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LOCOS DE AMOR
-¡¡Eso. Eso. Esoooooo, fuerza muchachoooos!!-, grita Mateo
quien va a la cabeza de la agrupación de los Tinkus que bailan en
columnas dos de damas y dos de varones cada columna tiene
quince integrantes que danzan muy alegres y en cada movimiento
y grito que lanzan dejan el alma y la vida es sensacional ver las
ganas la fuerza con la que interpretaban y la alegría que le ponen
cuando se mueven estos personajes que nos hacían brotar
lagrimas de emoción. Un nudo recorre el rostro que atraviesa el
pecho de las multitudes poniéndonos la piel de gallina a cada uno
de los espectadores que en automático ya estábamos también
danzando al interior de nuestras propias emociones al ritmo
inigualable de los famosos Tinkus.
Al mando de la otra fila esta Daniel quien cuando está
ausente Mateo él dirigía a los danzantes, por cierto este era el
mejor amigo de Mateo. Daniel participaba en los danzantes de
Tinkus a una grata invitación que le hizo llegar Mateo, por cuanto
los dos eran grandes amigos que habían sido compañeros de
carpeta en la escuela primaria y también estudiado juntos casi
toda la secundaria en su vida estudiantil, desde entonces eran
inseparables, es por eso que habían compartido muchas
aventuras que los unía incluso cuando uno se metía en algún
problema, el otro lo asumía como si fuera el suyo, se defendían
muchas veces liándose a golpes con otros jóvenes de otras
agrupaciones, por hacer prevalecer al mejor grupo de danzantes
de Tinkus de esta parte del país.
Marleny, era una chica muy simpática y agraciada que le
gustaba bailar, acababa de ingresar a la agrupación donde ella
fue admitida previa evaluación de sus capacidades artísticas a la
cofradía más importante de Tinkus en esta bella zona de la patria,
Puno, ella; se presento puntual el primer día de los ensayos donde
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varones y mujeres se saludaban muy cordial y amicalmente, Mateo
y Daniel estaban siempre juntos, al ver a Marleny Mateo lo golpea
con el codo en las costillas a Daniel, señalándole sin mucho roche
con el rostro para que viera a Marleny y los dos se quedaron
mirándola extasiados por un buen rato, donde hicieron un silencio
cómplice por varios segundos y Mateo para no ser descubierto
reacciono llevándose el silbato a la boca, el mismo que lo hace
sonar indicando con eso el inicio de los entrenamientos cotidianos,
todos buscan sus ubicaciones respectivas, las mujeres y varones
en cuatro columnas de quince filas; los varones también se forman
con una disciplina marcial y otra vez Mateo toca el silbato y es la
orden expresa para que la música comience a sonar, ellos
marcando el paso también se daban animo, dándose gritos como
de guerra, Mateo se puso al frente y enseño el nuevo paso a
practicar, eran tan diestros en esto, que lo bailó tan solo una vez y
ellos se lo grabaron y comenzaron a repetirlo una y otra vez sin
fallar en la perfeccion hasta el cansancio, Daniel le ponía todas las
ganas con Mateo, parecían dos almas gemelas pues sus
movimientos eran tan sincronizados que semejaban que uno solo
estuviera bailando, terminado los ensayos, Mateo dio sus últimas
arengas e indicaciones para que sus compañeros vengan al día
siguiente con más ganas para bailar y entrenar, aún así luego del
agotador entrenamiento, todavía tuvieron fuerzas para salir del
local de los ensayos todos juntos y los dos se fueron a tomar una
gaseosa a manera de descansar y allí Mateo se lanza:
-Daniel, la nueva integrante es muy simpática-.
-Así es Mateo, es una chica muy linda y baila muy bonito,
tiene un hermoso cuerpo, de seguro hermanito que muy pronto
estará bailando en primera fila, además; tiene una personalidad
muy dulce y es muy agradable-.
-Sí, también sé que es muy buena estudiante y que está
cursando los últimos años del programa de contabilidad-.
Testimonio Daniel.
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Se levantaron y se fueron caminando como pocas veces lo
hacían, en silencio, no se miraban, solo caminaron; luego se
despidieron cada uno con sus pensamientos a cuestas y se
marcharon ambos cada uno a su casa.
Mateo no dejaba de pensar en ningún momento en Marleny,
su rostro moreno piel canela, lo tenía embrujado, anonadado; el
intentaba hacer otras cosas pero todo lo llevaba a pensar solo en
Marleny.
Por su parte Daniel, echado en su cama, tenia grabado el
rostro de Marleny en sus pupilas que se reflejaba en su memoria
y recordaba los movimientos cadenciosos de ella, todo se parecía
a Marleny, no había dudas, los dos habían quedado prendidos e
impresionados con la belleza y hermosura de Marleny.
Ella, no los había visto a Mateo y a Daniel con los ojos que
ellos si le estaban viendo a ella. Solo veía a Mateo como el líder
del grupo con una gran capacidad de dirigir al conglomerado, con
esa su autoridad carismática y amable con la que había llegado a
cautivar a todos los integrantes incluyendo a Marleny.
Al día siguiente Mateo se levantó con los ojos rojos pues la
noche para él había sido muy larga pensando solo en Marleny, el
quería resistirse a pensar en la compañera del grupo pues él
manifestaba que tenía que dar el ejemplo respetando a las
compañeras de la agrupación, pasaron las horas del día y Mateo
solo quería volver a ver a Marleny, sin querer aceptar que se
estaba enamorando de ella.
Desde las seis de la tarde de lunes a sábado eran los
ensayos, duraban dos horas, repetían los pasos una y otra vez
buscando la perfección; no querían errores y ensayaban sin
reclamos ni quejas, todo lo hacían de buen gusto, ese día al
termino de los ensayos Mateo y Daniel se sentaron juntos para
descansar, pero no se dijeron nada, mas las miradas de los dos
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buscaban afanosamente a Marleny, donde ella era ajena e
indiferente a los sentimientos de ambos, ella solo quería bailar y
deseaba hacerlo bien, no iba a escatimar esfuerzo alguno por
lograr ser la mejor bailarina de los Tinkus.
Mateo se fue como nunca solo y Daniel se quedo pensando
por esta actitud distante de su amigo, no entendía lo que estaba
sucediendo y se dijo que mañana es otro día ya se le pasara.
Mientras Mateo no quería aceptar que se había enamorado
perdidamente de Marleny y se resistía a pensar solo en ella pero
cuanto más trataba de borrarla de su memoria, ella estaba
enclavada mucho más presente en sus pensamientos. Por
ejemplo: eran recién dos días que la había visto pero eran dos días
de Marleny en todo momento y a cada instante de sus
cuarentiocho horas del día y de la noche, como una obsesión,
entonces al día siguiente Mateo, decide ir a la universidad en
busca de Marleny y la espera allí por más de una hora hasta que
se aparece y al verla se puso nervioso, pues por la frente le
empezó a recorrer un sudor frio, las manos le transpiraban, pero
aun así el decide acercarse y la saluda:
-Hola Marleny-.
-Hola Mateo, que haces por aquí-
-Estaba de paso y te vi y decidí saludarte-.
-Que gusto, yo también quería preguntarte algunas cosas
sobre la agrupación de los Tinkus-.
-Lo que gustes, estoy aquí para servirte-.
-¿Que estas estudiando Mateo?-.
-Yo estoy estudiando derecho, y voy por en el quinto
semestre y ¿tu?-.
-Yo estoy estudiando contabilidad y también estoy en el
quinto semestre, que casualidad-.
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Se fueron platicando de todo menos de lo que deberían de
conversar, conociéndose más, Mateo estaba contento, se
despidieron y en el siguiente ensayo todos estuvieron presentes,
Mateo y Daniel adelante parados recibiendo las instrucciones de
los directivos, Mateo, no dejaba en ningún instante de ver a
Marleny pues por que el ya estaba convencido que vivía
totalmente enamorado de ella. A todo esto Daniel era indiferente
con su personalidad tranquila, reflexiva, siempre pensante;
escuchaba con atención lo que decía el presidente de la
agrupación. Sin embargo Marleny cada día estaba más bonita,
radiante, donde destacaban sus hermosas piernas, ella también
con la tranquilidad que le caracterizaba, era muy decidida en lo
que hacía e indiferente a los sentimientos de Mateo. Así pasaron
los días y Mateo se convenció del amor que le tenía cada vez más
a Marleny y decide entonces conquistarla, cada día, en cada
instante; era un esfuerzo por acercarse más a ella, llamar su
atención, pero ella ni se daba cuenta y no daba muestras de
corresponder a ese amor, muy por el contrario, ella respetaba a
Mateo, lo veía solo como su líder, pero un día sucedió algo extraño
e inesperado, los intentos de Mateo por enamorar a Marleny se
vieron frustrados pues él tenía que viajar por algunos días a la
ciudad de Lima, para acompañar a su madre que estaba mal de
salud e iba a iniciar un largo tratamiento. Es así como de ese modo
que Daniel asume el liderazgo del grupo en los ensayos de la
cofradía, él como siempre muy disciplinado, es cuando Marleny
comienza a fijarse sin querer en Daniel, él con su elegancia y
serenidad había cautivado a Marleny también sin querer. El ajeno
a los sentimientos de Marleny cada vez que podía se acercaba a
ella y le hablaba en todo momento solo de Mateo.
Los compañeros de la agrupación ajenos a los sentimientos
de sus integrantes, danzaban y se alegraban todas las noches
mientras Marleny intentaba a como dé lugar, acercarse más a
Daniel, incluso; insinuándose, mandándole mensajes con la
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mirada y la sonrisa, de lo cual en un principio Daniel era
indiferente, él creía que eran unos simples movimientos de cuerpo
y de labios de una buena compañera y nada más, por el contrario,
él pensaba que ella estaba enamorada de Mateo. Mientras tanto
Mateo, en su viaje luchaba por la salud y vida de su madre, todos
los días iba al hospital, su madre había sido hospitalizada y
luchaba contra una enfermedad que la hacía padecer cada día
mucho más. Por su parte Daniel, todos los días le llamaba para
informarle de cómo andaba la agrupación, los ensayos y todo
cuanto acontecía pero, la conversación más importante giraba
siempre sobre Marleny, Mateo preguntaba incesantemente sobre
ella y Daniel le explicaba con lujo de detalles sobre eso y sobre
todo lo que sucedía al interior de la organización.
Mateo decide prolongar su viaje por la salud de su mamá, de
esa manera Daniel continuo al frente de la agrupación donde
ensayaban incansablemente, sin embargo, Marleny buscaba
todos los días a Daniel, las conversaciones día a día se hicieron
más intimas. Daniel, también se estaba enamorando de Marleny
al igual que Mateo, al principio sin darse cuenta, el también no
quería aceptar su amor puesto que el motivo de él era diferente al
de su amigo Mateo, el no podía enamorarse de Marleny; ese amor
solo le correspondía a Mateo, el no sería el motivo para hacer sufrir
a su amigo, muy por el contrario, el haría todo lo posible para que
él fuera feliz, incluso; sacrificando sus propios sentimientos.
Daniel reflexionaba sobre sus propios afectos, cada vez que
él veía a Marleny, el quería estar con ella, conversar, saber más
de ella; quería decirle de sus sentimientos, de su amor, los mismos
que había crecido en tan poco tiempo, incontrolablemente; donde
él quería gritarlo a los cuatro vientos, deseaba contárselo a alguien
y no podía pues su mejor amigo también estaba enamorado de la
misma mujer, por lo que se tragaba estos sus sentimientos
encontrados en forma de nudo que le atravesaban el cuerpo como
una braza y lo destruían dejándolo sin aliento ni ganas de vivir.
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Cada vez que se recordaba como su amigo le había confiado
cuidar a la chica que iba ser su enamorada, le producía escalos
fríos. Esta situación realmente lo ponía muy triste a Daniel.
Apenado y lloroso por la situación tan angustiosa, Daniel
decide no dirigirle más la palabra a Marleny, cada vez que ella se
acercaba a él, él se alejaba disimuladamente dejándola atrás, a
solas, desde ese día el iba a los ensayos donde llegaba a la hora
exacta e inmediatamente que terminaba los ensayos se marchaba
sin decir ni una sola palabra.
Marleny se preguntaba que había pasado con Daniel, porque
no le quería hablar, imaginaba si ella había hecho algo malo,
entonces decide abordarlo para preguntarle el porqué de su
alejamiento y de su indiferencia. El primer momento que tuvo a
Daniel frente a ella le pregunto. Daniel nervioso estuvo a punto de
decirle que la amaba, que se moría por ella, que quería que sea
su enamorada; sin embargo, conteniéndose al extremo se voltea
sin decirle ni una sola palabra y siguió mostrando su indiferencia,
haciendo oídos sordos al llamado de Marleny y de su corazón y
se fue; cuando estuvo lo suficientemente lejos, solo se tomo del
cabello y se lo jalo con tanta furia que cayó de rodillas al piso, con
eso quería apaciguar y evitar el dolor de su corazón, el dolor del
amor transfiriéndolo a un dolor físico; pero era imposible, se llevo
las manos a los ojos, se los froto para borrar las imágenes, las
huellas impregnadas en sus pupilas de aquel su amor imposible,
se levanto, se apoyo con una mano a la pared, respiro
profundamente para controlar sus sentimientos y no podía; es
entonces, que se echo a correr pensando que dejaría atrás esa
pasión que le dolía tanto y al agitarse por la velocidad que estaba
imprimiendo, su corazón se comenzó acelerar y algo en el le decía
que tenía que volver donde Marleny, que su carrera debía de ser
a favor de su amor, que debía conquistarla, pero no; él siguió
corriendo en dirección contraria a su casa refutando a su corazón.
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Marleny se quedo parada sin poder hacer absolutamente
nada. Perpleja. Solo miro cómo se alejaba Daniel. Como se iba su
amor. La indiferencia la estaba matando. Pero y a su vez
contradictoriamente también esta actitud de Daniel le estaba
haciéndole crecer más su amor hacia él. Se volteo caminando
lentamente con los brazos cruzados, como queriendo abrazar algo
y comenzó a caminar cuando unas lagrimas comenzaron a
recorrer por sus mejillas, indagaba, cavilaba, pensaba; que había
hecho de malo para que Daniel se vuelva tan indiferente y se
alejara tanto de ella, buscaba en todo instante recordar los
momentos que pasaron juntos, horadando alguna respuesta y no
encontraba la razón para el alejamiento de Daniel. Ella llego a su
casa y se fue para su dormitorio. Se hecho en la cama y se sentía
impotente, quería hacer algo, hablar con alguien para decirle de
una vez como lo amaba a Daniel y que ya no podía vivir sin pensar
en él.
Mateo estaba a punto de regresar de la capital, su madre
había mejorado notablemente, le llamaba a Daniel y este no
quería responderle pues le remordía la conciencia, pero a pesar
de eso él quería decirle que también se había enamorado de
Marleny, que no era ningún delito, pero no lo hacía porque
seguramente Mateo pensaría que le había traicionado en la
amistad, en la confianza que había depositado en él, en los valores
y los principios que no le permitían actuar de esa manera tan baja.
La confianza y la amistad de los amigos son sagrados y nunca se
deben traicionar, se decía el siempre.
Mil pensamientos rondaban en la cabeza de Daniel, por
momentos quería alejarse de la agrupación con la finalidad de no
causar más dolor en su amigo y también en Marleny, pero no
podía, él no era una persona que rehuía los problemas, muy por el
contrario, el los enfrentaba siempre con un carácter sereno, a
pesar de llevar toda esa carga de amor en su corazón, soportaba,
pero seguía estudiando y no dejaba que el dolor lo avasalle, muy
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por el contrario; buscaba hacer cosas positivas, pero su mirada
seguía triste, su andar y toda su personalidad habían decaído, era
evidente; sus compañeros de la universidad le preguntaban que le
estaba sucediendo, que le estaba pasando, pero el solo decía que
se sentía un poco mal de salud, que pronto se mejoraría. Él quería
sacar de su ser ese dolor, contarle a su mejor amigo, desfogar ese
sentimiento que lo estaba ahogando, que cada noche se le posaba
y se pasaba la noche revolcándose en la cama de un lado para
otro sin poder dormir, pensando solo en Marleny, por ratos él
pensaba que todo estaba dispuesto para ser enamorado de
Marleny, él la amaba y ella también lo amaba, Daniel ya se había
dado cuenta de ello, pero el rostro de Mateo interfería en ese amor,
el respeto por el amigo era sagrado y el reverenciaba la amistad
que Mateo le había brindado durante todos estos años.
Mateo retorna con su madre de la capital, ella aún todavía
estaba convaleciente por que no había sanado lo suficiente,
estaba entusiasmada con el enamoramiento de su hijo quien le
había confesado en el viaje que estaba perdidamente enamorado
de Marleny. Por su parte a Mateo le brillaban los ojos cuando le
comentaba a su madre sobre Marleny. Ella le escuchaba con
atención y se llenaba de ilusión pues al parecer sentía que estaba
muy mal de salud y que la enfermedad estaba minando su débil
cuerpo, ella quería ver a su hijo feliz y realizado, con una esposa
si fuera el caso Como Marleny, pero al tiempo que ella sentía esta
ilusión por la felicidad de su hijo, también tenía un fuerte
presentimiento que la frenaba, que le cortaba ese sueño, que le
hacía presagiar que algo malo podía suceder, la mamá de Mateo
quería conocer a Marleny para dialogar sobre el tema y quizás
eso también fue uno de los motivos que la estaba ayudando a
sanar, había alguna leve esperanza de que su hijo sea aceptado
por Marleny.
Mateo se ducho, se cambio y se fue en busca de Daniel a su
casa, pero él no se encontraba allí, dejo el encargo para
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encontrarse mejor en la noche a la hora del ensayo, en la
agrupación, el tenia tantas ganas de abrazar a su mejor amigo, de
conversar; que le contase como estaba Marleny, que pensaba de
ella y también se moría de las ganas por volver a ver a Marleny.
Daniel se entero que había llegado Mateo y no tenía ganas
de hacer nada, el mundo se le había venido abajo de un momento
a otro, no quería reencontrarse con Mateo, sería un momento muy
difícil, crucial, Daniel conocía perfectamente a Mateo, el sabia
como iba a reaccionar pero aún a si decide ir a los ensayos, él no
iba huirle a los problemas, el sabia que todo esto iba a terminar
mal pero aun así se fue para la agrupación y cuando entra al local
no había llegado todavía Marleny ni Mateo, callado se fue a sentar
en una esquina con la mirada en el piso y los codos apoyados en
la rodilla, donde cada persona que entraba al local a él le hacía
respirar más rápido, más hondamente, lo ponía nervioso, hasta
que por fin entra Marleny y ella busca la mirada de Daniel pero
este lo evita, él sabía que Marleny lo amaba y que lo estaba
buscando para aclarar el motivo de su distanciamiento, porque
además Marleny se había propuesto buscarlo si o si. Daniel con el
corazón en la mano miraba de un lado a otro, disimulando, pero
ganas de mirarla, de abrazarla, de besarla, no le faltaban; le
sobraban, decirle que se moría de amor por ella, que podría hacer
hasta lo imposible por estar a su lado, que eso era lo que le dictaba
su afligido corazón, pero a pesar de todo él sabía que lo menos
que podía hacer era traicionar a un fiel amigo.
Mateo entra al local. Su presencia es impresionante, todos los
danzantes se le acercan a darle la bienvenida y el recibe los
saludos con mucho agrado y reciprocidad, pero con unas ansias
locas y disimuladas buscaba a Marleny. Ella, visiblemente
emocionada se acerca a Mateo y le da un abrazo de bienvenida,
pero solo un abrazo amical, un abrazo y nada más que no era con
amor, si no solo de amistad; el mismo que vino acompañado con
una sonrisa leve. Después que Marleny saluda a Mateo era
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evidente el sufrimiento de esta por Daniel quien al último momento
antes de empezar los entrenamientos, se le acerca a Mateo y lo
saluda con un abrazo frio, pues al verlo empezó a sudar, se sentía
culpable y no podía disimular y es cuando Mateo le pregunta:
-Que tal hermanito-(…).
-Bien Mateo y como estas ¿tu?-.
-Yo bien, con ganas de ensayar y conquistar el amor de
Marleny y recuperar el tiempo perdido-(…).
-Qué bueno, termina de saludar a los amigos, después
conversamos-,
Así Daniel se retiro del lado de Mateo, fríamente, no tenía el
valor ni siquiera de mirarle fijamente a los ojos, porque se sentía
culpable de que Marleny se haya enamorado de él.
Mateo llama para formarse y empezar los ensayos. Le dan la
bienvenida con aplausos y vivas a su líder natural. El emocionado
buscaba en todo momento la mirada de Marleny, quien no le
correspondía por que estaba meditando viendo el piso y cuando
no lo hacía buscaba los ojos de Daniel, pero él como siempre se
resistía a mirarla, su corazón iba a reventar de las ganas pero el
luchaba para no caer rendido a la mirada de la mujer que tanto
amaba.
Mateo encabeza una de las filas y Daniel la otra, suenan los
equipos de sonido y empiezan a danzar como ya era costumbre,
con todas las ganas y como había llegado su líder lo hacían con
más gusto que las demás fechas, parecía que volaban sus pies y
que no tocaban el piso, pues sus agiles cuerpos hacían
coreografías realmente extraordinarias y la sincronización en los
movimientos eran perfectos, las manos extendidas de un lado para
el otro y otras veces de arriba para abajo, donde las chicas
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levantaban los tacos con una gracia y batían las cabezas con un
gusto que solamente tienen los que saben bailar Tinkus.
Los minutos pasaban y sus agiles cuerpos se estaban
contorneando de la emoción al bailar los sonidos de las trompetas,
que con los bajos y el bombo llenaban todos los espacios. Mateo,
Daniel y Marleny, se olvidaban de todo cuanto sucedía cuando
estaban bailando, todos sus problemas se disipan, danzan con una
alegría que a cualquier observador lo ponía a brincar a este ritmo
contagiante, ágil, versátil y variado de los Tinkus.
Así paso un par de horas de ensayos y correcciones,
afinando cada paso, una vez cansados se sentaron alrededor del
local para reposar y conversar cada uno con quien más le parecía,
entonces, Mateo busco a Marleny y se sienta a su lado
preguntándole como está, ella le responde con la mayor
naturalidad y tranquilidad tratando de controlar el aire que le
faltaba por el cansancio esgrimido en el ensayo, que se
encontraba muy bien. Mateo creía que ella lo iba a recibir con
mayor efusividad pero no fue así, él se dio cuenta como le
respondía Marleny, solo con monosílabos, meramente por cumplir,
así que Mateo se levanta del asiento y trata de pedir ayuda a
Daniel, pero este se encontraba al otro extremo del local y no
quería ver la conversación entre Mateo y Marleny por que se
estaba evitando ese dolor, aunque este le estaba consumiendo la
vida.
Mateo se dirige y se acerca a Daniel y lo aborda señalando:
-Daniel, presiento que algo anda mal, Marleny esta distante
de mi al igual que tú, ¿qué ha pasado hermanito?- (…).
-Nada. Te parece. Yo estoy un poco mal y eso me tiene
aburrido. A Marleny no se qué le pasa, tiempo que no hablo con
ella.
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-Si pues cholito, ¿que sabes de Marleny…, como ha estado
todo este tiempo en mi ausencia?-
-Por lo que yo he visto Marleny estaba tranquila, pero la
verdad no pude conversar más con ella porque no tenía mucho
tiempo-.
Se despidieron y cada uno se fue por su lado. Daniel dio unos
pasos y su conciencia lo estaba martirizando, él nunca le había
mentido a su amigo, una decepción recorría cada gota de su
sangre y le remordía por su pobre actuar, por eso se sentía muy
mal.
Al día siguiente, Mateo, decide acercarse para hablar de
nuevo con Marleny y le plantea:
-Marleny, necesito hablar contigo-.
-Yo también quiero hablar contigo, que te parece si mañana
nos encontramos-.
-Yo preferiría que sea ahora-.
-No Mateo, esto es muy delicado y además lo que tengo que
contarte tiene que ser en privado, a solas-.
-Está bien Marleny, mañana entonces-.
Y así se despidieron. Mateo se fue contento. Pensó que todo
volvía a su cauce. Ilusionado con la cita del día siguiente no dejaba
de pensar un solo instante en Marleny, se hacía tantas ilusiones y
soñaba despierto con una sonrisa que se le dibujaba en el rostro,
el mismo que graficaba toda su felicidad, era al día siguiente que
debía decirle a Marleny todo ese amor que sentía por ella, que fue
ella la fuerza que lo ayudo para estar al lado de su madre y seguir
bregando para salvarle la vida de su sufrida progenitora.
A la mañana siguiente se encontraron y se fueron caminando
por la alameda, preguntándose de sus familiares, ella le contaba
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con orgullo sus logros, al igual Mateo, se sentaron a tomar un café,
Mateo la miraba tierna, estaba preparado para decirle cuanto la
amaba y ella le interrumpe subrepticiamente:
-Mateo, quiero pedirte un favor-
-El que tú me pidas, yo seré tu más ferviente servidor-.
-Sabes que Daniel no me quiere hablar hace semanas, yo no
sé que le hice para que este así tan indiferente conmigo, tú eres
su mejor amigo, pregúntale que es lo que he hecho mal-.
-No creo que hayas hecho nada malo, Daniel también esta
indiferente conmigo, ya no es el mismo de antes, no sé lo que le
habrá pasado realmente, hablare con él ya que todavía no he
conversado como debe de ser desde que llegue-.
-Quiero saber de los sentimientos de Daniel, porque yo estoy
realmente enamorada de él, pero él no me hace caso, y sí tiene
enamorada cuéntamelo por favor Mateo-.
Mateo se quedo tieso, sin reacción, no esperaba escuchar
esa fatal noticia justo el día en que él le iba a declararle su amor,
sentía que el mundo se le venía abajo, un sudor frio invadió su
cuerpo, una cólera arremolinaba su alma, su rostro desencajado
no podía perdonar la vil traición de su ahora peor amigo; se levanto
de la mesa a toda prisa y se fue dejando sola a Marleny en el
cafetín, ella, sin comprender absolutamente nada, se quedo
sentada mientras que Mateo caminaba a toda prisa como un loco
con dirección a su casa, es cuando las lagrimas empezaron a
correr a raudales por sus mejillas, una mescla de sentimientos
encontrados invadían su corazón y se decía para sus adentros:
“Justo cuando iba a darle todo mi amor, cuando iba a poner mi vida
en sus manos, tenía que enterarme que ella estaba enamorada de
mi mejor amigo, el me traiciono; aprovecho de mi ausencia y mi
amistad para enamorarla, es un traidor, el peor ser de la tierra, el
más detestable, el más ruin, el sabia cuanto la amaba, que ella era
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la razón de mi existir y no le importo nada. Apretó los puños con la
respiración acelerada, sobreexcitado, quería despojar ese
sentimiento de su cuerpo y de su carne, llego a su casa y a solas
se sentó en la sala donde no había absolutamente nadie, tratando
de controlar sus emociones, por un lapso casi lo logra, de repente
se levanta y ve un jarrón de flores sobre la mesa, lo coge y lo tira
contra la pared destrozándola irremediablemente, entonces cae de
rodillas llorando e impreca: –Daniel, amigo mío, porque me
traicionaste, yo daría mi vida por ti y eso solo tú bien lo sabes.
Todo podía esperar de la vida, menos tu traición, ahora sé que
siempre fuiste un hipócrita, fingías ser mi amigo y solamente
esperaste la primera oportunidad para clavarme por la espalda tu
vil traición. Las lágrimas recorrían por doquier las mejillas de
Mateo, quien se había sumido en una tristeza muy dolorosa,
depresión de la que nunca más iba a volver salir.
Marleny otra vez se quedo plantada. Ella no entendía la
actitud de Mateo y peor la de Daniel. De un sopetón Daniel le deja
de hablar; por su parte Mateo la abandona en un café sin decirle
nada. Mil pensamientos rondaban por la mente de Marleny que no
lograba articular nada, ella pensaba que estaba actuando mal.
Ahora le caí mal al mejor amigo de Daniel. Mateo. Si él no puede
ayudarme, pues nadie lo hará, se lamentaba y sentía que su amor
se alejaba cada día más.
Esa noche fue interminable para Mateo. Prendió la radio para
escuchar y distraerse y poder olvidar el mal momento por el que
estaba atravesando, pero la música era tan triste y todo lo que le
sucedía a su alrededor le sabia a Marleny, la quería tanto que
nunca se había enamorado así y él estaba al tanto, estaba al
corriente que Marleny vivía en cada espacio de su vida, en cada
célula de su ser, el saber que estaba enamorada de su mejor
amigo lo laceraba. Con la mirada perdida echado en su cama
fumando un cerillo que generalmente no lo hacía, con el humo que
expelía por su boca trataba de disipar sus penas y sufrimientos,
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como si con ello consiguiese extirpar todo el amor que le tenía
expresamente a ella, de un momento a otro comienzo gritar entre
lagrimas maldiciendo:
¡Marleny! Pensé que me querías.
Y en mi ausencia me cambiaste por mi mejor amigo.
Quiero odiarte pero cuanto más lo intento más te quiero.
Ahora como te olvido a ti y a mi peor amigo.
Eso no se hace.
Antes de Verte hoy día mi vida tenía sentido.
Ahora no sé quién soy.
No tengo amor.
No tengo amigo.
Mi madre sigue mal.
Esto es una desgracia Dios mío.
Porque me Castigas de esa manera.
Solo falta que me quites la vida para que el castigo sea
completo.
Cuando el sol estaba clareando, empezando a alumbrar los
techos de la ciudad, Mateo recién se quedo dormido, cansado de
sufrir toda la noche, se despertó unas horas después, se ducho,
se cambio y se fue para la universidad en busca de Daniel y poder
hablar sobre Marleny, pero cuando llego a la universidad y busco
a Daniel por todas partes no logro ubicarlo. Mientras pasaban los
minutos, un rencor iba creciendo en el sentimiento herido y
sangrante de Mateo, pues se sentía traicionado. Así pasaron las
horas y llego la noche de nuevo para los ensayos.
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Marleny, Daniel y Mateo se preparaban para ir a los ensayos,
sin embargo, cada uno en su mente iba elucubrando lo que iba
realizar esa noche, así llega primero Mateo, como era de
costumbre, después uno a uno iban llegando los demás
integrantes, probaban los discos compactos y no les convencía ni
uno, luego llega Marleny; Mateo la ve y bruscamente se voltea
para disimular que no la vio, Marleny se queda distraída con sus
compañeras conversando y casi al poco rato de empezar recién
llega Daniel, al verlo entrar, picón, Mateo toca el silbato para
formarse, ellos lo hacen con una enorme disciplina, la música
comienza a tocar, Mateo mira a Daniel mientras hace su rutina
donde sus pasos eran fuertes, estaba bailando con cólera, de rato
en rato miraba otra vez a Daniel quien sentía la pesada mirada de
Mateo, pero se resistía a mirarlo porque se sentía culpable, habían
momentos en la danza en la que tenían que estar frente a frente,
sus miradas se cruzaban unas tras de otras, Mateo dominaba la
situación, Daniel bajaba la mirada y así al termino de los ensayos
se fueron a descansar alrededor del local.
Adentro se apreciaba un aire pesado lleno de inquietud, se
sentían las miradas cargadas de odio entre Mateo y Daniel que lo
decían todo, sin embargo los demás no se metían para nada;
callados aplacaban su sed tomando unas gaseosas y otros
refrescos, murmuraban, pero nadie entendía nada de lo que
estaba sucediendo al interior de la agrupación, un hermetismo total
se fue apoderando de la reunión, uno a uno se marchaban
despidiéndose y conforme se retiraban del local, fueron quedando
solos Mateo y Daniel, Mateo se le acerca y le pregunta
repentinamente:
-¿Como estas?- (…).
-Bien gracias Mateo, cuéntame cómo te fue en tu viaje, con tu
mami-.
Daniel Rodriguez Lira 19
-Como ya sabes, mi mamá está mejor pero no ha sanado del
todo todavía, tenemos que regresar en unos meses para que
continúe con su largo tratamiento-.
-Ojala que se ponga bien- (…).
Salieron del local y se fueron caminando, Mateo se contenía
para no reclamarle calculando en todo momento hasta donde
llegaba la hipocresía de Daniel, donde hacía esfuerzos
sobrehumanos para no emplazarlo, su orgullo era más fuerte a
pesar de tener los labios secos se tragaba saliva, tenia los ojos
enrojecidos por no haber conciliado el sueño en muchos días, pero
su pedantería estaba brotando, se tranquilizaba por ratos y por
ratos no se podía contener. Daniel por su parte quería decirle lo
que había pasado pero no se atrevía, no sabía cómo empezar, por
qué no se imaginaba la reacción violenta que podría tener Mateo
en contra de él, ambos se fueron conversando cosas triviales, sin
mayor importancia, los dos contenidos en sus impotencias se
encontraban ahora atrapados en un callejón sin salida, callejuela
en la que fueron envueltos por los azares de la vida, por un amor
que nunca lo habían buscado ambos, que no lo esperaban, pero
que ahora se la disputaban palmo a palmo.
Por su parte Marleny en su habitación pensaba sobre todo lo
sucedido, sin encontrar respuesta alguna a sus preguntas, ella
estaba dudando incluso de su personalidad. ¿Cómo era posible
que los chicos huyan espantados cada vez que ella buscaba
acercarse a ellos? Era ¿fea?, ¿de repente? No entendía
absolutamente nada, por eso quería saber porque Daniel ya no le
hablaba, porque cuando apenas le dirigía unas cuantas palabras
y le saludaba este le esquivaba sin explicación alguna, en el caso
concreto de Mateo, era casi igual, solo unas miradas y lo peor ni
siquiera ya le recibía el saludo. ¿Todo esto solo por haberle
contado el amor que profesaba por Daniel? (…). En eso la mamá
de Marleny toca la puerta de su habitación. Le comunica que su
Daniel Rodriguez Lira 20
compañero Fidel la estaba buscando, ella le dice que no tenía
ganas de salir y que lo despachara prontamente, pero su mamá
insiste, se le acerca y la convence para que lo reciba y ella con
desgano y solo por respeto a su madre lo acepta.
Fidel era el eterno pretendiente denegado de Marleny, todavía
incluso desde el colegio cuando la cortejaba, pero ella nunca logro
enamorarse de él, Fidel a pesar de todo eso era perseverante,
cada semana la buscaba para salir e ir a alguna fiesta, ella iba, lo
acompañaba; pero solo por compromiso, como amigos. La madre
de Marleny se había dado cuenta que ella había cambiado
notablemente en su proceder, que estaba distante y su instinto de
madre le decía que su hija se había enamorado, quizás por eso
sufría, es por ello que le consentía y confiaba que salga con Fidel,
porque ella lo conocía de toda la vida, ya que eran vecinos en el
barrio y sus padres eran respetables y muy amigos suyos.
Marleny caminaba con Fidel, él quería animarla, la veía muy
deprimida y como la mamá de Marleny le pidió que la entretuviese,
porque según ella, -Su pena contagiaba a todos en casa-. Fidel
le hablaba recordando de las cosas que habían pasado en el
colegio, las travesuras que habían hecho juntos, por ratos le
arrancaba una sonrisa tenue que salía forzadamente de los labios
de Marleny, pero ella seguía en todo momento pensando solo en
Daniel, por un rato le dio ganas de contarle a Fidel lo que estaba
pasando, de cuan enamorada estaba de Daniel, pero reflexiono
inmediatamente sobre el tema y concluyo que él no era la persona
indicada para relatarle sus penas, ni mucho menos para desfogar
en él sus entristecidos y frustrados sentimientos, de ese modo la
tarde se torno muy aburrida para Marleny, que arrepentida de
haber salido de nuevo con Fidel, le pidió de inmediato que le
retornara a casa.
Mateo se atesto de rencor, debido a que Daniel no le conto
nunca nada a pesar de que le dio la oportunidad cuando estuvieron
Daniel Rodriguez Lira 21
en varias ocasiones solos, el sentía que le habían engañando y
que le estaban ocultando cosas. Por su parte Daniel arrepentido
de no haberle contado a Mateo del cómo es que se suscitaron las
cosas, no tenía el menor ánimo de hacer sufrir a su amigo, el sabia
de cómo estaba también enamorado Mateo de Marleny, y el saber
este hecho le estaba causando mucho dolor.
Los días fueron pasando y ninguno de los tres daba la iniciativa
para conversar de este triangulo amoroso que se había formado
entre los tres. En cambio, las angustias y los malos afectos en
Mateo crecían en contra de Daniel, quien contrariamente a todo
esto que pasaba, cada vez se encontraba también más
enamorado de Marleny a pesar de su rechazo hacia ella.
Hasta que llego el día de la parada. Los danzantes estaban
listos para bailar en honor a la Virgen De La Candelaria, en la
ciudad de Puno. Mateo, ese día se despertó temprano y se fue
para la iglesia a pedirle a la Virgencita que le de fuerzas para guiar
a sus compañeros, que le ilumine, que le de paso firme; porque
todo lo hacía por ella, a quien le tenía tanta fe y devoción que
solamente con mirarla se sentía sometido a su plena voluntad.
Por su parte Daniel se estaba cambiando pensando solo en
Marleny, pero al mismo tiempo se decía para sí: “No, esa mujer es
prohibida para ti, ella debe ser la enamorada de tu amigo y eso es
sagrado, eso se respeta”; Así trataba de serenar su ser, luchaba
con todo sus fuerzas para que ese amor que lo estaba
carcomiendo por dentro y en vida salga de su piel.
Marleny pensaba en Daniel con mucho amor. Lo quería tanto
que ella no perdía las esperanzas de que algún día sea su
enamorado. Nadie sabía que ella estaba enamorada de Daniel,
pues el único que estaba al tanto de todo esto era Mateo a quien
ella se lo había confiado, a pesar de que era una chica muy
reservada e inteligente y sobre todo serena. Ella, se desesperaba
por el amor de Daniel, sufría en silencio, su consternación era
Daniel Rodriguez Lira 22
evidente, toda su familia ya se había dado cuenta, ya se había
enterado, pero así como sufría; trataba de no afectar a las demás
personas con su amor no correspondido.
Llegada la hora en el local, los danzantes comenzaron a
arribar uno a uno, se veían muy elegantes, mucho mas fuertes con
sus trajes y sus chullos que los hacían más maduros, ellos sufrían
una inusitada transformación cuando tenían el traje puesto pues
se sentían unos guerreros muchos más decididos que cualquier
ser humano parado sobre la faz de la tierra antes de un
enfrentamiento.
Marleny estaba muy hermosa como siempre, su piel morena,
atraía la contemplación de todos pues era encantadora y hacia
que las miradas de todas las gentes se dirigiesen a ella y Marleny
con su humildad respondía los saludos con una mirada tierna y
una sonrisa que a cualquier persona lo ponía de buen humor. Por
su parte, los chicos no se quedaban atrás, porque tenían un rostro
muy fino y una expresión natural muy transparente. Y ni que decir
también de todas la chicas de la agrupación, todas estaban
bonitas, se juntaron, hicieron un circulo, donde conversaban y se
reían al mismo tiempo que daban los últimos toques a sus trajes
para que estén perfectos, la alegría se notaba por doquier pues
este era la fecha señalada; toda su fe, toda su entrega, iba a aflorar
hoy al fin que era el día esperado, habían llegado los familiares,
quienes estaban parados alrededor de los jóvenes bailarines, los
miraban, los acudían con algunos detalles de último momento.
Mateo llego, se veía impresionante, con un traje espectacular.
Parecía un guerrero de hombros anchos y se saludo con todos sus
compañeros con una energía, con unos abrazos fuertes y un
choque de manos donde hacían notar que él era el líder del grupo,
que tenía que llevarlos al éxito a sus compañeros y, en eso
también llega Daniel y saluda a todos sus camaradas, con un
abrazo a cada uno quienes hacen un circulo conversando a través
Daniel Rodriguez Lira 23
de él, haciendo comentarios de lo que iba suceder en el transcurso
de la parada. Mateo miraba con discreción a Daniel y, el también
hacia lo mismo con Mateo. Del grupo de las chicas había una que
destacaba nítidamente. Esa era Marleny. Hizo un mohín, una
gracia, que no solo llamo la atención de Daniel y de Mateo, sino
de toda la concurrencia que la empezaron a mirar, es entonces
cuando Mateo se da cuenta que Daniel la estaba mirando a
Marleny, al percatarse del hecho Daniel se avergonzó y agacho la
cabeza y se dijo para sí: “No Daniel, esa mujer no es para ti, esa
mujer le pertenece a tu amigo Mateo; eso se respeta y nunca más
volveré a mirarla con deseo”.
Mateo al ver como Daniel miro a Marleny se puso suspicaz,
demasiadamente celoso, era la primera vez que podía confirmar
ese sentimiento entre Marleny y Daniel, su corazón se lleno de
odio porque pensaba que se estaban burlando de él, Mateo quería
hablar con Daniel y aclararle pero el tiempo le gano, era hora de
ordenar al grupo para que empiecen a danzar, así Mateo dio la
orden para que la banda de músicos empiece a tocar, todos en un
orden perfecto comenzaron a marcar el paso y lo hacían tan
hermoso levantando uno a uno los tacos con una gracia y la
cabeza ladeando de un lado para el otro, las chicas con una
sonrisa sincera mostraban los perlados dientes de su juventud,
gritaban para animarse, la gente cuando los veía se les hacia un
nudo en la garganta que luego desfogaban por los ojos en forma
de gotas de lagrimas, que era el orgullo de nuestra tierra, de cómo
nuestra gente amaba sus danzas, sus costumbres; de como se
entregan a ellas dando lo mejor de sus vidas, su juventud y su
mejor momento en la vida.
Mateo, tenía los ojos enrojecidos llenos de cólera que le
embargaba ese sentimiento rechazado por Marleny según él por
culpa de Daniel, que a pesar de ese rechazo era el gran amor de
su vida. Este odio también se extendía a Daniel su mejor amigo.
Él no concebía este odio, no quería pensar en ello y se puso a orar
Daniel Rodriguez Lira 24
a la Virgencita De La Candelaria, a quien le pidió que le de fuerzas
para controlar sus emociones, que le de poderío para olvidar a
Marleny que estaba en todas partes de su ser, en cada espacio de
sus pensamientos, en todo momento solo veía el bello rostro de
Marleny y en cada compas de la música que escuchaba, la voz de
ella se sobreponía y el sentía que era la melodía más bonita del
mundo y cuando se recordaba de Daniel, tenía un rencor anclado
ya en su corazón, realmente lo veía como un ser despreciable que
le había quitado el amor de Marleny aprovechando de su ausencia.
Pero por otra parte, el amor que le profesaba a su madre, era el
más puro, el daría la vida por su madrecita, desde niño ella la cuido
sola pues el papá de Mateo había muerto cuando él era aún un
niño, con las justas tenia algunos recuerdos tenues de su padre,
pero que mucha falta nunca le hizo, su madre trabajo y trabajaba
duro para darle una buena educación a él, por eso creció como un
buen joven alejado de las malas juntas y los malos vicios, tratando
de hacer feliz a su madre y disfrutando del amor protector de su
madrecita que estaba ahora muy mal delicada de salud.
Aquí falta el día domingo en el estadio
Los danzantes lo hacían muy bien, tenían que cruzar toda la
ciudad bailando, las fuerzas, las ganas, lo tenían muy elevados,
bailaban con emoción y alegría, concentrados en las coreografías.
El publico los aplaudía con entusiasmo, porque realmente se
estaban ganado la admiración de la platea, la entrega era total,
pasaron por el parque Pino, donde le dedicaron sus mejores pasos
a la Virgencita De La Candelaria y las lagrimas comenzaron a
rodar por las mejillas de Marleny, Mateo y Daniel; y también en el
de todos los otros danzantes, esas lagrimas se confundieron con
el sudor de su penitencia llena de amor que le dedicaban a la
patrona de los Puneños. Mateo en silencio se decía:
“Mamita linda.
Daniel Rodriguez Lira 25
Dame fuerzas para sacarme este amor que me está
matando.
Por favor quita de mí a esa mujer.
Y a mi madrecita linda dale salud.
Marca mi camino que yo seré siempre tu fiel devoto”
Esa era la petición de Mateo que lo hacía con lágrimas que
rodaban por sus mejillas, como si con esto quisiera desfogar todo
ese eterno amor, ese sentimiento permanente que le aquejaba día
a día, estaba seguro que su amor por la Virgencita le podría hacer
el favor, el milagro; y borrar todos estos sus enormes sufrimientos.
Daniel se sentía muy mal al no poder contarle a su mejor
amigo que estaba perdidamente enamorado de Marleny, Lo que
le pasaba era un asunto nada elaborado, algo que él no lo
esperaba y que tenía que pedir perdón, lo haría; y luchaba con
todas sus fuerzas para no amar más a Marleny y cuanto más se
resistía ese amor este crecía cada vez peor.
Daniel, era un joven tranquilo de muy buenos sentimientos,
y tremendamente querido por sus familiares y amigos, siempre
apoyando y ayudando a quien lo necesitaba. Su vida transcurría
con la mayor normalidad entre sus estudios universitarios y su
amor por las danzas, hasta que se enamoro repentinamente de
Marleny. Su padre y madre eran muy buenas personas, tenía tres
hermanos que eran muy unidos, de condición económica estable
y no tenían mayores apuros económicos, por eso ellos eran muy
devotos de la Virgencita De La Candelaria, su amor y su fe hicieron
de todos ellos personas de nobles sentimientos.
El sudor invadía cada uno de los cuerpos de los sesenta
bailarines que danzaban con sobriedad, la gente los aplaudían a
rabiar con alegría y orgullo, por eso ellos también no escatimaban
Daniel Rodriguez Lira 26
esfuerzo alguno para lucir sus coreografías. Conforme avanzaba
la jornada se iba sintiendo el cansancio y la gente les pedía que
bailen mucho más y ellos lo hacían no importando el cansancio, ni
la sed, solamente querían bailar. Pero en el caso de Mateo, en
cada paso que daba, se sentía ese sentimiento frustrado por culpa
de su mejor amigo, los celos lo estaban invadiendo, lo estaban
matando, de rato en rato miraba a Daniel con odio y también
miraba a Marleny de ese modo. Así de esa manera se fueron
acercando al final y Mateo a pesar de todo lo sufrido, demostraba
un físico envidiable y no se importunaba, gritaba con fuerza dando
aliento a todos sus compañeros, él era el líder natural de la
agrupación, se había lucido muy bien en todo el trayecto de la
danza. Llegaron al final de la parada donde después de terminar
todos los danzantes hicieron un circulo, algunos sentados
frotándose los pies luego de la peripecia, otros de pie estirando las
piernas para que no se les adormezcan, la banda seguía tocando,
los familiares se acercaban con cajas de cerveza y gaseosas;
algunos cogieron cerveza y aplacaron su sed donde uno de ellos
fue Mateo, al terminar de tomar la botella de cerveza, se acerca a
Daniel y le plantea:
–Daniel, uno de los dos tiene que retirarse de la agrupación,
los dos no podemos estar juntos–.
Daniel escucho algo que sabía que se venía venir, que se
venía llegar, pero que según él no era el momento propicio para
tocar el tema y entonces le respondió:
–Espera hermano, no hagamos eso –.
Mateo no entendía razones y se retira advirtiéndole
amenazante:
–Prepárate Daniel, que en un rato toca de nuevo la banda y
el que baile mejor se queda y el otro se va para siempre de la
agrupación-.
Daniel Rodriguez Lira 27
Daniel permaneció callado en su lugar, parado, pensando en
la propuesta amenazadora de Mateo, y cuando levanto la mirada,
Marleny estaba bailando en su sitio, mira sus hermosos pies
morenos como se desplazaban por el piso, con la punta de los
dedos de sus pies casi deslizándose de un lado a otro, con sus
bellas caderas en un movimiento fino, ladeando las polleras con
una sensualidad que perturbo los sentidos de Daniel y él parado
siguió mirando sin importarle nada de lo que pueda pensar la
gente. Sube la mirada al rostro y mira a los ojos de Marleny. Sus
miradas se cruzaron tiernamente, Daniel sintió que de esos ojos
salían pasión, sus corazones comenzaron a latir con más fuerza
que de tanta presión salía fuego por los ojos de ambos y que ese
fuego solamente se podía apagar entregando la vida del uno para
el otro.
El silbato de Mateo suena llamando a Daniel al centro del
círculo para empezar con el duelo. Entre la multitud ya se sentía el
desafío por que ya se había corrido la voz esperando el desenlace,
también entre los integrantes de la danza quienes callados
esperaban solo el toque del silbato de Mateo, para que la banda
empiece a tocar, como en este caso el desafiante era Mateo, él
empezó a bailar, en ese momento sonó el silbato y la banda de
más de cien músicos empezó a tocar, Mateo hizo la demostración
de sus mejores pasos; la gente se había arremolinado alrededor
de los danzantes donde no cabía ni una sola persona más, Mateo
bailo tan lindo que la gente lo aplaudió con fuerza y cariño y cuando
Mateo se retira, de un lado entra con paso firme y decidido, Daniel,
pensando en lo que iba hacer pero cuando estaba en el centro
quería renunciar, no podía luchar contra su mejor amigo, pero él
era una persona que nunca dejo una batalla sin dejar la vida misma
en ella, no podía luchar en contra de sus principios, él era un joven
apasionado que nunca se rendiría ante nada ni nadie.
Cuando llega al centro la gente lo aplaude, entonces Daniel
empieza a bailar más ágil, su ritmo era inigualable, parecía que no
Daniel Rodriguez Lira 28
pisaba el piso a pesar de su contextura grande, cuando termina la
gente explota en aplausos emocionados que miraban extasiados
el máximo nivel que ostentaban los bailarines de Tinkus a nivel
mundial, pero lo que el público no sabía era que ellos estaban
tratando de arreglar sus diferencias sentimentales, sus problemas
emocionales de la peor manera, en un soterrado duelo de amores.
Llega la parte final de la demostración, ahora los dos juntos
tenían que bailar cara a cara y así fue como se pararon al centro
mismo con las miradas desafiantes, con el orgullo inflado en el
pecho, con una elegancia que solamente los bailarines de los
Tinkus lo entienden, se miraron, luego retrocedieron un paso cada
uno y empezaron a bailar frente a frente, la gente los aplaudía,
Marleny miraba como los líderes de los Tinkus dejaban todo en
esa demostración de habilidad, eran es esos momentos los
mejores danzantes del mundo, nadie bailaba como ellos, Mateo al
mismo tiempo que estaba bailando, se chanca el pecho con las
manos como desafiando a Daniel a chocar pecho con pecho en el
aire, en un salto de potencia, es así como lo entiende Daniel y se
prepara y de un salto los dos al mismo tiempo se encontraron en
el aire donde Daniel es empujado por la fuerza de Mateo y casi
cae, este otra vez lo invita a chocar y Daniel acepta y así fueron
cuatro veces seguidas donde Mateo gana a Daniel. Para La quinta
vez ya estaban completamente cansados, pero igual lo intentaron,
lo hicieron, pero esta vez los dos iban a mayor velocidad, más
decididos, con más rabia y es así que saltan y Mateo
definitivamente como era el más corpulento choca en el aire y
Daniel sale despedido donde pierde el equilibrio y cae al piso,
donde desafortunadamente su cerebro pega en el filo de la vereda
y se desmaya, toda la multitud se queda atonita en silencio, la
banda de músicos deja de tocar sus melodías; Marleny corre
donde Daniel para ver qué consecuencias tenía el golpe, este
estaba desmayado y no despertaba, de modo que la gente
empieza por temor a alejarse en silencio, algunos murmuraban
Daniel Rodriguez Lira 29
sobre un posible deceso, es cuando Marleny desesperada grita a
voz en cuello entre la multitud:
-¡¡Necesitamos un medico!!-. Es cuando descubre que un hilo
de sangre comienza a salir por la nariz de Daniel.
Después de un buen rato aparece recién la ambulancia, lo
chequean y se lo llevan de inmediato. Los bailarines en silencio se
sentaron, unos tomaban cerveza y hacían apenas algunos
comentarios sobre la salud de Daniel del que no se sabía nada.
Marleny estaba con su traje de Tinkus, ya en el hospital, esperaban
la respuesta de los médicos que no salían de la sala de
emergencias, pasaban las horas y la incertidumbre se apoderaba
de ellos. Mateo también estaba allí, parado, sin decir nada, era
lógico que estuviera preocupado por la salud de su mejor amigo.
El doctor sale y se para por un breve momento, toma aire y
busca las palabras exactas para explicar la grave situación.
Mientras tanto, los familiares de Daniel ya habían llegado
impacientes al hospital. Marleny y Mateo esperaban nerviosos que
el médico empiece a hablar cuando en esos momentos da su
diagnostico:
–Señores, el joven Daniel sufrió un golpe severo en la
cabeza, el cual lo ha dejado en coma, no se sabe si despertara
pronto o nunca, solo nos queda esperar un milagro de Dios- (…).
Dicho esto el médico se alejo raudamente.
Marleny se llevo las manos al rostro y se los cubrió por
completo, se dejo caer en una banca y de pronto sus manos
estaban repletas e inundadas de lágrimas. Mateo se desespero y
salió del hospital corriendo y aterrorizado él se decía:
-¡Qué he hecho, qué he hecho carajo¡- y corría y corría
despavorido hasta que se canso y se sentó en un descampado a
Daniel Rodriguez Lira 30
pensar. Los familiares de Daniel estaban desconsolados sentados
desconcertados en el hospital, entraron a verlo y lo encontraron y
estaba echado en la cama como si estaría durmiendo. En eso vino
la mamá de Marleny y se la llevo a su hija y es ahí cuando recién
se entera que Marleny estaba enamorada perdidamente de Daniel.
Cuando llega a su casa Mateo, su madre lo estaba
esperando con lágrimas en los ojos, sentada en el sillón de la sala
lo aguardaba con los brazos extendidos y le dice con mucho
cariño:
-Hijito, lo sé todo, pero no te preocupes; tu amigo se pondrá
bien, te lo prometo-.
Lo abrazo tiernamente, él se sentía seguro en los brazos de
su madre y se calmo, los dos lloraban, las lágrimas eran
incontenibles y no se dejaban de abrazar.
Marleny echada en su cama y su madre sentada al filo de su
lecho, le pregunta sobre Daniel, ella le cuenta que está enamorada
de él pero que él se alejo y no quería hablarle, porque su amigo
Mateo también se había enamorada de ella. Por eso Daniel nunca
iba a estar con ella, así él se muriese de amor por ella, porque
respetaba mucho su amistad con Mateo.
Mateo, Marleny y todos los amigos hicieron una velada por la
salud de Daniel, rezaron y pidieron a la milagrosa Virgen De La
Candelaria se encargue de él para sanarlo.
Al día siguiente fueron otra vez a averiguar sobre la salud de
Daniel, el doctor les dijo lo mismo que estaba en coma y que no
había reaccionado. La madre de Mateo se puso mal. Mateo la
estaba cuidando en casa. Ahora su preocupación era por dos
enfermos. Su angustia crecía y él pensaba que todo estaba en su
contra. Su mejor amigo estaba hospitalizado por culpa suya. Y le
remordía la conciencia al pensar que él había iniciado este
desafío, el de bailar sin medir las consecuencias. Él pensaba que
Daniel Rodriguez Lira 31
Marleny tal vez lo estaría odiando por que Daniel estaba mal por
su culpa, su madre se puso nuevamente mal, seguramente porque
estaba preocupado por la salud de Daniel.
Al tercer día la mamá de Mateo fue internada en el hospital,
en el mismo nosocomio que justamente estaba Daniel, la
preocupación se ahondaba más en torno a los dos enfermos.
Mateo, se aisló de los amigos y nadie sabía que su mamá estaba
mal, él se sentía culpable por la enfermedad de ambos.
Marleny y todos los danzantes de los Tinkus iban a misa
todos los días a pedir por la recuperación de Daniel, la fiesta en
honor a la Virgen De La Candelaria seguía pero para –ellos- los
Tinkus, había terminado repentinamente.
Habían pasado más ocho días desde el momento que entro
Daniel al hospital en estado de coma, cuando Marleny estaba a su
lado sintió que movió su dedo medio y ella llamo con urgencia a
los médicos, los galenos se apuraron en auscultarlo y se quedaron
otra vez solos. Marleny permaneció sentada esperando que
salgan los médicos y cuando salen le dicen porque era la única
que se había quedado hasta la madrugada:
- Señorita, el paciente está recuperando la sensibilidad, pero
eso no quiere decir nada todavía, lo único que nos queda es
esperar-. Marleny tenía una leve esperanza de que Daniel se
fuera a recuperar pronto.
Mientras tanto en el otro lado del mismo hospital, Mateo
estaba recibiendo la infausta noticia de que su madre se hallaba
peor por estar entrando en un estado muy delicado.
Para sorpresa de muchos, el noveno día Daniel había
avanzado mucho con la sensibilidad, ya reaccionaba y en su
rostro había gestos de recuperación, los doctores estaban
contentos con el avance pero siempre decían que se tenía que
esperar hasta el final.
Daniel Rodriguez Lira 32
Por su parte Mateo se desesperaba, los médicos solo le
daban malas noticias, su mamá estaba muy mal; solo con su
conciencia desgarrada lloraba en solitario.
El decimo día, es entonces cuando se produce el milagro,
Daniel vuelve a recuperar por completo la conciencia, abre los ojos
y de a pocos comienza a reconocer a todos los que le rodeaban,
para en la noche Daniel ya estaba prácticamente sano.
Sin embargo ese mismo día a las doce se moría la mamá de
Mateo, quien se encontraba solo ahora con su pobre madre.
Los chicos de la danza se enteraron de la muerte de la mamá
de Mateo y se organizaron y fueron al velatorio. Mateo, estaba
totalmente destrozado y es allí donde se entera de que Daniel
había recuperado la conciencia, esto de alguna manera lo
tranquilizo. Al día siguiente fue el entierro de la señora. Amigos
vecinos y los integrantes de la danza estuvieron allí, Daniel
haciendo un esfuerzo sobrehumano, porque todavía tenía que
guardar reposo, se fue al entierro de la madre de su mejor amigo,
Mateo, lo vio, lo saludo con la cabeza, pero no más, no se hablaron
y cuando termino el entierro, de inmediato Mateo se retiro sin
recibir el pésame de los que lo acompañaron en la ceremonia.
Daniel más recuperado al día siguiente del entierro, fue a la
casa de Mateo para esta vez explicarle todo, pero él ya no estaba
ahí, pregunto por donde lo podría ubicar y los amigos le dijeron
que lo vieron en la cima del cerro Huacsapata, sentado allí por
varias horas, así; Daniel busco a Mateo pero no lo encontró
durante tres días de vanas averiguaciones, dizque que a Mateo lo
vieron en el cerro sentado en el mismo sitio con el rostro triste y
las personas que lo conocían, lo saludaban y el les contestaba
apenas levantando la mano, al cuarto día Daniel decide
encontrarlo de todas maneras, volvió a la casa de Mateo, pero este
no había ido todos esos días a dormir, así que se fue de nuevo
para el cerro Huacsapata y la gente le dijo que lo vieron hasta el
Daniel Rodriguez Lira 33
día anterior y que hoy no se apareció para nada, Daniel todo el día
trato de ubicarlo pero no lo hallo, al día siguiente Marleny y algunos
bailarines deciden buscar a Mateo pero no lo logran ubicarlo.
Mateo había desaparecido por completo, pero nadie sabía
cómo, las cosas en su habitación estaban intactas, ya que no
había sacado nada de su casa, su desaparición era todo un
misterio, La policía había iniciado una investigación, los danzantes
de los Tinkus organizaron búsquedas que no llegaron a nada,
Daniel y Marleny seguían buscando a mateo que no apareció
nunca.
Hoy han pasado los años, Marleny y Daniel nunca fueron
enamorados, respetaron la amistad de dos amigos que sin querer
amaron a la misma mujer. Ellos siguen solteros y no tienen pareja,
actualmente ya no bailan desde la desaparición de Mateo, ahora
son dirigentes de la agrupación de los Tinkus y son unos
profesionales muy destacados en la ciudad de Puno.
Mateo se había ido del lugar de donde nunca debió salir para
siempre.