131012 REGINA FIDES Oración Mayor Dolor

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Madre del Mayor Dolor Corres desolada por las calles de Jerusalén, en busca de tu Hijo condenado injustamente. Los discípulos han huido. Sólo queda Juan. Pero tú no puedes faltar. Lo adivinas a lo lejos. Sabes que te vas a encontrar una imagen desoladora. Pero aún así aceleras el paso con el valor, la fidelidad, y la bondad de la Madre. Y con su fe que resiste en la oscuridad. Sabes que no lo volverás a ver, y necesitas acercarte para darle un beso y transmitirle una pizca de amor, en una situación en la que se vuelca sobre Él tanto odio, y tanta violencia. ¡Qué trago para Ti tener que ver a tu Hijo en esas condiciones! No entender el por qué. No alcanzar a comprender el significado de lo que está ocurriendo. Tener que aceptar tan dolorosa realidad y no poder rebelarte, ni hacer nada para que esto no suceda. Sólo puedes acompañar, llorar amargamente, y acompañar. Bendita tú María del Mayor Dolor, que has llegado a ser Madre del Señor de los Reyes. En tu Seno habitó Aquél de cuyas alabanzas están llenos los cielos Cesa el llanto porque lo que hoy es sufrimiento, pronto se convertirá en el mayor de los goces. Vuelve tu vista a nosotros, Virgen sin igual, la más pura y paciente. Líbranos de las culpas y haznos castos, y humildes para que podamos alcanzar a Cristo, gozo eterno del alma. www.nazarenolinares.org Regina Fides Linares 12 de Octubre de 2013

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Madre del Mayor Dolor Corres desolada por las calles de Jerusalén,

en busca de tu Hijo condenado injustamente.

Los discípulos han huido. Sólo queda Juan.

Pero tú no puedes faltar.

Lo adivinas a lo lejos.

Sabes que te vas a encontrar

una imagen desoladora.

Pero aún así aceleras el paso con el valor,

la fidelidad, y la bondad de la Madre.

Y con su fe que resiste en la oscuridad.

Sabes que no lo volverás a ver,

y necesitas acercarte para darle un beso

y transmitirle una pizca de amor,

en una situación en la que se vuelca sobre Él

tanto odio, y tanta violencia.

¡Qué trago para Ti tener que ver a tu Hijo

en esas condiciones! No entender el por qué.

No alcanzar a comprender el significado

de lo que está ocurriendo.

Tener que aceptar tan dolorosa realidad

y no poder rebelarte, ni hacer nada

para que esto no suceda.

Sólo puedes acompañar,

llorar amargamente, y acompañar.

Bendita tú María del Mayor Dolor,

que has llegado a ser

Madre del Señor de los Reyes.

En tu Seno habitó Aquél

de cuyas alabanzas están llenos los cielos

Cesa el llanto porque lo que hoy es sufrimiento,

pronto se convertirá en el mayor de los goces.

Vuelve tu vista a nosotros,

Virgen sin igual, la más pura y paciente.

Líbranos de las culpas y haznos castos,

y humildes para que podamos alcanzar a Cristo,

gozo eterno del alma.

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Regina Fides Linares

12 de Octubre de 2013