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UNIVERSIDAD DE MEXICO * 13 teules a caballo, como sombras misteriosas de ultratumba. El lago de Pátzcuaro, con sus reflejos tor- nasoles en la puesta de sol, les anti- cipó la visión atormentadora de los tesoros de Caltzoncí. A lomos de sus tamemes, el mismo rey tarasco pondría las ochenta cargas de oro a los pies de Cortés, en Coyoacán. Olid quedaría grabado en la His- toria como el pacificador de aquel reino, paz y tormento de su vida que tendría un fin inesperado. La estrella de Olid, al tomar el mando de la expedición de las Hi- buera s, descendía, desde las cum- bres del Anáhuac, al ocaso ribereño del pueblo de Naco, donde "los vandos y chirinolas", que escribie- ra Bernal Díaz, culminarán en su muerte. Olid fué poniendo hitos en la costa del golfo de las Hibue- ras, en tanto que Cortés, presto a castigar su deslealtad, atravesaba la selva lacandona, poniendo cruces de leyenda y tragedia en los tron- cos de las ceiba's. Cuando Cortés llegó a Naco, sus leales Gil Gon- zález Dávila y Francisco de las Ca- sas habían colgado de una estaca la cabeza ensangrentada de Olido j Cómo cambian los vínculos afec- tivos el amor y la deslealtad! . Don Rafael Heliodoro Valle nos hace vivir, con la biografía de Olid, las horas de gloria y tragedia que matizaron la conquista de América. CABOT Y ADAMs; Manual de Pro- pedéutica, Semiología y Diag- nóstico. Primera edición en es- pañol tomada de la décimoter- cera norteamericana. Traduc- ción del Dr. Arturo Aldama.- Editorial "Jus" , México. El caudal de conocimientos que comprende este libro es de apli- cación cotidiana y de utilidad in- mediata, dado que la labor del mé- dico y del estudiante de Medicina gi;a en torno de la Clínica, y para comprender ésta, con sentido mo- derno, científico y práctico, es in- dispensable la ayuda constante del libro de diagnóstico. Este de Ca- bot y Adams lleva al lector desde los primeros pasos -la propedéu- tica: preparación para la clínica, arte de explorar- hasta los l?roce- sos superiores del diagnóstico más elaborado, después de tamizar los datos obtenidos, tal como los ad- quiere el médico de hoy en día, a través del análisis semiológico, es- peculación mental que es ante- cedente obligado del diagnóstico. Gran cuidado se ha puesto en la ilustración de la obra, habiéndose seleccionado los originales entre las fotografías mejor tomadas, del ar- chivo del' Hospital General de Massachusetts. Algunas figuras, entre las que están los flebogramas, son enteramente nuevas. • El valiosísimo índice alfabético con que cuenta la obra reúne en esta edición en español más de 5,000 palabras, que con toda faci- lidad darán cualquiera informa- ción fragmentaria que se necesite. En conclusión diremos que este .es un libro que está más allá de cualquier elogio, y que no debe fal- tar en la biblioteca de todo médico que quiera hallarse al día en tan fundamental materia. Esta obra, en que quedan per- fectamente bien descritos en for- ma práctica e interesante los signos y síntomas de todas las entidades clínicas habituales, es la primera edición en español tomada de la décimo tercera norteamericana, co- rregida, aumentada y puesta al día por F. Denette Adams -M. D. instructor de los cursos para gra- duados en la Escuela de Medicina de Harvard, médico del Hospita.1 General de Massachusetts- y ha sido unánimemente aplaudida por los médicos de N orteamérica. OLIVIA ZÚÑIGA, Retrato de U1'ta niña Edi- ciones Et Caetera, 1950. En Rochester y en un remoto pueblo jaliscience. Dos dimensiones para el autorretrato de una mujer. Esta mujer, las líneas de cuyo ros- tro, serenas, han quedado en el ca- pricho de 1,1na mascarilla prematu- ra. Esta mujer, Olivia Eugenia ZÚ- ñiga, cuya cabeza, de perfiles dra- maticos, ha sido encerrada 'en otro retrato bajo campana de cristal, flotando entre faunas marinas o disecciones nerviosas a tonos cár- denos, henchidos de intención. Su autorretrato, ahora, tiene la gra- vedad solemne de aquella masca- rilla onírica y la angustia con que los pinceles aprisionaron en cape- lo su cabeza de mártir. Autorre- trato literario de dos dimensiones. Rochester es el marco, la dimen- sión de primer plano, el presente doloroso. T enamaxtlán es la di- mensión profunda del pasado, la pantalla de dónde salen a saltos los rasgos de una infancia. El con- traste de los dos mundos dispone la perspectiva y el primer efecto. Rochester, con su carillón, con sus comodidades para el dolor, con su aire de asepsia, con sus diver- siones convencionales, con su ex- traña primavera, con el desfile .perpetuo de sus médicos y pacien- tes, con sus arcanos de sal ud o muerte, como en los viejos santua- rios de los oráculos, mas imperan- do aquí una diosa fría e inmutable. T enamaxtlán, con sus campanas religiosas, con sus tradiciones y ru- tinas, con su aire conventual, con sus miserias, con la foscura tem- prana de sus atardeceres y la muer- te de sus largas noches en silencio. La villa norteamericana y el re- moto pueblo jalisciense. Aquí, la niña que surge a fogonazos de re- cuerdbs teñidos Con colores amar- gos. Allá, la mujer de sutil sensibi- lidad, sugerida por el pintor con un fondo de organismos delicados, en disección anatómica. Temanax- tlán: la niña que absorbe la triste- za del ambiente, al comienzo de la vida. Rochester: la mujer compli- cada, que teme. y desea el fin de la vida. Entre ambas dimensiones el relato escueto, eficaz, de sugestiones, y rasgos profundos. Rasgos indelebles en la emoción del que asiste a las escenas de aque- lla vida: "Me llamo Jeanina": ¿qué evocaciones sentimentales harían escoger este nombre al cariño del padre, asesinado cuatro meses des- pués del nacimiento de Jeanina, y cuya sombra de fuego y de ampa- ro cubre los pasos de la niña? La enigmática, lejana silueta de la ma- dre, llena de presentimientos. El momento en que al revelársele la trágica muerte del padre, Jeanina 'decide comulgar dos veces, la mis- ma mañana, y es castigada por el buen tío sacerdote. Las cartas dia- riamente escritas al padre, y con- fiadas a un hueco de la pared, que la niña cubre con ramas frescas de limón y arrayán. La idea de que, sin brazos, los hombres serían estu_ pendos. La muerte del padrino y la vista de los objetos que le fueron CLASICOS y MODERNOS CREACION y CRITICA LITERARIA VOLUMENES PUBLICADOS 1 LITERATURA ESPAÑOLA SIGLO XX (Segunda edición). Por Pedro Sa- linas. $ 12.50. 2 PAISAJES Y LEYENDAS. TRA. DUCIDAS Y COSTUMBRES DE MEXICO (Segunda serie). Por Igna- cio M. Altamirano. $ 12.50. 3 LITERATURA MEXICANA SIGLO XX (Primera parte). Por José Luis Martínez, $ 15.00. 4 LITERA TURA MEXICANA SIGLO XX (Segunda parte). Guias biblio- gráficas. Por J osé Luis Martínez. $ 10.00. 5 LITERA YURA ESPAÑOLA. Hasta fines del Siglo XV. Por Agustín Mi- llares Cario, $ 17.50. DE VENTA EN LA ANTIGUA LIBRERIA ROBREDO Esq. Guatemala y Argentina México, D. F. Solicite nuestro Boletín Mensual "AVISOS" familiares, entre ellos, la cota sa- que la niña decide usar in- como señal de cariño I11quebrantable a ese que había si- do su padre, lo cual pro- voca escandalo semejante al de la comunión para mayor su- fraglO del progenitor. y el desfile de .tipos, perfectos cuyo conjunto reVIVen I11tegramente la vida de un pueblo remoto. _ Todo esto nos entrega el peque- no volumen que Con una bella vi- ñeta de Jesús Guerrero Galván acaba de publicar Olivia Eugenia Zúñiga: Retrato de una niiia tris- te, en ediciones Et Caetera de Gua- dal.ajara. Volumen penetrante, in- qUIetante. Como esas pequei'ía s ca- jas hechas de maderas olorosas pa- ra relicarios en que los despojos del tiempo feliz no se corrompen ni corroen. Cajitas que inquietan con sus secretos, al ser V istas. Ca ji tas que al ser abiertas vuelcan viejas esencias concentradas por años de devoción y de misterio.-Acus- TÍN YAÑEZ. RAFAEL ALTAMIRA, Felipe JI, hombre de Es'tado.-México, 1950. No ha mucho recibía un reca- do manuscrito del vigoroso ancia- no Altamira. "Venga a verme -me decía-o Quiero charlar con usted. y agradecerle el comentario que ha hecho a mi libro sobre la investigación del Derecho India- no:" y cuando tu ve un claro en mis quehaceres, me encaminé a la plazuela Washington, donde vive el insigne profesor español. U na breve espera en su escritorio--un cuarto pequeño, abarrotado de li- bros trashumantes-al que el tibio sol de la primavera mexicana daba un grato tono de intimidad. Pron- to apareció Altamira ante nos- otros. Estaba aún convaleciente de un fuerte ataque gripal. Le mos- tramos su carta y, al verlo tan dé- bil, no quise forzar el diálogo, pero él tiró de la hebra y salieron a re- lucir las inquietudes. El médico-me dijo-me ha reco- mendado que no hable mucho, pe- ro, ¿cómo no corresponder a los saludos y echar una que otra pa- rrafada sobre la historia de Espa- ña y de América? Mire, en ese bar- gueño tengo ordenado al material para siete tomos de historia de Es- paña. Ya no me siento con fuer- zas para continuar el trabajo. Cuando éstos se cierren -seña- lándome sus ojos-, ¿dónde irá a parar todo eso? Me habló de un poeta -Camín- que acababa de editar un libro suyo, con crónicas de Asturias. De un mensaje que hace años dirigió él por radio a los estudiantes de una lejana isla del Oriente, y de este libro, que el Instituto de Historia de la Univer-
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UNIVERSIDAD DE MEXICO * 13
teules a caballo, como sombrasmisteriosas de ultratumba. El lagode Pátzcuaro, con sus reflejos tornasoles en la puesta de sol, les anticipó la visión atormentadora de lostesoros de Caltzoncí. A lomos desus tamemes, el mismo rey tarascopondría las ochenta cargas de oroa los pies de Cortés, en Coyoacán.Olid quedaría grabado en la Historia como el pacificador de aquelreino, paz y tormento de su vidaque tendría un fin inesperado.
La estrella de Olid, al tomar elmando de la expedición de las Hibueras, descendía, desde las cumbres del Anáhuac, al ocaso ribereñodel pueblo de Naco, donde "losvandos y chirinolas", que escribiera Bernal Díaz, culminarán en sumuerte. Olid fué poniendo hitosen la costa del golfo de las Hibueras, en tanto que Cortés, presto acastigar su deslealtad, atravesaba laselva lacandona, poniendo crucesde leyenda y tragedia en los troncos de las ceiba's. Cuando Cortésllegó a Naco, sus leales Gil González Dávila y Francisco de las Casas habían colgado de una estaca lacabeza ensangrentada de Olidoj Cómo cambian los vínculos afec-tivos el amor y la deslealtad! .
Don Rafael Heliodoro Valle noshace vivir, con la biografía deOlid, las horas de gloria y tragediaque matizaron la conquista deAmérica.
CABOT Y ADAMs; Manual de Propedéutica, Semiología y Diagnóstico. Primera edición en español tomada de la décimotercera norteamericana. Traducción del Dr. Arturo Aldama.Editorial "Jus", México.
El caudal de conocimientos quecomprende este libro es de aplicación cotidiana y de utilidad inmediata, dado que la labor del médico y del estudiante de Medicinagi;a en torno de la Clínica, y paracomprender ésta, con sentido moderno, científico y práctico, es indispensable la ayuda constante dellibro de diagnóstico. Este de Cabot y Adams lleva al lector desdelos primeros pasos -la propedéutica: preparación para la clínica,arte de explorar- hasta los l?rocesos superiores del diagnóstico máselaborado, después de tamizar losdatos obtenidos, tal como los adquiere el médico de hoy en día, através del análisis semiológico, especulación mental que es antecedente obligado del diagnóstico.
Gran cuidado se ha puesto en lailustración de la obra, habiéndoseseleccionado los originales entre lasfotografías mejor tomadas, del archivo del' Hospital General deMassachusetts. Algunas figuras,entre las que están los flebogramas,son enteramente nuevas.
•
El valiosísimo índice alfabéticocon que cuenta la obra reúne enesta edición en español más de5,000 palabras, que con toda facilidad darán cualquiera información fragmentaria que se necesite.
En conclusión diremos que este.es un libro que está más allá decualquier elogio, y que no debe faltar en la biblioteca de todo médicoque quiera hallarse al día en tanfundamental materia.
Esta obra, en que quedan perfectamente bien descritos en forma práctica e interesante los signosy síntomas de todas las entidadesclínicas habituales, es la primeraedición en español tomada de ladécimotercera norteamericana, corregida, aumentada y puesta al díapor F. Denette Adams -M. D.instructor de los cursos para graduados en la Escuela de Medicinade Harvard, médico del Hospita.1General de Massachusetts- y hasido unánimemente aplaudida porlos médicos de N orteamérica.
OLIVIA ZÚÑIGA, Retrato de U1'ta
niña triste.-Gl~adalajara, Ediciones Et Caetera, 1950.
En Rochester y en un remotopueblo jaliscience. Dos dimensionespara el autorretrato de una mujer.Esta mujer, las líneas de cuyo rostro, serenas, han quedado en el capricho de 1,1na mascarilla prematura. Esta mujer, Olivia Eugenia ZÚñiga, cuya cabeza, de perfiles dramaticos, ha sido encerrada 'en otroretrato bajo campana de cristal,flotando entre faunas marinas odisecciones nerviosas a tonos cárdenos, henchidos de intención. Suautorretrato, ahora, tiene la gravedad solemne de aquella mascarilla onírica y la angustia con quelos pinceles aprisionaron en capelo su cabeza de mártir. Autorretrato literario de dos dimensiones.Rochester es el marco, la dimensión de primer plano, el presentedoloroso. T enamaxtlán es la dimensión profunda del pasado, lapantalla de dónde salen a saltoslos rasgos de una infancia. El contraste de los dos mundos disponela perspectiva y el primer efecto.Rochester, con su carillón, consus comodidades para el dolor, consu aire de asepsia, con sus diversiones convencionales, con su extraña primavera, con el desfile.perpetuo de sus médicos y pacientes, con sus arcanos de salud omuerte, como en los viejos santuarios de los oráculos, mas imperando aquí una diosa fría e inmutable.T enamaxtlán, con sus campanasreligiosas, con sus tradiciones y rutinas, con su aire conventual, consus miserias, con la foscura temprana de sus atardeceres y la muerte de sus largas noches en silencio.La villa norteamericana y el re-
moto pueblo jalisciense. Aquí, laniña que surge a fogonazos de recuerdbs teñidos Con colores amargos. Allá, la mujer de sutil sensibilidad, sugerida por el pintor conun fondo de organismos delicados,en disección anatómica. Temanaxtlán: la niña que absorbe la tristeza del ambiente, al comienzo de lavida. Rochester: la mujer complicada, que teme. y desea el fin dela vida. Entre ambas dimensionesel relato escueto, eficaz, pobhid~de sugestiones, y rasgos profundos.
Rasgos indelebles en la emocióndel que asiste a las escenas de aquella vida: "Me llamo Jeanina": ¿quéevocaciones sentimentales haríanescoger este nombre al cariño delpadre, asesinado cuatro meses después del nacimiento de Jeanina, ycuya sombra de fuego y de amparo cubre los pasos de la niña? Laenigmática, lejana silueta de la madre, llena de presentimientos. Elmomento en que al revelársele latrágica muerte del padre, Jeanina'decide comulgar dos veces, la misma mañana, y es castigada por elbuen tío sacerdote. Las cartas diariamente escritas al padre, y confiadas a un hueco de la pared, quela niña cubre con ramas frescasde limón y arrayán. La idea de que,sin brazos, los hombres serían estu_pendos. La muerte del padrino yla vista de los objetos que le fueron
CLASICOS y MODERNOSCREACION y CRITICA LITERARIA
VOLUMENES PUBLICADOS
1LITERATURA ESPAÑOLA SIGLOXX (Segunda edición). Por Pedro Salinas. $ 12.50.
2PAISAJES Y LEYENDAS. TRA.DUCIDAS Y COSTUMBRES DEMEXICO (Segunda serie). Por Ignacio M. Altamirano. $ 12.50.
3LITERATURA MEXICANA SIGLOXX (Primera parte). Por José LuisMartínez, $ 15.00.
4LITERATURA MEXICANA SIGLOXX (Segunda parte). Guias bibliográficas. Por J osé Luis Martínez.$ 10.00.
5LITERA YURA ESPAÑOLA. Hastafines del Siglo XV. Por Agustín Millares Cario, $ 17.50.
DE VENTA EN LA
ANTIGUA LIBRERIAROBREDO
Esq. Guatemala y Argentina
México, D. F.
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familiares, entre ellos, la cota sagr~da, que la niña decide usar in~enormente como señal de cariñoI11quebrantable a ese que había sido su se~undo padre, lo cual provoca escandalo semejante al de ladobl~ comunión para mayor sufraglO del progenitor. y el desfilede .tipos, perfectos cuyo conjuntoreVIVen I11tegramente la vida de unpueblo remoto.
_ Todo esto nos entrega el pequeno volumen que Con una bella viñeta de Jesús Guerrero Galvánacaba de publicar Olivia EugeniaZúñiga: Retrato de una niiia triste, en ediciones Et Caetera de Guadal.ajara. Volumen penetrante, inqUIetante. Como esas peq uei'ías cajas hechas de maderas olorosas para relicarios en que los despojos deltiempo feliz no se corrompen nicorroen. Cajitas que inquietan consus secretos, al ser V istas. Caji tasque al ser abiertas v uelcan viejasesencias concentradas por años dedevoción y de misterio.-AcusTÍN YAÑEZ.
RAFAEL ALTAMIRA, Felipe JI,hombre de Es'tado.-México,1950.
No ha mucho recibía un recado manuscrito del vigoroso anciano Altamira. "Venga a verme-me decía-o Quiero charlar conusted. y agradecerle el comentarioque ha hecho a mi libro sobre lainvestigación del Derecho Indiano:" y cuando tuve un claro enmis quehaceres, me encaminé a laplazuela Washington, donde viveel insigne profesor español. U nabreve espera en su escritorio--uncuarto pequeño, abarrotado de libros trashumantes-al que el tibiosol de la primavera mexicana dabaun grato tono de intimidad. Pronto apareció Altamira ante nosotros. Estaba aún convaleciente deun fuerte ataque gripal. Le mostramos su carta y, al verlo tan débil, no quise forzar el diálogo, peroél tiró de la hebra y salieron a relucir las mutu~s inquietudes. Elmédico-me dijo-me ha recomendado que no hable mucho, pero, ¿cómo no corresponder a lossaludos y echar una que otra parrafada sobre la historia de España y de América? Mi re, en ese bargueño tengo ordenado al materialpara siete tomos de historia de España. Ya no me siento con fuerzas para continuar el trabajo.Cuando éstos se cierren -señalándome sus ojos-, ¿dónde irá aparar todo eso? Me habló de unpoeta -Camín- que acababa deeditar un libro suyo, con crónicasde Asturias. De un mensaje quehace años dirigió él por radio a losestudiantes de una lejana isla delOriente, y de este libro, que elInstituto de Historia de la Univer-
sidad Nacional de México acabade editar. L~ misma mano filialque lo trajo hasta nosotros, lo ltevó a otra habitación, donde amigos españoles y mexicanos le esperaban, para deleitarse con la sabia palabra de este anciano de manos sarmentosas, barba plateada yojos de esmeralda, que mantiene
. su espíritu enhiesto, como expresión tangible de la inmortal España peregrina.
No es éste un libro de Historia,sino un estudio psicológico de lasfacultades de gobernante que poseía el discutido monarca español.Arrancando de las influencias queen la formación del carácter deFelipe 11 tuvieron las tradicioneshereditarias y la educación, Altamira analiza éstas y observa cómoel monarca pospone a toda otraconsideración, al enfrentarse a losproblemas nacionales e internacionales que se le presentaron, la defensa de sus creencias religiosas.Puede transar en todo, menos enaquello que pueda ir en deserviciode Dios, por cuya Gracia él tienepoder y sober~nía sobre el másgrande Imperio del mundo. "Cienvidas que tuviese-dice el monarca-daría antes que ser rey de herejes." "Jamás consentiré que hayala menor debilidad en esto, aunquese pierdan esos dominios." Y al pedirle clemencia un condenado amuerte por la Inquisición, exclama : "Yo traería la leña para quemar a mi hijo, si fuere tan malocomo vos."
Altamira enlaza la psicologíadel monarca con la del pueblo español -Castilla especialmentey deduce que "Felipe 11 fué el reymás español de la Casa de Austria,por haber pesado en él mucho losintereses particulares de la Coronaque le venía de sus abuelos mater-
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nos; la educación, sustanciosamente española, que recibió; pOl.! elfondo de seriedad.y sencillez de sucarácter, por el tipo de costumbresque adoptó sin esfuerzo y la reImlsión a las que de ellas diferían,tanto las borgoñonas como las alemanas; por el sentido y el ideal general de la vida que tanto se opusoa que encajase en la sociedad inglesa; en fin, por el amor sinceroe intenso que sintió por la tierray las cosas de España". Las diferencias que surgieron entre los españoles y su monarca, por 10 quea la manera de afrontar los problemas internacionales se refiere,'son analizadas por Altamira. Elproblema de Flandes, donde, entanto los síntomas de independencia son alentados por gente católica, el monarca transige, perocuando el de Orange se declaraprotestante, la guerra se hace asangre y fuego.
Entra en juego el sentido providencialista que el monarca dabaa los sucesos, y acepta las derrotas,no como consecuencias de ineptitud o carencia de medios con quela campaña se realiza, sino como eldesignio de Dios que así 10 ha dispuesto. Contrasta Altamira 10 hecho en Flandes y lo que, afrontando problemas parecidos, realizaen Aragón, donde roto el Fueropara capturar al traidor AntonioPérez, lo restaura otra vez y limita su soberanía sobre ese territorioespañol. Se produce la sublevacióndel moro Abén Humeya, y Felipe11 contesta a los excesos de los moriscos con las mismas armas represivas, pero de no haber solicitadolos moros granadinos el auxilio delos turcos y berberiscos, la acciónpunitivá hubiera terminado ahí,y las sucesivas expediciones, quetanto daño causaron a la vida económica de aquella región, no sehubieran realizado. Pero en Felipe11, el sentimiento ascético-religiosoera superior a toda otra idea. Y noobstante la razonada oposición desu íntimo consejero Ruy Gómezde Silva, cuya comunidad de ideales políticos con Felipe 11 es evidente, salta por encima de ella yse deporta de aquellas poblacionesa los moriscos.
El recelo con que el monarcaveía la opinión de sus consejerosy la propensión a estudiar y resolver personalmente hasta los másnimios detalles de la gobernación,fueron causa, en múltiples ocasiones, de los fracasos políticos de Felipe n. Este espíritu cominero ydesconfiado, empequeñecía el áreade los problemas yasí va al fracasoen la empresa de la Armada In-
, vencible, en los titubeos de una po. lí tica firme frente a su enemigaIsabel de Inglaterra; los cambiospolíticos respecto de Francia, dela que tan pronto era enemigo co-
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mo aliado. Todos estos problemasson los que analiza el profesor Altamira y en todos ellos penetra conserenidad para dejar huella aleccionadora en sus conclusiones. Unvalioso documento, con las Ordenanzas dadas por Felipe 11 para losdescubrimientos y erección de poblaciones en América, forman lasegunda parte de este libro, queva respaldado por una copiosa einteresante bibliografía.-L. RoMERO SOLANO
UNA IMPORTANTE SERIEBIBLIOGRAFICA
Por acuerdo del licenciado Manuel Gual Vidal la S,ecretaría deEducación Pública, a través de suDepartamento de Divulgació~
proyecta editar una serie de volúmenes intitulada "El pensamiento contemporáneo de América".
La colección, -dedicada especialmente a la juventud de América, será una síntesis de la culturaen el Nuevo Mundo y expondráel cri terio de los pensadores másdestacados del continente, respectoa los problemas fundamentales dela hora actual.
Este plan editorial es muy ambicioso. Trata de orientar a la juventud sobre las difíciles cuestiones de nuestro tiempo y familiarizarla con las manifestaciones másimportantes de la cultura. Asimismo, se intensificará el intercambio de ideas entre los pensadores más autorizados de los diversos países de nuestro Hemisfeno.
He aquí la lista de algunas delas primeras obras que se editarán:
Antología de Alfonso Reyes;selección y prólogo de José LuisMartínez.
Antología de Gabriela Mistral;selección y prólogo de CarmenToscano.
Antología de Pedro HenríquezU reña; selección y prólogo deManuel Moreno Sánchez.
Antología de Fernando Ortiz;
/ . ,
selección y prólogo de AndrésIduarte.
Antología de Ricardo Rojas;selección y prólogo de Andrés Henestrosa.
Antología de Germán Arciniegas; selección y prólogo de Salvador Pineda.
Antología de Rafael HeliodoroValle; selección y prólogo de Wilberto Cantón.
Antología de Baldomero SanínCano; selección y prólogo de Ermilo Abreu GÓmez.
Antología de Rórriulo Gallegos;selección y prólogo de MauricioMagdaleno.
Antología de Gilberto Freyre;selección y prólogo de GermánArciniegas.
Antología de John Dewey; selección y prólogo de Samuel Ramos.
Testimonios de América: juicios y opiniones de Waldo Frank,Jorgé Mañach, Natalicio González, Benjamín Carrión, Juan Marinello, Jorge Basadre, Alfredo L.Palacios, Eduardo Mallea, etc.; selección y prólogo de Andrés EloyBlanco.
Antología de la po~sía hispanoamericana contemporánea; selección y prólogo de Rafael Heliodoro Valle.
Antología del cuento americano contemporáneo; selección y'prólogo de Francisco Rojas González.
Antología de la filosofía americana contemporánea; selección yprólogo de Guillermo Héctor Rodríguez.
Antología de Andrés Eloy Blanco; selección y prólogo de CarlosPellicer.
Imágenes de México: Crónicasy opiniones desde Hernán Cortéshasta nuestros días. Juicios y opiniones de los historiadores y escritores más' representativos de lasdistintas épocas de la historia nacional. Selección y prólogo de Al~fonso Teja Zabre.
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CANTIDAD
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14 * UNIVERSIDAD DE MEXICO
![ANTIGUA LIBRERIA ROBREDO · El licenciado Mariano ]iménez Huerta,profesorde Derecho Penal de la Universidad Nacional de México, es autor de la obra Pano rama del delito, Nullum](https://static.fdocuments.co/doc/165x107/5e900756423ece3c11367f6e/antigua-libreria-robredo-el-licenciado-mariano-imnez-huertaprofesorde-derecho.jpg)
