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8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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Buenos Aires · Madrid
morrortu editores
Maurice Godelier
ue nos ensefi la ntropologi
n el fundamento de
las sociedades humanas
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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Biblioteca de
antropologia
u
fondement des societes hunwines . Ce que nous apprend i anthropoio-
gie Maurice Godelier
© Editions
Albin
Michel
, 2007
Traduccion: Heber
Cardoso
© Todos los derechos de
la
edicion en castellano reser
va
dos par
Amorrortu editores S.A.. Paraguay 1225.7° pisa - C1 057AAS Buenos Aires
Amorror tu e
dito
res Espana S.L.. C/Lopez de Hoyos 15. 3° izquierda .
28006
Ma
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ditor
es.com
La reproduccion total parcial de
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miento y recup
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n de infor
ma
cion. no autoriza da p
OI
los editores.
vi
ola
derechos r
eservad
os.
Q
ued
a hecho e1 deposito que previene la ley n° ] L 723
In
dus
tria a rgen tina. Ma de in Argentina
LS
BN
978-950-518-250
-3
ISBN 978-2-226· 17903-6. Paris.
edi
ci6n ori
ginal
Godelier , Maurice
En
el
fu
ndame
nto de
las
sociedades
hum
anas.
Que
nos
enseiia
la
an tropologia . - 1
ne
d. - Buenos Aires : Amorrortu , 201
4.
288 p.; 14 x 23 cm. - Antropologia)
Traduccion de: Heber Cardoso
ISBN 978-950
-5
18-250-3
1.
Antropol
ogia.
1.
Cardos
o, Heber, trad. II. Titulo.
CDD 301
Impreso en los Talleres GrMicos
Co
lor Efe,
Pas
o 192, Avella
neda prov
in-
cia de Buenos Aires
en
marzo de 2014.
Tirada de esta edicion: 2.000 ejemplares.
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Indice g
eneral
9
lntroduccion
69
1.
De las cosas que se
dan
l
as
que se venden
y
las que no hay que vender ni dar sino conservar
para transmitirlas
91 2. Ninguna sociedad estuvo jamas fundada
en la fam ilia
0
e1 parentesco
] 15
3.
Sjempre
se neces
ita mas que un hombre
y
una m
ujer
para h
acer
un hijo
1
41
4. La
sexua
lidad humana
es fundamentalmente
asocial
171
5.
De
q
ue
modo
un individuo
se constituye
en 8u
jeto
social
185
6.
De que modo los g
rupos hum
anos
se constit
uyen
en
sociedad
213 Con
clu
si6n.
El
ogio de las cienc
ias
sociales
243 Bib1iografia
267
273
275
279
Jndi
ce de nombres citados
Jndice de
tr
ibus, etnias y soci
edade
s
Jndice de paises y
lu
gares
Jndice t em atico
7
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a
ntro
pologia y el de
otras
cienc
ias
socia les, i son los
sig
-
nos que anu ncian su «cre
pu
sculo», como dice M
ar
shall
Sah
lins
,
5
su muer
te
a
nunci
ada ,
0 ,
por el
contrario
, son
las prue bas indirect as de qu e
1a
a ntropolo
gia
(y
la
s
ci
en
c
ias sociales
)
atravi
e
sa(n)
de
mane
ra contra
dicto-
ria , t u m ultuosa. pero despues de todo perfecta m e nte
norm al, un pe
ri
odo de transicion de que esta(n) por sa -
lir , dot a d a (s) de
una
m
as
fu e rte
conc
ienc
ia
c
riti
ca de
sus m
eto
dos, de sus conce
pt
os, de sus
limitaciones
y de
un mayor rigor an ali tico? i,Se trata, en suma, de
una
a
nt
ro
pologia m
as
n
ecesa
ria q
ue
n
un
ca
y
ma
s a pt a p
ar
a
an
ali
z
ar
la complejidad y las con
tr
adiccion
es
del
mun
-
do
gl
obalizado, en el que los an tropologos, como aque-
os
junt
o a quienes trabajan, deben aprender a vi
vi
r ?
Mi posicion es clara: la crisis de
1a
antropologia y
de
las ciencias
socia
les. rouy lejos de anunciar , a fuerza de
deconstr ucciones, su desap
ar
ic
ion
,
0
m
as
simplemente
su di
so
lucion
en
l
as
fo
rmas
bl
a
nd
a s de Los
«cul
ur l
studies»
6
constituye el pasaj e obligado de
su
reco ns-
truccion en un nivel de rigor y vig
ilancia
crltj
ca que
no
e
xistia en
las
etapas anteriores
de
su
desarrollo. Y me
gust a r ia decir
por
que.
H
as
t a m
edi
a dos del siglo
XIX,
la e tnologia no f
ue
mas que una suma de relatos y descripciones produci-
dos p
or
militares , funcionarios, m
isione
ros, comercian -
tes y exploradores de toda clase que h abian acompa fia -
5 Marshall
Sahlins,
«Goodbye to Tristes Tropes: E thnography in
the
Context
of
Modern World History», Journal of
Modern History
1993, vol. 65,
pags.
1-35;
How Natives
Thinl? : About
Captain Cooh
for Exemple
Chicago:
The University
of Chicago
Press,
1995,
pag.
14, y «Two
or Three Things that
I know
about
Culture», Journal of
the Royal
Anthropological
Institute
1999, vol. V,
n°
3,
pags. 399
-
421.
6 Nicholas Thomas,
«Becoming
Undisciplined: Anthropology
and
Cultural Studies»,
en
Henrietta
L.
Moore
(ed.),
Anthropological
Theory Today Cambridge, G.B.: Polity Press, 1999, pags. 262-79;
Richard Johnson, «What is Cultural Studies
Anyway?»,
Social Text
1987, n° 16,
pags.
38-90;
Signe
Howell,
«Cultural
Studies and
Social
Anthropology: Contesting or Complementary Discourses?», en
Stephen Nugent
y
Cris Shore
(eds.),
Anthropology and Cultural
Studies Lond
res:
Pluto Press,
1997, pags. 103-25.
12
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do, desde el siglo XVI, la e
xpansio
n coloni
al
y comercia l
de algun
os
paises europeos antes aun de que la gran
in-
dustria, en el siglo XIX, asegu ra ra a
esos
paises el do-
m inio sobre el r
esto
del mundo y los enfr e ara
ent
r e si
en
un
a co
mpetencia
a m
en
ud
o s
angri
e
nta.
Evid
en t
e-
mente , todos esos
re
la
to
s y descripciones sirvieron de
modo mas 0 menos directo para la
instauracion
de este
dom i
ni
o, y
1a
mayoria de ellos
admiti
an .
implicita
explicitamente. que Occidente
era,
al mismo tiempo, la
medida y
e l e sp ejo
de los progr
e
sos
de la
hum
a
nidad
.
No
ob
stant
e , tambie n
ocurria
que
algunos
filosof
os
y
va rios poetas veian en las costumbres de los «salvajes»
e1
par
aiso que los
pr
ogresos de a c
ivil
izaci6n h a bian he -
cho pe
rd
er a los occid
ent
ales.
7
En
su
ma,
en e1
transcur-
so
de esos
siglo
s
a
etnologia
fue,
ante todo,
una
etno-
gra
fia embebida de ideologia occidental.
La
an
t r opoiogia
recien
comenzo a
af
ianzarse como
.
disc
ipli
na
«cientmca»
en
la s
eg
unda
mita
d
del
siglo XIX,
cua
ndo sus pad
res fun
d
ado
r es , Morga n y
Ty
lor 8
em-
pren
die
ron e]
anal
i
sis
sistematico de l
as
costumbres
de
otros
pueb
l
os
, s
us
pe
ndiendo pr
ovi
soriamente sus juicios
y
presupuestos culturales
y disociando en form a volu n-
taria, du rant e
alg
lin ti
emp
o, su pen samie
nt
o de las ca-
t egorias y l
os
juicios de valor de su
sociedad
y su epoca.
Est o Ie
pe
rm itiria, por ejemplo a Morgan r a s una in-
vest igaci6n llevada a cabo sistematicamen t e, prim ero
en Estad
os
U nidos y Ca
na
da y l
ue
go a esc
al
a m
un
dia l,
con
ayu da de cen
tenar
es
de
correspon
sa
les- descu
br
ir
e
in
ven t ariar las d
ive
rs as for
ma
s de pa
ren
tesco que
existia n t
anto
en
Occid
en
te
como f
uera
de
e1.
9
Supo
7 Bryan
Wilson,
The Noble Savage Berkeley: University of
Cali-
fornia Press, 1975;
Ronald
L. Meek, Social Science and the Ignoble
Savage Londres: Cambridge University Press, 1976.
8 Edward B. Tylor, Researches into the Early History ofMankind
and
the Development ofCivilization (1865), en Paul Bohannan (ed.),
Chicago:
The
University of Chicago Press, 1964, y
Prim-itive Culture
(1871),2 vols., Nueva York: Brentano s, 1924.
9
Lewis
Henry Morgan, Systems of Consanguinity and Affinity
of
the Human Family en Smithsonian Contributions to Knowledge n°
218, Washington D.C.: Smithsonian Institution, 1871; reimpr., Uni-
13
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analizar esas formas de tal manera que
lleg6 a com-
prender
su
«logica» y a reconocer
que constituyen
«sis-
temas», diferentes, por
supuesto,
pero tan coherentes
como
e1
sistema
de
parentesco
occidental, cognaticio,
derivado de
su
lejano
ancestro
l
atino
, eJ de los
anti
gu
os
rom
anos
.
M
orga
n debio inve
ntar en
to
nc
es
una
terminologia
nueva
para
d
escribir
y definir
sus
desc
ubrim ientos.
ASI, hablaba
de pr i
nc
ipio «mat
ri linea
l» de descenden-
cia, de parentesco «clasificatorio
»,
para aJud
ir
a las ter-
minolog
ias
de
parentesco
caract
er
izadas por el
he
cho
de que
hubiera una
sola exp
res
ion para des
ignar a1
pa-
dre
y a los
hermanos
del padre,
otr
a
para 1a
ma dre y
las hermanas de
1a
madre . Otros terminos, propuestos
para caracterizar globalmente ciertos
tipos
de termino-
logia (los tipos «mal
ayo»
,
«ganowaniano»
, etc.), no fue-
ron r
et
omados luego del trabajo de
Morgan
desapare-
ci
eron
para
ser
reem
p
la
z
ad
os
por
deno
mi na
ciones et-
nicas (se habla entonces de terminologias «hawaiana»,
«iroqu
esa»,
«es
qu
imah> «sudanesa» .
Empero, ese
trabajo
sobre si mismo, esas operacio-
nes de descentramiento y esas investigaciones sistema-
ticas llegaron a su fin, quedaron truncas , e incl
us
o
sus
resultados fueron
revocados,
cuando, en
una
etapa
pos-
terior
de
su
vida,
Morgan
utilizo
la
s conclusiones
de
sus
investigaciones
para
cons
tr
u ir una metanarracion fic-
ticia
de la
evolucion
de la humanidad,
una
evolucion
que
la habria llevado,
al salir
de
su animalidad
primiti-
va,
des de
un
estadio in icial de «s
alvajismo»
hasta
un
es-
tadio de «barbarie», des
embocando aqui
y alla
en
un es-
tadio
de
«civilizacion»
encarnada,
ante
todo,
por la
civi-
lizacion eur
opea
(y, en un grado supremo,
por Estados
U nidos de
Norteamerica, libre
de todas
las
relaciones
feudales 0
de otra
clase
que aun obstaculizaban el desa-
versity of Nebraska Press, 1997.
Sobre
la genesis de la obra de Mor-
gan, entre numerosas
obras utiles,
cf.
Thomas
Trautmann, Lewis
Henry Morgan
and the Invention of
Kinship,
Berkeley:
University
of California Press, 1987; Maurice Godelier,
Metamorphoses de la
parente,
Paris: Fayard,
2004.
14
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rrollo de la vieja
Europa,
de
donde habian
partido quie-
nes iban a
conquistar
America).
10
La leccion que
se
puede
extraer
de la
existencia la
sucesion
de esas
dos facetas de
1a
obra de Morgan
es
clara.
Desde
su origen,
la
an
tr
opologia se
ha
d
esa
rroll
a-
do de maner a conlradictoria, mezclando practicas ra-
cionales e ideologia,
condena
da P
Ol
ese hecho a luc
har
en S misma contra S
misma.
Todavia
estamos
en eso,
pero dentro de un contexto radical
mente
nuevo. Y dado
que
no nacemos
antrop
ologos, sino
qu
e nos
ha
cemos an -
tropoJogos,
resulta
indispensable bosquejar a
gr
andes
r
as
gos eJ mu
nd
o en e1 que ejerce
mos
co
ntinuaremos
ejerciend
o,
por algun t ie
mp
o mas, nuestro oficio.
El mundo de hoy
EI mundo de hoy surgio de t
res
evoluciones mayores,
cuy
as mar
cas
lleva. La primera
se
co
ns
olida inmediata-
mente
despues
de 1a Segunda
Guerra Mundial, en
la
decada de 1950
. Lue
go de siglos
de
dominacion, pe
ro
tambien
de mu ltiples
actos
de resis tenc
ia
11 de
la
s po-
blaciones sometidas a
ella, se
asiste a
1a descompo
si -
cion
desaparicion
mas
0
menos rapida,
ma
s
0
menos
10 Lewis
Henry Morgan, Ancient
Society or Researches in the Li-
nes of Human Progress front Savagery
through
Barbarism, t Civili-
zation 1877,
reimpreso
con
un
prefacio de Elizabeth Tooker,
Tuc-
son: University of Arizona
Press
, 1985.
11 Un ejemplo
extraordinario
es el de los habitantes de Kwaio,
pequeiia sociedad de las islas Salom6n que durante decadas se neg6
a someterse al
poder
colonial britanico, y luego, a
convertirse
al
cristianismo. Su resistencia se caracterizo
por episodios
sangrien-
tos,
la
muerte de
un patrol
officer,
la
de dos misioneros, etc., y ha
proseguido hasta el siglo XXI. Cf. Roger Keesing, Custom and Con-
frontation: The Kwaio Struggle for
Cultural
Autonomy
Chicago:
The
University of Chicago Press, 1992. La historia de las formas de
resistencia
de
los
pueblos
colonizados
de Africa,
America, Asia
y
Oceania esta aun , en su
mayor
parte, por escribirse. No obstante,
un gran
paso
adelante
fue dado con las relevantes
publicaciones
de
los subaltern studies.
15
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sangrienta, de los
imperios
coloniales de las
potencias
europeas
(Gran
Bretana, Francia
, Holanda,
Portugal;
Espana,
por su
parte, ya habia perdido sus col
onias
en
el siglo
XIX,
y Alemania, en
1918,
al finalizar 1a Prime-
ra
G
uerra Mundial)
. Sin e mba rgo, las poblaciones y so-
ci
edades
locales,
despues
de
Ia proclamaci6n
de
su
«in-
de
pendenci
a», no volvie
ron
a
des
env0
1v
e
rs
e en la sit
ua
-
cion n con las rel
aci
ones que
tenia
n antes de la eoloni ·
zacion. Estaban «integradas» den
tro
de las fronteras y
l
as estru
cturas de los Esta dos creados
p O
l las p
ot
encias
col
oniales
,
Est
a d
os
qu
e a1 im
po
ne
rs
e hab
ia
n
rot
o, d
es
-
truido,
cadenas
de relaciones que inte
grab
a n a ntigua -
mente a las sociedades implicadas , ya
sea en
el propio
s
eno
de los imperios 0 a
10
largo de las rutas comercia-
1es,12 y h a bian
impuesto
de
sp1azamientos
0 reagrupa -
mientos de pob laciones
que
determinab a n
su
nuevo
marco
de
vi
da.
3
E
sos
Estados
art
if
icia
les
qu
e
se
habian
vue
Jto inde-
pend
ie
ntes se conve rt i
ri
a n
en
«N
aciones)}} y
construi -
r ian 0 re
iv
indicaria n una ide ntidad comun
que
nun
ea
h
abia
u nificado a esas socieda des l
ocale
s, at
rav
esa
das
por costumbres y religio
nes
diferentes, a p
artir
de en-
tonces reunidas por frontera s
artificia
ies . Finalmente,
es
os
Estados-naci6n
en
fo
rm
aci6n
h
eredaban
una
for
-
m a «secular» de Estado, es d
ecir
,
la
que se basaba
en
el
p
rin
cipio de separ
aci6n
ent
r e 10 politico y la religi6n
0
las
religiones), propio de los Estados europeos y nortea -
12
Jean-Loup
Amselle y Elikia M Bokolo (eds.), All camr de l eth-
nie. Ethnie
tribalisme
et Etat en Afrique
Paris:
La Decouverte,
1985,
pags
38-9.
Vease
la
critica
de
esta
obra
realizada
por Luc
de
Reusch,
«L ethnie,
les
vicissitudes
d un
concept»,
Archives Europe-
ennes de Sociologie,
1997, vol. 38, n° 2,
pags.
185-206.
13
Talal Asad, Anthropology
and
the Colonial Encounter,
Londres:
Ithaca Press, 1970; Nicholas Thomas,
Colonialism s Culture,
Cam-
bridge, G.B.:
Polity Press,
1994.
En Francia:
Gerard Leclerc,
An-
thropologie et colonialisme, Paris: Fayard,
1972;
Diane
Lewis, «An-
thropology and Colonialism», Current Anthropology, 1973, vol. 14,
n° 5,
pags.
581-602;
Marc Ferro
(ed.),
Le livre noir
du
colonialisme:
XVIe-x)(]e siecle:
de
l extermination la repentance, Paris:
Laffont,
2003
[El
libro negro del colonialismo: siglos XVI
al
XXI, del exter-
minio al arrepentimiento,
Madrid:
La Esfera de los
Libras,
2005].
16
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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mericano luego de que
Las
re
vol
uciones (inglesa, n
or
-
teamericana, francesa) Lo
impusieran
a
sus
gobiernos .
Estas revoluciones habian inscripto en
1a
organizaci6n
de la
s
ocieda
d la rei
vind
icaci6n
surgida del
S
igl
o de Las
Luce
s,
orientada
a Lberar a
las ciencias
y a 1a
sociedad
de la sumi
si6n
forzada a la Religion y a sus teo10gias,
pero tambien al poder de los reyes y de las c1
ases domi-
nantes,
asi como
a las i
de
ologias que
Iegitimaban
sus
derechos y su autoridad . )4
En esos marcos heredados de la epoca co
lonial,
los
p
ai
ses
re
cie
nt
e me
nt
e
indep
endiza
dos
se
volv
e
ri
a
n,
pu
es,
hac
ia
su respe
ctiv
o p
asa
do p
ar
a
resucitar 0
re in-
venta r sus trad iciones y. al mismo ti
empo,
forj
ar
se un
futu
ro en un
mundo cada vez
mas
globalizado
, do
nde
nu
evas fo
rmas
de depe nd
en
c
ia
ree
mp
lazarian pron to a
l
as relaciones de dominaci6n di
rectas
de
l
as antiguas
potencias
colon
iales. La
descom
posici6n de
los antiguos
imp
e
ri
os c
olonial
es
conclu
yo
en
a
de
ca
da de
1960
con
la guerra
de
Vietnam , pero esta ya no era una guerra de
tipo local que enfr
e
nta ba
a
una antigua metr6polis,
F
rancia,
con
una
de s
us
colonias de Extremo Orien
te.
E
ra
u na g
uerra global que
op
onia dos campos:
el
mundo
occi
denta l capitalista y sus
aliado
s , por u n lado , y el
m u
ndo
com
unista,
por el
otro
.
Despues de la Segunda
Guerra
M undial , otra
tran
s-
f
or
m aci6n funda m ental dividia al mundo en t res bIo-
ques: el mundo capit alista , el m undo comun
ista
y
e1
Tercer
Mundo; este ultimo engloba
ba
a grandes paises
que reclamab an su indepen dencia y cuyas
voces
er an
las
de
notorias
figur
as carisma ticas: Nehru, Nasser,
Su
karno
, L
umum
ba
. Por
su parte,
los
paises
ll
a
ma
dos
«socialistas» pretendian cons
tr
u ir , para mayor benefi-
cio de sus pueblos
, un modo
de
v
ida
su
pe
rior
al
de las
14
James Schmidt, What is Enlightment? Eighteen Century An-
swers and Twentieth Century Questions, Berkeley: University of
California Press, 1996. No olvidemos
que
la publicacion de la
Ency-
clopedie,
comenzada en
1751,
fue
temporalmente prohibida
(1759-
1765), mediante decreto del rey Luis XV, por «dano irreparable a la
moral
y a la religion», y que el papa
Clemente
XIII
amenazo
con ex-
comulgar
a quienes la leyeran 0 poseyeran sus
volumenes.
17
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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poblaciones que vivian
en
el regimen capit alis ta ..AI
abolir 1a propiedad privada de 1a tierra y de los medlOs
de produccion, a1 prometer e1 acceso.de todos a la edu-
cacion
y
a1
trabajo,
pretendian
in
ve
nt
ar
un
«ho
mbr
e
nuevo» segun las g
ra
ndes utopias , emancipado del indi-
vidualismo «burgues», y de
nun
ciaban el mito de
un
re-
parto optimo de los recursos y las ri quezas ent
re
todos
los miembros de la soci
eda
d, que su
rgiria en
fo rma au-
tomatica de un mercado fina lme
nt
e liberado de todo
o
bst
ac
ul
o y de todo control del Estado.
De hecho,
1a
d
em
ocracia «sup
er
io
r»
de los
pa
i
ses
co-
munistas se con
vi
rt io f i Y pronto en una dic
tadura
sa
ng
r ienta bajo la dob1e ferula del pa
rti
do tinico
y
de 1a
econo
mia
p1a nifi
cada
; mas
all
a de 1a construccion de
infrae
s truc
tur
a s
indus
tr iales, se mostro inca paz
de
elevar de mane
ra
significativa el nive] de vida
de
las
poblaciones . y en efe cto,
f i Y
lejos de
recuperar y
su-
perar
e1
nivel de vi da a lcanzado despues de 1a Segunda
Guerra
M
un
dial en
Eur
opa O
cc
iden
ta l
Estados U nidos
Y Ca nada , los paises socialistas se mostraron in
ca
paces
de
co
mpe
ti
r con los paises
cap
italistas, exce
pt
o en ma-
t eria de t ecnologia mil
itar
, ya que estaban obligados a
someter
la
econom
ia
a
la
logica de
la
carrera armam
en
-
t is
ta
con
el
Occidente
cap
itali
s
ta
y al
des
arr
ollo
acele
-
rado
de p
aise
s r
etrasado
s, como
Ru
sia 0
las «re
publi-
cas» de Asia
central
, que
en 1917, en tiempo
s de
la
Re-
voluc
ion bolchevique, se
hallaban poco
ind
u
strializa
-
das , 0 l
ueg
o de la Segunda Guerra Mundial, Rumania,
Bulgaria , Polonia -pero no
Hungria-
(por no hab1ar
de
China 0 Vietnam). Fue asi como el sist ema socialista
comenzo
a
re
sq
u
eb
raj
a
rse en
f
or
ma p
rogre
s
iva,
para
ser rap idamente desmantelado a partir de la c
aida
del
Muro de Berlin, en 1989 .
15
En la actualidad, solo Chi-
15
Lo que
se planteaba era toda la cuestion
de
las
form
as
de
tran-
sicion del socialismo
al capitalismo. Entre una abundante literatu
-
ra al
respecto, cabe
mencionar
a
Katherine
Verdery,
What Was So-
cialism
and
What
Comes Next?
Princeton: Princeton University
Press, 1996; Franc;:ois Bafoil, Europe centrale et orientale: Mondiali-
sation
europeanisation et changement
social
Paris:
Presses de
Sciences Po, 2006; Maurice Godelier (ed.), Transitions et subordina-
18
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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na, Vietnam, Corea del Norte y Cuba dicen ser socialis-
tas, pero las
econo
m ias de esos pa ises
esta
n cada v: z
mas
integradas
al proceso de conjunto de la economla
capitalista
mun
dial. . .
D
urante
l
os
tiltimos
a
ri
os de los
regimenes
soclahs-
tas, mientras los
resquebr
ajamientos se dejaban oil por
doquier y se consideraba que aquellos
debian reformar
-
se
profundamente 0
desaparecerian, tambien el
mundo
intelectual
qu
e
se
habia erigido despues de 1a guerra en
Europa Oc
cide
nta l, con la a parici6n
y
el desarrollo
de
l
estructural
i
smo,
e1 marx
i
sm
o
y
el
ex
i
st
en
cialismo
]
marxismo ocupo pron to en
Fr
a ncia un
luga
r predo-
minan t e - ,
empez
o a de bilitarse ante
los
reiterados
emba tes
y las criticas
de
Je an-Franc;ois
Lyo
ta r d, Mi-
chel
Foucau
lt,
Je
an Baudrilla rd y, de manera diferen-
te,
Jacques
Der
rida, Paul
Ricceur. . .
Foucault,
quien
habia
proclam
ado con Louis Althusser
a
muerte del
Sujeto
(a
la
cu
a l
Claude
L
evi-Strauss
tambien
decla
-
raba suscrib
ir , apel6 a Heidegger
y
luego a Nietzsche
para pensar 1a
nueva s
it
uacion de la fi10sofia
y
las cien-
c
ias sociales,
situaci6n a
la
que Lyotard iba a dar el
nombre
de
«condici6n
posmoder
na».
Lyotard
hab
ia definido esta nu
eva
condicion de
la
exist encia y del pensamiento como a quella
qu
e se con-
s
olidaba
t
ra
s
la
m
uer
te de todos los «metarr elatos»,
sea , de toda teoria que p
rete
ndiera explicar globalmen-
te, por
accion de causas «ultimas», las diversas realida -
des
historic
as
vividas
por los in dividuos y los
gr
upos
que componen una sociedad. Las primeras «m
etateo-
rias» enc
ara
das por Lyotard eran, evidentemente, el es-
tr
uc
t u
ralism
o
de Levi-Strauss
y
el
marxismo.
Algunos
aiios despues,
la
caida del Muro de Berlin derribaba al
marxismo de su pedestal,
y
el b
rio
so r
etor
no
del
sujeto
y de la «sub
jet
ivacion» del individuo
rele
ga
ba
el analisis
de
las «est
ructuras» al universo de los jueg
os abstra
c-
tos, im propios para esclarecer la c
om
pleji
dad
de las
rea
lidades
h
istori
cas y de las ide
ntidades
i
ndivi
duales.
tions au capitalislrte Paris: MSH, 1991, Y «Les
contextes
illusoires
de la transition au socialisme», en ibid. pags. 401-21.
19
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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La
desaparici6n de los imperios coloniales y,
veinte
aiios despues , de la mayoria de los r
egimenes
«socialis-
tas», genero
en
algunos duran te la decada que siguio a
la
caida del
Muro
de
Berlin la
impresion y 1a ilusion de
qu
e
se
vi
via
el «fin
de
1a
Hi
storia
».
16
La i
de
a de Francis
Fukuyama no con
sis
tia en
que
la histo ria iba a
te
rmi·
nar, sino en que ninguna forma de sociedad ni de
econ
o-
mia que
no combinara 1a economia c
ap
italista y La de-
mocracia pa
rl
amentaria tendria en
10 su
cesivo, 1a me-
nor ocasion de im ponerse. La hum a
ni
da d acaba ba de
e
ntr
ar
en
1a
fase
de
fi
nit
iva de
1a
expa nsion m u
ndia
l de
La economia cap
ital
ista de me
rc
ado y de la impla nta-
cion gener
ali
zada de 1a democr
aci
a l
ibe
ral al servicio
ex
clusivo , por s
upues
to,
de
los «de
rec
hos de l hombre
»
valores que hab
ia
n tornado el lugar otorgado en siglos
an te
ri
ores
al
cristianismo,
La
unica religion «verdadera».
Desde 1989 se asistia , as . a la extension a todas las
socieda
des
locales, a todos los Est
ados
,
de
l
sis
tel
na
eco-
nomico capita lista. El m
un
do se volvia cad a vez mas
globaliz
ado
en el plan o economico , y
ni
ngun Es
ta
do
in
-
c1
u so n inguna sociedad local, podia reproducirse
ni
de-
sarroll
ar
se
materia lmente
sin integrarse
cada vez m as
a
la
economia capita1ista de mercado . P or el contrario
en el plano politico se
asistia al movimiento inverso
, a
saber: la mu1tiplicacion de
nuevos
Estados-nacion,
su
r-
gidos de 1a desapari
cion de los i
mperios co loniale
s, 1ue-
go de la desinteg
ra
cion del imperio sovietico, ac
ompa
-
iiada del
af
ianzamien
to
de multiples identidades loca-
les
, etnicas , relig
iosa
s de otra indole.
17
Era el caso de
16
Francis
Fukuyama La
Fin
de I Histoire et
Ie
dernier hOlnme,
Paris: Flammarion , 1992 (The
End
of History and the
Last
Man ,
Nueva
York:
The Free Press
, 1992) [ I
fin de la historia y el ultirno
hombre,
Barcelona:
Planeta
1992]. .
17 Cf.
Stuart Hall
«The Local
and the
Global: Globalization
and
Etnicity», en Anthony D.
King
(ed.),
Culture, Globalization and the
World-System. Contemporary Conditions for the Representation of
Identity,
Minneapolis:
University
of
Minnesota Press
1997,
pags.
1-39; Jonathan Friedman Cultural Identity and Global Process,
Londres:
Sage 1994 [Identidad cultural y proceso global, Buenos
Aires:
Amorrortu
2001].
20
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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La sepa
raci6n
de
la Republica Checa y Esl
ova
quia , de
Cr
oacia
y Bosn
ia
, de
U
cran
ia
.
Se
asiste
p
ues
, a dos mov
imientos
inve
rs
os,
qu
e re-
configur an e1 mundo glob
al en
que vivimos y en el
que
de
bemos eje
rc
er
de
ah
or
a en m
as
nu
es
t
ro
oficio
de
an
-
tropologos: un movimiento de integraci6n
y univ
ersali-
zacion
de las activ
id
a des
y
relaciones econ6mic
as en
el
seno de
cada sociedad
y
entre
unas
sociedades y
ot
ras,
y
un movimiento
de segmentacion politica
y
cultural que
divide y s
ub
d jvide. a menudo con violencia. conjuntos
poHtico-economicos
pr
ee
x
is
t
en
tes,
da
ndo n
aci
mie
nto
a
n uevos Est ados que deben enton ces tra
nsf
orma rse en
naciones.
18
Este
segundo mo
vimie
nto su
ele
dar ori
gen
en e1 seno de multiples sociedades locale
s
a una vi
da
cultura l
y
politica nueva ,
qu
e
se
traduce
en
eJ redescu-
br
imi
ento 0 la r
ei
nvenci6n de
tr
adic iones locales, rein -
venciones de las que muchos etn6
1ogo
s se
habian
desin -
teresado porque
Las
co
nsi
de
rab
an
puras
«ficciones».
Sin
embargo,
La
m u
lti
plicaci
6n
de Es
tados
dientes, que ingresaban uno tras otro
en
la
ONU
, no eli-
mino,
sino
mas bien acentuo, las
desigualdades que
ha-
bia entre e 0s en term i
nos
de influencia y au tonomia
polit icas . De h echo, entre los Estados-nacion, antiguos
y nuevos , se instalo
una
nueva jerarquia, en un espacio
q
ue desde
el comienzo h ab
ia
est ado dominado
por
el po-
der h egem6nico de E stados Unidos, au t op roclamado
Big Brother y
Big
Stich
del
ord
en
mundial.
Los aten t ados del 11 de
sept
iembre de 2001 vinieron
a poner fin en f
orma
bruta l a
esa
situacion. De manera
violen
ta
, re
cu
r r
iend
o
al
ter ro
r
al-Qa
eda 19
proclamo
la
gu e
rra
santa
1a y
ihad
c
on
tra
Oc
cident
e ,
cont
ra los
18
Cf. Kay
Warren
(ed.),
The Violence Within:
Cultural and
Politi-
cal Opposition in Divided Nations, San
Francisco: Westview
Press
1993;
Eric Wolf,
«Perilous
Ideas: Race Culture People»,
Sydney
Mintz Lecture for 1992, Current Anthropology, 1994 , vol. 35, n° 1,
pags.1-12.
19
Olivier
Roy,
L Islarn
mondi
alise,
Paris
: Le
Seuil
2002
[ I
islam
mundializado Barcelona:
Ediciones
Bellaterra 2003]; Farhad
Khosrokhavar
Les nouveaux martyrs d Allah,
Paris: Flammarion
2002
, y Quand
AI-Qaida parle, Paris: Grasset
2006.
21
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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cristianos y los
judios,
contra el
«materialismo»
del mo-
do de vida
occidental,
contra las humillaciones y
la
ex-
plotacion
que los occidentales
habian
infligido durante
decadas
a centena res
de
millon es de m usulmanes, y
ame
nazo,
asimi
sm o, con la
mu
er
te
a los
mus
ul
mane
s
qu
e
en
todo el
mun
do fueran
su
s complic
es 0
socios.
20
Pu
es bien, en el cen
tr
o de es
ta lucha, en
tre
las
motiva-
ciones
de
la «res istencia» musulmana, hab ia una que
cuestiona
ba di
rectame
nt
e
un
o de los valor
es centrales,
uno de los
pri
n
cipi
os funda
mentales
de las sociedades
occide
nta
les: la
se
paracion
en
tr
e
10
politico y
1
r
eli
gio -
so, la sec
ul
arizacion del
Est
ado, la libert
ad
de todos pa-
ra p
rac
tical tal 0 cual religion 0 no tener n inguna .
21
Es-
ta
separacion entre el Estado y la religion se observaba,
a sim ismo, en el
principi
o
de
los regi
menes
soci
al
istas ,
con
la
dif
er
enc
ia
de que el ma rxismo del cual estos se
pr
ocl
am
aban
tr
ibut
ar
ios,
bauti
zado materiali
sm
o «cien -
tifico»,
habia
sido
tran
sfo
rmado
c
asi
en
rel
igi
on
de Es
o
tado impu
esta a
to
dos, en la escuela,
en la fabrica, en
los
estadio
s .
Empero , no solo el islam p
re
t e
nd
e pone r
la religion
com o basamento
del
Estado y de la soc
iedad,
ya que es-
to
es, por
otra
par
te
, un hecho desde hace m
ucho
tiem-
po
en
Arab ia
Saudita
, donde , ante la
infl
u
encia
del
wahhabi
s
mo fundamentalista
,
la char
ia es
la base del
derecho
.
E
s el
mismo caso de
M g
anistan
,
incluso des
-
pues
de la
desaparicion
de
los t alibanes .) En
la
India,
20 Bruce Lincoln, Holy Terrors: Thinll ing about
Religion
after
September 11, Chicago:
The
University of Chicago Press, 2003;
Mark Juergensmeyer, Terror in theMind
of
God: The Global Rise of
Religious Violence Berkeley: University
of
California Press,
200
4
[Terrorismo religioso: el auge global de la violencia religiosa Ma-
drid:
Siglo
XXI de Espana, 2001]; Immanuel Wallerstein,
America
and the World: The
Twin
Towers as Metaphor Charles R.
Lawrence
Memorial Lecture, 5de diciembre de 2001; Joseph Alagha,
«Hizbul·
lah, Terrorism and September
11»,
Orient
2003, vol. 44
,
n° 3,
sep·
tiembre,
pags.
385-412.
21
Rajeev Bhargava,
Secularism
and
its Critics
Oxford:
Oxford
University Press, 1998; Marc Galanter, «Secularism, East and
West»,
en
ibid.
pags. 234-67; A.
Nandy , «An Anti-Secularist Mani-
festo» , Seminar 1985,314, pags. 14-24.
22
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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los fundamentalistas hindues del Baratiya
J
anata Par-
ty BJR), que hace algunos alios consigui
eron
ganar las
elecciones y gobernar el pais dur an te cier
to
tiempo, de-
nuncian de
sd
e hace decadas el secularismo
del
Esta
do
indi
o, as] como la tole
ranc
ia reli
giosa,
a
nhelado
s
por
Nehru ,
y
le
imputan todos
los
problemas
que enfrenta
su pueblo. Apelan al de esa
na
cion, a u «esen-
cia» eterna, esa hinduidad hindu tva que
tendria
sus
raic
es y extraeria su
fuerza
de la
Madre-Ti
e
rra
Bha-
rat-Mata del p
ai
s.
22
Aunque afirmen que
la
hinduidad
es
mas q
ue
la religi
on
hi
ndu, q
ue
es
una
man
e
ra
de
ser
y pensar compart
ida
por
musu
lmanes,
sijhs
y crist
ia-
nos , La exaltacion de
la
hinduidad se ha
desde h ace dos deca
da
s, en 18.000 disturbios que OpU -
sie
ron a hi
nd
u es y musulmanes.
23
Eso.s enfrentamien ·
tos, que dej
aron
miles de mue
rtos, culminaron
en la
dest rucc ion de La mezquita sa
gr
ada de Ayodhya,
en
di-
ciem
b
re
de
1992,
c
ua
ndo los militantes
hindues
del
Sangh
Par
ivas , asociado
a1
BJ
R
preten
di
eron
que
habia sido
construida sabre
e1
sit io de nacimien to de Rama,
uno
de
los avatares
de
Vishnu. Par
su
puesto, cada uno de los
bandos demonizaba
al otro
.24
En S
ri
La
nk
a , el budismo
the
ravada y la lengua cin-
galesa son
considera
dos
la
esencia del
pue
blo y de la na -
cion, por oposicion al hin
duis
mo shi
va
ita y a la
len
gua
de los tamules . Busquedas
ar
queo16gicas, trabajos lin-
giiisticos e his toricos,
se
multiplican para a
porta
r
pr
ue-
bas «cien
ti
ficas» a esta politica n
ac
ionalista que ha pro -
vocado el
leva
ntam
ien
to
arm
ada
de los t a mules y sus
22 Cf. Vinayak Damodar Savarkar, Hindutva Who is a Hindu?
1924),
Nueva Delhi: Bjarti Sahitya Sadan,
1969.
23
Vease el notable articulo de sintesis de Jean·
Luc
Racine,
«La
nation au risque du piege identitaire: communalisme, post-mo-
dernisme et neo -secularisme», en La question identitaire en Asie
du
Sud
Paris: EHESS,
Purusartha
2001 ,
pags.
11·46 y 373·407.
24 Las controversias con respecto a la mezquita de Babri-Mashid
habian
sido
objeto,
antes
de
su
destruccion
en
1992,
de
una serie
de
publicaciones
muy
importantes, reunidas en Sarvepalli Gopal ed.) ,
Anatomy of a Confrontation: The
Issue Penguin
Books
India, 1991.
23
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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reivindicaciones «sepa
ratist
a s» .
25
En Birman ia, los mi-
litares
que
tomaron
el
poder luego de
un
golpe de Esta-
do destinado a im pedir que gobernaran los
partidos
de
la op
osicion
, que hab ian ganado
la
s elecciones,
ape
la -
ron asimi
smo
a1 budismo. Los relatos legen
dari
os del
anti
guo
reino
de
Bir manja comenz
aron
a difundirse
una y otra vez a] aire: los antiguos monum e ntos bu
dis
-
ta s f uero n rest aurados , y , a fin de unificar a la pobla-
cion tra s ella, la junta
militar trajo
de Pekin uno
de
los
«d
ie
n tes
sa
grados» de Buda (que las a uto
ridad
es «co-
mun
i
sta
s» Ie
pr
es
ta
ron
amabJem
ente) y
org
a nizQ
una
gigantes
ca
procesion, que recorrio e1 pais entero de sj·
tio sag
rado
en
si
tio
sagr
ado, movilizando consid
erables
much
edu
mbres . Esa fue la ocasi6n pa ra que todos, des-
de
el
mas
a
lt
o funcionario hasta e] mas humilde campe·
sino, ofrecieran dones en honor de Buda. La junta Je
brinda ba asi a cada uno la oportuni dad de
acu
mular
me
ritos
pa
ra
su
fu
t
ur
o
des
ti
no, m
as
alia
de Ia
muerte,
Y
de vel su nonlbre impreso en los periodicos locales, in-
c1uso, en
e1
caso de los donantes mas generosos, de oido
difundido par r adio
y televis
ion.
26
Seria larga la lista (y por c
ie
r to qu e aun n o esta ce-
rrada) de masacres y devastaciones llevadas a
ca
bo en
no
mbr
e de
la
«esencia»
eter
n a
de
un
gr
up
o
hum
ano,
de
la voluntad de ese grupo de «purifica
r»
a la sociedad de
todo cuanto contr
adi
ce, insulta, h u m
illa
0 a grede su
esencia. P or supuesto, cua
nd
o un grupo h u
ma
no ve im-
p
edido
su
acceso a la escuela, a la pro
pie
d
ad
del
suelo,
25
Cf.
Eric Meyer,
«Des usages de
l histoire et
de
la
linguistique
dans
Ie
debat
sur
les
identites
a
Sri
Lanka»
,
Purusartha
2001
pags. 91·126. Cuando se observan las luchas nacionalistas
en
Sri
Lanka, siempre aparece
el
mismo debate entre esencialistas,
cons·
tructivistas y posmodernistas; Stanly J. Tambiah, Leveling Crowds:
Ethnonationalist conflicts and collective violence
in
South Asia
Berkeley: University of California
Press, 1996 .
26
Cf. Juliane
Shober
, «The Theravada Buddhist
Engagement
with Modernity in
Southeast
Asia»,
Journal of
Southeast
Asian
Studies
1995
vol.
26
n°
2
pags.
307
·
35
y
«Buddhist
Just
Rule
and
Burmese National
Culture:
State
Patronage
of
the
Chinese Tooth
Relic
in
Myanma»,
en
History of Religions
Berkeley:
University
of
California Press, 1997 pags
.
218·43.
24
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 17/38
al
oficio de las armas
0
a
la
s mas
alt
as funcion
es
po
liti-
ca
s p
or
qu
e es
ju
dio
0
c
ristiano, 0 in
cluso po
rqu
e
es
ne-
gr
o, el hecho de ser
judi
o
0 negr
o
es
el
as
p ecto de
su
iden tidad qu
e pasa , a
ju
icio
de
los
demas (aunqu
e
no
fo
rzosamen
t e
del
pr
o
pi
o),
al
pr
imer
plano,
rel
e
gando
los
otros
a
un
segundo plano,
r
eordenando y
subordi-
nando
todas las demas identidades
que cada
grupo
hu-
mano y
cada
individuo encierran.
Pues bien:
frente
a
quienes les reprochan
a los
an-
tropologos haber cosificado la
identidad de las
poblacio-
nes e
stu
diad
as
por e11os , d
es
cri
bien
dolas COlno realida-
des
fijas, ce
rradas
en
S mismas,
que
atr
aviesan
e1 tiem-
po sin
alterarse.
la
mayo
ria de los etnologo
s,
as} como
La
may
o
ria
de los his
to
r
iado
res,
han enfatizado hasta el
hartazg
o
que
no ex
ist
e esencia
«eterna
»
de
tal
0 cual
pueblo
0
grupo
humano
,
que
la
identidad
de un grupo
siempre
es el
pl oducto
de una historia
particular, una
«construccion»
historica
,
si
em
pre
plural,
abierta
a posi-
bles prestamos.
Aho
ra
bien:
estos prestamos,
aunque
no
esten impuestos
des
de
e1
exterior, ha
bitua lmen te
son elegidos
e
integrados en una configuracion
cultural
a 1a
que
modific
an, pero que
a
su vez
los mo
difica
a eUo s
y l
es
da un sentido y
un
cara
ct
er nuevos.
Esta concepcion
de
la s cultu ras e
ra
ya la
de
Franz
Boas, y la
li
st a
de qu
i
en
es de
spu
es de e
l l
co
mpart
ie-
ron r esu
lta
r ia
ext
ensa, desde Raymond Fir t h h as ta
Fred
rik
Bar t
h
Ma
rsh all S
ah li
n s .
27
Ello no es ob
ice
,
po
r
supue
s
to
, par a reco
nocer
que, en dete
rminad
os co
n-
tex
t
os hist6
ricos, ciert
os
gr
up
os
que
duran
te de
cadas
han man
tenido v
incu
los r
el
a
ti
vamen
te
bu
enos
con ot
ros
se
enc
i
erra
n de
pr
ont
o
en
si
mi
smos
,
ant
ep
o
ni
end
o
ta
l
0
27
Franz
Boas, «The Method of Anthropology», American Anthro-
pologist 1920
,
vol. 22
,
pags. 311-
2
1; Fredrik Barth, «The Analysis
of Culture in Complex Societies», Ethnos 1989 vol. 54 n° 3-4 pags .
120-42
;
Marshall
Sahlins, «Two or Three Things
that I
Know
about
Culture», art. cit., y «What is Anthropological Enlightment? Some
Lessons
on the Twentieth
Century»,
Annual
Review
of
Anthropolo·
gy 1999 vol.
28 pags
. I·XXIII; Raymond
Firth, «Contemporary
Bri-
tish
Social Anthropology», American Anthropologist
1951,53,
pags.
474-89.
25
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 18/38
cual
aspecto
de
S
porque
es
prueba de
su identidad fun -
damental
que al parecer les da unicamente a e11os , en
e1 presente y para e1 futuro, derechos exclusivos de
ac
-
ceso a cier tos recursos . Por 10 general, los rasgos que los
i
nd
ivi
duo
s an
te
ponen p
ar
a
defini
r su ide
nti
dad son los
que te
stim
onian
una
pa rte de e110s mismos profunda-
me
nte
a
rr
a
igad
a en eJ
ti
em po: e1 hec
ho
de s
er
los pri-
meros
ocupan
tes de
un lugar.
el de
ser
desde
siempre
c
hiit
as y no s
unit
as, etcetera.
En la v
id
a de la gente comu n, los pro
blem
as de iden -
ti
dad
no son
de
or
den
teori
co, no es
ta
n a t
ado
s a
una
de-
finicion a
bstrac
ta que los historiadores 0 los antropolo-
gos, remon tandose a las fuen tes, recor tando los hechos,
p
odr
ian con siderar mas 0 menos ade
cuada
0 ficticia.
P a ra esas personas ,
1a identidad
qu e reivin dican no
puede
se
r s
ino
«verdadera», «real», pues, a su juicio, so-
lo
grac
ias a
ell
a viven la existencia que llevan y en su
no
mbr
e
actua
n pa
ra
mejora
rl
a .
omo
podria ser «faj·
sa»
su i
den
tidad? P
or
otro lado , ninglln grupo
0 in
divi-
duo
puede
defi
nir
se en relacion co n
si
go
mi
sm o; sie
mpre
debe h
acerlo con re
lacion a ot
ro de
l miSlno sexo 0
del
se-
xo opuesto ,
de
la misma rel
igion 0
de
otra
. P
or
eso, nin -
guna identidad
se
cierra sobre si misma,
ninguna
que-
da clausurada en
S1
mism
a .
El mundo
en
el que desempefia hoy
su
oficio el antro-
pologo no se caracteriza solo
por
los dos movimi
entos
conexos e
inversos
que acabamos
de de
s
cr
ibir:
por
una
parte , la
integr
a
cion
de
toda
s
las
eco
no
m
ia
s
dentr
o
del
s istema capitalis
ta
mundial
que va acompa fiada de
una difus ion masiva de la ideolo g1a libe
ral,
seg
un
la
cualla
propiedad
pr
iva
da
es
el fu
ndamento
de
la
socie-
dad cuand
o el individuo constituye
la base
de esta) y,
por
la
otra,
la
m
ultip
licacion
de
los Es
tados-nacion, an-
tiguos
nu
evos, que tienen una influencia m uy desi-
gua l en
la
evolucion del mundo contemporaneo y estan
somet idos de
manera mas
0 m
eno
s rigurosa a otros
mas
poderosos
que
ellos
(a cuya cabeza se
halla Estados
Unid
os,
que
ej
erc
e sobre
el resto del mundo
una
heg
e-
monia
politica
que los norteam
er
i
canos
justifican
al
proclamarse los primeros defensores de la
democracia
y
26
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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de los derechos del hombre, definidos, a nte todo, res-
pecto de los
individuos
en cuanto personas, m
as
que co-
mo integr antes de
una
comunidad particular , etnica,
religiosa
0
de otra indole).28
Porque
y
esta es
la
ter
ce
ra dim
e
nsi
on de 1a sit
ua-
cion del m undo de
oy
1a mayoria de los 191
Estados
rep
resentados en las Naciones Unidas no
gozan
(0 han
dejado de gozar) de 1a sober
an
ia
que
muchos de elios te-
ni
an en
e1 siglo XIX ° a comienzos del siglo
XX
.
29
Orga-
nizaci
ones
inter
nacionales como el Banco M undial, e]
Fondo Moneta
ri
o I
nt
e
rn
acion
al,
la
Or
g
an
izacio
n
Mu
n-
dial d
el
Comercio, las empresas transnacionales, 1a ex-
pansi
on
int
ernacion
al
de las sectas y los movimientos
religiosos, los flujos migratorios y las dia
spor
as de toda
clas
e,30 las 20.000
or
ganizacion
es
no gubernamentales,
son
ot
ras
t
antas
fuer
za
s que intervienen
de
divers
as
maneras en num erosos Estados y socie
da
des locales.
Las
ONG,
por ejemp
lo, suel
en desarrollar
sus
activida
·
des
en
los paises pobres , alli donde el
Estado
se mues ·
tra in
capaz
de
ofre
cer
a l
as
pobl
aciones
e1 acceso a la
28 Louis Dumont , Essais sur l individualisme: une persp
e t
ive
an
-
thr
opologique sur l ideologie llwderne, Par
is : Le S
eu
il,
1983 [Ensa-
yos sobre el
individ
ualismo:
una
persp
e
tiva
antropo16gica sobre
la
ideologia moderna, Madrid: A
lianza, 1987].
29 A
ih
wa Ong,
Flexible Citizenship. The Cultural Logics
of
Trans-
nationality,
D
uke: Duke University
P
res
s,
1999 . Vease el nu
m
er
o
especial
de
Daedalus
vol.
122,
n° 3, Reconstructing Nations
and
States.
30
James
Clifford, ((Diasporas»,
Cultural Anthropology, 1994,
vol.
9,
n° 3,
pags. 302- 3
8. Ala intensificaci6n de los flujos migratorios y
de los
contactos
entre
grupos
humanos
de
origen etnico
y
cultura di
-
ferentes
les
responden, en
ciertos
paises,
politicas
de
((purificaci6n»
etnica
particularmente
violentas. Las
diasporas no
afectan
mas
que
al 2 de la poblaci6n mundial y no representan, por 10 tanto, una
fuerza
que
anuncie el
fin
cercano
de los
Estados
-naci6n, como pre-
tende
hacerlo
creer A
ppadurai
(Arjun
Appadurai, Modernity at
Large: Cultural Dimens
io
ns of Globalization,
Minneapolis:
Univer-
sity
of
Minnesota
Press,
1996 [ a modernidad esbordada: dimen -
siones culturales de laglobalizaci6n,
Montevideo: Trilce; Buenos Ai-
res:
Fondo
de
Cultura
Econ6mica,
2001];
M.
Kearney,
«The L
ocal
and
the
Global: The
Anthropology
of Globalization and Transnatio-
nalism»,
Annual Review
of
Anthropology, 1
995, vol.
24, pa
gs.
547-65 .
27
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 20/38
educaci6
n, a
la
atenci6n medica, y 1 reemplazan enton-
ces en
1
que ataiie a
la construcci6n de
escuelas y hos-
pitales
(por supuesto, i
mportan
do con ellas ideologias y
princi
pl
os de
v ida que
esta
s ONG quisieran ver com-
part
idos por todos).
31
No todas esas organizaciones
int
rnacionale nacie-
ron en Occidente; no necesar
iamente
son dependjen t
es
de el pero
Ia
gra n mayoria 10
son
y constjtuyen otras
tantas nuevas formas de intervencion de las soci
edades
occiden tales en la vida
de
sociedades
de
Africa, Asia,
Am e
ri
ca Latina , Oceania .
aunq
ue ta mbien de Europa
Cent
ra
l y
Ori
entaL Cierta
ca
nt
idad de elIas su
rg
i
eron
deJ
isla
m,
de
l b
udism
o, pero todas t
ie
n
en
en com un
la
int
er
venci6n
en
no
mbre
de diversos idea les vige ntes
mas alIa de
la
s fro
nt
e
ras
de los paises que asis t ieron a
su nacimiento.
Deconstruir las ciencias soci
les
no para hacerlas desaparecer,
sin
o para reconstruir as
Como
se
comp
re
ndera ,
en
un mundo
as i
las socieda-
des no p
uede
n ser pensa
da
s ni a
nalizada
s
co
mo
totali
-
dades
cerra das, como conjuntos fin
itos
de relaciones so-
ciales localiza das e inalterables, como totalida
de
s amu -
rallada
s sobre si mis
mas
por su iden tidad particular y
pobladas por indi
viduo
s que comparten las mismas re-
prese
n t a
cion
es y los mi
smo
s valores, incapaces
de
ac-
tu
ar
sobre
si
mismos
0
sobre
las
relaci
o
nes que
mantie-
31 Cf. J . Ferguson,
The Anti-Politics Machine: Development»,
De-
politicization
and
Bureaucratic Power in Lesotho, Cambridge: Cam-
bridge University Press,
1990.
Ferguson
demues tra en este libro el
papel desempeiiado
por
cierto numero de organizaciones no
guber-
namentales,
en su mayoria
protestantes,
en
el desarrollo
de Leso-
tho, uno de los
paises
mas
pobres
de Africa. Sus intervenciones, aso-
ciadas
con
las
del
Banco
Mundial,
tuvieron un resultado
inespera-
do:
el control por
el
Estado
y
su policia
de
una
region
montaiiosa
hasta entonces rebelde.
28
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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nen
en
tre
ellos y con la na tu
raleza
. De todos modos
se
-
mejantes sociedades Du nca
ha
n existido y
en
foque
s
teoricos
no
ti
enen ninguna
base
em
piric
a
ni
funda men
to
ci
ent
ifico a lguno. Se im pone criticar
lo
s y
rec
ha
za
rl
os:
es
10
que h
an
he
cho c
on
p
ertinencia
yelo
-
cuen
cia los cam peo
nes
de
1a New
Ethnography
;
pero
re
-
p til
esas cr
iticas ad resuLta esteril, y sospe-
char
de todos los antropologos
pertenecientes
a las ge-
n
eraciones
anteriores.
0
a
cus
arlos, por ha ber analizado
a
las sociedad
es
que
estudiaban con tales
presup
ue
stos
en
la c
abeza,
es sencillamente falso y fuertemente de-
magogico.
Un solo ejemplo, entre
otr
os, bastani para testimo
niarIo: las p
ubli
caclones de
Raymond
Firth sobre Tiko-
pia . A
10
largo de mas de treinta aiios. apoyandose
en
observaciones r ealiza
das
en eJ cu
rs
o de tres trabajos de
campo
sucesives , e
fectuados
entre
1928
y 1962,
4irth
des
c
ribi6
las
transf
o
rmaci
ones de
una
peq
ueiia
socie-
dad cuyas
tradiciones or
a
les
nos ensenan que
su
origen
se
l emonta
apenas a
unos
pocos siglos
atras.
En 1928,
los habitantes de Tikopia todavia practicaban
e1
con -
junto de sus rites bajo la
autoridad
de los jefes y del
Te
Ariki Kafika . Trein ta ailos despues,
la
mayor par te de
los j6venes h ab ian
emigrado
a
Nuev
a Ze landa 0 a
otra
s
isl
as del Pacifico, e incluso a E
st
ados
Un
idos.
Nu
eve li-
bros y decen as de ar ticulos han con
tado
esa h isto
ria
esas
tran sformaciones, que de
spu
es de 1962 se
ron au
n mas .
32
Si bien hoy en dia los
tiko
p ia , los n
uer
0 los
kac
h in
si
guen existiendo fisicamente , sus sociedades ya no
son
la
s
mismas
q
ue
h ab
ian
obser
v
ado
F
ir
th
,
Eva
ns
-P
rit-
chard y Leach .
33
Se tran
s
forma
ron e in tegra
ro
n cada
3 Raymond
Firth,
The
of
the Gods in Tilwpia, Londres: The
Athlone Press,
1967;
We the Tilwpia, Nueva
York: American Book
Company,
1937, y
Tikopia
Ritual
and Belief, Bo
ston: Beacon Press,
1967
.
33
E
E.
Evans
-
Pritchard,
The Nuer: A Description
of
the Modes
of
Livelihood and Polit
ical
Institutions
of a Nilotic
Peopl
e, Oxford:
Oxford
University Press, 1969;
Edmund
R Leach, Political Sy
stems
ofHighland
Burma Londres:
Berg
Publishers, 1973.
29
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 22/38
vez
mas en
el
mundo
global
en
el
que
vivimos y don
de
la
influencia
de Occidente es dominante .
Pe
ro,
lque tiene
de sorprendente e incluso de nuevo esta evoluci6n?
lY
por
que esos hechos oblig
arian
a los ahtrop610gos a de-
ja
r
de
interesar
se en
esas socieda
de
s, a
dejar de
estu-
diar
la
s? lPo
rqu
e
ya
no sedan socied
ades
«primitivas»
y
po
rque
la
histo
ria,
que
les proporcion6 a
Los inve
stiga -
dores su objeto dur
an
t e
1a expansi
6n colonial de Occi-
dente, se 10
habria arr
ebatad
o lu
eg
o,
co
n
1a
des
co
loniza -
ci6n y la independencia? Si se les c
ree
a
alg
unos, a par-
tir
de
en
t
onces
l
es
co
rresp
on
de
ria act
uar a los soc i610-
gos, a los econo
mistas
, a los e
xpertos en desarrollo
.
Por
supu
esto , nin gun a ntrop610go podria
co
mpren-
der todos los aspectos de la vida de una socied
ad
local
s610
co
n ayuda de sus pro
pia
s he
rrami
entas de an al
isi
s .
Si la economia de est a s
oc
iedad se basa
en
1a pro
duc
-
ci6n y la venta de un c
ul
tivo comerci l el cafe, por ej em-
pl
o- , se
ra pre
c
is
o
que
a
prenda, por
1 men
os, co mo
evolucionan los precios de
ese producto en
e1
mercado
m undial donde se comercializa.
Em
per
o
esta necesaria
cooperaci6n int
erdis
ciplinaria no
inva
lida
la legitim
i-
dad del
en
fo
qu
e especifi
co
del antrop6log
o
de
aq
uel
qu
e
se
sumerge duran te ailos en la vida de una sociedad
local
pa
ra
tr
atar
de
comprend
er
los modos de p
en
sar
y
actuar de sus
i
ntegrante
s, la naturaleza de
sus
relacio-
nes
socia1es,
las
r
epre
s
entaciones que
se hacen de
est
as
y de sus
respectivos
lugares en
ella
s. El soci6logo pue-
de
,
por
ci
erto
, estu
dia
r t
ambien
todo eso, pero, como ve-
rem
os
en su
mome
nto
, los
an
trop6logos
10
hacen de
u
na
ma
ner
a dife
ren
te de los soci6logos, y mas dif
er
ente a un
de
los econo
mi
sta
s, pe
se
a
que
incluso
en
ci
ert
a for
ma
todos esos enf
oques
se c
omplement
an entre si.
Ot
ra
s voces
se el
evan, no obst ant
e:
son
las
que acu-
san de modo similar a la sociologia, la antropologia, 1a
ec
onomia
y
las
d
emas cien
cias social
es
,
disciplinas
na-
cidas
y
des
a
rrollad
as
en
Occidente, p
or
su
incapacidad
para compr
e
nder las
ma
neras
de
pensar
y
act
uar
de
las
sociedades no oc
cidental
es. Esas voces proceden de so-
ciedades que
han
alcanzado su independencia y que rei-
vindi
can e1 derec
ho a
est
udiar
por
S1
mismas sus tradi-
30
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 23/38
0 y proponer su pro-
pIa. InterpretaCIOn
de su
hlstoria,
de su cultura
y de
su
socledad. Se trata de una reivindicaci6n perfectamente
l
egiti
ma y que
puede,
por otra parte,
permi
tirnos cono-
cer
mejo
r,
en efecto, a
esas
s
oc
i
ed
a
de
s. Tal
es,
ni
mas
ni
menos, 10
que
Ie
respondi6
Radcliffe-Brown a Srin.ivas
este
Ie anunci6
que
regresaba a 1a India para
estudlar a su
propia
sociedad. POl esa epoca, Srinivas
se habia
sentid
o o
bligad
o a dejar de considerarse «an-
trop610go»
y
se declara ba «socio10go». Para Radcliffe -
Brown, la de
c
isi
on de
Sriniva
s de vo
lver
a
trab
a
jar
en
su pais sig
ni
fic
aba
1a promesa
de agreg
ar nuevos
co
no-
cimie
n tos de esta sociedad a los que habian
aporta
do
los etn6logos ajenos a dicha cultur
a.
4
, Sin embargo, las cosas nunca son tan simples. Se lIe-
r
0
a
acusa
r a Srinivas , formado
en
Oxford, de
co
mp
ar-
tIr
las
repr
ese
n
ta
cion
es
que se h
acia
de
su
soci
ed
ad
la
q
ue
hab
ia
apo
yado las
luchas
por
1a
lndepen
dencla y que habia sido
influi
da por la visi
6n
del
pasa
do
y eJ
fu turo de
1a
India desarrollada por Neh-
ru
y
po r e1 Pa r t ido deJ C
on
greso.
35
Ahora bien: esas re-
presentaciones
ignorab
an otras luchas, otras formas de
resistencia
al poder colonial britanico, que no se i
nsp
i-
rab
an
en
los
pu
ntos
de
vi
st
a de e
sa elit
e
y que tenian
su
p.ropia 16gica
cultura
l y sus
propi
as raz
on
es para exis -
tIr. Tales cr
iticas
, a
s}
como e1esfuerzo orie
nta
do a mos-
e insertar e n 1a hi
stori
a de 1a India a esos grupos
socIa1es y s
us
luchas - ocultadas
ta
nto por los
historia-
dores
britanicos de esa regi6n como
por
los historia-
d
or
es
y
soci6logos
nacionalistas
de la epoca
de
Nehru-
nos
abri
er
on
un nu
evo
y
fecundo
campo
para
la
gaci6n: el
de
los
subaltern studies
promovido por Guha,
4
Cf. Mysore N. Srinivas, «The Insider versus
the Outsider
in
the
Study of en Collected Writings Nueva
Delhi: Oxford Uni-
Press, 2002 , pags. 553-60, y «Practicing Social
Anthropology
mlndla»,
Annual Review
of
Anthropology ]997, vol. 26, pags. 1-24;
J.
Assayag,
«Mysore
Narasimhachar Srinivas
1916-1999»)),
L Hom-
me
2000, n° 156,
pags.
1-14.
35 Partha
Chatterjee, Nationalist Thought
and
the Colonial
Word: A Derivative Discourse? Londres: Zed Books. 1986.
31
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 24/38
que luego de seis volumenes
intensamente
influidos
por el marxismo y
por Gramsci,
adoptaron esquemas de
analisis inspirados en las tesis posmodernistas.
36
Sea
como fuere, esta s deconstrucciones son la
pr
omesa
de
r
eco
ns
tr
uccion
es ma
s
rig
u r
osas
, de
un
con
oc
ilni
e
nt
o
mas
rico y mas completo
acerca
de la inmensa diversi·
. . d 37
dad y comp.le
jidad
del contlnente In 10.
Resulta conocida
la
argumentaci6n
que
se manifies-
ta, de un modo u otro, en todos los grupos huma
nos que
llevan a
cabo
luchas por la identidad y que,
impue
sta
con mayor 0 menor vio1encia ve
rb
al, sie
mbra
1a
duda
y
susci
ta
un sentimie
nto
de culpa en quienes, por no per -
tenecer a esas sociedades , se sienten inclinados a auto-
c
uestio
narse: s610 las m
ujeres
pu
eden
comprender a las
mujeres y hablar de e
lla
s; s610 las mujeres
neg
ras pue-
den comprender a las
mujeres
negras y habla r de ellas;
s6
10
las l l ujer
es
neg
ras
brasileiias pue
den
hablar de las
mujeres
negras
brasilenas.
E
st
a
serie
de
ex
clusiones
suced
ers
e h
asta e1
i
nf
i
ni
t o en
cualquier.
de
la vida sociaJ en que haya relaciones de domlnaclOn
36 Ranajid Guha, Dominancp without Hegemony: History and
Po-
wer
in Co
lo
nia
l
India
Camb r idge, Ma
ss.: Harv
ard Un
jv
ersity
Press,
1997
: Ranajid
G
uha
(dir.),
Subaltern Studies: Writings on
South
Asia
n History
and
Society,
vols. I-VI,
1
98
2-1
989
:
vol.
VTl,
Parth a Chatterjee y Gya nendra
Pan
dey (eds.), 1993; vol. VIII ,
David Arnold y David
Hardiman
(eds.), 1994: vol. IX, Shahid Am
in
y
Dipesh
C
hakrabarty
(eds.),
1996;
vol.
X,
G
autam
Bhadr.a, Gy.an
Prakash
y
Susie
Tharu
(eds
.),
Nueva
Delhi:
Oxford Umvers
ity
Press
,
1999;
vol. Xl,
Partha
Chatterjee
y
Pradeep
Jeganat
h an
(eds.), 2000; vol. XIl-2,
Nue
va Delhi:
Permanent
Black · Ravi Dayal,
2006.
37
Jacques
Pouchepadass,
«Les
Subaltern Studies
ou
la
critique
postcoloniale de la modernite», L Homm
e 2000
, pags. 16.1-
85,
y
«Que
reste-t-il des Subaltern
Studies?»,
Internatw-
nale, n° 24, octubre, 2004, pags. 67-79: «EI
aporte
esencial es de or-
den critico. Los
subaltern studies
han proporcionado incuestiona-
blemente una de las expresiones mas contundentes del proceso de
etnocentrismo en ciencias
sociales , del
elitismo
de
los enfoques
"desde arriba y de la "version estandar de la
historia,
cuyo
marco
de
referencia es La historia
nacionah>; David
Ludden
(ed.),
Reading
Subaltern Studies:
Critical History, Contested
Meaning and
the
Globalization of South Asi
,
Nueva Delhi:
Permanent
Black,
2001.
32
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 25/38
y
exclusi6n entre grupos
socia1es e individuos, debido a
Ia per
tenenci
a de
unos
y
otro
s a
tal 0
cu
al casta, etnia,
r e
lig
i6
n, sexo
0 color
de
pie .
Empero
, eJ re
pli
e
gu
e i
dentit
a
ri
o
de
ca
da cual
so
bre
S1 mismo
y la
prod
ucci6n de di
scu
rsos sol
ipsistas, cau-
tivantes y
a menudo
arrogantes
van en contra del obje-
tivo
perseg
u
ido
. Si
nadie
pu
ed
e compre
nder
a los
otros
ni ser
comp
rendido
P Ol ' ell
os,
lc6mo se
espera
cambiar
las
relaciones
qu
e Ie hacen
experimen
tar
esos
«otros»?38
lS610 m
edian
t e
la
viole
nc
ia,
qu
e e
ntonc
es
no se
confor-
ma
ra
con ser
pu
ra
me
nt
e ve
rb
al?
Si
no
es pos
i
bl
e nin"
gun
dialogo,
ta
m poco
es
p
osible ninguna lucha en
co-
m lin con
ot
r
os grupos
soc
ia
les
qu
e
enfrent
a n
otros tipos
de
d
is
criminacion y
humilla
ci6n. Tal a
ctitud,
la reivin-
dicaci6n
de ser
e1
(la)
un
ico(a)
que
p
uede hablar de sf
mismo(a), no
s610 desemboca,
en Ia
--como
1
demostr6 Stuart
HaU
39
a
pro
p
osito
de
la lucha de los
negros en Gran Bretaiia- en un callej6n sin salida,
si-
no
que ademas
constituye
una negativa
no fundamen-
tada, totalmente arbitraria,
a
Ia
po
sibili
dad
de
que
exis-
ta
0
de
que haya
existido
alguna vez)
algo definibIe
co-
mo «ciencias»
so
cia1es,
au
n
qu
e
sea
obvio
que 1a cient
ifi-
ci
dad
de
es
tas
cien
c
ias
es
1imitada
.
Dec
onstru
ir
los
discursos
y
los
r
es
ultados
de
las
c
ie
n
cias
sociale
s,
s
1
Neg
arles todo
c
ar
acter
ci
entific
o,
no. Afir
ma
r 1a existen cia de n
ucleo
s de co
noc
imiento
raci
onal producidos
p
or
investigaciones
con
scientes
de
sus
procedimientos
y
limi
t
ac
iones , s1.
Deconstruir la
ant
ropologia y
las
dem
as ciencias sociales para
recons-
truirlas con un
nivel de rigor y eficac
ia
a
nali
t
ica mayor
que
an
te
s,
S1
Es
la a
ctitud
que
de
ben
te
ner
los
investi-
gador es f
rent
e a las
apu
estas confl
ictivas,
las cont
ra-
38
Un ejemplo
extremo de denuncia
del «imperialismo
cultural»
que caracteriza a todos los metodos de investigacion
de
la antropo-
logia se
puede hallar
en
Linda
Tuhiwai Smith,
Decolonizing Me-
thodologies: Research
and
Indigenous Peoples, Dunedin:
University
of Otago
Press,
Zed Books,
1999.
39 Stuart
Hall,
«Old and New Identities, Old and New
Ethnici-
ties», en Anthony King (ed.), Culture, Globalization and the World-
System, op. cit.,
pags. 41-68.
33
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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Romper el espejo del S mismo
y construirse un nuevo yo
La
famosa
pregunta « lComo comprender
10
que
nunca ha
formado
pa rte de La
propia
cultura, de 1a pro-
pia
sociedad?») no
se
les pLantea solamente a los
antro
-
pologos occidentales.
56
Concierne a todos los etnologos,
sea cua] fuere La soc
ie
dad en
La
que han nacido . Todos
pers iguen e1 mism o objetivo: pro
ducir
conocimientos
que
no sean la proyecci6
n,
La re
pr
oducci6n disimulada
baj
o
un
vocabul
ari
o
de
a
sp
ecto cientifico),
de
los
pr
e
jui
-
cios culturales y politicos de La sociedad y La epoca en
q
ue
e1
etn
ologo, hombre 0 muj
er
, ha nacido y/o se ha for-
mado .
En sum
a, La pregunta se plantea siempre, car
ga
-
da con el mismo peso de respo
nsabili
dades eticas
y
poli-
ticas: lQue hay que hacer
para
asp irar a prod uc
ir
frag-
mentos de conocimientos racionales.
no
ide
ol
ogicos, de
Lo
qu
e
conforma
La
alterida
d
de
los ot
ro
s?
Pues bien,
La
respuesta es conocida ya desde h ace
mucho tiempo, a unque
se
a difk il pone
rl
a en
pnictic
a .
Del
mis
mo modo en
qu
e el
hist
ori
ado
r se
pr
opone e
xpl
o-
rar ot ra s socied
ade
s mas 0 menos aleja
das
en e1 tiempo ,
el antr
op610g
o
debe
e
sforza
rse
por queb
rar e1
espe
jo deJ
S mis
mo
0
por
10 menos,
r
ep
r
imir
to do Lo posib
Ie la
ten
-
t a cion , que su
rge
espon
tanea
m e nte en cada etn
oLo
go,
de descifrar a traves de ese espejo Los act os y
las
p
al
a -
bras de los
integrantes
de la sociedad en que ha v
en
ido
a sumergi
rse
para ejercer su oficio.
lQue
es el S
mismo
elf
? Es La unidad de los
div
ersos yoes que componen
a un individuo y que cam bian en e1 tran
sc
u rso de su
ex
iste
n
cia.
Ah
o
ra
b
ie
n: lo que
un
individuo
tend
r a
que
construi r en el para convertirse en un antrop61
0go
0
una antrop610ga es
un
nuevo yo, un yo cognitivo que se
56 Maurice Godelier. «L Occident.
miroir
brise:
une evaluation
partielle de l anthropologie sociale assortie
de
quelques
perspecti-
ves», Annales ESC
1993,
n
5,
septiembre-octubre,
pags . 1183-
1207. Y
«Mirror,
Mirror on the Wall. The Once and
Future
Role
of
Anthropology, a
Tentative Assessment»,
en
Robert
Borofsky. Asses-
sing Cultural Anthropology, op. cit., pags. 97-112.
50
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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agregara a sus otros yoes , a su yo social y a
su
yo inti-
mo.
Su
yo social es
el que
heredo
desde e1
nacimiento,
si
es hijo 0 hija de brahman, 0
e1
que fue construyendo a
10
largo
de su
existencia . Su yo
intimo
es el que
fue mode
-
lado,
tam
bien desde e1 nacimiento, por sus
encu
ent ros
felices
0
dolorosos con los o
tr
os, por todas las interaccio-
nes
con otros a
1
largo
de
una vida
siempre
singular ,
que
han
dejado huellas . Es e1 yo de los deseos,
de
los su-
frimientos, de Los placeres. que modelan
una
sensibi
li
-
dad, es dec ir , una manera
de
estar con los demas. Por
supues to, e) yo social y e1 yo intimo de cada u no se
mez-
clan ind
iso
lu blemente
,
y
en
est
o
nada
dife
renc
ia a1 an -
tropologo del resto de los mortales .
La d
iferencia
r
adica
en que a sus dive
rsos
yoes
(inti
-
mo, social)
deb
e
agreg
ar o
tr
o yo, ese yo cognitivo. pu
es,
que Ie permitira realizar e]
trab
ajo de conocimiento que
se ha t r a zado como objetivo.
Es
e
yo co
gnit
iv
o es , a nte
todo, un yo inte
le
c
tual
, fo
rma particula
r d
el
yo
social
y
cultu r al,
qu
e se adquiere por difer entes vias , e
ntr
e l
as
cuales se
ha
lla La
univers
idad
, y
que
inscr i
be
a1 et nolo-
go en
un
mome
nt
a
hi
st 6
ri
camente datado
del desarro
-
llo de
su dis
ci
plin
a y en
un
ca
mpo social co
mpu
e
st
o por
institucion es , pubLicaciones , remuneraciones, que son
otras
t
an
tas instancia s
de
p
oder
,
de
es
ta tus
social y a
menudo
de be
neficio
material.
Ese
yo cog
ni
t
iv
o se edifi-
ca , a ntes de ir a tra baj
ar
sobre e1 terreno, a partir de
elementos
ideales conceptos
, t
eor
ias,
Le
c
tu
r
as
,
de
ba -
tes,
controvers ias) que llevan 1a marca de su
tiempo.
En
tal epo
ca se
era
deci
d idame
nt
e e
str
u ctu
ralista
0
mar-
xista,
en tal
otra pos estructur a lista 0 posmodernista.
Empero, sean cu ales fueren La epoca y la
formacion
i
n-
telectual,
Lo
p
rime
ro
qu
e a p
rend
e un
etn610go
es
q
ue
debe t
rabaja
r sob
re
S
mismo
y descentrar su yo intelec-
tua1
de
L
os
otr
os
yoes qu
e
hacen
de el 10 qu e
es
.
El et
n6
10go debe descentrarse, asi
mi
smo, respecto
de
l
as
m
aner
a s de
pensar al
otro, a los otros, propias
de
su
sociedad, y
mantenerse
en est a do de vigilancia critica
contr
a
su
i
ntr
u si
on
,
si
empr
e d
is
p
onib
le,
pues,
par
a ob-
ser
var y comp
render
o
tras formas de
pensar y actu
ar.
Fu
e esto 10 q
ue
hizo Morgan dura
nt
e La primera parte
51
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
http://slidepdf.com/reader/full/en-el-fundamento-de-las-sociedades-humanas-que-nos-ensefia-la-antropologia 28/38
de
su
vida, 10 que Ie permitio
descubri
r que las relacio-
nes
de parentesco
entre
los indios
seneca surgian de
una
logica propia , muy diferente del parentesco cogna-
ticio de su propia
sociedad,
dado que entre aquellos la
descen
den
cia se
t r
an
s
mitia
por las m uj
ere
s,
La
r
es
i-
dencia d
espue
s del mat
rim
onio e
ra
uxoriloca I, y no neo-
local, y no ha bia mas que un solo termino pa ra designar
al
padre
y a los
hermanos
del padre, entre otras cosas.
La observaci6n «participativa
»:
fanta
sias
y r
eali
dad
Sin
embargo, no ba
st
a con
asimilar
conceptos y me-
todos, y estar dis
pu
esto a renunciar a e l1 0s 0 a enlnen-
da rlos, si no pueden dar cuen ta del estado de las reali-
dad
es
ob
ser
vad
as.
Pr
eci
sament
e, es neces
ario
ponerlos
a
pr
ueba en el t
erreno en
que se
hara
Ia investigacion,
sumergir se durante algunos anos en una sociedad para
practicar alIi Ia observacion participativa . Pero, lpara
observar
que?
lParticipar
en q
ue
y h
asta
donde?
Debemos
ser
daros , pues sobre
estos
aspectos
est
ra-
tegicos del
of
icio de
etnolo
go
prevalece
1 a
oscuri
d
ad
, y
esto
perjudicara mas pesadamente aun a]
investigador
cuando emp
renda
la elaboracion
de
un libro 0 la
pro
-
duccion de un filme para comu
ni
car 10 que ha compren -
dido acerca de l
as
maneras de pe
nsar
y act
ua
r de los in-
dividuos y grupos que ha ob
serv
ado. En efecto: para es-
cribir
57
acerca
de una sociedad
y de una cu
lt
ura es
ind
i
spensable
,
ante
todo, h
aber
ca
pt
ado
t
od
a
su
com-
plejidad, haber observado, por 10 t
an
to, las
inte
raccio-
nes que se producen en situ
acione
s concretas ent
re
los
individuos y
grupos
que la componen. Es neces
ari
o ha-
ber
a
prendido
de esos individuos y de esos
grupos
las
representaciones que se hacen de la na turaleza , de sus
interrelaciones,
dellugar que cada
uno
oc up
a y de los
57
James Clifford y George E.
Marcus
(ed.
, Writing Culture. The
Poetics and Politics of Ethnography op. cit.
52
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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desafios que
aquellas
entranan y
que
tienen
un
sentido
p
ara
quienes
se comprometen
en ellas.
Ahora bien:
para
descubrir todo eso no basta con que
un etnolo
go sea aceptado por u
na
pequefia cantidad
de
personas que van a conve
rtirse
en
sus
«inform a
nt
es», ni
que mantenga con elIos, durante algunos meses, con-
versaciones insustanciales
alrededor
del fuego.
Tiene
que Uevar a
cab
o inv
estigaciones sistematicas,
prose-
guidas
durante
meses,
sobre diversos
aspectos
de la vi-
da social de la poblacion observada,
sus
actividades ma -
ter
ial
es,
sus
r i
tual
es, sus fo
rma
s
de
po
der,
sus
fuentes
de conflictos , invest igacion
es
que
Ie
p
er
mitiran co m -
pr
obar si los
ind
iv iduos dicen 10 que hacen y hacen 10
qu
e di
cen.
Tan solo las
inv
estigac iones s is t e
mati
cas,
pr
ose
guidas 0 repetidas
varias
veces durante varios
anos,
permiten hacer
comprobaciones que dejan ver y
comprender aquello que
nun
ca
se
habria podido ver ni
comprend
er
a] ca bo
de
una
so
la
y
br
eve
estadi
a
yalgu-
nos «sondeos».58 Muy lejos, pues, de de
sechar
el conoci-
miento de las
per
sonas individuales 0 de su bvalorar su
interes,
la
investigaci6n etnologica parte siempre de la
ob
se
rvacion de las interacciones entre in
dividu
os con-
cr
etos y grupos particulares ,
para
v
ol
ver a
elIas
ince-
sante
m
ente
co n
un
mejor conocimiento
de
la logica
de
las acciones y, por 10 tanto, de la naturaleza de las relacio-
nes que tales indiv
id
uos y grupos establecen en
tre s1.
l n que sentido, empero, observar es «participar» en
la
vida de los otros? Participar en la vida de los otros es
algo m uy
diferente
de salir de caza junto con un grupo
de inuits y d
urante
esos dias procurarse el
alime
nto
pa-
ra
uno
mi
smo
y
para
los
dem
as.
Tampo
co ba
sta
con
aprender la
lengua y de
ese
modo comprender los can-
tos r it uales. Para
aspirar
a ella seria necesario que el
etnologo actuara «como los otros», que tomara esposa
esposo en
la
sociedad, que
tuviera
hijos, que los criara .
Cabe preguntar:
l s
indispensable que un a) etnolo-
go(a)
se case
con
un a)
integrante
de
la
socie
dad donde
58
Roger
Sanjek
(ed.), Field Notes: the Makings of Anthropology
Nueva York, Ithaca: Cornell
University
Press, 1996.
53
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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esta viviendo para poder comprender los principios que
alli se aplican, los objetivos que se persiguen, las estra-
tegias
que
inventa
la gente cuando se
casa?
La
respues-
ta
es
«
0».
Luego de
cierto
tiempo
y
m
ucha
refl exi6n, el etn610-
go logra com
prender has
ta cierto punto es decir, com-
parti
r «idealmente))) los mo
dos
de pensar y actuar de
aquello
s
en
t
re
los cu ales
ha ido
a
vivir.
Empero,
hay
una
dif
ere
ncia
fundamental
en
tr
e
un
o
y
otros d
esde
el
pu
nto
de vis
ta
del
us
o del conocimien
to qu
e a q
ue
l ad·
quiere
so
br
e
sus
pr i
nci
pi
os
de
p
ensa
mi
e
nt
o y acci6n:
tanto a sus informantes co mo a los demas in
te
grantes
de Ia
sociedad
observada, el conocimiento de los m
it
os,
los ritos,
las
reglas que organizan 1a descendencia y Las
a lianzas,
y
tambi
en
las costum bres de los
ani
males que
cazan, les
sirve directamente para desarrollar
dia a
dia
sus concretas condiciones de existencia y, de ese modo,
producir y reproducir en a lguna medida su socie
dad.
Por e1 contr ar io, a1 etn6Iog
o,
esos conocimientos, conse-
guidos
con dificultad y siempre
incompletos,
acerca de
una ver
dad
probable antes
qu
e cier
ta
, no e sirven en
ningun caso para desarrollar as condiciones concretas
de su existencia en med io de a sociedad en que esta in-
merso.
Le s
irven
p
ara
comprend
er
a los
otros
,
pero
no
para actua
l
como ellos, con ellos. Y tam bien , al mismo
tiempo, para reproducirse en cuanto an trop610go en su
propia sociedad.
Se
advierte, entonces, por que e1 modo de conciencia
que un
etn610
go tiene de «los
ot
ros)), de a
qu
ellos entre
los cuales ha e
st
ado viviendo du r an
te
cierto
tiem
p
o,
nu
nc
a
podra coincidir
con lo s
modos
de
concie
n
cia
y
co n
ocimiento
que los ot
ros tienen
de
Sl mismos.
Esto no
implica que los conocimientos
que
ha con seguido a su
respecto sean pura y
si
mpleme
nt
e «falsos , 0 que
deban
ser cons ide
ra
dos
meras
«ficciones» const
ruidas
con
la
complicidad de s
us inf
ormantes,59
sino
que nos
esclare-
cen
,
ante
todo,
sobre
la
naturale
za del
Lugar
que
ocupa
59 George E.
Marcus
y Michael Fischer,
thnography Through
Thiell and Thin Princeton, 1996,
pag
. 110.
5
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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el
etn6Iogo
cuando
se halla
en el «campo)). Se
trata
de
un Iugar dificil de construir y
al
cual
da
r
permanencia,
un
lugar que
10
coloca, a a
vez afuera
y
ad
entro de su
pr
op
ia
s
ocieda
d, p
ero
tam
bi
en
ad
entr
o
y
af
uera
de
la
sociedad donde
es
ta dese
mp
efi
an
do
su of
icio. Ese Lugar
es, pues
, concreto
y
abstracto al
mismo tiempo:
concre-
lo porque su «carnpon
esta
s
it
uado en alguna
par
te ,
en
el centro de una sociedad geograficamente determi -
nada
en
taJ regi6n de Nueva Guinea, pO
ej emplo),
en
una epoc a determinada que co
mien
za, pO
I
ejemplo, an -
tes de la
in
de
p
ende
ncia
de ese
pais y
pr
o
sigu
e
du
rante
varios
anos
); y
abstracto
porque su vida en ese l
uga
r no
se
parece a la vida de quienes 10
ha
bi
ta
ban a ntes de su
llegada y
conti
nuaran haciendolo despues de sus s
uc
e-
siva
s partidas de r
eg
reso a su pais, ni tam poco a la que
lleva
en
su propia soci
eda
d de origen eri.tre las distint
as
est
adi
as en el ter reno . Do
bl
e distancia y delicado e
qui-
li
bri
o ent re dos socieda
des
, entre dos culturas, que
ha-
cen deJ trabajo deJ antrop610go
una
experien cia origi-
nal, si
ng
ula
r,
acerca
de
las relaciones
que un
hombre
0
u
na
mujer
pue
de t
ene
r
co
n los o
tros
y
consigo
mismo.
De la
necesidad de
comprender
para
comparar y de comparar para comprender
Sin em
ba
rgo , el etn610
go
debe r
eali
z
ar
todavia otra
tarea, q
ue
10 pone a mayor distan cia aun de los in te-
grantes de la sociedad que ha aprendido a co nocer y de
los
ex
tr
anje
ros
qu
e res
iden en
la
sociedad
a 1a
que
e1
mismo per te nece. Se t r a ta de la ta
rea
de
com
parar la
organizaci6n
de
a quella, 0 uno
de
los
aspec
tos de su
fu nciona
miento s u
sistema de parentesco, pOI
ejem-
pl o , con 10 q
ue
ocu
rr
e en otras sociedades, vecinas 0
sin ningun lazo geo
gra
fico ni hist6rico con ella, sino tan
s610
dotadas
del
mismo
tipo
de s
is
t
ema.
Es
te
proc
edi-
miento
in t
electual
, esencia1-puesto que
1a
compa ra-
ci6n de las soc
iedades en
e1 espacio antropologia, socio-
10gia) y
en el tiempo arqueologia, historia)
se halla
en
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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el
propio
basamento de
las
ciencias
sociales-, l tiene
una
utilidad
concr
eta
e incluso
un sentido para
los inte-
gra
n
tes de la sociedad que e1 etnologo
ha
estudiado
?
lPara que
-
se
debe
pr
egu
ntar es servi
ria concr
et
a-
me
nte
a los ba
ruya de
Nueva
Gu
i
nea
saber
qu
e
a
tel'-
minologia
de
pa
rentesc
o
qu
e ut ili
zan
tiene la
misma
truc
tura
que la de los (antiguos) iroq
uese
s, aunque en-
tre
e
sto
s la descendencia
de
los hijos es transmitida por
las mujeres, mient ras que ent re los ba
ruya
se transmite
por
los
hombr
es?
La
res
puest
a es
clara: es to podria
eve
ntu
al
men
te int
e
re
sa
rle
s, pero no l
es
se
rviria
para
nad
a.
Esa
clas
e
de
conocimiento no
seria motivo, de
ninguna
man era , pa
ra
ll
evarl
os a modificar
sus
modos
de
pensar y producir sus condicion
es
concretas de ex
is
-
ten
cia. Empero, si la co
mp
ar acion resulta in util 0 ca -
rente de sentido no es porque e1 cotejo entr e soc iedades
y los desc
ubri
mientos
consiguientes
carezcan
para
los
ba
ruya
de toda u
ti
l
ida
d inmed
ia
ta.
Ello tiene
sentido
y es u
ti
l
en un
plano
distinto que e1
de
la
existencia cotidiana
de
los individuos y grupos
hu
-
manos, los cuales no
pu
eden dejar de producir,
di
a tras
dia
, sus c
on
diciones c
on
cretas de existencia . Ese plano
es el del
desarrollo de las
cien
cias
, e1
de
la produccion
de
c
on
ocimientos que
pueden
s
er
u
tiliz
ados
directa
-
mente
0
no, inmediatamente
0
no, para
analizar
y
acaso
ay
udar
a
resolver
los prob
lemas
concretos
que se pl
a n-
tean los
integrantes
de una sociedad. Ese
plano
no
es
,
pues,
e1 de l
as actividades
ec
on
o
mi
cas, poLiticas 0 reli-
giosas, sino e1
de la
investigacion; mas
particularmen-
te, el
de la
inv
estigacion
basica,
la que
se d
esarr
olla le-
jos
de las
p
re
s
iones
de la u
ti
lidad inm
edi
at
a. Be com-
pr
ueba, asl,
la
c
omparac
ion entre
las
socied
ade
s es
el
aspect
o de la
investigacion que
mas acerca las cien-
cias
sociales a
las de
m
as
.
Ah o
ra
bien: sin investigacion compara t i
va
no hay
deconst
ruccion c
ri
tica ni
reconstr
uccion
ri
gurosa
de
la
a
ntr
o
pol
ogia ni de l
as
cien
cias sociales
.
Fue pr
ecisa-
mente
est
a
tare
a
la
que
empr
endi al
comp
ar
a r
una
vei
ntena de
sociedades de
Oceania,
Africa,
Asia
y l
as
Americas,
para
conduir , para mi gran sorpresa ,
que
en
6
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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ninguna de ellas las relaciones de parentesco
entre
los
individuos y los gr
upos
constituian
una
base
suficiente
para
configurarlas como sociedades. Ese
descubrimien-
to hizo
est
a llar en pedazos una «evidencia> ind uso un
ax
i
oma
de la a
ntr
opologia: e1
he
c
ho
de
que
ex
is
ti
eran
«Kin based societies»,6 pero
al
mismo tiempo permiti6
abri
r u
na
via hacia otras
inv
e
stigaciones, orientadas
esta vez a 10 que en Occidente se define como relaciones
«politico- religiosas».
La comparacion entre las diferentes maner
as en
que
los grupos humanos han organizado a vida en comun a
10
la rgo de a
hi
st
oria
es,
pue
s, no solo necesaria si
no
posible, y
ya
se
ha
visto p
or
que.
Es
posib
le
porque la a1-
teri
dad de los otros nunca
es
absoluta ,
sin
o rela
tiva;
porque todo aquello
qu
e los
hombr
es han invent ado
para darl
e sen tido a
su
exis
tencia
sociai
puede
sel' com-
prendido por otros hombres, aunque no
esten
dispues-
tos a
re
t
omar
para
sl
esas
m
ane
ras
de
pensar
y
actuar;
porqu
e,
finalmente, todas las construcciones culturales
del mundo, de
los
otros
y de uno mismo, constituyen
sendas
respues
tas particulares, diferentes, incluso di-
ve
rg
entes, a in t e
rr
o
ga
ntes existen
cia
les
que
tod
as
las
sociedades se pl
antea
n 0
se
han
plan
teado y que, por su
par te, resultan semejan
tes
y conv
ergentes
.
En efecto: en todas las sociedades, en tod as las epo-
.l
os hombres
se
han interrogado acerca de 10
que
slgnlfica para un ser humano
nacer
, vi
vir
y morir,
acer
-
ca de las formas de
poder que
son
legitimas
y las que no
10 son.
Por
otra parte estos
interrogantes
existenciales
se
cr
uz
an en multip
les puntos.
Reconoc
er
e1
caract
er
univ
er
sa
l de
estos
interrogan-
tes
ex
iste
nciales no implica, en absoluto, que tod
as
las
60
V ' . I G
ease, en espeCla,
eorge
Peter Murdock, quien
publico en
1949 (el mismo
ano
en
que
Claude
Levi-Strauss daba
a conocer
Las
estructuras
elementales
del
parentesco ,
con el
titulo de Social
Structure Nueva
York: MacMillan) un libro dedicado aJ anaIisis de
las
diferentes formas
de
familia y
de
sistemas
de
parentesco,
en
el
cuaJ la
«familia nuclear» era
considerada la
unidad basica
de todo
grupo de parentesco.
En
esta perspectiva.
las estructuras de
pa-
rentesco
aparecen
como las
estructuras
sociales fundamentales.
57
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sociedades
se
los planteen de la
misma
forma ni que
respondan
a elIos
de la misma manera. Da
testimonio
de 10
contra rio la
multiplicidad
y diversidad
de
mitolo-
gias religiones
filosofias,
asi
como las formas
de
pen-
sa
m
iento
y
las
r
eg
l
as
de
conducta
y acci6n q
ue
ellas
in·
ducen.
De hecho, 10
qu
e tienen en
co
mun todas esas pregun -
t
as
y res
pu
estas no reside e n 10 qu e dicen por mas
q
ue
b
uen
ntim
ero de ellas
exp resen c
osas
m uy pareci-
das
-
sino en a que llo a 10 que apunta
n.
Pu es bien,
a
pu
ntan a
dar sen
t i do a r
ealidades
a l
as
q
ue
se enfren-
tan
los h
umanos
de todas
l
as
epocas
(y
qu
e vlven en to-
da clase de
sociedades): e] hecho, j
usta
mente ,
de
nacer ,
de
m
ori
r ,
de
tener q
ue afro
n
ta
r l
as fuerzas de
la
natu
-
raleza, de padecer 0 ejercer diversas formas de poder y
violencia por y sobre los demas . Darles se
nt
ido, pero
para ex
traer
l
as
consecuencias, pa
ra
o
rg
anizar
las
rna-
ner
as
de
vivir
junt
os y con eJ
mu
ndo
qu
e
lo
s r
odea
. Son
esas realidad
es
insoslayabl
es
l
as que
constituyen, en
cada epoca de la historia
de 1a hum
anidad, el
pun
to fo-
cal
de todas
l
as pregunt
as y res
pu
estas que los huma-
nos
han elaborado
y elaboran al
res
pecto . He ahi el
p
unta
comtin
de
todas las
formas
cultu
rales de interro
-
gaciones existenc
iales,
mas a11a de
sus
diferencias.
Si
ser
«relativista»
en
ciencias sociales
s
ignifica
re
-
con
ocer que las preguntas planteadas y
las respuestas
dadas
por diferentes
sociedades en diferentes
epocas
son todas
especificas y
cobran se
n
tido en
u n
iver
sos cul-
turales
disti
ntos, entonces, no se ve bien c6m o los an-
trop610gos y
de
m
as profesion
a
les
de
la
s
ciencias
socia-
les podrian
escapar
al re
lativismo. Empero
, si se quiere
11evar mas lejos el relativismo y afirmar que todos esos
uni
versos
sociales
y
mentales
son radicalmente ajenos
entre si
y
que
,
al
no tener nada
en
com tin , r
esultan
in-
comparables e inaccesibles para qu
ienes
no sean
los
que
los
prod
ujeron y viv
en en
enos,
entonces se pasa
a
ne
gar 0 destruir
la
posibilidad
misma de
que exista n
las
ciencias
sociales.
Entende
mos por «ciencias sociales» diversos modos
de trabajo del pensamiento
reflexivo
cu
yo obj
etivo
es
58
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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ana
lizar y
comprender
la
naturaleza
y el funcionamien-
to
de las formas de vida social que la humanidad en
el
transcurso de su
historia ha
concebido
para
reprodu-
cirse, asi como las maneras de pensar, actu al' y sentir
que
esa
s
formas
de
v
ida
social
imp
lic
an
0
imp
lica
ban
.
Es un
traba
jo dificil,
que
Ie demanda a quien se entrega
a e1 desce
ntr
arse vo l
unta
ri
amente
, abst raerse
de
los
presupuestos social
es
y culturales de que cada uno esta
im pre
gna
do
POl su
nacimiento
en
tal 0 cua soc iedad
porI
a vida
que
ha llevado en ella . Suspender el
prop
io
juicio r
esul
ta , pOl' cierto, n
ecesar
io, pero es
in
suficiente
pa ra llegar a cornprender las razones, la logica , de los
modos
de
pensa l y ac tua r
de
otr
os
grupos humanos.
Ademas , es preciso -como hemos dicho llevar a
ca
bo
inves t igaciones sis
te
ma ticas , que pe
rmitan
o
bse
rval'
como
acttia
n los individuos segun
el
sexo, la edad e1
esta t us , en los
diversos
contextos en q
ue
se
desenvuel-
ve
su
existe
ncia . S610
de
esa
man
er
a se po
dra
descubrir
S h
ace
n 10
que
dicen y si dic
en 10 que hacen
, y,
sobre
todo, si, enfrentados a un mismo conte
xt
o, todos hacen
y/o
dicen las
mi
s
mas
cosas . Los r
esu
ltados obtenidos a
traves de estas investigaciones
de
semejan te esfuerzo
orientado a
comprende
r sometiendose uno m ismo a un
di
stanciamiento critico
de sus p
ro
pios pre
su
puestos
culturales
,
no
han
de
ser
p
uras
proyecciones de los
pre
-
juicios del observador
; y, de todos modos, en
tanto
sean
ofrecidas
a la critica esas conclusiones
siem
pre podran
ser
porIa
critica
en
cuesti6n.
Ultima observaci6n
con
respecto
a estos interrogan-
tes existencia les: las pregun tas y respuestas a que
e110s
dan
lu
g
ar
no
son
p
re
g
untas
planteadas ni
respuestas
dadas por
la
sociedad
pOl
las sociedades sino que son
siem
pre
los ind
ivid
uos particu lares qu ienes plantean
esas
preguntas y les
dan res
puesta. U
na
sociedad d i
ga 10
que
diga Du rkhe im no es un sujeto, un superin-
dividuo dotado
de pe
nsam
iento
. En cada epoca y en to-
do lugar han sido
indi
viduos determinados los que h
an
formul
ado
las pre
g
untas
y
brindado
las
respuestas
abrevando en
la cult
u
ra
co rn
partida
con los otros in te-
gr
antes de su
sociedad
y que rep roducen
0
modifican
59
8/17/2019 En El Fundamento de Las Sociedades Humanas. Que Nos Ensefia La Antropologia - Maurice Godelier(Cut)
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segun su propio genio. Si bien los individuos que
han
elaborado las formidables mito1ogias descubier t
as
en
Africa,
Asia
Oceania y
America
permaneceran
siem
pre
desconocidos
para
nosotros, no
ocurre
10 inismo con Bu-
da, Cr
is
to
0 Mahoma
quie
n
es
rompieron , r
especti
va -
mente, co n
el
hinduismo, con 1a
tradi
ci
on jud
ia y con la
religion beduina pr
ei
slamica, pero todos e 0s abrevan-
do
a
bun
dantem ente e n las tradic
iones
re
ligiosas con
l
as
que
romp
ia
n .
Ah
ora
bien
: pa ra que las
pr
e
gu
n
tas
Las
respuestas
qu
e
esos
i
nd
ivid
uos ha b
ia
n ela
bor
ado se
imp
us
ieran, si
no a todos, por 10 men os a una minoria de los integran-
tes
de
su sociedad
y
sobrevivieran mas aHa
de su
s res-
pectivos decesos, ampliando
au
n mas su influencia , con-
gr
egando cada vez a
mayor
c
ant
id
ad
de c
rey
entes fie-
les , fue necesa ria
la
conjunc
i6n
de condiciones
muy
par-
t iculares, no
limitada
s a1 poder
de
su genio ni a La evi-
de
nc
ia de ver
dad
de
sus
int
e
rpret
acio
nes
del m
undo
.
Las condic
iones
pa ra el exito y, por 1
tanto
1a difusi6n
de
una mitologia , una religi6n e incluso
una
filo
sofia
- el taoismo, por eje
mpl
o- no ra rucan solamente en su
valor
de verdad
-como es el caso de
un
teorema mate -
ma
tico 0
un
a demostracion en fisica-
sino
en
la ca
pa -
cidad
de esos
u
ni
v
ers
os id
eales
pa
ra
dar
sentido
a
la
vi-
da co
tidiana de
los individuos, un
sentido
en e1 cual tie -
nen fe y cuya verdad va a ser
testim
oniada a partir
de
entonces, dia
tras
dia, por e1 hecho de que viven de acuer-
do con esa fe. Sin
embargo
, analizar la fuerza y las con-
secue
n
cias
social
es
, col
ect
i
vas
e
individuales
de las
cr
eenci
a s i
mp
lica abordar
un
ter re no complejo,
al que
ded
icar
emos
va
rios
de los
capi
t
u1
0s
que
sig
uen.
Las responsabilidades del antrop6logo
Llega por fin
e1
m
omen
ta en que
e1
antropologo
debe
el
abora
r
pa
ra
su
publicacion
lo
s
da
tos que
ha
acu
mu
-
lade en el
tra
bajo de
campo
0 a tra
ves de otras
fuentes
acceso a archivos publicos 0
privados relat
os
de
viaje-
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