Aquel-que-mira · 3 Hoy, decimotercer día del mes de junio de 1867, me he decidido a abrir este...

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Aquel-que-miraUn relato de Thierry Murat

«Conservo más recuerdos que en mil años de vida.»Charles Baudelaire

A mis ancestros, mi musa, mi tribu... T.M.

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Hoy, decimotercer día del mes de junio de 1867, me he decidido a abrir este diario con el propósito de comenzar

a escribir lo que quizás un día llegue a ser un relato.

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Aunque no soy escritor, ni filósofo, ni naturalista, ni mucho menos poeta...

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¿De dónde eres?

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De Pittsburgh.

¿Y usted?

Bah, importa

un carajo.

6 7

¿Y a qué

te dedicas?

¿Banquero?

¿Contable?

8 9

Ehm... no.

En realidad, soy...

fotógrafo.

¿Hmm?

8 9

¿Y te pagan por eso?

¡Sí! Ya lo creo...

Es mi trabajo.

Pues... A los notables de Pittsburgh, a

patronos del acero y del carbón, a sus

esposas e hijos, sus ceremonias, bodas

y funerales...

Ya... ¿Y qué... fotografías?

Sí... La fotografía.

¿Sabe lo que es?

Pse...

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¿Y usted? ¿A qué se dedica?

En estos momentos

trabajo para la Union

Pacific, en las obras

del Transcontinental.

Bah... Desde que terminó la guerra civil,

ya no sé cómo serle útil a este puto país...

Mato búfalos. A millares.

Ese es mi trabajo, ya ves...

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¡Y podamos seguir posando nuestros

raíles tranquilamente por las Grandes Llanuras!

Y esperar llegar un día la puta California...

¿Y qué tiene que ver

el Transcontinental?

¡Pues hacer que esos

putos rumiantes dejen

de darnos por saco!

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Así, sin saber realmente qué me deparará esta misión de exploración, he partido de Pittsburgh al alba de

este hermoso día de junio en dirección a Saint-Louis, a bordo de un confortable vagón de la Pennsylvania

Railroad. Dentro de dos días, la expedición -un convoy de una veintena de carros enganchados y entoldados-

emprenderá camino hacia los inmensos territorios del oeste del Misisipi hasta alcanzar las montañas Rocosas,

como antaño hicieron los antiguos pioneros.

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14 15

Ojalá, mientras escribo estas primeras líneas, mi alma pudiera ser tan liviana y confiada como la de un

niño que descubre el mundo.

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Tengo aquí un documento del gobierno federal

que atestigua mi asignación como fotógrafo

en el seno de esta misión, y me...

Guárdate ese papelucho.

No sé leer.

¡Sí! Efectivamente...

Me llamo Joseph Wallace.

¿Eres de la expedición Walker & Jackson?

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Esa es frágil...

Ya lo sé.

¡Venga! Sube, aventurero...

Tus amigos te esperan.

Voy...

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18 19

¡Ah! ¡Por fin llega

nuestro fotógrafo!

18 19

Allí estaban los científicos más eminentes de la costa Este.

Especialistas en botánica, meteorología, mineralogía, zoología, ornitología, topografía...

La expedición está dirigida por el doctor Walker, médico y geólogo.

Está financiada, en parte, por un tal Norman Jackson -industrial y financiero neoyorkino-,

a raíz de una iniciativa del gobierno federal de los Estados Unidos.

También había dos cocineros irlandeses, todos los cocheros -antiguos mercenarios de la guerra civil,

reincidentes rehabilitados, buscadores de oro desengañados- y un fotógrafo. Es decir, yo.

Doctor Walker, es para mí

un gran honor unirme a su

equipo en este día de gracia.

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Guarde sus buenos

modales bajo ese

sombrero tan elegante,

mi pequeño Joseph...

Esto ya es un poco

el Oeste, ¿sabe?

De acuerdo, señor.