Escuela Normal Federal de educadoras “Maestra Estefanía
Castañeda”
Clave: 28DNE0006V
UNIDAD II. El desarrollo personal y
social del niño en la educación
preescolar.
Curso: El niño como sujeto social.
Responsable del curso: Mtra. Ernestina González Cortés.
Alumna: Kimberly Mildred Amador Sánchez
Grupo: 3° “A”
Ciudad Victoria Mayo 2015.
1. La identidad personal del niño.
o ¿Cómo se conforma el Autoconcepto?
El auto concepto es básicamente la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Esta imagen se forma a partir de un buen número de variables, pero es
particularmente influenciado por nuestras interacciones con las personas
importantes en nuestras vidas. Incluye la percepción de nuestras capacidades y
nuestra propia singularidad, y a medida que envejecemos este auto-percepción se
vuelven mucho más organizadas, detalladas y específicas.
De acuerdo con una teoría conocida como la teoría de la identidad social, el auto
concepto se compone de dos partes fundamentales: la identidad personal y la
identidad social. Nuestra identidad personal incluye cosas tales como los rasgos
de personalidad y otras características que hacen a cada persona única. La
identidad social incluye los grupos a los que pertenecemos dentro de la
comunidad, la religión, la universidad o la propia familia.
o ¿Qué es la autoestima?
La “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base
de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la
vida. Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no. Esta
autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la
realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. De este
modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena
autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las
responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una
autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar.
Las personas somos complejas y muy difíciles de definir en pocas palabras. Como
existen tantos matices a tener en cuenta es importante no hacer generalizaciones
a partir de uno o dos aspectos.
o Conocimiento y regulación de las emociones.
El desarrollo en niños pequeños de la habilidad de comprender y regular sus
emociones ha sido un tema de investigación actual del desarrollo emocional
infantil. Dos componentes esenciales de la regulación de emociones son la
identificación de emociones y el acceso a aptitudes eficaces de manejarlas
(Kopp, 1989; Shonkoff y Phillips, 2000; Siegel, 1999). Según Kopp (1989), el
conocimiento de la regulación emocional ofrece una perspectiva más completa
del desarrollo de la auto-regulación que lo que sería posible sin el conocimiento
de cómo los niños experimentan y manejan las emociones. La auto-regulación
es un proceso complejo que avanza desde el control inicial de la excitación
durante los primeros meses de la infancia hasta la regulación de estados
internos en respuesta a las expectativas sociales más tarde en la niñez (Cole,
Martin y Dennis, 2004; Kopp, 1982). Perry (2001) sostiene que la auto-
regulación es esencial para el desarrollo emocional sano de niños pequeños.
2. Las relaciones interpersonales del niño.
o El papel de la familia, la escuela y la comunidad.
Hoy en día los niños reflejan lo que la sociedad y el contexto social les transmite,
por ello, las relaciones interpersonales que se establecen logran influir en la
construcción de nuevos aprendizajes, asimismo las practicas que existan en su
hogar, las relaciones que se presente en el núcleo familiar y la formación que
adquieran en la escuela a la que asistan incluyendo: Los ambientes de
aprendizaje, los procesos de mediación pedagógica, la movilidad de saberes y las
decisiones que se tomen para enfrentarlos con responsabilidad, permitirán
reconocer y descubrir los factores que influyen en la problemática abordada: “Las
relaciones interpersonales en niños del nivel preescolar para favorecer el
aprendizaje”.
Es importante contar con herramientas necesarias para transmitir y fomentar en
los alumnos buenas relaciones interpersonales y propiciar mayores aprendizajes,
asimismo “fomentar en ellos un optimo y balanceado desarrollo integral a partir de
cuatro pilares básicos: Aprender a vivir, aprender a conocer, aprender a ser y
aprender a hacer” (Delors, 1994, p.64), por ello debemos promover una estrecha
vinculación con sus iguales, docentes y contexto familiar.
o La importancia de los amigos.
Un niño aprende mejor acerca de las relaciones interpersonales al estar cerca de
otros niños en un ambiente divertido. Podrá ser tímido al principio pero con el
tiempo el niño jugará y socializará sin siquiera saberlo.
Con los amigos y amigas se da la confianza, intercambiar ideas e identificarnos. A
veces, los amigos y las amigas representan los hermanos o hermanas que
hubieran querido tener; con ellos se establecen lazos profundos de afecto que se
mantienen unidos por un largo tiempo y desarrollan un tipo de comunicación
diferente al de su familia.
o La colaboración recíproca.
Según Bisquerra (2003: 23), una relación interpersonal “es una interacción
recíproca entre dos o más personas.” Se trata de relaciones sociales que, como
tales, se encuentran reguladas por las leyes e instituciones de la interacción
social.
Para Fernández (2003: 25), “trabajar en un ambiente laboral óptimo es
sumamente importante para los empleados, ya que un entorno saludable incide
directamente en el desempeño que estos tengan y su bienestar emocional.” Las
relaciones interpersonales se pueden dar de diferentes formas. Muchas veces el
ambiente laboral se hace insostenible para los empleados, pero hay otras en que
el clima es bastante óptimo e incluso se llegan a entablar lazos afectivos de
amistad que sobrepasan las barreras del trabajo.
o La convivencia escolar.
La convivencia escolar permite el desarrollo integral de los niños y jóvenes en su
proceso de integración a la vida social, en la participación responsable en la vida
ciudadana y en el desarrollo de su propio proyecto de vida.
Abordar la conveniencia en la escuela como parte de la formación de los sujetos
que enseñan-aprenden, posibilita el desarrollo de competencias personales y
sociales, para aprender a ser y a convivir juntos que se transfieren y generalizan a
otros contextos de educación y de desarrollo humano.
La coexistencia de los seres humanos ya está dada socialmente, pero la
convivencia hay que construirla y comprende entre otros muchos factores un
proceso de enseñanza-aprendizaje. Como señala Jiménez Romero (2005) la
convivencia es un arte que involucra aprendizaje. Para este mismo autor la
convivencia implica a dos o más personas que son diferentes en su relación, en la
que siempre intervienen otros y que además está sujeta a cambios incesantes.
o El trabajo y el juego de interacción con sus pares y adultos.
El juego deja de ser adaptativo y se convierte en un proceso simbólico de
comunicación social; a través de él, el niño logra el autodominio y la precisión
de movimientos que requiere para sentirse integrado en su medio a la vez que
autónomo y libre en sus desplazamientos. El juego psicomotor modela y regula
la capacidad perceptiva del niño al verse capaz y libre de actuar en un medio,
que reconoce como propio, porque lo explora a través de su movimiento.
Vygotsky define la actividad como un núcleo central para explicar la naturaleza
sociocultural de muchos procesos psicológicos y especialmente el entramado
de relaciones, sentimientos, percepciones y conocimientos que constituyen el
micro contextos en los cuales se produce el aprendizaje y el desarrollo de los
niños. El entramado de relaciones interpersonales que rodea toda actividad
humana le proporciona su sentido sociocultural. Hay actividades que tienen un
solo sentido lúdico y placentero, pero están tan bien incorporadas a los
sistemas de vida que les damos pleno sentido cultural y espiritual. Son también
de esta categoría las actividades de diversión, de tiempo libre, artísticas o
culturales.
3. El desarrollo personal y social del niño en el programa de estudios de
educación personal.
o Principios, conceptos disciplinarios y contenidos del programa de
educación preescolar para favorecer el desarrollo personal y social del
niño.
La comprensión y regulación de las emociones y la capacidad para establecer
relaciones interpersonales son procesos estrechamente relacionados, en los
cuales las niñas y los niños logran un dominio gradual como parte de su desarrollo
personal y social.
Los procesos de construcción de la identidad, desarrollo afectivo y de socialización
se inician en la familia. Al respecto, las investigaciones actuales han demostrado
que las niñas y los niños desde edad temprana desarrollan la capacidad para
percibir e interpretar las intenciones, los estados emocionales de los otros y actuar
en consecuencia; es decir, en un marco de interacciones y relaciones sociales;
transitan, por ejemplo, de llorar cuando sienten una necesidad –que los adultos
interpretan y satisfacen–, a aprender a expresar de diversas maneras lo que
sienten y desean.
La construcción de la identidad personal en las niñas y los niños implica la
formación del Autoconcepto (idea que están desarrollando sobre sí mismos, en
relación con sus características físicas, sus cualidades y limitaciones, el
reconocimiento de su imagen y de su cuerpo) y la autoestima (reconocimiento y
valoración de sus propias características y de sus capacidades), sobre todo
cuando tienen la oportunidad de experimentar satisfacción al realizar una tarea
que les representa desafíos.
Las emociones, la conducta y el aprendizaje están influidos por los contextos
familiar, escolar y social en que se desenvuelven las niñas y los niños, por lo que
aprender a regularlos les implica retos distintos. En cada contexto aprenden
formas diferentes de relacionarse, desarrollan nociones sobre lo que implica ser
parte de un grupo y aprenden formas de participación y colaboración al compartir
experiencias.
o Las competencias emocionales y sociales en el programa de estudios
de educación preescolar.
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