Miguel Angel Briceo Gil
REPLANTEARSE LA DIALCTICA
HEGELIANA
BASES PARA UNA
METATEORA DEL DESARROLLO
2
CONTENIDO
1.- Introduccin
2.- Marx y la Lgica Hegeliana
3.- La teora del Valor de Marx y la Necesidad en Hegel
4.- La vigencia de Hegel en la discusin cientfica y filosfica
actual.
5.- El Volcamiento de la Lgica Hegeliana.
6.- La continuacin del volcamiento a la dialctica hegeliana como
herramienta para la comprensin de la sociedad actual.
A.- tica, delito y desarrollo del Estado
B.- Desarrollo y utilizacin del conocimiento
C.- Epistemologa y comunicacin
D.- La sociedad civil, gnesis y composicin
E.- Transdisciplinariedad Policontextural
1.- Introduccin
4
Contenido
A.- La Dialctica Hegeliana en el debate actual en torno a
Conocimiento y Accin............................................................................. 7
A.1.- En torno al conocimiento. El nfasis en la regresin
terica como resultado. ................................................................... 7
a.- Con respecto a la discusin sobre las relaciones entre
Kant y Hegel. La vuelta a concepciones prehegelianas. ...... 8
b.- Con respecto a la discusin sobre las relaciones entre
Hegel y Marx. La vuelta al empiricismo. ............................. 12
c.- Intentos para avanzar. Hacia un Post-Marxismo Pre-
Hegeliano. ............................................................................. 16
A.2.- En torno a la Accin. El nfasis en la cotidianidad como
punto de partida. .............................................................................. 19
a.- Del Sentido Comn a la Estructura Social General.
Dos maneras de presentarlo y de presentarse a s mismo. ... 19
b.- La Funcin del Sentido Comn para la Estructura
Social: gua metafsica para la ciencia y gua cientfica
para la metafsica. ................................................................. 24
b.1.- La salida religiosa: aplicacin de la
abstraccin desde la cotidianidad. .............................. 24
b.2.- La salida tecnolgica: aplicacin de la
concesin desde la cotidianidad. ................................ 26
B.- Estructura de la Obra. .......................................................................... 28
C.- Bibliografa ......................................................................................... 33
5
1.-Introduccin.
Replantearse la Dialctica no es una tarea insensata, tampoco desfasada
histricamente, ni mucho menos condenada al fracaso. S es extremadamente difcil, pero
igualmente necesaria. En este sentido, quiz el fin de siglo se caracterice en un futuro no
lejano, por un renacimiento en los estudios sobre Hegel. Iber (1990) encuentra que en el
caso de La Ciencia de la Lgica, slo es a partir de comienzos de la dcada de los sesenta,
cuando comienzan a aparecer abundantes estudios sobre esta obra; por el contrario, la
misma fue dejada de lado, casi por completo durante la primera mitad de nuestro siglo1.
Para esta tarea, de enfrentar de nuevo sistemticamente a Hegel, Iber cita a Henrich
(1971) quien destaca claramente lo que debe ser el punto de partida de esa tarea: "quien
quiera entender a Hegel, debe estar a solas con l. No hallar ningn comentario externo
que lo ayude a la lectura, en lugar de slo intentar remplazarla2. Esto supone, pues, el
acercamiento directo a la obra de ese autor, pero paralelamente a ello, la confrontacin de
los hallazgos con el resto de las "lecturas" que se estn comenzando a llevar a cabo en
muchos pases. Esto es precisamente lo que se intenta hacer en estas pginas, las cuales
constituyen los nuevos reportes de una investigacin que comenz hace ya quince aos.
El propsito e hilo conductor de esta investigacin est contenido en las siguientes
lneas:
En la investigacin precedente 3 se constat la importancia de la filosofa hegeliana
en los aportes cientfico-sociales de Marx a la conceptuacin del Desarrollo y concluamos
proponiendo que la nica va terica y metodolgica posible para lograr un desarrollo
cientfico (en trminos hegelianos) a partir de los descubrimientos tericos de Marx, es por
medio de lo que yo llamo "el volcamiento a Hegel", el cual fue ya iniciado por el propio
Marx en los primeros captulos de El Capital. Lo que me propongo en la presente
investigacin, es la realizacin de la confrontacin terica de aquella tesis. La
confrontacin est dirigida hacia los resultados sistemticos del quehacer terico, tanto en
1 Iber, Christian (1990). Metaphysik absoluter Relationalitt. Eine Studie zu den beiden
ersten Kapiteln von Hegels Wesenslogik. Berlin, Walter de Gruyter Verlag. 2 Henrich, Dieter (1971). Hegel im Kontext. Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1967. Prefacio de la
Edicin de 1971. (Existe traduccin al espeol de Jorge Daz, Hegel en su contexto. Caracas, Monte Avila
Editores, 1990. Pg. 7).
3 Briceo, Miguel Angel (1993). "Gesellschaftliche Entwicklung in Verhltnis zu Theorie und Praxis".
Frankfurt, 1983. Primera edicin en castellano: "El Desarrollo del Ser Social. Tesis para su conocimiento
futuro". Mrida, ULA, 1989. Segunda edicin con el ttulo: "Marx despus del marxismo. Bases para el
Conocimiento del Desarrollo del Ser Social". Mrida, ULA, 1993 (en prensa).
6
el mbito de la filosofa como de la ciencia social. El ordenamiento a ser utilizado para el
examen de estas teoras, ser la Lgica Hegeliana, aunque, al mismo tiempo, sta ser el
objeto fundamental de nuestra crtica, ya que lo que se pretende con esta confrontacin, es
continuar el "volcamiento a Hegel" (o liberacin de la apariencia mstica de su filosofa)
iniciado por Marx. La investigacin general abarcar cinco grandes campos:
1) confrontacin con la produccin terica de los ltimos aos en torno a la
dialctica hegeliana, especficamente, con aquella relacionada al problema de las tres
posiciones del pensamiento con respecto al objeto y con los tres momentos de lo lgico en
tanto ser, esencia y concepto.
2) Con el pensamiento filosfico y metafsico que estudia el pensamiento hegeliano
desde las llamadas, izquierda y la derecha hegelianas.
3) Con el empirismo analtico en general y su fundamentacin para las ciencias
sociales en particular.
4) Con la llamada "Teora Crtica".
En la presente investigacin se ataca el primer punto. Los primeros resultados de
la investigacin estn contenidos en las siguientes publicaciones: "Hegel y el Pensamiento
Actual", Caracas, Postgrado Humanidades UCV, 1992. "Marx despus del Marxismo. Bases
para el conocimiento del desarrollo del Ser Social", Mrida, ULA, 1993. "Lgica, Ciencia
y Dialctica Hegeliana. Una Reinterpretacin", Caracas, Cuadernos de Episteme, UCV.
Todos estos resultados se han reunido en el presente trabajo.
A.- La Dialctica Hegeliana en el debate actual en torno a Conocimiento
y Accin.
A.1.- En torno al conocimiento. El nfasis en la regresin terica como
resultado.
Lo expuesto en las lneas anteriores, delimita la intencin de esta investigacin y la
identifica frente al ya caudaloso curso investigativo, el cual comienza a formarse al
alimentarse de las ms variadas vertientes y fuentes de conocimiento. Los resultados de los
acontecimientos polticos y sociales de la dcada de los ochenta por un lado, y los avances
de la teorizacin social, de la lgica, de la filosofa analtica y de la ciencia por el otro lado,
tambin han contribuido a diversificar los enfoques. Esto, tanto por el lado de la
desacralizacin de Marx y su relacin con Hegel, como por el lado del replanteamiento de
las relaciones entre Kant y Hegel, entre lo epistemolgico y lo ontolgico, etc.
7
a.- Con respecto a la discusin sobre las relaciones entre Kant y Hegel. La vuelta a
concepciones prehegelianas.
Con respecto a las relaciones entre Kant y Hegel, fue ese el tema del Congreso de la
Sociedad Internacional Hegeliana, que se realiz en 1981 en Stuttgart, Alemania. All
Henrich (1983) 4 abri el Congreso reflexionando sobre la importancia de ambos filsofos y
sobre lo productivo para el presente del estudio de esas relaciones. Afirma Henrich que
Hegel por kantiano llegar luego a adquirir su independencia filosfica. Que inclusive, en el
Hegel maduro, cuyo sistema se contrapone frontalmente a la doctrina kantiana en la
concepcin de la razn, se encuentra la continuidad de este planteamiento con el de la
Crtica a la Razn Pura kantiana, conformando un movimiento que parte de ella. Por eso,
concluye Henrich, que con la publicacin de la Crtica a la Razn Pura comienza la poca
clsica de la filosofa alemana, la cual termina con la muerte de Hegel.
Aunque en el mismo congreso Habermas (1983) 5 haya afirmado que estos grandes
maestros del pensamiento han cado en descrdito, quizs teniendo presente para ese juicio
al "gran pblico", el mundo acadmico sigue un curso de discusin que termina
necesariamente replantendose las grandes preguntas que estos autores dejaron pendientes.
En un congreso posterior, esta vez sobre La Ciencia de la Lgica, Taylor (1986) 6 se
pregunta si la forma dialctica de pensamiento puede realmente demandar alguna posicin
en la filosofa contempornea. El mismo autor considera que para responder esta pregunta,
hay que tener presente la existencia de tres puntos de vista al respecto. El primero estara
constituido por muchos filsofos de Occidente que se encuentran bajo la influencia de una
"lectura especfica" dentro de la tradicin de las modernas ciencias naturales. Para esta
corriente, el pensamiento dialctico sera una ilusin producida por esa misma forma de
pensamiento, la cual contiene una confusin entre determinados aspectos del proceso
subjetivo de pensamiento, con los objetos del pensamiento. El segundo grupo estara
4 Henrich, Dieter (1983). Deduktion und Dialektik. In: Kant oder Hegel ? ber Formen der Begrndung in der Philosophie (Hrg. Dieter Henrich). Stuttgarter Hegel Kongr 1981. Verffentlichung der Internationalen
Hegel - Vereinigung, Band 12. Klett-Cotta, Sttutgart (p.15-17).
5 Habermas, Jrgen (1983). Die Philosophie als Platzhalter und Interpret. In: Kant oder Hegel ? ber
Formen der Begrndung in der Philosophie (Hrg. Dieter Henrich). Stuttgarter Hegel Kongre 1981.
Verffentlichung der Internationalen Hegel - Vereinigung, Band 12. Klett-Cotta, Sttutgart.
6 Taylor, Charles (1986). Dialektik heute, oder: Strukturen der Selbstnegation. In: Hegels Wissenschaft der
Logik. Formation und Rekonstruktion (Hrsg.Dieter Heirich). Verffentlichung der Internationalen Hegel -
Vereinigung, Band 16. Stuttgart, Klett - Cotta (p. 141 y 153).
8
representado por el marxismo ortodoxo, el cual, siguiendo a Engels, considera a la realidad
como estructurada dialcticamente en sus fundamentos. Estos dos puntos de vista, segn
Taylor, seran diametralmente contrapuestos, a pesar de que ambas -o quizs por ello
mismo- demandan para s la legitimidad de estar fundamentados en una cosmovisin
cientfica.
El tercer grupo, donde suponemos se encuentra Taylor, ve en el entendimiento
humano, en su vida y su historia, el sitio para las estructuras dialcticas de pensamiento. La
razn para proponer esta tercera va, es que una dialctica cientfica estara, segn Taylor,
asociada con un modelo tecnolgico de sociedad y de control social. Pero una dialctica
interpretativa, estara fundamentado en un modelo dialgico. No vamos a entrar en esta
introduccin, en discusiones que sern sistemticamente consideradas en el contenido
mismo de este trabajo. Basta aqu con llamar la atencin sobre el hecho de que si bien es
cierto que los dos primeros puntos de vista han dominado lo que va de siglo, precisamente
en el congreso donde Taylor presenta esta proposicin, se estn reuniendo por primera vez
los pensadores "occidentales" con sus homlogos de la ahora antigua Unin Sovitica, en lo
que ser su reencuentro y el primer acto de cuestionar serenamente a los dos primeros
puntos de vista.
Pero debemos estar conscientes, que a partir del mismo momento en que este autor
comienza a ser nuevamente tema de discusin, nos volveremos a encontrar con mltiples
intentos, como el de Taylor, que en un afn de escapar de las dos viejas posiciones,
propongan remplazar al propio pensamiento de Hegel por algn otro, que aunque bien
intencionado, no satisfaga los requerimientos ms bsicos necesarios para demandar para s
tal posicin.
No obstante hay extremos que ya colindan con el irrespeto, no al autor, sino a la
significacin de su obra para el pensamiento filosfico y cientfico, tanto de su poca como
de la nuestra (Briceo, 1992). Tal es el caso de Weiner (1989), quien desde su pequea e
interesante investigacin pretende ascender a un plano de "igualdad absoluta" con Hegel: "I
diferenciate my positions from Hegel's and pursue a more scholarly treatment of his
thought. Crucially, Hegel and I agree about his stress on movement, and about aspects of
his positions on actuality (Wirklichkeit), contradiction, and inner difference" 7.
Existen tambin autores que se dedican a tratar a Hegel pre hegelianamente. Con
esto quiero significar, aquel tratamiento descriptivo y analtico de frases sueltas de sus
7 Weiner, Scott Elliot (1989). The Logic of "The Inner" and "The Outer": A Critical Reinterpretation of the Umkehrung of Hegel. State University of New York at Stony Brook (Resumen de la Tesis Doctoral en la
Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos).
9
obras; con lo cual se logra sepultar el verdadero significado de su planteamiento, el cual es
uno y total y slo queda al descubierto desde una lectura hegeliana de Hegel. Einsenberg
(1990) lleva a cabo un anlisis terminolgico con el objeto de determinar si Hegel puede ser
calificado de "panlogicista8. Para ello, en lugar de tomar el trmino espiritual o forma
mental como contrapuesto a lo fsico, utiliza ese trmino de panlogicismo para significar
otro nivel de consideracin filosfica que, a su vez, es ms comnmente denominada
"idealismo absoluto". Luego de su anlisis, Einsenberg encuentra que efectivamente, Hegel
utiliza el trmino idealismo e idealista en "un sentido muy peculiar" pero que, peculiar o
no, en su propia acepcin del trmino, Hegel fue un idealista confeso. Ignoro cmo estas
precisiones terminolgicas puedan contribuir a arrojar luz sobre el planteamiento bsico de
Hegel, pero parece ser indefectible que el redescubrimiento, posterior profundizacin y
desarrollo de esta obra "pase" por este tipo de anlisis iniciales.
Otro caso de lectura prehegeliana a Hegel es Blachowicz (1991), quien desde la
lgica del descubrimiento cientfico o modelo hipottico deductivo, encuentra que La
Ciencia de la Lgica de Hegel es nada ms y nada menos que un gran modelo articulado de
hiptesis y 'explanandum' 9. En otras palabras, la legitimacin del planteamiento hegeliano,
lo encuentra este autor en el pre hegelianismo. Thagard (1982) tambin encuentra
similaridades, pero tambin diferencias, entre la dialctica hegeliana y el desarrollo del
conocimiento cientfico10. Este autor, la "formalizacin" propuesta por Stegmller, la cual
no es ms que el tradicional anlisis descriptivo pero con nombre nuevo, le ayuda a
"capturar aspectos centrales" de ciertos trminos hegelianos.
Al parecido sucede con Walsh (1990) el cual pretende demostrar la "identidad
objetiva" de la lgica especulativa con el absoluto, sobre la base de la "experiencia
religiosa" en una demostracin donde objetividad y experiencia, permanecen en su acepcin
prehegeliana. Esta limitada acepcin de lo experiencial y de lo religioso le permitir
concluir que: "Hegel's Theory will inevitably fail to convince within a culture that no longer
shares such a presupposition" 11.
8 Einsenberg, Paul (1990). Was Hegel a Panlogicist ? In: Nos 24 (1990) 159-167.
9 Blachowicz, James (1991). Discovery and Dialectic . Ideal Stud, 21(1), 1-28, Ja 91
10 Thagard, Paul (1982). Hegel, Science and Set Theory. Erkenntnis, 18, 397 - 410, N 82
11 Walsh, Terrance Gerard (1990). Being and Being-Thought: an Interpretation of Hegel's Speculative
Science of the Absolute Idea. Yale University (Resumen de la Tesis Doctoral en la Biblioteca del Congreso
de los Estados Unidos).
10
En cuanto a la ubicacin geogrfica de los planteamientos, se pueden encontrar otras
diferencias actuales ms all de las consabidas entre "occidente" y el resto. En este sentido,
Ameriks (1992) analiza la reciente produccin de libros en idioma ingls sobre el tema,
"con el propsito de defender la validez teortica del sistema hegeliano y en particular, su
relevancia para la actual discusin epistemolgica12. Para ello examina autores como T.
Rockmore, K. Westphal, M. Forster, R.B. Pippin y T. Pinkard, encontrando que cada uno
examina aisladamente perodos diferentes de la filosofa hegeliana y hacen nfasis en
aspectos tambin diferentes. Luego de ello, respectivamente y en el mismo orden, catalogan
a Hegel de: pragmatista, coherentista, anti escptico, trascendentalista y terico categorial.
De este examen, concluye Ameriks, que los anlisis en el mbito acadmico angloparlante
han elevado significativamente su nivel de discusin, pero que an no llegan a un acuerdo
sobre si la filosofa teortica de Hegel puede ser salvada o no de la tradicional objecin de
ser predominantemente dogmtica.
En Francia el caso es otro. Asegura Gaskins (1990,p.403) que: "Phenomenological
interpreters are a heterogeneus group, but they include the influential French
commentators Alexandre Kojve and Jean Hyppolite as well as J.N Findlay ... in defense of
the phenomenological approach see ... Kenley Dove and Eric Weil ... for formalizations see
Gotthard Gnter and Michael Kosok" 13. Baugh (1991) hace referencia a otro grupo:
"Victor Delbos' interpretation of Hegel's Begriff as a self-conditioning absolute paved
the way for other French interpretations of Hegel in terms of subjectivity, most notably
Jean Wahl, who sees the Begriff as a unitery synthesis that reflects consciousness desire to
be at one with itself and its object, and Alexandre Voyre, who interprets the Begriff in
a Heideggerian manner, as a being whose past is conditioned by its future" 14. Con respecto
a esta diversidad dentro de la misma fenomenologa francesa actual, el propio Gaskins
encuentra que la funcin dual del concepto que sirve como unidad primaria para conformar
la red de su autodeterminacin, permite explicar la diferencia central entre la dialctica
hegeliana y el mtodo fenomenolgico. "Part of the content of each Begriff is its function
within the system, an aspect of content which cannot appear with intuitive immediacy to a
12 Ameriks, Karl (1992). Recent Work on Hegel: The Rehabilitation of an Epistemologist? Phil Phenomenol
Res, 52(1), 177-202, Mr 92
13 Gaskins, Richard (1990). The Structure of Self-Comentary in Hegel's Dialectical Logic. In: International
Philosophical Quarterly Vol.XXX, No.4 Issue No. 120 (december 1990) 403-417.
14 Baugh, Bruce (1991). Subjectivity and the "Begriff" in Modern French Philosophy. Owl Minerva, 23(1),
63-75, Fall 91
11
phenomenological observer. In addition to conceptual content the reader must contend with
a logical procedure, which no only governs but at times predominates over the immediate
content of each Begriff. It is the procedure -the dialectic- that enables the Begriffe to be
self-organizing and self-justifying, and not merely self-evident". (p.404-405).
b.- Con respecto a la discusin sobre las relaciones entre Hegel y Marx. La vuelta al
empiricismo.
La relacin Hegel - Marx tambin ha sido recientemente objeto de replanteamientos.
Uno de los intentos ms interesantes me parece el del japons Hiroshi Uchida (1988) cuya
tesis doctoral elaborada en Inglaterra, tiene como objetivo probar que la relacin entre la
Lgica de Hegel y los Grundrisse de Marx, tienen una relacin ms profunda y sistemtica
de la que hasta el momento se haba apreciado15. De este texto hablaremos con ms detalle
en los propios informes de investigacin.
Pero cuando se abandona el punto de partida investigativo de la bsqueda de la
relacin Hegel-Marx y ms bien se pretende ir directamente y sin ms prembulos, al
resaltamiento de sus diferencias, ya no todo es claridad, como el caso de Uchida. Por ello, el
debate sobre la lgica dialctica en los escritos econmicos de Marx, contina. Tony Smith
(1990) dibuja cuatro alternativas para describir esa falta de consenso entre lo que
exactamente significa "dialctica" en "la teora econmica" de Marx16. Dentro de los
reportes investigativos que conforman este trabajo se encontrarn mis puntos de vista
concretos, sobre el papel de la dialctica como momento del proceso de conceptuacin y
sobre la supuesta existencia de una teora econmica independiente en el planteamiento de
Marx. Aqu slo nos limitaremos a reportar descriptivamente y comentar, la diversidad de
planteamientos existentes, para lo cual comenzaremos por examinar la tipologa de Smith.
1.- Dialctica como un sistema terico categorial. Dentro de esta vertiente se
sugiere que la lgica hegeliana sera la llave para entender la metodologa utilizada por
Marx. Esta sera una metodologa que se mueve desde las categoras ms abstractas y
simples hasta las categoras ms concretas y complejas. En otras palabras, la ordenacin de
las determinaciones del pensamiento es sistemtica ms que histrica. As, la lgica
15 Uchida, Hiroshi (1988). Marx's Grunddrisse and Hegel's Logik. London, Routledge.
16 Smith, Tony (1990). The Debate Regarding Dialectical Logic in Marx's Economic Writings. In:
International Philosophical Quarterly, Vol.XXX, No.3, Issue No. 119 (September 1990), p.289-293.
12
dialctica sera un mtodo que nos permitira movernos sistemticamente desde una
determinacin del pensamiento a otra17.
Contina diciendo, que en la introduccin de los Grundrisse, Marx esboza una
metodologa que se corresponde estrechamente con la lgica dialctica hegeliana,
igualmente, que las diferentes partes de la teora de Marx representan etapas en una
progresin sistemtica de categoras que reconstruyen el modo de produccin capitalista.
Dentro de esta vertiente habra que incluir, como se ver, a Uchida y me anotara yo mismo,
si no fuese por el nfasis en lo exclusivamente sistemtico a que hace referencia Smith. En
lo que yo llamo "volcamiento de Marx a Hegel" se encuentran argumentos que sealan la
posibilidad de la superacin de la contraposicin entre la lgica y la ontolgica
tradicionales. Si conservamos a Hegel en Marx, como slo sistemtico, estamos
convirtiendo al planteamiento de Hegel y, por ende, el de Marx, en prehegeliano: en un
argumento que no supera esa escisin, que es conservada en toda la tradicin filosfica
hasta Kant.
2.- La lectura lgico-histrica. En el Postfacio a la segunda edicin de El Capital,
encontraramos una visin completamente diferente del mtodo, donde Marx insiste ahora,
a diferencia de los Grundrisse, que para encontrar la ley de los fenmenos, l simplemente
ha coqueteado con la terminologa hegeliana. Ahora cada parte diferente de la teora,
representara un estadio diferente de la lgica del desarrollo del capitalismo. As, una
dialctica materialisticamente transformada, puede ser designada como "mtodo lgico
histrico". Creo que es importante aqu traer a colacin las vicisitudes de Marx para
terminar y editar el primer tomo de El Capital (Briceo, 1983), sobre todo la doble
redaccin del captulo primero y la justificacin que para su cambio, entre la primera y
segunda edicin, tuvo que redactar Marx en ese Postfacio. Fue realmente a instancias de
Engels, por razones simplemente circunstanciales, por las cuales se hace esa "purga
terminolgica". No obstante, la estructura del trabajo qued inclume, de lo cual quizs
Engels nunca lleg a percatarse.
3.- La tesis del desarrollo. Segn sta, los escritos econmicos tempranos estaran
conducidos por los lineamientos hegelianos. Marx posteriormente habra abandonado esta
va para escribir El Capital, remplazando el mtodo dialctico por la forma lgico-histrica.
17 En este grupo Smith cita a los siguientes autores, dentro de los cuales se anota l mismo: Klaus Hartmann.
Hegel, a non Methaphysical View. In: MacIntyre (Ed) Hegel (New York, Anchor Books, 1972); Smith, Tony.
Hegelianism and Marx. In: Science and Society 50, No. 2 (1984). Smith, Tony (1990). The Logic of Marx's
Capital: Replies to Hegelian Criticism. Albany, SUNY Press.
13
Segn Smith, habra dos variantes de esta posicin: la de maduracin18 y la de regresin a
una dialctica meramente ejemplificatoria19 .
4.- La tesis de la incoherencia. Esta planteara que Marx estaba extremadamente
confundido. Los elementos de una lgica dialctica sistemtica, coexistiran al lado de una
lgica evolucionaria histrica estrechamente ligada a Darwin20 . Sobre la supuesta relacin
Marx y Darwin cfr. Briceo, 1983.
De toda esta panormica Smith concluye tomando partido por la tesis sistemtica. El
autor (Ibid, p.293) considera que es precisamente El Capital y no los escritos econmicos
tempranos, el que sigue una lgica sistemtica dialctica, con lo cual coincido plenamente
(a excepcin de la excesiva carga sistematicista) y de lo cual doy argumentos en (Briceo,
1983) y en los reportes que conforman el presente trabajo. Termina diciendo el autor que si
existen a veces en el ltimo Marx, elementos que puedan ser calificados de no sistemticos,
cree que se debe a la respuesta del pblico sobre la Contribucin a la Crtica y la primera
edicin de El Capital. A lo cual ya he agregado como argumento de peso, la presin
explcita de Engels.
Existen otras consideraciones sobre la relacin Hegel - Marx que hacen nfasis en la
diferenciacin sobre la concepcin de ciencia, que pudiese existir entre ambos autores,
concretamente, si la concepcin de ciencia de Marx, elaborada en contraposicin crtica con
la de Hegel, sera o no de carcter "empiricista". Esta discusin tiene ya bastante tiempo.
Hudelson (1982) considera la tesis de que el concepto de ciencia social de Marx sera
"empiricista", en el sentido en el cual "empiricismo" es entendido en la filosofa
angloamericana contempornea21. En este sentido, examinando lo que l llama "las races
empiricistas de la filosofa de la ciencia de Marx en su criticismo a Hegel", argumenta que
la concepcin de ciencia social que de ella emerge, excluira una aproximacin terica
como la elaborada por Jrgen Habermas y la Escuela de Frankfurt. Al mismo tiempo,
argumenta en contra de Althusser que Marx no abandona esa concepcin empiricista de la
18 Mepham, John (1979). From the Grudrisse to Capital: the Making of Marx's Method. In: Issues in Marxist
Philosophy. Volume One: Dialectics and Method, edd. Mepham and Ruben (Atlantic Highlands, NJ,
Humanities Press)
19 Ghler, Gerhard (1980). Die Reduktion der Dialektik durch Marx. Stuttgart.
20 Backhaus, Hans-Georg. Materialen zur Rekonstruktion der Marxschen Werttheorie. In: Gesellschaft:
Beitrage zur Marxschen Theorie. Nos. 1,3,11 (1974,1975,1978. respectively).
21 Hudelson, Richard (1982). Marx's Empiricism. Philosophy of the Social Sciences
1982, 12, 3, Sept, 241-253.
14
ciencia social y que el mtodo empleado en el Marx maduro, se mantiene empiricista en sus
fundamentos.
Esta posicin encaja dentro de la reciente clasificacin de Taylor, que ya hemos
visto, dentro de la cuarta categora, referida a "la tesis de la incoherencia". Slo que esta vez
estaramos frente a una "incoherencia consciente", en la cual Marx atacara a Hegel, no para
superarlo o despojarlo de su "halo mstico", sino para retrotraerse a aquella fase del
pensamiento empiricista ingls ya superada, no directamente por Hegel, sino por Hume y
Kant, y la cual, con Hudelson, curiosamente nos la encontramos en plena vigencia en la
actual Inglaterra. Este es el mismo caso de la reciente, aunque tradicionalista crtica
materialista de Marquit (1990) 22 .
Sobre estas aproximaciones "escolsticas" a cerca del carcter de la concepcin de
ciencia de Marx, Little (1987) responde diciendo que una piedra fundamental donde
tropieza la interpretacin empiricista de la ciencia social de Marx, es el estatus de la
dialctica. En efecto, dice textualmente Little: " To the extent that Marx's method depends
heavily on G. W. F. Hegel's dialectical logic, the empiricist interpretation will be
implausible, because Hegel's dialectics represent an a priori method that does not depend
on empirical research" 23. En otras palabras, intenta rebatir aseverando un malentendido:
que la "dialctica" hegeliana, para no hablar sino slo del "momento dialctico", como lo
hacen estos autores, es slo tan a priori como la filosofa kantiana. Esto lo hace desde el
mismo empiricismo prekantiano ingls de Hudelson, lo que tambin lo hace decir que
empiricismo es lo contrario de "a priorismo".
No obstante, no contento con esta regresin, termina Little proponiendo que: " An
empiricist interpretation of Marx's criticisms of Hegel's dialectics as a method of inquiry
is supported. First, Marx's criticisms of Hegel's philosophical method in his middle
writings make plain his mistrust of the dialectical logic; second, examination of Marx's
practice as a working scientist in Das Kapital shows that his analysis of capitalism depends
on careful empirical & theoretical investigation rather a dialectical method of inquiry"
(Ibid). Es la tesis de la incoherencia, aunque aqu dicha incoherencia slo funciona por el
lado de su confusin con la dialctica ("when Marx uses the concept of dialectics, it is
to make a substantive point about the process of historical change rather than a
methodological principle of inquiry"), ms no por el lado del empiricismo, donde para
22 Marquit. E. (1990). A Materialist Critique of Hegel Concept of Identity of Opposites. Science & Society
1990, Vol 54, Iss 2, pp 147-166.
23 Little, Daniel (1987). Dialectics and Science in Marx's Capital. Philosophy of the Social Sciences
1987, 17, 2, June, 197-220.
15
Little, Marx exibe un preciosismo emprico cientificista, que sera realmente de envidiar,
porque en este autor: "a versin of scientific realism is attributed to Marx ['Galilean
empiricism'], according to which beliefs about the inner physiology of capitalism are
discovered & confirmed through rigorous empirical & historical investigation" 24.
Al parecer, la defensa del viejo marxismo apelando a un caduco cientificismo
empiricista, contina. Pero tambin existen autores que pretenden hacer esfuerzos serios
para superar esta situacin de "infinita regresin terica" que aqu hemos descrito. Aqu nos
limitaremos a resear cuatro de los casos ms recientes.
c.- Intentos para avanzar. Hacia un Post-Marxismo Pre-Hegeliano.
La filosofa de la Ciencia Social de Joachim Israel es un intento, segn Carleheden
(1986) 25 de colocar los fundamentos de una alternativa al positivismo. Israel se inspira en
dos diferentes tradiciones de pensamiento: por un lado, la filosofa hegeliana y por el otro,
en la filosofa del lenguaje de Wittgenstein. Segn Carleheden, su tesis se resumira as: "In
Georg W. F. Hegel's phenomenology & his dialectic logic a way can be found to go
beyond the dualism between subject & object, which lies at the heart of all positivistic
thinking, without falling back on reductive monism, but Hegel's philosophy of mind must
be united with modern philosophy of language" 26. Para Carleheden, esta reciente
alternativa debe ser tomada en cuenta, pero que ms que una proposicin acabada, debe ser
tomada como un punto de partida para continuar la discusin.
Otros dos autores que en la actualidad intentan convertirse en alternativas
emergentes para la construccin de la teora social, con fundamentos que se ubicaran ms
all de los antiguos maestros Kant, Hegel y Marx, seran Habermas y Castoriadis. Arnason
(1989) los ubica a ambos en la perspectiva de la teorizacin social, que parti del siglo
XVIII y se extendi hasta nuestros das, como dos corrientes alternativas: el marxismo y el
marco de referencia de la accin. Dice Arnason, que el mal entendido en esta polmica ha
radicado que ambos bandos ha visto al otro y se ha visto a s mismo como "full-fledged
alternatives", pero que un anlisis ms cuidadoso, descubre a las dos como posiciones
24 Ver tambien: The Scientific Marx, by D. Little. Review of Radical Political Economics 1989, Vol 21, Iss 1-
2, pp 159-163.
25 Ver: Israel, Joachim (1986). Zur uberwindung des Subjektivitat-Objektivitat Dualismus [On Overcoming
the Subjectivity-Objectivity Duality], Dubrovnik: Tryckt foredrag.
26 Carleheden, Mikael (1986). The Basis of Joachim Israel's Sociological Alternative (Om grundvalarna for Joachim Israels samhallsvetenskapliga alternativ). Sociologisk Forskning 1986, 23, 4, 3-19.
16
tericas inacabadas que se han cerrado prematuramente, lo cual ha trado como
consecuencia la obstaculizacin de la propia teorizacin27.
Para este autor, el problema del poder y del significado de la accin, son dos
elementos de importancia fundamental para el futuro desarrollo de la teorizacin.
Considera en este sentido, que las teoras clsicas y contemporneas de la accin, han
acentuado el papel de las orientaciones culturales, las cuales seran esenciales en el
comportamiento significativo y en la capacidad transformativa, la cual -a su vez- es la ms
elemental manifestacin del poder, pero que al mismo tiempo, se han mostrado menos
capaces para sintetizar ambos aspectos. Esto habra trado como consecuencia la
redefinicin de ambos, en trminos del paradigma sistmico. Para Arnason, los pasos
tentativos de Marx por ir ms all del paradigma de la produccin, como l lo llama,
implicaran ms bien problemas de significacin ms que de poder. Lo mismo, opina,
puede decirse sobre las dos principales transformaciones del legado Marxiano, que para
Arnason estaran constituidas por Habermas y Castoriadis, las cuales habran reemplazado
el paradigma de la produccin con imgenes diferentes del hombre y de la sociedad,
generando as alternativas a las principales teoras de la accin social. No obstante, ambos
autores, continuaran focalizando la problemtica de la significacin y tratando con
negligencia la del poder.
Castoriadis enfatizara la creatividad que est implcita en la emergencia del
significado, colocndola como la llave maestra a la dimensin social. Habermas, por su
parte, estara fundamentalmente interesado en los principios normativos, reivindica esa
estructura y compartimentaliza el universo del significado, pero la reconstruccin que hace
de estos patrones normativos, lo hara converger con un modelo complejo de racionalidad.
Pero segn Arnason, en ambos intentos de llevar adelante la teorizacin: "the ultimate
result is a retreat from the theory of action, & toward a normative paradigm of
rationality grounded in language (Habermas), or toward a conception of social-historical
being as a transsubjective poiesis (Castoriadis)".
Luego de arribar a esta conclusin, Arnason examina las "sugerencias tiles que
pudieran estar contenidas en la llamada "Filosofa de la Praxis", que sirvieran para
replantear la problemtica de la accin, pero a esta vertiente la encuentra demasiado
heterognea y ambigua, como para constituir una alternativa a estas dos versiones. No
obstante, a esos retrocesos detectados en la teorizacin de Habermas y de Castoriadis, a los
cuales Arnason las cataloga como las dos versiones ms importantes del post-marxismo -lo
27 Arnason, Johann P. (1989). Praxis and Action-Mainstream Theories and Marxian Correctives. Dept Sociology La Trobe U, Melbourne Australia. Conference American Sociological Association.
17
cual, de paso, ya es a mi juicio muy problemtico-, considera que estos intentos han
tematizado algunos aspectos de la accin, tales como "apertura al mundo",
"contextualidad" y "lucha por el reconocimiento", que una teora ms compleja tendr que
tomar en cuenta.
La bsqueda, pues, an contina y lo problemtico de catalogar a los intentos
existentes, es que se complica sin necesidad mucho ms el panorama de la produccin
terica actual. Los inconvenientes de catalogar, por ejemplo a Habermas de post-marxista,
ya son suficientemente conocidos desde hace dos dcadas. En cuanto a Castoriadis, Joas
(1989) ha hecho recientemente una revisin de sus ensayos28 , con la cual intenta tipificar
ms cuidadosamente sus planteamientos. Como fruto de esta revisin, Joas29 opina que el
trabajo de Castoriadis no es ni estructuralista, ni postestructuralista, ni liberal. Ms bien lo
encuentra ubicado en una teora postempiricista de la ciencia que critica a Marx por ser
determinista e ignorar la "real actividad humana". En este sentido, para Castoriadis, sera
ms bien Aristteles que Marx, la autoridad decisiva en su intento comprensin de una
filosofa prctica. Segn Joas, el mismo proceso crtico que Castoriadis le aplica a Marx, lo
utiliza para develar "los falsos ideales tericos" de las ciencias humanas y sociales no
marxistas. No obstante, de todo este proceso, encuentra Joas que Castoriadis ha retenido en
su teorizacin, el concepto de alienacin. En sntesis, en dicha teorizacin, el concepto de
"autonoma moral" se conecta con una teora de la corporalidad humana, al mismo tiempo
defiende la revolucin en la esfera de la actividad poltica interna, pero es agresivamente
anti-sovitico. Finalmente, la conclusin de Joas es que Castoriadis "avoids & displaces
the central problem of his social theory: how to carry out the project of autonomy when
the myth of the revolution is dead".
El cuarto autor de los que aqu traer a colacin, es Fernand Braudel30 . Al igual que
Joas con Castoriadis, Schrader (1988) 31 examina los cuatro trabajos ms importantes de
28 Crossroads in the Labyrinth (Soper, Kate, & Ryle, Martin H. [Eds], Cambridge, Mass: MIT Press, 1984);
The Imaginary Institution of Society (Blamey, Kathleen, [Tr], Cambridge, Mass: MIT Press, 1987 [1975]); &
Domaines de l'homme: les carrefours du labyrinthe II ([Domains of Man: The Crossroads of the Labyrinth
II] Paris: Editions du Seuil, 1986.
29 Joas, Hans (1989). Institutionalization as a Creative Process. The Sociological Importance of Cornelius
Castoriadis's Political Philosophy. American Journal of Sociology 1989, 94, 5, Mar, 1184-1199.
30 Sozialgeschichte des 15.-18. Jahrhunderts. Vol. 1: Der Alltag; Vol. 2: Trade Der Handel; Vol. 3:
Aufbruch zur Weltwirtschaft ([Social History of the Fifteenth-Eighteenth Centuries. Vol. 1: Everyday
Life; Vol. 2: Trade; Vol. 3: The Dawn of World Economics] Munich: Kindler, 1985/86); & Die Dynamik
des Kapitalismus ([The Dynamics of Capitalism] Stuttgart: Klett-Cotta, 1986.
18
Braudel, encontrando en su teorizacin el rol protagnico que este autor le da a la historia
de la vida cotidiana. En efecto, Braudel estudia la historia de la cotidianidad de la vida en
varias centurias, centrndose para ello en los elementos de la historia cultural y
encontrando en su investigacin, al observar las relaciones entre el capitalismo europeo y
las estructuras jerrquicas sociales y polticas, una similaridad entre en capitalismo actual y
el del siglo XVI. Conscientemente, la armazn terica de Braudel contradice a la de la
ciencia social clsica alemana, entendiendo por sta, a la tesis de la tica protestante de
Weber, como a la conceptuacin de Marx, en el cual, segn este autor, los hombres crean
historia al margen de su libre voluntad. Segn Schrader: "for German social science,
Braudel points the way to overcome a mentality that continues to polemically juxtapose
structural history & the history of everyday life". Esta escisin terica entre la historia en
tanto macroestructura y microcotidianidad, que se mantiene, no solamente en la ciencia
social alemana, es realmente decisivo superar. Pero paradjicamente es en la vertiente que
yo llamo "Marx con Hegel" (Briceo, 1983) la que ofrece esta alternativa para el estudio de
lo social en sus tres formas de expresin, i.e. en su particularidad, especificidad y
generalidad. Una teorizacin que como la de Braudel, no sea un simple retroceso a los
anlisis comparativos entre particularidades presentada como alternativa a la crisis de los
grandes paradigmas.
A.2.- En torno a la Accin. El nfasis en la cotidianidad como punto de
partida.
Esta preocupacin por la relacin entre la llamada "estructura" o armazn global de
la sociedad con cultura especfica y la accin del individuo particular dentro de ella, en
donde lo particular y lo especfico demanda prioridad con respecto a aquella globalidad, en
otras palabras: esta preocupacin por lo cotidiano, por el sentido comn y por el papel de la
tecnologa dentro de la misma, es al parecer un rasgo actual que pretenden exhibir, como
alternativa, muchas disciplinas tericas dentro de las llamadas ciencias sociales, desde la
propia ciencia de la cultura hasta la teologa, pasando por la politologa y la sociologa.
31 Schrader, Fred E. (1988). Material Life, Economics and Capitalism: The Sociohistorical Design of Fernand Braudel (Materielles Leben, Okonomie und Kapitalismus: Der sozialgeschichtliche, Entwurf von
Fernand Braudel). Soziologische Revue 1988, 11, 4, Oct, 377-383.
19
a.- Del Sentido Comn a la Estructura Social General. Dos maneras de presentarlo y
de presentarse a s mismo.
En este sentido, uno de los intentos ms serios y recientes por estudiar
sistemticamente esta problemtica desde la ciencia de la cultura, es la de Margaret Archer
(1988). Esta autora se propone en su trabajo demostrar que gran parte de la teora cultural,
se caracteriza por una "falacia de conflacin" (unir dos cosas [DRAE], pero que no se
corresponden), "that prevents analysis of interplay between parts & people, by denying one
or both autonomy" 32. Frente a esto hace el intento de ver a los dos elementos como
analticamente distintos, con la finalidad de teorizar sobre su interaccin. Para ello, lo
primero que hace es clasificar las teoras de la cultura de acuerdo al tipo de conclusin que
efectan con ambos elementos. As, la primera o conflacin descendente, estara
ejemplificada por Pitirim Sorokin, en el cual un sistema cultural unificado es entendido en
funcin de una sola premisa mayor, que constituye la llave de todo el sistema. Aqu mismo
sugiere, que toda la estructura teortica parsoniana, descansa en la falacia de conflacin
entre integracin del sistema cultural con integracin sociocultural.
La conflacin ascendente describe el origen de la versin neo-marxista del mito de
la integracin cultural, en los estudios de la Edad Media y la manipulacin clerical,
igualmente, su ms reciente y famosa versin en la descripcin de Marx sobre el peso de
las ideas de la clase dominante. Aqu Archer hace la aclaratoria que Marx sera el menos
conflacionista del grupo, por el hecho de haber reconocido puntos de desunin en el
sistema cultural. Al mismo tiempo llama la atencin sobre el conflacionismo ascendente
exagerado que nota en dos variedades de neo-marxismo, estos seran: el instrumentalismo
de Gramsci y el concepto de conciencia tecnocrtica universal de la Escuela de Frankfurt.
La conflacin central, donde describe dos formas, menos definidas de conflacin,
las cuales estaran ilustradas, segn ella, por dos tericos diferentes: Zygmunt Bauman y
Antony Giddens. Opina Archer, que ambos autores desean conceptualizar cultura de
manera tal, que todo "actor" sea visto como un participante activo y no un recipiente
pasivo. Tambin, ambos intentan rescatar algunos elementos de las dos conflaciones
mencionadas: de la conflacin descendente, la idea de un orden semitico, i.e. de un cuerpo
de significados que sirven de medios para la accin; de la conflacin ascendente, la idea de
la cultura como praxis, obtenida por medio de la accin de un sujeto activo.
Ante esta situacin de conflacin que encuentra en las teoras de la cultura, Archer
se plantea la reconceptualizacin de la dinmica cultural. Para ello comienza por mostrar
32 Archer, Margaret S. (1988). Culture and Agency: The place of Culture in Social Theory. Cambridge, England: Cambridge University Press.
20
las ventajas que se obtienen al distinguir entre sistema e integracin social cuando se
considera la estructura, pueden ser semejantes a las que se obtendran si se hace una
distincin analtica similar en el mbito cultural. Y que ello pudiera tambin conducir, a
una unificacin entre el anlisis estructural y el anlisis cultural. Aqu define a "cultura"
como cualquier tem capaz de ser entendido por alguien, y por "sistema cultural" (en tanto
relaciones lgicas) aquel subconjunto de tems al cual le puede ser aplicado el principio de
contradiccin, i.e. aquel conjunto de proposiciones que pueden ser consideradas ciertas o
falsas dentro de la sociedad en algn tiempo dado. Con esto hace notar que otros elementos
que usualmente estaran incluidos en la cultura, como lo seran las relaciones causales,
comprenden ms bien el material para la interaccin sociocultural.
Al examinar esto ms en detalle, encuentra que el sistema cultural estara ejerciendo
una influencia causal en el nivel sociocultural, i.e. efectos sobre gente que posee
determinadas creencia y teoras. La "interaccin sociocultural", pues, sera aquel conjunto
de relaciones causales que se dan entre grupos e individuos en presencia de las
restricciones impuestas por el sistema cultural y de lo cual se obtienen las consecuencias
sistmicas de la accin. De todo esto concluye que con la unificacin del anlisis
estructural con el cultural, al usar un marco de referencia comn, se puede explorar la
interaccin entre estructura y cultura, como diferentes combinaciones de morfostsis y
morfognesis. Lo que no queda claro en el intento de reconceptualizacin la dinmica
cultural de Archer, es si con ella obtendremos o no, slo un cuarto tipo de falacia de
conflacin, la cual pudiramos llamar conflacin sincrtica, por las diversas
combinaciones ms bien terminolgicas que efecta y por las diversas vertientes que se
nutre. Lo cierto es que no hay una argumentacin, que nos permita saber si estamos ante
una ms o ante una autntica superacin de la falacia en la conceptualizacin de la cultura,
en este remplazo de los diversos tipos de uniones o conflaciones arbitrarias, por una
desunin o desconflacin terminolgica, tambin arbitraria. Pero cuando nos encontramos
frente a un intento terico que pretende "considerar a los elementos como analticamente
distintos", no nos estamos encontrando con un punto de partida novedoso, ni una matriz
que supere en el plano epistemolgico a las teorizaciones preexistentes. Y cuando leemos
sobre la preeminencia del lado de la significacin, en tanto sistema cultural, sobre la
interaccin sociocultural, no encontramos nada que parezca ser diferente a los resultados de
hipstasis de lo social y lo cultural, logrados respectivamente por Durkheim y Foucault, sin
que tampoco, como en este caso, se lo propusieran o desearan explcitamente. Simplemente
que, como aqu, ese resultado estaba signado por el punto de partida epistemolgico que,
consciente o inconscientemente, se asumi.
21
El problema de la estructura, o con la estructura, y de ella con la interaccin
prctica cotidiana, tambin ha sido tema reciente dentro de la sociologa. Un ejemplo de
ello es Porpora (1989), quien propone una curiosa forma de plantearse el concepto de
estructura social33. Digo curiosa, porque luego de su exploracin crtica de la idea de
estructura social, tal y como la concibe Durkheim, intenta modificarla basndose para ello
en Marx. Esto es curioso porque Durkheim originalmente elabora su conceptuacin,
precisamente para oponerse frontalmente al planteamiento de Marx. Las sorpresas, pues,
que nos aguardan en este final de la llamada "crisis de los paradigmas", son incalculables.
Porpora, como conclusin de su exploracin, es de la opinin de que aunque la
concepcin de Durheim de estructura social, haya sido objeto de crticas en el pasado,
"these have not revealed the fatal flaws in his structural sociology that, it is asserted,
render it unable to produce scientifically useful results". Por esta razn, pasa a
reconsiderar la sociologa estructural de Durkheim, la cual es descrita como una bsqueda
de regularidades, lo que la convierte en una ciencia nomottica de la estructura social.
Porpora opina que en las crticas anteriormente efectuadas, no se plantean la posibilidad de
una ciencia nomottica para la sociologa y que no ofrecen alternativas conceptuales. Ante
esto argumenta que la cuestin fundamental a ser resuelta, sera la de la imposibilidad de
relaciones ajustadas a normas entre hechos sociales, cuando el proceso involucra actores
humanos que no se ajustan a ellas. Por ello se dedica a examinar en detalle los conceptos de
intencionalidad y de mecanismo. Al mismo tiempo, encuentra a los modos de produccin
de Marx como ejemplos, tanto de mecanismo generador, como de expresin de estructura
social o de relaciones entre grupos de personas. Con esto ltimo evidencia que la verdadera
relacin que Porpora realmente pudo establecer entre Durkheim y Marx, es puramente
metafrica.
Finalmente concluye que: "Any concept of social structure, must accommodate an
important role of the human actor & its nonlawful behavior". En realidad, lo que
simplemente hace Porpora, es volver a descubrir el papel de lo particular y contingente, y el
problema que ello representa para las ciencias nomotticas inductivistas, para las cuales la
cotidianidad y los mecanismos prcticos, todava parecen los nicos problemas de
teorizacin a ser resueltos, porque se supone que la estructura terica general, bien
estructural o bien sistmica, se agota en s misma. Esto sucede cuando se ignora, consciente
o inconscientemente, los grandes problemas epistemolgicos que estn encerrados en la
causalidad y la induccin, los cuales han venido siendo tratados desde mltiples ngulos
33 Porpora, Douglas V. (1987). The concept of Social Structure. Westport, CT: Greenwood Press, Inc.
22
desde Hume y Kant, hasta Popper y Habermas, y que ponen en entredicho la legitimidad de
las ciencias nomotticas.
Si en algo est de acuerdo Popper con Hegel, es en catalogar a las ciencias
nomotticas o particulares como sentido comn. Si observamos de nuevo con detenimiento,
el panorama actual de la ciencia social que hasta aqu hemos descrito, podemos llegar a
tipificarlo con una frase: la ciencia social actual es el sentido comn particular (aunque
"ilustrado") estudiando al sentido comn particular (pero "popular") para intentar llegar a
conclusiones generales sobre s mismo. El problema es que ni siquiera llegar a alcanzar ese
objetivo, porque para hacerlo tendra que superar la separacin que ha puesto entre l como
ciencia y l como objeto de estudio.
Alguien que recientemente ha estudiado sistemticamente al sentido comn, es
Helga Albersmeyer-Bingen (1986). Esta autora est consciente de que: "Common sense, the
everyday knowledge implicit in culture, is difficult to distance oneself from; it also seems
suspect as a subject for scientific study" 34, no obstante en su trabajo, intenta explorar el
concepto y sus manifestaciones "with a scientific approach". As, encuentra que tanto en
la filosofa clsica como la moderna y en la sociologa del conocimiento, el sentido comn
le aparece como anclado en el tiempo y sociolgicamente definible, con "structural
commonalities", a travs de diversas culturas y perodos. De acuerdo a ello, lo define como
una expresin de actitudes compartidas, opiniones, sentimientos y estrategias de
comportamiento en una sociedad determinada, i.e. un enfoque bsico sobre la vida
cotidiana, el cual es pasado de generacin en generacin va socializacin, a travs de
proverbios, sapiencia popular y giros lingsticos -aqu podemos aadir, de acuerdo a lo
dicho anteriormente: producido y transmitido tambin por las ciencias y filosofas
particulares-.
Encuentra adems la autora, que el sentido comn ha sido tema de estudio
sociolgico de autores tales como: Auguste Comte, Emile Durkheim, John Stuart Mill, Max
Weber, Max Scheler, Karl Mannheim y Alfred Schutz; Karl Marx y Friedrich Engels.
Igualmente, encuentra razones para catalogar a los enfoques tericos de la sociologa
contempornea en: emprico-analticos, dialctico-crticos y fenomenolgico-
interpretativos. Observa tambin, que el sentido comn posee una dimensin inversa que
puede ser vista como intentos histricos tempranos en el proceso de conocimiento, la cual
utiliza recursos tales como: la reina perversa del cuento de hadas, el mundo absurdo de
Alicia en el Pas de las Maravillas, los relatos de las distorsiones del psicpata y las
34 Albersmeyer-Bingen, Helga (1986). Common Sense: A Contribution to the Sociology of Knowledge (Common Sense. Ein Beitrag zur Wissenssoziologie). Duncker & Humblot GmbH.
23
creencias de la magia y de la brujera. A esta lista yo aadira al enorme caudal de
conocimiento y reflexin contenido en el teatro griego antiguo y en los libros sagrados de
las religiones. Todo ello constituye realmente las formas de conocer "precientfico", i.e.
antes de que el mismo comience a ser sistematizado y posteriormente producido como
conocimiento cientfico particular.
De todo su rico examen descriptivo, pero que no es nada ms que eso,
Albertsmeyer-Bingen encuentra como conclusin que el sentido comn es "a formal
constructivist, instrumentalistic, practical, intersubjective way of experiencing the world;
it combines historical cultural content, individual biographical aspects, societal knowledge
& forms of science, a framework of culture & ideas, the concrete situation, relationships
of a culture, & nature", lo cual habla muy bien de su rol dentro de la cotidianidad y dentro
de aquel famoso marco cultural que la gua. Quizs concebido as, l tenga la ventaja sobre
las ciencias particulares, de ni siquiera plantearse la escisin entre ambas esferas de la
realidad y el conocimiento sociales.
La autora somete a prueba este "metaprincipio" conceptual al examinar el
tratamiento que recibe el sentido comn en el siglo XVIII por parte de la llamada
Ilustracin Escocesa. Vale la pena recordar aqu la influencia que ejercer precisamente
Hume en Kant y estos posteriormente en Popper y el resto de la Filosofa de la Ciencia. Lo
que nunca pudo el escocs imaginarse que sus demostraciones sobre el papel fundamental
del "hbito" en la formacin del conocimiento particular, es que todo desembocara en la
produccin de mltiples y vanos intentos de demarcacin entre sentido comn, en tanto
conocimiento vulgar y sentido comn en tanto ciencias particulares. Pero en ningn
momento, hasta ahora, en plantearse o replantearse la superacin de esta escisin, del
Entendimiento consigo mismo, en la Razn, tal y como propone Hegel.
b.- La Funcin del Sentido Comn para la Estructura Social: gua metafsica para la
ciencia y gua cientfica para la metafsica.
Ahora bien, el sentido comn no solamente existe e influye en el comportamiento
cotidiano, sino que tiene una funcin social fundamental. En este sentido, independiente
que se muestre escindido como dos conocimientos paralelos, la sociedad necesita una gua
para, como dice precisamente Hegel, garantizarse "su paso razonable por la vida". As pues,
en la historia se puede constatar el pendular de esta responsabilidad dentro de la sociedad,
entre ambos tipos de conocimiento: de la gua metafsica a la cientfica, para volver de
nuevo paradjicamente, en nuestra propia poca, de nuevo a la metafsica. Al mismo
tiempo, se encuentra un pendular en las propias respuestas tericas a este fenmeno.
24
B.1.- La salida religiosa: aplicacin de la abstraccin desde la cotidianidad.
Franco Ferrarotti (1987) 35 encara esta problemtica a propsito de hablarle de
teologa a los no creyentes de nuestro final de siglo. Su trabajo ofrece una discusin
teortica de amplio rango que toma como punto de partida, la crisis ocasionada por la nueva
desconfianza ante la tecnologa y explora la muerte de la ideologa del progreso. Para ello,
describe el proceso que parte del clima intelectual que surge a mediados del siglo XVIII,
cuya razn remplaza a la religin como gua del comportamiento. Con esto comienza la
novedad de aplicar a la sociedad, las nociones de progreso y de ciencia. Para Ferrarotti, la
sociologa de Comte fue un medio para tratar de reducir y dominar la anarqua moral que
este remplazamiento trajo como consecuencia. Pero ahora, la ciencia habra perdido su
capacidad de accin como instrumento de consenso social y habra dejado al individuo en
estado de temor y a la sociedad, en declinacin de su autoridad moral. En esta situacin, la
paradoja bsica sera la de un avance tecnolgico unido a una privacin de significado. As,
la resurgencia de las creencias religiosas, vista como "nostalgia ante la certeza menguada",
se manifiesta a veces como un retorno a la supersticin y a la magia, i.e. a una religin sin
la estructura administrativa y de proteccin de las iglesias organizadas.
Para profundizar y exponer ms en detalle esta interesante idea o ms bien, este
interesante hallazgo, el autor en primer lugar reexamina los escritos de Lutero en tanto
esfuerzo para subjetivar la experiencia sacra, lo que habra sido una tarea necesaria para
construir una "racionalidad postracionalista". Aqu el autor critica a la discusin que hace
Eric Fromm sobre Lutero, por colocar su pensamiento como demasiado centrado en la Edad
Media. Para Ferrarotti, la posicin de Lutero es bastante moderna y concreta,
particularmente en el sentido que un individuo particular pueda hablar abiertamente contra
las instituciones establecidas. Al mismo tiempo, opina que Lutero no promocion ex
profeso la modernizacin secular y que el xito de la misma sera ms bien consecuencia de
la necesidad histrica que ella vendra a llenar. Resalta tambin la distincin que hace
Lutero entre teologa y filosofa (la cual, a mi juicio se hace por primera vez de una manara
sistemtica y que augura la Ilustracin), y dentro de ella, su visin de la libertad como
medio de salvacin. Quizs por esto ltimo, me parece, es que la vuelta a la religiosidad,
hasta en el caso de los cristianos y ex-cristianos no protestantes, sea tambin hacia formas
religiosas no estructuradas.
En segundo lugar, Ferrarotti analiza la vertiente hegeliano-marxista en su forma de
"humanismo militante". En este sentido, considera que el problema del atesmo, tal y como
35 Ferrarotti, Franco (1987). A Theology for Nonbelievers: Post-Christian and Post-Marxist Reflections. Millwood, NY: Associated Faculty Press, Inc.
25
ste es tratado en los escritos tempranos de Hegel y en el joven Marx (principalmente en su
concepcin sobre la insuficiencia de la autoconciencia individual), constituye en primer
trmino, una recreacin de los problemas religiosos del siglo XVIII y que la emergencia del
atesmo como una premisa desmistificada en Marx, cae dentro de la herencia luterana.
Igualmente, encuentra que como el propio Marx reconoce que hablar de atesmo, supone
tesmo, no se declara nunca ateo y que en su relacin con Feuerbach, fall en reconocer la
lgica intrnseca del factor religioso, la cual sera segn Ferrarotti, descubierta
posteriormente por Max Weber.
El valor de Weber, con el cual se iniciara toda una corriente dentro de la ciencia
social, estara dado porque en su consideracin sobre los aspectos racionales de la religin,
observa en ella la base de la obligacin. De la obligacin al control social slo hay un paso,
quizs por ello es que Ferrarotti pasa inmediatamente a considerar lo que para l es un
acuerdo entre Freud y Drurkheim en torno a la necesidad de restringir al individuo y a su
ego. Este ltimo, aunque llega a la conclusin de que el ego individual no es capaz de
remplazar a Dios, observa al sociocentrismo como un sustituto de la teologa. Ambos
autores estaran tambin de acuerdo de que el grupo colectivo, independientemente de su
duracin, sera ms fuerte que el individuo.
Finalmente, luego de puntualizar los errores de autores ms compenetrados en el
presente siglo en el estudio terico y prctico de las implicaciones de la prctica religiosa,
como Maritain, Balbo y Olivetti, Ferrarotti arriba a la conclusin de que la actual crisis
mundial tiene como signo positivo, el hecho de ser al mismo tiempo post-cristiana y post-
marxista; que esta crisis actual es una crisis de presentacin y administracin de lo sagrado.
Ante esta situacin considera que la sociologa es de suma importancia como "ciencia de la
solidaridad humana perdida" y l mismo se interesa por el estudio de la "funcin positiva
del pecado". As pues, este autor lo que termina deseando, es la constitucin de una nueva
doctrina social, donde se rena lo sagrado y lo profano. Tal catecismo, con las
consecuencias tericas y prcticas que todos conocemos, ya fue intentado el siglo pasado
por Saint Simon en su "Catecismo de los Industriales". No obstante, este intento evidencia
una vez ms, la recurrencia inevitable que caracterizan a los problemas fundamentales no
resueltos.
B.2.- La salida tecnolgica: aplicacin de la concrecin desde la cotidianidad.
Frente a esta alternativa de replantear la problemtica entre conocimiento y accin,
enfatizando en las virtudes de formas de conocimiento no completamente superadas, se
encuentra otra que intenta enfatizar las virtudes de formas de accin no completamente
desplegadas: los efectos deseados que tengan en la sociedad la ciencia y la tecnologa,
26
tanto en su generalidad como en su cotidianidad. En otras palabras, no solamente para la
resolucin de los problemas tericos y epistemolgicos actuales, sino para pragmticamente
intentar resolver con eficacia, problemas prcticos particulares, confiando que con esas
acciones se superarn a la larga los generales, lo cual no es ms que una creencia mucho
ms fuerte e irracional que la religiosa, en una especie de "induccin de la buena prctica
particular".
Esta tendencia actual tiene obviamente fuertes repercusiones ideolgicas y polticas.
Aronowitz (1988) 36 ha hecho recientemente un estudio descriptivo sobre esta problemtica,
especficamente para demostrar cmo la ciencia ha buscado establecerse a s misma como
la nica forma legtima de conocimiento, asociando sus demandas de "verdad" al
imperativo metodolgico y adoptando normas y valores con significado neutral,
autoevidente y absoluto. Aronowitz argumenta que esto es una ficcin, que las normas y
valores de la ciencia se encuentran inextricablemente atadas a las condiciones histrico-
sociales y a las presuposiciones discursivas. Los medios con que la ciencia ha intentado
legitimar su poder autnomo, son explorados por el autor desde perspectivas marxistas y no
marxistas, concluyendo que una ciencia nueva slo puede surgir de una teora social de
ciencia que combine el distanciamiento crtico con el anlisis histrico.
Con el objeto de defender su tesis, Aronowitz pasa a analizar primero los orgenes
de la posicin de dominacin asumida por la Ciencia & Tecnologa. Ms correctamente,
pasa revista a los planteamientos que la vertiente marxista ha venido elaborando sobre el
papel hegemnico de C&T desde Marx hasta la ciencia sovitica, pasando por Engels, la
Escuela Crtica de Frankfurt, Habermas, Marcuse, Althusser y Gramsci. Luego examina las
vertientes angloamericanas sobre la teora de la ciencia y la incidencia del desarrollo de la
fsica moderna en la crisis entre filsofos y cientficos. Inmediatamente, pasa a exponer con
la sociologa norteamericana de la ciencia, cmo su papel privilegiado y su poder se
encuentran "social e histricamente determinados" y termina examinando los problemas
ticos que ha suscitado la biotecnologa. Con todo este panorama el autor, pasa a ilustrar el
contenido ideolgico de C&T y cmo el mismo constituye una relacin social, describe
cmo las normas cientficas y las investigaciones son desarrolladas dentro del marco de las
ms grandes empresas socioeconmicas y polticas y termina proponiendo algunas tesis
sobre una alternativa de C&T que no est basada en la dominacin.
Lo que no puede quedar claro en este planteamiento, sumamente tradicional y
ortodoxo de Aronowitz, es la posibilidad real de una emancipacin, como la que propone,
36 Aronowitz, Stanley (1988). Science as Power: Discourse and Ideology in Modern Society. Minneapolis, MN: University of Minnesota Press.
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de una dominacin que l mismo cree haber demostrado que est en forma irremediable
"determinada histrico socialmente". Continuamos, pues al final de la centuria,
confrontando los mismos problemas que bien los utpicos o bien los anarquistas del siglo
pasado, no se percataron que deban previamente resolver: la posibilidad de la
transformacin del pensamiento y de la accin.
Ir ms all del utopismo pseudo revolucionario, es lo que se propone Tralli (1987)
quien asegura que el enfoque marxiano "offers the possibility of developing an appropriate
model of economic & social development that goes beyond the limitations of the market
economy thesis but avoids pseudo-revolutionary utopianism ... Marx's thought can give
valuable pointers for understanding this difficult historical moment" 37. Esto, como en
el caso de Aronowitz posee repercusiones, tanto en el mbito ideolgico poltico, como en
el de la interpretacin de Marx. Aqu se est reduciendo su planteamiento o lo que es lo
mismo: deduciendo de l lecciones particulares para casos particulares de aplicacin
tecnolgica, con la esperanza, que ya exhiban los planteamientos no marxistas, sobre la
salida que aqu he llamado "induccin de la buena prctica particular" Este mismo es el
caso de Bauer (1988) 38 quien partiendo del marxismo-leninismo propone un desarrollo de
la individualidad humana aprovechando las condiciones de la automacin flexible, como si
este desarrollo particular de la tcnica, hubiese borrado por completo el origen cotidiano del
capital, o lo que es lo mismo: como si el desarrollo de la individualidad humana no hubiese
estado en el origen del desarrollo de cada tecnologa particular.
Resumiendo el panorama actual de los intentos de desarrollos tericos y de
proposiciones prcticas, tanto puramente cientficos como filosficos que aqu hemos
esbozado, algunos pretendiendo ser continuacin y superacin de la dialctica y otros su
alternativa radical, podemos concluir que los problemas fundamentales que estn en la raz
de la relacin Hegel-Marx y Hegel-Kant, an no han sido resueltos y en la gran mayora de
los casos, an no han sido claramente planteados. Por esta razn, la tarea de replantearse la
dialctica, no es una obra desfasada o carente de sentido, aunque s haya estado relegada
desde hace mucho tiempo.
37 Tralli, Alberto (1987). Marx and Technological Innovation (Marx e l'innovazione tecnologica) . Terzo Mondo 1987, 55-56, 31-38.
38 Bauer, Adolf (1988). Socialization, Automation and Human Development (Vergesellschaftung,
Automatisierung und menschliche Entwicklung). Deutsche Zeitschrift fu Philosophie 1988,36, 4, 289-298.
Ver tambin: Adler-PS (1990). Marx, Machines, and Skill. Technology and Culture, Vol 31, Iss 4, pp 780-
812.
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B.- Estructura de la Obra.
A continuacin ofrecemos una breve descripcin de cada captulo del presente texto
y de la interrelacin que entre ellos existe. En realidad, ellos no requieren de mayor
presentacin, puesto que cada uno ha sido concebido como un todo con cierto grado de
autonoma y poseen su propia presentacin. No obstante los une estrechamente tanto el hilo
conductor del objetivo de la investigacin general, al cual hacamos referencia al inicio de
esta introduccin, como el hecho de ser sus resultados investigativos concatenados.
En el primer captulo, titulado aqu Marx y la Lgica Hegeliana39, se intenta poner
en evidencia la estrecha relacin Marx-Hegel, se contina y profundiza la explicacin sobre
aquello que, desde mi primer libro, he dado en llamar Volcamiento a Hegel por parte de
Marx (Umstlpung) y se establecen los "parmetros" conceptuales bsicos sobre lo que, en
el marco de esta relacin y desde la perspectiva del Volcamiento, se debe entender por
Lgica, Ciencia y Dialctica desde la vertiente hegeliana.
En la actualidad, quizs sea ms importante el establecimiento de los parmetros,
que la bsqueda de una confrontacin en un tema que ha quedado casi desierto de
interlocutores vlidos y sobre el cual no existe el menos inters de revisar anteriores
posiciones. En todo caso, soy de la opinin que gran parte de los acontecimientos tericos y
prcticos que han provocado tal desbandada, se deben en buena parte a que a los mismos se
dieron por una desconexin considerable con los parmetros bsicos de la dialctica.
Aunque al final haya sido sta la que ha cargado con todas las culpas. Tambin pienso que
esta abandono masivo, tendr efectos muy fructferos en un estudio serio sobre el tema, ya
que ahora el panorama se muestra menos congestionado y menos obstaculizado por
posiciones fundamentalistas y, paradjicamente, poco fundamentadas.
En el segundo captulo, titulado La Teora del Valor de Marx y la Necesidad en
Hegel,40 se sostiene que la forma-valor de los productos del trabajo humano, slo comienza
a conformar, con el contenido concreto de dichos productos, una unidad dialctica, en el
acto de intercambio social de mercancas. A nivel terico, la expresin de dicho proceso
constituye la raz misma del Volcamiento de Marx a Hegel, a la par que la evidencia ms
tangible de la necesidad de hacer explcito lo que he llamado el cuarto momento de la
39 Briceo, Miguel Angel (1993). "Lgica, Ciencia y Dialectica Hegeliana. Una Reinterpretacin". Caracas, Cuadernos de Episteme No. 7, Universidad Central de Venezuela. 40 Briceo, Miguel Angel (1993). "Gnesis de lo Social y Futuro de la Dialctica". Mrida, Universidad de Los Andes.
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lgica hegeliana, con el objeto de lograr explicar completamente, no solamente el
movimiento, sino la transformacin real del ser y la conciencia.
En este captulo se intente describir y explicar cmo, al desarrollarse el proceso de
trabajo desde la relacin productiva comunal hasta su transformacin en una relacin
productiva social, se desarrolla igualmente el polo opuesto de su unidad dialctica: el
proceso de formacin de valor, desde su forma ms simple y ocasional, hasta su forma ms
complicada y permanente. Se observar cmo la historia de la humanidad, segn los
descubrimientos de Marx, est constituida por el desarrollo de la contradiccin valor de
uso-valor, inmanente en los productos elaborados por el hombre. Dicha contradiccin se
manifiesta de una manera cada vez ms aguda en la conjuncin de los procesos de
produccin e intercambio, conformando en ello las fases histricas del desarrollo de la
produccin social general. Cada una de estas fases constituyen, por una parte, una
manifestacin cada vez ms desarrollada de la contradiccin inmanente valor de uso-valor;
por otra parte, dichas etapas conforman en s mismas contradicciones especficas entre un
determinado grado de desarrollo en el proceso de trabajo y un determinado grado de
desarrollo de la forma-valor de los productos del trabajo.
En ese captulo, con el fin de probar esa tesis, se intenta elaborar la reconstruccin
conceptual, en sus primeras fases de esta gnesis de la mercanca, la cual constituye en
definitiva, la gnesis del desarrollo de las relaciones sociales de produccin e intercambio
previo al capitalismo.Digo reconstruccin, porque considero que esta gnesis del desarrollo
social que aqu se alude, subyace de hecho en el planteamiento marxiano, aunque no
aparezca en sus obras totalmente evidenciado.
Para llevar a cabo ese proyecto, se toma en primer lugar, como gua bsica, la
gnesis del dinero descubierta por Marx, la cual constituye el prembulo de la forma-
capital. En segundo lugar, como informacin especfica, se utiliza exclusivamente aquella
que sobre estos aspectos produjo el propio Marx, la cual se encuentra esparcida, algunas
veces en forma fragmentada, a lo largo y ancho de sus escritos de economa poltica.
En el tercer captulo, titulado: La vigencia de Hegel en la discusin cientfica y
filosfica actual, 41 trata de la actualidad que en nuestros das tiene potencialmente la
crtica realizada por Hegel, ya en un texto escrito en el ao 1801, al filosofar y a las
filosofas de su tiempo y por ende, al puesto que paradjicamente dicha crtica an tiene
como orientadora de la filosofa futura.
41 Briceo, Miguel Angel (1992). "Hegel y el Pensamiento Actual". Caracas, Postgrado Humanidades. Cuaderno No.1. Universidad Central de Venezuela..
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En este captulo, se pretende llamar la atencin sobre lo poco que se ha avanzado en
la marcha hacia la Razn y por qu el grueso de la discusin actual sigue estando sesgada
por las limitaciones del entendimiento. Dicha discusin ha tenido un refugio seguro -por el
lado de la conciencia del objeto- en la aplicabilidad inmediata de sus hallazgos empricos de
las "ciencias duras", pero ha permanecido an enceguecido tericamente por lo
deslumbrante de la explosin atmica. En el polo opuesto -del lado del objeto de la
conciencia-, la disputa por la prioridad de un sujeto individualista posesivo o colectivista
desposedo por parte de las disciplinas sociales y de las ideologas, an no ha cesado y la
misma ha estado opacada por la imposibilidad de ofrecer una prueba emprica definitiva -
aunque sigan derrumbndose y erigindose todo tipo de muros- en favor de uno u otro, lo
cual paradjicamente se exige en un mundo que quiere regirse por la ciencia emprico-
analtica de corte duro y sta ya demostr lo pasajero y lo falaz que son sus propios
paradigmas.
Mientras tanto, el lado que enfatiza la conciencia sobre el objeto -sea sta consiente
o inconsciente de s y de otros- tiene chance hasta para enfrascarse en polmicas internas
sobre la naturaleza y el sentido de las ms diversas sensaciones y fenmenos siguiendo,
slo que a la inversa, el mismo mtodo "iluminador" de crtica y argumentacin que al
parecer est en capacidad de comprender y declarando como resultado, que el nico puente
que est en condiciones de aceptar como comunicacin con el polo del mundo sensible -
porque tambin en este mbito se erigen y derrumban muros particulares y siempre existen
como presupuestos- es el lenguaje. Luego el mtodo de su utilizacin ser el mismo, por
ser los mismos los presupuestos: atrincheramiento y resistencia a la crtica "externa" y
exportacin de todo tipo de subversin, por medio de la cual, el pensamiento pueda minar
al mundo sensible y dominarlo.
Ninguno de los dos polos de ambos bandos ha entendido que la deficiencia en cada
caso, es por el lado de la identidad y no de la oposicin, de esta ltima (i.e. del filosofar
siguiendo a Kant o a Marx, o del huir de uno o de ambos) el anterior y nuestro siglo ya ha
tenido demasiado. Del lado de la identidad nuestra poca slo ha conocido su forma pura o
purista, que se considera y acta en cada caso, tanto en teora como en prctica (fijando para
ello como idntico a lo particular o lo universal, segn el caso), como rasero que juzga,
mide y arremete contra todo aquello que no sea idntico a s, para exterminarlo y para
dominarlo, lo cual tambin es una forma de exterminio.
El ltimo captulo, recoge tres artculos que contienen las reflexiones elaboradas
sobre aspectos especficos de la problemtica de la sociedad actual, tomando como
referencia los resultados tericos obtenidos en los textos anteriores. Con esto se trata de
31
conectar la reflexin terica con los que en definitiva debe ser su fin ltimo: la bsqueda de
respuestas al acontecer social, tanto general como especfico.
El primer artculo trata el problema del delito Interesa en ese texto, ms que una
descripcin pormenorizada de la situacin, una reflexin epistemolgica y sociopoltica de
dicho problema y un examen de posibles soluciones y de innegables limitaciones. Para ello
la reflexin se remonta a la gnesis misma del Derecho y su desarrollo segn Hegel, para
luego examinar su situacin en la actualidad, con el propsito de deslindar, las limitaciones
universales del derecho, tanto interno como externo, de aquellas que provienen
directamente de los efectos condicionantes del tipo de delito que concretamente all se
considera.
El segundo artculo trata del malentendido actual de que la ciencia es el motor del
desarrollo y no lo contrario. Para discutir esto, dicho artculo se basa resultados logrados en
los textos anteriores, donde se constata que la relacin siempre ha sido a la inversa: es el
desarrollo de lo social lo que posibilita el desarrollo de la ciencia. Lo social es ser social y
conciencia social general y especfica. Y dentro de ello, el pensamiento es conciencia que
va desde la mera contemplacin hasta la ciencia. Por esto es que el pensamiento, en todas
sus facetas, es producto de lo social y no viceversa.
Lo que pasa cuando pensamos lo contrario, es que an conservamos la idea de que
lo que nos diferencia de los animales es que pensamos y no lo que realmente es: que en
principio producimos nuestros propios medios de vida y, de acuerdo a ello, pensamos,
producindose as la unidad ser-conciencia que conforma lo social, tanto en su
especificidad como en su generalidad. En otras palabras, el ser social slo llega a serlo, en
la medida en que es capaz de producirse a s mismo como forma de existencia diferenciada
en la realidad de lo estrictamente fsico y biolgico. Esta existencia es, a su vez, expresada
en una forma de conciencia que se corresponder con el grado de desarrollo alcanzado por
dicha forma de existencia.
El tercer artculo examina la discusin actual sobre el papel de los medios de
comunicacin social y la participacin e interaccin informativa Medio-Sociedad. Sus
argumentaciones bien pueden hoy da enmarcarse dentro de la crtica la salida tecnolgica
con la cual se cierra el apartado anterior de esta introduccin.
El cuarto artculo examina la propuesta de Gnter sobre la lgica hegeliana sobre
que la reflexin a nivel de meta-observacin puede realizarse en un lenguaje formalizado
que no siga los principios de la lgica aristotlica ni los postulados de la reflexin
transcendental planteada por Kant.
32
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