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Ha pasado casi medio siglo. La que fuera Empresa Nacional de Celulosas, hoy
ENCE, lleg a Huelva como consecuencia de los trabajos ya desarrollados por
Patrimonio Forestal del Estado con el gnero Eucalyptusen la provincia.
El inicio de la construccin de una presa en 1962 en Gibralen pona la primerapiedra al proyecto ENCE para la extraccin de la celulosa de la madera cultivada
de eucalipto. La actividad industrial comenz en 1964 y desde e l principio se re-
vel como la de mayor impacto social de la provincia en generacin de empleo
directo e indirecto, de forma diseminada adems por toda la geografa onuben-
se. La razn fundamental de este claro beneficio siempre ha sido el eucalipto y
todas las labores forestales e industriales asociadas a l.
Sin embargo, los antecedentes de este gnero de origen australiano no estn rela-
cionados con la pasta de papel. Las primeras plantaciones de eucalipto en Huelva
se remontan a finales del siglo XIX. La Administracin forestal del Gobierno es-
paol de entonces haba iniciado la actividad repobladora con Eucalyptuscon un
marcado carcter experimental. Se trataba de ratificar las expectativas creadas por
sus rpidos crecimientos y, por tanto, su vala para aumentar la superficie arbola-
da, un objetivo fundamental de la Ley de Repoblacin Forestal de 1908.
Las primeras referencias a una selvicultura extensiva de la especie las encon-
tramos a principios del siglo XX. De acuerdo a lo que nos dej escrito en 1924
el insigne Ingeniero de Montes y Botnico onubense Manuel Martn Bolaos,
las primeras repoblaciones se realizaron por iniciativa de propietarios privados,
ante la gran demanda de esencia y madera de eucalipto para los numerosos
usos posibles: ebanistera, traviesas de ferrocarril, apeas para minas, construc-
ciones agrcolas y navales y, sobre todo, como combustible.
Pero fue sin duda la creacin del Patrimonio Forestal del Estado en 1941 lo que dio
un gran impulso a las plantaciones de eucalipto, principalmente con Eucalyptus
globulusy E. camaldulensis.Desde un principio, el objetivo perseguido por esta
institucin pblica fue dar solucin al dficit creciente de madera del pas a travs
del aumento de la productividad de los montes. Esa inquietud fue recogida por
los propietarios particulares, dando lugar as a las primeras seales de una selvi-
cultura funcionaldel eucalipto para la produccin de madera y la orientacin, por
tanto, hacia un enfoque ms cientfico.
Con el inicio de la actividad forestal asociada a la obtencin de materia prima
para la extraccin de la celulosa a principios de los aos sesenta, arranc una
nueva etapa en el desarrollo de la selvicultura del eucalipto, orientada ya bsi-
camente hacia el E. globulus.Las inquietudes de los profesionales forestales de
ENCE por la mejora y desarrollo de la selvicultura del eucalipto han quedadode manifiesto desde sus inicios con la publicacin de numerosos trabajos cien-
tficos y tcnicos, muchos llevados a cabo con prestigiosos centros de investiga-
cin en el mbito forestal internacional. Un hito importante que simboliza este
compromiso fue la creacin de la Direccin de Investigacin Forestal de ENCE
en 1981, hoy referencia internacional del sector.
Desde ese momento hasta la fecha, la actividad investigadora de la empresa en
el mbito forestal ha estado enmarcada en una estrategia de mejora continua
tanto de la selvicultura como de la gentica de la especie. En Huelva se han
obtenido logros de relevancia mundial como la clonacin del E. globulus con
rentabilidad comercial, y el desarrollo posterior, en constante evolucin y me-
jora, de la selvicultura clonal.
Todos los resultados de esta investigacin son los que ahora recoge la publica-
cin Compendio de Selvicultura aplicada en Espaapor iniciativa del Instituto
Nacional de Investigacin y Tecnologa Agraria y Alimentaria. El captulo dedica-
do al Eucalyptus globuluses el que se reproduce fielmente en este documento.
Todo el saber que esta publicacin rene es el legado impreso de los profesiona-
les forestales que han trabajado o colaborado con ENCE en todos los aos de su
historia. Han sido cientos. Los que abrieron caminos aportando mucho ms que
su calidad profesional; los que supieron recoger el testigo asegurando la pervi-
vencia del conocimiento y del compromiso con la tierra en la que desarrollan su
labor; los que han colaborado desde distintos organismos e instituciones contri-
buyendo a la labor cientfica; y los que hoy mantienen vivo el espritu innovador
y la capacidad de adaptacin a un entorno cambiante que no da tregua. A todos
ellos hay que dar las gracias: a los responsables tcnicos, a los encargados, a los
capataces, a todos los trabajadores del sector que hacen verdad cada una de
las mejoras conseguidas por la selvicultura que se describe a continuacin en
beneficio de toda la sociedad.
Grupo ENCE
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Ha pasado casi medio siglo. La que fuera Empresa Nacional de Celulosas, hoy
ENCE, lleg a Huelva como consecuencia de los trabajos ya desarrollados por
Patrimonio Forestal del Estado con el gnero Eucalyptusen la provincia.
El inicio de la construccin de una presa en 1962 en Gibralen pona la primerapiedra al proyecto ENCE para la extraccin de la celulosa de la madera cultivada
de eucalipto. La actividad industrial comenz en 1964 y desde e l principio se re-
vel como la de mayor impacto social de la provincia en generacin de empleo
directo e indirecto, de forma diseminada adems por toda la geografa onuben-
se. La razn fundamental de este claro beneficio siempre ha sido el eucalipto y
todas las labores forestales e industriales asociadas a l.
Sin embargo, los antecedentes de este gnero de origen australiano no estn rela-
cionados con la pasta de papel. Las primeras plantaciones de eucalipto en Huelva
se remontan a finales del siglo XIX. La Administracin forestal del Gobierno es-
paol de entonces haba iniciado la actividad repobladora con Eucalyptuscon un
marcado carcter experimental. Se trataba de ratificar las expectativas creadas por
sus rpidos crecimientos y, por tanto, su vala para aumentar la superficie arbola-
da, un objetivo fundamental de la Ley de Repoblacin Forestal de 1908.
Las primeras referencias a una selvicultura extensiva de la especie las encon-
tramos a principios del siglo XX. De acuerdo a lo que nos dej escrito en 1924
el insigne Ingeniero de Montes y Botnico onubense Manuel Martn Bolaos,
las primeras repoblaciones se realizaron por iniciativa de propietarios privados,
ante la gran demanda de esencia y madera de eucalipto para los numerosos
usos posibles: ebanistera, traviesas de ferrocarril, apeas para minas, construc-
ciones agrcolas y navales y, sobre todo, como combustible.
Pero fue sin duda la creacin del Patrimonio Forestal del Estado en 1941 lo que dio
un gran impulso a las plantaciones de eucalipto, principalmente con Eucalyptus
globulusy E. camaldulensis.Desde un principio, el objetivo perseguido por esta
institucin pblica fue dar solucin al dficit creciente de madera del pas a travs
del aumento de la productividad de los montes. Esa inquietud fue recogida por
los propietarios particulares, dando lugar as a las primeras seales de una selvi-
cultura funcionaldel eucalipto para la produccin de madera y la orientacin, por
tanto, hacia un enfoque ms cientfico.
Con el inicio de la actividad forestal asociada a la obtencin de materia prima
para la extraccin de la celulosa a principios de los aos sesenta, arranc una
nueva etapa en el desarrollo de la selvicultura del eucalipto, orientada ya bsi-
camente hacia el E. globulus.Las inquietudes de los profesionales forestales de
ENCE por la mejora y desarrollo de la selvicultura del eucalipto han quedadode manifiesto desde sus inicios con la publicacin de numerosos trabajos cien-
tficos y tcnicos, muchos llevados a cabo con prestigiosos centros de investiga-
cin en el mbito forestal internacional. Un hito importante que simboliza este
compromiso fue la creacin de la Direccin de Investigacin Forestal de ENCE
en 1981, hoy referencia internacional del sector.
Desde ese momento hasta la fecha, la actividad investigadora de la empresa en
el mbito forestal ha estado enmarcada en una estrategia de mejora continua
tanto de la selvicultura como de la gentica de la especie. En Huelva se han
obtenido logros de relevancia mundial como la clonacin del E. globulus con
rentabilidad comercial, y el desarrollo posterior, en constante evolucin y me-
jora, de la selvicultura clonal.
Todos los resultados de esta investigacin son los que ahora recoge la publica-
cin Compendio de Selvicultura aplicada en Espaapor iniciativa del Instituto
Nacional de Investigacin y Tecnologa Agraria y Alimentaria. El captulo dedica-
do al Eucalyptus globuluses el que se reproduce fielmente en este documento.
Todo el saber que esta publicacin rene es el legado impreso de los profesiona-
les forestales que han trabajado o colaborado con ENCE en todos los aos de su
historia. Han sido cientos. Los que abrieron caminos aportando mucho ms quesu calidad profesional; los que supieron recoger el testigo asegurando la pervi-
vencia del conocimiento y del compromiso con la tierra en la que desarrollan su
labor; los que han colaborado desde distintos organismos e instituciones contri-
buyendo a la labor cientfica; y los que hoy mantienen vivo el espritu innovador
y la capacidad de adaptacin a un entorno cambiante que no da tregua. A todos
ellos hay que dar las gracias: a los responsables tcnicos, a los encargados, a los
capataces, a todos los trabajadores del sector que hacen verdad cada una de
las mejoras conseguidas por la selvicultura que se describe a continuacin en
beneficio de toda la sociedad.
Grupo ENCE
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PGINA 2
SELVICULTURA DE EUCALYPTUS GLOBULUS (captulo dedicado a esta especie en el Compendio de Selvicultura aplicada en Espaa de 2008)
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PGINA 3
IFORMAS DE MASA Y TIPOLOGA
INTRODUCCIN .........................................................................................................................5
I. FORMAS DE MASA Y TIPOLOGA ............................................................................................6
II. TRATAMIENTOS DE REGENERACIN ....................................................................................9
II.1. POCA DE CORTA................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... ................... .................. ........... 9
II.2. NMERO DE CORTES O RECEPES................... .................. ................... ................... ................... ................... .................. ................. 9
II.3. ALTURA DE CORTE................... .................. ................... ................... ................... ................... .................. ................... ................... ..... 10
II.4. SUPERFICIE DEL TRANZN DE CORTA.................. ................... ................... ................... ................... .................. ................... ..... 10
II.5. TRATAMIENTO Y APROVECHAMIENTO DE LOS RESIDUOS DE CORTA................. ................... ................... .................. .. 10
III. TRATAMIENTOS DE MEJORA Y TRATAMIENTOS PARCIALES ............................................12
III.1. SELECCIN DE BROTES................. ................... ................... .................. ................... ................... ................... .................. ......... 12
III.2. PREPARACIN DEL TERRENO PREVIA A LA PLANTACIN................. ................... .................. ................... .................. 12
III.3. CONTROL DE LA VEGETACIN POSTERIOR A LA PLANTACIN.................. .................. ................... ................... ..... 14III.4. CLARAS................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... ................... .................. ................... .. 15
III.5. PODAS................ ................... ................... ................... .................. ................... ................... ................... ................... .................. ..... 17
III.5.1 . Podas en selvicultura para madera de trituracin ................... ................... .................. ................... ................... ................. 17
III.5.2 . Podas en selvicultura para madera slida ................ ................... ................... ................... .................. ................... .............. 18
III.6. FERTILIZACIN................... .................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... ................... .... 20
III.6.1 . Fertilizacin inicial o de arranque ................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... ....... 20
III.6.2 . Fertilizacin de mantenimiento ................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... .......... 22
III.6.3. Fertilizacin de brotacin o post-aprovechamiento ................... ................... .................. ................... ................... ............. 24
III.7. TRATAMIENTO FITOSANITARIOS O PREVENTIVOS................. ................... ................... .................. ................... ............. 24
IV. CRECIMIENTO Y PRODUCCIN ..........................................................................................26
IV.1. CALIDAD DE ESTACIN................. ................... ................... .................. ................... ................... ................... .................. ......... 26
IV.2. INFLUENCIA DE LA DENSIDAD DE PLANTACIN EN EL CRECIMIENTO.................. ................... ................... ........ 29
IV.3. TURNO Y PRODUCCIN................. ................... ................... ................... .................. ................... ................... ................... ........ 31
V. IMPACTO SOCIAL Y ECOLGICO DE LAS PLANTACIONES DE EUCALYPTUS .... .. .. .. .. .. .. .. .. .34
VI. BIBLIOGRAFA ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .36
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PGINA 4
SELVICULTURA DE EUCALYPTUS GLOBULUS (captulo dedicado a esta especie en el Compendio de Selvicultura aplicada en Espaa de 2008)
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PGINA 5
IFORMAS DE MASA Y TIPOLOGA
I N T R O D U C C I N
El gnero Eucalyptus, perteneciente a la familiaMyrtaceae,incluyecasi 600 taxones distintos siendo la mayora originarios de Aus-tralia (Chippendale, 1988). Desde sus lugares de origen ha sidodistribuido por todo el mundo y especialmente a zonas de climamediterrneo, tropical o subtropical. Las ltimas referencias alrespecto indican que la superficie ocupada por este gnero supe-ra los 17,8 millones de hectreas (FAO, 2000).
El primer registro de semillas de eucalipto que lleg a Europa datade 1804. Estas semillas pertenecan a la especieE. globulusy se culti-varon en Francia (Penfold y Willis, 1961; Pottset al., 2004). En Espaael gnero fue introducido probablemente por Fray Rosendo Salvado
en 1846, quien envi semillas procedentes de Australia a su familiade Tuy en la provincia de Pontevedra (Gonzlez-Ro et al., 1997). Ennuestro pas, donde hay en torno a 500.000 has de eucaliptar (Toval,2002), estn representadas alrededor de ochenta especies del gnero(de la Lama, 1976), pero de ellas tan solo E. globulusy E. camaldulen-sis,ocupan una superficie que puede considerarse de inters desdeel punto de vista de la selvicultura. El rea preferente de cultivo secentra en Galicia (61% de la superficie total), Cornisa Cantbrica(16%), Andaluca occidental (17%) y Extremadura (6%), destacandopor provincias La Corua con un 31%, Lugo con un 17% y Huelva
con un 15% del total superficial (Aspapel, 1988).
Mientras que E. globulus experimenta un sensible auge de susplantaciones en el Norte y Noroeste de la Pennsula Ibrica(ocupando unas 325.000 ha), E. camaldulensis describe una claratendencia a la reduccin de la superficie plantada en Andalucaoccidental y Extremadura (105.000 ha), a pesar de que sta es laespecie ms extendida a nivel mundial (Florence, 1996). Es des-tacable en los ltimos aos la utilizacin de la especie E. nitens,plantada en unas 40.000 ha principalmente en el Norte de la pe-
nnsula en zonas en las que el empleo de E. globulusest limitadopor el fro.
Las plantaciones de eucalipto en Espaa representan un 3,74%de la superficie forestal arbolada, produciendo un 27,33% del to-tal de la madera industrial del pas (Nicols, 2005). Los primeroseucaliptares espaoles tuvieron como destino principal la fabri-cacin de apeas de minas (Gonzlez-Ro et al., 1997) pero hoy sinduda la fabricacin de pasta de papel es el uso mas importante(Villena, 2003). Adems, en la ltima dcada y principalmente enel Norte de la Pennsula Ibrica, se ha experimentado una cla-ra tendencia a la diversificacin de sus usos para la fabricacinde tableros (de fibras, MDF y contrachapado) y madera de sierra(parquet, tarimas, etc.) (Baso, 2003).
La gran adaptacin al cultivo y el rpido crecimiento que se estlogrando hacen que la especie tenga un gran potencial de expan-sin debido a la utilizacin de las plantaciones como sumiderosde CO2 atmosfrico. Los acuerdos recogidos en el protocolo deKyoto comprometen a los pases a compensar sus emisiones me-diante el uso de energas alternativas o el secuestro de CO2 at-mosfrico mediante plantaciones que incrementen la fijacin quese produca mediante el uso tradicional del recurso suelo. Msrecientemente, la provisin de biomasa en reemplazo de otroscombustibles est en etapa de inicio y expansin, ya que la made-
ra es, sin lugar a duda, un recurso natural renovable alternativofrente a los no renovables combustibles fsiles.
Dada la importancia que tiene en nuestro pas la especieE. globu-lusdentro del gnero, la selvicultura que se describe en este ca-ptulo se refiere esencialmente a sta. Habra que tener en cuentalas diferencias selvcolas con el resto de los eucaliptos, principal-mente aquellas que se refieren a la diferente capacidad de brota-cin, como en el caso de E. nitens,lo que condiciona el Mtodo deBeneficio y por lo tanto la selvicultura del monte.
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SELVICULTURA DE EUCALYPTUS GLOBULUS (captulo dedicado a esta especie en el Compendio de Selvicultura aplicada en Espaa de 2008)
I . F O R M A S D E M A S AY T I P O L O G AUn nmero reducido de especies de Eucalyptushan llegado a do-mesticarse y cultivarse de forma intensiva en todos los continentes.Particularmente E. globulus est considerada una especie modelopara estudios genticos y para el desarrollo de programas de me-jora y selvicultura. Por tratarse de una especie cultivada en Espaa,todas las masas existentes son repobladas y fundamentalmentemonoespecficas. Como consecuencia del tratamiento empleadopara las cortas de regeneracin, que se describir en un apartadoposterior, la forma principal de masa es la de estructura coetnea.
Histricamente los eucaliptos se han regenerado a partir de semi-llas, sin embargo, el aumento de su inters ha inducido al desarro-
llo de tcnicas operativas para la reproduccin clonal de rbolessuperiores. La repoblacin mediante material clonal seleccionadode Eucalyptuses el camino mas corto para obtener aumentos con-siderables de produccin ya sea por el incremento volumtrico, lacalidad de la madera obtenida como as tambin por la homoge-neidad de la masa. Esta ltima ventaja abarata los costes del apro-vechamiento, transporte y facilita el proceso industrial.
La reproduccin in vitrofue la primera tcnica de propagacin clo-nal para la generacin de nuevas plantas, pero su elevado costelimit su uso a escala operativa. El xito de la clonacin se bas enla reproduccin in vivo por el enraizamiento de estaquillas, hoyllamadas macro estaquillas. La tcnica fue desarrollada en espe-cies tropicales, principalmente en Brasil y mas tarde ajustada paraE. globulus(Caas, 1992) en el Suroeste de Espaa. El material ve-getal de propagacin inicialmente proceda de la seleccin masalen las poblaciones de razas locales (Caas et al., 1994). La seleccinmasal se inici en el Suroeste de Espaa en 1984 y en el Noroesteen 1991, consiguindose por vez primera la produccin masal concarcter comercial de la especie por va vegetativa en la provinciade Huelva en 1990. Posteriormente, programas de mejora genti-
ca permitieron la seleccin de los mejores segregantes producidos
por polinizacin abierta y controlada entre los mejores padres (To-val et al., 1996).
La primera etapa para la obtencin de clones por seleccin masal sebasa en la localizacin de rboles fenotpicamente superiores (rbolesplus)que destacan en comparacin con sus vecinos por su mayor volu-
men maderable, mayor rectitud y limpieza de fuste, poda natural, en-contrarse libre de plagas y enfermedades y densidad bsica superior.Los rboles plusse cortan para, de los brotes de cepa, obtener las prime-ras estaquillas con las que ensayar la capacidad de enraizamiento decada genotipo. Los primeros rametsenraizados se manipulan con el finde obtener pies-madre que proporcionen nuevas estaquillas, inicin-dose de este modo el sistema de produccin en cascada(Figura I.1).Al establecimiento y evaluacin de los clones en el campo por mediode pruebas comparativas clonales, sigue la seleccin definitiva y el es-tablecimiento de plantaciones clonales.
La tcnica de estaquillado empleada inicialmente se denomin demacro- estaquillado. En ella las estacas son obtenidas a partir de bro-tes laterales de plantas cultivadas en el exterior y que constituyen elparque de pies madre. De cada brote cosechado del pie madre se ob-tienen as varias macro-estacas que son segmentos de rama con dospares de hojas y dos entrenudos (Soria, 2003). En continua mejora, latcnica ha evolucionado hasta el empleo de una mini-estaquilla apicalque consiste en una ramilla de entre 6-8 cm de largo obtenida de unpie madre de tamao reducido y cultivado de manera intensiva ge-neralmente dentro de invernadero. La tcnica de mini- estaquilladopresenta ventajas con respecto a la tradicional principalmente en lamejora de la calidad de la planta y en el proceso productivo en gene-ral. Las plantas procedentes de mini-estaquillas ofrecen mejor sistemaradicular, rectitud de la planta, rapidez en el proceso de enraizamientoy desarrollo de la planta en vivero (Alfenas et al., 2004). Por otro lado elcultivo de los pies madre en condiciones ambientales controladas per-mite una amortiguacin en la poca estacional de menor produccinde material vegetal de produccin.
La organizacin de las plantaciones clonales atiende a un mosai-co clonalen el que las unidades de superficie correspondientes a
cada clon rondan las 10 ha en el Suroeste (Ence, 2005). Las ventajas
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IFORMAS DE MASA Y TIPOLOGA
de este tipo de diseo frente a la mezcla de clones en las plantaciones
comerciales han sido estudiadas y justificada por Zobel (1993), llegando
a la conclusin de que el tamao de los bloques clonales ha de encon-trarse entre las 15 y 20 ha para que resulten operativos desde el punto
de vista de su manipulacin selvcola. Las plantaciones clonales han
contribuido al desarrollo pormenorizado de intervenciones selvcolasde precisin (Pardos, 1988).
Los eucaliptares de E. globulus, a pesar de las densidades de plantacin em-
pleadas en la Pennsula Ibrica, no forman por regla general un bosque ce-
rrado ni en masas de brinzales ni en chirpiales. Si bien el dosel de copas suele
ser ms cerrado en el primer turno de brinzales, los procesos de mortalidad
acumulados por accin de los limitantes ambientales, tanto a lo largo del tur-no como despus de cada corta de regeneracin, desencadenan una prdida
progresiva de densidad tras sucesivas cortas. Este fenmeno es ms notorio
en los eucaliptares del Suroeste en masas sin ningn grado de mejora ge-ntica, donde se registra un porcentaje elevado de mortalidad como conse-
cuencia de la plagaPhoracantha. Por otro lado, a este proceso se suma una
mayor diferenciacin del dosel, con un progresivo aumento de diferencias
entre estratos con la edad dentro del turno y a lo largo de stos. La entrada
Figura I.1: Esquema del proceso de multiplicacin clonal por macropropagacin seguido por ENCE. Resumen de los resultados de las campaas de seleccin masal llevadas a cabo en Huelva
entre 1984 y 1994.
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SELVICULTURA DE EUCALYPTUS GLOBULUS (captulo dedicado a esta especie en el Compendio de Selvicultura aplicada en Espaa de 2008)
de luz en la plantacin desencadena la aparicin de matorral
y la regeneracin progresiva de otras especies, lo que traeconsigo una mayor competencia por parte de la vegetacin
invasora. En la provincia de Huelva, la mejor representacin
de este tipo de masas la encontramos en plantaciones de ca-
lidades inferiores, principalmente en suelos degradados dela Comarca del Andvalo, donde despus de varias cortas
los eucaliptares presentan un aspecto de bosque aclarado
con una importante regeneracin de especies arbustivas einvasin de matorral, principalmente jara.
Sin embargo, en el Norte de la pennsula la supervivenciade las masas es muy elevada y no se registra ninguna plaga
que incida drsticamente sobre la supervivencia de los in-
dividuos de la plantacin. En este rea geogrfica son muyfrecuentes las masas que conservan un excelente vigor tras
sucesivas cortas de regeneracin. La invasin de matorral,
principalmente brezo y tojo, es un proceso muy frecuentedurante los primeros aos de la plantacin.
La mejora gentica sumada al empleo de material clonal
en las plantaciones reduce significativamente la prdida dedensidad y el desencadenamiento de los procesos descri-
tos, dando lugar a masas de una elevada homogeneidad sin
apenas estratificacin de las copas de la plantacin, y con-servando las densidades del rodal con la edad de la planta-
cin y tras sucesivas cortas. El material gentico mejorado
presenta asimismo una excelente capacidad de rebrote,
asegurando el xito de la regeneracin tras la corta final, encontraste con las masas de origen seminal, en las que parte
de la mortalidad acumulada es debida a la prdida de la ca-
pacidad de rebrote de las cepas. Aun as, las masas clonalesde E. globuluspresentan un dosel abierto, a lo que contribu-
ye que entre los criterios de seleccin de los genotipos se
encuentra la bsqueda de aquellos con baja proporcin decopa y, al mismo tiempo, elevada eficiencia fotosinttica.
Masa clonal de 7 aos de edad en el
litoral de la provincia de Huelva
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IITRATAMIENTOS DE REGENERACIN
I I . TRATAMI E N TO SD E R E G E N E R A C I NEl tratamiento de regeneracin aplicado a las masas de eucaliptocon destino a la fabricacin de pasta de celulosa es el de cortas ahecho siendo la forma fundamental de masa o mtodo de beneficioel monte bajo. Las masas se crean partiendo de brinzales, que des-pus de la primera corta se convierten en chirpiales de monte bajo.Dada la alta capacidad de rebrote que tiene E. globulus, el vigor quemantienen sus cepas despus de repetidas cortas y la buena calidadde los chirpiales, el propsito es conseguir el mayor nmero de rota-ciones que la estacin permita (Toval, 1999).
Los brotes que dan origen al monte bajo se originan a partir de ye-mas ubicadas en la parte interior de la corteza sobre la superficie
de corte o yemas adventicias, de yemas durmientes bajo la cortezao yemas proventicias o de yemas ubicadas en los lignotubrculosque presentan algunas especies. Cuando el tronco est creciendo,las yemas proventicias estn inhibidas por la accin de las auxinasque produce el rbol, pero al cortar el fuste cesa el flujo de auxi-nas desarrollndose brotes proventicios o epicrmicos. Asimismo,el corte del fuste supone un dao fsico que activa el desarrollo debrotes adventicios sobre la superficie de la cepa.
II.1.POCA DE CORTALa poca de corta no slo es importante porque las condicionesclimatolgicas puedan hacer abortar las yemas, sino porque dichascondiciones, ya sea por sequa o por helada, pueden perjudicar alos brotes con un cierto desarrollo o influir en el riesgo de ataquesde enfermedades y plagas.
As en el Suroeste, la poca de corta recomendable en las zonas demayor sequa, como las comarcas de Costa y Andvalo de la pro-vincia de Huelva, es la comprendida entre los meses de octubre yfebrero, pudiendo prolongarse hasta el mes de junio en los rodales
de calidades I y II, ya que el vigor del rebrote est ntimamente
relacionado con la calidad del rodal. En las zonas de la Sierra dela misma provincia se puede efectuar la corta desde septiembrehasta junio.
En el Norte de la pennsula la corta puede realizarse en cualquierpoca del ao con excepcin de los meses de noviembre a enero,en aquellos montes situados en zonas con inviernos muy fros, oen julio y agosto, en montes situados en zonas con fuerte sequaestival y suelo somero.
Experiencias desarrolladas en el Norte de Portugal (Pereira y Sar-dinha, 1984) mostraron la estacin fra como la ms desfavorabledesde el punto de vista de la mortalidad ocasionada a los tocones,siendo la primavera la estacin ms favorable. La recomendacinde la FAO (1979) es cortar a comienzos de la estacin de crecimien-to, de forma que los rebrotes no sean afectados por las ltimasheladas.
II .2.NMERO DE CORTES O RECEPESLa excelente capacidad de rebrote de la especie E. globulushace posi-ble realizar sucesivas cortas de regeneracin o recepes a la plantacina lo largo del tiempo.
En el Norte de la Pennsula Ibrica, donde la especie encuentra el ma-yor grado de adaptacin a las condiciones ambientales, no se experi-mentan decaimientos en la productividad relacionados con el nme-ro de recepes realizado (Fernndez, 1982). En este rea geogrfica sonfrecuentes plantaciones que se encuentran en la quinta rotacin dechirpiales e incluso superiores a sta.
En el Suroeste de la pennsula, las plantaciones de procedencia localsin ningn grado de mejora se han llevado tradicionalmente has-ta el 3er o a lo sumo el 4 recepe de la masa, siendo la mortalidadacumulada en la plantacin, y por tanto la prdida de rendimiento,el criterio econmico seguido para justificar la transformacin y re-forestacin. En la actualidad la disponibilidad de material genticomejorado tambin puede justificar la sustitucin de cepas indepen-
dientemente del nmero de recepes realizados.
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SELVICULTURA DE EUCALYPTUS GLOBULUS (captulo dedicado a esta especie en el Compendio de Selvicultura aplicada en Espaa de 2008)
II .3.ALTURA DE CORTELa altura de corte no tiene influencia en el rebrote, segn se extrae de
las experiencias desarrolladas en el Suroeste de la pennsula en el marcodel Programa de Investigacin ECLAIR (Toval et al., 1995). Si bien se han
citado en algunos casos disminuciones de la capacidad de rebrote de ce-
pas sometidas a cortes muy bajos, esto se deba ms al efecto negativo deotros factores que a la altura del corte de apeo (Trunbull y Pryor, 1978).
Por ello se recomienda realizar el corte lo ms cerca del suelo que sea
posible, para aprovechar al mximo la madera en la troza basal y que elbrote se sostenga ms firmemente. La nica limitacin en este sentido no
es selvcola, sino tecnolgica: los daos que por efecto de la tierra puedan
sufrir las cadenas de las motosierras.
En las sucesivas rotaciones de corta en ocasiones se comete el error de ir
subiendo la altura de corte, por lo que se van incrementando una serie
de inconvenientes. El primero es que se pierde crecimiento: puesto que laaltura total de un bosque est determinada por la calidad de la estacin, si
la altura de corte se va elevando, el fuste aprovechable va disminuyendode rotacin en rotacin. Otro problema que genera la elevacin sucesivade la altura de los tocones es la dificultad de movimiento para las mqui-
nas y los equipos empleados en el aprovechamiento. Desde un punto de
vista aplicado est establecido realizar el corte a no ms de 10 cm.
II .4.SUPERFICIE DEL TRANZN DE CORTATeniendo en cuenta la capacidad de rebrote de la especie y el mtodo de
regeneracin empleado en plantaciones de eucalipto, tradicionalmente
los tranzones de corta han coincidido con los cantones de inventario, lo
que ha dado lugar a unidades de corta de superficie variada y sin ningunalimitacin de carcter selvcola.
En el Norte de la pennsula, debido a la reducida superficie de las propie-dades y por ende de las plantaciones, la superficie de corta coincide por
regla general con la superficie del monte. Este extremo es menos frecuen-
te en las plantaciones del Suroeste, con propiedades de mayor superficieque hacen posible la mejor organizacin y ordenacin del monte a travs
de varios cantones dentro del mismo.
En la actualidad, los estndares de sostenibilidad aplicados por los dis-
tintos sellos de certificacin forestal (FSC y PEFC) estn motivando en
muchos casos la reduccin del tranzn de corta a una superficie entorno
a las 20 ha.
II .5. TRATAMIENTO Y APROVECHAMIENTODE LOS RESIDUOS DE CORTALos restos de corta (ramas, ramillas, raberones, hojas, etc.) deben disponerse
en cordones en el centro de la calle de plantacin, o plataforma de las terra-
zas, sobre la que acta el procesador, procurando que no cubran los tocones,ya que dichos restos dificultan la emergencia de los brotes y, en el caso de
que lo hagan, pueden producir daos mecnicos por efecto del viento o
cuando se pasan mquinas para la trituracin de los mismos.
Lo ms aconsejable es la trituracin e incorporacin de los restos al sue-
lo, por el efecto positivo que tiene al reciclar una parte de los nutrientes
extrados en la corta. En el Suroeste, esta operacin es realizada frecuen-
temente con una grada pesada de discos o grada de semi-desmonte,arrastrada por un tractor oruga. En el Norte de Espaa a veces se queman
los restos procedentes de la corta, lo que debe hacerse con toda serie deprecauciones y teniendo previamente el cuidado de apartar los restos que
estn prximos a los tocones para que el fuego no los dae.
El descortezado no suele incluirse entre las operaciones de aprovecha-
miento puesto que el principal destino de la madera es la fabricacin de
pasta de celulosa, y esta operacin se lleva a cabo en los propios parquesde madera de las fbricas, por ser ms econmico y porque la corteza se
utiliza como fuente de energa en las calderas de biomasa.
La persistencia de la madera sin descortezar en el campo representa unproblema fitosanitario en zonas del Suroeste de la pennsula, debido a
la atraccin que ejerce sobre las poblaciones dePhoracantha. Se establece
por tanto la necesidad de descortezar la madera antes de que el ceramb-cido complete su ciclo larvario dentro de sta, de acuerdo a la estacin del
ao, para no actuar como foco propagador de la plaga.
Segn los trabajos de Nicols (1962), Gonzlez et al., (1985b) y Donoso
(1999) sobre E. globulus, puede asumirse que el fuste maderable repre-
senta aproximadamente el 70% de la biomasa area total del rbol, co-
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IITRATAMIENTOS DE REGENERACIN
rrespondiendo el resto a corteza (~10%), ramas gruesas (~8%) y hojas
y ramillos (~12%). Referencias al contenido y distribucin de nutrientesen cada una de estas fracciones de la biomasa pueden encontrarse en
varios trabajos desarrollados en la Pennsula Ibrica (Carballas y Guitin,
1966; Gonzlez et al., 1985b; Calvo, 1992; Braas et al., 2000a; Montero
et al., 2005). Estos datos son de gran utilidad para el estudio del balancede nutrientes, como ms adelante se ver en el apartado dedicado a los
tratamientos de fertilizacin.
La posibilidad de llevar a cabo un aprovechamiento de la biomasa no
maderable en las plantaciones de eucalipto abre nuevas expectativas eco-
nmicas para la rentabilidad del monte, incrementando y diversificandola produccin a la vez que puede reducir inconvenientes de tipo logstico.
La valorizacin con fines energticos de los restos de corta procedentes de
plantaciones de eucalipto est despertando un gran inters y est s iendoobjeto de numerosos estudios. Estas iniciativas responden al desarrollo
de un nuevo marco legal para la produccin energtica a partir de mate-
rias primas renovables, dada la necesidad de desarrollar la produccin deenergas limpias que a la vez reduzcan la dependencia energtica externa
y las emisiones atmosfricas de CO2y otros gases de efecto invernadero,
de acuerdo con los objetivos establecidos en el Protocolo de Kyoto.
Sanz y Pieiro (2003) han revisado y evaluado las distintas fuentes de re-
siduos forestales en el Noroeste de Espaa as como los sistemas disponi-
bles para su recoleccin, concluyendo que los restos de corta representanlos nicos residuos en los que se identifica un potencial significativo de
aprovechamiento.
En la misma lnea de investigacin se han estudiado las posibilidades
de transformacin fsica de esta biomasa en productos de mejor calidad
energtica y mayor valor aadido (Ortiz et al., 2005). Tambin se han de-sarrollado modelos como herramientas para la cuantificacin de estos
restos y la evaluacin de los impactos potenciales derivados del balan-
ce de nutrientes en las plantaciones (Merino et al., 2005; Balboa et al.,2005). Segn las conclusiones de estos trabajos, el aprovechamiento de
las fracciones no maderables del rbol debe estar ligado a la aplicacin
de un adecuado programa de fertilizacin que asegure la restitucin denutrientes.
Aprovechamiento de biomasa durante las
labores de destoconado de Eucalyptus globulus
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I I I . TRATAMI E N TO SD E M E J O R A YTRATAMIENTOS
P A R C I A L E SIII .1.SELECCIN DE BROTESPara asegurar el buen desarrollo de la masa a partir del segundo ciclode corta, hay que proceder a realizar una seleccin de brotes, nece-saria dada la proliferacin con la que se producen. La seleccin debrotes tiene como objetivo concentrar el crecimiento en unos pocoso, a veces, en uno de los pies. Cuanto menor sea el nmero de brotesque se mantenga por tocn, mayor ser la ganancia en dimetro yrectitud de los fustes. En caso de no realizar esta operacin, se pro-
duce una curvatura pronunciada en la base de los brotes de origenproventicio, provocando flechas en las trozas que hacen que dismi-nuya el rendimiento para algunas utilizaciones. El nmero de piespor cepa no tiene un efecto significativo en la altura de los rbolesdominantes, pero s afecta a la altura media y al incremento en altura,siendo ste muy superior en rodales intervenidos.
En eucaliptares del Suroeste peninsular el objetivo es realizar la se-leccin de tal forma que vuelva a quedar el mismo nmero de pies/ha que en la plantacin primitiva, por lo que depende del nmero decepas que hayan brotado el que se dejen uno, dos o, a lo sumo, tres
pies por cepa. Esta labor se hace en noviembre-diciembre, cuando elbrote alcanza una edad entre 18 y 26 meses, y se emplea para ello unhacha o motosierra pequea. Los residuos se disponen en el centrode la calle, o plataforma de la terraza, para que posteriormente seantriturados e incorporados al suelo. Tradicionalmente se ha empleadopara esta labor la grada de discos de hasta 75 cm de dimetro arras-trada por tractor de orugas. Hoy en da es ms frecuente el uso dedesbrozadoras y trituradoras de residuos forestales.
En el Norte de la pennsula, donde la supervivencia es muy alta, se
aprovecha la seleccin de brotes para incrementar la densidad de
la masa sin modificar el marco, de tal forma que en las masas condensidades de plantacin de 1.430 pies/ha (3,5 x 2,0 m) se dejan cincobrotes por cada cuatro cepas y para densidades de 1.143 pies/ha (3,5x 2,5 m) se dejan seis brotes cada cuatro cepas, manteniendo comomximo tres pies por cepa y asignando el nmero de pies a cada cepaen funcin del dimetro del tocn. Para esta operacin se empleanhachas o motosierras, dependiendo del dimetro de los brotes.
En este tratamiento selvcola debe existir una cierta flexibilidad encuanto al nmero de brotes que se mantienen dependiendo del di-metro del tocn. Un tocn pequeo puede soportar 1 2 pies, encambio los ms gruesos podrn soportar 3 o ms.
Su aplicacin ha de tener en cuenta tambin que los brotes proven-ticios o epicrmicos son los que mejor sobreviven y crecen, especial-mente cuando se desarrollan en la cara del tocn enfrentada a losvientos dominantes (Prado, 1991).
Experimentos llevados a cabo en zonas secas y suelos degradados enSudfrica (Poynton, 1981) indican que la intervencin ms adecuadaconsistira en una seleccin intensa, dejando 1 2 brotes por tocn.
III .2.PREPARACIN DEL TERRENO PREVIA ALA PLANTACINPuesto que E. globuluses una especie pionera, helifila y de tempe-ramento intolerante, muy acusado en los primeros meses de vida, esimprescindible la actuacin sobre el matorral, tanto antes de la im-
plantacin, como durante los primeros meses despus de la misma,al menos en las proximidades de la planta. Esta intervencin asegu-ra una supervivencia cercana al 100%, en cualquier tipo de situacin(Toval, 1999).
En el Norte, donde los terrenos desarbolados que se repueblan tie-nen una vegetacin exuberante, la accin sobre el matorral debeser muy cuidadosa. Se distinguen diferentes formas de actuacinen funcin del tipo de matorral y de la pendiente del terreno. As,para terrenos empradizados, con matorrales bajos (menores de 30
cm de altura) y pendientes inferiores al 15% se suele actuar a hecho
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IIITRATAMIENTOS DE MEJORA Y TRATAMIENTOS PARCIALES
y por curvas de nivel, desbrozando mediante laboreo con gradas de dis-
cos, cultivador, en algn caso, con quema controlada. Cuando la pendientesupera el 15% se aplica el mismo tipo de labor pero por fajas. Cada vez es
ms frecuente el control qumico de este tipo de vegetacin con aplicacin
de herbicidas sistmicos del tipo del glifosato, aplicado por fajas o a hecho
segn la pendiente. Cuando el matorral es de tipo medio (entre 0,3 y 1,7m de altura), se suele actuar a hecho en la direccin en que el rendimiento
del tractor sea mximo y, en cualquier caso, la actuacin se refiere slo a laparte area del matorral, triturndola mediante desbrozadora de cadenasy, a veces, mediante quema controlada. Nuevamente, el control qumico de
este matorral puede alcanzarse con xito con el empleo de materias activas
como el glifosato o en su defecto el triclopir (ster butoxietlico).
Si el matorral es de tipo alto (mayor de 1,7 m de altura y de 4 cm de di-
metro), la actuacin sobre el mismo es en todo igual al caso anterior, peroes necesario emplear aperos desbrozadores ms robustos como son los
de cadenas grandes o de martillos.
Para estas labores es necesario utilizar tractores de 90 a 120 C.V., dependien-do del tipo de matorral y es aconsejable que sean de orugas cuando la pen-
diente supera el 15%. El desbroce manual slo es practicado en zonas pun-
tuales de mucha pendiente o donde se producen afloramientos rocosos.
Como se ha comentado, en algunos casos se practican quemas contro-
ladas para el control de la vegetacin, siendo necesario para ello que lazona rena las siguientes condiciones: pH del suelo inferior a 7, pendien-
te continua, matorral con densidad y altura suficientes y superficie del
rodal menor de 25 ha.
Cuando el tipo y la potencia de la vegetacin lo permite, se suelen simulta-
near las actuaciones sobre el matorral con la preparacin del suelo, lo que
ocurre en situaciones muy puntuales en el Norte, siendo lo ms frecuenteen el Suroeste de Espaa.
En el Sur, cuando se trata de reforestar terrenos provenientes de plantacio-nes previas de Eucalyptus, en ocasiones se practica la eliminacin mecnica
de los tocones, dado que el tamao de stos puede limitar o impedir los
trabajos de preparacin del terreno. La tcnica tradicional de destoconadocon retroexcavadora, reunin con pala y quema de los restos (Redondo et
al., 2001) se ha combinado con la eliminacin qumica de la cepas en lu-gares con mayor riesgo de impacto ambiental. Esta ltima consiste la apli-
cacin de glifosato sobre el tocn recin cortado o sobre los brotes de la
cepa transcurridos unos meses desde el aprovechamiento. En ocasionesla biomasa procedente de los tocones es susceptible de aprovechamiento.
Para este fin se estn desarrollando aperos de corte y cizallado que, ins-
talados sobre una mquina retroexcavadora, permiten simultanear la ex-
traccin del tocn y una primera trituracin de las cepas. De este modo sefacilitan y optimizan los trabajos posteriores de desembosque y transporte
de la biomasa.
La preparacin del terreno est condicionada por varios factores, entre ellos
la pendiente, el tipo de roca y las dificultades de drenaje. Debido a que la
mayor parte de los suelos sobre los que se establecen los eucaliptares sonde muy escasa profundidad, desprovistos de vegetacin arbrea y de baja a
muy baja fertilidad, la preparacin debe conseguir aumentar el volumen de
suelo que exploran las races y que stas tengan la posibilidad de profun-
dizar lo ms posible, eliminando cualquier posibilidad de encharcamientoan cuando ste sea muy espordico, debido a las elevadas exigencias que
tiene E. globulusen aireacin radicular (Toval, 1999).
Si la pendiente no supera el 20% y la roca madre es pizarra, se aconseja
realizar un subsolado pleno con tractor de orugas de al menos 200 C.V. depotencia, con un tren compuesto de 3 subsoladores y haciendo la labor con
dos pases cruzados, el primer pase prximo a la lnea de mxima pendiente
y el segundo segn curvas de nivel, disponiendo que el subsolador central,
en este ltimo pase, sea el que disee el marco de plantacin o marcado.La profundidad de la labor debe ser de 60 cm como mnimo. En este caso
la plantacin se realiza, de acuerdo con el marcado realizado, en el cruce delneas subsoladas, habiendose estudiado las ventajas que tiene esta tcnicapara el crecimiento y estabilidad de la plantacin (Ruiz et al., 2001a)
En terrenos muy arenosos y sueltos es suficiente realizar un solo pase desubsolador segn la mxima pendiente, igual al descrito anteriormente y
cruzar la labor, siguiendo las curvas de nivel, con un zanjador que ejecuta
el marcado proyectado para la plantacin. Para esta ltima labor es sufi-ciente un tractor de neumticos de doble traccin y 100 C.V. o bien uno de
orugas de 80 C.V., debiendo conseguirse que la zanja tenga al menos 50 cm
de profundidad. En el caso de terrenos con dificultades de drenaje se com-
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plementa la labor con zanjado efectuado por el mismo tipo de maquinaria
y con las mismas exigencias de profundidad pero siguiendo la direccindel drenaje natural. Si los problemas de encharcamiento son mayores y se
sospechan problemas de hidromorfa que puedan comprometer la plan-
tacin, despus de la labor de subsolado en mxima pendiente se realiza
un acaballonado escorado con las lneas del subsolado alrededor de 30. Elobjetivo nuevamente es localizar la plantacin en los puntos de cruce de las
dos labores a fin de asegurar las mejores condiciones para el crecimiento,aireacin del suelo y conformacin de la arquitectura radicular del rbol.
En terrenos con pendientes superiores al 20% encontramos diferencias en-
tre las tcnicas aplicadas en el Norte y en el Suroeste de la pennsula. EnGalicia y en la Cornisa Cantbrica la pendiente del terreno obliga a limitar
el subsolado a un solo pase aplicado en lneas de mxima pendiente. En
este rea geogrfica el subsolado no es continuo para evitar la escorrentaa lo largo de los surcos.
En el Suroeste peninsular una parte importante de la superficie de eucaliptarfue preparada en su da mediante aterrazado. La reforestacin de estos te-rrenos exige la reparacin de la estructura de la terraza y posterior subsolado
de su base, labor que se realiza en dos pases consecutivos empleando un bu-
lldozer de al menos 120 C.V.. Se trabaja de arriba hacia abajo en la ladera si-guiendo las curvas de nivel. El tractor en el primer pase rectifica la pendiente
y ancho de la base de la terraza, y a la vuelta retorna por la misma aplicando
un subsolado con tres rejones a una profundidad mnima de 60 cm.
En zonas de elevada pendiente con imposibilidad de aplicar las tcnicas
antes descritas est indicado el empleo de maquinaria especial para tra-
bajar en pendiente (TTAE, retro-araa,) realizando una preparacin encurvas de nivel o puntual segn el caso. Slo en zonas con afloramientos
rocosos se sigue realizando ahoyado manual.
III .3.CONTROL DE LA VEGETACINPOSTERIOR A LA PLANTACINEl control de la vegetacin posterior a la plantacin es un tratamiento al
que hay que prestar una atencin especial en las primeras etapas de de-
sarrollo de la plantacin de acuerdo con las caractersticas de la especie ya
comentadas. Numerosas experiencias llevadas a cabo en distintas partes
del mundo (Penfold y Willis, 1961; Goes, 1977; Schnau et al., 1981; Keenan
y Candy, 1983; Schnau, 1983; Cromer 1984; Ellis et al., 1985; Prado y Ro-jas, 1987; Wrann e Infante, 1988) han demostrado que uno de los factores
fundamentales en el establecimiento de plantaciones del gnero Eucalyptus
es el efectivo control de la vegetacin competidora, especialmente la herb-
cea, durante los primeros aos.
Los ensayos de Cromer (1984) ponen de manifiesto que la causa ms im-portante de mortalidad en plantaciones es la presencia de competencia her-bcea, ya que sta produce severas deficiencias de agua, capta gran parte
de los nutrientes disponibles y en muchos casos puede llegar a reducir la
cantidad de luz que llega a la planta. En cuanto a la competencia por losnutrientes, sin duda la establecida por el Nitrgeno es la ms importante
(Ellis et al., 1985), dado que la ausencia de este nutriente constituye uno de
los factores que ms limita el crecimiento de la planta y, por tanto, reduce engran medida las posibilidades de superar los procesos de competencia.
En el Suroeste de la Pennsula Ibrica los trabajos de control de la vege-tacin competidora poseen un doble propsito. Inicialmente se persiguemejorar el establecimiento y acelerar el crecimiento de la nueva planta-
cin, pero a la vez se pretende que estos trabajos reduzcan el peligro de
incendios forestales. Esto se ha conseguido tradicionalmente con la elimi-nacin de la vegetacin por medios mecnicos. Durante los tres primeros
aos de la plantacin es frecuente la aplicacin de una labor de grada de
discos o de cultivador, llegndose, en algunos casos, a necesitar de unalabor cruzada. La poca de aplicacin de este tratamiento condiciona por
completo su efectividad. Primavera y otoo suelen ser las estaciones del
ao con mayor profusin de herbceas en esta rea geogrfica y la aplica-
cin de los tratamientos se realiza antes de que la hierba espigue.
Tradicionalmente, y en particular sobre los suelos arenosos del litoral onu-
bense, se ha asumido que la labor de control de la vegetacin conseguauna labor simultnea de bina del suelo, al favorecer el self mulchingdel
horizonte superficial y romper el movimiento ascendente del agua capilar.
En ocasiones, todo lo anterior ha desembocado en el abuso de las laboresmecnicas sobre el suelo, argumentadas en base a los posibles efectos se-
cundarios beneficiosos, cuando no estaban justificadas desde el punto de
vista del control de la competencia. Sin embrago, ensayos desarrolladosen la provincia de Huelva sobre suelos arenosos del litoral han puesto de
III TRATAMIENTOS DE MEJORA Y TRATAMIENTOS PARCIALES
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manifiesto que el control mecnico de la vegetacin segn los procedi-
mientos tradicionales puede desembocar en una reduccin significativa delvolumen del rbol que puede llegar hasta a cuantificarse en una prdida de
hasta el 16% del crecimiento corriente (Ruiz, sin publicar).
En los trabajos desarrollados por Donoso et al., (1998) en la misma zona,se pudo determinar que el 56% de los rboles de una plantacin someti-
dos a tratamientos de laboreo para el control de la competencia durantelos primeros aos, presentaban distinto grado de daos a nivel radicular,como consecuencia de la accin de las gradas de discos. Los cortes totales
se llegaron a registrar hasta en races de 4 cm de dimetro, mientras que los
cortes parciales alcanzaron a races de hasta 9 cm, siempre en el horizontesuperficial de 20 cm de profundidad. Los autores pudieron constatar como
el laboreo reiterado modifica de manera inmediata la distribucin espacial
de las races finas en los primeros 20 cm del suelo, concentrndose stas enlos estratos no laboreados.
Los daos fsicos producidos sobre el sistema radicular a travs del labo-reo del suelo han sido relacionados con una cada inmediata del potencialhdrico de los rboles (Snchez, 1999), tal y como puede apreciarse en la
figura III.1.
Como ya se ha comentado en el apartado de preparacin del terreno,
existe una clara tendencia a la sustitucin de las tcnicas mecnicas por la
de tipo qumico para el control de la vegetacin. Tanto en el Norte comoen el Suroeste de la pennsula se ha generalizado el uso de fitocidas sis-
tmicos aplicados con distinta periodicidad de acuerdo a las caractersti-
cas particulares de cada monte. La aplicacin, dependiendo de los casos,puede realizarse empleando pulverizadoras de mochilas o aquellas otras
con brazos porta-picos o mangueras suspendidas en tractor o vehculotodoterreno.
En el Norte en ocasiones se hace necesario aplicar previamente un des-
broce mecnico si el matorral es leoso y presenta mucho desarrollo. En
estos casos, el control qumico se hace a posterioriuna vez que el matorralha rebrotado. En cualquier caso, entre 3 y 5 aplicaciones suelen ser sufi-
cientes para conseguir un control de la competencia a lo largo del turno
de la plantacin.
En todos los casos, si llega a realizarse un control de la vegetacin por me-dios mecnicos, la aplicacin del tratamiento se debe simultanear con lostratamientos de fertilizacin de mantenimiento, siempre que estos ltimos
estn prescritos. El desbroce realizado con una grada o cultivador asegura
la remocin e incorporacin del fertilizante a la capa superficial del suelo,
optimizndose de este modo la aplicacin del producto a la plantacin.
III .4.CLARASLas claras en plantaciones de eucaliptos slo se justifican en el caso de
que el objetivo de stas sea la obtencin de trozas de gran dimetro con
destino a la industria de aserro o desenrollo. Esta alternativa empiezaa tener importancia en la Pennsula Ibrica, dada la actual tendencia de
diversificacin del uso industrial de E. globulus, tanto por las caractersti-cas del rbol como por las propiedades mecnicas de su madera (Toval,
1999). La excelente poda natural de esta especie permite la obtencin
de fustes limpios, que dan origen, en pocos aos, a madera con pocos
nudos y, debido a su rpido crecimiento, madera de grandes escuadras,que son dos factores claves para la industria del aserro.
Sin embargo, son escasas las iniciativas selvcolas de este tipo puestas enmarcha y por tanto la selvicultura para la obtencin de madera de tritura-Figura III.1: Regresin lineal entre el potencial hdrico y la suma de secciones de races
cortadas para cada rbol (Snchez, 1999)
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cin con destino a la fabricacin de pasta sigue teniendo mayor relevancia.
La obtencin de rboles vigorosos, con dimensiones adecuadas, libres denudos y sin tensiones de crecimiento es, hoy por hoy, ms fruto del azar que
de la aplicacin de tcnicas selvcolas adecuadas (Nutto y Touza, 2004b).
Esta nueva utilizacin obliga al selvicultor a considerar las cortas interme-dias que se realizarn con el objetivo de concentrar la produccin en los
mejores rboles, aumentando el dimetro medio del rodal, y reduciendolas tensiones de crecimiento en el fuste, a fin de obtener madera de ele-vada calidad. Si tenemos que destacar una caracterstica que influya en
la calidad y rendimiento de la madera con fines industriales, sta es sin
duda las bajas tensiones de crecimiento. En este sentido hay autores queafirman que el nivel de tensiones de crecimiento es susceptible de mini-
mizarse si se mantienen las condiciones de crecimiento y la distribucin
espacial de los rboles con la mayor uniformidad posible a lo largo de suvida (Kubler, 1987), aunque dicha evidencia no ha podido demostrarse de
forma cientfica. Aceptando como hiptesis la teora de este autor, la me-
jora gentica que se practica en Eucalyptusglobuluscon un claro nfasis enla propagacin clonal, ofrece nuevas perspectivas y representa un factorde xito para la reduccin de las tensiones de crecimiento en plantaciones
de la especie.
Las variables ms importantes para la produccin de madera slida de
alta calidad que son susceptibles de mejorarse con una adecuada selvicul-
tura son las dimensiones (crecimiento diametral) y la ausencia de nudos(Gerrand et al., 1997; Hawley y Smith, 1972). Ciertamente, los incremen-
tos en el crecimiento motivados por la aplicacin de una clara sobre la
plantacin, son de mayor magnitud sobre el dimetro que sobre la altura
(Schnau y Coetzee, 1989).
La respuesta del Eucalyptusglobulusa la reduccin de la competencia a
travs de claras es similar a la de la mayora de las especies intolerantes;los rboles dominantes y codominantes responden de forma positiva a
corto plazo, mientras que la respuesta del estrato de rboles domina-
dos es mnima o inexistente (Opie et al., 1984). En particular, E. globulusest considerada como una de las especies ms intolerantes dentro de
su gnero (Florence, 1996), lo que se relaciona con sus elevadas tasas
de crecimiento en estado juvenil y con la rapidez con la que comienza amanifestar la poda natural.
Es deseable que la primera intervencin tenga lugar antes de que el de-sarrollo de la copa afecte al ratio de coronamiento del rbol (longitud de
copa verde / altura total del rbol) y de esta manera el rbol albergue el
mximo potencial para responder a la intervencin (Florence, 1996). EnGalicia se han desarrollado modelos de crecimiento de la copa en masas
no intervenidas que indican que la auto-poda en sitios de alta calidad
puede llegar a ocurrir entre el primer y segundo ao si se emplean los
espaciamientos tradicionales para la obtencin de madera de trituracin(Nutto y Touza, 2004a). Estos modelos ofrecen la oportunidad de estimar
la altura total y el largo de copa viva del rbol para diferentes calidades deestacin y tratamientos, como una herramienta para optimizar el manejo
selvcola del rodal y los tratamientos de poda.
De acuerdo con las teoras comentadas, las aplicaciones pioneras de estosmodelos selvcolas en el Norte de la pennsula se basan en la estrategia
de localizacin de rboles de la masa con crecimiento y caractersticas
sobresalientes, entorno a los cuales son proyectadas las claras hasta final
de turno. Para ello, se parte de densidades de plantacin ms bajas y seproyectan marcos cuadrados de plantacin o incluso plantacin a tresbo-
lillo, siempre en reas con elevada calidad de estacin.
La forma ms frecuente de expresar el peso de la clara es en funcin de
la densidad. La primera intervencin para rodales de alta calidad en elNorte de la pennsula est orientada a alcanzar una densidad por debajo
de los 600 rboles/ha antes de los 7-8 aos. Esta primera intervencin ha
de ser intensa pero a la vez manteniendo una homogeneidad en los es-
paciamientos del rodal resultante (WRI, 1972). Nunca han de producirsegrandes huecos despus de la clara dado que stos, adems de suponer
un desperdicio de productividad, pueden motivar la profusin de bro-tes epicrmicos y el aumento de la ramosidad en los rboles adyacentes.Dada la estrecha relacin entre la longitud y el dimetro de las ramas
(Henskens et al., 2001) el aumento de los espaciamientos y la aplicacin
de un programa de claras favorecer el desarrollo de ramas de mayor di-metro con el riesgo consiguiente de producir madera con nudos.
El objetivo que se pretende es llegar a una densidad final en torno a los150 rboles/ha por medio de 2 o a lo sumo 3 intervenciones a lo largo del
turno. Es recomendable no realizar intervenciones en el tercio final del
mismo a fin de conseguir la estabilizacin de tensiones de crecimiento.
III TRATAMIENTOS DE MEJORA Y TRATAMIENTOS PARCIALES
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IIITRATAMIENTOS DE MEJORA Y TRATAMIENTOS PARCIALES
Para el diseo del programa de intervenciones Nutto y Touza (2004b)
proponen el empleo de modelos de crecimiento basados en el rbol in-dividual que, a partir de la relacin entre el dimetro normal y el di-
metro de la copa, permiten determinar el espacio vital del rbol para
alcanzar un dimetro determinado. Si bien, es necesario completar la
aproximacin anterior con la informacin suministrada por las tablas omodelo de crecimiento para cada calidad de estacin o ndice de sitio, a
fin de determinar el crecimiento diametral mximo alcanzable en cadasituacin. Los autores ofrecen un ejemplo de la aplicacin de esta he-rramienta como ilustracin del potencial de crecimiento del E. globulus
en el Noroeste de la Pennsula Ibrica gestionado para la produccin de
madera slida en rodales de primera calidad (Figura III.2).
Todas las intervenciones intermedias, al igual que el resto de tratamientosselvcolas han de ser considerados de manera integrada dentro del progra-
ma de gestin de la plantacin, dada su intrnseca relacin con los marcos de
plantacin y espaciamiento, podas, regmenes de fertilizacin, turno, etc.
III .5.PODASEl objetivo de los tratamientos de podas en masas de eucalipto es dife-
rente de acuerdo con el destino de la produccin (madera de trituracino madera slida).
III .5.1.Podas en selvicult ura para madera detrituracinCuando la madera se destina a la industria pastera, la poda que elimina
ramas en la parte inferior del fuste en los eucaliptares no persigue la me-
jora de la calidad de la madera, sino la disminucin de la superficie foliar
y por consiguiente la resistencia al viento, a fin de aumentar la estabili-dad del rbol. Este tratamiento es aplicado en eucaliptares del Suroeste
durante el otoo siguiente al ao de implantacin de la masa, si bien las
recomendaciones que se exponen a continuacin son extensibles a lasmasas del Norte peninsular.
Las podas se limitan a zonas muy concretas de la plantacin, all donde
se tiene la evidencia de que el viento se encajona, alcanzando extremavirulencia. Adems, estn prescritas hasta una determinada edad, dada la
excelente poda natural que presenta E. globulus.
La operacin se realiza con herramientas manuales, eliminando las ramas
del tercio inferior de la copa. Es recomendable no abusar de esta opera-
cin as como moderar la intensidad de su aplicacin. Se debe procurareliminar aquellas ramas vivas que an conserven hoja juvenil ya que sta
ofrece una mayor resistencia al viento. Por tanto, podemos considerar que
una poda efectiva es la que elimina este tipo de ramas, haciendo mspermeable al viento la parte inferior de la copa, sin necesidad de elevar el
tratamiento en exceso.
La mejora de la estabilidad producida por podas ligeras es un hecho per-
ceptible en plantaciones durante los primeros aos. Del mismo modo
existen evidencias de que podas intensas producen a medio plazo el efec-
to contrario segn los resultados de un experimento desarrollado en laprovincia de Huelva sobre una masa de un ao de edad (Figura III.3). En
ste, podas intensas de la mitad y los dos tercios inferiores de la copa viva
de los rboles acabaron con el transcurso del tiempo por registrar mayorporcentaje de rboles inclinados que aquellos otros con tratamientos de
poda ms moderados.
Figura III.2: Ejemplo de un modelo de manejo intensivo de Eucalyptus globuluspara
la produccin de madera slida en el Noroeste de la Pennsula Ibrica propuesto por
Nutto y Touza (2006).
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( p p p p p )
En cuanto a la intensidad del tratamiento, tal y como afirman Daniel et
al., (1979), la poda, de forma general y en la medida que no sea excesiva,
no afecta al crecimiento de los rboles, pero tampoco existe un limite oporcentaje preciso que establezca cul es la cantidad mxima de copa viva
que puede ser eliminada sin producir una ralentizacin del crecimiento
(Aguad, 1994). Segn Poynton (1979) con defoliaciones entre el 30% y el50% de la copa viva se produciran prdidas significativas de crecimiento
en E. grandis.Varios autores (Pinkard et al., 1998; Dickinson et al., 2001)concluyen que podar un rbol hasta una altura equivalente al 50% de su
copa viva no influye negativamente en su crecimiento, ya que la mayorparte de las ramas podadas corresponden a aquellas con poco acceso a la
luz y baja contribucin al crecimiento del rbol.
Una poda somera del tercio inferior de la copa de rboles, durante las pri-
meras edades, puede producir en unos casos una estimulacin en el creci-
miento en altura, que es acompaada de un crecimiento diametral cuandomenos equilibrado. En otros casos el mismo tratamiento ha conducido a
prdidas inmediatas en crecimiento. Un factor que puede explicar estas
diferencias es la distinta edad y configuracin de la copa de los rboles en
el momento de la aplicacin de los tratamientos (porcentaje de copa con
hoja juvenil, inicio de los procesos de autopoda, etc.)
Otro factor que ha podido influir en gran medida en la respuesta en cre-
cimiento es la poca de aplicacin del tratamiento. Freitas y Filho (1994)encontraron distintas respuestas a defoliaciones de acuerdo con la poca
de aplicacin. Segn Schnau (1974) el estado nutricional de la masa po-dada puede explicar diferencias cuantitativas y cualitativas en la respuestaal tratamiento.
Se han descrito otros efectos negativos derivados de la ejecucin de po-
das intensas en masas de E. globulusen el Suroeste peninsular, distintasde la reduccin de crecimiento como la aparicin de quemaduras solares
sobre la corteza del fuste en estado juvenil (Donoso, 1999).
En algunos casos es recomendable, en los eucaliptares destinados a la
produccin de madera de trituracin, la ejecucin de una poda de guiadoo seleccin de guas. Esta operacin est indicada en el momento quela masa tiene entre 2 3 aos y consiste en la eliminacin de las ramas
gruesas de baja altura o guas bifurcadas que excepcionalmente presen-
tan algunos rboles y que son irreversibles de forma natural con la edad.
La presencia de estas ramas a final del turno supone una dificultad para elprocesado mecnico de la madera durante el aprovechamiento.
III .5.2.Podas en selvicultura para madera slidaLa produccin de madera de calidad para la industria del aserrado y des-
enrollo pasa por la aplicacin de un adecuado programa de podas, conobjeto de impedir la presencia de nudos. La presencia de un ncleo nu-
doso provoca un desvo de las fibras y, en ocasiones, dao del tejido cam-bial del rbol que induce a la formacin de bolsas de kinocomo mecanis-
mo de defensa. Este fenmeno altera las propiedades fsicas, mecnicas y
estticas del producto final, devalundolo econmicamente.
Como se ha comentado, E. globuluspresenta un excelente proceso de au-
topoda, fuertemente relacionado con la dinmica de crecimiento de la
copa y el desarrollo de ramas (Seling et al., 2001). Si bien, las ramas delos eucaliptos no se desprenden completamente, sino que se quiebran
Figura III.3: Evolucin del porcentaje de rboles inclinados registrado en un ensayo desa-
rrollado en la comarca del Andvalo (Huelva) sometido a distintos tratamientos de poda:
Testigo, poda del tercio, de la mitad y de los dos tercios inferiores de la copa verde.
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en las proximidades del tronco, dejando un pequeo mun en la base
de la rama, que va siendo progresivamente aislado para impedir la en-trada de hongos y bacterias. Generalmente los muones de las ramas
no son expulsados por el rbol, sino que son envueltos por la corteza y
absorbidos durante el posterior crecimiento diametral del rbol (Nutto et
al., 2003). Este proceso ocurre tambin cuando se podan artificialmenteramas muertas. Cuando el objetivo es producir madera de alta calidad,
la poda debe dirigirse sobre las ramas vivas del rbol. Para ello es muyimportante el conocimiento de los procesos de autopoda en la especie,y la influencia que tienen sobre stos las distintas variables selvcolas de
la plantacin.
El crecimiento en altura, el espacio vital del rbol individual y la edad in-
fluyen significativamente en el control de este proceso. En sitios de eleva-
da calidad con rpidos crecimientos iniciales la muerte de las ramas bajasdel dosel se inicia antes. Por el contrario, con grandes espaciamientos los
rboles tienden a desarrollar amplias copas abiertas, con ramas gruesas
que permanecen por mucho tiempo en el rbol. Como se ha comentadoanteriormente, dada la existencia de una fuerte correlacin entre la longi-tud de las ramas y su dimetro (Henskens et al., 2001), el desarrollo de las
ramas de la copa en estas condiciones aumentar el riesgo de presencia
de ncleos nudosos en el fuste, dado que las ramas bajas de la copa tienenacceso durante mayor tiempo a la luz y, por tanto, mayor oportunidad de
desarrollarse y ser eficiente. Algunos trabajos concluyen que a partir de
una determinada longitud de rama no compensa realizar su poda, pues elriesgo de penetracin de hongos causantes de podredumbre del leo es
muy elevado (Wardlaw y Neilsen, 1999; Nutto et al., 2003)
Como conclusin, la optimizacin de la eficiencia y del momento deaplicacin de la poda exige el conocimiento de la influencia de los fac-
tores comentados en la iniciacin y dinmica del proceso de autopoda
en el rbol.
Para el Norte de la Pennsula Ibrica se ha desarrollado un modelo pre-
dictivo de evolucin de la dinmica de la copa del rbol, aproximandosta a la evolucin de variables como la altura de la base de la copa viva y
la altura de la primera rama muerta sin cicatrizar (Nutto y Touza, 2004a).
Los factores empleados en el modelo fueron la altura del rbol, el dime-tro normal y la edad (Figura III.4).
Desde un punto de vista prctico es deseable lograr una longitud de fuste entorno a los 5 m libre de nudos, a fin de obtener el aprovechamiento de dos
trozas completas de elevada calidad, lo que hace necesaria la aplicacin de
la poda a travs de dos intervenciones sucesivas separadas en el tiempo, deacuerdo con todos los factores antes comentados. El proceso de muerte de
las ramas basales de la copa puede iniciarse entre el 2 y 3 ao en los rodales
de mayor calidad y crecimiento. A esa edad la altura media de la masa debe-ra estar comprendida entre los 5 y 8 m por lo que una poda a una altura de 5
m puede suponer una remocin equivalente superior al 50% de la copa viva,
lo que puede tener repercusiones negativas para el desarrollo y crecimientodel rbol, tal y como justifican distintos trabajos comentados anteriormente.
El momento de la segunda intervencin nuevamente vendr marcada porel desarrollo alcanzado por la masa podada inicialmente y la evolucin del
proceso de muerte de las ramas basales del dosel. Esta segunda intervencin
requiere ms mano de obra lo que obliga a replantear si su realizacin com-pensa econmicamente en funcin de factores como el dimetro esperado
y la evolucin del mercado.
De acuerdo al modelo de claras indicado para E. globulus, la poda debe
Figura III.4: Estimacin de la altura de la base de la copa viva (cb) a travs del modelo
multivariable en funcin del dimetro normal (dap), altura (alt) y edad (edad) del rbol
propuesto por Nutto y Touza (2004a).
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aplicarse nicamente sobre rboles seleccionados, con independencia
del nmero de intervenciones proyectadas en el rodal y con el objeto delograr la mxima rentabilidad derivada del tratamiento. Esta circunstan-
cia exige que la seleccin de los rboles candidatos entorno a los cuales
realizar las claras tenga lugar aos antes de la primera intervencin, justo
en el momento de realizar la primera poda. A esta edad, el desarrollo ycrecimiento en los rodales de calidad debera facilitar la identificacin de
los rboles con mayor aptitud y mejor ubicacin dentro de la masa paraproducir madera de calidad. En situaciones de incertidumbre o masasmenos diferenciadas el selvicultor debe seleccionar y podar algunos otros
rboles que compongan una poblacin de reserva.
Tan importante como los procesos biolgicos que influyen en la poda, lo es
el conocimiento de la tcnica de poda y las pocas ms adecuadas para la
aplicacin del tratamiento.
Para realizar la poda en masas de eucalipto se emplean tijeras, sierras ma-
nuales y motosierras ligeras. Las primeras suelen estar ms indicadas para
las podas bajas y presentan limitaciones de corte para las ramas gruesasy de capacidad de prolongacin para trabajar a mayor altura. Sin embar-
go, su empleo limita el riesgo de desgarros, ms frecuentes en la poda con
sierra. Para segundas intervenciones, en las cuales la altura de poda puedellegar a los 5,5-6 m puede ser necesario en ocasiones el empleo de escaleras,
aunque como se ha comentado anteriormente los costes de esta operacin
aumentan considerablemente
La realizacin del corte debe realizarse sobre el rodete de cicatrizacin queforma la madera del fuste entorno a la base de la rama. Esta estructura
contiene tejido cambial responsable de la cicatrizacin. Si la poda eliminapor completo este rodete la cicatrizacin se detiene aumentando el riesgo
de pudricin (Figura III.5).
Sobre la poca ms adecuada para la aplicacin de las podas existen nu-
merosos trabajos con resultados contradictorios. La recomendacin clsica
establece que las podas deben realizarse durante la estacin ms fra parareducir el riesgo de infeccin de las heridas por hongos y bacterias. Sin em-
bargo, investigaciones recientes recomiendan realizar la poda en la prima-
vera, una vez superados los riesgos de las heladas tardas y, cuando la activi-dad del cambium es ms elevada y los rboles tienen por delante un periodo
de vegetacin completo para cicatrizar las heridas (Nutto et al., 2003).
III .6. FERTILIZACINLa fertilizacin de masas establecidas se considera como un tratamientode mejora dentro del esquema de selvicultura del eucalipto, en el que
pueden distinguirse tres tipos:
a) Fertilizacin inicial o de arranque.b) Fertilizacin de mantenimiento o a mediana edad.
c) Fertilizacin de brotacin o post-aprovechamiento.
Esta clasificacin de la fertilizacin para esta especie responde a la estrecharelacin existente entre la demanda de nutrientes y el crecimiento experi-
mentado por las plantas, asumida la hiptesis de un comportamiento sig-
moidal de esta variable (de Barros et al., 1997).
La aplicacin correcta de cada tipo de fertilizacin exige el conocimien-
to de la demanda nutricional de la planta en cada momento, adems dela capacidad del terreno para asegurar dicha nutricin en la cantidad y
tiempo adecuados.
III .6.1.Fertilizacin inicial o de arranqueLa fertilizacin inicial o de arranque tiene por objeto cubrir las elevadas tasas
de absorcin de nutrientes y crecimiento que experimenta la planta en lasprimeras etapas de desarrollo y que se relacionan linealmente con su edad
(Attiwill, 1981; Miller, 1984). Este tratamiento, adems de mejorar el creci-
miento, reduce significativamente la mortalidad y homogeniza la plantacin.
En eucaliptares del Suroeste, para terrenos arenosos de la zona litoral, la do-
sis recomendable es de 250 gr/planta de fertilizante mineral soluble 15/15/15.
Figura III.5: Ejemplos de tcnicas de corte incorrectas (A, B y C) y correcta (D) de acuer-
do con su situacin con respecto al collar de cicatrizacin. (Stackpole, 2001).
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En la misma clase de suelo, pero con un uso agrcola precedente, se aconseja
la aplicacin de un abono rgano-mineral en dosis de 1kg/planta, acompa-ado de un fertilizante de liberacin lenta NPKMg de frmula 11/22/9+1,
en dosis de 20 gr/planta. Para los suelos pizarrosos, caractersticos de la co-
marca del Andvalo y Sierra de Huelva, la dosis recomendada consiste en
200 gr/planta de fertilizante mineral soluble 9/18/27 (Toval, 1999).
Segn los resultados obtenidos por Ruiz et al., (1997), los efectos de lafertilizacin en los casos descritos no se prolongan ms all del primerao, mantenindose en aos sucesivos las ventajas iniciales sin ms pro-
gresos. De cualquier forma, el efecto del abonado supone un incremento
del 10% de la altura media de las plantas y del 30% en la supervivenciaen el primer ao.
En la Figura III.6 se representan los resultado de un ensayo demostrativode fertilizacin en implantacin de masas clonales de E. globulusen el li-
toral de la provincia de Huelva. La comparacin de crecimientos entre los
distintos tratamientos para el primer y segundo ao de la plantacin se-
ala al equilibrio 15/15/15 como el mejor de los tratamientos, confirmandolos resultados de Ruiz et al., (1997) y las recomendaciones de Toval (1999).
Asimismo puede tambin observarse como los efectos de la fertilizacin
tienen lugar durante el primer ao de crecimiento, trasladndose las me-joras al ao siguiente de forma paralela para todos los tratamientos.
En el Norte de la pennsula se recomienda abonos ricos en fsforo de
frmula aproximada a 8/24/16, en dosis de 100 gr/planta (Gonzlez-
Ro et al. 1997). Los resultados de los ensayos factoriales llevados acabo en la provincia de La Corua por Basurco et al., (2001) destacan
igualmente la importancia del fsforo como el elemento ms determi-
nante para el crecimiento inicial, pudindose conseguir incrementos,durante los primeros tres aos, del 50% en crecimiento en altura con
la nica aplicacin de 60 gr/planta este elemento.
La fertilizacin de implantacin se optimiza, en todos los casos, simul-taneando su aplicacin con los trabajos de plantacin o, en su defecto,
no demorndose ms de dos semanas despus de la misma. La apli-
cacin debe realizarse a ambos lados de la planta, a una distancia de20-30 cm de su eje y recubriendo el fert ilizante someramente con ayu-
da de una azada o en terrenos muy sueltos se puede incluso efectuar
con el pie. Debe evitarse que el abono toque directamente las races yque se deposite encima de la hierba, para lo cual debe eliminarse con
ayuda de una azada (Figura III.7). Es preferible el abono slido granu-
lado ya que es posible suministrar dosis altas a igualdad de costos,
comparados con dosis mnimas de los fertilizantes de liberacin lentao controlada.
Figura III.6: Evolucin del crecimiento en altura de un ensayo demostrativo de fertiliza-
cin de masas clonales de E. globulusen el litoral de la provincia de Huelva.
Figura III.7: Ilustracin de recomendaciones para la aplicacin del fertilizante en im-
plantacin tomada de Gonzlez-Ro et al. (1997).
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III .6.2.Fertilizacin de mantenimientoSiguiendo la hiptesis de un crecimiento y absorcin de nutrientes de
evolucin sigmoidal en el tiempo, la fase intermedia del desarrollo delas plantaciones de eucalipto se caracteriza por una disminucin, en
trminos relativos, de la demanda de nutrientes y, por tanto, de los
procesos de absorcin de nutrientes del suelo. Durante este estadiode desarrollo tiene lugar el cierre de copas, cuya restriccin lumnica
desencadena los procesos de auto-poda antes comentados, ademsde reducir la produccin de biomasa en forma de ramas adicionales y,consecuentemente, masa foliar. De esta forma, los nutrientes absorbi-
dos y traslocados son destinados, principalmente, a la produccin del
leo del fuste.
Por todo esto, los procesos bioqumicos y geoqumicos de recirculacin
de nutrientes, durante esta etapa, se intensifican y una parte considera-
ble de la demanda nutricional de la plantacin es satisfecha por el ciclo
de nutrientes. Prueba de ello son los trabajos de Gonzlezet al., (1985a;
1985b) en el Suroeste de la Pennsula Ibrica, a partir de los cuales elautor deduce que las demandas de macronutrientes disminuyen a me-
dida que se alarga el turno de la especie.
La fertilizacin de mantenimiento o mediana edad ha sido ensayada
por Ruiz et al., (2001b) en dis tintas es taciones forestales de la provinciade Huelva. De los resultados de este trabajo (Figura III.8) se deduceque con la aplicacin de una dosis de fertilizacin de mantenimiento
ptima, se alcanzan ganancias en volumen al final de turno que oscilan
del 8,7 al 14,6%, dependiendo de la estacin forestal. Segn este traba-
jo, el nitrgeno y el potasio son los elementos que manifiestan mayorrespuesta en el crecimiento acumulado de los rboles a final de turno,
sealndose el fsforo como indiferente para esta variable.
La rentabilidad econmica del tratamiento de fertilizacin, en muchas
ocasiones discutido, es de igual modo estudiada y analizada por los auto-
res en estos ensayos. En ambos casos el anlisis de rentabilidad de la in-
versin por fertilizacin result ser positivo obtenindose un incremento
del 8,3% al 38,6% del VAN de acuerdo con la respectiva mayor o menor
productividad del sitio (Tabla III.1).
Figura III.8: Resultados de ensayos factoriales de fertilizacin de mantenimiento en masas de E. globulusde mediana edad en la provincia de Huelva. Efectos de la adicin de diferentes dosis
de nitrgeno y potasio sobre el volumen unitario a la edad de corta. Diferencias entre tratamientos al 95% (Duncan test) son indicadas con distintas letras (Ruiz et al., 2001b).
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El potasio, como factor limitante del crecimiento de masas adultas de euca-
lipto es tambin destacado por Benett et al., (1997). Diferentes autores coin-ciden en sealar el destacado papel que juegan el nitrgeno y potasio en la
fertilizacin de mantenimiento en las masas de eucalipto (de Barros, 1990,
1997; Silva et al., 2000; Silveira y Malavolta, 2000; Silveira y Higashi, 2002).
Particularmente, en el Suroeste de la pennsula para E. globulusse reco-
mienda la realizacin de una fertilizacin de mantenimiento cada 2 3aos a partir del ao siguiente a la plantacin. El momento ptimo paraeste tratamiento coincide con los meses de enero y febrero, siempre que
el suelo albergue suficiente humedad, con objeto de reducir las prdidas
por volatilizacin del nitrgeno. Se recomienda la aplicacin de 75 UF/ha
de nitrgeno aplicado con abonadora centrfuga en calles de plantacinalternas. En terrenos pizarrosos se debe considerar la aplicacin de algu-
na fuente de potasio en equilibrio 1/0/2. A la fertilizacin nitrogenada se
aade una fuente de boro en una dosis de 2 a 3 UF/ha en forma de bora-to sdico, para prevenir y corregir las carencias de este elemento. Puede
mejorarse la incorporacin del fertilizante en el suelo, simultaneando unalabor de grada de discos, al tiempo que se elimina la vegetacin que pue-da existir, se mulle el terreno y se bina el suelo.
Dentro de los micronutrientes, el boro es, sin duda, el elemento de mayor
importancia a considerar en el rgimen de fertilizacin de las plantacio-nes de eucalipto, dado que su deficiencia en la planta representa un claro
limitante para el crecimiento (Sakya et al., 2002). El boro est relacionado
con muchos procesos fisiolgicos de la planta que son afectados por sudeficiencia
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