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generaciones que lo recuerdan y conocen, pero igualmente es un motivo para volver sobre la historia y sobre la palabra, tan necesaria, cambiante y transforma- dora. Cabe recordar que uno de los propósitos por los que fue fundado el instituto que lleva su nombre (y el de su amigo Miguel Antonio Caro) fue el de continuar con la elaboración del Diccionario de Construcción y Régimen, que tras muchos años de trabajo, y la colaboración de numerosos académicos, se llevó a cabalidad. Por eso el Ministerio de Cultura, en el marco del año Rufino José Cuervo, en el que se realizarán diferentes proyectos y acciones para divulgar la vida y obra de este importante filólogo, destaca el valioso emprendimiento, gestión y realización de la estampilla conmemorativa que aquí se presenta. Arte, comunicación, historia y filatelia, que traducen en un precioso objeto la huella de esos temas que representan nuestro patrimonio cultural. Es absolutamente meritorio contar con un sello que por sí mismo constituya un medio para divulgar y hacer permanecer la obra de Rufino José. Para el Ministerio de Cultura es un orgullo desarrollar programas que configuren y alimenten la memoria colectiva en torno a hechos literarios, relacionados con el libro, la lectura y en este caso, la palabra. Mariana Garcés Córdoba Ministra de Cultura Rufino José Cuervo, un hombre de la modernidad “Rufino José Cuervo le dio al castellano una estructura científica; en otras palabras, trazó la gran autopista del idioma. Y si hoy es común aprender a expresarse correcta- mente en la lengua de Cervantes, ello se le debe al trabajo de titán que efectuó Rufino José Cuervo en sus libros sobre el castellano, en su voluminosa correspondencia y en sus dos obras axiales: Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1867) y Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, letras A, B, C, D y E, que abarcan los tres primeros volúmenes de esa obra portentosa”, dice Enrique Santos Molano en su libro Un hombre al pie de las letras. Estas palabras cobran especial vigencia hoy en día cuando se conmemoran 100 años de la muerte de este ilustre colombiano cuyo legado al idioma español ha sido invaluable. En efecto, el pasado 17 de julio se conmemoró un siglo de la muerte de don Rufino José Cuervo. ¿Qué mejor homenaje a un ávido escritor de cartas como don Rufino que la expedición de una estampilla? Es una pena que hoy, con las indudables ventajas tecnológicas de nuestro tiempo, se esté extinguiendo el nostálgico ejercicio de la carta, y con él, se esté perdiendo el uso de estas joyas de los filatelistas. Aún así, con el lanzamiento de una estampilla en su nombre, en el marco de este año dedicado a su memoria, recordaremos las miles de misivas que redactó, y que de seguro él mismo introdujo en sobres, timbró con sellos postales y echó al buzón para numerosos correspon- sales de Europa y América. Estas cartas son parte fundamental de la historia cultural de nuestro país. Desde hace casi setenta años, y fiel a las enseñanzas de don Rufino, el Instituto Caro y Cuervo se ha propuesto preservar esta rica historia cultural colombiana. Como Directora de esta casa de estudios, considero que es nuestro deber defenderla y difundirla con entusiasmo, puesto que es faro y guía de nuestra entrada a la “posmodernidad” y garantía de nuestra permanencia en ella. Bajo la égida de pensadores como Rufino José Cuervo, este Instituto se ha propuesto colaborar con la “humanización” de esa modernidad heredada del segundo milenio. Una versión reformada de la modernidad redime la filosofía, las ciencias y las artes al entrelazarlas con un hilo conductor que les da sentido a las manifestaciones humanas, sean lingüísticas, literarias o de otras índoles. Así, todo esfuerzo por reivindicar la modernidad debe probar su valor humanístico demostrando que se enraíza en la práctica y la experiencia humanas. Aunque se lo conoce más como filólogo que como lingüista, don Rufino fue, de todas maneras, un pionero de la lingüística como ciencia social de la modernidad. Los estudiosos del lenguaje que, como él, se formaron en la corriente historicista, miran constantemente hacia el pasado. Esta mirada los remite comúnmente a la pregunta sobre el origen de las lenguas. Sin embargo, hay unos cuantos que, con un pie en la tradición, miran hacia adelante y se preguntan: ¿para dónde van las lenguas?, ¿cómo ocurre el cambio lingüístico? Cuervo fue uno de ellos. Si bien muchas de sus explicaciones hacían referencia a la historia de las palabras, él se cuidaba de señalar que eran válidas solo temporalmente; vale decir, que no tenían sentido sino en un periodo histórico determinado y que irían cambiando en el futuro. A finales del siglo antepasado, Cuervo ya se planteaba interrogantes acerca de las causas del cambio lingüístico: por ejemplo, ¿perdura el español por “empuñamiento” político o por voluntad del pueblo? Ya intuía que factores como la raza y el clima moldean el habla particular de cada región. Más aún, su patriotismo le permitía reafirmar esta hipótesis, puesto que estaba convencido de que “nada simboliza tan cumplida- mente a la patria como la lengua” y, por lo tanto, ésta debe ser capaz de incluir los acentos de todas las regiones de una nación. En sintonía con este espíritu pionero, el Instituto Caro y Cuervo se ha puesto a tono con las tendencias teóricas y metodológicas del siglo XXI en la lingüística, la semiótica y los estudios literarios. Hablamos de una vasta esfera de conocimiento que, sin embargo, no se queda en el ámbito de las ideas, sino que guarda una honda relación con la problemática social de Colombia. Como criterio de la calidad de la investigación, este vínculo con lo social conlleva necesariamente un compromiso con las políticas públicas. Galardonado en 1999 -en cabeza de su director de entonces, don Ignacio Chaves Cuevas- con el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, por la titánica labor de culminar el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, el Instituto Caro y Cuervo aspira a seguir siendo parte de la historia cultural de Colombia. Por ello, se empeña en constituirse en escenario para elegir y no sólo informarse, para opinar y no sólo comunicarse, para construir y no sólo suponer. Elegir, opinar y construir requieren poder: el poder del saber. Rufino José Cuervo encarna aún hoy, para nosotros, el poder del saber; es el sabio colombiano por antonomasia. Su legado permanece inmune a los años. En nombre del Instituto Caro y Cuervo quiero agradecer al Ministerio de Cultura en cabeza de su ministra, la doctora Mariana Garcés, por el interés demostrado en traer a este ilustre colombiano a la memoria de sus compatriotas. Ojalá que su efigie en esta estampilla que hoy se ofrece, como una nueva paloma mensajera, sea santo y seña todavía de muchas cartas de Colombia para el mundo. Genoveva Iriarte Esguerra Directora General Instituto Caro y Cuervo [email protected] Call center (571) 4199299 y 4199292 ext. 4302 en Bogotá 01 8000 111 210 a nivel nacional www.4-72.com.co Juan Manuel Santos Calderón Presidente de la República Diego Molano Vega Ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones María Carolina Hoyos Turbay Viceministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones Miguel Felipe Anzola Espinosa Director de Comunicaciones Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones Santiago Peláez Galmarini Subdirector ( E ) de Asuntos Postales Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones Junta Directiva Servicios Postales Nacionales S.A. Ramón Angarita Lamk Rubén Darío Mestizo Reyes Francisco Ortiz Rebolledo José Fernando Torres Fernández de Castro Juan Ernesto Vargas Uribe Presidente Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72 Sonia Patricia Cáceres Martínez Secretaria General Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72 Guillermo Eduardo Márquez Ferro VP. Comercial Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72 Martha Lucy Giraldo Duque Jefe Nacional de Filatelia Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72 Fecha de emisión Date d’ émission Date of issue Boletín informativo No. 8 de 2011 Julio 27 de 2011 Emisión Postal Primer pao de la casa natal de Rufino José Cuervo, barrio La Candelaria, Bogotá D.C. Foto: Instuto Caro y Cuervo.

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Don Ru�no, ¡un hombre de palabra!

La lengua como sistema de comunicación verbal y escrito, natural de un conglomerado humano, fundamentado en palabras y expresiones, constituye una de las manifesta-ciones por excelencia a través de la cual interactúan las personas, acceden al conocimiento, realizan acuerdos, pactan negocios y concretan el desarrollo y crecimiento de una sociedad.

La preservación, perfeccionamiento y defensa de la lengua castellana ha sido una labor titánica de eruditos y cientí�-cos de la palabra, que como el �lólogo bogotano Ru�no José Cuervo Urisarri (1844 - 1911), dedicaron su vida a investigar y enriquecer el patrimonio de la literatura, como legado cultural y componente de nuestra identidad. Tarea loable, que admira y reconoce el Gobierno Nacional.

Por eso en 2011, bajo la declaratoria por parte del Ministe-rio de Cultura del Año Ru�no José Cuervo; el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72, se unen al Programa de memoria literaria nacional con una emisión �latélica en homenaje al centenario del fallecimiento de este guardián de la palabra, para recordar y apoyar la divulgación de sus inmensos aportes a nuestro idioma.

En mi calidad de Presidente de la empresa o�cial de correos de Colombia 4-72, me complace destacar igualmente el papel desempeñado por Cuervo Urisarri, como consultor y referente para los hispanistas, plasmado en las múltiples cartas escritas, las cuales también hacen parte de su vasta obra. Así lo evidenció el Jefe del Departa-mento de Historia Cultural del Instituto Caro y Cuervo en 1994, Monseñor Mario Germán Romero, cuando acotó: “ya por carta lo consultaban y esperaban de él una luz para sus trabajos. Testigos los veintidós tomos publicados hasta ahora de sus cartas. Los interesados le consultaban sus dudas por

escrito, otros más afortunados frecuentaban su trato personal, a todos los anima, les corrige sus trabajos y aun las pruebas de imprenta para la decorosa presentación de la obra. Como en aquellos tiempos no había teléfono, se da el caso de tomos enteros de cartas con corresponsales que vivían como él en París. Basta leer sus cartas para darse cuenta del trabajo de investigación que le exigía cada una de las preguntas que se le hacían, no se contentaba con una simple información sino que iba al fondo de la cuestión para satisfacer la curiosidad del corresponsal. Hoy diríamos que don Ru�no fue un profesor universal por correspondencia” .

El diseño de la nueva estampilla que porteará el correo de los colombianos, es una adaptación de la e�gie o�cial que identi�ca al Año Cuervo, la cual se derivó de una idea creativa desarrollada por la agencia Lowe SSP3 bajo el liderazgo de José Miguel Sokolo� para el II Festival de la Palabra. Corresponde a la imagen ilustrada de un retrato original del maestro de la �lología, realizado con la técnica del positivo-negativo, que generó una silueta compacta, sobre la cual aparecen las iniciales “r j c” de su nombre. El conjunto blanco y negro se complementa con los colores salmón y escarlata aludiendo a una paleta de colores contemporáneos para signi�car la vigencia del autor, sin perder al mismo tiempo la sobriedad y distinción característica de su época.

Quiero agradecer a la Ministra de Cultura, Dra. Mariana Garcés Córdoba, y a su Viceministra Dra. María Claudia López Sorzano su permanente colaboración y orientación para el desarrollo de esta nueva especie postal. Extiendo asimismo nuestra gratitud a la Dra. Genoveva Iriarte Esguerra, Directora General del Instituto Caro y Cuervo por abrirnos las puertas de la institución para la documentación e información relacionada con la vida y aportes del más importante sabio colombiano de la lengua castellana.

De manera especial destaco la generosidad, tiempo y conocimiento puestos al servicio de esta iniciativa de

gobierno, de la Exministra Elvira Cuervo de Jaramillo, y de la Coordinadora del Primer Coloquio Lenguas y Culturas en Contacto, Clemencia Castillo Triana. La unión de todo este bagaje de experiencia, proactividad y compromiso, nos permitió llevar a buen término la producción de la nueva estampilla de correo que hoy comienza a circular en las cartas y paquetes impuestos a través de la red postal o�cial de 4-72.

Me pregunto si alguna vez, la simpatía, sencillez y cultura del ilustre cientí�co del idioma castellano, Ru�no José Cuervo, le permitió imaginar, en medio de la redacción de alguna de las múltiples cartas escritas, que cien años después de su fallecimiento, su e�gie viajaría en las estampillas de correo, ese mismo sistema postal que siempre fue su servidor y aliado y le mantuvo en perma-nente contacto con su mundo familiar e intelectual.

El presente homenaje postal hace parte del interés del gobierno de guardar y perpetuar nuestros grandes valores, lo cual está íntimamente ligado al pensamiento de don Ru�no José cuando expresó: “Mirar por la lengua vale para nosotros tanto como cuidar los recuerdos de nuestros mayores, las tradiciones de nuestro pueblo y las glorias de nuestros héroes; y cuando varios pueblos gozan del bene�cio de un idioma común, propender a su uniformidad es avigorar sus simpatías y relaciones, hacerlos uno solo” .

Juan Ernesto Vargas UribePresidenteServicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Bogotá D.C., miércoles 27 de julio de 2011

Centenario de la muerte deRu�no José Cuervo

El Ministerio de Cultura, como parte del Programa de memoria literaria nacional, declara el 2011 como Año de Ru�no José Cuervo. Reconocido como “el �lólogo y lingüista colombiano más importante de todos los tiempos” este bogotano dedicó su vida a estudiar la lengua castellana: no solamente la vertiente colombiana (como consta en sus Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano) sino ese enorme caudal que comparte todo el mundo hispanohablante, como se evidencia en su obra magna, el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana.

Gracias al trabajo avanzado, profundo y riguroso de sus estudios lingüísticos y �lológicos, Ru�no José Cuervo elevó el nombre de Colombia a un sitio de honor junto a Alema-nia, Francia y España en estos campos del conocimiento. Un trabajo que realizó por cuenta propia y que constituye por sí mismo una labor de emprendimiento intelectual cuyo alcance pocos colombianos han igualado.

Como dice respecto a él Fernando Vallejo en su texto publicado en la Revista El Malpensante y titulado El lejano país de Ru�no José Cuervo: “un loco y un santo. Su Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana es un delirio. ¡Cuál don Quijote! (…) Colombia se inventó uno de verdad, Cuervo, el máximo”.

Entonces Colombia tiene su don Quijote, y ese es Ru�no José Cuervo. Por esto en 2011, el Ministerio de Cultura quiere que Ru�no José deje huella en los colombianos a través de la difusión y conocimiento de sus obras, que constituyen una herencia maravillosa desde la base fundamental de nuestra lengua, de nuestros sistemas, formas y maneras de comunicación: la palabra.

Asimismo es motivo de orgullo para el Ministerio de Cultura promover no sólo la obra de este �lólogo y hombre de letras, sino difundir los aspectos importantes de su vida; los cuales reconstruyen una época, que nos transporta a otros momentos de la historia, nos cuenta las tradiciones familiares, la situación política, social y económica de un país, y el lugar de nuestro homenajeado en el mundo.

Conocer la vida de Ru�no José Cuervo pasa por entender las condiciones sociales de su época: la pérdida temprana de un padre, que no obstante le transmitió a sus hijos el valor de la educación y de aprender un o�cio; los fuertes vínculos que existían entre los miembros de una familia tradicional de �nales del siglo XIX, y la in�uencia de Ángel, el incondicional hermano de Ru�no José, quien lo acompañó durante toda su vida y que además de socio, fue el compañero de sus largos años como investigador y autodidacta en la capital francesa. Conocer la vida de Ru�no José Cuervo implica transitar por los diferentes o�cios que éste desempeñó, pues no sólo pudo ganarse la vida con la docencia: de hecho, fue gracias al éxito de la fábrica cervecera que fundó su hermano en 1868 (y en la que trabajaron ambos) y su posterior venta, que pudo dedicarse con holgura y sin ningún impedimento económico a cultivar el jardín de su intelecto. De esta manera, entender su obra nos obliga a retroceder a una época en la que el talante autodidacta era muchas veces la única posibilidad de acceder a otros niveles de aprendizaje y de formación superior.

Recorrió desde su juventud los mundos in�nitos del lenguaje (el español y el francés, pero también el latín y el griego, así como varias lenguas modernas) formándose como �lólogo en su ciudad natal, para luego terminar viajando a París en un viaje sin retorno. Allá vivió casi durante la mitad de su vida. Sus restos mortales reposan actualmente en el cementerio parisino del Père-Lachaise.

Así, Ru�no José Cuervo es un modelo, un ejemplo para las

generaciones que lo recuerdan y conocen, pero igualmente es un motivo para volver sobre la historia y sobre la palabra, tan necesaria, cambiante y transforma-dora. Cabe recordar que uno de los propósitos por los que fue fundado el instituto que lleva su nombre (y el de su amigo Miguel Antonio Caro) fue el de continuar con la elaboración del Diccionario de Construcción y Régimen, que tras muchos años de trabajo, y la colaboración de numerosos académicos, se llevó a cabalidad.

Por eso el Ministerio de Cultura, en el marco del año Ru�no José Cuervo, en el que se realizarán diferentes proyectos y acciones para divulgar la vida y obra de este importante �lólogo, destaca el valioso emprendimiento, gestión y realización de la estampilla conmemorativa que aquí se presenta. Arte, comunicación, historia y �latelia, que traducen en un precioso objeto la huella de esos temas que representan nuestro patrimonio cultural. Es absolutamente meritorio contar con un sello que por sí mismo constituya un medio para divulgar y hacer permanecer la obra de Ru�no José.

Para el Ministerio de Cultura es un orgullo desarrollar programas que con�guren y alimenten la memoria colectiva en torno a hechos literarios, relacionados con el libro, la lectura y en este caso, la palabra.

Mariana Garcés CórdobaMinistra de Cultura

Ru�no José Cuervo, un hombrede la modernidad

“Ru�no José Cuervo le dio al castellano una estructura cientí�ca; en otras palabras, trazó la gran autopista del idioma. Y si hoy es común aprender a expresarse correcta-mente en la lengua de Cervantes, ello se le debe al trabajo de titán que efectuó Ru�no José Cuervo en sus libros sobre el castellano, en su voluminosa correspondencia y en sus dos obras axiales: Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1867) y Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, letras A, B, C, D y E, que abarcan los tres primeros volúmenes de esa obra portentosa”, dice Enrique Santos Molano en su libro Un hombre al pie de las letras. Estas palabras cobran especial vigencia hoy en día cuando se conmemoran 100 años de la muerte de este ilustre colombiano cuyo legado al idioma español ha sido invaluable.

En efecto, el pasado 17 de julio se conmemoró un siglo de la muerte de don Ru�no José Cuervo. ¿Qué mejor homenaje a un ávido escritor de cartas como don Ru�no que la expedición de una estampilla? Es una pena que hoy, con las indudables ventajas tecnológicas de nuestro tiempo, se esté extinguiendo el nostálgico ejercicio de la carta, y con él, se esté perdiendo el uso de estas joyas de los �latelistas. Aún así, con el lanzamiento de una estampilla en su nombre, en el marco de este año dedicado a su memoria, recordaremos las miles de misivas que redactó, y que de seguro él mismo introdujo en sobres, timbró con sellos postales y echó al buzón para numerosos correspon-sales de Europa y América. Estas cartas son parte fundamental de la historia cultural de nuestro país.

Desde hace casi setenta años, y �el a las enseñanzas de don Ru�no, el Instituto Caro y Cuervo se ha propuesto preservar esta rica historia cultural colombiana. Como Directora de esta casa de estudios, considero que es nuestro deber

defenderla y difundirla con entusiasmo, puesto que es faro y guía de nuestra entrada a la “posmodernidad” y garantía de nuestra permanencia en ella.

Bajo la égida de pensadores como Ru�no José Cuervo, este Instituto se ha propuesto colaborar con la “humanización” de esa modernidad heredada del segundo milenio. Una versión reformada de la modernidad redime la �losofía, las ciencias y las artes al entrelazarlas con un hilo conductor que les da sentido a las manifestaciones humanas, sean lingüísticas, literarias o de otras índoles. Así, todo esfuerzo por reivindicar la modernidad debe probar su valor humanístico demostrando que se enraíza en la práctica y la experiencia humanas.

Aunque se lo conoce más como �lólogo que como lingüista, don Ru�no fue, de todas maneras, un pionero de la lingüística como ciencia social de la modernidad. Los estudiosos del lenguaje que, como él, se formaron en la corriente historicista, miran constantemente hacia el pasado. Esta mirada los remite comúnmente a la pregunta sobre el origen de las lenguas. Sin embargo, hay unos cuantos que, con un pie en la tradición, miran hacia adelante y se preguntan: ¿para dónde van las lenguas?, ¿cómo ocurre el cambio lingüístico? Cuervo fue uno de ellos. Si bien muchas de sus explicaciones hacían referencia a la historia de las palabras, él se cuidaba de señalar que eran válidas solo temporalmente; vale decir, que no tenían sentido sino en un periodo histórico determinado y que irían cambiando en el futuro. A �nales del siglo antepasado, Cuervo ya se planteaba interrogantes acerca de las causas del cambio lingüístico: por ejemplo, ¿perdura el español por “empuñamiento” político o por voluntad del pueblo? Ya intuía que factores como la raza y el clima moldean el habla particular de cada región. Más aún, su patriotismo le permitía rea�rmar esta hipótesis, puesto que estaba convencido de que “nada simboliza tan cumplida-mente a la patria como la lengua” y, por lo tanto, ésta debe ser capaz de incluir los acentos de todas las regiones de

una nación.

En sintonía con este espíritu pionero, el Instituto Caro y Cuervo se ha puesto a tono con las tendencias teóricas y metodológicas del siglo XXI en la lingüística, la semiótica y los estudios literarios. Hablamos de una vasta esfera de conocimiento que, sin embargo, no se queda en el ámbito de las ideas, sino que guarda una honda relación con la problemática social de Colombia. Como criterio de la calidad de la investigación, este vínculo con lo social conlleva necesariamente un compromiso con las políticas públicas.

Galardonado en 1999 -en cabeza de su director de entonces, don Ignacio Chaves Cuevas- con el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, por la titánica labor de culminar el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, el Instituto Caro y Cuervo aspira a seguir siendo parte de la historia cultural de Colombia. Por ello, se empeña en constituirse en escenario para elegir y no sólo informarse, para opinar y no sólo comunicarse, para construir y no sólo suponer. Elegir, opinar y construir requieren poder: el poder del saber.

Ru�no José Cuervo encarna aún hoy, para nosotros, el poder del saber; es el sabio colombiano por antonomasia. Su legado permanece inmune a los años. En nombre del Instituto Caro y Cuervo quiero agradecer al Ministerio de Cultura en cabeza de su ministra, la doctora Mariana Garcés, por el interés demostrado en traer a este ilustre colombiano a la memoria de sus compatriotas. Ojalá que su e�gie en esta estampilla que hoy se ofrece, como una nueva paloma mensajera, sea santo y seña todavía de muchas cartas de Colombia para el mundo.

Genoveva Iriarte EsguerraDirectora GeneralInstituto Caro y Cuervo �[email protected]

Call center (571) 4199299 y 4199292 ext. 4302 en Bogotá 01 8000 111 210 a nivel nacional

www.4-72.com.co

Juan Manuel Santos CalderónPresidente de la República

Diego Molano VegaMinistro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

María Carolina Hoyos TurbayViceministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

Miguel Felipe Anzola EspinosaDirector de Comunicaciones

Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

Santiago Peláez GalmariniSubdirector ( E ) de Asuntos Postales

Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

Junta Directiva Servicios Postales Nacionales S.A.Ramón Angarita Lamk

Rubén Darío Mestizo ReyesFrancisco Ortiz Rebolledo

José Fernando Torres Fernández de Castro

Juan Ernesto Vargas UribePresidente Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Sonia Patricia Cáceres MartínezSecretaria General Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Guillermo Eduardo Márquez FerroVP. Comercial Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Martha Lucy Giraldo DuqueJefe Nacional de Filatelia Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Fecha de emisiónDate d’ émissionDate of issue

Boletín informativo No. 8 de 2011

Julio 27 de 2011

Emisión Postal

Primer patio de la casa natal de Rufino José Cuervo, barrio La Candelaria, Bogotá D.C.Foto: Instituto Caro y Cuervo.

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Don Ru�no, ¡un hombre de palabra!

La lengua como sistema de comunicación verbal y escrito, natural de un conglomerado humano, fundamentado en palabras y expresiones, constituye una de las manifesta-ciones por excelencia a través de la cual interactúan las personas, acceden al conocimiento, realizan acuerdos, pactan negocios y concretan el desarrollo y crecimiento de una sociedad.

La preservación, perfeccionamiento y defensa de la lengua castellana ha sido una labor titánica de eruditos y cientí�-cos de la palabra, que como el �lólogo bogotano Ru�no José Cuervo Urisarri (1844 - 1911), dedicaron su vida a investigar y enriquecer el patrimonio de la literatura, como legado cultural y componente de nuestra identidad. Tarea loable, que admira y reconoce el Gobierno Nacional.

Por eso en 2011, bajo la declaratoria por parte del Ministe-rio de Cultura del Año Ru�no José Cuervo; el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Servicios Postales Nacionales S.A. 4-72, se unen al Programa de memoria literaria nacional con una emisión �latélica en homenaje al centenario del fallecimiento de este guardián de la palabra, para recordar y apoyar la divulgación de sus inmensos aportes a nuestro idioma.

En mi calidad de Presidente de la empresa o�cial de correos de Colombia 4-72, me complace destacar igualmente el papel desempeñado por Cuervo Urisarri, como consultor y referente para los hispanistas, plasmado en las múltiples cartas escritas, las cuales también hacen parte de su vasta obra. Así lo evidenció el Jefe del Departa-mento de Historia Cultural del Instituto Caro y Cuervo en 1994, Monseñor Mario Germán Romero, cuando acotó: “ya por carta lo consultaban y esperaban de él una luz para sus trabajos. Testigos los veintidós tomos publicados hasta ahora de sus cartas. Los interesados le consultaban sus dudas por

escrito, otros más afortunados frecuentaban su trato personal, a todos los anima, les corrige sus trabajos y aun las pruebas de imprenta para la decorosa presentación de la obra. Como en aquellos tiempos no había teléfono, se da el caso de tomos enteros de cartas con corresponsales que vivían como él en París. Basta leer sus cartas para darse cuenta del trabajo de investigación que le exigía cada una de las preguntas que se le hacían, no se contentaba con una simple información sino que iba al fondo de la cuestión para satisfacer la curiosidad del corresponsal. Hoy diríamos que don Ru�no fue un profesor universal por correspondencia” .

El diseño de la nueva estampilla que porteará el correo de los colombianos, es una adaptación de la e�gie o�cial que identi�ca al Año Cuervo, la cual se derivó de una idea creativa desarrollada por la agencia Lowe SSP3 bajo el liderazgo de José Miguel Sokolo� para el II Festival de la Palabra. Corresponde a la imagen ilustrada de un retrato original del maestro de la �lología, realizado con la técnica del positivo-negativo, que generó una silueta compacta, sobre la cual aparecen las iniciales “r j c” de su nombre. El conjunto blanco y negro se complementa con los colores salmón y escarlata aludiendo a una paleta de colores contemporáneos para signi�car la vigencia del autor, sin perder al mismo tiempo la sobriedad y distinción característica de su época.

Quiero agradecer a la Ministra de Cultura, Dra. Mariana Garcés Córdoba, y a su Viceministra Dra. María Claudia López Sorzano su permanente colaboración y orientación para el desarrollo de esta nueva especie postal. Extiendo asimismo nuestra gratitud a la Dra. Genoveva Iriarte Esguerra, Directora General del Instituto Caro y Cuervo por abrirnos las puertas de la institución para la documentación e información relacionada con la vida y aportes del más importante sabio colombiano de la lengua castellana.

De manera especial destaco la generosidad, tiempo y conocimiento puestos al servicio de esta iniciativa de

gobierno, de la Exministra Elvira Cuervo de Jaramillo, y de la Coordinadora del Primer Coloquio Lenguas y Culturas en Contacto, Clemencia Castillo Triana. La unión de todo este bagaje de experiencia, proactividad y compromiso, nos permitió llevar a buen término la producción de la nueva estampilla de correo que hoy comienza a circular en las cartas y paquetes impuestos a través de la red postal o�cial de 4-72.

Me pregunto si alguna vez, la simpatía, sencillez y cultura del ilustre cientí�co del idioma castellano, Ru�no José Cuervo, le permitió imaginar, en medio de la redacción de alguna de las múltiples cartas escritas, que cien años después de su fallecimiento, su e�gie viajaría en las estampillas de correo, ese mismo sistema postal que siempre fue su servidor y aliado y le mantuvo en perma-nente contacto con su mundo familiar e intelectual.

El presente homenaje postal hace parte del interés del gobierno de guardar y perpetuar nuestros grandes valores, lo cual está íntimamente ligado al pensamiento de don Ru�no José cuando expresó: “Mirar por la lengua vale para nosotros tanto como cuidar los recuerdos de nuestros mayores, las tradiciones de nuestro pueblo y las glorias de nuestros héroes; y cuando varios pueblos gozan del bene�cio de un idioma común, propender a su uniformidad es avigorar sus simpatías y relaciones, hacerlos uno solo” .

Juan Ernesto Vargas UribePresidenteServicios Postales Nacionales S.A. 4-72

Bogotá D.C., miércoles 27 de julio de 2011

Centenario de la muerte deRu�no José Cuervo

El Ministerio de Cultura, como parte del Programa de memoria literaria nacional, declara el 2011 como Año de Ru�no José Cuervo. Reconocido como “el �lólogo y lingüista colombiano más importante de todos los tiempos” este bogotano dedicó su vida a estudiar la lengua castellana: no solamente la vertiente colombiana (como consta en sus Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano) sino ese enorme caudal que comparte todo el mundo hispanohablante, como se evidencia en su obra magna, el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana.

Gracias al trabajo avanzado, profundo y riguroso de sus estudios lingüísticos y �lológicos, Ru�no José Cuervo elevó el nombre de Colombia a un sitio de honor junto a Alema-nia, Francia y España en estos campos del conocimiento. Un trabajo que realizó por cuenta propia y que constituye por sí mismo una labor de emprendimiento intelectual cuyo alcance pocos colombianos han igualado.

Como dice respecto a él Fernando Vallejo en su texto publicado en la Revista El Malpensante y titulado El lejano país de Ru�no José Cuervo: “un loco y un santo. Su Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana es un delirio. ¡Cuál don Quijote! (…) Colombia se inventó uno de verdad, Cuervo, el máximo”.

Entonces Colombia tiene su don Quijote, y ese es Ru�no José Cuervo. Por esto en 2011, el Ministerio de Cultura quiere que Ru�no José deje huella en los colombianos a través de la difusión y conocimiento de sus obras, que constituyen una herencia maravillosa desde la base fundamental de nuestra lengua, de nuestros sistemas, formas y maneras de comunicación: la palabra.

Asimismo es motivo de orgullo para el Ministerio de Cultura promover no sólo la obra de este �lólogo y hombre de letras, sino difundir los aspectos importantes de su vida; los cuales reconstruyen una época, que nos transporta a otros momentos de la historia, nos cuenta las tradiciones familiares, la situación política, social y económica de un país, y el lugar de nuestro homenajeado en el mundo.

Conocer la vida de Ru�no José Cuervo pasa por entender las condiciones sociales de su época: la pérdida temprana de un padre, que no obstante le transmitió a sus hijos el valor de la educación y de aprender un o�cio; los fuertes vínculos que existían entre los miembros de una familia tradicional de �nales del siglo XIX, y la in�uencia de Ángel, el incondicional hermano de Ru�no José, quien lo acompañó durante toda su vida y que además de socio, fue el compañero de sus largos años como investigador y autodidacta en la capital francesa. Conocer la vida de Ru�no José Cuervo implica transitar por los diferentes o�cios que éste desempeñó, pues no sólo pudo ganarse la vida con la docencia: de hecho, fue gracias al éxito de la fábrica cervecera que fundó su hermano en 1868 (y en la que trabajaron ambos) y su posterior venta, que pudo dedicarse con holgura y sin ningún impedimento económico a cultivar el jardín de su intelecto. De esta manera, entender su obra nos obliga a retroceder a una época en la que el talante autodidacta era muchas veces la única posibilidad de acceder a otros niveles de aprendizaje y de formación superior.

Recorrió desde su juventud los mundos in�nitos del lenguaje (el español y el francés, pero también el latín y el griego, así como varias lenguas modernas) formándose como �lólogo en su ciudad natal, para luego terminar viajando a París en un viaje sin retorno. Allá vivió casi durante la mitad de su vida. Sus restos mortales reposan actualmente en el cementerio parisino del Père-Lachaise.

Así, Ru�no José Cuervo es un modelo, un ejemplo para las

generaciones que lo recuerdan y conocen, pero igualmente es un motivo para volver sobre la historia y sobre la palabra, tan necesaria, cambiante y transforma-dora. Cabe recordar que uno de los propósitos por los que fue fundado el instituto que lleva su nombre (y el de su amigo Miguel Antonio Caro) fue el de continuar con la elaboración del Diccionario de Construcción y Régimen, que tras muchos años de trabajo, y la colaboración de numerosos académicos, se llevó a cabalidad.

Por eso el Ministerio de Cultura, en el marco del año Ru�no José Cuervo, en el que se realizarán diferentes proyectos y acciones para divulgar la vida y obra de este importante �lólogo, destaca el valioso emprendimiento, gestión y realización de la estampilla conmemorativa que aquí se presenta. Arte, comunicación, historia y �latelia, que traducen en un precioso objeto la huella de esos temas que representan nuestro patrimonio cultural. Es absolutamente meritorio contar con un sello que por sí mismo constituya un medio para divulgar y hacer permanecer la obra de Ru�no José.

Para el Ministerio de Cultura es un orgullo desarrollar programas que con�guren y alimenten la memoria colectiva en torno a hechos literarios, relacionados con el libro, la lectura y en este caso, la palabra.

Mariana Garcés CórdobaMinistra de Cultura

Ru�no José Cuervo, un hombrede la modernidad

“Ru�no José Cuervo le dio al castellano una estructura cientí�ca; en otras palabras, trazó la gran autopista del idioma. Y si hoy es común aprender a expresarse correcta-mente en la lengua de Cervantes, ello se le debe al trabajo de titán que efectuó Ru�no José Cuervo en sus libros sobre el castellano, en su voluminosa correspondencia y en sus dos obras axiales: Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1867) y Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, letras A, B, C, D y E, que abarcan los tres primeros volúmenes de esa obra portentosa”, dice Enrique Santos Molano en su libro Un hombre al pie de las letras. Estas palabras cobran especial vigencia hoy en día cuando se conmemoran 100 años de la muerte de este ilustre colombiano cuyo legado al idioma español ha sido invaluable.

En efecto, el pasado 17 de julio se conmemoró un siglo de la muerte de don Ru�no José Cuervo. ¿Qué mejor homenaje a un ávido escritor de cartas como don Ru�no que la expedición de una estampilla? Es una pena que hoy, con las indudables ventajas tecnológicas de nuestro tiempo, se esté extinguiendo el nostálgico ejercicio de la carta, y con él, se esté perdiendo el uso de estas joyas de los �latelistas. Aún así, con el lanzamiento de una estampilla en su nombre, en el marco de este año dedicado a su memoria, recordaremos las miles de misivas que redactó, y que de seguro él mismo introdujo en sobres, timbró con sellos postales y echó al buzón para numerosos correspon-sales de Europa y América. Estas cartas son parte fundamental de la historia cultural de nuestro país.

Desde hace casi setenta años, y �el a las enseñanzas de don Ru�no, el Instituto Caro y Cuervo se ha propuesto preservar esta rica historia cultural colombiana. Como Directora de esta casa de estudios, considero que es nuestro deber

defenderla y difundirla con entusiasmo, puesto que es faro y guía de nuestra entrada a la “posmodernidad” y garantía de nuestra permanencia en ella.

Bajo la égida de pensadores como Ru�no José Cuervo, este Instituto se ha propuesto colaborar con la “humanización” de esa modernidad heredada del segundo milenio. Una versión reformada de la modernidad redime la �losofía, las ciencias y las artes al entrelazarlas con un hilo conductor que les da sentido a las manifestaciones humanas, sean lingüísticas, literarias o de otras índoles. Así, todo esfuerzo por reivindicar la modernidad debe probar su valor humanístico demostrando que se enraíza en la práctica y la experiencia humanas.

Aunque se lo conoce más como �lólogo que como lingüista, don Ru�no fue, de todas maneras, un pionero de la lingüística como ciencia social de la modernidad. Los estudiosos del lenguaje que, como él, se formaron en la corriente historicista, miran constantemente hacia el pasado. Esta mirada los remite comúnmente a la pregunta sobre el origen de las lenguas. Sin embargo, hay unos cuantos que, con un pie en la tradición, miran hacia adelante y se preguntan: ¿para dónde van las lenguas?, ¿cómo ocurre el cambio lingüístico? Cuervo fue uno de ellos. Si bien muchas de sus explicaciones hacían referencia a la historia de las palabras, él se cuidaba de señalar que eran válidas solo temporalmente; vale decir, que no tenían sentido sino en un periodo histórico determinado y que irían cambiando en el futuro. A �nales del siglo antepasado, Cuervo ya se planteaba interrogantes acerca de las causas del cambio lingüístico: por ejemplo, ¿perdura el español por “empuñamiento” político o por voluntad del pueblo? Ya intuía que factores como la raza y el clima moldean el habla particular de cada región. Más aún, su patriotismo le permitía rea�rmar esta hipótesis, puesto que estaba convencido de que “nada simboliza tan cumplida-mente a la patria como la lengua” y, por lo tanto, ésta debe ser capaz de incluir los acentos de todas las regiones de

una nación.

En sintonía con este espíritu pionero, el Instituto Caro y Cuervo se ha puesto a tono con las tendencias teóricas y metodológicas del siglo XXI en la lingüística, la semiótica y los estudios literarios. Hablamos de una vasta esfera de conocimiento que, sin embargo, no se queda en el ámbito de las ideas, sino que guarda una honda relación con la problemática social de Colombia. Como criterio de la calidad de la investigación, este vínculo con lo social conlleva necesariamente un compromiso con las políticas públicas.

Galardonado en 1999 -en cabeza de su director de entonces, don Ignacio Chaves Cuevas- con el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, por la titánica labor de culminar el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, el Instituto Caro y Cuervo aspira a seguir siendo parte de la historia cultural de Colombia. Por ello, se empeña en constituirse en escenario para elegir y no sólo informarse, para opinar y no sólo comunicarse, para construir y no sólo suponer. Elegir, opinar y construir requieren poder: el poder del saber.

Ru�no José Cuervo encarna aún hoy, para nosotros, el poder del saber; es el sabio colombiano por antonomasia. Su legado permanece inmune a los años. En nombre del Instituto Caro y Cuervo quiero agradecer al Ministerio de Cultura en cabeza de su ministra, la doctora Mariana Garcés, por el interés demostrado en traer a este ilustre colombiano a la memoria de sus compatriotas. Ojalá que su e�gie en esta estampilla que hoy se ofrece, como una nueva paloma mensajera, sea santo y seña todavía de muchas cartas de Colombia para el mundo.

Genoveva Iriarte EsguerraDirectora GeneralInstituto Caro y Cuervo

Especi�caciones técnicas

EMISIÓN POSTAL

Primer día de circulación: Bogotá D.C., miércoles 27 de julio de 2011

Impresor piezascomplementarias:

JH Impregraf Ltda.

Impresor estampilla: Thomas Greg & Sons de Colombia S.A.

Sistema de impresión: O�set

Diseño estampilla: Julián Felipe Jiménez García

Diseño logoAño Ru�no José Cuervo:

Neftalí Vanegas

Textos boletín informativo:

Mariana Garcés CórdobaMinistra de Cultura

Genoveva Iriarte EsguerraDirectora General Instituto Caro y Cuervo

Dirección editorial: Marianella Garzón VergaraAsesora de Comunicaciones 4-72

Sobre de primer día: 1 motivo, 600 unidades numeradas

Goma: PVA.

Papel: Chancellor

Tamaño estampilla: 30 X 40 milímetros

Cantidad: Doscientas noventa y seis mil ciento sesenta(296.160) estampillas

Valor facial: Cinco mil ($ 5.000) pesos

Motivos: Uno (1)

Emisión:Centenario del fallecimiento deRu�no José Cuervo

Presentación: Pliego con veinticuatro (24) estampillas

Color: Policromía en trama estocástica

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1. Aparte de las palabras pronunciadas el 19 de septiembre de 1994 por Monseñor Mario Germán Romero, Jefe del Departamento de Historia Cultural del Instituto Caro y Cuervo, durante la celebración del sesquicentenario del natalicio de Ru�no José Cuervo, con la ofrenda �oral dedicada en su memoria, ante la estatua en la Plazoleta de San Ignacio. Thesaurus. Tomo XLIX. Núm. 3 (1994) Sesquicentenario del natalicio de D. Ru�no José Cuervo. Centro Virtual Cervantes, pág. 588.

2. Prólogo de la primera edición de las Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano, en Ru�no José Cuervo, Obras, t I , Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1954, pág. 6. Retomado por Thesaurus. Tomo XLIX. Núm. 3 (1994) Sesquicentenario del natalicio de D. Ru�no José Cuervo. Centro Virtual Cervantes.

3. Resolución No. 0096 del 28 de enero de 2011 por medio de la cual el Ministerio de Cultura declara el 2011 como año Ru�no José Cuervo.

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