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ACTUALIDAD DEL CONDUCTISMO RADICAL

Prof. Dr. Jorge Luzoro Garca

Departamento de Educacin Diferencial

U.M.C.E.

Se expone el punto de vista consistente en que algunos de los principios

bsicos del conductismo radical han sido incorporados, no siempre de

manera reconocida o explcita, al estado del arte de la psicologa actual. En

este contexto se discuten aspectos como objeto de estudio, metodologa,

perspectiva naturalista, interactividad, consideracin de la subjetividad,

inconsciente dinmico, psicologa comparada, comportamiento verbal.

Finalmente se propone una explicacin para el rechazo al conductismo

radical.

Palabras claves: psicologa, conductismo radical.

Cuando Sigmund Koch (1964) anunci que el conductismo morira, B.F. Skinner (1969),

coment: "efectivamente morir, pero no por su fracaso, sino por su xito, cuando los

problemas actuales que lo definen sean resueltos".

En los treinta aos transcurridos desde el anuncio funerario hecho por Koch, hemos visto

realizarse el retruque eskineriano. En efecto, los principios bsicos del conductismo

radical han sido asimilados por la cultura general de la psicologa como rea del

conocimiento y por los psiclogos como investigadores o profesionales.

Nos proponemos ahora mencionar algunos de esos principios y su incorporacin, no

siempre reconocida o explicitada, al estado del arte en la psicologa actual. Tambin

propondremos una explicacin para la necesidad de un anticipado funeral del

conductismo, para continuar vivo cual ave fnix, incorporado explcita o implcitamente,

en las modas psicolgicas de fines de este segundo milenio.

EL OBJETO DE ESTUDIO

Que el objeto de estudio de la psicologa es lo que los organismos vivos hacen, incluido en

este hacer lo que hacen privadamente, es hoy da un hecho consensual de la disciplina.

Tambin es consensual que la problemtica abordada por los psiclogos profesionales

tiene que ver con lo que los humanos hacen, o no hacen, o dejan de hacer, o cmo hacer

para que adquieran, aumenten, disminuyan o eliminen un determinado hacer.

As le pareci al notable renacentista Juan Luis Vives, quien en el siglo XVI escribi "...no

vamos a estudiar la esencia de la mente sino las acciones de los hombres..." (De anima et

vita, citado en Watson, 1913).

Sin embargo, entre Vives y el conductismo del siglo XX, fue un lugar comn la confusa

creencia de que lo que la psicologa estudiaba, como la etimologa de la palabra conlleva,

era el alma, o su versin laica, la mente. La concepcin dualista cartesiana estaba

arraigada incluso en los medios acadmicos y profesionales, llevando a confundir el objeto

de estudio de una ciencia con intentos explicativos por la va de constructos hipotticos

planteados en trminos inverificables.

Conductismo, el muy atacado y poco ledo libro de J.B. Watson (1923) y La conducta de los

organismos, primer libro de B.F. Skinner (1938), contribuyeron de manera significativa a

aclarar que el objeto a explicar por parte de la psicologa es lo que los organismos vivos

hacen.

Constructos hipotticos como el alma o la mente, u otros, como la personalidad, la

estructura psquica, o los as llamados procesos cognoscitivos, pueden ser, o no ser, de

utilidad en la explicacin del comportamiento, pero no son lo que se intenta explicar.

Puede tambin que los constructos hipotticos resulten ilustrativos, o que constituyan

analogas tiles, o que sean entretenidos: "...theories are funny..." dice Skinner (1950),

pero no constituyen el objeto de estudio de la psicologa.

LA METODOLOGA

Hoy en da el paciente, o sus familiares, al recurrir a un psicoterapeuta buscando alivio a

padeceres o dificultades pregunta: qu probabilidad de ser efectivo tiene el tratamiento

que usted recomienda? En la actualidad los estudiantes de psicologa al escuchar

afirmaciones de sus profesores rpidamente inquieren por la evidencia que la sustenta.

Las observaciones contrastadas y verificadas, los experimentos, los estudios de grupo, las

pruebas estadsticas, los diseos de investigacin n

=

1, en resumen la necesidad de no

slo afirmar sino tambin de demostrar han ido constituyendo una realidad consensual e

irreversible de la disciplina psicolgica y de sus aplicaciones (Barlow y Hersen, 1988). Las

preguntas por la confiabilidad y validez de los procedimientos se han tornado

imprescindibles (Sidman, 1960).

Cuando la psicologa era definida como "la parte de la filosofa que tiene como objeto el

conocimiento del alma y de sus facultades consideradas en s mismas y estudiadas

nicamente a travs de la conciencia" (Mueller, 1974), las preguntas por el rigor

metodolgico eran desusadas. Pero desde entonces hasta la realidad actual, qu duda

cabe, se ha producido un cambio significativo.

En este cambio, el conductismo en general y el conductismo radical en especial han

ocupado un importante lugar, marcando un hito que adems de tener significado al

interior de su propio enfoque, ha irradiado a la psicologa toda.

PERSPECTIVA NATURALISTA

Las formulaciones conductistas, desde el primitivismo mecanicista estmulo-respuesta,

hasta el anlisis funcional del comportamiento, han contribuido de manera substancial a

disipar nieblas supersticiosas, espiritistas, oscurantistas y religiosas respecto a lo que los

organismos vivos hacen. Y a la explicacin del por qu lo hacen.

Esto tiene validez de manera especialmente contundente si se trata de los organismos

vivos humanos. Las diversas formulaciones conductistas, sus planteamientos bsicos y

su metodologa, han contribuido probablemente como ninguna otra formulacin, a

concebir lo humano como algo natural, perteneciente e integrado al resto de la

naturaleza. Ciertamente que con caractersticas propias, pero que no lo sitan en un

espacio substancialmente distinto del resto de los fenmenos del universo.

Kantor (1968) ha dicho que el primer conductista fue Aristteles, y ha fundamentado su

opinin mostrando que el estagirita entendi funciones tpicamente psicolgicas, por

ejemplo la memoria, los sueos o las fantasas, como formas de relacionarse con el medio.

Pero la formulacin naturalista aristotlica, crtica de las creencias espiritistas de los

pueblos primitivos, fue transitoriamente efmera. En efecto, incendiada la biblioteca de

Alejandra y conquistada Europa por el mensaje judeocristiano, tpicamente espiritista y

dualista, la obra Aristotlica sufri una especie de hibernacin.

Han transcurrido casi veinticinco siglos desde que fue acuado el trmino psicologa.

Claro que la psique aristotlica era algo muy distinto de lo que fue posteriormente para la

cultura judeo-cristiana. l dijo: "si el ojo fuese un ser vivo, su alma sera la visin"

(Jaeget, 1957). De tal modo, lo psquico era concebido como la funcionalidad de una

estructura. Aristteles jams le asign una condicin trascendente, ni mucho menos

inmortal. Segn l, despus de la muerte, el alma era una pura nada. La nica forma

posible de sobrevivencia para los ciudadanos era el reconocimiento que poda otorgarles

la polis. El paso de la psiquis aristotlica a un alma inmortal es la apropiacin judeo-

cristiana sobre el tema.

La transformacin del alma en mente es el resultado del proceso de laicismo vinculado a

la revolucin francesa y a la Ilustracin.

El conductismo del siglo XX, como lo ha planteado Kantor (1968), es un reencuentro con

Aristteles en la perspectiva naturalista respecto de lo humano.

LO INTERACTIVO

La escuela sistmica es una perspectiva relevante en la actualidad de la psicologa

acadmica y profesional. Desarrollada a partir de la teora de sistemas (Bertalanffy, 1976)

y de la ciberntica, su nfasis principal ha consistido en ver el comportamiento como una

realidad interactiva. La interesante obra precursora de Bateson (1976) ha inspirado

desarrollos en el campo de la epistemologa de la psicologa (Coddou, Maturana y Mndez,

1988) y de la psicologa clnica (Guerin, 1978).

Algunas personas han credo ver en el enfoque sistmico una superacin del

conductismo. Me pregunto puede haber algo ms sistmico que definir el

comportamiento como la interaccin entre los organismos y su medio, tal como lo hizo

Skinner (1938), en The Behavior of Organism?

El enfoque sistmico es una superacin del modelo mecanicista subyacente a la psicologa

estmulo-respuesta. En eso estamos de acuerdo. Creer que el conductismo es lo mismo

que la psicologa estmulo-respuesta revela una desinformacin importante a partir de

fines de los aos treinta, o sea una desinformacin de sesenta aos. El anlisis

experimental del comportamiento, o conductismo radical, se frmula como reaccin

crtica a los planteamientos de Watson, como ha sido explicitado por Skinner (1963).

LA CONSIDERACIN DE LA SUBJETIVIDAD

Algunos psiclogos opinan que el conductismo es un valioso aporte para entender y tratar

los problemas de conducta, pero que adolece de una importante limitacin: desconoce "la

vida interna". Tal es el planteamiento, por ejemplo, de Bergin y Garfield (1971). Con el

trmino vida interna se hace referencia a realidades como el pensamiento, las fantasas,

la subjetividad, las emociones y otros.

Una ciencia del comportamiento no podra ignorar ni desvalorizar tan importantes

fenmenos como los involucrados en la propiocepcin, la introspeccin o en cualquier

otra forma de autoobservacin. Las formulaciones cientficas no crean ni cambian lo

formulado, simplemente lo abordan y representan de otros modos.

El paradigma fundamental del conductismo radical no consiste en reemplazar lo mental o

psquico por el comportamiento en la definicin del objeto de la ciencia psicolgica. Su

planteamiento epistmico consiste en el reconocimiento de que las operaciones de

distincin implicadas en lo mental o psquico hacen referencia a una forma de interactuar

con el medio, es decir, a una forma de comportarse.

El mundo interno no subyace al comportamiento: es comportamiento. En el continuo

conductual la piel no constituye un hito muy relevante.

En las perspectivas dualistas, una realidad es el hacer pblico y otra, substancialmente

distinta, el hacer privado. No existe la posibilidad de un contexto que incluya lo pblico y

lo privado. No podra existir, porque lo pblico y lo privado son concebidos como

pertenecientes a dos dimensiones ontolgicas distintas.

Para el punto de vista conductista radical el hacer privado no es una dimensin

ontolgica diferente. La privaca, el llamado "mundo interno", constituye un nivel de

comportamiento propioceptivo y autodescriptivo que la comunidad lingstica moldea y

mantiene para referirse a formas particulares de interaccin de las personas con otras o

consigo misma.

La consideracin de la vida interna o privada, como directamente relacionada con el

fenmeno social, y dentro de ste, de manera especfica con el lenguaje, ha sido posible

como resultado del punto de vista conductista radical sobre la subjetividad, abriendo el

camino para abordar estos temas desde la perspectiva de un anlisis funcional.

Al ser vista la subjetividad como un fenmeno vinculado al relacionarse y como resultado

de un cambio en la probabilidad de hacer, es decir, como un aprendizaje, emergi toda

una visin distinta a las que explcita o implcitamente tenan a la base perspectivas

dualistas.

La asimilacin al estado del arte psicolgico de estos descubrimientos del conductismo

radical es observable en los escenarios de influencia y control psicolgico: educacin,

psicoterapia, medios de comunicacin, proselitismos de todos los tipos. Utilizados por los

grupos de poder, eficientizan las diferentes formas de dominacin psicolgica.

Identificados por los dominados, constituyen el primer e imprescindible paso al

autocontrol, es decir, a la libertad.

EL INCONSCIENTE DINMICO

Ninguna psicologa postfreudiana puede obviar el hacerse cargo de las relevantes

observaciones hechas por el creador del psicoanlisis. Entre ellas, la fundamental es que

respecto de algunos de nuestros comportamientos desconocemos sus orgenes. Tambin

puede ocurrir que el propsito de conocerlos sea insuficiente para lograrlo. Freud aspir a

dar cuenta de esta condicin humana formulando su teora del inconsciente dinmico y

del aparato psquico.

Ahora bien, la prolifera obra freudiana deja confuso si el aparato psquico es una realidad

o un eslabn hipottico en la cadena causal de acciones del medio sobre el individuo y

luego del individuo sobre el medio. El aparato psquico freudiano no posee extensin

fsica, sin embargo es susceptible de descripciones y subdivisiones topogrficas.

Esta ambigedad en la distincin de lo que es realidad y lo que es analoga hizo posible

que finalmente el objeto de estudio se desdibujara y el aparato mental se apropiara de la

escena.

La genialidad heurstica de Freud no es ignorada ni discutida ni cuestionada por el punto

de vista del conductismo radical. Difiere de sus formulaciones explicatorias. No podra ser

de otra manera: la explicacin freudiana es dualista, su concepcin de lo psquico

pertenece tpicamente a la cultura espiritista judeo-cristiana.

Por su parte, el conductismo radical considera inapropiadas las explicaciones que apelan

a constructos hipotticos formulados en categoras ontolgicas diferentes a lo que se

pretende explicar. La tarea que se ha autopropuesto es describir las condiciones del

comportamiento privado o subjetivo y aquel respecto del cual desconocemos sus orgenes

o condiciones, en los mismos trminos dimensionales u ontolgicos del comportamiento

observable y autodescriptible.

LA PSICOLOGA COMPARADA

Creo que todos compartimos la opinin de que uno de los pilares que han hecho posible el

gran desarrollo de la biologa y sus aplicaciones ha sido la informacin obtenida de

estudios comparados entre diferentes especies.

La psicologa comparada es todava incipiente. La pretenciosa concepcin religiosa del

humano sobre s mismo como creado a semejanza de Dios y dueo del resto de la

creacin, ha sido un obstculo para que esta disciplina pueda desarrollarse en todo su

potencial.

En un reciente concurso sobre proyectos de investigacin en ciencias sociales me ha

tocado intercambiar opiniones con un filsofo que se opona tenazmente a que se

asignara recursos a la investigacin en comportamientos de especies no humanas. A l le

pareca que esas investigaciones nada podran aportar a la psicologa. En su

planteamiento estaba implcito, apenas disimulado, el punto de vista cartesiano.

Como todos recordamos, para Rene Descartes la especie humana era la nica portadora

de alma, siendo sta la responsable de los movimientos del cuerpo. Las otras especies

carecan de alma, sus cuerpos eran mquinas, y la explicacin de su movimiento una

explicacin mecnica.

A pesar de las dificultades generadas por estas creencias, la investigacin

comportamental en especies diferentes a la humana ha hecho notables aportes a la

comprensin tanto de aspectos bsicos como aplicados.

Un ejemplo de estos aportes bsicos es el conocimiento de las relaciones temporales

involucradas en la adquisicin de diferentes gradientes de extincin. Ejemplos

provenientes del campo aplicado son el curso y tratamiento de las adicciones, las

consecuencias del hacinamiento, el comportamiento cooperativo y tantos otros que sera

largo nada ms mencionarlos.

Como resultado de la perspectiva conductista, tanto de su vertiente radical como de la

etolgica, el estudio comparado del comportamiento en distintas especies ha empezado a

conseguir legitimidad y a dar frutos. Creo que en el futuro cercano ser una de las reas

de investigacin ms relevantes y fructferas de la psicologa.

COMPORTAMIENTO VERBAL

Noam Chomsky, como consecuente dualista cartesiano, se imagin al lenguaje como una

especie de secrecin del cerebro (Mac Corquodale, 1970). Su crtica al libro Verbal

Behavior de Skinner (1959) ha sido muy difundida, pero no porque sea una

argumentacin slidamente fundada, sino por su ataque a la posibilidad de un anlisis

funcional del lenguaje (Bays, 1984).

Un anlisis funcional del lenguaje implica concebirlo como una realidad natural, como

una de las formas de interaccin con el medio, conlleva entenderlo como comportamiento

verbal, es decir, hacerse cargo de que tiene que ver con cmo estamos hechos y conque es

parte del fenmeno social.

Ahora bien, un anlisis funcional del lenguaje no es contradictorio de un anlisis

estructural del mismo. Son dos perspectivas diferentes de aproximacin a una temtica,

con pretensiones y metodologas distintas, y por lo tanto, con resultados a niveles no

comparables.

Los actuales desarrollos de la sociolingstica (Herruzo, 1991), y tambin la perspectiva

biolgica sobre el lenguaje (Maturana, 1995), nos permiten ver el Verbal Behavior de 1959

como una obra precursora.

EL RECHAZO AL CONDUCTISMO RADICAL

Ahora vamos a cumplir con nuestro segundo ofrecimiento: proponer una explicacin para

el rechazo al conductismo radical y para las motivaciones de quienes han intentado su

prematura defuncin.

Al escuchar a los detractores del conductismo radical solemos encontrarnos con dos

variantes: la desinformada-confusa y la autoritaria. En ambas, que tambin pueden

mezclarse, es posible observar ms bien emocionalidades que argumentaciones fundadas.

Sus opiniones no se refieren a textos especficos, sino a apreciaciones vagas y generales.

Un ejemplo de la primera variante es Rubilar (1994), quien confunde ciencia, tecnologa, y

el uso que hacen de ellas los grupos de poder. Con su manera de confundir distintos

niveles de anlisis, los chinos, por haber descubierto la plvora, seran responsables de

que los parisinos, a caonazos, tomaran la Bastilla. Sus puntos de vista han sido

suficientemente rebatidos por Dorna y Mndez (1979).

La tarea de la ciencia es la descripcin de regularidades. Que l conocimiento de stas sea

utilizado para desarrollar tecnologas que favorecen a los grupos de poder, es otro asunto.

Un ejemplo de la segunda variante, la autoritaria, es el obispo Manning (Edwards, 1983).

Ocurre que al contribuir de modo relevante el conductismo a develar los mecanismos de

control del comportamiento, al hacer pblico cmo se adquieren, mantienen y extinguen

las diferentes formas de comportarse, ha infligido un dao irreparable e imperdonable a

los controladores.

En efecto, las instancias de control: familia, gobierno, educacin, religiones, partidos

polticos, economa, etc., se ven debilitadas cuando el controlado se entera de cmo lo

controlan.

Cuanto mayor es la ignorancia respecto a su forma de operar, ms favorecida se ve la

instancia de control. Cuanto ms primitiva y autoritaria es la instancia de control, ms

necesita del oscurantismo respecto de sus procedimientos.

El conductismo, como un Prometeo del siglo XX, debe ser castigado ejemplarmente por

traspasar una chispa de inteligencia a los humanos, al identificar y hacer pblicas las

formas de control del comportamiento, siendo especialmente grave sus aportes a la

desmitificacion del comportamiento privado o subjetivo.

Su legado, consistente en iluminar con el conocimiento oscuros rincones del

autoritarismo y de las formas de control psicolgico, es irreversible. Sin embargo, tanto

para los controladores como para los controlados es deseable, de momento, un castigo

ejemplar al liberador.

Por qu no slo para las instancias de control sino tambin para los controlados? Porque

el humano occidental vive alienado en la creencia de ser libre y autnomo. El

desenmascaramiento del control perjudica tambin al controlado-consumidor en su

subjetividad.

Nada de esto es enteramente nuevo en la historia de la humanidad. Ya qued registrado

en el Gnesis con el relato simblico de comer la fruta del rbol prohibido: el rbol del

conocimiento.

En La Divina Comedia encontramos a Ulises y Diomedes en el octavo crculo del infierno

(canto xxvi). Aparentemente estn ah por haber fraguado juntos la estratagema del

caballo de Troya. Pero hay una explicacin ms profunda y coherente del motivo de su

condena, develada por Borges (1993): el simbolismo de cruzar las columnas de Hrcules y

conocer el hemisferio austral representa su decisin de conocer lo vedado y anticiparse a

los designios de la Providencia. Su pecado es imperdonable: el infierno es para siempre.

Los romanos del siglo XVI quemaron a Giordano Bruno por desacato a la autoridad

oscurantista. El siglo siguiente levantaron un monumento recordatorio en la Piazza

Campo del Fiori. En su pedestal han puesto:

"Aqu donde ardi la pira, a Giordano Bruno, el siglo que l anticip"

Como a Giordano, ser el siglo siguiente quien, objetiva e imparcialmente, reconocer de

forma explcita el aporte del conductismo, y en el lugar donde ha sido quemado ser

reconocido su relativo aporte al largo y empinado camino por iluminar y conocer lo vivo y

lo vivo humanizado.

Despus de examinar cmo algunos de los principios que inspiraron al conductismo

radical han sido integrados a estado del arte de la psicologa, no siempre de manera

explcita o reconocida, y luego de proponer una explicacin para sus prematuros

funerales, podemos concluir. El conductismo descansa en paz. Se trata de un muerto que

goza de muy buena salud.

In this article we learn about the point of view in which some of the basic principles of

radical behaviourism have been incorporated not always explicitly to the state of the

art in pychology today.

In this context various themes are discussed, including the aims of study, methodology

the naturalist perspective, inter-activity, the consideration of subjectivity, dynamic

unconsciousness, compared psychology, and verbal conduct. Finally on explanation for

the rejection of radical behaviour is proposed.

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