No despierten - abss.k12.nc.us · —Ante nosotros está el panteón donde la momia del gran rey...

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Escrito por N. M. Ryan • Ilustrado por Brock Nicol

No despierten a la momia

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Libro de Nivel UNo despierten a la momia

Un libro de lectura de Reading A–Z, Nivel UNúmero de palabras: 2,608

Escrito por N. M. RyanIlustrado por Brock Nicol

No despierten a la momia(Don´t Wake the Mummy)Libro de lectura Nivel U© Learning A–ZEscrito por N. M. RyanIlustrado por Brock NicolTraducido por Lorena F. Di Bello

Todos los derechos reservados.

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No despierten a la momia

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Contenidos

Capítulo Uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Capítulo Dos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Capítulo Tres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Capítulo Cuatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

Capítulo Cinco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Capítulo Seis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

Capítulo Uno

—Decir el nombre del muerto es traerlo a la vida nuevamente —susurró el guía del tur en tono inquietante . La clase rio de lo que pensaron que era otra parte actuada del tur .

—A través de la tumba —continuó— y especialmente cuando entremos al panteón, debemos referirnos a la momia como “el rey” o “faraón” . —¿Entendieron? —Los miembros del grupo hicieron un gesto de aprobación con la cabeza y en el mismo momento se dieron cuenta de que esta no era otra superstición . Yo sabía que el guía estaba diciendo la verdad porque había leído sobre el tema en Internet cuando me preparaba para nuestra excursión . Ahora aquí estábamos, en Egipto, dentro de una pirámide real, bajando al panteón para ver una momia real .

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—Vengan conmigo, niños . Caminen con energía . —La voz chillona de la Srta . Cracabán se escuchó por sobre el ruido, y todos comenzaron a salir de la sala ritual en fila obedientemente de a dos, todos excepto Simón . Lo encontré al final de la habitación tratando de descifrar los jeroglíficos que estaban en la pared . —Simón Montaner, ¿qué harías sin mí? —le dije burlándome— . Honestamente, a veces pienso que realmente quieres quedarte atrás . —A él no le importaba; sentía curiosidad por todo y no estaba feliz a menos que tuviera un problema que resolver .

—¡Amelia, mira! Descubrí qué quiere decir esto —Simón dijo . Miré rápidamente para atrás para ver si la cola había avanzado mucho . Sólo la mitad del grupo había salido de la habitación, así que supuse que teníamos un par de minutos todavía . Definitivamente quería escuchar lo que Simón había descubierto, pero de ninguna manera quería tener problemas con la Srta . Cracabán .

—Aquí dice que a las momias les sacaban el cerebro por la nariz . —Simón se sonrió de la asquerosidad . El guía no había mencionado ninguno de los detalles que Simón estaba describiendo . Supongo que el guía pensaría que sería demasiado espeluznante para nuestra clase de cuarto grado . Tenía que admitirlo; era bastante repugnante, sin embargo ahí estaba escuchando a Simón traducir el proceso de momificación completo .

—¡Puaj! —fruncí la cara en signo de disgusto, alejándome del último dibujo que estaba en la pared y justo a tiempo vi a los últimos dos alumnos saliendo de la recámara . Mi asco quedó atrás inmediatamente por la necesidad de no meterme en problemas, así que tomé a Simón de la camiseta y lo arrastré hacia la puerta . Esperamos a que la Srta . Cracabán se diera vuelta y nos deslizamos al final de la fila .

Nuestros compañeros de clase subieron un tramo de las escaleras dando pisotones y charlando, y entraron a un angosto pasillo que iba hasta la próxima recámara . Simón se paró para inspeccionar cada insecto y objeto que se nos cruzaba en el camino . Tuve que arrastrarlo de vuelta a la fila por lo menos tres veces . Finalmente, nos apretujamos en una habitación donde las paredes estaban cubiertas con imágenes de faraones y varios dioses . El guía hizo señas para que todos nos reunamos alrededor de una de las imágenes . Empezó una explicación de la relación entre el faraón y su gente y cómo el faraón estaba

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conectado con los dioses . Por supuesto, yo ya sabía esta historia, pero era cien veces más fascinante escucharla mientras miraba los verdaderos jeroglíficos sobre las paredes, que leer sobre el tema en la escuela . Simón, sin embargo, no lo encontraba tan interesante como yo y había decidido interpretar su propia historia . Se mantuvo lo suficientemente cerca del grupo, así que decidí dejarlo solo .

El guía terminó su relato sobre la vida del faraón y se dirigió a la parte de atrás de la habitación . Se paró en la entrada y pidió que le prestáramos atención . —Ante nosotros está el panteón donde la momia del gran rey yace . —La habitación se silenció completamente . El guía había capturado el interés de todos, hasta el de Simón— . ¡Entren si se atreven! —gritó, y luego desapareció en la oscuridad del

panteón . Simón y yo pensamos que era todo muy teátrico, pero bastante genial . Nos colocamos en la cola y caminamos, en fila de a uno, hacia la tumba .

Se escuchaba el eco de exclamaciones de sorpresa en la recámara a medida que el sarcófago colorado se hacía visible . Esta habitación era mucho más pequeña que las otras, y todos nos apretujamos alrededor, dándonos codazos para poder tener una vista cercana cuando el guía despacio levantaba la tapa para revelar la momia de tamaño real que estaba adentro . Se escucharon chillidos que venían de un grupo de niñas que se fueron para atrás, desocupando los lugares privilegiados del frente . Simón y yo llegamos entre apretones hasta el sarcófago y observamos con pavor a la momia .

Un grupo de niños ansiosos se metió a empujones entre nosotros . Me mantuve en mi lugar todo el tiempo que pude, pero me empujaban demasiado . Finalmente logré salir de la masa de cuerpos a los apretones y fui a buscar a Simón . Estaba sentado en un rincón leyendo un libro antiguo lleno de cientos de ilustraciones . Espié por sobre su hombro cada una de las hojas de dibujos de los faraones que iban en barcos viajando a misteriosos lugares .

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Capítulo Dos

—¿Adónde van? —pregunté . —Me estoy fijando —murmuró Simón— . Pero creo que están viajando al infierno . —Eché un vistazo por sobre mi hombro para ver dónde estaban los otros y vi que ya habían salido de la tumba . Salté de pánico y corrí hacia la otra habitación . —¡Todos se fueron, Simón! —grité desde allí . Corrí de vuelta hacia el panteón para sacarlo— . ¡Simón, vamos! Vamos a tener problemas con la Srta . Cracabán .

Ni siquiera me miró . Impacientemente, fui a pisotones hasta él y lo agarré del brazo .

—¡Ya lo descubrí! —gritó— . El dibujo se refiere al viaje que el Rey Amenhotep II hizo en un tipo de nave solar cuando iba camino al dios sol .

Dejé caer su brazo y sentí que una mueca de horror se extendía por mi cara .

Simón se disculpó inmediatamente . —Lo siento, Amelia . No fue mi intención que nos quedáramos aquí tanto tiempo . No te preocupes . Tal vez la Srta . Cracabán no se dé cuenta de nuestra ausencia si nos apuramos .

—Dijiste su nombre —susurré .

—¿El nombre de quién? ¿Te refieres al nombre del Rey Amenhotep?

—Shhh . Para de decirlo . ¿No sabes que si dices el nombre del muerto, lo traes a la vida nuevamente?

Sus ojos se abrieron cuando comprendió . —Oh, no, me olvidé . —Se pegó en la frente con la palma de la mano— . ¿Cómo pude ser tan tonto? Lo leí, y hasta lo mencionan aquí en este libro —Simón dijo mientras buscaba torpemente en el libro . Se le cayó de las manos y aterrizó haciendo un sordo ruido .

Ambos miramos al libro que yacía en el piso polvoriento cerca del sarcófago cerrado que estaba en frente nuestro . Durante un minuto entero, no respiramos ni pestañeamos, pero nada sucedió . —Supongo que sólo es una superstición —dije con un suspiro de alivio . Nos dirigimos a la puerta .

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Capítulo Tres

Luego, un ruido bajo y de arañazos nos detuvo en el camino . Nos dimos vuelta y vimos horrorizados como la momia despacio abría la tapa del sarcófago colorado .

—Esto no puede estar sucediendo —chillamos los dos al mismo tiempo . Sentí como si mis pies hubieran echado raíces y estuvieran pegados al piso . —Oh, nos vamos a meter en un lío grande —gemí— . ¿Cómo vamos a resolver este problema?

—¡El libro! —Simón exclamó y regresó corriendo a la habitación a buscarlo .

El sarcófago estaba ahora completamente abierto y la momia lentamente se incorporó . Estaba justo entre Simón y la puerta . Simón estaba atrapado .

—¡Aquí! —grité, distrayendo a la momia como para que Simón se escapara . Tomó el libro y corrió justo al lado de la momia, jalándome hacia fuera de la puerta detrás de él .

Nos apresuramos a bajar la escalera y nos escondimos detrás de una de las columnas en uno de los extremos más alejados de la siguiente habitación . Mi corazón latía tan rápido que apenas podía hablar . —¿Qué-vamos-a-hacer-ahora? —dije con voz entrecortada .

—No te preocupes, ya lo voy a resolver . Sólo vigila a la momia mientras busco la respuesta en este libro —dijo . Así que me puse en cuclillas y espiaba desde atrás de la columna, esperando que la momia nos encontrara . —Creo que encontré algo —susurró . Pero era demasiado tarde . La momia había entrado en la habitación y venía bajando por las escaleras en nuestra dirección .

—Déjalo para más tarde . Tenemos que salir de aquí ahora —insistí, jalando de la camiseta de Simón para que se levantara y apurándolo a que saliera de la habitación y entrara al largo y angosto pasillo .

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—No creo que nos haya visto —susurré . Pero había hablado demasiado pronto . La momia había entrado al pasillo y se dirigía hacia nosotros . Salimos corriendo hacia la próxima habitación y nos escondimos detrás de otra columna al final de la habitación . Retomé mi puesto de guardia y vigilé la puerta .

Simón rápidamente hizo girar las páginas del libro, tratando frenéticamente de localizar las respuestas que había encontrado . —¡CARAY! —gritó— . Falta una página de este libro . Este dibujo sólo nos dice qué sucede después de que lo transforman en momia . Pero sé que he visto el dibujo que necesitamos en algún lugar .

Capítulo Cuatro

Simón masculló y comenzó a pasearse por la habitación . No podía creerlo; si Simón no podía resolver el problema, sí que íbamos a estar en problemas . Comencé a entrar en pánico . —¿Por qué tuviste que quedarte mirando esos dibujos en la pared en vez de escuchar las advertencias del guía? —interrogué a Simón— . Si hubieras estado prestando atención, no estaríamos metidos en este lío .

Gritarle a Simón no me hacía sentir mejor, y me di cuenta de que yo también me había olvidado de contarle a Simón las advertencias del guía . Estaba por disculparme cuando dio un salto y me abrazó .

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—¡Lo tengo! Los dibujos de la sala ritual . Ahí es donde lo vi . Gracias, Amelia . Eso estuvo bien pensado . —Corrió hacia adelante, dejándome sola en la habitación con la momia acercándose rápidamente .

—¡Espérame! —grité, corriendo tras él .

Simón ya estaba concentrado trabajando cuando entré de golpe en la habitación . —Rápido, Amelia, anota esto .

Tiré mi mochila al polvoriento piso y saqué un anotador y bolígrafo . Escribí rápido las palabras de la pared que él me dictaba . Terminamos muy rápido .

—¿Cuál es el plan, Simón? —giraba la cabeza primero para un lado y luego para el otro tratando de mirar hacia la puerta y a Simón al mismo tiempo .

Capítulo Cinco

—Primero tenemos que atraer a la momia hacia el panteón —dijo Simón— . Una vez que esté allí, repetiré el cántico que haga que vuelva a dormir .

Parecía bastante simple, y comenzaba a sentir seguridad de que todo iba a resolverse . . . hasta que Simón agregó: —por supuesto, espero que decida meterse en el sarcófago antes de que se quede dormida . De lo contrario, vamos a tener que levantarla y ponerla allí .

Mi seguridad se esfumó, en parte porque no me gustaba la idea de tener que tocar a la momia y en parte porque la momia eligió ese momento para entrar en la habitación . Y, cielos, sí que estaba malhumorada . Creo que no puedo culparla . Si yo hubiera estado durmiendo por más de 3,000 años y de repente alguien me despertara, estaría malhumorada también .

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—Regresó —susurré con urgencia, metiendo apurada mi anotador en la mochila mientras nos preparábamos para poner en marcha el plan . Esperamos hasta que la momia había bajado las escaleras antes de salir a la carrera pasándole por al lado para subir las escaleras y llegar al pasillo . Miré por sobre mi hombro y vi a la momia venir detrás nuestro .

—Funcionó . Nos está siguiendo, y se está moviendo mucho más rápido . Creo que está bien despierta ahora —dijo Simón . Corrimos escaleras abajo hasta entrar en el panteón y nos escabullimos en la habitación anexa que estaba más alejada hacia la izquierda . Simón sacó el anotador de mi mochila y encontró la única hoja con escritura . Esperamos y observamos a la momia gruñir y dar pisotones alrededor de la recámara, tratando de encontrarnos . Le di la señal a Simón para que comenzara el cántico .

“Rey de reyes

de las tierras, faraón poderoso

acuéstate a descansar

en las arenas del desierto fogoso”

Simón recitó el cántico desde nuestro escondite . Vigilamos de cerca para ver si surgía efecto . La momia dio un paso en nuestra dirección . —Rápido, lee el segundo verso —dije precipitada, y Simón retomó el cántico .

“En un sarcófago colorado .

donde dormiste 3,000 años encantado

duerme ahora en tu lugar soñado

y regresa a tu tiempo alado”

La momia se detuvo y se refregó los ojos . Tuve que sentarme sobre mis manos para no aplaudir cuando la momia se dio vuelta y se dirigió al sarcófago . El cántico estaba dando efecto; la momia se trepó a su sarcófago y se acostó . Esperamos un minuto entero hasta que nos aseguramos de que estaba dormida, y luego fuimos en puntas de pie, cerramos la tapa lentamente y nos fuimos corriendo de la habitación .

Una vez que llegamos a la siguiente habitación, sonreímos triunfantes y chocamos los cinco .

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Capítulo Seis

Habíamos resuelto un problema, pero todavía nos faltaban dos . Primero, teníamos que encontrar el camino de salida de la pirámide y segundo, teníamos que escabullirnos de vuelta al grupo antes de que la Srta . Cracabán se diera cuenta de que no habíamos estado . El mapa en la guía nos condujo rápidamente a través de las recámaras, por los pasillos y por unas escaleras que subimos hasta llegar al aire caliente del desierto . Pero meternos en el grupo inadvertidos no iba a ser fácil . Pudimos ver que la Srta . Cracabán ya había contado a la mitad de los alumnos que estaban en la fila .

Simón y yo corrimos hasta la parte de atrás del bus del tour, nos escondimos entre una manada de camellos y finalmente nos deslizamos hasta el final de la fila detrás de Enrique el grandote y Jorge el gigante . Llegamos justo a tiempo; dos minutos más tarde nos contó como los números cuarenta y nueve y cincuenta, los últimos dos en la cuenta de cabezas . —Muy bien, todos están aquí . ¡Subamos al bus! —la Srta . Cracabán gritó y todos marchamos, de dos en dos .

Lejos a nuestra izquierda, vimos otro grupo del tour entrando en la pirámide . —Decir el nombre del muerto es traerlo a la vida nuevamente —escuchamos decir al guía del tour en tono inquietante . Vi a dos niños al final del grupo que no estaban prestando atención al guía y me pregunté si pronto estarían experimentando una aventura similar a la nuestra .

Simón y yo nos sentamos juntos en la parte de atrás del bus pensando en nuestra travesura . Sabíamos que todos los niños estarían sorprendidos por lo que habíamos vivido hoy . Sabíamos que nos transformaríamos en los chicos más populares de la escuela una vez que todos hubieran escuchado cuan valientes e inteligentes éramos . Pero también sabíamos que tenía que permanecer como nuestro pequeño secreto si queríamos no tener problemas con la Srta . Cracabán .

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El bus finalmente arrancó, dirigiéndose a la próxima parada en nuestro tour . Simón y yo estábamos tan agotados que rápidamente nos quedamos dormidos . No escuchamos la emocionada charla de los otros cuarenta y ocho niños que estaban en el bus . No escuchamos el adelanto que dio el guía sobre el tour que seguía, y definitivamente no escuchamos su advertencia de no mirar directamente a los ojos de la estatua de Anubis . Continuamos durmiendo pacíficamente mientras el bus nos acercaba más y más a nuestra próxima aventura .

Glosario

Anubis (sust.) dios egipcio con cabeza de chacal el cual se creía llevaba a los muertos al infierno (pág . 21)

asco (sust.) repugnancia (pág . 6)

chillona (adj.) aguda y poco placentera (pág . 5)

cola (sust.) una fila de personas esperando (pág . 5)

comprender (verb.) entender (pág . 10)

inadvertidos (adj.) sin que se fije en ellos (pág . 19)

desocupar (verb.) dejar; dejar vacío (pág . 8)

inquietante (adj.) con tono de amenaza o de muerte (pág . 4)

jeroglíficos (sust.) escritura antigua egipcia que usaba símbolos como sílabas (pág . 5)

momificación el proceso de hacer una momia (sust.) (pág . 6)

obedientemente de una manera que obedece una (adv.) autoridad (pág . 5)

poner en marcha comenzar o iniciar (pág . 17) (verb.)

sarcófago (sust.) un ataúd de piedra (pág . 8)

travesura (sust.) aventura arriesgada, o una broma (pág . 20)

triunfantes (adj.) felices de haber tenido éxito (pág . 18)

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