Post on 25-Jul-2015
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
SEMINARIO COLLECTIVO: Borges problemático
Trabajo monográfico final:
Borges y el nacionalsocialismo –
consideraciones acerca
de Deutsches Requiem
- Christian Rollmann (estudiante de intercambio / Letras)
Fecha de Cursada: Primer cuatrimestre de 2009
Fecha de entrega: marzo de 2012
1
1 Introducción
Debido a su estadía en Suiza, durante la Primera Guerra Mundial, José Luis Borges
entró en contacto con el territorio lingüístico alemán, a partir de ahí la lengua y la cultura
alemana pertenecerían a las constantes de su vida. Al aprendizaje de la lengua rápidamente le
siguió el interés por la literatura alemana: La poesía del clasicismo y romanticismo,
Schopenhauer, el expresionismo contemporáneo y luego Kafka se transformarían en factores
decisivos en el pensamiento de Borges.
Después de volver a la Argentina con su familia en 1921, Borges mantuvo una relación
estrecha con el continente europeo y en su patria se le veía como europeo. A pesar de que
después de la vuelta a Buenos Aires en principio se ocupó exclusivamente de la historia y de
la cultura de su patria, la huella de Europa estaría siempre presente en su obra ensayística,
narrativa y lírica. Así logró expresar su entusiasmo por la lengua alemana en el poema Al
idioma alemán (publicado en "El oro de los tigres", 1972) donde alaba: "Tú, lengua de
Alemania, eres tu obra Capital.”1 Este poema atiende a una discusión personal del autor con la
lengua alemana que desemboca en un homenaje poco crítico de la cultura alemana.
Otra obra, en la cual Borges discute explícitamente su relación con Alemania es
Deutsches Requiem. Contrariamente al poema, el autor aquí traza una imagen completamente
distinta y más critica. Trata la fase nacionalsocialista (1933-1945) y el holocausto, la
eliminación industrial de seis millones de judíos. Borges declaró acerca del cuento en el
Epilogo de El Aleph:
“En la última guerra nadie pudo anhelar más que yo que fuera derrotada Alemania;
nadie pudo sentir más que yo lo trágico del destino alemán; Deutsches Requiem quiere
entender ese destino, que no supieron llorar, ni siquiera sospechar, nuestros
germanófilos, que nada saben de Alemania.”2
Como señala la cita, su relación con Alemania se vio fuertemente conmocionada por
los acontecimientos nazis. A su admiración por la cultura, lengua y poesía alemana se sumó
una sensación ambigua frente a los hechos del fascismo alemán reflejados en campos de
exterminio como Auschwitz. En Deutsches Requiem se nos presenta un nazi ideológicamente
consolidado, el comandante de un campo de concentración, que levanta testimonio. El texto se
dedica a la cuestión de cómo el Holocausto fue posible y cómo se pueden representar los
espantos del fascismo alemán por medios literarios. A través del acercamiento a la mente de
un autor del genocidio, Borges, por un lado, discute en la narración qué papel jugó la filosofía
1 “Al idioma alemán” en Borges, Jorge Luis, Obras completas, Buenos Aires 1974, p. 1116.2 “Epílogo” en Ibid., El Aleph, Madrid 1998, p. 69
2
alemana, particularmente Schopenhauer y Nietzsche en la fundamentación de la ideología
nazi. Por otro, enfoca la cuestión de la dicotomía entre civilización y barbarie. ¿Cómo fue
posible que en la cultura alemana, tan admirada por él, brotara la formas mas devastadora de
la humanidad? En este trabajo se pretende indagar la visión borgeana respecto a estos puntos.
Para llevar a cabo esta indagación, después de un resumen breve del cuento y de los
aspectos contextuales, se resaltarán los aspectos relevantes de la forma narrativa. A partir de
ahí, en la tercera sección me dedicaré tanto a la confluencia de la filosofía y de la ideología
nazi como a su representación en Deutsches Requiem. A continuación se trabajará la cuestión
de la coexistencia de Barbarie y civilización y los desafíos de las formas literarias
correspondientes.
2.1 Contenido
Publicado por primera vez en la revista Sur en 1946, Deutsches Requiem luego fue
incluido a la colección El Aleph (1949).3 El cuento de la autobiografía ficticia de Otto Dietrich
zur Linde, vice comandante de un campo de concentración, quien antes de su ejecución como
criminal de guerra quiso dejar testimonio de lo sucedido. En su última noche pasa revista a sus
acciones y las justifica para la posterioridad.
Otto Dietrich zur Linde es una persona “kerndeutsch”, es decir esencialmente alemán:
Sus antepasados habían muerto en la Guerra de los Siete Años, en la guerra franco-alemana,
en la Primera Guerra Mundial, su hermano cayó muerto en el otoño de 1942 en El Alamein,
Egipto. Temprano ya, en el año 1929, Otto Dietrich entra al NSDAP, el partido nazi. Luego, en
1939, fue herido en Tilsit, en el extremo nordeste del imperio, donde detrás de una sinagoga
bajo circunstancias no aclaradas recibe dos tiros en la pierna, que posteriormente pierde,
imposibilitándolo para formar parte en el servicio militar. No obstante, dos años después
tomaría el puesto del comandante adjunto en el campo de concentración Tarnowitz (lea:
Auschwitz).
La biografía personal de zur Linde tanto como su linaje familiar son emblemáticos por
el concepto de la historia del Tercer Reich que en función de crear legitimidad generó una
continuidad histórica alemana hacia el nacionalsocialismo: Los antepasados de zur Linde
lucharon en las batallas fundamentales de la posterior nación alemana y él mismo se posiciona
en la continuación de sus ancestros.
Individualmente, debido a su invalidez militar no pudo luchar en la guerra, hecho que
3 Trabajo con la edición siguiente: “Deutsches Requiem” en Borges, Jorge Luis, El Aleph, Alianza Editorial, Madrid 1998, p. 93-103.
3
lo mantuvo preocupado permanentemente. Sin poder luchar por la nación su vida es vana y se
pregunta qué sentido tiene hasta que con los aforismos de Schopenhauer llega a aceptar su
destino. También vive la guerra, aunque sea interna, representada por su relación con David
Jerusalén, un cautivo judío en el campo de concentración. El escritor judío - cuyas letras el
protagonista honra mucho - representa su desafío mayor: En función de transformarse en un
“hombre nuevo”, es decir volverse un nazi ejemplar, para él se trata de la superación de su
compasión. Con ánimo de destruir a Jerusalén, le tortura psíquicamente hasta que éste se quita
la vida.
La biografía externa de Otto Dietrich corresponde al arquetipo del nacionalsocialismo
y así mismo su biografía intelectual es típicamente nacionalsocialista. La música y la
metafísica marcaban la trayectoria de zur Linde antes del nacionalsocialismo. Además de
Shakespeare y Goethe fue influenciado por la teología protestante, la música de Brahms, las
obras de Nietzsche, Schopenhauer y Spengler, todos de alguna u otra forma le acompañaban
no solo desde que entró al partido sino también después. Estos autores representan la historia
del pensamiento alemán, los que visto desde una perspectiva más general marcaron el
fundamento del nacionalsocialismo. Figuraron en la biblioteca de cada persona burguesa, culta
alemana y también pertenecieron al canon literario borgeano.
Después de la descripción de la victoria sobre David Jerusalén el relato termina con el
cuento de la derrota alemana a la que sigue un elogio a la violencia. Según el confesado, un
nuevo orden habría brotado, debido a esto habría sido necesario destruir Alemania. Se trata de
una era en la cual ésta última no importa más, porque la violencia reemplazó “las serviles
timideces cristianas”4 y se ha impuesto a todo el mundo a través de estructurar las relaciones
sociales e internacionales.
2.2 Contexto
Deutsches Requiem no fue el único texto borgeano que se dedicó a la cuestión del
fascismo en Alemania y a la postura de sus aliados en la Argentina, los germanófilos. Entre
los textos que tratan la cuestión nazi son diversos ensayos que aparecieron en El Hogar o más
tarde en la revista Sur.5 En ellos Borges se expresa específicamente sobre diversos aspectos
del régimen nazi en Alemania y comenta los eventos de los acontecimientos contemporáneos,
tales como la evolución de la guerra en Europa.
4 “Deutsches Requiem” op. cit., p. 103.5 Por ejemplo en los siguientes textos: Yo, judío” (abril 1934), “Ensayo de imparcialidad” (oct. 1939),
“Definición de germanófilo” (dic. 1940), “1941” (dic. 1941), “Anotación al 23 de agosto de 1944” (oct. 1944), “Nota sobre la paz” (jul. 1945)
4
En contraposición al texto El milagro secreto escrito en 1943, desde la perspectiva de
una víctima de los nazis, el propósito de Borges en el texto discutido es el acercamiento a la
vida interior de un victimario nacionalsocialista. Publicado en 1946, sólo meses después de los
así llamados Procesos de Núremberg, el contexto de Deutsches Requiem, repasa los eventos de
los juicios a los criminales de guerra llevados a cabo en la sureña ciudad alemana. Por lo
tanto, al público a nivel mundial no le cupo duda sobre las barbaridades cometidas por el
pueblo alemán.
Para ser un nazi ideológicamente convencido zur Linde es un caso excepcional; este
aspecto constituye un elemento central del anti-texto en relación a la realidad histórica creada
por el autor. Los verdugos y los asesinos en los juicios mostraban su desprecio profundo a sus
víctimas, mientras que zur Linde, como una suerte de contraejemplo, admitió que sintió
compasión. Es interesante destacar que ninguno de los criminales nazi en Núremberg ha
testificado, ya que se declararon a sí mismos inocentes. No solo por la perspectiva narrativa
desde el punto de vista nazi, sino también debido a la glorificación de la barbaridad y de la
violencia fanática se trata de una forma de anti-texto en cuanto a los hechos históricos y
también a la literatura sobre el holocausto.6
3 Genero y perspectiva narrativa
Determinar el género del texto es problemático. Estéticamente es un híbrido de
diferentes tipos de textos: la autobiografía, la confesión, el informe de justificación y la
autoficción. Ya en las primeras frases Borges rompe con los rasgos típicos del cuento a través
de la introducción de comentarios editoriales y de referencias a la historia alemana. Así se
destruye la autonomía ficticia inherente (constituyente) del cuento.7
A primera vista el cuento sigue el modelo narrativo de la autobiografía, es decir se trata
de una prosa retrospectiva, en la cual una persona (real) escribe sobre su vida:8 En Deutsches
Requiem el narrador en primera persona registra su vida en la que será la última noche que le
queda por vivir. Pero ya la intención de exponer sus convicciones entregadas a la posteridad
destruye el marco típico de la autobiografía, la que en realidad debería reflejar la verdad y la
autenticidad de los hechos vividos. En este sentido el cuento lleva más bien rasgos de una
profesión de fe, es decir, rasgos confesionales. Esto toma cuerpo ya en los principios del texto
cuando zur Linde predice que será un símbolo del futuro.
6 Cf. Aizenberg, Edna, Postmodern or Post-Auschwitz. Borges and the limits of representation en Variaciones Borges (3/1997), p. 147.
7 Cf. Hanke-Schaefer, Adelheid, Totenklage um Deutschland. Echo deutscher Stimmen im Werk von Jorge Luis Borges, Berlin 2007, p. 110.
8 Acerca del concepto de la autobiografía vease Lejeune, Philippe, L'acte autobiographique, Paris 1975.
5
“Quienes sepan oírme, comprenderán la historia de Alemania y la futura historia del
mundo. Yo sé que casos como el mío, excepcionales y asombrosos ahora, serán muy en
breve triviales. Mañana moriré, pero soy un símbolo de las generaciones del porvenir.”9
La vida representada vanidosamente y falsificada por el narrador es corregida por un
editor que en las notas al pie de página previene al lector de las mentiras del protagonista; a
partir de ahí ocupa la voz autorial y como consecuencia el monólogo deviene en un diálogo.
Este indica la omisión de un antepasado judío muy célebre en su línea genealógica.10 Resulta
que el lector no puede constatar al fin y al cabo quién miente aquí: ¿Es el narrador el que
silencia a su antepasado? ¿O es la voz antagonista que miente? Las voces contradictorias son
introducidas en función de desconcertar al lector.
Borges refuerza las dudas y las equivocaciones respecto al nivel de la narración y a la
veracidad a través de la introducción de referencias aparentemente científicas y de datos
históricos. Son numerosas las citas tanto de personajes históricos, tales como Schopenhauer,
Nietzsche, además de Goethe y Brahms, entre otros, ligadas al pensamiento alemán como los
detalles de la época del Tercer Reich, sin embargo no funcionan como certificación de una
representación real histórica, sino que por el contrario, en el lector aumenta la sensación de
entrar a un ambiente de una autenticidad aparente, pero no real.11 Estos referentes
aparentemente documentales son los recursos borgeanos que forman la esfera entre realidad y
ficción. Para reforzar este sentimiento, Borges en su típico estilo utiliza elementos fantásticos,
los cuales llevan al lector a un laberinto de dudas e incertidumbres. Literatura fantástica, aquí
es entendida como un sistema literario que expone lo sobrenatural-improbable, evocando
dudas en el lector, como por ejemplo, si lo que está escrito es verdadero o no, hasta que
finalmente los limites entre realidad y ficción se desdibujan. Tales elementos se encuentran,
por ejemplo, en la exposición de los métodos de tortura de David Jerusalén:
”Yo había comprendido hace muchos años que no hay cosa en el mundo que no sea
germen de un Infierno posible; un rostro, una palabra, una brújula, un aviso de
cigarrillos, podrían enloquecer a una persona, si ésta no lograra olvidarlos. ¿No
estaría loco un hombre que continuamente se figurara el mapa de Hungría?”12
La base de la tortura, igualmente utilizada en otro textos borgeanos,13 se basa en la idea
9 “Deutsches Requiem” op. cit., p. 94. 10 Literalmente: “Es significativa la omisión del antepasado más ilustre del narrador, el teólogo y hebraísta
Johannes Forkel (1799-1846), que aplicó la dialéctica de Hegel a la cristología y cuya versión literal de algunos de los Libros Apócrifos mereció la censura de Hengstenberg y la aprobación de Thilo y Geseminus. (Nota del editor.)”
11 Cf. Neumeister, Sebastian, Borges und der deutsche Geist. In: Iberoromania (3/1975), p. 136.12 “Deutsches Requiem”, op. cit., p. 100.13 Por ejemplo en “El Zahir” y “Funes, el Memorioso”.
6
de que cada objeto es tortura, cuando alguien no puede dejar de pensar en esto. En la narración
como consecuencia de la tortura, que después se establecerá como norma en el campo de
concentración, Jerusalén primero pierde la mente y luego se suicida. La noción fantástica es
fomentada por una intervención del editor quien señala que allí hace falta omitir algunas frases
de la confesión de zur Linde.14
El cuento se caracteriza por las transiciones fluidas entre verdad, probabilidad y
ficción. Los límites entre realidad y ficción son abolidos, desaparece la posibilidad de revisar
el nivel de veracidad, lo que inevitablemente conduce a la ficcionalización de la realidad.15
Dado esto, en cuanto al género del texto, parece adecuado el concepto de la nueva
autobiografía, es decir el de la autoficción. Partiendo de las reflexiones de Serge Doubrovsky
a quien este concepto se remonta, Alfonso del Toro define autoficción de la siguiente manera:
“El autor y la figura no forman ninguna unidad, la reivindicación (Anspruch) de verdad
y de autenticidad es dudosa, lo autobiográfico está legitimado sólo por el cuento, no
existe ninguna reivindicación a integridad, sino fragmentación, ficcionalización, una
multitud de identidades, máscaras, falta de obligaciones, dispersión de sentido y un
genero indefinido.”16
Estos aspectos son vigentes para el cuento discutido, muchas de las características
identificadas según Toro se reflejan en la polifonía del texto. Aparte de la voz del narrador y la
del editor aparece como tercera la discusión filosófica en cuanto a las referencias a Nietzsche,
Schopenhauer y otros. Fuera de eso, el lector participa en la interrelación de voces, continúa el
diálogo y garantiza la estructura abierta del texto. A través de la polifonía de las distintas
voces, particularmente la disputa entre la figura del narrador y del editor, el texto abandona la
estructura cerrada del monologo lo que sienta las bases para la polisemia de la narración.
4 Referencias a Schopenhauer y Nietzsche
Tanto Hitler como una serie de filósofos contemporáneos fascistas admiraron a
Friedrich Nietzsche. Varios autores han indicado que existió una estrecha relación entre las
ideas del filósofo y la ideología nazi; aquí en particular la idea del “Übermenschen”
14 Véase acerca del uso de la fantástica más en la quinta sección. 15 Cf. Neumeister, op. cit., p. 133.16 de Toro, Alfonso, Die postmoderne 'neue Autobiographie' oder die Unmöglichkeit einer Ich-Geschichte am
Beispiel von Robbe-Grillets 'Le miroir qui revient' und Doubrovskys 'Livre brisé en Groß, Sybille et. al. (eds.), Dulce et decorum est philoligiam colere: Festschrift für Dieter Briesemeister zu seinem 65. Geburtstag, Berlin 1999, p. 1433.
“Autor und Figur bilden keine Einheit, der Wahrheits- und Authentizitätsanspruch ist fraglich, das Autobiografische ist nur legitimiert durch die Erzählung, kein Anspruch auf Vollständigkeit, Fragmentarisierung, Fiktionalisierung, Vielzahl von Identitäten, Masken, Unverbindlichkeiten, Sinnstreuung und Gattungsunbestimmbarkeit.” (La traducción es mia.)
7
(superhombre) es semejante a la idea del hombre nuevo nacionalsocialista.17 Existiendo más
bien un confrontamiento a la idea de la moral cristiana en relación a la servidumbre, el cual
fue otro aspecto concordante entre los dos pensamientos. Procesos de apropiación intelectual
similares se se puede constatar respecto a la obra de Schopenhauer cuyas reflexiones acerca
del pesimismo cultural fueron interpretadas como precursoras para el nacionalsocialismo en
los tiempos de la entre-guerra.18
Las ideas de Nietzsche y Schopenhauer no solo formaban parte de las bases
intelectuales nazis, sino también coherentemente cumplían un papel clave en la trayectoria del
nazi ideal. En su autorretrato El Alemán muchas veces hace alusión a la filosofía de
Schopenhauer y Nietzsche y en el transcurso de su confesión aplica sus sentencias que ayudan
a tomar decisiones significativas. En el comienzo describe el nacionalsocialismo como un
fenómeno religioso, comparable a los principios del cristianismo o del Islam, sin embargo, no
lo ve basado en la tradición cristiana sino en la de Nietzsche.19
Hay varios sitios, donde zur Linde aplica axiomas filosóficos a su propia vida, las dos
reflexiones más relevantes para el tema es la que plantea la cuestión de como vivir con la
mutilación grave. Después de ser herido en Tilsit y no solo perder una pierna sino también la
potencia productiva,20 busca consuelo en Parerga y Paralipomena de Schopenhauer, una
colección de reflexiones filosóficas que contienen una gran cantidad de aforismos. A zur
Linde le parece que después de su herida no va ser más un hombre de los hechos cómo sus
antepasados. En Schopenhauer, sin embargo, encuentra la solución:
„En el primer volumen de Parerga y Paralipomena releí que todos los hechos que
pueden ocurrirle a un hombre, desde el instante de su nacimiento hasta el de su muerte,
han sido prefijados por él. (...) No hay consuelo más hábil que el pensamiento de que
hemos elegido nuestras desdichas; esa teología individual nos revela un orden secreto y
prodigiosamente nos confunde con la divinidad. ¿Qué ignorado propósito (cavilé) me
hizo buscar ese atardecer, esas balas y esa mutilación? ”21
Cree entender que su destino fue, tanto como para sus antepasados, predestinado a
servir a la nación alemana nazi, y a través de esta cognición llega a aceptar su mutilación.
Vivir con ella es más valiente que morir luchando.
17 Cf. Taureck, Bernhard, Nietzsche und der Faschismus. Eine Studie über Nietzsches politische Philosophie und ihre Folgen, Hamburg 1989, p. 80.
18 Cf. Schmitz-Berning, Claudia, Vokabular des Nationalsozialismus, Berlin 2000, p. 315.19 “Deutsches Requiem”, op. cit., p. 9620 Esto sugiere la imagen del „gato enorme y fofo “en la repisa que le acompaña en su hospitalización y la
intervención del editor que comenta que la herida era aún más grave de lo que el narrador quisiera admitir. 21 “Deutsches Requiem”, op. cit., p. 97.
8
„Morir por una religión es más simple que vivirla con plenitud. (...) un acto es menos
que todas las horas de un hombre. La batalla y la gloria son facilidades (…). El siete de
febrero de 1941 fui nombrado subdirector del campo de concentración de Tarnowitz.”22
De este modo, zur Linde aplica los principios de Schopenhauer para facilitar su
comprensión mundial y para tener máximas que le otorguen sentido a su vida. Pues a través de
esta aceptación, a pesar de la herida, puede vivir una vida ejemplar en el sentido
nacionalsocialista. Visto desde la inherencia del texto, la mediación de Otto Dietrichs zur
Linde representa exactamente el supuesto mito del destino germano/alemán que el
nacionalsocialismo cultivó y que el protagonista a partir de ahí interiorizó. En esta variante de
la historia es consecuente que el fin de la mediación haya formado Auschwitz.
Los conceptos de Nietzsche entran en juego cuando el protagonista quiere deshacerse
de la piedad que le impide seguir completa y enteramente al nacionalsocialismo y a su bruta
ideología. La escena clave es donde describe su comportamiento hacia un cautivo del campo
de concentración, un poeta de nombre David Jerusalén. El judío es descrito como un hombre
de 50 años que no posee ni bienes materiales ni prestigio. Un perseguido que ha dedicado su
talento al elogio de la felicidad. Un hombre de ojos notables, piel amarillenta y barba negra,
prototipo del judío sefardí, o sea, “el judío de por sí”.23 Interviene el editor otra vez para
aclarar que sus obras no son conocidas, tampoco hay indicaciones sobre este autor que según
el comandante nazi tiene la capacidad de escribir letras que “se alegra[n] de cada cosa, con
minucioso amor.”24 Aprendemos que Jerusalén es “una detestada zona”25 en el alma de Otto
Dietrich y que su existencia real está en cuestión, más bien figura como álter ego y su
destrucción es la prueba central para devenir en un „hombre nuevo“.
„El cobarde se prueba entre las espadas; el misericordioso, el piadoso, busca el examen
de las cárceles y del dolor ajeno. El nazismo, intrínsecamente, es un hecho moral, un
despojarse del viejo hombre, que está viciado, para vestir el nuevo.“26
A partir de esta comprensión cambia su comportamiento de nuevo. Para Schopenhauer,
la piedad es “el fenómeno primordial de la moral”27 y solamente existen tres clases de motivos
que suelen impulsar a toda acción humana: a) El interés propio, b) La compasión y c) La
crueldad. Al combatir la compasión se destruye la sensación y como consecuencia ésta se
transforma en crueldad. Precisamente este cambio se efectúa en Otto Dietrich. No se refiere 22 Op. cit., p. 98.23 Ya su nombre lo simboliza. 24 Op. cit., p. 99.25 Loc. cit.26 Op. cit., p. 98.27 “Urphänomen der Moral”, cf. Schopenhauer, Arthur, Preisschrift über die Grundlage der Moral en Id.,
Sämtliche Werke. Frankfurt 1986, t. 3, S. 744s.
9
más a la doctrina de la piedad de Schopenhauer, sino que vive a partir de este momento según
las máximas de Nietzsche. No muestra más compasión, sino que devino en el hombre nuevo y
se remite a Zaratustra que en el respectivo texto nietzscheano muestra desprecio por la piedad
que considera como forma inferior de la superioridad.
“No en vano escribo esa palabra; la piedad por el hombre superior es el último pecado
de Zarathustra. Casi lo cometí (lo confieso) cuando nos remitieron de Breslau al insigne
poeta David Jerusalén.“28
Después que Schopenhauer ha ayudado a aceptar la desgracia, ahora a esto se le suman
los ideales de Nietzsche que exigen la fuerza de voluntad para hacerse superhombre, o sea
Übermensch. El tono oscuro, poético-profético de Zaratustra, en el protagonista evoca la
fuerza de voluntad para superar la compasión hacia Jerusalén. El hombre viejo ya no sirve, la
transcendencia se ha efectuado con la muerte del judío. Borges aquí pregunta al esbozar la
procedencia y el perfil intelectual de un comandante de campo de concentración ¿cual fue el
camino que ha llevado a Schopenhauer (entre otros) al estado nacionalsocialista, que
transformó la compasión a la impiedad?
Concluyendo, al contrario de los criminales de guerra reales en los procesos de
Núremberg, Jorge Luis Borges diseña en Deutsches Requiem un nazi ideal y consolidado
ideológicamente que no siente ni arrepentimiento ni remordimientos - y que, no obstante,
presta declaración. Otto Dietrich está formado intelectualmente y su lectura forma la base de
sus acciones. Así se testimonian y contextualizan las obras de los filósofos alemanes en el
ambiente nacionalsocialista. Borges al redactar esta obra ejerció un experimento que no tenía
precedente real: Ninguno de los nazis en los juicios fue capaz de admitir sinceramente como
había sido posible tener un puto de partida tal como Schopenhauer y Nietzsche y desde ellos
haber llegado a lo que significó Hitler (para la humanidad).
5 La cuestión de la coexistencia de barbarie y civilizaciónA partir de la discusión sobre el trasfondo intelectual de la Alemania nazi, Borges en el
nivel meta discute la cuestión de la relación entre barbarie y civilización. Este motivo
corresponde a la idea de Freud que la barbarie está inserta en el principio de civilización.
Destacó que la civilización no solo inhibe la barbarie, sino la intensifica.29 Igual que Freud,
Borges durante los años veinte había trabajado la cuestión de la contradicción entre barbarie y
civilización con vistas a la oposición campo-cuidad en la Argentina. Esperaba que en algún
28 Op. cit. p. 9829 Cf. Freud, Siegmund, Das Unbehagen in der Kultur. Und andere kulturtheoretische Schriften. Frankfurt
1994.
10
momento la cultura se impusiera a las formas de vida y relaciones sociales en el campo.30
Algunos años más tarde, en los treinta y cuarenta, no le quedó otra que tomar nota de que en
Alemania pasaba lo contrario a su visión de futuro: De una cultura tan apreciada a una forma
indescriptible de barbaridad y desprecio humano, cuyas dimensiones fueron casi imposibles de
imaginar.31
Para indagar más sobre esta pregunta el protagonista medita sobre su historia personal
y su forma de pensar que ya se ha discutido en la sección anterior. En el transcurso, el
comandante del campo de concentración, “el abominable”, confronta al lector con el hecho de
que a pesar de que (o quizás justamente por esto) su formación estaba en condiciones para
llevar a cabo sus acciones bestiales:
“Antes, la teología me interesó, pero de esa fantástica disciplina (y de la fe cristiana)
me desvió para siempre Schopenhauer, con razones directas; Shakespeare y Brahms,
con la infinita variedad de su mundo. Sepa quien se detiene maravillado, trémulo de
ternura y de gratitud, ante cualquier lugar de la obra de esos felices, que yo también
me detuve ahí, yo el abominable.”32
Aquí queda claro que Borges con su descripción de los rasgos más repugnantes de la
tiranía y del genocidio, intelectualmente experimenta lo que Theodor W. Adorno iba a exigir
15 años más tarde con ocasión de los procesos de Auschwitz: Los culpables deberían ser
examinados mediante estudios profundos, tal como el psicoanálisis, de manera que se hiciera
evidente que una persona podía convertirse en monstruo y ser capaz de realizar tales
atrocidades.33 El filósofo alemán formula la hipótesis de que la rabia se dirige sobre todo
contra aquellos que están socialmente marginados, que se consideran – sea justo o no – como
felices.34 Otro aspecto que Adorno más tarde alega para llegar a una comprensión mejor del
holocausto es la lucha contra la piedad. En la contemplación acerca de la índole de los
individuos que llevaron a cabo el genocidio subraya el aspecto de la superación del dolor
propio o ajeno. Entendemos que el dolor ajeno aquí se asemeja a lo que describió zur Linde
como compasión respecto a su álter ego. Escribe Adorno:
„La ponderada dureza que debe lograr la educación significa, sencillamente,
30 Hace falta una crítica al concepto de civilización. Hay que señalar que la dicotomía entre lo que es considerado progresivo (civilizado) o retrasado (barbarie) se inscribe en un concepto de la modernidad que a partir de la expansión de una cierta historia local (europea) cobró vigencia a nivel mundial. A partir de su hegemonía se definió todo lo que difiere de esta visión particular de modernidad como deficitario.
31 Cf. Zepp, Susanne, Borges und die Skepsis, Stuttgart 2003, p. 97.32 “Deutsches Requiem”, op. cit. p. 9533 Cf. “Erziehung nach Auschwitz.” (1966), en Adorno, Theodor W., Erziehung zur Mündigkeit, Frankfurt am
Main 1970, p. 103.34 Cabe perfectamente la descripción de la figura de Jerusalén
11
indiferencia al dolor. Al respecto, no se distingue demasiado entre dolor propio y ajeno.
La persona dura consigo misma se arroga el derecho de ser dura también con los
demás, y se venga en ellos del dolor cuyas emociones no puede manifestar, que debe
reprimir.“35
En la pelea de Otto Dietrich zur Linde con David Jerusalén, Borges expone la postura
descrita mucho tiempo antes de haber sido formulada así por Adorno. La brutalidad del
incapaz de sentir violencia („me falta toda vocación de violencia“) contra el secretamente
adorado poeta – la modificación de la moral de piedad de Schopenhauer en su contrario36 – es
la lucha interna del fascista:
“Ignoro si Jerusalén comprendió que si yo lo destruí, fue para destruir mi piedad. Ante
mis ojos, no era un hombre, ni siquiera un judío; se había transformado en el símbolo
de una detestada zona de mi alma. Yo agonicé con él, yo morí con él, yo de algún modo
me he perdido con él; por eso, fui implacable.”37
El tono tranquilo y objetivo que Otto Dietrich utiliza, indica el grado de cosificación al
que su conciencia ha llegado a través de deshacerse de sus emociones. El nazi, dice Adorno en
el análisis del verdinglichten Bewusstsein38, primero uno mismo iguala al objeto para luego
hacer lo mismo con el otro, es decir cosificar a sus víctimas, la cual habría sido la condición
del holocausto. Opuesta a esta conciencia que zur Linde nos presenta está ubicada la
exposición detallada y adecuada de su propio nivel cultural e intelectual. Esta figura como la
pareja (Pendant) de la profesión de verdugo que desempeña y señala la doble existencia de
barbarie y civilización en el protagonista. Como ejemplo de la realidad podemos recurrir a
Heinrich Himmler, comandante jefe de la SS y organizador principal del holocausto, quien se
consideró una persona culta que igualmente leía historia y filosofía.39
En su búsqueda de las herramientas que debían ayudarle a comprender la metamorfosis
de los alemanes, Jorge Luis Borges sobre todo se planteaba un número de interrogantes, pero
no daba respuestas. El no entendimiento se expresa mejor en la descripción de la tortura de
Jerusalén. A través de la muerte de Jerusalén, zur Linde vence a su judío interior y a su
piedad. Como ya se ha mencionado la tortura síquica al poeta lo vuelve loco hasta que
finalmente se quita la vida. La tortura representa aquí las atrocidades de los campos de
35 “Erziehung nach Auschwitz”, op. cit. versión castellana de “La educación después de Auschwitz” en http://www.comisionporlamemoria.org/investigacionyense%C3%B1anza/pdf_biblioteca/Adorno-%20La%20educaci%C3%B3n%20despu%C3%A9sd%20e%20Auschwitz.pdf
36 Cf. por ejemplo §§ 18 y 19 en Schopenhauer, Arthur, Preisschrift über die Grundlage der Moral [1839], Berlin 2006.
37 “Deutsches Requiem”, op. cit., p. 100.38 conciencia cosificada39 Cf. Kater, Michael, Das „Ahnenerbe“ der SS 1935–1945, München 2001, p. 35
12
concentración, los que para muchos escapan de las capacidades humanas de explicación. Para
dejar clara la ausencia de explicación Borges elige la forma de la omisión.
“Determiné aplicar ese principio al régimen disciplinario de nuestra casa y... “40
El editor comenta la omisión de los detalles del régimen en “su casa”, es decir,
Tarnowitz así: „Ha sido inevitable, aquí, omitir unas líneas.“41 El silencio, el callar, el dejar
libre, estos recursos literarios representan los limites de descriptibilidad y remiten a la
imposibilidad de la representación literaria del horror en los campos de exterminio. Borges
sabía que la tortura y la barbaridad cotidiana en los campos nazis superaban las capacidades de
reproducción literaria y era preferible dejar este pasaje a la imaginación del lector. Resaltó
Adorno en Kulturkritik und Gesellschaft, que no se puede ni entender ni nombrar
adecuadamente el horror en su aparición histórica nacionalsocialista: "Escribir poesía después
de Auschwitz es un acto de barbarie."42
6 Observación finalPodemos concluir que con Deutsches Requiem Jorge Luis Borges practica un
experimento de la imitación estilística: El objeto de imitación que eligió, la lengua e ideología
del nacionalsocialismo alemán, fue extremamente distinto a su propio estilo. De esto consta la
dificultad del arte de la imitación. En su cuento trata de unir lo más lejano (el comandante de
campo de concentración) con lo más próximo (el mismo).
Sabemos que Borges compartía muchas características con zur Lindes: Leía a los
mismos autores y particularmente estudiaba con abundancia Parega und Paralipomena.43 En la
exposición de su historia familiar acentuó muy a menudo los rendimientos militares de sus
ancestros y mencionaba que no se sentía digno de su linaje.44 Más allá de esto, la estructura
formal de su ensayo autobiográfico, dónde deja repasar su vida, se asemeja mucho al cuento
discutido.45
Se puede leer Deutsches Requiem no solo como intento de lograr una imitación
perfecta, sino a su vez como una discusión interna de Borges con la potencialidad de
civilización y barbarie en cada uno de nosotros. Se trata de una meditación sobre las
condiciones que hicieron posibles la existencia del nacionalsocialismo y sobre la cuestión de
qué papel cumplieron los precursores intelectuales en este contexto. 40 “Deutsches Requiem”, loc. cit.41 Loc. cit.42 Adorno, Theodor W, Kulturkritik und Gesellschaft I, Frankfurt 1977, p. 30. 43 Cf. Hanke-Schaefer, op. cit., p. 38. 44 Por ejemplo en “Inscripción sepulcral” que dedicó a su abuelo. 45 Cf. “Un ensayo autobiográfico” accesible en linea en
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/14767/Un_ensayo_autobiografico
13
La glorificación de la barbaridad que zur Linde presenta al lector frente al contexto
contemporáneo parece extraña a primera vista. Pero entendemos que el desafío con que
Borges confrontó al lector fue el intento de entender a zur Linde. Reforzado por los recursos
lingüísticos y la polifonía, el entender es algo que el lector no logra. Seguir la argumentación
nazi es apenas alcanzable y justamente en eso constaba la intención de Jorge Luis Borges al
escribir el poema: El holocausto se contrapone a la capacidad del entender,
Nachvollziehenkönnen. No puede existir ni siquiera la capacidad de comprensión humana ni
la posibilidad de conformarse con la narrativa nazi.
Llama la atención que la descripción permanece neutral. Borges no acusa ni a los
intelectuales contemporáneos que fueron corrompidos por el nacional socialismo ni a los
filósofos que pusieron una - entre muchas - bases para la ideología nazi. Borges fue criticado
varias veces por la neutralidad en su postura. Podemos suponer que justamente en una
exposición realista de una barbarie en potencia al interior de la civilización, uno puede
encontrar la moral del cuento. El texo funciona como una suerte de advertencia, dándonos a
entender que a pesar de la existencia de culturas aparentemente avanzadas a nivel cultural,
intelectual y científico, existe un abismo humano que no puede ni debe ser descartado.
Auschwitz lo dió por hecho.
7 Bibliografía
Textos primarios:
Borges, Jorge Luis
“Deutsches Requiem” en Borges, Jorge Luis, El Aleph, Alianza Editorial, Madrid 1998, p. 93-103.
“Epílogo” en Borges, Jorge Luis, El Aleph, Madrid 1998, p. 69
“Al idioma alemán” en Borges, Jorge Luis, Obras completas, Buenos Aires 1974, p. 1116.
Borges, Jorge Luis, Un ensayo autobiografico, Buenos Aires 1999.
Schopenhauer, Arthur, Preisschrift über die Grundlage der Moral en Ibid., Sämtliche Werke. Frankfurt 1986, t. 3.
Freud, Siegmund, Das Unbehagen in der Kultur. Und andere kulturtheoretische Schriften. Frankfurt 1994.
Textos secundarios:
Adorno, Theodor W., Erziehung nach Auschwitz, (1966), en Ibid., Erziehung zur Mündigkeit,
14
Frankfurt am Main 1970, p. 92–109.
Adorno, Theodor W, Kulturkritik und Gesellschaft I, Frankfurt 1977.
Aizenberg, Edna, Deutsches Requiem 2005 en Variaciones Borges (20/2005), p. 33-57.
Aizenberg, Edna, Postmodern or Post-Auschwitz. Borges and the limits of representation en Variaciones Borges (3/1997), p. 141-152.
Berg, Walter Bruno, Borges y Alemania, en: de Toro, Alfonso/ de Toro, Fernando (Eds.), El siglo de Borges. Vol. I: Retrospectiva – Presente – Futuro, Madrid 1999, p. 451-464.
de Toro, Alfonso, Die postmoderne 'neue Autobiographie' oder die Unmöglichkeit einer Ich-Geschichte am Beispiel von Robbe-Grillets 'Le miroir qui revient' und Doubrovskys 'Livre brisé en Groß, Sybille et. al. (eds.), Dulce et decorum est philoligiam colere: Festschrift für Dieter Briesemeister zu seinem 65. Geburtstag, Berlin 1999, p. 1407-1443.
Hanke-Schaefer, Adelheid, Totenklage um Deutschland. Echo deutscher Stimmen im Werk von Jorge Luis Borges, Berlin 2007.
Kater, Michael, Das „Ahnenerbe“ der SS 1935–1945, München 2001
Neumeister, Sebastian, Borges und der deutsche Geist. Die Erzählung Deutsches Requiem, en Iberoromania. Revista para el estudio de las lenguas y literaturas de España, Portugal e Iberoamérica. (3/1975), p. 125-140.
Schmitz-Berning, Claudia, Vokabular des Nationalsozialismus, Berlin 2000.
Senkman, Leonardo, Borges y el mal del nazismo, en Solotorevsky, Myrma/Fine, Ruth (Eds.), Borges en Jerusalén, Madrid 2003, p. 167-180.
Taureck, Bernhard, Nietzsche und der Faschismus. Eine Studie über Nietzsches politische Philosophie und ihre Folgen, Hamburg 1989.
Zepp, Susanne, Jorge Luis Borges und die Skepsis, Stuttgart 2003.
15