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La razón de ser de Querétaro en El Bajío 1 La razón de ser de Querétaro en El Bajío Carmen Imelda González Gómez 1 INTRODUCCIÓN En la literatura mexicana y en particular en la historiografía queretana, el análisis del territorio y de las relaciones económicas creemos que son temas discutidos desde distintas perspectivas y disciplinas desde hace por lo menos dos décadas; sin embargo, pareciera que la exploración entre las cuestiones naturales en función del espacio y los procesos económicos de largo aliento son tramas no concluidas o parcialmente armadas. A nuestro entender, hay dos tipos distintos de contribuciones que advierten la razón de ser del espacio queretano, que ciertamente son complementarios, pero consideramos que no han logrado conjugarse del todo. Por un lado, han trascendido las descripciones efectuadas por religiosos y viajeros, que dan cuenta de las características físicas y de la fecundidad de los suelos queretanos. En esta perspectiva es posible situar principalmente tres trabajos, el de Carlos Sigüenza y Góngora, Las Glorias de Querétaro, escrito en 1680, veinte años antes de la muerte del autor; el siguiente en orden cronológico es la descripción que efectuó Francisco Antonio Navarrete en 1738, Relación Peregrina, 2 y en tercer lugar, es la imagen de Querétaro que recreó Francisco Ajofrín en El viaje que hizo a la América en el siglo XVIII. 3 Evidentemente, estas aportaciones centran su 1 Doctor en Ciencias Sociales, Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Dirección electrónica [email protected]. El artículo deriva de la tesis de doctorado titulada: Redes económicas y familiares en Querétaro, 1765-1821, El Colegio de Michoacán, Zamora, 2007, Inédita. 2 Francisco Antonio de Navarrete, Relación peregrina de la agua [sic] corriente que para beber y vivir, goza la muy noble, leal y florida ciudad de Santiago de Querétaro, Instituto Municipal de la Cultura, Edición facsimilar, Querétaro, 1998. 3 Francisco de Ajofrín, Diario del viaje que hizo a la América en el siglo XVIII, Instituto Cultural Hispano-Mexicano, México, 1964.

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  • La razn de ser de Quertaro en El Bajo

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    La razn de ser de Quertaro en El Bajo

    Carmen Imelda Gonzlez Gmez1

    INTRODUCCIN

    En la literatura mexicana y en particular en la historiografa queretana, el anlisis

    del territorio y de las relaciones econmicas creemos que son temas discutidos

    desde distintas perspectivas y disciplinas desde hace por lo menos dos dcadas;

    sin embargo, pareciera que la exploracin entre las cuestiones naturales en

    funcin del espacio y los procesos econmicos de largo aliento son tramas no

    concluidas o parcialmente armadas.

    A nuestro entender, hay dos tipos distintos de contribuciones que advierten

    la razn de ser del espacio queretano, que ciertamente son complementarios, pero

    consideramos que no han logrado conjugarse del todo. Por un lado, han

    trascendido las descripciones efectuadas por religiosos y viajeros, que dan cuenta

    de las caractersticas fsicas y de la fecundidad de los suelos queretanos.

    En esta perspectiva es posible situar principalmente tres trabajos, el de

    Carlos Sigenza y Gngora, Las Glorias de Quertaro, escrito en 1680, veinte aos

    antes de la muerte del autor; el siguiente en orden cronolgico es la descripcin

    que efectu Francisco Antonio Navarrete en 1738, Relacin Peregrina,2 y en tercer

    lugar, es la imagen de Quertaro que recre Francisco Ajofrn en El viaje que hizo

    a la Amrica en el siglo XVIII.3 Evidentemente, estas aportaciones centran su

    1 Doctor en Ciencias Sociales, Profesor-Investigador de la Universidad Autnoma de Quertaro, Facultad de Ciencias Polticas y Sociales. Direccin electrnica [email protected]. El artculo deriva de la tesis de doctorado titulada: Redes econmicas y familiares en Quertaro, 1765-1821, El Colegio de Michoacn, Zamora, 2007, Indita. 2 Francisco Antonio de Navarrete, Relacin peregrina de la agua [sic] corriente que para beber y vivir, goza la muy noble, leal y florida ciudad de Santiago de Quertaro, Instituto Municipal de la Cultura, Edicin facsimilar, Quertaro, 1998. 3 Francisco de Ajofrn, Diario del viaje que hizo a la Amrica en el siglo XVIII, Instituto Cultural Hispano-Mexicano, Mxico, 1964.

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    atencin en la ciudad principal de la jurisdiccin y en algunas partes extramuros,

    en particular en la zona de La Caada.

    A pesar de la riqueza de estos legados, creemos que sostienen una visin

    pasiva del espacio, ms an de los procesos, toda vez que consideramos que

    existe una correspondencia entre ambos, es decir, estamos ciertos que el hombre

    en sociedad construye el espacio, no obstante, el proceso de creacin y de

    apropiacin no es totalmente libre, est condicionado entre otros factores por el

    medio ambiente.

    En este trabajo, creemos que el vademcum que realiz Alejandro de

    Humboldt, Ensayo Poltico sobre el reino de la Nueva Espaa,4 escrito a principios

    del siglo XIX merece una mencin aparte, ya que lo consideramos como una de las

    principales aportaciones para comprender la fisiografa y economa novohispana,

    que bien podemos distinguirlo como un puente entre las descripciones y la

    literatura contempornea, ya que tanto matiza los aspectos naturales, como los

    esfuerzos productivos realizados para incluir a Quertaro en el espacio econmico

    novohispano.

    En un mbito distinto, ubicamos las aportaciones de autores emblemticos

    que han avanzado en una caracterizacin general de la situacin geogrfica del

    territorio queretano, eso s, siempre referido a un contexto ms amplio. En este

    grupo podemos citar los textos clsicos de ngel Basolls5 y Claude Bataillon.6

    4 Alejandro de Humboldt, Ensayo poltico sobre el reino de la Nueva Espaa, Mxico, editorial Porra, coleccin Sepan cuntos, numero 39, quinta edicin, 1991. 5 ngel, Bassols Batalla, Geografa econmica de Mxico, teora, fenmenos generales, anlisis regional, Editorial Trillas, 3 edicin, Mxico, 1978. 6 Claude, Bataillon, Las regiones geogrficas de Mxico, editorial Siglo XXI, sptima edicin, Mxico, 1985.

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    Mientras que Eric Wolf,7 entre otros autores muestra parte de los vnculos entre las

    condiciones naturales y el entramado de relaciones econmicas. Sin embargo, a

    pesar de la relevancia de estas obras, el centro de atencin no esta puesto

    precisamente en Quertaro, sino ms bien en El Bajo como regin, de modo que

    no hay un anlisis particular, sino una suerte colateral.

    Tomando como origen las perspectivas referidas, en este trabajo

    pretendemos sumar estos esfuerzos para tratar de llegar a un entendimiento sobre

    el medio fsico y los procesos la econmicos de un espacio peculiar del centro de

    Mxico o ms bien, de la Amrica Septentrional.

    Este trabajo esta ordenado en dos apartados, en el primero mostramos los

    discursos de los viajeros y cronistas, mientras que en el segundo, avanzamos

    sobre las particularidades de Quertaro, para resaltar sus condiciones en funcin

    de la regin El Bajo. Finalmente, cerramos el trabajo con algunas consideraciones.

    DE VIAJEROS Y CRONISTAS SE TRATA

    A sabiendas que el trasfondo de estos legados fue distinto al de proporcionar un

    conocimiento sobre la esencia natural de Quertaro, nuestra intencin es

    entresacar aquellos pasajes que permiten recrear el paisaje, entreverado con los

    productos de la tierra. Consideramos que ambos elementos proveen un soporte

    importante, ya que proporcionan una idea de lo que suceda en el campo

    humanizado de lo urbano y en lo agreste del campo rural.

    Por principio, enmarcamos el recuento que realiza Carlos de Sigenza y

    Gngora. Creemos que el texto responde a dos necesidades de conocimiento

    7 Eric R., Wolf, El Bajo en el siglo XVIII, un anlisis de integracin cultural, en David Barkin (comp.), Los beneficiarios del desarrollo regional, SepSetentas, nmero 52, Mxico, 1972.

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    formuladas desde la estructura eclesistica y que ambas estn relacionadas. Por

    un lado, encontrar elementos capaces de justificar la construccin de un edificio en

    la ciudad principal de la jurisdiccin, el de la Congregacin de Santa Mara de

    Guadalupe, toda vez que vendra a funcionar como una de las sedes de

    dominacin religiosa ms importantes en Quertaro; y por otro lado, proveerse de

    ms informacin para consolidar precisamente la sujecin del vecindario. Si bien

    damos por vlido este supuesto, estamos ciertos tambin que es, a la vez, un

    interesante punto de partida para comprender las intrincaciones entre la geografa,

    la economa y la sociedad local.

    De la remembranza de Carlos de Sigenza y Gngora, precisamos el primer

    captulo, que es el que contiene algunos rasgos de Santiago de Quertaro y sus

    alrededores. Repasando varias constelaciones, el autor destaca, en primer lugar, la

    peculiaridad assmica, la regularidad de las precipitaciones pluviales y la orografa

    prcticamente sin accidentes:

    Es el asiento del antiguo pueblo y nueva ciudad de Quertaro, el remate nfimo de ua pequea ladera, que elevndose hasta la parte oriental corre de norte a sur, abrigndose por sta el pequeo vallete, que ah se forma con el cerrillo Cimatario, y por la otra con los de Pathe, en la que est la clebre Caada [donde] sobran cuantas maderas se puede solicitar [y] que se halla copiosa en distancia muy breve [abundante] cal; como tambin canteras [] rosadas y [abundante] tezontle.8

    La relatora avanza y distingue la fertilidad de los suelos en la zona del valle,

    que el viajero lo encuentra labrado con maz, trigo y cebada, cuya cosecha se

    engarzaba con la produccin industrial en los molinos queretanos, que segn da,

    producan cincuenta mil fanegas.9 Por supuesto que no escapan las descripciones

    de los ros y escurrimientos superficiales, que aprovechaban para regar las

    8 Carlos de Sigenza y Gngora, Glorias de Quertaro, op. cit., p. 3. 9 Ibid., p.3

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    sementeras y para obtener bagres, mojarras y sardinas, que complementaban la

    dieta del vecindario.

    En cuanto a la forma de ocupar el espacio urbano, si bien Carlos de

    Sigenza y Gngora no lo hace en forma explcita, s deja ver la diferenciacin

    social, que podemos inferir deriva de una cuestin natural, es decir, utilizando los

    mrgenes del ro, ya que sus bandas norte y sur sirvieron como distinciones

    tnicas: al norte los indios, negros, mulatos y mestizos; mientras que al sur los

    peninsulares y espaoles.10 De modo que en este caso, podemos sostener que la

    disposicin misma de la poblacin se manifest conforme a ciertos acuerdos con la

    naturaleza.

    Por su parte, la obra del religioso profeso de la Compaa de Jess,

    Francisco Antonio Navarrete Relacin Peregrina, centra su atencin en los canales

    de conduccin y en las formas de abastecimiento de agua potable en la ciudad, de

    modo que registra lo que pasa en el vecindario, principalmente los edificios, las

    iglesias y las actividades urbano-industriales; sin embargo, no escapa a la

    descripcin una detallada relatora de las riquezas naturales de los alrededores, de

    modo que la fertilidad del suelo y la orografa enmarcan la produccin frutcola y la

    composicin del paisaje: Lo primero que registran los ojos, es una Caada, que

    abriga da de dos continuadas colinas, o cordilleras de elevados cerros baja [de]

    entre Oriente y Norte []. Lo divertido de sus baos, lo fructfero y tupido de sus

    hermosas arboledas [y] la variedad de flores y hortalizas.11

    10 Cabe mencionar que la disposicin de la poblacin narrada por el autor vari conforme avanz el perodo virreinal, ya que hemos podido constatar que entrado el siglo XVIII la poblacin de la ciudad se mezcl, no hubo una separacin radical de la poblacin por grupos tnicos o por actividades econmicas, haba hacendados peninsulares compartiendo la misma calle, incluso, como vecinos de artesanos mestizos. Vase: Carmen Imelda Gonzlez Gmez, Redes familiares y econmicas, op. cit. 11 Francisco Antonio de Navarrete, Relacin peregrina, op. cit, p. 7.

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    Por su parte, la resea de Francisco de Ajofrn permite reconocer parte de la

    geografa y algunos rasgos econmicos de la poblacin de la ciudad:

    Esta el pueblo de Quertaro a treinta leguas de la ciudad de Mxico, hacia el poniente, situado en una falda de una pequea cuesta, cuya poblacin se divide mitad arriba y mitad abajo. El sitio es muy montuoso, pero tan frtil que puede competir con los mejores de Italia. Esta todo cercado y rodeado de montes muy altos y as, su poblacin, huertas y labores, vienen a estar en una rinconada, tan breve y tan corta que slo su fertilidad puede sustentar tan numerosa poblacin. Es de casi cuatrocientos vecinos espaoles (sin la otra gente que es mucha) todos de caudal y porte, divididos en sus calles a lo poltico y popular.12 El mismo autor tambin distingue la capacidad comercial y distribuidora de

    Quertaro y su alcance, en el que destaca ciudades como San Luis Potos,

    Zacatecas, Guanajuato y toda la tierra adentro.13 Describe tambin los paisajes

    queretanos en funcin de los productos agrcolas: Es ciudad amensima, frtil y

    abundante de todo gnero de fruta y hortaliza.14

    Por otra parte, una de las principales aportaciones histricas para

    comprender la fisiografa y economa novohispana, es sin duda, la obra de

    Alejandro de Humboldt Ensayo Poltico sobre el reino de la Nueva Espaa,15 en el

    que matiza la participacin econmica de Quertaro en funcin de la organizacin

    del espacio. Si bien en el anlisis del autor adquieren un carcter privilegiado el

    conjunto de actividades productivas, no aparecen como un evento aislado, sino en

    relacin con el ambiente natural.

    Alejandro de Humboldt observa, registra y compara el hecho de la fertilidad

    del valle que se extiende desde San Juan del Ro hasta Len, como una condicin

    dada; pero la esencia de la fertilidad de los suelos es una causal, que slo se

    12 Francisco de Ajofrn, Diario del viaje que hizo a la Amrica, op. cit., p. 60. 13 Ibid., p. 61. 14 Francisco de Ajofrn, Diario del viaje a la Amrica, op. cit., p. 86. 15 Alejandro de Humboldt, Ensayo poltico, op. cit.

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    vuelve protagnica en la medida que es transformada: La abundancia de las

    cosechas en los terrenos cultivados con esmero es maravillosa, principalmente en

    los que se riegan, o que estn mullidos y bien barbechados. La parte ms frtil es

    la que se extiende desde Quertaro hasta Len.16

    En estos contextos, es claro el nfasis que establecen los autores sobre las

    condiciones de la ciudad principal y de sus alrededores, de modo que focalizan la

    capacidad productora de la zona centro-sur, en la que dominan los valles, la

    precipitacin pluvial regular y las tierras frtiles; en contraposicin, muestran una

    desatencin recurrente hacia el resto del territorio queretano en el que confluyen

    rasgos complejos, variados y extremos.

    Este llamado permanente permite inferir que la mezcla de actividades y

    relaciones desarrolladas por los habitantes de las partes semiplanas y productivas,

    se impusieron y subordinaron la produccin de los pequeos asentamientos

    localizados en lugares abruptos o de composicin de suelos yermos, con una

    escasa capacidad para generar intercambios de bienes y servicios, capaces de

    justificar la relacin con las ciudades establecidas en el centro-sur, principalmente

    con Santiago de Quertaro, en menor intensidad con San Juan del Ro y con

    Tequisquiapan.

    Lo anterior, creemos que es una razn suficiente para suponer que los

    pequeos ncleos poblacionales no dejaron de articularse a Santiago de

    Quertaro, slo que adquirieron la funcin de refaccionarios o complementarios.

    En este sentido el medio natural y la accin humana hicieron propicio el desarrollo

    de la zona centro sur condicionado por un conjunto de actividades especficas y

    16 Ibid., p. 257.

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    repleg a un segundo plano al resto del territorio, lo que visto en perspectiva

    provoc paisajes distintos.17

    En este marco explicativo, asumimos que el medio fsico natural ejerce una

    influencia que en los procesos histricos, predispone determinadas actividades y

    otorga un marco explicativo en la integracin del espacio, pero no lo condiciona.

    Desde luego, este enfoque ratifica formacin de paisajes diferentes, pero por ello

    mismo pensamos que la formacin econmica y social es producto de las

    relaciones incluso conflictivas con el medio fsico, que marcan el sello de la

    organizacin del espacio, en este caso el de Quertaro.

    Si bien las descripciones referidas marcan algunas caractersticas naturales

    de Quertaro, no avanzan en la comprensin de las articulaciones de Quertaro

    con el exterior, es decir, con la regin; en este sentido, representan un insumo

    necesario para poder descifrar el entramado de relaciones econmicas, de modo

    que precisamos avanzar en las consideraciones de los autores contemporneos,

    que a nuestro entender, reflejan la originalidad del trabajo de Alejandro de

    Humboldt.

    DE QUERTARO Y EL BAJO. PERTENENCIAS Y CARACTERISTICAS

    Quertaro esta situado en una interseccin de regiones agrcolas, mineras,

    ganaderas e industriales. Desde mediados del siglo XVIII, hasta principios del XIX,

    se convirti tambin en el paso obligado hacia el norte, en el lmite entre la

    civilizacin y la barbarie chichimeca, pero tambin lo envolvieron las intendencias

    de Mxico y de Michoacn. De modo que podemos referirlo como un territorio de

    17 A pesar de que las relatoras sobre las condiciones naturales de Quertaro y sus actividades econmicas tienden a marcar diferencias, no hay que dejar de reconocer la importancia productiva de la zona serrana, como la extraccin de minerales, piedras semi preciosas y materiales para la construccin y ornato y la cra de ganado caprino, entre otras.

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    frontera, o un escenario de transicin, o como un puerto de paso, o bien con todos

    estos atributos a la vez.

    Por su parte, Santiago de Quertaro se origin en una pequea llanura que

    semeja un cuadrado, en una superficie aproximada de 40,000 hectreas. Se

    localiza a 1,800 metros de altitud sobre el nivel del mar y la superficie presenta

    algunos lomeros poco pronunciados. La depresin queretana (valle de San Juan)

    se ubica en una llanura alargada, a casi 2,000 metros de altitud,18 que se extiende

    desde San Juan del Ro y termina al este de los lomeros que marcan el inicio de la

    llamada Cuesta China, a la que tradicionalmente se le caracteriza como una llanura

    templada y hmeda, frtil y poblada desde tiempos prehispnicos, estas

    condiciones originales han provocado que haya sido aprovechada para labores

    agropecuarias.

    Al poniente de Quertaro, se extiende El Bajo, que es otra llanura, pero

    ms extensa que la fosa queretana y ms baja, hasta cerca de 1,750 metros sobre

    el nivel del mar. Ambas planicies, la del valle de San Juan y la de la regin El Bajo

    forman parte de la Provincia Fisiogrfica del Eje Neovolcnico.19

    La fosa queretana adems de la vecindad con las llanuras de San Juan y

    de El Bajo, se encuentra en las inmediaciones de la Provincia de la Mesa Central,

    cuyas sierras escarpadas, con mesetas alargadas, se observan en el norte de la

    ciudad.20 En el paso de Quertaro hacia las llanuras de los semiridos altos de

    Guanajuato (aproximadamente a 2,050 metros sobre el nivel del mar) se ubican

    18 Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica (INEGI), Sntesis de informacin geogrfica de Quertaro, anexo cartogrfico y nomencltor. Secretara de Programacin y Presupuesto. Mxico, 1986 (a). 19 Subprovincia de El Bajo guanajuatense. INEGI, Sntesis de informacin geogrfica de Guanajuato, anexo cartogrfico y nomencltor. Secretara de Programacin y Presupuesto. Mxico, 1986 (b). 20 INEGI, Sntesis de informacin geogrfica de Quertaro, op. cit. (a).

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    San Miguel de Allende y San Felipe, que estn en la parte surea de la Mesa

    Central localizada entre la sierra de La Joya, Galindo y La Muralla, la constitucin

    de estas elevaciones es similar a la de Sierra Madre Oriental,21 esto es, esta

    compuesta por rocas calizas, mismas que se encuentran tambin en parte de San

    Luis de la Paz, en Guanajuato, en San Luis Potos y en Matehuala.22 En estos

    lugares el espacio econmico se organiz entrelazando por lo menos dos

    actividades determinadas por las condiciones naturales, como el pastoreo de

    ganado menor y la minera.

    En cuanto a la regin El Bajo, podemos decir que a pesar de que estamos

    ciertos de sus lmites difusos hay consenso en que se sita en una amplia zona

    semiplana, rodeada por terrenos con pendientes de suaves a abruptas, que abarca

    una porcin del centro de Mxico y que se caracteriza, entre otros elementos, por

    la prominente fertilidad de los suelos.23

    En la divisin que realiza ngel Bassols en funcin de la geografa

    econmica define a El Bajo en de la zona 14:

    Entre las montaas del Eje Neovolcnico y las serranas transversales de Zacatecas, Salinas, Guanajuato, San Miguelito, Sierra Gorda y las dos Sierras Medres est comprendida la regin de la Altiplanicie Meridional, con los Bajos y las cuencas de lagos que todava se observan (Chapala, Cuitzeo, Yuriria) [] con altura media de 2 000 metros o ms.24

    21 Estas ramificaciones dan origen a la sierra de El Zamorano, con elevaciones de 3,300 metros (sobre el nivel del mar) y de la Sierra Gorda, cuya elevacin mxima alcanza 2,800 metros. 22 Armando Bayona Celis, El Bajo Queretano: consideraciones sobre su filiacin regional, documento interno de consulta, Centro Queretano de Recursos Naturales, 2003. 23 La discusin amplia sobre el condicionamiento que imprimen las variables fsico-geogrficas a las relaciones sociales y econmicas, se aborda profusamente en la compilacin de Pedro Prez Herrero Conformacin regional en Mxico, en particular en la contribucin que realiza Guillermo de la Pea. Pedro Prez Herrero (comp.), Regin e Historia en Mxico (1700-1850), Instituto Mora-UNAM, Mxico, 1991, pp. 123-162. 24 ngel Bassols, Geografa econmica de Mxico, op. cit., p. 125.

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    Por su parte, Claude Bataillon lo especifica como:

    El conjunto de las llanuras aluviales parcialmente irrigadas que acompaan al Ro Lerma [] el Bajo oriental sera en este sentido la confluencia con el Ro Laja, de Celaya a Salamanca; y el Bajo occidental las confluencias con los ros Silao y Turbio, de Irapuato a Len. Pero la mayor parte de los ndices econmicos regionales [] incita a considerar en un solo bloque las llanuras desde la depresin de Quertaro hasta las depresiones agrcolas situadas al norte y al sur del lago de Chapala.25

    Mientras que Eric Wolf lo ubica: Entre Len, Gto., por el norte, y

    Quertaro, Qro., por el sur [que] durante el siglo XVIII fue formndose en esta

    zona y en sierras adyacentes un peculiar complejo cultural, basado en la afinidad

    de actividades econmicas relacionadas.26 Cabe mencionar que la diferencia entre

    Eric Wolf, y los autores referidos es el hecho que consideran solamente las zonas

    bajas, en cambio, Eric Wolf incluye tambin las minas de Guanajuato localizadas

    en las partes serranas.

    Entre los autores citados, salvo el caso de Eric Wolf que incluy a los altos

    de Guanajuato, las diferencias sobre los lmites y ciudades que comprende El Bajo

    son imperceptibles, tambin queda claro que Quertaro estaba incluido en la

    regin por estar ubicado en las partes bajas; hay consenso tambin en el hecho

    que ciertamente lo cruzan algunas ramificaciones de sierras y montes, pero se

    trata de una zona muy bien surtida de mantos acuferos, tierras ricas en nutrientes

    capaces de impulsar prcticamente cualquier tipo de cultivo y aptas para el

    pastoreo de ganado, elementos que resultaron altamente atractivos para sostener

    las actividades del hombre en sociedad.

    Con este marco es posible avanzar en la comprensin del entramado de

    relaciones econmicas. A diferencia de lo que seala Pedro Prez Herrero sobre la

    25 Claude Bataillon, Las regiones geogrficas de Mxico, op. cit., p. 173. 26 Eric Wolf, El Bajo en el siglo XVIII op. cit., p. 73.

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    imposibilidad de reconocer una actividad que haya servido como detonante para

    impulsar otras, consideramos que en principio, los requerimientos en los fundos

    mineros del norte por un lado, revolucionaron una serie de actividades y por otro

    lado, enlazaron ciertos asentamientos poblacionales situados en El Bajo, entre

    ellos, el que nos ocupa.

    A nuestro entender, el entorno, la demanda constante y el incremento de la

    poblacin en el centro novohispano promovieron cierta espacializacin y

    especializacin productiva: Celaya, Irapuato, Salvatierra, Silao y Len se perfilaron

    como principales productoras de forrajes para ganado, granos y semillas; San

    Miguel el Grande decant al curtido de pieles y a la elaboracin de objetos de

    hierro; Quertaro se distingui en la manufactura de gneros de lana y algodn,

    articulada con la cra de ganado para trasquila. De modo que en el entramado de

    relaciones econmicas que van de medidos del siglo XVIII, hasta principios del

    XIX, El Bajo se convirti en la zona productora, distribuidora y consumidora por

    antonomasia.

    Asimismo, pensamos que la economa novohispana se apoy en ciudades

    que cumplan con funciones especficas. En Quertaro se desarroll el comercio,

    los servicios y en un conjunto de actividades productivas, sobre todo de tipo

    agropecuario e industrial. Debido a la interaccin de estos ingredientes y su

    relacin con otros centros poblacionales, Quertaro fue adquiriendo relevancia

    dentro del armazn de relaciones econmicas y territoriales de la Nueva Espaa,

    en particular desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX, la mezcla de

    las distintas actividades econmicas le imprimi un dinamismo no experimentado

    previamente.27 El intercambio de bienes y servicios lo mantuvo unido tanto con la

    27 Carmen Imelda Gonzlez Gmez y Ovidio Gonzlez Gmez, El transporte en Quertaro en el siglo XIX, Secretara de Comunicaciones y Transportes e Instituto Mexicano del Transporte, Quertaro, 1990; Carmen Imelda Gonzlez Gmez y Lorena Osorio Franco, Cien aos de industria

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    Ciudad de Mxico, como con el norte, sin descuidar la atencin a las ciudades ms

    importantes de El Bajo, esta relacin legitim su expansin productiva.

    Econmicamente en un primer momento Quertaro se articul con los

    requerimientos de la poblacin de la Ciudad de Mxico, despus se refuncionaliz y

    orient sus relaciones comerciales y productivas hacia la demanda de los

    asentamientos del norte. En forma simultnea se consolidaron una serie de

    relaciones horizontales con asentamientos de importancia similar que formaban

    parte del camino real de tierra adentro. 28

    En este sentido, es preciso reconocer que debido a su ubicacin espacial

    Quertaro se incluy en la geografa econmica a partir del descubrimiento de las

    vetas de plata en Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potos. Los asentamientos

    poblacionales formados a partir de la explotacin mineral, requirieron para su

    sobrevivencia, incluso para el desarrollo del trabajo en las minas, de una serie de

    insumos que se producan en Quertaro, como el caso de las pieles, sebo, pabilo,

    velas, etctera, o bien de productos del campo que se producan en otras partes

    de El Bajo, pero que se concentraban en Quertaro y de ste se distribuan hacia

    el norte, como los granos, cereales, frutas y hortalizas, de modo tal que Quertaro

    se perfil como un centro de distribucin pluri-mercados.

    Las condiciones demogrficas y productivas que se desarrollaron en

    Quertaro a mediados del siglo XVIII, permitieron mantener constante una

    relacin con otras ciudades novohispanas mayores, de igual tamao o ms

    pequeas. En la construccin de un mapa de ciudades, la funcin de las ciudades en Quertaro, Universidad Autnoma de Quertaro-Secretara de Desarrollo Sustentable del Estado, Quertaro, 2000. 28 La discusin terico-metodolgica amplia sobre las articulaciones horizontales y verticales se encuentran principalmente en: Guillermo de la Pea, Los estudios regionales y la antropologa social en Mxico y Eric Van Young Consideraciones metodolgicas y tericas, en Pedro Prez Herrero (comp.), Regin e Historia en Mxico, op. cit.

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    grandes, medias e intermedias tena como sentido ordenar este sistema, en el que

    subyace, como forma de articulacin, incluso permanencia la red de intercambio

    de bienes y productos.

    Tomando como centro nodal a la Ciudad de Mxico, desde el siglo XVI

    Quertaro se convirti en una de las ciudades que formaron parte del modelo

    novohispano de integracin poltico-econmico, que lo atravesaba en dos ejes, de

    sur a norte y oriente a poniente, de esta manera qued inscrito dentro del eje

    centro-norte, posicin que fue consolidando a lo largo del perodo virreinal.

    Para su sostenimiento, el modelo se apoy en una serie de caminos, uno

    de los ms importantes fue el que haca conexin entre la Ciudad de Mxico y el

    norte pasando por Guanajuato, Zacatecas, Durango, Fresnillo, Matehuala,

    Sombrerete, Chihuahua y Parral, hasta llegar a Santa Fe. A su vez esta ruta

    cruzaba por el centro de la ciudad de Quertaro de sur a norte (mapa 1).

    Mapa 1. Caminos y ciudades principales en Nueva Espaa, siglo XVIII Fuente: Mara del Carmen Velsquez (coord.), La Nueva Espaa en la segunda mitad del siglo XVIII, en Josefina Z. Vzquez (coord.) Historia de Mxico, volumen VII, La lucha por la independencia, Salvat Mexicana de Editores, S. A. de C. V., Mxico, 1978, p. 1541.

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    Simbologa:

    Caminos reales

    Ramales alimentadores

    Principales caminos herrados

    Caminos herrados secundarios

    Al observar el mapa anterior podemos mencionar que pese a las

    dificultades en los medios de transporte, y a los problemas de acceso a ciertos

    puntos geogrficos por obstculos naturales, Nueva Espaa contaba con un

    incipiente sistema carretero que se caracteriz por la conexin de ciudades, villas y

    pueblos a travs de los caminos reales y una serie de ramales alimentadores

    (mapa 1). En este aspecto no es aventurado sealar que la justificacin del

    sistema radica en imprimir la mayor eficiencia posible a los intercambios de

    productos.

    David Write, y John C. Super describen la inclusin de Quertaro en la red

    de carretas. Segn el primer autor: Despus del ramal oeste pasaba por San

    Miguel, juntndose con el otro camino cerca de San Felipe, para seguir el largo

    tramo hacia las minas de Zacatecas.29 Mientras que el segundo, complementa el

    esquema sealando la importancia de los ramales alimentadores, uno de los

    principales se cre con la finalidad de comunicar a Quertaro con el oeste, va San

    Miguel el Grande, desde donde sala un camino ms, hacia la ciudad minera de

    Guanajuato. La exposicin que proporciona el mismo autor incluye las ciudades

    que formaban parte del recorrido:

    El camino real que sala de Zacatecas hacia el sur se bifurcaba poco delante de San Felipe, uno de los ramales continuaba directamente hacia el sur y el otro pasaba por San Miguel. Estos dos ramales se unan en Quertaro, y luego segua

    29 David Write, Quertaro en el siglo XVI, Fuentes documentales primarias: Documentos de Quertaro, nmero 13, Direccin de Patrimonio y Cultura-Secretara de Cultura y Bienestar Social del Estado, Quertaro, 1989, p. 61.

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    el camino por San Juan del Ro y Jilotepec hasta la ciudad de Mxico. Otros ramales del camino unan a Quertaro con Celaya por el oeste y con Tolimn y Jalpan por el noreste. Hacia 1790, cinco caminos principales partan de Quertaro, unindolo con el resto de Mxico.30

    A su vez, la formacin de caminos aument la actividad econmica, se

    multiplicaron rpidamente las estancias ganaderas y las haciendas y aument la

    poblacin, en este marco cobra sentido la afirmacin de Pierre Georges,

    Cualquiera que sea la actividad preponderante de la ciudad, esta subordinada a

    las facilidades de desplazamiento de hombres y mercancas.31

    Montado en estas bases, Santiago de Quertaro se convirti en un

    importante centro ordenador, ya que posea una dinmica poblacional propia y una

    integracin con otros centros de mayor o igual importancia social, econmica y

    poltica, fue al mismo tiempo centro productor y consumidor de bienes tanto

    internos como importados, en este sentido su funcionamiento estaba condicionado

    por la naturaleza y por un grupo de actividades econmicas que fueron reforzadas

    por la presencia de caminos.

    En este esquema interpretativo, podemos indicar que la economa

    novohispana se apoy en ciudades que cumplan con funciones especficas.

    Quertaro se desarroll en el comercio, los servicios y en un conjunto de

    actividades de tipo agropecuario e industrial. Debido a la interaccin de estos

    ingredientes y a su relacin con otros centros poblacionales, fue adquiriendo

    relevancia en el armazn de relaciones econmicas y territoriales de la Nueva

    30 Super, John C., La vida en Quertaro durante la colonia 1531-1810, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1986, p. 17. 31 Pierre Georges, Geografa urbana, Coleccin Elcano: la geografa y sus problemas, editorial Ariel, Barcelona, 1974, p. 49.

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    Espaa.32 El intercambio de bienes y servicios lo mantuvo unido tanto con la

    Ciudad de Mxico, como con el norte, esto sin desatender la atencin a las

    ciudades ms importantes de El Bajo, pensamos que esta relacin legitim su

    expansin productiva.

    En forma de conclusiones:

    Las diferentes descripciones mostradas en este trabajo marcan una actividad

    diferenciada entre el espacio de la ciudad principal y el resto del territorio, lo que

    supone la coincidencia de varios factores, que como sealamos en su momento,

    uno de ellos se refiere al medio ambiente, pero adems los factores de la

    formacin del espacio no son eventos aislados, sino parte de un proceso.

    Con base en la literatura analizada caracterizamos a Quertaro como

    fisiogrficamente heterogneo: zonas planas, semiplanas, llanuras y montaas; al

    centro sur, la parte ms frtil, al centro, el semidesierto, y al norte, la variedad

    extrema del clima. Sobre esta cuestin podemos concluir que si bien las diferencias

    naturales radicales han condicionado las formas de produccin, no han

    determinado la incorporacin a los procesos econmicos y sociales.

    Segn lo expuesto, histricamente ha existido un predominio de actividades

    en Santiago de Quertaro, prcticamente todas las relaciones han irradiado de la

    misma, incluso sus intercambios comerciales, culturales, etc., han rebasado el

    contexto local, tendiendo a reforzar relaciones con otras ciudades fuera de la

    demarcacin administrativa; pero tambin expusimos la contraparte, la escasa

    32 Carmen Imelda Gonzlez Gmez y Ovidio Gonzlez Gmez, El transporte en Quertaro en el siglo XIX, Secretara de Comunicaciones y Transportes-Instituto Mexicano del Transporte, Quertaro, 1990; Carmen Imelda Gonzlez Gmez y Lorena Osorio Franco, Cien aos de industria en Quertaro, Universidad Autnoma de Quertaro-Secretara de Desarrollo Sustentable del Estado, Quertaro, 2000.

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    vinculacin de los asentamientos queretanos situados en un medio natural

    complejo. A nuestro entender, la construccin de este espacio se concibe a la

    manera de Hiernaux y Lindn: como una forma, como un resultado objetivo de la

    interaccin de mltiples variables en el curso de la historia.33

    Tambin, en este trabajo intentamos demostrar que la concurrencia de

    horizontes diferentes que en algunos casos torna muy complejas las

    comunicaciones y por ende, las relaciones econmicas y sociales; sin embargo, la

    interaccin de las actividades productivas acordes a cada contexto natural

    posibilit el establecimiento de conexiones de amplio alcance, incluyendo la

    comunicacin an en terrenos difciles. Evidentemente, este arquetipo estuvo

    soportado en una base econmica en la que los intercambios de bienes y servicios

    jugaron un papel protagnico, suponemos entonces que los intercambios son los

    elementos que permiten observar la articulacin entre lo local y lo regional.

    Nos referiremos ahora los temas de la jerarqua y la comunicacin, ya que el

    primero depende del segundo y viceversa. En estos aspectos percibimos tambin

    la relevancia de Santiago de Quertaro, segn las fuentes consultadas permiten

    estimar su permanencia en la disposicin de ciudades, tanto de El Bajo, como de

    la propia jurisdiccin queretana; esta categora creemos que es resultante de la

    integracin productiva, de modo que se consolid como un importante centro

    ordenador, cuyo funcionamiento estaba condicionado por un grupo de funciones

    econmicas propias y externas.

    En cuanto a las comunicaciones, tratamos de demostrar que pese a las

    dificultades en los medios de transporte y a los problemas de acceso a ciertos

    puntos geogrficos por accidentes naturales, el sistema de comunicaciones de El

    33 Daniel Hiernaux y Alicia Lindn, El concepto de espacio y el anlisis regional en, Secuencia, Revista de Historia y ciencias sociales, nmero 25, Instituto MoraEl Colegio de Mxico, Mxico, enero-abril de 1983, pp. 89-110.

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    Bajo que se caracteriz por la conexin de ciudades, villas y pueblos, en es

    sentido, creemos que la justificacin del sistema histricamente ha radicado en

    imprimir la mayor eficiencia posible a los intercambios productivos. Parece ser que

    este patrn tuvo una rplica en el propio Quertaro.

    Finalmente, queda pendiente la reflexin sobre cmo interpretar la creacin

    del espacio contemporneo, toda vez que los procesos sociales y las

    comunicaciones modifican en forma vertiginosa la organizacin del territorio,

    incluso las relaciones entre el espacio y los individuos.

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