Presentación del “Barómetro I: Familia y escuela” 1
“El 92% de los vecinos de la Ciudad reconocen que
un mayor acompañamiento mejoraría el rendimiento
escolar de sus hijos”
El Observatorio de Familia de la Dirección General de Desarrollo Familiar (en
adelante, DGDF) escogió para la primera edición de 2019 del “Barómetro de
Familia” el tema Educación y Familia. Con respuestas de 449 vecinos, relevados
entre el 3 y el 31 de enero de 2019 en 6 Colonias de Verano del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, se ponen los resultados a disposición de todos aquellos
que, como nosotros, estén pensando en las familias de la Ciudad.
La escuela y la familia son “las dos grandes instituciones educativas de las que
disponen los niños y niñas para construirse como ciudadanos”; por ello no puede
concebirse que lleven a cabo sus tareas “de manera aislada y diferenciada la
una de la otra" (De León 2011: 3). En ese sentido, como afirman numerosos
estudios, la relación entre la familia y la escuela sirve, entre otras cosas, para que
los hijos “perciban que en cierto modo hay una continuidad en su educación”
(Aguirre 2015: 87).
Entre los factores que confluyen para el alcance de estos objetivos se destaca
la comunicación, no solo entre padres e hijos, sino también con los
establecimientos educativos: “La relación colaborativa que debe existir entre la
familia y el centro educativo en el que cursan estudios los hijos, es un hecho hoy
en día indiscutible en la comunidad científica y en la sociedad”2. En nuestros
tiempos gran parte de la literatura tiende a alertar sobre la importancia de
ambos actores “para motivar a los alumnos en su desarrollo psicoevolutivo y
cognitivo, para colaborar a la hora de resolver problemas de comportamientos,
1 El Barómetro de Familia tiene el objetivo de medir el estado de la opinión pública sobre
los hábitos, las relaciones, las costumbres y las conductas de las familias de la Ciudad
para contribuir a la construcción y cualificación de políticas encaminadas a su
desarrollo. 2 García, Gomariz, Hernández y Parra, 2010 citados en Aguirre 2015:87.
fracaso escolar, adicción a internet y redes sociales, problemas alimentarios, de
integración social, etc.” (Aguirre 2015: 87).
Ya que esta conciencia y la consecuente participación de los padres en la
educación puede traducirse en numerosos efectos positivos tendientes a evitar
el fracaso escolar, esa participación tiene la virtualidad de favorecer “la
implicación de los alumnos en sus estudios, elevando el rendimiento escolar,
mejorando la actitud ante los estudios y favoreciendo su desarrollo personal”
(De Leon 2011: 13).
Estos efectos pueden traducirse en beneficios directos para los hijos, entre los
cuales podemos citar la posibilidad de evitar la exposición a adicciones. Así
también, implica beneficios para los padres, cuyo vínculo con la escuela puede
implicar a futuro una mejor inserción laboral, mejores prácticas parentales,
herramientas para tomar decisiones en favor de la salud de toda la familia, etc.
Por su parte, en el marco de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (en
adelante ODS) UNICEF publicó en 2018 un reporte sobre los hallazgos que
vinculan a la familia con los ODS. En este reporte se destaca el ODS n° 4
“Educación de calidad” como uno de los objetivos a los que el fortalecimiento
familiar puede contribuir. Además de los beneficios ya mencionados, la
vinculación entre la familia y la escuela, al elevar el nivel de educación tanto
de los padres como de los hijos, posibilita la implementación de hábitos que
prioricen el medio ambiente, a través de la innovación Sin embargo, más allá
de que las políticas familiares y las familias estén siendo efectivamente usadas
como herramientas para intervenir en promover la escolarización y el
aprendizaje, muchas de esas políticas aún no se adaptan, en la perspectiva de
este organismo, a las ambiciones de los ODS (UNICEF 2018).
Con base en este desarrollo, es posible suponer el interés del Observatorio de
Familia sobre el vínculo que se establece hoy entre las familias de la CABA y la
escuela. Un tema que adquiere particular importancia a inicio del año escolar
y cuyos resultados pueden servir para generar conciencia sobre el estado de
esas relaciones y la necesidad de profundizarlos y desarrollarlos.
Perfil de los encuestados
A diferencia de entregas anteriores del “Barómetro de Familia” que elabora la
DGDF, en las que las encuestas se realizan por distintos medios, incluyendo redes
sociales, en este caso fueron todas recabadas personalmente en las Colonias
de Verano3 que organiza en Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Con respuestas de 449 vecinos de todas las comunas de la ciudad (como se
ilustra en la gráfica n° 1) destacándose entre ellas las Comunas 4 —La Boca,
Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya— con el 22,97% de los casos,
seguida por la Comuna 9 —Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda— con
19,95%. En todo caso, esta sobrerepresentación es una consecuencia de la
ubicación de las colonias en donde se recabaron los datos.
Gráfica n° 1: Distribución de los encuestados por Comunas
3 A continuación, se consignan las 6 colonias de vacaciones (entre paréntesis, número
de Comuna respectivo): Colonia Parque Patricios (C4), Colonia Dorrego (C9), Colonia
Pereyra (C4), Colonia Club de Amigos (C13), Colonia Avellaneda (C9), Colonia
Santojiani (C9), Colonia Pomar (C11)
Entre los encuestados se registra una marcada mayoría del género femenino
sobre el masculino, 82,5% contra 17,2%, correspondiéndole a otros géneros el
0.2%. En lo que respecta a la edad, el rango es muy amplio, desde los 17 a los
88 años (gráficas n° 2 y 3).
Gráfica n° 2: Perfil de los encuestados por Género
Gráfica n° 3: Perfil de los encuestados por edad
Por último, para caracterizar a los participantes, podemos consignar todas las
familias tenían hijos en edad escolar, destacándose que la gran mayoría de las
familias a las que pertenecían tenían hijos de entre 6 y 8 años, en menor medida
de 9 a 11, siguiendo sucesivamente los rangos de 12 o más y, finalmente, de 5
años o menos (gráfica n° 4). Cabe aclarar que esta categoría, naturalmente,
era de opción múltiple y que no interesaron a los efectos de la presente
encuesta la cantidad de hijos en cada rango de edades.
Gráfica n° 4: Rango de edad de los hijos (respuestas múltiples)
Resultados
Se percibe por parte de una inmensa mayoría de los vecinos una conciencia
del efecto que un incremento del tiempo dedicado a la supervisión de sus
tareas puede tener sobre el rendimiento escolar de los hijos. Más del 92% de los
padres respondieron afirmativamente al ser consultados en este sentido. Las
respuestas negativas suman un 3,6%, con 3,8% de indecisos (gráfica n°5).
Gráfica n°5
Luego de preguntarles si coincidían en que un mayor acompañamiento a sus
hijos en las tareas escolares implicaría una mejora en su rendimiento, se indagó
sobre la frecuencia con la que los padres consideraban una prioridad en su día
el supervisar las tareas de sus hijos, dando a elegir entre las opciones “nunca o
muy rara vez (hasta dos veces por semana)”, “algunas veces (3 o 4 veces por
semana)” o “siempre o casi siempre (5 a 7 veces por semana)”.
La suma de los resultados arroja, como se ve en la Gráfica n° 6, que en 3 de
cada 4 familias se supervisan las tareas “siempre o casi siempre”. Los padres
respondieron “algunas veces” en un 20,6% de los casos, y “nunca o casi nunca”
en un 5,7%.
Gráfica n°6
La tasa de familias que supervisan siempre o casi siempre, sin embargo,
aumenta (de 73,8% a 86,7%) entre aquellos que manifestaron que un mayor
acompañamiento no redundaría en un mejor rendimiento (gráficas n° 7 y 8).
Esto podría sugerir que aquella primera respuesta negativa —respecto a la
posibilidad de mejora a través de más acompañamiento— se fundaba en que
consideran que su acompañamiento ya es suficiente y que un incremento no
tendría ninguna virtualidad positiva.
Gráfica n° 7
Gráfica n° 8
2 de cada 8 familias que admiten
que más acompañamiento SÍ
implicaría mejor rendimiento de
sus hijos, reconocen supervisar las
tareas menos de 5 días por
semana.
1 de cada 8 de las que opinan
que más acompañamiento NO
implicaría mejor rendimiento de
sus hijos reconocen supervisar las
tareas menos de 5 días por
semana.
1 2
4 5 6 8 7 3 1 2 3 5 6 7 8
<
<
<
<
<
<
4
Por otro lado, el 88,4% de los padres considera que tiene una buena
comunicación con la escuela de sus hijos (gráfica n°9). En este caso, las
respuestas negativas suman 2,7%, con un 8,7% de indecisos.
Gráfica n° 9
En lo que respecta a la comunicación con los hijos respecto a sus problemas en
la escuela, un 85,9% manifiesta mantener ese intercambio 5 a 7 veces por
semana, porcentaje que supera al de la supervisión de las tareas (gráfica n° 10).
Gráfica n° 10
Un dato llamativo es que el 100% de los que consideran que no tienen una
buena comunicación con el establecimiento educativo, manifiestan, sin
embargo, tener “siempre o casi siempre” comunicación con sus hijos sobre los
problemas de éstos en la escuela.
En este punto y, para terminar, vale correlacionar este resultado con
Caracterización de las Familias de la Ciudad4. Allí se destaca que “la
preocupación por las tareas escolares de los adolescentes baja en los extremos
de la estratificación social probablemente por motivos diferentes” (ODS 2018:
36).
Tabla n°1: Supervisar las tareas escolares de mi hijo/a
es una prioridad en mi día
Nunca o muy
rara vez (hasta 2
veces a la
semana)
Algunas veces
(3 a 4 veces a
la semana)
Siempre o casi
siempre (5 a 7
veces a la
semana)
% dentro de
Barrio o Comuna
% dentro de
Barrio o
Comuna
% dentro de
Barrio o Comuna
Comuna 15 0,0% 12,5% 87,5%
Comuna 8 6,7% 6,7% 86,7%
Comuna 1 0,0% 15,4% 84,6%
Comuna 11 8,0% 8,0% 84,0%
Comuna 10 4,1% 16,3% 79,6%
Comuna 9 5,9% 17,6% 76,5%
Comuna 5 0,0% 27,3% 72,7%
Comuna 3 0,0% 27,8% 72,2%
Comuna 14 0,0% 27,8% 72,2%
Comuna 12 12,0% 16,0% 72,0%
Comuna 4 10,2% 19,4% 70,4%
Comuna 13 0,0% 31,3% 68,8%
Comuna 7 0,0% 40,0% 60,0%
Comuna 6 11,1% 33,3% 55,6%
Comuna 2 0,0% 56,3% 43,8%
4 La Dirección General de Desarrollo Familiar elaboró la Caracterización de las Familias
de la Ciudad, un estudio inédito en el país realizado durante 2017 por el Observatorio
de la Familia de la DGDF, en conjunto con el Observatorio de la Deuda Social de la
UCA, que revela aspectos que describen a las familias de Buenos Aires en términos de
estructura, organización, hábitos, valores, vínculos y relación, entre otros.
En este caso y dentro de un rango de edad menor al que refería la
Caracterización, se confirman tendencias similares, encontrándose a Recoleta,
Caballito o Belgrano entre los barrios con menor porcentaje de familias que
manifiestan priorizar la supervisión de las tales de sus hijos “siempre o casi
siempre” (ver tabla n° 1).
Siguiendo también a la Caracterización, si repetimos la agrupación de las
comunas (ver Tabla n° 2) en Zona Norte (Comunas 2, 12, 13, 14 y 15), Centro
(Comunas 1, 3, 5, 6, 7, 10 y 11) y Sur (Comunas 4, 8 y 9), la zona centro es donde
más familias supervisan “siempre o casi siempre” (77%), seguida por zona sur
(70,4%), siendo la zona norte donde menos casos se encuentran en este
segmento (65,5%). En la franja intermedia (“algunas veces”) se encuentra un
tercio de los hogares de zona norte. En las zonas sur y centro los valores son muy
similares (19,5 y 19,7%).
Tabla n°2 "Supervisar las tareas escolares de mi hijo/a es una
prioridad en mi día" por "Zona"
4.-Por favor contesta [Supervisar las
tareas escolares de mi hijo/a es una
prioridad en mi día]
Nunca o
muy rara
vez (hasta
2 veces a
la semana)
Algunas
veces (3 a
4 veces a
la semana)
Siempre o
casi
siempre (5
a 7 veces
a la
semana)
ZON
A
Norte Recuento 2 58 114
% dentro de
ZONA 1,1% 33,3% 65,5%
Centr
o
Recuento 9 53 207
% dentro de
ZONA 3,3% 19,7% 77,0%
Sur Recuento 41 79 286
% dentro de
ZONA 10,1% 19,5% 70,4%
Total Recuento 52 190 607
% dentro de
ZONA 6,1% 22,4% 71,5%
Zona norte es también donde menos hogares (1,1%) se ubican en el segmento
“nunca o casi nunca”; segmento en el que zona sur tiene el registro más alto
con un preocupante porcentaje de 10% de hogares en los que manifiestan
priorizar la supervisión de tareas “nunca o casi nunca”. Zona centro, en esta
columna, registra un 3,3% de casos.
Observaciones y aprendizajes
En lo que respecta a la relación entre el acompañamiento y supervisión en las
tareas y el rendimiento de los hijos en la escuela, surge de los resultados que los
padres, en particular los que menos acompañan a sus hijos, no dudan en
reconocer que si brindaran más acompañamiento podría mejorar el
rendimiento de sus hijos. Esto, por un lado, es un dato positivo por implicar una
conciencia de los efectos positivos que la presencia y supervisión de los padres
puede generar. Sin embargo, por otro lado, denota una falta de coherencia
entre aquello que se percibe como importante pero no se traduce en una
práctica de acompañamiento efectivo a los hijos, sobre lo cual debe llamarse
la atención.
En términos generales y de acuerdo con los datos relevados podemos concluir
también que existe una conciencia de la necesidad de comunicación con los
hijos acerca de su asuntos y problemas escolares, como así también con los
establecimientos educativos. Esta tendencia nos alienta a trabajar para
potenciar las virtualidades que la profundización de esa comunicación entre la
familia y la escuela puede significar para los niños, niñas y adolescentes, que se
proyectan mucho más allá del rendimiento académico.
Como referimos más arriba, estos efectos pueden traducirse en beneficios
directos para los hijos, como así también para los padres y, a través de las
familias, para todos los vecinos de la ciudad.
Acciones de gobierno
Desde el año 2016 la DGDF ha trabajado en fortalecer a las familias de la CABA
mediante acciones de promoción y prevención para posicionarla como
institución de bienestar y cambio social, respetando la diversidad de su
organización y sus integrantes.
Específicamente en relación con el vínculo entre familia y escuela, podemos
destacar dos Programas dentro de la DGDF. En primer lugar, Potenciando
Familias, que busca a través de talleres en escuelas públicas de CABA fortalecer
el rol de los y habilidades parentales en padres, madres y cuidadores de niños y
niñas en escuelas públicas para mejorar vínculos y capacidades familiares.
En segundo lugar, Familias Fuertes, que implementa un programa de la Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que busca mejorar
el desarrollo de la vida de los adolescentes alejándolos de conductas de riesgo.
Para ello propone una intervención integral fortaleciendo las habilidades
parentales para promover fortalezas dentro de la familia y construir un mejor
futuro para los jóvenes. Desde este fortalecimiento se busca generar cambios
culturales y sociales que fortalezcan la convivencia de la comunidad y el
desarrollo integral de la Ciudad.
Sobre la base de las conclusiones de este primer “Barómetro de Familia” del año
2019, podemos conocer más sobre la realidad de la relación entre las familias y
las escuelas en la Ciudad de Buenos Aires, y así contribuir a que estos programas
fomenten un vínculo entre estas dos instituciones que redunde en beneficios
para los niños, niñas y adolescentes y, a través de ellos, para todos los vecinos.
Alejandro E. Williams Becker
Investigador Observatorio de Familia
Dirección General de Desarrollo Familiar
Vicejefatura de Gobierno
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Referencias bibliográficas
AGUIRRE OCAÑA Ana María (2015). Escuela de Padres. En Ana María Aguirre et al., Familia,
escuela y sociedad (pp. 87-105). La Rioja: Universidad Internacional de La Rioja.
DE LEÓN SÁNCHEZ Beatriz (2011). La relación familia-escuela y su repercusión en la autonomía
y responsabilidad de los niños/as. Trabajo presentado en el XII Congreso Internacional de
Teoría de la Educación, Universidad de Barcelona, Barcelona.
OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL (2018). Caracterización de las Familias. Primera Encuesta
bienal de las familias de la Ciudad de Buenos Aires 2017. Buenos Aires: EDUCA.
UNICEF Office of Research – Innocenti (2018). Key Findingson Families, Family Policy and the
Sustantable Development Goals: Synthesis Report. Florencia: Innocenti.
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