosch concalma—,perolainvestigacióndictaqueidentifiquemosyhablemosconestamujer.Esoesloque…
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—Está desperdiciando recursos, eso es lo que está haciendo—lo interrumpióSamuels—.¿Quiénesesesospechosodelquenoshablaporprimeravez?
—Willman,elpropietariodelarmahomicida—contestóBosch—.Loponeenlosinformes.
—Suinformedicequeestámuerto—dijoSamuels.—Loestá,peroseguimoscreyendoquedisparóél—replicóBosch.—¿Porquédisparó?¿Porquién?—Estamos trabajandoeneso—explicóBosch—.Lasotrasarmasdefuegoque
recogimos en su casa se han relacionado con otras muertes en San Diego y LasVegas.Parecequeestetipoeraunsicario.
—Entonces ¿quién lo contrató para disparar en Mariachi Plaza? —preguntóCrowder.
—En eso estamos trabajando—dijo Bosch—. Estamos atando cabos sueltos yestallamadaanónimaesunodeellos.
Samuelsnoseaplacó.Negóconlacabezadesdeñosamente.—Ustedesdostienenhastaelfinaldelaguardiadelviernes—lesadvirtió—.O
resuelvenalgoenestecasoopondréaunequipoqueconsigaresultados.—Bien—dijoBosch—.Essudecisión.—Desdeluegoquesí—zanjóSamuels—.Yapuedenirse.BoschySotocaminaronensilenciohaciasucubículo.Harrysediocuentadeque
teníalosdientestanapretadosquelamandíbulalehabíaempezadoadoler.Tratóderelajarse, pero no lo consiguió. Quería dar media vuelta, regresar a la oficina delcapitány lanzaraSamuelspor laventanadecristalquehabía juntoa lapuerta.Eltiponuncahabía trabajadoencasos.Noeraundetective;eraunadministradorquecreía que la mejor manera de motivar a la gente se reducía a empequeñecer susesfuerzos y mostrar paciencia nula con los casos difíciles. Sería justo el tipo deburócrataqueBoschnoecharíademenosniunminutocuandodejaraeltrabajo.
Cuando volvieron a sus escritorios, Bosch se sentó, apoyó las palmas de lasmanosplanasenelcartapacioy tamborileócon losdedosen lasuperficie.Tenía laesperanzadequeasídisiparíapartedelaenergíanegativaquecargaba.
—Pensabaquenoqueríashablarlesdelasarmastodavía—dijoSotoasuespalda.Boschrespondiósinvolverse.—Teníaquedarlesalgo—explicó—.Soloparasalirdeallí.Boschmiróhaciaeldespachodelcapitán.Samuelstodavíaestabaallí,hablando
conCrowder,gesticulandoconlasdosmanos.—Eh,Harry—dijoSoto—.Tenemoselprimerpingdelaunidadtécnica.Bosch
sevolvióyseempujóensusillahaciaelescritorio.SotohabíahechoclicenelenlaceproporcionadoenelmensajedecorreodeMarshallFlowers.SeabrióunapáginadeGoogleMaps,yBoschvioqueladirecciónencuestiónestabaenMulhollandDrive,entreLaurelCanyonBoulevardyelpasodeCahuenga.
—UsaStreetView—ledijo.
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Sotopulsóconsuratóninalámbricoenlapestañaapropiadayprontoaparecióenlapantallalafotografíadelrincóndeunacallecorrespondientealadireccióndesdelaquehabíasurgidoelprimerpingdelmóvildelacomunicadoraanónima.Laimageneradeunacarreteraconunguardarraílydetrásunavistapanorámicadelaciudadqueseextendíapordebajo.
—Ahínohaynada—dijoSoto.Estaba a punto de manipular la imagen con el ratón cuando Bosch le puso la
manoenelbrazo.—Espera—dijo—.EslacasadeBroussard.—¿Qué?Nohayningunacasa.¿Cómolosabes?—Porqueheestadoallí.Hepasadoalladoconelcoche.Essucasa.Bajasdesde
Mulholland.Lacasaestádebajoynopuedeversedesdelacalle.—Joder.Esosignificaqueelteléfonoestáensucasa.Lallamadaanónimaesde
sumujer.Todoestetiempohaestadotratandodedelatarlo.
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Decidieronqueerademasiadoarriesgadoirdirectamentea lacasa.NohabíaformadesabersiBroussardestaríaensudomicilio,yaunquenoestuvieraallí,lacámaradevigilancia exterior de la casa sugería que podría existir una monitorización delinterior de la vivienda e incluso de los movimientos de su mujer. Bosch y Sotooptaron por tomar posición en elmirador público, a unamanzana de distancia. ElplanconsistíaenesperaraqueMaríaBroussardsalieradelacasayluegoaccederenelmomentoapropiadoparapreguntarleporlasllamadasanónimasyporloquesabíadeldisparoaMerced.
Se repartieron la vigilancia. Uno de ellos se quedaba en el coche y el otro sesentaba en uno de los bancos del mirador. Eso les proporcionaba dos ángulos devisión, delantero y trasero, sobre la propiedad de Broussard, situada a cincuentametrosdedistancia.Paracombatirelaburrimiento,intercambiabanlospuestoscadatreintaminutos, deteniéndose el tiempo suficiente para discutir el caso o cualquierotracosaqueselesocurríaencadacambiodeposición.
Durante una de esas transiciones, Bosch le habló a Soto de otra vigilancia enMulhollandDriveen laquehabíaparticipado.Se tratabadeuncasodecasiveinteaños atrás, cuando él estaba asignado a la brigada de detectives de laDivisión deHollywoodysucompañeroeraJerryEdgar.Estevestíaconestiloylegustabanlostrajes amedida y los zapatos con borlas. Estaban vigilando una casa y ni siquieraestaban seguros de que el sujeto —un sospechoso en una serie de violaciones yhomicidios—estuvieradentro.Hacíaunfríoinvernal,perodentrodelcocheyconlasventanillassubidaselambienteerasofocante.Losdosdetectivessehabíanquitadolaamericana.Elsolempezóacaerynoseveíanlucesenlacasabajovigilancia.Pasóuna hora y ya era noche cerrada. Todavía no había luz detrás de ninguna de lasventanas de la casa. Frustrado, Bosch finalmente dijo que iba a descender por laladeraparatratardeecharunvistazoalapartedeatrásdelacasaenbuscadesignosdevida.Edgarleinstóanohacerlo.Leadvirtióqueenlaoscuridadpodíaresbalarycaerseconfacilidad.Podíahacersedaño,pornomencionarquedestrozaría laropa.Bosch le dijo que no se preocupara y se estiró sobre el asiento para coger suamericana.
Claroestá,Boschsecayópor lacolina.Nosehizodaño, soloalgúnarañazoyhematomasmenores.Peroseembarrólaropayserasgólacosturade laamericanaentrelamangayelhombro.Tambiénpudoconfirmarquelacasaencuestiónestabavacía.
Tras el fracaso de la vigilancia, Bosch y Edgar regresaron a la comisaría deHollywood.Allí,bajolaseveraluzfluorescentedelasaladebrigada,serevelóquelachaquetarasgadaymanchadadebarroquellevabaBoscheraladeEdgar.
Soto se rio tan de buena gana de la historia que no oyó a Bosch cuando esteanunció:
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—Coche.Tuvoqueagarrarladelbrazoydecírselootravez.—Estásaliendouncoche—insistió,dirigiendolaespaldadeSotohaciaelFord
—.Vamos.—¿Seguroqueesella?—preguntóSoto.—Noveoalconductor.Peroesuncochedemujer.—Ah,¿enserio?¿Quéhacequeseauncochedemujer?—Nolosé.Nomeimaginoauntíoconduciendoeso.Semetieron en el Ford yBosch puso elmotor enmarcha.El coche que había
salido de la residencia deBroussard iba hacia ellos. Bosch esperó a que pasara lasalidadelaparcamientoysemetióenMulhollandtrasél.EraunMercedesplateadodedosplazas.Teníalasventanillastintadasynohabíaformadeconfirmarquiéneraelconductor,ymenossisetratabadeunamujer.Sediocuentadequesucomentariosobreelcocheeraprobablementesexista,perosuinstintoledecíaqueeraunamujerquienibaalvolantedeesecoche.Yafueraporelmodelodelcocheono,teníaqueconfiarensuinstinto.
—Tienequeserella—dijo.—Másvale—deseóSoto.NorecibieronayudaconunaconfirmacióncuandoSotollamóalcentrodemando
y pidió al operador que verificara la matrícula del Mercedes. El coche estabaregistrado a nombre de Broussard Concrete Design, lo cual significaba que podíaconducirlocualquieradelosBroussard.
Bosch cedió al Mercedes un poco de distancia y lo siguió al oeste porMulholland.EnelsemáforodeLaurelCanyon,elMercedescontinuórectoyaHarryleasaltarontodaclasedeideasparanoidesy temióqueleshubierandespistado.Talvez los habían localizado en el mirador y alguien había salido de la casa en elMercedes a dar una vuelta sin ninguna prisa por la montaña con el objetivo dealejarlosdelavigilancia.
Sinembargo,finalmenteelcochegiróaladerechayempezóabajarporlaladeranortedelamontañaenColdwaterCanyonBoulevard.ElvehículoparecíadirigirseaSherman Oaks o Van Nuys, pero de pronto hizo un giro brusco antes de VenturaBoulevard, en el aparcamiento de un supermercado Gelson’s. Bosch enseguidarecuperóelterrenoperdidoytambiénsemetióenelaparcamiento.ClavósuatenciónenelMercedesyestacionóenlafiladeallado.
Cuando lapuertadelconductordelMercedes seabrió, fuedehechounamujerquien salió del vehículo. Era pequeña e iba vestida con pantalones plateados y unabrigohasta las rodillasabiertosobreunablusapálida.Teníaelpelo rubio, locualsorprendióaBoschporqueesperabaaunamorena.
—¿Es ella?—preguntó—¿Es rubia? ¿No tenía el pelo oscuro en la foto de laeleccióndelalcalde?
—Sí—confirmóSoto—.También tieneelpelooscuroenelcarnetdeconducir
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expedidohacetresaños.Boschabriósupuerta.—Vamosaentrar—dijo.Siguieronalamujeralinteriordelsupermercadoylaobservaronmientrassacaba
uncarritodelacompradelafilayempezabaporelprimerpasillo.Gelson’seraunacadenaqueatraíaaclientesmásinteresadosenlacalidadqueenelprecio.Mientraslamujerempezabaallenarsucarrito,Boschnolaviomirarniunprecio.EsoledioconfianzadequeestabansiguiendoaMaríaBroussard.Aunasí,elcabello rubio leinquietabaynoestabasegurodelmotivo.
—Esteñido—susurróSotocuandoseacercaronconnaturalidadalamujerenlaseccióndeproductos.
—¿Cómolosabes?—lerespondióBoschenotrosusurro.Ella lemostró su teléfono. En la pantalla había una fotografía que Soto había
buscadoenGoogledeCharlesyMaríaBroussard.Se losveía abrazándosepara lacámara.Maríateníaelcabellocastañooscuro.
Sotopasóalasiguienteimagenylapantallamostróalamismamujerconelpelorubio.
—Se lo ha teñido—informó ella—.A juzgar por estas fechas diría que el añopasado.
—Bien—dijoBosch—.Vamosahablarconella.Seacercaronaelladesdelosdosladosdeunexhibidordeplátanos.—¿SeñoraBroussard?—preguntóBosch.Lamujerlevantólacabezadelmanojodeplátanosqueestabaconsiderando.La
sonrisase lecongelóalverel rostrodeunextrañoydesapareciódel todoalver laplacaquesostenía.
—¿Sí?—dijo—.¿Quéocurre?¿Quéhapasado?—Queremoshablarconusteddesumaridoydelasllamadasqueustedhaestado
haciendo.—Noséquéquieredecir.Mimaridoestábien.Estabaconélencasahacequince
minutos.—Estamoshablandodelasllamadasanónimasalapolicíadesdesucasa—dijo
Soto.MaríaBroussardsediolavueltasindarsecuentadequeSotoestabatrasella.—Eso es una locura—dijo, con la voz atenazada por el pánico—. Nunca he
hechounallamadaalapolicía,nianónimaninoanónima.¿Llamadassobrequé?Boschlaestudióunmomento,tratandodeinterpretarla.Algonoencajaba.—DelamuertedeOrlandoMerced—dijo.Vio que algo destellaba en sus ojos. Una especie de reconocimiento, pero no
estabasegurodesieraporelnombreoporotracosa.—Nosemeacerquen—dijo.Cogiósubolsodelcarrode lacompraypasóentreBoschySotoparaalejarse.
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Caminóconlamáximarapidezquelepermitíansustacones.Sotoarrancótrasella.—SeñoraBroussard…Boschlaagarródelbrazo.—Espera—dijo—.Algonovabien.Era…No terminó. Sacó su teléfono y fue a la lista de llamadas recientes. Pulsó el
númeroquehabíausadoesamañanaparacontactarconlaunidadtécnica.PreguntóporMarshallFlowersyempezóadirigirsehacialasalidadelsupermercado.
—Vamos—apremióaSoto.—¿Adónde?—dijoella—.¿Quéestamoshaciendo?Flowersatendiólallamada.—Marshall —dijo Bosch con urgencia—. Necesito que hagas otro ping del
teléfonoahora.Flowersparecíaconfundido.—¿Quéquieresdecir?—preguntó.—Localizaelteléfono.Ahora.—Lohemoslocalizadohaceveinteminutos.Nosehamovidoentodalamañana,
detective.—Hazlootravezyllámame.Ahora.ColgóantesdequeFlowerspudieraprotestar.SalierondelsupermercadoyBosch
vio que María Broussard caminaba a grandes zancadas hacia su coche. Estaba alteléfono.
—Lahemoscagado—dijoBosch.Empezó a caminar y luego echó a correr hacia el Ford. Soto lo persiguió,
llamándoloporencimadeltechodelcochealllegarallí.—Harry,¿dequéestáshablando?—Lamujerqueviteníaelpelooscuro.Sube.
BoschsalióaVenturaBoulevardypisóelacelerador.No ibaavolvera lacasadeBroussardpor dondehabía venido.Era un caminodemasiado lento y no creía queMulhollandfueralamejoropción.Bajólaslucesrojasdelparabrisas,peroreservólasirenaparacuandolanecesitaraenloscruces.
—Harry,¿quémujer?—preguntóSoto—.Dimequéestápasando.—Espera—espetóBosch.Tenía el teléfono en la mano y había llamado a Flowers otra vez. Aguardó
mientraslalíneasonabarepetidamenteylallamadafuefinalmentecontestada.—Flowers,dime.—Acabamos de localizarlo.Ningún cambio, detective. Las coordenadas siguen
siendolasmismas.Bosch colgó y dejó caer el teléfono en la consola central. Estaba enfadado
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consigomismo.MiróaSoto,perosolounmomento.YaibaanoventaporhoraenlaatestadaVenturaBoulevardynecesitabaconcentrarseenelcamino.
—Deberíahaberdichoqueyolahecagado.Nohassidotú,Lucy,hesidoyo.—Harry,¿quédiablospasa?¿Dequéestáshablando?—LaotranocheestabaenelmiradordeMulholland.Estabavigilandolacasade
Broussard.—¿Porqué?—Nolosé.Queríatomarlelamedida,echarleunvistazo.—Vale.¿Quéocurrió?—No ocurrió nada. Pero las luces estaban encendidas y vi la casa. Tenía mis
prismáticos.Viaunamujerenlacocina.Estabavaciandoellavavajillas.Yteníaelpelo oscuro, no rubio. No… no lo he recordado hasta que hemos estado en elsupermercado.
—No…¿Quiénera?—Eralaasistenta.Nuestraanónimaeslaasistenta,nolamujer,yahoraBroussard
losabe.Sumujeracabadellamarlo.Sotonorespondióalprincipiomientrasseguíaelmismocaminoyalfinalllegaba
alamismaconclusiónqueBosch.—Mierda—dijo.—Sí—dijoBosch—.Miraaladerechaenelcruce.Puso la sirena al acercarse a un semáforo en el cruce con Laurel Canyon
Boulevard.BoschmiróalaizquierdaySotoaladerecha.—¡Pasa!—gritóSoto.Boschacelerósinmirar,confiandoensucompañera.Vioquenoveníanadiepor
laizquierdaypasóelcruceincólume.—Vale,¿llevastuiPad?—preguntó.—Sí,enelbolso—dijoSoto—.¿Quénecesitas?—BuscaunmapaquemuestrelacasadeBroussard.EllasacóeliPaddelbolso.—¿Quéestoybuscando?—EnloaltodeMulholland,esunafortaleza,unacámaraacorazadadehormigón.
Peroabajohayunapiscina.—Sí,lahevistoantes.—Tienequehaberunaaccesodesdeabajo.Encuentraelsitiopordondeentrael
quecuidalapiscina.¿Quécallehayallí?—Entendido.Soto se puso a trabajar en ello y Bosch se concentró en conducir. Ventura
Boulevarderaunacalledecuatrocarriles.Teníaespacioparamaniobrarymantenerlavelocidad.
—Vale—gritóSoto—.AladerechaenVineland.Nosllevaráarriba.Treinta segundos después llegaron a Vineland. Bosch giró a la derecha y se
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encontraronenunaempinadacallededoscarrilesquerecorríaunazonaresidencial.CurvassinuosasyvehículosestacionadosenlacallelahacíanestrechaytraicioneraalavelocidadquellevabaBosch.Porsuerte,habíapocoscochesmásenmovimientoconlosquechocar.
—Vale,¿cuáleselsiguientegiro?—preguntó.—Wrightwood Drive a la derecha —dijo Soto—. Luego a la izquierda en
WrightwoodLane.Esonosdejarájustodebajodelacasa.Elaccesotienequeestarahí.
Boschhizoelprimergiroyluegocasideinmediatoelsegundo.—Aquí—dijoSoto.—Bien.Estaban circulando en paralelo y por debajo de Mulholland. Bosch se inclinó
haciadelanteparamiraratravésdelparabrisas.Elánguloeramalo.—Miraarriba—lepidióaSoto—.¿Veslacasa?Sotobajólaventanillayseasomóamirar.—No,no,espera,sí,estamosllegando—anuncióSoto—.¡Ahíarriba!Habíaunaurgenciadepánicoensuvoz.Noqueríaequivocarseenelcaminoque
ellahabíamarcado.Boschaparcóenunlargocallejóndecementoqueseabríaenlapendienteentredosresidencias.Alfondohabíaunaverjadehierro,detrásdelacualBosch vio tres contenedores de basura del ayuntamiento contra la pared de laderecha.Azul para reciclables, verde para restos de jardín y negro para basura noreciclable:alestilodeLosÁngeles.Detrásdeloscontenedores,elespacioquedabasumido en la oscuridad.Laverja estaba cerrada conuna cadena.Fijada encimadeellaenlapareddecementohabíaunacámaraigualquelaqueBoschhabíavistoenlacasadeBroussarddesdeMulhollandDrive.
—Esaquí—dijo—.Lacadenatieneuncandadoenlapartededentro.Tienequehaberunaentradatraseraalacasa.
—¿Quéhacemos?—preguntóSoto.—Puedoromperesacadenaconlallavederuedas—dijoBosch.—Hayunacámara.—Confiemosenquenoestémirando.Vamos.Despuésdesacarlallavedelmaleterodelcoche,Boschrápidamenteseacercóa
laverjaycolocólaherramientalargaenunodeloseslabonesdelacadena.Estabaapuntodeempezarahacerpresiónen lacadenacuandomiróaSoto.Esoeranuevoterritorioparaella.
—Consideroquelascircunstanciasloexigen—dijo—.Hemosdeentrar.Estabapreparandolabaselegalparaentrarenlapropiedaddeunsospechosoen
una investigación de homicidio. La amenaza de peligro inminente a un individuocreabalascircunstanciasquelespermitíanactuaryentrarsinordenjudicial.
—Sí—dijoSoto—.Porsupuesto.Amenazainminentealavida.Nuestratestigoestáahíytenemosunabuenarazónparacreerqueelsospechosolosabe.
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Boschasintió.—Vale,prepárate.—¿Paraqué?—Paracualquiercosa.
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Lacadenanofueningúnobstáculo.Boschabrióconfacilidadunodeloseslabonesyentraron.ÉlySotorodearonloscontenedoresdebasurayrecorrieronelespaciodealmacenaje hasta una puerta de acero situada en la parte de atrás.Bosch agarró elpicaporteydescubrióquelapuertanoestabacerradaconllave.VolvióamiraraSotoysusurró:
—¿Lista?—Lista.Boschsacóelarmadesucartucheraylasostuvopegadaalmuslo.Sotohizolo
mismo con la suya. Bosch abrió la puerta y salieron a la terraza que rodeaba lapiscinaenformaderiñónqueHarryhabíavistodesdeelmiradorcercano.Nohabíanadieallí,peroviounvasoqueconteníaunabebidaconhieloenunamesaalladodeunachaise longue y un cenicero junto conun paquete de cigarrillos y unmecherodesechable.
No se podía acceder a la vivienda desde ese nivel. Una escalera de hormigónconducíaalaprimeradetresterrazasescalonadasconstruidasenlaempinadaladera.Bosch levantó lamiradaynovioanadieenningunade las terrazas.Señalóconelarmahacialaescaleraysemovieronenesadirección.
Había unamesa con una sombrilla en la primera terraza, así como una fila depuertas cristaleras y otra escalera exterior que conducía al siguiente nivel. Lascortinasestabanabiertasdetrásdelaspuertas,yBoschviounespaciosodormitorioqueparecíavacío.Avanzóporlalíneadepuertas,comprobandolospicaporteshastaqueencontróunapuertaquenoestabacerradaconllave.Laabrió,casiesperandoquesonaraunaalarma.
Pero no saltó ninguna alarma. Solo se oyó el sonido de voces procedentes delinteriordelacasa.
Boschentró,seguidoporSoto.Alavanzarporlahabitación,lasvocessehicieronmásaltas,unadeellas en tonoenfadado.PeroBoschnoentendió loque se estabadiciendo.Eldiseñodehormigón inacabadodelexteriorde lacasacontinuabaenelinteriorde lavivienda,donde lasparedes sinenlucircreabanunacorrientedeecosque dificultaba comprender las palabras. Lo único que Bosch sabía era que unhombre estaba gritando a una mujer, y la mujer apenas podía decir nada en sudefensa.
Cruzaron con rapidez el dormitorio y salieron a unpasillo que conducía a otrodormitorio,unascensoryunaescalera.Lasvocesprocedíandearriba,demaneraqueBoschsiguiósubiendo,conSotoalazaga.Laescalerallevabaalnivelmediodelacasa,dondehabíaunpasillocon trespuertas.Lasvocesprocedíandeunasalaconunapuertaabiertayallílaspalabraseranmásclaras.
—¿Quélesdijiste?—atronólavozdelhombre.—No—repusolamujer—.Yono…
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Sonóelruidodecarnegolpeandocarne.Másunbofetónqueunpuñetazo.Boschechóacorreryentróenlahabitaciónconlapistolalevantadaypordelante.
Unamujerdecabellooscuroteníaunamanoenlacaramientrasqueusabalaotrapara agarrarse a un escritorio y tratar de levantarse. No llevaba uniforme, solo undelantalatadoalacintura.Unhombresituadodeespaldasalapuertasealzabasobreella, amenazándola.Daba la impresión de que su tamaño era el doble que el de lamujer.Unostirantescruzabansuanchaespalda.EraBroussard.Cuandolamujersepuso en pie, él alzó lamano derecha para golpearla otra vez. Bosch vio sumanoenvueltaentornoaunobjetonegro.
—Porfavor—rogóella.—¡Dímelo!—gruñó.—¡Policía!—gritóBosch—.¡Alto!Derepente,dosdisparosresonaronruidosamenteenlasparedesdehormigónyen
todasdirecciones.LasbalasimpactaronaBroussardenelcentrodesumasacorporal,justoporencimadelaYformadaporsustirantes.Poruninstante,Broussardarqueólaespaldaporelimpacto.Peroentoncessubrazocayócomosifueraunpesomuertoy se desplomó como un fardo en el suelo. Bosch sabía que tenía la columnadestrozada,todalainfraestructuracorporalsederrumbóenuninstante.Elobjetoquehabía estado sosteniendohabía caídoal suelo al ladodeél.Eraunagrapadoraquehabíacogidodelescritorioensuataquederabia.
Boschmirósuarma,preguntándosesihabíadisparadosindarsecuenta.EntoncessevolvióhaciaSoto,quesosteníasupistolaenposicióndedisparoconambasmanos,coneldedoenelgatillo.Ellahabíadisparado.
LaatencióndeBoschsevioentoncesatraídaotravezhaciael escritorioporelgritode lamujer.Almirar aBroussard, la asistenta se llevó lasmanos a la caraysoltóunsonidoqueempezóbajoyprofundoen lagargantay luegoseelevóenungritoagudo.
—¡Lucy!—gritóBosch—.Enfundayllévateladeaquí.SotopasójuntoaBoschmientrasenfundabaelarmayluegorodeóaBroussard.
SujetóalamujerconsuavidadporelbrazoyelhombroylaacompañómásalládeBoschyluegofueradeldormitorio.BoschnoapartólosojosdeBroussard.
—Ponlaa salvoy luegoprepáratepara lamujer—dijo—.Llegaráencualquiermomento.
—Entendido—dijoSoto.BoschseadelantóyseagachóalladodeBroussard.Susojosestabanabiertosy
moviéndose.Boschenfundósupropiaarmayseagachó.—Broussard, escúcheme —dijo—. No hay mucho tiempo. No va a salvarse.
¿Quierehacerunadeclaraciónantesdemorir?¿Hayalgoquequieradecirme?Broussard abrió la boca, pero no dijo nada. Solo pestañeó. Bosch esperó un
momentoyluegolointentóotravez.
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—Ordenó aWillman que disparara a Merced, ¿no? Y luego mató aWillman.Reconózcalo,Broussard.Eselfinal.Limpiesuconcienciaymueraenpaz.
La boca deBroussard empezó amoverse yBosch oyó el aire que salía de suspulmones.Seestabancerrando.Boschseacercómásyoyóunsusurro.
—Atomarporculo.Boschseechóatrás,miróaBroussardylointentóunavezmás.—Zeyas lo sabía, ¿no? Su asistenta se lo dijo. Pensaba que recibiría la
recompensa. Solo que Zeyas usó la información para chantajearlo. Solo asienta sitengorazón.
La cara de Broussard parecía como si estuviera formando una sonrisa. Luegoempezóasusurrarotravez.Boschseinclinómáscercayacercólaorejaalhombremoribundo.
—Notieneniputaidea.Quie…Boschesperóynosemovió,peronooyónadamás.Finalmentevolviólacabeza
paraobservaraBroussardyvioqueteníalamiradafija.Broussardestabamuerto.Boschempezóalevantarse.Echóunvistazoalahabitaciónysediocuentapor
las fotos de las paredes en las que Broussard aparecía con diversos políticos ycelebridadesqueerasudespacho.Seacercóalescritorioymirósucontenido.ViouniPhoneencimadealgunospapeles.Sacóunguantedegomadeunodelosbolsillosdelachaquetayloconectó.
El teléfono no estaba protegido por contraseña. Fue a la lista de llamadasrecientes y vio que Broussard había recibido una llamada de un contacto quesimplementedecíaMaríasoloquinceminutosantes.ComoBoschhabíaadivinado,lamujerdeBroussardlohabíallamadodespuésdelencuentroconBoschySotoenelsupermercado. Ese error había puesto todo en movimiento. Broussard se habíaenfrentado a la asistenta en un intento de descubrir qué sabía y con quién habíahablado.
BoschySotohabíanhechoel resto.Centrarseequivocadamenteen lamujerenlugar de en la asistenta les había costado la posibilidad de detener a Broussard yposiblementeobtenerunaconfesiónsuyaquerevelaralaimplicacióndeZeyas.
Boschdejóelteléfonoenelescritorio,saliódeespaldasdeldespachoycerrólapuerta.Sabíaqueteníaquellamarparacomunicarloocurrido,peroqueríaesperar.
—¿Lucy?—Aquí.Suvozprocedíadeotradelashabitacionesdelnivelmedio.Boschabrióprimero
unapuertaauncuartodebañoyluegounaqueconducíaaunasaladecinecaserocondosfilasdeasientosmullidos.Sotoestabadepiedelantedelaasistenta,quesehabía sentado en la primera fila. Soto se apartó e hizo una seña aBosch para quesalieraalpasillo.
—Alicia,quédateaquí—sugirióSoto—.Estaréenelpasillo.Sotocerrólapuertaparapoderhablarenprivado.Sotolomiróansiosamente.
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—¿Estámuerto?—preguntóella.Boschasintió.LacaradeSotosepusoblanca.—Notepreocupes—dijo—.Fueuntirojustificado.Estabaapuntodegolpearla.
Hicisteloqueteníasquehacer,Lucía.¿Estásbien?—¿Quéera?¿Quéllevabaenlamano?—Unagrapadora.—¿Unagrapadora?Oh,joder…—No importa lo que fuera. Iba a golpearla y podría haberla matado con eso.
¿Estásbien?—Esocreo—contestóella—.Hasidotanrápido.Nocomolaúltimavez.—Tranquila.¿Ylaasistenta?¿Cómoestá?—SellamaAliciaNavarro.Reconocequeesnuestracomunicanteanónima.Dice
queBroussardha recibidouna llamada, que sabemosqueprobablemente era de sumujer,ysehaenfurecido.Haempezadoaempujarlayapegarleyqueríasaberconquiénhabíahablado.
—¿Hadichoquetemíaporsuvida?—Desdeluego.—Bien.¿Lehaspreguntadoporelalcalde,porZeyas?—Estabaempezando.Perohadichoquenuncahablóconélni lovio.Diceque
fueSpivak.HacediezañoshablóconSpivaksobrelarecompensa.DicequeestandoenlacasaoyóaBroussardysuamigoWillmanhablardeldisparoenMariachiPlaza.Asífuecomosupoqueeraél.SeconfundiócuandoZeyasofreciólarecompensa,eintentóllamarloaélenlugardealapolicía.LallamadadealgunamaneralellegóaSpivak.Alicia dice que él tomó nota de la información, pero nunca hubo ningunarecompensa.Spivakluegolaamenazó.Ledijoqueestaríaenpeligrosihablaba.Que,sidecíaunapalabra,haríaquedeportaranatodossusfamiliares.
—Esecerdo—dijoBosch—.Seloguardó,porquenoleinteresabaquelapolicíaresolvierael caso.NecesitabaqueMerced fuera lavíctimaperfecta.Tullidoporundisparo en una parte de la ciudad que a la policía no le importaba. No habríafuncionadosihubiéramosresueltoelcaso.
—No solo eso, sino que estaba el dinero. Spivak sabía que podría exprimir aBroussardeternamente.
—Entodaslaselecciones,probablemente,cadaaño.—¿Quéhacemosconesto?—Grabasudeclaración.Hemos…—Yalatengo.Hegrabadotodoenmiteléfono.Desdequellegamosaquí.Ellabuscóenelbolsillodelanterodesubolsoysacóelteléfonoporelborde.—¿Tieneseldisparo?—preguntóBosch.—Sí.Bosch no sabía si eso era bueno o malo. Tendría que pensarlo. Pero tenía
problemasmás acuciantes en esemomento.Acababa de oír una puerta cerrándose
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arriba.Alguiencontaconesestabacruzandoelsueloenlaplantadeencimadeellos.LosojosdeSotosedirigieronaltecho.Boschsusurró.
—VuelveaentraryquédateconAlicia.SubiréaveraMaría.Unavezqueestétodocontroladohemosdellamaralequipodetiroteos.
—Vale.—Tendrásquequedarteconellos.Encuantopueda,meiré.—¿Adóndevas?Antesdequepudieraresponder,seoyóunavozdelpisodearriba.—¿Brouss?¿Estásahí?¿Alicia?Bosch se volvió y se dirigió a la escalera. Antes de que llegara arriba,María
Broussardaparecióeneldescansillo,lovioygritó.—¿Quéestáhaciendoaquí?¿Dóndeestámimarido?Boschseapresuróasubirlospeldañosquequedaban,levantandolasmanosenun
gesto de calma. Entonces puso las manos en los hombros de la mujer y trató dealejarladelaescalera.Lamujerpugnóporzafarse.
—¡Nometoque!¿DóndeestáCharles?Brouss,¿quéhanhecho?Boschlogrócontrolarlaarrinconándolacontralaparedcuandoellatratódepasar
asuladoyhacialaescalera.Seinclinóhaciaellaypensóenesposarlaaunquesolofueraparacontrolarla,perodescartólaidea.
—SeñoraBroussard,tienequecalmarse.—No,nomecalmaréhastaqueveaamimarido.¡Brouss!Lamujer intentó una vezmás pasar a su lado, pero Bosch la sujetó contra la
pared.Tragóaireylesusurróaloído:—Losiento,señoraBroussard,perosumaridoestámuerto.Porsegundavezendiezminutosungritodesgarradorresonóenlacasa.Bosch notó que el cuerpo deMaría Broussard se derrumbaba. Se apartó de la
paredycasituvoquecargarconellahastaelsofádelsalón.UnavezquelaseñoraBroussardestuvoasalvoysentada,Boschsacósuteléfonoparaempezarahacerlasllamadas.
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ElcomitépreliminardeZeyasparagobernadorestabaenelprocesodeabrirnuevasoficinas en Olvera Street, cerca de Avila Adobe, la residencia más antigua quequedaba en pie en Los Ángeles. Iban a buscar la metáfora fácil de empezar lacampañaenelmismolugardondesehabíafundadolaciudad.Otronuevoinicio—nosolo paraLosÁngeles, sino para todo elmundo enCalifornia—estaba en pie.Laentrada al cuartel general era una colmena de actividad mientras se colocabanescritorios y se instalaban bancos de teléfonos. Voluntarios que trabajaban para elhombreque aspiraba agobernador sedesplazabanpor la suite de tres habitacionesbajo la dirección de una encargada que llevaba un lápiz detrás de la oreja. BoschentróenelsalónypreguntóalaseñoradellápizsiConnorSpivakseencontrabaporallí. La mujer estudió a Bosch y a los dos hombres que estaban con él en esemomento,ydecidiónopreguntarleselmotivodesuvisita.
—Connor—llamó—.Visitantes.Seoyólarespuestadeljefedecampaña.—Estoyaquíatrás.Lamujersesacóellápizdedetrásdelaorejayseñalóaunadelaspuertasquese
alineabanenlaparteposteriordelasalaprincipal.Boschsedirigióhaciaallíyentróen una salamás pequeña con un escritorio que ya estaba instalado. Spivak estabacómodamentesentadodetrásdeesamesa.Enlapareddedetráshabíaunduplicadodelcartel«Todoelmundocuenta»queBoschsehabíallevadodelBeverlyHiltonesamismasemana.ElúltimohombreenentrardetrásdeBoschcerrólapuerta.
—DetectiveBosch,quésorpresa—dijoSpivak.—¿Loes?—preguntóBosch.—Sí, pero agradable. ¿Quién viene con usted? ¿Dos de los mejores de Los
Ángeles?BoschsevolvióaizquierdayderechaparapresentaralosdetectivesRodríguezy
Rojas.—Puedequelosrecuerde—dijo—.Fueronlosinvestigadoresoriginalesdelcaso
Merced.—Ah,sí,creoquesí—dijoSpivak—.Caballeros,¿tienenunaactualizacióndel
casoquepuedacompartirconelalcalde?Boschasintió.—La actualización es que va a necesitar encontrar una financiación alternativa
paralacampaña.Spivakparecíaconfundido.—¿Ah,sí?—dijo—.¿Porqué?—PorqueCharlesBroussardhaextendidosuúltimocheque—dijoBosch.Laconfusiónseconvirtióenescepticismo.—Noestoysegurodequéquieredecir,pero…
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—Quierodecirqueestámuerto.Bosch hizo una pausa para observar la reacción, pero Spivak consiguió
mantenerse inexpresivo. Bosch entonces dio la siguiente noticia que garantizabacambiareso.
—Y, además de financiación alternativa, el alcalde va a necesitar encontrar unnuevojefedecampaña.Estádetenido,Spivak.Cómplicedehomicidio.
Spivakseechóareíryluegosedetuvoabruptamente.—Esaesbuena,detective—dijo.Boschnoestabariendo.—Levántese,porfavor—lepidió.—¿Quécojones?—protestóSpivak—.¿Hablaenserio?—Completamente.Levántese.—Nopuedeser.¿Meestádeteniendo…sobrequébase?—SobrelabasedequehacediezañosunaempleadadeCharlesBroussardledijo
quehabíaoídoaBroussardyaunhombre llamadoDavidWillmandiscutiendodeldisparoaOrlandoMerced,queWillmanllevóacaboapeticióndeBroussard.
Boschhizoungestoaloshombresqueestabandepieasulado.—En lugar de transmitir esa información a los detectives que investigaban el
disparo aMerced, se la guardó para usted y la usó para coaccionar aBroussard adonargenerosayrepetidamenteenlascampañasdeArmandoZeyas.
Spivakrioruidosamenteotravez,perosepercibióunpuntodenerviosismo.—Estoesunalocura—dijo—.Esunalocura.Pero,aunquefueracierto,nopuede
acusarmeporcómplice.Aunquenosoyabogado,hastayolosé.Sereirándeesoeneltribunal.
—Talvez—reconocióBosch—.SimeestuvierarefiriendoalcasoMerced.Perono me refiero a eso. Usted tenía información que podría haber conducido a ladetención de Broussard yWillman. Si eso hubiera ocurrido entonces,Willman nohabríaestadolibreparamataraunamadecasadetreintayochoañosdeSanDiegosiete meses después del disparo a Merced. Ayudó a facilitar ese asesinato porencargo,yporesoestádetenidoporcomplicidaddeasesinato.Ahora,levántese,noselopediréotravez.
Bosch empezó a rodear el escritorio por un lado mientras Rodríguez llegabadesdeelotro.Spivaksepusoenpieconrapidezylevantólasmanoscomosipudierarepeler este problema. Cada detective lo agarró de un lado y bruscamente lecolocaron los dos brazos a la espalda. Bosch hizo una seña con la cabeza aRodríguez,yesteprocedióaesposarlomientrasRojassacabaunatarjetadederechosdesubolsillodelabrigoyempezabaaleerleaSpivaklaadvertenciaMiranda.
—¿Entiende estos derechos que acabo de leerle?—preguntó Rojas amodo deconclusión.
Spivak no respondió. Parecía haberse sumido en una ensoñación mientrasconsiderabasusituación.
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—¿Losentiende?—ladróRojas.—Sí, losentiendo—contestóSpivak—.Mire,Bosch,vamos.Podemosarreglar
algoaquí.—Nolosé—dijoBosch—.¿Podemos?—Quierodecir,noesamíalquebuscaenrealidad.—Nolosé.Amímeparecequesí.Broussardestámuerto.Willmanestámuerto.
Quedausted.Spivak paseó la mirada por la sala, pasando de Bosch a Rodríguez y Rojas y
luegootravezaBosch.—PuedodarleaZeyas—dijoa ladesesperada—.Losabía.Lo sabía todoy lo
aprobó.—¿Tienepruebasdeesoosolocharla?—preguntóRojas.—Tengomensajesdecorreoymemorandos—reconocióSpivakcon rapidez—.
Loescribítodoporsiacaso.—¿Ygrabaciones?—preguntóRodríguez—.¿Lotieneencinta?—No,peropodríaconseguirlo.Puedollevarunmicrófono.Meenvíanyledigo
queBroussardestámuertoyquetenemosunproblemadeexposición.Lograbaréenaudio,vídeo,loquequieran.AhoramismoestáensucasadeHancockPark,acabodehablarconél.Podemoshacerestoantesdequesaltealasnoticias.¿Quémedicen?Esaélalquequierenynoamí.
BoschhizounaseñaaRodríguezyestediounpasoparaquitarlasesposasdelasmuñecasdeSpivak.Lascosasestabanyendocomoélhabíaesperadoydeseado.Ladetención era un farol. Spivak desde luego había cometido crímenesmorales, perojuzgarlo como cómplice de asesinato suponía un salto legal enorme. De hecho, elobjetivodeBoschhabíasidolograrsucooperación.
UnavezqueretiraronlasesposasaSpivak,Boschlepusounamanoenelhombroysuavementeloempujóparaquevolvieraasentarse.Boschseacomodócomositalcosaenelbordedelescritorioylomiródesdearriba.
—Vamosadarleunaoportunidadconesto.—Nolacagaré—garantizóSpivak—.Loprometo.—Silohacevolveremosacargárseloausted.¿Entiende?—Loprometo.Puedoentregarlo.—Loquevamosahaceressalirdeaquícomosilehubiéramoshechounavisita
agradable.Nadieaquítienequesospecharnada.IremosalaparcamientodedelantedeUnion Station y lo esperaremos allí. Le doy quince minutos para contarle a sussubordinados que tiene que ir a ver al candidato y luego viene a vernos. Si noaparece,mejorquetengaunaviónpreparadoyllenodecombustible.Porqueiremosabuscarlo.
—Losé.Estaréallí,estaréallí.Loprometo.—Bien. Vamos a llevarlo a la oficina del fiscal, donde tenemos a un tipo
esperandoparaestructurarel tratoydarle losparámetrosde loqueesperamosy lo
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quetienequeconseguir.—¿Quieredecirquelosabía?¿Sabíaqueharíaeltrato?—Digamos que teníamos un plan. Empiezas con el pez pequeño si quieres el
grande.¿Todavíaestádeacuerdo,Spivak?—Sí,vamosahacerlo.—Quinceminutos,pues.Noseretrase.Bosch se levantó del escritorio ymiró por encima de la cabeza de Spivak. Lo
rodeóyarrancóelcarteldelapared.Lodejódesgarradoenelsuelo.
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Eraviernes,dossemanasdespuésde lamuertedeBroussard,yBoschesperóhastamediodíaparaacercarseaLucySotoenelnuevoescritoriodeesta.Losviernes, lasaladebrigadaestabamediovacíadebidoaquesepodíaoptarporlasemanalaboralde cuatro jornadas de diez horas. El resto de los detectives habían salido a comer.Soto estaba confinada a trabajo de escritorio en espera del resultado de lainvestigación de agentes implicados en tiroteos y la evaluación psicológica. Habíasidoasignadaalescritoriodedelantedelaoficinadelcapitánhastaquerecibieralaordende regreso al servicio.Su trabajo consistía en responder la líneade atenciónciudadana.Holcombhabíavueltoatrabajarconsucompañero.
—Bueno—dijoBosch—.¿Quémecuentas?—LadoctoraHinojosmehadadoelvistobuenoparavolveralserviciodespués
delaevaluaciónpsicológicadeayer—dijoella—.TodavíanosénadadeAIT,peroelcapitándijoquepuedovolveramipuestoellunes.Creoquenolegustaqueestétancercadeélyoigacosas.
Bosch asintió. Le gustaba que se hubiera referido al equipo de AgentesImplicadosenTiroteosenlugardeusarlassiglasdelanuevaunidad,DIF,DivisióndeInvestigacióndelaFuerza.EsomostrabalalealtaddeSotoalaviejaescuela.
—Bien—dijoBosch—.NodeberíastenerningúnproblemaconAIT.Solotardanunaeternidadporlaburocracia.
—No lo sé —replicó Soto—. Dos incidentes en menos de un año… Podríanpensarquehayalgunaclasedepatrón.
Boschtorcióelgesto.—Haceveinticincoañostehabríandadounamedallayunascensoporunpatrón
así—dijo.—Lostiemposcambian,Harry—matizóella.Bosch asintió y decidió que era el momento de cambiar de tema, aunque la
siguientepartedelaconversaciónibaaresultarincómoda.—Bueno…TengonoticiasdelahermanaEsther—dijo.—¿Qué? —exclamó Soto sin poder ocultar su excitación—. ¿Ha vuelto al
convento?Boschnegóconlacabeza.—Eh,no.Ynova a volver.Hablé ayer con la hermanaGeraldine.Dijoque la
mataronenMéxico.—¿Qué?¡Oh,Diosmío!—Mecontóque losnarcosentraronenelpueblodondeestabayse la llevaron,
diciendo que era informadora de la policía judicial. Le hicieron cosas y luego lamataron,ladejaronenunacunetaparaquelaencontraran.
Soto rodó hacia atrás en su silla y se quedó con la mirada perdida mientrasconsiderabaeldestinodeAnaAcevedoaliashermanaEstherGonzález.
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—Nopuedocreerlo—dijoporfin.—Bueno, yo tampoco estoy seguro de creerlo —convino Bosch—. Al menos
todavíano.Poresovoyairallí.ACalexico.Sesuponequehoyrepatrianelcuerpopara enterrarlo en un cementerio detrás del convento. Iré a comprobarlo paraasegurarme, y la hermana Geraldine dijo que me dejaría echar un vistazo a lahabitacióndelahermanaEstherysuspertenencias.Queríasabersiestásinteresadaenvenirconmigo.
—Harry,estoyenestamesa.Elcapitánnovaadejarme…—Poresoirémañana.Supongoqueelsábadoestudíalibre.Elcapitánnopuede
decirtequéhasdehacer.Laentierraneldomingo.Asíqueesmañanaonunca.Sotoestabaasintiendoantesdequeélterminara.—Voy—dijo.—Bien—dijoBosch—.Quierosalirpronto.—Nomeimportamadrugar.Boschsonrióyasintió.—Losé.Encontrémonosalassiete.Sototeníaotravezesamiradaperdida.—¿Qué?—preguntóBosch.—Soloestabapensando—dijo—.¿Creesque lahermanaGeraldine ledijoque
habíamosestadoenelconventopreguntandoporella?—Sí—dijoBosch—.SelopreguntéydijoquelecontóalahermanaEstherque
habíamosestadoallíyqueríamoshablarconella.Finalmente,lahermanaGeraldinetuvonoticiassuyasalcabodeunosdíasyfuecuandoselocontó.
—Ya—dijoSoto—.Entonces¿creesqueella…?Sotonoterminó,peroBoschsabíaloqueestabapensandoyloqueestabaapunto
depreguntar.¿LahermanaEstherpodíahaberinformadosobrealguien,porquesabíaquesecorreríalavozalosnarcosyhabríaconsecuenciasrápidasyseguras,aunquefueraunamonjaenunamisiónenlaregión?
—Sí—dijoBosch—.Esexactamenteloquecreo.
LlegaronalconventodelasHermanasdelaSagradaPromesaelsábadoamediodía.Fuerondirectamente desde la funeraria del centro deCalexico, dondehicieronunaprimeraparadaparaverelcadáverdelahermanaEstheryconfirmartantosumuertecomosuidentificación.BoschhabíapedidoprestadounlectordehuellasdactilaresaFlowersdelaunidadtécnica.LousóparatomarlahuelladactilardelpulgarderechodelcadáveryenviarlaalabasededatosdeTráfico,dondesecertificóquecoincidíaconlahuellatomadaaAnaMaríaAcevedocuandohabíasolicitadoelcarneten1992,elúltimodocumentoquehabíatenidoantesdedesaparecer.
LahermanaTheresalosrecibióenlapuertadelconventoylosinvitóapasar.LahermanaGeraldinelehabíapedidoqueesperaraalosdetectivesdeLosÁngelesyles
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dieraaccesoalahabitacióndelahermanaEsther.Lajovenmonjaloscondujoauntramo de escalera y luego por un largo pasillo que parecía una residencia deestudiantes,salvoportodalaiconografíareligiosaycitasdelaBibliaentablonesdeanunciossituadosentrelaspuertas.
—¿Sequedaranalamisafuneraldemañana?—preguntólahermanaTheresa.—No,estaremossolohoy—dijoBosch.—Oh,esunalástima.Serámuyespecial.LahermanaEsivaalacasadelSeñor.Boschselimitóaasentir.Nosabíaquédecir.LahermanaTheresasedetuvoantelaúltimapuertadelladoderechodelpasillo.
Habíadiversasestampillasenlaranuradelapuertayellalasretiróantesdeabrir.Lahabitaciónnoestabacerradaconllave.
—Espequeño—dijoella—.Asíqueestoyseguradequenonecesitaránqueestéaquíocupandoespacio.
—Creoquenoharáfalta—dijoBosch—.Notardaremosmucho.LahermanaTheresamiróalpasillocomoparaconfirmarqueestabansolosyla
hermanaGeraldinenoestabaobservando.—¿Puedo preguntarles algo?—dijo—. ¿Qué están buscando? ¿Qué creen que
hizolahermanaEsi?Nocreoquehayaconocidoanadietanbuenocomoella.Boschpensóunmomento.Nocreíaquehubieraningunanecesidaddemancharla
visiónylossentimientosdenadierespectoaotroserhumano,sobretodosieseserhumano estaba muerto. Además, probablemente lo descubriría pronto, cuando lahistoriallegaraalosmedios.
—Solo estamos tratando de confirmar si era una mujer que desapareció hacemuchotiempoenLosÁngeles—dijo.
—Ah,bien—dijolahermanaTheresa—.TeníamiedodequefueraalgomaloyquenopudiéramoscelebrarsuuniónconJesúsmañana.¿Hanvistoloquepondremosenlalápida?
—No,¿quépondrán?—Bueno, lo escribió ella. Lo dejó en las instrucciones para su funeral. Dirá:
«HermanaEstherGonzález,encontrólaredenciónporlosniñosconlosniños».¿Noeshermoso?
Boschasintió.—Redenciónporlosniñosconlosniños—repitió.—Sí —dijo la hermana Theresa—. Lo escribió hace mucho tiempo. Sus
instruccionesfinalesseencontraronenesacajaviejaqueestásobrelacama.Señalóatravésdelumbralalahabitación.—Sí, bueno, gracias, hermana—dijoBosch—.Como he dicho, no tardaremos
mucho.—Mihabitacióneslaúltimaalotroladodelpasillo—indicó—.Esporquesoyla
másnueva.Sefueorgullosamenterebotandoensustalones.
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—Gracias,laencontraremos.Boschsevolvióyentróenlahabitación,seguidoporSoto.Comoesperaban,era
uncuartoescasamenteamueblado.Habíaunasolacamaconuncrucifijoenlaparedsobrelacabecerademadera,unamesita,unacómodayunescritorioconunestantedelibrosmontadosobreélenlapared.Habíaunarmariosinpuertasquenoeramásgrande que una de las viejas cabinas telefónicas de Union Station. Pero no senecesitabamásespacioparalaspocascosasqueallícolgaban.
Bosch y Soto se separaron y empezaron a abrir cajones. La mayoría estabanvacíos o contenían la escasa ropa y pertenencias de una persona que se habíaconsagrado al voto de pobreza. Boschmiró la caja que la hermana Theresa habíaseñalado.Conteníasobretodopáginassueltasdenotas.Habíasermonesmanuscritos,plegariasyversosbíblicos,muchosdeelloscon lapalabra«redención» subrayada.Efesios,Gálatas,Romanos…, lascitasestabanescritasenmediaspáginas,sobresyotrosrestos.
Boscheligiódosdelossobresescritosyselosguardóenelbolsillointeriordesuchaqueta.
Asídiránloslosrescatadosdelseñor,alosqueélredimiódelenemigo.Salmo107:2
Quien se entregó por nosotros, para redimirnos de todo pecado,purificarnosyhacerdenosotrosunpueblo suyopropio,celadordebuenasobras.
Tito2:14
Boschsiguióhurgandoen lacajadepapelesysacóundocumentodobladoqueresultóseruncertificadodenacimientodeEstherMaríaGonzález.Sehabíaemitidoen1972enelcondadodeHyde,CarolinadelNorte.Estabaimpresoenpapelgruesoyparecíalegítimo,peroaBoschnolecabíadudadequeerafalso.Sabíaquelaformamásfácildeconstruirseunaidentidadnuevayfalsaeraempezarconloqueparecíaseruncertificadodenacimientodeunpequeñocondadoruralenunestadoalejadodeaquel donde se perpetraría el fraude. Un certificado de nacimiento era el únicorequisitoparasolicitaruncarnetdeconducirenCalifornia.Elproblemaeraquenohabíaningunaplantillanacionaldecertificadosdenacimiento.Milesdecondadosdetodoelpaíslosemitían,cadaunoconsupropiodiseño.AunempleadodeTráficodeCalifornialecostaríamuchoreconocerlafalsedaddeuncertificadodelcondadodeHyde, Carolina del Norte, si el documento presentaba una apariencia oficial ylegítima.
Un carnet de conducir te situaba a solo un paso en el camino de obtener unaidentidad falsa. Después se necesitaría el número de la Seguridad Social y un
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pasaporte.EldocumentoqueBoschteníaenlamanoexplicabamucho.Harrysesentóenlacamaalguardarseelcertificadodenacimientoenelbolsillo
delachaquetaconlosotrospapeles.VolvióaponerlatapadelacajaymiróaSoto,quetodavíaestabaexaminandoelarmario.
—¿Estotemolesta?—preguntó.Ellasevolvióylomiró.—¿Quesimemolestaelqué?—preguntóella.—No lo sé—dijo—.Supongoque ella eligió su propia pena.Vino aquí, fue a
misionesyseocupóde losniñosy todoeso.Votodepobreza,pagó lahipoteca, loque sea. Pero no se entregóy nodijo: «Soy responsable».No le dijo a todos esospadrescómomurieronsushijos.
Boschhizoungestohacialacaja.—Habla de redención, pero eligió esto. No le quitaron nada. ¿Entiendes qué
quierodecir?Sotoasintió.—Entiendo—dijo—.Voyatardaruntiempoenprocesartodoesto.Tedirécómo
mesientocuandolosepa.¿Vale?—Sí—dijo—,claro.Sotovolvióaltrabajoenelarmario,yBoschpasóalescritorio.Nohabíanadade
carácterpersonalenelsobredelamesayelúnicocajónconteníamásdelomismo:escritosalápizcontemasderedenciónyreferenciasmúltiplesalosniños.
Bosch cerró el cajón ymiró el estante.Había cuatro versiones diferentes de laBiblia,asícomoundiccionariodeespañolylibrossobrelossacramentos,catecismoymétodosdeenseñanza.
Cogió laprimeraBibliadelestanteypasó laspáginas,con laesperanzadequeunaconfesióndoblada,manuscrita,cayeradellibroensuregazo.
Encambio,encontróunaestampillaquemostrabaaCristoascendiendoalcielo.La estampilla marcaba una página de Hechos de los Apóstoles donde se habíansubrayadointermitentementepalabrasparaformarunafrase:«Arrepentíos[…]afindequeseborrenvuestrospecados».
—Harry.BoschsevolvióhaciaSoto.Estabaagachadaenelsuelo,conunálbumdefotos
abiertodelantedeella.Desuspáginashabíalevantadoloqueparecíaunrecortedefotodeunperiódico.
—Estoestabasueltoenesteálbumdefotos—dijo—.Sonellos,¿no?Bosch cogió el recorte y lo estudió. Era una noticia descolorida quemostraba
fotosdedoshombres,unoalladodelotro.BoschnotuvoproblemasenreconoceralosdosatracadoresdelbancodeNorthHollywood.NohabíaningúnpolicíaenLosÁngelesquenopudierareconocerlos.
Asintió.—Sonellos.
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—Entonces¿GusBraleyteníarazón?Boschsiguiómirandolafoto,recordandoesedía.—Supongo—dijoporfin—,peronopudoconectarlospuntosentonces.Soto se acercó y se sentó en la cama junto a la silla deBosch para poder ver
tambiénellaelrecorte.—NoesunaimagendeAnaconellos—dijo—.Nopruebanada.—Talveznoenuntribunal—replicóBosch—.Paramícierralascosas.—Pero¿dóndesecruzaronsuscaminos?—Buena pregunta. Recuerdo algo de que los dos tipos se conocieron en un
gimnasio.CreoqueenVenice.—AnanopodíaestarmáslejosdeVenice.Tuvieronquecruzarseenotrositio.—Bueno, puede que necesitemos encontrar ese sitio si queremos que el fiscal
apruebeelcierredelcaso.—¿Ysiloponemosenlosmedios?Talvezalguienconozcalaconexión.Boschpensóenello.Habíanpasadoveintiúnaños.Eraunaposibilidad remota,
peronoqueríaserpesimistaconSoto.Ellaparecióinterpretarlodetodosmodos.—Todasesas familiasqueperdierona sushijos—dijo—.Deberían saberlo.La
familia de Esi González también. La verdadera. —Cogió el recorte que sosteníaBoschyloestudió.
Boschrecordóalgoychascólosdedos.EraloquelehabíamolestadodespuésdehablarconGusBraley.
—Varsol—dijo.—¿Qué?—preguntóSoto.—Acaboderecordaralgo.Esedíaeneltiroteo…Yolleguéalfinalymepusieron
conelequipodepruebas.Metocósucoche,enrealidad.—SeñalóaloshombresenelrecortequesosteníaSoto—.Básicamenteteníaquecustodiarlohastaquellegaraunequipodepruebas.Y tardóunpardehoras,porque losnecesitabanen todaspartesese día. La escena tenía como cinco manzanas. El caso es que mientras estabaesperandomepuselosguantesymiréenelcocheyallíestabalamantadelejércitoenelasientodeatráscubriendoalgo.Asíquelaretiréyhabíamásarmasenelasientoyhabíauncoctelmolotovsujetoconelcinturónparaquenosemoviera.
—¿EstabahechoconVarsol?—Nolosé.Nosésiseanalizó,peropodemosaveriguarlo.Entodocaso,eluso
deuncoctelmolotovesotrovínculoentreestostiposyelBonnieBrae.Sotoasintió.—Entonces¿quéopinas?¿Analoplaneóoerasololachicadelosrecados?Boschpensóunmomentoyluegonegóconlacabeza.—Esdifícildecirlo.ParecequejugóconBurrowsyBoikocomounaprofesional.
Seacercóaellosysupoqueabriríanlacajacuandoellaestuvieraamenazada.Peropodríahabersidodirigidaporalgunodeesostipos.Nocreoquelosepamosnunca.
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Se sentaron en silencio un rato. Bosch sabía que Soto quería decir algo.Finalmente,habló.
—Pensabaqueseríadiferente—dijoella.—¿Qué?—preguntóBosch.—Desde que quise ser policía pensaba en resolver el caso.Eramimotivación.
Ardíadentrodemí,¿sabes?—Sí.Boschpensóenloqueélhabíadichosobreabrirlapuertadeunahabitaciónen
llamas.—Yahoraaquíestoy—dijoSoto.—Lohasresuelto—dijoBosch.—Peronohay…,noesloquepensabacuandoteníatodasesasfantasías.Boschasintió.Nohabíanadaquedecir.Alcabodeun rato,Sotoparecíahaber
dejadodeladosuangustiaporelmomentoyhablóentonopositivo.—Entonces—dijo ella—, creoquehemos terminado aquí.Quiero irme a casa,
Harry.Boschasintióunavezmás.—Vale—dijo—.Vamos.
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BoschllegóalasaladebrigadayseencontróaSotoyaensulugarenelescritorio.De hecho, reveló que estaba allí desde el domingo. Había venido para escribir elresumen de la investigación del caso Bonnie Brae que sería entregado al capitánCrowderparasuaprobaciónyluegoalaOficinadelFiscaldelDistrito,quetambiénteníaque ratificarel cierreoficialdeuncasopormediosdistintosa ladetenciónycondena. Bosch le había encargado el informe, porque enmuchos sentidos era sucaso.
Elinformeteníaunaextensióndedocepáginas.Eraconcienzudoycompleto,yBosch empezó a asentir sin darse cuenta mientras leía. Soto había ordenado loshechosquesehabíanrecopiladodetalmaneraqueelinformeeraconcluyente,ysinembargotodavíalesfaltabaelnexoexactodondeAnaAcevedocruzósucaminoconlosdoshombresqueprovocaronelincendiodelBonnieBraeyluegocometieronelatracodelEZBank.
PensóqueCrowdernopondríaningunapega,porquenohabíainconvenienteparaél.Podíaanunciarquehabíaresueltouncasofundamental,ynohabríaningúnjuicioquepudieracuestionarlo.Eraunmundoperfectoparaél.Peroelsiguientepasoseríaduro. La fiscalía no estaría tan dispuesta a descartarlo por la ausencia de unaconfesión, pruebas irrefutables o una conexión directa entre todas las partesimplicadas.
HabríamanerasdemanejaralaOficinadelFiscaldelDistrito,yBoschlosabía.Elcierredelcasoseríaunahistoriaenormeenlosmedios,nosoloporelnúmerodevíctimasyquiéneseranlossospechososmuertos,sinoporquiénlohabíainvestigado.ElresumendeSotorevelabasusvínculospersonalesconelincendio.Todoesopodríautilizarseydirigirseenapoyodelcierreoficialdelcaso.
Cuando terminóde leerlopor segundavez,Bosch tenía solounapreguntaparaSoto.
—Lucy,¿estásseguradequequieresrevelartuconexiónconesto?—Sí.Esmihistoria.Aunquememetaenproblemas,yaeshora.Boschasintió.Noibaaconvencerladelocontrario.Teníarazón.Erasuhistoriay
erahoradecontarla.Noobstante,ellorevelaríaque,cuandopresentósusolicituddeingreso al departamento, había omitido cualquiermención del incendio delBonnieBraecomofactormotivadorensudecisióndehacerseagentedepolicía.
SonóelteléfonoenlamesadeBosch.Contestó.EraCrowder.—Harry,necesitoquevengaaquí—dijo.—Bien—contestóBosch—.Íbamosairaverlo.—No,solousted.Vengaaquíahora.—PeroSototiene…—Solousted.Crowdercortóantesdequeélpudieraargumentarmás.Boschcolgóelteléfonoy
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le dijo a Soto que presentarían el informe a Crowder después. Caminó por elperímetrodelasaladebrigadayentróenlaoficinadelcapitán.EltenienteSamuelsestabasentadoenunadelassillas,delantedelescritorio.
—Harry,siéntese—dijoCrowder.—Estoybien,mequedarédepie—dijoBosch.—Bueno,noquieroquesepongahechounafuriacuandoescucheesto.—¿Qué?—Acaboderecibirunallamadadelafiscalía.NovanaactuarcontraZeyas.Boschtardóunmomentoenprocesarlanoticiayresponder.—Quécobardes—dijo—.Quémierda.—Mire —dijo Crowder—. El tipo que me llamó (Boland) dijo que no hay
pruebas para una condena. No hay pruebas que lo corroboren de formaindependiente. Zeyas no dijo nada que lo incriminara ni remotamente en la cinta(jugó con Spivak), y todas las llamadas pruebas de Spivak son documentosinteresados que cualquier abogado defensor destrozaría. Así que se reduce a eso,Zeyasgana,sobretodosiletocaunjuradodeleste.
Boschseencogiódehombroscomosilanoticiafueraunairritaciónmenor.—Volveré a presentarlo con otro fiscal—dijo—. Boland es un niño que tiene
miedodelaoscuridad.Oesooestácomprado.—No, Harry, no lo volverá a presentar con nadie —replicó Crowder—. La
decisiónnofuedeBoland.Llegódearriba.Seacabó.LuckyLucymatóaBroussardyahí termina. Caso cerrado. Puede consolarse sabiendo que Zeyas no tiene ningunaoportunidad de llegar a la mansión del gobernador y que ningún otro candidatovolveráacontrataraSpivakdespuésdelaformaenqueelTimeshaestadoaireandoestoenlasúltimasdossemanas.
VirginiaSkinnerestaba liderando lacargadelTimes,graciasaqueBoschhabíacumplidosupromesa.Peronadadeesoimportabaporelmomento.Boschderepenteestabamortalmenteasqueadodetodo.
—¿Algomás?—preguntó—.¿Hemosterminado?—No,nohemosterminado—dijoCrowder—.¿Teniente?Samuels se levantó y se quedó delante de Bosch. Parecía como si estuviera
contentodedecirloqueibaadecir.YesonolesentóbienaBosch.—Detective,necesitoquedejesuarmaysuplacaenelescritoriodelcapitán—le
ordenó.—¿Dequéestáhablando?—preguntóBosch.—Pistola y placa en lamesa.Ahora. Está suspendido, detective, pendiente del
resultadodeunainvestigacióninterna.BoschmiróaCrowderyvioqueelcapitánobservabaconrostro impasible.No
recibiríaningunaayudadeél.Samuelscontinuó señalandoal escritorio,muy tieso,comosiestuvieraapuntodeutilizarlafuerzafísicaencasodenecesidad.Eramuchomásgrande,másfornidoymásjovenqueBosch.
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Boschlentamentesacóelarmadelacartucheraylacolocóenlamesa.Continuóconsuplaca.Crowderinmediatamentelascogióylaspusoenuncajóndelescritorio.
—No sédequé está hablandoni qué se suponequehehecho—dijoBosch—.PeroSotoyyoestamosapuntodecerrarelcasomásgrandeenveinteañosyvaaquedarcomo…
—¿Quiere saber de qué estoy hablando? —lo interrumpió Samuels—. Leenseñarédequéestoyhablando.Acabodemostrárseloalcapitán.
Samuelsseacercóalmonitordetelevisiónqueestabaencimadeunarchivadordecuatrocajones.CogióelmandoadistanciaquehabíadebajoypulsóelPlay.Unasalaoscura apareció en pantalla. En el fondo había una ventana rectangular de suelo atechojuntoaunapuertacerrada.Laventanapermitíalaentradadealgodeluzdesdelasalaexterior.
—El capitán Gandle, de Robos Especiales, colecciona lápices, ¿lo sabía? —preguntóSamuels.
—No—dijoBosch—.¿Aquiénleimporta?—Bueno,alcapitánGandleleimporta,yelproblemaesquelagenteentraensu
oficinaylerobasuslápices,yresultaquealgunosdeellosvalenmuchodinero.Asíqueel capitán seconsiguióunacamaritay lacolocóenel estantede suoficina.Ymireloquetenemos.
En pantalla, la puerta se abrió y se encendió una luz cenital. Bosch estabaentrandoenlasala.Tiróalgoenlapapelerayseacercóalosestantesdondeestabanlosdiariosdeatracos.
—Eso es acceso ilegal, Bosch —dijo Samuels—. Debería contactar con elrepresentantedelsindicato,porquevaanecesitarlo.
—Eso es una estupidez —protestó Bosch—. Necesitaba mirar los diarios derobos.Nomellevénadadeesaoficina.
—Las reglas son las reglas—sentenció Samuels—.La puerta estaba cerrada yforzó la cerradura. El capitán Gandle encontró sus clips doblados en la papelera.Siguesiendounaentradailegal,sellevaraalgoono.Tienesuertedequenolopongabajoarresto,peroelbuenodelcapitánhadecididoquenoeranecesario.
BoschmiróaCrowderunavezmás.—¿Leparecebienesto?—preguntó.—Harry,¿quécojones?—dijoCrowder—.Entróen laoficinadelcapitán.¿Era
realmentenecesario?¿Algúncasohaceesonecesario?—Váyase a casa, Bosch —sugirió Samuels—. Está suspendido en espera de
posterior investigación. Cuando la investigación concluya se lo avisará de si debepresentarseenlavistadelTribunaldeDerechos.
Boschestabatananonadadoqueparecíahaberperdidolacapacidaddemoverse.—Váyaseacasa—repitióSamuels—.Yesperoquenoimpliqueasucompañera
enestasacciones.Odiaríaperderaunajovencomoella.Boschencontrólavoluntadparamoversuspies.Sevolvióysedirigióalapuerta.
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Samuelslodetuvo.—¿Sabe,Bosch?Conlopocoquelequeda,deberíapensarenentregarlaplacay
nocomplicarselavida.Yahaservidomuchosaños.¿Porquémeterseenunlíoporalgoasí?
BoschmiróaSamuelsyeltenientehizoelgestodequitarseunaplacadelpechoizquierdodeunacamisadeuniforme.
—Estoesmuyendeble,Samuels—dijo—.Comousted.Lentamente salió del despacho y empezó a caminar hacia su cubículo. Sintió
variasmiradasclavadasenél.Atravésdelcristal,lagentelohabíavistoentregandolaplacaylapistola.Estabacorriendolavoz.Algoasínuncapodíacontenerseenunasalallenadedetectives.
SotoestabaensulugarysevolvióensusillacuandoBoschentróparadirigirseasupropioescritorio.
—Harry,¿quéestápasando?—preguntó—.Lagentedicequeacabandequitartelapistolaylaplaca.
Boschacercósusillaaladeella.Sesentóyseacercó.—Mehansuspendido—dijo.—¿Qué?—exclamóSoto—.¿Porqué?—Escúchame.Cuandovenganapreguntarporeldíaqueentréeneldespachodel
capitánenlaoficinadeRobos,dilesquenoestabasahí.Dilesquetequedasteaquíyyofuisolo.¿Entendido?
—No,Harry.Novoya…—Tienesquehacerlo,Lucía.Yovoyadecirlomismo.Noestabasaquí.¿Ysabes
qué?No estabas. Estabas en el pasillo.Al que venga deCriterios Profesionales ledicesquetequedasteentumesa.¿Deacuerdo?
—Sí.Bosch miró al despacho del capitán. Samuels estaba de pie en el umbral,
observándolo.Harry supuso que tenía otros cincominutos comomáximo antes deque el teniente pidiera a un par de agentes de patrulla que lo escoltaran hasta elexteriordeledificio.
—He recorrido este camino varias veces—le dijo a Soto—. Protégete y no tepasará nada. A mí tampoco. Puedo superar esto. —Y luego, casi en un susurro,añadió—:Siquiero.
Boschempujósusillaotravezasuescritorioyrecogióunaspocaspertenencias.Lasfotosdesuhijaeranlaprioridad.Noteníaniideadesivolveríaalgunavezaesamesa.
TimMarciaseasomóporencimadelamamparabajadesucubículo.—Eh,Harry,¿puedoquedarmetusitioparaaparcarhastaquevuelvas?Provocóunasonrisa.—Queteden—ledijoBosch.Cuando tuvo todo empaquetado en su maletín y estuvo listo para irse, miró a
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Soto,queestabasentadaensusilla,mirándolo.—Estonoesjusto—dijo.Boschseacercó,seagachóylepusounamanoenelhombro.—Nosetratadejusticia—explicó—.Yamearreglaré.Loquetienesquerecordar
esqueeresunagrandetective.Conoceselsecreto.Asíquenodejesquelosidiotasdeporaquítedesanimen.Tienescosasquehacer,Lucy.
Ellaasintió.—Vale—dijo—.Tengoganasdellorar.—No lohagas—aconsejóBosch—.Mejor lleva tu informe ahí dentroy cierra
ese caso.Tómateundíaodospara saborearloy luegovuelve al trabajo.Solohaydiezmilcasosmásesperándote.
Sotoasintióotravezytratóinfructuosamentedesonreír.Hablaribaasuponerunproblemaparaella.
Bosch leapretóelhombroy ladejóallí.Cogióelmaletínde susillaycaminóhacialapuertadesalida.Antesdellegarallí,oyóquealguienaplaudíadetrásdeél.SevolvióyvioqueeraSoto,queestabadepieencimadesumesa.
Enseguida TimMarcia se levantó de su cubículo y empezó a aplaudir. LuegoMitziRobertshizolomismoydespuéslosotrosdetectives.Boschapoyólaespaldacontralapuerta,listoparaempujarla.Diolasgraciasconlacabeza,sellevóelpuñoalaalturadelpechoyloagitó.Luegoempujólapuertaysemarchó.
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Agradecimientos
Elautorquieredar lasgraciasavariaspersonasquecontribuyeronaestanovelademuchasmuchasformas.
Losdetectives:RickJackson,TimMarcia,MitziRoberts.Loseditores:AsyaMuchnick,BillMassey,PamelaMarshall.Elinvestigador:DennisCiscoWojciechowski.Lafamilia:LindaConnelly,McCalebConnelly,todoslosConnelly.Loslectores:TerrillLeeLankford,HenrikBastin,JohnHoughton.Elequipodeapoyo:HeatherRizzo,JaneDavis,MaryMercer,SueLillich.Laeditorial: lasmuchaspersonasdeHachetteBookGroupque tanto trabajaron
enestelibroyenmuchosotrosantes.Elautornopodríahacerlosinvosotros.Graciasatodos.
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