Post on 27-Apr-2020
LA HISTORIA LE DARA LA RAZON
Rafael A. Gumucio, figura sefiera del cis-tianismo avanzado, didlogo con CarlosDroguett. Literatura Chile en el Exilio, No. 25,VoL7, No. 3, WI-IX-1983, pp. 1G16.
A Rafael Agustfn Gumucio, en Parfs.
Querido Rafael:
No habrâs olvidado que un dia del pasado aÉo acausa de tus Memorias truncas -que oportunamentetuve el privilegio de leer en tu exilio parisién, y queseguramente, por causa de un leve matiz de pesimismoo de excesiva autocritica no seguiste redactando, en cir-cunstancias que por tus ojos y tus manos ha desfiladomedio siglo de la vida politica chilena- te sugerfhicieras un resumen o antologia de ellas y que yopedir(a se publicara en la revista Literatura Chilena"que aparece trimestraLnente en California. El pro-blema sin preâmbulos, es el siguiente: Hace dos mesesme escribiô un gran amigo, Guillermo Araya, cate-drâtico del Departamento de Estudios Hispânicos yPortugueses en la Universidad de Amsterdam, y unode los Directores de la citada revista californiana. Gui-
llermo me decia que para recordar debidamente eldécimo aniversario del asesinato de Salvador Allende,ellos, la revista, querian rendirle un solemne homenajey me pedla le sugiriera ideas. Le contesté en seguida ymi respuesta fue: que siendo Salvador Allende lafigura mâs relevante de nuestra desgracida historia,toda la revista, absolutamente, deberfa estar dedicadaa ê1, analtzando su figura desde todos los ângulos:polftico, revolucionario, visionario, ide6lo9o, educa-cional, médico-social y gue, en consecuencia, paracada tema deberfa pedirse la colaboraciôn de especia-listas.
Pero mi sugerencia no llegô sôlo ahf. Me acordé deantiguas y recientes charlas de nosotros dos y, cuandoen la tltima te propuse tu cuota de trabajo, textual-mente, o casi, me dijiste: ôY por qué, en vez depublicar yo un trozo de mis fallidas memorias, nohacemos un trabajo en comirn, hablando del cielo, latierra y el infierno, donde digamos, sin mordernos la
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Archivos Salvador Allende 1
lengua, censuras ni prohibiciones, lo que nos parezca,
toclo enfocado desde el eje magnifico y permanenteque es, para los viejos que somos y debe ser para la
iuventudque serâ, Salvador Allende, el segundo Presi-ilcnte asesinado de Chile, ya que el primero fue Bal-
nraceda, su muerte tuvo exactamente todas las carac-teristicas de un asesinato. No me olvido que tu te refas
sin que te provocaran, pensado en lo que podrias decir
do la podrida aristocracia criolla, esa que colabora
patiôtièamente coî el primer carnicero de la naciôn, la
.ir*a que uno de sus hijos -y a pesar de ello in-
teligente-, calificaba y clasificaba ruralmente llamân-
dola apellidos virtos os.En la hora de ahora, lo que se me ocurre es tu
frltima idea, que actualizo. Nos planteamos una seriede temas, materializados en preguntas o en preguntas
de preguntas, como se hace en los juzgados del crimen
en los-legendarios careos. Por ejemplo, aqui van las
mias (pueden ser mâs, pueden ser menos)' y son
p.egunias no sôlo para ti sino para nosotros dos,
temas en forma de Preguntas:
L - ni cortociste a Salvador Allende toda la t'ida, es
decir, desde la juventnd. iMe puedes hablar de esajttv'ennd? iArtttnciaba esa iuvenfitd lo que serta esa'ntadurez
y el espléttdido sacificio que habîa de cororrur-
tu? Es un panoranxa ico y tentador, puede nùrarse y
,e,nernorarie desde nruchos matices: el ioven simple-nlente enan'torado de la vida y de su profesiôrt. (Esto se
dcsprende de su fonnidable y aiut actual tesis - nte ltatt
tliclto, rto la cortozco-t para doctorarse de tnédico')
iSe adit'înqbo ya e,t él esa conversiôn del ntédico joven,
irrtaligente, antbicioso, que no tonw su profesiôtt corrto
utt anns irtdividual, paro curor a fulano, nrcttgatlo,
zutano, rastreadora de los pingues dineros que le pagan
zutono, nrcngano, firlano, para que los ntantenga vivos o
aparentenrcite vivos? Esa conversiôrt, digo, qtte de
nftdico asistencial, lleva a Salvador Allende a la
cabecera de un enfenno ntds enfemto, tnds nttnrcroso,trrâs desastroso, ttn pueblo entero, wt paîs laryo y
esquelético, una sociedad marcada y tarada, un organis-r t t o s oci al de s integrân dos e, pu dién dos e ?
2.-En los tiltimos decenios, la suerte de dos médicos
srtdantericanos, stt muefte despiadada y trâgica, con-
ntoviô al mundo. iEs una coincidencia solamente que
Enrcsto Che Guevara y Salvador Allende hayan muefto
asesinados al servicio de sus novisimas y peligrosas
profesiones, o wt sîntorna rttâs de la enfemtedad social-de-nuestro continente, saqueado hasta los huesos por el
intpeialiano norreameicano, maestro de asesirtos,a tnaestrador de qsesinos ?
3.-Hôblame de Salvador Allende conxo ser par-
ticular, cotlro componente de un grupo social, de wru
fantilia, de la que fue, nonnalntente, lriio, nrcido,
podre. iEra distirtto al Allende hontbre pitblico' que se
veia tenaz, opasionado, obsesionado, ,nuy seguro de si y
de strs obseiiones, habiloso, nTacuco' rnufrequero? iY de
la rrujer? iQué me puedes decir del amor a la vida
ntostrqdo por Allende, el inmeiorable enantorado de la
v,ida, de la ntujer como expresiôn de esa vida, de su
cotnpafiera. Tencha, de v lrcnnana Laura, de sus hiias?
iHay un Allende, figura pivada y anecdôtica, que trc
Itegô a trascender el c[rculo coda vez ntâs itrtirtto ett Ercse-encerraba, conTo consecuencia lôgica de w fulgtrarileascenso en la caffera polîtica, en su destitto derevohtcionaio sin armas, que, suicidanrctûe y lLicicla-nrente, eligiô?
4.-iPuedes hacer un paralelo entre las figtrashwnanas de Allende y Frei? Tit cortociste a Frei, rne lo
has contado -aunque Edzâs lo lrus olvidado- cuattdo
anrbos eran jôvenes. iNo piensas cot1lo yo piertso, que
su trayectoia, calculada, buceadora, métôdica, queman-
do no sôlo etapas sino ilusiones, puede perfectotnetile
cumplir la definiciôn que da Bentard Slnw de lapolî\ica, el arte de disfrazar de interés general el itûerésparticular? Por el contraio, la figura ioven, ,tenaz, cott-^secuente,
rectilînea, insobomable, de Salvador Allertde,
ino presagiaba ya que algun dîa prefeirta el nnniio a
la tràiciôn, pimero a sî mismo, después a su pueblo?
S.-iCômo situartas a Salvador Allende, entre los
presidentes que gobemaron, o trataron de gobemar la-reptibica, deide los românticos qfios del Frente Popular?
É1 fue Mirtistro, flanrunte Ministro de Sahùidad, de
Peàro Agtine Cerdq si no tne equivoco. iLo cortociasya întintamente como polîtico7 iSe adivinaba en el fiil-'gurante
Mirtistro, enfebrecido de proyectos.de alit'io a la
niseia, a la infancia desvalida, de enadicaciôrt del al-
coltolisrtto, de las enfemtedades laborales, de las ettfer-
nrcdades sociales, at fururo Presidente, al nùsttto tietttpo
fio y apasionado, consecuente hasta la tenrcidad, de-seguiaàa en que si el presente lo habîa deiado solo, el
fiûuro reconocertu fuda su grartdeza?- 6.- En este sentido, ipiensas Ete sigue siendo t'âlida
ta idea centrsl del progranta polïtico del gobiento de Sal-
tador Allende, que proclantaba y precorizaba wt cartt-
bio de sociedad dentro de la ley, sitt wn revohtciôtt ar-
nnda tipo Cuba, Nicaragua, El Salvador? Si éste es fit
pensamiento, icrees que lo era el de Alletùe ett stts
ûkimas horas de vida? Ert stt discurso de despedida,
radiodifundido a todo el pueblo, Ete tû esatclruste
supongo en fti casa, que yo escuclté ett casa de utt
o,nigo, miembro del Pqrtido Cotrttutista, que debeiapasàr dos afros en el cantpo de concentraciôrt de^Chacabuco,
en las salitreras, en ese discurso Allude
dice en un momento.' "...Con esto acaban de dar vuelta
una pâgina de la historia..." (Se referia a los goilas al'
zados en atmas contra é1.) iNo piensas que esas
palabras estaban sigûficando que cort1iderabs errada
wn revoluciôrt sirt affnzs, pues la derecha polîtica, cott
la nruno sanguinaia de los ntilicos, estqba aruttt'
ciândole que no, qlte no pod[a tocârsele el bolsillo, sirr
etponerse a ser asesinado?1.-No sé si recordarôs que en su citado disatrso de
despedida, Salvador Allende no se refiere ert rtittgrirr
ntomento a tos polîticos, nrcnos a los partidos pollticos
que lo acontpafiaron en su gestiôtt socialista de gobicr-
Ào. En un momento final y crucial dice: "...Yenùr6n
otros hombres..." Es decir, se estô refiiudo a utt leiatro
fitturo, no al trâgico presente, y rttucho menos a los
polîticos que, en las angustiosas horas que.precedierott-al ununciado golpe militar, no se atrevierott, o tto
quisieron, tomar w1a posiciôn de ltontbres, si no de
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Archivos Salvador Allende 2
%-&'tr
Presidente Allende y el Generql Cqrlos Prats.
Itontbres politicos. Esta idea no es sôlo mîa. La exponey la desntenuzo cotx inteligencia Pedro Vuskovic, en suobra Una sola lucha editada por el Centre de Recher-clrc, Université de Paig WII, enero de 1978. Textual-nrcnte, leo en la pâgina 67: "La pregunta de por qué, entales ciramstancias, el lrcntbre, el diigente que lasprottttncia, no olvida refeirlas a los trabajadores, a larttodesta rtnler, a la cantpesina, a la obrera, a lo nndrc,a los profesiotnles, al obrero, al cantpesitro, al itttclec-Itnl, pero al nùsnto tientpo no las refiere en un ntonrcn-to algtrto a sus companeros de direcciôtt pol[tica, ni losconvoca a ocupar el papel de direcciôtt Ete deja. il,,{iwn palabra en ese ntettsaje final! Y la pregnta de porqué, cuando anuncio en su comwicaciôtt esperan-zsdora la apertura de las grandes alomedas del funtro, yerpresa su seguridad de que el momento gris y antargoserô superado, siente la necesidad de decir quiénes selnrân catgo de esa superaciôn: Vendrân otroshombres..." iQtté piensas tû al respecto, Rafoel? Consôlo haberte transcito lo expresado por wr ex Mirtistrode Alletde, ni ya tiertes tni pensanùento.
8.*A propôsito de la pre&uûa anteior, donde ventosal Presidente de la Repûblica, despidiértdose lticida-ttrcnte de su pueblo e invocando al pueblo del fintro,iaûndo viste por ûltinta vez a Salvador Allende?
9.-Me parece que nr y yo, cada uno en su esfera devida o de crtfica a esa vida, hemos sido, al ntisnto tient-po que inconformistas, tenible y obstinadanrcntesotiadores. Nos ciaron y educaron en la casa de Cisto,pero ya hombres estamos al lado afuera de ellq, talcottro Cisto. No hemos cambiado, pues, seguintoslarzândole piedras al presente para abirle canino y htzal fintro. En este estodo de dnimo va ni pregwta.iCree que wt verdadero réginrcn socialista, wt socialis-
nto incluso sin dinero, podrâ atmplirse algtna vez enesta tierrq al ntenos en nuestra saqueada tiena sme-icana, habitada sôlo por cementerios y por gente seiia-lada por la muerte para ingresar e esos cementeios?iNo crees que Pîo Baroja tenîa razôn cuando senten-ciaba que para él la repûblica ideal erq aquélla sin ntos-cas, sin frailes y sin carabineros?
10.-Se ha dicho, irtcluso por escito, que el generalPrats propuso dlas aties del alzaniento nilitar a Allen-de el descabezaniento de las antro rqntas de las fircr-zas ommdas, de manera de sacar de ellas todas lascabezas visiblentente contplotadoras y que para ello sepidiô cana blanca y le ofreciô aswnir, é1, el generalProts, toda la responsabilidad. Si ello hubiera sucedido,icrees que hubieru estallado u,xa gueïa civil? Una grc-na civil con el pueblo armado, a eso me reftero. Pero nipregunta apunta a otra cosa. En una guena civil,ihabrtan muefto y desaparecido nûs vidas humanasque en estos diez aiios de sangrienta tiranîa?
IL.-Te transcibo algo Erc nte ha sido contado pordos polîticos, uno de ellos rttirtistro de Allende hasta elfatal tl de septiembre. Cuando el palacio de LqMonedq habîa sido ya bombardeado, como consecuctr-cia de la tenaz negativa de Allende a obandonarlo yabandonar el paîs en wt aviôn que se le tenîapreparado, rodeado por sus tiltimos compaiieros, quemoirtan después que é1, o ontes que é1, conto elpeiodista Augusto Olivares, al pasar por la galeia ador-nada con los bustos de los Presidentes de Chile, Allendelos echô al suelo a todos, menos a dos -Bohnaceda yAguine Cerda- sin decir una palabrq pues el gesto y laacciôn mismos contenian muchas palabras, ideas,opiniones, panoramas de nuestra tiste histoia de paissiempre al borde de la niseia y de la nilrcrta Cuando te
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Archivos Salvador Allende 3
conté esto que me cont7rotl, nrc diiiste que no lo cre{as,
p()rque Allende no era rn iconoclasta. Bien. Pero tû nte
lns^ dicho que en los d[as innrcdiatos que precedieron al
alzantiento rttilitar, tti rto viste a Salvador Allende' No
sabias su cslado de ânirno, rto conoctas su pensamiento,
stts ideas ttltitnss, ésas que lo continûan. iNo crees,
conto yo creo, que al echar abaio las figuras de aquéllos
qrrc llegarort al solio de los presidentes de Chile nos es-
iaba ricordantlo que lo lticierott, no para senir al paîs
sirtopara servirse de él dtrrante decenios y decerùos para
prot'eger v renroclrqr stts pivilegios de casta,, stt lotol y'ct'itttirral
poscsiôrt de la tien'a, la designldad social que
arrastraba conro renulnente presupuestaio las ttûs altas
tasas dc trtortalidad de toda Anûica y wru de las nfis
altas del nnmdo? iPero si con stt gesto tiltirrro, que
prcccdefia a su asesinalo, é1, el itltirtto Presidetûe corts-'titrtcional de nuestra patia, estobq rectificando su pen-
satniertto y senalando la Histoia! iHasta é1, en ciento
cirtatenta afios de vida polîtica independiente y
econômicanrente .dependiente, Chile sôlo habîa tenido
rlos presitlentes! El ers el tercero y por eso rnoirta conto
,,ruiô, asesinado por tm asesinqto que lo irtntonalizartq'iDcstle ntrcstrr tiltinn conversaciôn, no has cqnbiado
nt rrtodo de pensar?L2.-Hâblame de la aistocracia. Tû sabes y yo sé Eté
es, cotr poqtdsintas excepciones, wta clase cobarde,
lqdrona, extorsiortista, avettturero, que. no tttatq' q.ue .t'to
sa atreve a nlatar, que controta ssesuxos, que tlllettlrqs
los tengo ptttltualmente a str alcance, podrd donrir trott-
qrita, ta Tqbezq sofiadorq y plâcida sobre su almoluda
àe dôtqres y de acciones con crta del Banco de Chile' Es-
tttvo contra Balntaceda, aconalô q Balmaceda y le gritô
înrâtese porque lo t'oy a matar! Estt;o corûra Alessatt-
tlri, atàndo este nngtîfico histiôn de la ltistoia
nacional era el cielito lindoy vociferaba contra la cana-
lla dorada .v le sobqba la espalda a stt querida chusma,
la tttisnta'que harta qntetrallar en San Gregoio' La
dcrecl'ta potitica transfonna en oro cuanto toca, llq'\[a su
1trcpia nûercla, cottvierte en billetes las attcas de stts'ltcnrbras, sin transiciôn ni discintinaciôn, conro lo hace
con las 'r'occts y las yegus de sus fitndos, .la dereclro,
nttr,v dttcha, y nluy productora de hentbras claves, sobla
qti ntercândoles algtnas a la familia Alessandi, el leôrt
àe Tarapacâ t'ofuerta a su redil, el redil de don Feman'
do Lazcano, el Senqdor que lo habîa prohijado y Etettttuiô de rabia - sitt eufenùsnto, rttuiô efectivatnente
de rabia-, cuando su ahijado se presentô de cartdidato
prcsîdencial de lss izquierda en las elecciones del afio-20. La derecha esnwo después Ibânez, porque lbdnez
habfu lrccho aprobar todas las leyes sociales quc yaciatt-
nrcses en los -srcltivos
del Congreso Nqcional y que el
tirttincar de sables hizo despachor en Lttto sola tarde'
Pero la derecha, productora afanosa de trampos
sennles, le ntetiô Lma en la canta al Coronel lbdnez y
éste fue ya para siempre derechista y haua muiô dis-
frazàdo de liennano tercero de la orden de San Francis--co. Ett otras palabras, iéstas de aurcrdo con la sentetl-
cia de San'Basilio: Todo rico es ladrôn o hijo de
ladrdn2 Yo te hablo de la pafte mds wtlnerable del ico,
aristôcrata de nacimiento o de nrlo, pero tû me puedes
hablar, creo que ntuy bien, del ico-ico, del aistôcrqta
de nido o de arribismo, o de retnate, como ente socrcL
como animal productor de cizans, de ntiseia, de tuber'
culosis, de silicosis, de odio, el espantoso mamîfero Etealimenta con sus tradicionales tetas a los nuevos nourri-
sons de las escuelas militares, aquéllas que impedirôn
que maiiana, pasado mafiana, Pqsqdo mafia-nq dentro
àe dos luqtros, el pobre de profesiôn, el abandonado
desde hace doscientos anos, el infeliz tirado por la
miseia, el siervo de la gleba, rompa algûn d[a sus
cadenas. Te cuento una anécdota para agregar a fits
recuerdos otra caracturtsdca de la aistocracia' Su ig-
norsncia absoluta, tan soberbîa conlo stt soberbia' Ert lq
década del 30, yo, era correctos de pntebas ert la
editoial Ercilla, que en la gran cosotta de la calle Agts-
tinas, cuadra 16, publicaba ttttct carttidad de libros y
numerosas revistas, entre ellas las ntâs socofidas y po-
pulares, Ercilla y Hoy. Entre los aatores clilettos,-sdemôs det famoso y hocicôrt loaquîn Edwsrds Bello, y
el venerable sacerdote laico, Atrgttsto D'Halnrcr,
fiwroba Emilio Rodrtguez Mendoza, de larga data en"tàs
pâginas del periodismo literaio y de la diplonncia'
Poi iquellos diqs se preparaba febilmetûe un vohr-
rttinosô sentôn antialessandista, ilnilado, si la ntcttroria
no nrc engaiio, El golpe de Estado de 1924' Conro el
alrtor era de talla -por lo menos' para esos atitts-
pidiô el jefe de la conecciôrt de pnLebas, le en'u'iarq a al--gtien
que traboiara con él en stt ;QSQ, retocattdo t''âtrro,râo
las pruebas de pdgina del esperodo libro' Ese
àtgtitn fri yô, y como al intenogamte quién era y qué
hàcia, y- al éonturle que me habia educado -conto él-,
en et iolegio de los padres agrstirtos, que esfidiaba leyes
y, al misrtto tiempo, buscaba mi runrbo de escitor, nte-tratô
cott alguru nrcnos engolada sintpatia, desccttdiett'
do de sus pergamisnos y entorchados de côtrsul de
Chile, de Ministro de Chile, de Enùajador de Clùle, ett
rtna seie escalonada y ascendente de paîscs, ltitrreroanrcicanos, después europeos. Habîa algo de quiiotc ert
aErcl uterpo robttsto, alto, espigado, cott ese aspecto
sorprendido que ototgo a la gente la sotdem, cuando se
inilinaba hacia mî, su ntnno encenattdo la oreia, para
escuchanne bien, nitidamente bien declanndo, el firnlde frase que yo humildemente le sugeia, para evitar
repeticionàs, cuando en un pârrafo del texto, ya caido
Aiessandi, los enomtes cantiones de mudanza de la
empresa Para todos sale el sol, se habîa detenido aque-
lla tarde de verano frente al palacio de La Moneda para
trasladar los muebles del reciententente desaliltciado
anendatqio. Se desprendîa wru sintpatîa seca, de jard[tt
de plantas, de museo histôico de aquella esbelta y or&t-
lloia figura que presidîa nuestros lecfttas - su propia
escifitù-, mieniras por la puerta apenas entontada, sc
deslizaba una mano femenina delgada y engtarûada, wt
velo de tul que se agitaba y él se inclinaba para dibujar
en el aire un inspirado beso de senicio exteior, apenas
insinuado el beso, apenas asontado el gesto, nùentras
murmuraba con voz ronca -ttna vos de Sortclto
caicotuizando a su Qmo-, lrusta estq tarde, hiiita, dile
al chofer que no tarde en regresar. Un perfiune de salôtt
del pàsado siglo, una vaharada de iglesia, wr dulce y
operos agrio iopto de otra vida, nuefte y viva al ntisttto
tîernpo, se desvanecîa en el aire, con el ruido de la falda
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Archivos Salvador Allende 4
que iba qcaiciando la grava del jardîn, ntietûras é1, el
fantoso escitor y diplonûtico, canaspeaba, volvia a susrearcrdos, a su sillôtt, se echa.ba una bizna de rapé enlq enomte fosa nasal y reciétr se descubrta y nte des-abrta, estonudando, entreabia ls boca para decintrcalgo a contirutar diciéndolo, niraba las hojas caidas enel xtelo, miraba mi ntano reteniendo el lâpiz y el aliento
), vaticinaba sus rectterdos. Eso, decîa, en el senicio er-teior, conto en wt zoolôgico, se conoce mucha fauna, al-guns aninwles de especies ya desaparecidas, descen-dictûes de los Ere deciart habîan descubierto Chile, delos que, ert realidad de verdad, esfin'ierort saqueando larepûblica jwto cotx fundarla. Y no sôlo ladrones,cabqlleros de indttstie, desanajadores del Sortto Oficio.Adenûs igrorantes, xtperlativantente brutos. iSabeusted lo que nrc dijo, tto lruce rtutcho tti poco tierrtpo,dorr Eniliano Figreroa Lanaîn? Los dos érantosrelativantente jôvenes, ),o era anrbicioso, querta ser
fantoso, si no en la polttica, si no en el ntundo de ladiltlontacia - como un Talleltrand, como un Mettemiclt,en el servicio de las letras, pero por altoro estaba de Min-istro de Chile en alguru pane y habîa ido a despedirmedc Su Excelencia. Su excelencia era pausado y titnido,gordo y agradable de oler, como los habanos que
fiurtaba. Se extrafiô de vemte todavia jôv'ett. Iovett 1, detaletûo agegô, ntientra.s se sentaba con dificultad, des-cettdiendo denanrudo cotlto tuto canetada de legurt-bres en las bodegas de str fiutdo. Sî, dijo, yo soy tul granpropietario, tetrgo cosas, forfima, nontbre, bienes que ttoIre garrcdo rti rrtejorado. A su lado, Ministro, sov al-giett o parezco alguiet4 o debiera parecerlo, pero soy tulrtadie nuty conocido, nientrqs que usted respira y sudaMlento, el powenir es suyo, porque usted es wt hombrei t u t t i t r cn te .
Esto, conto un ejemplo, Rafael. Irtspïrate y escrt-betrrcIrtcgo. Piensa que estorenxos no para nosotros sirto paralos Ete vietrcn tras nosotos, rti siquiera tuestros ltijos,pero sî nuestros nietos, nuestros bisnietos. Por lo dentâs,serentos leîdos en toda Anûrica, en las tres arnéicos y,cott toda segtidad, en los ciratlos rutiversitaios deEuropa. Y no olvides que, lrusta el 1I de septienbre
fiiste presidetûe de lq Unidad Popular y no olvides queel d[a ntenos pensado, el jueves o el sâbado, fontwrâspafie de la junta de albaniles recot$tructora de wt Chileett ruinas.
Un abrazo a los dos,(Fdo.) Carlos DroguettWebern, marzo de 1983.*
Carlos Droguett me ha pedido hagamos en comûnuna entrevista sobre algunos temas para mi muyapasionantes, muy especialmente el referente a Allen-de. La entrevista tiene una modalidad distinta a la co-rriente: no existe entrevistador ni entrevistado, niquien pregunta y otro responde. Droguett formal-mente aparece haciendo preguntas, pero en ellas mâsque preguntar da su opiniôn y emite unos juicios en elestilo que le conocemos y que con raz6n le ha dado lamerecida fama de que goza, y yo, que aparezco respon-diendo, doy mis opiniones que no tienen mâs mérito
que ser testimoniales. En otras palabras, Droguett y yoformamos una sociedad sin fines de lucro, de respon-sabilidad limitada en la que cada socio responde hastael l imite del capital aportado.
1) La personalidad de Salvador Allende, su vida ysacrificio final, lo colocan en un sitial de honor en laHistoria de Chile. No habrâ que esperar que pasen losafros para que se le reconozca como uno de los mâs in-signes conductores de pueblos. El respeto y admi-raciôn hacia la personalidad de Allende es hoy dia
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Archivos Salvador Allende 5
compartido por la mayorfa de los conciudadanos y afinel silencio de sus victimarios, que se distinguen por elodio y la mezquindad, es una especie de testimonio cnun pafs aplastado por la fuerza bruta. Durante mâs detreinta aios mantuve con Allende y su familia unaamistad muy estrecha, que alcanzaba a todos losplanos, desde el de la politica hasta el familiar. Esaamistad global hace que sea dificil hablar de Allendeen estancos separados. Para mi, el Allende joven omaduro, ministro, parlamentario, Presidente o jefe defamilia, es el mismo hombre que me impresionô por suhonestidad y voluntad de compromiso. Y debo con-fesar que soy escéptico por naturaleza para juzgar alos hombres, en especial en el plano politico. No accp-to fâcilmente la consagraci6n de los lfderes, porqueme ha tocado en la vida conocer de cerca a tantos ytantos personajes con pies de barro.
Fui amigo de Allende siendo yo demôcrata cristianohasta 1969 y él socialista, en condiciones en que el sec-tarismo polit ico en Chile determinaba las amistades.Esa amistad se consolid6 porque ambos hacia tiempoveniamos de welta de los dogmatismo limitantes o delos maniqueismos medievales. En la vida las cosas noson s6lo verdad o error sino que parte de verdad y deerror. Allende era militante socialista convencido, conun ribete frivolo que era ser a la vez mas6n. No creoque tomara muy en serio a la masoneria, pero le servfapara liberarse un poco de la rigidez marxista, que nose ajustaba a su personalidad. Fue siempre profunda-mente democrâtico y revolucionario, lo primero lo de-mostrô a través de su vida politica con consecuenciaextraordinaria y lo segundo al mirar con simpatia, yhasta a veces apoyar en los hechos, a regimenes deliberaciôn popular, como el cubano, que no se ajustanal sistema democrâtico. ôContradicciôn? Puede serque sea contradicciôn, pero explicable para cualquierlfder politico latinoamericano que lucha contra el im-oerialismo americano.-
2) No creo que sea una coincidencia hist6rica oprovidencial que en los ûlt imos decenios dos médicossudamericanos, el Ché y Allende hayan muertoasesinados, al servicio de sus novisimas y peligrosasprofesiones, como duces tû. Pero si consideramos quedos seres de excepciôn -como fueron ambos-, des-cubrieron, en el ejercicio de sus profesiones primitiva-mente elegidas, la aberraciôn, la injusticia, la ex-poliaciôn de un mundo tan poblado y tan subdesarro-llado como el de nuestras tres Américas, comprendien-do al mismo tiempo que la limitaciôn de su profesiônburguesa, o pequefro burguesa, no era bastante y sufi-ciente para terminar con la miseria, la desnutriciôn, las
enfermedades sociales, si consideramos esa circunstan-cia, no nos debe eKrafrar que optaran por otrocamino, por otra profesiôn, por otra medicina: la rutadc la l iberaci6n total de los oprimidos a través de lapolftica revolucionaria. No hay otra coincidencia enesto, Carlos, que la que surge de dos mentes privi-legiadas auscultando los males endémicos que sufri-mos los americanos de toda latitud y color.
3) A ti te interesa que hable de Allende como serparticular, como componente de un grupo social y
crees que Allende vigilaba en exceso su vida enfunciôn de su carrera politica. La verdad es que unapersona que amaba la vida como Allcnde, no podia im-pedir que su condiciôn de hombre particular trascen-diera a su vida pûblica. Las relaciones de Allende consu familia eran de extraordinaria ternura, casi mcatreveria a decir que su espiritu de familia era exage-rado y el amor a su madre y la chochera con sus hljas,en especial con la Tati y su hermana Laura, no tenialimites. Ahora, seria de mal gusto que invadiera lasrelaciones (ntimas de Allende con su esposa Tencha,sin embargo, no cabe duda que en esa pareja existiôun amor profundo, aûn cuando, como pasa con todoslos matrimonios de mâs de treinta afros de convivencia,ante los extrafros no se extcriorizase ese sentimiento.Por lo demâs, la actuacion de la Tencha, valiente, lealy solidaria después de la muerte de Allende, es el tes-limonio mâs elocuente de los lazos que unian a lapareja.
De la profesiôn de médico de Allende, le apa-sionaba el aspecto social de esa profesi6n, pero nuncatuvo interés en ejercerla como generalista o especialis-ta. En muy contadas excepciones los médicos politicoshan podido ejercer efectivamente su profesi6n, a dife-rencia de los abogados. Recuerdo al respecto unaanécdota simpâtica, cuando un Senador sufriô un ata-que v Allende pedia se l lamara a un médico.
Hay un aspecto de la personalidad de Allende pococonocido: su extraordinario sentido del humor. Poclriacontar miles de anécdotas, pcro me limitaré a contardos muy graciosas que se refieren a su amigo Frei' Envisperas de la proclamaciôn de Frei en el Caupolicân,Allende ss hizo pasar por teléfono como admi-nistrador del teatro, consultândole al Senador si pre-feria que su retrato gigante lo colocaran de frente o deperfil. Frei no cay6 en la broma y, como era natural'clisiô la colocaciôn de frente. La otra anécdotasuàediô en esa visita tensa que hizo Allende a Frei enLa Moneda, después de ser elegido Presidente de laRepriblica, en que Frei se paseaba nervioso y Allendeaprovech6 para sentarse en el sil lôn presidencialpreguntando como se veia.
Til haces un comentario especial de Allendeenamorado de la vida, de la mujer como expresiôn deesa vida. Yo creo que amaba todo en una medida vitalcon mâs amplitud que lo corriente, porque habfa rotocon una seria de prejuicios propios del medio burguésen que naci6. Él mismo se reia de que le d4eranpije.Se seguia vistiendo como le agradaba y tampoco le im-portaba que su estilo de adolescente romântico hacialas mujeres fuera objeto de comentarios malévolos.
4) Allende y Frei eran fntimos amigos, amistad quedur6 hasta la elecci6n de Allende. Yo nunca entend(en qué se fundaba esa amistad tan estrecha. La por-sonalidad de uno y de otro era diferente, no sôlo en loesencial sino también en las miles de pequenas cosasque cuentan en la amistad. Sin embargo' en el nivclpolitico poseian algunos rasgos similares. Ambos te-nian una tenacidad y fortaleza increibles para desarro-llar sus programas de vida, para lograr las metas quebuscaban. Fueron verdaderos desbrozadores de bos-
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Archivos Salvador Allende 6
ques que, con machete en mano se abrieron caminoscierribando obstâculos. Estuve cerca de los dos enmomentos de sucesivas derrotas electorales y erasorprendente verlos dispuestos al dia siguiente a ini-ciar ya la prôxima campafra. Poseian también un rasgosimilar negativo en la carencia de perspicacia paracalar la verdadera personalidad de algunas personas aquienes otorgaban una confianza que no merecfan. Latiranfa de Pinochet puso en evidencia la calidad moraldc algunos de esos personajes a quienes daban confian-z,a Frei y Allende, Juan de Dios Carmona, WilliamThayer, Sergio Ossa y otras por parte de Frei. El sefrorRojas ex Ministro de Relaciones EKeriores, nombradopclr Allende Embajador en el Vaticano, el sefrorBazân, Embajador en la ONU, que pronunciô elprimer discurso cafdo Allende, abominando delGobierno que lo habfa designado, ademâs de otrosquienes me resulta duro y asqueante seflalar. Tû ya mehas contado que conociste al sefror Rojas, cuando eraSubsecretario de Relaciones y le pediste un pasaportediplomâtico para viajar a Cuba, donde estabas invitadoy que él te contest6 que no s6lo te lo daria con gustoporque eras un escritor bri l lante sino porque él mismoaclmiraba extraordinariamente el Gobierno Socialistade Fidel, que ya su sefrora estaba trabajando dichosacn Cuba y que él esperaba pronto irse allâ, porque erael ûnico gobierno no corrompido de América y el demâs venturoso porvenir.
Sean cuâles fueran las diferencias polft icas cn-cabezaron un movimiento social y polit ico de profundasignificaciôn. Interesa, por tanto, mâs que hacer para-lelos de vida, conocer el carâcter v travectoria deambos y su real huella en la Historiâ de
-Chile. Frei,
hijo de suizo, pobre, educado en el Liceo de Lontué,cat6lico practicante, l lega a la Universidad dispuesto adar su pr imera bata l la para penetrar en e l ambientecapitalino desconocido para é1. Elige dos pivotes: laAcciôn Catôlica y la polit ica. En ambas actividades em-pieza a destacarse en un esti lo novedoso y atrayentepara la época y decenio del 30. Era el joven intelectualquc proponia inquietudes sociales en un ambiente con-servador. Avanzada ya la lucha estudiantil contra ladictadura de lbâiez, se acerca al grupo que for-mâbamos el Comité Revolucionario, encabezado porLeighton, grupo que en la Universidad Cat6lica pro-movi6 el ingreso de la juventud catôlica al Partido Con-servador. En 1938 se rompe con el Partido Conser-vador y se forma la Falange. Desde esa época, Frei vaconsolidando paso a paso el l iderato de la democraciacristiana y de sectores centristas venidos de la divisi6ndcl Partido Conservador y del ibanismo. àNecesitôcarnbiar de ideas o de manera de ser para triunfar?Yo creo que no, Frei fue siempre un conservadorlûcido y progresista que respetaba ante todo la eficien-cia y el éxito. Como era muy impresionable se dejô en-candilar por el cepalismo caballo de Troya del neo-capitalismo, llegando tan lejos en posiciones dere-chizantes que significaron una crisis dentro de su par-tido, pero, como al mismo tiempo que impresionableera indeciso, esa indecisi6n lo salvaba de romperdelinit ivamente con el carâcter centrista de la
Democracia Cristiana. Mis relaciones con Frei fueronsiempre conflictivas. En el fondo yo no pensaba lomismo, no sentia lo mismo, ni reaccionaba ante loshechos como é1, pero, sin embargo, durante los largosafros de convivencia partidista nunca dejé de sentir lainfluencia de su inteligencia y de su carisma politico.Sin embargo, de ahi las rupturas, vacilaciones y trans-gresiones, la trayectoria y la conquista politica de Freiera, y fue, esencialmente de ascensiôn social.
Allende, hijo de un notario respetado en Val-paraiso, y de una madre super catôlica, nace y vive enun ambiente burgués. Se recibe de médico y, a diferen-cia de Frei, sus primeras batallas son de ruptura con elmedio ambiente social de Valparaiso y Vina del Mar yno de conquista personal para afirmarse y abrirsccamino en la alta clase social. En los aflos 30, lo mâs ala izquierda que era permisible a un joven de buenafarnilia era ser radical. Pero Allende llega mâs lejos yadhiere al marxismo. Participa en toda la etapa de fer-mento social y sindical que llevarfa después, en 7932, ala fundaci6n del Partido Socialista.
Desde entonces Allende vive en la base y en lacûspide del Partido Socialista. A diferencia de Frei, lees mâs difici l obtener el reconocimiento de l ider ûnico,cosa por lo demâs casi imposible de conseguir en unpartido tan chileno como el socialista pero al mismotiempo, tan anarquizante. Disputas, grupos y subgrupos y, al final, Congreso. Allende, en todas lasparadas estâ presente y a veces es piedra de toque yblanco de ataques de caudillismos personales. Sin em-bargo, si se examina con objetividad la trayectoria deAllende dentro del PS, se podrâ comprobar que existeuna lfnea de continuidad en el sentido de luchar mâspara que su partido llegue al poder, meta, por lirdemâs, I6gica para cualquier partido politico, pero quea menudo en la Historia se ve entorpecida por losacademicismos y los integrismos. Personalmcnte sism-pre entendi a Allende en su l inea pluralista, porqueesa lucha en otras dimensiones me tocô darla dentrode la Democracia Cristiana y, muy especialmente, enel Gobierno de Frei, que absurdamente era un gobier-no de partido ûnico. A Allende le cost6 mucho hacerentender a sus camaradas de partido que en un paisdonde los triunfos electorales se dan con mayoriasrelativas, las alianzas politicas pasan a ser necesarias.
5) Me toc6 conocer de cerca la gestiôn de Allendecomo Presidente de la Repûblica mâs como amigo quecomo dirigente de uno de los partidos de la UnidadPopular y puedo dar testimonio de su invariable leal-tad hacia el pueblo que lo eligi6, de su heroico sentidodel deber. Es en ese sentido de su personalidad in-sobornable que podria comprenderse y aceptarse laanécdota que tri cuentas acerca de su inesperadaacci6n faltândole pocas horas para morir, de echarabajo todas las figuras de los Presidentes de Chile, ex-cepto dos, Balmaceda y Pedro Aguirre Cerda, aqué-llos que, como é1, permanecieron hasta su riltima horaleales no sôlo al voto de lealtad que hicieran al asumirla primera magistratura de la Naciôn, sino lo que esmâs temerario y a menudo suicida, leales al puebloque los eligiô. En este sentido, Allende, con su trâqico
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Archivos Salvador Allende 7
Presidente Allende, a su lado Danilo Barulin'
pûblicamente expresados como para que el pueblo los
ôomprendiera, que no existe un decâlogo que indique
cômô un gobierno de izquierda acomoda su ritmo de
una sociedad no suficientemente evolucionada, el resul-
tado fue una dramâtica paralizaciôn de la gestiôn
gubernativa que lo llevô al Poq"l. Nada de. lo que pas6
éntre los partidos y Allende habrfa pasado.ahora. La
izquierda en el exilio o en la clandestinidad ha
mâdurado. Ha valorizado lo que significa la
democracia y estâ consciente de que hay que pagar
orecios por conservarla. Y Allende se habria visto
àpoyado'por otros gobernantes socialistas, que aplican
cà.-cordù.a la pol(tica de lo posible, sin ser criticados
de refomtistas. Si, remitiénclome al nûcleo de tu
Dregunta, creo que es vâlida y realizable -dentro de
iur id"u, que he-explayado- la idea central de Al-
lende, que proclamaba un cambio de sociedad sin una
revoluci6n àrmada. A medida que pase el tiempo y
clarifique la gran figura del Presidente- tema de
nuestrâ conversaciôn, la Historia le darâ la raz6n y
comorenderâ no sôlo su capacidad de politico
visionario sino también su gran coraz6n, su nobleza de
alma, sin odios, sin resquemores, s6lo impulsada por el
afân de servir a su pueblo, y no servirse de é1.
Por eso mismo no creo que la frase del irltimo dis-
curso <le Allende "'..Con esto acabart de dar wrclta utn
prigina tle la histctia...", refir iéndose a los militares gol-
pistas, signifique que pensaba e.n esos momentos cluc
no puedi hâber revoluci6n sin derramamie nto dc
sans.". Abundaron en la izquierda analistas que
u"uiu.on a Allende por no haber dado la orden de re-
sistcncia armada al pueblo. Yo creo que asi como
Allende estaba dispuesto a sacrif icar su vicla, como lo
hizo, para dar un ejemplo de consecuencia a las
n"né.uïiott", futuras, también creo que jamâs habria
àado la orden de resistencia armada, respon-
sabilizândose de un carniceria inûtil de los
trabajadores.7) Tir haces menciôn subrayada al -histôrico
(rltimo
clisiurso de Allende y, enfrentado al futuro que él no
veria, pero que intuia, dice en un-.momento: ""'()tros
tnnbis venàrân...", citando el anâlisis y cl significado
cle esa frase segûn el pensamiento de Pedro Vuskovic,que consta en ùn l ibro que c i l 'as, pcro que no he le ido '
Ën unu opiniôn estrictamente personal' pero que nace
del conoiimiento intimo que tuve de la personalidad
de Allende durante largos aflos de convivencia
oolitica. creo que es errônea la interpretaci6n en el
sentido que esa frase exprese decepciôn hacia los par-
tidos què llegaron con él al gobierno. Allende era
militante de u-n partido, al cual nunca renunciô y el an-
tipartidismo jamâs fue opini6n de él.y no. podia serlo'
Ei antipartidis.o es una treta cinica de todas las
tiranias militares de nuestra América, que han or-
sanizado el mâs corrompido de los partidos, que son
io, g.upot financieros nacionales e internacionales, ver-
dadéroi sepultureros de nuestras democracias y
nuestros paises.8) La iltima vez q\e.vi a Allende fue el jueves de la
,"-unu anterior al golpe, en una reuni6n en La
Moneda de él con todos los representantes de los par-
v heroico final, se coloca, y quizâs en sus postreros
;inutos de vida, él lo intuyô, junto a esas grandes
liguras <Je nuestra vapuleada historia polit ica.-
6) Antes de ser eiegido Presidente de la Repriblica,
con un programa revc,lucionario de.gobierno, Allende
fue muy claro al exponer su pensamielto el el sentido
quc él creia que eia posible un cambio de sociedad
respetando la iey y en democracia. A ese pensamiento
fue fiel a tal-extremo que aceptô, antes de ser
ratificada su elecciôn por el Congreso Nacional, la ex-
ieencia demôcrata ciistiana de una reforma cons-
ùucional de garantias democrâticas, lo que no se
habia exigiclo iuttca antes a ningûn Presidente de la
Reoriblica. Punto aparte es que yo crea que la gestiôn
cle la Unidad Popular fue un gran malentendido entre
Allende y los partidos. Error de Allende por haber
cxagerado el carâcter no personalista del gobierno' No
se iomaba ninguna medida importante o no impor-
tante que no suigiera de largas discusiones con los par-
ticlos y en definitiva ellas adolec(as de rigor o eran
o.oduôto de una transacciôn. Es bueno que un gobier-
i.,o no ,"u personalista, pero en régimen presidencial
tiene que ier el Presidente de la Repûblica el que
.esuelvè. Las debilidades que tuvo Allende se
clcbieron en parte a la necesidad que sentia de
clefender su imagen de revolucionario frente a las
acusaciones qu" é le hacian en su propio partido de
scr un reformista. En el fuero intimo de Allende
existfa el convencimiento de que era necesario un
programa de cambios radicales de la sociedad chilena,
i',e.ô al mismo tiempo, tenia el convencimiento que a
èf le correspondia' la obligaciôn de consolidar el
régimen proâuciendo en una primera etapa sôlo los
.uîbiot qo" "tun
inevitables. Sus criterios no fueron
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Archivos Salvador Allende 8
r * "€f
,:",:
Los iôr 'enes: una , l t : su. ' \ penltutt(t t l ( \ I ' rcoctt l t i l ' r( t i tei
t i . los t lc l i r Unic lud Popular , tuv() .un. car ic lcr ex-
tremadamente dramâtico, pues Allcntlu. hrztt ' sorçna v
qravemcnte una exposicrtrn dc la ' ' i tuaciun crit ica quc
il;;T?;;i*"o-"i csos momcrntos, pidiéndoles final-
-"n," , lcls partidos que le otorgaran.un amplio poder
;;;;;":ui".'r la crisis'a base de un ûitimci csfÛerzo cle
i."r""ai. i""to con la Dçmocracia Cristiana' subenlsn-
;;;;;;; , i"e eilo cstaba citrsti 'ado a impcdir e'l
nc l igro de un g, r lPe mi l i tar '' '-o'"tgt".iodi*ànt", cs increible tanrbién '-pucs la
situaciEn era muy grava-,varirls presidentcs y rsprc-
,"nrorr,", de los partidos piclieron quc sq votara ia
ntnnàr i . i . i " dc Al icndc ' La reuniôn c lur( ' d t 's horas v
i . ' ' . r iu
"o sal i t i nada' n ingÛn acucrdo' n ingr t r ta
icsoluciOn. Mo parece. y creo no- equlvocarmc' que al
.lcspcclimos, ui cstrecharnos fuerLcmente la ntano'
ÂliJ;J" rcflejaba cn su cara lo que él lcia en la mia:
tristez-a y preocupaci(rn' Supe después dcl golpe
-iliiu., qu" itt"naè llam(r a su casa de Tomâs N{oro a
reprcsentante s comunistas y socialistas e so ocurrtô
eni.e el iueves y cl martcs 11 do septiembre- ' para rn-
i:;;; iJt que "stubu
clispuesto a l lâmar a un plobiscito'' ;t Et
"i.as palabras, Carlos,.,me estâs prcguntando
oué opiniôn -é -".""e" los militares, los militares en
;;;#; p;.fesi6n, como exprcsi6.n de un pcnsamiento
o'una inèrcia, adclantândose a decir que ya -conoces;r; ';; i ;t6* 3l vo fuera un buen estratega polit ico' lo
mâs rrrudente seria evadirme de una prc-gunta tan
il;gi"; como . el tema. Pero me parece absurdo no
i".ii t,, que piensa, p(rrque .ello significtrtiu 9": ::crdc quù sn las Fucrzas Ar tnadas no hay n l s lqulera un
inia.'no digo diez, Çomo sn el Evangelio' que s-ea'.;;;;
;; .u7unu.. No sé hasta qué punto.los civiles
;;; i"t culpables de quc se haya estratif icado ese
rnunan ajeno, cerrado y desconocido y extraframente'i"ï""", 'a" ios militarês' I lumanos a otro nivel' en
otro senticlo un senticlo inhumano' Ese mundo
i"t-oui"t que se rige con una lôgica distinta a la nor-
;"1,;;tt una medi.ià de los valorcs alejada de los mar-
cos'ciâsicos y con un sentido de la vida que no recibe
la influoncia dc la historia'El hecho es que e n ese mundo lejano y <1cs-
conocido, sin periatarse de ellos los civiles' se habia
oroàu.ia. el fenômeno mâs qaye. .de. retroceso
';il;;t.t la vuelta al tlespotismo del siglo XVIII' que
;;;;à" estar raclicado en las monarquias absolutas'
;";;";; y"ei ejettiao por los militare.s' A través cle
;;;;t "o-o
iu cle la "seguridad nacional"' "la gue-
,ru -int"tnu",
inspiradas directamente por los norte-
u*".i"unu. y el âpoyo financiero de las oligarquias' en
casi todos lôs paises de nuestro continente' en una y
:;; 'à;;",-ioi mil itares lograron dar forma institu-
c ional â la tute la dc la sociedad c iv i l '-' Èi
"u-Uio de rol de los ejércitos, de defensores de
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Archivos Salvador Allende 9
la seguridaci exlcrna clc los E,staclos a tutores clc lasocicdad, tendria menos gravedacl si no cxistiera toclo unprocreso de instrumcntalizaciôn dc por mcdio. Todas lasdictaduras militares en América Làtina scln instrumcn_tos clcl fascismo confcso o clisimulaclo aet imperiaLismànorteamoricano y de los grupos clc espoculaclores finan_cieros "v* no sé hasta,qué gracict los ejéicitos cie los paisesdel Estc no son inst rumental izados por burocraciasSe me. i l tn lcs. Conto cS Cl Cl rso c lc poloniu.
. Ahora vo. creo quc cabe preguntarse si los e.jércitostienen conc:iencia de quc son
-usaclos e instri lmcnta_
l izados para hacer e l t rabajo sucio de repr imir , tor tu-rar. ascsinar, defendiendo asi cl "orclen clô los ricos,,, ol r ien se s icntcn cnviados c lc Dic ls para pcrscgtr i r v cr ra-clicar el "rnal". Seguramente existèn urn[,,u. casos: san_gurnanos por vocaciôn v fanât icos incautos.
Las clictaduras o tiranias militarcs, fatalmentc, tarclco [cr-nprultr.r, cacn por cso, pcro cl problcnta clc la nten-r i r r ic l i lLr n l r r r r r r no Ie l rn in l cr ) l l c \ i is r .a idas. L l soc. icdeclc i r , i l no puecle abandonar. los csfuerzos c lue sc haganni l rJ rL rn le gra. r , J pc: , i t r r lc nucsl ros asctr : ) rc t iùn_( r i r s . l r l os mr l l l a re s t r l u c , l n t l r i c l l r c l cn l u t ; r r e v i ve r r tdc [a que v iven s in prestar ot ro serv ic io v is iÉlc que, dôtrempo en I iempo, asal tar las v destru i r las. No véo otrasoluc i r in para tcrminur con este anacronismo que enrcal idacl , cspi r i tua lme nte, parece, v cs. L lnai mons-t ruosidud. Por eso, cualquicra s.n su gracluaci r in . c lnr i l i tar dc l rc cstar cn contacto con e l scctor socia l c . le lrluc provieng y at clue suele reingresar oblicuanrentes i ) l ( ) n : r r i r l r n i t l r r i l l t r l , r .
En c l caso c l c i a t i r l r n i t r n r i l i t t r r ch i l e r r r r . un ( ) sercs rs t c . l c r cc r i l uc e i csp i r i t i r c l e c . r r c r y ro se . r l i t l r t i u l: r , l i i , , , 1 , r t ; r r t ' i r r r p i t l : r , i , j t r i u r : , , , u , , , , , r , i , r , , , i . , . l . l , i i lc ra l cs I cnc r conc j cnc ia c l c l a r c i i l i r l ac l quc han c rca t l i t .dc, lo quc ha s isn i f icado p i i ra e l pafs ta g. r t i , , , . r , i . igobierno uni formackl . Sc habr i r i re nuci . 'ar isnr . vunidad del p.cblo v nunca cn su h is tor ia Clh i i r : I ru r i . l , ,nr ; is c lcpcncl icntc: la dcur l t r cr tcr ior "pcr c i rp i t ; r , , nu isal t l r r lc l r r runr lo. la ve nta _al nrc. jor pr ts tor cxt r i in . jcro c lc lpatr inroni t l nacional , lu luga , ,ôr t is inosa dc capi ta les acucntas hancar i l ts cn Suiza, los inc l iccs mirs baj i rs c lc in_vcrs i r in cn b icnc 's proc luct ivos, la c ler fensa extcr i<t r c lc lpals perncl tcn lc c lc un cer t i l icac lo ( lue ot ( ) rguc c l Con_qrcso Nortcanrcr ic l rno v la soluc i i i r r c lc i Jonl l ic to tc_r r i t o r i r l
_c i rn A rqc r r t i na cspe ranc lo c l û l t imo c l i u c l c l
l - r i izn \ , : r i r r l ( ) par i t prcscntar la c . lcntancla antc c ll ' r ibunul c lc La Hava. c lcs; lués c lc habcr pcrc l ic lo cntramitas iones ' r ruchl i c lc la autor i , ln , l nru." i c luc c latxrc l fa l l< t c lc la Rcint r c lc Ingluterr r l r . Sc ht rb la dc cr is t i l tn is-m() v nLlnc i t se ha pcrseguic lo con mâs ocl io v barbar ica t rar ,és c le. una rcprcs iôn ntas iva c luo a lcanza a casitodo. los chi lcn<ls, s i r r exc lu i r , por c ic i to , a saccrdotcs vmonjas. ( lue in tcgrurn t . rpc. i iua*.nte las cu, , t i , .
- r '1 , . ,
honrbrcs ascsinaclos _v dc nru jcrcs v io lac las.
, , l 0J T t i t l i c cs tF rc . c ha c l i ch t , t ; uc e l gene ra l p r l t s l e
l t i t l r n t p ropucs l r ) i t A l l e r rdc e l t l c sc i r l , cz l rn r i c r r t r i t l t . l uscuatro arnras c le las lucrzas arrnaclas. c luc csIa l tan corn_plotanclo. Pr i r rcranrcntc. c lLr icro c lcc i i tc c luc tcngo lanl1:
, , ,11. , i t le r r , r le l_gcncral prr r rs . c lc su in tcgr ic lad pcr-
\ r ) n i r l d c l l r r l 1 i L ' 1 1 1 f . , c ( ) n ( l p e s e . j t r g r i e n l l r l r r r l l r l i ç l r _ , ,onsavo c le golpe nr i l i tar_ l lamacl i c l Tancazr i . Ahoru.
respecto al hecho mismo de que hubiera pcclicloamplios poderc.s para hacer frent'e a sus companer(,sdc armas conspiradores no estoy en condicionei cie tes-t i f ic l r r lo . En var iass,r q u é | a c. n cr us i (, n ;lii:J:ï:'*ï Jffi ,:::i;î:, ::Io. cluc pasaba. pcro, al misnro ticrnp.,, a..au q,.," au,lr_e l i o un e r ro r a l ueonsc . j l r a A l l en t l c quc cnv ian r u r rprovecto de cont.rol de arntas al Congrcso. Esa famclsal:y f l" la que permitio que los milita"rcs conspiradorcsliquidaran,
. so. pretexto de controlar las armas, Iasc l i rect ivas.s indicales. La vcrc lad es que e l gencral pratsquedo herido sn el ala con la mani"fcstacicln clcrepudio quc lc h ic ieron. las csposas de sus colcgusge nerales. Ramôn Huidobro. que mantuvo muyestrechas relaciones con el gene.àl prats en BucnosArrcs, me ha contado q.ue aun pasa<lo el t iempo, screcordaba con csccrûpulos de haber recomenclackr rrPinochet para que f 'uera nombraclo Comandantc cn.lefc del Ejército. Recuerclo cn relacion con lo anteriorrluc Allende me cont6 una conversaciôn con pinochetcn que éste le habrfa .dicho mâs o menos lo siguicntc:"No tome usted, presidente, cl papel antipâtiJo, l,un-que constitucional, de l lamar a retiro a algunt.rsgenerales, cuando yo estoy dispuesto en la prtixinraJunta de Generales a tomar esa medicla,,.
i l) La anécdota simb6lica que me cuentas, me crucs_[a creerla, pero tri me dices que te ha sido cclntacra. l lr lc 'ua l . por dos pol i t icos, uno dô e l los, Min is t ro de Al le n-ue. Me cuesta creer la porque Al lende, aunque crahonrbre apasionado, matizabâ y frenaba ,ui prrinn", ,cle ninguna manera lo recuer<jo como un iconoclasta.Ahora b ien. como t ranscurr ieron var i t . rs à ior .n, r .nucstra ûlt ima entrevista y su muorte por asesinato. csposible, si, creo que es posible, qu* un hombre do su
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Archivos Salvador Allende 10
calibre y categoria. cn{'rcntaclo como estaba a prefcrir
la muci tc antes c luc la t ra ic iôn a su pueblo - rccor-
clarâs, como recuerclo vo) su viri l y . orgullosa cx-
c lamaci t in c ,n la i r l t in la c t lnc:enl rac iôn pol i t ica cn e l Es-
taclio Nacii lnal: "iSé1o act' ibil lutltt a bala's lttL' 5(t(utl itt
t le La l\ lottetla!," es posible y hasta accptable quc' en
sus irlt in.ros momcntos de vida, enfrentado a la suerte
oue no le scr ia ahorrada. a l rov iv i r la t ravcctor ia
ciramâtica dc su patria, rcpresentada en esos bustos
que no habian s igni f icado nada, . s ino miser ia ' .muerte,
mAsacrc p l l ra muchos, negocios, enr lqucclmlentos
l lorcc icntcs para unos p()c()s) ht r l l ic ra deternr inado que
toclo cso .rà un,', bastir,r, csccrnll)rtrs y rcsidu<ls dct la
historia sôlo irt i les para inrprovisar la ir lt ima barricada
cn la crttc clelcncleiia strs ir lt inros momentos cle Presi-
clcntc Constituciclnal clo la Ropirblica.12) La aristocracia chilcr.ra, tal cual se c<ln<lcio hace
30 anos. dciô clc cxistir. E,l grupo cerrado y rrintlr itario
cle familias" agrarias de origen vasco' fue perdienclo a
través clc los nnos el poder ectln(rnrico quc hall ia corl-
servaclo por succsivai herencias, viéndose obligada a
aceptar las "mesalianzas" con exlranjeros ricos' La
nueia clase que sc sigue llamando aristocracia, t iene
sôlo cle .,,.,:,n con la ar.rt igua el amor descnfrcnado
por e l c l inero 1 ' la misma arrogante. . incul tura ' La
anécclota cluc tir nlo cuentas .le don Emiliano Figucroa
Larrain la pinta de cuerPo entero.Pcro paia nt i , nr i is in ipor tante que anal izar h is tôr ica-
nrcrr tc u la l rn t ig t ta v l luova ar is t i lc rac ia cs dcscr i t r i r
cômo ejcrcc el [oclei la clercclra que rcprcscnti l l t l lr
ar is tocracia y a la c t lase mccl ia arr ib is ta. Tanlo e n Chi le
como on cl mundtl, la dcrecl.ra crcc (lt lc el prlder le
Dcrtcnccc cn exclus iv ic lad 1 ' c1ue, por lo tanto, la iz-
iruiercla, v hasta cl centro polit ico, son simplemente
firerzas "trsurpadoras". Como al misn.ro tiompo nunca
ha crcido "n
Io dcntucracia y el sufragio universal,
cualquier arnta o acciôn pasa a ser legitinla contra los
"usurpaclorcs . El f in justif ica los medios' .No necesita
progranra para pr"."ntarse como alternativa, le basta
, , . l r . r in i t t t l t i l t icn c l terror v c l micdo quc s icn lprc sub-
vace sn toclo propictarit l cle biencs y privilegios' La
srr r r rbru . le l nr l rx isr t ro le s i rve c le m;rr l rv i l l l rs p l r r l est ig-
matizar cualquier t ipo cle prclgresisn.ro. .Son, sin cluda,
los mejores âctivistas dcl PC, pero a la vez los mâs
pcl igrdsos maniqueistas del s ig lo XX' . S icndo una
-ino.ia infima, posee una capacidad de instrunlen-
talizaciôn inmensa, como es el caso de las Fuerz-as Ar-
madas y, a vcces, la Iglesia.Mâs'cerca de nosotros, los chilenos, estâ el ejcmplo
dc la clcrecha que logrô derrocar al gobierno legitimo
cle Salvador Allende que ottos ejemplos histôricos, cle
lo oue fue c l macart isÀo cn Estados Unidos, Vichv cn
Fruncia v c l f rancl t r isnr t l cn Espana. Dur l tn tc e I q t lb icr -
no c le l i Unic lac l Popular , ex is t iô anrp l ia I ibcr tad c lc
prensa y dc rcuniôn, I lo sc dctuvt l a nacl tc , n l l l lcnos sc
ior turô i l cxpulsô <1el pais . ôC( lmo entonccs la dcrccha
logrô crcar ' la imagcl r qt te u[ tn. p.crdur l r . q t le so v iv ia
clu"rantc cl gobierno dc Ia Uniclacl Popular cn la urâs
tremencla. l ic tadu.a n larx is ta? A mi ju ic i t l ' pc l r la
uti l izaciôn clc la inmoraliclad congénita de la derecha'
Lo mejor para rccorclar cs analizar lo que decian y
pensaban los principales personajes de.la derecha
"nt.t y después del golpe militar. Antes.del golpe eran
lcrs campeones del "estado de derecho", de Ia Cons-
tituciôn y de lus leyes. Pareciera que ya nadie se acucr-
cla de la implacable campana acusando a Allende cle
que su gobiêrno usaba los "resquicios- leg-ales" porqfc
sè aplicaba el decreto ley 520 d9f .aao de 1932,
or..ôi".u ctue nadie se acuerda de Ministros de Cortc
corriendo àl lueat de detenci6n de dos o tres casos
Dara de inme?iato acoger recursos de amparo'
oareciera que nadie se acuerda de la gran cruzada cn
àefensa de'la l ibertad de ensenanza porque un Minis-
tro cle Educaciôn llamô a un diâlogo para reformar la
eclucaci6n a base de un consenso, pareciera que naclic
se acuerda cle célebres debates en el Senado y en la
Câmara sobre reforma constitucional en que se plan-
teaba la "i legitimidad del régimen" porque habia
creado el ârea de propiedad social, y asi miles de otras
actitucles en que los doctores de la ley miraban con
microscopio hasta la coma de un incis<l para acusar a
Allende. Después del golpe, los tttistttos, con El lçlcr'
cttio a la cabeza, legitimaron el golpe y aplaudieron
que se suprimieran lai libertades fundamentales, se tor-
turara, se violara, se asesinara y se expulsara del pais'
Los mismos Ministros de Corte, que corrfa para
acoger los recursos de amparo' ahora los rechazaban:
les "basta
que el Ministro del lnterior o la DINA, lcs
cleclare qu'e el recurrento no estâ detsnido o ratif ican
unl scntôncia <Jel Tribunal Militar que libera de ctrlpa
a los falsif icadores dc pasaportes - caso asesrnato cle
Lcte l ier - , porque la fa ls i f icac iôn se h izo cn benel ic i t l
clsl interés comun del pais, o bien inventan un nuevo
recurso de aclaraciôtr, después de dictar una scntctlcirt
a favor de una revista -Apsi-, y en otro caso declaran
que constituyen plena prueba los comunicados dc la
iNI, y por itltimo, fueron los mismos juristas dc
clerectra ios redactores dcl famoso articulo 24 tran-
sitorio, que faculta a Pinochet para hacer lo que se le
ocurre cbn los inclefensos ciudadanos: detener, expul-
sar. prohibir la entrada al pais, sin que exista recurso
alguno para defenderse de tal cfimulo de ar-
bitrariedades.Cualquier ingenuo podria creer que la compliciclad
dc la dèrecha èn todos los crimenes, atropeilos v l i-
ciuiclaciôn econ6mica clel pais- va a ser. sancionrttl;-r '
Hi.tôti.u."nte estâ comprobado que no le pasa nada'
Los mismos grandes personajes que aceptaron ser Em-
bajadores, Cônsejeros de Estado, Ministros, etc', sc las
arieglarân para sostcner que sus actitudes fusron
nut.I6ti.ut y destinadas a "evitar males mayores"' La
àc.echa es, sin duda alguna, como la Santa Orberosa
clel texto famoso de Anatole France: la mayor pros-
t i ru ta que hubo on k;s t icmpos ant iguos, scr i l t
cloclarada la primcra virgen y mârtir. andando el t icm-
po, la civil izâciôn, las instituciones, las costumbres' la
s i ln ta y rcvcrcnte t radic iôn.
Con krs mejores saludos de tu amigo'
(Fdo.) Rafael A. GumucioParis, Marzo de 1983.
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