ABC-14.09.1972-pagina 048 (1)

1
ABC. J U E V E S 14 DE SEPTIEMBKE DE 1972. EDICIÓN. DE LA MAÑANA. PAG 48. OTmniíHHiiMfflHnnnumiHiiniiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiintiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiii MEMORIA DE FRANCISCO UMBRAL No es necesario redactar el dato o la precisa semblanza que encierre a Francisco Umbral en una vertiginosa trayectoria biográfica. Su vida empe- zó con el periódico, con el libro, con la literatura española, que sentía ha- cia Í955— su instigadora y feraz pre- sencia adolescente cara de niño apli- cado tras sus gafas de concha—, lle- nándolo todo sucesivamente: el perió- dico, el libro, una parcela importante de nuestra narrativa joven. Ahora ha escrito tese libro que hay que escri- bir siempre: el libro de la infancia». Ahora ocurre que «Memorias de un niño de. derechas», huyendo de todos los géneros en busca de un estilo, de un tono, de una expresión propia, no es una novela ni un ensayo ni de un niño ni de derechas. —Ocurre que si se inicia una carre- ra literaria contando la infancia de uno, se corre el peligro de no tener luego nada más que contar. Esto les ha «asado a muchos. Por eso yo he preferido escribir antes una docena o más de libros para ahora, a gusto, po- nerme a contar mi biografía. ¿Quedamos, entonces, en que el estilo es la superación privada ¿o colectiva?de los géneros? —He utilizado un poco el monólogo interior colectivo, de manera que quien recuerda 7 euenta es toda mi genera- ción: la de los niños de la guerra. Uti- lizo constantemente el «nosotros» por- que no se trata de una autobiografía personal, sino colectiva. Los críticos se preguntan si es una novela, un ensayo, un libro de Historia o qué rayos es. Exactamente eso es lo que he pre- tendido: huir de todos los géneros, es- cribir a su margen, hacer sencillamen- te un libro. Cada día creo menos en los géneros, en su cantonalismo con- vencional. Soy un tránsfuga de ellos y creo que el escritor debe llegar un día a crear su propio género. Asi hay un género Shakespeare y un género Froust, que no son exactamente teatro ni no- vela, sino lo *ue hace Froust y lo que hace Shakespeare: ahí está su persona- lidad borrando los géneros. —Se ha dicho que ^Memorias de'wn niño de derechas* es un libro amargo, que no todo fue así, pero la verdad de Francisco Umbral es «que fue mucho peor de lo que cuento: si no he con- tado casi nada». —Todos los niños de mi generación, clase social y circunstancia, fuimos las grandes víctimas de la guerra y la pos- guerra; las grandes víctimas vivas, quie- ro decir, y no sólo no me he ensaña- do contando cosas, sino que he pro- curado redimirlo todo por la ironía o el lirismo, porque el resentimiento me parece de mal gusto. —Si estas «Memorias» son un libro generacional, abierto, exterior, histó- rico; la otra cafa de la infancia de Francisco Umbral, la íntima, familiar, personal, la descubre en otro libro, «Los males sagrados*, «que tampoco sé si es una novela o no lo es, pero que está ya hecho y saldrá en cual- quier momento-». Es un libro fuera del tiempo y del espacio, en contrapo- sición a estas «.Memorias-» tan fecha- das y localizadas. —Con estas dos obras cierro el ci- clo de lo que pudiéramos llamar libros de la infancia. Uno podría pasarse la vida escribiendo sólo de ¡o que le ocu- rrió en aquellos años, pero eso me pa- rece un volver la espalda al presente, un autoencantamiento en figura de duende. Prefiero enfrentarme con la realidad, con la actualidad, con la vida. Que se apoya en el pasado. . —Dice Henry Miller que lo único importante que tiene que hacer el hom- bre en este mundo es recordar. T uno de sus discípulos, Jack Kerouac, acon- sejaba: «Sé, como Proust, un fanático del tiempo.» Yo me siento muy prous- tiano y muy milleriano, cada día más, pero a pesar de todo me parece que entregarse a escribir recuerdos, es una manera de encantamiento, una evasión, en último extremo, porque de la busca del tiempo perdido nunca se vuelve con el tiempo recobrado, como vemos en la obra de Proust aunque él pretenda de- mostrarnos lo contrario. Así, pues, en mis libros sucesivos quiero escribir del presente, al hilo de la vida, que es lo que vengo haciendo en mi labor pe- riodística. Francisco Umbral acaba de llegar de un viaje por Europa. «Yo siempre llamo Europa a eso. Esto es una mez- cla. Tú ya sabes.» Va a dedicar unas cuantas páginas a París, Londres, Ro- ma, Copenhague después en la revista «Destino». Ha escrito Tas bio- grafías de Larra y de Valle-Inclán. Ha escrito, buscando, poniendo su gé- nero en la novela española, «Travesía de Madrid», «Si hubiéramos sabido que el amor- era eso», «Amar en Ma- drid», «J£Z giocondo», «Las europeas*: un libro que salió casi al mismo tiem- po que «El giocondo» y que no tuvo la atención que merece. Libros incla- sificables e informales, en Ut, línea que quiere ensanchar Umbral: tentre el estilismo y el terrorismo (siquiera sea el terrorismo literario) porque la no- vela o cualquier otro género estricto me parece que es, como diría el tan olvidado Sartre, «un compromiso bur- gués».—Ramón PEDROS. Sfl ANTENA Ramón Pedros acaba de publicar en la colección «Adonais>, de editorial Bialp, su libro «El río herido». Poeta y periodista, li- cenciado en Filosofía, Ramón Pedros, na- cido en Lérida en 1947, ha escrito nume- rosos artículos ensayísticos y de crítica literaria en revistas" y periódicos de España e Hispanoamérica. «El río herido», como se observa en su solapa, fuerza sus extremas posibilidades técnicas y prospectivas si- guiendo el camino iniciado por el autor en su libro «Dos ha- chas contra la muer- te», aparecido en 1970 (Rocamador, Palen- eia). En la ú l t i m a parte del mismo se produce un inespera- do cambio de actitud acuciado por las exi- gencias procesuales de la obra, y que la convierte en una es- tructura poemática indisolublemente uni- da a la deteriorada experiencia intelectual del mundo en aue vivimos. Con «Dos ha- chas contra la muerte» y el inédito «Aper- nura (1965-69)», «El rio herido» concluye la inicial trilogía poética de Ramón Pe- dros, con la aue el autor se sitúa en uno de los discutidos ángulos aue acosen el pa- norama de la nueva poesía en España. Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Bor- gfes han colaborado estrechamente en su obra literaria durante cerca de cuarenta años. Los dos escritores argentinos, tan distintos y semejantes a la vez, Que ade- más han codirigido revistas y colecciones editoriales, reunido antologías literarias y anotado textos clásicos, se ven ahora em- parejados de nuevo en la presentación de «La invención de Morel», densa y breve narración de Adolío Bioy Casares, aue edita Allanza-Emecé. Pedro Miguel Lamet, nacido en Cádiz, jesuíta, que ha escrito varios ensayos lite- rarios («El Dios sin Dios de la poesía con- temporánea», «Tres Quijote» frente a Dios», «La sensorial transparencia de J. B. Bertrán») V ci' % t m a t o g r áficos (¿Lecciones de cine-» y tRossellini, un rea- lisador a debate»), publica en la colec- ción Bezoar su libro cDeZ mar y el pere- grino», ilustrado por Pujol-Avellana. En él se lee: zQuizá ahora, más que nunca, el poeta para ser co- lectivo, tiene que en- trar en sí y ver lo que fuera no es po- sible ver. Pedro Mi- guel Lamet es un poe- ta solo. Siempre ha dicho que quiere ser un loco consciente de su locura para creerse el misterio, para recuperar la ca- pacidad de sorpresa o para reírse ée si cada noche, delante del espejo». Este es su tercer Ubro de poema». ABC (Madrid) - 14/09/1972, Página 48 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

description

ABC

Transcript of ABC-14.09.1972-pagina 048 (1)

A B C . JUEVES 14 DE SEPTIEMBKE DE 1972. EDICIÓN. DE LA MAÑANA. PAG 48.

OTmniíHHiiMfflHnnnumiHiiniiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiintiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiii

MEMORIA DE FRANCISCO UMBRALNo es necesario redactar el dato o

la precisa semblanza que encierre aFrancisco Umbral en una vertiginosatrayectoria biográfica. Su vida empe-zó con el periódico, con el libro, conla literatura española, que sentía —ha-cia Í955— su instigadora y feraz pre-sencia adolescente —cara de niño apli-cado tras sus gafas de concha—, lle-nándolo todo sucesivamente: el perió-dico, el libro, una parcela importantede nuestra narrativa joven. Ahora haescrito tese libro que hay que escri-bir siempre: el libro de la infancia».Ahora ocurre que «Memorias de unniño de. derechas», huyendo de todoslos géneros en busca de un estilo, deun tono, de una expresión propia, noes una novela ni un ensayo ni de unniño ni de derechas.

—Ocurre que si se inicia una carre-ra literaria contando la infancia deuno, se corre el peligro de no tenerluego nada más que contar. Esto lesha «asado a muchos. Por eso yo hepreferido escribir antes una docena o

más de libros para ahora, a gusto, po-nerme a contar mi biografía.

—¿Quedamos, entonces, en que elestilo es la superación privada —¿ocolectiva?— de los géneros?

—He utilizado un poco el monólogointerior colectivo, de manera que quienrecuerda 7 euenta es toda mi genera-ción: la de los niños de la guerra. Uti-lizo constantemente el «nosotros» por-que no se trata de una autobiografíapersonal, sino colectiva. Los críticos sepreguntan si es una novela, un ensayo,un libro de Historia o qué rayos es.Exactamente eso es lo que he pre-tendido: huir de todos los géneros, es-cribir a su margen, hacer sencillamen-te un libro. Cada día creo menos enlos géneros, en su cantonalismo con-vencional. Soy un tránsfuga de ellos ycreo que el escritor debe llegar un díaa crear su propio género. Asi hay ungénero Shakespeare y un género Froust,que no son exactamente teatro ni no-vela, sino lo *ue hace Froust y lo quehace Shakespeare: ahí está su persona-lidad borrando los géneros.

—Se ha dicho que ^Memorias de'wnniño de derechas* es un libro amargo,

que no todo fue así, pero la verdad deFrancisco Umbral es «que fue muchopeor de lo que cuento: si no he con-tado casi nada».

—Todos los niños de mi generación,clase social y circunstancia, fuimos lasgrandes víctimas de la guerra y la pos-guerra; las grandes víctimas vivas, quie-ro decir, y no sólo no me he ensaña-do contando cosas, sino que he pro-curado redimirlo todo por la ironía oel lirismo, porque el resentimiento meparece de mal gusto.

—Si estas «Memorias» son un librogeneracional, abierto, exterior, histó-rico; la otra cafa de la infancia deFrancisco Umbral, la íntima, familiar,personal, la descubre en otro libro,«Los males sagrados*, «que tampocosé si es una novela o no lo es, peroque está ya hecho y saldrá en cual-quier momento-». Es un libro fueradel tiempo y del espacio, en contrapo-sición a estas «.Memorias-» tan fecha-das y localizadas.

—Con estas dos obras cierro el ci-clo de lo que pudiéramos llamar librosde la infancia. Uno podría pasarse lavida escribiendo sólo de ¡o que le ocu-rrió en aquellos años, pero eso me pa-rece un volver la espalda al presente,un autoencantamiento en figura deduende. Prefiero enfrentarme con larealidad, con la actualidad, con la vida.

—Que se apoya en el pasado. .—Dice Henry Miller que lo único

importante que tiene que hacer el hom-bre en este mundo es recordar. T unode sus discípulos, Jack Kerouac, acon-sejaba: «Sé, como Proust, un fanáticodel tiempo.» Yo me siento muy prous-tiano y muy milleriano, cada día más,pero a pesar de todo me parece queentregarse a escribir recuerdos, es unamanera de encantamiento, una evasión,en último extremo, porque de la buscadel tiempo perdido nunca se vuelve conel tiempo recobrado, como vemos en laobra de Proust aunque él pretenda de-mostrarnos lo contrario. Así, pues, enmis libros sucesivos quiero escribir delpresente, al hilo de la vida, que es loque vengo haciendo en mi labor pe-riodística.

—Francisco Umbral acaba de llegarde un viaje por Europa. «Yo siemprellamo Europa a eso. Esto es una mez-cla. Tú ya sabes.» Va a dedicar unascuantas páginas a París, Londres, Ro-ma, Copenhague —después— en larevista «Destino». Ha escrito Tas bio-grafías de Larra y de Valle-Inclán.Ha escrito, buscando, poniendo su gé-nero en la novela española, «Travesíade Madrid», «Si hubiéramos sabidoque el amor- era eso», «Amar en Ma-drid», «J£Z giocondo», «Las europeas*:un libro que salió casi al mismo tiem-po que «El giocondo» y que no tuvola atención que merece. Libros incla-sificables e informales, en Ut, línea quequiere ensanchar Umbral: tentre elestilismo y el terrorismo (siquiera seael terrorismo literario) porque la no-vela o cualquier otro género estrictome parece que es, como diría el tanolvidado Sartre, «un compromiso bur-gués».—Ramón PEDROS.

SflANTENA

Ramón Pedros acaba de publicar en lacolección «Adonais>, de editorial Bialp, sulibro «El río herido». Poeta y periodista, li-cenciado en Filosofía, Ramón Pedros, na-cido en Lérida en 1947, ha escrito nume-rosos artículos ensayísticos y de críticaliteraria en revistas" yperiódicos de Españae Hispanoamérica. «Elrío herido», como seobserva en su solapa,fuerza sus extremasposibilidades técnicasy prospectivas si-guiendo el caminoiniciado por el autoren su libro «Dos ha-chas contra la muer-te», aparecido en 1970(Rocamador, Palen-eia). En la ú l t i m aparte del mismo seproduce un inespera-do cambio de actitudacuciado por las exi-gencias procesuales dela obra, y que la convierte en una es-tructura poemática indisolublemente uni-da a la deteriorada experiencia intelectualdel mundo en aue vivimos. Con «Dos ha-chas contra la muerte» y el inédito «Aper-nura (1965-69)», «El rio herido» concluyela inicial trilogía poética de Ramón Pe-dros, con la aue el autor se sitúa en uno delos discutidos ángulos aue acosen el pa-norama de la nueva poesía en España.

Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Bor-gfes han colaborado estrechamente en suobra literaria durante cerca de cuarentaaños. Los dos escritores argentinos, tandistintos y semejantes a la vez, Que ade-más han codirigido revistas y coleccioneseditoriales, reunido antologías literarias yanotado textos clásicos, se ven ahora em-parejados de nuevo en la presentación de«La invención de Morel», densa y brevenarración de Adolío Bioy Casares, aueedita Allanza-Emecé.

Pedro Miguel Lamet, nacido en Cádiz,jesuíta, que ha escrito varios ensayos lite-rarios («El Dios sin Dios de la poesía con-temporánea», «Tres Quijote» frente aDios», «La s e n s o r i a l transparencia deJ. B. Bertrán») V ci'% t m a t o g r áficos(¿Lecciones de cine-»y tRossellini, un rea-lisador a debate»),publica en la colec-ción Bezoar su librocDeZ mar y el pere-grino», ilustrado porPujol-Avellana. En élse lee: zQuizá ahora,más que nunca, elpoeta para ser co-lectivo, tiene que en-trar en sí y ver loque fuera no es po-sible ver. Pedro Mi-guel Lamet es un poe-ta solo. Siempre ha dicho que quiere serun loco consciente de su locura paracreerse el misterio, para recuperar la ca-pacidad de sorpresa o para reírse ée sicada noche, delante del espejo». Este es sutercer Ubro de poema».

ABC (Madrid) - 14/09/1972, Página 48Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.