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SIG en el análisis de la migración y movilidades laborales en ciudades medias y pequeñas
en México1
Angélica E. Reyna Bernal2
Resumen
Recientemente, el desarrollo de las tecnologías computacionales y aquellas para el análisis
geográfico ha permitido su difusión, dando la oportunidad de incorporar la dimensión espacial en
el análisis de diversas problemáticas, desde diversas perspectivas disciplinarias, incluyendo la
cuestión demográfica.
El uso de la tecnología SIG cuenta con grandes virtudes, que permiten considerarla una
herramienta para el análisis demográfico. A través de la georreferenciación de los datos
estadísticos de los componentes demográficos en de diversas unidades territoriales, facilita la
visualización de los diferenciales regionales del comportamiento demográfico.
Este trabajo tiene por objetivo considerar las potencialidades de la tecnología SIG en el análisis
demográfico, así como su aplicación al caso específico del análisis de la migración y movilidades
laborales en ciudades medias y pequeñas en México, considerando diversas escalas territoriales
de análisis.
El análisis de la migración se realiza desde una perspectiva demográfica, a partir de la
explotación de censos de población. Las aplicaciones SIG para la visualización de diversos
aspectos demográficos se realizan utilizando el software ArcView.
La información demográfica utilizada en el trabajo proviene de los censos generales de
población y vivienda de los años 1990, 2000 y 2010, así como los conteos de población de 1995
y 2005. Los datos censales referidos a la migración y movilidades laborales son
georreferenciados a diferentes escalas territoriales, considerando entidades federativas,
municipios y localidades.
1 Trabajo presentado en el V Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, Montevideo, Uruguay, del
23 al 26 de octubre de 2012 2 Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Centro de Estudios de Población, [email protected] y
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El trabajo busca presentar como resultados algunas de las formas de incorporación de la
dimensión espacial al análisis demográfico, a través del caso de las migraciones y movilidades,
considerando los cambios en los patrones de movilidad detectados en la última década.
I. Consideraciones Metodológicas sobre los SIG’s en el análisis demográfico
En la última década, la difusión de los software para aplicaciones de Sistemas de Información
Geográfica (SIGs) ha facilitado y promovido el interés para considerar la dimensión espacial en
el análisis de fenómenos y procesos sociales, incluyendo los demográficos. Las aplicaciones de
los SIGs van desde la construcción de acervos o inventarios de información exhaustiva de
unidades territoriales (en punto, línea o área), hasta su uso como herramientas para desarrollar
modelos estadísticos que reflejen la espacialidad y/o la interacción de lo fenómenos con la
dimensión territorial y ambiental.
Los Sistemas de Información Geográfica (SIGs) se refieren a sistemas computacionales
que permiten consultar de manera interactiva información digital referida geográficamente
(latitud, longitud, altitud), facilitando la combinación e integración de múltiples cartografías,
manejadas como capas superpuestas de datos digitales que se observan simultáneamente como
características de un mismo espacio, para la generación de información en función a proyectos o
cuestiones específicas. Un SIG permite ingresar o capturar, editar, almacenar, administrar,
recuperar, integrar, manipular, analizar, mostrar y modelar capas de datos geográficos y datos de
unidades referenciadas espacialmente, a través de las herramientas que ofrece el software de
análisis geográfico, para producir información interpretable, útil, frecuentemente aplicada a la
toma de decisiones y a la planeación (Cf. U.N. 1997:2 y Walker y Miller 1990 citados en ERDAS
IMAGINE, 2000: 384; y Trevor 1995:52, citado por Gómez, 2001:2).
Un SIG consiste del hardware, el software, y las condiciones para operarlo en términos de
la información o datos que se ingresan al sistema, las personas con el conocimiento para operarlo,
un programa de entrenamiento y presupuesto para su sostenimiento. La difusión de estas
tecnologías permite que actualmente no solo se desarrollen institucionalmente, sino que sea más
abierto el uso de sus aplicaciones.
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Los SIGs permiten realizar tres actividades fundamentales: visualizar datos
espacialmente, manejar información georeferenciada para su análisis y modelar dicha
información. Una vez que se han ingresado los datos para conformar bases de datos de las capas
y atributos, el beneficio primario de un SIG es poder visualizar capa por capa esta información, a
manera de mapas de presentación; asimismo presenta notas, imágenes y bases de datos ligadas a
los objetos georeferenciados. Los SIGs son interactivos (Newsom y Mitrani, 1993:200), por lo
que además de generar imágenes estáticas (layouts), permiten consultas directas, movimientos
continuos sobre la carta geográfica, cambios de escala en la visualización (zoom), cambios de
escala del objeto (si el sistema cuenta con dicha información), creación de reportes, consulta y
visualización simultánea de estadísticos, gráficos, imágenes, notas relativas a un objeto
georeferenciado específico seleccionado (reporte referente al centroide seleccionado) o de toda la
base de datos. Asimismo, los SIGs pueden ser alimentados con información, en forma de bases
de datos que actualicen la información logrando mostrar secuencias temporales, que de acuerdo a
los ritmos de actualización puede llegar a operar casi en tiempo real. Los software para SIGs
permiten desplegar sobre la misma cartografía o de manera independiente la información
estadística de sus bases de datos georeferenciadas, según el investigador haya diseñado la liga en
el SIG a dichas bases, y la construcción de gráficas de estadísticas por cada unidad geográfica u
objeto georeferenciado. Un producto derivado de este manejo visual interactivo son la
publicación de mapas temáticos estáticos con información selecta.
En segundo término, un SIG permite manejar información, tanto desplegándola sobre la
misma imagen cartográfica para su exploración, como ordenando las bases de datos y dándoles
procesamiento estadístico para análisis exploratorios. Las capas o mapas de variables
individuales pueden analizarse para extraer nueva información de ellas, ya sea por una simple
comparación visual o haciendo combinación y comparación de las capas por procedimientos
específicos que ofrece el software, tales como la recodificación (asignación de nuevos valores
para las clases o rangos de las variables) y la superposición (creación de nuevos archivos con
valores específicos de las capas de entrada), que permiten recuperar la nueva información que se
genera. El análisis en los SIGs es el proceso de buscar en la información geográfica, patrones y
relaciones entre las características (Mitchel, 1999:11 citado por Gómez Solís, 2001:4). El
Análisis Exploratorio de Datos Espaciales (ESDA por sus siglas en inglés) se soporta en la
cualidad interactiva de los SIGs de acceder a bases de datos de diferentes subsistemas al tiempo
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de mostrar la visualización de estos rasgos geográficamente, apoyándose en métodos visuales y
cuantitativos para resumir las propiedades espaciales de una variable, permitiendo describir los
patrones espaciales y las relaciones entre variables de los elementos georeferenciados, dando pie
a la formulación de hipótesis que pueden ser probadas en análisis posteriores con herramientas
estadísticas y cartográficas más poderosas como es el uso de modelos formales estadísticos y
geográficos.
Procedimientos de análisis espacial comúnmente incluidos en las rutinas de los software
de SIG son el análisis de proximidad (implica el cálculo de distancias entre objetos
georeferenciados con valores, rangos o clases específicos de una variable); el análisis de
contigüidad (permite identificar áreas cuya característica de análisis tienen el mismo valor o
categoría y que mantienen continuidad, eliminando las áreas no significativas de acuerdo a un
límite de inclusión); el análisis de vecindad (analiza las cualidades de las áreas vecinas de
acuerdo a parámetros límite, de densidad, media, suma, etc.); la indexación (agrega los valores de
las capas insumo); y el análisis matricial (genera los valores para las áreas u objetos cuyas
variables que sirvieron de insumo coinciden de acuerdo al diseño solicitado).
En tercer término, un SIG permite desarrollar modelos de datos georeferenciados
(geográficos, ambientales, estadísticos, sociales, o sus combinaciones) de simulaciones, de
proyecciones o de corte explicativo, que permitan comprender mejor los fenómenos estudiados o
de los cuales se deriven aplicaciones específicas. El desarrollo de modelos de datos
georeferenciados en los SIG permite derivar y crear nueva información espacial o
georeferenciada a partir de insumos de distinta índole; también permite vincular resultados de
modelos de análisis estadístico con las georeferencias a través de las rutinas y herramientas del
software geográfico; o bien a través del desarrollo externo (en software estadístico) y su
vinculación a los objetos (puntos, líneas, áreas) georeferenciados.
Procedimientos de modelaje comúnmente incluidos en las rutinas de los software de SIG
son el modelamiento gráfico, que permite combinar capas de datos en un número ilimitado de
formas; y el modelamiento script, que permite combinar las capas de datos a través de operadores
y condicionales (ERDAS IMAGINE, 2005:393-4) Esto puede hacerse para información de un
momento específico (transversal) o a lo largo del tiempo (longitudinal), de acuerdo a su
disposición y el tipo de modelo estadístico, de simulación o visual que se plantee.
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El modelaje espacial permite la construcción de zonas; la estimación de movimiento o
desplazamiento y velocidad de elementos sobre áreas y vectores; la estimación de volúmenes de
elementos así como la valoración de su evolución en el tiempo; y la valoración de procesos en el
territorio incluyendo la interacción de distintas variables, bajo supuestos definidos y
formalizados, entre otros.
II. SIGs y dimensiones espaciales de la Demografía
Voss (2005) ha considerado que la Demografía es una disciplina espacial, sobre todo desde la
tradición de estudios macrosociales, en los cuales las poblaciones estudiadas tienen un referente
territorial definido por unidades administrativas como son los países, estados federales o los
condados.3 A partir de los años 1950s, la atención sobre el individuo como el agente de la acción
demográfica y en el intento de evitar la “falacia ecológica” (hacer inferencias inapropiadas sobre
los individuos a partir de los datos agregados) se generó un cambio hacia un paradigma micro-
demográfico (Voss, 2005:8).
Durante esas cinco décadas los estudios demográficos que han mantenido explícitamente
la dimensión espacial son los relacionados con la migración, la distribución espacial de la
población, procesos de urbanización y metropolización y las proyecciones demográficas.
Asimismo, en respuesta a problemas como interpretaciones de la acción de los individuos
aislados de su ambiente (una “falacia atomística”), se ha tratado de resolver la tensión
metodológica micro-macro, sobre todo en las dos últimas décadas, por del desarrollo de modelos
estadísticos multinivel (lineales jerárquicos) que a través de datos organizados jerárquicamente
(por ejemplo, individuos en familias de vecindarios) consideran la variación de atributos o
conductas demográficas individuales de manera simultánea a la variación en los diferentes
niveles o contextos geográficos de la jerarquía en que tales acciones demográficas individuales
ocurren. El desarrollado de modelos estadísticos basados en datos geoespaciales en articulación
3 Voss define la “demografía espacial como el estudio demográfico formal de agregados de áreas, por ejemplo,
los atributos demográficos agregados en algún nivel dentro de la jerarquía geográfica.” (Voss, 2005: 1). Este
investigador nos recuerda que la tradición predominante de estudios demográficos hasta 1950 involucraba datos
tomados de unidades de áreas, información agregada que contaba con una dimensión espacial. El desarrollo de
modelos formales como el de las poblaciones estables y el examen cuantitativo de relaciones formales entre
fenómenos demográficos y los estudios comparados (Dublín, Lotka, Thompson, Willcox, Baker, Whelpton entre
1896 y 1948) se sustentaron en información con tal referente geográfico (Cf. Voss, 2005).
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con tecnologías SIGs han permitido incorporar explícitamente elementos territoriales al análisis
demográfico.
Actualmente la Demografía presenta la dimensión espacial desde distintos aspectos y
gracias a la tecnología SIG se puede explorar espacialmente los datos en forma sistemática como
previamente no era factible. Por una parte se mantiene la tradición del manejo de información
agregada referente a áreas territoriales usadas como principales unidades de análisis y la
comparación de tendencias demográficas en distintas áreas. Los SIGs han permitido facilitar la
visualización de estos territorios a través de mapas de presentación que reflejen la dimensión
espacial de las características poblacionales en contextos dados, así como para mostrar
agrupamientos espaciales (spatial clustering) de varios fenómenos. Por otra parte, los SIGs han
respondido a la necesidad de mayor conocimiento y de manejo más preciso de las variables
territoriales y ambientales, favoreciendo la incorporación del contexto geográfico y social a
distintos niveles para la comprensión de los fenómenos demográficos. Esto es, han facilitado la
incorporación de variables espaciales al análisis demográfico como factores en los que se expresa
la dinámica demográfica; como factores que inciden sobre el comportamiento de cada uno de los
componentes demográficos; o como factores afectados por la dinámica demográfica.
Los SIGs permiten la delimitación de territorios, la identificación de poblaciones en tales
espacios, la incorporación de la dimensión territorial / espacial a los estudios poblacionales
(contextos), y el análisis y modelaje de las interacciones entre población y medio ambiente. Es
común en la planeación y desarrollo de operativos censales considerar las fronteras
administrativas y el levantamiento de información georeferenciada (U.N. 1997). Las
modificaciones de las divisiones administrativas en los períodos intercensales ahora pueden ser
actualizadas en los SIGs a través de interpolaciones de área o con la información derivada de
mediciones de Sistemas de Posicionamiento Global (GPS por sus siglas en inglés) que dan
precisión al manejo territorial y a la localización de poblaciones acotadas a dichos territorios, a
fin de mantener estimaciones adecuadas a los nuevos territorios, sobre todo para estudios que
requieren datos e indicadores longitudinales.
Los SIGs permiten la construcción de regiones que definen subpoblaciones específicas a
través del manejo de información articulada en intersecciones bajo supuestos o condicionantes
que modelan esos nuevos espacios y que pueden incorporarse a las bases de datos como variables
dummy. Asimismo, las herramientas SIGs ayudan a construir nuevas variables espaciales,
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derivadas de sus bases de datos, que sólo se logran obtener con información espacial, como son:
localización (coordenadas geográficas); distancias, vecindad, cercanía, continuidad,
discontinuidad de una localización respecto a otra; rutas de acceso, tiempos de recorrido;
conformación de continuidades físico-territoriales de fenómenos demográficos; y características
del territorio que permiten valorar la interacción entre los fenómenos demográficos y los
ambientales (recursos naturales, condiciones geomorfológicas) y la evolución de todas estas
variables en el tiempo. La presentación visual de las variables distribuidas en el espacio permite
explorar patrones y regularidades de los objetos o áreas de interés a través del territorio. Los
mapas nos proporcionan, como las gráficas, percepciones adicionales que no se logran obtener
por tabulados de datos. La identificación de estos patrones contribuye a la regionalización de los
fenómenos y al conocimiento de su evolución territorial o difusión, respondiendo a las preguntas
“dónde” y “en relación a qué”. La visualización simple permite detectar observaciones con
valores inusuales, o errores, que destacan espacialmente con respecto a su contexto geográfico,
pero que no se reconocieron como casos aberrantes al no presentar valores sumamente
diferenciados del conjunto total. Estos outlaiers espaciales se conforman en focos rojos de
análisis (ERDAS IMAGINE, 2005; Oliveau y Guilmoto, 2005).
El análisis más básico se refiere a la relación entre dos variables por intersecciones
geográficas, que estadísticamente equivale a frecuencias bidimensionales. Las preguntas básicas
son ¿dónde se localizan territorialmente los casos de una intersección de categorías de las dos
variables consideradas? y ¿Se encuentran aglomerados en el mismo espacio formando una región
o presentan otro patrón territorial? La respuesta a estas preguntas, en tanto información nueva
construida por operadores condicionantes (mayor, menor o igual a, y, o), puede apuntar a
variables adicionales relevantes o bien proporcionar una mayor comprensión de los procesos que
pueden ser responsables de tales patrones espaciales. El SIG ofrece como ventaja la
identificación territorial, e inmediata en su base de datos, de los casos que intersectan las
categorías de las variables, lo cual no es factible de obtener solo a partir del tabulado estadístico
de las dos variables consideradas. Un análisis más complejo tiene una perspectiva multivariada,
en la que se explora el comportamiento estadístico de otras variables asociadas considerando los
nuevos territorios (áreas u objetos en localizaciones puntuales identificadas en centroides)
definidos en la exploración bivariada, como análisis de varianza.
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Los SIGs permiten el desarrollo y aplicación de modelos estadísticos y geográficos para el
análisis demográfico con aplicaciones importantes a la planeación demográfica o de servicios que
inciden en factores demográficos. Con ellos se pueden definir las áreas territoriales que se
benefician de los servicios o sus áreas de captación o alcance, pero también áreas de demanda
potencial del servicio. Una forma de modelado espacial es la interpolación de áreas para
conformar nuevos polígonos o áreas a través de la superposición o traslape de polígonos, que
permite crear un nuevo mapa SIG que contiene las fronteras y características de los mapas
insumo (casos especiales son la multiplicación de imágenes raster y la conformación de
contornos o buffering). Una forma alterna de modelaje es, como en el análisis exploratorio, el uso
de software alternos externos, en el cual se desarrolla el modelo de simulación y desde el cual se
exporta después la información al SIG para su consideración espacial. Como señalan Newsom y
Mitrani (1993:199), la combinación de estas tecnologías las hace aún más poderosas que cuando
se usan solas.
En los últimos años el análisis de problemáticas demográficas se ha apoyado en el
desarrollo de modelos a distintas escalas. Por ejemplo, Schoumaker (2001) hizo aplicaciones de
análisis multinivel, a fin de considerar tanto características contextuales como individuales
explicativas de la dinámica de la fecundidad legítima en el Marruecos rural. La tecnología SIG ha
apoyado el análisis y modelado espacial demográfico: Oliveau y Guilmoto (2005) exploraron el
análisis de la correlación geográfica entre variables demográficas en la India, usando el ESDA y
el cálculo de la autocorrelación espacial global con el Índice de Moran, describiendo
separadamente las propiedades espaciales de cada variable y examinando los patrones
demográficos en India entre 1991 y 2001. Treadway. (2001) hizo aplicaciones de SIG para el
análisis de la estructura espacial de las comunidades a fin de identificar los núcleos
metropolitanos de Estados Unidos a partir de funciones del espacio urbano, transporte y flujos de
trabajadores, usando la cartografía de las Zonas de Análisis de Tráfico (TAZ en inglés) y la
información de encuestas a la población residente y trabajadores de las mismas.
La herramienta SIG se ha usado para conocer el patrón de asentamiento de la población,
su localización, para el análisis de la ocupación territorial de la población urbana, de los flujos
poblacionales en términos de sus rutas, y del papel de la tecnología del transporte. También se ha
aplicado a la definición, bajo criterios complejos, de espacios urbanos y no urbanos, a la
caracterización y análisis de su estructura en términos de densidades, redes y funciones de los
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espacios; y a la valoración de la movilidad territorial de la población. Existen aplicaciones al
análisis de procesos salud-enfermedad, provisión de servicios, planificación familiar, relaciones
población y ambiente, procesos migratorios, y a la planeación del restablecimiento de desastres.
Una escala casi inexplorada es la que aborda Delaunay (2001), al aplicar la tecnología
SIG al análisis demográfico de biografías de los habitantes de Bogotá. A partir de información
microsocial construye una base de datos georeferenciada y controlando el tiempo y las
trayectorias biográficas, identifica y modela el espacio biográfico de los itinerarios residenciales.
En su trabajo explora a) la cartografía de los itinerarios biográficos bajo la ayuda de la gestión del
tiempo en los sistemas de información geográfica; b) la reconstrucción del espacio vivido a partir
de las trayectorias biográficas; y c) la elaboración de un análisis contextual biográfico multinivel
(individual, barrio y contexto histórico) sobre la duración de las biografías.
III. Consideraciones sobre aplicaciones SIG en el análisis de la migración y ciudades
Algunas consideraciones metodológicas sobre los SIGs en el análisis demográfico sobre a
migración y los procesos de urbanización puede hacerse en términos del diseño del sistema, las
unidades de registro, las escalas de análisis y las fuentes de datos que lo alimentan.
El primer paso para el desarrollo de un proyecto de SIG es la evaluación del alcance y las
metas del estudio. Estas definen el tipo de datos requeridos, la información que se derivará de
tales datos y por tanto la construcción de la base de datos a la medida del proyecto y área
particular de estudio. El diseño debe satisfacer las necesidades y objetivos del proyecto y de la
institución que lo propone (ERDAS IMAGINE, 2005:384). El diseño de un SIG implica la selección
de la información que será ingresada, considerando diferentes ámbitos según el objetivo del
sistema. Sus bases de datos admiten datos estadísticos, imágenes, mapas y anotaciones,
información que se organiza en subsistemas. Puede organizarse sus bases en los subsistemas
considerados como determinantes del proceso migratorio y de las condiciones de la construcción
urbana, por ejemplo el subsistema ambiental (rasgos fisiográficos, geodinámica, e identificación
de distintos factores ambientales como cuerpos de agua, recursos explotables, etc.), el subsistema
económico (unidades productivas, infraestructura económica, etc.), el subsistema demográfico
(población en unidades administrativas municipales, asentamientos humanos rurales y urbanos,
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localidades, etc.), etc. En cierta forma, tal cualidad de integración de múltiples subsistemas le da
un carácter multidisciplinario a esta herramienta tecnológica.
Los SIGs pueden manejar distintos tipos de información: estadística, capas continuas
(imágenes de satélite, fotografías aéreas, fotogrametría, datos de elevación, etc., o en formato
raster), capas temáticas, capas de vector (vías, redes de comunicación y servicios públicos),
nombres, comentarios o imágenes (fotos de sitios, dibujos, esquemas, planos) ligados a la unidad
geográfica. Toda esta información se organiza en archivos diferentes según su tipo, los cuales se
encuentran ligados según se refieran a un mismo objeto georeferenciado, de manera que la
generación de una capa puede implicar una colección de datos o combinación de temas
correspondientes a datos de diferente formato. Mientras las estadísticas, fotografía aérea,
fotogrametría y rasgos geomorfológicos pueden ser manejados en análisis de datos espaciales y
permitir el desarrollo de modelos, la información cualitativa, en datos nominales o imágenes
complementa la construcción mental del espacio y da referencia cualitativa al territorio,
contribuyendo a su representación.
Las unidades de registro de la información que manejan los SIGs cuentan con referencias
coordenadas de latitud, longitud y altitud, que definen su posición en el globo terrestre. Su
representación en los software puede ser, dependiendo de la escala, como puntos, líneas (uniones
de puntos), o áreas (uniones de líneas). Estos elementos pueden manejarse como vectores o bien
como tramas grid llamadas raster, en planos bidimensionales o con modelos de elevación en
representaciones tridimensionales. Los puntos representan sitios específicos o bien los centroides
(puntos eje identificadores) de las áreas en que se ubican por ejemplo escuelas, centros
comerciales, ciudades, presas, etc. Las líneas se emplean para representar por ejemplo caminos,
carreteras, ríos, conductos de gas, etc. Las áreas o polígonos se emplean para representar
superficies como diversas unidades administrativas: países, entidades federativas, municipios,
predios, o bien áreas con cierta característica fisiográfica, cobertura vegetal o cualidad
altimétrica, etc.
Es esencial considerar la integración de la información cartográfica, estadística,
geográfica y de comentarios e imágenes, en términos de los conceptos, clasificaciones y
cobertura. Es común que en el desarrollo de un SIG se identifique información conflictiva de
algún fenómeno o variable en alguno de estos sistemas internos, así como inconsistencias
temporales y de escala sobre un mismo fenómeno en una o simultáneamente en varias de las
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bases de datos. La generación de esta consistencia es parte de la labor básica de construcción del
SIG. La implementación típica de un SIG implica tanto la entrada de datos como el análisis de la
información.
Los datos deben ser examinados y su precisión validada, toda la información requiere ser
almacenada de manera que permita respuestas prontas a las preguntas que se formulen y permita
actualizarse efectivamente.
Los principales aspectos metodológicos del análisis demográfico trascienden al uso de los
SIGs. Las características de la información a ser utilizada son fundamentales. La evaluación de su
integridad, confiabilidad y comparabilidad, previas a su uso en un SIG son indispensables.
Ninguna fuente de información es perfecta, pero el reconocimiento de sus limitaciones
(subcoberturas, imprecisiones de registro, etc.) permite calibrarlas y corregirlas de ser factible,
estableciendo rangos de confianza y confiabilidad estadística y conceptual, dejando claro qué se
le puede exigir a la información. La calidad de la información estadística referida al espacio
geográfico y/o a las unidades de análisis ubicadas en ese espacio impacta en los resultados
territoriales que arroja el SIG, en las variables espaciales que se construyen y en los resultados de
los modelos estadísticos que incluyen dichas dimensiones.
La información de los subsistemas de un SIG tiene características peculiares, siendo
necesario considerar su adecuación con respecto al tiempo y formas de recuperación, consistencia
y asociabilidad; eficiencia; eficacia; y escalas. La aplicación sincronizada de los subsistemas
implica subsanar problemas de integración y administración como la consistencia y la
comparabilidad de los archivos, la producción y contenidos, el manejo y la difusión (U.N.,
1997:3).4 Es común que la información censal incluya omisiones o traslapes o bien no
corresponda a la actualización necesaria para las demandas del SIG. Es necesario tomar en cuenta
estas situaciones para desarrollar la información existente a fin de salvar estas limitaciones. En el
análisis integrado de datos socio-económicos y ambientales, la interpolación de áreas es
frecuentemente necesaria a fin de derivar estadísticas demográficas relacionadas con procesos
territoriales.
4 Naciones Unidades ha recomendado que en la preparación de las bases de datos estadísticas-demográficas,
cartográficas y geográficas se consideren “la consistencia conceptual, temporal e interna de la información
concerniente de fenómenos idénticos y/o complementarios en las tres bases de datos a fin de asegurar la
comparabilidad y la asociabilidad. Los procesos de respaldo y actualización de archivos en diferentes tipos de
medios tiene que ser definida previamente al inicio de la operación. La consistencia necesita ser mantenida con otras
bases de datos oficiales relacionadas.” (U.N., 1997:3) En las aplicaciones censales debe preverse que estas bases
sean colectivamente exhaustivas y mutuamente excluyentes.
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Otro aspecto metodológico relevante es la consideración de cómo las escalas impactan en
el diseño y alcance de los modelos. Los procesos estudiados presentan diversos niveles o escalas
de análisis: macro, messo y micro, adquiriendo características particulares en cada uno de estos
niveles. Cada cobertura, dependiendo de su escala y las características que se desean mostrar
tendrá una representación en punto, línea o área. La escala determina el nivel de resolución o
detalle en que se captan las características del objeto georeferenciado. Entre más pequeña sea la
escala (es decir, entre menor sea la unidad de referencia), mayor será el detalle. Por el contrario,
entre más grande sea la escala (es decir, entre mayor sea la unidad de referencia), menor será el
detalle. Esto implica que las grandes escalas limitan la percepción de la variación: en la
descripción de un río, de una carretera, de un límite administrativo, mientras una escala pequeña
permite observar cambios en su trayectoria o forma, una gran escala solo permite la percepción
de la forma general; a pequeña escala, una ciudad puede representarse como una superficie o
área, mientras que a gran escala su representación puede ser un punto.
Los SIGs con información geográfica rompen la idea de isotopía, recuperando la
fisiografía y manejando las relaciones entre tiempo, distancia, esfuerzo y costo (fricción),
accesibilidad, etc., y en las situaciones de desastre por la presencia de extremos ambientales
también nos proporcionan comportamientos diferenciales de los eventos amenazantes de acuerdo
al detalle de la fisiografía.
En Demografía suele aplicarse la ley de los grandes números, tratando de reducir el nivel
de error estadístico o sesgos observables en las mediciones de pequeñas poblaciones como
agregado total o como subconjuntos definidos por el cruce de diversas variables. De ahí que en
los trabajos demográficos más tradicionales la escala para el manejo de la información sea macro
o mezo, como ya se había comentado. Es común que la información disponible de los censos sea
desplegada en agregados nacionales, estatales, municipales o de zonas metropolitanas,
correspondiendo con información georreferenciada a dicha escala.
Menos común, pero también factible es el acceso de información demográfica a escalas
menores. También la Demografía ha desarrollado fuentes de información y técnicas para el
análisis específico de micro-eventos. Las facilidades que brindan los SIGs para manejar escalas
de gran detalle deben ser valoradas en consideración del sentido estadístico que se le dará. Es
necesario establecer si la información disponible permite un manejo estadístico adecuado a nivel
nacional, estatal, regional, municipal, condados, de ciudades, el agregado amplio de unidades
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familiares o individuos, o a nivel micro en asentamientos unifamiliares o con individuos. La
consideración de la escala afecta directamente en la capacidad analítica y explicativa de los
modelos considerados, de manera similar a como sucede en los modelos multinivel, donde la
cuestión de la escala genera la posibilidad de captar variaciones significativas o no en cada
contexto jerarquizado.
La no coincidencia de escalas entre las diferentes coberturas pertenecientes a subsistemas
de información de un SIG es factible de subsanar aplicando herramientas y funciones de
interpolación de polígonos, bajo supuestos específicos para la distribución de características en
los espacios considerados. Cuando no es posible o adecuado reducir la escala de las unidades de
una cobertura es factible la agregación de unidades menores de la otra cobertura a fin de alcanzar
la otra escala, o bien cambiar el nivel de medición de las variables consideradas.
También existen consideraciones legales que demandan el ajuste de las unidades
territoriales de análisis. Entre menor sea el territorio y las unidades poblacionales a estudiarse
(sobre todo a escala micro) se presentan restricciones legales para evitar la violación del derecho
de confidencialidad, que en México se encuentra respaldado en diversas estructuras legales
públicas y civiles.5
Un tercer aspecto se refiere a la consideración de las unidades temporales. La precisión de
la unidad de análisis y de captación de información en el tiempo para su observación
longitudinal, trasciende a la dimensión territorial. Es decir, las unidades territoriales mínimas de
operación del SIG deben permitir dar seguimiento consistente a la información estadística de
manera retrospectiva o prospectiva. La estabilidad de la unidad territorial a lo largo del tiempo
permite la observación de la dinámica de los fenómenos en un mismo espacio. Cuando interesa
observar la expansión territorial de un fenómeno a lo largo del tiempo, el dinamismo del espacio
o zona analizada dependerá del uso de unidades mínimas que se adhieran o retiren del espacio
observado según compartan o dejen de compartir cualidades que las vinculen.
La representación escalada en mapas de visualización, al igual que los censos
poblacionales, puede representar un momento en el tiempo. Dependiendo de las unidades
5 En México, en la construcción y uso de información estadística, el derecho de confidencialidad se
encuentra respaldado por el Artículo 38 de la Ley de Información Estadística y Geográfica en vigor, que señala que “Los datos e informes que los particulares proporcionen para fines estadísticos o provengan de registros administrativos o civiles, serán manejados, para efectos de esta Ley, bajo la observancia de los principios de confidencialidad y reserva y no podrán comunicarse, en ningún caso, en forma nominativa o individualizada, ni harán prueba ante autoridad administrativa o fiscal, ni en juicio o fuera de él.” (INEGI, 2000).
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temporales de análisis, la información puede también tener mayor o menor resolución temporal.
Entre menores sean los lapsos considerados, mayor será la resolución temporal, donde los
seguimientos longitudinales pueden operar incluso en tiempo real dada la capacidad de
actualización y acumulación de información en el SIG.
La experiencia que he tenido en el análisis de la migración y la urbanización me permite
identificar tres grandes áreas de operación y aplicación de la demografía, y en los que puede
considerarse la aplicación de SIGs:
1. Aplicaciones relativas a la identificación y definición de perfiles de las poblaciones en
movimiento, que permiten establecer subzonificaciones de acuerdo a sus características, ubicando
a aquellas que presentan rasgos específicos que favorecen su selectividad o bien su diferenciación
con las poblaciones nativas. Los asentamientos urbanos también pueden ser caracterizados,
haciendo reconocimiento de sus fortalezas y debilidades para enfrentarse la emergencia, permiten
una mejor y más eficiente gestión del riesgo, que reduce el conflicto y permite minimizar algunos
impactos. En este sentido pueden desarrollarse SIGs para la prevención e identificación de
poblaciones vulnerables. Existen trabajos desde la geografía y el análisis ambiental que
construyen SIG para la identificación de zonas de riesgo, de acuerdo a amenazas ambientales
específicas. Es factible la aplicación de la dimensión espacial de la demografía sobre las
características que definen condiciones de vulnerabilidad socio-ambiental.
2. Aplicaciones relativas a la identificación del impacto demográfico de la migración en la
urbanización. Las migraciones tienen efectos directos e indirectos sobre las características y la
dinámica de la población en asentamientos específicos, observándose impactos locales y
regionales capaces de sostener, acelerar o modificar tendencias de largo plazo, aunque su impacto
macro-regional pude ser acotado. La aplicación de la tecnología SIG permite el reconocimiento
de las áreas de asentamiento de migrantes y, dependiendo de la resolución de las escalas
temporales es factible identificar los impactos demográficos sobre las poblaciones involucradas.
Dependiendo de la disponibilidad de información es factible la aplicación SIG para la evaluación
del impacto de la migración.
3. Aplicaciones relativas a la planeación. La atención eficiente del poblamiento urbano
requiere de una planeación de los requerimientos materiales, técnicos y humanos para la atención
de la población, así como la identificación de las áreas que pueden eficientar los servicios. Es
factible el desarrollo de aplicaciones SIG para la estimación de los requerimientos, los centros de
15
atención y sus zonas de influencia, y la simulación para el desarrollo de alternativas de las rutas
de circulación.
III. Ejemplificación por casos
b) Sistema urbano nacional de México
16
c) Ciudades medias y pequeñas
CASO DE LA REGIÓN CENTRO DE MÉXICO: Hidalgo, Puebla, TlaxcalaLas diversas estrategias de
movilidad territorial de la población en el recorte regional integrado por los estados de Hidalgo,
Tlaxcala y Puebla presenta particularidades importantes, como son: Su cercanía a la ZMCM
Su articulación con ésta y la ZM de Puebla
Su importante presencia rural
Su composición étnica fuertemente indígena
Marcados contrastes económicos y culturales
1.Realizar un estimación sobre las tendencias migratorias de la región Hidalgo-Tlaxcala-Puebla,
considerando el nivel estatal, entre 1990 y 2005.
2.Hacer una estimación de la migración hacia las ciudades pequeñas y medias de esta región para
1990-2005, considerando algunos de sus rasgos distintivos.
Este estudio se basa en el análisis demográfico de la información de los censos generales de
población de 1990 y 2005.
La migración interestatal se estima a través de las matrices de 1990 y de 2000, identificándose los
principales orígenes y destinos estatales acumulados (stocks 1990 y 2000, por entidad federativa
y agregado HTP).
Los flujos migratorios en saldos 1990-2000 hacia los municipios urbanos de la región HTP se
estiman por el método indirecto de población sobreviviente, con una S intercensal nacional.La
17
información sobre urbanización se basa en censos y conteos de población y vivienda 1970 a
2005.Cambios en el patrón de migración interna, 1955 - 2000
Fuente: CONAPO a partir de los Censos de Población y Vivienda de 1960 y 2000
SISTEMA URBANO NACIONAL, 1970-2005
Tamaño de
localidad
(habitantes)
SISTEMA URBANO NACIONAL
(estructura porcentual)
1970 1980 1990 2000 2005
15,000 - 49,999 63.2 66.1 68.3 65.7 64.4 50,000 - 99,999 12.3 10.7 12.2 12.4 12.3 100,000-249,999 15.3 11.6 8.3 9.3 9.8 250,000-499,999 6.8 8.0 6.7 6.1 6.4 500,000-999,999 0.6 1.8 3.2 4.1 4.2 1 millón y más 1.8 1.8 1.3 2.5 2.0
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 (163) (224) (312) (364) (412)
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI. Censos Generales de Población y Vivienda (Integración territorial),
1970-2000; Ruiz Chiapetto, 1993:708-16; Garza y Rivera, 1993:177-212.
Cuadro 4. Región Hidalgo-Tlaxcala-Puebla. Población urbana 1970-2005
Estado 1970 1980 1990 1995 2000 2005
Región HPT 766,484 1,450,983 2,416,917 2,920,904 3,111,229 3,688,298
Hidalgo 119,691 250,982 485,566 610,939 684,010 724,807
Puebla 591,759 1,066,206 1,663,404 1,981,261 2,255,707 2,599,842
Tlaxcala 55,034 133,795 267,947 328,704 371,511 363,649
Fuente: Elaboración propia sobre INEGI. Censos y conteos de población y vivienda 1970 a 2005. México.
18
1.La región Hidalgo-Puebla-Tlaxcala ha presentado un crecimiento poblacional que ha
contribuido a la transformación de localidades rurales en urbanas aún entre 1990 y 2005.
2.Los procesos migratorios dirigidos hacia la región tienen principalmente un destino urbano.
3.El mayor impacto de las nuevas y crecientes corrientes migatorias se expresa en el surgimiento
y crecimiento de ciudades medias en la región HPT
4.Los flujos migratorios hacia las ciudades de la región HPT tienen en general una mayor
presencia femenina.
5.Solo aquellas ciudades con una clara especialización laboral masculina (industria metalúrgica,
petrolera o construcción) presentan flujos masculinizados.
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