Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
NOVIEMBRE DE 20171NÚMERO
ISSN EN TRÁMITE
RectorJesús Ferro Bayona
Decana de la División de Derecho, Ciencia Política y Relaciones InternacionalesSilvia Gloria de Vivo
Director del Departamento de Ciencia Política y Relaciones InternacionalesÁngel Tuirán Sarmiento
EditoresCiro Murillo Lenis | Ana María Naranjo Cortés
Coordinador del Comité EvaluadorAlan Gutiérrez Gutiérrez
Comité EditorialDiana Ardila FigueroaReynell Badillo SarmientoIsaac Fuentes OsorioAlan Gutiérrez GutiérrezLaura Martín FlorezJhon Muñoz RubioCiro Murillo LenisAna Naranjo CortésMeylin Ortiz TorresJose Osorio PereiraPablo Pachón EcheverriAdriana Pérez GuerraMaria Redondo de OroFranklin Martínez Martínez
DiagramaciónJorge Arenas P.
Corrección de estilo
Emilce Restrepo Ahumada
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
Red Política: la necesidad de escribir sobre nuestras realidades y para nuestras gentes ..................................................................................................7
Análisis sobre el sustento teórico de la política exterior colombiana durante el siglo XX ........................................................................................................9José Fernando Osorio Pereira
Políticos, politiqueros, peliculeros: esta soledad me hiere ...............................................15Alejandra Martínez Contreras
Democracia corinthiana: una reflexión política desde el fútbol ...................................17Santiago H. Suarez Sotelo
Lijo .....................................................................................................................................................................24Octavio Guerrero Torres
Un análisis a los procesos de democratización: los casos de Estados Unidos y Venezuela ..................................................................................26Natalia Andrea Bermúdez Martelo, Isis Marcela De La Rosa Ayazo
y Ciro David Murillo Lenis
“La construcción de ciudadanía debe hacerse de la mano con la educación”: Luis Ernesto Gómez ......................................................................................37Diana Marcela Ardila Figueroa
Educación para la prevención de la violencia: la cooperación de la UNESCO en el marco de la implementación de los Acuerdos de Paz en Colombia .................40Karla Vanessa Tejada Barranco
Contenido
Malos poetas ................................................................................................................................................50Metztli Eliana Carlos Rodríguez
Elegido Lenín Moreno, ¿qué país deberá gobernar? ..............................................................53Juan Andrés Rubio Aguja
¿Se puede estudiar científicamente la política?* ....................................................................61Jesús Alfredo Martínez Díaz
labor de convocar a muchos más estudiantes
para que se unieran a ellos y se animaran a
“meterle el hombro” a un proyecto que apenas
empezaba.
Finalmente, con quince estudiantes a bordo,
y con la responsabilidad de sacar adelan-
te una revista estudiantil, luego de muchas
discusiones llegaron a la conclusión, mucho
más antigua que ellos, de que la política está
inmersa en todos los escenarios de la vida
cotidiana y que gracias a la era tecnológica
en la que vivimos son las redes las que nos
permiten conectarnos con todo y con todos.
Y ahí, como por inspiración divina, apareció:
RED POLÍTICA.
En este primer número podrán encontrar
cuatro ensayos que abordan los más diver-
Esta revista es fruto de un grupo de
estudiantes curiosos e intrépidos que
buscaban un espacio científico para
leer, escribir, socializar y divulgar los conte-
nidos académicos producto de sus clases y
su quehacer como descubridores del mundo.
Luego de tocar muchas puertas y esperar
mucho tiempo, la Decanatura y el Departa-
mento de Ciencia Política y Relaciones In-
ternacionales decidieron apoyarlos y darles
esa posibilidad de expresarse y divulgar to-
dos aquellos trabajos, ensayos, reflexiones y
hasta cuentos productos de su imaginación
y conocimiento.
Cuando ese momento llegó, y consiguieron lo
que finalmente querían, el reto fue aun más
grande. Ahora se enfrentaban con la gran
Yo no busco un gran número de lectores,
sino un cierto número de re-lectores.
Juan Goytisolo.
E D I T O R I A L
Red Política: la necesidad de escribir sobre nuestras realidades
y para nuestras gentes
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
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Y es que, como estudiantes, nos genera una
gran preocupación que en la actualidad la
comunidad académica se esté preocupan-
do más por escribir para cumplir con ciertos
estándares establecidos por los sistemas de
revistas indexadas que por hacer llegar el co-
nocimiento, fruto de sus investigaciones, al
público en general. No negamos la necesidad
de producir conocimiento que sea publicado
en revistas de alto impacto, pero sí recalca-
mos que esa producción debe ser conocida y
asimilada por las diversas sociedades.
No caigamos en la advertencia que el premio
Nobel de literatura y dramaturgo español Ja-
cinto Benavente expresó alguna vez: “Algu-
nos escritores aumentan el número de lecto-
res; otros sólo aumentan el número de libros”.
Queremos expresar nuestros más sinceros
agradecimientos a Silvia Gloria de Vivo, deca-
na de la División de Derecho, Ciencia Política
y Relaciones Internacionales; a Luis Gonzá-
lez Tule, profesor de nuestro departamento;
a Juan Pablo Sarmiento y Meylin Ortiz, editor
y asistente editorial de la Revista de Derecho,
respectivamente, por todo el apoyo brindado
en la formación y materialización de esta ini-
ciativa.
Por: Ana Naranjo Cortés y Ciro Murillo Lenis
sos temas y que resultan actuales y perti-
nentes para nuestras disciplinas: la elección
de Lenín Moreno como nuevo presidente de
Ecuador, los procesos de transición democrá-
tica de Estados Unidos y Venezuela, el aná-
lisis teórico, a grandes rasgos, de la política
exterior colombiana y el papel del Sport Club
Corinthians en la democratización de Brasil.
A estos textos los acompaña un artículo de
investigación dedicado a analizar el papel de
la Unesco respecto a la implementación de
los Acuerdos de Paz en Colombia y una entre-
vista al popular ‘viceministro de los Converse’
Luis Ernesto Gómez, el funcionario más joven
del alto gobierno colombiano. Así mismo, tres
obras literarias que logran reflejar de forma
magistral las realidades políticas y sociales
de Latinoamérica se convierten en el sello
que distingue a esta revista como una publi-
cación primordialmente divulgativa.
Sin embargo, el constituirse como una estra-
tegia de apropiación social del conocimiento
y no como un medio de exclusiva difusión
científica, no le resta posibilidades de realizar
aportes significativos a los debates teóricos
de la ciencia política y las relaciones interna-
cionales.
ResumenLa política exterior colombiana se ha carac-
terizado por el gran apego a Estados Unidos
como aliado político, militar y comercial;
comportamiento que ha marcado las relacio-
nes del país desde la primera mitad del siglo
XX. Esta faceta de la política exterior de Co-
lombia recibe el nombre de Respice Polum y
ha constituido la columna vertebral del com-
portamiento del país en el escenario interna-
cional, aunque también la participación en
organizaciones internacionales es parte de la
tradición exterior colombiana. Dicha caracte-
rística puede ser explicada desde el plano teó-
rico de las Relaciones Internacionales, por lo
que el texto busca asociarla con teorías como
la teoría neoliberal y la del realismo periférico,
útiles para el análisis del tema en cuestión.
Palabras clave
Respice polum, política exterior, neoliberalis-
mo, realismo periférico.
Abstract The colombian foreign policy has been cha-
racterized for the great attachment to the
United States as a political, military and com-
mercial ally, behaviour that has determined
the relations of the country since the first
half of the 20th century. This aspect of the
colombian Foreign Policy is known as “Res-
pice Polum” and has constituted the base of
the country’s behaviour in the international
scenario. Besides it, it is also remarkable the
participation in international organizations
as part of the colombian foreign tradition.
This characteristic can be explained from
Análisis sobre el sustento teórico de la política exterior colombiana durante el siglo XX*
José Fernando Osorio Pereira**
* El título corresponde a una asignación evaluativa para el
curso de Política Exterior colombiana durante el primer se-
mestre de 2017 dentro del Programa de Relaciones Interna-
cionales de la Universidad del Norte.
** Estudiante de Relaciones Internacionales de la Univer-
sidad del Norte. Barranquilla, Colombia. osoriofj@uninorte.
edu.co
A R T Í C U L O D E D I V U L G A C I Ó N
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
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the theoretical level of the International Rela-
tions; given that, the text has the objective of
link it with theories like the neoliberal theory
and the theory of the periferic realism, both
useful to analyze the topic in discussion.
Keywords
Respice polum, foreign policy, neoliberalism,
peripheral realism.
IntroducciónLa política exterior colombiana ha estado mar-
cada históricamente con la noción del Respice
Polum1 o Doctrina Suárez, construida durante
la segunda década del siglo XX y que forjó casi
que absolutamente la política exterior del país
durante la mayor parte de dicho siglo, a la vez
que ha determinado el papel de Colombia en el
escenario internacional, así como la configu-
ración de sus relaciones exteriores.
Este escrito busca relacionar las característi-
cas de la política exterior colombiana con el
marco teórico de las Relaciones Internaciona-
les, analizando los lineamientos que definie-
ron dicha política, encontrando las bases de
estos en teorías de la disciplina. Para ello pri-
mero se mencionarán las facetas principales
del Respice Polum que Colombia ha seguido
y luego se asociarán dichas facetas con dos
teorías específicas: la teoría del realismo peri-
férico y la teoría neoliberal, las cuales pueden
explicar el comportamiento de Colombia du-
rante la mayor parte del siglo XX. También se
1 El término adoptado por el presidente Marco Fidel Suá-
rez (1918-1921) significa “mirar al norte”, en referencia a los
Estados Unidos.
hará mención del espacio de cambio teórico
que es percibible durante los años setenta en
el país de la mano de la teoría de la depen-
dencia, pero que posteriormente retorna al ya
mencionado Respice Polum.
Respice PolumDesde la segunda década del siglo XX Colom-
bia definió su política exterior con el Respice
Polum, adoptado por el presidente Marco Fi-
del Suárez y que estableció una relación ín-
tima, exclusiva y fiel con los Estados Unidos.
Las relaciones que se habían deteriorado con
la separación de Panamá a principios del si-
glo, apoyada por Estados Unidos, iban en gra-
dual recuperación con los acercamientos de
los cuerpos diplomáticos de los dos países.
Además, el contexto internacional de la épo-
ca, donde Estados Unidos se encontraba cada
vez más fortalecido, triunfante de la Primera
Guerra Mundial y posicionándose como una
potencia naciente, mostraba a este país como
el nuevo poder influyente para sus vecinos
del sur. Esto hizo que Colombia (junto con los
demás países latinoamericanos) empezara a
mirar casi que exclusivamente hacia el nor-
te en búsqueda de los mejores beneficios en
materia de política internacional. Así, el pos-
terior auge estadounidense de los años veinte
hizo que Colombia colocará sus esfuerzos de
política exterior en el país norteamericano,
restableciendo totalmente las relaciones en-
tre ambos países en esta década. Desde en-
tonces Colombia se apegaría casi que exclu-
sivamente al país norteamericano durante la
mayor parte del siglo XX, lo cual tuvo profun-
11
dos impactos en las condiciones de su políti-
ca exterior hasta el día de hoy.
Sustento teórico de la política exterior colombiana (siglo XX)Por un lado, el realismo periférico puede ex-
plicar este comportamiento del Estado co-
lombiano. Esta teoría nace en los ochenta, sin
embargo, es útil para entender la fidelidad de
Colombia al Respice Pollum desde sus inicios
en la década del veinte. Adecuado en nuestro
contexto debido a que nace desde un punto de
vista latinoamericano, el realismo periférico
establece que el “orden internacional estratifi-
ca los Estados en un orden jerárquico (…) [don-
de] cuanto más débil es un país, más bajo es
el umbral de [su] autonomía externa (...)” (Escu-
dé, 2012, p.19). Para el realismo periférico, cuyo
máximo exponente es Carlos Escudé, los paí-
ses débiles se mueven con reglas diferentes de
los países fuertes. Para estos países “periféri-
cos” el sistema internacional no es anárquico
sino jerárquico, y responde inmediatamente
a la potencia que tenga más influencia sobre
ellos en un determinado momento, general-
mente determinado por espacios geográficos,
con la salvedad del alcance mundial actual de
los Estados Unidos. Así, es mejor subordinarse
a las reglas impuestas por la potencia regido-
ra y evitar enfrentamientos con esta, pues son
mayores los costos de rebelarse contra la po-
tencia que los beneficios que trae subordinar-
se a ella (Escudé, 2009).
Entre los beneficios más destacables de la
subordinación está el desarrollo económi-
co del país. Esto puede explicar la lealtad al
Respice Pollum por parte de Colombia, que
como país débil y un poderío nacional redu-
cido (en términos económicos y militares),
veía que enfocarse en objetivos económicos
de la mano de Estados Unidos era lo menos
riesgoso y costoso para el país, y permitiría
el desarrollo del mismo. Este pensamiento
primordialmente económico del país explica
también la subordinación del Ministerio de
Relaciones Exteriores a otras instituciones de
carácter comercial, lo cual dio paso a la cono-
cida “diplomacia del café”2.
Esta relación de subordinación con Estados
Unidos se mantuvo en los años posteriores
a la Segunda Guerra Mundial, solo que aho-
ra incorporaba un nuevo elemento: el apoyo
al anticomunismo liderado por el país nor-
teamericano en el contexto de la Guerra Fría
a cambio de inversión para el desarrollo eco-
nómico (Cepeda y Pardo, 1989).
El mayor ejemplo de esta “nueva faceta” del
Respice Polum fue la Alianza para el Progre-
so (APP); programa estadounidense de coope-
ración financiera promovido por el entonces
presidente John F. Kennedy y que se desarro-
lló en varios países latinoamericanos durante
la década de los sesenta. La APP en el discur-
so fue promocionada como parte de la volun-
tad de Estados Unidos para luchar contra el
subdesarrollo en la región, apelando a valores
panamericanos, pero lo cierto es que la APP
2 Como lo describen Cepeda y Pardo (1989), el término “di-
plomacia del café” refiere al papel más dinámico, activo e
importante que tuvo la Federación Nacional de Cafeteros en
la Política Exterior colombiana por encima del Ministerio de
Relaciones Exteriores principalmente entre los treinta y los
sesenta.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
12
fue otra herramienta estadounidense para
buscar frenar el avance comunista en la re-
gión, en especial tras la Revolución cubana y
la influencia que esta podría tener en el resto
de países latinoamericanos. Así, este progra-
ma de cooperación se convirtió en el “brazo
económico” que Estados Unidos usó para in-
fluenciar la región, junto a su estrategia po-
lítica (presión en la Organización de Estados
Americanos) y militar (con el Tratado Intera-
mericano de Asistencia Recíproca y la Escue-
la de las Américas). Colombia, fiel al Respice
Pollum, fue el país que más se alineó con los
objetivos estadounidenses, convirtiéndose en
lo que se considera una “vitrina de la APP”.
Si bien Colombia no fue el país que más parte
del presupuesto obtuvo a razón del programa,
sí fue el que siguió todo el modelo impuesto
desde los Estados Unidos como vinculación a
la ayuda dada, pues el país norteamericano
no solo enviaba dinero, sino que también en-
viaba sus valores occidentales (democrático-
capitalistas) para, junto al ideal de satisfacer
necesidades de la población de modo que esto
no activara focos de revolución, evitar cual-
quier influencia comunista en el país objetivo.
En esta época, momento en el que se vive el
Frente Nacional, además se urgían reformas
que estabilizaran el país tanto en lo econó-
mico, ya con tintes de la influencia cepalina
(ISI3) --que se analizará más adelante-- como
en lo securitario-social, al tratar de calmar
3 Industrialización por sustitución de importaciones; en
dicho momento los líderes del Frente Nacional pensaron que
la única forma de lograr dicho modelo era a través de la ayu-
da extranjera. Al final, la vinculación de la ayuda terminó
perpetuando la dependencia que se buscaba evitar.
la violencia intensa de la que se venía tras la
muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán
en 1948. “Colombia se convirtió entonces en
la “vitrina” de la APP en virtud de tres facto-
res: la condición de aliado incondicional de
Estados Unidos, la voluntad política de llevar
a cabo las reformas y la necesidad en Wash-
ington de mostrar resultados” (Rojas, 2010,
p8). Aunque se buscaba la financiación de la
ISI, la APP solo ayudó a mantener la relación
de subordinación por desarrollo económico
que el realismo periférico expone.
Por otro lado, es posible analizar la política ex-
terior colombiana desde el neoliberalismo; esto
debido a dos ejes de esta teoría: su definición
de los objetivos del Estado y el papel que les da
a las instituciones en el plano internacional.
El neoliberalismo se constituye como una
reestructuración del liberalismo clásico den-
tro de las Relaciones Internacionales, que, sin
dejar de reconocer el papel vital del Estado,
reconoce el rol paralelo y de gran importan-
cia de las instituciones, en especial las orga-
nizaciones internacionales. Para esta teoría, a
diferencia de otras posturas, la preocupación
del Estado no se centra en el poder (realismo)
o en la seguridad (neorrealismo) sino en el
bienestar económico de la nación (Baldwin,
1993); y un medio idóneo para ello es la coo-
peración, sobre todo con aquellos actores que
mayores beneficios le traigan y que a su vez
se convierten en aliados claves. Este es el caso
de Colombia, que se ha preocupado por per-
seguir beneficios económicos como principal
objetivo de su política exterior y que viendo
en Estados Unidos un aliado clave para ello,
13
ha decidido centrarse en sus relaciones con
ese país4.
El otro aspecto que se debe tener en cuenta
es el tema del papel de las instituciones, que
para Colombia ha sido un importante compo-
nente en su política exterior. De hecho, un ele-
mento de la política exterior colombiana que
se tiende a olvidar es su participación activa
y comprometida con los entes internaciona-
les como las Naciones Unidas y la Organiza-
ción de Estados Americanos (Cepeda y Pardo,
1989), concordando con el vital rol que el neo-
liberalismo les da a las instituciones.
Para Keohane (1993) las instituciones no son
herramientas o medios subordinados, sino
actores paralelos, que si bien son resultados
de la voluntad estatal, toman protagonismo
y se separan de los principios que guían los
Estados; además de ello estos generan pautas
que permiten establecer expectativas esta-
bles de comportamiento.
Como se esbozó, Colombia parece estar de
acuerdo con dicho supuesto y ha buscado
una gran participación en los organismos in-
ternacionales, a la vez que históricamente ha
respetado muchos de los principios del Dere-
cho Internacional5.
4 Sin embargo, Drekonja (1983) tiene certeza al exponer
que esta casi unilateral visión hacia Estados Unidos le quitó
a Colombia la oportunidad de obtener beneficios de otro tipo
de cooperación (como la regional o hacia otros actores mun-
diales).
5 La “piedra en el zapato” en el país la ha constituido las
problemáticas con el Derecho Internacional Humanitario,
consecuencia del conflicto armado que el país ha vivido
desde la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, el res-
peto a los principios generales del derecho internacional es
destacable en el comportamiento del Estado colombiano.
Esta lógica (Respice Polum) se vio algo inte-
rrumpida6 entre los años cincuenta y setenta,
cuando Colombia junto con el resto de Lati-
noamérica intentaron sustentarse en parte
con la teoría de la dependencia7, siguiendo
los lineamientos de la Cepal: la sustitución de
importaciones y la búsqueda de mayor pro-
teccionismo de la industria nacional, bajo el
fundamento de que los países periféricos de-
penden de los países centrales (desarrollados)
debido a las condiciones mismas del comer-
cio internacional. Esto se mostraba como una
alternativa beneficiosa en un principio, pero
fue principalmente debido a que Latinoaméri-
ca contó con la “suerte” de varias condiciones
favorables por parte del mercado internacio-
nal (altos precios de productos agropecuarios
y mayor demanda de los mismos). Sin em-
bargo, a partir de los setenta, esta lógica co-
menzó a fallar principalmente por el descui-
do de los factores internos del subdesarrollo
(ignorados durante la primera fase de la teoría
de la dependencia) y por la crisis económica
mundial (crisis del petróleo), lo que paulatina-
mente llevó al abandono de este modelo que
ya en los noventa terminó por ser desplazado
por políticas económicas más liberales.
Aunque de relativa corta duración, este “espa-
cio teórico” en la política exterior colombiana
le permitió al presidente Alfonso López Mi-
chelsen establecer un Respice Similia en su
gobierno, es decir, un acercamiento con los
vecinos de la región más que con la potencia
6 Pero no eliminada completamente; muestra de ello es la
ya expuesta aplicación de la Alianza para el Progreso en los
años sesenta.
7 Para ampliar ver Dos Santos, T. (2002) Teoría de la de-
pendencia. Balance y perspectivas. México.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
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norteamericana. Esta dinámica terminó con
el presidente Julio César Turbay Ayala años
más tarde, ya en la decadencia del modelo
cepalino, regresando a la lógica tradicional
del Respice Polum (Drekonja, 1983).
ConclusiónEn conclusión, es posible destacar que la po-
lítica exterior colombiana, ligada casi que
totalmente al Respice Pollum durante gran
parte del siglo XX y que aún hoy tiene efectos
importantes, es explicable mediante la teoría
del realismo periférico y la teoría neoliberal;
por un lado, Colombia, como país débil, busca
evitar la confrontación con la potencia esta-
dounidense para obtener beneficios, especial-
mente económicos, de ella. Por otro lado, se
denota que el objetivo nacional es el beneficio
económico que se busca cooperando con un
aliado clave como Estados Unidos, y además
Colombia participa activamente en los orga-
nismos internacionales y ha respetado los
principios del derecho internacional que es
compatible con el rol descrito por el neolibe-
ralismo sobre las instituciones. Este sustento
teórico se ve en parte interrumpido entre los
50 y 70 (con la evidente excepción que repre-
senta la Alianza para el Progreso), debido a la
predominancia de la escuela cepalina y su
teoría de la dependencia, que permitió cier-
to desarrollo de un Respice Similia durante
el gobierno de Alfonso López Michelsen; sin
embargo, el fracaso de sus indicaciones lle-
vó al país nuevamente a la lógica del Respice
Polum, que solo se ve modificado hasta la se-
gunda década del siguiente siglo.
Referencias bibliográficasBaldwin, D. (1993). Neoliberalism, Neorealism and
World Politics. En D. Baldwin (Ed.), Neorea-
lism and Neoliberalism: The Contemporary
Debate. Nueva York: Columbia University
Press.
Cepeda, F. y Pardo, R. (1989). La Política Exterior co-
lombiana (1930- 1946) y la Política Exterior
colombiana (1946- 1974). En Nueva Historia
de Colombia. Bogotá: Editorial Planeta.
Drekonja, G. (1983). Formulando la Política Exte-
rior colombiana. En S. Borda y A. Tickner
(Comp.) 2010, Relaciones Internacionales y
Política Exterior de Colombia. Bogotá: Edito-
rial UniAndes.
Escudé, C. (2009) Realismo periférico. Una filoso-
fía de Política Exterior para Estados débiles.
Buenos Aires: Universidad del CEMA.
Escudé, C. (2012). Principios del Realismo periféri-
co. Una teoría argentina y su vigencia ante
el ascenso de China. Buenos Aires: Edicio-
nes Lumiere.
Keohane, R. (1993) Instituciones Internacionales y
Poder estatal. Buenos Aires: Grupo Editorial
Latinoamericano.
Rojas, D. (2010). La Alianza para el Progreso en Co-
lombia. Análisis Político, (Bogotá), 23(70), 91-
124.
Se escuchaba en un pueblo al lado del
río, por allá adentro en la sabana, un
bullicio, un gentío, reunido en una pla-
za, acompañado de señores bien vestidos al
estilo burgués, e interrumpió la habladera un
discurso que jamás se hubiese imaginado es-
cuchar de aquella boca; una seño bajita, con
la mirada cansada, la señora Carmen, famo-
sa por vender los mejores fritos de la región,
se levantó de su silla y en medio del ardiente
bololó pronuncia las siguientes palabras:
“¡Es que nunca se han callado!, siempre vie-
nen con el mismo cuento a engañar a la gen-
te que trabaja, que se suda todo el día atrás de
una olla o en el río pescando bocachico ¡Nun-
ca se callan!, hablando mentiras, fingiendo
que les interesan los niños que chillan por
hambre, porque aquí la que menos tiene es la
que más pare. Políticos, politiqueros, pelicu-
leros, la misma vaina. ¡Óigame!, es que llevo
seis décadas esperando que mi tierra deje de
Políticos, politiqueros, peliculeros:
esta soledad me hiere*
Alejandra Martínez Contreras**
* Cuento corto costumbrista redactado por iniciativa pro-
pia.
** Estudiante de pregrado de cuarto semestre de Relacio-
nes Internacionales. Barranquilla, Colombia. Correo electró-
nico: [email protected]
C U E N T O
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sangrar, que el señor presidente se acuerde
que este pueblo, tan caliente, existe”.
Ya me tocó vivir cómo esos paracos se lo lle-
vaban todo, ya me tocó vivir cómo se me lle-
vaban a mi hijo a los doce años, porque él mis-
mo decidió que aquí ya no había vida ¿Cuánto
más tengo que esperar? ¡Cuánto más, Carajo!
Sí, es que ahora vienen ofreciendo mercado,
pero toda la plata se la guardan en el bolsillo
y a la gente, adiós luz que los guarde el cielo,
porque nos falta sufrir mucho más, pa’ saber
qué se siente vivir en paz, como se debe.
Ya me aburrí de la fritadera en leña; me aburrí
de la letrina en el patio, me aburrí del arroz
con huevo; me aburrí de llenar el tanque cada
dos días pa’ poder tomarme un poquito de
agua después de trabajar como una mula
todo el día.
¡Ya no me importan sus tamales, sus
mercados, los cincuenta mil pesitos! Yo lo que
necesito es que mi nieto no se me muera de
hambre y que la vecina deje de llorar cada vez
que llegan a cortarle la luz, que le siguen co-
brando, aunque el foco lleve meses sin pren-
der.
Y es que nadie va a decir nada; aquí lo que
falta es gente de perrenque, que sepa que así
no es la vida, que lo que siempre han vivi-
do es fruto de un abandono, una desolación,
una soledad en la que vive mi pueblito, y a la
que se han acostumbrado, con tal de seguir
comiendo tamales y tener los cincuenta mil
pesitos pa’ la garrafa de ron.
A mí nunca me preguntaron si quería que un
corrupto me gobernara, pero sí me enseña-
ron que el vivo vive del bobo, y por eso es que
estamos como estamos. ¡No me voy a callar
hasta que comerse un plato de arroz con sue-
ro sea un placer y no una necesidad!
La gente que hablaba con semejante bullicio
en la plaza de aquel pueblo del Caribe quedó
perpleja ante semejante palabrerío, sin em-
bargo, aquellos políticos que regalaban mer-
cados y que indicaban el número por el que
se debía votar solo rieron y siguieron en lo
suyo; solo algunos periodistas captaron aquel
momento de rebeldía en que una señora ba-
jita pronunció palabras muy ciertas que todo
el mundo ya conocía pero nadie se atrevía a
decir.
Y es que no es mentira que en Colombia, aque-
lla tierra de colores, llena de sonrisas, existen
un millón de seños Carmen queriendo gritar
a todo pulmón que la corrupción y el aban-
dono del Estado están acabando con el futuro
de una nación, en la cual discursos como el
pronunciado aquel día son una obligación ne-
cesaria.
Ni la política ni el fútbol son ciencias exactas, reductibles a verdades generales
y a medios cuya aplicación, siempre y en todo momento,
arrojen mecánicamente el mismo resultado. Javier Franzé
Resumen“La mayor experiencia de autogobierno colec-
tivo que conoció el fútbol mundial”, así han
definido a la democracia corinthiana, movi-
miento político en el marco de la dictadura
brasileña entre 1964 y 1984. En 1982 el Sport
Club Corinthians Paulista optaría por una
medida democrática, en medio de la dictadu-
ra, para salir de la grave crisis administrativa
que vivían.
A partir del proceso de democratización del
Corinthians se presentarán algunas reflexio-
nes sobre el ejercicio de la democracia: la
experiencia de un club que tuvo como obje-
tivo votar para democratizar el equipo, pero
también para democratizar el país. Esta ex-
periencia fue el resultado de uno de los más
sofisticados ejercicios de la política, que cobra
importancia por el contexto en que sucede.
Palabras clave
Democracia, futbol, política, simbólico, expe-
riencia.
Abstract“The greatest experience of collective self-
government in world football”, this is how
corinthian democracy has been defined, a
political movement within the framework of
the brazilian dictatorship that took place bet-
ween 1964 and 1984. In 1982 the Sport Club
Corinthians Paulista would opt by a democra-
Democracia corinthiana: una reflexión política desde el fútbol*
Santiago H. Suarez Sotelo**
* Producto de un análisis sobre teoría política posfunda-
cional y algunas experiencias democráticas en América La-
tina.
** Estudiante de octavo semestre de Ciencia Política de la
Universidad Nacional. Bogotá, Colombia. shsuarezso@unal.
edu.co
A R T Í C U L O D E D I V U L G A C I Ó N
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
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tic measure, in the middle of the dictatorship,
to leave the serious administrative crisis that
they lived.
From the process of democratization of
Corinthians, will present some reflections on
the exercise of democracy: the experience of
a club, which aimed to vote to democratize
the team, but also to democratize the coun-
try. This experience was the result of one of
the most sophisticated exercises in politics,
which is important because of the context in
which it occurs.
Keywords
Democracy, soccer, politics, symbolic, expe-
rience.
Democracia corinthianaEl fútbol es un espacio donde confluyen una
infinidad de intereses, identidades y actores,
por eso las ideologías no le son ajenas. Es
más: el fútbol, por ser una de las actividades
masivas por excelencia, ha sido siempre un
lugar de disputa simbólica; es una extensión
de la disputa política, sin pretender quitarle
la autonomía al fútbol como un espectáculo
deportivo.
En una sociedad donde las expresiones polí-
ticas son censuradas por una dictadura o por
un régimen disfrazado de democrático, los
ciudadanos tienen derecho a expresar su in-
satisfacción a través de la fiesta deportiva del
fútbol. Así pues, el sentido del fútbol se com-
pone no solo por la actuación de los jugado-
res en el campo sino por la participación de
los hinchas en las gradas, tal como pasa con
la política, en la que el sentido de esta recae
en la soberanía popular.
Entonces, el estadio se convierte en el refle-
jo del ágora; las hinchadas simbolizan a los
militantes, los palcos expresan el símbolo de
las castas y los poderes, tal como lo sería Flo-
rentino Pérez en el Real Madrid; las formacio-
nes de los jugadores en tácticas y estrategias
para doblegar al rival; los técnicos como los
intelectuales del fútbol y, finalmente, la fiesta
deportiva como el momento de la representa-
ción de múltiples identidades políticas. Queda
entonces preguntar ¿sirve el futbol para evi-
denciar antagonismos que no surgen en otro
escenario?
Habrá que decir, entonces, que hay equipos de
fútbol que quedan en la historia por los resul-
tados conseguidos o los títulos alcanzados;
hay otros que lo hacen por su juego vistoso.
Pero mucho menos son los casos de equipos
que pasan a ser leyenda bien sea porque sus
actos en el campo de juego exceden los títu-
los o porque sus símbolos deportivos repre-
sentan la historia de un país, la identidad de
un partido político o la expresión cultural de
una creencia.
En América Latina existirán fenómenos so-
ciales que buscarán una apertura a la demo-
cracia, como contraposición a la emergencia
de gobiernos dictatoriales. Brasil experimen-
tará uno de los fenómenos sociales más inte-
resantes debido a la forma en la que se expre-
sará la voluntad popular por la democracia.
19
El 15 de abril del 1964 Humberto de Alencar
Castelo Branco toma el poder por la fuerza y
da inicio la dictadura brasileña. Sin embargo,
solo hasta inicios de la década de los 80 la
dictadura comienza a perder terreno ante el
auge de los movimientos populares que exi-
gían una apertura democrática. Pero parece
ser que la situación política nacional no era
mejor que la situación del deporte insignia del
país.
Paralelo a la coyuntura nacional, en 1981, lue-
go de muchos malos resultados producto del
mal manejo administrativo, el Corinthians,
equipo de fútbol de la ciudad de Sao Paulo,
entraría en una crisis económica sin prece-
dentes. Para 1982, por una cuestión de estatu-
tos que le impedían ser elegido nuevamente
como presidente del club, Vicente Matheus,
responsable de la crisis, designa como su
sucesor a Waldemar Pires. Pocos meses des-
pués, Waldemar Pires rompería relaciones
con Vicente Matheus, por cuestiones políti-
cas no tan claras aún, y le daría el cargo como
director general del fútbol corinthiano a un
joven sociólogo llamado Adilson Monteiro Al-
ves.
Era poco o nada lo que Adilson sabía sobre
el fútbol, sin embargo, su preocupación por
la situación por la que atravesaba Brasil era
evidente, por lo cual manifestaba que si no se
luchaba contra la dictadura, la situación del
país no mejoraría y, por tanto, la situación
financiera del fútbol tampoco. Por supuesto,
este lenguaje no era común en un grupo de
futbolistas, excepto para Sócrates Brasileiro
Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, o sim-
plemente el doctor Sócrates, una de las gran-
des promesas del fútbol brasileño y que se-
ría figura en aquel grandioso equipo del jogo
bonito del mundial de México de 1986. Poco a
poco Adilson y Sócrates, en un pleno enten-
dimiento, como si se tratase de la mejor de-
lantera del mundo, comenzaron a discutir la
importancia y la necesidad de un horizonte
político para el equipo.
A los diálogos entre Adilson y Sócrates se les
sumaría Wladimir Dos Santos y Walter Casa-
grande. El primero, un jugador negro que mi-
litó en el sindicalismo del noreste de Brasil; el
segundo, un chico de 19 años amante al rock
y quien además tenía una banda de música.
Después de días de discusión se llegó a la
conclusión de que lo que le faltaba al equipo
era un ejercicio de democratización de las de-
cisiones en el club: una democracia directa.
Resultaba impensable que para decidir qué
día y a qué hora se iba a entrenar se pidiese
la opinión hasta al utilero del equipo. Todos,
absolutamente todos debían votar para deci-
dir qué hacer. Y es que no era una obligación,
era un deber, porque todos hacían parte del
Club. Eran una completa locura las discusio-
nes de más de tres horas que se generaban en
el equipo; votaban hasta para decidir cuántas
veces debía parar el bus para que los jugado-
res fueran al baño.
El funcionamiento del equipo solo podía ser
posible si existía una discusión permanen-
te sobre cualquier actividad que involucra al
club. Entrenamientos, descansos, los salarios
y las formaciones para los partidos eran dis-
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
20
cutidas; incluso se solía invitar a un artista,
un escritor o alguien del mundo de la cultura
a un almuerzo cada fin de semana con el fin
de alivianar las discusiones políticas, que so-
lían ser agotadoras.
Aquella forma de actuar de los jugadores del
club desafiaba e incomodaba a quienes esta-
ban en el poder. Un ejercicio democrático que
ponía en cuestión el orden y el funcionamien-
to de un país donde la libertad política estaba
restringida. Luego de que se hiciese público lo
que pasaba en el interior del club, el periodista
Juca Kfouri expresó lo siguiente: “Si los juga-
dores siguen participando en las decisiones
del club, si los dirigentes no se asustan y si la
prensa apoya, veremos que aquí se vive una
democracia, una democracia corinthiana”
(Cantona, 2015), y con esas palabras se bauti-
zaría al equipo.
Durante 1983, el senador Teotônio Vilela lan-
zó públicamente la propuesta de Diretas já,
exigiendo la votación directa para presiden-
te. Rápidamente por todo el país comenzaron
a llevarse a cabo manifestaciones multitu-
dinarias a favor de la moción. El plantel del
Corinthians se sumaría al movimiento, al
igual que intelectuales, artistas, sindicalistas
y políticos. Tras el lema Ganar o perder pero
siempre en democracia que habrá impulsado
el Corinthians como una campaña publici-
taria, se buscaba la vuelta de las elecciones
directas, sin Colegio Electoral, es decir, que
se respetara sin restricciones la voluntad del
pueblo.
Pero el Corinthians no solo estaba dispuesto
a hacer algo diferente, estaba dispuesto a ga-
nar. Así que emprendió una campaña publici-
taria que se estamparía en sus camisetas con
frases como directa ja o vote 15, genialidad del
publicista del club Washington Olivetto. Así
pues, se puso en primera plana de la presa y
comenzó, de la mano de Sócrates, a encabe-
zar el proceso ciudadano por las elecciones.
Corinthians había superado su crisis futbolis-
ta ganando dos campeonatos paulistas. En la
final de 1984, contra su eterno rival São Paulo
FC, el Corinthians realizó la acción mediática
más importante: todos los jugadores saltaron
a la cancha a celebrar el campeonato con una
bandera gigante que tendrá una frase que
marcaría el sentido común de los brasileños:
“Ganar o perder, pero siempre en democra-
cia”; acto para demostrar que la democracia
corinthiana tenía la intención de ser la voz
del futbol por democratizar el país.
El problema de la democraciaDesde la teoría política se ha sugerido dos
marcos a través de los cuales se han cons-
truido los análisis de la teoría democrática. El
primero sugiere situar el problema de la de-
mocracia en relación con el funcionamiento:
el desarrollo de técnicas y métodos para me-
jorar la participación de los ciudadanos en el
ejercicio democrático liberal, materializado
en el voto. El segundo marco de análisis tie-
ne que ver con el sentido ontológico de la de-
mocracia, desde donde se situará el siguiente
análisis.
21
Jacques Rancière desarrolló una conocida
reflexión sobre el tema, en la que planteaba
la siguiente generalidad: la democracia no es
ningún régimen de gobierno, sino la manifes-
tación, siempre disruptiva y conflictiva, del
principio igualitario; por lo tanto, lo que Ran-
ciere nos sugiere es que la democracia no es
una simple característica instaurada en la
base de las instituciones, sino el momento en
que se pone en evidencia los conflictos; es de-
cir, la democracia no es la expresión de una
voluntad popular homogénea, sino que par-
te del principio de que todos los sujetos son
distintos. Por lo tanto, para Ranciere (1995) la
“democracia quiere decir, en primer lugar, que
hay un espacio de manifestación y de decla-
ración propio de un sujeto, el sujeto pueblo”.
Así que, sobre el principio de diferencia, el
conflicto es el elemento que puede evidenciar
una experiencia democrática.
De manera que la democracia corinthiana
podría entenderse como la representación
simbólica de ese espacio de manifestación de
un sujeto particular que no es homogéneo y
que se encarna en el pueblo, en este caso en
el pueblo brasileño, que bajo la consigna de
la democracia conjugaría múltiples identida-
des. Esta particularidad la explica de distinta
manera Ernesto Laclau cuando afirma que “el
problema de la democracia se convierte en el
de la pluralidad de marcos que hacen posible
la emergencia del pueblo” (Mouffe y Laclau,
1985).
Ahora bien, cuando quienes inician el proce-
so de democratización del club Paulista en-
tienden que la democracia, más que ser una
forma de estructurar el régimen administra-
tivo del equipo es una práctica llevada a dis-
cutir lo que antes no se discutía, se da un sal-
to a entender que el ejercicio de la democracia
desborda las dimensiones de un régimen. La
frase “Perder o ganar, pero siempre en demo-
cracia” cobra sentido y sintetiza la percepción
de los jugadores acerca de la democracia. Pero
además entendieron que debían cuestionar
una y otra vez ese sentido de esa democracia.
Cuando llega el día en el que el Senado va a
votar la enmienda de las elecciones directas,
las plazas en Sao Paulo, Minas, Brasilia y en
general las plazas del país estaban a reven-
tar. El pueblo en un acto de democracia, forta-
lecido por la figura emblemática de algunos
jugadores de fútbol, había copado todas las
calles esperando defender su decisión. Llenar
las plazas se convirtió en un síntoma de que
en Brasil se estaba disputando la democracia.
Habrá que decir que la experiencia del
Corinthians fue un laboratorio, un ejercicio
político sofisticado que evidenció que la prác-
tica política es contingente, donde perma-
nentemente las categorías analíticas se es-
tán moviendo y están cambiando de sentido.
Que disputar la democracia requería más que
enunciar que se estaba en una dictadura, se
requería otorgarle un contenido y una identi-
dad a esa democracia. Una identidad basada
en el derecho al voto, que no es fija, que no es
un fundamento único de la democracia, pero
que fue justo para el momento político de la
dictadura.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
22
Finalmente, el 25 de abril a las 2 de la mañana
se definió la votación de la enmienda: no se
logra la aprobación por solo 22 votos; no ha-
bría elecciones directas por varios años más.
Se dice que esa noche no hubo ningún tipo
de represión; no porque la policía no quisiera,
sino porque había tanta gente en la calle que
no había suficientes efectivos para reprimir.
La democracia corinthiana decayó y apenas
duró 2 años y algo más; el talento de los ju-
gadores que fueron pretendidos por equipos
europeos y la promesa de Sócrates de irse si
no ganaba la enmienda, dio por terminada
aquella experiencia democrática.
El ejercicio político del Corinthians respondía
al momento político del país; su declive obe-
deció a causas individuales de los jugadores,
pero también a que el ejercicio mismo de la
democracia corinthiana no iba a significar
más de lo que ya había significado y que su
punto más alto lo había logrado ese 25 de
abril. Todo ejercicio político tiene un límite
marcado por el alcance que pueda llegar a te-
ner en un momento específico.
Luego de la democracia corinthiana llegaría
otro ejercicio político que buscaría construir
otro sentido de la democracia, pero en un con-
texto ya no de dictadura.
ConclusionesEl ejercicio democrático del club paulista fue
importante para revitalizar la política del mo-
vimiento social brasileño. Evidencia que la
lucha por la democracia no es la lucha por
un régimen, es la lucha por las condiciones
mínimas para el ejercicio de la política, la
emergencia de nuevos conflictos y el recono-
cimiento de la contingencia como una carac-
terística propia de la política.
Estas experiencias sobre el fútbol y la política
se replicaron durante los años de dictadura
en América Latina ante la inactividad de sec-
tores políticos alternativos. El fútbol se con-
virtió en el espacio para disputar el sentido
de la democracia. Basta con ver la selección
argentina que ganó el Mundial del 1978 en su
propio país, patrocinado por la dictadura para
legitimar su gobierno, o el famoso partido
fantasma que juega Chile contra la URSS en
el Mundial de Alemania 74, donde la URSS se
negó a jugar en el Estadio Nacional rechazan-
do la dictadura de Pinochet. Chile salió a jugar
sin rival, y obviamente fue al Mundial.
Pero aquí no se limita la discusión sobre el fút-
bol; hay experiencias contemporáneas en las
que una vez más la política y el fútbol se jun-
tan. Bastará con observar la final de la Copa
del Rey de 2015 entre el Barcelona, a quien
Vázquez Montalbán, intelectual de izquierdas,
bautizaría en 1987 como el ejército simbólico
de Cataluña, y el Athletic de Bilbao, equipo de
País Vasco, donde se pitó el himno nacional y
luego de ello el Parlamento español prohibiría
la estelada (bandera independentista catala-
na) en los partidos de la liga española. Hecho
que luego sugerirá una discusión sobre el fút-
bol como la expresión de la identidad nacio-
nal en España.
Finalmente, el fútbol no deja de ser un espec-
táculo, en el que no siempre la política es tan
23
evidente, o incluso en algunos casos no es re-
levante, pero debe quedar claro que este de-
porte sí es un instrumento de análisis políti-
co, que puede permitir hacer reflexiones más
sofisticas en un momento en el que la política
carece de ideas.
Nota finalSócrates murió el 4 de diciembre de 2011, un
domingo. Ese mismo día el Corinthians, el
club que supo amar, salió vencedor del cam-
peonato nacional; una despedida que pocos
han tenido (Geronimo, 2016). En una entrevis-
ta en 1983 a un diario local en Brasil Sócrates
dijo la siguiente frase: “Quiero morir un do-
mingo y con Corinthians campeón”. Y así fue.
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Laclau-Rancier e_6_385721454.html
Lijo*
Octavio Guerrero Torres**
Lijo, eso es lo único que hacen los cha-
lanes de los pintores, y como ven, yo
soy un chalán y lo seguiré siendo. Lijo,
tomo la esponja y la froto contra la madera
con coraje, elimino las imperfecciones de esta
y la dejo lisa, limpia, tal cual pretende ser este
país.
Lijo, lo hago porque es lo único que sé hacer,
porque soy el de hasta abajo, y acá a algunos
paisanos no les conviene que aprendas, por-
que si aprendes, a lo mejor en una de esas los
llegas a superar. Y si llegas a su nivel o estás
por encima de ellos, ¿quiénes son ellos ahora
y quién eres tú?
Lijo el polvo blanco que se acumula en mis
brazos me hace ver blanco como un fantas-
ma. En este país soy como un espíritu, una
aparición que produce dinero para sí mismo
y para donde trabaja, pero no existe. Si en la
USA no se tienen papeles o permiso, casi nun-
* El título de este cuento se debe a la experiencia personal
en el trabajo de pintor en Estados Unidos. La sencillez del
título se debe a que la narración solo versa sobre el acto de
lijar, pero detrás de eso hay más que polvo acumulado en el
ambiente.
** Estudiante de tercer semestre de la Licenciatura en Len-
gua y Literatura Hispanoamericanas de la UASLP (Universi-
dad autónoma de San Luis Potosí). San Luis Potosí, México.
C U E N T O
25
ca, repito, casi nunca se llega a ser alguien en
estos tiempos.
Lijo y toso, volteo a ver la ventana y miro
enormes pinos que se elevan y parecen al-
canzar el sol. Arriba, el encargado del equipo
está esprayando unas puertas; todos anda-
mos con máscara para no respirar la primea-
da o las dos manos de pintura. Lijo, me siento
raro, como feliz; debe de ser el primer. Unos
gringos ya viejitos pasean a sus perros que
la mera verdad se miran mejor que uno. Lijo,
veo de nuevo mis brazos y los limpio un poco
soplando mi piel color canela. Los viejitos se
alejan y pienso que a lo mejor por no ser vie-
jito y blanco: lijo.
Lijo, el cuarto donde ando se llena de polvo
blanco que flota libre por toda la habitación.
Recuerdo aquella mañana cuando te fuiste de
Comonfort, papá. Un pueblito entre Atotonilco
y San Miguel de Allende. Era la primera vez
que veía nevar y no salí por tristeza. Sabía
que aquella nieve me podría triste por ser tan
blanca. No estaría triste por ti y tu promesa
de mandar algunos dólares. Nunca más vol-
vimos a saber de ti ni de los dólares. Además,
en Comonfort ni siquiera había banco o tien-
das; fuimos ilusos la viejecita y yo.
Lijo, el polvo blanco acumulado en los bor-
des de la madera me recuerda a ti, viejecita.
También a la medicina molida tempranito por
la mañana, cuando el sol salía y los gallos
ququiriqueaban afuera de nuestra casa. Lijo,
sigo lijando y no paro de hacerlo con la pro-
mesa de unos dólares debajo de la puerta que
a veces azotaba sin querer cuando me iba a
la escuela.
Lijo, tengo ganas de ir al baño y voy al por-
tátil. Tomo el cuello de mi playera y lo pego a
mi nariz; el olor a veces es insoportable, pero
pensar en la vida en México es más insopor-
table todavía. Termino de mear, leo la pared
de plástico color gris: CATRACHOS HONDU-
REÑOS RIFAN. FUCK MEXICANS. HASI HAS-
TA DA GUSTO CAGAR. PURO MEXA. Me veo
al espejo; tengo las pestañas llenas de polvo y
la cara casi cubierta. Ya no soy el mismo que
adornaba tu sala en un pequeño cuadro con
el uniforme de la primaria, viejecita.
Lijo, siento cómo mis músculos arden por ha-
cerlo tan rápido y por varias horas: hoy hay
que sacar el jale. Trato de olvidarte y pienso
que quizás, si alguien se acomidió por ti, ya
estás en un lugar mejor, porque si yo me fui,
¿quién se quedó a moler las medicinas? Per-
dón, viejecita, han pasado ya unos meses y
yo sigo sin mandarte un solo dólar.
ResumenEste artículo tiene como objetivo analizar los
procesos de transición a la democracia de dos
países: Estados Unidos y Venezuela. Esto, a
partir de la estructura de conceptualización
y medición propuesta por Munck y Verkuilen
(2002) y siguiendo la recopilación de facto-
res que, a juicio de John M. Ackerman (2006),
intervienen en los procesos de democratiza-
ción, vistos desde la perspectiva de diversas
escuelas de pensamiento. Finalmente se pre-
sentan los hallazgos del análisis que versan
en una serie específica de variables u obser-
vables que se encontraron en ambos casos.
Palabras claves
Democratización, variables, Estados Unidos,
Venezuela.
AbstractThis paper aims to analyze the processes
of transition to democracy in two countries:
the United States and Venezuela. This, based
on the conceptualization and measurement
structure proposed by Munck and Verkuilen
(2002) and following the compilation of fac-
tors that, in the opinion of John M. Ackerman
(2006), intervene in the processes of demo-
cratization seen from the perspective of di-
verse schools of thought. Finally, this are the
findings of the analysis that refer to a specific
Un análisis a los procesos de democratización: los casos de Estados Unidos y Venezuela*
Natalia Andrea Bermúdez Martelo**
Isis Marcela De La Rosa Ayazo***
Ciro David Murillo Lenis****
* Este trabajo es producto de una asignación evaluativa
en el curso de Seminario de Democracia del pregrado en
Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Norte.
** Estudiante de sexto semestre de Ciencia Política y Go-
bierno y de segundo de Derecho de la Universidad del Norte.
Barranquilla, Colombia. [email protected]
*** Estudiante de sexto semestre de Ciencia Política y Go-
bierno y de cuarto de Derecho de la Universidad del Norte.
Barranquilla, Colombia. [email protected]
**** Estudiante de sexto semestre de Ciencia Política y Go-
bierno de la Universidad del Norte. Coeditor de la Revista
Red Política. Barranquilla, Colombia. [email protected]
A R T Í C U L O D E D I V U L G A C I Ó N
27
series of variables or observables that were
found in both cases.
Keywords
Democratization, variables, United States, Ve-
nezuela.
IntroducciónSegún cifras del informe Democracy Index
2016 elaborado por The Economist, de 167 paí-
ses analizados, 76 de estos pueden ser con-
siderados como democráticos, en los cuales
reside el 49.3 % de la población mundial. A
pesar de esto, solo 19 de ellos pueden catalo-
garse como “democracias plenas” (The Econo-
mist, 2016). Si bien las democracias no son el
sistema político más difundido en el mundo,
las cifras denotan que este domina un poco
más de un tercio de los países del globo. Por
ende, para analizar los factores que llevaron a
todas estas sociedades a transitar hacia esta
forma de gobierno resulta de vital importan-
cia entender el comportamiento de los proce-
sos de democratización.
En este trabajo se identifican los atributos,
componentes de atributos y observables o
variables1 que intervinieron en los procesos
de democratización de dos Estados: Venezue-
la y Estados Unidos. Todo ello a partir de la
recopilación elaborada por John M. Ackerman
(2006) en su texto Democratización: pasado,
presente y futuro, quien describe una serie de
1 Estos conceptos son introducidos por Munck y Verkui-
len (2002) como una forma de estructurar “un esquema
comprensivo e integrado para el análisis de datos” relacio-
nados con las mediciones sobre las democracias.
elementos que intervienen en los procesos
de transición a la democracia vistos desde la
perspectiva de diversas escuelas de pensa-
miento2. A partir de un ejercicio realizado en
el aula de clase se seleccionaron aquellos que
mejor se ajustan a los criterios que describen
Munck y Verkuilen (2002) para medir a la de-
mocracia3.
2 Según el autor, dichas escuelas son: Elitista, Sociedad
Civil, Estructura de Clase, Economía Política y Fuerzas In-
ternacionales.
3 Los autores recomiendan no caer en el doble juego de
las definiciones minimalistas y maximalistas.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
28
AtributosComponente de atributo
nivel 1
Componente de atributo
nivel 2
Componente de atributo nivel 3
Observable/Variable
Sociedad
Movimientos
Intensidad Radicalismo de las élites ¿Uso de repertorios violentos?
Moderación de las élites ¿Uso de repertorios moderados?
Influencia¿Las demandas de los movimientos tienen traducción en las decisiones
de gobierno?
Clases
IntensidadRadicalismo de las
clases¿Uso de repertorios violentos?
Moderación de las clases ¿Uso de repertorios moderados?
Influencia¿Las demandas de las clases tienen
traducción en las decisiones de gobierno?
Élites
Intensidad Radicalismo de las élites¿Las élites están divididas en dos
jugadores?
Moderación de las élites¿Existen terceros y cuartos jugado-
res influyentes?
Influencia Influyentes¿Existe apoyo económico a la tran-
sición?
Determinantes¿Su voto, posición, es determinante
para la transición?
Moderniza-ción
Desarrollo económico
PIB¿La economía dentro de la cual se
da la transición es una economía en crecimiento?
Estructura de clases
¿La estructura de clases tiene sectores emergentes relevantes,
por ejemplo, comerciantes/clases medias?
Desarrollo político
Burocracias Cohesión¿Existen burocracias nacionales
identificadas con el servicio al Estado?
Reglas¿Existe un servicio civil o similar
disciplinado, cuyo acceso y ejercicio sea orientado por reglas públicas?
Instituciones Régimen previo¿El régimen previo tenía institucio-nes que albergaron las instituciones
democráticas posteriores?
29
Los casos en cuestión fueron escogidos,
puesto que en el período (1970-1980) ambos
países fueron considerados como referentes
democráticos a nivel regional y mundial. Por
ende, sus transiciones democráticas mere-
cen un estudio especial. Venezuela, según
Coronel (citado en Stefan y Mounk, 2017), era
para la década de los 80 un modelo para imi-
tar en toda América Latina. Stefan y Mounk
(2017) agregan a dicha explicación una bre-
ve descripción de la democracia venezolana
para dicha época: un régimen bipartidista con
amplia trayectoria de elecciones libres y pe-
riódicas. Por otro lado, y en el mismo periodo
de tiempo, Estados Unidos fue considerado
como el mayor promotor de la democracia
en el mundo (Huntington, 1991). Entender el
proceso de transición democrática de Estados
Unidos implica determinar si una “ruptura
violenta” con el orden social previo conlleva
al establecimiento de la democracia, como
bien lo señala Moore (1976).
VenezuelaVenezuela es una república federal presiden-
cialista, ubicada en la parte septentrional de
Suramérica, rodeada por el mar Caribe y el
océano Atlántico. Limita con Colombia, Bra-
sil y Guyana. De acuerdo con información del
World Factbook de la CIA, la población de este
país para el 2016 se estimaba en 30 912 302
de personas. Para el mismo periodo de tiem-
po, su PIB per cápita se ubicaba en USD 15 100.
La Rama Ejecutiva está liderada por el Presi-
dente de la República (quien actúa como jefe
de Estado y de Gobierno), elegido junto el Vi-
cepresidente mediante sufragio directo para
un periodo de 6 años. Asimismo, lo asiste un
Consejo de Ministros, cuyo nombramiento
responde a la discreción del presidente. La
Asamblea Nacional (de naturaleza unicame-
ral) concentra todos los poderes legislativos
del país. La Rama Judicial está liderada por
el Tribunal Supremo de Justicia; el cual se
divide en seis salas: constitucional, político-
Influencia internacio-
nal
Directa Militar¿Hubo intervención extranjera
directa, mediada por la fuerza, para forzar/impulsar la transición?
Económica¿Hubo intervención económica directa para forzar/impulsar la
transición?
Indirecta Ideológica¿Existía un entorno exterior/vecin-dario favorable al cambio de régi-
men?
Económica
¿Existían agentes económicos ex-ternos influyentes cuyos intereses fueran favorables a la democratiza-
ción?
Tabla 1. Elaboración colectiva en el curso de Seminario de Democracia a partir del texto de Ackerman (2006)
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
30
administrativa, electoral, civil, penal y social.
Su sistema de partidos es multipartidista y
atomizado (CIA, s.f.).
El proceso de transición venezolano se ubi-
ca dentro la segunda ola de democratización
propuesta por Samuel Huntington (1991) com-
prendida entre 1945 y 1962. Dicho tránsito
comprende el período del Trienio (1945-1948)
hasta su consolidación con el Pacto de Pun-
to Fijo. Dicho proceso se caracterizó por ser
corto, moderado e impulsado por la bonanza
petrolera.
Dentro de esta transición se identifican las
siguientes variables que dieron lugar a su
desarrollo: el uso de un repertorio moderado
por parte de las élites, divididas en 2 jugado-
res, una parte cívico-militar enfrentada a los
militares que se negaban a la convocatoria de
elecciones. En segundo lugar, se denota que
la economía venezolana se caracterizó por
un crecimiento sostenido de la explotación
del petróleo y el impulso que este trajo para la
inversión estatal y privada. De igual manera,
con el establecimiento del Gobierno provisio-
nal de Acción Democrática se incorporó un
sistema de partidos que se mantuvo vigente
durante la dictadura y que trascendió hasta
el Pacto de Punto Fijo, lo cual implica la exis-
tencia de instituciones democráticas previas.
Finalmente, la influencia extranjera se vio re-
flejada en los postulados de los partidos co-
munistas venezolanos que siguieron la línea
doctrinaria de la Revolución cubana, y en el
ámbito económico, la presencia de multina-
cionales e inversión estadounidense.
Siendo el rol de las élites la primera variable
por analizar, se puede aseverar que estas se
encontraban divididas en 2 jugadores, los
cuales no siempre estuvieron alineados debi-
do a la instauración del sistema populista de
movilización. Así las cosas, uno de los juga-
dores estaba compuesto por Acción Democrá-
tica, el COPEI, los militares que apoyaban la
convocatoria de elecciones, los empresarios y
la Iglesia Católica, y por el otro, los militares
que buscaban aferrarse al poder. El Pacto de
Punto Fijo, firmado en enero de 1958 por los
representantes de los partidos más importan-
tes de Venezuela, sentó las bases para el esta-
blecimiento de gobiernos democráticos en el
país y produjo la configuración de un sistema
bipartidista: el poder se repartía entre Acción
Democrática y el COPEI. Esta característica,
junto con la exclusión de sectores alternati-
vos y el establecimiento de prácticas cliente-
lares, se asemeja al Frente Nacional colom-
biano (Atehortúa y Rojas, 2005).
De igual modo, el apoyo de los empresarios
aumentó la preponderancia de los partidos
tradicionales. Sin embargo, dicho apoyo era
de carácter ambiguo, puesto que solo estaba
presente cuando los veían como un muro de
contención de las aspiraciones de las masas.
No obstante, cuando estos partidos se vol-
vieron populistas, retiraron su participación
en las decisiones estatales (Rey, 1991). Esto
evidencia la tesis propuesta por Ruescheme-
yer, Huber y Stephens (citados en Ackerman,
2006) de que la burguesía lucha por la de-
mocracia en función de sus intereses y que
cuando esta “va muy lejos”, retiran su apo-
yo. El segundo jugador, es decir, los militares
31
que estaban en contra de la democratización
buscaban no perder su hegemonía en el po-
der, por lo que acudieron a tácticas populis-
tas para estrechar lazos con la población, in-
tentando construir un partido político propio
que les permitiera mantenerse en el gobierno
(Atehortúa y Rojas, 2005).
El crecimiento de la economía venezolana
se produjo gracias al auge petrolero, que im-
pactó de forma indirecta a través de la ren-
ta recibida por el Estado y la distribución de
la misma, manifestada en el gasto público
y la inversión en obras, produciendo empleo
estatal, que a su vez estuvo acompañado del
impulso de la industrialización de las empre-
sas privadas. Sin embargo, estas últimas no
alcanzaron a igualarse con respecto al sector
público, generando un poderoso capitalismo
de Estado. El papel preponderante del petróleo
en la economía produjo una fuerte dependen-
cia con respecto al mismo, lo que motivó el
aumento de las importaciones con el objeti-
vo de satisfacer las necesidades básicas de
los ciudadanos (Rey, 1991). Asimismo, puede
observarse que la economía nacional experi-
mentó un proceso de crecimiento durante el
periodo de la dictadura. De acuerdo con Ate-
hortúa y Rojas (2005), este periodo se carac-
teriza por la modernización del campo, una
creciente movilidad laboral y el aumento de
actividades relacionadas con el sector secun-
dario.
Desde 1935, con la dictadura de Gómez, se
produjo una modernización de la hacienda
pública, una incipiente burocracia técnica
para la prestación de algunos servicios públi-
cos esenciales, profesionalización del Ejérci-
to y una incipiente explotación petrolera que
financió el establecimiento de las bases del
Estado moderno. Todas estas medidas iban
encaminadas a combatir la división que pro-
ducían los caudillos y los líderes de los parti-
dos tradicionales (Rey, 1991). Adicionalmente,
el régimen permitió la existencia de parti-
dos políticos hasta 1950 (Atehortúa y Rojas,
2005). Todo ello es prueba de que en el proce-
so de democratización venezolano se denota
la presencia de dos variables: una burocracia
identificada al servicio del Estado e institucio-
nes democráticas durante el régimen previo.
Como última variable por analizar se ubica la
influencia internacional, reflejada por la doc-
trina de la Revolución Cubana, que influenció
en la radicalización de la ideología de los par-
tidos comunistas del país, los cuales se que-
daron por fuera del Pacto de Punto Fijo. Otro
país influyente en la transición a la demo-
cracia venezolana fue Estados Unidos, que
para el período de 1951-1957 concentraba el 70
% de las inversiones provenientes de capital
económico. Así mismo, desde Estados Unidos
se promocionaba a Venezuela como un lugar
ideal para llevar la industria manufacturera
norteamericana (Coronil, 1988).
Estados UnidosEstados Unidos se encuentra ubicado en el
norte del continente americano, rodeado por
la parte norte de los océanos Atlántico y Pa-
cífico, y entre Canadá y México. Según datos
del World Factbook de la CIA, la población de
este país hacia julio de 2016 estaba estimada
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
32
en aproximadamente 324 millones de perso-
nas. Su PIB per cápita fue de USD 57 300 para
el 2016. Así mismo, en cuanto a su sistema
de gobierno, este puede ser descrito como
una república presidencialista federal. El pre-
sidente (quien es tanto jefe de Estado como
de Gobierno) y el vicepresidente son elegidos
mediante sufragio indirecto por un Colegio
Electoral. El Congreso norteamericano es bi-
cameral, compuesto por el Senado y la Cáma-
ra de Representantes. La Rama Judicial está
liderada por la Corte Suprema de Justicia, in-
tegrada por nueve miembros vitalicios nomi-
nados por el Presidente y confirmados por el
Senado. Su sistema de partidos es clasificado
como bipartidista, siendo los partidos Demó-
crata y Republicano los que dominan la arena
electoral. Este sistema, que hoy en día es uno
de los referentes para las democracias actua-
les, tuvo sus orígenes a partir de una serie de
acontecimientos bélicos como la Guerra de
Secesión, que tuvo un total de bajas alrededor
de 851 000 personas (Encyclopædia Britanni-
ca, 2017).
El proceso de transición estadounidense
es ubicado dentro de la primera ola de de-
mocratización descrita por Huntington
(1991), comprendida entre 1820 y 1926. Di-
cho tránsito se vislumbró entre la Guerra
de Independencia (1775-1783) y la Guerra de
Secesión (1861-1865), y se caracterizó por
ser un proceso largo, violento e influencia-
do significativamente por la industrializa-
ción y las ideas de la Revolución Francesa.
Dentro de esta evolución democrática se pue-
den identificar las siguientes variables que
dieron lugar a su desarrollo: el rol de las éli-
tes, que en este caso son los grandes plan-
tadores del Sur, los capitalistas industriales
del Norte y los granjeros independientes del
Oeste. En segundo lugar, se observa que la
economía estadounidense estuvo en creci-
miento durante el período de transición. De
igual manera, muchas de las instituciones
que poseía Estados Unidos durante la Gue-
rra Civil fueron heredadas de la colonización
inglesa. Finalmente, la influencia interna-
cional fue de carácter indirecto e ideológico.
Siendo el rol de élites la primera variable por
analizar, se puede afirmar que estas estaban
divididas en dos jugadores: la élite del Norte,
conformada por industriales influenciados
por las tesis liberales burguesas, y la élite su-
reña, compuesta por los plantadores de algo-
dón ideológicamente identificados con valores
conservadores y aristocráticos (Moore, 1976).
Se podría identificar como tercer jugador a los
granjeros del Oeste, alineados con los ideales
del Norte, ya que el arraigo de la granja fami-
liar sembró en ellos un sentimiento antiescla-
vista y de progreso comercial (Moore, 1976). La
influencia de las mismas se vio marcada por
el apoyo económico que dieron a la guerra,
evidenciado en la compra de material bélico
como la bala minié (Fields y Hall, 2010), lo cual
fue posible gracias al creciente desarrollo de
la exportación de algodón y de manufacturas.
El crecimiento de la economía estadouniden-
se se produjo gracias a la institucionalización
de una agricultura comercial y la manufac-
tura de productos básicos, lo cual dio lugar a
que ambos bandos establecieran relaciones
de interdependencia, donde el Sur proveía al
Norte materias primas y, por su parte, el Nor-
te abastecía al Sur de productos del sector
33
secundario y, además, servía de puerto para
las exportaciones nacionales. Por lo tanto,
se puede afirmar que ambas partes tenían
sentimientos capitalistas. El triunfo del Nor-
te confirma la tesis de Lipset, quien asegura
que el desarrollo económico y la moderni-
zación hacen que los valores moderados se
vuelvan hegemónicos (citado en Ackerman,
2006). En este caso se evidencia con la con-
quista de la abolición de la esclavitud en todo
el territorio estadounidense4, que era uno de
los principales objetivos del Norte industrial.
Estados Unidos se diferenció de Inglaterra
por no tener que desmantelar una clase que
estuviera arraigada a una base feudal ni una
clase burguesa empoderada5. Sin embargo,
los ingleses dejaron como legado de su per-
manencia en Norteamérica un conjunto de
instituciones; dentro de las cuales se puede
identificar: el protestantismo, común en am-
bas regiones, y la independencia económica,
reflejada en rol preponderante que juega el
país en la economía mundial actual.
En el período posterior a la Independencia
los norteamericanos desarrollaron las ins-
tituciones políticas que hoy caracterizan a
su democracia: la separación de poderes, el
sistema de pesos y contrapesos, etc. En par-
4 Si bien la Guerra Civil puso fin a la esclavitud, en el Sur
del país se configuró una fuerte segregación en contra de
los afroamericanos, lo cual representó un retroceso signifi-
cativo en cuanto a los derechos que estos habían adquirido
(Departamento de Estado, 2006).
5 Según Moore (1976), la destrucción del campesinado fue
fundamental para la transición a la democracia en Ingla-
terra. La existencia de dicha clase implicaba enfrentarse a
valores “conservadores y reaccionarios” que fueron obser-
vados en otros casos a lo largo del mundo, como Alemania
y Japón.
ticular, Huguet (2009) expone el caso de los
derechos de petición como criterio para de-
finir quiénes eran ciudadanos. Las muje-
res contaban con la posibilidad de hacerlo,
mientras que los esclavos no, por lo que se
entendía que las mujeres tenían el status de
ciudadanas (aclarando que la naturaleza de
dicha ciudadanía es distinta de la masculina).
En último lugar, la influencia extranjera se
vio reflejada por las ideas de la Revolución
Francesa, que se puede calificar como ame-
nazante a las doctrinas que justificaban la
propiedad de esclavos, defendidas por la élite
del Sur. Sin embargo, esto último resultó sien-
do el aparato de justificación por parte de los
norteños, liderados por Abraham Lincoln que
buscaba “la defensa de una nación concebi-
da en libertad y democracia que soportara el
paso del tiempo” (Hijano, 1997, p. 64), para la
abolición de la esclavitud, y además, el triun-
fo de los valores de la Unión contribuyó al
proceso de expansión de la industrialización
en Estados Unidos.
ConclusiónA raíz del estudio de los observables descri-
tos en la tabla 1 se encuentra como común
denominador una serie de variables, entre las
cuales se rescatan las siguientes: el rol de las
élites, el crecimiento económico, la presencia
de instituciones democráticas en el régimen
previo y la influencia extranjera indirecta
manifestada de forma ideológica. Puede re-
saltarse que el tránsito a la democracia en
materia institucional fue mucho menos trau-
mático para Estados Unidos que para Vene-
zuela, puesto que el primero ya contaba con
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
34
una serie de instituciones de naturaleza de-
mocrática desde la época de dominación in-
glesa. En cambio, Venezuela provenía de una
época dictatorial, donde la única institución
democrática observable fue el sistema de par-
tidos políticos.
Variables/Observables Venezuela Estados Unidos
¿Las élites están divididas en dos jugadores?
Jugador 1: Partidos políticos, empresa-rios, militares a favor de un régimen
democrático, empresarios.
Jugador 2: militares a favor de la conti-nuidad de la dictadura.
Jugador 1: industriales del Norte.
Jugador 2: plantadores del Sur.
¿Existen terceros y cuartos jugadores influyentes?
No. Granjeros del Oeste.
¿La economía dentro de la cual se da la transición
es una economía en crecimiento?
Sí, gracias a la bonanza petrolera. Sí, gracias a la creciente industria manufacturera del Norte y el auge del comercio de algodón en el Sur.
¿El régimen previo tenía instituciones que alberga-
ron las instituciones demo-cráticas posteriores?
Durante la dictadura previa al Pacto de Punto Fijo existió un sistema de parti-
dos.
Desde antes de la Guerra de In-dependencia ya existían muchas de las instituciones democráticas
que hoy caracterizan a Estados Unidos.
¿Existía un entorno exterior/vecindario favorable al
cambio de régimen?
Los partidos comunistas que quedaron fuera del Pacto de Punto Fijo se radi-
calizaron a partir de la influencia que recibieron de la Revolución Cubana.
Las ideas provenientes de la Revo-lución Francesa ayudaron a justi-
ficar el discurso antiesclavista.
¿Existían agentes económicos externos
influyentes cuyos intereses fueran favorables a la
democratización?
Estados Unidos tenía fuertes intereses económicos en Venezuela, ya que lo
veía como un país ideal para llevar la manufactura producida en Norteamé-
rica.
No.
Tabla 2. Resumen comparativo de los hallazgos
35
El Pacto de Punto Fijo, como el evento que
marcó el inicio de la transición a la democra-
cia de Venezuela, comparte elementos análo-
gos con el Frente Nacional. En primer lugar,
Atehortúa y Rojas (2005) señalan que este
Pacto
Cerró la última dictadura de medio si-
glo y abrió, en cambio, la llamada ‘bipo-
laridad entre los partidos más visibles
como alternativas de gobierno: Acción
Democrática (AD), de tendencia social-
demócrata, y el Partido Socialcristiano
(Comité de Organización Política Electo-
ral Independiente, COPEI) (pp. 255-256).
De igual forma, Mesa (2009) señala respecto
al papel del Frente Nacional en la democracia
colombiana lo siguiente:
Un gran sector del país, principalmente
Liberales y Conservadores, piensan que
El Frente Nacional salvó a la democra-
cia colombiana de la dictadura militar
de Gustavo Rojas Pinilla, que asumió el
poder a través de un golpe de Estado el
13 de junio de 1953 y se mantuvo en él
hasta el 10 de mayo de 1957. Y se pue-
de decir que así fue en el entendido de
que puso fin a dicha dictadura y resta-
bleció “el predominio de la constitución”
(p.159).
A partir de la argumentación anterior pue-
de afirmarse que ambos eventos históricos
fueron determinantes para finalizar épocas
de violencia política y autoritarismo. Dichos
pactos permitieron gobiernos civiles y elec-
ciones periódicas en los años subsiguientes.
Sin embargo, cabe preguntarse si la naturale-
za de estos acuerdos entre élites fue verdade-
ramente democrática. Al haberse derivado de
ellos un sistema netamente bipartidista, di-
versos sectores políticos quedaron excluidos
de la posibilidad de acceso efectivo al poder, lo
cual generó en ambos países el surgimiento
de grupos alzados en armas6. Así las cosas,
la respuesta al interrogante planteado previa-
mente genera complejidad, dada la inviabili-
dad de responder afirmativa o negativamente
de forma contundente.
AgradecimientosLos atributos, componentes de atributos y
variables observadas en el análisis de los ca-
sos descritos en este artículo fueron producto
de una construcción colectiva junto con los
demás estudiantes del curso de Seminario
de Democracia del periodo 2017-01 y bajo la
dirección de la profesora Paola García Reyes
(docente a cargo de impartir el mismo).
6 Piénsese en las FARC para el caso colombiano y en el
Partido Comunista y en el Movimiento de Izquierda Revolu-
cionaria (MIR) en Venezuela.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
36
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cy Index 2016. Revenge of the “deplorables”.
El Viceministro del Interior para la Partici-
pación e Igualdad de Derechos, Luis Ernesto
Gómez, es un personaje destacado dentro del
gabinete del actual presidente Juan Manuel
Santos. Es politólogo y economista de la Uni-
versidad de Humboldt, en Berlín. Ha trabajado
como coordinador de la Asamblea Parlamen-
taria Alemana-suramericana, como consul-
tor de la Comisión Económica y Desarrollo del
Parlamento Alemán, fue viceministro de Em-
pleos y Pensiones, jefe de la Oficina de Pla-
neación del Ministerio del Trabajo y además
es catedrático en reconocidas universidades
del país. Todo esto lo ha logrado en sus ape-
nas 33 años de vida.
Es reconocido porque en su día a día viste de
traje, corbata y tenis lo que refleja el interés
que tiene en hacer que la juventud sea pro-
tagonista de este gobierno. En el marco del
foro “Nuevos rumbos de la democracia”, que
se realizó en la Universidad del Norte el 17 de
febrero, tuvimos la oportunidad de conversar
con él acerca de algunos puntos que se propo-
nían para la Reforma Política.
El voto obligatorio es una figura que existe en
los diseños institucionales de varios países a
lo largo del mundo, si en Colombia se llegara a
implementar esta medida, ¿qué castigos po-
drían imponerse a quienes no ejerzan el dere-
cho al voto? ¿Cree que esto tendría un impac-
to significativo en la reducción de los niveles
de abstención?
La experiencia de países como Bolivia y Uru-
guay, que son de la región, nos muestra que
el voto obligatorio sí permite involucrar mu-
cho más a la ciudadanía. Hay encuestas que
demuestran que cuando la ciudadanía está
familiarizada con el voto obligatorio, ve con
buenos ojos esta imposición. Le gusta ser
“La construcción de ciudadanía debe hacerse de la mano con la educación”: Luis Ernesto Gómez Diana Marcela Ardila Figueroa*
* Estudiante de sexto semestre de Ciencia Política y Go-
bierno de la Universidad del Norte. Barranquilla, Colombia.
E N T R E V I S T A
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
38
parte de las decisiones, se informa mejor al
momento de ir a votar y no siente como una
carga el hecho de ir a las urnas.
El ministro Juan Fernando Cristo anunció al
Congreso que el Gobierno Nacional va a pre-
sentar la Reforma Política. En ella se contem-
pla la reducción de la edad necesaria para
el voto. ¿Qué criterios se utilizaron desde el
Ministerio para realizar esa propuesta? ¿No
sería más viable incluir la figura del voto sim-
bólico?
En el Ministerio analizamos los casos de dis-
tintos países; con relación a esta propuesta
identificamos que el voto a los 16 años ha
dado buenos resultados en algunos de ellos,
como en Austria. Allá la participación de los
jóvenes se incrementó notablemente después
de la introducción de esta medida.
¿Qué relación tiene esto? Lo que se analiza es
que cuando el joven a esta edad participa por
primera vez en un proceso electoral, todavía
viviendo en su casa y con el acompañamiento
de sus padres, no necesariamente estos le van
a decir por quién votar, sino que desempeñan
un papel importante porque lo acostumbran a
votar y lo llevan a las urnas.
También los educadores hacen parte del pro-
ceso de decisión y en las aulas de clase se
alcanzan a discutir las distintas propuestas.
Esto genera que la tasa de participación sea
mucho más alta y, además, como el voto es
un hábito, quienes empiezan a votar desde
temprana edad continúan votando por el res-
to de sus vidas.
En Escocia, por ejemplo, después de introdu-
cir el voto joven se incrementó la tasa de par-
ticipación de los jóvenes entre 16 y 25 años de
un 54 al 75 %. Es evidente que la posibilidad
y la decisión de votar siendo joven aumenta
la participación de las personas en los proce-
sos de tomas de decisiones. Las críticas dicen
que los jóvenes no tienen el criterio para vo-
tar; esta discusión es bienvenida, pero tene-
mos la convicción de que los jóvenes sí tienen
los criterios y que hoy más que nunca están
muy bien conectados e informados. Si a esa
facilidad para acceder a la información le su-
mamos el interés que tienen por conocer de
la política, esto puede ayudarnos a tener una
democracia más completa y más participati-
va en nuestro país.
Acerca del voto simbólico, también hemos es-
tudiado algunos casos; por ejemplo, en Guate-
mala los niños van a las urnas y participan.
Salen los resultados reales de cómo votaron
los mayores y cómo lo hicieron los niños. Este
es un proceso pedagógico muy importante; la
construcción de ciudadanía debe hacerse de
la mano con la educación, y la experiencia
cercana con la votación permite que se haga
pedagogía acerca del deber y el derecho al
voto y de la importancia de tomar decisiones
informadas.
De la mano con las decisiones informadas,
¿se ha pensado desde el Ministerio alguna
propuesta para desmentir la información
errada que circula por las redes? ¿Qué medi-
das se han tomado desde el Ministerio para
prevenir que la gente vaya a las urnas y deci-
da por quién votar con información falsa?
39
Lo peor que podríamos hacer como Estado es
censurar la información que circula en las re-
des. Esto (la información errada que circula en
internet) es una gran dificultad para los siste-
mas democráticos y políticos porque es igual
de importante la información que publica una
persona altamente calificada desde un portal
con credibilidad a la que publica una persona
desde su sótano en Facebook. Ambos pueden
alcanzar el mismo nivel de credibilidad.
El reto es que las personas tengan la capaci-
dad de discernir y distinguir entre la infor-
mación que es cierta y la que no lo es ante la
disponibilidad de tanta información. Para eso
necesitamos definitivamente más educación.
La solución no puede ser censurar ni filtrar la
información, ese no es el camino, sino real-
mente tener una ciudadanía más educada y
más formada.
En una frase, ¿cómo definiría el estado actual
de la democracia?
La democracia mundial está en crisis y es ne-
cesaria una actualización del sistema.
ResumenLa educación para la prevención de la vio-
lencia es un proyecto de investigación cuali-
tativo que busca dar herramientas de imple-
mentación en las áreas sociales y nacionales,
para realizar un aporte a la ejecución de los
Acuerdos de Paz en Colombia entre el Gobier-
no y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC- EP).
Con esta investigación se busca evidenciar
el acompañamiento internacional, en este
caso ejercido por la Organización de las Na-
ciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), en el cumplimiento de
los acuerdos, los mecanismos establecidos
para la educación en el posconflicto, el cum-
plimiento nacional de los acuerdos y los retos
de la reinserción de los excombatientes de las
FARC a la vida civil.
Palabras clave
Educación, violencia, cooperación, reincorpo-
ración, acuerdo.
AbstractViolence prevention education is a qualitative
research project that seeks implementation
tools in social and national areas to carry out
a project for the employment of the Peace Ac-
cords in Colombia between the Government
and the Revolutionary Armed Forces of Co-
lombia (FARC- EP).
With this research, it is sought to evidence
international accompaniment, in this case
is exercised by the United Nations Educa-
Educación para la prevención de la violencia: la cooperación de la UNESCO en el marco de la implementación de los Acuerdos de Paz en Colombia*
Karla Vanessa Tejada Barranco**
* Producto del proyecto de investigación del semestre de
Prácticas Profesionales de la División de Derecho, Ciencia
Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del
Norte. Barranquilla, Colombia.
** Estudiante de octavo semestre de Relaciones Internacio-
nales de la Universidad del Norte. Barranquilla, Colombia.
A R T Í C U L O D E I N V E S T I G A C I Ó N
41
tional, Scientific and Cultural Organization
(UNESCO), in the fulfillment of agreements,
established mechanisms for education in the
Post conflict, The national fulfillment of the
agreements and the challenges of the reinte-
gration of the ex-combatants of the FARC to
the civil life.
Keywords
Education, violence, cooperation, reincorpora-
tion, agreement.
IntroducciónEl enorme esfuerzo que es la guerra sólo puede evi-
tarse si se entiende por paz un esfuerzo aún mayor…
Si la guerra es una cosa que se hace, también la paz
es una cosa que hay que hacer, que hay que fabricar
Ortega y Gasset (1938).
El conflicto armado colombiano sin duda ha
representado uno de los eventos más icónicos
no sólo de Colombia, sino también de Améri-
ca Latina y el mundo entero. Son muchas las
variables que han influido en la duración de
este conflicto y que, a su vez, han ayudado
a la culturización de la violencia dentro del
país, lo cual ha generado un sinnúmero de
víctimas durante sus años de duración.
Su desarrollo lleva a cuestas un conjunto de
factores, como carencias políticas referencia-
das en la historia, derechos sociales incum-
plidos, intereses individuales que favorecen el
surgimiento de grupos como las FARC dentro
de la sociedad, generado múltiples conse-
cuencias donde la población civil es la más
perjudicada. Desplazamiento forzoso, despo-
jo de tierras, secuestros, pobreza, incremento
del analfabetismo y la falta de presencia esta-
tal en diversas zonas del país son ejemplos de
las secuelas de la guerra en Colombia.
Tras más de cincuenta años de conflicto, el 26
de agosto de 2012, en la Casa de Piedra de El
Laguito en Cuba, se firmó el documento que
dio inicio al proceso de paz entre el Gobierno
colombiano y las FARC-EP. Durante cuatro
años se llevó a cabo una serie de encuentros
donde los grupos negociadores ponían sobre
la mesa los diversos intereses para la con-
solidación de la paz. El 26 de septiembre de
2016 se firmó en Cartagena el Acuerdo Final,
y consigo se dio inicio a una serie de retos que
el Gobierno y la sociedad colombiana deberán
enfrentar en los años venideros.
En este sentido, el Gobierno colombiano se
ve de cara a la reconstrucción social para el
cumplimiento de los acuerdos de paz y la
consolidación de una paz estable y duradera.
Para ello, de igual forma, intenta implementar
una serie de políticas públicas que garanticen
la ejecución de lo firmado y darle solución
a la problemática que ha surgido durante el
conflicto con referencia a la población civil.
De esta manera, se espera efectuar una serie
de acciones, como lo son la ley de víctimas,
los procesos de restitución de tierras, la justi-
cia transicional, la construcción de un marco
jurídico para la paz y el programa de Desar-
me, Desmovilización y Reintegración (DDR)
dentro del país.
En ese orden de ideas, el Gobierno colombia-
no y las FARC-EP han solicitado el acompa-
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
42
ñamiento de la comunidad internacional para
la verificación y la cooperación a la hora de
la implementación de los acuerdos, en la que
hacen presencia varias organizaciones. Una
de ellas es la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cul-
tura – Unesco, que través de su objetivo fun-
dacional1 brinda su apoyo para la estabilidad
de una paz duradera que ayude a la recons-
trucción social a la cual se enfrenta el país.
De esta manera, en conjunto con los paráme-
tros de la UNESCO para una cultura de paz y
no violencia, este trabajo de investigación in-
tenta utilizar la educación como herramienta
pedagógica que sirva para hacer un aporte en
el marco de la implementación de los acuer-
dos de paz, hacer frente a los retos que esto
conlleva y poder implementarse en todas las
zonas donde el conflicto ha alcanzado un ma-
yor desarrollo.
Metodología de la investigaciónEsta investigación es de carácter cualitativo.
Por medio de este método busca realizar un
análisis de los diversos parámetros para la
prevención de la violencia a través de la ins-
tauración de una cultura de paz establecida
por la Unesco. Gracias a este y al análisis de
los acuerdos de paz en Colombia, específica-
1 La UNESCO tiene como objetivo fundacional instau-
rar la Cultura de la Paz en la mente de los hombres a través
de la educación, la ciencia y la cultura en conjunto con de
los parámetros establecidos para la misma. Véase La Cons-
titución de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Recuperado de:
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=15244&URL_
DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
mente del punto 3.2, el cual hace referencia a
la reincorporación, se establecerán mecanis-
mos que puedan ser implementados dentro
de las instituciones educativas en el país.
De esta manera, a través de entrevistas rea-
lizadas a miembros de la Secretaría Ejecuti-
va de la Comisión Nacional de Cooperación
con la Unesco del Ministerio de Relaciones
Exteriores de Colombia, 2se espera conocer,
en primera instancia, las diversas concepcio-
nes que tiene la Unesco respecto al proceso
de paz en Colombia, de qué manera puede
efectuar un acompañamiento eficaz para
la ejecución de lo acordado en La Habana y
determinar de qué forma los parámetros de
esta organización para la instauración de la
paz en la mente de los hombres y mujeres del
mundo y los parámetros para la prevención
y no repetición de la violencia pueden ser de-
sarrollados dentro de las instituciones edu-
cativas del país. De igual forma, a través del
análisis de documentos proporcionados por
la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacio-
nal de Cooperación con la Unesco del Minis-
terio de Relaciones Exteriores de Colombia y
el uso del método etnometodológico, se espe-
ra desarrollar un mecanismo, con base en la
información analizada, para construir y dar
sentido a la creación de un plan de acción que
sea de utilidad para la prevención y no repeti-
ción de la violencia, a través de su desarrollo
y ejecución en las entidades educativas.
2 Véase el anexo del Proyecto de Prácticas: Entrevista a
Michel Yair Carillo Chamorro. Tercer Secretario de Relacio-
nes Exteriores de la Comisión Unesco del Ministerio de Re-
laciones Exteriores de Colombia.
43
En este sentido, se espera realizar un análisis
de las prácticas sociales que puedan llevarse
a cabo, y del aporte a la maquinaria pedagógi-
ca para la paz establecida en todo el país.
Resultados y conclusiones 3
Dentro del marco de la implementación de
los Acuerdos de Paz en Colombia es necesa-
rio establecer un Plan de Acción que pueda
llevarse a cabo en conjunto con las entidades
gubernamentales del país, al igual que las or-
ganizaciones internacionales que presentan
su apoyo al cumplimiento del acuerdo. En
este contexto se evidencia el acompañamien-
to de la Unesco, que a través de su labor en
América Latina y el Caribe busca incidir en
las políticas y prácticas educativas, facilitan-
do la interacción entre las mismas, promover
cambios en los actores involucrados directa
o indirectamente en los procesos educati-
vos, así como prestar una colaboración per-
manente al país. De igual forma, se espera
realizar un llamado a los Estados de Améri-
ca Latina y el Caribe para el intercambio de
información, impulsar acciones y compromi-
sos para alcanzar los objetivos en materia de
3 Léase Delords, J, et al. (1997). La educación encierra un te-
soro. Recuperado de http://repositorio.sineace.gob.pe/repo-
sitorio/bitstream/handle/123456789/1834/iNF-%20Delors.
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uitable quality education and lifelong learning for all. Recu-
perado a partir de: http://www.waam2015.org/sites/default/
files/incheon_declaration_en.pdf
educación y contribuir al proceso de integra-
ción regional.
En este orden de ideas, tras la labor realizada
por la Unesco en la región, Colombia se visua-
liza como uno de los países claves para la ins-
tauración de estas mejoras en educación en
la región; de igual forma, la coyuntura que re-
presenta el proceso de paz logrado en el país
abre un espacio para la reestructuración de
la educación en Colombia, y la posibilidad de
establecer un plan de acción como mecanis-
mo para la prevención y no repetición de la
violencia.
Marco de acción de la Agenda 2030: enfoques y estrategias para la educación Con la instauración de una agenda para la
educación 2030, la Unesco espera cumplir
con los objetivos del Programa Educación
para todos junto a los objetivos para el de-
sarrollo sostenible a nivel mundial. De esta
manera, esta agenda se presenta como base
y contexto internacional para que Colombia
pueda ejercer su compromiso de cumpli-
miento educativo y los objetivos del desarro-
llo sostenible en este nuevo contexto de paz.
De igual forma, en coalición con lo estableci-
do por la agenda se propone el siguiente plan
de acción:
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
44
Estrategias de acción 4
1. Para lograr una estabilidad política, lue-
go de más de cincuenta años de conflicto
armado, se estableció una mesa de nego-
ciación entre el Gobierno Colombiano y
las FARC-EP. Tras arduas conversaciones,
las negociaciones dieron como resultado
un Acuerdo de Paz con seis puntos para
desarrollar, para poner fin al conflicto. De
esta manera, el proceso cuenta con una
supervisión internacional y nacional para
su cumplimiento y desarrollo, generando
el primer paso para la estabilidad en el
país.
2. Gracias a estos seis puntos surgidos de las
negociaciones se estableció una “hoja de
ruta” que pueda incidir de manera directa
en el cese de hostilidades y la reincorpo-
ración a la vida civil. En este sentido, las
entidades nacionales, en compañía de las
organizaciones internacionales que están
prestando apoyo y supervisión a este pro-
ceso, deberán establecer mecanismos en
los diversos aspectos que sean necesarios
para una reestructuración social. Entre
4 I. estrategia de la Agenda 2030: Fortalecimiento de
políticas, planes y sistemas Gracias al instrumento inter-
nacional proporcionado por los Derechos Humanos se ha
establecido un sólido marco para garantizar una educación
sin discriminación o exclusión. En este sentido, debe llevar-
se a cabo una serie de labores encabezadas por el Gobierno
para asegurar el desarrollo de marcos legales y políticos que
respondan a las demandas educativas de cada país. Los go-
biernos deben instaurar mecanismos de buena gobernanza
y rendición de cuentas, sistemas de información, mecanis-
mos y procedimiento de financiamiento. De igual manera,
deberán hacer uso de la innovación y las tecnologías de la
información y las comunicaciones (TIC) para fortalecer los
sistemas educativos.
ellos se encuentra la educación, la parti-
cipación política, el acceso a la salud, al
trabajo, al reencuentro de familiares y de-
más elementos que sean necesarios para
la vuelta a la vida civil por parte de los ex-
combatientes de las Farc, en la medida en
que se utilice como base lo acordado en La
Habana, el Derecho Internacional Huma-
nitario y la Constitución Política del país.
3. El Gobierno colombiano deberá desarrollar
e implementar un mecanismo que pueda
ponerle fin a la ausencia del Estado en
diversas zonas rurales y de periferia del
país, donde se ha vivido con mayor inten-
sidad el conflicto armado. De igual forma,
cumplir con los deberes que recaen en el
Estado para reestablecer la confianza en
la sociedad civil, la seguridad y el control
de estas áreas; al igual que proporcionar
los beneficios de educación, salud, traba-
jo a través de infraestructura y planes de
acción por parte de los Ministerios corres-
pondientes.5
4. Utilizar de manera adecuada los diversos
recursos económicos que la comunidad
internacional ha invertido para el pos-
conflicto en Colombia. Así, se espera que
la instauración de las medidas adecua-
das para el cumplimiento del acuerdo sea
efectivas y eficaces a corto y largo plazo.
Para de esta manera poder implementar
proyectos de desarrollo en aquellas zonas
donde el Estado no ha hecho presencia y
5 Léase Viceministerio de Educación Prescolar, Básica y
Media (2016). Plan de educación en el posconflicto.
45
presentan los más altos niveles de violen-
cia.
5. Establecer medidas, legales o políticas
que ayuden a la prevención de la prolon-
gación del conflicto a causa de la corrup-
ción que existe en el país.
6. Se debe promover la inclusión de los ex-
combatientes de las FARC a la vida civil.
Establecer pedagogía para la paz que ga-
rantice la aceptación de estas personas
tras la firma del acuerdo en un trabajo
conjunto con las entidades nacionales y
el apoyo de la comunidad internacional.
7. Fortalecimiento de las instituciones na-
cionales que puedan ejecutar políticas de-
mocráticas acorde con las necesidades y
retos del posconflicto.
8. Fortalecimiento del sistema jurídico y la
rama ejecutiva para mejorar los progra-
mas de las instituciones que serán pro-
porcionados a la pedagogía de paz
Estabilidad económica 6
1. Mejoras en la infraestructura de las zonas
con altos niveles de pobreza y violencia
6 II estrategia de la Agenda 2030: Concentrarse en la ca-
lidad y el aprendizaje. El acceso a la educación debe incluir
también un mecanismo de calidad de aprendizaje. Los pro-
gramas y entidades de educación deben contar con recur-
sos necesarios para establecer un sistema educativo ade-
cuado, contando con la preparación necesaria de docentes y
contar con los recursos, textos académicos, infraestructura
y otros materiales tecnológicos. De igual forma, debe intro-
ducir mejoras en el mecanismo de evaluación de aprendiza-
je para su desarrollo y evaluación del aspecto cognitivo y no
cognitivo.
que faciliten el acceso a una educación,
salud y hogar propio, generando así un
ambiente propicio para la inversión ex-
tranjera.
2. Establecer nuevas políticas que satisfa-
gan las necesidades económicas tras el
conflicto armado, y resuelva los altos ni-
veles de pobreza que aún se encuentran
en el país.
Salud pública
1. Llevar la salud a aquellas zonas del Es-
tado donde no hay presencia de este de-
bido al conflicto armado. En este sentido,
mejorar y crear infraestructuras de salud
de fácil acceso, tanto económico como de
servicio.
2. Proporcionar el equipo y la atención nece-
saria en las zonas donde la población se
encuentra muy afectada.
3. Entregar recursos para las áreas rurales y
de periferia más pobres del país
4. Mejorar las condiciones laborales del per-
sonal médico del país; al igual que capaci-
tarlos para que puedan hacer frente a las
diversas situaciones que se puedan pre-
sentar.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
46
Educación 7
1. Establecer medidas legales y políticas que
faciliten el acceso a la educación por par-
te de las personas que no posean los re-
cursos necesarios para ellos, al igual que
aquellos que deseen educarse luego de
abandonar las filas de las farc De esta ma-
nera, se busca incrementar los niveles de
educación del país, para una prevención
de futuros conflictos, inclusión, y restitu-
ción a la vida civil.
2. Establecer subsidios económicos cuya fi-
nalidad sea el financiamiento de la educa-
ción a niños, jóvenes y adultos que deseen
aprender y de igual forma, proporcionar a
sus familias las condiciones necesarias
para que sea más fácil el envío de los ni-
ños a estudiar.
3. Capacitar a los docentes para que puedan
responder a las demandas y necesidades
que puedan surgir en los nuevos procesos
de educación; al igual que dotarlos de una
7 Unesco (2015) Marco de Acción Educación 2030: Ha-
cia una educación de calidad, inclusiva y equitativa y un
aprendizaje a lo largo de la vida para todos (Borrador). Re-
cuperado de: http://www.edupost2015.cat/wp-content/
uploads/2015/11/Borrador-Marco-Acci%C3%B3n.pdf
III estrategia de la Agenda 2030: Promover la educación a
lo largo de la vida. La educación a lo largo de la vida debe
incorporarse en los sistemas de educación, a través de polí-
ticas y estrategias institucionales, programas que deberán
contar con recursos, buenas alianzas para su cumplimento
tanto a nivel local, regional, nacional e internacional, a fin
de asegurar oportunidades para todos los grupos sociales.
A través de la institucionalización de procesos se garantiza
el acceso a la educación y, a su vez, se busca resolver las
falencias de analfabetismo que tanto adultos como niños y
jóvenes padecen hoy en día.
buena pedagogía para la paz capaz de ce-
rrar brechas y facilitar su labor dentro de
las aulas de clase.
4. Implementar mecanismos de apoyo in-
ternacional y nacional que sean de utili-
dad para una labor conjunta de educación,
capaz de responder a las demandas y ne-
cesidades del país; al igual que contribuir
a los objetivos internacionales de paz y
educación.
ConclusionesDe esta investigación podemos inferir que el
periodo de posconflicto en Colombia tiene un
gran camino por recorrer. Si bien se ha inicia-
do el proceso de cumplimiento del acuerdo,
aún hacen falta algunos aspectos por tratar
que deberán ser estudiados en los años ve-
nideros. Podemos entender que, con el apoyo
de la Unesco y el plan de acción de la Agenda
2030 Colombia posee unos parámetros inter-
nacionales que servirían a la consecución de
los acuerdos y, de igual forma, cumplir con
sus contribuciones hacia los objetivos de de-
sarrollo sostenible. A través de lo planteado
anteriormente se entiende que la educación
es una herramienta primordial para labrar
ese camino de nuevas reconstrucciones so-
ciales en el país, y que es a través de la mis-
ma que los conflictos, no solo en Colombia,
sino también en el mundo, han ayudado al
desarrollo y estabilidad de una cohesión so-
cial en las naciones donde se han presentado
conflictos armados.
47
Con la ayuda del trabajo conjunto de las en-
tidades gubernamentales, y el apoyo de la
cooperación internacional establecida por
las organizaciones internacionales como las
Naciones Unidas y la Unesco, entre otras,
se podrá llevar a cabo una reestructuración
efectiva y duradera que pueda traer mejoras
al país, mejorar los sistemas de educación en
las zonas afectadas por el conflicto, aumen-
tar de manera constante el desarrollo del país,
y así poder garantizar la no repetición de la
violencia y una paz duradera.
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del-tiempo-de-los-dialogos-de-paz-56584
Malos poetasMetztli Eliana Carlos Rodríguez*
Lo mío no fue solo porque sí, lo mío fue
cuestión de honor. No iba a permitir
que mi talento, mi vida y mis capacida-
des quedaran opacados por culpa de un im-
bécil como él. Cómo odiaba a ese tipo, tan irri-
tante, se subía a un ladrillo y le daba vértigo.
Muchos lo consideraban buen poeta. ¡Sí, cómo
no! Si el pobre idiota solo hablaba de él mismo
como si fuera un héroe o un ángel enviado
por Dios. Endulzaba el oído de las más bellas
damas, hasta las doñas chismosas del barrio
lo adoraban, decían que era un buen chico,
con un gran futuro por delante. Aunque, no
sabía lavar ni un triste plato. Nos opacaba a
todos los demás jóvenes poetas. Lo llenaban
de aplausos después de escuchar sus pési-
mos poemas, que recitaba con voz de profeta
y cara de niño Dios. Comenzó a cultivar fama
y mucho ego, poco a poco mis colegas y yo
nos alejamos de él, pues se había vuelto inso-
portable y por su culpa éramos invisibles para
el público. El idiota se volvió solitario, su úni-
ca compañía eran las damas a las que sedu-
* Estudiante de tercer semestre de Lengua y Literatu-
ra Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de San
Luis Potosí (SLP, México). [email protected]
C U E N T O
51
cía. Una de ellas, que yo tanto deseaba me la
arrebató, dijo que lo haría, lo y logró. Le escribí
un soneto en el que comparaba con una musa
(era una chica bastante hermosa); puse todo
mi conocimiento y admiración para escribirle
algo de calidad. Pero el idiota solo tuvo que es-
cribirle diciéndole que era como una princesa
con cuerpo de modelo. Ya saben cómo son las
pinches viejas de interesadas, que prefieren
que alimenten su ego hasta el infinito. Poco le
importó el soneto que le escribí religiosamen-
te y se quedó con el absurdo verso libre de ese
tipo tan insoportable. Eso derramó el vaso, ya
me tenía con el buche lleno de piedritas y de-
seaba partirle su madre.
Semanas después, me encontraba caminan-
do por una de las plazas de la ciudad; ya era
de madrugada, pero quise salir un rato a ca-
minar. El pobre diablo salía de un bar, vomitó
en una esquina y se quedó tirado en una ban-
queta. Sentí algo de lástima; al pobre le podía
dar una pulmonía, ahogarse en su propio vó-
mito o exponerse a despertar en una tina con
hielos y sin un riñón. Me apiadé de él, extendí
mis brazos para levantarlo y ayudarlo a ca-
minar; muy apenas podía mantenerse en pie
y estaba bastante ido. Lo llevé hasta su casa,
que estaba cerca de la mía, le quité las llaves,
abrí la puerta y lo dejé en su cama. Fue en ese
momento cuando logró reaccionar y darse
cuenta de que lo acababa de ayudar. Se puso
de pie y comenzó a hablarme aún un poco
mareado.
-Muchas gracias… no me esperaba tu ayuda.
-De nada- le contesté de buena manera. La
verdad no podía dejarte ahí tirado; pudieron
robarte tus cosas o algo por el estilo.
-Como sea, göey. Ya hasta me siento mal por
haberte bajado a la novia ¡Ay, si vieras que be-
sos tan buenos da! Y esas nalgas tan esponjo-
sas que se carga. Es como estar en el mismí-
simo cielo.
En ese instante, una gran fuerza animal me
invadió por completo; el tono burlesco me lle-
nó de ira; recordé las ganas que tenía de des-
pachármelo. Sin pensarlo ni un segundo, ce-
rré rápidamente mi puño, concentrando todas
mis fuerzas y mi odio. Le di el golpe más fuer-
te que he dado, mi puño le estrelló su cara, su
nariz reventó y su sangre escapaba violen-
tamente de ella. En cada golpe me satisfacía
más, ¡cuánto tiempo había esperado! Odiaba a
ese tipo, por hijo de su re puta madre, por mal
poeta y por bajarme una chica. Mis nudillos
sangraban, se mezclaba su sangre con la mía,
inflamando mis articulaciones.
Le desfiguré el rostro de mirrey que se carga-
ba. Se quedó ahí… tirado… inconsciente.
Tardé en tranquilizarme. No supe si fueron
un par de minutos u horas, pero la adrenali-
na y el placer de mi acto me mantenían ex-
tasiado; un hormigueo me recorría el cuerpo
entero, mis manos estaban totalmente rojas,
con marcas de dientes y trocitos de carne y
piel. Estaba muerto el muy pendejo. No sabía
ni defenderse.
No entré en pánico; sabía lo que debía hacer
y no debía perder un solo segundo de tiempo.
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
52
Lo envolví entre sus sábanas y después en
bolsas negras, lo subí a la cajuela de mi auto y
me fui a las afueras de la ciudad, en una zona
en donde son puros cerros y la gente no sue-
le visitar el lugar porque solo hay desolación.
Lejos de la carretera cavé un amplio hoyo cer-
ca de donde se suelen cavar fosas profundas.
Su cuerpo era tan pesado que apenas y pude
bajarlo de la cajuela; a patadas hice entrar ese
bulto negro que iba difuminándose entre cada
montículo de tierra que le tiraba y me llenaba
de tranquilidad, de satisfacción al saber que
no lo encontrarían.
El perro estaba muerto, sin identidad y sin
nadie a quien le importan. Desaparecí sus co-
sas (no tenía muchas en realidad) excepto su
computadora.
Pude volver a casa hasta pasadas las diez de
la mañana. La pesadilla había terminado por
fin. Un mal poeta menos. Revisé sus archivos.
Su computadora estaba infestada de sus poe-
mas, porno, películas raras de cine francés y
nudes de la chica que tanto me gustaba; “pin-
che puta”, pensé, pero qué puta tan chula.
El pobre diablo tenía un blog, no muy gran-
de pero era más grande que el mío y que los
de mis colegas. Publiqué en él una carta en la
que me despedía de la ciudad, me iría por un
tiempo a un retiro espiritual y publicaría poco
durante varios meses. Así lo he estado ha-
ciendo: público un par de poemas durante el
mes, asegurándome de que poco a poco pier-
dan calidad; en los comentarios su audiencia;
le abuchea y deja de seguirlo. Llevo así varios
meses; su audiencia es ahora de menos de
mil personas, ya casi nadie lo lee y los poe-
mas son cada vez más terribles; pronto nadie
lo recordará.
Nadie sospecha nada, nadie encontrará su
cadáver, y si lo hacen, él será uno más de lo
miles de muertos sin identificar en este país;
será un número más y su cuerpo permanece-
rá entre el monte.
Lo mejor de todo es que nadie lo recuerda. Él
está viajando por el mundo publicando sus
malos poemas. Yo soy cada vez más feliz y
escribo mejor.
ResumenDurante este año (2017) se realizaron las elec-
ciones generales en el Ecuador; entre las que
se encuentra la elección al poder ejecutivo.
Tras 10 años y dos periodos consecutivos de
Rafael Correa con su propuesta de Revolución
Ciudadana, el pueblo estaba llamado a decidir
entre la continuidad o la terminación de es-
tas políticas, relacionadas con lo que muchos
académicos han llamado el “ciclo progresista
latinoamericano”1. Finalmente, salió elegido
Lenín Moreno a la presidencia, lo que repre-
1 La expresión “ciclo progresista latinoamericano” ha sido
ampliamente utilizada para referirse a una serie de gobier-
nos populares que han llegado al poder durante la prime-
ra década del siglo XXI; entre los que se encuentran el de
Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela, los Kir-
chnner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, entre otros.
senta la continuidad del proyecto de Revolu-
ción Ciudadana. Respecto a esto: ¿cuál es el
contexto político, económico y social que en-
frenta el nuevo mandatario?
Palabras clave
Ecuador, Revolución Ciudadana, elecciones,
presidencia.
AbstractDuring this year (2017) took place the general
elections in Ecuador, this elections included
the election for the executive power. After 10
years and two terms with Rafael Correa with
his proposal of Revolución Ciudadana, the
people was called to decide between conti-
nuing or finishing with this policies, related
with what several scholars have called the
Latin-American progressive cycle. Lenín Mo-
reno was elected to the presidency which re-
presents continuing the Revolución Ciudada-
Elegido Lenín Moreno, ¿qué país deberá gobernar?*
Juan Andrés Rubio Aguja**
* Producto final de la asignatura Procesos Políticos de
América Latina.
** Estudiante de cuarta matrícula del programa de Ciencia
Política de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogo-
A R T Í C U L O D E D I V U L G A C I Ó N
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
54
na. Which is the political, economic and social
environment that faces the new governor?
Keywords
Ecuador, Revolución Ciudadan, elections, pre-
sidency.
IntroducciónEl 24 de mayo tomó posesión como presi-
dente constitucional del Ecuador la anterior
fórmula vicepresidencial de Rafael Correa
Delgado, abanderado de la Revolución Ciuda-
dana en Ecuador. Después de unas elecciones
reñidas y una campaña fuerte, ganó el candi-
dato del oficialismo en la vecina república. El
ecuatoriano Lenín Moreno logró en primera
vuelta el 39,36 % de los votos del electorado,
mientras su principal rival, Guillermo Lasso,
alcanzó el 28,09 %.2
Estos resultados llevaron la contienda electo-
ral a una segunda vuelta en el vecino país; si-
tuación que no se presentaba desde el triunfo
de Rafael Correa en 2006, pues en las eleccio-
nes de 2013 salió victorioso con más del 50
%3 de los votos del electorado el expresidente
Rafael Correa Delgado. Esta segunda vuelta
tuvo nuevamente como resultado la victoria
de Lenín Moreno con el 51,15% de los votos y
la derrota de Guillermo Lasso con un 48,85%4.
2 Resultados disponibles en https://resultados2017.cne.
gob.ec/frmResultados.aspx.
3 Resultados de las elecciones al ejecutivo de 2013 dispo-
nibles en http://resultados2013.cne.gob.ec/Results.html?Rac
eID=1&UnitID=1&IsPS=0&LangID=0
4 Resultados disponibles en http://www.eleccionesene-
cuador.com/resultados-elecciones.php.
De entrada, estos resultados demuestran una
polarización del pueblo ecuatoriano en torno
al rumbo que, según el constituyente prima-
rio, debe continuar el país; pero ¿qué país le
deja a Lenin Moreno diez años de mandato
de Rafael Correa y su Revolución Ciudadana
y qué retos le supone al mismo la continua-
ción de las políticas del anterior presidente
del Ecuador?
¿Cómo llegó la Revolución Ciudadana al poder ejecutivo ecuatoriano?Durante las últimas décadas del siglo pasa-
do y las primeras décadas del presente siglo
se ve la entrada y la puesta en marcha de las
políticas neoliberales en América Latina. Este
modelo, definido por Jaime Ornelas Delgado
(2009) como una política económica basada
en el libre flujo de capitales que contempla un
mínimo alcance en la intervención estatal,
una eliminación del control y planificación
económica, una introducción y desarrollo de
los capitales privados y una “efectiva” política
fiscal que sirviese para la regularización eco-
nómica imprevista (inflación, devaluación,
entre otros).
La modalidad económica neoliberal tiene tres
principios que la diferencian de cualquier otra
modalidad del capitalismo: 1. La imposición
del libre mercado al funcionamiento de toda
la economía, que implica una sustitución de
la razón social por la económica; 2. La aper-
tura comercial y financiera de la economía; 3.
El desplazamiento del Estado de la actividad
económica y social, que implica privatización
de los activos nacionales.
55
Estas políticas se comienzan a implementar
en algunas dictaduras militares latinoameri-
canas, especialmente del Cono Sur, durante la
década de 1970. Sin embargo, el neoliberalis-
mo encuentra en Latinoamérica resistencia a
su implementación al momento en que la po-
blación nota los diversos efectos que tiene a
nivel social, político y económico: “Las conse-
cuencias sociales de la apertura económica,
como la privatización y la reducción en gas-
tos sociales, condujo a fuertes revueltas en
buena parte del continente” (Ramírez, 2014. p.
59). Es en el marco de la resistencia al modelo
neoliberal que ciertos proyectos políticos al-
ternativos a este modelo comienzan a tomar
fuerza en América Latina a partir de la última
década del siglo XX y la primera del siglo XXI,
erigiéndose en el continente procesos políti-
cos que han sido llamados por diversos aca-
démicos y analistas políticos como el “giro a
la izquierda” o los “gobiernos progresistas de
América Latina”, con ejemplos paradigmáti-
cos como el de Hugo Chávez, abanderado del
bolivarianismo, promotor de la Patria Grande
y acérrimo antiimperialista en su discurso
político en Venezuela; Evo Morales, referencia
política de la guerra del agua, defensor de los
derechos de los indígenas y defensor del “Su-
mak Kawsay” en Bolivia; o Lula da Silva, anti-
guo líder sindical y defensor de la vida digna
de los trabajadores en Brasil.
La situación política, económica y social del
Ecuador no distaba de los demás contextos
a nivel latinoamericano, Diana Plaza Martín
(2016) dice: “La desestructuración a la que
Ecuador se aboca en 2005 proviene de siete
años en los que la norma fue la inestabilidad
política, el continuo deterioro de los indica-
dores económicos y sociales, y las protestas
ciudadanas” (p. 13).
Rafael Correa llegó a la presidencia al resal-
tar diversas situaciones que vivía el país en el
momento; él llevaba “al extremo el descrédito
del sistema, y proponía que él y su proyecto
político eran la única salida a la crisis” (Plaza
Martín, 2016, p. 29)
El proceso ecuatoriano orientado a la salida
del neoliberalismo y la puesta en marcha de
un proyecto político, económico y social al-
ternativo al mismo, que enfrentara el deterio-
ro de las condiciones de vida de la población
se inició en 2006 con el triunfo de Rafael Co-
rrea Delgado a la presidencia constitucional
de este país:
En las elecciones presidenciales de
Ecuador del año 2006, Rafael Correa
Delgado, perfilado como fuerte opositor
del modelo neoliberal imperante, alcan-
zó el control del ejecutivo a través de
un movimiento político creado en torno
a su figura denominado Alianza PAIS,
que se instaló como fuerza política a
partir de un discurso antipartidista y
antineoliberal, que hacía suyas a la vez,
varias de las históricas reivindicaciones
del movimiento indígena ecuatoriano
como el reconocimiento de las diferen-
tes nacionalidades indígenas y la defen-
sa del territorio (Ramírez, 2014, p. 63).
Es así como en un marco de descontento so-
cial generalizado en el Ecuador, un outsider
como Rafael Correa logra, junto a una amplia
coalición de movimientos sociales, partidos
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
56
de izquierda, entre otros, el poder ejecutivo en
el vecino país de la mano de la Alianza PAIS.
El Ecuador, Rafael Correa y su Revolución CiudadanaCorrea llegó al poder ejecutivo en 2007 sien-
do elegido con el 56 % de los votos y con un
programa de corte posneoliberal, nacionalista
y abanderado de diversas políticas sociales
(López Segrera, 2016, p. 58). Correa convocó
a una asamblea nacional constituyente en la
que se consignaron diversas de las promesas
hechas en campaña, especialmente, y la más
popular: la denominación del Ecuador como
un Estado Plurinacional, el reconocimiento
de diversos derechos exigidos por los movi-
mientos indígenas y la adopción del “Sumak
Kawsay” o el “Buen Vivir”.
Rafael Correa emprendió en su mandato
una serie de políticas que, entre otras cosas,
lograron estabilizar el país a nivel político,
social y económico. Entre estas políticas se
encuentran subsidios para sectores económi-
camente vulnerables, una fuerte reducción
del desempleo, un aumento de los salarios y
ampliación de cobertura en servicios de edu-
cación y salud. De estas políticas se deriva
una reducción de la pobreza que pasa, según
la Cepal, del 48 % en 2005 al 21 % en 2012.
Asimismo, impulsó obras de infraestructura,
redujo los salarios de los altos miembros de
la burocracia, renegoció contratos petroleros,
expulsó la base estadounidense de Manta,
creó varias universidades, liquidó el 91% de
la deuda externa y se impuso como uno de
los abanderados de la integración latinoame-
ricana. Todas estas situaciones son las que
probablemente han contribuido a que Rafael
Correa sea el presidente mejor valorado de la
región con un 80 % de aprobación. (López Se-
grera, 2016, pp. 60-61).
Sin embargo, a pesar de constituirse como re-
ferente del antineoliberalismo y el antiimpe-
rialismo en la región latinoamericana, en su
gobierno la inversión extranjera no tuvo ma-
yores limitaciones o controles; lo que se aúna
a la firma de algunos contratos con empresas
transnacionales para el desarrollo de proyec-
tos mineros y la explotación de petróleo (Ló-
pez Segrera, 2016, p. 60).
A pesar de sus grandes logros en materia de
reducción de la pobreza, desempleo, aumen-
to de las condiciones paupérrimas de vida de
la población económica vulnerable, algunas
renovaciones en la política fiscal, etc., Rafael
Correa fue blanco de fuertes críticas por parte
de diversos sectores de la población ecuato-
riana.
A pesar de que la nueva Constitución de la
República del Ecuador incorpora el “Sumak
Kawsay” o “Buen Vivir” como su bandera, lo
cual implica una protección ambiental que
rompe con la noción tradicional del desa-
rrollo, particularmente en Latinoamérica,
basado en la exportación de commodities5,
fundamentalmente petróleo y minerales per-
tenecientes al sector primario de la economía,
el presidente, de manera unilateral, aplicó
nuevas normas que permitieron el desarrollo
5 Las commodities refieren a bienes primarios, sean agrí-
colas o minerales.
57
de actividades mineras y petroleras, lo cual le
cuestó, entre otras cosas, el apoyo de diversos
movimientos sociales ambientalistas e indi-
genistas (Ramírez, 2014, pp. 63-64).
Estos grupos indígenas y ecologistas
denuncian que la retórica guberna-
mental a favor del Buen Vivir y de los
derechos de la naturaleza se contradice
con el mantenimiento e incluso “la pro-
fundización” del modelo extractivista
antiecológico (Uharte Pozas, 2016. pp.
126-127).
Además de la oposición que Rafael Correa en-
contró en grupos indigenistas, de izquierda y
ambientalistas, a los que él mismo los califi-
ca de infantilistas, el mandatario del Ecuador
se mostró extremadamente conservador con
respecto al aborto, incluso niega esta posibili-
dad a las mujeres que han sido violadas. Esto
lo pone en una situación incómoda con res-
pecto al movimiento de las mujeres y lo acer-
ca a los planteamientos de la Iglesia católica
(Uharte Pozas, 2016, pp. 122-123). De la misma
manera, reivindicaciones como el matrimo-
nio y la adopción igualitaria han sido fuerte-
mente rechazadas por el exmandatario.
Aparte de estos elementos, que llegan a poner
a la Revolución Ciudadana en una posición
no precisamente anticapitalista, la posición
de la izquierda crítica y la de Rafael Correa se
acercan y coinciden, por ejemplo, en la supe-
ración del neoliberalismo. Esto es reconocido
por sus detractores de manera explícita. Sin
embargo, esta postura de confluencia se aleja
en los objetivos estratégicos de los dos secto-
res; en ese sentido, la oposición de izquierda
considera el socialismo como un proyecto
que a priori debe permitir la superación del
sistema capitalista, y un punto común de los
críticos del gobierno consiste en que el pro-
yecto de la Revolución Ciudadana no es y
nunca ha sido anticapitalista. Rafael Correa
dijo textualmente que “básicamente estamos
haciendo mejor las cosas con el mismo mo-
delo de acumulación, antes que cambiarlo,
porque no es nuestro deseo perjudicar a los
ricos, pero sí nuestra intención tener una so-
ciedad más justa y equitativa” (Uharte Pozas,
2016, p. 124).
Esto tiene implicaciones importantes a nivel
político y económico pues “no ha existido un
verdadero cambio de la matriz productiva, y
aún más, los sectores comercial e industrial
han soportado una fuerte disminución de sus
ingresos” (Vera Rojas y Llanos-Escobar, 2016,
p. 152).
Es así como estas extendidas críticas de parte
de distintos sectores que antes veían en el go-
bierno una posibilidad de cambio sustancial
en términos de acumulación, propiedad, etc.
desembocaron en el 2015 en un momento crí-
tico marcado por crisis económica y descon-
tento social:
La coyuntura social estuvo marcada por
la movilización social (…), esta aumentó
considerablemente en comparación con
años previos (…), las jornadas de protes-
tas más importantes se dieron, primero,
en torno a los proyectos de ley de heren-
cia y plusvalía (…). Luego, en el mes de
agosto, a partir del paro nacional con-
vocado por organizaciones indígenas y
trabajadoras. Y finalmente, en oposición
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
58
al paquete de enmiendas constitucio-
nales, que proponía entre otras cosas la
reelección indefinida de autoridades en
cargos de representación. (Vera Rojas y
Llanos-Escobar, 2016, pp. 146-147.)
Dentro de estas jornadas de manifestaciones
ciudadanas de oposición al gobierno, este res-
pondió con llamados a la confrontación y la
defensa de la Revolución Ciudadana, lo cual
se conjugó también con intervención policial,
represión, e incluso, detenciones arbitrarias
(Vera Rojas y Llanos-Escobar, 2016, p. 169)
Estas jornadas de movilizaciones debido al
descontento social por medidas tomadas
desde el Ejecutivo estuvieron además acom-
pañadas de una fuerte crisis económica que
sufrió el país a partir de la disminución en los
precios de las commodities, su principal fuen-
te de ingresos por exportaciones. Ésta caída
de precios, principalmente en el petróleo obli-
gó al Ecuador a contraer una mayor deuda
pública para ejecutar el presupuesto previs-
to para el año. Es importante señalar que el
principal acreedor de la República del Ecua-
dor dejó de ser EE.UU y pasó a ser China (Vera
Rojas y Llanos-Escobar, 2016, p. 149).
Las medidas por las que optó Ecuador para
superar la crisis económica suscitada por la
disminución en los precios del petróleo in-
cluyen la preventa de petróleo, la concesión
de empresas petroleras a multinacionales, la
adopción de consejos para la estabilización
de la economía relacionada con medidas de
ajuste, muchos de ellos concordantes con las
soluciones dadas por el FMI. Es de señalar,
además, que hubo recortes en la inversión
pública. Esto pone de manifiesto las limita-
ciones del modelo económico, que a pesar de
haber reducido la pobreza de manera signifi-
cativa, mantuvo la dependencia primario-ex-
portadora. Además, esto puso a Rafael Correa
en una situación de desaprobación por parte
de la población (Vera Rojas y Llanos-Escobar,
2016, pp. 151-170)
Cabe resaltar, también como un dato impor-
tante para la política en el Ecuador que la
Alianza PAIS, partido que mantuvo a Rafael
Correa en el poder tuvo importantes pérdi-
das en las elecciones regionales de 2014. Este
partido perdió con la oposición en varias de
las principales ciudades del país: Guayaquil,
Quito, Cuenca, Manta y Santo Domingo (Vera
Rojas y Llanos-Escobar, 2016, p. 158).
Conclusiones: y entonces… ¿en qué situación llega Lenin Moreno al Ejecutivo del Ecuador?Es de resaltar, como se hizo al inicio de este
ensayo, que las recientes elecciones en la ve-
cina república del Ecuador demuestran una
polarización de la población en torno al ofi-
cialismo y la oposición. Teniendo en cuenta
que solo hay una diferencia del 2,3 % entre
los candidatos y que, además, esta elección
terminó en segunda vuelta, situación que no
se presentó en las dos anteriores, da cuenta
de esta creciente polarización de la sociedad
ecuatoriana, lo cual representa un reto fun-
damental en la legitimación del actual nuevo
gobierno.
59
Además de esto, la oleada de manifestaciones
de 2015 demuestra que los distintos sectores
de la sociedad ecuatoriana, no están dispues-
tos a quedarse callados frente a las políticas
o situaciones que puedan disgustarles. Esto
independientemente de que sean sectores de
clase media o alta oponiéndose a las políticas
fiscales progresivas y anticíclicas promovi-
das desde el ejecutivo, o sectores subalternos,
indígenas y campesinos levantándose en
movimiento social y popular autónomo por la
defensa de la naturaleza, el territorio, la soste-
nibilidad y el medio ambiente.
El reto que tiene Lenin Moreno es la decisión
entre una base social unificada, como lo es el
movimiento indigenista ecuatoriano, o los in-
tereses de una clase media-alta relacionados
con la acumulación de capital.
Adicionalmente, los precios de las commodi-
ties no se han recuperado aún, y siendo éste
el principal ingreso del Gobierno ecuatoriano,
este deberá ofrecer prontas soluciones a la
crisis económica prolongada por la que pasa
su economía y, en general, las economías la-
tinoamericanas.
¿Es este el momento de radicalizar la
“Revolución Ciudadana” y hacer un cambio
sustancial en la matriz productiva, en la
propiedad de los medios de producción, de
hacer un profundo y verdadero cambio social,
político y económico? ¿O será solamente
un capítulo más de los llamados “gobiernos
progresistas latinoamericanos” que
mantendrá la matriz primario-exportadora, la
dependencia a grandes potencias económicas
mundiales y los programas sociales
asistencialistas para legitimar su poder?
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generales del Ecuador 2017: Resultados dis-
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Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
60
Uharte, L. M. (2016). Tensiones en el imaginario
democrático de la izquierda ecuatoriana:
¿gobierno vs oposición de izquierda? Inters-
ticios. Revista sociológica de pensamiento
crítico, 10, 1.
Vera Rojas, S., Llanos-Escobar, S. (2016). Ecuador:
La democracia después de nueve años de
la” Revolución Ciudadana” de Rafael Correa.
Revista de ciencia política (Santiago), 36(1),
145-175.
ResumenDesde sus orígenes, la ciencia política no ha
estado exenta de cuestionamientos. Conje-
turas existenciales sobre si se podía estudiar
científicamente la política ya habían floreci-
do aun cuando esta disciplina se encontraba
en plena eclosión. En el presente ensayo, se
pretende exponer primero un recorrido his-
tórico de cómo el estudio de la política pasó
a ser científico para después ahondar en las
críticas que se le hacen a la politología sobre
su carácter de ciencia. Por último, expondre-
mos brevemente una alternativa que busca
apaciguar el debate expuesto, cohesionando
las visiones modernas y posmodernas que se
tienen sobre la ciencia.
Palabras clave
Ciencia política, ciencia, Posmodernidad, mé-
todo científico, filosofía política.
AbstractFrom its origins, political science has not
been exempt from questioning. Existential
conjectures whether political science could
be studied scientifically, had already flouris-
hed, even though this discipline was right
in the middle of its boom. In this essay, it is
pretended to explain, firstly, a historical route
about how political studies became scienti-
fic, and thereafter, to go deeper into the cri-
ticisms which is made to the political scien-
ce about its real scientific sense and value.
Lastly, we will briefly explain an alternative
that searches to appease the displayed deba-
te by means of linking modern and post-mo-
dern visions about science.
¿Se puede estudiar científicamente la política?*
Jesús Alfredo Martínez Díaz**
* Este texto lo realicé por iniciativa propia para presentar-
lo en la primera edición de la revista Red Política.
** Estudiante de séptimo semestre de Ciencia Política y
Gobierno de la Universidad del Norte. Barranquilla, Colom-
bia. [email protected]
A R T Í C U L O D E D I V U L G A C I Ó N
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
62
Keywords
Political science, science, postmodernity,
scientific method, political philosophy.
Los primeros estudios sobre política se re-
montan a siglos anteriores, en los que la exis-
tencia de la ciencia todavía era precaria, y los
autores de las obras magnas sobre el tema
recurrían a métodos ajenos al científico para
el desarrollo teleológico de sus obras. Sin em-
bargo, aun cuando en los siglos anteriores al
XX no existía un estudio científico de la polí-
tica, y tampoco el desarrollo de una disciplina
dedicada exclusivamente a esto, sí se puede
hablar de la existencia de obras y métodos de
estudio precursores que sin su influencia, no
se hubiera logrado el desarrollo de esta rama
del conocimiento.
Se puede afirmar que hasta cierto punto de
la historia existió un estrecho maridaje en-
tre el estudio de la filosofía política y el de la
política utilizando el método científico. No en
vano algunos de los grandes filósofos de la
historia, como Aristóteles o Maquiavelo, fue-
ron quienes influenciaron el desarrollo de la
aplicación del método científico a los estudios
sobre política.
Como precursores de la conformación de la
ciencia política encontramos a Aristóteles,
quien “fue el primero en utilizar el méto-
do comparado, al estudiar ciento cincuenta
y ocho constituciones griegas. Maquiavelo
aportó a la ciencia política el método objetivo
desligando los estudios políticos de preocu-
paciones morales” (Galvis, 1998, p. 7).
A su vez, encontramos a Jean Bodin, quien
en su libro La República desarrolla el método
de observación aristotélico, y a Montesquieu,
quien en su Espíritu de las leyes sistematiza
sus observaciones. También existen otros
teóricos políticos como John Locke, quien a
través del empirismo, y Thomas Hobbes, que
con el método more geométrico, utilizaron
de manera sistemática aunque no científica,
un método estricto, basado el primero, en el
conocimiento derivado de la percepción sen-
sorial y, el segundo, en el racionalismo car-
tesiano de Spinoza cimentado en un método
deductivo fundamentado en axiomas.
El advenimiento del siglo XIX significó un
paso preponderante en el desarrollo de la
ciencia política con el auge del positivismo
de autores como John Stuart Mill y, principal-
mente, Auguste Comte, quien sentó “las bases
definitivas del método objetivo y del análisis
científico de los fenómenos sociales” (Galvis,
1998, p. 8). Aunque Comte se refería al estudio
de la sociedad, es decir, la sociología, de ma-
nera similar también en Francia y luego, en
Estados Unidos se buscó aplicar más tarde el
mismo método científico pero a los fenóme-
nos políticos.
Al darle el carácter de cientificidad al estu-
dio de los fenómenos políticos, primero es
pertinente aclarar que cuando hablamos de
ciencia, con el término ciencia política hace-
mos referencia a un “conjunto de proposicio-
nes generales, probabilísticas o de tendencia,
comprobables empíricamente, interrelaciona-
das, referidas a una misma clase de fenóme-
nos” (Lozada y Casas, 2008, p. 30).
63
La ciencia es un método, es decir, un medio a
través del cual se obtendrá conocimiento. En
el caso de la ciencia política, la ciencia sirve
como medio para lograr un fin que es el es-
tudio de los fenómenos políticos. Dichos es-
tudios pueden ser de explicación, descripción,
interpretación, critica (Andrade, 2001) e inclu-
so predicción siempre y cuando “los conoci-
mientos a los que lleguemos sean sistémicos,
generales y objetivos” (Galvis, 1998, p. 1).
Por su parte, la política es aquella actividad
de la sociedad que busca regular el conflicto
social a través de la adopción e implementa-
ción de decisiones que son vinculantes. En
esa misma línea es:
“La actividad social que se propone asegurar
por la fuerza, generalmente fundada en un
derecho, la seguridad exterior y la concordia
interior de una unidad política particular, ga-
rantizando el orden en medio de las luchas
que nacen de la diversidad y de la divergencia
de opiniones y de intereses” (Freund, 1978, pp.
751).
Es, principalmente, después de “la Segunda
Guerra Mundial que la Ciencia política se abre
paso como ciencia meticulosa, parcelable, li-
mitada y sometida a todos los rigores del mé-
todo científico” (Guzmán, 2008, p. 281). Entre
las décadas de 1950 y 1960, con el auge de la
revolución conductista que buscaba explicar
a través del descubrimiento de leyes por me-
dio de la comprobación empírica el comporta-
miento político de los individuos, se produce
un desarrollo de la ciencia política por medio
de diversos enfoques, como el de actor racio-
nal, el estructural- funcionalista, el sistémico
y el psicosocial que tenían en común el uso
del método científico de las ciencias exactas
para el estudio de los diversos fenómenos po-
líticos y sociales.
De esta manera, se creaba una disciplina que
basaba su método de estudio en la verifica-
ción empírica las técnicas cuantitativas, la
ausencia de juicios de valor y que tuvo un
vasto crecimiento en institutos y universi-
dades de Estados Unidos; pero mucho menos
en Europa. En efecto, desde allá surgieron
críticas en contra del conductismo por parte
de académicos y pensadores que aunque se
dedicaban a la filosofía política, se tildaban a
sí mismos como estudiosos de la Ciencia po-
lítica (Lozada y Casas, 2008).
Al preguntarse en su Manual de Ciencia Polí-
tica, Fernando Galvis (1998) sobre si se puede
estudiar científicamente la política, su res-
puesta es afirmativa ya que según él, “los he-
chos políticos pueden estudiarse con método
en forma objetiva y sistemática, se puede lle-
gar a generalizaciones y, es posible, verificar
las conclusiones a las que se llegue” (p.6). Víc-
tor Alarcón (2010) sigue una línea similar al
sostener que las afirmaciones de la ciencia
política están “basadas en la construcción
de evidencia empírica relevante que permita
probar hipótesis propuestas” (p.23) lo que la
ha convertido en una “disciplina rígida” (p.23).
Dieter Nohlen (2012), por su parte, expone que
la intromisión de valores y la subjetividad son
parámetros que tienen “su plena legitimidad
solo en el contexto del surgimiento de una in-
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
64
vestigación y en el de aplicación de los resul-
tados, pero tienen que suprimirse o desapare-
cer en el contexto interno de argumentación
científica” (pp. 15-16), donde solo valen “el ar-
gumento bien probable o bien probado, la teo-
ría bien comprobada o refutada por el control
empírico o de consistencia teórica” (p. 16). Para
que esto sea posible es necesario desprender-
se de la “excitación estéril” (Weber, 2008, p.
143) de la realpolitik y abstraer el estudio de
la ciencia política a un nivel por encima de la
política misma, lo que le permite ser objetivo
al científico y tener una visión panorámica de
los fenómenos que estudia.
Otros autores, como Cuéllar Argote, sostienen
que el estudio de la política en la disciplina de
la ciencia política no solo es científico, sino
que es necesario que lo sea
“porque el principio intersubjetivo de la for-
ma de construcción del conocimiento político
(que siempre es social como relación), parece
falible (inexacto); de ahí la necesidad de mo-
delarlo, proyectarlo, cuantificarlo y explicar-
lo a través de la “verdadera” manera de hacer
ciencia, del único modo científico reconocido
y válido, es decir, desde el paradigma positi-
vista o neopositivista, que en muchas ocasio-
nes implica generar “conocimiento a lo Rorty”
esto es, pragmático y contrastable” (Caicedo,
Ángel y Cuellar, 2015, p. 137).
Para Wolfgang Abendroth, la ciencia política
debe ser comprendida como una ciencia his-
tórica de la sociedad, ya que es dependiente
del proceso histórico- social, siendo su objeto
de estudio el análisis del poder político (Cami-
nal, 2005, p. 25).
Otros autores como Caminal Badia (2005)
sostienen que cuando la política pasa a con-
vertirse en una actividad democrática, se
hace necesario la tarea de analizarla de for-
ma distinta a través de técnicas estadísticas
y el método empírico (p. 23).
A su vez, se encuentra la visión comporta-
mentista de Easton, que según Pasquino sos-
tiene que deben cumplirse ciertos objetivos
para que se considere científico el estudio de
la política. Primero, se deben
“descubrir las regularidades en los comporta-
mientos políticos que se presten a ser expre-
sadas en generalizaciones o teorías con valor
explicativo y predictivo; 2) someterlos a veri-
ficación (…); 3) elaborar rigurosas técnicas de
observación, recogida, registro e interpreta-
ción de datos; 4) proceder a la cuantificación
(…); 5) mantener separados los valores de los
hechos” (Pasquino, 1995, p. 18); luego realizar
una sistematización de los datos obtenidos.
De manera similar, para Carlos Guzmán, el ob-
jeto de la ciencia política radica en encontrar
uniformidades con base en abstracciones es-
tipuladas que justifiquen la presencia de rela-
ciones causales entre diferentes factores. Di-
chas generalizaciones se verificarían con la
realidad práctica en el ámbito de un sistema
lógico-deductivo; por lo cual, es lógico aprobar
el calificativo de ciencia política como una
disciplina científica y autónoma que se en-
cuentra institucionalizada (Guzmán, 2008).
65
Bulcourf y Cruz Vázquez también siguen la
misma idea de considerar que sí se puede es-
tudiar la política a través del método científi-
co, ya que la ciencia política “pretende arrojar
algún tipo de conocimiento específico y siste-
mático sobre una porción de la realidad social
que define como política, su objeto de estudio”
(Bulcourf y Cruz, 2004, p. 256); estudiando así
al ser humano y su conducta en relación “al
poder y la organización jerárquica de decisión
colectiva de una sociedad” (p. 261).
Aunque se puede considerar como comple-
jo ajustar el estudio de la política al enfoque
positivista, se ha concluido que los obstácu-
los que padecen los científicos sociales para
ejecutar el método científico no son muy dis-
tintos de los que suelen tener los científicos
naturales (Vallès, 2007). No obstante, para
autores como Josep María Vallès y los refe-
renciados en los párrafos precedentes sí se
puede hablar de un estudio científico de la po-
lítica, debido a que los politólogos al analizar
y explicar los distintos fenómenos políticos
realizan una “descripción objetiva de un he-
cho, una explicación sobre sus causas y una
confirmación de la misma mediante la repe-
tición de experimentos” (Vallès, 2007, p. 62).
A estos científicos políticos que “se inclinan
más hacia teorías mecánicas abstractas de la
política y a los análisis estadísticos de infor-
mación numérica” (Phillips, 1997, p. 16) se les
denomina conductistas.
Sin embargo, existen distintas escuelas de
pensamiento y autores que “por razones fi-
losóficas, epistemológicas o éticas, no creen
sensato pretender un estudio del mundo polí-
tico con carácter propiamente científico” (Lo-
zada y Casas, 2008, p. 40).
Si bien no son muchos los académicos que
piensan que es “utópico o imprudente” (Losa-
da y Casas, 2008, p. 40) realizar un análisis de
los fenómenos políticos a través del método
científico, se pueden encontrar unos que sí lo
consideran. A este tipo de estudiosos de la po-
lítica se les llama interpretativistas y “tienen
mayor probabilidad de tratar los aspectos his-
tóricos y filosóficos de la política y buscar in-
formación detallada no numérica sobre unos
cuantos casos” (Phillips, 1997, p. 16), debido a
que consideran que “la política es tan comple-
ja e implica valores personales básicos que
no se debería de intentar concretarla a regu-
laridades exactas” (p. 15).
Entre los interpretativistas encontramos al fi-
lósofo político germano- estadounidense Leo
Strauss, quien considera que es inconvenien-
te realizar un estudio científico de la política,
ya que “deshumaniza al politólogo y lo vuelve
moralmente irresponsable, porque le induce
a abstenerse de juicios de valor sobre lo que
analiza1” (Lozada y Casas, 2008, p. 40), así
como mantiene la postura del libre albedrío
que tenemos los seres humanos, lo cual impi-
de la capacidad de toda ciencia para predecir
nuestro comportamiento.
1 Respecto a esto, Pasquino (1995) menciona que ninguno
de los estudiosos de la política de la historia “ha sabido o
querido nunca (suponiendo que sea posible además de de-
seable) mantener cuidadosamente separados el momento
descriptivo del prescriptivo, los hechos de los valores (p. 15).
Para Vallès (2007)“la delimitación del hecho político no está
libre de prejuicios: cuando un investigador social describe
un hecho lo hace a partir de determinados sesgos teóricos o
incluso éticos” (p. 62).
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
66
Contrariamente a esto, existen otras postu-
ras que defienden que aunque no existen en
las distintas sociedades unas leyes naturales
absolutas que rigen la conducta humana, sí
están de acuerdo en que el comportamiento
humano sigue un conjunto de patrones o re-
gularidades que se pueden estudiar a través
de teorías, fórmulas y modelos esquematiza-
dos (Colomer, 2009).
Sin embargo, Strauss no considera que la
ciencia política también se encarga de anali-
zar, interpretar, describir, comprender y expli-
car los fenómenos políticos del pasado y del
presente, no solo del futuro. Tampoco tiene en
cuenta que la ciencia política, así como todas
las demás ciencias, ya sea que estudien fenó-
menos sociales o naturales, tiene la cualidad
de que es provisional2. Esto quiere decir que
“lo que desde el punto de vista de los cientí-
ficos es aceptable hoy, puede, en virtud de
nuevos hechos o de nuevas teorías, no serlo
mañana” (Lozada y Casas, 2008, p. 28).
El hecho de que los planteamientos de una
disciplina sean provisionales, y que en el fu-
turo se descubra que son erróneos, no le quita
el carácter de ciencia a esta, debido a que si
fuera así, entonces las ciencias naturales no
serían ciencia, ya que se equivocan a menu-
do en su capacidad predictiva, como cuando
los meteorólogos o climatólogos pronostican
el advenimiento de un tornado en tal fecha y
no termina sucediendo. Al decir que los pos-
2 No en vano Karl Popper (1980) afirma que no existe un
sustento absoluto en el fundamento empírico de la ciencia
objetiva, pues esta no se apoya en una roca estable y com-
pacta, sino que la estructura de sus teorías se extiende so-
bre un terreno pantanoso.
tulados científicos son provisionales, esta-
mos sosteniendo la idea de que no podemos
afirmar que existen verdades absolutas en la
perpetuidad del tiempo.
Habitualmente, se pueden observar distintos
errores en estudios de carácter científico, pero
eso no demerita el hecho de que la disciplina
como tal deje de ser ciencia. No podemos in-
ducir que por el hecho de que un científico se
equivoque en sus planteamientos, entonces
la disciplina a la que este está adscrito pierde
su carácter científico. Sería un razonamiento
inductivo erróneo ya que todo estudio cientí-
fico no está exento de un margen de error.
Strauss toma una posición subjetiva al decir
que es erróneo que los politólogos se absten-
gan de incluir juicios de valor en sus análisis.
Pero aunque el politólogo se “deshumanice” al
no utilizar juicios de valor, eso no le quita a
su trabajo el carácter científico mientras sea
imparcial, objetivo, sistemático y se apoye en
la evidencia empírica.
El hecho de que Strauss no considere justo no
utilizar valoraciones imparciales en los estu-
dios sobre política es una posición tan permi-
tida como el hecho de que los politólogos no
quieran hacer este tipo de valoraciones. Esto
termina siendo una diferencia que se da en-
tre la filosofía política y la politología y que no
demerita a una disciplina ni a la otra.
Se le cuestiona a la politología, por el mismo
hecho de ser ciencia, su pretensión de univer-
salidad; es decir, de que sus postulados sean
considerados como leyes universales y apli-
67
cables en cualquier contexto. Según Fernando
Galvis (1998) dichas proposiciones “para que
se trate de ciencia, se necesita que los conoci-
mientos adquiridos los pueda verificar cual-
quier persona, en cualquier parte y que sus
resultados sean los mismos” (p. 1).
La relatividad de los postulados en la
ciencia política no solamente está con-
dicionada por el tiempo y por los nue-
vos hechos y teorías que pueden desvir-
tuar las conclusiones pasadas. También
está condicionada por el contexto en el
que se desarrollan los distintos fenóme-
nos políticos. Los diversos hechos políti-
cos, las distintas relaciones y juegos de
poder entre los diversos actores varían
según el contexto y cultura donde se
desarrollan.
Lo anterior quiere decir, por ejemplo, que un
fenómeno político que se da en un país en Oc-
cidente puede tener una explicación distinta
a un fenómeno similar que se da en oriente.
O también, un hecho político en un país con
ciertas condiciones económicas favorables se
desarrolla de una manera diferente de otro
donde las condiciones económicas son preca-
rias.
Al realizar postulados muy generalizadores
y universales, el politólogo corre el riesgo de
que con un solo fenómeno político que ocu-
rra en cualquier lugar del mundo y que sea
contrario a sus planteamientos, su teoría se
considere como errónea.
Cuando se estudia un hecho político desde
una perspectiva científica, se debe ser muy
precavido con el contexto y las circunstan-
cias donde este se desarrolla, ya que estas
son variables que influyen determinante-
mente en el desarrollo de la coyuntura, y que
no son homogéneas en las distintas socieda-
des del mundo. Por esto, es importante el uso
del método comparado, que permite extraer
conclusiones también científicas sobre fenó-
menos más o menos similares en distintos
momentos y épocas del espacio - tiempo.
A su vez, se ha cuestionado esa pretensión de
universalidad de los postulados de la ciencia
política, en el sentido en que estos terminan
siendo muy abstractos y exiguamente apli-
cables a los casos concretos y al entorno que
rodea la investigación. En palabras de Sartori
(2011) “al privilegiar el enlace teoría - investi-
gación y no teoría-práctica, se ha creado una
ciencia inútil de la política sin componente
de aplicación” (pp. 313 - 314). Esto hace ver al
politólogo como poco comprometido con la
realidad política de su sociedad y a la ciencia
a que se dedica de una manera inaplicable,
poco pragmática y escasamente involucrada
en la realpolitik.
Otra crítica importante que se le hace a la
ciencia política es que al ser esta ciencia,
sus resultados son considerados como ver-
daderos, imparciales y objetivos, y están, por
lo tanto, exentos de toda clase de cuestiona-
miento. La ciencia no debe ser considerada
como un dogma, y menos los postulados de
la ciencia política, ya que estos pueden ser
utilizados por las distintas autoridades pú-
blicas para justificar y blindar sus políticas y
su actuación bajo una tecnocracia autorita-
ria que, al basarse en unas premisas que son
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
68
consideradas como absolutas, verdaderas y
objetivas, entonces no pueden ser objeto de
crítica, polémica, controversia y disputa.
Debido a esto, es sustancial reconocer que la
ciencia además de ser provisional es también
pública, ya que “lo que cree haber descubierto
un estudioso de los fenómenos políticos, no
es reconocido como tal en tanto no sea some-
tido al escrutinio de sus colegas en las tareas
científicas y legitimado por estos” (Losada y
Casas, 2008, p. 28). Con base en esto debe-
mos afirmar que todo planteamiento científi-
co debe estar abierto a críticas constructivas
que permitan fortalecerlo.
Además de Strauss, pero por razones dese-
mejantes, la escuela marxista y algunos
miembros de la neomarxista, de entre las dé-
cadas de 1960 y 1970, se mostraron en contra
de realizar un estudio científico de los fenó-
menos políticos, ya que rechazaban “someter
a examen y verificación empírica sus tesis
principales” (Losada y Casas, 2008, p. 40). Di-
cha divergencia metodológica con las bases
epistemológicas de la ciencia política, le dio
cierta índole de dogma al marxismo.
La escuela crítica de Max Horkheimer, Theo-
dor Adorno, Walter Benjamín, y más tarde de
Jürgen Habermas, se caracterizó también por
el uso de los valores de dicha corriente como
fundamento axiomático de la interpretación
que se hacía de los fenómenos políticos. Así
mismo, se dio espacio para el uso de un len-
guaje no comprobable empíricamente que
era más augusto con respecto a la filosofía
que con el método científico (Losada y Casas,
2008).
No todo estudio que se vanaglorie de ser cien-
tífico realmente lo es. En ocasiones hasta un
mismo científico puede confundir un juicio
normativo con una proposición científica, he-
cho que llena su obra de matices que podrían
considerarse seudocientíficos. Mientras que
una proposición científica está cimentada en
la evidencia, un juicio normativo se apoya en
los valores (Colomer, 2009).
Aunque la mayoría de politólogos consideren
que sí se puede estudiar científicamente la
política, existen otros estudiosos por dentro o
fuera de la misma disciplina que no está del
todo de acuerdo con ello.
Entre las distintas razones que se han deta-
llado en este escrito que niegan la aplicación
de la ciencia en el estudio de los fenómenos
políticos podemos encontrar primeramente
la intromisión de juicios normativos en los
estudios politológicos, también la negación
de la existencia de leyes universales acerca
de los fenómenos políticos, el uso de axiomas
en las investigaciones y la menesterosa ca-
pacidad para aplicar los postulados a la rea-
lidad a los distintos contextos y culturas. La
otra mayoridad considera que el comporta-
miento humano sigue unos patrones regula-
res de comportamiento y que los fenómenos
políticos pueden ser analizados y explicados
a través de teorías e hipótesis evidenciadas
empíricamente de manera objetiva, imparcial
y sistematizada.
69
La pregunta que da título a este ensayo tiene
una respuesta subjetiva. Hemos visto que hay
contestaciones tanto positivas como negati-
vas, cada una con sus argumentos. Aunque
un politólogo puede afirmar con vehemencia
que su disciplina es una ciencia, un filósofo
político, como Leo Strauss, puede no tener la
misma convicción. Estos debates existencia-
les que desde su comienzo atacan las premi-
sas vitales de la ciencia política permanece-
rán vigentes en un mundo que cada vez más
se acoge en los brazos de la posmodernidad.
La influencia que la modernidad ha tenido en
la ciencia ha sido determinante para el de-
sarrollo del behaviorismo, el positivismo y,
en general, de la ciencia política. Esta es, en
efecto, un producto de la modernidad. Pero
los cuestionamientos permanecen, y con el
auge postmoderno que se comienza a gestar
ya se menciona en escritos académicos una
vertiente posmoderna en la ciencia política3.
Para los posmodernistas, la ciencia es una
disciplina “abierta a la incertidumbre, al di-
senso, a lo especulativo, a lo no comprobable
empíricamente, a lo cualitativo, a la compren-
sión de los fenómenos, a lo subjetivo, a lo va-
lorativo, a lo complejo a lo diverso” (Diéguez,
2006, pp. 2 y 3).
Lo que se propone en este texto no es el paso
de una ciencia política moderna a una pos-
moderna, sino una integración de estas, en
donde tanto politólogos como filósofos políti-
3 Lozada y Casas (2008) la denomina también como una
posición “pos-conductista, pos-empírica o pos-científica” (p.
41).
cos y académicos de otras ramas del conoci-
miento puedan aportar a un estudio de los fe-
nómenos políticos que tenga como principal
objetivo no solo la explicación de la realpoli-
tik, sino también proporcionar un conjunto de
insumos que aporten significativamente al
mejoramiento de dicha realidad. A este mari-
daje algunos lo llamarían Ciencias Políticas.
Para denotar un campo de estudio más abier-
to, plural e íntegro, yo lo denominaría Discipli-
nas Políticas4.
4 En Gran Bretaña, por ejemplo, se consideraba que Poli-
tical Studies “era una denominación más adecuada que la
de Political Science porque identificaba con mayor amplitud
esta materia (la política) cuya exploración se realizaba de
forma interdependiente desde distintas ciencias sociales”
(Caminal, 2005, p. 24).
Revista estudiantil del Departamento deCiencia Política y Relaciones Internacionales
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