7/23/2019 Subcomandante Marcos & Luis Villoro (Rev. Rebelda) - Apuntes Sobre Las Guerras. Carta 2.V.
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De la reflexin crtica,
individu@s y colectiv@s
Respuesta de Luis Villoroa la 2 carta del Sup Marcos
en el intercambio epistolar sobre tica y PolticaAbril 2011
individu s y colectiv s
Saludos!
Empecemos por el tema de la reconstitucin del pas,de la reconstruccin del tejido social, preocupacinque compartimos y que se refleja tanto en sus dosprimeras misivas como en la convocatoria de JavierSicilia, la cual abre un resquicio de esperanza antetantos gritos de dolor e indignacin que hoy cubrennuestro territorio, desolado por la irracionalidad y
la violencia.Para iniciar esta tarea, creo yo, uno de lospuntos a considerar para lograr ir ms all de lamovilizacin necesaria, sin duda, al principiosera elaborar una propuesta muy Otra, muynuestra, que pase de la resistencia a la accin,con miras a una verdadera organizacin. Una or-ganizacin que reuniera a todos los pueblos ysectores sociales afectados por el incumplimientode sus derechos. Sera una organizacin desdeabajo y a la izquierda. Esa propuesta tendra que tomar en cuentael rescate de la tica, tan silenciada hoy en elaccionar poltico; porque hay que distinguir, desdeluego, entre tica y moral social. La tica es lapromulgacin de principios universales, mientras lamoral social habla de su realizacin, en los hechos,en una sociedad determinada. Es sta ltima laque recurrira a la reserva moral que se encuentra enla ciudadana, en sentido amplio: grandes y pequeosgrupos, individuos, colectivos y organizaciones de laizquierda independiente. Por ello es importante que el movimiento
que ha hecho reverberar Sicilia con gran dignidaden todo Mxico, no desborde las mrgenes de laciudadana, que se mantenga en su interior, lo cualimplica no permitirle la entrada a ningn partidopoltico, a ningn funcionario pblico, so pena deque se contamine. En ese sentido, coincidiendo conlos buitres que usted menciona, permtase remitirmea algunas lneas de mi texto El Poder y el valor
donde hago referencia al poltico progresista quepretende utilizar un poder opresivo para limitarloparticipando en l No es el cruzado en lucha acampo abierto contra el mal, es el apstol disfrazadoen tierra de infieles que reconoce el mal del poderpero est dispuesto a entrar en el vientre de la ballenapara cambiarlo. A veces, justifica su participacin enel poder porque slo es posible modificarlo desde
dentro. (p. 89) Resulta hoy evidente que la nica actitudposible para lograr la transformacin que buscamoses el rechazo absoluto a la situacin existente, decirNO a toda forma de dominio encarnada en el poder. Una actitud disruptiva contra la dominacinque implica una postura moral social, como ustedlo seala al decir: Nosotros no queremos cambiarde tiranos, de dueos, de amos o de salvadoressupremos, sino no tener ninguno. Ahora, centrmonos en el tema que encabezasta su segunda misiva: la relacin individuo-colectivo, extendindolo hasta la sociedad mismatomando en cuenta la diversidad que la conforma (esdecir, los grupos humanos y sus diferencias en losplanos econmico, ideolgico, cultural) no obstantesu pertenencia a una historia comn. El individuo expresa sus derechos en laselecciones personales. Pero, en la situacin actualen Mxico, donde predomina la partidocracia,el individuo se ve limitado a optar por uno de lospartidos polticos existentes, ya que en nuestropas no est contemplada la figura de candidato
ciudadano independiente. Es indispensable, portanto, una reforma radical segn la cual cualquierciudadano pueda expresar su voluntad, con su voto,sea cual fuere su preferencia o rechazo de algnpartido poltico. sa es la verdadera democracia quedara lugar a la expresin de las personas y grupossociales ms all de la partidocracia. sa sera unaverdadera reforma necesaria.
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Ahora bien, con miras a construir un
camino ms incluyente, que se ira haciendo al
andar, como dijo el poeta Machado, un rasgo comn
que se requiere para abarcar dicha diversidad es,
creo yo, el siguiente: una misma moral social para
todos, con principios ticamente vlidos, es decir,
universales como los que usted menciona, enla pgina 12, como fundamentales para todo ser
humano: vida, libertad y verdad.
A su pregunta de si el individuo puede
alcanzar a plenitud estas aspiraciones en un colectivo,
coincido con usted afirmativamente; pues en la
soledad del individualismo egocntrico neoliberal
no tienen sentido ni lugar, ya que la comparacin o
el entorno real se tornan inexistentes.
Y volviendo a la tarea o compromiso que nos
interpela, para acabar con la violencia, la impunidad
y la confusin reinante; para parar la guerra, serequiere de la colectividad, del nosotros solidario
que tanto enfatiz Carlos Lenkersdorf a lo largo de
su vida y su obra.
Frente al individualismo egosta sera
necesaria la posibilidad de aceptar derechos
sociales, colectivos, de un nosotros. Una reforma
posible pienso yo sera abrir una discusin
sobre la diferencia entre derechos individuales como
pretende la tradicin liberal y derechos colectivos
provenientes de otra tradicin: la del socialismo o
del llamado populismo.
Otro punto que comparto con Sicilia y el
zapatismo, es el reclamo de justicia. Pocas palabras
ms pronunciadas y menos practicadas por la
demagogia de la clase poltica. La democracia es otro
ejemplo. Y ninguna tiene sentido fuera del colectivo,
de la comunidad. No se puede ser democrtico
individualmente, con quin o frente a quin?
Como asiento en Los Retos para la sociedad
por venir (2007): Las teoras ms en boga para
fundamentar la justicia suelen partir de la idea de
un consenso racional entre sujetos iguales, que se
relacionan entre s, en trminos que reproducen losrasgos de una democracia bien ordenada pero,
en sociedades como la nuestra, donde an no se
funda slidamente la democracia, donde reina una
desigualdad inconcebible para pases desarrollados
pues en nuestra realidad social no son comunes los
comportamientos consensuados que tengan por
norma principios de justicia que incluyan a todos
los sujetos: se hace patente su ausencia. Lo que ms
impacta es la marginalidad y la injusticia... lo cual
nos obliga a partir de la percepcin de la injusticia
real para proyectar lo que podra remediarla.
As llegamos a la relacin de la injusticia
con el poder. El poder es dominacin sobre el
mundo que nos rodea, tanto natural como social,para alcanzar lo deseado Lo que escapa al afn
de poder son las acciones contrarias a su bsqueda.
Si una ciudad estuviera gobernada por hombres
de bien adverta Scrates maniobraran
para escapar del poder como ahora se hace para
alcanzarlo (Platn,La Repblica).
Aqu podramos hacer un parntesis que nos
llevara a un viaje a la actualidad al ubicarnos en
los principios y originalidad de los postulados del
zapatismo, experiencia que an resulta ignorada e
incomprendida por la mayora de los especialistastradicionales en Filosofa Poltica.
El punto central, entonces, es el del
poder, incluyendo el concepto de contrapoder que
finalmente se pervierte en una forma ms de poder
impositivo; en un rayo ms en la rueda sin descanso
del poder y la violencia. Y como afirmo en el libro
arriba mencionado, slo hay una va para escapar
a esa rueda renunciar a la voluntad de poder
para s mismo. Es lo que comprendieron Gandhi y
Luther King; es lo que han comprendido tambin los
indgenas zapatistas de Chiapas cuando decidieron
no buscar el poder para s mismos. Si se rebelaron
en 1994 contra sus condiciones de marginacin e
injusticia extremas, si tuvieron que emplear las armas
para hacerse escuchar, su actitud difiri radicalmente
de los antiguos movimientos guerrilleros. Pedan
democracia, paz con justicia y dignidad. Conscientes
de que la responsable de la injusticia es, en ltimo
trmino, la voluntad de poder, proclamaron que su
objetivo no era la toma del poder sino el despertar de
la ciudadana contra el poder. Al hacerlo, han abierto
una nueva va, al mostrar que la voluntad de los
pueblos organizados va ms all de las elecciones.No es esa la va del zapatismo?
Y me parece que, justamente de eso se trata
hoy el llamado de Sicilia. Ahora, de nosotros, como
sociedad, depender la respuesta: o bien la apata, la
parlisis que acepta la barbarie o el compromiso de
ir creando condiciones para que germine un suelo
donde no imperen la injusticia y la violencia.