APOSTOLADO DE LA ORACIÓN - 2012 - 01

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la Confirmación, sigue un programa espiritual para la vida, que tiene como fundamento cinco elementos. 1.- El Sacrificio de la Misa y la Ofrenda Diaria. 2.- El culto al Sagrado Corazón de Jesús. 3.- Especial Devoción a la Santísima Virgen María. 4.- Sentir con la Iglesia. 5.- Asiduidad en la oración.(*) Hoy, vamos a profundizar en el compromiso que tenemos de orar siempre y en todo momento¿Qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica?: 2560.- Si conocieras el don de Dios"(Jn 4, 10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (cf San Agustín, quaest. 64, 4)La oración es la respiración del alma(San Agustín) *ORACIÓN Y SERVICIO El bautizado, respondiendo a la invitación de Cristo: “Ven y sígueme”, busca unirse más estrechamente a él. Fruto de esta llamada es el cultivo de la oración, mediante la cual estrecha los lazos de amistad con el Señor, se esfuerza en participar de los mismos sentimientos de Cristo y se sabe enviado por el Señor en la tarea de evangelizar al mundo mediante el humilde servicio a sus hermanos. El APOR recomienda encarecidamente a sus miembros ser personas de oración, bien leyendo y meditando la Sagrada Escritura, bien según las diversas formas de oración vocal que propone la Iglesia. También les anima a practicar los Ejercicios Espirituales como escuela de oración y unión con Dios. Una auténtica vida de oración y la participación en la Eucaristía deben llevar a los miembros del APOR al servicio apostólico en favor de sus hermanos. Lo recalca Benedicto XVI en su Encíclica “Deus Charitas Est”: «Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en el prójimo solamente al otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina. Por el contrario, si en mi vida omito del todo la atención al otro, queriendo ser sólo „piadoso‟ y cumplir con mis „deberes religiosos‟, se marchita también la relación con Dios. Será únicamente una relación „correcta‟, pero sin amor. Sólo mi disponibilidad para ayudar al prójimo, para manifestarle amor, me hace sensible también ante Dios. Sólo el servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí y a lo mucho que me ama» (Nº 18). Servicio al prójimo que describe en el nº 15: «Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”» Mt 25,40. Mi oración diaria… CADA MAÑANA, UNA ENTREGA. Ofrezco al Señor mi jornada. Con el OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Oro por las necesidades e intenciones del Papa. Practico la Lectio Divina. Con el Misal Mensual, doy Lectura a La Palabra del día. Medito lo que Dios me quiere decir a través de Su Palabra. Hago Oración desde lo más profundo de mi corazón, con las palabras que el Espíritu me inspire. Contemplo , (Me quedo impresionado, fascinado, en silencio, en calma. Dejándome animar por el ardor de La Palabra, como quien recibe el calor del sol.). Pongo en práctica lo que el Señor me sugiere en la oración. Termino con un Padre Nuestro.

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Tríptico. Apostolado de la Oración. Parroquia Santa Rosa de Lima. Zapopan, Jalisco. México.

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…la Confirmación, sigue un programa espiritual para la vida, que tiene como fundamento cinco elementos.

1.- El Sacrificio de la Misa y la Ofrenda Diaria.

2.- El culto al Sagrado Corazón de Jesús.

3.- Especial Devoción a la Santísima Virgen María.

4.- Sentir con la Iglesia.

5.- Asiduidad en la oración.(*)

Hoy, vamos a profundizar en el

compromiso que tenemos de orar siempre y en todo momento…

¿Qué nos dice el Catecismo de

la Iglesia Católica?:

2560.- “Si conocieras el don de Dios"(Jn 4, 10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (cf San Agustín, quaest. 64, 4)”

“La oración es la respiración del

alma” (San Agustín)

*ORACIÓN Y SERVICIO

El bautizado, respondiendo a la invitación de Cristo: “Ven y sígueme”, busca unirse más estrechamente a él. Fruto de esta llamada es el cultivo de la oración, mediante la cual estrecha los lazos de amistad con el Señor, se esfuerza en participar de los mismos sentimientos de Cristo y se sabe enviado por el Señor en la tarea de evangelizar al mundo mediante el humilde servicio a sus hermanos.

El APOR recomienda encarecidamente a sus miembros ser personas de oración, bien leyendo y meditando la Sagrada Escritura, bien según las diversas formas de oración vocal que propone la Iglesia. También les anima a practicar los Ejercicios Espirituales como escuela de oración y unión con Dios.

Una auténtica vida de oración y la participación en la Eucaristía deben llevar a los miembros del APOR al servicio apostólico en favor de sus hermanos. Lo recalca Benedicto XVI en su Encíclica “Deus Charitas Est”: «Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en el prójimo solamente al otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina. Por el contrario, si en mi vida omito del todo la atención al otro, queriendo ser sólo „piadoso‟ y cumplir con mis „deberes religiosos‟, se marchita también la relación con Dios. Será únicamente una relación „correcta‟, pero sin amor. Sólo mi disponibilidad para ayudar al prójimo, para manifestarle amor, me hace

sensible también ante Dios. Sólo el servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí y a lo mucho que me ama» (Nº 18). Servicio al prójimo que describe en el nº 15: «Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”» Mt 25,40.

Mi oración diaria… CADA MAÑANA, UNA

ENTREGA.

Ofrezco al Señor mi jornada. Con el

OFRECIMIENTO DIARIO AL

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

Oro por las necesidades e

intenciones del Papa.

Practico la Lectio Divina. Con el Misal

Mensual, doy Lectura a La Palabra

del día. Medito lo que Dios me quiere

decir a través de Su Palabra. Hago

Oración desde lo más profundo de mi

corazón, con las palabras que el

Espíritu me inspire. Contemplo, (Me

quedo impresionado, fascinado, en

silencio, en calma. Dejándome animar

por el ardor de La Palabra, como

quien recibe el calor del sol.). Pongo

en práctica lo que el Señor me

sugiere en la oración. Termino con un

Padre Nuestro.

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CADA DÍA, UN ENCUENTRO. Durante el día hago pequeñas

pausas para pensar en Jesús, reconociendo Su Presencia en los distintos momentos y circunstancias del día. Hago Comuniones Espirituales, que me ayuden a desear profundamente ir al encuentro de Jesús Eucaristía. Manifiesto mi amor a Jesús, visitándolo en el Sagrario. Dedico tiempo para ir a la Santa Misa con más frecuencia.

CADA NOCHE, UNA REVISIÓN. Antes del descanso nocturno,

hago una revisión, reconociendo el paso de Dios por mi vida en este día. Comienzo con la Acción de Gracias, pido perdón por mis faltas y pecados y propongo, con la ayuda del Espíritu Santo, para mañana vivir más unido a Jesús. Concluyo agradeciendo a la Santísima Virgen María por sus cuidados e intercesión amorosa, con un Ave María u otra oración mariana.

CRECIENDO EN LA CARIDAD

FRATERNA:

Cuando hable de mi

hermano ausente, lo haré como si estuviera presente.

OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO

CORAZON DE JESÚS:

Divino Corazón de Jesús, por medio del Corazón

Inmaculado de María, yo me consagro a Ti y

contigo me ofrezco a Dios Padre, Todopoderoso,

por el Espíritu Santo, en tu Santo Sacrificio del

Altar, con todas mis obras y oraciones,

sufrimientos y alegrías de este día, en

reparación de mis pecados y los pecados del

mundo entero y para que venga a nosotros tu

Reino. Ofrezco todo esto en especial por las

necesidades del Papa Benedicto XVI y las dos

intenciones que propone para este mes al

Apostolado de la Oración. Elevo a Ti, Padre

Misericordioso, una plegaria especial por las

almas del purgatorio y la santificación de todos

los Sacerdotes. Amén.

INTENCIÓN GENERAL Y MISIONAL DEL SANTO PADRE

PARA ENERO DE 2012. General: Víctimas de desastres

naturales.

Para que las víctimas de desastres naturales reciban el alivio espiritual y

material necesario para reconstruir sus vidas.

Misionera: Empeño por la paz.

Para que el empeño de los cristianos a favor de la paz sea ocasión

para dar testimonio del nombre de Cristo a todas las personas de buena voluntad.

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN “Un servicio a la Iglesia desde el

Corazón de Cristo.”

ENERO

MI COMPROMISO COMO SOCIO DEL

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN: ORAR SIEMPRE Y EN TODO

MOMENTO. San Pablo nos dice claramente: “Oren

sin cesar” (1 Tes 5, 17).

Con la gracia de Dios, estamos

dando inicio al año 2012. Con él nacen nuevos propósitos. Es un buen tiempo para analizar, a la luz del Espíritu Santo qué tanto hemos crecido en el plano espiritual. Es urgente y necesario tomar conciencia de la necesidad de hacer oración, para desagraviar a los Corazones Unidos de Jesús y de María; para reparar por los pecados propios y los que se cometen en el mundo entero; para pedir que venga a nosotros el Reino de Dios. Recordemos cuál es la Espiritualidad del Apostolado de la Oración.

El miembro del A.O., como consagrado a Cristo por el Bautismo y ungido por el Espíritu Santo mediante