UNIVERSIDAD DE MEXICO
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LOS COLEGIOS MAYORES EN LA
LOS colegios, instituci('m llilCid;1
también en la Edad Media, estu_ vieron íntimamente ligados a 1;\
historia de las universidades enlos primeros tiempos de su organización,tanto, que a una de las más famosas. la deParís, se le conoce por el nombre dd ilustre fundador de uno de sus colegios, Roberto de Sorbonne, y en rng'aterra lasuniversidades de Oxford y Cambridge noson sino un conjunto de colegios el que davida, hasta nuestros días, a tan célebre,institutos.
N ace el sistema colegiado en 1-'a rís, allado de la Universidad. En sus principiosel colegio no fué sino un Hospicium uhospedería, destinado a ofrecer alojamiento a los estudiantes pobres que no podíanpagar su alojamiento en la s posadas dela ciudad. La primera fundación de <"stegénero fué organizada en París en el añode 1180 para albergar a dieciocho colegiales. Pronto fué seguida por la creaciónde otras instituciones de este género. toc1as ellas caritativas, destinadas a proveerde abrigo y alimento a jóvenes de escasosrecursos. Las órdenes religiosas recibí;lntambién a jóvenes que iban :1 escuchar :t
los grandes maestros en la colina de SantaGenoveva. Estos albergues ,l1onásticos podían adoptar también el carácter de colegios. N o solamente servían de hospedaje,sino antes se daban ciertas leccion('s enellos. Teniendo en cuenta esta situación,el capePán de San Luis Rey de Francia,Roberto de Sorbonne, fundó en 1257 uncolegio para hombres, que hubit'ran alcanzado ya el grado de maeslro en Artes, ydesearan graduarse en Teología. Contóen sus orígenes con dieciocho plazas quese aumentaron más tarde a treinta y seis.Bien pronto alcanzó fama y el nombredel fundador pasó a designar a toda lafacultad teológica de París, y andandoel tiempo, a la propia universidad, C{Ul:vino a conocerse con el nombre de ~a Sorbona. Se hicieron estudios en él y los escolares disputaban sobre tópicos de suespecialidad, las disputas y los juicios dela Sorbona se tenían como tan válidos eimportantes como los propios de la Universidad. A los treinta y seis se agregaron otros alumnos no becados que participaban en las tareas del colegio y prontose consideró como una honra pertenecer
al instituto fundado por el confesor ekSan Luis.
Tras el colegio de la Sorbolla se fundód de Navarra para veinte estudiantes dl:gramática, treinta de artes y veinte ek teología.
Los colegiaJcs de París l:staban divididos por facultades. A la cabeza de ellasse colocaba a un maestro y el de la más
Dibujo de Julio Vidrio
ENSEÑANZAUNIVERSITARIA
Por Julio ]IMENEZ RUEDA
importante de todos dirigía los colegios.Eran estos rectores verdaderos maestrosque dirigían los estudios, presidían las cliscusiones y suplían con su enseñanza privada las lecturas públicas de las escuelasde la Universidad.
La organización dl: estos instilutos deParís era semejante a la de los colegiosingleses, aunque había diferencias apreciables en su estructura. Así, por ejemplo,la autonomía de los oxonienses cra mayorque la de los de París, 1ainsp~'Cci¡'l11 externa era mayor en éstos que ','n aquéllos.
El colegio en Francia estaba constituido por un grupo de estudiantes gobernado por un director. El colegio inglés erauna corporación autónoma, administrada
por un cierto número de personas ma vares. La realización de actos de cará¿krlegal había menester el consenso de lalotalidad de los miembros dc la corporación.
En Francia, al lado de los colegialesaparecieron los beneficiarios, o sea ungrupo de estudiantes, que por medio deun estipendio, generalmente cubierto ent'specie, la comida, por ejemplo, ayudabana los colegiales en sus servicios domésticos. Fueron, además, autorizados los colegios franceses a recibir además de losbecarios, estudiantes huéspedes. La disciplina de los colegios, el sistema de tutoríaprivada y la práctica del latín para losestudiantes que en ellos se albergaban,gozó del favor de las familias de los escolares y muy pronto la institución crecióen tal forma que vino a confundirse conla propia Universidad. En 1445, se elevóuna queja al rey, denunciando el hechor1l: que casi toda la Universidad residía enlos colegios. Desdé luego los maestros deTeología enseñaban en la Sorbona y enel de 'Navarra, y sits lecciones regularesen la Universidad decaían. A los pocosaños estos cursos regulares estaban desiertos.
Si en París la Universidad proveía alos colegia!es de un maestro director quevelaba por la disciplina, en Oxford laenseñanza estaba encomendada a varioscokgiales graduados residCtltes en el colegio. Así el sistema ek enseñanza colec[iva fué su plan lado por el sistema tutorialque aún existe. En París los colegios mayores fueron grandes escudas divididasen clases, y los menores hospederías deestudiantes que dependían de los mayores. Adquirían esta categoría en plenoejercicio, los que proveían un curso compOJeto de educación. En el siglo xv eranquince. La mayoría subsistieron hasta Jaépoca de la Revolución. T.os colegios enlnglaterra se hicieron cargo lk la dirección de la vida social del Heino. Ellosenseñaban a la juventud y la Universidadadoptó las funciones de examinaclora yde encargada de la colación de grados.
En Italia)' l"Il España la organizaciónde los colegios fué tardía. A un español 5l:debe la fundación del colegio de SanClemente en la Universidad de Bolonia, alCarclenal Gil de Albornoz, Arzobispo de
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Toledo y Cardenal y Legado de! Papa Clemente VI, para quien conquistó con talento y energía, los Estados Pontificios. Fuélegado en Italia a partir de 1353. Mientrasel papa residía en Aviñón luchó durante(atorce años para lograr devolver la cortepontificia a Roma. Redactó entretanto,las C;::o)1stitucionesEjidianas que habíande regir en lo~·Estados del Papa que'estuvieron en .. vigor durante siglos. Mu-
. rió el de Albor·noz e'n Viterbo en 1367,legandó'todos !ÚJs:;:bienes al ~ólegío deSan Clemente, cuyo InagI1í1¡co edificio estaba terminado ya tam15iin en 1367.
El colegio de San ClerJente era un instituto dedicado, en realidad, a la educación de jóvenes españoles. Ofrecía veinticuatro becas destinadas á estudiantes delas diócesis. de Tokdo';:.Sevilla" Cuenca,Zaragoza, Salamanca, Avila¡ Burgos, Córdoba, Santiago, León, Palencia, Osma,Sigüenza, Lisboa y Oviedo. Los visitadores aumentaron después el .número atreinta y una plazás, destinadas, ocho paraestudiantes en Teología y veintitrés enLeyes y cánones.. Ingresaban al colegio Clementina, ba
chilleres; pero se daba asistencia para loscandidatos al doctorado. En un principiotenían obligación los colegiales de enseñary se leían en el colegio cátedras de todaslas facultades, pero más tarde se llegó aun acuerdo con la Universidad que concedió a los estudiantes cuatro cátedras deTeología, cánones y leyes que debían profesarse en el edificio de la Universidad,destinándose así las enseñanzas en e! colegio. La organización del colegio de SanClemente era democrática, como 10 fuémás tarde la de los colegios salmantinos.El rector era electo anualmente por votación entre los colegiales. Debía tenerveinticuatro años cumplidos y perteneceral estado eclesiástico. Lo auxiliaba ungrupo de consiliarios, elegidos en igualforma. La enajenación de sus bienes habíamenester del consentiJ'niento de todo elcolegio. La disciplina era más estricta quela de los colegios de Oxford y de París.Se obligaba a los colegiales a la asistenciaa los servicios religiosos, consistentes endos misas que celebraban diariamente Joscapellanes, los maitines y las vísperas·. Seobligaba a los becarios a concurrir a clases, a leer la Biblia y a guardar silenciomonástico. La falta de cumplimiento delas normas establecidas atraía sobre el infractor castigos severos, hasta el uso delcepo. Se prohibía a los estudiantes el baile y toda relación con la mujer, amén deotras clases de divertimientos. El colegiode San Clemente formó buena copia degobernantes españoles. Hubo un tiempoen que el gobierno total de España estuvoen manos ele antiguos estudiantes clementinas.
Don Diego de Anaya fué un personajede gran importancia en la vida políticade España, en el siglo XIV, fué preceptorcle los hijos del rey clon Juan I de Castilla, amigo íntimo de clan Pedro de Luna,rival de Clemente en el Papado, aragonéscle origen, protector de la Universidad deSalamanca, antipapa después con el nombre de Benedicto XIII, don Diego deAnaya trabajó en el Concilio de Constan¡;o;apo~ la unidad del Papado y luchó; sin
conseguir su empeño, en que su amigo elde Luna cediera en sus derechos paraacabar con el cisma que debilitaba a lacristiandad. A su paso por Bolonia, admiró Anaya la fundación del card~nal
Albornoz y deciclió realizar otra semejante en Salamanca. Así nace e! célebre colegio de San Bartolomé, llamado el colegio Viejo. Fué establecido en 1401 porAnaya Arzobispo de Sevilla y antes Obispo de'Salamanca, que costeó también lacapilla en la Catedra], en donde yacen susrestos bajo espléndida sepultura; cón laestatua yacente del fundador y rodeadode los entierros de otros familiares suyos.
El cQlegio 'de San Bartolomé (~stuvo
destinaclo a diecisiete estudiantes pobres,honrados y virtuosos. El fundador les diócasa. Los gobernaba un rector y muypronto produjo una buena .cantidad defuncionarios, al grado que· se decía que enla época de los Reyes Católicos todo dgobierno de! reiúo estaba en manos debartolomeos: ,. ~ - ..
Al colegio ele San Bartolomé siguieron,en la propia Salamanca la fundación· delcolegio de Cuenca en 1500, por don DiegoRamírez y Fernández, obispo de Cuenca;en 1517 el de Oviedo, por donDiego Miquez, Obispo de Oviedo yen' 1521- el deFonseca, dotado por don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Santiago y de Toledo.Se convirtió el bello edificio que lo albergab~, unos lustros después, en sede delcolegio de Nobles Irlandeses de Salamanca como resultado de las persecuciones delos católicos en Inglaterra.
Fué famoso también el colegio Mayorde Santa Cniz de Valladolid, fundado porel gran Cardenal don Pedro González deMendoza, en la época de los Reyes Católicos, con veinticuatro becarios y doscapellanes y dotado .del magnífico edificio que aún pueden admirar los que visiten Valladolid. Hubo colegios Mayores enFonseca, Sigüenza, Osuna, Sevilla yOñate,
(Véase para el estudio de este tema elcapítulo "Fundación de Colegios" del libro: Selección y reforma, Ensayo sobrela Universidad renacentista española. ElColegio de México, ,1944, del que es autor don Alberto Jiménez).
Pasó a México la institución y a pocosaños 'de la' apertura de la Universidadfundó en la capital del Virreinato de laNueva España' el primer colegio de estetipo, don Francisco Rodríguez Santos,Canónigo Tesorero de la iglesia Catedralde México y llevó el nombre de ColegioMayor de Santa María de Todos Santos.El primero de mayo de 1566, pedía el canónigo del virrey "peones y operarios yque se' le señalen indios de' los puebloscercanos pagándoles el precio qe su trabajo", pues desea fundar un colegio "endonde los jóvenes de familias ilustres pudieran seguir la carrera literaria y serútiles al Reino". "Pusieron a sus órdenesdiez indios de los empleados en la obra dela Catedral y la Audiencia franqueó almaestro ele arquitectura que entendía de laIglesia Catedral". Y en el solar de su propia casa quedó edificado el colegio que sehallaba situado en la esquina de las callesde lo que son ahora La Corregidora y elCorreo Mayor. (Tomás Zepeda Rincón:
UNIVERSIDAD DE MEXICO
La instntcción pública en la Nueva Espaiía. México, 1932, pág. 128). OrganizóRodríguez ·Santos la biblioteca, designó alos ocho bachilleres becarios, pasantes enlas facultades de Teología, Cánones y Leyes y el día 1S de ~gost~ de, 157~ quedóinaugurado con aSlste~cJa de~ .':lrrey ymuy lucida concurrencIa. Se nglO el Colegio de Santa María de Todos Santos,o de Santos como se le designó más brevemente en lo sucesivo, por las Constituciones del Colegio Mayor de Santa Cruzde Valladolid y el traje y las insignias delos colegiales eran semejantes a la delinstituto fundado por el gran Cardenalde España. He aquí una síntesis de ellas:Los rectores se nombrarían por elecciónde los colegiales, durarían en su encargoun año y se ocuparían del gobierno delcolegio y de la administración de sus. bienes; habría un grupo de consiliarios y
_un secretario designados por elección cadaaño. Las elecciones se efectuaban el pri-
- !'riero de -noviembre, en la capilla del colegio y después de la misa del EspírituSanto. Más tarde a estos cargos se agregó el de Tesorero. El número de becasfué de diez, tres para civilistas, tres paracanonistas y cuatro para teólogos. Unode ellos tenía que ser presbítero y fungíacomo capellán del colegio.
Las becas se proveían por oposición quevotaban los colegiales en ejercicio, laspruebas que estaban obligados a presentar los aspirantes eran las siguientes: 19,
constancia de nobleza y limpieza de sangre de los padres, abuelos y bisabuelospor ambas líneas; 29, examen de buenascostumbres del opositor, y de sus méritosen la carrera que había seguido. "Si lasinformaciones públicas y reservadas eransa.tisfactorias, se le invitaba a la oposición. Abriendo puntos con término deveinticuatro horas hacían en latín un discurso que había de durar 'una hora ('dearripolleta') sobre la facultad correspondiente. Le replicaban los colegiales actuales, a quienes tenía que dar satisfacción. Los opositores debían ser mayoresde veinte años y, a lo menos, graduadosde bachiller en alguna de las facultades deTeología, Leyes o Cánones por algunauniversidad. Los que pretendían la becade Leyes o Cánones era indispensable,además, que hubieran sido aprobados yapor la Audiencia y estuvieran matriculados en el Colegio de Abogados. A pesarde que la mayoría de esos colegiales habían terminado sus estudios en laUrtiversidad, no debían desentenderse de' supropia cultura, ya que era el fin principal de la institución. Para lograr efectivamente ese obj eto cada semana, por turno; daban una conferencia moral quedúrase 'una hora de alnpolleta' y un díafijado en el mes, uno de los colegiales, contérmino de veinticuatro horas, sosteníaun punto que designaba la suerte. Dos delos compañeros replicaban las conclusiones que había deducido de su exposición".(Zepeda, op. cit., pág. 129).
El colegio disfrutó de fama semejantea institutos similares españoles y contribuyó a proveer de hombres sabios en suespecialidad, al gobierno, la magistratura,la enseñanza y la iglesia de la NuevaEspaña.
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