Paseando me encontré a DarwinC. Aimée Estrada Ávila
Mucho de lo fascinante de pa-
sear un fin de semana en el
centro de la Ciudad de México
es que podemos encontrarnos
con diversos eventos, exposiciones, curiosi-
dades y personas que uno no se imagina.
Así me sucedió: en uno de esos paseos
me encontré a un tal Charles Darwin. Era un
hombre mayor y muy serio, pensativo, vesti-
do un poco a la antigua; se veía asombrado, y
yo creo que era por ver a tanta gente reunida
en algo muy parecido a un festejo...y sí que
lo era. Era una fiesta en la cual se estaban
celebrando los 200 años de su nacimiento.
Mientras seguía caminando y adentrán-
dome en ese festejo, traté de recordar quién
era este dichoso Darwin. Más adelante me
topé con la enorme réplica de un libro verde
con el título de El Origen de las especies y
recordé mis clases de biología.
-¡Claro! Darwin es el cuate que escribió
este libro que explica cómo surgieron las
especies! -pensé, y creo que lo hice en voz
alta, pues una chava que estaba a mi lado
me observó fijamente y se acercó.
-¿Qué has escuchado de Darwin? -me
preguntó la chica.
-Bueno, que es un biólogo, ¿no? Y…
mmm...escribió un libro donde decía cómo
se originaron las especies, ¿no? O…bueno,
eso es de lo que me acuerdo de mis clases
de biología.
-¡Qué interesante! Eso lo que mucha gen-
te que está aquí nos ha dicho.
-Ah, qué bien. Entonces no estoy tan mal,
¿no? -Me sentí bien, pensando que mi res-
puesta fue la correcta.
-Te invito a dar un recorrido a lo largo
de estas carpas con motivo del festejo de
Darwin, caminamos y vamos platicando
más, ¿te parece? -dijo ella viéndome muy
interesada en lo que respondí.
-Bueno, pero no sé mucho de animales,
monos y esas cosas, ¿eh? -dije con la inten-
ción de zafarme- ¡Chin! ¡Ya la regué! –pensé.
-No te preocupes, yo soy bióloga y estoy
participando en esta celebración a Darwin.
La intención es que te la pases bien en este
festejo y conozcas un poco más de las apor-
taciones de este naturalista a la ciencia.
-Es una gran idea –dije.
Dimos un recorrido a lo largo de las dife-
rentes carpas. Todas lucían muy coloridas
y presentaban diversas fotos, imágenes,
animales, fósiles, huesos, juegos y muchas
cosas más, todas con referencia a este na-
turalista. Conforme caminamos nos encon-
tramos con la réplica de su estudio rodeado
de libros y muestras de animales.
-¡Órale, su estudio estaba muy chido!
-exclamé-. Seguramente pasó muchas horas
aquí escribiendo su libro.
-Se dice que Darwin fue una persona muy
dedicada y disciplinada en el estudio de la
naturaleza -mencionó la bióloga.
-Mira qué hermosas imágenes. Hay algu-
nos animales que yo no había visto. Bueno,
sólo en los libros. También hay plantas muy
raras y otras coloridas con flores muy lindas.
¡Es un mosaico de la gran diversidad de flo-
ra, fauna y muchos otros bichos que tene-
mos alrededor de nosotros!
-¡Qué bien que lo comentes! Es importante
resaltar que los aportes de Darwin a la cien-
cia permitieron comprender cómo es posible
que exista toda esta diversidad de plantas,
de animales, de bacterias, de hongos y de
todos esos bichos que dices. Además, hay
otra cosa importantísima: sin Darwin no ha-
bríamos podido reconocer que todos estos
seres vivos tienen variación.
-¿Variación? ¿Es como varios seres vivos
o varias especies?
-La variación se define como las dife-
rencias entre los individuos de una misma
especie y éstas son consideradas la “materia
prima” para que el proceso evolutivo se
pueda realizar.
-Sería, por ejemplo, ¿las diferencias que
hay entre las especies de elefantes? ¿Algo
así como sus diferentes tamaños?
-Sí. Por ejemplo nosotros, tú y yo, somos
Homo sapiens. Observa a todos los Homo
sapiens que ves a tu alrededor, aquí, en
este momento.
Estrada, C. A. (2010). Paseando me encontré a Darwin [Versión electrónica], Ciencia Compartida, 1, 28-31. Recuperado el (día) de (mes) de (año), de (dirección electrónica).
-Ajá -giré la cabeza y observé a todos lo
que estaban a mi lado- ¡Ah, ya entendí! Sí,
todos somos de la misma especie, pero no
somos iguales físicamente. Algunos son más
altos, otros más bajitos. Además, el color de
piel no es el mismo para todos; tampoco el
tipo de cabello.
-¡Así es! Esas variaciones que mencionas
son las más visibles, pero la variación se
presenta también a nivel celular, genético,
metabólico, es decir, no toda la variación es
visible al ojo humano.
-Oye, qué curioso. Nunca me había dado
cuenta de esos pequeños detalles, de esas
pequeñas diferencias.
-Ahora imagínate que esto ocurre para
todas las especies vivas, no sólo para Homo
sapiens. Por ejemplo, en especies de insectos,
de flores, de hongos. ¿Te imaginas la cantidad
de variaciones que existen en la naturaleza?
-¡Waw! Pues serían muchísimas... ¡no me
imagino la cantidad!
-La variación en interacción con el medio
ambiente, a través de los procesos evolutivos,
da como resultado la biodiversidad -resaltó
la bióloga.
-¡Claro, la biodiversidad engloba a todos
los seres vivos que existen y es el resulta-
do de la evolución! -contesté con emoción-.
¡Qué interesante!
-La variación y la biodiversidad representan
la unidad, la diferencia y la gama de formas
que podemos encontrar a nuestro alrededor
-afirmó mi acompañante-. La naturaleza tie-
ne múltiples matices de interacciones, formas
y conductas que no son superiores unas de
otras, sólo son diferentes.
-Oye, no lo había pensado en esa forma.
Yo creí que la especie humana, nosotros
los Homo sapiens, éramos la especie más
evolucionada.
-Interesante comentario. Es importante que
los seres humanos nos visualicemos dentro
de toda la naturaleza y reflexionemos sobre las
interacciones que tenemos con el resto de la
biodiversidad. Hay que conocernos a nosotros
mismos, es decir, conocer nuestros orígenes
biológicos -me dijo convencida la chava.
-¡Qué interesante! ¿Podemos seguir reco-
rriendo más? -exclamé emocionado.
-¡Claro! Pero mientras, ¿qué te parece si
nos tomamos una foto con Darwin?
-¿Se puede hacer eso? -me pregunté-.
¡Estaría genial!
Cómo recuerdo de ese paseo de fin de
semana por la ciudad tengo una foto en la
que estoy acompañado de Charles Darwin,
muy sonriente por su festejo, pero sobre todo
sonriente porque que el legado de conoci-
mientos que dejó nos ha permitido conocer
más de nosotros mismos y del origen de mu-
chas otras especies que nos rodean.
Charles Darwin(1809-1882)