Bodegas Las Granadas cuenta con un total de 110 hectáreas de viñedo propio, plantado en espaldera y

con sistema de regadío por goteo. Abarcando 50 hectáreas de la variedad francesa Cabernet Sauvignon

que aun no siendo una variedad genuina de esta tierra en origen si lo es ya por su enraizamiento y buena

aclimatización, 50 ha de la autóctona tempranillo y, el resto alarije.

La propiedad del viñedo nos permite garantizar la calidad de nuestros caldos, a través de un

minucioso seguimiento y control tanto del terreno como de las cepas, y con la ventaja de poder efectuar

férreos controles de la calidad de las uvas para así elegir el momento idóneo para su recolección y que el

producto final cumpla los parámetros de calidad deseados.

A principios de septiembre comienza la vendimia. La recolección se realiza por parcelas

dependiendo del grado de maduración de los racimos y, la uva recogida manualmente se transporta a la

bodega en cajones. La proximidad de los viñedos impide que las uvas cojan temperatura llegando en las

mejores condiciones a la bodega lo cual favorece enormemente para una buena fermentación.

La fermentación alcohólica como la maloláctica se realiza en depósitos de acero inoxidables, la

vigilancia y control por parte de nuestros enólogos de estos procesos nos permite un óptimo equilibrio

entre la extracción de color, la obtención de los taninos y estructura del vino.

Una vez finalizada la fermentación, el vino se mantiene en los depósitos de acero inoxidable

hasta su posterior envejecimiento en barricas.

La Bodega Las Granadas cuenta con una nave con una climatización natural durante todo el año

que nos garantiza unas perfectas condiciones tanto de humedad como de una temperatura muy constante

(alrededor de los 12 grados) a las más de 1.500 barricas de roble americano y francés, permaneciendo

aquí el vino entre 6 meses (Lagares) y 12 meses (Torre Julia y Taryala), será durante este proceso

cuando el vino capta los taninos y aromas de la madera.

El embotellado se realiza en modernas instalaciones para pasar posteriormente a su crianza en

botellas. Las cuales pasan a descansar a la sala de Nichos, que al igual que las barricas se encuentran a

9 metros de profundidad lo que nos garantiza la serenidad y el reposo y la climatización adecuada para

armonizar sabores, aromas y ganar en redondez.