Post on 06-Nov-2018
Cuadernos
de
Trabajo
1
Primeras Jornadas de
Investigación de
Estudiantes de Antropología
en Bariloche
2013 ISSN 2346-9285
Cuadernos de Trabajo IIDyPCa
Serie dirigida por José Luis Lanata
Comisión de Publicaciones IIDyPCa Eva Muzzopappa
Ana Ramos Marisa Malvestitti
Paula Nuñez
Evaluadores del número Ana Ramos
Ana Domínguez Mon Laura Kropff
José Luis Lanata
Coordinador de edición Julia Torres
Editor Digital Florencia Galante
Diseño deTapa Coli Lai y Florencia Galante
©2013 IIDyPCa y los autores.
Derechos reservados para todas las ediciones.
Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio Mitre 630
8400 ‐ San Carlos de Bariloche Río Negro – Argentina iidypca@gmail.com
ISSN 2346‐9285
Queda prohibida la reproducción, total o parcial, por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma. Se permite la reproducción de citas particulares indicando la fuente. Las opiniones vertidas en los artículos aquí publicados no representan
necesariamente la opinión de esta Institución. Los artículos de este volumen cumplieron con las prácticas de de revisión anónima de pares externos.
Cuadernos de Trabajo IIDyPCa 1 2013
Copyright © IIDyPCa
CONTENIDO Nuevos rumbos y nuevos desafíos i
José Luis Lanata
Apertura v Ana Margarita Ramos
Introducción a los artículos xi
Ana Margarita Ramos
El sujeto caótico. El individuo dentro del entramado de poder 1
Nicolás Brunori El desarrollismo de la convivencia. El Estado y los pueblos originarios en el bicentenario 17
Victoria Iglesias ¿Reproducción o resistencia? Análisis teórico del tratamiento institucional de la ley de matrimonio igualitario en Argentina 33
Alejandra Spampinato - María Belén Cecchetto La etnografía de María Pita: una representación sobre los jóvenes 45
Melisa Cabrapán Duarte El vaivén de la Trochita 55
Cecilia Mangione – Andrea Cañuqueo La ecología, condicionada por la racionalidad del sistema económico: El caso de la prohibición de bolsas en San Carlos de Bariloche 69
Sebastián Rodas
Conferencista invitada Como un cierre. Igualdad, honor y amistad entre contendientes directos, después de Malvinas.
83
Rosana Guber
Cuaderno de trabajo 1
Apertura.*
Ana Margarita Ramos
Discurso de Apertura de las Primeras Jornadas de Investigación de Estudiantes
de Antropología (UNRN – Sede Andina)
Dra. Ana Margarita Ramos (Coordinadora de la Carrera de Ciencias Antropológicas)
27 de Noviembre de 2012, San Carlos de Bariloche
Cuadernos de Trabajo IIDyPCa 1: v-x. Copyright © IIDyPCa 2013
ISSN 2346-9285
Ana Margarita Ramos
vi
Un evento en contexto
Propongo empezar este encuentro
haciendo un ejercicio antropológico
de contextualización: situémonos lo-
calmente a nosotros mismos. Esta-
mos aquí reunidos en el marco de
unas jornadas, en una carrera pata-
gónica de Ciencias Antropológicas, en
una universidad nacional con sede en
Bariloche, terminando el cuarto año
de una licenciatura cuya creación ha
sido regulada por las políticas nacio-
nales, nacionales y globales de nues-
tros tiempos contemporáneos. Sa-
bemos que la Antropología aquí y en
cualquier otro lugar del mundo se
enfrenta a ciertos desafíos. Estos de-
safíos son muy similares en Argenti-
na, en México, en Suecia o en Austra-
lia, así como también se parecen en
Buenos Aires, en Córdoba, en Misio-
nes o en Bariloche, pero nosotros
sabemos que las formas concretas en
que éstos se presentan y las posibles
respuestas que podemos esgrimir
ante ellos son diversas.
El antropólogo Esteban Krotz,
partiendo de su experiencia como
docente-investigador en México y
en Norteamérica, decía hace unas
semanas atrás -en una conferencia
que dictó en Chile en el marco
del III Congreso Latinoamericano
de Antropología (ver
http://www2.facso.uchile.cl/antropol
ogia/ala2012/) - que el mayor de los
desafíos a los que hoy se enfrenta la
disciplina es a la dificultad de pensar-
nos antropológicamente como suje-
tos que ejercen la antropología. En-
tendemos la importancia de poner en
valor y dar reconocimiento a otros
saberes, a otras formas de ver el
mundo, a la perspectiva de los acto-
res, así como también entendemos la
importancia de los sentidos que
emergen en un nivel micro de la so-
ciedad, en el detalle cotidiano donde
estos sentidos sociales entraman con
los afectos, las diferencias, las perte-
nencias, las prácticas. Y aún más, nos
proponemos mirar hacia lo pequeño
para pensar desde estos recortes
contextuales los grandes temas del
poder, las relaciones sociales y los
cambios históricos de nuestro tiem-
po. Esta forma de proceder, nos en-
frenta a defender un enfoque centra-
do en la escucha, en la comprensión
de los sujetos desde el discurso de los
mismos sujetos, en un mundo donde
las epistemologías hegemónicas ven
cifras, números, poblaciones, porcen-
tajes y tendencias. El mayor desafío
es, entonces, darnos cuenta que
nuestro hacer profesional atraviesa
esta misma tensión puesto que, pro-
gresivamente, los docentes-
investigadores hemos sido evaluados
también como números, recursos,
poblaciones y cifras. Nuestros traba-
jos suelen ser más contados que leí-
dos, las burocracias y procedimientos
para llevar a cabo las tareas se vuel-
ven cada vez más espesos e incluso
determinantes a la hora de decidir
qué investigar, con quién, por cuánto
tiempo y de qué manera. La docencia
se cuenta en horas -no se discuten
procesos pedagógicos de transmisión
o tiempos destinados a la producción
de conocimientos-, la investigación se
cuenta en publicaciones y resultados
“medibles” en el corto plazo, el
aprendizaje se cuenta en promedios y
edades, etc.
Apertura
vii
Sin embargo, aquí donde nos en-
contramos, este proceso general co-
bra las características particulares de
nuestro contexto. Los estilos y los
temas ideológicos con los que se dis-
cuten los proyectos de universidad y
de carrera tienen que ver con aque-
llos procesos más amplios, pero tam-
bién con intereses y posiciones políti-
cas más específicas. Pero el desafío es
similar nos encontramos andando a
gran velocidad y no nos detenemos a
pensarnos, a escucharnos. La veloci-
dad en la que nos vemos de pronto
atrapados como profesores, como
alumnos o como gestión, tiene que
ver con este mismo proceso que
Krotz describe como burocratización
inscripta en la ideología de la eficien-
cia empresarial. Pero también es cier-
to que nuestra velocidad es muy bari-
lochense, es decir, muy propia de
nuestra universidad. En breve, la ten-
sión entre el imperativo antropológi-
co de detenerse a pensar y el hecho
de no tener tiempo para hacerlo es
global pero, al respecto, nuestro
desafío de reflexión es particularmen-
te local. Por estas razones, propongo
enmarcar estas Jornadas como una
respuesta, como una invitación a
centrarnos en lo que para todos no-
sotros es importante: pensarnos co-
mo sociedad y como pensadores so-
ciales.
Todos sabemos el esfuerzo -
particularmente presupuestario- que
implicó para los organizadores que
hoy podamos estar aquí reunidos.
Esto hace más importante aún el
evento que nos convoca. Porque fue
organizado y llevado a cabo por los
mismos estudiantes, porque nos invo-
lucramos todos los profesores de la
carrera y porque algunas cosas nos
costaron mucho, el hecho de inaugu-
rar hoy las primeras Jornadas de Es-
tudiantes de Antropología deviene un
evento significativo.
Un evento público
En palabras de Massey (2005), los
lugares son colecciones de historias,
articulaciones dentro de geometrías-
poder de espacios más amplios, pero
también de los no encuentros, de las
desconexiones, de las relaciones no
establecidas y las exclusiones. Este
encuentro no sólo es significativo por
su sentido histórico como respuesta a
los desafíos académicos y políticos
mencionados, sino también porque
su performance -ejecución o puesta
en escena- nos permite mirarnos. En
primer lugar, nos estamos viendo en
cada uno de los trabajos que los es-
tudiantes van a presentar estos días
en las mesas: los cuatro años de una
carrera que ya se dictó completa, un
proyecto que fue de todos nosotros y
que se hizo con el esfuerzo de cada
uno. Sabemos que el proyecto aún
debe madurar, que todavía hay mu-
chísimas cosas por hacer, por evaluar
y por cambiar. Pero hoy y mañana
podemos detener la velocidad en la
que cada uno y por distintas razones
se fue viendo involucrado, y escu-
charnos. Esta expresión la estoy para-
fraseando de la filósofa Stengers
(2005), quien propone detener la ve-
locidad de nuestro razonamiento y de
nuestra forma de pensar para escu-
char y, así, entender desde otro lugar.
Ana Margarita Ramos
viii
Recuerdo el año 2009 cuando los
profesores nos encontrábamos en “la
casita de la calle Sarmiento” después
de las primeras clases para contarnos
cuántos estudiantes cursaban y cuá-
les eran sus intereses y perfiles. Esta-
ba ocurriendo. El proyecto -tan pen-
sado, planificado, discutido—ya esta-
ba en marcha. Muchos de nosotros
dejamos las vidas que teníamos en
otros lugares, nuestros trabajos,
nuestras familias. Y muchos de uste-
des habrán pensado si era una buena
decisión apostar a una carrera tan
reciente. Pero, dejando de lado los
diversos factores que determinaron
nuestras opciones, el hecho es que
nos involucramos en la construcción
de este espacio público.
Y así nos fuimos encontrando –en
un proceso donde algunos ya no es-
tán y otros están por llegar—en un
aquí y ahora donde se conjugan nues-
tras geografías e historias pasadas.
Nos fuimos aprendiendo los nombres
de cada uno -eso era un poco raro
para algunos de nosotros-, y nos co-
nocimos participando en los debates
en las aulas, en los pasillos, en las
asambleas, en nuestras casas, e inclu-
so en las veredas -con sonidos de
tambores, por ejemplo. Diría Massey
(2005) que el desafío de cualquier
proyecto colectivo es negociar un
nosotros a partir de un encuentro de
trayectorias, todas diferentes, con
distintos tiempos, llegando de distin-
tos lugares y partiendo para lugares
que también son diferentes, porque
todos tenemos distintas experiencias,
metas y expectativas.
La negociación del nosotros es una
acción política, en este caso en parti-
cular no sólo implica nuestras subje-
tividades -con sus afectos y compro-
misos- sino también el espacio social.
Porque este último sólo existe en la
medida que decidimos ocuparlo y,
así, habilitarlo como tal. Este espacio
es construido, por ejemplo, cuando
un profesor selecciona la bibliografía
de su programa de estudios, cuando
una profesora prepara una clase teó-
rica o cuando los estudiantes discu-
ten un concepto controvertido, cuan-
do se estudia para rendir exámenes o
cuando se preparan trabajos para
presentar en unas Jornadas, pero
también cuando nos detenemos a
pensar sobre el espacio mismo. En
palabras de Massey (2005), un espa-
cio público es instituido cuando el
juego de relaciones sociales que lo
construyen puede ser puesto bajo
escrutinio. Desde este ángulo, en-
tiendo que la universidad pública es
el espacio social donde el significado
y la unidad de lo social deben ser
negociados –a la vez constituidos y
puestos en riesgo. El espacio de la
universidad es público cuando lo que
entendemos como legítimo en primer
lugar es el debate mismo acerca de lo
que es legítimo y lo que es ilegítimo.
Estas son las Primeras Jornadas por-
que nuestra universidad es un espa-
cio público recientemente instituido,
todo lo que hemos hecho ha sido
inaugural, pionero, fundacional y por
esto mismo, puesto bajo escrutinio y
puesto en riesgo. No todos los que
nos encontramos construyendo un
espacio público como Universidad
Nacional tenemos las mismas ideas
sobre lo que es legítimo o ilegítimo
Apertura
ix
poner en debate. El proyecto espacial
que denominamos Carrera de Cien-
cias Antropológicas ha venido defen-
diendo la importancia de la diversi-
dad de contenidos -que se traduce en
una diversificación de perfiles docen-
tes-, de la libertad de expresión -por
ejemplo en los distintos espacios
públicos como cátedras, asambleas
de estudiantes o trabajos monográfi-
cos-, una educación para todos pero
con la misma calidad que se defiende
en las academias centrales, la puesta
en valor de los conocimientos locales
no como aplicadores de recetas im-
portadas sino como productores de
teorías y formas de hacer.
Un evento antropológico
Pero estas jornadas también son
importantes porque nos permiten
mostrar al resto de la comunidad qué
hace la antropología, sobre qué te-
mas nos preocupamos, cómo conver-
timos un tema social en un enfoque
particular al que denominamos an-
tropológico. En el mismo evento que
mencioné anteriormente, Krotz decía
también que nos formamos en un
modo de ver, uno que hace que al ver
una película western, por ejemplo, de
pronto estemos viendo relaciones
interétnicas. Vemos una propaganda
en la televisión y de pronto vemos
estereotipos. Queremos entender la
pelea entre unos amigos, y sentimos
que nos falta contexto. O nos piden
que opinemos de macroeconomía y
para hacerlo vamos a tener que en-
tender primero cómo en la práctica
una universidad distribuye su presu-
puesto o como las familias inmigran-
tes de un barrio determinado planifi-
can sus economías domésticas. El
enfoque nos hace antropólogos y
dónde elegimos mirar para responder
también.
También nos formamos en un
proceder común, en una manera
específica de producir los datos con
los que trabajamos. Éstos se produ-
cen en la interacción. Por ejemplo, si
estudiamos la violencia en un grupo
de jóvenes pertenecientes a determi-
nados barrios, los materiales con los
que vamos a trabajar serán produci-
dos en conjunto con los jóvenes de
esos barrios. Para eso necesitamos
tiempo para interactuar con ellos,
para acordar formas de trabajo con-
junto, para participar, para conversar,
para escuchar… Porque desnaturali-
zar las ideas del sentido común e
identificar los sentidos sociales crea-
dos en sus contextos es una tarea
prolongada.
Los trabajos que vamos a tener el
honor de escuchar entre hoy y maña-
na son monografías, proyectos de
investigación o trabajos de análisis,
en los que los autores ejercitan enfo-
ques y métodos para pensar procesos
y grandes temas de nuestra sociedad.
Algunos son el resultado de las pri-
meras aproximaciones al campo,
otros llevan más tiempo de trabajo de
análisis, otros ponen en práctica pre-
guntas y enfoques antropológicos
para pensar discursos, para trabajar
archivos históricos o para leer críti-
camente ciertos autores teóricos. De
distintas maneras, los diferentes tra-
bajos nos van a mostrar como suele
pensarse la sociedad cuando se lo
Ana Margarita Ramos
x
hace desde la Antropología y, sobre
todo, la importancia de hacer pregun-
tas y buscar respuestas en los cono-
cimientos producidos en contexto y
desde distintas perspectivas.
Eso es todo, empezaremos ahora
con las mesas de discusión.
27 de noviembre, 2012.
Bibliografía
Massey, Doreen
2005 For Space. London: Sage.
Stengers, Isabelle
2005 The Cosmopolitical Proposal.
En Latour, B. & P. Weibel eds.
Making Things Public: Atmos-
pheres of Democracy. Cambridge:
MA. MIT., pp. 994-1003.
Introducción a los artículos.
Ana Margarita Ramos
Cuadernos de Trabajo IIDyPCa 1: xi-xv. Copyright © IIDyPCa 2013
ISSN 2346-9285
Ana Margarita Ramos
xii
Este primer número de Cuadernos
de Trabajo IIDyPCa reúne algunas de
las ponencias presentadas en las Jor-
nadas de Estudiantes de Antropología
en Bariloche. Los distintos autores
están haciendo Antropología mien-
tras crean modelos, reseñan libros,
nos cuentan sus trabajos de exten-
sión universitaria, analizan intercam-
bios discursivos en reuniones políti-
cas, reglamentaciones o debates par-
lamentarios. En cada uno de estos
casos, aplican procedimientos de la
disciplina -producción de información
original a través del trabajo de campo
o del análisis del discurso- con el fin
de identificar contradicciones socia-
les, entender las formas en que opera
el poder o los modos en que se cons-
truyen las subjetividades políticas.
Todos ellos están comprometidos,
centralmente, en explicar los sentidos
sociales emergentes en contextos de
desigualdad y diversidad social.
El tema central de este volumen
es la relación entre el poder -
entendido como producción de suje-
tos- y los posibles lugares habilitantes
para la agencia, el disentimiento y el
cambio. En esta dirección, y desde
distintas perspectivas, los autores
hacen foco en los discursos y prácti-
cas hegemónicas que excluyen, invi-
sibilizan, cosifican, utilizan o empar-
chan, las contradicciones y desigual-
dades sociales. Los sitios que los au-
tores seleccionaron para pensar esos
temas son, sucesivamente, un en-
cuentro entre pueblos originarios de
distintos puntos de país con la presi-
denta de la nación, las muertes de los
jóvenes de gatillo fácil, la utilización
turística de un tren de trocha angosta
en la Patagonia, una resolución muni-
cipal que prohíbe la entrega de bolsas
de polietileno en los supermercados
de Bariloche, y el debate parlamenta-
rio en torno a la sanción de la ley de
"matrimonio igualitario".
Nicolás Brunori nos propone pen-
sar las relaciones de poder y de con-
trol social a través de la creación de
un modelo teórico en dos etapas. La
primera de ellas es un ejercicio está-
tico para identificar los factores que
intervienen en la construcción y re-
producción del poder. La peculiaridad
del análisis consiste en identificar las
posibles relaciones de multidetermi-
nación que pueden darse entre las
formas de asociación, el interjuego
entre distintas ideologías, las trayec-
torias personales y el peso de las
historias colectivas. La imagen de una
pirámide -constituida por la repeti-
ción refractaria de unidades sociales-
nos invita a poner en relieve la com-
plejidad de las experiencias de "estar
juntos" que resulta de distintas for-
mas de definir las relaciones sociales
y de la disparidad de los sentidos de
pertenencia y proyectos políticos que
debemos articular a lo largo de nues-
tras vidas. En este marco, el autor
destaca un procedimiento doble e
inverso en la dinámica del control
social a los que denomina como "con-
centración del poder" y como "propa-
gación del poder". El primero refiere
al hecho de que, para ser concentra-
do, el poder se encuentra primero
distribuido de forma desigual entre
los sujetos. El segundo procedimiento
entiende que, para ser reproducido,
el poder se impone y dispersa desde
los sectores sociales con mayor acce-
Introducción a los artículos
xiii
so para difundir sus ideologías hacia
el resto de los sujetos sobre los que
éstos extienden sus alianzas. En la
segunda etapa de su trabajo, Brunori
imagina su modelo en movimiento,
para lo cual recurre a una analogía
matemática: la función caótica. En-
tendiendo está última como una fun-
ción cuyos resultados son altamente
sensibles a sus condiciones iniciales.
Por lo tanto, y como resultado de las
ideologías en pugna, por un lado, y de
los retículos y filamentos de la vida
cotidiana desde los cuales también se
dirimen estas luchas, la repetitividad
de la función no sólo es difícil que
ocurra sino imposible. Las condicio-
nes iniciales, expresa Brunori, siem-
pre son alteradas por la historia, dan-
do lugar a un sujeto caótico, es decir,
impredecible.
El trabajo de Melisa Cabrapán
Duarte consiste en una reseña sobre
la obra de María Pita “Formas de
morir y formas de vivir. El activismo
contra la violencia policial”, pero es
también una reflexión teórica sobre
los imaginarios juveniles. Los imagi-
narios hegemónicos imponen las
reglas sobre cómo y dónde aparecer
como sujetos visibles y audibles al
mismo tiempo que distribuyen en el
espacio los criterios de legitimidad
para el hacer, el ser y el decir del
grupo etario demarcado como "jóve-
nes". Tomando como ejemplo la et-
nografía reseñada, Cabrapán Duarte
encuentra que, en los discursos he-
gemónicos en torno a los jóvenes
víctimas -o a las potenciales víctimas-
del gatillo fácil, éstos son relegados a
los márgenes de la construcción adul-
tocéntrica del sujeto joven en Argen-
tina. En esta matriz, el joven peligroso
refleja el aspecto más negativo y dis-
tante de la norma adulta, pero, espe-
cíficamente incorpora las valoracio-
nes sociales del “discurso de la pato-
logía social” y del “discurso del pánico
moral” que los medios de comunica-
ción reconstruyen. Devenido enton-
ces en un "enemigo interno", los dis-
cursos dominantes justifican la vio-
lencia policial represiva contra estos
jóvenes en el hecho de que lo patoló-
gico, lo incómodo y lo que atenta
contra la normalidad debe ser extir-
pado de algún modo. Haciendo cen-
tro en la etnografía de Pita, la autora
subraya que, por un lado, las vidas de
estos jóvenes son las de seres mata-
bles a los que cualquiera puede dar
muerte y, por el otro, sus muertes
son muertes políticas de vidas no
políticas. Frente a estas construccio-
nes ideológicas, las acciones de los
familiares -de recuerdo, homenaje o
escrache a la policía- intentan resti-
tuir simbólicamente la humanidad de
los muertos. Esta lectura particular
sobre la obra reseñada pone en relie-
ve el modo en cual, la idea de juven-
tud como grado de edad o interpela-
ción, es una arena de disputas entre
subjetividades en pugna.
Victoria Iglesias reflexiona sobre
los procesos de sujeción y subjetiva-
ción política mirando etnográfica-
mente una reunión efectuada entre
los representantes de los Pueblos
Originarios y la Presidenta de la Na-
ción, Cristina Fernández de Kirchner,
con motivo de los festejos del bicen-
tenario. La autora identifica distintas
representaciones del mundo en ten-
sión: por un lado, las ideologías de la
Ana Margarita Ramos
xiv
modernidad, la razón y el progreso
que, en la voz de la presidenta de la
nación, interpelan a sus interlocuto-
res reclamando “inteligencia” y “sen-
satez” para aceptar los cambios que
trae el desarrollo; por el otro, las que
discuten tanto el modelo de desarro-
llo nacional como las descalificacio-
nes hegemónicas en torno a la pro-
ducción de conocimientos y subjeti-
vidades políticas indígenas. Prestando
atención al carácter multiacentuado y
multidiscursivo del campo ideológico,
la autora encuentra diferentes niveles
de articulación en los cuales los dis-
cursos indígenas presuponen y crean
sentidos. El artículo de Iglesias nos
muestra el modo en que esta reunión
por el bicentenario constituye un
espacio de convivencia en constante
tensión y negociación, es decir, el
espacio de una lucha ideológica entre
quienes tienen mayor poder por de-
limitar los movimientos y las negocia-
ciones para alcanzar consentimientos
y quienes buscan resignificar el lugar
de exclusión y desigualdad en el que
son posicionados, transformando los
impensables en temas de debate
ideológico.
Cecilia Mangione y Andrea Cañu-
queo describen el proceso al que
denominan como "turistización de La
Trochita" -un tren de trocha angosta
que reanuda sus actividades con fines
turísticos en el año 1997 uniendo la
ciudad de Esquel con la comunidad
mapuche tehuelche Nahuelpan. Ade-
más del trabajo de reconstrucción de
las distintas historias que se encuen-
tran en la ejecución de este proyecto
-la historia ferroviaria de La Trochita y
la historia de despojo y relocalización
de la comunidad Nahuelpan-, las au-
toras nos muestran los discursos y las
estrategias que emergen entre las
personas de la comunidad cuando la
"cultura indígena" se vuelve una mer-
cancía del turismo. Mangione y Ca-
ñuqueo ponen en práctica el hacer
antropológico desde el momento en
que organizan el artículo a partir del
recorrido de su propio trabajo de
campo, dejando entrever el punto de
vista de las personas con las que se
fueron encontrando. Pero también al
identificar, en esta misma producción
de información, las preguntas de un
futuro análisis en torno al tema que
ellas mismas construyen: los cambios
socioculturales y económicos produ-
cidos entre las personas de la comu-
nidad mapuche tehuelche que, ade-
más de participar en la venta de arte-
sanías y en el manejo del museo, son
interpeladas por el discurso turístico
como parte del atractivo del itinerario
de La Trochita.
El artículo de Sebastián Rodas ini-
cia poniendo en relieve la siguiente
paradoja: en el contexto actual de
fortalecimiento del capitalismo, tanto
a niveles de expansión transnacional
como tecnológica –“economización
del mundo”-, predominan acuerdos y
reglamentaciones –internacionales,
regionales y nacionales- sobre políti-
cas sustentables para proteger al
medio ambiente. Según Rodas, en
esta simultaneidad, la visión capitalis-
ta acerca de la relación con el ecosis-
tema se impone sobre otras lógicas, y
lo hace con sus propias contradiccio-
nes. Al momento de adaptar la racio-
nalidad económica al desarrollo de
estrategias sustentables a nivel eco-
Introducción a los artículos
xv
lógico, se produce tanto una econo-
mización de la naturaleza como una
ecologización de la economía. El en-
foque antropológico de Rodas reside
en pensar estas grandes contradic-
ciones a partir de un caso pequeño y
local: la resolución municipal que
prohíbe la entrega de bolsas de poli-
etileno en los supermercados de San
Carlos de Bariloche. En el transcurso
de su trabajo, el autor contrapone la
letra escrita y oficial de las reglamen-
taciones con otras prácticas de des-
atención o informalidad -o con la
falta de prácticas y decisiones en
torno a ciertos problemas: por ejem-
plo, con la venta en supermercados
de otros empaques de polietileno que
no han sido exceptuados, la respon-
sabilización de los ciudadanos respec-
to a la consumación de la medida y
las nulas propuestas estatales para
poner en práctica un proceso de reci-
clado y un nuevo ordenamiento de
zonas de desecho. Al ampliar la mira-
da hacia el conjunto de prácticas -o
sus ausencias- en torno al tratamien-
to de la basura, Rodas devela los sen-
tidos estratégicos que, en una planifi-
cación absolutamente capitalista, ad-
quiere una reglamentación local cuya
retórica de fundamentación se basa
en la defensa del medio ambiente.
Alejandra Spampinato y María Be-
lén Cecchetto participan de este vo-
lumen con un artículo sobre el debate
originado en la sanción de la ley na-
cional de “matrimonio igualitario”.
Proponen pensar en torno a una de
las tensiones constitutivas de la refle-
xión teórica antropológica: la tensión
entre estructura y agencia. A lo largo
del trabajo, ellas van introduciendo
tanto el debate parlamentario sobre
el matrimonio igualitario e identifi-
cando posturas divergentes, como
una discusión teórica en torno a las
categorías de análisis de "hegemo-
nía", "ideología", "resistencia", "sub-
jetividad", "sujeción". En esta progre-
sión, Spampinato y Cecchetto nos
muestran la necesidad de evitar re-
duccionismos -p.e. clase- o dicoto-
mías -p.e. subalternos y dominantes-
para comprender las luchas hegemó-
nicas. Asimismo, las nociones de "es-
tado" y de "política" son entendidas
como articulaciones históricas y cam-
biantes de hegemonías diversas. Al
detener la mirada en la lucha por la
institucionalización de la frase "ma-
trimonio igualitario" -en contraposi-
ción a la de "unión civil"-, las autoras
identifican el reclamo de un grupo
minoritario por ser contados y nom-
brados desde la absoluta igualdad de
derechos, irrumpiendo en el litigio
como una subjetividad política desa-
fiante a las concepciones hegemóni-
cas de familia. Como contrapunto,
Spampinato y Cecchetto también re-
flexionan sobre los movimientos he-
gemónicos de inversión, readaptación
y articulación de las demandas de las
minorías con el fin de lograr el con-
senso necesario para su propia conti-
nuidad. Este trabajo es, entonces,
una reflexión teórica en torno a las
luchas hegemónicas que se ponen en
relieve en determinado momento de
la historia y en el marco de un mismo
campo de fuerzas. Es en este último,
dicen las autoras, donde los sentidos
sociales en conflicto habilitan la lucha
tanto como imponen los términos de
su impugnación.
Cuadernos de Trabajo IIDyPCa 1 - 2013 ISSN 2346-9285
Primeras Jornadas de Investigación de Estudiantes de Antropología en Bariloche
Autores
Nicolás Brunori Victoria Iglesias
Alejandra Spampinato y María Belén Cecchetto Melisa Cabrapán Duarte
Cecilia Mangione y Andrea Cañuqueo Sebastián Rodas
y Rosana Guber