Taller de Prevención y Promoción
Alcoholismo y Drogadicción
Conductas Des-Adaptativas
COMISARÍA DE FAMILIA
LOCALIDAD DECIMA – ENGATIVA
1
“El primer Lugar de Acceso a la
Justicia Familiar”
Presentado por:
Andrés Hurtado
Johana Gamboa 1
Presentado a:
Gilma Parra
Oscar Utria 2
Facultad de Psicología
Bogotá
D.C., 26 de Abril de 2008
1 Estudiantes de Psicología XI Semestre2 Asesor de Prácticas Profesionales
Taller de Prevención y Promoción
Alcoholismo y Drogadicción
Conductas Des-Adaptativas
Justificación.
Es importante el desarrollo de éste
proyecto ya que al poder determinar
que grado de conocimiento tiene la
población acerca del problema de la
drogadicción se puede plantear las
diferentes soluciones al mismo, y
crear programas de prevención
eficaces que puedan al menos
detener o disminuir la prevalecía
de la enfermedad. de igual manera
se podría crear conciencia tanto en
los hogares como en los planteles
educativos sobre la importancia de
educar a la población infantil acerca
de este flagelo para que sean ellos
los encargados de cortar el lazo
conector entre la curiosidad y el
consumo.
Así mismo es de suma importancia
dar a conocer a la opinión publica la
magnitud de el problema mediante
estadísticas y testimonios reales que
les demuestre los alcances nocivos
de esta problemática y les haga ver
la imperiosa necesidad de actuar y
tomar cartas en el asunto. A la vez
darles las herramientas adecuadas y
las sugerencias necesarias para
manejar las diferentes situaciones
que se puedan presentar en su
hogar en el caso que alguno de sus
miembros se vea involucrado en el
destructivo mundo de la
drogadicción, señalando las
diferentes instituciones que sirven de
apoyo tanto para el adicto como para
su familia creando y desarrollando
un plan de recuperación integral que
le permita al enfermo reintegrarse
como persona útil a la sociedad.
Es importante también dar a conocer
las diferentes clases de tratamientos
que existen para la enfermedad, ya
que debido a la ignorancia en cuanto
a los procedimientos se ha permitido
la formación de grupos
inescrupulosos que se aprovechan
del desespero de las familias cuando
se sienten afectadas para ofrecerles
curas inexistentes que pueden llevar
a empeorar la situación del paciente.
OBJETIVO GENERAL
Promover programas de prevención
e intervención frente a las
problemáticas más consultadas en la
comisaría décima de familia como
parte del proceso psicológico.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Sensibilizar a los participantes
frente a las problemáticas que
se presentan en el interior de
las familias y las
implicaciones que dichas
problematicas tienen en el hijo
adolescente o menor de edad.
Lograr que los participantes
identifiquen sus problemas
relacionados con las pautas
de crianza y las conductas
inadecuadas que presenten
los menores.
Brindar una sustentación
teórica respecto al tema de el
alcoholismo, la drogadiccion y
conductas problema.
Mejorar la comunicación y
demas estratejias para la
resulucion y manejo de
conflictos con los menores.
Identificar los factores de
risgo y establecer alternativas
para el manejo de las
mismas.
METODOLOGÍA
El taller se llevará a cabo en las
instalaciones de la comisaría décima
de familia el día 26 de Abril de 2008,
en el horario de 2:00 pm a 5:00 pm.
Contará con la participación de los
padres que se encuentran en
proceso terapéutico en esta
institución o que hayan sido sitados
por los diferentes comisarios y
respectivos procesos, que han sido
previamente citadas por los
funcionarios de la comisaría y de los
practicantes de psicología.
Se trabajaran actividades
tendientes a promover un mejor
manejo de las pautas de crianza,
resolucion de conflictos, prevencion
y reduccion en los factores de
riesgo, tanto en la comunicación,
como lo cognitivo conductual. Se
brinadrá un refrigerio a la mitad del
taller y se hará un cierre del taller
invitando a la reflexión sobre el tema
y dejando una tarea para la casa.
Por último se llevara a cabo la
respectiva evaluación.
FUNDAMENTACIÓN TEORICA
De acuerdo a la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y a datos
estadísticos recopilados de
investigaciones realizadas, la
enfermedad de la adicción se
encuentra en tercer lugar después
de el SIDA y el Cáncer lo que
permite ver con claridad el grave
problema al que se está enfrentando
la sociedad a nivel mundial debido a
la diversidad de delitos y
enfermedades que se derivan de
ésta. Es importante anotar que
Colombia ha pasado de ser un
simple productor a ubicarse entre los
primeros países consumidores de
drogas.
En ésta medida se hace importante
sondear para así verificar el
conocimiento que se tiene acerca de
las causas que conllevan al
desarrollo de la enfermedad al igual
que los efectos producidos por ella,
de igual manera indagar sobre la
estructura educacional que ha
efectuado el estado frente a esta
problemática ya que ha tocado a las
diferentes clases sociales sin
distinción de sexo, raza o edad y se
vislumbra un desconocimiento total
que permite su avance destructivo a
pasos agigantados; destruyendo la
sociedad desde su núcleo
fundamental que es la familia.
El consumo de sustancias
psicoactivas es una de las
problemáticas que se ha
incrementado en los últimos años,
siendo la edad de inicio al consumo
aun más temprana, pues
específicamente en el caso de
alcohol, Atica consultores (1999)
indica que desde los años ochentas
se ha producido un cambio en el
consumo de alcohol por parte de los
jóvenes evidenciado en el inicio
temprano de la ingesta y estados de
embriaguez. Los jóvenes toman las
practicas de consumo de alcohol
como un proceso que conlleva al
cambio de la etapa de niñez a la
adolescencia y al ser una sustancia
legal permite que los jóvenes abusen
indiscriminadamente teniendo un
alto riesgo de generar una adicción,
pero los padres y adultos toman el
alcohol como un segundo lugar
donde prevalece al consumo de otro
tipo de sustancias psicoactivas, sin
tener en cuenta los efectos de dicha
sustancia para los jóvenes que la
consumen
En los últimos tiempos, el
problema de abuso de alcohol se
incrementado notoriamente,
afectando a niños y adolescentes en
diferentes situaciones de riesgo
como lo son niños con mala
alimentación, desnutrición,
analfabetismo, carencias de
vivienda, hacinamiento, maltrato y
enfermedades (Forselledo, A. 2002).
Sin embargo para entender
mejor dicha problemática es
necesario entender qué es el
alcohol, que tipo de efectos tiene y
cuales son sus consecuencias tanto
a nivel físico como psicológico.
Por tanto Pérez (2000)
clasifica a las sustancias psiactivas
en cuatro grupos dependiendo de
sus efectos psicofisiólogicos:
Depresores, estimulantes,
alucinógenos y mixtos.
Los depresores disminuyen el
nivel de funcionamiento del Sistema
Nervioso Central, reduciendo la
excitación psicológica. Incluyen: el
alcohol, el opio y sus derivados
(morfina y heroína), los barbitúricos y
sedantes o tranquilizantes, los
inhalables (pegantes, gasolina,
solventes) y los anestésicos (Pérez,
2000).
Según Pérez (2000), el etanol
es el único de los alcoholes que se
puede consumir en forma moderada
sin riesgo de envenenamiento, pero
con algunos efectos irreversibles.
Por su parte, Barlow & Durand
(2004), indican el alcohol es un
depresor, su efecto inicial aparenta
ser estimulante, pues las primeras
zonas que se deprimen en el cerebro
son los centros inhibitorios y por
ende se tiende a ser más
extrovertido. Posteriormente se
deprimen más áreas por lo cual se
reduce la coordinación, se reduce el
tiempo de reacción, la capacidad de
emitir juicio e incluso pueden
afectarse los sentidos.
De acuerdo con Pérez (2000)
los bebedores se clasifican en
normales y anormales. A su vez, los
normales se clasifican en abstemios
(no bebe más de 5 veces al año) y
moderado (consume en situaciones
sociales y generalmente no lo hace
en exceso). Los bebedores
anormales se dividen en excesivos
(se embriaga alrededor de 12 veces
al año y bebe frecuentemente) y
alcohólicos (tiene dependencia física
y toma mucho más seguido de lo
aceptado por su cultura.
Este mismo autor indica que
las personas alcohólicas
generalmente han pasado por las
cuatro fases anteriores, pasándose
de la abstinencia a la ingestión
moderada durante la pubertad y
adolescencia debido a la presión de
los pares y el querer ser aceptado en
un determinado grupo social; entre
los 14 y 20 años se pasa de la
ingestión moderada a la excesiva
por presión de compañeros de
colegio, universidad o trabajo y la
presión de la vida laboral.
Generalmente luego de 5 u 8 años
de ingestión excesiva se presenta
dependencia física.
Debe tenerse en cuenta que el
alcohol es un droga legal y su
consumo se ve influenciado por
prácticas culturales específicas, es
así como “en Colombia más del 80%
de la población consume alcohol, y
entre e 5 y el 10% puede
considerarse alcohólica”. (Pérez,
2000. p49)
Asimismo, a nivel fisiológico el
alcohol actúa sobre
neurotrasmisores tales como el
GABA, cuya función es interferir el
disparo de otras neuronas; es así
como el alcohol refuerza la
segregación de dicha hormona y
hace que las neuronas tengan
dificultad para dispararse. De igual
manera, las lagunas (pérdida de
memoria sobre lo sucedido durante
la intoxicación) se producen debido a
la interacción del alcohol con el
sistema glutámico (Barlow & Durand,
2004).
Además se evidencia que en el
grupo de los depresores,
específicamente en el alcohol se
producen una serie de efectos; ésta
sustancia afecta en primer lugar a un
grupo de neurotransmisores como
son la glutamina, el GABA y la
serotonina, por lo cual en el individuo
se ve afectado el aprendizaje, la
memoria, el estado del animo, el
sueño y la conducta alimentaría, así
como de las ansias alcohólicas. De
igual forma, el consumo del alcohol
conduce a largo plazo efectos
graves, pues la abstinencia de
consumo crónico generalmente
produce estremecimiento, nauseas,
vomito, ansiedad, alucinaciones
pasajeras, agitación, insomnio y en
casos mas graves delirios de
abstinencia (Barlow & Durand,
2004).
Según Pérez (2000) las
consecuencias de beber en exceso a
largo plazo incluye enfermedades
hepáticas, pancreatitis, gastritis
agudas, crónicas atróficas,
trastornos cardiovasculares, daño
cerebral, al igual que puede
ocasionar dos tipos de síndromes
orgánico – cerebrales por causa del
envenenamiento del cerebro por el
exceso de alcohol, éstas son el
síndrome de Wernicke y el síndrome
de Korsakoff que causan en el
individuo alucinaciones auditivas y
visuales, perdida de memoria, entre
otros.
Sin embargo, hay que tener en
cuenta que los daños orgánicos que
puede ocasionar el alcohol
dependen en primer lugar de la
vulnerabilidad genética del individuo,
la frecuencia del consumo, la
duración de las ingestiones y los
niveles de alcohol en la sangre
(Barlow & Durand, 2004).
Otras de las consecuencias
que se puede presentar por el
consumo excesivo de alcohol la
aparición de diferentes trastornos.
Dentro de los trastornos encontrados
por el consumo de alcohol se
presenta la dependencia la cual se
reconoce por la demostración de
tolerancia o de síntomas de
abstinencia. La abstinencia de
alcohol de caracteriza por la
aparición de síntomas tales como:
hiperactividad autonómica, aumento
del temblor distal de las manos,
insomnio, nauseas o vómitos,
alucinaciones visuales, táctiles o
auditivas transitorias, o ilusiones;
agitación psicomotora, ansiedad y
crisis epilépticas. Estos síntomas de
abstinencia suelen aparecer
después de unas cuatro a doce
horas después de disminuir la
ingesta de grandes cantidades
después de un consumo prolongado.
Las personas con dependencia al
alcohol pueden seguir
consumiéndolo sin importar las
consecuencias aversivas
simplemente para evitar o aliviar los
síntomas de abstinencia que
presentan. Una vez se presenta el
patrón de uso compulsivo del
alcohol, las personas con
dependencia pueden dedicar largos
periodos de tiempo al consumo de la
bebida ( DSM IV – TR ).
Otro de los trastornos por el
consumo es el abuso de alcoholes
cual puede ser menos grave que la
dependencia y se diagnostica
simplemente cuando se ha
establecido la ausencia de esta
última. La persona con abuso de
alcohol puede beber en situaciones
peligrosas, presentar problemas
legales y pueden continuar bebiendo
sin tener en cuenta los problemas
sociales e interpersonales que se
dan por el abuso de esta sustancia
(DSM IV- TR)
Por otra parte se presentan
trastornos inducidos por el alcohol
como lo es la intoxicación, en la cual
la característica esencial es la
presencia de un cambio psicológico
o de comportamiento desadaptativo
clínicamente relevante que aparece
en el momento de la ingesta de
alcohol o después de un corto
tiempo, además va acompañado de
un lenguaje farfullante, falta de
coordinación, marcha inestable,
nistagmo, deterioro de la atención o
de la memoria, estupor o coma. Se
puede demostrar que el sujeto ha
bebido por el olor de su aliento, por
la historia obtenida por medio de la
información del propio sujeto u otro
acompañante y en algunas
ocasiones, practicando anabiosis de
orina o de sangre. La intoxicación
por alcohol también se relaciona en
algunas ocasiones con amnesia para
acontecimientos sucedidos llamados
lagunas o blackouts (DSM IV- TR).
El consumo de alcohol,
especialmente la dependencia y su
abuso se relacionan con frecuencia
a la dependencia y el abuso de otras
sustancias como lo es el cannabis,
cocaína, heroína, anfetaminas,
sedantes, hipnóticos y ansiolíticos.
En el caso esta relacionado con
dichas sustancias, el alcohol es
utilizado para aliviar los efectos de
los efectos de las mismas o para
cambiarlas en caso de no disponer
de ellas.
Como se puede evidenciar
dicha problemática afecta diferentes
aspectos de la vida de un individuo
como lo son su vida familiar, social,
personal, entre otras; es por tal
razón es necesario trabajar
programas de prevención, con el fin
de cambiar estilos de vida,
específicamente prevención primaria
y en este caso dirigido a niños, pues
se pretende en unos casos retrasar
la edad de inicio al consumo, y en
otros se espera evitarlo totalmente.
Dicha prevención se pretende
trabajar fortaleciendo redes sociales,
el grupo familiar, además de
desarrollar y mejorar habilidades
sociales.
No obstante el termino
prevención – y estilo de vida se ha
trabajado mas en la parte de la
salud, puesto que el estilo de vida de
las personas, su explicación y la
modificación de dichos patrones de
conducta en los niveles de
promoción y prevención son propios
del sistema de salud. El estilo de
vida esta estrechamente relacionado
con la aparición o evolución de
enfermedades crónicas las cuales
según Fernández-Ríos, Cornes y
Codesido (1997), citado por Flores-
Alarcón (2000): “Se constituyen en
importantes causas actuales de
morbimortalidad, lo cual demanda a
la psicología el aporte de respuestas
mas contundentes que la que ha
dado hasta el momento al campo de
la promoción y de la prevención
(pag. 14)”.
Según polaina- Lorente
(1987), citado por Flores Alarcón
(2000), la prevención es la
adquicisión de aprendizajes
enfocados a disminuir los factores de
riesgo propios de un estilo de vida
insano. La prevención es parte de
una estrategia en educación para la
salud, la cual se refiere a una
compleja combinación de métodos
de aprendizaje que conllevan a la
apropiación de comportamientos
útiles para mejorar o sostener a la
salud.
Flores-Alarcón (2000),
propone una secuencia de etapas o
fases en el proceso de prevención
las cuales son: 1.conocimiento de
los riesgos; 2. claridad sobre la
propia explosión al riesgo; 3.
intenciones de involucrarse en la
modificación del riesgo; 4. toma de
decisiones para modificar
efectivamente el riesgo; 5.
elaboración de planes de
autocontrol o de manejo de
contingencias, conducentes a la
implementación de las decisiones; 6.
mantenimiento de las acciones; y por
ultimo, 7. planes de recuperación en
caso de recaídas.
Según Flores (1998), citado
por Flores Alarcón (2000), la
dimensión psicológica con relación a
la prevención constituye un proceso
en el cual los diferentes momentos
se caracterizan por la presciencia o
ausencia de algún factor psicológico
que se encuentra entre el
conocimiento y la práctica con
relación al comportamiento.
Dentro de un programa de
prevención se presentan unos
procesos psicológicos subyacentes
para cada etapa. En la etapa uno se
da el conocimiento, la etapa dos esta
relacionada con la percepción de
severidad y expectativa de resultado,
en la etapa tres con la expectativa
de costos y de autoeficacia, en la
etapa cuatro con invulnerabilidad
percibida y en la etapa cinco en la
planificación del cambio (Flores,
1998, citado por Flores Alarcón,
2000).
Es de gran importancia los
procedimientos de educación para la
salud que adoptan un
comportamiento de prevención-
protección debido a que es poco
probable que culmine exitosamente
cuando no incluye suficientes
practicas de autocontrol requeridas
para alcanzar la meta, esto se puede
reflejar en la falta de efectividad de
los programas de prevención
actuales en donde la mayoría no ha
podido conseguir una disminución
significativa de practicas de alto
riesgo como lo es el consumo de
sustancias psicoactivas ( Flores,
1997, citado por Flores Alarcón,
2000).
Green y Kreuter (1991), citado
por Flores Alarcón (2000), propuso
un modelo psicológico de inserción
de un programa de promoción-
inserción en el cual se identifican
cinco fases. La primera fase la
denomina diagnostico y se tiene en
cuenta aspectos como lo social,
epidemiológicos, conductuales y
medioambientales, educativos y
político administrativos; la segunda
fase es la proposición de metas en la
cual se hace un establecimiento en
las necesidades de la población, la
tercera fase es la de diseño,
planeación y venta del programa en
la cual de realiza una
operacionalización de las estrategias
y presentación a la comunidad; la
cuarta fase es la implementación del
programa el la cual se ejecutan las
actividades programadas y por
ultimo, la fase cinco que abarca la
evaluación del programa.
De esta manera trabajar un
programa de prevención primaria en
población infantil es de gran
importancia, pues lo que se pretende
es estudiar las causas del problema
actuando sobre ellas o sobre los
factores de riesgo para impedir que
aquella aparezca. Y para lograr
dicho objetivo, éste programa se va
a desarrollar bajo la teoría del
modelo transteorico, ya que éste
modelo lo que pretende es cambiar
los estilos de vida con el fin de
modificar patrones de
comportamiento que puedan llevar a
que una persona empiece a
consumir alcohol.
Pues explicado de mejor
manera, Flórez (2005) indica que el
modelo transteórico se basa en un
denominado proceso de cambio, al
cual define como cualquier acción
que el individuo comienza para
ayudarse a modificar su
pensamiento, sentimientos o
conductas. Dentro de dicho modelo,
se diferencian tres aspectos: etapas,
procesos y niveles.
De acuerdo con Mcwhirter,
Florenzano & Soublette (2002), el
modelo transteórico (MTT),
propuesto por Prochaska y
DiClemente, propone cinco etapas
de cambio, las cuales son:
Precontemplación, contemplación,
preparación, acción y
mantenimiento.
En lo que se refiere a la etapa de
Precontemplación, este mismo autor
indica que las personas en ésta fase
no tienen la intención real de
cambiar y generalmente niegan
tener algún problema. La mayoría de
ellos sólo quiere que las personas a
su alrededor cambien. En cuanto a
Contemplación, ésta etapa señala
que las personas reconocen que
tienen un problema y comienzan a
pensar seriamente en resolverlo.
Pero se caracteriza principalmente
por la ambivalencia (Mcwhirter &
cols, 2002).
En la tercera etapa Preparación,
indican que la mayoría de las
personas están planeando tomar
alguna acción determinada en el
corto plazo, y hacen ajustes finales
antes de comenzar a cambiar su
comportamiento. Usualmente han
comenzado a hacer pequeños
cambios, además planean sus
acciones y tratan de reforzarlas. Hay
que tener en cuenta que estos
pequeños cambios derivan en un
aumento de la ansiedad y esto da la
oportunidad al especialista de
tratarla cuando esta comenzando y
es fácilmente manejable (Mcwhirter
& cols, 2002).
En lo referente a la cuarta etapa,
Acción, dichos autores señalan que
las personas ejecutan las acciones
que han preparado, con el fin de
superar su problema. El peligro para
los especialistas trabajando con este
tipo de personas es pensar que
estas acciones abiertas implican de
hecho un cambio real. Hay cambios
en el nivel de conciencia,
emociones, auto imagen,
pensamiento y así sucesivamente,
ocurren en etapas anteriores a la
acción.
Finalmente, en la última etapa de
Mantenimiento propone que tiene
lugar cuando se estabiliza el cambio
y su desafío es prevenir una recaída.
Comúnmente ésta es la etapa más
ignorada durante el tratamiento. Una
tarea para el especialista es
reconocer situaciones de peligro
para una recaída y proveer al
paciente de alternativas (Mcwhirter &
cols, 2002).
De acuerdo con Flórez (2005)
dentro del modelo transteórico, se
manejan dos tipos de procesos de
cambio, procesos experienciales y
los procesos conductuales.
Los procesos experienciales se
refieren a determinadas estrategias
cognoscitivas y afectivas, como el
aumento de la conciencia sobre la
magnitud del problema, la vivencia
emocional de situaciones que están
asociadas al comportamiento, la
concienciación acerca de la propia
responsabilidad sobre el control del
comportamiento(proceso de auto-
reevaluación), el cambio en la
valoración que hace el individuo
acerca de su comportamiento
relacionándolo con los factores
sociales de aceptación, que obligan
al individuo a insertarse en un
proceso de cambio (evaluación
social), y la toma de decisiones de
cambio del comportamiento (Flórez
2005).
Por otro lado, de acuerdo con el
mismo autor, los procesos
conductuales hacen referencia, al
igual que los procesos
experienciales a diversas estrategias
que buscan el mantenimiento de
cierta conducta adquirida con
relación al problema (proceso de
control de estímulos), también éstas
se refieren a las asociaciones que
realiza el individuo entre su
comportamiento y las consecuencias
del mismo (proceso de manejo de
contingencias), la alteración de la
asociación condicionada entre
ciertos estímulos y el
comportamiento
(contracondicionamiento), y
finalmente el proceso de apoyo y
ayuda social, para conseguir una
modificación y mantenimiento del
comportamiento del individuo.
De acuerdo con Díaz, Liébana &
Luque (2000) la tercera dimensión
del modelo transteórico se refiere a
“qué cambiar”, a los cambios
necesarios que se tienen que
producir para abandonar una
conducta adictiva, mientras que los
estadíos se refieren a “cuándo” y los
procesos al “cómo”. Es así como
dichos niveles son:
1. Síntoma/situación.
2. Cogniciones desadaptativas.
3. Conflictos interpersonales
actuales.
4. Conflictos sistémicos/familiares.
5. Conflictos intrapersonales.
Desde el punto de vista del
modelo transteórico es fundamental
que los terapeutas y los clientes se
pongan de acuerdo en el motivo al
que atribuyen el problema y en el
nivel o niveles que se desean
modificar para solucionarlo (Díaz,
Liébana & Luque, 2000).
De acuerdo con Albiach (2003) el
modelo indica que es preferible
intervenir inicialmente en el nivel
síntoma/situacional debido a que: “a)
el cambio tiende a suceder con más
facilidad en este nivel más
manifiesto y observable; b) este nivel
generalmente representa el motivo
principal del adicto que acude a
tratamiento; c) este nivel es el más
consciente y contemporáneo (mayor
profundidad, más lejos de la
consciencia y más remotos en el
tiempo se hallarán los supuestos
determinantes), el grado de
inferencia necesaria para una
evaluación e intervención clínicas es
menor, y d) dado que estos niveles
no son independientes, el cambio en
uno de ellos probablemente provoca
cambios en otros” (Pág. 60).
Este mismo autor indica que un
tratamiento global consiste en la
aplicación diferencial de los
procesos de cambio en cada uno de
los cuatro primeros estadios
dependiendo del nivel del problema
que está siendo tratado. De esta
manera se pueden identificar tres
estrategias básicas para intervenir
en múltiples niveles de cambio:
1. Estrategia del cambio de niveles:
la terapia se centra en los síntomas
del paciente y las situaciones los
mantienen. Si los procesos pueden
aplicarse eficientemente en el primer
nivel y el cliente progresa hacia los
siguientes estadios, la terapia podrá
completarse sin necesidad de
trasladarse a un nivel de análisis
más complejo.
2. Estrategia del nivel clave: Si la
evidencia indica que hay un nivel
clave de causalidad del problema y
el cliente se compromete a
trabajarlo, el terapeuta deberá
ocuparse casi exclusivamente de
este nivel.
3. Estrategia del impacto máximo es
la tercera: se utiliza cuando hay
múltiples niveles como causa, efecto
o mantenimiento de los problemas
(Albiach, 2003).
Finalmente, este mismo autor
indica que el criterio para decidir si
se ha alcanzado la superación del
problema es que el paciente consiga
un estado de máxima autoeficacia y
que las tentaciones sean mínimas en
las situaciones en las que
representaban un riesgo.
Por otro lado, se ha encontrado
diferentes programas de prevención
que se han implementado en este
tipo de población dichos estudios
ayudan a entender un poco mejor
dicha problemática, además de
evidenciar que efectividad han tenido
la implementación de programas
para prevenir a consumo excesivo
de sustancias psicoactivas,
especialmente el alcohol.
Uno de dichos estudios fue
realizado por la Cámara Chilena
Norteamericana de Comercio (1998),
dicha entidad aplico un programa de
prevención del consumo de drogas y
alcohol en niños y jóvenes en riesgo
social a través de la educación
musical. Tal programa fue basado en
fortalecer las redes sociales
involucrando las autoridades
comunales, escolares, apoderados y
agrupaciones comunitarias en áreas
que presentaban altos índices de
consumo.
El programa aborda la
prevención del consumo de drogas y
alcohol de niños y jóvenes en
situación de riesgo social, brindando
una instancia que fomenta el
desarrollo de habilidades sociales y
formativas a través de la educación
musical. Dicho programa tiene como
objetivo Prevenir el consumo de
drogas y alcohol y sus problemas
asociados (delincuencia, accidentes,
violencia, entre otros) a través de la
creación de una instancia de
desarrollo integral de niños y jóvenes
en riesgo social, para ello lo que
pretende es fomentar el uso positivo
del tiempo libre, desarrollar
habilidades musicales, estimular el
desarrollo intelectual, promover la
integración social y la generación de
redes de apoyo incorporar a la
familia en las actividades de los
jóvenes (Cámara Chilena
Norteamericana de Comercio, 1998).
La población con la que se
trabajo fue 960 personas de ambos
sexos hasta 15 años de edad,
estudiantes de enseñanza básica y
media, y nivel socioeconómico
medio. Además de ello, para la
realización de dicho programa se
contó con 71 integrantes de orquesta
(40 en Orquesta Juvenil y 31 en
Orquesta Semillero) ganadores del
Concurso Nacional de Orquestas
Infantiles durante los años 2003,
2004 y 2005 en el país de Chile.
Con el fin de lograr los objetivos
en dicho programa se
implementaron clases regulares de
los diferentes instrumentos; ensayos
generales y parciales continuados.
Realización de conciertos comunales
y giras regionales. Navidad,
graduaciones, actos oficiales.
Asimismo la preparación de alumnos
para postulación a becas. Uno de los
puntos más importantes en éste
programa, tiene que ver con la
responsabilidad social que incluye
una completa agenda de
presentaciones gratuitas en
instituciones de beneficencia de la
comuna a la que pertenece cada
orquesta. Finalmente otra de las
actividades implementadas fue la
realización de clases de coro
(Cámara Chilena Norteamericana de
Comercio, 1998).
Según la Cámara Chilena
Norteamericana de Comercio (1998),
los resultados obtenidos en dicho
programa reportan que se ha visto el
éxito del programa por la constante
demanda de niños y jóvenes por
integrar las orquestas que se forman
en las distintas comunas, esto
demuestra el efecto positivo que ha
generado el proyecto en la población
intervenida. También otro aspecto
importante fue que permitió
involucrar a las familias y acercar a
la comunidad en su conjunto a las
expresiones de música clásica y su
contenido formativo.
Por otra parte, hay una
diferencia entre los excelentes
resultados académicos logrados por
alumnos que integran las orquestas
en comparación con los alumnos de
las mismas instituciones escolares
que no participan. Asimismo el 100%
de los egresados de enseñanza
media ingresan a las universidades a
cursar estudios superiores de
música.
Finalmente, el programa se extendió
a 14 municipios de Santiago de Chile
y sus regiones, contribuyendo de
esta forma a mejorar la calidad de
vida de casi un millar de familias y
promoviendo el desarrollo cultural de
dicho país (Cámara Chilena
Norteamericana de Comercio, 1998).
Otro de los estudios que ha
encontrado es el de Florez – Alarcón
(2005) acerca de la evaluación de
los procesos de cambio propuestos
por el modelo transteorico, en
estudiantes de secundaria y
universitarios consumidores de
alcohol. El presente estudio forma
parte de una línea de investigación
que busca analizar el consumo de
alcohol en estudiantes de secundaria
y universitarios de Bogotá, en el
marco conceptual propuesto por el
Modelo Transteórico (MTT); esta
línea es una de las que se
desarrollan al interior del Centro de
Estudios e Investigaciones sobre
Adicciones y Violencia (CEIAV), de
la Universidad Católica de Colombia.
En este caso se busca analizar la
asociación entre procesos y etapas
de cambio de los estudiantes de
secundaria consumidores de alcohol,
y proponer un instrumento de
evaluación que sirva al propósito de
medir el estado de dichos procesos.
Para tal efecto se construyó un
cuestionario para la medición de los
procesos de cambio propuestos por
el Modelo Transteórico (MTT),
aplicados al consumo de alcohol en
estudiantes de secundaria y
estudiantes universitarios de Bogotá.
El instrumento complementa a otros
que se habían construido antes,
como parte del Cuestionario de
Etapas para la modificación del
Abuso (CEMA). La prueba se aplicó
a 2473 sujetos, la mayoría de los
cuales eran estudiantes de
bachillerato que participaban en un
programa de prevención primaria del
consumo excesivo de alcohol (Florez
– Alarcón 2005).
Según Florez – Alarcón (2005),
los resultados mostraron que la
prueba tiene una buena validez de
construcción y una alta confiabilidad,
aunque se realizan
recomendaciones para su
mejoramiento hacia aplicaciones
futuras. Se observó una progresión
en el uso de los procesos cognitivo-
afectivos (experienciales) a medida
que los sujetos avanzan desde las
etapas motivacionales anteriores a la
acción (no-contemplación,
precontemplación y contemplación)
hacia la preparación; y una
progresión de los procesos
conductuales a medida que los
sujetos se adentran en la ejecución
del cambio conductual; esta
observación es coherente con la
literatura previa acerca de los
procesos de cambio propuestos por
el MTT y su integración con las
etapas motivacionales en sujetos
consumidores de sustancias.
Se sugiere que los procesos de
cambio representan estrategias de
afrontamiento que se ajustan al
manejo de diversas variables
psicosociales propuestas por los
modelos cognitivo-sociales acerca
del cambio de la conducta saludable,
las cuales juegan un papel
diferencial a través de las etapas
propuestas por el MTT; este hecho
tiene implicaciones de importancia
para el diseño y ejecución de los
programas de prevención primaria y
secundaria del consumo excesivo de
alcohol (Florez – Alarcón 2005).
Otro estudio encontrado que
abarca esta problemática fue el
realizado por Flores, F., Rodríguez,
L. y Guzmán, F. (2006), donde se
tomo a 141 pacientes que ingresaron
a las salas de urgencias de una
clínica de México, todos con ingesta
de alcohol, mostraron que el 75. 9%
eran hombres con una media de
edad de 38 años y su edad de inicio
de ingestas se encuentra alrededor
de los 17 años, donde la edad y los
años de estudio mostraron un efecto
significativo sobre el consumo de
dicha sustancia.
Según Forselledo, A. (2002)
existen cuatro modelos explicativos
de la comprensión para la ingesta de
bebidas alcohólicas. El primer
modelo que menciona el autor es el
modelo ético jurídico en el cual
considera a la droga como un agente
activo, en el cual lo que se busca es
alejar la sustancia por medio de
mecanismos de control, el segundo
modelo es el Medico sanitario el cual
considera la sustancia psicoactiva
como una epidemia, donde la
persona que consume es el huésped
y en ciertas ocasiones el agente
trasmisor. El tercer modelo es el
psicosocial, el cual el individuo es un
agente activo, minimizando la
función de la droga. Por último se
encuentra el modelo sociocultural
que le da gran importancia al
contexto con relación a los factores
culturales y a la sociedad como un
factor relevante a nivel socio-
económico.
Los factores de riesgo
asociados con consumo de alcohol
son aquellas circunstancias tanto
personales como sociales aumentan
la probabilidad que una persona
inicie su consumo. Los factores de
riesgo para el consumo de alcohol
en niños y adolescentes son el sexo,
edad, nivel socio-económico, padres
bebedores, hermanos o amigos;
rendimiento escolar, trabajo
remunerado y migración del país
(Carvajal, L. y Andrade. D, 2005).
Por otro lado, dentro del
estudio realizado por Carvajal, L. y
Andrade, D (2005) para evaluar las
condiciones ambientales de un
colegio de enseñanza básica de
Brasil con la finalidad de identificar
los posibles factores de riesgo que
pueden facilitar el consumo de
alcohol en niños y adolescentes,
encontraron que la edad
predominante es de 10 a 11 años
con el 66.6%, de los cuales el 15.6%
habían experimentado con alcohol
por haber estado expuestos a
factores como problemas familiares,
escolares y baja autoestima.
En la actualidad los
estudiantes de diferentes
instituciones no reciben o reciben
muy poco con relación al tema de
abuso de sustancias psicoactivas,
especialmente del alcohol, lo cual en
diferentes informes se ha afirmado
que dicha información llega tarde
cuando los ni;os o adolescentes ya
han estado expuestos a dicha
sustancia (Sánchez, E. y
colaboradores, 2005).
El rol desempeñado por los
profesores dentro de una institución
es de suma importancia para
promover los diferentes programas
de prevención en el consumo de
alcohol, por medio de diferentes
estrategias de una manera indirecta
se puede trabajar con los
estudiantes temas como consumo
de tabaco, consumo de alcohol y
consumo de drogas ilícitas en
general. Lo importante es que el
maestro tenga conciencia de la
importancia de su desempeño frente
a la sociedad y el desarrollo humano
introduciendo en estos principios la
ética, equidad, respeto a la
autodeterminación y el ambiente
humano (Sánchez y Colaboradores,
2005)
Referencias
Albiach, M.C. (2003) El Proceso De
Cambio En La Adicción A La
Heroína: Un Análisis A Través
De Metodologías Cualitativas.
Universitat De Valencia. Servei
de Publicacions. Disponible en:
www.tesisenxarxa.net/TESIS_U
V/AVAILABLE/TDX-0713104-
133913//albiach.pdf
American psychiatric association.
(2002). manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos
mentales. Barcelona: España.
Editorial Masson
Atica consultores (1999);
Significaciones y rituales
asociados al consumo de
alcohol en la cultura juvenil”,
Estudios del INJUV, Vol. 1,
Chile.
Barlow, D. & Durand, V. (2004).
Psicopatología. Madrid:
España. Editorial Thomson.
Cámara Chilena Norteamericana de
Comercio, (1998). Programa
de prevención del consumo
de drogas y alcohol en niños y
jóvenes en riesgo social a
través de la educación
musical. Disponible en:
http://www.amchamchile.cl/no
de/1227
Carvajal, L. y Andrade, D (2005); La
escuela básica en la
prevención del consumo de
alcohol y tabaco: retrato de
una realidad. Revista
latinoamericana Enfermagen.
No. 13 (numero especial).
Brasil.
Díaz, J., Liébana, C., & Luque, F.
(2002) Intervención grupal y
adicciones: Programa ITTACA.
Intervención transteórica de
apoyo al cambio de adicciones.
Centro Provincial de
Drogodependencias De Málaga.
Disponible en:
www.drogascadiz.es/AdminMan
cLaJanda/UserImages/3eefa186
-6116-4a26-9452-
c9655168a358.pdf
Flores, F., Rodríguez, L. & Guzmán,
F. (2006); Consumo de
alcohol y características
demográficas de usuarios de
salas de urgencia de
Tamaulipas Mexico. Revista
electrónica de Salud Mental,
Alcohol y Drogas. Vol. 2 No.
001. Mexico.
Flórez, L. 2005. Evaluación de los
procesos de cambio propuestos
por el Modelo Transteórico, en
estudiantes de secundaria y
universitarios consumidores de
alcohol. Acta Colombiana de
Psicolgía. Vol.8, No.1, p.47-78.
Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/acp/
v8n1/v8n1a04.pdf
Forselledo, A. (2002); Uso Indebido
de drogas, derechos del niño
y políticas publicas para la
prevención. Instituto
interamericano del niño.
Uruguay.
Mcwhirter, P. Florenzano U,
Soublette L. (2002). El modelo
transteórico y su aplicación al
tratamiento de adolescentes con
problemas de abuso de drogas.
Disponible en: <http://ral-
adolec.bvs.br/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1414
71302002000200006&lng=es&n
rm=iso>. ISSN 1414-7130.
Pérez, A. (2000). El libro de las
drogas. Bogotá: Ediciones Carrera 7
Sánchez, E., Villar, M., Hussein, G.
&Pillon, S. (2005); Análisis
prospectivo de la enseñanza
de prevención del consumo
de alcohol y salud
reproductiva en
facultades/escuelas de Lima
Perú 2003-2004. Revista
latinoamericana Enfermagen.
No. 13 (numero especial).
Brasil.