Universidad Andina Simón Bolívar
Sede Ecuador
Área de Salud
Programa de Maestría En Adolescencia
Sexualidad Femenina mirada desde las Adolescentes Embarazadas
Mercy Rosero
2004
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Al presentar esta tesis como uno de los requisitos previos para la
obtención del grado de magíster de la Universidad Andina Simón Bolívar,
autorizo al centro de información o a la biblioteca de la universidad para que
haga de esta tesis un documento disponible para su lectura según las normas
de la universidad
Estoy de acuerdo en que se realice cualquier copia de esta tesis dentro
de las regulaciones de la universidad, siempre y cuando esta reproducción no
suponga ganancia económica potencial.
Sin perjuicio de ejercer mi derecho de autor, autorizo a la Universidad
Andina Simón Bolívar la publicación de esta tesis, o parte de ella, por una sola
vez dentro de los treinta meses después de su aprobación.
Mercy Rosero
Quito, 30 de junio de 2004
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Universidad Andina Simón Bolívar
Sede Ecuador
Área de Salud
Programa de Maestría En Adolescencia
Sexualidad Femenina mirada desde las Adolescentes Embarazadas
Mercy Rosero
Tutora: Dra. Karen Pesse
Quito - 2004
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RESUMEN
La presente tesis trata sobre sexualidad femenina vista desde las adolescentes
embarazadas. Se aborda un tema del que poco o nada se dice: la sexualidad
de la embarazada adolescente que está rodeada de discursos sobre
abnegación, negación de sí misma, de su cuerpo y de sus sentimientos.
Se realiza investigación cualitativa que utiliza la observación participativa,
entrevistas a profundidad para ver que sucede cuando las adolescentes
embarazadas se reúnen en talleres de “trabajo corporal” y grupos de discusión
para hablar de su sexualidad.
Durante la realización de esta tesis se ha visto que es posible hablar de la
sexualidad en el embarazo. En grupo, las jóvenes al escuchar participar a
otras ven que no están solas y que otras personas están bregando con las
mismas inquietudes lo que posibilita la apertura dentro del grupo. Al parecer,
durante el embarazo sienten mayor excitación, mayor deseo sexual, mismo
que se vive con miedo por temor de hacer daño al bebé y al peso “del
imaginario que rodea a las embarazadas”.
Dentro de lo que se habló sobre sexualidad, las jóvenes no hablan
directamente de placer sino que lo hacen a través de la sensualidad y
seducción. Los talleres y grupos de discusión fueron calificados por las
adolescentes participantes como: “espacios abiertos” donde podían hablar
libremente de temas de los que no se atrevían a preguntar.
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AGRADECIMIENTO
Agradezco al grupo de adolescentes embarazadas que permitieron la
cristalización de este sueño, así como también, a mis maestros: Mario y
Paulina que reivindicaron el mundo de los sueños. A mis maestros: Raúl, José
Luis y Hernán por su dedicación y paciencia.
Agradezco de manera especial a Karen mi tutora, que acompañó mi camino,
siempre atenta, permitiendo hacer ésta tesis desde el corazón.
Mercy
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CONTENIDOS
Página
Introducción 1
1. Marco conceptual 4
Adolescencia 4
Adolescencia y sexualidad 6
Adolescencia y embarazo 7
El poder de la sexualidad 10
Límites de la sexualidad 14
Subjetividad 21
Cuerpo y embarazo 23
Sexualidad en el embarazo 25
Hablar de sexualidad 28
2. Metodología 33
Enfoque metodológico 33
La formación del grupo 37
Plan y diseño de los talleres, grupos de discusión 39
Análisis 40
3. Los hallazgos y su interpretación 42
4. Conclusiones 69
5. Bibliografía 75
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INTRODUCCIÓN
Existe abundante bibliografía sobre el tema de la sexualidad femenina, sin
embargo, hay un vacío en cuanto a la sexualidad en el embarazo de mujeres
adolescentes.
Desde los primeros años de ejercicio profesional, observé que algunas
mujeres acudían por diversos motivos a la consulta obstétrica pero en realidad
lo que querían era hablar sobre su sexualidad. Esta primera experiencia
muestra que en el consultorio, que es un espacio privado, es posible hablar
sobre este tema.
Durante la realización del Curso Propedéutico, de la Maestría en
Adolescencia, en una serie de talleres se pudo hablar, en grupo, sobre
sexualidad. Era un camino valioso y posible. Esto nos lleva a proponer la
realización de talleres de sexualidad con adolescentes embarazadas.
En el embarazo, la mujer se ve envuelta en una serie de discursos que la
arrancan de su lado corporal y la elevan a una condición maternal,
acompañada de un imaginario, una percepción, un ideal de abnegación y
negación de su sexualidad o invisibilización de la misma, pero la sexualidad
está ahí y se manifiesta. Por la educación recibida, la mujer puede pensar que
durante el embrazo no hay deseos sexuales pero, la realidad muchas veces en
contradicción con estos supuestos, produce conflictos, crea culpas y miedo de
preguntar y hablar.
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Para la realización de esta investigación se plantea la siguiente pregunta: ¿qué
sucede cuándo mujeres adolescentes embarazadas, se reúnen para hablar de
su sexualidad?.
Esta es una investigación cualitativa que mediante la observación y entrevistas
a profundidad logra ver lo que sucede en los talleres y grupos de discusión
donde adolescentes embarazadas hablan de su sexualidad. Lo que se dice en
talleres y grupos es grabado, transcrito y analizado.
La presente investigación tenía como propuesta metodológica trabajar con
adolescentes embarazadas en 4 talleres de “trabajo corporal” y 4 grupos de
discusión, pero por varias razones no se cumplió con el cronograma en el
tiempo esperado y para el último grupo de discusión seis de las 8 participantes
ya habían dado a luz por lo que este se realizó con adolescentes post parto y
no con embarazadas.
Al inicio de este trabajo presentamos un marco conceptual donde se hace un
recorrido a través de: la adolescencia, el poder de la sexualidad, sus límites,
la subjetividad, la sexualidad durante el embarazo, lo que significa y la
importancia de hablar sobre sexualidad. Para llegar a este “hablar de
sexualidad” proponemos hacerlo desde el cuerpo para que en las
adolescentes embarazadas participantes afloren sensaciones, sentimientos,
recuerdos que faciliten hablar.
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En el siguiente capítulo se detalla lo que se refiere a la metodología utilizada y
se explica el diseño de los talleres y grupos de discusión que serán la base
para la observación.
En el tercer capítulo realizamos el análisis de la observación realizada en los
diferentes grupos y talleres; así cómo también de las opiniones de algunas
participantes recogidas mediante las entrevistas a profundidad. Se presenta
información acerca de lo que se habla acerca de sexualidad en esos espacios,
la dinámica del grupo y lo que significó para algunas de ellas el hablar de su
sexualidad.
En el capítulo final encontramos las conclusiones a las que llega este trabajo
de investigación.
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1. MARCO CONCEPTUAL
Este capítulo recoge los aportes de varios investigadores acerca de
adolescencia, sexualidad y embarazo que formarán, junto con mis reflexiones,
la base esta tesis.
Adolescencia
La Fundación José Peralta dice acerca de la adolescencia: “es una
construcción social que corresponde a un período histórico, cultural y
geográfico, por lo tanto es una noción cambiante. La aparición de los jóvenes
como sector social comienza con la industrialización y en aquellos países y
regiones que viven este proceso y luego se irradia a aquellos países sobre los
cuales tiene influencia”1.
Entonces, no siempre existió la adolescencia. Esto explica lo que sucede en
algunas culturas; por ejemplo en algunas a cierta edad los niños pasan por
“ritos de paso” y son integrados directamente en el “mundo adulto” sin existir
ningún espacio de transición. En otras culturas las personas necesitan un
tiempo determinado de formación para obtener un oficio o profesión y es aquí
donde se puede observar la presencia de “adolescentes”.
Para definir quien es un adolescente se emplean diversos criterios que van
desde el cronológico como lo hace la OMS que dice: “adolescente es aquel ser
humano que se encuentra entre los 10 y 19 años”. La Fundación José Peralta
1 Fundación “José Peralta”. De certezas e incertidumbres. Artículo publicado en Ecuador. 2001. Pág. 13
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define la adolescencia como “aquella que comprende la etapa en que se inicia
con los cambios biológicos y psicológicos de la pubertad y que concluye con la
adquisición de deberes y derechos que se tiene en la vida adulta”2.
Se ve la adolescencia como un período de transición, de preparación para ser
un adulto. La adolescencia no es vista como una edad en sí misma. Desde esta
mirada cronológica se espera que el adolescente esté aprendiendo un oficio o
esté en una institución educativa, adquiriendo una profesión para ser
independiente económicamente.
En torno a la adolescencia, según la Fundación José Peralta: “se ha ido
construyendo un imaginario social sobre la juventud y sobre lo juvenil, cuyos
centros de producción son las posiciones hegemónicas al interior de la
sociedad y creadas desde las instituciones ( Estado, familia, escuela) y desde
los medios de comunicación “ en este imaginario se define lo que se espera
idealmente de un adolescente, que llegue a ser un adulto, productivo, adaptado
al orden social, que tenga una pareja ( heterosexual) y que constituya una
familia.
En la Maestría de Adolescencia, durante una clase con la Doctora Karen Pesse
llamada “discursos sobre adolescencia” se analizaron los comentarios que
hacen adultos acerca de los adolescentes; ellos dicen que son: “ inestables,
vulnerables, rebeldes, incapaces de tomar decisiones, privados de conciencia
2 Fundación “José Peralta” (Ídem). Pág. 13
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crítica, tienen prácticas de riesgo, frágiles, en formación y no están listos para
tener relaciones”.
Tratando de mirar que hay detrás de estos discursos, los estudiantes (adultos)
dijeron: “Se parte del supuesto que los adolescentes son seres en formación, lo
cual significa que es mejor ser adulto ”. Los adultos hablamos desde el poder,
desde creer saber lo que es mejor para los adolescentes.
Adolescencia y sexualidad
La sexualidad está presente desde antes de nacer y hasta morir. La sexualidad
sirve fundamentalmente para procrear, en su base se remite al placer.
El Doctor Mario Muller docente de la Maestría de Adolescencia dice acerca de
la sexualidad: “Es como una planta silvestre que nace en la obscura humedad
de la tierra a la que rompe e irrumpe a la luz llena de vitalidad y de savia para
dejar como testimonio su tronco, sus ramas, sus hojas, sus flores y, por último,
sus frutos albergan las semillas que nuevamente serán depositadas en la tierra
en un rito de eterno retorno”3. Describe de manera poética el poder de la
sexualidad, la procreación, sensualidad y seducción. Sin embargo, la
sexualidad tiene límites que vienen desde el contexto social y cultural que
tienen como objetivo su regulación.
Atendiendo a lo anterior, la sexualidad en el ser humano viene desde antes del
nacimiento, cuando una persona llega a la adolescencia ya tiene camino
3 Muller, Mario. “Cuerpos fantaseados, fantasmas incorporados” Artículo para la maestría de adolescencia. ( 2003). Pág.1-25
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recorrido, tanto en normas que ha interiorizado como en la experiencia al sentir
y vivir la sexualidad.
La sexualidad es relacional siempre, el niño pequeño con su madre por
ejemplo. En la adolescencia la sexualidad da un giro relacional, mira al otro
como igual.
En algunos de sus discursos la sociedad enfatiza casi exclusivamente los
riesgos de la sexualidad durante la adolescencia. Apunta a la prevención de
estos riesgos por medio de diversos métodos como: talleres, conferencias,
charlas donde se dan a conocer las normas. El discurso que está detrás es
que el adolescente es “un ser en formación” y debe obedecer las normas.
La sociedad reconoce y teme la adolescencia como la “etapa más sexual”,
donde “las hormonas están alborotadas y cualquier cosa puede pasar”. Ha
creado normas para cada género como afirma Mabel Burín: “La sexualidad
referida a las chicas todavía gira a cierta necesidad de pudor y de las
precauciones anticonceptivas (especialmente del “cuídate”), la sexualidad de
los muchachos sigue siendo aceptada con orgullo y de forma casi
exhibicionista” 4.
Adolescencia y embarazo
Para algunas personas el embarazo en adolescentes es visto como una falla
en las medidas de prevención, un debilitamiento de la responsabilidad de los
adolescentes. Para otras, constituye un problema de salud pública, un
4 Burin, Mabel. Género y Familia. Buenos Aires. ED. Piados. 1998. Pág. 90
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problema social. Acerca de esto Belkys Méndez dice: “el embarazo en la
adolescencia es mucho más que un problema de salud; es un problema, ante
todo, social, de valores... en una sociedad donde ya no se habla en familia,
donde la información sexual que reciben muchos de nuestros hijos está en la
calle... Es necesario un gran esfuerzo por parte de todos: madres, padres,
educadores, personal sanitario, etc. sobre todo, de las administraciones de los
estados. Sin un apoyo firme, con fondos que garanticen la supervivencia de los
programas de apoyo a los adolescentes, no habrá salida para los millones de
adolescentes de todo el mundo ”5.
En la cita anterior se pueden mirar algunos discursos de los adultos sobre el
embarazo adolescente, habiendo tanta información sobre métodos de
planificación los adolescentes “insisten en prácticas de riesgo” que dan como
resultado un embarazo; los que promueven este tipo de discursos no se
quieren dar cuenta que en esta sociedad “adulto céntrica” el acceso a servicios
de salud y a los métodos anticonceptivos es difícil para los adolescentes, son
blanco de críticas y discriminación. Otro de los discursos es el de los
“adolescentes desvalidos, incapaces”; por lo que los adultos que tiene el poder
y saben que hacer, deciden realizar “programas de apoyo” seguramente
encaminados a lograr que este adolescente sea finalmente un ser humano
“socialmente útil”. También está el discurso de: la calle igual riesgo (lo público)
y la familia, la casa igual protección.
5 Belkys, Méndez. Artículo “El embarazo Adolescente”. Revista OBSTARE (Barcelona) No. 8 (2003). Pág. 9
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En conversaciones entre adultos, cuando se mencionan las palabras embarazo
adolescente, salen frases como: “ son irresponsables”, “ no saben en lo que se
meten”, “ que han de poder, con toda la responsabilidad que eso implica”, “ de
donde van a mantener al guagua, los papás tendrán que hacerse cargo”. De
esas expresiones se deduce que las adolescentes están haciendo algo que no
les corresponde, ellas no tienen los medios económicos, ni la responsabilidad
suficiente. Solo los adultos son llamados a embarazarse, porque ellos si están
preparados, aunque muchas veces esto, de hecho, no sea realidad.
Respecto al rol de la pareja en el embarazo de la adolescente frecuentemente
es olvidado en relación con esta situación. En los estudios sobre embarazo
adolescente, se mencionan los riesgos, las consecuencias sociales,
económicas, familiares, educativas pero se dice poco del compañero. El Doctor
Jorge Naranjo dice: “Los padres adolescentes curiosamente son los más
“presentes” pero los menos preparados para asumir estas tareas en los
aspectos afectivos, sociales y económicos. Sin una claridad de sus
obligaciones y derechos” 6.
En muchos países así como en el nuestro se diseñan estrategias para
disminuir la frecuencia de embarazos en adolescentes pero con escaso éxito,
quizá tenga que ver con las motivaciones que ellas tienen para embarazarse
El embarazo determina que ellas asuman una manera diferente de sentirse, se
sienten “mujeres” adultas. Francoise Dolto dice: “El adulto está seguro de que
6 Naranjo, Jorge. El perfil de las usuarias adolescentes del GOIA. Quito: Editado por el MSP.1999. Pág. 99
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es adulto cuando se sabe fecundo”7 quizá algo parecido les suceda a las
jóvenes.
El poder de la sexualidad
Los seres humanos desde el inicio presintieron el poder de la sexualidad, la
relacionaron especialmente a la procreación, los dioses que imaginaban tenían
poderes sexuales y de sus relaciones era posible la vida.
El poder de la sexualidad se manifiesta en la procreación, en el placer, en la
sensualidad y la seducción.
La sexualidad influye en las manifestaciones humanas, lo observamos en el
arte desde los primeros tiempos, estatuillas que representan mujeres
embarazadas, personas teniendo relaciones. También ha influido en la pintura,
en la literatura, en el cine y en la filosofía, etc.
Sexualidad y procreación
La procreación es lo que primero sale a la luz cuando pensamos en la
sexualidad. Se la mira como un bien, una posibilidad de perpetuidad. Es la
manifestación pública de la sexualidad. Acerca de esto Gerard Garnier dice:
“La virilidad del marido se expresa, socialmente, a los ojos de todos, en la
prominencia del vientre de su esposa”8. La procreación es la prueba ante los
demás de la sexualidad de la pareja y de fertilidad.
7 Dolto, Francoise. Lo femenino. Barcelona. ED. Piadós. 1998. Pág. 184 8 Garnier, Gerard. La sexualidad de la mujer embarazada. Barcelona. ED. A:T:E. 1975. Pág. 14
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La procreación para la mujer representa poder, ella lleva el bebé dentro de su
cuerpo por nueve meses, siente que transmite la vida.
Sexualidad y placer
Es importante que el lector recuerde la expresión del rostro de un niño mientras
lacta, mientras juega. De dos adolescentes cuando se encuentran, el de una
persona muy sedienta que al fin toma agua, de las personas mientras bailan,
todo esto es placer, es sexualidad.
Muchas veces cuando escuchamos placer y sexualidad solo nos quedamos en
imaginar personas teniendo relaciones sexuales o pensamos solamente en
orgasmo. El placer sexual es parte de la sexualidad pero esta va más allá, está
en todo el cuerpo, en toda la persona.
Seducción y sensualidad
Alphose Goettman dice: “Sonrío al pensar en la pequeña parábola del
escarabajo que se encuentra un día con un ciempiés. ¿Cómo haces, preguntó
el escarabajo, para levantar siempre en el momento preciso la pata número
veintisiete y poner la ochenta y nueve sin equivocarte nunca?.
El ciempiés, totalmente sorprendido por semejante pregunta (tan intelectual),
se pone a reflexionar... y se queda paralizado, incapaz de avanzar.”9
Me siento como el ciempiés, ante la tarea intelectual de reflexionar sobre la
seducción; algo que, conciente o inconscientemente, realizamos con
9 Goettmann, Alphonse. K. G. DURCKHEIM EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA Málaga. ED. Sirio S.A. 1986. pág. 36
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frecuencia. Puedo mirar dos partes: el ser seducido y el seducir. El ser
seducido es un estado diferente de la conciencia porque al otro lo miramos
bello, perfecto, luego empieza a pasar de este estado y lo vemos diferente. La
otra parte sería seducir, que sería llamar la atención, atraer al otro. Esto está
presente en toda relación humana, sentimos preferencia por esta o aquella
persona, quizá porque nos reflejamos en ella o quizá nos muestre lo que para
nosotros es hermoso.
En la seducción se observa un lenguaje especial en el cuerpo, a veces con
palabras que permiten llegar al objetivo, como dice Ovidio en la siguiente
poesía:
“LOS LUGARES DE ENCUENTRO: PASEOS TEATROS
...O, si recorre con ociosos pies
un pórtico espacioso, allí también
dale tu compañía calmadamente.
Procura adelantarla algunas veces,
Otras veces seguirla por la espalda,
Y unas acelerar, y otras ir lento.
...Que no se encuentre, espléndida como es,
sin ti sentada en el curvado teatro.
Ella te ofrecerá un espectáculo
Con sus hombros. Tendrás ahí la ocasión
De contemplarla bien y de admirarla,
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Y de decirle mucho con las cejas,
Mucho también por señas...10
La seducción es un espectáculo de dos, uno da el primer paso, luego el otro lo
sigue, es una danza que propicia el acercamiento. Por ejemplo algunas formas
de atraer son: la vestimenta, escotes, tatuajes, pircigs, baile, etc.
La seducción puede despertar recelo y temor, probablemente por eso las
madres recomiendan a la adolescente: “cuídate”. Es curioso, existe esa misma
visión por parte de algunos hombres, quiénes ven a la mujer como causa de
perdición, de pecado y que hay que evitar. Hay relatos de hombres poderosos
seducidos y que “pierden la cabeza” a causa de una mujer, así por ejemplo:
David, rey de Israel, quedó seducido por la belleza de Betzabé, y Salomón
quedó seducido por la reina de Saba.
La poesía de Flavia Zaldivia nos ayuda a reflexionar sobre la sensualidad:
“Selva II
Ese cosquilleo eléctrico
En la yema de mis dedos.
Ese ardor punzante
En los brazos tensos.
Ese estremecimiento del cuello
Que me sume en la inconsciencia.
Ese jadeante anhelo
10 Ovidio, Amores. Arte de amar. Madrid. ED. Cátedra. 1993, Pág. 409
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Que me deja sin aire,
Atenaza mi vientre
Y enloquece mi sangre.
Todo mi ser ardiendo en deseo,
Me lleva a tu encuentro.
Te persigo, te busco
Te pienso, te siento
Mórbida y oscura pasión
Verde intenso
Esta selva vibrante
Exaspera mi sexo.”11
La sensualidad es una fuerza que inflama el cuerpo, sentidos, sensaciones y
emociones. La sensualidad irradia placer, belleza y armonía. La sensualidad va
de la mano con la seducción que juntas hacen posible el acercamiento al “otro”.
Límites de la sexualidad femenina
Todos los grupos humanos crean reglas para controlar el ejercicio de la
sexualidad, como dice Octavio Paz “En todas las sociedades hay un conjunto
de prohibiciones y tabúes –también de estímulos- destinados a regular y
controlar el instinto sexual”12.
Los límites varían de acuerdo al contexto social, cultural e histórico. Muchos
límites van antecedidos de estímulos, o de períodos donde se aflojan esas 11 Zaldivia, Flavia. “Selva”. Poemario. (Kapawi). (2002) Pág. 4 12Paz, Octavio. La llama doble. ED. Seix Barral. Bogotá. 2000. Pág. 17
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restricciones. Por ejemplo en la religión Católica: el carnaval seguido de la
cuaresma.
Para algunas personas, los límites representan la ocasión de ir contra de lo
establecido y de los discursos provenientes de instituciones que representan el
poder. Incluso para algunos el burlar esas normas es ocasión de placer y para
otras la manera de rebelarse y obtener autonomía.
La sociedad inventa normas que regulan la sexualidad. Estas normas son
transmitidas a las personas a través de discursos explícitos o implícitos, que
emiten las instituciones que representan a la sociedad como son: familia,
instituciones educativas, servicios de salud, medios de comunicación, iglesia.
Estas mismas instituciones son las encargadas de señalar, castigar y hacer
pensar que es lo “normal”, lo bueno, lo deseable.
Las instituciones religiosas
Algunas instituciones religiosas tienen un papel importante en la regulación de
la sexualidad, señalan límites y objetivos. Dan prioridad a la procreación y a
veces desconocen el placer sexual fuera de esa finalidad.
Mari Ladi Londoño dice: “La influencia de la Iglesia Católica ha rodeado de
prejuicios la sexualidad ” 13, algunos sacerdotes predican una división entre
cuerpo y alma, siendo necesario para agradar a Dios alejarse del cuerpo, de la
carne y no “caer” para merecer el cielo. Quizá por esta influencia hay mujeres 13 Londoño, María.” Sexualidad y placer: Un estudio de caso”. Artículo de la revista La realidad Colombiana. (Bogotá) Vol. 1. (1982). Pág. 152
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que no conocen su cuerpo, no se atreven a tocarlo y tampoco han sentido
placer al tener relaciones sexuales.
Existen discursos que muestran a la mujer ideal. Una mujer parecida a una
santa, abnegada, pendiente de los demás, casta, dispensadora de cuidados y
placer pero no para ella, sino para su marido.
En la Biblia podemos encontrar el “Cantar de los cantares” se desconoce el
autor, es un canto al amor humano, a la sexualidad, a la sensualidad, el amor
humano elevado hasta la altura de Dios y bendito por él. Pero otra parte de la
Biblia, San Pablo uno de los padres de la iglesia, dice lo siguiente: “El cuerpo
no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.... ¿O
no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en
vosotros y habéis recibido de Dios, y por lo tanto no os pertenecéis?14 La
“Institución Iglesia” tomó e interpretó estas palabras y estructuró una serie de
normas sobre el cuerpo, la necesidad de abandonarlo, de negarlo.
La familia
La familia vive muchos cambios a causa de los nuevos roles que asumen
hombres y mujeres. A pesar de esto, es una fuente de discursos sobre
sexualidad, los cuales pueden ser dichos de manera explícita o a través de
mirar la forma de vivir.
14 San Pablo, Primera de Corintios, 6, 13-20
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En algunas familias el padre, como dice José Olavaria es: “autoridad máxima,
proveedor único... él concentra el poder y tanto la pareja como hijos e hijas
desempeñan papeles subordinados a él”15 , es quien brinda protección y
también quien juzga y sentencia.
La madre es tan poderosa como el padre, tiene hilos de plata, controla a sus
hijos, como dice Mabel Burin a través “del poder de los afectos” 16, es más
cercana a los hijos, percibe cambios, incluso los relacionados a las esferas
más íntimas de cada persona, como su sexualidad.
Philippe Ariés afirma que: “el poder de los padres iba mucho más lejos:
alcanzaba la vida privada de los hijos”17. Esto incluía la sexualidad, por
ejemplo: cuando los padres eran los que escogían la pareja adecuada; ahora
no la escogen sino que opinan sobre su conveniencia, y a veces la pareja es
rechazada o no reconocida como adecuada.
Las Instituciones educativas
Los discursos de las instituciones educativas presentan coincidencias con lo
que expresan otras como: la familia, la iglesia, los servicios de salud; estas
instituciones se apoyan mutuamente para conseguir como resultado un
ciudadano “útil” para la sociedad.
En cuanto a la sexualidad, la educación formal aporta discursos descriptivos
de la anatomía de los genitales, el proceso reproductivo, los riesgos de la 15 Olavaria, José. De la identidad a la política. Chile. ED. FLACSO 2000. Pág 25 16 Burin, Mabel. Género y Familia. (Ídem). pág 195 17 Ariés, Philippe. Historia de la vida privada. Madrid. Grupo Santillana de Ediciones. 2001. Pág. 70
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sexualidad. En algunas instituciones educativas el tema de sexualidad está
dentro del pénsum académico, en otras no. Esta forma de enseñar refuerza la
percepción de la sexualidad como algo Biológico, destinado a la procreación.
Deja de lado lo social, lo relacional, lo político.
En la institución educativa, hay discursos escondidos, por ejemplo: en clases
de Educación Física, se separan a las chicas de los chicos. Cómo afirma María
Elena Simón Rodríguez: “En la escuela de otros tiempos se separó a niñas y a
niños... Se pretendía con ello seguir las tradiciones y costumbres”18. En
nuestro país hay muchas escuelas que son exclusivas para un sexo y las que
son mixtas de alguna manera se hacen diferencias entre los niños y niñas.
En esta institución para lograr que los alumnos sean “útiles” y adaptados a la
sociedad se ejerce la disciplina, y del alumno se pretende, docilidad; como
afirma Michel Foucault: “ fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos
“dóciles19”, lo que también da como resultado mentes, conciencias y
sensibilidades dóciles. Parecería que se trata de un entrenamiento del cuerpo
para mantenerse dentro de las normas, que finalmente dará un producto que
es “un buen ciudadano” que se amolde a la sociedad, al igual que la
sexualidad, debe adaptarse al único molde permitido, exigido la
“heterosexualidad”. Se da énfasis a la sexualidad unida a la procreación,
incluso está presente lo de ser “productivo” (“producir” placer).
18 Simón, María. Educar en femenino y en masculino. Madrid. ED. Akal. 2001. Pág. 59 19 Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Madrid. ED. Siglo veintiuno. 1998. Pág. 142
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Medios de comunicación
Los medios de comunicación confirman lo que recomiendan la iglesia y la
familia respecto a la sexualidad: se contemplan casos de mujeres castigadas
por tener relaciones fuera de la norma, en ocasiones son perdonadas porque
sufren mucho y ésta imagen asociada a la condición de madres. Sin embargo,
estos mismos medios utilizan la sexualidad para la publicidad y la pornografía,
que constituyen rubros muy lucrativos.
Es llamativo como se presenta a la mujer en los comerciales de televisión:
cuando se trata de medicamentos para la tos, jabones para lavar platos, es una
mujer casi sin maquillaje, sin ropa llamativa. Cuando se presenta publicidad de
licores o carros, se presentan mujeres “atrevidas”, casi sin ropa. El mensaje
podría ser el de la mujer buena, la madre, y la otra la mujer “de fuera”, la
mundana. Estos mensajes refuerzan el discurso de las otras instituciones
como la iglesia, la familia, la educación.
Los servicios de salud y sus discursos
Los servicios de salud enfocan a la sexualidad más como salud reproductiva;
la sexualidad entendida como el goce, el placer, las sensaciones y emociones
que proporciona el cuerpo, no figuran de manera significativa dentro de sus
discursos ni de sus prácticas. Los discursos de los servicios de salud se
basan en lo que dice la “ciencia médica”, entendida como ese cuerpo de
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conocimientos “probados” que pone énfasis en los riesgos, las patologías y lo
normal.
Los discursos de los servicios de salud y la iglesia se relacionan directamente;
así lo afirma Foucault, citando a Sabarot de L.“Avemiére “ ve en los sacerdotes
y en los médicos a los herederos naturales de las dos misiones más visibles de
la Iglesia: la consolación de las almas y el alivio de los sufrimientos”20 La
Medicina y la Religión, trabajan con la muerte, con la vida, con el placer, con
el sufrimiento y la sexualidad, por eso sus discursos se corresponden, se
apoyan.
Durante el período de formación los profesionales de la salud reciben un
cuerpo de conocimientos que constituyen un programa: el “conocimiento
científico” que solo admite la parte lógica y desconoce lo emocional, lo intuitivo,
lo analógico, lo poético, los sueños. Con este programa atienden “pacientes”
que no son mirados ni escuchados, sino que se acomodan los datos obtenidos
en la entrevista y da como resultado un diagnóstico y una receta. El paciente
es una cosa, un vaso vacío que llenar. Acerca de esto Focucault dice: “es
evidente que la estructura analítica no está dada ni revelada por el cuadro
mismo; era anterior a él y la correlación entre cada síntoma y su valor
sintomatológico ha sido fijada de una vez por todas en un a priori esencial; bajo
su función aparentemente analítica”21.
20 Foucault, Michel. El nacimiento de la clínica. México ED. Siglo veintiuno editores, S.A. 1966. Pág. 57 21 Foucault, Michel. (Idem). Pág. 162
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Una parte de ese cuerpo de conocimientos se refleja en las “Normas y
Procedimientos para la Atención de Salud Reproductiva”22 desarrollados por el
MSP del Ecuador. Cuando una mujer consulta respecto a su sexualidad en el
servicio de salud se aplican las normas sin atender a esa persona, sin
escuchar, sin tomar en cuenta el sentimiento de la paciente. Se ha cerrado el
panorama solamente a la planificación familiar, la salud reproductiva; todo
encaminado a controlar, a que la sexualidad sea “útil” y “sin riesgos”.
Subjetividad de la sexualidad Femenina
La sexualidad se la vive en el cuerpo, en la psique como productora infinita de
imágenes lógicas y poéticas conectadas con el inconsciente y con lo recogido
de generaciones anteriores. También con aspectos que vienen de fuera, del
contexto social y cultural y de las propias vivencias. Todas ellas mezclándose
hacen posible la subjetividad de la sexualidad.
Acerca de la subjetividad Mabel Burin dice: “Algunas hipótesis acerca de
constitución de la subjetividad sexuada sugieren que el desempeño de
determinados roles de género femenino operarían de modo determinante en la
construcción de la subjetividad....: rol maternal, rol conyugal y rol doméstico”23
De acuerdo con la autora; el rol maternal ha determinado que se vea a la
mujer embarazada, a la mujer con hijos pequeños, como asexuada: ella debe
estar dedicada a sus hijos, solo pensar en ellos, en la abnegación y olvidarse
de sí misma. El rol conyugal, impone la apariencia de mujer casada, “de su
casa”, la “mujer buena”, con la que se tienen relaciones para procrear, para
22 MSP. Normas y Procedimientos para la Atención de la Salud Reproductiva. Quito. ED. MSP. 1998 23 Burin, Mabel (Ídem). Pág. 83
- 22 -
dar buenos ciudadanos; el placer se lo vive con otras mujeres, “las de la calle”.
El rol doméstico encasilla a la mujer dentro del papel de eterna abnegada, que
posterga sus necesidades en beneficio de los otros: de sus hijos y su marido.
También posterga sus necesidades sexuales, de esas ni se acuerda, solo
cuando se trata de brindar placer al otro, de cumplir para el marido, para que
no busque “afuera”.
La mujer poco a poco ingresa al mercado de trabajo, goza de mayor autonomía
y en muchos casos es jefe de hogar y como dice José Olavaria “hay procesos
que debilitan la división sexual del trabajo al interior de la pareja y la familia”24
estos cambios determinan una variación lenta en la subjetividad de la
sexualidad. Respecto a su sexualidad, algunas mujeres ahora se fijan no solo
en el aspecto de la procreación, sino también en el placer.
Rol de los hombres en la sexualidad femenina
Las figuras masculinas en la vida familiar de una mujer pueden ser el padre, el
hermano, su pareja, el hijo. El hombre tiene un papel fundamental en la
sexualidad femenina.
El rol del padre fue analizado ya al tratar sobre la familia y la influencia sobre la
sexualidad. El padre es el que pone los límites, significa protección, respeto,
hay un dicho que dice: “muerto el padre hasta la basura del suelo se levanta”.
Por tanto lo que algunas mujeres esperan de los hombres es protección, y el
respeto de los demás.
24 Olavaria, José. ( Ídem). Pág. 25
- 23 -
La sociedad crea roles para hombres y mujeres que reflejan la visión
complementaria de la sexualidad pero al mismo tiempo reflejan el momento
histórico, se espera que las mujeres sean pasivas y en contrapartida que los
hombres sean activos. Roberto Zeledón dice: “En la pareja, los hombres viven
la sexualidad como una responsabilidad exclusiva de ellos. Son ellos quienes
“tiene que hacer sentir a la pareja” 25,representan el papel activo.
El rol de pasividad de la mujer es aparente, su verdadera riqueza y poder está
en la seducción y sensualidad, que muchas veces no es conciente. Es el arte
de tejer como la araña una red que tenderá hacia su objetivo; aparentemente el
“otro” toma la iniciativa, pero en realidad, ha caído en la red. Quizá la pasividad
femenina se ponga en evidencia al observar como algunas mujeres que dejan
su sexualidad en manos de “otros”, esperan que el “otro” se encargue; sin
tomar en cuenta sus sentimientos, su cuerpo, su placer, su deseo.
Algunos hombres, atendiendo a su formación, dividen, a las mujeres en
“buenas”, que son aquellas con las que formarán una familia, y las “malas” con
las que viven el placer. Este mensaje está internalizado también en las mujeres
que se “auto clasifican” en uno de los dos grupos; además la pertenencia al
primero es vista, desde el discurso de valores, como lo bueno y a lo que todas
las mujeres “naturalmente aspiran”.
25Celedón, Roberto. Los hombres en sus familias. Masculinidad/es. Chile. ED. FLACSO Chile 1950. Pág. 85
- 24 -
Cuerpo y embarazo
El cuerpo de la mujer embarazada, es misterio y maravilla. El cuerpo gestante
es fuente de idealización. El milagro ocurre oculto a la mirada, en el interior del
cuerpo de la mujer.
El cuerpo en el embarazo experimenta múltiples cambios que determinan
modificaciones en las sensaciones, emociones, sentimientos, incluso en la
sexualidad. Marie Bertherat, contando acerca de lo que sintió en el embarazo
dice: “La inquietud me trastorna el corazón. Y el estómago... Náuseas de mujer
encinta, náuseas de madre inquieta”26. Recuerdo lo que viví en mis
embarazos: cambios en todo el cuerpo que iban de la mano con una “cascada
interior”, aparecieron gustos extraños a la hora de comer, sueño en horas no
acostumbradas, decaimiento, me sentía diferente.
Todos esos cambios preparan el alma, nos volvemos más sensibles, hay una
mirada hacia adentro, el así llamado “ensimismamiento de la embarazada”. La
mirada que ya no usa la vista, sino otros sentidos, salen las memorias inscritas
en las células, la memoria colectiva, los miedos: al dolor, a lo desconocido.
Todo es una mezcla, y dentro de esta aparente ceguera se siente los
movimientos del bebé, al principio suavecitos, luego fuertes, sentimos su
contacto, es una manera de ver sin ojos. En el embarazo los ojos pierden su
preponderancia, vemos al bebé por el tacto. Otros sentidos también cambian,
el olfato es más agudo, al igual que el oído, la voz y los gustos.
26 Bertherat, Marie. Con el consentimiento del cuerpo. Barcelona. ED. Piados. 1196. Pág. 16
- 25 -
Durante el embarazo algunas mujeres experimentan sentimientos
encontrados, como dice Therese Bertherat: ” No es poca cosa sentir en
nuestro cuerpo la presencia de un cuerpo extraño. Deseado, amado, soñado,
pero sin embargo extraño. Para habitar este cuerpo de dos hay que tomar
conciencia de la profundidad que existe tras la fachada”27, esa profundidad nos
comunica con el inconsciente, con el pasado. Lo que sentimos no se
corresponde al ideal de “madre”, es más bien la vivencia humana en la propia
carne.
Al inicio del embarazo, la presencia del bebé por si misma es imperceptible,
como dice Marie Bertherat “Este bebé es tan solo una euforizante
obsesión...Sin embargo, su realidad se me escapa”28 , no es posible
distinguirlo; luego pasa el tiempo y se sienten los movimientos, lo que da la
certeza de que hay “otro” en el cuerpo, comenzamos a imaginar como será: su
cara, su cuerpo, sus manos.
Marie Bertherat dice: “El cuerpo es un todo, una vasta red nerviosa, sensorial,
sensual. Todo se sostiene entre sí, lo alto con lo bajo, el adentro con el afuera.
Un orificio evoca a otro, una sensación en un orificio de la cabeza provoca
sensaciones en el orificio genital”29. Si en la embarazada se producen tantos
cambios en su cuerpo, sensaciones e imaginación, la sexualidad cambia y
probablemente en algunas aumentará el erotismo, mientras que en otras tal
vez disminuya.
27 Bertherat, Marie. (Ídem). 1996. Pág. 12 28 Bertherat, Marie. (Ídem). Pág. 17 29 Bertherart, Marie (Ídem). Pág. 24
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Sexualidad en el embarazo
El embarazo conduce a la maternidad, pero, el contexto social y cultural reviste
a la mujer embarazada con este atributo desde el momento mismo en que se
confirma el embarazo, y se espera que asuma el “rol de madre”. La sexualidad
femenina en el embarazo se ve rodeada por todo un sistema de discursos, que
la arrancan de su estado humano y corporal para situarla en la castidad,
pureza, en la abnegación, en la entrega en el silencio, en la negación.
Acerca de la sexualidad en la embarazada existe poco material. En cuanto a
las relaciones sexuales según el artículo: “Sexualidad durante el Embarazo”, en
las culturas hay: “ prácticas muy dispares. Desde varias tribus que restringen la
actividad sexual por temor a que el esperma del padre ciegue o hiera al
embrión, hasta otras civilizaciones ( los Chukchee y los Azandas) que la
fomentan porque imaginan al embrión como algo líquido que debe ser
solidificado y nutrido por el esperma”30.
Las relaciones sexuales en la sexualidad de la embarazada son solo una parte
del gran todo que son las sensaciones, emociones y placeres, que el cuerpo
brinda, y que en el embarazo están aumentadas. Los procesos propios del
embarazo, los cambios hormonales hacen que la mujer agudice sus sentidos,
olfato, gusto, oído, así como también, su sensibilidad y emoción. El erotismo,
sensualidad y seducción pueden aumentar por los mismos procesos biológicos,
30 “Sexualidad durante el embarazo”Artículo de la revista: Embarazo y nacimiento gozosos. No. 4. Pág.42
- 27 -
corporales que llaman la atención sobre zonas específicas como pezones,
genitales, piel, mucosas, al ser estos más sensibles.
En el embarazo el cuerpo de la mujer se encuentra más sensible y la
sexualidad aumenta, ella es, como un instrumento musical que está a punto y
solo el paso del viento la hace vibrar. Gerard Garnier: afirma que las mujeres
embarazadas “ toman conciencia de una intensificación de sus deseos”31.
Desde mi opinión, es el paraíso de la sexualidad, se cae en cuenta del cuerpo
sus sensaciones y deseos.
La sexualidad de la embarazada no está circunscrita solo al deseo de tener
relaciones sexuales, sino que se manifiesta en todo su ser. Como Garnier dice
en: “ la imaginación y por los sueños eróticos”32 de los que no se habla mucho,
esto nos haría pensar como dice Garnier, que “el placer sexual cuando se lleva
adentro un bebé, es vulgar y vergonzoso, incompatible con la nobleza de la
gestación”33.
El embarazo es un estado especial en el que salen a la luz vivencias olvidadas
de la infancia y adolescencia, también cobran importancia las restricciones,
especialmente el miedo a causar daño al bebé si hacemos algo indebido.
De acuerdo a la educación recibida algunas mujeres, imaginan que en el
embarazo la mujer ya no siente deseos sexuales, que es como un “ángel” pero
la realidad de lo que sienten y experimentan en sus propios cuerpos produce 31 Garnier, Gerard. La sexualidad de la mujer embarazada. Barcelona. ED. A: T:E. 1975. Pág. 68 32 Garnier, Gerard (Ídem). Pág. 80 33 Garnier, Gerard (Ídem). Pág. 13
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conflictos. Se juzgan malas, por experimentar todo lo que sienten. Hay miedo
de que el hijo tenga alguna mala formación por sus culpas. Así nadie lo note,
Dios que lo mira todo, puede juzgarlas. No hay ningún texto que explique
estos deseos, y no tienen el valor suficiente para preguntar, ¿cómo, mujeres,
que tiene que ver primero por su hijo, preguntando estas cosas?.
Se siente el silencio de los demás, la ciencia no dice mucho, lo que se aprende
en la Universidad no sirve; o solamente lo hace para sentenciar que las
relaciones se deben prohibir en caso de amenaza de aborto y antes del Parto y
nada más. ¿Quién explica a las embarazadas lo que sienten en su cuerpo?
¿Cómo conversar con otras mujeres sin sentir vergüenza, ni culpa?.
No se conversa ni se hace nada; esto me impulsa a realizar esta investigación
con mujeres adolescentes embarazadas. Quisiera ver si ellas si se atreven a
cruzar “la zona prohibida”, esa que no es fácil cruzar.
Hablar de sexualidad
Durante los talleres vivenciales a los que asistí en la Maestría de Adolescencia
observé, que era posible hablar de cosas personales, de sexualidad. Me
pareció un camino posible y valioso que me lleva a proponer lo mismo para
trabajar la sexualidad de las adolescentes embarazadas.
En los talleres, cuando las personas empiezan abrirse, muchas cosas que cada
participante podría haber sentido como prohibido, vergonzoso, o algo imposible
de expresar, cambian al escuchar hablar a otro; él, ve que no está solo y que
- 29 -
hay otras personas que están bregando con lo mismo, esto posibilita la
apertura dentro del grupo.
Talleres
Los “talleres” no tienen definición oficial, no hay libros que hablen de eso, me
atengo a lo vivido durante el período de formación, a documentos y opiniones
del Dr. Mario Muller y Paulina Peñaherrera, docentes de la Maestría de
Adolescencia.
En un encuentro de tutoría, Paulina, dijo: “los talleres no son un recurso
metodológico; son una creación de ese momento para esas personas, es algo
que no se repite, se pueden utilizar las más variadas técnicas, mezclar varias
de ellas, son solo herramientas en un bolso que el facilitador irá sacando de
acuerdo al momento”. Los talleres, son flexibles, se caracterizan por atender
ese momento específico, y a ese grupo específico de personas. Los talleres no
son algo que se aprende de memoria y luego se repite, son creación que salen
desde el corazón para ese momento y esas personas.
Acerca de los talleres, el Dr. Mario Muller dice que: “son elementos
fundamentales: la observación, la atención, la intuición, la confianza,
arriesgarse y la provocación”. En el artículo “alrededor de lo “psicocorporal”, el
mismo autor dice: “La presencia activa implica poner todos mis sentidos en
este hacer, el estar totalmente involucrado en esta situación, aquí y ahora,
paso a paso.”34 Los elementos descritos permiten atender al momento y a las
34 Muller, Mario. “Alrededor de lo psicocorporal” .Artículo para la Maestría de adolescencia. año 2001. Pág.4
- 30 -
personas. Los talleres son creaciones, si bien pueden tener lineamientos
generales que los orienten, el desarrollo del mismo atiende a la dinámica de
esos seres humanos y a la ocasión.
Otro elemento presente en los talleres es la incertidumbre, no sabemos que va
ha suceder, no prevemos las respuestas de las personas que participan, ni el
desarrollo del mismo.
Talleres y trabajo corporal
Para hablar de sexualidad con adolescentes embarazadas se realizarán
talleres donde se trabajará con el cuerpo, esto permitirá que en cada una de las
participantes afloren: sensaciones, emociones, sentimientos, y podrán hablar
mas fácilmente en grupo.
El cuerpo es la manifestación viva de la energía cósmica u “orgón” según
Reich, cuya característica primordial es el movimiento que puede ser: vibración,
pulsación (latido) y flujo. También pueden ser expresados subjetivamente como
emociones: placer, deseo, ansiedad, rabia y tristeza35.
Según Reich la energía es movimiento, pero en ocasiones esta se bloquea
como forma de defensa al medio externo o interno y puede formar anillos que
están en relación al desarrollo histórico de cada persona desde sus primeros
años.36 Estos anillos forman la “coraza muscular” El Dr. Mario Muller, acerca
de estos descubrimientos dice: “Cuando Reich descubrió la existencia de la 35 Muller, Mario. “El problema del conocimiento desde un punto de vista bioenergético. Artículo para el Curso Propedéutico de Adolescencia y Sexualidad. Año 2201. Pág. 3 36 Muller, Mario. Energía y Psicoterapia. Tesis Doctoral. Universidad Católica. Año 1992. Pág. 186
- 31 -
“coraza muscular”, observó que esta se dividía en segmentos según los
“anillos” de contracción crónica que se formaban y que coincidían con las
zonas erógenas. Son siete los segmentos (...) ocular, oral, cervical, toráxico,
diafragmático, abdominal y pélvico”37. Therese Bertherat, desarrolla a partir de
estos descubrimientos un trabajo propio que lo comparte con una Partera
(Paule Brung) en cursos de preparación al parto y atención de partos.
El trabajo con el cuerpo que Therese Bertherat desarrolla toca cada segmento
de la “coraza” descubierta por Reich. Al referirse a los ojos dice: “Para una
mujer encinta, el trabajo de los ojos es tan importante como el de la pelvis. Si
los ojos no tienen libertad de movimiento, los niveles inferiores quedan
privados de su energía: el vientre y la pelvis no tienen libertad de
movimientos”38.
La boca o segmento oral según Therese Bertherat “ posee la clave del
equilibrio neuromuscular del cuerpo entero”39; más adelante afirma: ”El
conocimiento de la boca llama al conocimiento de la vagina, y el de la vagina
llama al útero (...) Los labios de la boca recuerdan los labios del sexo. La
musculosa lengua –no tiene menos de diecisiete músculos- turbadoramente
contráctil y retráctil, es capaz con sus movimientos precisos, de liberar el
aliento, los músculos de la nuca y los de la espalda”40, Para movilizar la energía
estancada esta autora propone movimientos de contracción y relajación de la
mandíbula, la lengua toca una a una las piezas dentales, el paladar, el interior
37 Muller, Mario. (Ídem) Pág. 186 38 Bertherat, Marie. (Ídem). Pág. 66 39 Berherart, Marie (Ídem) Pág. 23 40 Bertherat, Marie (Ídem) Pág. 25
- 32 -
de la boca, la lengua sale al exterior, toca las mejillas, la piel. Con estos
movimientos se logra que la persona que los realiza esté más distendida,
relajada, la vagina se abre. Therese Bertherat dice que: “Muy a menudo,
después de estos movimientos, se desata una ola de palabras”41 .
Los movimientos corporales y la respiración profunda pueden producir un
aumento en la capacidad de la expresión emocional42 y al mismo tiempo
conectar con la sexualidad, sensualidad, seducción, tanto en el embarazo
como en otras etapas de la vida, para luego poder hablar sobre esto en grupo.
41 Bertherat, Marie (Ídem) Pág. 25 42 Muller, Mario. Energía y Psicoterapia. Tesis Doctoral. Universidad Católica. Año 1992. Pág. 213
- 33 -
2. METODOLOGÍA
Mediante una investigación cualitativa, que utilizó la observación participativa
y las entrevistas a profundidad, se logró ver lo que sucedía cuando se reunían
adolescentes embarazadas para hablar de su sexualidad. Utilicé este tipo de
investigación porque me permitía apreciar sus sensaciones, emociones,
sentimientos, recuerdos y experiencias respecto al tema.
La observación participativa se desarrolla en 4 talleres y 4 grupos donde las
adolescentes hablaban de su sexualidad. Se realizaron también entrevistas a
profundidad a 3 de las participantes, donde se analizó lo que significó para
ellas hablar en grupo sobre sexualidad, así como sus percepciones acerca del
desarrollo del grupo durante el tiempo que duró esta investigación.
Los grupos de discusión y los talleres no constituyeron un recurso
metodológico en si, sino más bien la ocasión para aplicar la observación
participativa.
Enfoque metodológico
Propuse realizar talleres de preparación al parto porque para hablar de
sexualidad en mujeres adolescentes embarazadas, creí que era necesario
comenzar desde ese cuerpo donde se vivía la sexualidad y el embarazo, y
desde ahí, hablar de lo que se pensaba y se sentía. Esos talleres eran la
“puerta de entrada” para que cada una de las participantes pueda ponerse en
contacto con sus sensaciones, emociones, sentimientos, recuerdos, dolores y
placeres; con su mundo interior, con su imaginario y subjetividad.
- 34 -
Cada taller tenía dos partes: en la primera se realizaban movimientos
corporales para que las participantes se pongan en contacto con emociones,
recuerdos y vivencias. En la segunda parte hablaban de lo que habían sentido,
recordado, etc.
Los grupos de discusión tenían un objetivo, hablar de la sexualidad. No eran
solo “técnica de recolección de información” sino una parte del proceso grupal
del que se quería ver que sucede. Ahí no había trabajo con el cuerpo, teniendo
ya camino avanzado con los talleres de preparación al parto, era más fácil que
las mujeres pudieran hablar de su sexualidad.
Durante el desarrollo de los grupos de discusión, el interés no se centraba solo
en lo que se decía, sino también en las reacciones frente al tema planteado
que podían ser: verbales, movimientos corporales, sonrisas o silencios.
Para facilitar los grupos de discusión y talleres se contó con la ayuda de
Susana Imaicela, Licenciada en Enfermería, compañera de la Especialidad en
Adolescencia, quien realizaba la facilitación de los grupos de discusión y
observación en los talleres. La autora facilitaba los talleres y realizaba
observación en los grupos de discusión, esta distribución alternada de
observadora y facilitadora posibilitó un adecuado registro de la observación.
- 35 -
En los grupos de discusión y talleres las participantes y facilitadoras
compartimos experiencias y vivencias lo que permitió que las adolescentes
embarazadas no nos vieran siempre como “ las que dirigen”.
.
Mediante la observación participativa se apreciaron tanto los temas de los que
se hablaba, como el desarrollo mismo del grupo durante esas ocho ocasiones
en que nos reunimos. Con las entrevistas a profundidad a las adolescentes se
recogió su percepción acerca del impacto que tuvo ese hablar en grupo sobre
su sexualidad.
Observación participativa
Acerca de la observación participativa, Henri Peretz dice: “El término
participación debe entenderse como la presencia del observador dentro del
ambiente observado” 43 Para esta investigación era necesario distinguir lo que
es observación participante y participativa. Observación participante es aquella
en la que el investigador es parte del grupo observado, y participativa aquella
en que el investigador no es parte del grupo observado; entonces, la que se
realizó fue, una observación participativa, pero también participante, porque si
bien la autora no formaba parte del grupo de adolescentes embarazadas,
quienes facilitaban los talleres participaban en los mismos. Además, la
observación también incluyó la auto-observación de quienes facilitaban los
talleres. Se tomó en cuenta lo que afloró, lo que pasó con cada una a lo largo
de los talleres y grupos de discusión.
43 Peretz, Henry.(Ídem). Pág. 61
- 36 -
La metodología utilizada para lograr la observación participativa consistió en
diseñar 4 talleres y cuatro grupos de discusión. Primero se realizó un taller, a
continuación un grupo hasta terminar. Los grupos de discusión eran grabados,
transcritos y luego analizados. Las facilitadoras, realizaban anotaciones de
cada taller, y un “diario” donde anotaban todo lo observado, sentido o intuido;
esta información fue mas tarde transcrita y analizada.
Entrevistas a profundidad
El objetivo de estas entrevistas era analizar/ recoger lo que desencadenó en
las participantes la experiencia de hablar en grupo sobre sexualidad, mirar que
significaron para ellas los talleres.
Se realizó una entrevista al inicio del proceso, otra en la mitad y la última al
final de los talleres; mismas que fueron grabadas en su totalidad, con un tiempo
aproximado de 30 a 45 minutos. Los temas a tratarse eran: en la primera
entrevista; expectativas sobre los talleres, en la segunda entrevista; facilidades
o dificultades para hablar en el taller y en la tercera lo que habían significado
los talleres.
Las entrevistas se realizaron a la adolescente que había asistido con más
regularidad, a la que menos asistía, y a la más joven del grupo. Una de estas
tres chicas era casada, las otras dos vivían con sus padres, las parejas de las
jóvenes solteras en el un caso se interesaban por el embarazo y en el otro caso
no.
- 37 -
La formación del grupo
Se realizó una convocatoria a embarazadas adolescentes usuarias del sub.
Centro de Salud Chillogallo, dónde trabaja la autora. Esta convocatoria se hizo
mediante avisos en la unidad y también de manera personal en la consulta. Se
convocaron 8 adolescentes, en consideración al espacio físico que existía para
llevar a cabo los talleres y grupos de discusión.
La convocatoria o el enganche para que acudieran era la realización de
“Talleres de preparación al parto y sexualidad”. La llamada estaba dirigida a
adolescentes embarazadas de hasta 19 años de edad, pero era probable que
acudieran algunas otras personas, tales como: sus parejas, o familiares.
Personalmente creía que éstas podían enriquecer tanto los talleres como los
grupos de discusión.
No hubo proceso de selección, las adolescentes que decidieron acudir a esta
invitación se inscribieron, y cuando llegaron a 8 inscritas ya no invitamos más.
No se tomó en cuenta la edad gestacional, solo era necesario que estuvieran
embarazadas, 2 de ellas tenían una edad gestacional de 36 semanas, 4 de 32
semanas, y 2 de 22 semanas.
Las edades de las chicas eran las siguientes: una tenía 15 años, una 16 años,
cuatro 18 años y dos de 19 años.
El lapso de tiempo que duró la realización de los talleres y los grupos de
discusión fue de 48 días.
- 38 -
Facilitadoras: Mercy y Susana.
Susana Imaicela es Licenciada en Enfermería, trabaja en el Área de Salud de
Guamaní, en el Sub Centro de la Victoria. Tiene 36 años, está casada, tiene 3
hijos. Es una mujer que, a más de su labor en salud, ha desarrollado por
algunos años trabajo con grupos de mujeres en la Iglesia Tierra Nueva, en el
“Equipo de Educación Popular Caminando”.
Con Susana realizamos la especialización en Adolescencia en la Universidad
Andina. Todo ese camino juntas, enriqueció y permitió otra mirada de mi
investigación.
Acerca de los motivos para participar en la investigación, Susana dice: “Mi
motivación principal al participar en esto es aprender, me gusta trabajar en
grupo, me motiva a conocer otras experiencias. Me llama la atención la
metodología desde el cuerpo. Los jóvenes me llaman mucho la atención, los
adultos estamos pensando y decidiendo por el adolescente.”
Mercy, la autora de este trabajo, es soñadora, ama su trabajo de Obstetriz en
el Sub centro de Chillogallo, tiene 39 años, está casada, y tiene 2 hijos. Le
gusta conversar, hablar con las mujeres que acuden diariamente a la consulta.
Los motivos por los que realizó esta investigación iban desde el descubrimiento
de un mundo nuevo en el trabajo con el cuerpo, la posibilidad de vivenciar, de
mirar, de escuchar de hablar de otras maneras con las mujeres. La intuición, lo
- 39 -
poético, lo imaginal, la creatividad al mismo nivel que la lógica. Descubrir que
la sexualidad en el embarazo es un aspecto que no se habla fácilmente.
Plan y diseño de los talleres, grupos de discusión
En la planificación de los talleres se tomó en cuenta lo desarrollado en el marco
conceptual acerca de los mismos. Incluye los descubrimientos de Reich acerca
de la “Coraza”, el trabajo que desarrolló Teherese Bertherat y la experiencia de
los talleres en los años de formación en la Maestría de Adolescencia. Dentro de
los “temas” que se planteó para ser tratados en los grupos de discusión se
intentó incluir todos los principales aspectos revisados en la parte “teórica” de
este documento.
Se propuso que los talleres y grupos de discusión comenzaran con el tema del
cuerpo y embarazo, seguido por la sensualidad y seducción, para apreciar lo
relacionado con el poder de la sexualidad, más tarde abordaríamos los miedos
en la sexualidad para apreciar los límites y las subjetividades, y por último
hablaríamos de sexualidad en el embarazo.
Los temas tenían estrecha relación en los talleres y grupos de discusión; así
por ejemplo: el primer taller “Rompiendo el hielo” tenía como objetivo
descubrir las sensaciones que traía el cuerpo, mientras que el primer grupo de
discusión era sobre “Cuerpo y Embarazo”.
Los talleres de preparación al parto se diseñaron con movimientos corporales
como: de contracción y relajación de ojos, boca, puños, genitales. Movimientos
- 40 -
de la mandíbula, los labios, la boca, tocar con la lengua el paladar, encías,
carrillos, piezas dentales, y sentir lo que esto provocaba en los genitales;
también la realización de movimientos respiratorios para ampliar la respiración
y lograr relajación. Realizamos respiración vaginal, donde se pedía a las
participantes que imaginaran que se podía sacar el aire por los genitales y esto
hacía posible que muevan su cadera hacia delante en cada expiración y hacia
atrás en cada inspiración, esto permitía conectar con su sexualidad y con el
parto. Se emplearon también masajes de aflojamiento de columna y pelvis.
Movimientos corporales para la labor de parto: cuclillas, hincadas, en cuatro,
caminando.
Luego de cada taller se realizaban conversatorios en círculo, donde se
compartía lo que habían sentido.
Para apreciar en detalle el diseño de cada uno de los talleres y grupos de
discusión, por favor revisar el anexo 1.
Análisis
Como primer paso, se “compiló” toda la información recogida, tanto de las
observaciones como de las entrevistas a profundidad, que se encontraban en
las transcripciones y las anotaciones hechas en los “diarios de campo” de las
facilitadoras. Posteriormente se intentó su clasificación, identificando a cuáles
elementos del marco conceptual parecía corresponder cada parte de las
mismas.
- 41 -
Finalmente se analizaron estas informaciones en búsqueda de sus
interrelaciones, se identificaron y ordenaron todos las “ideas fuerza”, lo que
permitió realizar un análisis más global.
- 42 -
3. LOS HALLAZGOS Y SU INTERPRETACIÓN
Durante este capítulo se realizará una descripción, análisis y reflexión en torno
a lo observado en los talleres, y grupos de discusión, así como de la
información recogida mediante las entrevistas a profundidad.
Al inicio se abordará lo que se habló en torno a la sexualidad, a continuación
la dinámica grupal misma y al final, se intentará una aproximación a la reacción
que produjo este acto de hablar en grupo en las participantes.
Lo que se habló en torno a la sexualidad
Los talleres y grupos de discusión se plantearon para ir desde el cuerpo y
embarazo, a la sensualidad, seducción y miedos para terminar con el parto y
hablar de sexualidad (durante el embarazo).
Adolescencia y embarazo
La adolescencia, como vimos en el marco teórico, es vista por algunos adultos
como “ la etapa más sexual”, por lo tanto es temida, y a su alrededor se han
creado normas para regularla. El embarazo en esta etapa es apreciado por
algunos adultos como un problema. Las adolescentes embarazadas y sus
parejas son vistos como: irresponsables, incapaces, que hacen algo que no les
corresponde.
Veremos lo que ellas opinan acerca del embarazo en ésta etapa, una de las
jóvenes respecto al descubrimiento de su embarazo dijo: “Yo, al mismo tiempo
sentí así como una alegría, cuando yo me llegué a enterar que estaba
- 43 -
embarazada, sentía como una tristeza, como quien dice alguien se puso en mi
camino y no dio paso para seguir”. Su hijo representaba un obstáculo para
seguir adelante, se puso en su camino, ella tenía algunas metas y cree que no
podrá realizarlas a causa del embarazo. Cuando ella habló, bajó su cabeza,
estaba triste como si todo se hubiera perdido. La maternidad y sus
responsabilidades en el caso de las adolescentes embarazadas sin pareja,
recaen casi por completo en ellas, puede sin duda dar la sensación de que se
ha truncado el camino; coincidiendo con los discursos de algunos padres y
adultos ubican el embarazo de una adolescente como un fracaso. Las
opiniones de las adolescentes acerca del embarazo reflejan la influencia de la
sociedad y de los adultos, pero el embarazo adolescente no es un problema en
si mismo, sino, que son las condiciones sociales las que lo hacen aparecer así.
Otra joven dijo acerca de su embarazo: “ tengo miedo de no poder proteger a
alguien más pequeño que yo, y las dudas porque tengo de aprender algo
diferente, diferente de lo que estoy acostumbrada hacer, el no poder pasar,
como les explico, no poder, o sea hacer algo diferente, porque yo se que
después de tener a un bebé voy a ser diferente, me da miedo equivocarme y
no hacer las cosas bien”. Los miedos de la joven son parecidos a los que
afrontan muchas adultas embarazadas, pero al tratarse de una adolescente
tienen mayor peso ya que algunos adultos dudan de su capacidad y su
madurez, y entonces no solo tiene que ser buena madre para sí misma, sino
tiene que demostrar esa capacidad frente a los otros, que de alguna manera
están esperando que falle.
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Otra joven dijo acerca de su hijo por nacer: “El papá no quiere saber de mi
bebé. Ojalá mis papás lo acepten o tal vez le rechacen también”. Es una joven
sola, sin apoyo de la pareja y teme que su hijo no sea aceptado por sus padres;
eso pondría en riesgo a los dos, ella depende econonómicamente de otros, por
tanto la aceptación tiene una gran importancia. Quizá la dependencia
económica constituya un límite fuerte, la sociedad no brinda oportunidades de
empleo, ni de autonomía económica a los adolescentes, y menos si estas están
embarazadas y/ o tienen hijos, lo que desencadena dependencia de su familia
o pareja.
Dentro del grupo de adolescentes que participaron en los talleres solo una de
ellas trabajaba como empleada doméstica, algunas afirmaban: que no les
querían dar empleo, tanto por su edad como por su estado.
El significado que las adolescentes dieron al embarazo coincide en gran parte
con visión de la sociedad adulta, que lo mira como un problema.
Poder de la sexualidad
Dentro de este subcapítulo podremos apreciar los discursos que construyen
las adolescentes en torno a: la procreación, el placer, la creatividad, lo lúdico, la
sensualidad y la seducción.
En los grupos y talleres el primer tema que salió fue el de la procreación. Una
de las jóvenes dice: “Yo creo que es algo hermoso, a nosotros las mujeres nos
han dado el privilegio de poder crear, o sea, tener en nuestro vientre la
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creación. El poder de dar más vida, que haya más personas para que la
humanidad no se pierda”. Vemos aquí la sexualidad ligada a la procreación, al
poder de gestar, de dar vida, de garantizar la trascendencia de la humanidad.
Para mi se relaciona con ese sentimiento, con esa sensación presente en todo
ser humano desde el inicio de la humanidad, la relación de la sexualidad con la
procreación, mencionado en el marco conceptual.
Pero hay que considerar que es posible que el tema de la procreación saliera
en primer lugar debido al estado de gravidez de las adolescentes participantes.
En cuanto a la sensualidad y seducción, recogimos algunas opiniones que nos
dan una mirada de lo que ellas sienten y viven. Llama la atención una
diferencia, un “antes y después” de su actual estado de embarazo. Ante la
pregunta ¿qué es la coquetería? Una de ellas responde: “En cierta forma,
deben responder las solteras”. La joven que da esta respuesta es soltera, pero
asumo que las mujeres que están embarazadas no deben coquetear, que
deben ser serias. Otra jovencita dice: “Cuando no estaba embarazada sabía
irme por ahí, nos arreglábamos bien usando pantalones jeans, blusitas
chiquitas, nos íbamos por ahí”.
En lo que las adolescentes nos cuentan, se puede ver una diferencia en su
manera de relacionarse con los “otros” a partir de su embarazo. Me atrevo a
pensar que sus opiniones ahora obedecen a un imaginario sobre “lo que debe
ser y hacer” una mujer embarazada. Se ve dicotomía: coquetas antes y serias
durante el embarazo o más bien frente a la posibilidad de “ ser madres”.
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Para explorar más acerca de la sensualidad y seducción, hacemos otra
pregunta: ¿cómo hacían para seducir? A lo que respondieron: “En la forma de
vestirme: con los pantalones apretados, bien arreglada, ver a quien molesto
más.” Otra joven dice: “O sea, un hombre que me gustaba, tenía que estar
conmigo, si no, ahí moría”. Otra joven afirma. “A ver, a veces se hacen difíciles,
a veces no, hay veces que se hace decir con otra persona; así uno se
comunica, se dicen muchas cosas, ya tenemos química, y ya salgamos”. Otra
de las participantes dice”: Cuando antes coqueteaba me gustaba: tocarme el
cabello, pasarme los dedos por los labios”. Otra de las participantes afirma: “un
día le dije que me gustaba y después el también me dijo que yo también le
gustaba, pero que a él le daba cosa decirme, entonces ahí comenzó la
historia”.
Respecto a la sensualidad y seducción, lo que ellas dicen no coincide con
aquellas afirmaciones que aseguran que las muchachas son las seducidas por
los hombres. Más bien parece, que las mujeres tenemos un poder en la
seducción; nos valemos de distintos lenguajes, con el cuerpo, mostrándonos, al
hablar directamente, o, a través de terceros, la creatividad sale por todos
lados. Algunas de ellas fueron las que tomaron la iniciativa para decir a sus
parejas que les “gustaba”, y otras dicen que “ no dejaban pasar”. Es una cara
bella de la seducción, mujeres activas al elegir sus parejas, al llamar la
atención, al seducir.
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Ante la pregunta: “ ¿Cómo fue eso de además de enamorarse, sintieron deseo
de estar con ellos?. Hay silencio....... luego sonrisas “. Los silencios son otro
lenguaje, especialmente si se producen ante preguntas como esta. Tal vez se
quedaron “paralizadas”, o quizá no querían responder porque la pregunta les
pareció comprometedora; pero, luego del silencio vinieron sonrisas, quizá
recuerdan el disfrute de su sensualidad y sexualidad.
Luego de las sonrisas, una de ellas responde: “por curiosidad”. Otra joven dice:
“Bueno, yo en parte también lo hice por curiosidad, y en parte porque el ya me
dijo: vamos a vivir, todo eso, y bueno fue un momento que pasó y ya. Bueno
pasó mi hijo ya. Yo quería tener una base con la cual salirme de mi casa,
quedarme embarazada y así. Yo mismo quería quedarme embarazada. Pero
bueno, en la curiosidad y todo, pero se siente bonito”. Otra de las jóvenes dice:
“yo le quería a él, yo también quería salir embarazada para irme con él, pero mi
papi no quiso. Yo le dije, que estoy embarazada y me voy a vivir con él, dijo
que no. Yo pensé que me iba a vivir con él, no pude”.
Dos jóvenes coinciden en señalar que la curiosidad las estimuló para
mantener relaciones sexuales con sus parejas, dos de ellas también señalan,
que lo hicieron porque quisieron irse a vivir con ellos, sin embargo, señalan
también que no fue posible porque el padre no lo permitió. El ejercicio de la
sexualidad es una manera de afirmarse, de rebelarse, de ser autónoma, en
ocasiones el embarazo es un pretexto para lograr autonomía.
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Por otra parte, es interesante observar que las jóvenes no hablan directamente
de sus deseos eróticos, sino más bien hablan de la curiosidad, del amor
hacia su pareja o el logro de autonomía.
El placer y la creatividad se observan en lo que nos contaron sobre la
sensualidad y seducción al mostrar el cuerpo, al atraer. En cuanto al placer,
cuando hablaban, sus rostros, sus ojos se iluminaban y su cara tenía una
sonrisa bellísima, era visible que sentían placer en lo que contaban.
Los límites de la sexualidad femenina
Los límites y los discursos que las instituciones predican, se hicieron muy
presentes en lo que las jóvenes dijeron; salieron temas en torno a la familia, y
en especial a la madre y el padre, así como también de los servicios de
salud. No mencionaron explícitamente: a la iglesia, la educación, ni los medios
de comunicación, sin embargo, expresaron algo que no es precisamente un
discurso de alguna institución, pero representa un poderoso límite
internalizado: “el que dirán” o “lo que dicen los adultos”.
La familia
Dentro de los discursos sobre la familia salieron primero los que se refieren a
las madres. Una joven nos contó que: “Cuando le dijo a su madre que estaba
embarazada, ella ya lo sabía, y las demás corroboraron, las mamás se dan
cuenta”.
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Las madres saben lo que les pasa a sus hijos por un conocimiento “lógico”
construido desde el unir cabos de lo que sucede, pero también por la intuición.
Por cualquier camino las madres saben; esa es la sensación que tenían las
jóvenes, sus madres ya sospechaban algo y confirmaron las sospechas el día
en que ellas les dijeron que estaba embarazadas. Sale también a la luz la
madre como figura poderosa y temible que ejerce “control” sobre los hijos. El
papel de la madre se relaciona con lo cotidiano, con el poder de los afectos y
es desde ahí que ejerce su poder; esto es algo que ya se dijo en el marco
conceptual: el poder de los padres alcanza muchas veces la vida privada de
sus hijos.
Una joven contó que su madre le mete miedos acerca del parto, que le dice:
“así como abriste las piernas vas a ver los dolores”. Eso recuerda el dicho:
“por donde se peca, se paga”. Es como llenar de culpa lo vivido en la
sexualidad, como legalizar un castigo. Eso venido de mujeres mayores, de la
madre, es como una sentencia, muy probablemente por eso se viva con tanto
miedo la sexualidad y el parto. El placer y el miedo van de la mano. La
sexualidad humana está matizada de aspectos aparentemente contradictorios
así: el miedo, el dolor que pueden impedir el gozo pero en ocasiones estos
mismos aspectos avivan el placer.
Otra joven decía: “Mi mamá sabía decir que nunca le diga a un chico eso,
nunca le diga primero a él, me sabía dar cosa; pero una prima me dijo que no,
que le diga nomás y yo también ya le dije, me daba vergüenza y ya le dije. Y
después me dijo: ¿podemos vacilar? (¿Podemos ser enamorados?). La
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enseñanza de la madre es que su hija debe cumplir con lo establecido para
cada género; pero muchas veces esto no se cumple, por alguna razón las
jóvenes toman la iniciativa a pesar de los temores, pero sienten que hay un
castigo, una consecuencia y la asumen.
El padre al interior de la familia de las jóvenes, es la figura de mayor poder, es
la autoridad máxima, es al mismo tiempo el que protege, el que brinda refugio y
el que sentencia y amenaza de retirar dicho apoyo en caso de desobediencia.
Las jóvenes dependen económicamente de su padre, están bajo el techo y las
normas que él imponga.
De las ocho jóvenes participantes, una de ellas se casó, las otras siete salieron
de sus casas con sus novios, intentaron hacer su vida, pero la voluntad paterna
se interpuso y las seis regresaron al hogar familiar. La última regresó con su
pareja y viven dentro de la casa paterna. Una joven nos cuenta: “...yo también
quería salir embarazada para irme con él, pero mi papi no quiso. Yo le dije que
estoy embarazada y me voy a vivir con él, dijo que no. Yo pensé que me iba a
vivir con él, pero no pude”. Llama la atención que ninguna de las jóvenes
cuestione la autoridad paterna, quizá es lo que esperaban de su padre,
también influye la dependencia económica y la poca o ninguna seguridad en
este sentido que les daban sus parejas.
El padre, en ocasiones rechaza a la pareja de la joven por considerarlo no apto
para desempeñar las funciones de proveedor y de protector debido a su edad o
a la falta de empleo, y entonces prohíben a las jóvenes que los vean. Una
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joven dice: “Mi papá que me dijo: que si se entera que yo le veo o me llama,
que coja mis cosas y me vaya, ... entonces mejor no me topo para
encontrarnos, aunque yo quiera”. La desobediencia será castigada con la
expulsión de la casa, con todas las implicaciones que de esto deriva: estará
desprotegida, sin recursos para alimentarse etc. Debido a este peligro, siete de
las ocho las jóvenes se quedaron en casa de sus padres.
Existen otras figuras familiares como hermanos y tíos, quienes frecuentemente
desempeñan un papel de intermediarios para hablar con los padres acerca del
embarazo; nos dice una de las jóvenes”: yo le dije a mi ñaña y ella me dijo que
le diga a mi tía, y ella me ayudó hablar con mi mami”
Los servicios de salud
La relación de las jóvenes con los discursos de los servicios de salud, se
expresó en lo que nos contó una de las jóvenes: “me seguía tomando las
pastillas que me daba el doctor pero yo ya le decía que no me había venido el
período, y me decía: eso no le afecta en nada si está embarazada”. La joven
se preocupaba de lo que podría suceder con su embarazo al tomar
medicamentos y el doctor de acuerdo a su formación “científica” asegura que
no hay peligro, no hay lugar a dudas. Ella al final hace caso de esa “autoridad”.
Otra de las jóvenes nos contó: “cuando vine hacerme el control por primera
vez, la doctora me dijo: tan jovencita, ¿ ya se graduó?, yo le dije que era
bachiller”. El control prenatal como casi todo lo que hacemos en los servicios
de salud es el resultado de normas, de recomendaciones, de programas donde
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el embarazo adolescente es visto como riesgo y a eso corresponde lo que la
“doctora” le dijo. Pero también en esa pregunta sobre la graduación quizá
importe que la joven haya cumplido con una etapa “ formación” para poder
“afrontar” la siguiente. Según la sociedad primero debe estar el colegio y luego
el embarazo.
El que dirán
Una joven nos cuentan lo que unos vecinos le dicen: “a mí me dicen ahora si,
ya no estará jugando al papá y a la mamá. Después será, ahorita no.” Los
adultos miran todo lo que ella hizo en cuanto al ejercicio de su sexualidad
como un juego, una cosa de niños. El discurso detrás de estas afirmaciones es
el de la “adolescente inmadura”, que “no está preparada para tener relaciones
sexuales”.
Algunas jóvenes nos contaron lo que comentan las personas cuando las ven
en la calle: “Dicen guagua con guagua, mueven la cabeza, dicen: ¿Y quienes
serán los padres?”. Aunque identifican estos comentarios especialmente como
provenientes de personas adultas “chapadas a la antigua”; algunas de ellas
también dijeron que en ocasiones agachan la cabeza cuando se encuentran
con algún conocido. Los adultos juzgan con dureza el ejercicio de la sexualidad
en los adolescentes y mucho más si hay un embarazo, creen que a los jóvenes
les falta capacidad para afrontar responsabilidades: ellos todavía están en
formación, deben estudiar, formarse para el futuro y tienen la osadía de tener
relaciones, de embarazarse, siendo considerados esos como privilegios de los
adultos.
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Subjetividad sobre sexualidad femenina
De acuerdo a lo desarrollado en el marco conceptual, la subjetividad femenina
es influida por los roles de género; así: el rol doméstico que divide a las
mujeres buenas para la casa y las malas afuera. Esto también salió de una de
las participantes cuando nos contó lo que le dijo su enamorado: “Él se acercó y
me dijo_ ¿puedo hablar contigo?, me dijo sabes que me gustas, te he estado
viendo, que no eres como esas chicas que hay por ahí de locas.” Ella es una
chica buena, él la ha observado; ha elegido una chica buena para que sea su
pareja, porque ella no es como esas “locas”. En estas afirmaciones está
implícita la idea de la mujer buena, mujer madre, mujer abnegada, mientras
que las otras, las “locas” son para el placer. La ambivalencia, lo negro y blanco,
es buena o es loca, no hay intermedios.
Embarazo y “estatus social”
Dentro del desarrollo de los talleres y grupos de discusión se dieron opiniones
muy interesantes como la que sigue: “Eso digo: antes fuimos chicas, ahora
somos madres, somos mujeres, tenemos que velar por otros” Creo que esta
afirmación tiene una carga enorme. Son adolescentes de entre 15 y 19 años,
una de las cuáles dice que siente que es “mujer” por el hecho de estar
embarazada, de tener que velar por otro. El embarazo determina que ella
asuma una manera diferente de sentirse, se siente “mujer” adulta.
Probablemente este sentirse “adulta” influye en las motivaciones para un
embarazo.
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Rol de los hombres en la sexualidad femenina
Dentro de la sexualidad femenina, el rol de los hombres especialmente de la
pareja, tiene un importante papel. Una de las jóvenes nos contó: “él a los dos
meses me llevó hacer una prueba de embarazo, ahí dijo que estaba positivo,
que estaba embarazada.” Fue su pareja quien decide llevarla y hacer que otra
persona, el “ doctor”, confirme su embarazo. Algo que ella probablemente sabía
o tenía sospechas, necesitó que ese otro le confirme, que lo avalice.
Una joven habla de como se siente cuando le miran otros hombres ahora que
tiene pareja y está embarazada: “Estando con mi esposo al lado, me saben
quedar viendo, ya no es lo mismo, porque estar con el esposo, ya ha sido una
cosita rara”. Sale el imaginario mediante el cual se asignan papeles por
género, por edad, por estado civil, si se trata de una mujer que tiene
compañero, esté casada o no, se espera que ella sea fiel, que no mire a nadie
más. Este es un marco de hierro fuerte para la mujer y muy permeable para el
hombre, él puede mirar y ser infiel, tiene que ver con un ejercicio in equitativo
del poder. Además, en este caso se trata de una adolescente embarazada, la
presencia visible de un hijo creciendo es la prueba de que “pertenece a otro
hombre”.
Cuerpo y embarazo
Respecto a cuerpo y embarazo se realizó la siguiente pregunta: ¿Cómo se
dieron cuenta que estaban embarazadas?. Y ellas respondieron: “Sentí que
alguien más había aparte de nosotros, una se miraba al espejo y ya no era lo
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mismo; la diferencia estaba en nuestra mirada mismo, ya no era lo mismo, ya
no era igual, también por el período”.
Otra joven dice: “Yo sentía que alguien estaba ahí, yo tenía la sospecha no
cierto, claro que se siente algo bonito, pero al mismo tiempo extraño, se siente
algo especial, pero algo diferente, que nunca había sentido”.
Otra joven dice: “Yo simplemente porque ya estuve con un chico no cierto, yo
entonces tenía mi sospecha porque el siguiente mes ya no me vino el período,
entonces me hice un examen, una prueba de embarazo, salió positivo”.
Para darse cuenta que estaban embarazadas ellas se valieron de una
evidencia: la falta de regla y principalmente, de sus percepciones e intuiciones:
la sensación de sentir que eran otras, que había alguien más, que eran
diferentes. Unen lo corporal y su mundo analógico que les da una certeza que
es confirmada por el examen. Esa sensación de estar embarazada antes de
que sea confirmada viene de los saberes escritos en el cuerpo, esos que son
perceptibles por medio de intuiciones, de sueños, de emociones, que avisan
que “otro” está presente. Es curioso, algunas jóvenes dijeron que: no se
sentían igual, que su mirada era diferente; es como si a nivel corporal se
desencadenara un mecanismo misterioso, escondido a la mirada de la lógica.
Embarazo y sexualidad
En la presente investigación los talleres y grupos de discusión debían
realizarse con adolescentes embarazadas, pero, hubo retrasos y no se
cumplieron las fechas programadas; por lo que cuando se realizó el último
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grupo de discusión que tenía como tema “hablar de sexualidad en el embarazo”
todas las jóvenes que participaron ya habían dado a luz.
Como afirma Ana Amuchástegui “Por fortuna, el investigador difícilmente
encuentra lo que originalmente pretende hallar”44 En esta investigación el tema
“hablar de la sexualidad con adolescentes embarazadas”, se tocó de varias
maneras: cuerpo y embarazo, sensualidad y seducción, los miedos, pero el
último grupo de discusión se realizó con madres adolescentes que hablaban de
la sexualidad en el embarazo como una experiencia pasada; pensamos que
este cambio, sin embargo, no resta riqueza a sus opiniones.
Durante el embarazo la mujer se ve envuelta en una serie de discursos que la
arrancan de su lado corporal y la elevan a una condición maternal,
acompañada de abnegación y negación de la sexualidad o invisibilización de
la misma. Pero la sexualidad está ahí y se manifiesta, aunque se hable poco
de ese tema. Las jóvenes que participaron dijeron lo siguiente de lo que
vivieron en esa etapa de su vida: “yo sentía eso, una excitación más fuerte, a
veces si me sentí culpable, dije mejor quedarme quietita y no digo nada, no
quería hacerle daño a mi hijo”.
Otra joven nos contó: “yo en cambio una vez cuando mi esposo se fue, yo
estaba dormida, yo estaba soñado con él, justo fue, empecé a soñar, yo en el
sueño estaba en la cama y que era de noche y que tenía ganas”.
44 Amuchástegui, Ana. “El significado de la virginidad y la iniciación sexual: Un relato de investigación”. En SAS, Ivonne y Susana Lerner Eds. : Para comprender la subjetividad: Investigación cualitativa en salud reproductiva y sexualidad. México: El Colegio de México. 1996. Pp. 137-172. Pág. 9
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Otra joven dijo: “uno piensa que está haciendo mal, yo no sentí mucho, pero si
tenía miedo de quizá le hago daño y también creo que era la preocupación de
él, yo miraba eso, que esto, que el otro, mejor no”.
Otra joven dijo: “mi esposo también me decía eso, por eso me dijo: está de que
preguntes, de que investigues, me decía, una vez creo que si le comenté algo,
me dijo: pero está de que preguntes, no vayamos hacer algo malo”.
Sentí la necesidad de participar y contar lo que viví en mi propio embarazo.
Pienso que este ha sido el motor que me ha empujado a esta investigación: era
la necesidad de hablar con otras mujeres respecto a la sexualidad en el
embarazo, el saber que sienten otras mujeres y por fin hablar de algo que
nunca me atreví. Dije lo siguiente: “Yo sentía más deseo sexual en el
embarazo, más en el embarazo que en otras épocas, yo sentía eso y eso me
atormentaba a mí, porque en los libros yo no encontraba nada de la sexualidad
en la embarazada”.
En este grupo de discusión fue importante descubrir que las dudas, miedos y
temores acerca de la sexualidad en el embarazo eran compartidos por otras
mujeres; que ellas también sentían en su cuerpo excitación, que sentían
miedos respecto a sí mismas y a sus hijos, ese temor de hacerles daño si
daban “rienda suelta” a sus deseos.
Es evidente que durante el embarazo las mujeres sentimos mayor excitación,
que eso crea inquietudes, y miedos respecto al bienestar del bebé, que esas
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inquietudes son compartidas por la pareja, pero los hombres no preguntan por
si mismos sino que lo hacen a través de sus parejas. Parecen considerar que
cómo ellas que son las que están embarazadas, las que sienten todo eso, por
lo tanto, son las que deben preguntar.
Sería interesante y valioso, saber que sienten ellos respecto a su sexualidad
con una mujer embarazada, pero esto no fue abordado en esta investigación,
porque aquí se trabajó exclusivamente desde las opiniones de las adolescentes
mujeres.
Dinámica del grupo
Las adolescentes embarazadas que participaron de los grupos de discusión y
talleres, se reunieron por ocho ocasiones, por un tiempo aproximado de dos a
tres horas cada vez. Durante el tiempo compartido en grupo fue posible
observar la dinámica que se iba dando al interior, observar cambios desde la
situación inicial hasta la final.
Al inicio del primer taller llamado “Rompiendo el hielo” se registró lo siguiente
en relación a la observación realizada: “ no hablaban entre sí, no se
preguntaban nada, sus brazos delante como protegiéndose, sus miradas veían
el espacio como reconociéndolo, sus caras estaban serias”. Eran un grupo de
mujeres jóvenes, desconocidas, cada una de ellas venía con muchas
inquietudes, quizá miedos, y también con muchas cosas para compartir. Se les
dio a conocer los objetivos, la metodología, y se les informó que los grupos de
discusión serían grabados, pidiéndoles su autorización para tal procedimiento.
A medida que avanzamos con ese taller comenzaron a mirarse, a hablar entre
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ellas, sabían ya el nombre de todas, contaron sus vivencias y expectativas en
torno a su embarazo.
Antes del inicio del tercer taller se observó que: “las jóvenes mientras
esperaban, conversan entre ellas, no alcanzo a escuchar claramente de que,
pero a veces ríen; la voz que más se escucha es la de Ximena.” Se
preocupaban por las chicas que faltaban; se sentían parte de un grupo,
incipiente, pero grupo al fin. El proceso grupal fue como un tejido, poco a
poco se iban formando vínculos entre ellas. Estaban pendientes unas de otras,
cuando faltaba alguna, las demás preguntaban por ella.
La Licenciada Susana opina acerca del grupo: “ en el grupo se ha creado una
especie de confianza, de apoyo también. Hay momentos en que la una dice a
la otra: así, por ejemplo Xime decía a Fernanda: ”pero di que te molesta,
intentaba ayudarle a hablar”.
Para el cuarto taller invitamos a las parejas; dos de las jóvenes vinieron
acompañadas y las otras dos vinieron solas. En el diario de observaciones
anoté lo siguiente: “Es enriquecedor que estén las parejas en el grupo, pero
también cohíben, parece que hubiera recelo de hablar de parte de ellas. Da la
impresión que no lo quisieran hacer. Se creó un silencio, como que estaban
cuidándose, como mirándose y mirándoles. Se ubicaron curiosamente en el
espacio; dos parejas se pusieron en un extremo y las dos chicas que no tenían
pareja en el otro extremo, era como separarse, como hacerse a un lado”.
Había un ambiente de recelo, era la primera vez que había hombres, la primera
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vez que algunas de las chicas venían acompañadas de sus parejas. Se sintió
que las chicas que estaban sin pareja, se sentían diferentes; daba la
impresión de que se hizo una división en el grupo: a un lado las chicas con
pareja y al otro las chicas sin pareja.
Cuando asistieron solo mujeres ellas participaban más; con la presencia de los
hombres las chicas hablaban menos y bajito, podía ser porque era la primera
vez que compartíamos con hombres. La Licenciada Susana, facilitadora de los
grupos de discusión, dijo que también en talleres sobre sexualidad que ella
realizaba con parejas de adultos las mujeres se limitan mucho al hablar, se
medían cuando estaban con la pareja.
Sin embargo, trabajar con las parejas también tiene ventajas, como por
ejemplo: compartir el trabajo corporal de preparación al parto. De lo observado
se puede concluir que cuando están solo mujeres es más fácil que ellas hablen
de cosas íntimas y profundas.
Las jóvenes expresaron también sus opiniones acerca del grupo, una de ellas
dijo: “en estos talleres lo que hemos hecho es trabajar con el cuerpo, algunos
movimientos para relajarnos primero y hemos tratado de aprender de la
sexualidad”. Los talleres constituían un espacio para hablar, para compartir, si
bien se planteaban temas, se proponían movimientos corporales y dinámicas
específicas, no había imposición de criterios, cada una de ellas compartía o
callaba lo que quería. De acuerdo a lo que ellas opinan, los talleres fueron un
espacio para “aprender de la sexualidad”. Las jóvenes quizá tenían la
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expectativa de que las facilitadoras iban a enseñar sobre sexualidad, pero la
propuesta era compartir, descubrir que dentro de ellas hay mucha sabiduría.
Una de las características del grupo fue su gran movilidad en la asistencia. En
ningún taller estuvieron todas las participantes: había un promedio de cinco
asistentes por reunión, y solo una de las ocho jóvenes asistió a todos los
talleres. Ella era la única que vivía fuera de la casa de sus padres, la única
casada, la única bachiller, lo que me lleva a pensar que quizá esta propuesta
“sintonizaba” más con alguien así que con las otras jóvenes que dependían de
su familia y de los permisos correspondientes.
Una de las jóvenes asistió en una sola ocasión, aunque acudía con regularidad
al control prenatal. Me contó que su novio se había ido, que no tenía dinero
suficiente y tuvo que entrar a trabajar como empleada doméstica, por lo que no
podía pedir permiso en las tardes. La situación económica de algunas jóvenes
participantes del grupo era crítica, ellas pertenecen a familias pobres, que
habitan en barrios urbano marginales.
Respecto a la movilidad en la asistencia a los talleres, la Licenciada Susana,
opina: “El mirarlas así es que no son independientes, la mayoría están
dependiendo de sus papás... están condicionadas por eso. La otra es que
están estudiando, es una realidad diferente”. Cada grupo tiene características
propias, las adolescentes de este grupo atendían a la realidad de sus familias y
de las instituciones educativas. La propuesta de “talleres de preparación al
parto” era nueva, las jóvenes necesitaban tiempo para dedicarlo a sí mismas
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y realizar un proceso de reflexión de lo que estaban viviendo, quizá no veían la
utilidad inmediata de invertir tiempo en si mismas o no contaban con ese
tiempo.
Durante la observación, intentamos ver la influencia de algunas de estas
jóvenes en la dinámica grupal. Una de las jóvenes que más influía, era la que
estaba casada. Acerca de ella, una de sus compañeras opina: “yo me sentía un
poquito incómoda con Paty porque ella tenía su esposo”. Aunque no se decía
abiertamente, no tener compañero era motivo para que algunas de las jóvenes
se sintieran mal, sobretodo al compararse con aquella que si lo tenía.
El trabajo corporal y la dinámica del grupo
Se observó que durante la realización de los talleres y grupos de discusión
existieron diversas reacciones del grupo frente a las propuestas de trabajo
corporal. Durante el primer taller, frente a la propuesta de trabajar en la
alfombra y sin zapatos, “las miradas se cruzaron entre ellas, estaban recelosas,
también había risitas, cuando propuse ponerse de cuclillas, protestaron, unas
decían que sentían dolor, otras opresión” . Quizá no se sentían cómodas, quizá
era la primera vez que compartían con otras mujeres de esa manera.
El trabajo corporal tenía como objetivo ampliar la respiración, propiciar la
relajación y estimular segmentos tales como: el ocular, oral, cervical toráxico,
diafragmático y pélvico. Era importante también que sintieran la conexión entre
los diferentes segmentos como el oral y pélvico, la conexión entre boca y la
vagina, para lo cuál se propuso realizar movimientos con la lengua. En algunas
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chicas, noté resistencia, recelo de trabajar con la lengua, incluso con los ojos
cerrados. Observando a una de las jóvenes, anoté lo siguiente: ” Cuando saca
su lengua, lo hace poquito, apenas se ve sobre su boca”. Luego de terminar el
trabajo corporal una de ellas nos cuenta respecto a los movimientos con la
lengua “me daba vergüenza sacar la lengua, me daba vergüenza de las
demás”.
Otras participantes respecto a los mismos movimientos con la lengua dicen:
“me gustaron los movimientos, eran como cuando se besa”. Otra dice que
sintió: “un cosquilleo que bajaba hasta la barriga". Todos los movimientos,
especialmente los de la lengua, desencadenaron sensaciones, sentimientos
recuerdos y muchas palabras en todas y cada una de las participantes del
grupo.
Mientras las participantes realizaban el trabajo corporal, a menudo se
observaba que los bebés en su vientre se movían tan fuerte que era posible
apreciar sus movimientos incluso a través de la ropa.
Dinámica del grupo y los Talleres y grupos de discusión
En la metodología se había planificado realizar talleres de trabajo con el cuerpo
y grupos de discusión que no incluían trabajo corporal; pero, antes de que
empiece el segundo grupo de discusión, Susana la facilitadora, propone:
“Bueno vamos a empezar, a conversar, pero un poco como para entrar en la
conversa, vamos hacer una pequeña respiración, nos sentamos cómodamente.
Le pregunto: ¿Vas hacer los ejercicios también?. Susana responde: Si”. Y
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siguió con respiración y movimientos corporales, que al parecer facilitaron el
proceso de hablar entre las adolescentes.
Algo parecido sucedió en el tercer grupo de discusión, esperábamos por lo
menos 5 asistentes pero vinieron solo 3 a la hora indicada, con Susana
decidimos que no era el número adecuado de participantes para realizar un
grupo de discusión y decidimos realizar un taller de trabajo corporal pero luego
se incorporaron las demás participantes y se realizamos también el grupo de
discusión.
Podemos apreciar entonces que talleres y grupos se mezclaron, ese híbrido
“taller-grupo” fue la oportunidad para observar. Para las participantes no hubo
diferencia, ellas no distinguían entre talleres y grupos de discusión, para ellas
todo era taller.
Reacciones que provocó en las participantes el hablar en grupo acerca
de sexualidad
Lo que provocó o significó para las adolescentes el participar y hablar en un
grupo acerca de su sexualidad, se observó durante el tiempo en que se
realizaron los talleres y grupos de discusión, y se preguntó en las entrevistas a
profundidad.
Durante el segundo grupo de discusión asistió por primera vez una joven, y les
pedimos a las otras participantes que sean ellas las que le cuenten lo que
habían vivido en las reuniones anteriores. Una de ellas dijo: “yo creo que esto
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si nos ayuda porque muchas de nosotros no nos atrevemos a preguntar,
nuestros novios no nos dicen, no puedo hablar, entonces, yo creo, que aquí es
un espacio abierto para hablar cualquiera de esos temas”. Los talleres para
ellas constituían “un espacio abierto” y a la vez protegido donde ellas podían
hablar de su sexualidad, de cosas que en otros espacios no se atrevían, era un
acuerdo entre todas que lo que se diga en el grupo quedaría allí.
En el tercer taller también se escucharon algunas opiniones sobre lo que había
significado para ellas hablar de sexualidad: “a mí si me gustó conversar con
otras chicas, yo pensaba que lo que a mí me pasaba, solo me pasaba a mí, y
me di cuenta que a otras chicas les pasan otras cosas, cosas iguales o
diferentes..... creo que también me dieron un poco de apoyo moral, es como un
abrazo pudiera decir”. Algunas adolescentes embarazadas atraviesan un
proceso de soledad, pocas personas saben de su estado, a veces hasta sus
familiares lo ignoran. En cuanto a su sexualidad, solo unas pocas se atreven a
preguntar al respecto durante una consulta de control prenatal; al reunirse en
grupo, al escuchar a otras jóvenes hablar de su sexualidad, lo que algunas
participantes podrían haber sentido como prohibido, como vergonzoso, como
algo imposible de expresar, al escuchar a otras jóvenes, ven que no están
solas, que hay otras personas bregando con lo mismo.
En las entrevistas a profundidad, más que sacar a la luz las cosas lindas de
los talleres, se intentó indagar sobre lo que no es posible compartir en los
mismos.
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Una de ellas ante la pregunta: ¿por qué no dijo eso en los talleres? responde:
“tenía miedo, eso, delante de ellas me daba vergüenza decir que él era casado
y tenía tres hijos, entonces no podía decir nada”.
En la cita anotada anteriormente puede verse que el estado civil influye en su
forma de interactuar y como se sienten al interior del grupo.
Si bien los talleres y grupos de discusión sacaron a la luz muchos aspectos de
la sexualidad de cada una, hubo cosas que no se compartieron; aquellas que
las jóvenes consideraban más profundas o íntimas, como los sentimientos de
vergüenza, el sentirse cohibidas por ser madres solteras especialmente delante
de aquellas que no lo son. Todos estos aspectos hacen pensar que los talleres
son un espacio en el que se pueden abrir procesos que luego o
concomitantemente necesitan acompañamiento particular y personal.
Las jóvenes que formaban parte del grupo son al mismo tiempo usuarias del
Sub Centro de Salud, donde trabaja la autora de esta investigación, por eso
nos vemos frecuentemente. Con algunas de ellas tuvimos conversaciones
privadas luego de los talleres, mismas que a veces ellas pedían diciéndome:
“Mercy mañana vengo a la consulta”, lo que frecuentemente era para
conversar. Los talleres van más allá del espacio y del tiempo en que se
realizan; se crean lazos con las personas. A pesar de sentirse parte de un
grupo, de compartir muchos momentos y vivencias, hay un espacio personal
“sagrado” que no es posible “sacarlo” en grupo, al menos en este; por lo que se
hacen necesarias conversaciones personales.
- 67 -
Reacciones en las facilitadoras
Susana, la facilitadora de los grupos de discusión, reflexiona acerca de este
proceso de hablar en grupo: “En un inicio me sentí limitada porque es un grupo
desconocido. El proceso tenía una particularidad, que era una observación, con
algunas características por cumplirse para una institución. Por lo tanto iba a ser
mirada por otras personas, situación que para mí en particular es limitante”.
El tener que observar, el tener que “sacar” productos para luego analizarlos,
puede ser tedioso y limitante. En ocasiones, por estar pendiente de observar al
grupo y a las participantes, sentí que me perdía del momento y las personas;
es decir, por ver un detalle, se perdía el cuadro entero. Pero conforme
avanzaban los talleres y grupos nos fuimos “soltando”, tanto que comenzamos
a cambiar cosas sobre la marcha. Finalmente se vivió el proceso como se iba
dando, es decir que en ocasiones la planificación quedaba de lado, lo que
hacíamos obedecía a la intuición, se flexibilizó en este sentido la planificación
ya que atendíamos a las condiciones de las personas y al momento.
Me parece también interesante, a pesar de lo complicado que pueda parecer
al inicio, el realizar una observación y tener una trascripción de lo que se dijo
en los talleres y grupos de discusión permite tener un documento escrito al cual
recurrir cuantas veces se quiera, que no todo quede solo en la memoria. La
realización de esta investigación mostró que es posible sistematizar talleres.
Por otro lado, también es bastante incómodo tener que estar pendiente de
tomar notas o grabar, cuando los procesos que se van dando son muy
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intensos. Por ejemplo: ¿cómo grabar cuando una persona está llorando o
diciendo cosas muy íntimas?.
El facilitar los talleres constituyó para mi una posibilidad de conjugar todo lo
que adquirí en los dos años de la maestría, lo que trabajé en mi misma
durante este tiempo, mas la necesidad de buscar, intentar una manera
diferente de “llegar” a las adolescentes embarazadas. Necesité imaginar, y
soñar para realizar los talleres, estos son creaciones que cuentan con algunos
planteamientos base, pero que son flexibles, que se atiende al momento y al
grupo de personas.
- 69 -
4. CONCLUSIONES
Respecto a lo que participantes expresaron sobre el poder de la sexualidad,
vemos que se la une con la procreación, y es ahí donde se mira su principal
poder. Esto obviamente puede estar asociado al particular estado ( embarazo)
de las participantes, por lo que ese tema seguramente está más presente que
en otras personas o grupos.
El placer (sexual) no salió de manera espontánea y evidente en los discursos
de las adolescentes, pero se lo pudo entrever cuando hablaron de sensualidad
y seducción. Sale a relucir el poder que ellas tienen ( o sienten) en la
seducción, en la que se valen de distintos lenguajes. Aquí se observa un claro
antes y después del embarazo: las adolescentes sienten que hay una
diferencia en su manera de relacionarse con los “otros” a partir del embarazo;
ya no les es “natural” el coqueteo, porque ya no se sienten como antes de
embarazarse y ahora tienen que ser “serias”.
Las adolescentes ejercen su sexualidad (entendida aquí como el mantener
relaciones sexuales) como una manera de afirmarse, de rebelarse, de querer
hacer su vida. Para algunas de ellas “tener relaciones” y embarazarse fue un
pretexto para salir de la casa. Todas ellas buscaron ir a vivir con sus parejas,
pero en su mayoría no lo consiguió; aún peor, el compañero fue descalificado
por el padre y la familia.
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En cuanto los límites de la sexualidad femenina, las jóvenes no hablaron
explícitamente sobre la iglesia, la educación, ni de los medios de comunicación,
como instituciones de control, como los que establecen límites a la misma.
Esto quizá porque esos discursos están muy internalizados.
En cuanto a la familia, se mencionó en primer lugar la madre, con su sutil poder
de control y de normas, muchas veces ni siquiera percibidas como tales por las
chicas. El padre en cambio es visto como aquel que pone los límites, que
determina y sentencia, pero también el que protege y da refugio, además de
cu claro papel como proveedor de seguridad.
Las participantes mencionaron algo no previsto, pero que es sentido como una
importante barrera para el disfrute de su sexualidad: “el que dirán” lo que dicen
los “otros”, generalmente adultos, cuando las miran por la calle y dan
comentarios de desaprobación. Algunas incluso “bajan la cabeza”, llevan
internalizados sentimientos de vergüenza.
Dentro de los imaginarios surge con fuerza la importancia atribuida por ellas al
cambio en su estatus social, el sentirse “mujeres” ahora que van ha ser madres
y que “tienen alguien por quien velar”. Esta podría ser una de las razones por
las que estas chicas de una u otra forma buscan (o al menos aceptan sin
tantos conflictos) su embarazo. Este aspecto quizá podría aportar una reflexión
crítica acerca de las “campañas de prevención del embarazo adolescente”.
- 71 -
Se evidenció también la presencia de un imaginario relacionado con la división
entre las “mujeres buenas”, vistas como aquellas que los hombres eligen para
ser madres, y las “mujeres malas”, con las que se vive el placer. Cabe
preguntarse que consecuencias tendrá la persistencia de esta dualidad en la
vivencia de su sexualidad por parte de estas jóvenes mujeres.
En cuanto al rol de los hombres, son ellos los que confirman el embarazo, o los
que lo hacen confirmar con “otros”, con los profesionales de salud. Llama la
atención que aún así, las parejas de las participantes, sobretodo si no tienen
independencia económica que les permita “afrontar la situación”, desempeñan,
o se les asigna, un rol más bien secundario. El tradicional rol masculino de
protección y toma de decisión es asumido por el padre de la adolescente
embarazada; es él quién decide que es bueno o malo para ella y su bebé.
En cuanto a cuerpo y embarazo, las jóvenes para darse cuenta que estaban
embarazadas se valieron tanto de evidencia “biológica” como la falta de la
regla, como de sus intuiciones y percepciones de que “no eran iguales”, que
“su mirada era diferente”. Fue un proceso de percibir su cuerpo; sus emociones
y sensaciones, que comenzaron a despertarse al intuir que estaban
embarazadas. Salieron los miedos a que su hijo no pueda nacer, al parto, a
una cesárea; sin embargo, los otros miedos, los directamente relacionados
con las relaciones sexuales durante el embarazo, hubo que preguntarlos
explícitamente.
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Es posible hablar en grupo sobre sexualidad en el embarazo, las mujeres
embarazadas al parecer sentimos mayor excitación, mayor deseo sexual;
mismo, que se vive con miedo, con temor de que tenga consecuencias en el
desarrollo del bebé; pero sobretodo por miedo de “hacer algo malo”, algo que
una MADRE no debe hacer ni sentir.
Las parejas también sienten inquietudes al respecto, pero no preguntan,
mandan a preguntar con su mujer. Esto se podría interpretar cómo que ese es
un asunto “de mujeres”; como lo es (casi) todo lo relacionado con el embarazo
y el cuidado del bebé, el rol de MADRE.
En cuanto a la metodología planteada para los talleres y grupos de discusión,
ésta, se mezcló, los grupos de discusión tuvieron casi todos un trabajo corporal
previo, por lo que resultó un híbrido: el “taller- grupo”. Este representó la fuente
de la observación, que junto con las entrevistas a profundidad realizadas a tres
participantes, permitieron recoger la información que posteriormente se analizó
y constituye el “cuerpo” del presente trabajo. Las facilitadoras sentimos que el
trabajo corporal facilitaba el hablar en los grupos de discusión, aunque esto no
fue preguntado a las jóvenes.
Los “talleres- grupo”, son la cristalización de lo aprendido durante el tiempo de
la maestría, del grupo de formación con el Dr. Mario Muller, de la investigación
sobre trabajo corporal con adolescentes embarazadas, desde mi profesión de
Obstetriz. Recogen una revalorización de lo ilógico, de lo poético, de la
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creatividad y del riesgo de lanzarse a hacer realidad estos sueños, en
compañía de un grupo de mujeres.
Descubrí que es posible crear y hacer talleres con mujeres, así como también
sistematizarlos. El tener que observar para “sacar” productos y luego
analizarlos, me pareció tedioso y limitante, especialmente al inicio. Finalmente
se vivió el proceso como se iba dando y el registrar y analizar cobró otro
significado, el poder remirar los procesos, revivirlos y repensarlos.
A los talleres cada una de las participantes vino cargada con una “mochila”,
que contenía sus propios saberes y experiencias; y se encontraron con otras
jóvenes todas desconocidas. Al inicio no se hablaban mucho, pero poco a
poco se iba creando una espacio de confianza y apoyo. Sin embargo, también
fue importante darme cuenta que en los talleres hubo cosas que no se pudieron
decir, de las cuales nos percatamos por medio de las entrevistas a profundidad.
Hay espacios personales que son “sagrados”, de los que no es posible hablar
en grupo. Esto me lleva a la conclusión que los procesos que se abren en los
talleres necesitan, al menos de la posibilidad de, un acompañamiento
personalizado.
La experiencia de compartir con otras mujeres vivencias tan íntimas y tan
importantes, mas que nada cosas que no se dicen fácilmente y menos en un
grupo, son un paso importante para “sacar de la noche” un tema como la
sexualidad en la embarazada, misma que creo no debe ser vivida con culpa.
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La sexualidad femenina constituye tema de muchos estudios, pero por alguna
razón se ha obviado, olvidado la mención de la sexualidad femenina durante el
embarazo. Las connotaciones sociales sobre la maternidad impregnan a la
embarazada, ella es una madre, y como tal se espera de ella: amor hacia su
hijo, sacrificio y negación de sí misma. Creo que es este halo de santidad que
se teje a su alrededor el que ha impedido mirar a las embarazadas como
seres sexuales, sensuales y seductores; quiénes a pesar de las culpas viven
su sexualidad aun a escondidas del mundo, que son capaces de hablar de ello
y compartir con otras mujeres esas vivencias.
Hay que insistir en estos temas para que dejen de ser tabúes. Quizá
hablando de estos aspectos se desmitifique un poco la maternidad y se
humanice a la mujer embarazada.
- 75 -
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ANEXO NO. 1
PLAN DE LOS TALLERES, GRUPOS DE DISCUSIÓN Y PROPUESTAS DE
OBSERVACIÓN
PRIMER TALLER: ROMPIENDO EL HIELO
Propuesta:
- Movimientos corporales para descubrir las sensaciones que me trae el
cuerpo
- Dibujar lo que el cuerpo me dice
- Compartir con las demás
- Presentación de las participantes
PRIMER GRUPO DE DISCUSIÓN: CUERPO Y EMBARAZO
Preguntas motivadoras
- ¿Qué es el cuerpo para mí?
- ¿Qué siento en mi cuerpo ahora?
-¿Cómo supe que estaba embarazada?
SEGUNDO TALLER: SENSUALIDAD, SEDUCCIÓN
Propuesta:
- ¿Los cambios que se producen en mi cuerpo, qué me provocan? : las
estrías, los dolores
- Movimientos corporales libres, manos, brazos, aflojamiento.
- Movimientos de ojos, boca, puños, sentir contracción relajación.
- Al mover la boca, lengua, paladar percibir lo que se produce en los
genitales.
- 2 -
- Tocar el cuerpo
- Escribir que sentí en mi cuerpo y compartir
SEGUNDO GRUPO DE DISCUSIÓN: SENSUALIDAD, SECUCCIÓN
Preguntas motivadoras:
- ¿Qué es la sensualidad, qué significa ahora en mi cuerpo, en mi
embarazo?
- ¿Qué es la seducción?
- ¿Qué me seduce ahora?
- ¿Siento sexualidad, seducción, sensualidad en mi cuerpo ahora?
TERCER TALLER: MIEDOS, INQUIETUDES Y SEXUALIDAD
Propuesta:
- Círculos: con la cabeza, hombros, cadera, rodillas, pies
- Respiración vaginal
- Trabajo en el piso, localizar la sincronía entre el tórax y la pelvis
- ¿Dónde se localizan los miedos y las vergüenzas?
- ¿De dónde vienen?
- Dibujar las zonas de mi cuerpo: dónde se encuentran los miedos y las
vergüenzas.
TERCER GRUPO DE DISCUSIÓN: MIEDOS, INQUIETUDES Y SEXUALIDAD
Preguntas motivadoras:
- ¿Qué inquietudes tengo acerca de la sexualidad?
- ¿Qué miedos tengo?
- 3 -
- ¿Cómo es mi imagen de embarazada?
- ¿Cómo me imagino mi cuerpo después del embarazo?
CUARTO TALLER: PARTO
Propuesta:
- Movimientos corporales de relajación, respiración, masajes de
aflojamiento de columna y pelvis
- Movimientos corporales para la labor de parto: cuclillas, hincadas, en
cuatro, sintiendo el piso, caminando.
- Movimientos para el período expulsivo del parto: respiración vaginal
- Conversatorio en círculo
CUARTO GRUPO DE DISCUSIÓN: ¿HABLAR DE SEXUALIDAD, OTRO
PARTO?
Preguntas motivadoras:
- Contar una anécdota importante en mi vida que tuviera que ver con el
tema
- ¿Qué significa hablar de sexualidad?
- ¿Qué significan los talleres de preparación al parto?
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