UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL MAULE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONOMICAS ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL
RETRATOS DE LA VIDA COTIDIANA POST TERREMOTO
Desde una Perspectiva Generacional, en la
Localidad de Villa Prat 2010
Tesis presentada a la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica del Maule, como uno de los requisitos para optar al Título de Trabajador (a) Social
Fernando Esteban Flores Piña
Andrea Patricia Muñoz Jara Viviana Andrea Rivas Díaz
Guía de Tesis: Claudia Concha Saldías
Enero, 2011 CURICO, CHILE
2
RETRATOS DE LA VIDA COTIDIANA POST TERREMOTO
Desde una Perspectiva Generacional, en la
Localidad de Villa Prat 2010
3
INDICE DE CONTENIDOS
CONTENIDO PÁGINA
Resumen Ejecutivo
Introducción
CAPITULO I
1.1 Problematización
1.1.1 Desastres Naturales y Consecuencias en la sociedad
Maulina
1.1.2 Representaciones Sociales y Vida Cotidiana
1.1.3 Representación Social desde una Posición
Generacional
1.1.4 Localización de la Investigación
1.1.4.1 Región del Maule: Visión de los Sujetos sobre el
Maule
1.1.4.2 Sagrada Familia
1.1.4.3 Villa Prat: Contexto Social, Económico y Social
1.2 Estado del Arte: Investigaciones Entorno a la Temática
1.3 Objetivos
1.3.1 Objetivo General
1.3.2 Objetivos Específicos
1.4 Justificación Y Relevancia de la Investigación
1.4.1 Trabajo Social y Comunidad
CAPITULO II
2. Marco Referencial
2.1 Transformaciones del Mundo Rural en el Siglo XX
2.1.1 Transformaciones en la Economía Chilena y sus
Repercusiones en la Agricultura
2.2 Desastres Naturales y Crisis de la Vida Cotidiana
11
13
16
17
19
22
23
23
25
26
28
32
32
32
33
33
38
38
38
47
4
CAPITULO III
3. Marco Teórico
3.1 Representaciones Sociales
3.1.1 Orígenes de las Representaciones Sociales
3.1.1.1 Psicología Social
3.1.1.2 Interaccionismo Simbólico
3.1.1.3 Émile Durkeim: Representaciones Colectivas
3.1.2 Teoría de las Representaciones Sociales
3.1.2.1 Dimensiones de las Representaciones Sociales
3.1.2.2 Formación de las Representaciones Sociales
3.1.2.3 Enfoque Procesual
3.2 Sociología de la Vida Cotidiana de Peter Berger y Thomas
Luckmann
3.3 Transformaciones de la Sociedad: Paso de lo Tradicional a lo
Moderno
3.4 Espacio Social, Campo y Habitus: Elementos Constitutivos
del Pensamiento Cotidiano
3.5 Perspectiva Generacional
3.5.1 Juventud y Juventudes
3.5.2 Adultos Mayores
CAPITULO IV
4. Marco Metodológico
4.1 Paradigma de Investigación
4.2 Tipo de Investigación: Descriptivo- Analítica
4.3 Enfoque Metodológico: Teoría Fundamentada
4.4 Tipo de Investigación según su temporalidad: Transversal
4.5 Diseño de la Muestra
4.5.1 Universo
4.5.2 Tipo de Muestra
53
53
53
53
54
55
56
58
60
62
64
67
72
76
77
80
84
84
85
86
88
88
88
90
5
4.5.3 Muestreo Teórico
4.6 Técnicas de recolección de datos
4.6.1 Entrevista en profundidad
4.7 Análisis de la Información
4.7.1 Análisis de datos desde la teoría fundamentada
CAPITULO V
5. Análisis de datos
5.1 Análisis Adultos Mayores
5.1.1 Visiones Sociales, Económicas, Familiares y
Culturales de los Adultos Mayores De Villa Prat.
5.1.1.1 Villa Prat es una calle larga
5.1.1.2 Relaciones Familiares
5.1.1.3 No íbamos a las escuela, pero habían otros que
nos enseñaban a ser personas
5.1.1.4 Somos un pueblo religioso
5.1.2 Continuidades, Rupturas y Visiones de la Comunidad
de Villa Prat Post Terremoto
5.1.2.1 Transformaciones a partir del terremoto
5.1.2.1.1 Reconocimiento del lugar
5.1.2.1.2 Cambios socio espaciales: Migración
5.1.2.1.3 Cambios en la comunidad: Visión de
Igualdad
5.1.2.1.4 Quiebres en la Identidad
5.1.3 Vida Cotidiana y Terremoto
5.1.4 Representaciones sociales del origen del terremoto: “Y
quién Iba a mandarlo si no fue Dios”
5.2 Análisis Jóvenes
5.2.1 Construyendo Villa Prat desde la Juventud
5.2.1.1 Puro Lastre
90
91
91
93
93
98
98
98
98
112
115
118
121
121
122
125
126
127
129
138
144
144
144
6
5.2.1.2 Modernización de lo rural
5.2.1.3 Se puede escuchar el grito de un chancho, el
balar de una oveja
5.2.1.4 A nadie le gusta la agricultura
5.2.1.5 Somos respetuosos, hospitalarios y tenemos
buenos modales
5.2.2 Familia, Sujeto y Comunidad: Transformaciones y
visiones a partir del desastre
5.2.2.1 De una casa gigante a una casa tan chiquitita
5.2.2.2 Estuve durmiendo dos meses en la pesebrera de
la yegua
5.2.2.3 En la comunidad daba cosa ver las caras largas, caras tristes
5.2.3 Visiones a partir del desastre
CAPITULO VI
6. Conclusiones y Sugerencias desde e Trabajo Social
6.1 Conclusiones
6.2 Sugerencias
Bibliografía
Anexos
148
150
153
160
163
163
169
173
176
181
181
202
208
213
INDICE DE CUADROS
CONTENIDO PÁGINA
Cuadro N° 1: Mundo Tradicional Campesino v/s Mundo Moderno Cuadro N°2: Características de los Sujetos de Inves tigación Cuadro N°3: Componentes de la Teoría Fundamentada
69 91 93
7
Dedicada esta tesis a las víctimas del terremoto ocurrido el 27 de febrero de
2010 de la localidad de Villa Prat; quienes nos abrieron las puertas de su hogar
mostrando su intimidad, confiando en nosotros su historia de vida y experiencias.
Gracias a ellos se pudo llevar a cabo esta investigación, pues dieron cuerpo y
vida al estudio.
Como equipo agradecemos a nuestra profesora guía, Claudia Concha, por
la confianza, compromiso y dedicación a esta tesis, además por fortalecer la
pasión por lo social y fomentar el entusiasmo por aprender.
Por ultimo no podemos dejar de agradecer a los docentes de la escuela de
trabajo social de la UCM, que nos brindaron su apoyo, conocimientos y consejos
en momentos de dudas, e inculcar en nosotros la pasión por el trabajo social.
8
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a mis padres por acompañarme en cada uno de mis procesos,
personales y académicos, y decisiones que tomado a lo largo de mi vida. Gracias
por estar a mi lado siempre, confiar en mí y apoyarme cuando más necesite de
ustedes. Gracias por cuidar de mi hija y darle mucho amor… Antonia es tan mía
como de ustedes, los amo mamá y papá.
Te agradezco a ti amor, por acompañarme en estos años que llevamos
juntos, por esperar paciente cuando tenía que cumplir con mis deberes
académicos, y últimamente por las largas horas en que te dejé sólo producto de la
tesis. Este trabajo final, significa el término de una etapa para mí, pero también el
inicio de muchos proyectos que juntos tenemos… Te adoro.
A ti hija, que aún estas pequeña para comprender lo que mamá hace por ti,
te agradezco infinitamente por ser la luz que cada día ilumina mi vida, mi pequeño
angelito, inspiración de cada día, para querer ser una mejor persona, un buen
modelo para ti… a ti mi pequeña te amo más que mi vida.
Agradezco a ustedes hermanos, que siempre me han acompañado y
ayudado de una u otra forma en mis procesos, a ustedes también es dedicado
este logro.
Sin duda estos cinco años han pasado muchas cosas, he conocido a gente
linda con quien he compartido gratos momentos, grandes amigos, a ustedes
también gracias, por ser parte de los lindos recuerdos que llevo conmigo.
Viviana Rivas Díaz
9
Quiero agradecer a mi familia que ha apoyado incansablemente en todas las
decisiones que he tomado en mi vida.
Agradezco especialmente a mi madre que ha aportado en mí, la lucha y el
sacrificio de salir adelante.
A mi padre que con su perseverancia
y lucha pese a todas las adversidades, ha salido adelante y de a poco ha ido
cumpliendo todos sus sueños.
A mi hermana pequeña que con su inocencia ha portado en mí, la alegría y
valentía de enfrentar diversas situaciones. Gracias Matilde por haber llegado a la
familia, por acompañarme y entregarme todos los días tu sonrisa.
A mi hermano, que pese a sus pocas palabras, he logrado entender su mundo he
involucrarme en sus interrogantes.
A mi hermoso que me ha acompañado en este difícil año y ha estado presente en
momentos en que necesita un abraso.
Hermoso gracias por entender mi vida y ser paciente, por tu apoyo incondicional
en todo momento.
Y mi más especial agradecimiento a mi abuela, quién además, fue mi madre, pues
me acompañó y me cuido durante mi infancia.
Gracias por trasmitir tu sabiduría, coraje y fuerza incansable.
Mamy a pesar de que ya no estás conmigo físicamente, tus recuerdos y sabias
palabras siguen presentes.
Y por último a mis compañeros por haber sido pacientes y compartir junto a ellos
el amor por esta profesión.
Andrea Muñoz Jara
10
Quiero agradecer a mi familia por todo el apoyo y cariño que me ha entregado
durante el curso de esta carrera, en particular a mi madre, quien me enseño que
pese a los obstáculos que se presentan en la vida, hay que ser fuerte,
perseverante y entusiasta, y a mi padre que es el responsable que esté
involucrado en lo social, sin duda los dieciséis años que estuvimos juntos fueron
muy enriquecedores para mi, puesto que me llenaste de sabiduría y amor, estoy
seguro que seguiré tus pasos y espero algún día llegar a ser como tú.
También quiero agradecer a mis compañeras de equipo por su paciencia y
amistad, les deseo lo mejor en esta nueva etapa. Nos queda mucho por aprender,
pero manteniendo nuestros ideales, seremos buenos profesionales y personas.
Fernando Flores Piña
11
RESUMEN EJECUTIVO
El 27 de febrero de 2010 la sociedad chilena se vio enfrentada a unos de
los eventos sísmicos más impactantes en la historia de la humanidad. Gran parte
del territorio nacional se vio afectado, dejando a su paso ciudades y poblados
interiores destruidos, así como también a miles de familias sin hogar.
Mediante la presente investigación se buscó conocer desde una perspectiva
generacional, cómo los sujetos habitantes de la localidad de Villa Prat, construyen
las representaciones sociales respecto de la vida cotidiana, a través del
conocimiento del sentido común, post terremoto.
El enfoque epistémico de la investigación es cualitativo, el cual permite
reconocer las singularidades de los sujetos por medio del discurso y de la acción,
respondiendo de este modo al paradigma interpretativo. La información es
obtenida a partir de entrevistas biográficas aplicadas a jóvenes y adultos mayores
nacidos y criados en la localidad, que fueron afectados por el terremoto al perder
la vivienda en la cual habitaban. El enfoque metodológico con el cual se analizan
los datos se basa en la teoría fundamentada, de la cual emerge información que
es abordada desde teorías diversas, como la del Habitus y el Campo de Bourdieu,
sobre la Modernidad de Giddens, Sociología de la Vida Cotidiana de Berger y
Luckmann, entre otras, y con las cuales se construyen las conclusiones.
Los resultados obtenidos, a partir de las entrevistas muestran que los
habitantes de las comunidades afectadas se enfrentaron a grandes quiebres en su
vida cotidiana, no sólo perdieron la vivienda, sino que también se vieron obligados
a establecerse en espacios reducidos como mediaguas, asumir nuevas
responsabilidades, aumentar sus jornadas de trabajo, vender sus bienes con el fin
de conseguir recursos para reconstruir sus viviendas, otros tuvieron que migrar a
otras localidades, a casas de vecinos, familiares o amigos, entre otros. Estos
12
cambios, que brevemente fueron descritos han provocado en los sujetos
profundas transformaciones en el sentido común o conciencia ordinaria de éstos,
debiendo transformar paulatinamente sus rutinas diarias, con lo cual emergen de
ellas representaciones sociales diversas, dependiendo de la base sociocultural y
las trayectorias de vida de los sujetos.
No obstante, entre jóvenes y adultos mayores existen sentidos compartidos
respecto de los cambios en las rutinas post terremoto, como por ejemplo compartir
espacios con otros, unión entre familias y comunidad, asumir nuevos roles,
etcétera. Pero también se manifiestan diferencias entre estos grupos etarios en
diversos aspectos, como por ejemplo, en el origen y el sentido que otorgan estos a
la ocasión sísmica.
13
INTRODUCCIÓN
El 27 de febrero de 2010 ocurrió en Chile uno de los desastres naturales
más impresionantes de la historia reciente, un gran terremoto de intensidad 8.8 en
la escala de Richter, se hizo sentir desde las regiones de Valparaíso hasta la
Araucanía.
La séptima Región del Maule resultó afectada, no sólo por la intensidad del
terremoto, sino también porque inmediatamente después de éste, las costas
maulinas fueron arrasadas por un gran tsunami. Muchas localidades quedaron
devastadas con pérdidas materiales, sus viviendas, patrimonio histórico, cultural y
privado, así como también en los aspectos simbólicos como recuerdos,
esperanzas y sueños, que fueron construidos en el transcurso de la trayectoria
familiar y de la comunidad.
Inmediatamente después del evento, en la fase de emergencia, se movilizó
una gran cantidad de ayuda hacia el territorio dañado, con el objetivo de palear las
necesidades urgentes de la población. A su vez el Estado a través de los
Municipios, desarrollo diversas estrategias para ir en apoyo de las comunidades.
A partir de esto, el equipo de investigación comienza a interrogarse:
¿cuáles son los cambios en la vida cotidiana que se han producido en los sujetos
afectados? ¿Qué representaciones sociales en cuanto a las transformaciones en
las rutinas diarias surgen a partir de este evento sísmico? ¿De dónde proviene la
información con la cual construyen esa representación? ¿Qué dimensiones de la
base sociocultural consideran significativas en la construcción de representaciones
sociales post terremoto?, ¿Cuáles son las visiones que poseen los jóvenes sobre
el terremoto y las transformaciones que este condicionó?, ¿Cuáles son las
miradas de los adultos mayores respecto del evento sísmico?, entre otras.
14
La investigación se desarrolló teniendo como objetivo general conocer
desde una perspectiva generacional, cómo los sujetos habitantes de la localidad
de Villa Prat, construyen las representaciones sociales respecto de la vida
cotidiana, a través del conocimiento del sentido común, post terremoto.
Es decir, involucrando en el estudio a adultos mayores y jóvenes Villa
Pratenses, se dará cuenta de las transformaciones del sentido común de los
sujetos, a través de los procesos instituyentes del pensamiento cotidiano utilizando
para esto la teoría de las Representaciones Sociales.
La investigación se desarrolló en la localidad de Villa Prat, perteneciente a
la comuna de Sagrada Familia, región del Maule; en la cual se estima que un 40%
de sus viviendas resultó con daños mayores, debiendo ser demolidas.
El interés por realizar la investigación en una localidad rural, se debe a que
los estudios sociales sobre terremotos son escasos, y se centran en las ciudades,
teniéndose escaso conocimiento de las consecuencias de éste en las
comunidades rurales.
A continuación, se presentan los resultados de la indagación, fruto de
innumerables visitas al territorio afectado, entrevistas y de la reflexión teórica con
el cual se fundamentan los planteamientos. La presentación del trabajo se
organiza en: capitulo I, el planteamiento del problema, objetivos y justificación de
la investigación. En el capitulo II, Marco referencial que contiene datos sobre la
ruralidad en Chile, desde una perspectiva histórica y los elementos de la crisis.
Luego, en el capítulo III los aspectos metodológicos, capítulo IV contenidos
teóricos que dan sustento a la investigación. En el capítulo V se encuentra un
cuerpo organizado de ideas que constituye el análisis de los datos –de adultos
mayores y jóvenes- y finalmente, en el capítulo VI se presentan las conclusiones
del estudio y sugerencias desde el trabajo social.
15
CAPITULO I
16
1. PROBLEMATIZACIÓN
Lavell (1993), plantea que los desastres como terremotos, huracanes,
aluviones, entre otros, son fenómenos de carácter y definición eminentemente
social, no solo por sus consecuencias o impacto en las personas, sino también por
sus orígenes y reacciones que suscitan en la sociedad política y civil. En relación a
esto, Wilches Chaux y MasKerey, citados por Lavell (2000), plantean claramente
que un desastre no es un sismo o un huracán, sino más bien los efectos que éstos
producen en la sociedad. Los eventos físicos son evidentemente necesarios y un
prerrequisito para que sucedan los desastres, pero no son suficientes en sí para
que se materialicen. Debe haber una sociedad o un subconjunto vulnerable a sus
impactos; una sociedad que por su forma particular de desarrollo infraestructural,
productivo, territorial, institucional, cultural, político, ambiental y social, resulte
incapacitada para absorber o recuperarse autónomamente de los impactos de los
eventos físicos “externos”.
Es así como un desastre entendido desde esta perspectiva, es asumido
como un evento no puramente “natural o casuístico”, sino más bien como una
ocasión1 de connotaciones sociales, que impactará dependiendo de las
vulnerabilidades que tenga un territorio particular y repercusiones en las personas.
Con la irrupción del terremoto del 27 de febrero de 2010, se generan
consecuencias sociales y pérdidas en los espacios cotidianos, que afectan las
rutinas diarias con las cuales éstos construían sus representaciones sociales de la
vida cotidiana; pérdidas materiales asociadas principalmente a la vivienda,
espacios de producción, patrimonio cultural de los pueblos, entre otros, y pérdidas
simbólicas asociadas a los recuerdos, esperanzas y sueños; lo cual ha
1Quarentelli, realiza la siguiente sugerencia “evitar el uso de la denominación “evento” sustituyéndola por la idea de ocasión (…) la idea de ocasión (de crisis social)…tiende a enfatizar la noción de oportunidad para que suceda algo, mientras que la palabra ‘evento’ tiende a sugerir un resultado final…desastres deben considerarse ofreciendo múltiples posibilidades para el desarrollo, en lugar de conformar un camino lineal hacia un resultado final”. Quarentelli (1993) en el texto de Lavell.
17
transformado el sentido común y las subjetividades de los hombres y mujeres que
han sido víctimas de esta ocasión sísmica.
Posteriormente ocurrido el desastre, las autoridades nacionales, locales y
organizaciones no gubernamentales, actuaron apresuradamente para mitigar los
efectos del desastre y organizar la reconstrucción, siendo enfocada a los aspectos
materiales (políticas de reconstrucción de viviendas dañadas, subsidios de
reparación, etcétera), sin embargo, los efectos psicosociales no son foco de
atención de las autoridades dado que sus “productos” no son cuantificables.
Es por esto, que la investigación adquiere relevancia, desde las ciencias
sociales, dado el interés por generar conocimiento sobre las representaciones
sociales de la vida cotidiana, a través del sentido común que poseen los sujetos
afectados por el terremoto en la localidad de Villa Prat, considerando que a partir
de éste, se pueden develar los cambios, rupturas y continuidades que se
presentan en las rutinas; a partir de una perspectiva generacional, que involucra a
jóvenes y adultos mayores del sector , dado que junto con la pérdida de la casa,
se encuentra una perdida inmaterial referida a recuerdos, lazos familiares,
comunitarios, sueños y visiones.
1.1.1 Desastre Natural y consecuencias en la Socied ad Maulina
El 27 de febrero de 2010, a las 3:34 A.M., aconteció en Chile una de las
ocasiones sísmicas más impactantes de la historia del mundo, ubicándose por su
magnitud quinto en la historia de la humanidad, y segundo en la historia de Chile,
alcanzando una intensidad de 8.8 en la escala de Richter, teniendo su epicentro
en el mar chileno, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura a 47,4
kilómetros de profundidad en la corteza terrestre2.
2 Sistema Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (2010). Informe de Sismo sobre el 27 de febrero de 2010. [Fecha de Consulta 01/05/2010]. Extraído de: http://ssn.dgf.uchile.cl/cgi-bin/sensible.pl?oid=1255127&yr=2010&mo=2&da=27
18
La Séptima Región del Maule, fue una de las más afectadas por el
terremoto, en cuanto a número de victimas fatales y magnitud de la destrucción.
De acuerdo a las cifras iniciales entregadas por la Oficina Nacional de
Emergencias, ONEMI, en ella se concentraban oficialmente, más de 580
fallecidos, constituyendo cerca de tres cuartas partes del total a nivel nacional; sin
embargo, el ejército determinó que la cifra era mucho menor, 316 fallecidos,
diferencia explicada principalmente por la inclusión inicial de desaparecidos en la
lista de decesos y de fallecidos en hospitales por causas naturales3.
Las ciudades de Cauquenes, Talca, Linares, Curicó y Parral, así como gran
parte de los poblados interiores de la región, sufrieron devastadores daños
estructurales de sus viviendas. Las antiguas y centenarias edificaciones de adobe
que no habían sufrido mayor daño en anteriores terremotos -Valdivia 1960 y
Santiago 1985- debido a la distancia relativa entre ambos epicentros, resultaron
esta vez severamente dañadas o completamente destruidas. Más de la mitad del
casco histórico de estas ciudades quedó devastado, incluyendo diversos
monumentos históricos y centenarias construcciones de origen colonial4.
Claro está, que nada volverá a ser como antes, sin embargo, se debe
revertir esta situación, observándola como una gran oportunidad para revitalizar
los espacios sociales, territoriales y la participación ciudadana.
El proceso de reconstrucción se levanta en dos fases: la fase de
emergencia que comprende las acciones de carácter urgente y cuyo propósito es
proporcionar asistencia, cooperación y ayuda inmediata a las personas afectadas
por el terremoto y, una segunda fase que corresponde a la reconstrucción, cuyo
plan se encuentra en implementación y lo constituyen un conjunto de medidas en 3 “Jefe militar de VII Región precisa cifra de muertos en el Maule y los fija en 316” (04 de Marzo de 2010). Diario La Tercera online. Extraído de: http://www.tercera.com/contenido/680_231005_9.shtml 4 “Maule sufre pérdida de centros históricos de Talca y Curicó” (28 de febrero de 2010). Diario La Tercera online. Extraído de: http://papeldigital.info/lt/2010/02/28/01/paginas/036.pdf
19
materia de vivienda. Esta segunda fase, cobra gran protagonismo en la escena
local y los actores sociales presentes en el territorio (para la organización, gestión
comunitaria, coordinación de los recursos, etcétera), sin embargo, también
adquieren relevancia los sujetos y sus representaciones sociales sobre la vida
cotidiana, rupturas y continuidades en sus rutinas, siendo elaboradas desde su
ubicación en el espacio social, determinado por las relaciones económicas, de
género, generacionales, religiosas, políticas, culturales, entre otras.
1.1.2 Representaciones Sociales y Vida Cotidiana:
La representación social se sitúa en un punto de intersección entre lo
psicológico y lo social, en el cual los sujetos, aprehenden los conocimientos de la
vida diaria, las características del medio ambiente y las informaciones que circulan
en él. Es un conocimiento “espontáneo” e “ingenuo” denominado por las ciencias
sociales como conocimiento del sentido común.
La representación social puede ser analizada desde tres dimensiones, las
cuales son, la información, el campo de representación y la actitud. Para efectos
de la investigación, se delimitará el concepto de representación social,
considerando elementos tanto de la información, como aspectos significativos del
campo de la representación. Primero, en relación a la información, es importante
considerar el origen de la misma, ya que como lo señala Araya (2002) este surge
del contacto directo con el objeto, y de las prácticas que el sujeto desarrolla. Esta
dimensión tiene que ver además, con la organización de los conocimientos
considerando la cantidad y calidad de ellos, a partir de las pertenencias grupales y
las ubicaciones sociales que mediatizan las mismas. Y el segundo, el campo de
representación, que está constituido por diversos elementos como actitudes,
opiniones, imágenes, creencias, vivencias y valores, los cuales conforman los
criterios para la jerarquización de los aspectos relevantes de la información.
20
“La teoría de las RS5 se refiere a cómo se construye socialmente el
conocimiento del sentido común sobre la realidad, cómo se
difunden y circula socialmente y cómo este conocimiento tiene una
eficacia y cumple una función social” (Casado, 2001: 87)
Dentro de la teoría de las RS, surge un debate epistemológico sobre la
metodología de abordaje de éstas, dependiendo de la dimensión cognitiva
(asociada a los enfoques estructurales) o social (asociado a los enfoques
procesuales) con la cual sean tratadas. Cuando de habla que las
representaciones sociales poseen una dimensión cognitiva, lo que se plantea es
que sucede a nivel individual, y que lo se activa a nivel mental en un sujeto para
actuar en un contexto o situación, dependiendo de las experiencias de las
personas (Abric, 1994); sin embargo, cuando se habla de la dimensión social de la
representación, se alude a que preexiste algo al individuo y que tiene un espacio
extraindividual; esto significa que para su estudio social no solo implica la
contextualización, es decir, el estudio de cómo impactan los factores sociales a los
procesos cognitivos o psicológicos, sino también la construcción social de los
procesos psicológicos y la participación de éstos en la construcción de la realidad.
En este sentido, el campo de la representación se encuentra
intrínsecamente vinculado con el trasfondo cultural que tienen los sujetos, como
producto del proceso de construcción social, lo cual a su vez se encuentra
vinculado con el concepto sociológico de vida cotidiana, pues es allí, en ese
espacio, donde el conocimiento científico se trasforma en sentido común. Para
Berger y Luckmann, “cotidianeidad es el producto de un trabajo de definiciones
compartidas de lo que estableceremos como la realidad y, una vez hecho, deviene
la realidad objetiva (da) en la que nos movemos” (Canales, 1995)
5 RS: desde aquí en adelante Representaciones Sociales.
21
En relación a la vida cotidiana Agnes Heller decía que era:
"El espejo de la historia", también la define "como el conjunto de
actividades que caracterizan la reproducción de los hombres
particulares, los cuales crean la posibilidad de la reproducción
social…es la forma real en que se viven los valores, creencias,
aspiraciones y necesidades". Así pues la vida cotidiana son
nuestras vivencias diarias, repletas de significados, intereses y
estrategias diría Irving Goffman, estrategias entendidas como
esa serie de comportamientos que nos permiten crear la red
personal de caminos por los cuales diariamente transitamos y
construimos nuestras relaciones sociales” (Velarde, 2006).
La vida cotidiana se presenta como una realidad por excelencia, su
ubicación privilegiada le da derecho a que la llamen suprema realidad, ésta se
impone sobre la conciencia de manera masiva, urgente e intensa en el más alto
grado. (Berger, Luckmann, 1968). Esta realidad por excelencia se estructura en
esquemas o rutinas que son aprehendidas de manera inconsciente, si éstas se
presentan sin irrupción serán no problemáticas, pero solo hasta que su
continuidad se vea irrumpida por un problema.
En este sentido el terremoto provoca un quiebre en la vida cotidiana de las
personas, haciendo que éstas tomen conciencia de las rutinas que llevaban a
cabo antes del desastre. Posterior a éste y producto de las transformaciones que
se generan entorno a la ocasión sísmica, surgen situaciones problemáticas que en
el transcurso del tiempo se van incorporando y aprehendiendo paulatinamente en
el inconsciente.
22
1.1.3 Representación Social desde una Posición Gene racional:
Las representaciones sociales emergen desde una base, que permitirá al
sujeto mirar el mundo a partir del contexto socio-cultural. Cada sujeto, asumirá la
vida dependiendo de sus características sociales y psicológicas. Como menciona
Serge Moscovivi, “las representaciones sociales emergen determinadas por las
condiciones en que son pensadas y constituidas, teniendo como denominador el
hecho de surgir en momentos de crisis y conflictos” (Mora, 2002:8).
Si bien cronológicamente, ambos sujetos -jóvenes y adultos mayores- son
contemporáneos, concepto aportado por Dilthey, retomado luego por Karl
Mannheim quien señala que los “individuos que crecen como contemporáneos,
experimentan- tanto en los años de mayor receptividad como después- las mismas
influencias directrices de la cultura intelectual que les rodea y de la situación
política-social” (Mannheim, 1952:199). A partir de eso, se pretende dar cuenta que
a pesar de la contemporaneidad de los sujetos, cada uno vive de acuerdo a su
posición, experimentando un fenómeno denominado la “no contemporaneidad de
los contemporáneos”6, donde Pinder, aporta al debate y menciona:
“Varias generaciones viven en el mismo tiempo cronológico. Pero
como el único tiempo verdadero es el tiempo vivencial, se puede
decir propiamente que todos viven en un tiempo interior que en lo
cualitativo es plenamente diferente a los otros. Cada uno vive con
gente de su edad y con gente de edades distintas en una plenitud
de posibilidades contemporáneas. Para cada uno el mismo tiempo
es un tiempo distinto; a saber: una época distinta y propia de él,
que solo comparte con sus coetáneos” (Mannheim, 1952:200).
6 Concepto aportado por el historiador del arte Pinder (Mannnheim: 1952).
23
Es así, como a partir de las propias vivencias de los sujetos, se quiere dar
cuenta de su heterogeneidad de pensamiento y acción, que como señala Pinder, a
pesar de que varias generaciones se encuentren en un tiempo común, siendo
contemporáneos, cada uno vive de acuerdo a su tiempo vivencial, que se refleja
en la vida cotidiana, en su red de interacciones e interpretaciones, construidas a
partir de su propia realidad en conjunto con otros. El sujeto interpretará de acuerdo
a su contexto, en donde crea, produce y reproduce valores, creencias,
aspiraciones y necesidades.
1.1.4 Localización de la investigación
1.1.4.1 Región del Maule: visión de los sujetos sob re el Maule
La región del Maule se caracteriza por ser una zona rural, con gente de
campo esforzada, y arraigada a sus costumbres, valores y terruño. Esta región
dentro de su espacio territorial, logra concentrar diversas expresiones que dan
sentido, historia, cultura e identidad a sus habitantes. No obstante, las sociedades
han estado inmersas en continuos procesos de cambio, transversalizados por la
modernidad y la globalización, transformando las visiones y prácticas de los
maulinos.
Según el estudio Identidad e Identidades del Maule: Claves para Imaginar el
Desarrollo Regional (2010), durante los últimos 50 años los habitantes del Maule,
reconocen un mejoramiento en las condiciones materiales de vida (tanto a nivel
individual y familiar), así como también en los significantes culturales (con la
incorporación de la mujer a la vida pública) y económicos, que sin duda generan
mayor dinamismo, empleo y riqueza. Sin embargo, al mismo tiempo existe la
sensación de que:
24
“Las condiciones materiales y simbólicas para el despliegue y
desarrollo de proyectos identitarios colectivos está limitada por los
efectos de un modelo de desarrollo que tiende a la concentración
de la riqueza y la propiedad, manteniendo la distancia social entre
diversos grupos (…)” (Gobierno Regional del Maule, Universidad
Católica del Maule, SURMAULE, 2010:32).
Todo esto, repercute en las capacidades asociativas colectivas, afectando
la concreción de proyectos comunes e influyendo “a la percepción de que se
habita una región pobre, estancada y sin relevancia en el concierto nacional” (Ibíd:
32)
La Región del Maule se construye sobre una matriz campesina, donde las
prácticas cotidianas, actitudes y formas de relacionarse están vinculadas
estrechamente a lo rural. Este origen campesino, sin embargo, ha sido
desvalorizado por las elites, en contraposición a lo urbano- moderno “esta marca
negativa (revertida sólo durante el periodo de la reforma agraria) ha afectado
notablemente la autoimagen de los sujetos rurales y la posibilidad de producir un
proyecto político y social propiamente rural” (Ibíd: 92). Con respecto a la identidad
de los sujetos, el estudio revela que la figura del campesino ha sido asociada
tradicionalmente a la del sujeto social marginal, con escasa participación en el
sistema productivo y de consumo, con falta de integración socioeconómica y
política. Asimismo se percibe lo rural como desvalorizado, como un espacio
carente de oportunidades de calidad, sobre todo en el ámbito laboral.
Para efectos de la investigación es necesario considerar las características
que la comuna y la localidad tenían anterior al terremoto, de manera de dar cuenta
del contexto socio-cultural de los sujetos - jóvenes y adultos mayores- para luego
mostrar los cambios, continuidades y trasformaciones que el desastre natural ha
ocasionado en la vida cotidiana de éstos.
25
1.1.4.2 Sagrada Familia
La investigación se centra en la Región del Maule, comuna de Sagrada
Familia, zona del secano interior de la provincia de Curicó, cuyo territorio se
encuentra sobre la ribera sur del río Mataquito, extendiéndose sobre los primeros
contrafuertes de la Cordillera de la Costa hacia el poniente, con una superficie de
548 km2.
La comuna limita al norte con Curicó, Rauco y Hualañé; al poniente con la
comuna de Curepto; al sur con la comuna de San Rafael y al oriente con la
comuna de Molina. El territorio se encuentra dividido en nueve distritos censales,
que incluyen una o más localidades.
Sagrada familia tiene una población de 17.519 habitantes, de la cual un
71% es población rural y un 29% es población urbana (Plan de Desarrollo
Comunal Sagrada Familia7, 2008: 5)
Según datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica -CASEN-,
la comuna de Sagrada Familia presenta un 13,9% de pobreza (incluyendo a
indigentes y no indigentes) (PLADECO, 2008).
De acuerdo al censo de 2002, el promedio de años de escolaridad de la
población comunal es 6,37 años. La población analfabeta alcanza el 11,6%
(considerando personas de 10 años en adelante).
“Los niveles de instrucción en la comuna son bastante bajos, más
del 66,4% nunca asistió al colegio o tiene solamente educación
7 Desde ahora PLADECO.
26
básica, lo que puede justificar que más de la mitad de la población
económicamente activa sean trabajadores no calificados. Además
sólo el 4,62% de la población tiene estudios superiores
(Universitarios, Institutos Profesionales y Centros de Formación
Técnica)” (Ibíd.: 12).
En el área de salud, la comuna cuenta con cuatro unidades de atención
para toda la población local, contando con una gama de profesionales al servicio
de la comunidad.
1.1.4.3 Villa Prat: Contexto Social, Económico y Cu ltural 8
El sector donde se centra la investigación es Villa Prat, cuya población es
de 2.338 habitantes, concentrando el 13.4% de la población total de la comuna de
Sagrada Familia.
Villa Prat es predominantemente rural, 92.8% habita en éstas zonas,
mientras un 7.2% pertenece al radio urbano. Este sector se subdivide en: Los
Maquis, Punta de Rosa, Villa Prat pueblo, Carrizal, La Isla de Villa Prat y El
Belloto.
La localidad posee servicios básicos; luz eléctrica, agua potable y
alcantarillado. Respecto al alcantarillado, se plantea que es un servicio que recién
comienza a utilizarse, por lo que la mayoría de los habitantes utiliza pozo negro,
los que durante los meses de lluvia se saturan.
En cuanto a la accesibilidad del territorio, éste cuenta con locomoción
colectiva, sin embargo después de las 20:30 horas es imposible acceder, por lo
que solo se puede llegar mediante medios particulares de movilización.
8 Según diagnostico realizado por la Fundación para la superación de la pobreza, equipo de Servicio País 2008.
27
Los servicios públicos con los que cuenta la localidad son: salud,
educación, Bomberos, Carabineros y centros comerciales. Respecto al servicio de
salud, se destaca que existen miembros de la comunidad que utilizan éstos en
Sagrada Familia, Curicó, Talca, Molina y Sarmiento, dependiendo del nivel de
gravedad y la inscripción en cada uno de ellos. Por otro lado, respecto a
Carabineros se destaca la baja dotación policial durante la noche, siendo mayor
en el transcurso del día.
Los medios de comunicación a los que accede la comunidad son la radio,
televisión, telefonía fija y celular. Respecto a la radio, se destaca la emisión de la
Radio comunitaria “Fuego”, cuya frecuencia es la 92.1 FM.
La principal actividad económica de la localidad es el trabajo agrícola,
concentrando más del 60% de la población es este segmento productivo, esto
debido al alto nivel de ruralidad. La modalidad de trabajo es de temporeros,
debido a que la producción independiente no garantiza beneficios económicos.
Este trabajo es realizado tanto por hombres y mujeres. En los meses de invierno
se realiza la producción de carbón principalmente en la localidad de El Durazno.
Las Empresas que se reconocen son Ciracuza (plantación Olivos), Agrofrut,
Las Terrazas (ciruela, arándanos y cerezos), Agroindustria con cultivos y salsas;
Rac, Bari, Agros y Castillo, que producen ají, salsa y picles, empresas de nombres
desconocidos que producen cuchuflí y sustancias. También se realizan pequeñas
agriculturas familiares de lechugas, cebollas, habas y trigo orientado al
autoconsumo.
La producción característica de Villa Prat es el ají, la que se encuentra en
descenso. En cierto momento su producción se exportaba, actualmente sólo se
orienta al mercado nacional. Además se produce choclo y pepino, vendido a nivel
28
nacional, regional y local; producción de tomates para salsa, que se venden para
empresas IANSA y AGROSSI, en menor grado de producción se encuentran los
repollos, coliflor, sandías, melones y papas, orientados al mercado nacional.
Por último, el contexto cultural de la localidad, se desarrolla entorno a su
forma de producción agrícola. En el sector céntrico de la localidad, antes del
terremoto, se podían observar grandes casas coloniales que dan cuenta del
pasado latifundista, donde actualmente éstas, en su mayoría, se encuentran
destruidas por este desastre.
Además, el sector se caracteriza por sus modos de vida de rurales,
centrados en el trabajo de la tierra y en las interacciones que se entablan
alrededor de ésta, por el esfuerzo y la pasión depositada en las labores, la
solidaridad y el compañerismo, y el sentido de comunidad; muy distinto de lo
urbano.
1.2 Estado del Arte: Investigaciones en torno a la temática
Chile es una país sísmico, durante la historia reciente se han producido una
serie de fallas entre las placas de Nazcar y Continental, que han desatado
grandes movimientos telúricos desde el norte del país hasta el sur (sólo durante el
siglo XX 13 terremotos acontecieron en Chile y en lo que lo ha transcurrido el
presente siglo han ocurrido 39), uno de los más recordados por su impacto social y
nivel de destrucción es el Valdivia, en el año 1960, el cual se ubica como el
número 1 en la historia del mundo, por su fuerza e intensidad de 9,6 en la escala
de Richter, y que además fue acompañado por un gran tsunami; al igual que el
9 Terremotos y Otros desastres Naturales. “Historia de los Terremotos en Chile” [Fecha de consulta: 25 de Mayo de 2010]. Extraído de: http://www.angelfire.com/nt/terremotos/chilehistoria.html
29
ocurrido el 27 de febrero de 2010, entre las regiones de Valparaíso y La
Araucanía.
Si bien nuestra historia nos indica que Chile ha tenido en los últimas
décadas un alto número de sismos, y los expertos señalan que aproximadamente
cada 25 años un evento de gran magnitud desata su fuerza en nuestras fronteras,
no existen investigaciones nacionales que plasmen una memoria sísmica y la cual
permita actuar de manera eficaz ante la emergencia y posteriormente hacer frente
a la reconstrucción material e inmaterial.
Un esfuerzo concreto por sistematizar experiencias, por generar
investigación entorno al tema y por realizar un trabajo multidisciplinario, desde las
ciencias sociales en Latinoamérica, corresponde al trabajo realizado por la Red de
Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED), la
cual “surge como respuesta a la necesidad de estimular y fortalecer el estudio
social de la problemática del riesgo y definir, a partir de ello, nuevas formas de
intervención y de gestión en el campo de la mitigación de riesgo y prevención” (LA
RED). LA RED está compuesta por un Grupo Promotor, actualmente compuesto
por 31 investigadores de Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, Ecuador, El
Salvador, Estados Unidos, Guatemala, México, Perú y Venezuela, los cuales
pertenecen a distintas especialidades del saber, que por medio de un trabajo
multidisciplinario aporta al tema desde sus experiencias particulares.
Si bien, LA RED se visualiza, como un potente generador de conocimientos
en torno a los temas de desastres naturales, mitigación y prevención de los
mismos, el tratamiento del tema se asocia más, desde el punto de vista del
enfoque, a cuestiones relativas al desarrollo y el manejo ambiental (entendiendo
que los riesgos de un desastre son generados) y presentando como se manejan
esos procesos en los distintos países, también se estudia la gestión local del
riesgo y su potencialidad, la mirada institucional del tema a través del análisis de
30
políticas públicas entorno a la prevención y mitigación de los desastres como
medio de sistematizar experiencias concretas, entre otros temas. Es decir, la
prevalencia del tema se asocia a la mirada material, cuál fue el daño concreto en
la producción, los efectos en las comunidades, formas de abordar el desastre en la
fase de emergencia, etcétera; integrando la mirada social al estudio y dejando en
segundo plano los temas dominantes asociados a estudios fisicalistas y desde la
óptica de las ciencias naturales; no obstante, aún así el estudio de las personas y
sus significantes entorno a los distintos desastres naturales, es deficiente.
Allan Lavell sostiene que:
“El dominio que ejercen las ciencias naturales y básicas sobre la
problemática de los desastres en el subcontinente latinoamericano
es casi total. El estudio de los patrones sísmicos y climatológicos,
de la dinámica terrestre, y de las estructuras ingenieriles entre otros
variados aspectos, pone un énfasis notorio en los problemas de
predicción y en la adecuación de las estructuras a los parámetros
físicos de los eventos naturales que amenazan la sociedad. Pero la
sociedad no aparece en la fórmula, ni como objeto de estudio, ni
como objeto de acción y cambio, en cuento sus patrones de
comportamiento y de incidencia en la concreción de situación de
desastre” (Lavell, 1993: 73).
Entre los estudios sobre desastres, se destaca la sistematización de la
reconstrucción de Calarca, localidad ubicada en el eje cafetero, en Colombia, la
cual fue azotada por un terremoto el año 1996, sistematización a cargo de Jahir
Rodríguez: “La reconstrucción en busca de su ciudadanía. Aprender a colocarse el
suéter en la medida en que se lo va tejiendo”; de Allan Lavell destaca “Desastres y
Desarrollo: Hacia un Entendimiento de las Formas de Construcción Social de un
Desastre: El Caso del Huracán Mitch en Centroamérica”, entre otros estudios.
31
En cuanto al estudio de los desastres naturales, desde una óptica de las
representaciones sociales entorno a la vida cotidiana, después de una búsqueda
exhaustiva en la red de internet (lugar donde se puede encontrar una gran
variedad de estudios sociales que hacen uso de esta teoría), se puede decir que la
realidad no es más alentadora que la anterior experiencia (superioridad de
estudios desde lo material), es decir, la búsqueda fue infructífera puesto que si
bien existe una gran variedad de estudios sobre representaciones sociales de los
más diversos temas (representaciones sobre el matrimonio, sobre la dictadura
militar en Chile, sobre la masculinidad, representaciones sociales sobre la
sexualidad, etcétera) en relación al foco del estudio no es posible encontrar
estudios, los temas más comunes dentro de este campo de estudio son: la
educación y la salud.
En América Latina adquiere relevancia los estudios del campo del trabajo y
de las prácticas profesionales, que según Denisse Jodelet (2003) obtienen una
atención más amplia que en los países europeos. Sobre el estudio de las
representaciones sociales la doctora menciona que “una originalidad argentina
remarcable es el foco puesto sobre los grupos etarios, particularmente en la
contraposición de la juventud y de la vejez. Esto corresponde a un interés que
empieza solamente a desarrollarse en Europa, y que no está aún tomado como
problema en las contribuciones latinoamericanas sobre representaciones
sociales”, no obstante y como se mencionó, no fue posible encontrar
investigaciones con enfoques generacionales relacionados con el foco de esta
investigación.
32
1.3 OBJETIVOS
1.3.1 Objetivo General
Conocer desde una perspectiva generacional, cómo los sujetos habitantes
de la localidad de Villa Prat, construyen las representaciones sociales de la
vida cotidiana, a través del conocimiento del sentido común, post terremoto.
1.3.2 Objetivos Específicos
• Identificar, desde la perspectiva de los sujetos, las fuentes de origen que
constituyen el conocimiento del sentido común.
• Comprender el trasfondo sociocultural de los sujetos y las dimensiones que
éstos consideran significativas en la construcción de su vida cotidiana,
desde una perspectiva generacional.
• Describir cómo el sujeto transmite, reproduce e intercambia saberes, sobre
su vida cotidiana post terremoto a partir de su posición generacional.
• Describir continuidades y rupturas que vivencian los sujetos en sus rutinas
cotidianas post terremoto.
• Reconocer cómo los sujetos construyen sentidos compartidos entorno a su
vida cotidiana post terremoto.
33
1.4 JUSTIFICACIÓN Y RELEVANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
Desde las ciencias sociales adquiere relevancia esta investigación, pues
son escasos los estudios que aborden la temática de las subjetividades, frente a
un hecho tan drástico como el terremoto, es por esto que es necesario desarrollar
investigaciones que den cuenta de los procesos sociales, a través de la
descripción y comprensión de la vida cotidiana.
Se suma que nuestro país no posee una memoria sísmica, que permita
enfrentar los riesgos, la mitigación y la prevención de los desastres naturales
desde las ciencias sociales, pero además porque existe una carencia de estudios
sociales cualitativos, subjetivos, sobre éstos mismos, que permitan dar cuenta de
qué ocurre con las personas en su mundo interno e intimo.
Además la investigación desde el trabajo social adquiere una relevancia
ética, al reivindicar al hombre como un sujeto subjetivo, productor de sentidos,
modos de pensar, imaginarios, embestido de conciencia y tradición, que en una
práctica particular sintetiza su esencia. Es asumir las particularidades o
singularidades de las personas, lo que hace que una misma situación pueda ser
representada de tantas formas distintas, como tantas personas existen en ese
contexto. Es decir, para el equipo es una urgencia ética despojar al hombre de la
imagen de “usuario” de un servicio, de un “cliente”; reducción que no permite
comprender la grandeza del ser humano, y ampliar la mirada a la hora de explicar
los por qué de una situación determinada.
1.4.1 Trabajo Social y Comunidad
El territorio es el espacio social donde se construyen y re-construyen los
sujetos, marcados por su historia, cultura, procesos modernizadores y situaciones
34
de crisis, que van formando y replanteando las identidades de las personas en un
continuum de tiempo.
Para el estudio de un territorio, es necesario analizar las situaciones, no
como hechos aislados, sino más bien interpretar sus significados a partir de todo
repertorio sociocultural que éstos tienen a su disposición.
Es así, como es importante develar profundamente las realidades de las
comunidades, reflejadas a través de las prácticas y el sentido común de los
sujetos. De esta forma, se puede acceder al conocimiento de la vida cotidiana.
Para realizar una intervención a nivel comunitario es fundamental indagar
en los aspectos constituyentes del pensamiento cotidiano, por esta razón el
Trabajo Social debe tener presente que para poder transformar una realidad se
necesita primero conocer.
En este sentido, la teoría de las representaciones sociales, sienta las bases
para poder acceder al sentido común, donde el Trabajo Social a través de este
abordaje metodológico, puede acudir a la génesis de los problemas sociales.
“Los problemas sociales son siempre emergentes de una estructura socioeconómica, cultural y política. Se hacen presentes por lo acuciante y lo desencadenante, pero están instalados fundamentalmente en lo relacional. Y reflejan una sociedad en la que está mal distribuida la riqueza, el poder y las oportunidades. El trabajador social debe ir deconstruyendo la situación construida, desenredando los nexos hasta determinar con las personas involucradas, el origen del proceso. Solo así podrá construir el objeto en que se trabajará” (Kisnerman, 1998:162) El develar la génesis del conocimiento común de los sujetos, permite
conocer y comprender los procesos sociales, para posteriormente transformar la
realidad.
35
El trabajar con territorios y comunidades significa adentrarse
profundamente en el contexto en el que se encuentran inmersos los sujetos. Por
esto el Trabajo Social debe tener presente dentro de sus diagnósticos e
investigaciones, no solo las características concernientes a la situación problema,
dado que para realizar cambios a nivel individual, grupal y/o comunitario, es
necesario comprender los procesos de construcción del pensamiento cotidiano;
conocer las fuentes de información y, cómo se transmite este conocimiento, a fin
de desenterrar los cimientos que sustentan la identidad local.
“El hombre se relaciona con espacios físicos bien delimitados en los que desarrolla sus actividades. Estos espacios se vuelven significativos para el grupo que los habita; se cargan de sentido porque por él transitaron generaciones que fueron dejando sus huellas, las trazas de su trabajo, los efectos de su acción de transformación de la naturaleza” (Arocena, 1995: 24)
El desarrollo local está vinculado al proceso identitario de la comunidad.
Por esto cualquier situación problemática que genere una crisis identidad,
repercutirá en el desarrollo de la localidad. Como lo señala Arocena: “Las crisis de
identidad están siempre en la base de toda crisis de desarrollo. Superar la crisis
exige una vuelta a las fuentes de los procesos constitutivos de la identidad
colectiva.” (1994:43)
El terremoto irrumpe en la vida de las personas, ocasionando rupturas que
pueden afectar la identidad local, ante lo cual el Trabajador Social debe conocer
estos procesos transformadores si desea promover el desarrollo de los territorios.
“Con estudios de evidencias escritas que develen la realidad social de las personas atendidas, en tantas y tan múltiples situaciones, se podría obtener un material valioso y concreto desde el cual sería mucho más productivo, inapelable y enriquecedor intervenir a nivel macrosocial.” (Matus, 1999: 68)
36
La investigación a realizar adquiere justificación práctica, puesto que la
información pesquisada, es para el gobierno local (el municipio) un insumo valioso
que revela las singularidades de los sujetos y las representaciones sociales a
través del pensamiento del sentido común de la vida cotidiana post terremoto,
información no incluida en los estudios cuantitativos que poseen (Encuesta de
Única Familiar de Emergencia).
Por lo tanto, por medio de este acercamiento a la realidad social, es posible
incorporar información respecto a los aspectos subjetivos de la vida cotidiana,
desde las posiciones generacionales de adultos mayores y jóvenes. De este modo
existiría una visión más completa de las reales dimensiones del desastre,
permitiendo diseñar estrategias de desarrollo a nivel individual y comunitario.
37
CAPITULO II
38
2 MARCO REFERENCIAL
2.4 TRANSFORMACIONES DEL MUNDO RURAL EN EL SIGLO XX
El mundo rural chileno en los últimos setenta años de historia ha sufrido
grandes transformaciones no sólo en el área económica, sino que en todas las
esferas de la vida del hombre. Los procesos modernizadores que el país a
experimentado, han cambiado los retratos del campo, y sin duda la subjetividad de
los sujetos que en el habitan.
El estudio de la matriz rural socio- histórica es de suma importancia para
comprender las configuraciones y los aspectos instituyentes de las
representaciones sociales con las cuales los sujetos forman su manera de ver,
explicar y comprender el mundo en el cual viven, además para develar las
construcciones identitarias de hombres y mujeres que habitan en estos territorios.
2.4.1 Transformaciones en la Economía Chilena y sus Repercusiones en la
Agricultura
Tras la caída de la bolsa de valores de Nueva York en el año 1929, se
desató una de las peores crisis en la historia del capitalismo mundial.
En el caso de Chile, cuya estrategia de desarrollo era “hacia afuera”,
monoproductor de salitre –gracias al auge de éste luego de la primera guerra
mundial-, la depresión tuvo efectos devastadores en todo el mundo, donde todas
las áreas productivas bajaron, considerando que Chile fue el país más golpeado
por este fenómeno (Salazar, Pinto. 1999). En el año 1932 las exportaciones
bajaron en un 78,3% y las importaciones se redujeron en un 83,5%, cifras que
desaforadamente hacían líder al país en cuanto al impacto de la crisis, pese a que
ninguna economía capitalista resulto intacta.
39
Los sectores más afectados fueron, obviamente, la minería (disminuyo casi
en un 75%) y la construcción (su producción bajo en de un 50%), menos
impactada resultó la agricultura y la industria, esto por el abandono notable de
estas áreas en la economía nacional, época en la cual la hacienda se encontraba
en agonía.
Como lo señala Pérez (2005), citado en el Estudio de Identidades del Maule
(2008), a comienzos del siglo XX lo rural es concebido:
“Como lo local autárquico, cerrado, con unas pautas socioeconómicas y valores propios, una estructura social a partir de la propiedad de la tierra entendida como la territorialización de lo agrícola. El progreso entonces es la absorción de lo rural, los ajustes son exógenos y pasivos, lo agrícola tiene un comportamiento residual, y las políticas de desarrollo rural implican eliminar el rezago” (p.109).
En los años siguientes para contrarrestar el difícil momento por el cual
pasaba el país, se tomaron una serie de medias tendientes a reducir el gasto
fiscal, aumentar la tasa de impuestos, controles de cambio de las divisas,
declaración de la moratoria en el pago de la deuda externa, entre otros; no
obstante, estas medidas no contribuyeron a detener el espiral recesivo y el
descontento social.
A partir del año 1934, bajo el segundo gobierno de Arturo Alessandri Palma,
la economía chilena comienza a dar señales de recuperación, esto debido a una
política monetaria expansiva, que tuvo como efecto detener la demanda interna
por encima de los niveles permitidos por el Estado del comercio exterior, política
de importación de licencias y cuotas de importación, control de compraventa de
divisas; el Estado asumió un papel más activo en el estimulo de la actividad
productiva privada, a través de medidas tributarias, entre otras providencias (Ibíd.).
40
Con la llegada a la presidencia de Pedro Aguirre Cerda en 1938, se inició
una nueva formula de desarrollo, denominada:“industrialización por sustitución de
importaciones”, desplazando el foco de la economía desde el exterior hacia el
interior “apostando por la diversificación productiva y por un esfuerzo
industrializador” (Ibíd.: 37). Para cumplir con las expectativas, en 1939 se fundó la
Corporación de Fomento a la Producción (CORFO), que pasó a convertirse en el
símbolo del modelo, así como también reforzó algunas medidas que se venían
tomando, con una cobertura social mucho más expansiva. Con estas acciones el
Estado chileno comenzó a “cifrar sus esperanzas en el mercado interno” (Ibíd.:
37). Muchos inversionistas comprendieron que el camino para la acumulación de
riqueza, era el traslado de sus capitales hacia la industria manufacturera, los
servicios y la construcción, no obstante “sólo el campesino quedaba excluido de
un acuerdo que venía a estabilizar una convivencia tensionada durante décadas
por las luchas sociales y la distribución de riqueza desigual” (Ibíd.: 38).
Con la implantación del modelo de desarrollo hacia adentro, se esperaba
que el mercado interno y crecimiento industrial generara condiciones propicias
para la recuperación agraria, todo “parecía prestarse para la esperada y
postergada modernización agrícola” (Ibíd.: 106), lo cual fue efectivo, la
productividad agrícola creció en un 7% anual, a partir de los años finales de la
década del 30’, sin embargo, las condiciones laborales en el campo no mejoraron,
seguían siendo atrasadas y desiguales.
Hacia la década de 1950 el nuevo modelo de desarrollo comenzó a dar
señales de agotamiento, tras el auge inducido por la segunda guerra mundial y la
puesta en marcha de los planes de la CORFO, el crecimiento económico anual de
la época fue apenas el 1%, muy inferior a otros países de América Latina. Un
indicador visible de la crisis por la cual atravesaba el país – durante le gobierno de
Ibáñez- fue el aumento de la inflación que alcanzó a niveles superiores al 50%
anual.
41
En los gobiernos posteriores – entre 1955 y 1964- muchas fueron las
medidas tomadas para reducir el impacto de la crisis inflacionaria y social, en la
economía nacional, lo que llevó a algunos a concluir que ésta sólo podía
superarse con modificaciones verdaderamente estructurales, meta a la cual se
abocaron los gobiernos de Jorge Alessandri y Eduardo Frei Montalva.
El eje fundamental de las propuestas siguió situado en le mercado interno y
la industrialización, hacia lo cual se dirigen algunas de las acciones más
importantes. “En el primer aspecto, junto con proponer una mejor distribución del
ingreso (…), el gobierno de Frei Montalva dio inicio a una de las transformaciones
más profunda en la historia de la economía de Chile: la reforma agraria” (Ibíd.: 42).
En otros planos, se procuró profundizar la sustitución de importaciones,
incrementando la participación nacional en la principal fuente de captación de
divisas a través de la “chilenización” o expropiación parcial de la gran minería del
cobre.
Hasta antes de la reforma agraria, el agro debió ceder parte de su
protagonismo a otras actividades mejor sintonizadas con las demandas de un
modelo capitalista emergente. “Hacia 1955, (…), el 65% de la tierra cultivable,
seguía en las manos de un 7% de las unidades productivas, en tanto que en el
otro extremo, un 37% de los propietarios apenas controlaba el 1% de la superficie
agrícola” (Ibíd.: 109).
El terrateniente incrementaba su producción agrícola en la hacienda,
gracias a la mano de obra de muchos inquilinos y peones estacionales, a quienes
se les mal pagaba sus labores o en especies, considerando algunos especialistas
que el verdadero motivo del atraso agrícola chileno se encontraba en “la desigual
42
y rígida distribución de la propiedad, y en la porfiada subsistencia de formas pre-
capitalistas o semi- feudales de producción” (Ibíd.: 108).
La reforma agraria, promulgada bajo le gobierno de Jorge Alessandri tiene
por objetivo facilitar el acceso a la propiedad de la tierra “a aquellos que la
trabajaban, mejorar las condiciones de vida del campesinado e incrementar la
producción agraria, lo que debía llevar a la desaparición implícita del latifundio
tradicional” (Ibíd.: 110).
Para llevar a cabo estos objetivos, se reconvirtió la Caja de Colonización
Agrícola, se creó la Corporación de Reforma Agraria (CORA) y el Instituto de
Desarrollo Agropecuario (INDAP), entidades destinadas a otorgar asistencia
técnica y crediticia al campesinado, sin embargo, el proceso de expropiación de
las tierras fue lento en su primera etapa, sin embargo, bajo el gobierno de Frei
Montalva, el ritmo expropiatorio y modernizador se agilizó significativamente. Frei
consideraba necesario terminar pronto con el latifundio tradicional, para lo cual se
decretó la expropiación de los predios cuya superficie superara las 80 hectáreas
de riego básico, se incentivo la eficiencia productiva por medio de sistemas
crediticos, se facilitó la organización sindical del campesinado y se busco mejorar
las condiciones salariales y sociales en el mundo rural.
“La transformación de la tenencia de la tierra, produjo no solo cambios socioeconómicos y políticos a nivel macro, sino también en los espacios cotidianos de las familias de inquilinos que se transformaron en pequeños propietarios y productores agrícolas” (Gobierno Regional del Maule, et. al: 112).
Gracias a su astucia, muchos hacendados lograron sustraerse de la
expropiación, subdividiendo sus predios en hijuelas inferiores a la medida
estimada, reteniendo para sí las mejores tierras, de mayor calidad e
infraestructura productiva, accediendo además a los beneficios de la reforma –
créditos, subsidios, contratos estatales, etcétera-, manteniéndose como fuertes
43
unidades productivas, haciendo sus predios mucho más eficientes que en el
pasado. Por lo que la modernización del agro no implicó un protagonismo visible
del campesinado.
La reforma agraria se desarrolló bajo un clima de descontento social y
fuertes tensiones, que a nivel nacional desembocó en la resistencia a la inversión
privada y la “fuga de capitales”, lo que recrudeció los conflictos laborales y las
huelgas.
Posteriormente en el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, la
política económica es visualizada como la culminación de la estrategia de
desarrollo hacia adentro y, “como la continuación de un ciclo que se venía
desenvolviendo desde los tiempo de la Gran Depresión, o como una apuesta a
favor de la reestructuración revolucionaria del sistema económico, tendiente a la
sustitución ya no sólo de las importaciones, sino del capitalismo en su conjunto
(Ibíd.: 45)
Con esta ida, se buscó modificar radicalmente la propiedad de los medios
de producción y aumentar la participación popular en el poder político y el ingreso
económico. Esto se llevaría acabo combinando una política redistributiva, con la
“socialización” de los medios de producción, entre los que se encontraban grandes
predios agrícolas, las riquezas mineras, el sistema bancario, entre otros, bajo un
sistema de propiedad social, administrada por el Estado, con lo cual se buscaba
superar los problemas de inequidad social, subdesarrollo y dependencia.
En relación al área agrícola, se debatió entre la disyuntiva de atender la
demanda concreta de los campesinos (requerimiento de tierras) y atender al
objetivo estratégico de construir el socialismo que se no inclinaba por fomentar el
interés individual o privado. No obstante, bajo este mandato se dio liquidez al
44
proceso de reforma agraria, lo cual no estuvo exento de pugnas y conflictos entre
los partidarios de los antiguos hacendados y la nueva organización agraria.
Algunos sectores sintieron los cambios introducidos por la Unidad Popular
como una amenaza que alteraba los equilibrios del poder, lo que llevó a adoptar
una actitud intransigente y confrontacional, apoyados por poderosos agentes
internacionales entre los que contaba Estados Unidos; por otra parte, se
encontraban los partidarios de este proyecto de nación, lo que contribuyó a la
polarización que paralizó el gobierno y desencadenó en el golpe militar en el año
1973.
Con la irrupción de este proceso, se detuvo bruscamente la reforma
agrícola y se comenzó a dar paso a un nuevo modelo de desarrollo –que
lentamente desde los 50’ comenzaba a implementarse-, el neoliberalismo, este se
sostenía sobre “la propuesta de “desestatizar” el manejo de la economía y confiar
el funcionamiento a los mecanismo espontáneos del mercado” (Salazar, Pinto.
1999: 48). El papel de las políticas neoliberales se orientó a anular el avance del
Estado como empresario, a reducir la organización campesina que se había
ganado con los procesos de reforma agraria –prohibición de la organización
sindical-, énfasis en la privatización, muchas empresas que habían sido
nacionalizadas, rápidamente se pusieron en licitación para su privatización, hubo
una fuerte política de liberación de los preciso, apertura al comercio internacional y
una fuerte descolectivización de la sociedad.
Bajo este modelo, el agro sufrió algunos cambios, la primera corresponde al
proceso de contrareforma (1973- 1974), en el cual gran parte de los predios
expropiados durante los gobiernos anteriores fueron devueltos a sus antiguos
propietarios.
“Casi un 30 por ciento de las tierras expropiadas durante el gobierno de Frei y Allende, que alcanzó a 5.809 predios con casi 10 millones
45
de hectáreas, fueron devueltos a sus antiguos propietarios: 1.636 predios devueltos totalmente y 2.184 devueltos parcialmente. Esto implicó que 2.650.000 hectáreas fueron recuperadas por sus antiguos dueños y un 15 por ciento de las _ erras fueron rematadas o vendidas a capitalistas privados no campesinos. Las tierras restantes fueron asignadas en venta a campesinos, excluyendo de estas asignaciones a dirigentes campesinos o líderes que habían tenido algún rol significativo en los años anteriores. Así el desenlace fi nal de la Reforma Agraria implica que en Chile solo un 5 por ciento del campesinado que adquirió tierras” (Gobierno Regional del Maule, et al.2008: 113).
Posteriormente, se suprime la Ley de Reforma Agraria y los organizamos
creados para ir en apoyo del sector campesino. Lo que se esperaba con todas
estas medidas, era incentivar a los agentes económicos nacionales y extranjeros a
volver a invertir en la economía chilena, lo que se cumple pero, a un alto costo,
puesto que todas estas medidas aumentaron la concentración patrimonial en
reducidos conglomerados económicos, que tienen la suerte de dirección de la
economía del país.
En una etapa posterior denominada “neoliberalismo radical” se buscó
extender la lógica privatizadora y liberalizante a otras esferas del quehacer social,
como las relaciones laborales, la previsión, la educación y la salud.
En esta segunda etapa (1975- 1983) el sector agrícola sufre una fuerte
crisis que afecta a empresarios, campesinos y asalariados, provocada por la
apertura a los comercios internacionales, al juego del libre mercado, a las bajas
restricciones para la importación y subvaloración del dólar; permitiendo la
importación masiva de alimentos y otros artículos que saturan el mercado
nacional, dejando sin opciones de competir a los productores chilenos.
Para palear la crisis, se realiza un cambio en las políticas agrícolas,
reduciéndose las importaciones para permitir la recuperación de la producción
nacional, “pero también como una forma de mejorar el bajo promedio de consumo
46
de las personas debido al empobrecimiento producto de la aplicación de medidas
ultraliberales” (Gobierno Regional del Maule, et al. 2008: 114).
En la década de los 80’ el modelo estimula el desarrollo hacia el exterior,
con énfasis en las exportaciones agrícolas, lo cual modifica la configuración de la
producción del agro, la ruptura de la organización campesina y modifica
radicalmente la estructura agraria del país. La modernización de la agroindustria
es acompañado por un cambio en la fuerza de trabajo, existiendo un viraje hacia la
mano de obra asalariada preferentemente estacional y temporal, incorporándose
las mujeres al trabajo agrícola y frutícola, áreas que antaño era dominada por
hombres. Otro cambio importante se visualiza en la rotación de la mano de obra,
donde muchas personas de zonas urbanas son reclutadas por contratistas para
trabajar en distintas faenas agrícolas de los alrededores.
Por otra parte este, modelo empresarial agrícola convive con una
agricultura campesina de pequeños productores:
“Los que se enfrentan a mercados imperfectos, con escaso acceso
al crédito, seguros, tecnologías, información, trabajo, entre otros.
De esta manera, la modernización neoliberal de la agricultura se
destacó en este período por ser excluyente y no participativa,
aumentando la brecha entre la agricultura campesina y capitalista”
(Ibíd.: 116).
En la década de los 90’ con la caída del régimen militar, y el retorno a la
democracia, los gobiernos orientados bajo la formula de crecimiento con equidad,
han buscado dar continuidad al agro pero, enfatizando en políticas que minimicen
el impacto negativo del neoliberalismo en esta área, contribuyendo a la
disminución de las brechas tecnológicas y los ingresos entre agriculturas
campesinas y capitalistas (Ibíd.).
47
Acompañando estos procesos, ha habido un fortalecimiento de la
institucionalidad pública que busca compatibilizar la dinámica de la gran empresa
agrícola globalizada, con la de los pequeños productores, aumentando la calidad y
cantidad de los servicios en las zonas rurales (educación, salud, vivienda, etc.),
aumento de infraestructura, mayor conectividad vial, llegada de los medios de
comunicación de masas, surgimiento de nuevas actividades agrarias y terciarias,
etc., cambios que han renovado el modo de pensar lo rural.
“La vieja dicotomía campo – ciudad que dominó el análisis de lo rural vinculado con lo atrasado y lo moderno con lo industrial, pierde su valor explicativo, surgen dudas sobre los componentes de la estructura rural, pues ésta hoy día no es solo agraria. Desde esta perspectiva surge el enfoque de la nueva ruralidad, el que permite esclarecer que lo rural no es exclusivamente lo agrícola, ni lo atrasado, ni la sola expresión de la producción primaria” (Ibíd.: 117).
2.5 DESASTRES NATURALES Y CRISIS DE LA VIDA COTIDI ANA
Para la Organización Panamericana de la Salud, un desastre consiste en un
acontecimiento de la naturaleza cuya magnitud da origen a una situación
catastrófica. En ella súbitamente se alteran los patrones de la vida cotidiana,
encontrándose las personas en una situación de desamparo y sufrimiento
(Villalobos, 2009).
“Un desastre es un acontecimiento que altera el comportamiento normal de las personas, ocasiona muertes, desamparo, traslados forzosos, dolor y alteraciones físicas y emocionales al grupo humano afectado por el evento. Esta situación sobrepasa la capacidad normal de la persona o de la sociedad para hacerle frente, por lo que se debe recurrir a la ayuda externa” (Ibíd.: 6).
48
Desde el punto de vista psicológico (Cohen10), el desastre se convierte en
un estresor fuera del rango de experiencia normal, es decir, fuera de la
cotidianeidad que puede manejar y controlar el sujeto, grupo o comunidad, y que
representa un peligro real a la integridad, seguridad o vida de éstos. Frente a
estas situaciones se producen modificaciones emocionales, como ansiedad,
miedo, tristeza, frustración o rabia, que pueden estar acompañados de algunos
cambios físicos -como palpitaciones, tensión muscular, sensación de vacio en el
estómago, entre otros- que son reacciones transitorias y de duración variable, que
actúan como mecanismos de defensa (reacciones protectoras) que alertan y
preparan para enfrentarse a situaciones traumáticas.
“Cuando la persona enfrenta situaciones que superan su capacidad de adaptación y los mecanismos de defensa, adaptación y crecimiento personal no funcionan, hablamos de situaciones traumáticas que generan crisis en las cuales se rompe el equilibrio. Esto puede suceder en eventos catastróficos que representan amenazas extremas que rompen las defensas de manera brusca. Cuando esto sucede aparecen reacciones físicas y psicológicas que ya no son protectoras sino que conducen a alteraciones emocionales de gravedad variable y en algunos casos a verdaderas enfermedades mentales” (Organización Panamericana de la Salud11, 2007:9).
En el impacto psicosocial que puede ocasionar un desastre, pueden influir
factores como la naturaleza del evento – inesperados, como por ejemplo un
terremoto que no da tiempo para estrategias de prevención, y los provocados por
el hombre, como guerras, incendios, entre otros-, las características de
personalidad de las víctimas y su capacidad de resistencia ante eventos
imprevistos y catastróficos, características de el entorno –redes sociales presente
en él- y circunstancias ambientales y familiares de las personas afectadas (Ibíd.).
10 Universidad Autónoma de Honduras. “Manual de Intervenciones en Salud Mental para la Atención de Personas Víctimas de desastres”. [Fecha de Consulta: 25 de Noviembre de 2010]. Obtenido en: http://cidbimena.desastres.hn/ri-hn/pdf/spa/doc14718/doc14718-contenido.pdf. 11 Desde aquí en adelante OPS.
49
Las crisis sobrevienen cuando las tareas a cumplir desbordan
momentáneamente las capacidades habituales de las personas, es decir, “cuando
hay un estado de crisis es porque en el repertorio de respuestas, la persona o la
familia no puede encontrar la que necesita para resolver la dificultad, o porque se
presentan demasiadas a la vez” (Du Ranquet, 2007: 183). El problema creado a
partir de un acontecimiento accidental puede ser sentido como amenaza, pérdida
o un desafío.
En la crisis estos acontecimientos accidentales destruyen el equilibrio
habitual, haciendo aparecer un temor, que tiene relación con elementos instintivos
ligados simbólicamente a amenazas anteriores que han provocado vulnerabilidad
o conflicto, sintiéndose la persona incapaz de responder (Du Ranquet, 2007). La
mayoría de los individuos y familias poseen medios propios para superar los
reiterados conflictos que forman parte de su existencia, extrayendo de ellas
experiencias, competencias y madurez para enfrentar las posteriores situaciones
problemáticas. No obstante, otras personas y familias son más vulnerables, y van
afrontar las crisis con fracasos repetidos, experimentando sentimientos de
incapacidad e incompetencia.
El terremoto como acontecimiento externo a las capacidades de control de
los sujetos, provoca en los mismos una pérdida del estado de equilibrio, no
obstante, las personas buscan compensar o resolver la situación por medio de la
búsqueda de apoyo en el entorno, con el fin de entablar y mantener relaciones
emocionalmente satisfactorias “que permitan a las partes beneficiarse de la ayuda
recíproca en momentos de vulnerabilidad. Se trata, por tanto, de personas del
entorno que son accesibles, de las que se puede fiar, no tanto para resolver el
problema cuanto para encontrarse con una imagen de sí valorizante y que aporte
seguridad afectiva” (Ibíd.: 194). Si no encuentra a estas personas en su entorno o
prescinde de ellas en una situación de crisis, se está en posición de vulnerabilidad
que puede desembocar en un estado de desequilibrio y en una crisis grave.
50
Estos cambios que trae aparejada la crisis, producen efectos en todos los
niveles y en todos los sentidos, lo cual provoca una fuerte desestructuración en la
cotidianidad, demandando y propiciando la búsqueda de estrategias para
solucionar los problemas acarreados por la situación problemática, porque el ser
humano precisa de nuevas estructuraciones que den continuidad a su propia
existencia.
“En ese nivel subjetivo se vivencia como una desestructuración, un rompimiento, una disociación entre lo representado -el objeto, la acción- y su propia representación -la percepción del mismo-, entre la realidad y lo simbólico. Entonces, se obliga al sujeto a la búsqueda de nuevos marcos de referencia que se ajusten de un modo más efectivo a su realidad -nueva y cambiante-. Sucede así, debido a que los antiguos esquemas referenciales pierden su valor producto del carácter novedoso e inesperado -y muchas veces impensado- de la cotidianidad en crisis” (Martín, C.; M. Perera y M. Díaz.,1996, Revista Temas).
Si la ocasión es percibida de manera realista, la persona será consciente de
la relación que existe entre el éste y los sentimientos que experimentan. Podrá
poner en juego los recursos personales que habitualmente le sirven para resolver
el problema. No obstante, si el acontecimiento es percibido de manera no realista,
más o menso grave de lo que es, en realidad será difícil, pues no podrá utilizar los
medios habituales de resolución de problemas (Du Ranquet, 2007).
En la intervención con las victimas de desastres, éstas no deben ser
tomadas como personas con problemas psiquiátricos o con trastornos
psicológicos. Al respecto Raquel Cohen, define como damnificados a “las
personas y familias afectadas por un desastre y sus consecuencias, pues han
experimentado un evento inesperado y estresante que ha deteriorado su
capacidad de resolución de crisis y están reaccionando de una manera normal a
una situación anormal” (OPS, 2007: 23).
51
Las personas afectadas pueden ser de todas las edades, todos los estratos
económicos, grupos raciales o étnicos, pues los desastres naturales afectan de
manera indiscriminada a la población, no obstante, algunos sujetos sufren más
que otros. Entre las personas consideradas como más vulnerables a los efectos
de los desastres se encuentran los niños “ya que por lo general no tienen la
capacidad para comprender ni racionalizar lo que ha sucedido, por consiguiente,
pueden presentar problemas emocionales o de conducta en el hogar o en la
escuela” (Ibíd.: 24); personas con antecedentes de enfermedades mentales que
pueden necesitar alguna atención especial, debido a que el estrés que provocan
los acontecimientos puede causar en ellos recaídas; las personas que en el
momento del desastre se hayan encontrado atravesando por alguna crisis
producto de distintas situaciones como: divorcio, muerte de algún ser querido,
entre otras; y las personas de la tercera edad, que pueden presentar dificultades
para enfrentar el desastre y sus consecuencias.
“Es frecuente encontrar damnificados mayores que viven solos y aislados de sus sistemas de apoyo; por tanto, suelen tener miedo de pedir ayuda. Los problemas característicos en este grupo después del desastre son la depresión y una sensación de desesperación. Lamentablemente, en algunas personas mayores es común encontrar una falta de interés en rehacer sus vidas” (Ibíd.: 24).
52
CAPITULO III
53
3 MARCO TEORICO
3.1 REPRESENTACIONES SOCIALES
3.1.1 ORÍGENES DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES
El término “representaciones sociales” fue desarrollado por Moscovici a
mediados del siglo XX, a partir del estudio de las representaciones sociales del
psicoanálisis en la
Top Related