UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO
DIVISIÓN DE CIENCIAS FORESTALES
Estado del conocimiento de Pinus arizonica Engelm.
TESIS PROFESIONAL en la modalidad de
Investigación Bibliográfica
que como requisito parcial
para obtener el título de
INGENIERO FORESTAL
PRESENTA
RICARDO ISRAEL SÁNCHEZ MÉNDEZ
Chapingo, Texcoco, Edo. de México Mayo de 2003
Esta tesis fue realizada bajo la dirección del Dr. Miguel Ángel Musálem. Ha sido revisada y aprobada por el siguiente Comité Revisor y Jurado Examinador:
PRESIDENTE: Dr. Miguel Ángel Musálem Santiago
SECRETARIO: Dra. Amparo Máxima Borja de la Rosa
VOCAL: M. C. Enrique Guízar Nolazco
SUPLENTE: Dr. Fabián Islas Gutiérrez
SUPLENTE: Ing. Reyes Bonilla Beas
Chapingo, Texcoco, Estado de México, Mayo de 2003
i
Agradecimientos
A MI ALMA MATER “UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO”, por brindarme la
oportunidad de formarme profesionalmente.
A la DIVISIÓN DE CIENCIAS FORESTALES que nos acogió en sus aulas para recibir las
invaluables enseñanzas y conocimientos de aquellos maestros que fueron nuestro pilar para
nuestra formación profesional.
Al Dr. Miguel Ángel Musálem por su valioso apoyo e interés mostrado en la realización de
este trabajo.
A los Maestros integrantes del Comité Revisor Dra. Amparo Máxima Borja de la Rosa, M. C.
Enrique Guízar Nolazco, Dr. Fabián Islas Gutiérrez e Ing. Reyes Bonilla Beas.
A todas aquellas personas que de alguna u otra forma contribuyeron en la realización de
este trabajo.
ii
Dedicatoria
A mi padre: Daniel Sánchez Bandillo, que ha sido un factor determinante en mi formación
profesional.
A mi madre: Macaria Méndez Garduño, quien con mucho esfuerzo y más gusto ayudó a mi
formación como persona y como profesional, porque ella me inculcó esa mentalidad de
superación constante. Porque es la persona que más quiero y respeto.
A mis hermanas: Kenia, Consuelo, Paula, Julia, Isabel, Ana y Teresa. Por el cariño y
motivación constante que recibí a lo largo de mi carrera profesional.
A mis hermanos: Abraham, Julián, Juan y Ricardo. Por todo el apoyo que me han brindado
y comprensión. Deseándoles que sus sueños se hagan realidad.
A mis primos: Pedro, Apolinar, Ramón, Manuel y Víctor. Con quienes compartí momentos
agradables y por la gran unión que perdura entre nosotros.
A toda mi familia que siempre me brindaron su amistad, apoyo y cariño.
A mis amigos y amigas cuyos nombres no menciono para no cometer sin desearlo la
torpeza de omitir alguno. A todos ellos por su confianza y cariño.
A todas aquellas personas que me brindaron su amistad y apoyo de manera desinteresada.
Y a esas dos personas que me cambiaron la vida Selene y Daniel. Suerte…
iv
ÍNDICE GENERAL
Capítulo Página
Agradecimientos i
Dedicatoria ii
Índice general iii
PRIMERA PARTE
Estado del conocimiento de Pinus arizonica Engelm.
Resumen v
Summary vi
Introducción vii
Antecedentes x
Objetivos xiii
Materiales y métodos xiv
Resultados y discusión xvi
Conclusiones xxii
Recomendaciones xxvi
Cuadro de Análisis Comparativo xxx
Literatura citada l
SEGUNDA PARTE
Monografía de Pinus arizonica Engelm.
Botánica 1
Ecología 28
Producción de planta en vivero 70
Plantación 113
Manejo de la plantación 117
Manejo de bosques naturales 129
Genética 275
Características tecnológicas de la madera 278
v
Inventario y evaluación de árboles notables 322
Literatura citada 324
TERCERA PARTE
Estado del conocimiento de Pinus arizonica variedad stormiae Martínez
v
Resumen
Se realizó una revisión bibliográfica sobre la especie Pinus arizonica Engelm., y Pinus
arizonica variedad stormiae Martínez, en México, con la finalidad de concentrar el
conocimiento generado hasta la fecha; con esta información proponer la tecnología de
producción en vivero y establecimiento de la planta para la reforestación y obtener bases en
la toma de decisiones en cuanto al manejo de las poblaciones naturales.
De acuerdo a un guión preestablecido que cubre las áreas más importantes del
conocimiento de la especie, se realizó una revisión de la información publicada sobre la
misma, además se realizó una evaluación de los temas en función de si han sido tocados por
la investigación, y se hacen recomendaciones para desarrollarla en aquellos temas donde es
aún deficitaria.
Palabras clave: Monografía / Género Pinus / Pinus arizonica Engelm. / Pinus arizonica
variedad stormiae Martínez / Región Templada/ México.
vi
Summary
A review of literature about the forest-tree species Pinus arizonica Engelm., and Pinus
arizonica variety stormiae Martínez, in Mexico is presented with the aim concentrating the
knowledge obtained up to the present. At the same time it proposes its use in the production
and establishment of forest plantations, and intends to obtain basis for taking decision about
the management of natural populations.
According to a previous guideline, an exhaustive study of the information published about
the species was carried out, evaluation of the subjects sufficiently covered by research was
made, and recommendations are made to develop the investigation of those subjects which
have not been sufficiently explored was made.
Key words: Monograph / Genus Pinus / Pinus arizonica Engelm. / Pinus arizonica variety
stormiae / Temperate forest / Mexico.
vii
Introducción
México es un país con una enorme riqueza forestal, su territorio está constituido casi por un
70% de terrenos forestales, más de 130 millones de hectáreas, de los cuales un 30%,
aproximadamente, son superficies arboladas susceptibles de explotación, unos 40 millones de
hectáreas, exceptuando las reservas ecológicas y áreas naturales protegidas (SEMARNAP-
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO, 1999).
Los diferentes climas, altitudes, latitudes, suelos, dan como resultado un paisaje con bastantes
contrastes, diversidad específica, productos diversos, que imprimen características especiales a
la actividad forestal mexicana
Los recursos forestales tienen un papel muy importante en la producción de bienes y servicios
por lo que, para la conservación, protección y restauración y aprovechamiento sustentable,
dichos recursos deberán conocerse y caracterizarse cada vez en forma más precisa; el
conocimiento así obtenido y documentado debe ponerse a disposición de dueños y poseedores
de los recursos forestales, de los usuarios y de la población en general.
Por todo lo anterior, la investigación de los fundamentos ecológicos de los bosques y el
desarrollo de técnicas silvícolas de conservación y restauración que tiendan a definir métodos
para su aprovechamiento sostenible, independientemente del objetivo, se debe abordar con
urgencia.
El presente trabajo, es la continuación de una serie de análisis del estado del conocimiento de
las coníferas de mayor importancia de los bosques de clima templado y frío de México. De
acuerdo con Solís Pérez y Musálem (1994), Martínez García y Musálem (1998), Perera Lumbí
y Musálem (1999), Sánchez Cruz y Musálem (1999), Téllez Pérez y Musálem (1999),
Ramírez Luis y Musálem (1999), Martínez Cantera y Musálem (1999), Belmonte Velázquez y
Musálem (2001), Gómez González y Musálem (2003) y Reyes Fabián y Musálem (2003) estos
análisis, derivados de las monografías de las especies realizadas, permite poner al día el estado
viii
del conocimiento y, a la vez, definir las lagunas mas importantes en el conocimiento, que
permitirán basar programas de investigación a corto, mediano y largo plazo.
El presente trabajo aborda la monografía de Pinus arizonica Engelm. La especie es de amplia
distribución a lo largo de la Sierra Madre Occidental, principalmente en los estados de
Chihuahua y Durango, siendo ambos los principales productores de madera a nivel nacional.
La importancia económica de Pinus arizonica Engelm. radica en que tiene usos muy variados:
posee una madera muy apreciada, de buena calidad y muy uniforme en sus características
anatómicas, es fácil de trabajar y se puede utilizar la madera aserrada, postes para líneas de
transmisión, cajas para empaque, durmientes, celulosa y papel, chapa, triplay y tableros de
partículas, construcción, muebles en general, decoración de interiores, clósets, lambrín y
duela, para cielos rasos, puertas, persianas, molduras, madera para pirograbar, cuadrado para
mangos de escoba, lomos para cepillo y cajas para productos hortícolas; además la especie es
prometedora en plantaciones comerciales.
Es necesario aclarar, que el presente trabajo está basado en la especie Pinus arizonica Engelm.
variedad arizonica (refiriéndose a la especie típica, Pinus arizonica Engelm. de acuerdo con
Farjon y Styles, 1997). Sin embrago, debido a que la literatura nacional trata en forma
extensiva el nombre de Pinus arizonica Engelm., se ha decidido mantener este nombre, en
tanto se normaliza la denominación de la especie propuesta.
Así mismo, se aclara, que de acuerdo con Farjon y Styles (1997) se consideran tres variedades
de Pinus arizonica Engelm. [Pinus arizonica Engelm. variedad arizonica, Pinus arizonica
Engelm. variedad stormiae Martínez y Pinus arizonica Engelm. variedad cooperi (C. E.
Blanco) Farjon. Por lo anterior, en este trabajo se incluye en esta ocasión también a Pinus
arizonica variedad stormiae. Por otra parte, debido a la importancia de Pinus cooperi en
México, sinónimo de Pinus arizonica variedad cooperi (C. E. Blanco) Farjon y a la
recomendación que dan García Arévalo y González Elizondo (1998) en época más reciente, se
decidió separar esta especie para un futuro proyecto monográfico, dándole la importancia que
ix
merece, tomando la denominación anterior hasta que se normalice la nominación de la especie
propuesta.
x
Antecedentes
La búsqueda por aprovechar, mejorar e incrementar los recursos de manera adecuada, además
de reducir el impacto ecológico que el aprovechamiento provoca, es uno de los problemas a
los que actualmente se enfrenta México.
La labor de investigación que se ha venido realizando a través de los años, se ha enfocado a
diferentes especies y regiones cubriendo la temática general. Es necesario, ahora, concentrar la
acción mas particular para especies y regiones, lo que se considera el paso siguiente en el
desarrollo de las tecnologías que la actividad forestal de México requiere.
Algunos autores han hecho énfasis en la necesidad de elaborar guías técnicas para diversas
especies forestales del país (Musálem, Acosta Míreles y Velázquez Martínez, 1992; Carrillo
Anzúres y Musálem, 1994), con la finalidad de dotar a los usuarios de herramientas útiles en la
solución de problemas concretos de producción.
Algunas instituciones han abordado este problema con la elaboración de guías silviculturales
(Marchena Matos y Musálem, 1991) para la región tropical; también en esta región, destaca el
esfuerzo de la Comisión Forestal de América del Norte (Mosquera, 1988) que se ha traducido
en número importante de monografías de especies de los trópicos, que incluye a México.
En el clima templado y templado-frío de México, a pesar de la gran diversidad de especies, los
trabajos de compilación son prácticamente inexistentes, aún cuando las monografías sobre
algunas especies de importancia como Pinus patula, Pinus radiata y Cupressus sp. se han
publicado en otras regiones del mundo (Belmonte y Musálem 2001).
Eguiluz Piedra (1978) realizó una recopilación de información acerca de las especies del
género Pinus, abarcando los datos de descripción botánica, anatomía, importancia y usos, este
trabajo conjuntó para esa fecha, la mayor parte de las especies de pinos de México, quedando
xi
en suspenso hasta que Santillán Pérez (1991) se enfoca a labores de silvicultura para un
amplio rango de especies de coníferas de la región central de México. Posteriormente,
Rodríguez Franco (1997) publica una revisión sobre Pinus montezumae, abarcando solamente
la silvicultura de la especie.
Por otra parte, se pueden encontrar muchos trabajos enfocados, parcialmente en cualquier
rama del conocimiento de alguna o varias especies, este conocimiento sigue disperso y debido
a su grado de complejidad, se requiere cada vez mas la recopilación en trabajos monográficos
que pongan a disposición, en forma concentrada, la información que pueda servir mas
adelante, convertidos en manuales de producción de planta en vivero y plantaciones para las
especies mas utilizadas en México y en recomendaciones de manejo silvicultural de las
poblaciones naturales.
El Proyecto de Investigación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias, denominado Desarrollo de Técnicas Silvícolas para el Manejo de Recursos
Forestales de Clima Templado y Frío en los Estados de Puebla y México (Proyecto Sierra
Nevada) funcionó de 1994 a 1998, con la pretensión de documentar toda la información
producida hasta la fecha sobre la regeneración de los bosques de clima templado y frío de la
Sierra Nevada, para producir monografías de las especies más importantes; producir un plan
de investigación basado en la cooperación horizontal de las instituciones que inciden en la
Sierra Nevada, producto del análisis documental, definir los cauces de investigación
insuficientemente tocados y también los promisorios; y por su parte, fortalecer la capacidad
de investigación del área forestal del INIFAP, que contribuya a desarrollar técnicas silvícolas
fundamentales que aseguren la continuidad de los bosques de la región.
Uno de los pasos más importantes dentro del Proyecto Sierra Nevada es el de desarrollar las
Monografías de las Especies Forestales que forman parte de la vegetación de los bosques de la
Región Central de México, a fin de disponer del estado del conocimiento de la especie, que
contenga la información técnica y científica producida para la especie en México y su
ubicación en las bibliotecas del país. Asimismo, definir los temas suficientemente conocidos y
los que requieren ser profundizados mediante investigación y recomendar lo pertinente.
xii
A partir de 1998 un proyecto sucesor denominado Manejo Sustentable y Conservación de la
Biodiversidad de los Bosques de Clima Templado y Frío de México: Proyecto Sierra Madre,
inició actividades a nivel nacional. Desarrollado por el INIFAP y con el financiamiento de
CONACYT, mantiene, en diferente estado de avance las monografías de las especies:
Taxodium mucronatum (Rodríguez Elizalde, 1999), Pinus oocarpa (Carlson Kinsman, 2002),
Pinus pseudostrobus (López Hernández, 2002), Pinus herrerae (Martínez Vieyra, 2001),
Pinus teocote (Cruz Juárez, 2001), Pinus lumholtzii (Vera Vilchis, 2002), Pinus pringlei (Díaz
Reyes, 2002) y Pseudotsuga meziesii (López Galván, 2001).
Hasta la fecha, se han publicado trabajos monográficos de Pinus hartwegii Lindl. de Solís
Pérez (1994), Pinus montezumae Lamb. de Musálem et al. (1996), Pinus leiophylla Schl. et
Cham., de Martínez García (1998), Pinus caribaea Morelet variedad hondurensis
(Sénéclauze) Barrett y Golfari de Perera Lumbí (1999), Pinus michoacana Martínez de
Sánchez Cruz (1999), Pinus chiapensis (Martínez) Andresen de Téllez Pérez (1999), Pinus
ayacahuite variedad veitchii Shaw de Ramírez Luis (1999), Pinus greggii Engelm. de
Martínez Cantera (2000), Cupressus lindleyi Klotzsch de Belmonte Velásquez (2001), Abies
religiosa (H. B. K.) Schl. et Cham. de Gómez González (2003) y Juniperus deppena Steud. de
Reyes Fabián (2003). Otros esfuerzos ya concluidos al respecto, son los trabajos de García
Rodríguez y Rivera Medrano (1998) sobre Pinus maximartinezii Rzedowski y Pinus
maximinoi H. E. Moore de Pérez Castillo (2001). En ellos se establecen los contenidos a cubrir
y la metodología precisa de elaboración, así como el análisis a realizar en cada uno de los
temas que abarca la monografía ya concluida.
El presente, es una parte del programa colaborativo para redactar las monografías del género
Pinus, establecido por el INIFAP, CP, UACH y ANCF con un enfoque metodológico similar
que permita su continuidad y constante actualización.
xiii
Objetivos
1. Desarrollar una investigación bibliográfica del estado del conocimiento de Pinus arizonica
Engelm., y Pinus arizonica variedad stormiae Martínez, que contenga la información de
carácter técnica y científica producida para esta especie en México.
2. Definir los temas suficientemente conocidos y los que requieren ser profundizados a través
de la investigación y recomendar lo pertinente, en ambas especies.
xiv
Materiales y Métodos
La metodología del presente trabajo, se basa en el Programa de Elaboración de Monografías
del género Pinus, propuesto por Musálem (1992) y sigue el modelo para las especies
concluidas: Pinus hartwegii Lindl. (Solís Pérez, 1994), Pinus montezumae Lamb. (Musálem et
al., 1996), Pinus leiophylla Schl. et Cham. (Martínez García, 1998), Pinus caribaea Morelet
variedad hondurensis (Sénéclauze) Barrett y Golfari (Perera Lumbí, 1999), Pinus michoacana
Martínez (Sánchez Cruz, 1999), Pinus chiapensis (Martínez) Andresen (Téllez Pérez, 1999),
Pinus ayacahuite variedad veitchii Shaw (Ramírez Luis, 1999), Pinus greggii Engelm
(Martínez Cantera, 2000), Cupressus lindleyi Klotzsch (Belmonte Velázquez, 2001), Abies
religiosa (H. B. K.) Schl. et Cham. (Gómez González, 2003) y Juniperus deppena Steud.
(Reyes Fabián, 2003). Otros esfuerzos ya concluidos al respecto, son los trabajos de García
Rodríguez y Rivera Medrano (1998) sobre Pinus maximartinezii, y Pinus maximinoi de Pérez
Castillo (2001). En ellos se establecen los contenidos a cubrir y la metodología precisa de
elaboración, así como el análisis a realizar en cada uno de los temas que abarca la monografía
ya concluida.
En la propuesta del guión general para las monografías más actualizada (Musálem y Reyes
Fabián, 2003) se consideran 11 grandes capítulos que cubren: Botánica, Ecología, Producción
de planta en vivero, Plantación, Manejo de la plantación, Manejo de Bosques naturales,
Genética, Características tecnológicas de la madera, Dasonomía urbana, Inventario y
evaluación de árboles notables, y Comercialización. En consecuencia, los materiales y
métodos y los contenidos siguen la pauta establecida en los trabajos mencionados, a menos
que se indique lo contrario.
El estado del conocimiento de Pinus arizonica Engelmann, se realizó mediante la revisión de
material bibliográfico, el cual se encontró en la Universidad Autónoma Chapingo (Biblioteca
de la División de Ciencias Forestales y Biblioteca Central); así como en el Centro de Genética
Forestal, A. C., Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, en las
instalaciones del CENID-COMEF en Coyoacán; el Colegio de Postgraduados en Montecillo,
México; y Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.
xv
Se consultaron, principalmente, cada una de las tesis de licenciatura y maestría encontradas
en Chapingo y Montecillo, además de los trabajos publicados en artículos, revistas,
simposia y reuniones.
Después de la compilación de información, se revisaron cada una de las citas, se resumió por
temas, previamente establecidos como el contenido de la monografía.
Finalmente, se realizó una comparación entre los temas contemplados en el guión establecido
con la información bibliográfica publicada, para conocer, con precisión, los temas tocados por
los autores en forma suficiente y detectar aquellos que requieren atención prioritaria de los
especialistas, siguiendo la metodología establecida inicialmente por Solís Pérez y Musálem
(1994), quienes comparan, para cada uno de los títulos considerados como contenido de la
guía, con la literatura publicada.
xvi
Resultados y discusión
Derivado de la comparación de la literatura publicada con el guión del contenido establecido
(Cuadro 1) se puede concluir varios puntos con referencia al conocimiento del Pinus arizonica
Engelmann.
Botánica
En lo que respecta a los temas: Nombres comunes, Taxonomía, Sinonimia y Descripción
botánica de la especie, se considera, en general, que los temas han sido estudiados
ampliamente, ya que la literatura consultada cubre en su mayor parte los puntos establecidos
en la guía para la elaboración de estos temas. En los temas Comparación morfológica de la
especie con sus variedades e Importancia de la especie, se considera insuficiente la
información.
Se ha discutido la posición taxonómica de Pinus arizonica en el pasado y en la actualidad. En
el pasado este pino era considerado como una especie por Engelmann en 1878.
Posteriormente, fue ubicado como una variedad de Pinus ponderosa por Shaw (1909); después
Martínez (1948) lo ubica en su categoría específica con la variedad stormiae. En la actualidad
Farjon y Styles (1997) lo consideran en su nivel especifico con tres variedades [Pinus
arizonica Engelmann variedad arizonica, Pinus arizonica Engelmann variedad stormiae
Martínez y Pinus arizonica Engelmann variedad cooperi (C. E. Blanco) Farjon].
Sin embargo, más recientemente, García Arévalo y González Elizondo (1998) hacen un
estudio detallado de la pináceas de Durango, donde mencionan que Pinus cooperi Blanco debe
considerarse como especie separada de Pinus arizonica.
Lo discutido anteriormente se debe tener en cuenta, ya que existe una estrecha relación entre
estas especies por lo que se deben profundizar los estudios taxonómicos sobre ellas.
Ecología
xvii
En general, el capítulo de Ecología la información recabada se considera satisfactoria, a
excepción del tema Factores físicos que afectan el crecimiento y la reproducción de la especie
subtemas Fuego, Viento, Hielo y/o nieve, Resinación, Limitantes del suelo, Animales,
Pastoreo y Contaminación, siendo estos puntos muy importantes, pues contribuyen a la
disminución de la especie.
Para el tema Estatus, la información que se tiene es muy general para el estado de Durango,
por lo que es de gran importancia conocer el grado de conservación en que se encuentra la
especie.
En lo referente al tema Fenología (floración, fructificación y dispersión de semillas) se
consideran satisfactorios, sin embargo, la información que se tiene solamente es de la parte
Noroeste del estado de Chihuahua, se deben hacer más estudios para los estados de Sonora y
Durango, principalmente, para comparar si la fenología es la misma.
En lo referente al tema Resistencia a factores adversos y Sucesión, no se encontró información
documentada, Esto es importante debido a que forman parte de la sobrevivencia de la especie.
Producción de planta en vivero
De la producción de planta en vivero, se considera insuficiente el conocimiento recabado.
Existen aún, tópicos que requieren ser estudiados; como lo es desarrollar experiencias sobre
los subtemas Técnica de producción de planta raíz desnuda, Producción de plantas en
contenedores, Producción in vitro, Calidad de planta y clasificación, Meses en vivero,
Endurecimiento y dentro del subtema Técnica de producción de plantas en vivero: Uso de
sombras en el almacigo, Poda de plantas en envase, pues, no se encontró información sobre el
tema.
Aunque, sobre el tema de Micorrizas sólo dos autores lo han estudiado, se ha encontrado que
Pinus arizonica no responde de forma excelente a la inoculación con el hongo micorrícico
xviii
Psilithus tinctorius. El tema Fertilización solo ha sido tocado por un autor, por lo que se hace
necesario desarrollar trabajos en producción en plantas en bolsa y raíz desnuda.
Cabe destacar que se ha trabajado en aspectos de propagación vegetativa: injertos. Se encontró
que Pinus arizonica es factible reproducirlo por medio de injerto para la propagación de
árboles selectos que sirvan en el establecimiento de huertos semilleros clónales.
En el tema colecta de conos y semillas es suficientemente descrito que permitió la adición de
algunos subtemas muy específicos para la obtención y manejo de semillas.
Plantación
En el capítulo Plantaciones, la información encontrada es muy escasa, a pesar de que la
especie tiene un gran potencial en reforestaciones con fines de recuperación de suelos e
inclusive en plantaciones comerciales. Se conoce que existen trabajos al respecto, aunque no
se encontraron reportes escritos. La mayor parte de la información proviene de experiencias
generadas en el municipio de Bocoyna, Chihuahua.
Sobre el proceso de establecimiento de la plantación, se ha generado la mayor cantidad de
información aunque todavía insuficiente, indicándose solamente la Selección del área de
plantación, Preparación del sitio de plantación, Época de plantación, Edad de la planta,
Espaciamiento de la plantación, Características de las plantas para la plantación y, Método de
plantación, aunque no existen estudios precisos.
Manejo de la plantación
El conocimiento recabado para Manejo de plantaciones se considera insuficiente. Existen aún
tópicos que requieren ser estudiados como Índices de sitio, Calidad de estación, Tablas de
volumen, Tablas de rendimiento, Modelos de crecimiento, Comportamiento. Además de los
subtemas Fertilización, Riego de auxilio dentro de el tema Tratamientos intermedios.
xix
En general solo existe un reporte sobre crecimiento de la especie y algunas recomendaciones
de cuando realizar los Tratamientos intermedios y Aplicación de podas. Se conoce que existen
trabajos al respecto, auque no se han encontrado reportes escritos.
Sobre el crecimiento de Pinus arizonica en plantaciones, se ha observado que es sorprendente,
en relación con otras especies que se consideran promisorias para el establecimiento de
plantaciones a gran escala.
Manejo de bosques naturales
Se ha dedicado atención a algunos temas considerados en este capítulo, cuyos estudios y
aportes pueden considerase como buenos y satisfactorios, pues en forma general la mayoría de
los temas han sido tocados por lo menos por un autor.
Los temas de requieren de mas estudios son: Regeneración natural, en los subtemas Ecología
de la regeneración natural, promoción de la regeneración natural a través de la manipulación
de algunos factores del ambiente y preparación del sitio; otros temas de interés son: Sistemas
silvícolas, Crecimiento y rendimientos en el mundo, Protección y Tratamientos especiales.
La mayoría de estudios encontrados están enfocados al crecimiento y rendimiento de la
especie, sin embargo, se pude mencionar que se debe comenzar, impulsando investigaciones
en labores como podas y otros tratamientos intermedios relacionados con la silvicultura de la
especie.
Genética
En cuanto al capítulo de Genética, sólo 2 temas han sido tocados, información que se
considera insuficiente. En algunos otros temas importantes como Estudios cromosómicos,
Hibridación e introgresión, Mejoramiento génetico, y el subsubtema Ex situ, dentro del tema
Conservación de la especie, no se han hecho aportes al conocimiento de Pinus arizonica.
xx
Respecto al tema variación natural, existe poca información, la poca información existente
proporciona bases importantes en el momento de recolectar semilla mejorada dentro de áreas
semilleras; por este estudio se ha encontrado que la mayor ganancia genética en semillas se
obtiene de la zona centro del área semillera.
En lo que se refiere a la conservación In situ se han hecho esfuerzos por el Centro de Genética
Forestal A.C., mediante el establecimiento de área semilleras en el estado de Chihuahua, con
el propósito de conservar la especie, reducir turnos, abastecimiento de semilla mejorada para
los programas de reforestación.
Características tecnológicas de la madera
Del capitulo de Características tecnológicas de la madera, los temas que han sido estudiados ampliamente son: Anatomía de la madera, Propiedades físicas, Índices de calidad de pulpa y Usos de la madera; ya que la información recabada cubre en su totalidad éstos temas.
El tema de Anatomía de la madera en general, se considera satisfactoriamente descrito, sin embargo, los subtemas canales resiníferos, rayos leñosos y parénquima leñoso, requieren aún precisarlos.
En cuanto a la química de la madera no se han hecho trabajos precisos. Por lo que se considera que, Pinus arizonica carece de mucha información de estas características.
En las propiedades mecánicas, sólo el subtema de dureza ha sido estudiado, por lo que se considera carente de información.
En el tema de Maquinado la información recabada sólo a sido considera por un autor por lo que se considera insuficiente.
No existe información en los temas de Durabilidad natural y permeabilidad y Secado de la madera carecen de estudios o al menos no se encontró información documentada.
Sobre el tema Usos de la madera, se considera prácticamente completa la información recabada.
Es importante hacer énfasis sobre el estudio de la resistencia de la madera a los hongos, aunque estos trabajos son escasos, su conocimiento es de gran ayuda, sobre todo, para aquellas personas dedicadas a la industria maderera.
Dasonomía urbana
xxi
En cuanto ha este capítulo, ninguno de los temas considerados en el guión establecido ha sido
estudiado o al menos no se encontró información documentada sobre la especie.
Inventario y evaluación de árboles notables
En cuanto a este capítulo, sólo se encontró información sobre el tema Ubicación de árboles
superiores y de buena calidad de Pinus arizonica, lo cual tiene gran importancia ya que es una
fuente de obtener ganancias genéticas significativas.
Por lo que respecta a los Características de los árboles, Estado fitosanitario, Espacio vital y
otros daños, no se encontró información documentada.
Comercialización
En cuanto ha este capítulo, ninguno de los temas considerados en el guión establecido ha sido
estudiado o al menos no se encontró información documentada sobre la especie.
xxii
Conclusiones
Botánica
Los aspectos de Botánica se consideran, en general, suficientemente abordados en la literatura
revisada. Del total de 8 temas considerados en el capitulo, 3 han sido cubiertos
suficientemente, en 2 los conocimientos recabados son insuficientes y solamente 1 no ha sido
tocado. De los temas y subtemas considerados los que necesitan investigación son: Etimología
grecolatina y prehispánica; Descripción botánica de raíces; Comparación morfológica de la
especie con sus variedades, Morfología de plántulas en condiciones de cultivo y el tema
Importancia de la especie ya que dentro de éste hay varios subtemas carentes de información.
Existen todavía puntos de vista en cuanto a la correcta posición de la especie y sus variedades.
Ecología
En este capítulo se consideraron 15 temas, de los cuales 11 temas han sido tocados
suficientemente, 2 insuficientemente y 2 no han sido tocados.
Los temas Resistencia a factores adversos y Sucesión, no han sido estudiados en lo absoluto;
de los subtemas Fuego, Viento, Hielo y/o nieve, Enfermedades, Limitantes de suelo, Animales
y Pastoreo, dentro del tema Factores físicos y biológicos que afectan el crecimiento y la
reproducción de la especie son insuficientes y que requieren de más investigación. Dentro de
ese mismo tema los subtemas Resinación y Contaminación no han sido tocados. Por otro lado,
El tema Estatus, se considera insuficiente.
Producción de planta en vivero
Dentro de este capítulo se consideraron 13 temas, de los cuales 9 han sido tocados en su
mayoría por más de un autor. En relación a Técnicas de producción de plantas en vivero,
xxiii
Desinfección del sustrato, Micorrizas, Fertilización, Riego, Protección y Reproducción
asexual, con materias que se han estudiado, sin embargo, requieren de más estudio.
No se ha trabajado en los temas: Técnica de producción de plantas a raíz desnuda, Producción
de plantas en contenedores, Propagación in vitro, Calidad de la planta y clasificación, Meses
en vivero y Endurecimiento.
Plantación
En este capitulo se ha trabajado muy poco, comos se puede constatar en análisis comparativo;
de los 13 temas considerados, solo 7 temas se han estudiado, de los cuales solo 2 temas han
sido estudiados por más de dos autores y los demás por sólo uno.
No se ha tocado para nada los temas como Sistema de plantación, Evaluación de
sobrevivencia, Replantación, Adaptación, Impacto ecológico de las plantaciones y
Plantaciones experimentales con fines especiales.
Manejo de la plantación
Del tema de Manejo de plantaciones se consideran 13 temas, de los cuales solo 3 han sido
estudiados pero de manera insuficiente. Los temas que no han sido tocados son Índices de
sitio, Rendimiento, Calidad de estación, Tablas de volumen, Tablas de rendimiento, Modelos
de crecimiento, Comportamiento. Además de los subtemas Fertilización, Riego de auxilio
dentro de el tema Tratamientos intermedios.
Manejo de bosques naturales
En lo referente al capítulo de Manejo de bosques naturales, estuvo integrado por 8 temas, de
los cuales 2 han sido estudiados en su mayor extensión, 3 han sido de manera superficial y 3
se encuentran faltos de información.
En general, este capítulo requiere de más estudios e investigación.
xxiv
Genética
Los aspectos Genéticos se consideran, escasamente abordados en la literatura revisada. De los
6 temas considerados, solo los temas Variación natural y Conservación de la especie, han sido
estudiados, pero escasamente.
Acerca de los temas de Estudios cromosómicos, Hibridación e introgresión y Mejoramiento
genético no se conocen trabajos.
Características tecnológicas de la madera
De los 9 temas considerados en el capítulo Características tecnológicas de la madera, 5 han
sido cubiertos, sin embargo, sólo los temas de Anatomía de la madera, Índices de calidad de
pulpa, Propiedades físicas y Usos de la madera se consideran satisfactoriamente completos.
Los Temas Composición química, Propiedades mecánicas y Maquinado, sólo han sido
tocados por un autor, por lo que se puede decir que estos capítulos están bastante ignorados.
Temas como Durabilidad natural y permeabilidad y Secado no han sido abordados por ningún
autor.
Dasonomía urbana
Los temas de Dasonomía urbana, en su totalidad carece de información, ya que no se encontró
trabajos documentados para el capítulo, sobre la especie en estudio, se puede considerara
entonces que este capítulo esta bastante ignorado.
Inventario y evaluación de árboles notables
xxv
En lo referente al tema Inventario y evaluación de árboles notables, de los temas 5 temas
considerados, solo un tema ha sido considerado, por lo que se puede afirmar que este capítulo
es bastante ignorado.
Comercialización
Los temas de Comercialización, en su totalidad carece de información, ya que no se encontró
trabajos documentados para el capítulo, sobre la especie en estudio, se puede considerara
entonces que este capítulo esta bastante ignorado.
xxvi
Recomendaciones
Botánica
1. Ampliar los conocimientos sobre Etimología grecolatina y prehispánica; Estudios de raíces;
Comparación morfológica de la especie con sus variedades, Morfología de plántulas en
condiciones de cultivo y el tema Importancia de la especie.
2. Hacer estudios más detallados sobre taxonomía de este pino, el cual debe incluir análisis
genéticos para poder ubicar a la especie y sus variedades correctamente.
Ecología
3. Ampliar y profundizar los temas Estatus, Factores físicos y biológicos que afectan el
crecimiento de la especie.
4. Realizar estudios enfocados a la Resistencia a factores adversos, y Sucesión.
5. Realizar recorridos sobre la zonas de distribución de la especie, con la finalidad de conocer
el estado de las poblaciones.
Producción de planta en vivero
6. De acuerdo a la revisión de literatura se recomienda estudiar más sobre el endurecimiento
de la planta en vivero, aspecto primordial que repercute directamente en la supervivencia de la
plantación.
7. Trabajar en la micorrización utilizando diferentes especies de hongos en la producción de
plantas en envase, contenedores y raíz desnuda. Otro aspecto importante que es recomendable
trabajar es la fertilización, ya que estos temas repercuten directamente con la calidad de planta,
requerida en las plantaciones.
xxvii
8. Así mismo, se recomienda probar en cuanto a trabajos sobre la técnica de producción de
plantas a raíz desnuda, producción de plantas en contenedores, propagación asexual, tal como
el estacado de varetas y la propagación in vitro.
Plantación
9. Por la importancia que tiene Pinus arizonica para la realización de plantaciones con fines
comerciales, de protección y de restauración, es necesario incrementar y precisar más los
estudios respecto al establecimiento, con el fin de obtener una sobrevivencia aceptable.
10. Sería adecuado que en México, cuando se realice una plantación de Pinus arizonica con
cualquier fin, se reportaran y difundieran las observaciones y experiencias obtenidas ya que
aunque se dice que existen plantaciones, no se localizó nada al respecto.
Manejo de la plantación
11. Es conveniente considerar los trabajos que se realicen en plantaciones forestales para
llevar a cabo evaluaciones para obtener información importante como sobrevivencia,
rendimientos y comportamiento.
12. Documentar las experiencias en plantaciones hechas con esta especie, sobre todo con
respecto a su desarrollo y comportamiento, así como el estado en que se encuentran.
Manejo de bosques naturales
13. Ampliar y profundizar los temas Regeneración Natural, Regeneración artificial, Sistemas
silvícolas, Crecimientos y rendimientos en el mundo, Protección y Tratamientos especiales.
14. Ampliar y profundizar de manera inmediata, los subtemas Cortas intermedias, Cortas de
regeneración y todos los subtemas de la Regeneración natural.
xxviii
Genética
15. Profundizar sobre la posible introgresión con otras especies de pino de crecimiento rápido,
Así mismo, se recomienda trabajar acerca del mejoramiento genético de Pinus arizonica.
16. Realizar estudios de conservación Ex situ de árboles de Pinus arizonica, con la finalidad
de conservar esta especie a futuro.
17. Sería adecuado que se le de continuación a los programas de mejoramiento genético, con
la finalidad de rescatar los genes perdidos de Pinus arizonica, debido a la extracción de los
mejores árboles en los aprovechamientos forestales.
Características tecnológicas de la madera
18. Debido a la importancia de la especie en la producción forestal, se recomienda realizar investigaciones acerca de los temas Composición química, Propiedades mecánicas y Maquinado, a fin de dar opciones para el uso de la madera.
19. Además, de hacer estudios sobre Durabilidad natural y permeabilidad y Secado, ya que su conocimiento es de gran ayuda, sobre todo, para aquellas personas dedicadas a la industria maderera.
Dasonomía urbana
20. Realizar y establecer estudios e investigaciones en base a los temas y subtemas
establecidos en el guión, ya que no se encontró información documentada, con este fin.
Inventario y evaluación de árboles notables
21. Realizar estudios específicos sobre todo el los temas de: Características de los árboles,
Estado fitosanitario, Espacio vital y otros daños.
Comercialización
xxix
22. Realizar y establecer estudios e investigaciones en base a los temas y subtemas
establecidos en el guión, ya que no se encontró información documentada, con este fin.
xxx
Cuadro 1. Análisis comparativo de los temas contemplados en la monografía de Pinus arizonica Engelmann, y la producción literaria en cada tema.
Tema Autor
1. BOTÁNICA 1.1 Etimología
1.1.1 Etimología grecolatina ** 1.1.2 Etimología prehispánica **
1.2 Nombres comunes Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; Salazar y Soihet, 2001.
1.3 Taxonomía Martínez, 1992; Shaw, 1909; Sargent, 1922; Standley, 1920; Eguiluz Piedra, 1977, 1978; Mirov, 1967; Martínez, 1948; Little, 1953; Critchfield y Little, 1966; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Shaw, 1914; Little y Critchfield, 1969.
1.4 Sinonimia Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978, 1977; Farjon y Styles, 1997.
1.5 Descripción botánica 1.5.1 Árbol Farjon y Styles, 1997; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991;
Martínez, 1992; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998.
1.5.2 Fuste Eguiluz Piedra, 1978; Martínez, 1992; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997.
1.5.3 Copa Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1977.
1.5.4 Raíces ** 1.5.5 Corteza Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Farjon, Pérez de la
Rosa y Styles, 1997; Perry, 1991. NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxi
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 1.5.6 Ramas y ramillas Farjon y Styles, 1997; Perry, 1991; Eguiluz Piedra, 1978;
García Arévalo y González Elizondo, 1998. 1.5.7 Catáfilos Farjon y Styles, 1997. 1.5.8 Vainas Martínez, 1992; García Arévalo y González Elizondo,
1998; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997. 1.5.8 Hojas Martínez, 1992; Perry, 1991; Eguiluz Piedra, 1978; Farjon
y Styles, 1997; Farjón, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998.
1.5.9 Yemas Martínez, 1992; Farjon y Styles, 1997. 1.5.10 Inflorescencia
1.5.10.1 Inflorescencia masculina Ortega Cabrera, 1996; Farjon y Styles, 1997. 1.5.10.2 Inflorescencias femenina (conillos) Ortega Cabrera, 1996; Farjon y Styles, 1997; Perry, 1991.
1.5.11 Conos Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; Farjon y Styles, 1997.
1.5.12 Semillas Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Salazar y Soihet, 2001; Farjon y Styles, 1997; Meraz González, 1999.
1.5.13 Madera García Arévalo y González Elizondo, 1998; Perry,1991. 1.6 Comparación morfológica de la especie con sus variedades * Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Farjon
y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998.1.7 Morfología de plántulas en condiciones de cultivo * Salazar y Soihet, 2001; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997;
Meraz González, 1999. 1.8 Importancia
1.8.1 Importancia económica SEMARNAT, 2000; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Eguiluz Piedra, 1978; Tamarit Urias, 1994; Hernández Téllez, 1994; Rzedowski, 1978.
1.8.2 Importancia social ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 1.8.3 Importancia ecológica ** 1.8.4 Importancia urbana
1.8.4.1 Simbolismo como árbol urbano ** 1.8.4.2 Protección urbana **
1.8.5 Importancia para la investigación
* FAO, 1962
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxiii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor
2. ECOLOGÍA 2.1 Distribución
2.1.1 Distribución natural Eguiluz Piedra, 1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Perry, 1991; Martínez, 1992; Farjon y Styles, 1997;, 1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; García Arévalo y González Elizondo, 1998.
2.1.1.1 Abundancia * SARH, 1994. 2.1.2 Distribución inducida **
2.2 Marco ecológico Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997.
2.3 Especies asociadas Loock, 1950; citado por Eguiluz Piedra, 1978; Farjon y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Chacón Sotelo, 1983; Sánchez Córdova y Chacón Sotelo, 1986.
2.4 Estatus * García Arévalo y González Elizondo, 1998. 2.5 Clima Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991. 2.6 Topografía Eguiluz Piedra, 1978; García Arévalo y González
Elizondo, 1998. 2.7 Suelos Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997; García Arévalo y
González Elizondo, 1998; Eguiluz Piedra, 1978; Aguilera, Dow y Hernández, 1967; Sánchez Córdova y Chacón Sotelo, 1986 Narváez Flores, 1990, 2000.
2.8 Geología SPP, 1981; Sánchez Córdova y Chacón Sotelo, 1986. 2.9 Relaciones filogenéticas Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Farjon
y Styles, 1997; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998.
2.10 Fenología NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxiv
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor
2.10.1 Fenología reproductiva y vegetativa Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988; Patiño et al., 1983; Flores Calderón, 1969; Salazar y Soihet, 2001.
2.11 Producción de conos y semillas Salazar y Soihet, 2001; Patiño et al., 1983; Flores Calderón, 1969. Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988.
2.12 Germinación * Salazar y Soihet, 2001. 2.13 Factores físicos y biológicos que afectan el crecimiento y la
reproducción de la especie
2.13.1 Fuego * Castañeda, 1973; Garcidueñas Martínez, 1984. 2.13.2 Viento * Castañeda, 1973; Garcidueñas Martínez, 1984. 2.13.3 Hielo y/o nieve * Salmón Muñoz, 1979; Chacón Sotelo y Sánchez Córdova,
1986. 2.13.4 Resinación ** 2.13.5 Enfermedades
2.13.5.1 Hongos Marmolejo, 1989; Peterson y Salinas, 1967; Patiño et al., 1983; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; Sánchez Martínez, 1991.
2.13.5.2 Bacterias ** 2.13.5.3 Virus ** 2.13.5.4 Plantas epifitas Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; Hawksworth,
1989; Hawksworth y Weins, 1996. 2.13.6 Insectos
2.13.6.1 Insectos que se alimentan de conos y semillas
Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; Narváez Flores, 1993.
2.13.6.2 Insectos que se alimentan de brotes y yemas
Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; Sánchez Martínez, 1991.
2.13.6.3 Insectos defoliadores Cibrián Tovar et al., 1995; Olivo Martínez, 1989; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998.
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
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Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor
2.13.6.4 Insectos que se alimentan de floema y cambium
Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; Sánchez Martínez, 1991.
2.13.6.5 Insectos chupadores de savia Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998; 2.13.6.6 Insectos que se alimentan de la raíz Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez
Linares, 1998; Sánchez Martínez, 1991. 2.13.6.7 Insectos que se alimentan de la madera Cibrián Tovar et al., 1995 2.13.6.8 Insectos formadores de agallas Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez Linares,
1998.
2.13.7 Limitantes de suelo * Chacón Sotelo, 1983. 2.13.8 Animales * León Delgado y Marmolejo Santillán, 1984; Ortega
Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988. 2.13.9 Pastoreo * Chacón Sotelo, 1983; Garcidueñas Martínez, 1984. 2.13.10 Contaminación **
2.14 Resistencia a factores adversos 2.14.1 Temperaturas extremas ** 2.14.2 Vientos ** 2.14.3 Precipitación ** 2.14.4 Sombra ** 2.14.5 Fuego ** 2.14.6 Sequía ** 2.14.7 Resistencia a plagas y enfermedades **
2.15 Sucesión ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxvi
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 3. PRODUCCIÓN DE PLANTA EN VIVERO 3.1 Colecta de conos y semillas
3.1.1 Área de colecta * Ortega Cabrera, 1996; Clausen, Flores López y Vargas Hernández, 1994.
3.1.2 Métodos de colecta * Ortega Cabrera, 1996. 3.1.3 Procesamiento de conos y semillas * Ortega Cabrera, 1996. 3.1.4 Rendimiento de conos y semillas Flores Calderón, 1969; Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez,
1988; Narváez Flores, 1993, 2000; Patiño et al., 1983; Perry, 1991; Salazar y Soihet, 2001; Meraz González, 1999.
3.1.5 Almacenamiento de semillas * Garcidueñas Martínez, 1978, 1984; Hartan y Kester, 1976; Ortega Cabrera, 1996.
3.1.6 Disponibilidad de semillas ** 3.1.7 Determinaciones físicas y biológicas de la semilla * Meraz González, 1999.
3.2 Técnicas de producción de plantas en vivero 3.2.1 Técnica de producción de plantas en envase
3.2.1.1 Sustrato en el almácigo Zarzosa Ruíz, 1975; Nevárez, 1981; Garcidueñas Martínez, 1984; Meraz González, 1999.
3.2.1.2 Sustrato en el envase Zarzosa Ruíz, 1975; Ortega Cabrera, 1991; Villarreal Godinez, 1981.
3.2.1.3 Preparación del sustrato y llenado de bolsas
*
Zarzosa Ruíz, 1975; Villarreal Godinez, 1981.
3.2.1.4 Tratamientos para estimular la germinación * Meraz González, 1999. 3.2.1.5 Germinación * Ortega Cabrera, 1991. 3.2.1.6 Siembra previa en el almacigo * Zarzosa Ruiz, 1975; Meraz González, 1999. 3.2.1.7 Época de siembra en almácigo * Zarzosa Ruiz, 1975; Meraz González, 1999. 3.2.1.8 Época de siembra en envase Villarreal Godinez, 1981; Garcidueñas Martínez, 1984.
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
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Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 3.2.1.9 Profundidad de siembra
3.2.1.9.1 Profundidad de siembra en el almácigo
*
Meraz González, 1999;
3.2.1.9.2 Profundidad de siembra en el envase
*
Villarreal Godinez, 1981.
3.2.1.10 Uso de sombras en el almacigo ** 3.2.1.11 Trasplante al envase Nevárez, 1981; Garcidueñas Martínez, 1984. 3.2.1.12 Características del envase * Zarzosa Ruíz, 1975; Villarreal Godinez, 1981. 3.2.1.13 Poda de plantas en envase **
3.2.2 Técnica de producción de plantas a raíz desnuda 3.2.2.1 Selección del sitio ** 3.2.2.2 Determinación del área de crecimiento ** 3.2.2.3 Preparación del sitio ** 3.2.2.4 Construcción de bancales ** 3.2.2.5 Siembra ** 3.2.2.6 Uso de sombra en los bancales ** 3.2.3.7 Poda de raíz ** 3.2.3.8 Poda aérea ** 3.2.3.9 Acondicionamiento de plantas producidas
a raíz desnuda **
3.2.3.10 Extracción de las plántulas ** 3.2.3.11 Clasificación de las plántulas ** 3.2.3.12 Embalaje de plántulas de raíz desnuda **
3.3 Desinfección del sustrato Ortega Cabrera, 1991; Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante, 1994.
3.4 Micorrizas 3.4.1 Factores que afectan el desarrollo de las micorrizas **
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxviii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 3.4.2 Especies de micorrizas * Iglesias Gutiérrez, 1986; Iglesias Gutiérrez y Alarcón
Bustamante, 1994. 3.4.3 Métodos de inoculación Iglesias Gutiérrez, 1986; Iglesias Gutiérrez y Alarcón
Bustamante, 1994. 3.4.4 Efecto de las micorrizas en el crecimiento inicial * Iglesias Gutiérrez, 1986; Iglesias Gutiérrez y Alarcón
Bustamante, 1994. 3.5 Fertilización
3.5.1 Fertilización de plantas producidas en bolsa y envases cónicos
*
Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante, 1994.
3.5.2 Fertilización de plantas producidas a raíz desnuda ** 3.6 Riego
3.6.1 Riego en semilleros y plantas en bolsa Zarzosa Ruíz, 1975; Villarreal Godinez, 1981. 3.6.2 Riego en bancales **
3.7 Calidad de la planta y clasificación * Meraz González, 1999. 3.8 Meses en vivero ** 3.9 Protección
3.9.1 Control de maleza ** 3.9.2 Enfermedades Zarzosa Ruíz, 1975; Villarreal Godinez, 1981; Meraz
González, 1999. 3.9.3 Plagas * Zarzosa Ruíz, 1975.
3.10 Producción de planta en contenedores ** 3.10.1 Comparación entre el sistema de producción de
contenedores contra el sistema tradicional **
3.11 Reproducción asexual 3.11.1 Estacado, injerto y acodo * Vázquez Tarango y Olivas García, 1991.
3.12 Producción In vitro ** 3.13 Endurecimiento ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xxxix
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 4. PLANTACIÓN 4.1 Selección del área de plantación López Villarreal, Zárate Lupercio y Flores López, 2001;
Islas Gutiérrez y Mendoza Briseño, 1989; Armendáriz Olivas, 1998.
4.2 Preparación del sitio de plantación * Armendáriz Olivas, 1998. 4.3 Época de plantación * Garcidueñas Martínez, 1984. 4.4 Edad de la planta a la plantación * Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999. 4.5 Espaciamiento de la plantación Armendáriz Olivas, 1998; Armendáriz Olivas y Chacón
Sotelo, 1999; Garcidueñas Martínez, 1984. 4.6 Características de las plantas para la plantación * Armendáriz Olivas, 1998. 4.7 Método de plantación * Armendáriz Olivas, 1998. 4.8 Sistema de plantación
4.8.1 Plantación de plantas producidas en bolsa ** 4.8.2 Plantación de plantas producidas a raíz desnuda ** 4.8.3 Plantación en asociación de cultivo **
4.9 Evaluación de la sobrevivencia ** 4.10 Replantación ** 4.11 Adaptación ** 4.12 Impacto ecológico de las plantaciones
4.12.1 Efecto en el suelo de las plantaciones ** 4.13 Plantaciones experimentales con fines especiales
4.13.1 Árboles de navidad ** 4.13.2 Sistemas agroforestales ** 4.13.3 Restauración de áreas ** 4.13.3 Dasonomía urbana **
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xl
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 5. MANEJO DE LA PLANTACIÓN 5.1 Aplicación de podas * Armendáriz Olivas, 1998. 5.2 Cortas de regeneración ** 5.3 Preparación del sitio ** 5.4 Crecimiento de la especie * Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999. 5.5 Tratamientos intermedios
5.5.1 Aclareos * Armendáriz Olivas, 1998. 5.5.2 Fertilización ** 5.5.3 Control de maleza * Armendáriz Olivas, 1998. 5.5.4 Protección * Armendáriz Olivas, 1998. 5.5.6 Riego de auxilio ** 5.5.7 Prevención y combate de incendios * Armendáriz Olivas, 1998.
5.6 Índice de sitio ** 5.7 Calidad de estación ** 5.8 Tablas de volumen ** 5.9 Tablas de rendimiento ** 5.10 Modelos de crecimiento ** 5.11 Tratamientos especiales ** 5.12 Crecimiento y rendimiento
5.12.1 Rendimientos en México ** 5.13 Comportamiento **
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xli
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 6. MANEJO DE BOSQUES NATURALES 6.1 Regeneración natural
6.1.1 Ecología de la regeneración natural 6.1.1.1 Microclima ** 6.1.1.2 Condiciones del medio de germinación ** 6.1.1.3 Factores bióticos **
6.1.2 Promoción de la regeneración natural a través de la manipulación de algunos factores del ambiente
6.1.2.1 Liberación del espacio de crecimiento ** 6.1.2.2 Luz y competencia de raíces ** 6.1.2.3 Piso forestal ** 6.1.2.4 Labores complementarias **
6.1.3 Preparación del sitio 6.1.3.1 Remoción de desperdicios y tratamientos
al suelo y a la vegetación competitiva * Chacón Sotelo, 1993.
6.1.3.2 Quemas prescritas ** 6.1.3.3 Aplicación de herbicidas ** 6.1.3.4 Métodos mecanizados ** 6.1.3.5 Otros agentes bióticos ** 6.1.3.6 Mejoramiento del sitio **
6.1.4 Factores que ocasionan mortalidad en la regeneración
* Chacón Sotelo y Sánchez Córdova, 1986.
6.1.5 Modelos de regeneración y mortalidad Islas Gutiérrez, 1987; Chávez Olivas, 1996. 6.1.6 Sobrevivencia y mortalidad Chacón Sotelo, 1993; Chávez Olivas, 1996.
6.2 Regeneración artificial 6.2.1 Siembra directa ** 6.2.2 Plantación **
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 6.3 Estructura y composición de rodales * Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez, 1989;
Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991. 6.4 Sistemas silvícolas
6.4.1 Cortas intermedias 6.4.1.1 Cortas de limpia ** 6.4.1.2 Cortas de liberación ** 6.4.1.3 Cortas de mejoramiento ** 6.4.1.4 Cortas de salvamento
6.4.1.4.1 Cortas de recuperación ** 6.4.1.4.2 Cortas de saneamiento **
6.4.1.5 Aclareos * Musálem López, 1971; Aguilar Hermosillo, 1979. 6.4.1.6 Podas **
6.4.2 Cortas de regeneración 6.4.2.1 Método de cortas completas o matarrasa ** 6.4.2.2 Método de árboles semilleros Chacón Sotelo, 1983; Chávez Olivas, 1996. 6.4.2.3 Método de cortas de protección ** 6.4.2.4 Método de selección ** 6.4.2.5 Métodos de regeneración basados en la
reproducción vegetativa **
6.5 Crecimiento y rendimiento 6.5.1 Tablas de volúmenes Musálem Santiago, 1970; Musálem López, 1971; Zepeda
Bautista et al., 1994; Cumplido Ortíz, 2002. 6.5.2 Calidad de estación
6.5.2.1 Índices de sitio Cárdenas Villarreal, 1970; AMPFAC, 1976; citado por Garcidueñas Martínez, 1984; González García, 1988; Pérez Verdín, 1990; Zepeda Bautista et al., 1990.
6.5.2.2 Índices de vegetación ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xliii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 6.5.3 Índices de densidad Herrera Robledo, 1988; Cano Gutiérrez y Chacón Sotelo
1994; Fernández Rivera y Flores López, 1999. 6.5.4 Modelos de crecimiento * Islas Gutiérrez y Mendoza Briseño, 1992. 6.5.5 Tablas de rendimiento **
6.6 Crecimientos y rendimientos en el mundo ** 6.7 Protección
6.7.1 Prevención y control de incendios 6.7.1.1 Índice de riesgo de incendios ** 6.7.1.2 Quemas prescritas * Alanís Morales, 1995.
6.8 Tratamientos especiales 6.8.1 Riegos de auxilio ** 6.8.2 Fertilización **
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xliv
Cuadro 1 Continuación….
Tema Autor 7. GENÉTICA 7.1 Variación natural * Armendáriz Olivas et al., 2001. 7.2 Estudios cromosómicos ** 7.3 Hibridación e introgresión ** 7.4 Propagación vegetativa ** 7.5 Mejoramiento genético
7.5.1 Hibridación artificial ** 7.5.2 Pruebas de eliminación de especies
7.5.2.1 Comportamiento en arboreta ** 7.5.3 Ensayos de procedencia ** 7.5.4 Ensayos de progenie **
7.6 Conservación genética ** 7.6.1 Conservación de la especie **
7.6.1.1 In situ * Clausen, Flores López y Vargas Hernández, 1994; Ortega Cabrera, 1996.
7.6.1.2 Ex situ ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlv
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor
8. CARACTERÍSTICAS TECNOLÓGICAS DE LA MADERA
8.1 Anatomía de la madera 8.1.1 Descripción macroscópica
8.1.1.1 Anillos de crecimiento Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Eguiluz Piedra, 1978.
8.1.1.2 Canales resiníferos * Eguiluz Piedra, 1978. 8.1.1.3 Características organolépticas Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Eguiluz Piedra,
1978. 8.1.2 Descripción microscópica
8.1.2 1 Traqueidas 8.1.2.1.1 Longitud de las traqueidas Tamarit Urías, 1994; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981;
Hernández Téllez, 1994. 8.1.2.1.2 Diámetro total de las traqueidas Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994.. 8.1.2.1.3 Grosor de la pared celular Tamarit Urías, 1994; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981;
Hernández Téllez, 1994. 8.1.2.1.4 Diámetro del lumen Tamarit Urías, 1994; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981;
Hernández Téllez, 1994. 8.1.2.2 Rayos leñosos o radios medulares * Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981. 8.1.2.3 Parénquima leñoso * Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981.
8.2 Índice de calidad de pulpa 8.2.1 El coeficiente de rigidez Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994. 8.2.2 Relación de Runkel Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994. 8.2.3 Coeficiente de flexibilidad Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994. 8.2.4 Coeficiente de Peteri Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlvi
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 8.3 Composición química
8.3.1 Celulosa, hemicelulosa, lignina. ** 8.3.2 Extractivos * Mirov, 1961.
8.4 Propiedades físicas 8.4.1 Densidad básica Eguiluz Piedra, 1978; Huerta Crespo y Olvera Coronel,
1986; Tamarit Urías, 1994; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Hernández Téllez, 1994.
8.4.2 Contenido de humedad verde Tamarit Urías, 1994. 8.4.3 Contracciones
8.4.3.1 Contracciones radiales Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994. 8.4.3.2 Contracciones tangenciales Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994. 8.4.3.3 Contracciones axiales Hernández Téllez, 1994. 8.4.3.4 Contracciones volumétricas **
8.4.4 Anisotropía * Tamarit Urías, 1994. 8.5 Propiedades mecánicas
8.5.1 Compresión ** 8.5.2 Tensión paralela ** 8.5.3 Tensión perpendicular ** 8.5.4 Rajado o hendimiento ** 8.5.5 Cortante o cizallamiento ** 8.5.6 Flexión ** 8.5.7 Dureza * Tamarit Urías, 1994. 8.5.8 Impacto **
8.6 Durabilidad natural y permeabilidad ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlvii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 8.7. Maquinado
8.7.1 Cepillado * Tamarit Urías, 1994. 8.7.2 Moldurado * Tamarit Urías, 1994. 8.7.3 Barrenado * Tamarit Urías, 1994. 8.7.4 Torneado * Tamarit Urías, 1994. 8.7.5 Lijado * Tamarit Urías, 1994.
8.8 Secado 8.7.1 Secuela de secado ** 8.7.2 Calidad de secado **
8.9 Usos Eguiluz Piedra, 1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Tamarit Urías, 1994; Hernández Téllez, 1994.
NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlviii
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 9. DASONOMÍA URBANA 9.1 Antecedentes ** 9.2 Plantación en zonas urbanas
9.2.1 Selección ** 9.3 Mantenimiento
9.3.1 El árbol y la salud humana una antología ** 9.3.2 Los árboles como monumentos **
9.4 Podas ** 9.5 Mulching ** 9.6 Formación de árboles jóvenes ** 9.7 Podas de árboles maduros ** 9.8 Poda sanitaria ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
xlix
Cuadro 1 Continuación…
Tema Autor 10. INVENTARIO Y EVALUACIÓN DE ÁRBOLES
NOTABLES
10.1 Ubicación geográfica * Clausen, Flores López y Vargas Hernández, 1994. 10.2 Características del árbol
10.2.1 Diámetro 10.2.1.1 A nivel del suelo ** 10.2.1.2 A 1.45 metros del suelo ** 10.2.1.3 Proyección de la copa ** 10.2.1.4 Condición de vigor **
10.3 Estado fitosanitario 10.3.1 Daños por insectos ** 10.3.2 Contaminación **
10.4 Espacio vital ** 10.5 Otros daños ** 11. COMERCIALIZACIÓN ** NOTA: En los tópicos marcados con un asterisco (*) la literatura se considera insuficiente, mientras que en aquellos marcados con
doble asterisco (**) los estudios son inexistentes y (NA) no aplica para la especie.
1
Literatura citada
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3
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4
1. BOTÁNICA
1.1 Nombres comunes
A Pinus arizonica se le conoce con varios nombres comunes, de acuerdo a su distribución
natural: Pino blanco (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; García Arévalo y González
Elizondo, 1998; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles,
1997); Pino cenizo (Eguiluz Piedra, 1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981); Pino chino
(Eguiluz Piedra, 1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Farjon, Pérez de la Rosa y
Styles, 1997); Pino amarillo (Perry, 1991; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997); Pino
(Perry, 1991; García Arévalo y González Elizondo, 1998); Pino arizona (Perry, 1991); Pino
arizónica en San Luis Potosí y Joco en Chihuahua (Eguiluz Piedra, 1978); Pino alimonado en
Durango (García Arévalo y González Elizondo, 1998). Así mismo, Salazar y Soihet (2001)
mencionan que en Estados Unidos se le denomina Yellow pine y Arizona pine.
1.2 Taxonomía
Según Martínez (1992) Pinus arizonica fue descrito por Dr. George Engelmann en 1878.
Posteriormente G. R. Shaw (1909) lo consignó como una variedad del Pinus ponderosa.
Martínez (1992) menciona que Sargent (1922) y Standley (1920) lo consideraron como un
rango específico y que a su juicio aunque tiene afinidad con el Pinus ponderosa por sus tres
hojas anchas, tiesas y fuertes, apófisis prominente y espinas persistentes; también tiene
características que ameritan considerarlo en su categoría de especie; agrega que también tiene
afinidad con el Pinus engelmannii por sus canales resiníferos numerosos y por sus conos
relativamente fuertes y pesados.
Eguiluz Piedra (1977) menciona que Mirov (1967) de acuerdo con Martínez (1948) consignó a
Pinus arizonica como una especie independiente y menciona que Little (1953) designó a esta
especie como una variedad de Pinus ponderosa.
5
Critchfield y Little (1966) continúan considerando a Pinus arizonica como variedad de Pinus
ponderosa. Posteriormente, Perry (1991) considera a Pinus arizonica en su rango específico
con la variedad stormiae. Sin embargo, Farjon y Styles (1997) reconocen tres variedades del
Pinus arizonica Engelmann [Pinus arizonica Engelmann variedad arizonica; Pinus arizonica
Engelmann variedad stormiae Martínez y Pinus arizonica Engelmann variedad cooperi (C. E.
Blanco) Farjon] basándose principalmente sobre una combinación de los caracteres de la hoja
que es cuantitativo y sobre todo contínuo. Además, mencionan que no han encontrado ninguna
característica distinta para separar el Pinus cooperi del Pinus arizonica para considerarlo en el
grado de la especie. En el Cuadro 1 se muestra la clave para identificar las variedades de Pinus
arizonica Engelmann.
El Pinus arizonica a menudo se ha tratado como variedad de Pinus ponderosa, sin embargo,
estudios más recientes la reconocen como especie distinta, con la posible introgresión en
Arizona y Nuevo Mexico. El Cuadro 2 compara y pone en contraste los caracteres
morfológicos de los dos taxa (Farjon y Styles, 1997).
Según Farjon, Pérez de la Rosa y Styles (1997) mencionan que esta especie está dividida en
tres variedades (Farjon y Styles, 1997):
• Pinus arizonica variedad cooperi (C. E. Blanco) Farjon (sinónimo Pinus cooperi); tiene las
acículas más cortas [(5-) 6 a 10 (-121)] centímetros y ligeramente más delgadas (1.0 a 1.3
milímetros), en fascículos predominantemente de 5 (ocasionalmente (3-)4-5 y se localiza
por lo general en Durango, aunque es posible verla dispersa en el Noroeste de Chihuahua.
• Pinus arizonica variedad stormiae Martínez, difiere de la variedad arizonica en sus hojas
más gruesas (1.4 a 1.8 milímetros), rígidas, curvadas y torcidas, además de los conos son
ligeramente más grandes. Se distribuye principalmente en el Sur de Nuevo León, al Sur de
Coahuila, Zacatecas y posiblemente en San Luis Potosí.
Además, estos autores mencionan que Pinus arizonica está relacionada con Pinus ponderosa,
de la cual es considerada como una variedad por algunos botánicos conservadores.
6
Cuadro 1. Clave para la identificación de las variedades de Pinus arizonica Engelmann. 1. Hojas de 14 a 25 centímetros de largo, ancho de 1.4 a 1.8 milímetros, de 8 a 12 hileras de estomas en la cara abaxial .......................................................................................................................................................................................variedad stormiae1. Hojas cortas o variables <1.4(-1.6) milímetros de ancho.
2. Hojas de largo variable (8-)10-20(-23) centímetros de largo, en fascículos de 3 a 5 predominando 3 a 4 ……………………………………………………………………………………………………………… variedad arizonica 2. Hojas cortas de (5-)6-10(-12) centímetros de largo, en fascículos de (3-)4-5, predominando 5 ………………………………………………………………………………………………………………….variedad cooperi
Fuente: Farjon y Styles, 1997.
7
Cuadro 2. Comparación morfológica de Pinus arizonica Engelmann y Pinus ponderosa variedad scopulorum Engelmann. Característica
Pinus arizonica
Pinus ponderosa variedad scopulorum
Hojas por fascículo
3-5
2-3
Ancho de las hojas
0.9-1.8 milímetros 1.3-1.6 milímetros
Hileras de estomas en la cara abaxial de la hoja
(3-)4-8(-12) 8-10
Canales resiníferos
(3-)5-10 2-6
Escamas
Gruesa, rígida Delgada, flexible
Fuente: Farjon y Styles, 1997.
8
Así mismo, Farjon, Pérez de la Rosa y Styles (1997) proponen seis claves por regiones, para
determinar las especies, subespecies y variedades de pinos, que prosperan en forma natural en
México y América Central. Para la determinación de Pinus arizonica, se puede utilizar la
clave II, que corresponde al Noroeste de México (Cuadro 3).
García Arévalo y González Elizondo (1998) en su trabajo Pináceas de Durango, realizan un
estudio de la anatomía foliar, la cual fue registrada haciendo cortes de hojas. El número y
disposición de los canales resiníferos, haces fibrovasculares y el grosor del endodermo fueron
esquematizados para mostrar la variación entre especies y dentro de cada especie.
García Arévalo y González Elizondo (1998) concluyen al considerar a Pinus arizonica en su
rango especifico con una sola variedad y comentan que Pinus cooperi ha sido considerado
como una variedad de Pinus arizonica por Farjon y Styles (1997) aunque ambas especies
comparten la característica de tener fascículos de tres a cinco hojas, difieren en varios
caracteres, el más evidente de los cuales es la morfología foliar: Pinus arizonica tiene hojas
rectas, delgadas de color verde pálido o verde amarillento, mientras que en Pinus cooperi las
hojas con curveadas y relativamente gruesas, de color verde oscuro a grisáceo. Además,
mencionan que esta especie está emparentada con Pinus duranguensis. En sitios donde ambas
especies crecen juntas, Pinus arizonica se distingue por el menor número de acículas,
claramente más cortas y finas que de las de Pinus durangensis, y por la corteza en placas más
grandes y gruesas.
Asimismo, García Arévalo y González Elizondo (1998) presentan una clave (Cuadro 4) para
especies de pinos en el estado de Durango, en la cual incluyen caracteres observados en
campo, pero en muy pocos casos se añadieron caracteres de morfología fina.
El orden taxonómico de Pinus arizonica según la clasificación de Shaw (1914) aumentado por
Mirov en 1967 es de la siguiente forma:
Género Pinus
Subgénero Diploxylon
9
Cuadro 3. Clave para determinar especies de pino del Noroeste de México. 1. Bases de los catáfilos (escamas de la vaina) no decurrentes; acículas con un solo haz vascular y canales resiníferos externos;
vaina del fascículo decidua 2. Fascículos con 2 a 3 acículas, raro 4 ó 5; conos pequeños (3 a 5 centímetros) no mas largos que anchos cuando abren; semillas sin
ala cuando se desprenden de la escama...........................................................………………………………..Pinus cembroides2. Fascículos con 5 acículas; conos con 10 centímetros de longitud o más semillas con una ala corta (a veces vestigial) 3. Yemas vegetativas resinosas; vainas de los fascículos de menos de 15 milímetros de longitud; conos de 10 a 15 centímetros de longitud.......................................................................................................................................................Pinus flexilis variedad reflexa3. Yemas vegetativas sin resina; vainas de los fascículos de 20 a 25 milímetros de longitud; conos de 12 a 30 centímetros de
longitud o más..................................................................................................................................................Pinus strobiformis1. Bases de los catáfilos (escamas de la vaina) decurrentes; acículas con un dos haces vasculares y con canales resiníferos en varias
posiciones; vaina del fascículo persistente o decidua 4. Vaina de los fascículos decidua...................................................................................................................................Pinus leiophylla4. Vaina de los fascículos persistente 5. Conos persistentes, semi-serotinos, ovoides a globosos cuando están cerrados, acículas con canales resiníferos principalmente
septales....................................................................................................................................................................Pinus oocarpa5. Conos caedizos, por lo menos después de unos pocos años, abriendo cuando maduran, oblicuamente ovoides a oblongos cuando
están cerrados; acículas con canales resiníferos medios 6. Conos oblicuamente ovoide-oblongos a atenuados, con frecuencia curvados, de 15 a 35 centímetros de longitud, fascículos con 5
acículas, raro 4 ó 6 (contar de 12 a 20 fascículos)..............................................................................................Pinus devoniana 6. Conos ovoides o oblicuamente ovoides, menos de 15 centímetros de longitud; fascículos con 3 a 5 acículas, raro 2 7. Pedúnculo deciduo con el cono, el cual cae entero..........................................................................................................Pinus teocote7. pedúnculo persistente; el cono deja algunas escamas basales en la rama cuando cae 8. Conos de 5 a 10(12) centímetros de longitud; apófisis de las escamas moderadamente levantadas (menos de la mitad de alto que de ancho); acículas raramente de más de 20 centímetros de longitud……………………………………………..…...Pinus arizonica Fuente: Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997.
10
Cuadro 4. Clave para la identificación de las especies del género Pinus en el estado de Durango. 1. Fascículos de hojas con vaina caediza al madurar, o a veces sobre una base corta de menos de 3.3 milímetros de
largo..............................................................................................................................................................................................22. Cono alargado, de 10 a 45 centímetros de longitud, umbo terminal...................................................................................................3 3. Semilla con ala rudimentaria o hasta 15(-20) milímetros de longitud; cono de (15)20 a 45 centímetros de longitud; hojas de 0.7 a
0.8 milímetros de ancho, flácidas.......................................................................................................................Pinus ayacahuite3. Semilla sin ala, con ala rudimentaria, o de 1 a 6 milímetros; cono de 10 a 24(-30) centímetros de longitud; hojas de 0.7 a 1.1
milímetros de ancho, algo rígidas.....................................................................................................................Pinus strobiformis2. Cono ovoide a globoso, de 2 a 7(-10) centímetros de longitud, umbo dorsal.....................................................................................4 4. Hojas de (10-)17 a 40 centímetros, verticalmente colgantes.......................................................................................Pinus lumholtzii4. Hojas de 2 a 15(-18) centímetros, erectas a ligeramente colgantes.....................................................................................................55. Hojas de 2 a 5 centímetros de longitud, curveadas; semilla sin ala; fustes y ramas principales no presentando
retoños..........................................................................................................................................................................................66. Conos de 2 a 3 centímetros de longitud, apófisis casi plana; hojas de color verde en la superficie dorsal, muy glaucas; en Durango
se encuentra entre los 1,800 y 2,600 metros sobre el nivel del mar.......................................................................Pinus discolor 6. Conos de 2.5 a 5 centímetros de longitud, apófisis prominente; hojas de color verde en la superficie dorsal, verdes o glaucas en la
superficie ventral, en Durango se encuentra entre los 1,800 y 2,600 metros sobre el nivel del mar.....................................................................................................................................................................Pinus cembroides
5. Hojas de 4 a 15(-18) centímetros de longitud, rectas; semilla con ala; fustes y ramas principales a veces presentado retoños..........................................................................................................................................................................................7
7. Hojas de 0.5 a 0.9 milímetros de ancho, 0.3 a 0.6 milímetros de grueso, flexibles, generalmente en fascículos de 5, a veces 3 ó 4, raramente 2 ó 6.....................................................................................................................................................Pinus leiophylla
7. Hojas de (0.8-)1.1 a 1.6 milímetros de ancho, (0.5)0.6-0.9 milímetros de grueso, tiesas, en fascículos de 2 a 4, a veces de 5 y raramente 1......................................................................................................................................................Pinus chihuahuana
1. Fascículos de hojas con vaina persistente............................................................................................................................................88. Cono globoso o anchamente ovoide....................................................................................................................................................99. Hojas colgantes, en grupos de 3 como cifra predominante, a veces 2 ó 4, pero entonces miden de (13-)20 a 30 centímetros de
longitud................................................................................................................................................................Pinus luzmariae9. Hojas erectas o ligeramente colgantes, en grupos de 5, rara vez de 4 ó de 6 a 8, pero en esos casos miden menos de 16
centímetros de longitud..............................................................................................................................................................1010. Hojas de 8 a 16 centímetros de longitud, gruesas, algo rígidas; cono de 4 a 10 centímetros de longitud...................Pinus oocarpa 10. Hojas de 8 a 16 centímetros de longitud, delgadas, flácidas; cono de 4.5 a 8.8 centímetros de longitud.......................................11
11
Cuadro 4. Continuación… 11. Hojas 5; escamas inferiores del cono con el ápice erecto o divergente................................................................Pinus praetermissa11. Hojas 5 a 8; escamas inferiores del cono con el ápice curveado y reflejo............................................................................Pinus sp.8. Cono ovoide u oblongo......................................................................................................................................................................1212. Cono de 1.5 a 5(-7) centímetros de largo; fascículos de 2 a 3 hojas, muy raramente algunos de 4, las hojas de 5 a 20 centímetros
de longitud..................................................................................................................................................................................1313. Hojas algo tiesas, de alrededor de 1 milímetro de grueso, verde amarillentas; cono de 1.7 a 5(-7) centímetro de
longitud.....................................................................................................................................................................Pinus teocote13. Hojas muy flexibles, de alrededor de 0.5 milímetros de grueso, verde lustroso, cono de 1.5 a 5 centímetros de
longitud..................................................................................................................................................................Pinus herrerae12. Cono de 4 a 20(-30) centímetros de largo; fascículos de 3 a 8 hojas, las hojas de 4 a 43 centímetros de
longitud......................................................................................................................................................................................14 14. Fascículos con (4-)5 a 8 hojas, generalmente con 6...............................................................................................Pinus durangensis15. Cono de 10 a 30 centímetros de largo; últimas ramillas gruesas, con frecuencia de más de (1-)2 centímetros de diámetro; hojas
de 20 a 43 centímetros de longitud...........................................................................................................................................16 16. Hojas de 0.7 a 1.4 milímetros de ancho, con 5 a 8 hileras de estomas en la cara dorsal; ala de la semilla de 2 a 5 centímetros de
largo por 8 a 12 milímetros de ancho, conos relativamente angostos, con frecuencia curveados, con apófisis piramidal pero no refleja.............................................................................................................................................................Pinus devoniana
16. Hojas de (1-)1.4 a 2 milímetros de ancho, con (6-)11 a 18(23) hileras de estomas en la cara dorsal; ala de la semilla de 2 a 4 centímetros de largo por 7 a 9 milímetros de ancho, conos relativamente anchos, con apófisis piramidal pero refleja...............................................................................................................................................................Pinus engelmannii
15. Conos de menos de 12 centímetros de largo; últimas ramillas de menos de 1.7 centímetros de diámetro; hojas de 4 a 41 centímetros de longitud..............................................................................................................................................................17
17. Hojas rígidas, usualmente curveadas, de 4 a 15(-20) centímetros de longitud, dirigidas hacia la punta de las ramillas, las de la parte terminal de la ramilla erectas..........................................................................................................................Pinus cooperi
17. Hojas flexibles o algo rígidas, rectas, de (6-)11 a 41 centímetros de longitud, no dirigidas hacia la punta de las ramillas......................................................................................................................................................................................18
18. Hojas de (6-)11 a 19 centímetros de longitud, en fascículos de 3 a 5(-6), a veces solo de 5 o solo 3.......................Pinus arizonica Fuente: García y González, 1998.
12
Subsección Pinaster
Grupo X Australes
Especie Pinus arizonica
Posteriormente, Little y Critchfield (1969) proponen otra clasificación de los pinos, la cual fue
modificada por Eguiluz en 1978, clasificando a esta especie de la siguiente manera:
Género Pinus
Subgénero Pinus (Pinos duros)
Sección Pinus
Subsección Ponderosae Loudon
A Pinus arizonica, Martínez (1948) lo ubica en la sección ponderosa; posteriormente Perry
(1991) menciona que taxónomos, botánicos y forestales han acordado una mejor división del
género Pinus dentro de dos subgéneros: Haploxylon, también conocidos como pinos suaves o
blancos; y Diploxylon, también conocidos por pinos duros o amarillos. De cualquier forma, la
organización de las diferentes especies dentro de los grupos y subgrupos ha cambiado bastante
a través de los años.
A este pino, Perry (1991) lo clasifica de la siguiente manera:
Reino: Plantae
División: Spermatophyta
Subdivisión: Gymnospermae
Orden: Coniferales
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Subgénero: Diploxilon o pinos duros
Sección: Ponderosae
Especie: Pinus arizonica Engelmann
13
Más recientemente, Farjon y Styles (1997) lo ubica dentro del subgénero Pinus, sección
pinaster, subsección ponderosae.
El presente trabajo está basado en la especie Pinus arizonica Engelmann variedad arizonica
(refiriéndose a la especie típica, Pinus arizonica Engelmann) (Farjon y Styles, 1997). Debido a
que la literatura nacional trata en forma extensiva el nombre de Pinus arizonica Engelmann, se
ha decidido mantener este nombre, en tanto se normaliza la denominación de la especie
propuesta.
1.3 Sinonimia
Pinus arizonica fue descrita originalmente en 1878, por Dr. George Engelmann donde la
especie es clasificada como Pinus arizonica Engelmann (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra,
1977, 1978; Farjon y Styles, 1997).
A Pinus arizonica se le conoce con los siguientes nombres:
1878. Pinus arizonica Engelmann (Rothrock Weeler’s Rep. VI. 260) (Eguiluz Piedra, 1977).
1909. Pinus ponderosa variedad arizonica Shaw (Pines of Mexico 24) (Martínez, 1992;
Eguiluz Piedra, 1978; Farjon y Styles, 1997).
1982. Pinus ponderosa D. Douglas ex P. Lawson subsp. arizonica (Engelmann) E. Murray,
Kalmia 12: 23 (Farjon y Styles, 1997).
Más recientemente, Farjon y Styles (1998) le dan el nombre de Pinus arizonica Engelmann
variedad arizonica refiriéndose a la especie típica (Pinus arizonica Engelmann).
La mayoría de los autores, sobre todo los de la época reciente, han usado el nombre de Pinus
arizonica Engelmann y, sin duda, es el acertado de acuerdo a las reglas de nomenclatura para
el presente trabajo.
14
1.4 Descripción botánica
1.4 1 Árbol
El árbol es generalmente alto de 30 a 35 metros (Figura 1) (Farjon y Styles, 1997; Eguiluz
Piedra, 1978; Perry, 1991; Martínez, 1992; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997). García
Arévalo y González Elizondo (1998) reportan alturas de 12-25 (-45) metros de altura.
1.4 2 Fuste
El fuste es fuerte y recto; de un metro o algo más de diámetro (Eguiluz Piedra, 1978;
Martínez, 1992; Perry, 1991). Eguiluz Piedra (1978) menciona que este pino alcanza alturas de
fuste limpio de hasta 18 metros de altura.
Farjon y Styles (1997) señalan que el fuste es monopódico, erguido, recto, cilíndrico y
delgado, a menudo libre de ramas de 2/3 a 3/5 de su longitud; de 100 a 120 centímetros de
diámetro normal.
1.4 3 Copa
La copa es redondeada o algo piramidal (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978) Perry (1991)
menciona que Pinus arizonica tiene una copa redondeada cuando el árbol es maduro y
piramidal cuando es joven y Farjon y Styles (1977) indica que la copa es piramidal y abierta
en árboles jóvenes y redondeada abierta o densa en árboles maduros.
1.4 4 Corteza
La corteza es de color moreno oscuro en los árboles jóvenes y muy oscura después;
profundamente hendida, dividida en placas grandes y desiguales (Martínez, 1992; Eguiluz
Piedra, 1978) con escamas de color canelo rojizo claro; mide de tres a cinco centímetros de
16
espesor (Martínez, 1992) gruesa en el tronco, por dentro de color café y por fuera de color gris
(Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997).
Perry (1991) señala que la corteza en árboles maduros es gruesa, de color moreno rojizo, con
fisuraciones profundas y largas, dividida en placas escamosas, irregulares y grandes. En
árboles jóvenes la corteza es de color moreno rojizo áspera y escamosa (Figura 2).
1.4.5 Ramas y ramillas
Las ramas son gruesas y extendidas, las ramas inferiores son largas, extendidas
horizontalmente o curvado hacia abajo, las superiores son ascendentes o extendidas (Figura 3)
(Farjon y Styles, 1997; Perry, 1991; Eguiluz Piedra, 1978); de forma irregularmente
sigmoidea, en árboles maduros con ramas únicamente en su tercio superior (García Arévalo y
González Elizondo, 1998).
Las ramillas son ásperas y fuertes, morena anaranjadas, un poco glaucas en sus partes tiernas,
tornándose después moreno grisáceas; las bases de las brácteas son cortas, apretadas,
contiguas y subcordiformes (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978) las ramillas miden de 6 a 8
milímetros de grosor, escamosas, con las bases de las brácteas decurrentes; ramillas tiernas a
veces con tinte azuloso (García Arévalo y González Elizondo, 1998).
1.4.6 Catáfilos
Los catáfilos miden hasta 15 milímetros de largo y de 3 a 4 milímetros de ancho; subulados,
escariosos, pronto reflejados, con márgenes eroso-ciliados y ápice caudado; de color pardo
oscuro (Farjon y Styles, 1997).
1.4.7 Vainas
18
Figura 3. A. Rama con fascículos. B. Fascículos. C. Sección transversal de la hoja en (a) Fascículos de 5 hojas y (b) fascículos de 3 hojas. D. Conos: (a) cono inmaduro, (b) cono maduro, (c) Escamas (tres vistas), (d) restos de la base del cono en la rama. E. Semilla con ala (dos vistas) de Pinus arizonica Engelmann (Tomado de Farjon y Styles, 1997).
19
Las vainas son anilladas, de 15 a 20 milímetros, de color castaño claro cuando jóvenes y
oscuras después, acortándose hasta 5 a 12 milímetros al madurar (Martínez, 1992; García
Arévalo y González Elizondo, 1998; Perry, 1991).
Las vainas son inicialmente largas con aproximadamente 10 escamas imbricadas, presentan
márgenes ciliados, son persistentes, presentan bases engrosadas (Farjon y Styles, 1997).
1.4 8 Hojas
Las hojas se reúnen en grupos de tres, muy rara vez cuatro ó cinco en algunos fascículos;
miden de 12.5 a 17.5 centímetros de largo o a veces hasta 22, y se aglomeran en la extremidad
de las ramillas; son fuertes, tiesas y agudas, anchamente triangulares o carinadas; de color
verde, a veces algo oscuro (Martínez, 1992; Perry, 1991; Eguiluz Piedra, 1978).
Presenta estomas en las tres caras, numerosos y perfectamente marcados; sus bordes son
aserrados, con los dientecillos finos y pequeños, en ocasiones algo separados; los canales
resiníferos son medios y en número de 5 a 10; el hipodermo es grueso e irregular, con
entrantes profundas en el clorénquima; las paredes externas de las células del endodermo son
muy engrosadas (Figura 3) (Martínez, 1992; Perry, 1991; Eguiluz Piedra, 1978; Farjon y
Styles, 1997) presenta dos haces vasculares perfectamente claros (Perry, 1991; Farjon y
Styles, 1997).
Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997 señalan que las hojas son de color verde-grisáceo, en
fascículos de 3 a 5, de (8-)10 a 20(-23) centímetros de longitud y 0.9 a 1.6 milímetros de
ancho, rectas o ligeramente curvadas, rígidas a ligeramente laxas (Figura 3).
Más recientemente, García Arévalo y González Elizondo (1998) mencionan que las hojas se
reúnen en fascículos de 3 a 5(-6), con frecuencia consistentemente 5, a veces solo 3, y
raramente 6 mezcladas con los de 5, de color verde limón, delgadas, flexibles, miden de 11.5 a
19 centímetros de largo, 0.7 a 1 milímetros de ancho, 0.5 a 0.69 milímetros de grueso, con
márgenes finamente aserrados, estomas en 3 a 8 hileras en la cara dorsal, y 3 a 5(-7) hileras en
20
cada cara ventral, canales resiníferos 2 a 4, medios o raramente 1 interno o 1 externo; 2 haces
vasculares connados pero bien diferenciados (Figura 4).
1.4.9 Yemas
Las yemas son morenas, largamente ovoides y acuminadas (Martínez, 1992) las yemas
terminales miden de 15 a 30 milímetros de largo y de 10 a 15 milímetros de ancho, las
laterales son más pequeñas, no resinosas; las escamas del ápice son extendidas o recurvadas
con los márgenes largos ciliados de color blanco a café (Farjon y Styles, 1997).
1.4.10 Inflorescencias
1.4.10.1 Inflorescencia masculina
El desarrollo de la inflorescencia masculina o estróbilo megasporangiado, generalmente, se
desarrolla en forma de espiral, es decir, que los sacos o microsporofilas que contienen el polen
se van desarrollando en forma helicoidal; su coloración va desde color morado hasta un color
café-ocre al alcanzar su madurez. La floración masculina ocurre a mediados de abril y termina
a finales de mayo (Ortega Cabrera, 1996) se encuentran agrupados al final del nuevo brote
sostenidos por brácteas subuladas con márgenes ciliados, son de forma ovoide oblongo a
cilíndrico de 15 a 20 milímetros de largo y 5 milímetros de ancho (Farjon y Styles, 1997).
1.4.10.2 Inflorescencia femenina
Los conos femeninos o estróbilos megasporangiados de Pinus arizonica son menos numerosos
y generalmente se encuentran en la porción superior de la copa de los árboles; presentan una
coloración púrpura o rojiza. Durante esta etapa de polinización su tamaño va desde 1.5 hasta
2.0 centímetros de longitud (Figuras 3 y 5) (Ortega Cabrera, 1996).
Los conillos son subterminales (cerca del ápice), se encuentran solitarios, en pares o en grupos
de tres a cinco, sostenidos por pedúnculos cortos, curvados y persistentes, conservando
21
Figura 4. Anatomía foliar de Pinus arizonica Engelmann, mostrando variación dependiendo del número de acículas (Tomado de García Arévalo y González Elizondo, 1998).
23
algunas escamas en las ramas (Farjon y Styles, 1997) las escamas están provistas de diminutas
espinas afiladas (Perry, 1991).
1.4.11 Conos
Los conos son ovoides o cónicos, simétricos, casi extendidos o ligeramente reflejados,
simétricos, de cinco a ocho centímetros de largo más comúnmente alrededor de seis y de color
moreno oscuro, con tinte algo rojizo, ligeramente lustroso, y con resina ambarina en algunos
casos. Tienen pedúnculos fuertes, de unos 10 milímetros de largo, ocultos en las escamas
basales y permanecen en las ramillas con algunas de aquéllas cuando el cono se desprende. Se
presentan individuales, en pares o en grupos de tres (Figura 3) (Martínez, 1992; Eguiluz
Piedra, 1978; Perry, 1991; García Arévalo y González Elizondo, 1998; Farjón, Pérez de la
Rosa y Styles, 1997) abren a partir de diciembre y son pronto caedizos (Eguiluz Piedra, 1978)
mide de (4.5-)5-7 x 3.5-6 centímetros de ancho cuando abren (Farjón, Pérez de la Rosa y
Styles, 1997).
Las escamas son fuertes y duras, miden de 25 a 30 milímetros de largo, por 12 a 15 milímetros
de ancho, con ápice redondeado o irregularmente anguloso y liso; apófisis levantada,
subpiramidal, frecuentemente algo reflejada, con la quilla transversal fuerte; umbo dorsal, no
protuberante, de color gris ceniciento, provisto de una espina afilada y encorvada (Martínez,
1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Gómez Arévalo y González Elizondo, 1998).
Farjon y Styles (1997) señalan que las escamas se presentan en número de 90 a 140, son
gruesas, rígidas, ampliamente oblongas, rectas o recurvadas especialmente cerca de la base, de
color púrpura oscuro a moreno negruzco en la cara abaxial, moreno claro con las marcas
débiles de las alas de la semilla en la cara adaxial. Apófisis levantada en la parte central, el
contorno es rómbico a pentagonal, sobre todo simétricos alrededor del cono, presenta quilla
transversal, son de color ocre a moreno rojizo claro. Umbo dorsal, levantado y levemente
recurvado a casi plano, rómbico, quilla transversal, de cuatro a ocho milímetros de ancho, de
color gris con una diminuta y decidua espina (Figura 3).
24
1.4.12 Semillas
Las semillas son de color café oscuro, oval, de 6 a 7 milímetros de largo, con una ala
articulada de 20 a 25 milímetros de largo y 7 a 9 milímetros de ancho, de color amarillento
pálido a café (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; García Arévalo y González
Elizondo, 1998; Salazar y Soihet, 2001).
Farjon y Styles (1997) señalan que la semilla es ovoide oblícua, ligeramente aplanada, de 4 a 6
milímetros de largo y de 3 a 3.5 milímetros de ancho, de color moreno claro, con manchas
negras. Presenta alas articuladas, que están sujetas a la semilla por dos ganchos débiles, son de
forma oblicua ovada, miden de 12 a 15 milímetros de largo y de 4 a 6 milímetros de ancho,
semitransparentes, de color moreno grisáceo con tintes negros (Figura 3).
Meraz González (1999) realizó un estudio sobre análisis y tratamientos pregerminativos en
semillas de Pinus arizonica Engelmann procedentes de la zona Noroeste del estado de
Durango, en el cual hace una descripción morfológica y anatómica de la semilla de esta
especie.
El tamaño promedio de la semilla de Pinus arizonica es de 3.7 milímetros de ancho y 5.3
milímetros de largo; un mínimo de 3.2 milímetros de ancho con 4.9 milímetros de largo; y un
máximo de 4.1 milímetros de ancho con 6.2 milímetros de largo (Cuadro 6). Así mismo, estos
resultados coinciden con los que establecen Perry (1991) y Martínez (1948) citados por Meraz
González (1999) donde la semilla de Pinus arizonica mide de 6 a 7 milímetros de largo.
La forma externa de la semilla de Pinus arizonica es oval, presenta una testa dura pero un
tanto delgada comparada a la de los pinos piñoneros. El color de la testa es de color café
oscuro. Todas estas características concuerdan con las descritas por Martínez (1948) citado
por Meraz González (1999).
25
Cuadro 5. Tamaños de las semillas de Pinus arizonica Engelmann procedentes de la zona Noroeste del estado de Durango.
Tamaño mínimo
(mm)
Tamaño máximo
(mm)
Tamaño promedio
(mm)
Largo Ancho Largo Ancho Largo Ancho
4.9
3.2
6.2
4.1
6.2
4.1
Fuente: Meraz González (1999).
26
Internamente, la semilla de Pinus arizonica presenta un endospermo y un embrión poco
visibles, de color blanco ostión; las otras partes internas de las semillas son el gametofito
femenino, hojas cotiledonares, micrópilo y radícula (Figura 6) (Meraz González, 1999).
1.4.13 Madera
La madera es de buena calidad, muy apreciada por tener pocos nudos (debido a la copa alta).
En la descripción original de esta especie se puntualiza que Pinus arizonica es el mejor árbol
para madera del Sur de Arizona (García Arévalo y González Elizondo, 1998); Perry (1991)
indica que la madera es ligera, de color amarillo pálido, de calidad excelente.
1.5 Comparación morfológica de la especie con su variedad
Pinus arizonica cuenta con una variedad, según Martínez (1992), Perry (1991), Eguiluz Piedra
(1978), García Arévalo y González Elizondo (1998), y con dos variedades, según Farjon y
Styles (1997). Las tres variedades comparten las diferencias que se muestran en el Cuadro 6.
1.6 Morfología de plántulas en condiciones de cultivo
El número de cotiledones varia de siete a nueve, pero se encuentra con mayor frecuencia ocho
(Salazar y Soihet, 2001; Perry, 1991). Sin embargo, Farjon y Styles (1997) mencionan que el
número es de 10 a 12 cotiledones.
Con la finalidad de aportar ciertos conocimientos sobre las características de las etapas
juveniles y para facilitar su identificación durante las primeras etapas en su desarrollo, Meraz
González (1999) en su estudio análisis y tratamientos pregerminativos en semillas de Pinus
arizonica realizó un ensayo de profundidad de siembra, considerando dos especies, entre ellas
Pinus arizonica; encontró que la especie presentó hojas primarias de borde aserrado,
disposición ascendente de las hojas cotiledonares, forma acicular de las hojas primarias,
hipocótilo uniforme y ápice no inclinado.
27
Figura 6. Corte longitudinal de la semilla de Pinus arizonica Engelmann (Tomado de Meraz
González, 1999).
28
Cuadro 6. Comparación morfológica de Pinus arizonica Engelmann, Pinus arizonica variedad stormiae Martínez y Pinus arizonica variedad cooperi (C. E. Blanco) Farjon.
Especie
Hojas por fascículo
Longitud de la hoja
(cm)
Características de las hojas
Canales resiníferos
Forma del cono
Longitud del cono
(cm)
Espina del Umbo
Número de cotiledones
Pinus arizonica
3 a 5 predominando
3 a 4
12-22
Gruesas, rígidas, rectas, Color verde amarillento a verde glauco
Son medios en número de 2 a 4
Ovoide, simétricos
6-9
Persistente, encorvada
8 (7-9)
Pinus arizonica variedad stormiae
3-4(-5)
20-30
Gruesas, coriáceas, rígidas, generalmente curvas y torcidas, color verde oscuro
Son medios en número de
3-5(-8)
Largos, ovoides, escasamente curvados a asimétricos
7-10
Persistente, no encorvada
No registrado
Pinus arizonica variedad cooperi (C. E. Blanco) Farjon
(3-)4-5 predominando
5
8-10(14)
Curveadas, relativamente gruesas, color verde oscuro a grisáceo
Son medios en número de
3 a 5(-7)
Ovoide a largamente ovoide, simétricos
6-10
Persistente, encorvada
No registrado
Fuente: Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry, 1991; Farjon y Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998.
28
1.7 Importancia
1.7.1 Importancia económica
Pinus arizonica se distribuye a lo largo de la Sierra Madre Occidental, principalmente en los
estados de Chihuahua y Durango. Siendo estos los principales productores maderables a nivel
nacional (SEMARNAT, 2000).
La madera de esta especie es utilizada para postes para líneas de transmisión, madera aserrada,
cajas para empaque, durmientes, celulosa y papel y con menor frecuencia chapa, triplay y
tableros de partículas, usos locales en utensilios caseros, postes para cerca y leña para
combustible (Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Eguiluz Piedra, 1978). Otros usos son:
Construcción (estructuras secundarias), muebles en general, decoración de interiores, clósets,
lambrín y duela, para cielos rasos, puertas, persianas, molduras, madera para pirograbar,
cuadrado para mangos de escoba, lomos para cepillo y cajas para productos hortícolas (Pérez
Olvera y Olvera Coronel, 1981).
Con base a resultados obtenidos, sobre las características tecnológicas de la madera, se reporta
que puede ser utilizada como material celulósico para la producción de papel, en la fabricación
de muebles, productos torneados, molduras y en construcción (Tamarit Urías, 1994).
Hernández Téllez (1994) señala que la madera es buena para papel y que las plantaciones con
turnos de 15 años de edad si se hicieran serían excelentes para algunos tipos de papeles.
Además, Eguiluz Piedra (1978) la recomienda ampliamente para plantaciones comerciales y
con fines de recuperación de suelos degradados. Puede ser ornamental.
Pinus arizonica es considerada como una de las especies de mayor demanda por parte de los
productores madereros de la región Tarahumara, Chihuahua, siendo una de las especies más
aprovechadas, junto con Pinus durangensis y Pinus engelmannii (Rzedowski, 1978).
1.7.2 Importancia para la recreación
29
El Pinus arizonica como especie de interés estético-recreativo y para la protección de la fauna
silvestre, es especialmente importante en los parques nacionales de la región Noroeste de
México.
1.7.3 Importancia para la investigación
De entre las coníferas mexicanas, una de las más importantes desde el punto de vista de la
investigación es, sin duda, Pinus arizonica, ya que varios trabajos de investigación han sido
desarrollados en torno a este pino y seguramente, muchos más se realizaran en un futuro
próximo.
Sin embargo, lo cierto es que esta conífera ha despertado gran interés entre los investigadores
nacionales, dadas las características que presentan los productos derivados de esta especie y
por otra parte que se desarrolla en regiones aptas para la recreación y conservación.
En el Seminario y Viaje de Estudio de Coníferas Latinoamericanas, organizado por la FAO
(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en coordinación
con el Gobierno de México (FAO, 1962) fue una de las 26 especies escogidas para su estudio,
lo cual revela su importancia cada vez mayor.
30
2. ECOLOGÍA
2.1 Distribución
2.1.1 Distribución natural
El Pinus arizonica se distribuye en las Sierras Madre Occidental y al Norte de la Oriental,
entre los paralelos 22º 30’ a 31º 05’ de latitud Norte y meridianos 100º 00’ a 110º 20’ de
longitud Oeste (Eguiluz Piedra, 1978).
En México se le encuentra en los estados de: Chihuahua, Sonora, Durango (Eguiluz Piedra,
1978; Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Perry, 1991; Martínez, 1992; Farjon y Styles,
1997), Sinaloa (Perry, 1991, Farjon y Styles, 1997), Nuevo León (Eguiluz Piedra, 1978; Pérez
Olvera y Olvera Coronel, 1981; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997; Farjon y Styles,
1997), Coahuila (Pérez Olvera y Olvera Coronel, 1981; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles,
1997, Farjon y Styles, 1997), San Luis Potosí (Eguiluz Piedra, 1978; Pérez Olvera y Olvera
Coronel, 1981), Zacatecas (Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997) y Guerrero (Pérez Olvera
y Olvera Coronel, 1981). En Estados Unidos se le encuentra en Arizona y Nuevo México
(Farjon y Styles, 1997; Perry, 1991; García Arévalo y González Elizondo, 1998).
En el estado de Durango se distribuye en los municipios de Ocampo, Guanaceví, Tepehuanes,
Santiago Papasquiaro, San Dimas, Pueblo Nuevo, Durango, Súchil y El Mezquital (García
Arévalo y González Elizondo, 1998).
Se le ha colectado numerosas veces, pero en el Cuadro 7 se resumen las principales
localidades por estado; así también, se puede observar en la Figura 7 su distribución en
México y Estados unidos.
2.1.1.1 Abundancia
31
Cuadro 7. Lugares de recolección de Pinus arizonica Engelmann en México.
Estado
Localidad
Coahuila
Sierra de San Marcos [Keil y Meyer]. Ejido del Cedral y Cañón del Cármen, Sierra de Paile (Ramos Arispe); Municipio de Arteaga y en la Sierra de Santa Fe del Pino, Ejido Los Pinos (Villa Ocampo) [M. F. Robert y J. Passini]. Sierra de La Marta, Siberia [J. Vázquez y Enríquez Q.].
Chihuahua
Luisiana y San Juanito (Bocoyna), Bachíniva (Riva Palacio), Casas Grandes y cerca de Colonia García [Martínez]. Barranca del Cobre, El Vergel (Balleza) [Little]. Alrededor de Madera [Flores]. Ejido de Hierba Anís, Ejido Heredia y Anexas y Cuesta de Cueva del Toro (Guerrero), Tejogorachic (Ocampo) [May]. Ejido El Largo en Mesa del Huracán (Madera) [Madrigal]. Cueva de Moctezuma en Mesa del Huracán. Ejido El Terreno [?]. Ejido las Burras en Mesa del huracán [Vela]. Carretera a Tomochic [Robert y Passini]. Cerca de Cusarare y Ejido Rochiachic, Creel [Eguiluz].
Durango
El Salto, Campo Nuevo (Villa Ocampo), El Astillero (Guanaceví), Paraje de Las Cieneguillas, Presidios (Tepehuanes) [Martínez y J. Villa]. Las Paridas (Santiago Papasquiaro) [Estévez]. 63 Millas al Oeste de Durango. Cerca de El Salto [Little]. Tejamanil, a 24 kilómetros al Oeste de Guanacecí; La Joyita, Las Cruces y Cueva del Negro (Tepehuanes), Mesa de Los Ángeles, San Carlos (San Dimas), La Latija; La Victoria, Peñitas (Pueblo Nuevo) [Martínez]. Paraje El Molino, Camino a Parral (Pueblo Nuevo) [Madrigal y Vela].
Nuevo León
Base del Cerro del Potosí, al Noroeste de Galeana [Little]. 8 kilómetros al Este de Galeana [H. González y Capó]. El Cañoncito, en San Pablito (Galeana) [May].
San Luis Potosí
Aguaje de Sánchez, 6 kilómetros al Noreste de Guadalcázar [Rzedowski].
Sonora
Rancho del Roble y Noreste de El Tigre [S. White].
Fuente: Eguiluz Piedra (1978).
32
Figura 7. Distribución de Pinus arizonica Engelmann en México, Arizona y Nuevo Mexico
(Tomado de Perry, 1991).
33
El inventario forestal (SARH, 1994) señala una superficie de 7,086,591 millones de hectáreas
de bosque para el estado de Chihuahua, 4,989,401 de hectáreas para el estado de Durango y
2,073,052 de hectáreas para el estado de Sonora, las cuales suman 14,149,044 de hectáreas
arboladas de bosques, lo cual representa el 46.50% de la superficie total cubierta por bosques
en México, por lo que dicha área constituye la más importante zona de coníferas del país, y es
precisamente en estos estados donde Pinus arizonica tiene su mayor distribución.
2.2 Marco ecológico
Perry (1991) indica que Pinus arizonica es un componente importante de los bosques de pino
y pino-encino del Norte de México, especialmente de la Sierra Madre Occidental. Además
menciona que esta especie en algún tiempo formó grandes extensiones de bosque; sin
embargo, la explotación intensiva ha dejado solamente pequeñas y dispersas poblaciones en
las regiones más accesibles. Los mejores bosques se pueden todavía encontrar en algunos
valles inaccesibles y aislados.
Eguiluz Piedra (1978) señala que Pinus arizonica presenta un rango altitudinal variable, de
1700 a 2650 metros sobre el nivel del mar, pero los mejores rodales se encuentran entre los
2000 a 2400 metros sobre el nivel del mar. Así mismo, Perry (1991) menciona que se pude
encontrar hasta los 2,800 metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, Farjon, Pérez de la Rosa y Styles (1997) señalan que esta especie frecuenta
rangos altitudinales desde los 1,300 a 3,000 metros sobre el nivel del mar, pero se encuentra
más frecuentemente entre los 2,200 y 2,700 metros sobre el nivel del mar.
2.3 Especies asociadas
Loock (1950) citado por Eguiluz Piedra (1978) menciona que a Pinus arizonica se le
encuentra formando masas puras de grandes dimensiones. Cuando se le ve asociado, puede ser
dominante en altura, y lo hace con Pinus engelmannii, Pinus durangensis, Pinus leiophylla,
Pinus chihuahuana y Fraxinus quinquefoliata. En menor grado suele encontrarse mezclado
34
con Pinus cooperi, Pinus ayacahuite variedad brachyptera, Pinus cembroides, Quercus
crassifolia y Pseudotsuga sp.
Así mismo, Farjon y Styles (1997) señala que esta especie se le encuentra formando masas
puras o mezcladas más comúnmente con Quercus spp., otros pinos como el Pinus
engelmannii, Pinus strobiformis y ocasionalmente Juniperus flaccida en altitudes bajas o
Juniperus deppeana en altitudes altas.
En Durango, esta especie se presenta formando poblaciones puras o asociado con Pinus
cooperi, Pinus durangensis, Pinus ayacahuite, Pinus teocote y Quercus sideroxyla (García
Arévalo y González Elizondo, 1998).
En Chihuahua a Pinus arizonica se le ha visto asociado con Pinus durangensis, Pinus
ayacahuite variedad brachyptera, Quercus sp. y Juniperus sp.; en el estrato arbustivo con
Arbutus glandulosa (madroño), Arctostaphylos pungens (manzanita) y Caenothus sp. (junco);
en el estrato herbáceo con Lupinus sp. (hierba loca) y Pteridum aquilinum (zarzaparrilla)
(Chacón Sotelo, 1983)
En tanto que, Sánchez Córdova y Chacón Sotelo (1986) indican que una masa pura de Pinus
arizonica se asocia en el estrato arbóreo bajo con Quercus sideroxyla; el arbustivo se presenta
principalmente por Caenothus fendleri (junco) y Senecio salignus (jarilla); en el estrato
herbáceo son muy abundantes y característicos Senecio aquilinum (helecho), Lupinus
mashallianus (hierba loca) y Senecio candidissiinum (chucaca).
2.4 Estatus
La especie es abundante en el Noroeste de Durango. Sin embargo, es muy explotada por la
calidad de su madera, y se requiere considerar la protección de áreas donde predomine, con el
fin de protegerla a futuro (García Arévalo y González Elizondo, 1998).
2.5 Clima
35
La precipitación es variable de 400 a 1000 milímetros anuales, estimando que las más
frecuente es de 500 a 750 milímetros, en la zona reportada. Repartidos en dos períodos de
lluvias: uno en verano, que es el más abundante de junio a agosto y el otro en invierno, de
diciembre a enero. Siendo los meses más secos de marzo a mayo y en noviembre. La
Temperatura media anual del área es de 15ºC, con extremas máximas mayores de 40ºC y
mínimas hasta de –23ºC. Los meses más tibios son de marzo a junio y los más fríos en
invierno, que es cuando pueden caer nevadas esporádicas y de 15 a 150 heladas anuales. Es un
clima muy extremoso (Eguiluz Piedra, 1978). En la Figura 8 se muestran los climadiagramas
correspondientes al área de distribución natural de Pinus arizonica.
En tanto que, Perry (1991) cita que las precipitaciones oscilan entre 500 a 600 milímetros
anuales en las montañas de Sonora y Chihuahua, aproximadamente el 30 % cae durante los
meses de invierno (diciembre a febrero) cuando la nieve y el aguanieve son muy comunes.
Más al Sur en el estado de Durango la precipitación anual aumenta más o menos a 650
milímetros y los meses de invierno no son tan fríos aunque las heladas son comunes durante
diciembre, enero y febrero.
2.6 Topografía
Normalmente se le ve sobre lomeríos y valles, en proceso de erosión (Eguiluz Piedra, 1978).
En tanto que, García Arévalo y González Elizondo (1998) señala que a esta especie se le
encuentra en laderas con escasa pendiente y planicies.
2.7 Suelos
Pinus arizonica suele encontrarse en suelos profundos y bien drenados (Perry, 1991; Farjon y
Styles, 1997; García Arévalo y González Elizondo, 1998). Por su parte, Eguiluz Piedra (1978)
menciona que esta especie se desarrollas sobre suelos delgados y pedregosos.
36
SIMBOLOGÍA
1. Mínima extrema anual 2. Oscilación térmica 3. Media anual 4. Máxima extrema anual 5. Altitud m s n m. 6. Periodo de años analizado 7. Localidad y estado 8. Longitud Oeste 9. Latitud Norte 10. Total anual 11. Días con lluvias al año 12. Días despejados al año 13. Días nublados al año 14. Días con granizo al año 15. Días con heladas al año 16. Días con nevadas al año 17. Tipo de clima
Precipitación máxima Precipitación mínima
Temp. promedio de máximas Temp. promedio de mínimas
Figura 8. Climadiagramas correspondientes al área de distribución natural de Pinus arizonica
Engelmann (Tomado de Eguiluz Piedra, 1978).
41
Aguilera, Dow y Hernández (1967) citados por Eguiluz Piedra (1978) mencionan que en Chihuahua, al Sur y
Noroeste, se le ha visto sobre suelos café grisáceos y amarillo rojizos, migajón arenosos, muy delgados y con
buen drenaje. Con una capa de 5 a 15 centímetros de humus, ácidos de 5.5 a 6.5, con medios contenidos en
materia orgánica, nitrógeno, potasio y calcio, pero bajos en fósforo.
Sánchez Córdova y Chacón Sotelo (1986) hicieron un estudio de suelo, en un rodal puro de
Pinus arizonica, en el Área Experimental Madera, Chihuahua; las características del perfil
analizado son las siguientes:
Descripción del perfil (Figura 9).
Horizonte 01- De 3 a 2.5 centímetros, constituido de hojarasca sin descomponerse,
principalmente de hojas de pino.
Horizonte 02- De 2.5 a 0 centímetros de materia orgánica en descomposición en la cual ya se
puede reconocer su forma original.
Horizonte A1- de 0 a 12 centímetros de profundidad, color café oscuro, de textura franco-
arenosa, reacción ligeramente ácida, 6.4 de pH, ricos en materia orgánica (8.82%), así como
en Nitrógeno (0.618%); en cuanto a fósforo es alto (12.2 ppm) y la Capacidad de Intercambio
Catiónico de 19.09. La estructura es granular, poco desarrollada y consistencia friable;
adherente y plástica en húmedo y mojado, respectivamente. Presenta raíces finas en una
moderada cantidad.
Horizonte A12- De 12 a 65 centímetros de profundidad, color café amarillento oscuro (7.5 y R
4/6), textura franco arenosa y pH de 6.4; medio en materia orgánica (1.6 a 2.3%) y medio a
medianamente sobre nitrógeno (11 a 16%), en fósforo es alto (20.7 a 38.6 ppm) y 5.6 de
42
Figura 9. Perfil de suelo de un rodal puro de Pinus arizonica Engelmann, en el Área Experimental Forestal
Madera, Chihuahua (Tomado de Sánchez Córdova y Chacón Sotelo, 1986).
43
Capacidad de Intercambio Catiónico, estructura granular fina, consistencia adherente y
plástico con abundantes raíces.
Horizonte B2A13- De 65 a 90 centímetros de profundidad, color café oscuro (7.5 y R 4/3),
textura franca, pH de 6.5, estructura prismática de poco desarrollo.
Sánchez Córdova y Chacón Sotelo (1986) con base a los perfiles estudiados dentro del Área
Experimental Madera, hacen una caracterización de los suelos, en donde señalan que las
características de éste perfil contribuyó a la descripción de la Serie que se describe:
Serie arizonica
Estos suelos comprenden la parte norte del área, zonas planas entre dos principales cañadas, la cual esta ocupada
principalmente por bosque alto de Pinus arizonica. Son suelos de color café rojizo a café, textura que va de
franco-arenosa a franca, reacción ligeramente ácida tendiente a la neutralidad (pH 6.5); son ricos a medios en
contenido de materia orgánica, así como en porcentaje de nitrógeno total; sin embargo, presentan un alto
contenido de fósforo asimilable. En general las capas superficiales presentan buena capacidad de intercambio
catiónico, alrededor de 20 me/100gr.
En cuanto al contenido de humedad, estos suelos presentan porcentajes bajos en la superficie
(4%) a medios en las capas inferiores (7%) de agua aprovechable, lo que explica por su textura
franco-arenosa a franca; además, contienen grava en un 30% de la superficie expuesta y a
partir de los 65 centímetros de profundidad hay gran cantidad de piedras. Las raíces se
presentan principalmente a una profundidad de 12 a 65 centímetros.
Por su parte, Narváez Flores (1990) citado por Narváez Flores (2000) señala que los suelos
que sustenta esta especie corresponden a la serie Madera-Arizonica que se caracteriza por lo
siguiente: son suelos delgados a medianamente profundos, de color pardo oscuro a pardo
fuerte; la textura es migajón arenosa en los horizontes superficiales, por lo que los contenidos
de arena son altos y varían de 45-56%; en las capas subsecuentes el contenido de arcilla
aumenta y la textura cambia a migajón y migajón arcillosa; el pH en agua es mayor de 6.0 y en
cloruro de potasio varia por lo general de 5.0 a 5.2 que corresponde a una elevada acidez
44
potencial; son ricos a medios en materia orgánica y nitrógeno total; la saturación de bases es
menor al 30% lo que indica una marcada oligotrofia; este valor junto con la relación C/N de
18.7 y el pH en H2O cercano a la neutralidad, son indicativos de la formación de humus tipo
mor-moder; su estructura es granular, de consistencia friable, ligeramente plásticos, con buen
drenaje interno y superficial. Los suelos pueden clasificarse como pardos forestales de
montaña con horizontes A-C.
2.8 Geología
De acuerdo a las cartas geológicas de DETENAL (SPP, 1981; citado por Sánchez Córdova y
Chacón Sotelo, 1986) la historia geológica de la Sierra Madre Occidental corresponde al
Cenozoico Terciario, formado por rocas sedimentarias, volcanosedimentarias, conglomerados
e ígneas-extrusivas ácidas.
2.9 Relaciones filogenéticas
Pinus arizonica está relacionada con Pinus ponderosa, de la cual es considerada como una
variedad por algunos botánicos conservadores (Martínez, 1992; Eguiluz Piedra, 1978; Perry,
1991; Farjon y Styles, 1997; Farjon, Pérez de la Rosa y Styles, 1997). Las dos especies
presentan una relación cercana y completamente similar. Para la identificación en campo las
siguientes notas serán provechosas: Pinus arizonica tiene sobre todo 3 hojas (de vez en cuando
cuatro y cinco) por fascículo, con 6 a 10 canales de resina; las escamas del cono presentan
pequeñas espinas encorvadas mientras que las escamas del Pinus ponderosa tienen espinas
grandes, fuertes y erguidas (Perry, 1991).
Según García Arévalo y González Elizondo (1998) Pinus arizonica está emparentada con
Pinus duranguensis. En sitios donde ambas especies crecen juntas, Pinus arizonica se
distingue por el menor número de acículas, claramente más cortas y finas que de las de Pinus
durangensis, y por la corteza en placas más grandes y gruesas. Pinus cooperi ha sido
considerado como una variedad de Pinus arizonica por Farjon y Styles (1997) citados García
Arévalo y González Elizondo (1998) aunque ambas especies comparten la característica de
45
tener fascículos de tres a cinco hojas, difieren en varios caracteres, el más evidente de los
cuales es la morfología foliar: Pinus arizonica tiene hojas rectas, delgadas de color verde
pálido o verde amarillento, mientras que en Pinus cooperi las hojas son curveadas y
relativamente gruesas, de color verde oscuro a grisáceo.
Con frecuencia Pinus arizonica presenta consistentemente 5 acículas. Una población en el
municipio de San Dimas podría representar un híbrido entre Pinus arizonica y Pinus cooperi,
con (3-)4-5 hojas más delgadas y pálidas que las de Pinus cooperi, pero de aspecto intermedio
entre ambas especies. Una variante con conos muy pequeños en el municipio de Tepehuanes
podría representar una variedad no descrita de Pinus arizonica o un híbrido con Pinus teocote.
Otra variante de Tepehuanes presenta conos en grupos de 4 ó 5, ovados, de 7.5-8.5 x 6-7
centímetros, más grandes y pesados que los típicos de Pinus arizonica, con apófisis algo
piramidal, y espina curveada, persistente al menos en la parte inferior (García Arévalo y
González Elizondo, 1998).
2.10 Fenología
2.10.1 Fenología reproductiva y vegetativa
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) realizaron un estudio para determinar la época de
recolección de germoplasma de Pinus arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis, en el
estado de Chihuahua, para lo cual, establecieron sitios de observación fenológica en la región
Suroeste San Juanito, Creel, Guachochi y al Noroeste del municipio de Madera del estado de
Chihuahua. Los eventos fenológicos considerados para la región Noroeste fueron: Floración
masculina y femenina, polinización, maduración del cono y semilla y dispersión; también se
consideró el crecimiento vegetativo (elongación de yemas y formación de hojas). Para la
región Suroeste las únicas observaciones fenológicas registradas fueron: La maduración y
dispersión de la semilla.
Floración masculina
46
Patiño et al. (1983) mencionan que la época de floración de Pinus arizonica se da en los meses
de marzo a abril.
La floración masculina Pinus arizonica en la región Noroeste del municipio de Madera, estado
de Chihuahua, inicia en la segunda quincena del mes de febrero y termina a fines abril,
observándose una variación en su inicio de hasta dieciséis semanas (Figura 10) (Ortega
Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
Floración femenina
La floración femenina de Pinus arizonica en la región Noroeste del municipio de Madera,
estado de Chihuahua, se presenta de mediados de abril a fines de mayo (Figura 10) (Ortega
Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
Polinización
La polinización se presenta principalmente en el mes de mayo en Pinus arizonica, Pinus
engelmannii y Pinus durangensis, con algunas variaciones mínimas en su inicio y finalización
(Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
La polinización es anemófila, es decir, los granos de polen son transportados por la acción del
viento a los conillos ovulados de otros árboles, originándose así la polinización cruzada.
Después de ésta, el cono femenino ovulado presenta pocos cambios hasta antes de su
fecundación; en lo que respecta a su crecimiento, sólo alcanza un tamaño de 2.0 a 3.0
centímetros con pequeñas diferencias en las escamas de la base, además de la distinción de su
pedúnculo. Estos cambios ocurren principalmente de mediados de julio a septiembre (Figura
10) (Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
49
Figura 10. Fenología de Pinus arizonica Engelmann, en la región Noroeste del municipio de Madera, Chihuahua (Tomado de
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
50
Maduración del cono y semilla
Flores Calderón (1969) menciona que los conos de ésta especie maduran a fines de cada
verano y, su recolección pude hacerse, desde el mes de octubre, hasta el mes de enero del
siguiente año, a veces hasta febrero, si los inviernos se prolongan. Pues los conos, empiezan
abrir sus escamas y dispersar la semilla en cuanto principia la primavera.
Salazar y Soihet (2001) indican que los conos de esta especie maduran de octubre a noviembre
y la dispersión de las semillas ocurre de noviembre a diciembre. La dispersión de la semilla es
anemocórica.
La maduración del cono y semilla inicia después de la fecundación del óvulo, misma que
ocurre al año siguiente de la polinización, presentándose en el cono cambios estructurales bien
marcados como son el rápido crecimiento y la formación completa de sus escamas y apófisis
(Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
El período de maduración de Pinus arizonica, en la región Noroeste y Suroeste tiene una
duración de 10 meses de mediados de febrero a mediados de diciembre. El estróbilo alcanza su
tamaño definitivo a mediados de agosto (Figuras 10 y 11) (Ortega Cabrera e Iglesias
Gutiérrez, 1988).
Dispersión
La dispersión de Pinus arizonica se presenta de mediados de diciembre a mediados de febrero.
Considerando la época de maduración y dispersión de la semilla, se recomienda efectuar la
recolección de principios de noviembre a mediados de enero (Figura 10) (Ortega Cabrera e
Iglesias Gutiérrez, 1988).
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) señalan que en la región Suroeste San Juanito,
Creel, Guachochi, estado de Chihuahua, los programas de recolección de cono para la
51
obtención de semilla, deberán efectuarse de finales de octubre a mediados de diciembre
(Figura 11).
53
Figura 11. Fenología de Pinus arizonica Engelmann, en la región Suroeste San Juanito, Creel, Guachochi, Chihuahua (Tomado de
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez, 1988).
54
Crecimiento vegetativo
El crecimiento vegetativo se inicia con la elongación de yemas a mediados de febrero en
forma colateral, aproximadamente a los 30 días, inicia el brotamiento de las primeras hojas,
finalizando el crecimiento de las hojas y yemas en la primera quincena de septiembre,
permaneciendo en latencia hasta el año siguiente (Figura 10) (Ortega Cabrera e Iglesias
Gutiérrez, 1988).
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) concluyen que el ciclo reproductivo de Pinus
arizonica, comprendiendo éste, desde la floración hasta la dispersión de la semilla lo completa
en un período de dos años aproximadamente.
2.11 Producción de conos y semillas
El Pinus arizonica comienza a fructificar a partir de los 20 años de edad (Salazar y Soihet,
2001). Patiño et al. (1983) mencionan que la época de recolección de semilla de Pinus
arizonica es de noviembre a diciembre.
Flores Calderón (1969) determinó el ciclo de semillación de los pinos del grupo ponderosa en
el Noroeste del estado de Chihuahua, dentro de la Unidad Industrial Bosques de Chihuahua.
Utilizando dos procedimientos: Uno de observación directa de los ciclos de semillación y otro
mediante el análisis ramillas, que mostraran con claridad las huellas de fructificación.
Flores Calderón (1969) concluye que Pinus arizonica, presenta un ciclo de semillación normal
de 4 años (Cuadro 8 y Figura 12). Además, menciona que en años semilleros normales y
fuertes, se pueden disponer de 100 a 130 conos por árbol respectivamente y, que las semillas
más vigorosas y sanas se obtienen en los años de semillación normal y fuerte.
55
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) hicieron una evaluación del cono, para determinar
la producción del árbol, Pinus arizonica, produjo una media de 867 conos por árbol. De
acuerdo, con Flores Calderón (1969) citado por Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988)
56
Cuadro 8. Estadística sobre la fructificación o semillación de Pinus arizonica Engelmann, en el Noroeste de Chihuahua.
Grado de semillación
por años
Período de maduración
1952
1956
1957
1958
1959
1960
Octubre-Diciembre
Abundante
Normal
Nula
Escasa
Nula
Normal
Fuente: Flores Calderón (1969).
57
0
10
20
30
40
50
60
1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970
Núm
ero
de se
mill
acio
nes
AñosCiclos 56 60 64 68
Figura 12. Ciclos de semillación de Pinus arizonica Engelmann, en el Noroeste de Chihuahua
(Tomado de Flores Calderón, 1969).
58
quien estableció que un árbol con buena producción de semilla debe contar con más de 100
conos, los resultados indican que 1983 fue un año semillero. Además mencionan, que Pinus
arizonica, presentó una germinación del 95%; el número de semillas viables por kilogramo fue
de 26,629.
2.12 Germinación
La germinación es epigea y se inicia a los 20 días después de la siembra en semillas sin
tratamiento previo (Figura 13) (Salazar y Soihet, 2001).
2.13 Factores físicos y biológicos que afectan el crecimiento y la reproducción de la
especie
Analizando las estadísticas del Inventario Forestal de la zona PROFORMEX respecto a la
incidencia de daños en la Sección de Aprovechamiento Número 4 del área asignada a dicho
organismo (Castañeda, 1973; citado por Garcidueñas Martínez, 1984) encontró que el 18% del
arbolado constituido principalmente por Pinus arizonica presentó daños, ocasionados por
diferentes factores y el 3% del arbolado de la misma sección, estaba muerto, también por
diferentes factores.
Los agentes de daño que se registraron fueron los siguientes: Fuego que representó el 47.5%
del total de los agentes de daño; agentes bióticos (plagas y enfermedades) con el 30.8%; los
agentes desconocidos representaron el 11.3%, daños por actividades humanas (6.3%) y los
daños ocasionados por agentes físicos (climáticos: Viento, Rayos, etc.), representaron el 4.1%.
2.13.1 Fuego
Tomando como base la información presentada por Castañeda (1973) citado por Garcidueñas
Martínez (1984) encontró una correlación positiva del fuego con el arbolado de mayor valor
comercial y con los grupos botánicos Leiophylla, Montezumae y Ponderosa, así como con la
regeneración (Garcidueñas Martínez, 1984)
59
Figura 13. Diferentes estadios de la germinación en semillas de Pinus arizonica Engelmann
(Tomado de Salazar y Soihet, 2001).
60
Lo anterior lleva a definir que es el arbolado considerado como comercial el que ha sido
dañado con más intensidad, ligado a la presencia de más cantidad de material combustible en
el suelo, reflejado en la destrucción de la regeneración natural, en el daño al arbolado joven y
en la reducción del crecimiento del arbolado adulto; además de desecar el suelo y destruir de
elementos de vida, lo cual viene en detrimento de la calidad y cantidad productora del bosque
y como se va suprimiendo la función reproductora del bosque éste queda destinado a
desaparecer cuando el arbolado adulto muere (Garcidueñas Martínez, 1984)
2.13.2 Viento
El viento causa daños principalmente en el derribo de árboles sobremaduros los lugares donde
el suelo ha sido arrastrado por agentes erosivos quedando con poca base de sustentación
(Castañeda, 1973; citado por Garcidueñas Martínez, 1984).
2.13.3 Hielo y/o nieve
La humedad invernal influye cuando menos en un 95% en el crecimiento en altura de Pinus
arizonica y las deficiencias del 50 % en las lluvias de invierno originan una mortandad ligera,
y si estas deficiencias llegan al 75 % habrá una notable mortandad (Salmón Muñoz, 1979).
Chacón Sotelo y Sánchez Córdova (1986) estudiaron la dinámica del establecimiento de la
regeneración de Pinus arizonica en Madera, Chihuahua, en el cual señalan que la regeneración
de menos de un año de edad, en el periodo de invierno (diciembre-febrero) ocurrieron las
temperaturas más bajas, hasta de –22°C, lo que trajo como consecuencia la mortandad de gran
cantidad de plántulas, mismas que presentaron los síntomas característicos de aquellas que
mueren por congelamiento.
2.13.5 Enfermedades
2.13.5.1 Hongos
61
Marmolejo (1989) en su trabajo sobre los principales organismos patógenos del género Pinus
en Nuevo León, menciona que las especies de hongos que atacan a Pinus arizonica son:
Sphaeropsis sapinea ataca los conos de Pinus arizonica; Schirria acicola este ascomiceto,
más comúnmente encontrado en su forma asexual: Lecanosticta acicola, ha sido encontrado
en el Cerro del Potosí sobre Pinus arizonica, causa manchas cafés de las hojas y luego una
defoliación que se hace evidente en los meses de octubre y noviembre y Cronartium
conigenum se le encuentra se le encuentra distribuida por todo el estado sobre Pinus arizonica.
Peterson y Salinas (1967) citados por Patiño et al. (1983) en su trabajo denominado
Cronartium conigenum, distribución y efecto en los pinos, describen el hongo e indican que
ataca los conos de Pinus arizonica. Este patógeno produce el hinchamiento de los conos,
deformándolos hasta hacer que alcancen varias veces su tamaño real. Los conos afectados no
poseen semillas y sus escamas semejan simples protuberancias; también afectan a otras
estructuras del árbol como fustes, ramas, yemas, etc., formando agallas y produciendo la
deformación consecuente de la estructura afectada.
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) mencionan que en Durango se reporta el ataque de
Ploiderma lethale (Phacidiales: Hypodermataceae) sobre Pinus arizonica. Puede llegar a ser
de importancia en plantaciones y en viveros forestales.
Asimismo, señalan que en áreas de regeneración natural de Pinus arizonica se ha reportado el
hongo Armillariella mellea (Agaricales: Agaricaceae). Se le conoce también como hongo de
abanico, ya que su micelio crece bajo la corteza con esa forma, y se forman masas de hongos.
Se encuentra de manera aislada, y son de importancia tanto de pequeños como en grandes
árboles, ya que pueden causar su muerte por lo que su impacto es relevante.
Sánchez Martínez (1991) indica que en el Área Experimental Madera, Chihuahua, el hongo
Heterobasidiom annosum, se encuentra atacando los árboles jóvenes de Pinus arizonica.
2.13.5.2 Plantas epifitas
62
El muérdago enano es una planta hemiparásita que pertenece al género Arceuthobium M.
Bieb. (Loranthaceae) y cuyo efecto en el hospedero se considera como una enfermedad,
debido a que causa debilitamiento en el arbolado joven y adulto, así como los síntomas de
hipertrofia y multiramificación de las ramas (escobas de bruja) (Álvarez Zagoya y Márquez
Linares,1998).
Algunos de los síntomas y daños que causan estos parásitos son: pérdida o disminución del
crecimiento, deformaciones y tumoraciones en ramas y tallos, granulaciones anormales,
impregnación de resina y textura esponjosa en la madera, la producción de semilla se reduce
tanto en calidad como en cantidad y el porcentaje de la germinación de la semilla se reduce al
ser menos vigorosa; aumenta la susceptibilidad a incendios en los rodales infectados y ataque
de otros agentes de deterioro; la mortalidad cuando se presenta es por desecación dependiendo
del grado de infestación (Álvarez Zagoya y Márquez Linares,1998).
Hawksworth (1989); Hawksworth y Weins (1996) y Álvarez Zagoya y Márquez Linares
(1998) mencionan que las especies de muerdagos enanos que parasitan a Pinus arizonica son:
Arceuthobium gillii Hawksworth & Wiens subespecie gillii
Arceuthobium globosum Hawksworth & Wiens subespecie globosum
Arceuthobium vaginatum subespecie cryptopodum (Engelmann)Hawksworth & Wiens
Arceuthobium vaginatum (Willd.) Presl subespecie vaginatum
Arceuthobium verticilliflorum Engelmann
Además, Hawksworth y Weins (1996) señalan que Arceuthobium nigrum ataca a Pinus
arizonica en ocasiones raras.
2.13.6 Insectos
2.13.6.1 Insectos que se alimentan de conos y semillas
63
En la categoría de insectos de conos y semillas se incluyen a los insectos que limitan la cosecha de semilla viable,
los cuales afectan las estructuras de fructificación de los árboles infestados y algunos pueden afectar también los
brotes y las yemas; sin embargo, no causan la muerte de los árboles, ni reducen el crecimiento. En el Cuadro 9 se
enmarcan los que afectan a Pinus arizonica (Cibrián Tovar et al., 1995).
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) reportan para el estado de Durango las siguientes
especies de insectos que se alimentan de de conos y semillas que afectan a Pinus arizonica:
Cydia latisigna (Lep: Tortricidae); Diorytria pinicolella Amsel; Conophthorus ponderosae;
Conotrachelus neomexicanus Fall (Coleoptera: Curculionidae); Ernobius punctulatus
(LeConte) (Coleoptera: Anobiidae); Teryra bipunctata (Herrch-Schäeffer) (Hemiptera:
Pentatomidae); Megastigmus albifrons Walter; Haplothrips sp. (Thysanoptera:
Phaeothripidae).
Narváez Flores (1993) Evaluó la mortalidad de conos y semillas de Pinus arizonica en un área
semillera, de la región Madera, Chihuahua, lo cual permitió conocer los principales factores de
mortalidad de conos y semillas.
En sus resultados señala que de los 1000 conillos ovulados que se marcaron solamente un 40%
llegó a la cosecha final; presentándose la mayor mortalidad (50.4%) en las etapas iniciales de
su desarrollo, período en que la palomilla Dioryctria rossi Munroe destruyó un 24.8% de los
conillos. Otra posible causa, puede ser la chinche semillera Leptoglossus occidentalis
Haidemann, insecto que se detectó y colectó al igual que Tetrya bipunctata Herrich-Schäffer,
durante el desarrollo del estudio (Narváez Flores, 1993).
Las perdidas de los conos de segundo año (9.6%), se debieron principalmente a la acción de
Dioryctria rossi, insecto que se reporta por primera vez en el estado de Chihuahua (Narváez
Flores, 1993).
64
Cuadro 9. Insectos de conos y semillas que afectan a Pinus arizonica Engelmann.
Género
Orden
Familia
Habito alimenticio
Conophthorus ponderosae Hopkins
Coleoptera
Scolytidae
Conófago
Conotrachelus neomexicanus Fall Coleoptera Curculionidae Conófago
Ernobius punctulatus (LeConte) Coleoptera Anobiidae Conófago
Dioryctria pinicolella Amsel Lepidoptera Pyralidae Conófago
Megastigmus albifrons Walker Hymenoptera Torymidae Espermatófago
Leptoglossus occidentalis Heidemann Hemiptera Coreidae Conoespermatófago
Fuente: Cibrián Tovar et al. (1995).
65
Del análisis de los conos que se llegaron a la etapa final de su madurez, se determinó que el
8.2% de la semilla esta dañada por la avispa Megastigmus sp. (Narváez Flores, 1993).
2.13.6.2 Insectos que se alimentan de brotes y yemas
Los insectos que se alimentan de brotes y yemas constituyen un grupo importante de insectos que dañan a los
árboles, particularmente a las confieras del género Pinus. En el Cuadro 10, se presentan los que afectan a Pinus
arizonica (Cibrián Tovar et al., 1995).
Los insectos (machos) del género Pityophthorus spp., penetran por la parte media o distal del brote. Su entrada
queda marcada por un grumo de resina característico de color rojizo cremoso, ocasionando la muerte de los
brotes, los cuales quedan curvos, disminuidos en tamaño y con el color del follaje amarillento a café (Cibrián
Tovar et al., 1995).
La especie Rhyacionia neomexicana (Dyar) tiene gran importancia ya que afecta el crecimiento y conformación
de arbolado joven de Pinus arizonica, tanto en plantaciones como en áreas de regeneración natural (Cibrián
Tovar et al., 1995).
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) reportan para el estado de Durango las siguientes
especies de insectos que se alimentan de brotes y yemas que afectan a Pinus arizonica:
Rhyacionia neomexicana (Dyar); Eucosma sonomana Kearfott y Retinia nva. sp. ésta especie
nueva es cercana a Retinia albicapitana (Busck); fue hallada en 1994 y está siendo descrita
por W. R. Miller. Su expansión alar va de 17 a 24 milímetros, y hasta el momento sólo se le ha
encontrado en los brotes líder y laterales de árboles jóvenes.
Sánchez Martínez (1991) menciona que en el sitio de observación para la regeneración de árboles padres del Área
Experimental Forestal Madera, a la edad de nueve años (en 1989) el promedio de deformaciones por árbol se
encuentra entre una y dos. Los análisis tanto de insectos como de cicatrices, dieron como resultado que el 70% de
estas deformaciones son
66
Cuadro 10. Insectos que se alimentan de brotes y yemas de Pinus arizonica Engelmann.
Género
Orden
Familia
Pityophthorus spp.
Coleoptera
Scolytidae
Eucosma sonomana Kearfoot Lepidopera Tortricidae
Rhyacionia neomexicana (Dyar) Lepidopera Tortricidae
Tortrícidos barrenadores de brotes
Lepidopera Tortricidae
Fuente: Cibrián Tovar et al. (1995).
67
causadas por Eucosma sp. Estas condiciones son similares en los espacios cubiertos por renuevo de Pinus
arizonica dentro de esta Área Experimental.
El mismo autor, señala que en el municipio de Bocoyna, Chihuahua, se han observado ataques
de Rhyacionia neomexicana sobre Pinus arizonica. Otra especie no identificada (Rhyacionia
sp), se ha encontrado únicamente en Pinus arizonica. Los ataques de Rhyacionia sp en Pinus
arizonica, sólo dejan como síntoma, una pequeña burbuja semitransparente formada por resina
y seda en la base de las yemas. Al remover la burbuja se observa el orificio de entrada de la
larva.
2.13.6.3 Insectos defoliadores
El daño por los defoliadores se reconoce fácilmente por la ausencia de follaje o por la presencia de pecíolos,
venas principales u otras partes remanentes de lo que fue la lámina foliar o la acícula, lo defoliadores más
importantes para Pinus arizonica, se enmarcan en el Cuadro 11 (Cibrián Tovar et al., 1995).
Olivo Martínez (1989) realizó un estudio sobre el ciclo de vida y hábitos de la mosca sierra del
pino Zadiprion vallicola Rohwer (Hemynoptera-Diprionidae) en una plantación de Pinus
arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis llamada El Llano, del predio particular
Muguriachi, municipio de Guerrero, Chihuahua. El cual consistió en realizar observaciones en
campo mensuales desde febrero de 1986 hasta mayo de 1987 de los cambios que
experimentaron los distintos estados de vida de Zadiprion vallicola, así como para el daño del
hospedero.
De acuerdo a un muestreo de transectos efectuado en la plantación se estimó una afectación
del 13% del arbolado con una infestación ligera. Dicho autor, observó defoliación completa
únicamente en algunos árboles aislados y con bajo crecimiento, no ser presentó mortalidad
(Olivo Martínez, 1989).
68
Cuadro 11. Insectos defoliadores en Pinus arizonica Engelmann.
Género
Orden
Familia
Neodiprion autumnalis Smith
Hymenoptera Diprionidae
Zadiprion falsus Smith Hymenoptera Diprionidae
Lophocampa cibriani Beutelspacher Lepidoptera Arctiidae
Tetralopha sp.
Lepidoptera Pyralidae
Fuente: Cibrián Tovar et al. (1995).
69
Además, menciona que los huevos de esta mosca son depositados en aberturas hechas en las
acículas del año anterior de Pinus arizonica. El número de huevos por acícula infestada fue de
3 en promedio. En el período de 1985-1987 se presentaron tres ataques por parte de Zadiprion
vallicola en la plantación, no obstante, el daño causado al arbolado es mínimo (Olivo
Martínez, 1989).
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) reportan para el estado de Durango las siguientes
especies de insectos defoliadores que afectan a Pinus arizonica: Pandeleteius maculicollis
Champion (Coleoptera: Curculionidae); Lophocampa alternata (Grote): Lophocampa cibriani
Beutelspacher (Lepidoptera: Arctiidae); Coloradia euphrasyne (Lepidoptera: Saturniidae);
Hyalophora cecropia (Lepidoptera: Saturniidae).
2.13.6.4 Insectos que se alimentan de floema y cambium
Los insectos que se alimentan de floema y cambium constituyen el grupo más importante de los insectos
forestales que atan las coníferas. Las larvas se alimentan del cambium y del floema que están debajo de la corteza
de árboles de todas las edades (Cibrián Tovar et al., 1995).
El género Dendroctonus es el más importante dentro de este grupo; en México se encuentran 11 especies de este
género. Varias de ellas tienen gran importancia económica, al grado de que se les conoce como plagas forestales
más dañinas del país. Las especies de este género que se han detectado en Pinus arizonica se muestran en el
Cuadro 12 (Cibrián Tovar et al., 1995).
Otros géneros de menor importancia que se presentan en Pinus arizonica son el Ips y Pissodes (Cuadro 12)
(Cibrián Tovar et al., 1995).
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) reportan para el estado de Durango las siguientes
especies de insectos descortezadores que afectan a Pinus arizonica: Dendroctonus valens
LeConte; Dendroctonus aproximatus Dietz; Dendroctonus adjuntus Blandford; Dendroctonus
mexicanus Hopkins e Ips pini (Say).
70
Cuadro 12. Insectos que se alimenta de cambium y floema de Pinus arizonica Engelmann.
G
GGénero
Orden
Familia
Dendroctonus mexicanus Hopkins
Coleoptera
Scolytidae
Dendroctonus frontalis Zimmermann Coleoptera Scolytidae
Dendroctonus adjuntus Blandford Coleoptera Scolytidae
Dendroctonus valens LeConte Coleoptera Scolytidae
Ips bonanseai (Hopkins) Coleoptera Scolytidae
Ips pini (Say) Coleoptera Scolytidae
Ips integer (Eichhoff) Coleoptera Scolytidae
Ips lecontei Swaine Coleoptera Scolytidae
Ips grandicollis (Eichhoff) Coleoptera Scolytidae
Pissodes zitacuarence Sleeper
Coleoptera Curculionidae
Fuente: Cibrián Tovar et al. (1995).
71
Sánchez Martínez (1991) señala que dentro del Área Experimental Madera, en el municipio
del mismo nombre, se han detectado tres especies que atacan a Pinus arizonica, en su etapa
jóven. En diferentes grados de infestación, éstas se presentaron durante el período de 1985 a
1989 (Cuadro 13). Ips integer Eichhoff, ha sido la de mayor frecuencia; y en menor grado se
encuentran asociados a ésta: Ips pini Say e Ips bonanseai Hopkings.
En ésta Área Experimental, los ataques se han presentado sobre una superficie de regeneración
natural estimulada por la técnica silvícola árboles padres, y en lugares donde el renuevo se
encuentra en espacios abiertos, con masas coetáneas y altas densidades; característica que es
muy frecuente en la región. Sin embargo, aunque se han presentado ataques severos en
pequeñas áreas, las tres especies han sido encontradas sobre árboles de apariencia sana pero
afectados por el hongo Heterobasidiom annosum que causa una pudrición radicular lenta. Así
mismo en árboles dañados por incendios. Las plantaciones forestales igualmente son
susceptibles al ataque de Ips spp, como consecuencia de varios disturbios como el fuego y la
sequía (Sánchez Martínez, 1991).
Además, este autor menciona que en la plantación denominada Arroyo Ancho, en el municipio
de Guerrero, se presentó en 1983, un ataque de Ips lecontei Swaine, afectando a Pinus
engelmannii y Pinus arizonica cuya única causa atribuible fue la temporada de sequía de ese
daño.
2.13.6.5 Insectos chupadores de savia
Álvarez Zagoya y Márquez Linares (1998) reportan para el estado de Durango las siguientes
especies de insectos chupadores que afectan a Pinus arizonica:
Chionaspis (=Phenacaspis) pinifoliae (Fitch) (Hom.: Diaspididae)
Pineus sp. (Hom.: Adelgidae)
Matsucoccus prob. vexillorum Morrison (Hom.: Margarorididae)
72
Cuadro 13. Comportamiento de los ataques de Ips spp. en un área de regeneración natural de Pinus arizonica Engelmann, producto del método de árboles padres, en el Área Experimental Forestal Madera (3.75 hectáreas).
Año
Edad de plantas (años)
Número de
árboles muertos
Especie afectante
Causa de aparición
1985
5
100
Ips sp.
Indefinida
1986 6 596 Ips sp. Indefinida
1987 7 1300 Ips integer, Ips pini Heterobasidiom annosum
1988 8 507 Ips integer, Ips bonanseai Heterobasidiom annosum
1989 9 128 Ips integer, Ips pini Residuos de cortas
Fuente: Sánchez Martínez (1991).
73
2.13.6.6 Insectos que se alimentan de la raíz
El Dendroctonus rhizophagus Thomas y Bright (Coleoptera: Scolytidae), comúnmente llamado descortezador del
renuevo es el único detectado que se alimenta de la raíz de Pinus arizonica (Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez
Zagoya y Márquez Linares, 1998).
Es un insecto cuya importancia varía según las condiciones de manejo de un bosque natural o de una plantación.
En plantaciones, los descortezadores han causado severas mortalidades en especies de pinos que no son tan
susceptibles cuando están en condiciones naturales, por ejemplo Pinus durangensis y Pinus arizonica (Cibrián
Tovar et al., 1995).
Sánchez Martínez (1991) señala que el descortezador del renuevo de pino Dendroctonus rhizophagus, ha
constituido el mayor problema de sanidad en áreas de regeneración de Pinus arizonica en el estado de Chihuahua.
El daño producido por este insecto consiste en la muerte del arbolado, debido a que durante su estado de larva, se
alimenta del tejido floemático, con lo cual se interrumpe el transporte de nutrientes: los individuos más afectados
son aquellos comprendidos en edades de tres a siete años, alturas de 0.30 a 1.50 metros y diámetros de 3.0 a 6.5
centímetros.
2.13.6.7 Insectos que se alimentan de la madera
Estos insectos son barrenadores de la madera (húmeda) en árboles vivos, su alimentación provoca una seria
degradación de la madera; además los orificios de salida al exterior del árbol pueden servir como puntos de
infección para la entrada de patógenos y hongos causantes de pudriciones. Para Pinus arizonica, sólo se tiene
reportado el género Ergates spiculatus (LeConte) (Coleoptera: Cerambycidae) (Cibrián Tovar et al., 1995).
2.13.6.8 Insectos que formadores de agallas
Los insectos formadores de agallas, causan daños serios a los árboles del bosque; sin embargo, a veces causan
mala apariencia en árboles ornamentales (Cibrián Tovar et al., 1995).
En esta clasificación se ha encontrado a Thecodiplosis sp. (Diptera: Cecidomyiidae) de poca importancia en
Pinus arizonica (Cibrián Tovar et al., 1995; Álvarez Zagoya y Márquez Linares, 1998).
74
2.13.7 Limitantes de suelo
Chacón Sotelo (1983) Estudió la regeneración natural mediante el método de árboles padres
de Pinus arizonica, en el cual menciona que antes de establecer su el no se había presentado la
regeneración, a pesar de que hubo buenos años semilleros y la estructura del arbolado lo
prometía; posiblemente el factor que contribuyó a este fenómeno fue la compactación del
suelo, ya que la semilla al caer no encontraba las condiciones edafológicas adecuadas y,
además, no pudo imponerse su poder germinativo de la semilla a las malas condiciones del
suelo.
2.13.8 Animales
León Delgado y Marmolejo Santillán (1984) evaluaron los daños causados por tuza de la
especie Thomomys umbrinus, sobre una plantación de Pinus arizonica, establecida en los
límites del Área Experimental Forestal Madera, municipio de Ciudad Madera, Chihuahua, por
el departamento de Bosques de Chihuahua, la evaluación se realizó en el período de 1980 a
1982, en el cual se evaluaron exclusivamente los árboles dañados por las tuzas, sin embargo,
no se debe deslindar totalmente el daño con otros factores que pudieron influir en la
mortalidad de los pinos.
Estos autores, León Delgado y Marmolejo Santillán (1984) señalan que al final de la
evaluación de 3,818 árboles que existían al inicio del estudio, sólo quedaron 1.336 lo que en
términos de porcentaje representaran el 35% y 65% de supervivencia y mortalidad
respectivamente (Cuadro 14).
75
Cuadro 14. Mortalidad y supervivencia de Pinus arizonica Engelmann (1980-1982); evaluación mensual del daño causado por Thomomys umbrinus a la plantación.
Período
Supervivencia
Porcentaje
Mortalidad
Porcentaje
Junio 1980
3,818
100
----
----
Julio 3,683 96 135 4 Agosto 3,556 93 127 7 Septiembre 3,429 90 127 10 Octubre 3,100 81 329 19 Noviembre 3,075 80 25 20 Diciembre 3,048 80 27 20 Enero 1981 3,005 79 43 21 Febrero 2,920 76 85 24 Marzo 2,875 75 45 25 Abril 2,700 71 175 29 Mayo 2,642 69 58 31 Junio 2,563 67 79 33 Julio 2,425 63 138 37 Agosto 2,312 60 113 40 Septiembre 2,138 56 174 44 Octubre 2,023 53 115 47 Noviembre 1,988 52 35 48 Diciembre 1,905 50 83 50 Enero 1982 ---- ---- ---- ---- Febrero 1,718 45 187 55 Marzo ---- ---- ---- ---- Abril 1,489 39 229 61 Mayo
1,336 35 153 65
Fuente: León Delgado y Marmolejo Santillán (1984).
70
León Delgado y Marmolejo Santillán (1984) concluye que los principales daños de la tuza se
presenta en los tallos de los pinos (45%), en las raíces (40%) y daño por exposición de raíces
por la actividad subterránea de la tuzas (15%); principalmente en árboles cuya edad y diámetro
promedio fueron de 3.5 años y 5.9 centímetros, respectivamente.
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) mencionan que las semillas de Pinus arizonica en
el estado de Chihuahua, son dañadas por la ardilla Sciurus sp.
2.13.9 Pastoreo
Chacón Sotelo (1983) menciona que áreas de regeneración natural de Pinus arizonica en el
estado de Chihuahua es un agente de disturbio, ya que se presenta durante todos los meses del
año, causando daños a la regeneración en sus etapas iniciales de crecimiento. Las clases de
ganado que pastorean son el vacuno y el equino, ocasionando disturbios al pisotear la
regeneración y destruirla en sus echaderos.
En los bosques de Chihuahua y Durango el mayor impacto a la masa forestal lo produce el
ganado vacuno y el grado de impacto varía de acuerdo al tipo de vegetación, régimen de
explotación existente, composición de los pastos, tipo de ganado existente y el estado de
conservación del suelo; su influencia se manifiesta tanto en el suelo como en la regeneración
natural y/o artificial, efectos sobre las masas jóvenes y sobre todo con su asociación en la
presencia de incendios; además, se tiene una alteración de las características físicas de los
suelos por efecto de pisoteo (Garcidueñas Martínez, 1984).
71
3. PRODUCCIÓN DE PLANTA EN VIVERO
3.1 Colecta de conos y semillas
3.1.1 Área de colecta
Ortega Cabrera (1996) menciona que de acuerdo de acuerdo a la calidad genética que se requiera en la semilla,
ésta se puede obtener de diferentes rodales, áreas semilleras o plantaciones forestales.
Según Clausen, Flores López y Vargas Hernández (1994) mencionan que en la actualidad esta especie cuenta con
un rodal semillero ubicado en la Unidad de Conservación y Desarrollo Forestal Número 9, en el Ejido El Caldillo
y su anexo El Vergel a una Altitud de 2,640 metros sobre el nivel del mar con una superficie de 1.44 hectáreas.
Además, Según Clausen, Flores López y Vargas Hernández (1994) y Ortega Cabrera (1996) se cuenta con varias
áreas semilleras (Cuadro 15) para el estado de Chihuahua y una (Ortega Cabrera, 1996) para el estado de
Durango (Cuadro 16).
3.1.2 Métodos de colecta
Según Ortega Cabrera (1996) señala que en la región Norte de México los métodos de recolección de semilla
para Pinus arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis, sigue el procedimiento que se describe:
Recolección en árboles apeados
Este método es muy práctico para recolectar semilla de árboles derribados, es decir, cuando se esta llevando la
corta; sin embargo, se requiere que la maduración de los conos coinciden con las operaciones de derribo (Ortega
Cabrera, 1996).
72
Cuadro 15. Áreas semilleras de Pinus arizonica Engelmann establecidas en el estado de Chihuahua.
Superficie
(hectáreas)
Lugar
Altitud
(msnm)
Zona central Faja de protección Total
Colonia Nicolás Bravo
2450
3.000
11.000
14.00
Ejido Madera Campo 4** 2400 2.000 10.000 12.00
Ejido Madera*** 2400 2.000 10.000 12.00
Ejido Huevachi*** 2800 1.500 9.500 11.00
Ejido Ocampo y Cerro Pelón 2520 1.3125 6.125 7.44
Ejido El Ranchito 2375 2.7500 9.125 11.88
Predio particular El Porvenir 2490 1.6875 7.250 8.94
Ejido El Pinito*** 2600 3.000 11.000 14.00
Ejido Chihatú*** 2720 1.5000 8.125 9.63
Ejido El Caldillo y su Anexo El Vergel 2660 1.8750 13.875 15.75
Ejido Chinatú
2630 1.4375 7.312 8.75
*Comunicación personal por el Ing. Celestino Flores. Centro de Genética, A.C.
** Área semillera establecida por el INIF en 1974
*** Áreas semilleras con remoción de arbolado
Fuente: Ortega Cabrera (1996).
73
Cuadro 16. Área semillera de Pinus arizonica Engelmann establecida en el estado de Durango.
Superficie
(hectáreas)
UCODEFO
Lugar
Zona central Faja de Protección Total
Santiago Papasquiaro
Las Pinturas
1.25
10.75
12.00
*Comunicación personal por el M.C. Andrés Quiñónez. Campo experimental Valle de Guadiana. INIFAP.
Fuente: Ortega Cabrera (1996).
74
Algunos inconvenientes de este método son la pérdida de conos durante el derribo del árbol y la confusión
cuando se manejan varias especies (Ortega Cabrera, 1996).
Recolección en árboles en pie
Es uno de los métodos más utilizados y el más eficaz para recolectar frutos antes de que diseminen su semilla
(Ortega Cabrera, 1996).
Según Ortega Cabrera (1996) las ventajas que presenta este método, a diferencia del anterior son las siguientes:
• Conocimiento de la fuente parental y la especie.
• Se conocen las características fenotípicas de los árboles.
• Permite efectuar tantas recolecciones como sean posibles.
• Se pueden seleccionar los árboles que presenten resistencia a plagas y enfermedades.
• Es posible estimar las producciones de cosecha.
3.1.3 Procesamiento de conos y semillas
Según Ortega Cabrera (1996) menciona que en la región Norte de México el procesamiento de conos y semillas
para Pinus arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis, sigue el procedimiento que se describe:
Unas vez que los conos han llegado a la planta procesadora, los costales o sacos que los contienen se colocan de
tal forma que exista circulación de aire, con la finalidad de evitar la presencia de hongos que pueden dañar la
semilla y perjudicar la cosecha reduciendo su viabilidad. Para esta actividad, los frutos se almacenan en cuartos
techados con buena ventilación y circulación de aire hasta por un período de dos semanas, siempre y cuando los
envases sean de tejido abierto (Ortega Cabrera, 1996).
Tratamiento al cono
Según Ortega Cabrera (1996) los conos antes de que adquieran su maduración total requieren de un
pretratamiento de secado para que abran sus escamas y liberen la semilla. Dicho tratamiento puede ser de dos
tipos:
75
Exposición del cono a la radiación solar
El tiempo de apertura de las escamas de los conos, para Pinus arizonica, varía de cuatro a seis semanas (Ortega
Cabrera, 1996).
Secado de los conos en estufa
La temperatura ideal para el secado de los conos de Pinus arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis es
de 72ºC por un período de 48 horas (Comunicación personal con Alvarado Rodríguez, 1994; citado por Ortega
Cabrera, 1996).
Extracción de semilla
Una vez que las escamas de los conos han abierto y liberado la mayoría de la semilla por cualquiera de los
métodos citados, se procede a su extracción (Ortega Cabrera, 1996).
Para este proceso, se puede usar el método manual o mecánico. El primero consiste en sacudir cada cono en
forma individual, o bien en forma conjunta mediante bieldos. En el proceso mecánico, se usan aparatos
especializados, como las golpeadoras de cono, que pueden ser de forma cilíndrica paralelepípedo a modo de que
sus paredes compuestas por malla sean de un calibre menor que el diámetro de los conos. Estas operaciones se
recomienda que se realicen en lonas o mantas, ya que facilita recoger la semilla y minimiza la perdida de ésta
(Ortega Cabrera, 1996).
Desalado de semilla
Según Ortega Cabrera (1996) señala que para llevar acabo el desalado de las semillas se utiliza un aparato
formado por un cilindro de lámina que no permite salir a la semilla e impurezas, cuyo funcionamiento consiste en
hacer girar la semilla mediante un eje con placas de acero adaptado a un taladro. Otro aparato, consiste en un
cilindro recubierto con malla de un calibre pequeño, que no deja salir la semilla; en su interior giran unos cepillos
con cerdas flexibles que frotan las semillas contra la pared de la malla.
76
Limpieza de semilla
Según Ortega Cabrera (1996) para llevar acabo la limpieza de la semilla, se puede realizar en forma manual o
mecánica.
En el primer caso, la semilla es aventada con una criba y por efecto de gravedad cae sobre ésta, siendo separada
la basura más fina por la acción del viento. En esta operación pueden usarse otros aparatos como ventiladores,
que producen una corriente de aire mayor facilitando la separación de las semilla vanas e impurezas (Ortega
Cabrera, 1996).
La maquinaria más utilizada en la limpieza de la semilla, es la denominada cribadora ventiladora o limpiadora de
semilla, que consiste en una tolva o depósito que regula la salida de la semilla a las cribas graduadas que operan
con movimientos oscilatorios y vibratorios, según el tamaño que se desee seleccionar; además, cuenta con
ventiladores que separan las semillas de las basuras más livianas (Ortega Cabrera, 1996).
Una vez limpia la semilla, puede contener un pequeño porcentaje de basura, además de estar integrada tanto por
semilla llena como vacía o vana. Para mejorar su calidad, es conveniente separar las semillas vanas y las basuras
contenidas en los lotes de semillas en forma manual. Por lo tanto, la semilla se deposita en un recipiente con
agua, y en función a su peso las llenas caen al fondo y las vacías flotan (Ortega Cabrera, 1996).
Tratamiento a la semilla
Ortega Cabrera (1996) menciona que una vez que se ha efectuado la limpieza de la semilla, ésta se encuentra lista
para ser utilizada, o bien para ser almacenada en cámaras frigoríficas.
En ambos casos, es conveniente tratar la semilla con fungicidas, con la finalidad de reducir y evitar la
proliferación de plagas y enfermedades. Niembro Rocas (1979) citado por Ortega Cabrera (1996) recomienda
para tal fin el Captán, Agrozán y Arazán a razón de 2 gr/kg de semilla.
Envasado de semilla
77
Según Ortega Cabrera (1996) señala que los envases comúnmente utilizados para guardar la semilla en
condiciones frías, son: las cubetas de plástico y botes de lata herméticamente selladas, cuñetes de cartón en
diferentes formas, bolsas de cartón o de polietileno y envases de vidrio. Por su práctico y fácil manejo, la cubeta
de plástico y el cuñete de cartón son los que han dado mejores resultados.
3.1.4 Rendimiento de conos y semillas
Flores Calderón (1969) señala que en años semilleros normales y fuertes, se puede disponer de
100 a 130 conos por árbol, respectivamente; además, las semillas más vigorosas y sanas se
obtienen precisamente en los años de semillación normal y fuerte y, que los conos dan 60
semillas viables.
Ortega Cabrera e Iglesias Gutiérrez (1988) hicieron una evaluación del cono, para determinar
la producción del árbol, la cual produjo una media de 867 conos por árbol. Además,
mencionan que el número de semillas viables por kilogramo de semilla es de 26,629.
Narváez Flores (1993) realizó un estudio sobre la mortalidad de conos y semillas de Pinus
arizonica en un área semillera, mediante el análisis de cono encontró un promedio de 44
escamas fértiles que arroja un potencial de 88 semillas por cono.
Patiño et al. (1983) mencionan que en Pinus arizonica el número de semillas por kilogramo es
de 23,832. En tanto que, Perry (1991) y Salazar y Soihet (2001) señalan que la cantidad
promedio de semillas por kilogramo es de 28,000. Por su parte, Meraz González (1999) señala
que el peso promedio de 100 semillas de Pinus arizonica resultó es de 2.925 gramos y el
número de semillas por kilogramo de 34,188.
Narváez Flores (2000) estimó la cosecha de semilla de Pinus arizonica con base a la
producción de conos, en dos áreas semilleras de la región de Madera, Chihuahua, con la
técnica de análisis de conos y de regresión lineal simple se estimó la cosecha de semilla de
Pinus arizonica, en función del número y peso de conos.
78
Análisis de conos
Mediante el método de análisis de cono se evaluó la eficiencia de producción de semilla de
Pinus arizonica, del área semillera denominada Campo 4, y consistió básicamente en la
disección de conos para la extracción, clasificación y evaluación de las escamas y semillas del
mismo (Narváez Flores, 2000).
Los resultados del análisis de conos, indican que el tamaño promedio del cono es de 6.0
centímetros, con un potencial productivo de semilla por cono (escamas fértiles x 2) de 89.9,
con un valor mínimo de 48 y un máximo de 126, el promedio de semillas llenas o
potencialmente viables por cono fue de 33.3, y el valor medio de la eficiencia de producción
de semilla fue de 37% (Narváez Flores, 2000).
Si se parte de la base que el número promedio de semillas por kilogramo es de 25,918 (Ortega
Cabrera, 1996; citado por Narváez Flores (2000) y si el valor medio del número de semillas
llenas/cono, es de 33.3 (1.285 gramos), se necesitaran colectar aproximadamente 778 conos
(25,918/33.3) para obtener un kilogramo de semilla potencialmente viable (Narváez Flores,
2000).
Estimación del peso de las semillas llenas en función del número de conos.
Con la información de dos colectas de semilla, efectuadas en 1991 y 1997 en el área semillera
Emilio Flores Calderón, y utilizando la técnica de análisis de regresión y correlación lineal
simple, se estimó el peso de las semillas llenas o potencialmente viables en función del
numero y peso de conos colectados (Narváez Flores, 2000).
Para el modelo de regresión lineal elegido y = -3.48348 + 1.24833 (x) se consideró el peso de
las semillas llenas (gramos) como la variable dependiente (y) y el número de conos colectados
(x) como la variable independiente (Figura 14). De acuerdo a este modelo para obtener 1
kilogramo de semilla potencialmente viable de Pinus arizonica, se deben colectar 804 conos.
79
Asimismo, con la aplicación de esta fórmula se obtuvieron las estimaciones que se muestran
en el Cuadro 17 (Narváez Flores, 2000).
80
Figura 14. Relación peso de semilla / número de conos de Pinus arizonica Engelmann en el
área semillera Emilio Flores Calderón, región Madera, Chihuahua (Tomado de Narváez Flores, 2000).
81
Cuadro 17. Estimaciones para obtener un kilogramo de semilla viable utilizando el modelo y =
-3.48348 + 1.24833 (x), en el área semillera Emilio Flores Calderón, región de Madera, Chihuahua.
Número de conos
Peso de semillas Potencialmente viables (Kg)
403
0.5
804
1
4,008
5
8,014
10
40,057
50
80,110
100
Fuente: Narváez Flores (2000).
82
Estimación del peso de las semillas llenas en función del peso de los conos.
Para el modelo de regresión lineal simple seleccionado y = 25.8854 + 23.3163 (x) se consideró
como variable dependiente (y) el peso de las semillas llenas (gramos) y como variable
independiente (x) el peso de los conos maduros (kilogramo) (Figura 15). De acuerdo a este
modelo para obtener una cosecha de 1 kilogramo de semillas llenas o potencialmente viables
de Pinus arizonica, se necesita obtener un peso de conos maduros de 41.8 kilogramos.
Asimismo, con la aplicación de esta ecuación se hicieron las estimaciones que se muestran en
el Cuadro 18 (Narváez Flores, 2000).
3.1.5 Almacenamiento de semillas
Cuando la semilla no se va a utilizar de inmediato es necesario almacenarla para que está
conserve su vitalidad y utilizarla en los años subsiguientes. Generalmente es recomendable
darle un tratamiento con funguicidas para evitar el ataque de hongos durante el tiempo que
permanezca almacenada; para Pinus arizonica se ha almacenado semilla en temperaturas
cercanas de 0 °C y el tiempo de almacenamiento va a influir en la vitalidad de la semilla; por
lo que se ha recomendado que para periodos largos de almacenamiento 5 ó más años, la
temperatura debe hacerse bajo cero y que la semilla tenga bajos contenido de humedad (10%)
(Garcidueñas Martínez, 1978; citado por Garcidueñas Martínez, 1984).
Considerando la longevidad de las semillas de pino según Hartan y Kester (1976) citados por Ortega Cabrera
(1996) la semilla de Pinus arizonica se encuentra en la categoría de las mesobióticas o de vida mediana, es decir,
semillas que permanecen viables de 3 a 15 años.
La temperatura de almacenamiento es muy variada, y ésta se selecciona de acuerdo a las características físicas y
fisiológicas de las semillas, sin embargo, la mayoría de las especies se almacenan a temperaturas de 0°C (Wang,
1974) citado por Carrillo et al. (1980) y entre 0 a 6°C (Patiño et al., 1983). En Chihuahua, por ejemplo, la cámara
frigorífica se mantiene a 5°C (Ortega Cabrera, 1996).
83
Figura 15. Relación peso de semilla / peso de los conos de Pinus arizonica Engelmann en el
área semillera Emilio Flores Calderón, región Madera, Chihuahua (Tomado de Narváez Flores, 2000).
84
Cuadro 18. Estimaciones para obtener un kilogramo de semilla viable utilizando el modelo y =
25.8854 + 23.3163 (x), en el área semillera Emilio Flores Calderón, región de Madera, Chihuahua.
Peso de conos
(Kg)
Peso de semillas Potencialmente viables
(Kg)
20.4
0.5
41.8
1
213.4
5
427.8
10
2,143
50
4,287.75
100
Fuente: Narváez Flores (2000).
85
3.1.6 Determinaciones físicas y biológicas de la semilla
Meraz González (1999) realizó un análisis de semillas colectadas, en el paraje La Medalla,
Ejido Llano Grande, municipio de Tepehuanes, Durango. A una latitud Norte de 26° 01’ 55’’
y una longitud Oeste de 106° 11’ 59’’, con 2,647 metros sobre el nivel del mar, exposición Sur
y Zenital, en un rodal de masa pura con árboles de 15 metros de altura promedio y de 20 a 25
centímetros de diámetro, obteniendo los siguientes resultados:
Pureza de la semilla
El Pinus arizonica, las semillas correctamente cribadas y sopladas presentan una pureza
promedio de 94.29% con una mínima de 92.15% y una máxima de 96.72%.
Como se puede observar, la pureza es alta debido a que la semilla estudiada se encontraba almacenada y había
sido limpiada previamente durante su colecta (Meraz González, 1999).
Contenido de humedad
El contenido de humedad en semillas de Pinus arizonica tiene un valor promedio, en base al peso húmedo de
8.86%.
De acuerdo con Patiño, et al. (1983) citado por Meraz González (1999) estos resultados
permiten que la semilla sea definida como ortodoxa: semilla que puede ser almacenada
satisfactoriamente y cuya longevidad está incrementada de una manera predecible en función
al decremento en temperatura y contenido de humedad.
Viabilidad de la semilla
En el análisis de viabilidad de la semilla de Pinus arizonica, el valor promedio en la cantidad
de semillas teñidas con tetrazolio resultó ser de 80%.
86
Esto puede ser debido a diversos factores relacionados con la especie, fecha de colecta,
manejo de la semilla, almacenamiento de la semilla, etc. (Meraz González, 1999).
Germinación potencial y energía germinativa
La germinación potencial y energía germinativa de semillas de Pinus arizonica, que fueron
puestas a germinar en una cámara provisional, sin aplicarles tratamiento pregerminativo
alguno, se obtuvieron los siguientes resultados: 78% de germinación potencial y energía
germinativa de 85% de 5 a 6 días.
3.2 Técnicas de producción de plantas en vivero
3.2.1 Técnica de producción de plantas en envase
3.2.1.1 Sustrato en el almácigo
Zarzosa Ruíz (1975) reporta los siguientes sustratos: desde la base hacia arriba del material; 20
centímetros de piedra grande, 20 centímetros de grava, 20 centímetros de arena de río, 10
centímetros de tierra de labor y 10 centímetros de tierra de monte, esparciéndose sobre la
superficie del almácigo, ya depositada la semilla, se cubre con arena de río cernida.
Por su parte, Nevárez (1981) citado por Garcidueñas Martínez (1984) menciona que los
sustratos utilizados en los almácigos en la región Norte de México, son generalmente mezclas
de diferentes proporciones de tierra de monte, labor y arena y algunos agregan además materia
orgánica, aserrín o perlita. Estas mezclas son previamente desinfectadas en algunos viveros
con bromuro de metilo.
Así mismo, Meraz González (1999) señala que en la germinación de Pinus arizonica en
semillero para condiciones de invernadero, se recomienda utilizar mezclas de sustrato de arena
de río esterilizada y, tierra de monte, previamente harneadas con malla fina, en proporción de
3:1, ya que esta última favorece la micorrización de las plántulas en sus primeras etapas de
desarrollo
87
3.2.1.2 Sustrato en el envase
Zarzosa Ruíz (1975) realizó un experimento donde determinó la influencia de dos tipos de
sustratos en el desarrollo de Pinus arizonica, en el vivero San José de la Chaparra, ubicado en
la zona Noroeste del estado de Durango, los tratamientos utilizados se muestran en el Cuadro
19.
Las variables que se midieron fueron altura y supervivencia hasta los trece meses de edad; a
los datos de la última se les sometió inicialmente a ambas variables a un análisis de varianza
por separado. Posteriormente y para obtener una información estadística más estricta, se
sometieron a un análisis de rangos múltiples de Duncan.
Mediante el análisis de Duncan, para la variable altura, se determinó que el tratamiento 9
(30% tierra de monte y 70% arena de río) fue el que obtuvo mejor crecimiento (Figura 16) y
resultó ser superior a todos los demás al nivel de probabilidad de 0.01. Para la supervivencia
con los resultados de los rangos múltiples de Duncan, se determinó que al nivel de
probabilidad 0.01 los tratamientos no tuvieron efecto en la supervivencia por las mezclas de
sustratos, no siendo así para el nivel de probabilidad de 0.05, el cual solo hubo diferencias
entre el primer grupo formado por ocho tratamientos y un segundo que incluyó los tres
restantes; y además se hace notar que el tratamiento 9 que fue el mejor en desarrollo en altura,
en supervivencia obtuvo uno de los tres primeros lugares. Concluyéndose que por tal motivo,
su influencia en ambas variables fue el más aceptable.
Zarzosa Ruíz (1975) concluye que el tratamiento que mejor respuesta tuvo en desarrollo en
altura, fue el 9 que corresponde a la proporción 30% tierra de monte y 70% arena de río; y
ocupa uno de los tres primeros lugares en supervivencia. Además, menciona que la mejor
supervivencia al tratamiento 5 (70% tierra de monte y 30% arena de río) con 95.31%.
Así mismo, Ortega Cabrera (1991) analizó cinco materiales para componer cinco sustratos, con la finalidad de
analizar su influencia en la germinación, sobrevivencia y crecimiento en
88
Cuadro 19. Proporción de los dos sustratos empleados para la siembra de Pinus arizonica Engelmann en vivero.
Tratamiento
Proporción de Tierra de monte
y Arena de río.
1
100 % Tierra de monte
2 100 % Arena de río 3 90 % Tierra de monte + 10 % Arena de río 4 80 % Tierra de monte + 20 % Arena de río 5 70 % Tierra de monte + 30 % Arena de río 6 60 % Tierra de monte + 40 % Arena de río 7 50 % Tierra de monte + 50 % Arena de río 8 40 % Tierra de monte + 60 % Arena de río 9 30 % Tierra de monte + 70 % Arena de río 10 20 % Tierra de monte + 80 % Arena de río 11
10 % Tierra de monte + 90 % Arena de río
Fuente: Zarzosa Ruiz (1975).
89
0
1
2
3
4
5
6
7
8
Sept. Oct. Nov. Dic. Ene. Feb. Jun.
Tiempo (meses)
Altu
ra (c
m)
T9
T8
T2
T11T7T6T4T5T1T3
1974 1975
T10
Donde: T1, 100 % tierra de monte; T2, 100 % arena de río; T3, 90 % tierra de monte + 10 % arena de río; T4, 80 % tierra de monte + 20 % arena de río; T5, 70 % tierra de monte + 30 %; arena de río; T6, 60 % tierra de monte + 40 % arena de río; T7, 50 % tierra de monte + 50 % arena de río; T8, 40 % tierra de monte + 60 % arena de río; T9, 30 % tierra de monte + 70 % arena de río; T10, 20 % tierra de monte + 80 % arena de río, T11, 10 % tierra de monte + 90 % arena de río. Figura 16. Tendencia de crecimiento en altura de Pinus arizonica Engelmann, en diferentes
mezclas de sustratos (Tomado de Zarzosa Ruiz, 1975).
90
altura de Pinus arizonica, en el invernadero forestal propiedad de Proveedora Industrial de Chihuahua, S.A.
(PICHISA) ubicado en Colonia Anáhuac, municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, las variables evaluadas fueron:
Capacidad germinativa (% de germinación), sobrevivencia (%) y altura (milímetros). Los sustratos utilizados
fueron: tierra de monte (Tm), arena de río (A), estiércol de vaca (E), perlita (P) y aserrín (As).
En el cual, señala que Pinus arizonica, mostró su mayor porcentaje de sobrevivencia (88%) en
el sustrato tierra de monte al 75% y arena de río al 25% y para la variable altura esta se ve
influenciada por los diferentes sustratos, siendo el sustrato tierra de monte al 100%, donde se
presentaron los mejores resultados (Cuadro 20).
Por su parte, Villarreal Godinez (1981) comparó el sistema tradicional de viveros a la intemperie y envases de
polietileno, con la producción de brinzales en invernadero y envases cónicos de plástico de baja densidad,
utilizando 2 tipos de sustratos, en el vivero de la Unidad de Administración Forestal Número 4, localizado en el
poblado de San Rafael, municipio de Urique, estado de Chihuahua, en donde evaluó las variables porcentaje de
germinación, supervivencia y crecimiento en altura. Los tratamientos utilizados fueron los siguientes:
En invernadero
A. Envase cónico de plástico y mezclas de perlita, aserrín y tierra de monte en partes iguales.
B. Envase cónico de plástico y mezclas de tierra de monte y arena de río en partes iguales.
C. Bolsa tradicional de polietileno y mezclas de perlita aserrín y tierra de monte en partes iguales.
D. Bolsa tradicional de polietileno y mezclas de tierra de monte y arena de río en partes iguales.
En vivero a la intemperie
91
Cuadro 20. Resultados de germinación, sobrevivencia y desarrollo en altura de Pinus arizonica Engelmann, bajo cinco sustratos.
Semillas germinadas
(días)
Sustrato
(%)
7 14 21 28 35 42 Total
Germinación
(%)
Sobrevivencia
(%)
Altura
(mm)
Tm (100%)
0
0
43
17
0
0
60
100
78
51
Tm (75%) y A (25%)
0
0
33
19
0
1
53
88
88
50
Tm (60%); A (25%) y E (15%)
0
0
20
19
3
1
43
71
48
48
Tm (60%); A (20%) y As (20%)
0
0
21
24
0
0
45
75
67
34
Tm (50%); A (25%) y P (25%)
0
0
21
23
3
0
47
78
58
48
Donde: Tierra de monte (Tm), Arena de río (A), Estiércol de vaca (E), Perlita (P) y Aserrín (As).
Fuente: Ortega Cabrera (1991).
92
Las mezclas en los tratamientos A’, B’, C’, D’, fueron idénticas a las empleadas en el invernadero.
Este autor Villarreal Godinez (1981) en base a los resultados obtenidos concluye lo siguiente:
• Los tratamientos en invernadero B, A y C, fueron los que mejores resultados presentaron para la
germinación, con un 86.25%, 85.00% y 85.00%, respectivamente.
• La supervivencia en los diferentes tratamientos, no tiene diferencias marcadas; es alta en todos los casos,
posiblemente debido a altas atenciones prodigadas, con riegos regulares y frecuentes, además de las
aplicaciones de captan en la época crítica de la susceptibilidad de enfermedades fungosas.
• Cualquier mezcla de sustrato utilizada no afecta el crecimiento del Pinus arizonica pero si su germinación.
3.2.1.3 Preparación del sustrato y llenado de bolsas
Antes de llenar las bolsas, el sustrato base debe ser tamizado con ayuda de una malla metálica (cedazo) para
eliminar del mismo las piedras u otro material no deseado, posteriormente se efectuará la mezcla en la proporción
requerida. El llenado de bolsas se hace en forma manual (Zarzosa Ruíz, 1975; Villarreal Godinez, 1981)
3.2.1.4 Tratamientos para estimular la germinación
Meraz González (1999) con el fin de conocer los efectos que tienen los tratamientos
pregerminativos en Pinus arizonica, apoyados en estos hizo pruebas de germinación en
cámara de ambiente controlado, con un periodo de luz de 16 horas proporcionada por una
lámpara fluorescente y un foco incandescente de 40 watts a una temperatura de 30°C y las 8
horas restantes sin luz con una temperatura de 25°C, regándose cada tercer día con agua
destilada y Captan al 2% (en los primeros riegos), a modo de mantener a punto de saturación
de humedad al papel filtro y evitar el mal de vivero (Damping-off); obteniendo los siguientes
resultados:
La germinación acumulada (Cuadro 21) tuvo mayor porcentaje de germinación (96.75%) bajo
el tratamiento de remojo en agua oxigenada al 3% por 12 horas, aunque es mínima la
93
diferencia en comparación con la germinación del testigo, la cual fue de 96.25%. Es
importante mencionar que en el tratamiento 3 (semilla sumergida en agua apunto de ebullición
por 30 segundos) no germinó una sola semilla de esta especie (Cuadro 21).
En el análisis de varianza realizado para la germinación de semillas de Pinus arizonica en
condiciones de ambiente controlado, se indica que existe una diferencia significativa entre los
tratamientos aplicados, al nivel de probabilidad del 1%.
De acuerdo a las agrupaciones de Duncan, los mejores tratamientos de escarificación para
Pinus arizonica resultaron ser (en orden descendente): 4 (remojo en agua oxigenada al 3% por
12 horas), 0 (testigo) y 1 (escarificación con lija) y el tratamiento que presentó la menor
germinación fue el 3 (semilla sumergida en agua a punto de ebullición por 30 segundos).
Meraz González (1999) concluye que debido a que es mínima la diferencia entre los porcentajes de germinación
obtenidos entre el tratamiento 4 (remojo en agua oxigenada al 3% por 12 horas) y el testigo (semilla sin
escarificar), se recomienda no escarificar la semilla para la germinación de Pinus arizonica, a excepción de que
se obtengan mejores resultados en otros estudios; esto incluso reduce costos y tiempo (Meraz González, 1999).
3.2.1.5 Germinación
Ortega Cabrera (1991) observó la germinación de Pinus arizonica con diferentes sustratos,
asegurando que esta inicia a los 21 días y finaliza a los 42 días (Cuadro 20); con excepción de
94
Cuadro 21. Germinación acumulada (%) de semilla de Pinus arizonica Engelmann, bajo cuatro tratamientos diferentes y un testigo, en cámara de ambiente controlado.
Germinación (%)
Días
T0
T1
T2
T3
T4
1
1.50
0.00
16.00
0.00
24.75
2 17.75 24.25 46.00 0.00 49.75 3 57.00 46.75 61.50 0.00 79.25 4 78.00 64.75 67.25 0.00 92.75 5 91.75 76.75 70.50 0.00 95.50 6 93.25 78.50 75.25 0.00 95.75 7 94.00 82.50 78.75 0.00 95.75 8 94.50 85.50 79.75 0.00 95.75 9 94.75 96.75 81.00 0.00 96.50 10 94.75 97.75 81.75 0.00 96.50 11 95.75 89.75 82.50 0.00 96.75 12 95.75 89.75 82.50 0.00 96.75 13 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75 14 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75 15 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75 16 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75 17 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75 18 96.25 89.75 82.75 0.00 96.75
Donde: T0= Testigo; T1= Escarificación con lija; T2= Remojo en H2O temperatura ambiental por 24 horas; T3= Sumergida en H2O a punto de ebullición (94°C) por 30 segundos; T4= Remojo en H2O al 3% por 12 horas. Fuente: Meraz González (1999).
95
la culminada en el sustrato 100% tierra de monte y 60% tierra de monte, 20% arena de río y
Aserrín 20% (28 días).
3.2.1.6 Siembra previa en el almacigo
Después de haber tratado el suelo del semillero contra Dampig-off, las semillas se esparcen en
surcos a la voleo en camas de germinación y se cubren con una capa delgada de arena de río
cernida (Zarzosa Ruiz, 1975; Meraz González, 1999).
3.2.1.7 Época de siembra en almácigo
Zarzosa Ruiz (1975) señala que la siembra en almacigo para Pinus arizonica en el estado de
Durango, debe hacerse en el mes de Junio. Por su parte Merza González (1991) en un ensayo
de profundidades de siembra en el invernadero del vivero de la División de Ciencias
Forestales de la Universidad Autónoma Chapingo, efectuó la siembra en el mes de septiembre.
3.2.1.8 Época de siembra en envase
Villarreal Godinez (1981) señala que la siembra directa en envase para Pinus arizonica en el
estado de Chihuahua, debe hacerse en el mes de junio. En tanto que, Garcidueñas Martínez
(1984) señala que en general en los viveros de Chihuahua y Durango donde se siembra Pinus
arizonica se prefieren las siembras en la segunda quincena de abril y mayo cuando ésta se
hace a la intemperie y los viveros que cuentan con túneles de plástico lo realizan en cualquier
época dependiendo de su programa de producción.
3.2.1.9 Profundidad de siembra
3.2.1.9.1 Profundidad de siembra en el almácigo
Meraz González (1999) realizo un ensayo en invernadero sobre diferentes profundidades de
siembra con diferentes tratamientos para estimular la germinación de la semilla, en donde
96
señala que el mayor porcentaje de germinación para Pinus arizonica (Cuadro 22 y Figura 17)
se obtuvo en los tratamientos 2 y 3, que corresponden a las profundidades de siembra de 1.0 y
1.5 centímetros, los que culminaron con un 97% de germinación final.
Para la energía germinativa Meraz González (1999) considera el tiempo en el que la semilla
alcanzó una germinación igual al 75% de la final en cada profundidad como se muestra en el
Cuadro 22. La energía germinativa para Pinus arizonica fue de los 11 a los 19 días, siendo el
testigo (Tratamiento 1) con una profundidad de siembra a 0.5 centímetros del nivel del suelo el
que logró la mayor germinación en el menor tiempo; sin embargo, la mayoría de las plántulas
se acamaron y finalmente murieron muchas de ellas debido a la poca profundidad.
En la relación al análisis de varianza efectuado para la germinación de semillas de Pinus
arizonica en condiciones de invernadero, aunque no existe diferencia significativa entre
repeticiones, si la hay entre tratamientos al nivel de probabilidad de 0.05. y de acuerdo a la
prueba de rangos múltiples de Duncan realizada para observar la diferencia entre tratamientos
para días de germinación, obtenemos que existe una ordenación secuencial entre los
tratamientos, lo cual indica que a menor profundidad, las semillas germinaron más rápido, en
Pinus arizonica, se da una estrecha similitud entre las profundidad de 0.5 y 1.0 centímetros
(Meraz González, 1999).
Esta observación sugirió el empleo de una análisis de regresión, con el fin de investigar la
posibilidad de que un modelo lineal pudiera explicar el comportamiento de la variable número
de días a la germinación como una función de tratamiento. El cual indicó que los días a la
germinación dependen de la profundidad de siembra (Meraz González, 1999).
Este mismo autor Meraz González (1999) midió las características cuantitativas y cualitativas
de Pinus arizonica a diferentes profundidades de siembra bajo condiciones de invernadero;
para lo cual utilizó las siguientes variables para determinar las características cualitativas y
cuantitativas de las plántulas son: número de hojas cotiledonares, características fenológicas
(forma de hojas primarias, disposición de hojas cotiledonares, forma del hipocótilo, posición
del ápice, longitud total de la plántula del cuello de la raíz hasta la yema terminal, longitud del
97
Cuadro 22. Germinación acumulada (%) se semillas de Pinus arizonica Engelmann, en seis profundidades de siembra bajo condiciones de invernadero.
Días
Temperatura
(°C)
T1
T2
T3
T4
T5
T6
10
35.0
70
45
8
0
0
0
11 22.0 79 73 23 0 0 0 12 31.0 84 85 41 2 1 0 13 35.0 87 89 74 41 4 0 14 33.0 87 92 91 71 19 2 15 27.0 88 95 93 82 46 7 16 24.0 92 95 95 89 70 13 17 23.5 92 95 96 89 86 20 18 30.0 92 95 97 89 90 24 19 40.0 92 96 97 91 94 29 20 22.0 92 97 97 92 95 33 21 29.5 92 97 97 92 95 34 22 24.0 93 97 97 92 95 34 23 29.0 93 97 97 92 95 34 24 27.5 94 97 97 92 95 34 25 24.5 94 97 97 92 95 34 26 26.0 94 97 97 92 95 34 27 25.0 94 97 97 92 95 34 28 26.0 94 97 97 92 95 34 29 29.0 94 97 97 92 95 34 30 29.5 94 97 97 92 95 34
Donde: T1= Profundidad de siembra a 0.5 centímetros del nivel del suelo (testigo). T2= Profundidad de siembra a 1.0 centímetros del nivel del suelo. T3= Profundidad de siembra a 1.5 centímetros del nivel del suelo. T4= Profundidad de siembra a 2.0 centímetros del nivel del suelo. T5= Profundidad de siembra a 2.5 centímetros del nivel del suelo. T6= Profundidad de siembra a 3.0 centímetros del nivel del suelo. Temperatura= Temperatura máxima (°C), tomada dentro del invernadero entre las 12:00 y 14:00 horas. Fuente: Meraz González (1999).
98
Donde:
T1= Profundidad de siembra a 0.5 centímetros del nivel del suelo (testigo). T2= Profundidad de siembra a 1.0 centímetros del nivel del suelo. T3= Profundidad de siembra a 1.5 centímetros del nivel del suelo.
T4= Profundidad de siembra a 2.0 centímetros del nivel del suelo. T5= Profundidad de siembra a 2.5 centímetros del nivel del suelo. T6= Profundidad de siembra a 3.0 centímetros del nivel del suelo.
Figura 17. Comportamiento de la germinación acumulada (%) de Pinus arizonica Engelmann,
en condiciones de invernadero bajo seis profundidades de siembra (Tomado de Meraz González, 1999).
99
hipocótilo, longitud de hojas cotiledonares y longitud de hojas primarias), número de hojas
secundarias en promedio por parcela, diámetro de cuello de la raíz, longitud de la raíz, pesos
húmedos y secos de plántula completa (total), de la parte aérea y de la parte radicular.
En cuanto las características cualitativas, Pinus arizonica presentó hojas primarias de borde
aserrado, disposición ascendente de las hojas cotiledonares, forma acicular de las hojas
primarias, hipocótilo uniforme y ápice no inclinado (Meraz González, 1999).
En Pinus arizonica, el número de hojas cotiledonares no establece significancia en los
tratamientos, lo cual de cierta manera es lógico, ya que el número de hojas cotiledonares es
determinado por la información genética que el embrión trae consigo y de ninguna manera se
ve afectado por la profundidad de siembra de la semilla. Lo mismo sucede con la disposición
de las hojas cotiledonares, la forma de hojas primarias, la forma del hipocótilo, posición del
ápice, longitud de hojas cotiledonares, longitud de hojas primarias y longitud de raíz (Meraz
González, 1999).
De acuerdo con la prueba de comparaciones múltiples de Duncan: la mayor longitud de
plántulas, se obtuvo entre las profundidades de 0.5 a 1.5 centímetros; la mayor longitud del
hipocótilo se encontró en las profundidades de 0.5 a 1 centímetros (Meraz González, 1999).
Las plántulas de Pinus arizonica la profundidad de siembra que ocasionaron una mayor
longitud de hojas primarias fueron las intermedias (1.0 a 1.5); las que ocasionaron mayor
longitud de raíz fueron 0.5, 1.5, 3.0, 1.0 y 2.0 centímetros, y las que ocasionaron mayor
diámetro de raíz fueron las profundidades de 3.0, 3.5 y 1.5 centímetros. Las de mayor peso
fresco y seco totales, radiculares y aéreos, se encontraron en las profundidades desde 0.5 hasta
2.5 centímetros. Por lo mismo, se puede concluir que el tratamiento 6 profundidad de (3.0
centímetros) la mayor profundidad de siembra produjo los menores valores para estas
variables. Por último, el mayor número de hojas secundarias se presentó en las profundidades
de 0.5 a 2.5 centímetros (Meraz González, 1999).
100
Meraz González (1999) concluye que para obtener una mayor germinación, así como mejores
características cualitativas y cuantitativas en plántulas de esta especie bajo condiciones de
invernadero, la profundidad óptima de siembra fluctúa entre los 1.0 y 1.5 centímetros.
3.2.1.9.2 Profundidad de siembra en el envase
La experiencia desarrollada indica que la semilla se coloca en hoyos de 1 centímetro de
profundidad (Villarreal Godinez, 1981).
3.2.1.10 Transplante al envase
Esta operación es común en todos los viveros y consiste en sacar las plántulas del almácigo y
colocarlas enseguida en los envases a camas de crecimiento donde la plántula continuará su
desarrollo hasta que está en condiciones de que se le saque del vivero para plantarla en su
lugar definitivo. En términos generales la época más utilizada para realizar el transplante es en
los meses de julio y agosto para el Pinus arizonica (Nevárez, 1981; citado por Garcidueñas
Martínez, 1984).
3.2.1.11 Características del envase
En el vivero de San José de la Chaparra, ubicado en la zona Noroeste del estado de Durango,
se utilizó bolsas de polietileno negro, de 10 centímetros de ancho, 22 centímetros de largo y
calibre 250 micras para producir plantas de Pinus arizonica (Zarzosa Ruíz, 1975).
Villarreal Godinez (1981) comparó el sistema tradicional de viveros a la intemperie y envases de polietileno, con
la producción de brinzales de Pinus arizonica en invernadero y envases cónicos de plástico de baja densidad, en
el vivero de la Unidad de Administración Forestal Número 4, localizado en el poblado de San Rafael, municipio
de Urique, estado de Chihuahua.
Características de los envases
Envase cónico de plástico
101
Este envase tiene una capacidad de 100 cm3, es de color negro y de baja densidad, cuyas dimensiones son 3
centímetros de diámetro mayor, 2 centímetros de diámetro menor y 19 centímetros de longitud.
Envase tradicional
Bolsa de polietileno color negro, calibre 300 µ, 10 centímetros de ancho y 17 centímetros de altura. A fin de
facilitar el drenaje se hacen tres perforaciones distribuidas a lo ancho de la base y a una separación entre ellas de
2.5 centímetros.
Este autor Villarreal Godinez (1981) concluye que en virtud de no haber diferencias significativas entre la
utilización de envases, acentúa que el mejor es el envase cónico de baja densidad al requerir menor espacio y
volumen de tierra para la producción de planta de Pinus arizonica.
3.3 Desinfección del sustrato
Antes de la utilización de los sustratos (tierra de monte y estiércol) en la producción de planta de Pinus arizonica
se debe fumigar con bromuro de metilo a razón de 0.453 kg/m2, con la finalidad de evitar la presencia de
enfermedades fungosas (Ortega Cabrera, 1991).
Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) en su estudio efecto de la fertilización y
espora del hongo micorrícico sobre el desarrollo de Pinus arizonica, Pinus engelmannii y
Pinus durangensis, en el vivero ubicado en la colonia Anáhuac, Chihuahua, utilizaron para la
desinfección de los sustratos no estériles autoclave sometiéndolo a una temperatura de 72°C
durante 48 horas.
3.4 Micorrizas
3.4.1 Especies de micorrizas
102
En Pinus arizonica, el hongo ectomicorrícico utilizado en México es Pisolithus tinctorius
(Pers.) Coker y Couch (Iglesias Gutiérrez, 1986; Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante,
1994).
3.4.2 Métodos de inoculación
En Pinus arizonica la inoculación de Pisolithus tinctorius (Pers.) Coker y Couch se ha hecho
en cultivos puros; el cultivo del hongo se hizo utilizando frascos conserveros de un litro de
capacidad, llenandolos a ¾ de capacidad con un medio formado de 600 milímetros de
vermiculita, 30 milímetros de turba y medio Melin-Norkrans (MNM), sin agar. Una vez
mezclados y esterilizados, se procede a sembrar el micelio de las cajas de petri, los frascos
conserveros se someten a temperaturas promedio de 25°C, en un rango de 3 a 9 meses.
Posteriormente se lavó con agua de la llave en forma abundante, repetidas veces, para asegura
que no hubiera medio nutritivo en el inóculo. Inmediatamente después del lavado del inóculo
se puso en bolsas de polietileno para formar paquetes de un litro, para posteriormente ser
mezclados con el sustrato de los envases (Iglesias Gutiérrez, 1986).
También, Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) realizaron la inoculación en forma
de esporas mezcladas en el sustrato a razón de 100 mg de espora por litro de sustrato
previamente esterilizado.
3.4.3 Efecto de las micorrizas en el crecimiento inicial
Iglesias Gutiérrez (1986) estudió el efecto de los fungicidas en la micorrización de Pinus
leiophylla, Pinus greggii y Pinus arizonica con Pisolithus tinctorius (Pers.) Coker y Couch en
el invernadero del Colegio de Postgraduados ubicado en Montecillos, Texcoco, México. Los
tipos de funguicidas estudiados fueron el Tecto-60, Zineb-80 y Captan-50, en aplicaciones
semanales, inmediatamente después del riego, durante 14 ocasiones. En dosis de gramos por
litro de agua, como sigue: tecto, 1.80; zineb, 1.95 y captán 2.5. Las variables evaluadas fueron
desarrrollo en altura, número de ramillas, diámetro, volumen de raíz, peso seco y
sobrevivencia, con los siguientes tratamientos:
103
• Sin hongo, sin fungicida (testigo absoluto)
• Sin hongo con tecto
• Sin hongo con zineb
• Sin hongo con captán
• Con hongo sin funguicida (testigo)
• Con hongo con tecto
• Con hongo con zineb
• Con hongo con captán
Este autor, Iglesias Gutiérrez (1986) concluye lo siguiente:
La ectomicorrización no se ve afectada, con significancia estadística, por la aplicación de los
fungicidas. El grado de asociación de Pinus arizonica con el simbionte fue de 5% apenas
superando al testigo de Pinus leiophylla (4.22%); sin embargo, fue suficiente para mejorar,
significativamente, la altura y número de ramillas.
Los más altos porcentajes de mortalidad, se registraron en las plantas de Pinus arizonica
inoculadas con Pisolithus tinctorius en ausencia de los fungicidas.
En términos generales la micorrización con Pisolithus tinctorius no favoreció el desarrollo de
Pinus arizonica.
Por su parte, Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) evaluaron el efecto de inocular
la espora del hongo Pisolithus tinctorius sobre el desarrollo de Pinus arizonica, Pinus
engelmannii y Pinus durangensis, en un vivero ubicado en Colonia Anáhuac, Chihuahua.
Estos autores, Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) concluyen lo siguiente:
El inóculo con Pisolithus tinctorius, no manifestó efectos positivos en el crecimiento de las plantas en altura,
diámetro y biomasa de Pinus arizonica, durante el período de experimentación (30 semanas).
104
3.5 Fertilización
3.5.1 Fertilización de plantas producidas en bolsa y envases cónicos
Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) evaluaron el efecto de la fertilización sobre el
desarrollo de Pinus arizonica, Pinus engelmannii y Pinus durangensis, en un vivero ubicado
en Colonia Anáhuac, Chihuahua.
Estos autores, recomiendan para la nutrición de Pinus arizonica, en condiciones de
invernadero, la aplicación de las rutinas de fertilización Anáhuac y Soluble preparado, cuyas
formas y dosis de aplicación se describe:
Rutina Anáhuac (control). Se aplican los fertilizantes semisolubles, 18-46-00 y 17-17-17 NPK
en dosis de 3 gr/1 litro de agua y el foliar 32-15-05 en dosis de 5 gr/1 litro de agua,
suministrados en seis aplicaciones quincenales con el agua de riego, en el siguiente orden: 1ª.
aplicación: 18-46-00; 2ª.: 32-15-05; 3ª.: 32-15-05; 4ª.: 17-17-17; 5ª.: 32-15-05 y 6ª.: 32-15-05,
repitiendo la rutina hasta el final de la producción.
Rutina Soluble preparado. Se preparan tres soluciones, una para cada fase de crecimiento, de
acuerdo con Tinus y Mc Donald (1979) modificadas por Landis et al. (1989) citados por
Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994) (Cuadro 23). Estas soluciones se aplican con
agua de riego una vez por semana.
105
Cuadro 23. Tabla general de aplicaciones de fertilizantes solubles líquidos para planta en envase.
Dosis de aplicación
(ppm) Nutriente mineral
Fase de establecimiento
Fase de crecimiento Fase de templamiento
Macronutrientes
N 50 150 50 P 100 60 60 K 100 150 60 Ca 80 80 80 Mg 40 40 40 S 60 60 60 Micronutrientes Fe 4.00 4.00 4.00 Mn 0.80 0.80 0.80 Zn 0.32 0.32 0.32 Cu 0.15 0.15 0.15 Mo 0.02 0.02 0.02 B 0.50 0.50 0.50 Cl 4.00 4.00 4.00 Modificado por Tinus y McDonal (1979) citado por Landis et al. (1989) Fuente: Iglesias Gutiérrez y Alarcón Bustamante (1994).
106
3.6 Riego
3.6.1 Riego en semilleros y plantas en bolsa
Los riegos deben efectuarse cada tercer día a partir de la fecha de trasplante (Zarzosa Ruíz,
1975) En tanto que, Villarreal Godinez (1981) señala que los riegos tanto en invernadero
como en vivero a la intemperie se deben aplicar a intervalos de 2 días.
3.7 Calidad de la planta y clasificación
Meraz González (1999) concluye que para obtener buenas características cualitativas y
cuantitativas en plántulas de esta especie bajo condiciones de invernadero, la profundidad
óptima de siembra fluctúa entre los 1.0 y 1.5 centímetros.
3.8 Protección
3.8.1 Enfermedades
Zarzosa Ruíz (1975) acentúa que después de la siembra en almacigo se deben aplicar riegos con fungicidas en
solución (250 gramos de captan mezclado con 30 litros de agua) para prevenir el ataque de hongos, tales como el
Damping-off. Además, menciona que después del repique se debe aplicar el mismo fungicida con la misma dosis,
repitiendo la operación cada ocho días durante los primeros dos meses. En tanto que Villarreal Godinez (1981)
señala que para evitar la aparición de enfermedades fungosas tanto en invernadero como en vivero a la intemperie
se deben aplicar riegos de captan en solución (1.5 kilogramo de captan por 200 litros de agua) en lapsos de 15
días durante los primeros dos meses de edad, a fin de prevenir el ataque de enfermedades fungosas.
Meraz González (1999) recomienda evitar cualquier exceso de humedad en el sustrato y
aplicar riegos con captan en dosis de 1.5 gramos por litro de agua cada 10 días en la
germinación bajo condiciones de invernadero, y cada tercer día en la germinación de ambiente
controlado, con el fin de evitar la proliferación de hongos (Damping-off) (Meraz González,
1999).
107
3.8.2 Plagas
Zarzosa Ruíz (1975) señala que se debe proteger el almacigo con tela de alambre tipo
gallinero con el fin de evitar el ataque de roedores.
3.9 Reproducción asexual
3.9.1 Estacado, injerto y acodo
Vázquez Tarango y Olivas García (1991) ensayaron cuatro métodos de injerto y tres tipos de
cubierta como protección al medio ambiente para la propagación de Pinus arizonica, en el
vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua,
localizada en el municipio de Delicias, Chihuahua.
Los tratamientos utilizados fueron los siguientes:
Cuatro métodos de injertos: 1. Injerto de fisura terminal, 2. Injerto de enchapado lateral, 3. Injerto ingles, 4.
Injerto de banco con máquina injertadora, combinados con tres tipos de cubierta protectora y un testigo
descubierto: 1. Cubierta con bolsa de papel Kraft, 2. Cubierta con bolsa de polietileno transparente, 3. Cubierta de
papel Kraft sobre bolsa de polietileno transparente, dando como resultado un total de 16 tratamientos, como se
puede apreciar en el Cuadro 24.
Los patrones utilizados de Pinus arizonica para los injertos, se obtuvieron del vivero forestal
La laguna de Arareco, en el Ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, dentro de la
Unidad de Conservación y Desarrollo Forestal Número 5, utilizando plantas vigorosas y sanas,
108
Cuadro 24. Tratamientos estudiados para la propagación asexual de Pinus arizonica Engelmann, en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, localizada en el municipio de Delicias, Chihuahua.
Número de
tratamiento
Tipo de cubierta
Métodos de injerto
1
Injerto de fisura terminal
2 Injerto de enchapado lateral 3 Injerto ingles 4
Sin cubierta
Injerto de banco 5
Injerto de fisura terminal
6 Injerto de enchapado lateral 7 Injerto ingles 8
Cubierta con bolsa de papel Kraft
Injerto de banco 9
Injerto de fisura terminal
10 Injerto de enchapado lateral 11 Injerto ingles 12
Cubierta con bolsa de polietileno transparente
Injerto de banco
13 Injerto de fisura terminal
14 Injerto de enchapado lateral 15 Injerto ingles 16
Cubierta de papel Kraft sobre bolsa de polietileno
Injerto de banco
Fuente: Vázquez Tarango y Olivas García (1991).
109
de dos o tres años de edad, con un diámetro aproximado de 1 centímetro y una altura de 30
centímetros.
Las púas utilizadas fueron colectadas en el Ejido el Ranchito, municipio de Bocoyna,
perteneciente a la Unidad de Conservación y Desarrollo Forestal Número 5, y a su vez
provenían de árboles vigorosos y sanos de una edad aproximada de 10 a 20 años, de madera de
crecimiento del año anterior, con yemas bien formadas, libres de patógenos, con un diámetro
aproximado de 1 centímetro, localizados en las dos terceras partes superiores de la copa del
árbol y en la zona externa; se colocaron en bolsas de polietileno con aserrín húmedo, bien
cerrados, protegidos de la luz del sol, colocados en hileras y posteriormente en refrigeración a
una temperatura promedio de 4 a 6°C.
Cuando los patrones iniciaron su actividad fisiológica, se procedió a realizar los injertos y al
mismo tiempo a colocar las cubiertas protectoras.
Posteriormente, los riegos se efectuaban cada tercer día con 0.5 litros de agua, además de
realizar fertilizaciones con 18-46-00 y Urea; las malezas se controlaban manualmente.
Vázquez Tarango y Olivas García (1991) obtuvieron los siguientes resultados:
El se obtuvo un 34.99% de sobrevivencia usando la cubierta de bolsa de polietileno
transparente más bolsa de papel, lo cual se aprecia en el Cuadro 25. El testigo sin cubierta y el
tratamiento con cubierta de bolsa de papel, los injertos murieron antes de la evaluación a los
29 días, debido a la desecación gradual de las acículas y deshidratación de la yema, muriendo
completamente la púa aproximadamente a los 15 días de realizados los injertos.
Por otra parte lo referente a los tipos de injertos evaluados, se observó que los injertos terminal
y lateral son los más prometedores para la propagación de Pinus arizonica mediante injerto,
apreciándose estos resultados en el Cuadro 26.
110
Cuadro 25. Efecto del tipo de cubierta en la sobrevivencia de los injertos de Pinus arizonica Engelmann a los 210 días de efectuados, en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, localizada en el municipio de Delicias, Chihuahua.
Medias
Tipo de cubierta
Arc Sen √ %
Injertos vivos
(%)
Sin cubierta
0.00 c
0.00
Bolsa de papel
0.00 c
0.00
Bolsa de polietileno
4.61 b
0.64
Bolsa de polietileno más bolsa de papel
36.27 a
34.99
Medias con la misma letra son estadísticamente iguales con ∝ = 0.05 por la prueba de rango múltiple de Tukey. Fuente: Vázquez Tarango y Olivas García (1991).
111
Cuadro 26. Efecto del método de injerto en la sobrevivencia de Pinus arizonica Engelmann a los 210 días de efectuados, en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, localizada en el municipio de Delicias, Chihuahua.
Medias
Método de injerto
Arc Sen √ %
Injertos vivos
(%)
Injerto de fisura terminal
14.20 c
6.01
Injerto de enchapado lateral
14.44 c
6.21
Injerto ingles
6.69 b
1.35
Injerto de banco
5.53 a
0.92
Medias con la misma letra son estadísticamente iguales con ∝ = 0.05 por la prueba de rango múltiple de Tukey. Fuente: Vázquez Tarango y Olivas García (1991).
112
En cuanto a la interacción del método de injerto y el tipo de cubierta, se apreció que la mayor
sobrevivencia (70.03%) se logró con el uso de la cubierta de bolsa de polietileno más bolsa de
papel con el injerto terminal, siendo superior al resto de las interacciones (Cuadro 27); lo cual
indica que este método de injerto con dicho tipo de cubierta, probablemente sea la manera más
indicada para este tipo de propagación asexual del Pinus arizonica, bajo las condiciones del
vivero utilizados.
Cabe mencionar, que las condiciones ambientales de la región donde se realizó el
experimento, fueron un factor que pudo haber influido de manera importante en la
sobrevivencia de los injertos, ya que las latas temperaturas alcanzadas durante el día, en el
vivero, así como el bajo contenido de humedad ambiental, provocaron, que los injertos bajo
cubiertas de bolsa de papel y los testigos, murieron rápidamente después de la primera semana
de establecidos; por otra parte, a los injertos que se les brindó condiciones de temperatura y
humedad más adecuados, proporcionados por las cubiertas de polietileno más papel, fueron
estimulados en la actividad de las células recién expuestas y de las que circundaban,
favoreciendo de esta manera la obtención de una mayor sobrevivencia.
Estos autores, Vázquez Tarango y Olivas García (1991) concluyen que es factible reproducir
el Pinus arizonica por medio de injerto para la propagación de árboles selectos que sirvan en
el establecimiento de huertos semilleros clónales.
113
Cuadro 27. Efecto de la interacción del método de injerto y el tipo de cubierta, en la sobrevivencia de los injertos de Pinus arizonica Engelmann, a los 210 días de efectuados, en el vivero de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, localizada en el municipio de Delicias, Chihuahua.
Método de injerto
Tipo de cubierta
Fisura terminal
Enchapado lateral
Ingles
Banco
Media
Sin cubierta Arc Sen √ % %
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 0.00
Bolsa de papel Arc Sen √ % %
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
0.00 0.00
Bolsa de polietileno Arc Sen √ % %
0.00 f 0.00
18.44 e 10.00
0.00 f 0.00
0.00 f 0.00
4.61 0.64
Bolsa de polietileno más bolsa de papel Arc Sen √ % %
56.81 a 70.03
39.33 b 40.16
26.79 c 20.31
22.14 d 14.20
36.26 39.98
Media Arc Sen √ % %
14.20 6.01
14.44 6.21
6.69 1.35
5.53 0.92
10.21 3.14
Medias con la misma letra son estadísticamente iguales (∝ = 0.05) por la prueba de rango múltiple de Tukey. Fuente: Vázquez Tarango y Olivas García (1991).
113
4. PLANTACIÓN
4.1 Selección del área de plantación
Las mejores áreas para plantar Pinus arizonica son las que se encuentran entre 2,400 a los
3,000 metros sobre el nivel del mar, con pendientes de tipo leve (0-5%), sin embargo, las
clases de pendiente ligera y moderada, con valores de 5 hasta un 15%, pueden ser también
propicias para su distribución. Aquellas áreas con unidades de suelo de tipo feozem háplico y
regosol éutrico, con textura media y en fases físicas tanto lítica como pedregosa; el rango de
temperatura media anual de 8 a 12 °C y, con precipitación media anual en rangos de 600 a
1000 milímetros (López Villarreal, Zárate Lupercio y Flores López, 2001).
En trabajos realizados en Bocoyna, Chihuahua, relacionados con el establecimiento de la
especie, Islas Gutiérrez y Mendoza Briseño (1989) citados por López Villarreal, Zárate
Lupercio y Flores López (2001) encontraron que la orientación de la pendiente provoca
diferentes condiciones de sitio; y de acuerdo con los resultados de éstos estudios, las
exposiciones Sur son más favorables para el establecimiento de la regeneración de Pinus
arizonica, lo cual indica una preferencia de la especie hacia las condiciones soleadas.
López Villarreal, Zárate Lupercio y Flores López (2001) mencionan que las áreas potenciales
para plantaciones de Pinus arizonica en la Sierra Tarahumara, Chihuahua, son: la zona Sur,
Centro y Norte de la Sierra, presentando una mayor concentración en los municipios de
Ocampo, Bocoyna, Guachochi y Balleza, y en menor escala en Madera y Guadalupe y Calvo;
equivalente a 1317.49 km2 (Figura 18).
Por su parte, Armendáriz Olivas (1998) señala que los sitios de plantación para Pinus
arizonica deben mantener las condiciones edáficas y climáticas iguales o similares a las de
donde prospera la especie de manera natural. Pero además, para plantaciones con fines
comerciales es necesario que el sitio de plantación sea de la mejor calidad en cuanto suelos
profundos, ricos en materia orgánica y las condiciones de humedad adecuada.
114
Figura 18. Áreas potenciales para la distribución o establecimiento de Pinus arizonica
Engelmann en la Sierra Tarahumara, Chihuahua (Tomado de López Villarreal, Zárate Lupercio y Flores López, 2001).
117
4.2 Preparación del sitio de plantación
El terreno debe estar libre de árboles y arbustos presentes en el sitio, cuya actividad se
desarrolla de manera manual, mecanizada o mediante químicos. En la zona de Bocoyna,
Chihuahua, generalmente se realiza de manera manual; pero al tratarse de plantaciones
masivas es recomendable el uso de tractores oruga (Armendáriz Olivas, 1998).
4.3 Época de plantación
La época recomendada para la plantación de Pinus arizonica es al inicio de la temporada de
lluvias de verano (Garcidueñas Martínez, 1984).
4.4 Edad de la planta a la plantación
Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo (1999) reportan que en una plantación localizada en
municipio de Bocoyna, Chihuahua, se utilizó planta de 16 meses de edad.
4.5 Espaciamiento de la plantación
El espaciamiento de la plantación depende de varios factores dentro de ellos está el fin de la
plantación, la productividad del sitio y la especie; sin embargo, para la producción de celulosa
con Pinus arizonica, se sugiere plantar a 2 x 2 metros con una densidad de 2,500 árboles por
hectárea (Armendáriz Olivas, 1998). Por su parte, Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo (1999)
reportan que en una plantación localizada en municipio de Bocoyna, Chihuahua, se utilizó una
densidad de 2500 árboles/ha, siendo sus distancias entre surcos e hileras muy irregulares; pero
predominan las de 2 x 2 metros.
En términos generales la plantación por cepa común se ha realizado a 2 x 2 metros con una
densidad de 2,500 plantas/hectárea (Garcidueñas Martínez, 1984)
118
4.6 Características de las plantas para la plantación
La planta que será utilizada en la plantación, debe contar con la calidad necesaria para garantizar la sobrevivencia
y desarrollo en el área de las plantaciones; para ello, la clave principal es ver que la planta guarde una proporción
de tallo-raíz 2:1, por otro lado que el sistema radicular sea ramificado y presente buena micorrización y además
que el follaje presente una coloración verde y no con síntomas cloróticos (Armendáriz Olivas, 1998).
4.7 Método de plantación
Se recomienda para plantaciones pequeñas y en sitios de topografía accidentada se usa la cepa
común 40 x 40 x 40 centímetros a pico de pala o con plantadores de manera manual; sin
embargo, cuando se trate de plantaciones de superficies mayores se recomienda realizar
subsoleos mecanizados, donde se utilizan tractores oruga como el D6. Posterior a la apertura
de la fosa y/o subsoleo se deposita la planta después de quitarle el envase, procurando la raíz y
que el cuello de la misma quede al nivel de suelo (Armendáriz Olivas, 1998).
119
5. MANEJO DE LA PLANTACIÓN
5.1 Aplicación de podas
Armendáriz Olivas (1998) señala que se debe realizar una poda a discreción a los siete años de
establecida que es cuando se realiza un preaclareo.
5.2 Crecimiento de la especie
Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo (1999) llevaron a cabo un estudio de una plantación de
Pinus arizonica de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de
Bocoyna, Chihuahua, con la finalidad de dar un panorama general del comportamiento de la
plantación hasta la fecha. Dicha plantación presenta las siguientes características:
Ocupa una superficie de 3 hectáreas y se localiza en el paraje denominado Huiyochi. Esta
plantación se realizó en el año 1981, para su establecimiento se contó con planta de 18 meses
de edad y una densidad de 2500 árboles/ha, siendo sus distancias entre surcos e hileras muy
irregulares; pero predominan las de 2 x 2 metros. Los resultados que obtienen son los
siguientes:
Sobrevivencia
La plantación presenta una sobrevivencia del 88%, teniendo un promedio de 2,200 árboles por
hectárea; sin duda esta densidad es considerada demasiado alta de acuerdo con la condición
estructural de la masa, ya que desde los siete años de establecida la plantación se noto una
gran competencia entre individuos, reflejándose ésta en una reducción notable del incremento
diamétrico (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Tendencia dinámica
120
Por causa, de la alta densidad que presenta la plantación y consecuentemente a la lucha por
sobrevivencia, se detectó que el 51% son árboles dominados y suprimidos, correspondiendo el
35.3% al primer caso y el 15.7% al segundo (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Estructuras diamétricas
La mayor concentración del arbolado se ubica en las categorías diamétricas de 10.0 a 12.5
centímetros y 12.6 a 15.0 centímetros (43%) y el 23% de los árboles se localizan dentro de las
categorías que van desde 15.1 a 22.5 centímetros; arbolado que presenta parámetros ideales
para material celulósico. El resto del arbolado (34%) está situado en las categorías que van
desde 2.5 a 10.0 centímetros, de los cuales el 8% son árboles suprimidos, que se ubican en las
categorías diamétricas de 2.5 a 5.0 centímetros. En la Figura 19 se puede observar esta
distribución (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Altura
Con base en análisis troncales efectuados, el comportamiento de altura se manifiesta en la
Figura 20, donde el promedio de crecimiento anual fue de 0.33 centímetros; sin embargo, del
primer año hasta el séptimo, la planta se mantuvo con un crecimiento medio de 0.18
centímetros y de los siete a los 16 años creció en promedio 0.47 centímetros anuales. Esta
manifestación del crecimiento en altura es un indicador más, que se puede deber a que a los
siete años de establecida la plantación se hace presente la competencia entre individuos y la
planta acumula sus energías en el desarrollo en altura, buscando la luminosidad para poder
lograr la sobrevivencia. Caso contrario con el crecimiento en diámetro, se incrementa el
desarrollo en altura y se reduce el crecimiento en diámetro (Armendáriz Olivas y Chacón
Sotelo, 1999).
Cobertura de copa
La superficie ocupada por hectárea por cobertura de copa, va desde 5,143 m2 hasta los 21,541
m2, con un promedio de 14, 402 m2/ha. Esta sobreposición de copas es producto de la alta
121
Figura 19. Distribución de las categorías diamétricas de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
122
Figura 20. Crecimiento en altura de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
123
densidad, ya que la plantación en su desarrollo no ha tenido labores de cultivo como son los
preaclareos, siendo urgentes de realizar (Figura 21). Esta información indica que a la edad que
tiene la plantación, existe un 44% de la superficie sobre cubierta por las áreas de copa del
arbolado (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Área basal
El área basal por hectárea va desde 9.0 m2 hasta 40.6 m2/ha, con un promedio de 32.3 m2/ha,
representando el 0.3% de la superficie ocupada por hectárea. El crecimiento medio anual de
área basal/ha (CMAAB/ha), fue de 2.01 m2 a los 16 años de establecida la plantación. En la
Figura 22 se puede notar un crecimiento de área basal/ha de cada una de las parcelas evaluadas
(Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Crecimiento en diámetro
El crecimiento medio anual es de 1.0 centímetros, presentando los mayores crecimientos de
los 5 a los 8 años de edad (5.5 centímetros), mostrando en este período un promedio de 1.8
centímetros anuales de crecimiento; sin embargo, de los ocho a los 11 años el crecimiento
sufre una reducción (0.5 centímetros), por lo cual se deduce que a esta edad el arbolado sufre
una marcada competencia entre individuos, donde la alta densidad de la plantación influye de
manera directa en la competencia tanto aérea como radicular En la Figura 23, se puede
apreciar el desarrollo del incremento en diámetro (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
Volumen total
El incremento medio anual (IMA) por hectárea, fue de 5.24 m3Rcc (metros cúbicos rollo con
corteza) y el volumen total promedio por hectárea fue de 83.9 m3Rcc (Figura 24). Cabe
resaltar que de acuerdo con el inventario forestal periódico (SARH, 1994) el mayor
incremento anual se tuvo en bosques de coníferas cerradas con 1.86 m3 rollo por hectárea,
superando este promedio la plantación en un 281% (Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo,
1999).
124
Figura 21. Cobertura de copas de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de
edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
125
Figura 22. Crecimiento de área basal por hectárea de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
126
Figura 23. Desarrollo del crecimiento en diámetro de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
127
Figura 24. Incremento de la plantación en volumen total por hectárea de una plantación de
Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
128
Material celulósico
El volumen de material celulósico de la plantación, se definió tomando en cuenta todo el
arbolado que superara los 15 centímetros de diámetro normal, ya que es el diámetro mínimo
que se aprovecha para la producción de pulpa, obteniendo un promedio de 36.43 m3Rcc/ha y
con un incremento medio anual de celulosa de (IMAC) de 2.27 m3Rcc (Figura 25)
(Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
5.3 Tratamientos intermedios
5.3.1 Aclareos
Armendáriz Olivas (1998) recomienda para plantaciones de Pinus arizonica para celulosa,
realizar un preaclareo no comercial a los siete años y a los 16 años realizar el primer aclareo
donde se espera cosechar hasta 36 m3RTA por hectárea de material celulósico de un promedio
en volumen total de 83 m3RTA por hectárea, dejando el volumen residual para un segundo
aclareo que se realizará entre los 25 y los 30 años.
5.3.2 Control de maleza
Armendáriz Olivas (1998) recomienda mantener libre de arbustos y malezas al menos durante
los primeros cinco años de crecimiento de la plantación.
5.3.3 Protección
Para plantaciones de Pinus arizonica es necesario mantener vigilancia permanente, al menos
hasta los cinco años de establecidas las plantaciones y cercarlas desde su establecimiento;
Además, es importante cuidarlas de cualesquier ataque de roedores, plagas y/o enfermedades
(Armendáriz Olivas, 1998).
129
Figura 25. Producción de material celulósico de una plantación de Pinus arizonica Engelmann de 16 años de edad, ubicada en el ejido San Ignacio de Arareco, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Armendáriz Olivas y Chacón Sotelo, 1999).
129
5.3.4 Prevención y combate de incendios
Armendáriz Olivas (1998) señala que las plantaciones de Pinus arizonica se deben rodear de
caminos y brechas corta fuego para la protección contra incendios forestales.
130
6. MANEJO DE BOSQUES NATURALES
6.1 Regeneración natural
6.1.1 Preparación del sitio
6.1.1.1 Remoción de desperdicios y tratamientos al suelo y a la vegetación
competitiva
Chacón Sotelo (1993) al evaluar el comportamiento de la regeneración natural de Pinus
arizonica, bajo diferentes grados de cobertura de dosel de árboles padres; preparó el sitio
básicamente, con dos actividades: 1) La extracción (arrastre) de la trocería, mediante la cual se
provocó una remoción de las primeras capas del suelo (hojarasca y humus), y 2) por
apilamiento y quema de desperdicios.
6.1.2 Factores que ocasionan mortalidad en la regeneración
Chacón Sotelo y Sánchez Córdova (1986) estudiaron al dinámica de establecimiento de Pinus
arizonica, en el Área Experimental Forestal Madera, Chihuahua, en lo que se refiere al
experimento de regeneración natural mediante árboles padres.
La regeneración se presentó en junio a septiembre de 1980, efectuándose la primera medición
en noviembre de ese mismo año, y la última en mayo de 1985. Los parámetros evaluados
fueron: altura total y número o densidad presente y en la última medición se consideró el
diámetro a 5 centímetros del suelo de cada individuo. Asimismo, se recabó información sobre
precipitación y temperatura.
Chacón Sotelo y Sánchez Córdova (1986) generaron una tabla de vida, que indica la relación
de mortalidad y sobrevivencia en cada periodo (Cuadro 28).
131
Cuadro 28. Tabla de vida de la regeneración de Pinus arizonica Engelmann, en el Área
Experimental Madera, Chihuahua.
Edad
(meses)
Número de plántulas vivas en el intervalo
de edad
Porcentaje de
plántulas muertas al principio del
intervalo
Porcentaje de
plántulas vivas al principio del
intervalo
0-6
24.475
00.00
100.00
6-12 16.765 32.33 67.66
12-18 13.900 17.08 82.91
18-24 11.671 16.03 83.96
24-36 10.707 8.28 91.72
36-60 8.291 7.52 92.48
Fuente: Chacón Sotelo y Sánchez Córdova (1986).
132
Como se muestra en el Cuadro 28, el primero y segundo intervalos presentaron el mayor
porcentaje de individuos muertos, esto explica porque esta primera etapa constituye la etapa
más difícil de adaptación de la regeneración; así mismo, se asocia también el factor clima,
principalmente las bajas temperaturas. En los dos lapsos siguientes la mortandad se mantuvo
constante, dentro de un 17%, considerablemente de 8 a 7%, respectivamente (Figura 26). Esto
indica una tendencia al mayor establecimiento de la población.
En el sexto intervalo, el número total de individuos por hectárea en esta remedición fue de
7,486, disminuyendo en 2,252 con respecto a la anterior. Tal disminución se asocia a varios
factores, de entre los cuales destacan los siguientes: efectos de competencia intraespecífica
causados por la propia densidad, ataque de descortezadores de raíz Dendroctonus
rhizophagus, matando a 852 individuos, y exceso de humedad del suelo durante el periodo
enero-mayo, lo que ocasionó la pudrición de raíz; esto, debido a precipitaciones en forma de
nieve y a la falta de drenaje del suelo.
Por otra parte, la disminución del número de árboles por hectárea que se presentó en cada
periodo se vio seriamente reducida, ya que de un total de 24,475 plantas medidas en el primer
periodo, bajó a 16,765; es decir, que el comportamiento de la nueva masa en la lucha por
lograr su establecimiento fue un tanto difícil, presentando ésta una tendencia de más a menos
individuos a lo largo de la vida que manifiesta, por lo que al final del último periodo sólo se
cuantificaron 7,482 individuos, lo que equivale a un 69% de plantas muertas en un lapso de
cinco años.
6.1.3 Modelos de regeneración y mortalidad
Islas Gutiérrez (1987) diseñó un modelo de regeneración para Pinus arizonica, en un bosque
que ha sido manejado durante un periodo considerable en los ejidos El Retiro y Gumeachi,
municipio de Bocoyna, Chihuahua, con la finalidad de estimar la esperanza de vida del
renuevo en cualquier edad. Las variables área basal y la pendiente del sitio fueron las que
dieron mejores ajustes individuales por lo que el modelo se formó con ellas, además se
133
Figura 26. Comportamiento de la población de Pinus arizonica Engelmann, en mortalidad y
sobrevivencia, en cada periodo de observación, Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Sánchez Córdova, 1986).
134
consideraron las variables tangente por el coseno del azimut y microtopografía del sitio, de tal
forma que el modelo se presentó como:
DISTANCIA R = -0.047007 + 0.01511 AB2 + 0.227216 PENDIENTE + 8.67727 tan
PENDIENTE (cos AZIMUT) + 3.175519 MICROTOPOGRAFÍA.
Con un R2 = 0.73 y una significancia en la prueba de F= 0.0001.
Donde:
DISTANCIA R = Distancia al árbol de regeneración
AB = Área basal m2/ha
PENDIENTE = Pendiente del sitio %.
AZIMUT = Azimut.
MICROTOPOGRAFÍA = Microtopografía del sitio.
Los resultados obtenidos con el modelo indican que Pinus arizonica. No tiene problemas para
su regeneración. Esta se presenta abundantemente en su rango de 0-10 m2/ha de área basal del
arbolado adulto para sitios con poca pendiente y un número bajo en densidades entre 10-30
m2/ha (Figura 27). Es decir, la especie puede ser regenerada con silvicultura de tipo coetáneo,
debido que al reducir la densidad del arbolado la densidad de la regeneración es alta.
En cuanto a la pendiente se refiere (Figura 27), no es una limitante significativa debajo de
15%, para rangos de densidad entre 0-5 m2/ha de área basal. Sin embargo, para valores
superiores a 15% de pendiente, el establecimiento de la regeneración sí se ve limitado. Por
otra parte, las exposiciones sur son más favorables para el establecimiento de la regeneración
de Pinus arizonica (Figura 28), lo cual indica que es una especie que prefiere condiciones
soleadas para su establecimiento.
Islas Gutiérrez (1987) menciona que este modelo es necesario complementarlo con una
ecuación que estime el crecimiento en altura de los brinzales y hacer una mejor aplicación de
la variable tiempo.
135
Figura 27. Densidades de regeneración estimados al 5° año después de creada la condición
propicia para el establecimiento de los brinzales, bajo diferentes condiciones de área basal del arbolado adulto, pendiente y exposición en sitios con microtopografía uniforme, en los ejidos El Retiro y Gumeachi, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Islas Gutiérrez, 1987).
136
Figura 28. Densidades de regeneración estimadas al 5° año después de creada la condición propicia para el establecimiento de los brinzales, bajo diferentes condiciones de exposición, pendiente y área basal del arbolado adulto, en sitios con microtopografía uniforme, en los ejidos El Retiro y Gumeachi, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Islas Gutiérrez, 1987).
137
Para modelar la mortalidad de la regeneración de Pinus arizonica, Islas Gutiérrez (1987)
utilizó el método del individuo más cercano, que consiste en ubicar un punto al azar y medir la
distancia al individuo muerto más cercano, considerando únicamente árboles que estuvieran lo
suficientemente cerca para haber estado en competencia. El modelo que propuso es el
siguiente:
Ln DISARMU = Ln 1.300614 + 0.921982 Ln DIAMUERTO - 0.031269 AB – 0.00270162
ABAC - 0.010963 PENDIENTE
Con una R2= 0.58 y una significancia en la prueba de F= 0.0001
Donde:
DISARMU = Distancia del árbol muerto más cercano (metros).
DIAMUERTO = Diámetro normal del árbol de interés (centímetros).
AB = Área basal del rodal (m2/ha).
ABAC = Área basal acumulativa del árbol muerto (m2/ha).
PENDIENTE = Pendiente del sitio (%).
Ln = Logaritmo natural.
La Figura 29, muestra la superficie promedio en la cual se puede localizar un árbol muerto por
año, para diferentes valores de diámetro y de área basal del rodal. Como se observa, la
mortalidad disminuye conforme aumenta el diámetro de los árboles ya que entre más grandes
son, su posición en general con respecto a la competencia por nutrientes, agua y luz es más
favorable. Por otra parte, a mayores valores de área basal la mortalidad aumenta dado que hay
más individuos compitiendo por factores que son limitados.
Además, menciona que los árboles dominantes tienen menor mortalidad que los intermedios y
éstos menor que los suprimidos (Figura 30).
138
Figura 29. Mortalidad anual estimada para diferentes valores de diámetro normal y área basal
del rodal, para árboles con área basal acumulativa de cero, ubicadas en sitios con cero por ciento de pendiente, en los ejidos El Retiro y Gumeachi, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Islas Gutiérrez, 1987).
139
Figura 30. Mortalidad anual estimada para árboles de diferente diámetro y área basal
acumulativa, en rodales con 50 m2/ha de área basal y cero por ciento de pendiente, en los ejidos El Retiro y Gumeachi, municipio de Bocoyna, Chihuahua (Tomado de Islas Gutiérrez, 1987).
140
Islas Gutiérrez (1987) menciona que debido a las variables que lo forman y la estructura, el
presente modelo hace estimaciones de mortalidad únicamente a partir de que el arbolado toma
valores de diámetro normal mayores a cero, lo cual genera la necesidad de una investigación
posterior para estimar la mortalidad de árboles pequeños.
Por su parte, Chávez Olivas (1996) En su estudio sobre la regeneración de Pinus arizonica
Engelm. en el Campo Experimental Madera, Chihuahua; al evaluar la mortalidad, generó un
modelo, con la finalidad de ayudar a la predicción de la mortalidad de la población. Para su
cálculo se corrió un modelo no lineal con el método de Gauss-Newton. El modelo resultante
es:
% Mortalidad = (1-1/B0+B1 EDAD) x 100
Donde:
B0 = 1.00629
B1 = 0.11748
6.1.4 Sobrevivencia y mortalidad
Chacón Sotelo (1993) evaluó el comportamiento de la regeneración natural de Pinus
arizonica, bajo diferentes grados de cobertura de dosel de árboles padres, en los bosques del
Área Experimental Madera, en el municipio de Madera, Chihuahua, los tratamientos,
consistieron en el área de copa ocupada por los árboles semilleros, lo cual da como resultado
cinco diferentes niveles de cobertura del dosel superior (Cuadro 29); Las variables evaluadas
fueron: a) número de plántulas registradas a la edad de 2 meses; b) sobrevivencia a la edad de
6, 12, 18 y 34 meses y, c) altura promedio (cm) de la plántulas a las edades de 6, 12, 18 y 34
meses.
Chacón Sotelo (1993) encuentra los siguientes resultados:
142
Cuadro 29. Área de copa correspondiente a cada tratamiento y el número de árboles padres de Pinus arizonica Engelmann que la contienen.
Tratamiento
Área de copa
(m2/ha)
Número de árboles/ha
A
64.50
4
B 119.50 8
C 204.00 12
D 233.00 16
E
345.00 20
Fuente: Chacón Sotelo (1993).
143
Patrón de distribución
Hay una gran variabilidad en el patrón de distribución en la superficie a regenerar,
presentándose sitios con una gran cantidad de plántulas concentradas en grupos pequeños,
hasta otros sitios con escasa presencia de renuevo.
La germinación presenta gran variabilidad (Cuadro 30) destacando la cobertura de 204.0
m2/ha del bloque III, con 349 plántulas en promedio y, el menor, con 161 individuos en la
cobertura de 233.0 m2/ha, del mismo bloque. El promedio general, en número de plántulas por
condición de cobertura, muestra una clara tendencia a disminuir, a medida que el dosel de los
árboles padres se incrementa (Figura 31).
Sobrevivencia
Hay una declinación en el número de plántulas presentes en cada grado de cobertura de
árboles padres, siendo más evidente en aquellos sitios en donde existía menor cobertura
residual de árboles padres (Cuadro 31 y Figura 32).
La prueba de Tukey (Cuadro 31) muestra que los mayores valores en plántulas vivas se
presentan en los tratamientos con mayor cobertura de árboles padres, situación que se
demostró con el análisis de regresión, de tal manera, que la cobertura del dosel de árboles
padres de 345.0 m2/ha, presentó 15 725 individuos vivos por hectárea, lo que equivale a un
porcentaje de sobrevivencia del 84%, mientras que la mayor apertura del dosel, con 64.5
m2/ha, registró alrededor de 10 075 plántulas vivas por unidad de superficie, representando un
índice de sobrevivencia de 36.5%. Las coberturas intermedias, constituidas por 204.0 y 233.0
m2/ha, conforman un grupo de medias que estadísticamente son iguales entre sí, con valores de
11 600 y 13 575 plántulas por hectárea, respectivamente.
La sobrevivencia de la repoblación natural (Figura 32) entre la edad de 2 meses y la de 6
meses, muestra una declinación en el número de plántulas presentes en cada condición de
cobertura de dosel, siendo más contrastante en aquellos sitios con menor cobertura residual.
144
Cuadro 30. Número de plántulas germinadas de Pinus arizonica Engelmann por sitio y cobertura.
Cobertura
(m2/ha)
64.5
119.5
204.0
233.0
345.0
Bloque
Sitio (100 m2)
Número de plántulas
1 86 165 180 253 228
I 2 103 323 110 184 94 3 373 270 115 284 32 4 362 83 249 58 354
Media 231 210 163 195 177 1 117 102 106 126 352
II 2 157 239 115 554 90 3 440 729 163 154 81 4 323 117 345 117 149
Media 259 297 182 238 168 1 76 151 294 105 301
III 2 318 205 179 155 182 3 321 180 365 248 190 4 621 155 560 137 144
Media 334 173 349 161 204 Media general 275 227 231 198 183
Fuente: Chacón Sotelo (1993).
145
Figura 31. Germinación de Pinus arizonica Engelmann, a la edad de 2 meses, bajo cinco grados de cobertura de dosel de árboles padres (Tomado de Chacón Sotelo, 1993).
146
Cuadro 31. Prueba de Tukey para las variables germinación y sobrevivencia del renuevo de Pinus arizonica Engelmann, en cinco grados de cobertura de dosel de árboles padres.
Edad
(meses)
2 6 12 18 34
Germinación
Sobrevivencia
Cobertura (m2/ha)
Número de plántulas por hectárea
64.5
27541 a
10075 a
11250 a
9475 a
5175 a
119.5 22783 ab 10650 a 13425 a 11675 a 7925 a
204.0 23250 ab 11600 ab 13450 a 10925 a 7200 a
233.0 21191 ab 13575 ab 14200 a 10600 a 7300 a
345.0 18620 b 15725 b 15575 a 14475 a 10050 a
Fuente: Chacón Sotelo (1993).
147
Figura 32. Sobrevivencia de la repoblación de Pinus arizonica Engelmann, bajo cinco grados
de cobertura de dosel de árboles padres (Tomado de Chacón Sotelo, 1993).
148
De acuerdo, con los resultados del Cuadro 31, a la edad de 12 meses, se puede apreciar una
relación del 93%, entre la variable número de plántulas vivas y los grados de cobertura de
árboles padres; de igual forma, el coeficiente de determinación, explica en un 84% la
variabilidad de la sobrevivencia, en función de la variable cobertura residual de árboles
padres. Estos resultados, al igual que en la edad de 6 meses, demuestran que, a mayor
cobertura, se tiene mayor sobrevivencia en la plántulas del semillero (Figura 32)
A la edad de 18 meses, la población natural continúa presentando el mismo patrón de
sobrevivencia, que en las dos últimas edades analizadas (Figura 32), aunque a diferencia de las
edades anteriores, la sobrevivencia de la población en función de los cinco grados de cobertura
de dosel, presenta una relación ligeramente menor, siendo de 80%. Asimismo, a esta edad, los
parámetros del modelo de regresión, como es el caso del coeficiente de determinación, explica
en un 54% la variabilidad de la sobrevivencia de la población, bajo los cinco grados de
cobertura de dosel de árboles padres. Esto podría explicarse, en parte, por el hecho de que es
posible que la repoblación se haya estabilizado a esta edad, en las condiciones impuestas por
los grados de cobertura de los árboles padres.
A los 34 meses de edad, la repoblación natural de Pinus arizonica, presenta entre los grados de
cobertura evaluados, una disminución en el índice de sobrevivencia, con respecta a la edad
anterior. A esta edad, los índices fluctúan entre 54.6 y 69.1%, en las coberturas de 64.5 y
233.0 m2/ha. Las coberturas intermedias, representadas por 119.5 y 204 m2/ha, presentan
índices de sobrevivencia similares, de 67.8 y 66.0%, respectivamente.
De acuerdo con la Figura 32, la distribución de los valores observados y la tendencia de los
ajustados, demuestran, como en los casos anteriores, una relación directa, donde las mayores
coberturas de dosel, contiene la mayor cantidad de plantas vivas y, a medida que la cobertura
disminuye, la sobrevivencia es menor.
Crecimiento de la repoblación natural de Pinus arizonica.
149
La Figura 33, muestra el comportamiento general del crecimiento en altura, durante todo el
período de estudio. Se puede observar que a través del tiempo se mantiene un incremento
constante en altura, apreciándose un menor desarrollo en la primera estación de crecimiento,
es decir a las edades de 6 y 12 meses, siendo en la cobertura de 345.0 m2/ha donde la
repoblación presentó el menor crecimiento en altura; en cambio, destacan las coberturas con
64.5 y 119.5 m2/ha, con el mayor desarrollo de plántulas en altura.
La Figura 34, muestra la tendencia del crecimiento en altura del renuevo, bajo las diferentes
coberturas de árboles padres. En general, se puede apreciar que la pendiente de la recta se
hace más pronunciada, a medida que la repoblación aumenta en edad y tamaño, situación que
explica el efecto de las coberturas de los árboles padres, sobre el crecimiento en altura de la
repoblación. Este efecto es más evidente, en aquellas condiciones constituidas por la
cobertura.
De acuerdo con los resultados del análisis de regresión, la variabilidad del crecimiento en
altura a los 6 meses de edad, bajo los grados de cobertura de dosel de árboles padres, se
explica en un 93%, de igual forma se encontró un coeficiente de correlación de –90%. Estos
valores, indican que existe una fuerte relación entre el crecimiento en altura de las plántulas y
los grados de cobertura de árboles padres. Este mismo comportamiento de crecimiento de
plántulas se presentó a la edad de 12 meses, aunque los valores de la regresión como los
coeficientes de determinación y correlación fueron ligeramente menores.
De la edad de 18 a 34 meses, la tendencia del crecimiento en altura expresado a través de la
regresión (Figura 34), muestra una clara tendencia a presentar un mayor desarrollo en los
tratamientos con menor cobertura de dosel (64.5 y 119.5 m2/ha). Es posibles, que este
comportamiento se deba a la intolerancia de Pinus arizonica, ya que durante los períodos de
evaluación (6, 12, 18, y 34 meses) presentó el mismo patrón de crecimiento en los sitios
representados por las coberturas de 233.0 y 345.0 m2/ha.
El crecimiento en altura del renuevo a la edad de 34 meses, según el análisis de varianza,
indica que no existen efectos significativos de las coberturas en el crecimiento en altura, no
150
Figura 33. Crecimiento en altura de la repoblación natural de Pinus arizonica Engelmann., en función de cinco grados de cobertura de dosel de árboles padres (Tomado de Chacón Sotelo, 1993).
151
Figura 34. Tendencia de la repoblación natural de Pinus arizonica Engelmann., en crecimiento en altura a la edad de 6, 12, 18 y 34 meses, bajo cinco grados de cobertura de dosel de árboles padres (Tomado de Chacón Sotelo, 1993).
152
obstante, las alturas promedio registradas presentan diferencias que las distinguen entre cada
cobertura evaluada.
6.2 Estructura y composición de rodales
Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez (1989) hacen un análisis estructural de un
rodal virgen de Pinus arizonica y Pinus durangensis, en el sitio permanente experimental
forestal El Poleo, en el cual estudiaron las distribuciones de frecuencias, volúmenes, vitalidad
y de los procesos de competencia y de límites de vida, expresados en términos de árboles
muertos.
El rodal clasificado como bosque virgen, tiene una superficie de una hectárea, los muestreos se
dirigieron a toda la unidad y población que conforma a la estructura en su conjunto. Este
trabajo inició desde 1950 y sistemáticamente a intervalos de cinco años se hizo la remedición.
Se abordaron los datos contenidos en cada década (1950, 1960, 1970 y 1980) referidos a:
diámetro normal, altura total y número de árboles. En 1980, se introdujo el concepto de
vitalidad y pisos. Con excepción de estos dos últimos parámetros los tres primeros se
consideraron al momento de cuantificar tanto el arbolado incorporado como a los que
murieron.
Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez (1989) mencionan los siguientes
resultados:
El rodal presenta una estructura mezclada por dos especies de coníferas de las cuales Pinus
arizonica presenta un 78% del total de la población y Pinus durangensis un 22%.
Distribuciones diamétricas
El Pinus arizonica, como parte principal de la estructura virgen, en su conformación
diamétrica presenta una clara tendencia irregular (Figura 35) a través del tiempo (1950, 1960,
153
Figura 35. Tendencia de la estructura arbórea de Pinus arizonica Engelmann, en cada período
de observación, en el sitio permanente experimental forestal El Poleo, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez, 1989).
154
1970 y 1980). Esta especie mantiene una mayor población en los diámetros que van de 10 a 40
centímetros. Dentro de su dinámica de desarrollo este arbolado originó que en las décadas de
los 60s y 70s se incrementara el número de individuos con categorías que van de los 35 a los
50 centímetros, en relación con la distribución diamétrica de la población registrada en 1950.
De los 55 centímetros en adelante la tendencia no es muy clara, sin embargo, es evidente la
pérdida de individuos de las categorías diamétricas mayores (75, 80 y 85 centímetros) a
medida que pasan los años.
La parte juvenil que comprende este bosque, lo constituye una baja presencia de arbolado en
los diámetros de 10 a 25 centímetros como se observa en las décadas de 1960 y 1970. Aunque,
el resultado en 1980 se muestra diferente, toda vez que la regeneración alcanzó la categoría de
10 centímetros de diámetro.
A reserva de aportar más elementos de juicio, sobre la dinámica general observada por Pinus
arizonica, en esta parte del análisis fue conveniente señalar al arbolado comprendido dentro de
las categorías diamétricas de 30 a 45 centímetros, como la constitución de la estructura que
encierra la mayor riqueza en dimensiones y una progresiva tendencia de desarrollo.
Volúmenes
El Cuadro 32 muestra los volúmenes (m3 RTA) por categorías diamétrica acumulados hasta
1980, considerando a las dos especies y desglosados por pisos.
La parte de la estructura más rica en volumen se ubica dentro del piso I y es la cuanta con el
mayor número de categorías, ya que se encuentran árboles que van desde la de 30 hasta 80
centímetros, con un volumen de 177 m3 RTA (70.2%) distribuido en 60 individuos (17% del
total) en su mayoría con diámetros de 15 a 45, 55 y 65 centímetros alcanzando a sumar 59 m3
RTA (24%). Le sigue el piso III, cuya aportación a la estructura apenas alcanzó los 15 m3
RTA (6.1%), el escaso volumen de este tipo se debe al arbolado joven que lo constituye; sin
embargo, en términos numéricos es la parte de la estructura más abundante, y así lo
155
Cuadro 32. Distribución del volumen (m3RTA) por pisos o estratos de Pinus arizonica Engelmann y Pinus durangensis Martínez, en el sitio permanente experimental forestal El Poleo, Chihuahua.
Volumen (m3RTA)
Pisos o estratos
Categoría diamétrica (cm)
I
II
III
10
0.0
0.0
5.5
15 0.0 0.9 4.2 20 0.0 4.0 4.0 25 0.0 15.0 0.5 30 0.0 13.5 0.9 35 3.5 11.4 0.4 40 14.0 7.5 0.0 45 21.5 1.8 0.0 50 23.3 0.0 0.0 55 25.5 2.4 0.0 60 37.8 0.0 0.0 65 12.3 3.0 0.0 70 0.0 0.0 0.0 75 19.0 0.0 0.0 80 20.0 0.0 0.0
Volumen
177.4
59.5
15.5
% Volumen 70.2 23.5 6.1 Número de árboles 60 89 192 % Número de árboles 17.5 26.0 56.3
Fuente: Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez (1989).
156
demuestran los 192 árboles, equivalente a un 56% en relación a los 341 individuos que
constituyen a la estructura estudiada.
La riqueza maderable acumulada hasta 1980 fue de 252 m3 RTA distribuida en los 341 árboles
que conforman la estructura; así mismo, aproximadamente la mitad del volumen se encuentra
concentrado en el primer piso, distribuido entre las categorías diamétricas de 40 a 65
centímetros.
Vitalidades
En su desarrollo dinámico, el potencial productivo manifestado por esta estructura, presenta
cierta tendencia según la vitalidad de arbolado, este comportamiento fue calificado mediante
tres aspectos: árboles exuberantes, normales y raquíticos. De esta manera, los resultados para
Pinus arizonica, se muestran en el Cuadro 33.
La especie Pinus arizonica en su conformación y desarrollo presenta un alto porcentaje
(73.6%) de individuos que según su vitalidad se caracterizan como exuberantes y
pertenecientes mayormente a las categorías diamétricas de 10, 15 y 20 centímetros; el resto de
la población se ubica en las categorías diamétricas inmediatas superior, aunque a medida que
aumenta el diámetro la frecuencia va disminuyendo. La estructura general conformada por esta
especie se caracteriza como exuberantemente desarrollada.
El extremo opuesto en esta clasificación, esta representado por los individuos que muestran
una vitalidad raquítica (45 árboles en decadencia) distribuidos en su mayoría entre las
categorías diamétricas que van de los 10 a los 45 centímetros y, algunos ejemplares de las
categorías diamétricas mayores. Es conveniente recordar que casi siempre los árboles
raquíticos tienen altas probabilidades de morir si no mejoran las condiciones de su entorno.
En lo referente al arbolado calificado como normalmente desarrollado, se cuantificaron 47
individuos con esta vitalidad y su distribución se da principalmente para las categorías
diamétricas de la 10 a la de 40 centímetros, notándose una total ausencia de arbolado para los
diámetros sobremaduros (Cuadro 33).
157
Cuadro 33. Frecuencia de árboles por categoría diamétrica según su apariencia expresada en vitalidad en Pinus
arizonica Engelmann, de el sitio permanente experimental forestal El Poleo, Chihuahua.
Vitalidad
Número de árboles
Categoría diamétrica
(cm)
Exuberantes
%
Normales
%
Raquíticos
%
10
116
46
6
13
12
27
15 35 14 9 19 8 78 20 22 8 8 17 9 20 25 9 3 7 15 2 4 30 13 5 5 10 4 9 35 10 4 4 8 2 4 40 11 4 2 4 2 4 45 12 5 0 0 0 0 50 8 3 1 2 0 0 55 4 1 3 6 0 0 60 9 3 2 4 2 4 65 0 0 0 0 1 2 70 1 0.3 0 0 2 4 75 0 0 0 0 1 2 80 1 0.3 0 0 0 0
Número de
árboles 251 47 45
% de árboles 73.6 14 13
Fuente: Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez (1989).
158
Mortalidad
En los cuatro períodos observados (Cuadro 34), la mortalidad se presentó preferentemente
como conducto de la competencia y la lucha por la luz entre la población joven; siendo la
década de los 50s en la que este factor, afectó en forma significativa a esta parte de la
estructura, alcanzando un total de 31 individuos, que arrojaron un volumen de 12 m3 RTA,
distribuidos entre las categorías diamétricas de 10 a 30 centímetros. Para 1960, la mortalidad
del arbolado fue un tanto al azar, ya que no se encontró en una determinada categoría
diamétrica y solamente afectó a nueve individuos que sumaron 12 m3 RTA; en la década de
1970, este factor estuvo presente con un bajo volumen (2.0 m3 RTA) dado que sólo se
detectaron individuos jóvenes, ubicados en las primeras categorías diamétricas (10 a 25
centímetros); sin embargo, para 1980 la tendencia de la mortalidad cambió en forma
significativa, llegando a incidir en gran parte de la estructura de la masa, por lo que, se
cuantificaron 28 m3 RTA, distribuidos en 20 árboles pertenecientes 7 de ellos a las categorías
diamétricas de la 40 a la 70 centímetros.
Finalmente, con base al número de árboles muertos en cada período (1950, 1960, 1970 y
1980) y en función de la población viva se pudo obtener el índice de mortalidad.
Este índice, a medida que se aproxima a 1 ó es mayor que 1, resulta una mayor mortalidad; en
este caso, el valor más grande se registró en 1950 con un 0.1, lo cual indica que por cada 10
árboles muertos se tienen 100 vivos; le sigue en orden de importancia los registrados en 1980,
1970, y 1960, con 0.06, 0.05 y 0.04 respectivamente.
Incorporación
La sobrevivencia de la estructura que constituye el bosque virgen, se hace patente por medio
de la incorporación gracias a la capacidad de Pinus arizonica y Pinus durangensis, para
regenerarse en forma natural. Este comportamiento biológico permitió la presencia de
individuos que han logrado alcanzar el diámetro mínimo (7.6 centímetros de diámetro normal)
para ser considerados como parte de la estructura principal; cuantificándose entre 1950 y 1960
alrededor de 33 árboles; de 1960 a 1970 se mejoró significativamente el número es éstos, con
159
Cuadro 34. Presencia de la mortalidad por categoría diamétrica en cuatro períodos de observación en Pinus arizonica Engelmann y Pinus durangensis Martínez, volúmenes en rollo total e índice de mortalidad, en el sitio permanente experimental forestal El Poleo, Chihuahua.
Número de árboles muertos
Períodos de observación
Categoría diamétrica (cm)
1950
1960
1970
1980
10
11
2
7
0
15 9 3 3 5 20 2 0 1 4 25 2 0 2 4 30 0 0 0 0 35 1 1 0 0 40 0 0 0 1 45 0 0 0 1 50 3 0 0 1 55 1 0 0 1 60 0 0 0 1 65 0 0 0 1 70 0 1 0 1 75 0 0 0 0 80 0 1 0 0
Total árboles 29 8 13 20 Volumen (m3 RTA) 14.00 12.4 2.07 28.5 Índice de mortalidad 0.1 0.04 0.05 0.06
Fuente: Chacón Sotelo, Manzanilla Bolio y Cano Gutiérrez (1989).
160
un total de 60 individuos y 52 para el período 1970-1980. En total se han incorporado de 1950
a 1980 a la parte joven de la estructura un total de 145 árboles.
Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez (1991) hacen un análisis del comportamiento de Pinus
arizonica en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua, basado en la
conformación estructural, dinámica de desarrollo, tendencia de cada estructura y su potencial
productivo; aspectos del desarrollo y dinámica de las especies según sus diferentes fases de
maduración; distinguiendo sus niveles de producción de acuerdo a la posibilidad que ofrece
cada estructura en desarrollo.
Se establecieron 20 sitios de muestreo en forma de transectos en la superficie de estudio. El
tamaño de estos sitios fue de un décimo de hectárea, en forma circular, con equidistancias de
200 metros entre ellos y las líneas.
Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez (1991) señalan que Pinus arizonica domina en frecuencia en
cada uno de los sitios de muestreo en cantidades que van desde 110 hasta 2,250 árboles por
hectárea. En orden de importancia le sigue Pinus durangensis. En proporción con el resto de
las especies, Pinus durangensis presenta un 60 % de frecuencia en el sitio dos de la línea siete.
La presencia de Pinus ayacahuite variedad brachyptera, es accidental, dado que esta
condición no es la adecuada para su desarrollo. En cambio la distribución de Quercus spp. se
observa en la mayoría de los sitios muestreados y en algunos casos como el sitio uno de la
línea ocho representa el 81 % con relación a las especies presentes, excepto Pinus arizonica.
Agrupación de los sitios de muestreo
La estructura es una gama de formas difusas y heterogéneas que al analizarse resultan todas las
posibles variantes que a través de un muestreo se dan. En la toma de datos se observo que las
principales diferencias fueron: distribución del arbolado por el espacio, posición sociológica,
dimensiones y su potencial productivo por lo que, con base a la agrupación de los sitios de
muestreo según su estructura se obtuvieron 11 perfiles estructurales diferentes.
161
En el Cuadro 35, se presenta el arreglo de los perfiles encontrados de acuerdo ala semejanza
de sitios y líneas; asimismo, la conformación de cada uno de ellos según su constitución por
pisos o estratos y el área basal correspondiente.
Las Estructuras I y III, muestran los dos extremos opuestos en cuanto a número de individuos
por hectárea con 230 y 1 270 respectivamente entre el número de árboles las diferencias no
son significativas. Sin embargo la conformación de cada estructura, muestra características
que las hacen diferentes en cuanto a su constitución por pisos y la distribución del arbolado
por estos. Las diferencias se acentúan mayormente en el área basal por lo que, se encontraron
estructuras que a pesar de contar con una alta densidad de individuos, muestran los más bajos
valores en área basal (Cuadro 35).
Distribución de los diámetros de los perfiles estructurales
Como se puede observar (Figura 36) la estructura I, presenta los tres pisos o estratos; si
embargo, el mayor número de individuos se concentran en el piso III.
El perfil II, muestra una estructura cuya constitución es de las más pobres en número de
árboles y su distribución se concentra dentro del piso III, y escasamente en el piso I (Figura
37).
El perfil III tiene una característica particular que la hace diferente al resto de las estructuras
analizadas. Esta característica se nota en la concentración del mayor número de árboles en el
piso III, dentro de las categorías diamétricas de 10, 15 y 20 centímetros; y solamente 10
individuos en el diámetro de 60 centímetros; además, hay ausencia de arbolado en el piso II
(Figura 38).
La estructura IV, presenta una homogénea distribución del arbolado por los tres pisos y las 10
categorías diamétricas que la constituyen están bien representadas en número de individuos
(Figura 39).
162
Cuadro 35. Agrupación de los sitios de muestreo por perfil estructural y su constitución por pisos y estratos, para Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua.
Número de árboles por piso
Sitio de
muestreo
Línea de
muestreo
Perfil
estructural
Número
de
árboles
I
II
II
Área
basal
(m3r)
1
7
I
440
100
160
180
21
2 7 11 230 60 70 100 14
3, 4 y 5 7 III 1,270 10 1,260 00 15
1 y 1 8 y 9 IV 400 135 10 255 22
2 y 2 8 y 9 V 390 285 50 55 32
3 y 3 8 y 9 VI 240 20 90 130 18
4 8 VIII 400 130 10 260 28
5 y 5 8 y 9 VIII 515 90 85 340 22
1 10 IX 260 80 110 70 19
2 y 3 10 X 280 250 30 00 35
5 10 XI 770 70 00 700 11
Fuente: Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez (1991).
163
Figura 36. Comportamiento de la Estructura I, en función del diámetro, de Pinus arizonica
Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
164
Figura 37. Comportamiento de la Estructura II, en función del diámetro, de Pinus arizonica
Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
165
Figura 38. Comportamiento de la Estructura III, en función del diámetro, de Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
166
Figura 39. Comportamiento de la Estructura IV, en función del diámetro, de Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
167
El perfil estructural V, muestra en el piso I un importante número de árboles, cuya distribución
se presenta por las ocho categorías que lo conforman, el resto de la población se ubica en los
pisos II y III (Figura 40).
La Figura 41, muestra la tendencia de la estructura VI, donde su principal característica se
observa en la parte intermedia, dado que es en este piso en el que se concentra el mayor
número de individuos; dando como resultado, la presencia de seis categorías diamétricas
uniformemente pobladas por arbolado.
El perfil VII, muestra su mayor población en los diámetros menores (10 y 15 centímetros) lo
que da origen a la presencia del piso III; asimismo, mejor constituido que el piso II, se
encuentra el I con cinco categorías diamétricas que van de 40 a 60 centímetros (Figura 42).
El perfil VIII, contempla 12 categorías diamétricas, cuya distribución del arbolado por éstas es
escasa, solamente la de 10 centímetros concentra el mayor número de individuos (Figura 43).
La estructura IX, (Figura 44) presenta una tendencia irregular en cuanto a la constitución del
piso I, sin embargo la parte joven de este perfil muestra una buena constitución ya que se
concentra el mayor número de árboles, dando origen a los pisos II y III.
El perfil X, muestra solamente dos pisos; el piso I cuya constitución tanto en categorías
diamétricas como en número de árboles observa una buena distribución. El piso II, presenta
solamente una categoría diamétrica con un escaso número de individuos (Figura 45).
Por último, se tiene el perfil IX (Figura 46) con dos pisos; el piso I, con una baja población en
las cinco categorías diamétricas que lo constituyen; el piso III, con una sola categoría en
diámetro pero con la mayor población de árboles.
Índice de esbeltez de cada perfil estructural.
168
Figura 40. Comportamiento de la Estructura V, en función del diámetro, de Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área
Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
169
Figura 41. Comportamiento de la Estructura VI, en función del diámetro, de Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
170
Figura 42. Comportamiento de la Estructura VII, en función del diámetro, de Pinus arizonica Engelmann, en los bosques del Área
Experimental Madera, Chihuahua (Tomado de Chacón Sotelo y Cano Gutiérrez, 1991).
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