REZA CON EL
P. ARNAIZ
1
Cada día se levantaba una hora antes de lo
previsto para poder estar todo ese tiempo en
oración a solas con el Señor. Aconsejaba: “Si no
se arrima uno al fuego sentirá el frío; únase
mucho al Señor, principalmente por la mañana
en la oración y conservará el calor y la luz que
allí recibiere todo el día”.
Un compañero suyo decía que el P. Arnaiz
salía de su oración “endiosado”, y así
comunicaba, a todos los que a él se acercaban, el
fuego del amor a Dios y al prójimo.
CONSEJOS Y PENSAMIENTOS
DEL P. ARNAIZ QUE NOS PUEDEN SERVIR
PARA REFLEXIONAR EN SILENCIO
◈ Cuando me ven con pena es porque casi
nadie busca la gloria de Dios y mi deseo es que se
hiciera cierto un lema que se me ocurría fuera el
CÓMO ERA LA ORACIÓN
DEL P. ARNAIZ
2
de ustedes: Omnes quaerunt non quae sua sunt,
sed quae Iesu Christi, (todos busquen, no sus
intereses sino los de Jesucristo).
◈ Sirvan al Señor, que éste solo debe ser su
cuidado, pero con sencillez de corazón, sin
angustias, que es muy Padre y muy amoroso y
sufrido de lo mucho que le injuriamos, y con
todo, nos ama y pide amor.
◈ Diga y sienta esta sentencia: Mi Dios y mi
todo.
◈ Como Dios es nuestra vida y nuestra
fortaleza, lejos de Él estamos flojos y perezosos.
◈ En la vida, para el que le basta Dios, todo
está bien; pero al que Dios no le basta, aunque
tenga toda la tierra, siempre le falta algo.
◈ Viva en Dios y sólo para Dios que ya es
tiempo que sea formal y no juegue más con Él.
◈ ¡Qué vida tan feliz cuando se vive por y para
Jesús!
◈ No me cansaría de advertir a las almas de los
bienes que se pierden cuando piensan, quieren,
recuerdan, hablan o buscan otra cosa que a Dios
o de Dios o para Dios.
◈ La vida no es más que el momento presente:
Nuestro cuidado ha de ser emplearlo bien. El
pasado y el porvenir no existen. No pierda el
tiempo y déjese en las manos de Dios.
3
◈ No tengáis miedo. Teniendo a Dios todo lo
tenéis y eso no os lo podrán quitar ni los mismos
demonios.
◈ Cuando nos apoyamos en Dios, todo lo
tenemos.
◈ Si sigues a Cristo, no debes ponerle
condiciones.
◈ Es racional y justo que permanezcamos, en
humildad. Dios sabe lo que más me conviene y,
como me ama y busca mi bien, quiere dármelo.
Así que debo ponerme indiferente en sus manos y
dejarle hacer.
◈ Dejémoslo todo al cuidado de Dios, que
sabio y poderoso es para hacernos felices por la
paz y la gracia en la tierra y después con la gloria.
◈ Cristo no hace las cosas a medias ni con
medios sino con la plenitud de su Providencia.
◈ Todo es poco dar para el que ama.
◈ En la virtud está la clave de todos los
conocimientos y el remedio a todos los males, y
en el amor a Dios sobre todas las cosas está la
alegría y bienestar.
◈ Acuérdese más de Dios y olvídese más de sí y
será muy feliz.
◈ Esto es lo único que me interesa, amarnos
mucho en Jesús y para Jesús. De todas las demás
4
cosas estoy poco interesado y quisiera estarlo
menos.
◈ Siempre que no veo a Dios en las criaturas,
soy una nota discordante en este concierto de la
creación.
◈ Nuestro cuidado ha de ser que nuestra casa
sea una copia, un trasunto, de la de Nazaret; allí
cada uno buscaba el trabajo para sí y cómo poder
aliviar al otro.
◈ No se contente con lamentar el mal, sino
que trate de remediarlo y pronto, que la vida es
breve.
◈ Es grande lástima que, teniendo una
eternidad para descansar, queramos aquí
descanso.
◈ Ganar cielo es lo único que nos importa en
la vida.
5
ORACIÓN DE LA MAÑANA
Alabada sea la Santísima Trinidad por
infinitos siglos de siglos. Dios mío te doy gracias y
te adoro profundamente por el favor que me has
hecho en conservarme durante la noche y hacer
que llegue a este día. Creo en Ti, en todo lo que
nos has revelado y en lo que la Santa Iglesia
Católica nos enseña. Aumenta mi fe. Dame la
perseverancia final. Espero alcanzar, por tu
misericordia, la gloria para la cual he sido creado.
Te amo sobre todas las cosas pero quisiera amarte
más cada día, aumenta mi amor.
Señor Jesús, por el Corazón Inmaculado de
María, te ofrezco las oraciones, obras y trabajos
del presente día en reparación de nuestros
ORACIONES
QUE SE USABAN EN LAS
DOCTRINAS DEL PADRE
6
pecados y por las intenciones de tu Divino
Corazón.
¡Oh Señora mía!, ¡oh Madre mía! yo me
ofrezco del todo a ti y en prueba de mi filial
afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos,
mi lengua y mi corazón, en una palabra todo mi
ser, ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme como cosa y posesión
tuya.
ORACIÓN DE LA NOCHE
Señor y Dios mío que me criaste y me
redimiste con tu Preciosa Sangre, yo te doy
gracias, por todos tus beneficios. Te pido perdón
de las veces que te he ofendido. Dame tu amor y
tu gracia para que desde ahora en adelante no
vuelva a ofenderte más.
Jesús, José y María os doy el corazón y el
alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi
última agonía. Jesús, José y María, recibid,
cuando yo muera, el alma mía.
7
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre
de Dios, no desprecies nuestras súplicas, en todas
las necesidades y de todos los peligros líbranos
siempre, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
EL SANTO ROSARIO
El P. Arnaiz amaba con ternura a la Santísima
Virgen, comentaban que al hablar de Ella “se le
transformaba la cara”, la llamaba “la Señora”,
decía que de Ella habíamos de aprender “su
humildad”. En sus Misiones, nunca dejaba de
sacar, de madrugada, el Rosario de la Aurora y
siempre tenía a mano varios rosarios para
obsequiar con ellos a los que llegaban primero.
Estaba convencido de que “la Santísima Virgen
consigue cuanto quiere”.
MODO DE REZAR EL ROSARIO
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,
Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Acto de contrición: (Ver en la página 23)
8
MISTERIOS DE GOZO (lunes y sábado)
1º. La Encarnación del Hijo de Dios.
(Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria)
2º. La Visitación de nuestra Señora.
3º. El Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
4º. La Presentación del Niño Jesús en el Templo y Purificación de
María.
5º. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
MISTERIOS DE DOLOR (martes y viernes)
1º. La Oración de nuestro Señor Jesucristo en el Huerto.
2º. La Flagelación de nuestro Señor Jesucristo.
3º. La Coronación de espinas.
4º. Jesús con la Cruz a cuestas.
5º. La Crucifixión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo.
MISTERIOS DE LUZ (jueves)
1º. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
2º. La Autorevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3º. El Anuncio del Reino invitando a la conversión.
4º. La Transfiguración.
5º. La Institución de la Eucaristía.
MISTERIOS DE GLORIA (miércoles y domingo)
1º. La Resurrección de Cristo nuestro Señor.
2º. La Ascensión de nuestro Señor Jesucristo.
3º. La Venida del Espíritu Santo.
4º. La Asunción de nuestra Señora.
5º. La Coronación de nuestra Señora.
LETANÍA A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial
SE RESPONDE:
--Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Santa Trinidad, un solo Dios
9
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Madre de Cristo
Madre de la Iglesia
Madre de la divina gracia
Madre purísima
Madre castísima
Madre intacta
Madre incorrupta
Madre inmaculada
Madre amable
Madre admirable
Madre del buen consejo
Madre del Creador
Madre del Salvador
Virgen prudentísima
Virgen digna de veneración
Virgen digna de alabanza
Virgen poderosa
Virgen clemente
Virgen fiel
Espejo de justicia
Trono de sabiduría
Causa de nuestra alegría
Vaso espiritual
Vaso digno de honor
Vaso insigne de devoción
Rosa mística
Torre de David
Torre de marfil
Casa de oro
Arca de la alianza
Puerta del cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida
sin pecado original
Reina asunta al cielo
Reina del Santo Rosario
Reina de la familia
Reina de la paz
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega po
r no
so
tro
s
R
uega po
r no
so
tro
s
Ruega po
r no
so
tro
s
Ruega po
r no
so
tro
s
10
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
Oración: Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos,
gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y, por la intercesión
gloriosa de Santa María, siempre Virgen, líbranos de las tristezas de
este mundo, y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
Por el Papa y sus intenciones: Padrenuestro, Avemaría y
Gloria.
Al terminar se puede añadir el Credo y la Salve.
11
Un hermano jesuita, que vio muchas veces
celebrar el Santo Sacrificio al P. Arnaiz, escribió:
“Cuando se revestía para decir Misa, antes de salir de la sacristía, se recogía extraordinariamente con los ojos bajos y todo su porte exterior, y lo mismo antes de empezar la Misa. Ésta la decía con tanto fervor, y tan bien hecho todo, que sentían las gentes especial devoción en venir a oír su Misa. Cuando, vuelto al pueblo con el
Señor para la Comunión, decía las palabras „Éste es el
Cordero de Dios‟, las decía de tal forma y con una mirada que enternecía el corazón. Cuando daba la bendición con el Santísimo o ayudaba a darla, se transformaba su rostro mirando al Señor, quedando todo encendido. Siempre, en las visitas al Señor, se le veía enteramente recogido”.
CÓMO VIVÍA EL P. ARNAIZ
SU MISA Y COMUNIÓN
12
Y una de sus catequistas:
“Su fe, sobre todo con la Sagrada Eucaristía, era tan viva que mirando la Hostia consagrada cuando celebraba o daba la Comunión o la bendición con el Santísimo, parecía que se le descorría el velo y veía al Señor. En una ocasión… oía yo la Misa desde una tribuna alta con celosía que daba al altar mayor, de tal manera que se veía muy bien la cara y las ceremonias del celebrante, y entonces (aunque ya otras veces lo había observado) pude apreciar mejor la fe y el fervor con que miraba al Señor, con una cara tan transfigurada y encendida que daba devoción, y tan ausente de todo lo que no era el Señor y, al mismo tiempo, con una paz, con una suavidad, con una naturalidad de estar viviendo con el Señor, que oír su Misa era como estar en el cielo. Recuerdo que un día, no me pude contener y le dije después: Padre, usted no tiene más remedio que ver al Señor cuando dice Misa porque le pone usted una cara y
una sonrisa..., y me contestó: „Sí que lo veo con los
ojos de la fe‟. ¿Nada más que con los ojos de la fe? le
pregunté. „¿Y le parece a usted poco? Sé de cierto
que está allí y eso basta‟”.
13
ORACIÓN QUE ENSEÑABA PARA EL
MOMENTO DE LA ELEVACIÓN EN LA MISA
Señor mío y Dios mío, yo creo firmemente
que estás ahí y que eres verdaderamente el
mismo que nació en el portal de Belén y nació de
la Virgen María y murió en una cruz para salvar
al mundo y a mí pecador.
ORACIÓN QUE ENSEÑABA
PARA DESPUÉS DE COMULGAR
Señor Jesús, yo creo que Tú eres el Hijo de
Dios, que has venido al mundo para salvarnos, y
que ahora, por mi amor, estás en este Sacramento
que acabo de recibir.
Yo te doy gracias por tantos beneficios,
principalmente por haberme redimido, con
tantos tormentos, con tu muerte en la Cruz.
Te pido Señor, que nos aprovechemos de tu
muerte todos los de mi familia, que no volvamos
a ofenderte y te veamos todos en la Gloria.
Me consagro, para siempre, a tu Corazón y
de Él espero todas las gracias que necesito para
salvarme. Que no se diga Señor, que yo que puse
14
toda mi confianza en tu Divino Corazón, me vea
confundido y separado de Ti, sino que reine
contigo para siempre en la Gloria. Amén.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del Costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh, buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus Llagas escóndeme,
no permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a Ti,
para que con tus santos, te alabe,
por los siglos de los siglos. Amén.
El Padre animaba a recibir la santa
Comunión, con cuanta más frecuencia mejor:
“Mientras no sienta gran deseo de recibir a Jesús,
y el día que no pudiera, tenerlo como una
desgracia, no entiendo que lo ama de veras”. Sin
embargo “insistía mucho en que no lo hiciesen
por respetos humanos… Que no comulgasen si
no creían en el Sacramento y si no estaban
preparados” (con una sincera confesión de sus
pecados).
15
La devoción al Corazón de Jesús era el
centro de la vida espiritual del P. Arnaiz. “El que
vive vida de mucha unión con Dios participa de
los afectos de su Corazón”, decía... y lo vivía.
Amaba con locura al Señor y tenía
verdaderas ansias de reparar las ofensas que los
hombres, ingratos, hacen a su Sagrado Corazón;
por eso no perdía ocasión de mortificarse y unía
sus padecimientos a los de Jesucristo,
ofreciéndolos por la salvación del mundo. Con
un fervor que contagiaba, entronizó en muchos
pueblos y en cientos de casas al Corazón de Jesús,
para que fuese el centro, y la vida misma, de cada
familia y de la sociedad.
Consagrarse al Corazón de Jesús significa
renovar y actualizar nuestros compromisos
bautismales, unirnos consciente y totalmente a
EL P. ARNAIZ Y
EL CORAZÓN DE JESÚS
16
Cristo, querer que nuestros sentimientos, deseos y
obras sean los suyos, vivir confiados y
abandonados a su voluntad santísima.
ACTO DE CONSAGRACIÓN PERSONAL
AL SAGRADO CORAZÓN
(Adaptado de una consagración escrita por el P. Arnaiz)
Corazón Sacratísimo de Jesús, Rey y Señor de
las naciones y de los pueblos, que todo te
pertenece y nada necesitas:
El mundo entero te fue consagrado por el
Papa el primer día del siglo XX. España se te
consagró con toda solemnidad en 1919; muchas
provincias y ciudades se consagraron a Ti, e
hicieron de este modo confesión pública de su fe
cristiana, conscientes de que sólo en esa fe
pueden tener estabilidad las agrupaciones de los
hombres y sin ella no puede haber justicia ni paz,
base y sostén del equilibrio de toda sociedad.
Yo (……………), convencido de esta verdad
y movido por tantos ejemplos, me consagro y me
ofrezco a Ti, Divino Corazón de Jesús. Con todas
mis fuerzas y facultades te pido que reines
siempre en mí, por la observancia de tu ley santa,
17
con la caridad y la paz que viniste a establecer en
los corazones.
Espero, Señor, que no te desdeñarás de
recibirme y que mientras yo viva para Ti, Tú te
cuidarás de mí. En tu Corazón Santísimo pongo
toda mi confianza y en Él me abandono,
sabiendo que solo Tú eres mi defensa, mi
fortaleza, mi consuelo y felicidad en el tiempo y
en la eternidad. Amén.
A.M.D.G.
18
Escribía un sacerdote:
“El P. Arnaiz contribuyó mucho a que el Sacramento de la Confesión fuera objeto de fe viva y amor de las personas con quien trataba en sus trabajos misionales”.
Un día le dijo a un caballero:
“¡Qué haremos sin el perdón de Dios! Si se
abandona la Confesión, la conciencia se oscurece
y ello lleva a no saber distinguir entre el bien y el
mal”.
Este mismo señor declaró que después de
confesar con él, “sentía una gran paz interior y alegría de sentirme perdonado”.
El Padre se dedicó con heroísmo, durante
años a este ministerio:
EL P. ARNAIZ APÓSTOL
DEL SACRAMENTO
DE LA CONFESIÓN
19
“En el confesonario se pasaba horas y horas, después de haber platicado cerca de una hora o más, sin tomar una gota de agua, y allí permanecía clavado, por decirlo así, hasta que le avisaban que no había nadie…” “Cuando venía a Málaga eran muchos los penitentes que acudían buscando su dirección y de ahí la dificultad de poder confesarse con él, había que esperar de ordinario varias horas para poderlo hacer…”
Siempre invitaba a todos con gran fervor
“para que se confesaran, que confiaran mucho en la misericordia y en el amor del Señor, que Él siempre nos perdona”. “Acogía a los pecadores con profunda caridad,
alentándolos en el camino de volver a Dios”. Era “muy bondadoso y dejaba en el alma una gran tranquilidad y llena de paz”.
Pero advertía hasta la saciedad que no lo
hiciesen “si no les salía de dentro” y que “nadie
se confesase sin la convicción de que había de
hacerlo”. Decía: “Las confesiones no son un
diálogo humano sino una manifestación de la
bondad de DIOS que es Padre y Hermano y sabe
perdonar”.
20
Acojamos nosotros también la bondad y la
misericordia del Señor que quiere llenarnos de su
paz y acerquémonos a recibir el Sacramento de la
Penitencia.
MODO DE PREPARARSE PARA HACER
UNA BUENA CONFESIÓN
1.- Examen de conciencia: Recuerda las faltas
y pecados cometidos.
Te puede ayudar a hacerlo, repasando los
mandamientos, con éstas o parecidas reflexiones:
• ¿Amo de verdad a Dios? ¿Me acuerdo a
menudo de Él? ¿Rezo todos los días al levantarme
y al acostarme? ¿Hago con desgana las cosas que
se refieren a Dios? ¿He puesto en duda o negado
las verdades de la fe católica que la Iglesia nos
enseña? ¿Me he avergonzado de Ella? ¿He
practicado la superstición o el espiritismo?
• ¿Me he acercado sin estar debidamente
preparado a recibir algún Sacramento? ¿He
callado por vergüenza en otras Confesiones algún
pecado grave?
21
• ¿He blasfemado diciendo palabras que
ofenden a Dios, a la Virgen o a los santos? ¿He
jurado sin necesidad o sin verdad? ¿Tengo alguna
promesa pendiente que cumplir a Dios?
• ¿He faltado a Misa los domingos o días
festivos sin motivo justificado? ¿Asisto con
devoción, escuchando las lecturas y recitando las
oraciones con pausa y atención? ¿He cumplido
los días de ayuno y abstinencia?
• ¿Manifiesto respeto y cariño a mis padres y
familiares? ¿Dedico el tiempo debido a la familia?
¿Cuido con empeño la educación humana y
cristiana de mis hijos? ¿Les doy ejemplo? ¿Los
corrijo con cólera o injustamente?
• ¿Tengo enemistad, odio o rencor contra
alguien? ¿He hecho daño a otros con palabras o
con obras? ¿He procurado hacer las paces? ¿Sé
perdonar y pedir perdón? ¿He deseado algún mal
a alguien? ¿He sido causa de que otros pecasen?
¿Me he embriagado, bebido con exceso o
tomado drogas? ¿He practicado, aconsejado o
facilitado el aborto?
• ¿He aceptado pensamientos, conversaciones o
miradas impuras? ¿He realizado actos impuros? ¿Solo
o con otras personas? ¿Hago mal uso del matrimonio
sin estar abierto a una nueva vida?
22
• ¿He tomado dinero o cosas que no sean
mías? ¿He restituido o reparado? ¿He engañado
cobrando más de lo debido o pagando menos de
lo justo? ¿He malgastado dinero? ¿Doy limosna
según mis posibilidades? ¿Ofrezco a Dios mi
trabajo? ¿Me he dejado vencer por la pereza, en
el cumplimiento de mis deberes? ¿Rindo en el
trabajo?
• ¿He mentido? ¿He reparado el daño que
haya podido causar? ¿He criticado o pensado mal
de otros? ¿He calumniado?
• ¿Tengo envidia? ¿Me duelen los éxitos de
los demás? ¿Me he alegrado con el fracaso de
alguien?
• ¿Caigo en la soberbia, considerándome
superior a los demás? ¿Admito mis faltas o me
excuso con facilidad? ¿Agradezco que me
corrijan?
2.- Dolor de los pecados: Arrepiéntete de
todo corazón, e implora el perdón del Señor en
tu interior.
Puedes rezar la siguiente oración que es un
acto de arrepentimiento perfecto:
23
• Acto de contrición:
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien
eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre
todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte
ofendido; también me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Ayudado
de tu divina gracia propongo firmemente nunca
más pecar, confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta. Amén.
3.- Propósito de la enmienda: Desea no
volver a ofender a Dios nunca más y pídele
fuerzas para poner los medios y evitar las
ocasiones de pecar.
4.- Decir los pecados al confesor: Acércate al
sacerdote y confiésale tus pecados y faltas, con
humildad y sencillez. Pregunta las dudas que
tengas. Si no tienes costumbre, díselo para que te
ayude.
5.- Cumplir la penitencia: Al terminar, una
vez que ya hayas recibido al absolución de tus
pecados y te hayas alejado del confesonario (o lo
antes que puedas), reza las oraciones que te haya
24
mandado el sacerdote, y/o realiza buenas obras
que en reparación de tus pecados te haya
prescrito.
ESQUEMA PRÁCTICO DE UNA CONFESIÓN:
• Después de haberte examinado y dolerte de los pecados,
en la presencia de Dios. Te arrodillas en el confesonario y dices: Ave
María Purísima. El sacerdote responde: Sin pecado concebida.
• A continuación te santiguas: En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Dices: Hace… (tantos) días, semanas…
meses… años, que no me he confesado. Me acuso de… (dices tus
pecados de una manera clara, breve, completa y muy sincera).
• El sacerdote te ayudará con algunas preguntas, si lo cree
conveniente; te dará algunos consejos y te impondrá la penitencia
que luego debes cumplir.
• Luego el sacerdote pronuncia las palabras de la absolución.
Cuando escuches: “… YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL
NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO”,
respondes: Amén.
• Entonces ya puedes levantarte y marcharte. Dios te ha
perdonado.
25
Escribía el P. Arnaiz a una dirigida suya:
“Procure... una piedad, no solamente sólida, esto
es, fundada en la humildad y mortificación, sino
también ilustrada y consciente, a la que el
demonio con dificultad destruye”.
Veía la necesidad de que los fieles cristianos
se formasen bien en la verdadera fe: “Dios, el
alma, la otra vida, eran el objeto principal de sus
sermones”. A todos sus colaboradores en las
obras de celo, los exhortaba así: “Doctrina y
doctrina, persuadámosles que tienen alma, que
les espera la eternidad, y ellos buscarán por su
cuenta, la Confesión y todo lo que sea menester”.
En sus catecismos y Misiones, seguía siempre
un esquema muy sencillo, profundizando más o
menos según la capacidad de sus oyentes:
QUÉ PREDICABA
EL P. ARNAIZ
26
✠ Hay un solo Dios verdadero, y tres
Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
✠ Dios ha creado el mundo y todas las
cosas, también al hombre con cuerpo y alma
inmortal.
✠ Los ángeles son espíritus puros creados
para alabar y servir a Dios. Algunos se rebelaron
contra su Creador y fueron condenados al
infierno.
✠ El primer hombre por instigación del
diablo se levantó contra Dios y, al pecar, perdió
la gracia (la vida sobrenatural) y quedó sometido
a la muerte, al dolor e inclinado al mal.
✠ Al morir el cuerpo va a la tierra y el alma
al cielo o al infierno según su comportamiento en
esta vida; por eso nuestro mayor “negocio” es
salvar el alma y alcanzar la vida eterna junto a
Dios.
Después pasaba a explicar quién era
JESUCRISTO, a qué vino y cómo habíamos de
aprovecharnos de su misericordia, “pintándola
muy grande”… decía quien lo oyó muchas veces
predicar:
27
✠ Jesucristo es la segunda Persona de la
Santísima Trinidad, Dios y Hombre verdadero.
Fue concebido en el seno de Santa María
Virgen por obra del Espíritu Santo.
Nació en Belén y murió en la cruz, en
Jerusalén, en el monte Calvario.
Resucitó a los tres días y después de
manifestarse a sus discípulos durante cuarenta días
subió al cielo.
✠ Se hizo hombre para “pagar” con sus
dolores y muerte por nuestros pecados y para
enseñarnos, con su ejemplo y doctrina, el camino
del cielo.
Luego, exhortaba a todos a recibir los
SACRAMENTOS que el mismo Jesucristo instituyó
para darnos la vida de la gracia
⧾ Bautismo: nos incorpora a Cristo, nos hace
hijos de Dios, miembros de la Iglesia y herederos
del cielo.
⧾ Confirmación: fortalece y hace crecer en la
fe.
28
⧾ Penitencia: es una medicina espiritual que
limpia el alma de pecados y nos devuelve la vida
sobrenatural.
⧾ Eucaristía: es el alimento del alma, que
conserva y repara las fuerzas para vivir en gracia.
⧾ Unción de enfermos: nos prepara en el
trance de la muerte, ayudándonos, si conviene, a
superar la enfermedad.
⧾ Orden sacerdotal: provee a la Iglesia de los
ministros que necesita para continuar su misión
en el mundo. ⧾ Matrimonio: santifica la unión de los
esposos y les da gracia para cumplir sus deberes.
En cierta ocasión, escribió a una conocida
suya: “Si se retira de los Sacramentos no sé dónde
va a ir a parar…”, pues conocía la flaqueza
humana y que de nosotros mismos no podemos
nada.
Al fin, animaba a todos a servir a Dios
cumpliendo sus MANDAMIENTOS:
“Fíjese bien en lo bueno que es el Señor y
aliéntese a servirlo con más bríos y alegría”.
29
SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos
líbranos Señor, + Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del + Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad, en
la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal. Amén.
AVEMARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es
contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
ALGUNAS ORACIONES
BÁSICAS DEL CRISTIANO
30
CREDO
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz
de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo
fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y
fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
Reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y
apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y,
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito
de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María!
31
V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.
El segundo, no tomarás el Nombre de Dios en vano.
El tercero, santificarás las fiestas.
El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.
El quinto, no matarás.
El sexto, no cometerás actos impuros.
El séptimo, no robarás.
EL octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás.
El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos
impuros.
El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se encierran en dos:
Amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como
a ti mismo por amor de Dios.
MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
El primero, oír misa entera los domingos y fiestas de
precepto.
El segundo, confesar los pecados mortales, al menos
una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha
de comulgar.
El tercero, comulgar por Pascua de Resurrección.
El cuarto, ayunar y abstenerse de comer carne cuando
lo manda la Santa Madre Iglesia.
El quinto, ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
32
OBRAS DE MISERICORDIA
Las corporales son:
La primera, dar de comer al hambriento.
La segunda, dar de beber al sediento.
La tercera, dar posada al peregrino.
La cuarta, vestir al desnudo.
La quinta, visitar a los enfermos.
La sexta, visitar a los presos.
La séptima, enterrar a los muertos.
Las espirituales son:
La primera, enseñar al que no sabe.
La segunda, dar buen consejo al que lo necesita.
La tercera, corregir al que yerra.
La cuarta, perdonar las injurias.
La quinta, consolar al triste.
La sexta, sufrir con paciencia a los defectos del projimo.
La séptima, rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
33
Cuando llegó a la Residencia de Málaga,
extenuado y enfermo de muerte, exclamó como
quien había cumplido su misión:
“¡Ya me entrego!”… “Me he dado prisa en
vivir, he trabajado cuanto he podido, ya me
recogerá el Señor. ¡Cuántas batallas he tenido que
sostener por la gloria de Dios!”
Esa misma noche pidió la Comunión y la
Santa Unción, y pidió perdón a todos sus
compañeros. El Hermano le preguntó: “Ahora,
Padre, ¿qué le duele?”, y respondió: “El haber
ofendido a Dios.” Una vez después de comulgar
creyendo que no lo oían, decía: “Gracias os doy,
Dios mío, por tantos beneficios como me estáis
haciendo…”
La noche antes de morir, se le administró la
Santa Unción, recibiéndola con extraordinario
fervor; y pidió que le aplicaran la indulgencia
plenaria para la hora de la muerte.
CÓMO VIVIÓ EL
P. ARNAIZ
SUS ÚLTIMOS DÍAS
34
Unas horas antes de fallecer, llamó por señas
al Hermano enfermero, éste se acercó, el P.
Arnaiz le agarró la mano, la apretó un poco y se
la besó, agradeciéndole sus servicios.
Acto seguido entonó el “Te Deum” con
energía, con fervor y voz más bien fuerte,
emocionaba oírlo, decían, pues estaba ya con la
respiración muy difícil. Le dieron el crucifijo y lo
estrechaba sobre el corazón, mientras se fue
apagando su vida, hasta expirar.
“TE DEUM”
Significa: “A ti, oh Dios”.
Es un himno que data de los primeros siglos de la
Iglesia y se sigue usando para dar gracias a Dios por
todos sus beneficios, en momentos muy importantes.
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la tierra.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el
Señor,
Dios de los ejércitos.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu
gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro
de los Apóstoles,
la multitud admirable de los
Profetas,
el blanco ejército de los Mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te
aclama:
35
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de
adoración,
Espíritu Santo, defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana sin
desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de
los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día has de
venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas
en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu
preciosa Sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su Pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu Nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para
siempre.
36
37
ÍNDICE
CÓMO ERA LA ORACIÓN DEL P. ARNAIZ
Consejos y Pensamientos .................................................. 1
ORACIONES QUE SE USABAN EN LAS DOCTRINAS DEL PADRE
Oración de la Mañana ..................................................... 5
Oración de la Noche ....................................................... 6
El Santo Rosario .............................................................. 7
CÓMO VIVÍA EL P. ARNAIZ SU MISA Y COMUNIÓN ................. 11
Oración para el momento de la Elevación en la Misa ........ 13
Oración para después de Comulgar ................................. 13
EL P. ARNAIZ Y EL CORAZÓN DE JESÚS ..................................... 15
Acto de Consagración Personal al Sagrado Corazón .......... 16
EL P. ARNAIZ APÓSTOL
DEL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN ..................................... 18
Modo de prepararse para hacer una buena confesión ....... 20
Esquema práctico de una confesión ................................. 24
QUÉ PREDICABA EL P. ARNAIZ ................................................. 25
ALGUNAS ORACIONES BÁSICAS DEL CRISTIANO ...................... 29
CÓMO VIVIÓ EL P. ARNAIZ SUS ÚLTIMOS DÍAS ....................... 33
“Te Deum” ................................................................... 34
A. M. D. G.
Misioneras de las Doctrinas Rurales
[email protected] www.mdrurales.com www.padrearnaiz.es
Top Related