Los recolectores de PET - Cusco
PET collectors - Cusco
Javier Escóbar – antropólogo
Resumen
En el presente artículo, conoceremos más de cerca una actividad y subsector de la
economía que en general pasa desapercibida, pero que está vigente no obstante los
avances de la modernidad: la recolección, la misma que el hombre utilizó con
eficiencia durante muchos miles de años. Los recolectores que desarrollan sus
actividades en las grandes ciudades hoy en día, ya no buscan plantas comestibles,
sino materiales desechados por otros congéneres, en especial uno que abunda en las
sociedades de consumo en forma de botellas descartables: el PET.
En los párrafos siguientes, describiremos la constitución el mercado del PET; la
articulación de los recolectores para efectuar sus labores utilizando el capital social y
su grado de formalización e incrustamiento dentro de la economía. Además,
relacionaremos sus características sociales con lo que Oscar Lewis denominó como la
subcultura de la pobreza y buscaremos la explicación acerca de porqué son pobres
desde la perspectiva de Amartya Sen, finalizando con los aportes de Hernando de
Soto y El Misterio del Capital. Este estudio es todavía incipiente, debido a la
complejidad del mismo y que esperamos sirva como punto de partida para futuras
investigaciones.
Palabras clave: Recolección, Oferta, Demanda, Cadena de valor, Pobreza,
Informalidad, Capital social.
Summary
In this article, learn about more of an activity and subsector of the economy that
generally goes unnoticed, but it is in effect notwithstanding the inroads of modernity:
the collection, the same man who used efficiently for many thousands of years .
Collectors that they operate in large cities today, and not seek edible plants, but other
materials discarded by congeners, especially one that abounds in consumer societies
in the form of disposable bottles: PET.In the following paragraphs, we will describe the
constitution of the PET market, the articulation of collectors to do their work using the
1
social capital, and their degree of formalization and embedding within the economy. In
addition, social characteristics relate them with what Oscar Lewis called as the
subculture of poverty and seek the explanation of why they are poor from the
perspective of Amartya Sen, ending with the contributions of Hernando de Soto and
The Mystery of Capital. This study is still in its infancy, due to the complexity of it and
that we hope will serve as a starting point for further research.
Keywords: Collection, supply, demand, value chain, Poverty, Informality, Social Capital.
La recolección como actividad es una de las más antiguas efectuadas por el hombre.
Durante miles de años, los seres humanos fueron eficaces cazadores y recolectores
antes de iniciar la domesticación de plantas y animales, actividad que según Cashdan
(1991:41)i se halla en contacto directo o indirecto con la economía mundial. Por su
parte, Stuart Plattner (1991:17)ii plantea que la antropología económica es el estudio
de las instituciones y el comportamiento económicos realizado en lugares
antropológicos y con un estilo etnográfico. Esta perspectiva es igualmente válida para
los estudios antropológicos en la ciudad, por lo que abordamos la presente
investigación desde una vertiente etnográfica.
El PET o Tereftalato de Polietileno, es un tipo de plástico muy usado en
envases de bebidas y textiles. Fue producido por primera vez en 1941 como polímero
para la fabricación de fibras, a partir de 1946 se empezó a utilizar industrialmente
como fibra y su uso textil ha proseguido hasta el presente. En 1952 se comenzó a
emplear en forma de filme para envasar alimentos. Pero la aplicación que le significó
su principal mercado fue en envases rígidos, a partir de 1976. Pudo abrirse camino
gracias a su particular aptitud para la fabricación de botellas para bebidas poco
sensibles al oxígeno como por ejemplo el agua mineral y los refrescos carbonatados,
desde principios de los años 2000 se utiliza también para el envasado de cerveza.
Los recolectores de PET desarrollan sus actividades en las grandes ciudades,
ya no en busca de plantas comestibles como en el pasado, sino otro tipo de
materiales que se puedan reutilizar como chatarra metálica, fierro, vidrio, calzado,
cobre, bronce, aluminio, caucho y plásticos. Estos últimos a su vez comprenden una
serie de tipos como el PET (polietileno tereftalato), PEAD (polietileno de alta
densidad), PVC (poli-vinilo de cloruro), PEBD (polietileno de baja densidad), PP
(polipropileno) y PS (poliestireno); cada una con características propias y que se
utilizan para la fabricación de diversos envases, la mayoría en forma de botellas
2
contenedoras de líquidos. Estos recolectores a los que denominaremos como
“primarios”, son parte de un sistema complejo mayor.
Para caracterizar el mercado de recolectores de residuos de PET de la ciudad
de Cusco, nos apoyamos en el Proyecto de Ley que regula las actividades de los
recicladoresiii, hoy convertido en Ley (29419) y aprobado por el Pleno del Congreso de
la República el 11 de setiembre de 2009 a iniciativa de la congresista Gloria Ramos
Prudencio la misma que consideramos describe la situación común de los recolectores
en la ciudad de Cusco, sus actividades principales, el grado de informalidad existente
y el nivel de desconfianza al interior de este subsector. Creemos además, que nuestra
investigación ha buscado ahondar más en la situación de los recolectores, sus
actividades cotidianas e historias de vida para intentar analizar desde una perspectiva
antropológica, sus características y capital social existentes en su interior.
De otra parte, recogemos los aportes de teoría del Capital social planteada por
John Durston (2002:16)iv, quien define el capital social como el contenido de ciertas
relaciones y estructuras sociales, es decir, las actitudes de confianza que se dan en
combinación con conductas de reciprocidad y cooperación. Ello constituye un capital
en el sentido de que proporciona mayores beneficios a quienes establecen este tipo
particular de relaciones y que puede ser acumulado.
De la teoría de capital de Durston, es importante destacar el hecho de que
tanto la confianza, la reciprocidad y la cooperación, se ven reforzados por sentimientos
de afecto, seguridad y pertenencia, los mismos que promueven el incremento de
dicho capital, y que por el contrario, los sentimientos de rabia, miedo y rechazo, actúan
en detrimento del mismo, por lo que resulta clave para comprender los niveles de
capital social existentes dentro del mercado de recolectores de residuos de PET.
El capital social puede presentarse bajo seis formas, cada una con su propia
dinámica: i) Capital social individual: contratos diádicos y redes egocentradas; ii)
Capital social grupal; iii) Capital social comunitario; iv) Capital social puente: alianzas
regionales; v) Capital social “de escalera”: reciprocidad con control; y vi) Capital social
societal. Esta tipología es particularmente útil en cuanto nos permite entender a qué
tipo de capital social pertenecen los distintos actores del mercado de recolectores,
evidenciando que la mayoría de éstos se ubican en los dos primeros tipos, vale decir,
dentro del capital social individual: contratos diádicos y redes egocentradas y el capital
social grupal. También están, de manera incipiente, dentro del capital social
comunitario, aunque a nivel nacional la tendencia a futuro será conformar el
denominado capital social puente: alianzas regionales y el capital social “de escalera”:
3
reciprocidad con control. El último tipo de capital, el capital social societal, es posible
que se pueda producir entre los recolectores de nuestro país más a largo plazo.
El análisis de Durston alrededor de capital social y exclusión es ilustrativo
puesto que el binomio inclusión/exclusión entre los recolectores es una constante, ya
que compiten por un recurso limitado como es el PET y tendiendo redes en donde los
miembros incluidos gozan de privilegios y los excluidos no, siendo obligados estos
últimos, a tejer otras redes o bien buscar la manera de incluirse con los primeros.
M. Estellie Smith (1991:398)v efectúa un estudio bibliográfico acerca de la
economía informal, indicando que en los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial se evidenciaba la aparición cada vez más notoria de un sistema
extraordinariamente productivo que incorporaba un gran número de personas en la
elaboración y consumo de bienes y servicios, en su mayoría sin conocimiento directo
del gobierno. Para Smith (ídem: 401) el sector informal está integrado por aquellas
actividades que permiten obtener recursos mediante 1) el creciente acceso privado a
los recursos colectivos más allá de su distribución normativa y 2) la evasión parcial o
total del control público o de las cuentas generales, así como de toda estimación
corporativa, ya sea esta obligatoria o recíproca (esto es, los impuestos). Son los
productores de bienes y servicios que ofrecen alguna mercancía comercializable que
por diversas razones escapan al enlistado, la regulación u otro tipo de seguimiento o
verificación públicos.
En la ciudad de Cusco, la generación de residuos de PET es reciente, al igual
que en el resto del país. Esta empieza en los años ochenta y se incrementa en forma
paulatina, esencialmente por la reconversión tecnológica de las empresas
embotelladoras de bebidas gasificadas que empiezan a reemplazar los envases de
vidrio por hechos de PET, por ser la tendencia a nivel mundial debido a sus
características favorables para esta industria.
En nuestra ciudad, existe un promedio de 43 depósitos o centros de acopio de
residuos. Cada uno de ellos deducimos que en promedio ocupa a 04 trabajadores,
haciendo un total de 172. De otra parte, cada uno de estos depósitos es proveído por
50 recolectores aproximadamente, haciendo un aproximado de 2322 a 2500 personas
involucradas en la actividad del reciclaje en la ciudad de Cusco para el 2010.
Consideramos además, que esta cifra es conservadora, no existiendo a la fecha, un
censo que indique cifras más exactas, vacío que esperamos se cubra en posteriores
investigaciones. El mercado de recolectores de residuos de PET de la ciudad de
Cusco, está compuesto por:
4
La Oferta. Constituida por los generadores de plástico PET como los
domicilios, empresas privadas, mercados de abastos, instituciones públicas,
espacios públicos, comercios e instituciones educativas; así como por los
desperdicios y botellas con fallas de fábricas embotelladoras y los desperdicios
de la producción de botellas de plástico.
Los Canales de distribución minoristas. Conformado por los trabajadores
informales: segregadores, buzos, tricicleros o recolectores primarios; y por los
comercializadores minoristas: acopiadores minoristas informales y los
comercializadores minoristas formales.
Los canales de distribución mayoristas. Son los comercializadores mayoristas,
como las empresas comercializadoras de Residuos Sólidos (EC-RS) y los
depósitos mayoristas informales.
La Demanda. Integrado por mercado nacional: las fábricas de fibra de poliéster,
las empresas recicladoras de plástico y las fábricas que usan el PET reciclado
como insumo; y el mercado externo: los exportadores de PET reciclado. En
nuestra ciudad, no hemos podido verificar la existencia de la demanda, pues
ésta se concentra fuera de la región y especialmente en la ciudad de Lima.
En general, los recolectores primarios presentan las características que Oscar
Lewis (1973)vi definió como una subcultura de la pobreza, estudio que realizó en
México y que se puede equiparar con lo que acontece con los recolectores de Cusco.
La gran mayoría de los recolectores confrontados son migrantes, que se acercan a la
ciudad en busca de oportunidades económicas y para huir en muchas ocasiones de
difíciles circunstancias familiares, estableciéndose en las zonas urbanas marginales de
la ciudad. Trabajan en grupos familiares, especialmente jóvenes. Las madres lo hacen
con sus hijos, quienes la apoyan. En el botadero de Jaquira, distante a 7.5 km de la
ciudad del Cusco, se pueden observar a niños y jóvenes, los mismos que efectúan sus
labores de recolección en forma individual o en grupos vinculados por nexos de
parentesco consanguíneo.
Los recolectores primarios son grupos sociales vulnerables, dedicándose a
esta actividad y a la mendicidad como medio de sobrevivencia. Algunos presentan
problemas como el alcoholismo, alteraciones mentales, abandono familiar y pernocte
en la vía pública. Los recolectores primarios, parafraseando a Amartya Sen (2000)vii
son pobres, debido a que éstos están privados de sus capacidades y derechos, por lo
5
que no pueden disfrutar de sus libertades fundamentales, “para llevar el tipo de vida
que tiene razones para valorar”.
Complementando con lo dicho, Consuelo Uribe (2008:204-205)viii indica que
estas capacidades están referidas a todo aquello que pueden lograr: “realizaciones”
(“functiontings”); es decir, la manera cómo los individuos explotan su potencial. Las
capacidades darían pues, cuenta de la igualdad de las oportunidades. En ese sentido,
los recolectores de residuos de PET son pobres al no explotar su potencial y no existir
además igualdad de oportunidades para lograr sus propias “realizaciones” expresadas
en una falta de una nutrición adecuada, tener una buena vivienda, acceso a servicios
públicos de salud, educación y escapar a una morbilidad evitable, mortalidad
prematura, entre otros.
Por otro lado, los recolectores primarios presentan acumulación de capital
social, expresado en sus relaciones sociales y niveles de confianza alcanzados debido
en gran medida a sus orígenes étnicos y reforzados por sus relaciones de parentesco.
Dicho capital social se verá incrementado aún más en la medida que conformen
asociaciones de recicladores que establezcan alianzas estratégicas con otras
instituciones, para mejorar sus condiciones y calidad de vida, con lo que además
estarán dando un paso hacia su inserción dentro de la economía formal.
El grado de formalidad de los involucrados en el mercado de recolectores de
residuos de PET, depende de la posición que ocupen dentro del sistema. Es decir, que
a menor lugar que ocupen en la escala, menor grado de formalización. Así, al estar los
recolectores primarios en la primera escala se pueden considerar como informales o
con un grado de formalidad incipiente. Por su parte, los intermediarios, segregadores y
exportadores presentarían un mayor grado de formalidad inmediato superior respecto
a los anteriores.
Los intermediarios y propietarios de depósitos formales o informales ya no se
pueden considerar como pobres, pues han subido en la escala socioeconómica;
siendo más bien microempresarios que paulatinamente se están insertando a la
economía formal. Cuentan con un capital propio, el que utilizan para comprar el PET.
Compiten además entre sí y conforman redes de contacto con mayoristas ubicados en
la ciudad de Lima, ciudad de la que en muchos casos proceden. El capital social en
ellos es relativo, existiendo desconfianza entre ellos, pero con los recolectores
primarios más bien sucede lo contrario y que se expresa en el pago adelantado que
les hacen con el fin de garantizar la provisión de material.
6
Con sus clientes de Lima, existe también desconfianza mutua y por lo tanto
escaso capital social, debido a que los volúmenes en las transacciones comerciales
son mayores y por lo tanto hay un mayor movimiento de dinero, pudiendo ser objetos
de estafa. Respecto al grado de formalidad, los intermediarios o mayoristas
paulatinamente lo viene haciendo paulatinamente en sus operaciones comerciales,
situación que en general consideran positivo, aunque difícil de conseguir por las
grandes trabas burocráticas que no permiten su agilización, situación que coincide con
el análisis de Hernando de Soto en el Misterio del Capital (2000:46-47)ix:
Casi tan difícil como volverse legal es seguir siéndolo. Inevitablemente, la cosa no es tanto que
los migrantes quebranten la ley sino que la ley los quebranta a ellos, motivo para salirse del
sistema […] Una vez que estos recién llegados a la ciudad abandonan el sistema, pasan a ser
extralegales. Su única alternativa es vivir y trabajar por fuera de la ley oficial, usando sus propios
acuerdos informales y vinculantes para proteger y movilizar sus activos. Estos acuerdos resultan
de una combinación de reglas selectivamente tomadas del sistema legal oficial, como
improvisaciones ad hoc y costumbres traídas de sus lugares de origen o localmente ideadas. Lo
que mantiene a esas reglas juntas es un contrato social sostenido por la comunidad entera e
impuesto por autoridades que ella misma ha seleccionado. Estos contratos extralegales han
creado un sector vibrante pero subcapitalizado, el centro del mundo de los pobres.
A lo largo del presente artículo, hemos visto de manera sucinta la conformación
del mercado de recolectores de residuos de PET de la ciudad de Cusco, la articulación
de los actores sociales inmersos en el mismo y su grado de formalización.
Consideramos que se debe proseguir con investigaciones referentes a su evolución
en los próximos años y observar su consolidación como actividad económica,
observando los cambios sociales y conflictos que se pudiesen suceder producto del
proceso de formalización y conversión en asociaciones o microempresas.
Asimismo, se deberá observar y efectuar el seguimiento de este subsector de
la economía con la incorporación de nuevo actores sociales, especialmente la de las
empresas comercializadoras de residuos sólidos (EC-RS), económicamente más
poderosas y que modificarán la estructura de este mercado. Será igualmente
importante el impacto de instituciones públicas nacionales como el Ministerio del
Ambiente, quien valiéndose de la Ley del reciclador (29419), buscarán regular sus
actividades, lo que traerá cambios y por ende, conflictos. Por su parte, los gobiernos
locales también incidirán directamente en las actividades de recolección, como el caso
de la municipalidad provincial de Cusco, que tiene la obligación de clausurar el
botadero de Jaquira o privatizarla por medio de concesiones a empresas que
7
dispondrán libremente de los residuos del mismo, situación que podría afectar
dramáticamente la vida y actividades de muchas familias de recolectores.
Por otro lado, es conveniente profundizar respecto a las articulaciones
existentes al interior de los recolectores, especialmente en lo concerniente al capital
cultural, que será sumamente útil para una mejor comprensión de este sector, puesto
que da sustento al capital social existente entre ellos. Igualmente, se debe indagar con
mayor detalle su proceso de formalización legal por medio de la conformación de
microempresas, asociaciones de recolectores y de empresas comercializadoras de
residuos sólidos, situación que está siendo fomentada por medio de la ley del
reciclador y apoyada por ONG. Finalmente, recomendamos realizar biografías de
familias de recolectores para conocer a profundidad su modo de vida, actividad que en
pleno siglo XXI, está más viva que nunca.
Referencias:
8
i Cashdan Elizabeth (1991) Cazadores y recolectores. En: Antropología Económica. Stuart Plattner. Ed. Patria, para Alianza Editorial. México. 626 pp.
ii PLATTNER, STUART (1991) Antropología Económica. Ed. Patria, para Alianza Editorial. México. 626 pp.
iii CONGRESO DE LA REPÚBLICA (S/F).Proyecto de ley del reciclador. Disponible en: http://www.redrrss.pe/material/20090128193646.doc .Fecha de consulta: 27 de setiembre de 2009
iv DURSTON, John (2002). El capital social campesino en la gestión del desarrollo rural. CEPAL. Santiago de Chile.
v SMITH, M. Estellie (1991). Economía Informal. En: Antropología Económica. Stuart Plattner. Ed. Patria, para Alianza Editorial. México. 626 pp.
vi LEWIS, Oscar (1973). Los hijos de Sánchez. Ed. Joaquín Mortiz, S.A. XII edición.
vii SEN, Amartya (2000). Desarrollo y Libertad. Ed. Planeta. Bogotá. Colombia
viii URIBE, Consuelo (2008). Un modelo para armar. Teorías y conceptos de desarrollo. Fondo Editorial PUCP. Lima.
ix De Soto, Hernando (2000). El Misterio del Capital. Empresa editora El Comercio. Lima.
Top Related