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TÉCNICAS DE
ESTUDIO
EQUIPO DE ORIENTACIÓN
2019 / 2020
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TÉCNICAS DE ESTUDIO
Las técnicas de estudio o estrategias de estudio son distintas perspectivas
aplicadas al aprendizaje general. Generalmente son críticas para alcanzar el
éxito en la escuela.
Hay una variedad de técnicas de estudio, que pueden enfocarse en el
proceso de organizar, tomar y retener nueva información, o
superar exámenes.
¿Qué es el rendimiento escolar?
El rendimiento académico hace referencia a la evaluación del conocimiento adquirido en el
ámbito escolar, terciario o universitario. Un estudiante con buen rendimiento académico es
aquél que obtiene calificaciones positivas en los exámenes que debe rendir a lo largo de
una cursada.
Factores que influyen en el rendimiento escolar
Podemos encontrar diferentes factores que influyen en el rendimiento escolar de los
alumnos/as. Entre los más destacados encontramos los siguientes:
1. Motivación
2. Ambientación adecuada
3. Planificación del tiempo
4. Organización del tiempo
5. Toma de apuntes
6. Técnicas básicas: lectura, subrayado, esquemas, resumen, etc.
7. Memorización
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Motivación
La motivación se puede definir como la determinación o voluntad que impulsa a la persona
a hacer determinadas acciones o comportamientos para alcanzar un determinado objetivo.
Es decir, ésta influye de forma determinante en la puesta en marcha de conductas hacia un
determinado fin. Dependiendo de la importancia que tenga para la persona el objetivo que
desea alcanzar o las consecuencias positivas de éste, la motivación será mayor o menor.
Algunos aspectos a tener en cuenta para motivar a nuestros alumnos pueden ser a modo
de ejemplo los siguientes:
Organizar la clase de manera que los estudiantes sean los protagonistas de su propio
aprendizaje, ofreciéndoles la oportunidad de tomar decisiones y convertirse así en
estudiantes activos.
Organizar la clase para la colaboración y cooperación entre los estudiantes, profesores y
otros. El aprendizaje es una actividad social, es por ello que es importante organizar las
clases de manera que permitan una colaboración sostenida y coherente entre los
estudiantes.
Ofrecer oportunidades de practicar formas diferentes de pensar y aprender.
Mediante la creación de una comunidad de práctica gracias a la cual se
comprometan realmente. Incluye actividades de recogida, análisis y presentación de
datos.
Sin estos ejemplos anteriormente mencionados podemos caer en la desmotivación, donde
los alumnos pueden considerar que los aprendizajes no son importantes para la vida, que
son incapaces de llevar a cabo las tareas encomendadas, no saber estudiar lo cual da lugar
a concebir la tarea como algo difícil así como los propios resultados, los cuales se ven a
corto o largo plazo.
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Ambientación adecuada
El ambiente donde se lleva a cabo el estudio es muy importante ya que es donde el alumno
realizará sus tareas y por supuesto, estudiará y preparará para los exámenes.
Entre los diferentes aspectos, destacamos como apropiados para una ambientación
adecuada los siguientes:
Silencio: cuanto menos ruido externo llegue, mejor te podrás concentrar.
Iluminación: es fundamental tener buena luz, si es luz solar, mucho mejor.
Organización: acomodar todo lo que necesitemos antes de empezar nos ayudará a
aprovechar mejor el tiempo.
Comodidad: estar bien sentados con espacio para apoyar libros y útiles.
Orden: si cada cosa está en su lugar, no perderás tiempo buscándolas.
Organización del tiempo
La mayoría de la gente tiene serias dificultades para organizarse a la hora de estudiar. ¿Qué
consecuencias tiene esta falta de organización? Suele provocar sensación de falta de
tiempo para estudiar, de no aprovechar el tiempo que dedicas al estudio y de no avanzar al
ritmo al que te gustaría. Sin duda, estas sensaciones generan frustración y en muchos casos
provocan el abandono de los estudios. Pero, antes de tirar la toalla, lee este artículo porque
te vamos a dar algunos consejos era mejorar la organización de tu tiempo para estudiar.
En primer lugar, vamos a ver qué significa organizarse. Podríamos decir que organizarse
significa ordenar y planificar los medios y las acciones que necesitamos para conseguir el
objetivo que nos hemos marcado. Por lo tanto si nos marcamos como meta aprobar el
próximo examen, deberíamos ordenar y planificar todo lo que vamos a necesitar par
conseguirlo. Para ello te tendrás que hacer las siguientes preguntas: ¿Cuánto tiempo tengo
hasta el examen? ¿Qué tengo que estudiar? ¿Hay alguna parte que sea más difícil? ¿Cuánto
tiempo libre tengo para dedicar a estudiar? ¿Qué objetivos diarios tengo que marcarme
para llegar preparado al examen.
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Planificación del tiempo
La organización del tiempo y las tareas resulta un factor clave para estudiar mejor. Es
muy importante elaborar un calendario, fijar metas y objetivos o crear un plan para
afianzar lo trabajado en clase y reforzar a diario los conocimientos.
Para ellos, podemos seguir las siguientes pautas que permitirán mejorar mi rendimiento:
Fijar unos objetivos diarios. Planifica tu tiempo jornada a jornada. Para ello,
establece las actividades o tareas que quieres acabar ese día, y marca o anota qué
contenidos y temas de cada asignatura tienes que repasar o estudiar. Ten siempre
en cuenta las fechas que hayas señalado en el calendario, tanto de exámenes
como de entrega de tareas o trabajos, y así podrás distribuir correctamente el
tiempo con el que cuentas para lograr tu objetivo. Da prioridad a los temas
urgentes, pero dedica también un tiempo de estudio semanal para revisar los
contenidos de cada asignatura.
Estudiar en los mismos horarios. Es recomendable que estudies todos los días a
la misma hora, para establecer una rutina y acostumbrarte a cumplir los objetivos
diarios. En ese tiempo que dedicas a estudiar, realiza primero las actividades o
trabajos de entrega más próxima y después invierte unos 45 minutos en estudiar
o repasar los temas que hayas tratado en clase. Entre una actividad compleja y la
siguiente es recomendable que establezcas un descanso de cinco minutos.
También debes descansar unos diez minutos entre los deberes y el estudio.
Condiciones del horario de estudio:
Debe ser:
Realista: que se pueda cumplir.
Flexible: que contemple tiempos de trabajo y de descanso, imprevistos,
acontecimientos familiares o personales...
Adaptado a tus necesidades y posibilidades: unos estudiantes tienen más facilidad
para estudiar, en tanto que a otros les cuesta más.
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Equilibrado: que tengan cabida en él todas las materias objeto de aprendizaje.
Sencillo y útil: no hagas un horario complejo y farragoso, porque no lo vas a
cumplir.
Repartir el tiempo entre las diferentes asignaturas. Para organizarte de manera
más eficaz, debes establecer más tiempo para las materias más complejas,
aquellas que te cuestan más o que exigen más trabajo de comprensión. Puedes
comenzar por las tareas o contenidos más complicados, ya que estarás menos
cansado, y deja lo más sencillo para el final. Otra buena técnica es intercalar
tareas más complejas o exigentes con otras que te resulten más entretenidas y
motivadoras.
Ser constante. La mejor manera de mejorar la planificación y organización del
estudio es perseverar. Así que, aunque al principio te resulte complicado, estudia
todos los días, trata de cumplir las metas que te hayas marcado y respeta los
horarios, y verás cómo el trabajo da sus frutos. Pero si un día no puedes cumplir
las horas o no llegas a revisar todos los contenidos marcados, no te preocupes ni
te desanimes; reajusta la planificación y retómala con nuevas fuerzas al día
siguiente.
Toma de apuntes
Es muy importante saber tomar apuntes y hacerlo de manera correcta:
No se trata de transcribir todo lo que dice el profesor.
Deben estar bien organizados: con fechas, temas, apartados...
Utiliza abreviaturas, signos, etc.
Deja espacios en blanco para completar, hacer anotaciones...
Se revisan y completan cada día.
Adaptados a cada asignatura, pero imprescindibles en todas.
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Técnicas básicas: lectura, subrayado, esquemas, resumen, etc.
La mayoría conocemos las técnicas básicas de estudio:
Una buena lectura comprensiva.
Subrayado de las ideas principales.
Realización de esquemas.
Utilización de resúmenes.
¿Pero, se utilizan en el estudio diario?
Debemos de llevar a cabo una serie de fases a la hora de realizar nuestro estudio:
Lectura rápida del tema para ver de qué trata. Lectura lenta, subrayando las ideas claves (hay que deslindar lo esencial de lo
accesorio). Esquema o resumen de las ideas más importantes, relacionándolas entre sí,
formando redes conceptuales y extrayendo sus causas, consecuencias y conclusiones.
Aprendizaje de los contenidos (esquemas o resúmenes), sea leyéndolos varias veces, sea recitándolos como si se explicasen a otro, repasándolos en orden distinto,....
Una vez que hemos trabajado sobre los contenidos es el momento de aprender o memorizar los
esquemas o resúmenes, sea leyéndolos varias veces, sea recitándolos como si se explicasen a otro,
repasándolos en orden distinto, etc.
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