TRANSPARENCIA Y AUTO-REVELACIÓN EN TERAPIA FAMILIAR:
PELIGROS Y POSIBILIDADES.
Janine Roberts, Ed. D.*
* University of Massachusetts en Amherst.Dirigir la correspondencia relacionada con este artículo a: Janine Roberts, Ed.D., SDPPS Department, 360 Hills South, University of Massachusetts, Amherst, MA 01003. Email: [email protected]
Agradezco el apoyo en las revisiones y comentarios editoriales de los Drs. Evan Imber-Black, Philip Gosselin, Pat Schumm, y Carol Edelstein, MSW, así como a los correctores de Family Process.
(Traducción de Ma. Rosario Oaxaca)
TRANSPARENCIA Y AUTO-REVELACIÓN EN TERAPIA FAMILIAR:
PELIGROS Y POSIBILIDADES.
Resumen:
La terapia es una relación íntima pagada que pone a los clientes y a los
terapeutas a navegar entre fronteras personales y profesionales. ¿Cuándo, dónde, por
qué y cómo es ético y apropiado para los terapeutas familiares ser transparentes y
cuándo es dañino? Los teóricos han tomado diferentes posturas, desde la posición de
Haley de límites estrictos alrededor de la revelación del terapeuta, ya sea en
tratamiento o en entrenamiento, valores personales y experiencias de vida que
informan acerca de su práctica y sus creencias. Sin embargo, esas posiciones no
están basadas en investigación y los teóricos que apoyan la transparencia del
terapeuta ofrecen pocas pautas, sólo afirmaciones generales.
Este artículo examina la historia de las ideas acerca de la revelación en seis
grandes modelos de terapia familiar y los riesgos y posibilidades de la transparencia.
Contempla la investigación del autodescubrimiento en terapia individual y si puede
aplicarse y cómo a la terapia familiar. Se proponen pautas que toman en cuenta las
múltiples identidades sociales de los terapeutas y los clientes y aspectos de
seguridad y transparencia.
TRANSPARENCIA Y AUTO-REVELACIÓNi EN TERAPIA FAMILIAR:
PELIGROS Y POSIBILIDADES.
Sam y Minaii vinieron solos a la cuarta sesión. El acababa de recibir el diagnóstico de cáncer de próstata y habían estado batallando acerca de cómo iban a manejar el trastorno que esta enfermedad había traído a sus vidas y cuándo, dónde y cómo decírselo a sus hijos. Sin que ellos lo supieran, yo luchaba con mis propios cuestionamientos: ¿Ayudaría u obstaculizaría comentarles acerca de mi experiencia reciente con el cáncer? ¿Hasta dónde quería compartir esa información? ¿Tenía yo un control emocional suficiente de mi propia experiencia que me permitiera poner el foco en su historia?
Mis recuerdos más vívidos de casi treinta años de trabajo como terapeuta familiar,
educadora, supervisora y consultante son de las veces que participé en u observé las
intrincadas negociaciones que ocurrían entre clientes y terapeutas acerca de las fronteras en
sus relaciones. Las posibilidades podían ampliarse o desatarse peligrosamente. ¿Podría
comentar brevemente a Sam y Mina algo acerca de mi experiencia de enfermedad y
regresar la conversación a sus retos?, ¿sería yo capaz de estar cuidadosamente atenta a sus
reacciones para darme cuenta si compartiendo algo más de mi experiencia con el cáncer
sería de ayuda?
Dadas las numerosas identidades sociales que llevamos con nosotros, pongo
atención cada vez más en percibir si la “identidad” racial, orientación sexual, identidad
como persona con una enfermedad, género, antecedentes culturales, clase social, tipo de
familia, etc., son o no son útiles como recurso para la construcción de la relación y un
dilema a compartir en la terapia. Para esto es crucial considerar las identidades que han sido
marginadas o discriminadas o identidades que son privilegiadas. Por ejemplo, si yo fuera un
terapeuta con SIDA y estuviera trabajando con un cliente con SIDA en un escenario
similar al de la viñeta del comienzo, ¿las preguntas que me haría a mí misma acerca de la
revelación de mi enfermedad serían parecidas o diferentes?
Las identidades sociales cambian, son visibles e invisibles y son asumidas correcta o
incorrectamente por los demás. Revelaciones acerca de quiénes somos, voluntaria o
involuntariamente son comunes en terapia. Esto tiene implicaciones para estudiantes en
supervisión, supervisores, terapeutas y clientes. Por ejemplo, Patrice Wilson, una lesbiana
en entrenamiento en el grupo en el que yo era la supervisora me dijo en privado: “Yo
observo detrás del espejo de la cámara cómo otros estudiantes hablan acerca de sus
relaciones con sus parejas y sus niños. No me siento cómoda haciendo esto con las familias
rurales con las que trabajamos. Me quito el anillo antes de entrar al consultorio porque no
sabría qué decir si algún miembro de la familia me preguntara si estoy casada. Siento como
si no tuviera tantas opciones como otros estudiantes para encontrarme y conectarme con las
familias”. Debido a posibles reacciones prejuiciadas sentía que los recursos que otros
usaban en su trabajo no eran útiles para ella. Le pregunté a Patricia fuera del grupo si se
sentiría cómoda de compartir esos pensamientos con otros miembros del grupo. Decidió
discutirlo con ellos y le preguntaron si quería hacer un rol playing en el cual estuviera
trabajando con una familia. También le preguntaron si podría identificar alguna pareja o
familia con la cual estuviera trabajando y con la que podría revelar más acerca de sus
experiencias personales. Así, comenzó un proceso en el cual Patricia exploró gradualmente
posibles formas de autodescubrimiento. Una idea central para dar pasos como éste es que
los terapeutas y estudiantes en entrenamiento tengan control sobre lo que revelan y cómo lo
hacen.
Los clientes también necesitan protección de revelaciones que pueden ser
peligrosas. En un video de entrenamiento utilizado de manera usual, el terapeuta trabaja
con tres generaciones de una familia anglo-mexicana. La hija de ocho años vive usualmente
con su abuela y su bisabuela. La madre expresa tristeza, culpa y frustración porque su hija
no vive mucho tiempo con ella. Tiene dificultades económicas. El terapeuta afirma que la
madre tiene que ser como el Presidente del Consejo, encabezando las decisiones parentales
acerca de su hija pero siempre hablando con los otros miembros del consejo (la abuela y la
bisabuela) y tomando las decisiones junto con ellas. Luego, comparte de manera
inapropiada información de su propia vida. El dice: “Mi hija vive con mi esposa y conmigo
todo el tiempo, así que nosotros tomamos las decisiones por ella”. Esta revelación hace
resaltar las diferencias de clase social entre el terapeuta y la madre. Esto hace que el cliente
se sienta criticado y minusvaluado.
Se ha dado poca atención en los modelos de terapia a las pautas acerca de la auto-
revelación o cómo las identidades sociales se entrelazan con ésta. Los terapeutas,
estudiantes en entrenamiento y supervisores tienen la responsabilidad de asegurarse que las
revelaciones no creen una experiencia perjudicial para los clientes. ¿Qué es lo que crea
suficiente seguridad para compartir aspectos personales de la identidad social?, ¿qué
restricciones existen? Además, se ha focalizado mínimamente en lo que significa en
enseñanza y supervisión entrecruzar intencionadamente fronteras privadas y públicas.
Al presentar seminarios y talleres en los Estados Unidos, Ecuador, México, Rusia,
Colombia, Inglaterra y España entre otros países, me ha sorprendido cómo mis revelaciones
acerca de los dilemas que he enfrentado abren posibilidades a los participantes de
arriesgarse y ampliar su conocimiento acerca de conceptos de terapia familiar y del
proceso terapéutico. ¿Qué es lo que nos puede guiar en estas prácticas?, ¿cómo podemos
asegurar que la transparencia está al servicio del trabajo y no de una agenda personal? Las
posturas tomadas dentro de los modelos de terapia familiar acerca de la transparencia son
fundamentales para esta discusión.
Rastreando la Historia
Una breve visión general nos muestra cómo algunos teóricos de la terapia familiar
han manejado el tópico de la revelacióniii . Se encuentran términos relevantes como “uso de
sí mismo”, “encuentro”, “mutualidad” y “prácticas amables” como cambios en la
terminología que nos informan acerca del cambio de actitudes de los terapeutas hacia la
revelación. Además, el observar cómo la gente pesca el lenguaje y trata de capturar lo que
sucede como revelación de los terapeutas o falla en revelar información, resalta las
complejidades de este aspecto de la terapia. Lo que es indiscutible es que ambos, clientes y
terapeutas se esfuerzan por experimentar las posibilidades incomparables que la relación
terapéutica ofrece. En una encuesta a 282 terapeutas y entrevistas a 60 de ellos acerca de la
autorrevelación en terapia (Mathews, 1988), una de las principales conclusiones del autor
fue que como los terapeutas sólo pensaron si hacían revelaciones o no, decían que: “sí, la
relación terapéutica es diferente (de otras relaciones)... pero no siempre... y no siempre
estamos seguros cuándo es diferente o de qué maneras” (p. 530). Los clientes compiten
también definiendo la relación. Víctor, un padre mexico-americano, desafió a su terapeuta
“preguntándole cómo y por qué esperaba que ellos develaran mucha información personal
cuando ella no estaba dispuesta a revelar nada acerca de ella misma” (Falicov, 1998, p. 22).
O, como Azar un cliente que estuvo loco perdido por una antigua amante durante meses,
expresó: “me gustó mucho más mi terapeuta desde que me dijo que había estado
obsesionada con alguien durante diez años”.
Autores de dos de los primeros modelos de terapia familiar, estructural y
estratégica, huyeron de muchas posturas tradicionales acerca de la terapia (Haley, 1976;
Minuchin, 1974). Sin embargo, se mantuvieron próximos a las ideas psicodinámicas
acerca de guardar fronteras estrictas entre los terapeutas y sus clientes en cuanto al
autodescubrimiento por parte de los terapeutas. Esto se reflejó en posturas en el
entrenamiento en donde el supervisor o el maestro no contemplaban sus propios valores ni
creencias ni familia de origeniv como parte de la comprensión de lo que ellos traían al
proceso terapéutico. Por ejemplo, Haley (1976) describió una declaración de derechos para
estudiantes de la clínica el cual “incluye un punto que dice que ningún maestro puede
preguntar acerca de la vida personal del estudiante de terapia, aunque sea de manera
benevolente, a menos que: (1) él (sic) pueda justificar que esta información es relevante
para la tarea terapéutica inmediata en el caso, y (2) que pueda afirmar específicamente de
qué manera esta pregunta cambiará la conducta del terapeuta a la manera deseada” (pp.
176-77).
El uso del self se propuso pero solamente para facilitar el contacto inicial.
Como un instrumento de cambio, el uso del self no debe confundirse con el auto-descubrimiento de las experiencias personales del terapeuta, lo cual es desalentado en el modelo estructural porque atrae la atención hacia el terapeuta y distrae del proceso terapéutico. En el modelo estructural, las historias de la vida del terapeuta se justifican solamente como instrumentos de acercamiento (‘tengo dos hijos de la misma edad’) (Colapinto, 1991, p. 436).
El autodescubrimiento se da como una técnica limitada conectada al encuentro
inicial. Así, el self del terapeuta se presenta muy genéricamente – no como una persona con
varias identidades sociales a las que uno pudiera recurrir para usar en el contacto inicial.
También se hace énfasis en tener sólo una persona en el consultorio. Se considera que los
otros miembros del equipo “ introducen un elemento de distracción en el acercamiento del
terapeuta y la familia” (Colapinto, 1991, p. 435), y que diluyen el poder del terapeuta al
usarse a sí mismo para entrar en el sistema familiar. Los temas de jerarquía, fronteras y
terapeutas manteniendo el control sobre lo que se dice y se hace están en el núcleo del
trabajo estratégico y estructural. Los aspectos relacionales se enfatizan hasta el punto que
estén al servicio del terapeuta para mantener una posición de poder y mayor
responsabilidad que la de los clientes..
En contraste con el trabajo estratégico y estructural, en el modelo simbólico
experiencial (modelo que usa frecuentemente un co-terapeuta), Carl Whitaker propuso un
alto grado de autodescubrimiento (Roberto, 1991). Esto incluyó el descubrimiento a la
familia y al coterapeuta frente a la familia.
El propósito de utilizar la comunicación personal es en parte para proveer a la familia de un modelo de separación y encuentro intermitente, un problema de fronteras. Segundo, el autodescubrimiento acentúa las observaciones terapéuticas añadiendo afecto... Finalmente, pensando a veces íntima y a veces subjetivamente, el terapeuta induce a los miembros de la familia a permitirse que emerja su propia subjetividad (aún irracionalmente) para su revisión (Roberto, 1991, p. 460).
Al observar videotapes del trabajo de Whitaker y leer las transcripciones, sus
autodescubrimientos aparecen como idiosincráticos y provocativos. El no ofrece pautas ni
articula un proceso por el cual los terapeutas puedan decidir cómo, dónde y cuándo usar
diferentes aspectos de su experiencia personal o supuestos teóricos.
En el modelo de terapia familiar de Bowen, el autodescubrimiento aunque primero
se dio de manera anónimav , se presentaba como una parte esencial del entrenamiento y
supervisión. Kerr (1981) escribió más tarde que la gente que estudiaba las teorías de Bowen
necesitaba realizar exploraciones emocionales de los conceptos para comprenderlos
adecuadamente. No fue hasta las interpretaciones feministas de este trabajo que hubo
incontables menciones en la literatura acerca del autodescubrimiento del terapeuta.
Teóricos como Betty Carter y Monica Mc Goldrick (1989, 1999) contemplaron la teoría del
ciclo vital en relación con las ideas de Bowen y dirigieron el impacto de la fase de
desarrollo del terapeuta en todas las formas de la terapia.
Lerner (1999) describió formas para que los estudiantes en entrenamiento
estuvieran atentos a la interacción de las fases de desarrollo entre terapeutas y clientes. El
presenta un caso como ejemplo en el que trabajó con una familia de manera intermitente en
un periodo de varios años. Describe conmovedoramente su decisión de compartir con esta
familia el diagnóstico que le habían hecho de cáncer. El vivió y trabajó en la misma
población pequeña y no quiso que ellos se enteraran por alguien más. Algunos años
después cuando el padre fue diagnosticado de cáncer, le pidió a Lerner información acerca
de su experiencia de enfermedad y encontró en él un importante recurso. Lerner cree que su
autodescubrimiento profundizó su relación con la familia y contribuyó a tener una relación
de trabajo cercana a través de tiempos difíciles, incluyendo la posterior muerte del padre.
Las terapeutas feministas preconizaron directamente el auto-descubrimiento
(Brown, 1994; Mahalik, van Ormer y Simi, 2000). Esto de acuerdo con su gran interés en
desmitificar cualquier tipo de terapia, aumentando la colaboración, menguando la jerarquía,
afirmando diversas experiencias compartidas de mujeres y reconociendo el poder de las
diferencias.
El término autodescubrimiento tiene tantos significados diferentes que no existe consenso en su uso apropiado. Sin embargo, como el autodescubrimiento puede ser poco atinado debe ser valorado y teóricamente dirigido siempre al mayor beneficio del cliente. Por todo esto, los terapeutas deben desarrollar métodos para monitorear continuamente sus niveles de auto-consciencia. El Código de Etica del Instituto Feminista de Entrenamiento afirma que el terapeuta es responsable del uso del auto-descubrimiento de una manera deliberada y discrecional y siempre para el mayor interés del cliente (Lerman y Porter, 1990 citado en Wyche, K. Y Rice, J. et al, 1997).
Descripciones de cómo la mutualidad y la empatía se apoyan en el auto-
descubrimiento son comunes en la literatura de la terapia feminista. Sin embargo, no se
dan realmente pautas de cómo manejar los riesgos.
Por la misma época en que las ideas feministas fueron integradas en la terapia
familiar, Tom Andersen elaboró su modelo de equipo reflexivo (Andersen, 1987, 1990). El
también propugnó por un marco de trabajo más colaborativo de tratamiento. En el trabajo
de Andersen, los miembros del equipo, en lugar de transmitir sus mensajes a la familia por
medio del teléfono o en discusiones privadas con el terapeuta detrás del espejo, entraban en
el consultorio y hablaban en presencia de la familia. A veces, también compartían historias
personales acerca de experiencias que pudieran tener relevancia en los dilemas familiares
que enfrentaban. Los miembros de la familia eran invitados a comentar sobre lo que habían
escuchado y pedir más información si querían, de algún miembro del equipo en particular o
del terapeuta acerca de alguna información personal que hubieran expuesto.
. Roberts (1988) revisando un caso con los clientes como co-autores amplió estas
ideas demostrando la importancia de revelar a los clientes lo que se escribe en las
anotaciones y planes de tratamiento. Si los terapeutas y los que están en entrenamiento no
comparten el proceso de escribir el reporte con los clientes, no se pueden corregir los
errores y las inexactitudes. Tampoco los clientes tienen propiedad sobre los informes que
otros leen y usan para tomar decisiones acerca de ellos. Su historia es acotada.
Esa continúa siendo una arena en donde los terapeutas se rehúsan a renunciar a su
poder y es probablemente la menos transparente y aún la que tiene mayores implicaciones.
Como dijo un cliente después de que anduvo a campo traviesa y le pidió los registros a un
terapeuta anterior: “Cuando leo lo que escribió de mí pienso que yo era la escoria de la
tierra. Pensé que habíamos trabajado bien juntos y que yo le caía bien. Me llevó mucho
tiempo recuperarme de haber leído su reporte”.
El trabajo narrativo de Michael White y otros introdujo las ideas de la
transparenciavi y volvió más honestas las prácticas en terapia familiar. Con la transparencia,
los terapeutas aclaran los orígenes de sus ideas a los clientes. Estas pueden venir de sus
propias experiencias de vida, de modelos conceptuales o de sus experiencias conversando y
trabajando con familias (White, 1995a). El uso del término “transparente” amplía más
claramente las prácticas más allá del autodescubrimiento al incluir la revelación de
posturas teóricas y trabajo terapéutico con otros clientes.
Después, al escribir acerca de la honestidad, White se mueve deliberadamente hacia el
cambio en la dinámica del poder en terapia. El ve a los clientes como expertos que tienen
mucho que compartir con otros clientes a través de las reflexiones que se dan unos a otros,
de los grupos de apoyo que forman o de las historias que comparten de sus propias
experiencias (White, 1997). Los miembros del equipo se hacen preguntas uno al otro
enfrente de los clientes que enfatizan lo que están aprendiendo de ellos (Lax, 1995. White,
1995b). Sin embargo, mucho se deja de lado para permitir la interacción de las identidades
sociales descritas anteriormente que los clientes y terapeutas traen a la terapia, junto con los
aspectos visibles e invisibles de identidades sociales, seguridad y poder.
Dentro del marco narrativo, una de las explicaciones más detalladas de la logística
cotidiana de la transparencia y la terapia viene de Jonathan Diamond (2000), un especialista
en adicciones. Dado el modelo grupal de AA y la apertura en el campo de abuso de
sustancias a los terapeutas con experiencia de primera mano en vencer las adicciones, los
clientes encuentran a veces a sus terapeutas fuera de la terapia en lugares como reuniones
de AA. Diamond escribe elocuentemente acerca de lo que puede pasar cuando los
terapeutas recaen y los clientes se enteran de esto, o los terapeutas comparten historias
personales en reuniones de AA y sus clientes están ahí. El destaca la importancia de que los
terapeutas reconozcan cuidadosamente las diferentes clases de relaciones que tienen con
cada cliente (por ejemplo, como miembro de base solamente con nombre de pila en AA;
como terapeuta y cliente, como persona que vive en el mismo poblado). Se dan ejemplos de
cuestiones a plantear en la terapia para clarificar lo que significaría para el cliente, para el
terapeuta y para la relación de trabajo, cuando estos planos se entrecruzan.
TABLA 1
Posiciones de diferentes modelos en Autodescubrimiento y Transparencia
Estructural/estratégico
Simbólico experiencial
Bowen Feminista Equipo Reflexivo
Narrativa
Estudiantes, supervisores, maestros no cuestionan para examinar y/o descubrir sus valores y creencias como parte del proceso de aprender. El descubrimiento
Altos niveles de auto descubrimientoen el tratamiento y entrenamiento y entre los co-terapeutas como forma de moldear las fronteras cambiantes.
La autoconciencia y el descubrimiento se enfatizan en el tratamiento y la supervisión. Es importante conocer experiencias y etapa del ciclo
Pugna por el auto-descubrimiento especialmente para desmitificar la terapia aumentando la colaboración,disminuyendo la jerarquía,confirmando
Se alienta a los miembros del equipo a auto-descubrirse en el entrenamientoy enfrente de la familia durante las reflexiones .Se alienta a
En entrenamiento y terapia se alienta a ser transparenteacerca de experiencias,modelos conceptuales y valores personales. Como parte del
del self del terapeuta como técnica limitada a la promoción del encuentro inicial.(“joining”).
Ayuda a emerger la subjetividad y proporcionarafecto.
vital del terapeuta y la intersección con las etapas del ciclo vital de los clientes.
las diversas experiencias compartidas y reconociendodiferencias de poder.
los clientes a hacer preguntas y comentar las reflexiones.
proceso de honestidad se pregunta a los clientes acerca del descubrimiento de los demás.
En la literatura de la terapia familiar acerca del autodescubrimiento, se destacan
algunos puntos. Primero, aún cuando existen una variedad de posturas, cada una está
basada en anécdotas de experiencias clínicas, no en estudios de investigación acerca de la
eficacia de la transparencia ni en reflexiones a fondo de la familia y el terapeuta acerca del
proceso terapéutico y el autodescubrimiento. Segundo, muchos teóricos apoyan o están en
contra del autodescubrimiento sin ver las maneras en las cuales éste podría ser tanto útil
como arriesgado al mismo tiempo o cómo el no-descubrimiento podría ser perjudicial
(Hanson, 2004). Tercero, tampoco detallan las maneras en las cuales su abordaje se presta
para cierto tipo de autodescubrimiento y se cierra para otros. Cuarto, los teóricos a finales
de los ochentas y principio de lo noventas se orientan clara y abiertamente al auto-
descubrimiento al incluir aspectos de la terapia tales como las relaciones de los clientes con
los supervisores y con el equipo reflexivo, reportes escritos y transparencia acerca de
creencias teóricas y valores del terapeuta. Sin embargo, no se da de una forma en la cual se
observe cómo las varias identidades sociales de los clientes y terapeutas interactúan con lo
que se comparte, cuándo y de qué manera. Finalmente, existen pocos lineamientos y los
que existen son muy generales (Cole, Demerritt, Shatz, y Sapoznik, 2001; Roberts, 1997;
White, 1995b).
Por lo anterior, en el resto de este artículo el autodescubrimiento y la transparencia
se discuten por separado y como encuadre. Se proponen pautas y se ilustran con viñetas de
casos. Se describe también cómo las identidades sociales pueden influenciar un auto-
descubrimiento seguro. La investigación realizada en autodescubrimiento y terapia
individual se examina como hipótesis acerca del autodescubrimiento en terapia familiar y
se proponen ideas para estudios posteriores.
Peligros y/o posibilidades de la Transparencia
Los riesgos y las posibilidades se tratan en conjunto porque el descubrimiento del
terapeuta puede ser experimentado por el cliente como útil o inútil. Una colega, Ava Lin,
trabajó con una mujer, Karen, quien había sufrido abuso sexual por su padre. Casi a un año
de sesiones, Karen seguía culpándose a sí misma y no se sentía cómoda de ir a un grupo de
apoyo y hablar con otros de que había sido abusada. También ella fue incapaz de revelar lo
que su padre les había hecho a ella y a su esposo con quien tenía dificultades en la
sexualidad y la intimidad. La terapeuta, Ava tomó la decisión de compartir con ella que
también ella había sido abusada sexualmente por su padre, y esto era parte de la razón por
la cual había desarrollado una especialidad en esta área de la psicología. Al hacerlo, Ava
describió su dificultad para moverse de la culpa al sentido de responsabilidad por el abuso.
.Karen pareció sorprendida, aliviada y un poco inquieta al oir esto de Ava. Le hizo
preguntas a Ava acerca de cómo había trabajado a través de la vergüenza y la culpa, se
dieron conversaciones que ayudaron a Karen a despojarse de algunas de esas emociones y
compartir más con su esposo. Sin embargo, en respuesta a la pregunta que le hizo Ava de
cómo le había afectado el tener esta información de su terapeuta, Karen dijo: “Me hizo
sentirme protegida por ti y preocupada de decir cosas que fueran duras para ti escuchar o
darte retrospectivas. Ahora estoy viendo que estás bien”. Ava trabajó con Karen para
reiterarle que ella no necesitaba “cuidar de su terapeuta”. También Ava monitoreó
cuidadosamente su estado emocional y compartió en terapia cosas de sus experiencias de
abuso y revisó con Karen en cada ocasión si sentía que tenía que estar preocupada por su
terapeuta.
También, dentro de una familia o pareja, una persona puede experimentar el
autodescubrimiento como algo útil y otra como una violación a los límites. Por ejemplo, un
colega, Tom Olinsky, trabajó con una familia cuya hija, Loung estaba muy alterada por no
haber podido entrar a la universidad que había solicitado. Tom compartió la historia de
cómo él había logrado entrar a la escuela que había elegido en primera instancia, pero que
al final no pensó que le fuera útil porque él debía haber ido a una universidad menos
competitiva. La madre de Loung respondió a la historia con muchas ideas acerca de la
variedad de opciones y de cómo en la vida una puerta que se cierra significa que se abren
muchas otras. El autodescubrimiento de Tom no fue bien recibido por Loung. Ella sintió
que él no comprendió la importancia que para ella tenía esta decisión y cómo él pudo
tomarla; él había podido entrar a la universidad que había escogido. Los terapeutas
necesitan evaluar tanto los riesgos como las posibilidades del autodescubrimiento. ¿Qué
puntos de vista están implicados en su autodescubrimiento? ¿cómo pueden responder
diferentes clientes de diversas maneras? ¿están al alcance de los clientes las múltiples
perspectivas que el terapeuta comparte?
“Peligro”, es la palabra que encabeza esta sección al focalizar la gran diferencia de
poder en la terapia. A través de varios modelos, una constante es la recomendación de que
cualquier autodescubrimiento afirma y apoya las preocupaciones de los clientes de manera
central. Ya que el terapeuta tiene más poder, él o ella siempre tienen la posibilidad de
usurpar, sobrepasar y/o sobrecargar las historias de los clientes. Esto puede suceder de
manera inadvertida. Allen, un padre solo, con muchas preguntas acerca de su rol paterno,
trabajó con un colega mío, Patrick Quillen. Patrick, tratando de tener un acercamiento con
él, a menudo compartía historias acerca de las altas y bajas en la educación de sus tres
hijos. Al final del tratamiento, cuando Patrick le preguntó a Allen qué había sido lo menos
útil en el tiempo que trabajaron, se sorprendió cuando el padre dijo: “Fue difícil escuchar
esas historias acerca de sus hijos. Sentía que no había forma de hacer un trabajo tan bueno
como el suyo. Se volvió como una competencia. Supongo que trataba de decirme que
estábamos juntos en esto de ser padres. Pero comencé a sentirme como un pésimo padre.
¿Quién podría mantenerles el paso a usted y a sus hijos?.
Otro peligro es que las historias del cliente y del terapeuta se entrelacen tanto que es
difícil evaluar de cuál agenda se está tratando (Roberts, 1994). Supervisé a una terapeuta
que estuvo trabajando con un joven, Raul, cuyos hermanos no aprobaban los métodos que
él usaba para recuperar la sobriedad. La terapeuta, una mujer, también en recuperación, le
dijo que ella tenía una experiencia similar con sus hermanos y hermanas. En el trabajo
subsiguiente ella se sobrefocalizó en las maneras en que los hermanos de Raúl no lo
comprendían, hasta el punto en que parecía estar más posicionada en su propia dinámica
familiar. Hubo una pequeña exploración o énfasis en las formas en que los hermanos de
Raul lo comprendieron y se conectaron con él.
El terapeuta puede compartir algo personal que piense que disminuirá las
diferencias de poder entre él y la familia, mientras que la familia puede experimentar esto
como desviación del interés. Yoel Goldstein, un terapeuta de sesenta y tantos años con un
porte pícaro y atinado dijo a sus clientes, una pareja, que “lo que estoy diciendo acerca de
las relaciones no ha sido fácil para mí. Después de todo estoy en mi cuarto matrimonio”.
Nancy, la mujer de la pareja , dijo: “Creo que él nos dijo eso de buena fe, pero en realidad
yo no quería escuchar cosas de él, teníamos tantas cosas que necesitábamos hablar”.
He visto a miembros de familias observar con los ojos vidriosos del otro lado de
grupos reflexivos que son aficionados a intrincadas explicaciones de dinámica familiar y
que van muy lejos con sus observaciones. Los terapeutas pueden ser propensos a mostrar
su erudición con el fin de resaltar que han tenido acceso a la educación y esto les da poder.
No obstante, se pueden abrir muchas posibilidades con la transparencia. Al
supervisar a un equipo de terapeutas durante varios años, les pedí que preguntaran a sus
clientes al final del tratamiento qué era lo que les había parecido más útil, e invariablemente
se refirieron a los casos en que alguno de sus terapeutas o algún miembro del grupo
reflexivo había compartido algo de sus logros personales. Los clientes dijeron cosas como:
“Estas historias me ayudaron a ver que todos somos humanos y que yo no era una mala
persona”, “No me sentí en el suelo por venir a solicitar ayuda”, “Me sentí menos solo” y
“Aprendí que todos somos vulnerables”. María, una cliente que había dejado apenas la casa
familiar, dijo: “Después de que escuché la historia de Sara (miembro del equipo reflexivo)
de cómo se sintió y sus experiencias cuando se separó de su esposo, dejé de sentir que
estaba loca, yo no estaba ‘enferma’, era una persona con emociones y sentimientos
comprensibles, similares a los que Sara experimentó” . María continuó describiéndose a sí
misma como más capaz de hacer frente a sus altas y bajas emocionales porque ella era
“normal”, “Sara las tuvo también”. Las revelaciones de los terapeutas pueden intensificar la
conexión en la terapia, moviendo a los clientes de una posición inferior a otra en la cual
ambos están en una estancia emocional juntos con las pistas del camino del terapeuta.
Es crucial que los terapeutas trabajen con los efectos de su transparencia en varios
miembros de las familias que son sus clientes.Los terapeutas necesitan estar conscientes de
la retroalimentación y desear leerla cuidadosamente. Esto implica enfocar la atención en las
reacciones verbales y no-verbales de los clientes como historias que están siendo
compartidas, más que enredarse en las emociones de su propia experiencia. Una simple
revelación a un cliente puede contener elementos que apoyen la terapia y que actúen
potencialmente en detrimento de la misma. De la misma manera, ya que la relación
terapéutica explica entre el 9 y el 30 % de la variabilidad al medir los resultados
terapéuticos (Beutler, 2002; Horvath & Symonds, 1991), los terapeutas necesitan afinar las
formas para saber cómo el autodescubrimiento puede impactar su alianza con cada
miembro de una pareja o una familia.
Pautas y Contexto: La interacción
Estas son pautas descriptivas con el ánimo de dialogar: pensamientos para
reflexionar acerca de decidir cuándo, cómo, dónde y si ser transparente en el proceso
terapéutico. Mientras se discuten estas pautas una por una, hay interacción entre ellas y
deben ser consideradas a la luz del contexto del tratamiento y de las identidades sociales de
los clientes y de los terapeutas.
El uso del self en terapia debe ser limitado por la forma como el terapeuta o el
estudiante en entrenamiento percibe la respuesta de la sociedad más amplia a las diferentes
identidades sociales. Sylvia, una terapeuta que habla con un ligero acento diferente
comentó acerca de que los clientes le preguntan cuál es su lugar de origen. “Cuando les
digo que soy de Colombia, a menudo obtengo una reacción negativa, ya que vengo de un
país terrorista y ahora generalmente sólo digo que soy de Latinoamérica. Por otro lado,
otras terapeutas latin@s de mi agencia me critican porque dicen que no estoy orgullosa de
mi herencia”. Sylvia no puede hacer uso de ciertos aspectos de su identidad social ya que
quiere mantener el foco en el tratamiento y no en los conceptos erróneos que tiene la gente.
Cecelia Gómez luchó con respecto a su identidad étnica y racial. “Pudiendo pasar como blanca, había recibido prerrogativas como blanca. Tenía que hacer una elección: mantener mis <pseudo-prerrogativas como blanca> o reconocer mi origen mexicano y encarar los prejuicios negativos que algunos clientes tienen acerca de los mexicanos. Debo admitir que fue una decisión difícil porque estando en el consultorio yo sólo quería hacer terapia, no hablar de los estereotipos raciales negativos” (Mc Dowell, Fang, Gómez Young, Khanna, Sherman, & Brownlee, 2003, p. 183). Sin embargo, como Cecelia Gómez quería integrar su identidad étnica y racial dentro de su identidad como terapeuta, comenzó, cuando lo consideró apropiado, a descubrir esto ante los clientes y a usarlo como un recurso. Ella presenta una conversación muy poderosa que ocurrió con un hombre blanco que buscaba una relación interracial.
Cecelia: Así que lo mexicano significa cosas malas para usted.Cliente: Ellos son una clase diferente de gente.Cecelia: Así que cuando usted piensa en lo mexicano, piensa que no es algo tan bueno como lo blanco.Cliente: Sí, mm hmm.Cecelia: Y ahora que sabe que yo soy mexicana (Cecelia usó este término expresamente para desafiar la visión del cliente acerca de los mexicanos), ¿qué significa esto para usted?Cliente: La raza de alguien no es importante, eso no me preocupa. No soy racista; la única cosa que me molesta es cuando alguien no habla inglés. Pienso que son ignorantes. No hay remedio...Cecelia: Esto es muy interesante. ¿Qué piensa de estar hablando acerca de la raza, como ahora?Cliente: Me gusta, creo que no soy racista pero probablemente tengo muchas ideas erróneas. No quiero esto. Mis padres eran muy prejuiciosos (Mc Dowell, et al., 2003, p. 189-90).
En este ejemplo, Cecelia utilizó el auto descubrimiento para enriquecer y elevar el
nivel de la discusión en el tratamiento, acerca de la raza y la etnicidad.
Invitación a preguntar. Primero, al final de la terapia, invite a los clientes a
preguntarle sobre el informe de los avances del tratamiento. En las sesiones iniciales puede
presentarse un marco de trabajo en una entrevista de dos-vías. Comente que usted está
seguro que ellos también tendrán preguntas que hacerle. Dé breves generalidades de
algunas de sus posturas acerca del cambio y la curación que les permitan saber que usted
recibe de buena gana las discusiones acerca de sus ideas y el formato del tratamiento.
Provea oportunidades en las sesiones subsecuentes para comentarios de los clientes acerca
de lo que es y no es eficaz en el tiempo compartido. Anímelos a hacer preguntas que los
ayuden a decidir si usted y ellos hacen un buen equipo. Por ejemplo, una familia con niños
pequeños decidió que no quería trabajar con un terapeuta porque él nunca había tenido
niños y no había tenido la clase de retos que ellos experimentaban haciendo malabarismos
entre el trabajo y la vida familiar.
Transparencia de tanteo. Una segunda pauta es presentar una pequeña semblanza
acerca de su experiencia y luego observar si los clientes piensan que sería útil para usted
compartir más. Yo trabajé con una familia con tres adolescentes en la que el dilema era el
conflicto entre la madre y la hija mayor. En la cuarta sesión, como se describió en la viñeta
al inicio de este artículo, sólo los padres, Sam y Mina, visiblemente afligidos aparecieron
en mi consultorio. Lo primero que pensé fue que había pasado algo entre la madre y la hija.
“No”, dijeron, “las cosas entre ellas están en calma. Pero hace dos días a Sam le
diagnosticaron cáncer de próstata. Todavía hay muchas cosas que no sabemos acerca del
pronóstico y del tratamiento y estamos batallando acerca de lo que les vamos a decir a
nuestros hijos y cómo decírselos”. Seis meses antes de comenzar a trabajar con esta
familia, yo había pasado un largo año luchando con un cáncer de mama. Ellos no sabían
que yo tenía experiencia directa viviendo con la ambigüedad que trae el cáncer cuando
irrumpe en tu vida. Tampoco sabían que yo había pensado larga y difícilmente acerca de
cómo decírselo a mi hija adolescente. Como Sam y Mina compartieron su preguntas y
también el hecho de que la mamá de Sam había declarado categóricamente que ellos nunca
deberían decir la palabra con “C” (cáncer) a los niños, luché con la idea de si sería útil
compartir algo de mi experiencia de enfermedad con ellos.
Después de diez minutos, me atreví a incursionar con una tentativa. Calmadamente
les dije que cuando yo había tenido cáncer de mama, me tambaleé al principio perdiendo
mucho “control” de mi vida. Y todavía me sorprende que cuando hablé con mi hija de 13
años sobre mi diagnóstico, fui capaz de comunicarme atinadamente. Expliqué mis
esfuerzos para modelar para ella alguna clase de “relación” con las incógnitas que vienen
con la enfermedad; fue esto y nada más. Esperé para ver qué preguntas podrían tener, para
ver si el haber cruzado la frontera y haber hecho pública mi historia de enfermedad era
significativo o no para sus propias batallas.
Me preguntaron por qué decidí hablar abiertamente con mi hija acerca de mi cáncer.
Y cómo había hecho cuando no tenía respuestas claras a sus preguntas. Hablaron acerca de
las partes que serían más difíciles de tratar con los niños cuando el pronóstico era ambiguo.
Luego, el padre preguntó cómo hice con las inseguridades y la identidad de paciente con
cáncer para hacerme cargo de mi vida. Cada vez yo respondía brevemente y de manera que
volvía a centrar la conversación en sus preocupaciones. Mi experiencia me dio credibilidad
con esta pareja así como un conjunto de historias que todos pudimos compartir y ellos
dieron forma a su propia narrativa acerca del cáncer.
Respuesta emocional. La pauta siguiente es para saber dónde el autodescubrimiento
puede tocarlo emocionalmente –así usted puede estar emocionalmente presente y focalizar
los sentimientos y pensamientos de los clientes. Luché con esto antes de decidir decir algo a
Sam y Mina. Yo no tenía experiencia previa revelando algo de mi experiencia con el
cáncer a clientes nuevos. Este autodescubrimiento fue acerca de eventos de mi vida que
estaban muy cercanos en el tiempo. Para no compartir tantos detalles, pude dar información
y comunicar la esencia de la historia. Traté de estar alerta a cualquier oleada de emociones
que surgiera en mí y usarlas como barómetros para saber en futuras ocasiones si hacer
autodescubrimientos y cuándo hacerlos. La carga emocional de una sesión debería
compartirse con los clientes.
Reacciones. Otro lineamiento es que el terapeuta debe estar abierto a una amplia
gama de reacciones potenciales. Absténgase de comunicar (por sus pausas, expresiones
faciales, tono de voz) que necesita una cierta clase de respuesta de parte de los clientes.
Esto es difícil ya que el sentimiento que necesita expresar a menudo en el
autodescubrimiento es sobre su propia humanidad y/o capacidad de mover algo dentro del
espacio emocional del cliente ya que usted fue tocado también por una experiencia similar.
Cualquier cosa que se comparta debe servir de apoyo. Esta es una clase diferente de
intercambio de la que tenemos con familia y amigos, donde es apropiado esperar un tipo de
apoyo mutuo. Como usted está al mismo tiempo con su experiencia y aparte de ella con una
curiosidad cuidadosa, puede modelar para los miembros de la familia formas en las que
ellos pueden ganar distancia y reflexionar sobre los eventos de sus vidas.
Dilemas, no soluciones. El quinto lineamiento es que el terapeuta presenta
típicamente dilemas de su vida y cómo intentó resolverlos, más que las soluciones. Esta
puede ser una línea más fácil de manejar. Stuart y Peliwe vinieron originalmente a verme
por situaciones de pareja. En una sesión ellos querían resolver lo que tenían que hacer
después de que su hijo adolescente les había robado licor y lo había llevado a la fiesta de un
amigo cuyos padres le permitían beber. Más que hacerles preguntas acerca de sus normas
de tener licor en la casa en esta etapa de la vida o preguntar lo que pensaban acerca de la
decisión de los padres del amigo de permitir a los adolescentes beber ahí “porque era más
seguro a que lo hicieran en el bosque”, comencé a decirles que cuando mi hija era
adolescente yo no tenía alcohol en la casa. Luego me lancé a decirles lo que pensaba que
era un mensaje mezclado de los adultos a los adolescentes de permitirles beber en la casa
cuando todo el mundo sabe que es contra la ley. Esto es algo hacia lo que yo tengo fuertes
sentimientos. Estuve emocionalmente alterada y no consideré el potencial impacto negativo
de mis juicios personales. La pareja reaccionó con sorpresa y mi respuesta nos apartó del
foco de su decisión. Hubiera sido mucho mejor si yo hubiera dicho algo como: “Cuando mi
hija era adolescente yo no estaba segura si debía tener alcohol en mi casa”, y luego regresar
a la discusión sobre sus preocupaciones.
Cómo los autodescubrimientos pueden afectar el acercamiento, las alianzas y las
coaliciones. Al pensar en un deliberado autodescubrimiento es importante echar un vistazo
e identificar por qué se piensa que podría ser útil el compartir esa historia. ¿Dará nueva
información a los clientes?, ¿podría cambiar su relación con ellos?, ¿podría abrir la terapia
y contribuir con un sano sentido de compartir la vulnerabilidad?, como terapeuta y como
persona, ¿sería más asequible para los miembros de la familia? Como dijo Roget Lockard:
“Usted (el cliente) y yo tenemos una cierta relación formal que me coloca en una posición
de su aliado, un aliado capaz y prometedor. Pero la línea base y la pieza central de la
relación es que ambos somos seres humanos” (Diamond, 2000, p. 267).
Sin embargo, puede suceder que la historia del terapeuta sea muy cercana a la del
cliente o que el terapeuta no tenga suficiente distancia de alguna experiencia de su vida. Por
ejemplo, una terapeuta en entrenamiento estuvo trabajando con Zahir, un hombre con
cuatro hijos de una relación anterior y se había casado recientemente con Amina. Zahir no
quería más hijos, pero Amina, que no tenía hijos biológicos, sí quería. Hubo mucha tensión
entre Amina y los hijos de Zahir así como argumentos de pareja acerca de si era justo o no
“privar” a Amina de dar a luz. Cuando tuvieron su primera cita, Amina había quedado
embarazada y había abortado.
La terapeuta en entrenamiento, Theresa Brown, tuvo experiencias similares en su
propia vida y todavía se lamentaba de no haber tenido hijos. Ella reflexionó si podría
compartir la historia de su propia experiencia casándose con un hombre que tenía hijos de
un primer matrimonio y después, su decisión de abortar. Pero ella consideró: “Mi
experiencia es muy parecida a la de Amina. Si digo partes de mi historia, esto podría crear
una alianza con ella y ¿cómo afectaría esto mi relación con Zahir? Y algunas partes de mi
historia están todavía a flor de piel”. Por estas razones, Theresa decidió finalmente no
hablar de sus experiencias.
El ambiente del tratamiento. El contexto en el que la terapia tiene lugar tiene
también implcaciones para el autodescubrimiento. Una clínica comunitaria tiene un
ambiente diferente a un hospital, a una escuela, a dar terapia en la casa del cliente o el
consultorio en la propia casa. En las diferentes instituciones habrá diversas expectativas
acerca de traspasar límites, explícitas e implícitas. Nara Zimmer trabaja como terapeuta en
una escuela y en una clínica de salud mental. Cuando trabaja en la clínica con varias
familias que tienen niños con problemas de aprendizaje se siente completamente cómoda
cuando considera apropiado, de compartir algunas de sus propias experiencias como
alguien que también tuvo problemas de aprendizaje. La clínica estaba pasando varias
poblaciones de donde ella vivía y la atmósfera del lugar de trabajo era totalmente
respetuosa de los límites y la información que se discutía en las sesiones.
En contraste, en el escenario escolar, Nara había escuchado a menudo información
revelada inapropiadamente, por ejemplo, maestros chismorreando sobre las familias en el
comedor del personal y en reuniones de planeación educativa donde se hablaba de los
estudiantes de manera irrrespetuosa. Nara tenía también un sobrino y una sobrina en esa
escuela. Dado que las fronteras eran muy difusas, ella decidió que no se sentía cómoda
divulgando información sobre sus dificultades de aprendizaje en ese ambiente. Lo que ella
hizo y que es una estrategia común, es que habló acerca de “su prima”, cercana a ella, quien
tenía problemas de aprendizaje. Entonces, compartió sus historias como si fueran la
experiencia de “su prima”vii. Esto no es transparencia per se, pero es una manera de la cual
hacer uso para compartir experiencias personales y sentimientos con los clientes.
Después de que Dana Boynton entró en un semi-retiro, dejó de rentar un espacio
para consultorio en el centro y prefirió trabajar en su casa. “Encontré que era más abierto y
más cauto acerca de lo que comunicaba. Muchas cosas de la oficina de mi casa, como mis
orquídeas y fotos familiares, impulsaban a los clientes a hacerme preguntas. Al mismo
tiempo, como ellos venían a mi casa y comunidad, lo que les decía más acerca de mí que
una oficina en un edificio profesional, me sorprendí a mí mismo compartiendo menos
acerca de mi vida. Es gracioso, me di cuenta también, que años antes, cuando daba terapia
en casa de los clientes, tendía a compartir más acerca de mi vida. Probablemente esta fue
una manera de reconocer que los clientes me abrieron su vida de una manera diferente
invitándome a entrar a su casa”.
Antes de ser transparentes, los terapeutas necesitan considerar múltiples aspectos.
Deben sondear sus razones para compartir historias personales y las emociones que las
rodean. Necesitan echar un vistazo y asegurarse de los diferentes puntos de vista contenidos
en los descubrimientos de sí mismos así como de la información acerca de las identidades
sociales que salen a la superficie. Cómo afectaría el descubrimiento las conexiones y las
alianzas actuales con los clientes o la falta de las mismas también necesitan considerarse.
Finalmente, el medio en el cual la terapia tiene lugar tiene implicaciones en cuanto a lo que
es apropiado descubrir.
TABLA 2
Pautas y preguntas para uno mismo
1. Examine si está seguro(a) de que su deseo de compartir creencias teóricas y valores que tiene son apropiados para el uso, interés y apoyo para sus clientes.
¿Estoy hablando de mi postura teórica fuera de mi interés?, ¿hago alarde de lo que sé frente a los clientes? ¿Revisé, para estar seguro(a), que no hay sesgos en los modelos (por ej. contra las madres solteras) que minen o perjudiquen la identidad social esencial de los clientes? ¿Estoy utilizando un lenguaje del cambio respetuoso hacia los clientes y que se conecte con su lenguaje?, ¿cómo podría utilizarse esta información para con ellos?2. Sea transparente de manera tentativa y breve y espere la retroalimentación de los
clientes.
¿Cómo puedo revelar algo concisa y significativamente y luego leer señales de los clientes, particularlmente señales de que lo que he dicho no es útil?
3. Después de cualquier tipo de autodescubrimiento, regrese la conversación hacia las preocupaciones de los clientes y a su historia.
¿Cómo puedo vincularlo con lo que los clientes han dicho?
4. Revise y compruebe que tiene control emocional de lo que va a compartir.
¿Dónde estoy emocionalmente con lo que quiero compartir?, ¿estoy todavía muy cerca de la experiencia? ¿He reflexionado suficiente sobre esto para comprenderlo y presentarlo desde diferentes ángulos?
7. Sea consciente del nivel de autodescubrimiento que es cómodo para usted.
¿Qué me mueve a desear compartir esta información en particular? ¿Cuál es su significado en este momento en mi vida cotidiana? ¿Hay algunos sentimientos de inseguridad especialmente alrededor de mis identidades sociales que sean traídos a colación al compartir esta información?
8. Piense cómo presentar información de su vida o acerca de sus creencias teóricas o valores que afectarían la unión (terapéutica), alianzas o coaliciones. ¿Con quién parece que estoy más o menos aliado(a)? ¿De qué manera están los clientes tomando diferentes ángulos con respecto a diferentes dilemas? ¿Cómo se
relacionan estas posiciones con las posturas que yo he tomado o con mis identidades sociales que he compartido con los clientes?
9. Esté atento(a) a lo que la transparencia puede significar en su escenario particular de trabajo.
¿Cuáles son las reglas explícitas e implícitas en el medio de trabajo con respecto al autodescubrimiento? ¿Qué es lo que ya se ha comunicado acerca de sus creencias y experiencia de vida en el escenario? ¿Cómo puede cambiar su nivel de comodidad en diferentes contextos de trabajo? 10. Cree, comparta y escriba los planes de tratamiento y reportes del caso con los clientes.
¿Cuáles son las formas más fáciles de pedirle a un paciente que participe? ¿Cómo puede estar seguro de que lo que diga de su historia quede en manos del cliente?________________________________________________________________________11. En general, cada vez que haga un autodescubrimiento piense en su intención.
¿Cuál es el propósito de compartir esta información en este momento del tratamiento, dentro del marco conceptual que se está utilizando, cuando hablamos de este contenido en particular?
Investigación
La transparencia y el autodescubrimiento de los terapeutas necesitan ser
investigados en la terapia familiar. Hay un cuerpo de investigación existente acerca del
autodescubrimiento realizado por terapeutas que trabajan con individuos (Fox, Strum &
Walters, 1984; Mahrer, Fellers, Durak, Gervaize, & Brown, 1981; Mathews, 1988; Nilsson,
Strassberg, & Bannon, 1979; Robitschek & McCarthy, 1991; Rosie, 1980).
Desafortunadamente, la mayoría de estas investigaciones han utilizado voluntarios no
clientes, muchas de ellas con estudiantes de la universidad, en sesiones de terapia
individual simuladas (Knox, Hess, Petersen, & Hill, 1997; Watkins, 1990). Por
consiguiente, los hallazgos son limitados en cuanto al impacto del autodescubrimiento del
terapeuta en el proceso real y completo de la terapia. Estos estudios no proveen
información acerca de la variedad de clientes con quienes trabajan los terapeutas familiares
ni de las reacciones potencialmente diferentes a la transparencia del terapeuta que los
diferentes miembros pudieran tener. Esos estudios tampoco son multidimensionales. No
contemplan las variables situacionales tales como el escenario de tratamiento, momento de
la terapia, identidades sociales de los clientes y terapeutas o efectos interactivos del
autodescubrimiento.
Sin embargo, hay unos pocos estudios realizados con individuos en terapia breve
que pueden proporcionar hipótesis acerca de cómo el autodescubrimiento podría ser visto
por los clientes en terapia familiar, así como ideas de cómo investigarlo. Hill, Helms,
Tichenor, Spiegel, O´Grady, & Perry (1988) encontraron que los autodescubrimientos de
los terapeutas recibieron los más elevados rangos de utilidad en un estudio en el cual
fueron videograbadas 127 sesiones. Inmediatamente después de cada sesión, fue contestado
un cuestionario de evaluación de la sesión por cada una de las 8 clientes y 8 terapeutas
hombres y mujeres. Después, separadamente clientes y terapeutas volvieron a ver el video
de la sesión. Se pidió a los clientes que consideraran sus reacciones emocionales a las
intervenciones del terapeuta. A los terapeutas se les pidió describir sus intenciones con
respecto a las intervenciones. Los clientes también llenaron cuestionarios para medir
resultados.
Fuera de cómo 32 tipos de respuestas diferentes de los terapeutas, los
autodescubrimientos por parte de los mismos recibieron los más altos rangos de utilidad
para los clientes. En un contraste fascinante, de los 8 terapeutas cuyos autodescubrimientos
fueron ampliamente considerados como útiles, tres los consideraron como los más útiles y
los otros los estimaron como de los menos útiles. Los investigadores tienen la hipótesis de
que esto puede deberse a que “los terapeutas pueden sentirse más vulnerables cuando
revelan su propias reacciones, o pueden sentirse menos cómodos con el cambio en la
dinámica de poder” (p. 229)
Knox, et. al. (1997) entrevistaron a trece clientes, equilibrando en todo lo posible
“entre el género del cliente y del terapeuta, la orientación teórica del terapeuta y dónde (en
el proceso terapéutico) se llevó a cabo la entrevista” (p.277). Se preguntó a los clientes
sobre la frecuencia del autodescubrimiento, su impacto y se les pidió un ejemplo de un
autodescubrimiento útil e inútil del terapeuta. Los 13 describieron autodescubrimientos
útiles por parte del terapeuta. Se refirió a información personal principalmente del pasado.
Los clientes describieron estas interacciones como algo útil para tener otras perspectivas; se
veían a sí mismos como “normales”; y usaron como modelo lo que los terapeutas les
dijeron para darles ideas sobre maneras de hacer cambios positivos y/o descubrir algo sobre
ellos mismos. No se describieron efectos negativos en detalle en el artículo, pero los autores
hablan brevemente sobre las preocupaciones que tuvieron los clientes acerca de la cercanía
que parecía surgir con el autodescubrimiento que no siempre era cómoda para ellos.
En un estudio reciente realizado por Hanson (2004), 18 clientes (mujeres que se
describieron esencialmente a si mismas como blancas o canadienses caucásicas) relataron
los efectos de los descubrimientos y no descubrimientos en terapia. Se audiograbaron y
codificaron 131 episodios de descubrimientos por parte de los terapeutas tanto útiles como
inútiles junto con 26 de no descubrimientos. Las participantes fueron dos veces más
propensas a encontrar descubrimientos que fueran útiles (con el gran efecto de fortalecer la
alianza terapéutica) y dos veces propensas a experimentar la falta de autodescubrimientos
como inútiles. Esta investigación nos hace preguntarnos si el hecho de omitir los
autodescubrimientos podría ser perjudicial para los clientes.
Implicaciones e ideas para investigación en Terapia familiar.
Este es un tópico que se presta para que los clínicos y los clientes se involucren en
la investigación y ayuden a llenar el vacío entre clínicos e investigadores. El diseño de
investigación descrito anteriormente realizado con individuos que estaban verdaderamente
en terapia podría extenderse a la investigación con parejas y/o con familias. La definición
dada necesitaría ser ampliada desde el autodescubrimiento hasta la transparencia para ser
más utilizada en terapia familiar. Videocintas de sesiones ya existentes podrían ser
analizadas como ejemplos de transparencia. Los terapeutas podrían ser entrevistados sobre
su proceso de toma de decisiones, cómo deciden ser transparentes y si después ellos lo
consideraron exitoso y/o apropiado. Los clientes y los terapeutas podrían mirar juntos las
videocintas de momentos en la terapia en donde se presentaron los descubrimientos y ser
entrevistados sobre esto juntos y separados, incluyendo preguntas acerca de la falta de
descubrimiento.
Debería desarrollarse una lista de control con los clientes y con los clínicos que
hiciera resaltar los diferentes tipos y frecuencia de descubrimientos. Esto podría extenderse
a que los clientes y los terapeutas, después de la sesión, anotaran en una hoja (que
preguntaría información contextual como identidades sociales de los clientes y terapeutas;
contexto de trabajo, contenido que se discutió; y momento de la terapia) cuáles de los
descubrimientos fueron útiles o no o si fueron ambas cosas. En el seguimiento post
tratamiento podrían hacerse preguntas sobre el efecto de la transparencia a largo plazo.
El rol que el descubrimiento y no descubrimiento juega en la alianza terapéutica con
los clientes de diferentes edades también sería interesante conocer. Necesitamos explorar
los porqués, cuándo, dónde y cómo de la transparencia antes de poder compararla con otros
aspectos de la terapia.
Desafíos para los nuevos terapeutas y estudiantes en entrenamiento
Los jóvenes terapeutas pueden necesitar apoyo para considerar su experiencia como
un recurso. Como Clarissa, de 25 años, que dijo: “Muchos de mis clientes son mucho
mayores que yo, ¿quién soy yo para compartir cosas de mi vida?. El entrenamiento que
enfatiza observaciones detalladas de la historia multigeneracional de los estudiantes puede
darles la sensación de que tienen una base de datos rica en información. También, como
ellos trabajan muy de cerca con otros estudiantes y su historial familiar, se deben practicar
las habilidades para la transparencia.
Otro desafío para los nuevos terapeutas es aprender cómo moverse dentro y fuera de
diferentes niveles de conciencia por lo que se necesita un contínuo monitoreo de los
descubrimientos. Mirando trabajar a otros con este proceso como coterapeuta, como un
miembro del equipo reflexivo dentro del consultorio o detrás del espejo, son maneras claves
de aprender acerca de esto. El tiempo para el análisis post-sesión es esencial para que los
terapeutas que hicieron autodescubrimientos o decidieron no hacerlo articulen sus
pensamientos. Deben hacerse preguntas desde la perspectiva de cómo el no descubrimiento
podría afectar el trabajo.
Donde hay poco acceso al trabajo “en vivo”, se pueden editar videos de
entrenamiento en los que se pueden comparar y contrastar fragmentos de diferentes
terapeutas haciendo autodescubrimientos. Puede pedirse a los terapeutas en entrenamiento
que busquen momentos en los videos en los que ellos pudieran hacer descubrimientos de si
mismos y hablar de esto con relación a los lineamientos.
En el juego de roles, a los estudiantes en entrenamiento que actúan como clientes se
les puede pedir que reflexionen a fondo sobre cómo les afectan los diferentes
descubrimientos o no descubrimientos. Las variables tales como diferentes contextos de
trabajo o el enfoque de la sesión desde otra postura teórica pueden cambiarse. Esto puede
ser de utilidad para los terapeutas para conocer sus actitudes básicas y proclividad con
respecto al autodescubrimiento. Los supervisores y maestros necesitan poner en juego la
discusión acerca de cómo el no descubrirmiento podría dañar el proceso terapéutico.
Reflexiones finales
“ . . . el mundo es un diálogo entre grados de transparencia – gotas de las uvas, el vino en la
copa igualmente penetrado por la luz pero siempre un poco menos claro que la misma copa,
grados de reflexividad”.
Mark Doty al escribir acerca de una pintura en Still Life with
Oysters and Lemon. Boston: Beacon Press, 2001, p. 5.
Los clientes y los terapeutas están en una relación íntima pagada, no en una relación
personal, pero sin embargo con muchos aspectos personales. La garantía viene con este
contrato, junto con limitaciones. Juntos clientes y terapeutas tienen que crear en cada
terapia, comodidad con lo privado dentro de una relación profesional.
La terapia es “un diálogo entre grados de transparencia . . . y reflexividad”. El foco
de la conversación, la “luz” a la que se refiere el poeta Mark Doty en el epígrafe anterior,
permanece en las historias de los clientes. Y cada jornada de vida de un cliente y un
terapeuta, su “copa” es iluminada de diferentes maneras. Pero la esencia del trabajo
terapéutico es la conexión humana que viene con las posibilidades reflexivas entre las
vidas.
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_________________________________________________________________________
i Los términos de autodescubrimiento, transparencia y revelación han sido utilizados de manera diferente en diferentes disciplinas. En este artículo el autodescubrimiento se define como una información compartida por el terapeuta que pertenece a su vida personal. Transparencia es cuando el terapeuta es abierto acerca de sus métodos de trabajo, creencias y valores así como experiencias personales que informan acerca de la terapia. Los clientes pueden también ser cuestionados acerca de si desean ser transparentes sobre sus experiencias con otros clientes y profesionales. La revelación se usa como un término que abarca las dos acciones: autodescubrimiento y transparencia.
El autodescubrimiento ha sido adicionalmente dividido en dos categorías por algunos teóricos (Knox et al., 1997): auto-revelación (el terapeuta revela información personal) y auto- implicación (cuando los terapeutas comparten con los clientes sus
reacciones y respuestas a ellos). Decidí no hacer esta distinción en este artículo ya que la transparencia incluye autodescubrimientos implicados.
ii Para proteger la privacidad y la confidencialidad, han sido cambiados los nombres e información que pudiera identificar a los clientes, estudiantes en entrenamiento y colegas excepto el mío o cuando la información existe en un documento público.
iii Invito a los lectores a pensar de qué manera las teorías en las cuales han sido entrenados han influenciado sus perspectivas de revelar información personal en la terapia así como sus identidades sociales y antecedentes. Por ejemplo, yo llego como una mujer heterosexual de clase media con antecedentes irlandeses, ingleses y galeses, con entrenamiento en los modelos estructural, estratégico, de Bowen, de Milán, feminista y narrativo. También he sido fuertemente influenciada por experiencias familiares como la de que mi padre fue hospitalizado en una institución mental estatal en los años cincuentas y le dieron tratamiento de electrochoques para la depresión suicida. No hubo ninguna transparencia acerca de estos hechos y de su cuidado psiquiátrico subsecuente en nuestra familia de seis. Más bien se volvió algo tácito en nuestra vida familiar, como las algas verde pálido que llenaban los estanques en el calor veraniego de Nueva Inglaterra.
ivPrefiero el término familia en la que uno se crió (FTYGUI, siglas en inglés) en lugar de familia de orígen (FOO).Esto puede ser molesto, como señaló un estudiante que había sido adoptado: tu familia de origen no es necesariamente la familia en la que te criaste.
v Ver, por ejemplo, el artículo de Bowen (Anonymous, 1972) acerca de su familia de origen.
viSidney Jourard introdujo la transparencia en la terapia. Ver su libro, The Transparent Self (1964).
vii Mientras que esto, técnicamente podría considerarse una mentira, prefiero verlo como una forma de proteger la confidencialidad, de la misma manera que cambiamos información que pudiera identificar a los clientes.
Nota de la traductora: El término “joining” ha sido traducido como “encuentro inicial”, “acercamiento” o “contacto inicial” de acuerdo con el contexto de la frase enque aparece.
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