Salvador Mendieta y la unión centroamericana
Margarita Silva H.
Universidad Nacional (Costa Rica)
Introducción
Salvador Mendieta fue uno de los más prominentes pensadores unionistas de
Centroamérica en el siglo XX. Desde su juventud destacó por su controvertida
personalidad, siempre estuvo rodeado de adeptos y detractores, y su figura ha sido tema
de discusión por largo tiempo. Un ejemplo es la biografía escrita por Juan Mendoza en
1930 y publicada en la ciudad de Guatemala, donde se manifiestan duros juicios contra
el abogado unionista.1 Desde entonces, se han escrito varios libros, decenas de artículos
y numerosos editoriales que analizan la lucha del líder nicaragüense en pro de la unión
regional y su participación en el Partido Unionista Centroamericano (PUCA).2
En las siguientes páginas, me interesa realizar un estudio de historia intelectual
siguiendo la trayectoria vital de Mendieta.3 De la mano del líder, intento penetrar en la
vida académica de los institutos de formación media y en el mundo universitario de su
época, con el propósito de dilucidar los principios de esta propuesta política y
establecer, mediante el análisis de los libros Páginas de unión (1903) y La enfermedad
de Centro América (1912-1934), las fuentes y las corrientes filosóficas que alimentaron
sus escritos y dieron sustento a su propuesta de unión. En las primeras páginas, presento
una biografía centrada en el desarrollo intelectual de Mendieta, para evidenciar la
conexión entre sus experiencias prácticas y su proyecto político. Posteriormente, analizo
la propuesta unionista entendida como un resultado colectivo de la discusión conjunta
entre Mendieta y sus partidarios.
El estudio se fundamenta en documentación histórica disponible en la Biblioteca
Manuel Gallardo ⎯de Santa Tecla, El Salvador⎯ y la Biblioteca del Instituto Mora
1 Mendoza afirma en su libro: “Salvador tatarea mucho, porque no persigue ideales. Pasa de una modalidad de criterio a otra distinta, bastardeando su preconizada sinceridad. Se le ve lanzado de uno a otro lado en los vaivenes de la vida, en perenne zigzag”. MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 55. 2 Otras obras son la tesis de MORRY, “Salvador Mendieta,” y el libro de RODRÍGUEZ, Salvador Mendieta. 3 Por historia intelectual, asumo el estudio de las propuestas y de las prácticas políticas de pensadores y de las redes sociales que se agrupan en torno a determinadas ideas, dentro de un contexto histórico y cultural definido. CAMP, Los intelectuales, pp. 11-16.
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⎯de México⎯, en información de biografías precedentes y en materiales documentales
del Instituto de Historia de Nicaragua y de las Bibliotecas Nacionales de Guatemala, El
Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
1. Diriamba, los primeros años
En la ciudad de Diriamba, Departamento de Carazo, ubicada a 35 kilómetros de
Managua, capital de Nicaragua, nació Salvador Mendieta ⎯el 24 de marzo de 1879⎯,
en el seno de una familia de pequeños comerciantes conformada por Alejandro
Mendieta Valverde y María de Jesús Cascante Gutiérrez, quienes fueron partícipes del
progreso económico y de la modernización cultural generada por el cultivo del café en
esa región a fines del siglo XIX.
En Nicaragua, el cultivo del café se introdujo tardíamente en comparación con
Guatemala, El Salvador y Costa Rica, donde la actividad se inició en los albores del
siglo XIX.4 En 1837, el Gobierno nicaragüense impulsó el cultivo del llamado grano de
oro mediante políticas proteccionistas. El café, como en otras regiones del istmo,
dinamizó el desarrollo económico, social y urbano del área conocida como La Meseta
de los Pueblos y en particular la zona de Diriamba. En esta última región, la actividad
cafetalera dio paso al surgimiento de un sector de pequeños propietarios de fincas de
café, quienes vendían sus cosechas a propietarios mayores, poseedores de los beneficios
de procesamiento del grano, como por ejemplo las familias Baltodano, González,
Rappaccioli, Lacayo, Chamorro, Gutiérrez, Alemán y Briceño.5
El emergente sector cafetalero impulsó el desarrollo de la ciudad de Diriamba,
inspirado en los modelos de las grandes metrópolis europeas. La construcción de
teatros, parques, hoteles, escuelas, iglesias, torres y mercados transformaron el paisaje
y emularon los signos del progreso de Francia, Inglaterra y Estados Unidos que tanto
admiraban. En 1888, el alcalde José Esteban González Parrales instaló la iluminación
pública de gas y construyó el camino hasta la estación del tren, mejoró las calles y llevó
el primer automóvil a la ciudad. Más tarde su hijo, el ingeniero Carlos González García,
fundó la compañía Eléctrica de Carazo abastecida por un sistema hidroeléctrico. Los
cafetaleros Crisanto Briceño y Buenaventura Rappaccioli fundaron el club social de
Diriamba en 1890 y el doctor Moisés Baltodano instaló el sistema de abastecimiento de 4 SAMPER, “Café, trabajo,” pp. 17-24. 5 ROMERO, Historia general, pp. 155-176.
2
agua potable.6 Además, en la ciudad había un desarrollo comercial importante
constituido por negocios de pequeña y gran escala, entre los cuales se encontraba el
almacén de víveres de los Mendieta, en el centro de la ciudad.
Paralelo al desarrollo material y a las transformaciones en el paisaje de las
nacientes ciudades del istmo se produjo un desarrollo cultural e intelectual acorde con la
modernización, y al cual Diriamba no fue ajena. Los gobiernos centroamericanos
impulsaron el desarrollo de la educación laica como motor del progreso y se promovió
la contratación de maestros extranjeros que vinieran a enriquecer el ambiente cultural y
el desarrollo educativo, según los modelos europeos en boga. Se desarrollaron políticas
culturales y nuevas instituciones encargadas del resguardo del pasado de la nación. A
estos esfuerzos se sumaron los intelectuales, quienes se constituyeron en creadores y
defensores de la nación liberal, democrática, cafetalera y europeizada. Por medio de
artículos de periódicos, editoriales, textos educativos, discursos y poesías, toda una
generación de intelectuales propagó la admiración por Europa y los Estados Unidos, el
desprecio por lo propio, la creencia en la ciencia y la certeza de un futuro mejor que
llegaría gracias a las leyes inevitables de la evolución social. Como señala Bradford
Bruns, para el caso de El Salvador, el proceso de creación de la nación cafetalera
aumentó la importancia de los intelectuales en la sociedad. Los graduados universitarios
y los profesores cada vez más se integraron en la vida política y económica y ocuparon
puestos medios en el gobierno, en su mayoría fueron ministros, diputados, directores de
las nacientes instituciones culturales y educativas –como museos, bibliotecas, escuelas y
colegios– y rectores de las universidades recién creadas.7
En ese mundo de transiciones y grandes intercambios culturales creció Salvador
Mendieta hasta alcanzar la edad escolar e iniciar los estudios primarios en el reconocido
Instituto Nacional de Oriente en la ciudad de Granada.8 En ese centro de estudios fue
alumno de José María Borges ⎯abogado del conservadurismo⎯ y de José María
Izaguirre ⎯pedagogo cubano, compañero de Céspedes y amigo de José Martí⎯, quien
había emigrado a Nicaragua luego del fracaso del Zajón en Cuba.9
6 Mayor información sobre el desarrollo histórico de Diriamba puede consultarse la página www.diriambainfo. En este sitio se presenta un resumen de las principales obras escritas sobre la ciudad, entre las cuales se encuentra el texto de Mendoza, Juan. Historia de Diriamba (1920) impreso en Guatemala. 7 BURNS, “La infraestructura,” pp. 565-591. 8 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, pp. 304-305. 9 José María Izaguirre, como antes se dijo, fue uno de los hombres del 68 en Cuba, exmiembro de la Asamblea Constituyente de Guáimaro. Llegó a Centroamérica en 1874 contratado por el gobierno de
3
2. La formación académica y el encuentro con Centroamérica
En 1892, Mendieta fue enviado a continuar sus estudios al Instituto Nacional de
Varones en la ciudad de Guatemala como alumno externo. A partir de entonces, formó
parte de la comunidad estudiantil de los institutos de educación media constituida por
jóvenes oriundos de distintas partes del istmo, quienes mediante el diálogo y la
convivencia diaria adquirirían conocimientos de las realidades políticas de los países
vecinos y una percepción regional de Centroamérica como totalidad histórica.10 En el
Instituto de Varones de Guatemala, Mendieta lideró en 1894 la formación de la primera
sociedad estudiantil unionista.11 En esa tarea contó con la colaboración de sus
compañeros de estudios Manuel Herrarte, de Barbarena; Antonio Leiva, de
Quetzaltenango; Adrián Zapata, de Zacapa; y Lorenzo Zelaya, de Juticalpa.12 La
sociedad tuvo una existencia efímera, pues en julio de ese año se clausuró cuando
Mendieta –junto a sus compañeros– fue expulsado del Instituto por orden del general
José María Reina Barrios (1892-1898), pues promovió un movimiento contra el
director.13 Años más tarde, sobre esta experiencia dice Mendieta:
En Guatemala seguí y concluí las normas intelectuales de la primaria, inicié la secundaria y la continué hasta el tercer curso. En ese Instituto se manifestó mi vocación unionista y mi rebeldía.14
Meses después, ingresó al Instituto de San Salvador para concluir los
estudios secundarios. El Instituto era dirigido por Gustavo Radlach y el doctor
José Emilio Alcaide.15 En ese centro educativo, formó una nueva sociedad
estudiantil unionista, semejante a la de Guatemala, que denominó Minerva, donde
participaron sus compañeros Nicasio Morales, Pedro Joaquín Meléndez, Salvador
Calderón y Victoriano Ayala, vecinos de San Salvador; Macario Cabezas, de
Justo Rufino Barrios para ocupar el cargo de director de la Escuela Normal de Guatemala. AUGIER, Cuba en Darío, p. 55 y MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 21. 10 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 303 y MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 52. 11 MENDOZA, Salvador Mendieta, p.21 12 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 304. 13 El director del Instituto Nacional de Varones era el maestro Santos Berduó Toruño, originario de San Pedro de Perulopán, Guatemala. Véase MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, pp. 304-305. 14 MENDIETA, Testamento político, p. 6. 15 MENDIETA, Testamento político, p. 6.
4
Rivas, Nicaragua, y Manuel Araujo, de Tejutepeque, El Salvador.16 Esta era una
sociedad unionista científico–literaria de promoción de la lectura y el estudio de
los intentos de la unidad regional.17 La sociedad se mantuvo activa hasta 1896,
cuando Mendieta concluyó sus estudios de bachillerato con la presentación de la
tesis Las constituyentes y la Constitución Federal de 1824, monografía polémica
que circuló impresa por la región.18
A fines de 1897, Mendieta regresó a Guatemala para iniciar sus estudios
universitarios. Para entonces ⎯relata⎯, en Guatemala se vivía una situación de
inestabilidad política: acababan de pasar las revoluciones de Oriente y Occidente
y había una aguda crisis económica y bajos precios del café.19 Además, la
Universidad se encontraba cerrada y Mendieta planeó estudiar en México.20 Sin
embargo, el 8 de febrero de 1898, murió asesinado José María Reina Barrios y
ascendió al poder Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), quien decretó la apertura
de los establecimientos públicos de enseñanza, alegando que la instrucción es la
base de las instituciones liberales y la causa del engrandecimiento de las
naciones.21 Mendieta canceló su viaje a México e ingresó a la Facultad de
Derecho y Notariado de la Universidad de San Carlos.22
En la Universidad, siendo estudiante del segundo año de leyes, fundó con
otros compañeros ⎯el 18 de junio de 1899⎯ la sociedad estudiantil El Derecho,
en la que participó un grupo de estudiantes de leyes, ingeniería y medicina.23
Según Mendieta, la lectura del Libro del Hombre del Bien, de Benjamín Franklin,
fue la fuente de inspiración para crear la sociedad El Derecho.24 En ese texto
Franklin describe un plan para el desarrollo moral propio y para el fomento de
sociedades de jóvenes solteros dedicados al bien social.25 Los pormenores sobre
16 De este grupo, cabe destacar al Dr. Victorino Ayala, catedrático en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de El Salvador y director del Instituto Nacional. Además, fue autor del primer tratado de sociología escrito en la región en 1921. Por su parte, el Dr. Manuel Araujo ocupó la Presidencia de El Salvador entre 1911 y 1913 y murió asesinado en plena vía pública el 9 de febrero de 1913. AYALA, Sociología y SILVA, Nuevo diccionario, p. xliv. 17 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 307. 18 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 308 y MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 21. 19 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 308. 20 MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 73. 21 MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 51. 22 MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 73. 23 MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 74. 24 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico p. 303 y MORRY, 1968 pp. 61 y 64. 25 FRANKLIN, El libro del hombre, pp. 5-7.
5
la fundación de esa sociedad estudiantil, los relata Juan Mendoza en su obra
biográfica:
En Guatemala, Salvador tomó participación activa en la fundación de la sociedad El Derecho, compuesta de los estudiantes que aspirábamos a la intrincada carrera de Licurgos y que orillando las separaciones fronterizas, hacíamos propaganda de acercamiento centroamericano. Le gustaba mucho discutir y hablaba hasta por los codos, lo que, sí bien reveló una fluidez de expresión desbordante [...] Chispiante, vivaracho y de fácil palabra, no tardó en captarse las simpatías del gremio. Se le tributaron elogios y se le colmó de favores, estímulos poderosos, eficientes, que obraron el milagro de encarnar en Salvador cualidades sugestivas no comunes, un temple de ánimo superior para dominar en los primeros momentos la atención de las masas, conquistándose ascendientes y rodeándose de las auras populares que son las puertas de entrada para el que aspira a los atractivos de la vida pública.26
La Sociedad El Derecho se dio a conocer públicamente el 15 de
septiembre de 1899, cuando algunos de sus miembros fueron invitados por el
alcalde de la ciudad de Guatemala a participar en los actos de celebración de la
independencia de Centroamérica, que tendrían lugar en la Escuela de Leyes.27 La
celebración fue aprovechada por los asociados para exponer su programa
ideológico y expresar su oposición a los gobiernos del istmo. El discurso
inaugural fue pronunciado por el catedrático Manuel Valle, profesor de oratoria
forense, muy querido y respetado por los estudiantes.28 Como vocero de los
alumnos de los primeros años, disertó Salvador Mendieta y, como portavoz de los
años superiores, José Antonio Villacorta. En ese momento, afirma Mendieta,
arrancó la reacción estudiantil contra la Centroamérica feudalista que
preparaba a sus estudiantes para el servilismo político.29
En su discurso inaugural, Mendieta señaló los objetivos de la sociedad. En
su conjunto, eran una serie de aspiraciones que pretendían la habilitación de los
estudiantes como agentes de cambio social y su organización como fuerza
política opositora. Entre sus objetivos estaban: 1) reunir a los estudiantes
universitarios del istmo en torno al ideal de la unión, 2) estrechar los vínculos
sociales y fomentar el intercambio académico entre la juventud pensante del
26 MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 34. 27 Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América, Fondo Salvador Mendieta Cascante, 0647, [en adelante: IHNCA, SMC]. 28 IHNCA, SMC, 0647. 29 IHNCA, SMC, 006.
6
istmo, 3) promover la fundación de sociedades estudiantiles similares a la
establecida en Guatemala y 4) organizar a los estudiantes para entablar la lucha
de los que piensan contra los que oprimen.30
El Derecho fue una sociedad de oposición a los gobiernos, realizó graves
denuncias de abuso del poder y organizó varias protestas contra el dictador. En
consecuencia, un año después de la fundación de la sociedad, Manuel Estrada Cabrera
encarceló y luego expulsó del país a Mendieta y a sus compañeros porque se sentía
amenazado por las actividades de los estudiantes contra su régimen.31 Al salir de
Guatemala, Salvador Mendieta ingresó a la Universidad Central de Honduras, donde el
15 de febrero de 1902 se recibió de abogado con la tesis titulada Organización del
Poder Ejecutivo de la República de Centro América. En este documento se perfila tres
de los principios que guiarían la propuesta política unionista: la abolición de las cinco
repúblicas, el establecimiento de un Estado unitario y el fomento de una nación ístmica
sustentada en el pasado heroico del unionista Francisco Morazán.32
En suma, las vivencias de Mendieta en los institutos de formación media y en
distintas universidades de la región demuestran que este proyecto político se inició
como un movimiento estudiantil, entre jóvenes que encontraron en el pensamiento
unionista centroamericano la poderosa amalgama que anulaba las diferencias de origen
y exaltaba sus rasgos comunes y las experiencias compartidas. A esto se sumó los
principios morales expuestos por Benjamín Franklin en el Libro del Hombre de Bien,
que procuraba desde el pragmatismo, el cultivo del carácter mediante un plan de 13
virtudes tendientes al desarrollo del dominio propio, el respeto y la erradicación de los
vicios sociales. En consecuencia, Mendieta y sus seguidores conformaron una joven
intelectualidad opuesta a los grupos gobernantes, quienes reaccionaron con constantes
persecuciones y prisiones contra los jóvenes unionistas. Estos últimos acabarían por
adoptar un fuerte antitotalitarismo y un profundo desprecio por los tiranos del istmo.
3. El ejercicio profesional y la participación en la vida política
30 MENDIETA, Páginas de unión, p. 277. 31 MENDOZA, Salvador Mendieta, p. 51. 32 El texto completo del trabajo de graduación se publicó en la primera parte del libro Páginas de Unión. Sobre este tema también puede consultarse la tesis de MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 78.
7
En marzo de 1902, Salvador Mendieta regresó a Nicaragua, donde ejerció la
abogacía y estableció otras sociedades unionistas.33 Además, fundó el Diario
Centroamericano, fue director del Semanario Nacional y del Colegio de
Diriamba y colaboró con otros compañeros en campañas en pro de la unión
política centroamericana.34 En diciembre del mismo año, emigrados
guatemaltecos lo invitan al Puerto de Amapala, Honduras, para participar con el
general Manuel Bonilla en la unificación de dos revoluciones.35 Una contra
Estrada Cabrera, encabezada por José León Castillo, y otra contra Terencio
Sierra, dirigida por el propio Manuel Bonilla.36 Sin embargo, al solicitar su
pasaporte en la cancillería nicaragüense fue enviado a la Penitenciaría Nacional
de Managua. Dos meses después, fue liberado y obligado a permanecer en
Diriamba. Confinado en esa ciudad, ejerció su profesión, impartió lecciones de
historia, fundó el Partido Unionista Centroamericano (PUCA) y escribió su
primer libro –Páginas de unión–, con el cual se iniciaría el planteamiento de una
innovadora propuesta política en pro del restablecimiento de la unión
centroamericana, que analizaremos en detalle más adelante.
Entre 1905 y 1909, Mendieta recorrió el Istmo Centroamericano en su
lucha por difundir los ideales unionistas.Visitó Costa Rica, El Salvador,
Honduras y Nicaragua, y en cada país estableció nexos con intelectuales
renombrados, líderes políticos y asociaciones estudiantiles. También, encontró
diversos obstáculos a su causa como la indeferencia, la opresión, la persecución y
la cárcel. A pesar de ello, logró con la ayuda de correligionarios y políticos
amigos desempeñar cargos públicos de importancia, publicar varias obras y
manifestar sus ideales.
En 1910, en el gobierno de Adolfo Díaz (1910–1912), Mendieta y su
grupo de seguidores fueron nuevamente perseguidos debido a sus enérgicas
protestas contra la intervención estadounidense, que pusieron de manifiesto la
33 MENDIETA, Testamento político, p. 9. 34 MENDIETA, Testamento político, p. 10. 35 MENDIETA, Testamento político, p. 11. 36 Terencio Sierra (1849-1907) militar hondureño, presidente de la República (1899-1903). Durante su mandato se otorgaron grandes concesiones a las compañías Standard Fruit y la Fruit Company. Como comandante general de armas, dirigió el fallido golpe de Estado contra su sucesor, el presidente Manuel Bonilla. Este último ocupó la presidencia de la República (1903-1907) y murió en el poder. Durante su mandato impulso la educación pública y el desarrollo de la industria. PAZ y FIDEL, Historia de Honduras, pp. 117-121.
8
posición antiimperialista que caracterizaría el movimiento.37 En ese entonces,
como director del periódico La Tribuna, enfrentó la censura y el cierre de su
medio. Luego, fue culpado de conspirar contra el Gobierno y puesto en prisión
en la Penitenciaría de Managua y en la cárcel de Jinotepe. Ambas prisiones
tendría efectos desastrosos para su persona y para la causa unionista, muy
afectada en sus finanzas.
En consecuencia, al salir de la prisión Mendieta realizaría diversos
esfuerzos para impedir la desaparición del PUCA. Fundan la Cátedra de Estudios
de Centroamérica y promueven la transformación del partido en un frente de
defensa de la soberanía centroamericana. Por iniciativa propia, Mendieta inicia
una serie de pactos y alianzas con los partidos políticos existentes que generarían
graves divisiones en las filas unionistas y concluiría con su separación de la
presidencia del Partido. 38
No obstante, su figura como líder unionista había tomado dimensiones
continentales. En 1926, fue invitado por el Gobierno de Panamá a participar en el
Congreso Bolivariano. En Panamá, aunque no asistió a las sesiones del Congreso
envió una exposición, la contestación a la encuesta del Durry College y dictó
conferencias y se entrevistó con numerosas personalidades.39 Años después, en
1948, fue invitado por el Gobierno de Brasil para dictar conferencias sobre el
problema unionista centroamericano.40 También impartió conferencias en
Ecuador y en algunas universidades estadounidenses en Washington D. C., Nueva
York, Nueva Jersey, Illinois y California.41
En el transcurso de 1938 a 1940 Salvador Mendieta formó parte de la
Comisión Legislativa de Nicaragua y al ser creada la Universidad Central de
Nicaragua, por el gobierno de Anastasio Somoza García (1937-1957), fue
designado rector de esa casa de estudios.42 En ese cargo permaneció un año; poco
después, la universidad fue clausurada por considerarse foco de intranquilidad.
En su separación de la rectoría, medió la oposición del gobierno de Somoza y de
Jorge Ubico, de Guatemala, a los esfuerzos de Mendieta para reunir la cuarta
37 UNIÓN PANAMERICANA, 1963, p. 220. 38 La presidencia del PUCA fue ocupada por el ingeniero hondureño Rafael Díaz Chaves. MENDIETA La enfermedad de Centro América. Terapeútica, p. 18. 39 MENDIETA, El problema unionista, p. 126. 40 MENDIETA, Obras del doctor, p. 7 y UNIÓN PANAMERICANA, p. 220. 41 MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 86. 42 UNIÓN PANAMERICANA, p. 220 y RODRÍGUEZ, 1999, p. 11.
9
convención nacional del Partido Unionista Centroamericano, luego de más de 22
años de realizada la Tercera Convención Nacional del PUCA.43
En 1945, el líder unionista enfermó gravemente y se trasladó a una clínica
en Nueva Orleans, Estados Unidos. De regreso en Centroamérica, los constantes
desacuerdos con el gobierno de Anastasio Somoza, convencieron a Mendieta de
abandonar Nicaragua y de radicarse en El Salvador. En este país, multiplicó sus
actividades en el Ateneo de El Salvador y en otras sociedades fuera de esa
nación.44 Mendieta también fue miembro de la Sociedad Colombina de La
Habana, Cuba, del Instituto Morazánico de Honduras y de la Sociedad de
Geografía de Nicaragua.45 Su última obra, Mi jornada de trabajo, se publicó el
25 de marzo de 1957.46 El líder unionista falleció en 28 de mayo de 1958 en la
ciudad de San Salvador. En el Testamento político manifestó su profunda
decepción por el fracaso propio, que para él significaba la permanencia de la
división del istmo en cinco repúblicas.
Morirme sin realizar la unión de Centro América es haber vivido sin objeto; y en tal caso me parece que no dejo ninguna herencia. Es como no haber vivido, tal vez peor que eso: planear la construcción de un edificio, decir que se construirá, tener profunda fe en ello, dedicarse por entero a esa labor, creer que se abren zanjas para enterrar los cimientos, creer que se están echando éstos, que se levantan paredes, que se acumulan los materiales, y que se conseguirán los que faltan, y que se verá erguida, sólida y bella la vasta fábrica; y acostarse una noche creyendo todo eso para despertar a la mañana siguiente (…) advirtiendo hasta entonces que se ha cabalgado en Clavileño, que no se ha hecho nada, y que los bellacos de la Casa del Duque se han reído a nuestra costa. Digo por esto que morirme yo sin haber realizado la Unión es peor, mucho peor que si no hubiera nacido.47
En resumen, la trayectoria profesional y política de Mendieta manifiesta
comportamientos políticos ambiguos, señalados por Pierre Bourdieu como
característicos de los intelectuales.48 En la juventud Mendieta fue radical e
43 Partido Unionista Centroamericano, PUCA, p. 5. 44 UNIÓN PANAMERICANA, p. 220. 45 MORRY, “Salvador Mendieta,” pp. 87-88. 46 MORRY, “Salvador Mendieta,” p. 88. 47 MENDIETA, Testamento político, p. 8. 48 Para Bourdieu, los intelectuales conforman una facción dominada de la clase dominante, inclinada, en razón de la ambigüedad estructural de su posición en la estructura de la clase dominante, a mantener una relación ambivalente, tanto con las fracciones dominantes de la clase dominante como con las clases dominadas, y a formar una imagen ambigua de su posición en la sociedad y de su función social. BOURDIEU, Intelectuales, p. 32.
10
intransigente con los grupos gobernantes y sus vinculaciones fueron con sectores
excluidos: emigrados políticos, estudiantes, intelectuales y líderes de oposición
afines a los ideales de unión. En estos años, su actividad profesional fue relegada
por su interés en la propagación del movimiento y en la redacción de textos.
También ejerció cargos medios en el gobierno que abandonó con gran facilitad
por seguir sus ideales unionistas. A partir de 1921, Mendieta cambia su
comportamiento político y se muestra muchos más flexible hacia los grupos en el
poder y dispuesto a vincularse en la política local de los distintos Estados del
istmo. El acercamiento de Mendieta a los grupos en el poder coincide con el
fracaso del último intento del siglo XX por restablecer la República Federal
Centroamericana y la consecuente desbandada del movimiento unionista en la
región. Este cambio no solo debilitó su posición como líder de las filas
unionistas, sino también ante sus oponentes y ante los nuevos aliados, quienes
finalmente lo marginaron causando su refugio en la actividad académica nacional
e internacional y el autoexilio en El Salvador, hasta su muerte. ¿Cuáles fueron
los principios políticos que defendía Mendieta?; ¿En que consistía su propuesta
unionista? ¿Se transformó el ideario unionista con el correr de los años? Estas
interrogantes las analizaremos en el siguiente apartado.
4. La formulación de la propuesta estudiantil unionista
Como se dijo anteriormente, la enunciación de la propuesta estudiantil unionista inició
con el libro Páginas de unión, publicado en 1903 por la Imprenta Gurdián, en León
de Nicaragua. La obra de 300 páginas, se divide en dos partes. En la primera se
encuentra la tesis defendida por Mendieta para concluir sus estudios en Derecho. En la
segunda parte, se reproducen algunos discursos y varios artículos escritos por el autor
en diferentes momentos en defensa de la unión centroamericana.
El trabajo de graduación de Mendieta es en sí una propuesta unionista donde el
autor analiza en forma comparada la organización del Poder Ejecutivo en los textos
constitucionales de los cinco países y propone una forma de organización política
alternativa basada en la unión de Centroamérica. En su estudio, Mendieta adopta la
metodología positivista de análisis jurídico comparado utilizada por Alejandro Angulo
Guridi, destacado jurista antillano radicado en Nicaragua, quien en 1891 publicó Temas
11
políticos.49 Según Angulo Guridi, el Derecho es una ciencia y los estudios de
legislación comparada parten de los análisis experimentales, en los cuales se procede
por comparación, analogía y confrontación para exponer las diferencias y las similitudes
entre las constituciones políticas de diversos países, a fin de determinar los principios y
las leyes más apropiadas con el carácter general del país donde se aplicarían.50
Siguiendo esa metodología, Mendieta confronta los textos y concluye que las
constituciones centroamericanas poseían los más recientes avances del Derecho
Político, pero su efectividad era nula debido al predominio de una práctica política
caracterizada por el despotismo, donde Poder Ejecutivo era dueño y señor de las vidas y
haciendas.51
En consecuencia, propone la unión regional como organización política
alternativa. La propuesta se inspira en el pensamiento unionista centroamericano de
Francisco Morazán, Máximo Jerez, José Trinidad Cabañas y José Francisco Barrundia,
y en el concepto de unión del diplomático colombiano José María Torres Caicedo,
expuesto en el libro Unión Latino Americana: pensamiento de Bolívar para formar una
liga americana: su origen y sus desarrollos y estudio sobre la cuestión que tanto
interesa a los estados débiles, a saber: ¿un Gobierno es responsable por los daños y
perjuicios ocasionados a los extranjeros por las facciones?, publicado en París en 1865
y en otros trabajos que Mendieta no refiere, pero reproduce parcialmente para sustentar
sus argumentos.52 Por ejemplo, en relación con la unión señala:
Digamos a este respecto lo que el señor Torres Caicedo, dice sobre el asunto que nos ocupa: “La unión está llamada a producir prodigios en todas partes; pero ella es la necesidad de las nacionalidades hispanoamericanas; ese es el remedio de sus inmensos males. Como todo lo que es afirmación; ella transformará la faz política y social de las Repúblicas de América Latina… !Sí!
49 Alejandro Angulo Guridi, de familia dominicana emigrada tras la ocupación haitiana, nació en Puerto Rico y se formó en Cuba, donde publicó sus primeros textos literarios y periodísticos. Llegó a Nicaragua en tiempos del presidente y general José Santos Zelaya y se dedicó a enseñar Literatura y Gramática en el Instituto Nacional de Masaya, del que fue director. Colaboraba en los periódicos sobre temas religiosos, políticos y filológicos. Falleció en Masaya en 1903. ARELLANO, Diccionario de autores, pp. 18-19. 50 MENDIETA, Páginas de unión, p. 93. 51 MENDIETA, Páginas de unión, p. 54. 52 José María Torres Caicedo (1830-1889) fue un personaje de singular actividad, de variada producción periodística, política y literaria y de densa vida diplomática a lo largo de muchos años. Fue director del semanario El Día, en Colombia, su tierra natal, y editor del Correo de Ultramar. Fue representante de Venezuela, Colombia y El Salvador en París, donde realizó la mayor parte de su obra. El tema que lo caracteriza es el que tiene como centro al continente americano y se considera el creador del concepto Latinoamérica. Carilla, 1998, pp. 337-338. Otras referencias del autor se encuentran en MENDIETA, Páginas de unión, pp. 107, 132-136.
12
la unión es la palabra de vida para la América Española, así como ha sido para todos los pueblos.”53
En consecuencia, la unión fue para Mendieta una necesidad urgente para la
región ya que constituía un factor de progreso, un signo de modernización, una
estrategia de defensa contra la expansión imperialista estadounidense y la única manera
de consolidar la región como una nación. Además, veía en ella una forma de
organización científica donde los jóvenes intelectuales serían los llamados a ocupar los
cargos políticos en función de su conocimiento y sus virtudes morales.54 Los
intelectuales y propiamente los estudiantes serían los encargados de liderar el
establecimiento de la unión regional y de educar al pueblo en razón de su juventud, la
capacidad académica, el dominio de la ciencia y, sobre todo, por representar la ruptura
con la tradición colonial y con las viejas generaciones de políticos.55
Los argumentos de Mendieta en pro de los sectores intelectuales, dejan clara su
adhesión al racismo científico que imperaba en la época y evidencia su desprecio hacia
los indígenas y los sectores sin educación, a quienes incluso señaló como cómplices de
los tiranos, partícipes del localismo y responsables, en buena medida, del atraso político
de la región.56 A estos suma los intelectuales de vieja guardia y a los maestros, a
quienes definió como víctimas de la empleomanía. Es decir, de la ambición por ocupar
un empleo público retribuido que garantizara la subsistencia y respaldara el
reconocimiento social como hombres de ciencias.57
Además, señaló que el nuevo sistema contaría, con un Estado unitario. Esta
propuesta se basó nuevamente en los criterios de José María Torres Caicedo sobre la
federación como forma de organización política susceptible de muchas gradaciones.
Para Torres Caicedo, existían dos tipos de federación: a) el sistema federal verdadero y
real, donde las partes aisladas forman un todo en el sentido de traspasar ciertos derechos
y prerrogativas de las diversas entidades políticas a una nueva entidad formada por
todas ellas y b) la federación hispanoamericana, donde el sistema obra en el sentido
contrario, disminuyendo las derechos de la entidad conocida, de la Nación, del Estado
para aumentar los derechos y las prerrogativas de las partes, de las entidades
53 MENDIETA, Páginas de unión, p. 133. 54 MENDIETA, Páginas de unión, pp. 141-143. 55 MENDIETA, Páginas de unión, p. 114. 56 Como ejemplo de sus duros juicios sobre los indígenas tenemos: “La raza indígena, atrasa de por sí, llegó al colmo del embrutecimiento con la esclavitud que sobre ella gravitaba…”. MENDIETA, Páginas de unión, p. 89. 57 MENDIETA, Páginas de unión, pp. 70-71.
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secundarias del Estado. Este sistema afirma Torres, nació en la República de la Plata, en
México y en Centro América.58 La propuesta del Estado unitario también se apoyó en la
opinión de Valero Pujol59, destacado intelectual positivista, quien aseguró:
Las cinco sesiones de Centroamérica no eran fuerzas contrarias, ni tenían intereses opuestos, ni organizaciones políticas diferentes, sino que moléculas disgregadas de un todo homogéneo, planetoides aislados de una antigua y compacta masa planetaria que precisaba unirlos, amalgamarlos y compactarlos de un modo uniforme, sin contrariar las leyes de la variedad en la unidad.60
En Páginas de unión también se presenta un antiimperialismo como parte de la
propuesta unionista, resultado del conocimiento obtenido a través de las experiencias de
algunos de los maestros cubanos, entre ellos el propio José Martí y otros emigrados
políticos de latitudes afectadas por la expansión estadounidense, quienes arribaron a la
región. El antiimperialismo se conjugó con la crítica a las dictaduras y un fuerte
sentimiento hispanista presente en el grupo y en Mendieta, que se identificaban con
Europa en razón de su ascendencia familiar.61
Como hemos demostrado, la propuesta de unión presente en el texto en estudio
fue influida por el positivismo y se inspiró en autores latinoamericanos en boga como
el diplomático y publicista colombiano José María Torres Caicedo y en intelectuales del
medio afines al positivismo, entre ellos Valero Pujol y Alejandro Angulo Guridi. La
propuesta contó con un pasado histórico sustentado en las hazañas de los próceres
unionistas, quienes fueron elevados a la categoría de héroes de la unión. En ella, los
estudiantes y los jóvenes profesionales constituían la fuerza creadora de un nuevo orden
político de dimensiones regionales, basado en la unión como signo de modernidad, en
los progresos de la ciencia y en la capacidad de los intelectuales para regenerar a los
indígenas y a los grupos sin instrucción y sustituir a los déspotas en el poder.
58 MENDIETA, Páginas de unión, p. 143. 59 Valero Pujol (1837-1915) político republicano y educador originario de Borja, Zaragoza. Después de haber sido gobernador de Huelga, se trasladó a Guatemala en 1875 a petición del militar español Garrido y Agustino, director de la recién creada Escuela Politécnica. Fue director del periódico El Progreso y propietario de la tipografía de igual nombre y autor de importantes obras para la historia intelectual de Guatemala; como Compendio de Historia Universal (1878) y Compendio de la historia de la Filosofía (1885). Murió en Guatemala en 1915. Datos tomados de ROJAS LIMA, Diccionario, pp. 754-755. Además, véase MENDIETA, Páginas de unión, pp. 148-150. 60 MENDIETA, Páginas de unión, pp. 148-149. 61 Esta posición en pro de España y de lo europeo, la manifiesta Mendieta aún en 1934, cuando afirma que es un amador fervoroso de España y de todo lo español debido a las gotas de sangre que sus bisabuelos le había heredado. MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 36.
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La difusión de Páginas de unión en la región fue limitada debido a las medidas
de represión impuestas por el mandatario nicaragüense José Santos Zelaya, quien
boicoteó el libro y durante varios meses persiguió al autor hasta expulsarlo del país.62
Sin embargo, las ideas unionistas continuaron circulando en la región gracias a la
existencia de la red solidaria de adeptos al movimiento, quienes siempre brindaron
apoyo a Mendieta y contribuyeron en la difusión del unionista mediante la publicación
de un sinnúmero de folletos, revistas, periódicos y conferencias, reproducidas en talleres
tipográficos clandestinos, como por ejemplo la Tipografía El Progreso, en Managua,
propiedad de Sofonías Salvatierra, o la Tipografía de Francisco Ocheita, en
Quezaltenango, Guatemala.63 Estas iniciativas permiten intuir amplios niveles de
adhesión al nuevo ideario y establecer la dimensión colectiva y regional que alcanzó
esta propuesta como planteamiento alternativo de organización política en
Centroamérica.
En el siguiente apartado, se analiza la Enfermedad de Centro América, texto
considerado la obra monumental de Mendieta debido a lo extenso del estudio –de más
de 1.500 páginas–, al minucioso análisis de la realidad centroamericana, pero, sobre
todo, a su publicación en la prestigiosa Tipografía Maucci, de Barcelona, España.64 Con
este trabajo, Mendieta no solo dio a conocer el ideario unionista más allá del istmo, sino
también pasó a formar parte del selecto grupo de intelectuales centroamericanos que
lograrían dar a conocer sus obras en el Viejo Continente. En adelante, me interesa
determinar cambios en la propuesta, establecer la presencia de nuevas influencias
filosóficas y determinar la viabilidad de esta propuesta de organización política.
4.a La Enfermedad de Centro América: los síntomas, el diagnóstico y la terapéutica
La Enfermedad de Centro América es un libro de tres tomos: el primero,
referente al sujeto de estudio y a los síntomas de su dolencia; el segundo, a los
orígenes y diagnóstico, y el tercero, a la terapéutica. Los tomos fueron escritos
durante un periodo de aproximadamente 22 años debido a las continuas
interrupciones causadas por la actividad política del autor, los destierros, las
62 MENDIETA, Testamento político, pp. 9-10. 63 SILVA, “El uniomismo científico” , pp. 181.
64 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, p. 12.
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prisiones y la escritura de otros textos. El primero se escribió entre 1905 y 1907
y fue publicado por primera vez en 1912; la redacción del segundo tomo inició en
enero de 1915 y concluyó en diciembre de 1919. Sin embargo, el fracaso del
intento de unión conocido como la República Tripartita desvió la atención del
autor y retrasó la publicación. En 1922, Mendieta reanuda el proceso de
redacción con Terapéutica; al mismo tiempo, escribe dos tomos titulados
Alrededor del problema unionista de Centro-América, que sumados a la triada
conformaría la serie de cinco volúmenes publicados en 1934 por la tipografía
Maucci.65
Esta serie de libros fue definida por su autor como el manifiesto de la
ideología unionista y como un texto de regeneración social y política de la
región.66 El título, enfoque y preocupaciones inscriben la obra en el contexto de
la corriente ensayística latinoamericana inspirada en el positivismo y el
darwinismo social spenceriano presente en un amplio número de obras
precedentes, entre las cuales podemos citar El triste porvenir de las naciones
hispanoamericanas, del mexicano Francisco Bulnes (1899); Continente enfermo,
del venezolano César Zumeta (1899); Pueblo enfermo, del boliviano Alcides
Arguedas; Manual de patología política, del argentino Agustín Álvarez (1899);
Enfermedades sociales, de Manuel Ugarte (1905); el libro del sociólogo e
historiador brasileño Mantel Bomfim, A America Latina: Males de origen, y
Nuestra América: Ensayo de psicología social, del argentino Carlos Octavio
Bunge (1903).67
Sin embargo, en términos metodológicos, La enfermedad de Centro
América se inspira en las fuentes francesas de reflexión socio-biológica y
específicamente en el naturalismo de Émile Zola (1840-1902), como se lee al
inicio de la obra, donde Mendieta advierte que realizará el estudio de las
condiciones sociales y políticas desde el punto de vista del observador, siguiendo
los procedimientos del “doctor Pascual, de Zola”, quien dice: estudia sin pasión
y ve el proceso de las leyes naturales en una familia no preocupándose si no por
acumular hechos, inducir las causas que los produjeron y deducir las
consecuencias que a su vez producirá. De paso, agrega, si el paciente gusta de
65 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, pp. 389-393. 66 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, pp. 393. 67 MARICHAL y VARGAS, “Introducción.”
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aliviar los males indica el procedimiento que habrá de seguirse, para disminuir
la intensidad del mal y curarlo radicalmente.68
La elección por Zola, no es fortuita y más bien responde al gran interés
que existían entre los intelectuales centroamericanos por los autores franceses.
París y su ambiente cultural eran parte fundamental del horizonte cultural de la
gran mayoría de escritores centroamericanos que luchaban por abrirse espacio en
la academia francesa y por imitar los modos de vida parisina y europea en
general. Ejemplo de esta tendencia fueron los modernistas Rubén Dario, Froylán
Turcios y Enrique Gómez Carrillo, “quien incluso sostuvo entrevistas con Jean
Lorrain, Joris-Karl Huysmans, Alphonse Daudet y Émile Zola, de las que da
cuenta en la sección “intimidades Parisienses, de Almas y cerebros”.69
Mendieta, siguiendo a Zóla, asumió la redacción de su obra como un
informe de un experimento científico, centrado en descubrir la realidad de modo
totalmente objetivo mediante la aplicación de los nuevos métodos positivos, el
análisis empírico y los principios de la herencia genética y del medio social.70 De
esta forma, adoptó la actitud de un médico y aplicó el método experimental como
si la sociedad, las instituciones y los grupos sociales fueran pacientes, a quienes
debía brindarse un diagnóstico de sus males para indicar el tratamiento adecuado.
Precisamente, como antes se dijo, esa es la estructura de la obra.
El primer tomo es una crítica mordaz y sistemática al sistema social y
político de Centroamérica realizada mediante una descripción caótica del mundo
social y político de la región y fundamentada en el concepto de enfermedad
social desarrollado por Émile Zola en la saga de Los Rougon-Macquart, donde
analiza las intrincadas conexiones que existen entre la enfermedad, el desarrollo
de una ambición asociada al ansia de poder y la influencia del medio social. De
forma similar, Mendieta pretende mostrar que el pueblo centroamericano está
enfermo como resultado de la combinación de factores culturales, alimentarios y
del medio ambiente que conllevan a la degeneración moral y a conductas
promotoras de la dominación y el ejercicio autoritario del poder. En relación con
el campesino, por ejemplo, afirma: 68 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, p. 18. La expresión el “doctor Pascual de Zola,” la utiliza Mendieta en referencia a la obra Le Docteur Pascal, vigésima novela de la serie Los Rougon-Macquart, historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio (1852-1871), ZOLA, Le docteur. 69 FUNES, “Froylan Turcios y el modernismo”, p. 201. 70 BARRUETO y DE LA CRUZ, Realismo literario.
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Hijo de una sociedad modelada por la intransigencia católica no gusta de discusiones bajo ningún concepto y busca siempre la autoridad de la palabra dicha por el cura para que le sirva de guía a sus pensamientos… Respeta a las autoridades más que a Dios y no se escandaliza por los atentados o robos de los mismos, convencidos de que no hay remedio posible y que debe aguantar con la misma estoica resignación que un terremoto o la crecida de un río.71
En su estructura, el tomo también evidencia con suma claridad la
influencia de Herber Spencer y su metáfora organicista, especialmente en la
perspectiva que posee el autor del orden social como un todo orgánico en el que
las partes y componentes están interrelacionados y donde cada componente
contribuye objetivamente a mantener y perpetuar la entidad mayor en la que está
inmersa. De esta manera, luego de analizar la sociedad centroamericana,
Mendieta concluye que todas y cada de esas partes padecen dolencias que
paralizan a la sociedad y la condenan al atraso, la violencia y el abuso del poder.
En resumen, afirma que Centroamérica no existe como Estado y por consiguiente
quien desee convertir a las cinco repúblicas de ópera bufa en una república de
verdad tiene que ponerse a la tarea de crear lo que no existe.72
Otro concepto central presente en el primer volumen es el de clase social,
sustentado en el principio del más apto acuñado por Spencer y entendido como
un determinismo que definía las oportunidades de los individuos, las maneras de
comportarse, los gustos, el lenguaje, las opiniones e incluso las creencias éticas y
religiosas. En consecuencia, Mendieta describe al sujeto de estudio como un
conglomerado de clases sociales compuesto por los campesinos pobres, los
acomodados y los ricos, el artesano oficial y el maestro de taller, la servidumbre,
los militares y los caciques políticos. A estos suma una clase diferente
conformada por los estudiantes, los universitarios formados en Centroamérica y
los jóvenes profesionales, quienes por sus conocimientos eran los llamados a
emprender la regeneración social.
Finalmente, el texto incluye el análisis de diversas instituciones sociales;
entre ellas, la escuela primaria, el comercio, el cuartel, los partidos políticos, el
municipio, el gobierno departamental, las cortes de justicia y los presidentes.
Todas ellas concebidas como componentes funcionales reproductores de la 71 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, pp. 26-29. 72 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, p. 283.
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dominación de los tiranos denominados por el autor como caciques, concepto
acuñado por el regeneracionismo hispano, con el cual se aludía al ejercicio
autoritario del poder y que Mendieta caracterizó de la siguiente manera:
Dedúzcase, pues, cuál será la administración de los cacicatos: nada de ciencia de gobierno, de planes administrativos, de combinaciones financieras con base científica. Se vive al día; se tiene en toda su magnitud la imprevisión de los pueblos salvajes o atrasados. Así se dictan las leyes, así se derogan; así se adopta un sistema, así se abandona. Agréguese a esto el desconocimiento geográfico, étnico y estadístico del país, la falta seria y sólida de formación de las clases directoras, y se tendrá un juicio vago de nuestra caótica administración y de los males que ella causa a las generaciones de hoy y a las de mañana.73
En el segundo tomo, Mendieta diagnóstica la enfermedad de
Centroamérica como un caso profundo y crónico de abulia colectiva. La abulia
–afirma– es un estado de ánimo que se caracteriza por la falta de anhelos, por
el deseo de no hacer, por la incapacidad de tomar resoluciones… Tal estado
implica necesariamente una profunda depresión de los centros nerviosos de la
colectividad o del individuo que lo padece.74 Finalmente, asegura que, tanto en
los pueblos como en los individuos, la abulia es curable si a tiempo y de modo
apropiado se reacciona contra ella y se combate metódicamente.
En el diagnóstico se señalan diversas causas de la enfermedad agrupadas
en cuatro factores: la influencia étnica, la influencia del medio ambiente, el
desarrollo institucional y la influencia de los acontecimientos históricos
posteriores a la emancipación. A diferencia de otros autores de su época,
Mendieta analiza cada factor mediante un balance en el cual reconoce tanto los
aspectos negativos como las buenas cualidades presentes en las razas (indios,
negros, españoles), el medio físico y el desarrollo histórico. Por ejemplo, en
cuanto a las razas opta por la idea del “mestizaje construtivo”, señalado por
Nancy Leys Stepan como una variante dentro del movimiento eugenésico
latinoamericano, la cual sustentaba la idea del mestizaje y la evolución como vías
de regeneración social, y el cual fue anatema para los eugenecistas europeos.75
73 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Descripción, p. 247. 74 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, pp. 19-20. 75 Sobre este tema, véase Nancy Leys Stepan “ The hour of Eugenics”: Race, Gender and Nation in Latin America (Ithaca, New York: Cornell University Press, 1991, pag, 138. Citada por Palmer, 1996).
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Dicha idea permitió a Mendieta plantear un nuevo tipo étnico centroamericano,
según el cual:
La raza blanca es la que debe dar el mayor y mejor contingente para la formación del futuro tipo étnico centroamericano, al cual deberán dar también sus mejores cualidades las razas cobriza y negra, pero subordinadas a las superiores de la blanca… El tipo indio y el negro, tienen excelentes cualidades físicas, morales, intelectuales y estéticas que deben saberse aprovechar dentro del molde caucásico.76
Respecto a las instituciones coloniales, su posición fue más tajante y las
consideraba el origen del desorden político imperante en la región:
En el proceso de formación del estúpido, imprevisor y enervante caciquismo centroamericano aparecen los gobernadores e intendentes coloniales como las manifestaciones larvadas que le han dado origen.77
En consonancia con esos preceptos, Mendieta asoció al concepto de raza el
carácter del centroamericano como elementos determinantes del retraso y la
dominación. Sin embargo, por las fuentes citadas, el argumento central fue
tomado del libro El carácter, del literato escocés Samuel Smiles (1815-1904),
quien sostuvo que la tristeza y el desánimo eran factores contrarios al progreso,
aniquiladores del organismo y del trabajo. Smiles, partícipe del pensamiento de
la autosuperación, escribió una saga de tres libros –El carácter, El deber y El
ahorro– que propiciaban valores éticos y normas culturales acordes con los
principios liberales como la disciplina del trabajo, la libertad individual, el
respeto a la ley, el ahorro y el deber. Estos principios vendrían a ser considerados
la cura de los vicios sociales presentes en la sociedad y las instituciones
centroamericanas.
Por último, el tercer tomo, Terapéutica, manifiesta la presencia de
planteamientos teosóficos regeneracionistas como parte de los fundamentos de la
propuesta política unionista. Así, pues, la educación, la higiene, la cultura cívica
y la eugenesia se propusieron como los caminos de la regeneración de la sociedad
76 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 24. 77 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Diagnóstico, p. 111.
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centroamericana.78 No obstante, su eficacia fue limitada a la instauración de la
unión regional concebida como el estado de perfección moral, política y social.79
En la terapéutica, la mujer ocupó un lugar central debido a dos razones
claramente señaladas: 1) la mujer se consideró el centro del hogar y, por tanto,
eje de la sociedad, 2) la población femenina era más numerosa que la población
masculina.80 La cura a sus males también se encontraba en el fomento de la
educación, un aspecto que brindó cierto carácter innovador, aunque la propuesta
educativa se enmarcó en los parámetros tradicionales de la moral y la virtud.
En resumen, la terapéutica resultó ser una receta compleja –a veces confusa–
donde la ley del progreso se unió a la búsqueda continua de los supremos ideales
de perfección moral, justicia, belleza, amor y solidaridad universal. Tal
amalgama de corrientes filosóficas no solo daba cuenta de las inconsistencias, las
contradicciones y rupturas de la propuesta unionista sino también de la mezcla de
diferentes fuentes filosóficas de las que bebió el unionismo. Así, los principios
teosóficos y regeneracionistas vinieron a constituirse en los ideales de la nación
centroamericana imaginada como una república cientificista, de hombres y
mujeres virtuosos, bien educados, amantes de la patria, en constante evolución,
poseedores de mayores cantidades de sangre caucásica y, al mismo tiempo,
dueños de la vitalidad de las sangres indígena y africana.81
Conclusiones: “La República intelectual unionista centroamericana”
El proyecto político unionista propuesto por Mendieta y su grupo se constituyó,
como hemos visto, mediante un conjunto de ideas y principios provenientes de
diversas corrientes filosóficas que se introdujeron en la región en el contexto de
la modernización cultural generada por el cultivo del café. Ciertamente, las zonas 78 Sobre este tema se pueden consultar los trabajos de Marta Casausy Teresa Giráldez, quienes han profundizado sobre el espiritualismo, la teosofía y el vitalismo en Centroamérica, definidos como corrientes de pensamiento contrarias al positivismo. Véanse, CASAUS, “Las redes teosóficas;” “La creación” y CASAUs y GIRÁLDEZ, Las redes intelectuales. 79 De acuerdo con Mendieta, el camino hacia la perfectibilidad se compone de varias etapas, lo primero es que cada individuo sea sano, fuerte y hermoso; lo segundo que tenga voluntad recia y bien orientada hacia la moral; y lo tercero que cuente con los condiciones necesarias para subsistir y disponer de los medios suficientes para el completo desarrollo de su personalidad física, moral e inteligencia. MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Terapéutica, p. 337. 80 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Terapéutica, p. 76. 81 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Terapéutica, p. 87.
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de expansión del cultivo, como Diriamba, en Nicaragua, experimentaron
importantes desarrollos económicos, sociales y culturales que transformaron su
paisaje rural y dieron paso a la conformación de incipientes centros urbanos y al
desarrollo de nuevos conglomerados sociales, entre los cuales destaca el
surgimiento de una generación de jóvenes educados en las universidades del
istmo, poseedores de amplios conocimientos de los países vecinos y de una
percepción ístmica y regional de Centroamérica. A ello se sumó la experiencia de
exilio y de persecución que alentó en Mendieta y sus compañeros la solidaridad y
dio paso a un fuerte centroamericanismo, a la búsqueda de las similitudes más
que a las diferencias exacerbadas por los nacionalismos de entonces y a la
adopción del viejo proyecto unionista.
Si bien los jóvenes profesionales invocaron en su ideario a los caudillos
clásicos de la unión –Francisco Morazán, Gerardo Barrios, Máximo Jerez y Justo
Rufino Barrios– también modernizaron la propuesta unionista planteada por los
militares que apostaron a la fuerza bruta, la imposición y el ejercicio autoritario
del poder como medios para instaurar la unión regional. En esta propuesta
unionista, se adoptaron principios expresados por intelectuales de reconocido
prestigio internacional que abogaban por que la fuerza fuera reemplazada por el
saber, la improvisación sustituida por el método científico, el compadrazgo por la
meritocracia y el autoritarismo por el ejercicio democrático del poder.
Desde su visión positivista, estos jóvenes defendieron a ultranza los
principios liberales de la propiedad privada, el libre comercio, la libertad de
prensa y de pensamiento. También, creyeron en la educación, la ley y el orden y
la eugenesia, como los medios de la prosperidad de los pueblos, y alentaron las
virtudes del trabajo, el ahorro, la higiene y la lucha contra los vicios. En su
propuesta, la eugenesia es entendida como un mestizaje constructivo en el cual la
inmigración europea y los modelos raciales caucásicos unidos a lo indígena y
negro eran el ideal racial centroamericano.82 Además, la buena educación y el
conocimiento se consideraron condiciones indispensables para participar en la
política. En consecuencia, la ostentación del poder fue vista como un asunto
exclusivo de los poseedores del saber y no de tiranos, quienes basaban su
autoridad en el dominio y la ignorancia de los pueblos.
82 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Terapéutica, p. 61.
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La teosofía, por su parte, proveyó a los intelectuales de principios morales
universales sobre los cuales propiciar la democratización de los sistemas
políticos del istmo y fomentar el cultivo de las altas virtudes morales como
pilares de una ciudadanía centroamericana, basada en el amor a la patria grande,
la obediencia a la ley, la solidaridad cristiana y las virtudes del trabajo, el ahorro
y el deber, pero sobre todo en el respeto a las jerarquías sociales y el
reconocimiento de la superioridad moral de los poseedores del conocimiento.
Así decían:
Serviréis a vuestra patria, eligiendo hombres doctos que enseñen a vuestros hijos, hombres sabios para gobernar vuestro pueblo, hombres de honor y responsabilidad que administren los bienes comunes, escogiendo siempre hombres de ciencia y de prudencia a quienes asociarse para vuestros negocios y aún vuestro trato.83
En el principio de solidaridad universal, el unionismo intelectual encontró
asidero para imprimir dimensiones continentales a la propuesta de unión
centroamericana y dotar al istmo de un glorioso destino como región depositaria
de la unión latinoamericana, llamada por su posición geográfica y composición
racial a ser el nexo central de los pueblos iberoamericanos y de todos los que
forman la humanidad.84 A este sueño de grandeza centroamericana, se unía su
posición antiimperialista sustentada en la oposición de los bloques raciales
hispanoamericano y sajón. No obstante, como otros intelectuales de su época, los
unionistas centroamericanos fueron partícipes de un antiimperialismo romántico,
en constante oscilación entre la admiración al pueblo estadounidense y la
aversión hacia su gobierno y su política expansionista.
En definitiva, esta propuesta de unión respondió al interés político de una
nueva clase emergente, los intelectuales, quienes buscaron los medios de abrirse
espacio en una Centroamérica caracterizada por el autoritarismo y la marginación
de la oposición. No obstante, la propuesta no estuvo exenta de contradicciones ni
de planteamientos absurdos, pero todos ellos daban vida a tres argumentos
centrales: 1) la Centroamérica despótica y sumisa era un pueblo enfermo incapaz
de encontrar su cura, 2) los intelectuales eran los conocedores de la pócima
salvadora y los llamados a regenerar la sociedad para alcanzar su promisorio
83 RODAS, Mis prisiones, pp. 150 y 157. 84 MENDIETA, La enfermedad de Centro América. Terapéutica, p. 677.
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porvenir y 3) la unión regional era el estado perfecto de organización social y el
restablecimiento de la República Federal Centroamericana el destino de la
región. Se trataba, entonces, de una “República intelectual centroamericana”, una
república donde los doctos estarían por encima de los opresores.
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