Universidad Centroamericana
Facultad de Humanidades y Comunicación
PROTOCOLO DE TRABAJO
Crónica literaria sobre vida y obra de tres autores de la Generación del 2000,
teniendo en cuenta los principales elementos que ilustran su trabajo
Producto creativo para obtener el título de Licenciada de Comunicación
Social
Autora: Regina del Carmen Pérez
Tutor: Sandro Durán
Managua, Nicaragua Noviembre, 2016
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Msc. Karla Patricia Lara Laguna Directora Departamento de Ciencias de la Comunicación Universidad Centroamericana Su Oficina
Estimada Máster Lara:
A través de la presente, le comunico en calidad de tutor metodológico, mis
valoraciones sobre el producto creativo titulado: Crónica literaria sobre vida y obra
de tres autores de la Generación del 2000, teniendo en cuenta los principales
elementos que ilustran su trabajo. Y cuya autora es la estudiante: Regina del
Carmen Pérez de la carrera de Comunicación Social. En correspondencia con los
parámetros de la evaluación estipulados en la Normativa para organización,
realización y evaluación de trabajo de culminación de estudios en Pregrado
considero lo siguiente:
Los aspectos normativos preliminares, el cuerpo del trabajo y los aspectos
complementarios del informe final, cumplen los requisitos básicos establecidos en
la normativa de referencia. El producto creativo contiene un sistema coordinado y
coherente de proposiciones teóricas y conceptuales que permite abordar el
problema objeto de investigación. Las citas y las referencias bibliográficas, se
hicieron de conformidad con las normas (APA), y toda la información presentada en
el trabajo es clara, precisa, correcta y relevante.
La coherencia interna entre todos los elementos que componen el producto creativo
se manifiesta en la adecuada articulación lógica, entre tema, problema, objetivos,
marco teórico y metodología, lo cual se refleja, en el desarrollo, las conclusiones y
recomendaciones de la investigación.
El estudio se llevó a cabo a partir de la implementación de las etapas y reglas del
método científico, por lo que los resultados obtenidos son válidos y confiables.
Con base a lo expuesto, apruebo la culminación de este producto creativo y su
entrega al comité evaluador, que calificará la disertación del producto creativo
realizado por la estudiante, en vista a que pueda obtener la licenciatura en
Comunicación Social.
Agradezco de antemano su fina atención y deseo éxito en su trabajo
Atentamente, Lic. Sandro Durán Díaz ________________________
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Sres. Responsables de Trabajos Culminación de Estudios Biblioteca José Coronel Urtecho UCA Asunto: Derechos de autoría. Yo, Regina del Carmen Pérez, autora del trabajo final de producto creativo que se indica a continuación AUTORIZO a la Universidad Centroamericana publicar tanto en formato papel y/o electrónico, copia de mi trabajo para fines educativos no comerciales. Esta carta se otorga en el marco de ley de derecho de autor y derechos conexos, no. 312.
Título del trabajo de forma de culminación de estudio Producto Creativo
“Crónica literaria sobre vida y obra de tres autores de la Generación del 2000, teniendo en cuenta los principales elementos que ilustran su trabajo”
Unidad Académica Departamento de Ciencias de la Comunicación.
Carrera o Programa: Comunicación Social.
Título y/o grado al que se opta:
Licenciatura en Comunicación Social
Managua, Noviembre 09 de 2016. Licda. Regina del Carmen Pérez Cédula # 561-130496-0000P Cc: archivo
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Dedicatoria
El agradecimiento inicial va a ese alguien –existente o imaginario- que hace muchos años me instruyó en el camino de la lectura y que no mucho tiempo después ese mismo camino me conduciría a la escritura, y ese otro largo camino años después daría origen a todo esto.
A Joaquín y Azucena, por estar tan lejos y tan cerca. Aunque este oficio es solitario siempre estuvieron allí para apoyarme, como halos nocturnos cuando en los últimos días de este arduo proceso no encontraba a qué aferrarme. A Luis, Víctor y Francisco, por dejarme ser parte de ellos en cada palabra plasmada en las crónicas literarias y en la misma orfandad de mi memoria.
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Agradecimientos
Cuando no tenía noción de este trabajo siempre supe que hasta el tiempo sería insuficiente para agradecer a tantas personas que de una u otra manera me ayudaron. Hoy tengo una oportunidad para hacerlo y aunque las mismas palabras me parezcan escazas la necesidad es imparable. Gracias Jessenia, Rafael, Gisselle por acogerme y tratar de entender este ilógico, intoxicado y catártico ser. Gracias a la profesora Verónica quien desde el primer momento creyó en mí, en este producto y me impulsó a ser mejor. Al profesor Juan Ramón, por haberme compartido su pasión hacia la prensa escrita de la que –inherentemente- se derivaron estas crónicas. A mi tutor el profesor Sandro, quien no tenía reparos en contestar hasta los más absurdos correos electrónicos y creer en los ideales de una chavala de 20 años con sueños infinitos. A los amigos; personas mágicas que llenaron este proceso de aventuras. A las mañanas creativas, las noches insomne, al caos que sin el y su especial efecto en mí no hubiese logrado palpar cada recuerdo, cada palabra de esos tres autores. A ese ser que abarca todo y me dio los elementos necesarios para no caer, para saber que sí podía. Gracias al tiempo. Gracias.
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ÍNDICE
Págs.
Introducción……………………………………………………………………………...7
Objetivos………………………………………………………………………................9
CAPÍTULO I- Marco Teórico, Referencial o Conceptual…………………………10
CAPÍTULO II- Marco Metodológico……………………………………………........18
Diagnóstico………………………………………………………………………...20
Resultados…………………………………………………………………….......28
CAPÍTULO III- Producto Creativo………………………………………………......30
Análisis…………………………………………………………………………..…30
Diseño………………………………………………………………………………32
Simulación………………………………………………………………………….36
Evaluación………………………………………………………………………...100
Conclusiones…………………………………………………………………………..103
Lista de referencias…………………………………………………………………..105
Anexos……………………………………………………………………………….…107
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INTRODUCCIÓN
La presente investigación estudia los principales elementos que configuran la labor
literaria de tres autores de la Generación del 2000, mediante la difusión de su vida
y obra a través de un libro de crónica literaria. El objetivo general que se planteó fue
contribuir al conocimiento de la concepción literaria de los tres autores
seleccionados. De este objetivo general se derivaron tres objetivos específicos; los
cuales consistían en el estudio temático, estilístico y de las influencias literarias,
sociales, culturales y políticas presentes en las obras de estos autores, además en
la validación del libro resultante a la investigación previa con estudiosos de la
literatura nicaragüense que contribuyan al mejoramiento de este producto creativo.
De acuerdo con las líneas de investigación que propone la agenda de la Facultad
de Humanidades y Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA), este
producto creativo pertenece a la II línea que va enfocada en el Estado y la
democracia, sub línea IV: Actores sociales y democracia; ya que ésta estudia los
procesos de desarrollo, cambios psico-sociales, culturales y políticos en los que la
juventud se integra de manera protagónica.
Ahora bien, haciendo un breve repaso por el contenido con el que el lector del
presente trabajo se encontrará más adelante, se inicia haciendo mención del marco
teórico y referencial donde hay un recorrido por documentos que refieren desde
distintos aspectos a este segmento literario nicaragüense, con el fin de
contextualizar a los lectores, además de las teorías de comunicación que se
seleccionaron para lograr una mejor comprensión de sus obras y la respuesta que
darían los lectores al producto resultante de este informe investigativo. También se
apoya en análisis y opiniones hechas por una integrante de esta generación: Eunice
Shade, además de críticas y caracterizaciones realizadas por parte de otros
escritores como Gioconda Belli, Julio Valle y Erick Aguirre.
Luego hay un marco conceptual donde están los términos bases de esta
investigación claramente explícitos, para lograr una mejor comprensión de su
contenido. Al final de este capítulo hay un vistazo a la trayectoria literaria de los tres
autores protagonistas de esta investigación, quienes son: Luis Báez, Víctor Ruiz y
Francisco Ruiz Udiel.
En el capítulo de la metodología hay un desglosamiento tanto de los instrumentos y
tipos de muestreos que se utilizarán en base al tipo de investigación y el enfoque
que posee este trabajo. Antecedentes de este tema, similitudes con otras
investigaciones y la innovación de esta misma se encuentra en la fase del
diagnóstico la cual también va insertada en este mismo acápite. Al mismo tiempo
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se encuentra el porqué de la decisión de aventurarse a profundizar en el análisis de
las obras de estos tres autores y las razones de la selección de ellos. De esta misma
sentencia se reafirma la importancia del tema y se descubren las herramientas
idóneas para desarrollarlo. Más adelante están reflejadas las entrevistas realizadas
tanto a los autores, como a expertos en este tema.
Los resultados de toda la investigación plasmada en los capítulos mencionados en
párrafos anteriores, se encuentran en las conclusiones donde además se responde
al cuestionamiento que dio nacimiento a este trabajo.
Con esta investigación se espera contribuir al conocimiento de las obras de la
Generación del 2000 y una perspectiva analítica de las mismas. Y es ahí donde
ronda la importancia de este escudriñamiento; en proponer el trabajo de estos
escritores, escritoras, poetas y poetisas mediante la difusión de la vida de tres
autores que representen a esta generación y con esto mismo alcanzar un
esclarecimiento de los elementos que configuran sus obras literarias.
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OBJETIVOS
General
Producir un libro de crónica literaria mediante el cual se refleje la vida y
obra de tres autores de la generación del 2000 para contribuir al
conocimiento de su concepción literaria.
Específicos
Identificar el nivel de conocimiento de las cualidades culturales, sociales
e históricas que se tienen acerca de la Generación del 2000 para
establecer el grado de utilidad del producto creativo.
Elaborar un libro de crónica literaria que refleje la vida y obra de tres
autores de la Generación del 2000, tomando como referencia los ejes
temáticos fundamentales que configuran su concepción literaria.
Validar con estudiosos de la literatura nicaragüense el libro de crónica
literaria Orfandad de la memoria para determinar su calidad de
información y grado de aporte.
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CAPÍTULO I- Marco Teórico, Referencial o Conceptual
En este acápite se hace una recapitulación de los antecedentes a la investigación
“Crónica literaria sobre vida y obra de tres autores de la Generación del 2000,
teniendo en cuenta los principales elementos que ilustran su trabajo”, además de
mostrar distintas apreciaciones a la obra de estos autores; asimismo se apoya en
tres teorías de comunicación, las cuales son la Teoría de la narración, Teoría de las
diferencias individuales y Teoría de la comunicación literaria, también se encuentra
un vistazo a la trayectoria literaria de los autores y finalmente se presenta una breve
explicación sobre los términos esenciales a utilizarse.
De la mayoría de las generaciones literarias nicaragüenses la del 2000 es
destacada por los elementos presentes en sus obras. Y ¿qué elementos son
preponderantes en estas? Teniendo en cuenta que estos son autores y autoras
nacidos en las décadas de los setenta y ochenta, es importante enfatizar la
presencia de rasgos que la revolución dejó en estos mismos, además, se evidencia
la presencia de específicos elementos filosóficos, siendo un ejemplo de estos el
existencialismo el cual considera que la cuestión fundamental en el ser es la
existencia y no la esencia. Este elemento es muy recurrente en la poética de
Alejandra Sequeira, Francisco Ruiz Udiel y Jazmina Caballero García.
Luis Palma (2014) afirma que “la generación del 2000 contribuye al encuentro de la
identidad nicaragüense” (p. 18) la razón de tal afirmación es que esta misma
generación agrupa elementos en común que dan razón al porqué de su existencia.
Sus inicios
Esta generación literaria comenzó a publicar a partir de la década del 2000 al 2010,
entre estos hay cuentistas, novelistas, poetas, poetisas y ensayistas; de acuerdo
con esto Eunice Shade (s.f) afirmó: “la generación 2000, en sentido tradicional
debuta, pues, con poesía”.
De acuerdo con lo anterior, Julio Valle (2005) comenta: “la poesía fundó a Nicaragua
y la dotó de lengua y libertad expresiva” (p. 11). En un país donde se cree que todos
o casi todos y todas son poetas, es prácticamente incuestionable saber que
mediante ese ejercicio poético se creaba una especie de catarsis, que liberaba a la
conciencia de los distintos y crueles conflictos sociales que se ha sufrido a lo largo
de muchos años; pues es claro que la historia y la política del siglo pasado y de éste
están absolutamente mezclados con el proceso literario. Esto se prueba con la
lectura de obras tanto de generaciones literarias pasadas como con la lectura de las
obras de la Generación del 2000.
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De ahí quizá provenga el nacimiento de innumerables talleres de poesías realizados
en Nicaragua donde cuyos participantes no eran precisamente profesionales o
intelectuales, sino más bien campesinos, guerrilleros de la revolución que vivieron
en carne propia un legado de violencia y dictadura el cual se fue conservando como
una herencia contraproducente y de la cual al mismo tiempo muchos de los autores
y autoras del 2000 tomaron rasgos; algunos por gusto, otros porque era inevitable
que sus obras se basaran en otra cosa que no fuese el contexto que se vivía, ya
Erick Aguirre (1998) dijo al referirse al pensamiento crítico de Beltrán Morales: “es
probable que la evolución política de nuestra historia contemporánea esté
retrasando las posibilidades de enderezamiento del incongruente árbol genealógico
de nuestra literatura.” (p. 84)
Aunque no sea la revolución en sí, el elemento principal de las obras de estos
autores y autoras, no se puede obviar que la concepción literaria o poética de
cualquier escritor o escritora va a ser definida en gran parte por su contexto social.
¿Por qué generación del desasosiego?
En el prólogo del libro “Retrato de poeta con joven errante” Gioconda Belli llama a
esta generación como “generación del desasosiego”. Por su parte Mayra Jiménez
(s.f) argumenta: “la poesía que están escribiendo los nuevos poetas de esta
generación tiene características que la definen como la obra que representa una
época en la historia de la literatura”.
La ya antes mencionada Eunice Shade (s.f.) comentaba al respecto de afirmaciones
similares a la de Mayra Jiménez o Gioconda Belli: “No se puede nombrar a toda una
generación por sus primeros textos… En todo caso, con el desasosiego se abre
esta generación, pero ese no es en absoluto un rasgo distintivo o identitario de la
misma”.
Quizá debido a ese mismo desacuerdo de encajar en términos impuestos, de
rebelarse o más bien romper esquemas sugeridos por generaciones pasadas, es
que estos autores y autoras del nuevo milenio sean caracterizados por el deseo de
salirse de lo ya dado y conocido y aventurarse a viajes rodeados de desilusiones.
Erick Aguirre (2014) argumenta en relación a esto:
Según mi impresión, los nuevos grupos de poetas nicaragüenses, incluyendo
a algunos menos jóvenes que ya habían empezado a descollar a partir de la
segunda mitad del siglo XX, parecían exagerar en su preferencia de una
poesía menos “contaminada” de política, ideología o historia que la de
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Cardenal, recurriendo como consecuencia a una casi ansiosa búsqueda de
otros paradigmas que les permitieron adoptar con más facilidad actitudes de
rebeldía o pretensiones de ruptura, y desarrollar al mismo tiempo un efecto
refractorio.
Aquí se reconoce una especie de incongruencia, pues aunque estos autores y
autoras según distintas apreciaciones subjetivas, tratan de no utilizar en sus obras
elementos que evoquen a algún factor ideológico o político, la lectura de las obras
de estos mismos prueba lo contrario; el punto importante a remarcar aquí es que
ellos y ellas más que basarse en elementos característicos de generaciones
literarias pasadas, como punto de partida para presentar un determinado contexto
estructurado de manera narrativa o poética, lo hacen como una voz de denuncia,
que cuenta la vivencia personal influida por un inconstante y rígido contexto
sociopolítico.
Persuasión indirecta al transmitir un contexto
Por otro lado los autores y autoras de la generación del 2000, practican algo que
podría llamarse persuasión indirecta de transmisión de todo un contexto pasado, si
se establece conexión con la Teoría de la narración o también conocida como
paradigma narrativo, la cual es propuesta por Walter Fisher y postula que: “toda
comunicación significativa es alguna forma de narrativa o un reporte de eventos y
así, los seres humanos experimentan y comprenden la vida como una serie de
continuas narrativas, cada una con sus propios conflictos, personajes, comienzos,
medios y finales.” En otras palabras Fisher plantea que se está más propenso a la
persuasión de cualquier índole con una buena historia que con un buen argumento.
(Arango, P. 2012)
La transmisión de todo ese contexto convertido en piezas poéticas y narrativas a las
cuales se suman las vivencias personales de los y las representantes de esa
generación, deriva al final en elementos comunes presentes en sus obras; como
serían el tema de la guerra o la poesía confesional.
En relación con eso, también se encuentra la Teoría de las diferencias
individuales, ésta se centra en la psicología de las personas y afirma que la
audiencia deja de ser una masa homogénea, ya que cada miembro tiene
características que lo hacen diferente a otro, por lo que su conducta y su
personalidad pueden ser diferentes (Teoría de las diferencias individuales, 2012).
De esto se logra inferir que todos los lectores van a tener apreciaciones distintas de
la obra de cada autor y al mismo tiempo del libro de crónica literaria proveniente de
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esta investigación. Aunque esta teoría podría parecer que actúa en contra de la
afirmación que se puede apilar a personas en grupos generacionales, más bien
invita a una lectura analítica de las obras de cada autor para encontrar de esta forma
elementos que los conecta y hace que se reúnan en un mismo grupo.
Función poética
Para crear un diagnóstico sobre el trabajo literario de los y las autoras del 2000, es
necesario analizar el mensaje implícito en este y para eso resulta apropiado
apoyarse en la Teoría de la comunicación literaria; esta se basa en una estructura
simple: emisor, receptor, mensaje, canal y contexto. El emisor en las obras literarias
es el autor, el receptor no es una persona concreta, sino una hipótesis exigida por
el propio texto en sí, el canal es el texto escrito, el mensaje es unidireccional y el
contexto es un elemento peculiar debido a que el lector se tiene que enfrentar con
obras escritas en tiempo anterior o lugares distintos (Teoría de la comunicación
literaria). Al analizarse las obras de los tres autores seleccionados y se vaya
descubriendo e hilvanando los elementos característicos de ellos, se hará uso de la
teoría de la comunicación literaria mediante la función poética, la cual predomina
cuando la comunicación se enfoca en el mensaje, como en éste caso.
A propósito que el producto creativo resultante de esta investigación se propone ser
un libro de crónica literaria, lo correcto para una mejor comprensión de los términos
a utilizarse es la definición de estos mismos, los cuales están vinculados al
periodismo y sus herramientas.
Se comenzará hablando sobre periodismo. Vicente Romano (1984) afirma: “el
periodismo desempeña la función ideológica de estabilizar o subvertir el
correspondiente sistema social” (p. 125), con esto se aclara que el oficio del
periodismo no va encaminado de ninguna manera al amarillismo, como se ha ido
pintando en los últimos años; más bien es un constructor del orden social.
Del periodismo se derivan varios géneros, esta investigación solo se enfocará en la
entrevista y la crónica. G. Martin Vivaldi (1998) cita a Manuel Granha (1930) al definir
que:
Lo que distingue a la verdadera crónica es precisamente el elemento
personal que se advierte, ya porque va firmada generalmente, ya porque va
firmada generalmente, ya porque el escritor comenta, amplia y ordena los
hechos a su manera; ya porque, aunque la crónica sea informativa, suele
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poner en ella el lirismo sutil, una dialéctica y un tono característico que viene
a ser el estilo de su esencia misma. (p.127)
Aquí se logra comprobar que la crónica es el medio certero para mostrar los
elementos principales que configuran las obras de los autores y autoras de la
generación del 2000, pues solo mediante el comentario personal, la ampliación del
análisis de las obras de estos autores y autoras y el reordenamiento de hechos que
influyeron en la concepción literaria y poética de estos mismos, se alcanzará una
adquisición plena y correcta acerca de que va esta generación literaria.
Ahora bien, ¿qué es lo que diferencia a la crónica periodística de la crónica literaria?
Al presentar una crónica literaria estructurada como novela o cuento (tal es el caso
del producto creativo resultante del informe de investigación), siempre será un texto
de ficción aunque los hechos sean reales, esto porque el autor puede modificar los
hechos al hacer uso de figuras literarias para realzar ciertas escenas en el texto o
lograr un efecto de suspenso, según se explica en Crónica periodística y crónica
literaria (2016).
Por otro lado está la entrevista y es necesario mencionarla pues a través de esta
herramienta se podrá conocer más a fondo a los tres autores seleccionados.
Hugh C. Sherwood (1976) apunta que: “entrevistar no es un trabajo fácil. Para ser
correcto requiere que el reportero realice una cuidadosa elección de la persona o
personas a entrevistar, a fin de obtener las opiniones más autorizadas sobre el tema
en cuestión”. (p.12). De acuerdo con el planteamiento de Sherwood y teniendo
certeza plena que las obras de los autores y autoras del 2000 desde el momento
que fueron publicadas, forman parte de un ciclo de comunicación masiva, hay que
darse a la tarea de elegir cuidadosamente a las personas idóneas que colaboren a
un desarrollo grato de esta investigación.
Trayectoria literaria de los autores seleccionados
Hasta el año 2012 esta generación estaba conformada por 42 autores y autoras. El
libro de crónica literaria solo se basará en tres, quienes serán: Luis Báez, Víctor
Ruiz y Francisco Ruiz Udiel.
Para facilitar la comprensión del contenido que se presentará en el libro, se hará
una breve reseña acerca de los autores y su trayectoria literaria.
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Luis Báez nació en Jinotepe, Carazo, el 27 de noviembre de 1986. Actualmente
reside en esa misma ciudad. Estudió artes plásticas en la escuela de bellas artes
“Rodrigo Peñalba” y también cuenta con estudios de Humanidades y Filosofía en la
Universidad Centroamericana (UCA). Algunos de sus textos inicialmente fueron
publicados en El Nuevo Amanecer Cultural, segmento literario de El Nuevo Diario;
y también en plataformas digitales como www.soul-lotus.com y
www.revistasoma.net.
En el 2010 publicó El patio de los murciélagos, el cual es un libro de relatos que
refleja vívidamente la influencia del contexto revolucionario que él de alguna manera
vivió y reflejó en su libro. Anastasio Lovo (2010) escribió el prólogo de esta obra y
expresó:
Los relatos de El patio de los murciélagos poseen autonomía y unidad
literaria, pero todos están construidos en una misma atmósfera liminar y
misteriosa propia del reino de Thanatos. Los relatos murciélagos se
entrecruzan en vuelos y sobre vuelos rasantes y rampantes guiados en medio
de su ceguera por sordo radar. El murciélago te roza el cabello y el aire de
su vuelo lo percibe en tu rostro. Son relatos que tocan al ser humano, porque
son jirones trágicos de una estirpe, una aldea y una nacionalidad (p.11)
Esa afirmación denota los rasgos principales que rigen la obra de Báez, los cuales
según Lovo se muestran a través de una simbología, presente en los títulos de las
secciones en que se divide El patio de los murciélagos: huesos, fuego y sangre. En
palabras de Lovo (2010) eso se representa mediante: “(…) los eventos trágicos de
la historia nacional, la saga familiar y la autobiografía personal” (p.12)
Por otro lado está Víctor Ruiz, nació en 1982 en Managua. Actualmente se
desempeña como profesor de Literatura en la Universidad Autónoma de Nicaragua
(UNAN). Muestra de su poesía ha sido incluida en antologías como Cruce de
poesía, Salvador-Nicaragua (2006), Novísimos, poetas nicaragüenses del tercer
milenio (2006) y Poetas, pequeños Dioses (Leteo Ediciones, 2006).
En el 2005 ganó el Concurso Nacional Interuniversitario de Poesía “Carlos Martínez
Rivas”, con lo cual logró publicar su poemario La vigilia perpetua bajo el apoyo
editorial de Leteo Ediciones.
De acuerdo con Roberto Aguilar Leal (2008), autor del prólogo de La vigilia
perpetua:
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(…) Víctor arremete contra el facilismo y el lugar común, tan abundante y
dañino en muchos de nuestros perezosos y des-in-formados poetas jóvenes,
sabios en poses pero ignorantes de los secretos de la retórica y de las
técnicas más elementales de la versificación. No escriben versos libres, sino
prosa disfrazada de verso. Nada de eso con Víctor. Él es una de las raras
excepciones de nuestra joven fauna lírica porque tiene clara consciencia de
su destino de poeta. (p.7)
Con esa sentencia se evidencia el afán de Ruiz por como lo llamó Aguilar Leal
(2008) “(…) una búsqueda permanente de precisión léxica y conceptual (…)” (p.7).
Luego está Francisco Ruiz Udiel, quien fue uno de los máximos representantes de
esta generación. Nació en el departamento de Estelí en 1977, su mentora en el
campo literario fue la poeta Claribel Alegría. Publicó el poemario Alguien me ve llorar
en un sueño con el cual ganó el Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía
Joven en el 2005. También en conjunto con Ulises Juárez Polanco publicó la
Antología Retrato de poeta con joven errante, la cual recoge muestra de las obras
de la mayoría de autores y autoras del 2000.
Su obra poética también aparece en las antologías “La poesía del siglo XX en
Nicaragua” (Editorial Visor, España 2010); Antología de poesía nicaragüense: Los
hijos del minotauro (1950-2008) (Revista TRILCE, 2009) y en la Antología del IV
Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Trilce, Villahermosa, 2008).
Otros de sus poemas además aparecen publicados en las revistas “Karavan”
(Suecia, 2006); Revista Oliverio (Argentina, 2005); Revista Maga (Panamá, 2005);
Revista “Lichtunten” (Alemania, 2009); Revista Nómada dirigida por Jorge
Boccanera (Argentina, 2008); Revista Prometeo (Medellín, Colombia, 2008) y en la
memoria poética del Encuentro “El vértigo de los aires”: Poesía Iberoamericana
(México, 2009) y las memorias del I, II, III, IV y V Festival Internacional de Poesía
de Granada (Nicaragua).
Asistió como invitado a diversos Encuentros y Festivales poéticos internacionales,
entre los que figuran: V Festival “La poesía tiene la palabra”, Casa de América
(Madrid, España, 2005); IV Festival Internacional de Poesía de El Salvador (San
Salvador, 2005); XXII Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba, 2007);
Fiesta Literaria de Porto de Galinhas, Estado de Pernambuco (Brasil, 2007); XVIII
Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2008); IV Encuentro
Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Villahermosa, México, 2008); Festival
Internacional de Poesía de Costa Rica (San José, Costa Rica, 2009); Encuentro
Iberoamericano de poetas en el Centro Histórico 2009: El vértigo de los Aires
(México, 2009), entre otros.
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Su obra fue elogiada por reconocidos escritores y poetas, tales como: Jorge
Boccanera, Waldo Leyva, Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal.
Según Fallece Francisco Ruiz Udiel (2011), a este poeta se le conocía como uno
de los integrantes más representativos de su generación, algunas semanas
después de su funeral se publicó su segundo poemario Memorias del agua.
A manera de conclusión de este capítulo se reafirma la importancia de un análisis
crítico y exhaustivo a la generación del 2000. A través de las teorías de
comunicación que se seleccionaron se logrará ese análisis requerido basado en
herramientas que ayuden a desglosar tanto el trasfondo de sus obras como la
percepción que tienen los lectores de estas mismas. De igual manera con los
conceptos presentados se facilita al lector la comprensión del formato en el que se
presentará el producto creativo.
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CAPÍTULO II- Marco Metodológico
Como primera acción relacionada a este punto de la investigación, resulta eficaz dar
un concepto de metodología. De acuerdo con Martínez (2012, p.73): “Estudio de los
procedimientos o técnicas que permitirán alcanzar el conocimiento de un objeto o
fenómeno”.
Hernández, Fernández y Baptista (2010, p.364) comentan que: “(…) la investigación
cualitativa se enfoca a comprender y profundizar los fenómenos, explorándolos
desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y en relación con
el contexto”. Por lo tanto se infiere que esta investigación es de enfoque cualitativo.
Con esto además se pretende motivar futuros estudios acerca de este tema, que no
ha sido estudiado a profundidad.
Adhiriendo lo propuesto por Hernández, Fernández y Baptista a la finalidad del
estudio a las obras literarias de tres de los autores de la generación del 2000, nace
un objetivo que cumple a cabalidad con una de las razones de ser de una
investigación cualitativa; tal objetivo es el de identificar las cualidades culturales,
sociales e históricas que forman un trasfondo en el proceso creativo de dicha
generación.
Seguidamente hay que encontrar el alcance que todo trabajo investigativo posee.
En el caso de la presente investigación es de alcance exploratorio y descriptivo, con
respecto al alcance exploratorio, esto se confirma tras la afirmación de Hernández,
Fernández y Baptista (2010) quienes afirman que este tipo de estudios se realiza
cuando se quiere indagar en un tema poco estudiado del cual se han creado muchos
cuestionamientos o es un tema que ni siquiera se ha abordado antes.
Con esto se reafirma la importancia del ahondamiento en esta investigación, pues
debido a la carencia de variedad de estudios anteriores, resulta como “realizar un
viaje a un sitio desconocido, del cual no hemos visto ningún documental ni leído
algún libro, sino que simplemente alguien nos hizo un breve comentario sobre el
lugar”. (Hernández, Fernández y Baptista 2010, p.79) Por lo cual, continuando con
la explicación de esa importancia desde una perspectiva metafórica; luego el lugar
del que casi nadie había escuchado se va volviendo cada vez más conocido, pues
ya no solo una persona lo conoció, sino dos, luego tres y así se continuará hasta
volverse de normal conocimiento para los demás, quienes también serán
conscientes de lo agradable del lugar (de la importancia, de su valor como
generación literaria- ya no en un sentido figurado).
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Otro punto a remarcar en el proceso de búsqueda y reconocimiento de los alcances
de esta investigación, es que se debe tomar en cuenta el producto creativo
proveniente de ésta, por tal razón, y debido a que es precisamente un libro de
crónica literaria, se evidencia otro alcance además del exploratorio; y éste es el
descriptivo.
Referente al propósito del alcance descriptivo, Méndez (2010) citado por Palma
(2014) define:
En el estudio descriptivo se identifican las características del universo de
investigación, se señalan formas de conducta y actitudes del total de la
población investigada, se establecen comportamientos concretos y se
descubre y comprueba la asociación entre variables de investigación. (p.29)
El señalar determinada forma de conducta, calza perfectamente con el propósito del
alcance descriptivo; además por ser la crónica la estructura base para mostrar los
rasgos que configuran el quehacer literario de estos autores, la descripción en sí,
es fundamental.
A manera de complemento de este dos alcances, se presenta el método inductivo,
el cual se basa en analizar de forma coherente la información que vaya a
recopilarse, en este caso se tratará de datos personales de los tres autores
protagonistas de esta investigación y dichos datos serán recopilados a través del
instrumento de historias de vida.
De acuerdo con el tipo de investigación según su dimensión temporal, ésta se
categoriza como transversal, pues siguiendo el modelo planteado por Hernández,
Fernández y Baptista (2010, p.151) recoge “datos en un solo momento, en un
tiempo único”.
Este capítulo no podría llamarse metodología sino contase con un tipo de muestreo.
Esta investigación en calidad del tema central, del tipo de investigación y sus
alcances; se apoyará en tres tipos; la muestra de expertos, muestras de caso-tipos
y muestras diversas o de máxima variación.
De esos tipos de muestreos a utilizarse se desglosan las herramientas que
facilitarán el desarrollo de la presente investigación. Para lograr identificar las
cualidades culturales, sociales e históricas que forman un trasfondo en el proceso
creativo de estos tres autores se requerirá de una lectura analítica de las obras de
estos mismos, en otras palabras una investigación documental a la trayectoria
literaria de éstos autores.
20
Después de esto, a través de historias de vida realizadas a dos de los tres autores
escogidos de la generación del 2000, y a personas cercanas a éste último autor
(Francisco Ruiz Udiel) se elaborará un libro de crónica literaria donde además de
mostrar específicas etapas la vida de ellos, se tomará en cuenta los ejes temáticos
fundamentales que rigen su obra literaria.
Luego de todo ese proceso, se comenzará la redacción del libro Orfandad de la
memoria, el cual de una manera más literaria sintetizará todo lo descubierto a través
del desarrollo del protocolo.
Finalmente por contener el libro elementos tanto literarios como periodísticos, se
validará mediante un grupo focal con estudiantes de la carrera de Comunicación de
la UCA y estudiantes de la carrera de Lengua y literatura hispánicas de la UNAN,
más un experto en Periodismo y de esta manera determinar su aporte literario y la
calidad de la información que contiene.
Diagnóstico
Paralelo a las referencias encontradas con la misma temática a la presente
investigación, se encontraron semejanzas y diferencias; sobre todo con el producto
creativo de Luis Palma, pues más que mostrar la manera de hacer literatura de estos
autores y autoras, realizó un escudriñamiento tanto en sus obras como en sus
realidades.
Entre las semejanzas se encuentran, evidentemente, el interés por mostrar un
análisis crítico; hasta ahora prácticamente inexistente a la obra literaria de esta
generación. Lo novedoso de la presente investigación, es la búsqueda de los
elementos que configuran las obras de estos autores, no sólo una descripción de
sus vidas o de sus trabajos literarios, sino ocupar esos datos personales para
descubrir y analizar el trasfondo de éstos mismos. Otro punto clave es el formato
que se escogió para escribir dicho libro, el cual es crónica literaria.
Para materializar esta investigación, se comenzó realizando una entrevista, en este
caso a Luis Palma; con el objetivo de tener un acercamiento vivencial a la
Generación del 2000 a través de su experiencia. Palma estuvo en contacto con
cuatro integrantes de esta generación para la creación de un libro de semblanzas
periodísticas referentes a ellos. Además meses después se tomó en cuenta cuán
importante podría ser contrastar la opinión de Palma con algún miembro de esta
generación literaria, por lo cual en noviembre se efectuó una entrevista con la misma
temática a Carlos M-Castro (poeta de la Generación del 2000). Esta entrevista fue
realizada vía internet debido a que este poeta se encontraba fuera del país.
21
L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo del 2016) afirmó al ser cuestionado
sobre el papel que jugó el contexto en el que estos autores y autoras nacieron; que
la mayoría de ellos había nacido en la época de los 70 y 80, una época caracterizada
por los conflictos bélicos, además argumentaba luego de una breve mirada en
retrospectiva a su investigación que: ¨cómo nacieron en esa época cuando estaban
en su juventud, recuerdo que me decían algunos que se encontraron con que ya se
habían acabado los ideales y esto los ponía medio rebeldes¨.
Entre los autores que más influencia del contexto revolucionario muestran en sus
obras, L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo del 2016) destacó a
Arquímedes González, de quien expresó:
Él vivió esa época ya siendo un adolescente. Relata una experiencia de su
padre, que participó y fue dirigente en ese período y hay una obra dedicada
a eso. Otro que habla es Javier González Blandino, que aunque no lo retome
en sus obras le gusta tocar mucho el tema de la ciudad; como la ciudad de
Managua es un producto de lo que fue la Managua de los años 80.
Teniendo en cuenta la falta de apoyo tanto económico como moral a la literatura
nicaragüense, se planteó una problemática respecto de la generación del 2000, a lo
cual L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo del 2016) citando a Juárez
Polanco ejemplificó diciendo que:
Si uno va a presentaciones de libros de los viejos, están los viejos y es común
encontrarse a algunos de estos jóvenes, pero si vas a una presentación de
uno de los jóvenes, a excepción de los jóvenes que están presentando, es
difícil encontrárselos. Van por compromiso.
De tal sentencia, solamente exceptuó a Sergio Ramírez y algunos del Centro
Nicaragüense de Escritores (CNE).
Luego que Gioconda Belli etiquetara a toda la generación del 2000 como
¨Generación de desasosiego¨ en el prólogo del libro ¨Retrato de poeta con joven
errante¨; se afirmó que el desasosiego no era un rasgo identitario de esa generación
y no era congruente hacer una etiqueta a todo un grupo de personas con los mismos
gustos literarios juzgándolos a base de sus primeros textos (Eunice Shade, s.f.).
L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo del 2016) expresó lo contrario a lo
expuesto por Shade, pues él considera que ese podría ser un término que conecta
las obras de ellos con la realidad que vivieron, sólo que quizá ¨desasosiego¨ no fue
la palabra correcta, pero afirma que sí hay inquietud y perturbación implícitas en
los testimonios de esa generación del nuevo milenio, los cuales han sido convertidos
22
en poemas, cuentos o novelas. Por otro lado C. Castro (comunicación personal, 09
de noviembre del 2016) comentaba que aun siendo ese término algo verdadero o
no, lo que siempre se ha tratado es de eliminar todo lo que pueda tener de
estigmatizador.
En un estudio que recopila parte de la obra de poetas y poetizas nicaragüenses se
formula que la cuna de Nicaragua fue la poesía, y ésta al mismo tiempo la liberó
(Julio Valle, 2005). En relación con este mismo paquete artístico del cual se deriva
la poesía, y la cual marcó precisamente el arranque de la generación del 2000
(Eunice Shade, s.f.) Palma (2014) afirmó: ¨la Generación del 2000 ve su razón de
existencia en la agrupación de ciertos elementos en común¨. De acuerdo con esa
sentencia, surgió el cuestionamiento sobre qué clase de elementos funcionan como
pilares para esta generación literaria. L. Palma (comunicación personal, 04 de
marzo del 2016) considera que son, en primer lugar la literatura y de esa misma
pasión compartida se deriva la necesidad de contar su realidad, pues:
Todos coinciden en eso (la literatura), ya sea a través de manifestaciones
poéticas, narrativas o en novelas (…) Digo esto por ejemplo por el período
de los años 80; pero también hay autores más jóvenes que nacieron en el 85
y lo similar es que vivieron su juventud en la época de los 90, donde se puede
decir que era una época de transición a la paz (…) Creo que la mayoría tuvo
en común que alguien en sus colegios o de su familia les acercó a la literatura,
por ejemplo Yahosca Tijerino que es de Boaco, su papá era escritor y
formaron grupos literarios.
C. Castro (comunicación personal, 09 de noviembre del 2016) desde su experiencia
como integrante de esta generación trató de dar pistas claves que dieran esbozos
de tales elementos:
Los géneros literarios no existen; y si existen, es solamente para
entrecruzarlos, además el lenguaje es un territorio que aún posee regiones
inexploradas al igual que la historia nacional la cual hace falta redescubrir y
reescribir. Nosotros no comprendemos el mundo que habitamos, pero
queremos hacer un esfuerzo por describirlo.
Al ser conscientes que no todos los pertenecientes a esa generación tuvieron el
mismo apoyo respecto de su labor literaria, se descubrió que los que no contaban
con tal apoyo se reunían entre sí, logrando con esto retroalimentar el trabajo
desarrollado en sus primeras obras a través de grupos formados en las
universidades. De uno de esos grupos universitarios nació la revista ¨Literatosis¨,
mencionada en párrafos anteriores.
23
Esclareciendo los posibles puntos principales que impiden que la Generación del
2000 sea considerada más que una conglomeración de jóvenes que nacieron en
determinada década y escriben en base a la inquietud, creando algunas veces;
hologramas de la Managua previa a la revolución y la metamorfosis de esta misma,
se recuerda aquel verso del poeta Carlos Martínez Rivas, mencionado en varias
oportunidades en la investigación de Palma: “La juventud no tiene donde reclinar la
cabeza”. Encajando tal aseveración versada a las interrogantes que circundan a la
Generación del 2000, surgió una nueva duda, ¿Es que acaso Martínez Rivas a
través de esas palabras estaba construyendo un augurio a cumplirse de cierta
manera algunos años después? ¿Significa eso que los autores y autoras del 2000
no tienen una guía y por eso han sido tildados como “Generación de desasosiego”?
L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo del 2016) explicaba que no es que
no sea falso que presenten tales características que deriven en un punto fijo, que
probablemente pueda llamarse desasosiego, sino que estos autores y autoras se
negaban a aceptar tal etiqueta, porque fue impuesta por alguien de otra generación
–Gioconda Belli, en este caso- y eso les molestaba, pues la mayoría de integrantes
de generaciones anteriores no valoran el trabajo literario de ellos.
Finalmente había que darle salida a la incertidumbre acerca del futuro de esta
generación, a lo cual L. Palma (comunicación personal, 04 de marzo el 2016) señaló
que ¨ (…) para un escritor nicaragüense es difícil promocionarse sólo por ser un
escritor, es más fácil como grupo.¨ Con eso se refería a la fragmentación de la
generación del 2000. Prácticamente se han erradicado los grupos literarios
formados en sus inicios, las propuestas o conversatorios, ahora la necesidad de
crear es un impulso individualista.
El segundo instrumento que se utilizó fue el de historias de vida, el cual se efectuó
con dos de los tres autores protagonistas de la crónica literaria resultante de esta
investigación (debido a que uno de ellos falleció en el 2010, respecto de eso se
decidió reconstruir su historia a través de esta herramienta, en este caso realizada
a personas que fueron cercanas a él).
El primer autor con el que se concertó un encuentro fue con Luis Báez, dicho
encuentro tuvo lugar en su casa de habitación en el municipio de Jinotepe, Carazo.
Se decidió trabajar con él por la clara influencia del contexto en el que creció y que
reflejó en su libro El patio de los murciélagos, además luego de publicar ese libro de
relatos se ha mantenido activo en el campo literario, siendo facilitador de algunos
talleres literarios y años antes como reportero y luego editor de Soma, una revista
de agitación cultural.
24
El propósito de este instrumento era profundizar en específicas etapas de sus vidas
y a través de esto identificar los ejes temáticos fundamentales que ilustran su labor
literaria, pues son precisamente estos ejes los que servirán como estructura base
al momento de escribir la crónica literaria.
Se redactó una guía de preguntas seccionadas de manera que pudieran abarcar los
puntos importantes en la vida y concepción literaria de éstos tres autores.
El primer cuestionamiento era acerca del contexto geográfico y familiar en el que
nació. Referente a esto L. Báez (comunicación personal, 11 de mayo del 2016)
afirmó:
Yo nací en el 86, mis padres antes habían trabajado en el Frente, anduvieron
en la Insurrección (…) mi mamá anduvo haciendo trabajos estudiantiles
clandestinos y mi papá era colaborador del Frente desde chavalo. Cuando yo
iba a nacer mi papá renunció a este trabajo porque estaba en desacuerdo
con el autoritarismo del partido, en cómo se estaba utilizando la educación
popular como forma de adoctrinamiento político, los métodos de los asesores
cubanos en educación que era toda la línea de adoctrinamiento, él eran más
de fomentar la consciencia y la educación crítica incluso contra el propio
sistema, el gobierno y obviamente eso en los 80 no servía (…)
Se hizo un exhausto escudriñamiento de situaciones claves en la vida de este autor.
Otra de las cosas a destacarse es que su abuelo (Adolfo Báez Bone) fue asesinado
en la masacre del cuatro de abril de 1954, su papá (Eduardo Báez) luego de
declararse disidente y pasar varios años desempleado por haber sido incluido en
una lista negra del gobierno, fue presidente de la Fundación Libros para Niños en
Nicaragua por 15 años hasta el día que falleció. Dicha fundación tenía su sede en
Jinotepe, Carazo.
Se podría creer que debido a que su papá estuvo muchos años incursionando en
proyectos relacionados con la literatura, también fue una influencia muy importante
para la inclusión y el gusto de Báez por estos temas literarios, sin embargo L. Báez
(comunicación personal 11 de mayo del 2016) afirmó que “(…) siempre le había
gustado leer un montón (a su papá) pero nada más, hasta que entró en ese proyecto
pero igual eso era más de gestión cultural, él no estaba realizando trabajo de
producción artística”.
El cuestionamiento sobre cómo inició Báez en el mundo de las letras por fin tuvo
salida, confesó que mientras estaba en un curso cinematográfico escribió una idea
que terminó siendo un poema, el cual es el núcleo de su libro El patio de los
murciélagos (L. Báez, comunicación personal, 11 de mayo del 2016).
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Tal poema fue dividido en tres partes y lo utilizó como prólogo de las tres secciones
en las que El patio de los murciélagos está dividido. L. Báez (comunicación
personal, 11 de mayo del 2016) dio una opinión subjetiva de su obra:
Yo siento que El patio de los murciélagos es como una explosión (…) lo que
está más cerca está muy claro y lo que está más lejos se va desvaneciendo;
es como un radar de murciélagos, un vómito de muchas cosas, es un libro
súper personal; no espero que se entienda pero sí que tenga otro nivel de
lectura.
Al decir “lo que está más cerca y lo que está más lejos” se refiere a la historia de
Nicaragua, pues la mayoría de los cuentos que componen este libro son basados
en esta época de la historia nicaragüense. Esto se debe a que es un material que
ya está listo y sólo hay que darle forma. (L. Báez comunicación personal, 11 de
mayo del 2016).
El segundo autor con quien se acordó un encuentro para llevar a cabo la
herramienta de historias de vida fue con Víctor Ruiz. Este autor fue seleccionado
por la calidad que muestra su obra publicada, con la cual ganó el Concurso Nacional
Interuniversitario de Poesía “Carlos Martínez Rivas”, igualmente después de esa
publicación siguió manteniéndose activo en el campo literario, desempeñándose ya
no solo como poeta, sino también como crítico literario y facilitador de talleres de
poesía. El encuentro con Víctor Ruiz se dio el jueves 04 de agosto en la UNAN-
Managua, donde él imparte clases de literatura.
El objetivo de este diálogo fue, al igual que con Báez, profundizar en etapas
representativas de la vida de él que ayudaran a una mejor comprensión del
contenido de –en éste caso- su obra poética.
Se inició cuestionando si en su trabajo poético hacía referencia al contexto en el
que creció, a lo cual V. Ruiz (comunicación personal, 04 de agosto del 2016)
respondió:
Lo primero que escribí de mi obra poética es una manera de evadir esa parte.
Crecí a como todos los hijos de la revolución en un ambiente disfuncional.
Mis padres estaban prácticamente ausentes debido a los trabajos que
desempeñaban en la revolución y eso permitió que estuviera expuesto a
demasiada violencia y a un desarrollo muy liberal para un niño. No tuve una
educación estricta pero sí una educación abandonada por parte de los
mayores.
26
Ruiz al igual que Báez nació en la década de los 80, específicamente en 1982, por
lo cual V. Ruíz (comunicación personal, 04 de agosto del 2016) además de
autoproclamarse hijo de la revolución, afirmaba: (…) “me puedo llamar un buen
espectador porque de alguna manera tomé consciencia en los 80”.
Su primera inclinación en el ámbito artístico no fue precisamente hacia la literatura,
sino más bien a la fotografía y el dibujo. Su despertar poético fue en el contexto de
la post revolución; época en la que mayormente leía libros con temática política, los
cuales aunque no comprendía suplían su obsesión por la lectura. (V. Ruiz
comunicación personal, 04 de agosto del 2016).
Respecto del tema central de sus primeros poemas y teniendo en cuenta que varios
de éstos tienen connotación erótica, V. Ruiz (comunicación personal, 04 de agosto
del 2016) expresó:
No fue la inconformidad política o social o la infancia, fue el amor. Pasé desde
los 16 hasta los 20 años escribiendo poemas de catarsis, de subjetividad
hasta que a los 20 comencé a tener una concepción más específica del
lenguaje poético (…) esos primeros poemas son precisamente los primeros
poemas serios que escribí y fueron motivados por la experiencia de conocer
un cuerpo.
Con relación a su participación en la generación del 2000 comentó que él, al igual
que Alejandra Sequeira y Ezequiel d´ León Masís, corresponden a un segmento de
poetas de esa década que eran prácticamente independientes. (V. Ruiz,
comunicación personal, 04 de agosto del 2016).
Teniendo en cuenta que Ruiz además de poeta es profesor de Literatura y facilitador
de talleres de poesía, se le cuestionó acerca de la conexión que podría crearse en
estos dos campos. V. Ruiz (comunicación personal, 04 de agosto del 2016) alegó:
(…) “yo no soy docente porque soy escritor, soy docente porque fue lo que escogí
para ganarme la vida y no trato de ligarlo de ninguna manera con la escritura”.
Por otro lado, Víctor también sirvió como fuente en la investigación sobre la vida de
Francisco Ruiz Udiel al igual que Pablo Hernández; esto debido a que ellos fueron
amigos de Francisco. La información recopilada, aunque breve sirvió para comenzar
a reconstruir la crónica literaria sobre Ruiz Udiel. Hay que destacar que si bien se
tenía presente que este poeta había fallecido seis años atrás, fue uno de los
seleccionados por la calidad de sus obras, la cual se hace irrefutable tras la
publicación de muchos de sus poemas en diversas antologías nacionales e
internacionales, además de haber sido ganador del I Premio Internacional Ernesto
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Cardenal de Poesía Joven en el año 2005 y promover incansablemente el talento
joven nicaragüense.
Se comenzó indagando al igual que con los dos autores anteriores, acerca de la
infancia de Ruiz Udiel, tema del cual Víctor Ruiz solamente aclaró que fue una etapa
muy violentada por el ambiente revolucionario de esos años. (V. Ruiz, comunicación
personal 04 de agosto del 2016). Además se logró saber que a Francisco nunca le
gustaba hablar de esa época de su vida. (P. Hernández, comunicación personal 09
de octubre del 2016)
El objetivo de esta entrevista fue conocer datos relevantes de la vida de Ruiz Udiel
a través de la experiencia que Víctor Ruiz y Pablo Hernández tuvieron con él; por
tal razón el cuestionamiento giraba en cómo se conocieron. Con Víctor se conoció
en un congreso literario:
Lo conocí en un congreso organizado por Edgard Escobar Barba, el año
específico no lo recuerdo. Él era muy confrontativo pero era algo necesario
en ese tiempo para hacerse escuchar. A partir de ahí nos hicimos amigos,
nos prestábamos libros, organizábamos eventos literarios como el I Festival
de Poesía Nicaragüense, el cual fue muy interesante porque fue una manera
de aglomerar voces dispersas en toda Nicaragua, de ese evento surgió un
libro: “Poetas, pequeños dioses”, el cual lo editó Leteo Ediciones (V. Ruiz,
comunicación personal 04 de agosto del 2016)
Por parte de Pablo Hernández, el primer encuentro con Francisco se dio gracias a
que ambos eran miembros de Literatosis. El poeta incluso estuvo viviendo un tiempo
con Pablo y su familia. (P. Hernández, comunicación personal 23 de octubre del
2016)
También se logró revelar que autores influyeron en Ruiz Udiel en las dos obras que
publicó, en su primer poemario fueron preponderantes Alejandra Pizarnik, Anne
Sexton y Sylvia Plath. En su segundo poemario la visión poética es distinta y hay
más influencia de poetas árabes, entre los que se destaca Mahmud Darwish. (V.
Ruiz, comunicación personal 04 de agosto del 2016), dato en el cual Pablo
Hernández también coincidió con Víctor Ruiz.
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Resultados
Mediante el análisis del primer instrumento utilizado se consiguió responder a las
interrogantes que sirvieron como base para plantearse el propósito de la entrevista
con Luis Palma y Carlos M-Castro. Desde una perspectiva subjetiva, se encontró
que uno de los elementos que configuran la obra de los autores y autoras
nicaragüenses de la generación del 2000 es contar a través de sus piezas literarias
la realidad que cada uno de ellos vivió según su contexto, tanto geográfico como
familiar, literario e incluso político. Ejemplo de esto es el libro escrito por Luis Báez,
quien en una serie de relatos transmite historias de la revolución que le fueron
contadas a él desde muy pequeño, entre estos relatos incluso se encuentra la
masacre de la cual su abuelo fue víctima. Por otro lado, de acuerdo con la
experiencia de Carlos M-Castro se descubrió que la Generación del 2000 basada
precisamente en su contexto trata de reescribir la historia de Nicaragua a través de
la forma que sus ojos la ven y la interpretan.
Se reafirmó la hipótesis de la carencia de apoyo a las obras producidas por esta
generación. Por consiguiente, se concluyó que a pesar de las ventajas tecnológicas
existentes, tales como las plataformas digitales o blogs donde pueden publicar
muestra de la escritura de estos autores, no es algo que vaya a servir de mucho,
pues en Nicaragua aún no se ha logrado imponer la costumbre de leer en digital.
Con el primer acercamiento a la vida de Luis Báez, más el firme deseo de realizar
un análisis crítico a su obra, se le reveló a la autora de este informe investigativo
que el contexto en el que Báez nació es uno de los principales elementos que
componen su labor literaria. Gran parte de su vida la ha dedicado a producción
creativa y aunque actualmente no esté tan activo como antes en el campo literario,
tiene varios proyectos claramente estructurados por cumplir.
De la misma forma mediante la entrevista a profundidad realizada a Víctor Ruiz se
concluyó que la primera parte de su obra poética refleja la ausencia de la infancia,
y aunque el contexto en el que creció marcó alguna parte de su vida, su trabajo
literario es una manera de ocultar esa etapa.
Siguiendo trabajando con Víctor Ruiz pero con el objetivo de escudriñar acerca de
Francisco Ruiz Udiel se encontró que su primera obra es muy distinta a la segunda.
La primera (Alguien me ve llorar en un sueño) se caracteriza por el tono
existencialista y de denuncia; es una poesía confesional. En cambio en Memorias
del agua es imposible dejar de notar los elementos que Ruiz Udiel encontró para
encauzar el “yo”, los cuales los transformó en metáforas distintas que tenían como
eje central el agua.
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Así pues, después de indagar con los autores seleccionados y personas que los
conocieron se esclarecieron otros elementos, algo que los conectaba a los tres y
que da origen a la idea de la estructura con la se redactará el libro de crónica
literaria. Desde un primer encuentro entre cada uno de ellos hasta sus actividades
actuales.
Se concluye el presente capítulo afirmando que el producto creativo resultante de
este informe investigativo es viable. Pues siendo consciente de la falta de apoyo
hacia esta generación resulta útil hablar sobre ellos a través de tres autores que
actúen en representación de ellos, además que la información recopilada y la
manera con la que se redactará el texto se hará en función de mantener al lector (a)
atento a los datos expuestos en las crónicas literarias y finalmente motivarlo a
conocer más de la obra de los autores seleccionados y a su vez que genere
curiosidad sobre los y las demás integrantes de la Generación del 2000.
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CAPÍTULO III- Producto Creativo
Tras la exposición de antecedentes al presente tema, las teorías de comunicación
con las que se vinculó a esta misma investigación, los conceptos base y su diseño
metodológico, se logró entrar en la siguiente fase dividida en cuatro etapas
específicas: análisis, diseño, simulación y validación del producto creativo.
Análisis
Luego de una investigación exhaustiva en la Biblioteca José Coronel Urtecho de la
Universidad Centroamericana (UCA), solamente se encontró un producto creativo
vinculado a la investigación correspondiente. Este producto creativo fue realizado
por Luis Enrique Palma, quien se graduó en el año 2014 y actualmente se
desempeña como docente en esta misma universidad.
Dicho producto creativo es un libro de semblanzas periodísticas hechas a cuatro
representantes de la generación del 2000: Arquímedes González, Yahoska Tijerino,
Hanzel Lacayo y William Grigsby Vergara; el libro lleva por título ¨Retratos donde
reclinarse.¨
Aparte de esa investigación encontrada en la UCA, no existe ninguna otra referencia
(monográfica o en forma de producto creativo) relacionada con los autores y autoras
de la generación del 2000. También se investigó en la biblioteca de la Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) mediante estudiantes de la carrera de
Lengua y Literatura Hispánicas, quienes aseguraron que tampoco existían allí
trabajos con esta temática.
Se procedió entonces a dar seguimiento a documentos físicos o digitales que
abordaran a través de críticas, entrevistas o ensayos, tanto las obras como los
elementos característicos o el contexto geográfico y literario en el que se
desarrollaron y se siguen desarrollando estos autores y autoras.
Se encontró un sitio web que lleva por nombre #Los2000, el cual fue un proyecto
llevado a cabo por Ulises Juárez Polanco en asociación con el Centro Cultural de
España en Nicaragua (CCEN). En este sitio se pueden localizar las razones de
existencia de tal proyecto, de igual modo vídeos que muestran charlas realizadas
con los autores y autoras del 2000, y finalmente hay una opción para descargar las
31
tres ediciones que recopilan muestra de la escritura de la mayoría de estos autores
y autoras. Hay dos ediciones del 2012 y una del 2013.
En este seguimiento también se descubrieron antologías que además de mostrar
otra parte de las obras literarias de la generación del 2000, sirvieron como
plataforma para el debut como escritores de muchos de ellos; tal es el caso de la
revista ¨Literatosis¨, fundada por Francisco Ruiz Udiel, en compañía de otros y otras
jóvenes con las mismas afinidades literarias mientras estaban en la universidad.
¨Retrato de poeta con joven errante¨ es una compilación poética de la generación
del 2000 producida por los ya mencionados, Francisco Ruiz Udiel y Ulises Juárez
Polanco. Esta antología cuenta con un prólogo escrito por Gioconda Belli.
Otros espacios que brindaron la oportunidad de mostrar la escritura de algunos
autores y autoras del 2000, fueron ¨La Prensa Literaria¨ y ¨El Nuevo Amanecer
Cultural¨, segmentos literarios de los dos diarios más importantes de Nicaragua.
De los 42 autores y autoras que conformaban la Generación del 2000 hasta el 2012,
se escogió trabajar con tres: Luis Báez; narrador, Víctor Ruiz y Francisco Ruiz Udiel,
ambos poetas. Se escogieron solamente hombres por diversos factores, entre ellos
está que de los y las 42 integrantes de la Generación del 2000 sólo 10 son mujeres
y la mayoría se encontraban fuera del país o al menos de la ciudad de residencia
de la autora de la investigación; ya sea por estudios, como es el caso de Eunice
Shade o porque ya tienen su vida fijada en el extranjero, como Yahoska Tijerino.
También se tomó en cuenta su trayectoria literaria, está el caso de Alejandra
Sequeira, quien publicó su poemario Quien me espera no existe en el 2006 y luego
fue haciéndose menos presente en el campo literario. Casos similares al de
Alejandra Sequeira son María del Carmen Pérez o Jazmina Caballero. Teniendo
claro esos factores se decidió trabajar con autores que hubiesen publicado en los
últimos ocho años y se mantuviesen activos en el campo literario, en el caso de
Francisco Ruiz Udiel un factor clave para elegirlo fue el aporte que hizo a la literatura
nicaragüense cuando estaba vivo. Otro de los términos claves en esta elección fue
la diversidad; es por eso que se escogieron representantes de distintos géneros
literarios.
La cantidad de los autores electos se debió a que al ser solo tres, permitía un
análisis más profundo de la vida y obra de cada uno.
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Diseño
Orfandad de la memoria es el título de dicho producto; el cual consiste en un libro
de crónica literaria sobre vida y obra de tres autores de la generación del 2000,
tomando en cuenta los principales elementos que ilustran su trabajo. Su estructura
radicó en la división de este libro en tres partes; las cuales corresponden a los tres
autores protagonistas de la obra.
La lógica de esta estructura residió en el deseo de la autora de hacer periodismo a
través de una novela sobre personas que escriben, lo cual aumentaba el grado de
dificultad al momento de su concepción, porque ¿cómo lograr que un público joven
no mostrara apatía hacia un documento basado en la vida y obra de tres autores de
una generación literaria poco conocida? La solución se encontró en escribir este
libro de manera que generara curiosidad, casi en confundir al lector, pero esto no
porque los datos presentes fueran imprecisos, sino por la innovación de su
estructura.
Así pues, se procedió a organizar el libro en: encuentro de los tres autores, luego la
presentación de cada uno de ellos a través de una serie de capítulos contenidos en
una sección por autor, la cual presenta como epígrafe el fragmento de una obra
poética relacionada a la historia del autor que en esa parte del libro se está
presentando. El último capítulo de cada una de las tres secciones que se presentan
lleva por título “Elementos que configuran su labor literaria”; esto a manera de cierre
de la historia de cada autor, mediante la exposición de los ejes literarios principales
que configuran su obra tras la historia que se había presentado anteriormente.
Finalmente un epílogo donde se continua con la parte inconclusa mostrada en ese
encuentro inicial de los tres autores, seguida de una conclusión o un cierre de ciclo
a través de la muestra de estos tres autores en la actualidad, más aportes subjetivos
por parte de la autora acerca de la obra y el contexto en el que ellos tres crecieron.
Entre otros detalles que se encuentran en “Orfandad de la memoria” y que fueron
considerados por la autora sin ser precisamente parte en sí de la obra, aunque
indispensables en el libro de crónica literaria, se encuentran al inicio: el prólogo
escrito por José Adán Silva (periodista y editor de La Prensa); una foto de cada
autor seguido de una breve reseña que contiene su fecha y lugar de nacimiento,
profesión y obra publicada. Al final se añade una muestra literaria de la obra de cada
autor, la cual no sobrepasa las tres páginas por cada uno; en total nueve páginas
de muestra literaria.
33
¿Por qué Orfandad de la memoria?
El título del producto creativo resultó para la autora una de las más arduas labores.
Porque, ¿qué frase, palabra o idea utilizar para encauzar tres historias distintas
conectadas de alguna manera, pero no precisamente adrede entre sí? Por
consiguiente se tomó en cuenta los siguientes factores:
-Era una recopilación de específicos datos de la vida de cada uno de ellos contados
por ellos mismos (o personas cercanas, tal fue el caso de Francisco Ruiz Udiel).
-Son tres autores que nacieron en un contexto de guerra, con ausencia parental
total o parcial.
-Sus obras muestran una clara denuncia del entorno en el que crecieron, negación
por tanto de esos recuerdos y al mismo tiempo en sus obras hay reflejos además
de sus memorias, también de las memorias de sus antepasados (padres, abuelos,
personas de crianza) quienes al vivir también ese contexto revolucionario, pero ya
no solo como espectadores, sino como participantes directos en ésta, las muestran
como recuerdos rotos de una etapa de sus vidas.
Se llegó a concluir que los tres autores eran huérfanos de una u otra manera y no
solo ligando esa misma orfandad a su entorno familiar o social, sino también a su
desarrollo literario. Desde el momento que otros escritores reconocidos
subestiman la calidad de su trabajo y no los apadrinan los convierten en huérfanos.
Artistas carentes de guía en el campo literario.
Para la selección de los tres autores protagonistas del producto creativo se tuvo
clara la importancia de no mostrar autores de un solo género literario, como solución
a esto se escogió a Luis Báez por ser narrador, a Víctor Ruiz por ser poeta y en el
caso de Francisco Ruiz Udiel, aunque también poeta y aunque era imposible obviar
que había fallecido seis años atrás, también era imposible obviar que fue y sigue
siendo una de las figuras más emblemáticas de la Generación del 2000. Otro punto
a remarcar es que se deseaba que los autores seleccionados tuvieran un tipo de
conexión o relación entre ellos, no solo como integrantes de la misma generación
literaria, sino una interacción externa a eso. En este caso, Víctor Ruiz y Francisco
Ruiz Udiel fueron amigos y organizaron algunos eventos literarios y paralelamente
Víctor Ruiz también colaboró con Soma, la revista de agitación cultural de la cual
Luis Báez fue reportero y luego editor. Se requería de esa relación entre los tres
autores por la estructura con la que la autora pensó redactar el libro de crónica
literaria Orfandad de la memoria.
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Luego de la selección de los tres autores, se procedió a investigar a profundidad
sobre ellos. Aunque la autora ya había tenido un acercamiento previo con dos de
ellos (al formar parte de talleres literarios que Víctor Ruiz y Luis Báez impartieron)
se necesitaba conocer más de ellos. Se partió por la lectura crítica de las obras
publicadas por ellos, luego se concertaron citas con Víctor Ruiz y Luis Báez y con
personas que fueron cercanas a Francisco Ruiz Udiel.
Al mismo tiempo que se realizaban las entrevistas con los autores se comenzaba la
redacción del libro de crónica literaria. La autora nunca se impuso un límite de
palabras para cada crónica, es por eso que una puede parecer más extensa o más
corta que otra; la finalidad no era seguir un riguroso número de palabras que quizá
hubiese acortado el sentido de lo que se escribía o en caso contrario, que el lector
sintiese que estaba leyendo lo mismo en cada capítulo contado de distinta formas,
abarrotado de adjetivos innecesarios.
Orfandad de la memoria fue escrito con un lenguaje sencillo pero contundente; esto
con el deseo de que el lector lograra comprender perfectamente el contenido
plasmado en el libro, pero que además se hiciese palpable para él/ella la historia de
cada autor, que lograra descubrir el trasfondo de su obra y que esto mismo impulse
al querer conocer más de ellos y por ende de la generación literaria a la que
pertenecen. De esta forma se cumple el objetivo general que la autora se planteó al
inicio de esta investigación: el contribuir al conocimiento de la concepción literaria
de estos tres autores mediante la producción de un libro que plasme su vida y obra.
Finalmente se llegó a la parte del diseño de la portada, la contraportada y la
diagramación del libro de crónica literaria; todo esto realizado por Frida Martínez,
estudiante de Diseño Gráfico en la UCA.
La portada consiste en una ilustración donde aparece al lado derecho las piernas
de un niño, éstas se ven raspadas y golpeadas, esto debido a que el elemento de
la orfandad se ligó con la infancia y los golpes representan el contexto duro por el
que los tres autores pasaron. Además el suelo se muestra árido, en representación
de los años de guerra en Nicaragua, levemente se vislumbran parte de los dedos
de la mano del niño y estos tienen un lápiz y bajo sus pies hay hojas de papel con
algo escrito, esto simboliza la labor literaria de los tres autores protagonistas.
En resumen, Orfandad de la memoria está distribuido en 70 páginas y va
estructurado de la siguiente forma:
1. Título, subtítulo y nombre de la autora del libro de crónica literaria
2. Referencias bibliográficas del libro de crónica literaria
3. Dedicatoria y epígrafe
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4. Prólogo
5. Introducción
6. Primera parte, epígrafe y foto con breve reseña del autor protagonista de esa
crónica
7. Crónica literaria sobre Luis Báez
8. Segunda parte, epígrafe y foto con breve reseña del autor protagonista de
esa crónica
9. Crónica literaria sobre Víctor Ruiz
10. Tercera parte, epígrafe y foto con breve reseña del autor protagonista de
esa crónica
11. Crónica literaria sobre Francisco Ruiz Udiel
12. Epílogo
13. Muestra literaria de los tres autores
14. Índice
A continuación se presentará la etapa de la simulación en donde se encuentra
plasmado el libro de crónica literaria Orfandad de la memoria.
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Orfandad de la memoria
Crónica literaria sobre vida y obra de tres autores de la generación del
2000 teniendo en cuenta los principales elementos que ilustran su trabajo
Regina Pérez
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Pérez, Regina (2016). Orfandad de la memoria: Crónica literaria sobre vida y
obra de tres autores de la generación del 2000 teniendo en cuenta los principales
elementos que ilustran su trabajo. Managua, Nicaragua.
Diseño de portada y diagramación:
Frida Martínez
Fotografías internas:
Cortesía de los autores
El Nuevo Diario
La muestra literaria presente en esta obra corresponde a sus respectivos autores,
utilizada bajo su debido permiso.
Esta obra forma parte de la culminación de estudios de la autora para su
licenciatura en Comunicación Social, de la Universidad Centroamericana (UCA), en
2016, bajo la tutoría de Sandro Durán.
Todos los Derechos Reservados.
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Gracias al tiempo, gracias.
Hoy son las manos la memoria.
El alma no se acuerda, está dolida
de tanto recordar. Pero en las manos
queda el recuerdo de lo que han tenido.
Pedro Salinas
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PRÓLOGO
Quinqué sobre una generación brillante
Por José Adán Silva Yo imagino la escena así: su mano izquierda, pequeña y delgada, no sé si con rastros
de pintura en las uñas o pulseras juveniles sobre la muñeca, sostiene tintineante y
en alto un viejo quinqué Coleman.
La luz oscilante tras el vidrio opaco alumbra apenas el picaporte pomo gris y con la
manita delgada libre, menos ahora que se distinga restos de pintura en sus uñas,
abre la puerta de la cual emana intensa una luz blanca y flourescente que se traga
por completo su figura menuda, como si se tratara de una puerta de otra dimensión
galáctica que engulle a la intrusa con todo y quinqué.
Ahora enciendo la luz, aclaro la escena con un software de edición de video y veo
mejor la escena: Regina Pérez, de existencia delgada y esbelta, poeta predestinada a
brillar con luz propia, más nítida su imagen que cualquier quinqué led de la época
digital, con manos que ya teclean talento y ahora sí, rastros de esmalte perla en las
uñas, entra por la puerta grande a las letras al tratar de recuperar del olvido
acelerado que lleva por ritmo la vida moderna, a tres personajes de una generación
extraña que nació en el siglo pasado y parió su destino en los albores del nuevo
milenio.
Regina, precoz en la poesía y el periodismo, no quiere dejar para mañana lo que ya
conoce de hoy y con eficiencia periodística, rigor académico y ritmo literario en
evolución, presenta Orfandad de la Memoria, un librito lleno de ternura y revelación
íntima sobre la vida personal y literaria, de tres personajes de la Generación del
2000: Luis Báez (Managua 1986), Víctor Ruiz (Managua 1982) y Francisco Ruiz
Udiel (Estelí, 1977-2010).
Valiente labor y corajuda misión de Regina al tratar de darle cara y nombre a una
generación a la cual, a la fecha, no se le hace honor y cuyo legado apenas se construye
y no se sabe si será perecedero en una época donde el arte, la cultura, las letras y el
talento intelectual compite con las redes sociales, los selfies, los memes, Coelho y
aplicaciones de ocio y vanidad.
¿Qué chica de su edad debería estar hurgando en la vida siempre compleja e
incompleta de quienes se dedican a la poesía y la narración? Porque debe saberse
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que en tiempos como estos, donde el arte se valida con likes o retuits para que el
mundo sepa que existe, la vida y obra de un poeta o un narrador se sujeta hoy como
nunca al implacable juicio de una masa digital que aunque no sepa diferenciar un
diptongo de un mondongo, aplicará despiadadamente con sus pulgares arriba o
abajo y desde el pódium de sus smartphones, la permanencia o el olvido del arte
contemporáneo.
Y Regina quizás lo sabe y no le importa, que hurgar en la existencia ajena la llevará
siempre a la senda de las emociones y sentimientos que significa el encuentro con el
Otro, el Par, el Prójimo, el Próximo, emociones y sentimientos que para bien de la
humanidad no se sustituyen aun por artilugios digitales o triquiñuelas de realidad
virtual: en su libro lo que hay es ternura, emoción, nostalgia e inocencia.
Orfandad de la Memoria reclama un espacio para los jóvenes y demanda una mirada
al tiempo reciente, a una época que aunque no es lejana en los calendarios ya empieza
a teñirse de sepia, sin filtros y ya lo dije, por la desmesurada velocidad con que la
tecnología entierra los recuerdos más recientes y que, como la Generación del 2000,
no terminan de apagarse o siquiera alcanzar su desarrollo total cuando ya se
empiezan a olvidar.
Y aquí viene de nuevo Regina, terca y curiosa, a reclamar y llamar la atención: ¿Qué
gana ella con alumbrar con quinqué en una época de luces led, a una generación
intelectual que a la fecha no termina de definir su papel o aporte a la cultura
nicaragüense, tan rica en generaciones de oro y plata que han llevado la credibilidad
de la poesía nicaragüense a otras galaxias para siempre inalcanzables? Ella piensa
que no hay que dejar para mañana lo que se pueda testimoniar hoy y que por justicia,
su propia y apasionada visión de justicia, todo poeta o narrador, todo movimiento
intelectual y grupo, o tribu literaria a como llama uno de sus entrevistados a los
movimientos culturales, debe tener una reseña que mañana sirva para quienes
quieran seguir sus pasos o simplemente recordarlos en su contexto.
Sus tres personajes (Luis, Víctor y Francisco Ruiz) son, a como lo dice su obra, hijos
en orfandad de una memoria empeñada en no reconocerlos y olvidarlos de entrada.
Todos ellos, incluyendo a Regina, son talentos nuevos de una época en evolución y
como bien lo grafica con severidad el personaje Antón Ego en la película Ratatouille
(Pixar Animation Studios, 2007), “el mundo suele ser cruel con el nuevo talento” y
“las nuevas creaciones, lo nuevo, necesita amigos”.
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Y es en esa dicotomía de olvidarlos o revivirlos, que Regina carga los dados y apuesta
por la memoria: lápiz y papel en manos se destina a rescatar del olvido herrumbroso
la figura de estos tres jóvenes talentosos de los cuales dos llevan su vida con ritmo
cotidiano, pero un tercero decidió escribir el punto final de su existencia con un
amargo epitafio que me recuerda el verso de Rubén Darío: “Y el pesar de no ser lo
que yo hubiera sido y la pérdida del reino que estaba para mí”.
¿Qué puede encontrar el lector en la pequeña obra de Regina? Yo encontré un
episodio de ternura con la historia íntima de Luis Báez.
Su historia vincula un drama familiar con toda una tragedia histórica de la Nicaragua
de guerras y muertes y no puede dejar de conmoverme el vínculo de un hombre con
la historia de su padre, quien despierta admiración por la tesón y el temple con que
defendió la vida y su familia antes de sucumbir, en el atardecer de sus días, a los
desvíos que la existencia tiende con sus fúnebres ramos y frescos racimos.
¿Y qué con Víctor Ruiz? Conmovedor el esfuerzo de Regina para saltar la
infranqueable barrera de poesía que éste puso entre ambos para proteger sus íntimos
espíritus y rechazar las insinuaciones de la entrevistadora que quería, con halagos y
cantos de sirena, atraerlo al plano personal donde pudiera desnudarlo, pero hábil en
su formación, el poeta colocó abundante y rico contenido de ideas para hablar de lo
suyo: la poesía.
Es Ruiz quien aclara desde su fuero más íntimo que la suya no es una generación del
desasosiego como alguna vez les llamó Gioconda Belli y menos generación de la
noluntad como otra poeta les aplicó en otra ocasión: “Más que una generación de
desasosiego o noluntad somos una generación de desencanto, eso es lo que
expresamos en nuestras obras”.
Y luego vienen las letras que duelen.
A Francisco Ruiz Udiel lo recuerdo con un comentario, que en realidad es un verso
de un poema, a un reportaje que en 2007 hice para El Nuevo Diario sobre las
extendidas improductivas horas de ocio que el calendario nicaragüense depara a su
tribu: “Abril es el mes más cruel: engendra lilas de la tierra muerta” (A Ezra Pound,
la tierra baldía, T.S Eliot, 1922).
Así sorprendía a veces Francisco y Regina trata, con disciplina académica, acercarse
a ese perfil humano que él decidió hundir con sus barcos un mal día de tormentas.
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Poeta, editor, crítico literario y promotor cultural nicaragüense, la historia corta y
profundamente humana de Francisco Ruiz Udial, nos es revelada a trazos por la
narración un poco formal y con matices literarios de Regina, quien para ello va y
pregunta entre conocidos sobre el poeta extinto y sigue los pasos de su biografía en
los archivos periodísticos de la época, con testimonios de conocidos y referencias
biblio y hemerográficas que nos revelan un breve perfil (demasiado breve para mí)
de alguien que merecía darnos más luz con su quinqué literario.
43
*
Francisco no estaba invitado al Congreso Literario organizado por Edgar Escobar
Barba.
Sin embargo llegó y ese fue su primer acercamiento con Víctor; quien tras haber
escuchado mucho sobre el joven poeta Francisco Ruiz Udiel, finalmente lo conoció y
la primera imagen que tuvo de él fue como agitador literario.
En esa misma conferencia se encontraba Napoleón Chow, quien para ese tiempo era
Director General del Instituto nicaragüense de cultura; luego que Napoleón
terminara su ponencia Francisco lo enfrentó, reafirmando así su carácter un tanto
confrontativo al momento de hacerse escuchar.
--¿Por qué el Instituto de cultura no apoya a la creación literaria joven?—preguntó
Francisco
--Claro que se le apoya…-- replicó Napoleón y fue nuevamente intervenido por
Francisco
--Eso es mentira, el otro día yo estuve allí y le pedí ayuda…-- y continuó alegando
sobre la falta de sostén de las instituciones de cultura hacia los talentos jóvenes.
A partir de ese momento nació una especial química entre Francisco y Víctor, ambos
poetas. Se hicieron amigos, compartían libros y organizaron algunos eventos
literarios.
Tiempo después, en algún evento del Centro Nicaragüense de Escritores o alguna
mesa de El Panal –bar ubicado cerca de la UCA- donde solían reunirse muchos de
los integrantes de la generación del 2000, se encontrarían además con Luis, quien
llegó a tener más cercanía con Víctor, debido a que éste colaboró en varias ocasiones
con Soma; revista en la cual Luis fue redactor y luego editor.
No obstante, las coincidencias entre Francisco y Luis nunca faltaron. En el 2009,
Luis trabajaba en Literato y siempre se topaba con Francisco en la calle cerca de
Monte de los Olivos. Aunque Francisco nunca fue del agrado de Luis, lo saludaba y
había algo en él que le llamaba la atención. Nunca dudó de su calidad como escritor,
pero nunca simpatizó con él como persona.
Al siguiente año Luis publica su libro de relatos El patio de los murciélagos, dos años
antes Víctor había publicado su poemario La vigilia perpetua y cinco años antes
Francisco había publicado Alguien me ve llorar en un sueño.
El 26 de diciembre del 2010 Francisco y Víctor se vieron por última vez. El primero
de enero del 2011 Luis recibió una llamada, lo primero que escuchó fue:
--¿Supiste quien murió?
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I PARTE
Y los demás somos nosotros mismos
que no dejamos en paz a los muertos
lavando y refregando sus memorias,
erigiendo sin fin lo que quedó
de ellos: un patrimonio de retratos,
de bigotes y barbas que peinamos
para que estén los muertos con nosotros.
-Pablo Neruda
Luis Báez, Managua 1986.
Narrador nicaragüense. Tiene estudios de Artes Plásticas
en la Escuela de Bellas Artes Rodrigo Peñalba y estudios
de Filosofía en la Universidad Centroamericana (UCA).
Autor del libro de relatos El Patio de los murciélagos
(2010), algunos de sus textos han sido publicados en El
Nuevo Amanecer Cultural, www.soul-lotus.com y
www.revistasoma.net
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I
Es imposible contar la historia de Luis sin hacer un viaje en retrospectiva a la década
de la revolución en Nicaragua. El ambiente en el que ahora se desarrolla es apacible,
sin mucho tráfico y el ruido sofocante de Managua. Aproximadamente un mes atrás
se mudó a aquella casa en Jinotepe donde creció y vivió gran parte de su no tan larga
pero intensa vida. Su voz rasposa afirma -tras el recuento de varios recuerdos- que
su estirpe está marcada por la muerte.
Luis tiene 29 años; muchos de éstos han estado llenos de arte. Desde pintura hasta
poesía y finalmente la inserción en el campo de la narrativa. Ronda el metro setenta.
Luce mucho más joven de lo que es, quizá por los tatuajes en sus brazos, el tono grave
de su voz o por los converse negros desteñidos con los que solía recorrer la pasarela
de la UCA hace no mucho, cuando estudiaba Filosofía.
Ahora tiene nuevos planes, como la apertura de su propio restaurante. De igual
manera uno de los corredores de su casa sirve como taller donde él con otros amigos
se dedican a pintar, y en relación con el tema literario está escribiendo una novela de
ciencia ficción que lleva por título Sunsetless. Su gran proyecto pendiente es escribir
la historia de su abuelo.
Me preparo para la búsqueda de la esencia de su lenguaje con un ejemplar del libro
que publicó en el 2010: El patio de los murciélagos, más una lista de puntos claves
a tratar con él, los cuáles al final resultan innecesarios pues desde que toma la
palabra no para de tejer y reconstruir una historia que podría ser mágica, de no ser
porque todo lo relatado de verdad sucedió e impactó su vida y su concepción literaria.
46
II
Es miércoles, segunda semana de mayo. En Jinotepe el día se augura gris pero sin
lluvia. El viento se agolpa en una de las varias ventanas de su casa la cual por
momentos pareciera tener vida propia; sobre todo su cuarto, hoy decorado con un
par de guitarras, una cama, algunas latas olvidadas de cerveza, muchos libros y en la
pared fotos en blanco y negro de lo que para él representó momentos de felicidad.
Años atrás este cuarto perteneció a su abuela, quien pasaba innumerables horas
sentada en un sofá leyendo sin parar. “Sus últimos años los dedicó a leer de forma
casi absurda, leía como cinco o seis libros a la semana…”
Luis nació a finales del 86. El dos de enero de ese mismo año se decretó el cierre de
la emisora Radio Católica por negarse a transmitir el día anterior el mensaje dirigido
al país por el presidente Daniel Ortega y el 27 de junio la Corte Internacional de
Justicia falla a favor de Nicaragua, cuando su gobierno acusó a Estados Unidos por
violaciones al derecho internacional al apoyar a la oposición armada (los contras) en
su guerra.
Los padres de Luis participaron en la Insurrección Popular Sandinista en 1979, su
mamá haciendo trabajos estudiantiles clandestinos; su papá por otro lado
colaboraba con el Frente Sandinista desde muy joven. Entrando a la década de los
80, sus padres –cada uno por su lado- empiezan a trabajar en la campaña de
alfabetización donde se conocen. Para ese tiempo su papá tenía una hija, quien vivía
en Alemania y luego se mudó a Los Ángeles. Su mamá por su parte tenía tres hijos;
dos mujeres y un varón, éste último murió cuando tenía tres años. Dos años después
nace Luis.
En el mismo año de su nacimiento, su papá renuncia a su trabajo pues no estaba de
acuerdo en la manera de educar que se utilizaba como forma de adoctrinamiento
político. Además de renunciar a su trabajo se declara disidente; lo que en otras
palabras significaba no militante del Frente.
“Yo creo que mi papá hizo esto porque lo disfrazaba mucho de ideología. Pero creo
que al final lo que nos pasa es que queremos sacudir la vida y en esos tiempos se le
ponía la justificación ideológica, ahora no…”
Debido a esa actitud de desacuerdo, su papá es incluido en una lista negra lo cual
conllevaba estar desempleado por tiempo indefinido. Tratando de resolver las
carencias económicas por las que comenzaban a atravesar, su mamá además del
trabajo con el que ya contaba toma otros trabajos en el norte del país.
Cuando Luis nace debido a los problemas económicos por los que pasaban no tenían
una residencia fija. Estaban en constante movimiento de la casa de unos amigos de
sus padres a la casa de otros amigos. Primero estuvieron en Los Arcos, Managua
47
luego en Matagalpa donde convivieron con varios actores del teatro campesino que
se formó en los 80. Luis describe ese lugar como “una finca de artistas”.
Un par de años después llegan a Jinotepe donde comienzan a vivir en la finca de otro
amigo de su papá. Allí fue donde transcurrieron sus primeros años. Entre potreros,
ganado y establos.
Mientras estaban allí otro amigo de sus padres; un médico alemán quien había
estado por primera vez en el país en la década de los 70, también colaborando con el
Frente Sandinista al darse cuenta de la situación por la que estaban pasando les
ofreció ayuda. “A él le iba bien, de la nada les ofreció a mi papa y a mi mama un
préstamo sin garantías, sin papeles, para comprarse tierras o lo que fuera, y fue así
como compraron este terreno”.
48
III
El terreno posee aproximadamente 20 manzanas, está situado detrás del hospital de
Jinotepe, en el barrio José Antonio Sánchez Salazar.
Ya instalados en ese nuevo hogar su papá comienza a sembrar hortalizas; tomates,
chiltomas, zanahorias, entre otras cosas. Luis atribuye los conocimientos que su
papá tenía acerca de agricultura, a la educación popular a la que se había dedicado
por varios años. Apoya su relato con un constante movimiento de manos producto
de señalar y lograr ubicarme en el contexto que él vivió hace ya varios años, en ese
mismo terreno en el que ahora conversamos y que antes estaba estructurado de
manera diferente.
“Estábamos en una casita vieja de tabla, piso de tierra que las bisagras de las puertas
eran unas chinelas… -ya en este momento yo empiezo a sentirme parte de la
narración, empiezo a materializar cada palabra pronunciada por él, es como si Luis
tuviera el poder de palpar sus memorias y hacerlas palpables para mí- tuvimos luz
eléctrica hasta que yo tenía como siete años y era bonito… creo que fueron los
momentos más hechos mierda en la vida de mis padres pero para mí aún son los
mejores recuerdos que tengo”.
Al mismo tiempo argumenta que quizá esa felicidad y tranquilidad que él sentía se
debía a la misma inocencia que todo niño tiene. “Yo no sabía que estábamos mal, yo
sólo sabía que me tenía que levantar normal a regar las plantitas, ir al mercado…”
Un punto clave en esa etapa de la vida de Luis fue su papá. Es irrefutable la emoción
con la que habla de él, lo recuerda como alguien especial, cariñoso, que al estar
desempleado se dedicaba a cuidarlo. Debido a que no tenían luz eléctrica, por las
noches su papá lo sacaba al patio a ver las estrellas y contarle un sinnúmero de cosas,
“algo que siempre me contaba era la historia de mi abuelo”.
49
IV
En esta parte es infalible hacer un paréntesis en la narración de Luis para hablar un
poco sobre su abuelo, quién marcó en gran manera la saga de esa familia.
Su abuelo fue Adolfo Báez Bone, guerrillero de la Guardia Nacional al mando de
Anastasio Somoza García. Tuvo cuatro hijos, quiénes quedaron huérfanos desde muy
pequeños cuando lo asesinaron.
En 1947 Báez Bone se revela. En sus diarios cuenta detalle a detalle como fue el
proceso. Él quería tener una carrera militar, tenía muchos principios revolucionarios
y al principio no creía que Somoza fuese un dictador, de hecho Somoza fue padrino
en su boda; pero luego se dio cuenta de la magnitud de corrupción que lo rodeaba y
cuando Somoza da el golpe de estado, él y casi la mitad de los demás oficiales de la
Guardia se revelan y se toman una embajada, unos cuarteles, entre otras cosas.
Somoza con la otra mitad de oficiales los logran capturar y los encarcelan. Báez Bone
consigue huir y se va a Guatemala pues su mamá era guatemalteca y él de igual
manera había estudiado allí. Estando en Guatemala se integra a la Legión del Caribe,
la cual era un conjunto de altos oficiales latinoamericanos que estaban en contra de
la dictadura y éstos a su vez hicieron una legión élite con el propósito de liberar a
otros países de la dictadura.
A finales del 52 regresa a Nicaragua con la misma convicción de derrocar a Somoza.
Logró entrar porque su papá –bisabuelo de Luis- habló con Somoza y le explicó la
situación; su hija tenía ya varios años viviendo en Nicaragua acompañada solamente
de sus tres niños, necesitaba de su esposo. Somoza alegó que él nunca dijo que iba a
matar a Báez Bone, así que regresa, pero en el aeropuerto lo capturan y lo encarcelan.
Somoza en las diversas entrevistas que le hicieron en los diarios se justificó diciendo
“Yo dije que no lo iba a matar, no que no lo iba a meter a la cárcel”.
Estando como prisionero comienza a conspirar junto con el capitán César Napoleón
Suazo y otros oficiales del Ejército. Aproximadamente un año después lo dejan libre
y para aparentar que todos los planes que tenía en contra de Somoza ya no existían,
establece un negocio de granos. Sin embargo seguía confabulando; los planes
consistían en traer armas desde México las cuales las iban a recuperar en Río San
Juan. Además contaban con un ejército de 300 hombres bajo el mando de Emiliano
Chamorro, quien era conservador y se había aliado con Báez Bone.
Se habían dado cuenta que la mejor estrategia para derrocar a Somoza era una
coalición entre los conservadores quienes eran la oposición en ese momento, la
Unión Nicaragüense de Acción Popular (UNAP) que era un grupo de jóvenes
políticos intelectuales entre los que figuraban Ernesto Cardenal o Pedro Joaquín
Chamorro y la Legión del Caribe. Esta legión era para la parte militar, la UNAP para
50
la parte política-ideológica y los conservadores eran los encargados de poner a la
disposición a ese grupo de 300 hombres.
Los planes eran tomarse La Loma, atrapar a Somoza y sacarlo, pero en una reunión
que se realizó un día antes, Báez Bone tuvo un enfrentamiento con Emiliano
Chamorro pues mientras discutían acerca de qué gobierno se iba a instaurar después
de la caída de Somoza, Emiliano Chamorro afirmaba que iba a ser el de los
conservadores y Báez Bone estaba en total desacuerdo, alegando que si estaban
haciendo todo eso era para lograr una Nicaragua libre de cualquier gobierno
impuesto. Emiliano Chamorro al escuchar eso abandonó la reunión, al día siguiente
que era el día destinado para cumplir todos los planes no envió a los 300 hombres.
Al darse cuenta de la situación en la que se encontraban surgieron varios planes
alternos, al final escogieron el de emboscar a Somoza en El Crucero cuando viajaba
a una finca que tenía en Montelimar. Este plan también fracasó.
El último cuento de El patio de los murciélagos trata sobre todo lo acontecido ese
trágico 04 de abril de 1954. Dicho cuento lleva precisamente por título: 4.4.54; en
una parte del complicado relato –debido a la manera en que está estructurado,
haciendo uso de la técnica del collage- dice:
El desvelo, las pastillas y la tensión del operativo ya tenía loco a uno de los
que permanecía en la capital, y al tercer día, mientras hacía posta, empezó
a delirar con que lo perseguían. Se levantó alterado y tomó un vehículo. Una
fuerte taquicardia y una obstinada paranoia lo hacían apretar el acelerador
hasta el fondo. Al cabo de un rato, un jeep de la guardia lo paró.
En las noticias que se encuentran en los diarios referente a ese día no se habla de
este hombre quien fue torturado y asesinado, pero antes contó todo los planes que
tenían en contra de Somoza.
“Las versiones más completas que hay creo que son la de Ernesto Cardenal en Villa
Perdida, los dos primeros capítulos en los que cuenta con detalles que él participó
en eso. En Novedades (diario oficial del régimen somocista) sí cuentan de un maje
que lo capturaron y andaba como loco”.
Somoza al darse cuenta de lo que estaban planeando no pasa en ningún momento
por ese lugar y pone en alerta a la Fuerza Aérea, por lo cual los hombres que lo
estaban esperando al ver pasar volando varios aviones se asustan y abandonan la
emboscada, al final los capturan.
“Como Somoza y él –el abuelo de Luis- eran tan cercanos, Somoza pidió torturarlo
personalmente”.
51
Luego de una pausa Luis añade quizá con cierto tono de divagación, que esa historia
y todas las referentes a su abuelo o a las muertes en su familia le fueron contadas de
manera normal y hasta con cierta añoranza. “Siento que mis tíos y mi papa hablaban
así, tal vez porque era el símbolo de encuentro con su papa. Siento que en mi familia
mi abuelo es como un vórtice, un agujero negro que chupa y que chupó a toda la
generación anterior. Fue un impacto muy fuerte y es un impacto hacia la muerte y
allí se mezcla el heroísmo, la política, la cultura, la historia, muchas cosas… es como
que tenemos una especie de relación con la muerte y con esta muerte en específico –
la de su abuelo- “.
52
V
El barrio donde está ubicada la casa de Luis surgió cuando lotearon el terreno. Sus
padres comenzaron a venderles pequeñas parte de ese terreno a personas que
trabajaban con su papá en el mercado y con ese dinero construyeron una casa mejor,
no la casa en la que actualmente vive Luis, sino otra que está casi en frente y en un
momento perteneció solo a su mamá.
Todo eso sucedió a inicios de los 90. Para ese tiempo su papá ya podía trabajar,
primero estuvo en unas ONGs antes de iniciar con el proyecto de Literatura para
niños, al cual se dedicó por 15 años antes de fallecer.
Y es aquí donde esta extraordinaria narración toma sin previo aviso un tono
nostálgico. “A partir de entonces la vida cambió, ya teníamos mejores condiciones.
Ya había trabajo, ya había casa… las cosas empezaron a ir bien económicamente pero
mal en mi familia. Mis padres se separaron cuando nos mudamos aquí...- el ritmo
con el que ahora habla es más suave, como si los recuerdos fluyeran en cámara lenta-
mi papá se metió en drogas como a finales del 89, 90... mi mamá lo ayudó a superar
esa situación pero ya las cosas no eran iguales, eso creó muchos problema en la
relación y se separaron”.
En el mismo año que sus padres se divorcian las dos hermanas de Luis por parte
materna que también vivían con ellos, se embarazan. Uno tenía 18 y la otra 16. Sus
hermanas se fueron de la casa, sus padres se separaron y Luis tenía tan sólo ocho
años y como cualquier niño de esa edad no comprendía lo que pasaba, por lo tanto
no sabía cómo actuar. Al final decide quedarse viviendo con su papá y los fines de
semana iba a visitar a su mamá, quien después de separarse del papá de Luis se muda
a Managua.
Tras el divorcio, sus padres separan el terreno y su papá construye la casa en la que
ahora vive Luis. Su mamá antes de irse a Managua se queda un tiempo viviendo en
la otra casa para estar cerca de Luis, pero al ser consciente que él tenía más apego
con su papá, regresa a Managua de donde era originaria.
A partir de entonces Luis se la pasaba entre Managua y Jinotepe. Estudió casi toda
la primaria en Managua, luego regresó a Jinotepe; otra vez a Managua y a partir de
primer año de secundaria en adelante comenzó a tener problemas en los colegios.
Le pregunto entre risas a qué se debía que tuviera esos problemas. Y él, entre risas
también y con expresión de confusión en su rostro, responde que tampoco sabe a
qué se debían exactamente. Reflexiona brevemente y agrega “supongo que fueron
impactos por lo del divorcio, el tener que estar en ese rebote…” y fue también en ese
año que comenzó a fumar marihuana.
53
VI
Hacemos una breve pausa en la cual Luis se levanta a cerrar un par de puertas las
cuales producto de la fuerza del viento, no paraban de rechinar y arrastrarse en el
piso. Es casi mediodía. A pesar de eso no hace calor, el ambiente es agradable y
fresco.
Cuando regresa, antes de sentarse se dirige hacia mí diciendo: “Ésta es la única foto
de mi bautizo”, y señala una de las fotos en blanco y negro colgadas en la pared. La
examino detenidamente; un montón de personas vestidas como si fuesen de otra
época, de pie en semicírculo alrededor de una mujer de quizá 35 o 40 años que carga
a un bebé envuelto en una cobija como de seda blanca, el bebé es Luis. Es una imagen
hermosa, casi perfecta.
--Parece de película—le digo
--Es de una película… es que a cómo te dije cuando estábamos viviendo en el norte
con ese grupo de actores de teatro campesino, un día vinieron a filmar una película
que se llamaba “Walker” y entonces me usaron de extra para una escena de un
bautizo—termina de contarme entre risas
Nos volvemos a sentar y continúa contándome su historia.
“Yo recuerdo que me alegraba cuando mi papa estaba sin trabajo porque así estaba
en la casa conmigo”. Denotándose una vez más el amor inconmensurable y la
admiración hacia su papá.
Sigue hablando sobre él y las distintas labores que realizó. “Nunca estuvo
involucrado así como que en producción artística, más que todo en lo gestión cultural
que era como trabajo social. Quería escribir algo como un libro de sus memorias de
cuando era chavalo aquí en Jinotepe y eso… Pero sí leía un montón y lo disfrutaba y
era un maje tuani con quien podías hablar de películas, de libros, de música… sobre
todo de música y pues nada—divaga un poco y el tono de su voz vuelve a ser más
pausado de lo usual, señal quizá de volver a darle un tono nostálgico a su narración—
era un tipo súper agradable, cualquiera te puede decir eso sobre él”.
Rápidamente el tono de su voz adquiere fuerza y el hilo de la historia se desvía ahora
hacia su mamá, polo opuesto a su papá. “Ella también me ha apoyado muchísimo
pero es todo lo contrario a él. Es como más cuadrada, esquemática, pragmática, pero
me ha servido mucho esa combinación. Él idealista y ella más centrada”.
Inevitablemente regresamos a ese elemento que es casi un eje en esta historia; su
abuelo.
“Mi papa venía de esta familia rara donde todos están muertos. Hay cosas trágicas,
muertes jóvenes, casi todos sus hermanos habían fallecido”. Y señala otra de las fotos
54
en blanco y negro, en ésta hay dos hombre que parecen de 45 o 50 años cada uno.
Uno de ellos está sentado y de piernas cruzadas y el otro de pie con los brazos en el
aire dando la impresión que está imitando a alguien. Los dos se miran a los ojos y
están riéndose.
“Éste es mi papa—dice mientras señala al que está de pie—y ése es su hermano
mayor—señala al que está sentado—se llama Luis Adolfo como yo y se suicidó. Fue
el penúltimo en morir, el último fue mi papa”.
55
VII
Eran cuatro hermanos. El mayor era Luis Adolfo, tenía cerca de nueve años cuando
mataron a su papá, luego seguía Cecilia, ella tenía seis cuando eso pasó; después
estaba David Arturo quien tenía dos años y el menor era Eduardo, el papá de Luis,
quien tenía nueve meses y por tal razón no pudo conocerlo.
El primero en morir fue David. Creció escuchando la historia de su papá, debido a
esto desde pequeño decía que iba a vengar la muerte él.
“En algún punto mi abuela mandó a todos sus hijos a estudiar a los Estados, porque
este maje –David- andaba muy alborotado con la política, el bacanal. La Guardia ya
lo tenía muy colorado porque caminaba diciendo que él iba a matar a Somoza,
entonces mi abuela lo mandó para allá junto con mi papa porque tampoco estaba
haciendo cosas correctas”.
Luis no lo conoció ya que lo mataron tres años antes que él naciera, no obstante su
papá siempre le contó muchas historias sobre él.
Cuando lo envían a los Estados Unidos empieza a estudiar y no mucho tiempo
después lo corren así que se integra en una comuna hippie en New Jersey, de pronto
y sin razón alguna avisó que se iba a meter al ejército.
En el ejército le fue muy bien, hizo una gran carrera. En dos años entra a las tropas
élites; prácticamente se volvió experto en ataques en paracaídas, demolición pesada,
artillería submarina, entre otras cosas. “Era un rambo”.
Luego estuvo como instructor en la base militar del canal de Panamá. Para ese
tiempo el Frente Sandinista gana en Nicaragua, cuando David se entera se da de baja
en el ejército, pues él únicamente quería entrenamiento porque su objetivo siempre
había sido matar a Somoza, pero a Somoza ya lo habían asesinado así que decide
continuar con los ideales que su papá siempre tuvo, el de crear una Nicaragua libre.
Regresa a Nicaragua en los 80 y se integra en el ejército. “Finalmente un día lo
mandan a una misión suicida en Honduras, se fue y murió igual que mi abuelo a los
33 años y casi en las mismas circunstancias, aún no encuentran su cadáver… también
dejó dos hijos huérfanos, uno de nueve meses y otro de dos años”.
La siguiente en morir fue Cecilia. Ella al igual que sus otros dos hermanos fue
enviada a los Estados Unidos, “ella se casó allá con un nica, era bien religiosa, puso
un negocio y todo tranquilo. De repente le diagnosticaron cáncer en el cerebro y de
eso murió”.
Cuando estaba en las últimas etapas del cáncer le confesó al papá de Luis que ella
siempre había odiado a su papá, le tenía mucho resentimiento pues para ella, él los
había abandonado por sus ideales.
56
“Para su otro hermano y mi papa eso era como un sacrilegio, porque ellos crecieron
con el mito. Mi tío David y mi papa cuando recuperaron los restos de mi abuelo que
eran solamente unos huesos, una quijada, unos botones quemados y su pistola los
pusieron en una urna y los tenían arriba del clóset que estaba en el cuarto de ellos”.
Crecieron con un mito que terminó convirtiéndose casi en una obsesión. Eran
tiempos diferentes; argumenta Luis, quizá al contexto fragmentario en el que ellos
se desarrollaron se debía tal obsesión, todo aderezado con la historia de heroísmo
del patriarca de esa familia la cual se iba contando a cada miembro, era como un
legado.
Después de su tía Cecilia murió su tío Luis Adolfo. Él era el mayor de los hermanos.
Cuando estuvo en los Estados Unidos le fue muy bien, estudió Psicología, hizo
investigaciones sobre el autismo y casualmente su esposa en ese tiempo se embarazó
y su hijo resultó autista. “Era súper exitoso y al final se suicidó”. Tras su muerte
encontraron unas cartas donde él decía que se mataba no porque estuviera
deprimido, sino que su único problema era financiero; había estado haciendo
cuentas minuciosamente y se había enterado que en un par de años no podría vivir
a como lo había estado haciendo hasta ahora, ni podría mantener a todas las
personas que mantenía, por lo que había decidido tomar un seguro de vida que
cubría suicidio si era ahorcado. Tras su muerte su familia podría cobrar ese seguro y
continuar viviendo bien, “yo no creo, obviamente habían otras razones no tan frías
de fondo… todo fue súper raro. Eso pasó en el 2006 y de las otras cosas raras que
pasaron en ese año fue que pocos meses después que mi tío se suicidó yo entré en
una crisis psicótica”.
57
VIII
Luis tenía 20 años cuando empezaron a surgir los primeros síntomas de esa crisis.
En su caso fueron voces, –el ritmo con el que ahora habla es acelerado, agita sus
manos, es irrefutable la euforia en su rostro; como si un torbellino de imágenes y
símbolos cruzaran su cabeza sin tratar de hacer conexión con sus acciones- todo
comenzó aproximadamente dos meses antes que su tío se suicidara. Siempre le había
costado conciliar el sueño, pero para ese tiempo él empezó a tener consciencia de
que ya se iba a quedar dormido cuando escuchaba la voz de su tío Luis Adolfo.
Al principio no le pareció nada fuera de lo normal, de hecho él no se enteró que no
estaba bien hasta que su novia y su papá se dieron cuenta de su comportamiento
extraño y hablaron con él.
El inicio de la crisis en sí, comenzó luego de un viaje a Costa Rica que hizo con su
novia. “Todo el viaje de regreso de Costa Rica yo iba dormido pero despierto al
mismo tiempo”.
Estando en su casa continuó igual, estaba dormido pero consciente de todo lo que
pasaba a su alrededor, “miraba que la puerta de mi clóset de repente se abría y salía
un ahorcado, en medio de la noche escuchaba que se quebraba la ventana de la sala
y entraba alguien que siempre se asomaba por la puerta. Siempre habían muertos
alrededor.”
Para ese tiempo Luis estudiaba pintura en la escuela de Bellas Artes “Rodrigo
Peñalba” y eso jugó un papel fundamental mientras se encontraba sumergido en ese
brote psicótico, empezaron a nacer muchas alegorías en su mente las cuáles ataba a
otras cosas que habían sucedido. “Creo que el detonante simbólico que estaba
comenzando a captar era sobre mi abuelo, mi familia, sobre toda la historia… es
como si la muerte de mi tío había reactivado todo eso”.
De pronto me parece que vuelve a ligar una cosa a la otra. Yo también me siento parte
de la historia y entramos en catarsis, como en un torbellino o una atmósfera que nos
remonta a diez años atrás, mientras afuera todo está fluctuando tan lentamente que
parece sospechoso. En este torbellino hay respuestas a todas las preguntas, pero
necesitan encontrarse y es lo que precisamos; conectar. Atar. Lograr salir.
En el transcurso de esa crisis él afirmaba que iba a crear una vanguardia artística. Yo
iba a salir a pie de aquí –Jinotepe- sin un peso a caminar hacia Granada, en la salida
me iba a encontrar con un maje que era como carpintero y él se iba a ir conmigo...”
En medio de todas esas confusiones continuaban disparándose símbolos. “Todo
tenía doble sentido, si me decían algo lo relacionaba con lo que estaba pensando y
luego alguien en la calle decía otra cosa que también yo lo veía…todo estaba
interconectado, siento que comenzó un proceso de construcción”.
58
Ernesto Cardenal fue para Luis un elemento clave en esos momentos, al igual que
Julio Cortázar sobre todo el libro de Historias de Cronopios y famas. Instrucciones
para darle cuerda al reloj representaba las imágenes de esa psicosis.
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una
mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente.
Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren
regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan
el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en
libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que
pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj,
gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte
si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
59
IX
La manera en que su papá y su novia –quiénes eran las personas más cercanas a él
en ese tiempo- se dieron cuenta de lo que le estaba pasando fue tan extraña como
obvia.
“Yo comencé a hablar cosas raras… siempre había sido raro, pero de pronto fue como
que esa característica mía aumentó. Mi novia fue la primera que lo notó”.
Al principito todo parecía muy positivo, Luis le atribuye esto a las manías iniciales
características del brote psicótico. No mucho tiempo después su novia fue consciente
de lo inverosímil que resultaba todo lo que hablaba Luis.
Casi diez años después, recuerda esta crisis con cierta hilaridad y esto se muestra
innegable por el tono con el que narra: “un día hice una cena y senté a mi papa y a
mi novia y les dije que había sido un placer conocerlos pero a partir de ahora me voy
de aquí, voy a ser otra persona… y bueno ¡boom! Quedé arriba”. Con el término
“quedar arriba” Luis se refiere a que ya era consciente de la crisis que atravesaba.
Aquí hacemos la tercera pausa. Luis se levanta y mira a través de la ventana más
cercana, se da cuenta que hay alguien afuera de la casa, así que va a atenderlo. No
resulta ser nada importante pues regresa pocos minutos después.
Se sienta nuevamente y continua con la misma euforia que hablaba antes de salir. Ya
no hay escapatoria. Él ha vuelto a revivir un sinnúmero de etapas de su vida en una
sola mañana. Continua hablando; “Esa fue la única vez que sentí que me rompieron
los sueños literalmente… sentía que se me caía el mundo, fue horrible”. Y a partir de
eso cayó en una depresión que le duró aproximadamente cinco meses, en los cuáles
paralelamente trataba de sobrellevar la crisis psicótica.
Su papá al ser consciente del estado de Luis lo llevó a un psiquiatra, le dieron
medicamentos y querían internarlo, “al final mi papa dijo que en Jinotepe vivíamos
alejaditos y que allí me iban a tener internado”.
Los días de Luis en aquella época se escabullían entre pastillas y falta de estímulos,
pues fue de las primeras recomendaciones que el psiquiatra dio. “No podía ver gente,
no podía salir, no podía escuchar música… me daba pánico pintar, dibujar, me daba
pánico cualquier actividad creativa, hasta tomar café me daba terror”.
60
X
Es de esas fechas que data su primer acercamiento con la literatura. Nunca antes
había escrito o al menos nada que se lo haya tomado en serio. Todo comenzó cuando
atravesaba por esa crisis, él en lugar de pintar escribía manifiestos artísticos de la
vanguardia que estaba seguro iba a crear.
Luego de casi cinco meses en los que poco a poco fue superando ese estado en el que
se encontraba, entró en un curso cinematográfico en el cual una vez les asignaron
escribir algo que luego pudiera ser desarrollado como un guión.
Luis escribió lo que hoy sirve como prólogo de cada sección de El patio de los
murciélagos; claro que para ese tiempo él ni siquiera sabía si era un cuento, un
poema o una simple idea, pero le gustó y en una ocasión se lo mostró a un amigo de
su papá (Anastasio Lovo, poeta nicaragüense) quien después de leerlo le dijo que era
un poema. “Y me gustó escribir, luego de varios meses sin querer hacer nada
comencé a escribir como loco”.
De su voz ahora se esfuma la violencia y euforia de cada palabra pronunciada, quizá
la cadencia con la que habla sea una analogía de sus recuerdos, y el comenzar a
escribir representó un renacer y por qué no una salvación. Habla pausado pero no
con el eco nostálgico, sino más bien como una proyección de alivio.
“Siempre andaba una libretita donde escribía, me compré unos libros y comencé a
leer y escribir aún más. Leí a Borges, Nietzsche y me cambió la vida”.
La narrativa también llegó después. Al principio solo escribía poemas y aunque
asegura que siempre había deseado escribir cuentos pensaba que no podía, “algunas
veces los poemas eran muy narrativos y cuando ya empecé a escribir cuentos tenían
un lenguaje muy poético… luego aprendí de técnicas y no mucho tiempo después
inicié a trabajar en una revista (Soma), primero de redactor y en seguida de editor”.
Su estancia en esa revista le ayudó a escribir cuentos pues su trabajo consistía la
mayor parte del tiempo en redacción de crónicas y al estar en tanto contacto con la
prosa pudo darle una vía más clara a su labor narrativa.
Un par de años después de estar trabajando en esa revista regresa a Jinotepe y
comienza a reunir todos los cuentos que hasta ese momento había escrito y fue así
como nació El patio de los murciélagos. El poema que le había mostrado al amigo
de su papá, es para él el núcleo del libro y además lo describe como una reunión de
palabras que evocaban las imágenes que estaban presentes en su crisis psicótica.
El ímpetu en su voz regresa, esta vez para explicar algunas líneas de ese poema, al
cual después dividió en tres partes y los colocó al inicio de cada una de las tres
secciones de su libro.
61
Por aquí pasó un soldado todo sucio y derrotado… “eso era un juego de
palabras que tenía con mi papa cuando estaba chiquito.”
Ni dios, ni torre, ni hogar- escuchó… “Esas eran voces”.
Cruces si llevaba/ pero también llevaba huesos, y en su mandíbula/ la
sangre que aún eclipsa/ los faros/ y los rostros serenos/ de la meseta…
“Carazo que es una meseta, cruces porque Cruz era el segundo apellido de mi abuela,
huesos y en su mandíbula la sangre porque a mi abuelo le cortaron la lengua.”
Mecánica-e inútil-mente busco refugio, pero ya sus dedos, rígidos de
veneno, revientan mis poros, y lamen como agudas lenguas de
murciélago, arrastrando, y no soy más que eso: su torpe marioneta: un
eco arrastrado por hilos al centro de mi patio… “Una vez salí al patio de mi
casa y sentí que realmente iba siguiendo a alguien”
¿Querés saber dónde te enterraron?-dijo sin levantarse del piso… “Porque
nunca encontraron el cadáver de mi abuelo”.
Luego de advertir en cada detalle de algunas de las líneas del poema que para él es
la sustancia base del libro, comienza otra fase, la de la estructura.
62
XI
“El patio de los murciélagos está estructurado de atrás para adelante, para mí es
como una explosión; aquí estamos más cerca de la historia actual, todo está claro y
allá más largo todo se va desvaneciendo”.
El primer cuento (La Manada) es muy tradicional en cuestión de la trama, están las
tres etapas: inicio, desarrollo y final muy claros. Pero mientras se va avanzando en
la lectura de esos relatos que Anastasio Lovo los catalogó como: “las hebras más
rojas de la historia nicaragüense, la saga familiar y la autobiografía personal” se nota
como sin miedo se van desarticulando. En el último cuento (4.4.54) no hay forma, es
más experimental.
Ahora, al igual que con algunos versos del poema que se encuentra en el libro,
comienza a explicar en este caso cual fue la base de los cuentos.
Capricho 43, “es la historia de Róger Pérez de la Rocha (pintor nicaragüense), él
estaba pasando por una crisis similar a la mía y un día que estaba pintando decapitó
a uno de los que salía en el cuadro y comenzó a gritar”.
A sangre y hermanos, “son historias que me contó mi papa, les cambié el final o
algo en la trama pero son básicamente la historia de dos combatientes populares de
Jinotepe”.
La Manada, “es un poco sobre El Chaparral, Fonseca...”
Relato sobre papel de arroz, “fue un día que estaba platicando con mi papa y me
contó que había escuchado en la radio que un campesino por haber fumado
marihuana había macheteado a su esposa”.
Julio 1:9, “fue cuando a un primo que vivía en los Estados lo mandaron a hacer un
reportaje sobre Alexis Arguello y como yo estuve con él ayudándolo a traducir,
recopilé mucha información y escribí este cuento”.
Luego de toda esa explicación recae a una especie de síntesis donde afirma que con
El patio de los murciélagos no estaba tratando de hacer un libro histórico, sino
simplemente hilvanar las historias de su familia con su perspectiva de ellas mismas.
“Este libro es un vómito de muchas cosas, un ajuste de cuentas conmigo mismo, un
libro súper personal que no espero que sea comprendido pero sí que más adelante
tenga otro nivel de lectura”.
Cómo logró publicar ese primer trabajo literario al cual describe como una catarsis,
es otra fase.
Cuando reunió todos los cuentos que había escrito hasta ese momento, se inscribió
en un concurso auspiciado por el Centro nicaragüense de escritores (CNE) pero no
63
ganó. Reeditó esa versión y comenzó a buscar editoriales donde pudiera ser
publicado. Mientras todo eso pasaba empezó a estudiar Filosofía en la UCA, nació su
hija, contrajo matrimonio y una semana después de la boda murió su papá.
64
XIII
Elementos que configuran su labor literaria
El patio de los murciélagos es la única obra publicada por Luis, sin embargo tiene
varios trabajos inéditos; entre ellos una novela que lleva por título El inmóvil
movimiento del cielo, dos libros de cuentos, ensayos y actualmente está trabajando
en una novela de ciencia ficción titulada Sunsetless. El trasfondo del por qué no ha
publicado esos trabajos se encuentra tanto en la percepción que tiene Luis de la
literatura y en cómo funciona ésta misma en nuestro país.
Quizá el elemento preponderante en su concepción literaria sea el contexto en el que
creció. Un hilo que circunda toda esta trama es el ciclo bélico, de revolución
aderezado además, con todas las historias que giraban en torno a su familia y que
fueron transmitidas a él desde temprana edad.
Para Luis escribir en base a sucesos históricos es muy fácil pues es un material que
ya está hecho y sólo hay que darle una estructura literaria. Este mismo elemento
predominante en la concepción de él, también se podría adjuntar como elemento
relevante en toda la generación del 2000. Esto lo reafirma él mismo al decir; “si te
fijás todos los de la generación del 2000 que hemos empezado a escribir narrativa
tenemos al menos un cuento sobre la guerra, la revolución… siempre nos queremos
meter en la historia de Nicaragua porque es un asunto literaria, política y
socialmente no resuelto. Hay cierto morbo, algo que te jala. En otros lados empiezan
a escribir del amor y aquí empezamos a escribir de la guerra”.
Su manera de hablar y de explicar este punto vuelve a ser precipitado. “Nicaragua es
una maldición de la que hay que escribir” puntualiza con total seguridad.
La tarde empieza a nacer en un resquicio de una de las ventanas de su cuarto. La
fluctuación del día en Jinotepe es suave e invita a culminar esta extraordinaria
narración. Luis parece compartir esta misma sensación pues relaja el compás de su
relato y afirma, casi como una confesión que la segunda novela que escribió (El
inmóvil movimiento del cielo) no cree publicarla porque siente que está escribiendo
hacia un mercado, haciendo un negocio de la literatura y está totalmente convencido
que cuando se hace de ésta una carrera o un negocio pierde inmediatamente su
esencia, para convertirse en cualquier profesión del capital.
“Tal vez suene muy romántico, pero la literatura es algo tan frágil que cuando la
querés poner al servicio de los demás pierde su naturaleza”.
65
II PARTE
En una sola noche infinita
están atrapados todos los Nocturnos que
se han escrito hasta hoy, gimiendo.
-Carlos Fonseca Grigsby
Víctor Ruiz, Managua 1982.
Poeta y crítico literario nicaragüense. Estudió Lengua y
Literatura hispánicas en la Universidad Autónoma de
Nicaragua (UNAN). Autor del poemario La vigilia
perpetua (2005), parte de su obra aparece en antologías
como Cruce de poesía, Salvador-Nicaragua, poetas
nicaragüenses del Tercer milenio y Poetas, pequeños
dioses.
66
I
El café al fondo del vaso descartable tintinea al ritmo de las conversaciones ajenas a
mi mesa, donde en unos pocos minutos Víctor estará sentado. Mi primer contacto
con él, fue cuando aún no se tenían visos de este trabajo y el único deseo era llegar a
la poesía a través del camino que él siguió para escribir.
En ese primer acercamiento descubrí que los malos poemas le producían una
reacción física negativa y que odiaba los recitales de poesía, además del énfasis que
hacía al decir que la influencia no significaba lampacear el vocabulario decorativo
particular, de los poetas a los que se admiraba.
Mientras el vaso descartable va quedando cada vez más vacío y la música de fondo
se percibe lejana por el bullicio de los estudiantes y sus tertulias; Víctor llega a la
hora estipulada y se sienta frente a mí. Lleva consigo dos libros los cuales coloca en
la mesa, no sin antes saludar y preguntar qué estoy leyendo.
--Conversaciones con los escritores—le respondo, tras añadir que ya lo había leído
pero sentía una particular necesidad en hacerlo otra vez.
Víctor toma el libro y lo comienza a hojear.
--Ya lo había leído—me comenta—hace años cuando visitaba con más frecuencia la
UCA, iba mucho a la biblioteca a leer, tienen muy buenos libros—termina de decir.
Otro breve intercambio de comentarios acerca del libro y la biblioteca de la UCA y
comenzamos con la entrevista.
Con las primeras palabras de Víctor, el cielo que se vislumbraba opaco ahora revienta
en estrepitosa lluvia. La comunicación se hace cada vez más difícil, así que decidimos
trasladarnos al Centro de Investigación, donde no se escucha tanto ruido y el diálogo
se presenta más fluido.
Tiene 34 años, comenzó estudiando Ingeniería electrónica hasta que descubrió que
en la UNAN impartían la carrera de Literatura. No hay un orden cronológico en su
relato, al igual que con su primera obra en la que de acuerdo con él mismo, trataba
de evadir su infancia, quizá ahora también trate de evadir hechos específicos y más
bien convertirlo en un poema hablado bajo la lluvia tempestuosa de Managua.
67
II
“Me podría considerar prácticamente hijo de la revolución”, cuenta. Esto debido a
que nació en 1982, en Managua. El ambiente de guerra y revolución que envolvió a
toda esa década fue algo que marcó buena parte de la infancia y el inicio de la
adolescencia de todos y todas las que nacieron en esa época.
Aunque se podría pensar que la vivencia personal de ese contexto puede reflejarse
en la obra de los autores y autoras de la generación del 2000, no es el caso de Víctor.
Él más bien con la primera parte de su obra, trata de evadir esa infancia violentada
por la situación política y social que atravesaba Nicaragua en esos años.
“Ninguno de los poemas que forman la primera parte de mi obra poética aborda
temas directamente relacionados con mi pasado”. Cuando habla de su primera obra
poética se refiere a La vigilia perpetua, poemario publicado en el 2008, tras haber
ganado tres años antes el Concurso Nacional Interuniversitario de Poesía “Carlos
Martínez Rivas”.
Mientras Víctor continua hablando acerca de esa evasión, afuera la lluvia ha cesado
y el único sonido que nos circunda es el del aire acondicionado mezclado con la
singular forma de hablar de Víctor, dato que noté desde la primera vez que estuve en
uno de las sesiones del taller de poesía que impartía. No importa el tema central de
lo que él cuente, es como si respirara poesía y sus palabras fuesen versos cotidianos
expresados con fluidez y seguridad.
68
III
Víctor no se detiene a intimar en hechos de su vida. Sin embargo de un momento a
otro se logra descifrar la metáfora con la que traspone un evento específico para él.
“Crecí a como todos los hijos de la revolución en una familia totalmente disfuncional,
con padres ausentes justamente por los trabajos que ellos realizaban en la
revolución”. Su papá era militar y su mamá era miembro de las organizaciones de
milicias de barrio.
Debido a ese abandono por parte de las personas mayores Víctor estuvo expuesto a
un desarrollo demasiado liberal para un niño. No tuvo una educación estricta pero
sí una educación impetuosa.
Los maestros con autorización de los padres utilizaban métodos violentos para
enseñar, los cuáles iban desde sacar a los alumnos al sol y en el patio hacerlos
arrodillarse donde había arena, hasta golpearlos con una regla si andaban las uñas
sucias.
“Cuando yo estaba en primaria el castigo favorito de uno de mis profesores era
ponerme pegado a la pared con las rodillas flexionadas y dos libros en las manos.”
Este castigo era conocido como la silla eléctrica.
A pesar de ese ambiente ardoroso en el que Víctor creció, desde muy pequeño mostró
su inclinación hacia el arte, aunque no precisamente hacia la literatura. Le gustaba
dibujar y le atraía la fotografía, sin embargo por pertenecer a una familia donde casi
todos podían dibujar lo que él hacía no era considerado un arte, sino un talento más.
No obstante estuvo en clases de dibujo y lo que le gustaba de la fotografía, más que
el grabar un instante era el papel de espectador. Lo que ahora él llama “una
experiencia estética”.
69
IV
Mucho tiempo después; en la post revolución se dio su despertar literario. Víctor
además atribuye a la plena consciencia que él poseía acerca de lo que sucedía a su
alrededor, el que su obra no aborde temas relacionados con su entorno.
A los 16 años comenzó a escribir; a pesar que a su alrededor no habían muchos libros
debido al contexto conflictivo en el que se encontraba, él era un gran lector. “Los
únicos libros que podía conseguir eran libros políticos. Recuerdo de pequeño estar
leyendo El manifiesto comunista de Karl Marx, los textos de Lenin”. Obras que no
entendía pero solventaban su obsesión por la lectura.
Aunque no recuerda el primer libro que leyó, sí recuerda el primero que le
conmocionó. “El Principito generó una experiencia estética en mí, lo leí a los 12 años
y a partir de ahí me desboqué a la lectura”.
Cercana a esa época, una de sus hermanas trabajaba en una biblioteca popular por
lo cual Víctor tuvo la oportunidad de devorar la mayoría de libros infantiles y
juveniles que allí se encontraban.
“Con la lectura de todos estos libros se fue creando en mí una necesidad de recordar
no solo palabras de otros, sino de crear también mis propias palabras.”
Y así fue cómo comenzó a escribir sus primeros poemas.
Antes que continúe hablando sobre sus inicios en el ámbito poético lo interrumpo y
le pregunto:
--¿Nunca escribiste narrativa?
Titubea un poco, quizá recordando o aclarando esos mismos recuerdos.
--Sí escribí en algunos momentos cuentos para mí mismo y para alguien más, pero
no creo que puedan llamárseles completamente cuentos porque estaban motivados
por una intuición poética.
Los cuentos que escribió alguna vez no dejaban de estar pensados como poemas.
70
V
Al principio eran poemas ingenuos, que no abordaban de ninguna manera la
inconformidad política, ni social, ni mucho menos la infancia. El tema central era el
amor. “Creí haberme enamorado y comencé a escribir mis primeros poemas”. Ya
para ese tiempo Víctor se consideraba a sí mismo un poeta.
Pasó aproximadamente desde los 16 hasta los 20 años escribiendo poemas con esa
temática, para él estos eran poemas de catarsis, de ejercicio, de pura subjetividad;
hasta que a los 20 empezó a tener una concepción más específica del lenguaje
poético.
“Ya sabía que la poesía no se describía solamente a partir de emociones ni
sentimientos, sí son importantes pero sabía que había algo más y esto era el lenguaje
poético. Esto transformaba las emociones en poesía”.
Y asegura que eso lo descubrió de la mano de los poetas que leía en ese tiempo y fue
justamente con la lectura de las obras de Octavio Paz con lo que tuvo su primer
acercamiento formal a la poesía.
Anterior a Octavio Paz leía mucha poesía política de la cual luego se deshizo y ahora
se lamenta. “Tenía muchos libros de Roque Dalton y en mi afán de desprenderme de
esa influencia, me deshice hasta de él y actualmente no he podido recuperar todas
sus obras”.
Mientras continuamos haciendo ese recorrido por lo que fue parte de su formación
poética, recuerdo una vez, cuando recién había conocido a Víctor que él me había
comentado acerca de su admiración hacia Ernesto Mejía Sánchez, ¿sentía Víctor un
especial parentesco con él?
“Él me atrajo un tiempo poderosamente porque miraba que poseía una consciencia
lúcida del acto poético, casi un acto de magia, un ritual. El oficio de la palabra. Para
Mejía Sánchez la poesía era un conjuro, no es que él era un brujo, aunque así lo
conocían; lo que pasaba es que tenía tanta fe en el poder de la palabra que sus poemas
estaban construidos como un acto de predestinación”.
Todo eso él lo decía como si en ese instante versos de Mejía Sánchez cruzaran su
cabeza hasta desbordarse en esa cascada de ideas mezcladas entre poesía y magia.
Alega además que en La vigilia perpetua hay mucha influencia de Mejía Sánchez,
sobre todo en los poemas donde él reflexiona sobre el acto poético mismo. Ahora las
cosas son diferentes. “Mi visión poética ha evolucionado hacia otras cuestiones no
necesariamente poéticas, sino vivenciales; con esto me refiero a la poesía de la
experiencia”.
71
VI
“Mi primera obra (La vigilia perpetua) es una manera de eludir la infancia, los temas
familiares, en cambio los poemas que he escrito después de eso son como un retorno
a la inocencia, una reflexión del tiempo”. Esta es la manera con la que Víctor conecta
su nueva visión poética con la visión formal con la que estructuró su obra inicial.
En otras palabras, sus primeros poemas eran una manera de evitar el pasado y sus
poemas actuales son un regreso a éste mismo, mediante la poesía de la experiencia.
Pero esa nueva visión no es algo que se refleje únicamente en los últimos poemas que
ha escrito. De manera indirecta esa visión ya trataba de explayarse desde su primera
obra.
La vigilia perpetua está estructurada en cuatro secciones. La primera lleva por título
“Bocetos sobre tu cuerpo” y está conformada por siete poemas eróticos, los cuáles de
acuerdo a Víctor están motivados en la experiencia de conocer un cuerpo.
La poesía de la experiencia, él la explica mediante uno de sus recuerdos, “la primera
vez que leí un libro como 20 poemas de amor y una canción desesperada me gustó
su contenido, pero desde el punto de vista de la experiencia era indescifrable para mí
porque no conocía el cuerpo, ni el amor, ni el erotismo; la segunda vez que lo leí tenía
como 18 y obviamente fue como una epifanía, fue como si se me había revelado el
misterio de los 20 poemas de amor de Neruda”.
A partir de la comprensión de esa obra e igualmente influenciado por Octavio Paz,
Víctor empezó a escribir poemas eróticos, al mismo tiempo argumenta que escribir
poemas con esta temática es una manera de pensar la forma, el lenguaje, el modo de
ver el cuerpo como una página en blanco y luego convertirla en palabras.
En el prólogo de La vigilia perpetua, escrito por Roberto Aguilar Leal (director del
departamento de Español UNAN-Managua), se asegura que Víctor está en la
búsqueda permanente de la precisión léxica lo cual lo hace ver como alguien
demasiado formal al momento de escribir; en contraste a esto, los poetas actuales se
declinan más por el verso libre, ¿se debe esto a que tales poetas rechazan la disciplina
o quizá Víctor se base demasiado en la estructura de un poema?
Víctor opina que no existe otra manera de llamar a la poesía que a través de las
palabras mismas de la poesía, y para apoyar esta aseveración cita a Octavio Paz quien
dijo “un poema no se puede parafrasear”, y tras una breve pausa añade “yo creo que
la precisión léxica tiene que ser de dominio de todo poeta, no sólo de aquellos que
escriben sonetos”.
En el caso de La vigilia perpetua hay muchos poemas en los que se utiliza el verso
libre, desde los poemas eróticos y los relacionados con el tema de la ciudad; sin
72
embargo para Víctor escribir sonetos es un reto y quizá a eso se deba que en La vigilia
perpetua se encuentren muchos de éstos.
73
VII
La mañana sigue avanzando aunque en el espacio que Víctor y yo nos encontramos
todo transcurra de manera artificial; largas lámparas blancas, el aire acondicionado
que por momentos parece enfriar más, los libros en los estantes, la soledad de las
mesas y la puerta que de repente se abre, para permitir la entrada de alguna persona
que llega a traer algo y luego vuelve a salir.
La lluvia se escucha lejana, no sé si ha detenido o ha vuelto a empezar. Se anuncia
con murmullos suaves que se confunden con el sonido del aire acondicionado. Víctor
parece más confiado que al principio; muestra quizá, el mismo semblante de
seguridad que presenta en los talleres de poesía, ante un montón de jóvenes deseosos
por adquirir el título de poetas.
La entrevista ha adquirido un tono de diálogo; mi cuestionamiento ahora es acerca
de su participación en la generación del 2000. “Yo no pertenecí a ninguna de las
tribus que se formaron en el 2000...” relata; con el término tribus se refiere a los
grupos literarios que se formaron en esa década, ejemplo de éstas tribus son Tribal
literario, fundada por Irving Cordero o Literatosis, fundado por Francisco Ruiz
Udiel.
“Yo pertenezco a un grupo de poetas del 2000 que eran prácticamente
independientes, en este caso también están Alejandra Sequeira, Ezequiel d´Leon
Masis, Enrique Delgadillo…”
Para Víctor es muy prematuro tratar de definir quiénes son los autores y autoras que
conforman verdaderamente a la generación del 2000, porque no se sabe si los que
participaron en las charlas que se realizaron entre el 2012 y el 2013 van a seguir
escribiendo, aunque muchos actualmente lo hacen, no se puede definir con una sola
obra a toda una generación.
Respecto al tema de la fragmentación de ese grupo de autores y autoras; aunque
Víctor no estuvo directamente inmiscuido en ésta misma, es indudablemente un
miembro de esta generación ya que sobrevivió a la desaparición de lo que él llama
“tribus literarias”. Víctor opina que esa fragmentación se debe tal vez, a la madurez
que se va alcanzando en el transcurso de la vida. “Cada quien encuentra ocupaciones
e inclinaciones distintas y eso hace que nos dispersemos, creo que lo que pasa con
los grupos literarios es que después de un tiempo cada uno va a apreciando más la
soledad y provoca que nos separemos”.
Por otro lado Víctor cree que el término de “generación de desasosiego”, impuesto
por Gioconda Belli, o el de “generación de noluntad” por parte de Helena Ramos, se
debe a que en sus escritos manifestaban cierta apatía al contexto en el que se
desarrollaban; pero al mismo tiempo aclara que en la apatía también hay una
74
postura política. “Más que una generación de desasosiego o noluntad somos una
generación de desencanto, eso es lo que expresamos en nuestras obras”.
75
VIII
Llegamos ahora al tema de su proceso creativo. ¿Cuál es la génesis de los poemas de
Víctor? Para el tiempo en el que escribió La vigilia perpetua, solía pensar un verso
con una unidad rítmica que de alguna manera le atraía y a partir de eso comenzaba
a estructurar el poema.
Ahora, al igual que su visión poética el método también ha cambiado. “Me aferro a
un tema y a ese tema trato de revestirlo de una unidad rítmica. Básicamente primero
es la intuición y luego el proceso creativo”.
Tampoco se debe dejar a un lado el que Víctor además de poeta, también imparte
talleres de poesía; para él estos talleres representan un aporte de él como lector y
escritor hacia su generación y claro, generaciones futuras de poetas.
La cuestión es si existe algún tipo de conexión entre los talleres y el ejercicio de
docencia que él desempeña. Víctor dice con total seguridad que son dos cosas
completamente desligadas; “yo no soy docente porque soy escritor, soy docente
porque fue lo que escogí para ganarme la vida”. Además afirma que él como docente
no es lo mismo que como escritor, ni como poeta, ni como persona que coordina el
taller.
Argumenta esa afirmación al decir “a mis alumnos de Literatura no trato de volverlos
escritores, más bien trato de enseñarles a ver la literatura como una experiencia de
vida, mientras que en el taller si los miro como escritores y lo que trato de enseñarles
es el camino que yo seguí para escribir; una ruta de autores que de alguna manera
los puede ayudar a construir una obra poética”.
76
IX
El poema que menos le gusta a Víctor es –irónicamente- el que más le gusta a las
personas, se trata de Poema para hacer llevadera la soledad, se encuentra en la
tercera sección de La vigilia perpetua, la cual lleva por título “Del oficio insomne”.
Este poema es dedicado a Alejandra Sequeira, poetiza perteneciente también a la
generación del 2000 y amiga de Víctor.
“En este poema yo trataba de satirizar un poco el tema de la soledad, a como lo hizo
Ernesto Mejía Sánchez con un poema que se llama El solitario, en ese poema Mejía
Sánchez decía que los solitarios nunca están solos porque su soledad los acompaña”.
Víctor en su poema es como si diese una lista de consejos para hacer más fácil ese
sentimiento de soledad, los últimos tres versos dicen así:
(…)
Observá tu rostro ciegamente en el espejo
así tu soledad
se sentirá doblemente acompañada
Según Víctor con ese poema se trata de burlar de poetas como Francisco Ruiz Udiel
o Alejandra Sequeira; “pero trato de hacerlo de manera creativa, en el sentido de que
el solitario nunca está solo porque siempre está consigo mismo, basta con que se
mire al espejo o reflexione sobre los diferentes muertos que lo acompañan, para
darse cuenta que la soledad no existe”.
No le gusta porque la gente no supo comprender la voz verdadera de ese poema,
“todos pensaron que era un poema de la soledad y no es así, pero creo que fue mi
culpa porque tal vez no lo escribí bien y por eso no fue tomado con el tono de ironía
con el que lo creé”.
Por otro lado, del poema que se siente orgulloso es de Ardides del azar; un soneto
fallido porque no todos los versos tienen once sílabas, “yo me di cuenta hasta
después, allí falló el elemento matemático. Al final lo dejé así porque había nacido
de lo más recóndito de la experiencia”.
Este poema también se encuentra en La vigilia perpetua, exactamente en la cuarta
sección: “Escrituras del insomnio”.
La historia de trasfondo de este poema se traslada a una noche de tragos con una
amiga de Víctor en la casa de otro amigo poeta. “Recuerdo que nos emborrachamos
y nos gastamos todo el dinero, hasta lo del taxi, así que caminamos a medianoche
desde Bello Horizonte hasta la rotonda de Santo Domingo, esa noche descubrimos
que nos atraíamos eróticamente mi amiga y yo y de esa experiencia nació el poema”.
77
X
Elementos que configuran su labor literaria
Víctor es el tercero de seis hermanos donde dos son hombres y las cuatro restantes
son mujeres. Aunque al principio le gustaban mucho las matemáticas siempre estuvo
claro de su destino de poeta.
Se dedica a la enseñanza de literatura, entre risas pero con total seguridad me
confirma su labor a través de un verso de Rubén Darío: “me dedico a la camisa férrea
de las mil puntas cruentas…”
Me atrevería a decir que los elementos que ilustran su concepción literaria, es por
una parte la evasión de ciertas etapas de su vida; en la poesía encontró refugio y al
mismo tiempo se encontró a él mismo, el espejo donde reflejar la soledad que trata
de ironizar. Ni siquiera yo podría imaginarme a otro Víctor que no fuese poeta.
Por otro lado –indudablemente- es la experiencia; situaciones pasadas que
edificaron sonetos o versos libres.
Ahora es casi mediodía, lo que empezó como entrevista y terminó como un ameno
diálogo parece haber finalizado. Tomo mis cosas y él las suyas, salimos del Centro de
Investigaciones. Está lloviendo nuevamente y los pasillos comienzan a llenarse de
estudiantes.
Nos despedimos y mientras camino hacia un lugar donde pueda resguardarme de la
abundante lluvia, recuerdo la primera vez que asistí a uno de sus talleres. “Espero no
te haya espantado” me dijo después de esa primera sesión. No me espantó pero era
normal si lo hacía, Víctor fusilaba nuestros poemas, pero nos estimulaba a mejorar,
“a veces suelo ser muy duro, otras veces reconozco lo bueno de un poema” me dijo
en otra ocasión. Y efectivamente eso hacía, además de tratar de dar a cada joven la
ruta que debía seguir de acuerdo a su estilo literario.
Han pasado ocho años desde que publicó La vigilia perpetua, pero a como dijo
Javier González Blandino (escritor nicaragüense) referente a esta misma obra, “la
búsqueda poética no concluye”. Víctor continúa cazando poemas en el halo de alguna
nocturnidad urbana.
78
III PARTE
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
-Blas de Otero
Francisco Ruiz Udiel
Poeta, editor, crítico literario y promotor
cultural nicaragüense. Nació en1977 en Estelí.
Autor de los poemarios Alguien me ve llorar
en un sueño (2005) y Memorias del agua
(Obra póstuma, 2011). Parte de su obra
poética se encuentra en diversas antologías
nacionales e internacionales. Murió el 31 de
diciembre del 2010.
79
I
Siempre le costaba terminar de despertarse, sin embargo se levantaba temprano,
tomaba mucho café y fumaba mientras leía con música de fondo. Solía bañarse tarde.
Le gustaba bailar, leer, caminar de noche y odiaba subir volcanes. Así era Francisco.
Para encontrar su voz necesitaba amortiguar voces extranjeras a mí y que fueron
cercanas a él. Desde amigos y conocidos hasta lectores de su obra; no hay nada que
desaprovechar en esta búsqueda. Me toca convertirme en ese alguien que lo vio llorar
en un sueño.
Trato de tener un acercamiento inicial con él, leyendo los poemas que conforman su
primera obra poética. Andrés, el protagonista de muchos de esos poemas sucumbe
en versos andariegos donde Francisco de manera lenta pero firme, me conduce por
un camino cercado por la tristeza muda y la belleza de la poesía.
Alegre, organizado e inteligente es la trilogía verbal con la que describen a Francisco;
pero hay algo más… esa angustia secreta de la cual raras veces hablaba, pero
manifestaba en sus poemas que como la soledad de los gatos nada pierden ni ganan.
Cuando el 2010 moría también moría un poeta. El 31 de diciembre de ese año
Francisco fue encontrado sin vida en la casa que rentaba con otras personas. Seis
años después de su muerte se sigue considerando como uno de los mejores poetas
de la Generación del 2000. Tras su fallecimiento se publicó su segundo poemario:
Memorias del agua, en donde materializó la metamorfosis de su visón poética.
El epígrafe del primer poemario publicado por Francisco, es el fragmento de un
poema de Alejandra Pizarnik, poetisa argentina. Leo esos versos continuamente,
amarran un trasfondo...
Alguien me vio llorar en el sueño (…) Me adueñé de mi persona, la arranqué del hermoso delirio, la anonadé a fin de serenar el terror que alguien tenía a que me muriera en su casa.
80
II
Hay temas importantes en la vida de Francisco de los cuales no se gusta hablar. Un
ejemplo claro de esto es su infancia en Estelí, donde al quedar huérfano de padre y
madre a los tres años es trasladado a las Aldeas S.O.S. (Organización no
gubernamental encargada de la atención de niños y niñas que han perdido o están
cercanos a perder el cuidado parental) donde salió después de un tiempo y pasó a
vivir con una madre de acogida.
La infancia de Francisco se caracterizó por sufrir de mucha violencia, tanto por parte
de la familia con la que convivía, como por el contexto social en el que creció.
Víctor Ruiz, poeta y amigo de Francisco comenta que en ese tiempo cualquiera sufría
de violencia, tanto institucional como educativa. “En la escuela te torturaban, se
tenía esa filosofía de que la letra con sangre entra, en el sentido de que los padres
autorizaban a los maestros para que violentaran a sus hijos”. El mismo Víctor al igual
que Alejandra Sequeira (poetisa nicaragüense) sufrió de ese tipo de violencia.
La ausencia se encarnó a su vida desde muy pequeño. Y la nostalgia… esa palabra
que se vuelve palpable en cada verso de los poemas que conforman Alguien me ve
llorar en un sueño. Ese sueño vislumbrado casi surreal para un mundo ajeno a ese
mundo poético de Francisco, pero que no pudo haber sido más real para alguien que
conoció la orfandad de distintas formas, sin embargo fue, quizá, el primer empuje
para una gran carrera literaria que se le auguraba desde temprana edad.
81
III
Tez blanca, ojos vivaces escondidos tras un par de cristales con marco color café,
sonrisa tímida pero sincera, como de un infante travieso. Así luce Francisco en la
mayoría de fotos. Inspira cercanía y calidez.
No hay mucho que decir, su verdad se esfuma al igual que las estrellas tras las nubes
desplegadas en un cielo desnudo. Esa verdad que se discurre roída por el tiempo y
me hace escribir estas páginas con la misma entereza que -me gusta imaginar-
Francisco hubiese aprobado.
Es casi mediodía, la tarea de elaborar esta crónica va acompañada de esa amante
inoportuna que se llama soledad. Pienso un momento y regreso a más de 30 años
atrás, me ubico en el norte de Nicaragua: Estelí. Calles que alguna vez fueron
recorridas por los zapatos de Francisco (o Andrés) y que –sospechosamente-
llegaron a lugares inciertos.
Tuvo varios hermanos sin embargo la poesía fue para él su más cercana familia, la
cual fue conociendo a través de Claribel Alegría, poetisa que lo guió por ese arduo
oficio desde muy joven.
Tras bachillerarse en el colegio San Francisco en Estelí, abandona su ciudad natal
debido a los continuos problemas que tenía con su madre de acogida. Para ese
tiempo también comienza a adentrarse por ese universo poético que alimentó hasta
el día de su muerte.
82
IV
Con 16 años llega a Managua y comienza a estudiar Administración de empresas en
el ahora extinto INCEG, recinto donde solamente impartían los tres primeros años
de la carrera, por tal razón se traslada a la UCA donde estudia el último año.
Es allí donde conoce a Francisco Ernesto Martínez, quien aunque no fue
precisamente de sus mejores amigos, si tuvo cierta cercanía con él.
Aproximadamente dos semanas antes que se cumpliera el primer aniversario de la
muerte de Ruiz Udiel; Francisco Martínez escribió un pequeño homenaje en honor
a la memoria del fallecido poeta.
Entre uno de los recuerdos que Francisco Martínez conserva de Francisco Ruiz Udiel
y plasmó en ese escrito, está el de verlo bailando Palo de mayo al compás de unos
chicheros que habían contratado para amenizar ese último día de clases, en 1999.
Trato de recrear esa escena en mi cabeza y me parece como si yo también estuve allí
gritando con euforia animándolo a seguir bailando.
Ciertas cosas me parecen que no encajan, pero no solo a mí, esa personalidad tan
vivaz no parece responder al porqué de una muerte tan temprana; y es que tal vez en
esa afable sonrisa infantil que siempre mostraba se escondía un niño muerto
acurrucado en el terror formado en épocas pasadas.
Aunque fue de los primeros en conseguir trabajo, renunció después de un tiempo
para dedicarse a algo que aunque le proveía menos retribuciones monetarias, sí le
apasionaba. Y así fue cuando comenzó a colaborar con Sergio Ramírez (escritor
nicaragüense) en Carátula, una revista cultural centroamericana.
No obstante, desde que ingresó a la UCA comenzó a gestionar y promover reuniones
literarias con otros jóvenes de intereses afines. De esas mismas reuniones y el deseo
de hacerse escuchar, de dar a conocer el talento joven, nace la idea de crear una
revista literaria de difusión periodística que reuniera muestra de la obra poética de
jóvenes de la universidad .De esa idea nace Literatosis, un proyecto que fue pensado
inicialmente por la poetisa Chrisnel Sánchez Argüello y al que más adelante se unió
Francisco Ruiz Udiel.
83
V
En marzo de 1999 salió el primer número de Literatosis, revista que perduró hasta
el año 2003, año en el cual las instituciones que habían apoyado tal proyecto
retiraron su ayuda por el escándalo que causó el último número publicado.
Sin embargo no se puede obviar la gran ayuda que representó esta revista para los
poetas y escritores emergentes de esa época. Literatosis fue para ellos una especie
de cuna literaria, y de esa misma cuna salieron nombres que actualmente son
referentes claves de la generación del 2000.
Tras graduarse de la carrera de Administración de empresas, conseguir un empleo
vinculado a esos cuatros años de estudios universitarios, dejarlo y comenzar a
trabajar en algo que sí le apasionaba, sigue coordinando otros proyectos siempre
relacionados a la gestión cultural.
En el año 2004 funda en compañía de Ulises Juárez Polanco (escritor nicaragüense)
Leteo Ediciones, una iniciativa editorial sin fines de lucro cuyo objetivo era dar a
conocer la literatura independiente.
Al siguiente año resulta ganador del I Premio Internacional Ernesto Cardenal de
Poesía Joven, con su poemario Alguien me ve llorar en un sueño. El premio consistía
en $5,000.00 y la publicación del poemario ganador. Y en ese mismo año también
publica en conjunto con Ulises Juárez Polanco, la antología Retrato de poeta con
joven errante; una compilación de obras poéticas de la mayoría de integrantes de
su generación literaria.
Aunque podría parecer una avalancha de éxito; me traslado a cierto tiempo atrás, un
día mientras recorría la biblioteca de la UCA, exactamente en la sección de literatura
nicaragüense, tomé un libro porque me llamó la atención su título y lo primero que
leí era un encarnación de sufrimiento, algo que yo misma podía sentir, alguien que
me abrió los ojos por primera vez…
“La primera vez que Andrés abrió sus ojos
el olvido empuñaba seis líneas en la mano
las enrollaba
y se las daba en la boca
como si fuesen pequeñas bolitas de carne.”
Es el primer poema de esa obra ganadora en el 2005, lleva por título Alguien abre
los ojos por primera vez, y ese alguien se mantiene a lo largo del poemario, pidiendo
auxilio, derramando letras que evocan a la nostalgia, transformando esa dulce
sonrisa del autor de tales poemas, en las sombras que poco a poco lo desgarraban
84
VI
Los aportes de Francisco a la literatura nicaragüense no se pueden simplificar solo a
los trabajos literarios que publicó o editó. De acuerdo con Víctor Ruiz en torno a
Francisco existía toda una energía poética, a partir de la cercanía que él tenía con
algunos escritores surgieron nuevas voces como Carlos M- Castro, Mario Martz o
Enrique Delgadillo.
Así mismo, motivó a otros poetas que eran menores en edad y carecían de apoyo. Los
instó a creer en su trabajo y les ofreció una plataforma de debut, como fue
Literatosis. Y no solo sirvió de soporte para otros jóvenes; José Adán Silva,
periodista y editor de La Prensa cuenta que conoció a Francisco en un foro de lectura
en la UCA en el que ambos formaban parte, “me invitó a participar en un concurso
de cuentos en 1999, en el Festival Interuniversitario de ese año”.
Y así al igual que José Adán o Víctor, son muchas las personas que lo recuerdan como
alguien que siempre trató de impulsar el talento joven nicaragüense.
Se caracterizaba por ser alguien leal, que trataba de ser siempre directo para evitar
ambigüedades. De las cosas que más recuerda Víctor de Francisco era lo organizado
que podía llegar a ser, “llegamos a tener algunas desavenencias por libros, una vez
yo me pasé la fecha que tenía que entregarle un libro y él se molestó y cuando quise
que me prestara otro libro me dijo que ya no estaba prestándolos, para mantener la
amistad”.
Por otro lado, José Adán comenta que a Francisco lo que más le gustaba era leer y
escribir, esta misma afirmación es apoyada por Joel Altamirano, un muchacho que
llegó a tener contacto con este poeta: “Francisco siempre decía que un día sin escribir
era un día desperdiciado”. Para Pablo Hernández uno de sus mejores amigos,
Francisco era un cómplice de sueños “proponía hacer toda locura que se nos ocurría
con tal de hacer catarsis y envolvernos en un proceso creativo.”
Pablo conoció a Francisco cuando éste creó Literatosis, se volvieron muy cercanos e
incluso Francisco llegó a vivir un tiempo con Pablo y su familia. De esa gran amistad
nacieron grandes anécdotas, “fuimos a graffitear paredes con versos, salíamos sin un
peso porque no teníamos y terminábamos comiendo y bebiendo donde la Blanquita
Castellón, nos ayudábamos con las chavalas, leíamos poesía en los buses, le
poníamos triqui tracas en los pies a la gente los 24 de diciembre para asustarla...”
Soy capaz de imaginar esos momentos y reír a causa de ellos. Como vislumbrar un
holograma de felicidad muchos años después…Pero retorno a las dudas, al asombro,
al roce de la tristeza.
85
¿Qué más puede herirme? Se preguntaba Francisco así mismo en Poema para
quedar inmune; quizá la respuesta se encontraba al tratar de descifrar los dos
últimos versos de la segunda estrofa de ese mismo poema:
“…incluso la libertad aterra
en el último instante”
86
VII
Entre los libros que co-editó con Ulises Juárez Polanco se encuentran: Poetas,
pequeños dioses, Ars poética de Claribel Alegría, Perdón y olvido; la cual era una
antología de cuentos de Sergio Ramírez, también Líricos instantes de Missael Duarte
y La vigilia perpetua, poemario de Víctor Ruiz.
Además fue invitado a un sinnúmero de festivales de poesía nacionales e
internacionales. Cerca del 2007 empezó a asistir como oyente a una clase de Taller
de medios impresos II en la UCA, la cual impartía el profesor Guillermo Cortés, éste
mismo profesor lo describió como “el estudiante soñado por los maestros”.
En el tercer taller de medios impresos aunque se inscribió tuvo que abandonar la
clase por dificultades personales, “Me dio un gran pesar tu retiro. Ni modo. Estabas
en tu combate estratégico con los fantasmas que te agobiaban, a los que lograste
contener y burlar por un buen tiempo…” escribió Guillermo Cortés, tres días después
del fallecimiento de Francisco, por quien él llegó a sentir mucho aprecio.
La última vez que Pablo miró a Francisco fue en su casa, para la celebración de año
nuevo 2009-2010.
El 31 de diciembre de 2010 en la vida de Francisco, solo puedo pensarla con algunos
de sus versos:
Hay noches dolorosas como éstas en que uno es la propia tristeza,
tristezas en que uno es la propia noche,
tristezas y noches en que nada es propio,
ni siquiera uno,
pero uno, torpemente, no lo sabe.
87
VIII
En cuanto se supo de la muerte de Francisco el Centro nicaragüense de Escritores
difundió un comunicado que decía así:
“Todos los escritores lamentamos su partida, que enluta la juventud de nuestra
cultura. ¿Te vas para no volver? No lo creemos, pero todos vamos a llorar su
sueño”.
El 3 de febrero de 2011 fue presentado su segundo libro de poemas que lleva por
título Memorias del agua. En estos poemas es irrefutable la transformación de la
visión poética de Francisco. Víctor afirma que todo lo que en Alguien me ve llorar
en un sueño era confesión, en Memorias del agua se volvía experiencia.
Después de cierto tiempo Francisco había encontrado en la naturaleza ciertos
elementos en los cuales encauzar su emoción; el principal para él, quizá, fue el agua
y todo lo que simbolizaba: renacimiento, pureza…
la corriente es uno mismo que se arroja ya sin vida, leve, en el corazón seco de la hojas. (…) el poema se vuelve a perder, oscuro, como un sueño asediado por amargos peces. El agua fue ese poema que siempre estuvo buscando, el poema en el cual morir y nunca levantarse.
88
IX
Elementos que configuran su labor literaria
Aunque Francisco se graduó como licenciado en Administración de empresas
prefería decir que había estudiado poesía bajo el magisterio de Claribel Alegría.
Como amigo se caracterizaba por su lealtad, como poeta por su disciplina.
Nunca quiso que se hablara de su infancia, pero esa parte de su historia me parece
que canaliza uno de los elementos que ilustran su concepción poética, al menos con
su primera obra. Utiliza un álter ego para mostrar de manera trágica escenas de
violencia, tristeza, aislamiento. La poesía fue como un agarradero para él. El mismo
Pablo lo dijo “siempre estaba buscando de qué verso sostenerse”. Siempre buscando
el lado poético de la realidad.
A Francisco le afectó no solo su orfandad prematura, también el contexto social en
el que nació, lo que se vivía en Nicaragua en esos años de guerra.
Y el agua… la melancolía atrapada en un poeta danzante. Otro elemento que erigió
pequeñas historias, porque así me parecen los poemas de Francisco, tanto de su
primera como de su segunda obra. Historias que se pudieron perder en el oleaje sin
misericordia del tiempo, pero que él pudo rehacerlos como un monumento. El
monumento que ahora da significado a su nombre.
La noche ahora comienza a hacer su debut. Pienso un rato más buscando las palabras
idóneas para poner punto final a esta crónica, solo consigo concluir con la misma
expresión que utilizó Amelia Mondragón al inicio de un ensayo que escribió sobre
este joven poeta:
“Francisco Ruiz Udiel, si estuvieras aquí…”
89
Epílogo
--¿No me digas que Francisco Ruiz?—respondió Luis, quizá con hilaridad
--Sí—le contestó su amiga-- ¿cómo sabés?
--No sé, creo que lo soñé—alegó Luis aún incrédulo
Efectivamente, el joven poeta Francisco Ruiz Udiel había muerto.
Cinco días antes Víctor había salido con Francisco, primero estuvieron en El Panal y
luego en El Caramanchel, para ese tiempo Francisco ya no tomaba, solo andaba
bailando y bebiendo una rojita. Al día siguiente habían quedado de verse, Víctor no
pudo asistir a la cita pero antes lo llamó y le preguntó si podían posponer el
encuentro para el 28; Francisco le contestó que no porque el resto de diciembre iba
a estar fuera de Managua, pero que le iba a dejar unos libros que le había prestado.
“Al final no nos pudimos ver, el primero de enero solo recibí una llamada a las cinco
de la mañana donde me avisaban de la muerte de Francisco.”
Han pasado seis años desde ese trágico suceso.
Luis actualmente es propietario de su propio restaurante en Jinotepe, sigue
escribiendo y tiene pensado crear un sello editorial digital.
Víctor imparte clases de Literatura en la UNAN al igual que sigue siendo facilitador
de talleres literarios, sigue escribiendo y a veces se dedica a la fotografía.
Hay muchos escritos en internet acerca de Francisco, escritos realizados por amigos
de él y otras personas que no fueron tan cercanas, pero que lo conocieron y le
tomaron mucho aprecio.
La generación del 2000 que no solo se conforma por Luis, Víctor o Francisco, se ha
fragmentado. Algunos (as) están fuera del país, algunos (as) incluso han puesto a la
escritura en segundo plano, pero también están los que siguen luchando por
promover a los escritores emergentes; por dar a conocer a su generación literaria no
solo como una generación de desasosiego, sino por la calidad de sus obras.
Aún queda mucho camino que recorrer, aún la orfandad sigue latente en la memoria
de todos y todas los que nacieron en esos años teñidos de rojo y que tomaron a la
literatura como una ayuda en el agresivo torbellino de la vida. He aquí su epifanía.
90
Muestras literarias
Luis Báez
SUNSETLESS (Fragmento)
17.11.1944/ 17.11.2019
09:24 hrs/16:00
Birkenau/ Alrededores de Cambridge
Las explosiones que me atraían eran como rayos vistos desde el fondo de un mar
proteico, arquetípico. Había momentos donde la actividad era mayor, las descargas
más frecuentes. La gravitación también se volvía más intensa.
De pronto, la intuición de la luz y del calor de una de las explosiones, acompañada
por un vértigo súbito, anunciaron mi repentino regreso a la experiencia sensorial del
espacio y el tiempo sucesivos. Tenía otra vez un cuerpo, un par de ojos, una boca y
órganos internos. Podía sentir. Había movimiento, había sucesión. Sin embargo,
pronto descubrí que, si bien estaba de regreso, me encontraba en una situación
espacio-temporal totalmente distinta a mi punto de partida. No había regresado a
Cambridge. No estaba acostado sobre una camilla metálica en un cuarto de plomo
en un laboratorio clandestino. No era el año 2019.
El experimento parecía haber sido un éxito, salvo por un pequeño, pero fundamental
imprevisto: sí, mi consciencia había retornado a un cuerpo, pero no a mí cuerpo.
Con un golpe de luz violeta, idéntico al que percibí cuando mi consciencia abandonó
mi cuerpo por primera vez, se reconstituyó mi percepción visual. Luego, poco a poco,
un amasijo de impresiones sonoras, táctiles y olfativas empezaron a enraizarse en mi
consciencia, segmentándola, dotándola, una vez más, de sus estructuras cognitivas.
Había sensibilidad caótica, sin forma, pero sensibilidad por fin. A la vez, como un
latido cada vez más intenso, empecé a sentir dolor.
Compartía la experiencia sensible de un cuerpo, pero mi naturaleza era
absolutamente parasitaria. Mi consciencia cohabitaba con una consciencia ajena. El
cuerpo al que había regresado no era mi cuerpo, pero podía servirme de sus
experiencias, de sus órganos sensoriales para percibir el mundo. Pero había
restricciones considerables: me era imposible controlar sus pensamientos o
movimientos. No podía, por ejemplo, hacer que el cuerpo que me hospedaba moviera
un solo dedo. No podía ni siquiera sugerir una idea. Pensé que podría tratarse de un
91
mecanismo de defensa del Ser para evitar aberraciones como la paradoja propuesta
por René Barjavel.
Pero podía pensar por mi cuenta. Podía acumular experiencia, memoria, y
computarla racionalmente. Con la desesperación de un ahogado traté de buscar
explicaciones plausibles a lo que estaba ocurriendo. Hice un rápido repaso mental
mientras las impresiones de los sentidos de mi anfitrión se volvían más nítidas. Su
dolor era cada vez más insoportable. Un terror súbito, como una inyección de
veneno, desvaneció de golpe mis cavilaciones. El terror de otro. Un terror duplicado
por su incomprensibilidad. Dolor y terror que trenzaban mi espíritu con el de mi
anfitrión.
La tiniebla en que me encontraba ya iba definiendo sus contornos. El caos estridente
que oía por todas partes fue definiéndose, hasta convertirse en rumores, voces,
llantos y quejidos. Mi anfitrión se encontraba en un sitio húmedo y maloliente,
atestado de personas que, como él, morían lentamente. Mi anfitrión temblaba y
balbuceaba mientras un tipo cadavérico lo tomaba del hombro y lo sacudía. A cada
momento se desmayaba y recobraba la consciencia y volvía a temblar, abrasado por
la fiebre. Agonizaba.
Pronto sentí una vibración, idéntica a la que provoca la máquina, que se extendía por
cada átomo de nuestro cuerpo. Nuestro dolor se desbordaba e inundaba el espacio,
enrarecía las aguas del tiempo, envenenaba el devenir. La indignante fiebre tornó
pronto en frío glacial. La misma luz que anunció mi partida de la experiencia
sensorial calcinaba ahora los ojos de mi anfitrión. Yo apenas lograba vislumbrar
claramente a través de mi estupefacción. Siempre, durante el desarrollo teórico de
éste experimento hubo una preocupación mayor, sobre la cual Gorenstein insistió
hasta el cansancio. Si el experimento funcionaba mi consciencia podría desligarse
para siempre tanto de mi representación de la realidad, como de mi existencia
corpórea. Si la máquina lograba invertir el sentido de la percepción temporal en
dicho estado de realidad y mi consciencia lograba remontar dicho flujo temporal y
regresar a un momento anterior en el tiempo, tal como finalmente ocurrió, entonces
¿cómo podría mi consciencia regresar a su experiencia corpórea una vez arribado al
nuevo destino espacio-temporal mientras mi cuerpo permanecía en Cambridge? No
quería que nada debilitase mi determinación por someterme al experimento,
entonces no presté mucha atención a las advertencias de Gorenstein. Me
preocupaban problemas menos inmediatos, menos prácticos. La especulación
filosófica y la indagación científica han sido para mí, desde siempre, actividades de
naturaleza totalmente lúdica y estética. Nunca he pretendido alcanzar alguna
verdad, pues lo que llamamos verdad nos está irremediablemente vedado. Si es que
soy capaz de creer en algo, es que el mundo será lo que seamos capaces de creer que
es. En esta empresa me impulsa, más bien, el placer de reconfigurar el mundo, de
acceder a su plasticidad esencial. Qué mejor que las armas de la física y la filosofía
para subvertirlo. Me impulsa el placer de erigir modelos asombrosos, sistemas
92
elegantes que han de perdurar mientras los hombres tengan memoria: Dignum
laude irum Musa uetat mori,/ caelo Musa beat.
Pero lo que entonces experimentaba trascendía por mucho mis más retorcidas
ambiciones ¿Cómo y mediante qué proceso mi consciencia había adquirido esa
naturaleza parasitaria? Mi consciencia parecía adaptarse naturalmente a su nuevo
estado, el cuerpo de mi anfitrión me contenía con la docilidad de un guante. Todo
funcionaba como siguiendo una ley universal que acaso tiende a preservar y expandir
la existencia. Una ley que dicta a la voluntad humana no sólo conquistar y
transformar el espacio, sino también el tiempo; no sólo la materia, sino también la
consciencia.
Esbocé una rápida conjetura: era probable que la agonía arroje a quien la
experimenta hacia un éxtasis de carácter místico-psicodélico; siguiendo mis
conjeturas, he de suponer que dicho trance es el canal natural que arrastra la
consciencia del sujeto hacia la matriz de eternidad que había experimentado, y que
nuestra máquina abría artificialmente y bajo condiciones específicas dicho canal.
Eso explicaría las descargas gravitatorias que rasgaban la matriz y que me
permitieron arribar a la experiencia sensorial de mi anfitrión. Se trataban de sujetos
abiertos como canales en distintos momentos del tiempo. Pero aquella vez no se
trataba de un trance místico o psicodélico, sino de un trance agónico. El tiempo de
que dispondría para la experiencia sería mínimo y las condiciones limitadísimas. El
problema de “qué pasará conmigo después que mi anfitrión muera” era el más obvio
y el más grave ¿Moría mi consciencia junto con mi anfitrión? ¿Es que acaso la
consciencia muere? ¿Se fusionarían ambas consciencias en la matriz universal para
siempre? ¿Podría regresar a mi cuerpo, a mi tiempo?, y de ser así, ¿arrastraría la
consciencia de mi anfitrión conmigo? Trataba de asimilar la experiencia, de poner
en orden todas mis interrogantes cuando, como un caleidoscopio que cifrara todo el
universo, los recuerdos y las impresiones acumulados a lo largo de la vida de mi
anfitrión se erigieron a una velocidad supersónica. Memorias que se sucedían
rápidamente, con una asombrosa ligereza salvo por los terribles meses en el campo
de Birkenau. Dichas memorias, dichas impresiones y emociones se enquistaron en
mi consciencia y, al día de hoy, pueblan mis pesadillas. Atravesé de nuevo el famoso
túnel, me desintegré en la vibración fundacional del cosmos. Entonces conocí por
primera vez la dulce liberación de la muerte, a la cual uno se podría enganchar tan
fácilmente como a la heroína, de no ser por la terrible, eterna, inédita soledad de ser
en muerte: un microsegundo que comprende la eternidad.
De pronto me encontré de regreso a lo que llamaré “la matriz del Ser”, siendo
consciencia pura, conservando mi estructura aglutinante. Experimenté, una vez más
la eternidad hasta que, inexplicablemente, fui de nuevo expulsado.
Desperté cegado por una luz blanca. Sentí el contacto con la superficie metálica.
Sentí la tibieza y el sabor de la sangre que chorreaba de mi nariz. Sentía de nuevo la
fiebre abrasándome por completo.
93
Un grupo de personas vestidas de blanco y con mascarillas entró para asistirme.
Ahora es de noche y Gorenstein quiere que le refiera todo. En su mundo apenas
pasaron doce minutos. Mi alma, sin embargo, ya acumula dos muertes y algunas
eternidades. Mastico todo lo ocurrido junto al último bocado de mi sándwich de
cangrejo, pero no logro tragarlo.
94
Víctor Ruiz
ARDIDEZ DEL AZAR
Encendida ebriedad filtrándonos
el cuerpo sin medida en la noche,
que deja en sonámbulo reproche
labios que se alejan sin retornos.
Ardid que la ron plata transmutada,
y rápida en la sangre enardece,
trazó en el azar que se merece
fundirse en el olvido de la nada.
De los besos exánimes despojos
han quedado en las horas sepultados
bajo el vórtice abismo de los ojos.
Ya las sombras acechan cotidianas
tus pasos y los míos desvelados,
ajenos a la luz en las ventanas.
CUERPO EN SUEÑO
(paráfrasis albertiana)
Te amo ahí, dormida,
con tu cuerpo silente e impenetrable al borde,
precisa y desnuda,
del somier de la cama sin sueño,
con tus manos crispadas
sobre el entornado agujero de tu vientre,
el cabello esparcido en las sábanas
que abrazan la estructura de tus huesos
laxos en la noche,
prendidos a la carne en espera de mis dedos.
Incólume, fluida, aunque callada,
estatua intangible
esculpida a cada instante de mi insomnio.
95
POEMA PARA HACER LLEVADERA LA SOLEDAD
A Alejandra
La vida se venga con una soledad verdadera
Cesare Pavese
para sentirte menos solo:
sacudí tu cama
dejá caer el sueño acumulado entre
los pliegues de las sábanas
desayuná con las ausencias de los álguienes
que partieron sin aviso
con el ruido de las voces
tomá un café caliente con las sombras de tus sombra
y dejá que la memoria se derrame entre tus párpados
luego
recorré el camino que lleva hasta tu baño
y al cepillar tus dientes
observá tu rostro ciegamente en el espejo
así tu soledad
se sentirá doblemente acompañada
EL BLANCO de palabra a palabra
en este recordarte con vocablos,
en verbo inexacto que se aviene: SOS.
El signo que se estrella en el vacío,
lo dicho en el pasillo de la nada,
agónico transeúnte en la escritura: SOY.
96
HORAS DE OCASO …y luego te deshaces en la ceniza.
Álvaro Urtecho
No pronuncies las sílabas del nombre
cuando al fino en pústula de la noche
el rostro, exánime y solo, del hombre
no delate ni pena ni reproche,
ni impidas el ocaso de sus horas.
Que no humedezca su fin tu mirada,
si ves que ella desnuda lo devora
y lo hunde en lo profundo de la nada.
Callada lo verás en deleznable
materia sin retorno que se vierte
sobre escritura sin fin, inefable
Del tiempo, en que es ahora polvo inerte,
olvido en la memoria inextinguible
y ceniza en el seno de la muerte.
97
Francisco Ruiz Udiel
DEJA LA PUERTA ABIERTA
Deja la puerta abierta.
Que tus palabras entren
como un arco tejido por cipreses,
un poco más livianas
que la ineludible vida.
Lejos está el puerto
donde los barcos de ébano
reposan con tristeza.
Poco me importa llegar a ellos,
pues largo es el abrazo con la noche
y corta la esperanza con la tierra.
Donde quiera que vaya
el mar me arroja a cualquier parte,
otro amanecer donde la imaginación
ya no puede convertir el lodo
en vasijas para almacenar recuerdos.
Me canso de despertar,
la luz me hiere cuando ver no quiero.
El viaje a Ítaca nada me ofrece.
Si hubiera al menos un poco de vino
para embriagar los días que nos quedan
embriagar los días que nos quedan
que nos quedan.
POESÍA
No hay disparo más -----------------------------------pan
fulminante que tu
alimento,
poesía
98
QUIERO MORIR EN UN POEMA
Quiero morir en un poema
y nunca levantarme,
dejarme caer en el cetro olvidado
del flanco de un pájaro
ser removido por el viento.
Nadie sabrá que he muerto,
me asfixiaré mil veces en el pulmón
que agoniza en tu pecho,
un cuerpo ahogado
cuando pases,
sin que lo sepas.
CADA CUATRO AÑOS NACE UNA POETA SUICIDA
A Sexton, Plath y Pizarnik
Nacidas en 1928, 1932 y 1936
Cada cuatro años la muerte
abre la llave del gas de una cocina,
se fuma un cigarrillo en el sofá y espera.
Otras veces enciende el motor de un automóvil
dentro del garaje
y canta Chair in the Sky,
un poco de jazz no despertará
a las muñecas recién maquilladas, piensa.
Cada cuatro años la muerte toma
anfetaminas para adelgazar,
pero se le pasa un poco la mano
y ya no despierta.
No se pone triste, ni alegre, ni neurótica, no.
pero cada cuatro años
la muerte amanece lúgubre
y observa la tarde roja
99
desde una ventana.
Alguien trata de invocarme, dice,
y cierra amargamente los ojos.
A mí me da pesar, no sé,
es como si ella quisiera decirnos
o contarnos algo desde su delgado rostro blanco,
como si estuviera cansada de estrangular mujeres.
Yo la conozco muy poco,
pero me consta aborrece
su funéreo oficio.
Últimamente la han visto respirar
cierto aire suicida.
Cada cuatro años a la muerte
se le irritan los ojos,
sabemos que ha llorado, lo sabemos,
pero callamos,
sabemos también que busca algún vientre
y como ella no tiene el privilegio
de la carne materna
aferra entonces sus fríos y delgados dedos
en el primer ombligo que encuentra.
Por eso cada cuatro años algunas niñas
ya vienen muertas.
ÁRBOL DE ESPINAS Un árbol cubrió de espinas la arena. Los pescadores pasaron afligidos junto al árbol. Uno de ellos, el más humilde, cubrió con sus huellas la arena. El otro limpió de espinas al árbol y el último aún se pregunta porqué razón lloraba aquel árbol.
100
Evaluación
Con el fin de mejorar la calidad y el grado de aporte del producto creativo, se decidió
presentar este mismo a dos estudiantes de la carrera de Comunicación de la UCA,
quienes se han destacado en su clase de Taller de crónicas y reportajes, ellos son
Hans Ramírez y Cynthia Alfaro; también a dos estudiantes de la carrera de Lengua
y literatura hispánicas de la UNAN, ellos son Andrés Moreira y Bosco Hernández y
finalmente a un docente de la UCA quien imparte los talleres de prensa escrita a
distintos grupos de la carrera de Comunicación, él es Juan Ramón Huerta. La
presentación del producto creativo se realizó mediante un grupo focal.
Las preguntas se crearon en función de conocer la eficacia del libro de crónica
literaria mediante el aporte de éste mismo en aspectos de innovación, calidad de
información y aporte al conocimiento tanto de las obras de los tres autores
protagonistas del libro, como de los demás autores y autoras que conforman la
Generación del 2000.
El primer paso fue otorgarle días antes del grupo focal una crónica a cada
participante, en el caso del profesor Juan Ramón Huerta se le envió todo el libro por
estar en calidad de experto. La primera parte que trata sobre Luis Báez se le asignó
a Bosco Hernández, la segunda parte sobre Víctor Ruiz a Andrés Moreira y la
tercera y última parte referente a Francisco Ruiz Udiel se les asignaron a Hans
Ramírez y Cynthia Alfaro. Además de eso, el día del grupo focal se les otorgó a
cada uno de los cinco participantes la introducción y el epílogo del libro para que los
leyeran en un lapso de 20 minutos, esto con el propósito que tuvieran un esbozo
más claro de la estructura del libro de crónica literaria.
El cuestionamiento inicial era si se consideraba que el título del libro de crónica
literaria era acorde con el contenido presentado en el mismo. Todos los
participantes se mostraron satisfechos, Andrés Moreira a quien se le asignó la
crónica referente a Víctor Ruiz afirmó que por haber estado anteriormente en
talleres literarios impartidos por Víctor, había tenido alguna cercanía con él o con
otros autores de la Generación del 2000 y “el elemento de la orfandad es como una
palabra que encierra todo lo que ellos son, todo lo que han escrito”.
Después al preguntárseles si sentían que la información expuesta en las crónicas
suplía la necesidad del lector de conocer la vida y obra del autor en cuestión, se
evidenciaron distintas reacciones. Por parte del profesor Juan Ramón Huerta, aclaró
que disfrutó leyendo el capítulo de la crónica sobre Luis Báez en la que se hablaba
sobre su abuelo, sin embargo señaló sentir “que le roba un poco de protagonismo
101
al mismo Luis”. Por otro lado, Hans Ramírez quien leyó la tercera crónica sobre
Francisco Ruiz Udiel aconsejó a la autora especificar más sobre los autores, porque
no todos los lectores iban a saber siempre de quiénes se hablaban, no obstante
también expresó: “aplaudo tu manera de construir frases, describís de forma que
una escena simple la imagine bella”, detalle en el cual los demás participantes
estuvieron de acuerdo.
Otro de los atributos a favor que los participantes señalaron fue el de la innovación
en la estructura de Orfandad de la memoria. Cynthia Alfaro, quien también leyó la
crónica sobre Francisco Ruiz Udiel afirmó “parece que querés confundir al lector
pero en realidad solo lo estás intrigando para que no deje de leerte”. Sin embargo
también comentaron sobre elementos en contra, Andrés Moreira hablaba sobre una
mitificación del autor protagonista de la crónica que él leyó, “creo que deberías
presentar a Víctor más humano, que se noten sus virtudes y defectos”, aconsejó.
Paralelamente Bosco Hernández, quien leyó la primera parte sobre Luis Báez,
expresaba que había detalles que estaban de más, entre los que destacaba el
capítulo sobre la crisis psicótica o el nombrar a personajes que más adelante no
jugaban ningún papel predominante.
Respecto a si después de la lectura de las crónicas literarias se interesarían por leer
la obra de los tres autores protagonistas del libro o de los demás miembros de la
Generación del 2000, todos respondieron afirmativamente. Un elemento a resaltar
es la afirmación de Bosco Hernández: “si no hubiese leído esta crónica quizá no me
interesaría por el autor. Creo que a veces el escritor desde su manera de crear hace
que su personaje sea interesante para quien lo lee”.
Finalmente se les preguntó a los participantes si tenían recomendaciones
específicas para la autora, el profesor Juan Ramón alegó que por ser una crónica
literaria se tenían más oportunidades y la autora debería aprovecharlas, “no es
como la crónica periodística que es más rigurosa y hay cosas que no se permiten”.
Andrés Moreira sugirió que se debería aventurar más con las datos recopilados,
“que tu libro no sea un simple recuento biográfico sino también que los lectores te
recuerden a vos por como lo escribiste”. Al final todos los participantes llegaron a la
conclusión que había una excelente forma de crear imágenes en el lector pero se
debía jugar con los datos y mostrar más el estilo de escritura de la autora.
Se aplicaron todas las sugerencias propuestas por los participantes del grupo focal
pues se consideraron pertinentes para el mejoramiento del producto creativo. Al
mismo tiempo después de esta actividad se logró cumplir con el tercer objetivo
específico planteado al inicio de esta investigación y se descubrió que Orfandad de
102
la memoria posee valor literario e invita y motiva a sus lectores a conocer más tanto
de la obra literaria de los autores protagonistas del producto como de los demás
integrantes de la Generación del 2000.
103
CONCLUSIONES
Al inicio de esta investigación una de las principales necesidades era escudriñar en
el contexto que crecieron los miembros de la Generación del 2000. No solo contexto
social sino también familiar, político y literario, pues el producto resultante de este
documento es un libro de crónica literaria sobre tres autores pertenecientes a esa
generación.
Luego de un exhaustivo proceso de investigación se llegó a dar salida a los
objetivos planteados inicialmente.
Por lo tanto, mediante revisión documental y en la web acerca de referencias sobre
la Generación del 2000 o de análisis crítico a sus obras, se logró diagnosticar el
nivel de conocimiento de las cualidades sociales, históricas y culturales que se tenía
acerca de ésta misma. Se descubrió que era muy bajo, son pocos los textos que se
refieren a ellos y los pocos que hay no tratan de indagar profundamente en el
trasfondo del proceso creativo de los y las integrantes de esta generación. El
esclarecimiento de este diagnóstico indicaba la utilidad del presente trabajo, la cual
fue totalmente irrefutable después de evaluarlo a través de un grupo focal.
Tras cumplir con el primer objetivo específico se pasó a la siguiente fase: elaborar
un libro de crónica literaria sobre tres autores de la Generación del 2000. Siempre
se tuvo presente que no se quería crear un simple recuento biográfico, se quería ir
más allá, se necesitaba saber el porqué de los temas de sus obras literarias, qué
había detrás de cada poema, de cada relato, cuál era el trasfondo de las voces de
los autores seleccionados; esta tarea solo se podía cumplir al conectar los datos
recopilados acerca de la vida de éstos autores, con los ejes temáticos
fundamentales que rigen su obra literaria. Así fue como nació Orfandad de la
memoria, un libro pensado como una forma de hacer periodismo mediante crónicas
literarias sobre quiénes escriben.
Finalmente se necesitaba evaluar la calidad de información y el grado de aporte de
este libro de crónica literaria, así que éste mismo fue presentado a dos estudiantes
de Comunicación de la UCA, dos estudiantes de Lengua y literatura hispánicas de
la UNAN y a un experto en Periodismo. A través de esta evaluación se reveló que
Orfandad de la memoria es un libro con calidad literaria, lenguaje sencillo apto para
un lector promedio y que motiva al conocimiento de las obras de los tres autores
protagonistas del libro y a su vez también despierta la curiosidad por las obras de
los y las demás miembros de la Generación del 2000.
104
Luego de cumplir con los tres objetivos específicos y materializar el producto
creativo resultante del informe investigativo, se logró responder a la pregunta que
dio origen a todo este trabajo.
¿Qué elementos configuran la concepción literaria de la Generación del 2000? El
desencanto al contexto político y social en el que crecieron. Sus obras están
repletas de un cinismo encauzado en indiferencia a su alrededor, indiferencia que
no es sinónimo de apatía sino más bien de la actitud crítica que ellos deciden
mostrar. Es importante difundir sus obras, son autores y autoras que tienen mucho
que decir, a pesar de su fragmentación como generación no se puede obviar el
vínculo que los conecta a todos ellos, ese contexto revolucionario que los acogió en
sus primeros años y que indudablemente es el aderezo a esa actitud indomable que
los caracteriza. Además esa fragmentación no significa que no continúen enlazados
como grupo literario, a pesar que cada miembro de esta generación tiene su propio
estilo y su propia visión de la literatura, como dijo Ulises Juárez Polanco “son las
diferencias las que nos acercan”. Son esas mismas diferencias entre cada
integrante lo que los distinguen de generaciones literarias anteriores.
105
LISTA DE REFERENCIAS
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contemporáneos. Managua: Instituto Nicaragüense de Cultura
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S.A.
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http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/91404-fallece-francisco-ruiz-
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Managua, Nicaragua.
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106
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https://www.9h05.com/wa_files/Comunicacio_CC_81n_20literaria.pdf
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http://gonzbethmooretc.blogspot.com/2012/03/teoria-de-las-diferencias-
individuales.html
Valle, J. (2005). El siglo de la poesía en Nicaragua. Managua: Fundación Uno.
Vivaldi, Martin G. (1998). Géneros periodísticos. España: Editorial Paraninfo
107
ANEXOS
108
Cronograma
109
Presupuesto
110
Portada de Orfandad de la memoria
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Herramientas
Entrevistado: Luis Palma/ Comunicador Social- Docente en Universidad Centroamericana (UCA)
Fecha y lugar a realizar entrevista: 04 de marzo del 2016, oficinas de Pregrado (UCA)
Hora: 11: 00 am
Objetivo de la entrevista: Conocer a través del conocimiento adquirido gracias a
la investigación realizada por el entrevistado, los principales elementos que
diferencian a la generación del 2000 de generaciones literarias pasadas, de esta
manera conseguir contrastar diferentes contextos y encontrar a través de esto, los
ejes temáticos fundamentales que rigen las obras de los autores y autoras del 2000.
Cuestionario
1. ¿Crees que el contexto en el que nacieron y se fueron desarrollando
estos autores y autoras sea una pieza clave en sus obras?
Sí, porque la mayoría de estos autores nacieron en la época de los 70 y 80 y
esa época fue marcada por el período de guerra, el conflicto bélico que hubo
allí, por los ideales. Recuerdo que en mi investigación utilicé una teoría que
se llama Teoría de la diferenciación social y cuando se están agrupando una
cantidad de personas en cierto contexto influye mucho. Esto de que ellos
nacieron en el 80 tiene en común ese ideal, y no sólo eso sino también como
nacieron en esa época cuando estaban en su juventud, recuerdo que me
decían algunos que se encontraron con que ya se habían acabado los ideales
y esto los ponía como medio rebeldes. Entonces todo ese período influyó, en
cuanto al tiempo y también el lugar, tal vez no el lugar en el que nacieron
pero sí el lugar en el que se desarrollaron literariamente. La mayoría de ellos
coincidieron en Managua, incluso los que son de departamentos se
conocieron en Managua, lamentablemente es por eso que sólo tienen la
visión de Managua en sus obras en la mayoría de los casos.
112
2. ¿Cuáles de esos autores en específico fueron los que te dijeron que
tuvieron mayor influencia de esa época de revolución, en tu
investigación por ejemplo mencionas a Luis Báez y varios de sus textos
son basados en ese contexto, además de él que otros tienen esas
influencias en sus obras?
Otro que creo que es el más viejo, es Arquímedes González, él vivió esa
época ya siendo un adolescente, relata una experiencia de su padre, que
participó y fue dirigente en ese período y hay una obra dedicada a eso; otro
que habla es Javier González Blandino que aunque no lo retome en sus
obras le gusta tocar mucho el tema de la ciudad, como la ciudad de Managua
es un producto de lo que fue la Managua de los años 80.
3. ¿Qué diferencia a esta generación de generaciones literarias
anteriores?
Es un poco difícil, porque no he leído a las otras generaciones…
4. Sí, pero en tu investigación mencionas algo, y de hecho ellos (la
generación del 2000) dicen que se les compara mucho con la del 40,
como Carlos Martínez Rivas, Mejía Sánchez o Cardenal y ellos quieren
precisamente negar esa influencia, ¿es ese un punto clave?
Sí, lo niegan porque es lo que hacen todas las generaciones, estar negando
a las generaciones anteriores y hay muchos como Javier González Blandino,
a él lo conocí en un taller y él atacaba mucho a los autores de otras
generaciones y de los únicos que tenían respeto la mayoría, creo que era a
Carlos Martínez Rivas, que era poeta; más que todo por la actitud rebelde
que él también tenía. Es más no les gustaba por ejemplo como definía Pablo
Antonio Cuadra a los nicaragüenses, porque trata como de encasillarlos en
su libro El Nicaragüense, que tenía que ser burlesco y así, así…A ellos les
molestaba esa visión que él tenía y también les molestaba porque muchos
de esa generación menospreciaban su obra literaria, no los tomaban en
cuenta...
5. ¿Cuáles generaciones?
Generaciones anteriores, la del 70, 60. Ellos se apoyaban mucho en las
editoriales y no confiaban en los jóvenes. Uno que mencionaba eso en uno
de los encuentros era Ulises Juárez Polanco, él decía que si uno va a
presentaciones de libros de los viejos, están los viejos y es común
encontrarse a algunos de estos jóvenes, pero si vas a una presentación de
uno de los jóvenes, a excepción de los que estén presentando sino es por
compromiso es difícil encontrárselos.
113
6. ¿Entonces no hay mucho apoyo?
No, a excepción tal vez de Sergio Ramírez y algunos del Centro
Nicaragüense de Escritores.
7. En tu investigación afirmas que la generación del 2000 ve su razón de
existencia en la agrupación de ciertos elementos en común, ¿cuáles
son entonces tales elementos?
Bueno creo que el principal es la literatura y la necesidad de contar sus
realidades a través de esta misma, creo que todos coinciden en eso, ya sea
a través de manifestaciones poéticas, narrativas o en novelas y como es una
realidad muy similar, digo esto por ejemplo por el período de los años 80 pero
también hay autores más jóvenes que nacieron en el 85 y lo similar es que
vivieron su juventud en la época de los 90, donde se puede decir que era una
época de transición a la paz. También el colegio donde estudiaron creo que
influyó mucho, creo que la mayoría tuvieron en común que alguien en sus
colegios o alguien de su familia les acercó a la literatura, por ejemplo
Yahosca Tijerino que es de Boaco, su papá era escritor y formaron grupos
literarios, en el caso de los que no tenían ni en las escuelas ni en la familia
quien los apoyara en sus gustos literarios, el consuelo fue reunirse entre sí y
hacerlo a través del Periodismo, como muchos casos o en los grupos
literarios de las universidades podían retroalimentarse.
8. Carlos Martínez Rivas dijo que la juventud no tiene donde reclinar la
cabeza, ¿significa esto que la generación del 2000 no tiene una guía y
por esto ha sido tildada como generación de desasosiego?
Ese término surgió por Gioconda Belli, a partir de una antología que tenían,
entonces muchos decían que a lo mejor ese no era el término más indicado
porque ese juicio surgió a partir de la poesía que generalmente tiene que ser
más expresiva y algunos se identificaron con eso y otros no; no porque no
sea cierto, sino porque era el término que utilizaba alguien de las
generaciones anteriores y eso les molestaba mucho. Pero sí, la juventud no
tiene donde reclinar la cabeza y eso se pude reflejar porque no hay mucha
gente que estudia a estos autores, el ejemplo más claro es en las escuelas
públicas donde no ponen a leer a estos autores jóvenes sino a los de
siempre, los del año 50 y si hay oportunidades como ésta y te ponen a leer a
autores actuales es más probable que los jóvenes se interesen por libros
114
recientes que por los viejos. Entonces por eso es que no tiene donde reclinar
la cabeza, porque no tiene apoyo cultural, ni educativo, ni editorial para
publicar sus obras. E igual está el punto que son escritores y como todos los
escritores aquí en Nicaragua no tienen donde reclinar la cabeza, ya sean
jóvenes o no.
9. ¿A qué se debe que estos autores y autoras rechacen términos ya
impuestos o el pensar que están continuando con la antorcha de
generaciones literarias pasadas, en especial la generación del 40?
Creo que ya es parte de un proceso, que siempre estamos negando todo,
pero yo no sé realmente si estarían negándolo porque habría que analizar
las otras obras, yo no las he leído muy a fondo. También hay otros autores
en otros países en comparación con otras generaciones, recuerdo que leí la
otra vez a un autor español; Javier Marías que comenzó a escribir en los 60,
él criticaba eso de los jóvenes, que ahora está de moda ser joven y criticar a
todos lo que publicaban en los 60 y dice ¨Ah, yo estoy ahora publicando
sobre la ciudad, algo novedoso y no se dan cuenta que eso ya fue abordado
por autores de los años 60¨. No sé si eso pasa aquí en Nicaragua porque no
he leído muy a fondo. El de los autores que sí tengo muy en cuenta, está
Carlos Martínez Rivas y Lizandro Chávez Alfaro, pero no con su libro de los
monos de San Telmo sino con un libro de cuentos que fue reconocido en
Centro América y en México ganó un premio.
10. Si el desasosiego, según Eunice Shade, no es un rasgo identitario de
esta generación, ¿cuál es entonces el elemento clave que los define?
Mmmm, yo creo que sería ese, quizá no es la palabra correcta, pero sí hay
inquietud en su realidad, perturbación; porque en lo que recuerdo sí está
presente, como fue por ejemplo con Arquímedes González, que es uno de
los mayores, yo estaba contradiciéndolo a lo mejor en cómo funcionaba la
política en los años 80 y cómo llegó a funcionar incluso en los tiempos de
Arnoldo; entonces estaba quejándose de eso. Entonces creo que ese el
elemento, quejarse de la realidad que los atormenta como jóvenes.
11. ¿El existencialismo, muy recurrente en la obra poética de Ruiz Udiel,
Jazmina Caballero o Alejandra Sequeira, es una característica que de
alguna manera derivó en la afirmación que hizo Gioconda Belli acerca
de esta generación?
Creo que sí está presente en muchos el existencialismo pero en otros no, por
ejemplo pueden estar inquietos con la realidad pero no en el sentido negativo,
porque no todos tienen esa visión de quejarse contra el mundo, de la
115
Yahosca Tijerino no recuerdo un poema en que ese elemento tétrico sea
notable, o sea habla desde su realidad, de su perspectiva pero no en ese
sentido, sino más bien en un tono nostálgico, me imagino que hay otros que
sí. Sobre eso encájalos, recuerdo que esa investigación la hice hace como
dos años y llevaban como 45 obras publicadas y a partir de entonces, que
han pasado dos años, me imagino que hay más y así va a ir sumando y tal
vez por eso, en este momento hacer la etiqueta de esos autores no sería
adecuado. Se pude hablar de los que publicaron en ese momento; porque
los autores seguramente ya están todos porque ya todos los que tenían que
nacer en esa época ya nacieron, quizá alguno que esté publicando tarde y
salga en ese caso. Pero autores ya están todos, aunque no todas las obras
y si nos vamos a que ellos van a estar escribiendo sobre su realidad entonces
no podríamos decir que ellos van a escribir siempre así porque la realidad va
evolucionando y por eso no podemos encasillarlos, que es algo que estos
mismos autores se quejaron sobre los autores viejos, que se quedaron
escribiendo a como escribían en el 60, que todavía Gioconda Belli escribe
como si estuviera escribiendo en ese tiempo, que todavía el surrealismo
mágico… No sé, Javier González Blandino se quejaba de estos autores que
tratan de vender a una Nicaragua exótica como para un lector extranjero, por
eso Gioconda Belli tiene tanto éxito en Alemania porque vende eso y no la
realidad que hay aquí. En cambio los del 2000 son autores que escriben para
los nicaragüenses, no como otros que venden estereotipos a Europa.
12. ¿A qué crees que se refería Gioconda Belli cuando dijo que uno de los
mayores impulsos de la generación del 2000 era el de emprender un
viaje interior?
Creo que esto aplica a todos los que están escribiendo literatura, porque uno
para conocer su realidad primero tiene que conocerse, o sea aplicar mi
mirada a la mirada de mi entorno. Creo que eso es algo que permite la
literatura, irse conociendo y si uno lee las obras de estos autores identifica
sus rasgos. Pero igual no se puede asociar lo que ellos escriben con el perfil
que tienen, yo al hacer las semblanzas me di cuenta de eso, por ejemplo
Arquímedes González como persona es muy distinto a Arquímedes escritor.
Cuando no es escritor es completamente aburrido, como que no inspira; ya
en sus obras es completamente distinto, más suelto y otro que recuerdo que
hablaba de eso es Javier González Blandino, decía que a un autor hay que
juzgarlo por sus obras.
116
13. Y en tu caso ¿qué fue lo que tomaste en cuenta; la personalidad de esos
autores o sus obras?
Traté de tomar sus obras, pero si nos vamos a que sus obras son producto
de su realidad se ligaba entonces un poco a la personalidad…O a veces de
la realidad que no pueden expresar, otro que recuerdo muy bien es William
Grigsby Vergara; uno lee sus textos y es muy poético y te inspira mucho pero
ya en persona es muy distinto, entonces creo que reflejan en sus obras la
realidad que no pueden expresar. También González Blandino que cuando
está en una entrevista o conferencia es súper prepotente, pero cuando está
escribiendo ya cambia esa prepotencia.
14. ¿Crees que las voces de estos autores y autoras ha logrado liberarse
de influencias ¨carlosmartianas¨ y exterioristas?
En realidad no sé, porque no he leído muy a fondo a ninguno de los dos; pero
yo diría que no están libres, aunque incluso estén rechazando a Darío porque
es la moda en los colegios yo se que tienen muchas influencias, porque ellos
en sus obras hablan mucho de la ciudad y Darío tiene varios cuentos que
hablan de la ciudad, del día a día. Que ellos lo rechacen no es suficiente
fundamento para decirlo, habría que comparar lo que ellos ya escribieron, a
ver si hay algo novedoso en lo que están proponiendo.
15. ¿Qué futuro crees que vaya a tener esta generación?
Mmmm, es muy complicado, tomando en cuenta que ahora está decreciendo
lo de las editoriales en Nicaragua…
16. Pero hay que tener en cuenta que ahora tienen la ventaja de los medios
digitales, o los mismos blogs…
Sí, pero yo no confío mucho. Ellos se manejan mucho en los medios digitales,
Arquímedes González es un ejemplo, pero las obras que Arquímedes ha
publicado en formato de libros electrónicos que son muy populares en otros
países son las obras que aquí no conocemos porque aquí no tenemos la
cultura de leer en digital. Yo siempre voy a considerar que la mejor forma de
llegar es a través del texto impreso y tomando en cuenta que las editoriales
están decreciendo pues eso puede caer un poco y también tomando en
cuenta que ya se separaron muchos de los grupos, que han tomado sus
propios caminos y eso puede actuar en su contra… Muchos se han alejado
y hasta son rivales.
117
17. ¿Entonces la clave es que estén siempre juntos?
Sí, por ejemplo cuando se hacen seminarios como el de ¨Centro América
cuenta¨ hay muchos jóvenes que van a participar y ese es un buen punto, allí
salen ganando los que participan; pero hay algunos que no porque dicen ̈ No,
ese es el que organiza Sergio Ramírez y van aquellos mayores¨, entonces
no se motivan a ir, esa misma actitud rebelde, de arrogancia los puede hacer
perder pero bueno creo que Martínez Rivas también era así. Esa misma
rebeldía actúa contra ellos, ya no tienen los mismos ideales, como por
ejemplo publicar revistas literarias, formar círculos…
18. ¿Individualmente no crees que tengan futuro?
Difícil, para un escritor nicaragüense es difícil promocionarse solo por ser un
escritor nicaragüense, es más fácil promocionarse como grupo que como
escritor.
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Entrevistado: Carlos M-Castro/Poeta de la Generación del 2000
Fecha y lugar a realizar entrevista: 09 de noviembre del 2016/ Vía Internet
Hora: 11: 00 am
Objetivo de la entrevista: Contrastar la información expuesta por Luis Palma con
la propuesta por Carlos M-Castro mediante su experiencia como integrante de la
Generación del 2000.
1. ¿Creés que el contexto en el que nacieron los autores y autoras de la
Generación del 2000 sea una pieza clave en sus obras?
Ante nada, debemos aceptar que el contexto en que cualquier persona nace
siempre será una pieza clave en su desarrollo y, por tanto, en la forma que tendrá
de ver el mundo. Luego viene el problema de enfrentarnos a lo que significa
“Generación del 2000”; ésta incluye a personas que nacieron en el lapso de veinte
años en un país que, durante ese tiempo, vio su capital destruida por un terremoto,
un presidente que huía tras convertirse en un dictador tiránico y ser acorralado por
un grupo de guerrilleros que logró que una gran parte del pueblo se levantara en
armas, muchísima violencia institucional, una guerra civil que fue eco de la Guerra
Fría, con los miles de muertos que significó, un proceso revolucionario y la
consiguiente creación de instituciones totalmente nuevas, sistemas económicos,
leyes… todo un país nuevo. “Generación del 2000” se vuelve, entonces, un saco
estrecho para contener tanta vastedad, a mi parecer. Convendría, creo yo, hacer un
o dos cortes dentro de ese lapso, para pensar mejor la realidad de esos autores.
Entonces la respuesta corta es sí. Definitivamente sus contextos son piezas claves
de sus obras.
2. ¿Qué diferencia a esta generación de generaciones literarias anteriores?
Las realidades a las que cada una se ha enfrentado han sido muy diferentes. El
siglo XXI, que según algunos inició con la caída de las torres del World Trade Center
en Nueva York en 2001, trajo consigo un mundo más compacto, donde todo ha
tendido a homogenizarse y las disidencias son cada vez más estigmatizadas. La
era de la que nuestros predecesores emergieron, que halló el comienzo de su fin en
el colapso de la Unión Soviética, es un mundo que a muchos de nosotros nos resulta
lejano, comprensible solo como relato histórico, algo con lo que no hemos
conectado muy bien aún. El mundo en el que ahora vivimos privilegia al individuo
por encima de la colectividad, y eso es algo que en cierta forma permea a esta
119
“generación”, en la que los proyectos grupales son más bien escasos y las
aspiraciones se circunscriben únicamente al campo artístico-literario. Lo que
diferencia a esta “generación” de las anteriores seguramente está aún por verse,
sobre todo en lo que más importa, que es el aspecto estrictamente literario: los
proyectos de obra de los escritores más recientes, esos que nacieron en los
ochenta, en los noventa, incluso los nacidos en los setenta, son todavía muy
incipientes. La evaluación que debe tener mayor peso es la estética, y en este
momento es muy difícil realizarla.
3. Cuando Gioconda Belli los llamó “Generación de desasosiego” decía que
esto era porque uno de los mayores impulsos que ustedes tenían era el de
emprender un viaje interior. ¿A qué creés qué se refería con esta afirmación?
Acá debo primero aclarar que lo del “Desasosiego” Gioconda Belli lo atribuyó, como
es sabido, a un conjunto de poetas que compartían las páginas de un libro que
coeditaron Francisco Ruiz Udiel y Ulises Juárez Polanco bajo su sello Leteo. Esto
ocurrió en 2005. En ese año varios de los que luego Juárez Polanco intentaría
adocenar bajo el estandarte de “Generación del 2000” no habíamos aparecido
públicamente en la escena literaria; es probable que algunos aún no hubieran
escrito incluso sus primeras hojas legibles.
Me parece que lo que Belli decía en el prólogo a Retrato de poeta con joven errante
enlaza con lo que otros luego comenzarían a llamar el “escapismo” de los poetas.
Según estos, y según ella también un poco en ese texto, los poetas de ese grupo
huían el abordaje de los problemas que su realidad les planteaba: a saber, en ese
entonces, la corrupción obscena de la clase política nicaragüense, la privatización
de prácticamente todo en el país, el empobrecimiento de cada vez mayores capas
sociales, la quiebra de bancos y el saqueo de las arcas del Estado, la falta de relevos
en los liderazgos... eso en Nicaragua; el mundo no era por esos años tampoco un
campo de rosas. Entonces, según esta tesis, los poetas de la primera ola del nuevo
milenio en Nicaragua llevaban vendas en los ojos como un mecanismo de defensa
ante una realidad tan intimidante y se refugiaban en sus reinos interiores,
ocupándose en su lírica de los problemas más íntimos del ser humano, las angustias
imperecederas, el miedo a la muerte, las relaciones interpersonales, etc. Si la tesis
es válida o no es algo que se ha discutido, aún sin consenso, y algunos han tratado
de desmentirla, o al menos de reinterpretarla y eliminar lo que pueda tener de
estigmatizador. Víctor Ruiz, por ejemplo, desde su tribuna académica, y usando su
toga de crítico literario, ha defendido que estas angustias existenciales son también
un reflejo de la realidad social externa, y que abordarlas desde la lírica es totalmente
compatible con una estética que se ocupa del contexto que vive el artista.
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4. ¿A qué se debió la fragmentación de los autores que conforman a tu
generación literaria?
Desde mi perspectiva, la fragmentación es más que nada aparente. Missael Duarte
Somoza, por decir algo, que fue una especie de hermanito mayor para los que
hacían Literatosis, hizo una maestría en escritura creativa en la Universidad de
Texas en El Paso hace no muchos años; el año pasado Mario Martz, que fue muy
cercano en su momento a Francisco Ruiz Udiel empezó el mismo programa en la
misma universidad; y ahora, en 2016, otra pieza central de este rompecabezas,
Alejandra Sequeira, se une a los maestrantes… Y no son los únicos que han
encontrado horizontes académicos en los Estados Unidos: allá también hacen o
hicieron sus doctorados Martín Mulligan, conocido como Emila Persola y Eunice
Shade. Entonces lo que te quiero decir es que la fragmentación es de pronto solo
aparente. Igual se puede hallar subterráneamente, en sus propios textos,
conexiones entre todos estos autores. Pero sigamos en la superficie: Enrique
Delgadillo Lacayo, por impulso de Ulises Juárez Polanco, entró al programa de
liderazgo de la Universidad de Georgetown en Washington D.C., que solo duró tres
meses, pero que seguramente de algún modo habrá influido en su forma de ver el
mundo y por tanto de hacer literatura. Quedémonos con Juárez Polanco: hace ya
unos años estuvo en México haciendo una residencia artística en un programa del
Gobierno de ese país, también de tres meses, en los cuales se dedicó por entero a
escribir y seguramente le ayudaron a formarse oficio, además de ampliar su red de
contactos… en fin: que luego la misma residencia la hicieron Missael Duarte, José
Adiak Montoya y Manuel Membreño, que entró a uno de los talleres del CNE, donde
yo lo conocí y donde también coincidimos con Berman Bans, y que luego obtendría
el segundo lugar en un certamen el Banco Central de Nicaragua. O sea, no quiero
parecer como que trato de hallar conexiones inauditas entre todas las cosas para
explicarlas; pero creo que no vale la pena hablar de la fragmentación de los autores
cuando vemos que ahora están conectados por hilos quizá invisibles, pero
tremendamente fuertes, quizá incluso más que un nombre rimbombante como hace
varios años.
5. Desde tu experiencia como integrante de la Generación del 2000, ¿cuáles
creés que sean los principales elementos que ilustran su concepción literaria?
Los géneros literarios no existen; y si existen, es solamente para
entrecruzarlos.
El lenguaje es un territorio que aún posee regiones inexploradas.
Hace falta redescubrir y reescribir la historia nacional.
No comprendemos el mundo que habitamos, pero queremos hacer un
esfuerzo por describirlo.
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Matriz Historia de vida – Luis Báez
Lugar de encuentro: Casa de habitación de Luis Báez- Jinotepe, Carazo
Hora y fecha de encuentro: Miércoles 11 de mayo del 2016- 10: 00 am
Objetivo: Profundizar en específicas etapas de la vida de Báez y a través de esto
identificar los ejes temáticos fundamentales que ilustran su labor literaria.
1. ¿Dónde creciste?
En este terreno (Jinotepe, Carazo) pero esta casa todavía no estaba construida. De
hecho aquí venimos cuando yo tenía como dos años. Cuando yo nací estábamos
prácticamente sin casa, ya que mi papá estaba desempleado y mi mamá con varios
trabajos que no eran muy buenos. Así que al principio vivíamos en la casa de varios
amigos. Primero en Los Arcos, Managua, luego en Matagalpa donde vivíamos con
varios actores del teatro campesino, después venimos a Jinotepe a vivir en la finca
de un amigo de mi papá y cuando estábamos allí otro amigo de mi papá que sabía
la situación por la que pasábamos, les ofreció un préstamo y así fue como
compraron todo este terreno.
2. ¿Tus padres o algún otro miembro de tu familia participaron en alguna
actividad propia de la década de los 80?
Mis padres antes trabajaban en el Frente (Frente Sandinista de Liberación
Nacional), anduvieron en la Insurrección. Mi mamá anduvo con la GPP (Guerra
Popular Prolongada) en Managua y haciendo trabajos estudiantiles clandestinos. Mi
papá estuvo metido en eso de la Insurrección y era colaborador del Frente desde
chavalo. Ellos se conocieron en los 80, mi papá ya tenía una hija que vivía en
Alemania y mi mamá tres, dos mujeres y un varón que se murió a los tres años.
Luego nací yo. Mi papá después de la Alfabetización comenzó a trabajar en el vice
ministerio de educación de adultos y mi mamá estaba en el DAP (Departamento de
agitación y propaganda). Ya en el 86 mi papá renunció a este trabajo porque estaba
en desacuerdo con el autoritarismo del partido, en cómo se estaba utilizando la
educación popular como forma de adoctrinamiento político, los métodos de los
asesores cubanos en educación que era toda la línea de adoctrinamiento, él era
más de fomentar la consciencia y la educación crítica incluso contra el propio
sistema, el gobierno y obviamente eso en los 80 no servía, así que mi papá se peleó
con todo mundo, lo corrieron y se declaró disidente. Lo metieron en una lista negra
y no le iban a dar trabajo en ningún lado. Mi mamá tuvo que agarrar otros trabajos
aparte del que ya tenía. Cuando yo iba a nacer estaban en una situación económica
muy mala.
122
3. ¿A qué crees que se debe que tu papá haya actuado de tal manera?
Creo que lo disfrazaba mucho de ideología, pero al final supongo que lo que nos
pasa, porque yo en eso me parezco mucho a él; es que queremos sacudir la vida y
en esos tiempos se le ponía la justificación ideológica y ahora no…
4. Entonces ya estando aquí en Jinotepe, ¿cómo transcurrieron los
primeros años de tu vida?
Antes de tener esta casa lo que teníamos era una casita de tabla, piso de tierra,
tuvimos luz eléctrica hasta que yo tenía como siete años… pero era bonito. De
hecho son como los mejores recuerdos que tengo. Además mi papá era muy
especial y cariñoso; por la misma razón que estaba desempleado y mi mamá
pasaba casi todo el tiempo trabajando, él fue el que me crió prácticamente. Desde
que tengo memoria él me contaba historias; en las noches en esa casa sin luz él
me sacaba al patio a ver las estrellas y me empezaba a contar de todo, una de las
historias que siempre me contaba era la historia de mi abuelo.
5. ¿Por qué crees que la historia de tu abuelo era un tema muy recurrente
en tu papá?
Creo que era por el sentido del heroísmo y el orgullo. A mi abuelo lo torturaron y lo
mataron, mi papá no lo pudo conocer porque tenía nueve meses de nacido cuando
eso pasó, pero creció escuchando su historia. Yo desde chiquito notaba que era
algo contradictorio; porque pensaba que mi papá se sentía orgulloso de que su papá
se haya muerto luchando por sus ideales, pero al mismo tiempo me cuenta que le
hizo falta. De alguna manera él vivió la paternidad que no tuvo siendo padre.
6. ¿Cuándo comenzaron a mejorar las cosas respecto a la situación
económica de tus padres?
Como en el 90 mi papá pudo conseguir trabajo, construyeron una casa mejor. Las
cosas comenzaron a ir bien económicamente pero mal entre ellos. Mis padres se
separaron, al final del 89 mi papá usaba drogas, mis hermanas salieron
embarazadas y se fueron de la casa. Al final mi papá logró salir de esa situación
pero eso afectó mucho la relación. Mi mamá luego de un tiempo se fue a vivir a
Managua y yo me quedé viviendo aquí con mi papá.
123
7. Pero tu papá estuvo trabajando en asuntos de literatura infantil,
¿cuándo fue eso?
Sí, pero primero estaba trabajando en una ONG en San Marcos y cuando se salió
de ahí conoció a una gringa que acababa de venir a Nicaragua y tenía un programa
de promoción de la literatura infantil, entonces mi papá comenzó a trabajar ahí y a
coordinar uno de los proyectos. Como tenía bastante experiencia en educación
popular se entusiasmó y luego de tres años la gringa dejó el proyecto y mi papá
quedó a cargo del proyecto desde el 95 hasta que se murió en el 2010.
8. ¿Antes de estar en ese proyecto había incursionado en temas
literarios?
No, siempre le había gustado leer un montón pero nada más, hasta que entró en
ese proyecto pero igual eso era más de gestión cultural, él no estaba realizando
trabajo de producción artística. Aunque de hecho siempre quiso escribir un libro de
sus memorias.
9. ¿Y cómo fueron tus años escolares?
Estudié aquí en Jinotepe luego en Managua; todo normal hasta que llegué como a
sexto grado o primer año de secundaria y comencé a tener problemas, repetía, me
expulsaban a cada rato…
10. ¿A qué se debía que tuvieras tantos problemas en los colegios?
No sé… Supongo que fueron impactos de la cuestión del divorcio, todo ese rebote
me afectó.
11. ¿Cómo comenzaste con todo el asunto literario?
Primero solo pintaba, luego me metí en un curso cinematográfico y un día nos
dejaron una tarea que se trataba de escribir algo que luego pudiéramos desarrollar
como un guion, un día le enseñé eso que escribí a un amigo de mi papá y me dijo
que era un poema, a mí me gustó y comencé a escribir como loco. Siempre andaba
una libretita donde escribía ideas o cosas así, me compré unos libros y leía, escribía
y así me mantenía. Leí a Borges, Nietzsche y me cambió la vida. Comencé
escribiendo poesía pero yo quería escribir cuentos y sentía que no podía; de repente
los cuentos se volvieron más narrativos, luego los cuentos tenían un lenguaje muy
poético… comencé a entender de técnicas de narración. De la nada me vi
124
trabajando en una revista, primero de redactor y luego de editor. Unos años después
miré que tenía varios cuentos escritos y los empecé a reunir y así hice el primer
libro; El patio de los murciélagos. El núcleo de ese libro era el poema que le enseñé
al amigo de mi papá, era un solo poema pero lo dividí en tres partes para ponerlo
como prólogo de cada sección del libro.
12. ¿Cómo estructuraste El patio de los murciélagos?
De atrás para adelante. Yo siento que El patio de los murciélagos es como una
explosión; en una parte estamos más cerca de la historia actual, en otra estamos
más atrás. El estilo del primer cuento es bastante claro, la trama es muy limpia:
inicio, desarrollo, fin. Luego los cuentos se van desarticulando y ya en éste último
cuento (04.04.54) no hay forma, es más experimental.
Este libro es como un radar, lo que está más cerca está muy claro y lo que está más
lejos se va desvaneciendo; es como un radar de murciélagos, un vómito de muchas
cosas, es un libro súper personal; no espero que se entienda pero sí que tenga otro
nivel de lectura.
13. ¿Cómo publicaste este libro?
Cuando reuní todos esos cuentos más otros que encontré hace poco en una primera
versión que había escrito de este libro, lo metí a concursar en el Centro
nicaragüense de escritores (CNE) y no ganó. Luego lo reedité y comencé a buscar
editoriales.
14. ¿Tenés pensado escribir más cosas relacionadas con esta temática de
la revolución y la historia de Nicaragua?
Mi gran proyecto y es algo que todavía está pendiente, es escribir la historia de mi
abuelo, el problema es que no sabía cómo abordar ese tema y ya estoy un poco
más claro de eso.
Este libro (El patio de los murciélagos) tiene que ver mucho con la historia de
Nicaragua y es que en realidad es muy fácil escribir sobre estos temas porque es
algo que ya está hecho, sólo hay que darles la forma. Todos los que hemos
empezado a escribir narrativa de los de la generación del 2000 tenemos al menos
un cuento sobre la guerra, la revolución. Siempre nos queremos meter en la historia
de Nicaragua porque es un asunto estética, literaria, social y políticamente no
resuelto. Es algo que te jala, hay cierto morbo. En otros lados empiezan a escribir
del amor y aquí comenzamos a escribir de la guerra.
125
15. ¿Cuál es tu perspectiva de la literatura en Nicaragua?
Me he dado cuenta que la literatura y la cultura aquí está puesta sobre instituciones
que no tienen absolutamente nada que ver con estos temas.
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Matriz – Historia de vida: Víctor Ruiz
Lugar de encuentro: Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN)
Hora y fecha de encuentro: Jueves 04 de agosto del 2016- 11: 00 am
Objetivo: Ahondar en etapas representativas de su vida a manera de lograr una
mejor comprensión del contenido de su obra poética.
1. ¿Cómo fue tu infancia?
No fue algo que pueda textualizarse o poetizarse, está llena de muchos
baches, muchos problemas familiares; por lo tanto lo que encontrás a mi obra
referido a mi infancia es más bien la ausencia de ésta misma. Es una manera
de tratar de ocultar eso.
2. ¿Dónde naciste?
Nací en 1982, en Managua. Puedo decir que me considero hijo de la
revolución, me puedo llamar un buen espectador porque de alguna manera
tomé consciencia en los 80. Recibí parte de mi educación elemental en esa
época por lo tanto puedo hablar de lo que en ese momento se llamaba
revolución.
3. ¿Relacionas ese contexto en el que creciste con tu obra poética?
No, lo primero que escribí de mi obra poética es una manera de evadir esa
parte. Crecí a como todos los hijos de la revolución en un ambiente
disfuncional. Mis padres estaban prácticamente ausentes debido a los trabajos
que desempeñaban en la revolución y eso permitió que estuviera expuesto a
demasiada violencia y a un desarrollo muy liberal para un niño. No tuve una
educación estricta pero sí una educación abandonada por parte de los
mayores.
4. ¿Tu primera inclinación artística fue hacia la literatura?
No, desde pequeño me gustaba dibujar, me atraía la fotografía pero eran cosas
que formaban parte de la naturaleza de mi familia. Casi todos en mi familia
sabían dibujar así que no era considerado un arte sino un talento más.
127
5. Entonces, ¿cómo fue tu despertar literario?
Se dio mucho tiempo después de mi infancia, podría decir que se da en el
contexto de la post revolución. Debido a la consciencia lúcida que yo poseía
acerca de lo que sucedía alrededor mío es que mi obra tampoco aborda un
aspecto relacionado directamente al contexto.
6. ¿Cómo fue el proceso de iniciación en la poesía?
Se da a los 16 años, ya en ese tiempo leía todo lo que caía en mis manos. No
había muchos libros a mi alrededor, los únicos libros que podía conseguir eran
libros políticos. Recuerdo de pequeño estar leyendo El manifiesto comunista de
Karl Marx, los textos de Lenin; eran libros que no entendía en absoluto pero la
obsesión era la lectura.
7. ¿Cuál fue el primer libro que leíste?
No recuerdo específicamente cual fue el primero que leí pero sí el primero que
me conmocionó, en este caso fue El Principito que leí a los 12 años y creo que
fue a partir de ahí que me desboqué a la lectura.
8. ¿Nunca escribiste narrativa?
Sí escribí en algunos momentos cuentos para mí mismo y para alguien más,
pero no creo que se le puedan llamar cuentos, estaban motivados por una
intuición poética, no dejaban de estar pensados como poemas.
9. ¿Cuál fue el principal tema de tus primeros poemas?
No fue la inconformidad política o social o la infancia, fue el amor. Pasé desde
los 16 hasta los 20 años escribiendo poemas de catarsis, de subjetividad hasta
que a los 20 comencé a tener una concepción más específica del lenguaje
poético. Ya sabía que la poesía no se describía solamente a partir de
emociones o sentimientos sino también a partir de lenguaje poético, esto lo
descubrí de la mano de los poetas que iba leyendo. Mi primer acercamiento
formal hacia la poesía fue con Octavio Paz y anterior a él leía mucha poesía
política.
128
10. ¿Hay algún autor con el que sintás cierto parentesco?, pienso por
ejemplo en Ernesto Mejía Sánchez a quien admiras mucho
En mi libro hay una gran influencia de Ernesto Mejía Sánchez, sobre todo en
aquellos poemas donde reflexiono sobre el acto poético mismo. Y sí, en un
tiempo fue él pero mi ahora mi visión poética ha evolucionado muchísimo hacia
otras cuestiones, no necesariamente poéticas sino vivenciales.
11. Los primeros siete poemas de La vigilia perpetua son de temática
erótica, ¿tenés más poemas que sigan esa línea?
Sí, tengo otros poemas eróticos. Esos primeros poemas son precisamente los
primeros poemas serios que escribí y fueron motivados por la experiencia de
conocer un cuerpo.
12. Roberto Aguilar en el prólogo de La vigilia perpetua escribió que estás
en la búsqueda permanente de la precisión léxica, lo cual te hace ver
como alguien muy formal al momento de escribir, tomando en cuenta
que los poetas actuales se declinan más por el verso libre, ¿crees que
esto se deba a que rechazan la disciplina?
La poesía es precisión léxica. No existe otra manera de llamar a la poesía que
las palabras mismas de la poesía. Yo creo que la precisión léxica tiene que ser
de dominio de todo poeta, no sólo de aquellos que escriben sonetos.
13. ¿Cómo fue tu participación en la generación del 2000?
Podría decirse que yo pertenezco a un grupo de poetas del 2000 que eran
prácticamente independientes, en este caso también se incluyen Alejandra
Sequeira o Ezequiel d´ Leon Masís.
14. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo se forma la génesis de tus
poemas?
En un momento no pensaba un tema, pensaba un verso con unidad rítmica que
de alguna manera me atraía y lo escribía y a partir de eso comenzaba a
estructurar el poema. Ahora me aferro a un tema y a ese tema trato de revestirlo
de una unidad rítmica. Ahora es primero una intuición y luego un proceso
creativo.
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15. ¿De alguna manera ligás la docencia con la labor poética?
No, son dos cosas muy apartes. Por ejemplo, yo no soy docente porque soy
escritor, soy docente porque fue lo que escogí para ganarme la vida y no trato
de ligarlo de ninguna manera con la escritura. A mis alumnos de Literatura no
trato de volverlos escritores, más bien trato de enseñarles a ver la literatura como
una experiencia de vida, mientras que en los talleres que he impartido sí los veo
como escritores y trato básicamente de mostrarles el camino que yo seguí para
escribir.
16. ¿Cómo surgió la idea de los talleres de poesía que has impartido?
Creo que los talleres son mi aporte como lector y escritor hacia mi generación y
mi tradición.
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Matriz entrevista sobre Francisco Ruiz Udiel
Entrevistado: Víctor Ruiz/ Crítico literario y poeta de la Generación del 2000
Fecha y lugar de encuentro: 04 de agosto del 2016/ UNAN- Managua
Hora: 12: 00 p.m
Objetivo: Identificar datos relevantes de la vida de Francisco Ruiz a través de la
experiencia de Víctor Ruiz con él.
1. ¿Cómo fue su infancia?
Hay ciertos temas de los que a mí no me gusta hablar acerca de la vida de
Francisco; de su infancia en Estelí por ejemplo, fue una etapa muy violentada, pero
en esa época, ¿quién no?
2. ¿Qué tipo de violencia se vivía en esos años?
Institucional, educativa. En las escuelas te torturaban, los padres autorizaban a los
maestros a violentar a sus hijos.
3. ¿Cómo conociste a Francisco?
En un congreso que hacía Edgard Escobar Barba, el año específico no lo recuerdo.
Él era muy confrontativo pero era algo necesario en ese tiempo para hacerse
escuchar. A partir de ahí nos hicimos amigos.
4. ¿Cómo fue su amistad?
Nos prestábamos libros, organizábamos eventos literarios como el I Festival de
Poesía Nicaragüense, el cual fue muy interesante porque fue una manera de
aglomerar voces dispersas en toda Nicaragua, de ese evento surgió un libro:
“Poetas, pequeños dioses”, el cual lo editó Leteo Ediciones.
5. ¿Cuál es la imagen que tuviste de él como amigo y como poeta?
La primera imagen que tuve de él fue como agitador literario, luego como promotor
literario; o sea en torno a él existía toda una energía poética, por medio de él
surgieron otras voces poéticas como la de Carlos Castro, Mario Martz, Enrique
Delgadillo. La siguiente imagen que tengo de él es como amigo; fuimos muy
cercanos, era una persona bien leal y directa, muy organizado con los libros, con
las citas.
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6. ¿Qué autores lo influenciaron?
Según lo que conversábamos, en su primera obra fueron los poetas a los que se les
podía considerar interioristas o confesionales como Alejandra Pizarnik, Anne
Sexton, Sylvia Plath. Ya en su segunda obra hay otra visión poética, hay mucha
influencia de poetas árabes, como Mahmud Darwish.
7. ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?
El 26 de diciembre del 2010, ese día salimos y acordamos vernos el 27, yo no pude
asistir y lo llamé para avisarle que no iba a llegar y que si podíamos vernos al día
siguiente, él dijo que no podía y luego hasta el primero de enero del 2011 recibí una
llamada a las cinco de la mañana de que Francisco había muerto.
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Matriz entrevista sobre Francisco Ruiz Udiel
Entrevistado: Pablo Hernández/Especialista en Comunicación
Fecha y lugar de encuentro: 23 de octubre 2016/ Vía Internet
Hora: 4:00 pm
Objetivo: Investigar acerca de la vida de Francisco a través de la experiencia que
tuvo Pablo como uno de sus mejores amigos.
1. ¿Cómo fue la infancia de Francisco?
Nunca quiso que se hablara de su infancia.
2. ¿Cómo lo conociste?
Por Literatosis y algunas fiestas en mi casa. Terminó viviendo un tiempo con mi
familia y conmigo.
3. ¿Cuál era la imagen que tuviste de él como amigo y como poeta?
Como amigo, como un cómplice de sueños que proponía hacer toda locura que se
nos ocurría con tal de lograr catarsis y envolverse en un proceso creativo. Como
poeta, muy disciplinado, consciente, sobrio, entusiasmado con la imagen de las
palabras, siempre buscando de qué verso sostenerse.
4. ¿Qué le gustaba hacer?
Bailar, leer, tomar café, caminar de noche...
5. ¿Qué no le gustaba hacer?
Subir volcanes.
6. ¿Cuál era la rutina de Francisco? (¿Cómo eran sus días?)
Se despertaba temprano, tomaba mucho café, fumaba, se ponía a leer con música
de fondo, le costaba trabajo terminar de despertar, se bañaba tarde.
7. ¿Qué autores lo influenciaron?
Alejandra Pizarnik, Salarrué, Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Claribel Alegria
8. Alguna anécdota de ustedes dos
Tenemos buenas. Fuimos a graffitear paredes con versos, jugábamos a inventar
historias y darle continuidad a la anterior en la playa de La Flor, salíamos sin un
peso porque no teníamos y terminábamos comiendo y bebiendo donde la Blanquita
Castellón, nos ayudábamos con las chavalas, leíamos poesía en los buses, le
poníamos triqui tracas en los pies a la gente los 24 de diciembre para asustarla...
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9. ¿Cuándo fue la última vez que se miraron?
En mi casa, en la celebración de año nuevo 2009-2010
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Guía para grupo focal de validación
Participantes: -Estudiantes de la carrera de Comunicación de la UCA (Cynthia
Alfaro/ Hans Ramírez)
-Estudiantes de la carrera de Lengua y literatura hispánicas de la UNAN (Andrés
Moreira/ Bosco Hernández)
-Profesor de taller de crónicas y reportajes (Juan Ramón Huerta)
Fecha: 26 de octubre 2016 Hora: 3: 00 pm
Ciudad: Managua
Moderadora: Regina Pérez
Crónica asignada a cada participante
I parte: Luis Báez/ Bosco Hernández
II parte: Víctor Ruiz/ Andrés Moreira
III parte: Francisco Ruiz Udiel/ Cynthia Alfaro, Hans Ramírez
Todo el libro/ Prof. Juan Ramón Huerta
1. ¿El título del libro de crónica literaria va acorde con el contenido
expuesto?
Bosco: A mí me parece bien porque no solo en la historia de los tres autores
que vos escogiste, sino en la de la mayoría de los autores de la generación
del 2000 siempre hay un vacío, algo que se desliga desde la niñez de ellos.
Andrés: Creo que va acorde porque con la poca relación que he tenido con
Víctor y otros autores de esa generación me he dado cuenta que para ellos
el elemento de la orfandad es como una palabra que encierra todo lo que
ellos son, todo lo que han escrito. En todas las conversaciones de ellos en
las que he estado presente siempre está esa palabra.
Cynthia: Desde el punto de vista periodístico he aprendido que tu título no
tiene que mostrarte toda la historia de un solo. Yo creo que la palabra
orfandad puede ser en cierto modo un poco más ambigua en todos los
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sentidos. Estás hablando de orfandad física, emocional y con lo que se lee
en tu crónica creo que calza perfectamente.
Hans: Me gusta mucho el título, capta la atención del lector, aunque al mismo
tiempo me deja con ciertas dudas, por ejemplo de si estos tres autores eran
huérfanos físicamente.
Juan Ramón: El título se engancha muy bien con el contenido de las
crónicas, pero desde un punto de vista más periodístico creo que se podría
tratar de contextualizar más al lector, en el sentido de quizá añadir algunos
párrafos al principio donde se hable de la generación anterior a la del 2000.
2. ¿Siente que la información expuesta en la crónica literaria asignada
satisface las necesidades del lector en relación a conocer la vida y obra
del protagonista de la crónica? ¿Por qué?
Andrés: Leí tres veces la crónica que me asignaste, la primera vez me gustó
mucho, luego un poco menos porque siento que mitificas demasiado la
imagen de Víctor. Me gusta mucho como ambientas, las imágenes que sos
capaz de crear en el lector pero hay ciertos detalles que se pueden mejorar.
Creo que deberías presentarlo más humano.
Cynthia: Al menos en la crónica que a mí me asignaste que fue la de
Francisco, me gusta mucho el lenguaje pero siento que hasta en el tercer
capítulo empezas a profundizar en la historia de él.
Hans: De repente me confunde porque estás hablando en tercera persona y
luego cambias a primera persona. Aplaudo tu manera de construir frases,
describís de forma que una escena muy simple la imagine bella. También
creo que deberías especificar más sobre los autores, porque de repente se
lee como como si lo escribiste pensando que cualquiera que lea tu libro va a
saber de quienes estás hablando y no siempre va a ser así.
Juan Ramón: Disfruté leyendo la parte de la historia del abuelo de Luis que
aunque es muy interesante, siento que le roba un poco de protagonismo al
mismo Luis.
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3. ¿La estructura o el lenguaje con el que está escrito el libro de crónica
literaria confunde al lector o le parece novedoso? ¿Por qué?
Hans: A mí me parece creativa, algo nuevo, parece que dejas algo
inconcluso pero mientras vas avanzando con la lectura de las crónicas ves
como todo se va justificando. Me encantó que fusionaras ciertos versos del
autor con lo que vos estabas contando en la crónica, sin embargo hay
momentos en los que se siente inseguridad, como que abusas del “quizás”.
Cynthia: Yo nunca había visto un trabajo así. Me gusta mucho como lo
estructuraste, parece que querés confundir al lector pero en realidad solo lo
estás intrigando para que no deje de leerte. Generando curiosidad. También
es bastante rescatable el lenguaje, es sencillo y creo que lectores de
cualquier edad pueden entenderlo.
Andrés: Hay frases que me gustan muchísimo, mientras leía la crónica
recreaba esa escena de la cafetería, luego la lluvia, caminar hacia el centro
de investigaciones; pero también hay otras que creo que se pueden mejorar,
que requieren más fuerza.
Bosco: Hay detalles que me parecen están demás.
4. Luego de leer el libro de crónica literaria se animaría a leer del autor en
cuestión y de los demás integrantes de su generación literaria? ¿Por
qué?
Cynthia: Desde el título del libro te dan ganas de leerlos, de conocer quiénes
son.
Bosco: Si no hubiese leído esta crónica quizá no me interesaría por el autor.
Creo que a veces el escritor desde su manera de escribir hace que su
personaje sea interesante para el lector.
Juan Ramón: Yo soy más un lector de generaciones y ahora con esta
lectura, siento que si voy a una librería y veo el libro me interesaría porque
me preguntaría, ¿Por qué solo tres autores de toda una generación?
Andrés: Creo que tu libro se presta para una reedición porque al final es
historia y la historia siempre va creciendo, no hay límites.
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5. ¿Tiene alguna recomendación específica para la autora con el fin de que
se mejore el libro de crónica literaria?
Juan Ramón: No hagas tantas formalidades, podrías presentar al autor de
una manera aún más literaria. En la crónica periodística hay cosas que no se
permiten, es más rigurosa, pero en la literaria tenés más oportunidades y
deberías aprovecharlas.
Cynthia: Jugá más con las datos.
Andrés: Te estás sobreestimando, deberías aventurarte más con el
lenguaje, que tu libro no sea un simple recuento biográfico, sino también que
los lectores te recuerden a vos por como lo escribiste.
Hans: Tenés frases increíbles que muestran que tenes la información y el
poder para dejar al lector impactado pero te estás limitando, no querés soltar
lo que estamos esperando y debes hacerlo.
Bosco: Me gusta como escribiste las crónicas, es como si estás
reconstruyendo un mito pero hay detalles que siento están sobrando o
quitándole fuerza a tu escrito.
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